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Cuba, oficialmente República de Cuba,1 es un país soberano insular, asentado en

las Antillas del mar Caribe. El territorio está organizado en quince provincias y un municipio
especial con La Habana como capital y ciudad más poblada.
Cuba es uno de los trece países que forman la América Insular, Antillas o islas del mar
Caribe, y uno de los treinta y cinco del continente americano. La isla de Cuba tiene
origen orogénico. Completan el archipiélago la isla de la Juventud y más de un millar
de cayos o pequeñas islas que las rodean: Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Santa
María, Cayo Las Brujas, Cayo Ensenachos y Cayo Cruz, en el archipiélago conocido
como Jardines del Rey; Cayo Jutías y Cayo Levisa, en el archipiélago de los Colorados,
y Cayo Largo del Sur, en el archipiélago de los Canarreos,12 entre otros. Colinda, al norte,
con el estado estadounidense de Florida, con las Bahamas, al oeste
con México, Honduras, y al sur con las Islas Caimán y Jamaica. Al sudeste de Cuba, se
encuentra la isla de La Española.
Está ubicada en el extremo noroeste de las Antillas, limitando al norte con el océano
Atlántico a 793 km del Triángulo de las Bermudas, que lo separa de Estados Unidos y
Bahamas, al este con el Paso de los Vientos, que lo separa de Haití, al sur con el mar
Caribe y al noroeste con el golfo de México. Con 11 089 511 habitantes en 2022 es el
segundo país más poblado de las Antillas, después de Haití, con 109 884 km², el más
extenso, y con 100,9 hab./km², el tercero menos densamente poblado, por detrás
de Dominica y Bahamas. Junto a La Española, Jamaica y Puerto Rico, es una de las
cuatro Antillas Mayores y la mayor isla de la región.
Previo al período de la colonización española de América iniciado en el siglo XVI, el
territorio cubano se encontraba habitado por diversos pueblos amerindios. Cuba se
mantuvo como provincia española hasta la guerra hispano-estadounidense de 1898,
momento en el que intervino Estados Unidos en la llamada guerra de Independencia
cubana. La intervención cubano-estadounidense resultó en la independencia de Cuba bajo
un protectorado de Estados Unidos hasta el 20 de mayo de 1902. Durante la primera mitad
del siglo XX, Cuba trató de reforzar su sistema democrático, pero tras fuertes conflictos
sociales y tensiones políticas, se produjo un Golpe de Estado en 1952, que resultó en el
régimen autoritario de Fulgencio Batista.
Batista dejó Cuba el 1.º de enero de 1959, tras poco más de dos años de conflicto liderado
por el Movimiento 26 de Julio, una organización armada dirigida por Fidel Castro. En 1965,
se fundó el Partido Comunista de Cuba, que gobierna el país desde entonces. Este fue un
punto de alta conflictividad entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, en el marco de
la Guerra Fría, al punto de llevar a ambas naciones al borde de una guerra nuclear durante
el desarrollo de la Crisis de los misiles de 1962.
Cuba se autodefine como un Estado socialista de derecho y justicia social, con un sistema
político de partido único gobernado por el Partido Comunista de Cuba (PCC). El sistema
de gobierno ha sido calificado como una dictadura,131415161718 otros la consideran como una
"dictadura con apoyo popular",19 y una democracia de un partido único.20212223
Ocupa el puesto 70.º y 73.º en el Índice de desarrollo humano elaborado por
la Organización de las Naciones Unidas, y el 6.º entre los latinoamericanos.2425 De acuerdo
con datos suministrados por el gobierno de Cuba a la ONU, era el único país del mundo a
inicios del siglo XXI que cumplía los dos criterios que, para la organización WWF, significan
la existencia del desarrollo sostenible: desarrollo humano alto (IDH 0,8) y huella
ecológica sostenible (huella < 1,8 ha/p).26 De acuerdo con datos presentados por el
gobierno de Cuba a la ONU, Cuba y Chile tienen índices de desarrollo humano elevados
en Latinoamérica.27aCon el 88 % de su población sumida en pobreza extrema.33La dieta
tradicional en los hogares cubanos ha sido objeto de preocupación a nivel internacional
debido a su deficiencia en micronutrientes y falta de diversidad. Según el Programa
Mundial de Alimentos (PMA), una entidad de la Organización de Naciones Unidas, la dieta
promedio en Cuba adolece de una adecuada calidad nutricional debido a diversos factores
como la escasa disponibilidad de alimentos ricos en nutrientes y factores
socioeconómicos.34
Toponimia
Existen diversas teorías respecto al origen del vocablo «Cuba». Una hipótesis afirma que
es una deformación de la palabra taína «cubanacán» que es el nombre con que los nativos
de la isla de La Española se referían a este territorio, según lo escrito en el diario de
navegación de Cristóbal Colón; sin embargo, esta propuesta ha sido criticada por el hecho
de que no se conserva el diario original, sino una versión resumida a partir de la cual se
hace tal afirmación.35
Otra teoría al respecto es que el nombre proviene de la palabra árabe coba, que se usa
para designar una mezquita con cúpula, y que la isla habría sido bautizada de esa manera
por la forma de las montañas vistas desde Bariay, el primer sitio de Cuba en que Colón
desembarcó.35 Igualmente, existe una hipótesis de que la isla fue bautizada en honor a la
localidad portuguesa de Cuba, siendo esta idea defendida principalmente por aquellos que
sostienen que Cristóbal Colón era de origen portugués.363738

