Yo Soy Suficiente Marca Tu Espejo y Cambia Tu Vida Spanish Edition 9781916411005 1916411002

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Marisa Peer estudió hipnoterapia en el Hypnotism Training Institute de

Los Angeles, conocido como el mejor centro de entrenamiento de hipnoterapia


del mundo. Ella ha pasado más de treinta años trabajando con una extensa lista
de clientes incluyendo a la realeza, estrellas de rock, actores, CEOs y atletas
olímpicos. Marisa ha desarrollado su propio y único estilo, al que
frecuentemente se refieren como un cambiador de vidas.

Marisa trabaja extensamente en televisión y radio, apareciendo en Supersize


vs Superskinny y Celebrity Fit Club en el Reino Unido y los Estados Unidos. En
mayo del 2006, Marisa fue nombrada la Mejor Terapeuta Británica por la revista
Men’s Health y destacada en la Guía Tatler de los 250 Mejores Doctores
Británicos. Ella da conferencias y talleres por todo el mundo.

Para más información sobre Marisa visite:

www.marisapeer.com
www.rapidtransformationaltherapy.com

Conéctate con Marisa Peer en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube,


Vimeo, LinkedIn

…………..

Yo Soy Suficiente: Un programa en ocho partes para dominar tus


creencias y prepararte para un éxito fenomenal

Marisa Peer ha creado un programa transformacional completo y conciso


para Yo Soy Suficiente . Se entrega en ocho módulos a lo largo de ocho videos y
audios, el programa te dará los mismos efectos de transformar tu realidad y el
mismo efecto de epifanía que sus clientes más distinguidos han experimentado
en persona.

Este programa está diseñado para alterar radical y permanentemente las


áreas claves que impactarán tu vida. Esto incluye tu nivel de confianza, tu
propósito, tus relaciones, tu carrera, la creación de riqueza y abundancia y
disfrutar de una vida sexual fenomenal. Yo Soy Suficiente es un programa nuevo,
innovador y emocionante que puede cambiar y redefinir tu vida. Después de usar
este programa, podrás activar la abundancia y el potencial que desees.

Para más información visite:

www.iamenough.com/resources

Publicaciones Previas

You Can Be Thin: The Ultimate Program to End Dieting Forever Tú puedes
ser delgado/a: El novedoso programa para dejar las dietas para siempre .

‘Siempre soy escéptica al pensar en otro libro de “dieta milagrosa”, pero


este realmente es diferente … pensamientos constructivos de una mujer que
realmente sabe’.
You Magazine

‘Recomendaría este libro a mis pacientes o a cualquiera que quisiera


cambiar su peso y encontrar una relación saludable con la comida’.
Dr Chris Steele, Médico general y
doctor residente de This Morning

…………..

You Can Be Younger: Use the Power of your Mind to Look and Feel 10
Years Younger in 10 Simple Steps/ Tú puedes ser más joven: Usa el poder de tu
mente para mirarte y sentirte 10 años más joven en 10 sencillos pasos .

‘No puedo recomendar a Marisa Peer, sus métodos o este libro lo suficiente.
You Can Be Younger es una maravilla, un cambio de vida y un salvavidas.’
Molly Parkin, artista, escritora y celebridad

…………..

Trying To Get Pregnant (and Succeeding) /Intentando quedar embarazada


(y lográndolo)

‘Estoy tan feliz que el libro de Marisa tenga sus técnicas únicas para que
incluso más mujeres se puedan beneficiar de ellas… Recomiendo de todo
corazón este libro a cualquier mujer que lucha con la infertilidad.’

College Murphy, Sands (Organización Benéfica para muerte fetal y


neonatal)
‘Leí Trying To Get Pregnant (and Succeeding)/ Intentando quedar
embarazada (y lograndolo) y me dio sabiduría, una percepción y fe durante
muchas dificultades y obstáculos. Estoy muy contenta de haber recurrido a
Marisa ya que ahora tengo un hijo hermoso, increíble y maravilloso. Gracias
Marisa.’
Daniella Neumann, Productora de TV

…………..

Ultimate Confidence: The Secrets to Feeling Great About Yourself Every


Day/ Máxima confianza: El secreto de sentirte bien contigo mismo cada día
‘La gente siempre asume que las personalidades de la televisión están llenas
de autoestima, pero la verdad es que todos nosotros tenemos áreas de nuestras
vidas donde desearíamos poder hacerlo mejor. El enfoque de Marisa es efectivo,
refrescantemente diferente y, lo que es más importante, agradable’.
Anna Richardson, presentadora de TV

Para más información sobre los libros de Marisa Peer por favor visite:

www.marisapeer.com/books

Elogios para Yo Soy Suficiente

‘¡No sé cómo agradecerte! Me he enamorado de ti, tú realmente cambiaste


mi vida. Lo mejor acerca de ti es que realmente dices la verdad, la verdad que
casi todos los demás terapeutas no dicen. Soy conferencista y enseño en
universidades y ahora les enseño a mis estudiantes Yo Soy Suficiente y además
les hago darse cuenta de su grandeza. Verás, ser instructor y pararte frente a los
jóvenes te hace ver la verdad y el dolor en ellos causado por sus creencias, las
cuales aprendieron durante su infancia. Así que ahora siempre tengo que
contarles acerca de lo que aprendí de ti y los estudiantes vienen a mí para que les
escriba en las manos Yo Soy Suficiente . Gracias de nuevo, realmente, desde el
fondo de mi corazón y como tengo la oportunidad de escucharte y aprender de ti,
ya no escucho ni visito a coaches de vida ni psicólogos.’

Shereen

‘Hace unas semanas pasé un tiempo con mi querida amiga y una de las
mejores hipnoterapeutas del mundo, Marisa Peer. Ella siempre tendrá un lugar
especial en mi corazón porque ayudó mucho a mi esposa cuando estábamos
luchando por tener un bebé. Ayudó a muchas personas, incluyendo a
celebridades y la realeza británica, a superar sus fobias, problemas de
infertilidad, adicciones y problemas de peso. Hace unos años ella comenzó un
movimiento llamado Yo Soy Suficiente . ¡Es asombroso! Ella le enseña a las
personas que son lo suficientemente buenos para hacer lo que quieran. Es
increíblemente poderoso y logró ayudar a millones de personas.’

Smiljan

‘Encontré un video en YouTube y me inscribí en el programa Yo Soy


Suficiente . Hoy día estoy en el día 7. Descargué las grabaciones y las escucho
todas las noches antes de acostarme. El efecto es asombroso. Solía ser una
persona muy enojada, siempre infeliz y gruñona, especialmente en el trabajo.
Temo todos los días… tengo miedo de cometer errores… ¿Me regañarán hoy?
¿Olvidé algo importante? ¡Cuanto más miedo tengo, más errores cometí!
Siempre empiezo mi día con miedo y lo termino con enojo. Después de escuchar
tus grabaciones, me sorprende que estoy más relajada en el camino al trabajo…
No estoy enojada, estoy más positiva y no deprimida… los sentimientos
desaparecen…. Estuve más alegre y confiada en el trabajo la semana pasada. Mi
esposo es la primera persona en notar los cambios. He escrito e impreso “ Yo Soy
Suficiente ” y lo pegué en las paredes de mi casa y grabé esas palabras en mi
brazalete. Y cada mañana mientras me visto para ir al trabajo me miraré en el
espejo y diré “¡Estoy bendecida! ¡Soy suficiente! ¡Soy buena!” Las palabras no
pueden expresar lo agradecida que estoy’.

Rachel

‘Bravo Marisa, a medida que continúas desarrollando formas para re-


empoderar a la humanidad y cambiar el mundo—como este curso y este libro
definitivamente lo harán’.

Karen

‘Soy suficiente en mi fuerza Y también soy suficiente cuando soy débil, o


estoy cansada o solo “no lo siento hoy”. Yo soy suficiente cuando hago grandes
cosas y cuando simplemente hago lo que realmente debo hacer hoy. Soy
suficiente cuando estoy lista para enfrentarme al mundo Y cuando necesito un
poco de tiempo y espacio emocional. Cada día yo soy suficiente. Y tú también lo
eres’.

Theresa

‘Esta es una lección que nunca quiero olvidar. Mientras sigo luchando con
los malos hábitos de mis pensamientos subconscientes, estas tres palabras me
dan una perspectiva. Estas tres palabras también han impactado a la hija de un
amigo mío. Cuando descubrió por qué tenía estas palabras en mi muñeca (y en el
espejo del baño), llevó este mensaje a su clase en la escuela. Su maestra ahora
tiene esta frase escrita en la pizarra para que toda la clase la vea cada día’.

Steph
‘Hace meses atrás, cuando “encontré” la información de Marisa, e me
propuse un desafío. Lo escribí en cualquier momento que pude y lo usé como
respuesta cada día. En 30 días me di cuenta de lo positivo que se había vuelto mi
pensamiento y de cómo los pensamientos en general eran más productivos y
menos comparativos. Yo Soy Suficiente lo dice todo y confirmo el poder de las
palabras. Gracias, Marisa Peer’.

Paige

‘Es increíble cómo funciona esta frase. Gracias Marisa’.

Susan

‘Ha pasado un año y aún estoy completamente agradecida y me siento en


las nubes sobre lo mucho que mi vida ha cambiado desde que tomé el curso de
Marisa Yo Soy Suficiente . Si fue posible para mi, es posible para cualquiera.
¡Vengo de una gran bancarrota; vengo de tener que huir a los Estados Unidos
porque nuestra vida estaba en peligro! Todos ustedes pueden y todos ustedes son
suficiente. Gracias Marisa’.

Vanessa

‘¡Marisa, quiero darle a este mensaje de “Yo Soy Suficiente” 1000 me


gusta! Hacer este entrenamiento ha cambiado mi vida y muchas vidas de los que
me rodean. Gracias no es una palabra lo suficientemente grande como para decir
cuánto la aprecio a usted y sus regalos’.

Sum

‘No recuerdo que nadie me dijera abiertamente que no era suficiente, pero
sí que me dijeron que, si lo intentaba y hacía un poco más de esfuerzo, sí,
¡realmente podría ser bueno! Traducción: Eres bueno, pero no lo suficiente. Me
doy cuenta de que eso ha permanecido conmigo toda mi vida. He hecho algunas
cosas bastante buenas en mi vida, pero podría haber hecho mucho más y con
más satisfacción si solo hubiera escuchado que Yo Soy Suficiente . Ha llegado la
hora de cambiar’.

Simon

‘Finalmente he llegado a comprender cómo Yo Soy Suficiente aparece en mi


vida y cuándo no. Tengo las palabras en una nota adhesiva en mi computador y
me he vuelto mucho más confiado en mi propia suficiencia que, incluso, hablo
de manera diferente. Gracias, Marisa Peer, por abrir la puerta a una mayor
comprensión, sanación y elevación de las energías colectivas. Como enfermera
de salud mental, siempre encontré el modelo médico limitado y restrictivo.
Cuando encontré a Marisa y Yo Soy Suficiente , me hizo mucho sentido. He
estado usando algunos de sus métodos con jóvenes de 13 a 19 años con
excelentes resultados.’

Warren

“¡Escribe Yo Soy Suficiente en todos los espejos de tu casa!” dijo Marisa


Peer, mi coach en línea. Este trabajo de MENTALIDAD es el verdadero
negocio. Entonces me di cuenta de que “MI MAYOR OBSTÁCULO PARA EL
ÉXITO (en la vida o los negocios) ERAN MIS PROPIOS PENSAMIENTOS”.
Así que ahora, cuando trabajo con emprendedores es tan fácil ver que sus
mayores obstáculos para lograr el éxito no son sus productos o servicios, sino
que su MENTALIDAD, la que está establecida como “No puedo lograr
esto/eso”, “Soy mamá y no puedo dirigir un negocio exitoso al mismo tiempo”,
“Estoy cansado, necesito x cantidad de sueño, o si no, no puedo funcionar”, “No
tengo tiempo suficiente para hacer X”. Todas estas cosas me dije a mí mismo
durante los últimos 12 años. Te diré esto una y otra vez: todas estas palabras que
te estás diciendo a ti mismo y a todos los que te rodean no tienen nada que ver
con las palabras que estás usando. NADA. Todas estas oraciones provienen de
UN SOLO pensamiento interno de duda que te dices a ti mismo: “No soy
suficiente”. ESTÁS EQUIVOCADO. Yo soy la prueba. Yo era igual que tú.
¡Pasé de un sueño de negocios a mi negocio soñado! Porque alguien creyó en mí
y me dijo que Yo Soy Suficiente .

Lenja

‘Años atrás el aprender Yo Soy Suficiente , cambió la forma en que me veía


a mí misma. Estas tres palabras me sacaron del periodo más bajo de mi vida.
Desde entonces ha sido mi mantra. Estoy muy contenta de haberte conocido,
Marisa Peer’.

Nazia

‘Todo este curso ha sido maravilloso. Tengo que decirlo Marisa, eres
hermosa. A los 72 años de edad, puedo asegurarte que he hecho muchos, muchos
cursos durante mi vida y este los supera a todos. Yo Soy Suficiente es la cosa más
brillante que he escuchado y le he amado, amado, amado. Tengo escrito “yo soy
suficiente” por todas partes y me lo he tatuado en la mano izquierda. Todo el
curso es verdaderamente transformador y vale cada centavo y minuto invertido
en él. Gracias de nuevo Marisa por este maravilloso curso’.

Anon

‘Un lápiz labial en tu espejo cambiará tu vida. Yo Soy Suficiente —


Marisa Peer, amo, amo, amo tu trabajo. Ha cambiado mi vida de una manera
fenomenal. Gracias Marisa y te deseo el más extraordinario de los éxitos con
este libro y el resto de tu trabajo’.

Angela

‘Estoy haciendo el programa Yo Soy Suficiente , que ha sido


transformacional para mí. Soy una persona completamente diferente a la persona
que era hace 6 meses atrás’.

Lorna

‘Me gustaría compartir esta increíble resolución con montos de dinero


después de 11 meses. Ayer vendí mi casa en Milán en 250.000€ en solo 15 días.
Gracias Marisa, Yo Soy Suficiente realmente funciona’.

Francesco

Yo Soy Suficiente

Marisa Peer

Copyright © 2018 Marisa Peer

Todos los derechos reservados.


Traducido por Carolina Serpell E.

ISBN-13: 978-1916411005
ISBN-10: 1916411002

DEDICATORIA
Este libro se lo dedico a mis padres Ron Peer y Dee Sadler y a la hermosa
Psalm Isadora. Los extraño mucho a todos.

“Incapaces de morir son los amados, porque el amor es la inmortalidad” .

También se lo dedico a mi esposo, John, quien es mi mayor apoyo. No


podría hacer lo que hago sin ti – eres mi roca.

A mi hermana, Sian, quien ha hecho nuestra empresa mejor que nunca –eres
y siempre has sido indispensable.

Para mi hermosa hija, Phaedra Peer –mi vida es mejor cada día gracias a ti.

RECONOCIMIENTOS
Un reconocimiento y agradecimiento especial para mis maravillosas amigas
Claudia, Dani, Helen y María –gracias por creer en mí y apoyarme.

Para todos los lindos niños en mi vida –Carylss, Lucas, Bree, Issac Freya,
Jackson y Lola. Ustedes me dan mucha alegría.

Para Rosie Spinks, gracias por tu ayuda y aportes a este libro. Eres fabulosa
e indispensable y estoy muy agradecida por ti.

Para mis extraordinarios maestros, especialmente a los que ya no están: Gil


Boyne, David Viscott y Wayne Dyer, aprecio su genialidad y me siento honrada
de haberlos conocido.
Para mis clientes de tantos años quienes han sido tan generosos en
compartir sus historias y en permitirme usarlas en este libro. Los saludo a todos
ustedes por ayudarme a formular técnicas para crear mi propia terapia que ha
sido premiada y que ha ayudado a tanta gente. Cada uno de ustedes jugó un rol
en la creación de la Terapia Transformacional Rápida (TTR).

Para mi maravilloso equipo de trabajo, increíbles entrenadores, fabulosos


terapeutas TTR y espléndidos estudiantes de TTR alrededor del mundo, quienes
juntos hacen que nuestro entrenamiento de TTR sea tan maravilloso, tan
agradable y tan poderoso. Me enamoro más y más de ustedes y de la técnica con
cada curso que hacemos y estoy impresionada del privilegio que tengo al enseñar
este método fenomenal. No podría hacerlo sin cada uno de ustedes. Mis más
profundos y sinceros agradecimientos no son suficientes para expresar mi
gratitud y amor por todos ustedes. Gracias a todos por contribuir a poner la TTR
en el mapa y por convertirla en la fuerza motriz en la que se está convirtiendo.

PREFACIO
He conocido a Marisa, por más de quince años, primero profesionalmente y
luego, personalmente, y el día que la conocí fue mi día de suerte. Ella es la
terapeuta más extraordinariamente dotada y le he enviado literalmente cientos de
personas a través de los años, algunas celebridades internacionales, algunas
extremadamente famosas, algunas un poco famosas y algunas no famosas. Todas
ellas tenían algo en común: necesitaban ayuda y les di su número sabiendo que
ella cambiaría sus vidas.

Por lo tanto, fácilmente puedo decir que sus habilidades son únicas y
cambian la vida completamente. Dado mi alta consideración por su brillante
habilidad para cambiar la vida de las personas, y dado mi trabajo, también le di
un rol significativo en uno de mis programas, Celebrity Fit Club , donde ella
trabajó con ocho celebridades por un periodo de cuatro meses y logró resultados
extraordinarios. Ella es considerada internacionalmente como la mejor en su
campo y la gente viaja de todo el mundo para buscar su ayuda. Ella es la única
persona que yo he conocido en cualquier lugar del mundo que sé que tiene la
habilidad única de ayudar a la gente con el más amplio surtido de problemas,
incluyendo aquellos que han sufrido las más severas formas de abuso, y ha
logrado cambios dramáticos de por vida.

Cuando la gente me pregunta por qué Marisa y sus métodos son diferentes,
eso es fácil de responder. Esto es lo que digo: cuando tienes un problema del
corazón, vas a hablar con un especialista en corazón el que diagnostica qué está
mal y te dirá si necesitas cirugía. Entonces, vas y te haces la cirugía. Si tú solo
hablaras con el cardiólogo, ese problema del corazón sería diagnosticado, pero
no tratado y en el mejor de los casos se mantendría igual, o en el peor de los
casos, empeoraría. Con Marisa, ella es las dos cosas, el especialista que
diagnostica y el cirujano que opera. Tú hablas, pero entonces exploras
profundamente y lo solucionas.

Para cada persona que lea este libro hoy es su día de suerte. Los patrones y
conductas que te hacen infeliz no necesitan permanecer así para siempre. La
gente tiende a desesperanzarse en esto o aquello, te dicen que ellos “siempre”
han tenido relaciones que salen mal, o que tienen trabajos que realmente no
disfrutan, ¿por qué?

Sin siquiera darse cuenta, la gente se adapta a sus patrones negativos hasta
que esos patrones los gobiernan. Cuando te sientas así o cuando tu cerebro se
sienta como un enredo de nudos, solo lee este libro y siente cómo los nudos se
desenredan.

El cerebro puede cambiar y es feliz haciéndolo, si lo ayudas a desarrollar


nuevos patrones neuronales. no necesita mucho esfuerzo para leer y para hacer.
En los días y semanas que siguen te sentirás totalmente cambiado.

Espero que cada persona que lea este libro permita que le ayude a cambiar
su vida. Marisa es maravillosa y este libro también lo es.

Claudia Rosencrantz, Ex controlador


de entretenimiento para ITV

CONTENIDOS
Introducción
1 Tu Viaje Diario No Es Un Infierno

2 Por Qué Los Bebés No Temen Volar

3 Por Qué No Quieres Ser El Ganador De La Lotería

4 Para Ser Exitoso, Haz Esto Primero

5 No Hay Atajos – Pero Hay Una Garantía

6 Tu Mente Es Como Una Clase De Niños De 3 Años

7 Cuerpos Prehistóricos Viviendo En Tiempos Modernos

8 El Mayor Desafío Para Disfrutar De La Felicidad y La Paz Interna

9 La Crítica Destruye, El Elogio Construye

10 Canta Tu Propia Canción

11 Construir Una Relación Amorosa Comienza Contigo Mismo

12 Juntándolo Todo Para Crear Una Vida Increíble

Para bajar gratuitamente las sesiones de hipnosis que acompañan al libro,


por favor visite: www.iamenough.com/resources

INTRODUCCIÓN
En mi larga carrera como terapeuta, miles de personas han pasado por mi
oficina por miles de distintas razones. Pero, de esos miles de clientes, te
sorprendería saber que hay solo tres tipos de personas. Es correcto –solo tres.

No importa el problema inicial, conducta o asunto que el cliente me traiga


para ayudarlo. No importa si es billonario, un atleta olímpico, un ermitaño
social, un veterano discapacitado, una estrella de cine, o solo un empleado de
oficina. No importa si es británico, japonés o de Namibia; homosexual,
heterosexual o transgénero; desertor de la escuela, un genio musical o un
contador de impuestos. A pesar de todas estas variables, al final de cada sesión,
usualmente ya me he dado cuenta cuál de los tres arquetipos son.

¿No es sorprendente? Que de toda la diversidad de la experiencia humana


que la gente tiene hoy en día, todos podamos ser reducidos a solo tres tipos.
Seguro te estarás preguntando cuáles son esos tipos, pero antes de decirte quiero
contarte algo más importante. Te quiero decir por qué esto es verdad .

El campo tradicional de la psicología gusta de hacer las cosas complicadas.


Sin embargo, en mi experiencia, ha habido un principio básico que ha
constituido mi práctica como una terapeuta reconocida internacionalmente y es
increíblemente simple. Este enfoque concentrado en la simplicidad va contra la
corriente, clínicamente hablando. No obstante, puedo decir con certeza que es la
razón por la cual se refieren a mí comúnmente como la “terapeuta de los
terapeutas” –o la persona a la que otros profesionales experimentados envían a
sus clientes cuando están luchando para obtener resultados con ellos. También es
la razón de que me he ganado una reputación por ayudar a los clientes en una o
dos sesiones, en vez de años de visitas. Entonces, ¿cuál es este conocimiento que
he estado aprendiendo por 30 años y miles de horas de práctica? Es mi
entendimiento de que los seres humanos vienen a este planeta con dos poderosas
necesidades emocionales: encontrar conexión y evitar el rechazo. Si ahondas lo
suficientemente profundo en los problemas emocionales de casi cualquier
persona, puedes rastrear estos temas hasta la falta de cumplimiento de esas dos
necesidades. Es realmente así de simple el por qué esa verdad es tan poderosa y
parte de su fuerza es su simpleza.

Si quieres una prueba de cuán fundamentales son estas necesidades, nuestra


sociedad provee bastantes ejemplos extremos. Observa a alguien en la forma
más extrema de aislamiento que se nos ocurrió: el confinamiento solitario.
Numerosos estudios en los Estados Unidos han mostrado que el confinamiento
solitario es uno de los castigos más dañinos e irreversibles otorgados a un
criminal, sin importar lo que haya hecho. Los síntomas que se sabe que son
causados por el confinamiento solitario incluyen alucinaciones, ataques de
pánico, depresión, pérdida de memoria y cambios de humor. Reveladoramente,
el cuatro por ciento de los presos en cárceles de Estados Unidos que son
sometidos a confinamiento solitario constituyen el 50 por ciento del total de
suicidios en el sistema de cárceles. Todo esto nos dice que un ser humano puede
no tener una amenaza directa a su supervivencia en términos de sus necesidades
biológicas –alimento, refugio, oxígeno—pero si se siente rechazado por la
sociedad y es incapaz de forjar una conexión humana de cualquier tipo, estará en
la peor clase de pobreza que conocemos. La pobreza del espíritu.

Similarmente, si le preguntas a una persona indigente cuál es la peor parte


de ser indigente, la respuesta que dan a menudo no es lo que esperarías. No
dicen que extrañan tener su propia cama o una comida con carne (aunque estoy
segura de que sí extrañan esas cosas), ellos dicen que el sentimiento de ser
constantemente ignorados y rechazados por la sociedad en general es demasiado
para soportar. Anda a un comedor de beneficencia y a menudo encontrarás gente
que está ahí más por la conversación con alguien, que por la comida. También ha
sido probado que uno de los mayores factores causantes de la adicción a las
drogas y el alcoholismo es el sentimiento de no pertenecer y uno de los éxitos de
Alcohólicos Anónimos es que permite a los adictos sentir una sensación de
conexión con los otros.

Verás, hasta cierto punto todos tenemos aun la mentalidad de los tiempos
tribales. Cuando vivíamos en estructuras tribales interdependientes, era
imperativo que no fuéramos rechazados por nuestros pares ya que ningún ser
humano podía sobrevivir en la naturaleza solo. En ese caso, el rechazo realmente
significaba la muerte y la conexión significaba la sobrevivencia. Esa es la razón
de por qué este miedo está tan profundamente arraigado y es la causa de muchos
de nuestros problemas modernos.

A medida que he desarrollado mis métodos de hipnoterapia rápida


transformacional –los cuales hoy forman la base de mi curso internacional para
mi método Terapia Transformacional Rápida, o TTR –siempre he vuelto a esta
verdad fundamental: más que cualquier otra cosa necesitamos conexión y
evitamos el rechazo. Y cuando estoy tratando de darme cuenta en cuál de los tres
tipos encaja mi cliente, siempre es a través del lente de estos deseos duales.

Tres tipos de clientes


Probablemente te estés preguntando cuáles son las tres categorías en las que
he logrado separar a mis clientes, sin mucha desviación. El primer tipo de cliente
es una persona a la que le encantaría tenerlo todo –relaciones amorosas, un gran
trabajo, seguridad financiera y amor propio, confianza y paz interna—pero, que
no logra obtener nada de eso y mucho menos mantenerlo. El segundo tipo de
cliente es uno que tiene muchas cosas de las descritas arriba, pero que las
sabotea mucho o poco de diferentes formas como son las adicciones, el exceso
de trabajo o engañar a su cónyuge. Y el tercer tipo, el más raro, que sí logra –a
través de trabajar en su mentalidad— obtenerlo todo: relaciones, salud, vocación
de carrera, bienestar, paz interna y está trabajando en compartirlo con otros.

Para algunas personas, estas categorías podrían parecer básicas o demasiado


simples. Pero, dado que he visto la transformación de los dos primeros tipos
después de aplicar mis métodos, tengo confianza en que realmente es así de
simple. Todo se remonta a esa verdad fundamental que compartí. Sentirse
desconectado o rechazado puede llevar a todo tipo de problemas que se
manifiestan en los tipos de clientes que pertenecen a los grupos uno y dos. Ese
rechazo y desconexión puede venir del abandono de los padres, de ser
maltratado, de tener una discapacidad o de nunca sentir que estabas seguro. Se
puede manifestar como miedo a la intimidad, un ego excesivo, o una adicción a
la comida, el alcohol o las drogas. De hecho, no importa de dónde viene el
rechazo o la falta de conexión, casi siempre conduce a personas que sienten
como si ciertas cosas en la vida nunca estarán disponibles para ellos. Y muchas
dolencias de la era moderna son una función de seres humanos tratando de llenar
el vacío resultante o la brecha que sienten.

Alrededor del 2012 se me hizo muy evidente que el tercer grupo de clientes
–los que lo tenían todo y lo querían compartir—
estaban operando en un nivel diferente de conciencia y amor propio. Ellos no
solo lo sentían, ellos sabían que todo estaba disponible para ellos. Esto no era
porque ellos hubieran experimentado vidas perfectas y sin traumas. Todo lo
contrario. Fue por la forma en que habían cambiado su mentalidad.

Me impresionó tanto la naturaleza sobresaliente de este grupo que decidí


encontrar una manera de enseñar no solo a los primeros dos grupos de clientes,
sino que a todos mis seguidores y lectores en todo el mundo cómo ellos podrían
transformarse en el tercer tipo. Este libro junto con mi curso de TTR (Terapia
Transformacional Rápida) es mi intento de hacer justo eso. Quiero que todos
sepan que no solo es posible superar sus problemas y complejos para vivir una
vida plena y feliz –es suya para que la tomen una vez que puedan poner a su
mente de su lado al dialogar efectivamente con ella.
Cuando te gustas a ti mismo, tu vida es extraordinaria
Como dije antes, hay muchas razones de por qué personas de todos los
ámbitos de la vida se sienten desconectados y rechazados. En muchos casos
estas razones empiezan muy temprano en la vida, antes incluso de que estemos
conscientes de nuestra propia conciencia. Quizás tu papá nunca estaba en la casa,
y cuando sí estaba, comentaba tu gordura. Quizás tu mamá solo podía estar
complacida si eras perfecto, y entonces nunca sentiste que dabas la talla a pesar
de tus esfuerzos más duros. O quizás fuiste víctima de trauma o abuso antes de
que supieras qué significaban esas palabras. Todo eso representa rechazo en
diversos grados. A medida que envejecemos nos preguntamos por qué tenemos
los mismos obstinados problemas como son el sabotaje en las relaciones,
adicciones, problemas de peso, falta de motivación o miedo del compromiso,
siguiéndonos por todos lados. En muchos casos, estos problemas se vuelven una
especie de auto odio, una resignación al hecho de que nunca seremos quienes
queremos ser. Nuestra mente consciente solo asume que es nuestra propia culpa:
que somos flojos, no somos suficientemente buenos, simplemente no podemos
cambiarlo, que esto es como la vida será siempre. Mientras tanto, nuestra
inalcanzable mente subconsciente, frecuentemente, todavía está analizando las
causas profundas del rechazo y la desconexión, ignorante de lo que está pasando
en el nivel de la superficie.

Como terapeuta conozco a mucha gente que no se gusta a sí misma, y como


consecuencia, crean vidas que tampoco les gustan. El tercer grupo de clientes
son los que sí se gustan a sí mismos. Eso no es porque sean perfectos, o porque
hayan tenido padres perfectos, o no hayan experimentado adversidad; es porque
ellos han aprendido cómo dialogar con ellos mismos y a redirigir sus
inseguridades y miedos alrededor del rechazo y la desconexión hacia una
tremenda confianza en sí mismos.

Esto no es lo mismo que ego o narcisismo; es una sensación de amor propio


radical. Es una creencia declarada, implantada e inquebrantable en la dignidad
de uno mismo. Con ella verdaderamente creo que puedes hacer cualquier cosa.
Sin ella, te mantendrás en el grupo uno o dos con tu mente subconsciente
saboteándote en cada paso del camino, siempre sintiendo que no eres lo
suficientemente bueno sin importar cuáles sean tus logros o cuántas personas te
valoren.

Los capítulos de este libro están dedicados a enseñarte cómo lograr esa
creencia inquebrantable en ti mismo—el acto radical de simplemente gustarte a
ti mismo—para que te unas al tercer grupo de clientes. Esto no es para que seas
superior o mejor que cualquier otra persona, sino más bien para que tú también
puedas ayudar a expandir este mensaje de amor propio que puede cambiar el
mundo. Es información que creo que todo el mundo debería saber, pero no se
enseña en las escuelas porque muchos de los educadores aún no la han aprendido
ellos mismos. Me gusta pensar que es mi propósito de vida difundir esta
información a la mayor cantidad de gente posible porque en mi práctica he visto
cómo este método genera cambios en la vida a través de los correos electrónicos
de mis lectores, en el escenario cuando hablo en conferencias y en mi curso de
entrenamiento.

Los capítulos te llevarán a través de varias técnicas las cuales puedes


aplicar a tu vida diaria, empezando ahora mismo. No son raras o difíciles de
implementar y no cuestan dinero ni requieren un equipo especial. Todo lo que
necesitas es la voluntad para cambiar y hacer frente a los hábitos mentales en
que has estado atascado durante años.

El primer capítulo explorará cómo tu lenguaje y diálogo externo afecta lo


que tu mente cree que quiere que hagas, mientras el segundo capítulo explorará
la visualización y cómo las imágenes afectan nuestras creencias. El capítulo Tres
aclarará cómo alterar para siempre tus sentimientos hacia las cosas que no te
gustan, como son las fobias, hacer dieta o el trabajo duro. Los capítulos desde el
cuarto al sexto compartirán algunos de los simples, pero efectivos hábitos que
casi todas las personas exitosas que he tratado a lo largo de los años practican en
sus vidas diarias. El capítulo Siete se referirá a cómo puedes aplicar algunos de
esos hábitos a un desafío que mucha gente enfrenta: la baja de peso. El capítulo
Ocho revelará el mantra que creo que puede sanar a la gente, mientras el capítulo
Nueve explorará cómo operar en un mundo que no siempre será amable contigo.
El capítulo Diez tratará con las relaciones románticas en tu vida, y el capítulo
final te enseñará cómo poner todas estas lecciones juntas para crear una vida
maravillosa.

Como puedes ver ninguna de estas técnicas se trata de evitar la adversidad o


de hacer tu vida sin conflictos. Ninguna de ellas es una solución rápida basada
en ideas falsas o de la Nueva Era. Más bien, todas ellas son acerca de equipar tu
cerebro para lidiar con lo que la vida te da en una forma que es autodirigida,
llena de gratitud y no a la orden de los peores hábitos de tu mente. Es importante
aceptar que muy frecuentemente no podemos cambiar los eventos externos que
nos rodean, solo podemos cambiar cómo respondemos a ellos. Sin embargo,
afortunadamente, cambiar cómo te sientes en el interior cambiará cómo te
sientes acerca de los eventos externos más de lo que podrías imaginar.

No puedo decirte la vida de cuántas personas he visto cambiar al adoptar


estas técnicas. Para el mundo externo ellos quizás bajaron mucho de peso,
empezaron un negocio increíblemente exitoso, finalmente encontraron una
relación amorosa, y se reconciliaron con sus padres. Pero en todos esos casos, lo
que realmente ocurrió es que ellos cambiaron la forma como se relacionan con
ellos mismos. Su mundo interior se ha vuelto mucho más amoroso y, a la vez, su
mundo exterior ha cambiado para mejor. Estoy aquí para enseñarte métodos
fáciles, pero efectivos que te llevarán a esta vida de “Yo soy suficiente”. No es
magia, pero tendrá un efecto mágico en tu vida.

Hay una metáfora que me gusta usar cuando se trata de entrenar tu mente
para que trabaje para ti y no en tu contra. Quiero que pienses en tu mente
subconsciente como si fuera un caballo salvaje. Está corriendo a través de los
campos, sin control, dejando que su poder y fuerza dominen cualquier
impedimento o barrera. Mientras tanto, tu mente consciente es el entrenador del
caballo. Es posible entrenar a un caballo salvaje como este para que sea
obediente y dócil, pero necesitarías a un entrenador de caballos extremadamente
experimentado para lograr esto con éxito; un aficionado simplemente no podría.
Lo mismo va para tu mente. La mayoría de la gente va a través de sus vidas
como un entrenador de caballos aficionado con un semental negro salvaje en sus
manos. Para aquellas personas, el caballo salvaje —su mente subconsciente—
los controla, no al revés. Ellos se preguntan por qué, una y otra vez, luchan
contra los mismos complejos y malos hábitos. La razón es simplemente que tú
no puedes controlar a tu mente a menos que sepas exactamente qué hacer con
ella. Con este libro quiero enseñarte a hacer exactamente eso, y a la vez
permitirte tener todo, mantener todo y también disfrutarlo y compartirlo.

Una nota sobre cómo usar este libro


Este libro contiene mucho de lo que yo he aprendido en mis treinta años
como terapeuta, autora y oradora, trabajando con miles de clientes y llegando a
muchos más lectores, seguidores y audiencias en todo el mundo. Trabajando y
escuchando comentarios de todas estas personas individuales a lo largo de los
años, he aprendido que mientras diferentes cosas funcionan para diferentes
personas, un único y simple mantra como “Yo soy suficiente” puede ser el
ingrediente que cambia la vida para alterar su diálogo interno para siempre. Para
otros, el establecer un nuevo hábito sobre cómo se enfrentan a realizar tareas que
odian hacer puede hacer la diferencia entre encontrar un gran éxito para su
negocio o no.

Es por eso por lo que la mejor manera de usar este libro es la manera que se
sienta correcta para ti. Si algunos capítulos te hablan más que otros, entonces te
animo a que leas y releas esos capítulos hasta que hayas inculcado
completamente sus enseñanzas en tu mente subconsciente.

Ocasionalmente, durante todo el libro, me referiré a unas grabaciones de


audio de hipnosis que puedes usar para ayudarte a reforzar y fortalecer las
enseñanzas en estas páginas. Las puedes encontrar aquí:
www.iamenough.com/resources .

Audio 1 – El Vórtice de Sanación


Este audio está diseñado para ayudarte a equilibrar tu cuerpo y para superar
temas emocionales e incluso físicos al iniciar una poderosa respuesta sanadora.
Por supuesto, todas las sanaciones son autosanaciones y al escuchar este audio
repetidamente podrás implementar una poderosa sanación dentro tuyo.

Audio 2 – Yo Soy Suficiente


Este audio es para inculcar y codificar en ti el conocimiento inquebrantable
de que eres suficiente. Mientras más lo escuches más se volverá una parte de
quien eres, así que disfruta escuchándolo frecuentemente.

