Exp. Tarija 274-2023 Corregido LIMPIO

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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CONTENCIOSA, CONTENCIOSA ADMINISTRATIVA,


SOCIAL Y ADMINISTRATIVA
SEGUNDA

Auto Supremo Nº 261/2023


Sucre, 31 de julio de 2023

DATOS DEL PROCESO Y DE LAS PARTES


EXPEDIENTE : 274/2023
DEMANDANTE : Gobierno Autónomo Municipal de Yacuiba
DEMANDADO : Dolly Soruco Velásquez y Carlos Eduardo
..Bru Cavero
PROCESO : Coactivo Fiscal
DISTRITO : Tarija
RELATORA : Mgda. María Cristina Díaz Sosa

I. VISTOS: El Recurso de Casación de fs. 841 a 848 vta., deducido


por Dolly Soruco Velásquez y Carlos Eduardo Bru Cavero,
impugnando el Auto de Vista Nº 02/2023 de 27 de enero,
pronunciado por la Sala Social, Seguridad Social, Administrativa,
Contenciosa y Contenciosa Administrativa Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Tarija, cursante de fs. 832 a 837,
dentro del proceso Coactivo Fiscal, seguido por el Gobierno
Autónomo Municipal de Yacuiba contra los recurrentes, el Auto
interlocutorio 93/2023 de 17 de abril de fs. 852, que concedió el
recurso, el Auto Supremo Nº 274/2023-A de 12 de mayo de 2023,
que admitió el recurso, cursante a fs. 860 y vta. y los antecedentes
del proceso.

II.ANTECEDENTES PROCESALES
Sentencia
Tramitado el proceso Coactivo Fiscal, la Juez Primero de Partido del
Trabajo, Seguridad Social, Administrativo, Coactivo Fiscal y
Tributario de la Capital del Tribunal Departamental de Justicia de
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Tarija, emitió la Sentencia Nº 08/2021 de 30 de noviembre,
declarando PROBADA en todas sus partes la demanda,
manteniendo firme la nota de cargo Nº 10/2015.
Auto de Vista
En grado de apelación, por Auto de Vista Nº 02/2023 de 27 de
enero (fs. 832 a 837), la Sala Social, Seguridad Social,
Administrativa, Contenciosa y Contenciosa Administrativa Primera
del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, CONFIRMÓ
totalmente la Sentencia Nº 08/2021 de 30 de noviembre.

III. ARGUMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN


Contra el referido Auto de Vista, la parte demandada, interpuso el
Recurso de Casación en el fondo de fs. 841 a 847 vta., en el que
expresó lo siguiente:

Acusa que el Tribunal de Alzada a momento de pronunciar el Auto


de Vista impugnado omitió valorar en su verdadera dimensión del
argumento de régimen autonómico y ejecución de gastos en
competencias municipales; toda vez que, no se consideró la
inexistencia de un instrumento normativo sobre el uso de recursos
provenientes de la Ley Nº 1551 y que la norma marco en aquel
entonces era la Ley 2028 de municipalidades; asimismo, señala que
no se hubiese demostrado el perjuicio económico ocasionado a la
entidad y lo más importante que el uso de recursos haya sido
realizado fuera de la misión institucional del Gobierno Autónomo
Municipal de Yacuiba.
Denuncia que el Tribunal de Alzada no realiza ninguna valoración
sobre los alcances de los Arts. 14 y 27 inc. c) de la Ley 1178y
tampoco el 35 de las Normas Básicas de Contabilidad Integrada,
pese a que estos arts. fueron expuestos como fundamentación
jurídica del recurso de apelación por los agravios sufridos por la
Sentencia emitida por la Juez de primera instancia, teniendo como

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resultado la omisión de incluir a otras personas como responsables
del supuesto daño económico.
Concluye su memorial recursivo, solicitando se case el Auto de vista
02/2023 y declare improbada la demanda Coactiva Fiscal incoada
por el Gobierno Autónomo Municipal de Yacuiba.

IV. CONTESTACIÓN AL RECURSO DE CASACIÓN.


En relación a la contestación del recurso de casación en el fondo
planteado, es posible advertir que el mismo fue corrido en traslado y
no fue contestado por el Gobierno Autónomo Municipal de Yacuiba.

