1 - Escritos de Francisco y Clara - Introducción

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FACULTAD FRANCISCANA DE FILOSOFIA Y TEOLOGIA

“CARDENAL ECHEVERRÍA”

DIPLOMADO EN FRANCISCANISMO
Quito, enero 2024

ASIGNATURA: Introducción a los escritos de san Francisco y santa Clara de Asís


NIVEL: Primero
PROFESOR: Hno. José Cruz OFMCap.

Objetivo General
Desde las fuentes y la documentación crítica, presentar la lista auténtica de los
escritos de san Francisco y de santa Clara, los cuales nos ayudarán a conocer el
pensamiento y la espiritualidad de los grandes iniciadores del franciscanismo y a
actualizar su pensamiento.
Objetivos específicos
1. Estudiar el proceso histórico que han tenido los escritos.
2. Conocer las ediciones críticas hasta la definitiva de K. Esser.
3. Presentar de forma global los escritos de San Francisco
4. Presentar de forma global los escritos de Santa Clara

CONTENIDOS
1. Naturaleza y clasificación de los escritos de san Francisco
Introducción
La fuente primaria
Los testimonios más antiguos que transmitieron algunos escritos
Las colecciones de los escritos
Las primeras ediciones impresas

2. La edición crítica de Kajetan Esser


Algunas etapas de acercamiento
Presentación de la obra de Esser

1
3. Los escritos de san Francisco
Cartas
Reglas
Admoniciones y Testamentos
Alabanzas y oraciones
4. Los escritos de santa Clara
Las fuentes clareanas
Las cartas
Las cartas a santa Inés de Praga
La Regla de 1253
El testamento
La bendición

BIBLIOGRAFÍA
- Escritos, biografías y documentos de la época, José Antonio Guerra, BAC 399,
Madrid 1980.
- Escritor, biografías y documentos de la época, Edición bilingüe, Ignacio
Omaechevarria, BAC 314
- K. Esser, Gli scritti di san Francesco d’Assisi, Ed Messagero, Padova 1975.
- C. Paolazzi, Lettura degli scritti di Francesco d’Assisi, Ed. OR, Milano 1992.
- S. da Campagnola, Francesco d’Assisi nei suoi scritti e nelle sue biografie dei
secoli XIII-XIV, Ed. Porziuncola, Assisi 1981.
- L. Lehmann, Gli scritti di san Francesco e di santa Chiara, Roma 2000
- Los escritos de San Francisco de Asís, Publicaciones Instituto teológico
franciscano, serie Mayor – 2, Murcia, 2003
- Los escritos de Francisco y Clara de Asís, Textos y apuntes de lectura, Julio
Herranz, Javier Garrido y José Antonio Guerra. Ed. Franciscana Arantzazu, Oñate
(Guipúzcoa) 2001.

2
UNIDAD 1

LOS ESCRITOS DE SAN FRANCISCO EN LA HISTORIA


1.1 INTRODUCCIÓN
Existe un caso curioso, de esos que en la historia suele presentarse a veces, el de
santo Domingo de Guzmán, hombre de cultura universitaria, fundador de la Orden de
predicadores y muy letrado, del cual no se poseen escritos suyos (a excepción de una
breve carta de tipo burocrático); mientras que de san Francisco de Asís, que solía
autodenominarse: “ignorante, simple e iletrado” (CtaO 39; Test 19), tenemos una gran
cantidad de cerca 30 escritos.
Los escritos gozan de un puesto privilegiado entre las fuentes franciscanas, porque
nos permiten sentir la voz misma de Francisco. Tales escritos, marcados frecuentemente
por palabras y expresiones inconfundibles suyas, representan su pensamiento y sus
enseñanzas, fundidos en el lenguaje religioso de su época.
1.2 La fuente primaria
Para conocer el pensamiento y la ideología de una persona debemos conocer su
personalidad, su vida y sus escritos. En el caso de nuestro santo fundador, sus
ESCRITOS constituyen la FUENTE PRIMARIA, a través de los cuales podemos conocer
su personalidad, espiritualidad, pensamiento, sus sentimientos y su visión sobre la
fraternidad; ya que provienen de su propio ser. Sus escritos nos hablan y expresan su
modo de ver la realidad que él la hizo suya.
Sin embargo, a pesar de que los escritos constituyen la fuente primaria, no pueden
ser asumidos como matriz exclusiva para la comprensión de su cultura, de sus
intenciones, de su voluntad de acción, biografía, etc., ya que para eso tenemos las
fuentes biográficas que nos permiten ubicarnos en el lugar cultural, social, político y
religioso donde vivió Francisco y donde se desarrolló todo su movimiento.
Los escritos de Francisco delimitan un área menos compleja que las fuentes
biográficas y han sido menos expuestas a influjos contrastantes, ya que esbozan cuanto
él ha elaborado o hecho suyo en su espiritualidad. Ellos nos introducen más rápidamente
en su personalidad, en sus experiencias y en sus intenciones.
Se debe tener presente que a partir de los escritos no se puede componer una
biografía de Francisco, pues, no son autobiografías (Excepto el testamento), sino a lo
máximo, como una autografía moral que nos permite ver sus aspiraciones, su fe, sus
esperanzas, temores y angustias; particularmente con temas exhortativos para los
hombres y celebrativos para la grandeza de Dios. Para construir su biografía se necesita
también de las fuentes biográficas y de las crónicas. C. Paolazzi, dice al respecto: “Así
como es imposible comprender a Francisco de Asís sin meditar en sus escritos, también
es imposible comprender a fondo cada uno de sus escritos sin recurrir a la iluminación de
los otros” 1 . Por tanto, los escritos constituyen sólo una parte, aunque la primaria y
predominante de las fuentes franciscanas, que nos ayudan a descubrir su inspiración
central y fundamental.
El franciscanólogo Campagnola sostenía que los escritos no comprenden una
serie de afirmaciones, sino que son un programa de vida. Además, ellos nos muestran
que Francisco era un hombre de acción, ya que no se entretenía en definiciones o en la
programación de aspectos intelectuales, tampoco en dogmas religiosos de ser creídos

1
C. Paolazzi, Lettura degli scritti di Francesco d’Assisi, Milano 1987, 6.

3
abstractamente, sino que constituyen la proclamación activa y gozosa de su fe, el canto
de un enamorado de Dios2. C. Paolazzi añade, “Francisco, hombre que llegó por la vía
interior, a una formidable simplificación religiosa y evangélica de la realidad de la vida,
pide ser entendido por entero, sin reducciones: siempre listo a repetir a todos, como un
día a sí mismo, que ‘comprender’ no basta, se necesita VIVIR” 3.
Cuestionario
1. ¿Qué importancia tienen los escritos de S. Francisco?
2. Para conocer profundamente a S. Francisco, ¿Qué debemos hacer?
3. ¿Se puede construir una biografía de S. Francisco desde sus escritos?

