Texto 1 Casa Bernarda Alba

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ALEXANDRA RODRÍGUEZ SOCAS

TEXTO 1 BERNARDA ALBA

Este fragmento propuesto para comentar pertenece a La Casa de Bernarda Alba, escrita en 1936,
pocos meses antes de la muerte de su autor, Federico Garc a Lorca. Este fragmento supone un
momento fundamental dentro del primer acto, por lo tanto, respecto a la estructura, este texto
pertenece al planteamiento de la obra y corresponde a la escena que se produce después de la
muerte del marido de Bernarda y donde las vecinas van a la casa a darle el pésame.
Consiguientemente, Bernarda expresa su desprecio hacia toda la gente del pueblo, y hacia el pueblo
mismo.

Federico García Lorca nació en 1898 en Fuente Vaqueros, Granada. Fue un gran dramaturgo y poeta
andaluz de gran influencia para la literatura espa ola del siglo XX. Lorca vivi durante la Guerra
Civil espa ola, un acontecimiento hist rico que afect a la carrera literaria de la mayor a de los
autores de su poca. Muchos de ellos quedaron condenados al exilio, o a la muerte, como en el caso
de Lorca que muri fusilado el 18 de agosto de 1936 por sus posiciones antifascistas y su fama por
ser perteneciente a la Generaci n del 27.

La Generaci n del 27 fue un movimiento literario que se define de esa manera por la consagraci n
de un grupo de j venes artistas, integrada por personajes como Pedro Salinas o Jorge Guill n. El
movimiento supuso una importante renovaci n de la poes a espa ola, ya que se mezcla lo cl sico y
tradicional de la literatura hisp nica y los nuevos movimientos que van apareciendo en la poca.

En sus obras son constantes los temas de la cr tica social de la poca y la ideolog a de la
sublevaci n contra la autoridad como se puede ver reflejado en La Casa de Bernarda Alba. Esta
obra se basa principalmente en la autoridad y represi n sexual que Bernarda ejerce a sus cinco hijas.
Bernarda impone un luto de ocho a os por la muerte de su segundo marido, durante este periodo, la
aparici n de Pepe el Romano, futuro esposo de la hija mayor, desencadena una serie de
acontecimientos posteriores. Al final de la obra Adela se suicida por la creencia de que Bernarda
hab a matado a su amante, Pepe.




























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El tema principal del texto gira en torno a las convenciones sociales absurdas o irracionales, como
son los rituales relacionados con el luto riguroso e autoritario que reflejan la influencia de ciertas
costumbres de una sociedad tradicional y cerrada de la poca. Asimismo, otros temas importantes
pueden ser la moral burguesa y la importancia que se le da a las apariencias y el clasicismo de
Bernarda, una idea de orgullo de clase frente a la dem s gente del pueblo. Adem s, cabe destacar el
machismo, las diferencias entre hombres y mujeres, ya que se ve una discriminaci n acentuada
además una falta de libertad.

En el fragmento se muestra como Bernarda impone el silencio al llanto de su hija Magdalena y


recrimina a todo el pueblo que ha asistido al funeral de su segundo marido. Luego, impone a sus
hijas un luto que durar ocho a os por convenci n social y orgullo de clase. Al final del fragmento,
Magdalena maldice por ser mujer y Bernarda vuelve a ejercer su poder.

El fragmento lo podemos dividir en tres partes en cuanto a su contenido: la primera parte comienza
desde el principio hasta la acotaci n “(La Poncia limpia el suelo)”, en este segmento Bernarda
insulta y critica al pueblo. Posteriormente, la segunda parte comienza desde “Ni a, dame un
abanico” hasta “Lo mismo me da.”, Bernarda aplica su car cter autoritario e impone un luto que
durar ocho a os, adem s, se puede apreciar el primer acto de rebeld a de Adela brindando un
abanico colorido a su madre. Por ltimo, en la tercera parte, que comprende desde “Si no quieres
bordarlas...” hasta el final del fragmento, las hijas aceptan con impotencia y resignaci n las normas
de su madre y se refleja la desigualdad entre los hombres y las mujeres de la poca.

Respecto al género de la obra es un texto dramático por lo que predomina el diálogo y abunda el
lenguaje realista (sencillo, oraciones cortas) con el que Lorca pretende hacer una depuración
poética. Esto se puede ver reflejado en la estructura externa del texto, que puede dividirse en el
texto principal, que est compuesto por el di logo, que transcurre de forma r pida. Y por otro lado,
el texto secundario se compone por una serie de acotaciones, esto nos indica que el texto ha nacido
para ser representado, pues se indica la descripci n de los gestos de los personajes y los espacios.





