V. FUNDAMENTOS LEGALES, DOCTRINALES Y


JURISPRUDENCIALES APLICABLES AL CASO CONCRETO

El recurso de casación puede ser formulado en la forma, como en el


fondo; el primero tiene como objetivo, la nulidad de la resolución
recurrida o del proceso mismo, cuando se considera se hubiesen
violado formas esenciales del proceso, sancionadas con nulidad por
Ley y/o conlleven afectación del debido proceso, por errores de
procedimiento; por otro lado, el recurso de casación en el fondo,
busca cambiar la decisión asumida en la resolución recurrida,
cuando se considere que los Jueces o Tribunales de instancia, a
tiempo de emitir sus resoluciones hubiesen incurrido en errores de
juzgamiento, pretendiendo una modificación del Auto de Vista
cuestionado, ante una errónea aplicación, mala interpretación o
violación de la normativa sustantiva. Tanto el recurso en la forma o
en el fondo, tienen sus propias características que generan efectos
diferentes; por lo que, en la interposición del recurso, está obligado
quien recurre, a precisar tanto fáctica como jurídicamente, los
argumentos que hacen a la interposición de su recurso de casación
de fondo; por una parte, y los argumentos respecto al recurso de
casación de forma, por otra; diferencias que tienen incidencia en la
forma de resolución y los efectos que producen.

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Entendido esto, se pasa a considerar los reclamos efectuados en el
recurso, asumiendo que el recurrente formuló recurso de casación en
el fondo; sin embargo, las acusaciones a dos infracciones,
merecerían la nulidad de obrados; pues consideró, por una parte,
que existe interpretación errónea de la ley de los arts. 14, 27 inc. c),
31 inc. c) de la Ley N° 1178, arts. 178.I. y 180 CPE, en cuanto a la
seguridad jurídica y al principio de verdad material, por omitir
incluir a otras personas como responsables por el supuesto daño
económico, que el tribunal de alzada no efectuó ninguna valoración
jurídica sobre los alcances del art. 14 (control interno previo) y art.
27 inciso c) (rendición de cuentas), ambos de la Ley No. 1178, y
tampoco del Art. 35 de las Normas Básicas de Contabilidad
Integrada, pese a que estos artículos fueron expuestos como
fundamentación jurídica en el recurso de apelación.

Por otra parte, alego vulneración al derecho a la defensa y el debido


proceso., toda vez que en el recurso de apelación se acusó la falta
de valoración en su verdadera dimensión del argumento de Régimen
Autonómico y ejecución de gastos en competencias municipales, que
el Tribunal de Alzada, solo se limitó, a referir, que los gastos no se
enmarcan las competencias de la Ley N°. 2028 ni en el Ley N° 1551
de Participación Popular, sin análisis, cuando se identificó al art.
8.I.18 de la Ley N° 2028, para demostrar que son relativos al de
apoyo a actividades culturales y artísticos, tampoco consideró Auto
Supremo N° 182 de 17 de junio de 2005, sobre la responsabilidad
civil, ni se demostró la existencia de perjuicio económico cierto, que
el uso de recursos haya sido realizado fuera de la misión
institucional del municipio de Yacuiba, limitándose en señalar que
existiría una simple adecuación al art. 25 del D.S. No. 21364,
empero sin ninguna justificación, por lo que, la normativa
interpretada erróneamente e indebidamente aplicada, por falta de

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análisis y valoración serian el art. 8.I. 18 de la Ley 2028, art.
200.II.,178.I. y 180 de la CPE, así como el art. 31 de la Ley N° 1178.

Expuesto de esta manera, corresponde a este Tribunal debe realizar


un análisis y estudio del recurso de casación, conforme fue
planteado en su memorial; puesto que su contenido, expresa la
voluntad del impetrante, que delimita el deber de congruencia del
Juzgador o Tribunal colegiado que analiza la pretensión del
justiciable.

1. Sobre el proceso coactivo fiscal

La Ley 1178 de 20 de julio de 1990, más conocida como Ley Safco,


regula los sistemas de administración y control gubernamental y su
relación con los sistemas nacionales de planificación e inversión
pública; estableciendo en su Capítulo V, el régimen de
responsabilidad por la función pública, aplicable a los servidores
públicos, quienes responden por los resultados emergentes del
desempeño de sus funciones, deberes y atribuciones.

La responsabilidad civil, regulada por el art. 50 del Reglamento de


la Responsabilidad por la Función Pública, aprobado por el DS
23318-A de 3 de noviembre de 1992, establece que, será
determinada por Juez competente; implicando que, el ente
encargado del control externo, quien tiene la función de determinar
indicios de responsabilidad civil, no es quien determina la existencia
definitiva de responsabilidad civil.