1.3 Los testimonios más antiguos que transmiten algunos escritos


1.3.1 Los autógrafos
Es una suerte que, a pesar de todas las vicisitudes de la historia, nos hayan llegado
hasta nosotros los siguientes autógrafos: La BenL y las AlDA, que se encuentran en un
mismo pergamino pequeño, que actualmente se conserva en la Basílica de S. Francisco
en Asís; y la CtaL, igualmente escrita en un pergamino pequeño y que actualmente se
conserva en la Catedral de Espoleto. Considerando la BenL y las AlDA como dos
opúsculos diferentes, escritos a los dos lados de un mismo pergamino, algunos autores
hablan de dos autógrafos y con la CtaL serían tres. De cualquier modo, es significativo la
conservación de estas dos piezas. Esto se debe a que fray León, secretario, confidente
y confesor de S. Francisco lo guardó en su hábito con sumo cuidado y reverencia; lo llevó
consigo hasta el día de su muerte acaecida el año 1271/2. Él fue, por así decir, el primer
archivista de la Orden y su hábito el primer archivo. Todo estudio sobre la capacidad y el
modo de escribir de S. Francisco debe partir de estos dos autógrafos.
La CtaL es una tarjeta apresurada, diría “urgente”, que demuestra “el ansia del
amigo que desea ir en ayuda del amigo. Ella nos ayuda directamente a ver cómo el santo
escribía en aquel latín simple, impulsivo, aunque incorrecto, en el cual la prisa le hacía
casi cruzar, no solo las sílabas erradas sino también las costumbres instintivas de
expresarse hasta contaminar el latín con el italiano; hasta pasar sin darse cuenta de una
construcción a otra”4. La escritura gruesa de Francisco aparece vigorosa pero insegura
como grafía y como lengua. Son justamente los autógrafos los que nos demuestran que
la forma lingüística de los escritos mayores ha sido revisada por los amanuenses o
redactores, ya que no presentan errores, sino que se nota un cuidado estilístico en la
redacción.
Pero los autógrafos custodiados y transmitidos por Fr. León no son los únicos
textos que S. Francisco escribió con su propia mano, tenemos noticias que él escribió la
Tabla de Cesi (ExhAlD), una carta a los ciudadanos de Bolonia, una carta y la bendición
dirigida a santa Clara (CtaCL, BenCl). Que estos escritos no hayan llegado a nosotros
depende del simple hecho que “santo sólo se hace después de la muerte”, por lo que
antes de la canonización (1228) Francisco no fue venerado, sino sólo por los que
estuvieron con él, en especial por Fr. León, para quien los dos pergaminos tuvieron un
valor enorme como recuerdo y reliquia venerable.

2
Cf. Stanislao da Campagnola, Francesco d’Assisi nei suoi scritti, 18; en Actas del XXI Convenio Internacional, Asís, 14-16
de octubre 1993, 161-181; A. Bartoli Langeli, Gli scritti da Francesco. L’autografia di un “illitteratus”, ibid. 101-159.
3
C. Paolazzi, Lettura degli scritti di Francesco d’Assisi, Milano 1987, 6.
4
A. Vicinelli, Gli scritti di s. Francesco e I Fioretti, Verona 1955, 159 s.

4
Los autógrafos han sido redactados en lengua latina, pero revelan el uso de un
latín bíblico-litúrgico con evidentes influjos de la lengua vulgar. Más que en los otros
escritos latinos, en los autógrafos se pueden encontrar algunos italianismos manifiestos,
ejemplo: “Franciscus tuo” por “Franciscus tus”, de la CtaL.
Los autógrafos, por su brevedad, ofrecen un modelo preciso y precioso de la
lengua y de la escritura de Francisco. Demuestran un conocimiento suficiente del latín
para quien quisiera dictar a un copista que estuviera capacitado para corregir los errores
gramaticales, añadiendo la propia grafía correcta.
1.3.2 El Códice5 B.24 (RV 2)
En la Biblioteca Vallicelliana de Roma se encuentra este códice proveniente de la
Abadía de Subiaco. Contiene un misal donde se encuentra la primera carta a los clérigos
(1CtaCle), que fue transcrita entre 1219 y 1238 y se terminó de copiarse antes del 1238,
por lo tanto, es el códice más antiguo que atestigua un escrito de S. Francisco. Al final de
la redacción de dicha carta se encuentra el signo de la “tau” (T), un dibujo similar a aquel
de la BenL. Esto indica la costumbre que tenía S. Francisco de sellar sus documentos
con este signo, de lo cual confirman Celano (3C 3 y 159) y S. Buenaventura (LM 4,9; Lm
3,9). S. Francisco aplicó este signo especialmente en los últimos años, cuando estaba ya
marcado por los estigmas y casi ciego. Firmar con este signo no era solamente una praxis
religiosa, como lo interpretan algunos de sus biógrafos que ven en la tau el misterioso y
simbólico signo de los elegidos del profeta Ezequiel (Ez 9,4) o del Ángel del sexto sello
del Apocalipsis (Ap 7,2), sino una exigencia práctica que no está separada de su
conciencia de iletrado, frente a tantos discípulos doctos en las humanas y sagradas letras.
1.3.3 Un sermón que cita a S. Francisco
El 13 de julio de 1231, un dominicano anónimo, en un sermón delante de los
estudiantes de la universidad de París, cita la Adm 6 atribuyéndola a S. Francisco.
Estos testimonios antiguos nos ayudan a darnos cuenta de que la existencia y
difusión de los escritos de S. Francisco, son importantes para probar la autenticidad y
veracidad de los mismos y al mismo tiempo para acercarnos con mayor confiabilidad a la
personalidad de S. Francisco.
Cuestionario

1. ¿Cuáles son los testimonios más antiguos de los escritos de S. Francisco?


Haga una breve síntesis.

2. ¿Cuáles son los escritos autógrafos de san Francisco?


Lea estos autógrafos en las fuentes franciscanas. (San Francisco. Escritos.
Biografías. Documentos de la época. B. A. C. 399, pags. 23ss.)

3. Lea en las fuentes franciscanas la introducción de estos autógrafos y averigüe


el año y las circunstancias de sus composiciones.

4. ¿Qué significado tiene en S. Francisco y los franciscanos el signo de la tau?

5
CÓDICE: Es un legajo de manuscritos antiguos pertenecientes a una época determinada, los cuales han sido recolectados y
empastados
en un solo tomo. En las bibliotecas han sido catalogados casi siempre con números.
5
1.4 Las colecciones de los escritos
Para llegar a tener el listado de los escritos como los tenemos hoy, no fue tarea
tan fácil, los estudiosos tuvieron que dedicarse a buscar información en las diferentes
bibliotecas de los países de Europa, luego a clasificarlos, a definir su autenticidad y,
finalmente, editarlos. El cuerpo de los escritos no se los ha hecho en un solo lugar ni de
una sola vez. Por este motivo nos encontramos con muchas colecciones que no tienen
el mismo contenido. De los estudiosos que más se han dedicado a la investigación
franciscana destacamos a Paúl Sabatier (1858-1928) y Sophronius Clasen, ofm (+1975).
Entre los principales grupos de colecciones podemos anotar los siguientes:
1.4.1 El Códice 338 de Asís
Se refiere a la colección más antigua y preciosa que está en Asís. Inicialmente
estuvo en la biblioteca del Sacro Convento de Asís hasta la arremetida de Napoleón
cuando en 1810 se saquearon esta biblioteca y la de Santa María de los Ángeles. El
códice 338 terminó en Espoleto, pero sólo por 6 años. En 1816 fue devuelto junto con
otros libros al Sacro Convento de Asís. El decreto Popoli de 1860 abolía las corporaciones
religiosas, pero en el decreto de 1862 establecía que los libros y los objetos de arte de
las entidades suprimidas fueran asignadas a los respectivos Comunes (municipios),
siempre y cuando éstos fueran puestos al servicio del público. Así nació la biblioteca
comunal de Asís con todos los libros de la biblioteca del Sacro Convento. En 1902 se
trasladó esta biblioteca al palacio de Vallemani con todos los libros, inclusive el
mencionado códice. En 1981, después de largas conversaciones entre el estado italiano
y la santa Sede el códice fue restituido al Sacro Convento.
El códice 338, tan importante para los estudios franciscanos, pertenece a la
segunda mitad del s. XIII, antes del 1279. Fue escrito con toda seguridad por los frailes
del Sacro Convento, cuando era ministro General Alberto de Pisa o más probablemente
Haymone de Faversham. Es muy importante porque contiene los escritos de S. Francisco
que, con toda seguridad, son los que más han mantenido la fidelidad a la letra y al espíritu
del santo.
1.4.2 La compilación de Aviñón
En torno al año 1340, en Aviñón, un fraile menor recogió algunos hechos de la vida
de S. Francisco omitidos en la LM de S. Buenaventura. Esta colección goza de su
importancia en los escritos franciscanos ya que contiene un conjunto muy característico
de los escritos recogidos entre los ss. XIV y XV.
1.4.3 El grupo de la Porciúncula
Es un grupo pequeño de 8 manuscritos, todos provenientes de los conventos de
la estrecha observancia. Se le conoce también con el nombre de “El libro de las provincias
de Italia Central”. Los escritores no eran copistas profesionales. Son escritos que
pertenecen al s. XIV.
1.4.4 El grupo del norte o de la provincia de Colonia
Son 11 manuscritos escritos por copistas profesionales. Provienen de los
conventos de los canónigos regulares o de los crucíferos de los países bajos. La RB y el
Test no constan en este grupo debido a que tales textos legislativos no eran de gran
interés para los canónigos copistas.
1.4.5 Colecciones que no pertenecen a un determinado grupo
Existen otras colecciones de los ss. XIV y XV que pertenecen a diferentes
bibliotecas privadas o públicas que no se pueden atribuir a uno de los grupos
mencionados. Entre las más importantes están: El códice de la biblioteca del PONTIFICIO
6
ATENEO ANTONIANO de Roma, que pertenece a la segunda mitad del s. XIV, contiene:
la RnB, Test, Adm, CtaO, CtaCl, SalBVM, AlDA. Otro se encuentra en la biblioteca del
Colegio SAN ISIDORO de Roma, ss. XIV/XV. En la BODLEIAN LIBRARY de Oxford
existe el códice can. Misc. 525, escrito en 1384, que transcribe: Adm, CtaO, SalVirt,
CantSol, OffPss. El cod. 225 (mitad s. XIII) de la biblioteca GUARNACCI de Voltierra.
También el cod. B 131 de la Bibl. VALLICELLIANA de Roma. Existen otras grandes
cantidades de manuscritos que reportan solamente uno o dos escritos de S. Francisco,
generalmente la RB y el Test.
Cuestionario

