Mammana, G. - Modelo Estruc. de La Secuencia Eocena Área Norte Bloq. I Lagoma

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TRABAJO ESPECIAL DE GRADO

MODELO ESTRUCTURAL DE LA SECUENCIA EOCENA DEL


ÁREA NORTE DEL BLOQUE I CAMPO LAGOMAR DEL LAGO
DE MARACAIBO MEDIANTE SÍSMICA 3D

Presentado ante la Ilustre


Universidad Central de Venezuela
Por el Lic. Mammana P., Giuseppe A
Para optar al Título de
Magister Scientiarum en Ciencias Geológicas

Caracas, 2015
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO

MODELO ESTRUCTURAL DE LA SECUENCIA EOCENA DEL


ÁREA NORTE DEL BLOQUE I CAMPO LAGOMAR DEL LAGO
DE MARACAIBO MEDIANTE SÍSMICA 3D

TUTOR ACADÉMICO (LUZ): Dr. Giuseppe Malandrino.


CO-TUTOR ACADÉMICO (UCV): Dr. Franck Audemard.
TUTOR INDUSTRIAL (PDVSA): MSc. Laura Briceño.

Presentado ante la Ilustre


Universidad Central de Venezuela
Por el Lic. Mammana P., Giuseppe A
Para optar al Título de
Magister Scientiarum en Ciencias Geológicas

Caracas, 2015
Caracas, Junio, 2015

Los abajo firmantes, miembros del Jurado designado por el Consejo de Facultad de
Ingeniería, para evaluar el Trabajo Especial de Grado presentado por el Licenciado
Giuseppe Mammana, titulado:

“MODELO ESTRUCTURAL DE LA SECUENCIA EOCENA DEL


ÁREA NORTE DEL BLOQUE I CAMPO LAGOMAR DEL LAGO
DE MARACAIBO MEDIANTE SÍSMICA 3D”

Consideran que el mismo cumple con los requisitos exigidos por el plan de estudios
conducente al Título de Ingeniero Magíster en Ciencias Geológicas, y sin que ello
signifique que se hacen solidarios con las ideas expuestas por el (los) autor (es), lo
declaran APROBADO.

Prof. (nombre y apellido) Prof. (nombre y apellido)


Jurado Jurado

Prof. Dr. Giuseppe Malandrino. Prof. Dr. Franck Audemard.


Tutor Académico (LUZ). Co-Tutor Académico (UCV).

MSc. Laura Briceño.


Tutora Industrial (PDVSA).

iii
DEDICATORIA

A Dios por darme vida y salud,


A mis queridos Padres:
Carmela Palermo y Antonio Mammana,
a mi hermana Maria Angela y su hijo Lorenzo.

iv
AGRADECIMIENTOS

Primero que nada le quiero dar gracias a Dios “Todo Poderoso” por darme
salud, constancia, dedicación e iluminar el camino para culminar este trabajo.

A nuestra Ilustre Universidad Central de Venezuela, por permitirme realizar


los estudios de Post-Grado en sus instalaciones.

A mis tutores, en especial al Prof. Frank Audemard que participo como


Co-Tutor Académico, por transmitir sus sabias experiencias y recomendaciones en
materia geológica, y a Laura Briceño por su constante ímpetu para que se llegara a
finalizar este trabajo.

A mi prestigiosa empresa Petróleos de Venezuela, S. A., por facilitarme todo


el apoyo con la data y el material necesario para desarrollar el tema.

A mi hermosa e incansable madre Carmela Palermo, por estar siempre


pendiente de absolutamente todo, impulsando con sus consejos y sabiduría a ser
siempre positivos y optimistas para alcanzar los mejores retos y objetivos en la vida.

v
Mammana P, Giuseppe A.

MODELO ESTRUCTURAL DE LA SECUENCIA EOCENA DEL


ÁREA NORTE DEL BLOQUE I CAMPO LAGOMAR, DEL LAGO
DE MARACAIBO, MEDIANTE SÍSMICA 3D

Tutor Académico: Dr. Giuseppe Malandrino (LUZ), Dr. Franck Audemard (Co-
Tutor UCV). Tutor Industrial: Msc. Laura Briceño (PDVSA). Tesis. Caracas,
U.C.V. Facultad de Ingeniería. Escuela de Ingeniería Geológica-Mestria.
Año 2014, 350 p.

Palabras Claves: Tectónica, Estructura, Fallamiento, Transcurrencia, Transpresión,


Distensión, Esfuerzo, Deformación, Compresión, Estructura en Flor Positiva,
Inversión Estructural, Eoceno, Sísmica, Atributo Sismo-Estructural.
Resumen. En la actualidad la recuperación de petróleo y gas de los yacimientos que
lo contienen en la Cuenca de Maracaibo se hace cada día más difícil, debido a su
ubicación en estructuras geológicas altamente complicadas, que han sido
desarrolladas por sucesivas fases de deformaciones y eventos tectónicos en el pasado,
eventualmente producidos por la colisión y movimiento de la Placa del Caribe con la
de Suramérica. Estas estructuras han formado trampas geológicas, tanto
estratigráficas como estructurales, e inclusive mixtas, donde consecuentemente se
podría ubicar gran parte de este hidrocarburo, que aún se encuentran dentro de ellas, y
que requiere de mecanismos e investigaciones de forma mas detallada para poder
extraerlo con una mayor eficiencia, sin alterar la producción y naturaleza original del
campo. Este trabajo tiene la finalidad de desarrollar un modelo estructural utilizando
sísmica 3D para contribuir a la explotación de las reservas remanentes de
hidrocarburos dentro del Campo Lagomar en la Unidad geológica C-4, ubicada al
norte del Bloque I de edad eocena, aportando de manera más eficiente la ubicación de
nuevas localizaciones potenciales que produzcan el petróleo que actualmente no ha
sido reconocido, ya que no se cuenta con un modelo actualizado dentro de esta área.
Este modelo estructural puede desarrollar un mejor entendimiento de la evolución de
sistemas transpresivos como la falla Lama-Icotea de transcurrencia sinestral, la cual
es considerada como la estructura mas importante del área, separando el Bloque I en
dos Flancos: Flanco Oeste y Este, permitiendo el desarrollo de la inversión estructural
a finales del Eoceno Tardío donde fueron removidos gran parte de los sedimentos de
la Fm. Misoa bajo sistemas compresivos. La sísmica 3D permitió analizar estructuras
del tipo “Pop-up” involucradas también con la falla del Ático e Icotea desarrollada en
una etapa de compresión-transpresión, permitiendo el deslizamiento y expulsión de
sus bloques (inversión), formando compartimientos con gran potencial de
almacenamiento de hidrocarburos, las cuales son eficientemente extraíbles con este
tipo de estudio.

vi
INDICE

CAPITULO I Pag.

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….....1

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………………………………………..4

ANTECEDENTES……………………………………………………………………6

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN…………………………………………….7

GENERAL………………………………………………………………...…..7

ESPECÍFICOS…………………………………………………………..…….7

UBICACIÓN Y LÍMITES DEL ÁREA DE ESTUDIO…………………………..….9

CAPITULO II. MARCO TEORICO DE LA CUENCA DE MARACAIBO

2.1. Evolución tectónica de la Cuenca de Maracaibo………………………………..12

2.1.1. Geología Regional. Breve síntesis histórica…………………………..12

2.1.2. Tectónica de Placas……………………………………………………20

2.1.3. Pre-Triásico……………………………………………………………23

2.1.4. Rift Triásico-Jurasico……………………………………….................26

2.1.5. Jurásico-Cretácico. Tectónica de Retro-Arco y Margen Pasivo………28

2.1.6. Paleoceno. Tectónica de Antefosa…………………………………….31

2.1.7. Paleoceno Tardío-Eoceno. Emplazamiento de las Napas de Lara…….34

2.1.8. Tectonismo causado por las Napas de Lara…………………………...35

2.1.9. Tectonismo durante el Eoceno………………………………………...38

2.1.10. Evolución del Oligoceno……………………………………………..41

2.1.11. Evolución del Mioceno………………………………………............42

vii
2.1.12. Evolución del Plioceno………………………………………............45

2.2. Migración de hidrocarburo y trampas estructurales…………………………….49

2.2.1. Rocas generadoras de hidrocarburo…………………………………...50

2.2.2. Sedimentación asociada a las rocas generadoras de la Formación

La Luna………………………………………......................................51

2.2.3.Roca Reservorio……………………………..........................................53

2.2.4. Migración y Entrampamiento…………………………………………58

2.3. Estratigrafía de la Cuenca de Maracaibo………………………………………..68

2.3.1. Paleozoico………………………………..............................................70

2.3.2. Mesozoico………………..…………………………............................71

2.3.2.1. Jurásico………………………..………………….….…….…73

2.3.2.2.Cretácico……………………..………………………………..74

2.3.3. Cenozoico…………………………..…………………………............81

2.3.3.1. Paleoceno………………………..............................................81

2.3.3.2. Eoceno……………..…………………………........................83

2.3.3.3. Oligoceno……………..…………………………....................97

2.3.3.4. Mioceno……………..…………………………......................97

2.3.3.5. Mioceno Tardío-Plioceno……………..……………………...99

2.3.3.6. Pleistoceno…………………………………………………..101

2.4. Campos de esfuerzos al norte de Suramérica……………..…………………...102

2.4.1. Tensores de Esfuerzo en Venezuela………………………………….109

2.5. Tectónica formada por fallamiento transtensivo. Modelo de cuenca Pull-Apart al


sur del Bloque I………………………………………………………………..116

2.5.1. Mecanismos de evolución de cuencas por transtensión……………...122

viii
2.6. Tectónica formada por fallamiento transpresivo (compresional-transcurrente).
Modelos experimentales que pueden estar asociados al fallamiento de la Cuenca
de Maracaibo…………………………………………………………………..132

2.7. Geología y estratigrafía del yacimiento C-4 (Bloque I). Área de estudio……..145

2.7.1. Geología……………………………………………………………...145

2.7.2. Estratigrafía…………………………………………………………..167

CAPITULO III. GEOFISICA APLICADA A LOS YACIMIENTOS DE


HIDROCARBURO

3.1. Ondas sísmicas…………………………………………………………………182

3.2. Métodos sísmicos…………………………………………………....................183

3.3. Impedancia acústica……………………………………………………………187

3.4. Coeficiente de reflexión………………………………………………………..187

3.5. Ondícula sísmica……………………………………………………………….188

3.6. Tiros de verificación (Check-Shots).…………………………………………..189

3.7. Sismogramas sintéticos………………………………………………………...190

3.8. Resolución sísmica vertical……………………………………………………191

3.9. Atributos sísmicos en la caracterización de yacimientos………………………192

CAPITULO IV. METODOLOGIA APLICADA

4.1. Recopilación de información: trabajos previos, datos sísmicos y geológicos…197

4.1.1. Documentación previa……………………………………………….197

4.1.2. Carga de datos……...……………………………………………...…202

4.1.3. Incorporación de cubos sísmicos…………………………………….205

ix
4.2. Análisis y calibración sísmica-pozo…………………………………………...206

4.2.1. Construcción de sismogramas sintéticos…………………………….206

4.2.2. Determinación del espectro de amplitud y frecuencia……………….209

4.2.3. Resolución sísmica vertical…………………………………………..212

4.3. Interpretación sísmica estructural……………………………………………...214

4.3.1. Interpretación de fallas estructurales…………………………………216

4.3.2. Interpretación de horizontes………………………………………….218

4.3.3. Generación de atributos sísmicos estructurales……………………...220

4.3.4. Análisis de esfuerzo en el Bloque I. Campo Lagomar….……………223

4.3.5. Elaboración de secciones estructurales y estratigráficas……………..228

4.3.6. Construcción de mapas estructurales en tiempo……………………..230

4.3.7. Elaboración del modelo de velocidad y conversión


tiempo-profundidad…………………………………………………..231

CAPITULO V. RESULTADOS

5.1. Reconocimiento de reflectores sismo-estratigráficos de la secuencia sedimentaria


del área….……………………………………………………………………...240

5.2. Fallamiento de la unidad productora C-4 del Eoceno………………………….242

5.3. Identificación de fallas geológicas con posibilidad de entrampamiento de


hidrocarburos...….…………………….……………………………...244

5.4. Sistema de falla Lama-Icotea…………………………………………………..244

5.5. Campos de esfuerzos…………………………………………………………..247

5.6. Mapas en tiempo, profundidad y atributos sísmicos………….………………..247

x
5.7. Propuesta de localizaciones potenciales de extracción de hidrocarburo según el
nuevo modelo estructural……………………………………………………..254

CAPITULO VI. DISCUSIÓN DE RESULTADOS……………………………..255

CONCLUSIONES………………………………………………………………...318

RECOMENDACIONES………………………………………………………….324

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…………………………………………...327

xi
LISTA DE FIGURAS

CAPITULO I Pag.

Figura 1.1. Mapa de ubicación de la cuenca del Lago de Maracaibo con los campos de producción
petrolera en el Bloque I y el área utilizada para la interpretación estructural. Tomado del Manual de
Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos. PDVSA Exploración y Producción (1999)…….10

Figura 1.2. Mapa de ubicación del levantamiento sísmico de la Unidad de Explotación Lagomar en
conformidad con cada uno de sus bloques de producción (I, II y XII) y los límites con los campos más
cercanos. Tomado del Manual de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de
Maracaibo. PDVSA Exploración y Producción (1999)………………………………………………..11

CAPITULO II

Figura 2.1. Mapa de ubicación de la cuenca del Lago de Maracaibo limitada por el bloque triangular
de fallas estructurales: al norte por la falla de Oca, al sur por la falla de Boconó y al oeste por la falla
de Bucaramanga. Tomado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).…………………………….13

Figura 2.2. Línea sísmica 709 en dirección O-E del Modelo Estructural Compresivo-Extensional del
Bloque V de la Unidad de Explotación Lagocinco ubicado en la región central del Lago de Maracaibo.
Tomado del Análisis Sísmico-Estructural de Estudios Integrados Lago-Norte y Lago-Sur de la Unidad
de Explotación Lago-Cinco (2008).………………………..………………………..…………………15

Figura 2.3. Mapa geológico actual de superficie de la región de la Cuenca de Maracaibo. Tomado de
Escalona (2003).………………………..………………………..……………………………………..17

Figura 2.4. A) Mapa topográfico y batimétrico de la tectónica del margen Norte de Suramérica.
(Modificado de Stephan, 1985 y Escalona, 2003). B) Imagen de gravedad por satélite con las seis
franjas tectónicas y mapa en profundidad del basamento y de los principales depocentros de rocas
sedimentarias cretácicas-cenozoicas. Tomado de Escalona (2003).…………………………………...19

Figura 2.5. A) Provincias corticales en la región del Caribe. B) Posición inferida del frente del Gran
Arco (los números indican millones de años): 90 Ma-Cretáceo Tardío; 60 Ma-Paleoceno;
50 Ma-Eoceno; 35 ma-Oligoceno; 15 ma-Mioceno; 0 ma-Reciente. Modificado de Lugo y Mann
(1995).…………………………………..…………………………………..………………………….21

Figura 2.6. A) Movimiento relativo de las velocidades tomadas por GPS de placas tectónicas que
interactúan en la región entre Norteamérica, Suramérica y la Cuenca del Lago de Maracaibo.
B) Sistema de subducción de las placas. Tomado de Backé et al. (2006).……………………………..22

Figura 2.7. Configuración y distribución del rift Triasico-Jurasico en la Cuenca de Maracaibo junto a
la zona de sutura de la falla Lama-Icotea. Tomado de Meléndez et al. (1996).………………………..23

Figura 2.8. Mapa de distribución de terrenos alóctonos en el norte de Suramérica donde existen rocas
precambricas (Modificado de Angulo, 2006. Tomado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007)………………………………………………………………………………………25

xii
Figura 2.9. Mapa de distribución de terrenos alóctonos en el norte de Suramérica donde existen rocas
paleozoicas Modificado de Angulo, 2006. Tomado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007)………………………………………………………………………………………25

Figura 2.10. Rocas jurásicas en Venezuela. (1) Aflorando en la Sierra de Perijá, (2) parte del
basamento en la cuenca de Maracaibo, (3) los Andes, (4) Cuenca de Barinas-Apure y Oriental.
Modificado de Bartok (1993); Lugo y Mann (1995).………………………………………………….27

Figura 2.11. Imagen tridimensional del sistema de ritf Jurasico en la Cuenca de Maracaibo (circulo
punteado en azul) y sus alrededores. Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007)……..28

Figura 2.12. Imagen tridimensional de la tectónica de Retro-Arco y Margen Pasivo en la Cuenca de


Maracaibo (circulo punteado en blanco). Modificado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007)....................................................................................................................................29

Figura 2.13. A) Reconstrucción tectónica del Cretácico-Tardío de aproximadamente 88 Ma


(Coniaciano). Las áreas en blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeografico para
este periodo. Modificado de Mann et al. (2006).…………………………………..…………………..30

Figura 2.14. Desarrollo esquemático de fallas normales y listricas en relación a las antefosas
Paleocena, Eocena y el Alto Periférico. Modificado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007)……....…………………………………..…………………………………………..32

Figura 2.15. A) Reconstrucción tectónica del Paleoceno-Medio de aproximadamente 60 Ma. Las áreas
en blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo. Modificado
de Mann et al. (2006).………………………………………………………………………………….33

Figura 2.16. Imagen tridimensional de la tectónica en el Paleoceno-Tardío en la Cuenca de Maracaibo


(circulo punteado en verde). Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007)……………...34

Figura 2.17. Imagen de radar de la Cuenca de Maracaibo con el sistema de fallas principales: Boconó,
Valera, Burro Negro, Tigre, Icotea, Pueblo Viejo y Oca. Modificado de Escalona (2003)……………37

Figura 2.18. Imagen tridimensional de la tectónica del Eoceno-Tardío en la Cuenca de Maracaibo


donde se aprecian las zonas que pudieron haber sido afectadas por la discordancia del Eoceno.
Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007)………………………………………….…39

Figura 2.19. A) Reconstrucción tectónica del Eoceno-Medio, a aproximadamente 44 Ma. Las áreas en
blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo. Modificado de
Mann et al. (2006).………………………………..……………………………………………………40

Figura 2.20. A) Reconstrucción tectónica del Oligoceno, a aproximadamente 30 Ma. Las áreas en
blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo. Modificado de
Mann et al. (2006).…………………………………..…………………………………………………41

Figura 2.21. A) Reconstrucción tectónica del Mioceno Medio, a aproximadamente 14 Ma. Las áreas
en blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeografico para este periodo. Modificado
de Mann et al. (2006).…………………………………..……………………………………………...43

Figura 2.22. Imagen tridimensional de la tectónica del Plioceno al presente encontrada en la Cuenca
de Maracaibo donde se aprecian las zonas levantadas del sistema de la Cordillera de Los Andes y la
Sierra de Perijá al oeste de la cuenca. Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007)…….45

xiii
Figura 2.23. Línea sísmica de alta resolución de dirección O-E mostrando las características
tectonosecuenciales regionales de la Cuenca de Maracaibo. Modificado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007).…………………………………..………………………………………………….47

Figura 2.24. Línea sísmica de alta resolución de dirección N-S mostrando las características
tectonosecuenciales regionales de la Cuenca de Maracaibo. Modificado de Cuencas Petrolíferas de
Venezuela (2007).…………………………………..………………………………………………….48

Figura 2.25. Principales campos petroleros asociado al sistema de fallas principales de la Cuenca del
Lago de Maracaibo. Tomado de Escalona (2003)..……………………………………………………50

Figura 2.26. Ejemplos de cuatro yacimientos de hidrocarburos Sub-Eoceno de la Cuenca de


Maracaibo. Estos depósitos se encuentran localizados en rocas del basamento metamórfico
profundamente enterrados y en las rocas sedimentarias fracturadas del Cretácico y el Paleoceno ( > 5
km de profundidad). El mapa del recuadro en la esquina superior derecha proporciona la ubicación de
las secciones. Tomado de Escalona y Mann (2006c).………………………………………………….55

Figura 2.27. Ejemplos de yacimientos de hidrocarburos del Eoceno de la Cuenca de Maracaibo. Las
rocas clásticas del Eoceno son los reservorios más prolíficos en la Cuenca de Maracaibo y se
concentran principalmente en las zonas central y noreste de la cuenca a lo largo de fallas pronunciadas
de dirección NE-SO. El mapa del recuadro en la esquina superior derecha proporciona la ubicación de
las secciones. Tomado de Escalona y Mann (2006c)…………………………………………………..56

Figura 2.28. Ejemplos de yacimientos de hidrocarburos Mioceno-Holoceno en la cuenca de


Maracaibo. Estos depósitos se encuentran principalmente en las zonas norte y noreste del la Cuenca de
Maracaibo. Los embalses más prolíficos se encuentran a lo largo de la costa noreste del actual Lago de
Maracaibo (Costa Bolívar) y a lo largo de la traza de falla de Burro Negro. El mapa del recuadro en la
esquina superior derecha proporciona la ubicación de las secciones. Tomado de Escalona y Mann
(2006c)..…………………………………..…………………………………..………………………...57

Figura 2.29. Resumen de cuatro fases tectónicas principales que controlan el sistema petrolífero de la
Cuenca de Maracaibo. A) Plataforma carbonática, B) Cuenca antepaís, C) Rebote isostático y
D) Fase del sinclinal Maracaibo. Tomado de Escalona y Mann (2006c)..……………………………..59

Figura 2.30. A) Línea sísmica interpretada de este a oeste en la Cuenca de Maracaibo. La sección
presenta las principales características estructurales y estratigráficas de la cuenca y su sistemas
petrolero (véase la Figura 2.25 para la ubicación). Las rutas de migración desde la roca reservorio
(Cretáceo) se localizan a lo largo de las fallas principales de la cuenca (por ejemplo, Icotea, Pueblo
Viejo, y las fallas A, B, E). Los yacimientos de hidrocarburos se concentran en altos estructurales bajo
la discordancia del Eoceno y el Mioceno en los flancos norte y este del sinclinal de Maracaibo. B)
Línea sísmica interpretada norte-sur en la cuenca de Maracaibo (véase la Figura 2.25 para la
ubicación). Los yacimientos de hidrocarburos en el Mioceno se concentran buzamiento arriba de la
cuña clástica del Mioceno. Las turbiditas del Eoceno proporcionan buenos objetivos de exploración al
norte de la falla de Burro Negro. Tomado de Escalona y Mann (2006c)..……………………………..62

Figura 2.31. Interpretación estructural de dirección este-oeste en la Cuenca de Maracaibo con los
espesores de las formaciones depositadas entre el Pre-Cretácico hasta finales del Cenozoico. Las
flechas de color azul representa la migración del hidrocarburo desde la roca madre del Cretáceo por vía
de los planos de fallas hasta llegar a su entrampamiento a finales del Eoceno-Mioceno.
Tomado de Escalona (2003)..…………………………………..………………………………………63

xiv
Figura 2.32. Secciones transversales donde se muestra el comportamiento estructural diseñado por
Lugo y Ochoa (1994) para los sistemas de fallas Lama-Icotea y Pueblo Viejo junto a la migración y
entrampamiento del petróleo en el área. Los números se refieren a la historia de la migración del
hidrocarburo y se explican en el texto. A) Transecto B-B´ de dirección NE-SO semi-ortogonal al tren
de fallas Lama-Icotea. B) Transecto C-C´ de dirección NO-SE semi-ortogonal al tren de fallas Lama-
Icotea y Pueblo. Modificado de Lugo y Ochoa (1994)...…………………………..…………………..65

Figura 2.33. Posible migración y entrampamiento del hidrocarburo lateralmente desde los yacimientos
inferiores (Formación La Luna) en el Campo Urdaneta al oeste del Lago de Maracaibo. Las flechas
indican la dirección de migración hacia los yacimientos superiores. Modificado de Pöppelreiter et al.
(2004).…………………………..…………………………………..………………………………….67

Figura 2.34. Columna Estratigráfíca de la Cuenca de Maracaibo. A) Tomado de González de Juana et


al. (1980), Parnaud et al. (1995). B) Flanco Norandino. Tomado de González de
Juana et al. (1980)……………………………………………………………………………………...69

Figura 2.35. Distribución de facies sedimentarias dominantes durante en Mesozoico-Tardío.


A) Distribución de facies sedimentarias del Cretáceo-Temprano al norte del Cratón de Guayana. B)
Distribución de facies sedimentarias dominantes durante el Cretáceo-Tardío. Tomado de Cuencas
Petrolíferas de Venezuela (2007).…………………………..…………………………………..……...72

Figura 2.36. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Aptiense. Tomado de Parnaud et


al. (1995).…………………………………..……………………………………….....75

Figura 2.37. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Albiense. Tomado de Parnaud et


al. (1995).…………………………..…………………………………..………………………………76

Figura 2.38. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Cenomaniense


Tardío-Campaniense Temprano. Tomado de Parnaud et al. (1995).…………………………..………78

Figura 2.39. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Campaniense


Tardio-Maestrichtiense. Tomado de Parnaud et al. (1995).………………………..…………………..80

Figura 2.40. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Maestrichtiense


Tardío- Paleoceno Temprano. Tomado de Parnaud et al. (1995)……………………………………...82

Figura 2.41. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Paleoceno Temprano-Eoceno.


Tomado de Parnaud et al. (1995).………………………..…………………………………………….84

Figura 2.42. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Eoceno Medio. Tomado de


Parnaud et al. (1995).………………………..…………………………..……………………………..87

Figura 2.43. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 54-51,5 Ma (representativo de


TST 52,5 Ma). Modificado de Ghosh et al. (1996).………………………..…………………………..88

Figura 2.44. Mapa paleogeografico del Eoceno en el intervalo 51,5-49,5 Ma (TST 50,3 Ma).
Modificado de Ghosh et al. (1996).………………………..………………………………..………….89

Figura 2.45. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 49,5-44 Ma (TST 48 Ma). Modificado
de Ghosh et al. (1996).………………………..………………………………..………………………91

Figura 2.46. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 44-42,5 Ma (TST 43 Ma).
Tomado de Ghosh et al. (1996).………………………..………………………………..……………..92

xv
Figura 2.47. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 42,5-39,5 Ma (TST 41,2 Ma).
Tomado de Ghosh et al. (1996).………………………..………………………………..……………..94

Figura 2.48. Registros del pozo W12 (GR-yayos Gamma, ILD-inducción profunda y RHOB densidad)
con descripción de facies y ambientes basados en el analisis de núcleos de la derecha (B, C y D). B y
C) Facies heteroliticas presentan las siguientes estructuras sedimentarias que indican la influencia de
mareas: laminaciones flaser, cobertura de arcilla y estratificación de cola de pescado o “herringbone”.
D) Areniscas de grano fino a medio son interpretadas como canales distributarios. Tomado de
Escalona y Mann (2006b).………………………..………………………………..…………………..95

Figura 2.49. A) Respuesta de parasecuencias en registro de pozos. B) Patrones de apilamiento de


grupos de parasecuencias y respuesta en registro de pozos.
Modificado de Van Wagoner et al. (1990).………………………..…………………………………...96

Figura 2.50. Mapa de las unidades que suprayacen a la discordancia posteocena. Tomado de Pestman
et al. (1996).………………………..………………………………..………………………………….98

Figura 2.51. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Mioceno Medio-Pleistoceno.


Tomado de Parnaud et al. (1995).………………………..…………………………………………...100

Figura 2.52. Geodinámica general simplificada del sur del Caribe. La región está sujeta a una
tectónica de bloque compleja. La descomposición del vector de convergencia a la subducción de Nazca
puede explicar el cambio del deslizamiento a lo largo del sistema de falla Romeral. Equivalencia de las
siglas utilizadas para los Bloques: Bonaire (BB), Choco (CB), Maracaibo (MTB), Norandina (NAB) y
Panamá (PB); Andes de Mérida (MA) y Indentor de Pamplona (PI). Algunas fallas mayores también
son reportadas: Algeciras (AF), Boconó (BF), El Pilar (EPF), Guaicaramo (GF), Romeral (RFS), Santa
Marta-Bucaramanga (SMBF), San Sebastián (SSF) y Oca-Ancon (OAF), y otras características, así:
Subducción de las Antillas (LAS), Canyon de Los Roques (LRC), Cinturón de Deformación al Norte
de Panamá (NPDB), y la deformación del Cinturon de Sur del Caribe (SCDB).
Tomado de Audemard et al. (2005).………………………..………………………………..………..103

Figura 2.53. Mapa del fallamiento estructural de Venezuela en el Cuaternario. Tomado de Audemard
et al. (2005).………………………..………………………………..………………………………...105

Figura 2.54. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Occidental de
Venezuela. Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y
descritas por Audemard et al. (2003) y modificadas por Audemard et al. (1999 a y b). Algunos pozos
están representados por elipses o breakouts (ejemplo: la letra A al NO de la Ciudad de Maracaibo es
analizada por Sánchez et al. (1999) donde el esfuerzo máximo es indicado por los ejes o una fractura
abierta a causa del fracturamiento hidráulico o ambas representaciones. Modificado de Audemard et al.
(2005).………………………..………………………………..………………………………..…….110

Figura 2.55. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Central de Venezuela.
Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y descritas por
Audemard et al. (2005) y modificadas por Audemard et al. (1999b). Modificado de Audemard et al.
(2005).………………………..………………………………..……………………………………...111

xvi
Figura 2.56. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Oriental de
Venezuela. Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y
descritas por Audemard et al. (2003) y modificadas por Audemard et al. (1999b). Algunos pozos están
representadas por elipses o breakouts (ejemplo: letra B, C y D, la data obtenida en B y C esta dada por
Muñoz, (2002) y en D por Willson et al. (1999) donde el esfuerzo máximo es indicado por los ejes o
una fractura abierta a causa del fracturamiento hidráulico o ambas representaciones. Modificado de
Audemard et al. (2005).………………………..………………………………..…………………….112

Figura 2.57. Trayectoria de los esfuerzos horizontales en el norte de Suramérica, basados en la data
neotectónica, indicadores cinemáticos de los planos de fallas y soluciones de los mecanismos focales
Audemrad, (2002). Leyenda: BF: Falla de Boconó, SAS: Subducción de las Antillas Sotavento, FOA:
Falla de Oca-Ancón, SFR: Sistema de Falla Romeral, FSMB: Falla de Santa Marta-Bucaramanga.
Modificado de Audemard (2002).………………………..………………………………..………….115

Figura 2.58. A) Mapa isócrono del tope de la discordancia del Paleoceno. La depresión asimétrica y
las áreas levantadas pueden ser reconocidas en el mapa. B) Mapa de detección de límites (“Edge
Detection”) del tope de la secuencia de la discordancia del Paleoceno: dos familias de fallas son
observadas, NNE-SSO y NO-SE. C) Mapa isócrono de la secuencia C (Eoceno): Una secuencia espesa
de rocas sedimentarias de edad Eoceno forma el relleno de la depresión o sub-cuenca de Icotea
interpretada en la Figura 2.58A. Las rocas eocenas se adelgazan sobre las áreas levantadas, y en
general el espesor se incrementa hacia el NE. Tomado de Escalona (2003).………………………...117

Figura 2.59. A) Línea sísmica 3000 sin interpretar. B) Línea sísmica interpretada: 1) Modelo del
sistema de fallas de la cuenca “pull-apart” de Icotea limitada por la falla de Icotea y la falla VLE-400;
2) Reflexiones pre-cretácicas truncadas por la secuencia B; y 3) Deformación en la parte inferior de la
secuencia D. Modificado de Escalona (2003).………………………..………………………………118

Figura 2.60. Rasgos estructurales más resaltantes de la zona central de la cuenca del Lago de
Maracaibo. A) Línea sísmica regional E-O sin interpretar. B) Línea sísmica interpretada mostrando los
principales elementos estructurales y estratigráficos en el área del Lago de Maracaibo: 1) Plataforma
estable mixta carbonática-clástica de edad cretácico-paleocena; 2) Falla de Icotea; 3) Sub-cuenca de
Icotea; 4) Falla de Pueblo Viejo; 5) Sub-cuenca parcialmente invertida de Pueblo Viejo; 6) Falla
invertida, transcurrencia oblicua y 7) Discordancia Eoceno Temprano-Medio. Tomado de Escalona
(2003).………………………..………………………………..………………………………..…….120

Figura 2.61. Diagramas esquemáticos tridimensionales mostrando la evolución estructural y


estratigráfica de forma general del área central de la Cuenca de Maracaibo cercana a los eventos
tectónicos que se produjeron dentro del Bloque I Lagomar y que conforman el fallamiento que se ha
estudiado en esta área. Tomado y modificado de Escalona (2003).………………………..…………121

Figura 2.62. Características generales de una cuenca pull-apart con desplazamiento dextral.
A) Transcurencia pura con α = 0°. B) Movimiento transtensional 0° < α ≤ 45°. Modificado de Wu et
al. (2008).………………………..………………………………..…………………………………..123

Figura 2.63. Vista en planta de la geometría de la placa base utilizada en el experimento transtensional
de la cuenca pull-apart. Modificado de Wu et al. (2008).………………………..…………………...124

Figura 2.64. Vista en planta de la evolución de una cuenca “pull-apart” con transcurrencia pura. El
modelo experimental ilustra: A) Fotografía del área en el lapso de tiempo en que se desarrolló el
experimento, B) Observación con laser de la subsidencia formada a medida que se produce el
movimiento. C) Fotografía de la cuenca al final del experimento. El color azul representa las zonas
más profundas. Modificado de Wu et al. (2008).………………………..……………………………125

xvii
Figura 2.65. Vista en planta de la evolución de una cuenca “pull-apart” con movimiento de
transtensión, el modelo experimental ilustra: A) Fotografía del área en el lapso de tiempo en que se
desarrolló el experimento, B) Observación con laser de la subsidencia formada a medida que se
produce el movimiento. C) Fotografía de la cuenca al final del experimento. El color azul representa
las zonas más profundas. Modificado de Wu et al. (2008)……………………………………..…….126

Figura 2.66. Geometría tridimensional de una fase inicial idealizada de una cuenca “pull-apart”
desarrollada con 5° de rotación (sistema transtensiónal) basa en los resultados del modelo. Tomado de
Wu et al. (2008).………………………..………………………………..……………………………127

Figura 2.67. Evolución 4D del fallamiento de un sistema de cuenca “pull-apart” transtensional.


A) Etapa temprana de la evolución de la cuenca formada entre planos de fallas sub-verticales “en
échelon”. B) Etapa avanzada de la evolución con suave y fuertes fallamientos de forma concava hacia
arriba y en echelon junto a la iniciación de nuevos planos de fallas. Fraccionamiento de la deformación
la cual provoca fallamiento extensional o transcurrente. Tomado de Wu et al. (2008)………………128

Figura 2.68. Visualización 3D de la reconstrucción del modelo de cuenca “pull-apart”. A) Modelo de


transcurrencia pura, y B) Modelo transtensional. La parte superior representa la secuencia pre-
cinemática. Tomado de Wu et al. (2008).………………………..…………………………………...130

Figura 2.69. Visualización 3D de la arquitectura de fallas de los modelos desarrollados en cuenca


“pull-apart”. A) Transcurrencia pura. B) Transtensión. Tomado de Wu et al. (2008).………………131

Figura 2.70. Tectónica asociada a sistemas de fallas transcurrentes. Tomado de Cunningham y Mann
(2007).………………………..………………………………..………………………………..…….133

Figura 2.71. Ejemplo de cizallamiento tipo Riedel para un sistema de falla transcurrente. A)
Movimiento dextral y B) Movimiento sinestral. Modificado de Katz et al. (2002).…………….……135

Figura 2.72. Modelo de caja de arena con sistema de movimiento transtensivo. A) Evolución del
fallamiento visto en planta con el elipsoide de deformación y la rotación de la base de aluminio que
soporta el modelo. B) Secciones a lo largo de la trayectoria del tren de fallas del sistema transtensivo
observado en la sección vista en planta (parte A). Modificado de Ustaszewski et al. (2003).……….137

Figura 2.73. Modelo de caja de arena con sistema de movimiento de compresión (transpresivo). A)
Evolución del fallamiento visto en planta con el elipsoide de deformación y la rotación de la base de
aluminio que soporta el modelo. B) Secciones a lo largo de la trayectoria del tren de fallas del sistema
transpresivo con la inversión de las estructuras observado en la sección vista en planta (parte A).
Modificado de Ustaszewski et al. (2003).………………………..…………………………………...138

Figura 2.74. Características generales de un sistema de fallas transcurrente con vista en planta. A)
Curvatura con subsidencia o levantamiento (arriba y abajo respectivamente). B) Relevo entre dos
sistemas de fallas produciendo una cuenca pull-apart. Modificado de McClay y Bonora (2001).…...140

Figura 2.75. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresivo a 30°. A)
Evolución cinemática cada 2 cm hasta finalmente llegar a 10 cm. Se observa la formación del
anticlinal en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en
cada una de las zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el
conjunto de fallas inversas que conforman el anticlinal. Modificado de McClay y Bonora (2001)….141

xviii
Figura 2.76. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresivo a 90°. A)
Evolución cinemática cada 2 cm hasta finalmente llegar a 10 cm. Se observa la formación del
anticlinal en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en
cada una de las zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el
conjunto de fallas inversas que conforman el anticlinal. Modificado de McClay y Bonora (2001)…142

Figura 2.77. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresico a 150°. A)
Evolución cinemática cada 2 cm hata finalmente llegar a 10 cm. Se observa la formación del anticlinal
en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en cada una de
las zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el conjunto de
fallas inversas que conforman el anticlinal. Modificado de McClay y Bonora (2001)………………143

Figura 2.78. Ejemplos de estructuras del tipo “pop-up” para un régimen de fallas transcurrentes. La
fase romboidal es claramente definida tanto en las secciones A1 y B1 donde el sistema interior de
fallas define una zona de mayor elevación asociadas a fallas inversas. Modificado de McClay y Bonora
(2001).………………………..………………………………..………………………………..…….144

Figura 2.79. Ubicación del Bloque I del Campo Lagomar en la Cuenca del Lago de Maracaibo.
Tomado del Manual de Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos. PDVSA Exploración y
Producción (1999).………………………..………………………………..…………………………145

Figura 2.80. Ubicación del sistema de rift Jurasico en el Bloque I junto al sistema de fallas Lama-
Icotea. Tomado de Link et al. (1999).………………………..………………………………..……...146

Figura 2.81. Esquema conceptual de la deformación producida por la subducción de la Placa del
Caribe que afecto las estructuras del Bloque I. Tomado de Bueno y Pinto (1997)…………………...148

Figura 2.82. Interpretación y reconstrucción estructural de la línea sísmica 820 en dirección O-E en el
Bloque I incluyendo el fallamiento local del Campo Lagomar y la depositación de sus yacimientos en
la secuencia del Eoceno C y B. Tomado de Mammana (2005).………………………..…………….149

Figura 2.83. Calizas cretácicas antes y después de la colisión y rotación de los bloques producido por
la deformación que realizó la Placa del Caribe contra la de Suramérica. Tomado de Bueno y Pinto
(1997).………………………..………………………………..……………………………………...150

Figura 2.84. Evolución del graben centro-occidental del Lago de Maracaibo e inversión estructural.
Tomado de Bueno y Pinto (1997).………………………..………………………………..…………152

Figura 2.85. Corte estructural O-E en tiempo de la Cuenca de Maracaibo entre la Serranía de Perijá
hasta el levantamiento de la Serranía de Trujillo. Tomado de Parnaud et al. (1995)…………………153

Figura 2.86. Modelo estructural transpresivo del sistema de fallas Lama-Icotea y Ático Tomado de
Rouré et al. (1996).………………………..………………………………..…………………………155

Figura 2.87. Línea sísmica 733 O-E en tiempo mostrando un corte estructural del sistema de fallas
Lama-Icotea, Ático, Área del Pilar y el sistema de fallas Lama-Este con la depositación del Eoceno
(verde), Paleoceno (rojo), Cretácico (azul) y Basamento (azul claro). Tomado de Gamarra y Mammana
(2006).………………………..………………………………..………………………………..…….157

Figura 2.88. Cubo sísmico de semblanza con time-slice a 1728 ms (Eoceno) donde se muestran los
sectores segmentados del Campo Lagomar con sus alineamientos estructurales más importantes sin
interpretar. Tomado de Mammana (2008).………………………..………………………………….159

xix
Figura 2.89. Interpretación del cubo sísmico de semblanza con time-slice a 1728 ms (Eoceno) donde
se muestran los sectores segmentados del Campo Lagomar con sus alineamientos estructurales más
importantes. Tomado de Mammana (2008).………………………..………………………………...159

Figura 2.90. Cubo sísmico de semblanza con time-slice superior de 2860 ms a nivel del Cretácico
(Grupo Cogollo) mostrando los alineamientos estructurales del sistema Lama-Icotea y Lama-Este.
Tomado de Mammana (2008).………………………..………………………………..……………..161

Figura 2.91. Interpretación estructural del Tope de Socuy-Cretácico (Grupo Cogollo), mostrando los
alineamientos estructurales del sistema Lama-Icotea y Lama-Este en sísmica 3D. Tomado de Gamarra
y Mammana (2006).………………………..………………………………..………………………..162

Figura 2.92. Visualización estructural 3D desde el Flanco Oeste del Bloque I del Tope de Socuy-
Cretácico (Grupo Cogollo) concentrando los alineamientos del sistema Lama-Icotea, Lama-Este con el
gran salto de falla entre los bloques del Flanco Oeste y Pilar.
Tomado de Gamarra y Mammana (2006).………………………..…………………………………..163

Figura 2.93. Mapa estructural tipo Edge del Tope de Socuy-Cretácico (Grupo Cogollo) de todo el
Campo Lagomar donde se reflejan los alineamientos del sistema Lama-Icotea y Lama-Este. Tomado
de Gamarra y Mammana (2006).………………………..………………………………..…………..164

Figura 2.94. Ubicación de las diferentes estructuras del Campo Lagomar con el mapa de atributos
estructurales del Tope de Socuy y la superficie interpretada en 3D. Se evidencian los alineamientos del
sistema Lama-Icotea, Lama-Este y el conjunto de fallas normales de sus alrededores tales como Flanco
Oeste, Pilar y Flanco Este. Tomado de Gamarra y Mammana (2006).………………………..……...165

Figura 2.95. Interpretación sísmica 3D del yacimiento C-7 del área UD-LAMA al SO del Bloque I.
A) Imagen 3D del Tope de C-7 mostrando la estructura local. B) Acercamiento de la superficie C-7,
visualizando el gran salto de falla Lama-Icotea (2700 pies). Tomado de Mammana (2010)………...166

Figura 2.96. Columna estratigráfica del área del Bloque I con la sección del área de estudio,
delimitada con líneas en rojo, indicando la sección de las arenas C de la Formación Misoa. Tomado de
Estratigrafía del Bloque I entre el Mioceno y el Pre-Triásico (2000).………………………………..181

CAPITULO III

Figura 3.1. Tipos de ondas sísmicas encontradas en el subsuelo producidas por una fuente de energía y
su forma de movimiento. A) Ondas P. B) Ondas S. C) Ondas Rayleigh y D) Ondas Love. Modificado
de Regueiro (1997).………………………..………………………………..………………………...184

Figura 3.2. Propagación de ondas sísmicas en el subsuelo, cambiando de un medio a otro mediante los
procesos físicos de refracción y reflexión, emanadas de una fuente de energía y recepción para su
posterior procesamiento. Tomado de Análisis de Datos Sísmicos (2005).………………………..….185

Figura 3.3. Ilustración de los tiros de verificación (Check-Shots) para la construcción de la tabla T-Z
que asocia el Tiempo [T] de los datos sismicos con la Profundidad del pozo [Z]. Los Check-Shots son
utilizados para la calibración de los sismogramas sintéticos ayudados con la información de los topes
de las formaciones geológicas. Tomado de Análisis de Datos Sísmicos (2005).…………………….190

xx
Figura 3.4. Sismograma Sintético. A) Modelo convolucional de la traza sísmica para la elaboración
delajuste sísmica-pozo B) Elaboración de un sismograma sintético tipo en la cuenca del Lago de
Maracaibo. Tomado de Escalona (2003).………………………..……………………………………191

CAPITULO IV

Figura 4.1. Ubicación y limites del Proyecto de Estudios Integrados del Área VLA-6/9/21 al norte
del Bloque I, y que comprende solo el Flanco Este de la Falla Lama-Icotea. Modificado del Manual de
Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999)…………...198

Figura 4.2. Ubicación y limites del Proyecto de Estudios Integrados del Area VLA-31/243/245 al sur
del Bloque I y que comprende solo el Flanco Oeste de la Falla Lama-Icotea. Modificado del Manual de
Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999)…………...199

Figura 4.3. Ubicación en planta de los Flancos Este y Oeste de la falla Lama-Icotea dentro del Bloque
I del Campo Lagomar y los limites de las áreas productivas que involucran el estudio (Area VLA-031,
VLA-062, VLA-16/33, VLA-6/9/21 y VLA-31/243/245). Modificado del Manual de Ubicación de los
Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999)……………………………...200

Figura 4.4. Ubicación de los pozos en las áreas VLA-031, VLA-062, VLA-16/33 y VLA-31/243/245
que incluye la zona donde se efectuó el trabajo. En total son 426 pozos activos. Modificado del Manual
de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999)………..203

Figura 4.5. Cubo sísmico en HFI (High Frequency Imaging) del área Lagomar donde se incluye el
Bloque I del área de estudio. Imagen tomada de la herramienta Geoprobe (visualizador 3D) de la
Plataforma Landmark.………………………..………………………………..……………………...206

Figura 4.6. Sismograma sintético realizado al pozo VLA-0233 (Flanco Oeste), indicando los
marcadores geológicos a nivel del Eoceno y la característica particular de la traza sísmica a nivel de la
Unidad productora C-4, la cual presenta una respuesta sísmica con polaridad negativa. Imagen tomada
de la herramienta Syntool de la Plataforma Landmark para los ajustes sísmica-pozo………………..208

Figura 4.7. Sismograma sintético realizado al pozo VLA-1548 (Flanco Este), indicando los
marcadores geológicos a nivel del Eoceno y la característica particular de la traza sísmica a nivel de la
Unidad productora C-4, la cual presenta una respuesta sísmica con polaridad negativa. Tomado del
Informe Final de la Fase II del Proyecto VLA-6/9/21 Estudios Integrados-Lagomar (2008)………..209

Figura 4.8. Promedio del espectro en frecuencia del área de estudio en la línea sísmica 737 asociado al
levantamiento sísmico 3D en HFI. Tanto la imagen superior como inferior muestran los espectros en
frecuencia dominante y fase del área de la Falla Lama-Icotea del sector mas y menos deformado
(Flanco Este) respectivamente. Las líneas punteadas en blanco denotan las zonas donde se realizó el
cálculo de la frecuencia. El valor cuantitativo de la misma se encuentra en el orden de
aproximadamente 50 Hz. Imagen tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma
Landmark para el calculo de frecuencia.………………………..…………………………………….210

Figura 4.9. Espectro en frecuencia del área de estudio en la línea sísmica 736 del cubo sísmico de baja
frecuencia prstk08.3dv. Las líneas punteadas en blanco denotan las zonas donde se realizó el cálculo de
la frecuencia. El valor cuantitativo de la misma se encuentra entre 20-25 Hz aproximadamente. Imagen
tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma Landmark para el calculo de frecuencia.
Imagen tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma Landmark para el calculo de
frecuencia.………………………..………………………………..………………………………….211

xxi
Figura 4.10. Esquema de posibles arenas inmersas dentro de un horizonte sísmico y que no pueden ser
observadas por debajo de su resolución sísmica vertical. Tomado de Mammana (2009)……………213

Figura 4.11. Línea sísmica 820 en dirección O-E dentro del área de estudio, indicando la posición
estructural de los pozos a nivel del Eoceno y el ajuste de los marcadores de la Discordancia del
Paleoceno y el Tope de Socuy (Cretáceo). Tomado de Mammana (2005)…………………………...215

Figura 4.12. Línea sísmica orientada ONO-ESE ortogonalmente a la falla Lama-Icotea. Modificado
del Manual de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la
Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).………………………..……………………………………..217

Figura 4.13. Corte en tiempo a 1440 ms del cubo sísmico 3D en HFI de la Unidad de Explotación
Lagomar, donde se puede apreciar la tendencia de las fallas más resaltantes del Bloque I. Imagen
tomada de la herramienta Geoprobe de la Plataforma Landmark para la visualización 3D………….217

Figura 4.14. Interpretación del horizonte sísmico equivalente al tope de la Unidad C-4, según los datos
de la calibración sísmica-pozo generada por los sismogramas sintéticos,
a lo largo del área de estudio.………………………..………………………………..………………218

Figura 4.15. Ampliación de la interpretación del horizonte sísmico equivalente al tope de la Unidad
C-4, donde se aprecia la cercanía entre líneas y trazas sísmicas para un mejor control de la estructura.
La abertura en el centro de la interpretación representa la tendencia de la falla Lama-Icotea, la cual se
encuentra señalada………………………..………………………………..………………………….220

Figura 4.16. Ejemplos de imágenes de atributos sismicos a nivel del Tope de Socuy en Cretáceo
dentro del área Lagomar, que incluye los Bloques I, II y XII. A) Atributo de buzamiento y B) Atributo
de amplitud. Tomado de Gamarra y Mammana (2006)………………………..……………………..222

Figura 4.17. Flujo de trabajo para la construcción del Modelo Geomecánico MEM. Tomado del
Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y
Cretáceo (2009)………………………..………..………………………..…………………………...224

Figura 4.18. Dirección de esfuerzos en formaciones terciarias dentro del Bloque I (Lagomar). Tomado
del Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-
Inferior y Cretáceo (2009).………………………..………………………………..…………………226

Figura 4.19. Dirección de esfuerzos en formaciones cretácicas de Lagomar dentro del Bloque I
(Lagomar). Consistente con dirección NO-SE. Tomado del Modelo Geomecánico del Campo
Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo (2009)……………...227

Figura 4.20. Sección estructural al sur del Bloque I con pozos del Flanco Oeste (VLA-0912) y Flanco
Este (VLA-0428) para ilustrar el salto de la falla Lama-Icotea con aproximadamente 2200 pies y
comprobar el levantamiento tectónico al cual fue sometido el área del Pilar del Flanco Este.
Modificado de Markovich (2006)…………………………………………………………………….228

Figura 4.21. Sección estratigráfica donde se observan pozos en la región del Ático con pérdida de
sección (líneas punteadas en verde) lo que evidencia que estos bloques fueron expuestos a la erosión
del Eoceno, mientras que las líneas punteadas en color naranja evidencian los pozos que atravesaron la
falla Lama-Icotea. Estos pozos perforan las arenas C-1 y C-2 del Flanco Oeste (cortan la falla Icotea) y
llegan a las arenas C-6 o C-7 del Flanco Este. Modificado de Mammana (2011).…………………...229

xxii
Figura 4.22. Ejemplo de un mapa estructural en tiempo del tope del yacimiento C-5 al sur-oeste del
Bloque I (Area Lagomar). Los colores amarillo y rojo denotan las estructuras más altas, mientras que
el color verde, azul celeste y azul oscuro las estructuras más bajas. Tomado de archivos de la empresa.
Modificado de Mammana (2010).……………………………..………………………………..…….230

Figura 4.23. Pozos con Check-Shot en el Bloque I y su ubicación en ambos flancos de la falla
Lama-Icotea (Oeste y Este).………………………..………………………………..……………….232

Figura 4.24. Pozos con curvas Tiempo-Profundidad en el Bloque I…………………………………233

Figura 4.25. Ilustración del cálculo para la construcción del modelo de velocidades para el tope del
yacimiento C-4 del área de estudio del Bloque I. Se tomó como ejemplo el pozo Cretáceo VLA-711
del Flanco Oeste de la Falla Lama-Icotea, identificándose (en el mapa de contornos) un tiempo más
cercano de 1900 ms a una profundidad de 7811 pies correspondiente al punto visualizado en el
reflector sísmico del yacimiento C-4, interpretado en la línea sísmica 837…………………………..237

Figura 4.26. Mapa en velocidad del tope del yacimiento C-4 al norte del Bloque I (Área Lagomar).
Los colores en azul celeste denotan las estructuras más altas, mientras que el color azul oscuro las
estructuras más bajas. Los pozos en color rojo se encuentran en el Flanco Oeste y los de color verde en
el Este. ………………………………………………………………………………………………..238

CAPITULO V

Figura 5.1. Línea sísmica 784 de dirección O-E con la ubicación de los reflectores sísmicos
relacionados con las diferentes secuencias sedimentarias encontradas (Discordancia del Eoceno y
Paleoceno, tope y base del yacimiento C-4 y el marcador de Socuy en el Cretáceo)………………...241

Figura 5.2. Modelo estructural del yacimiento C-4 en el área del Bloque I…………………………242

Figura 5.3. Modelo en 3D de la superficie interpretada del yacimiento C-4 donde se aprecia la
tendencia estructural y su relación con el levantamiento e inversión estructural de los bloques
existentes dentro del área de estudio.…………..……………………………..………………………243

Figura 5.4. Línea sísmica 733 en dirección O-E en alta frecuencia (HFI), donde se aprecia el resultado
obtenido de la traza de falla Lama-Icotea (segmento vertical de color azul claro) que divide el Bloque I
en dos Flancos (Oeste y Este) junto a la secuencia sedimentaria asociada a cada uno……………….245

Figura 5.5. Visión en 3D de la traza del plano de falla Lama-Icotea vista desde el suroeste a nivel del
yacimiento C-4, donde se aprecia la dirección de su movimiento sinestral y el levantamiento
estructural del Área del Pilar del Flanco Este con respecto al Flanco Oeste
por inversión tectónica………………………………………………………………………………..246

Figura 5.6. Configuración del sistema de campos de esfuerzos para el Eoceno en el área del Bloque I
donde se encuentra el análisis del área de estudio. Dirección de esfuerzo tomada del Modelo
Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo
(2009).…………..……………………………..……………………………..……………………….248

Figura 5.7. Configuración del sistema de campos de esfuerzos para el Cretáceo en el área del Bloque I
donde se encuentra el análisis del área de estudio. Dirección de esfuerzo tomada del Modelo
Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo
(2009).…………..……………………………..……………………………..……………………….249

xxiii
Figura 5.8. Mapa estructural del Campo Lagomar del Bloque I con los polígonos de fallas en unidades
de tiempo [ms] del tope del yacimiento C-4 interpretado con la licencia de SeisWork, bajo el ambiente
Linux de la plataforma Landmark.…………..……………………………..…………………………250

Figura 5.9. Mapa estructural en profundidad del yacimiento C-4 en el área de estudio. Las zonas en
rojo representan las estructuras más elevadas (Ático y Pilar) del Flanco Este, las verdes las intermedias
y las de color azul las más bajas como el Graben del Flanco Oeste.…………..……………………..251

Figura 5.10. Resultado de la extracción de atributos sísmicos de amplitud a la interpretación realizada


del yacimiento C-4 para una de las arenas productoras de la zona próxima al tope de esta unidad….252

Figura 5.11. Atributo estructural tipo Edge donde se resalta la tendencia estructural de las fallas
principales del tope del yacimiento C-4.…………..……………………………..…………………...253

Figura 5.12. Localizaciones potenciales ubicadas según el nuevo modelo estructural del yacimiento
C-4, tanto en el Flanco Oeste con en el Este de la falla Lama-Icotea.…………..……………………254

CAPITULO VI

Figura 6.1. Corte en tiempo (time-slice) a 2100 ms en el cubo estructural (structure-cube) para
identificar la trayectoria de las fallas principales. A) Time-slice sin interpretar con los alineamientos de
fallas. B) Interpretación de las fallas más resaltantes en el Bloque I y sus alrededores………………257

Figura 6.2. Ubicación de transectos A-A´, B-B´, C-C´ perpendiculares a los diferentes sistemas de
fallas encontrados, y la línea sísmica 784 de dirección O-E. A) Visualización en el time-slice a 2100
ms. B) Cobertura de transectos en el modelo estructural a nivel del yacimiento C-4………………...258

Figura 6.3. Mapa estructural de contornos del yacimiento C-4 interpretado con sísmica 3D. Cada
sistema de fallas se ha numerado de la siguiente forma: falla Lama-Icotea (1), falla Lama-Este (2),
fallas normales área de El Pilar (3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15), fallas Ático (16) e
Intra-Ático (17), fallas inversas vecinas a Lama-Icotea Flanco Oeste (18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24),
fallas inversas Flanco Oeste (32,33 y 34), fallas normales Flanco Oeste (25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 35,
36, 37, 38, 39, 40 y 41).…………..……………………………..……………………………..…….. 259

Figura 6.4. Línea sísmica 784 (O-E) mostrando las estructuras principales interpretadas en el área, su
secuencia sedimentaria entre el Cretáceo y el Neógeno y la etapa de inversión estructural en el Eoceno.
Los números en las fallas corresponden a los observados en la Figura 6.3.…………..……………...261

Figura 6.5. Reconstrucción estructural del Bloque I. A) Paleoceno-Temprano, B) Paleoceno Medio-


Tardío y C) Eoceno-Temprano.…………..……………………………..…………………………….265

Figura 6.6. Reconstrucción estructural del Bloque I. D) EocenoTemprano-Medio. E) Eoceno-Tardío y


F) Mioceno-Tardío; Actual.…………..……………………………..………………………………..266

Figura 6.7. Registro sedimentario de la perforación de los pozos vecinos a la falla Lama-Icotea
evidenciando la perdida de sección. A) Pozos en el Ático VLA-0137 y VLA-0459. B) Pozos VLA-
1599 con perforación en Flanco Oeste y objetivo final en Flanco Este (Arenas C-7)………………..269

xxiv
Figura 6.8. Evidencias de la inversión estructural dentro del área de estudio apreciándose el estilo
estructural conformado por el anticlinal de la falla Lama-Icotea (línea azul) y los truncamientos de los
reflectores sísmicos del yacimiento C-4 (línea en rojo) contra la discordancia del Eoceno (líneas
punteadas en amarillo).…………..……………………………..……………………………..………270

Figura 6.9. Ubicación tridimensional con un cubo sísmico de semblanza de los sistemas estructurales
alrededor del pozo VLA-1599 donde se observa el corte con el plano de falla Lama-Icotea tanto en el
Flanco Oeste como en el Este y levantamiento estructural del yacimiento C-7 por efecto de la inversión
tectónica. A) Vista superficial 3D desde planta. B) Rotación del cubo sísmico para observar el corte
del pozo VLA-1599 desde el Flanco Este.…………..……………………………..…………………271

Figura 6.10. Anticlinal fallado de la región del Ático con su relación estratigráfica. A) Sección
estratigráfica con pozos mostrando el acuñamiento contra el alto estructural del Ático al oeste de El
Pilar. B) Evidencias de inversión tectónica en el Flanco Este observadas por los truncamientos de las
capas de C-4 (línea roja) contra la discordancia del Eoceno (línea punteada amarillo)……………...274

Figura 6.11. Ubicación de los transectos F-F´, G-G´, H-H´ y I-I´ en el time-slice de 2100 ms y
perpendiculares al tren de fallas Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco
Oeste (24, 32 y 33); para observar la dirección del anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) en el área
de estudio y cotejarlo con la dirección principal de estas fallas.…………..………………………….276

Figura 6.12. Línea sísmica 784 (O-E) con los cortes en tiempo (time-slice) a 1300, 1700, 2100, 2700 y
3000 ms, ubicando las intersecciones con las fallas principales: Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y
las fallas inversas del Flanco Este (16, 17) y Flanco Oeste (19, 32 y 33).…………..………………..277

Figura 6.13. Corte estructural en tiempo (time-slice) a 1300 y 1700 ms para determinar las fallas en el
área de estudio y analizar su trayectoria a través de la secuencia sedimentaria que es atravesada por las
mismas.…………..……………………………..……………………………..………………………278

Figura 6.14. Corte estructural en tiempo (time-slice) a 2700 y 3000 ms para determinar las fallas en el
área de estudio y analizar su trayectoria a través de la secuencia sedimentaria que es atravesada por las
mismas.…………..……………………………..……………………………..………………………279

Figura 6.15. Transectos F-F´, G-G´ (ver Figura 6.11 para ubicación) perpendiculares al tren de fallas
Lama-Icotea (1), falla del Ático (16), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco Oeste (23, 24,
32, 33 y 34). Con estos transectos se demuestra el rumbo NNE-SSE de estas fallas principales y del
anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) del Bloque I.…………..…………………………………...280

Figura 6.16. Transectos H-H´, I-I´ (ver Figura 6.11 para ubicación) perpendiculares al tren de fallas
Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco Oeste (18, 32, 33 y 42). Con estos
transectos se demuestra el rumbo NNE-SSE de estas fallas principales y del anticlinal (estructura en
“Flor Positiva”) del Bloque I.…………..……………………………..………………………………281

Figura 6.17. Transecto A-A´ en el bloque estructural del Flanco Oeste (ver Figura 6.3 para ubicación)
con el sistema de fallas normales formadas por distensión que atraviesa la columna sedimentaria del
Eoceno y Cretáceo.…………..………………………..……………………………..………………..283

Figura 6.18. Transectos B-B´ sobre el anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) del Flanco Oeste
(ver Figura 6.3 para ubicación) con el sistema de fallas normales formadas por distensión que atraviesa
la columna sedimentaria del Eoceno.…………..……………………………..………………………284

xxv
Figura 6.19. Sistema distensivo encontrado en el Flanco Este en el área de El Pilar (ver Figura 6.3
para ubicación) con su relación estratigráfica. A) Sección estratigráfica con pozos, mostrando el
acuñamiento del yacimiento C-4 al SE. B) Fallas normales bajo régimen distensivo con evidencias de
inversión estructural.…………..……………………………..……………………………..………...285

Figura 6.20. A) Sistema de fallas en el Bloque I interpretadas por Link et al. (1999). B) Interpretación
estructural propuesta para el área de estudio del Bloque I.…………..……………………………….287

Figura 6.21. Relación del campo de esfuerzo regional en la Cuenca de Maracaibo asociado a la
interpretación estructural del área de estudio. A) Dirección del campo de esfuerzos horizontal máximo
(σHmax) analizados por Kellogg (1984), Audemard et al. (1999b, 2005) y Taboada et al. (2000).
B) Interpretación en 3D del área de estudio con inversión estructural asociada a los esfuerzos. C)
Relación de la cuenca “Pull-Apart” de Escalona y Mann (2003) bajo el efecto tijera de la falla Lama-
Icotea comparada con las estructuras en el Bloque I (ambas áreas sujetas a inversión tectónica)…...290

Figura 6.22. Dirección del esfuerzo máximo horizontal y su descomposición en componente


tangencial y normal a las fallas transcurrentes en el Bloque I. A) Reconstrucción en 3D del
levantamiento del área y su asociación con los esfuerzos. B) Mapa estructural del área con el σHmax en
el yacimiento C-4.…………..……………………………..……………………………..…………...291

Figura 6.23. A) Modelo aproximado de áreas compartamentalizadas y sus niveles estratigráficos de las
Arena B y C interpretadas por Planchart et al. (2002). B) Interpretación 3D del área de estudio con
posibles zonas con compartimientos estructurales.…………..……………………………………….292

Figura 6.24. A) Trayectoria NNE-SSO de anticlinales y fallas principales como Lama-Icotea, Pueblo
Viejo y Urdaneta en la Cuenca del Lago de Maracaibo analizadas por Lugo (1991). Modificado de
Lugo (1991). B) Time-slice a 2100 ms mostrando la similitud encontrada en la sísmica del tren de
fallas principales en el área de estudio con lo visualizado por Lugo (1991). C) Modelo estructural de
fallas actuando como planos de deslizamiento inverso teniendo en cuenta como plano central la falla
de Bocono bajo influencia de movimientos transpresivos sinestrales (Schreurs y Colletta, 1998). D)
Modelo estructural del área de estudio bajo un régimen transpresivo sinestral teniendo en cuenta como
plano central la falla Lama-Icotea (color azul).…………..…………………………………………..294

Figura 6.25. A) Modelo del régimen distensivo planteado para el Bloque I (Eoceno Temprano-
Medio). B) y C) Vista en planta con cortes verticales en los modelos experimentales con cajas de
arenas desarrollados por Ustaszewski et al. (2003) bajo efectos distensivos, respectivamente………295

Figura 6.26. A) Modelo del régimen compresivo planteado en el Bloque I (Eoceno Temprano-Medio).
B) y C) Vista en planta con cortes verticales en los modelos experimentales en cajas de arenas
desarrollados por Ustaszewski et al. (2003) bajo efectos compresivos, respectivamente……………296

Figura 6.27. Ejemplos de modelos en cajas de arenas realizados por Lowell (1995). A) Movimiento
sinestral (left lateral) en una caja con arcilla. Los aros son circunferencias en su estado original y se
transforman en elipses a medida que el movimiento se produce. B) Elipses de deformación y desarrollo
de fallas sintéticas sinestrales y antitéticas dextrales. Las zonas oscuras corresponden a fosas
(Grabenes) y las más claras a pilares (Horsts). C) Creación de anticlinales y fallas de corrimiento por
transpresión. D) Evolución del fallamiento en sistemas tectónicos con fallas del tipo transcurrente
sinestral. E) Analogía aproximada entre las diferentes fallas encontradas dentro del modelo estructural
del yacimiento C-4 del Bloque I y las estructuras formadas con los experimentos de arena bajo el
movimiento de transcurrente sinestral. Tomado y modificado de Lowell (1995)……………………298

xxvi
Figura 6.28. Relación del fallamiento encontrado en el Bloque I del Campo Lagomar con los
experimentos en cajas de arena realizados por Lowell (1995). A) Interpretación estructural en tiempo
[ms] del tope del yacimiento C-4 indicando los polígonos de fallas a ese nivel. B) Evolución
experimental de fallas normales e inversas en sistemas tectónicos del tipo transcurrente sinestral con
formación de anticlinales bajo los efectos de movimiento transpresivo estudiados por Lowell (1995).
C) Línea sísmica 784 de dirección O-E con el levantamiento anticlinal del área de estudio similar a los
encontrados en los experimentos de arena.…………..……………………………..………………...299

Figura 6.29. Comparación entre el modelo estructural interpretado en el área de estudio con otro de
los experimentos de cajas realizados por Lowell (1995). A) Mapa estructural del tope del yacimiento
C-4 indicando las fallas interpretadas. B) Formación de diferentes sistemas de fallas (normal, inversa)
bajo la influencia del movimiento transpresivo sinestral desarrollado por Lowell (1995), comparados
con los transectos A-A´, B-B´, C-C´ ubicados en el mapa estructural del yacimiento C-4…………..301

Figura 6.30. Comparación de la interpretación estructural del tope del yacimiento C-4 con los modelos
experimentales de McClay y Bonora (2001). A) Interpretación estructural del área de estudio del
Bloque I. B) Sistema formado por fallas normales e inversas en los experimentos de McClay y Bonora
(2001). C) Movimiento transcurrente sinestral y formación de fallas normales por distensión y fallas
inversas por compresión (McClay y Bonora, 2001).…………..……………………………………...303

Figura 6.31. “Pop-up” formado en el Cerro de la Mica (Norte de Chile), constituido por el sistema de
fallas de Atacama. A) Mapa estructural del Cerro de la Mica, conformado por fallas inversas y un
sistema transpresivo sinestral. B) Imagen satelital del levantamiento del Cerro de la Mica (McClay y
Bonora, 2001). C) Diagrama 3D de la geometría transpresiva sinestral de un “Pop-up” en los modelos
de McClay y Bonora (2001).…………..……………………………..……………………………….304

Figura 6.32. A) Mapa de contornos estructurales del tope del Cretáceo (Top Muddy) en la Cuenca de
Laramie en Wyoming (USA) con un sistema transpresivo sinestral (Modificado de Stone, 1995).
B) Estructura en “Flor Positiva” resultante del movimiento de los bloques conformados por las fallas
F1 y F2 por transpresión (Modificado de Stone, 1995).…………..……………………………..…...305

Figura 6.33. Evolución del sistema de fallas en la región norte de Omán (Montañas de Omán) situado
en la península Arábica para el Cretáceo-Tardío, en un régimen de movimiento transpresivo sinestral
producido por un campo de esfuerzo horizontal máximo de dirección NO-SE bajo la interacción entre
la Placa de India con la Placa Arábica (Modificado de Filbrandt et al., 2006)……………………….307

Figura 6.34. Evolución estructural de la Cuenca de Viena en Austria (Hinsch et al., 2005 a, b;
Arzmuller et al., 2006) . A) Ubicación geográfica de la cuenca que se extiende entre Republica Checa,
Eslovaquia y Hungría. B) Formación de una cuenca “pull-apart” por distensión. C) Mapa estructural
del sistema de fallas señalando los depocentros. D) Interpretación estructural del transecto A-A´. F)
Análisis en cajas de arena desarrollados por Wu et al. (2008), con fallamiento similar a los encontrados
en la Cuenca de Viena y los análisis hechos para el Bloque I en el Eoceno Temprano-Medio………309

Figura 6.35. Sistema estructural interpretado en la cuenca antepaís del Mar Adriático al este de Italia,
formado por la colisión entre el sistema de bloques África/Ádria y la Placa Europea (Scisciani, 2009).
A) Ubicación geográfica de la cuenca con los transectos A-A´ y B-B´. B) Transecto sísmico A-A´ al
norte de la cuenca del Mar Adriático. C) y D) Transecto sísmico B-B´ al sur de la cuenca del Mar
Adriático influenciado por fallamiento inverso por transcurrencia compresiva e inversión estructural.
Modificado de Scisciani (2009)…………………………………………………………………...….311

xxvii
Figura 6.36. A) Mapa estructural en el área del Sistema Ibérico al noreste de Madrid (España), donde
se aprecia el sistema de fallas inversas formadas por la colisión oblicua entre la Placa Ibérica y la Placa
Europea a finales del Cenozoico. Modificado de De Vicente et al. (2009). B) Transecto A-B mostrando
las estructuras en “Flor Positiva” en el área de Masegosa y el Alto del Tajo formadas por movimiento
transpresivo. Modificado de De Vicente et al. (2009)………………………………………………..312

Figura 6.37. Atributo sísmico de amplitud que representa las zonas mas deformadas de una de las
arenas productoras del yacimiento C-4, indicando su distribución espacial por espesores y las
discontinuidades laterales dentro del sistema de fallas de
Lama-Icotea (recuadro punteado en blanco).…………..……………………………..………………313

Figura 6.38. Atributo estructural tipo Edge con análisis de frecuencia donde se resaltan las estructuras
más importantes las cuales pueden ser ubicadas directamente en los mapas y líneas sísmicas, ayudando
a la elaboración del modelo estructural dentro del yacimiento.…………..…………………………..315

Figura 6.39. Atributos estructurales del tipo Dip-Azimut construido dentro del visualizador 3D para
ubicar las fallas más importantes en la interpretación estructural. Aquí se pueden observar los
alineamientos y tendencias del fallamiento local y ajustarlos
con la interpretación sísmica en el área.…………..……………………………..…………………....316

Figura 6.40. Comparación entre la interpretación estructural oficial y la actual del tope del yacimiento
C-4 del área de estudio del Bloque I. A) Interpretación oficial realizada con sísmica 2D y data de pozo
(Manual de Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos, 1999). B) Interpretación estructural
actualizada con sísmica 3D.…………..……………………………..………………………………..317

xxviii
LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Cálculo de las velocidades interválicas para el yacimiento C-4, con los pozos de interés en el
Flanco Oeste del área de estudio para contribuir, a la construcción del modelo de velocidad……….235

Tabla 2. Cálculo de las velocidades interválicas para el yacimiento C-4, con los pozos de interés en el
Flanco Este del área de estudio, para contribuir a la construcción del modelo de velocidad………...236

xxix
CAPITULO I

INTRODUCCIÓN

Durante muchos años, la Cuenca de Maracaibo ha aportado un número


considerable de barriles de petróleo y gas asociado para el desarrollo de nuestro país.
Sin embargo, en el presente se ha hecho más difícil el recobro de hidrocarburo ya que
gran parte del petróleo ha sido extraído, por lo que se deben realizar estudios más
detallados en las áreas donde se encuentren trampas desarrolladas por los
movimientos tectónicos y estimar con más exactitud la ubicación del petróleo
remanente mediante técnicas avanzadas de interpretación geológica y sísmica de
yacimientos.

