TALLER GRUPAL Guyana Esequibo

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“SIMON RODRIGUEZ”
DECANATO DE EDUCACIÓN AVANZADA
NÚCLEO VALLE DE LA PASCUA
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACION

TALLER GRUPAL
GUYANA ESEQUIBO

FACILITADOR: DOCTORANTES:

Dr. Tomas Caraballo. Mcs. Anare, Francisco. CI: 15.822.236


Mcs. González Guaismar. CI: 16.326.882
Msc. Oropeza Elia. CI: 12.897.456
Msc. Villanueva, Genayesth. CI: 19.657.347

Valle de la Pascua, noviembre 2023


GUYANA ESEQUIBO

El Esequibo ha sido el epicentro de una disputa territorial que enfrenta a


Guyana y a Venezuela desde hace más de 180 años.

Aunque las tensiones por el control de la región rica en recursos


minerales han persistido durante todo este tiempo, en los últimos años se han
agudizado tras la insistencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de
territorio que, según dice, desde siempre perteneció a su país.

Caracas insiste en la necesidad de reanudar las negociaciones de paz


para tratar de poner fin a la disputa, respetando el Acuerdo de Ginebra de
1966, en el que las partes se comprometieron a buscar una solución pacífica a
través del diálogo directo.

En un comunicado del pasado 30 de septiembre del presente año, el


presidente de Guyana, Irfaan Ali, aseguró que la controversia deberá
resolverse en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

El Esequibo también conocido como la Guayana Esequiba; comprende


159.000 kilómetros cuadrados ricos en recursos naturales y forestales, y
constituye dos tercios del territorio guyanés.

Caracas y Georgetown nunca han logrado ponerse de acuerdo sobre el


trazado de la frontera que los separa y la región del Esequibo figura
frecuentemente en los mapas venezolanos con un rayado denominado "Zona
en Reclamación".

Se trata de una disputa que cuenta con múltiples episodios y que se


intentó resolver en un tribunal en París en 1899 y que desde que se firmó el
Acuerdo de Ginebra entre Venezuela y Reino Unido en 1966 ha mantenido
un status quo.

La Guayana Esequiba fue en un principio controlado por el imperio


español y el holandés, que más tarde se lo cedería a los británicos. Formó
parte de la Capitanía General de Venezuela, cuando esta fue fundada en 1777,
y luego fue integrada a la naciente República de Venezuela, por un breve
periodo, a partir de 1811.

En 1819, con la creación de la República de Colombia (Gran Colombia),


Gran Bretaña reconoció el curso del río Esequibo como la frontera". "Cuando
Venezuela se separó de la República de Colombia en 1830, el río Esequibo
quedó como el límite de la República de Venezuela. Eso fue reconocido
durante gran parte del siglo XIX hasta que se encontró oro en la cuenca del río
Yuruari, en la Guayana Venezolana, lo que desencadenó la ambición británica
por ese territorio. Londres había adquirido el territorio en 1814 alrededor de
51.700 kilómetros cuadrados en ese entonces, mediante un tratado con Países
Bajos, pero el pacto no definía su frontera occidental y por eso los británicos
designaron en 1840 al explorador Robert Schomburgk para que la trazara.
Poco después se dio a conocer la llamada "Línea Schomburgk", un polémico
trazado que reclamaba cerca de 80.000 kilómetros cuadrados adicionales. Una
segunda línea fronteriza ya avanzaba hacia el occidente del río Esequibo, y a
estas líneas le siguieron otras. Schomburgk murió, pero Gran Bretaña
modificó los mapas y pretendía prácticamente llegar con una cuarta línea
hasta la población venezolana de Upata.

Según un documento del Departamento de Estado de EE.UU., la disputa


comenzó oficialmente en 1841, cuando el gobierno venezolano del general
José Antonio Páez denunció una presunta incursión a su país por parte del
Imperio británico, del que Guyana formaba parte.

Venezuela sabía que no podía enfrentarse sola al imperio más poderoso


mundo y por eso buscó el respaldo de EE.UU., que comenzaba a perfilarse
como una potencia emergente. Y bajo la Doctrina Monroe, que reclamaba una
"América para los americanos", EE.UU. decidió intervenir en 1895 en la disputa
fronteriza. Tras la insistencia venezolana y la presión del entonces presidente
estadounidense Grover Cleveland y la de su exembajador en Caracas, en
enero de ese año la Cámara de Representantes de EE.UU. propuso la
Resolución 252 al Congreso que recomendaba que la disputa fuera resuelta en
un arbitraje internacional.
Cleveland había declarado anteriormente en una polémica intervención
que la línea fronteriza en el Esequibo había sido ampliada "de una manera
misteriosa". Al principio Reino Unido rechazó la intromisión estadounidense,
pero Londres sabía que no podía darse el lujo de entrar en una nueva guerra
con el gigante de Norteamérica, que se mostraba inflexible en su decisión de
apoyar a Venezuela, y terminó por aceptar la propuesta.

