Ejemplos Practicos

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EJEMPLOS PRACTICOS

EJEMPLO 1º:
Carlos y María son los padres de Matías
de 1 año de edad, ambos comparten el
cuidado y la crianza de Matías, y de esta
forma por mutuo acuerdo cumplir
equitativamente con las
responsabilidades hacia él.
1.Si ambos padres viven juntos,
entonces el cuidado personal lo tendrán
ambos. Juntos deberán darle un hogar,
criar y educar a sus hijos.

EJEMPLO 2º:
Jorge conoció a Jessica madre de
Carolina, hace 7 años atrás, ellos se separaron hace 6 años y por mutuo acuerdo Jorge se
quedó con el cuidado de la niña debido a que
contaba con las posibilidades de darle las
condiciones adecuadas para su vivencia y
bienestar. Por su parte, Jessica, va a visitar a
Carolina los fines de semana. Cumpliendo asi
con los acuerdos determinados entre ambos
pares.
2.- Si ambos padres viven separados, en
este caso se puede dar que quien viva con el
menor tenga el cuidado personal. Además,
hay casos en que ambos padres detentan el
cuidado personal, siendo corresponsables en
la crianza del menor.

EJEMPLO 3º:
Nicolas es el padre de Renato, Andrea la
madre del niño, falleció al dar a luz,
Nicolas quedo con los cuidados
personales de él. Sin embargo, no cuenta
con los recursos económicos suficientes,
por lo que decide acudir a Tribunales de
Familia para demandar por pensión de
alimentos a la familia materna; en este
caso a la abuela y abuelo de Renato.
3.- Si padre o madre fallece, entonces
el cuidado personal lo tendrá el padre o
madre sobreviviente.

EJEMPLO 4º:
Ana es la madre de Alejandra ella se dedicó a la crianza
de la pequeña desde su nacimiento ya que el padre no
quiso hacerse responsable ni admitió su paternidad hacia la niña, por recomendaciones de
familiares y debido a que el padre apareció cuando la niña tenía 7 años de edad, Ana decide
acudir a Tribunales de Familia y asi solicitar una demanda de filiación para de esta forma tener
la tenencia física y exclusiva de la pequeña.
4.- Si el padre no reconoce al menor, el cuidado personal recae en la madre. En esta
situación la madre puede demandar el reconocimiento del menor por vía judicial.

EJEMPLO 5º:
Claudia y Benito comparten la crianza de su nieta
Clara hace 2 años, los padres de la pequeña
fallecieron en un accidente automovilístico en
base a ello los abuelos acudieron a Juzgado de
Familia para asi solicitar el cuidado personal y
exclusivo de la niña.
5.- Si ambos padres fallecen, el cuidado
personal recae en los familiares más cercanos. En
orden primero los abuelos, luego los tíos, etc.

EJEMPLO 6º:
Los padres de Aurora se encuentran inhabilitados
para la crianza de la menor debido a que ambos
no cuentan con una vivienda y viven
constantemente bajos los efectos del alcohol y
drogas ilícitas, por ende tras avisos de vecinos la
abuela materna decidio acudir al Juzgado de
familia para poder solicitar la tenencia y cuidado
personal y exclusivo de su nieta.
6.- Si los padres se encuentran inhabilitados,
en caso de que se compruebe que padre y madre
no son aptos a través de un juico, se sigue la
orden anterior.
CONCLUSIONES
Los diferentes sistemas jurídicos contemplan distintas reglas generales para los
casos en que los padres no se pongan de acuerdo en torno a la custodia, cuidado
personal, autoridad parental, etc., recurriendo siempre a alguna regla legal
supletoria y preferente. La Convención sobre los Derechos del Niño no impone un
criterio a este respecto, pudiendo establecerse una custodia exclusiva, unilateral o
indistinta, por una parte, o compartida, por la otra. Independientemente de ello, la
Convención sobre los Derechos del Niño lo que exige es que ambos padres
participen en la crianza y educación de los hijos (artículo 5) y que se adopten por el
Estado -lo que comprende a los jueces-, las medidas que hagan efectivos los
derechos reconocidos por la convención (artículo 4). Por ello, en el caso más
alejando de una regla de corresponsabilidad más estricta, como lo es la custodia
personal exclusiva, se deben tomar ciertos resguardos.

