Breve Estudio de Galatas

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Concilio ecuménico

Un concilio ecuménico es una asamblea celebrada por la Iglesia Católica con carácter general a la que
son convocados todos losobispos para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y
proclamarla. El término concilio proviene del latín concilium, que significa "asamblea". Ecuménico,
proviene del latín oecumenicum, traducción a su vez del griego οἰκουμένoν, que significa (mundo)
habitado.

El más antiguo concilio fue convocado por San Pedro, en Jerusalén, hacia el año 50, y relevó a los
paganos convertidos al cristianismo de las observancias judáicas.1 Los siguientes son numerados del I al
XXI, y se dividen en dos grupos: griegos y latinos, según hayan tenido lugar en Oriente u Occidente. Los
concilios griegos fueron convocados por los emperadores de la época, que los presidieron, generalmente.
Los concilios latinos fueron convocados por los papas.

Los concilios de la Iglesia Católica Romana, deben ser convocados por el Papa y presididos por él o por
un delegado suyo, y en él habrán de estar representados la mayoría de los obispos de las provincias
eclesiásticas. Para la validez de sus acuerdos es precisa, como condición sine qua non, la sanción del
Sumo Pontífice Romano.

El concilio en Jerusalén

Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > El concilio en Jerusalén (44:15:1 - 44:15:35)

Entonces algunos que vinieron de Judea enseñaban a los hermanos: “Si no os circuncidáis de acuerdo con el rito
de Moisés, no podéis ser salvos.”

Puesto que surgió una contienda y discusión no pequeña por parte dePablo y Bernabé contra ellos, los hermanos
determinaron que Pablo, Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstolesy ancianos para tratar
esta cuestión.

Entonces los que habían sido enviados por la iglesia pasaban por Fenicia y Samaria, contando de la conversión de los
gentiles; y daban gran gozo a todos los hermanos.

Una vez llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y por los apóstoles, y les refirieron todas las cosas
que Dios había hecho con ellos.

Pero algunos de la secta de los fariseos que habían creído se levantaron diciendo: —Es necesario circuncidarlos y
mandarles que guarden la ley de Moisés.

Entonces se reunieron los apóstoles y los ancianos para considerar este asunto.

Como se produjo una grande contienda, se levantó Pedro y les dijo: —Hermanos, vosotros sabéis como, desde los
primeros días, Dios escogió entre vosotros que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a favor de ellos al darles el Espíritu Santo igual que a nosotros,

y no hizo ninguna diferencia entre nosotros y ellos, ya que purificó por la fe sus corazones.

Ahora pues, ¿por qué ponéis a prueba a Dios, colocando sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros
padres ni nosotros hemos podido llevar?

Más bien, nosotros creemos que somos salvos por la gracia del SeñorJesús, del mismo modo que ellos.

Entonces toda la asamblea guardó silencio. Y escuchaban a Bernabé y a Pablo, mientras contaban cuántas señales y
maravillas Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles.

Cuando terminaron de hablar, Jacobo respondió diciendo: —Hermanos, oídme:

Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de entre ellos un pueblo para su
nombre.

Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:

“Después de esto volveré y reconstruiré el tabernáculo de David, que está caído. Reconstruiré sus ruinas y lo volveré
a levantar,

para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,”

dice el Señor que hace estas cosas, que son conocidas desde la eternidad.

Por lo cual yo juzgo que no hay que inquietar a los gentiles que se convierten a Dios,

sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de
sangre.

Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes le prediquen en las sinagogas, donde es leído
cada sábado.

Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos con toda la iglesia que enviaran a unos hombres elegidos de
entre ellos, a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, quienes eran
hombres prominentes entre los hermanos.

Por medio de ellos escribieron: Los apóstoles, los ancianos y los hermanos, a los hermanos gentiles que están en
Antioquía, Siria y Cilicia. Saludos.

Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos instrucciones, os han molestado
con palabras, trastornando vuestras almas,
de común acuerdo nos ha parecido bien elegir unos hombres y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y
Pablo,

hombres que han arriesgado sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Así que hemos enviado a Judas y a Silas, los cuales también os confirmarán de palabra el mismo informe.

Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

que os abstengáis de cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación. Si os guardáis de
tales cosas, haréis bien. Que os vaya bien.