Existen numerosos autores (Audemard, 1991a; Lugo y Mann, 1995; Castillo,


2001; Escalona, 2003; Castillo y Mann, 2006b; Martínez et al., 2007; etc.), que han
desarrollado trabajos muy importantes que describen la evolución tectónica,
estructural, sedimentológica y estratigráfica de la Cuenca de Maracaibo, definiéndose
como una de las cuencas con mayor grado de complejidad causada por la colisión
entre la Placa del Caribe y la de Suramérica. Tales eventos tectónicos dieron origen a
un gran número de fallas geológicas muy reconocidas en la literatura, tales como:
Falla de Pueblo Viejo, Burro Negro, Oca, Boconó, Valera, Bucaramanga e Icotea
(Lugo, 1992; Bueno et al., 1993; Martín et al, 1994 a, b); considerándose ésta última
como una de las más importantes del área central de la cuenca, y que precisamente ha
sido monitoreada y controlada con información de pozos en el Campo de Explotación
Lagomar del Bloque I.

El Campo Lagomar tiene una superficie de 360 km2 y está conformado por
tres Bloques (I, II y XII). Su mayor producción petrolera proviene de las “Arenas C”
de edad eocena y del Grupo Cogollo del Cretáceo; ubicándose en el área Centro
Norte de la cuenca.

1
Se ha comprobado por datos de producción que los pozos ubicados al norte
del Bloque I, sobre todo en el anticlinal estructural de la Falla Lama-Icotea (Martín et
al, 1994b; Tecno-SINERGIA C. A, 2002; Escalona y Mann, 2003; Proyecto de
Estudios Integrados del Área VLA-6/9/21 al norte del Bloque I, Flanco Este de la
Falla Lama-Icotea, 2008), han acumulado mayores volúmenes de petróleo en los
últimos años, posiblemente por entrampamiento de fluido contra esta falla, producto
de la intensa deformación estructural y el carácter sellante de la misma (2500 pies de
salto aproximadamente). En consecuencia, es necesario estudiar las áreas que
presenten alta deformación tectónica y estructural, ya que abren un mundo de
posibilidades para conocer mejor el tipo de deformación asociadas a los campos de
esfuerzos en el pasado y presente (Audemard et al., 2005) que dieron origen a la
migración y entrampamiento del hidrocarburo.

La falla Lama-Icotea es considerada uno de los elementos estructurales más


importantes de la Cuenca de Maracaibo y del área de estudio, con comportamiento
transcurrente sinestral, la cual divide el área en dos flancos estructurales que son de
suma importancia: Flanco Oeste (“Graben”) y Flanco Este o Área del Pilar (“Horst”),
conformada esta última por la falla del Ático (Martín et al, 1994a). Ambas estructuras
se encuentran asociadas a eventos tectónicos complejos entre el Jurásico y el
Neógeno-Cuaternario (Martín et al, 1994a). Esta investigación ha sido dirigida a
reconocer mediante los datos sísmicos y geológicos los planos de fallas de las
mismas, el fallamiento general del área, así como también las evidencias de sistemas
transpresivos y de inversión estructural, las cuales están asociadas con la dinámica de
la evolución tectónica de la cuenca; considerando además comparaciones con
modelos en cajas de arenas (McClay y Bonora, 2001), importantes para la
comprensión de estos mecanismos.

Actualmente, según análisis de yacimiento en el área, existen reservas


remanentes de petróleo en la Unidad C-4 de alrededor de 150 millones de barriles que
no han sido explotadas (Base de Datos del Libro de Reservas PDVSA Occidente,
2010). Un modelo estructural actualizado permitirá garantizar de manera confiable la

2
ubicación estratégica de nuevos pozos de petróleo. Es por ello que surge la necesidad
de estudiar con más detalle las distintas estructuras que conforman esta área. De esta
forma, se podría contribuir sustancialmente en la extracción y optimización de las
reservas de petróleo de manera eficiente.

3
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La Cuenca del Lago de Maracaibo se caracteriza por tener una evolución


tectónica compleja desde sus inicios y una producción petrolera muy importante para
el desarrollo energético de nuestro país. Por tal motivo es necesario realizar estudios
detallados de las diferentes estructuras geológicas que se encuentran asociadas a los
numerosos eventos tectónicos que tuvieron lugar en la cuenca, y que marcaron una
nueva era en búsqueda de mejores tecnologías para la extracción de hidrocarburos.

La información sísmica 3D ha abierto un mundo de posibilidades para


caracterizar estructuralmente los yacimientos de petróleo, optimizando gradualmente
la ubicación de los diferentes prospectos potenciales en el recobro de hidrocarburos
con mejor precisión, proporcionando además nuevos modelos estáticos que han
representado un gran avance para la extracción de las reservas de hidrocarburos
remanentes en sitio, que anteriormente no podían ser extraídas debido a que no se
contaban con modelos estructurales actualizados que brindaran la suficiente
información sobre el área.

En este trabajo se asocian la geología de los yacimientos con la información


adquirida en la sísmica 3D, dando una combinación de herramientas importantes para
extraer un modelo estructural adecuado en el Campo Lagomar a nivel de la Unidad
productora C-4 y poder puntualizar con más exactitud las deformaciones frágiles
locales, representadas por un sistema de fallas complejo (debido a la alta deformación
que fue sometida toda la cuenca), creando pequeños bloques estructurales donde
podría existir entrampamiento de petróleo.

Cabe destacar que el Bloque I aporta el 70 % de la producción de petróleo del


Campo Lagomar, tanto del Cretáceo como del Eoceno, proveniente de estructuras con
un alto grado de complejidad, por lo que la construcción de este nuevo modelo
estático mediante el análisis de atributos sísmicos 3D permitirá visualizar con más
detalle las áreas potencialmente prospectivas limitadas por el componente estructural,
disminuyendo el grado de incertidumbre que se tiene actualmente en el área, debido a

4
que no se cuenta con una actualización integrada de un modelo estructural ajustado a
los eventos tectónicos naturales que ocurrieron en las diferentes edades geológicas de
la cuenca y que pueden ser detectados mediante los datos sísmicos procesados y
actualizados.

5
ANTECEDENTES

Los trabajos realizados referente a interpretaciones estructurales previas en el


área del Campo Lagomar y sus alrededores fueron de gran aporte para la realización
de este trabajo, ameritando mención:

-. Informe Final de la Fase II del Proyecto VLA-6/9/21 Estudios Integrados-Lagomar.


(2008). Fugro-Jason y PDVSA Exploración y Producción.

-. Informe Final de la Fase II del Proyecto VLA-31/243/245 Estudios Integrados-


Lagomar. (2009). Fugro-Jason y PDVSA Exploración y Producción.

-. Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos


Eoceno-Inferior y Cretáceo. (2009). Elaborado por convenio PDVSA-PetroVietnam.

-. Evidencias de Inversión Estructural a partir del reconocimiento de Estructuras


complejas del tipo “Pop-Up” a lo largo de la falla transcurrente Lama-Icotea, en la
región del Ático, Cuenca de Maracaibo, Venezuela. (2009). Por: Ing. Alejandro
Jaramillo.

-. Interpretación sísmica estructural 3D de los Bloques I, II y XII, en la Cuenca del


Lago de Maracaibo. (2011). Por: Ing. Gustavo Zerpa.

-. Revisión del Modelo Estructural de la Formación Misoa (Eoceno) en las áreas


marginales del Bloque I de la Unidad de Explotación Lagomar. (2008). Por: Ing.
David Contreras.

6
OBJETIVOS

GENERAL

Desarrollar un Modelo Estructural de la secuencia eocena (Unidad C-4)


utilizando la interpretación sísmica 3D basada en la información reprocesada del
“Merge” del Campo de Explotación Lagomar al Norte del Bloque I (flanco este-
oeste) de la Cuenca de Maracaibo, en un área aproximada de 230 Km2, ajustada con
la información proveniente de aproximadamente 350 pozos.

ESPECÍFICOS

1. Reconocer en las secciones sísmicas y en los check-shot (tiros de verificación)


los niveles geológicos de interés, equivalentes a la Unidad C-4 (tope, base,
arenas objetivo) y las discordancias del Eoceno y Paleoceno para un mejor
ajuste sísmica-pozo a lo largo de la columna estratigráfica.

2. Definir el comportamiento, la orientación y la geometría de las fallas de la


unidad productora C-4 del Eoceno.

3. Identificar fallas geológicas que puedan estar asociadas a trampas


estructurales con posibilidad de acumulación de hidrocarburos, relacionada
con los eventos tectónicos de la cuenca.

4. Establecer el estilo y la evolución estructural de la Falla Lama-Icotea,


caracterizada como uno de los eventos estructurales relevantes dentro del área
de estudio y de la Cuenca de Maracaibo.

5. Analizar los esfuerzos que dieron origen al fallamiento del área, asociados con
la nueva interpretación estructural.

6. Analizar los atributos sísmicos con la finalidad de validar el modelo


estructural y la elaboración de mapas en tiempo, velocidad, profundidad y de
atributos para la Unidad C-4.

7
7. Identificar áreas con nuevas trampas potenciales.

8
UBICACIÓN Y LÍMITES DEL AREA DE ESTUDIO

La Cuenca Petrolífera de Maracaibo se encuentra ubicada al Noroeste de


Venezuela, perteneciendo su producción petrolera estrictamente a territorio
venezolano. Ésta se extiende sobre toda el área ocupada por las aguas del lago y los
terrenos planos o suavemente ondulados que se encuentran a su alrededor y que de
modo general pueden delimitarse de la manera siguiente: al oeste-noroeste por el
piedemonte de la Sierra de Perijá, al Oeste-Suroeste por la frontera colombiana
limitando puntualmente sobre el Río Guarumito (12,5 km), al sureste por el
piedemonte andino desde el punto mencionado hasta el Río Motatán, al este-noreste
por la zona del piedemonte occidental de la Sierra de Trujillo y una línea imaginaria
dirigida al norte hasta encontrar la frontera del estado Zulia y Falcón. La extensión
superficial de la Cuenca de Maracaibo está calculada en unos 50.000 km2, la cual
corresponde en su mayoría al estado Zulia y extensiones menores a los Estados
Táchira, Mérida y Trujillo.

El área de estudio se encuentra ubicada al centro-norte de la Cuenca del Lago


de Maracaibo, específicamente en el Bloque I de la Unidad de Explotación Lagomar
(Flanco Este y Oeste). Dicha Unidad esta conformada por 3 bloques de producción
petrolera: Bloque I, II y XII, abarcando una superficie de 420 km2 aproximadamente.
En particular se hizo énfasis en la interpretación estructural del norte del Bloque I a
nivel de la unidad C-4 cubriendo una superficie aproximada de 230 km2, lo cual es un
área suficiente para modelar el componente estructural local del área de estudio. El
Flanco Este y Oeste están separados por la Falla Lama-Icotea. La Figura 1.1 muestra
la posición de la Cuenca del Lago de Maracaibo, los distintos campos petroleros
asociados y el área de estudio en el recuadro derecho.

9
N

Área de Estudio

N
Tía Juana

BLOQUE II
BLOQUE I

BLOQUE XII

Figura 1.1. Mapa de ubicación de la cuenca del Lago de Maracaibo con los campos de producción
petrolera en el Bloque I y el área utilizada para la interpretación estructural. Tomado del Manual de
Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos. PDVSA Exploración y Producción (1999).

Los límites del levantamiento sísmico de la Unidad Lagomar se ubican al


Norte con el Campo la Salina, al Este con Tía Juana Lago, al Sur con Lagomedio y al
Suroeste con el Bloque UD-Lama arrojando una extensión superficial de 400 km2.
Esta cubierto entre las líneas sísmicas “Inline” 30-1176 y las trazas sísmicas
“Crossline” 27-993, con un intervalo de tiempo vertical entre 500-4500 ms, lo cual
permite visualizar los datos en tiempo entre el Mioceno al Cretáceo. Estas líneas y
trazas sísmicas se encuentran separadas entre sí por una distancia de 30 m cada una.
Este levantamiento incluye toda la Unidad de Explotación Lagomar (Bloques I, II y
XII).

En la imagen de la Figura 1.2, se puede apreciar los límites del levantamiento


sísmico y la zona donde esta enmarcada toda la interpretación del área de estudio. Los
límites de los bloque de producción están representados por líneas en color azul, la
línea en negro se refiere a los limites del levantamiento sísmico, mientras que los

10
círculos del mismo color se refieren a los Shotpoints o Puntos de Tiros. El área de
estudio se demarcó en líneas punteadas en color rojo de forma aproximada.

LEVANTAMIENTO
SISMICO N

AREA DE ESTUDIO

AREA DE ESTUDIO

BLOQUE I
BLOQUE II

BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

BLOQUE VIII

Figura 1.2. Mapa de ubicación del levantamiento sísmico de la Unidad de Explotación Lagomar en
conformidad con cada uno de sus bloques de producción (I, II y XII) y los límites con los campos más
cercanos. Tomado del Manual de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de
Maracaibo. PDVSA Exploración y Producción (1999).

11
CAPÍTULO II

MARCO TEORICO DE LA CUENCA DE MARACAIBO

2.1. Evolución tectónica de la Cuenca de Maracaibo

2.1.1. Geología Regional. Breve síntesis histórica

La evolución tectónica y geológica de la Cuenca de Maracaibo ha sido


reconocida como compleja debido al desarrollo de los diferentes eventos geológicos y
estructurales que se originaron desde sus inicios (Orogénesis Herciniana) hasta el
presente; por esta razón la caracterización de los yacimientos de hidrocarburos en su
interior es considerado un gran reto para los diferentes estudios dentro y fuera de la
industria petrolera.

Entre las estructuras tectónicas más importantes que delimitan los alrededores
de la Cuenca de Maracaibo se encuentran la falla de Boconó en los Andes de Mérida,
la falla de Santa Marta en Colombia y la falla de Oca en la parte norte de la cuenca
formando un triángulo conocido como Bloque de Maracaibo, el cual se muestra en la
Figura 2.1.

En un principio el norte de Suramérica registró una apertura continental


(“rift”) en el Jurásico-Tardío entre el sur de Norteamérica y el Bloque de Yucatán,
seguido por una subsidencia prolongada de margen pasivo durante el Cretáceo
(Pitman, 1978; Pindell y Barrett, 1990; Bartok, 1993; Müller et al., 1999; Mann,
1999a). Este margen pasivo fue interrumpido por la colisión oeste-este del Arco del
Caribe con el margen pasivo en el Cretáceo-Tardío en Colombia (Lugo y Mann,
1995); en el Paleógeno en la región de la Cuenca de Maracaibo (Pindell y Barret,
1990; Bradley y Kidd, 1991; Lugo y Mann, 1995); y en el Neógeno en el este de
Venezuela y Trinidad (Erlich y Barrett, 1992; Babb y Mann, 1999; Di Croce et al.,
1999).

La presencia de estos grabenes jurásicos por debajo de las rocas cretácicas


influenciaron marcadamente en la evolución tectónica de la cuenca. Se asumió que

12
luego de una etapa de relativa calma tectónica durante el Cretáceo y el Paleoceno,
volvía una fase tensional durante el Eoceno, la cual habían reactivado los antiguos
grabenes y semi-grabenes jurásicos. Sin embargo, si bien la fase tensional del
Jurásico ofrecía un ambiente adecuado para la formación de grabenes tipo “rift”,
durante el Eoceno tuvo lugar la colisión oblicua de la Placa del Caribe y la de
Suramérica, lo cual favorecía mas bien la presencia de una fase compresional en
dirección NO-SE. Este esquema se complica con la llegada de las Napas de Lara al
Bloque de Maracaibo, causando la formación de una cuenca antepaís (foreland)
(Crampton y Allen, 1995). El modelo propuesto por Bueno (1995), está enfocado en
una deformación compresiva en sentido NO-SE asociado con un modelo tensional en
sentido opuesto, considerando dicha cuenca eocena como una cuenca antepais,
perisural y sinorogénica, cuya antefosa esta situada en la parte NE del Bloque de
Maracaibo y su alto periférico, tanto en la parte central del Lago de Maracaibo actual,
como en la parte noroccidental de la cuenca.

Cuiza Fault
Oca Fault

Figura 2.1. Mapa de ubicación de la cuenca del Lago de Maracaibo limitada por el bloque triangular
de fallas estructurales: al norte por la falla de Oca, al sur por la falla de Boconó y al oeste por la falla
de Bucaramanga. Tomado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

13
La deformación en dirección NE-SO es mayormente tensional, mientras que
en la dirección NO-SE, una fase de deformación compresional causó el acortamiento
tectónico e inversión estructural. El modelo compresional propuesto por Bueno
(1995) está basado en el acortamiento, el cual produjo la propagación de corrimientos
a lo largo de los bordes de las estructuras tensionales previas, es decir, de los antiguos
grabenes y semi-grabenes jurásicos de orientación NNE-SSO a NS, lo cual
contribuyó a la generación de espacio en sus flancos deprimidos.

Cabe destacar que los bloques limitados por las fallas principales (Oca,
Bucaramanga y Boconó, Figura 2.1) experimentaron una rotación horaria, lo cual
provocó transcurrencia sinestral a lo largo de las fallas principales, tal es el caso de la
falla Lama-Icotea, caracterizada como uno de los eventos tectónicos más importantes
de la cuenca (Bueno et al., 1993). Dentro de la influencia compresional también
existe un sistema de eventos tensionales que representan una serie de fallas normales
de rumbo mayormente ONO-ESE. El modelo tensional así originado se debe a la
cuenca antepaís instalada en el Bloque de Maracaibo, luego de la llegada de las napas
de Lara (Stephan, 1977) en su parte nororiental. La carga de la napas provocó ajustes
isostáticos regionales que se observan en forma de pliegues flexurales, causando así
el combamiento de los estratos y favoreciendo al fallamiento normal, cuyo rumbo va
cambiando de NNO-SSE, en la parte noroccidental de la cuenca, a ONO-ESE, en la
parte central del lago, y E-O a ENE-OSO al sureste de la cuenca. Las fallas normales
forman estructuras escalonadas del tipo dominó o denominadas comúnmente en
“échelon”; éstas pueden verse como ejemplo en la Figura 2.2 de la interpretación
sísmica del área sur del Bloque V de la Unidad de Explotación Lagocinco de la
Cuenca de Maracaibo.

Por otro lado, la Cuenca de Maracaibo es la cuenca petrolífera más importante


de Venezuela, donde su roca madre por excelencia es la Formación La Luna de edad
Cretáceo Tardío, cuyas facies se extendieron por toda Venezuela Occidental hasta la
región de Colombia (Castillo y Mann, 2006a). Podemos recalcar que se han
encontrado rocas madre de importancia secundaria en los grupos Cogollo (Miembro

14
Machiques de la Formación Apón) y Orocure. El volumen de sedimentos de dicha
cuenca se encuentra en el orden de 250.000 km3 con un espesor máximo de
sedimentos de 11.000 m entre el Cretácico y Post-Cretácico. Según las actividades de
exploración y posterior producción, se han descubierto unos 40 campos petrolíferos,
entre los cuales 8 de ellos se pueden considerar como gigantes, estimándose una
producción individual final de 500 millones de barriles provenientes también de unos
700 yacimientos activos (Escalona, 2003).

N
Mapa Estructural Area LagoCinco-Sur del Lago.

ER-EO
ER-EO
ER-EO
ER-EO ER-EO ER-EO
ER-EO ER-EO

C-4
C-4
C-4
C-4
C-4 ER-PC C-4
C-4 ER-PC C-4
C-4
ER-PC ER-PC ER-PC

ER-PC ER-PC

Cretaceo Cretaceo

Cretaceo
Cretaceo Cretaceo

Fallas Normales

Figura 2.2. Línea sísmica 709 en dirección O-E del Modelo Estructural Compresivo-Extensional del
Bloque V de la Unidad de Explotación Lagocinco ubicado en la región central del Lago de Maracaibo.
Tomado del Análisis Sísmico-Estructural de Estudios Integrados Lago-Norte y Lago-Sur de la Unidad
de Explotación Lago-Cinco (2008).

El petróleo fue generado, migrado y acumulado en diversos pulsos siendo el


más importante el ocurrido en el levantamiento andino. Las principales rocas
yacimiento clásticas son las formaciones Río Negro y Aguardiente (Cretáceo), Grupo
Orocué (Paleoceno), Mirador-Misoa (Eocéno), Lagunillas y La Rosa (Mioceno). Las
calizas (fracturadas) del Grupo Cogollo (Cretáceo-Temprano) constituyen los
yacimientos carbonáticos más relevantes, mientras que los sellos regionales más
importantes son las Formaciones Colón (Cretáceo-Tardío) y Paují del Eoceno

15
(Escalona y Mann, 2006c). Localmente, los sedimentos depositados a nivel del
Eoceno representan sellos importantes para la acumulación de petróleo, combinado
con la formación de diferentes estilos estructurales a través de toda la columna
estratigráfica (Escalona y Mann, 2006c).

Por otra parte, las invasiones y regresiones marinas fueron determinantes para
la sedimentación, tanto de rocas madres generadoras de hidrocarburos como de
recipientes adecuados para almacenarlos, y como resultado de varios periodos de
orogénesis y epirogénesis que produjeron las trampas adecuadas para retenerlos hasta
los momentos actuales (Escalona y Mann, 2006c).

La colisión oblicua entre la Placa del Caribe y el noroeste de la Placa de


Suramérica durante el Paleoceno-Tardío y el Eoceno produjo una cuña paleógena
compleja de sedimentos clásticos y terrenos acrecionales en el noreste de la Cuenca
de Maracaibo (Kellogg, 1984; Lugo, 1991; Audemard, 1991a; Parnaud et al., 1995;
Mann, 1999b). Esta colisión oblicua diacrónica de oeste a este, modificó severamente
la configuración de los sistemas depositacionales del margen pasivo de Suramérica.
La Cuenca de Maracaibo formó un espeso depocentro al NNO de la cuenca actual. La
configuración de las rocas sedimentarias Post-Eocena fue influenciada por el
levantamiento de las principales serranías desde el Oligoceno hasta el presente, donde
se incluyen los Andes de Mérida y la Sierra de Perijá.

La Figura 2.3 ilustra la configuración geológica actual de la Cuenca de


Maracaibo, siendo esta una depresión intra-montañosa alongada y limitada por los
Andes de Mérida y la Sierra de Perijá con rumbo N45°. Mann, (1999a) propone
varios ejemplos de fallas de desgarramiento o fallas transcurrentes producto de la
colisión del Arco del Caribe con el continente. Él utiliza el término “rampa lateral”
para describir rasgaduras entre las partes colisionadas y no colisionadas de la franja
de corrimientos plegada y diacrónica del Circun-Caribe.

16
Golfo de
Venezuela

Figura 2.3. Mapa geológico actual de superficie de la región de la Cuenca de Maracaibo.


Tomado de Escalona (2003).

Los Andes de Mérida limitan la cuenca hacia el sur y su eje topográfico está
controlado por la falla de Bocono, interpretada como una falla transcurrente dextral
(Kellogg, 1984). La falla de Oca también es interpretada siguiendo el mismo patrón
de movimiento que la falla de Boconó, la cual se acomoda (Falla de Oca) entre 20 a

17
100 km aproximadamente de deslizamiento lateral desde el Oligoceno hasta el
presente (Rod, 1956; Kellogg, 1984). Hacia el este, la depresión de Maracaibo es
limitada por la serranía de Trujillo, ubicadas al este de las fallas de Burro Negro y
Ballenato. Estas fallas tienen rumbo NO-SE y terminan cerca de la falla de Valera.
Hacia el este de la serranía de Trujillo, están las Napas de Lara, las cuales forman un
anticlinorio con rumbo NE-SO (Stephan, 1977, Kellogg, 1984, Mathieu, 1989). Las
Napas de Lara están compuestas por areniscas y arcillas paleocenas y eocenas,
olistolitos ígneos y bioclásticos de edad cretácica (Mathieu, 1989). El análisis del
campo de esfuerzo (Kellogg, 1984) revela que el occidente de Venezuela está
sometido a acortamiento en la dirección NO-SE como resultado de la convergencia
entre las placas del Caribe y Suramérica.

La Figura 2.4A muestra el mapa topográfico y batimétrico en el cual se


observan las 6 franjas tectónicas del margen norte de Suramérica (Stephan, 1985,
Babb y Mann, 1999 y Escalona, 2003). Del 1 al 6 se identifican como: 1) Cuenca de
Venezuela, 2) Alto de Aves, 3) Cuenca de Granada, Cuenca Volcánica de Bonaire,
Cuenca de Falcón, 4) Arco Volcánico Antillas Menores, Cordillera de la Costa, 5)
Cuenca de Tobago-Cuenca de Carúpano, 6) Prisma acrecionario de Barbados, Sub-
Cuenca de Maturín y Guarico y la Cuenca de Maracaibo con las principales cuencas
sedimentarias durante el Cenozoico, fallas de corrimiento principales, rampa laterales
y fallas transcurrentes formadas durante la colisión oblicua entre las placas del Caribe
y Sur América. Se muestran también las rampas laterales principales: A) Falla de
Burro Negro; B, C y D) rampas laterales de la Cordillera de la Costa; E) Falla de
Urica; F) Fallas de San Francisco; G) Falla de el Soldado; y H) Falla de Los Bajos.
La sección de la Figura 2.4B muestra una imagen de gravedad por satélite donde se
indican las seis franjas tectónicas y rampa de profundidad del basamento y los
principales depocentros de rocas sedimentarias cretácico-cenozoicas (Escalona,
2003).

18
Figura 2.4. A) Mapa topográfico y batimétrico de la tectónica del margen Norte de Suramérica.
(Modificado de Stephan, 1985 y Escalona, 2003). B) Imagen de gravedad por satélite con las seis
franjas tectónicas y mapa en profundidad del basamento y de los principales depocentros de rocas
sedimentarias cretácicas-cenozoicas. Tomado de Escalona (2003).

19
2.1.2 Tectónica de Placas

La cuenca de Maracaibo es dominada por las interacciones del


Mesozoico-Cenozoico entre las placas de Norteamérica, Suramérica, Caribe y Nazca.
La cuenca registra la evolución desde la separación y apertura tipo rift entre
Norteamérica y Suramérica durante el Jurásico, seguido por la migración de la placa
del Caribe a su posición actual desde el Paleoceno Tardío (Lugo y Mann, 1995).

La mayoría de los investigadores aceptan que la región del Caribe se origino


en el Pacífico Oriental y fue transportada a su posición actual entre las placas de
Norte y Suramérica a lo largo de desplazamientos de fallas transcurentes y zonas de
subducción oblicua (Pindell y Barrett, 1990; Mann, 1999a). La edad de la
deformación colisional y el solapamiento sedimentario entre la placa del Caribe y el
margen pasivo del sur de Norteamérica y el norte de Suramérica es diacrónico, con
una deformación más antigua de edad cretácea temprana-paleocena en el Oeste de
Colombia, y la península de Yucatán en México, y una deformación más joven del
Oligoceno-Reciente en el este y noreste de Suramérica.

Se ha considerado notoriamente que el mayor pulso de deformación de


subsidencia tectónica inducida en el margen central y oriental de la Cuenca de
Maracaibo ocurrió durante la colisión oblicua entre la placa del Caribe y
Suramericana (Pindell y Barrett, 1990; Lugo, 1991; Lugo y Mann, 1995; Castillo,
2001). Anterior al evento colisional, el margen era un margen pasivo, caracterizado
por subsidencia termal lenta posterior a la apertura tipo rift jurásica entre Norte y Sur
América, interpretada por la presencia de rocas tipo rift en la Cuenca de Maracaibo
(Audemard, 1991a; Lugo, 1991; Lugo y Mann, 1995; Roure et al., 1997). La Figura
2.5 muestra los detalles de las diferentes placas tectónicas al norte de Suramérica y
las provincias corticales en la región del Caribe. La Figura 2.6 señala el movimiento
relativo de los bloques de placas al norte de Suramérica mediante análisis vectorial y
sistemas de cálculos por GPS (Perez et al., 2001; Trenkamp et al., 2002; Backé et al.,
2006).

20
Figura 2.5. A) Provincias corticales en la región del Caribe. B) Posición inferida del frente del Gran
Arco (los números indican millones de años): 90 Ma-Cretáceo Tardío; 60 Ma-Paleoceno;
50 Ma-Eoceno; 35 ma-Oligoceno; 15 ma-Mioceno; 0 ma-Reciente.
Modificado de Lugo y Mann (1995).

21
A

Figura 2.6. A) Movimiento relativo de las velocidades tomadas por GPS de placas tectónicas que
interactúan en la región entre Norteamérica, Suramérica y la Cuenca del Lago de Maracaibo.
B) Sistema de subducción de las placas. Tomado de Backé et al. (2006).

22
2.1.3. Pre-Triasico

El Pre-Triásico de la Cuenca de Maracaibo se puede dividir en dos provincias


tectónicas:

1.- Sierra de Perijá-Urdaneta y


2.- Lago Centro-Flanco Norandino.

La línea divisoria entre las dos provincial seria la zona de falla de


Icotea/Urdaneta (Figura 2.7) que pudiera representar la línea de sutura entre
Laurencia y Gondwana durante la convergencia permo-carbonífera (Bartok, 1993). Es
importante destacar que las diferencias existentes entre las dos provincias habrán de
ejercer un control significativo sobre la deformación posterior en la cuenca.

Figura 2.7. Configuración y distribución del rift Triasico-Jurasico en la Cuenca de Maracaibo junto a la
zona de sutura de la falla Lama-Icotea. Tomado de Meléndez et al. (1996).

23
Para este período donde se involucra la Orogénesis Herciniana o evento
tectono-termal permo-triásico (225 m.a.) se desarrolló un metamorfismo y el
plagamiento andino, intrusiones ígneas, formación del Arco de Mérida y el
levantamiento de la región central del Lago de Maracaibo precursora de la
subsiguiente Plataforma de Maracaibo. El borde continental se levanta produciendo
retirada general de los mares de Venezuela Occidental. Se fija además los caracteres
petrológicos del mayor porcentaje de rocas que se encuentran actualmente en el
substrato de la Cuenca del Lago Maracaibo.

Desde el punto de vista geológico, las rocas paleozoicas representadas en esta


época (Pre-Triásico) se agrupan en terrenos autóctonos o alóctonos a Suramérica. La
cuenca del Lago de Maracaibo se encuentra conformada principalmente por terrenos
alóctonos que se soldaron al autóctono del Paleozoico-Inferior, durante el
Ordovícico-Silúrico. Aquellos donde hay rocas paleozoicas y que se adosaron en el
Paleozoico-Inferior, se reconocen ahora como parte del basamento de los terrenos
incorporados durante la historia tectónica del Caribe. Como parte de la historia de la
acreción del alóctono del Paleozoico Superior contra el Inferior (previamente
suturado), se reconocen rocas graníticas producto de la subducción por debajo del
borde norte de la Placa Suramericana. La Figura 2.8 representa el mapa de terrenos
alóctonos en el Norte de Suramerica donde se evidencia también la presencia de rocas
precambricas, y la Figura 2.9 muestra también los terrenos aloctonos de rocas
paleozoicas suturados secuencialmente a la cuenca autóctona del Paleozoico-Inferior,
durante el Ordovicico-Silurico, durante el Carbonífero, y desde finales del Mesozoico
hasta el presente.

24
Figura 2.8. Mapa de distribución de terrenos alóctonos en el norte de Suramérica donde existen rocas
precambricas (Modificado de Angulo, 2006. Tomado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

Figura 2.9. Mapa de distribución de terrenos alóctonos en el norte de Suramérica donde existen rocas
paleozoicas Modificado de Angulo, 2006. Tomado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

25
2.1.4. Rift Triásico-Jurásico.

Luego de la convergencia del Pérmico, se inició una etapa de relajamiento y


dos fases de rifting con sus capas rojas en la región de la Cuenca del Lago de
Maracaibo. Ésta se inicia en el Triásico y continúa hasta el Jurásico-Superior. El
rifting jurásico se debe tanto a la apertura del Océano Atlántico, como a la extensión
de la zona de retroarco, al este de la Cordillera Central colombiana la cual comenzaba
a formarse (Castillo y Mann, 2006a). Los rifting triásicos-jurásicos se limitan a la
zona de Machiques (Perijá), Centro del Lago (Urdaneta, Rosario) y Uribante-San
Lázaro (Andes). Varios autores han sugerido la presencia de un cuarto rift al este de
la falla de Pueblo Viejo basado en la historia termal de la región (Bueno, 1995). Este
no ha sido confirmado por pozos, pero en el área de Ceuta se observan reflectores
sísmicos semejantes a los de Urdaneta por lo que no se descarta la posibilidad de este
rift pre-cretáceo.

La Figura 2.9 muestra la distribución de las rocas jurásicas en Venezuela y


dentro de la Cuenca de Maracaibo. Estas rocas no presentan evidencias concretas,
sólo las volcánicas de la Sierra de Perijá (La Ge) y Guacamaya (El Baúl) que
antecedieron a la sedimentación de las capas rojas de la Formación La Quinta; esta
última equivalente a las volcánicas de El Totumo en Perijá y a todo el proceso de
expansión que estuvo relacionado a la apertura del Golfo de México o Proto-Caribe.

De manera general el rift de Pangea produjo varios tipos de estructuras


importantes en las cuencas petrolíferas de Venezuela y que influyeron notoriamente
en su evolución, sobre todo en la Cuenca de Maracaibo. La apertura del Proto-Caribe
indujo el desarrollo de valles de extensión o grabenes (Figura 2.10) con una tendencia
noreste, en los que se incluyen los grábenes de los Andes, Perijá y el del Lago de
Maracaibo. Todos estos grábenes fueron rellenados durante el Jurásico por
sedimentos continentales tipo “capas rojas”, volcánicas de diversa índole y
eventualmente clásticos y calizas de invasiones marinas, existiendo evidencia de ello
en las penínsulas de La Guajira (grupos Cojoro y Cocinas), en la Formación La
Quinta (Occidental) e incluso en el subsuelo de la Cuenca Oriental (Formación Ipire).

26
Figura 2.10. Rocas jurásicas en Venezuela. (1) Aflorando en la Sierra de Perijá, (2) parte del
basamento en la cuenca de Maracaibo, (3) los Andes, (4) Cuenca de Barinas-Apure y Oriental.
Modificado de Bartok (1993); Lugo y Mann (1995).

Por otra parte, se ha considerado en algunos estudios en la Cuenca de


Maracaibo (Ghosh et al., 1996) que existen tres aspectos relevantes del sistema rifts:

1.- Las fallas de borde de los rifts persistieron como zonas de debilidad a través del
tiempo y controlaron la sedimentación preferencial en las depresiones, como puede
verse en la Figura 2.11 de forma tridimesional.

2.- La presencia de los rifts triásico-jurásico tendrán un impacto significativo sobre la


historia termal en la cuenca en las áreas afectadas, ya que las zonas de rift son áreas
de alto flujo de calor.

3.- En las mencionadas zonas se observan grandes rasgos de inversión, entre los
cuales están los levantamientos perijanero, andino y los asociados con las fallas de
Icotea y Pueblo Viejo.

27
PRE-CRETACEO
150 m.a.

°C
330
E1
M AD
TER
ISO

NO Simultáneamente se produjo extensión posterior al arco


magmático de la Cordillera Central de Colombia desarrollando
RT un sistema de Grabenes en dirección NNE - SSO.
E
Separación entre Norte y Suramérica en conjunto con el
desarrollo incipiente del Proto-Caribe.

Figura 2.11. Imagen tridimensional del sistema de ritf Jurasico en la Cuenca de Maracaibo (circulo
punteado en azul) y sus alrededores. Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

2.1.5. Jurásico-Cretácico. Tectónica de Retro-Arco y Margen Pasivo

Posteriormente al inicio de la separación de Norteamérica y Suramérica en el


Jurásico, la costa del Pacífico de Colombia pasó de ser, un margen pasivo, a uno
activo. Como consecuencia de la subducción en la costa del Pacifico, ocurre el
levantamiento de la Cordillera Central de Colombia. Al este de la Cordillera Central
se desarrolló una cuenca de retroarco (backarc basin) con un relleno de clásticos
continentales. Durante el Jurásico-Tardío y Cretáceo-Temprano, la Cuenca de
Maracaibo formó parte del retroarco (Figura 2.12). Sin embargo, debido a su
ubicación relativamente distal con respecto al eje del retroarco, la sedimentación
cretácea en la Cuenca de Maracaibo es mas parecida a la de un margen pasivo tal
como en Venezuela Oriental (Lugo y Mann, 1995). En este margen pasivo se

28
desarrolla la sedimentación de la secuencia cretácea que va desde la Formación Río
Negro hasta el Grupo Cogollo, alcanzando su máximo nivel de paleobatimetría
durante la sedimentación de la Formación La Luna, y luego se someriza hasta el
Paleoceno cuando se desarrolla una gran plataforma carbonática sobre la cual se
depositaron las formaciones Guasare y Marcelina.

CRETACICO TARDÍO-PALEOCENO
65 m.a.

C
13 30 °
DE
MA
TER
ISO

NO
RT
E
En Colombia el evento produjo la acreción del Arco de
Suramérica a lo largo de la sutura del Romeral, con el desarrollo
consecuente de una cuenca flexural de Antepaís.
En el Norte de Suramérica continuaron prevaleciendo
condiciones de margen pasivo.

Figura 2.12. Imagen tridimensional de la tectónica de Retro-Arco y Margen Pasivo en la Cuenca de


Maracaibo (circulo punteado en blanco). Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

Antes del periodo Coniaciano, el rifting jurásico-tardío entre Norte y


Sudamérica fue creando 1.800 kilómetros de ruta marítima entre el Norte y América
del Sur, la cual es comúnmente conocido como la “Ruta maritima del Proto-Caribe”
(Pindell y Barrett, 1990; Bartok, 1993). El margen pasivo del norte de América del
Sur se caracteriza por una amplia plataforma mixta de carbonatos en la que se
depositaron una extensa plataforma de grano fino, y rocas ricas en materia orgánica
que formaron la principales rocas generadoras de hidrocarburos en el norte de

29
Suramérica (La Formación Luna-Querecual) (Cooper et al, 1989; Escalona y Mann,
2006c). Las rocas de esta formación son particularmente extendidas en la zona oeste
y al suroeste del actual Lago de Maracaibo, y por esa razón, se ha inferido una
ensenada de esa región de margen pasivo (Figura 2.13). El margen pasivo se acorta
en dirección hacia el este (Erlich y Barrett, 1992) y se curva bruscamente hacia el
sureste cerca de Trinidad en el presente (Di Croce et al, 1999).

A 88

Figura 2.13. A) Reconstrucción tectónica del Cretácico-Tardío de aproximadamente 88 Ma


(Coniaciano). Las áreas en blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeografico para
este periodo. Modificado de Mann et al. (2006).

30
En la parte superior de la reconstrucción tectónica de la Figura 2.13 se
tomaron los bloques del basamento en forma de placas para ser analizadas por el
programa computarizado diseñado por Mann et al. (2006). Cada bloque del
basamento se ha definido en función de su edad radiométrica, la composición
litológica, volcánica, geoquímica y facies sedimentarias. Los espacios entre cada
bloques representan las áreas de la corteza posterior al acortamiento que se han sido
estimados a partir de estudios de afloramiento y de reflexión sísmica. En el lado
inferior de la Figura 2.13, las secuencias de la cubierta sedimentaria para los bloques
del basamento han sido recopilados de la literatura (Mann et al., 2006).

2.1.6. Paleoceno. Tectónica de Antefosa

En el límite Cretáceo-Paleocéno se acentúa la subsidencia al Oeste de la


Cuenca de Maracaibo, debido al continuo levantamiento de la Cordillera Central de
Colombia y por consiguiente el margen pasivo/retroarco cretáceo se convierte en una
cuenca de antepaís (foreland basin). Esto tuvo como consecuencia en la región
occidental de la cuenca un incremento en los espesores de las formaciones Colón,
Mito Juan, Marcelina y el Grupo Orocué; donde las fuentes principales de los
sedimentos son el escudo de Guayana y la Cordillera Central de Colombia (Meléndez
et al., 1996).

El efecto estructural se visualiza en la Figura 2.14 donde se detalla la antefosa


Paleocena hacia el SO así como la flexura o formación de un “alto periférico” con
dirección NNO-SSE. Esta flexura originó un fallamiento normal con buzamiento a la
antefosa de Orocue (SSO) en Colombia.

Para el Paleoceno, el Gran Arco se encuentra moviéndose al este del Caribe


comenzado a subducir a la corteza oceánica mesozoica del Proto-Caribe abriendo
camino a las facies sedimentarias en la parte norte de la Cuenca de Maracaibo
(Pindell y Barrett, 1990; Lugo y Mann, 1995; Escalona y Mann, 2006b). Este Arco
barre de manera diacrónica desde el oeste al este a través del margen pasivo,
mostrando subsidencia flexural inicial en Venezuela registrada por la sedimentación

31
clástica del Paleógeno en la cuenca antepaís de Maracaibo. El Gran Arco es una
estructura compuesta que incluye: un arco posterior, arco volcánico, arco delantero y
prisma de acreción, tal como se identifican en la Figura 2.15 (Mann, 1999a).

Figura 2.14. Desarrollo esquemático de fallas normales y listricas en relación a las antefosas
Paleocena, Eocena y el Alto Periférico. Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

La colisión del Gran Arco en Suramérica marca el final de la fase del margen
pasivo en la Cuenca Maracaibo y el comienzo de la cuenca antepaís, la cual es de
gran importancia para la formación de rocas reservorio y la maduración de la roca
fuente del margen pasivo (Escalona y Mann, 2006c). Antes de esta colisión, la mayor
parte del área de la Cuenca de Maracaibo mantuvo una plataforma carbonática
somera estable. La colisión del Arco del Caribe comienza a deformarse en el NNE de
la plataforma por debajo de fallas inversas y de desgarre formando una mayor cuenca
antepaís de edad paleoceno tardío-eoceno temprano (Lugo y Mann, 1995; Escalona y
Mann, 2006b). El relleno sedimentario de la cuenca antepaís, los ríos del
Proto-Maracaibo drenando el área continental al sur desde las montañas mas altas, y

32
el empuje desde el norte, actúan como yacimientos de alta calidad para futuros
hidrocarburos en la cuenca (Escalona et al., 2004). La Figura 2.16 muestra el efecto
tridimensional de subducción de la Placa del Caribe contra la de Suramérica para este
periodo del Paleoceno-Tardío.

Figura 2.15. A) Reconstrucción tectónica del Paleoceno-Medio de aproximadamente 60 Ma. Las áreas
en blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo.
Modificado de Mann et al. (2006).

33
del Caribe PALEOCENO TARDÍO-EOCENO TARDÍO
Arco de Islas
Colisión del rte de Sur Amér
ica 55 m.a.
rt e No
contra la pa
Cuenca de Antepaís (Napas de
Lara) formada por flexura del
Norte de Sur América

PLA
C A CARIBE
DEL
CA
DE PLA

La flexura ocurrida en el Norte de Sur América produjo fallamiento


NA Z C normal y reactivación transcurrente de estructuras preexistentes.
A

Figura 2.16. Imagen tridimensional de la tectónica en el Paleoceno-Tardío en la Cuenca de Maracaibo


(circulo punteado en verde). Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

2.1.7. Paleoceno Tardío-Eoceno. Emplazamiento de las Napas de Lara

Durante el Eoceno persiste el sistema de compresión regional de oeste a este,


que originó en un principio la antefosa de Orocure. Sin embargo, el elemento
estructural que controlará la tectónica de la región nororiental es el emplazamiento de
las Napas de Lara (Meléndez et al., 1996). Estas comienzan su entrada en el
Paleoceno-Tardío, iniciando así la colisión contra el continente y su emplazamiento.
El límite occidental de las napas probablemente coincide con la falla de Lagarto en
Falcón, puesto que el área con evidencias para la presencia de napas está delimitada
hacia el oeste por una línea que conecta, aproximadamente, la Plataforma de
Barbacoa, Dabajuro (Falla de Lagarto), y la parte septentrional de la península de la
Guajira (Falla de Cuiza).

34
2.1.8. Tectonismo causado por las Napas de Lara

El emplazamiento de las Napas de Lara origina tres patrones estructurales:

1.- Una antefosa en Zulia Oriental y Nororiental.


2.- Reactivación de la flexura o alto periférico en la zona central de la cuenca.
3.- Fallas normales con buzamiento hacia el NNE, así como fallas preexistentes
reactivadas entre las cuales destacan las de Tigre/Cachiri, La Paz, Urdaneta Oeste,
Urdaneta, Icotea, Pueblo Viejo y Begote (Melendez et al., 1996).

Antefosa en Zulia Oriental

La antefosa en Zulia Oriental persiste en el tiempo desde el Paleoceno Tardío


hasta el Eoceno Medio Tardío. Durante el Eoceno la extensión de la antefosa coincide
de manera general con la zona de mayor espesor.

En realidad se debe mencionar que el termino “antefosa” no es del todo


correcto, puesto que se trata de una depresión a lo largo de la rampa lateral de las
napas, y no de una depresión en el frente de las mismas. El límite occidental de la
antefosa está formado por el sistema de fallas de Tía Juana Oeste-Burro Negro-
Begote. La respuesta sedimentaria al emplazamiento de las napas lo constituyen las
facies de la fm. Trujillo (Meléndez et al., 1996).

Alto Periférico

El emplazamiento de las Napas de Lara parece haber causado un


levantamiento flexural o la reactivación del alto generado por la antefosa paleocena
en varias áreas de la Cuenca de Maracaibo. Este alto parece tener una orientación
NO-SE, pasando desde el alto de Mérida hasta el alto del Palmar. Su geometría no se
conoce con exactitud; sin embargo, parece no haber sido continuo. En el área del
Campo Urdaneta, por ejemplo, no se ha detectado su presencia. Las grandes fallas de
la cuenca pueden haber causado saltos y/o desplazamientos abruptos del mismo
(Meléndez et al., 1996).

35
Algunas evidencias adicionales corroboran la presencia de un alto eoceno en
el centro del actual Lago de Maracaibo. Los gradientes geotérmicos actuales son
menores sobre la región del alto periférico. Las porosidades, a su vez afectadas por el
gradiente geotérmico, son mas altas en el área sobre el alto periférico (Meléndez et
al., 1996).

Otro elemento indicativo de su existencia y además de importancia para el


entrampamiento de hidrocarburo es que; como consecuencia de la flexión en el alto
periférico, se desarrollan una serie de fallas normales y lístricas sobre el mismo.
Generalmente, los planos de estas fallas tienden a buzar hacia el norte-noreste,
aunque también, se han observado fallas normales en sentido opuesto. Las
mencionadas fallas se extienden desde Perijá (Alto de Totumo y límite noroccidental
del alto periférico) hasta Barua-Motatan y el Alto de Bobures. Otro indicio sobre la
existencia del alto periférico es la ausencia de sedimentos de edad entre aprox. 62 Ma
y 54 Ma sobre la plataforma (Zambrano, 1995); es decir en el área del Lago y por
consiguiente del alto periférico. Hacia el oeste el hiatus es menor: entre aprox. 58 Ma
y 54 Ma. Sin embargo, la confirmación de estas ideas sobre este levantamiento
flexural o alto periférico requiere de mas estudios en detalle.

La Figura 2.17 muestra una imagen de radar en la Cuenca de Maracaibo


donde se aprecia el sistema de fallas principales más importante de sus alrededores:
Boconó, Valera, Burro Negro, Tigre, Icotea, Pueblo Viejo y Oca.

36
Figura 2.17. Imagen de radar de la Cuenca de Maracaibo con el sistema de fallas principales: Boconó,
Valera, Burro Negro, Tigre, Icotea, Pueblo Viejo y Oca. Modificado de Escalona (2003).

37
2.1.9. Tectonismo durante el Eoceno

A partir del Eoceno-Temprano durante la depositación de la Formación


Misoa, la tendencia de la Placa del Caribe fue migrando hacia el sureste y con ella
también la antefosa, la cual constituía el depocentro de la cuenca flexural. La flexura
cortical creó además un posible alto estructural de rumbo noroeste-sureste (Pestmann
et al., 1996). El empuje ejercido por la Placa del Caribe causó en la Cuenca de
Maracaibo una rotación horaria. La reactivación de las antiguas estructuras jurásicas
con movimientos transcurrentes sinestrales facilitó la rotación de los bloques. Dichas
fallas transcurrentes de rumbo nor-noreste, entre las que se encuentran el sistema de
fallas Lama-Icotea, eran más bien transcurrentes oblicuas o transpresivas (oblique
slip) porque presentaban también una componente vertical inversa. Se estima que
durante el Eoceno se produjo una dualidad estructural en la cuenca, presentando una
fase tensional y otra transpresiva, las cuales ocurrieron prácticamente al mismo
tiempo.

Al inicio del Eoceno-Medio empezó la transcurrencia a lo largo de las fallas


N-S debido también a la continua compresión, entre la Cordillera Central de
Colombia y las Napas de Lara. Siempre que existe transcurrencia se observan zonas
muy lineales con evidencia de transpresión y transtensión. A lo largo de la falla Icotea
se han observado los dos aspectos. Un bloque relacionado a la transpresión, se ha
observado en el Bloque I, mientras que la transtensión se ve con claridad en los
grabenes de Lama y Lago Centro, con la formación ademas de cuencas pull-apart
hacia la región central de la cuenca (Escalona, 2003). El movimiento de la falla Icotea
es sinestral, pero el desplazamiento transcurrente eoceno ha sido muy limitado.

En el Eoceno-Medio, partes del Gran Arco comienza a cabalgar la pendiente


norte del margen pasivo. En el área de Maracaibo, el acortamiento relacionado a la
colisión llevó al empuje y emplazamiento de las Napas de Lara (Stephan, 1977, 1982,
1985). Este acortamiento culminó a finales del Eoceno-Oligoceno con el
levantamiento y la erosión en las áreas de la cuenca y la formación de la prominente

38
discordancia del Eoceno (Figura 2.18), la cual se destaca por tener un contacto
altamente angular en algunas localidades (Escalona y Mann, 2006b).

Figura 2.18. Imagen tridimensional de la tectónica del Eoceno-Tardío en la Cuenca de Maracaibo


donde se aprecian las zonas que pudieron haber sido afectadas por la discordancia del Eoceno.
Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

Mann et al. (2006) diseñó una reconstrucción tectónica para este periodo
(Eoceno-Medio, 44 Ma, aproximadamente), donde explica que una amplia zona de la
corteza oceánica del Proto-Caribe subduce por bajo del borde noroeste de América
del Sur. Esto se observa en la Figura 2.19 en las áreas azules visibles entre los
bloques de la corteza. La zona lacustre de hoy en día se convirtió en el sitio de un
litoral deltaico complejo que alimentó una amplia zona costa afuera de sedimentación
marina profunda que relleno el arco delantero (forearc) y las áreas detrás del arco
(back-arc) pasando por el Gran Arco (Figura 2.19).

39
A

Figura 2.19. A) Reconstrucción tectónica del Eoceno-Medio, a aproximadamente 44 Ma. Las áreas en
blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo.
Modificado de Mann et al. (2006).

40
2.1.10. Evolución del Oligoceno

Durante el Oligoceno, el Gran Arco continuó su colisión con el margen pasivo


y comenzó a formar la cuenca oriental antepaís venezolana por el mismo proceso
tectónico que formó la cuenca antepaís de Maracaibo en el Paleógeno (Pindell y
Barrett, 1990; Erlich y Barrett, 1992). La Figura 2.20 muestra la reconstrucción
tectónica según Mann et al. (2006) para este periodo.

Figura 2.20. A) Reconstrucción tectónica del Oligoceno, a aproximadamente 30 Ma. Las áreas en
blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeográfico para este periodo.
Modificado de Mann et al. (2006).

41
En la Cuenca de Maracaibo, la sedimentación fluvial del río proto-Maracaibo
(proto-Maracaibo River) fue desviado por el levantamiento de los Andes de
Colombia, y el río Orinoco forma más sedimentos fluviales hacia el este a lo largo del
margen (Díaz de Gamero, 1996; Escalona et al., 2004).

El levantamiento regional en el área de Maracaibo-Falcón esta relacionado a


la continua convergencia y rebote isostático cambiando la posición del borde de la
plataforma mucho más al norte (Guzmán y Fisher, 2006). El levantamiento de la
Sierra de Perijá al oeste de la Cuenca de Maracaibo se produjo en este momento y se
reconoce por una gran cuña clástica que rellenó la cuenca del oeste. La elevación de
la Sierra de Perijá puede estar relacionada con la subducción superficial de la corteza
del Caribe y la formación del levantamiento del basamento en la placa de Suramérica
principalmente (Kellogg, 1984; Van der Hilst y Mann,1994; Taboada et al., 2000).

2.1.11. Evolución del Mioceno

Uno de los eventos significativos en la Cuenca de Maracaibo es la erosión


post-Eocena la cual está relacionada con la deformación e inversión parcial de la
cuenca. Dicha erosión removió una parte importante de la secuencia eocena,
incluyendo la secuencia del Eoceno-Superior en grandes áreas de la misma. La alta
madurez termal de materia orgánica en estratos inmediatamente debajo de la
discordancia post-eocena corroboran esta conclusión (Meléndez et al., 1996).

Hacia unos 14 Ma, la cuenca antepaís de Venezuela Oriental fue sometida a


una máxima subsidencia como resultado de la colisión oblicua del Gran Arco y la
formación de un cinturón plegado de empuje en la Serranía del Interior (Erlich y
Barrett, 1992; Roure et al., 1997). El plegamiento relacionado a los efectos de la
deformación ocurrieron hacia el este tal como en Trinidad, produciendo una
importante discordancia regional que abarca el intervalo del Mioceno-Medio en gran
parte de esta área (Tyson, 1990). La sedimentación en la cuenca de Maracaibo
muestra el comienzo del levantamiento de los Andes de Mérida al este del lago
(Castillo y Mann, 2006b; Guzmán y Fisher, 2006) (Figura 2.21).

42
A

Figura 2.21. A) Reconstrucción tectónica del Mioceno Medio, a aproximadamente 14 Ma. Las áreas en
blanco representan el futuro acortamiento. B) Mapa paleogeografico para este periodo.
Modificado de Mann et al. (2006).

En este período del Mioceno-Medio, la Cuenca de Maracaibo fue rellenada


por un sistema fluvio-deltaico del Rio del proto-Maracaibo drenando desde los Andes
hacia el sur de la cuenca (Escalona et al., 2004). Guzmán y Fisher (2006) discuten el

43
estrecho que conecta el Río del proto-Maracaibo en la Cuenca de Maracaibo a un área
marina más abierta.

En el Mioceno empezó una nueva fase de actividad de fallas transcurrentes en


la Cuenca de Maracaibo. Estudios más recientes demuestran que los movimientos a lo
largo de las fallas de Icotea y Ceuta son de transcurrencia. La falla de Boconó
comenzó a existir en el Mioceno-Tardío, donde ocurrió también en este periodo una
marcada transcurrencia a lo largo de la falla de Santa Marta de la Cordillera Central
de Colombia (Meléndez et al., 1996).

El mecanismo causante de la transcurrencia es la continua compresión este-


oeste entre las cordilleras colombianas y el cratón de Suramerica, la cual al parecer no
es absorbida completamente por la orogénesis andina. Los esfuerzos resultan en la
reactivación de las grandes fallas de Santa Marta-Bucaramanga y la formación de la
falla de Boconó. A su vez los ajustes internos del Bloque de Maracaibo requieren de
fallas transcurrentes adicionales (Meléndez et al., 1996).

El movimiento dextral de Boconó y sinestral de Santa Marta-Bucaramanga


causa un desplazamiento hacia el norte del Bloque de Maracaibo. Se genera la zona
de compresión en el Caribe denominado la Cresta de Curazao (Curacao Ridge), la
cual es básicamente un prisma de acreción, y ocurre la subducción de la placa del
Caribe por debajo del Bloque de Maracaibo. Esto no fue causado tanto por el
desplazamiento de la placa del Caribe hacia el sur, sino del bloque de Maracaibo
hacia el norte (Meléndez et al., 1996).

Los cambios en la dirección principal de compresión soportan los


movimientos de trascurrencia oeste-este durante el Oligoceno-Mioceno, donde el
frente de corrimientos se desplaza hacia el oriente de Venezuela, y aunado a esto la
sedimentación sintectónica ocurre en las subcuencas formadas por los plegamientos
de rumbo NE, al este de la falla de Burro Negro, y al oeste de la falla de Icotea
(Melendez et al., 1996).

44
Uno de los eventos significativos y de importancia para el periodo del
Oligoceno al presente es el levantamiento de los Andes de Mérida. El levantamiento
andino formó un depocentro en el sur de la cuenca, cambiando la ubicación del
depocentro del noreste-este durante el Eoceno hacia el sur durante el Mioceno
(Melendez et al., 1996).

2.1.12. Evolución del Plioceno

A principios del Plioceno (5 Ma, aproximadamente), la región se veía muy


similar a su aspecto actual (Figura 2.22). La deformación fue más intensa en el
extremo este cerca de Trinidad, donde la colisión entre el borde delantero de la Placa
del Caribe y el margen pasivo continúa hasta nuestros días (Babb y Mann, 1999;
Boettcher et al, 2003).

• Levantamiento de los Andes Venezolanos


• Levantamiento de la Sierra de Perija
• Levantamiento del Macizo de Santa Marta
• Levantamiento de la Cordillera Oriental de Colombia

INVERSIÓN DE GRABENES

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Figura 2.22. Imagen tridimensional de la tectónica del Plioceno al presente encontrada en la Cuenca de
Maracaibo donde se aprecian las zonas levantadas del sistema de la Cordillera de Los Andes y la Sierra
de Perijá al oeste de la cuenca. Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

45
El fallamiento transcurrente a lo largo de varias fallas limita el borde del
bloque de Maracaibo y la zona de falla de El Pilar en las etapas terminales de los
bordes de la placa convergente (Trenkamp et al., 2002). Para el Plioceno Temprano,
toda la sedimentación fluvial se concentró en el río Orinoco, la cual recientemente
rellenó rápidamente la cuenca antepaís Columbus formada al este de Trinidad (Di
Croce et al., 1999; Wood, 2000).

Las Figuras 2.23 y 2.24 muestran la configuración regional de la cuenca del


Lago de Maracaibo mediante sísmica de alta definición donde se aprecia la tectónica
comentada anteriormente junto a los levantamientos estructurales más resaltantes del
periodo evolutivo de la cuenca, como lo son: La Sierra de Perijá al oeste, el
levantamiento de los Andes de Mérida al sur y la Serranía de Trujillo al este.

46
Figura 2.23. Línea sísmica de alta resolución de dirección O-E mostrando las características tectonosecuenciales regionales de la Cuenca de Maracaibo.
Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

47
Area de Estudio

Figura 2.24. Línea sísmica de alta resolución de dirección N-S mostrando las características tectonosecuenciales regionales de la Cuenca de Maracaibo.
Modificado de Cuencas Petrolíferas de Venezuela (2007).

48
2.2. Migración de hidrocarburo y trampas estructurales

La configuración tectónica de los sistemas petroliferos en Venezuela se puede


considerar de carácter complejo. Entre estos eventos incluyen: arco volcánico,
formación de cuencas de retroarco, fallamiento con rampas laterales, cuenca antepaís
etc: todos ellos producidos por la convergencia oblicua diacrónica entre los terrenos
del Arco del Caribe y el Margen Continental Estadounidense desde los inicios del
Cretacico-Tardio (Lowell, 1985; Babb y Mann, 1999; Mann, 1999a). Cada una de
estas etapas dieron origen a grandes eventos estratigráficos y estructurales que
marcaron la evolución de los sistemas petrolíferos, no solo de la región central de la
Cuenca de Maracaibo, sino del mundo.

El entrampamiento de hidrocarburo en la Cuenca de Maracaibo se ha


desarrollado en múltiples facetas influenciadas directamente por el tectonismo
ocurrido durante los periodos Cretáceo Superior y Plioceno y que dieron lugar al
fracturamiento de las rocas Cretáceas donde se sostenía la mayor acumulación de
petróleo en la mayoría de nuestras áreas. Este hidrocarburo migró a lo largo de un
gran número de fracturas y planos de fallas producto de la tectónica distensiva, y que
fue acumulándose a niveles del Eoceno-Medio y Superior donde hoy día se ha
extraído notablemente una gran cantidad de hidrocarburo.

La Figura 2.25 muestra la distribución de los yacimientos petrolíferos en la


Cuenca de Maracaibo (Zambrano et al., 1971). Esta ubicación coincide en su gran
mayoría con los sistemas de fallas con un alto contenido de complejidad estructural
(Ej: fallas Icotea, Pueblo Viejo, Urdaneta y Burro Negro) y buen entrampamiento de
petróleo. La distribución de la roca madre (Fm. La Luna), vías de migración y
trampas de hidrocarburos en la cuenca son el resultado de la evolución estructural y
estratigráfica en cada uno de sus yacimientos. Estos yacimientos varían en edad, las
cuales se encuentran comprendidas desde el Cretácico, Eoceno y Mioceno.

49
Figura 2.25. Principales campos petroleros asociado al sistema de fallas principales de la Cuenca del
Lago de Maracaibo. Tomado de Escalona (2003).

