Pablo Bustelo - Teorías Contemporáneas Del Desarrollo Económico

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Teorías contemporáneas

del desarrollo económico


PROYECTO EDITORIAL
HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Coordinador
Luis Perdices de Blas

Teorías contemporáneas
del desarrollo económico

Pablo Bustelo

EDITORIAL
SÍNTESIS
Índice

PREFACIO 9

INTRODUCCIÓN 11
Diseño de cubierta: Esther Morcillo y Fernando Cabrera

Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones


penales y el resarcimiento civil previsto en las leyes, reproducir, PARTE I:
registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente EL DESARROLLO ECONÓMICO: TEORÍA Y PRÁCTICA
por cualquier sistema de recuperación y por cualquier medio,
sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia
o por cualquier otro, sin la autorización previa por escrito C a p í t u l o 1: LA TEORÍA ECONÓMICA DEL DESARRROLLO: UNA
de Editorial Síntesis, S. A. APROXIMACIÓN 19
1.1. El estudio del subdesarrollo: ¿aplicación o adap-
© Pablo Bustelo
tación de la teoría económica? 19
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A. 1.2. La teoría del desarrollo: ¿posibilidad o mito? ...
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono (91) 593 20 98 C a p í t u l o 2: ÉXITOS Y FRACASOS DEL DESARROLLO EN EL
http://www.sintesis.com
TERCER MUNDO 27
ISBN: 84-7738-549-1 2.1. Los éxitos del desarrollo: el progreso general y los
Depósito Legal: M. 12.693-1998 nuevos países industriales 27
2.2. Los fracasos del desarrollo: la persistencia del sub-
Impreso en España- Printed in Spain.
desarrollo y los países menos adelantados 36
Teorías contemporáneas del desarrollo económico índice

PARTE II: 10.2. Crecimiento, acumulación, industrialización, pro-


ANTECEDENTES DE LA TEORÍA ECONÓMICA DEL DESARROLLO tección e intervencionismo 118
10.3. Valoración crítica 129
Capítulo 3: LA TRADICIÓN CLÁSICA: EL ORIGEN 45
Capítulo 1 1 : LA INVOLUCIÓN CONSERVADORA (1957-1969) ... 133
3.1. La acumulación de capital 46
3.2. Los economistas clásicos y la cuestión colonial ... 51 11.1. Las críticas neoclásicas a los pioneros del desarrollo 134
11.2. La teoría conservadora de la modernización 139
Capítulo 4: MARX: LA ALTERNATIVA 55 11.3. Valoración crítica 141
4.1. La heterodoxia clásica 55
Capítulo 12: EL GIRO SOCIAL HACIA LAS NECESIDADES BÁSICAS
4.2. Marx y las áreas atrasadas 60
(1969-1978) 143
12.1. El empleo, la distribución y la pobreza 146
Capítulo 5: LA TRADICIÓN NEOCLÁSICA: EL PARÉNTESIS 65
12.2. El enfoque de las necesidades básicas 152
5.1. El crecimiento abandonado 65
12.3. Valoración crítica 154
5.2. El atraso desatendido 71
Capítulo 13: LA CONTRARREVOLUCIÓN NEOCLÁSICA (1978-
Capítulo 6: SCHUMPETER: EL OPTIMISMO 73 1990) 157
6.1. El desarrollo como destrucción creadora 73 13.1. Antecedentes y causas de la contrarrevolución neo-
6.2. El subdesarrollo desatendido 79 clásica 159
13.2. Las propuestas de liberalización interna y externa 165
Capítulo 7: EL PENSAMIENTO KEYNESIANO: LA PUERTA ABIERTA 81
13.3. Valoración crítica 169
7.1. La "revolución" keynesiana 81
7.2. Keynes y los países atrasados 86 Capítulo 14: ENFOQUE FAVORABLE AL MERCADO (DESDE 1990) 173
14.1. El informe sobre el desarrollo mundial de 1991 .. 174
Capítulo 8: LA SÍNTESIS NEOCLÁSICA Y LOS POST-KEYNESIANOS: 14.2. El informe sobre el milagro de Asia oriental (1993) 178
LA CONTROVERSIA 89 14.3. Valoración crítica 181
8.1. La síntesis neoclásica y la heterodoxia post-keyne-
siana 89
PARTE IV:
8.2. Las grandes controversias 97
LA ECONOMÍA DEL DESARROLLO DESDE 1945:
LAS TEORÍAS HETERODOXAS
PARTE III:
Capítulo 15: EL ESTRUCTURALISMO LATINOAMERICANO (1949-
LA ECONOMÍA DEL DESARROLLO DESDE 1945: 1957) 189
LAS TEORÍAS ORTODOXAS 15.1. El sistema centro-periferia 191
15.2. La interpretación, el fomento y los obstáculos de
Capítulo 9: EL NACIMIENTO DE LA ECONOMÍA DEL DESARROLLO 103 la industrialización latinoamericana 195
9.1. La evolución del mundo real 105 15.3. Valoración crítica 199
9.2. Los cambios ideológicos y teóricos 108
Capítulo 16: EL ENFOQUE DE LA DEPENDENCIA (1957-1969) ... 203
Capítulo 10: LOS PIONEROS DEL DESARROLLO (1945-1957) 115 16.1. La aportación de Paul A. Baran 205
10.1. Especificidad estructural y círculos viciosos 115 16.2. Las corrientes del enfoque de la dependencia 208

6 7
Teorías contemporáneas del desarrollo económico

16.2.1. El desarrollo del subdesarrolio, 209. 16.2.2.


Los dependentistas de la CEPAL, 210.
16.2.3. El desarrollo dependiente, 211.
16.3. Valoración crítica 212

Capítulo 17: LA REEVOLUCIÓN CRÍTICA (1969-1976) 217


17.1. Las interpretaciones circulacionistas: el enfoque del
sistema mundial y las explicaciones neorricardia-
nas de la crisis 218
17.2. Las interpretaciones productivistas: el marxismo
rostowiano

Capítulo 18: EL MARXISMO: EL ENFOQUE DE LA REGULACIÓN


223
Prefacio
(1976 EN ADELANTE) 227
18.1. El enfoque de la regulación: una apretada síntesis 233
18.2. Las aportaciones del enfoque de la regulación a los
estudios sobre desarrollo 236
18.3. Valoración crítica 243
El subdesarrollo no es un problema interno de cada nación, sino un
Capítulo 19: MACROECONOMÍA ESTRUCTURALISTA Y NEO-ESTRUC- problema mundial. Ya se describa en términos de centro-periferia, de
TURALISMO LATINOAMERICANO (DESDE 1983) 245 explotación imperialista, de neo-colonialismo o cualquier otro, el hecho
19.1. La macroeconomía estructuralista y la crítica al es la subordinación o dependencia en que se encuentran los países sub-
Consenso de Washington 246 desarrollados dentro del sistema. Esa dependencia bastaría para revelar
19.2. El neo-estructuralismo latinoamericano y la críti- que el subdesarrollo no es una etapa hacia el desarrollo, como otras situa-
ca al neoliberalismo 250 ciones. No es una antesala, sino un cuarto trasero, cuando no el sótano.
19.3. Valoración crítica 255 El subdesarrollo es una situación final, como la orilla donde arriban los
despojos del buque. Es, en fin, una segregación del desarrollo y elijo -entre
Capítulo 20: LA ECONOMÍA HETERODOXA DEL DESARROLLO EN aproximados sinónimos- el vocablo "segregación" porque tiene una doble
LOS AÑOS NOVENTA 257 acepción: la de ser una excreción, un exudado, como el hilo de la araña,
20.1. Las críticas a la ortodoxia dominante 258 y la de significar también un rechazo, una marginación. Es decir, que tam-
20.2. La renovación del pensamiento marxista sobre desa- bién a escala mundial los que pueden tomar decisiones no quieren, mien-
rrollo 263 tras que los que quieren no pueden.
CONCLUSIONES 267
José Luis Sampedro
APÉNDICE I: Selección de textos sobre Economía del desarrollo 271 Conciencia del subdesarrollo, 1972

APÉNDICE II: Guía de lecturas 281 Este libro está dedicado a mi maestro y amigo Carlos Berzosa y a
Colín Leys y Alain Lipietz, dos grandes economistas actuales cuyas
ACONTEMIENTOS Y OBRAS DESTACADAS, 1944-1997 285
obras, que combinan rigor y crítica, han inspirado lo que de bueno
BIBLIOGRAFÍA 289 puedan tener estas páginas.

9
8
Introducción

La teoría económica del desarrollo, que los anglosajones


llaman development economics, ha tenido una larga evolu-
ción, llena además de controversias, a las que estas páginas
pretenden ser una somera introducción.
Los cambios en la teoría económica del desarrollo (TED)
han corrido parejos con la evolución real del desarrollo eco-
nómico. La ambivalencia de los resultados económicos en el
Tercer Mundo contemporáneo es un hecho evidente. A los
indudables progresos conseguidos (crecimiento medio acep-
table, mejora sustancial de algunos indicadores sociales), que
reflejan el éxito del desarrollo, se suman notables fracasos,
como la persistencia de la pobreza y el hambre en amplias
zonas del planeta, el recrudecimiento de la desigualdad inter-
nacional y nacional, así como del desempleo y de la margi-
nación social, y la costosa incidencia medioambiental del cre-
cimiento económico.

II
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Introducción

Esos resultados contrastados han provocado cierto desen- del desarrollo y la cada vez mayor heterogeneidad del Ter-
canto respecto de la TED, a la que se achaca haber sido inca- cer Mundo han puesto claramente de manifiesto que, pese a
paz de resolver el grave problema del subdesarrollo. Cabe las ambiciones iniciales, ya no es posible disponer de una
incluso preguntarse si los progresos registrados en algunos gran teoría del desarrollo, similar, por ejemplo, a la macro-
indicadores generales o manifestados en el rápido crecimiento economía post-keynesiana que tanto éxito tuvo entre 1950
de unos pocos países se han debido a la influencia de los cono- y 1975 en los países ricos. Los economistas del desarrollo
cimientos teóricos o sencillamente a circunstancias por com- son hoy más modestos y aspiran únicamente a elaborar todo
pleto ajenas a éstos. lo más, lo que no es poco, teorías parciales para analizar algu-
Desde el punto de vista teórico, existe una ambivalencia nos problemas comunes de los países del Tercer Mundo
similar. Bien es cierto que la TED hizo, especialmente en los (población, agricultura, energía, pobreza...) o algunos países
años cincuenta y sesenta del siglo XX, innovaciones teóricas homogéneos (los del África subsahariana o los pequeños "dra-
que han enriquecido el acervo de la Economía en general: gones" asiáticos, por citar sólo dos extremos).
por citar sólo algunas, la teoría estructuralista de la inflación, En segundo término, la TED ha adolecido de un simplis-
el estudio de la llamada "enfermedad holandesa", las teorías mo excesivo, que, si bien pudo estar justificado en la fase ini-
de los mercados duales de trabajo, el estudio del sector infor- cial de consolidación teórica, se ha convertido, con el paso
mal, el análisis centro-periferia, etc. Claro está, también ha del tiempo, en un pesado lastre. En muchas ocasiones, los
ocurrido lo contrario: avances teóricos en la Economía con- economistas del desarrollo han pretendido resumir en unas
vencional han tenido aplicación en la TED. El análisis social pocas proposiciones la enorme complejidad del proceso de
coste-beneficio, las nuevas teorías del crecimiento y de la edu- desarrollo, cuyas dimensiones han resultado ser mucho más
cación, el estudio económico del sector público y los avan- amplias de lo que inicialmente se pensaba. De igual modo,
ces de la Economía del bienestar, entre muchos otros ade- la TED ha ignorado, por lo general, los aspectos sociales y
lantos intelectuales, han fortalecido a su vez a la TED. políticos de esa transformación, aunque bien es verdad que
También cabe añadir a su activo el hecho de que la TED, por tal análisis parcial es moneda común en Economía. Además,
su propio objeto de estudio, ha sido, al menos en principio, la TED, por haber puesto excesivo énfasis en agregados y
más proclive que otras ramas de la Economía a la coopera- medias nacionales, no ha tratado suficientemente los pro-
ción interdisciplinar con otras ciencias sociales. blemas de distribución espacial, sectorial o interpersonal.
No obstante, con la perspectiva que dan más de cincuen- En tercer lugar, la TED se ha caracterizado por una impor-
ta años de TED, cabe achacar a ésta varios inconvenientes tante falta de realismo, bien por exceso de optimismo, bien
notables. por un pesimismo injustificado, que ha desembocado en pre-
En primer lugar, la TED ha tendido, quizá más que otras dicciones que no se han visto confirmadas. Dos ejemplos de
disciplinas, a hacer generalizaciones abusivas, en su afán por predicciones no cumplidas han sido la del inevitable despe-
construir una teoría general, esto es, aplicable al conjunto gue hacia el crecimiento autosostenido (teoría de las etapas)
del Tercer Mundo. Con el paso del tiempo, tal pretensión ha o la del generalizado desarrollo del subdesarrollo (enfoque
demostrado estar poco justificada. La creciente complejidad de la dependencia).

12 13
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Introducción

Finalmente, economistas de otras ramas, muchas veces Pese a que la TED, tal y como se la conoce actualmente,
con razón, han achacado a la TED una relativa falta de rigor ha sido una disciplina creada fundamentalmente en los años
teórico y empírico, al menos en comparación con subdisci- cincuenta del siglo XX (antes ni siquiera existía la expresión
plinas más asentadas de la Economía. También parecen estar "Economía del desarrollo"), no empezó todo entonces. Exis-
justificadas, quizá incluso más que la anterior, las críticas ten importantes antecedentes teóricos, que se remontan, cuan-
dirigidas a una especialidad creada fundamentalmente por to menos, a la gran tradición clásica en Economía de los siglos
economistas de los países ricos y que ha presentado tradi- XVIII y XIX.
cionalmente por tanto un sesgo eurocéntrico u occidental, y El libro está organizado de la siguiente manera. En la pri-
no ha tenido suficientemente en cuenta las aportaciones gene- mera parte, el capítulo inicial aborda la definición de la Eco-
radas por el propio Tercer Mundo, ya sea en América Lati- nomía del desarrollo y alude a las implicaciones de esa deli-
na o en Asia oriental, por citar únicamente dos regiones de mitación. El capítulo 2 valora sucintamente los éxitos y
larga tradición intelectual. fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo en los últimos
Con todo, la TED sigue teniendo vigencia. Los lamentos cincuenta años. En la segunda parte (caps. 3 a 8) se resume
sobre su "estado calamitoso", que proliferaron a principios el pensamiento económico sobre el desarrollo anterior a la
de los años ochenta, han resultado afortunadamente pasaje- Segunda Guerra Mundial. La tercera parte (caps. 9 a 20) estu-
ros. Las propuestas de acabar incluso con ella, que hicieron dia la evolución de la TED desde 1945, insistiendo especial-
algunos economistas liberales por aquellas fechas, han que- mente en los factores que dieron origen a su aparición y evo-
dado, afortunadamente, en nada. lución posterior, así como en su situación actual. A diferencia
La persistencia de la pobreza, el hambre y el subdesarro- de un libro anterior del autor, que abordaba esas cuestiones
llo en amplias regiones del planeta, junto con la aparición de haciendo un recorrido histórico, esta vez la distinción no es
fenómenos generalizados de desigualdad, desempleo o mar- por períodos sino por enfoques, que se agrupan en dos gran-
ginación en los países desarrollados, son argumentos más des categorías: el ortodoxo, que forma parte de la corriente
que suficientes para resaltar el interés teórico y práctico de principal (mainstream) de la Economía, y el heterodoxo o
la TED, así como su plena vigencia. radical, que se caracteriza por sus críticas al primero y por
Estas páginas pretenden poner de manifiesto, tras aludir bre- situarse resueltamente fuera del planteamiento convencional.
vemente a los éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mun- La elaboración de este libro se ha beneficiado mucho de
do en los últimos cincuenta años, que la TED ha experimenta- los amables y útiles comentarios de varios colegas de la Facul-
do varios cambios y vaivenes en su ya dilatada existencia y que, tad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universi-
como siempre, y pese a la pretensión de algunos enfoques, sigue dad Complutense y de su Departamento de Economía Inter-
siendo un mundo de controversias en el que la última palabra nacional y Desarrollo, en el que he impartido, en los últimos
no ha sido ni mucho menos dicha y en el que conviven enfo- años, la asignatura de Teoría estructural del desarrollo. Vaya
ques y sensibilidades distintos e incluso incompatibles. Esas pues mi agradecimiento a Carlos Berzosa, Francisco Buste-
controversias son seguramente un síntoma de vitalidad y no, lo, Antonio Ramos y Ángel Tablas. Todos ellos encontraron
como se afirma injustificadamente, de inmadurez. tiempo para leer parte de un primer manuscrito y darme su

14 15
Teorías contemporáneas del desarrollo económico

opinión. La versión definitiva ha mejorado sustancialmente


gracias a sus indicaciones y críticas. Como es natural, las
insuficiencias y omisiones que hayan persistido son de mi
exclusiva responsabilidad.

Parte I

El desarrollo económico:
teoría y práctica

16
1
La teoría económica
del desarrollo:
una aproximación
1,1. El estudio del subdesarrollo: ¿aplicación o adaptación
de la teoría económica?

El objetivo de la teoría económica del desarrollo (TED) es


desentrañar las causas, los mecanismos y las consecuencias del
crecimiento económico a largo plazo, especialmente en los paí-
ses de renta per cápita baja. El Banco Mundial considera países
en desarrollo a las naciones que tienen un ingreso per cápita bajo
o medio, esto es, un PNB por habitante inferior a aproximada-
mente el doble de la media mundial (9.000 dólares en 1994). La
TED, también llamada Economía del desarrollo, es pues la rama
de la ciencia económica que se ocupa de los problemas de los paí-
ses no desarrollados, así como de las políticas y estrategias nece-
sarias para que esos países consigan superar esos obstáculos.
Si bien hay algunos autores (neoclásicos, por lo general,
como Little, 1982) que consideran que la Economía del desa-
rrollo (development economics) no es más que la aplicación al

19
Parte I. El desarrolloeconómico: Teoría y práctica Capítulo 1: La teoría económica del desarrollo: una aproximación

Tercer M u n d o de la teoría económica (economics), cuya vali- de los agentes económicos en el Tercer M u n d o , cuyo com-
dez universal dan por supuesta, otra opinión, muy extendida portamiento, señalaba tal enfoque, era exactamente el mis-
entre los economistas del desarrollo, es por el contrario que la mo que el de los agentes de los países desarrollados.
TED es un tipo particular de análisis económico, y no la mera Los partidarios de esa monoeconomía, esto es, de un análi-
aplicación de un análisis económico supuestamente general, sis económico de validez universal están, por lo general, encua-
que además ha sido creado desde y para los países ricos. Tal drados dentro de la Economía neoclásica, mientras que quie-
opinión, que es también la del autor de estas líneas, consiste nes afirman que el estudio de los países subdesarrollados exige
en afirmar que la TED no debe subsumirse en el análisis eco- un instrumental teórico y analítico distinto del que tiene el cuer-
nómico general, sino que existe y que debe mantenerse como po convencional de doctrina son denominados estructuralistas.
subdisciplina, con todos los derechos, de la Economía. La diferencia entre ambos enfoques estriba, como ha resumi-
El carácter de subdisciplina de la TED se debe a que su obje- do Knight (1991: 14), en que el estructuralismo es la tesis que:
to de estudio, el conjunto de los países subdesarrollados, es
específico. Las diferencias entre los países ricos y las naciones afirma que las economías de los países pobres son inflexibles:
pobres no son tanto de grado o de nivel sino de estructura. el cambio se ve inhibido por obstáculos, instituciones, cuellos
Existen sin duda autores que piensan que la economía de de botella y limitaciones; la oferta de casi todos los bienes y
los países subdesarrollados funciona exactamente igual que servicios es inelástica; los mercados de productos y factores
la de los países desarrollados. Para Meier (1984: 208), son a menudo imperfectos. Esos problemas estructurales impi-
den el proceso de desarrollo [...]. Por el contrario, la Econo-
las leyes de la lógica [económicas] son las mismas en Malawi mía neoclásica parte del supuesto de que las economías de los
que en cualquier otro sitio. países pobres son flexibles. Tales economías se caracterizan
por un comportamiento económico racional, con agentes que
maximizan, descontando el riesgo y el tiempo, sus beneficios
Para Schultz (1980),
y utilidades. Los factores son móviles, las curvas de oferta son
elásticas, las influencias institucionales son escasas, de mane-
la teoría económica convencional es tan aplicable a los pro-
ra que los mercados de productos y factores muestran un
blemas de escasez a los que deben enfrentarse los países de bajos
amplio grado de competencia. La Economía neoclásica es pues
ingresos como a los problemas correspondientes de los países
un paradigma que investiga mercados y precios y que espera
de renta alta [...]. Un error crucial de buena parte de la nueva
normalmente que funcionen bien [...] y, en los casos de que
Economía del desarrollo ha sido el suponer que la teoría eco-
no lo hagan, buscas soluciones de mercado y de precios para
nómica convencional resulta inadecuada para analizar el com-
corregirlos (e. g., impuestos y subsidios).
portamiento económico en países de bajos ingresos.

En realidad, muchas de las críticas dirigidas por la Eco- Aunque sin duda existen muchos economistas neoclásicos
nomía neoclásica de los años ochenta (la denominada "con- del desarrollo cuya influencia es, por lo demás, notable, al
trarrevolución neoclásica") a los estudios anteriores sobre menos desde los años ochenta, lo cierto es que la verdadera
desarrollo se basaron en una recuperación de la racionalidad Economía del desarrollo, en sentido estricto, es, casi por defi-

20 21
Parte I. El desarrolloeconómico: Teoría y práctica Capítulo 1: La teoría económica del desarrollo: una aproximación

nición, un planteamiento anti-neoclásico. Si, como parece al ses ricos. Otro rasgo distintivo del subdesarrollo es que su
menos legítimo pensar, los países subdesarrollados tienen una progreso se enfrenta también a otro tipo de barreras pode-
estructura particular y, además, sustancialmente distinta de la rosas, como son las debidas al marco internacional: historia
de los países desarrollados, es imprescindible modificar el con- colonial, subordinación comercial y técnica, etc.
tenido del análisis económico convencional para estudiarlos. Ambos rasgos (institucional y económico) hacen que el cam-
Las diferencias entre desarrollo y subdesarrollo son de bio generado por las meras fuerzas del mercado no tenga como
carácter institucional, por un lado, y de tipo estrictamente resultado la pauta de desarrollo que se esperaría en economías
económico, por el otro. Los países subdesarrollados presen- más avanzadas y que todos los analistas desearían. Si esto es
tan rasgos institucionales peculiares, que hacen que sean socie- así, se hace necesaria, razonan los estructuralistas, la interven-
dades peculiares, al menos respecto de lo que habitualmen- ción del Estado. En ausencia de ésta, la libre competencia y el
te (y, a la vista de su peso demográfico, equivocadamente, libre comercio no hacen sino perpetuar el subdesarrollo.
como señaló Seers, 1963) se considera la situación normal La crítica de los economistas liberales (Little, 1982; Lal, 1983)
de los países desarrollados. Las instituciones principales (el a esa tesis consiste en achacar las dificultades del desarrollo a esa
Estado, los derechos de propiedad, los sistemas de explota- intervención del Estado. Lo que es remedio para la corriente estruc-
ción agraria, etc.) tienen reacciones lentas o son sencillamente turalista no es sino causa del fracaso económico, en opinión de la
disfuncionales, por lo que ejercen un freno al progreso. corriente neoclásica. Para Lal (1983 y 1985), que define la ED
Las corrientes actuales que, aplicando el análisis económi- (economía del desarrollo) como el dogma dirigista que se creó, por
co al estudio del marco institucional, insisten en la función influencia del keynesianismo, tras la Segunda Guerra Mundial,
determinante de las instituciones (Stiglitz, Olson, etc.) han
comenzado a tratar éstas de forma distinta a la que era habi- el declive de la Economía del desarrollo probablemente con-
tual hace treinta o cuarenta años. Éstas ya no son exógenas, tribuirá a mejorar la salud tanto de la Economía como de
las economías en desarrollo.
sino que son endógenas; no son contradictorias con el sistema
económico, sino que desempeñan una función explicable y útil,
y no muestran una escasa capacidad de ajuste, sino que res- 1.2. La teoría del desarrollo: ¿posibilidad o mito?
ponden rápidamente a unas circunstancias cambiantes. Hoy en día muchos de los partidarios del estructuralismo,
Con todo, incluso aceptar tales tesis no tiene por qué impli- como, por ejemplo, Taylor (1983 y ed., 1993), consideran
car el rechazo de la idea central de que, en los países subde- que, pese a que exista esa diferencia de naturaleza entre desa-
sarrollados, tales instituciones fracasan en su adaptación, por rrollo y subdesarrollo, ya no es posible contar con una teo-
reaccionar demasiado lentamente, y que pueden ser, en oca- ría general del subdesarrollo. A diferencia de la situación de
siones, rémoras para el progreso. los años cincuenta y sesenta, el Tercer Mundo actual es una
En lo que atañe a los aspectos económicos, en los países entidad extremadamente heterogénea.
pobres lo corriente, dicen los estructuralistas, es un funcio- Incluso veinte años después de terminada la Segunda Gue-
namiento defectuoso de los mecanismos del mercado, que rra Mundial, los países subdesarrollados tenían todos varios
presenta imperfecciones incluso más palpables que en los paí- aspectos en común:

22 23
Parte I. El desarrolloeconómico: Teoría y práctica Capítulo 1: La teoría económica del desarrollo: una aproximación

— Profundas carencias alimentarias (hambre) y amplias Cuadro 1.1


deficiencias sociales (pobreza y desigualdad). Crecimiento del PIB per cápita, de la industria y de la población
— Una escasa participación de la industria en el PIB en varias regiones del Tercer Mundo (1970-1994)
(subindustrialización).
— Un ritmo muy lento de crecimiento económico (estan-
camiento).
— Unas tasas muy altas de crecimiento demográfico, por
la caída de la mortalidad en condiciones de alta nata-
lidad (explosión demográfica).
— Un legado colonial importante, por el carácter recien-
te de la descolonización y de la independencia políti-
cas (retraso en la formación del Estado nacional), con
la excepción parcial de América Latina.

Desde, por lo menos, los años ochenta ha resultado evidente


que tales rasgos ya no son comunes a todos los países del Tercer
Mundo. Algunos han conseguido erradicar el hambre y la pobre- ASS: África subsahariana; AO: Asia oriental; AM: Asia meridional; OM y NA:
za, crecer de forma rápida y sostenida, culminar la transición Oriente medio y norte de África; ALC: América Latina y el Caribe; PÍA: Países de

demográfica y dejar atrás las consecuencias inmediatas del colo- ingreso alto; sd: sin datos.
Fuente: Banco Mundial.
nialismo. De hecho, la única región del Tercer Mundo que pre-
senta hoy los rasgos que hace cuarenta años eran comunes a todos
sus integrantes es la del África subsahariana, compuesta funda- dada la homogeneidad del Tercer Mundo, era perfectamente
mentalmente por países que se denominan menos adelantados. legítimo pretender construir una teoría para todo el conjunto
El cuadro 1.1 pone de manifiesto la extrema heteroge- de países pobres, parecida a la macroeconomía post-keyne-
neidad del Tercer Mundo. siana que dominó el pensamiento económico en los países desa-
Esas crecientes diferencias entre países del Tercer Mundo, rrollados entre 1950 y 1975. Hoy, la macroeconomía estruc-
junto con cierta falta de adecuación de los contenidos iniciales turalista del desarrollo insiste con razón en que las deficiencias
de la TED a la situación de los países subdesarrollados, han estructurales varían entre países del Tercer Mundo y que, por
hecho perder generalidad a la Economía del desarrollo. lo tanto, los remedios de política económica deben adaptarse
Esto ha tenido consecuencias positivas y negativas. Empe- a las condiciones específicas de cada uno de ellos o, todo lo
zando por las segundas, hoy parece obvio que ya no es posi- más, de cada conjunto homogéneo de países pobres.
ble, ni tampoco deseable, una teoría general del subdesarrollo Son ilusorias, por tanto, las pretensiones de mantener viva la
como la que crearon los llamados "pioneros" de la disciplina generalidad de la teoría del desarrollo. Tal cosa no quiere decir,
en los años cuarenta y cincuenta. Se pensaba entonces que, claro está, que no sea posible crear teorías parciales, bien para

24 25
Parte I. El desarrolloeconómico: Teoría y práctica

problemas comunes a muchos países pobres (población, ali-


mentación, pobreza, urbanización, etc.), bien para grupos de paí-
ses similares (los de África central o los del noreste de Asia, por
ejemplo). En palabras de dos destacados especialistas británicos,

no resulta apropiada ninguna teoría general del desarrollo (com-


parable a la teoría macroeconómica post-keynesiana creada
para los países industriales) y no es deseable analizar y explicar
el proceso de desarrollo con cualquier teoría económica gene-
ralizable. Hay que tener cuidado, sin embargo, en no exagerar
la falta de utilidad de la teoría del desarrollo. Muy al contrario,
se convendrá que es posible identificar algunos problemas comu-
Éxitos y fracasos
nes a muchos países pobres y desarrollar teorías parciales para
analizarlos o, alternativamente, para identificar grupos de paí-
del desarrollo
ses con problemas básicamente similares y construir teorías para
cada uno de esos grupos (Colman y Nixson, 1994: 26). en el Tercer Mundo
Esa pérdida de generalidad (no por inevitable menos desgra-
ciada para el alcance teórico de la TED) se ha visto parcialmen- 2.1. Los éxitos del desarrollo: el progreso general
te compensada por una mayor profundidad. En particular, los y los nuevos países industriales
economistas del desarrollo, gracias a la mayor disponibilidad de
estadísticas, al empleo de la informática y a una mejor formación La evolución económica del Tercer Mundo en el último medio
intelectual, se adentran hoy en terrenos inexplorados y promete- siglo ha presentado, como es natural, luces y sombras. No obs-
dores: el estudio, usando técnicas cuantitativas, de problemas tante, a la vista de lo acontecido, no es exagerado afirmar que
prácticos, incluidos algunos de los rasgos de subdesarrollo que el balance ha sido globalmente positivo, con importantes mati-
se están generando en los países ricos (desempleo, marginación, zaciones que se expondrán en el apartado siguiente.
bolsas de pobreza, exclusión social); o el análisis comparado.
Desde 1950 el crecimiento económico del Tercer Mundo,
En suma, si bien es verdad que la creciente heterogenei- medido por el incremento de su renta per cápita, ha sido razo-
dad del Tercer Mundo ha hecho inútiles las pretensiones de nablemente alto, si bien, como se verá más adelante, escon-
generalidad abstracta de los análisis de los primeros econo-
de amplias dispersiones regionales. Además, el cambio estruc-
mistas del desarrollo, no es menos cierto que la reflexión teó-
tural ha sido intenso. El nivel y la calidad de vida de su
rica, aunque parcial, sigue siendo hoy no sólo posible sino
población -el aumento de los cuales es el objetivo último del
necesaria y que se han hecho progresos sustanciales que indi-
desarrollo- han mejorado también sustancialmente.
can que la TED sigue siendo importante desde el punto de
En lo que se refiere al crecimiento, la tasa de incremento
vista práctico, así como intelectualmente pertinente.
anual medio del PIB por habitante en el período 1950-1990

26 27
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

ha sido de aproximadamente el 2,7%, un porcentaje que care- al crecer del 13% al 27%. El peso de las manufacturas en las
ce de precedente histórico. Durante el siglo XIX, los países exportaciones totales ha aumentado de un escaso 2 1 % en 1965
que hoy llamamos desarrollados vieron crecer su renta per a un notable 52% en 1986, primer año en el que el Tercer
cápita a una tasa media anual del 1,2-1,5%. Entre 1890 y Mundo exportó más productos manufacturados que bienes
1950, la expansión de los países pobres fue bastante inferior primarios. Urbanización, industrialización, creciente forma-
(0,5%) a ese 2,7%. Además, en el periodo 1950-1990 el Ter- ción de capital y diversificación sectorial de las exportaciones
cer Mundo creció, en términos medios, más que los países han constituido por tanto fenómenos de gran relieve.
desarrollados, con la única excepción de los años ochenta (y
primeros noventa), como puede verse en el cuadro 2.1.
Cuadro 2.2
Tasas de crecimiento anual medio del PNB per cápita por dece-
Cuadro 2.1 nios y regiones del Tercer Mundo (1950-1990)
Tasas de crecimiento anual medio del PNB per cápita
en el Tercer Mundo y en los países desarrollados, (1950-1994)

Fuente: Banco Mundial.


