ALIMENTOS

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¿QUÉ SON LOS ALIMENTOS?

Tal como lo expresa el código de la infancia y la adolescencia (ley 1098/06) en su artículo 24:
“Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido
asistencia médica, recreación, educación o instrucción y, en general, todo lo necesario para el
desarrollo integral de los niños, las niñas y los adolescentes. Los alimentos comprenden la
obligación de proporcionar a la madre los gastos de embarazo y parto”. Por su parte, la Corte
Constitucional en la Sentencia C-156 de 2003 ha precisado que es aquel que le asiste a una
persona para reclamar de quien está obligado legalmente a darlos, lo necesario para su
subsistencia cuando no está en capacidad de procurársela por sus propios medios. La
obligación alimentaria esta entonces en cabeza de la persona que, por mandato legal, debe
sacrificar parte de su propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del
acreedor de los alimentos.
¿A QUIENES SE DEBEN ALIMENTOS?
Al tenor de lo dispuesto en el Código Civil, Art. 411., se le deben alimentos:
1. Al cónyuge.
2. A los descendientes legítimos.
3. A los ascendientes legítimos.
4. A cargo del cónyuge culpable, al cónyuge divorciado o separado de cuerpo sin su culpa.
5. A los hijos naturales, su posteridad legítima y a los nietos naturales.
6. A los ascendientes naturales.
7. A los hijos adoptivos.
8. A los padres adoptantes.
9. A los hermanos legítimos.
10. Al que hizo una donación cuantiosa si no hubiere sido rescindida o revocada.
Ahora bien, es preciso indicar que al hijo mayor de edad se le deben alimentos cuando no tenga
los medios suficientes para cubrir sus necesidades y se encuentre estudiando, obligación que
puede cubrir hasta los 25 años del hijo o hija; o, de manera vitalicia cuando éstos padezcan
una incapacidad física o mental que les impida obtener ingresos para su subsistencia.
Situación que se encuentra reglamentada por el artículo 422 del Código Civil y cuyo alcance
es señalado en diversas sentencias de las altas cortes, a manera de ejemplo lo dispuesto por
la Corte Constitucional en la Sentencia C-875-2003.
¿QUÉ CONDICIONES SE DEBEN ACREDITAR PARA RECLAMAR LOS ALIMENTOS?
Para poder reclamar alimentos, es necesario que se cumplan estas condiciones:
1. Que una norma jurídica otorgue el derecho a exigir los alimentos;
2. Que el peticionario carezca de bienes y, por tanto, requiera los alimentos que solicita;
3. Que la persona a quien se le piden los alimentos tenga los medios económicos para
proporcionarlos. A nivel procesal, es menester demostrar el parentesco o la calidad de
acreedor del derecho de alimentos según las normas aplicables;
4. Dirigir la demanda contra la persona obligada a dar alimentos; y,
5. Probar que se carece de bienes de tal forma que no puede asegurarse su subsistencia.
¿QUÉ CRITERIOS SON TENIDOS EN CUENTA AL MOMENTO DE FIJACIÓN DE UNA CUOTA
ALIMENTARIA?
No existe una fórmula o tabla a aplicar para determinar el valor de la cuota alimentaria, pero si
existen factores que se deben tener en cuenta como son: la capacidad económica del
obligado(a); las necesidades de la persona que recibirá los alimentos; la referencia legal
del artículo 130 del Código de la Infancia y Adolescencia que señala que cuando el obligado a
suministrar alimentos fuere asalariado, el Juez podrá ordenar el embargo hasta el 50% de su
salario y prestaciones y si no devengare salario, ordenara el embargo de los bienes que pueda
poseer; y, el número de hijos e hijas a cargo del obligado(a).
¿CUÁL ES EL TRÁMITE PARA LA FIJACIÓN DE CUOTA ALIMENTARIA?
El artículo 40 de la Ley 640 de 2001 establece que la conciliación prejudicial en derecho es un
requisito de procedibilidad para todo proceso declarativo relacionado con obligaciones
alimentarias. Así las cosas, la conciliación deberá siempre intentarse cuando se pretenda la
fijación, aumento, disminución o exoneración de una cuota alimentaria. Dicha conciliación
podrá intentarse ante un centro de conciliación autorizado, ante el Defensor de Familia, el
Comisario de Familia o notario público.