1. ¿Qué es un códice?
2. ¿Cuál cree usted que sea el manuscrito más importante que contiene los escritos
más auténticos de S. Francisco? Y ¿Por qué?

1.5 Las primeras Ediciones impresas


1.5.1 Incunables y post-incunables
Desde la invención de la imprenta por obra de Gutemberg (1468), también los
escritos de S. Francisco fueron llevados a la imprenta. Los padres Kayetan Esser y Oliger,
señalan dos impresiones incunables (se podía imprimir sólo una vez) y una docena de
post-incunables. Estas primeras obras impresas se acercaron mucho a las colecciones
de manuscritos y no fueron constituidas aún entre las verdaderas ediciones críticas.
1.5.2 La edición “princeps” de Lucas Wadding (1623)
Para tener la primera recopilación sistemática de los escritos de S. Francisco, se
necesitó llegar al s. XVII, cuando el gran historiógrafo de la Orden de origen irlandés,
Lucas Wadding, dirigió la primera edición. Este libro voluminoso apareció en Anversa en
el año 1623. La denominación de Opúscula para los escritos ha sido acogida por muchos
editores posteriores hasta la última edición especial de K. Esser.
Wadding, en su edición, recogió junto a los escritos verdaderos y propios de S.
Francisco también los discursos, alocuciones, exhortaciones y las oraciones referidas en
forma directa en los testimonios biográficos más antiguos de S. Francisco y también
algunas composiciones que debían ser apócrifas. El trabajo de los editores modernos
consistió, por lo tanto, en discernir entre el auténtico del apócrifo de la obra de Wadding
y en el reexaminar la tradición manuscrita. Gran parte de este trabajo fue realizado por el
célebre pastor calvinista, Paúl Sabatier en el período de aquel gran despertar de intereses
que, a partir de los finales del s. XIX (‘800), ha llevado a la más alta seriedad científica
los estudios sobre los estudios de S. Francisco, a pesar de que las ediciones críticas
fueron luego guiadas por otros 6.
Por casi tres siglos la edición crítica de Wadding permaneció como un texto base
al cual se referían las impresiones y muchas ediciones menores. Este volumen,
enriquecido con muchas notas y largos comentarios, contiene 710 páginas de un formato
grande. Por eso se comprende el hecho de que los ministros generales y provinciales
obligaban a los editores a elaborar tantos “manuales” 7.

6
Cf. Stanislao da Campagnola, Francesco d’Assisi nei suoi scritti, 29.
7
Algunos de estos manuales en el curso de : L. Lehmann, Gli scritti di san Fco, e sta. Chiara d’Assisi, Roma 2000, 11.

7
1.5.3 Las primeras traducciones
El interés por los Opuscula es tan antiguo casi como la misma Orden minorítica y
recalca el mismo Francisco, que exhortaba a los frailes a conservar sus escritos e
invocaba la bendición de Dios sobre quienes lo difundían (RnB 24,2; Test. 40). La
cantidad de manuscritos, sea medievales que, del inicio de la época moderna, aunque
con lagunas textuales, parece haber prolongado y multiplicado el deseo del santo. Entre
las primeras traducciones tardo-medioevales en varias lenguas se recuerdan aquellas de
Ubertino de Casale (ed.1485), Bartolomé de Pisa (1395), Florecillas de S. Francisco
(1492) y la inédita traducción italiana de Antonio Bruni (1503). Una primera traducción
anónima en lengua francesa (1632). Después del 1800 nacieron numerosas
traducciones, entre ellas se pueden anotar, la alemana de H. Haid, tres traducciones
francesas que se remiten a L. Wadding. El capuchino Bernardo de Fivizzano, en 1880,
imprimió la primera edición bilingüe latino-italiana del texto de Wadding. Una traducción
inglesa apareció en 1885 en Londres, por el mismo año apareció una edición polaca.
1.5.4 Las ediciones de L. Lemmens y H. Bohemer (1904)
El interés renovado, suscitado de los estudios estimulados por P. Sabatier, en
particular, por su famosa y sugestiva obra sobre la vida de S. Francisco, publicada en
París a finales de 1893, impresa y traducida varias veces hasta nuestros días, motivó a
elaborar otras ediciones más críticas que la de Wadding, entre ellas, a los pocos meses,
salieron las dos ediciones críticas del P. Leonard Lemmens, en Quaracchi (Firenze), sede
del Instituto histórico de Grottaferrata. Lemmens se apoya en el Cód. As. 338, pero
incomprensiblemente ha excluido el Cántico del Hermano Sol del mencionado códice. Y
la otra edición, dirigida por Heinrich Boehmer, contiene una erudita introducción que
presentan los Opuscula de Wadding, distinguiéndoles entre escritos auténticos, dudosos
y perdidos. Entre los Opuscula sincera (auténticos) figuran: RnB, RB, CtaM, ForVCl,
UltVCl, Test, Adm, CtaF, CtaO, CtaCl, CtaCus, SalV, CantCr, AlH, ReEr, CtaL, BenL,
SalBVM. Entre los Opuscula dubi (dudosos), Bohemer coloca: CtaA, CtaA, Absorbeat,
ParPN. Un escrito considerado como Opuscula spurea (perdido o apócrifo) es la Regla
de los hermanos de la Penitencia.
El libro se cierra con unos “Registros para la historia de Francisco y de los
franciscanos 1182-1340”, con un índice y un glosario. Para hacer esta edición Bohemer
utilizó los manuscritos de la colección de Aviñón. La edición crítica de K. Esser tiene
mucha afinidad con ésta. Los trabajos científicos de Lemmens y Bohemer, conducidos
sin prejuicios, han llevado a un resultado similar de aquel de Sabatier, subrayando, sin
embargo, la confianza que se ha de dar a sus ediciones.
Luego de las ediciones críticas, de las cuales se prefería la de Bohemer, fueron
aumentándose las traducciones que se propagaron en todo el mundo, sobre todo a las
lenguas europeas. Le edición francesa de 1905, siguiéndole la inglesa y la alemana. La
polaca de 1912, en italiano y en catalán en 1921, el mismo año en holandés, en 1926 en
checo, en 1927 en portugués, en 1929 una traducción ungárica. La edición castellana 8
salió más tarde, en 1945, a la que el sucedieron varias reediciones. Más tarde salieron
también en indonesia, Eslovaquia y en Vietnam. Con esto podemos constatar que, en la
historia, antes de la nueva edición crítica de Esser, los escritos gozaban de una verdadera
estima universal, fue un verdadero despertar del interés científico del reciente siglo
pasado.

8
Juan R. De Legísima y Lino Gómez de Canedo, Francisco de Asís, Escritos completos y biografías de su época, Madrid 1944; Fidel
Chauvet, ofm, Escritos genuinos de san Francisco de Asís, Méjico 1964.
Para las ediciones en otras lenguas véase en el curso de : L. Lehmann, Gli scritti di san Fco, e sta. Chiara d’Assisi, Roma 2000, 13-15.
8
Cuestionario
1. Realice un breve cuadro sinóptico del proceso histórico en lo referente a la
colección de los escritos.
2. De la lista de los escritos de la edición de H. Boehemer, compare con la lista que
actualmente tiene en sus fuentes franciscanas y haga notar cuáles son las que se
han añadido.

