Principios Biblicos Bautistas
Principios Biblicos Bautistas
Principios Biblicos Bautistas
INTRODUCCION
Los principios bautistas existían muchos años antes de la denominación. De hecho, la fidelidad a estos
principios llegó a ser la ocasión de la fundación de una denominación bautista. La nueva denominación
fue el resultado de estos principios llevados a la práctica en Inglaterra en el siglo XVII. Por eso, el
propósito de este estudio es: (l) su desarrollo histórico hasta el siglo XVII, y su significado dinámico
en el día de hoy (2) identificar los principios bautistas básicos. Un estudio así es absolutamente
necesario para quien pretende comprender las raíces de la denominación bautista.
En este estudio no se ha considerado todas las doctrinas fundamentales bautistas. Hay muchas de las
doctrinas cristianas, como la de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo, de la salvación, que compartimos
con muchas otras denominaciones. No, aquí se trata de principios bautistas, las pautas o las normas
sobre las cuales los bautistas han basado su actividad orgánica, y a raíz de las cuales han justificado su
existencia propia, o sea su identidad denominacional.
Una doctrina es lo que se cree a la luz de la Biblia
Un principio es lo que se hace a la luz de la doctrina
Por eso, el historiador tiene más interés en principios que en doctrinas, porque los principios revelan
los aspectos distintivos de una denominación cristiana, especialmente cuando los comparamos con
otros sectores del cristianismo.
En realidad, el término, "principios bautistas" es inapropiado. Son más bien "principios
neotestamentarios", porque se encuentran "en germen' en el Nuevo Testamento.
Fueron practicados por la iglesia primitiva. Sin embargo, pronto iban desapareciendo en el curso de la
Historia Eclesiástica. Estando de acuerdo con los anabautistas continentales del siglo XVI, la mayor
parte de los bautistas cree en "la caída de la iglesia", o sea "la gran apostasía" entre los años 100 a 325.
a) Sucesión AntipaidoBautista
Época Apostólica
Se considera tradicionalmente como el período de los Doce Apóstoles, y estaría datado entre la gran comisión de los apóstoles por las
Sigl apariciones de Jesús en Jerusalén hacia el año 30 dC..
oI
Novacianos
Sigl Movimiento religioso de la antigüedad. Seguidores de Novaciano, presbítero de la Iglesia de Roma en el siglo III
o III
Donatistas
El donatismo fue un movimiento cismático cristiano iniciado en el siglo IV en Numidia. Donato fue un obispo cismático de Cartago (313-
Sigl 347)
o IV
Paulicianos
Sigl Secta dualista cristiana fundada en Armenia y al este del imperio Bizantino entre los siglos VII y XI.
oV
Petrobrusianos
Sigl Seguidores de Peter of Bruys, que se extendieron ampliamente por el sur de Francia durante la primera mitad del siglo XII.
o
XII
Valdenses
Sigl Se designa con este nombre a un grupo de partidarios de Pedro Valdo, un comerciante rico de Lyon, que en 1173 se convirtió al
o considerar las palabras de Cristo en Mt. 19:20
XII
Anabautistas
Sigl Los anabaptistas fueron una corriente dentro del protestantismo que niega todo valor al sacramento del bautismo conferido a los niños,
o siendo partidarios de un bautismo cuando la persona ya es mayor.
XVI
Bautistas
Sigl Originarios de las diversas corrientes anabautistas, los bautistas evangélicos pueden identificarse con los discípulos de Zuinglio.
o
XVII
Sostiene que la historia bautista se identifica con la historia de los antipaidobautistas. Estos
historiadores tienden a entremezclar la historia del bautismo con la historia de los bautistas.
