Justificación
Justificación
Justificación
El tema “fractura de tibia derecha peroné más fractura de clavícula” se eligió por
ser un problema que en la población se ha hecho muy común, y afecta de diversas formas
al paciente según sea el daño o las secuelas que se originan a partir del evento que lo lleva
a tener una fractura de algunos de los miembros, afectando al paciente inmediatamente
alterando su capacidad para deambular y realizar sus actividades cotidianas así como
afecta al entorno inmediato que lo rodea (familiares) de forma que la calidad de vida puede
verse afectada. Es por ello que he elegido el tema fractura de tibia derecha peroné más
fractura de clavícula, de esta manera indagar el rol del paciente y de su familia así como
saber la causa y características de la fractura.
Las fracturas de la tibia son las lesiones más frecuentes en el sistema músculo-
esquelético, lo cual, aunado al tiempo prolongado de consolidación por sus características
anatómicas y de aporte vascular, pueden ocasionar con relativa frecuencia deformidad e
incapacidad permanentes. Estos problemas son considerablemente más frecuentes tanto
más severa sea la lesión inicial. Por tal motivo, el médico que trata dichas fracturas debe
tomar en cuenta la lesión inicial y el tratamiento a seguir con los riesgos inherentes a éste,
como en el caso de las fracturas expuestas de la tibia, manejadas con fijación externa, en
las cuales se disminuye el riesgo de infección, pero debe asumirse el riesgo de pérdida de
alineación, retardo de la consolidación y otros problemas relacionados con los clavos
percutáneos. Debido a la gran variedad de grados de severidad de las fracturas tibiales, no
existe un esquema de tratamiento aplicable a todos los pacientes, por lo cual se debe
individualizar cada caso. Esto obliga al cirujano a realizar una evaluación cuidadosa de
cada paciente, desde los aspectos relacionados con la vida diaria y la actividad del mismo,
el tipo de lesión, las opciones de tratamiento, etc., de manera que se pueda elegir el óptimo
para el paciente. (Fernando Ruiz, Eduardo Caldelas, Mónica Sánchez, 2001)
Las fracturas de clavícula representan entre el 2.6% y 10% de todas las fracturas
del cuerpo humano, se estima que la incidencia anual oscila entre 29 y 64 por cada 100,000
habitantes por año (Khan LA. 2009, Pecci M. 2008). La mayoría ocurre en hombres
jóvenes menores de 25 años, después son más comunes en hombres mayores de 55 años
y mujeres mayores de 75 años. Las fracturas del tercio medio ocupan aproximadamente
entre el 75 y 80% de todas las fracturas de clavícula y ocurren típicamente en personas
jóvenes. Las fracturas del tercio distal representan alrededor del 15 a 25% y las fracturas
del tercio proximal son poco frecuentes ocurren en menos del 5%. El pronóstico de las
fracturas de clavícula está relacionado con el tipo y gravedad de la lesión, el pronóstico es
mejor cuando el tratamiento se proporciona en forma temprana y apropiada. La morbilidad
aumenta cuando el diagnóstico y el tratamiento son inadecuados o se retrasan, así como
cuando se trata de fracturas expuestas o con luxación glenohumeral y/o fractura de
escapula. Las fracturas de clavícula son causa importante de incapacidad laboral, en
algunas ocasiones estas lesiones producen limitación funcional. (Guía de Referencia
Rápida Tratamiento de la Fractura de Clavícula en el adulto, 2010).
Busco lograr con este trabajo mejorar la autonomía del paciente, obteniendo
resultados positivos que lleve a mejorar el estado de salud del paciente haciéndolo
consiente de los autocuidados que debe realizar.
Objetivos
General
Establecer habilidades que permita mejorar la atención del paciente, emitiendo un juicio
clínico acorde a las necesidades que presente e incrementar los cuidados adecuados en el área
de traumatología dentro del Hospital General de Querétaro.
Específicos
Recolectar los datos necesarios de la persona y entorno ante una entrevista, con el
fin de obtener respuestas para tomar las decisiones y acciones que se deben efectuar
ante la situación.
Identificar los datos objetivos y subjetivos de dicha entrevista, para hacer un
diagnóstico al paciente, en su hospitalización.
Realizar las estrategias que se van aplicar al paciente para obtener un resultado
efectivo en el momento que se indique o sea favorable.
