La Unión Latinoamericana - José María Torres Caicedo
La Unión Latinoamericana - José María Torres Caicedo
La Unión Latinoamericana - José María Torres Caicedo
Torres Caicedo
Unión Latinoamericana
Pensamiento de Bolívar para
formar una Liga Americana
Unión Latinoamericana
Pensamiento de Bolívar para
formar una Liga Americana
ISBN 978-987-1767-47-2
Impreso en Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Santiago Cafiero
J
osé María Torres Caicedo nació en Bogotá en 1830, sus padres
murieron pronto y el niño fue criado y educado por el arzobispo
Manuel José Mosquera, miembro de una familia de gran peso
político, quien lo formó como pensador y lo influirá con ideas con-
servadoras. Ejerció de joven el periodismo en El Día y La Civilización,
y desde allí se fue convirtiendo en uno de los principales opositores
al Partido Liberal. El fragor de la lucha política lo llevaría a batirse
a duelo y, al ser herido gravemente por un disparo, decide viajar a
Francia para tratarse. Nunca más volvería a Sudamérica.
Una vez en París, la revolución de 1848 y las ideas del socialismo
utópico lo impresionaron fuertemente. Allí, como era usual en la
época, comenzó a desempeñarse como embajador de varios países
(Colombia, Venezuela y El Salvador); y al mismo tiempo dirigía la
revista El Correo de Ultramar y se ocupaba de los muchos viajeros
que cruzaban el océano y hacían de la capital francesa el segundo
hogar de los intelectuales latinoamericanos.
En 1856 escribe el poema “Las dos Américas” donde por primera
vez se usa el concepto “América Latina” como referencia geográfica
y cultural opuesta a la norteamericana. Dice así:
6
Los siglos no presenciarán un espectácu-
lo más digno de la civilización que el del
Congreso Americano.
Abate de Pradt, Congreso de Panamá
N
o pretendemos trazar una historia completa de las fases por
que ha atravesado la grande idea concebida por el genio de
Bolívar, de reunir en una Liga permanente a los pueblos del
Nuevo Mundo. La tarea sería muy larga y superior a nuestras fuerzas.
Queremos únicamente manifestar la necesidad lógica de esa idea,
exponer cómo fue puesta en práctica antes de formularse la teoría,
señalar el principio de ejecución de la idea boliviana, los obstáculos
que ha encontrado, y de dónde han surgido, la posibilidad de la eje-
cución de una liga americana, el plan que acaso debería adoptarse.
Las sociedades humanas han tendido siempre a la unidad. La
humanidad es una, y a través de las trasformaciones que han venido
sufriendo las aglomeraciones humanas, ya en los tiempos anteriores
al cristianismo, ora en los diez y nueve siglos de nuestra era, el desa-
rrollo de las leyes generales preexistentes, aun cuando lentamente
efectuado, ha sido y es patente.
La esclavitud no existe sino en unos pocos Estados del mundo
civilizado, y no se mantiene por los mismos que sostienen tan inicua
institución, sino a título de transitoria y sin darle carácter alguno de
legitimidad. No será aventurado augurar que el siglo XIX no termi-
nará sin haber visto expurgada la tierra de esa infame explotación
del hombre por el hombre.
La familia está constituida bajo bases regulares: ya la mujer y los
hijos no son considerados como cosas, sino que se les ha reconocido
su carácter de criaturas de Dios, que en lo civil tienen, en determi-
nados casos, restringidos ciertos derechos.
En las asociaciones políticas, el absolutismo forma la excep-
ción, el régimen representativo se aclimata aun en los países más
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I Introducción
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I Introducción
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II
CONFEDERACIÓN Y FEDERACIÓN. LO QUE
HA SIDO LA FEDERACIÓN EN LA AMÉRICA
ANGLOSAJONA Y EN LA AMÉRICA LATINA
A
ntes de dar a conocer el curso que ha venido trayendo la idea
de formar la Liga Americana, preciso es abordar, aunque a
la ligera, el examen de otro asunto. El de la forma federativa
que han adoptado varias naciones latinoamericanas, sistema más
desfavorable que propicio al gran resultado que se desea obtener.
Desde luego hacemos la necesaria diferencia entre lo que es una
confederación, reunión de Estados soberanos, que ejercen respecti-
vamente la soberanía inmanente y transeúnte, y que se hallan unidos
por medio de un lazo interno para conservar la vida y las tradiciones
de raza y resguardar los intereses territoriales y los derechos histó-
ricos, y la federación en todos sus accidentes, forma exagerada del
sistema municipal, y que las más de las veces establece un antago-
nismo radical entre las secciones o entidades particulares y la gran
entidad política nacional; forma que si prevaleciera en el mundo,
importaría nuevamente el régimen feudal puro.
Siempre hemos combatido el sistema de centralización adminis-
trativa, pues existiendo este, la plétora, como dice Lamenais, está en
el centro, y la parálisis en las extremidades. Somos partidarios del
establecimiento de un régimen municipal que ponga a las secciones
en pleno ejercicio de sus derechos, y que les atribuya el libre manejo
de sus intereses. Así como combatimos la centralización administra-
tiva, combatimos también el sistema federativo.
Federar es unir, foederis, y no necesita de unión lo que no
está desunido. En la América anglosajona, la nueva Inglaterra, la
Pensilvania, Nueva York, colonizados por puritanos, por cuákeros,
por compañías de comercio, etcétera, durante muchos años vivie-
ron bajo el imperio de leyes, tradiciones y costumbres diferentes. Al
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II Confederación y federación. Lo que ha sido la federación en la América...
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III
CONVULSIONES DE LA AMÉRICA LATINA,
NATURALES EN LA INFANCIA DE LOS
PUEBLOS
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III Convulsiones de la América Latina, naturales en la infancia de los pueblos
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IV
LA LIGA LATINOAMERICANA SE
REALIZÓ DURANTE LA GUERRA DE LA
INDEPENDENCIA, ANTES DE FORMULARSE LA
TESIS. HOY ¿QUÉ CARÁCTER TIENE?
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IV La Liga Latinoamericana se realizó durante la guerra de la independencia...
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V
EL PROYECTO CONCEBIDO
POR BURKE – LA IDEA BOLIVIANA
L
a América Latina puede y debe formar una liga, mas no una
confederación, en el sentido que la formulaba un publicista
norteamericano. Casi al mismo tiempo que Bolívar proclamaba
la necesidad de la liga, el norteamericano Burke lanzaba la idea de
formar una confederación.
Burke decía:
27
V El proyecto concebido por Burke – la idea boliviana
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VI
PRIMERAS BASES DE LA UNION AMERICANA
POR MEDIO DE TRATADOS Y CONVOCATORIA
DEL CONGRESO DE PANAMÁ
E
n 1822, el Libertador y presidente de Colombia invitó a los
gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires, para formar
una confederación y reunir en el Istmo de Panamá, u otro
punto elegible a pluralidad, una Asamblea de Plenipotenciarios de
cada Estado. En 6 de junio de 1822, celebrose un tratado entre la
antigua Colombia y el Perú, por el cual se imponía a las dos partes
contratantes la obligación de interponer sus buenos oficios con los
gobiernos de los demás Estados de América, a fin de entrar en un
pacto de perpetua Unión y Liga. Un tratado semejante fue concluido
entre Colombia y México, el 3 de octubre de 1823.
El tratado celebrado entre Colombia y Buenos Aires, ratificado en
esta ciudad, el 10 de junio de 1823, contiene los artículos siguientes:
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VI Primeras bases de la Union Americana por medio de tratados...
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VI Primeras bases de la Union Americana por medio de tratados...
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VII
REUNIÓN DEL CONGRESO DE PANAMÁ EN
1826 – SUS TRABAJOS, Y CÓMO TERMINÓ
A
l fin, el 22 de junio de 1826 se reunió en Panamá la Asamblea
de Plenipotenciarios. El célebre autor de la Historia de la
Revolución de Colombia, el eminente neo-granadino Sr. D.
Juan Manuel Restrepo, ha consagrado algunas páginas notables para
hacer la relación de los trabajos de aquel areópago.
De esa historia tomamos los siguientes datos.
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VII Reunión del congreso de Panamá en 1826 – sus trabajos, y cómo terminó
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VII Reunión del congreso de Panamá en 1826 – sus trabajos, y cómo terminó
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VIII
TENTATIVAS HECHAS DESDE 1831 HASTA
1840 PARA EFECTUAR LA REUNIÓN DEL
CONGRESO AMERICANO
E
l 13 de marzo de 1831, el gobierno de México volvió a invitar a
los de las otras repúblicas, a fin de que se concertasen y fijaran
un lugar aparente para la reunión del Congreso Americano.
En un escrito del ilustrado venezolano, Sr. D. Miguel Carmona,
vemos que el 18 de diciembre de 1838, el ministro de México en
Lima dirigió, por orden de su gobierno, una excitación al gobierno
venezolano para que se asociase al proyecto de reunir un Congreso
Americano; y al efecto reproducía la circular de 1831, en que se
invitaba a los Estados americanos para una reunión de sus respec-
tivos plenipotenciarios, bien en Tacubaya, o Panamá, o Lima, o el
lugar que se estimase conveniente, y que designase la mayoría de
los gobiernos interesados; exigiendo que Venezuela señalara clara y
terminantemente el punto que le pareciese adecuado para la reunión
de la Asamblea. La nota agregaba:
41
VIII Tentativas hechas desde 1831 hasta 1840 para efectuar la reunión...
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IX
NUEVA REUNION DEL CONGRESO
AMERICANO CELEBRADA EN LIMA EN
DICIEMBRE DE 1847 – TRABAJOS DE ESE
CONGRESO
E
l 11 de diciembre de 1847 se reunió en Lima el nuevo Congreso
de Plenipotenciarios Americanos. Figuraban en esa reunión
los representantes de Bolivia, Sr. D. José Ballivian, de Chile,
Sr. D. José Benavente, del Ecuador, Sr. D. Pablo Merino, De la Nueva
Granada, Sr. D. Juan de Francisco Martín, del Perú, Sr. D. Manuel
Ferreiros.
El plenipotenciario de la Nueva Granada, Sr. D. Francisco Martín,
ha tenido la benevolencia de facilitarnos los documentos inéditos
que fueron el resultado de las importantes tareas de ese Congreso,
y que en su mayor parte (al menos en el texto primitivo) se debieron
a la redacción de ese ilustrado diplomático.
El Congreso inauguró sus sesiones en 1847 y duraron hasta
mediados de 1848. No asistieron a él, como se ha visto arriba, los
representantes de todas las repúblicas americanas, y se acordó que
los actos sancionados se presentarán a los demás Estados, por si
querían darles su adhesión. En esa reunión se propuso también in-
vitar a los Estados Unidos de la América anglosajona, a fin de entrar
en la proyectada liga.
Los trabajos del Congreso de 1847 dieron por resultado un tratado
de Confederación, otro de Comercio y Navegación, una Convención
Consular y otra de Correos. La Convención consular fue aprobada por
el gobierno granadino. Los demás documentos quedaron reducidos
al estado de letra muerta.