Piensan que la denominación bautista en el día de hoy es la culminación de una larga lucha
contra el bautismo infantil. No pretenden hallar una sucesión histórica de grupos
antipaidobautistas, sin embargo, creen que hay un parentesco espiritual, o sea una relación
anímica, que se sustituye a falta de vínculos históricos. Trazan la historia bautista a través de
los anabautistas alemanes, suizos y holandeses, de los valdenses, petrobrusianos, enriqueanos,
donatistas y novacianos. Hacen hincapié en el movimiento anabautista del siglo XVI como la
transición entre los antipaidobautistas antiguos y los bautistas modernos.
b) Sucesión apostólica
Época Apostólica
Se considera tradicionalmente como el período de los Doce Apóstoles, y estaría datado entre la gran comisión de los apóstoles por las
Sigl apariciones de Jesús en Jerusalén hacia el año 30 dC..
oI
Montanista
Sigl El Montanismo fue un movimiento que surgió el año 170 en Frigia, liderado por Montano, un cristiano de Asia Menor
o II
Novacianos
Sigl Movimiento religioso de la antigüedad. Seguidores de Novaciano, presbítero de la Iglesia de Roma en el siglo III
o III
Donatistas
El donatismo fue un movimiento cismático cristiano iniciado en el siglo IV en Numidia. Donato fue un obispo cismático de Cartago (313-
Sigl 347)
o IV
Paulicianos
Sigl Secta dualista cristiana fundada en Armenia y al este del imperio Bizantino entre los siglos VII y XI.
oV
Petrobrusianos
Sigl Seguidores de Peter of Bruys, que se extendieron ampliamente por el sur de Francia durante la primera mitad del siglo XII.
o
XII
Valdenses
Sigl Se designa con este nombre a un grupo de partidarios de Pedro Valdo, un comerciante rico de Lyon, que en 1173 se convirtió al
o considerar las palabras de Cristo en Mt. 19:20
XII
Anabautistas
Sigl Los anabaptistas fueron una corriente dentro del protestantismo que niega todo valor al sacramento del bautismo conferido a los niños,
o siendo partidarios de un bautismo cuando la persona ya es mayor.
XVI
Bautistas
Sigl Originarios de las diversas corrientes anabautistas, los bautistas evangélicos pueden identificarse con los discípulos de Zuinglio.
o
XVII
Sostiene que la historia bautista se remonta a los tiempos apostólicos. Estos historiadores,
llamados sucesionistas, fijan distintas fechas para el comienzo de los bautistas (Juan el
Bautista, el ministerio de Cristo, el día de Pentecostés) y están de acuerdo en la necesidad, y la
posibilidad, de trazar la historia bautista hasta la iglesia primitiva. Pretenden poder vincular
todos los eslabones para completar una antigua cadena de sucesión apostólica. Se asemejan a
los romanistas en pensar que Mateo 16:18 hace necesaria tal cadena. ¡Creen que la integridad
de Cristo mismo depende de su éxito!
c) Sucesión de la restitución separatista
Época Apostólica
Se considera tradicionalmente como el período de los Doce Apóstoles, y estaría datado entre la gran comisión de los
Sigl apóstoles por las apariciones de Jesús en Jerusalén hacia el año 30 dC..
oI
Montanista
El Montanismo fue un movimiento que surgió el año 170 en Frigia, liderado por Montano, un cristiano de Asia
Sigl Menor
o II
Donatistas
El donatismo fue un movimiento cismático cristiano iniciado en el siglo IV en Numidia. Donato fue un obispo
Sigl cismático de Cartago (313-347)
o IV
Paulicianos
Sigl Secta dualista cristiana fundada en Armenia y al este del imperio Bizantino entre los siglos VII y XI.
oV
Sectas Medievales
Sigl Movimientos denominados heréticos a lo largo de la Edad Media, entre los que tuvieron mayor impacto estan:
o Paulicianos, Bogomilos, Cátaros, Valdenses, Lolardos, Husitas
XII
Anabautistas
Sigl Los anabaptistas fueron una corriente dentro del protestantismo que niega todo valor al sacramento del bautismo
o conferido a los niños, siendo partidarios de un bautismo cuando la persona ya es mayor.
XVI
Bautistas
Sigl Originarios de las diversas corrientes anabautistas, los bautistas evangélicos pueden identificarse con los discípulos
o de Zuinglio.
XVII
Según esta teoría, la denominación bautista se originó en el siglo XVII en Inglaterra como una
fase del movimiento separatista. El separatismo fue hijo de otro movimiento más amplio, el
puritanismo. Alrededor de 1633, el bautismo llegó a ser una cuestión candente entre los
puritanos. Como resultado del estudio bíblico, varios sectores del movimiento rechazaron el
bautismo infantil. Estos antipaidobautistas de orden congregacional (posiblemente bajo la
influencia del anabautismo continental) dieron otro paso adelante y restauraron el modo
neotestamentario del bautismo, la inmersión, alrededor del año 1641. Fueron llamados
"bautistas", y así surgió la denominación moderna.