Historia
Artículo principal: Historia de Cuba

Etapa prehispánica
Artículo principal: Aborígenes cubanos

Un bohío, choza tradicional taína en las montañas


de Baracoa.
La percepción actual de los habitantes prehispánicos de Cuba viene de los relatos de los
conquistadores ibéricos, llamados Cronistas de Indias, como Bartolomé de las Casas,
quien distinguió tres culturas diferentes en cuanto a rasgos étnicos, lingüísticos y de
desarrollo tecnológico y social, las cuales llamó guanahatabey, siboney (o 'sibuney')
y taína.
En el último siglo, los estudios arqueológicos, etnológicos y morfológicos han permitido
indagar más en la vida de esos primeros habitantes que llegaron a la isla alrededor del
6000 a. C., en migraciones procedentes de la América continental. Esos primeros grupos
eran cazadores paleolíticos de origen mongoloide.
La segunda migración, hace 4500 años, procedía de Centro y Sudamérica; tenían una
fisionomía parecida a la del primer grupo. La tercera y cuarta migración procedió de
las Antillas en torno al 500 a. C.
Una clasificación más atenida a la evolución de estos grupos humanos establece también
tres grupos: el de la edad de la concha (guanahatabey), el de la edad de la piedra
(siboney) y el de la edad de la alfarería (taína).
Esos grupos tenían en común una organización gentilicia matriarcal, con división del
trabajo por sexo y edades con una forma de religión animista y culto a los antepasados.
Primeros viajes de Colón (1492 y 1494)
Artículo principal: Primer viaje de Colón
La ruta de Cristóbal Colón durante el segundo viaje a
América. Colón exploró la costa sur de Cuba pensando que era una península.
El 27 de octubre de 1492 llegaron a costas cubanas, por la zona de Bariay, tres naves
españolas: La Pinta, La Niña y la Santa María, comandadas por Cristóbal Colón, quien
desembarcó al siguiente día.39
Entre esa fecha y el 5 de noviembre, las naves se movieron por la costa oriental de Cuba,
y el viernes 2 de noviembre, designó a dos de sus hombres para que, durante seis días, se
internasen en el territorio cubano.
Colón denominó a la isla de Cuba como Isla Juana en deferencia al príncipe Juan,
heredero de la corona.40 Colón pensaba que había llegado a las Indias orientales,
específicamente al Cipango (Japón) y no se imaginaba que detrás de esta pequeña isla,
se encontraba un continente gigantesco, desconocido para el mundo europeo.
Según las Cartas de Indias, una vez que Colón pisó suelo cubano, se arrodilló en la arena
y con la cabeza inclinada hacia arriba exclamó: «Esta es la tierra más hermosa que ojos
humanos hayan visto jamás». Posteriormente, en 1494, durante su segundo viaje,41 Colón
descubrió la actual isla de la Juventud,42 a la cual bautizó como "La Evangelista".
Dominio español
Siglos XVI y XVII