2.2.1. Rocas generadoras de hidrocarburo

Las principales rocas generadoras de hidrocarburos en la Cuenca de


Maracaibo son las rocas carbonáticas marinas del Cretácico-Superior (lutitas
calcáreas, calizas arcillosas) que componen la Formación La Luna del
Cenomaniense-Campaniense. Algunos estudios geoquímicas anteriores muestran que
la Formación La Luna es la fuente del 98% del total de las reservas de petróleo que se
encuentran en la Cuenca de Maracaibo (Zambrano et al., 1971; Young et al., 1977;
Renz, 1981; Talukdar et al., 1986; Talukdar y Marcano, 1994). Un 2% adicional de la
cantidad total de reserva de petróleo se deriva de carbonatos no marinos y lutitas de la
Formación Orocué (Paleoceno), los cuales se encuentran en la parte suroeste de la

50
cuenca (Talukdar y Marcano, 1994). González de Juana et al. (1980) ha propuesto
que las rocas fuentes de origen Eoceno y Mioceno, ahora profundamente enterradas
en la parte sur de la cuenca, pueden actuar como una roca fuente adicional de la
Formación La Luna. Los análisis geoquímicos de las rocas sedimentarias del
Terciario indican que no hay potencial de hidrocarburos importante asociado a las
lutitas del Eoceno y Mioceno, ni tampoco existe ninguna evidencia de hidrocarburos
relacionados a este tipo de rocas generadoras (Talukdar y Marcano,1994; Tocco y
Margarita, 1999).

2.2.2. Sedimentación asociada a las rocas generadoras de la Formación La Luna

La Formación La Luna ha sido el tema de muchos estudios anteriores desde el


inicio de la exploración petrolera en la Cuenca del Lago de Maracaibo, a principios
del siglo XX. Estos estudios han descrito la depositación y la composición de la
Formación La Luna de manera detallada. Uno de los pioneros es el trabajo realizado
por Renz (1981), y más recientes los realizados por Pérez-Infante et al. (1996), Erlich
et al. (1999; 2000) y Bralower y Lorente, (2003).

La Formación La Luna fue depositada en un período de aproximadamente 20


Ma, que se extiende desde el Cenomaniense-Superior al Campanéense-Superior. Su
espesor varía desde 60 m (196 pies) en la parte sur de la cuenca a 150 m (492 pies) en
la parte norte (Renz, 1981; Lugo y Mann, 1995; Bralower y Lorente, 2003). La
Formación La Luna fue depositada en condiciones de un ambiente marino anoxico en
el fondo marino entre la plataforma y el talud (Pérez-Infante et al., 1996),
influenciada por episodios de flujos de escombros turbiditicos y fallamiento
(Macsotay et al., 2003; Zapata et al., 2003).

La configuración estructural de la cuenca durante el Cretácico Tardio fue


posiblemente influenciada por la elevación de la Cordillera Central de Colombia
(Renz, 1981; Erlich et al., 1999; Macsotay et al., 2003). Renz (1981), utilizó
secciones transversales de los afloramientos a lo largo de la cordillera que limitan la
Cuenca de Maracaibo, identificando paleoambientes en el basamento (ejemplo: Arco

51
de Mérida) y cuencas (ejemplo Machiques, Uribante y Barquisimeto) en las áreas que
rodean la cuenca de Maracaibo. Estos paleoambientes producen las variaciones en el
espesor de los sedimentos del margen pasivo del Cretácico, incluyendo La Formación
La Luna en el sur y el suroeste de áreas de la cuenca (Renz, 1981).

La más controversial de estas características geológicas hoy en día es el arco


de Merida en las regiones sur y central de la Cuenca de Maracaibo (Salvador, 1986).
La existencia y la orientación del arco de Mérida es importante para el sistemas
petrolero debido a su probable control sobre la distribución y el espesor de la roca
madre cretácica debajo de la Cuenca de Maracaibo. Escalona y Mann (2006a),
propusieron dos orientaciones para el Arco de Mérida: 1) Un arco perpendicular a la
tendencia de los Andes de Mérida en el presente y 2) Un arco paralelo a la tendencia
de los Andes de Mérida y que no afecta la zona de la Cuenca de Maracaibo.

Pequeños cambios en el espesor de las rocas del margen pasivo entre 10 y 20


m (33 y 66 pies) en el centro-sur de las áreas del Lago de Maracaibo podrían
atribuirse a cambios de facies o procesos sedimentarios y no a un relieve. Es
necesario la integración de los datos de afloramientos y subsuelo en ambos flancos:
Cordillera de Mérida y el sur del Lago de Maracaibo, para resolver paulatinamente y
con mayor precisión la orientación del Arco de Mérida en la Cuenca Maracaibo. Los
datos geológicos utilizados para la interpretación del Arco de Mérida se han limitado
a afloramientos en los Andes de Mérida (Renz, 1981, Salvador, 1986) o el uso de
pozos muy dispersos y líneas sísmicas bidimensionales en el sur de la misma
(Audemard, 1991a; Lugo, 1991).

A partir del Santoniano hubo un cambio en el ambiente depositacional de La


Formación Luna a aguas más oxigenadas (miembro Tres Esquinas), lo cual sugiere la
llegada de la actividad tectónica (Erlich et al., 2000; Bralower y Lorente, 2003; Parra
et al., 2003; Zapata et al., 2003). La actividad tectónica en el Cretácico Tardío se
encuentra posiblemente relacionada con la reactivación de las fallas por debajo de la
cuenca o la convergencia regional de la placa al oeste de Colombia, la cual causó
cambios abruptos en la paleotopografía y el paleoclima en condiciones de margen

52
pasivo. Un incremento en la oxigenación de las aguas de la plataforma del norte de
Suramérica puede estar relacionado a: (1) la migración de la placa de Suramérica
hacia la zona de convergencia intertropical cretácica (Villamil, 1999), (2) un
incremento del flujo de agua dulce producido por el emergente Cordillera Central de
Colombia (Erlich et al., 2000), y (3) el establecimiento de ciclos de la paleobatimetría
en las corrientes oceánicas (Erlich et al., 2000).

2.2.3. Roca Reservorio

Es de gran importancia el entendimiento de la arquitectura de los yacimientos


para optimizar la producción de hidrocarburos fundamentalmente. En principio, las
rocas clásticas del Eoceno en la Cuenca de Maracaibo contienen una de las reservas
más prolíficas de petróleo mediano y liviano del mundo. Estos yacimientos de edad
Eocena están caracterizados por compartimientos y trampas (estratigráficas y
estructurales) de forma muy compleja debido a los múltiples eventos tectónicos que
se han suscitado en la cuenca.

Desde el punto de vista estructural, las trampas de petróleo están formadas por
fallas normales e inversas sobre la placa continental plegada (Harding y Tuminas,
1989; Escalona y Mann, 2003), pliegues deformados dentro de la cuenca antepaís, y a
lo largo de las fallas transcurrentes con anticlinales de rumbo N-S. Todos estos tipos
de trampas recibieron hidrocarburos que migraron o remigraron de la roca madre de
edad cretácica infrayacente (Zambrano et al., 1971; Gonzalez de Juana et al., 1980;
Talukdar y Marcano, 1994; Erlich et al, 1999). Las trampas estratigráficas incluyen
sistemas deltaicos dominados por procesos fluviales y de marea altamente
heterogéneos que están definidos en ciclos regresivos y transgresivos en la plataforma
Eocena de Maracaibo (Guzmán y Fisher, 2006). Las principales facies de los
yacimientos se encuentran en canales distributarios apilados y barras de marea con
una variabilidad lateral que depende de la unidad estratigráfica a la cual pertenecen
(Maguregui, 1990; Escalona, 2003). Los yacimientos de hidrocarburos se pueden
clasificar en tres tipos principales:

53
1.- Yacimientos Sub-Eoceno: Estos yacimientos se encuentran localizados en las
calizas cretácicas soterrados profundamente (Figuras 2.26 y 2.27), en las areniscas del
Paleoceno en el centro y sur de la Cuenca de Maracaibo (Figura 2.26 A y D), y en las
rocas del basamento Cretácico soterradas al noroeste de la cuenca. Estos yacimientos
incluyen rocas fracturadas (basamento y caliza cretácea) asociada con la reactivación
de fallas transcurrentes norte-sur, fallas normales NO-SE y el empuje (Figuras 2.26 A
y C) relacionado con la elevación de los Andes de Mérida (Castillo y Mann, 2006a).

2.- Depósitos del Eoceno: Estas son las rocas reservorio más prolíficas en la Cuenca
de Maracaibo (Figuras 2.27 y 2.28). Se caracterizan por trampas estructurales
asociadas con anticlinales formados por fallas transcurrentes con reactivación norte-
noreste (por ejemplo: las fallas Icotea, Pueblo Viejo y sus fallas normales asociadas
NO-SE; Escalona y Mann, 2003). Estas trampas también se encuentran en los
ambientes fluvio-deltaicos (influencia de marea) con facies de arenisca truncados por
la discordancia del Eoceno (Figuras 2.27 E, H y 2.28 K, L). Los yacimientos más
productivos del Eoceno se encuentran en la región central y noreste de la Cuenca de
Maracaibo (Escalona y Mann., 2006a).

3.- Yacimientos del Mioceno: Estos forman los segundos yacimientos más prolíficos
en la Cuenca de Maracaibo (Figura 2.28). Estos yacimientos son principalmente en
facies de areniscas fluviales ubicados en anticlinales de principios del Mioceno
(reactivación de las estructuras del Eoceno, Figura 2.28 J, L) y cuñas estratigráficas
debajo de la discordancia del Eoceno (Figura 2.28 I).Estas producciones ocurren a lo
largo del borde noreste del Lago de Maracaibo, cerca de la traza de la falla de Burro
Negro (Escalona y Mann, 2006a).

54
Figura 2.26. Ejemplos de cuatro yacimientos de hidrocarburos Sub-Eoceno de la Cuenca de Maracaibo. Estos depósitos se encuentran localizados en rocas
del basamento metamórfico profundamente enterrados y en las rocas sedimentarias fracturadas del Cretácico y el Paleoceno ( > 5 km de profundidad). El
mapa del recuadro en la esquina superior derecha proporciona la ubicación de las secciones. Tomado de Escalona y Mann (2006c).

55
Figura 2.27. Ejemplos de yacimientos de hidrocarburos del Eoceno de la Cuenca de Maracaibo. Las rocas clásticas del Eoceno son los reservorios más
prolíficos en la Cuenca de Maracaibo y se concentran principalmente en las zonas central y noreste de la cuenca a lo largo de fallas pronunciadas de
dirección NE-SO. El mapa del recuadro en la esquina superior derecha proporciona la ubicación de las secciones. Tomado de Escalona y Mann (2006c).

56
Figura 2.28. Ejemplos de yacimientos de hidrocarburos Mioceno-Holoceno en la cuenca de Maracaibo. Estos depósitos se encuentran principalmente en
las zonas norte y noreste del la Cuenca de Maracaibo. Los embalses más prolíficos se encuentran a lo largo de la costa noreste del actual Lago de
Maracaibo (Costa Bolívar) y a lo largo de la traza de falla de Burro Negro. El mapa del recuadro en la esquina superior derecha proporciona la ubicación
de las secciones. Tomado de Escalona y Mann (2006c).

57
2.2.4. Migración y Entrampamiento

La evolución del sistema petrolífero de la Cuenca de Maracaibo se puede


resumir en cuatro fases como se muestran en las secciones transversales dadas por la
Figura 2.29 (A-D). Principalmente ocurrió de dos maneras: migración y
entrampamiento, la cual fue controlado por la tectónica, tal como lo han propuesto
Zambrano et al. (1971), Boesi, (1978), Gonzalez de Juana et al. (1980), Talukdar et
al. (1986) y Talukdar y Marcano, (1994). A continuación se describen las cuatro fases
a través de secciones transversales simplificadas:

1.- Fase de Plataforma Carbonatica (Cretácico Superior-Paleoceno): Durante esta


fase, la roca generadora de la Formación La Luna se depositó en un ambiente de
margen pasivo de plataforma de pendiente poco profunda (Figura 2.29A). El índice
de espesor varía de 40 a 150 m (131-492 pies). Las variaciones de espesor de
carbonato fueron controlados por el relieve del basamento subyacente a las
estructuras pre-Cretácico, como el Arco de Mérida (Escalona y Mann, 2006c).

2.- Cuenca Antepaís (Eoceno Temprano): La colisión oblicua entre la Placa del
Caribe y Suramérica forma una cuña asimétrica fluvio deltaica en el Eoceno (Figura
2.29B), depositada en una cuenca antepaís (Lugo y Mann, 1995; Escalona y Mann,
2006a). Las rocas fuente del Cretácico fueron llevadas a profundidades de 5 km al
NNE de la Cuenca de Maracaibo alcanzando la ventana de hidrocarburo. Una cuenca
pull-apart controlada por la reactivación de fallas NNE del Jurásico fue formada en la
parte central de la Cuenca de Maracaibo (Sub-cuenca de Icotea; Escalona y Mann,
2003). Las fallas de salto vertical, proveen las vías de migración de hidrocarburos
procedentes de las rocas cretácicas (Formación La Luna) a las areniscas de los
yacimientos del Eoceno.

La cuenca pull-apart de Icotea proporciona una configuración alternativa para


la generación de hidrocarburos por encima de las rocas del Cretácico (Figura 2.29 B y
C; Escalona y Mann, 2003). El desplazamiento vertical de las grandes fallas de
despegue que limitan la cuenca pull-apart permite la yuxtaposición de la rocas
generadoras del Cretácico y la rocas de los yacimientos del Eoceno.

58
Figura 2.29. Resumen de cuatro fases tectónicas principales que controlan el sistema petrolífero de la
Cuenca de Maracaibo. A) Plataforma carbonática, B) Cuenca antepaís, C) Rebote isostático y
D) Fase del sinclinal Maracaibo. Tomado de Escalona y Mann (2006c).

59
La trampas anticlinales formadas durante la creación de la cuenca pull-apart
son selladas por la discordancia del Eoceno (Escalona y Mann, 2003). El buzamiento
regional NNE de la cuenca ha contribuido a la migración del petróleo buzamiento
arriba hacia las áreas centrales de la Cuenca de Maracaibo, donde se encuentran
presente los yacimientos con la mayor calidad de facies fluviales y deltaica (Escalona,
2003; Escalona y Mann, 2006c). El entrampamiento por debajo de la discordancia del
Eoceno en el área sur y central de la cuenca también se produjo en yacimientos
fluviales de edad Eoceno (Escalona y Mann, 2006b) (Figura 2.27).

3.- Rebote Isostático (finales del Eoceno-Oligoceno): Durante el Oligoceno, la


mayor parte de la Cuenca de Maracaibo fue expuesta y erosionada por rebote
isostático (Figura 2.29 C) que siguió al final de la convergencia de la cuenca antepaís.
Este período de rebote y erosión duró aproximadamente 20 Ma en la parte central de
la cuenca y se caracteriza por la pérdida de hidrocarburos hacia la superficie
(Talukdar y Marcano, 1994). Además, la biodegradación del hidrocarburo ocurrió a
causa de la invasión de las aguas meteóricas superficialmente soterradas en los
yacimientos del Eoceno (Bockmeulen et al, 1983; Talukdar y Marcano, 1994) (Figura
2.29 C).

4. Sinclinal de Maracaibo (Mioceno-Holoceno): Esta fase de desarrollo de la


cuenca fue caracterizada por la elevación de la Sierra de Perijá y los Andes Merida
(Figura 2.29 D), la formación del sinclinal de Maracaibo con tendencia norte-sur
(Castillo y Mann, 2006b), y la inversión de las estructuras del Eoceno en el Mioceno-
Temprano en la parte central de la cuenca. En contraste con el Eoceno, el depocentro
del Neógeno fue localizado al sur de la Cuenca de Maracaibo, donde las facies
continentales se encuentran hacia el este-noreste para formar grandes trampas
estratigráficas de hidrocarburo (Figuras 2.28).

La migración de los depocentros del noreste de la cuenca durante el Eoceno al


sur-sureste en el Mioceno-Holoceno contribuyó a un segundo pulso de la maduración
de las rocas reservorio de la Formación La Luna de origen Cretáceo en la zona central
y sur de la cuenca de Maracaibo. Este nuevo período de generación de hidrocarburo

60
abasteció los yacimientos de edad Eoceno y Mioceno. Para las rocas de yacimiento
más jóvenes del Eoceno, la migración de hidrocarburos se produjo a lo largo de las
zonas de falla que atravesaron la discordancia del Eoceno (Figura 2.29). Estas
diversas rutas de flujo permiten la migración del hidrocarburo buzamiento arriba
desde la parte profunda de la cuenca a los yacimientos superiores del Mioceno
(Figuras 2.29 D). En los yacimientos del Mioceno, los hidrocarburos se encuentran
atrapados principalmente por: 1) estructuras invertidas (Figura 2.28 I, L;
Figura 2.29 D); 2) cuñas estratigráficas hacia el noreste (Guzman y Fisher, 2006)
(Figura 2.28), y 3) canalización hacia el este, oeste y sur del sinclinal de Maracaibo
(Zambrano et al., 1971; Gonzalez de Juana et al., 1980).

Las Figuras 2.30 y 2.31 ilustran el entrampamiento de hidrocarburo en las


estructuras principales de la Cuenca del Lago de Maracaibo, extendiéndose hacia los
yacimientos superiores, viajando a través de los diferentes planos de fallas formados
por la tectónica compresiva y distensiva, a la cual fue sometida la cuenca afectando
las rocas de la Formación La Luna del Cretáceo. Esta dinámica estuvo también
asociada con los diferentes campos de esfuerzos que ayudaron a conformar lo que es
hoy día el sistema de fallas regional (ej: falla Lama-Icotea, Pueblo Viejo, Burro
Negro y Urdaneta), sirviendo estas fallas como vías de escape para el flujo y
movimiento del petróleo hacia la superficie.

61
Figura 2.30. A) Línea sísmica interpretada de este a oeste en la Cuenca de Maracaibo. La sección
presenta las principales características estructurales y estratigráficas de la cuenca y su sistemas
petrolero (véase la Figura 2.25 para la ubicación). Las rutas de migración desde la roca reservorio
(Cretáceo) se localizan a lo largo de las fallas principales de la cuenca (por ejemplo, Icotea, Pueblo
Viejo, y las fallas A, B, E). Los yacimientos de hidrocarburos se concentran en altos estructurales bajo
la discordancia del Eoceno y el Mioceno en los flancos norte y este del sinclinal de Maracaibo. B)
Línea sísmica interpretada norte-sur en la cuenca de Maracaibo (véase la Figura 2.25 para la
ubicación). Los yacimientos de hidrocarburos en el Mioceno se concentran buzamiento arriba de la
cuña clástica del Mioceno. Las turbiditas del Eoceno proporcionan buenos objetivos de exploración al
norte de la falla de Burro Negro. Tomado de Escalona y Mann (2006c).

62
Figura 2.31. Interpretación estructural de dirección este-oeste en la Cuenca de Maracaibo con los
espesores de las formaciones depositadas entre el Pre-Cretácico hasta finales del Cenozoico. Las
flechas de color azul representa la migración del hidrocarburo desde la roca madre del Cretáceo por vía
de los planos de fallas hasta llegar a su entrampamiento a finales del Eoceno-Mioceno.
Tomado de Escalona (2003).

63
El planteamiento realizado por Lugo y Ochoa (1994) involucra también (al
igual que Escalona y Mann, 2006c) que la migración del petróleo y posterior
entrampamiento se produjo a través de los diferentes planos de fallas y sistemas
estratigráficos respectivamente (Fig. 2.32 A y B); sobre todo aquellas fallas en las
cuales se consideran que su actividad tectónica ha sido considerable desde los inicios
del Jurásico (ejemplo: Lama-Icotea, Pueblo Viejo, Burro Negro, Urdaneta, etc.).

La mayoría de los estudios geoquímicos realizados en la Cuenca de


Maracaibo, seleccionan a las calizas del Cretácico de la Formación La Luna como la
roca fuente principal de casi todos los hidrocarburos atrapados en la cuenca (Lugo y
Ochoa, 1994).

Para el Eoceno-Tardío (Fig. 2.32 A y B), la ventana de hidrocarburo se


encuentra en una franja angosta cerca de la costa este del lago. Esta ventana de
maduración de hidrocarburos está asociada con las tasas máximas de subsidencia en
el Eoceno-Temprano-Medio (Lugo y Ochoa, 1994). El petróleo migró hacia los altos
estructurales en este lapso de tiempo. Este hidrocarburo almacenado en los
yacimientos carbonáticos del Cretáceo (Numero 1 en las Figuras 2.32 A y B) y las
arenas C (Numero 2 en las Figuras 2.32 A y B) a lo largo del lado este del Pilar
(“horts”) de Lama. También se acumuló en las arenas B y C a lo largo de la estructura
de la Falla Lama-Icotea (Numero 3 en las Figuras 2.32 B y C). Se considera que el
petróleo procedente de la ventana de migración de la discordancia del Paleoceno a
través de las fallas normales continuó buzamiento arriba hacia los niveles
estructurales más altos quedando atrapado (en combinación con las trampas
estructurales y estratigráficas) dentro de las arenas C con los onlap de la discordancia
del Eoceno. Esto es así si se cumplen dos condiciones: 1) las lutitas intercaladas con
las arenas C deben ser lo suficientemente gruesas para proporcionar un sello en la
parte superior y prevenir la migración vertical, y 2) la discordancia del Paleoceno
debe ofrecer un sello debajo de ella. Las lutitas de las arenas C pueden actuar como
un sello vertical de manera regional, donde también pueden suministrar un sello
lateral en trampas conformadas por cierres de fallas, donde el desplazamiento de la

64
falla es lo suficientemente grande como para yuxtaponer las lutitas contra el
yacimiento (Lugo y Ochoa, 1994).

ER-EO

A
ER-EO ER-EO

B Migración de Petróleo

Figura 2.32. Secciones transversales donde se muestra el comportamiento estructural diseñado por
Lugo y Ochoa (1994) para los sistemas de fallas Lama-Icotea y Pueblo Viejo junto a la migración y
entrampamiento del petróleo en el área. Los números se refieren a la historia de la migración del
hidrocarburo y se explican en el texto. A) Transecto B-B´ de dirección NE-SO semi-ortogonal al tren
de fallas Lama-Icotea. B) Transecto C-C´ de dirección NO-SE semi-ortogonal al tren de fallas Lama-
Icotea y Pueblo. Modificado de Lugo y Ochoa (1994).

Para el Mioceno Medio-Tardío (Figura 2.32B) la ventana de petróleo se había


movido hacia el suroeste (Lugo y Ochoa, 1994). Esta ventana ocupada anteriormente
en el Eoceno se convirtió en zonas demasiado maduras para ese tiempo, lo cual fue
una fuente de gas condensado (Lugo y Ochoa, 1994). Durante esta etapa, los grandes

65
volúmenes de crudo liviano y condensado fueron expulsados y atrapados en la
principales estructuras (Lugo y Ochoa, 1994). Parte del petróleo previamente
atrapado en las arenas C pudo haber remigrado hacia las arenas B, quedando
atrapados estratigráficamente por debajo de la discordancia del Eoceno (Figura 2.32
B y C), o estructuralmente atrapado cerca del alto de Pueblo Viejo (Numero 5 en la
Figura 2.32 B y C) (Lugo y Ochoa, 1994).

En la actualidad la ventana de generación de petróleo se está moviendo hacia


el sur por el levantamiento de los Andes. Grandes áreas de la Formación La Luna
están generando y expulsando petróleo liviano (Lugo y Ochoa, 1994). El marco
estructural de la cuenca de Maracaibo se puede utilizar para predecir las trampas
estructurales y las principales rutas de migración de petróleo. La compresión de
dirección NNO involucra fallas inversas debido al nuevo levantamiento a lo largo de
la Serranía de Trujillo en esta parte de la cuenca. Esta deformación resulta en la
remigración de los hidrocarburos previamente atrapados por debajo de la
discordancia del Eoceno. Esta migración es reorientada hacia el este-noreste de la
cuenca y a través de la reactivación de las fallas del en “echelon” para quedar
atrapado dentro de los yacimientos post-Eoceno (Numero 6 en la Figura 2.32 B y C).

Por otra parte, Pöppelreiter et al. (2004) también plantean para el campo de
explotación Urdaneta una distribución y migración lateral del hidrocarburo por vía de
planos de fallas a partir de la roca madre del Cretáceo (Figura 2.33) y que pudo ser
controlado por la diagénesis de los carbonatos (Hickman et al., 2003). Esto es
reconocido como un factor importante en los yacimientos carbonáticos (Esteban y
Taberner, 2003; Laubach y Milliken, 2004). Desde el punto de vista estructural, la
diagénesis inducida puede ser un componente importante en la generación de
yacimientos claves de hidrocarburos incluso a gran profundidad (Scholle y Halley,
1985).

66
Petróleo Acumulado

ogeno
tos del Pale
en
Sedim

Roca M
adre
adre
Roca M

Arenisca Basamento Granítico


Roca
Madr
e

Figura 2.33. Posible migración y entrampamiento del hidrocarburo lateralmente desde los yacimientos inferiores (Formación La Luna) en el Campo
Urdaneta al oeste del Lago de Maracaibo. Las flechas indican la dirección de migración hacia los yacimientos superiores.
Modificado de Pöppelreiter et al. (2004).

67
2.3. Estratigrafia de la Cuenca de Maracaibo

La construcción del modelo estratigráfico de la Cuenca de Maracaibo ha sido


complicado en vista de los numerosos eventos tectónicos involucrados desde sus
inicios hasta el presente (Galloway, 1989; Driscoll y Diebold, 1999), siendo posible
su construcción con el análisis de la data suministrada por un gran número de pozos
que hoy día manifiestan su evolución y que a su vez arrojan mejor información de las
posibles trampas estructurales de hidrocarburos asociadas con los eventos tectono-
sedimentarios de sus alrededores.

En el subsuelo de la cuenca se encuentra un basamento ígneo-metamórfico


directamente debajo de formaciones cretáceas y pre-cretácicas. La presencia de rocas
paleozoicas fosilíferas, en diversas áreas andinas, permite postular la presencia de
formaciones paleozoicas sobre las plataformas, pero su distribución inicial es todavía
hipotética. Igualmente sucede con las rocas representativas del Mesozoico Temprano-
Medio (Formación La Quinta). Dichas formaciones pre-cretáceas afloran en diversas
partes de Los Andes, en la Sierra de Perijá y en la Península de la Guajira; muchas de
ellas se encuentran metamorfizadas. Se conocen algunas secciones de la Formación
La Quinta en partes de la Plataforma de Maracaibo.

Al final del Triásico-Jurásico se desarrollaron movimientos intensos que


acompañados de la erosión configuran los elementos estructurales sobre los cuales se
va a producir la transformación marina del Cretáceo, que cubrió todo el Occidente de
Venezuela. En este período se produce metamorfismo, plegamiento andino e
intrusiones ígneas, formación del Arco de Mérida, levantamiento de la región central
de la cuenca, la cual fue precursora de la subsiguiente Plataforma de Maracaibo. El
borde continental se levanta produciendo retirada general de los mares de Venezuela
Occidental. Luego en este mismo periodo se produce sedimentación continental
concentrada al noreste y al sureste del Arco de Mérida y en la Sierra de Perijá. La
Figura 2.34 muestra la columna estratigráfica generalizada de la Cuenca de
Maracaibo.

68
A B

Figura 2.34. Columna Estratigráfíca de la Cuenca de Maracaibo. A) Tomado de González de Juana et


al. (1980), Parnaud et al. (1995). B) Flanco Norandino. Tomado de González de Juana et al. (1980).

69
2.3.1. Paleozoico

En particular las secuencias depositadas durante el Paleozoico se han


identificado en diversas áreas tales como: el Escudo de Guayana, Los Andes de
Mérida, Cuenca de Maracaibo y la Serranía de Perijá.

En el flanco meridional de Los Andes de Mérida, el Paleozoico Temprano está


constituido por limolitas fosilíferas de las formaciones Caparo y El Horno del
Ordovícico y Silúrico, respectivamente. El Paleozoico-Medio está representado por el
Grupo Río Cachirí en la Sierra de Perijá. Este grupo consiste de rocas sedimentarias
de plataforma marina ricas en faunas bénticas tales como braquiópodos y
pelecípodos. Estratigráficamente, el Paleozoico-Tardío en Los Andes de Mérida es
muy variable. La Formación Mucuchachí registra inundaciones marinas, la
Formación Sabaneta muestra un episodio de depositación continental, mientras que la
Formación Palmarito evidencia un evento marino al final de este período. En la Sierra
de Perijá, el Paleozoico-Tardío está representado por dos intervalos: uno inferior, que
incluye las formaciones Caño del Noroeste, Caño Indio y Río Palmar, las cuales se
consideran equivalentes a la Formación Sabaneta en Los Andes de Mérida; y otro
intervalo superior, más joven, que contiene la Formación Palmarito compuesta de
facies arenosas y calizas marinas de plataforma interna. En el Occidente de
Venezuela, ningún pozo ha penetrado este nivel estratigráfico (Parnaud et al., 1995).

Actualmente se conoce muy poco acerca del potencial petrolífero de la


secuencia paleozoica. Estudios han demostrado que la materia orgánica contenida en
muestras de la Formación Palmarito tiene un elevado grado de madurez, lo cual
impide una evaluación exacta de su verdadero potencial petrolífero original.

70
2.3.2. Mesozoico

El desarrollo evolutivo del Mesozoico es el resultado de una fase de rift


Jurásico atribuida a la fragmentación de Pangea y a la colisión entre las placas de
Sudamérica y Norteamérica. Ghosh et al. (1996), han definido tres megasecuencias
para el Mesozoico:

1. Rifting Jurásico asociado por un lado a la apertura del Océano Atlántico, y por el
otro, ligado a la tectónica extensional operante en un escenario de retroarco detrás
de la Cordillera Central de Colombia.

2. Cuenca de retroarco (back arc basin)/margen pasivo en el Cretácico Temprano


con un relleno de clásticos continentales limitados por las depresiones
preexistentes.

3. Cuenca de antepaís (foreland basin) en el Cretáceo-Tardío lo cual originó una


transgresión intermitente y la depositación de secuencias retrogradacionales.

Los diferentes “grabenes” que se suscitaron en la época jurásica fueron


rellenados por sedimentos continentales tipo “capas rojas” volcánicas de diversa
índole y eventualmente clásticos y calizas de invasiones marinas, existiendo
evidencia de ello en la Península de la Guajira (grupos Cojoro y Cocinas) y
Paraguaná (Formación Pueblo Nuevo), en la Formación La Quinta de Venezuela
Occidental e incluso en el subsuelo de la Cuenca Oriental de Venezuela (Formación
Ipire). La Figura 2.35 (A y B) muestran la sedimentación y la estratigrafía del
Mesozoico-Tardío.

71
A

B
Figura 2.35. Distribución de facies sedimentarias dominantes durante en Mesozoico-Tardío.
A) Distribución de facies sedimentarias del Cretáceo-Temprano al norte del Cratón de Guayana. B)
Distribución de facies sedimentarias dominantes durante el Cretáceo-Tardío. Tomado de Cuencas
Petrolíferas de Venezuela (2007).

72
2.3.2.1. Jurásico

En Perijá, el Jurásico está evidenciado por rocas del Grupo La Gé, la cual está
conformada por las formaciones Tinacoa, Macoíta y La Quinta. Estas formaciones
reflejan una sedimentación continental con aporte local de material volcánico (tal
como cenizas volcánicas). En Los Andes de Mérida, esta secuencia jurásica está
representada por la Formación La Quinta.

La Formación La Quinta en su parte basal está compuesta por capas tobáceas


vítreas de color violeta a rosado; la parte media consiste de una espesa secuencia de
limolitas verde-rojízas, areniscas interestratificadas con tobas, y localmente algunas
calizas. La sección superior consiste de limolitas, y areniscas rojas con estratificación
cruzada y rizaduras. Las capas rojas de La Quinta fueron evidentemente depositadas
en un ambiente continental e indican claramente también, un origen fluvial y de
abanicos aluviales para los sedimentos en una cuenca molásica de rifting (Ghosh et
al., 1996).

De acuerdo con las interpretaciones de Parnaud et al. (1995), en el subsuelo


del Lago de Maracaibo, al Oeste de la alineación estructural Icotea, se observa un
semi-graben en las secciones sísmicas con una falla principal que buza hacia el Este.
En esta zona no se reconoce la base de la secuencia jurásica, pero su parte superior
está marcada por reflectores truncados. Los registros de pozos indican que esta
secuencia corresponde a la Formación La Quinta.

Debido a la aparente ausencia de rocas madres y malas características de


yacimiento, la secuencia jurásica tiene poco potencial petrolífero. En todo el
occidente no hay producción a partir de niveles jurásicos.

73
2.3.2.2. Cretácico

Durante el período Cretáceo comienza en la Cuenca de Maracaibo una fuerte


transgresión marina, la cual se correlaciona con los grandes cambios eustáticos que
ocurrieron a nivel mundial (Cortis et al., 2001). Se identificaron tres grandes surcos
importantes: surco de Machiques, Uribante y Barquisimeto, presentando
sedimentación gruesa clástico-feldespática que se extiende en forma diacrónica y con
pequeño espesor sobre la plataforma: Formación Río Negro.

Barremiense

La transgresión comenzó con la sedimentación de la Formación Río Negro,


cuando factores como la subsidencia y el aporte de sedimentos condicionaron las
paleoprofundidades y el desarrollo de los ambientes. Durante este período los surcos
de Machiques y Uribante (áreas de mayor subsidencia que rodeaban a la Plataforma
de Maracaibo) recibieron grandes volúmenes de sedimentos fluviales
correspondientes a la Formación Río Negro (Ghosh et al., 1996).

Esta secuencia constituye la componente continental basal de la cuenca de


margen pasivo durante el Cretáceo, y aunque está ampliamente distribuida, su edad
no está bien definida; las evidencias disponibles sugieren una edad Neocomiense-
Aptiense (Ghosh et al., 1996).

La Formación Río Negro consiste de conglomerados oligomícticos y areniscas


que descansan discordantemente sobre formaciones más antiguas tales como la
Formación La Quinta y las asociaciones Mucuchachí/Tostosa. Los conglomerados de
Río Negro tienden a mostrar un carácter de afinamiento hacia el tope y pueden
terminar en lutitas impuras laminadas (Ghosh et al., 1996).

Aptiense-Albiense

La depositación continental de la Formación Río Negro culminó debido a la


transgresión marina que inundó la plataforma cratónica de Guayana (Parnaud et al.,
1995). A comienzos del Aptiense (Figura 2.36), las aguas marinas progresaron

74
cubriendo extensas áreas donde se desarrollaron ambientes marinos someros
representados por las calizas del Grupo Cogollo, subdividido éste en las formaciones
Apón, Lisure y Maraca (Parnaud et al., 1995).

MAR CARIBE

GO LFO DE VENEZUELA

MARACAIBO
IA
MB

BARQUISIMETO
LO
CO

10
Fm. APÓN

00
´
500´
0
BASE DE LA Fm. PEÑAS ALTAS

BARINAS
MÉRIDA

SAN
1 CRISTOBAL
00

APORTE DE
10

0
50
50 CLÁSTICOS

0 100 Km

ACTUAL POSICIÓN DE CARBONATOS Y LUTITAS DE LÍNEAS DE CONTORNO


500’
LAS NAPAS DE LARA PLATAFORMA INTERNA EN PIES
CLÁSTICOS CARBONATOS Y LUTITAS
PRÓXIMO-COSTEROS DE PLATAFORMA MEDIA

Figura 2.36. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Aptiense.


Tomado de Parnaud et al. (1995).

La región de la Guajira, Machiques y la plataforma de Maracaibo se


caracterizan por una facies de calizas que disminuye hacia el sur dando lugar a facies
arenosas en Los Andes, parte de la cuenca de Barinas y la depresión del Táchira,
donde el predominio de clásticos es notorio (Parnaud et al., 1995). El ambiente de
plataforma calcárea que se desarrolló durante el Aptiense-Albiense, sugiere que hubo
un balance entre la subsidencia y el aporte de sedimentos (Ghosh et al., 1989). Para el

75
Aptiense predominaron en el área los ambientes francamente marinos, en donde se
sedimentan calizas nodulares con intercalaciones de lutitas negras, pertenecientes a la
Formación Apón, la cual está subdividida en cuatro miembros: Tibú, Guáimaros,
Machiques y Piché (Parnaud et al., 1995).

Como continuación de la transgresión durante el Albiense, la parte sur de la


cuenca fue invadida por sedimentos detríticos correspondientes a la Formación
Aguardiente. La sedimentación clástica decrece progresivamente hacia el norte donde
la Formación Aguardiente (1600 pies en Táchira, 150 pies en el Arco de Mérida),
pasa a su equivalente lateral calcáreo y detrítico de la Formación Lisure (Figura 2.37).

MAR CARIBE

GO LFO DE VENEZUELA
IA

MARACAIBO
MB

00
10

?
LO

BARQUISIMETO
?
CO

Fm. LISURE
0
50

0
50

PARTE SUPERIOR
DE LA Fm. PEÑAS ALTAS
BARINAS
MÉRIDA
15 00
10
00

SAN
1 CRISTOBAL
0
0

50

Fm. AGUARDIENTE
50

0 100 km

ACTUAL POSICIÓN DE CARBO NATOS Y LUTITAS DE


LAS NAPAS DE LARA PLATAFORMA INTERNA A MEDIA
CLÁSTICOS LÍNEAS DE CONTORNO
500’
PRÓXIMO-COSTEROS EN PIES

Figura 2.37. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Albiense.


Tomado de Parnaud et al. (1995).

76
La Formación Lisure consiste en areniscas glauconíticas de grano medio a
fino, de color gris azulado a gris verdoso, calizas arenosas glauconíticas laminadas,
areniscas micáceas que alternan con lutitas arenoso-arcillosas de color gris azulado,
calizas glauconíticas y algunas calizas lutíticas (Parnaud et al. 1995). Según González
de Juana et al. (1980), la presencia de areniscas y glauconita es el principal elemento
que la diferencia del resto de las formaciones del Grupo Cogollo.

Durante el Albiense-Tardío, en todo el occidente de Venezuela se sedimentó


una caliza poco espesa, de ambiente marino y facies de aguas llanas correspondientes
a la Formación Maraca. El carácter más distintivo de esta formación lo constituyen
las calizas bioclásticas coquinoides macizas, con algunas intercalaciones de capas
delgadas de margas y lutitas de color gris y ocre claros (González de Juana et al.,
1980). También puede presentar ooides y granos cubiertos, y algunos granos
angulares de cuarzo, fosfato y pirita (Parnaud et al., 1995). Las calizas se asemejan a
la de los miembros Piché y Tibú de la Formación Apón (Parnaud et al., 1995).

Cenomaniense-Campaniense

El tope de la Formación Maraca marca el comienzo de una subsidencia


regional que se traduce en cambios litológicos resaltantes, como la sedimentación de
calizas negras, intercaladas con lutitas marinas de la Formación La Luna. Esta
formación representa ambientes más profundos, la cual según Zambrano et al. (1971),
ha sido ubicada dentro de la Provincia Pelágica, indicando a su vez el límite máximo
de la transgresión cretácea (Ghosh et al., 1989).

Luego de la sedimentación del Cretáceo Temprano, el alabeo de las “tierras de


antepaís” originó una transgresión intermitente durante el Cenomaniense Tardío-
Campaniense Temprano y la depositación de tres secuencias retrogradacionales
(Parnaud et al., 1995). Estas secuencias se presentan en la Sierra de Perijá y Lago de
Maracaibo como la Formación La Luna; en Los Andes de Mérida abarcan las
formaciones Capacho y La Luna; y en la cuenca de Barinas-Apure como las
formaciones Escandalosa y Navay (Figura 2.38).

77
MAR CARIBE

GO LFO DE VENEZUELA
CORO

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1
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15 500

0 100 km

ACTUAL POSICIÓN DE CARBONATOS Y LUTITAS DE PLATAFORMA


LAS NAPAS DE LARA EXTERNA A BATIAL SUPERIOR

CLÁSTICOS LÍNEAS DE CONTORNO


PRÓXIMO-COSTEROS 500’
EN PIES

CARBONATOS Y ARENISCAS DE
PLATAFORMA INTERNA A MEDIA

Figura 2.38. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Cenomaniense Tardío-


Campaniense Temprano. Tomado de Parnaud et al. (1995).

La Formación La Luna consiste típicamente de calizas y lutitas calcáreas


fétidas, con abundante materia orgánica laminada y finamente dispersa, delgadamente
estratificadas y laminadas densas de color gris oscuro a negro; la ftanita negra es
frecuente en forma de vetas, nódulos y capas delgadas; las concreciones elipsoidales a
discoidales de 10 a 80 centímetros de diámetro, son características típicas de la
formación, que permiten reconocerla en cualquier afloramiento (Parnaud et al., 1995).
Muchas de las concreciones tienen amonites y otros macrofósiles en su interior

78
(Parnaud et al., 1995). En el contacto La Luna-Colón, por debajo de las lutitas
características de la Formación Colón, se presenta una extensa zona glauconítica y
fosfática (Miembro Tres Esquinas), que localmente infrayace a una caliza fosilífera
(Miembro Socuy de la Formación Colón) (Parnaud et al., 1995).

El Miembro Tres Esquinas constituye una secuencia condensada típica, cuya


paleobatimetría pudo haber estado entre 300 y 500 m según De Romero y Galea
(1995). De Romero y Galea (1995) también han sugerido que Tres Esquinas consiste
en realidad de múltiples MFS (Maximum Flooding Surfaces, o Superficies de
Máxima Inundación) y mencionan un hiatus de unos 8 Ma entre esta capa y la
suprayacente Formación Colón.

Patrones de engrosamiento muy diferentes de la Formación La Luna


(Cenomaniense a Campaniense) y de las formaciones Colón-Mito Juan sugieren una
tendencia diacrónica (Coniaciense-Tardío a Campanéense-Tardío) en la edad del
tope de la Formación La Luna que se hace más joven hacia el Occidente de la cuenca
(Cooney y Lorente, 1997). Este hiatus entre el tope de la Formación La Luna y la
base de Colón-Mito Juan, varía entre 13 Ma hacia el este y menos de 1 Ma en el
Oeste. Este hiatus podría estar, al menos parcialmente, controlado por el Arco de
Mérida sometido a un proceso de rejuvenecimiento a partir del Coniaciense Tardío
(Cooney y Lorente, 1997). Particularmente, para el Santoniense parece haber habido
un período significativo de estructuración, levantamiento y no depositación o erosión
local, que podría estar relacionado a un período de obducción del arco de islas del
Pacífico (Terreno Amaime) en la Placa Caribe original, sobre la Placa de Suramérica
(Cooney y Lorente, 1997).

Campaniense Tardio-Maestrichtiense

En el Cretáceo Tardío, la evolución tectónica estuvo marcada por la fase de


colisión entre el arco volcánico del Pacífico y la Placa de Suramérica. Esta colisión
transformó el margen pasivo en un cinturón activo, creando una cuenca de antepaís
acompañada de una antefosa al oeste (Perijá) y un alto en el área de Barinas. No

79
obstante hacia el norte y noreste, se mantuvo el carácter de margen pasivo hasta el
emplazamiento de las napas y el frente de corrimiento de Lara (Cooney y Lorente,
1997).

Esta historia indica un cierre tipo tijera para el margen pasivo durante el
Cretáceo Tardío y Paleoceno Temprano. Esta transición se caracterizó por una gran
regresión que comenzó en la parte temprana del Cretáceo-Tardío. Simultáneamente,
al oeste, la colisión del arco volcánico del Pacífico formó una antefosa dentro de la
cual se depositaron las facies lutíticas de la Formación Colón (Parnaud et al., 1995)
(Figura 2.39).

MAR CARIBE

GOLFO DE VENEZUELA
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MARACAIBO

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ACTUAL POSICIÓN DE LUTITAS DE PLATAFORMA EXTERNA


LAS NAPAS DE LARA Y ESCASAS ARENISCAS

CLÁSTICOS DE PLATAFORMA LÍNEAS DE CONTORNO


500’
INTERNA A MEDIA EN PIES

Figura 2.39. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Campaniense Tardio-


Maestrichtiense. Tomado de Parnaud et al. (1995).

80
Durante este momento de la historia geológica ocurre un período de
sedimentación reducido el cual está representado en el área por las capas
glauconíticas del Miembro Socuy de la Formación Colón, las cuales comienzan a ser
cubiertas por las lutitas marinas de la Formación Colón que se extienden sobre la
mayor parte del Occidente de Venezuela. La sedimentación de la Formación Colón
fue rellenando la cuenca hasta el Maestrichtiense Tardío donde comienzan a aparecer
los intervalos arenosos de la Formación Mito Juan (Parnaud et al., 1995).

Con la finalización del ciclo de subsidencia uniforme de la cuenca y las facies


de mar abierto (lutitas) de la Formación Colón, se cumple el ciclo de relleno final de
la misma (González de Juana et al., 1980). Por lo general, las unidades lutíticas de la
Formación Colón son interpretadas como estratos transgresivos y la estratigrafía más
arenosa de la Formación Mito Juan como un sistema progradacional de nivel alto
(Parnaud et al., 1995).

2.3.3. Cenozoico

Al final del Cretáceo, la antefosa de Perijá fue rellenada con los sedimentos de
nivel alto de la Formación Mito Juan, cuya fuente de aportes se encontraba hacia el
Oeste. Las capas superiores de esta unidad se encuentran erosionadas, sugiriendo una
pulsación tectónica en el área de Perijá a fines del Cretáceo. Este evento lo asocian
con la acreción de terrenos exóticos en el margen Pacífico y a una reactivación de
elementos tales como el Arco de Mérida (Cooney y Lorente, 1997).

2.3.3.1. Paleoceno

Durante el Paleoceno se individualizan tres provincias sedimentarias


diferentes (Figura 2.40), alineadas en sentido SO-NE (Parnaud et al., 1995):

¾ Una Provincia Deltaica al SO (Perijá, distritos Colón y Catatumbo, y Táchira). La


sedimentación en esta provincia corresponde al Grupo Orocué y la Formación
Marcelina. El Grupo Orocué se halla representado por las formaciones
Catatumbo, Barco y Los Cuervos, compuesta por una secuencia alterna de lutitas

81
carbonosas, areniscas, capas de carbón y limolitas. La Formación Marcelina por
su parte, representa un ambiente sedimentario de tipo paludal, originado por el
avance deltaico del Paleoceno sobre los ambientes de plataforma de la Formación
Guasare; la litología más representativa de esta formación la constituyen la
intercalación de areniscas, lutitas, lutitas arenosas y capas de carbón (Pinto,
1991).

MAR CARIBE

GO LFO DE
VENEZUELA
CORO
ANTEFOSA

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MARACAIBO
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CLASTICOS
0 100 km

ACTUAL POSICIO N DE CARBONATOS Y LUTITAS DE


LAS NAPAS DE LARA PLATAFORMA INTERNA A EXTERNA
CLASTICO S CONTINEN- SEDIMENTOS BATIALES CON
TALES A DELTAICOS TURBIDITAS, LUTITAS Y ES CASAS
ARE NISCAS
500’ LINEAS DE CONTORNO
EN PIE S

Figura 2.40. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Maestrichtiense Tardío-


Paleoceno Temprano. Tomado de Parnaud et al. (1995).

82
¾ Una Provincia de Plataforma en la región del actual Lago de Maracaibo, donde la
sedimentación está representada por la Formación Guasare de ambiente marino
nerítico, el cual estuvo sujeto a influencias de tipo deltaico, especialmente hacia el
Suroeste, donde se observa la interdigitación de la típica litología de Guasare con
los sedimentos del Grupo Orocué. Su litología consiste principalmente en lutitas
gris oscuro, arenosas, macizas o laminadas, areniscas calcáreas y glauconíticas,
limolitas y arcilitas, y en menor proporción caliza arenosa gris y algunas capas
muy delgadas de carbón; esta litología es representativa de la transición lateral, a
los sedimentos deltaicos del Grupo Orocué (González de Juana et al., 1980).

¾ Una Provincia Foredeep (Fosa): localizada al Este-Noreste del Lago en la cual la


sedimentación está representada por la Formación Trujillo, típica de turbiditas y
sedimentos batiales reflejando ambientes más profundos; dicha unidad está
compuesta por interestratificaciones de areniscas y lutitas limolíticas oscuras
(González de Juana et al., 1980).

Posterior al Paleoceno, ocurre un levantamiento suave y las formaciones


paleocenas, especialmente en el Lago de Maracaibo, se erosionan parcialmente
(González de Juana, et al., 1980).

Hacia el Paleoceno-Tardío se inicia el emplazamiento de las napas de Lara al


Norte de la cuenca de Maracaibo. Estas avanzaron paulatinamente hacia el Este,
dando como resultado la formación de nuevas cuencas de antepaís. El reflejo de esta
deformación flexural es una serie de ciclos transgresivos y regresivos de edad Eoceno
(Pinto, 1991).

2.3.3.2. Eoceno

En líneas generales se puede decir que se conservan las tres provincias de


facies descritas en el Paleoceno (González de Juana, et al., 1980)..

En este sentido, durante el Eoceno-Temprano continúa la regresión del


Paleoceno, y comienza a formarse un gran sistema deltaico en la cuenca (Parnaud et

83
al., 1995).. La sedimentación durante este ciclo es predominantemente fluvial hacia el
Suroeste, depositándose la Formación Mirador caracterizada por espolones aluviales,
canales entrelazados y zonas lagunares (Parnaud et al., 1995).. La ausencia en/o cerca
del tope de Mirador, de conjuntos de polen representativos del Eoceno Medio
establecidas en el Lago de Maracaibo, indica un período de condiciones estables de
planicie fluvial, y erosión intensa o ausencia de sedimentación perdurable en el tope
de la Formación Mirador hasta depositarse las capas transgresivas de las formaciones
Carbonera-La Sierra (Parnaud et al., 1995). Según González de Juana et al. (1980), la
formación se caracteriza por areniscas blancas de grano fino a medio con capas
delgadas de gránulos o guijarros de cuarzo; toda la sección presenta material
carbonáceo, observándose algunas intercalaciones de lutitas en su tercio superior
(Figura 2.41).

MAR CARIBE

GO LFO DE
VENEZUELA
CORO
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APORTE DE
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CLÁSTICO S
0 100 km

ACTUAL POSICIO N DE ARE NISCAS Y LUTITAS DE


LAS NAPAS DE LARA PLATAFORMA INTERNA A EXTERNA
CLASTICO S CONTINEN- SEDIMENTOS BATIALES CON
TALES A DELTAICOS TURBIDITAS, LUTITAS, Y ESCASAS
LINEAS DE CONTORNO ARE NISCAS
500’
EN PIE S

Figura 2.41. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Paleoceno Temprano-Eoceno.


Tomado de Parnaud et al. (1995).

84
Hacia el centro y noreste de la cuenca, los ambientes pasan transicionalmente
a un plano deltaico donde se desarrollan los canales distributarios, barras de
desembocaduras, bahías, depósitos de frentes deltaicos y prodelta de la Formación
Misoa (Parnaud et al., 1995).

La Formación Misoa, tradicionalmente considerada como deltaica, ha sido


recientemente reinterpretada como marino somero principalmente (Parnaud et al.,
1995). El escenario depositacional para la Formación Misoa según las
reinterpretaciones de Higgs (1997), fue el de una plataforma con buzamiento al NE.
Higgs (1997), señala también que los depósitos de esa plataforma de Misoa deben
pasar al SO en un cinturón (diacrónico) de depósitos costeros solapados por debajo
del actual borde Suroccidental del Lago de Maracaibo.

Estos depósitos costeros más jóvenes en el SO son dominantemente más


arenosos, sugiriendo un cinturón costero de corrientes entrelazadas, o tal vez ríos
meandreantes con poca preservación de facies de desborde (overbank facies) debido
a la migración de las corrientes (Higgs, 1997). En los campos petrolíferos del
Lago, la secuencia de arenas y lutitas de la unidad, ha sido subdividida según
diversos esquemas informales por las empresas operadoras Higgs (1997). El más
aceptado, generalmente, es el de “Arenas B” (B-1 a B-9) y “Arenas C” (C-1 a C-7),
basado en las características de los registros eléctricos de los pozos Higgs (1997).
Las características de los sedimentos de la Formación Misoa, dependen de su
posición en la cuenca, del ambiente de sedimentación, de la distancia entre ellos y de
la fuente de los mismos. Hacia el noreste hay más lutitas y areniscas de grano fino,
mientras que hacia el Sur y Sureste el porcentaje de arena aumenta al 80 y 90% de la
sección, y los granos se hacen más gruesos Higgs (1997).

Para distinguir de una manera sencilla las “Arenas B” de las “Arenas C”


podemos seguir el esquema de (Maguregui, 1997). Según el autor, tres secuencias
estratigráficas se depositaron durante la sedimentación de la Formación Misoa en el
Eoceno Temprano y Medio en la Cuenca de Maracaibo:

85
¾ La secuencia estratigráfica más vieja fue depositada durante un fuerte ciclo
progradacional seguido por un ciclo retrogradacional y corresponde en el
subsuelo a las “Arenas C” (C-7 a C-1) del Eoceno-Temprano. En los perfiles
eléctricos se aprecian patrones tabulares (blocky motif) de bancos regionales de
arena y tendencias de sedimentación generalmente con afinamiento hacia el tope,
conteniendo pequeños sistemas de engrosamiento y afinamiento hacia el tope
interpretados como grandes parasecuencias de 3er. Orden (0.5 a 3 Ma) (Higgs,
1997).

¾ La secuencia estratigráfica intermedia fue depositada durante el pulso


progradacional más vigoroso de la Formación Misoa y alcanzó la presente Costa
Oriental del Lago de Maracaibo. Esta secuencia corresponde a la parte inferior de
las “Arenas B”, específicamente desde la subunidad B-9 en la base, a la
subunidad B-6 en el tope. La respuesta que prevalece en los perfiles eléctricos
para esta secuencia es la de un engrosamiento hacia el tope entre B-9 y B-7, y a
nivel de B-6 un patrón tabular pertenecientes a bancos de arenas (Maguregui,
1997; Higgs, 1997).

¾ La secuencia estratigráfica superior fue también dominantemente progradacional.


Esta secuencia abarca desde B-5 hasta B-1 con una tendencia general de
engrosamiento hacia el tope, con sistemas subordinados de afinamiento y
engrosamiento más pequeños (Maguregui, 1997; Higgs, 1997).

La reinterpretación de la Formación Misoa como depósitos de plataforma


dominados por marea ha tenido importantes implicaciones en la exploración y
producción de hidrocarburos ya que permite predecir mejor la geometría de los
yacimientos y hace factible una mejor visualización acerca de la distribución de las
arenas en el tiempo y en el espacio. Hacia el Eoceno Medio-Tardío comienza un ciclo
transgresivo evidenciado por una gruesa sección lutítica de carácter marino que se
depositó en aguas limpias y profundas, de talud superior y medio que representa a la
Formación Paují, la cual se encuentra mejor preservada en el Flanco Norandino que

86
en el centro del Lago donde fue removido por la erosión (Ghosh et al., 1989) (Figura
2.42). La sedimentación de Paují constituye una transgresión marina desde el este-
noreste, solapando sobre la Formación Misoa.

MAR CARIBE

GO LFO DE
VENEZUELA CORO
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MARACAIBO
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APORTE DE
CLÁSTICOS
Fm. GOBERNADOR

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0 100 Km APORTE DE
CLÁSTICOS

ACTUAL POSICIO N DE LUTITAS DE P LATAFORMA


LAS NAPAS DE LARA INTERNA A BATIALES
ARE NISCAS Y LUTITAS
DE PLATAFORMA 500’ LINEAS DE CONTORNO
INTERNA A EX TERNA EN PIE S

Figura 2.42. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Eoceno Medio.


Tomado de Parnaud et al. (1995).

Según los estudios realizados por Ghosh et al. (1996) se identificaron cinco
Sequence Boundary (SB) en el Eoceno de la cuenca del Lago de Maracaibo: SB 54-
51,5 Ma, SB 51,5-49,5 Ma, SB 49,5-44 Ma, SB 44-42,5 Ma y SB 42,5-39,5 Ma. Esta
información fue basada en datos sedimentológicos, bioestratigraficos y sísmicos. Las
secuencias mencionadas son descritas a continuación (Ghosh et al., 1996):

87
Secuencia SB: 54-51.5 Ma.

El paleoambiente descrito en esta sección se refiere a la parte inicial de un


sistema Transgressive System Track (TST) del periodo 54-51,5 Ma y abarca la
sedimentación de bajo nivel y transgresiva, tal como lo muestra la Figura 2.43. La
orientación de las franjas paleoambientales va desde el plano aluvial en el extremo
suroeste, pasando sucesivamente al noreste por ambientes plano costero deltaico,
plano costero deltaico bajo, nerítico y al paleoambiente batial en el extremo noreste.
En general, el porcentaje de arena disminuye al acercarse a los ambientes marinos.

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km
SB 54-51.5 Ma.

Figura 2.43. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 54-51,5 Ma (representativo de


TST 52,5 Ma). Modificado de Ghosh et al. (1996).

Dentro de la Formación Misoa las arenas siguen generalmente apiladas y


tabulares, algunos estudios como los de Rull (1993) indican ambientes de llanura
costera. Estas areniscas pueden representar barras marinas de origen de prisma de
bajo nivel (Low System Track: LST) y/o transgresivas (Ghosh et al., 1989). En el
área noroeste del lago el estilo de sedimentación cambia bruscamente de un lado a

88
otro de la falla de Boscán (Catlin y Stredel, 1994). Mientras la secuencia SB 54-51,5
en los pozos al oeste de la falla de Boscan (Catlin y Stredel, 1994) tienen un patrón de
tipo tabular, y la presencia de carbón o niveles carbonáceos, los pozos al este de la
falla suelen mostrar patrones con evidencias marinas (Barbeito et al., 1985; Catlin y
Stredel, 1994).

Secuencia SB 51,5-49,5 Ma

El paleoambiente definido a continuación se refiere a la fase inicial


(Transgressive System Track: TST) del periodo 51.5-49.5 Ma, la cual se encuentra
definida en la Figura 2.44, donde se identifica la distribución de facies sedimentarias
durante la mitad superior del Eoceno-Inferior. Las áreas positivas al sur y al oeste del
lago siguen existiendo. Igualmente el aporte principal de sedimentos desde el suroeste
continua durante este intervalo, evidenciado por el carácter tabular de los perfiles
eléctricos en los pozos a lo largo del eje principal (Ghosh et al., 1996).

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SB 51.5-49.5 Ma.

Figura 2.44. Mapa paleogeografico del Eoceno en el intervalo 51,5-49,5 Ma (TST 50,3 Ma).
Modificado de Ghosh et al. (1996).

89
El plano costero durante este tiempo se observa bastante ancho; el plano
costero deltaico bajo generalmente coincide con bajo porcentaje de arena (<< 40 %).
Solo en el area de Ceuta el plano costero inferior es muy arenoso, probablemente por
estar muy cerca de la fuente de sedimentos al Sur (alto de Mérida). En contraste, un
área que incluye parte de los Campos Urdaneta y Lagunillas, y parte del Bloque I,
esta caracterizada por ser muy lutitica (arena menos del 20 %), posiblemente un
estuario lodoso o una laguna (Ghosh et al., 1996).

Secuencia SB 49,5-44 Ma

Este paleoambiente se refiere a todo el periodo 49,5-44 Ma, basado


principalmente en la sedimentación del sistema transgresivo dado en la Figura 2.45.
El patrón paleoambiental luce similar a el del Eoceno inferior aunque se evidencia
mas los rasgos de una regresión fuerte. Las dos áreas positivas de El Palmar y Mérida
siguen presentes aunque su extensión precisa se desconoce debido a la erosión de
44 Ma y/o la posteocena (Ghosh et al., 1996).

En comparación con el intervalo inferior, las arenas tipo tabular están más
restringidas en este intervalo, estando presentes solo en el suroeste de la cuenca, hasta
los pozos SOL y SLC (Ghosh et al., 1996). En el resto de la cuenca, el patrón
dominante desde el ambiente costero-deltaico hasta el ambiente marino-nerítico, es de
gruesas secuencias granocrecientes con lutitas espesas en la base. Esto se debe al
hecho de que durante la face de transgresión (TST), la sedimentación de arenas
estuvo restringida a las áreas continentales al suroeste, alejadas de la costa: Suroeste
del Lago y en menor grado en el sur del lago (Ghosh et al., 1996). Durante el sistema
de alto nivel (High System Track: HST), posterior a la sedimentación de las areniscas
transgresivas se hace notorio el desarrollo de arenas tipo granodecreciente, indicando
sedimentación en ríos meandriformes en gran parte de lo que actualmente es el Lago
de Maracaibo.
La actividad tectónica tiene un efecto apreciable sobre la sedimentación
durante esta etapa. La propagación de sedimentos fluviodeltaicos-costeros sobre áreas
marinas de tiempos anteriores puede ser un efecto combinado de tectonismo

90
(levantamiento en el área fuente de los sedimentos), como una retirada del mar
(bajada eustática del nivel del mar, Vail et al., 1977; Haq et al., 1988; Abreu y
Anderson, 1998). El tectonismo probablemente estuvo relacionado con la face
compresiva del Eoceno-Medio (Ghosh et al., 1996). Estas secuencias de
engrosamiento al tope ilustra claramente la marcada progradación debido a la
regresión durante la parte inferior del Eoceno-Medio.

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SB 49.5-44 Ma.

Figura 2.45. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 49,5-44 Ma (TST 48 Ma).
Modificado de Ghosh et al. (1996).

Secuencia SB 44-42,5 Ma

El paleoambiente descrito a continuación se refiere a la face inicial del


periodo 44-42,5 Ma, y abarca la sedimentación del sistema de bajo nivel y
transgresivo, como lo muestra la Figura 2.46. La disposición de las franjas de
diferentes paleoambientes continua similar a la del resto del Eoceno. La zona de
marino nerítico ocurre más al este de la zona de plano costero bajo a marino
marginal. Los datos bioestratigráficos en numerosos pozos (Zambrano, 1995) validan

91
esta síntesis paleoambiental. El patrón de perfiles varía desde tabular en la base hasta
patrones más característicos de granos crecientes y decrecientes, generalmente con
abundantes intercalaciones lutíticas. La sedimentación ocurrió, en general, como
barras marinas, lutitas marinas plataformales y raras veces, como la parte superior de
estuarios, representados por arenas tabulares bien desarrolladas. Las frecuentes
secuencias con intercalaciones de lutitas pueden ser interpretadas como canales
submareales. Las menos frecuentes secuencias granocrecientes pueden representar
barras marinas de la fase progradante en un sistema encadenado de High System
Track (HST). La zona nerítica generalmente coincide con el área de la cuenca donde
la secuencia SB 44-42,5 tiene un contenido de arena de 20 a 40 % (Ghosh et al.,
1996).

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SB 44-42.5 Ma.

Figura 2.46. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 44-42,5 Ma (TST 43 Ma).
Tomado de Ghosh et al. (1996).

Es de suma importancia el significado de la arenisca basal de SB 44-42,5 Ma


ya que en el periodo de 44 Ma se produjo un levantamiento que causó una fuerte
regresión del mar, con un claro avance de facies hacia la cuenca y el aporte de

92
grandes cantidades de sedimentos. Los primeros sedimentos a depositarse por encima
de la discordancia SB-44 son areniscas extensas: B-6 y sus equivalentes laterales.
Este yacimiento B-6 marca el TST, y localmente pudiera ser el LST de la secuencia.
En B-6 se encuentran granos gruesos hasta en Zulia Oriental, lo que confirma el
desplazamiento hacia la cuenca de las facies. La mineralogia de B-6 es inmadura, lo
que indica que no hubo mucho retrabajo de las arenas C, sino mas bien hubo
levantamiento del área fuente (Ghosh et al., 1996).

Secuencia SB 42,5-39,5 Ma

Este paleoambiente se refiere a la face inicial (TST) del periodo 42,5-39,5,


cuando todavía había depositación de la Fm. Misoa en el área del Lago de Maracaibo.
La distribución actual de la Fm. Pauji, la cual es netamente marina, se observa en la
Figura 2.47.

Al igual que en los intervalos anteriores la disposición de las franjas


paleoambientales va desde el oeste hacia el este-noreste. El plano costero-deltaico y
el plano costero inferior están mejor representados en el área de García y Urdaneta
(Ghosh et al., 1996). Aquí se observan patrones de arenas tabulares en ambos
subambientes, aunque son más delgados en el plano costero inferior. En esta área se
puede interpretar ejes arenosos que van desde el oeste hacia el este.

Una franja angosta de paleoambiente marino costero pasa desde el noroeste


hacia el sureste, a lo largo de la costa oriental del lago. Toda esa zona desde Sibucara
(Mara-Maracaibo) hasta Duaras (Flanco Norandino) pertenece a esta franja
paleoambiental.

Toda el área al este de la costa oriental del Lago de Maracaibo pertenece a la


zona marina nerítica. Las secuencia de cuarto orden en el ambiente nerítico están
caracterizadas por cuerpos sedimentarios con patrones granocrecientes. Estos pueden
ser barras marinas. También existen canales submareales en la zona nerítica somera.

La secuencia SB 42,5-39,5 se caracteriza por la gradual transgresión del mar,


que causó un cambio de sedimentación en el este de la cuenca: de arenoso (fm.

93
Misoa) a lutítico (formaciones Pauji y Jarillal). Ambas formaciones lutiticas
representan sedimentación desde la plataforma marina hasta profundidades batiales
(Ghosh et al., 1996).

EROSIONADO
N

NE
RI
TI
CO
ER
O
SI
O
NA
DO C PL
DE OS AN
L TE O
BA TAI RO
DE PLA JO CO
CP LT NO
A
ST IC 0 100
ER O
O

km
SB 42.5-39.5 Ma.

Figura 2.47. Mapa paleogeográfico del Eoceno en el intervalo 42,5-39,5 Ma (TST 41,2 Ma).
Tomado de Ghosh et al. (1996).

Las Figuras 2.48 y 2.49 muestran un análisis de descripción de facies y


ambientes sedimentarios y la respuesta de parasecuencia realizada por Escalona,
(2003) y Van Wagoner et al. (1990) respectivamente para el Eoceno. El análisis de
facies observado en la Figura 2.48 se encuentra localizado en la región central de la
cuenca del Lago de Maracaibo, la cual se estudió con un pozo modelo donde se tiene
suficiente información de núcleo para desarrollar un adecuando análisis secuencial en
el Eoceno principalmente.

94
W12

Figura 2.48. Registros del pozo W12 (GR-yayos Gamma, ILD-inducción profunda y RHOB densidad) con descripción de facies y ambientes basados en el
analisis de núcleos de la derecha (B, C y D). B y C) Facies heteroliticas presentan las siguientes estructuras sedimentarias que indican la influencia de
mareas: laminaciones flaser, cobertura de arcilla y estratificación de cola de pescado o “herringbone”. D) Areniscas de grano fino a medio son
interpretadas como canales distributarios. Tomado de Escalona y Mann (2006b).

95
Figura 2.49. A) Respuesta de parasecuencias en registro de pozos. B) Patrones de apilamiento de grupos de parasecuencias y respuesta en registro de
pozos. Modificado de Van Wagoner et al. (1990).

