Operacion de Centrales de Ciclo Combinado r2
Operacion de Centrales de Ciclo Combinado r2
Operacion de Centrales de Ciclo Combinado r2
CENTRALES DE
CICLO COMBINADO
Santiago García Garrido
(Esta monografía es un capítulo del libro
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE
CENTRALES DE CICLO COMBINADO)
Colección: Monografías
Serie: ENERGÍA /MEDIOAMBIENTE
Esta monografía está formada por un capítulo del libro:
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE
CENTRALES DE CICLO COMBINADO
Santiago García Garrido
(Obra completa publicada por Ediciones Díaz de Santos). Puede
ocurrir que en el texto de esta monografía se haga referencia o
citen otras páginas que correspondan a otros capítulos de la obra
completa, esto sería normal al haberse respetado la paginación
original.
www.diazdesantos.com.es
[email protected]
ISBN 978-84-9969-221-0
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Operación de centrales
de ciclo combinado
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60 OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE CENTRALES DE CICLO COMBINADO
Frente a ellas, las centrales térmicas de ciclo combinado tienen una mejor
adaptación a las necesidades variables del mercado energético. Varían su carga
con rapidez, el mínimo técnico al que es posible operar la central de forma esta-
ble es bajo y el periodo de arranque y parada es corto (entre 3 y 6 horas para el
arranque, y alrededor de una hora para la parada). En esas condiciones, es posible
subir carga durante las horas punta, las horas de mayor demanda energética, y ba-
jar carga hasta su mínimo técnico durante las horas valle, incluso parar la central
diariamente durante esos periodos con bajas necesidades energéticas en la red.
En cuanto al segundo, a medio y largo plazo tiene una gran trascendencia, pues
afecta a la futura disponibilidad de la central. Las diferentes maniobras y tareas
bajo la responsabilidad de operaciones pueden realizarse de forma que el impacto
sobre los diferentes sistemas de la planta sean mínimos, o pueden realizarse de
forma poco segura para las instalaciones. Esto se puede traducir en roturas, ave-
rías o eventos que se manifiesten de forma inmediata o de desgastes acelerados de
la instalación. Una buena operación debe tener en cuenta cómo afecta a la planta
cada acción que ejecuta operaciones, y debe diseñar la realización de estas accio-
nes provocando el mínimo impacto posible. Debe tener en cuenta, por ejemplo, el
estrés térmico o mecánico de cada maniobra, buscando formas eficientes de reali-
zarlas con el mínimo estrés posible, cruzar con rapidez las velocidades críticas de
los distintos elementos rotativos, operar correctamente los drenajes, etc.
Por último, tanto el cumplimiento del programa de carga como el mínimo im-
pacto para la instalación deben realizarse con el mínimo coste posible. Como
ejemplo, consideremos el proceso de arranque. Los rendimientos a bajas cargas
son notablemente inferiores que a cargas superiores. Por ello, no puede demorarse
el proceso a cargas bajas por causas imputables a la operación, como un mal se-
guimiento del procedimiento de arranque, márgenes de seguridad excesivos, etc.
El eje de la turbina de gas, o el eje común en caso de ser una central de eje
único, deben rotar a giro lento (menos de 1 rpm) durante varias horas. Esto se
realiza para evitar que por efecto del peso del eje o de la temperatura éste se haya
deformado, arqueándose, lo que puede producir desequilibrios y aumento de vi-
braciones, o incluso, el bloqueo del propio eje.
El operador debe seleccionar el tipo de arranque deseado, que como veremos más
adelante, depende de la temperatura del eje de la turbina de vapor y de las condicio-
nes de presión y temperatura de la caldera y del ciclo agua-vapor, fundamentalmente.
Lógicamente, hay una relación entre el tiempo transcurrido entre la parada y esas
temperaturas y presiones.
El proceso de arranque propiamente dicho se inicia cuando el operador se-
lecciona la opción ‘arranque’ en el sistema de control. Lo habitual en este tipo
de centrales es que se disponga de un sistema de control distribuido, y que una
unidad central (también llamada secuenciador) coordine las acciones que se van
realizando en los diferentes sistemas durante el arranque. Teóricamente, sin más
intervención manual que la de selección de la opción ‘arranque’ las modernas
centrales de ciclo combinado deberían completar todo el proceso. Pero la expe-
riencia demuestra que la intervención manual del operador de la central acelera
el proceso, resuelve problemas que van surgiendo sobre la marcha y hace que el
número de ‘arranques fallidos’ descienda.