Al respecto, el art. 47 de la Ley Safco, crea la jurisdicción coactiva


fiscal para el conocimiento de todas las demandas que se
interpongan por actos de los servidores públicos, referidos a los
distintos hechos de los entes de derecho público o de las personas
naturales o jurídicas privadas, que hayan suscrito contratos
administrativos con el Estado, por los cuales se determinen
responsabilidades civiles definidas en el art. 31 de la indicada Ley;
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concluyéndose en consecuencia, que los actos de la Contraloría
General del Estado (CGE) se encuentran sometidos al control
jurisdiccional, concretamente, a la Autoridad Jurisdiccional en
materia coactiva fiscal, que se constituye en Juez natural y
competente.

Bajo este razonamiento, el art. 31 del Reglamento para el Ejercicio


de las Atribuciones de la Contraloría General del Estado, aprobado
por el DS 23215 de 22 de julio de 1992, establece que, la CGE tiene
atribución expresa para ejercer el control externo posterior de las
entidades públicas y de aquellas que tenga participación o interés
económico el Estado, cuyos resultados constarán en informes que
deben ser respaldados en papeles de trabajo; concordante con el
art. 217 de la CPE. En caso que dichos informes de auditoría
incluyan hallazgos que puedan originar un dictamen de
responsabilidad, serán sometidos a un procedimiento de aclaración,
previa notificación a los involucrados, quienes tienen el plazo de
diez días hábiles o más, para: a) solicitar por escrito una reunión de
explicación sobre asuntos específicos; y, b) para presentar
aclaraciones y justificativos, en base a los cuales, se elaborará un
informe complementario que ratifica o modifica el informe original.
De ratificarse los hallazgos o indicios de responsabilidad civil, los
informes serán aprobados por el Contralor General del Estado a
través del Dictamen de Responsabilidad Civil (art. 51 del
Reglamento de la Responsabilidad por la Función Pública); debiendo
contener: 1. La relación de los hechos, actos u omisiones que
supuestamente causaron daño económico al Estado; 2.
Fundamentación legal; 3. Cuantificación del posible daño; y. 4.
Identificación del presunto o presuntos responsables.

Por previsión expresa del art. 43.a) de la Ley Safco, concordante con
el art. 51 del DS 23318-A; el dictamen, los informes de auditoría y
los documentos que los sustentan, tienen el valor de prueba
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preconstituida para la acción administrativa, ejecutiva y civil a que
hubiere lugar; disposición concordante con el art. 3 de la LPCF, que
reconoce como instrumentos con fuerza coactiva suficiente para
promover la demanda coactiva fiscal correspondiente. Pese a la
calidad que ostenten los documentos señalados supra, no gozan de
la calidad de cosa juzgada, toda vez que, pueden ser desvirtuados
total o parcialmente por el conjunto de pruebas o justificativos
presentados por el coactivado, en mérito a que, únicamente
acreditan cargos de presunto daño civil al Estado por
responsabilidad civil que debe ser resarcido, las que previa
apreciación por el Juez coactivo, emitirá la Resolución
Administrativa que corresponda (art. 16 de la LPCF).

En ese orden de cosas, el art. 17 de la LPCF establece que, el pliego


de cargo, será emitido por el Juez coactivo, una vez vencidos los
términos previstos en los arts. 11 y 14 de la citada Ley, y con la
presentación o no de los descargos o justificativos, se le otorgará el
plazo de 5 días para que pague la obligación bajo conminatoria de
apremio (derogado por la Ley 1602 de Abolición de Prisión y
Apremio Corporal por Obligaciones Patrimoniales, de 15 de
diciembre de 1994.