9
II UNIDAD
LA EDICIÓN CRÍTICA DE KAJETAN ESSER, OFM
Introducción
Toda la historia anterior de los escritos nos ha llevado a ver la gran preocupación
de los seguidores y admiradores de S. Francisco por recuperar sus escritos y, a través
de ellos, mantener vivo el espíritu tal como nos transmitió el fundador. Pero, por otro lado,
nos hemos dado cuenta de que no se tenían criterios comunes para afirmar cuáles eran
los escritos auténticos del santo. Con la edición de Bohemer se consiguió algo, pero
todavía quedaba incompleto y ciertos escritos quedaron relegados por no haber podido
probar su autenticidad. De ahí que los frailes menores, preocupados por retornar a las
fuentes, como pedía el Concilio Vaticano II, nombraron una comisión presidida por K.
Esser para que elabore la edición crítica de los escritos.
Algunas etapas de acercamiento
Nuevos descubrimientos
Las dos ediciones de 1904 que habíamos visto precedentemente se basaron en
un número restringido de códices. En efecto, en aquel tiempo no se interesaba tanto en
modo científico de los orígenes del franciscanismo. En los decenios sucesivos, los
investigadores encontraron, casi cada mes, un nuevo manuscrito, ya sea de los escritos
como de las biografías o leyendas antiguas. Esto ha llevado a una lectura más
fundamentada y segura de los escritos y, a través de esos, a un conocimiento más
profundo del pensamiento de S. Francisco.
Quien se ha dedicado por muchos años al estudio de los escritos y de los orígenes
franciscanos es el P. Kajetan Esser Ofm, un fraile de la provincia alemana de Colonia que
nació el 28 de febrero de 1913 y murió el 10 de julio de 1978. Ya antes de la segunda
guerra mundial se había dedicado a investigar los manuscritos, dejando un tiempo tales
investigaciones a causa del servicio militar. Retomó los estudios una vez que volvió la
paz, concluyéndolos con una tesis doctoral sobre el Testamento de san Francisco, que
resultará el estudio base para cualquier estudio posterior. Clasificando todos los
manuscritos que contienen el Testamento, Esser ha logrado establecer un código de
dependencia entre los diversos códices y ha elaborado un texto base seguido de una
edición crítica con las indicaciones de las múltiples variantes que existen entre los
diversos códices. Después de esta obra maestra, continuó con los estudios de cada
escrito, especialmente cuya autenticidad había sido puesta en duda. Estos estudios
aparecieron primeramente en algunas revistas, luego fueron recogidos y editados en un
solo volumen.
Una fecha decisiva fue el Consejo Plenario de la Orden, en 1968, el cual encargó
oficialmente a una comisión la preparación de una edición de los escritos de S. Francisco
que satisfaga la exigencia de la crítica moderna. La primera tarea de esta comisión, que
tenía como jefe a Esser, fue la recolección de los manuscritos. El resultado de este trabajo
minucioso fue la elaboración de un pequeño volumen, muy precioso, que salió en 1972 y
completado en 1975. La Comisión se encontró con 196 códices que contenían los
escritos, sin contar los otros 56 que contiene sólo la RB y el Test.
La oportunidad de una nueva edición crítica se debió al hecho de que en las
ediciones de Lemmens y Bohemer, faltaba una suficiente justificación crítica a causa del
número limitado de códices hasta entonces conocidos. Esta laguna había tratado de
llenarse en algunos estudios particulares, por ejemplo, el Cántico del hermano Sol, de G.
Contini, la RB por D. Flood (1967) y de Esser (1974). En este tiempo, Esser continuaba
con los estudios individuales de los escritos, debía retomar el estudio de la tradición
10
manuscrita de la RnB que concluyó con una edición diversa de aquella realizada por D.
Flood. Logró también aprobar la autenticidad de la breve ExhAlD y estableció un texto
precursor a la conocida CtaF y le llamó 1CtaF.
Presentación de la obra de Esser
Una “edición mayor” y una “edición menor”
Todos los estudios emprendidos por Esser y demás estudiosos dieron como
resultado la EDICIÓN CRÍTICA de los escritos de S. Francisco, que salió finalmente en
1976. A esta “edición mayor” le siguió, en 1978, la “edición menor” para el uso escolástico.
Sobre esta base se han realizado todas las traducciones existentes hasta ahora.
Dedicación y división de la obra
El libro está dedicado a los frailes menores de todo el mundo. Consta de 33
capítulos numerados y una serie de subsidios críticos al final. En el prefacio Esser
recuerda las raíces de su trabajo y el rol de varios colaboradores, entre ellos: Engelbert
Grau, Ofm y Edmundo Kurten, Ofm (+1990) Y ofrece una bibliografía sustancial y
completa, recordando la de Wadding y las ediciones críticas de 1904.
I PARTE: Cuestiones introductivas generales
En el cap. I enumera 28 opúsculos. El cap. II narra la difusión de los opúsculos,
desde la obra de Wadding en adelante, recordando las reediciones y las traducciones de
la “edición princeps”, luego las ediciones críticas de Lemmens y Bohemer y las
traducciones más importantes de estas últimas. En el cap. III, Esser hace una lista de los
testimonios utilizables y utilizados para los escritos, esto es los 170 códices y tres
impresiones con la respectiva sigla utilizada en el aparato crítico. De todos estos códices
se tiene una visión de conjunto casi completa de la tradición manuscrita; éste es un punto
importante para valorar la autenticidad de un escrito, dado la antigüedad. Por eso Esser
utilizó los manuscritos y los clasificó de acuerdo a los distintos siglos en los que surgieron.
El cap. IV trata de los opúsculos dudosos o seguramente no auténticos. A este grupo
pertenecen la Cta. A fray Agnello de Pisa, a fray Bernardo, a fray Elías, a una condesa
llamada Giovanna, al Eremitorio de Portu Vegla, la oración “Absorbeat” (reconocida como
auténtica por las FF), “Sancta Dei Genitrix”, la oración “simple por la paz” (surgida en
Francia alrededor de 1914) y otras oraciones atribuidas a S. Francisco y, finalmente, la
“Regla a los hermanos de la penitencia”. Sin duda también estos escritos dudosos, o
seguramente no auténticos, ameritarían un estudio más profundo para investigar las
razones por las cuales fueron atribuidas a nuestro fundador. El cap. V es reservado al
problema sobre cómo han nacido los escritos. S. Francisco sabía leer en latín, pero con
esfuerzo, por eso el por qué se servía de los frailes como secretarios suyos, pues, la
mayor parte de sus escritos son dictados.
II PARTE: Edición crítica de cada uno de los Escritos.
En esta parte, que es la más extensa, Esser realiza la edición crítica de los escritos,
comienza con las Admoniciones hasta los Opúsculos dictados. La lista que realiza sigue
un orden alfabético:

Adm 1EpFid ExpPat RegNB


CantSol 2EpFid FormVid RegEr
ChartLeo EpLeo FragReg SalBVM
EpAnt EpMin LaudHor SalVirt
EpCler EpOrd OffPass Test