Por el tratado de Confederación se designaban el modo y los
términos en que se constituía la Liga Americana; se fijaban las épo-
cas en que debía reunirse el Congreso; se trazaba el modo de obrar
cuando los plenipotenciarios no estuviesen reunidos; se establecían
43
IX Nueva reunion del Congreso Americano celebrada en Lima...
los principios para obrar en caso de una agresión injusta contra una
o varias de las repúblicas americanas, para decidir si había llegado
el casus foederis, para obligar a una o varias repúblicas a entrar en
su deber, si, por desgracia, se empeñaban en una guerra injusta o
la provocaban; se definían las atribuciones del Congreso y de los
Estados americanos en el evento de una guerra entre las Repúblicas
confederadas; se proclamaba el principio de la no-intervención; se
proponían reglas sabias y precisas para decidir las contiendas sobre
límites; se señalaban los casos de extradición, que no debía verifi-
carse jamás por delitos políticos.
Muchos males se habrían cortado de raíz, y muchos peligros se
habrían prevenido, si desde esa época las repúblicas americanas se
hubieran apresurado a sancionar y ratificar ese Tratado.
El Tratado de Comercio y Navegación es bastante liberal; y en
él es de notarse, ante todo, la proclamación del gran principio de la
libertad de la navegación fluvial; la declaratoria de que se abolían las
patentes de corso en caso de una guerra entre algunos de los Estados
Confederados; la de no admitirse como efectivos los bloqueos sino
cuando la nación que los declarase tuviera fuerzas suficientes para
impedir la entrada a los puertos bloqueados; se declaraba abolido el
tráfico de esclavos, siendo esta una consecuencia de los filantrópicos
principios que han sido sancionados en las repúblicas allende el océa-
no, donde no solo ha sido abolida la esclavitud, sino que se ha estable-
cido que son libres los esclavos que pisen el territorio latinoamericano.
Desgraciadamente no se abolía, sino que se confirmaba, el siste-
ma de pasaportes; no se admitía sino el principio de que el pabellón
cubre la propiedad, cuando la América debería proclamar el fecundo
principio de declarar libres todas las mercancías, aun a bordo de un
buque enemigo, excepto los artículos que verdaderamente son de
contrabando de guerra; se hacía la declaración que hemos mencio-
nado sobre bloqueos, cuando lo liberal habría sido renunciar a un
medio que el enemigo elude con frecuencia, y que arruina el comercio
nacional, el de los amigos, neutrales y enemigos.
En ese tratado tampoco se encuentran definidos algunos puntos
importantes, como los que se refieren a la nacionalidad de los hijos
de esas repúblicas, que deberían tener iguales derechos y deberes
civiles y políticos en todas ellas, considerándose como ciudadanos
de una patria común; al ejercicio de las diversas profesiones e in-
dustrias; a la unidad que debería reinar en los códigos, monedas,
pesos, pesas y medidas.
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X
TENTATIVAS HECHAS EN 1857 PARA
FORMAR UNA LIGA LATINOAMERICANA, Y
CELEBRACIÓN DEL TRATADO CONTINENTAL
ENTRE CHILE, EL PERÚ Y EL ECUADOR –
CÓMO ACEPTARON ESTE TRATADO LAS
DEMÁS REPUBLICAS – NOTA CURIOSA DEL
SR. ELIZALDE
E
n mayo o junio de 1857, alarmadas las repúblicas americanas
con las expediciones del filibustero Walker, volvieron a pen-
sar en la reunión de un Congreso Americano. A excitación
del ministro de Guatemala en Washington, el ilustrado Sr. D. A. J.
de Irisarri, se reunieron los representantes de las otras repúblicas
americanas acreditados en la capital de la Unión, y conferenciaron
sobre las medidas más adecuadas para realizar el pensamiento de
Bolívar. Esa reunión no tuvo efecto alguno práctico. Sentimos no
poseer todos los trabajos de la diplomacia americana en aquel año.
Antes de esa época, bajo la influencia del peligro común, las
Repúblicas de Chile, Ecuador y Perú convinieron en ajustar un
Tratado que se denominó Continental, y que fue firmado en Santiago
de Chile, el 15 de setiembre de 1856, por los plenipotenciarios de las
tres repúblicas mencionadas, y que debía presentarse a la sanción
de los demás gobiernos americanos.
El gobierno del Perú asumió la misión de solicitar la adhesión de
los demás gobiernos de América.
Ese Tratado tiene entre otros defectos: el de incluir materias que
habrían hallado cabida en convenciones especiales; el de sentar prin-
cipios contrarios, en el sistema que se sigue en las guerras marítimas,
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X Tentativas hechas en 1857 para formar una Liga Latinoamericana...
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X Tentativas hechas en 1857 para formar una Liga Latinoamericana...
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X Tentativas hechas en 1857 para formar una Liga Latinoamericana...
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Sin embargo, la nota del Sr. Elizalde, fecha 18 de julio de 1862, que
hemos criticado por sus conceptos desfavorables a la unión ameri-
cana, contenía preciosas y acertadas críticas al Tratado Continental,
y sobre todo, hablando el lenguaje de la política y de la equidad,
impugnaba esas ideas absurdas que los exagerados han lanzado en
las repúblicas americanas, de que hay en Europa un vasto proyecto
entre todas las naciones del antiguo mundo para reconquistar el
nuevo continente y destruir allí la forma republicana; que es preciso,
en consecuencia, establecer un entredicho entre los dos continentes,
etcétera, etcétera.
Esas ideas absurdas enajenan a los Estados americanos las sim-
patías de la Europa, aumentan el número de nuestros enemigos y
son anticivilizadoras, antiliberales, absurdas y mezquinas. En estos
tiempos de difusión rápida de las luces y de cambio casi libre de
los productos, se afirman cada vez más las leyes de la solidaridad y
de la reversibilidad; y si la Europa tiene necesidad de la América, la
América recibe de la Europa las luces de una civilización elaborada
durante una larga serie de siglos.
En fin de cuentas, las repúblicas americanas juzgaron deficiente
el Tratado Continental; pero repitieron que era urgente y de vital
importancia realizar la Liga Americana.
Pero casi al mismo tiempo que se hablaba de unidad, de liga,
de confederación, etcétera, y cuando inminentes peligros cercaban
a la América Latina, mal avisados políticos en el Perú y un caudillo
inquieto llevaban la guerra al Ecuador, amenazaban a Bolivia, daban
auxilios al turbulento Mosquera, quien más tarde, entre charcas de
sangre, se alzó con la autoridad suprema en la Nueva Granada, y llevó
una guerra injusta al Ecuador.
Pero dejemos estos tristes y vergonzosos episodios, que si recor-
damos es para que sirvan de lección a los Estados latinoamericanos.
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X Tentativas hechas en 1857 para formar una Liga Latinoamericana...
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XI
PROYECTOS DE FUSIÓN DE LAS CINCO
REPÚBLICAS DE LA AMÉRICA DEL CENTRO
EN UN SOLO ESTADO
D
e 1857 a 1865, a pesar de esos deplorables episodios que aca-
bamos de mencionar, la Unión Americana ha sido el anhelo
constante de todos los ciudadanos, y aun las secciones dis-
persas de un gran todo, como las de Colombia y las de la América
Central, han estado a punto de refundirse en Estados respetables.
Colombia sería hoy un hecho sin la ambición y las malas acciones
de Mosquera. La fusión de los cinco pequeños Estados de la América
del Centro en una nación respetable estuvo también a punto de rea-
lizarse, y la idea no se ha abandonado.
El día 14 de abril de 1859 se firmó un tratado de amistad y alian-
za entre el plenipotenciario de Guatemala y el del Salvador. El día
24 del mismo mes, se hallaron reunidos en Rivas, el presidente de
Nicaragua y sus ministros, el presidente de Costa Rica y el ministro
de Relaciones Exteriores, el ministro plenipotenciario del Salvador,
acreditado cerca de los gobiernos de Costa Rica y de Nicaragua.
Inmediatamente empezaron las conferencias, y el día 30 se ratificó
el tratado de límites entre Nicaragua y Costa Rica, se ajustó y se fir-
mó un tratado de paz, amistad y comercio, y otro en que tomó parte
el ministro plenipotenciario del Salvador, en el cual se sentaban
los principios que debían tenerse presentes para la Unión Centro-
Americana, y en el que se establecían las bases de la alianza defensiva
entre las tres repúblicas. Dicho tratado debía ser propuesto para su
aprobación a Guatemala y Honduras.
Este hecho produjo una inmensa sensación en todos los pueblos
de la América Central. Por todas partes, decían los periódicos, no se
hablaba sino de unión, de reconstitución de la respetable naciona-
lidad Centro-Americana. En Europa produjo excelente efecto tan
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XI Proyectos de fusión de las cinco repúblicas de la América del centro en un solo...
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XII
LO QUE ES LA VERDADERA DOCTRINA DE
MONROE – FALSAS INTERPRETACIONES QUE
LE HAN DADO M. M. BUCHANAN, MASON, CASS,
SOULÉ, BROWN, ETCÉTERA – PELIGROS QUE
ACARREARÍA PARA LA AMÉRICA LATINA EL
TRIUNFO DE LOS ESTADOS DEL SUR EN LA
AMÉRICA ANGLOSAJONA
A
ntes de ver cómo se originó la convocación del congreso que
se ha reunido en Lima, cómo se ha emitido la idea de hacer en-
trar a los Estados Unidos de la América anglosajona en la Liga
Latinoamericana, no será fuera de propósito examinar tres puntos
importantes y curiosos: lo que es la doctrina de Monroe y la manera
como se la ha desfigurado; cómo se han conducido los Estados Unidos
con las repúblicas latinoamericanas; cómo las rivalidades entre la
Inglaterra y los Estados Unidos han servido para celebrar tratados
entre las dos naciones de raza anglosajona, favorables a la indepen-
dencia de esas repúblicas de la América Latina. Vamos por partes:
Al buen presidente Monroe se le han hecho decir cosas que no
pensó en decir; se le han atribuido teorías que jamás formuló; se le
ha hecho el apóstol de un nuevo dogma que no reveló.
La doctrina de Monroe no es sino la afirmación de la antigua
doctrina de Washington y la proclamación del principio de no in-
tervención. Así, lo vamos a ver más abajo, así lo ha explicado un
eminente publicista anglosajón, Mr. Calhoun.
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XII Lo que es la verdadera doctrina de Monroe – Falsas interpretaciones...
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XII Lo que es la verdadera doctrina de Monroe – Falsas interpretaciones...
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el único medio que hay es dejar que obren sin obstáculo las leyes
naturales, el derecho, la justicia, que son la fuente de la armonía, de
la fusión, del bienestar.
Pero esto es lo que no han querido los que han interpretado,
decimos mal, falseado la doctrina Monroe. Esa doctrina ha sido ex-
puesta arriba; ahora vamos a ver cómo la entienden M. M. Buchanan
y sus acólitos.
M. M. Buchanan, en su mensaje a las Cámaras, fecha 7 de enero
de 1857, después de censurar la conducta del honrado comodoro
Paulding, quien cumpliendo con las órdenes que se le habían dado
y que él creía leales, hizo prisionero a Walker; después de censurar a
ese ciudadano por haber perseguido a los filibusteros en el territorio
de una nación independiente y amiga, como si no fuera un crimen
dejar violar por filibusteros el territorio de esa nación independiente
y amiga; después de esto, exclamaba:
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XII Lo que es la verdadera doctrina de Monroe – Falsas interpretaciones...