Recomiendo que escuches cada uno de estos audios por 21 días seguidos
para codificar y programar el poderoso mensaje que contiene. Después de 21
días continúa escuchándolos por lo menos una vez al mes o tan frecuentemente
como desees para mantener este mensaje presente en tu mente.

Si nunca has sido hipnotizado antes, no te preocupes. Las instrucciones son


bastante simples y escuchar estas palabras por lo menos por un periodo de tres
semanas creará la oportunidad para que mis mensajes permanezcan en tu mente.
Nótese bien que la hipnosis es perfectamente segura y natural y no puede
sucederte nada malo mientras estás en ese estado, ni se te puede obligar a hacer
nada en contra de tu voluntad y tampoco puedes quedarte atrapado en la
hipnosis.

Si estás preocupado de que te puedas quedar dormido durante la sesión de


hipnosis, o si sientes que te pondrá somnoliento, no te estreses por eso. La
hipnosis y el dormir son, de hecho, muy similares, ya que en ambos estados tu
mente subconsciente está trabajando más que tu mente consciente. Todo lo que
tienes que hacer al inicio de una sesión de hipnosis es asegurarte que estás
cómodo, en un lugar tranquilo, con el teléfono desconectado o con el móvil
apagado. Para comenzar, simplemente cierra tus párpados, pero trata de que tus
ojos miren hacia arriba como si miraras tus cejas. Notarás que tus párpados
comienzan a pestañear con rapidez, que es exactamente lo que quieres. Toma
algunas respiraciones profundas y simplemente relájate con la grabación y sigue
lo que se te pide que hagas en ella.

No te preocupes si sientes que no lo estás haciendo “correctamente”. No


hay una forma incorrecta de hacerlo. Solo recuerda que mi hipnosis no te enviará
a dormir—te despertará. Solo relájate y encontrarás que te sientes más cómodo a
medida que avanzas.

CAPÍTULO 1
Tu Viaje Diario No Es Un Infierno

El mayor descubrimiento de mi generación es que los seres humanos


pueden cambiar sus vidas alterando sus actitudes mentales
William James, Psicólogo americano

Cuando me estaba entrenando para ser terapeuta, me sentí desafiada cuando


mi profesor me dijo “la mente es realmente complicada y muy compleja. Toma
toda una vida entenderla y dominarla”. Inmediatamente pensé, “bueno, entonces
¿cómo va a funcionar eso? Nadie tiene toda una vida para dominar su mente”.
Además, ¿cuál es el punto de tener 80 años antes de poder dominar tu mente?
Eso no ayuda. ¿Y sabes qué? En realidad, tampoco es cierto.
La verdad es que la mente humana tiene un trabajo simple: mantenerte vivo
mientras sea posible. Para hacer eso, nuestra mente es experta en ayudarnos a
evitar y huir del peligro o de lo que nos causa dolor.

Cuando vivíamos en tribus entre los arbustos, este trabajo era bastante
difícil. Teníamos que huir de los depredadores, encontrar agua y comida y
protegernos de los elementos constantemente. Estábamos bajo amenaza física
mucho más frecuentemente que lo que estamos hoy y estábamos diseñados para
responder a esos factores estresantes. Nuestros cuerpos desarrollaron respuestas
de “pelea o huida” que nos avisaban cómo responder en tiempos de estrés, lo
cual, usualmente, significaba grandes animales, disputas con otras tribus o
desastres naturales.

El mundo físico ha cambiado mucho desde entonces. Diariamente, la


mayoría de la gente en el mundo moderno no tiene una amenaza directa a su
bienestar físico. Sin embargo, aquí hay una falla fundamental de diseño: nuestro
cerebro no ha cambiado mucho para reflejar nuestra nueva realidad más segura y
domesticada. Todavía estamos preparados con respuestas de pelea o huida frente
al estrés o la adversidad que la vida nos da. La diferencia ahora es que los
factores estresantes y los obstáculos son menos primitivos y más mentales. Sin
embargo, cuando venimos al planeta, nuestra mente todavía cree en su único y
singular trabajo: mantenernos vivos. Y ¿cómo hace eso? Escuchando las
instrucciones que le damos sobre lo que nos causa dolor.

Esta es la razón de que cuando estamos en el tráfico de la mañana, yendo


atrasados al trabajo y cuando derramamos el café sobre nuestra camisa blanca
decimos “Este trayecto me está matando. Este tráfico es una pesadilla. Mi jefe
me está estresando. Esta presión me está matando”, nuestro cerebro realmente
nos cree. Y ¿cómo responde nuestro cuerpo a estas instrucciones? Bien, le han
dicho que estamos bajo amenaza— ¡algo te está matando! ¡Tu cerebro te quiere
mantener vivo! Entonces tu ritmo cardiaco se acelera, tus niveles de cortisol
aumentan, tu cuerpo se llena de hormonas, te sientes enojado y arremetes contra
tu hijo que está sentado en el asiento trasero y le envías un mensaje de texto
irrespetuoso a un colega. Le decimos a nuestro cerebro que está estresado y que
estamos bajo una amenaza directa, y he aquí, nos cree. Hora tras hora, día tras
día, nuestro cerebro usa el lenguaje que nos escucha usando para informarle
cómo se debería sentir.

Esta es la primera lección importante que quiero que aprendas: Tu mente


hace lo que cree que tú quieres que haga y lo que verdaderamente cree que es
para tu mayor beneficio .

En el momento en que estás sentado en el tráfico y te permites sentir mucho


estrés, tu cuerpo está desesperadamente tratando de sacarte de esa situación
porque le estás dando todos los indicadores de que estar sentado en el auto te
está causando un gran dolor. Le estás dando instrucciones a tu mente, a través de
tus palabras, que están gatillando una respuesta física de pelea o huida. Pero, la
verdad es que estar atrasado para llegar al trabajo con una camisa blanca
manchada en realidad no te causa ningún dolor. Quizás incomodidad o molestia,
pero no el tipo de estrés que uno siente cuando su casa se está incendiando o
cuando uno está siendo perseguido por un jabalí salvaje. Sin embargo, a tu mente
no le importa. Tú expresaste verbalmente que estás bajo amenaza y sintiendo
dolor, y entonces tu cerebro te da todos los síntomas y respuestas que te ayuden a
escapar de eso. ¿El resultado? Terminas estresado y sintiéndote miserable.

Como todas mis enseñanzas, esta verdad está basada en la ciencia. La


prueba muscular es una técnica que viene del campo de la kinesiología aplicada.
En un sentido, la prueba muscular es como preguntarle a tu mente subconsciente
una pregunta con palabras y obtener una respuesta física de tu cuerpo. La prueba
muscular demuestra que nuestros cuerpos responden a las palabras en una forma
de la que no siempre estamos conscientes o en control de ella, similar a lo que
ocurre cuando estamos sentados en el tráfico y verbalmente lo llamamos “el
infierno en la tierra”.

Ejercicio

Haz esto ahora: Pruébate a ti mismo con una frase que es falsa (necesitarás
de alguien que te asista). Pon tu brazo horizontalmente en frente de tu pecho,
mantenlo bien derecho y empuña tu mano. Haz que un amigo empuje tu brazo
hacia abajo. Tu trabajo es resistir esta presión, mantener tu brazo lo más fuerte
que puedas y no permitir que te lo bajen. Una vez que hayas establecido tu
fuerza ahora repite en voz alta frases que son verdad como son:

“Soy una mujer” o “Mi nombre es Amanda”, y repite el ejercicio del


empuje.

Notarás que tu brazo se mantiene muy fuerte y derecho cuando dices algo
que es positivo o verdadero.
Ahora repite el ejercicio diciendo algo que es obviamente falso, como: “Yo
soy un hombre” o “Mi nombre es Voltarol”

Cuando dices algo negativo e incorrecto, tu cuerpo tendrá una respuesta


débil—tu brazo no será capaz de resistir la presión de la persona que te está
empujando.

No obstante, si dices algo verdadero tu cuerpo tendrá una respuesta fuerte y


será capaz de resistir.

Recuerda que las palabras son poderosas y que tu mente siempre está
escuchando. Cada palabra que dices se transforma en una representación en el
que tu mente y cuerpo trabajan para encontrarlo y transformarlo en tu realidad.
La fuerza más poderosa en ti es que debes actuar de una forma que
consistentemente iguale tu pensamiento. Una vez que tienes prueba de esto se
hace fácil poner más atención a tus palabras y hacer tus palabras más positivas,
para que estés influenciando positivamente la representación en la que estás
constantemente trabajando. Esto es algo maravilloso de hacer con los niños
porque les enseña realmente el poder de sus propias palabras y pensamientos.

La prueba muscular funciona con cualquiera. Si quieres poner a prueba la


verdad de que tu mente responde a las palabras que le dices, prueba el próximo
ejercicio:

Ejercicio

Usando tus propios dedos crea un círculo uniendo tu pulgar con tu índice
en una mano.

Quiero que comiences a tirar opuestamente del círculo con tu pulgar e


índice de la otra mano, solo para que veas que eres muy fuerte. Continúa tirando
y resistiendo en contra del círculo que hiciste y al mismo tiempo di en voz alta:

“Soy súper exitoso y extraordinario. Soy súper exitoso y extraordinario”

Nota como el círculo permanece intacto porque tu resistencia es fuerte.


Ahora quiero que digas:

“Soy un perdedor y lo arruino todo. Soy un perdedor y lo arruino todo”

Lo que ocurre cuando dices “Soy un perdedor. Soy un perdedor. Lo arruino


todo” es que estás perdiendo tu fuerza, tu agarre. Entonces vuelve a decir “Soy
extraordinario. Soy exitoso. Soy maravilloso”. Cada músculo en tu cuerpo está
respondiendo a las palabras que dices y a los pensamientos que piensas.

La lección, por supuesto, es tener mucho más cuidado con lo que piensas y
las palabras que usas.

Este ejercicio es incluso mejor si tienes a otra persona tirando en contra de


tus dedos cerrados mientras tú dices ambas frases, positivas y negativas.

Tira el viejo manual de instrucciones de tu mente


Ya que ahora sabemos que nuestra mente está escuchando muy de cerca
nuestras palabras para informarle nuestras acciones físicas y cómo nos sentimos,
¿qué podemos hacer con esta información? La respuesta es profunda.

Piensa sobre alguna cosa en tu vida que siempre te ha causado conflicto,


dolor o estrés. Quizás sea bajar de peso—algo que discutiremos a lo largo del
Capítulo 7—lo cual parece que saboteas sin importar cuán duro lo intentes. O
quizás te pones extremadamente nervioso ante la idea de hablar en público,
aunque tu imposibilidad de hacerlo te esté impidiendo lograr un ascenso. Quizás
no puedes mantener un nuevo hábito como escribir todos los días o hacer
ejercicio, a pesar de que a tu mente consciente adora la idea de establecer este
hábito.

La razón para estos obstáculos que todos tenemos de adultos es más


probable que se deba a viejas instrucciones que tu mente alguna vez recibió.
Usemos el ejemplo de hablar en público.

Una de las cosas que he aprendido durante mis décadas de práctica privada
es que el miedo a hablar frente a un público—ya sean 20 personas o 2000—es el
miedo más común que tienen los seres humanos. Esto es porque el hablar en
público lleva consigo una vulnerabilidad inherente: el riesgo de ser rechazado y
el ostracismo de la multitud. ¿Y recuerdas lo que todos nosotros en el planeta
estamos tratando de evitar? El rechazo.

Para la gente que haría cualquier cosa por evitar pararse en frente de una
multitud haciéndose vulnerables, hay frecuentemente un incidente o una serie de
ellos en su pasado donde les hicieron burla, o los molestaron o se sintieron
rechazados. Quizás se olvidaron de las líneas de la obra en el concurso de
talentos de la escuela y sus compañeros los molestaron. Quizás tenían algún
impedimento en el habla cuando eran niños y fueron llamados a hablar adelante
injustamente por un profesor que esperaba curar este impedimento. O quizás
ellos nunca se sintieron aceptados por sus amigos y compañeros desde que eran
niños, y como adultos desesperadamente quieren minimizar cualquier
oportunidad en que podrían ser rechazados de nuevo. Ahora, 30 años después,
no hay compañeros de escuela que se burlen y su inhabilidad de poder dar una
presentación sin estar nerviosos, transpirando y tartamudeando, es lo que
actualmente les causa dolor y les impide conseguir un aumento de sueldo. Sin
embargo, una vez más, el cerebro está haciendo lo que cree que tú quieres que
haga: evitando el dolor del rechazo al evitar hablar en público a cualquier costo.

¿Quieres otra prueba de que tu mente escucha tus palabras como


instrucciones? Solo mira este comportamiento desde una perspectiva positiva.
Piensa en la forma como los Infantes de Marina americanos pueden correr milla
tras milla usando unas pesadas botas y acarreando equipo pesado, con una
sensación de tranquilidad e incluso de disfrute. Ellos pueden hacer esto porque la
camaradería y positividad que crean al cantar lemas y canciones motivadoras
mientras caminan con dificultad por el lodo hacen que sus cerebros crean que
ellos quieren estar ahí . De repente, correr diez millas en condiciones severas no
les causa dolor, sino que en cambio, valor y honor. Similarmente, observa cómo
alguien puede sentarse felizmente para tatuarse todo el cuerpo. Ellos ignoran el
dolor porque le han dicho a su mente que quieren el producto final. Su mente no
ve este dolor como una amenaza a su supervivencia o seguridad, así que juega
alegremente y les permite ser pinchados por agujas sin huir.

Una vez que te des cuenta de que tu mente responde a las detalladas
instrucciones que le das a través de tu propio diálogo interno y externo, puedes
usar esta información para tu beneficio. Sin embargo, quiero ser clara: esto no se
trata del “poder del pensamiento positivo”, donde se instruye a la gente a
simplemente pretender que todo es color de rosa y perfecto ante los miedos, las
fobias y la adversidad. Más bien, se trata de darle a tu mente una comunicación
más específica, directa y actualizada acerca de esos miedos, fobias y desafíos.

Cuando esta lógica es aplicada, tu viaje diario “tortuoso y lleno de


pesadillas” se transforma en un “desafío inconveniente, pero superable”. La
tarde del domingo que te pierdes una fiesta por estar en tu casa trabajando en tus
cuentas o escribiendo una propuesta no tiene que ser “la última cosa que tienes
ganas de hacer”, sino que puede ser “una oportunidad de adelantarte y sentirte
preparado para la semana que viene”. El nuevo diálogo que le das a tu mente no
tiene que ser irrealista o una fantasía—después de todo, a nadie le gusta estar en
el tráfico o perderse un fin de semana de diversión—pero, sí tiene que ser un
replanteo de tu realidad actual. A menos que tu vida esté realmente bajo
amenaza, no le des a tu mente las señales de que necesita sumergirse en un modo
de pelea o huida cada vez que algo no sale como fue planeado.

Frecuentemente puede parecer absolutamente desalentador el cambiar los


hábitos y patrones de pensamiento que hemos tenido todas nuestras vidas. Me
gusta pensar en eso como “actualizar nuestro software”. Así como nuestros
nuestras computadoras portátiles y teléfonos celulares tienen errores y
vulnerabilidades que los programadores solucionan con cada nueva actualización
de software, así también lo hace nuestra mente. Si no actualizas tu computadora,
se hace vulnerable a virus y comienza a funcionar lenta e ineficientemente. Lo
mismo se puede decir de tu mente. Cuando sientes que hay un punto conflictivo
en tu vida—y no importa lo que sea— es útil encontrar la causa principal o la
información que está desactualizada. Averiguar eso te permite actualizar las
instrucciones que le das a tu mente, del mismo modo que actualizas tu software.

En este sentido, la hipnosis puede ser inmensamente útil ya que puede


llevarte rápida y efectivamente al momento donde le diste a tu mente estas
creencias inútiles y anticuadas, y así poder revertirlas. Una medida útil cuando se
trata de actualizar nuestras creencias es que toma entre diez y veintiún días el
dejar ir una creencia antigua y reemplazarla por una nueva y mejor. En el gran
esquema de las cosas, eso no es mucho tiempo para una creencia a la que te has
aferrado por treinta años. Así que, date un tiempo para inculcar las nuevas
instrucciones que tienes para tu mente.

Para todos aquellos que han luchado para superar sistemas de creencias
negativos e inútiles que te pueden dejar sintiéndote deprimido, ansioso, triste,
aislado, así como también tener un impacto físico en tu cuerpo, el conocimiento
de que tu propia mente es capaz de cambiar estas creencias muy rápidamente
una vez que sabes cómo (y este libro te muestra cómo) es una muy buena
noticia. Tu vida nunca será perfecta—ninguna lo es—pero, la forma como
respondes a la imperfección y la adversidad que aparece en tu camino puede ser
más sofisticada que la de un cavernícola que está siendo perseguido por un tigre
dientes de sable. Dale a tu mente la información legible, razonable, actualizada y
sin drama que necesita para mantener tus problemas y desafíos en perspectiva, y
encontrarás que tu vida se hace mucho más fácil y más agradable. Nunca
olvides, tú creas tus creencias y hábitos—y luego ellos te crean a ti. Así que,
elige sabiamente y dale a tu mente mejores instrucciones para que sepa mejor
cómo responder.

CAPÍTULO 2
Por Qué Los Bebés No Temen Volar

El sentimiento que no puede encontrar su expresión en lágrimas puede


hacer llorar a otros órganos .
Henry Maudsley, Psiquiatra

Cuando estoy a punto a abordar un avión, siempre miro a mi alrededor si


hay algunos bebés en la sala de espera. Si hay, me encanta observar la manera
como son llevados al avión con poco o nada de conocimiento e inconscientes del
hecho de que van a ser lanzados miles de pies en el aire en un tubo de aluminio.
Como casi todos los niños, ellos son esa hermosa mezcla entre indefensos y
despreocupados. Tienen una confianza ciega en sus padres o sus cuidadores y,
así, no tienen ninguna razón para pensar que están siendo llevados a algo que
debieran temer.

Cuando tengo clientes que sienten miedo de volar, como es frecuente, yo


los animo a que también hagan este ejercicio de observación. Examinar cómo los
bebés se comportan en algunas circunstancias donde los adultos tienen
problemas es instructivo de muchas maneras. La razón para esto es que los bebés
todavía tienen algo con lo que todos nacimos, pero que frecuentemente
perdemos: el derecho de nacimiento de la confianza. A menos que estén con
dolor o malestar, los bebés no lloran. Ellos no crean realidades falsas, no
proyectan lo que el futuro traerá, no sienten miedo de cosas que aún no han
ocurrido, ya sea un accidente de avión, un examen o una presentación en el
trabajo. Ellos simplemente juzgan sus sentimientos por lo que les está pasando
exactamente en el momento presente.

He aquí un secreto para ti, uno que podría cambiar tu vida: tú también
puedes ser de esa manera.

Es tan simple, pero cierto. Todo lo que sientes es el resultado de solo dos
cosas:

1. Las imágenes que creas en tu cabeza.


2. Las palabras que te dices a ti mismo.

Lo que la mayoría de la gente no comprende es que tienes el poder y el


control total de elegir palabras e imágenes mejores—no solo algunas veces, sino
que todo el tiempo. Esto es lo que la gente muy exitosa hace naturalmente
porque ellos ya entienden que tenemos el poder de crear estas palabras e
imágenes—tú lo estás haciendo constantemente sin siquiera darte cuenta.
Después de todo, todos nosotros nos hablamos a nosotros mismos continuamente
y llenamos nuestra mente con imágenes. En lo que te estoy ayudando es a llenar
tu mente con mejores palabras e imágenes y a notar consecuentemente la mejor
respuesta que obtienes.

Frecuentemente, cuando una persona tiene miedo a volar es porque tiene


miedo a perder el control. El hecho de que ellos diariamente se involucren en
otras actividades que implican un riesgo (como manejar un auto o cruzar la
calle) no les importa. El miedo no sigue un proceso de pensamiento lógico para
la mayoría de la gente, así que, incluso las estadísticas más convincentes, no
aplican aquí. La falta de control gatilla una serie de imágenes mentales negativas
en el cerebro. He escuchado clientes, que son pasajeros temerosos, referirse a un
avión como “un ataúd volador” y una “trampa de muerte”. ¡Con palabras e
imágenes mentales tan fuertes y específicas como esas no es de extrañar que
tengan miedo de abordar el avión!

Aquí hay otro secreto: la experiencia física de ansiedad y estrés–ritmo


cardíaco acelerado, sensación de mariposas, inhabilidad de enfocarse—es casi
idéntica a la experiencia de estar entusiasmado. Cuando te sientes nervioso,
puedes escoger la emoción e instruir a tu mente acerca de los sentimientos que
estás experimentando. Para una mujer temerosa de viajar, ella puede fácilmente
convencer a su mente que está en una montaña rusa en un parque de diversiones,
y de repente, la perspectiva de volar va de estar asociada con la muerte a estar
asociada con los días de infancia en Disneylandia. Ella todavía no tiene control
sobre lo que ocurre, pero las imágenes terroríficas sobre perder el control se han
ido. Esta es la razón de por qué frecuentemente digo que evitar fuertes fobias
como esta es tan simple como lo que llamo el método de “mentir, hacer trampa y
robar”:

Miéntele a tu mente, hazle trampa al miedo y roba de vuelta la confianza


fenomenal con la que naciste.

Ahora, sé lo que estás pensando: esto es demasiado bueno para ser verdad.
Cómo puede alguien que está aterrorizado de volar simplemente dar vuelta al
libreto —“no estoy en un ataúd volador, ¡estoy en un paseo en una montaña
rusa! —y revertir años de miedo a volar. Puede sonar inverosímil, hasta que
consideres que este tipo de trucos mentales nos rodean todos los días. Los estás
haciendo sin siquiera darte cuenta.

Toma, por ejemplo, una hamburguesa con queso. Cuatro personas pueden
tener sentimientos extraordinariamente diferentes hacia esta hamburguesa con
queso, a pesar del hecho que sus cuerpos podrían tener más o menos la misma
reacción a ella: digerirla. Alguien con un desorden alimenticio podría sentir
mucho miedo ante la idea de comer una hamburguesa con queso llena de
calorías, mientras alguien que es vegetariano podría sentirlo como un atropello
indignante ante la ética de comer un animal. Similarmente, un hindú podría
sentir una inmensa tristeza de que un ser sagrado se ha matado para
transformarse en comida, y un carnívoro hambriento que no haya comido en
todo el día podría sentir entusiasmo y alegría. Todas estas personas tienen
biológicamente la misma relación con la hamburguesa con queso: sus cuerpos
piden la grasa y la comida densa calóricamente que estamos condicionados a
disfrutar porque, como discutiremos en más detalle en el Capítulo 6, estas
comidas fueron escasas alguna vez cuando éramos cazadores recolectores. Sin
embargo, la imagen que cada una de estas personas han construido es
drásticamente diferente y esa imagen directamente informa cómo se sienten
acerca de la hamburguesa.

Otro ejemplo es el bien documentado efecto placebo. Si alguien piensa que


su cuerpo está recibiendo medicina sanadora o curativa, su cuerpo hará parte del
trabajo de hacer sentir mejor al paciente, incluso si todo lo que están recibiendo
son pastillas de azúcar. Esto no es una fantasía, sino un efecto bien documentado
que prueba que tu cerebro tiene un tremendo poder que es dependiente de lo que
cree. ¿Necesitas otro ejemplo? Qué tal una aguja: un adicto a la heroína no tiene
ningún problema que le inyecten una aguja en su brazo porque lo ha asociado
con algo que desesperadamente quiere y necesita. Mientras tanto, muchas otras
personas difícilmente pueden ser vacunados por una enfermera y mucho menos
hacerlo ellos mismos. La aguja misma es escéptica a nuestros sentimientos y
tiene el mismo efecto físico en todos nosotros. Su poder sobre nosotros radica en
cómo pensamos acerca de ella.

Uno de mis ejemplos científicos favoritos que documenta la idea de que las
palabras y las imágenes que nos decimos a nosotros mismos nos comunican
nuestra realidad, proviene del sector de la educación. Numerosos estudios han
mostrado que, si a los profesores se les dice que sus alumnos son “dotados”, la
forma en la cual ellos le enseñan a esos niños cambia y así los resultados
generales de la clase mejoran. Por supuesto, los estudiantes no tienen que ser
dotados, ellos pueden ser una mezcla de alumnos promedio, bajo el promedio y
dotados. Sin embargo, si los profesores creen que los niños son dotados, los
resultados generales para todos los estudiantes mejorarán.

Un prestigioso estudio fue conducido por el psicólogo Robert Rosenthal en


la década de los 60s. La Radio Pública Nacional de América escribió sobre sus
innovadoras conclusiones: “A medida que Rosenthal hizo más investigación,
encontró que las expectativas de los profesores afectan las interacciones
momento a momento con los estudiantes que ellos enseñan de mil maneras casi
invisibles. Los profesores les dan a los estudiantes que ellos esperan que tengan
éxito más tiempo para responder preguntas, una retroalimentación más
específica, y más aprobación: ellos consistentemente tocan, asienten y sonríen
más a estos niños”.

Miente, haz trampa y roba


Si puedes mentirle a tu cerebro sobre una hamburguesa de queso, o una
aguja, o una pastilla de azúcar, también puedes hacerlo con las cosas más
importantes en tu vida.

La primera cosa que realmente necesitas entender para mentir, hacer trampa
y robar tu camino a una mente feliz y a un tú feliz es esto:
Si usas las palabras equivocadas, creas la realidad equivocada.

La mayoría de las personas no se dan cuenta de que tienen una elección


respecto a esto porque como humanos, desafortunadamente, estamos
programados para estar en sintonía con lo que podría salir mal. La razón es
porque era evolutivamente beneficioso para nosotros hacer eso. Como Oliver
Burkeman escribió una vez en The Guardian : “Esto es lo que hace a las malas
noticias especialmente irresistibles: en nuestro pasado evolutivo, era muy bueno
que tu atención pudiera ser fácilmente atrapada por información negativa, ya que
bien podría indicar un riesgo inminente a tu propia supervivencia. (El habitante
de la cueva que siempre asumía que había un león detrás de la siguiente roca
usualmente estaba equivocado, pero era mucho más probable que sobreviviera y
se reprodujera que el que siempre asumía lo opuesto)”. Esa es la razón exacta de
por qué es más fácil ser negativo que positivo; había una vez en la que teníamos
más probabilidades de sobrevivir si éramos negativos. Incluso hoy podríamos
decir que ponernos el cinturón de seguridad es negativo porque significa que
estamos esperando a chocar, pero el cinturón nos está haciendo más susceptibles
de sobrevivir. Las muy buenas noticias son que ya no necesitamos ser negativos
para sobrevivir. Podemos elegir ser positivos y escoger tener una vida más feliz
y productiva.

Ya no hay un riesgo inminente a nuestra sobrevivencia a la vuelta de cada


esquina—volar, por ejemplo, es estadísticamente más seguro que cruzar una
calle en la ciudad—pero, nuestros cerebros todavía creen que es verdad. Sin
embargo, aquí está la cosa que toda la gente exitosa ha descubierto: podemos
elegir activamente contrarrestar nuestra inclinación a esperar lo peor y en vez,
esperar lo mejor (o por lo menos una versión más manejable de lo que estamos
pasando realmente). Ya sea un despido del trabajo, un viaje en avión, o una
enfermedad inesperada, en gran parte no puedes controlar las fuerzas externas
que influencian tu vida, pero sí puedes elegir las creencias, palabras y la
mentalidad con la que respondes a estos factores. Esto no es una fantasía o
pensamiento positivo sin significado. La razón de que esto parezca “tan bueno
para ser verdad” es que la gran mayoría de las personas va a través de su vida sin
saber esto.

Frecuentemente tengo clientes y lectores que me dicen: “seguro Marisa,


cambiar las creencias a través de visualizar imágenes diferentes puede funcionar
para otra gente, pero no funciona para mí. Lo he intentado”. A esa gente a veces
le digo: “bien, ¡qué suerte tienes! Eso significa que siempre estás libre de miedo,
ansiedad y vergüenza. Dado que todas esas emociones vienen de visualizaciones
negativas”. Por supuesto, pronto se dan cuenta de que están todo el día
visualizando realidades en sus vidas—“voy a arruinar eso, este trabajo es tan
estresante, mis hijos me están volviendo loco, este avión va a chocar”—ellos no
se dan cuenta de que estas visualizaciones los están afectando negativamente.

Así como aprendimos del despreocupado bebé en la sala de espera: no te


puedes preocupar si no visualizas imágenes negativas en tu cabeza. Algunas
personas creen que no pueden visualizar nada, pero nunca encontrarías tu auto
en un estacionamiento, ni siquiera tu camino de vuelta a casa si tú no pudieras
visualizar. Todos nosotros visualizamos continuamente—todo lo que tienes que
hacer es visualizar mejor visualizando resultados positivos. Solo eso puede
mejorar dramáticamente tu nivel de felicidad.

Lo más probable es que ya estés mintiéndole a tu mente de una forma


negativa, así que miremos un ejemplo de cómo puedes usar esta técnica para
influenciar tu vida positivamente . Solía tener una clienta que estaba, muy
simplemente, completamente abrumada con su vida. Sus hijos eran dominantes,
su marido un inútil, y su trabajo la dejaba sintiéndose sobre exigida y
subvalorada cada día. Mientras transcurría la sesión, puse mucha atención al
lenguaje que ella estaba usando. Ella dijo repetidamente: “No puedo enfrentar
esto. No puedo lidiar con mis hijos malcriados, no puedo enfrentarme con lo
imposible que es mi trabajo, no puedo lidiar con el caos constante que hay en mi
casa”.

Después de que ella terminó de hablar le hice notar que frecuentemente


usaba la frase: “no puedo lidiar”. Inmediatamente ella se quebró: “Dios mío, mi
madre solía decir eso constantemente”. Esta clienta había heredado esa frase y
por extensión, esa creencia, de su madre, y no estaba tomando responsabilidad
por las palabras y las imágenes que ella estaba escogiendo. Como resultado, ella
se había convencido a sí misma de que ella no podría lidiar con su vida.

Así que, reemplazamos esa frase: “No puedo lidiar” con algo más neutral:
“Tengo una habilidad fenomenal para enfrentar cualquier cosa”. Cada vez que
ella se empezaba a sentir sobrepasada en su vida, le enseñé a decirse a sí misma
en voz alta: “Tengo una habilidad fenomenal para enfrentar cualquier cosa”. Este
sutil cambio lentamente la hizo creer que esta frase era verdad. Al usar palabras
diferentes, ella creó una imagen diferente. En algunas semanas ella volvió
sintiéndose mucho menos sobrepasada por su vida, teniendo éxito en su trabajo,
y llevándose mejor con sus hijos y marido, quienes notaron un cambio en ella.
Pero su vida no había cambiado del todo—sus creencias sobre su vida sí habían
cambiado, lo cual la hizo más soportable. Ella fue un ejemplo perfecto del hecho
de que para tener un bajo rendimiento tienes que llenar tu mente con
pensamientos e imágenes negativas, y para sobresalir simplemente tienes que
hacer lo opuesto.

Date cuenta de que yo no le enseñé a mi clienta a decir algo que no era


verdad. Su trabajo era difícil, y sus hijos eran un desafío. Pero al cambiar lo
abiertamente negativo: “mi trabajo es un infierno, mis hijos son irrespetuosos y
se portan mal” a una versión más neutral y realista de los hechos: “mi trabajo es
demandante a veces y mis hijos pueden ser un desafío, pero tengo una habilidad
fenomenal para enfrentarlos”, tú creas sentimientos menos cargados de emoción
hacia estas situaciones. Esto no se trata del poder del pensamiento positivo y
sobre pretender que todo es color de rosa. Esto se trata de replantear activamente
los eventos de tu vida para reflejar una imagen diferente y más realista.

Así que, “estoy atrasada de nuevo, realmente lo arruiné, todo va a ir mal


hoy día”, se transforma en: “prefiero estar a la hora, pero todavía puedo hacer
esto. Puedo avanzar en mi día de una forma manejable”. Con la última frase no
estás pretendiendo que eres Superman o Superwoman , sino que te estás
alentando a ti mismo a no esperar lo peor.

Uno de mis clientes tenía una fobia que era tan extrema que estuvo
hospitalizada. Cuando le dieron el alta, como parte de su tratamiento
ambulatorio, ella asistió a terapia de grupo y se sentaba en un círculo con otros
pacientes y cada uno de ellos tenía que decir algo positivo. Después me contaba
que todos ellos decían algo en la línea de: “hoy día vi algunos narcisos y me
sentí mejor”. Cuando le tocó su turno ella siguió el ejemplo y dijo: “las
mariposas me hacen sentir calmada”, o algo similar. Le dije que no le estaba
dando a su mente una dirección clara para reducir su ansiedad y en la próxima
sesión de terapia, cuando le tocara hablar, le pedí que dijera “tengo una gran
habilidad para enfrentar cualquier cosa”, y luego, “tengo una habilidad ejemplar
para enfrentar cualquier cosa” y después, “tengo una habilidad excepcional para
enfrentar cualquier cosa”.

Ella no solo me contó que se sintió mucho mejor, sino que otros pacientes
le preguntaron si podían compartir su mensaje y entonces el terapeuta escribió
esas palabras en la pizarra y comentó que este grupo estaba teniendo la
recuperación más rápida.

Esto fue, por supuesto, porque ellos le dieron a su mente instrucciones


claras. Diciendo en voz alta para ellos mismos y para otros, “tengo una habilidad
extraordinaria para enfrentar cualquier cosa”, le da a la mente una instrucción y
dirección muy claras; le da el diagrama para moverse hacia algo, mientras que
decir “me gustan las mariposas” no lo hace. Lo que le presentas a tu mente, tu
mente te lo presentará de vuelta a ti. Y todo comienza con tus palabras, las
cuales tú tienes el poder de cambiar.

Recordarás que en la Introducción hablé sobre los tres tipos de clientes que
veo. El tomar la responsabilidad por las palabras y las imágenes en tu cabeza es
quizás la cosa más grande que separa a los primeros dos tipos—los que no tienen
lo que quieren—de los del tercer grupo: los que sí lo tienen. El hecho es que la
mayoría de los clientes que veo todos los días no están conscientes de que como
se sienten acerca del mundo a su alrededor está influenciado por las elecciones
que están haciendo.

Ejercicio

Lo que quiero que tu hagas es darle un nombre a tu voz interna, o que esa
voz interna. Personifícala como un tipo de villano si es necesario, pero el punto
de este truco es ver que tus pensamientos no son intrínsicamente parte de ti .

Ellos son una fuerza externa que tú puedes sacarla de tu mente diciendo:

“Oh, Aquí está el Joker de nuevo, regresando cuando no lo necesitamos.”

Al sacarlo fuera de tus patrones mentales estás reconociendo que tu tienes


el poder sobre esos pensamientos.

Al aceptar que tu negatividad no tiene que ser quien tu eres , sino más bien,
un habito podo saludable del que tú te puedes deshacer, puedes comenzar a
remplazar a el Joker por algo más. Le puedes dar hasta un nombre como Susi o
Kevin. La habilidad de reconocerlo, reírte de ello y, lo más importante de todo,
cambiarlo es muy transformador.

Es importante que les dé a mis lectores formas prácticas para implementar


estos cambios. Cuando se trata de mentirle a tu mente, puede ser útil el
personificar los pensamientos inútiles y la forma como tú te hablas a ti mismo—
lo que podrías llamar tu parloteo interno. Así que, digamos que cada vez que
empiezas a tratar de cambiar tus patrones de pensamiento negativos, tu mente se
hace cargo e insiste en reintroducir la negatividad y las palabras e imágenes
inútiles en tu cabeza.

¿Quién podría ser esa otra cosa? Tal como hice con mi cliente quien insistía
en que no podía lidiar con nada en su vida, presta mucha atención a las palabras
y frases que constantemente te dices a ti mismo. Una vez que hayas identificado
algunos reincidentes, pregúntate: ¿le hablarías así a tu mejor amigo? Le dirías:
“oh, siempre lo estás arruinando todo”, “no tienes remedio”, o “realmente te has
sobrecargado mucho, nunca vas a ser capaz de hacerlo todo”.

Lo más probable es que, si eres un buen amigo, no soñarías con decirle esas
cosas; serías amable y alentador y servicial. Como un amigo, podrías decir: “la
vida no es perfecta, pero todos hacemos lo mejor que podemos”, o “estoy seguro
de que podrás salir de esto, y te ayudaré a hacerlo”. Entonces, pregúntate a ti
mismo qué pasaría si tú eliges hablarte a ti mismo de la forma como lo harías
con un amigo. Sé amable y alentador y apoyador de ti mismo y te sorprenderás
de lo fácil que parece ser el mundo que te rodea.

Imaginemos un día en tu vida antes de que implementes un mejor diálogo


contigo mismo:

Te levantas, te miras en el espejo y comienzas a criticarte y regañarte


porque olvidaste coser el dobladillo de tu traje. No solo dices, “debería haber
cosido el dobladillo y ahora no tengo tiempo” y agregas “soy un idiota, soy un
perdedor, esta camisa se ve muy apretada. Debería haber bajado de peso. No
tengo remedio, soy patético, un desperdicio de espacio”, etc.