De fracasar el intento de conciliación, bien sea por inasistencia del convocado o por falta de
ánimo conciliatorio, se levantará la respectiva constancia, la cual acreditará el agotamiento
del requisito de procedibilidad y ésta se acompañará a la demanda de alimentos de
conocimiento del juez de familia.
Para determinar la competencia territorial siempre será tenido en cuenta el domicilio del
menor. Si se trata de alimentos para mayores de edad la competencia territorial la determina
el domicilio del demandado.
¿QUÉ ES LA REDUCCIÓN, EXONERACIÓN Y/O AUMENTO DE CUOTA DE ALIMENTOS?
La reducción, exoneración y/o incremento de la cuota alimentaria debe tramitarse por medio
de una demanda ante los jueces de Familia, del lugar del domicilio de los menores, previa la
realización de una audiencia de conciliación como requisito de procedibilidad. En este
proceso se debe demostrar que las condiciones económicas del obligado(a) han desmejorado
o, por el contrario, son mucho mejores que cuando se le impuso la cuota y que la cuota se
torna desproporcionada según sea el caso; o que las necesidades de quien recibe los
alimentos se han incrementado.
ASPECTOS PRÁCTICOS RELEVANTES PARA TENER EN CUENTA CON RESPECTO A UNA
CASO DE CUOTA DE ALIMENTOS
Para todos los casos de cuotas de alimentos, deberá tenerse como aspectos prácticos los
siguientes:
1. Debe tener claridad y precisión sobre lo que pretende. Fijación, aumento, disminución o
exoneración de cuota alimentaria; cumplimiento de una cuota alimentaria fijada en acta de
conciliación o sentencia judicial.
2. Debe informar si en el caso ya se ha llevado a cabo conciliación (hace cuántos años) o
si ya existe sentencia judicial sobre el asunto. Esto será imprescindible para determinar si el
paso a seguir es una conciliación o un proceso ejecutivo solicitando el cumplimiento de lo
establecido en el acta o sentencia.
3. Recuerde que no siempre que exista un acta de conciliación o sentencia previas, esto
implica el inmediato paso a un proceso ejecutivo. Primero será necesario examinar con
detenimiento el acta o sentencia con el fin de evaluar su mérito ejecutivo. Esto último quiere
decir que el documento debe contener obligaciones claras, expresas y exigibles.
4. Recuerde siempre que el trámite del proceso de alimentos para menor (proceso
especial Decreto 2737 de 1989) es distinto al proceso de alimentos para mayor (proceso
verbal sumario) y que los hijos mayores de edad deben actuar en nombre propio. Por lo
anterior, tenga en cuenta cuando hay hijos mayores de edad e hijos menores de edad, que la
madre sólo actúa en representación de los menores y que los mayores actuarán en su propio
nombre, tanto para la solicitud de conciliación como para la demanda, las cuales deberán
realizarse por separado.
5. Para el diligenciamiento de una solicitud de conciliación, siempre debe aportar copias
de los registros civiles de nacimiento que acrediten el parentesco. Así mismo, si es
posible contar con ellas, suministre pruebas de la capacidad económica de la persona a
quien se reclamarán alimentos y pruebas de los gastos o necesidades de quien los
solicita. Cuando la persona obligada a suministrar alimentos no tiene empleo, por Ley se
presume que devenga por lo menos un salario mínimo mensual legal vigente (Artículo 111
Código de la Infancia y Adolescencia) y sobre esa capacidad se le puede fijar la cuota de
alimentos. Sin embargo, dicha presunción puede ser desvirtuada, probando que su ingreso es
menor o que no tiene ningún ingreso o bienes con qué pagar dicha cuota.
NORMATIVA
• Código Civil, artículos 411-427; 1227-1229 y 1677. Sobre los alimentos que se deben por
ley y las personas a las cuales se les deben.
• Código de Infancia y Adolescencia, artículos 24, 82, 86, 100, 111-135. Sobre alimentos que
se deben a los menores y el trámite para solicitarlos.
• Ley 640 de 2001, artículo 31 sobre la conciliación en temas de familia.
• Decreto 2272 de 1989, artículos 5, 8, 16 sobre la jurisdicción de familia.
Para resolver se considera:
1. La conciliación es un mecanismo alternativo de resolución de conflictos que se encuentra
regulada por la Ley 2220 de 2022, en la que se establece:

“Artículo 3. Definición y Fines de la conciliación. La conciliación es un mecanismo de


resolución de conflictos a través del cual dos o más personas gestionan por sí mismas la
solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y calificado denominado
conciliador, quien, además de proponer fórmulas de arreglo, da fe de la decisión de
acuerdo, la cual es obligatoria y definitiva para las partes que concilian. La conciliación,
en sus diversas modalidades, es una figura cuyos propósitos son facilitar el acceso a la
justicia, generar condiciones aptas para el diálogo y la convivencia pacífica, y servir como
instrumento para la construcción de paz y de tejido social. (…)”

2. Dentro de las conciliaciones extrajudiciales en derecho, el artículo 12 de la norma en


comento consagró:
“La conciliación extrajudicial en derecho en materia de familia podrá ser adelantada ante
los conciliadores de los centros de conciliación, ante les defensores y los comisarios de
familia cuando ejercen competencias subsidiarias en los términos de la Ley 2126 de 2021,
los delegados regionales y seccionales de la Defensoría del Pueblo, los agentes del
ministerio público ante las autoridades judiciales y administrativas en asuntos de familia
y ante los notarios. A falta de todos los anteriores en el respectivo municipio, esta
conciliación podrá ser adelantada por los personeros y por los jueces civiles o promiscuos
municipales, siempre y cuando el asunto a conciliar sea de su competencia. En la
conciliación extrajudicial en materia de familia los operadores autorizados lo son en los
asuntos específicos que los autorice la ley”.

3. Por su parte, el numeral 2° del artículo 69 ibidem, establece:

“Artículo 69. La conciliación como requisito de procedibilidad en materia de familia. La


conciliación extrajudicial en derecho en materia de familia, será requisito de
procedibilidad en los siguientes asuntos:
(…) 2. Asuntos relacionados con las obligaciones alimentarias.
(…)”. (Negrillas del despacho).LAVES SOBRE EL PROCESO DE CONCILIACIÓN EN EL
ICBF
La conciliación es un método alternativo de solución de conflictos regulado por la Ley 640 de
2001, la cual puede ser solicitada presencialmente en los centros zonales del Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Los interesados pueden acceder a este trámite en el
centro zonal más cercano del lugar de residencia del niño, niña o adolescente con el fin de
dirimir asuntos de familia ante un defensor de familia del ICBF.
Claves sobre el proceso de conciliación en el ICBF
Algunos de estos asuntos son los derechos y obligaciones entre cónyuges, compañeros
permanentes, padres e hijos, miembros de la familia o personas responsables del cuidado de
menores de edad. En la conciliación siempre debe primar la voluntad libre de las partes para
llegar a cualquier fórmula conciliatoria.
¿Qué temas puedes conciliar?

• Alimentos, custodia y visitas de los niños, niñas y adolescentes.


