Panqeques y Palitos

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Oración al Inmaculado

Corazón

"Acuérdate, Nuestra Señora del Sagrado Corazón,


de las maravillas que el Señor hizo en ti:
Te eligió por madre y te quiso junto a su cruz.

Hoy te hace compartir su gloria y escucha tus súplicas.


Ofrécele nuestras alabanzas y nuestra acción de gracias.
Preséntale nuestras peticiones.
(Aquí se pide la gracia que se desea obtener)

Haznos vivir, como tú, en el amor de tu Hijo,


para que venga a nosotros su reino.

Conduce a todos los hombres


a la fuente de agua viva que brota de su Corazón,
derramando sobre el mundo
la esperanza y la salvación, la justicia y la paz.

Mira nuestra confianza, atiende nuestra súplica


y muéstrate siempre Madre nuestra. Amén"

(Seguidamente rezáis un Padrenuestro, un Avemaría y un


Gloria)
Novena al Inmaculado
Corazón de María
Corazón Inmaculado de María, desbordante de amor a Dios y a
la humanidad, y de compasión por los pecadores, me consagro
enteramente a ti. Te confío la salvación de mi alma.

Que mi corazón esté siempre unido al tuyo, para que yo odie el


pecado, ame a Dios y al prójimo y alcance la vida eterna
juntamente con aquellos que amo.

Medianera de todas las gracias, y Madre de misericordia,


recuerda el tesoro infinito que tu divino Hijo ha merecido con
sus sufrimientos y que nos confió a nosotros sus hijos.

Llenos de confianza en su maternal corazón, que yo venero y


amo, acudo a ti en mis apremiantes necesidades. Por los
méritos de tu amable Corazón y por amor al Sagrado Corazón
de Jesús, obténme la gracia particular que pido (Mencione el
favor que desea).

Madre amadísima, si lo que pido no fuere conforme a la


voluntad de Dios, intercede para que se me conceda lo que sea
de mayor bien para mi alma.

Que yo experimente la bondad maternal de tu Corazón y el


poder de tu intercesión ante Jesús ahora en vida y en la hora de
la muerte. Amén.

Peticiones

¡Virgen Inmaculada, concebida sin pecado! Los movimientos de


tu Sagrado Corazón fueron siempre dirigidos a Dios y
obedientes a su divina voluntad.
Obténme la gracia de odiar el pecado con todo mi corazón y
aprender de ti a vivir en perfecta conformidad con la voluntad
de Dios.

¡María! Admiro la profunda humildad que turbó tu purísimo


Corazón al anunciarte el ángel Gabriel que eras la escogida para
ser la Madre del Hijo del Altísimo. No te consideraste más que
humilde esclava de Dios.

Mi propia altanería me avergüenza. Te suplico me concedas la


gracia de un corazón contrito y humillado para que reconozca mi
bajeza y alcance la gloria prometida a los verdaderos humildes
de corazón.

Santísima Virgen! Guardaste en tu Corazón el precioso tesoro de


las palabras de Jesús, tu Hijo, y meditando los sublimes
misterios que contienen, viviste únicamente para Dios. ¡Me
avergüenza la frialdad de mi corazón!

Querida Madre, obténme la gracia de meditar siempre en la


santa Ley de Dios y procurar seguir su ejemplo practicando con
fervor todas las virtudes cristianas.

¡Gloriosa Reina de los Mártires! Durante la pasión de tu Hijo,


traspasó cruelmente tu Corazón la espada que te había
anunciado el santo anciano Simeón. Obténme un corazón
magnánimo y de santa paciencia para sobrellevar los
sufrimientos, pruebas y dificultades de esta vida.

Que yo me porte como verdadero hijo tuyo crucificando la carne


y todos sus deseos con la mortificación de la Cruz.

¡María, Rosa mística! Tu amable Corazón ardiendo con vivo


fuego de amor nos adoptó por hijos suyos al pie de la Cruz y por
eso eres nuestra más tierna Madre.

Hazme sentir la dulzura de tu maternal Corazón y el poder de tu


intercesión ante Jesús en todos los peligros que encuentre
durante la vida, en particular en la hora temida de la muerte.

Que mi corazón esté siempre unido al tuyo y ame a Jesús ahora


y por siempre. Amén.
Oración

¡Padre celestial! Preparaste el Corazón de la Virgen María para


ser morada de tu Espíritu Santo. Que por su intercesión nuestra
alma llegue a ser templo más propio de tu gloria. Te lo pedimos
por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Letanías reparadoras
al Inmaculado Corazón
de María

¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad que nosotros


tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración
y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen
contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de
bondad y de misericordia de tu corazón maternal.