Fuentes: Morawetz, 1977, cuadro Al, y Banco Mundial.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que esa expansión


general más que aceptable se ha distribuido de manera muy El tercer aspecto (nivel y calidad de vida de la población)
desigual entre regiones. Asia oriental ha progresado mucho merece una atención más detenida. Los principales indicado-
más que el resto, mientras que el África subsahariana ape- res sociales (de longevidad, alimentación, alfabetización, edu-
nas ha crecido, al menos desde 1960 (cuadro 2.2). cación y salud) muestran todos una evolución favorable. Todas
La transformación estructural del conjunto del Tercer Mun- las cifras siguientes proceden de los Informes sobre el desa-
do ha sido notable. La proporción de la población urbana con rrollo mundial, del Banco Mundial, de los Informes sobre de-
respecto a la población total ha pasado del 20% en 1950 al sarrollo humano, del PNUD, y para años anteriores a 1960,
22% en 1960 y al 39% en 1994. El peso de la industria en el de Morawetz (1977), Patel (1992) y Rock (1993).
PIB se ha incrementado del 24% en 1960 al 36% en 1994. La La esperanza de vida al nacer (el promedio de años que una
tasa de inversión (inversión/PIB) se ha duplicado desde 1960, persona puede esperar vivir si se mantienen las tasas prevale-

28 29
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

cientes de mortalidad por edades) ha aumentado de 42 años cubierto entre 1960 y 1990 una distancia tan grande como la
en 1950 a 64 años en 1994, un incremento de 22 años que los que recorrieron los países desarrollados en un siglo.
países desarrollados tardaron más de un siglo en conseguir. Tales progresos han sido aún más impresionantes si se tie-
La tasa de mortalidad infantil (número de niños que mue- nen en cuenta los enormes obstáculos que los países del Ter-
ren antes de cumplir un año de edad por cada 1.000 nacidos cer Mundo han tenido que sortear en el último medio siglo
vivos en un año dado) ha disminuido de 200 en 1950 a 58 (Singer, 1992):
en 1994. La tasa de mortalidad en la niñez (número de niños
que mueren antes de cumplir 5 años por cada 1.000 nacidos — En los años cincuenta, la caída de la relación real de
vivos en un año dado) también se ha reducido, aunque de intercambio (precios de exportación/precios de impor-
forma menos espectacular: 280 en 1950 y 100 en 1990. tación) para los exportadores de productos primarios,
El suministro diario de calorías por habitante ha pasado que se redujo en una cuarta parte entre 1951 y 1964.
de 2.149 en 1965 (90% de las necesidades) a casi 2.600 en — En los años sesenta, los errores en el diseño y la apli-
1994 (110% de las mismas). cación de estrategias de desarrollo (pesimismo expor-
La tasa de analfabetismo de adultos (porcentaje de la tador en el sector industrial, desatención a la agricul-
población de más de 15 años que no puede leer ni escribir, tura, monedas sobrevaloradas, etc.).
con la debida comprensión, un relato sencillo sobre su vida — En los años setenta, las dos crisis del petróleo (1973-
cotidiana) se ha reducido del 67% en 1950 al 29% en 1994. 1974 y 1979-1980) y la recesión de los países ricos.
La tasa combinada de matriculación en la enseñanza pri- — En los años ochenta, las perturbaciones externas comer-
maria, secundaria y terciaria (porcentaje escolarizado de la ciales (recesión y proteccionismo en sus mercados prin-
población entre 6 y 23 años) se ha multiplicado por 1,5 desde cipales) y monetarias (en 1980-1985, incremento de los
1960, hasta alcanzar el 50% en 1992. Especialmente notable tipos de interés y de la cotización del dólar, reducción de
ha sido el incremento de las tasas de matriculación en la ense- los préstamos bancarios internacionales, etc., y poste-
ñanza primaria y secundaria (que pasaron, del 79% al 104% riormente el escaso crecimiento de la ayuda oficial al
y de un 24% a un 6 1 % entre 1960 y 1990 respectivamente). desarrollo), así como el cambio en las políticas de los
Sin embargo, la tasa de matriculación en la enseñanza univer- principales organismos económicos internacionales.
sitaria apenas ha crecido (de 6 a 7% entre esos dos años).
El informe del PNUD de 1995 concluye que el Tercer Mun- En tal contexto, agudizado durante la crisis de la deuda lati-
do tiene hoy un grado de desarrollo humano superior al que noamericana, el decenio perdido del desarrollo en amplias zonas
le correspondería por su ingreso per cápita. Con sólo un 6% del Tercer Mundo en los años ochenta y el desastre del África sub-
del PNB por habitante de los países ricos, los países en desa- sahariana desde los años setenta, el progreso general de los indi-
rrollo tienen una esperanza de vida al nacer equivalente al 85% cadores sociales del Tercer Mundo es todavía más destacable.
de la de éstos, y un suministro diario de calorías y una tasa de Con todo, la brecha entre los países pobres y los ricos en
alfabetización de adultos de un 8 1 % del nivel de los países esos indicadores sigue siendo enorme, como puede verse en
desarrollados. Según ese informe, el mundo en desarrollo ha el cuadro 2.3.

30 31
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

Cuadro 2.3 cuatro pequeños "dragones" de Asia oriental (Corea del Sur,
La brecha social entre el Tercer Mundo y los países desarrollados Taiwán, Hong Kong y Singapur) y los dos mayores países de
en los años noventa América Latina (Brasil y México).
Los NPI disponen de un PNB per cápita notablemente más
alto que la media del Tercer Mundo (especialmente en el caso
de las ciudades-estado de Singapur y Hong Kong), han regis-
trado un crecimiento espectacular, al menos en el caso de los
"dragones" asiáticos, y conjuntamente efectúan nada menos
que un 1 3 % de las exportaciones mundiales, más que los
EE UU, la primera potencia comercial del planeta (11,6% en
1995). Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las cifras
de exportaciones correspondientes a Hong Kong y Singapur
incluyen una proporción considerable de re-exportaciones,
PNBpc: producto nacional bruto per cápita (en dólares corrientes); esto es, de bienes que tienen su origen en China, por un lado,
EVN: esperanza de vida al nacer (años); TAA: tasa de analfabetismo y en Malasia e Indonesia, por otro.
de adultos (en porcentaje); CD: crecimiento demográfico (en porcen- Los "dragones" asiáticos, junto con Brasil y México, pese
taje); TMI: tasa de mortalidad infantil (en tantos por mil); TMCEPST: a que estos últimos tengan un menor grado de desarrollo, tie-
tasa de matriculación combinada en la enseñanza primaria, secunda- nen una economía integrada y diversificada, unos altos coe-
ria y terciaria (en porcentaje del grupo de edad 6-23 años); TFT: tasa ficientes de comercio exterior, unas exportaciones que abar-
de fecundidad total (número de hijos por mujer en edad de procrear). can una amplia gama de productos industriales (Corea del
Fuentes: Banco Mundial y PNUD.
Sur exporta desde artículos de confección hasta automóviles
y semiconductores, pasando por barcos y acero), un merca-
Otro claro éxito del desarrollo económico en el Tercer Mun- do interior relativamente grande y unas tasas de ahorro muy
do ha sido el de los nuevos países industriales, un puñado de nacio- altas, así como unos indicadores sociales muy superiores a
nes que han experimentado un desarrollo exitoso, especialmente la media del Tercer Mundo y, en el caso de algunos "drago-
en el caso de los cuatro "pequeños dragones" de Asia oriental. nes", mayores incluso que los países de menor desarrollo de
Los nuevos países industriales (NPI) son un reducido gru- Europa occidental (Grecia o Portugal).
po de estados y territorios del Tercer Mundo que han regis- El extraordinario auge de los cuatro "dragones" asiáticos
trado en los últimos treinta años un crecimiento económico ha sido inesperado y sorprendente. Los economistas del desa-
muy rápido, especialmente en el sector secundario, y que se rrollo de los años cincuenta pensaban que el crecimiento eco-
han convertido en exportadores preeminentes, en particular nómico de América Latina y el sur de Asia sería bastante más
de productos manufacturados. rápido que el de las entonces pobres y superpobladas nacio-
Según la clasificación de la OCDE, los NPI (también nes de Asia oriental. Además, causa sorpresa que el creci-
miento más alto de todo el Tercer Mundo se haya registra-
denominados nuevas economías industriales, NEI) son los

32 33
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

do en países carentes de recursos naturales y energéticos, con correcta gestión macroeconómica) que explican ese, sin duda
una escasa proporción de tierra cultivable (apenas el 25% en extraordinario, crecimiento, y porque la intervención del Esta-
Corea del Sur y Taiwán), que en los años cincuenta se con- do en la actividad productiva ha sido al menos tan importan-
taban entre las naciones más pobres del planeta (el PNB per te como lo fue en Japón en los años sesenta y setenta.
cápita de Taiwán en 1950 era inferior al de Angola) y cuyas Muy distinto es el caso de Brasil y México. Esas econo-
economías, muy orientadas a la exportación y muy depen- mías latinoamericanas adoptaron una senda de desarrollo
dientes de las importaciones de petróleo, eran potencialmente que consistió en prolongar y profundizar la industrialización
muy sensibles a las perturbaciones comerciales y energéticas por sustitución de importaciones (ISI), en vez de intercalar
externas de los años setenta y ochenta. entre la ISI primaria y la ISI secundaria una fase de orienta-
Entre los factores del desarrollo de Corea del Sur y Tai- ción a la exportación, como hicieron Corea o Taiwán. Ade-
wán, los más citados por los especialistas son: más, una vez que, forzados por la necesidad de obtener divi-
sas para financiar las importaciones y para hacer frente a la
— Una agricultura dinámica, que contribuyó mucho a la deuda externa, México y Brasil empezaron a exportar masi-
expansión industrial, gracias fundamentalmente a la vamente manufacturas en los últimos años sesenta, no con-
ambiciosa reforma agraria puesta en práctica en los templaron al sector exportador, a diferencia de los "drago-
años cincuenta y a una buena articulación entre los nes", como una palanca dinámica para diversificar el tejido
sectores primario y secundario. industrial. Por añadidura, el peso relativo de la inversión
— Una amplia disponibilidad de capital extranjero en los directa extranjera ha sido bastante mayor en América Lati-
años cincuenta y sesenta, bajo la forma de la ayuda na que en Corea o Taiwán, razón que, entre muchas otras,
estadounidense prestada a unos países situados en la explica que el subcontinente americano carezca de empresas
frontera exterior de la guerra fría. manufactureras capaces de competir en el mercado mundial
— Unas altísimas tasas de ahorro y de inversión, por cau- e incluso de invertir en el extranjero, como han hecho los
sa de factores culturales, económicos y sociales. "dragones" en los años ochenta y noventa.
— Un escaso recurso a la inversión directa extranjera, lo Otras diferencias importantes entre los NPI latinoameri-
que evitó la desnacionalización de la industria y per- canos y los "dragones" atañen a la agricultura (no ha habi-
mitió crear grandes conglomerados empresariales loca- do una reforma agraria distributiva en América Latina), a la
les, como los chaebol en Corea del Sur. política tecnológica (menor eficacia en la importación y el
— Un Estado fuertemente intervencionista en el sistema aprendizaje de técnicas extranjeras de producción), a la inci-
financiero, la actividad exportadora y la política indus- dencia de la perturbación monetaria externa de los primeros
trial. años ochenta (el aumento de la cotización del dólar y de los
tipos de interés en 1979-1985 afectó más a América Latina,
La experiencia de los "dragones" no es pues la de un mila- por su mayor grado de endeudamiento externo), al uso de
gro económico liberal, como afirman los economistas neoclá- los préstamos exteriores (para financiar importaciones, con-
sicos, por cuanto hay razones identificables (y distintas de una sumo improductivo o la propia deuda en América Latina;

34 35
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

para fomentar las exportaciones y la sustitución de impor- — 1.000 millones de seres humanos padecen hambre.
taciones en los "dragones") y a las políticas de ajuste y libe- — Una cuarta parte de la población mundial no ingiere
ralización en los años ochenta (restrictivas y rápidas en Amé- alimentos suficientes.
rica Latina; menos contractivas y más graduales en Asia — 300 millones de niños no asisten a la escuela.
oriental), entre otros aspectos. — Existen 1.000 millones de personas analfabetas, de las
Pese a esas diferencias y a la divergencia en las pautas de que más de 600 millones son mujeres.
industrialización respecto de Corea o Taiwán, Brasil y Méxi- — Hay 1.300 millones de personas que viven por deba-
co han conseguido, gracias fundamentalmente a su larga tra- jo del umbral de pobreza absoluta.
dición manufacturera, a su amplio mercado interior y a su — Existen al menos 180 millones de niños pequeños en
abundante disponibilidad de recursos en capital humano, tie- estado de desnutrición aguda.
rra cultivable y recursos naturales, crecer a unas tasas eleva-
das hasta los años ochenta, cuando el decenio perdido del Esas tristes realidades, que parecen inconcebibles a fina-
desarrollo provocó una caída en la renta per cápita real. La les del siglo XX, demuestran claramente que el progreso gene-
diferencia entre el crecimiento de los NPI latinoamericanos ral del Tercer Mundo ha dejado en el camino a centenares de
y los asiáticos se hizo muy importante desde 1980. millones de personas desheredadas.
Por añadidura, la brecha entre los países ricos y los pobres
no sólo es enorme sino que, lejos de disminuir, ha crecido en los
2.2. Los fracasos del desarrollo: la persistencia últimos años. El PNUD ha estimado el cociente entre la parte de
del subdesarrollo y los países menos adelantados la renta mundial en manos del 20% de la población mundial
que vive en los países ricos y la proporción de esa renta en manos
El reverso de la moneda es la persistencia del subdesa- del 20% más pobre ha pasado del 30% en 1960 al 60% en 1990.
rrollo en el mundo actual. Las mejoras en esperanza de vida Según el Banco Mundial, los 850 millones de personas que
al nacer, tasas de mortalidad infantil, erradicación o reduc- viven en los 24 países de ingresos altos (incluidos algunos que
ción sustancial de enfermedades (viruela, sarampión, polio- pertenecen en realidad al Tercer Mundo, como Kuwait, Hong
mielitis, etc.) o acceso de la población a agua potable o ser- Kong, Singapur o los Emiratos Árabes Unidos) generan un PIB
vicios de salud han coexistido con lo que el PNUD llama las de 20,1 billones de dólares, mientras que al resto de la pobla-
privaciones del desarrollo humano: ción mundial (4.750 millones de personas) corresponde una
cifra de 5,3 billones de dólares. En suma, los países desarro-
— 14 millones de niños mueren anualmente antes de cum- llados, con una quinta parte de la población mundial, generan
plir los 5 años por hambre o enfermedades erradi- el 84% de la renta mundial, mientras las cuatro quintas par-
cables. tes restantes apenas disponen del 16% de la renta mundial.
— 1.300 millones de personas no tienen acceso fácil a El desarrollo económico en el Tercer Mundo ha fracasado
agua potable. claramente también en al menos tres aspectos particulares: dis-
— 1.500 millones carecen de servicios adecuados de salud. tribución de la renta, oportunidades de empleo y pobreza.

36 37
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

Aunque disponer de cifras fiables para tales fenómenos es Los PMA son el grupo de naciones más pobres del pla-
prácticamente imposible, la mayoría de los analistas coinci- neta y constituyen lo que podría llamarse el "cuarto mun-
de en señalar lo siguiente: do" de la economía mundial y el reverso más claro de los
NPI en la economía mundial. Esa categoría de países subde-
— La distribución de la renta se ha hecho más desigual sarrollados fue creada en 1971 por las Naciones Unidas.
en el Tercer Mundo en los últimos treinta años. Por Había entonces 22 PMA, cifra que ha pasado a 48 en 1995.
citar sólo un ejemplo, el coeficiente de Gini, un indi- Los PMA son, en su conjunto, países cuya brecha respec-
cador que mide la dispersión respecto de una situa- to de los países desarrollados ha aumentado en los últimos
ción ideal de equidad perfecta, pasó de 0,544 en 1960 25 años y en los que se ha registrado, salvo escasas excep-
a 0,602 en 1980 para el conjunto de los países del Ter- ciones, una degradación en términos absolutos de la situa-
cer Mundo. A título de comparación, ese coeficiente ción económica y social.
se ha mantenido constante en torno a 0,3-0,4 en los Se caracterizan por los rasgos siguientes:
países desarrollados durante ese mismo período.
— El crecimiento del empleo ha sido sustancialmente infe- — Pobreza extrema: su PNB per cápita era inferior a 750
rior al de la población total y sobre todo urbana y al dólares en 1993, menos de una sexta parte de la media
de la producción general y manufacturera. Todo pare- mundial, con sus corolarios de altas tasas de mortali-
ce indicar que el desempleo, y también el subempleo, dad infantil, baja esperanza de vida al nacer y escaso
se han incrementado en los últimos decenios en los suministro diario de calorías.
países pobres. Por ejemplo, entre 1960 y 1992 la pobla- — Alta incidencia del analfabetismo: la tasa de alfabeti-
ción urbana en los países del Tercer Mundo ha creci- zación de adultos apenas supera el 40%, frente al 65%
do a una tasa media anual de 3,8% mientras que el registrado en la media de todos los países del Tercer
empleo industrial lo ha hecho a una tasa media de alre- Mundo.
dedor del 2%. — Baja proporción del sector manufacturero en el PIB: un
— El número absoluto de personas que viven por debajo 10% de media, frente a más del 20% en la media del
del umbral de pobreza absoluta ha aumentado de unos Tercer Mundo y el 25% en los países desarrollados.
700 millones en 1976 a 1.125 millones en 1985 y a 1.300
millones en 1992, sin que su reducción en términos rela- Además de la pobreza extrema, el analfabetismo y la subin-
tivos (en porcentaje de la población total del Tercer Mun- dustrialización, los PMA reúnen otros rasgos comunes: baja
do ha pasado del 3 8 % al 3 3 % y al 30%, respectiva- tasa de inversión y todavía menor tasa de ahorro, monoex-
mente) haya sido ni suficiente ni motivo de consuelo. portación primaria (concentración de las exportaciones en
una gama muy estrecha de bienes agrícolas o minerales), caí-
En otro orden de cosas, los últimos decenios han sido tes- da de la producción agrícola y de alimentos per cápita, peque-
tigos de la aparición de un grupo de países muy pobres, los ña y decreciente participación en el comercio mundial, depen-
denominados países menos adelantados (PMA). dencia extrema de la importación de manufacturas y alimentos,

38 39
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica Capítulo 2: Éxitos y fracasos del desarrollo en el Tercer Mundo

alto crecimiento demográfico, bajo grado de urbanización, dólar en el primer lustro de los años ochenta, bajos precios
bajo consumo de energía per cápita, economía desarticulada de las materias primas exportadas, recesión en las economías
y poco diversificada, mercado interior muy restringido, falta desarrolladas a principios de los noventa, etc.).
de servicios de educación y sanidad, etc. En el caso del África subsahariana, donde se concentra el
Por si esto fuese poco, se trata de países con un medio grueso de los PMA, la renta per cápita disminuyó un 15% entre
ambiente frágil (sequías, desertización, deforestación...), que 1980 y 1992, ya que la producción creció notablemente menos
sufren algún inconveniente geográfico y climático (insularidad, que la población. La incidencia de las perturbaciones externas
enclave, alejamiento...) y que están muy expuestos a catástro- (energéticas, comerciales y monetarias) de los años ochenta y
fes naturales (ciclones, inundaciones, terremotos...). la recesión posterior en los países desarrollados, a cuyos mer-
Al estar marginados de las corrientes financieras y comer- cados se dirige la mayor parte de sus exportaciones de pro-
ciales internacionales (reciben muy poca inversión extranje- ductos primarios, provocaron una fuerte caída de la renta per
ra directa y efectúan conjuntamente apenas un 1% del comer- cápita en la primera mitad de los años ochenta y noventa. Ade-
cio mundial), su supervivencia depende en gran medida de más, África meridional sufrió una severa sequía en 1992.
la ayuda extranjera, especialmente alimentaria y de emer- Algunos factores adicionales de tan desfavorable evolu-
gencia. ción son los siguientes:
Los 48 PMA tienen una población conjunta que ronda los
560 millones de habitantes. Con más de una décima parte de — Insuficiencia y falta de adecuación de la ayuda extran-
la población mundial, realizan apenas el 0,4% del PIB mun- jera, junto con la negativa a propiciar, por parte de los
dial. Los PMA eran en 1995 los siguientes: Afganistán, Ango- países acreedores, una reducción sustancial de la deu-
la, Bangladesh, Benin, Bhután, Burkina Faso, Burundi, Cabo da externa.
Verde, Camboya, Chad, Comoras, Djibouti, Eritrea, Etiopía, — Caída de la relación real de intercambio (cociente entre
Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Haití, Islas los precios de las exportaciones de productos primarios
Salomón, Kiribati, Lesotho, Liberia, Madagascar, Malawi, Mal- y los precios de las importaciones de manufacturas), que
divas, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Nepal, Níger, disminuyó el 40% entre 1981y 1991 (frente al descen-
República Centroafricana, República Democrática Popular de so del 15% en el conjunto del Tercer Mundo).
Lao, República Unida de Tanzania, Rwanda, Samoa, Santo — Creciente marginación del comercio mundial: entre
Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Togo, Tuvalu, 1980 y 1990, la participación del África subsahariana
Uganda, Vanuatu, Yemen, Zaire y Zambia. en las exportaciones mundiales cayó del 2,4% al 1,1%,
La situación de los PMA ha empeorado en los años ochen- y su peso en las exportaciones del Tercer Mundo pasó
ta y primeros noventa, a causa de unas políticas económicas del 10% al 5%.
poco adaptadas (énfasis excesivo en el ajuste, que es una con- — Incidencia desigual y limitada de los programas de ajus-
dición necesaria pero no suficiente para el crecimiento), de te estructural del Banco Mundial: escaso impacto en el
una ayuda exterior insuficiente y de un marco internacional crecimiento, incapacidad para promover la diversifi-
desfavorable (altos tipos de interés y elevada cotización del cación de las exportaciones, caída de la tasa de inver-

41
40
Parte I. El desarrollo económico: teoría y práctica

sión, nula expansión de la tasa de ahorro, manteni-


miento de las tensiones inflacionistas, etc. Por ejemplo,
los países que han tenido más éxito en el ajuste (Gam-
bia, Ghana, Nigeria, Tanzania o Zimbabwe) han con-
seguido una tasa de crecimiento de la renta per cápita
de apenas el 1%, con lo que la duplicación de ese indi-
cador se haría cada 70 años (10 años en Corea del Sur
o Taiwán).

Algunos de los inconvenientes de los programas de ajus- Parte II


te en el África subsahariana han sido los siguientes: muy esca-
sa mejora del ritmo de crecimiento en los países con mejor
ajuste, incidencia negativa en ese indicador en el resto de la Antecedentes de la teoría
región, caída significativa de la tasa de inversión (por la incer-
tidumbre política, el encarecimiento de las importaciones de económica del desarrollo
inputs a causa de la devaluación y los altos tipos de interés),
fuerte reducción de la inversión pública, rápida e indiscri-
minada liberalización de las importaciones (con efectos noci-
vos en las finanzas públicas y en la producción de bienes agrí-
colas elaborados), aumento, en algunos casos (Zambia o
Zimbabwe), de la pobreza y el desempleo, etc.

42
La tradición clásica:
el origen

Los economistas clásicos del siglo XVIII y principios del


XIX se preocuparon por el análisis del crecimiento a largo
plazo: sus causas, consecuencias y perspectivas. Ese interés
desaparecería en las corrientes inmediatamente posteriores
del pensamiento económico: el "paréntesis" neoclásico (1870-
1936) desplazó el interés hacia las cuestiones de equilibrio;
incluso el keynesianismo inicial (1936-1950) se preocupó
sólo por la inestabilidad a corto plazo de las economías ya
desarrolladas. En palabras de Arthur Lewis:

Desde el punto de vista de los países que cuentan con exce-


dentes de trabajo, el keynesianismo no es más que una nota
a pie de página al neoclasicismo, aunque se trate de una nota
extensa, importante y fascinadora. Por tanto, el estudioso
de dichas economías tiene que retroceder hasta los econo-
mistas clásicos antes de encontrar un marco analítico en el

45
Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 3: La tradición clásica: el origen

que pueda ajustar de un modo relevante sus propios pro- con las disposiciones institucionales que regulan la competen-
blemas (en Agarwala y Singh, eds., 1958, trad. esp., 334). cia interior e internacional, determina el tamaño del merca-
do), el grado de división social del trabajo y el aumento de los
Además, los economistas clásicos (Smith, Malthus o Ricar- salarios, que permiten un crecimiento de la renta nacional (por
do) abordaron también, aunque de manera tangencial, las incremento demográfico y de la renta per cápita) y de la ofer-
perspectivas de lo que entonces se denominaban áreas atra- ta de mano de obra.
sadas, esto es, las colonias. La interdependencia campo-ciudades es el elemento esen-
No es exagerado, por tanto, afirmar, que las raíces de la cial de la primera fase del crecimiento económico. La divi-
teoría moderna del desarrollo económico se encuentran en sión del trabajo agrícola y la mejora en las técnicas agronó-
la gran tradición clásica de los siglos XVIII y XIX (Lewis, 1988). micas generan un excedente agrario que se transfiere a las
ciudades, creando un mercado en las urbes. Además, parte
de ese excedente es empleado por los núcleos urbanos en el
3.1. La acumulación de capital intercambio por productos de importación (hoy llamaríamos
de entrepót a esa función) y, posteriormente, en el reempla-
Para los clásicos, es la acumulación de capital (la rein- zo de las compras al exterior por producción local (que hoy
versión del excedente) el motor principal del crecimiento eco- denominaríamos "sustitución de importaciones").
nómico y, por tanto, de la riqueza de las naciones. En una segunda fase de ese orden del crecimiento econó-
Adam Smith (1723-1790) consideraba que el crecimiento mico, surgen las tendencias hacia el estancamiento de la pro-
demográfico, la expansión geográfica internacional y la deman- ducción, que es inevitable a largo plazo.
da de la agricultura desembocaban en una ampliación del mer- Cuando las existencias de capital alcanzan un máximo,
cado. Tal extensión, a su vez, fomentaba la división del tra- disminuyen las oportunidades de inversión rentable y se inten-
bajo, lo que repercutía en un aumento de la productividad de sifica la competencia entre capitalistas por mercados y mano
la mano de obra. La especialización conllevaba mayor des- de obra, lo que hace descender la tasa de beneficios hasta su
treza de cada obrero, ahorro del tiempo perdido cuando los nivel mínimo, que corresponde a la prima por el riesgo. En
operarios debían pasar de una tarea a otra, así como inven- tal situación, dice Smith, la acumulación de capital se deten-
ción de maquinaria para facilitar y abreviar el trabajo y capa- drá, el crecimiento demográfico se parará y se alcanzará el
citar a un hombre a hacer la labor de muchos. estado estacionario.
El aumento de la productividad laboral, junto con el incre- Para Smith, por tanto, si se cumplen determinadas exi-
mento de la inversión (al transformarse el ahorro en inver- gencias institucionales (intervención del Estado limitada a
sión de manera automática), desembocaba en un aumento justicia, defensa, orden público y determinadas obras públi-
de la producción total y por habitante. cas; libre comercio internacional), el crecimiento es autosos-
El factor principal del crecimiento es pues la acumulación tenido. La inversión permite ampliar el mercado, fomenta la
de capital, de la que dependen la ampliación del mercado (la división del trabajo y hace crecer la productividad laboral. A
cantidad de capital existente, que Smith llamaba stock, junto su vez, ese crecimiento garantiza un aumento de los salarios

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 3: La tradición clásica: el origen

y de la demanda de bienes de consumo y de los beneficios y, David Ricardo (1772-1823) también se interesó por las
por tanto, de la acumulación de capital. consecuencias a largo plazo del crecimiento económico. Mos-
Ese crecimiento, sin embargo, está sujeto no sólo a los requi- tró más interés que Smith por la distribución, que conside-
sitos institucionales mencionados anteriormente, sino también raba un factor principal de la acumulación y, por tanto, del
a una serie de límites (suelo, clima, situación respecto de otros desarrollo. Entendía que el crecimiento generaba aumento
países) que hacen que no sea indefinido: los rendimientos decre- de la demanda de trabajo e incremento de los salarios, de la
cientes de la tierra y de los esfuerzos por abrir mercados exte- población y de la demanda de alimentos. Puesto que creía
riores contribuyen, junto con la sobreacumulación de capital, que los rendimientos de la tierra eran decrecientes, la pues-
a que se alcance el estado estacionario. ta en cultivo de tierras marginales haría aumentar el coste
Thomas R. Malthus (1766-1834) compartía con Smith ese medio y marginal de los productos agrícolas (hoy diríamos
análisis clásico del crecimiento, pero insistió más que éste en que se registraría un descenso de la productividad marginal
las consecuencias del progreso. El crecimiento económico hace del capital y del trabajo en la agricultura). Aumentarían los
aumentar la demanda de mano de obra, lo que incrementa los precios de los alimentos, y, habida cuenta de que el salario
salarios. El aumento del nivel de vida de los trabajadores hace de subsistencia era inflexible a la baja, crecería la proporción
crecer la población, vía incremento de la tasa de natalidad y de los salarios en la renta nacional y descendería la de los
descenso de la tasa de mortalidad infantil. Como la población, beneficios. Simultáneamente, el incremento de los precios de
a juicio de Malthus, crece mucho más deprisa que los recur- los productos agrícolas haría aumentar la renta de la tierra
sos alimenticios, se genera una situación de escasez de ali- y se produciría una redistribución de la renta nacional en
mentos. Por otra parte, el aumento de la población desembo- favor de los terratenientes, lo que haría también caer la inver-
ca en un incremento de la oferta laboral, lo que hace descender sión productiva. El resultado sería, al igual que en el análi-
los salarios. El resultado es una combinación de escasez gene- sis de Smith y Malthus, un estado estacionario. La llegada
ralizada y de miseria masiva, que disminuye el crecimiento de éste, sin embargo, se podría ver contrarrestada por:
demográfico y genera insuficiencia de mano de obra, con lo
que aumentan los salarios y se reproduce el proceso. — La generación y la aplicación de innovaciones técni-
A diferencia de Smith, Malthus insistió en la importancia cas en la agricultura y la industria.
de la demanda, como reconocería el propio Keynes a princi- — La libre importación de alimentos, junto con el apro-
pios del siglo XX, aunque consideró que los factores esen- vechamiento de otros aspectos de la ventaja compa-
ciales del crecimiento se encuentran en el lado de la oferta: rativa en el comercio internacional.
formación de capital, calidad de la tierra e invenciones aho- — El menor crecimiento de la población.
rradoras de trabajo.
Malthus era, por tanto, fundamentalmente pesimista, ya El círculo vicioso ricardiano (la secuencia aumento de la pobla-
que pensaba que los frenos al crecimiento excesivo de la ción-puesta en cultivo de tierras cada vez menos fértiles-creci-
población (única manera de evitar el estado estacionario) miento de los precios agrícolas-aumento de los salarios-cre-
serían difíciles de poner en marcha. cimiento de la población, con su corolario de reducción de los

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 3: La tradición clásica: el origen

beneficios) sólo podía romperse de dos maneras: con la libre (1833-1884). Esos autores desarrollaron ideas poco tratadas
importación de productos agrícolas, a un precio menor del cos- por Smith, Malthus o Ricardo, como la política económica, la
te de producción local, con objeto de contener el crecimiento de teoría de los precios y del dinero, los bancos, el comercio inter-
los salarios industriales, y con la rigidez de los salarios reales, nacional, el método en Economía, etc.
para evitar el perjudicial incremento de la población. En suma, la gran tradición clásica en Economía legó una
Ricardo fue, por tanto, consciente o inconscientemente el teoría dinámica del crecimiento y abordó el análisis económi-
ideólogo de la clase industrial capitalista, entonces en pleno co desde el lado de la oferta (con la excepción parcial de Mal-
auge por la Revolución Industrial y opuesta a los intereses thus). Tal enfoque contrasta especialmente con el de la poste-
de terratenientes y asalariados. rior corriente neoclásica (que en realidad tenía poco de clásica),
En su análisis, además, el aumento de los salarios es la más interesada por las cuestiones de equilibrio y de demanda.
única causa de la disminución de los beneficios y de la apa- Pese a todo, la Economía clásica tiene igualmente sus limi-
rición de las crisis. taciones en el mundo actual. Los clásicos exageraron los lími-
Para Ricardo, por consiguiente, la existencia de una tie- tes físicos (los recursos naturales) del crecimiento, subestima-
rra de calidad diversa y oferta fija hacía que los rendimien- ron las posibilidades de progreso técnico en la agricultura,
tos decrecientes de ésta resultasen más importantes que los consideraron que el crecimiento de la población no podría con-
rendimientos crecientes en las manufacturas, de manera que tenerse con políticas deliberadas, mostraron una confianza
el crecimiento económico general se haría progresivamente excesiva en el libre comercio internacional y en el progreso téc-
más lento. La distribución, además de la acumulación de capi- nico industrial, su análisis económico desde la oferta les con-
tal, desempeña una función central en ese proceso. dujo a infravalorar la importancia de la demanda, no estable-
La concepción ricardiana del desarrollo se refiere a un cieron distinción alguna entre ahorro planeado e inversión
proceso de acumulación autosostenida de capital, que sólo prevista, etc. En suma, los economistas clásicos contemplaron
se vería interrumpido a causa de la escasez de tierra dispo- el desarrollo como un proceso gradual, en situaciones de com-
nible. A diferencia de Malthus (y también de Marx), el ori- petencia perfecta, sobre la base de instituciones y actitudes
gen de la crisis en Ricardo no es la sobreproducción, sino los favorables ya existentes. En el mundo real, el desarrollo dista
rendimientos decrecientes de la tierra» mucho de ser armónico y acumulativo, se registra con impor-
Otros autores clásicos hicieron también aportaciones sus- tantes rigideces y desfases y, sobre todo, tarda mucho en gene-
tanciales (véase O'Brien, 1975). Jean-Baptiste Say (1767-1832) rar el caldo de cultivo necesario para su sostenimiento.
desarrolló la ley que lleva su nombre, en virtud de la cual la
oferta crea su propia demanda. James Mill (1773-1836) fue
uno de los principales seguidores de Ricardo. Su hijo John Stuart 3.2. Los economistas clásicos y la cuestión colonial
Mill (1806-1873) fue más smithiano. Otros economistas clási-
cos fueron John Ramsay McCulloch (1789-1864), Nassau Por lo general, los economistas clásicos eran partidarios
Senior (1790-1864), Robert Torrens (1780-1864), Tomas Coo- del colonialismo europeo en lo que entonces se denominaban
ke (1774-1858), J. E. Cairnes (1823-1875) y Henry Fawcett "áreas atrasadas". En lo que atañe a las colonias, pensaban que

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 3: La tradición clásica: el origen

el colonialismo occidental era necesario para promover la tran- colonias, menores que las ventajas del comercio de éstas con
sición al capitalismo y fomentar el desarrollo mediante el comer- la metrópoli británica, de manera que el efecto neto sería
cio exterior. En lo que se refiere a las metrópolis, los principa- positivo para las primeras, aunque mucho menor del que se
les economistas clásicos consideraban que tener colonias registraría en condiciones de libre comercio. Por añadidura,
favorecería el desarrollo de aquéllas. Las colonias eran con- Smith pensaba que las causas del atraso de las regiones no
templadas como fuente de materias primas y productos ali- europeas eran internas (el predominio de la agricultura res-
menticios a bajo coste (Ricardo), mercados para las exporta- pecto de la industria y del comercio interior con respecto al
ciones de manufacturas (Smith), así como lugares en los que exterior): en efecto, razonaba ese autor, las colonias ya esta-
era posible disponer de posibilidades de inversión rentable ban atrasadas antes de ser colonias, mientras que China, no
(Smith) y dar salida a la población excedente mediante la emi- colonizada entonces, estaba también atrasada. El colonialis-
gración (Torrens, Senior, J. S. Mill). mo estaba justificado por razones económicas, sin que exis-
Smith, partidario del libre comercio, no se oponía al colo- tiese una supuesta "misión civilizadora" de la raza blanca.
Las colonias, decía, Smith, son más prósperas cuando se adop-
nialismo y al comercio colonial, sino al mercantilismo (la
tan políticas liberales (caso de los territorios ingleses en Amé-
obtención de metales preciosos) y al monopolio de ese comer-
rica del Norte) que cuando hay intervencionismo y restric-
cio. En su opinión, el control monopolista de ese intercam-
ciones (las colonias británicas en Asia y el imperio español y
bio era negativo tanto para las colonias como para las metró-
portugués en América Latina).
polis. En el primer caso, porque generaba bajos precios de
exportación y altos precios de importación. En el segundo, Ricardo y Malthus compartieron en gran medida esas opi-
porque desembocaba en precios y rentas de monopolio y en niones. Las sociedades atrasadas presentaban rasgos socia-
tasas de beneficio artificialmente altas, drenando capital de les y políticos que les impedían progresar, de manera que el
sectores más necesitados. Si a tales inconvenientes se suma- hecho colonial les resultaba beneficioso. Las ventajas que
ban los costes de mantenimiento de un imperio ruinoso, el para la metrópoli suponían el tener colonias residían en la
resultado del Imperio Británico, en su configuración mono- posibilidad de importar alimentos a bajo precio (Ricardo) o
polista, era claramente negativo. En el capítulo 7 del libro 4 de aliviar el exceso de población de la primera (Malthus).
de La riqueza de las naciones, Smith escribió que el mono- J. S. Mill pensaba también que el colonialismo era bene-
polio del comercio colonial ficioso para las potencias europeas, principalmente porque
ejercían una contratendencia al descenso de la tasa de bene-
desincentiva la industria de todos los restantes países, pero ficios (inversiones rentables, importación de materias primas
principalmente la de las colonias, sin ni siquiera promover, baratas), y para las propias colonias, en grado aún mayor.
sino al contrario reduciendo, la del país en cuyo favor se Por el contrario, otros economistas clásicos, como Say o
establece. J. Mill, tenían la impresión de que las colonias suponían una
pesada carga para los europeos y que su única justificación
Smith, además, consideraba que los inconvenientes del era de orden moral: superar los obstáculos sociales y políti-
monopolio de las Compañías de las Indias eran, para las cos para el desarrollo de esas áreas.