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XIII
LA DIPLOMACIA INGLESA Y
NORTEAMERICANA, POR DEMASIADA
HABILIDAD, CAE EN SUS PROPIAS REDES,
PARA HONRA Y PROVECHO DE LA AMÉRICA
LATINA –TRATADOS CLAYTON-BULWER,
OUSELEY-JEREZ, CLARENDON-HERRAN,
ETCÉTERA
D
e tiempo atrás, la América Latina, en vez de ser la Virgen
del mundo, como la apellidó Quintana, ha sido la Phrinea,
la Laïs que todos se disputan; pero sobre todo, la Inglaterra
y los Estados Unidos habían manifestado un deseo inmoderado de
poseerla, escogiendo, como era natural, sus partes más hermosas.
Felizmente, por rivalidad entre esas dos grandes naciones, los celos
hicieron más que el espíritu de justicia; y la diplomacia norteameri-
cana, tan hábil como la inglesa, produjo el tratado Clayton-Bulwer.
En ese acto, deseando engañarse recíprocamente las dos altas partes
contratantes, resultaron engañadas ambas, para honra y provecho
de la América Latina. Vamos a ver cómo sucedió eso.
Sabido es que en 1838, la Inglaterra se apoderó de las Islas de la
Bahía, pertenecientes a Honduras; sin que aquella poderosa nación
tuviese más título para obrar así que el abuso de la fuerza.
Honduras, a fuer de Estado débil, no tuvo otro recurso que el de
protestar, recurso bien ineficaz, sobre todo en los tiempos que corren.
En 1849, los norteamericanos obtuvieron del gobierno neo-
granadino la concesión para construir el ferrocarril de Panamá. Los
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XIII La diplomacia inglesa y norteamericana, por demasiada habilidad, cae en...
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Unión Latinoamericana
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XIII La diplomacia inglesa y norteamericana, por demasiada habilidad, cae en...
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XIV
CONVOCATORIA PARA EL CONGRESO DE
1864 – NOTAS DE LOS DIVERSOS GOBIERNOS
LATINOAMERICANOS – INAUGURACIÓN DE
LAS SESIONES DEL CONGRESO
N
o era inútil, creemos que así lo hallarán nuestros lectores,
trazar los dos párrafos precedentes, antes de llegar a lo rela-
tivo a la convocatoria y reunión del Congreso que felizmente
se ha reunido en Lima.
Se ha dicho que el Congreso que hoy se halla reunido en Lima
fue convocado con ocasión del atentado de los Ss. Mazarredo y
Pinzón. Esa inexacta aseveración está destruida con solo comparar
las fechas: la circular del Sr. Ribeyro, invitando a las repúblicas a
que enviasen sus plenipotenciarios al Congreso, es de 11 de enero
de 1864; la ocupación de las islas de Chincha se efectuó el 14 de abril
del mismo año.
Esa circular, como algunas de las notas de adhesión de las
principales repúblicas, se inserta al fin de este escrito. Sentimos no
poseer las notas de los gobiernos de Venezuela, República Argentina,
Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Paraguay.
Pero baste saber que todas las repúblicas americanas, sin excepción,
han aprobado con entusiasmo la idea formulada por Bolívar, y que el
gobierno peruano, con laudable persistencia, ha vuelto a proponer
a los Estados americanos.
El gobierno de los Estados Unidos de Colombia, en 2 de junio
de 1864, aceptó con entusiasmo la invitación del Perú. Es de notarse
en esa nota: 1° que el ministro, Sr. Pradilla, propone que se reúna el
Congreso, aun cuando no se hallen representados en él todos los
Estados independientes de América; 2° que expone algunos puntos
importantes sobre los cuales deben versar las deliberaciones de los
plenipotenciarios; 3º que no opina porque se invite a los Estados
Unidos, fundándose ya en que la política de esa nación rechaza toda
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XIV Convocatoria para el Congreso de 1864 – Notas de los diversos gobiernos ...
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Unión Latinoamericana
Hay una condición que llenar para que la reunión del Congreso
produzca los bienes que anhelamos. Esta condición es que en
manera alguna se inspire recelos a los poderes europeos, de que
el Congreso americano tiene miras exclusivistas o tendencias
hostiles contra ellos. Necesario es que la Europa se persuada que
al pretender la América constituir su personalidad, sistematizar
sus negocios e intereses comunes, e imprimir a ciertos actos
el sello de la unidad en medio de la variedad de los demás que
constituyen su existencia, no entiende separarse o aislarse de
la Europa, ni asumir contra ella un carácter disidente ni menos
amenazador. Nos unimos para ser felices y fuertes en la defensa
de nuestro derecho; pero no para agredir los de nación alguna
en este mundo.
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XIV Convocatoria para el Congreso de 1864 – Notas de los diversos gobiernos ...
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XV
BASES PROPUESTAS POR EL AUTOR DE ESTE
ESCRITO PARA LA FORMACIÓN DE UNA LIGA
AMERICANA – CONCLUSIÓN
P
ara terminar este escrito, nos será permitido reproducir aquí
las bases generales de unión que publicamos en 1861, y que han
merecido el honor de la inserción en muchas hojas y revistas
europeas y en casi todos los diarios de la América Latina.
Decíamos en 15 de febrero de 1861:
Hoy más que nunca necesitan esas repúblicas: realizar una gran
confederación para unir sus fuerzas y recursos, y presentarse ante
el mundo bajo una forma más respetable.
Para llevar a cabo esa idea, preciso sería fijar entre otros puntos:
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XV Bases propuestas por el autor de este escrito para la formación de una Liga...
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XV Bases propuestas por el autor de este escrito para la formación de una Liga...
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DOCUMENTOS
PRIMERA ÉPOCA 1824
CONGRESO DE PANAMÁ
CONFEDERACIÓN AMERICANA
CIRCULAR DE S. E. EL LIBERTADOR DE COLOMBIA Y ENCARGADO
DEL SUPREMO MANDO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ; INVITANDO
A LOS GOBIERNOS DE LAS DEMÁS REPÚBLICAS DE AMÉRICA A
MANDAR SUS REPRESENTANTES AL ISTMO DE PANAMÁ, CON EL
FIN DE CELEBRAR UNA ASAMBLEA GENERAL
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Primera época 1824. Congreso de Panamá
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Primera época 1824. Congreso de Panamá
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Primera época 1824. Congreso de Panamá
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Primera época 1824. Congreso de Panamá
con todos los esfuerzos que estén en su poder, que se realice la pronta
remisión de los plenipotenciarios, como lo exigen imperiosamente
los altos intereses de Chile y de toda la América.
Al director de Chile es muy grata la presente oportunidad,
para ofrecer al Consejo de Gobierno del Perú las más distinguidas
consideraciones.
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Unión Latinoamericana
Mi querido general.
Acabamos de recibir las comunicaciones del 6 de enero y del 27,
28 de noviembre, fechadas en Maracai, del general Páez, y que anun-
cian la aproximación de las fuerzas marítimas francesas a Venezuela.
Todo es muy creíble en el estado de las cosas, siempre que sean ge-
nuinas las instrucciones dadas a Chapereau por el ministro francés,
en que le habla del empleo de la fuerza en caso de resistencia. Si la
batalla de Ayacucho no contiene a los franceses, debemos preparar-
nos a una brillante guerra: digo brillante, porque sin duda lo será y
larga; pero siempre muy costosa.
Desde luego, cuente U. con diez o doce mil hombres que pueden
marchar adonde U. quiera, luego que ordene su marcha y disponga
su trasporte del Istmo en adelante hacia la costa del norte. Nuestros
batallones llevarán una mitad de tropas peruanas en reemplazo de
nuestras pérdidas. Después, si fuere preciso, mandaremos cuerpos
peruanos como auxiliares.
En fin, el Perú hará para Colombia, mientras que yo esté aquí, su
deber de gratitud y retorno: hará tanto como hizo Colombia por este
país. Yo puedo dejar en él, cuando me vaya para allá, un gobierno
enérgico, como delegado mío, con algunas tropas colombianas que
lo sostengan. Yo tomaré medidas capaces de auxiliar extraordina-
riamente a Colombia.
Creo que U. puede disponer de tres a cuatro mil hombres del sur
de Quito, con cuadros del norte y soldados del sur.
Yo creo que toda resistencia que se haga a los franceses de fren-
te, es destructiva para nosotros. Puerto Cabello y Cartagena deben
ser defendidos a todo trance, metiéndole seis u ocho mil hombres a
cada punto. El territorio que se evacue debe cubrirse por guerrillas
mandadas por oficiales muy determinados. Nuestra guerra activa
no debe comenzar sino uno o dos años después de que el ejército
francés esté casi destruido. Lo que se llama guerra de posiciones es
inútil con ellos, porque son muy atrevidos, y con su artillería hacen
prodigios. La guerra de Rusia y la de Haití deben servirnos de modelo
en alguna cosa; pero no en el género horrible de destrucción que
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Primera época 1824. Congreso de Panamá
adoptaron, pues aunque allá fue útil, aquí no sirve de nada, porque
lo que se destruye es inútil a todos. Los franceses recibirán refuerzos
de fuera, y nosotros no recibiremos otros que los de casa.
Además, cuando el país se destruye, el enemigo lo evacua, y el
amigo perece en él. En Rusia había hielos, en Santo Domingo ceni-
zas que producían fiebres, y aquí no habrá sino inmensos desiertos
propios para vivir al abrigo de estos males. En una palabra, lo que se
destruya es nuestro, y ya nos queda poco que destruir.
Crea usted, mi querido general, que debemos saber perder al
principio para poder ganar después. Dejémosles a los enemigos las
costas, porque son enfermizas. Muy a lo interior debemos hacer
nuestra defensa; primero, porque lo alejamos de su base de opera-
ciones, que es la costa; segundo, porque es más provisto de víveres,
más sano de temperamento, y al llegar a tanta distancia sus fuerzas
deben haberse disminuido mucho. Además, debemos dar tiempos a
nuestros aliados, si los tenemos, a que se armen y los hostilicen de
concierto con nosotros.
Diré a U. de paso, y en confirmación de lo dicho, que a los france-
ses se les vence muy fácilmente con las demoras, con las privaciones,
los obstáculos, el clima, el fastidio y cuanto trae consigo una guerra
prolongada. Pero al contrario, son invencibles en el ataque, en el
asalto y en cuanto lleva por divisa la prontitud. Todo esto es muy
sabido; pero no debemos olvidar lo sabido.
Mientras que no se sepa de positivo el resultado de los franceses en
Colombia, no marcharé al sur, y estaré esperando por acá las disposicio-
nes de U. Si las circunstancias no son urgentísimas, yo no debo irme sin
haber mandado por delante doce mil hombres, lo que será en el curso de
este año. Sin embargo, si fuere preciso, me iré solo y un momento después
que haya recibido la noticia de ser necesaria mi presencia, pues en este
caso el general Sucre, La Mar, Salom y Lara pueden hacer lo que yo quiera.
No se olvide U. de hacer declarar una cruzada contra los herejes y ateos
franceses, destructores de sus sacerdotes, templos, imágenes y cuanto
hay de sagrado en el mundo. El obispo de Mérida y todos los fanáticos
pueden servir en este caso en los templos, en los púlpitos y en las calles.