A manera de conclusión debemos puntualizar que el proceso


coactivo fiscal por su carácter especial y su naturaleza de ejecución,
tiene un trámite regido por una norma especial de aplicación
preferente, nos referimos a la Ley de Procedimiento Coactivo Fiscal
de 29 de septiembre de 1977, que establece que los procesos
coactivos fiscales difieren de los procesos de conocimiento, porque
no prevé la contestación, sino, solo la oposición de excepciones (art.
8 de la LPCF); concluyendo que el proceso coactivo fiscal, es un
proceso que se activa cuando existe un daño económico al Estado,
cuantificable en dinero, que recae en responsabilidad civil al
funcionario que ocasionó dicho daño económico.
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Finalmente, conforme a lo previsto en el art. 3 de la LPCF:
“Constituyen instrumentos con fuerza coactiva suficiente para
promover la acción coactiva fiscal: 1. Los informes de auditoría
emitidos por la Contraloría General de la República aprobados por el
Contralor General, emergentes del control financiero administrativo
que establezcan cargos de sumas líquidas y exigibles. 2. Los
informes de auditoría interna, procesos o sumarios administrativos
organizados de acuerdo a su régimen interno, igualmente
aprobados y que establezcan sumas líquidas y exigibles”.

2. Sobre la responsabilidad civil

El art. 31 de la Ley 1178 de Administración y Control


Gubernamentales de 20 de julio de 1990, dispone: “La
responsabilidad es civil cuando la acción u omisión del servidor
público o de las personas naturales o jurídicas cause daño al
Estado valuable en dinero. Su determinación se sujetará a los
siguientes preceptos:

a. Será civilmente corresponsable el superior jerárquico que hubiere


autorizado el uso indebido de bienes, servicios y recursos del
Estado o cuando dicho uso fuere posibilitado por las deficiencias de
los sistemas de administración y control interno factibles de ser
implantados en la entidad.

b. Incurrirán en responsabilidad civil las personas naturales o


jurídicas que no siendo servidores públicos, se beneficiaren
indebidamente con recursos públicos o fueren causantes de daño al
patrimonio del Estado y de sus entidades.

c. Cuando varias personas resultaren responsables del mismo acto


o del mismo hecho que hubiese causado daño al Estado, serán
solidariamente responsables”.

Por su parte, el art. 56 del DS 23318-A de 3 de noviembre de 1992,


que aprueba el Reglamento de la Responsabilidad por la Función
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Pública, dispone: “(Corresponsabilidad) Para efectos del inciso a) del
artículo 31 de la Ley 1178, los informes de auditoría deben incluir
información fundamentada sobre la forma de autorización del uso
indebido de bienes, servicios y recursos que causaron daño
económico al Estado y la identificación del superior jerárquico que la
expidió o manifestación expresa de si el daño económico se originó
en las deficiencias de los sistemas de administración y control
interno factibles de ser implantados en la entidad”.

De la normativa transcrita se colige, la responsabilidad


contemplada en la Ley 1178 implica que todo servidor público debe
responder por sus actos, sea por acción u omisión, lo que no limita o
excluye a la persona natural o jurídica privada que tenga
responsabilidad en el daño económico al Estado; por lo que, la
atribución de indicios de responsabilidad no se encuentra librada a
la discrecionalidad y menos a la arbitrariedad del Órgano Contralor;
por ello, la responsabilidad debe ser atribuida en razón a la
naturaleza del daño y la conducta de cada uno de los actores.

3. El diseño constitucional autonómico

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española


autonomía significa “La potestad que dentro de un Estado tienen
municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse
mediante normas y órganos de gobiernos propios”.

En el mismo sentido, el diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y


Sociales de Manuel Osorio establece que la autonomía comprende:
“La potestad que dentro del Estado pueden gozar municipios,
provincias, regiones u otras entidades de él para regir intereses
peculiares de su vida interior, mediante normas y órganos de
gobierno propios”.

En el caso boliviano, la Constitución Política del Estado en su art.


272, define que “La autonomía implica la elección directa de sus
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autoridades por las ciudadanas y los ciudadanos, la administración
de sus recursos económicos, y el ejercicio de las facultades
legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva, por sus
órganos de gobierno autónomo en el ámbito de su jurisdicción y
competencias y atribuciones” (negrillas agregadas).

Con relación a la autonomía regional, la Constitución determina en


su art. 280 que: “I. La región, conformada por varios municipios o
provincias con continuidad geográfica y sin trascender límites
departamentales, que compartan culturas, lenguas, historia,
economía y ecosistemas de cada departamento, se constituirá con
un espacio de planificación y gestión. Excepcionalmente una región
podrá estar conformada únicamente por una provincia, que por sí
sola tenga las características definidas para la región. En las
conurbaciones mayores a 500.000 habitantes, podrá conformarse
regiones metropolitanas. II. La Ley Marco de Autonomías y
descentralización establecerá los términos y procedimientos para la
conformación ordenada y planificada de las regiones. Donde se
conformen regiones no se podrá elegir autoridades provinciales. III.
La región podrá constituirse en autonomía regional, a iniciativa de
los municipios que la integran, vía referendo en sus jurisdicciones.
Sus competencias deben ser conferidas por dos tercios de votos del
total de los miembros del órgano deliberativo departamental”.