El primer arbitraje se produjo El 2 de febrero de 1897, EE.UU., en


representación de Venezuela, y Reino Unido firmaron un tratado en
Washington para someter la disputa a un arbitraje internacional.

Venezuela, persuadida de que se aplicaría el uti possidetis iuris, un


principio legal del Derecho Internacional que les garantiza a los Estados
administrar territorios que geográfica e históricamente les pertenecen; aceptó
acudir a un tribunal en París. Medio siglo después, surgieron evidencias que
denunciaban la complicidad entre los delegados británicos y el jurista Friedrich
Martens, cuyo voto fue decisivo para el fallo en contra de Venezuela.

Tras la muerte de Severo Mallet-Prevost un abogado estadounidense


que formó parte de la defensa de Venezuela en el Laudo Arbitral de París, su
representante legal hizo público en 1949 un documento que Mallet-Prevost
había escrito cuatro años antes, en el que denuncia que el laudo fue una
componenda política. "Tres jueces que tenían la mayoría dispusieron del
territorio de Venezuela, porque los dos jueces británicos no estaban actuando
como jueces, sino que lo hacían como hombres del gobierno".

El documentó además indica que el juez Friedrich Martens no fue


imparcial y persuadió a una de las partes para que aceptaran una controvertida
propuesta que él mismo había redactado. "Venezuela considera que el
Esequibo fue tomado de forma ilegítima e ilegal por Gran Bretaña el siglo XIX,
por eso lo reclama", El Laudo Arbitral de París, afirma, fue un acuerdo
amañado y "una típica componenda" entre los grandes imperios de la época.
Las revelaciones de Mallet-Prevost sirvieron para que Venezuela denunciara el
laudo ante el mundo y lo declarara nulo e írrito.
En cuanto a la independencia de Guyana Al finalizar la Segunda Guerra
Mundial y con la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
inicia el proceso de descolonización, en el que varias colonias europeas se
independizan y nace una coyuntura favorable a la revisión de este laudo.
Además de la información revelada por Mallet-Prevost, los jesuítas
venezolanos Hermann González Oropeza y Pablo Ojer Celigueta corroboraron
y encontraron aún más evidencia de lo sucedido en París, hurgando en los
archivos británicos que suelen abrirse al público después de 50 años de
ocurrido un hecho.

Con toda la documentación en la mano, el gobierno del entonces


presidente de Venezuela Rómulo Betancourt se da a la tarea de denunciar ante
las Naciones Unidas en 1962 a través de su canciller las irregularidades
halladas, con el fin de que Reino Unido acceda a una revisión del laudo arbitral.
Pero, tras múltiples reuniones en Londres, Reino Unido se niega a una
reedición de la sentencia arbitral. No obstante, un hecho histórico juega a favor
de Venezuela: la inminente independencia de la Guayana Británica.

El movimiento independentista y la fuerza que tenía la reclamación


venezolana con la documentación que se había dado a conocer y que está
plasmada en el 'Informe que los expertos venezolanos para la cuestión de
límites con Guayana Británica presentan al Gobierno Nacional', conllevan a los
británicos, y a un grupo de guyaneses que estuvieron presentes, a firmar el
Acuerdo de Ginebra"

Firmado el 17 de febrero de 1966, apenas tres meses antes de que se


reconociera la independencia de Guyana, el Acuerdo de Ginebra es un tratado
aún vigente que reconoce el reclamo de Venezuela y que busca encontrar
soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la disputa limítrofe.

El pacto indica que si los dos países no pueden ponerse de acuerdo en


una solución pacífica, el Secretario General de la ONU debe elegir posibles
mecanismos de solución, contenidos en el artículo 33 de la carta de Naciones
Unidas.
Guyana considera que no hay más nada que discutir y que Venezuela
debe aceptar las fronteras establecidas por el Laudo Arbitral de París de 1899.