De las horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo


Jesús, te consolaremos oh María.
De la espada de dolor que hijos degenerados quieren
nuevamente clavar en tu corazón maternal, te consolaremos oh
María.
De las blasfemias nefandas que se vomitan contra tu purísimo y
santísimo nombre, te consolaremos oh María.
De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de
tus glorias más excelsas, te consolaremos oh María.
De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan
contra tu culto dulcísimo, te consolaremos oh María.
De las sacrílegas afrentas que los impíos cometen contra tus
carísimas imágenes, te consolaremos oh María.
De las profanaciones que se cometen en tus santuarios, te
consolaremos oh María.
De las ofensas contra la virtud angelical que en Ti se
personifica, te consolaremos oh María.
De los ultrajes que se cometen con las modas perversas, contra
la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada, te
consolaremos oh María.
De los horrendos delitos con que se aparta a los inocentes de tu
seno maternal, te consolaremos oh María.
De las incomprensiones de tus derechos divinamente
maternales, por parte de tantas madres, te consolaremos oh
María.
De las ingratitudes de tantos hijos a tus gracias bellas, te
consolaremos oh María.
De la frialdad de tantos corazones frente a tus ternuras
maternales, te consolaremos oh María.
Del desprecio de tus invitaciones de amor, te consolaremos oh
María.
De la cruel indiferencia de tantos corazones, te consolaremos oh
María.
De tus lágrimas maternales, te consolaremos oh María.
De las angustias de tu dulcísimo corazón, te consolaremos, oh
María.
De las agonías de tu alma santísima en tantos Calvarios, te
consolaremos oh María.
De tus suspiros de amor, te consolaremos oh María.
Del martirio que te ocasiona la pérdida de tantas almas
redimidas por la sangre de tu Jesús y por tus lágrimas, te
consolaremos oh María.
De los horrendos atentados que se cometen contra tu Jesús,
que vive en su Vicario y en sus sacerdotes, te consolaremos
oh María.
De la conjuración infernal contra la vida de tu Jesús en su
Iglesia, te consolaremos oh María.
¡Oh Madre santa dulcísima, que en el heroísmo de tu amor
maternal, al pie de la cruz, rogaste por aquellos crueles que
martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y
desgarraban tu Corazón ternísimo! Ten piedad de todos los
desventurados e indignos que te ofenden; haz que ellos también
puedan ser acogidos en tu seno maternal, purificados por tus
lágrimas benditas, y admitidos a gozar los frutos estupendos de
tu maternal misericordia. Amén.

Jaculatoria: Santa María, líbranos de las penas del infierno.


(preces 277).
Novena Perpetua a La Virgen de La Medalla
Milagrosa Oración de Apertura Sacerdote:
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Comunidad: Amén.
Sacerdote: Ven, Oh Espíritu Santo, llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos
el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu
y todas las cosas serán creadas.
Comunidad: Y renovarás la faz de la tierra.
Sacerdote: Oremos. Oh Dios, que has
ilustrado los corazones de tus fieles con la
luz del Espíritu Santo. Concédenos que por
este mismo Espíritu, saboree Acordaos
Todos: Acordaos, Oh piadosa Virgen María,
que jamás se ha oído decir que ninguno de
los que han acudido a Ti, implorado tu
asistencia y reclamado tu socorro, ha sido
abandonado por Ti. Animado con esta
confianza, a Ti acudo, oh Madre, Virgen de
las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso
de mis pecados, me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana. No desechéis,
Oh Madre de Dios, mis humildes súplicas;
antes bien, escuchadlas y atendedlas
favorablemente. Amén. Oración Todos: Oh
inmaculada Virgen Maria, Madre de Nuestro
Señor Jesucristo y madre nuestra, llenos de
viva confianza en tu poderosa intercesión,
tantas veces manifestada por la Medalla
Milagrosa, estos tus amantes y fieles hijos,
te suplicamos nos consigas las gracias y
favores que te pedimos durante esta novena,
si han de ser para el bien de nuestras almas
y de aquellas por las cuales te pedimos.
(Mencione aquí la gracia que desea
obtener). Oh María, bien sabes cuántas
veces nuestras almas han sido morada de tu
Divino Hijo, quien detesta la iniquidad.
Consíguenos aversión al pecado y pureza de
corazón que nos una a Dios y así todos
nuestros pensamientos, palabras y obras
sirvan únicamente para su mayor gloria.
Consíguenos también el espíritu de oración y
abnegación, para que por medio de la
penitencia recobremos lo que perdimos por
el pecado y podamos llegar finalmente a la
bendita morada donde eres reina de los
ángeles y de los hombres. Amén. Acto de
Consagración a Nuestra Señora de La
Medalla Milagrosa Todos: Oh Virgen, Madre
de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y
consagramos a Ti, bajo el título de Nuestra
Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta
Medalla sea para cada uno de nosotros,
prenda del amor que nos tienes y nos
recuerde nuestros deberes para contigo.
Que siempre que la llevemos nos bendiga tu
amorosa protección y nos conserve en la
gracia de tu Hijo. Oh Virgen poderosa,
Madre de nuestro Salvador, consérvanos
siempre a tu lado en todos los instantes de
nuestra vida. Concede a estos tus hijos la
gracia de una buena muerte, para que en
unión contigo podamos gozar para siempre
de la felicidad. Amén. Sacerdote: Oh María,
sin pecado concebida. Comunidad: Ruega
por nosotros que recurrimos a Ti. (Tres
veces)
Ingredientes