Asimismo, respecto a la autonomía municipal la Norma Suprema en


su art. 283, refiere que: “El gobierno autónomo municipal está
constituido por un Consejo Municipal con facultad deliberativa,
fiscalizadora y legislativa municipal en el ámbito de sus
competencias; y un órgano ejecutivo, presidido por la Alcaldesa o el
Alcalde”.

A su vez el art. 284 de la CPE establece: “I. El Concejo Municipal


estará compuesto por concejalas y concejales elegidas y elegidos

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mediante sufragio universal. II. En los municipios donde existan
naciones y pueblos indígena originario campesinos, que no
constituyan una autonomía indígena originaria campesina, éstos
podrán elegir sus representantes ante el Concejo Municipal de forma
directa mediante normas y procedimientos propios y de acuerdo a la
Carta Orgánica Municipal. III. La Ley determinará los criterios
generales para la elección y cálculo del número de concejalas y
concejales municipales. La Carta Orgánica Municipal definirá su
ampliación de acuerdo a la realidad y condiciones específicas de su
jurisdicción. IV. El Consejo Municipal podrá elaborar el proyecto de
Carta Orgánica, que será aprobado según lo dispuesto por esta
Constitución”.

Del marco constitucional señalado es posible concluir que la


autonomía en Bolivia se encuentra diseñada como la cualidad
gubernativa que adquiere una entidad territorial -departamental,
municipal, regional, indígena originario campesina-, cada una de
ellas con rango constitucional e igualdad jerárquica entre las
entidades territoriales autónomas.

Con elección directa de sus autoridades, administración de sus


recursos económicos y el ejercicio de facultades legislativa,
reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva por sus órganos de gobierno
autónomo, en el ámbito de su jurisdicción territorial y de las
competencias y atribuciones establecidas, cuyo ejercicio se
encuentra subordinado al marco de la unidad del Estado. Por otra
parte, cabe señalar que el Constituyente ha previsto, tanto a las
cuatro entidades territoriales autónomas, como al nivel central, la
distribución de competencias establecidas en un catálogo
competencial que se encuentra desarrollado en los arts. 298 al 304
del texto constitucional.

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V. ANÁLISIS DEL CASO EN CONCRETO

1. Respecto a las atribuciones de los Gobiernos Autónomos


Municipales, para programar administrativa y financieramente su
gestión técnica; es necesario considerar que efectivamente los
Gobiernos Autónomos Municipales tienen atribuciones para
programar administrativa y financieramente su gestión técnica,
extremo que no puede ser desconocido por ninguna autoridad; su
autonomía gira en tres unidades administrativa, financiera y
política.

El art. 200 de la Constitución Política de Estado de 1995 sobre el


régimen Municipal indicaba: “I. El Gobierno y la administración de
los municipios están a cargo de Gobiernos Municipales Autónomos y
de igual jerarquía. En los cantones habrá Agentes Municipales bajo
supervisión y control del Gobierno Municipal de su jurisdicción. II. La
autonomía municipal consiste en la potestad normativa, ejecutiva,
administrativa y técnica en el ámbito de su jurisdicción y
competencia territoriales. III. El Gobierno Municipal está a cargo de
un Concejo y un Alcalde. IV. Los Concejales son elegidos en votación
universal, directa y secreta por un período de cinco años, siguiendo
el sistema de representación proporcional determinado por ley. Los
Agentes Municipales se elegirán de la misma forma, por simple
mayoría de sufragios. V. Son candidatos a Alcalde quienes estén
inscritos en primer lugar en las listas de Concejales de los partidos.
El Alcalde será elegido por mayoría absoluta de votos válidos. VI. Si
ninguno de los candidatos a Alcalde obtuviera la mayoría absoluta,
el Concejo tomará a los dos que hubieran logrado el mayor número
de sufragios válidos y de entre ellos hará la elección por mayoría
absoluta de votos válidos del total de miembros del Consejo,
mediante votación oral y nominal. En caso de empate se repetirá la
votación oral y nominal por dos veces consecutivas. De persistir el
empate se proclamará Alcalde al candidato que hubiere logrado la
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mayoría simple en la elección municipal. La elección y el cómputo se
harán en sesión pública y permanente por razón de tiempo y
materia, y la proclamación mediante Resolución Municipal. VII. La
Ley determina el número de miembros de los Concejos Municipales”.