Entonces, una vez despedidos, ellos descendieron a Antioquía; y cuando habían reunido a la asamblea, entregaron la
carta.

Al leerla, se regocijaron a causa de esta palabra alentadora.

Judas y Silas, como también eran profetas, exhortaron a los hermanos con abundancia de palabras y los fortalecieron.

Después de pasar allí algún tiempo, fueron despedidos en paz por los hermanos para volver a los que los habían
enviado.

Pero a Silas le pareció bien quedarse allí.

Pero Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con
muchos otros.

GÁLATAS, LA EPÍSTOLA A LOS


I. Bosquejo del contenido

Debido, seguramente, al sentido de urgencia con que se escribió esta epístola es difícil
trazar una progresión o secuencia clara en su estructura. Puede subdividirse de la
siguiente forma:

1. Saludos (1.1–5)

2. Este nuevo “evangelio” no es evangelio (1.6–10)

3. Autobiografía y apología (1.11–2.14)

a. Pablo recibió su comisión directamente de Jesucristo (1.11–17)

b. La primera visita de Pablo a Jerusalén después de su conversión (1.18–24)

c. La segunda visita de Pablo a Jerusalén (2.1–10)

d. Por qué Pablo se opuso a Pedro en Antioquía (2.11–14)

4. El evangelio de la gracia no estimula el pecado (2.15–21)


5. Apelación a la experiencia personal de los gálatas (3.1–6)

6. El pacto evangélico con Abraham es anterior a la ley de Moisés (3.7–22)

7. La madurez cristiana (3.23–4.11)

a. Ahora somos hijos plenamente desarrollados (3.23–29)

b. Retorno a la infancia (4.1–7)

c. Retorno a la esclavitud (4.8–11)

8. Otra apelación personal (4.12–20)

9. La libertad cristiana: las dos Jerusalén (4.21–5.1)

10. La fe y no las obras (5.2–12)

11. Libertad y no licencia (5.13–26)

12. Un llamado a la ayuda mutua (6.1–5)

13. Sembrar y cosechar (6.6–10)

14. Palabras finales de puño y letra de Pablo (6.11–18)

a. Pablo toma la pluma (6.11)

b. Jactancia falsa y real (6.12–16)

c. Las verdaderas marcas de un siervo de Cristo (6.17)

d. Bendición final (6.18)

II. Autor y fecha

Excepto en círculos tan extremos y poco representativos como la escuela de Van Manen
(cuyos puntos de vista recibieron publicidad en Ebi), uno de los axiomas de la crítica
neotestamentaria ha sido que Pablo es el autor de la Epístola a los Gálatas.
Tradicionalmente esta epístola ha sido reconocida como una de las cuatro “epístolas
capitales” de Pablo (las otras tres son Romanos y 1 y 2 Corintios) ; más, todavía, se la ha
considerado como modelo con el cual pueden cotejarse otros documentos con toda
confianza, para determinar si son de paternidad paulina o no.

Si se acepta el punto de vista del “N de Galacia” como destino de la carta (véase la


sección IV, inf.inf. infra (lat.), abajo), ella no podría haber sido escrita antes de 49/50
dC., época en que empezó el segundo viaje misionero del apóstol (Hch. 16.6), y es más
probable que haya sido escrita después del 52 d.C.d.C. después de Cristo, cuando Pablo
comenzó su tercer viaje, en el que visitó “Galacia” por segunda vez (Hch. 18.23), ya que
su referencia a haberles predicado “al principio” (Gá. 4.13)—literalmente “a vez
anterior” (gr.gr. griego to proteron)—indica dos visitas. Aceptando ef punto de vista del
“S de Galacia”, la epístola podría haberse escrito antes; las palabras “tan pronto” (Gá.
1.6) sin duda darían la idea de que no había pasado mucho tiempo desde su primer
viaje misionero (47–48 d.C.d.C. después de Cristo), y “al principio” (Gá. 4.13) podría
entenderse como que en el curso del primer viaje Pablo y Bernabé visitaron dos veces
las ciudades del SS sur de Galacia, yendo de Antioquía de Pisidia a Derbe, y desde allí
de nuevo a Antioquía de Pisidia (Hch. 14.21).