Miras en el refrigerador y ves que se acabó la comida saludable y solo


tienes la opción de comer carbohidratos y azúcar, así que por la segunda vez en
diez minutos te llamas a ti mismo un idiota, un retardado, un tonto, un estúpido.

A medida que tu mañana progresa te dices a ti mismo más nombres por


olvidarte de cargar tu teléfono/ por no dejar suficiente tiempo para ir a tu
destino/ por no tener el monto apropiado de cambio para tu viaje/ por no
prepararte bien para tu reunión/ por no hacer un trabajo lo suficientemente bueno
en la oficina/ por gritarle a un colega/ por no comer una colación saludable y
cuando tu reunión termina tarde comes pizza. De vuelta a tu casa te castigas por
irte muy tarde para evitar el tráfico/ te afliges por no ir al gimnasio porque estás
muy cansado para ir, muy cansado para cocinar así que comes cereal y te críticas
más aun por ser flojo, un perdedor fuera de forma. Finalmente, esa linda persona
con la que has estado chateando online te ignora esta noche y tú lo justificas
agregando “sabía que esto pasaría. ¿Qué tengo yo que ofrecerle a alguien como
él/ella? Se debe haber aburrido de mí, así que no estoy sorprendido. Soy
inservible, gordo y estúpido”.

Podrías pensar que estoy exagerando, pero los clientes se vienen a sentar en
mi silla y les pregunto, “¿cómo estuvo tu fin de semana?” y a menudo
responden, “malísimo, mi cita me canceló. Sé que es porque encontraron a
alguien mejor así que comí como un cerdo sin parar todo el fin de semana y
ahora estoy del tamaño de una casa. Soy un lío y un caos”. Nada de esto es
verdad; la cita puede haberse dado cuenta de su bajo sentido de autoestima y
haberse desanimado por eso (ambos sexos encuentran que la confianza es
inmensamente sexy y el estar necesitado es mata pasiones) o quizás tuvieron que
lidiar con una crisis. Sin importar, el cliente no pudo haber comido sin parar todo
el fin de semana, no comieron como un chancho, ellos no son del tamaño de una
casa o un gran lío o un caos, pero cuando te describes a ti mismo así, te
predispones para sentirte mal, y eso es tan doloroso y tan innecesario.

Imagina ahora que no fueras tú, sino que tu mejor amigo el que te habla así
y el que te lanzó esos nombres y etiquetas hirientes insultándote todo el día y
todos los días. ¿No te gustaría echarlo a patadas fuera de tu vida para siempre y
buscar nuevos amigos?

Ya es tiempo para que tú seas un mejor amigo para ti mismo terminando


con toda la autocrítica y los sobrenombres.

Puedes elegir entre ser negativo y crítico acerca de ti mismo o positivo y


lleno de halagos. Tu mente no sabe, y de hecho no le importa, si lo que dices es
correcto o incorrecto, bueno o malo, verdadero o falso, útil o muy inútil—
simplemente lo deja entrar. El trabajo de tu mente es actuar basado en las
palabras que le dices y usar esas palabras para formar una representación que te
lleve a avanzar. Tu trabajo es darle a tu mente palabras mucho más poderosas,
descriptivas y positivas. Tu mente está haciendo su trabajo, así que haz el tuyo y
dale mejores instrucciones todo el tiempo.
Una cosa más—tú sí tienes una opción, siempre tenemos una opción.
Puedes elegir ser negativo, usar un lenguaje negativo y sentirte horrible debido a
ello, o puedes elegir ser positivo, usar un lenguaje positivo y notar que tu vida
mejora. Pero, la única cosa que no puedes elegir es el efecto que los
pensamientos negativos tienen en tu mente y tu cuerpo, las enfermedades, la
ansiedad y el estrés que tú inadvertidamente infliges sobre ti mismo al darle a tu
mente instrucciones consistentemente negativas a través del uso de palabras
negativas.

Con todas estas técnicas, es importante notar que la repetición es lo que


hace la diferencia. Mi clienta no dijo “tengo una habilidad fenomenal para lidiar
con cualquier cosa” solo cinco veces y encontró que su vida cambió de la noche
a la mañana. Ella usó la frase como una herramienta interruptora cada vez que
ella sintió que su mente se perdía en patrones de pensamiento negativos. Al
momento en que ella sintió que ya había mejorado, ya había dicho la frase en
voz alta cientos de veces—así como también la había usado como pantalla en su
teléfono móvil, la había escrito en su espejo, en su auto—y se había vuelto
verdad. Repites pensamientos negativos en tu cabeza todo el día y se vuelven
verdad. Las buenas noticias son que la repetición de frases alentadoras es tan
poderosa como la repetición de frases negativas, así que asegúrate de darle una
oportunidad a las primeras para que realmente puedan fijarse antes de que te
rindas a usarlas.

Podrías solo decirlas, pero los beneficios de escribirlas y leerlas, ponerlas


como tu fondo de pantalla, ponerlas en tus alertas en el teléfono móvil y cambiar
tus contraseñas para que digan “tengo una habilidad fenomenal para lidiar con
cualquier cosa” te darán mejores resultados constantemente. Con esa cantidad de
repeticiones y absorción mental, se fijarán y te nutrirán como la crema a la piel
seca.

Verdaderamente creo que cada uno de nosotros tiene la habilidad de volver


a ese bebé en la sala de espera: a tener una confianza fenomenal y la ausencia de
miedo o preocupación acerca de lo que ocurrirá a continuación. Tú viniste al
mundo exactamente así, y te prometo que no necesitas hacer años de terapia para
traer eso de vuelta. Solo necesitas tomar responsabilidad por las palabras y las
imágenes en tu cabeza. Una vez que lo hagas, tu vida nunca volverá a ser la
misma.
CAPÍTULO 3
Por Qué No Quieres Ser El Ganador De La Lotería

Una vez que reemplaces pensamientos negativos con pensamientos


positivos, empezarás a tener resultados positivos .
Willie Nelson, Músico

Una de las cosas que aprendes siendo terapeuta es que, en el fondo, la


mayoría de las personas quieren las mismas cosas. Ellos quieren amor, en la
forma de una relación consolidada. Quieren seguridad, usualmente en la forma
de dinero y relaciones sociales. Y desean éxito, o el sentimiento de que han
hecho una contribución y que han logrado algo. Pero, al lado de eso, uno
aprende algo más: que, aunque la mayoría de las personas quieren estas cosas,
frecuentemente actúan de una forma que va en contra de obtenerlas.

Si no, ¿cómo explicas la gente que insiste en que quieren casarse, pero
repetidamente se relacionan románticamente con gente abusiva, no disponible o
que no se compromete? ¿O aquellos que insisten en que quieren estar libres de
deudas en sus tarjetas de crédito y luego van y compran un brillante nuevo reloj
o un auto y ropa nueva cada vez que pueden? Estas acciones no tienen mucha
lógica a menos que entiendas otra de las verdades fundamentales de la mente
humana. Esta verdad es que cuando se deja a la mente a sus propios deseos, la
mente rechaza lo que es desconocido y vuelve a lo que es familiar.

Para ser honesta, esta puede ser una parte bastante frustrante de ser un
terapeuta. Quieres ver a tus clientes lograr el amor, el éxito y el dinero, pero ellos
parecen insistir en ir detrás de lo opuesto. Ahora, como en la mayoría de las
cosas, si vamos de vuelta a nuestros orígenes evolutivos, entonces esto comienza
a tener más sentido. Después de todo, cuando vivíamos en tiempos tribales,
aventurarse por nuestra cuenta hubiera sido indudablemente riesgoso. En
ausencia de las comodidades de la modernidad que tenemos hoy, no éramos
capaces de sobrevivir por nuestra propia cuenta como lo somos hoy;
necesitábamos nuestra propia tribu para ayudarnos a conseguir comida, abrigo y
conexión. Además, la tribu de al lado pudo ser hostil o albergar depredadores
peligrosos contra los que no sabíamos defendernos. De hecho, pegarnos a lo
familiar es lo que nos mantuvo vivos.

Sin embargo, esta inclinación por volver a lo familiar se mantiene con


nosotros hasta hoy y causa muchos de los problemas que envían a la gente a mi
oficina. Solía ver mucho de esto cuando estaba trabajando en algunos programas
de telerrealidad, especialmente en programas de pérdida de peso. A las
celebridades a quienes se me encomendó ayudarles se les habían dado
prácticamente todos los recursos que una persona que quiere perder peso podría
querer: entrenadores, comida saludable, chefs, gimnasios de vanguardia, apoyo
mental, etc. Gracias a todo este apoyo físico, emocional y espiritual era
imposible no bajar de peso. Pero tan pronto como habían obtenido algún éxito,
ellos me decían: “Lo único que pienso es en el momento en que el programa
termine para poder celebrar con pizza y helado”.

En la ausencia de este conocimiento acerca de cómo la mente rechaza lo


desconocido, esto parece completamente contraintuitivo. Finalmente tuvieron lo
que decían que tanto querían—perder peso—y todo lo que su mente podía
pensar era volver a lo que era familiar, que era comer un exceso de alimentos
poco saludables y ganar peso. En una escala menos pública, esta es precisamente
la razón por la que tantas dietas fallan para tanta gente (algo que discutiremos
más en el Capítulo Siete). Para las personas que durante mucho tiempo han
estado descontentas con su peso, la pérdida de peso no es familiar. Por otro lado,
hacer dieta y luego romper la dieta sí es familiar, así que esta es la dinámica a la
que vuelven una y otra vez.

Comer la misma comida es familiar, por eso no nos gusta quitarle el azúcar
a nuestro café. Pero las buenas noticias son que después de un tiempo, el nuevo
gusto es familiar y el antiguo café dulce se vuelve desconocido e incluso
desagradable. Tienes que seguir con esto por un tiempo, ya que lo familiar se
inicia con la repetición—y luego viene la recompensa.

Esta lógica puede ser aplicada a cosas mucho más importantes que el café y
el té. Incluso nuestra familiaridad con los roles de género tradicionales moldea
nuestro comportamiento. Según la investigación, las niñas de tan solo seis años
tienen menos probabilidades de pensar que los miembros de su propio género
pueden ser intelectualmente brillantes. Esto no tiene nada que ver con la
habilidad innata. Más bien, es un reflejo de la forma en que nuestra sociedad y la
cultura pop modelan a muchos hombres en el poder—desde políticos y
ejecutivos en altos cargos hasta los superhéroes en las películas— mientras que
las mujeres suelen apoyar roles que son simplemente complementarios de los
hombres “brillantes”. Los hombres poderosos y brillantes son culturalmente
familiares; las mujeres poderosas y brillantes no lo son tanto.
Como los investigadores descubrieron y publicaron en la revista Science ,
edición de enero de 2017: “Estos estereotipos desalientan la búsqueda por parte
de las mujeres de muchas carreras prestigiosas—es decir, las mujeres están
escasamente representadas en campos cuyos miembros aprecian la brillantez
(como son la física y la filosofía). A los seis años, las niñas comienzan a evitar
las actividades que se dice que son para los niños que son “muy, muy
inteligentes”. Estos hallazgos sugieren que las nociones de brillantez del género
se adquieren de manera temprana y tienen un efecto inmediato en los intereses
de los niños”.

En esencia, el modelo de feminidad que se vuelve familiar para las niñas de


seis años no es uno de científicos, inventores y físicos. Tristemente, esto
significa que el nivel de aspiración intelectual no es familiar para las niñas y, por
lo tanto, es menos probable que lo persigan.

Vemos con frecuencia los meta-niveles de esta dinámica en nuestra


sociedad. Por ejemplo, antes de que Barack Obama fuera electo presidente, los
jóvenes afroamericanos no percibían que era posible para ellos ser presidente
algún día. Estudios mostraron que ellos ni siquiera aspiraban a eso. Pero, luego
de dos periodos de su administración, la idea de un presidente negro se ha vuelto
familiar en las mentes de muchos jóvenes afroamericanos, por lo tanto,
responden cada vez más que quieren crecer para ser presidente cuando se les
hace una encuesta. Este es un cambio a nivel nacional que se produjo en el
espacio de unos pocos años.

Esto puede sonar como una razón para desesperarse. Si la riqueza, el éxito y
el amor no son familiares para ti debido a tus antecedentes familiares o la
historia en la que no tuviste parte en la elección, ¿cómo puedes superar esto y
encontrar la felicidad por ti mismo? Sin embargo, hay buenas noticias:

Podemos elegir activamente hacer que las cosas familiares que no queremos
en nuestras vidas dejen de ser familiares.

Además, podemos elegir hacer que las cosas desconocidas que queremos,
se vuelvan familiares. De hecho, los estudios muestran repetidamente que
nuestra familiaridad con ciertos sentimientos no es fija; estamos constantemente
reaprendiendo lo que es familiar. Debes iniciar el comportamiento—por
ejemplo, ir al gimnasio o tomar tu café sin azúcar—y debes repetirte a ti mismo
una y otra vez, “haré que esto sea familiar,” y lo harás.
Fiesta y hambruna
Uno de los otros ejemplos donde vemos que esta verdad se manifiesta de
manera tan predecible es con los ganadores de la lotería. A primera vista, sería
difícil encontrar a alguien que no quiera ganar la lotería. Parece la situación
ideal: ser capaz de hacer lo que quieras sin tener que preocuparte por el costo.
Pero entonces, ¿por qué tantos ganadores terminan peor económicamente pocos
años después de ganar el premio gordo?

Como se informó en la revista The Atlantic : “Una encuesta realizada por


Camelot Group reveló que las cosas más populares en las que los británicos
gastaban sus ganancias eran relativamente llamativas: propiedades, autos y
vacaciones. De manera similar, un estudio a menudo citado de 35.000 ganadores
de lotería en Florida encontró que 1.900 ganadores se declararon en bancarrota
en un plazo de cinco años, y que, si bien la gran infusión de efectivo redujo la
probabilidad de quiebra durante los primeros dos años de ganar, aumentó las
probabilidades de quiebra en los siguientes tres a cinco años”.

La razón de esto es que los ganadores de la lotería no están acostumbrados


a la sensación de estar despreocupados financieramente. Si nunca has tenido
dinero, no sabes qué se siente al invertir, ahorrar, o tener dinero disponible al
final del mes.

Lo que es más familiar para ti es obtener tu sueldo a fin de mes y luego


gastar la mayor parte de él hasta que solo te quedan los últimos dólares en los
días previos a la recepción de tu nuevo pago. La sensación de tener dinero
apartado en el banco no es familiar para ti, y por eso no lo haces, incluso cuando
tienes mucho más dinero.

Esta es, desafortunadamente, una de las razones por las cuales nuestra
sociedad es tan desigual. Debido a que los niños ricos crecen en familias donde
los recursos de la riqueza les son familiares, es más probable que ellos también
estén predispuestos a ser ricos. Esto no se debe a que obtengan una herencia
necesariamente (aunque algunos sí lo hacen) sino porque el concepto mismo de
riqueza y de tener mucho dinero les es familiar.

De hecho, en mis experiencias con mis clientes a lo largo de los años, he


descubierto que su actitud hacia las finanzas y la escasez de dinero puede ser una
de las cosas más difíciles de cambiar. La razón de esto, por supuesto, es que las
personas piensan que tienen un problema con el dinero cuando en realidad tienen
un problema con la escasez. Pueden tener una creencia profunda que dice:
“nunca habrá suficiente” o “no merezco tener todo lo que quiero” o “todo lo que
tengo, eventualmente lo perderé”. Nunca pedirán un aumento de sueldo (incluso
si lo merecen) y siempre lucharán para ahorrar de manera significativa. Pero la
gran ironía—una que vemos en la investigación sobre los ganadores de la lotería
descrita anteriormente— es que sus problemas con el dinero casi nunca se
pueden resolver con más dinero.

Entonces, ¿cómo podemos cambiarlo? He descubierto que mis clientes


tienen mucho éxito al hacer un cambio fundamental en la forma en que piensan
sobre el dinero y al reformularlo como algo completamente distinto. Verás,
formamos una relación con el dinero muy temprano en nuestra vida,
generalmente observando la relación de nuestros padres con él. Entonces, no
importa si ganamos mucho o poco dinero, esa relación moldea nuestras creencias
monetarias. ¿Qué pasaría si replanteamos la cosa con la que tenemos esa
relación? No es dinero, es energía . Al establecer una nueva relación con algo
nuevo, podemos deshacernos de nuestras viejas creencias y hacer que una nueva
sea familiar.

Ejercicio

La forma más fácil de ver cómo esto funciona es escribir todas nuestras
creencias limitantes y de largo tiempo sobre el dinero. Frases comunes que
aparecen son:

Nunca puedo ganar suficiente dinero


No puedo guardar dinero
El dinero parece irse a través de mis dedos
El dinero no crece en los árboles, solo viene a través de la corrupción y la
lucha
No merezco más dinero
No valgo más dinero
La gente espiritual no persigue el dinero
Que yo obtenga más significa que otros obtienen menos

Ahora, una vez que hayas escrito esas creencias, cambia dinero por energía
:
Nunca puedo ganar suficiente energía
No puedo guardar energía
La energía parece irse a través de mis dedos
La energía no crece en los árboles, solo viene a través de la corrupción y la
lucha
No merezco más energía
No valgo más energía
La gente espiritual no persigue la energía
Hay suficiente energía para todos

Encontrarás que el ejercicio que sigue es muy útil:

Por alguna razón, una vez que hacemos este cambio, esas frases no suenan
tan convincentes, ¿verdad? Una vez que hacemos más familiar la idea del dinero
como un recurso renovable (nuestra energía y producción personal), vemos que
el dinero puede aparecer y desaparecer mucho más fácilmente. Tiene menos
poder sobre nosotros porque lo vemos como un resultado directo de nuestros
propios esfuerzos, en lugar de algo por lo que tenemos que luchar y pelear.

Esta idea del dinero como un recurso más fluido es algo que las personas
que tienen mucho dinero suelen creer. Dan y reciben dinero fácilmente;
entienden que hay un dinamismo en el dinero, que el ir y venir es parte de su
naturaleza. Si bien a veces es posible que tengan menos flujo de efectivo, nunca
se sienten necesariamente “pobres”. De hecho, así como podemos estar seguros
de que después de cada exhalación vendrá una inhalación, están seguros de que
pueden recibir dinero con la misma facilidad con que se deshacen de él.

Una vez que saben esto, también tienen menos problemas para pedir una
mayor remuneración en respuesta a su “energía”. Piden aumentos de sueldo
cuando saben que se siente justo. Ponen tarifas con sus clientes, sabiendo que los
clientes correctos estarán dispuestos a pagar y los que no encajan se irán a otra
parte. Ellos dicen no a los proyectos que no valen su tiempo o esfuerzo para dar
paso a proyectos que son más grandes, más ambiciosos (y lucrativos). Cuando
tienen una ganancia inesperada, no sienten la necesidad de deshacerse de ella
rápidamente.

En otras palabras, hacen familiar el concepto de dinero (o energía) como un


recurso fluido y dinámico, y no aceptan la idea de que nunca tendrán suficiente;
solo piden más. Tú también puedes hacer eso, no solo con el dinero sino con
todo lo que te cause dolor o dificultades.

Elije qué hacer familiar y no familiar


Una vez tuve una cliente que había tenido tantas relaciones fallidas que se
avergonzaba de contarle a los nuevos prospectos sobre su pasado romántico. No
tenía sentido, esta mujer era hermosa, inteligente y totalmente autosuficiente
financieramente. Pero, aun así, una y otra vez ella perseguía a hombres que la
ponían en segundo lugar y no “aparecerían” de una manera que demostrara que
realmente ella les importaba.

Mientras tanto, esta mujer trataba de conquistarlos y persuadirlos para que


se quedaran siendo demasiado atenta, servicial y ansiosa por complacerlos. Esto
solo los alejaba aún más, ya que se irritaban con su entusiasmo y la trataban aún
peor. Para ser honesta, fue muy triste ver que esto sucediera. Después de cada
relación fallida, ella se sentía tan decepcionada de sí misma que terminaba
interiorizando los insultos que la ex-pareja le había inculcado.

Le pregunté a esta clienta, como es mi práctica habitual, que describiera su


relación con su padre. Él era un hombre muy infeliz, a menudo llegaba a la casa
borracho en la tarde y se apoderaba de la casa con prontitud, exigiéndole cosas a
su madre y a menudo teniendo ataques de rabia. Él le decía cosas despectivas a
mi clienta y la menospreciaba rutinariamente si no era absolutamente perfecta. A
la mañana siguiente, después de estos ataques de ebriedad, él simplemente fingía
que no había pasado nada y desayunaba como si todo estuviera bien otra vez.
Ella había aprendido, a lo largo de los años, a superar estos episodios de miedo
con la esperanza de que todo volviera a la normalidad en la mañana. Este ciclo
de altos y bajos emocionales se hizo muy familiar para ella.

Al enterarme de esta historia, le dije a mi clienta: “Tu padre solía


humillarte, disminuyendo tus sentimientos, te ignoraba cuando estaba borracho,
pero luego todo estaba bien al día siguiente si no causabas problemas. ¿Y adivina
qué? Ahora eliges al tipo que te hace sentir de manera similar”. Ella se dio
cuenta rápidamente de que esto era cierto. Sus amigos a menudo no pueden ver
qué es lo que la atrae a estos hombres tan poco deseables, y a menudo comentan
que no pueden ver en ellos ninguna cualidad que los redima. Pero, por supuesto,
mi clienta no perseguía tanto la personalidad de estos hombres, como el patrón
que representaban. A menudo se había escuchado decir a si misma: “siento que
lo conozco de toda la vida”, al conocer a un nuevo hombre. Porque, por
supuesto, ella lo conocía. Se estaba enamorando de lo familiar, aunque lo
familiar era una elección terrible para ella. La mente no solo quiere volver a lo
que es familiar, sino que también nos gusta recrear escenarios que nos recuerdan
nuestra infancia, pero poniéndole un final feliz. De ahí que haya ido detrás de
hombres como su padre, pero tratando de hacer que la amen y la respeten de una
manera en que él nunca lo hizo. La vida es demasiado corta para seguir
intentando cambiar el final. Necesitamos cambiar el comienzo, así que en lugar
de encontrar a alguien frío y tratar de hacerlo amable, empieza con alguien
amable, eso hace la vida mucho más fácil.

Esta clienta necesitaba hacer familiar el ser elogiada, apreciada y tener una
relación de igual a igual—en lugar de sentirse como si estuviera caminando
sobre cáscaras de huevo, esperando que la rabieta de alguien pasara para poder
solucionar las cosas una vez más. Me dijo que cuando conocía a hombres que
parecían respetarla y ser emocionalmente estables, de inmediato ella sentía que
eran “demasiado buenos” para ella y descubrió que no se sentía atraída por sus
personalidades estables y consistentes. Le dije que reemplazara ese diálogo con
la frase: “Nadie es demasiado bueno para mí; haré que ser amada y respetada sea
familiar”. Una vez que reconocía el patrón en los hombres por los que se sentía
atraída históricamente (los que le recordaban a su padre), inmediatamente se
salía de esas relaciones cuando veía que surgían indicios de ese patrón. Ella
había desarrollado una fuerte aversión a lo familiar (para alejarse de ello) porque
ahora sabía que eso la estaba lastimando. Además de eso, desarrolló una fuerte
atracción por el tipo de hombre que enaltece y elogia y que son buenos como
parejas.

Había otra cosa que mi clienta tenía que hacer familiar para recibirla de los
hombres con los que estaba saliendo: alabanza. Cuando era niña, solo había
escuchado críticas de su padre, y prácticamente nada de su sumisa madre. Nunca
había experimentado lo que era ser elogiada por su personalidad o sus cualidades
innatas, solo por sus acciones para complacer a su padre, por lo que no se sentía
atraída por los tipos que la elogiaban simplemente por ser ella misma. Sin
embargo, para hacer que la alabanza sea familiar, ella no podía mirar hacia
afuera; ella tenía que empezar con ella misma. Le di un guion para que lo
repasara cada mañana mientras se peinaba en el espejo. Repetiría en voz alta las
afirmaciones de alabanza que nadie más en su vida le había dicho: “soy una
pareja maravillosa y cariñosa”, “soy atractiva y amable”, “atraigo y mantengo
fácilmente el amor y el respeto”.

Si bien estas frases pueden sonar arrogantes, no lo son. El punto aquí no es


correr y proclamar tu grandeza al barista del café o a tus colegas; el punto es
familiarizar el sonido de las alabanzas a ti mismo . Cuanto más repitas esto, más
lo creerás y pronto descubrirás que no te atraen las personas que no te elogian.
Habrás hecho la alabanza familiar.

He trabajado con mucha gente altamente exitosa y una cosa que noté sobre
ellos es que están muy dispuestos a decirte en voz alta, sin dudar, en qué son
buenos. Esto se debe a que los elogios y la confianza en sí mismos les son tan
familiares que no les resulta incómodo decir en voz alta en qué sobresalen. No
importa si esa confianza proviene de tener una infancia perfecta con padres
alentadores o del trabajo interno que han hecho sobre sí mismos a pesar de una
infancia podrida: cualquiera puede elegir hacer que la alabanza sea familiar. Y,
de hecho, una vez que lo hagas, descubrirás que es el mejor regalo que puedes
darte. Preséntate elogios a ti mismo, hazlo familiar y luego tu mente te lo
devolverá. Muy pronto, la alabanza dejará de ser lo que haces y se convertirá en
lo que eres.

Empieza de a poco y familiarízate con el placer


Probablemente hay áreas de tu vida que te gustaría hacer no familiares. Sin
embargo, no tienen que ser tan importantes como elegir un compañero de vida.
Aquí hay un ejemplo: uno de mis clientes siempre pedía una hamburguesa y
papas fritas porque costaba 8 dólares, mientras que una ensalada costaba 12
dólares y a ella le molestaba ese costo adicional. Y luego ella aprendió a hacer
que gastar más dinero en alimentos saludables fuera familiar y que poner basura
en su cuerpo no le resultara familiar. Se dio cuenta de que gastar más en buena
comida era realmente rentable porque gastaba menos en medicamentos, libros de
pérdida de peso y píldoras.

Si te resulta familiar descansar después del trabajo y jugar con tu iPad, en


vez haz familiar bajarte del tren o del bus una parada antes y caminar el resto del
camino mientras escuchas música en tu iPad. Si dormir hasta el último segundo
posible y estar atrasado al trabajo es familiar para ti, ponte el desafío de llegar al
trabajo cinco minutos antes cada día por una semana. De repente los nuevos
horarios del tren y la rutina se volverán familiares y no tendrás que forzarte a ti
mismo a hacerlo.

Elige una cosa a la que te vas a apegar durante una semana—puedes


empezar con algo pequeño si eso es más cómodo—tomar café sin azúcar o
comer una manzana a media mañana en vez de tu habitual bocadillo no
saludable. Elógiate a ti mismo cada día en vez de autocriticarte. Pon atención a
cómo se va haciendo cada vez más fácil cada día que pasa. Entonces, puedes
empezar a pensar en cómo aplicar lo que has aprendido al hacer que esta
pequeña cosa pasara de no familiar a familiar, y usarlo en una idea mucho más
grande: tu propia valoración, tu potencial de carrera o una relación.

Una vez que sepas que es posible hacer familiar lo que era no familiar y
viceversa, puedes avanzar con confianza en la dirección de tus sueños.

Haciendo no familiar la vergüenza y el dolor


Uno de los problemas comunes que he tratado como terapeuta son los
clientes con formación religiosa que parecen no poder sacudir algunos de los
hábitos de vergüenza que se les inculcaron desde muy pequeños. Si bien la
religión puede ciertamente ser una fuerza positiva para el bien en el mundo,
desafortunadamente, puede mutar y dejar a algunas personas con una vergüenza
y un dolor increíbles cuando su familia o líder religioso los ha calificado como
alguien que no “está a la altura”.

Es tan desalentador ver a las personas cuyas familias los han alejado porque
ya no están de acuerdo con las normas socioculturales de una religión
determinada, y desafortunadamente, es muy común. Pero, la buena noticia es
que estos sistemas de creencias limitantes no están integrados o son innatos, se
aprenden.

Religiosos o no, muchas personas tienen creencias familiares inculcadas por


la familia que ya no les son útiles. Ya sea “no soy un buen hijo” o “arruiné mi
honor al tener relaciones sexuales antes del matrimonio”, estas creencias solo
tienen poder sobre ti porque son muy familiares. Puedes pensar que tus únicas
opciones para deshacerse de estas creencias son años de terapia o una habilidad
mágica para retroceder en el tiempo y recuperar tu infancia. Pero hay otra forma,
una que consume mucho menos tiempo.

Si tu vergüenza habitual se remonta a la infancia, es muy probable que no


sea tu vergüenza. Es probable que tu madre o tu padre o tus abuelos te hayan
inculcado su propio sentimiento de vergüenza por no estar a la altura, y luego
que te lo hayan hecho tan familiar que te sientes como si fuera tuyo. Es un hecho
desafortunado el que sea posible que aprendamos la vergüenza. Del mismo
modo que puedes hacer que un gato o un perro se sientan avergonzados si le
gritas cada vez que salta al sofá, puedes hacer que un humano se sienta
avergonzado si no está a la altura de algún estándar culturalmente impuesto que
les es recordado constantemente.

Pero no tienes que vivir con eso.

Intenta el próximo ejercicio:

Ejercicio

Empieza a decirte en voz alta:

Esta no es mi culpa
No me pertenece
La puedo dejar ir

Imagina la culpa en una maleta muy pesada y que se la entregas a la


persona que te la dio; imagina el alivio que sientes de no tener que acarrear ese
peso contigo.

En otras palabras, devuélvela a la persona que te la entregó. Ellos no tienen


que saber que tú lo hiciste, pero la imagen de ti mismo devolviendo tu culpa a la
persona que la impuso sobre ti es profundamente liberadora.

Una vez que hayas devuelto la culpa, ya no es más tuya y entonces ya no es


familiar para ti. Ahora puedes hacer familiares nuevas creencias positivas:

Por ejemplo:

Soy un buen hijo


Tengo un valor inherente, no importa a qué iglesia vaya
Nadie puede hacerme sentir inferior

Estas nuevas creencias, si las repites, reemplazarán a la espiral de culpa en


la que has vivido por tanto tiempo.

A medida que miras hacia adelante en tu vida, es seguro que encontrarás


situaciones que te pueden causar dolor o enojo. Para evitar que este dolor o
enojo se transforme en vergüenza o en sistemas de creencias inútiles tienes que
asegurarte de expresar tus sentimientos lo más cerca posible al evento que
produjo esos sentimientos. Si bien no siempre es recomendable o posible
expresar tu dolor o enojo a la persona que lo causó, siempre tienes la opción de
ir a un lugar privado y expresar tu dolor en voz alta. Por ejemplo, si tu jefe o un
familiar te ha alterado, puedes encerrarte en el baño y abrir la llave del agua o
vaciar el inodoro para silenciar el sonido mientras dices en voz alta: “Me duele
que mi jefe se atribuya el crédito por mi trabajo. Me duele que mi cuñado
siempre me critique.”

Si dices: “Me duele la falta de voluntad de mi hermana para devolverme la


llamada” y luego lo sigues con: “Soy amado y no puedo sentirme menos por el
comportamiento de mi hermana”, evitas crear esas viejas creencias inútiles y
reconoces que el comportamiento de otra persona no puede hacer que te sientas
mal acerca de ti mismo, a menos que tú lo permitas. Tú tienes el poder de no
permitirlo.

Una cosa que noté muy temprano en mi carrera es que las personas que
están felices y equilibradas expresan su dolor fácilmente. No es difícil de hacer,
simplemente tienes que acostumbrarte a decir: “hieres mis sentimientos
cuando…”. La manera más efectiva es comenzar con los elogios: “Te amo, eres
mi mejor amiga/hermana/hija, etc., pero me dolió cuando olvidaste mi
cumpleaños. No quiero aferrarme a esto, así que solo te lo expreso para poder
dejarlo ir”.

Expresar tu dolor lo más cerca posible del evento es para tu propio


beneficio, para que no te aferres a esos sentimientos y no los dejes contaminarte.
Cuando no puedes decirlo en voz alta porque la persona que te lastimó es tu jefe
o un pariente difícil, todavía puedes decirlo en privado cuando estés solo o
manejando tu automóvil. Decir en voz alta, solo para ti mismo, “Me dolió …….
me dolió cuando…”., es muy efectivo para eliminar el dolor y cuanto más lo
haces, más fácil se vuelve.

¿Qué está mal contigo y también con todos los demás?


Además de observar mis tres categorías de clientes, también observé que
todos mis clientes solo tienen tres categorías de problemas o tres cosas que
estaban mal con ellos. Identificar las tres cosas que están mal contigo y también
con los demás te da una idea y comprensión de lo que influye y afecta a las
personas que te rodean y te ayuda a lidiar con sus comportamientos con una
visión que beneficia a todos. Hablé en capítulos anteriores acerca de cómo mis
clientes tienen un problema inicial, pero el problema real que debe abordarse es
lo que se encuentra debajo. Lo que se encuentra debajo del problema inicial de
cualquier cliente siempre será una de estas tres creencias:

No soy suficiente . Cubriré esto en detalle en el Capítulo Ocho.

Quiero algo, pero no está disponible para mí . Muchos clientes consultan


conmigo desesperados y deseando estar libres de sus problemas, pero junto con
los problemas—que incluyen depresión, alcoholismo, obesidad y falta de éxito
— hay una creencia fija: “quiero estar libre de la depresión, pero tengo un gen
depresivo igual que mi mamá/ estoy desesperado por dejar de tomar, pero vengo
de una familia de alcohólicos/ quiero adquirir riqueza, pero no tengo un título
universitario. Todos en mi familia son trabajadores manuales así que no creo que
sea posible/ quiero ser seguro de mí mismo, pero nací tímido/ nadie puede
tenerlo todo/ quiero hablar en público, pero estoy incapacitado por la ansiedad”.
Las creencias fijas que mis clientes tienen acerca de sí mismos son los
impedimentos más grandes para que logren sus metas. Tú sin duda también
tienes algunas creencias fijas y es muy útil preguntarte a ti mismo: “¿por qué
creo esto? ¿de dónde vino esta creencia? ¿quién me la dio? ¿quién se la dio a
ellos? ¿por qué todavía la sigo creyendo todos estos años después?”. El punto de
hacer esto es que en el momento en que empiezas a cuestionar una creencia, ya
no la consideras cierta, porque a medida que la cuestionas, te la vas quitando
hasta que desaparece. Muchas personas que han tenido un éxito deslumbrante no
nacieron en una posición en la que el éxito estaba disponible para ellos, sino
todo lo contrario. Oprah Winfrey, Barack Obama, Meghan Markle encontraron
el éxito—el éxito no los encontró a ellos. Todo está disponible para ti y el primer
paso para lograrlo es fijar esa nueva creencia firmemente en tu mente en lugar de
la antigua.

Soy diferente, así que no puedo conectarme (así que es difícil para mí tener
amor porque soy diferente) . El tercer problema que muchos de mis clientes
presentan es una creencia poderosa de que son diferentes. Puedes ver cómo
funciona este pensamiento en círculo. El denominador común de todos nuestros
problemas emocionales es que sentimos que no somos suficientes y nos sentimos
diferentes por lo que no podemos conectarnos. Sin embargo, nuestra
supervivencia está vinculada a nuestra necesidad de conectarnos, por lo que se
convierte en una espiral, un círculo vicioso. Ya que nuestro mayor temor es ser
diferentes, el hecho de que pienses que eres diferente significa que eres el mismo
que todos y que todos son lo mismo que tú. Está codificado en nuestros genes
que seamos iguales a todos los demás, en lugar de sobresalir porque eso podría
haber amenazado nuestra supervivencia. Hoy es bueno ser sobresaliente y no
amenaza tu supervivencia.

Aquí hay una pregunta para ti: ¿por qué te sientes diferente?

Abajo las respuestas comunes:

• No tengo personalidad, soy muy bajo, muy gorda, muy delgado, no tengo
estudios, no soy interesante, no tengo talento, no soy atractivo.
• No tengo suficiente dinero, elogios, amor, éxito.
• No soy suficiente, no soy valorado, nunca he sentido que importo o que soy
importante.

Incluso millonarios, modelos y super estrellas sienten esto mismo.

Mis clientes más felices no tienen ninguna de estas creencias. De hecho,


ellos tienen las creencias opuestas: “soy suficiente, estoy aquí con algo valioso
para ofrecer; el amor, la felicidad y el éxito están disponibles para mí; me
conecto fácilmente con la gente porque pertenezco a la vida y siempre estoy
apoyado por el universo.”

Tú puedes tener estas creencias, muy simplemente usando los métodos en


este libro para hacerlas una parte de quien eres en vez de algo que te obligas a
hacer de vez en cuando.
CAPÍTULO 4
Para Ser Exitoso, Haz Esto Primero

Si tú haces lo mismo que has hecho siempre, obtendrás lo que siempre has
obtenido .
Mark Twain, escritor

Como escribí en la Introducción, parte de mi razón para escribir este libro


fue compartir con mis lectores los puntos en común que he observado en mis
clientes más felices y exitosos—los clientes que lo “tienen todo”. A menudo,
cuando observamos a personas exitosas, asumimos que tienen toda una serie de
habilidades y privilegios que no son alcanzables para nosotros. La verdad es que
no los tienen. Solo han aprendido cómo hacer que su mente trabaje para ellos, en
vez de en su contra. Mi objetivo es enseñarte lo mismo.