Monumento al cacique taíno Hatuey, en Baracoa (Cuba).


En 1508, Sebastián de Ocampo realizó el primer viaje de circunnavegación de Cuba. En
1513, Diego Velázquez de Cuéllar fue enviado por los reyes de España como adelantado
de la Corte para las nuevas posesiones del reino. Fue nombrado gobernador de Cuba, con
la facultad de fundar villas y efectuar repartimientos de indios, entre otras.
Ya Velázquez había fundado la primera villa en territorio cubano, Nuestra Señora de la
Asunción de Baracoa, en 1511. En 1513 fundó San Salvador de Bayamo, así preparó la
fase siguiente de la conquista: la exploración del resto de la isla, paso previo a la creación
de nuevas villas. En enero de 1514 se fundó La Trinidad. El 2 de febrero de 1514 se fundó
la única villa de la costa norte (que sería trasladada al interior), Santa María del Puerto del
Príncipe (actual Camagüey). Entre abril y mayo de 1514 se fundaron San Cristóbal de La
Habana y Sancti Spíritus. El 24 de junio de 1514 se funda San Juan de los Remedios. Por
último, en agosto de 1515, quedó establecida Santiago de Cuba.
Estas villas constituían la base legal, organizativa y política en cada región lo cual se
lograba al establecer en cada acto de fundación, la institución del municipio, y también
garantizaban la concentración y permanencia en el territorio de un núcleo conquistador
mediante la vecindad.
La encomienda fue la institución que trazó el rasgo de carácter de la primera colonia. Esta
institución colocaba a los aborígenes cubanos en manos de los españoles encomenderos,
quienes debían cristianizarlos y enseñarles a trabajar.
El 10 de febrero de 1516, por petición de Velázquez, se creó el Obispado de Cuba, cuya
sede original estuvo en Baracoa y fue trasladada en 1523 a Santiago de Cuba. Esta villa
sería la primera capital de la Cuba española hasta que la sede del gobernador fue
trasladada definitivamente a San Cristóbal de La Habana, a mediados del siglo XVI. Por
otro lado, la villa de San Cristóbal de La Habana, que había sido fundada en 1514 en la
costa sur del occidente de la isla, fue trasladada de lugar en, al menos, dos ocasiones,
hasta que el 16 de noviembre de 1519 quedó finalmente emplazada en su actual
ubicación. Esta última fecha se considera como la fundación definitiva de la ciudad.
Cuba quedó integrada en el virreinato de Nueva España cuando este se creó en el año
1535. La isla y sus provincias conformaban la Gobernación de Cuba, que era una
dependencia de la Capitanía General de Santo Domingo. Posteriormente recibió mayor
autonomía desde 1764 como fruto de las reformas borbónicas llevadas a cabo en
el Virreinato de Nueva España por el Conde de Floridablanca. La Gobernación de Cuba
comprendía, además de la isla de Cuba, Jamaica (hasta 1655), la provincia de La
Florida (desde 1567) y la Luisiana española (desde 1763). En el 1777 se constituyó
la Capitanía General de Cuba como entidad sucesora de la Gobernación y con mayor
autonomía y atribuciones, que incluía los mencionados territorios.

Óleo del puerto de La Habana (1639).


