Aparato Reproductor Masculino
Aparato Reproductor Masculino
Aparato Reproductor Masculino
Cuando se habla del aparato reproductor masculino, se hace alusión al conjunto de órganos
internos y externos, así como conductos entre ellos, que le permiten al hombre tener relaciones
sexuales y eventualmente reproducirse con una mujer.
El aparato reproductor masculino nace junto al individuo pero inicia sus funciones hormonales
y mecánicas a partir de la pubertad, etapa de la adolescencia en que el ser humano madura
sexualmente y su cuerpo se dispone para la reproducción. Los hombres fértiles lo serán durante
toda su vida, pero su capacidad de interacción sexual está limitada a la posibilidad de la
erección, la cual disminuye o se pierde durante la llamada tercera edad (vejez).
la función biológica primordial del aparato reproductor masculino es la reproducción. Esto pasa por
diversas etapas que involucran a distintos órganos, en la medida en que se segregan las hormonas
sexuales que activan el proceso y predisponen el organismo para la reproducción.
Testículos. El principal órgano del sistema, se encarga de producir tanto las hormonas
sexuales masculinas (testosterona, principalmente) como los espermatozoides (células
reproductivas). Se encuentra alojado en el escroto, una envoltura de tejidos y de piel que los
recubre y protege.
Pene. Es el órgano copulador del sistema, formado por tres instancias: el glande, que es la
punta y la región más sensible; el cuerpo esponjoso, tejido del que forma parte el glande y
que sostiene la uretra durante la erección para permitir el paso del semen; y los cuerpos
cavernosos, ubicados en la parte superior del pene, los cuales se llenan de sangre y proveen
de dureza y firmeza al pene erecto. Está normalmente cubierto por el prepucio, una capa de
piel que forma parte del escroto. También sirve al aparato excretor para expulsar la orina del
cuerpo.
Epidídimo. Se encuentra en la reunión de los conductos seminíferos, y se encarga de la
maduración y activación de los espermatozoides.
Conductos deferentes. Conectan el epidídimo con los conductos eyaculatorios, permitiendo
la salida del semen.
Fimosis. Se trata de una estrechez congénita del prepucio, que no permite al pene emerger
libremente y suele ocasionar dolor e incomodidad durante las relaciones sexuales. Suele
subsanarse mediante la circuncisión.
Cáncer. Las malformaciones tumorosas suelen aquejar particularmente a la próstata y a los
testículos.
Infecciones venéreas. Tales como el herpes, virus del papiloma humano, la sífilis,
gonorrea, SIDA y otras más, algunas de las cuales producen síntomas locales reconocibles,
como pústulas, supuración purulenta o dificultades para orinar.
Prostatitis. El agrandamiento de la próstata suele ser producto de infecciones bacterianas,
pero también un indicador de dolencias más profundas como la Hiperplasia Prostática
Benigna o cáncer.
Las enfermedades del aparato reproductor masculino pueden aparecer en los órganos
externos (escroto, testículos y pene) y en los órganos internos que son los conductos
deferentes, la uretra, las vesículas seminales, la próstata y las glándulas de Cowper.
Cáncer de Próstata
El pene está formado por varios tipos de tejidos, el tipo de cáncer depende del tipo de
célula donde se desarrolla. El más común de
ellos es el cáncer de células escamosas, que
representa el 90% de los cánceres de este tipo.
El cáncer de células escamosas puede
desarrollarse en cualquier parte del pene pero
es más común en el glande o en el prepucio.
Este tipo de cáncer crece lentamente aunque ocasionalmente puede hacerlo deprisa. Los
tumores se presentan como pequeños nódulos o úlceras que pueden variar de tamaño.
Los adenocarcinomas que se originan en las células glandulares representan el 5% de los
casos. Otros tipos aún menos frecuentes son los melanomas y los cánceres de las células
basales.
Cáncer de Testículo
Prácticamente todos los cánceres de testículo comienzan en las células germinativas. Los
dos tipos principales de tumores de células germinales testiculares son los seminomas y
los no seminomas. Los no seminomas tienden a crecer y diseminarse más rápidamente
que los seminomas. Los seminomas son más sensibles a la radiación.