Otro supuesto común acerca de las personas exitosas es que no tienen


ningún problema. Que son inmunes a los problemas personales, relacionales y
profesionales que parecen afligir a la mayoría de las personas. ¡Algunos incluso
creen que las personas exitosas son inmunes al aburrimiento y a la mundanidad
de la vida! Esto no podría estar más lejos de la verdad. De hecho, las estrellas de
rock, los directores ejecutivos y los líderes altamente exitosos que se han sentado
en mi silla de terapia tienden a tener problemas mucho más complicados debido
a sus altos perfiles y vidas complejas. Contrariamente a la creencia popular, el
dinero, la fama y el éxito no te eximen de las molestias de la vida.

A pesar de todo esto, mis clientes exitosos parecen compartir un rasgo


común cuando se trata de abordar sus problemas y perseguir sus sueños. Cada
mañana, cuando se levantan, hacen lo que odian o no les gusta y lo hacen
primero. De hecho, hacer lo que odias (y sacarlo del camino haciéndolo primero)
es una de las formas más rápidas de inyectar el éxito en tu vida. Si puedes crear
este hábito y aplicarlo en toda tu vida, verás que tu vida cambia.

Comenzaré por darte un ejemplo:

Una celebridad con la que trabajé en Los Ángeles tenía tanto sobrepeso que
sus médicos le advirtieron que necesitaba perder la mitad de su peso corporal
para recuperar su salud normal. Él estaba en la vía rápida hacia una gran
cantidad de enfermedades que incluían enfermedades cardíacas, accidentes
cerebrovasculares y diabetes si no comenzaba rápidamente un régimen de
pérdida de peso y se apegaba a él. A pesar de estas advertencias, este cliente
insistía en que odiaba absolutamente todas las formas de ejercicio. Se sintió
sudoroso y nervioso ante la simple idea de ir al gimnasio. Su respuesta fue
posponerlo todo el día, lo que solo significaba que su autodesprecio crecería y
crecería hasta que finalmente renunciara a la idea de ir al gimnasio por completo.
Sintiéndose culpable y como un perdedor, terminaría la noche comiendo pollo
frito y pizza, sintiéndose como un fracaso y sintiéndose arrepentido y deprimido.

Este cliente solicitó mi ayuda para revertir su odio al ejercicio. Quería una
varita mágica, pero en cambio, le di una receta simple. Le dije que se levantaría
a las 5 de la mañana todos los días antes de que hubiera luz en el exterior y antes
de que tuviera tiempo de comer algo y daría una caminata rápida por su
vecindario de Beverly Hills durante treinta minutos. Estaba horrorizado,
diciendo “Marisa— ¡pensé que me ibas a hacer esto más fácil para mí, no a
torturarme!” Insistí en que, si él se comprometía a hacer esto por solo una
semana, yo lo haría con él y que esto se volvería muchísimo más fácil al final de
la semana. Si no fuera así, prometí que probaríamos otra táctica.

Hubo varias razones por las que hice esto. En este punto, mi cliente apenas
podía correr, y mucho menos ir a un gimnasio, así que sabía que tenía que darle
un régimen que permitiera la menor cantidad de excusas posibles. Si todo lo que
tenía que hacer era caminar alrededor de la cuadra, no podría quejarse de que el
equipo del gimnasio no funcionaba para su tamaño. A esa hora temprano en la
mañana, no podría quejarse de que los vecinos se quedaran mirando su peso, ya
que todavía no estarían despiertos para hacerle sentir vergüenza. No podría decir
que su estómago estaba demasiado lleno de comida porque no tendría tiempo
para comer de antemano. Y, lo más importante, no tendría todo el día para llenar
su cabeza con pensamientos negativos de lo lejos que tenía que llegar para
perder peso y convencerse de no hacer ejercicio.

Los primeros días, casi tuve que sacarlo de la cama y ponerle las zapatillas.
Cuando salimos de la casa y nos adentramos en la oscuridad, él mencionó
muchas excusas para explicar por qué esto era una mala idea. Simplemente, no
le hice caso y le dije que me había prometido siete días. Todos y cada uno de los
días, cuando regresamos de la caminata enérgica, él comentó: “Oh, eso no fue
tan malo” y continuó su día. Pero sucedió algo más crucial: se encontró más
dispuesto a apegarse a su régimen de alimentos saludables y menos dispuesto a
llenarse con la comida rápida y los bocadillos azucarados que normalmente eran
tan tentadores para él. Como había hecho lo que odia y, lo que es más
importante, lo había hecho primero, estaba preparado para el éxito durante el
resto del día y estaba menos dispuesto a sabotear sus esfuerzos. En solo siete
días, este simple truco (hacer lo que odias y hacerlo primero) había hecho que su
esfuerzo por perder peso pasara de una tarea imposible a un viaje manejable.
Finalmente, él logró perder la mitad de su peso corporal.

Cuando haces lo que odias, puede que empiece a


gustarte
Para algunas personas esta idea puede ser confusa. Cuando escuchan que
las personas exitosas hacen lo que no les gusta primero para llegar adonde
necesitan, ellos a veces dicen: “pero Marisa, pensé que enseñabas la idea de que
deberíamos aprender a amar cada aspecto de nuestra vida diciéndole a nuestra
mente que amamos las cosas que odiamos”.

Todavía es cierto que todo lo que aconsejé en los Capítulos Uno y Dos es
vital para tu éxito. Debes aferrarte a la creencia de que tu mente hace lo que cree
que quieres que haga, y que las palabras y las imágenes que usas repetidamente
son muy poderosas para crear cómo te sientes realmente. Sin embargo, al mismo
tiempo, no estoy aquí para defender una versión Pollyanna del universo, no sería
particularmente útil si lo hiciera. La vida siempre vendrá con adversidad,
pesadez y cosas que no disfrutas. Si no fuera así, los momentos más
maravillosos de la vida parecerían aburridos y sin complicaciones. Necesitamos
un poco de dolor e incomodidad para experimentar la verdadera alegría, pero lo
que no tenemos que hacer es permitir que el dolor y la incomodidad manejen (y
potencialmente arruinen) nuestras vidas.

La regla de este capítulo es acerca de aprender cómo enfrentar las cosas que
te causan molestia, incomodidad o dolor y luego disminuir su poder sobre ti al
sacarlas del camino y hacerlas primero. Esto puede ser algo aburrido como la
administración, hacer tus cuentas o hacer un seguimiento a los pagos que se te
deben. O pueden ser cosas más importantes como confrontar a un colega abusivo
o decirle a un miembro de la familia que necesitas tomar un tiempo sin hablar
con ellos o terminar con una pareja. En cierto sentido, siempre habrá cosas en tu
vida que no te gustará hacer y tienes dos opciones para lidiar con ellas. Puedes
decir: “no me gusta esto, pero lo voy a hacer ahora y me sentiré bien por eso
todo el día” o puedes decir: “no quiero hacer esto así que lo dejaré de lado y me
torturaré todo el día”. Si eliges lo último, esto a menudo puede significar que
terminas postergando estas decisiones por semanas, meses e incluso años,
arruinando así tu vida en el proceso. Está codificado en nuestros genes que
corramos lejos del miedo. Eso era muy útil cuando estabas corriendo de un
depredador, pero hoy, en lugar de eso, huimos de una tarea que no queremos
hacer, especialmente si nos sentimos nerviosos o con miedo de fallar en esa
tarea. Traducimos la resistencia a una tarea como miedo y huimos de ella. Esto
se supera fácilmente usando los ejercicios internos.

No importa lo que sea: sacar fuera de tu camino lo que odias hacer al darle
prioridad tiene el poder de cambiar tu vida. Me di cuenta de eso cuando volví a
visitar a mi famoso cliente con sobrepeso. Estaba tan orgulloso de haber
continuado en su esfuerzo para perder peso. Le pregunté qué era lo que más lo
había ayudado y él dijo que establecer el hábito de su régimen de ejercicio a
primera hora de la mañana había sido especialmente útil. Dijo que todo el tiempo
había estado esperando que apareciera la motivación para hacer ejercicio y
pasaba cada día viendo pasar las horas y su impulso para hacer ejercicio
disminuía con cada minuto que pasaba. Pero, curiosamente, solo cuando
comenzó a hacer ejercicio sintió alguna motivación para continuar haciéndolo.

En el momento de mi visita de seguimiento, él ya se había graduado de su


paseo por el vecindario para ir a un gimnasio local, e incluso comentó que había
comenzado a disfrutar de sus visitas diarias. Esto demuestra uno de los efectos
secundarios más inesperados de la estrategia de hacer lo que odias primero:
cuando haces lo que odias, es posible que empiece a gustarte.

Ya sea lidiar con tus colegas con una comunicación y límites claros, hacer
tus impuestos o salir a correr, la razón por la que a veces crecemos para amar lo
que odiamos está basada en la ciencia. En el libro más vendido del periodista del
New York Times , Charles Duhigg, “El poder de los hábitos,” que trata sobre la
ciencia detrás de los hábitos que mantenemos, escribió: “Todos los hábitos—sin
importar cuán grandes o pequeños—tienen tres componentes, según estudios
neurológicos. Hay una señal—un desencadenante para un comportamiento
particular; una rutina, que es el comportamiento en sí mismo y una recompensa,
que es cómo tu cerebro decide si va a recordar un hábito para el futuro.”

En su libro, Duhigg cuenta la historia de la pasta de dientes como un


invento para subrayar la fuerza de esta teoría. Antes de la invención de
Pepsodent a principios del siglo XX, pocas personas se cepillaban los dientes en
América. Luego, el ejecutivo de publicidad Claude C. Hopkins consiguió un
nuevo invento: la pasta de dientes Pepsodent, y decidió buscar una manera de
vendérsela a los estadounidenses. Primero pensó que podía comercializarla
basándose en la idea de que eliminaba la “película” o la placa de los dientes que
se acumula cuando no se cepilla. Pero cuando las ventas aumentaron, la
investigación de mercado descubrió que algo diferente estaba en juego:

Cuando los investigadores de empresas competidoras empezaron a


entrevistar a los clientes, descubrieron que la gente decía que, si se olvidaban de
usar Pepsodent, se daban cuenta de su error porque no percibían esa sensación
fresca de hormigueo en sus bocas”, escribió Duhigg. Esperaban, ansiaban, una
ligera irritación. Si no estaba allí, sus bocas no se sentían limpias. Resulta que
Claude Hopkins no vendía hermosos dientes. Estaba vendiendo una sensación.
Una vez que la gente ansiaba ese cosquilleo fresco, una vez que lo comparaban
con la limpieza, el cepillado se convirtió en un hábito.

El hecho de que se haya agregado un sabor a menta a la pasta de dientes fue


un accidente. No estaba destinado a dejar a los usuarios con una sensación de
menta fresca, sino a ayudar a que el producto durara más tiempo en los estantes.
Pero la gente que se cepillaba esperaba la sensación de hormigueo que venía
después del cepillado, por lo que crearon un hábito en el que ni siquiera habían
pensado y probablemente nunca podrían ser convencidos de hacer otra cosa, tal
como mi cliente se había acostumbrado a la sensación de logro que obtuvo de
sus entrenamientos matutinos.

Si bien este ejemplo del cepillado de dientes es una excelente ilustración de


cómo se pueden formar nuevos hábitos en un sentido positivo, la misma ciencia
también se aplica a una letanía de malos hábitos. Mientras, Duhigg continúa
escribiendo: “Esto, dicen los científicos, es cómo surgen los hábitos y por qué
son tan poderosos: crean antojos neurológicos. La mayoría de las veces, estos
antojos surgen tan gradualmente que no estamos realmente conscientes de que
existen. Pero cuando nuestros cerebros comienzan a asociar ciertas señales (¡una
barra de chocolate!) con ciertas recompensas (¡delicioso y se derrite en mi
boca!), surge un ansia subconsciente. Y así, cada vez que vemos barras de
chocolate o galletas de chocolate en la sala de descanso, empezamos a desearlas,
incluso si, momentos antes, no teníamos hambre en absoluto”.

¿Recuerdas lo que dijo Duhigg sobre la ciencia detrás de los hábitos? Se


trata de una señal, un comportamiento y una recompensa. Si deseas crear un
nuevo hábito de hacer lo que odias primero, entonces necesitas concentrarte en
el sistema de recompensas asociado. Echemos un vistazo nuevamente al cliente
celebridad de pérdida de peso. Para establecer su nuevo hábito, le di una señal: el
despertador. Cada vez que se activaba, tenía que arrastrarse fuera de la cama, sin
preguntas, justificaciones o excusas. El comportamiento en sí fue el trote o la
caminata alrededor de la cuadra. Y luego, la recompensa fue el sentimiento de
logro y la falta de culpa que él maximizó durante todo el día al poner el trote
como la primera cosa. Una vez que llegó a amar el sentimiento de no descender
más hacia el odio a sí mismo con cada hora que pasaba, él no quería volver a no
hacer ejercicio. En efecto, no aumentó su amor por el comportamiento, sino por
la recompensa en sí.

Esto se puede aplicar a prácticamente cualquier cosa. ¿Quieres comer más


sano, pero odias cocinar? Comienza tu semana preparando comidas saludables
los domingos por la noche—haciendo lo que odias primero— y concéntrate en lo
fácil que es cuando llegas a casa del trabajo para calentar rápidamente una cena
saludable y satisfactoria. Si estás cansado de que tus clientes no te paguen lo
suficiente, comienza tu semana enviando cortésmente un aviso de que estás
aumentando tus tarifas y obtén la recompensa que obtienes de la sensación de
estar honrando tus talentos y habilidades. Si estás cansado de ser soltero, pero no
te gusta salir, ponte el desafío para hablar con una persona extraña en la primera
mitad de cada día o establece una cita con alguien que hayas conocido en algún
sitio de citas en línea cada fin de semana. Pronto, encontrarás que comienzas a
amar estas interacciones espontáneas.

Cuando estaba comenzando como terapeuta y escritora, sabía que tenía que
promocionarme. Sabía que mis técnicas y métodos tenían el poder de cambiar la
vida de las personas y quería que los periodistas y las revistas escribieran acerca
de mí y de mis métodos para poder llegar a más personas y conseguir un agente
que vendiera mis libros. Sin embargo, la idea de tomar el teléfono y “venderme”
a periodistas y editores ocupados no era atractiva, ya que implicaba una
posibilidad de rechazo (que es, por supuesto, nuestro mayor temor). Había tantas
cosas que yo prefería hacer en vez de eso, pero sabía que tenía que priorizar el
llamado o mis ideas y manuscritos de libros se quedarían en los cajones literal y
metafóricamente, a menos que yo hiciera un esfuerzo para elevar mi perfil
público. Me planteé el desafío de llamar a un periodista, editor o publicación
todos los días antes de hacer cualquier otra cosa (en los días previos al correo
electrónico, llamar era el camino)
Dediqué 15 minutos al día a esta práctica durante semanas y acumulé
muchos rechazos en el proceso. Sin embargo, sabía que el rechazo es
increíblemente común entre los escritores: el primer libro de la autora de Harry
Potter, J.K. Rowling, fue rechazado por varios editores antes de vender cientos
de millones—así que yo sabía que la persistencia era vital. Cuando llamé a una
revista después de ver un artículo que habían escrito sobre el uso del poder de la
mente para cruzar las brasas, me encargaron que escribiera un artículo sobre el
poder que tiene la hipnosis para influir en el cuerpo. Después de eso, les gustó
tanto mi artículo, que me pidieron que escribiera una columna regular, lo que
llevó a muchas otras columnas y, finalmente, a la cobertura en todas las revistas
británicas y en muchas de las principales revistas de Estados Unidos y muchas
otras publicaciones internacionales.

Ahora todo parece muy fácil, pero sé que esto nunca hubiera sucedido si no
me hubiera fijado la meta de hacer lo que odiaba todos los días. Para ese
momento yo había elevado mi perfil público, se me hacía muy cómodo vender
mis ideas y hacer llamados en frío; como sabemos, la mente aprende por
repetición y yo había repetido la actividad aterradora tantas veces que ya no me
intimidaba. Por supuesto, la ironía ahora era que mi perfil público como escritora
y terapeuta se había extendido tanto que ¡la mayor parte del interés de los
periodistas ahora sí me llegaba!

Aprovechando las lecciones de los dos primeros capítulos, es muy


importante para ti que cambies tu diálogo interno para convencerte a ti mismo de
que estás “eligiendo” hacer lo que odias. La primera semana ciertamente no se
sentirá así. Te sentirás como mi cliente siendo arrastrado fuera de la cama a las 5
am cada mañana a punto de hacer algo que detesta. Pero si interrumpes tu mente
y cambias tu lenguaje a algo más neutral: “yo elijo hacer esto primero, por el
sentimiento de la recompensa que recibo”, lo harás mucho más manejable. Otras
frases que pueden funcionar aquí: “estoy determinado a tener éxito, por lo tanto,
hago lo que no quiero hacer y lo hago primero”, así como también: “estoy
eligiendo hacer lo que no quiero hacer. Estoy eligiendo sentirme fantástico
acerca de hacer lo que no quiero hacer. Estoy eligiendo hacerlo primero”,
recordándote que las personas exitosas hacen lo que odian primero, y si quieres
el mismo éxito tienes que elegir hacer lo mismo.

Esta práctica es en gran medida un auto refuerzo. Es decir, cuanto más


repitas las frases de arriba, más las creerá tu mente (incluso si al principio se
siente inútil o poco convincente). Cuanto más las creas, más harás lo que odias y
lo harás primero. Y luego, cuanto más hagas lo que odias, más motivación
encontrarás para continuar. Mi dicho favorito y que repito mucho es: primero tú
haces tus hábitos y luego tus hábitos te hacen. Haz que tus hábitos sean positivos
haciendo primero lo que no te gusta y luego tus hábitos te harán más exitoso.

Si aún no estás convencido de que hacer lo que odias (y hacerlo primero) es


la clave del éxito, quiero señalar una metáfora que creo que es muy útil al pensar
en hacer las cosas que odiamos. Si piensas en cada autor, artista, atleta o
empresario exitoso que admiras, casi puedo garantizarte que tienen una alta
tolerancia para hacer lo que odian.

Piénsalo así: si hubiera un club de éxito y realmente quisieras ser miembro


— realmente quisieras pertenecer a un grupo en el que todos los demás tuvieron
éxito y sentir que también perteneces a él, ¿pagarías la cuota de membresía?
¿Qué pasaría si te dijera que no había que pagar ninguna tarifa, pero para ser
miembro tenías que comprometerte a hacer lo que no querías hacer? Tenías que
hacer las actividades que no te gustaban primero. ¿Lo harías? Creo que lo harías.
Así que comienza ahora y siempre que tengas resistencia recuérdate que “hacer
lo que no quiero hacer primero es como puedo ser miembro del club del éxito”.
Luego se vuelve más atractivo a medida que te enfocas en tu recompensa.

He trabajado con clientes de prácticamente todas las disciplinas e industrias


—personas que tienen sus llamados “trabajos soñados”—y cada uno de ellos
tiene que hacer cosas que odia de vez en cuando. Si tú eres un emprendedor,
tendrás que lidiar con la incertidumbre, el riesgo y las llamadas telefónicas a
primera hora de la mañana; si eres un atleta, tendrás que entrenar todas las
mañanas, incluso si no tienes ganas de hacerlo; si eres un escritor, tendrás que
trabajar solo, enviar argumentos de venta y promocionarte. No se puede tener la
gloria y el reconocimiento de estas profesiones sin las partes desagradables.
Pero, lo que sí puedes hacer es priorizar las partes que menos te gustan para que
no controlen tu vida. En otras palabras, cuando te levantes en la mañana, haz
primero las tareas que no te gustan. Te alegrarás por el resto del día por que lo
hiciste—y serás capaz de disfrutar las partes de tu vida y de la carrera que te
gustan.

Las tres Ps
Para cerrar este capítulo, quiero responder una pregunta que una vez recibí
de una clienta, que se me quedó grabada. Después de delinear esta estrategia
para ella, me comentó que había comenzado a hacer las cosas que odia primero,
y que eso le estaba tomando casi la mitad de su día. “Es solo después de la hora
de almuerzo que empiezo a comenzar a hacer cosas que no odio”, escribió.
“¿Esto es normal?”

Quiero dejar en claro que este método no debe parecer que se está
apoderando de tu vida. Si bien la vida ciertamente tiene muchas partes no
agradables, el sentimiento de “odio” probablemente no se aplique a muchos de
ellos. No quiero parecer que estoy apoyando la idea de que deberías llenar tus
horas con cosas que no disfrutas para tener éxito. Por el contrario.

Si odias cada hora de vigilia de tu trabajo, esa es una buena razón para
mirar la estructura de tu vida y tu trabajo y reconsiderar tu trayectoria
profesional. Si odias pasar tiempo con tu pareja, es posible que no estés en la
relación correcta. Si estudiar en la facultad de derecho te da una gran inseguridad
de que podrías estar tomando la decisión equivocada al ser un abogado, no
quiero que anules ese sentimiento. Si hablar con tus colegas o tu jefe te hace
sentirte maltratado o que te han faltado el respeto, no quiero que lo hagas
primero, ¡no quiero que lo hagas en absoluto!

Si tienes problemas para delimitar entre hacer algo que odias (que te llevará
a donde quieres ir) y hacer algo que en general no te está sirviendo, puede ser
útil usar la prueba de las “Tres P”. Pregúntate es esta cosa: ¿Permanente?
¿Personal? ¿Penetrante?

Si algo no es permanente, normalmente puedes superarlo si está al servicio


de lo que deseas. Si se trata de un proyecto en el trabajo o de escribir una
propuesta, aprender algo nuevo o limpiar tus finanzas, esas cosas eventualmente
desaparecerán. Pero si se trata de la trayectoria de tu carrera, tu elección de
pareja o la posibilidad de obtener un crédito hipotecario, estos son más
duraderos. Puedes superar cualquier cosa con suficiente perseverancia, pero solo
asegúrate de que lo que intentas superar tenga un punto final.

Preguntarte a ti mismo, “¿es personal?” significa averiguar si es algo que


solo tú puedes arreglar. Sea una mala actitud, hábito o sistema de creencias.
Siempre es posible arreglar las cosas que son personales porque tú estás a cargo.
Sin embargo, si otra persona te está maltratando o abusando, esa es una dinámica
en la que no necesariamente podrás salir adelante solo, ya que no está
completamente bajo tu control. No quisiera que hicieras algo que odias primero
si eso significa dejar que alguien te maltrate.

Por último, ¿es penetrante? Las cosas que odias y que te pueden llevar al
éxito suelen ser molestias y preferencias en lugar de problemas estructurales. Si
lo que odias parece infiltrarse en todas las facetas de tu vida, no debes
priorizarlo. ¡Deberías cambiarlo!

Espero que esto te ayude a ver la diferencia entre dar prioridad a las
pequeñas tareas de la vida que pospones e ir en contra de tus instintos e
integridad sobre lo que te hace sentir bien. En otras palabras, hacer lo que odias
y hacerlo primero no debería ser agotador y debilitante, sino más bien
energizante. Debería hacerte disfrutar el resto de las horas de tu día mucho más y
darte la sensación de logro que te lleva a querer aún más logros. Lo más
importante es que debe moverte hacia las cosas en la vida que realmente quieres,
no alejarte de ellas.

También puedes usar las 3 Ps para lidiar con el estrés. Imaginemos que tu
jefe es difícil, tu hijo adolescente es conflictivo o tu viaje al trabajo es estresante.
Pregúntate a ti mismo si esto es ¿permanente, personal y penetrante? Que tu jefe
sea difícil no es permanente, ya que no trabajarás con él para siempre. No es
personal, ya que él es así con todos. Y no es penetrante, ya que cuando estás en
tu casa comiendo una cena encantadora o tomando un baño relajante él no está
ahí.

Si no es PPP todo el tiempo, no te puede hacer daño a menos que tú lo


permitas.

CAPÍTULO 5
No Hay Atajos – Pero Hay Una Garantía

Fe es tomar el primer paso incluso cuando no ves la escalera completa .


Martin Luther King Jr, vocero y líder

Es posible que hayas notado que el capítulo anterior fue ligeramente


diferente a los tres anteriores. En los primeros tres capítulos, me enfoqué en los
hábitos de pensamiento. Una revisión rápida aquí, estos fueron: decirle a tu
mente exactamente lo que quieres que haga, completar con un lenguaje
actualizado y relevante; tomar responsabilidad por las palabras y las imágenes en
tu cabeza; y hacer que lo familiar no sea familiar y viceversa. Luego, en el
Capítulo Cuatro, cambié sutilmente para centrarme en un hábito de acción y te di
una acción específica para hacerla todos los días. Este capítulo también se
centrará en un hábito de acción para integrarse en tu vida.

Uno de los principios que rige mis métodos es el poder de la repetición. Si


repites algo con la frecuencia suficiente, ya sea bueno o malo, puedes integrarlo
en tu cerebro. La mayoría de las personas, sin darse cuenta de este poder, repiten
cosas negativas o inútiles, ya sean pensamientos de auto crítica, malos hábitos
alimenticios o compararse con otros. Cada día, mientras hacen esas cosas, no
ven el efecto que la repetición está teniendo, sin darse cuenta, en sus vidas. Pero
la buena noticia es que la otra cara también es cierta. El poder de la repetición,
sin saberlo, puede funcionar a tu favor, siempre que repitas las acciones correctas
en tu vida diaria.

Es por esto que el próximo hábito de acción es tan esencial:

Haz una cosa cada día en la dirección de tus sueños.

Esto puede parecer increíblemente simplista y obvio para ti, pero la realidad
es que esto a menudo se pasa por alto o no se ejecuta correctamente.
Frecuentemente, tengo clientes que trabajan increíblemente duro de lunes a
viernes, llegan al fin de semana agotados y aún se sienten culpables de no estar
trabajando el sábado y el domingo. De hecho, a menudo pierden de vista para
qué están trabajando. La mayoría de las veces, también se sienten miserables.

No te estoy aconsejando que trabajes en exceso siete días a la semana. Lo


que te pido que hagas es elegir una cosa en tu vida que sea realmente importante
de lograr para ti—en cualquier área de tu vida—y comprometerte a hacer una
pequeña cosa todos los días al servicio de eso, incluso si es solo por unos pocos
minutos. Esto puede estar al servicio de tu carrera, tu sueño creativo, tu salud
mental o tu salud física; el punto es eliminar de tu mente la pregunta “¿Lo haré o
no lo haré?” Una vez que hagas esto, y comiences a hacer una pequeña cosa al
día, verás cuán poderosa es realmente la práctica del hábito y la repetición.

He dicho antes en este libro que cuando haces las cosas que hacen las
personas muy exitosas, sin saberlo, te vuelves más y más como ellos. Esto es
muy cierto cuando se trata de este hábito de acción. Verás, al igual que comenzar
el día haciendo que tu tarea menos favorita salga del camino primero,
comprometerte con una pequeña tarea todos los días al servicio de tus sueños de
éxito te hace sentir como un ganador. Una vez que te sientes así, comienzas a
actuar de manera diferente. Comienzas a tomar el aire de una persona exitosa y
crees que eres exitoso. Esto puede afectar la forma en que otras personas te
tratan, cómo te tratas a tí mismo y lo que atraes a tu vida. Por ejemplo, durante el
fin de semana, simplemente haz un pequeño trabajo en tu sitio web, devuelve
algunas llamadas o mira un breve video de capacitación.

Puede parecer como un pequeño paso, pero es al servicio de una meta


mucho más grande.

Todo el mundo quiere un atajo


Como he pasado tanto tiempo trabajando con todo tipo de personas,
siempre me preguntan: “¿Qué hace que una persona exitosa se adhiera a sus
metas?” La respuesta es que no hay un atajo para esto. Vivimos en una cultura
que está obsesionada con los trucos y las soluciones rápidas, pero cuando se trata
del camino al éxito, realmente no hay un truco externo. Sin embargo, en lugar de
eso, hay un tipo de garantía: si te comprometes a hacer algo, todos los días,
tienes la garantía de estar cada vez más cerca de ello. Si no lo haces, no lo
estarás.

He trabajado con varios atletas olímpicos y ellos siempre son un gran


modelo a seguir de esto. Los televidentes en la casa ven los momentos de gloria
mientras compiten y ganan medallas. Los atletas, mientras tanto, ven solo los
años de dolor y sacrificio que les tomó para llegar allí. Como el nadador
olímpico, Matt Biondi, fue citado diciendo: “La persistencia puede cambiar el
fracaso a un logro extraordinario”. Lo mismo es verdad para ti.

Un gran ejemplo del poder de la consistencia es lo que usualmente ocurre


cerca de navidad y las fiestas. Podemos comenzar el mes con un entrenamiento
sólido o una rutina saludable y decir, “solo me voy a tomar cuatro días libres”. Y
entonces, de repente, es la mitad de enero y no hemos ido al gimnasio en tres
semanas. Si te permites eliminar la garantía de “comprometerte a hacer”, el
hábito a menudo se desmorona y deja de ser importante para ti. Pero cuando
tomas acción todos los días—incluso si eso significa simplemente caminar a
paso ligero o hacer algunos estiramientos el día de navidad, por ejemplo—,
continúas acercándote a tu meta con facilidad. Una vez más, no hay un atajo
aquí, pero hay una garantía: comprométete a hacerlo y verás los resultados.

Esa garantía es la razón por la que utilizo este capítulo para enfatizar el
poder de simplemente “comprometerte y hacer” lo mismo por diez minutos al
día. A medida que te acerques a tu objetivo, tu objetivo comenzará a acercarse a
ti. Todo esto está basado en la ley y la ciencia de la atracción. Como escribió
Deepak Chopra, “Esta ley establece que toda la situación a tu alrededor eres tú.
‘Soy lo que veo. Lo que veo es a mí’. Una vez que ves que solo te estás
reflejando a ti mismo, ¿qué sucede? Te vuelves más consciente de ti mismo. A
medida que se expande la autoconciencia, te vuelves mucho más claro y
enfocado en lo que realmente quieres. Entonces, y solo entonces, la ley de
atracción puede funcionar para ti de manera confiable”.

Haciendo una cosa todos los días, sin fallar, al servicio de quien o lo que
quieres ser es una forma garantizada de mejorar el reflejo que ves de ti mismo.
Una vez que haces esto, todo mejora, a medida que comienzas a creer en ti
mismo y en tus capacidades. Entonces se vuelve mucho más fácil avanzar hacia
todo lo que quieres en la vida.

No es tan bueno para ser verdad


“Pero Marisa ¿Hacer algo cinco o diez minutos al día pueden hacerme
realmente exitoso?” Puedo escuchar tus dudas desde aquí. La respuesta es sí,
puede. No es tan bueno para ser verdad porque el efecto de esta práctica se
multiplica a través de tu vida, y más importante, en tu actitud hacia tu vida.
Cuando te sientes mejor contigo mismo comienzas a comportarte con el aire de
alguien que tiene éxito—lo que a su vez te hace exitoso. No importa cuán grande
o pequeña sea la acción diaria, lo que importa es que comienzas a actuar como
un ganador .

Realmente deberías comenzar a pensar en tu mente como un láser busca


objetivos. Del mismo modo que tu mente escucha las palabras y las imágenes
que te dices a ti mismo para informarte cómo piensa, también le encanta tener
metas concretas en las que trabajar. Mientras más específico puedas hacer esto,
mejor. Entonces, no es “quiero ser exitoso” sino que: “el próximo año, quiero
haber escrito un borrador del libro” o no es “quiero bajar 50 kilos” sino que en
vez “me quiero comprometer a cocinar comidas más saludables de lunes a
viernes”.

Tu mente es un organismo increíblemente flexible. Podrías pensar: “bien,


no soy el tipo de persona que pueda mantenerse en nada, siempre me rindo”.
Pero, esa es una historia que tú te estás contando a ti mismo. Si vas a la línea de
meta de cualquier maratón y le preguntas a los corredores si siempre han amado
correr, un asombroso número de ellos insistirán que ¡NO! Pasaron de flojos a
corredores de maratón porque empezaron a formar un hábito de acción al que se
comprometieron. Cambiaron sus mentes acerca de quienes eran—y tú puedes
hacer lo mismo. Solo requiere ser específico y comprometerse a hacerlo
implacablemente.

Sin embargo, te diré que cuando estés recién empezando a establecer este
hábito de acción, deberías pensar detenidamente en cuál va a ser la cosa con la
que vas a empezar. No tiene que ser un compromiso extremo. Con demasiada
frecuencia veo que las personas se ponen metas demasiado ambiciosas y se
predisponen al fracaso. Al igual que con el cliente de pérdida de peso del último
capítulo, yo no le indiqué que corriera 10 km cada mañana; le dije que
simplemente caminara por su vecindario todos los días. Una vez que hizo esto, la
motivación para hacer comenzó a aparecer. Es uno de mis dichos favoritos
porque es muy cierto: el movimiento manifiesta la motivación.

Tampoco quiero que esto sea algo que odies. El consejo del capítulo
anterior y de este capítulo están separados. El capítulo anterior era sobre hacer
primero lo que no te gusta; este capítulo se trata sobre elegir comprometerte con
algo que te va a hacer sentir como un ganador y que te llevará hacia tus
objetivos. En el mejor de los casos, quiero que elijas hacer algo todos los días
que te vaya acercando a tu objetivo, ya sea escribir, meditar, ejercicio o trabajar
en tu plan de negocios. Por ejemplo, cuando decidí hacer lo que odiaba,
llamando a periodistas y pidiéndoles que escribieran sobre mí, también decidí
hacer una llamada todos los días, incluso los domingos. Los departamentos de
redacción están abiertos los domingos y hacer una llamada todos los días me
conectó con esa acción. En lugar de temerlo, me lo saqué de encima y me sentí
bien porque estaba tomando acción todos los días en la dirección de mis metas.
Otra forma de prepararte para el éxito con tu nuevo hábito es tener un
mecanismo de responsabilidad. Esto realmente puede ayudar a las personas a
mantener una meta. Cuéntale a tu familia o pareja (siempre y cuando te apoyen)
sobre tu nuevo objetivo y pídeles que te alienten. Únete a un grupo de redes
sociales de personas con ideas afines que compartan tus objetivos o establece un
compañero de entrenamiento con el que puedas intercambiar mensajes una vez
al día. Todo esto aumentará tus posibilidades de cumplir con tu nuevo objetivo.

Entonces, ya sea una meta de carrera, una meta de autocuidado, o una meta
personal, espiritual o creativa, elije una cosa que te comprometerás a hacer todos
los días por los próximos meses. Cree en ello y disfruta viendo la consistencia
que se desarrolla en tu vida de maneras hermosas e inesperadas. Y recuerda—lo
que quieres, te quiere. A lo que tú te estás moviendo, se está moviendo hacia ti.
Solo tienes que dar el primer paso.

CAPÍTULO 6
Tu Mente Es Como Una Clase De Niños De 3 Años

La habilidad de retardar la gratificación tiene implicaciones no solo para


la vida de una persona, sino también para la comunidad, para un pueblo, para
un país .
Joachim de Posada, autor

Dime si esto te suena familiar: llegas a tu casa después de un largo día en el


trabajo, cansado por el día que tienes detrás, pero totalmente consciente que aún
no ha terminado. Inspeccionas una cocina que necesita limpieza, las hojas de
permiso de tus niños que necesitan ser firmadas y la bandeja de entrada del
correo electrónico que debe limpiarse. Pero, también estás desesperado por ver
el último episodio del nuevo programa que grabaste. Y el chocolate en la
despensa y el vino en el refrigerador te están llamando—“solo tómate un
descanso primero” te dicen, “luego puedes terminar tu lista de cosas por hacer”.

¿Qué haces primero?


Este capítulo es acerca del hábito de acción que la gente exitosa usa para
responder a ese escenario—retrasar la gratificación—así como el truco mental
adicional que puede hacer que ese hábito se mantenga, que es saborear la
recompensa. Te voy a explicar por qué no encontrarás el éxito con el primero,
sin enfatizar el segundo. Pero primero, miremos la ciencia detrás de la
gratificación retrasada.

Probablemente has escuchado del famoso experimento del malvavisco de


Stanford, cuya premisa era bastante simple. Los investigadores, dirigidos por el
psicólogo Walter Mischel, Ph.D., dejaron a los niños en edad preescolar con un
malvavisco y les ofrecieron una opción: ellos podían comerse ese ahora, o si
esperaban hasta que el investigador volviera, podrían comerse dos. En otras
palabras, les pidieron que retrasaran la gratificación por una mayor recompensa.