Se me olvidaba observar a U. lo principal, y es que si después de
saberse en Europa el suceso de Ayacucho y la terminación de la guerra
en América, los franceses emprenden o continúan sus operaciones
contra nosotros, debemos prepararnos a sostener la contienda más
importante, más ardua, y más grande de cuantas han ocupado y
afligido a los hombres hasta ahora.
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Unión Latinoamericana
BOLÍVAR.
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SEGUNDA ÉPOCA 1847
TRABAJOS DEL CONGRESO REUNIDO EN LIMA
DOCUMENTOS INÉDITOS
PROTOCOLO
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 16 DE DICIEMBRE DE 1847
PRESIDIDA POR EL SEÑOR DON JUAN DE FRANCISCO MARTÍN
Reunidos hoy 16 de diciembre de 1847 a las 12 1/2 del día en la
casa del plenipotenciario de Chile los cinco plenipotenciarios de
Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y se aprobó
el Protocolo de la conferencia anterior.
El plenipotenciario de Chile propuso los dos acuerdos siguientes:
1º. Los puntos que no sean aprobados por unanimidad de los
plenipotenciarios, se reservarán para formar tratados y artículos
adicionales entre las repúblicas que con ellos se conformen.
2º. Todo acuerdo se mantendrá secreto, lo mismo que las discu-
siones, hasta tanto que los respectivos gobiernos dispongan hacerlos
públicos.
El primero fue unánimemente adoptado. Sobre el segundo no
recayó resolución, por haberse manifestado ser innecesario esta-
blecer por un acuerdo lo que, siendo un deber de todo negociador
diplomático, no puede dejar de observarse por los que concurren a
las presentes conferencias.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada, de acuerdo con los de
Chile y Bolivia, presentó un proyecto de tratado de confederación,
cuyo tenor es el siguiente:
“En el nombre de la Santísima Trinidad, triunfantes de la
España, en una lucha larga y sangrienta, los pueblos del continente
americano, que por tres siglos habían sufrido una dura opresión
como colonias de aquella nación, vindicaron sus derechos, se cons-
tituyeron en repúblicas independientes bajo las más halagüeñas
instituciones liberales y con inagotables elementos de riqueza y
de prosperidad, de poder y de engrandecimiento abrieron su co-
mercio a todas las naciones de la tierra. Empero débiles todavía,
como lo han sido todas las naciones cuando apenas han entrado en
el periodo de su infancia, no pudiendo presentar la respetabilidad
que dan los gobiernos consolidados por el tiempo y por la expe-
riencia, ni disponer de los recursos que proporcionan los capitales
acumulados por un largo comercio y una industria perfeccionada
con siglos de existencia, han llegado a verse en la dura condición
de sufrir amenazas, agresiones, ofensas y usurpaciones hechas a
su independencia, a su soberanía, a su dignidad y a sus intereses;
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
TRATADO DE LA CONFEDERACIÓN
Art. 1. Las Altas Partes contratantes se unen, ligan y confederan
para sostener la soberanía y la independencia de todas y cada una
de ellas; para mantener la integridad de sus respectivos territorios;
para asegurar en ellos su dominio y señorío y para no consentir que
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
cuatro si no los tuvieren, excepto en los casos para los que se haya
acordado otra cosa por tratados anteriores.
2º. Si la potencia contra la cual deban emplearse las fuerzas
de las repúblicas confederadas, en virtud de la declaratoria del
Congreso de los Plenipotenciarios, no hubiere hecho agresión ni
abierto hostilidades contra ninguna de dichas repúblicas, deberán
los gobiernos de estas declararle la guerra, en la forma debida, para
que tenga efecto lo que en este artículo queda acordado.
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
Art. 14. Los reos por delitos comunes, los desertores del ejérci-
to o de la marina, y los deudores alzados de una de las repúblicas
confederadas que se asilaren en otra de ellas, serán devueltos a
los jueces o tribunales a quienes competa su juzgamiento, siempre
que lo soliciten por conducto de la primera autoridad política de
una provincia limítrofe con la otra república, si en ella hubiere de
ser juzgado el reo, o por conducto del supremo gobierno en los de-
más casos, debiendo acompañar a la solicitud los documentos que
conforme a las leyes del país en que haya de ser juzgado el reo sean
bastantes para decretar su prisión o enjuiciamiento. La entrega del
reo se hará por la primera autoridad política del lugar en que aquel
se halle; y en caso de duda sobre el valor de los documentos que se
le hayan dirigido, consultará con la autoridad superior inmediata o
con el poder ejecutivo.
Los reos por delitos de traición, rebelión o sedición contra el
gobierno de una de las repúblicas confederadas que se asilen en
otra de ellas, no serán entregados en ningún caso; pero podrán ser
expulsados del país en que se hubieren asilado o internados hasta
cincuenta leguas de las fronteras o costas, cuando haya motivos
fundados para temer que promuevan conspiraciones o amaguen de
otra manera contra su propio país. La expulsión o remoción podrá
hacerse espontáneamente por el gobierno que haya prestado el asilo,
o a petición de la república amenazada.
Art. 15. Siempre que hayan de reunirse las fuerzas de las repú-
blicas confederadas para obrar conforme a este tratado, el Congreso
de los Plenipotenciarios fijará el contingente con que cada república
deba contribuir; sin perjuicio de que aquella o aquellas que vengan
a ser el teatro de la guerra aumenten sus fuerzas hasta donde sus
circunstancias se lo permitan.
El contingente de las tropas se distribuirá́ en proporción de la
población de las respectivas repúblicas.
Las fuerzas marítimas y los transportes para las fuerzas que
hayan de conducirse por mar, se darán por las repúblicas que las
posean, o que tengan más facilidades para su adquisición, compen-
sándose por las otras repúblicas estos auxilios marítimos con tropas
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
4º. Siendo necesario respetar en todo caso las reglas del derecho
público, que reconocidas y aceptadas por la Europa han llegado a ser
ley de las naciones, solo se harán algunas ligeras modificaciones o
restricciones que pudieran convenir a los Estados americanos para
precaverse de los ultrajes y daños con que no pocas veces han sido
deprimidos por la prepotencia y la injusticia de gobiernos podero-
sos, y en especial para reprimir el abuso de las estaciones navales.
5º. Habiendo celebrado varios Estados de esta parte de América
tratados con diversas potencias trasatlánticas, en los que se ajusten
por los Estados coligados, se ha de cuidar de no herir los tratados
vigentes, cuya validez y subsistencia procurarían aquellos sostener a
todo trance, haciendo uso de un derecho que no sería fácil contestar,
y aún menos abrogar.
6º. Los Estados coligados se garantizan su integridad territorial,
y no será lícito a ninguno de ellos ni a ningún poder extraño, apo-
derarse bajo de ningún pretexto, de cualquiera parte, por pequeña
que sea, del territorio de cualquiera de dichos Estados. Estos tendrán
por regla para fijar sus límites el uti possidetis de 1824, después de
terminada la guerra de la Independencia con la batalla de Ayacucho.
7º. Se comprometen los Estados a repeler toda invasión extran-
jera y a oponerse a todo proyecto de colonización y de adquisición
de territorio en el continente.
8º. Se comprometen así mismo a rechazar toda intervención
armada, sea cual fuere el poder que la intente, y los pretextos o mo-
tivos en que se funde; pues nada hay que pueda justificar ataques
tan derechos a la independencia y soberanía de las naciones.
9º. Puesto que una paz inalterable y profunda es el primero de
los bienes sociales, cuya posesión es absolutamente necesaria a las
recientes naciones americanas para consolidar el orden interior y
las instituciones, adelantar y asegurar su crédito, y avanzar en toda
vía de bienestar y de progreso, los Estados coligados adoptan como
principio vital e invariable de fraternidad en el sentido más amplio
y extenso, no hacerse jamás la guerra, sino ocurrir en todo evento a
los medios de conciliación, negociación o transacción, ya sea enten-
diéndose directamente unas con otras en caso de agravio, ofensa o
daño, por sus propios agentes, o bien por la interposición de uno o
más Estados, cuya mediación han de solicitar precisamente, siempre
que no haya sido posible el avenimiento por los medios directos.
10º. Mas no siendo suficiente la paz externa para asegurar to-
das las condiciones de la vida feliz de una nación, no solo se ha de
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 17 DE DICIEMBRE DE 1847
PRESIDIDA POR EL SEÑOR JUAN DE FRANCISCO MARTÍN
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó el protocolo de la conferen-
cia del día anterior y fue aprobado.
Continuando la conferencia sobre el proyecto de tratado de confe-
deración, se adoptó unánimemente el artículo 5 variando la última parte
de su primer parágrafo como sigue: “Y en consecuencia cortarán toda
clase de relaciones con ella, y ninguna de las repúblicas confederadas
admitirá, mientras duren las hostilidades, ninguna clase de efectos de
comercio naturales o manufacturados originarios del territorio de la
potencia enemiga”. Los plenipotenciarios expusieron que la supresión
que por indicación del Perú se ha hecho en este artículo de la frase por
la cual debían declararse rotos los tratados, no es con la mira de que
tal ruptura no tenga efecto, sino porque siendo una consecuencia de la
guerra reconocida por el derecho de gentes, es conveniente que llegado
el caso de declararse, sea en virtud del principio universal, y no como
regla establecida por una de las partes interesadas.
El artículo 6 se adoptó por unanimidad, y se acordó colocarle
después del tercero, porque pareció́ ser aquel el lugar que mejor le
corresponde.
Considerando el artículo séptimo, propuso el plenipotenciario
del Perú que se sustituyese al uti possidetis de 1840 el de 1824, en que
quedó asegurada la independencia de los Estados de la América del
Sur por la batalla de Ayacucho.
Los demás plenipotenciarios apoyaron la manifestación del de
la Nueva-Granada, demostrando que por la batalla de Ayacucho no
se había hecho ninguna alteración, ni se había creado ningún nuevo
derecho sobre límites, y que las repúblicas hispanoamericanas no
pueden fundar sus derechos territoriales, sino en las disposiciones
del gobierno español vigentes al tiempo de declararse la indepen-
dencia, y en los tratados y convenios que después de aquella fecha
hubieren celebrado, y esto es lo que por el artículo se establece. El
plenipotenciario del Perú pidió se suspendiese el examen de este ar-
tículo por serle preciso recibir sobre él instrucciones de su gobierno.
El artículo 8 fue unánimemente adoptado; pero el plenipoten-
ciario de Bolivia manifestó que aun no habiendo recibido sobre
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 20 DE DICIEMBRE DE 1847
PRESIDIDA POR EL SEÑOR PABLO MERINO
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y aprobó el protocolo de la
conferencia anterior.
Se continuó el examen del proyecto de tratado de Confederación,
y se admitió por unanimidad el artículo 11.
Sobre el artículo 12 manifestaron los plenipotenciarios del
Perú y del Ecuador, que siendo de conveniencia común a todas las
repúblicas americanas la conservación del sistema democrático que
han adoptado, convendría que se comprometiesen mutualmente a
no permitir que dicho sistema fuese destruido, lo que contribuiría
también a formar una opinión favorable al Congreso, evitándose el
que pudiesen atribuírsele miras contrarias a este principio. Los demás
plenipotenciarios contestaron que creían muy peligroso acordar una
estipulación como la que se proponía, porque ella establecería el
principio de intervención de unos Estados en los negocios internos
de los otros, cosa que sería rechazada por todas las repúblicas; y que
aunque es de desearse que en ninguna de ellas se intente alterar el
sistema democrático adoptado, no puede imponerse esto como un
deber sin renunciar la prerrogativa más preciosa de su soberanía y
de su independencia; pero que para que no se interpretase mal la
intención de los gobiernos, al acordar el principio de la no-interven-
ción de una república en los negocios interiores de las otras, podrá
variarse la redacción del artículo de modo que no pueda atribuirse
al Congreso la idea de favorecer el cambio del sistema adoptado. Se
suspendió el artículo para redactarlo conforme a esta indicación.