Conclusión: El que busca su propio punto de vista, o teoría, deberá tener en cuenta que los
precursores bautistas más primitivos en Inglaterra negaron la validez o la necesidad de una
sucesión bautista. El surgimiento de una teoría de sucesión apostólica siempre ha traído
separaciones y daño al pueblo bautista. La pérdida de los dos grandes precursores bautistas,
Rogerio Williams en Norteamérica y Juan Smyth en Holanda, se debió a problemas
relacionados con esta cuestión. Juan Spilsbury, Tomás Helwys y Juan Murton, adalides
bautistas ingleses expresaron claramente su oposición a la teoría en el siglo XVII. Las
Confesiones de Fe bautistas primitivas no mencionan el asunto.
¿Cuál debe ser la teoría más apta para el pueblo bautista de habla castellana a la luz de este
estudio?
En conclusión, el bautista es un cristiano apostólico, puesto que una iglesia, aunque recién
organizada si lo es sobre el Nuevo Testamento, es más apostólica que aquella iglesia que puede
trazar su sucesión a los apóstoles, pero, que se ha apartado de los principios apostólicos. La
cuestión de la veracidad es mucho más importante en el estudio de la historia bautista que la
cuestión de la antigüedad, porque la antigüedad de principios es muy distinta a las antigüedades
de organización.
Al acercarnos al estudio de los principios de la historia bautista, tengamos en cuenta estas
teorías. Reconozcamos el valor de cada uno como una explicación parcial de nuestro origen.
Evitemos el error de aferrarnos a una sola, haciéndola un artículo de fe que determina la
comunión. La verdad se encuentra en una combinación feliz de las tres.
1.2 GRUPOS QUE FUNCIONABAN EN INGLATERRA
a) Los Puritanos
Son aquellos que “querían purificar” la Iglesia Anglicana para alejarla del romanticismo y
hacerla más parecida a las iglesias reformadas. Demandaba la eliminación de elementos
papales tales como la adoración de la hostia, arrodillarse en la cena.
Eran un grupo de protestantes ingleses que buscaban purificar la Iglesia de Inglaterra de lo que
consideraban prácticas y creencias católicas romanas.
b) Los Separatistas
También conocidos como peregrinos, eran un grupo de protestantes ingleses que no estaban
satisfechos con la Iglesia de Inglaterra y buscaban separarse por completo de ella.
Sentían que la Iglesia de Inglaterra no era una iglesia verdadera sino una “sinagoga de
Satanás”. No reconocían a otra iglesia más que la de ellos, eran conocidos como Brownistas,
por ser seguidores de Roberto Browne (autor de un famoso folleto titulado “Un tratado de la
Reforma sin esperar por nadie”). Según él, la única iglesia es un cuerpo local de creyentes en
Cristo por experiencia propia, unidos a Él y los unos con los otros por un pacto voluntario.
El movimiento de reforma que pone en marcha Lutero se denomina «magisterial» por tener su
apoyo y desarrollo en el magisterio, es decir, la clase dirigente, los magistrados, los príncipes. Con
Calvino, al magisterium, equivalente a ‘magistrado’, se une el magisterium que hace referencia a la
enseñanza, doctrina o formación. Los primeros reformadores tuvieron la habilidad y la sabiduría de
ganar para su causa a los dirigentes políticos y, con su apoyo, conquistaron la voluntad del pueblo
al que se esforzaron en sacar del oscurantismo de la Edad Media para convertirlos en motor de la
modernidad.