En marzo de 2017, el ex vicepresidente de Guyana Carl Barrington


Greenidge calificó el reclamo de Venezuela como "absurdo". Además, negó
que la disputa haya comenzado en 1840. Para él, todo empezó en la década
de 1890 o "tal vez un poquito antes", cuando Estados Unidos ayudó a que
Venezuela pudiera llevar a Reino Unido a una mesa de arbitraje. Ellos
recibieron la boca del río Orinoco y acordaron, como parte del Tratado de
Washington de 1897, aceptar la decisión del tribunal de arbitraje como final y
definitiva. Por lo tanto, en lo que a nosotros respecta, ese reclamo acabó en
ese momento: Venezuela recibió territorio, Guyana recibió territorio y el tratado
operó sin problemas por 63 años.

Las fronteras no son nunca perfectas, así que no esperamos que los
problemas vayan a desaparecer completamente. ¡Pero el hecho es que el
reclamo en sí mismo es tan absurdo que Venezuela nunca jamás ha ejercido
soberanía sobre el Esequibo!

Greenidge también aseguró que después de que las Provincias Unidas


(de los Países Bajos) se separaron de España en 1648, España nunca tuvo
soberanía sobre el área, pues esa se les concedió a los holandeses tal y como
estipulaba un tratado. "Y cuando Holanda perdió las guerras napoleónicas, al
pelear del lado de los franceses, el territorio le fue transferido a Gran Bretaña
en 1814".

La disputa ha tenido altos y bajos en las últimas décadas. Guyana,


Reino Unido y Venezuela firmaron en 1970 el Protocolo de Puerto España que
congeló las conversaciones entre ambas partes por doce años, un paso
considerado como un error por muchos historiadores venezolanos.

En la década de los 80 el reclamo venezolano fue reanudado hasta que


Hugo Chávez llegó al poder en 1999. Chávez básicamente le baja el tono a la
disputa, su proyecto era sobre todo consolidar un liderazgo en el Caribe. Para
lograrlo, decide tener a Guyana como aliado y no meterse con algo que
siempre fue una causa de crispación en las complicadísimas relaciones de
Venezuela con Trinidad y otras islas del Caribe.

Pero los múltiples hallazgos de vastos yacimientos petroleros en Guyana


en los últimos cinco años, que ya ha comenzado a explotar, han hecho que las
tensiones aumenten.

Guyana introdujo en 2018 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de


La Haya una solicitud para que se resuelva el conflicto territorial, pero
Venezuela ha negado desde entonces la legitimidad de esa institución para
resolver la disputa. Y el 18 de diciembre de 2020, la CIJ dio a conocer su fallo
en el que se declara competente en el asunto; pero Venezuela no da su brazo
a torcer y no lo acepta.

Para Venezuela no tendría sentido asistir a la Corte Internacional de La


Haya, porque solo decidiría si el Laudo de París es nulo e irrito y eso es algo
que Caracas considera evidente. Da la impresión de que Guyana ha manejado
muy bien este asunto de la reclamación, no solamente con Maduro, sino desde
1966, y le ha estado sacando provecho a la aquiescencia, a los errores y a las
vacilaciones de los distintos gobiernos. El tema del Esequibo siempre ha
generado unidad nacional en los venezolanos y eso es algo que el mandatario
podría estar tratando de utilizar a su favor.

A principios de este año, el presidente de Venezuela le envió una carta


al secretario general de la ONU en la que le solicita mediar en el diferendo
territorial. La dura experiencia histórica de agresiones económicas y despojos
territoriales por parte de potencias imperiales nos dejó como lección jamás
someter nuestra soberanía a las decisiones de instancias internacionales.

Las tensiones siguen aumentando, y con una Guyana inflexible, por un


lado, y por el otro una Venezuela en crisis, pero que no descansa en su lucha
por un territorio que desde siempre ha figurado en sus mapas, la disputa por el
Esequibo no parece pronta a resolverse, al menos en el corto plazo.

El Esequibo, de 159.000 km2 y rico en minerales y biodiversidad, es


administrado por Guyana, que se ampara en un laudo suscrito en París en
1899 que fija unos límites que Venezuela rechaza.
El Acuerdo de Ginebra, que firmó Venezuela en 1966 con Reino Unido
antes de la independencia guyanesa, establecía bases para una solución
negociada, desconociendo el documento anterior. La CIJ dictaminó en 2020
que tenía jurisdicción para analizar el litigio, pese al rechazo de Venezuela, que
terminó participando en el proceso.

La pugna fue reavivada en 2015, tras el hallazgo de yacimientos


petroleros por parte de la estadounidense ExxonMobil, de la que Venezuela
dice que Guyana es "lacaya". Y en los últimos meses ha degenerado a estos
acalorados intercambios tras la concesión de licencias de explotación en aguas
en disputa. El presidente Nicolás Maduro dijo que Venezuela no reconoce las
licencias otorgadas por Guyana.

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