Fue unánimemente aprobado el artículo 13.
Hubo una detenida discusión sobre el artículo 14 relativamente a
los delitos por los cuales deba acordarse la extradición, y el modo de
acordarla. En consecuencia se suspendió la primera parte de dicho
artículo para redactarlo teniendo presentes las indicaciones hechas.
La segunda parte se adoptó por unanimidad modificando su último
período como sigue: “La expulsión o remoción solo podrá hacerla el
gobierno de la república que haya prestado el asilo”.
El plenipotenciario de Chile propuso las dos siguientes adiciones
a este artículo:
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PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 21 DE DICIEMBRE DE 1847
PRESIDIDA POR EL SEÑOR PABLO MERINO
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú a las doce y media del día, se leyó y aprobó
el protocolo de la anterior conferencia.
Se adoptó unánimemente el artículo 12 del proyecto de
Confederación redactado por la secretaría en los términos siguientes:
“Conservando como conserva cada una de las repúblicas con-
federadas el pleno derecho de su independencia y de su soberanía,
no podrán intervenir en sus negocios internos, ni los gobiernos de
las otras repúblicas, ni el Congreso de los Plenipotenciarios; pero no
se entenderá como tal intervención los auxilios que deben prestarse
con arreglo a este tratado, ni los medios que conforme a él pueden
emplearse para asegurar su cumplimiento y el de los demás tratados
de la Confederación”.
Para quitar el temor que los plenipotenciarios del Perú y del
Ecuador habían manifestado de que se crea que el Congreso pueda
favorecer el cambio del sistema democrático, se propuso por los ple-
nipotenciarios de Chile y Nueva-Granada y se convino por todos en
que se agregase la palabra instituciones en el preámbulo donde dice:
“Para sostener su independencia, su soberanía, etc.” Continuó la
discusión del primer parágrafo del artículo 14 en la cual manifesta-
ron los plenipotenciarios de la Nueva-Granada, Ecuador y Bolivia lo
conveniente que sería para la cumplida administración de la justicia
y para la moral pública, el que la extradición se extienda a todos los
reos por delitos comunes, sin ninguna excepción, como se establece
en el artículo. Pero no conviniendo en esto el plenipotenciario del
Perú́ que proponía el no permitir la extradición sino por delitos muy
graves, se adoptó al fin el medio propuesto por el plenipotenciario
de Chile, quedando el artículo redactado como sigue: “Los reos por
delitos comunes, que en el país donde se hubieren cometido, tuvie-
ren señalada pena de muerte, o de trabajos públicos, reclusión o
encarcelamiento por cuatro o más años, los desertores del ejército
o de la marina, los deudores alzados o fraudulentos, y los deudores
al erario nacional u otros fondos públicos de una de las repúblicas
confederadas que se asilaren en otra de ellas, etc.” (lo demás como
el original.)
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PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 23 DE DICIEMBRE DE 1846
PRESIDIDA POR EL SEÑOR PABLO MERINO
Reunidos a las doce y media del día los plenipotenciarios de
Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva Granada y Perú, se leyó y aprobó el
protocolo de la conferencia anterior.
El secretario presentó la nueva redacción del artículo 20 del pro-
yecto de tratado de confederación, manifestando que le había sido
preciso dividirlo en tres artículos por haber tres casos muy distintos
en los cuales puede considerarse el Congreso.
1º. Cuando los plenipotenciarios, considerados como represen-
tantes de sus gobiernos, concurran a la celebración de tratados entre
las respectivas repúblicas: 2º. Cuando constituyan un cuerpo auto-
rizado por aquellos tratados para tomar algunas medidas relativas a
las repúblicas confederadas; y 3º. Cuando el Congreso represente a
la Confederación colectivamente para tratar con otra potencia. Los
expresados tres artículos fueron unánimemente adoptados en los
términos siguientes:
Art. 20. Los plenipotenciarios de las Repúblicas Confederadas, como
representantes de sus respectivos gobiernos, podrán acordar entre sí
todos los tratados o convenciones necesarios para favorecer y fomentar
los intereses recíprocos de las mismas repúblicas, y para sostener los
derechos que les sean comunes o cuya lesión pudiera afectarlas a todas.
Pero estos tratados o convenciones solo serán obligatorios para cada una
de las Repúblicas Confederadas en aquello que haya sido estipulado con
acuerdo de su plenipotenciario, y ratificado por su gobierno.
Art. 21. El Congreso de los Plenipotenciarios de las Repúblicas
Confederadas, como mediador y árbitro en los negocios concer-
nientes a las relaciones de las mismas repúblicas, solo tendrá las
siguientes atribuciones:
1º. Acordar las medidas, decisiones, y demás actos que expresa-
mente le estén encargados por este tratado, o por los que en adelante
se celebren entre las repúblicas confederadas.
2º. Dar la debida interpretación a los tratados y convenios de las
repúblicas confederadas entre sí celebrados en el mismo Congreso,
siempre que ocurran dudas en su ejecución.
3º. Proponer a los gobiernos de las repúblicas confederadas, en
los grandes conflictos en que estas puedan hallarse, las medidas que
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PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 24 DE DICIEMBRE DE 1847
PRESIDIDA POR EL SEÑOR PABLO MERINO
Reunidos a las doce y media del día, los plenipotenciarios de
Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y aprobó el
protocolo de la conferencia anterior.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada presentó el proyecto
de tratado de comercio y navegación que se inserta a continuación
de este protocolo. Leído dicho proyecto se hicieron algunas obser-
vaciones sobre la conveniencia de establecer recíprocas franquicias
en el comercio de las repúblicas confederadas entre sí, y se convino
en dar principio a las conferencias para el examen ordenado de este
proyecto el 28 del corriente. Siendo las tres de la tarde se levantó la
sesión.
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
PROYECTO DE TRATADO A QUE SE REFIERE EL PROTOCOLO
ANTERIOR
En el nombre de la Santísima Trinidad.
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Art. 15. El presente tratado será obligatorio por doce años a to-
das las repúblicas contratantes, y continuará siéndolo hasta un año
después que alguna o algunas de dichas repúblicas comunicaren al
Congreso de Plenipotenciarios su intención de que cese en todo o
en parte.
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 28 DE DICIEMBRE DE 1847,
PRESIDIDA POR EL SEÑOR DON MANUEL FERREIROS
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú a la una del día, se leyó y aprobó el protocolo
de la conferencia anterior.
Presentó el secretario, puesto en limpio el Tratado de
Confederación, según ha sido acordado y lo tomó el plenipotenciario
del Perú para examinarlo detenidamente e indicar si sería preciso
hacerle algunas variaciones.
Se empezó el examen del proyecto de tratado de comercio y
navegación agregado al protocolo anterior, y se adoptaron unáni-
memente la introducción y el artículo primero.
Sobre el artículo 2 dijo el plenipotenciario de Chile, que la cons-
titución de su república exigía para la naturalización de extranjeros,
condiciones que no estaban de acuerdo con las que establece este
artículo, y que atendiendo al odio con que en alguna de las repúblicas
se mira el que tomen parte en sus negocios políticos individuos que
no sean naturales del país, creía que aún no era oportuna la dispo-
sición que contiene el artículo.
El plenipotenciario del Perú apoyó las observaciones hechas por
el de Chile, y en consecuencia no fué adoptado el artículo, aunque el
plenipotenciario de la Nueva-Granada expuso que era conciliable con
lo que disponía la constitución de Chile, y que tendía a estrechar la
unión y la fraternidad entre los habitantes de las diversas repúblicas
confederadas.
El artículo 3 se adoptó después de una detenida discusión, en
que se demostró estar fundado en un derecho perfecto de toda na-
ción soberana y ser conforme a los principios generales adoptados.
Los artículos 4 y 5 se suspendieron por haber manifestado el
plenipotenciario del Perú tener necesidad de recibir sobre ellos
instrucciones de su gobierno.
Los artículos 6, 7, 8, 9 y 10 se adoptaron unánimemente sin
variación. En el 8 propuso el plenipotenciario del Chile que la na-
vegación de los ríos interiores de cualquiera de las repúblicas con-
federadas, fuese libre y común para todas estas repúblicas; pero no
se adoptó esta proposición, porque los plenipotenciarios del Perú y
de la Nueva-Granada manifestaron hallar algunos peligros en esta
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DE 30 DE DICIEMBRE DE 1847,
PRESIDIDA POR EL SEÑOR MANUEL FERREIROS
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva-Granada y Perú se leyó y aprobó el protocolo de la
anterior conferencia.
Se tomó en consideración el artículo 4 del proyecto de tratado de
comercio y navegación que había quedado suspendido, y se adoptó
por unanimidad, variando solamente la última parte de su primer
parágrafo, como sigue: “y los derechos de peaje, pontazgo y pasaje
que cobren en el tránsito para la internación, y cualesquiera otros
municipales impuestos o que se impusieren sobre los expresados pro-
ductos de las repúblicas confederadas importados de unas a otras, no
podrán ser mayores que los que se cobren sobre los efectos del país”.
El artículo 5 se adoptó unánimemente suprimiendo la frase: “el
precio del artículo o artículos”, y terminando su último párrafo así:
“conforme a las reglas que hubieren acordado o acordaren dichas
repúblicas”. Estas variaciones fueron propuestas por el plenipoten-
ciario del Perú.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada dijo que atendiendo a
las obligaciones a que quedaban sujetos los extranjeros domiciliados
en las repúblicas confederadas, según lo acordado en el artículo 3
creía poco el tiempo que allí se había fijado para adquirir el domi-
cilio; y propuso extenderlo a dos años, lo que se adoptó por todos
los plenipotenciarios.
El plenipotenciario de Chile manifestó que convendría poner un
artículo para que en la expedición y revisión de los pasaportes no
experimentasen los transeúntes indebidos retardos o embarazos, y
quedó encargada la secretaría de redactarlo.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada presentó el proyecto
de convención consular que se agrega a este protocolo, y habiéndole
dado lectura se convino en entrar en su examen el día de mañana, y
se levantó la sesión a las tres de la tarde.
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PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 31 DE DICIEMBRE DE 1847,
PRESIDIDA POR EL SEÑOR MANUEL FERREIROS
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú a la una del día, se leyó y aprobó el protocolo
de la conferencia anterior.
Se adoptó el siguiente artículo para el tratado de comercio pre-
sentado por el secretario en virtud de lo acordado en la conferencia
de ayer:
“En los pasaportes que los transeúntes presenten a cualquiera
de las autoridades competentes de una de las repúblicas contra-
tantes, expedidos en una de las mismas repúblicas o en otra nación
extranjera, se pondrá el pase por dicha autoridad sin exigir ninguna
clase de derechos, siendo de cargo de quienes presenten dichos
pasaportes dar el papel que corresponda y fuere necesario, y no se
ocasionará retardo ni embarazo por tal diligencia a los interesados;
excepto el caso en que haya motivo para ser detenidos conforme a
las leyes del país”.