El núcleo argumental de este estudio puede recapitularse en las siguientes


proposiciones: el Derecho chileno favorece los pactos o convenciones entre el padre
y la madre como forma preferente de atribución del cuidado personal de sus hijos,
durante su vida separada. Esto significa un ámbito regulado de autonomía de la
voluntad en estas decisiones y sus límites son formales y materiales. En cuanto a
su forma, los pactos solo son admisibles por consentimiento del padre y de la
madre dado en forma legal (por escritura pública o acuerdo escrito otorgado ante
un oficial del Registro Civil, o por escrito aprobado por el juez que conoce de un
proceso de separación, nulidad o divorcio). Los límites materiales de estos acuerdos
se refieren al contenido.

A falta de acuerdo, la ley chilena opta por hacer una atribución automática y
supletoria del cuidado personal a la madre. La subsistencia de esta regla de
atribución legal automática y supletoria, es decir, que opera a falta de una
convención entre progenitores, se justifica en el propósito de favorecer la solución
extrajudicial de los conflictos mediante incentivos adecuados para que operen los
acuerdos. La preferencia materna es la opción de política legislativa actualmente
vigente en Chile, pero no excluye otras opciones legislativas, como la preferencia
paterna según la edad y sexo de los hijos o la preferencia paterna incluso desde la
infancia de los hijos. Es la existencia de la regla de atribución automática y legal lo
que constituye el beneficio y el incentivo para la formación de acuerdos pacíficos
sobre el cuidado personal de niños y adolescentes.

Los conflictos judiciales entre el padre y la madre sobre el cuidado personal de


niños y adolescentes, por tanto, solo llegarían a materializarse si fallan los acuerdos
o, con posterioridad, estos no resultan satisfactorios, o bien, si a falta de acuerdo,
la atribución legal a la madre resulta inconveniente para el niño o adolescente en
función de su interés, por maltrato, descuido u otra causa calificada. La inhabilidad
de la madre o del padre, o de ambos, solo adquiere relevancia como criterio judicial
de atribución del cuidado personal de niños y adolescentes a terceros, sean estos
parientes o no. Es en estos juicios donde el tercero pariente o extraño reclama la
tuición para sí, en los que debe producir prueba de la inhabilidad física o moral de
ambos padres. Es una conclusión de este estudio que el criterio de inhabilidad de la
madre o del padre no debe privilegiarse en juicios entre los progenitores, sino el
interés del niño o adolescente. En cambio, en juicios entre el padre o la madre o
ambos y terceros, el criterio que debe seguir el juez para privar del cuidado
personal de niños o adolescentes a sus padres biológicos para entregarlo a un
tercero, pariente o extraño, debe ser la inhabilidad de ambos padres, o del padre o
madre sobreviviente, o del padre o madre que haya reconocido al hijo y lo tenga
consigo.

En el presente trabajo se analiza uno de ellos -que convive con deberes y facultades
conjuntos e indistintos, como los deberes y facultades del padre custodio (custodia
principal) y del no custodio (custodia indistinta, en su caso, supervigilancia y control y
cooperación y auxilio)-, que es específico: la custodia o cuidado personal compartido
con oposición. Desde la perspectiva de los principios del interés superior y de la
corresponsabilidad parental, el juez está habilitado para conceder estas custodias, y
ello es evidente ya que en muchos casos la situación óptima de desarrollo de
derechos de la infancia sólo será posible a través de dicha figura. El juez en su fallo
debe ser cuidadoso, midiendo las habilidades parentales de ambos padres,
escuchando al niño y analizando si el nivel de conflictividad de los padres es tal que
es dañina para el niño, niña o adolescente.

La custodia compartida con oposición se puede conceder, aún en casos de


conflictividad entre los padres (propio por lo demás de una separación), pero en
estos casos los jueces deben ponderar si dicho régimen será lo mejor para el niño,
niña o adolescente.

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