Consecuentemente, la Ley 2028 de Municipalidades de 1999, en su


art. 1 prescribe: “(Objeto) La presente Ley tiene por objeto regular el
régimen municipal establecido en el Título VI de la Parte Tercera,
Artículos 200° al 206°, de la Constitución Política del Estado”.

El art. 4 de la norma señalada prescribe: “(Autonomía Municipal) I.


La autonomía municipal consiste en la potestad normativa,
fiscalizadora ejecutiva, administrativa y técnica ejercida por el
Gobierno Municipal en el ámbito de su jurisdicción territorial y de las
competencias establecidas por Ley. II. La autonomía, municipal se
ejerce a través de: 1. La libre elección de las autoridades
municipales; 2. La facultad de generar, recaudar e invertir recursos;
3. La potestad de dictar Ordenanzas y Resoluciones determinando
así las políticas y estrategias municipales; 4. La programación y
ejecución de toda gestión jurídica, administrativa, técnica,
económica, financiera, cultural y social; 5. La potestad coercitiva
para exigir el cumplimiento de la presente Ley y de sus propias
Ordenanzas y Resoluciones; y 6. El conocimiento y Resolución de
controversias relacionadas con el ejercicio de sus potestades
normativas, ejecutivas, administrativas y técnicas, mediante los
recursos administrativos previstos en la presente Ley y las normas
aplicables”. (las negrillas son añadidas).

Dentro de sus finalidades el art. 5 numeral 6, de la referida norma


establece: “Mantener, fomentar, defender y difundir los valores
culturales, históricos, morales y cívicos de la población y de las
etnias del Municipio”.

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Por su parte el art. 8 numeral 18, dentro de sus competencias
prescribe: “18. Fomentar e incentivar las actividades culturales,
artísticas y deportivas”.

El art. 1 de la Ley 3038 dispone la transferencia del 20% de los


recursos económicos provenientes del 45% de las regalías
hidrocarburíferas de la Provincia Gran Chaco del Departamento de
Tarija en favor de la educación y salud; es así que, el art. 2 de la
misma Ley, establece que esos recursos deberán ser divididos entre
las Secciones Municipales de Yacuiba, Villamontes y Caraparí, en
un 10% para salud y 10% para educación, haciendo así un total del
20% entre las tres secciones.

Conforme a lo expuesto, la Ley 3038 otorga al Municipio de Yacuiba


1/3 de ese 20% asignado del 45% de regalías hidrocarburiferas
generadas de la Provincia Gran Chaco, estableciendo la previsión
económica para su uso en salud y educación.

Consecuentemente, ante la necesidad de contar con un instrumento


normativo, que Reglamente el Uso de los Recursos Provenientes de
IDH, el 27 de diciembre de 2006 el Ejecutivo Municipal Aprobó la RM
235/2006 “Reglamento para el uso de los recursos provenientes de
la Ley 3038”, con 17 artículos, que estaban acordes con la
normativa en actual vigencia como es la Ley 1551 y la Ley de
Municipalidades.

El art. 1 de la RM 265 señala: “El objeto del presente Reglamento,


es el de regular la administración, distribución y aplicación de los
recursos provenientes de la Ley 3038 de fecha 29 de abril de 2005”.

Por su parte el art. 9 establece: “Recursos para el Rubro de


Educación. El 10 % que representa el 50 % de los recursos.
provenientes de la Ley 3038, se destinarán a los Programas,
Proyectos, Obras y Actividades que estén directa o indirectamente
relacionados con la Educación Pública, según la realidad y
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priorización, dentro del Plan de Desarrollo Municipal y la
Programación de Operaciones Anuales, a través de la inversión en
las siguientes áreas:

e) Construcción, Mejoramiento, Ampliación y Refacción de


Infraestructura destinada promover la Cultura.

f) Promover y fomentar los eventos artístico-culturales, buscando su


difusión a nivel local, regional y nacional.

g) Conservar y restaurar el patrimonio cultural e histórico y


promover la cultura en todas sus expresiones.

u) Otros programas que apoyen la Educación y la Cultura.

