Informacion de La Indagacion Aplicando El Metodo Cientifico
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Retos[8]
El cambio de matriz energética presenta diversos
desafíos, a continuación, se destacarán los tres
principales:
Una gran cantidad de los gases de efecto invernadero que cubren la Tierra y
atrapan el calor del Sol se generan debido a la producción de energía, mediante la
quema de combustibles fósiles con el objetivo de generar electricidad y calor.
La ciencia lo indica claramente: para evitar los impactos más negativos del cambio
climático, es necesario reducir las emisiones a casi la mitad en 2030 y alcanzar el
cero neto en el año 2050.
A continuación, se indican cinco motivos por los que acelerar el ritmo hacia
una transición a energías limpias prepara el camino hacia un planeta con un
estado más sano y habitable, tanto hoy en día como para las generaciones
venideras.
Por contra, en todos los países hay fuentes de energías renovables, cuyo potencial
todavía no se ha aprovechado completamente. La Agencia Internacional de
Energías Renovables (o IRENA, por sus siglas en inglés) calcula que el 90 % de la
electricidad mundial puede, y debe, tener su origen en las energías renovables
para el año 2050.
Esta caída de los precios hace que las energías renovables sean más atractivas en
cualquier lugar, incluso en los países con rentas medias o bajas, de donde
procederá principalmente la demanda adicional de esta nueva electricidad. Con
unos costes a la baja, existe una oportunidad real de que, en los próximos años, la
mayor parte del suministro energético provenga de fuentes con bajas emisiones de
carbono.
Aunque la energía solar y la energía eólica suponen un gasto que se prevé que
permanezca más elevado en 2022 y 2023 en comparación con los niveles
anteriores a la pandemia debido a una subida general de los costes en el
transporte y los bienes de consumo, su competitividad mejora sin lugar a
dudas gracias a unas subidas más definidas en los precios del gas y el carbón, tal
como declara la Agencia Internacional de Energía (o IEA, por sus siglas en inglés).
Este coste inicial puede resultar desalentador para muchos países que carezcan
de los recursos suficientes y muchos necesitarán ayudas financieras y técnicas
para llevar a cabo la transición. Sin embargo, las inversiones en energías
renovables tendrán su compensación. Solo la reducción en contaminación y en el
impacto negativo sobre el clima podría llegar a ahorrar al mundo hasta 4,2 trillones
de USD cada año en el año 2030.
El país depende en un 72% de los hidrocarburos, lo que no guarda relación con el gran
potencial de energías renovables. Asimismo, se nota una gran vulnerabilidad por la excesiva
dependencia del gas natural y de un solo gasoducto. De otro lado, la creciente importación de
petróleo y derivados eleva la contaminación ambiental; a esto hay que añadirle la
concentración de la principal infraestructura, que favorece una economía centralizada.
Además de ello, el controvertido privilegio de la calidad de los servicios energéticos se lo lleva
la capital. El sentido de este trabajo es analizar esta problemática, para plantear un cambio
gradual en la matriz energética, ir hacia las energías limpias y lograr un crecimiento
sustentable descentralizado. Está en juego la gobernabilidad y la capacidad de enfrentar el
cambio climático: esta es la urgencia de una nueva política energética. Este esfuerzo deberá
tener un planeamiento estratégico con metas de corto, mediano y largo plazo. Al año 2015, la
población del país alcanzó los 31 millones 151 mil 643 habitantes, de los cuales 15 millones
605 mil 814 son hombres y 15 millones 545 mil 829 son mujeres. Los cinco departamentos con
más extensión territorial, Loreto, Ucayali, Madre de Dios, Puno y Cusco abarcan la mayor parte
del territorio nacional, el 55% de la superficie total del país. De estos, los tres más extensos se
ubican en la selva; región en la que, por lo inhóspito de su territorio, hay una escasa
concentración poblacional (INEI 2016). Hoy nuestro país es un país de ingreso medio, por la
actividad económica, principalmente en la costa1 , la que representa un importante
crecimiento económico a partir de la explotación de recursos naturales renovables y no
renovables como la pesca, la minería polimetálica y los hidrocarburos. Junto con la gran
riqueza en recursos minerales, se destacan los abundantes recursos energéticos renovables
como son los 1 Los minerales se encuentran básicamente en la sierra y el gas en la selva, sin
embargo, los beneficios se concentran en la costa, donde habita la mayor parte de la