Lutero, como ya hemos apuntado, ataca inicialmente la predicación y venta de las indulgencias
como medio para liberar las almas del Purgatorio. Esta denuncia fue seguida de una fuerte
oposición en diferentes sectores de la Iglesia y de la sociedad civil, lo que provocó debates
violentos y la publicación de escritos defendiendo las ideas propias y atacando las contrarias en los
que se vieron involucrados tanto los dignatarios y teólogos de la Iglesia oficial como los
mensajeros de los príncipes partidarios de las tesis elaboradas por Lutero. La Reforma denuncia
tres aspectos concretos: 1) la preponderancia de los clérigos, que habían despojado al pueblo, a los
creyentes, de su capacidad de relacionarse directamente con Dios; 2) la connivencia de la Iglesia y
el Estado; y 3) aboga por la restitución de las Sagradas Escrituras como única autoridad en
materias de fe y conducta.
b) Reforma radical: menonitas, anabaptistas
Siendo sacerdote católico, comenzó a cuestionarse doctrinas que parecían erradas como: La
transustanciación (es decir que los elementos en la Santa Cena del Señor se conviertan físicamente
en la carne y sangre de Jesucristo), el bautismo en infantes, y el testimonio personal.
Eso le llevó a estudiar por primera vez Biblia, comenzó a predicar de manera más evangélica y
vivió un proceso progresivo de alejamiento de los dogmas católicos. Poco después, le sorprendió
recibir la noticia del martirio de un creyente por volverse a bautizar, por lo que escudriñó
nuevamente las sagradas escrituras y entendió que era correcto. En 1535, 300 anabaptistas
murieron a manos de las autoridades. Esto llevó a Simons a un tiempo de reflexión, resultado del
cual experimentó la conversión y se unió a una comunión de anabaptistas. Menno Simons no fundó
el movimiento anabaptista; pero su gran pasión lo convirtieron en la figura más influyente, por lo
cual algunos de ellos cambiaron su estilo de vida y se llamaron: Menonitas. Fue considerado
“hereje” por Roma y vivió en constante persecución, escribió una gran cantidad de libros y
promovió una vida de devoción y pacifismo.
Juan Smith
Más o menos en 1609, un pastor llamado Juan Smith se convenció de que solo los creyentes
debían profesar el bautismo, y que éste no debía ser aplicado a los infantes.
Smyth fue graduado, y durante una época incluso maestro, de la Universidad de Cambridge. A
partir de su propio estudio de la Biblia, Smyth comenzó a dar énfasis a la conversión personal, la
libertad religiosa y a la membresía regenerada de la iglesia. Por motivo de que estas ideas no eran
bien recibidas en Inglaterra, Smyth y su pequeño grupo de seguidores huyeron a Ámsterdam,
Holanda, alrededor de 1607. En Ámsterdam, alrededor del año 1609, Smyth formó una nueva
iglesia fundada en la conversión personal por medio de la fe en Cristo, seguida del bautismo para
los creyentes. Los historiadores consideran ésta como la iglesia bautista más antigua en la historia
moderna, a pesar de que este grupo de creyentes no utilizó el nombre de “bautistas”.
Aquellos a quienes se conoce como “bautistas” nunca se dieron a sí mismos ese título. Era un
apodo que les fue dado por otros, y se llevó casi un siglo para que los bautistas lo aceptaran. Al
principio, sus adversarios los llamaban “separados” porque se separaron de la iglesia oficialmente
patrocinada por el estado, o “anabautistas” porque bautizaban a aquellos que únicamente habían
recibido el bautismo infantil. Sin embargo, los bautistas rechazaron todos estos apelativos. Al
principio se autodenominaban simplemente como “la iglesia” o “la iglesia de Cristo” (como en la
confesión de 1611). Las iglesias locales comúnmente se llamaban “la iglesia de Cristo reunida
en…”, colocando aquí el lugar de su iglesia. En ocasiones se describían a sí mismos como “las
iglesias bautizadoras” o “las iglesias del camino bautizador”.
Se establece claramente que los bautistas no somos protestantes, porque el movimiento bautista
nunca resultó del movimiento de la Reforma del siglo XVI, iniciado por Martín Lutero.
Somos evangélicos…nuestros principios no nacen de protestar contra Roma, viene de mucho mas
antes…nace con el deseo de volver a las escrituras..
Estrictamente hablando, el nombre "protestante" fue dado a los gobernantes que "protestaron" a la
anulación del edicto del primer Diet de Spiers o dieta de Espira en1529. (La palabra Diet en
alemán significa "día ", y se refería al día de asambleas donde se resolvían cuestiones religiosas).
