TAREA 2 ENSAYO. Sucesiòn Romana.

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LA SUCESIÓN EN ROMA

Introducción

La sucesión en el derecho romano comprendía el conjunto de

normas que regulaban la transmisión del patrimonio, derechos y

obligaciones de una persona a su muerte. “Esta sucesión comprende

todos los bienes del causante, que pasan a integrar una unidad

denominada “herencia”” (Tapia, 2018, pág. 6).Tuvo una evolución

compleja durante los más de doce siglos de historia romana. Esta

sucesión comprende todos los bienes del causante, que pasan a

integrar una unidad denominada “herencia”

Desarrollo

Ámbito de aplicación personal

Inicialmente, solo los ciudadanos romanos varones con derechos

civiles plenos (sui iuris) podían tanto disponer mortis causa como

adquirir bienes por sucesión. Estaban excluidas las mujeres, aunque

fueran ciudadanas; los latinos, peregrinos y provincianos; así como

los esclavos.
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El ius civile otorgaba la capacidad sucesoria sólo al pater familias

dentro del estricto marco de la familia civil romana. Pero la realidad

social se impuso y el ius gentium y el ius praetorium tuvieron que

encontrar soluciones para casos no encajables en el régimen

quiritario.

Así, se reconoció progresivamente derechos sucesorios a mujeres,

adoptados o emancipados respecto a sus familiares de origen,

soldados, latinos con conubium, y finalmente con la Constitutio

Antoniniana del 212 d.C. se generalizó la ciudadanía romana y con

ello la posibilidad de sujetarse al régimen común de sucesiones.

Principios fundamentales

Entre los principios rectores de la regulación sucesoria civil romana

estaba la conservación de los bienes en la familia, vinculada al culto

genticio. Sabemos que "Hereditas" se refiere a la sucesión por causa

de muerte según el derecho civil, y que también implica la adquisición

de los bienes del difunto.


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La heriditas en el sentido de sucesión por causa de muerte puede

ser de tres maneras:

1) intestada (ab intestato).

2) testamentaria.

3) contra el testamento.

También regía la voluntad de la causante expresada en testamento

válido, que podía alterar el orden ab intestato. Y la protección a

determinados parientes vulnerables, especialmente incapaces, viudas

e hijas de familia, pero siempre con las limitaciones marcadas por la

ley.

Sucesión intestada: “Se presenta cuando no hay testamento o

cuando, habiéndolo, llega a ser cierto legalmente que el testamento.

es inválido o ineficaz”. (VELEZ, s.f, pág. 4). Su finalidad era mantener

el patrimonio en el grupo familiar cuando no existía una declaración

expresa de última voluntad. Para ello se otorgaba prioridad a los

descendientes (hijos o nietos), después a los ascendientes y en su

defecto al cónyuge. Si no existían, se llamaba a parientes colaterales

hasta el sexto grado de consanguinidad.

Sucesión testamentaria: “En derecho clásico el testamento es un

acto jurídico por medio del cual una persona designa un heredero”.

(VELEZ, s.f, pág. 8). Esto quiere decir que La sucesión testamentaria
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se producía cuando el causante dejaba un testamento válido

disponiendo de sus bienes para después de su muerte, en este se

instituían herederos (heredes) con efectos patrimoniales.

Contra el testamento: “Entre el heredero y el bonorum possessor

es que el primero es un sucesor, según el derecho civil y el segundo

un sucesor según el derecho pretoriano” (VELEZ, s.f, pág. 3). A través

de esta figura jurídica, aquellos familiares con vocación hereditaria

intestada a los que el testador no hubiera instituido como herederos

ni desheredado expresamente podían ejercitar un derecho para

reclamar judicialmente. Estos parientes preteridos estaban

legitimados para demandar de forma conjunta con los herederos

formalmente designados en el testamento controvertido.

Orden de delación hereditaria

La legislación civil estableció una prelación entre los posibles

herederos civiles, situando en primer lugar a los descendientes sui

heredes. En su defecto, ascendientes o el cónyuge habitualmente. Y

en último término se llamaba a colaterales hasta el sexto grado de

consanguinidad según la proximidad con el difunto, prefiriendo

siempre a los agnados sobre los cognados. (Infante, 2007, pág. 8)

Conclusión
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La regulación jurídica romana de la sucesión mortis causa

experimentó una evolución compleja a lo largo de la historia,

ampliando progresivamente su ámbito de aplicación personal más allá

de los ciudadanos varones con plenos derechos civiles. Estableció

principios rectores como la conservación de bienes en la familia y

distinguió entre sucesión intestada (prioridad a descendientes y

ascendientes), testamentaria (respeto a la voluntad del causante) y

contra testamento (protección a familiares preteridos). Sentó así las

bases del actual Derecho sucesorio de tradición latina.

Bibliografía

Infante, A. Z. (2007). ALGUNOS ASPECTOS DE LA

SUCESIÒN. MEXICO: Revista mexicana de derecho. Recuperado

el 23 de 01 de 2024, de

file:///C:/Users/stefa/Downloads/14055-12571-1-PB.pdf

Tapia, L. M. (2018). Sucesiòn Mortis Causa. Madrid.

Recuperado el 22 de 01 de 2023, de

https://biblioteca.cunef.edu/files/documentos/TFM_MUAPA_201

8-20.pdf

VELEZ, L. J. (s.f). LA SUCESION EN El DERECHO ROMANO.

Medellin. Recuperado el 22 de 01 de 2024, de


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file:///C:/Users/stefa/Downloads/ymunozlopez,+334504-

Texto+del+art%C3%ADculo-153589-1-10-20180727.pdf

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