• La suspensión de la vida en común de los cónyuges o compañeros permanentes.
• La separación de cuerpos y de bienes del matrimonio civil o religioso.
• La disolución y liquidación de la sociedad conyugal por causa distinta de la muerte del
cónyuge y los demás aspectos relacionados con el régimen económico del matrimonio.
• Los derechos sucesorales, sin perjuicio de la competencia atribuida por la ley a los
notarios.
¿Qué puede pasar en una conciliación?
Acuerdo: si existe un acuerdo entre las partes, el defensor de familia elevará un acta de
acuerdo de conciliación en el que se consagran las obligaciones, compromisos de tiempo,
modo y lugar a las cuales se obligan las partes.
No acuerdo: ante este evento, el defensor de familia expedirá un acta de constancia de
imposibilidad de acuerdo, con la cual se agotará el requisito de procedibilidad para acudir a la
jurisdicción de familia e iniciar las demandas judiciales que correspondan, según cada caso
particular.
En este escenario, el defensor de familia, en atención a los principios de interés superior y
prevalencia de derechos de los niños, niñas y adolescentes, tiene la potestad de fijar las
obligaciones provisionales de custodia, visitas y alimentos a favor del menor de edad frente al
cual se estén discutiendo sus derechos.
La parte que no se encuentre de acuerdo con la decisión adoptada en este espacio, cuenta
con cinco días establecidos por la legislación vigente para manifestar su oposición y que el
expediente sea remitido a instancia judicial.
Inasistencia de una o ambas partes: el defensor de familia, según lo dispuesto en la Ley 640 de
2001, dará un término de tres días para que las partes se excusen y en caso de que presenten
excusa válida, se podrá agendar nuevamente fecha y hora para llevar a cabo la audiencia de
conciliación.
En caso contrario, es decir, cuando no se presente excusa ante la Defensoría de Familia del
ICBF dentro de los tres días siguientes a la audiencia de conciliación, se expedirá constancia
de imposibilidad de acuerdo por inasistencia de una o ambas partes y, de igual manera, con
esta constancia se agota el requisito de procedibilidad, razón por la cual se podrá iniciar la
demanda judicial.
En ese caso, igual que en el escenario anterior, el defensor de familia tiene la potestad de fijar
las obligaciones provisionales de custodia, visitas y alimentos en favor del niño, niña o
adolescente.
Los alimentos comprenden todo lo que es indispensable para el sustento, habitación,
vestido, asistencia médica, recreación, educación y, en general, todo lo que es necesario
para el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes.
CONCILIACIÓN DE ALIMENTOS COMO REQUISITO DE PROCEDIBILIDAD
Acto y/o diligencia que busca fijar la cuota correspondiente a la manutención del niño, niña o
adolescente a través de un mecanismo alternativo de solución de conflictos (conciliación),
mediante el cual se busca concientizar a las partes para que lleguen a un acuerdo
correspondiente al monto de la cuota alimentaria, con fórmula para reajuste periódico; lugar y
forma de pago de cumplimiento; persona a quien debe pagarse o cuenta a la cual deban
hacerse las correspondientes consignaciones y descuentos salariales a que tenga lugar dicha
cuota.
Las conciliaciones de alimentos se pueden realizar ante el Defensor de Familia del ICBF, ante
el Comisario de Familia, o ante las autoridades o instituciones avaladas para el efecto. El
funcionario que conozca de la solicitud actuará como un tercero ecuánime, neutral y capaz,
proponiendo fórmulas de solución entre las partes, y dando aval a la decisión de arreglo que
tomen las partes, para finalmente dar su aceptación.
Si dentro de la conciliación las partes que asisten a la misma, no muestran ánimo conciliatorio
o no se llega a ningún acuerdo, el Defensor de Familia, Comisario de Familia, Inspector de
Policía o Conciliador autorizado, según el caso, podrá determinar una cuota de alimentos
provisional mediante una resolución motivada, la cual puede elevarse a demanda ante el Juez
de Familia, a solicitud del interesado.
El derecho a los alimentos se encuentra legalmente establecido en el artículo 24 de la ley 1098
de 2006 actual código de la infancia y la adolescencia, que intrínsecamente se determina
teniendo en cuenta factores como:

• La capacidad económica del padre o de la madre del menor de edad.


• Si la persona no cuenta con ingresos fijos mensuales se tomará como referente el salario
mínimo legal mensual vigente al tiempo de realizar la solicitud.
• Se puede embargar hasta el 50% del salario, teniendo en cuenta las necesidades básicas
de él/los menores, que se ajustan básicamente a vivienda, ropa, educación, atención
médica y recreación.
• Anualmente se realiza un aumento de la cuota – 1ro de enero -, que normalmente aumenta
con el IPC y/o el SMLMV.
Los padres tienen la obligación de proporcionar la mentada cuota a sus hijos hasta que
cumplan la mayoría de edad, y, excepcionalmente hasta los 25 de años, siempre y cuando no
cuenten con los medios para respaldarse y/o estén estudiando.
En caso de incumplimiento de esta hay lugar a iniciar un proceso ejecutivo de alimentos, en el
que se pueden embargar los salarios y bienes del deudor y penalmente se puede denunciar
por el delito de inasistencia alimentaria, tipificado en el artículo 233 del código penal
colombiano.