Este Diet había logrado el acuerdo de territorialismo "de quién es tal región, tal será la religión"
que establecía que de acuerdo a los que vivían en tal región, la religión de la mayoría sería la
oficial en esa región. Eso perjudicaba los intereses de la Iglesia Católica, y como el rey Carlos V
era católico, anuló el edicto del Diet de Spiers de 1526, convocando uno nuevo en la misma
ciudad en 1529, donde oficialmente se les dio el nombre "protestante" a tales gobernantes que
protestaron. El nombre fue luego dado a todos los que abandonaban la Iglesia Católica.
El grupo liderado por Smyth vino a ser conocido más tarde con el nombre de bautistas
generales”.
Esto se debió a que creían en una expiación general mediante la cual Cristo murió por todos
aquellos que creen. Además, creían que aquellos que deliberadamente renunciaban a la fe
cristiana podían perder la salvación. Los teólogos comúnmente denominan estos puntos de
vista con el término “arminianismo”, tomado del apellido del teólogo holandés Jacobo
Arminio.
El libre albedrío o la capacidad humana. Este punto enseñaba que el hombre, aunque
afectado por la caída de Adán, tenía la capacidad espiritual de escoger el bien espiritual,
y era capaz de ejercitar la fe en Dios, a fin de recibir el Evangelio, y de este modo
obtener por sí mismo la salvación.
La elección condicional. Este punto enseñaba que Dios puso Sus manos sobre todos
aquellos individuos que sabía, o preveía, que iban a responder al Evangelio. Dios eligió
a aquellas personas que Él vio que querrían ser salvadas por medio de su libre albedrío,
a pesar de su estado natural caído; por supuesto que, de conformidad al primer punto del
arminianismo, este estado no era de caída total o de depravación total.
La redención universal o expiación general. Este punto enseñaba que Cristo murió
para salvar a todos los hombres; pero sólo de un modo potencial. La muerte de Cristo
hizo posible que Dios perdonara a los pecadores, pero únicamente a condición que ellos
creyeran.
La obra del Espíritu Santo en la regeneración está limitada por la voluntad
humana. Este punto enseñaba que el Espíritu Santo, cuando comienza la obra de traer a
una persona a Cristo, puede ser eficazmente resistido y Sus propósitos frustrados. No
podría impartir vida a menos que el pecador quisiera voluntariamente que esta vida le
fuera impartida.
La caída de la gracia. Este punto enseñaba que un hombre salvo, podría final y
definitivamente perder la salvación. Esto es, por supuesto, el resultado lógico y natural
de todo el sistema. Es decir, si el hombre debe tomar la iniciativa en su salvación, es él
quien debe retener la responsabilidad del resultado final.
Surgió en 1638. Este grupo seguía más de cerca la teología de Juan Calvino, y por esto son
comúnmente llamados “calvinistas”. Ellos creían en una expiación particular de pecados; es
decir, que Cristo murió no por todos, sino solamente por un grupo particular, por los elegidos.
Sólo aquellos que han sido “predestinados” o escogidos para la salvación antes de que el
mundo fuera creado pueden ser salvos, mas una vez que han sido salvos, no pueden perder
jamás su salvación.
“Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
(Filipenses 2:11)
Sociológico
Evangélico Bíblico
Señorío
de Cristo
Espiritual Eclesiástic
o
Política
Este principio enseña que Cristo es la cabeza de la iglesia, y es él quien la gobierna a través de su
Palabra. Por ello es fundamental que la iglesia estudiar seriamente las Escrituras para conocer la
voluntad de Dios para la vida y gobierno de ella misma.
La naturaleza, propósitos, fines, organización, gobierno, funciones, y demás aspectos de la iglesia
deben emanar de la Palabra de Dios. Cristo está gobernando su iglesia, en la medida en que ésta busca
la voluntad de su Señor en las escrituras.
En Juan 13:13, Jesús dice “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.”
Pablo también dice a los filipenses, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil. 2.9-11).
La Biblia enseña claramente el Señorío de Cristo en la vida del creyente y de la iglesia. Y este ha sido
el sentir de los bautistas a lo largo de su historia. Juan Smyth dijo “Sólo Cristo es Rey y Juez de la
iglesia y de la conciencia”. El historiador bautista Tomás Armitage también dijo “los principios
vivientes y subyacentes de las iglesias bautistas se relacionan con la jefatura soberana y absoluta de
Cristo en sus iglesias.”