Los resultados fueron sorprendentes. Según la Asociación Americana de


Psicología, los investigadores: “descubrieron que los adolescentes que habían
esperado más tiempo por los malvaviscos como preescolares, tenían más
probabilidades de obtener un puntaje más alto en los exámenes SATs, y sus
padres tenían más probabilidades de calificarlos con una mayor capacidad para
planificar, manejar el estrés, responder a la razón, mostrar autocontrol en
situaciones frustrantes y concentrarse sin distraerse”. Mischel regresó una vez
más para revisitar el estudio con los participantes, ahora en los cuarentas y
encontró que “sus diferencias de fuerza de voluntad se habían mantenido en gran
medida durante cuatro décadas”.

En mis años como terapeuta, definitivamente he observado que las personas


que pueden retrasar la gratificación son más propensas a caer en esa rara tercera
categoría de clientes que “lo tienen todo”. Ellos son los que saben que las cosas
buenas no ocurren de la noche a la mañana, que la satisfacción más duradera
toma tiempo y esfuerzo para esperar, y que es en la obtención de las cosas que
sentimos más placer. Esto es lo que alimenta a las personas exitosas y motivadas
a trabajar duro, perseverar y nunca rendirse incluso cuando las cosas se ponen
difíciles.

Mischel y sus colegas investigadores proporcionaron un marco de


referencia para la forma en que los diferentes humanos ven la gratificación.
Como escribió la Asociación Americana de Psicología: “él propuso lo que él
llama un sistema de ‘caliente y frío’ para explicar por qué la fuerza de voluntad
tiene éxito o falla. El sistema frío es de naturaleza cognitiva. Es esencialmente
un sistema de pensamiento, que incorpora conocimiento sobre sensaciones,
sentimientos, acciones y objetivos—recordándote, por ejemplo, por qué no
deberías comerte el malvavisco. Mientras que el sistema frío es reflexivo, el
sistema caliente es impulsivo y emocional. El sistema caliente es responsable por
las respuestas rápidas y reflejas a ciertos factores desencadenantes—como
introducir el malvavisco en tu boca sin considerar las implicaciones de largo
plazo. Si este marco de referencia fuera una caricatura, el sistema frío sería el
ángel en tu hombro y el sistema caliente, el diablo. Cuando la fuerza de voluntad
falla, la exposición a un estímulo “caliente” esencialmente anula el sistema frío,
lo que lleva a tomar acciones impulsivas. Al parecer, algunas personas pueden
ser más o menos susceptibles a los desencadenantes calientes. Y esa
susceptibilidad a las respuestas emocionales puede influir en su comportamiento
a lo largo de la vida.

Este sistema de caliente y frío puede parecer desalentador si tú eres el tipo


de persona que usualmente cae en el campo de la impulsividad y la emoción. Ya
sea que estés atacando verbalmente a tu esposa o a tus niños cuando hacen algo
mal en vez de tomar una respiración profunda, o comer una barra de chocolate
entera en segundos en vez de saborearla lentamente. Pero, si bien los
investigadores de Stanford pueden haber sugerido que este sistema caliente y
frío es una dicotomía—en otras palabras, tú eres uno u otro y no hay mucho que
puedas hacer al respecto—estoy aquí para decirte que tú puedes cambiar al tipo
de persona que es capaz de retrasar la gratificación por el éxito. Se trata de
replantear tu mente para enfocarte en el sistema de recompensa.

Desconéctate y saborea las recompensas


Vivimos en un mundo que es muy diferente a como era, incluso hace diez
años. La era de la información ha desdibujado enormemente las líneas entre el
trabajo, el descanso y el juego, y creo que nuestra calidad de vida ha sufrido
enormemente debido a eso. Siempre estamos “encendidos” ya sea que estemos
revisando nuestro correo electrónico mientras miramos un programa de
televisión, almorzando en nuestro escritorio, o haciendo llamadas el fin de
semana. En estos días es difícil saber qué es trabajo, qué es recompensa y qué es
descanso, ya que todos parecen fusionarse en uno.

Si quieres convertirte en el tipo de persona que es capaz de retrasar la


gratificación, entonces necesitas establecer un sistema de recompensas y un
espíritu de saborear realmente las cosas placenteras de la vida. En otras palabras,
si no estás naturalmente inclinado a retrasar la gratificación, no es suficiente
simplemente intentar forzarlo a tu vida. Debes enfatizar el lado positivo que
proviene de retrasar la gratificación.

Esto puede significar estructurar tu mañana o tarde haciendo tus tareas y


luego recompensarte una vez que hayas terminado. Y una vez que alcanzas esa
recompensa, necesitas calmarte y realmente concentrarte en ella. No fuerces la
barra de chocolate en tu boca mientras miras televisión, cómela atentamente y
concéntrate en los sabores. No mires tu programa de televisión favorito mientras
doblas la ropa, siéntate debajo de tu manta favorita y relájate realmente. Cuanto
más puedas entrenarte para saborear incluso los placeres más simples de la vida,
más incentivado estarás para retrasar la gratificación que te lleva a ellos. Una vez
que hagas eso, ni siquiera tendrás que pensar en entrar a la casa y hacer tus
tareas de manera eficiente antes de disfrutar de una copa de vino; simplemente
sucederá de forma natural.

Aprender a saborear realmente tus recompensas, ya sea algo simple como


un buen café con leche o una gran cena después de que hayas terminado un
proyecto, realmente puede tener un impacto en tu vida. Me temo que es una
habilidad tan menguante en nuestro mundo; hay demasiadas personas que son
demasiado impacientes para pasar a la próxima cosa más grande y brillante. He
trabajado con tantos clientes ricos que tienen fondos ilimitados para disfrutar de
todas las cosas buenas de la vida, pero nunca se toman el tiempo o la atención
para disfrutar realmente de esas cosas. En cambio, se mueven de una cosa a otra,
nunca satisfechos de simplemente detenerse y oler las rosas proverbiales.
Aprender a saborear los pequeños momentos de la vida como recompensas—y
posponer disfrutarlos hasta que hayas completado una tarea— no requiere que
tengas mucho dinero. Se trata de dónde enfocas tu atención.

De hecho, lo bueno de aprender a saborear las recompensas es que puedes


trabajar en cada faceta micro y macro de tu vida, desde recompensarte durante el
día con una taza de té o mirar un video divertido de YouTube después de haber
completado una tarea, hasta reservar unas vacaciones una vez que finalmente
hayas enviado tu gran proyecto de trabajo para el año. Es una forma de
enriquecimiento de la vida que es básicamente gratuita y realmente puede
mejorar tu rutina diaria.

El éxito no se trata solo de cuánto dinero ganas o de los premios que tienes.
Después de todo, esas cosas no significan mucho si nunca las disfrutas. Las
personas que más disfrutan de la vida han aprendido cómo retrasar la
gratificación y a saborear las recompensas, grandes y pequeñas, cuando vienen.

Retrasar la gratificación y saborear las recompensas es especialmente clave


si, como muchos de mis clientes, eres un emprendedor o un profesional
independiente. Este tipo de ambientes de trabajo puede ser muy duro para la
salud mental de las personas, ya que las condiciones normales con horas de
oficina y jefes dándote validación no existen. Mientras esperas financiamiento
para tu negocio o que un cliente grande finalmente te pague por tu trabajo, se
puede sentir como si no llegaras a ninguna parte y no estuvieras logrando nada.
Estás logrando, por supuesto, pero en una escala de tiempo y sistema métrico
diferente a la de otras personas.

Si tú eres este tipo de trabajador, es clave que incorpores recompensas que


puedas saborear en tu semana laboral, especialmente si eres el tipo de persona
propensa al exceso de trabajo. Para muchas personas, retrasar la gratificación no
es el problema; es su incapacidad para cosechar las recompensas una vez que
han hecho el trabajo. Esto puede causar agotamiento y exceso de trabajo, que
son cosas que he visto en muchos de mis clientes. Si bien el “éxito de la noche a
la mañana” puede ser un mito poderoso en nuestra cultura, la mayoría de las
personas que emprenden carreras de alto riesgo saben que es falso. Sin embargo,
lo que quizás no sepan es que es vital recompensarse en el camino para tener
éxito. No puedes simplemente trabajar hora tras hora sin tomarte el tiempo para
recompensarte por las horas que estás invirtiendo. Recompensarte a ti mismo te
hará más fuerte y capaz de resistir hasta que seas una historia de éxito
incuestionable y un líder en tu campo.

Me encanta este consejo del autor y columnista de la revista Forbes Michael


Simmons, que ha estudiado la ciencia del éxito: “En un mundo donde todos
aceleran y llenan su agenda para avanzar, el trabajador del conocimiento
moderno debería hacer lo contrario: reducir la velocidad, trabajar menos,
aprender más y pensar a largo plazo. Para comenzar, sigue la regla de las 5
horas: durante una hora al día, invierte en tiempo compuesto: toma esa siesta,
disfruta de esa caminata, lee ese libro, mantén esa conversación. Puedes dudar
de ti mismo, sentirte culpable o incluso preocuparte porque estás “perdiendo” el
tiempo… ¡No lo estás! Aléjate de tu lista de “cosas por hacer”, solo por una
hora, e invierte en tu futuro. Este enfoque ha funcionado para algunas de las
mentes más grandes del mundo. También puede funcionar para ti.
Otro maravilloso efecto de aprender a retrasar la gratificación y luego hacer
que tu llamada telefónica, tu tiempo frente a la pantalla, incluso tu café con leche
o cena sea una recompensa para saborear y apreciar es que entrenes tu mente
para obtener tanto placer de las cosas simples que cuando recibas grandes
recompensas se sienta aún mejor y vivas en un estado de gratitud perpetua.
Comienza a decirte que tu primer café del día, la fragancia de tu gel de baño,
deslizarse en sábanas limpias y el sonido de la risa de tus hijos te brinda un
inmenso placer y pronto se hará realidad y entrenarás tu mente para
experimentar más placer diariamente.

Tu mente es como una clase de niños de 3 años


Volviendo al experimento del malvavisco, quiero que pienses en tu mente
como un aula de preescolares. Si se lo dejas a ellos, la mayoría de esos
preescolares simplemente comerán el malvavisco de inmediato cuando se les
ofrezca. En cambio, debes darle a tu mente consejos claros, directos y
específicos sobre cómo se desarrollará tu día y qué recompensas cosecharás más
adelante.

Si lo piensas, los padres hacen esto con los niños todo el tiempo. Decimos
“come tu cena y luego puedes tomar tu helado” u “ordena tu habitación y luego
puedes jugar videojuegos”. Necesitamos emplear esas mismas tácticas con
nuestra mente, enfatizando lo que vamos a hacer, así como lo que vamos a
saborear. Es clave plantear a uno como precursor del otro.

Uno de los temas más tristes y recurrentes que he visto en mi práctica


terapéutica son los padres ricos y exitosos que vienen a mí preguntándose por
qué sus hijos parecen tan desmotivados y obstinados. He visto a tantos jóvenes
de veintitantos años heredar negocios familiares exitosos o imperios que han
existido durante décadas, que luego rápidamente se terminan cuando pasan a
manos de la generación más joven. Si bien puedes suponer que esto se debe a
que estos niños simplemente no saben cómo trabajar duro, a menudo es más
profundo que eso.

Estos niños a menudo se enojan con sus padres por robarles uno de los
grandes regalos de la vida: la sensación de logro. Verás, esta es una prueba triste
de que, incluso si se te han dado todas las recompensas (automóviles, casas,
empresas, etc.), no significan nada en ausencia de trabajo duro. Es en la
ganancia que podemos disfrutar plenamente de nuestras recompensas. Del
mismo modo que no puedes enseñarte a ti mismo a retrasar la gratificación sin
centrarte en saborear las recompensas, tampoco puedes saborear realmente las
recompensas sin la demora y el arduo trabajo que les precede.

Ya sea que tú eres el tipo de persona que lucha por retrasar la gratificación o
el tipo de persona que nunca disminuye la velocidad lo suficiente como para
cosechar las recompensas, las instrucciones claras con las que ordenas tu mente
son clave. Si sientes que necesitas ayuda adicional con esto, te invito a escuchar
mi ejercicio de hipnosis “El Vórtice Sanador”, que proporciona instrucciones
directas y explícitas a tu mente para aumentar su bienestar y dejar atrás viejos
problemas.

Encuentra el ejercicio aquí: www.iamenough.com/resources

CAPÍTULO 7
Cuerpos Prehistóricos Viviendo En Tiempos Modernos

En una batalla entre la lógica y la emoción, la emoción siempre gana .


Marisa Peer, autora

A lo largo de mi carrera, los clientes han venido a mí con una lista de cosas
que les gustaría arreglar. Desde el dinero hasta las relaciones, la salud mental y
la carrera, ven sus problemas como una lista dispar de elementos para tachar, en
lugar de diversas manifestaciones de un tema más amplio que no pueden ver.

Cada vez que escucho a un cliente enumerar las razones por las que ha
venido a la sala de terapia, le digo que no vamos a tratar los síntomas de sus
problemas, sino la causa. Para muchas personas, uno de estos síntomas es la
pérdida de peso, la imagen corporal y la dieta, que es a lo que se dedicará este
capítulo.

Quizás estés pensando: en un libro dedicado a algunas de las preguntas más


significativas de la vida: ¿Cómo puedo amarme a mí mismo? ¿Cómo puedo
encontrar un propósito? ¿Cómo puedo superar ser una víctima de mi pasado?
¿Cómo influye que alguien tenga diez kilos de sobrepeso? Puedo ver de dónde
viene la pregunta. Nuestra cultura está obsesionada con el peso y la pérdida de
peso casi hasta el punto de la sátira. Se ha adentrado no solo en nuestros sistemas
de atención médica y en la oferta de alimentos, sino también en nuestra cultura
popular y en los programas de televisión y entretenimiento. Sin embargo, la gran
mayoría de esos ejemplos de cultura de pérdida de peso están simplemente
tratando los síntomas. Mi objetivo es tratar la causa de una vez por todas. Es lo
que yo llamo, “Lo que está debajo”, lo que significa que el problema inicial no
es en verdad el problema; lo que hay debajo y que lo causa es el problema.

En los primeros capítulos, nos enfocamos en patrones de pensamiento. En


los últimos tres capítulos, te enseñé patrones de acción. Como ya sabrás, estos
patrones se pueden usar de manera positiva o negativa—pero sin importar cómo
los uses, serán inmensamente poderosos. Echemos un vistazo a una de las
formas más comunes en que la comida como patrón de pensamiento se convierte
en un patrón de acción autodestructivo.

En algún momento de tu vida, tal vez aprendiste que la comida era escasa.
Tal vez fue porque, en tu familia, los fondos y recursos eran muy limitados, y,
por lo tanto, la comida en realidad no estaba disponible todo el tiempo y no
había dinero para golosinas o alimentos de lujo. O, tal vez tus padres crecieron
en un clima de escasez, por lo que tu aversión a desperdiciar comida te fue
transmitida por ellos, a pesar de que económicamente no era necesario.

Cualquiera sea la razón, eras castigado por desperdiciar comida en la mesa


y no se te permitía comer la comida y los refrigerios sabrosos y llenos de azúcar
que querías en casa, ya que se consideraban un desperdicio de fondos preciosos.
Además, tal vez tu madre te castigó cuando descubrió que habías comprado
dulces después de la escuela en la tienda. Este castigo y esta escasez te causaron
dolor: querías comer cosas deliciosas, pero no se te permitía y te castigaban por
desearlas. Te sentiste avergonzado y lleno de culpa desde temprana edad. Peor
aún, algunos padres compran golosinas solo para ellos, pero no permiten que sus
hijos las coman. Quizás tus padres eran fanáticos de la salud y no te permitían
comer azúcar a pesar de que tus amigos la comían. Entonces, te sentiste privado
y tratar de reducir el azúcar ahora simplemente intensifica esos sentimientos de
privación.

La cultura de la comida, la delgadez y la dieta que nuestros medios de


comunicación promueven subraya aún más tu vergüenza de tener que “esconder”
las golosinas y la comida que te gustaba para poder ser “bueno”. Además,
siempre te sentiste obligado a terminar lo que estaba en tu plato, incluso si no
tenías hambre porque asociabas el dolor con el desperdicio de alimentos. Te
metiste en una situación en la que tener lo que querías—golosinas—no solo
estaba prohibido, sino que estaba cargado de emociones negativas. Y dejar
comida en tu plato simplemente no era una opción.

Ahora eres un adulto y tus padres o cuidadores ya no están cerca para


influir en tus decisiones sobre la comida. Sin embargo, tu mente aún recuerda el
dolor asociado con la privación de tus golosinas deliciosas favoritas. Entonces,
cada vez que comienzas una dieta, tu mente te sabotea con este patrón de
pensamiento. Está operando con la información desactualizada de que la dieta (o
la escasez, para ser más específicos) te causa dolor. Por supuesto, ahora que eres
un adulto que puede tomar sus propias decisiones sobre qué comer, no hay
escasez. Lo que realmente te causa dolor ahora es tu incapacidad para perder
peso, pero a tu mente subconsciente todavía no se le ha dicho lo contrario. Está
operando con información desactualizada.

Entonces, ¿cómo podrías cambiar este patrón de pensamiento? Volviendo a


lo que aprendimos en los capítulos uno y dos, puedes comunicarte contigo
mismo de manera detallada y específica, sin dejar lugar a malas interpretaciones
o confusión, de modo que tu mente te ayude a avanzar hacia tus objetivos
actuales, no los heredados. Por ejemplo, si has comenzado un nuevo plan de
alimentación y estás tratando de evitar los carbohidratos o los alimentos fritos, y
aun así te sientes atraído por la pizzería o la heladería, ¿cómo deberías
responder?

La información antigua (o el hábito de pensamiento) sería así: “quiero tanto


esa pizza, pero NO PUEDO tenerla. TENGO que resistirme a comer pizza o
fracasaré en mi dieta”. Tu mente lo ve como una amenaza directa a su objetivo
de evitar la escasez, ¡básicamente le estás recordando a tu cerebro que la pizza es
escasa! Entonces, en respuesta a eso, te impulsa a pedir la pizza y comerla toda
de una vez (hábito de acción). Recuerda, tu mente quiere evitar el dolor de la
escasez. Sin embargo, si dices: “PUEDO pedir una pizza porque estoy
totalmente a cargo de mis decisiones sobre la comida, pero en este momento,
voy a comer pescado a la parrilla y una ensalada grande. Esa pizza siempre
estará allí cuando la quiera, pero hoy, estoy haciendo una elección diferente y
más saludable. Estaré igualmente lleno y satisfecho”. ¿Ves lo que sucede? Tu
mente no siente el deseo de evitar esa escasez, porque le has dicho a tu mente
que no hay escasez. Eliges la alternativa con facilidad (un nuevo patrón de
acción) porque no causa dolor.

Si eso suena demasiado bueno para ser verdad después de toda una vida
luchando alrededor de la comida, créeme. Lo he visto funcionar una y otra vez.

Solo somos hombres de las cavernas


Tal vez te estarás preguntando cómo llegué a desarrollar mis ideas sobre la
comida, la imagen corporal y lo que la impulsa. Hace muchos años, fui
entrenadora personal en Los Ángeles. Enseñaba regularmente clases para la
legendaria Jane Fonda y tuve una percepción directa del fenómeno del ejercicio
que era tan popular en Los Ángeles (y que ahora se ha vuelto popular en todo el
mundo).

En ese momento, me sentí perpleja. Observé a personas que ejercitaban


constantemente, con una devoción que parecía casi religiosa. Sin embargo, a
pesar de eso, todos parecían estar constantemente a dieta o preocupados por la
comida. Había tantas dietas de moda en ese momento—la dieta de la sopa de
repollo, la dieta del pomelo, la dieta del requesón—que era difícil llevar un
registro. Además, yo no podía entender por qué las personas que evidentemente
estaban tan increíblemente motivadas para cuidar sus cuerpos claramente todavía
luchaban por alimentarse de una manera que no causara un inmenso estrés e
infelicidad. Parecía que no importaba cuánto lo intentaran—y créeme, lo
intentaron muy duro , incluso haciendo dos clases de ejercicio al día—nunca
podrían curar su relación emocional con la comida.

Si esa relación tensa te resulta familiar, compárala con la de un bebé. En el


útero, los bebés tienen una relación totalmente fácil con la comida. Tienen
acceso a alimentación las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero
simplemente toman lo que necesitan, se detienen cuando ya han tenido suficiente
y no conocen otra forma. Incluso después de que nacen, los bebés todavía
parecen acercarse a la comida con una mente completamente despreocupada.
Antes de que un bebé comience a comer alimentos sólidos, es muy difícil hacer
que coman un exceso de fórmula o leche materna; instintivamente saben cómo
autorregularse y, por lo tanto, están totalmente en sintonía con sus cuerpos.

Entonces, ¿qué cambia? En pocas palabras, cambian nuestras creencias


sobre la comida. Mencioné solo un ejemplo bastante común arriba—sobre
personas que aprendieron que la comida era escasa de sus padres o cuidadores—
pero en mi tiempo trabajando con clientes y escuchando a los lectores, he
escuchado literalmente miles de variaciones diferentes sobre el tema: “Aprendí
que la comida era:…… completa la frase, así que perdí mi capacidad de
autorregulación”.

Si bien estas creencias a menudo pueden transmitirse de tus padres o


cuidadores, nuestra cultura ciertamente no ayuda con esto. Nos transmiten
imágenes de alimentos constantemente, a menudo con nombres como “tamaño
familiar”, “comida feliz” y “celebraciones” para hacernos creer que los
alimentos cargados de azúcar y grasa son exactamente lo que queremos y
necesitamos. Después de todo, las compañías de alimentos saben que no importa
mucho cuáles son los ingredientes; la gente comerá algo si sabe bien y si la
imagen que crean del producto es la correcta. Y, sin embargo, al mismo tiempo,
nuestra cultura está obsesionada con la delgadez de una manera que hace que
cualquiera que no sea de talla pequeña sienta que hay algo crónicamente malo en
ellos. ¡No es de extrañar que todos estemos tan confundidos con la comida!
Recibimos mensajes contradictorios de indulgencia y privación durante todo el
día, todos los días.

Probablemente ya sabes que lo que a menudo conduce a comer en exceso


son los sentimientos. Pero lo que aprendí en esos años trabajando en la ciudad
obsesionada con el cuerpo, Los Ángeles, fue que nuestro entorno también lo
impulsa. Cuando nuestros patrones de pensamiento heredados sobre la comida se
encuentran en un entorno que a la vez está obsesionado con la comida poco
saludable y la delgadez—una paradoja obvia—las cosas realmente comienzan a
enloquecer.

Si quieres tener una excelente relación con la comida y amar a tu cuerpo, no


se trata de cambiar lo que comes, se trata de cambiar lo que piensas. Pero, aquí
está la clave: no puedes solo cambiar el diálogo que tienes contigo mismo sobre
la comida, también tienes que cambiar tu forma de pensar sobre el mundo que te
rodea, en el que vivimos. Debes reconocer que es un desajuste evolutivo. La
forma más fácil de hacerlo es pensar en ti como un hombre de las cavernas que
vive en los tiempos modernos.

¿Recuerdas cómo los bebés viven en perfecta alineación con su hambre y


sus deseos? Los humanos adultos también solían hacer eso. Cuando la comida
escaseaba y tenían que cazar o recolectar todo lo que comían, los hombres de las
cavernas tenían que responder a los fuertes impulsos evolutivos con los que
nacimos para sobrevivir. Entonces, si habían hecho una gran matanza y tenían
una gran fuente de proteínas y grasas, ellos comían la mayor cantidad posible
mientras duraba la comida, porque no sabían cuándo volverían a encontrarla.
Cuando encontraban una fuente de azúcar como miel o fruta madura, también
comían en exceso. Después de todo, no tenían acceso durante todo el año a
alimentos ilimitados, y el azúcar con alto contenido calórico era aún más escasa.
Sus cuerpos evolucionaron para almacenar nutrientes por un tiempo, en caso de
que los árboles no dieran fruto y los animales fueran demasiado delgados para
comerlos. ¿Y adivina qué? Tu cuerpo todavía hace eso. Estás viviendo en una
época en la que ya no hay escasez de alimentos. Más bien, hay una abundancia
inimaginable. Si un hombre de las cavernas o un cazador-recolector hubiera
pasado solo un día en una tienda de alimentos moderna, probablemente se
hubiera enfermado al comer toda la comida rica en nutrientes que hubiera
encontrado. Después de todo, las calorías, la grasa y el azúcar en una sola barra
de Snickers podrían mantener a un hombre de las cavernas en funcionamiento
durante días. ¡Imagínate lo que podría hacer un paquete familiar de barras de
Snickers!

Tu mente y tu cuerpo todavía piensan que eres un hombre de las cavernas.


Tu cuerpo no se da cuenta de que ya no vives en una época de escasez
nutricional. Por lo tanto, quiere que te atiborres de las cosas que, una vez, fueron
increíblemente escasas. Para empeorar las cosas, esos alimentos azucarados y
grasos son aún más azucarados y grasos que la fruta, la miel y la carne que
nuestros antepasados una vez engulleron cuando pudieron encontrarla. De
hecho, una rebanada de pizza o un helado están científicamente diseñados para
ser completamente irresistible para tu cuerpo de cavernícola. Además ,
generalmente, son más baratos que las verduras, lo que te incentiva a comerlos
aún más.

Cuando nuestros antepasados encontraron plátanos maduros nunca


pensaron: “Oh, no, esto es mucha fructosa. Me elevará el nivel de azúcar en la
sangre y acumularé grasa, así que solo comeré un poco”, ellos pensaron, “Esta
fruta se pudrirá pronto, no sé cuándo tendré la oportunidad de comerla de nuevo,
necesito comer hasta hartarme”, y así lo hicieron. El problema es que puedes
encontrar chocolate todos los días, pero tu mente aun envía el mismo mensaje:
‘come en exceso’ porque no sabes cuándo lo encontrarás de nuevo. Nunca te
dice que te atiborres de brócoli o lechuga, ya que no eran escasos como lo era el
azúcar.

Entonces, ¿cómo podemos competir? Si has leído este libro hasta este
punto, es posible que puedas predecir que la solución es cambiar tu patrón de
pensamiento. Si bien aún puedes tener los impulsos evolutivos de un hombre de
las cavernas, afortunadamente, tienes acceso a información mucho más precisa
sobre tu entorno. Puedes usar esa información para actualizar tu forma de actuar.
Entonces, aunque tu mente puede creer que si comes azúcar en exceso vas a
sobrevivir en el planeta, también puedes explicarle a tu mente que eso ya no es
cierto.

Recuerda, comer es siempre un acto de regresión. Ya sea que estemos


regresando a nuestros instintos de supervivencia de cuando éramos hombres de
las cavernas o que estemos volviendo a la versión de bebé de nosotros mismos,
cuando ser alimentados significaba ser amado y cuidado, nuestra relación con la
comida está profundamente arraigada. De esta forma, necesitas actualizar lo que
el acto de comer representa ahora. Comer comidas azucaradas no saludables en
el contexto del mundo moderno va a hacer lo opuesto de mantenerte vivo en el
planeta por más tiempo. Devorar una pizza entera hasta que te sientas enfermo es
hacer lo opuesto de amarte y cuidarte a ti mismo. Podrías tratar de pelear esto
con un poco de éxito, pero lo que he encontrado que funciona absolutamente es
hablarle a tu mente con una voz autoritativa y decir: “el chocolate ha estado en
mi vida por x años. Siempre estará disponible. Deseo volverme y mantenerme
indiferente a él”. Cuando le das a tu mente instrucciones mejores y más
detalladas te prometo que responderá a ellas dándote lo que quieres—no lo que
cree que quieres basada en necesidades evolutivas obsoletas. Es verdad que tu
mente quiere que recuerdes dónde está el azúcar, mantenerte yendo por más y
devorándola. Lo que también es verdad es que tú puedes dirigir tu mente lejos
del azúcar para siempre, no cambiando el comportamiento, sino que cambiando
el pensamiento que controla el comportamiento.

Una vez que actualices tu mente de “esta comida me hará sentirme bien y
me ayudará a sobrevivir” a “estoy eligiendo no comer esta comida porque en
realidad ya no me beneficia en el presente, en el sentido moderno” comienzas a
autorregularte a lo que son tus necesidades hoy—no cuando eras un niño o un
cavernícola. No significa que las galletas y el helado no sabrán bien nunca más,
pero sí significa que parecerán menos atractivos y menos necesarios para tu
supervivencia.
Al hacer esto, estás reconociendo las cosas que te están llevando a devorar
el paquete entero de galletas—tu impulso evolutivo y la actitud hacia la comida
que desarrollaste en tu infancia—y, sin embargo, en cambio, eliges servir a la
versión moderna y actual de ti mismo. Esa versión te lo agradecerá.

Así que cuando estés tentado, podrías decir:

“No tengo siete años. Puedo comer galletas todos los días por los próximos
50 años, nadie me lo impide o me culpa por comerlas, pero hoy yo elijo algo más
saludable”.

O podrías decir:

“No soy un hombre de las cavernas. No hay escasez; las galletas siempre
estarán ahí y siempre serán baratas. Pero hoy día no las necesito”.

También es fascinante ver que en la naturaleza tenemos alimentos dulces


como la miel y alimentos grasos como los frutos secos, semillas y pescado, pero
la combinación de dulce y graso no existe, excepto por un alimento: la leche
materna. Nuestra ansia por comida dulce y grasosa no es más que una necesidad
de regresar a un tiempo cuando el combo dulce y graso cumplía todas nuestras
necesidades. Sin embargo, ya no puede hacerlo y además, tú no quieres ser un
bebé; quieres comer comida deliciosa, saludable y nutritiva y la forma de hacer
eso es dialogar con tu mente de una forma productiva. Sabiendo que tu mente
hace lo que cree que tú quieres que haga, mientras más le digas lo que realmente
quieres (ser delgado, en forma, saludable y con una preferencia de por vida por
la comida saludable), más te lo puede dar.

Ya te expliqué antes que tu mente hace lo que cree que tú quieres. Vemos
esto en acción cuando cedemos al hambre y comemos cualquier cosa y lo
comemos rápido. No hace mucho tiempo atrás, moríamos más de hambre que de
enfermedades y nuestro cerebro primitivo aún está programado para tenerle
miedo al hambre y para hacer que ese miedo se vaya rápido, activamente nos
alienta a comer cualquier cosa que esté disponible en vez de comer
selectivamente. La forma de parar esto es reconocer la aterradora sensación de
hambre mientras que le dices a tu mente que el hambre no te asusta y que
prefieres y estás eligiendo esperar hasta que puedas comer comida saludable.
Darle a tu mente mejores instrucciones siempre funciona.
Cuatro trucos fáciles de comida
Realmente creo en hacer las cosas lo más concretas y simples posible. Así
que, ahora que ya te he explicado la psicología detrás del por qué comes en
exceso, te quiero dar algunos trucos fáciles y sencillos que puedes usar en tu
vida para mantener tu mente y tus hábitos bien encaminados.

Como hemos aprendido, la mente es muy simple. Responde a estímulos.


Así que la primera cosa que puedes hacer para asegurarte de que te mantienes
por buen camino es reducir tu exposición a estímulos tentadores. En pocas
palabras esto significa:

No tengas golosinas ni tentaciones en tu casa.

Recuerda, estás programado para recordar dónde está el azúcar—ya sea un


árbol de mangos o un paquete de Oreos—y volver a buscar más. En vez de
luchar contra este hecho, trabaja con él. Pon muchas barreras entre tú y el azúcar
u otra comida chatarra (caminar a la tienda, gastar dinero, etc.) para que sea
mucho menos probable que comas en exceso impulsivamente.

Si tienes niños o familia, lo que hace más difícil eliminar totalmente el


azúcar o las tentaciones, entonces por lo menos pon estas cosas fuera de tu vista.
Guarda las galletas en una repisa arriba donde no las puedas ver. No dejes dulces
en tu mesa de noche. Dale a tus invitados los pedazos de torta que sobran. Si
compras golosinas, compra del tipo que menos te gusta—estarás menos tentado
de esa forma.

Este truco también se expande a lo que pones en tu plato. Si cocinaste un


gran almuerzo, hazte un plato con la comida que vas a disfrutar y deja las fuentes
con la comida en la cocina, en vez de dejarlas en la mesa. Después de todo, si
hay comida en frente de tu vista, es muy probable que tu mente cavernícola
quiera que comas más de eso, así que remueve esa opción eliminando la comida
de tu vista. igualmente, evita los bufetes de comida libre, programas de cocina o
repostería, y restaurantes con bandejas de postres o canastos de pan sin fondo.
Tu cerebro de hombre de las cavernas está programado para volverse loco en
estos escenarios, así que no trates de luchar contra eso. Simplemente evita
ponerte en ellos.

El segundo truco es evitar mucha variedad cuando se trata de comida.


Mientras más opciones tengas para comer, más comerás. Tu cerebro quiere que
estés lo más nutrido posible en caso de que hayan tiempos de hambre en el
futuro. Pero sabemos que no habrán tiempos de hambre. Entonces, si vas a una
comida o a un picnic donde hay siete platos principales diferentes con sus
respectivos acompañamientos, es muy probable que quieras probarlos todos. En
vez de eso, mantente en un rango de sabores y platos que sabes que te gustan,
pero que le son bastante familiares a tu paladar. Y evita situaciones donde estarás
rodeado de cantidades interminables de alimentos.

El tercer truco es dejar de usar la comida como un premio. Mientras que no


hay nada malo en comer un poco de chocolate de vez en cuando, quiero que
sepas que, si estás usando regularmente la comida como una recompensa, no es
lo mejor para tu éxito en el largo plazo. Recuerda, si tu cuerpo pudiera hablar,
preferiría que lo recompenses con alternativas saludables en vez de comer
comida chatarra en exceso. En cambio, quiero que le des a tu cuerpo mejores
recompensas como ir a caminar, comprarte un pequeño premio como un libro
nuevo o prepararte una fresca ensalada de fruta o un café con leche. Comunícate
mejor con tu cuerpo para que sepa que estas cosas son recompensas y no
castigos, y con el tiempo las comenzarás a ver como eso.

El ultimo truco es mejorar la calidad de los alimentos que pones en tu


cuerpo. Tu mente podría pensar que quieres comida chatarra y azúcar, pero
déjame asegurarte que tu cuerpo quiere cualquier cosa menos eso. Una forma
fácil de determinar si lo que estás por comer es algo que tu cuerpo quiere es
contestar sí a estas cinco preguntas:

¿La comida camina por el planeta o crece en él?


¿Puedes reconocer los ingredientes que la componen?
¿Lo podrías comer crudo ?
¿Se pudre ?
¿Lo puedes recrear en tu cocina?

La mayoría de las comidas procesadas, carbohidratos refinados, dulces y


golosinas no pasan la prueba de las cinco preguntas. Pero, interesantemente, todo
lo que nuestros antepasados cavernícolas comían sí pasa la prueba. Entonces, lo
mejor que puedes hacer por tu cuerpo cavernícola es comer como un
cavernícola, con énfasis en carne o pescado frescos, vegetales, frutas, frutos
secos, semillas y huevos—las cuales son todas cosas que pasan la prueba de las
cinco preguntas.
Me gustaría terminar este capítulo diciendo que, si estás con sobrepeso, no
deberías sentirte avergonzado o inadecuado debido a ello. He visto de primera
mano lo difícil que es ser una persona con sobrepeso en nuestra cultura, y creo
que hay muy poco reconocimiento de los factores ambientales que hacen que las
personas coman en exceso. Lo vemos como un fracaso personal, un problema de
voluntad débil, cuando en realidad—como lo expliqué arriba—es un problema
de desajuste evolutivo. Así que, si tú estás luchando con tu peso, sé amable
contigo mismo y que sepas que si actualizas tus sistemas de creencias acerca de
la comida, te será mucho más fácil cambiar tus hábitos a partir de ahí.

Las reglas de tu mente


Soy una gran creyente en que no podemos arreglar lo que no entendemos.
Veo a muchos clientes que tratan de luchar contra sus mentes usando pura fuerza
o voluntad para hacer cambiar su mente, igualmente, tratan de castigar a sus
cuerpos y los quieren forzar a actuar o verse diferentes. Tratan de forzar a sus
familiares y a sus hijos para que cambien usando engatusamientos, sobornos o
castigos con poco éxito y mucha frustración. No puedes pelear con tu
programación, pero cuando entiendes cómo y por qué tu mente opera, entonces
puedes trabajar con ella en vez de en contra de ella para obtener todos los
cambios que quieres. A medida que leas las reglas de tu mente, verás cómo tu
mente funciona y cómo hacerla trabajar contigo y para ti, en vez de en tu contra.