Una determinación más precisa de la fecha depende de la interpretación de las visitas


de Pablo a Jerusalén que se mencionan en la epístola, Al afirmar que desde su
conversión en ningún momento había tenido oportunidad de ser comisionado para su
servicio misionero por los apóstoles de Jerusalén, Pablo menciona las veces que los
había visto, desde ese momento, y les cuenta lo que ocurrió. Se mencionan dos visitas a
Jerusalén: una, tres años después (o en el tercer año) de su conversión (Gá. 1.18), y otra
catorce años después (Gá. 2.1). La primera es indudablemente la que menciona Hch.
9.26ss. Generalmente se ha equiparado a la segunda con la de Hch. 15.2ss, durante la
cual se realizó el *concilio de Jerusalén. Pero (i) si Gá. 2.1–10 y Hch. 15.2–29 relatan los
mismos acontecimientos, por lo menos uno de los dos relatos sería inexacto; (ii) no es
satisfactorio suponer que Gá. 2.1–10 relata una entrevista privada que Pablo y Bernabé
tuvieron con Santiago, Pedro, y Juan antes del concilio público; en ese caso sería
inexplicable que Pablo haya suprimido las conclusiones del cocilio, ya que se
relacionaban directamente con la controversia que se estaba llevando a cabo en
Galacia; (iii) el hecho de que no se mencionen los resultados del concilio en Gálatas
puede explicarse mejor si en realidad todavía no se había llevado a cabo el concilio
cuando se escribió la epístola; (iv) si la visita a Jerusalén que narra Gá. 2.1 es la misma
que menciona Hch. 15, los críticos de Pablo habrían hecho notar inmediatamente que
había dejado de mencionar la visita anterior que figura en Hch. 11.30; 12.25. (No puede
aceptarse el punto de vista de que la visita de Hch. 11.30; 12.25 es una repetición de la
que registra Hch. 15; la alta estima en cuanto a la veracidad de la narración de *Hechos,
sobre la que están basadas estas consideraciones, puede defenderse con buenos
argumentos.) Hay razones de peso para equiparar la visita de Gá. 2.1 con la de Hch.
11.30, y para fechar la epístola poco antes del concilio de Jerusalén, ca.ca. circa (lat.),
aproximadamente, alrededor de 48/49 d.C.d.C. después de Cristo El incidente de Gá.
2.12 probablemente deba correlacionarse con Hch. 15.1.

III. Ocasión en que fue escrita

Evidentemente la Epístola a los Gálatas fue escrita a conversos de Pablo que estaban en
peligro inminente de adulterar, con elementos del legalismo judío, el evangelio de la
libertad cristiana que él les había enseñado. Entre ellos, la circuncisión ocupaba un
lugar prominente, como así también la observancia del calendario judío (Gá. 4.10), y
posiblemente las leyes judaicas sobre los alimentos. Evidentemente las “iglesias de
Galacia” habían sido visitadas por judaizantes que las llevaron a dudar de la autoridad
apostólica de Pablo, y que insistían en que, además de la fe en Cristo que él inculcaba,
era necesario circuncidarse y aceptar otros aspectos de la ley judía a fin de obtener la
salvación. Cuando le llegaron noticias de que esto ocurría, Pablo escribió esta carta con
suma urgencia, denunciando esta enseñanza que mezclaba la gracia con la ley como un
evangelio diferente del que él les había predicado en el nombre de Cristo—en realidad
no era un evangelio—, y urgiendo a sus lectores a mantenerse firmes en la libertad que
recientemente habían encontrado, en lugar de someterse nuevamente al yugo de la
servidumbre.

