William Shakespeare
William Shakespeare
William Shakespeare
/6 de
mayo greg.)–23 de abril de 1616 jul./3 de mayo greg.)1 fue un dramaturgo, poeta y actor inglés.
Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon (o simplemente el Bardo), se le considera
el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura
universal.2
Jorge Luis Borges escribió sobre él: «Shakespeare es el menos inglés de los poetas de
Inglaterra. Comparado con Robert Frost (de New England), con William Wordsworth,
con Samuel Johnson, con Chaucer y con los desconocidos que escribieron, o cantaron, las
elegías, es casi un extranjero. Inglaterra es la patria del understatement, de la reticencia
bien educada; la hipérbole, el exceso y el esplendor son típicos de Shakespeare».5
En el siglo XX, sus obras fueron adaptadas y redescubiertas en multitud de ocasiones por
todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y de arte dramático. Las comedias y
tragedias shakespearianas han sido traducidas a las principales lenguas, y
constantemente son objeto de estudios y se representan en diversos contextos culturales y
políticos de todo el mundo. Por otra parte, muchas de las citas y aforismos que salpican
sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en inglés como en otros
idiomas. Y en lo personal, con el paso del tiempo, se ha especulado mucho sobre su vida,
cuestionando su sexualidad, su filiación religiosa, e incluso la autoría de sus obras.
Biografía
Existen muy pocos hechos documentados en la vida de Shakespeare, aunque es probable
que naciera el 23 de abril de 1564. Lo que sí se puede afirmar es que fue bautizado en la
iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford-upon-Avon, Warwickshire, el 26 de abril de
ese mismo año y falleció en ese mismo lugar el 23 de abril de 1616, según el calendario
juliano (3 de mayo en el gregoriano), el supuesto día en el que cumplió 52 años.
Comienzos
Los últimos años de la década de 1580 son conocidos como los 'años perdidos' del
dramaturgo, ya que no hay evidencias que permitan conocer dónde estuvo, o por qué
razón decidió trasladarse de Stratford a Londres. Según una leyenda que actualmente
resulta poco creíble, fue sorprendido cazando ciervos en el parque de sir Thomas Lucy, el
juez local, y se vio obligado a huir. Según otra hipótesis, pudo haberse unido a la
compañía teatral Lord Chamberlain's Men a su paso por Stratford. Un biógrafo del
siglo XVII, John Aubrey, recoge el testimonio del hijo de uno de los compañeros del escritor,
según el cual Shakespeare habría pasado algún tiempo como maestro rural.
En 1596, con solo once años de edad, murió Hamnet, único hijo varón del escritor, quien
fue enterrado en Stratford el 11 de agosto de ese mismo año. Algunos críticos han
sostenido que la muerte de su hijo pudo haber inspirado a Shakespeare la composición
de Hamlet (hacia 1601), reescritura de una obra más antigua que, por desgracia, no ha
sobrevivido.
Últimos años
En las últimas semanas de la vida de Shakespeare, el hombre que iba a casarse con su
hija Judith —un tabernero de nombre Thomas Quiney— fue acusado de promiscuidad ante
el tribunal eclesiástico local. Una mujer llamada Margaret Wheeler había dado a luz a un
niño, y afirmó que Quiney era el padre. Tanto la mujer como su hijo murieron al poco
tiempo. Esto afectó, no obstante, a la reputación del futuro yerno del escritor, y
Shakespeare revisó su testamento para salvaguardar la herencia de su hija de los
problemas legales que Quiney pudiese tener.
Se desconoce cuál entre todos los retratos que existen de Shakespeare es el más fiel
a la imagen del escritor, ya que muchos de ellos son falsos y pintados a posteriori a
partir del grabado del First folio. El llamado Retrato Chandos, que data de entre 1600 y
1610, en la National Portrait Gallery (en Londres), se considera el más acertado. En él
aparece el autor a los cuarenta años, aproximadamente, con barba y un aro dorado en
la oreja izquierda.12
El debate sobre Shakespeare
Artículo principal: Autoría de las obras de Shakespeare
Resulta curioso que todo el conocimiento que ha llegado a la posteridad sobre uno de
los autores del canon occidental13 no sea más que un constructo formado con las más
diversas especulaciones. Se ha discutido incluso si Shakespeare es el verdadero autor
de sus obras, atribuidas por algunos a Francis Bacon, a Christopher Marlowe (quien,
como espía, habría fingido su propia muerte) o a varios ingenios; la realidad es que
todas esas imaginaciones derivan del simple hecho de que los datos de que se
dispone sobre el autor son muy pocos y contrastan con la desmesura de su obra
genial, que fecunda y da pábulo a las más retorcidas interpretaciones.