El sector económico más importante en estos primeros años de la colonia fue la extracción
de oro y otras formas de minería con el empleo de aborígenes encomendados, así como
algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico
que, siglos después, constituiría el pueblo cubano. Una vez agotados los yacimientos de
oro, este sector recaería sobre el cobre de Santiago del Prado.
Ya en 1503, los Reyes Católicos fundaban la Casa de Contratación de Sevilla destinada a
organizar y regular el comercio español con sus nuevos territorios, lo que despertó los
celos de otras potencias europeas.
Castillo del Morro (1589).
A consecuencia de las guerras entre Francia y España, hicieron su presencia en el Caribe
los primeros corsarios franceses, a los que se sumaron después, piratas ingleses y
neerlandeses. Sin embargo, fueron los franceses los que atacaron la isla, como Roberto
de Baal y Jacques de Sores.
Para repelerlos, la corona puso en marcha dos proyectos, ambos ventajosos para la nueva
capital, La Habana. El primero fue el Sistema de Flotas o Puerto Único, mediante el cual
todas las embarcaciones de las Indias Occidentales (Hispanoamérica) tenían que partir
juntas rumbo a España desde el otrora Puerto de Carenas (la bahía de La Habana), lo que
desarrolló un auge comercial sin precedentes en la ciudad, con el crecimiento de su
población y la diversificación de su actividad por la creación de nuevos oficios. El segundo
plan fue dirigido a fortificar la ciudad, el cual tuvo como precedente la construcción, en
1538, de la segunda fortaleza de América, la llamada Castillo de la Real Fuerza.
De años posteriores datan las fortificaciones del Morro y la Punta, destinadas a proteger la
bahía. Este desarrollo económico de La Habana contrastaba sobremanera con la reducida
actividad comercial de las poblaciones alejadas, las cuales iniciaron un comercio de
contrabando con los corsarios extranjeros.
Siglo XVIII: la ilustración cubana
En el siglo XVIII casi todas las tierras ya estaban repartidas en la isla, en particular las
occidentales y las de las grandes sabanas, pero muchas se mantenían improductivas y
despobladas. La producción de tabaco se incrementó entre 1713 y 1720. Paralelo al
proceso tabacalero, se dio el azucarero. Las nuevas fábricas o trapiches se ubicaron en
las proximidades de los centros urbanos. En 1740 se creó la Real Compañía de Comercio
de La Habana, a ella se le otorgó el privilegio del control y conducción del tabaco, los
azúcares y el corambre de Cuba a España, como parte del control metropolitano.
El desarrollo de las ciudades y villas fue marcadamente desigual. La Habana llegó a ser a
mediados de siglo, la tercera urbe y el primer puerto del Nuevo Mundo con una activa y
bulliciosa vida portuaria y comercial. En 1728 se fundó la Real y Pontificia Universidad de
San Gerónimo de La Habana y el colegio de San José, que junto a los conventos de Belén
y San Francisco impartieron la enseñanza en la capital, mientras el Seminario de San
Basilio Magno lo hacía en Santiago de Cuba.