• Cada uno de tus pensamientos y palabras forman un plan en que tu mente y


cuerpo trabajan para hacer realidad.
• La fuerza más potente en los humanos es que debemos actuar de una manera
que coincida consistentemente con nuestro pensamiento.
• Cada pensamiento que piensas causa una reacción física y una respuesta
emocional dentro de ti.
• La imaginación es más poderosa que el conocimiento cuando se trata con la
propia mente o la mente de los demás.
• En una batalla entre la emoción y la lógica, la emoción siempre gana.
• Tu mente siempre hace lo que cree que tú quieres que haga.
• Tu mente funciona para llevarte del dolor al placer.
• Tu mente está programada para resistir lo que no es familiar y para volver a
lo que sí es familiar.
• Tu mente responde a las imágenes que construyes y a las palabras que te
dices a ti mismo.
• A tu mente no le importa si lo que dices es bueno, malo, verdadero, falso,
saludable, no saludable, correcto o incorrecto; acepta y actúa de acuerdo con
tus palabras.
• Tú creas tus creencias y luego tus creencias te crean y luego el universo hace
esas creencias reales.
• Lo que le presentas a tu mente, tu mente te lo presentará a ti.
• Cuando se trata con la mente subconsciente, cuanto mayor es el esfuerzo
consciente, menos responde el subconsciente.
• La mente no puede mantener creencias conflictuadas o pensamientos que se
cancelen entre sí.
• Tu mente solo puede funcionar en tiempo presente.
• Tu mente no reconoce palabras neutrales como no, más tarde, quizás,
mañana.
• Tu mente solo puede responder a palabras que crean imágenes, mientras más
vívida la imagen, más poderosa la respuesta.
• Tu mente responde mejor a palabras positivas y a palabras e instrucciones
específicas, detalladas y dinámicas.
• La mente aprende por repetición.
• Lo que se espera tiende a suceder.
• En lo que sea que te concentres, obtienes más de eso.

CAPÍTULO 8
El Mayor Desafío Para Disfrutar De La Felicidad y La Paz
Interna

Las palabras más importantes que escucharás son las palabras que te dices
a ti mismo, mientras que la opinión más importante es la tuya propia .
Marisa Peer, Autora

Observar la asombrosa diversidad de experiencias humanas es una de las


cosas más interesantes acerca de ser terapeuta y oradora. He entrado en contacto
con miles de personas en toda mi carrera y nunca me canso de escuchar acerca
de los numerosos antecedentes, historias de vida, las pruebas y triunfos de mis
clientes, ya sea un banquero, una famosa estrella de cine o un director ejecutivo.
Como puedes haber deducido por lo que has leído de mi libro hasta ahora, yo
realmente creo que los sentimientos y deseos más profundos que todos tenemos
en nuestro corazón son muy similares sin importar en qué cultura hayamos
crecido o los sufrimientos que hemos experimentado. Este capítulo en su
totalidad se trata acerca de la creencia de “yo no soy suficiente”, que en mi
experiencia casi siempre yace debajo de problemas emocionales, adicciones o
fijaciones mentales con los que los clientes se enfrentan. Creo de todo corazón
que esta creencia es la enfermedad emocional más grande que afecta a la
humanidad hoy en día.

Pero, primero ilustraré esto con otra historia de un cliente que tuve. Estaba
trabajando en Los Ángeles en un programa de televisión y como los productores
solían hacer en esos días, me llamaron para pedirme que los ayudara con uno de
los miembros del elenco más difíciles. Él estaba siendo rebelde y muy mal
educado con el personal del programa, el resto del elenco y el equipo de
producción. Esto era un problema enorme ya que todas sus demandas
irracionales y excentricidades estaban atrasando la filmación y haciendo que la
gente renunciara. Incluso se me aconsejó que cuando fuera a su casa no
estacionara mi auto arrendado—un Mustang rojo nuevo—en el estacionamiento
de su casa, ya que él solo podía tolerar autos de lujo como Ferraris, Porsches y
Jaguars estacionados en su casa. Ni siquiera lo podría estacionar en la calle
afuera de su casa—lo tendría que estacionar a la vuelta de la esquina. Fui y
estacioné mi auto inaceptable fuera de su vista y toqué la puerta de su mansión,
lista para llegar al fondo de lo que estaba causando que él estuviera tan
miserable.

Tan pronto como entré en su casa, le dije que tenía una casa hermosa. Él
rápidamente dijo que la odiaba y que la estaba vendiendo para cambiarse a otra
de sus casas cercanas mientras construía una más grande. Luego me dijo que yo
le recordaba a su tercera ex esposa. (Había recién terminado con su esposa
número cuatro). Cuando le dije gracias, me dijo que no le agradeciera, “ella fue
una gran decepción para mí”. Cuando le comenté sobre su premio BAFTA y
otros galardones que estaban alineados sobre la chimenea, él los describió como
una maldición diciendo: “Todo el mundo espera que ganes otros más una vez
que ya has ganado uno y es mucha presión para soportar”.

Rápidamente empecé a ver que todo lo que este hombre tenía—autos de


lujo, casas lujosas, galardones, premios, estatus de estrella de cine y relaciones
con super modelos—nunca era suficiente para satisfacerlo. Él tenía todos los
símbolos del éxito, pero no la felicidad que él se había convencido de que
llegaría con él. Mientras más acumulaba, más desconcertado estaba de que no se
sintiera feliz. Él estaba tratando de llenar un vacío, pero era un vacío que no
podía ser llenado.

Tuve una intuición de lo que estaba pasando, así que le empecé a preguntar
acerca de su infancia. Resulta que él había crecido en un parque de remolques
con una madre que a menudo trabajaba en turnos nocturnos y un padre que
trabajaba en la construcción. Cada día, él era responsable de calentar la cena de
su padre antes que él llegara a casa, ya que su madre estaba en el trabajo. El
dinero era escaso, así que era frecuente que no hubiera suficiente comida para
que él comiera los mismos cortes de carne que su papá. Cuando su padre dejaba
restos de comida, se los daba al perro, dejando que este niño asumiera que su
papá prefería a la mascota familiar por sobre él.

“Ya sé lo que está mal contigo”, le dije, “Tú no sientes que eres suficiente.
Y entonces, has pasado toda tu vida tratando de acumular los tipos de cosas que
te harán sentir que eres suficiente. Has intentado con casas, autos, hermosas
mujeres, premios, éxito profesional, pero no ha funcionado”.

Inmediatamente, se le llenaron los ojos de lágrimas y supe que mis palabras


lo habían tocado. Este sentimiento—el no ser suficiente—es el problema que
está al centro de los problemas de muchas personas. A menudo, es solo cosa de
ir pelando las capas de la cebolla—ya sean adicciones, depresión, comer en
exceso, ser adicto al trabajo, acumular cosas —y localizar el punto en el tiempo
donde internalizaste la creencia de que no eras suficiente. El resto de los
problemas son solo manifestaciones de esa creencia enormemente perjudicial.

El origen de la creencia de este cliente—que su padre no lo amaba—era


similar a lo que les ocurre a muchos de mis clientes. Esto es porque los niños
tienen un trabajo que cumplir en su corto tiempo en el planeta: buscar y recibir la
aprobación y el amor de sus padres. Cuando no logran eso, es tan traumático y
desorientador que no lo pueden racionalizar. Es imposible para un niño entender
a una edad tan temprana que sus padres son imperfectos y que ellos son dignos
de ser amados incluso si sus padres no son capaces de amarlos. Entonces, ellos
internalizan la creencia de que si sus padres—las únicas personas que se supone
que los aman incondicionalmente—no lo hacen, entonces es que ellos no deben
ser dignos de recibir amor. Ellos no son suficientes.

Una vez que internalizas esa creencia, es muy difícil incluso saber que te
está afectando porque es tan fundamental y está profundamente arraigada.
Especialmente cuando la sociedad la refuerza de tantas maneras, desde el
consumismo a los estándares de belleza irreales, a las relaciones ideales. Las
personas desarrollan todo tipo de mecanismos de supervivencia para lidiar con
esta creencia profundamente incómoda, incluyendo adicciones, compulsión,
depresión y ansiedad. En mi silla de terapeuta, los he visto todos.
Sin embargo, he visto una y otra vez como un mantra simple, profundo y
que cambia la vida puede reemplazar esta creencia limitante y liberarte.
El mantra es:

Yo Soy Suficiente.

El mayor desafío para disfrutar de felicidad y paz


interna
No aprendí el mantra “Yo Soy Suficiente” en la escuela de terapia, ni en
libros o investigación científica. Como dije antes, no pensé que era necesario
gastar una vida entera entendiendo cómo la mente humana funciona; yo estaba
convencida de que podría encontrar una forma simplificada para llegar al centro
de los problemas de mis clientes. Así fue como descubrí la verdad y el poder de
saber que yo soy suficiente.

De hecho, primero aprendí acerca del profundo problema de las personas


que no creían que eran suficiente con algunos de mis primeros clientes. Tenía
clientes que literalmente estaban comiéndose a sí mismos hasta morir con el
aumento de peso. No disfrutaban ni querían la comida que estaban comiendo,
pero simplemente no podían evitar consumirla. Un caso similar eran los adictos
a las compras. Casi nunca se ponían o usaban la gran cantidad de productos que
compraban, pero algo los obligaba a continuar sacando sus tarjetas de crédito
para comprar más. Y lo mismo con los anoréxicos—no había tal cosa como “lo
suficientemente delgado”. Instintivamente supe que lo que estaba afectando a
unos clientes, también tenía que estar afectando a los otros.

Un cliente que luchaba contra una obesidad paralizante lo había intentado


todo—incluyendo la cirugía invasiva—para librarse de su compulsión por comer
en exceso. Pero, una vez que localizamos el momento en su infancia cuando él
comenzó a creer que no era suficiente—recuerda como aprendimos en el último
capítulo, comer es un acto de regresión—fue como si algo cambiara de la noche
a la mañana. Ver que él era suficiente todo el tiempo lo salvó de la idea de que él
“nunca podría comer suficiente” comida. Ya no tenía un vacío que tenía que
llenar. Ya sea comida, ropa, drogas, alcohol, fama, acumulación o trabajo, casi
siempre se da el caso de que alguien que “no puede obtener suficiente” de una
sustancia o hábito, en lo profundo, no siente que es suficiente, entonces se
comienzan a auto medicar.

También vemos esto todo el tiempo con las celebridades. Cada vez que
alguien sumamente talentoso y exitoso muere debido a alguna adicción o
suicidio, las personas a menudo se preguntan en voz alta: “Pero tenían todo—
dinero, fama, éxito— ¿cómo podrían no ser felices?”. La razón es que el dinero,
la fama o el éxito no son suficientes para contrarrestar el sentimiento de no ser
suficiente. Entonces, estas celebridades inmensamente talentosas como Amy
Winehouse, Whitney Houston, Heath Ledger, George Michael, Philip Seymour
Hoffman y muchas otras, salen al mundo y tratan de remediar ese sentimiento
con fama. De hecho, la sensación de que no son suficiente es precisamente lo
que los impulsa a un éxito tan admirable.

Sin embargo, una vez que estas personas logran el éxito, y aun no sienten
que son suficiente, el dolor se intensifica. La mayoría de las personas que no son
famosas asumen que son infelices porque no han alcanzado los falsos altos
estándares de nuestra sociedad de lo que los hará felices. Pero para los ricos y
famosos que lo han logrado, ellos sienten como si no les quedara nada por lograr.
Luego, de una manera algo predecible, experimentan un desmoronamiento
masivo y pasan a comportamientos auto destructivos. Renuncian a la sensación
de que alguna vez sentirán que son suficiente.

Cuando me di cuenta de lo universal y generalizado que era este problema,


también me di cuenta de lo poderoso que es el antídoto. No importa si eres un
banquero millonario de Wall Street que es adicto al trabajo y a la cocaína, o una
persona sin hogar que es adicta a cualquier bebida que pueda encontrar, el
problema en el fondo es el mismo. No sienten que son suficiente. Sin embargo,
afortunadamente, la solución también es la misma para ambos.

La mejor prueba de que saber que eres suficiente es la respuesta, es


observar, una vez más, el comportamiento de los bebés. Mientras que los bebés
están formando su conciencia y dependen totalmente de sus padres,
generalmente son muy felices. Siempre que no hayan experimentado un trauma
muy temprano en su vida, no tienen problemas mentales, adicciones,
comportamientos compulsivos o depresión. Esto se debe a que cuando naces
estás más cerca de la verdad de que eres suficiente. Incluso si naciste de padres
que no te querían, el universo sí te quería—tu propia existencia es prueba de ello
—y solo eso es la razón de que eres suficiente.

Entonces, usualmente en los primeros seis años de vida aproximadamente,


algo te dice que no eres suficiente. Esto puede ser algo menor, como un padre
que te exige perfección, o algo mayor, como un padre que te abandona o
descuida. De cualquier manera, internalizas la creencia y sigues adelante. Luego,
en algún momento de tu vida, tu creencia se verá reforzada por los estándares y
expectativas de la sociedad. Eventualmente, esta creencia encontrará una manera
de manifestarse en la forma de adicciones, inseguridad, depresión o cualquier
otro comportamiento con el que puedas estar luchando.

Las buenas noticias son que la creencia de que no eres suficiente no es una
sentencia a prisión. Te puedes liberar de ella con la afirmación más simple y más
afirmativa que existe: “Yo soy suficiente”.

Cómo creer que eres suficiente


Como dije anteriormente, el común denominador de los problemas de casi
todas las personas es que, en algún momento, aprendieron que no eran
suficientes. No lo suficientemente adorable, suficientemente exitoso,
suficientemente talentoso, suficientemente perfecto o suficientemente bueno
para ser aceptado incondicionalmente. Con todos mis clientes, trato de localizar
cómo y cuándo tuvieron ese sentimiento por primera vez. A diferencia de la
mayoría de los terapeutas, no paso semanas o meses de sesiones para llegar ahí;
lo encuentro en la primera o segunda sesión usando hipnosis.

Quizás ya sepas cuál es la fuente de tus sentimientos de no ser suficiente. Si


lo sabes, sigue leyendo, ya que te explicaré cómo puedes remediarlo. Si no lo
sabes, te animo a que participes en mi poderoso ejercicio de hipnosis, el que
podrás encontrar en mi programa completo Yo Soy Suficiente. Este programa te
permitirá ubicar las escenas temprano en tu vida donde adquiriste las creencias
que te decían que tú no eras suficiente. Encontrar este momento en tu vida puede
ser muy enriquecedor y liberador. Mucha gente evita hacer esto toda su vida,
asegurando efectivamente que tendrán adicciones o problemas de
comportamiento, y sin embargo, no necesitan seguir evitándolo porque las
técnicas en el programa Yo Soy Suficiente son muy poderosas para revertir esta
creencia fundamentalmente limitante. Puedes encontrar más información en el
siguiente sitio: www.iamenough.com/resources .

Una vez que tienes esa creencia aislada, es hora de deshacerse de ella. Al
igual que los capítulos anteriores de este libro han discutido, puedes usar el
poder de la repetición para hacer esto.

Ejercicio

Pon la frase “Yo soy suficiente” en lugares donde la veas repetidamente


cada día. La puedes escribir en tu espejo con un marcador o un lápiz labial,
ponla en el refrigerador, ponla como un recordatorio diario en tu teléfono, ponla
como tu salvapantallas en tu computador y ponla en el tablero de instrumentos
en tu auto. Cambia tus contraseñas para que contengan estas palabras para que
las tengas que escribir y leer todos los días.

Luego, regularmente dite a ti mismo en voz alta que eres suficiente. Dilo
una y otra vez en la ducha. Que sea una declaración de verdad. Dilo a ti mismo
en momentos de ansiedad o si te sientes inadecuado. Dilo en múltiples tiempos:
“Yo soy suficiente, siempre he sido suficiente, siempre seré suficiente”.

El poder de Yo Soy Suficiente está en su simpleza y en su verdad absoluta.

Muchas personas adoptan el poder de las afirmaciones positivas como un


medio para cambiar su vida, y anteriormente en este libro discutí el poder de
usar un lenguaje específico, relevante y actualizado para replantear cómo piensas
sobre las cosas. Pero quiero enfatizar aquí que, “Yo soy suficiente” no es hacerse
ilusiones o actuar “como si”. No es lo mismo que decir: “Soy una diosa”, “Soy
rico y poderoso” o “Soy perfecto”. Aquellas cosas pueden ser o no verdad y
dependen de las percepciones que otras personas tengan de ti. Por otra parte, “Yo
soy suficiente” es una declaración de hecho. Cada persona en el planeta, en
virtud de su existencia, es suficiente y merecedora de amor. La fuerza de la frase
“Yo soy suficiente” radica en su simpleza y en la capacidad de la mente para
aceptarla en lugar de rechazarla.

Si bien los estudios muestran que se necesita un mínimo de 10 a 21 días


para dejar ir una creencia y fijar una nueva, será más fácil para tu mente aceptar
la creencia “Yo soy suficiente” si usas la herramienta de la repetición. En efecto,
lo que sucede es que tu mente dice: “Dices esto todo el tiempo, por lo que debe
ser cierto”. Haces que tu “suficiencia” te resulte tan familiar que termina por
integrarse.

Una vez que hayas dominado la creencia de que eres suficiente y la estés
afirmando en tu vida cotidiana, compártela a tu familia, amigos, niños y
compañeros. Me encanta recibir cartas de padres que dicen que enseñarles a sus
hijos esta verdad los ha ayudado a superar el acoso escolar y otras formas de
ansiedad infantil. He visto que esta creencia tremendamente poderosa funciona
para muchas personas, y sé que también puede funcionar para ti y tus seres
queridos. Uno de los padres puso esta frase en la almohada de su hijo y en los
cojines de la casa, otro lo convirtió en una obra de arte en la habitación de su
hijo e informó cambios asombrosos y súper rápidos en la autoestima de su hijo.
Una vez que sepas que eres suficiente, no te irás a descansar—por el contrario.
Obtendrás un impulso para construir la vida plena y amorosa, la familia y la
carrera que sabes que te pertenece porque sabrás con una convicción
inquebrantable que lo mereces y que eres digno de ello.

CAPÍTULO 9
La Crítica Destruye; El Elogio Construye

Creer sin talento puede llevarte más lejos que el talento sin convicción,
pero cuando tienes ambos eres imparable .
Marisa Peer, Autora

La próxima vez que estés en tu oficina o cuando te juntes con amigos,


presta atención a lo que sucede cuando alguien recibe un cumplido. No tienes
que escuchar mucho antes de que ocurra algo similar al siguiente escenario:

La persona que da el cumplido: “Oh, me encanta esa blusa que estás


usando. Te queda muy bien”.

La persona que recibe el cumplido: “Oh, ¿esta? La compré en una tienda de


caridad hace años. ¡Es tan vieja!”
O:

La persona que da el cumplido: “Hiciste un gran trabajo en esa


presentación; creo que al jefe le gustó mucho”.

La persona que recibe el cumplido: “Oh no, realmente la armé en el último


minuto. También me equivoqué varias veces”.

¿Suena familiar? Por supuesto que sí. Somos socializados desde una edad
relativamente joven para objetar cuando recibimos cumplidos. Desviamos,
minimizamos y nos despreciamos porque nos han enseñado que la peor cosa que
podemos ser es una persona arrogante. Incluso si conocemos o estamos de
acuerdo con el cumplido que estamos recibiendo, no nos permitimos aceptarlo—
lo desviamos.

Negarse a aceptar los elogios es una cosa. Pero eso no es todo en lo que
somos naturalmente buenos como humanos. Nuestro otro hábito nocivo es ser
hipersensible a las críticas. Si escribimos en un blog un texto que genera 40
comentarios positivos y dos negativos, nos enfocaremos y nos obsesionaremos
con los comentarios negativos y veremos toda la publicación como un fracaso.
Si hacemos una cena para nuestra familia, permitiremos que los comentarios
negativos de nuestra suegra nos arruinen toda la comida, en vez de escuchar a
todos los demás que insisten en que la comida es deliciosa.

El por qué hacemos esto es menos importante que reconocer los efectos
negativos que tiene sobre nuestra autoestima, productividad, y confianza en
nosotros mismos. Los estudios demuestran una y otra vez que darle un cumplido
a alguien puede cambiar la energía de toda la habitación de una forma positiva;
nuestra negativa a aceptar esos cumplidos va en nuestro propio perjuicio. Este
capítulo está dedicado a enseñarte cómo revertir ese mal hábito.

Elógiate a ti mismo
La verdad es que nada aumenta tu autoestima y te fortalece como lo hace el
elogio. La mayoría de la gente piensa que los elogios tienen que venir de fuerzas
externas, pero ahí es donde están equivocados. Elogiarse a sí mismo tiene un
tremendo poder que las personas más exitosas del mundo emplean como una
herramienta.
Piénsalo de esta manera: cuando alguien te alaba, a menudo ellos tienen una
intención oculta. Incluso si no es una mala intención, quizás están tratando de
halagarte para que seas su amigo o esperando que elogies su libro o su
publicación en su blog, si lo hacen por el tuyo. Pero cuando te elogias a ti mismo
en un lenguaje directo y relevante, tu mente tiene que creerlo. Sabe que no estás
operando desde ningún tipo de intención de la que debería desconfiar. En efecto,
cuando te elogias a ti mismo, también te beneficias. Esto se remonta a los
capítulos 1 y 2, donde aprendimos que las palabras más importantes que
escuchas son las que te dices a ti mismo y las que crees.

“Pero Marisa, no quiero sonar arrogante. ¡A nadie le gusta un narcisista!”


No estoy abogando porque transmitas lo maravilloso que eres en Facebook o que
te digas a ti mismo cosas que no son verdad acerca de tus habilidades. Elogiarte
a ti mismo es simplemente mejorar tu diálogo interno para que puedas cosechar
los beneficios que trae recibir elogios— incluso si eres el único que lo hace. Dite
a ti mismo que eres cálido, cariñoso, amable y un buen amigo/a, hija/o,
madre/padre, etc. Si solo comiste alimentos saludables por varias noches
seguidas, felicítate internamente por eso. O si has mantenido tu hábito de
bloguear por una semana entera, felicítate por eso. Estas pequeñas cantidades de
elogios incrementales tienen un efecto agregado que puede ser muy poderoso en
tu autoestima. Elógiate por lo que eres tanto como por lo que haces, ya que es la
forma más rápida de aumentar tu autoestima. Después de todo, autoestima
significa literalmente lo que TÚ piensas de TI mismo, no lo que otras personas
piensan de ti, o se llamaría otra estima o su estima.

Si no estás seguro de cómo mejorar este diálogo, aquí hay un buen consejo.
Pídele a un amigo cercano o a un familiar—tal vez uno que también quiera
trabajar en sus propios niveles de elogio—que te de comentarios honestos sobre
cómo te escuchan hablar de ti mismo. Tendemos a tener muchos hábitos
lingüísticos que nuestros amigos captan, pero no nos damos cuenta hasta que
alguien los señala. Quizás dices cosas como, “Bueno, por supuesto olvidé mis
llaves, porque siempre me equivoco”. O podrías decir, “Como era de esperar,
arruiné por completo la presentación”. “Nadie va a querer a una madre soltera
con celulitis”. Escucha los comentarios de tus amigos sobre cómo te escuchan
hablar sobre ti mismo y prepárate para cambiarlos si dicen que a menudo usas
palabras duras o críticas. Hay otra muy buena razón, de hecho, vital para dejar
de ser crítico. Esa razón es que los estudios PET (por su sigla en inglés,
tomografía por emisión de positrones) y de mapeo cerebral de la Universidad de
California en Los Ángeles (UCLA) muestran que una fuente importante de la
depresión es causada por palabras duras, hirientes y críticas que nos decimos a
nosotros mismos de manera regular. Aquí está cómo detener esto. En los
próximos días presta atención a la forma como te hablas a ti mismo, escucha las
palabras que usas cuando te estás castigando a ti mismo y luego cámbialas por
palabras que tengan menos significado. Si te llamas a ti mismo un imbécil o un
perdedor o un idiota, simplemente cámbialo por tontito.

Le estaba enseñando esto a un grupo de banqueros y les pedí que me dijeran


las palabras que más usaban para criticarse a sí mismos. Una de las mujeres que
se ofreció voluntariamente dijo que ella se llamaba a si misma una perra
estúpida, mientras un hombre dijo que se decía a si mismo que era una pérdida
de espacio. Si tú haces esto, detente—detente ahora—y comienza a reemplazar
esa voz dura, hiriente y crítica con amabilidad. Si nunca le hablarías a un amigo
como te hablas a ti mismo, entonces detente. Tienes que ser tu propio mejor
amigo y valorar y elogiarte a ti mismo. Al hacerlo, haces que sea mucho más
fácil para otros seguir tu ejemplo.

Habla contigo mismo como hablarías con un buen amigo. Si tu amigo llegó
tarde o estropeó una presentación, es probable que no digas: “Eres una basura de
persona por llegar tarde y eres terrible en tu trabajo”. Simplemente dirías:
“¡Hiciste tu mejor esfuerzo dadas las circunstancias y nadie es perfecto!”.
Mientras más puedas ser el mejor amigo de tu propio cerebro, más podrás
encontrar oportunidades para elogiarte cuando surjan. Este es un hábito tranquilo
de casi todas las personas exitosas con las que trabajo. Cuando consideres tu
diálogo interno, solo recuerda el mantra:

“La crítica destruye, el elogio construye”.

Un ejemplo interesante de mi propia vida fue cuando escribí uno de mis


primeros libros. Tengo mucha suerte de haber publicado varios libros durante mi
carrera que estuvieron en las listas de los más vendidos, pero en mis comienzos
no tenía tanta confianza en mi capacidad de escritura. Además, desde muy joven,
cuando hacía informes en el colegio, siempre estaba ansiosa por obtener la
aprobación de mi padre cuando se trataba de lo que escribí. Por supuesto, él no
estaba particularmente interesado en dármela. Trabajé muy duro en esos días,
esperando que mi papá leyera lo que había escrito y se sintiera orgulloso. Pero
luego me di cuenta de que esperar los elogios de mi padre no era necesario;
podría comenzar elogiándome a mí misma.
Escribir un libro es un proceso largo y solitario que requiere una gran
cantidad de resolución y compromiso. Me di cuenta en los primeros días de
trabajar en mi manuscrito que nunca lo terminaría si esperaba hasta el final para
obtener la aprobación externa—de mi padre, un editor o cualquier otra persona.
Entonces, decidí no hacerlo.

Mientras escribía, en mi cabeza me decía que este libro era genial, que
ayudaría a mucha gente y que vendería muchas copias. No sabía si era cierto o
no, pero fue ese estímulo interno lo que me dio el compromiso y la resolución
para continuar hasta que estaba listo. Cuando finalmente terminé, tomé el paso
inusual de enviar el libro como un “manuscrito no solicitado” a los editores.
Esencialmente, esto significa que los editores no lo habían pedido, pero lo envié
de todos modos. He aquí que, dentro de pocos meses tenía un contrato de
publicación para mi libro y un año más tarde estaba en las librerías.

Si bien estaba encantada de que mi libro tuviera una gran aceptación y


vendiera muchas copias, lo siguiente que sucedió fue realmente sorprendente.
¡Mi papá me llamó y me felicitó por mi libro y mis habilidades de escritura y me
dijo que estaba inmensamente orgulloso de mí, algo que no solía hacer y algo
que yo quería escuchar desesperadamente desde que tengo memoria! Pero para
cuando finalmente lo hizo, ¿adivina qué? Ya no necesitaba escucharlo más.
Había anhelado la aprobación de mi padre por tanto tiempo hasta que me di
cuenta de que podía decirme a mí misma las palabras que quería que él me
dijera; tendría el mismo efecto porque la mente no puede notar la diferencia. Así
que, repetí todas las palabras que quería escuchar y realmente funcionó. Una vez
que hice eso, los elogios externos se volvieron menos importantes y yo pude
operar como la escritora confiada y segura de sí misma, que siempre había
querido ser.

Creo que esta es una de las partes más incomprendidas del autodesarrollo y
la terapia. Las personas se sientan en una silla de terapia durante años tratando
de recuperar el amor, la aprobación o el elogio que nunca recibieron de alguien
que necesitaban. Simplemente, no necesitas hacer esto. Todos necesitamos
elogios y amor, pero no los necesitamos de una sola fuente. Si bien la vida sin
duda será más fácil inicialmente si tienes padres amorosos, no ayuda decir que la
gente que no tuvo padres amorosos no tiene suerte. Puedes deshacer años de
críticas y falta de amor con amor propio y elogios a ti mismo . Después de
décadas de tratar a muchas personas, he aprendido que el cerebro humano
simplemente no nota la diferencia. La verdad es que las personas felices y
evolucionadas que tienen éxito y cumplen sus sueños no son las personas que
más han sido amadas y elogiadas desde una edad temprana. Más bien, son las
personas que aprenden y dominan el arte de alabarse a sí mismos. No se trata de
arrogancia o engaño, se trata de confianza y lo más importante, es una
herramienta que te ayudará a llegar a donde sea que quieras ir. Solo necesitas
observar a personas como Oprah Winfrey, Tony Robbins y Adele para ver eso en
acción.

Una vez que domines el arte de elogiarte a ti mismo por cosas grandes y
pequeñas, se te hará más natural aceptar los elogios de los demás con humildad y
gratitud. Cuando alguien te hace un cumplido, no lo disminuirás ni lo rechazarás.
Más bien dirás, “Muchas gracias por notarlo, también me gusta esta blusa. Es mi
favorita” o, “Gracias, también siento que la presentación salió bien”. Esto,
después de todo, es exactamente como se comportan los niños. Antes de que
hayan aprendido el arte socialmente aceptado de la desvalorización, están más
que felices de aceptar que son los niños más bonitos, los más inteligentes y los
más encantadores de la habitación. Cuando tengas el hábito de aceptar los
elogios de todas las fuentes—la más importante, de ti mismo—tu autoestima, el
funcionamiento de tu cerebro y tu productividad te lo agradecerán. Las personas
admirables hacen cosas admirables y llevan a cabo actos admirables. El acto más
apreciable es sobresalir en alabar a otros y a ti mismo.

Lidiando con críticas duras


Aceptar cumplidos y alabarte a ti mismo regularmente es clave, pero tu
trabajo no termina allí, por supuesto. Verás, la otra cara de nuestra inclinación
humana a rechazar los elogios es que estamos más que ansiosos por internalizar
las críticas. Una y otra vez he visto esta desconexión con mis clientes:
instintivamente desvían los elogios y siempre confían en que las críticas son
ciertas, sin importar de dónde vengan. Como dije anteriormente en este capítulo,
nos enfocamos en la retroalimentación negativa, incluso si es menor en
comparación con la cantidad de retroalimentación positiva que recibimos. Esta
tendencia es un reflejo del rasgo humano del sesgo de negatividad, que es la
razón por la cual los canales de noticias cubren solo las horribles atrocidades que
ocurren en el mundo. Esas cosas se consideran más interesantes que los
momentos pacíficos y los ejemplos de progreso, por lo que nos centramos solo
en lo negativo a pesar de todas las cosas buenas que suceden.
No importa lo que hagas, la negatividad y la crítica probablemente existirán
en tu vida. Después de todo, nadie es perfecto, e incluso si estás cerca de serlo,
siempre habrá personas que desaprueben o estén en desacuerdo con lo que haces
o con quién eres. Para algunas personas con miembros de la familia demasiado
críticos, este tipo de crítica constante puede ser extremadamente perjudicial; con
el tiempo, causa depresión y otros problemas graves de salud mental. He visto a
muchas personas en mi oficina que sufren muchísimo porque crecieron en una
familia demasiado crítica de la que no pueden escapar. La respuesta para esas
personas es que deben aprender a no dejar entrar las críticas y desviarlas con
estrategias que eviten que afecten negativamente a su cerebro. El resto de este
capítulo estará dedicado a explicar cómo hacerlo.

Casi todos hemos conocido a una persona que constantemente está


regañando, criticando o diciendo cosas negativas sobre otras personas. De hecho,
muchos de mis antiguos clientes han sido este tipo de personas cuando entraron
por primera vez a mi oficina. Se podría suponer que las personas demasiado
críticas tienen todo resuelto, pero, de hecho, ese no es el caso en absoluto. En el
interior, suelen ser las personas más infelices.

Las personas excesivamente críticas ven la vida como un vaivén, con ellos
mismos sentados en el lado izquierdo bajando el vaivén con su peso. La única
forma de elevarse o sentirse superior es agregar peso al lado derecho, para
empujarlo hacia abajo. Entonces eso es lo que hacen en forma de crítica. Pero
aquí hay otra obviedad, como Eleanor Roosevelt dijo una vez: “Nadie puede
hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”. Si no permites que las personas
severas y críticas pongan negatividad sobre ti—si las rechazas directamente—
ellos no serán capaces de agobiarte.

La primera cosa que necesitas hacer para limitar la cantidad de críticas que
recibes es simplemente evitar y eliminar a las personas y los comentarios críticos
donde puedas. No leas comentarios negativos en Internet y bloquea a las
personas en las redes sociales que son críticas contigo y con los demás. Si tienes
viejos amigos que parecen criticarte constantemente, simplemente deja de salir
con ellos. Si los medios que consumes parecen llenos de críticas a las mujeres y
las minorías y los menos afortunados, simplemente no los leas. Este paso puede
tener un gran impacto en la calidad de la información que recibes durante días,
semanas y meses.

Una vez que hayas eliminado las cosas fáciles como las que se mencionan
anteriormente, es probable que algunas personas críticas y severas aún
permanezcan. Después de todo, por mucho que a veces nos gustaría, no podemos
eliminar a nuestros colegas o suegra u otros miembros críticos de la familia. Pero
lo que podemos controlar es si dejamos que sus palabras entren o no. Aquí están
mis cinco tácticas para tratar con personas severas y críticas que no puedes
eliminar de tu vida:

1. Cuando alguien te dice algo malo, y está claro que están tratando de obtener
una respuesta o de hacerte sentir mal, simplemente les dices: “Gracias por
compartir eso”. Esto pone fin a la conversación, ya que no estás
contrarrestando lo que te dijeron ni tampoco invitándolos a expandirse más
sobre el primer comentario. Simplemente puedes decir esto y luego cambiar
de tema.

2. Si lo que la persona ha dicho es realmente desagradable, considera pedirle


que lo repita. Por ejemplo, si un colega dice, “Bueno, como orador eres tan de
madera, que es un insulto a la madera”, le puedes decir: “No entendí lo que
acabas de decir. ¿Puedes repetirlo?” Lo más probable es que, cuando la
persona sea confrontada a repetir sus palabras críticas de nuevo, no lo haga.

3. Si después de hacer el punto 2, la persona sí repite su crítica, entonces


pregúntales lo siguiente: “¿Estás tratando de hacerme sentir mal? ¿Es por eso
que lo dijiste?” Al decir esto se le señala a la persona que ha dicho algo
hiriente y los invita a explicarse o a disculparse. A menudo, las personas duras
y críticas no conocen el efecto que tienen sus palabras, así que esto los señala
sin acusarlos directamente.

4. Si la persona en cuestión no se retracta inmediatamente diciendo “Oh, no es


nada” / “No quise decir eso” / “Yo y mi boca grande” o “No, no quería que te
sintieras mal. Pensé que, si te lo hacía saber, pedirías ayuda para hablar o no
serías voluntario de nuevo”. Si dicen: “Sí, quería que te sintieras mal”,
entonces simplemente dices: “Bueno, eso no va a funcionar porque yo no voy
a dejar que eso entre”. Tan simple como eso. Luego cambia el tema.

5. Por último, si una persona dura y crítica no cede a pesar de todos los
esfuerzos anteriores, entonces debes decirles la verdad sobre las personas
duras y críticas. Puedes decir algo como, “Dado que estamos haciendo
comentarios aquí, ¿Sabías que las personas que son críticas se reservan las
peores críticas para ellos mismos? De hecho, criticar a los demás es una
expresión externa de una insatisfacción interna. No debes gustarte a ti mismo.
Lamento que te sientas así”.

De hecho, sucede algo gracioso cuando comienzas a ver a las personas


severas y críticas a través de este lente: es posible que sientas más compasión
por ellos. Te darás cuenta de que no son perfectos ni felices, sino más bien lo
contrario. Esto es una gran cosa para enseñarles a tus hijos si están
experimentando intimidación en la escuela: que un acosador no se trata de lo que
tu hijo ha hecho mal, sino de cómo se siente el acosador sobre su propia vida.

CAPÍTULO 10
Canta Tu Propia Canción

Pero tienes que hacer tu propio tipo de música, Canta tu propia canción
especial, Haz tu propio tipo de música incluso si nadie más canta contigo .
Paloma Faith, Artista

Soy una terapeuta no convencional y planeo ser siempre así. Es por esto que
creé mi propia terapia conocida como Terapia Transformacional Rápida™
(TTR™). Los clientes me visitan a menudo con problemas muy complicados,
pero he descubierto que solucionar o eliminar esos problemas no tiene que ser
largo o complicado. Casi todos mis clientes tienen necesidades insatisfechas que
se originaron en su infancia. Cuando eran niños sus necesidades de amor/
seguridad/ apoyo/reconocimiento/ alabanza/ conexión/ importancia o cuidado no
fueron satisfechas. Como eran niños dependientes y no podían satisfacer esas
necesidades por sí mismos, formaron una creencia que decía algo así: “Mis
necesidades no se satisfacen, no puedo hacerlo yo mismo y nunca serán
satisfechas por el resto de mi vida. Esto puede comenzar como un pensamiento
fugaz, pero pronto se convierte en un hábito fijo de pensamiento y una creencia
fija. Estos niños se convierten en adultos que se llevan esa creencia con ellos y
debido a que todavía se sienten imposibilitados e incapaces de satisfacer sus
necesidades, buscan a otra persona que finalmente llegue a satisfacer, por fin,
todas las necesidades no satisfechas que han llevado a su vida adulta. Creen que
necesitan y deben encontrar a alguien que los haga sentir mejor, alguien que los
ame, alguien que les dé autoestima, pero la verdad es que no hay nadie que
pueda satisfacer todas nuestras necesidades, ni nosotros podemos satisfacer todas
las necesidades de los demás. Tenemos que satisfacer nuestras propias
necesidades.