Por su parte, el art. 10, establece que los recursos para el Rubro de
Salud. El 10% que representará el 50 % de los recursos provenientes
de la ley 3038, se destinarán a los programas de Salud Pública,
según la realidad y priorización, dentro del Plan de Desarrollo
Municipal y el POA, a través de la Inversión en las siguientes áreas:

b) Mantenimiento de la infraestructura en Salud y Deportes

d) Construcción, mantenimiento, ampliación y refacción de


infraestructura deportiva cuyo objetivo principal sea la masificación
del deporte.

e) Equipamiento para el sector deportivo formativo y recreativo”.

Ahora bien, los recurrentes manifiestan que existen actividades


logísticas para la realización de una actividad propia del Municipio,
en un acto Oficial del Gobierno Autónomo Municipal de Yacuiba;
sobre lo cual, la Contraloría General del Estado, establece que las
actividades sobre las cuales se realizaron los gastos, no se
adecuaron a la normativa legal; sin embargo, al tener una previsión
legal concreta para el uso de esos recursos; más aún, considerando
que los coactivados en etapa administrativa presentaron descargos
que fueron valorados y explicados en los cuerpos de los anexos de
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la presente causa, sin que se haya establecido con certeza los
motivos y fundamentos por los cuales, se considera existente el
daño económico al Estado, dado que los gastos fueron inherentes a
las actividades del Gobierno Autónomo Municipal de Yacuiba (acto
oficial), no existe fundamento técnico jurídico que acredite la
responsabilidad civil.

Respecto a la aplicación errónea del art. 8 parágrafo I numeral 18


de la Ley 2028, se puede establecer que, se restringió la atribución
del Municipio de fomentar e incentivar las actividades culturales y
artísticas, que se encuentran delimitadas de forma específica para
el uso de recursos económicos que tienen fines legalmente
establecidos; en su caso, emplearon los recursos y realizaron
actividades sin transgredir disposiciones legales.

Conforme a lo expuesto, existiendo vicios en la emisión del Auto de


Vista impugnado, al advertirse la violación, de la Ley sustantiva que
respalda los gastos fiscalizados por la Contraloría, corresponde
fallar de acuerdo a la disposición contenida en el art. 220 parágrafo
IV del CPC, por la permisión de los arts. 1 y 14 de la Ley de
Procedimiento Coactivo Fiscal.

En el Estado Constitucional de Derecho vigente en nuestro país


desde el 7 de febrero de 2009, el análisis de los argumentos del
recurso planteado, debe ser realizado desde y conforme la
Constitución, el Bloque de Constitucionalidad y las normas
ordinarias aplicables al caso.

2. Respecto a la omisión de incluir a todas las personas


(funcionarios y beneficiarios) que participaron de los hechos que
generaron daño económico, como responsables solidarios; nos
remitiremos al art. 31 de la Ley 1178 y 56 de su Reglamento
cuando dispone que, se debe considerar el elemento fáctico que
rodea al caso y que sirvió de fundamento para la emisión de los

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Informes Preliminar y Complementario de Auditoría, así como para
el consiguiente Dictamen de Responsabilidad Civil Nº
CGR/DRC/008/2015 de 30 de junio, son los desembolsos con
recursos de Coparticipación Tributaria, establecida en la Ley 1551
de Participación Popular y con recursos emergentes de las
recaudaciones efectuadas por la Municipalidad, bajo la modalidad
de fondos en avance entregados a favor de Funcionarios del GAMY,
durante la gestión 2008-octubre, destinados a operaciones que no
tienen relación con lo previsto en la normativa citada;
identificándose desembolsos para gastos del agasajo en el día de la
mujer, bebidas y salteñas; autorizadas por Carlos Eduardo Bru
Cavero en su condición de H. Alcalde Municipal de Yacuiba y Dolly
Soruco Velásquez como Oficial Mayor Administrativo.