Emplear las estrategias que fueron planeadas anteriormente, con los equipos y
personas necesarias al paciente para una recuperación temprana o efectiva en el
hospital.
Clasificar las estrategias logradas, para una evaluación ante el paciente, verificando
lo que necesite en la recuperación y ante el personal de salud para que en otros
diagnósticos mejoremos la atención en el hospital.
Marco conceptual
Definición
Se denomina fractura a la solución de continuidad en una pieza ósea. No es
necesario que el hueso se separe en dos fragmentos para poder hablar de fractura; es
suficiente con que haya una quiebra en la continuidad del tejido óseo. (I. García)
Una fractura de la tibia o el peroné es una fractura de los dos huesos de la parte
baja de la pierna. Esta fractura puede ocurrir en cualquier lugar entre la rodilla y el tobillo.
(Guía de Práctica Clínica Diagnóstico y Tratamiento de Fractura de la Diáfisis de Tibia.,
2010)
La fractura de clavícula es una solución de continuidad a cualquier nivel de este
hueso, resultado de un golpe directo sobre el hombro. (Guía de Referencia Rápida
Tratamiento de la Fractura de Clavícula en el adulto, 2010)
Las fracturas raramente amenazan la vida pero intervienen su curso, una fractura
puede dar lugar a una incapacidad prolongada o permanente.
Cuando llega un paciente de urgencias se debe valorar he identificar las principales
lesiones que presenta.
Es útil obtener información sobre las causas que originaron el accidente para así
evaluar el daño.
Para ello comprender el concepto de como la perdida de continuidad de un hueso
o tejido óseo, abarca todas la roturas óseas, desde la rotura, la situación en que el hueso se
rompe ya sea completa o incompleta, fragmentada he incluso microscópica.
Etiología
Se asocian diferentes picos de incidencia en la aparición de fracturas. El primero,
entra la población joven, es más frecuente en varones como resultado de la mayor y
violenta actividad física.
El segundo pico, se asocia frecuentemente a traumatismos de alta energía siendo
los accidentes de tráfico y los atropellos las etiologías más comunes, finalmente el tercer
pico representa una proporción mayor de casos que ocurre en la población de edad
avanzada; en este grupo gana en frecuencia las mujeres, por la mayor tendencia a
experimentar decalcificación de los huesos (osteoporosis). (I. García)
Las fracturas pueden clasificarse atendiendo a:
Etiología:
Habituales: Son aquellas que se producen en el hueso sano como resultado de un
traumatismo directo o indirecto cuya fuerza vence la resistencia del hueso, pudiendo
clasificarse en fracturas de alta y fracturas de baja energía y pueden producirse por
mecanismos directos o indirectos (más abajo)
Por estrés: traumas repetidos de baja energía, que por sí solos no podrían causar
fractura. Deben existir por tanto antecedentes; el paciente suele referir previas molestias.
El hueso afectado más a menudo es la tibia:
Tibia proximal Maleolo externo
Tercio medio
Patológicas:
Una fractura patológica es aquella que se produce en el seno de una estructura
debilitada del hueso, ya sea por traumas mínimos (que en condiciones normales no
produciría una fractura) o espontáneamente.
Localizada: Quiste, tumor, orificio en el hueso dejado por la retirada de un tornillo
Flexión: que se produce cuando un hueso recto es obligado a incurvarse o uno curvo a
rectificar su curvatura
Cizallamiento: que se produce cuando sobre un hueso actúan dos fuerzas en sentidos
opuestos.
Relación con el estado de la piel:
Cerradas: en las que la fractura ocurre con integridad de las partes blandas y que se valoran
mediante la clasificación de Tscherne y Oestern:
Grado 0: mínima lesión de partes blandas por mecanismos indirectos, sin desplazamiento
ni conminación.
Grado I: que es una fractura acompañada de abrasiones superficiales o contusiones
producidas por mecanismo indirecto y que tienen un desplazamiento moderado y patrón no
complejo
Grado II: que son fracturas con patrón complejo producidas por mecanismo directo y
acompañadas de contusiones musculares significativas o abrasiones profundas (riesgo
importante de síndrome compartimental)
Grado III: que son fracturas producidas por mecanismo directo de alta energía, como
aplastamientos, y que presentan grave lesión de los tejidos blandos y de la piel y en ocasiones
lesión vascular y síndrome compartimental.