ESTOS SON LOS FACTORES QUE DEBEN TENERSE EN CUENTA PARA FIJAR CUOTA
ALIMENTARIA
24 de Noviembre de 2015
En la legislación colombiana no existe una fórmula exacta que determine la cuantía de la
obligación alimentaria para los progenitores. Sin embargo, para fijarla, se deben tener en
cuenta factores como obligaciones alimentarias con otras personas; el límite máximo del
embargo del alimentante asalariado (50 %) por parte de la autoridad judicial; capacidad
económica del alimentante y, si no labora o sus ingresos son irrisorios, se determina la cuota
sobre el salario mínimo.
Así mismo, se deberán sopesar las necesidades fácticas, sociales y económicas del
beneficiario, y el reajuste periódico en enero de cada año, con base en el índice de precios al
consumidor, señaló el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
La Ley 1098 del 2006 regula un trámite administrativo específico que le da potestad al defensor
de familia para asignar cuota provisional de alimentos, cuando habiendo sido notificada en
debida forma, la parte obligada no concurra o, habiendo asistido, no se llegue a un acuerdo
conciliatorio.
Respecto al aspecto judicial, las demandas sobre alimentos se tramitan a través de un proceso
verbal sumario ante el juez de familia del domicilio del menor y se puede presentar por
apoderado judicial o sin este. El juez debe resolver en un término máximo de 30 días, indicó la
entidad.
De acuerdo con el artículo 35 de la Ley 640 del 2001, tratándose de demanda de fijación de
cuota alimentaria, el solicitante debe agotar el requisito de procedibilidad (conciliación
prejudicial) ante los conciliadores autorizados por la ley, excepto cuando se solicite una
medida cautelar, caso en el cual se puede acudir directamente a la jurisdicción de familia.
(ICBF, Cpto. 102, ago. 21/15)
CONCEPTO 146 DE 2017- INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR
ASUNTO: Consulta sobre parámetros para la fijación de la cuota alimentaria a favor de un niño,
niña o adolescente y el subsidio familiar.
De manera atenta, en relación con et asunto de la referencia, en los términos previstos en los
artículos 26 del Código Civil, artículos 26 del Código Civil, Ley 1755 de 2015, y numeral 4 del
artículo 6 del Decreto 987 de 2012, se procede a emitir, concepto en los siguientes términos:
1. PROBLEMA JURÍDICO
¿Cuál es el porcentaje en que se debe tazar una cuota alimentaria a favor de un menor de edad,
teniendo en cuenta el subsidio familiar que éste recibe? ¿Se debe respetar los porcentajes de
los subsidios familiares reconocidos incluso a la cónyuge para la tasación de la cuota
alimentaria a favor de un menor de edad?
2. ANÁLISIS DEL PROBLEMA JURÍDICO
Metodológicamente estudiaremos 2.1) Qué son los alimentos a favor de un niño, niña o
adolescente; 2.2) Parámetros para la fijación de la cuota alimentaria y el incremento de la
misma; 2.3) El subsidio familiar; 2.4) el caso en concreto.
2.1. Los alimentos a favor de un niño, niña o adolescente
De acuerdo a lo indicado por la Corte Constitucional:
“El derecho de alimentos es aquel que le asiste a una persona para reclamar de la persona
obligada legalmente a darlos, lo necesario para su subsistencia, cuando no está en capacidad
de procurárselo por sus propios medios. Así la obligación alimentaria está en cabeza de quien
por ley, debe sacrificar parte de su propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y
desarrollo del acreedor de alimentos”.[1]
Es así como el derecho de alimentos se deriva sin lugar a equívocos del vínculo familiar y es
una obligación que tiene fundamento en el principio de la solidaridad, con la premisa que el
alimentario no está en la capacidad de asegurarse su propia subsistencia.
Titulares del derecho de alimentos
E artículo 411. Del Código Civil dice que se deben alimentos:
1o) Al cónyuge.
2o) A los descendientes.
3o) A los ascendientes.
4º) A cargo del cónyuge culpable, al cónyuge divorciado o separado de cuerpo sin su culpa.
5º) A los hijos naturales, su posteridad y a los nietos naturales.
6º) A los Ascendientes Naturales.
7º) A los hijos adoptivos.
8º) A los padres adoptantes.
9º) A los hermanos legítimos.
10) Al que hizo una donación cuantiosa si no hubiere sido rescindida o revocada.
La acción del donante se dirigirá contra el donatario.
No se deben alimentos a las personas aquí designadas en los casos en que una ley se los
niegue. (Subrayado fuera de texto)
El derecho de los niños, niñas y adolescentes a recibir alimentos es en sí un derecho
fundamental. El artículo 44 de la Constitución Política establece que “son derechos
fundamentales de los niños la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la
alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de
ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su
opinión”.
El anterior precepto constitucional está íntimamente relacionado con la noción de alimentos
dispuesto en la legislación civil, de familia y en el Código de la infancia y la Adolescencia, pues
éste concepto encierra lo necesario para el desarrollo físico, sicológico, espiritual, moral,
cultural y social del niño o adolescente. El reconocimiento que se hace a los menores de edad
del derecho a los alimentos tiene una finalidad protectora integral basada en el interés superior
del menor.
En efecto, el artículo 24 de la Ley 1098 de 2006, “Por la cual se expide el Código de la Infancia
y la Adolescencia”, estableció la siguiente definición de los alimentos:
“Artículo 24. Derecho a los alimentos. Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho
a los alimentos y demás medios para su desarrollo físico, psicológico, espiritual, moral,
cultural y social de acuerdo con la capacidad económica del alimentante. Se entiende por
alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia
médica, recreación, educación o instrucción y, en general, todo lo que es necesario para el
desarrollo integral de los niños, las niñas y los adolescentes. Los alimentos comprenden la
obligación de proporcionar a la madre los gastos de embarazo y parto.”
De las anteriores disposiciones podemos concluir que los niños, niñas y adolescentes tienen
el derecho fundamental a recibir alimentos, el cual se extiende a la recepción de las cuotas
alimentarias que se presumen indispensables para garantizar su desarrollo pleno e integral.
Tales derechos están protegidos por procedimientos especiales, como son los procesos de
fijación de cuota alimentaria, ejecución y revisión de los mismos.
Estos procedimientos especiales se encuentran previstos en la legislación de familia para
proteger los alimentos de los menores de edad, y deben guiarse por el principio desarrollado
en la Ley 1098 de 2006, que hace referencia al interés superior en los siguientes términos:
“ARTÍCULO 8o. INTERÉS SUPERIOR DE LOS NIÑOS, LAS NIÑAS Y LOS ADOLESCENTES. Se
entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas las
personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus Derechos Humanos,
que son universales, prevalentes e interdependientes."
Así las cosas, con los preceptos legales y constitucionales se rodean a los niños, niñas y
adolescentes de garantías y beneficios que permite la protección integral en su proceso de
formación y desarrollo hacia la adultez, dentro del cual los alimentos juegan un papel
primordial.
2.2. Parámetros para la fijación de cuota alimentaria en favor del niño, niña o adolescente
y su incremento.
El artículo 24 del Código de la Infancia y la Adolescencia, al definir el concepto del derecho de
alimentos, consagra distintos requisitos para fijar la cuota alimentaria, como son: el suministro
al niño, niña o adolescente de todo lo indispensable para su sustento, habitación, vestido,
asistencia médica, recreación, educación y para su desarrollo integral.
En la legislación colombiana no existe una fórmula exacta que determine la cuantía de la
obligación alimentaria para el progenitor o progenitora, sin embargo, existen factores a tenerse
en cuenta para ello de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 129 y 130 de la Ley 1098 de 2006,
como son:
--Las obligaciones alimentarias del progenitor o progenitora con otras personas que por ley
también le debe alimentos (ej.: otros hijos, cónyuge, padres, etc.)
--El límite máximo del embargo del salario del alimentante asalariado es del 50% por parte de
la autoridad judicial, de conformidad con el artículo 430 del Código de Infancia y Adolescencia.
--La capacidad económica del alimentante.
--Las necesidades fácticas, sociales y económicas del niño, niña o adolescente.
--Si el obligado a suministrar alimentos no labora o sus ingresos son irrisorios, el cálculo de la
cuota alimentaria se determina sobre el salario mínimo legal vigente.[2]
--La cuota alimentaría se reajustará periódicamente cada 1º de enero siguiente, teniendo
como base el índice de precios al consumidor, sin embargo, el juez o las partes pueden pactar
otra fórmula de reajuste periódico.
En efecto, para la fijación de la cuantía de la cuota alimentaria, la ley ha dicho en cuanto a la
capacidad del alimentante, que debe tenerse en cuenta su solvencia económica, la posición
social, costumbre y en general todo aquello que pueda tenerse en cuenta para determinar su
capacidad económica.
Respecto al incremento de la cuota alimentaria, el párrafo 6° del artículo 129 del Código de la
infancia y la Adolescencia, dice sin lugar a equívocos que:
“La cuota alimentaría fijada en providencia judicial, en audiencia de conciliación o en acuerdo
privado se entenderá reajustada a partir del primero de enero siguiente y anualmente en la
misma fecha, en el porcentaje igual al índice de precios al consumidor, sin perjuicio de que el
juez, o las partes de común acuerdo, establezcan otra fórmula de reajuste periódico”.
De acuerdo a lo anterior, el incremento de la cuota alimentaria podrá pactarse de común
acuerdo por las partes, sin embargo, si nada se dice, dicha cuota sufrirá un incremento cada
año, en el mismo porcentaje en el que el Gobierno establezca el IPC, independientemente que
la cuota alimentaria fijada en Colombia la reciba el alimentario en el exterior.
Ahora bien, si por algún motivo las circunstancias que dieron origen a la fijación de la cuota
alimentaria varían, esto es, la capacidad económica del alimentante aumenta o disminuye, las
partes de común acuerdo podrán modificar la cuota, si ello no se legra, el interesado deberá
promover el proceso que corresponda ante el Juez de Familia para la revisión de la misma.
2.3. El subsidio Familiar
El artículo 1 de la Ley 21 de 1982, define el subsidio familiar como:
…una prestación social pagadera en dinero, especie y servicios a los trabajadores de medianos
y menores ingresos, en proporción al número de personas a cargo, y su objetivo fundamental
consiste en el alivio de las cargas económicas que representa el sostenimiento de la familia,