Entonces, aquí hay una pregunta: ¿Cuáles son tus necesidades insatisfechas
y quién crees que vendrá a satisfacerlas? ¿Es un amante, una pareja, un
empleador, un padre, un amigo o tendrás tu propio hijo? Si tú crees que alguien
más debe tomar el trabajo de hacerte mejor, siempre estarás decepcionado y
siempre estarás necesitado, mientras que, si crees que puedes satisfacer muchas
de tus necesidades tú mismo, lo harás mejor en la vida y serás una posibilidad
más atractiva para los demás.

Responsabilidad significa habilidad para responder. Todos somos


responsables de nuestra felicidad; no podemos darle ese trabajo a otra persona y
después de todo, si alguien más tiene el poder de hacerte feliz, entonces también
tiene el poder de hacerte infeliz. La felicidad es un trabajo interior. Tampoco es
un destino al que llegas, es el viaje en el que estás ahora y todos los días.

No esperes por el Sr. Perfecto o la Srta. Perfecta o el trabajo correcto, o una


casa o un bebé para hacerte feliz—sé feliz ahora y es mucho más probable que
atraigas más felicidad.

Si tienes una necesidad por alabanzas y reconocimiento, elógiate y


reconócete a ti mismo.

Si tienes una necesidad de amor, comienza por amarte a ti mismo real y


verdaderamente.

Si tienes la necesidad de ser celebrado, celébrate a ti mismo.

Si necesitas sentirte seguro en el mundo, ¿qué puedes hacer para que eso
ocurra?

Una vez que puedas identificar tus necesidades como pertenecientes a un


niño pequeño que no tenía la capacidad de satisfacer esas necesidades, también
puedes identificar que ya no eres ese niño o niña; ya no necesitas sentirte así;
ahora eres libre de asumir la responsabilidad de hacer tu vida feliz y plena.

Como niño es verdad que no ser amado da miedo. Sentimos que moriremos
sin amor y cuidado y no hace mucho tiempo habríamos muerto sin amor y sin
personas. Vivíamos en tribus o comunidades amuralladas y cerradas. Nuestra
seguridad venía de ser parte de un grupo cuyos números importaban y estar solo
era aterrador y potencialmente mortal. Es por esto que la mayoría de las
sociedades practican la exclusión como un castigo muy efectivo. Todos nuestros
comportamientos están diseñados para asegurarnos de sobrevivir; nacemos con
necesidades que nos impulsan a encontrar una conexión y a evitar el rechazo a
fin de aumentar nuestras posibilidades de supervivencia.

Estos potentes impulsores son la razón por la cual los niños (y los adultos)
sufren tanto por la intimidación y la exclusión. Estos incidentes pueden dejarnos
con cicatrices y daños, ya que nos dan la prueba de que no le gustamos a otros,
no somos lo suficientemente buenos, no como todos los demás. Nuestra
necesidad de conectarnos, de pertenecer es primordial, por lo que sentimos que
moriremos si nuestra relación se termina, moriremos si no comemos pronto,
moriremos si las cosas no funcionan, moriremos si somos rechazados o
humillados. Nada de esto es cierto, pero son creencias y comportamientos
evolutivos programados en nosotros para garantizar que no tomáramos riesgos,
que no nos aventuráramos a lo desconocido y, por lo tanto, que sobreviviéramos.
Y aquí estás, has sobrevivido, no morirás si no perteneces a un grupo. El rechazo
que todos enfrentamos a medida que avanzamos en la vida no te ha matado.

Sin embargo, todavía se siente como si pudiera hacerlo y las letras de las
canciones ciertamente fomentan esta creencia profundamente arraigada de que
somos débiles y frágiles si somos rechazados, cuando eso no es cierto. Es cierto
que duele, pero no tiene que dañarnos. Aquí hay algunas letras de miles de
canciones que te dan el mismo mensaje:

Moriré si me dejas
No puedo vivir sin ti
Tú eres el único en el mundo para mi
Nunca te superaré
Mi mundo está vacío sin ti
No puedo respirar sin ti
Todo el mundo sufre
Nada se compara a ti
Prefiero quedarme ciego
Loco
Llórame un río

Es hora de cantar una nueva canción con letras inspiradoras. Si bien es


cierto que es fácil engañarnos con letras de canciones trágicas que alimentan la
mentira de que no podemos vivir sin amor, también es cierto que las canciones
de supervivencia con letras de supervivencia son profundamente motivadoras y
estimulantes porque dicen la verdad. Y la verdad es que los humanos somos
resistentes, capaces de cambiar y capacitados para enfrentar la adversidad
porque somos sobrevivientes. En las fiestas, las mujeres siempre bailan y cantan
en voz alta la canción de Gloria Gaynor “ I Will Survive” o la de Beyonce “ I’m
A Survivor” porque las letras les recuerdan su resistencia y espíritu luchador.

Mirémoslo de esta forma. El niño con necesidades insatisfechas está


escuchando las canciones tristes en un ciclo constante alimentándose de letras
que los mantienen sintiéndose impotentes. El adulto prefiere escuchar canciones
motivadoras que los empoderen. Entonces, cuando la adversidad te golpee,
puedes elegir cantar letras tristes o empoderadoras. Puedes elegir entre darte
creencias y pensamientos poderosos o que te quitan poder.

Amo el poder de las canciones. Frecuentemente le doy a mis clientes letras


de canciones para cantar una y otra vez porque la repetición programa
pensamientos positivos en ellos y esto es el precursor de acciones positivas. Los
políticos y los atletas prefieren ingresar a un estadio con música poderosa porque
los motiva y también porque pone imágenes y palabras poderosas en sus mentes
y en las mentes de su audiencia. Es hora de elegir una lista de reproducción
edificante y cantar una canción positiva. Aquí están algunas de mis favoritas:

(I’ve Had) The Time of My Life – Bill Medley


Feeling Good – Nina Simone
This Girl Is on Fire – Alicia Keys
Titanium – Sia
The Greatest Love of All – Whitney Houston
Don’t Stop Me Now – Queen
Nature boy – Nat King Cole
Make It Happen – Mariah Carey
Shackles (Praise you) – Mary Mary
Praise You – Fatboy Slim
Itchycoo Park – The Small Faces

Conviértelos en tu tono de llamada, asegúrate de que esta sea la canción con


la que te despiertas y cambia tus pensamientos y creencias para siempre.

Echemos un vistazo a lo que yo llamo pensamientos en círculo. Estos son


pensamientos que no te sirven, que giran en un círculo sin fin dejándote atrapado
en vez de libre y empoderado. Los pensamientos en círculo son como estos:

No puedo hacer esto


No estoy a la altura del trabajo
Siempre termino siendo rechazado
Las cosas nunca me salen bien
Todo siempre sale mal
No importo, no cuento

No importa cuánto lo intente, no puedo perder peso/ mantener una relación/


ganar suficiente dinero, etc., etc.

Cuanto más digas o pienses estas cosas, más se convertirán en tu realidad.


Por favor recuerda que cada palabra, cada frase que digas está formando el plan
que tu mente y cuerpo siguen hasta que se convierta en tu realidad.

Todo comienza con un pensamiento. Tu vida ahora es el resultado de los


pensamientos que piensas y las creencias que crees. Intentar cambiar tus hábitos
y acciones negativas solo funciona si primero cambias tus pensamientos porque
tus pensamientos dictan tus acciones y tus resultados. Los pensamientos que no
se modifican pueden bloquear tus acciones, ya que estamos diseñados para
actuar de una manera que hace que nuestros pensamientos se validen como
verdaderos. La fuerza más grande en todos nosotros es que DEBEMOS actuar de
una manera que sea consistente con nuestra forma de pensar y cómo nos
definimos. Las palabras que pensamos y decimos hacen que nuestra mente,
cuerpo y psique actúen de manera que esos pensamientos se conviertan en
nuestra realidad. Aquí hay un ejemplo del ciclo y cómo funciona:

Nuestros pensamientos controlan y dictan nuestros sentimientos.


Nuestros sentimientos controlan y dictan nuestras acciones.
Nuestras acciones controlan y dictan nuestros eventos.

Y volvemos al inicio de este círculo para reafirmar los pensamientos


originales.

Pensamiento
No soy suficiente.
Sentimiento
Enojo/ impotencia/ desesperanza/ sentirse bloqueado.
Acción del pensamiento
Alejo a la gente porque no quiero que descubran que soy inadecuado.
Resultado del pensamiento
Me siento solo e insatisfecho.
Pensamiento re-forzado
No soy suficiente.

Pensamiento
No puedo bajar de peso. No importa lo que haga. Estoy destinado/a a ser
gordo/a.
Sentimiento
Me siento impotente, sin esperanza, avergonzado/a y fuera de control.
Acción del pensamiento
Como en exceso para reconfortarme.
Resultado del pensamiento
Refuerza el sentimiento de que no tengo control sobre lo que como o lo que
peso.
Pensamiento reforzado
Estoy destinado/a a ser gordo/a para siempre.

Clara no podía dejar de comer. Comía muy rápido devorando su comida.


Solo se compraba la comida más barata y comía cualquier cosa que tuviera
delante. Nunca registró la sensación de estar satisfecha y no podía soportar el
negarse a sí misma ninguna comida. Por lo tanto, nunca pudo ponerse a dieta ya
que hacerlo la enviaba en una espiral terrible de sentirse rechazada y eso
aumentaba su deseo de comida (algo que ocurre con frecuencia con las dietas y
la razón de por qué tienen una tasa de fracaso enorme). Miramos su pasado. Ella
provenía de una gran familia con poco dinero y como la menor, si no comía su
comida rápidamente sus hermanos mayores tomarían la comida de su plato y se
la comerían. Nunca tuvo la oportunidad de servirse una segunda porción ya que
todos terminaban antes que ella. Nunca se le permitía pararse de la mesa o
desperdiciar comida y como, a menudo no había suficiente ella aprendió a comer
cualquier cosa y todo rápidamente. Ella nunca pudo elegir qué comería y
mantuvo este patrón por pura costumbre y aceptación.
Le hice decir:

Esa no soy yo porque no tengo cinco años. No peleo con mis hermanos por
comida. Puedo comer lentamente y saborear cada bocado.

Esa no soy yo porque nadie toma comida de mi plato.

Esa no soy yo porque yo puedo elegir dejar comida en el plato sabiendo que
siempre tendré suficiente para comer porque yo estoy a cargo de lo que como y
cómo lo como ahora y siempre.

Esa nunca más seré yo, nunca más porque yo tengo mi propio dinero. Yo
elijo comprar y comer la comida que yo quiero.

Le hice decir esto a la fuerza varias veces, ya que ella me estaba


justificando por qué no era esa niña y nunca más necesitaría actuar, sentir o
reaccionar como esa niña.

Observar cualquiera de tus comportamientos con los que no estás satisfecho


y reconocer que tus pensamientos y creencias negativas son casi seguro restos de
tus necesidades no satisfechas cuando eras un niño, terminará con esto. Una vez
que tengas conciencia de que los sentimientos y comportamientos con los que no
estás satisfecho provienen de tu infancia, estarás listo para hacer algunos
cambios poderosos. Tengo clientes que miran escenas de su pasado y dicen en
voz alta, “ese no soy yo porque”, y completan la frase. Al hacerlo, terminan con
los pensamientos en círculo y los comportamientos que se derivan de esos
pensamientos.

Al decir: “No soy yo”, comienza a la fuerza y repetitivamente un nuevo


proceso de pensamiento. Decir: “No soy yo”, primero interrumpe, luego rompe y
después termina para siempre con los viejos hábitos de pensamiento y acción.

Cada hábito de acción está dirigido por un hábito de pensamiento; primero


hacemos nuestros pensamientos y luego nuestros pensamientos nos hacen.
Luego buscamos pruebas de que nuestros pensamientos son verdaderos y,
generalmente, estas se encuentran ya sea que nuestros pensamientos sean útiles o
inútiles. Puedes crear pensamientos mejores y mucho más beneficiosos que te
ayuden en cualquier momento. Comencemos ahora y hagámoslo todos los días
constantemente hasta que deje de ser lo que haces y se convierta en quién eres.
Pensar que eres digno de amor mientras estás en casa no es lo mismo. Necesitas
que los nuevos y poderosos pensamientos motivadores te lleven a socializar e
irradiar lo digno de amor que eres, lo cual es mucho más fácil cuando lo sabes
primero. Tu cuerpo no tiene más remedio que reaccionar a los pensamientos que
piensas, las palabras que dices y las imágenes que construyes. Sin embargo, tú
puedes optar por hacer que esos pensamientos, palabras e imágenes sean solo
positivos.

En resumen, has cambiado los pensamientos que ahora reconoces que


pertenecen a un niño con necesidades insatisfechas y has detenido los
pensamientos en círculo al decir “no soy yo” con una voz poderosa. Ahora estás
tomando las nuevas acciones que requieren el nuevo pensamiento y obtienes el
resultado nuevo y duradero. También cantas las poderosas letras de canciones
para conectar las nuevas creencias porque es una forma tan simple, divertida y
efectiva de hacerlo.

CAPÍTULO 11
Construir Una Relación Amorosa Comienza Contigo Mismo

Estar enamorado contigo mismo es un romance para toda la vida que nuca
se desvanece, te cansa o te decepciona .
Marisa Peer, Autora

Hasta este capítulo, este libro se ha dedicado principalmente a tu relación


contigo mismo. Pero, muy a menudo, las personas que van a mi consulta están
allí para hablar de sus relaciones románticas y se preguntan por qué no pueden
hacer que funcione con alguien a quien aman tanto.

Ejercicio

Regresa a la pregunta que te hice anteriormente: ¿Cuáles son tus


necesidades insatisfechas y a quién esperas para que las solucione?

Di: Ese no soy yo porque ……


Esa ya no soy yo porque ……
Ese nunca más seré yo porque ……

Completa los espacios en blanco, repítelo varias veces y asegúrate de


decirlo de manera contundente y en voz alta. Quiero que te imagines que estoy
en la habitación y me lo debes decir y justificar.

Tu mente subconsciente solo se puede enfocar en el presente, mientras que


tu mente consciente se puede enfocar en el futuro. La razón de que el dolor o la
depresión se siente como si siempre fuera a estar ahí es porque la mente
subconsciente, que es la mente que siente, solo funciona en el aquí y el ahora.
Esta es otra razón de por qué la visualización de cambios muy en el futuro no
funciona, ya que la mente subconsciente no ve más adelante. Solo ve ahora. Una
vez que hayas presentado repetidamente tus declaraciones “No soy yo porque
……,” en tu mente, puedes pensar y creer nuevos pensamientos.

Nuevos pensamientos en círculo funcionan porque ahora tú:

Piensas nuevos pensamientos.


Crees los nuevos pensamientos.

Estos nuevos pensamientos impulsan nuevas acciones que equivalen a


nuevos resultados. Esto, a su vez, vuelve al inicio del círculo para reforzar los
nuevos pensamientos y que los sigas repitiendo.

Así es como funciona:

No soy un niño tratando de que un padre alcohólico me ame. No soy yo


porque …… no quiero ni necesito el amor de alguien así.

No soy yo porque ahora veo que no era que no me amara, sino que él no se
amaba a sí mismo.

No soy yo y nunca seré yo porque no soy un niño indefenso y dependiente,


soy un adulto maravilloso y digno de ser amado.

Ahora tenemos incorporados nuevos pensamientos que la mente no podrá


rechazar: Sé que soy digno de ser amado (nuevo pensamiento). Esto impulsa
nuevas acciones que ayudan a encontrar el amor.

La paradoja de las relaciones es esta: Si estás de novio o te casas o vives


con alguien que cree que no son dignos de ser amados, es muy difícil tener una
relación saludable o corresponder a su amor. Igualmente, si tú piensas que no
eres digno de ser amado, lo mismo es verdad. Este capítulo está al final del libro
porque quiero enfatizar que no podrás arreglar de manera efectiva tus relaciones
con otras personas en tu vida hasta que mejores tu relación contigo mismo. Gran
parte de cómo hacerlo se describe en los capítulos anteriores de este libro, pero
aquí quiero resaltar la idea de la capacidad de ser amado.

Las malas relaciones pueden tomar muchas formas, pero las personas que
permanecen en ellas tienden a tener algo en común. Tienen miedo de terminar la
relación—sin importar cuán mala sea—porque están aterrados de no ser amados
fuera de ella. Es una tragedia ver a alguien consumiéndose en una mala relación
porque sienten que nadie más los amará si se van. Pero la verdad es que un
sentimiento de ser amado no puede venir de otra persona, debe venir de adentro.

Si la idea de aprender a amarte a ti mismo te parece imposible, considera el


hecho de que alguna vez te amabas sin esfuerzo. Cuando eras un bebé,
comunicabas claramente tus necesidades (principalmente llorando) y aceptabas
felizmente todo el amor y cuidados que te daban porque instintivamente sabías
que lo merecías. Como discutimos en el Capítulo Ocho, simplemente sabías que
eras suficiente. Fue solo cuando te hiciste mayor y aprendiste lo contrario, que
comenzaste a tolerar estar con alguien que no te amara como merecías ser
amado.

Entonces, ¿cómo sucede esto? ¿Cómo aprendimos que no éramos dignos de


ser amados? Usualmente, esto viene de una comparación, o como me gusta
llamarlo—ser amado con condiciones. Nuestros padres podrían habernos dicho:
“Oh, eres tan inteligente para sacar buenas calificaciones, te amo por eso” o “te
amo, eres tan guapo/bonita/servicial”. Con estas declaraciones sutiles,
aprendemos que el amor depende de ser inteligentes, divertidos o atractivos y
dejamos de creer que podemos ser amados tal como somos. Algunos de nosotros
tuvimos padres que amenazaron con retirar su amor si no nos comportábamos de
una forma que los complaciera: “No te voy a querer si haces eso”, “No te quiero
cuando te portas de esa manera”, “Me iré si te portas mal”.

Es importante recordar que nuestra supervivencia como niños está


vinculada a que le gustemos a nuestros padres y si parece que no lo hacemos
siempre creemos que es nuestra culpa. Nuestras jóvenes mentes carecen de
lógica antes de la edad de los tres años y, por lo tanto, creemos que, si las cosas
no son felices en casa, estamos mal y tenemos que cambiar nuestro propio
comportamiento, en lugar de ver la verdad de que los padres están equivocados y
ellos deben cambiar su comportamiento. Los niños pequeños deben idealizar a
los adultos porque saben de manera innata que su supervivencia depende de que
los adultos los cuiden. Por lo tanto, creyendo todo lo que dicen los adultos, los
niños comienzan a adaptarse para tratar de complacerlos. Cuando escuchan este
tipo de declaraciones de que el “amor depende de”, van de un estado de “Soy
digno de amor”, a uno de “Por favor quiéreme”. Es un cambio crucial, aunque
sutil. Luego, hacen todo lo que pueden para asegurarse de que sus padres
continúen dándoles el amor que una vez recibieron sin esfuerzo. Cuando no
funciona, ellos cambian su pensamiento a “No me amas y si tú no me amas,
nadie más lo hará”. A medida que los clientes desentrañan las creencias
mantenidas durante tanto tiempo (mentiras) de que ellos no eran lo
suficientemente dignos de ser amados porque sus padres siempre estaban
trabajando /papá se fue /mamá prefería al nuevo marido /nuevo bebé, etc., se
dieron cuenta de que habían agregado otra creencia muy inútil a la ya dañina
creencia de que no eran dignos de amor.

La creencia que ellos agregaron fue que siempre sería así, sería así para
siempre, para el resto de su vida. Verás, los niños no pueden arreglar esto, no lo
pueden mejorar y por eso asumen que debe ser su culpa. Como no pueden
arreglarlo y nunca serán capaces de hacerlo, así comienza el daño que puede
durar toda la vida, a menos que encontremos a alguien que pueda ayudarnos a
TM
cambiar esto para siempre. Creo que mi rol como terapeuta de TTR es como
ser un detective y un dentista al mismo tiempo. La parte del detective recopila
información, busca pistas y resuelve qué salió mal con mi cliente y por qué
razón. La parte del dentista extrae todas las creencias tóxicas y las cosas
venenosas antiguas (en forma de hábitos y comportamientos) y deja al cliente
sintiéndose feliz, equilibrado, cambiado y próspero, sabiendo y resonando que
realmente es, siempre ha sido y siempre será digno de ser amado. Es un gran
cambio y verlo en mis clientes me da una inmensa alegría.

Como adultos, un impresionante número de personas va en busca del amor


y la aceptación con una mentalidad de “Por favor ámame”, en vez de la creencia
inquebrantable “Soy digno de ser amado”. Mientras que un niño puede
convertirse en un perfeccionista o en el payaso de la clase para asegurarse de que
se mantenga “inteligente” o “divertido” para sus padres, como adultos las
personas tienden a hacer todo lo posible para que alguien los ame—incluso si es
autodestructivo.

Tal vez nos volvemos codependientes, o nos convertimos en un cuidador


paternal de nuestra pareja, a pesar de que ellos sean adultos. O quizás ponemos
nuestras carreras y sueños en segundo plano porque nuestra pareja necesita
sentirse más importante y no nos ayudará a criar hijos. Estos ajustes pueden
tomar muchas formas diferentes, pero el tema subyacente es que no somos lo
suficientemente buenos para ser amados por nosotros mismos; debemos ganarlo
de alguna manera. También, a menudo, esto termina con personas que tienen
relaciones infelices porque viven para complacer a alguien más en vez de
complacerse a sí mismas.

La forma número uno de pasar de “Por favor ámame”, a “Soy digno de ser
amado”, es lo que discutimos en el Capítulo Ocho: creer que eres suficiente. Si
ahora estás en una relación luchando para que funcione o has estado buscando el
amor durante años y parece que no puedes encontrar a la persona correcta para
ti, es muy probable que tu sistema de creencias sobre lo que tú mereces sea el
problema. Una vez que dejes de enfocarte en tu relación con tu otra mitad y te
enfoques en ti mismo usando las herramientas de los capítulos anteriores, es
posible que descubras que tus relaciones mejoran instantáneamente. Después de
todo, las personas en las relaciones más felices son las personas que también son
felices por sí mismas.

Cuando somos hijos dependientes debemos pertenecer y para muchos de


nosotros cuando no estamos del todo seguros de pertenecer, de que las personas
que nos crían nos aman, valoran y celebran solo por ser nosotros mismos, solo
tenemos cuatro formas en que podemos comportarnos para asegurarnos de que
somos importantes e indispensables. Los cuatro roles que asumiremos de niños
para convencernos de que somos importantes y dignos de amor son:

El Enfermo
Esto es tan efectivo para obtener atención, tiempo y cuidados, que la
mayoría de las personas que asumen este rol nunca lo dejan y se convierten en
hipocondríacos de por vida. Siempre visitando doctores o compartiendo su
última alergia o dolencia y recibiendo un trato especial debido a eso. El niño
cuya madre tuvo que comprar alimentos sin gluten o frotar su pecho con crema
para el sarpullido cada noche, forma una creencia: “No estaba seguro de que me
amaras, pero puedo ver que te importo por los esfuerzos que haces para
mantenerme sano”. Una de mis clientas reconoció que su hermana que era sorda
recibía mucha atención y siempre la llevaban de Escocia a Londres para ver a
distintos especialistas. Ella formó una creencia poderosa: “necesitas estar
enfermo para que te noten, solo obtienes atención cuando algo anda mal
contigo” y luego su creencia se volvió fija, lo que la hizo más difícil de descubrir
y de comprender. Pero, una vez que lo hizo, ella fue capaz de superar para
siempre tanto la creencia como el comportamiento de estar enferma.

El Sobresaliente
El triunfador satisface su necesidad de ser indispensable al llegar a ser
sobresaliente en algo. Esto puede ser en lo académico o en los deportes. Cuando
vivíamos en tribus, la persona que podía cazar un animal o construir una
vivienda más rápido siempre era indispensable y es por eso por lo que hoy los
niños representan estas mismas necesidades. Desafortunadamente, el niño que
tenía que sacarse las mejores notas para enorgullecer a un padre o ganar en todo
solo para obtener su atención se convierte en un adulto que no puede renunciar a
este comportamiento aprendido a pesar de que le causa un estrés inmenso. Un
cliente que era muy competitivo y siempre tenía que ser el mejor me vino a ver
con dolores de cabeza y úlceras y comenzó a ver que su padre ausente solo
mostraba interés cuando él se volvió un estudiante sobresaliente. Otro cliente
dijo que su padre no le prestaba atención hasta que notó su talento para los
deportes y luego iba a todos los partidos para enorgullecerse de los logros de su
hijo. Ambos niños aprendieron el mismo mensaje: “Importo si soy el mejor.
Obtengo atención si logro algo y si dejo de lograr, ya no soy importante”.

El Cuidador
Este niño aprende a ganarse el amor, los elogios y el reconocimiento
atendiendo las necesidades de todos por encima de las suyas. Cuidarán a sus
padres y a otros hermanos, cocinarán, limpiarán, harán mandados y harán
cualquier cosa para hacerse indispensables para el grupo. Como adultos,
frecuentemente se convierten en enfermeras, cuidadores, terapeutas. Tienen la
creencia de que el amor debe ganarse, perseguirse y trabajarse y, a menudo, se
sienten atraídos por personas heridas y emocionalmente dañadas a las que
ayudan para salir adelante solo para descubrir que esa persona los abandonará
más adelante. Mi clienta era una abogada exitosa, pero solo salía con perdedores
y alcohólicos. Recordó que su madre estaba casada con un diplomático y era una
alcohólica crónica y no le prestaba atención a su hija, excepto cuando bebía
demasiado. Cuando eso sucedía, llamaba a su hija a su habitación y la convencía
de deshacerse de las botellas vacías y sacar a escondidas más alcohol de la
cocina para luego felicitarla y decirle que era maravillosa. Ella aprendió que su
necesidad de amor y afecto solo se satisfacía cuando estaba cuidando a alguien
más y por supuesto, al salir con alcohólicos, interpretó el papel en el que su
propia necesidad de amor y cuidado se llenaba al cuidar a alguien más. Una vez
que todo esto se aclaró, ella dio un giro radical y salió con alguien que tenía algo
mejor que ofrecerle y nunca más miró hacia atrás.

El Rebelde
El rebelde es a menudo el hijo más joven o un hijo de padres exitosos.
Debido a que los otros tres roles ya han sido tomados ellos toman el único que
queda, que es ser rebelde y difícil, en un esfuerzo por hacerse notar. Si eso no
funciona, entonces intentan quitarles el poder a las figuras de autoridad para
tener la autoridad ellos. Mucho después de que se han ido de la casa de los
padres el rebelde sigue actuando para ser el centro de atención y su incapacidad
para dejar de sentirse insignificante en su infancia le causa un tremendo estrés e
infelicidad. Joey era adicto a los deportes extremos y siempre se lastimaba. Su
esposa estaba furiosa porque tenían un hijo pequeño y ella siempre estaba
preocupada de que él fuera a quedar discapacitado. El describió su infancia
donde había tres hermanos mayores, unos padres muy ocupados y la única
atención que recibió fue cuando se cayó de su patineta o cuando se cayó por
sobre el manubrio de su bicicleta, y aunque sus padres le dijeron que dejara de
tomar riesgos tan peligrosos, él amaba la atención que recibía y era el rebelde
difícil que siempre estaba en problemas. Él fue capaz de ver cómo llevó este
comportamiento a su vida adulta y que ya no le servía, y para gran alivio de su
esposa, dejó de correr tales riesgos.

Cuando entiendes el rol que desempeñabas o que te fue asignado puedes


liberarte y tener un rol diferente como un adulto en una relación feliz y
enriquecedora. Mi expresión favorita, que llegué a usar después de ver cómo
funcionaban estos roles es: “Actuamos el único rol que hemos conocido hasta
que ese rol se hace nuestro”. Mi trabajo es mostrarte un rol mejor y más sano
que puedas interpretar. Es posible que hayas sentido que no tenías más remedio
que desempeñar un cierto rol como niño, pero como adulto, ahora eres libre para
renunciar a esa parte y desempeñar el papel de un adulto querido y digno de ser
amado.
¿Qué tiene que ver el sexo con esto?
A menudo me sorprende el hecho de que en mis seminarios, charlas y
cursos que doy en todo el mundo, muchas personas parecen tratar el sexo como
una especie de idea de último momento. Ya sea que se trate de mojigatería,
timidez o falta de familiaridad al hablar de ello, pocas personas parecen darse
cuenta de lo importante que es una vida sexual saludable—no solo para una
relación amorosa, sino para tu propia salud y bienestar personal, para sentirte
poderosamente unido a otra persona, y para que esos lazos duren, entonces
priorizar una vida sexual feliz puede ayudar a que todas estas cosas sucedan.

¿Por qué el sexo es tan poderoso? A nivel biológico, el sexo cambia la


química de tu cerebro y actúa como un poderoso antidepresivo gracias a la
avalancha de dopamina y oxitocina que trae el orgasmo. Además, los estudios
han demostrado que el sexo regular y que se disfruta es sabido que construye
células asesinas naturales que luchan contra todo tipo de dolencias, incluido el
cáncer. Incluso cuando ya pasamos la edad en que podemos tener hijos, el sexo
también ofrece un efecto antienvejecimiento. Nuestros cerebros reptilianos creen
que, si todavía estamos teniendo relaciones sexuales, puede haber una
posibilidad de un bebé—por lo que nos mantiene más jóvenes para poder cuidar
al bebé que cree que estamos haciendo.

Los orgasmos mejoran la circulación, proporcionan drenaje linfático,


ayudan a tu cuerpo a desintoxicarse, mejoran la digestión, la función cerebral y
el estado de ánimo, previenen enfermedades, ayudan a reparar los tejidos y
mantienen la piel sana. Cuando tenemos un orgasmo, nuestros cuerpos liberan
endorfinas que eliminan el cortisol (una hormona que ayuda a tu cuerpo a
responder al estrés o al peligro). Los orgasmos también aumentan las células que
combaten las infecciones hasta en un 20% y elevan los umbrales del dolor (para
preparar su cuerpo para el parto). Cosas como las migrañas y las alergias
disminuyen en intensidad. Muchos estudios muestran que los orgasmos te
mantienen más joven y saludable. Los orgasmos también contrarrestan la
depresión, y la absorción vaginal de esperma tiene un efecto antidepresivo
natural (nótese bien: solo considera esto en una relación segura de largo plazo).
Además de eso, producimos oxitocina cuando hacemos el amor y tenemos un
orgasmo. La oxitocina es conocida como la hormona del amor y el bienestar
porque nos hace sentir bien con nosotros mismos y fortalece nuestro vínculo con
nuestra pareja. Tener relaciones sexuales nos ayuda a sentirnos vivos y
conectados, tiene mucho que ofrecernos y no debemos renunciar a la gran
cantidad de beneficios porque nos aburrimos o perdemos nuestra libido.

Con todos esos maravillosos beneficios para la salud, como sentirnos


jóvenes, vibrantes, vivos y poderosamente unidos con nuestra pareja—que son
totalmente naturales y gratuitos—pensarías que las parejas felices tienen
relaciones sexuales todo el tiempo, ¿no? Pero cualquiera que haya tenido una
relación a largo plazo sabe que mantener una vida sexual sólida puede ser cada
vez más difícil. Sin embargo, muchas personas aceptan que ese sea el caso y
simplemente renuncian al sexo a cambio de un compromiso a largo plazo, y
junto con ello, renuncian a todos esos maravillosos beneficios para la salud que
mencioné anteriormente. Algunos estudios han demostrado que el 50% de los
matrimonios son célibes. Esto es tan triste y no tiene por qué ser así ya que el
buen sexo es una de las cosas que puede hacer que tu relación sea especial y
única. Una gran relación requiere tres cosas: química sexual, química de mejores
amigos y un profundo respeto mutuo. La química de mejores amigos no significa
que tú y tu pareja hagan todo juntos, evitando a todos los demás amigos, sino
que significa que tu relación tiene más que un poderoso impulso sexual para
mantenerlos unidos. Por lo tanto, cuando la enfermedad, el embarazo o los niños
enfermos tienen prioridad sobre tu vida sexual, tu profundo vínculo de amistad
te permite pasar esos momentos. Muchos de mis clientes me dicen que tienen
una excelente química de mejores amigos, pero que no tienen química sexual, y
simplemente aceptan esto como algo que sucede en una relación a largo plazo.
Es cierto que en los primeros dos años de una relación tenemos un poderoso
impulso sexual ya que la naturaleza está ansiosa por reproducirnos. Después de
eso, el impulso sexual baja para que pongamos la atención en el bebé que cree
que hemos hecho durante nuestro apogeo sexual. Sin embargo, hay formas de
mantener una vida sexual poderosa y emocionante toda tu vida, una vez que
sabes cómo.

Los humanos tienen tres sistemas cerebrales para el apareamiento y la


reproducción: el deseo sexual, el amor romántico y el apego profundo.
Necesitamos sostener los tres, y poder comprenderlos nos ayuda. Para mantener
el sexo, es importante dedicarle tiempo y darse cuenta de lo importante que es
mantener una relación saludable. Cuando tenemos relaciones sexuales regulares,
nos ayuda a conectarnos y unirnos, y esto a su vez ayuda a mantener el amor
romántico. Tocar, tomarse de las manos, abrazarse y besarse ayudan a mantener
el apego.

Cuando tenía una columna como consejera sentimental en un diario


nacional, la gente me escribía sobre todo tipo de problemas íntimos y sexuales.
Los más comunes siempre eran de mujeres que no podían tener un orgasmo,
hombres que se sentían mal porque no podían hacer que su pareja tuviera un
orgasmo y problemas con la pareja porque uno de ellos perdió el deseo sexual.
Por lo general, ellos simplemente aceptaban esto porque no sabían cómo
superarlo. Lo que el amor necesita para prosperar y sobrevivir es intimidad,
confianza absoluta, seguridad, estabilidad y certeza. Esto es lo que hace que ir
por la vida con un compañero de largo plazo que te apoya sea tan bueno—sabes
que estarán ahí para ti, confían el uno en el otro, se comprenden y apoyan
mutuamente y siempre están ahí el uno para el otro. Sin embargo, el buen sexo
necesita algo más y bastante diferente a eso. El buen sexo y particularmente el
sexo erótico necesita y requiere misterio, drama, emoción, sorpresa, suspenso, lo
desconocido e incluso algo de riesgo. De hecho, se sabe que nuestros cuerpos se
excitan aún más—y nuestro sistema reproductivo es más fértil—cuando tenemos
sexo con alguien nuevo y desconocido para nosotros. Si bien muchas mujeres
informan que necesitan sentirse seguras y amadas para tener un orgasmo,
muchas más informan que el nerviosismo, el drama, el suspenso, la sorpresa y el
riesgo son los elementos que lo provocan.

Cuando las mujeres tienen relaciones sexuales con alguien nuevo, su cuello
uterino se inclina para atraer el esperma. Cuando los hombres tienen relaciones
sexuales con una persona extraña, pueden triplicar su producción de esperma.
Esto sucede porque la naturaleza está decidida a mantener la especie viva al
hacernos más fértiles cuando estamos con una nueva pareja. La naturaleza no
invierte en lo felices que somos, sino en asegurar que somos orgásmicos porque
estamos aquí para crear a la próxima generación. Los orgasmos hacen que esto
sea más probable. Descubrí esto cuando trabajaba con parejas infértiles. Ya sabía
que la fantasía tiene el mismo efecto que estar con alguien nuevo, ya que triplica
el consumo de esperma e inclina el cuello uterino para impulsar la concepción.
Les he sugerido a muchos de mis clientes que se disfracen y que jueguen a
interpretar diferentes roles yendo a lugares diferentes, usando accesorios visuales
y auditivos para entusiasmarlos y aumentar su habilidad de concebir.
Recomiendo que los hombres con un recuento bajo de espermatozoides utilicen
la fantasía para aumentarlo. Solo ir a un hotel puede hacer el truco ya que
estamos en un nuevo entorno. Mis clientes regresaban y contaban historias
divertidas sobre cómo habían concebido, pero más interesante aún era que casi
todos decían, “Dios, fue tan divertido, tan emocionante, tan diferente. Estamos
comprometidos a mantener esta parte de nuestra vida sexual sí o sí ya que nos
conecta mucho”.
Cuando intentas concebir puede ser muy estresante y el sexo puede
convertirse en una tarea. Los niveles de testosterona aumentan cuando los
hombres se sienten admirados y apreciados. Y disminuyen cuando las parejas
pelean. Las mujeres producen más cortisol cuando están ansiosas y esto puede
reducir la fertilidad. Cuando elogias a tu pareja se disminuyen las hormonas del
estrés y el colesterol mientras que mejora el sistema inmunológico. También
tiene el mismo efecto en ti, por lo que vale la pena considerar cualquier cosa que
haga el sexo divertido, atractivo y con más conexión. El juego de roles y volver
a poner la diversión es fácil y nos gusta. Por supuesto si no te gusta, es
importante no sentirte obligado a hacerlo. Una pareja con la que trabajé tenía que
tener sexo casi de acuerdo con el ciclo de ella y sus registros de temperatura y
ambos estaban exhaustos. Creían que concebir a su hijo debía ser profundamente
romántico y significativo y todo se volvía demasiado lento y una tarea ardua.
Sugerí que tuvieran sexo como los leones, rápido y emocionante. Lo probaron y
concibieron su propio cachorro super rápido y les encantó el recuerdo de cómo
lo habían hecho.