 1 taza de harina común

 2 tazas de leche

 3 huevos

 25 gr. de manteca derretida

 1 pizca de sal

Preparación

1. En un bol ponemos la harina, la leche, los huevos, la sal y la manteca derretida, batimos
bien para que se mezcle todo y no queden grumos.

2. Si quieren pueden echar los ingredientes directamente en una licuadora y mezclarlos ahí
en unos segundos y listo.

3. Una vez que está todo mezclado y sin grumos se lo debe dejar descansar mínimo 20
minutos (si pueden un poquito más mejor) para que se le vayan todas las burbujas de aire
que se le hacen por el batido, sino después el panqueque queda con agujeritos.

4. Cuando la preparación ya descansó, calentamos bien una sartén o panquequera y la


untamos con manteca para que no se nos pegue el panqueque.

5. Con un cucharón tomamos un poco de la preparación y la volcamos sobre la panquequera


al tiempo que la vamos haciendo correr por toda la superficie con un suave movimiento de
muñeca.

6. Dejamos unos segundos y cuando está dorado lo damos vuelta unos segundos más y ya
está listo nuestro panqueque.

Palitos de queso

DEDOS DE QUESO COLOMBIANOS

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Ingredientes

Aprox. 10-12 dedos de queso

2 tazas (280 gr) de harina de trigo o harina para todo uso

1 cucharadita de polvo para hornear

2 cucharadas de azúcar blanca granulada

½ cucharadita de sal

1 huevo grande a temperatura ambiente

¼ taza (56, 5 gr) de mantequilla fría sin sal

6-7 cucharadas de agua helada

12 onzas de queso para freir o cualquier tipo de queso blanco firme (ej.: costeño o queso fresco
mexicano) cortado en palitos de aprox. 4 pulgadas (10, 16 cm) de largo y ½ pulgada (1, 27 cm) de
ancho

Aceite para freir (canola, vegetal, de maíz, etc.)

Preparación

1. En un recipiente grande, mezcle bien la harina, polvo para hornear, azúcar, y sal. Luego agrege
el huevo, la mantequilla y 6 cucharadas de agua. Revuelva con una cuchara de madera o espátula y
luego empiece a amasar con las manos. Si ve que la masa todavía está muy seca, agregue una
cucharada más de agua.

2. Continúe amasando la masa sobre una superficie plana hasta que la harina esté bien
incorporada y la masa esté suave. Forme una bola con la masa y colóquela en el recipiente donde
mezcló todos los ingredientes. Cúbrala con plástico de cocina o con un trapo de cocina y déjela
reposar a temperatura ambiente por 30 minutos.
3. Aplane la masa con un rodillo sobre una superficie plana enharinada hasta que quede más o
menos de ¼ de pulgada (.64 cm) de gruesa formando un rectángulo que mida unas 10 x 13
pulgadas (25 x 33 cm). Luego corte la masa con un cuchillo en tiras que midan aprox. ¾ de pulgada
(1, 91 cm ) de ancho. Deben salir entre 10-12 tiras de masa.

4. Aplane cada tira con el rodillo una vez más para que quede bien delgada y se estire hasta medir
unas 18 pulgadas (46 cm) de largo. Luego, envuelva cada palito de queso con una de las tiras,
empezando por una de las puntas y terminando en la otra. Pellizque la masa de cada punta para
sellarla y presione los bordes para que queden bien sellados.

5. Caliente el aceite en una sartén grande a fuego medio y luego fría los palitos de queso por unos
3-4 minutos o hasta que estén dorados por cada lado. Voltéelos de vez en cuando para que nos e
quemen. Sáquelos del aceite y escúrralos sobre papel cocina. Sírvalos calientes con su salsa de
comida rápida favorita.

https://www.youtube.com/watch?v=9dQxSiuSWDU

Adriana bologna bizcochuelo

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