como núcleo básico de la sociedad.
En efecto, la Corte Constitucional en la Sentencia C-508 de 1997,[3] indicó sobre este tema lo
siguiente:
…el subsidio familiar en Colombia ha buscado beneficiar a los sectores más pobres de la
población, estableciendo un sistema de compensación entre los salarios bajos y los altos,
dentro de un criterio que mira a la satisfacción de las necesidades básicas del grupo familiar.
Los medios para la consecución de este objetivo son básicamente el reconocimiento de un
subsidio en dinero a los trabajadores cabeza de familia que devengan salarios bajos, subsidio
que se paga en atención al número de hijos; y también en el reconocimiento de un subsidio en
servicios, a través de programas de salud, educación, mercadeo y recreación. El sistema de
subsidio familiar es entonces un mecanismo de redistribución del ingreso, en especial si se
atiende a que el subsidio en dinero se reconoce al trabajador en razón de su carga familiar y de
unos niveles de ingreso precarios, que le impiden atender en forma satisfactoria las
necesidades más apremiantes en alimentación, vestuario, educación y alojamiento".
A su turno, los artículos 27 y 28 ibídem rezan: Darán derecho al subsidio familiar las personas
a cargo de los trabajadores beneficiaros que a continuación se enumera:
1o. Los hijos legítimos los naturales, los adoptivos y los hijastros.
2°. Los hermanos huérfanos de padre.
3º. Los padres del trabajador.
Para los efectos del régimen del subsidio familiar se consideran personas a cargo las
enumeradas, cuando convivan y dependan económicamente del trabajador y; además se
hallen dentro de las condiciones señaladas en los artículos siguientes.
Parágrafo. El cónyuge o compañero permanente del trabajador; así como las personas
relacionadas en el presente artículo podrán utilizar las obras y programas organizados con el
objeto de reconocer el subsidio en servicios.
Artículo 28. Los hijos legítimos, los naturales, los adoptivos, los hijastros y los hermanos
huérfanos de padres se consideran personas a cargo hasta la edad de dieciocho (18) años. Sin
embargo, a partir de los doce (12) años se deberá acreditar la escolaridad en establecimiento
docente oficialmente aprobado con un mínimo de cuatro (4) horas diarias o de ochenta (80)
mensuales.
Cuando la Persona a cargo sobrepase la edad de dieciocho (18) años y empiece o esté
haciendo estudios postsecundarios, intermedios o técnicos dará lugar a que por él se pague el
subsidio familiar, hasta la edad de 23 años cumplidos, acreditando la respectiva calidad de
estudiante post-secundario, intermedio o técnico.
De acuerdo a la normatividad y jurisprudencia que existe sobre este asunto, debe ser claro que
el subsidio familiar no se constituye en salario ni se computa como factor del mismo, s
triplemente se trata de un beneficio otorgado al trabajador para aliviar las cargas que tiene
respecto del sostenimiento de su familia.
2.4. El caso en concreto
Sea lo primero señalar que no es competencia de ésta Oficina Asesora Jurídica resolver
inquietudes sobre casos específicos, razón por la cual se analizará las preguntas planteadas
por el consultante en términos generales.
Tal y como lo hemos analizado en éste concepto, es competencia de las autoridades
judiciales, establecer el porcentaje en que se fijará una cuota alimentaria a favor de un niño,
niña o adolescente, teniendo en cuenta las necesidades del menor de edad, y la capacidad
económica de cada padre y el número de hijos que tenga a su cargo.
Así pues, el Juez de Familia, podrá fijar una cuota alimentaria con base en las pruebas
legalmente aportadas al proceso, de la cual se podrá ordenar su embargo o descuento directo
de nómina, sobre lo que constituya salario, con el fin de garantizar su pago mensual.
Ahora bien, respecto al subsidio familiar reconocido a favor del alimentario, dicho rubro no
hace parte de la cuota alimentaria, sin embargo, el Juez de Familia, dentro de las facultades
que le otorga la Ley, puede ordenar al pagador de quien tiene la obligación alimentaria que le
consigne o pague el porcentaje que corresponda al menor de edad para que sea éste quien
disfrute directamente de dicho beneficio.
Por último, es preciso indicar que cuando las circunstancias que dieron lugar a la fijación de
una cuota alimentaria han variado, las partes de común acuerdo o a través de un proceso
judicial, pueden modificarla bien sea aumentándola o reduciéndola, según sea el caso, o si se
considera que la cuota alimentaria se encuentra indebidamente tazda, se puede igualmente
solicitar su revisión ante la autoridad judicial correspondiente.
Por último, es preciso indicar que el presente concepto[4] no es de obligatorio cumplimiento o
ejecución para particulares o agentes externos, de conformidad con lo establecido en la Ley
1755 de 2015. No obstante lo anterior, tiene carácter vinculante para las dependencias
internas del Instituto y terceros que colaboren en la prestación del servicio público o en el
desarrollo de la función administrativa de competencia del ICBF, en virtud de la función
asignada a la Oficina Asesora Jurídica de mantener la unidad doctrinaria e impartir las
directrices jurídicas necesarias para el desarrollo de las funciones del Instituto, de
conformidad con los numerales 8 y 15 del Decreto 987 de 2012.
Cordialmente,
LUZ KARIME FERNANDEZ CASTILLO
Jefe Oficina Asesora Jurídica