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo

En suma, toda la tradición clásica entendía que el impac-


to colonial sería positivo para las áreas atrasadas. La mayor
parte de sus miembros, y todos sus cabezas de fila, pensaban
igualmente que el colonialismo fortalecía el desarrollo eco-
nómico en las metrópolis. Aunque se oponían a la corriente
mercantilista, que sólo contemplaba las colonias como fuen-
tes de metales preciosos (sin tener en cuenta los perniciosos
efectos inflacionistas de esos movimientos de metálico), con-
sideraban que las áreas atrasadas cumplían una función útil:
proveer alimentos a bajo precio con el fin de contrarrestar
los rendimientos decrecientes de la tierra (Ricardo); ampliar Marx: la alternativa
el mercado y, por tanto, el grado de división del trabajo y el
nivel de productividad (Smith); abrir oportunidades de inver-
sión rentable ante su agotamiento simple en los países desa-
rrollados (Smith y Wakefield, aunque, en este punto, ya no
tanto la tradición Say-Ricardo, para la que el problema prin-
cipal era la escasez de capital), o dar salida a los excedentes
de mano de obra (Torrens, Senior, J. S. Mill, Horton, Wake-
field, etc.). 4.1. La heterodoxia clásica

Karl Marx (1818-1883) fue un economista clásico pecu-


liar. En su intento de analizar la verdadera naturaleza del sis-
tema capitalista, hizo, a diferencia de los restantes econo-
mistas de esa escuela de pensamiento, un auténtico esfuerzo
de trascendencia para desvelar la esencia del capitalismo (qué
se esconde detrás de sus apariencias). Por citar sólo un ejem-
plo, Marx demostró que la relación salarial (apariencia) ocul-
ta en realidad una relación de explotación (esencia).
Además de ese logrado esfuerzo para desmarcarse del aná-
lisis convencional, Marx intentó poner de manifiesto las leyes
del movimiento de la economía capitalista, razón por la cual
su aportación constituye la primera teoría importante del
desarrollo. Tal y como escribió en el prefacio a El capital
(1867),

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 4: Marx: la alternativa

desvelar la ley económica del movimiento de la sociedad lismo, decía Marx, tiene una dinámica propia, de la que care-
moderna es el fin último que persigue esta obra. cían los modos de producción precapitalistas.
Esa acumulación de excedente (plusvalía) es la que con-
Tales leyes, en el pensamiento de Marx, no son absolutas, duce a los capitalistas a competir entre sí. Varios efectos de
sino únicamente tendencias generales que hay que compro- esa competencia inter-capitalista son, en su opinión, los
bar con la realidad y que están sujetas a contratendencias. El siguientes:
efecto de estas últimas puede incluso, en períodos determi-
nados, ser superior al de las propias tendencias. — La concentración y centralización del capital, lo que
Marx situó la relación entre capital y trabajo en el corazón genera, a su vez, agrupación y toma de conciencia de
mismo del análisis del capitalismo y puso de manifiesto el carác- los trabajadores.
ter anárquico y las contradicciones internas de ese modo de — Un crecimiento anárquico, sin ninguna coordinación,
producción. Predijo crisis periódicas de sobreacumulación y que genera desproporcionalidad entre sectores y cri-
sobreproducción y destacó las necesidades contrapuestas del sis periódicas de sobreproducción (o subconsumo) en
capital: la voluntad de abaratar el factor trabajo para generar unas industrias respecto de otras.
más plusvalía (lo que, si se cumplía, conduciría a una crisis de — Una tendencia a la baja de la tasa de ganancia, bien
demanda, que hoy llamaríamos keynesiana) y la exigencia de por intensificación del capital (aumento de la compo-
aumentar los salarios reales para sostener la demanda (lo que, sición orgánica del capital), creando un ejército indus-
de llevarse a la práctica, contribuiría a desencadenar una cri- trial de reserva y una brecha creciente entre capacidad
sis de rentabilidad, o crisis clásica). productiva y consumo, bien por descenso de la tasa de
Cualquier intento de resumir en unas pocas páginas la teo- plusvalía, esto es, por aumento del coste laboral por
ría económica marxiana es naturalmente vano, entre otras unidad de producto. Marx pensaba que la primera
razones porque es sólo una parte de una gran teoría social, razón era la más importante, ya que, en términos gene-
que desborda ampliamente los límites de la Economía. Ade- rales, consideraba que el salario oscilaba en torno al
más, conviene tener muy presente la importancia política de nivel de subsistencia (socialmente determinado), si bien
ese autor, ya que Marx, a diferencia de Smith o Ricardo, pro- no descartó la posibilidad de un aumento sostenido de
pugnó la transformación revolucionaria de la sociedad y con- los salarios reales.
sideró su teoría como un instrumento operativo para tal fin. — Una tendencia al subconsumo, dadas las ansias de acu-
Marx definió, de manera precisa y rigurosa, los elementos mular de los capitalistas y la escasa capacidad de com-
básicos del capitalismo: la relación salarial, la relación mercantil pra de los asalariados.
y un tipo determinado de organización del trabajo. Además,
puso de manifiesto que, en tal sistema, el objetivo principal de Marx pensaba que la composición orgánica del capital
los propietarios de los medios de producción (o capitalistas) es tendía a crecer a medida que se registraba la acumulación.
el de acumular riqueza en forma de valor de cambio (y no de Los factores de tal incremento son, en su enfoque, la com-
valor de uso, como, por ejemplo, en el feudalismo). El capita- petencia inter-capitalista intensificada, que genera la intro-

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 4: Marx: la alternativa

ducción de métodos más productivos; el desarrollo de las Aunque tal contención de salarios contribuye a aumentar la
fuerzas productivas, que provoca obsolescencia de los bienes tasa de plusvalía, y por tanto, a mantener la tasa de ganan-
de equipo y una cada vez mayor rotación del capital, y la cia, a la larga genera sobreproducción.
acentuación de la lucha de clases, que impulsa a los capita- En suma, para Marx la acumulación de capital procedía
listas a sustituir mano de obra por máquinas. Junto con la en un estrecho filo de navaja entre dos crisis potenciales: la
intensificación en capital, una eventual caída de la tasa de crisis de rentabilidad, provocada por la caída de la tasa de
plusvalía (por aumento excesivo de los salarios) tendría reper- ganancia, y que haría bajar la inversión, deteniendo el pro-
cusiones negativas en la tasa de beneficio. ceso de acumulación; y la crisis de sobreproducción (o de
Por tanto, la tasa de ganancia presentaba una tendencia realización), debida a la contención de salarios, y que resul-
a la baja, aunque existían diversas contratendencias que limi- taría en mercancías no vendidas y reducción de la inversión
taban el alcance de ese descenso: de capital. En otras palabras, la dinámica del capitalismo se
ve limitada, en el análisis de Marx, por dos riesgos general-
— La reducción del valor unitario de los bienes de capi- mente alternativos, aunque compatibles en ocasiones:
tal, a causa del progreso técnico en la sección corres-
pondiente, lo que limita el crecimiento del capital cons- — El aumento de empleo hasta la plena utilización de los
tante. recursos humanos disponibles provoca un crecimiento
— El aumento de la plusvalía absoluta (disminución de de los salarios; en tal situación, disminuyen las tasas de
salarios, aumento de la duración del trabajo, incre- plusvalía y de ganancia y la inversión; además, ante un
mento de la intensidad) o relativa (crecimiento de la factor trabajo encarecido, se producen innovaciones téc-
productividad laboral por hora). nicas ahorradoras de mano de obra, aumenta la com-
— La concentración y centralización del capital, que eli- posición orgánica del capital, baja la tasa de ganancia,
mina la competencia y permite fijar precios de mono- y el efecto final es igualmente recesivo. En ambos casos,
polio. estamos en presencia de una crisis de rentabilidad.
— La intervención del Estado, que, mediante por ejem- — Si se contiene el crecimiento de los salarios para man-
plo nacionalizaciones, puede desvalorizar una parte tener el nivel de beneficios, el resultado es una crisis
del capital. de insuficiencia de demanda (de sobreproducción).
— El comercio exterior, en el caso de que permita abara-
tar la adquisición de elementos del capital constante. En el análisis de Marx, la posibilidad formal de la crisis,
que se debe a la contradicción entre el carácter social de la
En cuanto a la tendencia al subconsumo, de importancia producción y la apropiación privada de la plusvalía, se con-
menor, se trataba del resultado de la distribución parcial (o vierte en probabilidad. La lucha competitiva entre capita-
restitución incompleta) a los asalariados de las ganancias de listas, junto con su interés común por contener los salarios
productividad. Actualmente diríamos que el crecimiento de en proporción del capital total, generan métodos ahorrado-
la productividad laboral supera al de los salarios monetarios. res de trabajo, con las consecuencias inevitables de:

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 4: Marx: la alternativa

— La insuficiencia de demanda por la contención de los atrasadas. La descripción del capitalismo como una necesidad
salarios. histórica, debida a su carácter progresivo, se filtró al análisis
— El deterioro de la rentabilidad por aumento de la com- del hecho colonial, que era percibido como igualmente inevi-
posición del capital. table, pese a la codicia y la crueldad que lo acompañaban.
— La agrupación de los trabajadores y toma de concien- La expansión ultramarina y el saqueo colonial constitu-
cia de su propia explotación, como resultado de la yeron la vertiente externa de la acumulación originaria de
concentración y centralización del capital. capital en Europa y que Marx analizó en el capítulo XXIV de
El capital. Tal acumulación primitiva era definida como la
Como veremos posteriormente, Marx infravaloró claramente disponibilidad de un excedente de origen interno (revolución
la posibilidad misma de un incremento de la productividad labo- agrícola) y externo (explotación de los recursos minerales y
ral suficiente, tanto para contener el crecimiento de la compo- de metales preciosos de los nuevos territorios). Además, las
sición del capital (vía progreso técnico en la sección de bienes colonias, en el pensamiento marxista, eran entendidas como
de equipo y abaratamiento de su precio unitario), como para un termostato del capitalismo en el centro, en expresión de
adecuarse al aumento de los costes laborales, para evitar una Lipietz, puesto que representaban fuentes de productos pri-
caída de la tasa de plusvalía. Además, tampoco tuvo sufi- marios a bajo precio y mercados de exportación para las manu-
cientemente en cuenta que tal incremento de la producción por facturas de las metrópolis y suponían una contratendencia al
empleado podría trasladarse a los salarios reales, aumentándo- descenso de la tasa de ganancia, en la medida en que abrían
los de manera que creciese el poder adquisitivo de los trabaja- oportunidades de inversión en zonas con mayor tasa de explo-
dores y se evitase el subconsumo. Todo esto es lo que ocurrió tación y/o menor composición orgánica del capital. En ese
precisamente en la época dorada del crecimiento de los países sentido, Marx se apartaba del análisis de Ricardo, para quien,
desarrollados entre 1945 y los años setenta. como ya vimos, las ventajas de las colonias residían sólo en
el abaratamiento de los productos alimenticios.
Por otra parte, durante ese período Marx presentó un enfo-
4.2. Marx y las áreas atrasadas que dual sobre el colonialismo. Criticó sus excesos, pero jus-
tificó teóricamente su necesidad histórica. Marx aborrecía la
En la opinión de Marx sobre la cuestión colonial, cabe dis- opresión colonial de los pueblos de las áreas atrasadas, así
tinguir dos fases diferentes (véanse Larraín, 1991, y Rodríguez como la hipocresía en su justificación, pero consideraba que
Braun, 1989). el colonialismo era, en términos generales, un paso fundamental
La primera etapa (hasta más o menos 1875) corresponde positivo. Por ejemplo, en sus escritos sobre la India, Marx afir-
a la del Marx del Manifiesto comunista y El capital, que tenía mó que Inglaterra tenía allí una doble misión: destructora de
una opinión globalmente positiva del colonialismo. Entendía los arcaicos modos de producción precapitalistas, y regenera-
que éste era necesario tanto para la aparición y el desarrollo dora, al sentar las bases materiales de la civilización occiden-
del capitalismo en Europa como para superar las tendencias tal. Tal análisis era el resultado de lo que, en su opinión, eran
las características estáticas e inhibidoras del desarrollo de las
al estancamiento de las sociedades precapitalistas en las áreas

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 4: Marx: la alternativa

fuerzas productivas de los modos precapitalistas, así como de contemplar el colonialismo como un obstáculo para la indus-
la necesaria conexión entre la regeneración capitalista y la trialización de las áreas atrasadas. Modificó su enfoque dual
industrialización de las colonias. anterior, del que conservó sólo la función destructora del
Marx llegó incluso a justificar el libre comercio en aras hecho colonial, pero ya no la regeneradora. Empezó a apo-
del progreso general. Criticó, en una carta a Engels de 1853, yar las luchas por la independencia y se manifestó partida-
a quienes pedían aranceles para la India y se manifestó con- rio de que las colonias establecieran aranceles a sus impor-
trario a los movimientos independentistas en Irlanda o Polo- taciones de manufacturas.
nia, al entender que la liberación de esos pueblos se produ- Marx comenzó igualmente a percibir la singularidad del
ciría sólo después de la revolución social en Inglaterra. capitalismo atrasado, como producto histórico del colonia-
Algunos autores han intentado ver en el Marx de aquella lismo y ya no como un simple retraso. En una carta de 1879,
época un partidario de la teoría de las etapas, esto es, en un afirmaba que «el comercio exterior en países que exportan
rostowiano avant la lettre. No obstante, la frase del prólogo principalmente materias primas aumentó la miseria de las
de El capital en la que Marx dice que «el país industrialmente masas», afirmación que es un claro precedente de las críticas
más avanzado no hace sino mostrar al más atrasado la ima- de la Economía primigenia del desarrollo a los inconvenien-
gen de su propio futuro» no debe extraerse de su contexto. tes de la especialización primaria. Además, como resultado
Por una parte, se inserta en la discusión sobre las mismas de su polémica con los populistas rusos, con quienes debati-
leyes y tendencias del capitalismo en Inglaterra y en Alema- ría luego Lenin en su obra El desarrollo del capitalismo en
nia, es decir, en la Europa desarrollada. Además, el propio Rusia (1902), Marx empezó a reconsiderar su opinión sobre
Marx, ante las interpretaciones abusivas que, incluso en su las sociedades precapitalistas. En un borrador de una carta
época, se hicieron de esa frase, señaló claramente al final de de 1881, Marx aceptó la tesis de que las estructuras tradi-
su vida que las leyes de movimiento económico descritas en cionales rusas podían servir de punto de partida para un desa-
El capital fueron pensadas únicamente para el caso de Euro- rrollo socialista y se preguntó si el coste social de la intro-
pa occidental, sin que fuese lícito extrapolarlas al resto del ducción del capitalismo allí podría resultar demasiado alto
mundo. Por tanto, si bien es cierto que Marx reconoció la para ser considerado un paso históricamente progresista.
tendencia del capitalismo a expandirse a escala mundial, de Con todo, pese a las diferencias entre el Marx temprano
la que se derivaría, bajo ciertas condiciones, la industriali- y el tardío, es abusivo pensar que en la segunda etapa se sen-
zación de las áreas atrasadas, ni mucho menos defendió una taron las bases de lo que un siglo después sería la teoría del
senda universal de desarrollo, sino que aceptó, de manera desarrollo del subdesarrollo. Marx nunca pensó que los paí-
implícita, la naturaleza cualitativamente diferente del desa- ses capitalistas atrasados serían siempre subdesarrollados,
rrollo y el subdesarrollo. entre otras razones porque, en sus tiempos, las colonias eran
En una segunda fase (1875-1883), Marx modificó sus- fundamentalmente sociedades precapitalistas. Además, esta-
tancialmente su análisis del hecho colonial, así como su va- ba convencido de que la independencia política permitiría la
loración de algunas formas de precapitalismo. Por una par- industrialización y el desarrollo, pese a los inconvenientes de
te, ese Marx tardío (véase Shanin, comp., 1984) empezó a la vía capitalista.

62 63
Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo

Marx, por consiguiente, entendía que la industrialización


capitalista de las áreas atrasadas sería un proceso posible, nece-
sario e incluso inevitable. Sólo al final de su vida empezó a insis-
tir en los bloqueos generados por el hecho colonial y en los
inconvenientes de la introducción del capitalismo si éste se acom-
pañaba de una especialización forzada en el sector primario.
Confiaba tanto en la capacidad expansiva del capitalis-
mo a escala mundial y en las perspectivas de la industriali-
zación de las áreas atrasadas, que cometió algunos errores
de bulto. Por ejemplo, en un artículo publicado en 1853 en
el New York Daily Tribune sobre los resultados futuros del
La tradición neoclásica:
dominio británico de la India, afirmaba lo siguiente:
el paréntesis
Ya sé que la burguesía industrial inglesa trata de cubrir la
India de vías férreas con el exclusivo objeto de abaratar el
transporte de algodón y de otras materias primas necesarias
para sus fábricas. Pero si introducís las máquinas en el siste-
ma de locomoción de un país que posee hierro y carbón, ya 5.1. El crecimiento abandonado
no podréis impedir que ese país fabrique dichas máquinas.
No podréis mantener una red de vías férreas en un país enor-
Desde la revolución marginalista del decenio de 1870 hasta
me, sin organizar en él todos los procesos industriales nece-
sarios para satisfacer las exigencias inmediatas y corrientes la aparición del keynesianismo en los años treinta del siglo XX,
del ferrocarril, lo cual implicará la introducción de la maqui- transcurrió un largo período de hegemonía del pensamiento
naria en otras ramas de la industria que no estén directamente neoclásico en Economía. En lo que aquí nos interesa, lo más
relacionadas con el transporte ferroviario. El sistema ferro- destacado es que los teóricos principales de esa escuela se desen-
viario se convertirá por tanto en la India en un verdadero pre- tendieron del interés en el crecimiento del que habían hecho gala
cursor de la industria moderna. sus predecesores, en aras de una preocupación casi exclusiva
por cuestiones estáticas y a corto plazo. Este "interludio neo-
Un siglo después de escribir tales palabras, la India seguía clásico", en palabras de Meier, o "período estático", en expre-
siendo un país preindustrial, en el que subsistían las castas y sión de Hicks, obedeció tanto a la evolución de la economía real
persistían formidables obstáculos al desarrollo. como a los cambios en la propia teoría. Por una parte, el siglo
En suma, pese a que Marx, a diferencia de los economis- XIX fue una etapa de consolidación del crecimiento en los paí-
tas clásicos, se interesó en gran medida por las áreas atrasa- ses desarrollados, así como de importantes avances técnicos.
das, compartía con ellos una fe ciega en el progreso. Los salarios estaban en general bastante por encima de su nivel
de subsistencia, mientras que la tasa de beneficios mantuvo un

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 5: La tradición neoclásica: el paréntesis

nivel alto hasta los años ochenta de ese siglo. Al desaparecer el La tradición neoclásica se elaboró principalmente en tres
temor a un inminente estado estacionario, el interés de los eco- grandes escuelas:
nomistas se desplazó hacia cuestiones de lo que se denomina
"esfera de la circulación" (asignación de recursos, intercambio — La escuela de Lausana, de la que fueron miembros L.
de mercancías y distribución de la renta). Por otra parte, el últi- Walras (1834-1910) y W. E Pareto (1848-1923).
mo de los grandes economistas clásicos, J. S. Mill, ya había escri- — La escuela inglesa, la más importante, en la que des-
to en sus Principies of political economy (1862), que tacaron W. S. Jevons (1835-1882), F. I. Edgeworth
(1845-1926), P. H. Wicksteed (1844-1927) y, sobre
todo, A. Marshall (1842-1924).
sólo en los países atrasados del mundo el incremento de la
— La escuela austríaca, con C. Menger (1840-1921), E.
producción sigue siendo un asunto importante. En los más
Von Wieser (1851-1926) y E. Bóhm-Bawerk (1851-
adelantados, lo que se necesita desde el punto de vista eco-
1914), y que daría lugar a la corriente ultraliberal de
nómico es una mejor distribución.
L. Von Mises (1881-1973) y F. Hayek (1899-1992).
Pese a la denominación engañosa, la ortodoxia neoclásica de Aunque había algunas diferencias entre escuelas y auto-
finales del siglo XIX y principios del XX tenía poco de clásica. La res (por ejemplo, la escuela austríaca era contraria a la for-
ruptura con la tradición anterior fue casi completa. Los neoclá- malización matemática, desarrollada en gran medida con
sicos sustituyeron la teoría clásica del valor-trabajo por una nue- miras a acrecer el carácter científico de la Economía), cabe
va aproximación subjetiva al valor, basada en la utilidad y la destacar sus principales puntos de acuerdo:
escasez. El interés de Smith, Ricardo o Marx por la dinámica a
largo plazo fue reemplazado por el análisis de las interrelacio- — El análisis microeconómico era desarrollado con objeto
nes de las distintas partes de la economía en un momento deter- de presentar una teoría del consumidor. Tal enfoque par-
minado del tiempo. Además, los cambios endógenos y antici- tía del individualismo metodológico (es posible estudiar
pados en la oferta de los factores, con proporciones fijas, fueron el comportamiento social como la simple suma de accio-
claramente abandonados, en aras de un enfoque que contem- nes individuales) y defendía el comportamiento racional
plaba tales modificaciones como algo autónomo e imprevisible del consumidor en tanto que homo economicus, que bus-
(en realidad externo a la propia economía), de las que sólo se ca maximizar su ventaja neta en un mundo de escaseces
podía estudiar su efecto en las condiciones de unos factores per- (Von Mises definió incluso la economía como una teo-
fectamente sustituibles entre sí. La vinculación clásica y mar- ría de la elección, o praxeología). En ambos aspectos, la
xista entre distribución y ahorro dio paso a una teoría de la dis- ruptura con la tradición clásica fue absoluta: sesgo ato-
tribución basada en las productividades marginales de los factores místico frente al enfoque holista, y soberanía del consu-
y a una función de ahorro determinada básicamente por los midor frente a la primacía de la oferta.
movimientos del tipo de interés. Nació la Economía matemáti- — El análisis marginalista permitió defender planteamientos
ca, ya que los análisis marginalistas eran susceptibles de ser for- sencillos, expresivos y susceptibles de ser modelizados: el
malizados en ecuaciones y modelos de gran elegancia. consumidor aumenta su demanda hasta que la utilidad

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 5: La tradición neoclásica: el paréntesis

marginal se anula, el salario iguala a la productividad mar- generaba, por sí misma, tendencias en la dirección del pleno
ginal del trabajo, las empresas maximizan sus beneficios empleo y del aumento sostenido de los salarios reales. La par-
cuando el ingreso marginal es igual al coste marginal, etc. ticipación absoluta de los terratenientes y capitalistas en la ren-
— el libre juego de las fuerzas de oferta y demanda (la lógi- ta nacional tendía también al alza. Por último, el proceso de
ca perfecta del mercado) tiende a establecer, en condicio- desarrollo era acumulativo, habida cuenta del juego de las eco-
nes de competencia, precios de equilibrio que garantizan nomías externas marshallianas, mediante las cuales el creci-
una asignación óptima de los recursos. Esa creencia en las miento se extendía, como una mancha de aceite, entre unos sec-
virtudes del mercado para conducir a la economía hacia tores y otros. Un casi desconocido economista de la escuela
un equilibrio espontáneo y estático excluía la dinámica y neoclásica, A. Young, publicó un artículo en 1928 en el que
la dimensión histórica de los procesos económicos. señalaba que la amplitud del mercado y la división del trabajo
se reforzaban mutuamente, provocando ventajas de especiali-
Hubo cierta división del trabajo entre esas grandes escuelas. zación, mejor distribución geográfica de las actividades y cre-
Mientras que la de Lausana (Walras y Pareto) desarrollaban la ciente intensidad en capital, esto es, rendimientos crecientes.
teoría del equilibrio general y la Economía del bienestar, los neo- En otro orden de cosas, los economistas neoclásicos recha-
clásicos ingleses pusieron los cimientos de la teoría subjetiva del zaron de plano la tesis del estado estacionario de sus predece-
valor y de las teorías del consumidor y del productor sobre la sores. Tal y como escribió Marshall en sus Principies of econo-
base del análisis marginalista. Mientras tanto, la escuela aus- mics, "no parece existir razón alguna para pensar que nos
tríaca establecía los fundamentos filosóficos de ese subjetivis- encontramos próximos al estado estacionario". El optimismo
mo e insistía en la necesidad del libre mercado. En definitiva, no se debía igualmente a que esa corriente entendía que la acumu-
existió explícitamente una teoría neoclásica del crecimiento y, lación de capital no estaba limitada por la disponibilidad de
menos aún, del desarrollo, ya que la insistencia en el equilibrio mano de obra o por la inversión. La intensificación de capital
espontáneo entre oferta y demanda en los distintos mercados (el aumento del cociente capital/trabajo) provocaba aumento de
eliminaba la variable tiempo del análisis económico. los salarios reales y caída del tipo de interés, con lo que las empre-
Con todo, sí había una teoría implícita del desarrollo, con- sas volvían a utilizar métodos aún más intensivos en capital.
cebido como un proceso gradual, continuo, armónico y acu- Bien es cierto que la teoría neoclásica considera que la acu-
mulativo, y cuyas posibilidades eran abiertamente optimistas mulación está sujeta a rendimientos decrecientes del capital,
(véase Meier y Baldwin, 1957, cap. 3). El desarrollo era gradual pero la caída de la productividad marginal de éste sólo es gra-
por la influencia de la teoría darwinista de la evolución social, dual y a largo plazo.
que inspiró especialmente a Marshall, quien hablaba de "bio- En suma, la tradición neoclásica de finales del siglo XIX y
logía económica" y de "crecimiento orgánico". Era igualmen- principios del XX supuso una importante ruptura respecto del
te continuo, ya que la naturaleza económica, y, más en parti- enfoque de los economistas clásicos y Marx. Se interesó por los
cular, la innovación y difusión técnicas, carecían de fisuras. El problemas de equilibrio y no por los de crecimiento, de manera
desarrollo era también armónico, pues beneficiaba a todos los que cabe hablar de un "paréntesis" neoclásico en la evolución
perceptores importantes de renta. La economía de mercado del pensamiento económico, interludio que se cerraría sólo (y

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 5: La tradición neoclásica: el paréntesis

parcialmente) con la revolución keynesiana. Además, los neo- En segundo término, aceptaron el teorema de la mano
clásicos se preocupaban por los aspectos de circulación (asig- invisible de A. Smith. Si hay libre funcionamiento del mer-
nación, intercambio y distribución) y no por los de producción, cado, es decir, si se deja que cada individuo busque libre-
al aceptar que la oferta tiende a crear su propia demanda (ley mente su felicidad, el efecto será el de una mano invisible que
de Say). Al abandonar el estudio de los fenómenos relacionados conduce a la sociedad a un óptimo. Tal óptimo se definía en
con la actividad productiva para centrarse en el estudio del com- el sentido de Pareto, esto es, una situación en la que ningún
portamiento racional del consumidor, borraron la distinción clá- ser humano puede mejorar sin que empeore otro.
sica entre valores y precios. Ambos son siempre relativos, ya que La tradición neoclásica, con la perspectiva actual, puede
no hay cualidad intrínseca alguna en las mercancías. El valor se ser criticada desde diversos ángulos:
mide como utilidad marginal, tal y como propusieron, simultá-
nea e independientemente, Jevons, Menger y Walras. La intro- — Abandonó la preocupación clásica y marxista por el
ducción del concepto de escasez se debió a la famosa paradoja crecimiento.
del valor: los diamantes, de escasa utilidad, tienen un gran valor, — Su análisis estrictamente microeconómico, basado en
mientras que el agua, imprescindible, no tiene apenas valor. La el individualismo metodológico y la soberanía del con-
explicación, a juicio de esta corriente, residía en que los prime- sumidor, pasa por alto los fenómenos colectivos y las
ros son escasos y la segunda abundante. preferencias no racionales.
La introducción de los conceptos de utilidad y escasez en — La confianza extrema en la lógica perfecta del merca-
el núcleo central del análisis condujo a la definición más céle- do conduce a no tener ni siquiera en cuenta la posibi-
bre de la Economía, de la que fue autor L. Robbins en 1935: lidad de disfunciones o fallos del mercado.
— La teoría de la distribución basada en las productivi-
La Economía es la ciencia que estudia la conducta huma- dades marginales se encuentra aislada de las relacio-
na como una relación entre fines y medios escasos que tie- nes sociales y políticas y se ve reducida a la simple for-
nen usos alternativos. mación de precios.
— La aceptación de la ley de Say implica desatender las
Hay, sin embargo, dos aspectos importantes en los que los políticas de demanda, que tan necesarias han demos-
neoclásicos mantuvieron cierta continuidad con los clásicos. En trado ser para el mantenimiento del empleo.
primer lugar, adoptaron el método deductivo o abstracto de
razonamiento, en virtud del cual se pueden obtener conclusio- 5.2. El atraso desatendido
nes coherentes a partir de premisas claras mediante inferencia
deductiva, y que es heredero directo de Ricardo. Cuando se uti- Si la Economía neoclásica tenía poco que decir sobre el cre-
liza como único procedimiento, sin atender a la necesidad de cimiento, menos aún se pronunció sobre el subdesarrollo. Sólo
contrastar con la realidad tanto hipótesis como postulados, cabe Marshall, en su intento frustrado de reconciliar las tradiciones
el riesgo de incurrir en falsas generalizaciones, inconveniente clásica y neoclásica (lo que se denomina la "primera síntesis
que Schumpeter denominó precisamente vicio ricardiano. neoclásica", para distinguirla de la síntesis neoclásica-keyne-

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo

siana posterior a la Segunda Guerra Mundial), se refirió de pasa-


da a los países atrasados o países nuevos. Lo hizo además para
señalar sencillamente que el análisis de la situación contempo-
ránea de la India podría servir para entender el pasado de Euro-
pa, que la hegemonía británica estaba amenazada por los paí-
ses exportadores de productos primarios (que harían caer la
relación real de intercambio del Reino Unido), o que el apren-
dizaje industrial permitiría a los países atrasados desarrollarse
más rápidamente. En sus Principies (1890), afirmaba que

esa combinación de libertad con orden y de responsabilidad Schumpeter:


individual con disciplina organizada, en la que sobresalió Ingla-
terra, fue necesaria para los primeros trabajos en las manu- el optimismo
facturas; con poco más que el simple orden y la disciplina orga-
nizada se tendrá éxito donde las mismas tareas sean ejecutadas
por la maquinaria moderna que realiza la mayor parte de la
inteligencia misma. Así, Inglaterra se encuentra en una posi-
ción de desventaja relativa cada vez mayor en el comercio, no 6.1. El desarrollo como destrucción creadora
sólo con respecto a naciones como el Japón, que puede asimi-
lar todas las partes de una fábrica adelantada, sino también Joseph Alois Schumpeter (1883-1950) fue un alumno aven-
con respecto a otros países donde existe oferta abundante de tajado de Bóhm-Bawerk, quien le ayudó a conseguir una cáte-
mano de obra poco cualificada y organizada por un número dra en la Universidad de Graz (Austria) en 1911. Ocho años
relativamente pequeño de hombres capaces [...]. Esto se está más tarde, fue durante unos meses Ministro de Economía del
registrando ya en América e indudablemente se producirá, a gobierno socialista austríaco presidido por Otto Bauer. Impar-
cada vez mayor escala, en otros continentes. tió clases en Tokio y Bonn. Desde 1932 fue catedrático de
Economía en la universidad de Harvard.
El mismo Marshall destacó también por adelantar argumen-
Schumpeter fue una rara avis en el pensamiento econó-
tos que luego serían moneda común en la Economía del desa-
mico y político de sus tiempos. Pese a defender en su juven-
rrollo: la industria naciente, que puede necesitar de protección;
tud una mezcla del enfoque de la escuela austríaca y de la
los efectos de arrastre, que hacen legítima la política industrial o
teoría walrasiana del equilibrio general, intentó luego apar-
la necesidad de invertir en infraestructura de transporte y comu-
tarse del análisis neoclásico, rechazando igualmente el plan-
nicaciones en las áreas atrasadas. Incluso Edgeworth, más cono-
teamiento clásico. Sin ser marxista, se interesó más que otros
cido por su famosa caja, señaló la posible conveniencia de esta-
grandes economistas de entonces por la obra de Marx, llegó
blecer restricciones a la importación en los países nuevos, con el
a colaborar estrechamente con Rudolf Hilferding (uno de los
objeto de elevar su relación de intercambio con el exterior.