El plenipotenciario del Perú no convino en otra parte de este
artículo que fijaba un máximum de cuatro pesos por los derechos
de expedición de pasaportes para el extranjero, cuyos derechos son
actualmente en esta república de doce pesos.
Se tomó en consideración el proyecto de convención consular
presentado en la conferencia anterior y se adoptaron sin variación
la introducción y los artículos 1 y 2.
El artículo 3 se adoptó con las modificaciones siguientes:
Función 2ª. “Dirigirse a las autoridades del distrito consular y en
su caso al Gobierno Supremo por medio del respectivo agente diplo-
mático, si lo hubiere, o directamente en caso contrario reclamando
etc.” (lo demás como el original).
Función 5ª. “Como defensores natos de sus compatriotas, pre-
sentarse a su nombre, cuando por ellos fueren solicitados, ante las
respectivas autoridades del país en los negocios en que tengan ne-
cesidad de su apoyo”.
Función 9ª. (Como el original) variando su última parte en estos
términos: “y para la práctica de las mismas diligencias y la entrega
de los bienes y sus productos observarán las leyes respectivas y las
instrucciones que tengan de sus gobiernos”.
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 4 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR JOSÉ BALLIVIAN
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva Granada y Perú, se leyó el protocolo de la conferen-
cia anterior.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada presentó el siguiente
proyecto de
CONVENCION DE CORREOS
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 8 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR JOSÉ BALLIVIAN
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú a las dos de la tarde, se leyó y aprobó el pro-
tocolo de la última conferencia.
Debiendo presentarse por los plenipotenciarios las observaciones
que les hubieren ocurrido sobre el Tratado de Confederación según
había sido acordado, para corregirlo y ponerlo en limpio, el plenipoten-
ciario del Perú dijo: que habiendo procurado explorar la opinión públi-
ca sobre las principales estipulaciones de este tratado, había hallado
una general oposición sobre dos puntos, a saber: la permanencia del
Congreso de los Plenipotenciarios y las facultades atribuidas a él, que
se cree menguan la soberanía de las repúblicas confederadas; y que
deseando remover los obstáculos que creía habrá para la aprobación
de este tratado, presentaba las modificaciones necesarias quitando
las reuniones periódicas del congreso y las atribuciones que se le
confieren para decidir en varios casos determinados en dicho tratado.
Las modificaciones presentadas son las siguientes:
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
1. En los Protocolos, “Como está acordado” es una fórmula para evitar transcri-
bir todas las propuestas y acuerdos previos. En otros casos se utiliza también la
fórmula “etc.” (N. del E.)
144
Unión Latinoamericana
2. “Hasta…” es una fórmula para evitar transcribir textos extensos que no aportan
más información. (N. del E.)
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
Art. 15. Siempre que hayan de reunirse las fuerzas de las repú-
blicas confederadas para obrar conforme a este tratado, concurrirá
cada una de ellas en la proporción de mil quinientos soldados por
cada millón de almas, de manera que a Bolivia cuya población se
compone de... le corresponde un contingente de… a Chile con una
población de… al Ecuador con la de… a Nueva-Granada con la de…y
al Perú con la de…3
Esta distribución deberá entenderse sin perjuicio de que aquella
o aquellas de las repúblicas confederadas que vengan a ser el teatro
de la guerra, puedan si les conviniese, aumentar sus fuerzas hasta
donde sus circunstancias se lo permitan, y de que pueden exigir un
contingente menor cuando no consideren necesaria toda la fuerza
que se designa en el presente artículo.
El inciso 2º se suprime.
Las fuerzas marítimas y los trasportes para las fuerzas que hayan
de conducirse por mar, se darán por las repúblicas que los posean,
o que tengan más facilidades para su adquisición en la proporción
de una fragata y dos bergantines (y tantos) trasportes por cada mil
quinientos soldados, compensándose por las otras repúblicas estos
auxilios marítimos con tropas de tierra en proporción inversa, o con
la suma de dinero correspondiente. Quedan sin embargo en libertad
las repúblicas que tengan fuerzas marítimas para dar en lugar de estas
el dinero equivalente, cuando siendo necesarias dichas fuerzas para
obrar en el Atlántico, se hallen en el Pacífico o viceversa.
3. El Protocolo lo deja en blanco para que cada firmante lo complete con sus
datos. (N. del E)
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DE 10 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR JOSÉ BENAVENTE
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú, a la una del día, se leyó y aprobó el protocolo
de la conferencia anterior.
Se tomó en consideración la modificación al artículo 3 del
Tratado de Confederación, propuesta por el plenipotenciario del
Perú, y que se ha insertado en el protocolo anterior.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada observó que la facultad
que se da al Congreso de los Plenipotenciarios, para declarar cuando
exista el casus foederis, es indispensable para que puedan obrar de
acuerdo las repúblicas confederadas, pues de otro modo ni podrá
conocer cada república en la debida oportunidad, cuáles sean las de-
terminaciones de las otras, ni estas determinaciones podrán tener la
uniformidad que es necesaria para que sea efectiva la Confederación:
en apoyo de esta observación presentó varios ejemplos de retardos
en las comunicaciones entre los gobiernos, y de las dificultades que
ha habido para obtener un acuerdo, aún entre dos de ellos solamente.
El plenipotenciario del Perú dijo: que, en su concepto, dar al
Congreso de los Plenipotenciarios la facultad de declarar el casus
foederis, era establecer en dicho Congreso una nueva soberanía, un
nuevo poder que no estaba reconocido por las constituciones de los
Estados que entraban en la Confederación; y que era privar a dichos
Estados de un derecho a que no podían renunciar.
Contestó el plenipotenciario de la Nueva-Granada, que aunque
las constituciones de las repúblicas concurrentes exigen, para la
declaratoria de guerra, la aprobación de los congresos naciona-
les, esto no se contrariaba con la facultad dada al Congreso de los
Plenipotenciarios para declarar la existencia del casus foederis, pues
en esto no hace otra cosa sino determinar si el caso previsto por el
tratado es o no el caso que se presenta: que comunicada la determi-
nación a los gobiernos, estos harán la guerra defensiva si ha habido
agresión, y si fuere necesaria la declaración de guerra, cada gobierno
la hará según sus formas constitucionales como se establece en el
parágrafo 3º del artículo 6, y por consiguiente en ningún caso se
contraría a lo dispuesto por las constituciones de los Estados ni se
ofende la soberanía de estos que si las repúblicas no se someten a
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 17 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR JUAN DE FRANCISCO MARTÍN
Reunidos a los doce y media del día los plenipotenciarios de
Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva-Granada y Perú se leyó y aprobó el
protocolo de la conferencia del día 10, no habiendo tenido lugar la
del 15 por impedimento del plenipotenciario del Perú.
Continuó la discusión que había quedado pendiente sobre el artí-
culo 3 del Tratado de Confederación, y habiendo reproducido algunas
de las razones que demostraban la necesidad de conservar el artículo
como había sido primitivamente acordado, dijo el plenipotenciario del
Perú: que el objeto de las modificaciones que había presentado, era el
hacer aceptable el tratado, y que convendría en el artículo como se había
adoptado por todos los plenipotenciarios con las siguientes variaciones:
1ª la Junta de los Plenipotenciarios no se denominará Congreso sino
Asamblea, para no dar motivo a que se crea que tiene funciones análogas
a las de los congresos legislativos y que asume algunas de las atribu-
ciones de estos: 2ª que no se fijase el período para la reunión de dicho
Congreso y 3ª que las medidas que deban preceder a la declaratoria de
la existencia del casus foederis, se practiquen por los gobiernos de las
repúblicas confederadas y no por el Congreso, con cuyo fin se dirigirá
siempre a ellos la exposición de que habla el artículo.
Los demás plenipotenciarios contestaron; 1º que aunque la
reunión de plenipotenciarios era una Asamblea, y podría dársele
este nombre, creían más conveniente conservarle el de Congreso,
porque era el que en todas partes se habría dado a la reunión de
plenipotenciarios, porque ya estaba aceptado por los gobiernos
que en general han dado el nombre de Congreso y no de Asamblea a
esta reunión, y porque en el mismo tratado se ve que las facultades
de este Congreso son enteramente distintas de las de los congresos
legislativos de estas republicas; 2º que la reunión periódica del
Congreso es indispensable, como se ha dicho, para dar eficacia y
fuerza moral a la Confederación, especialmente al empezar esta, y
que si los gobiernos creen que puede ser inconveniente el establecer o
mantener esa reunión periódica, se pondrán de acuerdo para negociar
una estipulación contraria, a cuyo fin ofrecían los plenipotenciarios
hacer presentes a sus gobiernos las observaciones aducidas por el
plenipotenciario del Perú; y 3º que en todas las medidas relativas
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 18 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR J. DE FRANCISCO MARTÍN
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y aprobó el protocolo de la
conferencia de ayer.
Continuó la discusión sobre la modificación del artículo 7, y no
conviniendo el plenipotenciario del Perú en suscribir dicho artí-
culo ni como había sido acordado primitivamente, ni como habían
propuesto modificarlo los plenipotenciarios de la Nueva Granada y
de Chile, manifestaron estos que no obstante la persuasión en que
estaban de la utilidad de que en este artículo se expresase ser nece-
sario y obligatorio en último caso el arbitramento del Congreso de
los Plenipotenciarios, aun cuando solo se solicitase por una de las
repúblicas interesadas, sin embargo, atendida la oposición del pleni-
potenciario del Perú y considerando que sería perjudicial eliminar del
tratado toda estipulación sobre límites, convenían en que el artículo
se modificase en la última parte de su primer parágrafo como sigue:
“Si los respectivos gobiernos no aprobaren la demarcación hecha
por los comisionados, si estos no pudieren ponerse de acuerdo para
hacerla, se someterá el asunto a la decisión arbitral de alguna de las
repúblicas confederadas, o de alguna de las naciones amigas, o a la
del Congreso de los Plenipotenciarios, si las repúblicas interesadas
prefiriesen esta”.
El plenipotenciario del Perú adoptó esta modificación.
El plenipotenciario de Bolivia dijo: que en sus instrucciones se
le prevenía expresamente que el Congreso de los Plenipotenciarios
fuese el árbitro en las cuestiones sobre límites y sobre cualesquiera
otros objetos que pudiesen suscitarse entre las repúblicas confede-
radas, y que temía se le hiciese cargo de faltar a estas instrucciones
si suscribía a la modificación últimamente propuesta.
Los otros plenipotenciarios contestaron que no podía hacérsele
tal cargo, pues habiéndose negado absolutamente el plenipotencia-
rio del Perú a convenir en aquella estipulación con la extensión que
han deseado los demás plenipotenciarios, no quedaba otro medio
que adoptar la modificación propuesta u otra semejante, o desechar
el artículo, y esto último sería menos conforme a las instrucciones
que lo primero.
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 21 DE ENERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR JUAN DE FRANCISCO MARTÍN
Reunidos a las doce y media del día los plenipotenciarios de
Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y aprobó el
protocolo de la conferencia del día 19.