El problema de la autoría
Casi ciento cincuenta años después de la muerte de Shakespeare en 1616,
comenzaron a surgir dudas sobre la verdadera autoría de las obras a él atribuidas. Los
críticos se dividieron en «stratfordianos» (partidarios de la tesis de que el William
Shakespeare nacido y fallecido en Stratford fue el verdadero autor de las obras que se
le atribuyen) y «anti-stratfordianos» (defensores de la atribución de estas obras a otro
autor). La segunda posición es, en la actualidad, muy minoritaria.
Los documentos históricos demuestran que entre 1590 y 1620 se publicaron varias
obras teatrales y poemas atribuidos al autor William Shakespeare, y que la compañía
que representaba estas piezas teatrales, Lord Chamberlain's Men (luego King's Men),
tenía entre sus componentes a un actor con este nombre. Se puede identificar a este
actor con el William Shakespeare del que hay constancia que vivió y murió en
Stratford, ya que este último hace en su testamento ciertos dones a miembros de la
compañía teatral londinense.
Los llamados «stratfordianos» opinan que este actor es también el autor de las obras
atribuidas a Shakespeare, apoyándose en el hecho de que tienen el mismo nombre, y
en los poemas encomiásticos incluidos en la edición de 1623 del First Folio, en los que
hay referencias al «Cisne de Avon» y a su «monumento de Stratford». Esto último
hace referencia a su monumento funerario en la iglesia de la Santísima Trinidad, en
Stratford, en el que, por cierto, aparece retratado como escritor, y del que existen
descripciones hechas por visitantes de la localidad desde, al menos, la década de
1630. Según este punto de vista, las obras de Shakespeare fueron escritas por el
mismo William Shakespeare de Stratford, quien dejó su ciudad natal y triunfó como
actor y dramaturgo en Londres.
Durante el siglo XIX, el candidato alternativo más popular fue sir Francis Bacon.
Muchos «anti-stratfordianos» del momento, sin embargo, se mostraron escépticos
hacia esta hipótesis, aun cuando fueron incapaces de proponer otra alternativa. El
poeta estadounidense Walt Whitman dio fe de este escepticismo cuando le dijo a
Horace Traubel, «Estoy con vosotros, compañeros, cuando decís “no” a Shaksper
(sic): es a lo que puedo llegar. Respecto a Bacon, bueno, veremos, veremos».14 Desde
los años 1980, el candidato más popular ha sido Edward de Vere, decimoséptimo
conde de Oxford, propuesto por John Thomas Looney en 1920, y por Charlton
Ogburn en 1984. El poeta y dramaturgo Christopher Marlowe se ha barajado también
como alternativa, aunque su temprana muerte lo relega a un segundo plano. Otros
muchos candidatos han sido propuestos, si bien no han conseguido demasiados
seguidores.
A lo largo del tiempo han existido teorías que subrayan que William Shakespeare era
tan solo un alias tras los que podían esconderse otros ilustres nombres
como Christopher Marlowe (1564-1593), el filósofo y hombre de letras Francis
Bacon (1561-1626) o Edward de Vere (1550-1604), decimoséptimo conde de Oxford.
Jacobi asegura inclinarse por Edward de Vere, que frecuentó la vida cortesana en el
reinado de Isabel I (1533-1603), y lo califica como su «candidato» preferido, dadas las
supuestas similitudes entre la biografía del conde y numerosos hechos relatados en
los libros de Shakespeare.15
Felicidad matrimonial
Se ha opinado mucho sobre la vida personal del autor y sobre su
presunta homosexualidad,16 especulación que encuentra su base principal en una
originalísima colección de sonetos que fue publicada, al parecer, sin su
consentimiento. También se ha sospechado la existencia de alguna o algún amante
que hiciera desgraciado su matrimonio, ya que la que fue su mujer y madre de sus tres
hijos era bastante mayor que él y se encontraba embarazada antes de la boda. Esta
sospecha se asienta en una famosa cita de su testamento: «Le dejo mi segunda mejor
cama», pasaje que ha suscitado las más dispares interpretaciones y no pocas
especulaciones. La más general tiene que ver con que la relación de la pareja no era
del todo satisfactoria. Pero otra apunta en sentido contrario, ya que el dramaturgo le
habría dedicado un soneto a su señora esposa titulado The World's Wife («La esposa
del mundo»).
Religión
En 1559, cinco años antes del nacimiento de Shakespeare, durante el
reinado de Isabel I, la Iglesia de Inglaterra se separó definitivamente, tras
un período de incertidumbre, de la Iglesia católica. Por esa razón, los
católicos ingleses fueron presionados para convertirse al anglicanismo, y
se establecieron leyes para perseguir a los que rehusaban convertirse.