Lo que el amor y la intimidad requieren, y lo que el sexo y el orgasmo


requieren, puede ser contradictorio. Los dos aparentemente se cancelan
mutuamente. El amor necesita intimidad, mientras que el buen sexo necesita
misterio. La intimidad significa estar cómodo tal como estás. Sabes que tienes
intimidad cuando puedes terminar las oraciones del otro, cuando sabes lo que le
gusta y no le gusta a tu pareja y cuando puedes interpretar su estado de ánimo sin
que algo sea dicho. Puedes compartir el baño y orinar mientras tu pareja está en
la ducha. Es maravilloso tener esta seguridad, pero no es erótica. Te sorprenderá
saber que la desnudez total no es misteriosa. Los bailarines de burlesque y los
bailarines exóticos nunca comienzan su acto completamente desnudos ya que la
sugerencia de desnudez y la desnudez parcial son mucho más emocionantes y
eróticos. Las playas nudistas no son eróticas ya que el erotismo requiere
misterio.

Cuando la emoción desaparece, ¿cómo la recuperamos? La gente a menudo


se sonroja cuando digo esto, pero he visto a muchas parejas revitalizar su vida
sexual—y por lo tanto sus relaciones en general—integrando la fantasía de
alguna manera. Incluso si no te has involucrado en una fantasía explícita, la
mayoría de las parejas admiten que a menudo tienen mejor sexo cuando están en
una habitación de hotel o de vacaciones porque la novedad y lo novedoso de la
ocasión los hace sentirse más sexy. No tienen quehaceres, ni niños, ni que estar
en algún lugar y de repente sienten ganas de tener relaciones sexuales. La
fantasía funciona de la misma forma, pero ¡no tienes que gastar dinero yendo de
vacaciones solo para tener sexo!

Si puedes entender que la intimidad es el enemigo del erotismo, entonces


puedes ver los problemas que surgen al tratar de mantener una relación de largo
plazo amorosa y feliz y que incluya buen sexo. Hay más de una respuesta, sin
embargo, la fantasía es el puente que conecta la intimidad y el erotismo, es la
forma más rápida de mantener una vida sexual apasionada.

Las personas a veces se resisten a la fantasía porque se sienten tontas


fingiendo ser otra persona, o sienten que no están a la altura de la fantasía que
excita a su pareja. También ven la fantasía como algo similar a un engaño—
como si admitir que tal vez quieren tener relaciones con un bombero o una
policía es admitir que quieren tener sexo con alguien que no es su pareja. Pero
no tiene que verse de esa manera. La fantasía es inherentemente emocionante, y
si se dan permiso mutuamente para usar su imaginación y admitir que tienen
deseos extramaritales (todos los tienen), puede ser una excelente manera de
mantener su vida sexual juntos.

El hecho es que las personas no suelen ser infieles porque están buscando
una nueva persona y una nueva vida; los hombres que abandonan a sus esposas
por sus amantes son la excepción, no la regla. Las personas son infieles porque
están buscando una nueva experiencia. Esto no justifica la infidelidad, pero
sustenta la investigación que muestra el conflicto entre el sexo y el amor. Puedes
poner esa nueva experiencia en tu relación. Si la fantasía de tu pareja es diferente
a la tuya, puedes hacer un pacto para satisfacer los deseos del otro y hacerlo
desde un lugar de respeto y sin juicios.

Estamos programados para que nos guste lo que es familiar, excepto con el
sexo cuando la familiaridad puede aburrir el deseo simplemente porque cuando
todo es muy familiar y predecible, la emoción y el deseo disminuyen. La fantasía
puede devolver la emoción y el deseo. Tu mente no puede diferenciar entre lo
real y la fantasía y eso en sí mismo es emocionante. Cuando usas la fantasía para
alcanzar el orgasmo, le estás enseñando a tu cuerpo cómo responder, y una vez
que tu cuerpo se acostumbra a una poderosa respuesta orgásmica, la mantendrá
incluso sin la fantasía, ya que los músculos tienen memoria.

Muchos clientes me preguntan, “¿Pero cómo fantaseo?”. Si una película o


una historia te estimula, esa es la clave de lo que funciona para ti. Todos
conocemos los efectos de las ‘50 Sombras de Grey’, que dieron permiso a las
personas para usar la fantasía para mejorar su deseo sexual. Comparte tu fantasía
con tu pareja y permíteles compartir la suya contigo. Túrnense para probarlas y
simplemente vean qué se siente bien y con qué fantasías obtienen los resultados
que desean.

Tu mente es el órgano más sexy y deberías usar tu mente para mejorar e


intensificar tus orgasmos. Cuando la mente dice sí al orgasmo, el cuerpo copiará
esto. El problema es que para muchos de nosotros nuestra mente dice: “No, esto
lleva demasiado tiempo, esto nunca va a suceder. Me estoy aburriendo ahora,
¿cómo es que otras personas responden a esto y mi cuerpo no?” Una de las
reglas de tu mente es que lo que se espera es lo que tiende a cumplirse. Otra
regla es que en lo que sea que te concentras, obtienes más de eso. Y otra regla
más es que nuestros cuerpos actúan de una forma coherente y en línea con
nuestro pensamiento. Puedes usar tu mente para condicionar tu cuerpo para que
sea súper sensual y altamente orgásmico, no solo a veces sino todo el tiempo al
reconocer que tu mente también es un órgano sexual.

Habla con tu pareja sobre lo que te entusiasma, emociona y excita. Tómate


un tiempo para explorar lo que te gusta y también asegúrate de escuchar lo que
ellos quieren también. A menudo entramos en relaciones creyendo que la otra
persona satisfará todas nuestras necesidades, y que la pareja perfecta tiene
habilidades psíquicas para saber exactamente lo que queremos. Muchas
relaciones se deshacen debido a esto. Es muy importante decir lo que te gusta y
lo que no te gusta al principio de la relación. Si aparentas que todo es perfecto y
finges tu respuesta, es difícil salir de eso más adelante. Es cierto que si satisfaces
todas las necesidades de tu pareja nunca querrán dejarte, de la misma manera
que si ellos satisfacen todas tus necesidades. Sin embargo, es poco probable que
una persona pueda satisfacer todas nuestras necesidades todo el tiempo. Tenemos
que satisfacer algunas de nuestras necesidades nosotros mismos y tenemos que
decidir que algunas de ellas no son tan importantes como nuestra relación. Otro
defecto es creer que el trabajo de nuestra pareja es satisfacernos en la cama. La
verdad es que eres responsable de tu propio orgasmo. Tú eres responsable de
descubrir qué funciona para ti y de enseñarle a tu cuerpo a responder.

El respeto es un elemento importante que hace que nuestras relaciones


funcionen y duren. Las relaciones que no deberían funcionar, pero que sí lo
hacen se deben a que las parejas tienen un gran respeto mutuo. Respetar a tu
pareja lo suficiente significa estar dispuesto al menos a probar sus fantasías,
siempre que no sea peligroso. Al mismo tiempo, no tienes que compartir todas
tus fantasías, simplemente puedes reproducirlas en tu mente cuando sea que te
den ganas. ¿Recuerdas algunos párrafos atrás cuando te dije todos los beneficios
disponibles para ti de los orgasmos? Los orgasmos producidos por uno mismo
también tienen múltiples beneficios para la salud y la fantasía es una excelente
manera de alcanzar el orgasmo cuando solo eres tú y tu cuerpo.

Es crucial recordar por qué te enamoraste de tu pareja y enfocarte en lo que


te gusta y aprecias de ellos en vez de en lo que te molesta. La gratitud es la
energía más alta para vibrar y si puedes detenerte e imaginar tu vida sin tu
pareja, eso ayuda a apreciarla en vez de irritarte por culpa de ellos. Se supone
que no debes estar con alguien igual que tú—eso sería muy aburrido—recuerda
celebrar tus diferencias. Nos atrae lo que es opuesto a nosotros y es importante
en una relación de largo plazo permanecer opuestos. Una de las razones de que
los hombres aman las medias, los tacones, el lápiz labial, la sombra de ojos, el
pelo largo y sedoso y las piernas sin pelo es porque es todo lo contrario a ellos.
También aman las curvas y la relación cintura-cadera ya que es algo que ellos no
tienen. A las mujeres les gustan las mandíbulas cuadradas, los brazos y pechos
musculosos y las voces profundas ya que esto es algo que ellas no tienen.
Mantén estos opuestos activos y obvios en tu vida sexual.

Ten en cuenta que no se trata de tener un cuerpo perfecto o lucir increíble.


De hecho, el órgano más sexy que tienes es tu cerebro y afortunadamente tu
cerebro no puede diferenciar entre lo real y la fantasía. Si puedes combinar la
novedad sexual con tu pareja a largo plazo, es muy probable que tu relación dure
en el tiempo. Las personas que intentan ser perfectas son las más infelices y las
más difíciles de convivir, y a menudo se las abandona por personas con defectos.
Nos gustan las personas cálidas y reales, ya que la base de las relaciones es
poder compartir la vulnerabilidad.

La única persona a la que puedes cambiar eres tú mismo, y una vez que te
amas a ti mismo tú y tu pareja pueden tener una vida sexual sana y emocionante.
Habrás logrado lo que tan pocas personas pueden lograr y tu vida será aún más
rica por ello.

Si te quieres condicionar a ti mismo para tener orgasmos poderosos, no


esperes a estar excitado y de humor y no esperes estar motivado para tener
relaciones sexuales; sino que acepta que tener relaciones sexuales te motiva de la
misma forma que hacer ejercicio nos motiva a hacerlo más.
Puedes tener orgasmos poderosos, orgasmos de cuerpo completo y
orgasmos masivos extendidos diciéndote a ti mismo que eres súper sensible al
tacto. Es útil creer que tanto tu mente como tu cuerpo saben qué hacer. Puedes
dialogar con tu mente diciéndole que esto es correcto, que estás listo y que eres
súper orgásmico, sigue repitiendo esto y te sorprenderá lo rápido que sucede.
Los orgasmos liberan tensión, así que sigue diciéndote que eres súper orgásmico,
que tienes orgasmos rítmicos profundos y poderosos, orgasmos de cuerpo
completo, orgasmos extendidos y orgasmos múltiples. Las mujeres también
pueden tener orgasmos vaginales, del clítoris y del punto G, y los hombres
también pueden beneficiarse de esto, ya que tú puedes compartir los orgasmos de
tu pareja y ellos pueden compartir el tuyo, sea cual sea tu género o preferencia
sexual.

Cuanto más te condiciones para creer que esto sucederá, más sucederá hasta
que se vuelva fácil y natural y cuanto más fácil sea, más lo harás y, por supuesto,
cuanto más lo hagas, más fácil será. Si tienes que usar una fantasía para llegar al
clímax o enseñarle a tu cuerpo a cómo responder, eso es muy normal. Después
de todo, cuando llegamos al orgasmo es una tremenda liberación de tensión y
para lograrlo es posible que tengas que enfocarte, entrenar tu cuerpo para tensar
y apretar tus músculos y luego relajarlos, y dado que los músculos tienen
memoria, esto se vuelve más fácil. A medida que tus músculos se aprietan, la
tensión aumenta y luego se libera hasta llegar al orgasmo de todo el cuerpo.
Sigue recordándote que la respuesta sexual y la atracción sexual comienza en la
mente y tienes un enorme poder para influenciar y dirigir tu mente para que te de
lo que quieres incluyendo orgasmos poderosos. Tu mente puede hacerte
maravillosamente orgásmico y cuando tu mente dice sí, tu cuerpo dice sí. Los
orgasmos son hermosos y mejoran la vida y la naturaleza quiere que los tengas.
También tenemos una grabación de audio disponible en
http://www.iamenough.com/resources .

CAPÍTULO 12
Juntando Todo Para Crear Una Vida Increíble

Los dos días más importantes de tu vida: El día que naciste y el día que
descubriste por qué .
Mark Twain, Autor
Escribí en la introducción de este libro que mi objetivo era compartir con
ustedes los hábitos que había observado en mis clientes más felices y exitosos.
Espero que ahora se den cuenta implícitamente de que cuando digo “exitoso” no
me refiero simplemente a rico, famoso y poderoso. El éxito es mucho más que
eso. Hay muchas personas que se ven exitosas externamente, pero que están
empobrecidas internamente. De hecho, en mis treinta años de ser terapeuta, lo he
visto más veces de las que puedo contar.

Exitoso, en este contexto, significa algo completamente diferente. Significa


ser tu propio aliado, amigo y porrista, incluso cuando el mundo o tus redes
sociales no lo estén haciendo por ti. Significa ver el valor inherente de alentar a
otros porque sabes cómo alentarte a ti mismo. Significa saber que trabajar para
alcanzar tus sueños y metas se vuelve mucho más fácil una vez que tienes a tu
cerebro trabajando para ti, no en tu contra. Significa dejar de lado las historias y
creencias limitantes que te has dicho a ti mismo o que te ha dado tu familia y
aceptar la idea de que tú y solo tú eres responsable por las palabras e imágenes
en tu cabeza. Significa ser amable con los demás naturalmente, porque primero
eres amable contigo mismo.

Lo que suele suceder cuando una persona hace todas las cosas descritas
anteriormente es que se vuelven exitosos sin siquiera intentarlo. Es posible que
no hayan buscado tanto la riqueza, el amor y la fama como el haber hecho el
trabajo interno para enfocarse y cambiar su forma de pensar. Pero cuando eres
feliz internamente, las cosas buenas tienden a suceder. Lo que a menudo
encuentro es que las personas que tienen los logros del éxito sin el trabajo
interno son aún más infelices que aquellos que viven vidas más modestas. Pero
aquellos que tienen ambos—éxito externo e interno—están realmente en la cima
del mundo. Eso es lo que quiero que seas.

Esta observación de mi práctica y trabajo está respaldada por Tony Robbins


(autor, empresario, filántropo y coach ), quien a menudo habla de la diferencia
entre logro y realización: “Hay dos partes para tener una vida extraordinaria. La
primera parte es dominar la ciencia de los logros: ¿cómo tomo lo que imagino y
lo hago realidad? ¿Y cómo lo hago más rápido, mejor, más fácil? Hay muchas
personas que son muy buenas en esto y todavía no tienen una vida
extraordinaria. Tienen una vida que ves como extraordinaria, pero luego recibo
la llamada telefónica del multibillonario que me dice que se siente miserable y
deprimido. La segunda habilidad es el arte de la realización. Si quieres una vida
extraordinaria no puedes solo lograr, tienes que estar realizado”.
En otras palabras, el éxito sin esta pieza del rompecabezas que es la
realización, aun te dejará infeliz. Como se discutió anteriormente, esta es la
razón por la cual muchos de los ricos y famosos entre nosotros se vuelven
adictos, se suicidan o pierden todo su dinero y malgastan sus talentos. Persiguen
y alcanzan el éxito, pero descuidan el trabajo de la realización y el hecho de que
todavía se sienten infelices los mata, a veces literalmente.

Quizás te preguntes por qué tantos de nosotros parecemos centrarnos en el


logro antes que en la realización. La respuesta yace en gran parte en nuestra
cultura. Desde una edad muy temprana, se nos alienta a buscar una versión del
éxito bastante rígida que sea sinónimo de dinero, renombre y prestigio. Cuando
alcanzamos la edad en que elegimos la educación, el trabajo y la carrera,
estamos más que inspirados a ir detrás de los signos externos del éxito—pero
inducidos.

Si bien eso no es inherentemente algo malo, puede volverse destructivo


porque a menudo no se combina con el tipo de trabajo interno que no resulta en
ganancias del PIB para la economía global o aumenta nuestra cuenta bancaria.
En su mayor parte, las personas persiguen logros externos porque eso es lo que
ven y se les enseña a hacer; ignoran el trabajo interno porque hay menos
modelos a seguir e instrucciones para ello.

Dije anteriormente en este libro que creo firmemente que el “trabajo


interno”, incluyendo el amor propio y la creencia de que “yo soy suficiente”, es
el tipo de material que se debería enseñar en las escuelas—junto con las
matemáticas, la economía y el inglés. Espero que algún día este sea el caso.
Pero, hasta que la idea de la realización antes que el logro se vuelva más
dominante en nuestra sociedad, me temo que la mayoría de la gente buscará el
éxito externo primero y solo logrará el trabajo de realización mucho más tarde
en la vida (si alguna vez lo hace). Es mi más sincera esperanza que el difundir
mis enseñanzas a través de libros como este ayudará a popularizar el mensaje. Si
te sientes motivado a seguir este camino después de leer este libro, y creo que lo
harás, te llevará al santo grial del trabajo interior y el desarrollo personal: tu
propósito.

Encontrando tu propósito
Trabajo con muchos coaches y entreno a muchos terapeutas, y en general,
lo más común por lo que las personas buscan la ayuda de un mentor es para
encontrar su propósito o a la cosa que se supone le deben dedicar tiempo
haciéndola. Un propósito es diferente que un trabajo o una carrera. A veces te
puede hacer ganar dinero, pero otras veces no. Sin embargo, un propósito es una
cosa para todos: cuando lo estás haciendo, te sientes completo y en total paz al
saber que esto es lo que estás destinado a hacer.

Es verdad que no todos en la vida tienen el lujo o privilegio de encontrar su


propósito. Pueden estar demasiado centrados en la supervivencia o pueden tener
la carga de cuidar a otros. Pero, si estás leyendo este libro, sospecho que es
porque tú sabes que tienes un propósito que encontrar y representar a lo largo de
tu vida y es probable que tengas la suficiente suerte de ser capaz de hacer algo al
respecto. No quieres convertirte en una de las muchas personas que tienen este
sentimiento y no lo honran—esas personas son, después de todo, las personas
más deprimidas de nuestro mundo.

Entonces, ¿cómo puede una persona encontrar este propósito si no está


seguro de lo que se supone que debe ser? Aquí hay una pista: tu propósito a
menudo tiene una relación directa con lo que te gustaba hacer entre las edades de
aproximadamente siete y catorce años. ¿Por qué esas edades? Bueno, a los siete,
tienes la edad suficiente para comenzar a desarrollar tu propio sentido de
identidad. Y a los catorce años, comenzamos a internalizar las presiones e
inseguridades del mundo que nos rodea, y tal vez, como consecuencia,
comencemos a moderar nuestro comportamiento para “encajar” o “ser bueno”.
Pero entre esas dos edades, encontramos un punto intermedio donde estábamos
permitiendo que nuestros deseos y pasiones dirigieran cómo pasábamos nuestro
tiempo.

Ahora, podrías pensar: “¡pero a los ocho años todo lo que amaba era dar
vueltas y bailar!” o “como un niño de doce años pasé cada momento libre que
tuve arriba de un árbol”. Por supuesto, puede ser que esas cosas ahora no podrían
pagar tu hipoteca. Pero si bailar, moverte, pasar tiempo al aire libre o trabajando
con animales eran cosas que te emocionaban en ese entonces, es muy probable
que ahora también te emocionen.

Como dije anteriormente, desafortunadamente nuestra cultura está muy


obsesionada con los logros. No creemos que valga la pena hacer algo a menos
que seamos increíbles haciéndolo o que nos haga ricos, admirados y famosos.
Pero ese no es el propósito. Un propósito no es impulsado por el ego, la codicia
o la competitividad. Está impulsado por un deseo de significado y de ser útil
para los demás.

Puede que esto no sea totalmente aparente al principio, podrías pensar: “ir a
una clase de baile a una edad madura no va a ayudar a nadie”, pero descubrí que
cuando las personas honran lo que les gusta hacer, sus caminos comienzan a
desarrollarse y progresar de manera misteriosa. Quizás una clase de baile
conduzca a muchas más y comiences a inspirar a tus amigos a unirse. Quizás
seas lo suficientemente bueno como para pensar que podría ser una buena idea
enseñar tu propia clase, sin cobrar, en tu centro comunitario local. Es posible que
esto no te permita renunciar a tu trabajo diario, ¡y eso está bien! Pero la alegría
que sentirás al vivir tu propósito de alguna manera te hará ver tu trabajo diario
de manera completamente diferente: algo que te permite vivir tu propósito.

De todo mi trabajo con la gente, realmente creo que la causa principal de la


depresión es no seguir el deseo de tu corazón de una manera profunda y
significativa. No te permitas hacer esto. Incluso si parece poco práctico, poco
impresionante, pequeño o completamente aleatorio, encuentra una manera de
seguir tu curiosidad acerca de tu llamado y puedo garantizarte que se
desarrollarán cosas maravillosas.

Y no olvides, cualquiera que sea la forma que tome, cuando amas lo que
haces, tienes un propósito. Y cuando compartes ese propósito, tienes sentido.

Hábitos de acción versus hábitos de pensamiento


Recordarás anteriormente que delineé la diferencia entre los hábitos de
pensamiento y los hábitos de acción. La mayoría de nosotros tiene hábitos de
pensamiento, solo que no somos conscientes de ellos. Nos complacemos en un
diálogo interno crítico sin darnos cuenta de que hacerlo es una opción que tiene
un impacto mayor en cómo nos sentimos y nos movemos en el mundo. En
psicología, estas fuerzas internas a menudo se llaman “saboteadores” y las
personas permiten que una variedad de ellos afecte sus vidas. Ya sea el Juez
Interno, el Controlador, el Inquieto, el Riguroso, el Complaciente, el Evasivo, la
Víctima, el Híper-Atento, el Híper-Triunfador, o el Híper-Racional, estos
saboteadores pueden dirigir el espectáculo si se lo permitimos.
Como descubrió un investigador de la Universidad de Stanford: “Algunas
de las personas más exitosas del mundo están gobernadas por varios de sus
saboteadores. Usando las emociones negativas como combustible para
impulsarlos, en última instancia no alcanzarán su verdadero potencial”. En otras
palabras, mientras que los saboteadores pueden serte útiles para alcanzar el éxito
y el logro externo (a través de cosas como convertirte en un perfeccionista, en un
adicto al trabajo, o en un competidor feroz) nunca te harán feliz si les permites
gobernar tu mente.

Gran parte del material de los capítulos anteriores está diseñado para
ayudarte a superar estos saboteadores utilizando uno de dos métodos: hábitos de
pensamiento y hábitos de acción. Comencé el libro con hábitos de pensamiento
que puedes implementar de maneras pequeñas y grandes a lo largo de tu vida.

El primer hábito de pensamiento fue aprender que tu mente hace lo que cree
que quieres que haga. Como expliqué, la mente siempre está operando de esta
manera; la mayoría de las personas simplemente no lo saben. Si cada vez que
conduces a la oficina piensas, “Esto va a ser un infierno”, entonces tu cerebro
toma esa señal para hacerte sentir de acuerdo a ella. Sin embargo, si te
comunicas contigo en una forma precisa, detallada y específica, tu mente te
ayudará a avanzar hacia tus objetivos, en lugar de sabotearlos. Así como
actualizamos nuestro software en nuestros teléfonos y computadoras portátiles,
tenemos que actualizar la forma en que opera nuestro cerebro.

El siguiente hábito de pensamiento era controlar las palabras e imágenes en


tu cabeza. Expliqué cómo los bebés no pueden tener miedo a volar—a pesar de
que no es nada familiar para ellos—porque no han aprendido a asociarlo con la
negatividad o el miedo. Todos nacimos con esta confianza fenomenal—no solo
sobre volar, sino, sobre todo—pero la desaprendemos a medida que crecemos.
La respuesta es mentir, hacer trampa y robar. Esto es, mentirle a tu cerebro,
engañar al miedo y robar de vuelta la confianza con la que naciste. Incluso si
algo te llena de temor o miedo, si reemplazas esas imágenes y palabras con unas
más neutrales, puedes disminuir el efecto que un determinado evento o situación
tiene sobre ti. Recuerda, una aguja es percibida de diferente forma por un adicto
a la heroína, por una enfermera y por alguien con fobia a las agujas. La
diferencia no está en la aguja, sino que en la percepción de ella. Tú y solo tú
tienes el poder sobre esta percepción— ¡así que úsalo!

El tercer hábito de pensamiento que te enseñé en el Capítulo Tres fue hacer


familiar lo que no es familiar y lo que sí es familiar hacerlo no familiar. Una
peculiaridad frustrante del cerebro es que siempre anhela lo familiar, incluso lo
que sabemos que ya no nos ayuda. Es por eso que las dietas fallan, las personas
eligen parejas en malas relaciones y los ganadores de la lotería pierden todo su
dinero tan rápido como pueden gastarlo. Pero, no tiene que ser así. Si piensas
conscientemente sobre lo que te gustaría hacer familiar y no familiar, puedes
comenzar por distanciarte de lo malo y moverte hacia lo bueno. Si sabes cuáles
son las cosas a las que tiendes a moverte y alejarte, puedes comenzar a intervenir
antes de que los hábitos mentales tomen el control. Ahí es donde radica tu
verdadero poder. Como escribí en el Capítulo Tres, si vas a la línea de meta de
una maratón, no está lleno de corredores de toda la vida—más bien está lleno de
personas que hicieron que levantarse y correr fuera familiar, muchos de los
cuales solían pasar sentados en el sofá.

En el Capítulo Cuatro cambiamos a un hábito de acción en lugar de un


hábito de pensamiento. Te dije que las personas exitosas aprenden no solo a
hacer lo que odian, sino a hacer lo que odian primero para quitarlo del camino.
Ten en cuenta que esto no significa aprender a amar hacer lo que odias—por
ejemplo, sería difícil amar hacer tus impuestos—pero puedes aprender a amar el
sentimiento de logro que viene después de hacer lo que odias y sacarlo de tus
pendientes. También exploramos esto a través de la ciencia detrás de la
formación de un hábito y que la señal, el comportamiento y el modelo de
recompensa es una herramienta útil que puedes usar para crear nuevos hábitos y
detectar los que te gustaría eliminar. Hacer lo que odias no se trata de avanzar
pesadamente por los trabajos, relaciones o actividades que odias, sino más bien,
una forma de superar las tareas más mundanas, pero necesarias y sentirte mejor
por ello.

El Capítulo Cinco exploró otro hábito de acción: tomar acción en la


dirección de tus objetivos todos los días. Esto no se trata de convertirse en un
adicto al trabajo y trabajar siete días a la semana (de todas formas, eso no es
sostenible), sino que se trata de establecer un patrón de trabajo hacia el éxito
diariamente, incluso si es por cinco o diez minutos. Esto puede tomar muchas
formas, desde hacer una meditación a enviar propuestas de ventas, pero el punto
es trabajar con la idea de que tu mente es un misil dirigido a un objetivo—quiere
avanzar hacia algo. Como me gusta decir, “En la vida, no hay atajos, pero hay
garantías”. Si haces una cosa cada día en la dirección de tus sueños, está
garantizado que te acercarás a él.
El Capítulo Seis nos dio otro hábito de acción: retrasar la gratificación.
Hablamos sobre el famoso experimento de malvaviscos de Stanford, donde los
niños que fueron capaces de retrasar comerse un dulce crecieron para convertirse
en adultos más exitosos y mejor adaptados. Si bien los niños en el experimento
pueden haber poseído naturalmente ese rasgo, tú no tienes que hacerlo. Si
comienzas a estructurar tu día y las tareas en torno a grandes y pequeñas
recompensas, puedes aprender a retrasar la gratificación y disfrutar de sus
beneficios. Esto puede aplicarse a todo, desde tu dieta hasta tus más grandes
objetivos. También se aplica a la crianza de los hijos. Compartí con ustedes
cómo aprendí de mis clientes que las personas que les dan todo a sus hijos les
roban la capacidad de retrasar la gratificación a largo plazo. Estos niños
frecuentemente terminan siendo muy infelices, ya que están resentidos porque
nunca tuvieron la oportunidad de sentir la sensación de logro y satisfacción que
conlleva alcanzar sus metas después de trabajar duro—que es otra forma de
gratificación tardía. Recuerda, ya sea disfrutar tu café favorito después de
escribir un correo electrónico complicado o no salir de vacaciones hasta que
hayas terminado el manuscrito de tu libro, es la retribución de algo lo que nos
hace sentir bien, no la mera obtención de ello.

En el Capítulo Siete hablamos sobre cómo podemos aplicar diferentes


hábitos de pensamiento y acción a algo que afecta a mucha gente: la pérdida de
peso. También cubrimos la idea de que reparar tu relación con la comida y con tu
cuerpo no solo significa cambiar cómo piensas acerca de ti mismo, sino que
también cómo piensas acerca del entorno en el que estás funcionando. Una vez
que recordamos que somos hombres de las cavernas deambulando por una tienda
de alimentos llenos de azúcar y grasa, podremos tomar diferentes decisiones
sobre qué comprar.

En el Capítulo Ocho exploramos el que creo es el hábito de pensamiento


más importante que posiblemente puedes integrar a tu vida: la creencia de que
eres suficiente. Todos nacen en el mundo sabiendo que son suficientes; la fuente
de esa fenomenal confianza que poseen los bebés, que discutimos en el Capítulo
Dos. Luego, en algún punto del camino, las personas aprenden que no son
suficientes. Esto puede suceder de muchas maneras. Quizás su madre los
abandonó, haciéndoles creer que no son dignos de ser amados. O tal vez se
burlaban de ellos en la escuela, haciéndoles creer que nunca van a ser aceptados
a menos que sean delgados. La creencia de no ser suficiente se manifiesta de
innumerables maneras—adicciones, adicción al trabajo, suicidio, problemas de
salud mental, etc.—pero, todas esas razones están conectadas. No sentirse
“suficiente”, yo creo, es la enfermedad más grande que afecta a la humanidad.
Las buenas noticias son que tú no tienes que pasar años y años en terapia
deshaciendo esta creencia. Tú y solo tú, puedes convencerte a ti mismo de que
eres suficiente con el poder de la frase simple y afirmativa:

“Yo soy suficiente”.

Cuanto más lo dices, más lo crees, incluso si al principio se siente inútil. La


he visto cambiar la vida de muchas personas, y sé que también puede cambiar la
tuya.

En el Capítulo Nueve aprendimos un hábito más. Este es una combinación


de acción y pensamiento: dejar entrar los elogios y rechazar la crítica. Como
hábito de acción, esto es bastante sencillo. Cuando alguien te haga un cumplido,
no lo rechaces, más bien dale las gracias y recíbelo. Cuando alguien intenta
lastimarte con duras críticas, usa las tácticas descritas en el capítulo para
desviarlas (y lo más importante, que sepas que su impulso para criticarte
proviene de su propia infelicidad). Cuando se trata del hábito de pensamiento—
elogiarte a ti mismo—pocas personas conocen el poder de esto. Elogiarte y
decirte las cosas que necesitas escuchar para sentirte bien es un hábito que
comparten muchas personas felices con las que he trabajado. Aprender a hacer
que tu diálogo interno coincida con la forma como le hablarías a un buen amigo
hará maravillas por tu productividad, tu confianza y tu calidad de vida. No tienes
que esperar que otros te elogien para sentirte bien contigo mismo. Elógiate hoy y
todos los días.

Finalmente, en el Capítulo Diez, aprendimos que amarse a uno mismo es el


ingrediente más vital para amar a otro. A menudo, las malas relaciones son un
signo de dos personas que no se aman a ellas mismas primero. Y luego, también
aprendimos que una vez que encuentres esa relación sustentadora,
comprometerse con una vida sexual activa y llena de fantasía es una forma vital
(y divertida) de mantenerla.

Es posible que hayas notado que a lo largo de los capítulos que revisamos
anteriormente, hubo varios temas recurrentes que se aplican a cada hábito de
pensamiento o acción. Estos temas son importantes, ya que comprenderlos
llenará tu caja de herramientas con formas de aferrarte a estas lecciones para
implementarlas en tu vida diaria. Después de todo, es fácil leer un libro, pero
cambiar tus hábitos y pensamientos requiere un poco de trabajo.
El tema principal y el más importante que debes recordar es el poder de la
repetición. Cada táctica que describí en cada capítulo solo funciona si la repites y
la repites con frecuencia. Como mencioné antes, toma un mínimo de diez días y
un máximo de tres semanas para abandonar por completo una vieja creencia.
Fundamentalmente, lleva la misma cantidad de tiempo crear una nueva.

A menudo, cuando las personas comienzan a implementar las tácticas que


les aconsejo, vuelven a mí diciendo: “¿Cómo sé si está funcionando?” o “Lo
intenté un par de veces; no funcionó”. Lo que estas personas están olvidando es
que el poder de la repetición es acumulativo. No es un destello instantáneo de
cambio, sino más bien, un empujoncito lento y gradual de nuestro cerebro hacia
un lugar más positivo y productivo. A menudo, el cambio es imperceptible. Al
probar las tácticas descritas en el libro, te insto a que tengas persistencia y las
mantengas durante al menos tres semanas antes de juzgar el efecto que están
teniendo en ti. Repetimos hábitos negativos todo el tiempo sin saberlo; a veces
hay que reemplazarlos con hábitos positivos para que realmente se adhieran.

Aunque he sido terapeuta durante 30 años, la verdad es que mucho de lo


que enseño va en contra de la sabiduría convencional de la actividad. No te
aconsejo que pases meses y años sentado en una silla de terapia, hablando de tus
sentimientos. Por el contrario, creo en localizar rápidamente la fuente del dolor
de mis clientes y luego ayudarlos a reformar sus creencias de una manera rápida
y transformadora utilizando los tipos de tácticas y hábitos descritos en este libro.
Dicho esto, recibo muchos lectores que acuden a mí con mucho dolor emocional
y sufrimiento que sienten que ellos mismos no pueden eliminar. Se preguntan si,
tal vez, necesitan un período más largo de terapia para llegar al fondo.

Si bien todos somos diferentes, la verdad es simple: no puedes deshacer tu


pasado, pero lo que sí puedes hacer es cambiar tu narrativa al respecto. Hablar
sobre tu pasado durante años en una silla de terapia deja de ser útil si no
reemplazas el dolor y el sufrimiento con una nueva narrativa. Si bien la terapia
puede ser útil para encontrar esa nueva narrativa, rara vez es necesario sentarse
en una silla de terapia indefinidamente para hacer esto. Muchos de nuestros
problemas pueden ser complejos, pero la forma de superarlos nunca tiene que ser
compleja. Puede ser rápida, efectiva y transformadora. Ese es siempre mi
método preferido de terapia. Una vez que hayas localizado los problemas que
subyacen a tus comportamientos, es hora de cambiar la forma en que planteas o
sientes con respecto a esos problemas. La única persona que puede hacer eso
eres tú.
Estamos aquí por tan poco tiempo y realmente creo que la vida es un regalo
inmenso. He visto a mis clientes, lectores y seguidores en todo el mundo
cambiar sus vidas en un instante. ¿Cómo? Cambiaron sus pensamientos y
creencias. No importa quién seas o por lo que hayas pasado, también tienes el
poder de cambiar tus pensamientos y creencias.

Realmente creo que a través de tus pensamientos, acciones y hábitos puedes


comenzar a hacerlo hoy y todos los días.

No puedo esperar para saber más acerca de tu transformación.

Gracias por compartir conmigo tu viaje hacia ser suficiente. Tu destino eres
tú realmente gozando y amando quién eres, es un gran lugar para estar y es algo
que ahora tienes el poder de crear.

Por favor mantente en contacto conmigo, déjame saber tu progreso y envía


tus fotos de Yo Soy Suficiente a:

Instagram – iamenoughbymarisapeer
Twitter – @IAEbymarisapeer

Espero verte pronto en uno de mis seminarios Yo Soy Suficiente.

Aquí me despido, mirando al nuevo tú ‘siempre suficiente’.

Con amor,

BIBLIOGRAFÍA
p. 26 Research: Gender Stereotypes About Intellectual Ability Emerge Early
and Influence Children’s Interests by Lin Bian, Sarah-Jane Leslie, Andrei
Cimpian, (Science Vol 355, Issue 6323), 2017

p. 28 What becomes of Lottery Winners, (Atlantic Magazine), 2016


p. 28 What do National Lottery winners spend their money on? Camelot
Group and Oxford Economics Group survey

p. 28 Research: The Ticket to Easy Street? The Financial Consequences of


Winning the Lottery by Scott Hankins, Mark Hoekstra, Paige Marta Skiba,
(Berkeley), 2016

p. 46 Charles Duhigg, The Power of Habit: Why We Do What We Do In Life


And Business, (Random House), 2012

p. 58 Deepak Chopra Article: How The Law of Attraction Works, ( oprah.com


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p. 61 Delaying Gratification, American Psychological Association

p. 66 Michael Simmons Article: I spent years discovering the simple tactics


gurus like Oprah, Einstein, and Buffett used to become successful—here they
are, ( quartz.com ), 2017

p. 99 Five Strategies to Challenge Negative Thoughts, Luke Stangel,


(Stanford Business magazine), 2017

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