96
2.3.3.3. Oligoceno

Los sedimentos oligocenos se caracterizan, en general, por haberse depositado


sobre formaciones previamente erosionadas. En las partes deprimidas de la
penillanura post-eocena se produce la sedimentación esporádica de la Formación
Icotea, la cual está compuesta por arenas y lutitas moteadas, principalmente de
ambiente no marino. Algunos autores atribuyen a la Formación Icotea un origen
eólico con sedimentación subsiguiente en pantanos y lagunas; el espesor de dicha
unidad es mayor en las áreas deprimidas, siendo más delgado o ausente en las zonas
elevadas de la superficie erosional pre-Miocena. Hacia el oeste y el sur se depositan
las formaciones La Sierra (areniscas) y León (lutitas).

2.3.3.4. Mioceno

Durante el Mioceno-Medio un tectonismo compresional a gran escala provocó


el mayor levantamiento del Macizo de Santander, Sierra de Perijá y la Cordillera de
Los Andes (Audemard, 2001). La Orogénesis de Los Andes de Mérida culminó en el
Plio-Pleistoceno (Figura 2.50). Este evento de formación de montañas y la
consecuente deformación de las zonas en vías de levantamiento originó la separación
o aislamiento de las cuencas de Maracaibo y Barinas-Apure. La historia tectónica
durante este período está registrada en varias discordancias halladas en los
contrafuertes de Los Andes septentrionales y meridionales (Parnaud et al., 1995).

El levantamiento fue rápido y estuvo acompañado por sedimentación molásica


a lo largo del margen norte y sur de la Cordillera Andina. En la Cuenca de Maracaibo
persistió la sedimentación marina, pero su paleogeografía cambió gradualmente a
continental ya que los ambientes marinos migraron hacia el norte (Parnaud et al.,
1995). En la Cuenca de Maracaibo comenzó una nueva fase transgresiva durante el
Mioceno Medio lo que origina la sedimentación de la Formación La Rosa, la cual
representa un marcador marino que puede extenderse en toda la cuenca (Ghosh et al.,
1989), aunque no se tiene suficiente evidencia al Sur de la misma. La transgresión es
seguida por progradación regresiva y contracción de la influencia marina,
sedimentándose la Formación Lagunillas (Ghosh et al., 1989). En términos generales,

97
la Formación Lagunillas consiste en areniscas poco consolidadas, arcillas, lutitas y
algunos lignitos. Las características individuales de los miembros reflejan el cambio
de ambiente marino somero, a deltáico y fluvial (Ghosh et al., 1989).

El marco geológico durante la sedimentación de la Formación La Rosa


corresponde a una cuenca baja rodeada al este, oeste y sur por un relieve más alto. El
tiempo de la Formación La Rosa fue aquel para la transición de la cuenca; al
comienzo, una superficie erosionada e inclinada (Formación Misoa), con algunos
restos de sedimentos de edad Oligoceno (Formación Icotea) comenzó a cubrirse con
lutitas y arenas continentales, los cuales llegaron a convertirse en Basal La Rosa
(Miembro Santa Bárbara) (Parnaud et al., 1995).

PLIOCENO
Fm. LA PUERTA
EOCENO
AFLORANDO
O
DI
AR
. I NO T

A
TE
Fm CE
CO
O
IG
OL

MIOCENO
TEMPRANO
Fm. LA ROSA
OLIGOCENOTEMPRANO
Fm. LEON
OLIGOCENOTARDIO
OLIGOCENO
TEMPRANO Fm. ICOTEA
O
CE DO
MIOCENO TEMPRANO
Fm. LEON
A N Fm. LA ROSA
E T RA
CR L O
MIOCENO MEDIO-TARDIO

AF
Fm. LAGUNILLAS
PLIOCENO
Fm. LA PUERTA

Figura 2.50. Mapa de las unidades que suprayacen a la discordancia posteocena.


Tomado de Pestman et al. (1996).

98
La arena Basal La Rosa constituye la parte más vieja de la Formación La Rosa
y había sido interpretada tradicionalmente como depósitos marinos, pero en realidad
representa la sedimentación durante un sistema encadenado de nivel bajo. En algunos
casos estas arenas están depositadas sobre arenas eocenas produciendo un efecto
coalescente. La Formación La Rosa, incluye hacia la parte media y superior la lutita
de La Rosa, una unidad depositada en un ambiente marino profundo como parte de un
evento transgresivo (Parnaud et al., 1995).

El equivalente en el Flanco Andino de estas dos formaciones (La Rosa y


Lagunillas) está representado por las formaciones Palmar e Isnotú, cuyas facies
regresivas son de abanicos aluviales, ríos entrelazados, abanicos fluviales y llanuras
de inundación señalando el tope del Terciario Tardío en el área (Parnaud et al., 1995).
Algunos autores atribuyen la sedimentación del tope de la Formación Palmar como
representativa de una molasa incipiente, estableciendo de esta manera un carácter
plenamente molásico para la Formación Isnotú y la suprayacente Formación
Betijoque.

2.3.3.5. Mioceno Tardío-Plioceno

Los sedimentos molásicos de la Formación Betijoque fueron depositados a lo


largo de la cadena andina (Parnaud et al., 1995). La zona central del Lago de
Maracaibo fue dominada por ambientes de agua dulce, reflejado en los depósitos de
las formaciones La Puerta y Los Ranchos (Figura 2.51). En la cuenca Barinas-Apure
contemporáneamente se depositaron las formaciones Parángula (molásica) y Río
Yuca (Parnaud et al., 1995).

La Formación La Puerta se caracteriza por arcillas moteadas, areniscas de


grano fino y arcillosas, subgrauvacas y en menor proporción se encuentran areniscas
en parte conglomeráticas y limolitas gris verdosas muy poco consolidadas (Parnaud et
al., 1995). En cuanto al paleoambiente los fósiles son escasos, excepto algunos
macrofósiles indicativos de aguas salobres, un nivel de restos de peces y
foraminíferos redepositados.

99
Por encima de los depósitos de La Puerta, se consigue discordantemente una
secuencia de sedimentos jóvenes de carácter no marino en las partes sur y central de
la Cuenca de Maracaibo correspondientes a la Formación Onia (Plioceno), la cual
consiste de base a tope de areniscas y limolitas abigarradas, gris verdoso, de grano
grueso a fino, arcillosas, micáceas y friables, localmente con capas calcáreas delgadas
de color amarillo (Parnaud et al., 1995).

MAR CARIBE

GO LFO DE VENEZUELA
INFLUE NCIA MARINA CORO

A
FALLA DE OC
I JÁ
IA

MARACAIBO
ER
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Fm. LA VILLA
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Fm. RÍO YUCA

0 100 Km

ACTUAL POSICIO N DE ARE NISCAS Y LUTITAS


LAS NAPAS DE LARA LACUSTRINAS A S ALOBRES

DEPOCENTRO S LINEAS DE CONTORNO


500’
MOLASICOS EN PIE S

Figura 2.51. Paleogeografía de la secuencia depositacional durante el Mioceno Medio-Pleistoceno.


Tomado de Parnaud et al. (1995).

100
2.3.3.6. Pleistoceno

En contacto concordante y gradacional por encima de la Formación Onia se


encuentran los sedimentos de la Formación El Milagro, con facies de aguas dulces y
llanas, depositados a una distancia considerable del área fuente. Algunos autores
consideran que el ambiente de sedimentación de la Formación El Milagro es fluvio-
deltaico y lacustrino marginal depositados sobre un amplio plano costanero y de poco
relieve, y estuvieron expuestos a la meteorización y anegamiento por lo menos tres
veces durante el Cuaternario (González de Juana et al., 1980). Estas condiciones
facilitaron la acción eólica y algunas capas de la formación pueden representar dunas
(González de Juana et al., 1980).

La formación consiste de arenas friables muy micáceas, finas a gruesas, limos


micáceos interestratificados con arcillas arenosas, y lentes lateríticos bien
cementados. Hay dos capas de arcillas arenosas y limosas, con abundantes
fragmentos y troncos de madera silicificada. Estas capas cubren horizontes
caracterizados por abundantes nódulos de hierro y formación laterítica, que fueron
interpretados como paleosuelos. El paleosuelo superior separa la gruesa unidad
inferior de la sección arenosa, característica de la Formación El Milagro. El
paleosuelo inferior está desarrollado sobre el centro del arco, y separa la Formación
El Milagro de una unidad verdosa, posiblemente equivalente a la Formación Onia
(González de Juana et al., 1980).

101
2.4. Campos de esfuerzos al norte de Suramérica

El comportamiento geodinámico activo que corresponde a la tectónica de


Venezuela se encuentra relacionado con la interacción entre las placas del Caribe,
Suramérica y Nazca junto a la compleja geodinámica al norte de Colombia, la cual
incluye un numero considerable de bloques tectónicos o microplacas (Bell, 1972;
Malfait y Dinkelman, 1972; Jordan, 1975; Pindell y Dewey, 1982; Sykes et al., 1982;
Wadge y Burke, 1983; Eva et al., 1989; Freymueller et al., 1993; Kellogg y Vega,
1995; entre muchos otros). Esto puede ser representado en la Figura 2.52. Un amplio
consenso establece que la Placa del Caribe se mueve hacia el este, con relación a la
placa de Suramérica, pero no es un limite de placas transcurrente sencillo (Soulas,
1986; Beltrán, 1994) ya que es una zona de deformación transpresional (compresiva-
transcurrente) de mas de 100 km de ancho (Audemard, 1993, 1998; Singer y
Audemard, 1997). El movimiento relativo de estas placas se encuentra fuertemente
apoyado por los resultados de los últimos estudios de GPS (Freymueller et al., 1993;
Kaniuth et al., 1999; Weber et al., 2001a; Pérez et al., 2001; Trenkamp et al., 2002).

Los relieves importantes (la serranía de la Costa y el Interior, tanto en el


centro como en oriente) se encuentran asociados con estos límites de placas
septentrionales de orientación este-oeste (Pérez et al., 2001). Este cinturón de
deformación compresivo-transcurrente se extiende hacia el SO a lo largo de los
Andes de Mérida, donde ambos piedemontes y la cadena en si son acortados
transversalmente en dirección NO-SE, mientras que la falla de Boconó (ubicada
aproximadamente en posición axial en el centro de la cadena) acomoda el
movimiento transcurrente dextral (Audemard, 2003). La partición de las
deformaciones (o de los esfuerzos) tanto en los Andes venezolanos como en la
serranía del Interior nororiental fue propuesta por Rod (1956) y otros autores, mucho
antes que se definiera el concepto. De forma similar, este mecanismo ocurre en
Venezuela norcentral y nororiental, donde respectivamente el orógeno es acomodado
en dirección NNO-SSE, mientras las fallas de San Sebastián y El Pilar se desplazan
dextralmente (Soulas, 1986; Beltrán, 1994).

102
Figura 2.52. Geodinámica general simplificada del sur del Caribe. La región está sujeta a una tectónica
de bloque compleja. La descomposición del vector de convergencia a la subducción de Nazca puede
explicar el cambio del deslizamiento a lo largo del sistema de falla Romeral. Equivalencia de las siglas
utilizadas para los Bloques: Bonaire (BB), Choco (CB), Maracaibo (MTB), Norandina (NAB) y
Panamá (PB); Andes de Mérida (MA) y Indentor de Pamplona (PI). Algunas fallas mayores también
son reportadas: Algeciras (AF), Boconó (BF), El Pilar (EPF), Guaicaramo (GF), Romeral (RFS), Santa
Marta-Bucaramanga (SMBF), San Sebastián (SSF) y Oca-Ancon (OAF), y otras características, así:
Subducción de las Antillas (LAS), Canyon de Los Roques (LRC), Cinturón de Deformación al Norte
de Panamá (NPDB), y la deformación del Cinturon de Sur del Caribe (SCDB).
Tomado de Audemard et al. (2005).

Por otra parte, el cinturón de deformación activo venezolano (el cual


comprende los Andes y las serranías de La Costa Interior en el centro y oriente; y
podría hacerse extensivo al Anticlinorio de Falcón, aunque hoy en día es un accidente
subordinado dentro del proceso de deformación) pertenece a un tipo de orógenos de
distribución mundial caracterizados por la partición de deformaciones o esfuerzos,
tales como: Los Alpes de Nueva Zelanda (con la falla Alpina), Sumatra (con la Gran
Falla Sumatrana), Japón central-Isla de Honshu (con la Línea Tectónica Media-
Median Tectonic Line) y hasta inclusive los Andes meridionales de Suramérica (con

103
la falla de Atacama) (Audemard, 1993; 1997). El régimen compresivo-transcurrente a
lo largo de la totalidad del sector norte del país resulta de un vector de convergengia
oblicuo entre las placas Caribe y Suramericana de orientación ONO-ESE (N 75° O
según Minster y Jordan, 1978), responsable del mecanismo de partición de esfuerzo o
deformaciones imperante, donde la transcurrencia es acomodada por las fallas
mayores (Oca-Ancón, San Sebastián y El Pilar) y sus Riedels sintéticos (R: Urumaco,
Rio Seco, fallas NO-SE de la costa oriental falconiana, Rió Guárico, Tácata, Piritu,
San Mateo, Úrica y San Francisco, entre muchas otras fallas activas), mientras el
acortamiento transverso es distribuido entre las fallas inversas (cabalgamientos) de
los bordes sur de la Cordillera de la Costa (por ejemplo: Cantagallo) y de la Serranía
del Interior (Pirital, entre otros; en asociación con plegamiento bien desarrollado y
activo); así como en Falcón por un intenso plegamiento y fallamiento inverso de
dirección ENE-OSO (Audemard, 1993; 1997). El mapa de la Figura 2.53 muestra el
conjunto de fallas estructurales que gobierna principalmente la tectónica de
Venezuela.

Hacia el oeste de Venezuela, la frontera de placas alcanza unos 600 Km de


ancho y comprende un conjunto de bloques tectónicos que se acomodan y se
reajustan entre las placas más grandes (Caribe, Suramérica y Nazca; Figura 2.52),
entre los cuales el Bloque Triangular de Maracaibo resalta (Audemard, 2000). Este
bloque esta limitado por la falla sinestral de Santa Marta-Bucaramanga (SMBF) en
Colombia de orientación NNO-SSE y la falla dextral de Boconó (BF) en Venezuela
de dirección NE-SO y separado en el norte del Bloque de Bonaire por la falla dextral
de Oca-Ancón (OAF) de orientación este-oeste (Figura 2.52). Ambos bloques de
Maracaibo y Bonaire están siendo expulsados hacia el NNE con respecto a
Suramérica, induciendo que sobrecorran la placa del Caribe al norte de las Antillas
Holandesas de sotavento (SAS), donde una joven subducción plana amagmática y de
polaridad sur se ha estado formando en los últimos 5 Ma (Audemard, 1993; 2000), a
la cual se asocia un prisma de acreción denominado cinturón de deformación sur
caribeño.

104
Figura 2.53. Mapa del fallamiento estructural de Venezuela en el Cuaternario. Tomado de Audemard et al. (2005).

105
La extrusión de estos bloques estructurales (Maracaibo y Bonaire) se
encuentran íntimamente relacionados a la colisión del arco de Panamá contra la
fachada pacífica del noroeste de Suramérica y su posterior suturación (Audemard,
1993; 1998; Figura 2.52). El escape de ambos Bloques hacia el NNE con respecto a
las placas contiguas ha sido confirmado recientemente por estudios de cinematica de
placas por GPS (Freymueller et al., 1993; Kellogg y Vega, 1995; Kaniuth et al.,
1999). Este proceso adiciona convergencia a la convergencia de las Américas, a nivel
del cinturón de deformación sur caribeño, al norte de las Antillas Holandesas de
sotavento (Audemard, 2003).

La tectónica activa en Venezuela continental, la cual resulta de la partición de


los esfuerzos, se encuentra caracterizada bajo los siguientes aspectos transcurrentes
(Audemard, 2003):

a) La deformación neotectónica no se reparte en forma homogénea en todo el


territorio nacional, sino que se organiza en franjas, donde se concentran los
desplazamientos. El cinturón principal del fallamiento transcurrente y plegamiento
corresponde ampliamente a los sistemas montañosos mayores (Andes, serranías de la
Costa e Interior centrales y orientales). Igualmente, hay otras zonas móviles
secundarias: las serranías de Falcón con el sistema E-O dextral de Oca-Ancón, franja
NO-SE del oriente de Falcón con pliegues y fallas inversas asociadas al fallamiento
transcurrente y franja NO-SE del Cañón de Los Roques, cuyas fallas presentan una
componente vertical del tipo normal.

b) La zona de mayor movilidad, donde ocurren las principales deformaciones, la


constituyen el cinturón de unos 100 Km de ancho, desarrollados en los dos bloques
contiguos separados por los accidentes dextrales de primer orden de Boconó
(NE-SO), San Sebastián y El Pilar (ambos E-O). Desde la frontera con Colombia
hasta Trinidad, estos tres accidentes se concatenan para formar un sistema continuo
de mas de 1200 Km de largo, donde se concentra lo esencial del movimiento relativo
dextral entre Caribe y Suramérica o el Bloque Triangular de Maracaibo y Caribe,
constituyendo así el límite transcurrente principal dentro del cinturón de deformación.

106
De hecho este sistema tiene una velocidad promedio de 1 cm/a, cuando las demás
fallas superan escasamente 1 mm/a (Oca-Ancón, Valera, Burbusay, La Victoria
localmente), y por lo general tienen velocidades por debajo de este ultimo valor
(Audemard, 2000). Esta alta tasa de desplazamiento, asociada con la gran longitud del
sistema Boconó-San Sebastian-El Pilar, se traduce por una marcada actividad
sismica.

c) El sistema principal Boconó-San Sebastián-El Pilar presenta numerosas


complicaciones estructurales de escala kilométrica, en particular en transtensión
(cuencas “pull-apart” de San Juan de Lagunillas, Apartaderos, Cabudare, Cariaco;
entre otras), o en transpresión (Cerros de Caigüire, en Cumaná, y de Guarapiche;
ambos en el Estado Sucre y en asociación con la falla de El Pilar). El enfrentamiento
entre el Bloque Norandino y Suramérica es evidenciado por el movimiento
inverso-sinestral sufrido por las fallas este de Pamplona y de Morro Negro. La
terminación transtensiva de las Antillas menores debe adquirir un significado
transformante, o estar ligada a una estructura mas profunda de tales características
pero no aflorante, puesto que dos provincias sismotectónicas bien diferentes están
puestas en contacto, gruesamente alineada con la costa sur de Paria y del Delta del
Orinoco.

d) El Bloque Triangular de Maracaibo, delimitado por la falla sinestral de


Bucaramanga, y las dextrales de Boconó y Oca-Ancón, se caracteriza por estar en un
sector más oriental compartamentalizado en bloques de eje mayor norte sur a NE-SO,
los cuales están separados por fallas esencialmente sinestrales (con componentes
verticales secundarias inversas), tales como: Icotea, Valera, Burbusay, Hato Viejo,
entre otras. Esta estructuración mayor resulta de un mecanismo de estantería de libros
generada a consecuencia de la cizalla dextral introducida por las fallas de Boconó y
Oca-Ancón. Este caso particular es atípico puesto que ambas fallas no son paralelas
entre si; y mas bien presentan una relación angular de 45°, lo cual genera
deformaciones particulares; así como cambio de sentido de transcurrencia de algunas
fallas en el tiempo.

107
Por otra parte, el norte y oeste del país están fuertemente afectados por
accidentes compresivos, la cual se pueden recalcar los siguientes aspectos:

a) Los sistemas montañosos mayores (Andes, serranía de la Costa e Interior centrales


y orientales) están asociados al sistema de transcurrencia principal, los cuales
igualmente evidencian plegamiento, fallamiento inverso, levantamiento tectónico y/o
deformación dúctil a escala regional y cortical. De manera similar se muestra el
anticlinorio de Falcón, la Sierra de Perijá y las serranías de Trujillo, Ziruma y otras
menores internas al Triangulo Oca-Valera-Boconó, aunque no estén directamente
ligados a los efectos mayores de la transcurrencia (Audemard y Audemard, 2002).

b) Los Andes venezolanos, al igual que la serranía del Interior oriental, exhiben las
mejores evidencias superficiales de frentes inversos limítrofes activos: en ambos
flancos para los Andes (Soulas, 1985; Audemard, 1999) y en el frente inverso de
vergencia sur de la serranía del Interior (Singer et al., 1998). El anticlinorio de Falcón
muestra una configuración similar a esta ultima en Falcón central pero de vergencia
norte, acomodada por el corrimiento de Taima-Mina de Coro-Chuchure (Audemard,
1993; 1997; 2001).

c) El levantamiento de los orógenos se encuentra igualmente soportado por evidencia


morfologicas (basculamientos, incisión de la red de drenaje, levantamiento de
elementos planares costeros o aluviales, etc.; para los Andes referirse a Audemard,
2003, así como por la generación de depósitos molásicos correlativos. No obstante,
las evidencias más contundentes son extraídas de la interpretación de miles de
kilómetros de líneas sísmicas financiadas por la industria petrolera (Audemard y
Audemard, 2002).

108
2.4.1. Tensores de Esfuerzo en Venezuela

Audemard et al. (2005), desarrolló una integración de los tensores de


esfuerzos en el Cuaternario derivados de la recopilación de data geológica
(microtectónica) a escala regional. Todo esto con el fin de determinar la última y aún
activa fase tectónica. Esta integración solo incluye tensores de esfuerzos asociados a
rocas sedimentarias del Plio-Cuaternario. Los datos fueron presentados de dos
maneras diferentes pero de forma complementaria: 1) los tensores de esfuerzos se
caracterizaron numéricamente de acuerdo a dada zona (cada numeración especifica el
análisis de los tensores de esfuerzo (Audemard et al., 2005). Los aspectos relevantes
tales como la ubicación del análisis microtectonico, la interpretación del análisis, la
calidad de los datos, el tamaño del conjunto de datos, la edad de la deformación o de
la secuencia sedimentaria distribuida también fueron dados (Audemard et al., 2005);
y 2) los tensores de esfuerzo derivados de la data microtectónica, así como los datos
de pozos son mostrados en la Figuras 2.54, 2.55 y 2.56, las cuales representan cada
una de las regiones del país, comenzando desde la parte oeste y terminando en el
oriente.

Este análisis de los tensores de esfuerzo desarrollado por Audemard et al.


(2005) es de suma importancia para poder comprender el desarrollo del fallamiento
del area de estudio, bajo los diferentes estados tectónicos estructurales en el Neógeno-
Cuaternario.

Alguno de estos tensores derivados de la data de pozo en sitio (fracturamiento


hidráulico o breakouts) también son incorporados en el análisis realizado por
Audemard et al. (2005). De las Figura 2.54, 2.55 y 2.56 se puede extraer información
importante para los tensores de esfuerzo de manera regional en Venezuela:

1) El norte de Venezuela, la cual cubre la cuenca de Falcón, la costa central y este y


las serranías del Interior de oeste a este, está caracterizado por un tensor Plio-
Cuaternario de rango uniforme y de orientación constante a lo largo de estas áreas.
Las orientaciones predominantes de este tensor es NO-SE a NNO-SSE (145°-170°)
para el esfuerzo máximo horizontal (σmax) y una dirección NE-SO a ENE-OSO para

109
el esfuerzo horizontal mínimo (σmin). Por lo tanto, existe una buena consistencia entre
los tensores de esfuerzo a escala regional. Además, estos tensores derivados de la data
microtectónica y los datos de pozo también concuerdan bien entre ellos (Audemard et
al., 2005).

Figura 2.54. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Occidental de
Venezuela. Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y
descritas por Audemard et al. (2003) y modificadas por Audemard et al. (1999 a y b). Algunos pozos
están representados por elipses o breakouts (ejemplo: la letra A al NO de la Ciudad de Maracaibo es
analizada por Sánchez et al. (1999) donde el esfuerzo máximo es indicado por los ejes o una fractura
abierta a causa del fracturamiento hidráulico o ambas representaciones.
Modificado de Audemard et al. (2005).

110
Figura 2.55. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Central de Venezuela.
Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y descritas por
Audemard et al. (2005) y modificadas por Audemard et al. (1999b).
Modificado de Audemard et al. (2005).

111
Figura 2.56. Mapa de los tensores de esfuerzo del Plio-Cuaternario de la región Oriental de Venezuela.
Cada una de las zonas numeradas con la dirección de los esfuerzos están recopiladas y descritas por
Audemard et al. (2003) y modificadas por Audemard et al. (1999b). Algunos pozos están representadas
por elipses o breakouts (ejemplo: letra B, C y D, la data obtenida en B y C esta dada por Muñoz,
(2002) y en D por Willson et al. (1999) donde el esfuerzo máximo es indicado por los ejes o una
fractura abierta a causa del fracturamiento hidráulico o ambas representaciones.
Modificado de Audemard et al. (2005).

112
Estos tensores de esfuerzos derivados geológicamente caracterizan un régimen
transcurrente (esfuerzo intermedio en posición vertical). Donde el método de
Etchecopar et al. (1981) fue aplicado, tal como en la región de Falcón, el régimen de
esfuerzo puede ser constituido de la mejor manera y es del tipo transcurrente
compresivo (Audemard, 1991a, 1993, 1997, 2001). Este tensor es altamente oblicuo a
la tendencia general este-oeste de las grandes fallas al norte de Venezuela (Oca-
Ancón, San Sebastian y El Pilar). Esta gran oblicuidad es responsable, en gran parte,
de las particiones existentes (transcurrencia lateral derecha a lo largo del tren de fallas
este-oeste y el acortamiento transversal NNO-SSE).

2) El tensor de esfuerzos calculado, ya sea por el método automatizado de Etchecopar


et al., (1981) o por el método diedro de Angelier y Mechler (1977), representan el
campo de esfuerzos para la cinemática actual de siete grandes familias de fallas
activas a lo largo de norte de Venezuela: a) fallas laterales derecha este-oeste, b)
fallas NO-SE con movimiento lateral derecho, sintética a las fallas este-oeste, c)
fallas normales NNO-SSE, d) fallas normales dextrales NO-SE a NNO-SSE a fallas
dextrales normales, e) fallas laterales izquierdas Norte-Sur a NNE-SSO, antitéticas a
las fallas este-oeste, f) fallas de cizalla laterales derecha ENE-OSO a este-oeste, y g)
fallas inversas ENE-OSO, paralela al eje plegado, el cual es también activo. La
configuración espacial de estas estructuras tectónicas frágiles indican que la región
está experimentando un régimen transpresional (compresión-transcurrente) que
cumple con el modelo de corte simple propuesto por Wilcox et al. (1973).

La configuración regional estructural está relacionada con la convergencia


ligeramente oblicua entre la placa del Caribe y Suramérica en el oeste con un casi
perfecto desgarre en el este de Venezuela con algunos sistemas de transtensión (Pérez
et al., 2001 y Weber et al., 2001 a y b), que son directamente responsable de la
tendencia dextral a lo largo del norte de Venezuela. En el noreste de Venezuela, la
aparente inconsistencia entre los vectores de deslizamiento derivados del GPS tanto
de Pérez et al., (2001) como de Weber et al., (2001a), parecen apoyar alguna

113
transtensión al norte de la falla de El Pilar, y los tensores de esfuerzos aquí
presentados, aparentemente sustenta una coherente transpresión a nivel regional.

c) σH en el norte de los Andes de Mérida (Estado Lara), cuando se acerca a la falla de


Boconó, tiende a adquirir una orientación este-oeste, el cual permite el
funcionamiento simultaneo notable de las fallas dextrales (ej: Boconó, Caparo, San
Simon), al igual que a lo largo de las fallas inversas tanto en los Andes de Mérida
como en las fallas sinestrales norte-sur (ej: Valera y Burbusay, entre muchas otras,
Fig. 2.53 y 2.54).

d) El campo de esfuerzo en el bloque de Maracaibo (MTB) y al sur de la falla de


Oca-Ancón pasa progresivamente en sentido anti-horario, de una tendencia NNO-
SSE en el norte (Beltrán y Giraldo, 1989) hacia una este-oeste al sur. El campo de
esfuerzo en esta región se asemeja a un abanico plegable con el vértice apuntando
hacia el SE (Audemard y Audemard, 2002). La orientación de este campo de esfuerzo
regional al oeste de Venezuela resulta de la superposición de las orientaciones de los
esfuerzos horizontales máximos de dos intraplacas cercanas (σH): aproximadamente
de este a oeste la tendencia del esfuerzo a través de la subducción tipo B de Nazca-
Suramérica a lo largo de la Costa del Pacífico de Colombia y la tendencia NNO-SSE
a través de la frontera sur del Caribe (Audemard, 2000; Figura 2.53). Por lo tanto, el
bloque de Maracaibo es al mismo tiempo acortado a lo largo de la dirección NO-SE
(expresado por el crecimiento vertical del bloque de Santa Marta y Perijá y la
cordillera de Mérida) y expulsado aproximadamente hacia el NNE (Audemard, 1993,
1998, 2000; Audemard y Audemard, 2002).

La Figura 2.57 resume la trayectoria del tensor de esfuerzo principal σH para


el norte de Suramérica como se ha comentado anteriormente. Nótese como a medida
que las líneas punteadas se acercan al bloque de Maracaibo comienzan a ubicarse con
una orientación NNO-SSE, la cual muestra la incidencia oblicua de un vector de
campo de esfuerzo máximo sobre la Cuenca de Maracaibo. Mientras que el esfuerzo
mínimo toma la dirección ENE-OSO. La incidencia de estos esfuerzos han hecho
posible también el movimiento de los bordes de placa. Esta tendencia provocó la

114
mayoría de las deformaciones de las estructuras encontradas en el área de estudio,
sobre todo desde el punto de vista transpresivo (Audemard et al., 2005).

Trayectoria de cercana al área de estudio

Figura 2.57. Trayectoria de los esfuerzos horizontales en el norte de Suramérica, basados en la data
neotectónica, indicadores cinemáticos de los planos de fallas y soluciones de los mecanismos focales
Audemrad, (2002). Leyenda: BF: Falla de Boconó, SAS: Subducción de las Antillas Sotavento, FOA:
Falla de Oca-Ancón, SFR: Sistema de Falla Romeral, FSMB: Falla de Santa Marta-Bucaramanga.
Modificado de Audemard (2002).

115
2.5. Tectónica formada por fallamiento transtensivo. Modelo de cuenca
Pull-Apart al sur del Bloque I

Escalona (2003) propone la formación de una cuenca en tracción


(“pull-apart”) al este de la Falla Lama-Icotea en el periodo Eoceno-Temprano y
posiblemente se extendió hasta el Eoceno Medio y Tardío, debido a la interacción de
la sedimentación del Eoceno Medio en la cuenca, que posteriormente fueron
removidos, como evidencia la discordancia del Eoceno. Esta area se encuentra
ubicada al Sur del Bloque I (área de estudio), específicamente en el área de
Lagomedio (Bloque X), la cual lo separa una distancia de 25 km aproximadamente
con respecto a nuestra área, por lo que es de interés tratarla para efectos de visualizar
con mayor detalle y entendimiento los eventos tectónicos involucrados en esta
interpretación y que están vinculados con algunas de estas áreas vecinas.

En la Figura 2.58 (A) se muestra un mapa estructural en tiempo de la


discordancia del Paleoceno donde se observa una depresión asimétrica (cuenca pull-
apart de Icotea), y una zona levantada elongada al norte y este de la sub-cuenca, la
cual se encuentran limitadas por fallas transcurrentes. En su interpretación, Escalona
(2003) observa tres familias de fallas en el área de la cuenca “pull-apart”, las cuales
describen su comportamiento y que son resaltadas por el mapa de atributos sísmicos
tipo “Edge Detection” (Detección de Limites) de la secuencia de fallamiento de la
discordancia del Paleoceno (Figura 2.58 B, Escalona, 2003):

• Fallas de rumbo NNE-SSO (Fallas de Icotea, A, B, C, D, E).


• Fallas de rumbo NE–SO, solo evidentes en el tope de las Calizas Cretácicas.
• Fallas de rumbo NO–SE (falla F).

El mapa de atributos sísmicos entre las Calizas Cretácicas y la discordancia


del Paleoceno refleja un espesor en tiempo constante, pero las áreas a lo largo de las
fallas de rumbo NO-SE muestran variaciones en el espesor. Esta observación sugiere
que la cuenca fue deformada durante el Paleoceno-Tardío por las fallas de rumbo
NE–SO (Escalona, 2003), las cuales probablemente fueron formadas durante la

116
extensión causada por la flexura del basamento debido a carga tectónica (Castillo,
2001).

Figura 2.58. A) Mapa isócrono del tope de la discordancia del Paleoceno. La depresión asimétrica y las
áreas levantadas pueden ser reconocidas en el mapa. B) Mapa de detección de límites (“Edge
Detection”) del tope de la secuencia de la discordancia del Paleoceno: dos familias de fallas son
observadas, NNE-SSO y NO-SE. C) Mapa isócrono de la secuencia C (Eoceno): Una secuencia espesa
de rocas sedimentarias de edad Eoceno forma el relleno de la depresión o sub-cuenca de Icotea
interpretada en la Figura 2.58A. Las rocas eocenas se adelgazan sobre las áreas levantadas, y en
general el espesor se incrementa hacia el NE. Tomado de Escalona (2003).

117
La configuración de la línea sísmica 3000 de dirección perpendicular al tren
de fallas Lama-Icotea y VLE-400 de la Figura 2.59 describe el comportamiento de
esta cuenca “pull-apart” para el Bloque X de la Unidad de Explotación Lagomedio.

O E

B
Falla VLE-400

Figura 2.59. A) Línea sísmica 3000 sin interpretar. B) Línea sísmica interpretada: 1) Modelo del
sistema de fallas de la cuenca “pull-apart” de Icotea limitada por la falla de Icotea y la falla VLE-400;
2) Reflexiones pre-cretácicas truncadas por la secuencia B; y 3) Deformación en la parte inferior de la
secuencia D. Modificado de Escalona (2003).

118
Se han propuesto varios periodos para la edad y sentido de desplazamiento de
la falla de Icotea. Lugo (1991) utilizó los datos sísmicos 2-D e interpretó la cuenca de
Icotea como una cuenca “pull-apart” formada por desplazamiento sinestral de la falla
Icotea y la falla E. En este estudio realizado por Escalona (2003) la cuenca pull-apart
de Icotea es limitada por las fallas de Icotea, la falla de Icotea al oeste y por la falla B
al este, tal como fue interpretada en las secciones sísmicas horizontales en tiempo. El
proceso que formó la sub-cuenca de Icotea en la parte central de la cuenca de
Maracaibo durante el Paleógeno fue el desplazamiento transcurrente sinestral de la
falla de rumbo NNE (fallas de Icotea, A, B, Escalona, 2003).

La compresión-transpresión causo inversión estructural en la cuenca, la cual


indujo el levantamiento y expulsión parcial hacia arriba de la misma (Cooper et al.,
1989). Se estima que existe una compresión oblicua que ayudó a la inversión, y es
dependiente del cambio de azimut de la componente principal del esfuerzo
compresional y de la dirección original de la cuenca en el tiempo (Lowell, 1995).

El desarrollo de algunas zonas levantadas dentro de la Cuenca de Maracaibo


está también relacionado al cambio gradual de transpresión a compresión producido
eventualmente por la migración de la convergencia desde el norte hacia el sureste.
Estos bloques estructurales que fueron levantados, se convirtieron en grandes zonas
positivas que fueron sujetas a erosión en las áreas alrededor de la cuenca “pull-apart”
y en zonas como las del Bloque I del Campo Lagomar.

La imagen de la Figura 2.60 muestra la depresión formada al este de la falla


Lama-Icotea colocándola como un “graben” para el Flanco Este y un “horst” para el
Oeste. Sin embargo, este sistema es observado al norte del Bloque I pero de manera
contraria; el Flanco Este representa un levantamiento estructural “horst” y el Flanco
Oeste un “graben”, induciendo que hubo una evidente inversión estructural, la cual
pudo haber estado influenciada por los planos de despegue de la falla VLE-400 y la
falla Lama-Icotea. La Figura 2.61 resume mediante dibujos ilustrativos las diferentes
etapas tectónicas y sedimentarias ocurridas en la cuenca “pull-apart”.

119
Figura 2.60. Rasgos estructurales más resaltantes de la zona central de la cuenca del Lago de Maracaibo. A) Línea sísmica regional E-O sin interpretar. B)
Línea sísmica interpretada mostrando los principales elementos estructurales y estratigráficos en el área del Lago de Maracaibo: 1) Plataforma estable
mixta carbonática-clástica de edad cretácico-paleocena; 2) Falla de Icotea; 3) Sub-cuenca de Icotea; 4) Falla de Pueblo Viejo; 5) Sub-cuenca parcialmente
invertida de Pueblo Viejo; 6) Falla invertida, transcurrencia oblicua y 7) Discordancia Eoceno Temprano-Medio. Tomado de Escalona (2003).

120
Eoceno- Eoceno Medio- Oligoceno-Mioceno Mioceno-Tardío
Presente
A. Tiempo Presente. El depocentro
Mioceno esta ubicado en el S-SO de la
cuenca. El Sinclinal de Maracaibo
tiene rumbo E-O (Castillo, 2001).

B. Oligoceno-Mioceno Temprano.
Temprano

Reactivación de las fallas de apertura


previamente reactivadas.
Convergencia E-O genera anticlinales
N-S durante el levantamiento de la
Sierra de Perijá.
C. Eoceno medio-tardío.
Discordancia. Termina el periodo de
Tardío

convergencia en la cuenca.
Levantamiento Bloque I

D. Eoceno Temprano. Reactivación


Temprano

de fallas normales de apertura en


transtensión. Formación de la
cuenca “pull-apart” y altos.

E. Paleoceno Tardío-Eoceno Temprano.


Flexura debido a carga tectónica del
Caribe sobre Suramérica. Depocentro
Paleoceno

clástico ubicado en el norte de la cuenca.

F. Margen pasivo Cretácico


Tardío-Paleoceno Temprano.

G. Cretácico-Temprano y Tardío.
Cretácic

Margen pasivo con la formación de


o

una plataforma mixta de carbonatos.

H. Apertura jurasica de
Jurasic

terrenos metamórficos con


o

rellenos de capas rojas.


Fallamiento normal.

Figura 2.61. Diagramas esquemáticos tridimensionales mostrando la evolución estructural y


estratigráfica de forma general del área central de la Cuenca de Maracaibo cercana a los eventos
tectónicos que se produjeron dentro del Bloque I Lagomar y que conforman el fallamiento que se ha
estudiado en esta área. Tomado y modificado de Escalona (2003).

121
2.5.1. Mecanismos de evolución de cuencas por transtensión

Las cuencas “pull-apart” son depresiones topográficas que se forman por la


relajación de las estructuras o fallas con cercanía a los sistemas de fallas transcurrente
del basamento. Los modelos tradicionales de cuencas “pull-apart” suelen mostrar una
depresión rombica desarrollada entre dos segmentos de fallas transcurrentes paralelas
verticales, también conocido como zonas principales de desplazamiento (Wu et al.,
2008). La cuenca está delimitada longitudinalmente por un sistema transversal de
fallas oblicuas extensionales, denominado ''cuenca lateral de fallas'' (basin sidewall
faults), que se enlazan con los limites principales del desplazamiento (ej: Burchfiel y
Stewart, 1966; Crowell, 1974; Mann et al., 1983; Christie-Blick y Biddle, 1985;
Woodcock y Fischer, 1986; Sylvester, 1988; Ben-Avraham y Zoback, 1992, Mann,
2007). El desplazamiento rápido según el rumbo de las fallas causa una subsidencia
también veloz, con lo que se desarrolla una fase inicial de fuerte profundización. En
cambio, la subsidencia tardía esta determinada por el efecto de la carga sedimentaria.

El movimiento relativo de los bloques de la corteza que participan en un


sistema “pull-apart” pueden estar asociados paralelamente a los límites de las zonas
de desplazamiento principal (transcurrencia pura) u oblicuos y divergentes a la dicha
zona (transtensional). Sin embargo, los modelos tradicionales de cuencas “pull-apart”
generalmente sólo toman en cuenta el caso del movimiento de transcurrencia pura (ej:
Crowell, 1974; Mann et al., 1983; Christie-Blick y Biddle, 1985). Garfunkel (1981)
propone que se producen cambios significativos cuando el límite transcurrente
continental del sistemas de fallas se abren con el movimiento transtensional. La
transtensión introduce una nueva área de superficie a través del estiramiento de los
bordes de placa, y un deslizamiento fraccionado de la falla dentro de la trancurrencia
y componentes transversales extensionales causando complejas cuencas “pull-apart”
desarrollando zonas con límites anchos. El modelado tridimensional elástico dado por
Ten Brink et al. (1996) muestra que una pequeña componente de 5° de transtensión
produce una zona de sudsidencia de 2 a 3 veces más ancha en la superficie comparada
con la transcurrencia pura.

122
Una cuenca “pull-apart” se desarrolla con desplazamiento transtensional en las
zonas de desplazamiento principal, las cuales son de gran importancia económica
porque puede contener yacimientos de hidrocarburos de gran magnitud (por ejemplo:
Campo Matzen, Cuenca de Viena; Fuchs y Hamilton, 2006), mineralización
significativa (ej: Escondida, Chile: Richards et al., 2001) y campos geotérmicos
(Campo Geotérmico de Coso, California; Monastero et al., 2005). Todos ellos
generalmente son zonas de intensa fracturación (ej: la Cuenca de Viena; Connolly y
Cosgrove, 1999), elevado flujo de calor (Cuenca de Bohai; Hu et al., 2001) y elevada
sismicidad (Mar de Mármara; Armijo et al, 2002). La Figura 2.62 muestra el tipo de
comportamiento de una cuenca “pull-apart” con transcurrencia pura (Figura 2.62A) y
movimiento transtensional (Figura 2.62B). El experimento de transtensión fue
diseñado según el esquema desarrollado en la Figura 2.63.

Figura 2.62. Características generales de una cuenca pull-apart con desplazamiento dextral.
A) Transcurencia pura con α = 0°. B) Movimiento transtensional 0° < α ≤ 45°.
Modificado de Wu et al. (2008).

123
Figura 2.63. Vista en planta de la geometría de la placa base utilizada en el experimento transtensional
de la cuenca pull-apart. Modificado de Wu et al. (2008).

Esta serie de mecanismos pudieron dar origen a los eventos de la cuenca


“pull-apart” estudiada por Escalona (2003) y que posiblemente condicionaron la
posterior tectónica de inversión de la cuenca, asociada al fallamiento transcurrente de
la falla Lama-Icotea en el Eoceno Tardío-Oligoceno, correspondiente al área norte del
Bloque I donde se encuentra el área de estudio.

La Figura 2.64 ilustra la secuencia y desarrollo que se observaron en el


experimento de transcurrencia pura utilizando fotografías y mapas isópacos de la
subsidencia, generados a partir del escaneado láser de las superficie del modelo y la
interpretación de fallas. Durante las fases iniciales de la formación de la cuenca “pull-
apart”, se observa a la izquierda un desplazamiento “en échelon” dextral de tipo
cizalla que se propaga por encima de la zona principal de deslizamiento. Esto dio
origen a la formación de fallas oblicuas extensionales que limitan la forma de
subsidencia (Wu et al., 2008).

124
Figura 2.64. Vista en planta de la evolución de una cuenca “pull-apart” con transcurrencia pura. El
modelo experimental ilustra: A) Fotografía del área en el lapso de tiempo en que se desarrolló el
experimento, B) Observación con laser de la subsidencia formada a medida que se produce el
movimiento. C) Fotografía de la cuenca al final del experimento. El color azul representa las zonas
más profundas. Modificado de Wu et al. (2008).

Una vez que se imprime rotación al sistema de fallas principales (sistema


transtensional), no solo se produce un sistema de fallas romboidales como en la
transcurrencia pura, sino también un fallamiento “en echelon” conformado por fallas
oblicuas extensionales, las cuales se caracterizan por tener un sistema más amplio
para la depositación de sedimentos, ya que la rotación produce mayor expansión entre

125
los bloques sometidos por dichas fallas extensionales. En la Figura 2.65 podemos
apreciar la evolución de una cuenca pull-apart por transtensión.

Figura 2.65. Vista en planta de la evolución de una cuenca “pull-apart” con movimiento de
transtensión, el modelo experimental ilustra: A) Fotografía del área en el lapso de tiempo en que se
desarrolló el experimento, B) Observación con laser de la subsidencia formada a medida que se
produce el movimiento. C) Fotografía de la cuenca al final del experimento. El color azul representa
las zonas más profundas. Modificado de Wu et al. (2008).

126
La partición de la deformación en estos sistemas de fallas (transtensión) es
caracterizada por los sistemas de deslizamiento oblicuo y pueden ser explicados a raíz
de la propagación hacia arriba de una falla en el basamento o zona de cizalla en
profundidad (Bowman et al., 2003). Bowman et al. (2003) también mostró que el
campo de esfuerzo estático por encima de una falla de transcurrencia pura en
profundidad es un simple esfuerzo de transcurrencia dentro del campo, mientras que
una falla de desplazamiento oblicuo en general, su propagación en profundidad es una
combinación de una zona de fallas normales discretas y un fallamiento inverso
transcurrente Wu et al. (2008). La Figura 2.66 muestra el efecto en 3D de un sistema
de cuencas “pull-apart” bajo un régimen de movimiento transtensivo basado en los
estudios realizados por Wu et al. (2008). La Figura 2.67 presenta el estado de
evolución y los sistemas de fallas asociados a la transtensión en una fase temprana y
avanzada del movimiento.

Figura 2.66. Geometría tridimensional de una fase inicial idealizada de una cuenca “pull-apart”
desarrollada con 5° de rotación (sistema transtensiónal) basa en los resultados del modelo.
Tomado de Wu et al. (2008).

127
Figura 2.67. Evolución 4D del fallamiento de un sistema de cuenca “pull-apart” transtensional.
A) Etapa temprana de la evolución de la cuenca formada entre planos de fallas sub-verticales “en
échelon”. B) Etapa avanzada de la evolución con suave y fuertes fallamientos de forma concava hacia
arriba y en echelon junto a la iniciación de nuevos planos de fallas. Fraccionamiento de la deformación
la cual provoca fallamiento extensional o transcurrente.
Tomado de Wu et al. (2008).

128
La reconstrucción total de cada una de las etapas de evolución de estos
sistemas de cuenca (transcurrencia pura y transtensional) en los modelos de cajas de
arena pueden ser observados en la Figura 2.68, la cual ilustra en la etapa de
transcurrencia pura una serie de secciones verticales para reconstruir la geometría
interna del modelo. Sobre la zona de desplazamiento principal del basamento se
presenta el desarrollo de un graben con un fallamiento simple formado por una
estructura en flor negativa constituidas por un conjunto de fallas sub-verticales con
buzamientos entre 65° y 90°. La ligera concavidad de estas fallas se encuentran
vinculadas longitudinalmente con esta zona de desplazamiento principal y el borde
dúctil de la cuña en profundidad (Wu et al., 2008). A lo largo de estas fallas se forma
un estrecho graben profundo conformado en sus alrededores por la asimetría de estas
fallas con buzamiento altos.

En el caso de cuencas “pull-apart” transtensionales también se forma una serie


de estructuras tipo graben que a diferencia de la secuencia con transcurrencia pura, se
forma otro graben por rotación de los bloques, la cual representa un sistema más
complejo de fallas cuando se imprime un movimiento lateral al sistema. Estas fallas
también presentan ángulos altos al igual que en la falla de transcurrencia pura.

Ambos modelos también son observados en forma tridimensional en la Figura


2.69, donde se muestra sus diferentes planos de fallas para cada caso y el buzamiento
de las mismas con las secciones longitudinales para diferentes posiciones del
experimento.
Por otra parte, las secciones transversales de la Figura 2.68 muestra también
los diferentes escenarios del desarrollo de la cuenca “pull-apart” mediante un efecto
transtensivo. En los márgenes de la cuenca, se forma un nuevo sistema de fallas sub-
verticales iniciadas en el centro del graben. El engrosamiento del estrato muestra la
cinemática de estas nuevas fallas. En el centro de la cuenca, las fallas fuertemente
inclinadas del sistema de desgarre transversal inician tanto un régimen antitético
como sintético dentro de los limites de la misma (Wu et al., 2008).

129
Figura 2.68. Visualización 3D de la reconstrucción del modelo de cuenca “pull-apart”. A) Modelo de
transcurrencia pura, y B) Modelo transtensional. La parte superior representa la secuencia pre-
cinemática. Tomado de Wu et al. (2008).

130
Figura 2.69. Visualización 3D de la arquitectura de fallas de los modelos desarrollados en cuenca
“pull-apart”. A) Transcurrencia pura. B) Transtensión. Tomado de Wu et al. (2008).

131
2.6. Tectónica formada por fallamiento transpresivo (compresional-
transcurrente). Modelos experimentales que pueden estar asociados al
fallamiento de la Cuenca de Maracaibo

Una de las notables características tectónicas de la corteza de la Tierra es la


presencia generalizada en su entorno de fallas transcurrentes de forma prominente y
geomorfológicamente rectas que son consecuencia del movimiento cinemático a gran
escala de las placas tectónicas alrededor de la Tierra (Wilson, 1965). Las fallas
transcurrentes se forman en limites de placas transformantes continental y oceanica;
en los bordes de una intraplaca continental como una respuesta de la colisión de la
misma (Cunningham y Mann, 2007). Estas fallas también pueden presentarse en
zonas de transferencia de fallas normales en los sistemas de rift y fallas de
cabalgamiento en cinturones plegable (Woodcock, 1986; Sylvester, 1988; Yeats et
al., 1997; Marshak et al., 2003). Este tipo de fallamiento también es muy común en la
subducción oblicua convergente donde la deformación intraplaca se encuentra
particionada en zonas de arco paralelo (arc-parallel) dentro de la región fuera del arco
(fore-arc) o dentro del arco (back-arc) (Beck, 1983; Jarrard, 1986; Sieh y
Natawidjaja, 2000).

Cuando las fallas transcurrentes se inician naturalmente con parámetros


experimentales, éstas normalmente consisten en fallas “en échelon” y segmentos
plegados (Cloos, 1928; Riedel, 1929; Tchalenko, 1970; Wilcox et al., 1973). Con el
incremento del desplazamiento lateral, independiente de su escala (Tchalenko, 1970),
segmentos de falla y las áreas vinculadas a lo largo de la “zona de desplazamiento
principal”, estas pueden ser definidas alternando áreas de convergencia y divergencia
localizadas a lo largo de la longitud del sistema de falla transcurrente (Crowell, 1974;
Christie-Blick y Biddle, 1985; Gamond, 1987).

Las zonas transcurrente también se localizan en los bordes con deformación


transpresiva y transtensiva, por lo tanto, son caracterizadas por una deformación
oblicua que es en última instancia controlada por el movimiento de placas, actuando
de una u otra forma de manera simple, a lo largo de los limites intraplaca o actuando

132
a través de zonas más complejas como en los bordes de placas donde la deformación
de las fallas tienden a ser más corta, menos continua y más arqueada (Garfunkel,
1981; Mann et al., 1983; Bilham y Williams, 1985; Bilham y King, 1989). La Figura
2.70 muestra los diferentes estilos estructurales que pueden ser encontrados con los
sistemas de fallas transcurrentes asociados también a los eventos transpresivos y
compresivos.

Figura 2.70. Tectónica asociada a sistemas de fallas transcurrentes.


Tomado de Cunningham y Mann (2007).

La orientación del esfuerzo máximo horizontal (σHmax) en relación con el


límite de la zona de deformación, influirá fuertemente en el grado de transpresión o
transtensión dentro de la región de las fallas transcurrentes (Tikoff y Teyssier, 1994).
Estos esfuerzos que se encuentra orientados con alto ángulo a la zona de deformación
tenderá a desarrollar grandes desplazamientos, formando de esta manera grandes
elevaciones de las montañas (Karlik Tagh Range, China, Cunningham et al., 2003) o
grandes cuencas profundas. (Ej: Mar de Japón, Jolivet et al., 1994).

133
Cuando existen cambios en los movimientos de placa regionales, se conduce
también a cambios en la configuración de los campos de esfuerzos en el límite
transformante, la cual produce cambios fundamentales en el fallamiento en las zonas
de interacción. Los campos de esfuerzos pueden ocasionar fallamiento progresivo,
compartamentalización estructural e incremento en la interacción mecánica entre las
fallas del sistema (Müller y Aydin., 2004; Cunningham y Mann, 2007).

A continuación se citarán algunos autores, los cuales han hecho investigación


sobre los posibles eventos tectónicos que son encontrados bajo los efectos del
fallamiento transcurrente y que son producidos eventualmente por el movimiento de
las placas, todos ellos posiblemente relacionados al modelado estructural de la
Cuenca de Maracaibo y al área de estudio:

En los sistemas de fallamiento transcurrente se pueden producir zonas de


cillamiento de corte la cual inducen fallamiento interno del material, comúnmente
denominados “Zonas de Cizalla tipo Riedel” bajo los efectos de los movimientos
dextrales y sinestrales de las fallas principales. Estos eventos fueron observados y
estudiados por Katz et al. (2002) en algunos afloramientos. La Figura 2.71 muestra el
comportamiento destral y sinestral y las posibles fallas internas encontradas en la
roca, donde además se nota las direcciones de fallamiento tanto NE-SO como
NO-SE bajo los efectos transtensivos con presencia de la rotación de sistema. Katz et
al. (2002) observa que las estructuras bajo los efectos de cizallamiento son numerosas
en la naturaleza. Esto puede estar relacionado originalmente bajo los efectos de las
propiedades de la roca, estados de esfuerzos, temperatura o presión de poro durante
su desarrollo.

134
A B

Figura 2.71. Ejemplo de cizallamiento tipo Riedel para un sistema de falla transcurrente. A) Movimiento dextral y B) Movimiento sinestral.
Modificado de Katz et al. (2002).

135
Ustaszewski et al. (2003) han estudiado mediante modelos de cajas los
mecanismos de deformación que se producen también en un sistema de fallas
transcurrentes influenciado por movimientos de tensión y compresión, los cuales
pueden convertir a este sistema de fallas en transtensivos y compresivos. Estos
experimentos son de gran importancia ya que permiten observar los diferentes
procesos involucrados en la geodinámica y tectónica de la cuenca del Lago de
Maracaibo.

Las estructuras con fallamiento principal mostraron una inversión estructural


luego de constituir un graben y que posteriormente fueron reactivadas mediante
procesos transpresivos que dieron no solo la elevación de las estructuras sino también
la evolución y continuidad de fallas inversas dentro del sistema de las mini-cuencas
experimentales (Ustaszewski et al., 2003).

La Figura 2.72 muestra la evolución experimental de un sistema transtensional


con cajas rellenas de arcillas. El experimento esta diseñado para que pueda rotar la
base del basamento donde reposa el sedimento, la cual se le va proporcionando un
cierto ángulo a medida que se desarrolla el movimiento transcurrente. Se formaron
una serie de fallas normales con dirección semi-paralela al fallamiento principal
(Figura 2.72 A), las cuales son mostradas en cada uno de los cortes experimentales de
la Figura 2.72 B.

Una vez realizado el evento transtensivo, se implementó un nuevo esquema a


compresivo, transformado el sistema en uno con movimiento de transpresión. Esto
obligó a que la mayoría de las estructuras que se encontraban formando un graben
(por fallamiento normal), pasaran a ser estructuras invertidas asociadas al evento
compresional. Esto puede ser observado en la Figura 2.73 A y B.

136
A B

Figura 2.72. Modelo de caja de arena con sistema de movimiento transtensivo. A) Evolución del fallamiento visto en planta con el elipsoide de
deformación y la rotación de la base de aluminio que soporta el modelo. B) Secciones a lo largo de la trayectoria del tren de fallas del sistema transtensivo
observado en la sección vista en planta (parte A). Modificado de Ustaszewski et al. (2003).

137
A B

Figura 2.73. Modelo de caja de arena con sistema de movimiento de compresión (transpresivo). A) Evolución del fallamiento visto en planta con el
elipsoide de deformación y la rotación de la base de aluminio que soporta el modelo. B) Secciones a lo largo de la trayectoria del tren de fallas del sistema
transpresivo con la inversión de las estructuras observado en la sección vista en planta (parte A). Modificado de Ustaszewski et al. (2003).

138
Los modelos de McClay y Bonora, (2001) pueden considerarse un clásico
ejemplo ilustrativo de la formación de cuencas pull-apart, estructuras en flor
positivas, “pop-up” (Kramer et al., 2004; Nassima, 2005), anticlinales fallados
(formados por compresión), etc; todos ellos desarrollados mediante los eventos de
sistemas extensivos y compresivos, bajo los efectos del movimiento de fallas
transcurrente tanto dextrales como sinestrales.

El análisis e interpretación de estructuras complejas en forma tridimensional


(3D) en la superficie es uno de los estudios mas importantes en la exploración y
explotación de hidrocarburos a nivel mundial. Las imágenes sísmicas han ayudado
contundentemente al análisis del comportamiento de los eventos estructurales bajo los
efectos del movimiento de las fallas transcurrentes (Harding, 1990; Sylvester, 1988).
Los modelos análogos experimentales (cajas de arenas) han desarrollado técnicas
muy importantes para el entendimiento y manejo de la geometría, la cinemática de
estas estructuras complejas en 3D que forman cuencas sedimentarias (estructuras
extensionales: Withjack y Jamison, 1986; Serra y Nelson, 1989; McClay, 1990;
Withjack et al., 1990; Tron y Brun, 1991; Vendeville, 1991; McClay, 1995 a, b;
McClay y White, 1995; estructuras contraccionales: Lallemand et al., 1992; Calassou
et al., 1993; Malavieille et al., 1993; y estructuras transcurrentes: Naylor et al., 1986;
Mandl, 1988; Richard et al., 1989, 1991, 1995; Richard y Cobbold, 1990; Richard,
1991; Schreurs, 1994; McClay y Dooley, 1995; Dooley y McClay, 1997).

Los levantamientos (anticlinales o “pop-up”) producidos por movimientos


transpresionales son una parte integral de las zonas de fallas transcurrentes en
márgenes interplaca e intraplaca (Sylvester y Smith, 1976; Christie-Blick y Biddle,
1985; Harding et al., 1985; Lowell, 1985; Sylvester, 1988; Zolnai, 1991; Harding,
1974, 1990). Estos anticlinales se forman comúnmente en el plegamiento de las capas
en zonas de fallas transcurrentes con rampa de despegue formando estructuras en
“flor positivas” debido al movimiento transpresivo de estas estructuras principales
(Sylvester y Smith, 1987).

139
Las curvaturas (bends) y el salto (stepovers) en las zonas de desplazamiento
de los sistemas de fallas transcurrente generalmente producen otras zonas de
extensión (cuencas “pull-apart” o stepovers, Christie-Blick y Biddle, 1985), regiones
de compresión, levantamientos, o estructuras del tipo “pop-up” (incluyendo
estructuras en flor positiva). La Figura 2.74 muestra este tipo de estructuras
caracterizada por fallamiento transcurrente.

A B

Figura 2.74. Características generales de un sistema de fallas transcurrente con vista en planta. A)
Curvatura con subsidencia o levantamiento (arriba y abajo respectivamente). B) Relevo entre dos
sistemas de fallas produciendo una cuenca pull-apart. Modificado de McClay y Bonora (2001).

Las Figuras 2.75, 2.76, 2.77 y 2.78 muestran ejemplos de un sistema de fallas
transcurrente sinestral con sobrecorrimiento y compresión, formadas estas fallas en el
basamento. Se observa el levantamiento limitado por fallas inversas oblicuas. A
medida que avanza la deformación se forma finalmente un “pop-up” de forma
romboidal en la parte superior de cada uno de los experimentos.

140
B

30°

Figura 2.75. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresivo a 30°. A) Evolución cinemática cada 2 cm hasta finalmente llegar a
10 cm. Se observa la formación del anticlinal en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en cada una de las
zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el conjunto de fallas inversas que conforman el anticlinal. Modificado de
McClay y Bonora (2001).

141
B

90°

Figura 2.76. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresivo a 90°. A) Evolución cinemática cada 2 cm hasta finalmente llegar a
10 cm. Se observa la formación del anticlinal en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en cada una de las
zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el conjunto de fallas inversas que conforman el anticlinal.
Modificado de McClay y Bonora (2001).

142
B

150°

Figura 2.77. Modelo en cajas de arenas de fallas transcurrentes con relevo transpresico a 150°. A) Evolución cinemática cada 2 cm hata finalmente llegar a
10 cm. Se observa la formación del anticlinal en el centro del experimento compuesto de fallas inversas. B) Serie de cortes verticales en cada una de las
zonas deformadas del experimento donde se aprecia donde comienzan y finalizan el conjunto de fallas inversas que conforman el anticlinal.
Modificado de McClay y Bonora (2001).

143
B
A
1

3 1 2

Figura 2.78. Ejemplos de estructuras del tipo “pop-up” para un régimen de fallas transcurrentes. La fase romboidal es claramente definida tanto en las
secciones A1 y B1 donde el sistema interior de fallas define una zona de mayor elevación asociadas a fallas inversas.
Modificado de McClay y Bonora (2001).

144
2.7. Geología y estratigrafía del yacimiento C-4 (Bloque I). Área de estudio

2.7.1. Geología

Para facilitar el entendimiento del fallamiento y la geología local del Bloque I,


es necesario conocer las diferentes fases de evolución tectónica que marcaron el
origen estructural del área. Estas fases pueden ser descritas brevemente en los
siguientes términos: Fase de Rift, Margen Pasivo, Margen Activo, Dualidad
Estructural Eocena: Fase Tensional y Rotación de bloques, Fase Compresiva e
Inversión Estructural. La imagen de la Figura 2.79 muestra la ubicación del Bloque I
en la Cuenca de Maracaibo.

Área de Estudio

N
N

Tía Juana

BLOQUE II
BLOQUE I

BLOQUE XII

Figura 2.79. Ubicación del Bloque I del Campo Lagomar en la Cuenca del Lago de Maracaibo.
Tomado del Manual de Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos. PDVSA Exploración y
Producción (1999).

Fase Tensional de Rift.

La estructura en el Campo Lagomar surgió en el Triásico-Jurásico, durante la


separación de los continentes de Norteamérica y Suramérica (e.g., Pindell y Barrett,

145
1990), cuando se formó un graben limitado por los alineamientos estructurales de las
fallas de Urdaneta, Lama-Icotea y Lama-Este, denominado Graben Central, donde se
depositó el sistema volcano-sedimentario de la Formación La Quinta de edad
jurásica. El graben presenta espesores máximos cercanos a los 10.000 pies
aproximadamente. La Figura 2.80 muestra la posición del sistema de graben que
afecto el Bloque I.

Figura 2.80. Ubicación del sistema de rift Jurasico en el Bloque I junto al sistema de fallas Lama-
Icotea. Tomado de Link et al. (1999).

Margen Pasivo

Durante la fase compresiva del Post-Rifting en el Cretácico-Temprano, las


capas presumiblemente fueron plegadas, falladas, erosionadas y peneplanizadas.
Sobre una superficie peneplanizada y en ambiente de margen pasivo (Pindell y
Barrett, 1990) comenzó el desarrollo de una sedimentación con predominio de
carbonatos, donde después de una arena basal (Formación Río Negro) se depositaron

146
las calizas del Grupo Cogollo. Se desarrolló una plataforma extensa en una relativa
calma tectónica, con algunas excepciones, como el levantamiento del Arco de
Mérida. Durante el Cretácico-Tardío, en un ambiente de cuenca de retroarco donde se
depositó la Formación La Luna, la cual contiene la principal roca madre de
hidrocarburos de la Cuenca de Maracaibo y que ha sido fuente principal de la
mayoría de las acumulaciones de petróleo dentro de los yacimientos del Eoceno en el
Bloque I del Campo Lagomar (Bueno y Pinto, 1997).

Margen Activo

El ciclo Cretáceo culminó con las lutitas de la Formación Colón, el espeso


sello de los sedimentos (cuya depositación tuvo lugar en una fase tensional), provoca
la formación de un graben en la zona situada entre los alineamientos de Lama-Icotea
y Lama-Este del Bloque I, donde actualmente hay un espesor mayor de sedimentos de
la Formación Colón. Esto se debe presumiblemente a la acreción de terrenos exóticos
en el margen Pacífico y al desarrollo de la Cordillera Occidental de Colombia (Case
et al., 1984).

En el Paleoceno irrumpió la Placa del Caribe al noroeste de la Cuenca


(Stephan, 1982). La carga de las napas que arrastraba la placa, provocó la formación
de una antefosa y por ende una cuenca flexural donde se depositaron las formaciones
Mito Juan y Guasare. Esta última fue truncada por una superficie discordante, la cual
es conocida como Discordancia del Paleoceno.

Dualidad Estructural Eocena: Fase Tensional y Rotación de Bloques

Durante el Eoceno se depositaron los sedimentos deltaicos de la Formación


Misoa, la cual ha sido a su vez truncada por una superficie discordante. En el Alto de
Icotea, parte del miembro informal Misoa C de edad Eoceno-Temprano ha sido
preservado por la erosión, mientras que el miembro Misoa B (Eoceno Medio-Tardío)
ha sido completamente erosionado a excepción de un remanente en el extremo sur del
Alto.

147
En el Eoceno-Temprano, durante la depositación de la Formación Misoa, la
Placa del Caribe migró gradualmente hacia el sureste y con ella la antefosa (Lugo y
Mann, 1995), la cual constituía el depocentro de la cuenca flexural. Para adecuarse a
la nueva situación planteada, la antigua plataforma cretácica tuvo que combarse,
creando para ello una serie de fallas normales escalonadas descendiendo hacia dicha
antefosa. En forma sinsedimentaria, esas fallas estuvieron activas durante todo el
Eoceno-Temprano. La flexura cortical creó además un posible alto periférico
(Pestmann et al., 1996) de rumbo NE-SO, que atraviesa la parte central del Bloque I,
en una sección longitudinal paralela a la Falla de Icotea, donde previamente debe
hacerse abstracción del basculamiento post-eoceno. Ese alto es tal vez demasiado
grande para ser un simple alto periférico, motivo por el cual no se descarta la
posibilidad de que sea el efecto de un cuerpo de subducción de la Placa del Caribe
que de acuerdo con Van der Hilst y Mann (1994), se encuentra por debajo de la
Cuenca de Maracaibo (Figura 2.81).

O PROVINCIA
CINTURON PROVINCIA E
PROVINCIA NUCLEO FALLADO Y FORELAND DE
OROGENICO DE PLEGADO DE LA CUENCA DE
SANTA MARTA PERIJA MARACAIBO

LENG
UA D PLACA DE AMERICA
E SUBD DE L SUR
UCCI
ON D
E LA P
LACA
D EL
CARI
BE

Figura 2.81. Esquema conceptual de la deformación producida por la subducción de la Placa del
Caribe que afecto las estructuras del Bloque I. Tomado de Bueno y Pinto (1997).

