Qué Es El Estrés
Qué Es El Estrés
Qué Es El Estrés
El estrés es la respuesta física o mental a una causa externa, como tener muchas
tareas o padecer una enfermedad. Un estresor o factor estresante puede ser algo
que ocurre una sola vez o a corto plazo, o puede suceder repetidamente durante
mucho tiempo.
La vida puede ser estresante. Puedes sentirte estresado por tu rendimiento en la
escuela, eventos traumáticos (como una pandemia, una catástrofe natural o un
acto de violencia), o bien, un cambio importante en tu vida. Todas las personas se
sienten estresadas de vez en cuando.
Se puede definir el estrés como un estado de preocupación o tensión mental
generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de
estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros
estímulos. Es la forma en que reaccionamos el estrés lo que marca el modo en
que afecta a nuestro bienestar.
El estrés puede definirse como un conjunto de reacciones fisiológicas que se
presentan cuando una persona sufre un estado de tensión nerviosa, producto de
diversas situaciones en el ámbito laboral o personal: exceso de trabajo, ansiedad,
situaciones traumáticas que se hayan vivido, etc.
La mayoría de las veces, las cosas que nos causan estrés no son peligrosas en sí
mismas. Suelen ser presiones de la vida diaria, como:
Un horario muy ajetreado. Te puedes estresar porque tienes que estudiar
para un examen, acabar de leer un documento, hacer los deberes o acudir
a todas tus actividades extraescolares.
Un acontecimiento importante. Cosas como hacer una presentación en
clase, un solo en un concierto o sacarte el carnet de conducir te pueden
poner nervioso.
Comunicarte. Te puede estresar no saber cómo expresarte mientras te
comunicas. Puedes haber tenido un malentendido con un buen amigo o
preguntarte cómo pedirle a una persona que te gusta que te acompañe a
una fiesta.
Cuando tienes más estrés del habitual, es posible que tu cuerpo reaccione cómo
reaccionaría ante una amenaza física. Y lo hace fabricando las hormonas del
estrés, como el cortisol. Por eso, en los momentos de estrés emocional, puedes
sentir que tienes mariposas en el estómago. Se te acelera el corazón y tu
respiración es más superficial. Puedes notar que tiemblas, que sudas mucho más
que de costumbre o que quieres moverte de un lado a otro. Te puede sentir
inquieto, tenso, nervios o ansioso.
Seamos realistas: la vida puede ser estresante a veces. Y no son solo las cosas
importantes las que causan estrés. El horario ajetreado de cada día, las demandas
de los demás y las presiones también pueden causar estrés.
Cuando estás estresado, tu cuerpo responde fabricando unas hormonas que te
proporcionan más energía, más concentración y más fuerza. Esto se conoce
como respuesta de lucha o huida.
A veces, una pequeña oleada de estrés puede ser algo positivo. Puede ayudar a
rendir cuando estás bajo presión, a llegar a tiempo o a cumplir una fecha de
entrega. Este tipo de estrés te puede alertar sobre un problema que tienes que
resolver. Te puede motivar para alcanzar tus metas. Te puede empujar a estudiar,
planificar las cosas y prepararte.
No puedes evitar el estrés. Pero te puedes crear la meta de mantener bajo tu nivel
de estrés cotidiano. Cuando te estresas menos por las pequeñas cosas de cada
día, te sientes más capaz de afrontar los retos importantes que te podrías
encontrar más adelante.
5. Usa la energía positiva del estrés. No pospongas las tareas hasta el último
minuto. Eso es demasiado estresante. Y es difícil hacerlo lo mejor posible cuando
se va con prisas. En vez de eso, deja que el estrés te motive a hacer bien las
cosas. Si te han puesto una fecha de entrega, date un empujoncito mental y lo
conseguirás. Dite: "De acuerdo, lo tengo que cumplir. Estoy en ello." Luego
lánzate y empieza.
6. Afronta los problemas cuando surjan. No ignores los problemas de cada día,
pero tampoco te estreses por resolverlos. En vez de eso, averigua cómo
gestionarlos. Si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda y consejo a otras personas.
Para evitar ir de bólido por la mañana, sigue un horario regular para acostarte por
la noche y levantarte por la mañana. Apaga todas las pantallas bastante antes de
la hora de acostarte por la noche. Y relájate antes de acostarte con actividades
tranquilas.
9. Haz ejercicio físico cada día. El estrés se esfuma cuando entrenas, haces
deporte o bailas tu música favorita. El ejercicio físico hace mucho más que
mantenerte en forma. Es una manera de gestionar el estrés, reducir la ansiedad y
la depresión y mejorar el estado de ánimo.
“Esto puede deberse a cómo nos comportamos, vicios o hábitos en los cuales no
tenemos control”, dijo la experta.
Podemos generarnos estrés por los estilos de vida que llevamos al:
Dormir poco.
Trabajar con poco descanso o distracción.
Lesiones físicas.
Dolor sin tratamiento.
Enfermedades cortas o crónicas.
Asma o con hábitos inadecuados de respiración.
Cafeína.
Sal.
Azúcar.
Nicotina.
Alcohol.
Medicamentos.
Chocolate.
Con estos datos, la doctora recomienda, para regular el estrés, conocer nuestros
hábitos y cambiarlos, muchas veces el cómo iniciamos el día es uno de los
factores determinantes del comportamiento que se tendrá a lo largo del mismo.
Por ello, es bueno hacer antes, durante y después de llegar a casa lo siguiente:
b) Estímulos Internos: son propios del organismo, por ejemplo, un dolor, una
enfermedad, sentimientos de inferioridad, problemas sociológicos y otros.