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 6: Schumpeter: el optimismo

principales teóricos marxistas del imperialismo) y publicó en o en la generación de un nuevo tipo de organización indus-
1942 su obra magna, Capitalismo, socialismo y democracia. trial, como la creación o desaparición de un monopolio.
En lo que aquí interesa, Schumpeter pasó a la historia de Movilizar los recursos existentes para nuevos usos exigía,
las ideas en Economía por su obra Teoría del desarrollo eco- según Schumpeter, la extensión del crédito, para convertir el
nómico, publicada originalmente en alemán en 1911. En ese ahorro en inversión, por lo que los bancos de negocios eran
trabajo, Schumpeter se apartó de la tradición clásica, así como los supervisores del proceso, y, sobre todo, la existencia de
de la posición neoclásica. empresarios innovadores, esto es, de individuos que tuviesen
Distinguió entre crecimiento y desarrollo económicos, enten- a la vez talentos organizativo y creador así como la motiva-
diendo por el primero un proceso gradual de expansión de la ción de ponerlos en práctica. El empresario innovador o schum-
producción con productos y técnicas constantes, y por desa- peteriano se convirtió en el héroe del desarrollo económico.
rrollo el resultado de nuevas combinaciones de factores pro- Tal planteamiento no era realmente nuevo ya que, desde Marx
ductivos, generalmente a cargo de empresas innovadoras. Simul- por lo menos, los economistas habían asignado a los empre-
táneamente, criticó la concepción neoclásica del desarrollo sarios una función esencial en el devenir económico: Marshall
como un proceso gradual y armónico, acabó con la hegemo- llegó a compararlos a los caballeros medievales. Lo que sí era
nía intelectual de la tesis de la soberanía del consumidor, y novedoso era el intento de Schumpeter por integrar la figura
señaló que la motivación que guía el comportamiento de los del empresario innovador en la teoría del desarrollo econó-
empresarios no es únicamente la maximización del beneficio. mico y en desarrollar una teoría de los ciclos de negocios, sobre
A diferencia de los clásicos, Schumpeter definía el desa- los que publicó un importante libro en 1939, basada en un
rrollo económico como el producto de la movilización de los mezcla de los planteamientos de Marx y del análisis de los
factores existentes para nuevos usos, y ya no como el resul- ciclos de Kondratieff (ciclos de 50 años), Juglar (de 6 a 11 años)
tado de la acumulación incremental de un nuevo capital o y Kitchin (en torno a los 3 años). Según el enfoque schumpe-
inversión. En su Teoría del desarrollo económico, escribió teriano, las invenciones se producen de forma continua, aun-
que que irregular, y su conversión en innovaciones empresariales
se registra en oleadas, ya que el sistema se resiste a cambiar.
el desarrollo consiste primariamente en el empleo en forma Sólo cuando se acumula una considerable cantidad de nuevas
distinta de los recursos existentes, en hacer cosas nuevas con ideas y únicamente cuando tiene éxito un grupo de empresa-
ellos, sin que importe si aumentan o no dichos recursos. rios novedosos, se registra una oleada de innovaciones. Algu-
nos autores han creído ver en este planteamiento una aplica-
Esas combinaciones novedosas de medios productivos ción de la dinámica social marxiana, pero aplicada a los ciclos
podían consistir en la fabricación de un bien nuevo (innova- de negocios en vez de sustentarse en los conflictos de clase.
ción de producto) o en la introducción de un proceso pro- Schumpeter también rompió con la tradición neoclásica en
ductivo distinto (innovación de proceso) y, en menor medi- al menos tres aspectos importantes. En primer lugar, el desa-
da, en la penetración de un mercado nuevo, en el acceso a rrollo ya no es concebido como un proceso gradual y armóni-
fuentes adicionales de materias primas y bienes intermedios co, sino como un fenómeno a saltos, con movimientos bruscos

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 6: Schumpeter: el optimismo

(o "en enjambres"), y en el que hay discontinuidades entre perío- capitalismo que ponga en cuestión la posibilidad de desarro-
dos alternativos de prosperidad y recesión. La crisis aparece llo sostenido en el marco de ese sistema, pero que, al mismo
cuando el incremento de los precios conduce a una caída de la tiempo, el desarrollo capitalista engendra contradicciones socia-
inversión, la nueva competencia provoca pérdidas y las empre- les y políticas que hacen imposible su continuación.
sas acumulan deudas. Ese análisis del desarrollo como un pro-
ceso de explosiones discontinuas en un mundo dinámico tiene Las realizaciones reales y futuras del sistema capitalista son
seguramente su origen en la influencia de Marx, si bien Schum- de tal naturaleza que anulan la idea de su derrumbe por el peso
del fracaso económico, pero [...] su mismo éxito socava las ins-
peter intentó sin éxito combinar su peculiar versión de la teo-
tituciones sociales que le protegen, e inevitablemente crea unas
ría walrasiana del equilibrio general con la visión dinámica del
condiciones en las que no le será posible vivir y que indican
capitalismo que tenía Marx. En segundo término, Schumpeter claramente que el socialismo será su legítimo heredero.
criticó la tesis de la soberanía del consumidor, al entender que
los cambios en las preferencias de los demandantes son provo-
En otras palabras, Schumpeter, a diferencia de Marx, no
cados en gran parte por acciones de los productores, como, por
observó en el capitalismo contradicciones económicas inter-
ejemplo, las campañas publicitarias. En tercer lugar, explicó
nas que conducirán necesariamente a su derrumbe, pero pen-
que la guía del comportamiento de los empresarios no reside
saba que el socialismo era inevitable, por razones sociales y
únicamente en la maximización de los beneficios o la acumu-
políticas. Entre estas últimas, figuran, en opinión de ese autor,
lación de riqueza para aumentar su consumo sino también en:
las siguientes:
— El deseo de fundar una dinastía empresarial (que
— La obsolescencia de la función empresarial, ya que el éxi-
Schumpeter denominaba reino privado).
to de las innovaciones hace que éstas se conviertan en
— La voluntad de ganar la batalla a la competencia (la
rutina. De la función revolucionaria de los antiguos capi-
voluntad de conquista).
tanes de industria y de comercio se pasa a una actividad
— La satisfacción que proporciona el crear algo nuevo
(el gozo creador). despersonalizada y burocrática, con el resultado de que
los empresarios pierden su auténtica dimensión social.
— La destrucción del aparato institucional de la socie-
Por añadidura, entendía que había un grado importante
dad capitalista, ya que la concentración del capital
de riesgo e incertidumbre, de manera que no podía sencilla-
hace que pierdan sentido instituciones como la pro-
mente existir el cálculo racional del hombre de negocios.
piedad privada o la libertad de contratación.
El empresario schumpeteriano, por consiguiente, es un
— La desaparición de los estratos políticos protectores,
agente que impone sus innovaciones, en el marco de un medio
puesto que el poder real en la sociedad capitalista desa-
ambiente recalcitrante, mediante una destrucción creadora.
parece cuando la burguesía empieza a acaparar poder
En otro orden de cosas, la última obra de Schumpeter, Capi-
político. La labor política de los empresarios, incapa-
talismo, socialismo y democracia (1942), es un intento de poner
citados para gobernar, es nefasta. Ello se debe a que
de manifiesto que no hay ninguna barrera económica en el

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 6: Schumpeter: el optimismo

no existe en el industrial o el comerciante ninguna capaci- nios, ponen en duda la supuesta actitud socialmente respon-
dad mística, que es lo más importante para el gobierno de sable que Schumpeter atribuía a las instituciones financieras.
los seres humanos.

— La creciente hostilidad activa contra el orden estable- 6.2. El subdesarrollo desatendido


cido, que procede de los intelectuales, puros o traba-
jadores de cuello blanco. Schumpeter estuvo toda su vida interesado por la dinámica
del capitalismo desarrollado, de manera que apenas escribió
En suma, entendió (si bien muchos autores consideran que sobre los países atrasados. Además, como muchos de sus con-
no demostró) que las contradicciones sociales y políticas del capi- temporáneos, pensaba que la fuerza y la capacidad expansiva
talismo tendrían como consecuencia inevitable el socialismo: del capitalismo sacarían sin problemas a los países pobres de
su situación de subdesarrollo. En las primeras páginas de la
Una forma socialista surgirá inevitablemente de una des- Teoría del desarrollo económico adoptó varios supuestos que
composición igualmente inevitable de la sociedad capitalista. le apartarían de la posibilidad misma de estudiar la dinámica
económica que se diese en zonas de bajo grado de desarrollo:
Cabe concluir este apartado señalando que, aparte de la comercio organizado, propiedad privada, división del trabajo
contradicción que puede suponer su socialismo no marxis- y libre competencia. En palabras de Rostow (1990: 235),
ta, Schumpeter parece haber sido desmentido por la evolu-
ción posterior del capitalismo en al menos dos importantes aceptar esos presupuestos impidió totalmente a Schumpeter
facetas. En primer término, la experiencia histórica del últi- durante toda su carrera analizar el proceso de crecimiento
mo medio siglo parece sugerir que las innovaciones princi- a partir de un origen de subdesarrollo, y por tanto limitó su
pales no son el resultado de un encuentro casual de científi- rango como economista del crecimiento. Schumpeter era un
cos innovadores y empresarios schumpeterianos, sino que economista más bien pueblerino del mundo industrial avan-
zado y, especialmente, de Alemania, Inglaterra y los Estados
son promovidas, de forma rutinaria, por los departamentos
Unidos posteriores al despegue. Era lógico que ese plantea-
de investigación y desarrollo de las grandes empresas. En
miento inicial le condujese, a la larga, a especular sobre el
segundo lugar, Schumpeter exageró claramente la importan- posible destino del capitalismo más que los cada vez mayo-
cia del sector bancario como proveedor de financiación a lar- res problemas del crecimiento y la modernización en el mun-
go plazo y como supervisor social del proceso de desarrollo. do en desarrollo o, en la tradición de Hume y Smith, que la
En la práctica, por el contrario, los bancos se han limitado, relación entre las naciones más y menos avanzadas.
por lo general, a conceder préstamos a corto plazo. Las inno-
vaciones se han producido fundamentalmente con fondos Sobre este último punto Schumpeter, sin embargo, sí publi-
procedentes de la reinversión de beneficios y/o la emisión de có una Sociología de los imperialismos en 1919. En ese tra-
títulos (acciones u obligaciones). Además, las quiebras y demás bajo, se apartó totalmente de sus colegas del austro-marxis-
crisis bancarias, que han sido recurrentes en los últimos dece- mo, y criticó al imperialismo como una supervivencia feudal,

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo

un mero atavismo a cargo de una aristocracia militarista cuya


única razón de ser era la sucesión continua de guerras exte-
riores. La propia expansión del capitalismo se encargaría, a
su juicio, de acabar con el imperialismo, con respecto al cual,
por cierto y en el colmo de lo que hoy llamaríamos "agude-
za predictiva", consideró a los Estados Unidos el país que
presentaba menos tendencias.
Además, la defensa que hizo del liberalismo, en la tradición
de la escuela austríaca, por entender que alejarse del laissez-
faire provocaría la esclerosis de la innovación, fue particu-
larmente criticada por los primeros economistas del desarro-
El pensamiento keynesiano:
llo. El objetivo declarado de Schumpeter era una democracia
de empresarios innovadores, supervisados por los bancos de
la puerta abierta
negocios, que actuarían como la agencia social del orden eco-
nómico. Como es natural, la percepción de los países subde-
sarrollados como naciones con importantes rigideces estruc-
turales, que sólo se podrían superar con el empujón, al menos
inicial, del Estado, era incompatible con tal enfoque. También 7.1. La "revolución" keynesiana
resultaba inapropiado para los países del Tercer Mundo el
enfoque schumpeteriano del desarrollo, en el que la fuerza John Maynard Keynes (1883-1946) fue sin duda el eco-
generadora era el empresario, el proceso era la innovación, y nomista más importante del siglo XX. Con este autor acaba
el resultado es el poder y la riqueza del empresario. Los pri- el período de hegemonía absoluta del pensamiento neoclási-
meros economistas del desarrollo tendían a pensar que, en los co en Economía, si bien la llamada "revolución keynesiana"
países subdesarrollados, la fuerza impulsora tenía que ser el fue, como veremos enseguida, parcial y pese a que el neocla-
Estado, el proceso no era la innovación sino la imitación, y el sicismo resurgió con fuerza después de la Segunda Guerra
resultado el aumento del nivel de vida dé la población. Mundial con la llamada "síntesis neoclásico-keynesiana".
En suma, Schumpeter carecía de enfoque alguno, y ni Keynes acabó con la idea de que una economía de mer-
siquiera mostró ningún tipo de interés, para los países atra- cado conduce automáticamente al pleno empleo. Esa pérdi-
sados. Su enfoque del desarrollo estaba pensado únicamen- da de fe en los automatismos reguladores de la economía
te para los países avanzados. abrió la puerta a la necesidad de la política económica, esto
es, de la intervención del Estado para alcanzar una situación
del pleno empleo. Keynes se opuso a la tesis neoclásica de
que el libre funcionamiento del mercado lleva a la economía
al equilibrio, puesto que las crisis son siempre pasajeras. Este

8o 81
Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 7: El pensamiento keynesiano: la puerta abierta

rechazo de la parábola de la mano invisible de Smith y, sobre nes era resueltamente optimista respecto de las perspectivas
todo, de la formalización matemática que de ella hizo Wal- económicas de la Humanidad. En una conferencia dictada
ras es patente en la siguiente cita de The end of laissez-faire en Madrid en 1930 y titulada Las posibilidades económicas
(1926): de nuestros nietos, Keynes señaló que, si había paz y control
del crecimiento de la población,
No es en absoluto correcto deducir de los principios de
la Economía política que el interés personal debidamente el problema económico no es -si miramos al futuro- el pro-
ilustrado actúa siempre en favor del interés general. blema permanente de la Humanidad.

Tampoco Keynes se interesó, salvo al final de su vida y de


Frente a la perfecta flexibilidad de precios y salarios del forma indirecta (por su participación en la conferencia de
modelo neoclásico, Keynes supuso que la inflexibilidad a la Bretton Woods de 1944), por los problemas del desarrollo
baja de los salarios monetarios impedía el ajuste automáti- en las economías atrasadas.
co de la economía. La única forma de aumentar el nivel de
Junto con su aceptación de que el modelo neoclásico podía
empleo era, por tanto, el uso de la política económica, con
ser válido en ciertas condiciones (de pleno empleo, que los
objeto de acrecer la demanda agregada (que Keynes llama-
neoclásicos consideraban el caso normal pero que para Key-
ba "efectiva"), incremento que, a través del multiplicador, nes era el caso especial, siendo el normal el de un desempleo
resultaría en un aumento más que proporcional de la renta. sustancial de recursos humanos y materiales), así como con
La importancia central de la política económica, o, con mayor la estática comparativa (el estudio de los determinantes del
precisión, de la gestión macroeconómica, residía en el hecho equilibrio, aunque era posible un equilibrio con desempleo),
de que sólo con ella era posible acercar la situación de la eco- tal falta de interés por el crecimiento económico a largo pla-
nomía a su nivel potencial. zo y por las áreas atrasadas hace pensar que la revolución
En otro orden de cosas, Keynes también acabó con el inter- keynesiana no fue tan revolucionaria.
ludio estático de los neoclásicos. Al reintroducir una perspec-
Sin embargo, algunos economistas keynesianos han insis-
tiva dinámica en el análisis económico (aunque sólo fuese para tido en que el maestro sí tenía una teoría de la acumulación
tratar la inestabilidad cíclica a corto plazo de las economías de capital, si bien expuesta de manera implícita. Por ejem-
desarrolladas), este autor sentó las bases de lo que luego se- plo, para Thirlwall (1987: 14),
rían las teorías modernas del crecimiento, que nacieron preci-
samente de la mano sus discípulos y seguidores (Harrod, es evidente en muchos de sus ensayos y memoranda que
Domar, Kaldor, etc.). Keynes sí tenía una visión de los motivos principales del
Con todo, Keynes no se preocupó por los problemas del progreso económico a largo plazo, en un momento en el
largo plazo. Su Teoría general de 1936 fue un análisis está- que pocos economistas, por no decir ninguno, escribieron
tico a corto plazo. Por un lado, el propio largo plazo, para sobre el crecimiento y el desarrollo, y mucho antes de que
este autor, no tenía ni siquiera interés, pues, como escribió naciese incluso la subdisciplina de la Economía del desa-
en 1923, "a largo plazo, todos muertos". Por otra parte, Key- rrollo.

82 83
Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 7: El pensamiento keynesiano: la puerta abierta

Es posible defender la tesis de que había en la obra de Key- tar que las circunstancias alteran no sólo los casos sino
nes al menos dos planteamientos importantes a este respecto: también las teorías económicas, esa ruptura abrió la
puerta a la Economía del desarrollo y, más en particu-
— El análisis de los factores determinantes de la tasa de lar, a la propia existencia de ésta (si hay dos análisis
acumulación, que se situaban, ya no en las decisiones económicos, el neoclásico y el keynesiano, puede haber
de ahorro, sino en las decisiones de inversión, a su vez un tercero, el referido a los países atrasados) y a la dis-
influidas por la existencia de empresarios dinámicos tinción entre centro y periferia, exportadores de pro-
y dispuestos a incurrir en riesgos. ductos primarios y exportadores de manufacturas, paí-
— El estudio de la relación entre crecimiento demográfi- ses con oferta ilimitada de mano de obra y países con
co y expansión económica, puesto que Keynes temía excedente de capital, economías innovadoras y eco-
a la vez el aumento demasiado rápido de la población, nomías imitadoras, países prestamistas y países presta-
que conduciría a la trampa malthusiana, como el estan- tarios a nivel internacional, etc. (Singer, 1987: 73).
camiento de ésta, que llevaría, a través de la quiebra — Keynes insistió en la importancia de la gestión macroe-
de la demanda efectiva, al desempleo. conómica para acercar la economía a su potencial, de
manera que, aunque, en su opinión, las políticas macroe-
La contribución indirecta de Keynes al estudio del creci- conómicas eran compatibles con el liberalismo mi-
miento económico a largo plazo fue mucho más importante croeconómico, tal enfoque permitió desarrollar modelos
que la directa. Por ejemplo, los principales instrumentos ana- de planificación del desarrollo en economías subdesa-
líticos (tasas natural y garantizada de crecimiento) de la Eco- rrolladas (como, por ejemplo, el modelo de Mahalano-
nomía dinámica de Harrod, expuestas en el famoso artículo bis en la India).
de éste en 1939, ya están en un artículo previo de Keynes — Keynes situó el problema económico principal en la
sobre Algunas consecuencias económicas de una población infrautilización de recursos (desempleo y subempleo
en declive (1937). Además, la nueva Economía agregada está- de capital físico y humano), lo que sin duda influyó
tica de la Teoría general sentó las bases de la extensión al lar- en el modelo de Lewis de oferta ilimitada de mano de
go plazo de la teoría keynesiana, con el modelo de Harrod- obra o en la teoría de Nurkse o Rosenstein-Rodan del
Domar, de Robinson o de Kaldor (véase el capítulo 8). crecimiento proporcionado.
En lo que respecta a la influencia de Keynes en el naci- — Keynes, especialmente en los años treinta, aceptó la
miento posterior de la Economía del desarrollo (véase más protección comercial como un instrumento más para
detalles en el capítulo 9), varios aspectos son destacables: alcanzar el pleno empleo. Aunque, como señaló Kal-
dor, fue un proteccionista escéptico, pues hablaba de
— Keynes rompió, en palabras de Hirschman (1980), el un libre comercio modificado, lo cierto es que algunos
hielo de la monoeconomía, esto es, con la tesis neo- economistas del desarrollo se inspiraron en Keynes para
clásica de que existe un único análisis económico apto defender la protección en el marco de estrategias de
para estudiar cualquier tipo de situación real. Al acep- industrialización por sustitución de importaciones.

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 7: El pensamiento keynesiano: la puerta abierta

7.2. Keynes y los países atrasados Además, Keynes entendía que la gestión macroeconómi-
ca debía limitarse a su dimensión por el lado de la demanda,
Keynes no se interesó nunca directamente por los proble- sin contemplar siquiera la posibilidad de romper, con políti-
mas del subdesarrollo. Es más, nunca visitó un país del Ter- cas por el lado de la oferta, los estrangulamientos en capital
cer Mundo, y ni siquiera la India, pese a que trabajó duran- físico y humano o en las técnicas de producción, así como
te algunos años (1906-1908) en la Oficina de la India del las restantes rigideces estructurales.
Foreign and Commonwealth Office y que su primer libro En otro orden de cosas, Keynes mantenía una posición
trató del sistema monetario indio. Su Indian currency and muy británica sobre la ineficiencia de los economistas de los
finance (1913) era, en realidad, sólo un estudio técnico sobre países atrasados. Censuró el deseo de la India por industria-
el intrincado sistema monetario de la colonia y no abordaba lizarse, sobre cuyas posibilidades en el campo de las manu-
siquiera problemas de carácter más general. No obstante, ya facturas tenía un escepticismo casi fisiocrático (Chandavar-
en ese libro mostró su predilección por el patrón de cambios- kar, 1993: 141). En uno de sus escasos escritos al respecto,
oro (Gold Excbange Standard), vigente entonces en la India, señalo que
frente al patrón-oro (Gold Standard), asunto que retomaría
en los años cuarenta. su prosperidad futura debería buscarse casi por entero en la
La validez directa de la teoría keynesiana para los países aplicación de más capital a los métodos agrícolas [...] y no
subdesarrollados era muy limitada, ya que se trataba de un es fácil creer que la India encontrará en las fábricas y facto-
enfoque pensado desde y para las economías desarrolladas. rías los bienes no económicos, que constituyen, junto con la
Por ejemplo, Keynes propugnó ciertamente la gestión macro- riqueza, la dignidad de una nación.
económica pero combinada con el liberalismo microeconó-
mico, ya que dio por supuesta la existencia de mercados que Con todo, Keynes sí propuso en los años cuarenta la crea-
funcionaban y de altas elasticidades de oferta. En su ya cita- ción de una agencia internacional de estabilización de los pre-
do The end of laissez-faire de 1926, escribió que la tarea del cios de los productos primarios, cuyos precios oscilaban con
Estado tal fuerza que ponían en peligro la posibilidad misma de cre-
cimiento en los países atrasados. Defendió en un artículo de
no es hacer cosas que ya hacen los individuos o hacerlas un 1938 y en un memorándum de 1942 la constitución de stocks
poco mejor o un poco peor, sino en hacer las cosas que hoy gubernamentales de productos alimenticios, con objeto de
no se hacen en absoluto. regular la oferta de tales bienes. Además, como es sabido, en
la conferencia de Bretton Woods de 1944, que dio lugar al
Tal restricción era, a todas luces, poco apropiada para paí- nacimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del
ses con rigideces institucionales y de oferta y con escasez de Banco Mundial, defendió infructuosamente la creación de
empresarios privados, en los que era necesaria una interven- un tercer pilar (la Organización Internacional de Comercio).
ción estatal microeconómica para romper los cuellos de bote- Por añadidura, como presidente de la delegación británica
lla e incluso crear incentivos o empresas públicas. en tal conferencia, propugnó un FMI que presionase no sólo

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo

a los países con déficit de balanza de pagos sino también a


los países con superávit, propuso un banco internacional con
más funciones (la International Clearing Union), especial-
mente respecto del suministro de liquidez, y se opuso a asen-
tar el sistema monetario internacional en el dólar como mone-
da de referencia (propuso en su lugar el bancor, una moneda
mundial basada en las cotizaciones de una treintena de pro-
ductos primarios y del oro).
En términos más generales, Keynes hizo dos aportaciones
adicionales de gran importancia. En primer lugar, era plena-
mente consciente de que la gestión de la demanda efectiva en
La síntesis neoclásica
los países desarrollados para alcanzar el pleno empleo no
sólo estabilizaría los precios de los productos primarios a
y los post-keynesianos:
escala internacional sino que también garantizaría a las eco-
nomías subdesarrolladas una demanda externa para sus pro- la controversia
ductos, de manera que el crecimiento de éstas no se viera limi-
tado por la escasez de divisas. En segundo término, su interés
por la contabilidad nacional, esto es, por la recogida de esta- 8.1. La síntesis neoclásica y la heterodoxia post-keynesiana
dísticas agregadas, inspiró el famoso libro de C. Clark Las
condiciones del progreso económico (1940), en el que, por Por síntesis neoclásica (o neoclásico-keynesiana) se entien-
vez primera, se pusieron de manifiesto las enormes diferen- de el intento de la economía convencional por hacer com-
cias de renta per cápita a nivel mundial. patibles la tradición neoclásica con el pensamiento de Key-
nes. Al ser la ortodoxia dominante en la ciencia económica
posterior a la Segunda Guerra Mundial, ha sido objeto de
duras críticas por el pensamiento heterodoxo (post-keyne-
siano, marxista o institucionalista).
El intento de reconciliar el análisis macroeconómico key-
nesiano con la tradición microeconómica neoclásica, esto es,
de limitar el alcance de la ruptura (o herejía) que supuso la
obra de Keynes, fue obra inicialmente de J. R. Hicks, A. H.
Hansen, D. Patinkin, F. Modigliani, P. A. Samuelson y R.
Solow. Para Samuelson, la síntesis neoclásico-keynesiana
(SNK) es la corriente que afirma que las políticas keynesia-
nas de demanda pueden conducir a una situación de pleno

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 8: La síntesis neoclásica y los post-keynesianos...

empleo, en la que tiene validez la teoría neoclásica. En su aspectos importantes de la teoría de Keynes, precisamente los
famoso libro Economics: An introductory analysis (1948), que supusieron su ruptura con la corriente neoclásica: al ana-
Samuelson entiende que lizar las condiciones de equilibrio, se separó del interés de Key-
nes por el desequilibrio; además, no tomó en consideración
unas medidas monetarias y fiscales adecuadas pueden con- las expectativas, la incertidumbre, la importancia de la varia-
ducir a un entorno económico en el que son válidos los pre- ble tiempo como elemento constitutivo del proceso económi-
supuestos del análisis microeconómico. co, la teoría endógena del dinero o la tendencia a la baja de
la eficacia marginal del capital. Esa visión mecánica del key-
En tal enfoque, la microeconomía neoclásica se ocupa de nesianismo desnaturalizó el pensamiento de Keynes. Los eco-
la determinación de los precios relativos mientras que una nomistas post-keynesianos denunciaron esa traición, que daba
macroeconomía keynesiana, renovada mediante la formali- como resultado un "keynesianismo clásico", en palabras de
zación, es el instrumento teórico para determinar la renta S. Weintraub, "bastardo", como dijo J. Robinson, o incluso
nacional, el empleo, el nivel general de precios y el saldo de "hidráulico", en expresión de A. Coddington.
la balanza comercial. La SNK considera que el caso típico keynesiano (equili-
La SNK es una versión formalizada y simplificada de la brio con desempleo sustancial de recursos humanos y mate-
teoría keynesiana. Por una parte, el modelo IS-LM, creado riales) no es sino un caso especial, tal y como afirmaban los
inicialmente por Hicks en 1937, y continuado por Modigliani neoclásicos. Además, considera que, aunque los salarios mone-
en 1944 y Hansen en 1949, permite, como es bien sabido, tarios son constantes (en lo que, por cierto, se separaba de
obtener unas curvas que determinan la configuración del los neoclásicos, quienes decían que lo constante eran los sala-
equilibrio macroeconómico. La curva descendente IS (invest- rios reales), no hay rigidez a la baja de los salarios reales,
ment-saving) refleja la situación de equilibrio en el mercado como afirmaba Keynes.
de bienes y servicios respecto del tipo de interés. La curva Aunque la SNK se apartaba de la gran tradición neoclási-
ascendente LM (liquidity-money) representa el equilibrio en ca en la recomendación de medidas de política económica (si
el mercado monetario, igualmente respecto del tipo de inte- bien limitadas al ajuste fino, o fine tuning), lo cierto es que
rés. La intersección de las dos curvas es el punto en el que se resultó claramente mucho más neoclásica que keynesiana.
registra un equilibrio simultáneo en ambos mercados. Este aspecto resulta aún más evidente en la teoría del cre-
El modelo IS-LM permite, pues, una representación for- cimiento que desarrolló la SNK (véase Jones, 1974). Como
mal de la teoría macroeconómica, al tiempo que desemboca reacción a los modelos keynesianos y post-keynesianos de cre-
de forma automática en proposiciones de política económi- cimiento (Harrod-Domar o Kaldor), que concluían que no
ca e incluso en previsiones y simulaciones. Presentada de esa hay garantía alguna de crecimiento equilibrado, estable y de
forma, la macroeconomía keynesiana se hizo inmediatamente pleno empleo, autores como R. Solow, T. W. Swan, J. Tobin,
célebre. K. Ara o J. Meade propusieron un modelo neoclásico de cre-
La SNK también simplificó (algunos autores dicen que trai- cimiento basado, entre otros, en los siguientes supuestos no
cionó) el pensamiento keynesiano. En particular, ignoró varios keynesianos:

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 8: La síntesis neoclásica y los post-keynesianos...

— Todo el ahorro se invierte (S = I), por lo que no hay tuibilidad perfecta entre los factores de producción, de mane-
función de inversión, es decir, las expectativas empre- ra que se pueden combinar, automáticamente y sin costes,
sariales no desempeñan ningún papel; en otras pala- distintas cantidades de capital con varias proporciones de
bras, y a diferencia de lo que afirmaba Keynes, un incre- trabajo. Esa concepción del capital como algo "maleable"
mento en la propensión al ahorro no produce ningún fue criticada por los post-keynesianos (véase la llamada "con-
aumento en la tasa de crecimiento de la economía. troversia del capital" en el apartado siguiente). En segundo
— La función de producción agregada Y = F (K, L) es lugar, es un enfoque a muy largo plazo, sin que esté claro
lineal (hay sustituibilidad perfecta entre factores) y cuánto tiempo hay que esperar para que la tasa de crecimiento
presenta rendimientos constantes a escala y producti- de la economía se iguale a su tasa natural o de pleno empleo.
vidades marginales decrecientes, de manera que la cur- En tercer lugar, olvida por completo las expectativas de los
va que la representa es continua y cóncava respecto empresarios, que son, a juicio de los seguidores de Keynes,
del eje de las abscisas. una de las aportaciones fundamentales del maestro. Por últi-
mo y más en general, el modelo de crecimiento de Solow refle-
Con tales supuestos, se abandona la proposición de que ja la visión neoclásica mecanicista de una expansión armo-
el coeficiente de capital (o relación capital-producto, K/Y) es niosa y en continuo equilibrio.
constante, afirmación que, a juicio de la SNK, es básica en Como alternativa a la SNK, la corriente post-keynesiana,
el modelo de Harrod-Domar y es la que hace que, en tal desarrollada inicialmente en la universidad de Cambridge por
modelo, el crecimiento sea inestable y que resulte práctica- discípulos y seguidores de Keynes (N. Kaldor, J. Robinson,
mente imposible alcanzar una situación de pleno empleo. P. Sraffa, L. Pasinetti, P. Garegani, M. Kalecki), fue una reac-
El modelo neoclásico de Solow concluye que, a largo pla- ción crítica respecto de la ortodoxia de la SNK. Para esos auto-
zo, el crecimiento será estable a una tasa de expansión de ple- res, la SNK deforma o desnaturaliza el verdadero pensamiento
no empleo. Se eliminan así los dos problemas de Harrod, del autor de la Teoría general, además de vulgarizarlo. En su
puesto que: opinión, Keynes rompió claramente con la tradición neoclási-
ca, y eso es precisamente lo que, a su juicio, la SNK enmasca-
— La economía tiende constantemente hacia una tra- ra. De igual modo, afirma esa corriente, la formalización de la
yectoria de pleno empleo (Harrod consideraba que macroeconomía keynesiana, tal y como fue desarrollada por la
resultaba muy difícil que la economía alcanzase una SNK, supone una reducción abusiva de la teoría keynesiana.
situación de pleno empleo). La corriente post-keynesiana (CPK) insiste en el carácter
— Las expectativas de los empresarios no desempeñan inherentemente inestable de la economía de mercado, de
función alguna, de manera que la tasa de crecimiento manera que la función reguladora de las instituciones es esen-
puede perfectamente ser estable. cial. Por tanto, la CPK revitalizó la faceta anti-neoclásica de
Keynes, a la que añadió varios planteamientos importantes,
El modelo neoclásico de crecimiento ha sido objeto de por vincularse además, aunque parcialmente, con los clási-
diversas críticas. En primer lugar, considera que hay susti- cos (Ricardo, Malthus o Mill) e incluso con Marx.

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 8: La síntesis neoclásica y los post-keynesianos...

J. Robinson (1903-1983), discípula y seguidora del Key- empleo), de manera que la intervención del Estado se con-
nes más radical, publicó en 1956 su obra principal, The accu- vierte en una necesidad básica.
mulation of capital, en la que planteó la necesidad de gene- En expresión de Robinson, la "edad de oro" (en la que
ralizar a largo plazo la teoría keynesiana del corto plazo. La una tasa de beneficio alta permite una acumulación que gene-
inversión, decía, no sólo contribuye al crecimiento a través ra un crecimiento del empleo igual a la expansión de la fuer-
del multiplicador, como analizó Keynes, sino también za de trabajo), que para la SNK era poco menos que algo
mediante el aumento del stock de capital. En palabras de seguro, no es más que una situación milagrosa, que se regis-
Robinson tra sólo cuando confluyen la confianza de los inversores y
una política óptima de distribución. Es más realista pensar,
la cuestión se plantea [...] como una generalización de la afirma Robinson, que lo normal es una "edad de plomo", en
Teoría general [...] es decir, una extensión del análisis a cor- la que el crecimiento es desequilibrado, presenta fluctuacio-
to plazo de Keynes al desarrollo a largo plazo. nes y es compatible con el desempleo.
Por su parte, N. Kaldor (1908-1986) insistió en la impor-
En esa obra, Robinson presentó una crítica radical a la tancia de la distribución de la renta, incluso en un marco
SNK en los siguientes aspectos: de pleno empleo, como una variable fundamental del pro-
ceso económico. El vínculo entre productividad del traba-
— El crecimiento de la economía no depende de las pre- jo y crecimiento de la producción (que luego se llamó "ley
ferencias de los agentes y del estado de la técnica (de de Kaldor-Verdoorn") es el que permite a la economía alcan-
la productividad marginal de un agregado llamado zar un círculo virtuoso de crecimiento. El aumento de la
capital), sino que es función de la tasa de beneficios, productividad del trabajo permite aumentar los salarios rea-
a su vez dependiente de la velocidad de la economía les, con lo que crece la demanda y la producción total y por
(su tasa de crecimiento) y de varias macromagnitudes empleado.
sociales (la distribución de la renta y los comporta- La aportación de la CPK, así como de algunos de sus pre-
mientos de ahorro y consumo). cursores, como R. Harrod (1900-1978) y E. Domar, a la teo-
— No hay flexibilidad perfecta de precios y de la rela- ría moderna del crecimiento es, por tanto fundamental.
ción capital-producto, ni tampoco sustituibilidad per- El artículo pionero de Harrod de 1939 ("An essay in dyna-
fecta entre factores: los precios y la relación K/Y están mic theory", publicado en The Economic Journal, la revista
sujetos a importantes rigideces, mientras que el capi- dirigida por Keynes) cambió el interés de los economistas
tal no es maleable. desde la estática del desempleo (la influencia directa de Key-
nes) por la dinámica del crecimiento, al combinar la macro-
En suma, frente al optimismo de la SNK, que le conducía economía keynesiana con la tradición clásica de la expan-
a defender el liberalismo o, todo lo más, intervenciones públi- sión económica a largo plazo. En ese sentido, su visión del
cas meramente correctoras, la CPK es más pesimista (no hay desarrollo económico es mucho más completa que la con-
garantías de crecimiento equilibrado, estable y de pleno cepción preanalítica de Schumpeter.