IV. Destinatarios

La carta está dirigida a “las iglesias de Galacia” (1.2). Nosotros consideramos que es una
designación un poco ambigua, porque “Galacia” se utilizaba en dos sentidos diferentes
en el ss.ss. siglo(s) I d.C.d.C. después de Cristo: podía significar la Galacia étnica en
Asia Menor central, o la provincia romana de *Galacia, que era mucho mas extensa. Si
la carta fue enviada a los creyentes de la Galacia étnica (como afirman J. B. Lightfoot y
la mayor parte de los comentaristas antiguos), debemos suponer que esa fue la región
que visitó Pablo en Hch. 16.6 y 18.23 (o por lo menos en uno de estos pasajes). Pero
probablemente deban interpretarse de manera diferente estos dos pasajes. En realidad
hay pocas indicaciones de que Pablo haya visitado la Galacia étnica alguna vez,
mientras que hay muchas pruebas de que visitó la zona SS sur de la provincia de
Galacia y que estableció iglesias allí. El punto de vista de que esta epístola está dirigda a
la Galacia étnica se llama generalmente teoría del “N de Galacia”; por otra parte, la
teoría del ”S de Galacia” supone que la epístola fue enviada a las iglesias de Antioquía
de Pisidia, Iconio, Listra, y Derbe, que se encontraban en el SS sur de la provincia
romana y fueron fundadas por Pablo y Bernabé en el curso de su primer viaje misionero
(Hch. 13.14–14.23).

En contra de la teoría del “S de Galacia” se ha argumentado que hubiera sido


psicológicamente inoportuno que Pablo se dirigiera a sus lectores como “gálatas” (Gá.
3.1) si en realidad no lo eran étnicamente. Pero si pertenecían a grupos étnicos
diferentes (frigios y licaónicos), ¿qué otra denominación común podría haber elegido
sino su nombre político común de gálatas? (De la misma manera un escritor moderno
que se dirigiera a un grupo mixto de ingleses, galeses, y escoceses probablemente los
llamaría “británicos” en el sentido político, aunque en su sentido étnico sólo sería
aplicable a los galeses).

V. Principales argumentos

Si bien es difícil hacer un análisis lógico de la epístola en su totalidad, por lo menos


podemos reconocer en ella los principales argumentos que Pablo utiliza en defensa de
la verdadera libertad del evangelio. Nueve de ellos pueden enunciarse brevemente:

1. El evangelio que Pablo predicaba era el que había recibido por comisión directa de
Jesucristo, y lo transmitía con la autoridad de Cristo y no a suya propia (1.11ss).

2. En contra de la afirmación de Pablo de que recibió la comisión directamente de


Cristo, algunos argumentaban que toda autoridad apostólica válida debía venir por
mediación de Jerusalén, y que las enseñanzas o prácticas de Pablo, por lo tanto,
quedaban invalidadas si se desviaban del modelo de Jerusalén. Pablo replica con una
descripción de sus visitas a Jerusalén, entre su conversión y el momento de escribir,
para mostrar que los dirigentes de Jerusalén no habían tenido oportunidad de
comisionarlo pero que, por el contrario, habían reconocido la comisión apostólica (a los
gentiles) que él ya había recibido de Cristo (1.15–2. 10).

3. Si la aceptación ante Dios se hubiera podido conseguir por medio de la circuncisión y


los demás ritos que se debían observar según la ley judía, la muerte de Cristo habría
sido en vano (2.21).

4. La vida cristiana, como los creyentes gálatas lo sabían por experiencia propia, es un
don del Espíritu de Dios; cuando la recibieron también recibieron pruebas evidentes de
la presencia y el poder del Espíritu en medio de ellos. Pero si comenzaron su vida
cristiana en ese plano elevado, era ridículo pensar que podían continuarla en el plano
inferior de las obras de la ley (3.2ss).

5. Los judaizantes justificaban su insistencia en la circuncisión apelando al ejemplo de


Abraham: como la circuncisión era el sello de su pacto con Dios, argumentaban,
ninguno que no estuviera circuncidado podía tener participación en dicho pacto, con
todas las bendiciones que lo acompañaban. Pero los verdaderos hijos de Abraham son
aquellos que son justificados por su fe en Dios, como lo fue Abraham mismo; ellos son
los que disfrutan de las bendiciones que Dios prometió a Abraham. La promesa de Dios
a Abraham se cumplió con Cristo y no con la ley; por lo tanto, las bendiciones que
acompañan a dicha promesa deben disfrutarse, no mediante la observancia de la ley
(que vino mucho después que la promesa, y no podía afectar sus términos), sino por fe
en Cristo (3.6–9, 15–22).