Por un lado, el Señorío de Cristo demanda sumisión y humildad de parte del creyente y la iglesia para
someterse y aceptar la voluntad de Cristo. Esto a partir de un estudio serio de la Biblia que permita
descubrir dicha voluntad.
También este principio demanda que, el creyente se oponga a todo aquello que estorbe u obstaculice la
relación entre Cristo y su iglesia. El Reino de Dios debe reflejarse en la vida del creyente, y de la
iglesia.
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra." (2 Timoteo 3:16-17)
El principio bíblico reconoce y afirma la autoridad del Nuevo Testamento como norma de fe y
práctica. Los bautistas reconocen que toda la Biblia es la revelación de Dios al hombre, y por lo tanto,
autoritativa.
Asimismo, los bautistas entienden que el Nuevo Testamento tiene una autoridad que deriva del Señor
del Nuevo Testamento, Cristo. Así, el Nuevo Testamento interpreta al Antiguo Testamento. Esto
significa que, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, deben interpretarse a la luz de la obra
expiatoria de Cristo.
Es más, los bautistas entienden que la Biblia debe interpretarse bajo la dirección del Espíritu Santo.
Pero, sin caer en la Bibliolatría. Es decir, que la Biblia es el testimonio escrito de la revelación de Dios
a la humanidad, pero como objeto no tiene ningún poder mágico o místico.
Es así como del Nuevo Testamento salen los principios teológicos y pastorales bajo los cuales se rige
el creyente y la iglesia. Es, además, responsabilidad de cada creyente estudiar e interpretar las
Sagradas Escrituras para conocer la voluntad de su Señor y obedecerla. Es tanto un derecho como una
responsabilidad que cada creyente debe asumir con responsabilidad.
Hebreos 1: 1-2 dice “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”, de ahí que los bautistas interpreten las
Escrituras a la luz de la persona y obra de Cristo, el heredero de todo y última y perfecta revelación del
Padre.
El mismo Jesús enseñó a sus discípulos a depender de la Biblia para conocer la voluntad del Padre.
Lucas 24;27 cuenta “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba
en todas las Escrituras lo que de él decían.” En Juan 5.39 Jesús enseña “Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí”.
El apóstol Pablo también enseñó la importancia de la Biblia en la vida del creyente. En 2 Timoteo 3:16
el apóstol a los gentiles dice “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”
El apóstol Pedro reafirma lo enseñado por Cristo y Pablo. En 2 Pedro 1:19-21 escribe “Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga
en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
"alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los
que habían de ser salvos." (Hechos 2:47)
Este principio ha costado mucho a la iglesia bautista. Fue perseguida, tanto por católicos como por
protestantes, por defender este principio. Además, es el principio que le da el nombre a la
denominación. Nombre que en un principio fue puesto peyorativamente, luego fue usado
orgullosamente por quienes defendieron este principio.
El principio eclesiástico sostiene la enseñanza bíblica de que la iglesia debe ser conformada por una
membresía regenerada. Es decir, que la iglesia debe estar integrada por personas nacidas de nuevo,
regeneradas por el Espíritu Santo, que hayan hecho una decisión personal y consciente de arrepentirse
de sus pecados y aceptar el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz, reconociéndole como Señor y
Salvador de sus vidas.
Justo Anderson, historiador bautistas dice “la iglesia cristiana es la confraternidad de todos los
creyentes en Cristo, o sea una comunidad espiritual, cuya expresión concreta en el mundo es una
iglesia local, cuyo fin es el extendimiento del reino de Dios”.
Siguiendo este principio, las iglesias bautistas demandan dos cosas del nuevo creyente para ser
admitido como miembro de una iglesia bautista. En primer lugar, el nuevo creyente debe dar
evidencias de una conversión genuina. En segundo lugar, el nuevo creyente debe haber sido bautizado
por inmersión, que es como los bautistas entienden la forma bíblica y correcta de bautizar.
Según los bautistas, el bautismo debe tener cuatro condiciones. La primera, el candidato correcto es un
creyente en Cristo. Segundo, el modo correcto es la inmersión en agua. Tercero, el significado correcto
es un acto simbólico de sepultura y resurrección. Cuarto, el administrador correcto es el pastor o
alguien autorizado por una congregación local para realizarlo.