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 8: La síntesis neoclásica y los post-keynesianos...

Junto con Domar, Harrod señaló que la tasa de crecimiento (como puente entre lo pasado y lo futuro) y en la función cen-
de la economía era igual a s/v, donde s es la propensión al tral de las instituciones en el capitalismo contemporáneo.
ahorro, y v, la relación capital-producto o, lo que es lo mis- Además, la CPK aportó novedades importantes al análi-
mo, la inversa de la productividad del capital. El modelo de sis keynesiano: la teoría del crecimiento a largo plazo (Harrod,
Harrod-Domar abrió la puerta a numerosas investigaciones Domar, Lundberg, etc.), la importancia de la distribución de
sobre el crecimiento a largo plazo y la planificación del desa- la renta (Kalecki y Kaldor) o la teoría de la competencia
rrollo. Aunque el modelo inicial suponía que tanto s como v imperfecta (Kalecki, Robinson, etc.).
eran constantes exógenas, por lo que el crecimiento real ten- La CPK impregnó el pensamiento de un buen número de
día al desequilibrio, a la inestabilidad y al desempleo, esto grandes economistas del siglo XX. No fue sólo una tendencia
es, se movía, en el mejor de los casos, en un estrecho "filo de desarrollada en el Cambridge británico (frente al Cambridge,
navaja" entre el desempleo y la inflación, las modificaciones Massachusetts, de Solow y Samuelson) sino que fue propug-
posteriores permitieron concebir la programación del desa- nada también por otros economistas británicos (G. Shackle,
rrollo como un intento por aumentar la propensión al aho- A. Coddington, J. Eatwell, etc.) y estadounidenses (S. Wein-
rro y/o la productividad del capital. traub, P. Davidson, H. P. Minsky, A. S. Eichner o J. A. Kre-
La llamada ecuación de Cambridge, básica en la CPK, gel), así como de otros países (A. Asimakopoulos, A. Barré-
afirma que la tasa de crecimiento es igual a la tasa de bene- re, F. Poulon, etc.).
ficios multiplicada por la propensión al ahorro de los empre- Cabe concluir este apartado señalando que la CPK es una
sarios. Esa tasa no está, por tanto, ligada de modo alguno a alternativa sugerente a la ortodoxia de la síntesis neoclásica.
consideraciones tecnológicas o productividades marginales, Permitió recuperar al Keynes de la ruptura con la tradición
esto es, a la función neoclásica de producción. neoclásica y, en cierta medida, a los clásicos (sobre todo Ricar-
En suma, la introducción de una perspectiva dinámica en do) y a Marx (a través de las escuelas de Sraffa, en el primer
la teoría keynesiana, articulada con el enfoque de M. Kalec- caso, y de Kalecki, en el segundo). No se limitó a generali-
ki (1899-1970) sobre la distribución, sentó las bases de la zar al largo plazo la teoría keynesiana, sino que además hizo
alternativa post-keynesiana a la síntesis neoclásica: inestabi- aportaciones fecundas sobre el crecimiento, la distribución,
lidad del crecimiento, importancia de la distribución, com- la competencia imperfecta, la teoría de los precios y del dine-
petencia imperfecta, expectativas, etc. ro, etc. Por otro lado, defendió la necesidad de aplicar a la
La saludable recuperación, por parte de la CPK, del Key- economía de mercado intervenciones públicas importantes y
nes más radical (el de la ruptura con la tradición neoclásica) no únicamente meras medidas correctoras.
permitió a los economistas insistir en la teoría económica como
fundamento de la Economía aplicada (es decir, en el realismo
y las propuestas de política), en la variable tiempo abordada 8.2. Las grandes controversias
en su dimensión histórica, en las expectativas formadas y en
las decisiones adoptadas en un marco de incertidumbre, en el Aunque los debates entre los dos Cambridge (el británi-
dinero como elemento constitutivo del proceso económico co de la CPK y el estadounidense de la SNK) se distinguió en

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Parte II. Antecedentes de la teoría económica del desarrollo Capítulo 8: La síntesis neoclásica y los post-keynesianos...

los años sesenta y setenta por la virulencia, el diálogo de sor- embargo, como señalaron Robinson y Kaldor, tal solución
dos y un alto grado de abstracción, merecen ser recordadas suponía aceptar la función de producción Y = F(K, L) con una
tres controversias. sustituibilidad perfecta entre factores. La CPK rechazó ese tipo
El debate sobre el capital fue una discursión sobre la per- de función. En palabras de Robinson,
tinencia de la función neoclásica de producción y, por tanto,
sobre la teoría de la distribución basada en las productivi- la función de producción ha sido un instrumento muy efi-
dades marginales. Para la CPK, el capital no es un agregado caz de embrutecimiento [...] [al no plantear cómo se mide el
medible, maleable y perfectamente sustituible por trabajo, capital] el estudiante [...] no se plantea esa cuestión. Antes
como afirma la SNK. Por el contrario, para la CPK es impo- de que se la plantee, ya será profesor. Es así como las cos-
sible medir el capital independientemente del conocimiento tumbres de pereza intelectual se transmiten de generación
de los precios y de la tasa de beneficio; el capital no es un en generación.
chicle, en expresión de Robinson, y no existe sustituibilidad
perfecta de factores. La alternativa post-keynesiana al pesimismo del modelo
La controversia sobre el retorno de las técnicas, que, al de Harrod-Domar fue introducir el progreso técnico (caso
igual que la anterior, se saldó con la victoria (reconocida por de los modelos de R. M. Goodwin o J. S. Duesenberry) o,
la SNK) de la CPK, fue un debate sobre la afirmación post- más generalmente, hacer variable endógena la propensión al
keynesiana de que un aumento de la relación salarios/bene- ahorro, que podía cambiar en función de la distribución de
ficios tiende normalmente a generar técnicas cada vez más la renta (Kaldor, Robinson).
intensivas en capital, pero que tales técnicas pueden ser aban- En efecto, siguiendo a Kalecki, estos últimos distinguen
donadas a partir de un determinado nivel de salarios. Tal entre la propensión al ahorro de los perceptores de benefi-
posibilidad entraba en contradicción con el planteamiento cios y la de los perceptores de salarios, de manera que la pro-
neoclásico de que un aumento de salarios se reabsorbe en pensión total al ahorro depende del tipo de distribución de
condiciones de competencia, ya que implica técnicas más la renta entre salarios y beneficios. Como la tasa de ahorro
intensivas en capital, excedente de mano de obra, caída de de los perceptores de beneficios es mucho más alta que la
los salarios y técnicas más intensivas en trabajo. correspondiente a los asalariados, para alcanzar el pleno
Por último, la controversia más importante fue el debate empleo es necesaria un cierta cantidad de inversión, que sólo
sobre el crecimiento. Como ya quedó indicado, el modelo de es posible si los beneficios son suficientemente altos.
Harrod-Domar concluía que la tasa de crecimiento es igual al
cociente entre s (propensión al ahorro) y v (relación capital-
producto). Si tanto s como v son constantes exógenas, no hay
garantía alguna de crecimiento equilibrado, estable (ya que
hay fuerzas centrífugas) y de pleno empleo. La alternativa que
propuso la SNK, a través del modelo de Solow, consistió en
hacer variable endógena a la relación capital-producto. Sin

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Parte III

La Economía del desarrollo


desde 1945: las teorías ortodoxas
9
El nacimiento
de la Economía
del desarrollo
En los años treinta y cuarenta se produjo lo que Karl
Polanyi denominó la "gran transformación", esto es, el paso,
en la política, del liberalismo al activismo estatal y, en la Eco-
nomía, aunque en mucha menor medida, del pensamiento
neoclásico (el análisis económico teórico y formalizado y
anclado en la búsqueda del beneficio individual) a la hete-
rodoxia keynesiana y post-keynesiana (la diversidad de aná-
lisis económicos aplicados y las preocupaciones sociales). En
efecto, en su obra La gran transformación (1944), Polanyi
escribió, sobre la excepcionalidad del liberalismo político y
del neoclasicismo económico, las líneas siguientes:

Todos los tipos de sociedad están limitados por los facto-


res económicos. La civilización del siglo XIX sólo era econó-
mica en un sentido diferente y distintivo, puesto que decidió
basarse en un motivo escasamente aceptado como válido en
la historia de las sociedades humanas, y con seguridad nunca

103
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 9: El nacimiento de la Economía del desarrollo

antes elevado a la categoría de justificación de la acción y el "progreso material". Sólo Schumpeter, en los primeros dece-
comportamiento de todos los días: el beneficio. El sistema de
nios del siglo XX, escribió sobre la teoría del desarrollo econó-
mercado autorregulado se creó únicamente sobre la base de
ese principio. El mecanismo que la prosecución del beneficio mico, pero con una visión preanalítica y referida únicamente a
puso en marcha tuvo una eficacia comparable sólo a los más los países ricos. En los años veinte y treinta, la literatura colo-
violentos estallidos de fervor religioso en la historia. nial entendía el desarrollo en sentido transitivo: el desarrollo
de los recursos minerales y agrícolas de las colonias.

La pérdida de fe en la idea neoclásica de que el libre mer-


cado conducía a la economía al equilibrio y la toma de 9.1. La evolución del mundo real
conciencia de los desastres provocados por la gran depresión
de los años treinta y por la Segunda Guerra Mundial cam-
La Economía del desarrollo destacó en esos primeros años
biaron sustancialmente el pensamiento social. Una de las
por dedicarse especialmente a obtener medidas de política
manifestaciones de ese cambio fue una cada vez mayor pre- para aliviar la situación de subdesarrollo. Ello se debió a que
ocupación por lo que en esos años se empezaron a llamar sus practicantes iniciales (los llamados "pioneros del desa-
"economías subdesarrolladas". rrollo") se distinguieron por un notable compromiso moral
La Economía del desarrollo se constituyó formalmente en para cambiar las cosas y vivieron una época de fuerte agita-
los años cuarenta. Antes, como ya se ha señalado, los eco- ción intelectual. Esa dimensión prescriptiva de la Economía
nomistas se interesaron poco por las áreas atrasadas. Los clá- primigenia del desarrollo hizo que su propio alumbramien-
sicos (excepto Marx) apenas se preocuparon por los proble- to se viera determinado por los cambios registrados en el
mas del atraso en las sociedades pobres de su tiempo, si bien mundo real.
es verdad que principalmente por falta de información. El Varios acontecimientos y fenómenos merecen ser desta-
paréntesis neoclásico desplazó el interés hacia los problemas cados a este respecto.
de equilibrio (asignación de recursos e intercambio) y sus
representantes no tuvieron ni siquiera una teoría del creci-
— La Gran depresión en el mundo desarrollado (1929-
miento. Incluso el keynesianismo inicial, hasta la llegada de
1939) provocó en los países pobres una merma de su
los modelos de crecimiento de Harrod-Domar, Kaldor, Good-
capacidad para importar (el comercio mundial dismi-
win, Duesenberry, etc., se interesó sólo por los problemas de
nuyó, en volumen, una cuarta parte tan sólo entre 1929
inestabilidad y de desempleo a corto plazo en las economías
y 1932), mientras que el conflicto bélico mundial con-
desarrolladas.
llevó una quiebra de suministros. Ambos fenómenos con-
En realidad, la expresión moderna "desarrollo económico" fluyeron en la necesaria adaptación a un entorno rece-
(referida a países pobres o del Tercer Mundo) no alcanzó car- sivo, mediante políticas de industrialización por
ta de naturaleza hasta después de la Segunda Guerra Mun- sustitución de importaciones (ISI), esto es, de remplazo
dial. Como ha señalado Arndt (1981), los clásicos (de nuevo de las compras de manufacturas por producción nacional.
con la excepción, en este caso parcial, de Marx) hablaban de La ISI hacía necesaria la intervención del Estado, bien

104
105
Capítulo 9: El nacimiento de la Economía del desarrollo
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
Hemos descartado claramente una posible solución a nues-
para provocar el impulso necesario a la industrializa- tros problemas internacionales: un ataque militar a la Unión
ción, bien para proteger a los mercados interiores. La Soviética y a la China comunista por los Estados Unidos [...]
mayor parte de las economías subdesarrolladas, espe- Esa decisión tiene una importante consecuencia puesto que
cialmente en América Latina, cambiaron pues su estra- significa que el pueblo americano debe encontrar otras vías
tegia de desarrollo, abandonando las prácticas liberales. para proteger sus intereses. La alternativa a la guerra total
— La descolonización de Asia meridional y de Oriente iniciada por los Estados Unidos no es la paz. Hasta que se
Medio, que se produjo inmediatamente después de la impongan nuevos criterios y políticas en Moscú y Pekín, la
alternativa para los Estados Unidos es una mezcla de medi-
guerra mundial, y que fue posible por el cambio en la
das militares, políticas y económicas.
correlación mundial de fuerzas que el propio conflic-
— El éxito de la planificación indicativa durante los pri-
to había generado, se manifestó en una autoafirma-
meros años cuarenta en los países desarrollados deter-
ción nacionalista en los nuevos territorios indepen-
minó que se contemplase con buenos ojos su eventual
dientes (Filipinas y Jordania en 1946; India, Pakistán,
aplicación a los países subdesarrollados. Como ha des-
Jordania y Líbano en 1947; Ceilán y Birmania en 1948;
crito Singer (1992: 59-60).
Indonesia e Israel en 1949, etc.). Sus gobiernos bus-
caron legitimarse política y socialmente mediante estra- La experiencia en tiempo de guerra de los países indus-
tegias de desarrollo económico y empezaron a solici- triales había demostrado la capacidad de la planificación
tar especialistas que les asesorasen en ese empeño. macroeconómica y de la acción gubernamental para maxi-
— Estados Unidos se convirtió en la nueva potencia hege- mizar la producción, movilizar recursos ociosos, alcanzar el
mónica tras la guerra, y sus intereses políticos y econó- pleno empleo, así como, igualmente, para controlar la infla-
micos de estrategia externa (la contención del comu- ción y conseguir una distribución más igualitaria de la ren-
nismo y la apertura de mercados donde colocar los ta. Esa experiencia fue particularmente llamativa en el Rei-
excedentes de capital y mercancías acumulados duran- no Unido, país que, en la persona de Keynes, cumplió una
te el conflicto) hicieron que el desarrollo económico se función esencial en la creación del sistema de Bretton Woods.
convirtiese, por vez primera, en una faceta de la políti- Se creía firmemente que los mismos principios de planifica-
ción, gestión macroeconómica de la economía por los gobier-
ca exterior. Para hacer frente al ascenso de la Unión
nos y movilización de los recursos ociosos, basados en los
Soviética, cuya economía había resistido brillantemen-
principios keynesianos, eran también aplicables a las preo-
te la incidencia de la crisis de los años treinta, y conte- cupaciones de los países en desarrollo, que se habían con-
ner la extensión de su influencia internacional, así como vertido en foco de interés mundial a raíz de la independen-
para promover la paz y la estabilidad económica mun- cia del subcontinente indio y de los cambios de la política
diales, los Estados Unidos empezaron a contemplar el colonial en África para preparar la independencia.
desarrollo de sus aliados en el Tercer Mundo como una
necesidad estratégica. W. W. Rostow, en un libro publi- — La buena marcha de los planes estadounidenses de recons-
cado en 1955 sobre la política estadounidense en Asia, trucción europea (el Plan Marshall) y japonesa (el Plan
expresó perfectamente tal cambio:

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 9: El nacimiento de la Economía del desarrollo

MacArthur), que demostraron, además, la eficacia de las Los economistas y políticos de la posguerra se distinguían por
transferencias internacionales de recursos a gran escala. un notable afán reformista. Sus ideas de habían visto marcadas
La preocupación de las Naciones Unidas por los pro- profundamente por los traumas de la gran depresión de los años
blemas del desarrollo, a diferencia de su antecesora, la treinta y de la Segunda Guerra Mundial. Esa oleada de idealis-
Liga de las Naciones. En la Asamblea General destacó mo se manifestó, por ejemplo, en los siguientes eventos:
enseguida el bloque formado por países asiáticos y afri-
canos. La propia Carta de San Francisco establecía como — Las Cuatro Libertades que el presidente estadouni-
uno de los objetivos principales de la ONU fomentar dense Roosevelt planteó como derechos universales a
principios de 1941, incluida la libertad de no pasar
mayores niveles de vida, el pleno empleo y las condiciones necesidad.
para el progreso económico y social y el desarrollo. — La Carta Atlántica, firmada por Churchill y Roose-
velt en agosto de ese año, se proponía, en otros aspec-
La creación de organismos económicos internacionales, tos, promover el libre acceso de todos los países al
como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mun- comercio exterior y al aprovisionamiento de materias
dial (ambos en la conferencia de Bretton Woods de 1944), primas, así como garantizar que todos los seres huma-
la Organización de Naciones Unidas para la Alimenta- nos en todos los países pudieran vivir sin sentir mie-
ción y la Agricultura (FAO) en 1945, y las Comisiones do o sufrir necesidad.
Económicas para las diversas regiones: Comisión Eco- — El famoso Punto Cuatro de la declaración del presi-
nómica para Asia y Extremo Oriente (CEAEO) en 1947, dente Truman en 1949 se convirtió en el primer pro-
Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en grama estadounidense de ayuda al desarrollo, espe-
1948, etc. En particular, el Banco Mundial, en realidad cialmente en el terreno técnico.
un aspecto secundario en las intenciones de los repre-
sentantes de los países ricos en la conferencia de Bretton En otro orden de cosas, el sentimiento igualitarista que
Woods, se denominaba oficialmente Banco Internacional despertó la solidaridad de las trincheras en la guerra mun-
de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD) y empezó a sumi- dial, así como la toma de conciencia de los inconvenientes
nistrar préstamos a algunos países de América Latina a del hecho colonial en los países pobres, provocaron en Occi-
finales de los años cuarenta. dente una fuerte reacción contra el colonialismo. La opinión
pública y los gobiernos empezaron, justo después del final
de la contienda, a prepararse para la independencia de sus
9.2. Los cambios ideológicos y teóricos colonias.
Además, la creciente afluencia de datos y los progresos de
Las modificaciones hasta ahora descritas en la economía la estadística permitieron a los especialistas y a sus lectores
y las instituciones internacionales se reflejaron rápidamente darse cuenta de la enorme disparidad de rentas a escala mun-
en el pensamiento político y social. dial. Ya antes de la guerra, la Liga de las Naciones elaboró

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 9: El nacimiento de la Economía del desarrollo

un informe sobre la situación de la alimentación en el pla- Por último, fue determinante la aportación metodológi-
neta, que se publicó en 1 9 3 5 . La Oficina Internacional del ca de la revolución keynesiana, surgida, como ya vimos, de
Trabajo (OIT) se sumó también a esa tendencia, con estudios la crisis del pensamiento neoclásico, y debida, a su vez, a la
que vieron la luz en 1939 y 1944. Además, en 1940 se publi- incapacidad de éste p a r a explicar y dar respuesta a la gran
có The conditions of economic progress, del economista bri- depresión. En palabras de Hirschman (1980, trad. esp., pp.
tánico C. Clark, que, al recoger datos de contabilidad nacional 17-18):
p a r a varios países, puso de manifiesto la enorme desigual-
dad en la distribución de la renta y de la riqueza a nivel mun-
La Economía del desarrollo aprovechó el descrédito sin
dial.
precedentes en que había caído la Economía ortodoxa como
Por añadidura, los economistas empezaron a darse cuen- resultado de la depresión de los años treinta y del éxito, tam-
ta de la falta de adecuación de las teorías explicativas del bién sin precedente, de un ataque a la ortodoxia provenien-
atraso (culturales o sociológicas) que eran m o n e d a común te del interior del establishment de la ciencia económica. Por
antes de la guerra. En palabras de Singer (1975, trad. esp., supuesto, me refiero a la Revolución keynesiana de los años
p. 25), treinta, que se convirtió en la nueva economía y casi en la
nueva ortodoxia en los años cuarenta y cincuenta. Keynes
[...] no podía escapar a la atención de los economistas el había establecido firmemente la idea de la existencia de dos
hecho de que la marcha del progreso parecía ser un poco clases de ciencia económica: la tradición ortodoxa o clási-
selectiva y, en particular, parecía vacilante en los países tro- ca, que se aplica, como gustaba de subrayar Keynes, al caso
picales y en los países no habitados por hombres blancos. especial en que la economía se encuentra plenamente emplea-
Esto se explicaba generalmente por razones no económicas: da; y un otro sistema muy diferente de proposiciones analí-
el efecto del clima tropical sobre la inclinación o la capaci- ticas y de prescripciones de política (reformadas por Key-
dad de los hombres para esforzarse, la influencia de religio- nes) que se aplica cuando hay un gran desempleo de recursos
nes o filosofías fatalistas, etc. [Surgieron así] las famosas teo- humanos y materiales. El paso keynesiano de una a dos cien-
rías acerca de que la iniciativa del progreso económico sólo cias económicas fue decisivo: se había roto el hielo de la
podía corresponder a los protestantes (Weber), a los puri- monoeconomía y de pronto resultaba verosímil la idea de la
tanos, calvinistas, judíos o minorías religiosas en general posible existencia de otra ciencia económica, sobre todo
(Sombart), a los prusianos (Sombart de nuevo). entre el grupo de economistas keynesianos, muy influyente
a la sazón.
Los nuevos especialistas en desarrollo consideraban poco
convincentes tales explicaciones, desarrolladas en obras, ante- Si bien es verdad que la crítica keynesiana a la Economía
riores a la Segunda Guerra Mundial, como La ética protes- neoclásica y la defensa de la intervención del Estado por par-
tante y el espíritu del capitalismo (M. Weber, 1905), El capi- te de los keynesianos contribuyó m u c h o al nacimiento de la
talismo moderno (W. Sombart, 1916), El instinto del trabajo Economía del desarrollo, no conviene, sin embargo, exagerar
humano (T. Veblen, 1914), o La estructura de la acción social su importancia. En efecto, la contribución del keynesianismo
(T. Parsons, 1937). fue sobre todo metodológica, y sólo en escasa medida teórica.

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 9: El nacimiento de la Economía del desarrollo

El desempleo de los países desarrollados no era equiparable al crecimiento y, sobre todo, elevar el grado de formali-
subempleo existente en los subdesarrollados. La estabilización zación y de atractivo académico de su análisis; la teo-
a corto plazo era suficiente para generar un crecimiento sos- ría keynesiana fomentó el desarrollo de la Economía
tenido en los primeros, mientras que el Tercer Mundo necesi- aplicada, y la recogida de datos estadísticos a escala
taba planificación estatal y ayuda extranjera para provocar el internacional hizo que los economistas tomasen concien-
impulso mismo de industrialización. El problema principal en cia de la disparidad de los niveles de desarrollo.
los países ricos, decía Keynes, era el desempleo de los recursos
existentes, por causa de la insuficiencia de la demanda efecti- Con todo, el análisis keynesiano era un enfoque desarrolla-
va. En los países pobres, por el contrario, el obstáculo más do desde y para los países desarrollados, de manera que su
importante era la falta de capital. extrapolación al mundo en desarrollo resultaba casi imposible.
En suma, la contribución de la revolución keynesiana al En general, el escepticismo de los economistas del desa-
nacimiento de la Economía del desarrollo puede resumirse rrollo respecto del pensamiento neoclásico se extendió tam-
de la siguiente manera: bién, por esas razones, a la teoría keynesiana. Se produjo un
retorno a la gran tradición clásica, cuya visión del crecimiento
— Al romper con la monoeconomía, Keynes abrió la puer- económico y del cambio social, aunada a su análisis de la dis-
ta a la existencia de varios análisis económicos para tribución de la renta entre clases sociales y de la producción
estudiar realidades diferentes. Los economistas del entre sectores, a sus funciones de ahorro e inversión y a su
desarrollo se ampararon en tal ruptura para defender insistencia en la acumulación de capital, parecía más apro-
que las estructuras tecnológicas, geopolíticas e insti- piada para el estudio de los países subdesarrollados.
tucionales de los países subdesarrollados eran distin- En ese sentido, la aportación de economistas procedentes de
tas de las existentes en los países ricos y que, además, Europa central y oriental, así como la de especialistas origi-
eran lo suficientemente diferentes como para justifi- narios de países del propio Tercer Mundo, fue fundamental.
car la creación de un enfoque alejado del paradigma Los primeros, que en buen número se instalaron en el Reino
(neoclásico o keynesiano) utilizado para estudiar la Unido antes de la guerra, estaban muy influidos por el debate
realidad de los países desarrollados. sobre la industrialización soviética de los años 20 y 30, así como
— Keynes y, sobre todo, sus seguidores hicieron posible por el análisis marxista, al menos en la importancia otorgada
que los economistas volvieran a interesarse por el cre- a las relaciones intersectoriales. Los segundos se declararon par-
cimiento a largo plazo: las recetas keynesianas habían tidarios de un retorno a Smith, Mill, o Ricardo. En el primer
solucionado (aunque luego se vio que sólo temporal- grupo, cabe destacar los nombres de P. N. Rosenstein-Rodan,
mente) la inestabilidad y el desempleo a corto plazo K. Mandelbaum (luego K. Martin), N. Kaldor, M. Kalecki,
en los países desarrollados; la dinamización de la T. Balogh, e incluso H. W. Singer, A. O. Hirschman y A. Gers-
macroeconomía agregada keynesiana, con los mode- chenkron. En el segundo, los principales fueron W. A. Lewis,
los de Harrod-Domar o Kaldor, permitió a los eco- R. Prebisch o P. Ch. Mahalanobis. De todos ellos hablare-
nomistas combinar análisis keynesiano y teorías del mos en el capítulo siguiente.

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10
Los pioneros
del desarrollo (1945-1957)

10.1. Especificidad estructural y círculos viciosos

El rechazo de la monoeconomía, esto es, de la existencia


de una única teoría económica válida para el análisis de cual-
quier tipo de situación real, fue lo que distinguió sobre todo
a los primeros especialistas en desarrollo tras la segunda gue-
rra mundial (A. O. Hirschman, H. Leibenstein, W. A. Lewis,
G. Myrdal, R. Nurkse, R. Prebisch, P. N. Rosenstein-Rodan,
H. W. Singer, J. Tinbergen, etc., y, en menor medida, H. Myint,
W. W. Rostow o J. Viner). La incapacidad analítica de la teo-
ría económica convencional para enfrentarse a los problemas
de los países que empezaron a llamarse subdesarrollados a
raíz de un informe de las Naciones Unidas de 1951 (Measu-
res for tbe economic development of under-developed coun-
tries), desembocó en la creación de un enfoque novedoso.
El estudio de las economías subdesarrolladas exigía, en
opinión de los pioneros, un instrumental distinto del creado

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)

por y para el análisis de las economías desarrolladas. Esa Por ejemplo, para Rosenstein-Rodan (1943), existía una
apuesta por una reflexión teórica independiente del cuerpo trampa de subdesarrollo a bajo nivel, causada por el hecho
convencional era el resultado lógico de la percepción de la de que la demanda insuficiente provocaba que la inversión
especificidad estructural del subdesarrollo. en el sector moderno brillase por su ausencia o fuese incom-
En efecto, éste presentaba una estructura productiva más rígi- pleta, lo que hacía que ese sector no creciese lo necesario,
da y menos flexible que la de los países desarrollados. A las rigi- provocando insuficiencia de demanda. Para Nurkse (1952),
deces institucionales había que sumar la falta de flexibilidades el círculo vicioso de la pobreza se debía al encadenamiento
económicas: la oferta de bienes y servicios era particularmente de varios fenómenos de oferta (baja renta por habitante, baja
inelástica, de manera que no había respuesta rápida de la pro- propensión al ahorro, insuficiencia de capital, baja produc-
ducción a los movimientos de los precios, y los propios merca- tividad y baja renta per cápita) y demanda (bajo poder adqui-
dos de esos bienes y servicios presentaban notables imperfeccio- sitivo, insuficiencia de producción en el sector moderno, baja
nes (ausencia de sustituibilidad perfecta entre factores, mercados productividad media, baja renta por habitante y baja capa-
que no se vaciaban, etc.). Como ha señalado Gabriel Palma (voz cidad de compra).
"Estructuralismo", en Eatwell et al, 1987), fue el estructuralis- Para romper tales círculos viciosos, Rosenstein-Rodan y
mo latinoamericano de los años treinta y cuarenta, que luego se Nurkse proponían las siguientes medidas:
vería desarrollado por la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL), de Naciones Unidas, el que destacó, por vez pri- — Aumentar el tamaño del mercado, con objeto de incre-
mera que los países desarrollados se caracterizaban por: mentar la rentabilidad esperada, la inversión y el apro-
vechamiento de las economías de escala (o rendi-
— La heterogeneidad, esto es, por la coexistencia de sec- mientos crecientes a escala).
tores con diferencias sustanciales de productividad — Movilizar los recursos existentes para canalizarlos
laboral, los dos extremos de los cuales son el sector hacia el sector moderno y/o generar más incentivos al
moderno compuesto por las actividades de exporta- ahorro, mediante, por ejemplo, controles sobre la
ción y manufacturera y el sector tradicional formado demanda de consumo.
por la agricultura de subsistencia y la artesanía.
— La especialización, en el doble sentido de que expor- El modelo de Lewis (1954) se basaba igualmente en el
taban unos pocos productos primarios y de que la dualismo. El objetivo del desarrollo era, en su opinión, el de
obtención de éstos se efectuaba en enclaves, esto es, utilizar en el sector moderno la mano de obra excedente en
en segmentos productivos con escasos efectos de arras- el sector tradicional, formado por un alto número de subem-
tre respecto del resto de la economía nacional. pleados agrícolas, con productividad marginal del trabajo
muy baja o incluso nula.
Tales rasgos peculiares eran, además, obstáculos formi- Para Leibenstein (1957), el crecimiento demográfico ele-
dables para el desarrollo, puesto que generaban diversos tipos vado, junto al efecto demostración de las pautas de consu-
de círculos viciosos de pobreza y subdesarrollo. mo de los países desarrollados (el llamado "efecto Duesen-

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)
berry", por haber sido analizado por ese autor en 1949),
per cápita. Puesto que la población crecía mucho, el incre-
hacía perpetuarse el bajo nivel de ingresos por habitante. Era,
mento de la renta nacional y del PIB debía ser también muy
por tanto, necesario un esfuerzo crítico mínimo para sacar a
considerable.
la economía subdesarrollada de la trampa de equilibrio a
En general, los pioneros prestaron poca atención a los efec-
bajo nivel.
tos distributivos y sociales de ese crecimiento, que normal-
El resultado de todos esos círculos viciosos conducía, entre
mente consideraban que serían de pequeña importancia. A
los pioneros, a la conclusión de que en los países pobres, en
pesar de que hay una opinión muy extendida al respecto, los
aún mayor medida que en los ricos, el libre funcionamiento
pioneros desatendieron ciertamente esa cuestión, pero no por
de las fuerzas del mercado no conducía a la pauta de desa-
una supuesta confianza en que los beneficios del crecimiento
rrollo esperada (por la teoría convencional) y deseada por
acabarían por filtrarse (trickle-down) a los sectores sociales
sus habitantes. Se imponía, pues, una verdadera transfor-
desfavorecidos, sino, como señala Arndt (1983), por el simple
mación estructural (por ejemplo, una transferencia de mano
hecho de que aumentar el ritmo de crecimiento ya era, de por
de obra de la agricultura a la industria), cuya velocidad
sí, una tarea suficientemente complicada. Es más, cuando algu-
dependería de estos factores:
nos de esos especialistas se interesaron por esa cuestión, ten-
dieron a pensar que la desigualdad aumentaría en las prime-
— La tasa de ahorro interior y la entrada de capital
ras fases del desarrollo, tesis que posteriormente desarrollaría
extranjero, que había que incrementar para promover
Kuznets (1955). Por ejemplo, para Lewis (1954),
la acumulación de capital.
— La intervención del Estado para corregir las imper-
el hecho central del desarrollo económico es que la distri-
fecciones del mercado y promover el necesario gran
bución de la renta se altera en favor de la clase ahorradora.
empujón, capaz de situar a la economía en una senda [...] Es la desigualdad que acompaña a los beneficios la que
de desarrollo basada en la industrialización y en la favorece la formación de capital.
protección de los sectores nacientes.
Sólo Myrdal dedicó un capítulo entero de su primera gran
obra sobre desarrollo (An international economy: problems
10.2. Crecimiento, acumulación, industrialización,
and prospects, de 1956) a la idea de que era necesario pro-
protección e intervencionismo
mover cambios políticos y sociales que mejorasen los indi-
cadores sociales. Así,
Durante la fase de los pioneros, desarrollo y crecimiento
económicos eran términos idénticos. La primera gran obra
ni la integración nacional ni el progreso económico serán posi-
sobre desarrollo fue el libro de Arthur Lewis The theory of
bles sin amplias reformas distributivas (Myrdal, 1956: 180).
economic growth (1955), traducido, por cierto, al castella-
no con el título de La teoría del desarrollo económico. El
Mientras que el objetivo del desarrollo era el aumento sos-
objetivo declarado era el de acrecer la renta y la producción
tenido de la renta per cápita, los medios para alcanzar tal fin