6. La ley contiene una maldición para los que no la guardan en todos sus detalles;
aquellos que ponen su fe en la ley se exponen, por lo tanto, a los peligros de esa
maldiaón. Pero Cristo, por su muerte en la cruz, tomó sobre sí la maldición divina en
lugar de su pueblo y lo liberó de esa maldición de la ley; su pueblo, por lo tanto, no debe
retroceder y ponerse nuevamente bajo la ley, con su correspondiente maldición (3.10–
14).

7. El principio de respeto a la ley pertenece a la etapa de la inmadurez espiritual; ahora


que ha llegado Cristo, los que creen en él han llegado a la madurez espiritual como hijos
responsables de Dios. Aceptar los argumentos de los judaizantes equivaldría a volver a
la infancia (3.23–4.7).

8. La ley impuso un yugo de esclavitud; la fe en Cristo trae liberación. Aquellos a


quienes Cristo ha emancipado son realmente necios si abandonan su libertad y
nuevamente se colocan bajo los dictados de los rudimentos que sirvieron de medios
para la aplicación de la ley (4.8–11; 5.1; 3.19).

9. Esta libertad que el evangelio de la gracia proclama no es sinónimo de anarquía o


licencia; la fe en Cristo es una fe que obra por medio del amor y que, en consecuencia,
cumple la ley de Cristo (5.6; 5.13–6.10).

Estos argumentos se presentan en forma más sistemática en la Epístola a los Romanos,


escrita ocho o nueve años más tarde. Es muy probable que la concepción básica del
evangelio que sirve de fundamento a todos los argumentos que haya adquirido forma
en la mente de Pablo poco tiempo después de su conversión, aunque la manera en que
halla expresión en Gálatas se debe a la situación especial a la que Pablo está haciendo
frente en este caso. Pero quizás sea por esa misma razón que hasta el día de hoy los
cristianos atesoran esta epístola como la gran carta magna de la libertad del evangelio.

Bibliografía. G. Hendriksen, Gálatas, 1984; J. M. González Ruiz, Epístola de san Pablo a


los gálatas, 1971; H. Schlier, La carta a los gálatas, 1975; S. Zedda, Para leer a san Pablo,
1965, pp.pp. página(s) 115–119; S. Sabugal, Análisis exegético sobre la conversión de
san Pablo, 1975; G. Schneider, Carta a los gálatas, 1967; G. Bornkamm, El Nuevo
Testamento y la historia del cristianismo primitivo, 1975; F. C. Eiselen, El cristiano y su
Biblia, s/f, 2 t(t).t(t). tomo(s); J. C. Fernandes, Orígenes del Nuevo Testamento, 1952;
H. I. Hester, Introducción al Nuevo Testamento, 1975; C. F. Digby Moule, El
nacimiento deI Nuevo Testamento, 1974; A. Wikenhauser, Introducción al Nuevo
Testamento, 1960; E. F. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento, 1980; M. C.
Tenney, Nuestro Nuevo Testamento, 1973; A. Robert, A. Feuillet, Introducción a la
Biblia, 1967, t(t).t(t). tomo(s) II.

J. B. Lighfoot, Epistle to the Galatians, 1892; W. M. Ramsay, An Historical Comentary


on Galatians, 1899; E. D. Burton, The Epistle to the Galatians, ICCICC International
Critical Commentary, 1920; G. S. Duncan, The Epistle to the Galatians, MNTCMNTC
Moffatt New Testament Commentary, 1934; H. N. Ridderbos, The Epistle to the
Churches of Galatia, NIC, 1953; D. Guthrie, Galatians, NCBNCB New Century Bible,
1969; K. Lake, The Earlier Epistles of St. Paul, 1914, pp.pp. página(s) 253–323; J. H.
Ropes, The Singular Problems of the Epistle to the Galatians, 1929; C. H. Buck (h),
“The Date of Galatians”, JBLJBL Journal of Biblical Literature 70, 1951, pp.pp.
página(s) 113ss; F. F. Bruce, “Galatian Problems, 1–5”, PJRL 51, 1968–9, a 55, 1972–3.