Algunos historiadores sostienen que durante la época de Shakespeare
existió una oposición importante y muy extendida a la imposición de la
nueva fe.17 Algunos críticos, apoyándose en evidencias tanto históricas
como literarias, han argumentado que Shakespeare era uno de estos
opositores, si bien no han conseguido demostrarlo fehacientemente. Lo
cierto es que Shakespeare se encontró más cómodo bajo el reinado del
filocatólico Jacobo I que bajo el de Isabel I, anticatólica.
La cultura de Shakespeare
Aunque es mucho lo que se desconoce sobre la educación de
Shakespeare, lo cierto es que el artista no accedió a una formación
universitaria y su amigo Ben Jonson, que sí la tenía, lamentó en alguna
ocasión «su escaso latín y aún menos griego», lo que no fue óbice para
que le llamara, además, «dulce cisne del Avon» y añadiera que «no es de
un siglo, sino de todos los tiempos». En cierta manera, su no tan escasa
instrucción (en Stratford había una buena escuela, y Shakespeare pudo
conocer en ella a bastantes clásicos latinos) fue una ventaja, ya que su
cultura no se moldeó sobre el patrón común de su tiempo; como
autodidacta, William Shakespeare, según señaló un experto conocedor y
traductor de su obra completa, Luis Astrana Marín, tuvo acceso a fuentes
literarias sumamente raras gracias a la amistad que sostuvo con un
librero. Los análisis de sus escritos revelan que fue un lector voraz;
algunos de ellos son auténticos centones25 de textos extraídos de las
fuentes más diversas. Pero son fundamentalmente cuatro las fuentes de
sus obras.
Su obra
Antecedentes: el teatro isabelino
El teatro de Shakespeare
El First folio
Artículo principal: First Folio
Portada del First Folio, 1623. Retrato de
Shakespeare grabado por Martin Droeshout.
Ante la falta de manuscritos hológrafos y de fechas precisas de
composición, se hace muy difícil el establecer una cronología bibliográfica
shakespeariana. El First Folio, que reagrupa la mayor parte de su
producción literaria, fue publicado por dos actores de su compañía, John
Heminges y Henry Condell, en 1623, ocho años después de la muerte del
autor. Este libro dividía su producción dramática en Historias, Comedias y
Tragedias, y de él se hicieron 750 copias, de las que han llegado a
nuestros días la tercera parte, en su mayoría incompletas. Gracias a esta
obra se conservó la mitad de la obra dramática del autor, que no había
sido impresa, pues Shakespeare no se preocupó en pasar a la historia
como autor dramático.
Tragedias
Artículo principal: Tragedia shakespeariana
Tal como se ha dicho antes, el bufón —que era un personaje muy popular
en la corte de la época— es el elemento inquebrantable sobre el cual
el dramaturgo se siente más libre de expresar lo que piensa, teniendo en
cuenta que las opiniones de una persona con estas características nunca
eran consideradas como válidas —excusa perfecta para explayarse—.
Obras históricas
En el First Folio se clasifican como «obras históricas» (en inglés, histories)
exclusivamente las relacionadas con la historia, relativamente reciente, de
Inglaterra. Otras obras de tema histórico, como las ambientadas en
la antigua Roma, o incluso Macbeth, protagonizada por un auténtico rey
de Escocia, no se clasifican en este apartado. Son once en total (o diez, si
se excluye Eduardo III, modernamente considerada apócrifa). La fuente
utilizada por el dramaturgo para la composición de estas obras es bien
conocida: se trata de las Crónicas de Raphael Holinshed.
La segunda tetralogía, formada por Ricardo II, las dos partes de Enrique
IV y Enrique V, retrocede en el tiempo. Se centra en los reinados
de Ricardo II (1377-1399), Enrique IV (1399-1413) y Enrique V (1413-
1422). Todas estas obras fueron compuestas en el período 1594-1597.
Habida cuenta de que gran parte del público era analfabeto, estas obras
representaban una buena forma de comunicar la historia y fomentar,
consecuentemente, el patriotismo y el amor por la cultura inglesa, así
como de inculcar un sentimiento de rechazo hacia las guerras civiles.
Además de brindar entretenimiento, las obras históricas reafirmaban y
justificaban el poder de la monarquía ante quienes pudieran poner en
cuestión su legitimidad. En el teatro de Shakespeare, el rey, como en la
obra dramática de Lope de Vega, es el representante del orden cósmico
en la tierra. Esto es lo que más tarde analizarían académicos de la talla de
Greenblatt, centrándose en el discurso imperante y en la capacidad
del teatro isabelino para asentar la autoridad real, mantener el orden y
desalentar la subversión.