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Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
taciones desde ese punto de vista, ya que las posibilidades
eran, en términos generales, el fomento de la acumulación
de incrementar las exportaciones de productos básicos se
de capital y, más específicamente, la industrialización, la pro- veían restringidas por el crecimiento relativamente lento de
tección del mercado interior y la intervención del Estado. la demanda en los centros, debido a la elasticidad baja en
Sobre lo primero, baste recordar aquí una famosa cita de general de la demanda de productos primarios y a sus polí-
Lewis (1954): ticas proteccionistas. Por consiguiente, la industrialización
tenía que desempeñar una función muy importante en el
El problema central en la teoría del desarrollo económi- empleo de estas grandes masas de mano de obra de baja pro-
co es comprender el proceso por el cual una comunidad que ductividad, así como de la fuerza de trabajo liberada por el
anteriormente no ahorraba ni invertía más del 4% o del 5% nuevo progreso tecnológico, no sólo en las actividades de
de su renta nacional, y aun menos, se convierte en una eco- exportación sino también en la producción de bienes agrí-
nomía en la que el ahorro voluntario se sitúa alrededor del colas para consumo interno.
12% o el 15% de la renta nacional, o más. Éste es el pro-
blema central, porque el hecho central del desarrollo eco- La absorción de mano de obra, especialmente en los sec-
nómico es la acumulación rápida de capital. tores intensivos en trabajo, era sólo uno de los argumentos
en favor de la industrialización, al que se sumaron muchos
Las formas para aumentar la tasa de inversión eran, por una otros:
parte, el fomento del ahorro (el vínculo ahorro-inversión es la
herencia keynesiana de los primeros economistas del desarro- — Ventajas inherentes adicionales de la industria respecto
llo), tanto interno (aumento del ingreso por habitante, reduc- de la agricultura o la minería (mayor generación de
ción del efecto demostración del consumo) como externo (asis- efectos de arrastre y economías externas, mayor pro-
tencia externa al desarrollo, inversión directa foránea); y, por ductividad total de los factores, mayor seguridad eco-
otra parte, el aumento de la dimensión del mercado (herencia nómica, por la flexibilidad y la capacidad de resisten-
clásica) a través del incremento de la renta per cápita y del gra- cia de la industria).
do de división del trabajo, mediante el progreso técnico. — Crítica a la teoría neoclásica de la especialización inter-
La industrialización era la clave del desarrollo. Tal afirma- nacional basada en la reformulación de Heckscher,
ción, "tan clara como la luz del día", en palabras de Lewis en Ohlin y Samuelson de la ley ricardiana de la ventaja
un informe que redactó en 1946 sobre la situación de Jamaica, comparativa, a la que se achacaba no tener en cuenta
fue uno de los aspectos centrales de la teoría del desarrollo de la baja elasticidad-renta de la demanda internacional
la CEPAL. En su "Cinco etapas en mi pensamiento sobre el de productos primarios, la inestabilidad y el carácter
desarrollo" (en Meier y Seers, eds., 1984), Prebisch se refiere errático de los ingresos en divisas generados por la
al primer lustro de los años cincuenta de la manera siguiente: exportación de materias primas y productos alimen-
ticios, y la tendencia al deterioro de la relación real de
El problema básico del desarrollo llevaba consigo elevar intercambio para los países productores y exportado-
el nivel de productividad de toda la fuerza laboral. Ahora
res de materias primas.
bien, las actividades de exportación padecían de graves limi-

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)
— La experiencia histórica de la industrialización de los
reducción del precio del producto de un sector favo-
grandes países de América Latina desde los años trein-
rece a los sectores que utilizan ese producto como
ta, que había demostrado que la industrialización era
input; el aumento de demanda de un sector se trasla-
posible.
da a los sectores que fabrican inputs para el primero.
— Los cambios en el entorno internacional, con la susti-
Se trataba por tanto de interiorizar las economías exter-
tución, como primera potencia económica mundial,
nas o, en palabras de Rosenstein-Rodan, de "consi-
de un Reino Unido abierto al comercio por unos Esta-
derar y planificar toda la industria a crear como una
dos Unidos con mayor producción de bienes primarios
enorme empresa".
y menor coeficiente importador, así como la crecien-
te concentración en el sector industrial de la inversión
Una crítica a esa teoría es que implica renunciar a todo
directa en el extranjero.
tipo de especialización internacional, lo que es negativo ya
que producir de todo es menos eficiente que importar deter-
Aunque todos los pioneros eran partidarios de la industria-
minados productos. Además, la teoría del crecimiento pro-
lización de los países del Tercer Mundo como la única estrate-
porcionado implica disponer de recursos financieros abun-
gia capaz de superar los inconvenientes del modelo primario-
dantes y perfectamente divisibles. Tampoco resulta claro si la
exportador, las estrategias industriales fueron objeto de una
iniciativa privada puede hacerse cargo de todas las inversio-
importante polémica entre los partidarios del crecimiento pro-
nes o si, en su defecto, las restricciones presupuestarias per-
porcionado (balanced growth, de Rosenstein-Rodan, Nurkse
miten al Estado emprender todas las actividades necesarias.
o Scitovsky) y los defensores del crecimiento desproporciona-
Por el contrario, el crecimiento desproporcionado es el que
do (unbalanced growth, de Hirschman, Streeten o Perroux). El
se debe a la concentración de la inversión en unos sectores
crecimiento proporcionado o diversificado es el que resulta
determinados, aquellos que son más aptos para fomentar el
de una distribución o reparto equitativo de la inversión entre
crecimiento de otros sectores de la economía, esto es, los que
los distintos sectores de la industria de bienes de consumo
tienen mayores efectos de arrastre. En teoría, los sectores más
para sacar provecho de las interdependencias entre ellos y
eficaces a este respecto son los de bienes intermedios, ya que
para acelerar el crecimiento. Los argumentos avanzados por
ejercen a la vez efectos de arrastre hacia adelante (en las indus-
los defensores de esa estrategia eran:
trias de bienes de consumo) y hacia atrás (en las industrias de
bienes de capital). La insistencia de Perroux en los polos de
— La necesidad de aumentar el tamaño del mercado (unas crecimiento, las inversiones arrastradoras o las industrias pro-
industrias son mercados para otras). pelentes, reflejaba la afirmación de Hirschman según la cual
— La posibilidad de obtener economías de dimensión o "el desarrollo es una secuencia de desequilibrios".
de escala, esto es, condiciones satisfactorias de efica-
Los argumentos de los defensores de esa segunda opción
cia, vía reducción de costes fijos unitarios.
eran los siguientes: la imposibilidad de un crecimiento pro-
— El aprovechamiento de las economías externas pecu- porcionado en una economía subdesarrollada (por la insu-
niarias y de las complementariedades de demanda: la ficiencia de capacidad inversora, la escasez de capacidad

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)

empresarial y de gestión o las restricciones del presupuesto esta- se achacaba el haber dificultado el crecimiento de los países
tal), la posibilidad de aprovechar las ventajas de la especiali- subdesarrollados, esto es, el ser empobrecedor para la peri-
zación internacional, unas todavía mayores economías de esca- feria. Si no se podían generar ingresos por exportación y si,
la y el superior aprovechamiento de los efectos de arrastre. generándolos, los efectos eran desventajosos, se imponía el
Algunas de las críticas que recibió esa teoría fueron las ahorro de divisas mediante la protección selectiva (por ejem-
siguientes: plo, dedicando las escasas divisas sólo a la importación de
bienes esenciales). A la experiencia de la gran depresión de
— La concentración de la capacidad inversora en sólo los años treinta, que había hecho caer la demanda interna-
unos pocos sectores industriales puede suponer sobre- cional de productos primarios, se sumaba el convencimien-
especialización, lo que impide la diversificación del to de que la situación de los países exportadores de materias
tejido industrial y puede hacer que los efectos de arras- primas y bienes alimenticios empeoraría si mantenían su
tre se vean exportados hacia otros países. modelo primario-exportador. La baja elasticidad de la deman-
— Hay dificultades para identificar los sectores con mayo- da de esos bienes respecto de la renta de los países ricos (ley
res efectos de arrastre. Por ejemplo, en los años sesen- de Engel, sustitución de materias primas naturales por pro-
ta se pensaba que las llamadas industrias industriali- ductos sintéticos, etc.), las fluctuaciones en la cotización inter-
zantes eran la siderurgia o la petroquímica, cuando en nacional de productos básicos, los inconvenientes del pro-
realidad han sido los sectores más insospechados (tex- greso técnico en las actividades primarias de exportación,
til-confección o electrónica de consumo). Basta com- especialmente en lo referido al aumento del excedente labo-
parar los resultados industriales de Argelia o Irak con ral, el carácter de enclave de las plantaciones y minas, así
los de Corea del Sur o Taiwán. como, naturalmente, la tesis Prebisch-Singer sobre la caída
— La agricultura queda marginada, por sus, en teoría, de la relación real de intercambio para los exportadores pri-
muy escasos efectos de arrastre. marios (que implicaba no sólo una tendencia a la baja del
poder adquisitivo en importaciones de las exportaciones, sino
Con independencia de la discusión sobre el tipo de creci- también una transferencia de los beneficios del progreso téc-
miento industrial, como veremos enseguida, la industriali- nico de la periferia al centro), eran todos argumentos en con-
zación espontánea de los países del Tercer Mundo tendía a tra del mantenimiento del modelo primario exportador. En
verse inhibida por la división internacional del trabajo que cuanto a las ventas al exterior de bienes manufacturados, los
el centro quería imponer y por un buen número de obstácu- pioneros consideraban en general que estaban fuera de las
los estructurales internos. Por tanto, era necesaria una indus- posibilidades de producción de los países pobres y que, si
trialización deliberada o forzada, esto es, sustentada en una conseguían efectuarlas, se verían en desventaja respecto a la
considerable intervención del Estado. competitividad de los productos del centro, en parte por lo
En lo que atañe a la protección, era una medida de polí- que luego se llamó la "enfermedad holandesa" (los efectos
tica económica que resultaba del pesimismo exportador y, en al alza de los salarios en el sector manufacturero por la expor-
algunos casos, del rechazo al comercio internacional, al que tación de bienes primarios): bauxita en Jamaica (estudiada

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)

por Lewis), petróleo en Trinidad (analizado por D. Seers) o ron la influencia de los entonces buenos resultados del mode-
gas natural en los Países Bajos. lo autárquico aplicado en la Unión Soviética, que fue espe-
Algunos autores, los más radicales de los pioneros (Pre- cialmente marcada en el caso de la India, con la teoría de Rao
bisch, Singer y Myrdal), adelantaron la idea -luego desarro- y el modelo de Mahalanobis; y la tesis del crecimiento pro-
llada por el enfoque de la dependencia- de que el comercio porcionado, que en la práctica suponía renunciar a cualquier
internacional podía perfectamente ser un mecanismo de pro- tipo de especialización, tanto nacional como internacional.
pagación y perpetuación de la desigualdad internacional. En Las ventajas de una política de protección m o d e r a d a y
particular, M y r d a l hablaba de los efectos de repercusión o selectiva eran, a juicio de los pioneros, evidentes: permitía
de retroceso (backwash effects) del comercio Norte-Sur para aumentar la demanda efectiva, mediante el incremento de la
los países del Sur. En palabras de Singer (1975: 34-5): dimensión del mercado cautivo y de la propensión al ahorro;
además, la protección de las industrias nacientes, que un autor
como Hirschman defendió sobre la base de los escritos de F.
Algunos ejemplos de tales efectos de retroceso son el desa-
List, un economista alemán del siglo XIX, era, se pensaba, la
rrollo de un deseo prematuro del consumo de alto nivel en los
única manera de crear y mantener en sus etapas iniciales esas
países subdesarrollados, causado por el efecto demostración
de las condiciones existentes en los países más desarrollados; industrias.
la difusión, en los países subdesarrollados, de ideas prematu- Aunque había algunas diferencias entre los pioneros sobre
ras acerca del Estado benefactor, la seguridad social, los sala- el alcance e intensidad de las medidas de protección, todos
rios mínimos, etc.; [...] la tecnología moderna se vuelve cada compartían, al menos a grandes rasgos, la afirmación de Myr-
vez más intensiva en capital y ahorradora de mano de obra y dal (1956: 276) según la cual los países en desarrollo
por ende cada vez menos adecuada para los países desarro-
llados; [...] el financiamiento del crecimiento autosostenido tienen un buen número de [...] sólidas razones, debidas a su
en los países desarrollados y la utilización de las múltiples situación peculiar, para usar esas restricciones [a las com-
oportunidades de inversión nuevas, abiertas por el progreso pras al exterior] por motivos de protección.
técnico, dejarían muy poco capital disponible para los países
subdesarrollados, por lo menos en lo tocante al mecanismo
Con todo, algunos economistas neoclásicos, como J. Viner,
ortodoxo de la inversión privada extranjera; [...] la posibili-
A. Cairncross, G. Haberler, H. M y i n t o W. M. Corden, se
dad de que el progreso técnico de los países desarrollados, que
ha asumido formas como el ahorro de materias primas, el rebelaron, ya en los años cincuenta, contra esa corriente pro-
desarrollo de nuevos materiales sintéticos, y los cambios en teccionista e insistieron en la necesidad de que los países del
su estructura industrial, se traduzca en una desventaja para Tercer M u n d o respetasen escrupulosamente la teoría de las
los países subdesarrollados en forma de una tendencia cróni- ventajas comparativas, manteniendo su especialización pri-
ca hacia la debilidad de los términos de intercambio. maria. Se trataba entonces de voces claramente minoritarias
y alejadas del consenso prevaleciente en la profesión.
Otros factores que influyeron en la defensa, por parte de Por último, la intervención del Estado se hacía necesaria
los pioneros, del proteccionismo selectivo y controlado fue- para eliminar los obstáculos y crear los elementos ausentes

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)

que impedían el crecimiento económico en los países subde- el hecho de que en los países subdesarrollados haya surgido
sarrollados. Esos desfases e inconvenientes no dejaban otra este anhelo por el desarrollo económico como principal aspi-
opción que la de un esfuerzo consciente, masivo y dirigido ración política, que ha de traducirse en una elevación de los
en favor del desarrollo, al menos para ejercer la presión ini- niveles de vida de la gran masa de la población, reafirma la
idea de que se trata de una tarea que debe ser emprendida
cial o efectuar el lanzamiento y para distribuir (o, al contra-
por los gobiernos, los cuales deben preparar y poner en prác-
rio, concentrar) la inversión en el seno del sector industrial.
tica un plan económico general que comprenda un sistema
Varias metáforas sirvieron para poner de manifiesto el de controles e incentivos adecuado para que el proceso de
impulso estatal inicial: el gran empujón (bigpush), de Rosens- desarrollo se inicie y prosiga sin interrupciones.
tein-Rodan; el esfuerzo mínimo crítico (critical minumum
effort), de Leibenstein; el despegue (take-off), de Rostow; el
ataque (spurt), de Gerschenkron, etc. 10.3. Valoración crítica
Además, tanto para los partidarios del crecimiento pro-
porcionado como para los del desproporcionado, aplicar de Con la perspectiva que dan los decenios transcurridos des-
manera concertada el capital dentro del sector industrial exi- de esa fase de la Economía primigenia del desarrollo, puede
gía la intervención estatal. Para distribuir convenientemente hacerse una sucinta valoración crítica de sus aportaciones,
la inversión entre todos los sectores de bienes de consumo enumerando algunos inconvenientes:
(Rosenstein-Rodan o Nurkse) o para concentrarla en un
número reducido de sectores industriales, los que tuviesen — Un énfasis desmesurado en la acumulación de capital
más efectos de arrastre (Hirschman o Perroux), o simple- físico, sin tener suficientemente en cuenta la impor-
mente para superar el callejón sin salida del círculo vicioso tancia del capital humano.
de la pobreza (Nurkse) o para controlar las actividades del — El reconocimiento implícito de que un aumento del
sector exportador (que había que subordinar a los intereses ahorro interior (para fomentar la inversión) podría
de la industrialización), no se podía confiar en el libre fun- hacer necesarias redistribuciones regresivas e inacep-
cionamiento de las fuerzas del mercado. Estas se contem- tables de la renta.
plaban con desconfianza, habida cuenta de la especificidad — Una clara desatención a la agricultura y a otros sec-
estructural del subdesarrollo y de la influencia en la Econo- tores tradicionales (por ejemplo, lo que hoy llamaría-
mía del desarrollo de las provechosas experiencias keynesia- mos el "sector informal"), por la insistencia en la indus-
nas de gestión pública de los años treinta y cuarenta en los trialización y la visión de los sectores tradicionales
países anglosajones, de los que eran originarios o en los que como arcaicos y atrasados.
trabajaban casi todos los especialistas en desarrollo. Además, — Un pesimismo exportador excesivo, sobre todo en lo
los pioneros habían visto que el laissez-faire colonial no había que se refiere a las posibilidades de vender en el mer-
promovido el desarrollo en la periferia y que la independen- cado internacional productos manufacturados.
cia política no era sinónima de independencia económica. En — Una confianza excesiva en las virtudes de la interven-
palabras de Myrdal (1957, trad. esp., p. 94), ción del Estado, que pasó por alto la posibilidad de

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 10: Los pioneros del desarrollo (1945-1957)

que algunas intervenciones públicas pudiesen produ- llo y consideraban de manera simplista que la moder-
cir resultados peores que los del mercado. nización era siempre positiva y el tradicionalismo siem-
pre negativo, y que los sectores moderno y tradicio-
Más en general, los primeros economistas del desarrollo, nal estaban desconectados entre sí.
como señala Streeten (en Meier y Seers, eds., 1984), estaban
cargados de certidumbres simplistas basadas en generaliza- Finalmente, algunos economistas actuales (como Krug-
ciones a veces abusivas y en un alto grado de abstracción. man, 1993, 1994 y 1995) han achacado a esa época de alta
Además, los pioneros eran partidarios de lo que se conoce teoría del desarrollo un apego excesivo a los razonamientos
con el nombre de "teoría de la modernización", que, como discursivos y a un estilo no matemático (exento de modelos).
veremos con más detalle al abordar las críticas del enfoque Por ejemplo,
de la dependencia a ese planteamiento, se basaba en afirma-
ciones discutibles, como las siguientes: desde la perspectiva de un economista moderno, el rasgo
más sorprendente de los trabajos de la alta teoría del desa-
— El objetivo implícito (en Nurkse, Rosenstein-Rodan y rrollo es su apego a un estilo discursivo y no matemático.
demás) o explícito (como en la teoría de las etapas de La Economía, desde luego, se ha vuelto mucho más mate-
Rostow) del desarrollo es la reproducción paulatina mática con el paso del tiempo. No obstante, la Economía
del desarrollo era arcaica en su estilo incluso en su propia
de la experiencia de los países desarrollados, esto es,
época. De los cuatro trabajos más famosos de la alta teoría
la réplica de su proceso de industrialización. Aceptar
del desarrollo, el de Rosenstein-Rodan fue más o menos con-
que existe una senda universal del desarrollo en la que temporáneo a la formulación de Paul Samuelson del mode-
algunos países deben adentrarse, implica una teoría lo de Heckscher-Ohlin, y los de Lewis, Myrdal y Hirschman
particularmente ahistórica (incapaz, por ejemplo, de se publicaron todos casi al mismo tiempo que el plantea-
distinguir entre el predesarrollo de los países ricos antes miento inicial de la teoría del crecimiento de Robert Solow
de la revolución industrial y el subdesarrollo contem- (Krugman, 1994: 45).
poráneo) que no lleva hasta sus últimas consecuencias
las implicaciones de la especificidad estructural del
subdesarrollo, que es etnocéntrica y que no explica
algunos casos de sendas desviadas respecto de esa
reproducción. Además, en general (con la única excep-
ción de Myrdal), los pioneros contemplaban el desa-
rrollo como un proceso consensual y sin actores socia-
les, afirmaban que no había conflicto de intereses entre
países desarrollados y subdesarrollados (aceptaban la
idea del beneficio mutuo), no planteaban claramente
la conexión estructural entre desarrollo y subdesarro-

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La involución
conservadora (1957-1969)

A finales de los años cincuenta se produjo una importan-


te transformación en el pensamiento económico sobre desa-
rrollo: por un lado, surgió, en la Economía heterodoxa, el
enfoque de la dependencia (véase el capítulo 16); por otra
parte, en la Economía convencional se registró una recupe-
ración del pensamiento neoclásico, con autores como P. T.
Bauer, H. G. Johnson, G. Haberler, H. Myint, J. Viner, B.
Yamey y otros. Además, apareció también, en el pensamien-
to político y social sobre los países del Tercer Mundo, una
teoría de la modernización que insistía en la necesidad de
mantener el orden en las sociedades en proceso de cambio y
que abogaba incluso, en ocasiones, por regímenes autorita-
rios (G. Almond, D. Apter, S. P. Huntington, L. Pye, etc.).
Cabe enumerar de la manera siguiente las razones de esa
vuelta al neoclasicismo y de tal insistencia en el orden polí-
tico:

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Capítulo 11: La involución conservadora (1957-1969)
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
húngaro, que trabajó para el British Colonial Office y fue pro-
— Hubo cierta decepción respecto de la Economía del fesor en la Universidad de Cambridge (1956-60) y en la London
desarrollo teorizada por los pioneros, por la lentitud School of Economics (1960-83). Bauer hizo estudios de campo
del desarrollo, la ausencia de los "despegues" anun- primero sobre las pequeñas plantaciones de caucho en Malasia
ciados por aquélla, la aparición en el Tercer Mundo de en 1946, y luego sobre los cultivos de cacao en el África occi-
fenómenos no previstos (como la corrupción y el autori- dental británica (Nigeria meridional y Costa de Oro, hoy Gha-
tarismo, los movimientos de liberación nacional, y la na) a principios de los años cincuenta. Tales estudios dieron lugar
revolución cubana y el asentamiento de la vía china). a los libros The rubber industry y West African trade.
— El subdesarrollo, en vez de reducirse con rapidez, tal Esos estudios de campo permitieron a Bauer concluir que
y como habían previsto los pioneros más optimistas, era notable la racionalidad económica en el comportamiento
se mantenía e incluso se amplificaba a causa, sobre de los agentes privados, especialmente en la agricultura cam-
todo, de la explosión demográfica. pesina y en la industria a pequeña escala. Observó capacidades
— El fracaso económico y social de la ISI empezó a ser empresariales, propensiones positivas al ahorro y respuestas ati-
cada vez más evidente: su continuación se vio cre- nadas y rápidas de esos agentes a los incentivos y desincentivos
cientemente obstaculizada por la estrechez y satura- generados por las señales del mercado. En consecuencia, pro-
ción del mercado interior y por los desequilibrios de pugnó una vuelta a la monoeconomía neoclásica, puesto que
balanza de pagos, debidos, en gran medida, al sesgo observaba que el libre mercado funcionaba de igual modo en
antiexportador que presentaba; además, la ISI había los países del Tercer Mundo y en las economías desarrolladas.
generado, por lo general, fenómenos sociales no pre- Esa insistencia en el mercado como factor de desarrollo
vistos, como el empeoramiento de la distribución de obedecía, en su opinión, a que el libre juego de la oferta y la
la renta y una pobreza y exclusión social mayores. demanda:
— La TED keynesiana perdió su impulso inicial, ya que
a las innovaciones teóricas de los pioneros sucedieron — Permite aumentar la gama de elección de las personas,
estudios, de menor alcance, sobre las pautas de creci- esto es, sus posibilidades y alternativas.
miento (H. B. Chenery o S. Kuznets). — Constituye una salvaguarda política, ya que, en gene-
ral, la intervención del Estado en la economía puede
En tal contexto, resurgió con fuerza el pensamiento neoclá- desembocar en un reforzamiento de las tradiciones
sico, que, pese a tener una vigencia limitada, fue de hecho el autoritarias.
precedente de la contrarrevolución liberal de los años ochenta. — Es garantía de eficacia en la asignación de los recur-
sos, puesto que difunde conocimientos y proporciona
incentivos.
11.1. Las críticas neoclásicas a los pioneros del desarrollo — Aumenta el ritmo de crecimiento, ya que la interven-
ción estatal supone a menudo la desviación de recur-
El exponente principal de la reacción neoclásica contra los sos hacia usos ineficaces.
pioneros fue Peter T. Bauer, un economista británico, de origen

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 11: La involución conservadora (1957-1969)

En su obra en colaboración con B. Yamey (1957), Bauer la conducta exitosa de los asuntos con el exterior, notable-
escribió: mente la defensa del país, y también la preservación y el
fomento de los contactos comerciales externos; el manteni-
Nuestra preferencia por un sistema económico en el que la miento de la seguridad pública; la administración efectiva
formulación de decisiones esté ampliamente difundida y se vea del sistema monetario y fiscal; la promoción de un marco
coordinada por el mecanismo del mercado no se debe única- institucional adecuado para las actividades de los individuos;
mente a nuestra concepción del desarrollo y a las salvaguardas y la provisión básica de salud y servicios de educación, así
políticas que supone. Opinamos que, en general, ese sistema como de comunicaciones fundamentales (Bauer, 1984, trad.
garantiza una asignación eficiente de los recursos disponibles esp., pp. 43-44).
y también promueve el crecimiento de esos recursos,
Además de la crítica al intervencionismo estatal que pro-
Además, Bauer criticó las insuficiencias del Estado en el pugnaron los pioneros, Bauer, en consonancia con otros defen-
fomento del desarrollo: no es una institución omnisciente, sores del libre comercio, como Haberler, Hicks, o Viner, se opu-
carece de capacidad técnica de gestión, genera un enorme so también al proteccionismo como herramienta para promover
aparato burocrático, hace perder tiempo a los empresarios el desarrollo. Criticó la tesis Prebisch-Singer y abogó por el res-
privados en intentar convencer a los funcionarios de que les peto escrupuloso de la ley de la ventaja comparativa. Restrin-
permitan tomar iniciativas o, sencillamente, en evitar las pro- gir los contactos comerciales con los países desarrollados era,
pias normas, genera corrupción, o es ineficaz. Por tales razo- en su opinión, contraproducente, ya que han sido los instru-
nes, lo sensato, decía Bauer, era imponer restricciones a la mentos principales del progreso en el Tercer Mundo.
intervención del Estado en la economía, de m a n e r a que el
libre mercado pudiese actuar sin trabas. En Asia, África y América Latina el nivel de los logros
En una revisión de los años ochenta de sus opiniones de materiales declina al dejar de considerar el impacto de los
entonces, Bauer escribía lo siguiente: contactos con Occidente. Decir que los contactos comer-
ciales inhiben el avance económico es opuesto a la verdad.
Señalé entonces que la planificación central integral desde También refleja un desprecio por las personas ordinarias al
luego no era necesaria para el avance económico, y que era sugerir que no saben lo que están haciendo cuando compran
mucho más probable que lo retardara. No aumentaba los recur- importaciones de (o producen para exportar a) Occidente
sos sino que los desviaba de otros usos públicos y privados. (Bauer, 1984, trad. cast., p. 36).
Reforzaba la tradición autoritaria prevaleciente en muchos paí-
ses menos desarrollados y también divorciaba la producción El exponente principal de las críticas a la protección comer-
de la demanda del consumidor y restringía la gama de elección cial fue sin duda el economista canadiense Harry G. John-
de la gente (Meier y Seers, eds., 1984, trad. esp., p. 52). son (1923-1977), quien, al desarrollar la teoría neoclásica
del comercio internacional, se opuso a la estrategia de ISI e
En su opinión, las únicas tareas de las que el Estado debía insistió en los efectos benéficos del comercio exterior. En su
hacerse cargo eran opinión, el proteccionismo suponía pérdidas estáticas y acu-

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Capítulo 11: La involución conservadora (1957-1969)
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
de los años cincuenta no sirvieron de inspiración a la con-
mulativas en el grado de eficacia, por lo que se mostró par- trarrevolución de los años ochenta, que insistió (véase el
tidario de la estricta observancia del principio de la ventaja capítulo 13) en la estabilización, el ajuste y el crecimiento,
comparativa en las relaciones comerciales exteriores de los
y abandonó las preocupaciones sociales, al menos en el cor-
países subdesarrollados.
to plazo. Otra excepción fue la crítica de Bauer a la ayuda
La industrialización también fue objeto de crítica, ya que extranjera, basada en cuestionar la oportunidad de una redis-
la insistencia de los pioneros en promover el sector industrial tribución internacional de renta y en la consideración de que
suponía en opinión de Bauer desatender a la agricultura. En la ayuda
otra obra conjunta con Yamey (1958), Bauer señaló que
no era indispensable para el progreso de los países pobres y
paradójicamente, la mejor forma que tiene el Gobierno para [...] a menudo servía para suscribir y prolongar políticas
fomentar la industrialización es que la agricultura use más sumamente dañosas que por lo común se llevaban adelante
y no menos sus recursos, con el fin de favorecer la amplia- en nombre de la planificación integral (Meier y Seers, eds.,
ción de la producción agraria y mejorar sus técnicas agrí- 1984, trad. cast., p. 52).
colas.

En suma, Bauer y los economistas neoclásicos de los años 11.2. La teoría conservadora de la modernización
cincuenta y sesenta se mostraron abiertamente contrarios a
los tres medios principales (intervención del Estado, protec- En un campo entonces alejado de la Economía, el de la
ción del mercado interior e industrialización) que propug- Sociología y la Ciencia Política, los años sesenta fueron tam-
naron los pioneros con objeto de fomentar el desarrollo eco- bién testigos de la aparición de una corriente conservadora de
nómico en los países de baja renta per cápita. pensamiento sobre el cambio político y social en los países sub-
Tal crítica se envolvió en lo que pretendía ser un concep- desarrollados. La teoría de la modernización fue creada por
to novedoso del propio desarrollo. Por ejemplo, Jacob Viner, un numeroso grupo de sociólogos y politólogos estadouni-
en su International trade and economic development (1953), denses (Gendzier, 1985), fuertemente apoyados por el Gobier-
insistió en el progreso agrícola como condición previa para no norteamericano, al que en muchas ocasiones asesoraban,
el desarrollo, y como ha señalado Streeten (Meier y Seers. aunque estaban excluidos, por lo general, de los centros de
eds., 1984) fue una voz solitaria y temprana en insistir en la decisión de las agencias gubernamentales (como la AID de
necesidad de prestar atención al logro de reducciones en la EEUU) y de los organismos internacionales (como el Ban-
pobreza absoluta y de mejoras en la alfabetización, la salud co Mundial) encargados de tratar temas de desarrollo econó-
y la alimentación como pruebas del desarrollo. Streeten con- mico.
sidera de hecho a Viner un pionero del enfoque de las nece- Esos autores aplicaron el análisis estructural-funcional
sidades básicas (véase el capítulo 12). de T. Parsons al estudio del cambio social en los países sub-
Tal concepto del desarrollo en sentido amplio fue uno de desarrollados. El progreso, decían, consistía en la sustitu-
los pocos aspectos en los que los economistas neoclásicos

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 11: La involución conservadora (1957-1969)

ción de la organización social tradicional por la moderni- Si bien hay numerosos aspectos de esa corriente que mere-
dad, cambio influido por las relaciones de carácter político cen ser tratados (véanse para más detalles O'Brien, 1971 y
entre la transformación social y el desarrollo económico. El Leys, 1982), lo más sustancial es que autores como Pye o
objetivo era, por consiguiente, difundir los valores moder- Huntington, obsesionados por proteger a los países pobres
nos a las élites del Tercer Mundo mediante la enseñanza de de la "amenaza comunista", llegaron a proponer, junto con
alto nivel y la transferencia de técnicas avanzadas. Autores unas pocas medidas sociales (reforma agraria, urbanización,
como Lucien Pye o Samuel P. Huntington, inmersos en la etc.), regímenes de partidos políticos poderosos, únicos y has-
batalla intelectual de la guerra fría, promovieron una recon-
ta militares.
sideración de los ideales de progreso y democracia propug-
En lo que aquí interesa, cabe concluir que la revitaliza-
nados por los pioneros. En particular, el desarrollo dejó de
ción del análisis neoclásico abordado en el apartado anterior
concebirse como un medio para alcanzar determinados fines
coincidió con una tendencia de pensamiento político y social
sociales y políticos (prosperidad, libertad política) y empe-
que insistía en medir el desarrollo económico con el único
zó a entenderse como un mero proceso (crecimiento e insti-
rasero de las tasas de crecimiento y en valorar el progreso
tuciones eficaces en la garantía de la estabilidad social y del
político en términos de creación y conservación de institu-
orden político).
ciones eficaces, en el sentido de garantes del orden. Se defen-
La revolución cubana y el fracaso de EEUU en Vietnam dió incluso la idea de que un Gobierno fuerte (autoritario e
impulsaron a esos especialistas a abandonar la modernización incluso dictatorial) era un requisito previo del crecimiento y
como instrumento para promover el desarrollo económico y el el desarrollo económicos.
pluralismo político y a propugnarla como garantía de control
social, siendo éste un objetivo que podría hacer necesarios el
estancamiento económico y el orden político autoritario (Leys, 11.3. Valoración crítica
1982). El análisis procedía de la manera siguiente: el caos polí-
tico y el desarrollismo fracasado generaban inestabilidad social, En lo que atañe al análisis neoclásico sobre el desarrollo
situación negativa que era necesario combatir, aun a expensas económico, hubo sin duda aportaciones que pusieron de
del desarrollo económico y de la reforma social (el estanca- manifiesto algunas insuficiencias del enfoque de los pione-
miento económico y social como mal menor), mediante la ins-
ros: por ejemplo, el énfasis excesivo en la industrialización
tauración de instituciones políticas eficaces, sin que tuviese
como remedio de todos los males, con la consiguiente desa-
mucha importancia que fuesen o no democráticas.
tención al progreso de la agricultura; o la importancia de
Aunque la lista de obras de esa corriente es muy numerosa, medir el desarrollo no sólo con indicadores estrictamente
destacan al menos cuatro: las relativamente moderadas The poli- económicos sino también respecto del avance en la situación
tics of developing countries y The politics of modernization, de social de la población.
D. E. Apter, así como las abiertamente conservadoras Aspects Sin embargo, el análisis neoclásico adolece de varios pro-
of political development, de L. Pye y Political order in changing blemas teóricos y empíricos que serán tratados con más deta-
societies, de S. P. Huntington. lle en el capítulo 13. Baste señalar por el momento que el

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...

rechazo frontal a la intervención del Estado y a la protección


del mercado interior es simplemente una opinión que ha sido
objeto de importantes controversias. El liberalismo a ultran-
za, tanto en el plano interior como en el de las relaciones
comerciales internacionales, no parece haber desembocado
en los resultados que anticipan sus defensores.