F.F.B.F.F.B. F. F. Bruce, M.A., D.D., F.B.A., Profesor emérito de Crítica y Exégesis


Bíblicas en la cátedra Rylands de la Universidad de Manchester, Inglaterra.
GÁLATAS, EPÍSTOLA A LOS
Una de las más enérgicas cartas de Pablo. Estuvo dirigida a los cristianos de [Ver=]
GALACIA. Es pequeña, pero su importancia es grande. Ofrece información valiosa
sobre la vida de Pablo entre su conversión y sus viajes misioneros (1.11-2.14). Además
de esto, es una de las grandes epístolas del apóstol a los gentiles, quizás sobre todo
porque en ella proclama la doctrina de la justificación por la fe.
Estructura de La Epístola
Gálatas se divide en tres partes, cada una de ellas consta de dos capítulos. La primera
sección es una defensa del apostolado del autor y del evangelio (capítulos 1-2). En la
segunda se aplica a discutir el tema de la salvación (capítulos 3-4). Para demostrar que
la salvación no se obtiene por obedecer la Ley, sino por apropiarse uno de la gracia de
Dios a través de la fe, Pablo emplea diversos medios: citas del Antiguo Testamento (3.7-
14), lógica (3.15-20), metáforas (4.1-6) y alegorías (4.21-31). La última sección se ocupa
de la consecuencia de la fe salvífica (capítulos 5-6). Concluye con un resumen de los
principales puntos de la carta (6.11-16), una admonición en que afirma que lleva en su
cuerpo las marcas de Jesús (6.17) y una bendición (6.18).
GÁLATAS:
I. Se defiende el evangelio de la gracia 1.1-2.21
A. Introducción 1.1-9
Un bosquejo para el estudio y la enseñanza
B. El evangelio de la gracia es dado mediante revelación divina 1.10-24
C. El evangelio de la gracia es aprobado por el liderazgo de Jerusalén 2.1-10
D. El evangelio de la gracia es vindicado al reprender a Pedro 2.11-21
II. Se explica el evangelio de la gracia 3.1-4.31
A. El Espíritu Santo se da por la fe, no por las obras 3.1-5
B. Abraham fue justificado por la fe, no por las obras 3.6-9
C. La justificación es por la fe, no por la Ley 3.10-4.11
1. Cristo nos redime de la maldición de la Ley 3.10-14
2. El pacto abrahámico no ha sido eliminado por la Ley 3.15-18
3. La Ley nos es dada para llevarnos a la fe 3.19-22
4. Los creyentes están libres de la Ley 3.23-4.11
D. Gálatas reciben bendiciones por la fe, no por la Ley 4.12-20
E. La Ley y la gracia no pueden coexistir 4.21-31
III. Se aplica el evangelio de la gracia 5.1-6.18
A. Posición de libertad: Quedaos firmes 5.1-12
B. Práctica de la libertad: Amaos los unos a los otros 5.13-15
C. Poder para la libertad: Andad en el Espíritu 5.16-26
1. Conflicto entre el Espíritu y la carne 5.16-18
2. Obras de la carne 5.19-21
3. Fruto del Espíritu 5.22-26
D. Ejecución en la libertad: Haced bien a todos 6.1-10
1. Llevad las cargas los unos de los otros 6.1-5
2. No os canséis de hacer el bien 6.6-10
E. Conclusión 6.11-18
1. Motivaciones de los circuncidados 6.11-13
2. Motivaciones del apóstol
Autor Y Fecha
Nadie duda hoy que Pablo sea el autor, pero aún se debate quiénes sean los
destinatarios. (Para las dos hipótesis al respecto, [Ver=] GALACIA.) También se
discute con cuáles viajes de Pablo a Jerusalén mencionados en Hechos se identifican las
visitas aludidas en Gálatas ([Ver=] CRONOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO).
La mayoría de los partidarios de la primera hipótesis (en el artículo [Ver=] GALACIA),
basándose en el supuesto silencio respecto al [Ver=] CONCILIO DE JERUSALÉN,
fechan a Gálatas antes de 49 d.C., convirtiéndola en el primer escrito del Nuevo
Testamento. Antioquía de Siria sería el lugar de origen en este caso. Los partidarios de
la segunda hipótesis, en cambio, suponen que Pablo estableció en la región de Galacia
las iglesias en cuestión (Gl 1.2) al comienzo de su segundo viaje misionero (Hch 16.6) y
que volvió a visitarlas al iniciar su tercer viaje (Hch 18.23). Según esta tesis, quizás más
tarde desde Éfeso (Hch 19) o Macedonia (Hch 20.1s), en alguna ocasión entre 53 y 55
d.C., al enterarse de que estaban a punto de abandonar el evangelio, escribió esta carta
con gran pasión y afecto. Las congregaciones estaban compuestas de gentiles (4.8s).