NOTAS AL FINAL:
1. Sentencia C-919 de 2001 M.P. Jaime Araujo Rentería
2. Artículo 129 de la Ley 1098 de 2006.
3. M. P. Vladimiro Naranjo Mesa
“Como al realizar las referidas intervenciones la Administración debe aplicar el derecho, no
siempre a través de funcionarios con conocimientos jurídicos, o cuando la debida ejecución
do la ley requiere precisiones de orden técnico, se hace necesario que aquélla haga uso del
poder de instrucción, a través de las llamadas circulares del servicio, o de conceptos u
opiniones, y determine el modo o la forma como debe aplicarse la ley en los distintos niveles
decisorios. Con ello se busca, la unidad de la acción administrativa, la coordinación de las
actividades que desarrollan los funcionarios pertenecientes a un conjunto administrativo, la
uniformidad de las decisiones administrativas e igualmente, la unidad en el desarrollo de las
politices y directrices generales trazadas por los órganos superiores de la Administración, con
lo cual se cumple el mandato del Constituyente contenido en el art. 209 de la Constitución, en
el sentido de que la función administrativa se desarrolle con fundamentos en los principios de
igualdad, moralidad, eficacia, eficiencia e imparcialidad.(...) cuando el concepto tiene un
carácter autorregulador de la actividad administrativa y se impone su exigencia a terceros, bien
puede considerarse como un acto decisorio de la Administración, con las consecuencias
jurídicas que ello apareja. En tal virtud, deja de ser un concepto y se convierte en un acto
administrativo, de una naturaleza Igual o similar a las llamadas circulares o instrucciones de
servicio.” Corte Constitucional. Sentencia C - 877 de 2000 M P. Antonio Barrera Carbonell.

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