11
1EpCust EpRec OrCruc UltVol
2EpCust ExhLD RegB

A cada escrito, Esser le ha dedicado un capítulo completo, dividido en: 1) la


autenticidad, 2. La tradición manuscrita (con las familias de los códices), 3. La ratio
editionis (razón de las ediciones), 4. La editio textus (edición del texto), 5. Cuestiones
particulares: fecha, sitz im leben (el contexto), etc. La edición de cada escrito contiene un
aparato crítico en el que se ofrecen las variantes importantes y de relieve para la historia
del texto. Se tiene en cuenta también todas las variantes de los diversos escritos que se
pueden explicar en las ediciones precedentes.
La división en versículos sigue a aquella edición que realizaron Vorreux-Vayart
(Paris 1945). La división en capítulos no se ha encontrado siempre en los códices o los
que contienen no son uniformes. Los criterios para la división de los escritos y de los
títulos son indicados por el mismo Esser cuando trata del escrito respectivo 9.
El primer capítulo sobre las admoniciones se distingue de los siguientes capítulos
porque Esser establece aquí determinados grupos de códices que después facilitarán la
lectura en los capítulos siguientes. Es importante, por lo tanto, saber leer las
abreviaciones de esta reseña cronológica de códices (/ex = al fin del siglo, /in = al inicio
del siglo, /m = a mediados de siglo), por ejemplo:
Cod. S: s: XIV/ex = códice de la biblioteca comunal de Siena, a fines del siglo 14.
Md: s. XVI/in = Archivo histórico nacional de Madrid, a inicios del siglo 16.
Cod. 338 As: s. XIII/m = de la Biblioteca comunal de Asís, a mediados del siglo 13.
Reglas de desarrollo en la historia del texto y normas para aprobar su
autenticidad
La revisión minuciosa de los códices, revelaron cómo algunos textos han sido
cambiados a lo largo de la historia. Para realizar la edición del texto se tomó un
documento base, que debía ser el más antiguo, ya que es el más cercano al original. Por
eso el códice de Asís y el códice del Antoniano gozan de una cierta preferencia. Pero
sólo la antigüedad no es el criterio único para ver la autenticidad del texto, se necesita
estudiar bien el texto en sí mismo, para lo cual Esser utilizó las siguientes reglas:
Corrección de los “italianismos” o de “latín falso” o menos bello
Los copistas posteriores, sobre todo los humanistas, corregían lo que no era bello
en honor al santo fundador, lo que sonaba mal o era una añadidura en latín falso era
corregido. Tales errores se encontraban en los Autógrafos. Hay que tener presente que
Francisco no quería que se borrara de sus escritos ni siquiera una letra o sílaba (1Cel 82)
En la construcción del texto original se necesita dar preferencia a los italianismos y a los
errores latinos antes que a las correcciones posteriores.

9
K. Esser, Gli scritti di S. Francesco d’Assisi, Nuova edizione critica e versione italiana, Padova 1982, 49-57.
Para la explicación de la división de las familias y grupos de manuscritos en la obra de Esser, véase en el curso de : L. Lehmann, Gli
scritti di san Fco, e sta. Chiara d’Assisi, Roma 2000, 22.
12
Influjo de textos conocidos:
Algunos escritos (RB), o vidas de san Francisco, eran leídas con frecuencia por los
frailes, bien sea en el refectorio o en el coro. Así que los frailes conocían de memoria esos
textos. Al escribir los textos que sonaban de modo similar, sucedía que en el momento de
la redacción de un texto influenciaban éstos en los demás escritos.
Adaptación a la evolución:
En muchos casos los escritos reflejan los inicios de la fraternidad o su evolución.
Cuando la Orden se había institucionalizado o clericalizado, a veces no se entendía lo
que quería san Francisco. Los copistas tardíos, cuando aparecía en los textos una lectura
oscura, trataban de hacerle comprensible. Se necesita, por tanto, conocer la historia de la
Orden para establecer los textos originarios.
Cambios de conceptos teológicos:
Francisco y sus secretarios vivían todavía en la corriente teológica patrística, o de
la primera escolástica. Los copistas, en cambio, conociendo los términos teológicos y
canonistas de la alta escolástica, trataban de adecuar los textos cambiando a nuevos
conceptos y añadiendo algunas palabras interpretativas. En la reconstrucción del texto se
necesita, por tanto, tener en cuenta el desarrollo teológico y jurídico.
Embellecimiento del texto:
Francisco escribía con una prosa latina sin adornos, en la cual está ausente la
norma propia del cursus. Algún copista tardío ha cambiado, tal vez inconscientemente,
las partes terminales de la frase en el sentido del cursus. De ahí que se necesita ir a lo
sencillo, tal como le gustaba expresarse al fundador. También algunas expresiones se
revelan como añadidos posteriores, debido a la tendencia de embellecer un texto a veces
crudo o rústico, por ejemplo: Salutem in Christo, en lugar de decir solo salutem, etc.
En la investigación del texto original de cada escrito, estas leyes de desarrollo al
interno de la historia textual han emergido claramente y se han demostrado criterios
indispensables.
Observaciones críticas e interrogantes
La edición crítica de Esser, ha encontrado muchos y amplios comentarios, junto a
la gratitud y reconocimiento del gran trabajo realizado, han salido algunas observaciones
críticas:
La ambigüedad del término Opuscula dictata:
Al fin de la edición crítica Esser presenta 8 escritos clasificándolos entre los “dictados”:
BenB, BenCl, CtaBol, CtaCl, CtaJac, CtaFran, TestS, y la VA(la verdadera alegría).
Verdaderamente que, para la mayoría, tales textos son dictados, pero si se aceptan los
dichos de san Francisco referidos en las Leyendas y en las crónicas ¿por qué no se
aceptan los otros dichos de san Francisco referidos en las fuentes biográficas? ¿Cómo
distinguirlos de los otros escritos auténticos?, pues también el Test, considerado como
auténtico nació como un dictado. El CanSol fue compuesto y cantado por san Francisco,
pero no puesto por escrito, esto lo hizo posteriormente su secretario. Por último, ¿Por qué
existe una sección aparte bajo el nombre Opuscula dictata?
Un orden alfabético envés de sistemático:
La novedad más incisiva en la edición de Esser es la clasificación alfabética de los
escritos. A pesar de reconocer las dificultades de un orden cronológico o sistemático, la
solución de Esser es un subterfugio que crea más problemas antes que resolverlos. Pues,
para buscar en un texto un escrito se necesitaría conocer la denominación o título general
13
que se le ha dado, de otro modo, como en otras lenguas las palabras cambian, se
encontrarían entonces, en las diversas traducciones, el mismo escrito en lugares
diferentes. De todas las traducciones, sólo la alemana es más fiel a la propuesta del P.
Esser. La española de J. A. Guerra tiene una división más detallada, como: Oraciones,
Cartas, Avisos espirituales, Textos legislativos, Últimas recomendaciones 10.
Cuestionario
1. ¿Qué importancia tiene la edición de Esser?
2. ¿Cuáles son las novedades de la edición de Esser?
3. ¿Qué es una edición crítica?
4. ¿Cuáles son las reglas de Esser para conocer la autenticidad de un
escrito?

La edición revisada y aumentada de Audite Poverelle


En el año 1989, según la fecha del libro, apareció la nueva edición de los escritos
de Esser, dirigido por E. Grau, su colaborador. La novedad de esta nueva edición fue la
edición crítica de la Exhortación cantada a santa Clara y sus hermanas: Audite Poverelle.
Este escrito fue encontrado por G. Boccali Ofm, en octubre de 1976, en el monasterio de
Clarisas de san Fidencio, en Novaglie (cerca de Verona). De este escrito se tenía noticias
por las fuentes biográficas, pero casi nadie pensaba que podía existir el texto. El
redescubrimiento se debió a dos clarisas del protomonasterio de Asís, Clara Augusta
Lainati y Clara Leticia Marvaldi, que le indicaron al P. Boccali los rastros de los
manuscritos de Novaglie que contenían el opúsculo indicado. Él publicó la primera
relación en la revista de las clarisas, Forma Sororum. En 1978 presentó un estudio más
elaborado que probaba la autenticidad del escrito; algunos dudaron de que el escrito fuera
auténtico de Francisco, pero la LeyPer y el EspPer unánimemente afirman que después
del CanSol Francisco compuso la ExhCl. Para las damas pobres. Después de los análisis
se ha llegado a comprobar su autenticidad y al mismo tiempo su similitud con el CantSol.
Los dos escritos han sido dictados en lengua vulgar, ambos muestran el italiano naciente
y el dialecto umbro que hablaba san Francisco. El texto, después de la edición crítica,
quedó así:
Hec verba fecit beatus franciscus in vulgari
1. Audite, poverelle dal Signor(e) vocáte,
2. ke de multe parte et provincie séte adunáte:
3. vivate sémpre / en-veritáte,
4. ke en obedientia moriáte.
5. Non guardate a la vita de-fore,
6. ka quella dello spirito / é-miglióre.
7. Io ve prégo per-grand’amóre
8. k’aiate discrecióne// de le lemosene ke ve dá-el Segnor(e).
9. Quelle ke sunt adgravate de infirmitáte
10. et l’altre ke per lor(o) s(u)o adfatigáte,