población. Revista Kawsaypacha: sociedad y medio ambiente N° 1 (2017) 96 hídricos, aunque
de heterogénea distribución. Asimismo, otra característica es la gran biodiversidad del país,
que lo ubica entre los principales países megadiversos del mundo (CEPAL 2016). En el Perú no
solo se trata de debatir qué tipo de energía se usa o cuál es más económica y eficiente,
también hay grandes carencias: casi tres millones de personas no tienen acceso moderno a la
energía (INEI 2007)2 . Esto agudiza la condición de pobreza y riesgo de enfermedad, sobre
todo de las poblaciones aisladas rurales, puesto que viven grandes carencias en cuanto a la
calidad del agua, la cocción de alimentos, la limpieza personal y del hogar. Qué diferente es
saber de mínimas condiciones de calidad de vida o del desarrollo sustentable de cualquier
actividad productiva, el poder leer de noche, tener cadena de frío para preservar alimentos,
vacunas o medicamentos o una bomba de agua para un mejor aprovechamiento del vital
recurso. Con el acceso sostenible a la energía se logra obtener oportunidades que no se tenían
antes y un gradual proceso de construcción de capacidades y conocimientos que le permitan al
ciudadano o ciudadana, a la familia rural, entre otros, crecer, desarrollarse y ganar calidad de
vida, dignidad y libertad. La falta de energía, ahonda más la pobreza y cierra la posibilidad de
mejora para cualquier población. La energía es como cualquier otro bien económico. Necesita
de una administración decente, instituciones que funcionen y mercados eficientes, para que
los electrones puedan ser llevados del productor al consumidor en bases sostenibles. Sin una
fuente de energía confiable, prácticamente cualquier aspecto de la vida es afectado de forma
negativa. A fin de cuentas, la energía es, en lo mínimo, la capacidad para realizar trabajos
(Friedman 2010: 251). Si hoy existe un concepto de democracia, este tiene que ver con poder
ejercer derechos básicos, como el derecho a la salud, la alimentación, la energía y el derecho a
un ambiente sano, lo que permite superar una economía de precaria subsistencia; es decir,
lograr la infraestructura mínima para lograr desarrollo humano y producir excedentes. El rol
del Estado es crucial para elaborar una estrategia3 que permita cambiar la matriz energética y
generar oportunidades con una política energética que garantice los servicios básicos de
acceso y adecuado uso de la energía, tanto para los hogares como para fines productivos.
Como señala Friedman: 2 Dato del último censo a la fecha de la edición de este artículo. 3
Estrategia que puede ser concertada con la sociedad civil, la academia y la empresa privada,
para involucrar a todos en la retadora tarea. Energía: un cambio necesario en el Perú / Pedro
Gamio Aita 97 Hoy, más que nunca, el crecimiento económico llega junto con el interruptor. La
energía, hoy en día, libera mucho más conocimiento, estimula mucho más potencial,
proporciona mucha más protección y, como consecuencia, crea mucha más estabilidad que
antes. Por lo tanto, la pobreza energética no solo mantiene a las personas más vulnerables
envueltas en el atraso, sino que también nos priva a todos de sus contribuciones (2010: 253). A
esto le debemos sumar el contexto en el que vivimos. Una línea de base crítica señala que en
la vida diaria se encuentran evidencias —a lo largo y ancho del territorio— de una
controvertida situación ambiental, que agudiza la situación de los 7,8 millones de peruanos y
peruanas en condición de pobreza, indicador basado en nivel de ingreso4 . Son, entonces,
precisamente los pobres los más afectados por la contaminación y falta de energía limpia, los
ciudadanos que no tienen un adecuado servicio público de electricidad o agua, y solo acceden
a una forma de transporte caótica5 . Hay un fuerte vínculo entre la contaminación y la energía:
la basura que hoy contamina puede ser una fuente de generación de energía y de abono
orgánico, pero arrojada en cualquier parte significa daño serio a la salud. A esto se suman los
efectos del cambio climático, que es también una forma mayor de contaminación creada por la
actividad humana a nivel global, con el abuso del uso de los recursos energéticos de origen
fósil. Según Klaus Bosselmann, Sin embargo, para la garantía de su seguridad energética, los
Estados no deben estar focalizados sobre cualquier tipo de energía para satisfacer sus políticas
de desarrollo, sino que deben estar amparados por la sostenibilidad del uso adecuado de
energías renovables no convencionales, pues la utilización de las energías fósiles, tales como el
petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo y todos sus derivados, continuarán
contribuyendo con una mayor contaminación ambiental, ampliando aún más las
externalidades negativas del calentamiento global (2015: 25)6 . 4 Sin embargo, si se mide por
sus privaciones o muy limitado acceso a servicios, según un Estudio de la Universidad del
Pacífico, utilizando una metodología desarrollada en la Universidad de Harvard, el 39,9%
todavía es pobre; es decir, 11,9 millones de peruanos. 5 El caos del transporte genera diez
muertos por día en nuestro país. 6 Bosselmann señala también que, «La sostenibilidad es al
mismo tempo simple y compleja. Semejante a la idea de justicia. La mayoría de nosotros sabe
intuitivamente cuando alguna cosa no es ‘justa’. De la misma manera, la mayoría de nosotros
tiene plena consciencia de las cosas insostenibles: basura, combustibles fósiles, automóviles
contaminantes, alimentos no saludables y así en frente. Podemos presumir también que
muchas personas tienen Revista Kawsaypacha: sociedad y medio ambiente N° 1 (2017) 98 El
Perú enfrenta un gran desafío. Una sociedad que busca su desarrollo debe manejar con sumo
cuidado y prudencia los recursos naturales renovables y no renovables a su alcance, así como
el factor humano y los aspectos culturales y sociales vinculados con el manejo de los recursos;
este último es el caso de la presencia de pueblos originarios que forman parte relevante de
muchos espacios territoriales, precisamente donde subyacen los recursos energéticos no
renovables. Por ello resulta un imperativo plantearse la interrogante de cómo lograr el
desarrollo humano inclusivo y descentralizado desde un mejor uso de los recursos, y cómo la
energía limpia bien aprovechada nos puede permitir alcanzar gradualmente mejores
indicadores de desarrollo humano, respetando la cosmovisión de los diversos pueblos. Un
primer paso en este cometido es el planeamiento estratégico en la formulación de políticas
públicas para promover el crecimiento sustentable de las actividades económicas. En el Perú
falta articular políticas públicas sociales y económicas a favor de un ambiente sano y un
desarrollo sustentable. Dentro de esta evaluación, los temas de energía y el uso de tecnologías
renovables resultan esenciales por su importancia en la gestión del desarrollo. El país enfrenta
problemas de gobernabilidad, que guardan relación con las grandes brechas sociales y la
precaria presencia del Estado en el territorio nacional, la deficiente capacidad de gestión y la
falta de institucionalidad. Estos factores limitan la posibilidad de brindar adecuados servicios
básicos y lograr una mejor respuesta, frente a la lucha contra la pobreza. El deterioro
ambiental, las malas prácticas y la suma de pasivos ambientales, compromete a la fecha el
3,9% del Producto Bruto Interno (PBI) (Banco Mundial 2007)7 . Esto se resume principalmente
en la contaminación del agua de los pozos, ríos y mar, la contaminación del aire en exteriores e
interiores, la degradación de suelos, la deforestación, la desertificación, la acumulación de
residuos sólidos donde vive la gente. A los aspectos ambientales netamente locales, se le
suman los efectos del cambio climático, los cuales se proyectan en 4% de pérdida del PBI a
2025 (CAN 2008. Por ello, la vulnerabilidad de nuestro país frente al cambio climático y que lo
coloca entre los países más expuestos en el mundo, es un aspecto relevante que no se puede
ignorar. Los glaciares han retrocedido un 40% en los últimos treinta años, afectando nuestra
disponibilidad de una noción clara de justicia y sostenibilidad. Por ejemplo, sienten que un
mundo justo y sostenible es bastante necesario, no importa que tan distante de un ideal puede
estar» (2015: 25). 7 El estudio del Banco Mundial estimó que el costo económico de la
degradación ambiental, reducción de los recursos naturales, desastres naturales, servicios
ambientales inadecuados (tales como sanidad inadecuada) sumaban 8,2 billones de soles,
equivalentes al 3,9 por ciento del PBI interno en 2003. Energía: un cambio necesario en el Perú
/ Pedro Gamio Aita 99 agua a futuro, sobre todo en la costa, donde vive casi el 70% de
peruanos. Asimismo, los modelos de escenarios climáticos indican que el Fenómeno del Niño,
que se presentaba en promedio cada cincuenta años, podrá ser más intenso y más frecuente;
ya ahora es más concurrente. De otro lado, se ha percibido un aumento en la recurrencia de
sequías y heladas en cuencas de gran importancia por ser proveedoras de alimentos del país8 .