El giro social hacia


las necesidades básicas
(1969-1978)
A mediados de los años sesenta se inició una nueva fase
en la historia del pensamiento económico sobre desarrollo.
A la importancia otorgada al crecimiento sucedió una preo-
cupación por los objetivos propiamente dichos del desarro-
llo, esto es, por los fines (la mejora en la calidad de vida de
la población) y no tanto por los medios (la expansión de la
renta per cápita). Tal cambio implicaba, claro está, una dis-
tinta percepción de la naturaleza del proceso de desarrollo
económico.
El año 1969 fue el inicio formal de una etapa de preocu-
pación por los aspectos sociales del desarrollo. La 11. a Con-
ferencia Mundial de la Sociedad Internacional para el Desa-
rrollo (SID) se celebró en Nueva Delhi ese año, y el entonces
director del Instituto de Estudios del Desarrollo (IDS) de la
Universidad de Sussex, Dudley Seers, presentó allí las líneas
maestras de un enfoque con un alto contenido social (empleo,
distribución y pobreza), que luego daría lugar a la estrategia

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)

de las necesidades básicas. También 1969 fue el año en el que y de escasez de recursos naturales y alimenticios que,
la OIT, en colaboración con el IDS, inició su Programa sobre de continuar el crecimiento, se cernía de forma inmi-
el Empleo Mundial, de la mano de destacados especialistas, nente sobre el planeta. Algunos autores, como, por
como H. W. Singer, R. Jolly y el propio D. Seers. ejemplo, A. Sauvy, plantearon la posibilidad de un
Las razones que explican esa reorientación de los estudios "crecimiento cero".
del desarrollo hacia temas sociales, esto es, hacia un enfoque — La radicalización de los estudios sobre el desarrollo, a
que hoy llamaríamos "socialdemócrata", pueden enumerar- causa de los sucesivos golpes militares en los grandes
se de la siguiente manera: países del Tercer Mundo (Brasil en 1964, Indonesia en
1965, etc.), del inicio de la guerra de Vietnam y de los
— El creciente rechazo en Occidente a la "sociedad opu- movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.
lenta", como puso de manifiesto el movimiento de — El cada vez más aparente fracaso económico y social
mayo de 1968 en Francia. de la estrategia de industrialización por sustitución de
— Las críticas al crecimiento económico, que, por sí solo, importaciones (ISI), enfrentada a la estrechez del mer-
había demostrado generar importantes costes sociales cado interior y a los desequilibrios de balanza de pagos,
en los países desarrollados; ser incapaz de reducir el y generadora de costes en lo que atañe, sobre todo, a
desempleo, la desigualdad y la pobreza en el Tercer la distribución de la renta y a la pobreza.
Mundo, y tener notables límites demográficos y medio- — La creciente información estadística sobre la pobreza
ambientales a escala mundial (Arndt, 1984). En 1967, y la desigualdad en el Tercer Mundo. Por ejemplo, a
E. J. Mishan publicó un libro titulado Costs of eco- principios de los años setenta se estimaba en 750 millo-
nomíc growth, en el que insistió en la contaminación, nes de personas (40% de la población total del Tercer
la subordinación de los valores sociales a la consecu- Mundo) la incidencia de la pobreza absoluta (menos
ción de objetivos materiales, la violencia urbana y la de 30 dólares de renta anual) y en un escaso 10% la
degradación moral. Durante una conferencia interna- parte de la renta nacional disponible para el 40% más
cional sobre el empleo en la Universidad de Cambridge pobre de los hogares de los países subdesarrollados.
en 1970, David A. Morse, antiguo director general de — El Primer Decenio sobre Desarrollo de la ONU (1960-
la OIT, propuso incluso el "derrocamiento del PNB", 1970), junto con las publicaciones del Instituto de
expresión que luego haría fortuna. En 1968, P. Ehr- Naciones Unidas sobre Investigaciones del Desarrollo
lich había publicado un trabajo titulado The popula- Social (UNRISD), creado en 1963 y cuyos primeros
tion bomb, para ilustrar los problemas demográficos directores fueron H. W. Singer e I. E de Jong, pusieron
que, en su opinión, se avecinaban. Los informes del sobre la mesa las carencias sociales en los países pobres.
Club de Roma (The limits to growth, de 1972, y Man- — Las hambrunas de 1973-1974 en el Sahel (especial-
kind at a turning point, de 1974) fueron, como es sabi- mente Etiopía) y en Bangladesh, con su enorme coste
do, enormemente populares, pese a un claro catastro- en vidas humanas y sufrimiento, alertaron al mundo
fismo a la hora de plantear la amenaza medioambiental de la suerte de los desposeídos.

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)

12.1. El empleo, la distribución y la pobreza el problema principal de Colombia, mientras que en Ceilán
la cuestión no era tanto el desempleo como el subempleo (en
En su discurso de inauguración a la conferencia de Nue- actividades marginales de bajas productividad y retribución).
va Delhi (1969) de la SID, Seers se distanció del pensamien- Enseguida quedó patente que las definiciones occidentales de
to económico anterior sobre desarrollo: desempleo y subempleo eran inadecuadas para los países sub-
desarrollados, algo que G. Myrdal ya había señalado en su
las preguntas que hay que hacerse sobre el desarrollo de un Asian drama (1968). La misión en Kenya, dirigida por Sin-
país son, por tanto, las siguientes: ¿qué ha ocurrido con la ger y Jolly, concluyó que el problema era en realidad el de
pobreza?, ¿qué ha ocurrido con el desempleo? ¿qué ha ocu- los trabajadores pobres, que laboraban largas horas con una
rrido con la desigualdad? Si todos esos tres problemas se han muy baja retribución (OIT, 1972). La ausencia de puestos de
hecho menos graves, entonces se ha registrado sin duda un trabajo productivos y bien remunerados y la presencia de un
período de desarrollo en el país en cuestión. Si una o dos de desempleo constituido por personas sin formación adecua-
esas cuestiones centrales han empeorado, y especialmente si da o subsidios eran circunstancias específicas de los países
lo han hecho las tres, sería muy extraño llamar "desarrollo" pobres. Lo importante no era crear sencillamente empleo,
al resultado, incluso si la renta per cápita ha crecido mucho. sino generar más oportunidades de empleo productivo para
Esto se aplica también, claro está, al futuro. Un plan que no
reducir la incidencia de la pobreza.
contenga objetivos para reducir la pobreza, el desempleo y
De la preocupación por el desempleo y el subempleo (en sus
la desigualdad difícilmente puede considerase como un plan
de desarrollo (Seers, 1969). acepciones tradicionales) se pasó por tanto al análisis de los
medios para mejorar la suerte de los trabajadores pobres, espe-
La primera preocupación social fue la del empleo. A prin- cialmente en el sector informal y entre las mujeres, áreas de estu-
cipios de los años setenta, la OIT organizó tres misiones sobre dio que recibieron, por vez primera, atención destacada. Con
el empleo en Colombia (1970), Ceilán (actual Sri Lanka, el paso del tiempo, empezó a quedar claro que crear empleos
1971) y Kenya (1972), al tiempo que la OCDE, en un tra- productivos exigía medidas adicionales, como, por ejemplo (ésta
bajo publicado en 1971, predecía un fuerte incremento de la era una de las conclusiones del informe sobre Kenya), la redis-
tasa de desempleo (hasta una franja comprendida entre el tribución de la renta hacia los sectores menos favorecidos, con
12% y el 17% hacia 1980) en los países del Tercer Mundo. objeto de reducir las importaciones de bienes de consumo de
Las dos primeras misiones de la OIT, dirigidas por Seers, die- lujo y aumentar la demanda interior de bienes locales intensi-
ron lugar a sendos informes (Towards full employment: A vos en trabajo.
programme for Colombia y Matching employment opportu- La distribución empezó a ser por tanto el centro de aten-
nities and expectations: A programme ofaction for Ceylon). ción. En su mensaje a la junta de gobernadores del Banco
Tales informes pusieron de manifiesto que el desempleo (en Mundial reunida en Nairobi en 1973, su presidente R. S.
su definición en sentido amplio, incluyendo no sólo a las per- McNamara llamó la atención sobre dos cuestiones impor-
sonas sin trabajo, sino también a quienes tenían un trabajo tantes: en primer lugar, la distribución de la renta era muy desi-
insuficiente o una remuneración inadecuada o inestable) era gual en el Tercer Mundo, ya que el 20% más acomodado de

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)

los hogares recibía el 5 5 % de la renta nacional, mientras que El Centro de Investigación sobre Desarrollo, del Banco
al 20% más pobre le correspondía un escaso 5%; en segun- Mundial, en colaboración de nuevo con el IDS, de Sussex,
do término, las políticas para acelerar el crecimiento y mejo- publicó en 1974 la obra fundamental de ese período: H. B.
rar la asignación de los servicios públicos y de la inversión Chenery et al., Redistribution with growth.
habían beneficiado, hasta la fecha, principalmente al 4 0 % Ese estudio señaló que el crecimiento era una condición
más rico de la población de los países subdesarrollados. Varios necesaria para erradicar la pobreza absoluta, pero que, en
estudios de los años sesenta y primeros setenta (Kravis, Oshi- general, reforzaba las tendencias hacia una distribución de
ma, Kuznets, Williamson, Adelman y Morris, Paukert, Ahlu- la renta más desigual, especialmente si se partía de una situa-
walia, etc.) habían señalado que, en efecto: ción inicial de carencia extrema de equidad. Propugnó la
redistribución de la renta y la riqueza hacia los trabajadores
— La distribución de la renta era mucho más desigual en pobres, por razones tanto morales como económicas, ya que
los países del Tercer Mundo que en las naciones ricas. tal medida podría mejorar la eficiencia y potenciar el creci-
— La desigualdad tendía a crecer, al menos en las etapas miento. Con todo, el pragmatismo hacía, en opinión de los
iniciales del desarrollo, en la línea del modelo de la U autores del estudio, imperiosa una redistribución realista y
invertida de Kuznets. que no perjudicase al crecimiento. El objetivo era, habida
—- La pauta no era uniforme, ya que dependía de la situa- cuenta de la imposibilidad política de emprender una redis-
ción de partida y de las políticas gubernamentales. tribución inmediata o estática, el de redistribuir el incremento
de la renta: la redistribución incremental, en palabras de Sin-
La importancia y el agravamiento de la falta de equidad ger, consistente en captar, mediante impuestos, parte del cre-
pasaron a primer plano. El crecimiento económico no supo- cimiento para redistribuirlo, con servicios públicos dirigidos
nía necesariamente la disminución de la desigualdad. Antes a incrementar la productividad de los trabajadores pobres.
al contrario, en general la acentuaba. En las estadísticas sobre Se trataba, en otros términos, de repartir, no la tarta, sino el
Brasil publicadas por A. Fishlow en 1972, se observaba cla- crecimiento de ésta.
ramente que el país, a pesar de haber registrado un incre- Tal estrategia redistributiva recibió numerosas críticas.
mento anual medio del PNB per cápita del 2,5% entre 1960 En primer lugar, algunos autores destacaron su limitada inci-
y 1970, había visto que la parte de la renta nacional del 20% dencia: un ejercicio de simulación que se hizo entonces esti-
más acomodado de la población había aumentado de un 29% mó que una transferencia hacia las personas pobres del 2%
a un 38%, mientras que la del 40% más pobre se había redu- del PNB durante 25 años apenas haría aumentar el consu-
cido del 10% al 8%. En otro orden de cosas, unos pocos paí- mo del 40% más pobre de la población a una tasa anual de
ses (como Corea del Sur y Taiwán), gracias sobre todo a una 0,5% a lo largo de 40 años, una cifra a todas luces insufi-
reforma agraria y a un crecimiento exportador intensivo en ciente. En segundo término, muchos especialistas señalaron
mano de obra, constituían excepciones a la pauta descrita que las medidas convencionales de distribución, como el
por Kuznets. En suma, el crecimiento no generaba mayor índice de Gini o los cocientes 20%/20% o 20%/40%, eran
equidad, aunque revertir esa tendencia era posible. discutibles, principalmente por la arbitrariedad en la iden-

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...
Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)
tificación de los grupos sociales. En tercer lugar, se com-
pobreza era, claro está, mucho menos conflictivo desde el
probó que la mejora en la distribución de la renta dependía
punto de vista político que proponer la redistribución, por
en realidad de muchos factores: distribución inicial de acti-
muy incremental que fuese ésta.
vos, técnicas disponibles, crecimiento demográfico, políti-
En su discurso ante la junta de gobernadores de septiem-
cas gubernamentales y aumento de las exportaciones de bie-
bre de 1974 en Washington, McNamara señaló que los pro-
nes de consumo intensivos en trabajo, y no sólo de la acción
gramas del Banco Mundial
estatal.
Los defensores más radicales de la distribución propug-
naron una acción inmediata. Por ejemplo, L. Lefeber insis- darán prioridad no a la redistribución de la renta -por lo
demás tan justificada en muchos de nuestros países miem-
tió en la necesidad de una reforma agraria inmediata y de la
bros- sino al aumento de la productividad de las personas
inversión en obras públicas intensivas en trabajo en el sector pobres, lo que permitirá a su vez un reparto más equitativo
rural y en un desarrollo simbiótico, inspirado en la expe- de los frutos del crecimiento.
riencia china, de la agricultura y la industria, según la con-
signa maoísta de "caminar sobre dos piernas". Por su parte,
Como puso de manifiesto, entre otros, Myrdal (1970),
I. Adelman propuso una estrategia de lucha contra la pobre-
había a principios de los años setenta casi 800 millones de
za en tres etapas: redistribución radical de activos, acumu-
personas afectadas por la pobreza absoluta (esto es, con un
lación masiva de capital humano y crecimiento intensivo en
ingreso anual inferior a unos 50 dólares corrientes o 100
factor trabajo. Llegó incluso a defender una redistribución
dólares en paridad de poder adquisitivo), equivalentes a dos
antes del crecimiento, en la idea de que tal medida fomen-
cuartas partes de la población total del Tercer Mundo y repar-
taría una expansión más rápida y sostenida, mediante la crea-
tidos de la siguiente manera: 68% en Asia, 19% en África y
ción de un mercado interno homogéneo.
1 3 % en América Latina. Tal tipo de pobreza se concentra-
Los inconvenientes teóricos y prácticos de la estrategia
ba sobre todo en los pequeños agricultores, en los campesi-
de redistribución a través del crecimiento y el carácter polí-
nos sin tierra y en los desempleados y subempleados urba-
ticamente conflictivo de las propuestas más radicales lle-
nos y se sumaba a los más de 1.500 millones de personas
varon enseguida a contener las ambiciones. A la preocupa-
afectadas por la pobreza relativa (con ingresos inferiores a
ción por el empleo y la distribución sucedió el énfasis en la
una tercera parte de la renta por habitante). El Banco Mun-
pobreza.
dial lanzó un programa de lucha contra la pobreza, a la que
Se comprobó que incluso los países que habían adoptado
había que combatir mediante estrategias de desarrollo rural
políticas redistributivas no habían visto necesariamente dis-
integral (financiadas parcialmente con préstamos del propio
minuir el porcentaje de personas pobres, ya que un aumen-
Banco) y con medidas tendentes a erradicar la pobreza urba-
to del peso en la renta del 40% menos acomodado no impli-
na. Aumentar el ingreso medio en el sector informal, incre-
ca que crezca la parte del 10% más miserable. Las hambrunas
mentar los puestos de trabajo en el sector moderno intensi-
de 1973 y 1974 en el Sahel y Bangladesh pusieron de actua-
vo en mano de obra, suministrar más servicios públicos
lidad los problemas de privación severa. Además, atacar la
básicos y promover la construcción de viviendas eran los

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)

medios propuestos para atajar la pobreza (Banco Mundial, — El derecho a participar en las decisiones que afectan
1974, y M. Ul Haq, 1976). a la forma de vida de la gente y a vivir en un medio
Con el paso del tiempo, la combinación de la lucha con- ambiente sano, humano y satisfactorio.
tra el desempleo, la mejora de la distribución y la erradica-
ción de la pobreza dio lugar a un enfoque integrado sobre La Conferencia de la OIT de 1975 aprobó un programa
las necesidades básicas o esenciales. de acción que se centraba en los dos primeros tipos de nece-
sidades básicas. Inspirado, entre otros por L. Emmerij, quien
luego sería presidente del Centro de Desarrollo de la OCDE,
12.2. El enfoque de las necesidades básicas el documento de la Conferencia (OIT, 1976) proponía satis-
facer las necesidades básicas antes de finales de siglo con
Plantear objetivos menos abstractos, generales y agrega- medidas como: la redistribución de la inversión y de la pro-
dos, promover soluciones de forma positiva (alcanzar la satis- piedad o del uso de la tierra, y la organización de los traba-
facción universal de las necesidades básicas, en vez de, por jadores rurales en sindicatos u otras formas de defensa colec-
ejemplo, la doblemente negativa reducción del desempleo) y tiva. La OIT señalaba que
potenciar los medios para alcanzar determinados objetivos
de bienestar (y no tanto los fines) demostraron enseguida ser contrariamente a muchas esperanzas, la experiencia de los
dos últimos decenios ha demostrado que el crecimiento rápi-
progresos intelectuales imprescindibles.
do de la producción agregada no reduce, por sí solo, la pobre-
Las necesidades básicas fueron definidas entonces por la
za y la desigualdad [...], [que] no es aceptable desde un pun-
OIT como las que aseguraban to de vista humano ni responsable desde el punto de vista
político esperar varias generaciones para que los beneficios
un nivel de vida mínimo que toda sociedad debería estable- del crecimiento se filtren hasta alcanzar a los grupos más
cer para los grupos más pobres de sus habitantes. pobres [...], y [que] es necesario que cada país adopte un
enfoque de necesidades básicas dirigido a alcanzar un nivel
En 1975, la Conferencia Mundial sobre el Empleo de la mínimo de vida antes de finales del siglo [...]. Tales medidas
OIT, sobre la base de trabajos anteriores de las Fundaciones no implican un menor crecimiento de la producción. Ponen
Dag Hammarskjold (Suecia) o Bariloche (Argentina), defi- más énfasis en pautas de crecimiento que conduzcan a una
nió cuatro categorías de necesidades básicas: distribución más equitativa de las ganancias del crecimien-
to y que podrían perfectamente dar como resultado también
tasas más altas de crecimiento.
— El consumo alimentario, la vivienda y el vestido para
tener un nivel de vida mínimamente digno.
En muchos casos, la estrategia de las necesidades básicas,
— El acceso a servicios públicos de educación, sanidad,
sobre la que escribieron, a finales de los años setenta, auto-
transporte, agua potable y alcantarillado.
res como P. Streeten, A. Sen, H. Singer o R. Jolly (quienes
— La posibilidad de tener un empleo adecuadamente
luego formarían el núcleo intelectual de los informes sobre
remunerado.

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 12: El giro social hacia las necesidades básicas (1969-1978)

desarrollo humano del PNUD), se planteó como un progre- defensores insistían en que había que dar prioridad a los
so intelectual respecto de las aportaciones de los pioneros del aspectos sociales del desarrollo respecto del objetivo de incre-
desarrollo. Éstos eran criticados (injustamente, como se seña- mentar la renta per cápita, mientras que otros no veían nin-
ló en el capítulo 10) por defender que el crecimiento acaba- guna contradicción entre desarrollo social y crecimiento eco-
ba por filtrarse (trickle down) necesariamente a los sectores nómico. Los más optimistas planteaban incluso que la
sociales más desfavorecidos. En lo que sí tenían razón los redistribución de la renta y la riqueza permitiría en la prác-
partidarios del nuevo enfoque era en que resultaba necesa- tica un crecimiento más rápido, con el sensato argumento de
rio promover más el desarrollo rural y confiar menos en la que haría posible formar un mercado interior integrado. Algu-
planificación del desarrollo, en aras de una administración nos críticos señalaron atinadamente que insistir en el fomen-
descentralizada. La estrategia de las necesidades básicas tuvo to de los sectores intensivos en mano de obra (para crear
además la gran virtud de atraer la atención de los economistas empleo o combatir la pobreza) podría perpetuar sencilla-
hacia los variados aspectos del desarrollo: su dimensión social, mente la sobreespecialización de los países subdesarrollados
en términos generales, y fenómenos como la participación, en tales sectores, inhibiendo la tan necesaria transformación
la discriminación y el agotamiento de los recursos naturales. estructural en dirección de actividades más intensivas en capi-
tal y conocimiento.
Por último, algunos gobiernos y especialistas del Tercer
12.3. Valoración crítica Mundo vieron en la estrategia de las necesidades básicas un
intento de los países ricos por desviar la atención del objeti-
Si bien resultaba evidente que la insistencia en el desem- vo principal: la creación de un nuevo orden económico inter-
pleo, la desigualdad y la pobreza, así como el enfoque general nacional (NOEI), esto es, la necesaria modificación de las
de las necesidades básicas, permitieron a los especialistas del relaciones internacionales de manera que sus efectos nocivos
desarrollo abordar cuestiones tradicionalmente desatendidas, sobre el Tercer Mundo disminuyeran o desaparecieran. La
lo cierto es que el período del giro social adolecía de diversos aparente dicotomía necesidades básicas versus NOEI (con-
inconvenientes. signa ésta que aprobó la Asamblea General de la ONU en
En primer lugar, los más que loables objetivos propuestos 1974) era difícil de solventar. En efecto, como ha señalado
resultaban en ocasiones poco realistas y escasamente opera- un intelectual procedente del Sur,
tivos. La abundante literatura al respecto que se publicó
entonces apenas abordó los límites políticos (las resistencias si bien el enfoque de las necesidades básicas podía ser emplea-
de los grupos de poder, incluidos los dominantes en el apa- do, en algunos casos, como una pantalla de humo, el [del]
rato estatal) y económicos (los costes para el presupuesto nuevo orden económico internacional no considera siquie-
gubernamental) de tan ambiciosas medidas. ra las condiciones internas de los países y, como tal, no pue-
En segundo término, no resultaba claro cómo afectaría la de plantearse de ningún modo como una estrategia de desa-
adopción de una estrategia de las necesidades básicas al cre- rrollo. De ahí su atractivo para los grupos gobernantes en
cimiento y al cambio estructural. De hecho, algunos de sus el Tercer Mundo (Samater, 1984: 5).

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La contrarrevolución
neoclásica (1978-1990)

En los años ochenta, resurgió con vigor el pensamiento


neoclásico entre los economistas del desarrollo. La contra-
revolución neoclásica, encabezada por autores como B. Balas-
sa, J. N. Bhagwati, A. O. Krueger, D. Lal o I. M. D. Little,
criticó con virulencia la intervención gubernamental y las
estrategias de industrialización por sustitución de importa-
ciones y defendió apasionadamente la liberalización interna
(reducción del peso del Estado) y externa (apertura comer-
cial y financiera) de los países del Tercer Mundo.
Ese resurgimiento del neoclasicismo en los estudios del
desarrollo fue, en palabras de Myint (1987: 107), "la nove-
dad más destacada en la disciplina desde los años sesenta".
Si bien tal afirmación refleja un desprecio claramente injus-
to por las aportaciones no sólo de la Economía heterodoxa
(enfoque de la dependencia y sus prolongaciones, análisis
marxista, etc.) sino de la misma Economía convencional (el
enfoque de las necesidades básicas), lo cierto es que la con-

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

trarrevolución neoclásica (CRN) fue una verdadera marea, que habían sido depuestos por el enfoque de las necesidades
sobre todo a principios de los años ochenta. Durante todo básicas, más interesado en cuestiones sociales y de distribu-
ese decenio, la hegemonía intelectual en los estudios del desa- ción.
rrollo correspondió, de manera casi abrumadora, a los auto- El contenido teórico de la contrarrevolución neoclásica
res neoclásicos. El descrédito del análisis keynesiano, la cri- consistió fundamentalmente en los dos aspectos siguientes:
sis del estructuralismo latinoamericano y la decadencia de la
Economía radical del desarrollo explican la escasa y tardía — La insistencia en la eficacia del mercado como meca-
capacidad de respuesta de esas escuelas ante la ofensiva neo- nismo de asignación de los recursos, junto con la críti-
clásica. Además, la CRN influyó claramente en las ideas y ca consiguiente a las distorsiones (los costes netos de
los programas de los principales organismos internacionales, bienestar) provocadas por la intervención del Estado en
con el llamado Consenso de Washington (véase apéndice). la actividad económica. Por lo general, se reconocía que
Tal planteamiento puede observarse en los informes anuales podían existir algunas disfunciones del mercado (mar-
del Banco Mundial y su incidencia se reflejó enseguida en los ket failures) pero cuyos efectos eran en cualquier caso
programas de ajuste estructural de esa institución. Por aña- considerablemente menores que los inconvenientes de
didura, los movimientos hacia el mercado de muchos países la intervención estatal (govemment failures): en suma,
de América Latina, Asia y África (e incluso de Europa cen- según esa tesis los mercados imperfectos son mejores
tral y oriental) durante los años ochenta y primeros noven- que los Estados imperfectos.
ta se inspiraron en esa ortodoxia dominante. — El hincapié en las ventajas que ofrece una participación
Tal enfoque, abiertamente liberal, supuso una ruptura sin plena en el comercio mundial, mediante un régimen
paliativos con la evolución anterior de la Economía del desa- comercial liberal y un sistema de incentivos neutral
rrollo, por lo que cabe definirlo como una auténtica contra- (esto es, no discriminante entre la actividad de expor-
rrevolución. Desde un punto de vista metodológico, defendió tación y la dirigida al mercado interno). Tal afirma-
que el estudio de los países del Tercer Mundo exige únicamente ción era el resultado natural de las fuertes críticas ver-
la aplicación del análisis convencional (neoclásico) a los paí- tidas a las políticas de industrialización por sustitución
ses en desarrollo, en vez de un tipo particular de análisis eco- de importaciones (ISI), por cuanto suponían restric-
nómico, como decían los estructuralistas. Sobre la base de tra- ción a las importaciones y un sesgo contrario a las
bajos publicados en los años sesenta (particularmente del muy exportaciones.
influyente libro de T. W. Schultz Transforming traditional agri-
culture), la CRN revitalizó la monoeconomía, con los argu-
mentos de que los agentes de los países del Tercer Mundo mues- 13.1. Antecedentes y causas de la contrarrevolución
tran un comportamiento económico racional similar al neoclásica
observado en los países ricos y de que la teoría neoclásica pue-
de y debe aplicarse al análisis de las políticas de desarrollo. Tal y como han reconocido algunos de los principales expo-
Además, repuso al crecimiento y al ajuste en el pedestal del nentes de la CRN (Little, 1982; Bhagwati, 1984; Srinivasan,

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

1985, o Myint, 1987), los antecedentes del resurgimiento neo- Los análisis sobre las actividades directamente impro-
clásico han de buscarse en dos importantes grupos de estudios ductivas (directly unproductive profit-seeking activities, DUP),
publicados en los años sesenta y setenta: el análisis crítico de basados en la teoría de la captación de rentas (rent-seeking),
las políticas de comercio exterior de los países del Tercer Mun- sugirieron que los controles comerciales generaban benefi-
do y la denuncia de las contraproducentes prácticas de inter- cios particularizados, por lo que provocaban corrupción y
vención estatal en sus economías. comportamientos encaminados a sacar provecho de tales ren-
Además de las aportaciones de los críticos neoclásicos al dimientos, en detrimento de las actividades productivas.
enfoque de los pioneros en los años cincuenta (Bauer, Haber- Finalmente, autores como Bhagwati o Johnson señalaron
ler, Myint o Viner), numerosos trabajos neoclásicos sobre los que la justificación de las restricciones comerciales por la
regímenes de comercio exterior de los países del Tercer Mun- existencia de distorsiones pasaba por alto la distinción entre
do vieron la luz en los años sesenta y setenta. distorsiones internas (que había que combatir con medidas
Los estudios de Balassa o Little desarrollaron el concep- de política interior) y externas (que, en algunos casos, como
to de protección efectiva, esto es, de la protección dispensa- el señalado anteriormente con respecto a la teoría del aran-
da únicamente al valor añadido. Concluyeron que los países cel óptimo, podían hacer admisible la protección, aunque
con mayor protección efectiva tendían a crecer menos que limitada y temporal).
los que registraban menos protección. La explicación teóri- Todos esos estudios perseguían demostrar teórica y empí-
ca era, claro está, que la protección del mercado interior en ricamente la necesidad de que los países del Tercer Mundo
el marco de las estrategias de la ISI suponía un fuerte sesgo iniciasen una liberalización comercial con miras a promover
en contra de las exportaciones. Además, plantearon una crí- una especialización acorde con la ventaja comparativa (que
tica abierta a la protección de las industrias nacientes, que podía muy bien ser dinámica, como sugirió, entre otros, Balas-
sólo era admisible, a su juicio, si había distorsiones en el mer- sa). Las estructuras de protección generaban, según ese enfo-
cado internacional, como una situación de monopolio o que, distorsiones que impedían una asignación óptima de los
monopsonio (argumento del arancel óptimo). recursos. La liberalización parcial, si la total era políticamente
Algunos autores, como Krueger, calcularon el coste en imposible, era un second best al que convenía dar entrada.
recursos internos (domestic resource cost, DRC) de algunos En efecto, las ventajas de la apertura eran numerosas:
proyectos de ISI, con objeto de poner de manifiesto que su
tasa de rendimiento podía ser, en ocasiones, muy baja e inclu-
so negativa. Esa estrategia permite a una economía alcanzar una sen-
da de crecimiento equilibrado, en la que las pautas de pro-
Otros, como Corden, combinaron el tradicional teorema
ducción, inversión y creación de capacidad se ajustan a la
Heckscher-Ohlin-Samuelson (que desarrolló, como es sabido,
ventaja comparativa estática y dinámica, minimizando así el
la tesis ricardiana de la ventaja comparativa) con las teorías coste en recursos (en términos de valor actual) de satisfacer
neoclásicas del crecimiento, para concluir que la liberalización las demandas finales (demanda interna más demanda neta
comercial y la consiguiente especialización aumentarían las de exportaciones). No puede subestimarse la contribución de
tasas de crecimiento económico. las importaciones (actuales y potenciales) en aumentar la

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

competencia en los mercados internos, actuando por tanto el Estado parece estar presionado por lobbies y grupos de inte-
de estímulo para mejorar la calidad de los productos, la rés que están más interesados en la redistribución que en el
eficiencia de la producción de bienes sustitutivos de impor- crecimiento. Las intervenciones del Estado dirigidas, en el mejor
taciones, etc. De igual modo, la necesidad de mantener la de los casos, a mejorar la eficiencia en la asignación de los
competitividad en los mercados de exportación genera incen- recursos y a canalizar ésta hacia direcciones socialmente desea-
tivos similares para los fabricantes de bienes de exportación. bles y que crean, en el peor de los casos, pequeñas pérdidas
Además, el intercambio de bienes (especialmente de capital inevitables a causa de las distorsiones, acaban, en la práctica,
e intermedios) puede transmitir entre países el cambio y las desviando recursos de forma importante desde la producción
mejoras técnicas. En el mundo real, en el que hay perturba- a la "captación de rentas" (Srinivasan, 1985: 45).
ciones aleatorias sobre la oferta (por ejemplo debidas al cli-
ma) y la demanda, la participación en el sistema mundial de En suma, la extensa literatura de los años sesenta y seten-
comercio permite a una economía ajustarse mejor a tales per- ta sobre las ventajas de la apertura comercial y los inconve-
turbaciones (Srinivasan, 1985: 53). nientes de la intervención estatal fue un claro precedente de la
CRN, como han reconocido explícitamente sus defensores.
El segundo conjunto de estudios fue el del análisis crítico En otros, orden de cosas, las razones que explican que la
de algunas políticas macroeconómicas en los países del Ter- CRN se iniciase masivamente a finales de los años setenta
cer Mundo (por ejemplo, la denuncia, que hicieron McKin- son, sin duda, numerosas y complejas. No obstante, es posi-
non y Shaw de la represión financiera, esto es, de la presen- ble enumerar las principales:
cia de tipos de interés reales negativos para sectores prioritarios,
lo que en la práctica reprimía a las demás actividades). En tér- — El fuerte cambio de la correlación de fuerzas a nivel
minos más generales, la discusión sobre las distorsiones o mundial: la influencia del Tercer Mundo en la econo-
imperfecciones de una economía distinguió dos posiciones: la mía internacional, que alcanzó su cenit durante las cri-
de los partidarios del laissez-faire (Bauer, Little, Lal, etc.), para sis del petróleo de los años setenta, se desvaneció en
quienes no sólo había que eliminar las distorsiones exógenas el decenio siguiente al cambiar las circunstancias exter-
(las provocadas por la intervención pública) sino que era tam- nas. Cayeron las cotizaciones de las materias primas,
bién necesario no interferir en las distorsiones endógenas (las incluidas las energéticas, lo que, junto a los ajustes
propias del mercado), ya que la corrección era contraprodu- efectuados en las economías desarrolladas, hizo que
cente; y la de los economistas del bienestar (Corden, Balassa, los países del Norte empezasen a mostrarse menos dis-
Krueger, etc.), que admitían la necesidad de contrarrestar algu- puestos a transigir con las reivindicaciones del Sur.
nas distorsiones endógenas mediante la intervención guber- — El creciente descrédito del análisis keynesiano en los
namental. A tal discusión se añadió el importante desarrollo países desarrollados, por su manifiesta incapacidad
de la llamada economía política neoclásica. La teoría de la para hacer frente a una crisis de oferta, como fue la
elección colectiva de M. Olson, la escuela del public choice de los años setenta, junto con las crecientes dificulta-
de J. M. Buchanan o el análisis de los derechos de propiedad de des, que finalmente acabarían en clamoroso derrum-
D. C. North compartían la idea de que be, de las economías de planificación central.