El alto periférico a lo largo del Campo Lagomar, específicamente en el Bloque


I, esta constituido también por estructuras del tipo “Flor Positiva”, tal como se
muestra en el esquema de la línea sísmica 820 de dirección O-E al norte del Bloque I

148
contenido en la Figura 2.82. Se presume que esta deformación se haya realizado
principalmente por el tectonismo compresivo producido por la subducción de la Placa
del Caribe con la de Suramérica y el efecto traspresivo en las vecindades del plano de
la falla Lama-Icotea donde se encuentra básicamente este tipo de estructuras. La
imagen de la Figura 2.82 representa la reconstrucción tectónica de los eventos
estructurales y los yacimientos existentes para la posición de esta línea sísmica dentro
del Campo Lagomar. Aqui podemos notar la configuración siguiente: sedimentos del
Paleoceno, Arenas C (C-1 a C-7) y Arenas B del Eoceno, junto a la discordancia
angular del Eoceno, así como también el componente estructural conformado por
fallas inversas al oeste de la falla Lama-Icotea y al este la falla del Ático. Cabe
destacar que las estructuras más importantes como el sistema de fallas Lama-Icotea y
Ático serán descritas mas adelante en este trabajo.

Estructura en Flor C-3


RECONSTRUCIÓN TECTONICA LINEA SISMICA 820
Positiva C-1
C-4
Sistema de Fallas
aB
C-3 Lama-Este
en
Ar C-1
C-4
C-2 C-5
C-2
C-1
na B C-3 Ubicación Línea Sísmica
Are C-5
C-2 LEVANTAMIENTO
SISMICO N

C-6
C-1 C-4
AREA DE ESTUDIO

C-2 Línea 820


C-6
C-3
C-2 C-7 701 C-5 AREA DE ESTUDIO

C-3 843 236


C-7 906
BLOQUE I BLOQUE II

C-4 65 766
BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

C-3 864
BLOQUE IX
BLOQUE III

C-6 BLOQUE VIII

C-4
LINEA 820 (W-E)
C-7 Pozos Incluidos : VLA
C-4 482 (201, 482, 843, 701, 906,
201 C-5 236, 302, 864, 65, 766)

PALEOCENO LEYENDA
C-5
C-6 Falla Lama-Icotea
Falla Intra-Atico
C-6
Falla del Atico Falla Atico
C-7
Falla Lama-Este
C-7 Fallas Antitéticas
ER-EO
Sistema de Fallas ER-PC
Lama-Icotea

Figura 2.82. Interpretación y reconstrucción estructural de la línea sísmica 820 en dirección O-E en el
Bloque I incluyendo el fallamiento local del Campo Lagomar y la depositación de sus yacimientos en
la secuencia del Eoceno C y B. Tomado de Mammana (2005).

149
En cuanto al depocentro de la cuenca flexural eocena, cuya deformación
estructural fue tensional, con fallas normales de rumbo ONO-ESE, fue además objeto
de otro tipo de deformación, ya que el empuje ejercido por la Placa del Caribe causó
en la Cuenca de Maracaibo una rotación horaria, también conocida como “rotación de
bloques” (Malavé y Suárez, 1995; Bueno y Pinto, 1997; Audemard et al., 1999b). La
reactivación de las antiguas estructuras jurásicas con movimientos transcurrentes
sinestrales facilitó la rotación de bloques en forma similar a un estante de libros cuya
plancha superior se desploma, o sea el mecanismo “bookshelf” (Mandl, 1988). Esto
puede ser visualizado en la imagen de la Figura 2.83.

CALIZAS CRETACICAS N LA CALIZAS CRETACICAS


CO
ANTES DE LA COLISION I C UA IBE DESPUES DE LA COLISION
L R
OB L C A
I S IO N A DE
L C
C O P LA

RA
A

PU EB LO V IEJO

JO
OTE

D A I ON
MA

V IE
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E
U R EPC

E
NEGRO
Z-

NE

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B LO
A - IC

PA

NC

- IC

V A LE RA
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CO

VLC
LA

- 36
LA M

P
MA
LA

BARU A
MO
LA
VLC - 400

T AT
VL G
369 -

AN
3
A
AR
- M

A LO
A

TE E UEB O
T

N
Z

NE

EFECTOS DE LA ROTACION C O E S T P VIEJ


PA

I
DA

VL 6

- BUR
LA

Y TRANSCURRENCIA
UR

A
C-

NEG RO
3

M
LA VL
G
RO
RA

-3
0

693
40

LE
C-

VA
TA A
VL

T A B AR U
N
MO

Figura 2.83. Calizas cretácicas antes y después de la colisión y rotación de los bloques producido por
la deformación que realizó la Placa del Caribe contra la de Suramérica.
Tomado de Bueno y Pinto (1997).

150
Dichas fallas transcurrentes de rumbo NNE, entre las que se encuentran las
fallas de Lama-Icotea y Lama-Este eran más bien transcurrentes oblicuas o
transpresivas (oblique slip) porque presentaban también una componente vertical
inversa. Esta última cortó las rocas competentes del pre-Cretácico y Cretácico. Pero
al llegar a los sedimentos del Eoceno se convirtió en sistemas de Riedels sintéticos y
antitéticos (Bueno y Pinto, 1997).

Fase Compresiva e Inversión Estructural

Durante el Eoceno Medio-Tardío tuvieron lugar los primeros pulsos del


levantamiento de Los Andes, lo cual repercutió en la Cuenca de Maracaibo bajo
pulsos episódicos que causaron una deformación compresional, cuyo eje principal
estuvo orientado en dirección ONO-ESE. Esta fase compresiva era intermitente, ya
que luego de cada pulso episódico volvía a reinar el ambiente tensional. De esta
manera se llevaron a cabo inversiones estructurales involucrando solo las estructuras
perpendiculares al eje de compresión, o sea los alineamientos de Lama-Icotea, la falla
del Ático y la falla Lama-Este; esta última ubicada al este de la falla Lama-Icotea y
del Bloque I.

Visto de otra manera, estas fallas inversas podrían ser simplemente el


resultado de la inversión estructural del bloque situado entre los alineamientos de
Lama-Icotea y Lama-Este (ver Figura 2.84), el cual constituía un graben durante el
Cretácico-Tardío (Bueno y Pinto, 1997) en el área del Bloque I. Por consiguiente, la
deformación que ocurrió durante el Eoceno se caracterizó por una dualidad
estructural causada por una fase tensional y otra transpresional, las cuales ocurrieron
prácticamente al mismo tiempo. La secuencia de inversión estructural de la cuenca
puede ser observada en el esquema representado de la Figura 2.84.

Estudios demuestran que la inversión estructural empujó hacia el este al


bloque situado al oeste del alineamiento Lama-Icotea. Originalmente eso se llevó a
cabo a lo largo de la falla Lama-Icotea, pero luego el despegue prefirió continuar a lo

151
largo de una falla sintética o falla del Ático, con lo cual se dio por terminado el
movimiento de la falla de Icotea.

M
ACTUAL M
E P
E K
P
K

CRETACICO TARDIO
SEMIGRABEN DE ICOTEA
Fm. COLON K
K

CRETACICO TEMPRANO

JURASICO TARDIO

TRIASICO - JURASICO

RIFTING

0 5 km
10 Km

Figura 2.84. Evolución del graben centro-occidental del Lago de Maracaibo e inversión estructural.
Tomado de Bueno y Pinto (1997).

152
Aplicación de la sísmica 3D para el análisis estructural del Bloque I

La sísmica 3D ha sido una de las herramientas más poderosas para definir los
diferentes modelos estructurales de un yacimiento de hidrocarburo, ya que permite
delinear el sistema de fallas al cual fue sometido y su composición estratrigráfica
hasta donde permita el grado de resolución vertical y lateral. La Figura 2.85 muestra
un transecto de forma muy generalizada con un corte estructural en tiempo entre la
región de la Sierra de Perijá al NO, la Cuenca de Maracaibo al centro y la Serranía de
Trujillo al SE, donde se aprecia el levantamiento de Perijá por efecto de la
compresión oblicua de la Placa del Caribe con la de Suramérica y la inversión
estructural de la Cuenca de Maracaibo con el desarrollo de anticlinales a lo largo del
tren de fallas de Lama-Icotea por efectos transpresivos, que progresivamente dieron
lugar a la formación de las estructuras internas del Bloque I entre el Eoceno y
Mioceno dentro del Campo Lagomar y sus alrededores.

Bloque I

Similitud Deformación Estructural Bloque I

Figura 2.85. Corte estructural O-E en tiempo de la Cuenca de Maracaibo entre la Serranía de Perijá
hasta el levantamiento de la Serranía de Trujillo. Tomado de Parnaud et al. (1995).

Van der Hilt y Mann (1994) han estudiado la evolución tectónica del Bloque
de Maracaibo, lo cual lo definen como una pieza triangular que avanza hacia el norte

153
a lo largo de fallas transcurrentes como respuesta a la interacción de la Placa de
Nazca, Arco de Panamá y la Placa del Caribe. El cinturón deformado al norte
constituye el límite entre dicho bloque y la Placa del Caribe (Freymueller et al.,
1993). Existen alineamientos principales dentro del Bloque de Maracaibo con
orientación NNE como los del sistema de falla Lama-Icotea la cual tiene su
formación junto al conjunto de grabenes relacionados con la apertura continental que
comenzó en el Jurásico (Audemard, 1991b; Lugo, 1992).

A finales del Eoceno estos grábenes cambiaron su comportamiento debido a


los nuevos regímenes de esfuerzos ONO (Mathieu, 1989) como respuesta a la
interacción entre las Placas del Caribe, Nazca, Suramerica y el Arco de Panamá. Las
fallas que limitaban estos grábenes, entre ellas la falla de Lama-Icotea, pasaron a un
régimen transpresivo sinestral que ocasionó la inversión tectónica de las mismas en
dos pulsaciones importantes durante el Eoceno-Tardío y el Mioceno Medio a Tardío
dentro del Bloque I. La relación de esfuerzos vinculada a estos movimientos relativos
junto a las estructuras asociadas a la transpresión dentro del sistema Lama-Icotea han
sido descritas por Rouré et al. (1997).

Existen evidencias paleomagnéticas de la rotación del Bloque de Maracaibo


en sentido horario (Lugo, 1992) junto con su avance hacia el norte (Van der Hilst y
Mann, 1994), la cual justifican en parte la componente sinestral de reactivación de las
fallas limitantes de estos grábenes. Estas fallas a su vez limitan bloques internos
dentro del Bloque de Maracaibo donde el sistema de falla Lama-Icotea y Ático se
encuentran presentes, así como también otras estructuras como el sistema de fallas
Lama-Este.

La falla del Ático es otra de las estructuras importantes del Bloque I que ha
permitido en gran medida el emtrampamiento de hidrocarburo en el área,
constituyendo la falla oriental limítrofe inversa del sistema de fallas de Icotea y
consiste generalmente de un segmento alineado subparalelamente a este sistema
principal con rumbo NE-SO. El origen del bloque del Ático pudo haber estado
asociado con un período tardío de contracción y sobrecorrimiento o con un

154
fallamiento inverso de la parte occidental del pilar tectónico. Estos sistemas de fallas
principales han servido como entes controladores de estructuras más jóvenes
formadas a consecuencia de los diferentes patrones de esfuerzos a los cuales la
cuenca ha sido sometida. Cabe destacar que muchas de las estructuras eocenas y
miocenas de la cuenca están directamente relacionadas con estructuras jurasicas-
cretácicas correspondientes a la apertura/extensión continental. Rouré et al. (1997)
propone un modelo estructural que define el comportamiento deformacional del
sistema de fallas Lama-Icotea y Ático, tal como lo indica la Figura 2.86, donde se
observa además el carácter transpresivo sinestral de los bloques estructurales que
conforman este sistema de fallas en la cuenca.

Figura 2.86. Modelo estructural transpresivo del sistema de fallas Lama-Icotea y Ático
Tomado de Rouré et al. (1996).

Los efectos de la deformación estructural del sistema de fallas Lama-Icotea


sobre el control de la secuencia de depositación del Eoceno (Fm. Misoa) son

155
considerables, producto de los diferentes movimientos tectónicos de la cuenca en
general, asimismo, la complejidad de las estructuras asociada a los distintos
movimientos del sistema de fallas Lama-Este, la cual se incrementa en la cercanía de
esta y se atenúa hacia sus flancos. El sistema de fallas Lama-Icotea divide el Bloque I
en dos dominios estructurales diferentes: un graben hacia el oeste denominado
comúnmente como “Flanco Oeste” y un alto estructural hacia el este (Área del Pilar)
conocido también como “Flanco Este” (Link et al., 1999). El limite Este del Área del
Pilar se encuentra bien definido por el segundo sistema principal, el cual
denominamos sistema de fallas Lama-Este cuyas características son muy similares a
las del sistema de Icotea pero con un nivel de deformación de menor intensidad (Link
et al., 1999).

El área denominada El Pilar (Flanco Este) está constituida por uno de los
dominios de menor profundidad en la secuencia Eocena (Fm. Misoa) del Bloque I y
dentro de la región central del Lago de Maracaibo, es por ello que algunos autores lo
denominan Alto de Icotea (González de Juana et al., 1980). Su configuración
estructural comprende dos alineamientos principales con orientación preferencial
NNE-SSO representados por los sistemas de fallas Icotea y Lama-Este (Link et al.,
1999). De forma semi-ortogonal entre ambos sistemas se orientan una serie de
familias de fallas normales de ajuste desarrolladas por esfuerzos distensivos y
escalonadas entre si, las cuales se truncan lateralmente hacia las estructuras mayores
y verticalmente hacia la discordancia del Eoceno, su buzamiento en la región Norte
de El Pilar es de tendencia NE y hacia el Sur, su buzamiento preferencial de estas
familias de fallas es hacia el SO; el ángulo de inclinación promedio de este sistema de
fallas secundario es de alrededor de 70° y su salto varia entre cada una de las
estructuras, pero no exceden un rango de 150 pies aproximadamente (Link et al.,
1999).

La Figura 2.87 muestra la línea sísmica 733 en tiempo con dirección O-E en el
área central del Bloque I del Estudio Integrado sísmico-estructural realizado en el
Cretácico-Eoceno-Mioceno en el Campo Lagomar, donde se resume las

156
características estructurales locales comentadas anteriormente; allí podemos observar
las siguientes estructuras: el sistema de fallas Lama-Icotea con su gran salto de
aproximadamente 2500 pies (ver colores rojo en Paleoceno y azul en Cretáceo entre
ambos lados de la falla), el área principal de la falla del Ático, la región del Pilar
donde se forman la serie de fallas normales, el sistema de fallas Lama-Este, la
secuencia de depositación entre el Basamento, Cretáceo, Paleoceno y Eoceno, así
como también el carácter angular que existe entre la secuencia eocena y su cobertura
miocena, la cual evidencia una exposición y erosión en algún instante de la historia
geológica de la cuenca entre el Eoceno y el Mioceno, lo cual quedó registrado como
una discontinuidad estratigráfica angular post-eoceno (ER-EO, líneas punteadas en
blanco), representando una superficie de tiempo clave para establecer el amarre
sísmico de toda el área de estudio.

Figura 2.87. Línea sísmica 733 O-E en tiempo mostrando un corte estructural del sistema de
fallas Lama-Icotea, Ático, Área del Pilar y el sistema de fallas Lama-Este con la depositación del
Eoceno (verde), Paleoceno (rojo), Cretácico (azul) y Basamento (azul claro). Tomado de Gamarra y
Mammana (2006).

157
La interpretación del área del Pilar (Figura 2.88) se ha desarrollado de manera
generalizada enfocándola geológicamente como un gran anticlinal asimétrico cuyo
flanco largo buza hacia el este, un eje de orientación N10°E y una inmersión hacia el
norte (Link et al., 1999). Dicho anticlinal se encuentra truncado por los sistemas de
fallas principales hacia sus flancos y erosionado en su parte superior en toda el área
debido a los efectos de la erosión post-eocena. Esta estructura separa dos semi-
grábenes, uno al este y el otro al oeste (Link et al., 1999).

La estructura geológica del Campo Lagomar, específicamente la del Bloque I


(área de estudio), es considerada por los estudios realizados a lo largo de su
producción petrolera como una de las estructuras más complejas del norte de la
Cuenca de Maracaibo ubicándose sobre el margen oriental de la gran cuenca jurásica
infrayacente, la cual presenta una orientación de fallamiento norte-sur. En definitiva,
como ya hemos mencionado, existen ciertos alineamientos estructurales que dan
origen a una gran prospectividad de hidrocarburo debido a su entrampamiento con
grandes fallas de características netamente sellantes, tal es el caso del sistema de
fallas Lama-Icotea (2500 pies de salto).

La Figura 2.88 muestra la imagen de un cubo sísmico 3D en baja frecuencia


(sin interpretar) con atributos de semblanza a un nivel (time-slice) de 1728 ms
(milisegundos) donde se puede apreciar en el Eoceno la tendencia estructural de los
sistemas de fallas principales en el levantamiento sísmico del Campo Lagomar,
incluyendo los Bloques I, II y XII. En la imagen se ha dividido la configuración del
campo en tres sectores, los cuales se denotaron con líneas punteadas en diversos
colores: rojo para identificar el Flanco Oeste, blanco para el sistema de fallas Lama-
Icotea y verde para el Pilar y el sistema de fallas Lama-Este. Es fundamental resaltar
que la zona de fallamiento de Lama-Icotea, Ático y el sistema de fallas Lama-Este
muestran cierta distorsión debido a la deformación estructural existente, donde la
propagación de las ondas acústicas presentan una relativa disipación de la energía,
por lo que eventualmente se observan pequeñas aberturas que no necesariamente son
bloques estructurales y que deben ser corroborados con las interpretaciones en líneas

158
y trazas sísmicas. La Figura 2.89 muestra el posible conjunto de fallas observado en
esta área y que son visibles mediante este tipo de atributo sísmico estructural que
resalta sus tendencias.

Cubo Sísmico de Semblanza

LEYENDA
Flaco Oeste
Sistema de Falla
Lama-Icotea y Atico
Sistema de Fallas
Lama-Este

Escala Cubo del Espectro de


Amplitud

1 Km.

Figura 2.88. Cubo sísmico de semblanza con time-slice a 1728 ms (Eoceno) donde se muestran los
sectores segmentados del Campo Lagomar con sus alineamientos estructurales más importantes sin
interpretar. Tomado de Mammana (2008).

Sistema de Falla Sistema de Fallas


Flaco Oeste Lama-Icotea y Atico Lama-Este

N
Area del Pilar

Cubo Sísmico de Semblanza

Escala Cubo del Espectro de


Amplitud

1 Km.

Figura 2.89. Interpretación del cubo sísmico de semblanza con time-slice a 1728 ms (Eoceno) donde se
muestran los sectores segmentados del Campo Lagomar con sus alineamientos estructurales más
importantes. Tomado de Mammana (2008).

159
Es importante mencionar, que la falla Lama-Icotea está considerada en la
literatura y en los estudios realizados en la Cuenca de Maracaibo como un sistema
complejo de fallas con una larga historia de deformación estructural que data desde el
Jurásico y se encuentra estrechamente relacionada con la etapa de rifting, que
inicialmente se comportaba como una falla normal que luego sería reactivada durante
el Eoceno-Temprano, convirtiéndola en un sistema rumbo-deslizante debido a la
transpresión generada por el proceso de inversión estructural de la cuenca. La
transpresión generó también una inversión a lo largo de una estrecha zona ubicada en
el eje del sistema de fallas, resultando en anticlinales y sinclinales (Williams et al.,
1989; Bueno y Pinto, 1997). En tal sentido, algunos autores definen su interpretación
como una falla normal con comportamiento rumbo-deslizante (Lugo, 1992), como un
corrimiento (Delgado, 1992), y una estructura de inversión (Roberto et al., 1993).

La zona de falla de Lama-Icotea presenta movimientos verticales y laterales,


sinestrales y con evidencias de transpresión (Link et al., 1994). Es una falla lineal y
angosta (0.5 a 1 km de ancho y algo más de 150 km de longitud) dependiendo de su
recorrido a lo largo de toda la Cuenca de Maracaibo con pliegues anticlinales y
sinclinales a lo largo de su rumbo; donde se observa un desplazamiento vertical entre
1 y 2 km hacia el oeste en el Flanco Oeste. No se ha podido determinar el
desplazamiento lateral isorrumbado a lo largo de Icotea en Bloque I, sin embargo,
algunas estimaciones de 2 km están basadas en dislocamientos topográficos en
superficie y en cartografía del subsuelo. Lugo (1992) postula también inversión local
a lo largo de Icotea, y fallas relacionadas con una rotación de 15° en sentido de las
agujas del reloj en los bloques delimitados por la falla de Icotea, debido a esfuerzos
de compresión en el Mioceno.

Al este del Bloque I, se desarrolló un sistema de fallas denominado sistema de


fallas Lama-Este, el cual esta representado y evidenciado también en los
levantamientos sísmicos 3D que actualmente se manejan en la cuenca (Link et al.,
1999). Este tipo de fallamiento presenta gran similitud con el sistema de fallas Lama-
Icotea pero a menor escala de complejidad en cuanto a deformación estructural se

160
refiere, pero que tuvo gran influencia en la tectónica dentro del Bloque I (Link et al.,
1999).

Entre el área del Ático y el sistema de fallas del este se desarrollan un grupo
de fallas menores de carácter normal en el Eoceno con rumbo NO-SE y buzamiento
al norte producto de los esfuerzos distensivos. Estas fallas en su mayoría nacen entre
la falla Lama-Este y se truncan en los alineamientos principales tales como la falla
del Ático, donde generalmente el salto de estas fallas no excede los 200 pies y no
sobrepasa los límites de la discordancia del Eoceno. Este modelo de fallamiento
puede ser observado también a nivel de la columna estratigráfica del Cretácico con
estudios sismo-estructurales realizados en el Campo Lagomar, tal como lo muestra el
cubo sísmico 3D de semblanza a baja frecuencia de la Figura 2.90, tomando en
cuenta el nivel de tiempo (time-slice) a 2860 ms (Cretácico-Grupo Cogollo). Las
líneas punteadas en blanco representa la alineación de Lama-Icotea, el sistema de
falla Lama-Este en color rojo y las fallas normales en color verde. Algunas zonas del
cubo sísmico se ven distorsionadas sobre todo en la cercanía a los alineamientos de
fallas mayores debido a la deformación estructural.

Sistema de Fallas Lama-Icotea


N Sistema de Fallas Lama-Este Escala Cubo de Semblanza

Cubo de Semblanza

1 Km.

Figura 2.90. Cubo sísmico de semblanza con time-slice superior de 2860 ms a nivel del Cretácico
(Grupo Cogollo) mostrando los alineamientos estructurales del sistema Lama-Icotea y Lama-Este.
Tomado de Mammana (2008).

161
A lo largo de los estudios integrados realizados en el Bloque I se han
desarrollados modelos estructurales a niveles inferiores a la columna eocena, tal es el
caso del yacimiento Cretácico donde se encuentra la principal roca madre (La
Formación La Luna), que mediante sus sistemas de fracturamiento y fallamiento han
permitido la migración de petróleo entre sus planos de fallas a niveles superiores,
como el Eoceno, donde se concentra la mayor producción de petróleo del Campo
Lagomar y del Bloque I. Se han realizado interpretaciones para el tope del Miembro
Socuy, el cual presenta una buena continuidad lateral y vertical en amplitud del
marcador sísmico (reflector), dando como resultado una evidente visualización del
conjunto de fallas presentes para la secuencia estratigráfica del Grupo-Cogollo donde
se encuentra reflejado los sistemas de fallas Lama-Icotea y Lama-Este, dando a su
vez la evidente inversión estructural que reinó en el área. Las Figura 2.91, muestra la
interpretación del tope de Socuy donde se aprecia en diferentes direcciones del cubo
sísmico 3D el salto pronunciado del sistema de fallas Lama-Icotea (2700 pies aprox.),
lo que evidencia la relación con la teoría de evolución estructural general de la
Cuenca de Maracaibo asociada a un sistema de fallas transpresivo.

Alineamiento del Plano de


Falla Lama-Icotea
Sistema de Fallas Lama-Este

Fallas Normales Escala Superficie Socuy

Fallas Normales
N

Pilar
Flaco Este

Flaco Oeste

Interpretación Tope de Socuy

1 Km.

Figura 2.91. Interpretación estructural del Tope de Socuy-Cretácico (Grupo Cogollo), mostrando los
alineamientos estructurales del sistema Lama-Icotea y Lama-Este en sísmica 3D. Tomado de Gamarra
y Mammana (2006).

162
La imagen sísmica en 3D de la Figura 2.92 evidencia la tendencia estructural
del levantamiento del bloque del Pilar con respecto al Flanco Oeste producido al
momento de la inversión estructural de la cuenca a finales del Eoceno Tardío-
Oligoceno Temprano. Podemos observar además el gran salto estructural de la falla
Lama-Icotea, la cual se estima en unos 2500-2700 pies para la interpretación del Tope
de Socuy y la mayoría de los yacimientos del Eoceno. Esto corrobora además las
investigaciones realizadas por Roberto et al., (1993), donde interpreta la falla Lama-
Icotea como una estructura de inversión y que en sus inicios en el periodo del rift
jurásico se comportó como una falla normal.

Sistema de Fallas Lama-Este


N

Fallas Normales

Flaco Este Alineamiento del Plano


Salto 2500´
de Falla Lama-Icotea
Pilar

Fallas Normales Escala Cubo de Semblanza


Flaco Oeste

Escala Superficie Socuy

Cubo de Semblanza

1 Km.
Interpretación Tope de Socuy

Figura 2.92. Visualización estructural 3D desde el Flanco Oeste del Bloque I del Tope de Socuy-
Cretácico (Grupo Cogollo) concentrando los alineamientos del sistema Lama-Icotea, Lama-Este con el
gran salto de falla entre los bloques del Flanco Oeste y Pilar.
Tomado de Gamarra y Mammana (2006).

163
Para corroborar el rumbo de este sistema principal de fallas y su tendencia
estructural, se realizan los análisis de atributos sísmicos estructurales del tipo Edge
para la interpretación del Tope de Socuy (Grupo Cogollo), lo cual se considera de
suma importancia para el amarre de los yacimientos superiores del Eoceno donde se
encuentra el área de estudio de este trabajo. Estos atributos se muestran en el mapa de
la Figura 2.93, y posteriormente en la Figura 2.94, se hace la comparación de los
mismos con las imágenes 3D.

Fallas Normales Alineamiento del Plano


Escala Mapa de Atributo
de Falla Lama-Icotea Estructural
Sistema de Fallas Lama-Este

Fallas Normales

Fallas Inversas

Mapa de Atributo Estructural


del Tope de Socuy

BLOQUE I

BLOQUE XII

BLOQUE II
3 Km.

Figura 2.93. Mapa estructural tipo Edge del Tope de Socuy-Cretácico (Grupo Cogollo) de todo el
Campo Lagomar donde se reflejan los alineamientos del sistema Lama-Icotea y Lama-Este.
Tomado de Gamarra y Mammana (2006).

164
Escala Mapa de Atributo
Estructural

Pilar
Mapa de Atributo Estructural
del Tope de Socuy

Flaco Este
Flaco Oeste
BLOQUE I

BLOQUE XII

BLOQUE II
3 Km.

Escala Superficie Socuy


LEYENDA
Alineamiento del Plano de
Falla Lama-Icotea
Sistema de Fallas Lama-Este

Fallas Normales
Interpretación Tope de Socuy 1 Km.

Figura 2.94. Ubicación de las diferentes estructuras del Campo Lagomar con el mapa de atributos
estructurales del Tope de Socuy y la superficie interpretada en 3D. Se evidencian los alineamientos del
sistema Lama-Icotea, Lama-Este y el conjunto de fallas normales de sus alrededores tales como Flanco
Oeste, Pilar y Flanco Este. Tomado de Gamarra y Mammana (2006).

Otros de los estudios integrados realizados recientemente en nuestros


yacimientos del Campo Lagomar ha sido orientado al Flanco Oeste del Bloque I,
específicamente en dirección SO para toda la columna del Eoceno, con el fin de
proporcionar un mejor soporte para el drenaje de hidrocarburos en zonas complicadas
estructuralmente. Por ende, se considera importante mostrar algunas interpretaciones
sísmicas que arrojan información de gran valor en cuanto a estructura para
comprender la evolución tectónica de la Cuenca de Maracaibo. Dichas estructuras en
el Eoceno guardan gran similitud con las imágenes en sísmica 3D mostradas
anteriormente sobre la evolución estructural en el Cretácico. La imagen de la Figura
2.95A, refleja la interpretación sísmica del yacimiento C-7 al SO del Bloque I en el
área UD-LAMA, donde podemos apreciar también el componente estructural y el
levantamiento del sistema de falla Lama-Icotea para este yacimiento en particular,
donde eventualmente también se puede apreciar el gran salto de la falla Lama-Icotea

165
(Figura 2.95B) con un acercamiento (zoom) a la interpretación de este yacimiento,
dando así otro ejemplo adicional (al igual que en el Cretácico) del levantamiento
estructural asociado al Bloque I del Campo Lagomar.

Tendencia del Alineamiento y Fallamiento Estructural


Lama-Icotea en el cubo de Semblanza
N APH-6
Arquitectura del Fallamiento Inverso
Escala Superficie C-7
Cubo Sísmico de
Semblanza

Escala Cubo de Semblanza

Plano de Falla Lama-Icotea


Salto Aprox de 2700´

Superficie C-7

2 Km. A
AYF-5 VLA-1518ST
Superficie C-7

Area del Pilar

Alineamiento Falla
del Atico
Salto de 2700´ Aprox. de la Falla
Lama-Icotea en C-7
Escala Superficie C-7

Flanco Oeste
1 Km. B

Figura 2.95. Interpretación sísmica 3D del yacimiento C-7 del área UD-LAMA al SO del Bloque I.
A) Imagen 3D del Tope de C-7 mostrando la estructura local. B) Acercamiento de la superficie C-7,
visualizando el gran salto de falla Lama-Icotea (2700 pies).
Tomado de Mammana (2010).

166
2.7.2. Estratigrafía

La Estratigrafía del Bloque I de la Cuenca de Maracaibo, está representada,


desde lo más antiguo hasta lo más reciente, con rocas del Pre-Triásico, el gráben
jurásico de la Formación La Quinta, rocas cretácicas pertenecientes a la Formación
Río Negro, Grupo Cogollo con las formaciones La Luna, Colón y Mito Juan, la
Formación Guasare del Paleoceno, la Formación Misoa del Eoceno (área de estudio,
Unidad C-4), las formaciones La Rosa y Lagunillas del Mioceno, La Puerta y Onia
del Plioceno, culminando con la Formación El Milagro del Cuaternario (Emery y
Myers, 1996).

La descripición estratigrafica del area de estudio, que aquí presentamos, es


extraida del manual técnico: Estratigrafía del Bloque I entre el Mioceno y el Pre-
Triásico (2000), abarcando las características de las secuencias depositacionales entre
estos periodos geológicos.

Pre-Triásico
Las rocas pre-triásicas están representadas por la Asociación Mucuchachí,
asignadas al Carbonífero Superior (Pennsylvaniense), y presentan un metamorfismo
regional variable entre las facies de los esquistos verdes y estaurolita-anfibolita;
litológicamente está compuesta por pizarras con tendencia lutítica y brillo sericítico,
fosilíferas, pizarras de color gris oscuro a verdoso y pizarras similares de tendencia
filítica, bandas de metareniscas. Aparecen calizas recristalizadas duras, de color gris
azulado a pizarras calcáreas intercaladas en la secuencia filítica; litología que
generalmente es la predominante. Esta asociación muestra características de un
ambiente de sedimentación marino, por debajo del nivel base de las olas; la pirita y el
material carbonáceo sugieren condiciones anaeróbicas, ya sea en cuencas aisladas con
acceso restringido a los mares abiertos o en aguas muy profundas sin corrientes de
fondo (González de Juana et al., 1980; Shagam et al., 1984).

167
Gráben Jurásico

Sobre las rocas de la Formación Mucuchachí, se presentan los sedimentos


jurásicos de naturaleza continental pertenecientes a La Formación La Quinta, la cual
se constituye de conglomerados de color rojo a veces con material tobáceo
interestratificado con areniscas arcillosas en su parte inferior, predominantemente
lutítico-limosa en la parte media y de areniscas rojas con estratificación cruzada en la
parte superior (Schubert et al., 1979).

Cretácico

Formación Río Negro

Suprayacente a la Formación La Quinta, se depositó la secuencia sedimentaria


de relleno de surcos y de ambiente predominantemente fluvial, conocida como
Formación Río Negro; su característica litológica más distintiva es la presencia de
areniscas arcósicas y arcosas, asperones, conglomerados y espesores menores de
arcillitas y limolitas de colores brillantes. Esta formación se caracteriza, unas veces
por sedimentos de origen fluvial con areniscas conglomeráticas y otras, por arcosas
de grano grueso con acanaladuras y lentes de conglomerados, frecuentemente con
estratificación cruzada e intercalaciones de lutitas (Hedberg y Saas, 1937; González
de Juana et al., 1980). La edad de esta formación corresponde al Cretácico
(Barremiense).

Formación Apón

De forma progresiva con la Formación Río Negro, se encuentra la caliza


transgresiva inferior del Grupo Cogollo, de edad Cretácico (Aptiense-Albiense),
perteneciente a la Formación Apón. Esta formación se compone de una caliza gris
azulada, dura, densa, en capas gruesas, generalmente fosilífera, con intervalos
menores de lutitas que varían de calcáreas a arenosas (Sutton, 1946).

168
Formación Lisure

Sobre la Formación Apón, se encuentra la unidad media del Grupo Cogollo


denominada Formación Lisure, la cual está caracterizada por areniscas glauconíticas
de grano medio a fino, areniscas laminares, intercalaciones de calizas glauconíticas,
arenosas y coquinoides y algunas lutitas (Rod y Maync, 1954).

La Formación Lisura, constituye un marcador estratigráfico sobresaliente


dentro de los depósitos calcáreos, tanto en superficie como en subsuelo. La formación
es concordante en su base con la Formación Apón en contacto abrupto. Se considera
como una posible disconformidad en la sedimentación. En el tope, es transicional con
la Formación Maraca y su contacto se establece en la primera caliza sin glauconita,
aunque algunas de estas capas pueden encontrarse en niveles más altos dentro de
Maraca. La formación es rica en macrofósiles constituidos por pelecípodos y
equinoideos de edad Albiense Medio a Superior (Rod y Maync, 1954).

Formación Maraca

La Formación Maraca consiste de pocas areniscas glauconíticas y calcáreas


hacia la base, en transición con la Formación Lisure infrayacente, pero el carácter
más distintivo lo constituyen las calizas bioclásticas coquinoides macizas, formadas
predominantemente por Ostreas y Trigonia con algunas intercalaciones de capas
delgadas de margas y lutitas de color gris y ocre claros. También puede presentar
ooides y granos cubiertos, y algunos granos angulares de cuarzo, fosfato y pirita. Las
calizas se asemejan a la de los miembros Piché‚ y Tibú de la Formación Apón (Rod y
Maync, 1954).

Formación La Luna

La Formación La Luna consiste típicamente de calizas y lutitas calcáreas


fétidas, con abundante materia orgánica laminada y finamente dispersa, delgadamente
estratificadas y laminadas, densas, de color gris oscuro a negro; la ftanita negra es
frecuente en forma de vetas, nódulos y capas delgadas; las concreciones elipsoidales a

169
discoidales de 10 a 80 cm de diámetro, son características típicas de la formación, que
permiten reconocerla en cualquier afloramiento. Las Fracturas frescas de las calizas
tienen olor característico y fuerte a bitumen. Otra unidad que algunos consideran
como miembro de la Formación La Luna es el Chert (Ftanita) de Táchira.

Los espesores en la La Formación La Luna de la Cuenca de Maracaibo varían


entre 100 y 300 m, con tendencia a aumentar de sur a norte. En la localidad tipo se
midieron 129 m en una sección fallada, estimaron casi 300 m para la misma sección.
El espesor se reduce sobre el arco de Mérida. En la concesión Barco (Colombia) varía
entre 43 a 86 m. En la región del Lago de Maracaibo, en general suprayace
concordantemente a la Formación Maraca, la más alta de las calizas conchíferas del
Grupo Cogollo, e infrayace, también concordantemente, a la Formación Colón. Sin
embargo, hacia el sur la unidad grada lateralmente a la Formación Capacho y su
contacto inferior se define por la variación en sentido descendente a una alternancia
de tipos variables de lutita y caliza.

En el contacto La Luna-Colón, por debajo de las lutitas características de la


Formación Colón, se presenta una extensa zona glauconítica (Miembro Tres
Esquinas), que localmente infrayace a una caliza fosilífera (Miembro Socuy). Los
primeros autores abrigaron dudas en cuanto a la formación incluyente de estas dos
subunidades. Actualmente se considera a la caliza de Socuy como miembro de la
Formación Colón, y al Miembro Tres Esquinas como límite superior e incluido en la
Formación La Luna. La edad de la Formación La Luna es Cretáceo: Cenomaniense a
Campaniense.

Miembro Socuy

El Miembro Socuy consta de 40 m de caliza margosa de colores claros con


intercalaciones muy escasas de lutitas, que suprayace 2 a 3 m de caliza glauconítica,
considerado como el Miembro Tres Esquinas. Las calizas del miembro en sección
fina, muestran matrices de grano muy fino y calcilutíticas, con conjuntos de
foraminíferos tanto pelágicos como béntonicos. Las calizas del Miembro Socuy se

170
distinguen de las calizas de la Formación La Luna por la presencia de foraminíferos
bentónicos, el color más claro de la matriz y la ausencia de laminación. La edad del
Miembro Socuy fue establecida como Mastrichtiense Temprano o Campaniense
Tardío, basándose en la edad de la Formación La Luna infrayacente.

Formación Mito Juan-Colón

La Formación Mito Juan se caracteriza por arcillas laminares, verdosas o


grises, areniscas en capas delgadas intercaladas con bancos de caliza arenosa, por
encima de una serie de 600 m de espesor, las llamadas arcillas de Colón. La litología
de la Formación Mito Juan se caracteriza por arcillas grises, gris verdosas y negras,
localmente arenosas, en las cuales el contenido de limo y arena aumenta en sentido
ascendente y en cuya parte superior se encuentran a veces capas delgadas de calizas y
areniscas. En la parte inferior de la formación hay algunas arcillas laminares grises
que son indistinguibles litológicamente de las arcillas de Colón. Son particularmente
comunes concreciones discoidales de arcilla ferruginosa formando capas delgadas.
Las arenas se clasifican en el grupo de las grauvacas y subgrauvacas y en el grupo de
las areniscas cuarzosas en el flanco noreste de Mérida, incluyen en esta región los
granos de ftanita como fragmentos de roca.

La formación Mito Juan varía entre 100 y 150 m donde su desarrollo máximo
ocurre en la parte sur de la cuenca, en el estado Táchira los espesores varían desde
215 a 755 m. El contacto entre las formaciones Mito Juan y Colón es de transición.
Está marcado lo más cerca posible para que coincida con el cambio de arcillas
laminares grises con una fauna abundante de foraminíferos calcáreos por debajo, a
arcillas laminares arenosas gris verdoso, con una fauna de foraminíferos arenáceos,
por encima. Señala como criterio principal el marcado cambio de las faunas de
foraminíferos. En los sitios donde la unidad infrayace a la Formación Guasare, se
utiliza la prominente arenisca inferior extrema de esta última para definir el contacto
superior. Según el conjunto faunal indica una edad Mastrichtiense Superior.

171
Paleoceno

La sedimentación del Paleoceno se ubica en la parte final regresiva del ciclo


Cretácico que alcanzó su máximo de transgresión en el Cenomaniense con la
depositación de la Formación La Luna. Desde un punto de vista areal, el Paleoceno
está compuesto por distintas facies cuyos atributos cambian según su ubicación. En
Bloque I, se encuentra representado por los sedimentos de la Formación Guasare que
suprayacen en continuidad a las lutitas de la Formación Colón de edad
Maestrichtiense. Hacia el tope, se ve afectado fuertemente por el efecto erosivo del
Paleoceno; poniendo en contacto discordante suprayacente a la Formación Misoa, que
en ésta área representa la secuencia del Eoceno y de forma general en la Cuenca, el
tope representa el contacto transicional con la Formación Marcelina en Perijá y costa
occidental del lago.

Formación Guasare

La Formación Guasare representa la sedimentación de plataforma,


desarrollada en la porción central de la cuenca de Maracaibo durante el Paleoceno. Su
litología y contenido fosilífero, corresponden a un ambiente marino nerítico, el cual
estuvo sujeto a influencias de tipo deltaico, especialmente hacia el SO, donde se
observa la interdigitación de la típica litología de Guasare con los sedimentos del
Grupo Orocué. Los sedimentos que constituyen la Formación son areniscas finas,
limolitas, arcillas carbonosas y todo tipo de carbonatos, desde calizas ooliticas, con
textura Grainstone, hasta micritas con todos los intervalos posibles entre estas
texturas.

Por lo general las areniscas se ubican hacia la base de la formación y de esta


forma siguen las arenas del Miembro Mito Juan (cuando están presentes en la parte
occidental del Lago). Las calizas se presentan hacia el tope de la formación (aunque
pudieran aparecer también areniscas hacia la parte oeste del lago) y son
esencialmente representadas por carbonatos bioclasticos de textura Wackstone dentro

172
de los cuales, a veces se individualizan oolitas, granos de cuarzo, de feldespatos,
glauconita, fosfatos y siderita.

En algunas zonas del Bloque I, se ha observado hacia el tope una lutita o


lutita carbonática, con un espesor de 15 a 30 pies, y luego aparecen margas, areniscas
calcáreas, areniscas con intercalaciones de limolitas y calizas de color beige a marrón,
con una calcimetría que comienza en un 13 % hasta alcanzar incluso 70 %.

En la sección tipo ésta formación alcanza un espesor de 120 m. En el área


central de la Cuenca de Maracaibo, el espesor alcanza unos 300 a 500 pies, sin
embargo por efectos de la Erosión Paleocena, pudiera encontrarse un menor espesor
en el área. Su prospectividad no se conoce, ya que no se ha completado pozos del
área a este nivel estratigráfico.

Formación Misoa (Área de Estudio)

Las características de los sedimentos de la Formación Misoa dependen de su


posición en la cuenca, del ambiente de sedimentación, de la distancia entre ellos a la
fuente de los mismos. Hacia el noreste hay más lutitas y areniscas de grano fino,
mientras que hacia el sur y sureste, el porcentaje de arena aumenta al 80 y 90% de la
sección, y los granos se hacen más gruesos. Se encuentran areniscas, limolitas y
lutitas intercaladas en distintas cantidades, en toda la sección y hacia el este, en la
sierra de Zaruma-Trujillo, algunas capas de caliza en la parte-inferior.

Las areniscas presentan tamaños variados de grano, pero en general, son de


grano fino y gradan a limolitas y luego a lutitas. Son generalmente auras, micáceas,
frecuentemente carbonáceas y generalmente bien estratificadas a macizas. Se
presentan en unidades compuestas, con espesores normales de varias decenas de
metros. En el subsuelo, estas mismas arenas forman yacimientos múltiples verticales
con distribución lateral de decenas de kilómetros. Las lutitas tienen composición
variable, casi siempre son micáceas, arenosas a limolíticas, con abundantes estratos
delgados, estrías y películas de arena, limo y material carbonáceo (incluyendo restos
de hojas), que les imprimen un aspecto laminado con estructura "flaser". Se presentan

173
tanto en forma de intercalaciones menores en las unidades compuestas de arenisca-
limolita, como en secuencias que alcanzan varios centenares de metros de espesor.

Las lutitas han sido depositadas en ambientes de prodelta, de aguas someras, e


interdeltaico, principalmente, y son diferenciables por las delgadas capas de lignito y
por el material carbonáceo que contienen. Las calizas son escasas y se presentan en la
base de la formación, en la región suroriental y en el subsuelo del lago. Se describen
como de colores grises a gris azuloso, duras, con espesores de menos de un metro a
varios metros, arenosas, gradando a areniscas calcáreas. En su tope, la Formación
Misoa está en contacto concordante con la Formación Paují; el contacto puede ser
abrupto o transicional.

Hacia el este, se presenta a veces un intervalo glauconítico (Formación o


Miembro Caús) en el límite formacional superior. En el subsuelo del Lago de
Maracaibo, la unidad suprayace discordantemente a las Formaciones Guasare o
Marcelina. Al norte del Campo Urdaneta, el contacto es con la Formación Trujillo. El
contacto con el Paleoceno se coloca en la primera capa de caliza o carbón, presente
por debajo de la arenisca compuesta inferior extrema, de la Formación Misoa.

En general, las lutitas y las areniscas carecen de fósiles, con excepción de


escasos foraminíferos de poco interés estratigráfico. La edad de los
macroforaminíferos se considera como Eoceno medio inferior. Señalaron una edad
Eoceno inferior a medio, para unidades incluidas hoy en la Formación Misoa. A base
de evidencias paleontológicas y palinológicas, determinó la edad Eoceno inferior a
medio. Así pues, la evidencia concuerda indirectamente con las edades Paleoceno y
Eoceno medio, atribuidas respectivamente a las unidades infrayacentes (formaciones
Guasare-Marcelina) y suprayacente (Formación Paují).

174
Descripción de las Subunidades de la Formación Misoa (Arenas C-7 a C-1)

Unidad C-7

Representa la base de la secuencia eocena, la cual fue depositada durante un


importante ciclo retrogradacional seguido de un ciclo progradacional, evidenciado
por los patrones de sedimentación identificados en el área. Estos sedimentos
descansan discordantemente sobre los sedimentos paleocenos de la Formación
Guasare e infrayacen concordantemente bajo los sedimentos de la unidad superior
C-6. La relación litológica con predominio de facies arenosas equivale a ambientes
de sedimentación que han sido interpretados dentro de los sistemas fluvio-deltáicos
(predominio fluvial), consistiendo en apilamientos de areniscas (canales) que
alcanzan gran desarrollo hacia la base y tope de la unidad, los cuales se encuentran
separados por lentes lutíticos que en muchos casos se comportan como sellos a la
comunicación vertical de fluidos.

Unidad C-6

Las Unidades C-6-S/M y C-6-I se reconocen como marcadores estratigráficos


depositados en un ambiente fluvio-deltáico con influencia de mareas. La sección
inferior de C-6-I muestra un carácter predominante de areniscas limpias. La
interpretación y análisis de electrofacies sugiere la configuración de canales, de
distribución con influencia de mareas y cuerpos arenosos con geometría de canales,
separados por otros cuerpos con geometría de barras litorales. Con base en las
características sedimentológicas, los sedimentos predominantes son las areniscas de
grano fino a medio, de bien a muy bien escogida. La parte superior de ésta unidad es
predominantemente arcillosa, y no se estima prospectividad en ésta unidad completa,
ya que la corta la falla del Ático en la cercanía del tope de la misma, y penetra en la
estructura del Pilar donde en pozos del área se ha interpretado una alta saturación de
agua.

175
Unidad C-5

Caracterizada por una sucesión de arenas de espesor de 500 pies


aproximadamente con intercalaciones de lutitas y limolitas depositadas en un
ambiente deltáico dominado por mareas correspondientes a un ciclo retrogradacional
(transgresivo) (Maguregui, 1990) con variaciones que oscilan entre un ambiente de
plataforma de marea hasta depósitos de canales influenciados por marea, no existe
gran prospectividad aquí. Esta Unidad se caracteriza por ser de granos finos a muy
finos, en ocasiones medios, subredondeados a redondeados, buena selección, matriz
arcillosa, cemento silíceo de buena consolidación con inclusiones carbonosas, piritas,
y trazas de glauconitas. La fluorescencia es buena hacia el tope, color amarillo ocre,
corte rápido con color blanco lechosos a verdoso. Las lutitas son de color gris oscuro
a marrón, en bloques, moderada a bien compactada, limosa, micropiritica, micácea,
carbonosa, no calcárea.

Unidad C-4

Esta unidad tiene un espesor promedio de 600 pies y está constituida por cinco
(5) unidades genéticas principales limitadas cada una de ellas por superficies de
inundación marina y separadas en unidades genéticas menores (16 subunidades).
Estas unidades, identificadas de tope a base como C4-U1, C4-U2, C4-U3, C4-M y
C4-L, fueron depositadas fundamentalmente en un ambiente de sedimentación
deltáico dominado por mareas, con variaciones que oscilan entre un ambiente de
llanura deltaica baja (C4-L), y frente deltáico (depósitos de canales y barras de
mareas, C4-U3).

Se caracteriza por tener hacia el tope un mayor predominio de areniscas con


cuarzos cristalinos, de color blanquecino a gris claro, de granos finos a medios,
subredondeados a redondeados, regular a buena selección, matriz arcillosa, cemento
siliceo, moderadamente consolidada, con inclusiones carbonosas y micropirítica. Las
lutitas conforman mayormente la base, son de color marrón claro a gris oscuro, en
bloques, con inclusiones micropirítica y carbonosas.

176
Unidad C-3

Localmente esta unidad, desde el punto de vista sedimentológico, no presenta


desarrollo prospectivo de importancia, se distingue un amplio predominio lutítico en
la secuencia. Las electrofacies presentan una morfología aserrada que puede ser
interpretada como depósitos de frente deltáico distal a prodelta. Su espesor promedio
es de 600 pies y localmente presenta desarrollos de arenas con regulares propiedades
petrofísicas, siendo de mayor importancia el cuerpo de arenisca desarrollado hacia el
tope de la unidad. Está compuesta por arenisca, de grano fino a medio, subredondeados
a redondeados, de regular a buena selección, con matriz arcillosa y cemento siliceo.

Unidad C-2

De acuerdo con los análisis de electrofacies realizado a los pozos vecinos en el


área del Bloque I Norte, esta unidad esta conformada principalmente por un cuerpo
de arena con numerosas intercalaciones arcillosas; caracterizado por una secuencia de
afinamiento hacia el tope (tipo campana). Esta Unidad tiene un espesor promedio de
unos 800 pies, no obstante, en esta área disminuye su espesor hacia el Norte a causa de
la erosión del Eoceno. Se observa también una litología de color gris a marrón claro,
blanquecina, de granos finos a medios, subangular a subredondeadas, de regular a buena
selección, matriz arcillosa, cemento silicéo, moderada consolidación, con inclusiones de
pirita, no presentan fluorescencia ni corte. La Lutita es de color marrón claro a gris
oscuro, en bloques, en parte sublaminar, limosa, con inclusiones micropiriticas y
carbonosas.

Unidad C-1

Es una sección esencialmente lutítica de 150 pies de espesor aproximado, con


delgados lentes de arena, desarrollados a lo largo de su sección geológica, sin buena
continuidad lateral y prospectividad.

177
Descripción de las Subunidades de la Formación Misoa (Arenas B-9 a B-5)

Unidad B-9
Con un espesor promedio de 460 pies, la unidad B-9 está conformada
litológicamente por intercalaciones de areniscas y lutitas, con una tendencia
granocreciente hacia el tope característico de depósitos de barras. Esta unidad no
presenta prospectividad en algunas zonas.

Unidad B-8

Litológicamente esta unidad está conformada por intercalaciones de areniscas


y lutitas, con una tendencia granocreciente hacia el tope característico de depósitos de
barras. Esta unidad no presenta prospectividad en el área.

Unidad B-7

La unidad B-7 conforma un espesor promedio de unos 170 pies


aproximadamente en el área. Presenta continuidad lateral a través de toda la sección,
y está definida por una secuencia de paquetes de areniscas limpias, sin
prospectividad, la respuesta en electrofacies corresponde a una secuencia de grano
homogéneo tipo cilindro que representa un apilamiento de canales.

Unidad B-6

La unidad B-6 conforma un espesor promedio de unos 110 pies. Esta


secuencia consta de un paquete de arenisca bastante limpia sin prospectividad, la
respuesta en electrofacies es de grano homogéneo tipo cilindro que corresponde a
depósitos de canales, el amplio desarrollo de arenas se asocia con un apilamiento de
canales durante el proceso de sedimentación. La continuidad lateral a través de toda
la sección, se ve afectada por la Erosión del Eoceno.

178
Unidad B-5

Debido a la erosión causada por la discordancia del Eoceno, el tope del


intervalo B-5 se encuentra erosionado en la mayor parte del área del Bloque I.

Miembro Santa Bárbara

El ambiente que representa este miembro sedimentario se caracteriza por


patrones de sedimentación granodecrecientes hacia el tope referidos a canales
fluviales y/o distributarios y en la parte basal granodecrecientes hacia la base,
referidos a barras de meandro y/o barras de desembocadura.

El Miembro Santa Bárbara muestra buena continuidad lateral en dirección


E-O y representa la primera etapa de la invasión marina sobre la superficie erosionada
del Eoceno, la cual de acuerdo a la morfología de las electrofacies muestra el
desarrollo de dos cuerpos de arenas entre 10 y 15 pies, separados por un intervalo
arcilloso de menor espesor. Localmente estos cuerpos suprayacen a través de un
contacto discordante en la secuencia eocena a nivel de la Unidad C-2 en el flanco
Oeste de Bloque I.

Formación La Rosa

Uno de los registros estratigráficos más consistentes en la cuenca del Lago de


Maracaibo corresponde al tope de la Formación La Rosa, que representa una
transgresión marina de extensión regional, pero de corta duración evidenciada con la
sedimentación de finos, correspondiente a una importante unidad lutítica, que ha
servido como excelente roca sello y es buen marcador geológico en el Mioceno del
Occidente de Venezuela, sin embargo, presenta dos arenas intermedias de parcial
extensión areal y de poco espesor, éstas representan el proceso de pulsos regresivos
que en el área no muestran prospectividad, hacia la base de la formación se encuentra
un cuerpo de arena que se ha definido estratigráficamente como miembro Santa
Bárbara y que fue definido anteriormente.

179
Formación Lagunillas

Es una unidad del subsuelo del Lago de Maracaibo cuya área tipo es el campo
petrolífero de Lagunillas en el Distrito Bolívar del Estado Zulia. Se extiende en el
subsuelo del Lago y aflora parcialmente al Este del mismo. Según Sutton (1946) la
Formación es resultado de sedimentación en ambientes con cambios rápidos de aguas
salobres a no marinas y de nuevo a aguas dulces. La Formación se compone
principalmente de una intercalación de lutitas, arcillitas, arenas, areniscas mal
consolidadas y algunos lignitos. Hacia el tope se observan arcillitas, arenas, y
lignitos. El tope se coloca en la base de las lutitas fosilíferas del Miembro Laguna.

La Figura 2.96 muestra la columna estratigráfica del área del Bloque I, donde
se realza con líneas rojas la sección de las arenas C de la Formación Misoa.

180
EVENTO GEO-

SUB-SERIE

SUB-MIEMBRO
FORMACIÓN

LITOLOGÍA
ESPESOR

GRÁFICA
TECTÓNICOS

SERIE

GRUPO

(PIES)
ERA
MIEMBRO DESCRIPCION LITOLÓGICA
ASOCIADOS
SEDIMENTOS RECIENTES
EL MILAGRO Areniscas poco consolidadas, lutitas y algunos lignitos
PLEISTO ONIA Areniscas poco consolidadas, lutitas y algunos lignitos

Arcilitas abigarradas, limolitas y areniscas macizas


SUP
LA PUERTA
friables con algunas intercalaciones lutíticas
MIOCENO

BACHAQUERO 1400 Areniscas poco consolidadas, lutitas y algunos lignitos

MAR. ACTIVO
O

LAGUNILLAS

LAGUNA Areniscas poco consolidadas con lutitas alternadas


MEDIO

410
C

OJEDA 500 Areniscas delgadas, lutitas de color gris oscuro


I

LAGUNILLAS INFERIOR 660 Lutitas y areniscas intercaladas


O

LA ROSA
INFERIOR

360 Lutitas gruesas con intercalaciones locales de arena


Z

SANTA BÁRBARA 30 Arena basal con intercalaciones de arcillas


O

C-2 400 Areniscas de color blanco mal escogidas


SUPERIOR
ARENAS C
EOCENO

MISOA

C-3 350 y lutitas de color gris oscuro


INFERIOR
N

C-4 500
Arenas masivas de grano fino, blancas y grises con
C-5 300
E

INFERIOR intercalaciones de lutitas gris oscuro


C-6 600
800
C

C-7
PALEOCENO

GUASARE

600 Calizas fosilíferas y areniscas calcáreas

TRANS
MJ- Lutitas microfosilíferas oscuras y macizas, con
COLON 2700
algunas capas de areniscas y calizas
SOCUY 50 Calizas fosilíferas y glauconítica
LA LUNA

Calizas y lutitas calcáreas fétidas, con abundante


O

900
materia orgánica laminada.
C

LISURE MARACA
CRETÁCICO

Calizas cristalinas intercaladas con lutitas y margas

MAR. PASIVO
240
I

COGOLLO
O

Areniscas glauconíticas y calizas arenosas


400 intercaladas con lutitas laminadas, alternadas con
lutitas limosas y margas.
Z

APÓN

Calizas macizas fosilíferas, nodulares, margosas


O

600
y lutitas a veces calcáreas
S

RÍO NEGRO

800 Areniscas blancas de grano grueso


EM

LA QUINTA
TRIÁSICO

EXT

Intercalaciones de areniscas de grano grueso, limolitas,


5500
material tobáceo y algunas capas delgadas de caliza

PRE-TRIÁSICO BASAMENTO METAMORFICO

Figura 2.96. Columna estratigráfica del área del Bloque I con la sección del área de estudio, delimitada
con líneas en rojo, indicando la sección de las arenas C de la Formación Misoa. Tomado de
Estratigrafía del Bloque I entre el Mioceno y el Pre-Triásico (2000).

181
CAPÍTULO III

GEOFISICA APLICADA A LOS YACIMIENTOS DE HIDROCARBURO

3.1. Ondas sísmicas

Las ondas sísmicas son un tipo de onda elástica consistentes en la propagación


de perturbaciones temporales del campo de tensiones que generan pequeños
movimientos (diferenciales de volúmenes) en un medio determinado. Estas ondas
pueden ser generadas, no solo por movimientos sismicos, sino también artificialmente
con el uso de explosivos o camiones (vibroseis).

Cuando se produce la ruptura de una roca, se generan ondas que se propagan a


través de la Tierra, tanto en su interior como en su superficie. Básicamente existen
dos tipos de ondas llamadas Ondas Corpóreas, las cuales suelen llamarse ondas P y
S.

Las ondas P (primarias o primae del vocablo griego) son ondas longitudinales
o compresionales, lo cual significa que el suelo es alternadamente comprimido y
dilatado en la dirección de la propagación (Figura 3.1A) (Regueiro, 1997). Estas
ondas generalmente viajan a una velocidad 1,73 veces de las ondas S y pueden viajar
a través de cualquier tipo de material líquido o sólido. Sus velocidades típicas son
1450 m/s en el agua y cerca de 5000 m/s en el granito (Regueiro, 1997).

Las ondas S (secundarias o secundae) son ondas en las cuales el


desplazamiento es transversal a la dirección de propagación. Su velocidad es menor
que la de las ondas primarias. Debido a ello, éstas aparecen en el terreno algo después
que las primeras (Figura 3.1B) (Regueiro, 1997). Estas ondas son las que generan las
oscilaciones durante el movimiento sísmico y las que producen la mayor parte de los
daños. Sólo se propagan a través de elementos sólidos (Regueiro, 1997). La ecuación
matemática 3.1 que la define es:

182
λ + 2μ
VP = (3.1)
ρ

Donde λ es la longitud de onda y μ el modulo de corte.

Existe un tercer tipo de ondas, llamadas ondas superficiales debido a que sólo
se propagan por las capas más superficiales de la Tierra, decreciendo su amplitud con
la profundidad (Regueiro, 1997). Dentro de este tipo de ondas se pueden diferenciar
dos modalidades, denominadas ondas Rayleigh y ondas Love en honor a los
científicos que demostraron teóricamente su existencia. Su expresión matemática
(3.2) esta dada por:

μ
VP = (3.2)
ρ

Las ondas Rayleigh se forman en la superficie de la Tierra y hacen que las


partículas se desplacen según una trayectoria elíptica retrógrada (Figura 3.1C)
(Regueiro, 1997). En cambio, las ondas Love se originan en la interface de dos
medios con propiedades mecánicas diferentes; en este caso el movimiento de las
partículas es perpendicular a la dirección de propagación de la perturbación, similar a
las ondas S, pero solo ocurre en el plano de la superficie terrestre (Figura 3.1D)
(Regueiro, 1997).

3.2. Métodos sismicos

Los métodos sísmicos, se caracterizan en su totalidad por ser una técnica


geofísica que contiene un gran poder de resolución capaz de estudiar el subsuelo (de
manera profunda) mediante la propagación de ondas acústicas. Estas técnicas
geofísicas son unas de las más utilizadas en el mundo para la búsqueda y posterior
producción de hidrocarburos (Regueiro, 1997). También se pueden emplear para
definir acuíferos, y en ingeniería civil se usan fundamentalmente para calcular la
profundidad a la que se encuentra la roca firme.

183
A B

C D

Figura 3.1. Tipos de ondas sísmicas encontradas en el subsuelo producidas por una fuente de energía y
su forma de movimiento. A) Ondas P. B) Ondas S. C) Ondas Rayleigh y D) Ondas Love. Modificado
de Regueiro (1997).

Las ondas sísmicas empleadas en estos métodos son producidas utilizando una
fuente de muy alta energía (explosivos, vibraseis, entre otros) para luego medir con
equipos de grabación el tiempo transcurrido desde la generación de la onda hasta que
es recibida por los receptores (geófonos) en superficie (Regueiro, 1997).

Esta técnica usa la reflexión de ondas acústicas para crear una representación
del subsuelo (Regueiro, 1997). Tomando los tiempos de llegada y conociendo las
velocidades de propagación de las ondas, se puede reconstruir la trayectoria de estas;
el tiempo de recorrido depende de las propiedades físicas de las rocas y de la forma
como se encuentran dispuestas en el subsuelo (densidad, porosidad) (Regueiro,
1997). El objetivo de los métodos sísmicos es el de reconstruir la estructura que se
encuentra por debajo de la superficie y sus características físicas, como litologías y
fluidos presentes, a partir de la información grabada (tiempo, amplitud, cambios de
fase y frecuencia) (Regueiro, 1997). Un ejemplo de ello es el mostrado en la Figura

184
3.2, donde se aprecia la propagación de estas ondas sísmicas en el interior del
subsuelo. Tal como indica Regueiro (1997), los métodos sísmicos se basan en tres
grandes fases principales que son: 1) Adquisición, 2) Procesamiento y 3)
Interpretación.

La Adquisición es la generación y registro artificial de datos sísmicos. Una


fuente sísmica se considera como una explosión de dinamita, una pistola de aire
comprimido o una unidad vibradora, genera energía que viaja dentro de la Tierra
como distintos diferenciales de volúmenes que vibran y pasan a través de las capas de
roca subterráneas. Diferentes tipos de roca filtran las ondas sísmicas y parte de la
energía regresa a la superficie debido a la refracción o reflexión proveniente de las
superficies entre las distintas capas de roca (Regueiro, 1997), como puede ser
apreciado en la Figura 3.2.

RECEPTOR
FUENTE

GEOFONOS

ρ1V1
Onda Reflejada
ρ2V2
Onda Refractada
ρ3V3

ρ4V4

Figura 3.2. Propagación de ondas sísmicas en el subsuelo, cambiando de un medio a otro mediante los
procesos físicos de refracción y reflexión, emanadas de una fuente de energía y recepción para su
posterior procesamiento. Tomado de Análisis de Datos Sísmicos (2005).

185
Las ondas sísmicas (producidas por la fuente de energía) que regresan se
miden con receptores, los cuales registran las señales sísmicas en forma de ondas
electrónicas. Los geófonos son un tipo de receptor, que se utiliza en la tierra, en el
suelo marino o dentro de una perforación de pozo (como en un perfil sísmico vertical)
para registrar las señales sísmicas. Los geófonos utilizan una bobina o imán móvil,
como el que se usa en los micrófonos, para medir pequeñas vibraciones. Los
hidrófonos son otro tipo de receptor que se utilizan para medir los cambios en la
presión conforme el sonido viaja a través del agua. Asimismo, el formato de los
receptores está diseñado para minimizar el efecto del ruido que de otro modo puede
ocultar la señal sísmica (Regueiro, 1997).
El Procesamiento consiste en la elección y posterior aplicación de los
parámetros y algoritmos de tratamiento adecuados a los datos sísmicos adquiridos en
el campo (datos brutos) con el fin de obtener secciones sísmicas de calidad. El
objetivo fundamental de todo procesado multiseñal es aislar en los registros las
reflexiones de los otros eventos sísmicos que se superponen a ellas (ruido ambiental,
GR, onda aérea, etc.). Actualmente, debido al gran incremento del volumen de datos
(mayor capacidad instrumental) y al desarrollo de nuevos algoritmos (mayor potencia
de cálculo), el dominio de las técnicas de procesado es el pilar básico de la
prospección geofísica (Regueiro, 1997).

Luego de ejecutados los pasos anteriores (adquisición y procesamiento), se


generan los diferentes cubos sísmicos, los cuales requieren de su interpretación tanto
estructural como estratigráfica. Con la interpretación de la sísmica 3D, estos datos se
despliegan en una representación de tres dimensiones que permite a los usuarios
explorar los datos de diversas maneras. También pueden proporcionar información
sobre la zona circundante que puede no ser evidente con otras técnicas de mapeo
(Regueiro, 1997).

186
3.3. Impedancia acústica

La impedancia acústica Z es el producto de la velocidad de la onda P (Vp) y la


densidad de la roca (ρ) (ver ecuación 3.3), ambos parámetros pueden ser medidos
directamente mediante registros de pozo.

Z = ρV P (3.3)

Algunas de las ventajas que pueden ser recopiladas de la impedancia acústica son
(Regueiro, 1997):

-. Un modelo de impedancia acústica de buena calidad, contiene la información de los


datos sísmicos y la información esencial de los registros de pozo, siendo este modelo
de impedancia una vía para la integración de datos.

-. La impedancia está estrechamente relacionada con propiedades como: la porosidad,


la litología, el tipo de fluido de la roca, entre otros; por esta razón es común encontrar
relaciones empíricas entre la impedancia acústica y una o más de las propiedades de
la rocas. El modelo de impedancia acústica puede proporcionar la base para la
generación de modelos de facies 3-D y modelos de propiedades petrofísicas 3-D.

-. Debido a que la impedancia acústica es una propiedad de la capa, permite realizar


un mejor análisis de secuencias estratigráficas. Se atenúan los lóbulos de las
ondículas, eliminando falsos efectos estratigráficos.

-. Los datos de impedancia ayudan a una rápida y precisa interpretación del volumen
base, permitiendo la delineación rápida de los cuerpos objetivos dentro de un
yacimiento de hidrocarburo.