En una primera etapa, como hemos dicho, el sistema comprobará que se dan
todas las condiciones necesarias para el arranque. Una vez comprobadas, se ini-
cia la aceleración de la turbina de gas. El generador funciona en esta fase como
motor, que se alimenta de la propia red eléctrica. Para conseguir un arranque
suave, se utiliza un variador de frecuencia, que va controlando la velocidad del
generador en cada momento de forma muy precisa.
Se hace en primer lugar un barrido de gases, para asegurar que no hay ninguna
bolsa de gas en el interior de la turbina. La turbina gira durante este barrido a unas
500 r.p.m. durante 5-10 minutos. Una vez acabado el barrido, la turbina va aumen-
tando su velocidad. Atraviesa varias velocidades críticas, en las que el nivel de
vibraciones en los cojinetes aumenta considerablemente. En esas velocidades crí-
ticas el gradiente de aceleración se aumenta para reducir el tiempo de estancia.
A una velocidad determinada (generalmente por encima del 50% de la veloci-
dad nominal, que es de 3.000 r.p.m. para Europa y Asia, y 3.600 para América),
comienza a entrar gas a los quemadores y una bujía o ignitor hace que comience la
ignición en cada uno de los quemadores. La cámara de combustión está equipada
con varios detectores de llama, y si no se detecta ignición pasados algunos segun-
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T5
Potencia
T3
T4
T2
T1
Tiempo
Los factores que diferencian los diferentes tipos de arranque son los si-
guientes:
Arranques superfríos
A estas condiciones suele llegarse después de largos tiempos de parada, como los
correspondientes a una gran revisión. Este tiempo es generalmente superior a dos
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semanas. Los arranques superfríos son los que más tiempo requieren para completar
el proceso, fundamentalmente por:
— Alto T1. La turbina de gas estará muy fría, los gradientes de subida de
temperatura serán bajos para que se produzca un calentamiento uniforme
y gradual en las cámaras de combustión y en los elementos internos en la
caldera.
— Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén opera-
tivos será igual a la de los demás arranques.
— Alto T3. Después de una parada larga y dependiendo del tipo de conser-
vación de la caldera, se introducirá una gran cantidad de agua “nueva”
a la caldera, la cual traerá mucho oxígeno disuelto y a la que habrá que
dosificar grandes cantidades de sustancias para regular el pH. Esto im-
plica una alta conductividad que habrá que ir reduciendo lentamente.
— Alto T4 al estar la turbina de vapor fría, esta se deberá ir calentando de
una manera uniforme y gradual para evitar estrés térmico y mecánico en
sus diferentes elementos.
— Alto T5. La velocidad de este proceso está limitada por el estrés térmico
de la turbina de vapor.
Arranques fríos
Las condiciones que tiene la central justo antes del arranque son parecidas a
las de arranque superfrío, con la diferencia de que la turbina de vapor no se en-
cuentra a temperatura ambiente, sino a una temperatura superior (entre 25-50%
de la temperatura en funcionamiento normal.
Por tanto, las condiciones presentes en el momento del arranque pueden re-
sumirse así:
Estas condiciones suelen alcanzarse tras 4-5 días de parada. Los arranques
fríos requieren menos tiempo que los anteriores, ya que el estrés de la turbina de
vapor será menor. Por tanto, para este tipo de arranques tendremos:
— Alto T1.
— Sin influencia en T2.
— Alto T3.
— T4 medio, al tener cierta temperatura la turbina de vapor.
— T5 medio, por la misma razón.
Arranques templados
— T1 medio.
— Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén opera-
tivos será igual a la de los demás arranques.
— T3 medio. Hasta conseguir el valor de conductividad adecuado no se
tardará mucho tiempo, aunque habrá que esperar, pues se habrá tenido
que adicionar algo de agua desmineralizada.
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Arranques calientes
Este tipo de arranque es el propio tras una parada de un día, incluso unas
horas. Las turbina de gas y de vapor están a una temperatura superior al 75% de
la nominal, y la caldera está presurizada y caliente. La distribución de tiempos
en el arranque será la siguiente:
— T1 bajo.
— Sin influencia en T2. La potencia de espera a que los by-pass estén opera-
tivos será igual a la de los demás arranques.
— T3 medio,, hasta conseguir el valor de conductividad adecuado, pues aun-
que no se haya adicionado agua puede haber entrado aire en el sistema
(sobre todo por el condensador, al perder el vacío).
— T4 medio. La rampa de subida estará poco condicionada por el estrés de
la turbina de vapor.
— T5 medio, por las mismas razones que en la fase anterior.
Rearranques
Con ello, los tiempos de las diversas etapas del proceso de arranque pueden
resumirse así:
• Vibraciones.