Mapa de las Indias Occidentales, México y América


Central, la denominada "Nueva España" con Cuba en el centro, dibujado por Herman Moll en
1736.
En esta etapa comienzan a observarse las primeras luchas sociales de Cuba como
consecuencia de las medidas monopólicas tomadas por la Corona, acentuadas por el
"Estanco del Tabaco", que prohibía la venta del producto a particulares, colocaba un precio
arbitrario y establecía las cantidades a comprar. Los movimientos se concentran en los
vegueros y los cobreros, lo que dio lugar a protestas y sublevaciones, la tercera de las
cuales fue reprimida mediante la ejecución de once vegueros en Santiago de las Vegas,
próxima a la capital. Imposibilitados de vencer al monopolio, los más ricos habaneros
decidieron participar de sus beneficios.
Al estallar la guerra de los Siete Años entre Francia e Inglaterra, España entraría a favor
de la primera. Esta contienda sirvió de escenario para que los ingleses dirigieran la mayor
armada que había cruzado el Atlántico bajo la dirección de Sir Jorge Pockock con el
objetivo de tomar La Habana. La ciudad fue defendida de forma combativa tanto por
los criollos, dirigidos por José Antonio Gómez (capitán de milicia de la cercana villa
de Guanabacoa, muerto a consecuencia de los combates) como por españoles, dirigidos
por el capitán español don Luis de Velasco. Sin embargo, el 12 de agosto de 1762 se firmó
la capitulación de la ciudad. Al día siguiente entraban triunfantes las tropas británicas. Esta
ocupación duró once meses.
El 6 de julio de 1763 tomaba posesión del gobierno de Cuba, en nombre del rey de
España, el teniente general Ambrosio de Funes y Villalpando, conde de Ricla. A cambio de
la estratégica posición, se le entregaba a Gran Bretaña la península de La Florida.
Las prioridades del conde de Ricla y sus sucesores ilustrados estaban dirigidas al
fortalecimiento militar de la isla. Este objetivo debía cumplirse aplicando una nueva política
que se basaba en la necesidad de crear una amplia base económica, y ágiles mecanismos
administrativos que le permitieran que el sistema defensivo fuese lo más autóctono y
potente posible.

Castillo de Jagua (1742).


El castillo de Jagua fue erigido por el rey Felipe V de España en 1742 para proteger
la bahía de Cienfuegos. En el breve período de dos años, en La Habana se reconstruyeron
las fortalezas del Morro, La Fuerza y La Punta; se edificaron las fortalezas de La
Cabaña, Atarés y El Príncipe y los fortines de La Chorrera, San Lázaro y Cojímar, y se
modernizó la muralla. Hacia 1774, el sistema se completó con la ampliación de los castillos
de San Severino, en Matanzas, y El Morro, en Santiago de Cuba.
Es de destacar el diferente proceso colonizador de los españoles frente al resto de los
imperios de la época. Mientras los españoles trataron de integrar a la población local y
convertirla al cristianismo, los ingleses y franceses los exterminaban y repoblaban sus
colonias con esclavos traídos de África. Un dato que muestra esta política es el bajo
número de esclavos que el Imperio español tenía en la isla en el siglo XVIII: 50 000 frente a
los 60 000 en Barbados o 300 000 en Virginia, del Imperio británico; o los 450 000 que los
franceses tenían en Haití.
La flota británica entrando en La Habana en 1762
En cuanto a la economía, se reorganizó la administración con la creación de la Real
Intendencia General de Ejército y Hacienda; la supresión de los privilegios de la Real
Compañía de La Habana y la autorización del libre comercio con extranjeros; la
promulgación por la corona de la nueva ley arancelaria; la liquidación del monopolio
de Cádiz con la apertura al comercio de la isla de otros puertos españoles; la ejecución de
planes de desarrollo urbano y el reajuste de todo el sistema de impuestos con el objetivo
de que, a corto plazo, cubriese los gastos administrativos de la isla.
Bajo Ricla y su sucesor, el marqués de la Torre, La Habana incrementó la pavimentación e
inició el alumbrado de las calles, dispuso medidas sanitarias e inició la construcción del
primer paseo habanero, la Alameda de Paula, del primer teatro, El Principal, y del Palacio
de los Capitanes Generales. Se llevó a cabo el primer censo poblacional en 1774, y se
inició el trazado urbanístico de la ciudad, mediante el cual se prohibieron las casas de
guano y se fue imponiendo una nueva arquitectura de grandes y ostentosos palacios.