Se tomó nuevamente en consideración el proyecto de tratado de
comercio y navegación, con el objeto de hacer en él las modificacio-
nes y correcciones que se creyera conveniente acordar para firmarlo.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada propuso, y los demás
plenipotenciarios adoptaron, los siguientes parágrafos como partes
del artículo 6:
“Los buques de cualquiera de las repúblicas confederadas que
arriben a los puertos de otra de las mismas repúblicas serán conside-
rados y tratados a su entrada, durante su permanencia y a su salida
como buques nacionales para el cobro de derechos de tonelada,
anclaje, pilotaje, fanal y cualesquiera otro de puerto”.
“Lo estipulado en este tratado no reforma ni altera las leyes y
reglamentos expedidos, o que se expidieren en cada república sobre
el comercio costanero o de cabotaje”.
El mismo plenipotenciario propuso, y fue adoptada por los de-
más, la siguiente adición al deber segundo del artículo 11, “o cuando
el buque pertenezca a una nación que no reconozca la libertad de
las mercancías por ir bajo pabellón neutral”.
Se convino unánimemente en modificar el artículo 10, en los
términos siguientes:
“En el caso de hallarse en guerra las repúblicas confederadas
con otra u otras naciones, los juzgados y tribunales de presas en
cualquiera de las dichas repúblicas tendrán jurisdicción para conocer
en las causas de presas hechas por corsarios armados por cuenta de
particulares con patente de cualquiera de las mismas repúblicas, y
para proceder contra dichos corsarios por excesos cometidos en alta
mar contra el comercio de las naciones amigas o neutrales”.
En el deber 4º del artículo 11, se suprimió la frase siguiente:
“Siempre que fueren apresados sin faltar al derecho de los neutrales”.
Se fijó el término de 24 meses en el artículo 16, para hacer el
canje de las ratificaciones, y se dio por terminada la negociación
de este tratado; habiéndosele hecho algunas ligeras variaciones de
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Unión Latinoamericana
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIA DEL 24 DE ENERO 1848, PRESIDIDA POR
EL SEÑOR PABLO MERINO
Reunidos los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú a las doce y media del día, se leyó y aprobó
el protocolo de la conferencia anterior.
Se tomó nuevamente en consideración el proyecto de conven-
ción consular.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada presentó, y los demás
adoptaron, la siguiente atribución que debe ir después de la 4ª del
artículo 3.
“Recibir las declaraciones, protestas y relaciones de los capitanes,
contramaestres y patronos de los buques de su nación por razón de
averías padecidas en la mar, y las protestas que cualesquiera indivi-
duos de su nación tengan a bien extender sobre asuntos mercantiles.
Estos documentos en copia auténtica expedida por el cónsul, serán
admitidos en los juzgados y tribunales y tendrán el mismo valor que
si hubiesen sido otorgados ante los mismos juzgados y tribunales”.
A la atribución 9ª se agregó lo siguiente:
“Cuando el cónsul no se hallare en el lugar en que haya ocurrido
la muerte del individuo, las autoridades locales tomarán las provi-
dencias de su resorte para dar seguridad a los bienes de este”.
En las atribuciones 1ª, 2ª, 8ª y 13ª, se hicieron algunas adiciones
para mayor claridad.
Se acordó introducir el siguiente artículo después del 7:
La presente convención se presentará a los gobiernos de los
Estados americanos que no han concurrido a su celebración, exci-
tándolos para que le presten su accesión.
Se fijó en el artículo 8, el término de 24 meses para el canje de las
ratificaciones, se hicieron las variaciones de pura redacción que se
juzgaron necesarias, y se dio por concluida esta convención.
Se pasó al examen de la convención de correos, en la cual se
hicieron las dos siguientes adiciones propuestas por el plenipoten-
ciario de la Nueva-Granada y adoptadas por los demás.
1ª. En la primera parte del artículo 2, que quedó en los términos
siguientes:
“La correspondencia epistolar, los pliegos e impresos que se
dirijan oficialmente por el gobierno o del gobierno de cualquiera de
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Unión Latinoamericana
las repúblicas contratantes, los que se dirijan entre sí sus agentes
diplomáticos y los que estos dirijan por ellos, se conducirán conforme
al artículo anterior, etc.” (lo demás como está acordado).
2ª. Artículo que debe ir después del 6:
“Las repúblicas contratantes no renuncian por la presente
convención el derecho que tuvieren de cobrar la correspondencia
e impresos conducidos por su territorio a su territorio, o de su te-
rritorio en valijas de otras naciones, los portes que por tratados y
convenciones celebrados con tales naciones se hayan fijado o se
fijaren por la conducción de dicha correspondencia”.
Para después de este artículo se adoptó el mismo introducido en
la convención consular sobre accesión de los otros Estados america-
nos; con la cual y las convenientes variaciones de redacción quedó
terminado esta convención.
El plenipotenciario del Ecuador expuso, que, cumpliendo con sus
instrucciones, llamaba la atención del Congreso a un asunto grave,
cual era la expedición militar que proyectó y organizó en España
el ex general Juan José Flores, con el objeto de reconquistar estos
países y someterlos a la antigua metrópoli. Que en prueba de esta
verdad, el gobierno ecuatoriano había tenido avisos de su agente
confidencial en Londres y del ministro de Relaciones Exteriores de
Chile, asegurando que el ex general Flores no desistía de su proyec-
to aun después del embargo de los vapores y trasportes que debían
conducir la mencionada expedición, que había pasado a Bélgica
con el objeto de hacer nuevos enganches, que en el mismo sentido
se había explicado el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, en
su memoria al Congreso del año pasado, que el ex general Flores,
después de su llegada a Norteamérica, se había situado en Jamaica y
que desde allí estaba atizando la discordia y promoviendo revolucio-
nes en el Ecuador, por medio de escritos y cartas confidenciales que
había dirigido al actual comandante general de Guayaquil y a otros
individuos, y aun remitiendo fondos a varias personas para poner el
país en conflagración que ya se habían descubierto y sofocado dos
revoluciones, una en Guayaquil y otra en Quito: que se tenía noti-
cia que don Andrés Santa Cruz estaba de acuerdo con Flores para
promover iguales trastornos en Bolivia y el Perú, pues había escrito
últimamente a una persona caracterizada de Chile, anunciándole
que el día menos pensado estaría en estas costas, por haber faltado
Bolivia a las condiciones con que él convino en expatriarse y pasar a
Europa: que por todas estas razones proponía al Congreso Americano
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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Unión Latinoamericana
PROTOCOLO
DE LA CONFERENCIIA DEL 8 DE FEBRERO DE 1848, PRESIDIDA
POR EL SEÑOR MANUEL FERREIROS
Reunidos a la una del día los plenipotenciarios de Bolivia, Chile,
Ecuador, Nueva-Granada y Perú, se leyó y aprobó el protocolo de la
conferencia del día 24 de enero próximo pasado.
Se presentaron escritos en la forma debida los correspondientes
ejemplares de los tratados y convenciones acordados en el presente
Congreso en los términos constantes en los protocolos anteriores,
cuyos ejemplares fueron firmados y sellados por los cinco plenipo-
tenciarios; acordándose el firmar un sexto ejemplar que quedará
como matriz en los archivos de la Secretaría General del Congreso.
El plenipotenciario de la Nueva-Granada propuso el siguiente
proyecto de acuerdo:
Habiéndose estipulado en los tratados y convenciones firmados
en esta fecha por los plenipotenciarios de Bolivia, Chile, Ecuador,
Nueva-Granada y Perú que dichos tratados y convenciones sean
comunicados a los gobiernos de los demás Estados americanos, para
que si lo tienen a bien les presten su accesión siendo necesario el
que se determinen los medios de llevar a efecto dicha estipulación,
hemos acordado los infrascritos plenipotenciarios de dichas repú-
blicas, lo siguiente:
1º. Los tratados sobre Confederación, y sobre comercio y na-
vegación, y las convenciones sobre cónsules y sobre correos firma-
dos en esta fecha, se presentarán por el gobierno de Bolivia al de
Venezuela, por el de Chile a los de los Estados del Río de la Plata,
por el del Ecuador a los de los Estados de Centroamérica, por el de
la Nueva-Granada al de México, y por el del Perú a los del Brasil y
Estados Unidos.
2º. La presentación de los mencionados tratados y convenciones
se hará por medio de agentes diplomáticos, y en copias autorizadas
por los respectivos ministros o secretarios de Relaciones Exteriores.
3º. Los ministros plenipotenciarios que se nombraren para hacer
el canje de las ratificaciones de los dichos tratados y convenciones,
se reunirán en esta ciudad de Lima en el mes de agosto de mil ocho-
cientos cuarenta y nueve.
4º. Los gobiernos que presten su accesión al Tratado de Confederación
podrán mandar sus ministros plenipotenciarios al congreso que debe
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Segunda época 1847. Trabajos del congreso reunido en Lima
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TERCERA ÉPOCA 1856 Y 1862
ALGUNAS DE LAS PIEZAS RELATIVAS AL
TRATADO CONTINENTAL
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
Art. 19. Para el caso desgraciado de violar alguna de las altas partes
contratantes este Tratado, o los que se celebren en consecuencia de
él, o cualquiera tratado que ligue particularmente entre sí a alguna de
ellas, se estipula que la parte que se creyere ofendida no ordenará ni
autorizará actos de hostilidad o represalias, ni declarará la guerra sin
presentar antes al Estado ofensor una exposición de los motivos de
queja comprobada con testimonios justificativos, exigiendo justicia
o satisfacción, y sin que esta haya sido negada o dilatada sin razón.
Igual procedimiento se obligan a observar en el caso de cualquiera
otra ofensa, injuria o daño inferido o hecho por uno de los Estados a
otro; de manera que no se ejecutarán actos de represalia, ni se come-
terán hostilidades, ni se declarará la guerra, sin la previa exposición
de motivos para que se dé satisfacción o se haga justicia, y sin agotar
antes todos los medios pacíficos de arreglar sus diferencias.
Se comprometen igualmente, para alejar todo motivo que per-
judique a la buena inteligencia y armonía que deben mantener entre
sí, que cualquiera que sean los motivos que alguno de ellos tuviere
para variar el orden de sus relaciones con otros de los Estados, cons-
tituidos por actos internacionales, cualquiera que sea el carácter de
estos, no procederá a variarlos sin haber comunicado su resolución al
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Unión Latinoamericana
otro Estado, y propuesto o indicado las bases bajo las cuales deberán
arreglar esas mismas relaciones en adelante.
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
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Unión Latinoamericana
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
Buenaventura Seoane
A S. E. el Sr. Dr. D. Eduardo Costa, ministro de Relaciones
Exteriores de la República Argentina, etc., etc.
REPÚBLICA ARGENTINA
Ministerio de Relaciones Exteriores
Buenos Aires, noviembre 10 de 1862
Señor ministro:
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Unión Latinoamericana
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Unión Latinoamericana
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
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REPÚBLICA DE NUEVA-GRANADA
Despacho de Relaciones Exteriores
Bogotá, junio 6 de 1862
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
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Unión Latinoamericana
lo acepta, lo que será peor que no asistir. De manera que esto que
pudiera tomarse por un mero escrúpulo de etiqueta internacional,
es realmente una condición esencial de la eficacia y la autoridad del
Congreso. En tal persuasión, íntima y sólida, el Presidente ha creído
deber ordenar al infrascrito que transmita a Vuestra Excelencia las
ideas ya expresadas, a fin de que el gobierno de Costa Rica las tome
en consideración y les dé el valor que su sabiduría les conceda con
respecto al buen éxito del grave proyecto que se adelanta.