3.4. Coeficiente de Reflexión

El coeficiente de Reflexión esta relacionado con las amplitudes de la onda


reflejada y la incidente (Regueiro, 1997). La serie de reflectividad es una secuencia
de coeficientes de reflexión (Ri) ordenados por profundidad, debido a que la
propagación de las ondas en la tierra se rigen por parámetros elásticos de la misma

187
(Regueiro, 1997). Dichos coeficientes se encuentran en términos de la densidad (ρi) y
la velocidad compresional (Vpi) para cada interfase a una determinada profundidad
(Regueiro, 1997). Además simula una grabación de una reflexión sísmica como
incidencia normal, con una fuente y receptor en la superficie, a partir de una
estructura geológica que consiste en dos estratos horizontales planos, de una
composición homogénea e isotrópica (Regueiro, 1997). Para ello, el coeficiente de
reflexión en el límite entre dos capas i y i+1, considerando que la capa i suprayace a
la capa i+1, viene dado por:

ρ i +1Vi +1 − ρ iVi Z t +1 − Z t
R= = (3.4)
ρ i +1Vi +1 + ρ iVi Z t +1 + Z t

Para la Figura 3.2 se tendría una expresión matemática para el Coeficiente de


Reflexión de la forma: R = (ρ2V2-ρ1V1)/(ρ2V2+ρ1V1), esto es para la primera interfase
relacionada con las impedancias acústicas ρ1V1 y ρ2V2.

Cuando la incidencia de las ondas sísmica no son de forma normal, el


coeficiente de reflexión depende de otros parámetros, como las velocidades de ondas
S y es función del ángulo de incidencia en las ecuaciones de Zoeppritz (Regueiro,
1997). Pero esta serie se obtiene en profundidad, por lo tanto es necesario convertir la
escala a tiempo doble de viaje de las ondas para poder ser convolucionada con una
ondícula fuente y así generar el sismograma sintético que posteriormente es
correlacionado con las secciones sísmicas (Regueiro, 1997).

3.5. Ondicula Sísmica

La ondícula sísmica es considerada como un pulso unidimensional, que


representa la forma de la reflexión en el dominio del tiempo de un reflector positivo
en el caso de incidencia normal, la cual es definida por su espectro de amplitud
(amplitud vs. frecuencia) y su espectro de fase (fase vs. frecuencia) (Análisis de
Datos Sísmico, 2005).

188
La ondícula sísmica es originada por un paquete de energía proveniente de
una determinada fuente (dinamita, vibroseis, cañón de aire, etc.), con un origen en un
tiempo específico, y que regresa a los receptores como una serie de eventos
distribuidos en tiempo y energía. La distribución de los eventos es función de los
cambios de velocidad y densidad en el subsuelo, y la posición relativa de la fuente y
el receptor (Análisis de Datos Sísmicos, 2005).

La energía que regresa a los receptores no debe exceder a la que fue


introducida en el subsuelo, debido a que la misma decae con el tiempo en cada
geófono que capta la ondícula cuanto más estratificado esté el medio. Las ondículas
también pierden energía debido a la disipación de calor durante la propagación
(Análisis de Datos Sísmicos, 2005).

3.6. Tiros de Verificación (Check-Shots)

Es un registro que indica la medición del tiempo de viaje desde la


superficie hasta una profundidad conocida (Análisis de Datos Sísmicos, 2005). La
velocidad de la onda P es medida directamente en cada formación de interés haciendo
uso de geófonos, generando un pulso de energía en la superficie y grabando la señal
resultante de la misma (Análisis de Datos Sísmico, 2005). A partir de estos registros
se generan las curvas T-Z, es decir, las curvas Tiempo-Profundidad. Dichas curvas
dan valores directos de velocidad promedio, al dividir la profundidad por el tiempo
correspondiente. Esto puede ser representado en la Figura 3.3 (Análisis de Datos
Sísmicos, 2005).

189
FUENTE
Curva Tiempo-Profundidad (T-Z)

Tiempo [ms]

Profundidad [pies]

Figura 3.3. Ilustración de los tiros de verificación (Check-Shots) para la construcción de la tabla T-Z
que asocia el Tiempo [T] de los datos sismicos con la Profundidad del pozo [Z]. Los Check-Shots son
utilizados para la calibración de los sismogramas sintéticos ayudados con la información de los topes
de las formaciones geológicas. Tomado de Análisis de Datos Sísmicos (2005).

3.7. Sismogramas Sintéticos

Es la reconstrucción de una traza sísmica en la dirección del pozo, mediante la


convolución de la serie de reflectividad generada por el subsuelo y la ondícula fuente
(Análisis de Datos Sísmicos, 2005). Esto se conoce como modelo convolucional de la
serie de reflectividad (Regueiro, 1997), la cual viene dada por la ecuación 3.5:

S (t ) = w(t ) ∗ r (t ) + n(t ) (3.5)

190
Donde: S(t) es la traza sísmica, w(t): la ondícula, r(t): serie de reflectividad, n(t):
ruido aditivo. Figura 3.4A muestra la manera de elaborar un sismograma sintético
mediante el modelo convolucional y la Figura 3.4B un análisis típico en la cuenca del
Lago de Maracaibo con los registros de pozos convencionales: sonico, rayos gamma
y densidad.

A B

Figura 3.4. Sismograma Sintético. A) Modelo convolucional de la traza sísmica para la elaboración del
ajuste sísmica-pozo B) Elaboración de un sismograma sintético tipo en la cuenca del Lago de
Maracaibo. Tomado de Escalona (2003).

3.8. Resolución sísmica vertical

La resolución sísmica vertical está definida como la menor distancia vertical


entre dos interfaces litológicas que produce dos reflexiones discretas, las cuales
pueden separarse visualmente. Ésta se deriva de la longitud de la onda y depende en
gran parte del contenido de frecuencia de la señal, velocidad de propagación acústica
y de la resolución señal-ruido (Análisis de Datos Sísmicos, 2005).

191
Cuando se habla de la ubicación o caracterización de una arena en particular
productora de hidrocarburo o un estrato, es importante definir el criterio de resolución
sísmica vertical, donde la misma concierne al espesor mínimo de una capa, en la cual
las reflexiones provenientes de su tope y de su base pueden ser distinguidas. Con base
en el criterio utilizado por Rayleigh, dos interfaces son resueltas si existe como
mínimo una distancia de λ/2 entre ellas, (λ la longitud de la onda), siendo esta la
cantidad que definiría la resolución sísmica (Análisis de Datos Sísmicos, 2005). Para
capas cuyo espesor es menor a λ/2, las reflexiones del tope y la base se solapan en
tiempo y no pueden ser separadas.

En una relación señal/ruido alta, la resolución sísmica puede mejorar (alta


frecuencia), definiendo un espesor de λ/4, en el cual la última mitad de la reflexión
del tope se solapa con la primera mitad de la reflexión de la base (Análisis de Datos
Sísmicos, 2005). Esto se le conoce como espesor de entonación, y lleva a una
reflexión muy pronunciada, con el doble de la amplitud de una reflexión normal
(Análisis de Datos Sísmicos, 2005). A medida que las capas se hagan más delgadas
que λ/4, la forma de la onda se mantiene más o menos igual, pero la amplitud
disminuye al igual que el espesor. Para un espesor cero, no existe respuesta alguna.
Su expresión viene dada por:

λ V
RV = = (3.6)
4 4f

donde RV es la resolución vertical; λ la longitud de onda; V la velocidad de


propagación de la onda y f ; la frecuencia de oscilación.

3.9. Atributos sísmicos en la caracterización de yacimientos

En años anteriores se consideraba que los datos sismicos eran utilizados


convencionalmente para la interpretación geologica-estructural. Sin embargo, Telford
et al. (1976) es sus estudios asoció los cambios en las respuestas sísmicas con
contrastes y/o características litológicas, geológicas y con los patrones de

192
sedimentación. Por otra parte Taner et al. (1979), expresa que la traza sísmica puede
ser vista como la parte real de una traza sísmica compleja, lo cual permite la
separación entre la envolvente de la amplitud y la información de fase, además
permite el calculo de las frecuencias instantáneas.

De manera general los atributos sísmicos son medidas específicas de


características geométricas, cinemática, dinámicas o estáticas provenientes de los
datos sísmicos de pre-apilamiento o post-apilamiento. Los atributos pueden presentar
información fundamental de la data sísmica: tiempo, amplitud, frecuencia y
atenuación (Telford et al., 1976).

El objetivo de trabajar con los atributos sísmicos es el de extraer de la sísmica


suficiente información que permita al interprete mejorar el análisis y caracterización
del yacimiento.

Existen atributos que pueden reflejar fenómenos físicos explicables


(amplitudes, tiempo de transito, frecuencia, etc.), mientras que otros no pueden ser
definidos como procesos físicos aceptables (promedio de la frecuencia instantánea,
amplitudes combinadas de varios eventos, etc.) y/o procesos de presentación gráfica
de la información (Telford et al., 1976). En la práctica se analizan ambos tipos,
buscando una correlación entre estos y propiedades petrofisicas estimadas de
registros de pozos. A continuación se pueden mencionar algunos tipos de atributos
descritos en el Análisis de Datos Sísmicos (2005):

Amplitud Sísmica: esta función lee el valor de la amplitud de la traza a un


horizonte en tiempo o profundidad. El cálculo del atributo es realizado en el horizonte
interpretado, a un tiempo fijo o ajustando el horizonte a un evento (pico, valle, corte
en amplitud). Permite observar cambios litológicos importantes, discontinuidades y
límites asociados a cambios significativos. Los cambios laterales muy marcados
pueden estar asociados a fallamiento o a la presencia de hidrocarburos. Este atributo
es utilizado para identificar puntos brillantes “bright spots” y puntos tenues “dim
spots” asociados a acumulaciones de gas.

193
Descomposición Espectral: La descomposición espectral representa una
poderosa herramienta al momento de trabajar en campos que poseen capas muy
delgadas y difícilmente pueden ser detectadas con métodos de interpretación sísmica
convencional. Este método permite detectar las características estratigráficas y
estructurales sutiles sobre una gama de frecuencias, además permite identificar
estructuras que sirven de trampa para hidrocarburo y las capas delgadas debajo del
espesor de sincronización sísmica bajo una resolución determinada.

Este tipo de atributos sismicos utilizan ventanas de tiempo fijas (número de


muestras fijas y determinable), para la cual es posible usar filtros para un determinado
rango de frecuencia en lugar de filtros para rango de tiempo, y de esta manera fijar el
rango de frecuencias que se desea utilizar para posteriores análisis.

Los métodos basados en la “Ondícula”, es un tipo especial de transformada de


Fourier que representa una señal en términos de versiones trasladadas y dilatadas de
una onda finita (denominada ondula madre). La efectividad de este método depende
fuertemente de la ondícula seleccionada como base. Entre estos métodos se podrían
mencionar la transformada continua de ondículas, la cual escala la ondícula base y
luego la convolusiona con una señal a través de una ventana de diferentes
dimensiones; la transformada discreta de ondículas que se caracteriza por usar dos
ventanas, una de altas y otra de bajas frecuencias que permiten alcanzar niveles
deseados de descomposición a través de un proceso cíclico entre las dos ventanas; y
la descomposición por búsqueda por ajuste, mejora la limitada resolución temporal y
mantiene la alta precisión de los métodos de su tipo por medio de la búsqueda del
mejor ajuste entre la composición lineal de ondículas básicas de un diccionario y la
señal.

Cuadratura de la Amplitud: Representa la parte imaginaria de la traza


sísmica y es encontrada usando la transformada de Hilbert sobre la traza real. Se
aplica para identificar puntos brillantes y en análisis AVO (Variación de la amplitud
con respecto a la distancia fuente-receptor).

194
Intensidad de la reflexión: La amplitud de la traza compleja es conocida
como la intensidad de la reflexión o también como la función envolvente. Este
atributo es regularmente usado para identificar puntos brillantes “bright spots”,
puntos tenues “dim spots” y puntos lisos “flat spots” u otros cambios laterales de
litología, contenido de fluidos o cambios estratigraficos.

Fase Instantánea: Es definida como la fase de la traza compleja y es


independiente de la intensidad de la reflexión, por lo tanto puede resaltar la
continuidad de un evento, si la señal es muy ruidosa. Se usa para mostrar patrones
depositacionales: acuñamientos, discordancias angulares, zonas de engrosamiento y
afinamiento, solapamiento regresivo “offlap”, solapamiento transgresivo “onlap”,
difracciones y la interferencia de eventos con diferente buzamiento.

Frecuencia Instantánea: Puede suministrar información sobre la frecuencia


característica de los eventos, efectos de absorción, fracturamiento y espesores
depositacionales. La superposición de reflexiones individuales puede generar un
modelo de frecuencia que caracteriza a la reflexión compuesta, y su carácter variará
gradualmente así como la litología o el espesor en la secuencia de estratos. Los
acuñamientos y los bordes de interfaces de fluidos (agua-petróleo), por lo general
cambian rápidamente su frecuencia instantánea.

Atributo Sísmico de Buzamiento (Dip): Un mapa de buzamiento muestra la


magnitud del gradiente tiempo. Se construye comparando cada muestra del horizonte
en dos muestras adyacentes en direcciones ortogonales.

Atributo Sísmico de Rumbo (Azimuth): Este atributo muestra la dirección de


la máxima pendiente. El mapa de rumbo se construye comparando cada muestra del
horizonte con dos muestras adyacentes en direcciones ortogonales.

Atributo Sísmico de Segunda Derivada (Edge): La segunda derivada enfatiza


las discontinuidades en una imagen, detecta los cambios de buzamiento en un
horizonte, usando un algoritmo distinto al usado para calcular mapas de buzamiento.

195
La segunda derivada implica la comparación de puntos alrededor de una sola muestra
puntual en una imagen original.

Cubo de Coherencia: La técnica del cubo coherente se aplica para la


detección de la discontinuidad de los acontecimientos de las ondas sísmicas, para la
identificación de fallas. Es una medida basada en la similitud entre las formas de las
ondas o trazas sísmicas. Este atributo mide los cambios entre las trazas vecinas.
Dichos cambios pueden estar asociados a términos de frecuencia, amplitud y fase,
producidos por los contrastes de impedancia acústica. Alta coherencia simboliza
continuidad, mientras que baja coherencia indica fracturas o fallas en los sedimentos
depositados (Marfurt y Chopra, 2007).

196
CAPITULO IV

METODOLOGIA APLICADA

4.1. Recopilación de información: trabajos previos, datos sísmicos y geológicos

4.1.1. Documentación previa

Para el desarrollo de esta investigación se tomó en cuenta la información


existentes en la base de datos de la empresa (PDVSA, S.A), donde se hizo gran
hincapié en la recopilación de la data existente en pozos productores con análisis
geológico e información de registros eléctricos, trabajos previos en el área bajo la
supervisión de PDVSA (Estudios Integrados), interpretaciones sísmicas 2D y 3D en
los levantamientos existentes junto al análisis de cubos sísmicos, dando lugar así con
los requerimientos que soportaron las interpretaciones sísmico-estructurales en este
estudio.

Es importante mencionar que en el área de estudio del Bloque I Lagomar se


cuenta con poca información referente a trabajos realizados anteriormente, solo se
tienen dos Estudios Integrados de manera local, y que fueron desarrollados por la
empresa Fugro-Jason, bajo supervisión de Petróleos de Venezuela, S.A entre los años
2007-2009 y que abarcó toda la columna estratigráfica del Eoceno. Por otro lado
existen algunos trabajos como los de Contreras, (2008); Jaramillo, (2009) y Zerpa,
(2011) que han aportado valiosas interpretaciones en algunas zonas pertenecientes al
Bloque I, analizándolos cuidadosamente para establecer un mejor ajuste de todas las
interpretaciones estructurales desarrolladas en este estudio.

Las áreas mayormente estudiadas del Bloque I son VLA-6/9/21 (Figura 4.1) y
VLA-31/243/245 (Figura 4.2). Solo el área VLA-6/9/21 del Flanco Este colinda con
el Flanco Oeste, donde este último no tiene interpretación sísmica. Por tanto, se
considera importante realizar la unificación de las dos áreas en búsqueda de
prospectividad.

197
LEVANTAMIENTO
SISMICO N

FLANCO OESTE FLANCO ESTE

Falla Lama-Icotea
Area
VLA-6/9/21

BLOQUE I
BLOQUE II

BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

3 km
BLOQUE VIII

Figura 4.1. Ubicación y limites del Proyecto de Estudios Integrados del Área VLA-6/9/21 al norte del
Bloque I, y que comprende solo el Flanco Este de la Falla Lama-Icotea. Modificado del Manual de
Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).

198
LEVANTAMIENTO
SISMICO N

FLANCO OESTE FLANCO ESTE

Falla Lama-Icotea

Area
VLA-31/243/245

BLOQUE I
BLOQUE II

BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

3 km
BLOQUE VIII

Figura 4.2. Ubicación y limites del Proyecto de Estudios Integrados del Area VLA-31/243/245 al sur
del Bloque I y que comprende solo el Flanco Oeste de la Falla Lama-Icotea. Modificado del Manual de
Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).

Uno de los aportes adicionales del presente trabajo es unificar e integrar la


interpretación sísmica-estructural de ambos Flancos de la falla Lama-Icotea. Estos
flancos a las cuales hacemos referencia, son divididos por dicha falla en el Bloque I
de la Unidad de Explotación Lagomar, las cuales son denominados como Flanco
Oeste (sector deprimido “graben”) y Flanco Este (sector levantado “horst”) (ver
Figura 4.3, para su ubicación en planta).

199
LEVANTAMIENTO
SISMICO N

FLANCO OESTE FLANCO ESTE


Area
VLA-16/33

Falla Lama-Icotea

Area
VLA-062 Area
VLA-6/9/21

Area
VLA-031

Area
VLA-243/245

BLOQUE I
BLOQUE II

BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

3 km
BLOQUE VIII

Figura 4.3. Ubicación en planta de los Flancos Este y Oeste de la falla Lama-Icotea dentro del Bloque
I del Campo Lagomar y los limites de las áreas productivas que involucran el estudio (Area VLA-031,
VLA-062, VLA-16/33, VLA-6/9/21 y VLA-31/243/245). Modificado del Manual de Ubicación de los
Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).

Para desarrollar este trabajo se recopiló la información existente y necesaria,


ya que no se cuenta con un modelo estructural del área norte del Bloque I, más
específicamente del área oeste (VLA-062, VLA-16/33, ver Figura 4.3). Por ende, es
necesario estudiar el comportamiento tectónico de esta zona para promover el
desarrollo de la misma y evaluar mediante el modelado sísmico 3D el
comportamiento de sus estructuras, su fallamiento principal; unificando además la
data obtenida en los proyectos de Estudios Integrados VLA-6/9/21 y
VLA-031/243/245 para verificar la existencia de la inversión estructural de la cuenca.

200
Estos proyectos fueron desarrollados en el ala oeste y sur-oeste del Bloque I
respectivamente (ver líneas punteadas en rojo de las Figuras 4.1 y 4.2), tomando en
cuenta toda la columna sedimentaria del Eoceno (ver Figura 2.96), estando limitada
entre la Discordancia del Eoceno (ER-EO) y la Discordancia del Paleoceno (ER-PC).

Por otro lado, es de suma importancia mencionar que no se cuenta en el área


con la suficiente información para determinar y analizar un estudio geomecánico en
la zona (análisis de esfuerzo) y estimar con gran exactitud la magnitud y dirección de
los esfuerzos máximos y mínimos en sitio, sin embargo, existe un trabajo importante
que ha sido utilizado para estudiar estos campos de esfuerzos, junto a la información
de algunos pozos con registros especiales (imágenes acústicas, caliper de 6 brazos), el
cual es enfocado en la columna sedimentológica del Eoceno-Inferior y Cretáceo
(Grupo-Cogollo). Este trabajo se titula: Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y
Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo (2009), el cual fue
desarrollado en las instalaciones de PDVSA, S.A con el apoyo de Petro-Vietnam. El
estudio de este proyecto abarca toda el área del Bloque I y XII (Unidad de
Explotación Lagomar), incluyendo una gran parte de los Bloques IX y X que
colindan con la Unidad Lagomar y que pertenecen a la Unidad Lagomedio.

Para el análisis del campo de esfuerzos y la interpretación sismica-estructural


en el área de Lagomar se usaron los siguientes pozos que contenían la información
mas importante: UD-0779, VLA-0233, VLA-0710, VLA-0711, VLA-0722,
VLA-0724, VLA-0734, VLA-0808, VLA-0810, VLA-0915, VLA-1402, VLA-1453,
VLA-1489, VLA-1499, VLA-1546, VLA-1548, VLA-1555, VLA-1556 y VLA-
1562. El resto de la mayoría de los pozos en el área de estudio fueron utilizados en
gran medida para el ajuste de la discordancia del Eoceno y tope-base del yacimiento
de interés C-4. Pocos pozos atravesaron toda la columna sedimentaria del Bloque I,
sin embargo, los pozos UD-0779, VLA-0710, VLA-0711, VLA-0722, VLA-0808,
VLA-0810, VLA-1453, VLA-1402 y VLA-1562 llegaron hasta la Formación Río
Negro de edad cretácica, considerándolos de suma importancia para el ajuste de los
marcadores sísmicos de los niveles superiores (Paleoceno-Eoceno).

201
4.1.2. Carga de datos

Para la elaboración de este estudio se usó una estación de trabajo bajo


ambiente LINUX, utilizando un software especializado de la Plataforma Landmark
conocido con el nombre OpenWorks. Estas estaciones de trabajo tienen la capacidad
de manejar y almacenar la información para el despliegue de las diferentes líneas
sísmicas; tanto líneas, trazas y líneas arbitrarias en diferentes direcciones de
interpretación, manejar fácilmente el despliegue de atributos sismicos y además la
visualización del modelo sismico-estructural en 3D, permitiendo un mejor análisis de
los diferentes estilos estructurales encontrados durante el estudio.

Los datos con la información geológica de pozos, tales como: registros


eléctricos, topes geológicos, tiros de verificación (checkshot) etc, fueron cargados en
un proyecto geológico denominado “LMA_VLA_ATICO”, el cual se encuentra
asociado directamente a un proyecto sísmico de nombre “hfi_lma” que contiene toda
la información de la data sísmica 3D de la Unidad de Explotación Lagomar, que
contiene los Bloques I (área de estudio), II y XII, incluyendo el volumen de los datos
sísmicos en baja frecuencia (cubo prstk.3dv) y alta frecuencia (cubo hfi32.3dv). Aquí
se utilizaron ambos cubos sísmicos para llevar un mejor seguimiento y control de las
interpretaciones de fallas y horizontes.

Se creó una lista de pozos llamada “GM-VLA-62-6921” donde se procedió a


cargar todos los pozos que involucraban las áreas de estudio tales como:
VLA-031/243/245, VLA-6/9/21, VLA-062 y VLA-16/33. En estas áreas se involucró
tanto los pozos someros como profundos, con la finalidad de garantizar una mayor
exactitud en los amarres sísmica-pozo con las diferentes discordancias (Eoceno-
Paleoceno) y también eventos pertenecientes al Cretáceo, como el tope de Socuy.
Todo esto para ajustar con mayor precisión la Unidad productora C-4 de Edad
Eoceno, la cual pertenece al área de estudio. La Figura 4.4 muestra los pozos que
fueron tomados en consideración para los análisis del trabajo.

En este estudio se utilizaron particularmente los topes oficiales de los pozos


que fueron obtenidos directamente de los ya perforados, los cuales son incorporados

202
una vez que se hacen los respectivos análisis del muestreo de “ripios” que llegan a la
superficie durante la construcción del mismo; evidentemente con personal
especializado en esta rama geológica, y que pueden dar una buena aproximación de la
ubicación de la formación o evento estratigrafico en sitio, analizando directamente las
muestras de canal proveniente de los ripios.

POZOS

AREA DE ESTUDIO

BLOQUE II

BLOQUE I
3 km. BLOQUE X

BLOQUE XII

Figura 4.4. Ubicación de los pozos en las áreas VLA-031, VLA-062, VLA-16/33 y VLA-31/243/245
que incluye la zona donde se efectuó el trabajo. En total son 426 pozos activos. Modificado del Manual
de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).

Todos los datos fueron cargados de manera específica y con sumo cuidado en
los sistemas computarizados de servidores y sistemas remotos de red bajo ambiente
UNIX y LINUX, siendo este último el utilizado en este trabajo. Cabe destacar que a
estos programas se les puede atribuir un alto rendimiento, desempeño y fluidez para
el manejo de un gran volumen de datos, sobre todo en las interpretaciones sísmica 3D

203
y sus análisis de atributos, los cuales fueron estudiados, y que requieren gran
capacidad de memoria.

Por otro lado, los paquetes operativos o software para ejecutar el proyecto son
los de la Plataforma Landmark ya disponibles en la empresa, entre los que ameritan
mención: SeisWorks, Syntool, Geoprobe, TDQ, PostStack/PAL, Stratwork y Z-MAP
Plus/PowerView, todos ellos bajo el ambiente computarizado LINUX. A
continuación se describirá brevemente el uso de cada una de estas herramientas:

OpenWorks: consiste en una base de datos que tiene la particularidad de


manejar varios proyectos de Estudios Integrados con gran volumen de información,
entre los cuales se destacan: interpretación de datos sismicos, carga de registros de
pozos, datos sísmicos procesados y de navegación, información de mapas, análisis
geológico, datos de producción y perforación, etc.

SeisWorks: esta aplicación se encuentra diseñada para la interpretación de


datos sismicos 2D y 3D, la cual fue una de las herramientas mas utilizadas para la
elaboración de este trabajo, permitiendo: la interpretación de horizontes sísmicos
dentro del volumen 3D y las fallas geológicas junto a sus polígonos que caracterizan
su dirección y buzamiento, la interpolación de horizontes luego de la elaboración del
mallado, la generación de atributos sismicos estructurales, entre otras actividades
dentro del trabajo.

Syntool: esta herramienta permitió la elaboración de sismogramas sintéticos


para la calibración sísmica-pozo, ya que nuestra data sísmica viene dada en tiempo y
la de pozo en profundidad, estableciendo además el cálculo de la ondícula adecuada
al área donde se desarrolló la interpretación.

Geoprobe: permite visualizar las interpretaciones sísmicas en 3D para obtener


una mejor perspectiva de la evolución tectónica de un área determinada, comparando
dicha interpretación con la arrojada por el volumen sísmico. Además, dentro del
mismo programa se pueden desarrollar atributos sismicos y estructurales para todo el
cubo sísmico utilizado en un área determinada. Esta aplicación tiene la ventaja de

204
rotar el volumen de la interpretación tridimensional en cualquier dirección en el
espacio, lo que permite ubicar con mayor exactitud los prospectos a explotar.

TDQ: se utiliza para la conversión tiempo-profundidad de las interpretaciones


de fallas y horizontes.

PostStack/PAL: se utiliza para el cálculo de la frecuencia dominante utilizada


en la estimación de la resolución vertical de la sísmica.

Stratwork: esta aplicación esta diseñada para la interpretación geológica, y se


utilizó para la elaboración de las secciones estructurales.

Z-MAP Plus/PowerView: se utilizó para la corrección de los mapas


estructurales en profundidad junto a los topes de los pozos del área.

4.1.3. Incorporación de cubos sísmicos

Para este trabajo se utilizaron los datos del procesamiento sísmico natural
(cubo de baja frecuencia) de campo y el reprocesamiento sísmico elaborado por la
empresa Geotrace y aplicado al cubo sísmico de baja frecuencia adquirido en el año
1990 por Petróleos de Venezuela, S.A (PDVSA). Este reprocesamiento fue
identificado como HFI (High Frequency Imaging), mejorando notoriamente la
resolución vertical y lateral de la sísmica 3D para el análisis estructural y
estratigráfico. Se estima interpretar aquellos horizontes equivalentes a la Unidad C-4
(tope, base y arenas objetivo), los cuales serán correlacionados con la información
geológica mediante el amarre sísmica-pozo haciendo uso de los CheckShot y
sismogramas sintéticos; tomándose en consideración los cubos sísmicos de baja
frecuencia prstk08.3dv (adquirido por PDVSA, S.A) y alta frecuencia hfi_lma.3dv
(reprocesado por Geotrace). Estos horizontes serán mapeados con el objetivo de
visualizar y definir el marco estructural del área. La Figura 4.5 muestra un ejemplo
del cubo sísmico utilizado de alta frecuencia en el visualizador 3D (Geoprobe), el
cual permite desplegar en diferentes ángulos las interpretaciones sísmicas en distintas
direcciones. Con esta herramienta se pueden ubicar de manera más fácil y confiable

205
los pozos que drenarían las reservas remanentes de petróleo, una vez que se ha
desarrollado y analizado la interpretación sísmica-estructural del área.

Escala Sísmica

Cubo Sísmico 3D

2 km

Figura 4.5. Cubo sísmico en HFI (High Frequency Imaging) del área Lagomar donde se incluye el
Bloque I del área de estudio. Imagen tomada de la herramienta Geoprobe (visualizador 3D) de la
Plataforma Landmark.

4.2. Análisis y calibración sísmica-pozo

4.2.1. Construcción de sismogramas sintéticos

Cabe recordar que el sismograma sintético permite relacionar la escala vertical


de las líneas y trazas sísmicas (expresadas en tiempo doble de la onda sísmica), con la
data de los pozos tomada en profundidad, es decir, la correlación de los datos
sísmicos con los registros de pozos. Esta relación entre ambos datos se conoce
tradicionalmente como “ajuste tiempo-profundidad o sísmica-pozo”. Es necesario e

206
indispensable entonces el trabajo directo entre la geología y la sísmica, por lo que
estas disciplinas deben estar unidas a la hora de caracterizar una asociación de
estratos o la secuencia de capas depositadas dentro de un yacimiento.

Es de suma importante mencionar en este trabajo que nuestros yacimientos a


nivel de los diferentes eventos tectónicos y estratigráficos de la Cuenca de Maracaibo
(Mioceno-Eoceno-Cretaceo) son esencialmente muy heterogéneos, lo cual significa
que los topes geológicos de los diferentes pozos utilizados para la calibración
sismica-pozo, y que fueron ajustados a los diferentes niveles estratigraficos de dichas
formaciones, se deben denotar como “equivalentes”; esto se debe a que siempre
existe un margen de error entre la sísmica y el pozo que podría oscilar ente un 10% y
20%. Este tipo de resultado es de esperarse ya que estamos hablando de unidades de
medición físicamente diferentes y que además existen fenómenos en sísmica como
efectos de bordes, atenuación, disipación y perdidas de energía de las ondas P y S
dentro de la adquisición, que pueden afectar directamente la ubicación exacta de las
capas desde el punto de vista sísmico, lo que representaría una interpretación sísmica
aproximada a ese nivel o capa en particular. Por tales razones, se habla de reflectores
sismicos “equivalentes” o aproximados a su nivel geológico correspondiente.

Los ajustes tiempo-profundidad realizados con los sismogramas sintéticos se


desarrollaron de manera rigurosa para tratar de obtener una mejor precisión entre
ambos valores. Esta calibración también se encuentra asociada a las variaciones
areales (lateral y vertical) en las propiedades de la roca (velocidad de propagación,
densidad, espesores, fluidos etc.) dentro de la columna del Eoceno (área de estudio),
ya sea por las deformaciones tectónicas o por los efectos de la Erosión post-eocena, la
cual se identificó a escala regional.

La Figura 4.6 muestra un ejemplo de uno de los sismogramas sintéticos tipo


realizado al pozo VLA-0233 (Flanco Oeste), donde se indica el amarre con las
diferentes trazas sísmicas y registros eléctricos asociados al evento geológico
equivalente dentro del Eoceno y que posteriormente son correlacionados con los
reflectores sísmicos.

207
Sismograma Sintético VLA0233

Figura 4.6. Sismograma sintético realizado al pozo VLA-0233 (Flanco Oeste), indicando los
marcadores geológicos a nivel del Eoceno y la característica particular de la traza sísmica a nivel de la
Unidad productora C-4, la cual presenta una respuesta sísmica con polaridad negativa. Imagen tomada
de la herramienta Syntool de la Plataforma Landmark para los ajustes sísmica-pozo.

Por otro lado, fueron utilizados adicionalmente los datos de la calibración


sismica-pozo desarrollada por la empresa contratista Fugro-Jason (en conjunto con la
supervisión de PDVSA, S.A), en una de nuestras áreas del Bloque I Lagomar,
específicamente el área VLA-6/9/21 y que pertenece al Flanco Este, limitada esta área
a su vez por la falla Lama-Icotea al oeste y al este por la Falla del Este. El pozo
VLA-1548 es utilizado como ejemplo para el ajuste en el Flanco Este (Figura 4.7).
Allí se extrajo la mejor estimación de ondícula para la interpretación de las diferentes
secuencias estratigráficas de toda la columna del Eoceno, incluyendo tope y base de
la Unidad C-4 (área de estudio), la discordancia del Eoceno y Paleoceno. Cabe
destacar que la calibración sísmica del tope y base de C-4 mediante el método

208
utilizado por dicha contratista, se aproxima bastante bien con los topes ajustados por
el programa OpenWorks (Syntool).

Figura 4.7. Sismograma sintético realizado al pozo VLA-1548 (Flanco Este), indicando los marcadores
geológicos a nivel del Eoceno y la característica particular de la traza sísmica a nivel de la Unidad
productora C-4, la cual presenta una respuesta sísmica con polaridad negativa. Tomado del Informe
Final de la Fase II del Proyecto VLA-6/9/21 Estudios Integrados-Lagomar (2008).

4.2.2. Determinación del espectro de amplitud y frecuencia

Dentro de las interpretaciones sísmicas es muy importante determinar los


valores de amplitud y frecuencia dominante, ya que estos datos nos permiten estimar
hasta donde se puede extraer información de los levantamientos sísmicos a la hora de
desarrollar cualquier interpretación dentro de un Estudio Integrado de yacimiento.

Para el área norte del Bloque I de la unidad de explotación Lagomar, se


procedió a realizar un análisis de amplitudes y frecuencia de la data sísmica mediante
las aplicaciones SynTool y PostStack/PAL pertenecientes a la Plataforma Landmark,
la cual pueden determinar el espectro (amplitud y frecuencia) de la ventana de tiempo
seleccionada en el intervalo correspondiente en una sección sísmica del área. Se
seleccionaron estratégicamente líneas sísmicas que favorecieran los dos flancos de la

209
falla Lama-Icotea (Oeste y Este), de tal forma que los valores involucrados sean de
zonas altamente deformadas y poco deformadas, pudiendo así calcularse un promedio
de estos datos. La Figura 4.8, muestra el espectro de frecuencia tomado de la línea
sísmica 737 que atraviesa toda la estructura tipo del área de estudio en dirección O-E.
Allí se puede observar que la frecuencia dominante para el cubo de HFI (Alta
Frecuencia) oscila aproximadamente en 50 Hz.

Figura 4.8. Promedio del espectro en frecuencia del área de estudio en la línea sísmica 737 asociado al
levantamiento sísmico 3D en HFI. Tanto la imagen superior como inferior muestran los espectros en
frecuencia dominante y fase del área de la Falla Lama-Icotea del sector mas y menos deformado
(Flanco Este) respectivamente. Las líneas punteadas en blanco denotan las zonas donde se realizó el
cálculo de la frecuencia. El valor cuantitativo de la misma se encuentra en el orden de
aproximadamente 50 Hz. Imagen tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma
Landmark para el calculo de frecuencia.

210
El promedio de esta frecuencia es tomado justamente en el área central de la
interpretación, donde se mantiene el corredor estructural de la Falla Lama-Icotea
junto al anticlinal en forma de estructura en flor positiva ubicado en el sector.

También se determinó la frecuencia dominante del cubo sísmico de baja


frecuencia, el cual fue utilizado dentro de la interpretación sísmica para estimar la
tendencia de algunos espesores de capas donde se observaban discontinuidades
laterales con el modelo de alta frecuencia. Esto es importante tomarlo en cuenta ya
que los datos del cubo sísmico prstk08.3dv de baja resolución (adquirido por PDVSA,
S.A) son los datos de la adquisición original del levantamiento sísmico con su
respectiva frecuencia dada en el campo. La frecuencia dominante observada para este
cubo sísmico oscila entre 20-25 Hz aproximadamente; esto puede ser observado en el
gráfico del espectro en frecuencia de la Figura 4.9.

Figura 4.9. Espectro en frecuencia del área de estudio en la línea sísmica 736 del cubo sísmico de baja
frecuencia prstk08.3dv. Las líneas punteadas en blanco denotan las zonas donde se realizó el cálculo de
la frecuencia. El valor cuantitativo de la misma se encuentra entre 20-25 Hz aproximadamente. Imagen
tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma Landmark para el calculo de frecuencia.
Imagen tomada de la herramienta Post/Stack/PAL de la Plataforma Landmark para el calculo de
frecuencia.

211
4.2.3. Resolución sísmica vertical

La resolución sísmica vertical es uno de los parámetros más importantes para


dar inicio a la interpretación sísmica y caracterización de un yacimiento de
hidrocarburo. Este valor cuantitativo permite estimar hasta donde se puede extraer la
información necesaria de la sísmica para dar respuesta al modelado de los eventos
tectónicos y estratigraficos que fueron consecuencia de la evolución de una cuenca
sedimentaria. Para este trabajo se tomó en consideración la frecuencia dominante
(Fdom) del espectro de frecuencia discutido en el punto anterior y las velocidades
interválicas (Vint) en los sedimentos depositados de edad eocena; todo ello con la
finalidad de calcular la longitud de onda (λ) proveniente de la ondícula del nivel
mencionado. Recordemos que la resolución vertical de los datos sísmicos es
aproximadamente (λ/4, ver ecuación 3.6), lo cual quiere decir, que es el mínimo valor
en espesor que se puede interpretar dentro de una adquisición sísmica tanto de baja
como de alta frecuencia. La ecuación de esta resolución sísmica puede ser expresada
en función de la velocidad interválica Vint según la ecuación 4.1:

λ Vint
RV = = (4.1)
4 4 Fdom

Donde:

Vint , es la velocidad intervalica del área de estudio y


Fdom, es la frecuencia dominante en el intervalo de interés.

Para determinar el valor aproximado de la velocidad interválica (Vint) se


utilizaron los tope y base promedio del yacimiento de la Unidad productora C-4,
junto a los valores de tiempo correspondiente (también aproximados) para cada uno
de estos puntos. La ecuación de la velocidad intervalica (Vint) que relaciona dichas
cantidades viene dada por la relación:

212
Z 2 − Z1
Vint = (4.2)
T2 − T1

Donde:

Z1 y Z2 son los topes geológicos en pies y


T1 y T2 son los tiempos en milisegundos [ms] correspondientes a los topes tomados
de la sísmica.

Entonces para una velocidad intervalica en el Eoceno de 9500 pies/seg a una


frecuencia dominante de 50 Hz, tendríamos una resolución sísmica vertical RV de
aproximadamente 50 pies para altas frecuencia y aproximadamente 100 pies para las
bajas frecuencias de 25 Hz. Esto se puede ilustrar con el ejemplo de la Figura 4.10 la
cual simula tener 3 pozos con diferentes registros de resistividad y todos ellos dando
una respuesta resistiva de hidrocarburo dentro de un reflector sísmico (color rojo). Si
estas arenas (identificadas por los registros) son menores a los 50 pies (Ej.: Basal La
Rosa, Oligoceno) de resolución vertical, pues entonces no serán observadas en
sismica lo cual aumenta el grado de incertidumbre para interpretar su seguimiento.

Pozo 1 Pozo 2 Pozo 3

BLR

Comportamiento
Ondulatorio

Espesor Aprox del Reflector de


BLR 50´

Figura 4.10. Esquema de posibles arenas inmersas dentro de un horizonte sísmico y que no pueden ser
observadas por debajo de su resolución sísmica vertical. Tomado de Mammana (2009).

213
4.3. Interpretación sísmica estructural

Para dar inicio a la interpretación sismica-estructural dentro del área de


estudio, se correlacionaron geológicamente tope y base de los pozos con información
de registros eléctricos (densidad, resistividad, rayos gamma y sonico) para la Unidad
productora C-4, siendo validados por los topes oficiales disponibles en el servidor
especializado de la Plataforma Landmark. Además, se tomaron en cuenta el ajuste
con los marcadores geológicos de la Discordancia del Eoceno (ER-EO), Discordancia
del Paleoceno (Formación Guasare) y Cretaceo (Socuy), con la finalidad de amarrar
con mayor exactitud los diferentes eventos (reflectores) sismicos asociados a la
columna geológica, dentro de la Unidad C-4 (Eoceno), Paleoceno y Cretáceo. Para la
calibración sísmica del área se utilizaron los pozos: VLA-0001, VLA-0054,
VLA-0233, VLA-0721, VLA-0722, VLA-0724, VLA-0730, VLA-0732, VLA-0734,
VLA-0745, VLA-0749, VLA-0765, VLA-0771, VLA-0833, VLA-0915, VLA-0978
VLA-1147, VLA-1489, VLA-1499, VLA-1546, VLA-1548, VLA-1555 y VLA-
1556; y los pozos con data geológica del Cretáceo: UD-0779, VLA-0710, VLA-0711,
VLA-0722, VLA-0808, VLA-0810, VLA-1402, VLA-1453 y VLA-1562,. La Figura
4.11 muestra una imagen sísmica de dirección O-E indicando el ajuste con alguno de
los pozos vecinos del área. Cada uno de los colores indica los espesores promedio de
los yacimientos presentes en el área. Este método permite identificar los diferentes
bloques estructurales asociados al sistema de fallas y los compartimientos dentro de
las mismas.

Por otra parte es importante mencionar que dentro de la base de datos


OpenWorks existen muchos intérpretes geológicos, las cuales han hecho
correlaciones según su criterio geológico en el área de Lagomar. Sin embargo, el
promedio con los topes utilizados para la interpretación sísmica fue bastante
aceptable comparados con dichos intérpretes, ajustando en buena aproximación con
el yacimiento de la Unidad de producción C-4 y el resto de los marcadores sísmicos
que fueron utilizados para su amarre e interpretación, tales como: Erosión del Eoceno
(ER-EO), Erosión del Paleoceno (ER-PC) y el Miembro Socuy (Cretáceo).

214
Estructura en Flor C-3
RECONSTRUCIÓN TECTONICA LINEA SISMICA 820
Positiva C-1
C-4
Sistema de Fallas
na
B C-3 Lama-Este
re C-1
A
C-4
C-2 C-5
C-2
C-1
n aB C-3 Ubicación Línea Sísmica
Ar e C-5
C-2 LEVANTAMIENTO
SISMICO N

C-6
C-1 C-4
AREA DE ESTUDIO

C-2 Línea 820


C-6
C-3
C-2 C-7 701 C-5 AREA DE ESTUDIO

C-3 843 236


C-7 906
BLOQUE I BLOQUE II

C-4 65 766
BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

C-3 864
BLOQUE IX
BLOQUE III

C-6 BLOQUE VIII

C-4
LINEA 820 (W-E)
C-7 Pozos Incluidos : VLA
C-4 482 (201, 482, 843, 701, 906,
201 C-5 236, 302, 864, 65, 766)

PALEOCENO LEYENDA
C-5
C-6 Falla Lama-Icotea
Falla Intra-Atico
Falla del Atico
C-6 Falla Atico
C-7
Falla Lama-Este
C-7 Fallas Antitéticas
SOC
UY ER-EO
Sistema de Fallas ER-PC
Lama-Icotea

Figura 4.11. Línea sísmica 820 en dirección O-E dentro del área de estudio, indicando la posición
estructural de los pozos a nivel del Eoceno y el ajuste de los marcadores de la Discordancia del
Paleoceno y el Tope de Socuy (Cretáceo). Tomado de Mammana (2005).

Las interpretaciones de los reflectores sísmicos equivalentes a las principales


discordancias del área tales como Eoceno y Paleoceno, fueron realizadas con el
propósito de obtener un mejor control de la secuencia estratigráfica de la zona y de
los eventos de interés en la columna geológica del Eoceno (Unidad C-4). De allí
surge también la idea de asociar la impedancia acústica del reflector del Cretáceo
(Socuy) a este trabajo, caracterizado este último como uno de los mejores reflectores
sísmicos a nivel de la Cuenca de Maracaibo, y que además cuenta con una buena
visualización de su continuidad lateral y vertical de manera regional. Estas tres
correlaciones Eoceno, Paleoceno y Cretáceo, junto a la data sintética de los pozos y
su información geológica, son de gran ayuda para el seguimiento e interpretación por
espesores en las zonas altamente deformada como es el caso particular del anticlinal

215
formado dentro del Bloque I por el sistema de fallas Lama-Icotea y Ático con
dirección NE-SO, y que se extiende a lo largo del área estudio.

4.3.1. Interpretación de fallas estructurales

Para la interpretación del fallamiento estructural local dentro del área de


estudio, se tomó en consideración la evolución tectónica de la cuenca a nivel regional,
con la finalidad de verificar el sentido geológico de la reconstrucción del mismo.
Específicamente dentro de la Unidad de Explotación de Lagomar (Bloque I), se
encuentra presente una gran deformación de la estructura, con presencia de fuertes
buzamiento de los estratos junto con anticlinales y plegamientos que han dado en
algunos casos gran distorsión en la sísmica, lo que hizo posible que la interpretación
de las fallas se tornara con mayor complejidad a la hora de establecer su seguimiento
dentro de las líneas sísmicas manejadas en el levantamiento sísmico 3D.

La construcción y seguimiento de las fallas se hizo utilizando líneas y trazas


sísmicas que favorecieran la orientación y dirección de las mismas, es decir,
colocando dichas líneas perpendiculares a los planos de estas fallas, pudiendo
observar de esta manera la actitud de las mismas, tanto el rumbo como su buzamiento
(Figura 4.12).

Por otra parte, se tomó en consideración los cubos sísmicos en el procesador


de datos sísmicos 3D (Geoprobe), para verificar que el comportamiento y dirección
del fallamiento estuviese acordes con los diferentes niveles tectónicos entre el
Cretáceo-Eoceno-Mioceno. Esto se desarrolló con una técnica denominada “time-
slice” (corte en tiempo), la cual consiste en seccionar un cubo sísmico a un
determinado tiempo, con la finalidad de verificar en planta las diferentes fallas y
estructuras que pueden ser apreciadas en dicha sísmica, dependiendo por su puesto de
la calidad de los datos y su resolución. La Figura 4.13 representa un corte en tiempo a
1440 ms, donde se puede ver el tren de fallas en el cubo sísmico. Este procedimiento
también puede ser utilizado para identificar en superficie la secuencia del fallamiento
de un área, en particular cuando las estructuras son complicadas de visualizar dentro
de las líneas y trazas sísmicas.

216
LEVANTAMIENTO
SISMICO N

FLANCO OESTE NNE FLANCO ESTE

Falla Lama-Icotea

ONO Línea sísmica perpendicular a


la Falla Lama-Icotea

ESE

BLOQUE I BLOQUE II

SSO BLOQUE X
BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

3 km
BLOQUE VIII

Figura 4.12. Línea sísmica orientada ONO-ESE ortogonalmente a la falla Lama-Icotea. Modificado del
Manual de Ubicación de los Levantamientos Sísmicos en la Cuenca del Lago de Maracaibo (1999).

Trayectoria del tren de fallas


N

Escala Sísmica

TimeSlice a 1440 ms

2 km

Figura 4.13. Corte en tiempo a 1440 ms del cubo sísmico 3D en HFI de la Unidad de Explotación
Lagomar, donde se puede apreciar la tendencia de las fallas más resaltantes del Bloque I. Imagen
tomada de la herramienta Geoprobe de la Plataforma Landmark para la visualización 3D.

217
4.3.2. Interpretación de horizontes

Luego de realizar la calibración sísmica-pozo mediante la conversión tiempo-


profundidad en las diferentes áreas donde se contaba con dicha información, se
procede a identificar mediante los topes geológicos, los sismogramas sintéticos y los
CheckShots, aquellos horizontes geológicos equivalentes a la Unidad productora C-4
siguiendo un patrón definido para la construcción del mallado con líneas y trazas
sísmicas en tiempo de 30x30 m2 para zonas con alta deformación estructural y
150x150 m2 para las áreas poco deformadas. La Figura 4.14 ilustra un ejemplo de
como se realizó la interpretación del mallado equivalente al tope de la Unidad C-4 a
lo largo del área de estudio, tomando en consideración el ajuste con los sismogramas
sintéticos.

Escala Sísmica [ms]

3 km.

Figura 4.14. Interpretación del horizonte sísmico equivalente al tope de la Unidad C-4, según los datos
de la calibración sísmica-pozo generada por los sismogramas sintéticos, a lo largo del área de estudio.

218
En este procedimiento se utilizaron líneas arbitrarias en distintas direcciones
del levantamiento, la cual tiene como finalidad corroborar que la superficie
interpretada coincidiera exactamente tanto en líneas sísmicas este-oeste y trazas
sísmicas norte-sur. Estas líneas arbitrarias son de mucha utilidad solamente en los
cubos sísmicos 3D ya que proporcionan información sísmica en cualquier posición o
zona especifica del cubo. Se debe acotar que las líneas sísmicas (Inline) están
orientadas dentro del levantamiento sismo 3D de la Unidad de Explotación Lagomar
con una dirección preferencial O-E, mientras que las trazas están N-S.

Las interpretaciones realizadas para los demás horizontes se desarrollaron


bajo el mismo esquema que se utilizó en la Unidad C-4, incluyendo también los
reflectores sismicos pertenecientes a la Erosión del Eoceno (ER-EO), Erosión del
Paleoceno (ER-PC) y el Tope de Socuy (Cretáceo). Cabe destacar que estas últimas
superficies son eventos regionales, y por ende pueden ser interpretadas con una
mayor facilidad debido a su nitidez, a diferencia del tope y la base de C-4 (Eoceno
Medio) donde se empleó mas cuidado debido a que la estructura se encuentra
sísmicamente distorsionada como consecuencia de los eventos tectónicos, la cual se
traduce en perdida de energía en la propagación de las ondas, proporcionando ruido
en cada una de la imágenes de las líneas y trazas sísmicas, tanto en los cubos sismicos
de baja como alta frecuencia. La Figura 4.15 muestra una ampliación de la
interpretación de la Unidad C-4, particularmente hacia el flanco noreste del Bloque I;
allí se muestra también un ejemplo en particular de cómo se podrían orientar las
líneas y trazas sísmicas.

219
Trayectoria Falla Lama-Icotea
N

Escala Sísmica [ms]

A
RI
TRA
BI
AR
A
NE
LI
N

LINEA
Escala Sísmica [ms]

3 km.
TRAZA

2 km.

Figura 4.15. Ampliación de la interpretación del horizonte sísmico equivalente al tope de la Unidad
C-4, donde se aprecia la cercanía entre líneas y trazas sísmicas para un mejor control de la estructura.
La abertura en el centro de la interpretación representa la tendencia de la falla Lama-Icotea, la cual se
encuentra señalada.

4.3.3. Generación de atributos sísmicos estructurales

Para desarrollar este punto en el trabajo es necesario realizar toda la


interpretación sísmica del área, de manera tal de construir los diferentes atributos
sísmicos y estructurales, los cuales pueden verificar el patrón de fallamiento definido
en el área, así como también los diferentes estilos de fallas que serán analizados
individualmente mediante la selección del plano de falla, para chequear la
conformidad de las estructuras entre horizontes.

Los atributos sísmicos desempeñan un papel importante dentro de cualquier


interpretación sísmica, ya que nos permiten extraer información de los datos sismicos,

220
que a su vez están asociados con los eventos tectónico-estratigráficos de una cuenca
sedimentaria, como el caso de la Cuenca del Lago de Maracaibo.

Se analizaron mapas de atributos sísmicos estructurales asociados con los


horizontes interpretados con el fin de verificar la interpretación de fallas y
complementar el desarrollo de las interpretaciones del área. Se generaron atributos de
amplitud de la traza sísmica, buzamiento (Dip), segunda derivada (Edge) y de rumbo
(Azimut). Estos atributos sísmicos fueron elaborados mediante el modulo Map
Análisis utilizando la herramienta Map View de Landmark. Algunos ejemplos de este
tipo de atributos se pueden ver en la Figura 4.16 donde se aprecia el Tope de Socuy a
nivel del Cretáceo con los atributos de buzamiento (Figura 4.16A) y amplitud (Figura
4.16B). Este horizonte, perteneciente a los eventos geológicos del Cretáceo (como se
menciona anteriormente), fue utilizado también como amarre estructural de la
columna estratigráfica del Eoceno desde el punto de vista sísmico.

221
A B
N

3 km 3 km

Figura 4.16. Ejemplos de imágenes de atributos sismicos a nivel del Tope de Socuy en Cretáceo dentro del área Lagomar, que incluye los Bloques I, II y
XII. A) Atributo de buzamiento y B) Atributo de amplitud. Tomado de Gamarra y Mammana (2006).

222
4.3.4. Análisis de esfuerzo en el Bloque I. Campo Lagomar

En este punto en particular, fue de gran ayuda la elaboración del estudio


integrado en las área de los Campos Lagomar y Lagomedio referente al Modelo
Geodinámico Eoceno-Cretáceo, el cual fue desarrollado en las instalaciones de
PDVSA, S.A con el apoyo de la empresa Petro-Vietnam. La data perteneciente a este
trabajo geodinámico se utilizó sustancialmente en este estudio, debido a la gran
información adquirida en el mismo, a nivel del Cretáceo y la Formación Misoa; esta
última analizada a nivel del Eoceno-Temprano (Ej.: arenas C-7), donde se disponían
de los datos necesarios para su estudio. A continuación se mencionarán algunos
aspectos resaltantes de la metodología utilizada para desarrollar el mencionado
modelo geodinámico.

Para comienzo del año 2008, PDVSA y Petro-Vietnam decidieron llevar a


cabo estudios en diferentes campos del Lago de Maracaibo para ayudar en la
comprensión de la problemática de perforación y riesgos de producción encontrados
en sus áreas operativas. Estas áreas de atención fueron posteriormente reducidas (en
el año 2009), a dos campos primarios: Lagomar (área de estudio) y Lagomedio, este
último limitado al sur con Lagomar. La perforación de pozos en estos campos ha sido
costosa debido a las significativas pérdidas de circulación, rampas de presión de poro,
alargamientos severos del hoyo, hoyo apretado y las pérdidas de dispositivos en el
fondo del mismo. Se propuso la construcción de modelos geomecánicos (Mechanical
Earth Model, MEM) para caracterizar y minimizar los riesgos asociados con la
exploración consecuente de estos campos (Modelo Geomecánico del Campo
Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo, 2009).

En la construcción de este modelo geodinámico se usaron registros calibrados


obtenidos a partir de múltiples fuentes (Ej: mediciones disponibles de núcleos,
eventos de perforación y otros registros como caliper de 6 brazos, FMI donde se
observan los breakout, Imagen Resistiva, etc.) para calcular los campos de esfuerzos.
Estos datos están asociados directamente con el área de estudio, abarcando los
Bloques I (área de estudio), II y XII del Campo Lagomar. Para la construcción de este

223
Modelo Geomecánico se utilizaron diez (10) pasos, las cuales se esquematizan el la
Figura 4.17.

Figura 4.17. Flujo de trabajo para la construcción del Modelo Geomecánico MEM. Tomado del
Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y
Cretáceo (2009).

El Modelo Geomecánico MEM (Mechanical Earth Model) es una descripción


de datos relevantes que están directamente relacionados con: la presión de poro,
estado de los esfuerzos, y propiedades mecánicas, tales como resistencia de la roca
para la sección estratigráfica total penetrada por los pozos. Adicionalmente, el
modelo (MEM) captura información relacionada a la composición de la roca y la
estructura geológica, lo cual también es importante para la estabilidad del hoyo y la
comprensión del yacimiento. Un MEM, una vez construido y calibrado, es una
ventaja significativa dentro del área estudiada para la construcción de pozos y puede
proveer datos importantes para planes futuros que sustenten perforaciones,
completaciones y trabajos posteriores durante la vida útil del yacimiento (Modelo
Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-
Inferior y Cretáceo, 2009). Este modelo MEM desarrollado en nuestras áreas

224
(especialmente en Lagomar), es considerado de mucha importancia en este trabajo en
cuanto al aporte relacionado con el análisis de esfuerzos efectuado en el área de
estudio.

En algunos pozos, la dirección de los esfuerzos se obtuvo a partir de análisis


de anisotropía en sónicos dipolares. En las zonas donde existe la anisotropía de los
esfuerzos horizontales, es posible obtener un azimut de corte rápido a través de un
procesamiento posterior de los datos sónicos. El azimut de la onda rápida de corte es
la dirección del esfuerzo horizontal máximo. Se debe tener en cuenta que en las
formaciones terciarias menos rígida la dirección de los esfuerzos es más variable.
Esto es probablemente a la proximidad a fallas locales y a la ductilidad del material.
Las direcciones de esfuerzos en el Cretácico son muy consistentes en la dirección
NNE-SSO para la dirección del esfuerzo horizontal mínimo, y NO-SE para esfuerzo
horizontal maximo.

Las Figuras 4.18 y 4.19 representan un resumen de la dirección de los


esfuerzos máximos y mínimos en el área de Lagomar, luego de analizar los datos
suministrados por los pozos del Bloque I que contenían información relevante. Los
pozos a los cuales se le realizo el análisis de esfuerzos son: VLA-1402, VLA-1489,
VLA-1499, VLA-1546, VLA-1548, VLA-1555, VLA-1556, VLA-1562, y UD-0799.

225
Figura 4.18. Dirección de esfuerzos en formaciones terciarias dentro del Bloque I (Lagomar). Tomado
del Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-
Inferior y Cretáceo (2009).

226
Figura 4.19. Dirección de esfuerzos en formaciones cretácicas de Lagomar dentro del Bloque I
(Lagomar). Consistente con dirección NO-SE. Tomado del Modelo Geomecánico del Campo
Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo (2009).

227
4.3.5. Elaboración de secciones estructurales y estratigráficas

Se realizaron secciones estructurales a lo largo del Bloque I para visualizar el


comportamiento de las fallas principales sobre todo la falla Lama-Icotea y secciones
estratigraficas donde se evidencia la perdida de sección en el área levantada del Pilar,
la cual fue afectada por la inversión estructural y la posterior erosión del Eoceno. La
Figura 4.20 muestra una sección estructural y la Figura 4.21 una estratigráfica.

Pozo VLA-0428
Falla Intra-Atico 5
Área del Pilar Flanco Este

Plano deFalla
Falla Lama-Icotea
de Lama-Icotea

Pozo VLA-0912
Área del Flanco Oeste

Figura 4.20. Sección estructural al sur del Bloque I con pozos del Flanco Oeste (VLA-0912) y Flanco
Este (VLA-0428) para ilustrar el salto de la falla Lama-Icotea con aproximadamente 2200 pies y
comprobar el levantamiento tectónico al cual fue sometido el área del Pilar del Flanco Este.
Modificado de Markovich (2006).

228
VLA1528 814 ft VLA0137 824 ft VLA0763 890 ft VLA1589 1801 ft VLA0780 162 ft VLA0780ST 1040 ft VLA0459

NE VLA-1528 VLA-1589 VLA-0780


0
Trac k A
GR(N/A)
150
Depth

0
Track B
ResD(N/A)
50 0
Track A
GR
GAPI 150
Depth

0
Track B
ResD(N/A)
50 0
Trac k A
GR
API 150
Depth

0
Track B
ResD(N/A)
50
SO
VLA-0763
GR_1(N/A) I6FR(N/A) GR_1(N/A) I6FR(N/A) GR_1(N/A) I6FR(N/A)
0 150 0 50 0 150 0 50 0 150 0 50

GR_5 I6FR_1(N/A) GR_5(N/A) I6FR_1(N/A) GR_5(N/A) I6FR_1(N/A)


0 API 150 0 50 0 150 0 50 0 150 0 50

GR_N(N/A) AE90(N/A) GR_N(N/A) AE90(N/A) GR_N(N/A) AE90(N/A)


0 150 0 50 Track A Depth Trac k B 0 150 0 50 0 150 0 50

ILD_1(N/A) GR Res D(N/A) ILD_1(N/A) ILD_1(N/A)


0 50 0 API 150 0 50 0 50 0 50

VLA-0780ST
RD(N/A) GR_1(N/A) I6FR RD(N/A) RD(N/A)

VLA-0459
0 50 0 150 0 OHMM 50 0 50 0 50

I5FR(N/A) GR_5(N/A) I6FR_1(N/A) I5FR(N/A) I5FR(N/A)


0 50 0 150 0 50 0 50 0 50

RDL(N/A) GR_N(N/A) AE90(N/A) RDL(N/A) RDL(N/A) Track A Depth Track B


0 50 0 150 0 50 0 50 0 50
GR ResD(LLD)
Track A Depth Trac k B
RLA5 ILD_1(N/A) RLA5 RLA5(N/A) 0 API 150 0 ohm.m 50
SP Res D(N/A)
0 UNKNOWN 50 0 50 0 OHMM 50 0 50
GR_1(N/A) I6FR(N/A) -100.000MV 0 0 50
RD_1(N/A) RD(N/A) RD_1(N/A) RD_1(N/A) 0 150 0 50
I6FR
0 50 0 50 0 50 0 50
GR_5(N/A) I6FR_1(N/A) 0 OHMM 50
RPD2(N/A) I5FR(N/A) RPD2 RPD2(N/A) 0 150 0 50
LN(N/A)

VLA-0137
0 50 0 50 0 OHMM 50 0 50
GR_N(N/A) AE90(N/A) 0 50
LLS(N/A) RDL(N/A) LLS(N/A) LLS 0 150 0 50
AHT90(N/A)
0 50 0 50 0 50 0 OHMM 50
ILD_1(N/A) 0 50
RLA5(N/A) 4600 0 50
0 50
RD(N/A)
Track A Depth Track B RD_1(N/A) 4800 0 50
4800 SP Res D(N/A) 0 50 4800
I5FR(N/A)
-100.000MV 0 0 50 RPD2(N/A) 4700 0 50
I6FR(N/A) 0 50
RDL(N/A)
0 50 LLS(N/A) 4900 0 50
4900 LN 0 50 4900
RLA5(N/A)

ROSAF 0 OHMM

AHT90(N/A)
50 4800 0
RD_1(N/A)
50

4963 5000
0 50 5000
5000 0 50
5000

ROSAF
RPD2(N/A)
4900 0 50
ROSAF
ER-E0 5000
5100 4916 LLS

ROSAF
5093
5100 0 ohm.m 50
5100 5100

5100 5000 5109


5100
5200 ER-E0 ER-E0 5200
5200

5200
5055 5100 5222 ER-E0
5200

5200 ROSAF 5300


5300
5300 5240
5300
ROSAF 5310 5300

5260
5200

5300 5400

ROSAF
5400
5400
5400
ER-E0 5400

ER-E0 5300
5443
5457
5500
53875400
5500
5500
5500

5500

5400
ER-E0
C-2 5572
C-2
5500 5600
5600
5600

5577 5600 5600

C-6 C-6 5473 5500


C-6 C-6
5600

5598 C-6
5700

5684 5698
5700

5700 5697 5700


5700

5600
FALLA 5709
5700
5800
C-6 LAMA I COTEA 5800
5800

5800 5800

5670 5700

5800 5900
5900
5900
5900 5900

5800

5900 6000
6000
6000
6000 6000

5900

FALLA 6000
6100
6100
6100

LAMA ICOTEA
6100 6100

C-6
C-6I C-6I C-6I C-6I 6000
C-6I C-6I C-6I
6100 6200

6168
6169 6101 6196
6200

6200 6036 6188 6200


6199 6168 6200

6100

6200 6300
6300 6300
6300 6300

6200

6300 6400
6400 6400
6400
TD=7285 6400

C-7
6300
C-7
6400
6500 C-7 C-7
6473
C-7
6500 C-7
6500 6500

C-7C-7 C-7 C-7 C-7 6400


C-7
6513 6499
64836500
6577 6600 6416 6600
6600 6600

6500

6600
6700 6700
6700 6700

6600

6700
6800 6800
6800 6800

6700

6900
6800
6900

6800
6900
Falla Lama-Icotea 6900

7000
6900
7000 TD=6800 7000
7000

TD=7052
7000
7100 7100
7100

7100
7200 7200

Falla Lama-Icotea
7200

TD=7227
TD=7254
TD=7201 TD=7290

Figura 4.21. Sección estratigráfica donde se observan pozos en la región del Ático con pérdida de sección (líneas punteadas en verde) lo que evidencia que
estos bloques fueron expuestos a la erosión del Eoceno, mientras que las líneas punteadas en color naranja evidencian los pozos que atravesaron la falla
Lama-Icotea. Estos pozos perforan las arenas C-1 y C-2 del Flanco Oeste (cortan la falla Icotea) y llegan a las arenas C-6 o C-7 del Flanco Este.
Modificado de Mammana (2011).

229
4.3.6. Construcción de mapas estructurales en tiempo

Los mapas estructurales en tiempo, elaborados en este trabajo, representan la


interpretación realizada del horizonte o reflector sísmico en unidades de milisegundos
(ms) dentro del cubo sísmico. Este tiempo corresponde al tiempo doble de la señal
acústica. La interpretación de estos marcadores fueron hechos siguiendo la tendencia
de la traza sísmica, conforme dicha traza se ajustaba a la capa estratigráfica, la cual
fue identificada con el ajuste sísmica-pozo. En la Figura 4.22 se aprecia un ejemplo
de un modelo de mapa estructural en tiempo, donde los altos y bajos estructurales
están identificados con colores distintos; por ejemplo, el color amarillo está asociado
a los levantamientos mas pronunciados de la estructura y los de color azul a los más
bajos. La visualización de estos mapas en esta forma nos identifica más fácilmente la
distribución areal de la superficie interpretada y la diferencia de niveles asociados a la
misma.

BLOQUE I

BLOQUE I

Figura 4.22. Ejemplo de un mapa estructural en tiempo del tope del yacimiento C-5 al sur-oeste del
Bloque I (Area Lagomar). Los colores amarillo y rojo denotan las estructuras más altas, mientras que
el color verde, azul celeste y azul oscuro las estructuras más bajas. Tomado de archivos de la empresa.
Modificado de Mammana (2010).

230
Es importante mencionar que estas interpretaciones tienen su margen de error,
ya que se está trabajando en dos unidades físicamente diferentes tales como: tiempo
(sísmica) y profundidad (pozo), y además sumado a esto nuestros yacimientos son
altamente heterogéneos. Sin embargo, con la ayuda de los datos de pozos, las
secciones sísmicas donde se aprecia los truncamientos de la discordancia del Eoceno
y la calibración sísmica-pozo, se pudo realizar una interpretación sísmica que honra
con muy buena aproximación tanto la secuencia de las capas como las estructuras
donde se asocia el sistema de fallas dentro del área de estudio.

Se utilizó una herramienta llamada ZAP! dentro de la Plataforma SeisWork


(Landmark), la cual tiene como objetivo interpolar (unir) los espacios vacíos entre
cada línea y traza sísmica dentro del mallado que se construye en la interpretación de
un horizonte en particular. Esta interpolación se encuentra diseñada para seguir un
patrón de ondícula correspondiente a las trazas sísmicas apiladas en el interior del
cubo sísmico. En vista de que el mallado o construcción de los horizontes se
encuentran separados a pocos metros de distancia (30x30 m), el efecto de la
interpolación se torna mucho mas precisa, modelando así la forma de los estratos que
se encuentran depositados en los diferentes bloques estructurales donde se haya
realizado las diferentes interpretaciones sísmicas.