Salón de los Espejos, en el Palacio de los Capitanes


Generales, sede del poder colonial.
Los hacendados criollos se enriquecieron y su flamante poder se materializó en
instituciones que, como la Sociedad Económica de Amigos del País y el Real Consulado,
canalizaron su influencia en el gobierno colonial.
Entre 1782 y 1785 el capitán general de La Habana y gobernador de Cuba, el
ilustrado Luis de Unzaga y Amézaga, medio cubano, ya que aunque nació en Málaga pasó
casi toda su vida en Cuba, coordinó la ayuda a Estados Unidos, que le fueron solicitando
los padres fundadores George Washington, Robert Morris, Patrick Henry para que, con el
apoyo crucial de su cuñado Bernardo de Gálvez, ganaran la guerra a los ingleses. Tras
esto, Luis de Unzaga y Amézaga, en abril de 1783, recibió en La Habana la visita del
príncipe Guillermo IV de Inglaterra, llegando a acuerdos preliminares del Tratado de paz
de París como el intercambio de prisioneros o el intercambio de las Bahamas por la Florida
oriental. Así, la Capitanía general de Cuba, además de la Luisiana, incluirá a las Floridas.
En 1784 seguirá manteniendo una buena relación vecinal con Estados Unidos, hasta el
punto que tras el paso de un ciclón que desoló la isla, el gobernador Unzaga logra el
comercio y dinero necesario para reconstruir varias ciudades, incluso para construir
escuelas públicas. El ilustrado Unzaga está considerado el creador del primer sistema
educativo público bilingüe del mundo.43
En este contexto hace su entrada en la escena histórica cubana un cerrado y brillante
grupo de hombres de pensamiento, la "Generación del 92" o la ilustración reformista
cubana. Francisco de Arango y Parreño es el más brillante expositor del proyecto
socioeconómico, y el de mayor agudeza política. Las principales proposiciones de este
grupo liderado por Parreño eran: libre comercio de esclavos; aumento de la esclavitud para
resolver las necesidades de fuerza de trabajo y eliminación de todos los obstáculos que
impiden su explotación intensiva; mejoramiento y perfeccionamiento en la utilización de
tierras y la aplicación de la más moderna técnica; desarrollo tecnológico de la manufactura
azucarera, desarrollo científico del país, libertad de comercio y disminución de la usura en
los préstamos necesarios para incrementar la agricultura y la manufactura.
Siglo XIX: formación de la identidad nacional
Artículo principal: Capitanía General de Cuba