Quiera Vuestra Excelencia aceptar las seguridades de la perfecta
consideración que tiene la honra de ofrecerle su muy atento servidor.
M. Ancizar
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
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Tercera época 1856 y 1862. Algunas de las piezas relativas al tratado continental
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CUARTA ÉPOCA 1864
PIEZAS RELATIVAS A LA CONVOCATORIA Y
REUNIÓN DEL CONGRESO DE 1864
CIRCULAR
REPÚBLICA DEL PERÚ
Ministerio de Relaciones Exteriores
Lima, enero 11 de 1861
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
por sí misma, no podía confiar este cuidado a otras manos, ni a otra
política aun suponiéndola ilustrada y protectora.
El siglo actual ha trascurrido enteramente para los americanos
del Sur en pruebas y en ensayos más o menos costosos y prolongados;
mas no han sido del todo estériles sus esfuerzos, ni ineficaces sus
estudios en el manejo y dirección de los negocios administrativos y
políticos. Aunque censurados con mucha ligereza, presentan, a más
de las ventajas geográficas de sus territorios, testimonios inequívo-
cos de la bondad de su carácter y de la tolerancia de sus doctrinas.
En nuestras repúblicas, sin excepción, encuentra siempre asilo el
infortunio, alimento el trabajo, ganancias la industria y garantías
las personas y las propiedades.
Y no se diga que un espíritu exagerado de nacionalismo hace pro-
ferir estas palabras, porque son muy elocuentes los acontecimientos
que revelan el adelanto precoz de todos los pueblos y de todos los
gobiernos erigidos en el Nuevo Mundo.
Sin embargo, los resultados de la emancipación y la existencia
del sistema democrático vendrían a ser, andando los tiempos, menos
fructuosos de lo que debían, si con la unión no se afirman las institu-
ciones y con la solidaridad de miras, de intereses y de fuerzas, no se
imprime al Continente una fisonomía peculiar y se da respetabilidad
a los derechos adquiridos a costa de tantas y tan variadas proezas
ejecutadas en la guerra santa de la Independencia.
Antes de ahora se tuvo este mismo pensamiento, cuya realiza-
ción vinieron a frustrar malhadadas circunstancias; pero la triste
experiencia que nos ministra una gran calamidad acaecida en
nuestros días, la urgentísima necesidad de sistematizar nuestros
asuntos esencialmente americanos, y el incontestable derecho que
nos asiste para fijar definitivamente nuestra suerte, nos impelen a
organizar una familia que, conservando la unidad en las formas ex-
ternas, adopte todas aquellas reglas interiores más conformes con
la voluntad, con los hábitos y con los intereses domésticos de cada
una de las repúblicas. Se requiere, pues, un congreso que satisfaga
esta premiosísima exigencia, y al efecto el gobierno del Perú toma
la iniciativa, provocando al ilustrado gabinete a prestar su eficaz
cooperación en esta obra que no puede menos que ser muy fecunda
en consecuencias útiles.
Es un sano principio el que conduce al Perú a trabajar en el
sentido de la unión americana, principio de civilización, de justi-
cia, de progreso y de bienestar común; no se trata, como en otras
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
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REPÚBLICA DE CHILE
ACEPTACIÓN DEL CONGRESO AMERICANO POR PARTE DE
CHILE
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile
Señor ministro:
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
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Unión Latinoamericana
que desde luego habría dado gustoso a V. E., para que su gobierno
pudiera apreciar debidamente la naturaleza y gravedad de los moti-
vos que hoy impiden reanudar las negociaciones relativas al arreglo
de la cuestión de límites con Bolivia.
Partiendo ahora del gobierno de V. E. la iniciativa para la reunión
del congreso, no dudo que V.E. se dignara invitar desde luego a todas
las naciones americanas. Si se negaren algunas a concurrir, sea pronto
o de una manera absoluta, no por eso debe V. E. dejar de contar con
la presencia de un plenipotenciario chileno en el Congreso america-
no, ya tenga este lugar en Lima, punto de reunión que mi gobierno
acepta gustoso, o en cualquiera otro que designare la mayoría de los
Estados concurrentes.
La invitación general es, pues, lo único que mi gobierno exige
para que se inicien las conferencias, después de haber mostrado a
la América que anhelamos fijar para toda ella las bases de la unión
en que ha de reposar su ventura y engrandecimiento.
Dígnese V. E. aceptar los sentimientos de alta consideración y
aprecio con que soy de V. E. atento y seguro servidor,
Manuel A. Tocornal
REPÚBLICA BOLIVANA
ACEPTACIÓN DEL CONGRESO AMERICANO POR PARTE DE
BOLIVIA
Ministro de Relaciones Exteriores
Cochabamba, febrero 26 de 1864
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
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Cuarta época 1864. Piezas relativas a la convocatoria y reunión del Congreso de 1864
Señores:
El Gobierno del Perú, fiel intérprete de los sentimientos del
pueblo peruano y de la América toda, felicita a la Augusta Asamblea
a quien me dirigió, y que principia hoy sus importantes trabajos pú-
blicos y generales. Mucho debe esperarse del carácter personal de los
miembros que la componen, así como de la naturaleza misma de su
labor, que no podrá menos que consultar los intereses del Continente,
y en la cual se hallan cifradas justas esperanzas de prosperidad, de
paz y de ventura.
Señores:
Los pueblos de América deben un voto de gratitud a sus go-
biernos, que interpretando fielmente sus deseos y conociendo la
necesidad e importancia de estrechar sus relaciones y hacerlas más
íntimas, han resuelto establecerlas sobre las bases sólidas de la unión
y fraternidad. Ensanchando la esfera de las relaciones entre pueblos
hermanos, con sinceridad y buena fe, la Unión Americana llegará a
identificar y asimilar sus derechos, sus necesidades e intereses con
los de todas las naciones del globo.
El destino de la humanidad la conduce a formar una gran familia. La
razón, la justicia y el derecho, son beneficios comunes concedidos por
Dios a todos los hombres, y distribuidos con igualdad entre todos ellos.
La unión como la sociabilidad son también solidarias e indivisibles, y
nadie puede ser excluido de tener la participación a que está llamado.
El respeto a la justicia y al derecho, la ilustración, que se pro-
paga, abriéndose paso por medio del comercio y del telégrafo, y la
franca y benévola comunicación con todos los pueblos que cubren
la superficie de la tierra, son condiciones indispensables para que
sea respetada y duradera toda asociación política.
Mas estos bienes inapreciables tampoco pueden alcanzarse, si no
se cimentan el orden interior y la paz; sin ellos el progreso se desarrolla
con desconfianza y de una manera tardía. La paz también es engañosa,
si no está cimentada en el honor y la libertad, en la independencia
y la justicia, y en la estricta mancomunidad de deberes e intereses.
Tales han sido sin duda los motivos que han obligado a los
gobiernos de América a nombrar los representantes aquí reunidos.
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Todos ellos merecen la gratitud del Nuevo Mundo: cuando sus rectas
e ilustradas intenciones sean bien conocidas y apreciadas, alcanzarán
también un voto solemne de adhesión y simpatía de los pueblos y
gobiernos civilizados del Antiguo Mundo.
El Congreso Americano, cuyos sentimientos tengo hoy el alto
honor de expresar, agradece las felicitaciones que el pueblo peruano
le dirige en este solemne día, tan justamente ansiado y esperado por
la América. El Congreso procurará, solícito, escogitar los medios y
modos de que tantas esperanzas, en él cifradas, sean realizadas hasta
donde sus fuerzas lo permitan.
Como representante del Perú, en su nombre y en el de su gobier-
no, réstame el deber de tributar un justo homenaje de gratitud a los
Excelentísimos Gobiernos tan dignamente representados en esta
Asamblea de pueblos libres. El Perú, que tuvo el honor de invitar
a la América toda para consolidar su unión, sin otros sentimientos
ni interés que los comunes a todos sus pueblos, que sin agravio de
ninguno ha tenido todavía el más grato de que fuese escuchada su
voz, aceptada su capital para la reunión del Congreso Americano y
de que se haya conocido la sinceridad de sus propósitos.
Por esto, sin duda, en la hora de su amargo conflicto, cuando su
territorio era violado y amagada su independencia, ha querido la
Providencia Divina que no se encontrase solo. Su dedo se ha mos-
trado poderoso y al reuniros aquí con tanta oportunidad, hemos
visto revelados sus altos designios, de que la América no estará sola,
dispersa y descuidada, sino unida y firme para sostener sus justos
derechos; no para atentar contra los ajenos.
¡Dignos representantes de los gobiernos de América! El pueblo
peruano os dá las gracias; aceptadlas.
El expresado señor Presidente anunció que estaban abiertas las
sesiones del Congreso Americano, con lo que terminó el acto consti-
tuyéndose en seguida los plenipotenciarios americanos, el Consejo
de ministros, el Ministerio y el cuerpo diplomático, en uno de los
balcones de la casa, para recibir los honores militares de los cuerpos
del ejército que forman la guarnición de la capital.
Un inmenso gentío obstruía la calle de San Pedro y las contiguas.
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ÍNDICE
UNIÓN LATINOAMERICANA
I Introducción..........................................................................................11
II Confederación y federación. Lo que ha sido la federación
en la América anglosajona y en la América Latina.............................15
III Convulsiones de la América Latina, naturales
en la infancia de los pueblos.................................................................19
IV La Liga Latinoamericana se realizó durante
la Guerra de la Independencia, antes de formularse la tesis.
Hoy ¿qué carácter tiene?........................................................................23
V El proyecto concebido por Burke – La idea boliviana...................27
VI Primeras bases de la Unión Americana por medio
de tratados y convocatorias del Congreso de Panamá......................31
VII Reunión del Congreso de Panamá en 1826 – Sus trabajos,
y cómo terminó.......................................................................................35
VIII Tentativas hechas desde 1831 hasta 1840
para efectuar la reunión del Congreso Americano............................41
IX Nueva reunión del Congreso Americano celebrada
en Lima en diciembre de 1847 – Trabajos de ese Congreso..............43
X Tentativas hechas en 1857 para formar una Liga
Latinoamericana, y celebración del Tratado Continental
entre Chile, el Perú y el Ecuador – Cómo aceptaron este tratado
las demás repúblicas – Nota curiosa del Sr. Elizalde.........................47
XI Proyectos de fusión de las cinco repúblicas
de la América del Centro en un solo Estado........................................55
XII Lo que es la verdadera Doctrina de Monroe – Falsas
interpretaciones que le han dado M. M. Buchanan, Mason,
Cass, Soulé, Brown, etcétera – Peligros que acarrearía
para la América Latina el triunfo de los Estados del sur
en la América anglosajona.....................................................................57
XIII La diplomacia inglesa y norteamericana, por demasiada
habilidad, cae en sus propias redes, para honra y provecho de
la América Latina – Tratados Clayton-Bulwer, Ouseley-Jerez,
Clarendon-Herran, etcétera..................................................................63
XIV Convocatoria para el Congreso de 1864 – Notas de los
diversos gobiernos latinoamericanos – Inauguración de las
sesiones del Congreso............................................................................69
XV Bases propuestas por el autor de este escrito
para la formación de una Liga Americana – Conclusión..................73
DOCUMENTOS