4.3.7. Elaboración del modelo de velocidad y conversión tiempo-profundidad

El modelo de velocidad fue elaborado tomando en consideración algunos


pozos que cubrieran tanto el área del Flanco Oeste de la falla Lama-Icotea como el
Flanco Este de la misma (Figura 4.23), y que evidentemente contaran con la
información de velocidades tales como: registros CheckShot o tablas Tiempo-
Profundidad, conocidas como T-Z. Una vez que se tiene el mapa estructural en
tiempo junto a sus contornos que definen la tendencia y forma superficial de la capa o
reflector sísmico interpretado, se procede a calcular las velocidades interválicas de
dicho evento estratigráfico, utilizando la sencilla ecuación de velocidades para el
movimiento y desplazamiento en física: V = D/T, donde D es la profundidad del pozo

231
y T es el tiempo doble de la señal acústica o el tiempo que tarda la onda sísmica en
llegar al sub-suelo y retornar a la superficie.

Figura 4.23. Pozos con Check-Shot en el Bloque I y su ubicación en ambos flancos de la falla
Lama-Icotea (Oeste y Este).

Los pozos seleccionados mantienen un comportamiento relativamente similar


de sus velocidades como lo muestra la Figura 4.24, indicando que permanecen
prácticamente en un rango constante. En realidad no hubo inconveniente con el ajuste
de la data, ya que el área esta provista de suficientes pozos que pueden dar muy buena
información de las secuencias sedimentarias.

232
TZ POZOS BLQ I-LAGUNILLAS / BLQ I-LAMA (VLA)

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500


0

-2000

-4000 VLA-0001
VLA-0054
VLA-0721
VLA-0722
VLA-0724
-6000
VLA-0730
Profundidad (Pies

VLA-0732
VLA-0734
VLA-0745
-8000
VLA-0749
VLA-0756
VLA-0771
VLA-0833
-10000 VLA-0978
VLA-1147
VLA-1367A
VLA-1489
-12000 VLA-1518

-14000

-16000
Tiempo Doble (Ms)

Figura 4.24. Pozos con curvas Tiempo-Profundidad en el Bloque I.

Las Tablas 1 y 2 muestran los pozos utilizados del Flanco Oeste y Este
respectivamente, dentro del Bloque I del Campo Lagomar, con la finalidad de
calcular los diferentes puntos alrededor del área de estudio que tienen que ver con la
construcción del modelo de velocidades para la elaboración del mapa en velocidad.

Cada punto de velocidad en el mapa esta asociado al contorno más cercano en


tiempo y el tope geológico medido exactamente donde pasa la interpretación del
horizonte dentro del cubo sísmico. Este procedimiento puede ser observado una vez

233
que se despliega el MapView en la aplicación de SeisWorks, la cual fue utilizada para
elaborar toda la interpretación sísmica dentro de los cubos sísmicos 3D del campo
Lagomar.

El desarrollo de este sistema nos conduce a reducir el error de cálculo con


dichas velocidades, ya que permite tener un mejor control de las áreas donde se
requiere. Se decide tomar una nube de pozos (tanto del Flanco Oeste y Este) que
permita tener un mejor amarre en las estructuras complicadas del área, sobre todo en
las vecindades a la falla Lama-Icotea donde las estructuras presentan mayor
deformación.

La Figura 4.25, describe un ejemplo del procedimiento utilizado para obtener


los resultados en este calculo de velocidades (Ej: Pozo VLA-711, ver Tabla 1). En
primer lugar se toma el valor más cercano al contorno del mapa estructural en tiempo
(1900 ms) donde se muestra el pozo dentro del MapView, y luego se ubica la
profundidad del pozo donde corta justo en la interpretación sísmica del horizonte en
la línea sísmica correspondiente. En el caso que nos concierne, seria el tope del
yacimiento C-4 (7811 pies).

Una vez realizado los pasos anteriores se calcula el cociente entre esta
profundidad medida y dicho tiempo (tiempo doble de la onda) para obtener el valor
de velocidad aproximado al ajustado con el tope del pozo (8222 pies/s). Este cálculo
se repite para cada pozo seleccionado, desarrollando finalmente el mapa en velocidad
para ambos Flancos de la falla Lama-Icotea (Oeste y Este), tal como lo muestran las
Tablas 1 y 2, correspondiente a cada sector.

234
POZOS FLANCO Profundidad Velocidad
Tiempo 2T [ms]
OESTE (VLA) [pies] [pies/s]
16 7638 1914 7981
62 7941 1985 8001
71 8365 2006 8340
91 7713 1947 7923
112 5680 1530 7425
140 5361 1457 7359
172 8177 2075 7881
175 7653 1900 8056
201 7747 1928 8036
210 7250 1861 7792
233 7614 1900 8015
323 7680 1890 8127
368 7875 1918 8212
413 7521 1820 8265
416 7562 1867 8101
444 7719 1885 8190
448 7756 1945 7975
451 7721 1920 8043
467 7595 1892 8029
475 4925 1380 7138
482 7206 1833 7863
503 7596 1912 7946
540 7701 1925 8001
603 7632 1920 7950
604 7810 2000 7810
634 7833 2001 7829
711 7811 1900 8222
808 8693 2068 8407
810 7883 1952 8077
834 6345 1677 7567
843 5080 1400 7257
851 8384 2001 8380
861 6641 1747 7603
910 6606 1737 7606
914 6362 1674 7601
915 7723 1910 8087
940 7328 1860 7880
941 6617 1681 7873
944 7407 1867 7935
1032 6048 1684 7183
1151 7149 1840 7771
1191 4765 1376 6926
1251 6776 1800 7529
1461 5865 1647 7122

Tabla 1. Cálculo de las velocidades interválicas para el yacimiento C-4, con los pozos de interés en el
Flanco Oeste del área de estudio para contribuir, a la construcción del modelo de velocidad.

235
POZOS FLANCO Profundidad Velocidad
Tiempo 2T [ms]
ESTE (VLA) [pies] [pies/s]
28 6530 1750 7463
41 6050 1610 7516
43 5910 1579 7486
51 6590 1700 7753
53 5460 1440 7583
66 6300 1690 7456
82 6200 1660 7470
90 6445 1707 7551
99 6340 1650 7685
111 6050 1620 7469
152 5475 1480 7399
156 5919 1575 7516
161 5700 1490 7651
169 5980 1560 7667
187 6194 1645 7531
189 5094 1430 7124
229 5594 1502 7449
231 5712 1536 7438
244 5934 1591 7459
296 5806 1547 7506
338 6340 1680 7548
342 5538 1498 7394
351 5730 1540 7442
434 6084 1627 7479
461 5221 1411 7400
477 5641 1505 7496
541 6340 1640 7732
620 6247 1654 7554
657 5879 1583 7428
701 5090 1510 6742
709 5837 1516 7701
744 6625 1700 7794
758 6400 1660 7711
765 6020 1600 7525
783 5222 1394 7492
788 5670 1550 7316
807 5255 1422 7391
817 4875 1370 7117
821 5589 1625 6879
830 6519 1739 7497
839 6820 1680 8119
862 6539 1722 7595
873 6070 1626 7466
882 6569 1736 7568
906 5894 1585 7437
931 6712 1752 7662
1114 5174 1472 7030
1271 5855 1560 7506
1285 5772 1540 7496

Tabla 2. Cálculo de las velocidades interválicas para el yacimiento C-4, con los pozos de interés en el
Flanco Este del área de estudio, para contribuir a la construcción del modelo de velocidad.

236
Ubicación del pozo VLA-711
Falla Lama-Icotea N

00
19

Línea Sísmica 837 VLA-711

Línea Sísmica 837

FLANCO OESTE

1 Km.
FLANCO ESTE

VLA-711

C-4

1 Km. BLOQUE I
C-4
Mapa en tiempo del Tope del Yacimiento C-4
Profundidad
C-4 7811 pies

Línea sísmica 837 de dirección W-E


W Línea 837 E

Figura 4.25. Ilustración del cálculo para la construcción del modelo de velocidades para el tope del
yacimiento C-4 del área de estudio del Bloque I. Se tomó como ejemplo el pozo Cretáceo VLA-711
del Flanco Oeste de la Falla Lama-Icotea, identificándose (en el mapa de contornos) un tiempo más
cercano de 1900 ms a una profundidad de 7811 pies correspondiente al punto visualizado en el
reflector sísmico del yacimiento C-4, interpretado en la línea sísmica 837.

En la Figura 4.26 se aprecia el mapa correspondiente al modelo de


velocidades, ubicando también todos los pozos que fueron utilizados para el amarre y
construcción de este modelo. Los pozos en color verde corresponden a los del Flanco
Este mientras que los rojos al Flanco Oeste. Estos pozos fueron seleccionados con
cuidado a fin de garantizar el mejor ajuste en las velocidades.

237
Figura 4.26. Mapa en velocidad del tope del yacimiento C-4 al norte del Bloque I (Área Lagomar). Los
colores en azul celeste denotan las estructuras más altas, mientras que el color azul oscuro las
estructuras más bajas. Los pozos en color rojo se encuentran en el Flanco Oeste y los de color verde en
el Este.

Es de suma importancia destacar que las velocidades en el Campo Lagomar


pueden tener ligeras variaciones en algunas áreas, sobre todo si contamos con
estructuras elevadas y bloques expulsados donde las ondas acústicas llegan mas
rápido en estos flancos donde se observan los “Horst” que en las estructuras
deprimidas como en el Flanco Oeste (“Graben”). Por otra parte, también existen

238
discontinuidades a lo largo de las estructuras con grandes saltos como la falla Lama-
Icotea que pueden afectar la propagación y transmisión de las ondas acústicas en sus
planos de desgarre alterando su velocidad en cada una de las capas.

Otra forma de obtener estos mapas en profundidad es mediante la herramienta


TDQ, también de la plataforma Landmark, la cual consiste en transformar la
interpretación en tiempo a profundidad con el uso directo de las tablas
Tiempo-Profundidad (T-Z) de los pozos. Este método es más rápido a la hora de
calcular interpretaciones de superficies que superan los miles de kilómetros
cuadrados y que se requieren resultados de forma inmediata. Es importante para este
método en particular, utilizar solamente una tabla T-Z que haya sido controlada a lo
largo de toda la estructura y que sus velocidades involucren una relativa concordancia
y homogeneidad con el área estudiada. También se podría transformar todo el cubo
sísmico 3D, que viene dado en tiempo a profundidad e interpretar directamente en
esta unidad, pero el volumen de datos generado por este procedimiento requería
mucho espacio en los discos duros de los servidores, por ende se decidió elaborar el
trabajo utilizando el primer procedimiento explicado, la cual arrojó muy buenos
resultados en las interpretaciones de los diferentes horizontes que fueron incluidos
para la elaboración de este trabajo.

La conversión a profundidad se realizó una vez obtenido los mapas de


velocidad para cada horizonte en particular. El procedimiento fue realizado mediante
la sección de SeisWorks con el visualizador del Map View, dentro de una subdivisión
llamada Computations, que permite eventualmente realizar operaciones matemáticas
entre horizontes.

239
CAPITULO V

RESULTADOS

Según los objetivos planteados en el trabajo, se obtuvieron los siguientes


resultados:

5.1. Reconocimiento de reflectores sismo-estratigráficos de la secuencia


sedimentaria del área

La data sísmica y de pozo permitió reconocer los marcadores estratigráficos


(reflectores sísmicos) en todo el área, tal como lo muestra un ejemplo en la línea
sísmica 784 de dirección O-E de la Figura 5.1. Se identificaron cuatro secuencias
sedimentarias importantes (Cretáceo, Paleoceno, Eoceno y Mioceno), incluyendo los
horizontes sísmicos equivalentes a sus formaciones geológicas. Estos horizontes
encontrados han sido identificados de la siguiente manera (de mas reciente a mas
viejo): Discordancia del Eoceno (ER-EO, color amarillo punteado), el tope del
yacimiento de interés C-4 (color rojo), arena productora en C-4 (color blanco), la base
del yacimiento C-4 ó tope de C-5 (color naranja), la Discordancia del Paleoceno
(ER-PC, color azul claro) y el tope de Socuy (color verde), este último perteneciente
al Grupo Cogollo de Edad Cretáceo. El Mioceno, Paleoceno y Cretáceo no
corresponden al intervalo estudiado (Eoceno), sin embargo, su evolución estructural
es tomada en cuenta en este trabajo. La ubicación de la línea sísmica 784 en el
Bloque I se observa en la parte superior izquierda de la Figura 5.1.

Es importante señalar que antes de identificar las secuencias sedimentarias


mencionadas anteriormente se construyó el fallamiento del área (Cretáceo-Mioceno),
ubicando mayormente los diferentes planos de fallas para proceder a la interpretación
por bloques (yacimiento C-4), sobre todo en las vecindades de la falla Lama-Icotea
donde la sísmica presenta dificultades de impedancia acústica, resultando muy
complicado interpretar en estas zonas con gran deformación estructural.

240
Figura 5.1. Línea sísmica 784 de dirección O-E con la ubicación de los reflectores sísmicos relacionados con las diferentes secuencias sedimentarias
encontradas (Discordancia del Eoceno y Paleoceno, tope y base del yacimiento C-4 y el marcador de Socuy en el Cretáceo).

241
5.2. Fallamiento de la unidad productora C-4 del Eoceno

El fallamiento encontrado en el área esta representado por los polígonos de


fallas del mapa estructural de la Figura 5.2 a nivel del yacimiento C-4 de Edad
Eoceno. En la Figura 5.1 se observa la falla Lama-Icotea (color azul), la falla del
Ático (color naranja) y el sistema de falla Lama-Este (fallas de color blanco y verde).
Todas estas fallas presentaron un rumbo NNE-SSO, formando una estructura
anticlinal (“Flor Positiva”) con un contenido de fallas inversas paralelas al sistema de
fallas principales, además de una serie de fallas normales con rumbo NO-SE (Ver
Figura 5.2).

Figura 5.2. Modelo estructural del yacimiento C-4 en el área del Bloque I.

242
Se observo un fallamiento complejo, relacionado con sistemas distensivos,
compresivos, transtensivos y transpresivos, asociados a la tectónica de la Cuenca del
Lago de Maracaibo entre el Cretáceo y el Mioceno. Este fallamiento esta compuesto
también por inversión tectónica, reconocido en las diferentes secciones sísmicas.
Existe la posibilidad que muchas de las fallas normales e inversas estén asociadas al
efecto de dualidad estructural en el Eoceno (distensión y compresión). La Figura 5.3
muestra el resultado obtenido en 3D de la interpretación sísmica del yacimiento C-4.
Aquí se aprecia el Flanco Este de la falla Lama-Icotea como una estructura levantada
(color rojo y amarillo) y el Flanco Oeste (violeta, azul oscuro, azul claro y verde)
como deprimida, efecto ocurrido por la inversión estructural.

Alto Estructural Anticlinal de Icotea


N Plano de falla Lama-Icotea

Fallas Normales
Fallas Normales
Fallas Inversas
Escala Superficie C-4

Fallas Normales

Flanco Este

Flanco Oeste Inversión Estructural

Superficie del Yacimiento C-4 1 Km.

Figura 5.3. Modelo en 3D de la superficie interpretada del yacimiento C-4 donde se aprecia la
tendencia estructural y su relación con el levantamiento e inversión estructural de los bloques
existentes dentro del área de estudio.

243
5.3. Identificación de fallas geológicas con posibilidad de entrampamiento de
hidrocarburos

Se identificaron fallas geológicas con cierres estructurales (en planta y


profundidad) contra el plano de falla Lama-Icotea donde existe la probabilidad de
entrampamiento de hidrocarburo. Estas fallas menores son inversas, de rumbo
NNE-SSO (Ver Figura 5.2), buzamiento al oeste y sub-paralelas al sistema de fallas
Lama-Icotea; tales como la falla del Ático e Intra-Ático formada por movimientos
transpresivos. Esto será discutido con más detalles en el Capitulo VI de Discusión de
Resultados.

5.4. Sistema de falla Lama-Icotea

La Figura 5.4 muestra un corte sísmico de la línea 733 donde se observa la


estructura general del plano de falla Lama-Icotea entre el Cretáceo, Paleoceno y
Eoceno y la división secuencial entre cada una de estas edades. La falla Lama-Icotea
divide el Bloque I en dos flancos (Oeste y Este), presenta un salto entre 1800-2500
pies (Eoceno), por lo que se considera de carácter sellante. El Flanco Oeste y Este
están formados por un “Graben” y un “Horst” respectivamente. El plano de dicha
falla es prácticamente vertical (80° aproximadamente) y su movimiento es
transcurrente sinestral con dirección preferencial NNE-SSO, al igual que la tendencia
del anticlinal fallado en forma de estructura en “Flor Positiva”, formado en su nivel
superior por movimientos transpresivos comprendidos entre el Eoceno-Tardío y el
Neógeno. Todo esto bajo la geomecánica del campo de esfuerzos dado por algunos
pozos en el área.

Se encontró que la falla Lama-Icotea ejerció control en la sedimentación en el


Bloque I por lo que se considera de carácter sinsedimentaria. En la sísmica se observó
que su plano pudo servir como zona de desplazamiento vertical para invertir los
bloques estructurales que la conforman en el proceso de inversión tectónica. También
se identificó el sistema estructural de la Falla del Este, ubicada al este de esta falla
(Icotea), la cual se comporta de forma similar, pero con menor nivel de deformación.

244
Figura 5.4. Línea sísmica 733 en dirección O-E en alta frecuencia (HFI), donde se aprecia el resultado
obtenido de la traza de falla Lama-Icotea (segmento vertical de color azul claro) que divide el Bloque I
en dos Flancos (Oeste y Este) junto a la secuencia sedimentaria asociada a cada uno.

La imagen de la Figura 5.5 muestra el resultado de la interpretación


estructural en 3D de la tectónica del Bloque I para el yacimiento C-4 con la
perspectiva de la traza del plano de falla Lama-Icotea. Se puede apreciar en dicha
imagen los efectos del levantamiento e inversión estructural en el espacio
tridimensional a la cual fue objeto el bloque del Flanco Este (“Horst”, Área del Pilar)
con respecto al Flanco Oeste (Graben), separados por esta falla principal.

245
Figura 5.5. Visión en 3D de la traza del plano de falla Lama-Icotea vista desde el suroeste a nivel del yacimiento C-4, donde se aprecia la dirección de su
movimiento sinestral y el levantamiento estructural del Área del Pilar del Flanco Este con respecto al Flanco Oeste por inversión tectónica.

246
5.5. Campos de esfuerzos

En general para el Bloque I, la dirección del esfuerzo máximo horizontal


principal (σHmax) es NO-SE (oblicuo), presentando dos componentes: una
perpendicular que produjo la compresión en los bloques estructurales alrededor de la
falla Lama-Icotea, y otra tangencial que conllevo al movimiento sinestral de la
misma, por lo tanto su movimiento final es transpresivo. Esto corrobora la dirección
NNE-SSO de este sistema de falla principal al igual que la dirección del anticlinal.
Este resultado fue determinado bajo el análisis geomecánico en el Eoceno y Cretáceo
(Figuras 5.6 y 5.7). Estos esfuerzos son los responsables de impulsar la tectónica del
Bloque I del Campo Lagomar.

5.6. Mapas en tiempo, profundidad y atributos sísmicos

El mapa estructural en tiempo [ms] para el yacimiento C-4 esta dado en la


Figura 5.8. Este resultado es obtenido luego de interpretar cuidadosamente toda el
área. Esta sección permite mostrar también los polígonos de fallas y su rumbo dentro
del sistema tectónico del área de estudio. Este mapa es capaz de modelar el nivel de
deformación de la capa interpretada en base a sus diferentes colores, bajo el efecto de
los tiempos de llegada de la onda acústica. El color amarillo representa las zonas más
elevadas, las rojas y verdes las intermedias y el azul y violeta las más profundas.

Finalmente, se obtuvo el mapa estructural en profundidad mostrado en la


Figura 5.9, utilizando el modelo de velocidades calculado en el área, la cual se
explica en el Capitulo IV de la metodología.

La tecnología para calcular atributos sísmicos es importante en este trabajo, ya


que permitió extraer información de los reflectores sísmicos interpretados, arrojando
como resultado una mejor visión de la distribución de las arenas productoras del
yacimiento y corroborar la tendencia del fallamiento del área. Las Figuras 5.10 y 5.11
muestran los resultados de los mapas de atributos sísmicos de amplitud y estructural
respectivamente.

247
Figura 5.6. Configuración del sistema de campos de esfuerzos para el Eoceno en el área del Bloque I donde se encuentra el análisis del área de estudio.
Dirección de esfuerzo tomada del Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo (2009).

248
Figura 5.7. Configuración del sistema de campos de esfuerzos para el Cretáceo en el área del Bloque I donde se encuentra el análisis del área de estudio.
Dirección de esfuerzo tomada del Modelo Geomecánico del Campo Lagomar y Lagomedio a nivel de los yacimientos Eoceno-Inferior y Cretáceo (2009).

249
Figura 5.8. Mapa estructural del Campo Lagomar del Bloque I con los polígonos de fallas en unidades
de tiempo [ms] del tope del yacimiento C-4 interpretado con la licencia de SeisWork, bajo el ambiente
Linux de la plataforma Landmark.

250
Figura 5.9. Mapa estructural en profundidad del yacimiento C-4 en el área de estudio. Las zonas en rojo representan las estructuras más elevadas (Ático y
Pilar) del Flanco Este, las verdes las intermedias y las de color azul las más bajas como el Graben del Flanco Oeste.

251
Figura 5.10. Resultado de la extracción de atributos sísmicos de amplitud a la interpretación realizada
del yacimiento C-4 para una de las arenas productoras de la zona próxima al tope de esta unidad.

252
Figura 5.11. Atributo estructural tipo Edge donde se resalta la tendencia estructural de las fallas
principales del tope del yacimiento C-4.

253
5.7. Propuesta de localizaciones potenciales de extracción de hidrocarburo según
el nuevo modelo estructural

Con el nuevo modelo estructural desarrollado en este trabajo, se propusieron


tres localizaciones en el Flanco Oeste cercanas a la falla Lama-Icotea y dos en el
Flanco Este dentro de la región del Ático. Estos pozos se ubicaron tomando en cuenta
el criterio de producción de los pozos vecinos, las nuevas fallas encontradas y el
buzamiento de las capas (estructura arriba) donde se estima encontrar mayor
acumulación de petróleo (Figura 5.12).

Figura 5.12. Localizaciones potenciales ubicadas según el nuevo modelo estructural del yacimiento
C-4, tanto en el Flanco Oeste como en el Este de la falla Lama-Icotea.

254
CAPITULO VI

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

La Cuenca del Lago de Maracaibo se ha caracterizado por un sistema


tectónico altamente complicado desde el punto de vista estructural y estratigráfico,
por lo que es necesario conocer el origen, evolución y comportamiento de los
diferentes eventos geológicos involucrados en su desarrollo. Estos sistemas o rasgos
estructurales asociados al fallamiento interpretado en el área de estudio no involucran
un único régimen tectónico, sino una serie de etapas que se caracterizan por alterar y
deformar las estructuras, asociadas éstas a la apertura continental del Océano
Atlántico y a la deformación causada por la colisión oblicua de la Placa del Caribe
contra la de Suramérica.

Para el análisis de resultados de este trabajo es de suma importancia tener en


cuenta los eventos que tuvieron lugar en el desarrollo de las estructuras asociadas al
sistema tectónico del área del Bloque I, la cual comprende el Jurásico-Cuaternario.
Para el período Jurásico no fue posible identificar sus estructuras ya que no se cuenta
con una sísmica a esta profundidad. Por lo tanto, se identificaron tres sucesiones de
fases o eventos tectónicos que marcaron la configuración estructural del Bloque I en
base a los datos sísmicos 3D adquiridos en el área; estos pueden estructurarse de la
siguiente forma:

1.- Eventos tectónicos de Margen Pasivo del Cretáceo Inferior-Paleoceno Tardío.


2.- Distensión y compresión durante el Eoceno, conocido como Dualidad Estructural.
3.- Fase transcurrente y compresiva (sistema transpresivo en el Neógeno).

Todo el marco estructural y la secuencia estratigráfica fueron desarrollados e


interpretados dentro del campo de visualización sísmica, la cual se encuentra
estimada en los datos que actualmente se manejan con una escala de resolución
sísmica vertical de aproximadamente 50-60 pies para la sísmica de alta frecuencia
(HFI), y 100-120 pies para la sísmica de baja frecuencia. Ambos datos fueron

255
utilizados para corroborar la interpretación de horizontes y el modelo estructural del
área de estudio. Por debajo del límite de la resolución sísmica vertical y lateral
permitido, no fue posible el análisis e interpretación de ningún reflector sísmico o
secuencia estratigráfica que ajustara con la data geológica del campo, ya que se
podría incurrir en resultados que no son acordes con la depositación natural de los
estratos a lo largo de la evolución tectónica y estratigráfica de la cuenca.

Se debe tomar en cuenta que los ajustes sísmica-pozo de todos los horizontes
interpretados en el trabajo son correlacionados de manera aproximada y equivalentes,
lo que quiere decir, que puede existir un margen de error mínimo (10-20 %), ya que
se están ajustando valores de diferentes magnitudes físicas, tales como: tiempo [ms] y
profundidad [pies]; sin embargo la data manejada y procesada en la empresa
(PDVSA) es de entera confiabilidad y ha dado excelentes resultados en la
construcción de pozos verticales y horizontales para diferentes yacimientos.

Para demostrar y verificar el conjunto de fallas y su dirección específica en el


área de estudio se construyó un cubo sísmico estructural (structure-cube) basado en
los datos existentes en alta frecuencia (HFI). Esta tecnología permitió identificar con
mayor claridad las trazas de los principales sistemas de fallas evidenciado a lo largo
de todas las secciones sísmicas (líneas, trazas y líneas arbitrarias), en las diferentes
secuencias sedimentarias observadas. Con ello se da mayor soporte a las imágenes
que mostraremos más adelante.

La Figura 6.1 (A) muestra un ejemplo de un corte en tiempo (time-slice) a


2100 ms del cubo estructural (structure-cube), con la finalidad de observar en planta
la forma del fallamiento más relevante en todo el Campo Lagomar, mientras que la
Figura 6.1 (B) contiene la interpretación a este nivel. Obsérvese que los alineamientos
más predominantes (Lama-Icotea y Lama-Este) presentan una zona muy caótica que
la diferencia del resto, permitiendo identificar mejor los rumbos de las mismas. La
Figura 6.2 (A) contiene la ubicación de varios transectos (A-A´, B-B´, C-C´ y la línea
sísmica 784, O-E) en el cubo estructural, ubicándolos exactamente en el mapa
estructural de polígonos de fallas a nivel del yacimiento C-4 en la Figura 6.2 (B).

256
A B

Figura 6.1. Corte en tiempo (time-slice) a 2100 ms en el cubo estructural (structure-cube) para identificar la trayectoria de las fallas principales.
A) Time-slice sin interpretar con los alineamientos de fallas. B) Interpretación de las fallas más resaltantes en el Bloque I y sus alrededores.

257
Figura 6.2. Ubicación de transectos A-A´, B-B´, C-C´ perpendiculares a los diferentes sistemas de fallas encontrados, y la línea sísmica 784 de dirección
O-E. A) Visualización en el time-slice a 2100 ms. B) Cobertura de transectos en el modelo estructural a nivel del yacimiento C-4.

258
Cada una de las fallas interpretadas se le asignó una numeración (Figura 6.3)
con la finalidad de identificarlas y reconocerlas mejor en cada uno de los transectos
de la Figura 6.2, cuando se haga referencia a ellos. Estos transectos están
estratégicamente ubicados en las zonas del área de estudio donde ha ocurrido
deformación, para describir con más facilidad las fases o eventos tectónicos
involucrados en su desarrollo. La Figura 6.3 también muestra la dirección del campo
de esfuerzo principal (σHmax) en sentido NO-SE que deformó la columna Cretácica y
Eocena (adquiridos por análisis geomecánico de pozos), la cual es responsable del
movimiento transcurrente sinestral de la falla Lama-Icotea.

Figura 6.3. Mapa estructural de contornos del yacimiento C-4 interpretado con sísmica 3D. Cada
sistema de fallas se ha numerado de la siguiente forma: falla Lama-Icotea (1), falla Lama-Este (2),
fallas normales área de El Pilar (3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15), fallas Ático (16) e
Intra-Ático (17), fallas inversas vecinas a Lama-Icotea Flanco Oeste (18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24),
fallas inversas Flanco Oeste (32,33 y 34), fallas normales Flanco Oeste (25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 35,
36, 37, 38, 39, 40 y 41).

259
La secuencia sedimentaria con su relación de espesores y el fallamiento del
Bloque I se muestran en la línea sísmica 784 (O-E) de la Figura 6.4 (ver Figura 6.2 B
y 6.3 para ubicación y numeración respectivamente). En este transecto sísmico se
identifican cuatro paquetes sedimentarios entre el Mesozoico y Cenozoico bien
definidos, los cuales son: Cretáceo (amarillo), Paleoceno (azul), Eoceno (área de
estudio, rojo) y Mioceno (evento post-Eoceno, Neógeno); todos ellos deformados de
alguna u otra forma por el tectonismo causado por la colisión oblicua entre la Placa
del Caribe y Suramérica. Esta colisión oblicua ocasionó un campo de esfuerzo
(NO-SE) en la zona que impulsó los movimientos y cambios estructurales que dieron
origen a sistemas distensivos y transpresivos que desarrolló: una falla principal
denominada Lama-Icotea (1), la Falla del Este (2), la falla del Ático (16) y la falla
Intra-Ático (17); todas ellas con rumbo NNE-SSO, formando una estructura en “Flor
Positiva” con fallas inversas por compresión (18-24, 32-34, 16 y 17), además de un
sistema de fallas normales a su alrededor (3-15 y 35-41) y en la cresta de la misma
(25-31) por distensión con rumbo NO-SE. Los esfuerzos también provocaron
inversión estructural en toda la secuencia sedimentaria.

En la parte superior de la línea 784 de la Figura 6.4, se identificaron las zonas


asociadas al sistema estructural principal del Bloque I con respecto a la falla
Lama-Icotea. Estas zonas están identificadas de la siguiente forma: el oeste de la falla
Lama-Icotea (color azul) se ha denominado “Flanco Oeste” conformado por una
depresión o “Graben” y la mitad de una estructura en “Flor Positiva”, mientras que al
este de dicha falla se encuentra el “Flanco Este”, conformado también por el resto de
la misma estructura en “Flor Positiva” donde se encuentra asociado el “Ático”
(definido por la falla del Ático) y el “Área del Pilar”. El corte horizontal en tiempo
(línea horizontal blanca) de la línea 784 constituye el time-slice a 2100 ms de la
Figura 6.1. Esta manera de interpretar las fallas es de gran utilidad ya que nos permite
amarrar los eventos estructurales, tanto en planta como en secciones sísmicas
verticales.

260
Figura 6.4. Línea sísmica 784 (O-E) mostrando las estructuras principales interpretadas en el área, su secuencia sedimentaria entre el Cretáceo y el
Neógeno y la etapa de inversión estructural en el Eoceno. Los números en las fallas corresponden a los observados en la Figura 6.3.

261
Para comprender y analizar los resultados de las estructuras observadas en la
sísmica del Bloque I (Figuras 6.1 y 6.4), es necesario realizar una reconstrucción
cronológica de sus etapas geológicas para comparar luego con otros trabajos de la
literatura al final de este capitulo. Esta cronología se puede asociar a tres etapas:
Margen Pasivo y Activo en el Cretaceo-Paleoceno, Dualidad Estructural en el Eoceno
y transpresión en el Neógeno. De estas tres fases, las más representativas en la
sísmica es la inversión estructural en el Eoceno-Tardío (color rojo del Flanco Este,
Figura 6.4) y la etapa compresiva en el Neógeno (“Flor Positiva”, ver Figura 6.4). Las
Figuras 6.5 y 6.6 resume la posible reconstrucción tectónica de forma general en este
trabajo, y su descripción viene dada de la siguiente forma:

a) Fase de Margen Pasivo y Activo (Cretáceo-Paleoceno)

Una vez terminada la fase de rift en el Jurásico, dejando con ello la formación
de fallas normales como la Lama-Icotea, se produce en el Cretáceo-Temprano una
etapa de margen pasivo con eventos distensivos. Alguno de los planos de fallas ya
existentes fueron reactivados y atravesaron la columna estratigráfica hacia el
Cretáceo-Tardío (Figura 6.5 A).

El margen activo se inicia con la subducción de la Placa del Caribe contra la


de Suramérica al oeste de la cuenca. Es en este momento cuando se depositan las
unidades del Paleoceno y una vez que dicha placa comienza a migrar hacia el sureste,
comienza la carga de las napas. Este resultado afecta a la plataforma del Paleoceno
desarrollando un frente de elevación que llega a exponer los sedimentos de esta
formación por flexión, dando lugar a su remoción parcial por erosión. Es allí donde se
produce la llamada Discordancia del Paleoceno (ER-PC). Este también es un período
de crecimiento del sistema de fallas normales a nivel de las rocas del Cretáceo, cuya
estructura se encuentra vinculada con el reacomodo de la cuenca posterior a la etapa
de colisión. Esta discordancia removió buena parte de la depositación de la
Formación Guasare (Paleoceno) dentro del área de estudio (ver Figura 6.5 B).

262
b) Dualidad estructural Eocena (Distensión-Compresión)

Distensión

En el Eoceno-Temprano, la Placa del Caribe sigue su colisión contra la de


Suramérica, ocasionando una relativa flexura cortical y una antefosa que sirvió como
base para la depositación de los sedimentos de la Fm. Misoa. Aquí continuó el
desarrollo de estructuras de carácter normal, por lo tanto puede inferirse que para el
Eoceno Temprano-Medio ocurrió una fase extensiva-transtensiva. Se estima que para
este período también hubo reactivación de las principales fallas como la Lama-Icotea,
debido a la convergencia oblicua de la Placa del Caribe contra la de Suramérica,
donde el movimiento inducido sobre esta falla fue de carácter transcurrente sinestral
en toda la cobertura de depositación clástica del Eoceno. Se puede decir que el
crecimiento de esta falla principal estuvo condicionada con la sedimentación que
ocurrió en ese momento, la cual podría tratarse de una falla sinsedimentaria (Figura
6.5 C). Probablemente en su período de reactivación pudo afectar la depositación de
los clásticos de la columna sedimentaria del Eoceno.

Aunado a la continua sedimentación clástica y al régimen tectónico


distensivo, reaparecieron nuevas estructuras de carácter normal bajo un esquema
sinsedimentario, que llegaron a truncarse contra la falla Lama-Icotea en profundidad.
Una de estas estructuras pudo ser la falla del Ático junto a otras fallas en el Flanco
Oeste y las del sistema conjugado de fallas Lama-Este ubicado al este de la falla
Lama-Icotea (Figura 6.6 D).

Compresión

A comienzos del Eoceno-Tardío la Cuenca de Maracaibo sufrió una fuerte


tectónica compresiva que provoco el levantamiento de un número significativo de
estructuras, llevando consigo un proceso de inversión estructural. La mayoría de estas
fallas con comportamiento normal, que estuvieron asociadas a la falla principal
Lama-Icotea, cambiaron su sistema evolutivo para pasar a un comportamiento inverso
bajo el régimen asociado de compresión-transtensión con efecto además de la

263
rotación de bloques que permitió inclusive el llamado efecto “tijera” en fallas como la
Lama-Icotea en zonas conocidas como la cuenca “pull-apart” (Escalona, 2003) en el
campo de Explotación Lagomedio al suroeste del Campo Lagomar.

Estos procesos de inversión estructural trajo como consecuencia la formación


de estructuras en “Flor Positiva” dentro del Bloque I (Figura 6.6 E) y que por efecto
de la evolución transpresiva en sentido horario le dio a estas estructuras una dirección
NNE-SSO. Estos plegamientos con elevación hicieron posible la formación de
estructuras como las del Ático y de menor escala la del sistema de falla Lama-Este.

c) Eventos compresivos con etapa de transcurrencia (transpresivos) en el


Neógeno

A finales del Cenozoico se produce un movimiento de transcurrencia dextral


de la falla de Oca por efecto de la Placa del Caribe contra la de Suramérica (Escalona,
2003), por lo tanto las estructuras que fueron desarrolladas bajo los efectos de flexión
y tensión pasaron a evolucionar de transpresión a transcurrentes sinestrales. El campo
de esfuerzo en el sistema de fallas Lama-Icotea paso a ser NO-SE por efecto de la
continua compresión oblicua de la Placa del Caribe durante el Neógeno. Este
esquema final de la evolución estructural del Bloque I es mostrado en la
Figura 6.6 (F), donde se representa la configuración actual observada en los datos
sísmicos 3D que se manejaron en la elaboración de este trabajo.

La transcurrencia sinestral del sistema de fallas Lama-Icotea en este período


pudo definir la configuración actual del fallamiento del Bloque I, convirtiendo al
bloque este de esta falla en un “Horst” y un depocentro o “Graben” al bloque oeste de
la misma. Es probable que la falla Lama-Icotea con su gran salto estructural (1800-
2500 pies entre el Cretáceo y Eoceno) y la del Ático (300 pies) hayan servido como
una especie de rampa lateral de despegue para que muchas de estas estructuras fueran
deslizadas a través de los mismos por efecto de transpresión.

264
Figura 6.5. Reconstrucción estructural del Bloque I. A) Paleoceno-Temprano, B) Paleoceno Medio-
Tardío y C) Eoceno-Temprano.

265
Figura 6.6. Reconstrucción estructural del Bloque I. D) EocenoTemprano-Medio. E) Eoceno-Tardío y
F) Mioceno-Tardío; Actual.

266
La falla Lama-Icotea (1) se considera la estructura principal del área y la que
propició la formación del resto del fallamiento. Esta estructura es considerada como
una de las más antiguas y resaltante de la Cuenca de Maracaibo, la cual pudo haberse
formado en el período de la apertura continental del Océano Atlántico durante el
Jurásico, simultáneo a la formación del rift (Lugo y Mann, 1995; Castillo, 2001). La
Figura 6.5 (A) muestra la etapa inicial en el Cretáceo de su posible evolución. El
criterio y análisis utilizado en la sísmica para su interpretación y seguimiento a lo
largo del Bloque I fue el siguiente (ver Figura 6.4):

-. Evidencia de un gran salto estructural en la secuencia Cretácica y Paleocena de


aproximadamente 2200 pies apreciable en la línea sísmica 784. Aquí observamos que
los reflectores sísmicos entre los Flancos Oeste y Este tienen cierta similitud a pesar
de su salto, lo que hace posible pensar que allí existe un gran plano de falla que los
separa (ver también Figura 5.1, ER-PC y Socuy).

-. Se observo una tendencia o alineación muy marcada en los time-slice que se


comporta con distorsión de manera continua. Este tipo de falla regional crea eventos
muy caóticos en las estructuras con movimiento transcurrente que han sido sometidas
a grandes deformaciones (Escalona, 2003: ver time-slice a 2100ms, Figura 6.1 A y
B).

-. Fuerte cambio de buzamiento de los estratos entre ambos Flancos de la falla (Oeste
y Este), indicando estar en presencia de una estructura intermedia que los separa.

-. Una clara evidencia de inversión estructural en los sedimentos del Eoceno en el


área de El Pilar o Flanco Este (secuencia en rojo, Figura 6.4). Podemos observar en la
lámina de las Figura 6.4 y 5.1 los truncamientos (top-lap) contra la discordancia del
Eoceno y la disminución considerable de espesor de esta secuencia sedimentaria.
Posiblemente, para que esto sucediera, fue necesario un plano de falla que cortara
toda la secuencia sedimentaria y que sirviera como plano de deslizamiento, que
aunado a los movimientos transpresivos, logro expulsar el bloque de El Pilar por
inversión (ver Flanco Este, Figura 5.5 en 3D), para ser removidos sus sedimentos
debido a la erosión del Eoceno (ER-EO).

267
-. El control con pozos fue otro factor determinante para ubicar esta falla. La
profundidad de los topes geológicos para el Flanco Este (secuencia Eocena) es mucho
menor que las del Flanco Oeste con una diferencia entre 1800-2000 pies en promedio.
Por otro lado, por medio de sus registros se observo la perdida de sedimentos en el
área de El Pilar (Flanco Este) por efectos erosivos, mientras que en el Flanco Oeste la
secuencia Eocena se conserva con mayor espesor indicando menos exposición. Esto
permitió intuir, en principio, un importante plano de falla que separa ambos bloques.

Los pozos VLA-0137, VLA-0459 y la perforación reciente del pozo


VLA-1599 mostrados en la Figura 6.7 A y B, dan evidencia de lo anteriormente
expuesto. Nótese en los registros de los pozos (VLA-0137 y VLA-0459, Figura 6.7
A), que al atravesar la discordancia del Eoceno en el Flanco Este, pasa directamente a
una arena C-5 (parcialmente erosionada) considerada de edad Eoceno-Medio, lo cual
indica que fueron erosionadas totalmente las Arenas B del Eoceno-Tardío y los
yacimientos C-1, C-2, C-3 y C-4. Aquí se manifiesta, por data de pozo, como en el
momento de esta deformación el bloque de El Pilar (Flanco Este, “Horst”) se
encontraba por encima del bloque del Flanco Oeste (“Graben”), permitiendo que la
erosión en el Eoceno (ER-EO) removiera dicho registro sedimentario, corroborando
además la inversión de estas estructuras.

Por otro lado, el pozo VLA-1599 (Figura 6.7 B) muestra la perforación de


ambos lados de la falla Lama-Icotea tanto en el Flanco Oeste (ligeramente erosionado
el tope de las Arenas C) como el Flanco Este (parcialmente erosionado en las Arenas
C y totalmente en las B). Si observamos el registro, este muestra en el Flanco Oeste:
la erosión del Eoceno (ER-EO) con C-2 parcialmente erosionado, seguidamente C-3
y luego atraviesa el sistema de fallas Lama-Icotea (aprox. en 5700 pies) y llega
directamente a C-7 pero del Flanco Este (Área del Ático). Este efecto demuestra
también los rasgos de inversión estructural del área y la posición del plano de falla
Lama-Icotea, junto con la fuerte erosión que fueron objeto estas estructuras. La
Figura 6.8 y 6.9 muestran la evidencia en sísmica y en 3D del pozo VLA-1599
cuando atraviesa el plano de falla Lama-Icotea (color azul), respectivamente.

268
B
A

Figura 6.7. Registro sedimentario de la perforación de los pozos vecinos a la falla Lama-Icotea evidenciando la perdida de sección. A) Pozos en el Ático
VLA-0137 y VLA-0459. B) Pozos VLA-1599 con perforación en Flanco Oeste y objetivo final en Flanco Este (Arenas C-7).

269
Escala Sísmica Falla Lama-Icotea LEVANTAMIENTO
SISMICO N

AREA DE ESTUDIO

Evidencias de
Anticlinal de Icotea Inversión Estructural
AREA DE ESTUDIO

BLOQUE I
BLOQUE II

Falla Atico BLOQUE X


BLOQUE XII

BLOQUE X

BLOQUE IX
BLOQUE III

BLOQUE VIII

ER-EO

ER-EO ER-EO
EO
ER-
C-4
EO
ER- C-7
Transcurrencia Sinestral
C-4

C-7
O LÍNEA SÍSMICA 747 E

Figura 6.8. Evidencias de la inversión estructural dentro del área de estudio apreciándose el estilo
estructural conformado por el anticlinal de la falla Lama-Icotea (línea azul) y los truncamientos de los
reflectores sísmicos del yacimiento C-4 (línea en rojo) contra la discordancia del Eoceno (líneas
punteadas en amarillo).

La inversión estructural en el área del Bloque I fue producida por el campo de


esfuerzo, inducido por la colisión oblicua de la Placa del Caribe con la de Suramérica.
Según los estudios geomecánicos en el Bloque I, se determino que el vector de campo
de esfuerzo máximo presenta una dirección NO-SE, es decir, actúa de forma oblicua a
las estructuras principales como Lama-Icotea (Figura 6.3), la cual le imprimió a esta
falla un movimiento transcurrente sinestral (ver flechas azules, Figura 6.3) y
compresivo, dando finalmente un movimiento transpresivo entre el Eoceno-Tardío y
el Neógeno (“Pop-up”, Figuras 6.4 y 6.8). Esto permitió que el bloque estructural del
Flanco Oeste se moviera hacia el sur y el del Flanco Este hacia el norte. Por este
motivo, la mayoría de las estructuras principales como Lama-Icotea, la Falla del Este
y las fallas inversas del anticlinal (“Pop-up”) presentan una dirección NNE-SSO
como se muestra en la Figura 6.3 del mapa estructural final del yacimiento C-4.

270
Figura 6.9. Ubicación tridimensional con un cubo sísmico de semblanza de los sistemas estructurales
alrededor del pozo VLA-1599 donde se observa el corte con el plano de falla Lama-Icotea tanto en el
Flanco Oeste como en el Este y levantamiento estructural del yacimiento C-7 por efecto de la inversión
tectónica. A) Vista superficial 3D desde planta. B) Rotación del cubo sísmico para observar el corte
del pozo VLA-1599 desde el Flanco Este.

271
Algunos rasgos de inversión tectónica positiva pueden estar relacionados con
los siguientes eventos tectónicos entre el Eoceno-Tardío y el Neógeno en la Cuenca
de Maracaibo: a) Truncamiento de capas contra la discordancia del Eoceno en el
Eoceno-Tardío, evidenciando exposición área, b) El escape del Bloque de Maracaibo
hacia el norte a partir del Mioceno-Tardío, producto de la colisión Arco de Panamá y
el noroeste de Suramérica, y por la subducción de ángulo bajo de la Placa del Caribe
debajo del noroeste de Suramérica (Colmenares y Zoback, 2003) y c) La Orogénesis
Andina en el Mioceno-Temprano, la actúa como un pistón que levanta bloques
deprimidos desde el Jurásico en la cuenca, producto del acortamiento propagado en el
Mioceno-Temprano desde el SE y SO hacia los márgenes más meridionales de la
Cuenca de Maracaibo (Audemard y Audemard, 2002). Probablemente el
sobrecorrimiento de las Napas de Lara al este pudo ayudar al empuje y levantamiento
parcial de algunas de estas estructuras.

Una vez interpretada la falla Lama-Icotea y reconstruir los eventos


sedimentarios (línea 784, Figura 6.4) nos damos cuenta que las rocas del Cretáceo
(amarillo) y Paleoceno (azul) en el Flanco Este están frente a las rocas del Eoceno
(rojo) del Flanco Oeste, dando evidencia de un gran desplazamiento de ambos
bloques con posible sello estructural. También las arenas del Eoceno-Inferior (C-7)
del Flanco Este están frente a las arenas del Eoceno-Medio (C-4) del Flanco Oeste,
corroborando también un sello estructural a nivel del Eoceno. El comportamiento de
producción en ambos flancos de esta falla también es diferente, por ende este efecto
se asocia a una barrera que impide el paso de fluido (Análisis de yacimientos en el
Eoceno, 2014). Por tales razones esta falla es considerada sellante en el área de
estudio. Con estas evidencias en sísmica, el plano de la misma se observa casi vertical
(80° aproximadamente), la cual es típico de las fallas con movimiento transcurrente.

Con respecto a la falla del Ático (16) e Intra-Ático (17) podemos comentar lo
siguiente: con el proceso de inversión estructural que tuvo lugar en el Eoceno-Tardío
comienza una fuerte etapa compresiva (esfuerzo principal oblicuo, NO-SE),
permitiendo que el bloque correspondiente al área del Pilar alcanzara una mayor

272
elevación con respecto a las áreas adyacentes (ver truncamiento por erosión Figura
6.10 B), así como la evolución de la falla Lama-Icotea y demás fallas asociadas a un
sistema de fallas con desplazamiento inverso bajo un régimen de compresión-
transpresión, provocando así el ascenso de los bloques delimitados por la falla del
Ático e Intra-Ático de dirección NNE-SSO, y por consiguiente el levantamiento de la
región del Ático (estructura en “Flor Positiva”) del área de El Pilar en relación a la
secuencia ubicada en el Flanco Oeste (“Graben”). Según lo observado en sísmica la
falla del Ático corta sedimentos del Paleoceno y cierra al norte de Lama-Icotea,
pudiendo ser una trampa estructural de acumulación de hidrocarburo. La falla Intra-
Ático solo trunca en profundidad con el Eoceno-Temprano. La sección estratigráfica
de la Figura 6.10 (A), demuestra con data de pozo, la disminución de espesor de las
arenas superiores del Eoceno por efectos erosivos al oeste del bloque de El Pilar, la
cual se ajusta con lo observado en la sísmica (Figura 6.10 B).

En el área de estudio, específicamente en el “Horst” del Pilar (Flanco Este), la


cuña estratigráfica formada en el Ático como prisma de acreción y en forma de
“Pop-up” fue desarrollada probablemente por desgarramiento y fallamiento inverso
entre la falla Lama-Icotea y la falla del Ático bajo los efectos del movimiento de
transpresión. Esta falla del Ático pudo haberse formado como una falla secundaria y
sintética al desplazamiento inicial normal que tenia la falla Lama-Icotea en las etapas
finales de su reactivación en el Eoceno-Tardío, la cual sostuvo una reactivación
inversa durante los procesos de inversión estructural. Con la tectónica de compresión
se activo un relativo control del proceso erosivo al este de la falla Lama-Icotea
(región del Ático), donde las áreas positivas fueron mayormente afectadas.

La región del Ático es una de las zonas que alcanzó mayor erosión debido a
que estuvo mas expuesta a la superficie (Figura 6.10 B), por lo que gran parte de los
yacimientos de la Formación Misoa, específicamente entre las arenas B-1 a B-9 y C-1
a C-4, fueron removidas quedando parcialmente erosionadas las arenas C-5 (ver
registros de pozos de la Figura 6.7 A).

273
O O VLA-0898 VLA-0759 VLA-0187
VLA-0093 VLA-0933 VLA-0534
E
E
VLA-0475

A Sub-
Sistemas
encadenados

unidades
LS8

HST7

MFS7
LAGIS TST7
LST7
Sub- LAGIM LS7
unidades- LAGII HST6
LRT TST6 MFS6
LS6 LST6 LS6
LS4
BLR
Sistemas C-4 C-4 C- 2S
HST3
MFS3
encadenados

C- 5S
C-4 C- 2I TST3
ER-EO
LS2
C- 5M
C-4 C- 3S

HST1 C- 5I
C- 3I

LST3
C-4
C- 4S LS3
MFS1 C- 4M HST2
C- 6S MFS2 Sistemas
TST2 C- 4I
C- 5S Sub - encadenados
C- 6I miembros
TST1
C- 7S

C- 7M Secci ó n estratigr á fica O - E 04


C- 7I
Sección estratigráfica para la línea VLA
FJ_6921_ SISENCAD_OE _04_2008(EM)
sísmica
- 0475784.
- VLA - 534

Figura 6.10. Anticlinal fallado de la región del Ático con su relación estratigráfica. A) Sección
estratigráfica con pozos mostrando el acuñamiento contra el alto estructural del Ático al oeste de El
Pilar. B) Evidencias de inversión tectónica en el Flanco Este observadas por los truncamientos de las
capas de C-4 (línea roja) contra la discordancia del Eoceno (línea punteada amarillo).

274
Para demostrar con la sísmica que la falla Lama-Icotea fue afectada por
sistemas transcurrentes y compresivos (transpresivos), se tomo en cuenta el campo de
esfuerzo y la construcción de varios transectos perpendiculares (F-F´, G-G´, H-H´ y
I-I´, ver Figura 6.11 para ubicación) a lo largo de su trayectoria en el cubo estructural
(struture-cube); aunado a esto, también se hicieron time-slice a 1300, 1700, 2100,
2700 y 3000 ms con la finalidad de corroborar si efectivamente las fallas principales
atravesaban parcialmente o totalmente toda la columna sedimentaria
Cretáceo-Eoceno. La Figura 6.12 muestra la línea sísmica 784 (O-E) con la ubicación
de cada time-slice, mientras que estos niveles en tiempo están representados en la
Figura 6.13 (1300 y 1700 ms) y la Figura 6.14 (2700 y 3000 ms) con las fallas de
igual numeración y color que en las líneas sísmicas de las Figuras 6.3 y 6.10, para
ubicarlas mejor.

Nótese en los transectos F-F´ y G-G´ dados en la Figura 6.15, y los transectos
H-H´ y I-I´ en la Figura 6.16 que todo el tren de fallas y el anticlinal se desplazan
progresivamente hacia el este de la lámina. Por su puesto, para ver el efecto completo
del movimiento estructural, necesariamente tenemos que observar la interpretación en
planta de todos los time-slice (1300, 1700, 2100, 2700 y 3000 ms), dándole
seguimiento con la numeración de cada falla. Aquí se observa que tanto el anticlinal
(estructura en “Flor Positiva”) como las fallas toman una dirección NNE-SSO. Esto
ocurre por la influencia del vector campo de esfuerzo principal que interactuó de
forma oblicua (NO-SE, ver Figura 6.3), deformando estas estructuras por efecto de la
interacción oblicua de la Placa del Caribe con la de Suramérica. Este esfuerzo
mantuvo dos componentes: una perpendicular al tren de fallas que causó la
compresión y la otra tangencial que causo el movimiento al sur del Bloque del Flanco
Oeste y al norte el del Flanco Este. La combinación de estos eventos causó finalmente
los movimientos transpresivos entre el Eoceno Tardío-Neógeno y la transcurrencia
sinestral de la falla Lama-Icotea, dando posiblemente una reactivación de la misma en
el Neógeno, ya que los reflectores sísmicos se observan deformados después de la
discordancia del Eoceno (Mioceno, Figura 6.10).

275
Figura 6.11. Ubicación de los transectos F-F´, G-G´, H-H´ y I-I´ en el time-slice de 2100 ms y
perpendiculares al tren de fallas Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco
Oeste (24, 32 y 33); para observar la dirección del anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) en el área
de estudio y cotejarlo con la dirección principal de estas fallas.

276
Figura 6.12. Línea sísmica 784 (O-E) con los cortes en tiempo (time-slice) a 1300, 1700, 2100, 2700 y 3000 ms, ubicando las intersecciones con las fallas
principales: Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco Este (16, 17) y Flanco Oeste (19, 32 y 33).

277
Figura 6.13. Corte estructural en tiempo (time-slice) a 1300 y 1700 ms para determinar las fallas en el área de estudio y analizar su trayectoria a través de
la secuencia sedimentaria que es atravesada por las mismas.

278
Figura 6.14. Corte estructural en tiempo (time-slice) a 2700 y 3000 ms para determinar las fallas en el área de estudio y analizar su trayectoria a través de
la secuencia sedimentaria que es atravesada por las mismas.

279
Figura 6.15. Transectos F-F´, G-G´ (ver Figura 6.11 para ubicación) perpendiculares al tren de fallas
Lama-Icotea (1), falla del Ático (16), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco Oeste (23, 24,
32, 33 y 34). Con estos transectos se demuestra el rumbo NNE-SSE de estas fallas principales y del
anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) del Bloque I.

280
Figura 6.16. Transectos H-H´, I-I´ (ver Figura 6.11 para ubicación) perpendiculares al tren de fallas
Lama-Icotea (1), Falla del Este (2) y las fallas inversas del Flanco Oeste (18, 32, 33 y 42). Con estos
transectos se demuestra el rumbo NNE-SSE de estas fallas principales y del anticlinal (estructura en
“Flor Positiva”) del Bloque I.

281
Algunos autores como Castillo (2001) han propuesto que la formación de
fallas normales es una respuesta de la flexura de la placa Suramericana debido a la
carga tectónica de la placa del Caribe durante el Paleoceno Tardío-Eoceno Medio.
Por otro lado, Bradley y Kidd (1991) concluyeron que estas fallas normales se
formaron como deformación de flexura extensional, resultando en un plegamiento de
curvatura convexo de la litósfera en situaciones de colisión.

En la Figura 6.3 del mapa estructural del yacimiento C-4 se encontraron una
serie de fallas normales en el área de El Pilar del Flanco Este (3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10,
11, 12, 13, 14 y 15), en el alto de la estructura en “Flor Positiva” hacia el Flanco
Oeste (25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31) y al oeste de las fallas inversas del Flanco Oeste
(35, 36, 37, 38, 39, 40 y 41), que no solo se le puede atribuir su formación a la carga
flexural, sino también, al efecto transpresivo que tuvo lugar en los bloques
delimitados por la falla Lama-Icotea que causó fallamiento distensivo (normal) en
“echelon” en los laterales de dichos bloques. Esto puede verse en los transectos
A-A´, B-B´ y C-C´ (Figura 6.2 para ubicación) y mostrados en las Figuras 6.17, 6.18
y 6.19 (B), respectivamente. Los saltos de estas fallas encontradas en estos transectos
no superan los 150 pies de forma general, por lo que se consideran no sellantes o
parcialmente sellantes para el yacimiento C-4.

En la Figura 6.19 (A) se muestra una sección estratigráfica en la misma


dirección del transecto C-C´ que contiene la data de pozo en el área de El Pilar
(Figura 6.19 B). Como podemos observar, esta data de pozo coteja con lo observado
en la sísmica, donde el acuñamiento del horizonte C-4 se torna evidente hacia la
discordancia del Eoceno, corroborando también con este transecto el levantamiento
del Bloque de El Pilar por efecto de la inversión tectónica. Como estas fallas no
cruzan la discordancia del Eoceno, se estima que su formación data a finales de este
período. El buzamiento de estas estructuras es de aproximadamente 60° al NE con un
rumbo NO-SE. Este comportamiento se observó también de forma similar para las
fallas normales encontradas en los transectos A-A´ y B-B´. Las fallas en los
transectos están numeradas y corresponden a las observadas en la Figura 6.3.

282
Figura 6.17. Transecto A-A´ en el bloque estructural del Flanco Oeste (ver Figura 6.3 para ubicación) con el sistema de fallas normales formadas por
distensión que atraviesa la columna sedimentaria del Eoceno y Cretáceo.

283
Figura 6.18. Transectos B-B´ sobre el anticlinal (estructura en “Flor Positiva”) del Flanco Oeste
(ver Figura 6.3 para ubicación) con el sistema de fallas normales formadas por distensión que atraviesa
la columna sedimentaria del Eoceno.

Posiblemente, el período de formación de estas fallas normales (Figuras 6.17,


6.18 y 6.19 B) pudo ser contemporáneo al “Pop-up” o “Flor Positiva”, es decir, entre
el Eoceno Tardío-Mioceno, bajo un régimen distensivo producto del movimiento
transpresivo de Lama-Icotea. Todas estas fallas tienen un rumbo NO-SE,
extendiéndose algunas en profundidad hasta el Cretáceo y contrarias a la dirección
NNE-SSO de las fallas inversas y principales (Lama-Icotea), corroborando así, que el
modelo estructural presentado en este trabajo respeta los modelos de Wilcox et al.
(1973) y Tchalenko (1970).

La ruptura de la roca madre en el Grupo Cogollo (Fm. La Luna), tanto por


estas fallas normales e inversas, como por la falla Lama-Icotea, propiciaron las vías
de migración de hidrocarburo a través de sus planos, originando la acumulación de
petróleo en los niveles más altos como el Eoceno y estructuras como el Ático.

284

S N

C VLA-0759 VLA-0244 VLA-0734 VLA-0766 VLA-0862 VLA-0009 VLA-0758 VLA-0001

Sistemas

A
encadenados
Sub -
unidades
LS8
HST7

TST7 MFS7
LST7 LS7
LAGI
HST6
LRT
EO BLR LST6 TST6
LS6
LAGI B-9
HST4
LRT MFS4
BLR EO C-1 TST4
C-2I C3S
C-3I LST4 LS4
C-4S C-2S HST3
C-4M MFS3
C-4I C-2I
C-5S C-3S TST3
C5M C-3I
C-5I C-4S LST3 LS3
C-4M HST2
C-4I
TST2MFS2
C-5S LST2
LS2

ER-EO C-5M
C-5I HST1

C-4 Sección estratigráfica N - S 01 C-6S MFS1


C-6I

VLA-0001 - VLA-759 C-7S


C-7M
TST1

Sección estratigráfica en el área de El Pilar en dirección


C-7I
LST1
PC LS1

del Transecto C-C´.


FJ_6921_SISENCAD_NS_01_2008(EM)

Figura 6.19. Sistema distensivo encontrado en el Flanco Este en el área de El Pilar (ver Figura 6.3 para
ubicación) con su relación estratigráfica. A) Sección estratigráfica con pozos, mostrando el
acuñamiento del yacimiento C-4 al SE. B) Fallas normales bajo régimen distensivo con evidencias de
inversión estructural.

285
Link et al. (1999) desarrolló un modelo tectónico en el Bloque I como lo
muestra la Figura 6.20 (A). Allí podemos visualizar una sección sísmica conformada
básicamente por las mismas estructuras observadas en nuestro estudio. Este autor
interpreta la falla Lama-Icotea (color negro) como dos planos semi-verticales
interrumpidos por una falla lístrica que la denominó Ático (color rojo) a nivel del
Cretáceo. Esta interpretación es respetable, mas no es compartida con la
interpretación encontrada en este trabajo.

En primer lugar nuestro plano de falla Lama-Icotea (1) (Figura 6.20 B) no se


ve truncado ni interrumpido por otra estructura, sino que es prácticamente vertical por
los comentarios anteriormente expuestos en la identificación e interpretación de la
misma. Por otro lado, una de las razones para interpretar casi vertical este plano de
falla, es el control con la perforación de los pozos a nivel del Cretáceo en el Flanco
Oeste (Base de Datos del Libro de Reservas y Perforación de Pozos, 2010). Estos
pozos han sido perforados muy cercano a la falla Lama-Icotea buscando mayor
fracturamiento, atravesando toda la columna sedimentaria del Eoceno, Paleoceno y
Cretáceo Superior, para finalmente encontrar Socuy, por ejemplo, a 15.000 pies sin
repetir sección alguna de esta formación a esta profundidad. Sin embargo, si
usáramos el modelo de Link et al. (1999), lo mas seguro que se repitiera sección a
nivel de Socuy (color verde), ya que perforaríamos estos sedimentos en el Flanco
Este y luego de varios pies los volveríamos a encontrar nuevamente, tal como lo
muestra el Pozo A en la Figura 6.20 (A). Cabe destacar que ningún pozo Cretáceo en
el área de estudio ha presentado estas características, ni tampoco a cruzado una falla
lístrica. El proceso de inversión tectónica en el modelo de Link et al. (1999) si
concuerda con el presentado en este estudio.
Por otro lado, si seguimos el modelo de Link et al. (1999) para la falla del
Ático, seguramente se tendría un cabalgamiento sobre el Mioceno por efecto del
plano lístrico de esta falla, la cual serviría como plano de deslizamiento o despegue.
Por lo tanto, sería un tanto difícil formar la estructura en “Flor Positiva”, observada
en la sísmica del área, ya que la misma se forma bajo el esquema de un movimiento
transpresivo y no un cabalgamiento.

286
Figura 6.20. A) Sistema de fallas en el Bloque I interpretadas por Link et al. (1999). B) Interpretación
estructural propuesta para el área de estudio del Bloque I.

287
Kellogg (1984), Audemard et al. (1999b, 2005) y Taboada et al. (2000)
analizaron el marco geodinámico que afecta el oeste de Venezuela por influencia de
la Placa del Caribe y Nazca contra la de Suramérica, la cual es considerado como un
sistema complejo. Estos estudios arrojaron que para finales del Eoceno-Tardío y
principios del Neógeno, el campo de esfuerzos horizontal máximo (σHmax) es un
vector de convergencia oblicua (NO-SE, ver Figura 6.21 A, flechas azules) que
deformó gran parte de las estructuras, causando movimiento sinestral y transpresivo a
la mayoría de las fallas importantes de la Cuenca de Maracaibo como Lama-Icotea,
Burro Negro, Ceuta y Pueblo Viejo.

Los análisis geomecánicos de pozos, realizados en este estudio, arrojaron


también un campo de esfuerzo de dirección NO-SE (Figura 5.6 y 5.7), lo cual
concuerda con los encontrados por los autores Kellogg (1984); Audemard et al.
(1999b, 2005) y Taboada et al. (2000), corroborando así la compatibilidad de estos
trabajos con los resultados observados en este estudio.

Por otra parte, bajo la premisa de este sistema de esfuerzos transpresivos, no


se descarta la posibilidad que el levantamiento estructural observado en el Bloque I
(específicamente en el área del Pilar por efectos de inversión estructural en la falla
Lama-Icotea, sector amarillo y rojo, ver Figura 6.21 B) pudo ser ayudado por el plano
de despegue de la falla VLE-400 ubicada al sur del Bloque I que engloba los estudios
realizados por Escalona y Mann (2003), la cual se observa en la Figura 6.21 (C). Es
notorio hacer referencia a esto porque observamos el efecto tijera de la falla Lama-
Icotea al sur del área de estudio, que a diferencia del Bloque I, el área de Lagomedio
presenta un depocentro o “Graben” en el Flanco Este y un “Horst” en el Flanco Oeste
(Figura 6.21 C), ya que justo al truncarse la falla VLE-400 contra la falla
Lama-Icotea al este, comienza el levantamiento estructural del Bloque I del Campo
Lagomar, por lo tanto seria interesante estudiar si existe una relación tectónica entre
ambas áreas (Lagomar y Lagomedio).

288
Las estructuras interpretadas aquí se pueden considerar acordes con la
dirección de los máximos esfuerzos estudiados en la cuenca, siendo la principal
fuente de su formación la colisión oblicua de la Placa del Caribe contra la de
Suramérica, por lo tanto, para formar el tipo de estructura observadas en el Bloque I
bajo los efectos de transcurrencia, compresión, rotación de bloques (transpresión) e
inversión estructural, la incidencia de σHmax debió ser necesariamente de forma
oblicua al sistema de fallas principal Lama-Icotea y no netamente perpendicular. En
consecuencia, si este esfuerzo hubiese sido O-E, existiría solo compresión sobre estas
fallas sin rotación NNE. Aquí se demostró por sísmica (Figuras 6.13, 6.14, 6.15 y
6.16) que hubo una componente tangencial que impulso el movimiento transcurrente,
dando finalmente un movimiento transpresivo sinestral al sistema de falla
Lama-Icotea y Lama-Este, teniendo como resultado final una dirección NNE-SSO.
En la Figura 6.22 (A y B) se dibuja el campo de esfuerzo encontrado para este
análisis en el Bloque I.

Este sistema de campos de esfuerzos también produjo áreas muy


compartamentalizadas como las encontadas por Planchart et al. (2002), dadas en la
Figura 6.23 (A). Aquí el autor muestra un conjunto de pequeños bloques estructurales
y compartimientos fracturados con los niveles secuenciales del Eoceno, Paleoceno y
Cretáceo en el Bloque I, donde se aprecia la gran deformación que existe dentro de
los yacimientos productores y la evidente inversión estructural para los sedimentos
del Flanco Este (Área del Pilar). Esto puede ser comparado con el comportamiento
tectónico ubicado en la imagen sísmica 3D del yacimiento C-4 de la Figura 6.23 (B)
en el área estudiada, apreciándose el “Horst” del área de El Pilar en el Flanco Este y
el “Graben” en el Oeste. En la Figura 6.23 (B) las zonas en color amarillo representan
los sectores más altos como el Ático, las rojas las zonas intermedias y las verdes las
más bajas como el Flanco Oeste.