Sin perjuicio de lo señalado, remitiéndonos a la finalidad de la Ley


1178 de Administración y Control Gubernamentales, establecida en
el art. 1 inciso c), tiene como objeto “Lograr que todo servidor
público, sin distinción de jerarquía, asuma plena responsabilidad
por sus actos …”, encontrándose incluidas las personas naturales y
jurídicas privadas que tenga responsabilidad en el daño económico
al Estado; por lo tanto, podemos aseverar que la atribución de
indicios de responsabilidad no se encuentra librada a la
discrecionalidad y menos a la arbitrariedad del Órgano Contralor;
debiendo la responsabilidad ser atribuida en razón a la naturaleza
del daño y la conducta de cada uno de los actores. Norma
concordante con lo legislado en el art. 28 inciso a) de la Ley 1178,
cuando dispone: “Todo servidor público responderá de los
resultados emergentes del desempeño de las funciones, deberes y
atribuciones asignados a su cargo. A este efecto: a) La
responsabilidad administrativa, ejecutiva, civil y penal se
determinará tomando en cuenta los resultados de la acción u
omisión”.
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En ese entendido, la responsabilidad civil prevista por el art. 31 de
la norma referida, refiere que esa responsabilidad se configura no
sólo con la acción, sino también con la omisión del servidor público o
de las personas naturales o jurídicas privadas, que cause daño al
Estado valuable en dinero, agregando la referida norma que la
determinación de responsabilidad civil se sujeta a determinados
preceptos, que el mismo articulado refiere en 3 incisos: “a) Será
civilmente corresponsable el superior jerárquico que hubiere
autorizado el uso indebido de bienes, servicios y recursos del
Estado o cuando dicho uso fuere posibilitado por las deficiencias de
los sistemas de administración y control interno factibles de ser
implantados en la entidad; b) Incurrirán en responsabilidad civil las
personas naturales o jurídicas que no siendo servidores públicos, se
beneficiaren indebidamente con recursos públicos o fueren
causantes de daño al patrimonio del Estado y de sus entidades; c)
Cuando varias personas resultaren responsables del mismo acto o
del mismo hecho que hubiese causado daño al Estado, serán
solidariamente responsables”.

Sistematizada la normativa descrita, resulta pertinente tener


presente en el marco de la responsabilidad y corresponsabilidad
prevista por la normativa desarrollada, cuando puntualiza que,
también será civilmente corresponsable el superior jerárquico que
hubiere autorizado el uso indebido de bienes, servicios y recursos
del Estado e incurrirán en responsabilidad civil las personas
naturales o jurídicas que no siendo servidores públicos, se
beneficiaren indebidamente con recursos públicos o fueren
causantes de daño al patrimonio del Estado y de sus entidades y
que en el caso que varias personas resultaren responsables del
mismo acto o del mismo hecho que hubiese causado daño al Estado,
serán solidariamente responsables; este marco normativo abarca
indubitablemente el alcance de la responsabilidad y la
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corresponsabilidad de aquellos servidores bajo cuyo cuidado se
encuentren bienes o patrimonio del Estado o de aquellos que tengan
la facultad de autorización para la disposición de estos a efecto de
responder solidariamente por el daño económico causado al Estado,
pero no puede dejarse de vista a aquellos servidores o terceros
quienes se beneficien indebidamente de recursos del Estado
causando daño económico a este, quienes también conforme el
dispositivo legal son responsables civilmente.

En ese marco legal se concluye que, pese a evidenciarse indicios de


responsabilidad civil, conforme los Informes de Auditoría, se omitió
pronunciamiento fundamentado sobre la participación o no de los
otros actores referidos, así como su responsabilidad sujeta a
proceso coactivo, inobservando lo prescrito por la normativa
señalada; aspectos que no fueron observados por el Juez de
primera instancia, ni el Tribunal de Alzada, violentando la
seguridad jurídica y la verdad material.

POR TANTO: La Sala Contenciosa, Contenciosa Administrativa,


Social y Administrativa Segunda del Tribunal Supremo de Justicia,
con la atribución contenida en los arts. 184 numeral 1 de la CPE y
42 parágrafo I numeral 1 de la LOJ, CASA el Auto de Vista 02/2023
de 27 de enero, de fs. 832 a 837, emitido por la Sala Social,
Seguridad Social, Administrativa, Contenciosa, Contenciosa
Administrativa Única del Tribunal Departamental de Justicia de
Tarija, y deliberando en el fondo declara improbada la demanda
Coactiva Fiscal interpuesta por el Gobierno Autónomo Municipal de
Yacuiba, provincia Gran Chaco del departamento de Tarija.

Sin costas ni costos en aplicación de los arts. 39 de la Ley 1178 de


20 de julio de 1990 y 52 del DS 23215 de 22 de julio de 1992.

Sin responsabilidad por ser excusable.

Regístrese, notifíquese y devuélvase.


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