Abiertas: en las que se pone en contacto el foco de fractura con el exterior y que se valoran
por la clasificación de Gustilo y Anderson:
Tipo I: que es una fractura abierta con una herida limpia menor de 1cm (sin evidencia de
contaminación profunda)
Tipo II: que es una fractura abierta con laceración mayor de 2cm y sin gran afectación de
los tejidos blandos, colgajos o avulsiones
Tipo III: que es una fractura abierta de más de 10cm, con gran afectación de los tejidos
blandos o incluso amputación traumática.
El trazo
Incompletas: son aquellas en las que la solución de continuidad no afecta a todo el
espesor del hueso, si no solo a una de las corticales, formándose un trazo fracturario sin
separación de los bordes óseos. Estas fracturas pueden ser: Fisuras, Fracturas en tallo
verde o inflexiones, aplastamientos, etc.
Completas:
Completas simples: que son aquellas en las que el trazo es único, generándose 2
fragmentos óseos sin desplazamiento.
Completas con desplazamiento: en las que se pierde la alineación de los
fragmentos generados por la fractura y según el número de fragmentos se dividen en
simples (dos fragmentos), bifocales (tres fragmentos con el intermedio en forma de alas
de mariposa) y conminutas (muchos fragmentos).
Según la localización anatómica (sólo para huesos largos):
Epifisarias (en extremos).
Metafisarias (en zona de embudo).
Diafisarias (1/3 proximal. medio ó distal).
Diagnostico
Tres pilares en que se apoya el diagnostico de una fractura. Las manifestaciones
clínicas (lo que el paciente nos refiere y lo que podemos observar en el), exploración física
y la radiología; en algunos casos procedimientos quirúrgicos.
Manifestaciones clínicas
1. Tumefacción. 6. Deformidad.
2. Dolor. 7. Cambio de color.
3. Dolor a la presión. 8. Crepitación.
4. Parestesias. 9. Hemorragia a través de la herida
5. Perdida de la capacidad funcional. abierta.
Tratamiento
Las maniobras terapéuticas están orientadas a recuperar la funcionalidad de la zona
y en la medida de lo posible restablecer la normalidad anatómica.
Reduccion de fractura: Reducir una fractura consiste en manipularla hasta lograr
una relación anatómicamente deseable para: conseguir una buena función, acelerar la
consolidación. Hay dos grandes formas de reducir una fractura:
Mediante manipulación cerrada: Se incluye diferentes maniobras manuales o con
tracción mecánica sin abrir el foco de fractura. Tiene la ventaja de ser menos agresiva pero
la desventaja de no conseguir a veces, una reducción estable ó una reconstrucción
anatómica perfecta.
Mediante control quirúrgico de la fractura: se accede directamente al foco de
fractura con la desventaja de la agresividad y la ventaja de que se permite la reconstrucción
anatómica perfecta. El tratamiento quirúrgico es de elección cuando la restitución
anatómica no se consiga con la manipulación. Cuando se prevea es por sus características,
irreducible y cuando, por algún otro motivo, es conveniente realizar una osteosíntesis.
Procedimiento no quirúrgicos: Yesos y similares
Depende del caso de fractura que tenga, optamos por una fisioterapia donde se
lleva acabo Masajes: alivia tensión muscular, aumenta la circulación; y ejercicios: restaura
y mantiene el movimiento
Pronostico
Se espera una movilización efectiva ante cualquier fractura, y que la persona pueda
realizar sus actividades autónomamente.
Complicaciones de las fracturas
Complicaciones generales:
Shock postraumático (hipovolémico, cardiogénico, neurogénico, o séptico).
Trombosis venosa profunda y sus complicaciones, especialmente la embolia
pulmonar.
Coagulación intravascular diseminada.
Síndrome de dificultad respiratoria del adulto.
Fracaso multiorgánico y multisistémico.
Tétanos.
Complicaciones psiquiátricas.
Lesiones vasculares nerviosas y musculotendinosas.
Infecciones de partes blandas, osteomielitis, y artritis sépticas.
Consolidación en mala posición.
Alteración del crecimiento en longitud de los huesos por lesión fisiaria.
Necrosis a vascular.
Rigidez articular.
Artrosis post-traumática.
Pérdida de sangre en fractura.
Infecciones