10
San Francisco de Asís, Escritos, Biografías, Documentos de la época, Madrid 1978.
14
11. tutte quante lo sostengáte en-pace
12. Ka multo ve(n)deri(te) cara quésta fa(t)íga,
13. ka cascuna será-regina // en celo coronata cum la Vérgene María.
Quien confronta el texto de la LeyPer o del EspPer con el de la ExhCl. Notará una
gran afinidad. Son narraciones similares, el
autor de la fuente biográfica ha sabido recoger muy bien el texto de san Francisco
dirigido a santa Clara y a las damas pobres en sus últimas enfermedades, dándoles
palabras de consolación.
Como en el CantSol, así la ExhCl se caracteriza por la poesía sálmica. La similitud
con el estilo nos hace suponer que era una melodía parecida a la del canto sálmico
gregoriano, un canto salmódico sobrio correspondiente a cada versículo. Las primeras
son más claras y numerosas que las del CantSol. El cántico que san Francisco dedica a
las clarisas está bien estructurado, tiene su rima que le hace muy sonoro, esto casi no
aparece en el CantSol.
Sin hacer un comentario histórico-espiritual, debo decir que el cántico ExhCl se
abre con una invitación a la escucha. El Pobrecillo llama “pobrecillas” (poverelle) a sus
compañeras de una vida radicalmente pobre. San Francisco las ha encaminado a tal
opción, pero la iniciativa viene del Señor. El les ha llamado de muchas provincias. En
efecto, en el tiempo en que fue compuesto el cántico, hermanas de varias regiones de
Italia vinieron a san Damián y en diversas provincias de la Orden los frailes las habían
ayudado a fundar monasterios. Para la época existían ya los monasterios de Monticelli
en Florencia (1218), san Apolinario en Milán, Faenza y Verona (1224).
La primera admonición del cántico llama a la perseverancia hasta la muerte; esta
es la obediencia primordial que se debe al Señor. En la segunda exhortación, habla de la
vida del espíritu. Vivir recluida en el monasterio implica siempre el peligro de mirar hacia
fuera, envidiar a los casados o a las religiosas de vida activa. San Francisco da una clara
preferencia a la vida del espíritu, o sea a la vida consagrada, pero ésta debe ser una vida
espiritual, no árida ni estéril. La frase sucesiva revela claramente la dirección de san
Francisco, ya que también en la Regla y en las Cartas “ora con gran amor”, esto es “en
la santa caridad que es Dios” (RnB 22-26; 2CtaF 87; CtaO 12). Sobre la aceptación de
las limosnas que les concede el Señor, tiene que ser transparente, si provienen del Señor
que es fuente de todo bien, tienen que ser usadas con discreción. San Francisco les
previene de no aceptar demasiado ni todo. Luego topa otro problema real de S. Damián:
las enfermedades. Un tercio o la mitad de las hermanas estaban obligadas al reposo,
entre ellas, la misma santa Clara. San F tiene una receta única tanto para las enfermas
como para las que las cuidan: “Las que están bajo el peso de la enfermedad y las demás
que por ellas se fatigan, sobrellevaos en paz”, lo cual concuerda con lo que dice en
CantSol: “Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor y padecen la
enfermedad y tribulación; dichosos aquellos que lo sobrellevan en paz, pues por ti
Altísimo coronados serán”.
En los dos textos aparece el motivo de la recompensa eterna. En ExhCl está más
adaptado a lo femenino: “Serán coronadas en el cielo tal como la Virgen María”. Sentirse
llamados del Señor, servir y sostener en paz, vivir en la verdad, o sea con el proyecto que
Dios tiene para nosotros hasta morir en la obediencia y en la paz para ser coronados en
el cielo, ésta es la vía y la meta franciscana. Es la propuesta tierna en manera poética y
cortés que san F hace a sus Señoras Pobres.
Cuestionario

15
1. ¿Quién encontró la Exhortación cantada a santa Clara y las hermanas y en
dónde?
2. ¿En qué idioma fue dictada la Exhortación?
3. ¿Qué monasterios existían en la época de la composición de la Exhortación?
4. Señale una similitud entre el CantSol y la ExhCl.
5. Lea los versículos 3 y 4 de la exhortación y haga un comentario

16
III UNIDAD
PRESENTACIÓN DE LOS ESCRITOS DE SAN FRANCISCO
Una vez que hemos recorrido por la historia de los escritos de san F y haber
constatado la importancia que han tenido en todas las épocas, nos toca ahora presentar
los escritos, para lo cual los ubicamos en bloques o grupos tal como nos sugiere la Edición
crítica de K. Esser y también las ediciones posteriores.
Las Cartas
De las Cartas que poseemos el texto forman un grupo de 10, de las demás sólo
tenemos noticias. Las cuales fueron escritas desde el año 1220 en adelante, después de
que san F retornó de su viaje por Egipto y Marruecos. S. F., cansado de su viaje, débil y
casi ciego, se sentía imposibilitado para continuar con su predicación itinerante, empleó
sus fuerzas para continuar su apostolado por escrito. Las 10 Cartas que poseemos en la
actualidad están divididas, de acuerdo a los destinatarios, en tres grupos, a saber:
Cartas circulares dirigidas a destinatarios fuera de la Orden:
Son Cartas dirigidas a “todos los cristianos, religiosos, clérigos y laicos, hombres
y mujeres, a todos los habitantes del mundo entero” (2CtaF 1), por eso se las llama
circulares. A este grupo pertenecen las siguientes cartas: 1CtaF, 2CtaF, CtaGob,
CtaCle.
Cartas a los frailes menores
El segundo grupo importante de cartas está dirigido a los frailes menores; la mayor
parte son circulares. Por el contenido se dice que tratan de la voluntad de san F por
instituir un nuevo signo que convoque a todos los fieles a las alabanzas de Dios y, al
mismo tiempo, llama a los frailes a que sean los portadores de este nuevo signo y,
además, llama a los frailes a que sean los primeros que vivan este encuentro cercano
con el Señor. A este grupo pertenecen las siguientes cartas: 1CtaCus, 2CtaCus, CtaO,
CtaM.
Cartas privadas
San Francisco escribió también a personas particulares. A más de las cartas
circulares que ya hemos mencionado, se dirige a algunos frailes en concreto. En estas
cartas privadas o personales se manifiesta toda la cortesía, ternura y amistad del santo.
A este grupo pertenecen: CtaLeo y CtaAnt.
Dentro de este grupo se habla también de la Carta a Jacoba de Settesoli, una
matrona romana muy amiga de san Francisco que, según las fuentes biográficas, le había
escrito a ella para que le llevara las cosas necesarias para su funeral y, además, los
dulces que tanto le gustaba comer cuando le visitaba en sus viajes a Roma. Sin embargo,
dentro de los escritos hay opiniones divididas sobre esta carta. Todos lo aceptan, pero el
texto no es aceptado ya que el único texto que se posee es el que se encuentra en el
EspPer 112.
Las Reglas
Sin lugar a dudas es un grupo muy importante dentro de los escritos de san F, ya
que a través de ellos san F iba fraguando y
dirigiendo la Fraternidad Minorítica y al mismo tiempo iba señalando el camino
espiritual que debían recorrer los hermanos que pertenecen a esta familia. En este grupo
están: RnB, RB, Rer, ForVid, UlVol.