Marco Histórico
Habían aparecido algunas personas de afuera que querían "pervertir el evangelio" (1.7)
y perturbar a las congregaciones (1.7; 5.7, 10, 12). Pablo arremete contra estos intrusos:
los maldice por predicar otro evangelio, aunque no puede haber uno diferente (1.6ss);
los acusa de tener motivaciones ilegítimas (4.17; 6.13) y de no guardar la Ley (6.13);
sarcásticamente les invita que vayan más allá de la circuncisión (que se castren; 5.12).
Se trata de judeocristianos (judaizantes) que predicaban la circuncisión y el
cumplimiento de la Ley y las instituciones mosaicas (4.10, [Ver=] CALENDARIO;
RUDIMENTOS) como requisitos para la salvación.
Aporte a La Teología
Al enterarse de que algunos perturbadores querían pervertir el evangelio de Cristo (1.7),
Pablo se preocupó y decidió salirles al frente. Los judaizantes, que eran los
perturbadores, habían sugerido que Pablo era un apóstol inferior, si es que se le podía
llamar apóstol, y que sus enseñanzas carecían de autoridad. Pablo contraatacó
presentando una apasionada defensa de su apostolado. El evangelio no lo había
recibido ni aprendido de nadie, sino que lo había recibido por revelación de Jesucristo
mismo (1.11-12). Los que estaban tratando de cambiarlo estaban interfiriendo con el
plan de Dios (1.7-8).
La salvación no se recibe por medio de las obras. Solo a través de la fe la persona
alcanza la justificación ante Dios. Ese era el plan de Dios. Abraham mismo no se salvó
por la fe, sino que "creyó a Dios, y le fue contado por justicia" (3.6; véase también Gn
15.6). La Ley apareció cuatrocientos treinta años después de Abraham (3.17), y jamás
tuvo la intención de tomar el lugar de la justificación por la fe. La intención de la Ley
era mostrarnos que necesitábamos a Cristo (3.24-25) en quien se cumplió plenamente
la promesa que Dios le hizo a Abraham.
Cuando una persona acepta lo que Jesucristo hizo a su favor, alcanza libertad
espiritual. Los cristianos, por tanto, debemos mantenernos "firmes en la libertad con
que Cristo nos hizo libres" y no someternos otra vez a la esclavitud de la Ley de Moisés
(5.1). Claro, el creyente no debe aprovecharse de esa libertad para satisfacer apetitos
carnales desordenados, sino para practicar el amor filial (5.13; 6.7-10). La carne, la baja
naturaleza, ha sido crucificada juntamente con Cristo (2.20) y ahora podemos
experimentar el gozo indecible de tener el fruto del Espíritu Santo con sus
incomparables gracias (5.22-23).
Otros Puntos Importantes
Para Pablo lo más importante no era que una persona fuera circuncidada o no, sino que
se hubiera convertido en una nueva creación (6.15). Gracias a Dios porque lo guió a
poner por escrito sus pensamientos. Si no, probablemente el cristianismo hubiera
seguido siendo una secta del judaísmo, en vez de convertirse en el medio universal de
salvación. Por eso, Gálatas es la epístola de todo cristiano que está agradecido a Dios
por el don de la gracia.
Bibliografía:
J.A. Allan, La Epístola a los Gálatas, Methopress, Buenos Aires, 1963. BC, VI, pp. 503-
559. IB, II, pp. 378-388. INT, pp. 274-279. LSE, Nuevo Testamento II, pp. 590-659.
Richard Longenecker, Galatians. Word Biblical Commentary, Word Books, Texas,
1990, p. 323. M. Tenney, Gálatas, la carta de la libertad cristiana, Tell, Barcelona.

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