El Teatro Milanés en Pinar del Río construido durante


periodo colonial español en 1838
Cuba se desarrolla notablemente durante la primera mitad del siglo XIX gracias a las
reformas económicas del superintendente Claudio Martínez de Pinillos, quien incluso
introduce el ferrocarril, en 1837, en la línea La Habana-Güines, el primero de todo el
mundo hispánico. Pero hacia 1802 había comenzado a observarse otra corriente en la
Ilustración reformista cubana. El movimiento se aglutina alrededor del obispo de La
Habana Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa y tiene dos centros de
proyección colocados bajo la dirección de aquel: el Real y Conciliar Colegio Seminario de
San Carlos y San Ambrosio y la Real Sociedad Económica de Amigos del País. La
actividad de este nuevo grupo se dirige más a la esfera social y a la del pensamiento que a
la económica.
Desde el punto de vista político su proyección no es homogénea, aunque todos sus
integrantes muestran adhesión a las ideas políticas modernas —una tendencia
descentralizadora y autonómica— y la ponderación de lo cubano en formación, en cuyo
proceso quieren incidir. Espada es antirracista, antiesclavista, antilatifundista, crítico de la
oligarquía y asume un proyecto de desarrollo sobre la base de la pequeña propiedad
agraria. En esta corriente se formaron Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José
Antonio Saco, Felipe Poey y Domingo del Monte, entre otros.
Otra corriente política cifraba sus esperanzas de solución de los problemas cubanos en la
anexión a Estados Unidos. Un sector de los hacendados esclavistas veía en la
incorporación de Cuba a los Estados Unidos una garantía para la supervivencia de la
esclavitud, dado el apoyo que encontrarían en los estados sureños. Estos, agrupados en el
Club de La Habana favorecieron las gestiones de compra de la isla por parte del gobierno
de Washington, así como las posibilidades de una invasión "liberadora" encabezada por
algún general estadounidense en contra de España.
En esta última dirección encaminó sus esfuerzos Narciso López, general de origen
venezolano que, tras haber servido largos años en el ejército español, se involucró en los
trajines conspirativos anexionistas. López condujo a Cuba dos fracasadas expediciones, y
en la última fue capturado y ejecutado por las autoridades coloniales en 1851.
Otra corriente separatista más radical aspiraba a conquistar la independencia de Cuba. De
temprana aparición —en 1810 se descubre la primera conspiración independentista
liderada por Román de la Luz—, este separatismo alcanza un momento de auge en los
primeros años de la década de 1820. Bajo el influjo coincidente de la gesta emancipadora
en el continente y el trienio constitucional en España, proliferaron en la isla logias
masónicas y sociedades secretas. Dos importantes conspiraciones fueron abortadas en
esta etapa: la de los Soles y Rayos de Bolívar (1823), en la que participó el poeta José
María Heredia ―cumbre del romanticismo literario cubano―, y, más adelante, la de la
Gran Legión del Águila Negra, alentada desde México.
El padre Félix Varela Morales, definido por Luz y Caballero como "el primero que nos
enseñó a pensar", fue el iniciador de la ideología de la independencia cubana. Educador,
político sagaz, filósofo, sostuvo que Cuba debía ser independiente tanto de España como
de los Estados Unidos, y que esa independencia solo sería real si se lograba con los
propios medios y por los propios naturales. Condenado a muerte por la corona española,
vivió en el exilio hasta su muerte en 1853. Su esfuerzo, sin embargo, tardaría largos años
en fructificar, pues las circunstancias, tanto internas como externas, no resultaban
favorables al independentismo cubano.

Independencia[cita requerida] de Cuba representada por la


revista La Flaca en 1873.
El fracaso de la Junta de Información convocada en 1867 por el gobierno metropolitano
para revisar su política colonial en Cuba, supuso un golpe demoledor para las esperanzas
reformistas frustradas en reiteradas ocasiones. Tales circunstancias favorecieron el
independentismo latente entre los sectores más avanzados de la sociedad cubana,
propiciando la articulación de un vasto movimiento conspirativo en las regiones centro-
orientales del país.
Guerras de Independencia (1868-1898)
Guerra de los Diez Años (1868-1878)
Artículo principal: Guerra de los Diez Años

El 10 de octubre de 1868 en el ingenio "La Demajagua", que pertenecía al


hacendado Carlos Manuel de Céspedes, en la región de Manzanillo, comenzó la primera
guerra de independencia cubana. Céspedes libera a sus esclavos y, sin imponerles nada,
los invita a iniciar la lucha contra el colonialismo español que se imponía en Cuba. Así se
iniciaba el período revolucionario de las luchas por la independencia de Cuba, que no
triunfaría hasta el 20 de mayo de 1902. En este levantamiento se traza Céspedes un
programa de lucha donde expresa las causas y los objetivos del inicio de la guerra
conocido como el Manifiesto del 10 de Octubre.

Hotel Inglaterra construido bajo el gobierno español en


1875
Sin embargo, la guerra fracasó, fundamentalmente por la falta de unidad en las fuerzas
independentistas. No se pudieron alcanzar los dos objetivos principales de la lucha: la
abolición de la esclavitud y la independencia.
Durante el período de la guerra —que por duración tomó el nombre de Guerra de los Diez
Años— surgieron grandes jefes revolucionarios que tuvieron una significación histórica en
las posteriores guerras y contiendas. Son los casos de Ignacio Agramonte, Antonio
Maceo, Máximo Gómez, José Maceo, Vicente García González y Calixto García, entre
otros muchos.
Período de entreguerras (1878-1895)
Artículo principal: Tregua Fecunda

Entre 1878 y 1895 los Estados Unidos hacen importantes inversiones en Cuba, sobre todo
en azúcar, minería y tabaco. Hacia 1895 ascendían a 50 millones de pesos. En esta etapa
Estados Unidos intensificó su control comercial sobre Cuba.

