Agujeros Negros (Resumen)

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AGUJEROS NEGROS

Un agujero negro es una región del espacio con una concentración de masa tan alta que
nada puede escapar de su campo gravitatorio, ni siquiera la luz. Los agujeros negros pueden
emitir un tipo de radiación, conocida como radiación de Hawking. La gravedad de un
agujero negro provoca una singularidad, envuelta por una superficie cerrada llamada
horizonte de sucesos, que separa el agujero negro del resto del universo.
Los agujeros negros fueron predichos por la teoría de la relatividad general de Einstein y se
cree que existen en el centro de la mayoría de las galaxias. En 2016, se detectaron por
primera vez ondas gravitacionales, producidas por la fusión de dos agujeros negros.
Los agujeros negros se forman a través de un proceso de colapso gravitatorio, que
comienza después de la “muerte” de una estrella gigante roja. Este proceso fue estudiado en
profundidad por científicos como Robert Oppenheimer, Roger Penrose y Stephen Hawking.
En 2019, se presentó la primera imagen de un agujero negro supermasivo, ubicado en el
centro de la galaxia M87, capturada por el Telescopio del Horizonte de Sucesos.

El concepto de un cuerpo tan denso que ni siquiera la luz puede escapar de él fue descrito
en un artículo enviado en 1783 a la Royal Society por el geólogo y clérigo inglés John
Michell. Por aquel entonces la teoría de Newton de la gravitación y el concepto de
velocidad de escape eran muy conocidas. Michell calculó que un cuerpo con una densidad
500 veces mayor a la del Sol, pero con su mismo radio, tendría, en su superficie, una
velocidad de escape igual a la de la luz y sería invisible. En 1796, el matemático francés
Pierre-Simon Laplace explicó en las dos primeras ediciones de su libro Exposition du
Systeme du Monde la misma idea, aunque, al ganar terreno la idea de que la luz era una
onda sin masa, en el siglo XIX fue descartada en ediciones posteriores.
En 1915, Einstein desarrolló la relatividad general y demostró que la luz era influida por la
interacción gravitatoria. Unos meses después, Karl Schwarzschild encontró una solución a
las ecuaciones de Einstein, donde un cuerpo pesado absorbería la luz. Se sabe ahora que el
radio de Schwarzschild es el radio del horizonte de sucesos de un agujero negro que no
gira, pero esto no era bien entendido en aquel entonces. El propio Schwarzschild pensó que
no era más que una solución matemática, no física. En 1930, Subrahmanyan Chandrasekhar
demostró que un cuerpo con una masa crítica (ahora conocida como límite de
Chandrasekhar) y que no emitiese radiación, colapsaría por su propia gravedad porque no
habría nada que se conociera que pudiera frenarla (para dicha masa la fuerza de atracción
gravitatoria sería mayor que la proporcionada por el principio de exclusión de Pauli). Sin
embargo, Eddington se opuso a la idea de que la estrella alcanzara un tamaño nulo, lo que
implicaría una singularidad desnuda de materia, y que debería haber algo que
inevitablemente pusiera freno al colapso, línea adoptada por la mayoría de los científicos.
En 1939, Robert Oppenheimer predijo que una estrella masiva podría sufrir un colapso
gravitatorio y, por tanto, los agujeros negros podrían ser formados en la naturaleza. Esta
teoría no fue objeto de mucha atención hasta los años 60, porque, después de la Segunda
Guerra Mundial se tenía más interés en lo que sucedía a escala atómica.
En 1967, Stephen Hawking y Roger Penrose probaron que los agujeros negros son
soluciones a las ecuaciones de Einstein y que en determinados casos no se podría impedir
que se crease un agujero negro a partir de un colapso. La idea de agujero negro tomó fuerza
AGUJEROS NEGROS
con los avances científicos y experimentales que llevaron al descubrimiento de los púlsares.
Poco después, en 1969, John Wheeler10 acuñó la locución «agujero negro» durante una
reunión de cosmólogos en Nueva York, para designar lo que anteriormente se llamó
«estrella en colapso gravitatorio completo».
El 10 de abril de 2019, el consorcio internacional Telescopio del Horizonte de Sucesos
presentó la primera imagen jamás capturada de un agujero negro supermasivo ubicado en el
centro de la galaxia M87. Se esperaba a su vez el anuncio de otra imagen real de un agujero
negro en Sagitario A*; sin embargo, aclararon que no se había obtenido porque la fuente
era muy variable durante los periodos de observación, resolviéndose en un futuro.

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