En el Perú, de acuerdo con las cifras del Balance Nacional de Energía, se liberan alrededor de
2.550 ton/hora de CO2 debido al consumo de energía de combustibles fósiles (Referencia). Es
importante por ello reducir vulnerabilidades, como la fuerte dependencia del petróleo, con
una creciente dependencia de la importación; pero, ¿cómo reducir el consumo de petróleo por
ser oneroso y contaminante? Aquí es donde surge la imperiosa necesidad de contar con una
política pública en materia de energías limpias y eficiencia energética que permita diversificar
y cambiar la matriz energética desarrollando capacidades propias, ganando competitividad y
productividad, aprovechando el potencial nacional existente de energías renovables,
reduciendo la huella de carbono y descentralizando la capacidad de generación con generación
distribuida. En el país, no obstante la importante penetración del gas natural, todavía tenemos
una fuerte dependencia del petróleo. Esto no guarda coherencia con nuestro potencial de
energías renovables, ni con las oportunidades de una mayor eficiencia energética y un mejor
uso del gas natural; resulta una contradicción, una muestra de ineficiencia y falta de gerencia-
país, no solo desde la perspectiva del cambio climático, la estrategia nacional de mitigación y la
sostenibilidad del modelo, sino también de la propia competitividad del país. La energía
renovable más económica en nuestro país es todavía la generación eólica, seguida por la
energía solar, que en los últimos meses ha batido récord de precios bajos en el mundo y
seguro lo hará también en el Perú; en tercer lugar, está la hidroenergía. El potencial técnico
eólico es de alrededor tres veces la potencia instalada actual, siendo sus costos de generación
competitivos con la generación térmica, incluido el gas natural. 8 La base de datos de
inventarios de desastres DESINVENTAR, tomada de registros periodísticos del período 1970-
2011, permite realizar un análisis del tipo de desastre, su periodicidad, territorialidad y nivel de
impacto. Se identifica así la concentración de desastres vinculados con el clima y eventos
concatenados, en períodos considerados notables: i) los que se relacionan con el Fenómeno El
Niño (FEN), que presenta períodos pico —1970-1973, 1981-1984, 1993-1994, 1997-1998,
2001-2004— que coinciden especialmente con una mayor precipitación; ii) los que no
presentan una correspondencia precisa con el FEN y muestran picos en otros momentos del
período: el año 1990 para el caso de sequías, 1991 y 1995 para epidemias, y 2003-2004 para
heladas. En suma, la ocurrencia de desastres desencadenados por fenómenos climatológicos
no está únicamente vinculada al FEN. Revista Kawsaypacha: sociedad y medio ambiente N° 1
(2017) 100 Otra fuente que se aprecia muy competitiva es la energía solar, la cual en Perú
tiene un potencial aprovechable de tres a cuatro veces la cantidad de toda la potencia
instalada actual. Además, tenemos tecnologías que funcionan las 24 horas del día: la
geotermia, la energía termosolar y la biomasa, donde existe gran potencial muy poco
aprovechado; aunque tienen un costo mayor, pero menor que utilizar la energía térmica a
diésel. En el Perú se dio un gran avance con la aprobación del Decreto Legislativo 1002 en
mayo de 2008, el marco promotor de las energías renovables no convencionales más completo
de la región. Al decir de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas
en inglés), «En América Latina se han identificado diseños de políticas innovadoras, en
particular los que combinan las subastas con otros mecanismos de regulación» (IRENA 2015:
8). El problema hoy es que estamos avanzando muy lentamente; otros países de la región nos
han superado, sin tener necesariamente un marco tan promotor. Según sostiene la Agencia
Internacional de Energía (AIE), en 2050 la energía más importante será la energía solar. Se
necesita decisión política y mejor gerencia-país, visión de lo que cuesta o costará no tomar
determinadas decisiones. El Perú puede lograr una matriz desconcentrada, más diversa y
competitiva, y con menor huella de carbono. Hagamos el cambio, busquemos la resiliencia. Las
siguientes generaciones lo esperan de nosotros. Antes de analizar el marco regulatorio vamos
a identificar el potencial de energías renovables y cómo se viene aprovechando.