Paz en Cuba, entrada del general Martínez Campos en La


Habana, 1878.
Como consecuencia de la guerra y de las transformaciones económicas que exigían mano
de obra cualificada, España decretó en 1886 la abolición de la esclavitud, lo que provocó el
aumento del proletariado. A ello se unía la negativa situación comercial. Las presiones de
la burguesía textil catalana habían llevado a promulgar de la Ley de Relaciones
Comerciales con las Antillas (1882) y el Arancel Cánovas (1891),44 que garantizaban el
monopolio del textil catalán obligando a Cuba absorber sus excedentes de producción. 45
Este privilegio en el mercado cubano asentó la industrialización en Cataluña durante la
crisis de la década de 1880, derivada de sus problemas de competitividad,46 a costa de los
intereses de la industria cubana, lo que fue un estímulo esencial de la revuelta. 47
Durante esta etapa se produjeron cambios que acentuaron la estructura colonial, la
deformación económica y la dependencia del exterior, lo que exigía la necesidad de una
guerra de liberación nacional.
Entre 1879 y 1880 tuvo lugar la Guerra Chiquita, preparada por Calixto García al frente del
Comité Revolucionario Cubano de Nueva York. Se sumaron, dentro de Cuba, Quintín
Bandera, José Maceo y otros. Se produjeron alzamientos de importancia en Oriente y Las
Villas. España triunfó con facilidad e hizo que los cubanos sintieran la necesidad de otra
preparación y organización mucho mayor. Se promovieron ideas revolucionarias y
alentaron a más cubanos a la lucha. Mientras, en Cuba, se reunieron fuerzas para el
alzamiento.
José Martí y la Guerra Necesaria (1895-1898)
Artículo principal: Guerra del 95
El héroe nacional José Martí (1853-1895).
José Martí fue la figura cimera del siglo XIX cubano y continental. Su ideario político-social
trascendió las fronteras de su patria, marcando pautas que condujesen a América Latina a
su "segunda independencia". Con la creación del Partido Revolucionario Cubano,
concebido como la organización única de todos los independentistas cubanos que debía
conseguir los medios materiales y humanos para la nueva empresa emancipadora, y su
labor como periodista de talla universal, impulsó una labor de esclarecimiento y unificación,
centrada en los núcleos de emigrados cubanos, principalmente en Estados Unidos, pero
con amplia repercusión en la isla. Martí impulsó una tremenda renovación dentro de las
letras hispanas de fines de la centuria.48
El 24 de febrero de 1895, mediante un levantamiento simultáneo en Oriente y Matanzas,
se reanuda la lucha independentista. Aunque hubo levantamientos en Bayate,
Guantánamo, El Cobre, Ibarra, etc., el hecho pasa a la historia como el "Grito de Baire".
Martí y Gómez, antes de partir para Cuba desde la República Dominicana, firmaron
el Manifiesto de Montecristi, redactado por el primero. Este documento es considerado el
programa de la revolución en la Guerra Necesaria. Martí señala que esa guerra es
continuación de la anterior y que también expresa la necesidad de hacer una República
nueva con iguales derechos para todos. Al final destaca el significativo latinoamericanismo
de la guerra en Cuba.
Tras arribar a Cuba el 1.º y 11 de abril, los tres grandes de la tercera guerra de
independencia (Maceo, Gómez y Martí) se reunieron el 5 de mayo en La Mejorana y, por
encima de las diferencias de enfoques, organizaron la guerra y aprobaron el plan de
invasión a Occidente. El 19 de mayo de 1895 Martí cayó mortalmente herido en la batalla
de Dos Ríos, a los 42 años de edad. Fue una pérdida irreparable para los independentistas

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