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ACTIVIDAD: “Comprendemos la importancia del sistema tributario en una sociedad democrática”

1. Lee con atención: ¿UN GOBERNANTE DEMOCRÁTICO?


En el año 2090 es elegido Presidente del Perú, Atanasio Garza Pregonás, dirigente
del Partido Expresión Nacional, un partido fundado dos años antes. En su tercer año
de gobierno inició un plan de ambiciosas reformas que incluyen, entre otras, una serie
de medidas que han suscitado gran polémica entre los peruanos, todas aprobadas por
Decreto Supremo, tal como informó el diario oficial.
a. ¿Qué opinan de las medidas tomadas por el presidente Atanasio Garza,
anunciadas en la primera página del diario oficial?, ¿Están de acuerdo o no?, ¿por
qué?
b. ¿Consideran que el gobierno del presidente Garza es un gobierno democrático?
¿Por qué?

2. Lee con atención el siguiente texto La democracia y sus aliados - Los Tributos en una democracia
La democracia y sus aliados
Probablemente, una de las palabras más repetidas en nuestros tiempos sea democracia. Sin embargo, aunque a veces se
banaliza el concepto, no por eso debemos pensar que carece de importancia. Por el contrario, entender bien qué significa,
cuáles son sus “reglas de juego” por así decirlo, y adquirir las habilidades para respetar y hacer respetar nuestros derechos con
dichas reglas es vital para nuestro desempeño cabal como ciudadanos responsables y para nuestro bienestar colectivo.
Por su raíz etimológica, democracia significa gobierno del pueblo y es precisamente lo que se espera que ocurra en un estado
democrático. Por supuesto, los gobernantes de turno en cualquier país, al menos en su mayoría, no se cansarán de repetir que
su sistema de gobierno es democrático, pero si la democracia es el gobierno del pueblo, solo el pueblo, es decir solo los
ciudadanos son quienes tienen la verdadera autoridad para valorar y calificar si efectivamente es así.
Pero ¿qué condiciones deben cumplirse en la realidad para decidir si vivimos una auténtica democracia? Entre las más
importantes tenemos:
a. La igualdad ante la ley. Está referida a la igualdad de derechos para
todos sus ciudadanos. Pero no significa que todos deben ser tratados
como iguales en toda circunstancia sin importar nada más, puesto que,
por ejemplo, existen normas que privilegian el trato preferencial hacia las
personas con discapacidad en los espacios públicos. De lo que se trata
es de brindar a todas las personas las mismas oportunidades para
desarrollarse y ejercer sus derechos.

b. El control del poder en manos de los gobernantes. Esto quiere decir que en una democracia nadie puede acumular el
poder absoluto sobre todas las facultades del Estado, puesto que esto desencadenaría sin remedio en un poder
absoluto y casi siempre irracional de parte de dicha persona. Por eso, generalmente se reconoce una separación entre
tres o más “poderes”: el poder de crear las leyes, es decir legislar, que le
corresponde a un Congreso o Asamblea de representantes; el poder de conducir la
política y los recursos del Estado, que le corresponde al poder ejecutivo,
conformado por el presidente, sus ministros y otras instituciones que dependen de
ellos; y el poder de administrar justicia que lo ejerce el Poder Judicial a través de las
cortes, jueces o vocales, etc. De esta manera, se espera que cada poder del Estado
controle o limite el uso de la autoridad que hacen los otros poderes del Estado. A
estos tres se suelen agregar otros como el poder electoral (en el Perú, el Jurado
Nacional de Elecciones) y el poder constitucional (en el Perú, el Tribunal
Constitucional). Este último es muy importante porque controla que cada acción de
los tres primeros poderes y de todo el Estado en su conjunto se haga conforme a lo que establece la Constitución, que
es la ley que rige a todas las otras leyes.
c. Respeto a los derechos fundamentales. Ahora bien, imagínense un país donde las normas no hacen discriminación, es
decir, formalmente o como diríamos “en el papel”, todos los ciudadanos son tratados de igual modo ante la ley y se
respeta la división de poderes, pero la mayor parte de sus ciudadanos no tienen acceso a un trabajo decente, ni a la
educación, ni a la salud, ni la justicia porque resultan muy caras o ineficientes. Por eso la tercera condición para que
una democracia sea plena es que los derechos fundamentales que son propios de las personas se reconozcan de
manera efectiva en una sociedad, al menos para las grandes mayorías. Estos derechos, reconocidos en los pactos
internacionales de Derechos Humanos* son muchos, en realidad, pero básicamente se dividen en tres grupos: Los
derechos civiles o derechos fundamentales* según nuestra Carta Magna (libertad de expresión, libertad religiosa,
derecho a la propiedad, acceso a la justicia); derechos políticos (elegir y ser elegido, pertenecer o no a un partido
político, participar en cualquier proceso de consulta popular, etc.) y derechos sociales (satisfacción de necesidades
básicas, educación y salud; derechos sindicales y de asociación en general, etc.).
Los Tributos en una democracia
Así como existen reglas elementales de relación entre el ciudadano y el Estado que deben respetarse en una sociedad
democrática, al momento de dotar de recursos al Estado por medio de los tributos, también existen reglas fundamentales que se
denominan “principios tributarios”. Echémosles una rápida mirada. Nuestro orden constitucional, es decir la Constitución en su
artículo 74° y las resoluciones de los tribunales, reconocen por lo menos cinco principios tributarios:

a. Los tributos solo se crean por Ley del Congreso. También pueden crearse por Decreto Legislativo, solo cuando el Congreso le
delega esta facultad al Poder Ejecutivo. Este principio se conoce como “principio de legalidad” y excluye cualquier otra forma de
crear impuestos por parte del gobierno nacional (salvo la facultad de los gobiernos regionales de crear contribuciones y tasas).
b. La ley que crea un tributo debe contener todos los elementos esenciales del tributo. Respecto de este principio, conocido
también como “reserva de ley”, el Tribunal Constitucional ha aclarado que los elementos mínimos que debe indicar la norma, al
crear un tributo, son: 1) Quiénes son los sujetos obligados al pago; 2) Cuál es el hecho imponible, es decir la actividad o hecho
económico por el cual se va a pagar el impuesto y 3) El monto o porcentaje del impuesto*.
c. Respeto a los derechos fundamentales de la persona. Este principio constitucional aplicado a la materia tributaria enfatiza el
hecho de que los tributos que establece el Estado no pueden violar derechos humanos como los de intimidad personal, derecho
a la propiedad y la herencia, a contratar con fines lícitos, así como todo el conjunto de derechos humanos en general. También
implica, por su finalidad, que los tributos en sí mismos no pueden ser creados o aplicados como sanción, a pesar de que no
cumplirlos debidamente sí puede acarrear sanciones.
d. Principio de igualdad. Significa que ninguna persona que ejecute la actividad gravada* con el impuesto puede ser exonerada
en base a sus condiciones individuales y debe ser tratada de manera imparcial. Esto no impide que, ante condiciones
económicas diferentes, el impuesto pueda establecer tratos diferenciados con el fin de preservar la equidad o justicia en la carga
económica que cada persona va a soportar.
e. Los tributos no pueden ser confiscatorios. Este principio le pone límites al tamaño de la carga que el Estado puede imponer
sobre el ciudadano o sobre sus propiedades, de modo que dicha carga no puede ser tan pesada que, al cobrarse la deuda
tributaria, provoque que el ciudadano pierda, en favor del Estado, su propiedad sobre el bien o bienes gravados. Esto no excluye
los procesos de cobranza coactiva* cuando se acumula la deuda por incumplimiento.
Una democracia establece reglas para el ejercicio del poder que deposita en el Estado y eso vale también para su facultad de
cobrar impuestos. De este modo, si bien los tributos son indispensables para que el Estado ejerza sus funciones y atienda
nuestras necesidades como ciudadanos, este no puede imponerlos de cualquier manera, ni por encima de nuestros derechos.
Reflexiona individualmente respondiendo a las preguntas:
a.¿Qué entiende por los tributos en una democracia?
b.¿Cuáles son los principios tributarios en nuestro país?
c. ¿Por qué es importante la tributación en nuestro sistema democrático?

3. Reto en equipos: En equipos dialogan, reflexionan sobre el análisis del caso inicial en base a las preguntas:
a. ¿Les parece que existe el peligro de que Atanasio Garza esté sobrepasando sus atribuciones como Presidente?
b. ¿Alguna de las normas que se anuncian en el Diario Oficial del 30 de julio de 2090 estaría atropellando los derechos de
los ciudadanos?, ¿Cuál de esas normas lo hace? De ser el caso, ¿qué principios tributarios se están vulnerando?
c. ¿En el Perú, el Presidente puede crear impuestos sin que se lo haya encargado el Congreso?
d. ¿Qué importancia tienen la Constitución y las leyes para el mantenimiento del sistema democrático?

Evaluamos nuestros aprendizajes

COMPETENCIA
Descriptores Lo logré Estoy en proceso de ¿Qué puedo hacer para
lograrlo mejorar mis aprendizajes?

Discrimine los elementos democráticos de los que no lo son.

Identifique algunos principios o condiciones que deben


cumplir los impuestos en una sociedad democrática.
Explique la importancia de la tributación en nuestro sistema
democrático

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