Para los bautistas, tanto el bautismo como la Cena del Señor son símbolos dinámicos que comunican
verdades espirituales que benefician al creyente que participa en ellas con conciencia y convicción.
El bautismo es el símbolo del nuevo nacimiento, de la purificación del pecado, de la recepción del don
del Espíritu Santo y de la unión mística con Cristo. Así, la iglesia es en esencia una congregación local
autónoma, democrática y subordinada a Cristo bajo la dirección del Espíritu Santo.
"Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano"
(Mateo 18:17)
El principio sociológico sostiene que el gobierno de la iglesia es congregacional. Se basa en la
enseñanza bíblica del sacerdocio del creyente. Es decir, de la responsabilidad individual de cada
creyente ante Dios, sin intermediarios.
Jesús enseñó a sus discípulos la igualdad de todos los creyentes, donde todos tienen los mismos
privilegios, responsabilidades, participación y posición. En Mateo 23.8-9 Jesús dijo “Pero vosotros no
queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.”
Este sacerdocio del creyente implica que el creyente es regenerado por gracia por medio de la fe. De
esa forma, tiene libre acceso al Padre a través del Sumo Sacerdote Jesucristo. Por lo tanto, el creyente
debe asumir la responsabilidad sacerdotal, tanto como siervo para con los demás, como consigo mismo
ante Dios.
Juan Smyth escribió “mantenemos que la autoridad de los ancianos de la iglesia consiste en conducir,
en guiar, y en vigilar… y la palabra final descansa en la asamblea de la congregación a la cual los
ancianos deben ceder… la congregación puede hacer cualquier cosa sin los ancianos, pero los ancianos
no pueden hacer nada sin la aprobación de la congregación.”
Con relación al ministerio cristiano, los bautistas creen que este corresponde a todos los creyentes.
Según el don de cada uno, el creyente es responsable por ejercer el ministerio que el Espíritu Santo le
dé. En ese sentido, el ministerio pastoral es ejercido por creyentes llamados por Dios para el ministerio
de la Palabra y son nombrados por la iglesia local. Los bautistas tienen la máxima de que “el pastor es
el primero entre pares, que preside la congregación sin mandarla.”
Finalmente, el inconveniente que podría surgir en las congregaciones locales bautistas es contar con
miembros inmaduros que no sepan responder responsablemente al gobierno congregacional. Se
demanda creyentes maduros espiritualmente y responsables, para que el gobierno congregacional
funcione. Es necesario entonces el discipulado de los creyentes.
"De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12)
Los bautistas enarbolan la bandera de la libertad religiosa, la demandan para ellos y para los demás. Se
considera el mayor aporte de los bautistas al protestantismo.
Al ser el ser humano personalmente responsable ante Dios, también debe ser libre para elegir. Dios
creó al hombre a su imagen y semejanza, por lo tanto, le dio el derecho de ser libre y poder elegir. Al
mismo tiempo, Dios demanda responsabilidad de parte del sur humano libre, por lo tanto, es y será
juzgado.
Esta libertad religiosa implica libertad de culto. El ser humano puede adorar a Dios dónde, cuándo y
cómo el desee, sin ser coercionado. Asimismo, el ser humano es libre de asociarse y sostener los
ministerios e iglesias que desee, sin ser castigado o perseguido por ello. Al mismo tiempo, este
principio respeta la elección de no creer y no adorar de las personas.
La libertad religiosa también incluye la libertad de conciencia. Es decir, que los seres humanos son
libres de vivir según los valores y creencias particulares que profesen. Así, la religión es un asunto
personal y voluntario. Ningún ser humano debe ser obligado a creer algo, o actuar obligado.
Finalmente, la libertad religiosa incluye la libertad de propagación. Cada ser humano es libre de
propagar su fe. Esto incluye poder asociarse con quien desee y financiar dicha labor. Los bautistas
creen que el creyente debe cumplir con la Gran Comisión de Cristo para su iglesia.
Muchos países han sido impactados e influenciados por este principio. Aunque no todos los países
tienen libertad religiosa, es deber de cada bautista ser influencia en su lugar de residencia para
promover este principio, en beneficio de la iglesia y de la sociedad.
"Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios." (Mateo 22:21)
Los bautistas creen en la separación entre la iglesia y el estado. Es decir, que ni la iglesia ni el estado
deben ejercer influencia o dominio sobre el otro.
La relación de los creyentes con el estado y sus leyes está enseñada en la Biblia. 2 Pedro 2.13-14
enseña “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya
a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que
hacen bien.”
El creyente debe respetar, obedecer y orar por los gobiernos. En 1 Timoteo 2.1-2 el apóstol Pablo
enseña “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias,
por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos
quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.”
Así, el creyente debe respetar y someterse a las leyes humanas dadas por los gobiernos y que rigen los
estados, ya que han sido puestos por Dios. Pero cuando estas leyes contradicen los mandamientos de
Dios, entonces el creyente debe obedecer a Dios ante todo.
El cristiano se somete en obediencia al estado, pero cuando este es injusto, entonces el creyente puede
oponerse pacíficamente, evitando la violencia. Esta ha sido la postura bautista a lo largo de toda su
historia denominacional.
Este principio cree en una iglesia libre y en un estado libre, donde todas las iglesias sean tratadas por
igual, sin oposición o beneficio que perjudique o beneficie a una u otra iglesia. Esto incluye el uso de
impuestos.
Este principio se desprende de los demás principios bautistas como el señorío de Cristo, la libertad
religiosa, y la naturaleza de la iglesia como una congregación de regenerados.
Así, la iglesia y el estado deben funcionar separadamente. Cada institución tiene su propia esfera de
acción e influencia, y debe mantenerse así. Eso no disminuye la responsabilidad de la iglesia por ser
testigo de los valores y principios cristianos ante la sociedad, siempre que sea con respeto a la libertad
religiosa de cada persona y grupo.
“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20)
Los bautistas creen en el cumplimiento de la Gran Comisión como responsabilidad de la iglesia. En
ese sentido son evangelizadores y misioneros. En Mateo 28.18-20 se nos dice “Y Jesús se acercó y les
habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo.”
Marcos 3.13-14 muestra que esta fue una práctica común y natural de Jesús con sus discípulos
“Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que
estuviesen con él, y para enviarlos a predicar.” Luego cuando ascendió a los cielos dejó instrucciones
para su iglesia “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1.8).
Marcos 16.15 también lo enseña “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.” Y Juan 20.21 dice “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el
Padre, así también yo os envío.”
Históricamente los bautistas han fomentado el evangelismo las misiones, tanto domésticas como
mundiales. La obra misionera mundial tuvo un gran impulso con el trabajo de misioneros bautistas
como Guillermo Carey y Adoniram Judson.
Creen que tanto el evangelismo como las misiones deben ser actividades continuas de la iglesia, donde
todos los creyentes son responsables de cumplir con dichas actividades. Es el resultado natural de una
vida espiritual madura y sana.
Así, los bautistas han emprendido misiones tanto como iglesias, y asociándose en organizaciones para-
eclesiásticas como agencias misioneras para cumplir con dicha labor.
CONCLUSION
LOS SIETE PRINCIPIOS que anteriormente hemos estudiado son la parte más fundamental de
NUESTRA ENTIDAD, LA IDENTIDAD BAUTISTA. Algunas otras denominaciones tienen como
nosotros algunos de estos principios, pero para nosotros la totalidad de ellos es lo que nos da
identidad. Algún creyente o iglesia que no tiene estos principios, o que no tiene uno de ellos, no puede
considerarse bautista.
Es por eso entonces tan importante que en estos momentos de efervescencia religiosa nos afiancemos
en lo más fundamental de nuestra identidad.
Estudiemos a profundidad nuestros principios, reflexionemos sobre ellos y enseñémoslos a
todos los creyentes de nuestra iglesia para solidificar nuestra identidad.
No gastemos tiempo y esfuerzo en contradecir las ideas equivocadas (nueva era, “carismatismo”,
espiritualismo, etc.), mejor usemos este tiempo y esfuerzo en enseñar la verdad, de modo que cuando
el error pase por enfrente de nosotros podamos descubrirlo, porque la iglesia de dios, según el Apóstol
Pablo es: “columna y baluarte de la verdad” (1ª Tim. 3:15).