17
Las Admoniciones y los Testamentos
A este grupo pertenecen los grupos considerados de reflexión. Las Adm forman
un conjunto de 28 dichos ordenados que seguramente fueron pronunciados por san F en
los capítulos generales y recogidos por algún copista o secretario del santo. Los
argumentos de este grupo son heterogéneos donde afloran las experiencias y los
sentimientos de san F. Están dirigidas a los frailes de la Orden con la finalidad de que
vivan más a plenitud el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Enseguida tenemos los Testamentos, considerados también como la última
voluntad de san F. De los escritos, los Testamentos reflejan con mayor profundidad las
intenciones del santo y su estilo de vida que propone a sus hermanos. Además, aparecen
como una especie de autobiografía espiritual e ideal de san F. A este grupo pertenecen
los siguientes escritos: Adm, TestS, Test.
Alabanzas y Oraciones
San Francisco amaba el canto y la poesía, lo cual es testificado por sus biógrafos
y sobre todo por sus escritos que ha dejado. Las alabanzas son un género literario que
era conocido y utilizado en el tiempo de san F con el nombre de laude. Estas se dividen
de acuerdo al lenguaje inicialmente escrito.
Grupo de los escritos en Latín: SalBVM, SalVir, AlHor, ExAlD, AlDA.
En el segundo grupo se encuentran los escritos en Vulgar (dialecto umbro):
CantSol y ExhCl.
Dentro de este mismo grupo se encuentran las oraciones que fueron compuestas
en prosa: OrCru, ParPN, OfPas, BenL.
Cuestionario
1. ¿Cuántos y cuáles son los grupos de los escritos de san F.
2. ¿Cuántas son las cartas de san F y cómo están clasificadas?
3. Ubique el período del viaje de san F a Marruecos, la Tierra Santa y Egipto
utilizando las fuentes biográficas.
4. Leyendo la Adm 27, señale ¿Cuál es la intención de san Francisco y cuál es el
mensaje de actualidad que sigue transmitiendo?
5. Escoja una oración o alabanza de san F y realice un pequeño comentario.

IV UNIDAD
LOS ESCRITOS DE SANTA CLARA
La presentación de los escritos de san Francisco, quedaría incompleta si no la
complementamos con el alma femenina del franciscanismo. Santa Clara de Asís, la mujer
que entendió el mensaje del Evangelio y escuchando la forma de vida de san F, nos deja
también este agradable sabor espiritual netamente franciscano a través de sus escritos
que presentaremos en el siguiente apartado.
Las fuentes Clareanas
Las fuentes de santa Clara y sus hermanas se dividen en tres grupos:
1. Los escritos inspirados de santa Clara

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Las fuentes que tratan de la vida de santa Clara como objeto específico de la
narración:
1. El proceso de canonización de santa Clara (noviembre de 1254)
2. La Leyenda versificada de santa Clara 1254-55
3. La Bula de canonización (agosto-octubre 1255)
4. La Leyenda de santa Clara redactada por encargo de Alejandro IV en 1256
5. Las tres Leyendas menores (siglo XIII)
Textos que hablan de la relación entre san Francisco y santa Clara:
1- Escritos de Francisco: ForVi (1212-3), ExhCla (1225), UlVol (1226), RB 11
2- Biografía de Celano: 1 Cel 18-20. 78. 116-117. 122-124.
3- 2Cel 204-207 subraya la unidad con la primera Orden
4- LM (1262) IV,6; XII,2; XIII,8 deja en sombra las relaciones entre san Francisco
y santa Clara. En 1259 s. Buenaventura escribió una carta a las Damas Pobres
de Asís.
5- TC 24 y 60 hablan de una profecía de la venida de las Damas Pobres; el
visitador es un fraile menor
6- LeyPer o CompAss 45 (EspP 90) presenta un “cántico para las clarisas” y en el
109 habla del último saludo de san Francisco a santa Clara
7- EspP 84 En la Porciúncula santa Clara se deja cortar el cabello y siguió a Cristo
abandonando los esplendores del mundo.
8- Florecillas 15, la comida de santa Clara con san Francisco en la Porciúncula;
en Flor 33: la cruz que aparece en el pan.
9- Las cartas de Jaime de Vitri (1226)
10- Las cartas a Clara y a las damas pobres (1228), del Cardenal Hugolino (1220),
del Papa Gregorio IX (1228), del Cardenal Reinaldo (1228), de Inés de Asís a
su hermana santa Clara (1230) y de s. Buenaventura a las Damianitas (1259).
Esta lista es una pequeña parte de los documentos que dan noticias de santa Clara
y de las hermanas. Esto manifiesta la riqueza del material que existe sobre los
fundadores. Siendo honestos tendríamos que añadir todos los testimonios que nos dan
la poesía, el arte, la literatura. Los sermones, la misma liturgia que ha compuesto himnos,
cantos y oraciones, además, todo lo que ha creado y vivido la piedad popular en torno a
estos dos grandes santos.
Las Cartas de santa Clara
La correspondencia de santa Clara debió ser más consistente de las solo cuatro
cartas que nos han quedado. Tenemos noticias de las dos cartas del Cardenal Hugolino,
después Papa Gregorio IX, dirigidas a santa Clara, pero nos hace falta la respuesta a
esas cartas, en la LeyCl 27, de Tomás de Celano, tenemos algunas breves noticias sobre
la correspondencia de estos dos grandes personajes y quizá algunas noticias de lo que
santa Clara le respondía pero nada más. El caso se repite con la carta de santa Inés de
Asís, hermana de la santa, fundadora del monasterio de Monticelli en Florencia,
poseemos el texto de esta carta, pero no la respuesta de santa Clara, seguramente el
texto se extravió. Si las dos hermanas se querían tanto y amaban el ideal evangélico,
suponemos que entre las dos existió una buena correspondencia epistolar, pero
lamentablemente los textos no los poseemos en la actualidad.
Clara, a diferencia de Francisco, no podía visitar a sus hermanas de otros
monasterios y animarlas en su misión. La vida de clausura era muy estricta en san
Damián y Clara no podía ir en contra de ella ya que debía ser ejemplo para las demás
hermanas. No podemos olvidar, por otro lado, que de san Damián salieron varias
19
religiosas a fundar los nuevos monasterios pero seguían en contacto con la abadesa del
monasterio madre (san Damián), por medio de correspondencias. Así se habla de la
correspondía que existía entre santa Clara con las fundadoras y abadesas de Vallegloria
(Spello), Siena, Cortona, Arezzo, etc., pero los textos no se han conservado.
Cartas a Inés de Praga
Un diálogo epistolar más extenso se desarrolló entre santa Clara y la hija del rey
Otokar I de Bohemia. Inés que en Pentecostés de
1234, después de haber rechazado unirse en matrimonio con Enrique VII, hijo del
emperador Federico II y luego con Enrique II de Inglaterra, vistió el hábito de hermana
pobre en el monasterio de Praga, fundado por ella misma. El 12 de noviembre de 1989
Inés fue canonizada por Juan Pablo II. Ella debió haber escrito otras veces más a santa
Clara, pero lastimosamente ninguna de esas cartas ha quedado. Permanecen, en
cambio, cuatro respuestas dadas por santa Clara. El códice más autorizado es el escrito
entre 1238 y 1322, en Praga, que contiene la vida de Inés de Praga (+1282) y las cuatro
cartas de santa Clara. Hoy estas cartas, compuestas por párrafos largos, en un latín
elegante y vibrante y, a veces, poético son reconocidos unánimemente por la crítica como
auténticas.
La primera carta a Inés (1234) tiene como tema la “alianza” o el “cambio”, como
dice ella misma: “Magnífico y estupendo
negocio: abandonar lo temporal por lo eterno, granjearse lo celestial por lo terreno,
recibir el ciento por uno y asegurar para toda la eternidad la vida bienaventurada” (1CtaCl
30).
La segunda Carta, escrita entre 1234 y 1238, durante el generalato de fray Elías
(1232-1239). Santa Clara alaba a Inés cual
“imitadora del Padre, en quien está toda perfección” (v.4) y le anima a seguir el
camino escogido. Tal vez contra los ofrecimientos del Papa de suavizar la austeridad de
vida. En todo caso es una carta que va contra las presiones exteriores y las dificultades
internas de santa Clara.
“No des crédito ni prestes atención a nadie que intente desviarte de tu propósito o
ponerte estorbos en este camino con el fin de impedirte que seas fiel a lo que has
prometido al Altísimo con la perfección a la que te ha llamado el espíritu del Señor”
(2CtaCla 14).
La tercera Carta, escrita al inicio del 1238, parece que alude a experiencias tristes
vividas por Inés. En la Bula Angelis gaudium (1238) no le fue confirmada la Regla que
era la más cercana a la de san Damián. Inés, con toda seguridad le comunicó este hecho
a santa Clara, la cual responde con una repetida invitación al gozo que esto conlleva, a
pesar de las dificultades.
“¡Alégrate pues, también, tú siempre en el Señor, carísima! No consientas que
nuble tu corazón sombra alguna de tristeza, ¡oh señora amadísima de Cristo, gozo de los
ángeles y corona de tus hermanas” (3CtaCla 10-11)
La cuarta Carta, nos lleva hacia el final de la vida de santa Clara (1253), que,
aprovechando el viaje de los frailes a Bohemia, escribe una vez más a “aquella que es la
mitad de su alma y santuario de un amor singularmente entrañable, a la ilustre reina,
esposa del Cordero y Rey eterno, a la señora Inés, madre suya carísima e hija la mas
querida de todas” (v.1) Esta carta exalta la vida contemplativa y anhela ese encuentro
con el esposo del cielo: “Déjate abrazar, por lo tanto, oh reina esposa del Rey celestial,
cada vez con mayor fuerza por este ardor de caridad. Y, al contemplar sus delicias