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La obra se presenta a trav s del di logo de unos personajes. Los personajes principales que
aparecen en el fragmento son Bernarda, sus hijas y las criadas. Bernarda es la madre de la familia,
es una mujer tirana, malhumorada y su nica preocupaci n es el honor y las apariencias, adem s del
clasismo. Bernarda pretende controlar a todas sus hijas e imponer en ellas una disciplina mediante
el luto y la opresi n, intentando as sustituir el papel del hombre de la casa de modo autoritario.

Entre sus cinco hijas est n la mayor, Angustias, que sigue a su madre en todo, es la heredera del
dinero y se va a casar con Pepe el Romano; Martirio; Amelia; Magdalena, la m s neutral; y Adela la
que crea m s pol mica en toda la obra y la nica que se atreve a oponerse a su madre. Este
personaje puede relacionarse con Mar a Josefa, la madre de Bernarda, pues son las dos las nicas
capaces de rebatirle a Bernarda su comportamiento y desear y simbolizar la libertad.

Tambi n aparecen la criada y Poncia, la gobernanta de la casa, que ser n de gran importancia para
la obra pues en sus conversaciones narran lo que pasa en la casa y son las que est n al corriente de
los acontecimientos que van sucediendo. Poncia es quien aconseja a Bernarda en muchas ocasiones
y asume un rol de sumisi n frente a ella. En el fragmento tambi n aparecen personajes terciarios
como las vecinas que acuden al luto del marido de Bernarda.

El tiempo en la obra es lineal, se omiten acciones y ocurren hechos fuera de la escena. Est basada
en un ambiente rural de un pueblo de cualquier zona de Espa a en poca estival.

En la obra el espacio es muy importante, pues tiene un nico escenario, la casa de Bernarda que
hace contraste con el exterior. Este espacio se describe con paredes blancas, muros gruesos,
ventanas y puertas tapiadas y se recalca mucho la limpieza del lugar y el calor que hace dentro. Por
su descripci n hace recordar a un convento o prisi n o el calor antes mencionado a la tensi n y
pasi n contenida a la que est n sometidas todas las hijas de Bernarda.

El lenguaje que utilizan los personajes como los refranes, maldiciones e insultos como por ejemplo
en la frase de Bernarda “S ; para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus
lenguas.” se relaciona con lo popular y coloquial, y con el lenguaje violento y hostil se intenta





























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reflejar la envidia y el odio de Bernarda hacia sus vecinas. También destaca el uso de exclamaciones
y el imperativo añadiendo violencia al lenguaje utilizado.

El simbolismo es una constante en la obra, en este fragmento podemos hacer s mbolos como el
bast n de mando con el que aparece en escena al principio de la obra Bernarda que refleja la
autoridad impuesta, referencia al poder desp tico de Bernarda; el agua en las obras de Lorca
simboliza una cosa distinta dependiendo de su estado, cuando aparece detenida, frente a la vida, que
es representada con el agua que fluye. En este fragmento el agua se describe como un agua
empozada en un pozo, con lo cual hace referencia a la muerte.

Adem s, en el espacio de la casa, se pueden se alar algunos otros s mbolos importantes, el color
blanco de las paredes representa la vida, la pureza y la virginidad, si embargo el color negro que se
contrapone debido a la celebraci n del entierro simboliza la muerte. La obsesi n por la limpieza
tambi n hace referencia a la pureza y adem s se relaciona con la preocupaci n del qu dir n.

En cuanto al l xico y morfolog a del fragmento se pueden apreciar abundancia de imperativos, esto
se debe a la imposici n de autoridad continua de Bernarda. Algunos ejemplos son “Dales las gracias
y chales una copa de aguardiente” o “Ni a, dame un abanico.”

En cuanto a los campos sem nticos podemos destacar el campo sem ntico de bordar, ya que
aparecen diversas palabras relacionadas como “cortar”, “ajuar”, “hilo”, “bordados”, “aguja” y el de
la casa, “casa”, “puerta”, “arca”, “la soler a”. Esto se puede destacar por las contraposiciones entre
las tareas aplicadas a los hombres (“l tigo y mula”, calle y libertad ) y las de las mujeres (“hilo y
aguja”, en la casa).

Asimismo se puede recalcar la utilizaci n de recursos estil sticos como met foras, onomatopeyas
(“Chiss”) que marca la importancia del silencio en la obra, un elemento de la estructura cíclica de la
obra; además refleja desde el inicio la autoridad de Bernarda y la opresión o falta de libertad de los
que viven en la casa.

























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En general la obra es un claro ejemplo de la importancia de las tradiciones y costumbres que ten a la
poca, lo crucial que era preocuparse por las apariencias a n priv ndose de su propia libertad. Esta
obra de Lorca es una clara cr tica a la sociedad de la poca a trav s de la simbolog a.







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