Hemos visto que durante el arranque la turbina atraviesa varias velocidades
críticas. La velocidad crítica de un eje es la velocidad de giro a la cual se produ-
cen las mayores deformaciones del eje, o lo que es lo mismo, las mayores vibra-
ciones en los apoyos. La velocidad crítica tiene mucho que ver con la frecuencia
natural, pero no son lo mismo, aunque en muchos casos la diferencia es peque-
ña. La frecuencia natural tiene que ver con las vibraciones que se producen en
el eje sin girar. En la velocidad crítica intervienen otros factores (como el efecto
giroscópico), que no se presentan en las vibraciones de eje que no gira, y que
hacen que su valor pueda ser muy diferente al de la frecuencia natural.
70 OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE CENTRALES DE CICLO COMBINADO
En cada una de estas velocidades críticas, como hemos visto, el nivel de vi-
braciones en los cojinetes de apoyo de la turbina de gas aumenta considerable-
mente. Si la turbina tiene algún problema, al atravesar las velocidades críticas
el nivel de vibraciones estará por encima del punto de disparo de la turbina, y el
arranque se abortará por seguridad.
Un alto nivel de vibraciones suele estar provocado principalmente por:
Al ser las vibraciones durante un arranque mayores que las que se dan en
una operación normal, muchas turbinas disponen de una función que eleva el
máximo nivel permitido de vibraciones durante los procesos de arranque. Esta
función suele desactivarse automáticamente al alcanzarse las 3.000 r.p.m.
• Fallo de llama.
Cuando el gas comienza a entrar en los quemadores de la turbina, se dispone
de un tiempo muy corto para que los detectores de llama capten que efectiva-
mente hay combustión en los quemadores. Si transcurridos unos segundos algu-
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Podríamos definir el mínimo técnico como la carga más baja a la que es posi-
ble operar una central de forma estable. Dicho de otra forma, es la menor carga
a la que podemos situar una central de forma que pudiera estar funcionando en
ese punto de forma indefinida.
Lo que determina el mínimo técnico al que puede funcionar una central de
ciclo combinado es el ciclo agua-vapor. Podemos bajar carga progresivamente,
estabilizando la situación para comprobar que se puede mantener indefinida-
mente ese nivel de carga, pero hay un punto por debajo del cual el ciclo se
desestabiliza, bien por acumulación de calor en algún punto del ciclo o bien por
pérdida de nivel de agua en algún otro. La determinación de ese punto crítico
por debajo del cual no es posible mantener la carga de la central de forma estable
suele hacerse de forma empírica, por el método prueba-error. Se fija una potencia,
y se mantiene durante un tiempo. Si el ciclo agua-vapor es estable y es posible
mantenerlo en un punto determinado durante 1-2 horas, se baja la carga y se prueba
de nuevo. Normalmente este mínimo técnico está situado entre el 25 y el 50% de
la carga máxima.
Un problema que plantea el funcionamiento a mínimo técnico es la disminu-
ción del rendimiento. Trabajando a esta carga es necesario consumir más combus-
tible por cada kw-h neto generado. Las razones son fundamentalmente dos. Por
un lado, el consumo de elementos auxiliares (motores, bombas, ventiladores, etc.)
es casi constante, independientemente de la energía que se esté generando, por lo
que a bajas cargas el consumo de auxiliares es proporcialmente mayor. Por otro,
los procesos de combustión y el ciclo agua-vapor están calculados para obtener su
máximo rendimiento a plena potencia, por lo que al desviarse de esas condiciones
óptimas el consumo de combustible aumenta.
OPERACIÓN DE CENTRALES DE CICLO COMBINADO 73
— Turbina de gas. La planta opera más tiempo con gas frío, por lo que
aumenta el riesgo de condensación de agua por gas frío. Se produce
un estrés térmico en rotor, carcasa, aislamiento interno y cámaras de
combustión. Como los arranques y paradas son continuas, las fuerzas
cíclicas aceleran la fatiga de materiales. Otros efectos negativos son
que: puede llegar a necesitarse más personal y que el rendimiento de la
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— Etapa 6: Parada por inercia de la turbina de gas, desde 3.000 rpm hasta 0.
— Etapa 7: Puesta en marcha del virador, para garantizar un giro mínimo
del eje de la turbina que evite deformaciones en el eje.
En una parada controlada el desgaste adicional que sufre la central es muy
reducido, pues el estrés térmico y mecánico de los elementos rotativos está
muy controlado, y el estrés térmico de la caldera y ciclo agua-vapor se puede
minimizar.
Los sistemas más afectados por una parada de emergencia son la caldera y
el ciclo agua-vapor. Las presiones bajan bruscamente, el ciclo se desequilibra,
se producen alteraciones en los niveles de calderines, y las atemperaciones se
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ISBN 978-84-9969-221-0