20
inenarrables, las riquezas y honores de eternidad, grita con todo el ardor de tu deseo y
de tu amor. Atráeme en pos de ti, Esposo celestial” (4CtaCla 27-28)
Las cuatro cartas a Inés de Praga contienen, a pesar del tiempo que separa la una
de la otra, un programa ascético-contemplativo en línea continua y también un ánimo
para sostener a Inés en su fidelidad a la vida que ahora tiene. Esta fidelidad de Inés es
apreciada por santa Clara como una relación de “madre e hija” y “su recuerdo lo tiene
impregnado inseparablemente en lo profundo de su corazón” (4CtaCla 35) por el tenaz
amor al “Pobre Crucificado, el que soportó el tormento de la cruz, librándonos del poder
del príncipe de las tinieblas que nos tenía encadenados a causa del pecado del primer
hombre y nos reconcilió con Dios Padre” (1CtaCla 14)
En las 4 cartas santa Clara ha revelado su secreto, como “mujer recluida”, su
mensaje tan simple que parece casi una revelación: oración, pobreza, gozo, un
estrecharse humilde y pobre a la persona de Cristo “pobre y humilde”, para ser en Él y
con Él soporte de la Iglesia y gozar con Él la bienaventuranza prometida a los pobres, la
plenitud del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo.
La carta a Ermentrudis de Brujas no es auténtica en su estilo literario. Lucas
Wadding difundió la vida de esta noble mujer y también en su obra habla de dos cartas
que santa Clara escribió a ella, hija del emperador de Colonia, pero luego condensa las
dos cartas en una sola. Si se lee detenidamente esta carta y se compara con las cartas
a Inés, se puede apreciar un cierto paralelismo, pero al mismo tiempo se nota que otras
manos y pensamiento intervinieron en esa carta, de ahí que no se puede considerarla
como auténtica.
La Regla de 1253
El Concilio IV de Letrán (1215) había prohibido la aprobación de nuevas reglas
para las órdenes que surgían, sin embargo, santa Clara luchó por largos años por la
Forma de vida de las hermanas pobres, es decir, por el Privilegio de la Pobreza y por la
relación con los hermanos menores. Entre 1247 y 1252, santa Clara se dedica a escribir
su Regla, tomando como base la RB de san F. (1223), La ReEr (12171221) y la ForVi
dada por el mismo s. F. (1213); utiliza también la Regla Benedictina y la que le impuso el
Cardenal Hugolino (1219) y más tarde la de Inocencio IV (1247).
La ReCla se compuso también con otras enseñanzas y escritos de s. F. (TestCla
34-35) que fueron dados por el mismo s. F a las
damas pobres. En la ReCla se refleja claramente el pensamiento y la espiritualidad
de s. F, como “la gracia de hacer penitencia viviendo según la perfección del santo
Evangelio” (ReCla VI, 1-3), en altísima pobreza (ReCla II,14; IV,5; VI; VIII,1-6; XII,13), en
fraternidad cristiana (ReCla IV,7-10) y en fidelidad a la Iglesia católica (ReCla I,3; XII,13).
Estos puntos son como la fuerza y ánimo del espíritu de la Regla de santa Clara. El
capítulo de la RB de los Frailes Menores donde se habla de “cómo los frailes deben ir por
el mundo”, la ReCla cambia por “el silencio y la clausura” como protección de la vida de
contemplación.
En síntesis, la ReCla es una lectura personal de s. Francisco: un reencuentro vivo
y original en el carisma de s. Francisco, un mirarse en reflejo en una dimensión propia,
de “pequeña plantita” pensada y querida por s. Francisco en el Espíritu del Señor a vivir
en modo absoluto y exclusivo la dimensión contemplativa de la única familia franciscana.
El Testamento
La atribución de este documento a santa Clara ha sido puesta en duda al inicio de
este siglo ya que se asemeja mucho al Test de s. F; pero el hallazgo de tres códices en
Messina, Madrid y Upsala ha quitado toda duda sobre la autenticidad de este documento.
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El TestCla revela la transparencia de su alma con relación a s. F y a favor de las Damas
pobres. Al final de su vida, santa Clara ve con ánimo y agradece al Señor por el don de
su vocación, la relación con s. F y los hermanos, el amor a la santa simplicidad, humildad
y pobreza y también honestidad por aquella santa vida que “fue enseñada por nuestro
padre san Francisco desde el inicio de nuestra conversión a Cristo” (TestCla 56-57).
En este escrito exhortativo, en parte hasta autobiográfico, santa Clara consigna a
sus hijas, revelando las preocupaciones y luchas
que tuvo que padecer, las conquistas alcanzadas para la seguridad de su ideal y,
finalmente con todo el afecto, las exhortaba y las bendecía.
La Bendición
En los códices anteriormente mencionados (Messina, Madrid, Upsala) donde fue
encontrado el TesCla, aparece también una Bendición de santa Clara a sus hermanas.
Sobre la autenticidad de este escrito hoy no existe ninguna duda. Esta Bendición es
idéntica a las otras dos bendiciones que se encuentran en las cartas a Inés de Bohemia
y Ermentrudis, sólo que esas han sido formuladas en singular y se diferencian un poco
en la parte final. Hoy, con la ayuda de cuatro códices latinos, que transmiten el texto con
pocas variaciones, es aceptada la fórmula de la bendición en plural. Como madre
espiritual, santa Clara bendice a todas sus hijas, tanto a las presentes como a las futuras.
La introducción de la Bendición la ha tomado del libro de los Números 6,24-26 o
de la bendición a fray León. Enseguida de la bendición es interesante notar como santa
Clara usa mucho el femenino; está consciente de que la humanidad no está compuesta
sólo de hombres, sino también de mujeres. En efecto, invoca a los santos y a las santas
de la Iglesia triunfante, habla de los siervos y siervas de la Iglesia militante (v.9) y bendice
a sus hijas “de ómnibus benedictionibus”:
Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto me es posible y más de
lo que me es posible, con todas las bendiciones con que el mismo Padre de las
misericordias ha bendecido y bendecirá en el cielo y en la tierra a sus hijos e hijas
espirituales y con las que cada padre o madre espiritual ha bendecido y bendecirá a sus
hijos y a sus hijas espirituales. Amén.
Sed siempre amantes de Dios y de sus almas y de vuestras almas y de todas
vuestras hermanas y sed siempre cuidadosas de guardar cuanto habéis prometido al
Señor.
El Señor esté siempre con vosotras y vosotras estéis siempre con Él. Amén.
(BenCla 11-16).
Esta bendición subraya la relación querida por Clara entre los hermanos y
hermanas de un mismo padre y de una misma madre: San Francisco y santa Clara. Ellos
son, lo que muy bien dijo SS. Juan Pablo II en un discurso espontáneo: Dos leyendas
inseparables (12 de marzo de 1982).
Cuestionario

1. ¿Cuántos y cuáles son los escritos de santa Clara?

2. ¿Cuál es la particularidad que presentan los escritos de santa Clara?

3. ¿Qué es lo que complementa santa Clara a la Espiritualidad de san


Francisco?

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4. Lea el TestCla e indique las líneas de espiritualidad que ella traza para
las hermanas.

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