289
Figura 6.21. Relación del campo de esfuerzo regional en la Cuenca de Maracaibo asociado a la interpretación estructural del área de estudio. A) Dirección
del campo de esfuerzos horizontal máximo (σHmax) analizados por Kellogg (1984), Audemard et al. (1999b, 2005) y Taboada et al. (2000).
B) Interpretación en 3D del área de estudio con inversión estructural asociada a los esfuerzos. C) Relación de la cuenca “Pull-Apart” de Escalona y Mann
(2003) bajo el efecto tijera de la falla Lama-Icotea comparada con las estructuras en el Bloque I (ambas áreas sujetas a inversión tectónica).

290
Figura 6.22. Dirección del esfuerzo máximo horizontal y su descomposición en componente tangencial y normal a las fallas transcurrentes en el Bloque I.
A) Reconstrucción en 3D del levantamiento del área y su asociación con los esfuerzos. B) Mapa estructural del área con el σHmax en el yacimiento C-4.

291
Figura 6.23. A) Modelo aproximado de áreas compartamentalizadas y sus niveles estratigráficos de las Arena B y C interpretadas por Planchart et al.
(2002). B) Interpretación 3D del área de estudio con posibles zonas con compartimientos estructurales.

292
Las principales fallas (Lama-Icotea, Ático y Este) y el anticlinal deformado
del área de estudio, guardan relación con lo planteado por Lugo (1991) en su análisis
estructural de la Cuenca de Maracaibo entre el Cretáceo-Neógeno, donde observa que
la mayoría de los alineamientos de fallas principales y anticlinales poseen una
dirección NNE-SSO (zonas en color marrón claro, Figura 6.24 A). Estos
alineamientos tienen similitud con las evidencias estructurales encontradas en el cubo
estructural (structure-cube) de la Figura 6.24 (B) y el mapa estructural del yacimiento
C-4 de la Figura 5.2 y 6.3.

Schreurs y Colletta (1998) también desarrollaron un análisis estructural en


zonas de fallas con movimiento transpresivo y transtensivo entre las localidades
Maracaibo, Bocono y Barinas, donde plasman la elevación de bloques estructurales a
través de planos de fallas inversos en sistemas transcurrentes sinestrales afectados por
movimientos del tipo transpresivo, teniendo en cuenta una falla principal (Boconó) en
el centro del anticlinal (Figura 6.24 C). Esto se relaciona con los eventos estructurales
encontrados en este trabajo, donde los planos de fallas como el Ático y la falla
Intra-Ático sirvieron como sistemas deslizantes para elevar los bloques que
conforman esta área, junto con la transpresión ejercida por la falla principal
Lama-Icotea (Figura 6.24 D). Por lo tanto, este régimen transpresivo afecto toda la
Cuenca del Lago de Maracaibo no solo a nivel local, sino también regional.

La dualidad estructural en el Eoceno (distensión-compresión) encontrada en el


sistema estructural del Bloque I que formó fallas normales en el Eoceno Temprano-
Medio (distensión), para que luego se reactivasen como inversas en el Eoceno-Tardío,
puede ser explicado con los modelos en cajas de arenas realizados por Ustaszewski et
al. (2003) en las Figuras 6.25 y 6.26. Estos modelos podrían soportar la explicación
dada en las Figuras 6.6 (D y E) de la posible evolución estructural del Bloque I en sus
etapas distensivas-compresivas desde el punto de vista experimental.

293
Figura 6.24. A) Trayectoria NNE-SSO de anticlinales y fallas principales como Lama-Icotea, Pueblo Viejo y Urdaneta en la Cuenca del Lago de
Maracaibo analizadas por Lugo (1991). Modificado de Lugo (1991). B) Time-slice a 2100 ms mostrando la similitud encontrada en la sísmica del tren de
fallas principales en el área de estudio con lo visualizado por Lugo (1991). C) Modelo estructural de fallas actuando como planos de deslizamiento inverso
teniendo en cuenta como plano central la falla de Bocono bajo influencia de movimientos transpresivos sinestrales (Schreurs y Colletta, 1998). D) Modelo
estructural del área de estudio bajo un régimen transpresivo sinestral teniendo en cuenta como plano central la falla Lama-Icotea (color azul).

294
Figura 6.25. A) Modelo del régimen distensivo planteado para el Bloque I (Eoceno Temprano-Medio). B) y C) Vista en planta con cortes verticales en los
modelos experimentales con cajas de arenas desarrollados por Ustaszewski et al. (2003) bajo efectos distensivos, respectivamente.

295
Figura 6.26. A) Modelo del régimen compresivo planteado en el Bloque I (Eoceno Temprano-Medio). B) y C) Vista en planta con cortes verticales en los
modelos experimentales en cajas de arenas desarrollados por Ustaszewski et al. (2003) bajo efectos compresivos, respectivamente.

296
El mapa que contiene el modelo estructural de la Figura 6.3, construido para
este trabajo, puede ser comparado con algunos experimentos con cajas de
arena/arcilla, como los realizados por Lowell (1995), el cual resalta los diferentes
episodios de la formación del fallamiento (junto con el elipsoide de deformación) en
una estructura determinada bajo los efectos de un sistema transcurrente sinestral
como el que representa la falla Lama-Icotea. La Figura 6.27, resume algunos
ejemplos realizados por Lowell (1995) que incluyen estos experimentos con
arena/arcilla y que pueden ser comparados relativamente con el fallamiento
encontrado en este trabajo.

En la Figura 6.27 (A), se muestran las elipses de deformación y la formación


de fallas sintéticas sinestrales y antitéticas dextrales dentro del experimento con
arena. Las zonas más oscuras se encuentran asociadas a fosas (Grabenes) y las más
claras corresponden a pilares (Horsts) o zonas levantadas. También son observadas la
formación de pliegues y fallas en “échelon” y fracturas sintéticas y antitéticas (Figura
6.27 B). Las lonjas de Pilares (Horsts) y Fosas (Grabenes) se forman a lo largo de
zonas de fallas transcurrentes como las encontradas en la interpretación estructural en
el Bloque I del Campo Lagomar bajo los efectos del movimiento de los bloques de la
falla Lama-Icotea conformados por el alto estructural del El Pilar (Flanco Este) y el
Graben del Flanco Oeste.

Dentro de estos experimentos las estructuras formadas por transcurrencia


fueron creadas por movimiento transcurrente sinestral convergente entre las dos
piezas de la mesa (Figura 6.27 C). Primero se forman pliegues anticlinales paralelos
al eje más largo de la elipse de deformación y posteriormente se desarrolla el
fallamiento por transpresión. En lo que avanza la deformación se produce un
levantamiento paralelo a la zona de transcurrencia bajo la cobertura. Los bordes sobre
el levantamiento son claramente sobrecorridos. La Figura 6.27 (D y E) también
muestran otro ejemplo de generación de este tipo de estructuras en modelos con cajas
de arenas desarrollados por Lowell (1995).

297
Formación de Cuenca Pull-Apart
Escalona (2003)

A
Movimiento Sinestral

Formación de Pliegues
Estructuras en Flor Positiva

D
Movimiento Sinestral
Formación de Graben
Fallas Normales MOVIMIENTO SINESTRAL
DE 45 cm

Fallas Normales
Formación de Horts
Falla
Movimiento Sinestral B Falla
Lama-Icotea
Inversa
ELIPSES DE DEFORM ACIÓN

LEVANTAM IENTO POR COM PRESIÓN


Fallas normales
Fallas normales Flanco Este
Flanco Oeste
FORM ACIÓN DE ANTICLINALES

M ovim iento Transpresivo FALLAM IENTO POR TRANSPRESIÓN


Falla
Atico
Falla
Lama-Icotea

Fallas normales
Flanco Este
ANTICLINALES EN ECHELON

FALLAM IENTO POR TRANSCURRENCIA


E
M ovimiento Transpresivo
C Tomado y Modificado de Lowell (1995)

Figura 6.27. Ejemplos de modelos en cajas de arenas realizados por Lowell (1995). A) Movimiento
sinestral (left lateral) en una caja con arcilla. Los aros son circunferencias en su estado original y se
transforman en elipses a medida que el movimiento se produce. B) Elipses de deformación y desarrollo
de fallas sintéticas sinestrales y antitéticas dextrales. Las zonas oscuras corresponden a fosas
(Grabenes) y las más claras a pilares (Horsts). C) Creación de anticlinales y fallas de corrimiento por
transpresión. D) Evolución del fallamiento en sistemas tectónicos con fallas del tipo transcurrente
sinestral. E) Analogía aproximada entre las diferentes fallas encontradas dentro del modelo estructural
del yacimiento C-4 del Bloque I y las estructuras formadas con los experimentos de arena bajo el
movimiento de transcurrente sinestral. Tomado y modificado de Lowell (1995).

El marco estructural mostrado en la Figura 6.28 (A) representa una


comparación entre la tectónica encontrada en la interpretación del área con los
experimentos en cajas de arena realizados por Lowell (1995). Las diferentes fallas
normales e inversas formadas alrededor de la falla Lama-Icotea, debido a su
movimiento transpresivo, son observadas en la interpretación sísmica del mapa

298
estructural en tiempo, la cual muestra cierta similitud con la Figura 6.28 (B), donde se
ilustra un levantamiento de la estructura (realizadas con arenas bajo movimientos
transpresivos) formando una serie de fracturas y fallas en “échelon” para los niveles
superiores debido a un movimiento similar al desarrollado en el Bloque I del área de
estudio, lo que evidencia la formación de anticlinales fallados de rumbo NE-SO
debido a la compresión y la transcurrencia, tal como se aprecia en la línea sísmica
784 de dirección O-E de la Figura 6.28 (C), que demuestra el pliegue (anticlinal)
formado en el Mioceno, también bajo los efectos del levantamiento compresivo de la
Sierra de Perijá.

B ELIPSES DE DEFORMACIÓN

LEVANTAMIENTO POR COMPRESIÓN

A Mapa Estructural en Tiempo. Tope del Yacimiento C-4.

FORMACIÓN DE ANTICLINALES

N
Fallas Normales Movimiento Transpresivo FALLAMIENTO POR TRANSPRESIÓN

Fallas Normales-Distensión

FLANCO OESTE ANTICLINALES EN ECHELON

FALLAMIENTO POR TRANSCURRENCIA

Movimiento Transpresivo

Tomado de Escalona, (2003)

Línea Sísmica 784

Fallas Inversas-Compresión
C Falla Lama-Icotea

Falla Atico

ER-EO

ER-EO
ER-EO

ER-EO C-4

C-4
C-4
-EO
ER
FLANCO ESTE C-4

C-4
1 Km.
C-4

Línea Sísmica 784

Figura 6.28. Relación del fallamiento encontrado en el Bloque I del Campo Lagomar con los
experimentos en cajas de arena realizados por Lowell (1995). A) Interpretación estructural en tiempo
[ms] del tope del yacimiento C-4 indicando los polígonos de fallas a ese nivel. B) Evolución
experimental de fallas normales e inversas en sistemas tectónicos del tipo transcurrente sinestral con
formación de anticlinales bajo los efectos de movimiento transpresivo estudiados por Lowell (1995).
C) Línea sísmica 784 de dirección O-E con el levantamiento anticlinal del área de estudio similar a los
encontrados en los experimentos de arena.

299
Comparar estos mecanismos experimentales con el marco tectónico
desarrollado en este estudio ha sido de suma importancia, ya que se torna un tanto
difícil el entendimiento de la dinámica regional involucrada para formar los
movimientos sinestrales y la evolución de los sistemas de fallas Lama-Icotea y
Lama-Este, asociado a los diferentes regimenes tectónicos a los cuales han sido
sometida estas estructura.

Las áreas en los recuadros punteados en blanco y rojo tratan de relacionar


cada una de las imágenes de la Figura 6.28 (A, B y C) entre si, con la idea de poder
establecer una similitud entre las estructuras formadas en los experimentos de arena
con las visualizadas en los mapas estructurales y las líneas sísmicas interpretadas en
este trabajo.

Lowell (1995), también observó la formación de estructuras bajo sistemas de


régimen distensivo y transpresivo dadas en la Figura 6.27 (E). Estas pueden ser
comparadas con el modelo estructural de este trabajo tal como lo específica la Figura
6.29, donde se indica los diferentes sistemas estructurales que se forman tanto en el
mapa estructural interpretado en la Figura 6.29 (A) con los transectos A-A´, B-B´ y
C-C´, como en los modelos de arenas de la Figura 6.29 (B), comparando entre si, la
falla Lama-Icotea, la falla del Ático, las fallas normales e inversas y la dirección de
movimiento transcurrente sinestral.

El recuadro amarillo punteado (por ejemplo), muestra un sector del área local,
específicamente sobre la estructura en “Flor Positiva” del Flanco Oeste (transecto
B-B´), interpretada en el mapa de la Figura 6.29 (A), y la relación con el modelo de
caja de la Figura 6.29 (B), donde este tipo de estructuras están asociadas a fallas
normales (formadas por distensión), como las interpretadas también en los transectos
A-A´ y C-C´ (mostradas en la parte inferior de la lamina), relacionándose sus inicios
por efecto de los movimientos transpresivos sinestral en los bloque que conforman la
falla Lama-Icotea. Obsérvese la similitud del rumbo de cada una de estas fallas
normales con las formadas en los experimentos de Lowell (1995) de la Figura 6.29
(B).

300
Figura 6.29. Comparación entre el modelo estructural interpretado en el área de estudio con otro de los experimentos de cajas realizados por Lowell
(1995). A) Mapa estructural del tope del yacimiento C-4 indicando las fallas interpretadas. B) Formación de diferentes sistemas de fallas (normal, inversa)
bajo la influencia del movimiento transpresivo sinestral desarrollado por Lowell (1995), comparados con los transectos A-A´, B-B´, C-C´ ubicados en el
mapa estructural del yacimiento C-4.

301
Los trabajos realizados por McClay y Bonora (2001) también resumen una
analogía de experimentos realizados en sistemas de fallas transcurrentes con
movimiento sinestral y transpresivo que se pueden comparar con los resultados
obtenidos en este trabajo, dados en la Figura 6.30. Podemos visualizar como los
niveles de arena adquieren un plegamiento en forma de estructura en “Flor Positiva”
(Figura 6.30 B y C), la cual presenta gran similitud con las encontradas en la
interpretación sísmica del Bloque I en este trabajo (Figura 6.30 A).

Es importante destacar que estas comparaciones con los diferentes modelos de


experimentos en cajas de arenas son esencialmente para ilustrar algunas de las
estructuras que se formaron dentro de un régimen transpresivo con efecto de
movimiento sinestral, por lo tanto no necesariamente se deben parecer exactamente
las fallas encontradas en el modelo estructural de este trabajo a las formadas en
dichos experimentos.

El comportamiento estructural observado en las Figuras 6.30 (A, B y C)


demuestra lo complejo que puede ser el tectonismo de una cuenca bajo los efectos
deformantes de sus capas producido por el dominio de esfuerzos transpresivos como
el caso encontrado en área de estudio, que a diferencia de un experimento de
laboratorio, dichos esfuerzos fueron provocados por el movimiento y subducción de
la Placa de Nazca, la colisión del Arco de Panamá y la colisión oblicua de la Placa del
Caribe contra la de Sudamérica, para finalmente producir el fallamiento de toda la
cuenca.

McClay y Bonora (2001), también hacen referencia en su trabajo a la


formación de un “Pop-up” en el Cerro de la Mica (Norte de Chile), constituido por el
sistema de fallas de Atacama (Figura 6.31 A y B). Los autores comparan este tipo de
estructuras (dadas en la naturaleza) con sus experimentos en cajas de arenas. Este
levantamiento se produce por el movimiento entre dos fallas inversas que actúan con
movimiento transpresivo sinestral logrando una elevación montañosa de 800 m sobre
el nivel del mar. La Figura 6.31 (C) es el resultado del experimento de estos autores.

302
B
N
A Falla Lama-Icotea
Falla del Este

Fallas Normales

Fallas Normales

FLANCO OESTE

Tomado de McClay, K., 2001

FLANCO ESTE

1 Km.
Tomado de McClay, K., 2001

Figura 6.30. Comparación de la interpretación estructural del tope del yacimiento C-4 con los modelos
experimentales de McClay y Bonora (2001). A) Interpretación estructural del área de estudio del
Bloque I. B) Sistema formado por fallas normales e inversas en los experimentos de McClay y Bonora
(2001). C) Movimiento transcurrente sinestral y formación de fallas normales por distensión y fallas
inversas por compresión (McClay y Bonora, 2001).

Stone (1995), realizó estudios en el Domo de Quealy (Cuenca Laramie) en el


estado de Wyoming (USA), la cual fue utilizado por McClay y Bonora (2001) como
un ejemplo real para sus modelos (Figura 6.32). Este levantamiento se produce por el
movimiento transcurrente sinestral compresivo entre dos fallas (F1 y F2), causando
una elevación tipo “Pop-up” o estructura en “Flor Positiva”, considerando que este
mecanismo pudo levantar rocas del basamento (Pre-Cambrico); al igual que el
deslizamiento a través de la falla Lama-Icotea del bloque del Flanco Este, que
impulso la elevación de toda la columna sedimentaria desde el Cretáceo, por
inversión estructural y el levantamiento del Ático, por movimientos transpresivos.

303
A B

Figura 6.31. “Pop-up” formado en el Cerro de la Mica (Norte de Chile), constituido por el sistema de fallas de Atacama. A) Mapa estructural del Cerro de
la Mica, conformado por fallas inversas y un sistema transpresivo sinestral. B) Imagen satelital del levantamiento del Cerro de la Mica (McClay y Bonora,
2001). C) Diagrama 3D de la geometría transpresiva sinestral de un “Pop-up” en los modelos de McClay y Bonora (2001).

304
Figura 6.32. A) Mapa de contornos estructurales del tope del Cretáceo (Top Muddy) en la Cuenca de
Laramie en Wyoming (USA) con un sistema transpresivo sinestral (Modificado de Stone, 1995).
B) Estructura en “Flor Positiva” resultante del movimiento de los bloques conformados por las fallas
F1 y F2 por transpresión (Modificado de Stone, 1995).

305
Filbrandt et al. (2006) realizo estudios de la evolución del sistema de fallas en
la región norte de Omán situado en las montañas de Omán de la península Arábica
para el Cretáceo-Tardío (Figura 6.33).

Los indicadores cinemáticos de los datos del subsuelo, junto con la edad de las
fallas de crecimiento, proporcionaron la base para interpretar que el esfuerzo máximo
horizontal en la región se orientó NW-SE (flechas en rojo) durante el Campaniano. El
control tectónico dominante en la formación del sistema de estas fallas se cree que ha
sido una "colisión" oblicua de la Placa de India con la Placa Árabe durante el
Santoniano-Campaniano. Esta colisión oblicua produjo un movimiento transpresivo
sinestral que causó inversión estructural, elevando los sedimentos de la Formación
Natih (Filbrandt et al., 2006), tal como lo muestra el corte sísmico a la derecha de la
lamina (Figura 6.33).

Podemos observar que los resultados del estudio realizado en el Bloque I con
los encontrados por Filbrandt et al. (2006) guardan gran similitud, inclusive hasta en
la posición casi vertical de la falla F1, que podría compararse con la falla
Lama-Icotea con movimiento sinestral, la falla F2 con la falla de Ático y la falla F3
con las fallas inversas encontradas en el Flanco Oeste. Se aprecia en la sísmica de la
Figura 6.33 una estructura en “Flor Positiva” que pudo ser controlada por el
movimiento transpresivo sinestral de la falla F1, donde también se aprecia el gran
salto que posee la Fm. Natih entre el NE y el SO, tal cual a lo observado en el
Bloque I entre el Flanco Este y Oeste entre el Cretáceo y el Eoceno. Por otra parte se
encontró igualdad entre los campos de esfuerzo entre las dos regiones (Bloque I y
Omán). La inversión estructural también se aprecia en la sísmica presentada por
Filbrandt et al. (2006) en el tope de la Fm. Natih en sus Flancos NE y SO, guardando
un gran parecido con la interpretación del yacimiento C-4 (Flanco Oeste y Este).

Considerando lo anterior, el sistema tectónico encontrado en el Bloque I,


también puede ser asociado con otras áreas en el mundo, como la encontrada en la
interacción oblicua entre la Placa de India con la Placa Arábica.

306
Figura 6.33. Evolución del sistema de fallas en la región norte de Omán (Montañas de Omán) situado en la península Arábica para el Cretáceo-Tardío, en
un régimen de movimiento transpresivo sinestral producido por un campo de esfuerzo horizontal máximo de dirección NO-SE bajo la interacción entre la
Placa de India con la Placa Arábica (Modificado de Filbrandt et al., 2006).

307
Hinsch et al. (2005 a, b) y Arzmuller et al. (2006) analizaron el sistema de
fallas formado en la Cuenca de Viena (Austria) que se extiende entre los países
Republica Checa, Eslovaquia y Hungría (Figura 6.34 A y B). El sistema tectónico de
esta cuenca fue impulsado por un régimen de transcurrencia sinestral que causó la
formación de fallas normales a lo largo de la misma. Los autores narran que es un
sistema de cuenca “pull-apart” originado por distensión, debido al desprendimiento
de la cuña orogénica de los Alpes-Cárpatos (Alpine-Carpathian) formando fallas en
“échelon” como lo muestra la Figura 6.34 (C).

Aunque el modelo presentado por Hinsch et al. (2005 a, b) y Arzmuller et al.


(2006) de la Cuenca de Viena no se relaciona a nuestro modelo transpresivo
directamente, pues podemos hacer cierta analogía a lo que sucedió en el Bloque I para
principios del Eoceno Temprano-Medio (Figura 6.6 D) donde reinó un régimen de
fallamiento normal por distensión con el mismo régimen de transcurrencia sinestral, y
que luego paso a compresivo, invirtiendo gran parte de las estructuras.

Como podemos observar en la Figura 6.34 (D), la interpretación sísmica


realizada por Hinsch et al. (2005) guarda semejanza con lo presentado en la Figura
6.6 (D), que asocia al Bloque I la primera etapa de la dualidad estructural en el
Eoceno (etapa distensiva). Es probable, que si hubiese reinado un periodo de
transpresión para la Cuenca de Viena (al final de su formación), puede que muchas de
las estructuras mostradas en el transecto A-A´ de la Figura 6.34 (D) pasarían a ser
estructuras gobernadas por sistemas de fallas inversas formando anticlinales en forma
de “Flor Positiva” o “Pop-up” y algunos bloques invertidos, como sucedió al final del
Eoceno y principios del Neógeno en la Cuenca de Maracaibo y en el área de estudio.

En los modelos con cajas de arenas de Wu et al. (2008), se describe el sistema


de fallas normales por distensión en un movimiento transtensivo. Este autor toma
como ejemplo natural la Cuenca de Viena para comparar sus resultados (Figura 6.34
F); siendo también comparable con la evolución estructural para el área de estudio.
Esto demuestra que experimentalmente se pueden estudiar todos estos modelos
estructurales que se ajustan a lo realmente encontrado en la naturaleza.

308
Figura 6.34. Evolución estructural de la Cuenca de Viena en Austria (Hinsch et al., 2005 a, b; Arzmuller et al., 2006) . A) Ubicación geográfica de la
cuenca que se extiende entre Republica Checa, Eslovaquia y Hungría. B) Formación de una cuenca “pull-apart” por distensión. C) Mapa estructural del
sistema de fallas señalando los depocentros. D) Interpretación estructural del transecto A-A´. F) Análisis en cajas de arena desarrollados por Wu et al.
(2008), con fallamiento similar a los encontrados en la Cuenca de Viena y los análisis hechos para el Bloque I en el Eoceno Temprano-Medio.

309
Scisciani (2009), realizo estudios de la Cadena Montañosa de los Apeninos
(Italia) y las estructuras que conforman la cuenca antepaís del Mar Adriático al este
de Italia. Este sistema estructural fue formado por la colisión entre los bloques de
África/Ádria y la Placa Europea, donde a partir del Cretáceo hasta el Mioceno se
produjeron diferentes eventos tectónicos distensivos y compresivos que dieron lugar a
la formación de fallas normales con posterior reactivación a fallas inversas, formando
estructuras levantadas (positivas) por inversión.

Las estructuras que conforman la cuenca del Mar Adriático están ilustradas en
los transectos sísmicos A-A´ y B-B´ de las Figuras 6.35 (A, B y C, ubicación Figura
6.35 A), donde se observan los distintos anticlinales o “Pop-up” formados por
movimientos transpresivos entre el Neógeno-Cuaternario (Scisciani, 2009). La Fase
III del transecto B-B´ de la Figura 6.35 (C) evidencia un levantamiento por inversión
y transpresión, los cuales pueden asociarse con los eventos que se observaron en la
sísmica del Bloque I.

De Vicente et al. (2009), visualizo la deformación estructural del Sistema


Ibérico al noreste de Madrid (España), causada por la colisión N-S entre la Placa
Ibérica y la Placa Europea entre el Cretáceo-Mioceno, comportándose a finales del
Cenozoico con colisión oblicua, dando lugar a un sistema de fallas inversas formadas
por movimientos transpresivos, logrando evidenciar estructuras del tipo “Flor
Positiva” en el área de Masegosa y el Alto del Tajo, tal como lo muestra el transecto
A-B de la Figura 6.36 (B), junto al mapa estructural de la Figura 6.36 (A).

El estilo estructural de inversión y transpresión sugiere principalmente


desplazamientos de desgarre a lo largo de fallas normales de dirección NO-SE,
desarrolladas en su mayoría durante el Mesozoico, siendo reactivadas como fallas
inversas a finales del Neógeno por transpresión (Figura 6.36 A). Para demostrar lo
anterior fue necesario el análisis de paleoesfuerzos (De Vicente et al., 2009). Esta
tectónica también tiene similitud con algunas fallas inversas estudiadas en el Bloque
I, la cual fueron reactivadas por movimientos transpresivos a finales del Neógeno.

310
Figura 6.35. Sistema estructural interpretado en la cuenca antepaís del Mar Adriático al este de Italia, formado por la colisión entre el sistema de bloques
África/Ádria y la Placa Europea (Scisciani, 2009). A) Ubicación geográfica de la cuenca con los transectos A-A´ y B-B´. B) Transecto sísmico A-A´ al
norte de la cuenca del Mar Adriático. C) y D) Transecto sísmico B-B´ al sur de la cuenca del Mar Adriático influenciado por fallamiento inverso por
transcurrencia compresiva e inversión estructural. Modificado de Scisciani (2009).

311
Figura 6.36. A) Mapa estructural en el área del Sistema Ibérico al noreste de Madrid (España), donde
se aprecia el sistema de fallas inversas formadas por la colisión oblicua entre la Placa Ibérica y la Placa
Europea a finales del Cenozoico. Modificado de De Vicente et al. (2009). B) Transecto A-B mostrando
las estructuras en “Flor Positiva” en el área de Masegosa y el Alto del Tajo formadas por movimiento
transpresivo. Modificado de De Vicente et al. (2009).

312
Al analizar los resultados de los atributos sísmicos (Figura 6.37), podemos
observar la distorsión de las amplitudes en las vecindades de la falla Lama-Icotea
(recuadro en blanco punteado), lo que corrobora que en estas zonas existen cambios
muy bruscos en las capas de los reflectores sísmicos debido a los eventos tectónicos
que se desarrollaron alrededor de su plano. Esto hace que se torne más difícil la
interpretación sísmica en este tipo zona, sin embargo, allí podrían existir
compartimientos estratigráficos con gran acumulación de hidrocarburo que deben ser
estudiados cuidadosamente con análisis de presión en pozos, para saber si existen
estructuras o fallas, que separen estas zonas como potenciales trampas. Aquí se puede
apreciar el nivel del contacto agua petróleo (CAPO) aproximadamente a una
profundidad de 8440 pies estimado por data de producción de pozos vecinos. Este
dato es de suma importancia para verificar las zonas en las que el agua ha alcanzado
los niveles de las estructuras, pudiendo ubicar con mejor precisión nuevas
localizaciones en la parte más alta de las mismas.

Figura 6.37. Atributo sísmico de amplitud que representa las zonas mas deformadas de una de las
arenas productoras del yacimiento C-4, indicando su distribución espacial por espesores y las
discontinuidades laterales dentro del sistema de fallas de Lama-Icotea (recuadro punteado en blanco).

313
Los atributos estructurales tipo Edge definen la tendencia estructural de la
interpretación sísmica de un yacimiento donde se requiera modelar las zonas de fallas
a lo largo de un estudio de yacimiento. La Figura 6.38 es un ejemplo de este tipo de
atributo desarrollado sobre el tope del yacimiento C-4, donde se resaltan las
estructuras con rasgos más predominantes en el Bloque I del Campo Lagomar. Se
observa que sin construir los polígonos de fallas, se nota una tendencia del modelo
estructural de la zona, lo cual ayuda significativamente a su análisis. Estos datos
estructurales que conforman el fallamiento también fueron ajustados con atributos
sísmicos del tipo Dip-Azimut dentro del visualizador 3D, tal como se muestra en la
Figura 6.39.

La interpretación estructural oficial que se maneja en PDVSA (Figura 6.40


A), se estima que fue desarrollada bajo una adquisición sísmica 2D donde las líneas y
trazas sísmicas estaban muy separadas entre si (3-5 km, aproximadamente), por lo
que a la hora de realizar cualquier interpretación sísmica era un tanto difícil dar
continuidad lateral a dicha interpretación, arrojando finalmente mucha inconsistencia
e incertidumbre en todas las interpretaciones estructurales y estratigráficas, quedando
a riesgo cualquier propuesta de perforación de pozo (localización), sobre todo en
áreas donde las estructuras presentan cierto grado de complejidad como las estudiadas
en este trabajo.

En consecuencia y dando razón a todo lo expuesto anteriormente era de suma


importancia desarrollar la interpretación estructural de esta área (Figura 6.40 B) con
la nueva tecnología de sísmica 3D para generar y garantizar una mejor optimización
en la recuperación del hidrocarburo, sobre todo en zonas donde se sospecha que
existen algunas trampas estructurales con una mayor acumulación de petróleo. Como
puede verse, estos modelos presentan gran diferencia uno del otro, debido a que
fueron creados con tecnología distintas con 30 años de diferencia aproximadamente,
siendo el mas actualizado el que se ha desarrollado en el presente trabajo y que toma
en cuenta los procesos geológicos dentro de la Cuenca del Lago de Maracaibo.

314
Mapa de Atributo Estructural tipo Edge (Modo Frecuencia Instantánea)
del Tope de C-4.

Mapa Estructural en profundidad de C-4.

Figura 6.38. Atributo estructural tipo Edge con análisis de frecuencia donde se resaltan las estructuras más importantes las cuales pueden ser ubicadas
directamente en los mapas y líneas sísmicas, ayudando a la elaboración del modelo estructural dentro del yacimiento.

315
Figura 6.39. Atributos estructurales del tipo Dip-Azimut construido dentro del visualizador 3D para ubicar las fallas más importantes en la interpretación
estructural. Aquí se pueden observar los alineamientos y tendencias del fallamiento local y ajustarlos con la interpretación sísmica en el área.

316
M APA OFICIAL C-4
Fallas Normales
L L 35 21

11 3 0 00 0

11 3 0 00 0
2 16 000 21 80 00 220 00 0LL 98 9 LL 88
9 232 LL 1 007 2L220
LF 91
934
009 LL 35 71 22 400 0 226 000

AGUA-187
L L 355 6 LLL L883
91 1 L L 35 95 L L 947 LL 8 23 LL 77 2

Falla Lama-Icotea
AGUA-181 AGUA-182 AG UA-183 S AGUA-184 AGUA-18 5
S
F S SF
LL 35 02
V LA 153 8
V LA 12 16 VL A1 25 7
V LA 0 771 F F S
S

-68 0 0'
F NP NP 0'
NP 30

A
VL A 003 3 VL A0 20 5 LL 762

-70 00 '
F VL A 032 0 -8
S NP F S V LA 00 55 VL A0 NP
06 3
V LA 07 89 F
V LA 00 44
F V LA 1 490 VL A0 00 4
NP S S
F VL A0 18 2
NP SS FF NP NPS VL A 004 8
NP FS
S NP FS L F S
NP

-6 4 00 '
-66 78 '

0 0'
-83 0 0'

-86
D

-66 00 '
NP VL A 119 7 F
N

'
00
V LA 08 08 S

-82
F VL NP
A0 52 8 VL A0 26 6 V LA 025 9 VL A 124 9 V LA 00 03
F V LA 032 1 V LA 027 5 NP -6
S
-86 67'
S -8 20
0'
S F
NP
S
F F
S NP LD 00
0' VL A0 001
S
F
NP NP -693 5'

-6 80 0'
NP

-82 00 '
D

0'

-7 2 00 '
20

-6 20 0'
-8
L V LA 123 1
U D L 164
LL 9 75
V LA 00 71 VL A 32 5

-64 00 '

UA-188
F -836 4' V LA 0 520 VL A 010 8 V LA 007 9 VL A0 36 6 F S VL A0 06 7 VL A 18 8 V LA 083 9
S S S F
NP S F F NP F S F S

-70 00 '
S S
F NP S F V LA 02 87
D

'
NP NP

00
NP
D ' NP
LD -61 26' F - 6 660 '

-84
V LA 00 02 0 00
L

AG
-6 60 0'
S F ' -8
L

-58 0 0'
00 '
NP -7 8

11 2 8 00 0

11 2 8 00 0
00 '
AGUA-535 8 00

-8
V LA 11-773

-80

00
AGUA-537

-68 00 '
V L A1 240 F F

-60 00 '
0'
V LA 066 0 VL A 075 7 V LA 03 68 V LA 062 2
NP FS S VL A 010 5
SF S NP NP F -648 0' S F
- 770 7' -8 055 ' VL A0 582 S

-7 8
L
AC4 S F
LAC3

00
LAC2 L
AC1

'
LAC7 -5 822 '

-62 00 '
LAC5
L 0'

'
00
60 V LA 094 4
D

-80
-7

Fallas Normales
V LA 0 679 S F L L 93 2
V LA 04 67 V LA 01 21 VL A0 615 V LA 050 3 V LA 05 00

0'
-741 3' V LA 07 58
F S F -762 0' F F S -607 5' D

-7 40
S SFS S V L A0 016 F

- 7 00
-75 95' V LA 023 3 F S F
NP S
S F
L

-7 8 00 '
-762 1'

0'
-7 775 '

-6 40 0'
VL A 14 83

-82 00 '

'
-74 00
-59 00 '
V LA 085 1 VL A 091 5
-83 32 ' S VL A0 44 1 L D V LA 05F 41

00 '
F F V LA 047 7 V LA 00 89
S -7 729 ' V LA 12 46 F S S S VL A 074 4

-72
S F F S
0' S VL A1 171 F F -6 30 7'

0'
-7 80 NP - 55 48' - 5 914 ' - 654 6' NP

-7 80

-6 60 0'
NP

'
6 00
D L

-5

0'
80
'

-6 80 0'

-6 90 0'
00

'
-59 00
-5
V LA 06 03

-74
'
V LA 11 87 F S L L 933

00
V LA 013 2

'
V LA 01 75 F V L A0 284 VL A0 00 9

-78 00
-86
AGUA-539 S V LA 041 6 F F S V LA 06 13

0'
F S S NP

40
-769 0' VL A0 11 2 S S V LA 07 28 F S

'
- 76 22' F -58 58'

-7
0'

00
F - 60 45 ' -6 645 '
- 7 80

'
NP

'
00
-7 610 ' - 5 681 ' -6 325 '

-6 0 00
-7 8

-7
11 2 6 00 0

11 2 6 00 0
-82

6
0'

00
'
0'
60
-7

60
-7
VL A 045 1 V LA 029 4

0'
F VL A0 323 V LA 07 09

40
S F V LA 02 96 F V LA 06 20 V LA 08 80 V LA 0 564
F S NP

-7
0 0'
L
AC8 -7 568 ' F S L
AC6 S - 59 83 ' S F S
- 58 14 ' -62 26' -6 53 3' VL A1 47 0 VL A0 624
LD
-762 6'

-72
-57 80 ' NP
D V LA 0 894 LAC10

0'
-76 00
'
L -5 921 '

40

-6 20 0'
V LA 09 40

-7
V LA 0 540 S
V LA 00 91 F V L A0 231 LL 8 57
F
L VL A 059 8

'
F - 770 0' -733 4' VL A0 05 6 VL A 004 3 VL A0 93 1

00
S S S V LA 03 51 VL A 044 7 V LA 0 090
D

-70
S F S S F
-7 719 ' - 54 97' -57 21' -57 27 ' F -6 076 ' F -669 5' S

'
F NP

-7
0'

00
-7 80 -590 5' -64 30'

80

-66
NP

-56
0'

-6 40 0'
L D

00
'
-74 00 '
V LA 0 448 V LA 0 156
VL A0 71 1 F V LA 02 29 VL A0 75 2 F V LA 02 69 V LA 057 6 V LA 08 62
S V LA 03 42 V LA 090 3 S

'
FLANCO OESTE
-7-78
850 ' -58 15 ' S S F

00
-7 82 4' 5- 530 ' -582 0' -62 65 '
00 -6 527 '

Falla del Este

-7 8 00 '
L D

-70
AGUA-541 ' -592 6' -596 F

'
8 00
4'

-66
-7

-7 40 0'

0 0'

00
0'

'
- 66
-7 00
'
00
VL A 074 9 V LA 084 3 V LA 01 03 VL A 090 6 V LA 030 2
V LA 020 1 -508 4' VL F
A0 701 A -592 3' L L 907

-7 6
F VL A0 17 2 V LA 06 34 F V LA 048 2 -57 20' VL A0 864
S F S V LA 070 1 VL A0 16 6 FF VSLA 13 34 -588 2' VSL A1 345 V LA 00 65 V LA 0 766 V LA 08 82
S F -5 94 1'

0'
S S F

0'
NP S -50 84' -572 9' F
S -574 8' S F -6 07 9' S F
FV LA 0 236 -60 55'

-7 00

'

60
S

00
-818 6' -77 68' -72 37' -51 95' - 59 19' -64 65' -65 71'
11 2 4 00 0

11 2 4 00 0
-6
-66
VL A 119 1

-56 0 0'
S

-59 00 '

AGUA-272
'

-60 00 '
00
F

'
00 '

-6 10 0'
-54 00
V LA 07 48

-72
VL A1 25 1

0'
V LA 0 817

-66

-6 20
VL A0 604 F -59 14'

0'
V LA 06 81

'
8 00
LAC12 F S

-6 20
L
AC11 S S VL A 115 1 S -562 7' VL A0 16 0 V LA 02 44 V LA 03 31 V LA 07 34 VL A0 874
V LA 047 5 -489 0' V LA 08 44 S LAC9 F
-58 34 ' F SS F VL A 083 0

-6
-621 1' S S

0'
-7 827 ' -484 5' F VL A 032 8 F S

0'
F -58 39' - 602 2' F L
AC13

-7 60
-55 83' -5 602 ' -65 17 ' -659 3'

-6 20
00 '

0'
20
-72

0'
L D

-6
V LA 14 47

-5 50
'
00
D S S VL A1 55 9 V LA 07 59
D L

-60
0'
VL A 15 06 F

0'
80
V LA 11 14V LA 089 8 V LA 1 447 NP -5 828 ' LL 9 97
VL A0 06 2 VL A 021 0 -55 82' V L A0 019 VL A 053 4

-6

-6 20
V LA 00 17 V LA 143 2 VL A 018 9 S F -545 6' V LA 022 5 F F V LA 02 37 F -5 913 ' VL A0 18 7

-6 6 00 '
S F -5 174 ' 5- 495 ' S V LA 00 93 V LA 093 3 F
S F -72 48 '
S
F S S F FV LA 3 2V LA 1 546 F S-5 716 ' V L A0 718 S F S S

0'
S F VL A0 64 8 F S
L -7 958 ' -510 1' F S
F -58 96'

40
SI - 54 92 ' -57 02' - 60 96' -6 526 ' NP

L D
VL A 146 1 -5 989 '

-6
V LA 15 59 _2 -64 04'

0'
F F
S VL A0 78 3

00
S NP

-6
VL A0 910 - 50 75' F V LA 0 821
F S
S -55 05' V LA 08 73
F 0' V LA 040 8 V LA 024 7 V LA 0 072 V LA 01 71 V LA 01 44

0'
- 660 7' D 20 V LA 080 7 V LA 04 61 V LA 070 3
VL A0 657 S F
-5 981 ' F - 60 00 ' V LA 0 440 V LA 086 0

-7 80
-6 F V LA 141 0V L A1 427 F -5S563 '
D

0'
VL A0 408 S F - 54 56' S S FS S F S
-521F 8' -512 5' -5 78 6' - 621 5' V LA 09 86

00 '
-7 40
0' F -55 36-554
' 6'
L -5 799 ' -6 326 '

00 '

-60 0 0'
FLANCO ESTE
60 -545 7'

-5 6 00 '
-7 0
-6

-58 00 '
-65 90 '

-6 6

00 '
L

00 '
-64

-5 4

-62 00 '
V LA 08 07 VL A 143 5 VL A 088 5
V LA 04 13 S VL A0 86 1 VL A1 367 A F S VL A0 029 L L 91 7
F F- 664 1' VL A1 367 S F VL A0 15 2 F
-5 51 2' F VL A0 13 9 V L A0 820 - 563 8' V LA 02 41 - 604 5' V LA 07 51 VL A0 02 8
S F 0' ' VL A 116 7S -54 83' V F - 58 57 ' VL A 004 9
S S F LA 00 40 F SS F
11 2 2 00 0

11 2 2 00 0
V LA 07 21 60 V LA 01 34 SS S S F
F -7 775 ' V LA 041 3 -6 00 68 3'SF
-4 F F -5 47 0' -5 550 ' -5 52 1' -5 62 9' V LA 07 02 VL A0 153 F F VL A1 17 2
-7 65 0' -6 4 S
F
V LA 040 8 -5 65 5' -5 859 ' - 608 2' -63 18 ' - 64 79 '
S NP
S F V LA 14 28V LA 08 22V LA 14 17 S
-546 3' F -516
S 0' S SF
V L A1 370 F FS V LA 11 59 F
FS -5 570 ' -55 40' -5 54 4' -711 6'
LAC16 -5 923 ' V LA 113 1
LAC15 V LA 1 383 VL A 151 2 LAC1 4 V LA 1 347 -70 95'
V LA 08 23 F FS V LA 1 241S F

AGUA-273
V LA 0 444 V LA 083 4 VL A0 914FS V L A1 504 V LA 01 33 V LA 02 90 V L A 134 4 FS V LA 0 769 LA C 18 V LA 0 338 F
V LA 137 3 S S 23' SFS V LA 01 40 F NP V LA 03 48 V LA 01 24 F S VL A0 211 V LA 07 77 S
VL A 154 1 S F
F S S S F -53
V LA 0 246 S -5 559 ' S F S -5 688 ' -572 7' - 576 6' V LA 07 41 S F F

-66 00 '
'
-7 72 3' V LA 13S 82 F -64 V LA 0 454 F-5 365 ' -59 10' V LA 114 7

-6 50
SF F
-629 1'
-6 304 '
40' -6 447 ' -52 14 ' F
-559 1' NC 6 00 V LA 133 2-56 19'FV LA 13 48 FS -617 2' -6 382 ' -70 85' S
V LA 04 59 VL A 078 0 -5 V LA -51346201 ' F S S
- 80 20 ' -73 56' F
D

-6

0'
- 63
F VL A 081 9 - 56 20 ' VL A1 32 9 VL A1 32 1

4 00
V LA 10 32

-6 2
FS FS S F SF S -56
-5 12 ''

00
F -638 4' ER V LA 00 06 F 673LA
V 133 1
V LA 0 941 -55 85' - 562 5' V LA 13 26

'
L

'
V LA 07 80 F S

00 '
AGUA-543 S V LA 08 26 F S
AGUA-545
F
VL A 005 3 -5 60 -56 19 ' -56 19 ' V LA 1 335 -5 616 ' L V LA 00 41
V LA 037 5
VL A0 94 7
V LA 00 76 V LA 07 87
F F
S
-6 62 4' V LA 0 459
F
F SV LA 01 42 0' V LA 00 83
V LA 06 97
F S V LA 13 43
-5 635 '
D -581 0' V LA 01 30 V LA 006 6
LLLL1990055
S F S F S FFVS S S S V LA 01 58 S V LA 08 29
VL A1 23 3 -78 26 ' - 650 6' -6 47S 6' -6 476 '
S FER S
E RF S -56 79' -5 65 5' V L A0 126 L A 013 1 F
F -5 810 '
F S
F S
VL A1 371 ER V LA 14 88 -563 3'- 569F4'- 56 32' -5 984 ' V LA 10 12 F
-62 15 ' -6 36 0'
F V LA 108 0 V LA 082 5
VL A0 810 S F S F S
SNP F -659F1' FS
-5 65 6'
V LA 12 80 -6 03 6'
0'

S -65 69 ' VL A 076 3 S


-6 60

-7 888 ' S - 57 18'


F F
-56 89'
V LA 1 52 9 ER VL A1 27 8 S
V LA 04 81 VL A 084 8 V LA 018 1 VL A 018 0 V LA 009 6
V L A0 450 S NPF F S VL A 086 7 V LA 01 37 F S VL A0 13 8 V LA 0 183 V LA 07 24
S F VL A0 745 F S F S F S S FS VL A0 66 9 V LA 01 23 V LA 1 325-588 6' S V LA 02 81
F S
-74 21'
F S
-6 896 ' S F S VL A 1 528 V LA 01 29 VL A0 238 F -5 73 2' F
S F S FF F S S
-779 1' F F - 57 10 ' -5 823 ' V LA S 02 39
-667 1' -6F77 5' S ER -5 623 ' V LA 128 5 -5 721 ' -572 0' - 57 51'
V LA 07 65 -5 88 2'
-600 7' -618 1' F -7 V LA 11 99
433 '
S V L A0 902 F S F S V LA 11 25

1 Km.
VL A0 75 3 -6 869 ' V LA 11 66 F S F S
'
0'

S F F - 5 724 ' -582 1'


-7 00 0
80

ER -573 9'
0'
-7

40

-66 59' V LA 05 46
-7

V LA 14 45 S
0'

V LA 04 84 V LA 0 452 F V LA 00 15 V L A0 026 V LA 01 54 L L 952


946
00

VL A 048 4A V LA 03 00 V LA 01 99 V LA 06 54
11 2 0 00 0

11 2 0 00 0
V LA 10 89A F F-6 80 9' VL A 069 9 V LA 0 109 - 577 5' V LA 002 0
-7

S -71 15' F F ER VL A0 223 V LA 00 21 -5 785 ' VS


L A 016 7
-77 61 ' S S S ERS S -56F 33' -57 88' F S -57 73'
SF
VL A0 23 0 -58 00' F F V LA 0 099
F VL A1 08 9 V LA 14 89ER -566 4' F VSLA 14 20
VL A1 271 S F -57 65' -57 59 ' F S F S S S F D L
- 678 4' VL A0 417
V LA 07 39 F S
- 57 64' D -595 3' -6 049 ' -6 051 ' D
VL A0 936 F FS -577 1' V LA 10 53 L -5 80 0' L

-6 0 0 0'
S VL A 114 5 S F
V LA 08 77
0'

LAC20 LAC1
9 F S -5 80 4'
-6 839 '
20

L
AC24 -5 81 0' -5 794 ' LAC 17
VL A1 03 5 V L A1 283
-8

VL A1 363 V LA 14 51 LAC21
F V LA 011V4LA 01 17 ER V LA 025 1 V V LA 14 94
-74 00 '

VL A0 36 5 V LA 05 15 V LA 07 36 ER V LA 02 42 F S -5 862 ' VL A0 068 V LA 155 6


V LA 1 49 9 S V LA 014 7 SS -5 823 ' F F VSS LA 13 27 - 589 0' S LA 06 50 VL A0 11 3 VL A 016 4 V LA 016 3 V LA 08 72 VL A0 333 S-752 7'
S D F
-7S 058 ' VL F
S
ER F
F S -587 7' F F S - 59 34' -5 80 0 F
'
-58 23' F -5 S S
F
S F S -7 54 7' S FF
'

-6 835 ' A 046 2 -583 9' F 87 1' V LA 12 91 S F


00

-73 86 ' VL A0 25 0 -59 50' F -6 054 '

-7 6 00 '
F V LA 08 06 F S - 588 0' -60 37' NP

-6 10 0 '
L
-78

VL A1 377 FDO V L A0 730 -5 856 ' VL A 104 9 -60 07'

0'
0'
0'

S ER

00
F F S
40
40

-70 00 '

F V LA 07 60 VL A 1 449

UA-276
S

-6
-7

-739 5' F S -582 4'


-7

V LA 08 99 VL A1 45 3 -70 08' S ER VL A1 44 9
S S V LA 085 7
V LA 0 929VLSA 15 09 F
SF VL A0 050 V LA 06 36

'
V LA 137 8 S

-7 5 00
VL A0 62 9 V LA 009 7 V LA 15 7A F -593 8' V LA 13 74 F S-601 1'
-781F1' V LA 06 01 F V LA 04 85 - 680 0' F V LA 016 1 V LA 00 54 - 58 41' NC LLLL1100
00 61
S F E R ER VLF A0 253 VL A 015 7 FF S ER V LA 01 06 V LA 022 8S F V LA 01 11 V LA 020 0
L D

AG
S FF S V LA 0 185 S VL A0 04 2 FFS F ER V LA 02 49 V LA 003 0 VL A0 045 VL A1 17 4
SS F S S S
D - 7 377
- 74 15'
S ' VL A0 03 1 -7F290 ' F -68 70' F S
V LA 1 137
-758 5'
VL A0 545
E R ER ER V LA 02 27
-59 35' S-5 930 ' V LA 1 69
-5 970 '
F
VL A0 89 6
S
-5 85F2'
- 586 5'
- 582 5' F S- 583 2'
V LA 07 95
S
F-603 0'
F
-606 3'
S
F
F
S
V LA 12 43 NP F F S -61 05 ' NP
VL A 121 3 F S V LA 05 69 - 5 888 ' FS
-6 85 4' - 59 17 '
L S F S
NP D ER V LA 1 46 8 V LA 10 11
L
NP
D VL A 1 523 F S
'

V LA 126 8 V LA 12 89
0 00

FS -588 4'
V L A0 608 V LA 0 799 F D
'

V LA 04 96 VLF A0 496 NP
L 00 '
-8 6 00

-7

V LA 04 33 V LA 12 37 L F V LA 04 69 V LA 79 8 V LA 01 10 V LA 0 637 -594 9' VL A0 19 1 NP S


'

-5 910 ' V LA 014 5


00

F F S F V LA 02 34 V LA 02 04 V LA 02 54 -6 00 2' S -60
S F F S V LA 117 0 V LA 03 72 VL A0 215
-7 2

S - 71 86' S ER S FS S V LA 05 88 S VL A 014 6
-7 00 0'

0'
60
-7

INTERPRETACIÓ N ACTUAL EN TIEM PO C -4

B N
Falla Lam a-Icotea
Falla del Este

Fallas Norm ales

Fallas N orm ales

Fallas Norm ales

FLA N C O O ESTE
FLA N C O E STE

Tiem po [m s]

1 Km. BLO Q UE I

Figura 6.40. Comparación entre la interpretación estructural oficial y la actual del tope del yacimiento
C-4 del área de estudio del Bloque I. A) Interpretación oficial realizada con sísmica 2D y data de pozo
(Manual de Ubicación Geográfica de Yacimientos y Prospectos, 1999). B) Interpretación estructural
actualizada con sísmica 3D.

317
CONCLUSIONES

La interacción entre la Placa del Caribe y Nazca contra la Placa de Suramérica


(Tectónica de Placa) influyó en la formación del fallamiento estructural, tanto
regional como local, que hoy en día se encuentra dentro del Bloque I del Campo
Lagomar en la Cuenca del Lago de Maracaibo.

Con respecto al primer objetivo del trabajo, la sísmica de alta y baja


frecuencia permitió identificar los diferentes reflectores sísmicos asociados a los
eventos geológicos dominantes en la Cuenca de Maracaibo tales como: Discordancia
del Eoceno (ER-EO), Discordancia del Paleoceno (ER-PC), Tope y Base de la
Unidad productora C-4 y el marcador de Socuy (Cretáceo). Este último también fue
de gran interés para observar los cambios y deformaciones del fallamiento estructural
del área que afectaron directamente toda la columna estratigráfica entre el Cretáceo y
el Mioceno.

Se logró caracterizar la interpretación sismo-estructural equivalente al


yacimiento C-4 correspondiente; incluyendo el levantamiento estructural de la falla
Lama-Icotea asociada a la inversión de la cuenca, el levantamiento y expulsión de la
región de la falla del Ático y sus alrededores y el desarrollo de un “Graben” y “Horst”
en el Flanco Oeste y Este del sistema de fallas Lama-Icotea.

La compleja tectónica del Bloque I se encuentra enmarcada por dos fases de


evolución estructural: la primera asociada a una fase activa de extensión y
transtensión (Paleógeno) y la segunda a una fase de inversión estructural de
compresión y transpresión (Neógeno).

La reconstrucción del fallamiento del área se desarrolló respetando los eventos


depositacionales observados en sísmica en la columna que se extiende entre el
Cretácico y el Mioceno, dominada por una fase distensiva (fallas normales) y
compresiva (fallas inversas) en el Eoceno; estas fallas presentan direcciones
preferenciales NO-SE y NNE-SSO respectivamente, lo que corrobora la teoría de la

318
evolución tectónica de la cuenca para estos períodos. Estas dos fases se conocen
como dualidad estructural del Eoceno.

El amarre de los datos sísmicos permitió definir los cierres estructurales de las
fallas del Ático hacia el norte del Bloque I y el comienzo y cierre de la falla
Intra-Ático, ambas de dirección NNE-SSO. Estas fallas se registraron con saltos de
350 pies y posiblemente se formaron en los periodos distensivos del Eoceno-
Temprano y reactivadas como fallas inversas en el Eoceno Tardío-Oligoceno debido
a la transpresión.

Las fallas normales de dirección NO-SE formadas en la cresta del anticlinal o


“Pop-up” y las formadas en ambos flancos de la falla Lama-Icotea (Flanco Oeste y
Este), inclusive las que cortan los sedimentos del Cretáceo, podrían tener sus inicios a
principios del Eoceno Tardío-Neógeno debido a los procesos distensivos que se
formaron a raíz del movimiento transpresivo sinestral de los bloques estructurales de
la falla Lama-Icotea. No se descarta la posibilidad que alguna de estas fallas
normales, se hayan formado en la etapa distensiva a principios del Eoceno-Temprano
y posteriormente continuaron su trayectoria con reactivación en el Eoceno-Tardío
bajo los efectos de transpresión y rotación de bloques. Estas estructuras en general
cumplen con lo establecido en los modelos de Tchalenko (1970) y Wilcox et al.
(1973).

Se presume que el yacimiento C-4 puede extenderse al norte de esta


interpretación, ya que no se encontró en la sísmica un límite de roca o un fallamiento
de gran salto que pudiera servir como sello y diagnosticar un yacimiento separado de
los yacimientos o campos vecinos como los de Tía Juana al norte del Bloque I.

La falla Lama-Icotea se considera la estructura de mayor importancia en el


área y divide el Bloque I en dos flancos; Flanco Oeste y Este. Esta falla se observó en
sísmica con claridad en las unidades del Cretáceo y con cierta atenuación en el
Eoceno, dificultando su interpretación debido a la pérdida de energía de las ondas
acústicas en materiales dúctiles y poco consolidados para este último periodo
geológico. Esta falla pudo desarrollarse como una falla de crecimiento en la etapa

319
distensiva en el Eoceno-Temprano a Medio por lo que se considera de carácter
sinsedimentario por la continua depositación de sedimentos para esa época. Esta
estructura ejerció un control diferencial en los espesores de la Formación Misoa para
ambos flancos.

Se estima que el espacio del polígono del plano de falla Lama-Icotea entre
ambos flancos (Oeste y Este) se encuentre en el orden de los 100 metros
aproximadamente observado en la sísmica, por lo que se debe tener en cuenta su
verticalidad a la hora de colocar en sus alrededores un pozo productor. La inclinación
de dicho plano es en promedio de 80° con buzamiento al oeste para toda el área, la
falla es de carácter sellante y con movimiento transpresivo sinestral. En algunas
líneas sísmicas se observa atravesando el Oligoceno-Mioceno, por lo que se infiere
que existió una posible reactivación en este período, asociado a la deformación
transpresiva del Neógeno. Esta estructura, por su carácter sellante y su salto de
aproximadamente 2500 pies se considera (en sus alrededores) como una de las
mejores fuentes de entrampamiento y acumulación de petróleo, no solo en el Eoceno
sino también en áreas más profundas como el Cretáceo.

Se determinó que los fuertes rasgos de estructuras con levantamiento positivo


impulsados por la inversión tectónica en el Bloque I, están relacionados con el escape
del Bloque de Maracaibo hacia el norte, producto de la colisión Arco de Panamá con
el noroeste de Suramérica, y por la subducción de ángulo bajo de la Placa del Caribe
debajo del noroeste de Suramérica, asociados también a la Orogénesis Andina del
Mioceno-Temprano que actuó como un pistón que levantó gran parte de las
estructuras deprimidas cercana a planos de fallas rumbodeslizantes (Lama-Icotea,
Pueblo Viejo, Urdaneta, etc). La inversión tectónica fue visualizada a través del plano
de la falla Lama-Icotea, el cual pudo servir como plano vertical de deslizamiento de
toda la columna sedimentaria a partir del Cretáceo, en base a la información de los
datos sísmicos.

La inversión tectónica se evidencia en el bloque levantado del Flanco Este a


raíz de los fuertes movimientos registrados en el Eoceno-Tardío, lo que indica que la

320
falla Lama-Icotea pasó de un comportamiento normal en la fase distensiva del
Eoceno Temprano-Medio, a un comportamiento inverso en la fase compresiva del
Eoceno-Tardío, afectando también el conjunto de fallas normales asociadas a la
misma por efectos de compresión-transpresión. Esta inversión de la cuenca provocó
la expulsión de bloques estructurales como El Pilar, que bajo efectos traspresivos
origino el movimiento de la estructura del Ático con su eje anticlinal a lo largo de la
dirección NNE-SSO donde aparece finalmente una estructura en “Flor Positiva” o
anticlinal, la cual se encuentra relacionada con los movimientos de transcurrencia de
la falla principal (Icotea) con dirección NNE-SSO, quedando dicho bloque expuesto
mayormente a los efectos de la erosión durante Eoceno. Esta deformación se observó
en todo el Bloque I y se extiende también al sur de la cuenca.

Mediante los análisis de esfuerzos en el área (data de pozo), se pudo


corroborar una dirección preferencial NO-SE (ligeramente oblicua) del máximo
esfuerzo horizontal principal (σHmax), lo que es conforme con el rumbo NNE-SSO del
anticlinal en el Bloque I, la transcurrencia sinestral de la falla Lama-Icotea, la
formación de una estructura en “Flor Positiva” o “Pop-up” conformadas por fallas
inversas y el fallamiento normal reactivado por distensión; todo ello bajo los efectos
de los movimientos de transcurrencia y compresión (transpresivos) dados en el
Neógeno.

El levantamiento del bloque del Pilar del Flanco Este (“Horst”) se asocia a la
inversión estructural a finales del Eoceno y Oligoceno, donde fue removida toda la
columna estratigráfica de las Arenas B (B-1 a B-9) y gran parte de las Arenas C (C-1
a C-5), debido a la erosión del Eoceno, también relacionada con los cambios
eustáticos del nivel del mar, provocando una retrogradación a finales del Oligoceno,
quedando muchas de estas estructuras expuestas a la superficie.

El ligero incremento de espesor en el Eoceno-Inferior del Flanco Oeste


(“Graben”) con respecto al “Horst” del Área del Pilar se asocia posiblemente a mayor
espacio de acomodación de sedimentos por encontrase en un bloque deprimido, el

321
cual fue controlado por el conjunto de fallas normales e inversas asociadas al sistema
de fallas Lama-Icotea.

El sistema tectónico encontrado en el Bloque I, conformado por: fallas


transcurrentes, normales, inversas y anticlinales fallados, ayudo a la migración del
petróleo a través de sus planos a partir de la roca madre (Fm. La Luna) en el
Cretáceo, con su posterior entrampamiento hacia las zonas más altas como el Ático
en el Eoceno. Este entrampamiento también fue controlado, desde el punto de vista
estructural, por el sistema de fallas Lama-Icotea.

La elaboración de los mapas estructurales en tiempo y profundidad, y el


modelo tridimensional de la sísmica 3D, mostraron como resultados que las zonas
más levantadas se encuentran en la parte centro-norte del Bloque I, la cual es
coherente con los resultados geológicos mostrados por los registros de pozos en esta
zona.

El modelo estructural actual (construido con sísmica 3D) presenta gran


diferencia con respecto al fallamiento dado por los mapas oficiales que en su gran
mayoría fueron construidos con sísmica 2D y data de pozo, por lo que ahora si se
cuenta con un modelo que está acorde con la geología estructural regional de la
cuenca, corroborado además mediante atributos sísmicos estructurales, con los cuales
se pudo observar las mejores zonas prospectivas para la ubicación de nuevos pozos de
petróleo.

Finalmente, de toda la información obtenida de este estudio se pudo apreciar


que: la presencia de anticlinales fallados, cierres estructurales como el Ático, grandes
saltos de fallas como Lama-Icotea, discordancias angulares como la del Eoceno,
estructuras invertidas que solapan trampas estratigráficas que actúan como sello en la
migración y escape de fluido y algunas estructuras extensionales que se preservan
parcialmente en los niveles profundos de la cuenca, hacen una realidad evidente; que
la asociación entre la deformación extensional y compresiva es sin lugar a duda un
factor muy llamativo para la creación de grandes yacimientos de hidrocarburo, la cual

322
se torna muy atractiva a la hora de realizar modelos estructurales que sustenten la
explotación de sus reservas petrolíferas.

323
RECOMENDACIONES

A fin de mejorar el conocimiento de área, proponemos:

-. Extender la interpretación sísmica al sur y al norte del Bloque I para ubicar


si existe algún cierre estructural conformado por algún tipo de falla sellante o límite
de roca, la cual podría brindar un mejor conocimiento del yacimiento desde el punto
de vista sísmico-estructural y verificar hasta donde podría llegar el petróleo migrado
y acumulado a nivel del yacimiento C-4 del Campo Lagomar.

-. Desarrollar una sísmica 4D para reubicar el frente de migración de fluido


dentro del área y poder estimar con mayor exactitud nuevos puntos de drenaje en
algunas estructuras complicadas en el Bloque I, como en el corredor estructural del
sistema de falla Lama-Icotea con dirección NNE-SSO y el levantamiento estructural
del Ático, donde podría ubicarse petróleo entrampado contra este sistema de fallas.

-. Incentivar una campaña para la toma de núcleo en áreas como la región del
Ático (en las vecindades de Lama-Icotea), en aras de establecer un patrón
sedimentologico de sus yacimientos y corroborar los diferentes tipos de secuencias
depositacionales y estratigráficas junto con los datos sísmicos presentes en estas
zonas altamente complicadas, donde se torna muy difícil interpretar las diferentes
facies sísmicas.

-. Desarrollar un modelo de velocidad en 3D para toda la columna del Eoceno


y extenderlo a nivel del Cretáceo, que permita relacionar y evaluar el campo de
velocidades cercano a las fallas más importantes como la falla Lama-Icotea, Ático y
la falla del Este; de esta manera se podría caracterizar con mas detalle las variaciones
y discontinuidades laterales de velocidad y obtener un cubo sísmico en profundidad
para el Campo Lagomar.

-. Se sugiere interpretar toda la columna estratigráfica del Eoceno, con base en


la interpretación del yacimiento C-4 en este trabajo, tanto en el Bloque I como en los
bloques que se encuentran en sus alrededores (Bloque II y XII) con el propósito de

324
unificar criterio, lo cual facilitaría trabajos de investigación tales como: proyectos de
inyección, reparación de pozos y nuevas zonas prospectivas de producción.

-. El modelo presentado en este trabajo arrojó algunas zonas nuevas con


características de perforación, sin embargo, se recomienda un estudio
sedimentológico y petrofísico en el área para ubicar con mejor exactitud los
diferentes elementos depositacionales que permitan revelar trampas estratigráficas
dentro del sistema transpresivo que formo la estructura en “Flor Positiva” del Ático
limitado al Oeste por la falla Lama-Icotea, utilizando el fallamiento construido en este
trabajo. La creación de mapas sedimentológicos y de facies en este punto serían de
gran utilidad para ser asociados con la data sísmica, con el fin de reubicar cuerpos
arenosos previamente amarrados con la data de registros y de producción de los
pozos.

-. Unificar las interpretaciones sísmicas realizadas en el Bloque I y las


desarrolladas en otras unidades cercanas de explotación como Lagomedio (sur del
Bloque I), con el fin de estudiar con mas detalle: la evolución tectónica de la falla
Lama-Icotea y sus alrededores con imágenes tridimensionales, el efecto de inversión
de la cuenca y la formación de la cuenca “Pull-Apart” de Icotea en el Campo
Lagomedio. Con este modelo a gran escala se podría establecer con más claridad los
patrones tectónicos que estuvieron involucrados en la formación de este tipo de fallas
y que en los actuales momentos representan una gran oportunidad para seguir
explotando los yacimientos en las zonas vecinas a estas estructuras.

-. Desarrollar de manera computarizada un programa que permita reconstruir


por bloques lo que sucedió alrededor de la cuenca desde la separación de los
continentes, que incluyera datos de la apertura del Océano Atlántico, desarrollo del
Rift Jurásico, entrada y avance de la Placa del Caribe desde el Paleoceno al Neógeno
junto a la rotación del Bloque de Maracaibo que afectó la transcurrencia de las fallas
principales como la Lama-Icotea; todo ello ajustado con data geológica de pozos con
el objetivo de dar una visión mas detallada de los procesos dinámicos que permitieron
el desarrollo estructural de la cuenca.

325
-. Por ultimo, se podrían diseñar varios experimentos de laboratorio en cajas
de arenas (Ej: Laboratorio de Geomecánica o Física de Rocas) que reposaran sobre
plataformas planas móviles con libertad de imprimir efectos de movimientos
transcurrentes y de compresión lateral, con el propósito principal de monitorear
experimentalmente los diferentes cambios y procesos que le ocurrirían a estas capas
bajo este tipo de movimientos y tratar de asociarlos con los cambios estructurales que
se observaron a lo largo del desarrollo tectónico de la cuenca. Esto puede ayudar en
gran media a comprender experimentalmente lo que posiblemente sucedió
geológicamente en la Cuenca del Lago de Maracaibo.

326
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