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

— La llegada de partidos conservadores al poder en el entidad uniforme, planteamiento defendido por los
Reino Unido (Thatcher), Estados Unidos (Reagan) y economistas del desarrollo tanto keynesianos como
Alemania (Kohl), lo que imprimió un giro a los plan- críticos (marxistas y/o dependentistas).
teamientos de los principales organismos interna- — La interpretación sesgada y arbitraria del éxito de los
cionales, como el Fondo Monetario Internacional "dragones" asiáticos (Corea del Sur, Taiwan, Hong
(FMI) y el Banco Mundial. Kong y Singapur), que los economistas neoclásicos
— La crisis de la deuda externa, cuya máxima expresión atribuyeron inicialmente a una notable liberalización
fue la moratoria temporal en los pagos externos de Méxi- comercial y a la presencia de un Estado mínimo.
co en 1982, obligó a los países del Tercer Mundo a recu-
rrir al FMI y al Banco Mundial más que en el pasado,
por lo que esos organismos ganaron influencia. 13.2. Las propuestas de liberalización interna y externa
— El fracaso manifiesto de las estrategias estatalistas de
desarrollo en el Tercer Mundo, especialmente paten- Las prescripciones de la CRN fueron fundamentalmente
te en países como la India, Argelia o Irak e incluso las dos siguientes:
durante algunos períodos populistas y socializantes en
América Latina (Chile en 1970-1973 o Perú en 1968- — Liberalización interna, esto es, reducción del inter-
1975), por no hablar del rechazo que inspiró la Cam- vencionismo estatal, considerado ineficaz, costoso y
boya de Pol Pot (1975-1978). Simultáneamente, los contraproducente, con objeto de disminuir (o incluso
movimientos hacia el mercado de China, por las refor- eliminar) las distorsiones exógenas de los precios de
mas introducidas desde finales de los años setenta por bienes y factores.
Deng Xiaoping, así como, en menor medida, en el otro — Liberalización externa, esto es, reducción del grado de
gigante del Tercer Mundo, la India, empezaban a arro- protección del mercado interior, para que la apertura
jar buenos resultados económicos. a la economía mundial suponga un incentivo de eficien-
— La reacción teórica que se produjo contra el optimis- cia y competitividad y para cancelar el sesgo contra-
mo de la Economía del desarrollo convencional, por rio a las exportaciones inherente a la protección.
la persistencia de países muy pobres (los países menos
adelantados), y contra el catastrofismo del enfoque de La intervención del Estado, especialmente cuando se pro-
la dependencia, por el éxito de los nuevos países indus- duce mediante controles administrativos o, más en general,
triales (especialmente los asiáticos), que habían con- planificación del desarrollo, tiene, a juicio de los partidarios
seguido aunar crecimiento sostenido, transformación de la CRN, múltiples inconvenientes (Srinivasan, 1985; Krue-
estructural y mejoras en el bienestar sin ruptura (des- ger, 1990):
conexión) con el mercado mundial y sin cambio de sis-
tema económico. Esa creciente heterogeneidad del Ter- — Desviación de los precios respecto de sus niveles de
cer Mundo desmintió la visión del Sur como una mercado o de equilibrio, que es el que refleja las esca-

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

seces relativas de bienes y factores. Tal distorsión gene- precios (to get prices right), esto es, dejar que éste opere en
ra una asignación ineficaz de los recursos, ya que los el marco de mercados competitivos. La reducción o elimi-
agentes -productores y consumidores- reciben seña- nación de las imperfecciones del Estado (government failu-
les artificialmente falseadas. res), junto con la mejora inmediata en la eficacia en la asig-
— Derroche de recursos en el costoso sector público empre- nación estática de los recursos, permitirían, según ese enfoque,
sarial (oficinas de comercialización y distribución, empre- situar a la economía en una senda de crecimiento óptimo.
sas mineras y manufactureras, monopolios de comer- Introducir más competencia en el funcionamiento inter-
cio exterior, sector bancario y de seguros, etc.) y en los no de una economía equivale a eliminar las distorsiones exó-
ambiciosos programas de inversión pública. genas (inducidas por la política económica) de los precios.
— Exceso de control del sector privado, y, por tanto, alto La mayor parte de los economistas neoclásicos acepta, sin
coste social de tal situación. embargo, que existen distorsiones endógenas u originarias,
— Déficit presupuestarios elevados, que, en palabras de esto es, imperfecciones del propio mercado que hacen que
Krueger, 1990: 10), "alimentados por los déficit del los precios no reflejen su valor de equilibrio y que son inde-
sector público empresarial, los programas excesivos pendientes de la acción estatal. En tal caso, podría estar jus-
de inversión y otros gastos gubernamentales, condu- tificada la intervención del Estado, pero sólo si se limita a
cen a altas tasas de inflación, que tienen efectos inme- corregir tales imperfecciones. El problema estriba en que tal
diatos sobre la asignación de los recursos, el compor- intervención suele, por lo general, crear distorsiones impre-
tamiento del ahorro y la asignación de la inversión vistas e indeseadas en otra parte de la economía, que suelen
privada". compensar con creces los efectos positivos de la anulación
— Políticas macroeconómicas contraproducentes, como, de las distorsiones endógenas. Por tal razón, la CRN plan-
por ejemplo, el mantenimiento de tipos de cambio tea que el dilema estriba en elegir entre soluciones imper-
nominales fijos en un contexto de elevada inflación o fectas (Estado o mercado) y que la menos imperfecta de las
de tipos reales de interés negativos para supervisar la dos es la del mercado. En caso de que sea necesario algún
asignación del crédito en la economía. tipo de intervención, los economistas neoclásicos acostum-
— Incapacidad para mantener la calidad de las infraes- bran proponer que el Estado intervenga usando técnicas del
tructuras de transporte y de comunicaciones. análisis social coste-beneficio, es decir, estimando precios-
— Corrupción generalizada entre los funcionarios esta- sombra (precios teóricos de mercado) para aquellos bienes
tales. o factores que registren en sus precios distorsiones endó-
genas.
— Fracaso de las políticas de lucha contra la pobreza,
que únicamente han beneficiado a los grupos sociales En suma, la intervención del Estado es, además de costo-
más favorecidos. sa, contraproducente. Es cierto, afirma la CRN, que el mer-
cado tiene imperfecciones (market failures), pero éstas son,
Ante tales inconvenientes, la recomendación obvia de la por lo general, menores que las introducidas por el Estado
CRN es la de hacer más y mejor uso del mecanismo de los (government failures).

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)

En lo que atañe a la liberalización externa, el objetivo es que el tipo de cambio efectivo para las importaciones (TCEI)
reducir el grado de protección del mercado interior con obje- iguale al tipo de cambio efectivo para las exportaciones
to de hacer que la economía sea más competitiva y pueda (TCEE), en lugar de ser superior, como ocurre en las estra-
crecer con una estrategia de orientación exportadora. tegias de ISI.
La importancia de fomentar las exportaciones fue ilus-
trada, por parte de la CRN, con varios estudios empíricos
dirigidos a poner de manifiesto la correlación directa y posi- 13.3. Valoración crítica
tiva tanto entre crecimiento de las exportaciones y el aumen-
to rápido del PIB como entre la sustitución de importaciones La CRN hizo sin duda aportaciones de enorme alcance
y el crecimiento lento. en la Economía del desarrollo. Por ejemplo, un economista
Tal propuesta liberalizadora se fundamenta principalmente keynesiano como Singer ha reconocido que los críticos neo-
en las dos consideraciones siguientes. En primer lugar, la pro- liberales de las políticas de desarrollo anteriores subrayaron,
entre otros aspectos, que
tección del mercado interior genera un sesgo antiexportador,
ya que supone precios internos superiores a los internacionales
un régimen de tipos de cambio sobrevalorados contiene peli-
tanto en los bienes finales como en los productos interme- gros de asignación ineficiente, captación de rentas, fuga de
dios y bienes de capital. Las empresas prefieren producir para capitales, etc.; que los precios y los mercados deben desem-
el mercado interior, más rentable, que exportar. Los pro- peñar una función en la asignación eficiente de los recursos y
ductores de bienes para la exportación deben importar sus son a menudo instrumentos mejores que la regulación o los
inputs intermedios y de capital a precios más altos que los controles administrativos; que la expansión excesiva del sec-
del mercado internacional, con lo que pierden competitivi- tor público puede perfectamente suprimir fuentes latentes de
dad. En otros términos, protección y competitividad son tér- capacidad empresarial en el sector privado que podrían libe-
minos antitéticos. En segundo lugar, reducir la protección rarse con menos regulación; que el aparato planificador pue-
debe encaminarse a generar un régimen neutral de incenti- de con facilidad centralizarse en exceso a expensas de la ini-
vos, esto es, un sistema que no discrimine (que ofrezca los ciativa local y de la participación popular; que la liberalización
comercial puede beneficiar a los propios países en desarrollo;
mismos incentivos) a los exportadores y a los productores de
que unos incentivos apropiados de precios a los agricultores
bienes para el mercado interior. La estrategia de ISI presen-
pueden ser útiles para estimular la producción interna de ali-
ta, según este enfoque, un claro sesgo antiexportador, mien- mentos cuando se combinan con medidas de carácter más
tras que la ausencia de sesgos permite fomentar las exporta- estructural que son también necesarias; que una industriali-
ciones. zación a expensas de la agricultura puede conducir a un calle-
Reducir la protección del mercado interior con objeto de jón sin salida y que debería reemplazarse por un tipo de desa-
crear un régimen neutral de comercio exterior es, por tanto, rrollo en el que desarrollo agrícola e industrialización se
la propuesta de liberalización externa de la CRN. Eliminar sostengan entre sí; que las políticas económicas no deberían
las barreras no arancelarias (cuotas, contingentes, etc.) y redu- presentar un sesgo excesivo en favor de la población urbana;
cir al mínimo los aranceles debe llevar a una situación en la que los subsidios y otras medidas para favorecer a los grupos

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Capítulo 13: La contrarrevolución neoclásica (1978-1990)
Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...

transmitir información y guía para una asignación efi-


de renta más baja a menudo no llegan hasta la población más
ciente de los recursos, suponía pasar por alto, como
pobre y a veces benefician en su lugar a los más acomodados;
que los servicios públicos, en igual medida que el sector pri- señaló Kaldor, fenómenos como los siguientes: muchas
vado, deberían gestionarse con principios de eficiencia y de empresas no son "precio-aceptantes" sino "precio-crea-
bajo coste, etc. (Singer, 1992: 95). doras"; ciertos cambios del nivel de producción no se
deben a modificaciones en los precios relativos en direc-
Tales aportaciones de la C R N han de ser contempladas ción de igualar costes e ingresos marginales (para maxi-
con seriedad, si bien, como señala el mismo Singer, ese pro- mizar los beneficios) sino a simples variaciones en las
greso intelectual ya había surgido, a finales de los años seten- cantidades; las empresas no buscan siempre la maxi-
ta, de la experiencia misma de los países del Tercer M u n d o mización de beneficios; muchas compañías no cono-
y no era en absoluto necesaria una contrarrevolución neoli- cen sus curvas de demanda, etc. (N. Kaldor, 1985).
beral para descubrir tales inconvenientes. — Las implicaciones sociales de las recetas de la C R N
El defecto principal de la C R N fue que combinó aspectos son enormemente costosas. En opinión de Singer, los
positivos, como el insistir en las deficiencias de muchas estra- críticos neoliberales
tegias anteriores de desarrollo, con una lista no menos larga
han hecho un flaco servicio al combinar tales perspicacias
de inconvenientes:
con un abandono de los objetivos del desarrollo en aras del
ajuste; al ser indiferentes, de hecho e incluso en la retórica,
— El énfasis en los p r o b l e m a s de la asignación de los a la incidencia social o a la cara humana de las políticas que
recursos a corto plazo suponía pasar por alto los aspec- propugnan; al fracasar en presionar de igual modo a los paí-
tos dinámicos inherentes al propio desarrollo. ses con excedentes de balanza de pagos y a los países con
— El análisis de equilibrio parcial o general, en la tradi- déficit o a los países deficitarios de ingreso alto y a los paí-
ción de Marshall o Walras, hacía imposible percibir el ses deficitarios más pobres; al aplicar doctrinas sobre la valía
desarrollo como lo que es, una secuencia de desequi- del libre mercado, desarrolladas en circunstancias peculia-
librios. res, a otras circunstancias en las que las condiciones supues-
— La insistencia en las ventajas del comercio interna- tas sencillamente no existen; al elevar a la categoría de obje-
tivo principal la devolución de la deuda y permitir que tal
cional no permitía poner de manifiesto los costes y los
fin desplace de hecho los viejos objetivos de consenso sobre
riesgos potenciales de la especialización acorde con la
crecimiento, empleo, redistribución y necesidades básicas
ventaja comparativa.
(Singer, 1992: 96).
— Plantear que el fomento de las exportaciones excluye
necesariamente la protección y cualquier sesgo en el
No es éste lugar p a r a poner de manifiesto los inconve-
régimen de incentivos de comercio exterior es una gene-
nientes de los programas de ajuste estructural que el Banco
ralización abusiva.
M u n d i a l inició en 1979 p o r influencia directa de la C R N
— La confianza extrema en el sistema de precios en con-
(Arrizabalo, comp., 1997). Baste señalar que tales préstamos
diciones de libre m e r c a d o , c o m o m e c a n i s m o p a r a

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Parte III. La Economía del desarrollo desde 1945...

se han condicionado a la existencia de un crédito stand-by


del Fondo Monetario Internacional, a su vez suministrado
únicamente a condición de que el país en cuestión adopte
estrictas medidas de estabilización, así como a la introduc-
ción de políticas de oferta, especialmente para fomentar las
exportaciones. En suma, deflación (políticas fiscal y mone-
tarias restrictivas), desregulación (disminución del peso del
Estado, en gran parte mediante la privatización de activos
públicos) y, en ocasiones, también devaluación (para incen-
14
tivar las exportaciones y la sustitución de importaciones) han
sido los ingredientes del anteriormente mencionado Consenso El enfoque favorable
de Washington para los países del Tercer Mundo. Tales medi-
das han tenido un dudoso efecto económico: los años ochen- al mercado (desde 1990)
ta fueron, como es sabido, el decenio perdido para América
Latina y África, donde la renta per cápita se redujo en tér-
minos reales. Además, su impacto social ha sido considera-
ble en aspectos tan importantes como la pobreza, la desi-
gualdad y el empleo. A principios de los años noventa se produjo un nuevo giro
-aunque mucho menos radical que el anterior- en los estu-
dios ortodoxos sobre el desarrollo. Ese cambio fue el resul-
tado de un cada vez mayor escepticismo sobre la bondad de
las recetas propugnadas por la contrarrevolución neoclási-
ca. Dos causas de esa reevaluación crítica y de la aparición
de una nueva ortodoxia merecen ser destacadas.
En primer lugar, las políticas ortodoxas aplicadas en
muchos países del Tercer Mundo en los años ochenta arro-
jaron resultados mediocres, cuando no claramente negativos.
El crecimiento de la renta per cápita real no sólo se redujo
en 1980-1990, respecto de 1970-1980, para el conjunto del
Tercer Mundo, sino que incluso cambió de signo, haciéndo-
se negativo, en Oriente Medio y Norte de África, África sub-
sahariana y América Latina y el Caribe. Esas fueron preci-
samente las regiones en las que se aplicaron más nítidamente
las recetas ortodoxas de deflación y desregulación. Por el

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Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)

contrario, Asia oriental y Asia meridional, que recurrieron el primer caso, para potenciarlo y, en el segundo, para
m u c h o m e n o s a ese tipo de m e d i d a s , vieron a u m e n t a r el desempeñar una función central en, por ejemplo, la
incremento de sus ingresos por habitante. inversión en educación, salud o infraestructuras.
En segundo término, las fuertes críticas dirigidas al enfo- — La intervención del Estado debe hacerse con acierto
que neoclásico radical, que el Banco Mundial había avalado y cautela, esto es, debe armonizar con el mercado
fervientemente en algunos de sus informes anuales, como los (Estado y m e r c a d o deben actuar de consuno), p a r a
de 1 9 8 1 , 1983 y 1987, hicieron que éste empezase a recon- evitar al m á x i m o las distorsiones de precios, y estar
siderar las razones del éxito de los "dragones" asiáticos (Corea sujeta a una eliminación rápida si tiene efectos no de-
del Sur y Taiwán, principalmente) y a aceptar, aunque a rega- seados.
ñadientes, la idea de que la intervención del Estado podía ser
un factor de desarrollo. En su Informe sobre el desarrollo mundial 1991, el Ban-
co Mundial señaló que

la teoría económica y la experiencia práctica indican que la


14.1. El informe sobre el desarrollo mundial de 1991
intervención [estatal] probablemente sea positiva si armo-
niza con el mercado. Esto significa:
La r e e v a l u a c i ó n de la a c t i t u d r a d i c a l m e n t e liberal de
mediados de los años ochenta desembocó en la defensa de — Estar poco dispuesto a intervenir. Dejar que los merca-
un enfoque favorable al mercado o que armonizase con éste dos funcionen por sí solos a menos que se demuestre la
(market-friendly approach). En esa nueva c o n c e p c i ó n se conveniencia de tomar parte en el asunto. En principio,
admite explícitamente la intervención del Estado, pero siem- ciertas medidas relativas a los bienes públicos pasan esta
pre que se encamine a sustentar o apoyar, y no a sustituir o prueba con facilidad porque el sector privado no suele
suplantar, al mercado. Tal enfoque descansa sobre las ideas adoptarlas y llevarlas a cabo: los gastos destinados a edu-
siguientes: cación básica, estructura, beneficencia, control de la nata-
lidad y protección del medio ambiente. Otras medidas
no suelen superar la prueba. Por ejemplo, generalmente
— El Estado debe permitir al mercado funcionar cuando
es un error que el Estado lleve a cabo actividades de pro-
este último esté en condiciones de hacerlo: por lo gene-
ducción, o que proteja la producción nacional de un
ral, debe abstenerse, en la medida de lo posible, de lle-
artículo que pueda importarse más barato y cuya pro-
var a cabo actividades de producción y de distribución ducción en el país ofrezca pocos beneficios secundarios.
directas, así como de proteger, salvo cuando esa pro- — Aplicar contrapesos y salvaguardas. Someter continua-
tección arroje altos beneficios secundarios, el merca- mente la intervención a la disciplina del mercado inter-
do interno. nacional y del mercado interno [...].
— Sólo cuando el mercado esté insuficientemente desa- — Intervenir sin disimulos. Hacer que la intervención sea
rrollado, o si su libre funcionamiento resulta inade- sencilla y transparente y esté sometida a normas y no a
cuado o fracasa, es legítima la intervención estatal, en la facultad discrecional de las autoridades. Por ejemplo,

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Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)

preferir los aranceles a los controles cuantitativos (Ban- sostenible. Su aumento desmesurado puede presionar al alza la
co Mundial, 1991:5-6). inflación, reducir las oportunidades de inversión del sector pri-
vado (crowding out) y afectar negativamente al ahorro y a la
Se trató de una reinterpretación cautelosa del papel del inversión. Además, el gobierno debe fijarse la meta de alcanzar
Estado, como puede verse, pero de una reconsideración al un tipo de cambio realista, puesto que una moneda sobrevalo-
fin y al cabo. Como se indicó en el capítulo anterior, la con- rada perjudica a las exportaciones y suele verse acompañada de
trarrevolución neoclásica de los años ochenta sólo aceptaba rígidos controles de cambios y de un racionamiento discrecio-
una intervención del Estado para crear un marco macroeco- nal de las divisas.
nómico estable y un sistema legal moderno, así como para En segundo lugar, asegurar un entorno competitivo para
eliminar las distorsiones en el sistema de precios. las empresas estriba, en opinión del Banco Mundial, en esta-
En particular, el nuevo enfoque de "estrategia favorable blecer de entrada un marco jurídico y normativo apropiado,
al mercado" admite la necesidad de políticas deliberadas para es decir, en definir y proteger los derechos de propiedad y en
a) mantener la estabilidad macroeconómica, b) crear un entor- crear sistemas jurídicos, judiciales y normativos eficaces. Ade-
no competitivo para las empresas, c) efectuar inversiones en más, puesto que los rigores de la competencia interna y exter-
capital físico (infraestructuras) y humano (educación y sani- na son un estímulo a la innovación, la difusión de tecnolo-
dad) y d) potenciar el desarrollo institucional. En palabras gía y el aprovechamiento eficiente de los recursos, el Estado
del informe de 1991 del Banco Mundial, debe también mejorar la calidad del entorno económico, redu-
ciendo al máximo la distorsión de precios y fomentando la
los gobiernos tienen que hacer menos en los aspectos en los apertura a las importaciones y a las inversiones foráneas,
que los mercados funcionan, o se pueda hacer que funcionen mediante la eliminación de las barreras no arancelarias, la
relativamente bien. En muchos países, sería útil privatizar reducción de los aranceles y la supresión de los controles a
muchas de las empresas de propiedad estatal. Los gobiernos las empresas extranjeras.
tienen que dejar que se desarrolle sin trabas la competencia
En tercer lugar, el Estado debe efectuar inversiones en capi-
interna e internacional. Al mismo tiempo, los gobiernos tienen
tal humano (educación, salud, alimentación, planificación
que hacer más en las esferas en las que no se puede depender
de que actúen los mercados por sí solos. Sobre todo, ello sig- familiar, apoyo a los pobres, etc.), infraestructuras (carrete-
nifica invertir en educación, salud pública, nutrición, planifi- ras, suministro de agua y electricidad, telecomunicaciones,
cación de la familia y beneficencia; organizar una infraestruc- etc.) y protección del medio ambiente. El Gobierno debe ase-
tura social, material administrativa, normativa y jurídica de gurarse de que aumenta la calidad o eficacia de esas inver-
mayor calidad; movilizar los recursos para financiar los gastos siones, teniendo muy presentes las prioridades (enseñanza y
públicos; y crear el fundamento macroeconómico estable sin atención sanitaria de tipo primario en vez de educación uni-
el cual no se puede hacer mucho (Banco Mundial, 1991: 10). versitaria o gastos militares).
En cuarto lugar, el Estado debe fomentar el desarrollo ins-
En primer término, el mantenimiento de la estabilidad titucional, mejorando la eficacia de la administración públi-
macroeconómica debe consistir en conseguir un déficit público ca y promoviendo las libertades políticas y civiles.

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Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)

En suma, tal y como concluye la introducción del Infor- varias vías- para fomentar el desarrollo y, en algunos casos,
me de 1991, para potenciar el crecimiento de industrias específicas [...];
esas intervenciones no inhibieron de manera significativa el
aunque nuestro conocimiento del desarrollo es todavía incom- crecimiento [...] y las intervenciones del gobierno desembo-
pleto, en los 40 últimos años se ha aprendido lo suficiente caron en un crecimiento más elevado y más igualitario que
para saber el camino que se debe seguir. Una estrategia en el que se habría registrado de otro modo (Banco Mundial,
virtud de la cual el Estado preste apoyo a un mercado en 1993: 5-6).
régimen de libre competencia en vez de suplantarlo es la que
ofrece mejores esperanzas para hacer frente al reto del desa-
Además, se propone una interpretación del éxito de esos
rrollo (Banco Mundial, 1991: 13).
países basada en el enfoque favorable al mercado propuesto
por el Informe de 1991. Se afirma que esa explicación cons-
14.2. El informe sobre el milagro de Asia oriental (1993) tituye una adecuada tercera vía entre la visión neoclásica con-
vencional (ausencia de intervención estatal) y la que se deno-
En 1993 vio la luz un importante trabajo del Banco Mun- mina "visión revisionista" (para la que el Estado habría
dial sobre El milagro de Asia oriental, en el que se pasa revis- intervenido para distorsionar de manera sistemática los incen-
ta a los resultados de las economías asiáticas de alto rendi- tivos con objeto de acelerar el crecimiento industrial y el cat-
miento, es decir, Japón, los cuatro "dragones", Malasia, ching up tecnológico).
Tailandia e Indonesia, con la ayuda del marco interpretati- Se habría producido, por tanto, una especie de conver-
vo desarrollado en el Informe de 1991. Fue Japón, el segun- gencia entre posiciones previamente enfrentadas. Por una par-
do mayor accionista del Banco, quien propició e incluso finan- te, el Banco Mundial se ha distanciado de sus posiciones ultra-
ció esa investigación, por entender que las prescripciones liberales de antaño y empieza a reconocer la importancia de
tradicionales del Banco eran demasiado simplistas (al poner la intervención del Estado, especialmente en el éxito de los
un énfasis excesivo en aspectos como la desregulación y la países de Asia oriental. Por otro lado, desde mediados de los
privatización), que la experiencia japonesa merecía ser tra- años ochenta se desarrolló una crítica moderada al plantea-
tada con detalle (ya que muchos economistas nipones consi- miento neoclásico sobre los "dragones": en esos países habría
deran que ha servido como modelo para el resto de Asia orien- habido intervención del Estado, pero se habría tratado de una
tal) y que podían estar justificadas en los países del Tercer planificación sustentadora del mercado (market-sustaining
Mundo tanto la protección selectiva como la política indus- planning), de una actividad encaminada a gobernarlo, resul-
trial estratégica. tante en una sinergia pragmática entre Estado y mercado
En ese estudio el Banco Mundial reconoce por primera (governing the market) o de un intervencionismo promotor
vez que del mercado (market-promoting intervention). En suma, el
nuevo consenso habría surgido de la idea, que el Banco con-
en la mayor parte de esas economías, de una u otra forma, sidera ampliamente compartida, en virtud de la cual el Esta-
el gobierno intervino -de forma sistemática y a través de do intervino para que el mercado pudiese funcionar.

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Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)

En otros términos, la intervención del Estado en los paí- definidos y comprobables. Las razones de la eficacia de
ses de Asia oriental habría surgido de una firme voluntad de la política económica habrían residido en la presencia
no negar, suprimir, sustituir o remplazar el mercado sino de de una burocracia estatal aislada de las presiones polí-
complementarlo (en lo que no podía hacer) y gobernarlo (en ticas a corto plazo así como competente y honrada.
lo que hacía mal). Además, esa intervención pública habría
tenido muy en cuenta las señales del mercado, habría adop-
tado métodos favorables al mismo y habría desembocado en 14.3. Valoración crítica
un marco que no reprimió las fuerzas del mercado sino que
sencillamente las sustentó. El nuevo enfoque del Banco Mundial debe ser contem-
El estudio del Banco Mundial sobre Asia oriental intenta plado con precaución. Aunque es evidente que el Banco ya
aplicar el enfoque teórico de su Informe de 1991. Según ese ha empezado a reconocer que la intervención del Estado tuvo
trabajo, los países asiáticos habrían: algo que ver con el crecimiento de los "dragones" y que tal
intervención puede ser recomendable para otros países del
— Mantenido la estabilidad macroeconómica, al limitar Tercer Mundo, es más que dudoso que el enfoque favorable
el tamaño de los déficit públicos a la capacidad de finan- al mercado se sitúe en un justo punto medio (equidistante)
ciación, lo que habría permitido a la vez una inflación entre el planteamiento neoclásico y el revisionista. Hay razo-
moderada y predecible, así como unas deudas internas nes para pensar que tal enfoque está más próximo al prime-
y externas manejables. Los principales resultados habrí- ro que al segundo y que, lejos de suponer un cambio de para-
an sido el fomento del ahorro, unos tipos reales de inte- digma, no es más que un refinamiento, más o menos
rés bajos y estables (y, por tanto, mayores inversión y artificioso, de la ortodoxia neoclásica. Además, como se inten-
capacidad de planificar a largo plazo) y la posibilidad tará poner de manifiesto a continuación, caben dudas razo-
de recurrir a la infravaloración de la moneda, lo que nables respecto de si ese nuevo planteamiento dispone de una
habría beneficiado a las exportaciones. adecuada corroboración empírica en el caso de los "drago-
— Creado un marco competitivo favorable a las empre- nes": algunos autores señalan que la versión "revisionista"
sas privadas, con una estructura legal y reglamentaria puede estar mucho más cerca de la realidad que el nuevo
alentadora de la inversión privada y con una estrecha enfoque favorable al mercado y, claro está, que la ortodoxia
colaboración entre el Gobierno y las empresas. neoclásica tradicional.
— Efectuado inversiones en capital humano y físico. Espe- La tesis de que en los "dragones" el Estado intervino para
cialmente notable habría sido la preferencia por la que el mercado pudiese funcionar no suscita acuerdo entre
enseñanza primaria y secundaria frente a la superior todos los especialistas (véase una crítica en Fishlow et al.,
y, dentro de esta última, por las carreras universitarias 1994, y en Gore, 1996). La experiencia histórica de Corea
técnicas. del Sur y Taiwán no se ajusta fácilmente a ese modelo teóri-
— Condicionado el apoyo a empresas y sectores al cum- co, como han sugerido convincentemente los trabajos de
plimiento por su parte de unos objetivos claramente varios destacados especialistas (A. Amsden, A. Singh, etc.).

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Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)
Como ha descrito brillantemente Amsden (1992), el inicio
la imposibilidad misma de competir pese a los bajos salarios
de la industrialización tardía del siglo XX (la de los nuevos paí-
demostraba que el mercado, funcionando correctamente, no
ses industriales), a diferencia de lo acontecido en la Inglaterra
era capaz de fomentar la industrialización.
de la Revolución Industrial y en los late joiners del siglo XIX
La intervención del Estado en Corea del Sur y Taiwan con-
(Alemania, Rusia, Japón, etc.), se caracterizó por la ausencia
sistió, desde los años sesenta, no en actuar de manera pasiva
de tecnologías pioneras. Es decir, los países que accedieron al
para remediar sencillamente las disfunciones del mercado, sino
rango de economías industriales en el siglo XX basaron su cre-
en hacerlo activamente para fijar los precios incorrectamente (to
cimiento, no en la invención y la innovación, sino en la impor- get prices wrong), esto es, para distorsionarlos deliberadamen-
tación de tecnología, esto es, en el aprendizaje. Por tal razón, te con objeto de estimular la inversión y el comercio exterior.
a pesar de los bajos salarios y del manejo deliberado del tipo
No se trató por tanto de una estrategia que armonizó con el
de cambio para abaratar las exportaciones, durante los años
mercado sino de una intervención deliberada para alterar los pre-
sesenta los nuevos países industriales no eran competitivos,
cios relativos y modificar el funcionamiento del mercado. En otros
incluso en los sectores intensivos en trabajo, con respecto a los
términos, el Estado no gobernó el mercado, sino que lo reprimió.
desarrollados. Por ejemplo, la industria textil coreana no fue
Además, esa represión condujo a un proceso de crecimiento rápi-
capaz de competir, en el decenio de los sesenta, con la japo- do y sostenido, a una profunda transformación estructural y a
nesa, sencillamente porque la brecha salarial, aunque notable, notables mejoras en el nivel y la calidad de vida de la población.
era inferior a la de las productividades del trabajo. Como seña-
En suma, a diferencia de la interpretación del Banco Mun-
la Amsden, tal situación recuerda la presión japonesa de los
dial, esa tesis no sólo niega que hubiese un bajo grado de dis-
años veinte y treinta del siglo XX sobre las manufacturas tex-
torsión de precios sino que afirma que esa alteración delibe-
tiles del Lancashire, que se debió, no a los bajos salarios, pues-
rada de los precios, relativos, con objeto de conseguir que se
to que las jóvenes obreras inglesas de esa región ganaban prác- desviasen apreciablemente de sus niveles de mercado o de
ticamente lo mismo que los asalariados nipones, sino a una equilibrio, fue positiva para el crecimiento.
mayor productividad, por causa de unas instalaciones pro-
Buenos ejemplos de precios de factores y productos que,
ductivas más modernas e integradas, a unos mejores circuitos
por causa de la intervención del Estado, se separaron nota-
de distribución y a una gestión empresarial mucho más eficaz.
blemente de los que hubiesen prevalecido en condiciones de
Tal situación explica que la intervención del Estado en la libre mercado o de equilibrio son los siguientes:
actividad económica haya sido incluso más importante en
los nuevos países industriales que en los países de la indus-
— Los salarios se mantuvieron bajos, a causa de la repre-
trialización tardía del siglo XIX.
sión sindical y política, esto es, de la hostilidad a la
Lo que existía en Corea del Sur y Taiwan a principios de presencia de sindicatos independientes y de la ausen-
los años sesenta era una verdadera incapacidad del meca- cia de partidos legales de tipo laborista que llevasen
nismo del mercado para desencadenar una industrialización al parlamento las reivindicaciones de los trabajadores.
sostenida. El problema no era simplemente de disfunción o
— Los tipos de interés se manejaron de manera que deter-
mal funcionamiento del mercado (market failure), puesto que
minados sectores industriales disfrutaron de créditos

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183
Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 14: El enfoque favorable al mercado (desde 1990)

preferentes, a tipos reales de interés bajos e incluso minados objetivos fijados por el Estado. Esa asignación de
negativos. Así, por ejemplo, en Corea del Sur hubo recursos determinada por el cumplimiento de objetivos cla-
durante los años setenta un sistema triple de tipos rea- ros consistía en una estrategia de "zanahoria y palo": por
les de interés: el prevaleciente en el mercado paralelo ejemplo, las empresas que habían cumplido los objetivos de
o curb market (en torno a 10%), el tipo comercial del exportación obtenían bonificaciones, mientras que aquellas
sistema bancario (prácticamente nulo) y el de los prés- que no lo hacían veían desaparecer el apoyo estatal.
tamos exteriores (negativo). En suma, hubo subsidio Además, esa función disciplinaria del Estado exigía la presen-
al crédito de los bancos comerciales y a la toma de cia de un aparato estatal poderoso y relativamente autónomo de
préstamos en el extranjero, algo que se mantuvo, en las presiones a corto plazo de grupos sociales particulares. La fuer-
el primer caso, incluso después de la cautelosa libe- za y el alto grado de autonomía relativa del Estado en los "dra-
ralización financiera de los años ochenta. gones" son precisamente características que les distinguen de otros
— Los precios de venta en el mercado interno fueron sus- países del Tercer Mundo, como los de América Latina.
tancialmente elevados, ya que se mantuvo la protec- En suma, la estrategia favorable al mercado carece de corro-
ción incluso después del cambio de estrategia hacia la boración empírica en el caso de los "dragones", en lo que se
industrialización orientada a la exportación. Esa pro- refiere al menos a la existencia de un ambiente empresarial
tección se utilizó para fomentar la competitividad de basado en la libre competencia. Es indudable, claro está, que
las exportaciones, ya que las empresas podían com- otros aspectos de la interpretación del Banco Mundial sí se
pensar la baja rentabilidad o incluso las pérdidas oca- cumplieron: las amplias y selectivas inversiones en capital
sionadas por los bajos precios en el mercado exterior humano y físico; la estabilidad macroeconómica (con el impor-
con los beneficios extraordinarios en el mercado inter- tante matiz de que existe controversia sobre las políticas de
no, con arreglo a la teoría de la protección como ins- estabilización aplicadas para alcanzar tal situación) y el nota-
trumento de fomento de las exportaciones (import pro- ble desarrollo institucional.
tection as export promotion) desarrollada, por ejemplo, El nuevo consenso del Banco Mundial sobre desarrollo,
por Krugman. basado en el enfoque favorable al mercado, no ha supuesto
— Los precios de venta en el mercado exterior se fijaron un cambio de paradigma respecto de la ortodoxia neoclási-
a niveles bajos, por causa de la ya comentada discrimi- ca de los años ochenta, por mucho que se afirme que se sitúa
nación de precios y de la existencia de masivos incenti- en un punto intermedio entre el enfoque neoclásico y el revi-
vos financieros, comerciales, cambiarios y administra- sionista.
tivos a las empresas exportadoras, que incluían objetivos La nueva ortodoxia del Banco Mundial en los años noven-
determinados de exportación, cuyo incumplimiento ta no es realmente nueva, ya que es heredera directa de los
suponía la pérdida automática de los subsidios. planteamientos neoliberales del decenio anterior. Además,
ese enfoque, a juicio de numerosos especialistas, carece de
Los subsidios estatales a las empresas privadas funciona- una adecuada contrastación empírica en el caso de los nue-
ron bien, ya que se condicionaron al cumplimiento de deter- vos países industriales asiáticos, por mucho que el Banco

184 185
Parte III: La Economía del desarrollo desde 1945...

Mundial crea haber encontrado por fin el marco analítico


definitivo del éxito de esos países.
En suma, el apoyo a una estrategia del desarrollo que
armonice con el mercado no es ni una alternativa al enfoque
neoclásico, sino una simple prolongación del mismo, ni tam-
poco un análisis que se vea corroborado por la experiencia
histórica de países como Corea del Sur y Taiwan, las dos eco-
nomías del Tercer Mundo con mayor éxito. La ortodoxia del
Banco Mundial, en sus versiones radical o moderada, está,
en palabras de Sunkel y Zuleta (1990), más cercana Parte IV
a los viejos resabios ideológicos sobre la superioridad moral
del mercado que a la racionalidad económica y la corrobo-
ración empírica de sus éxitos prácticos en el mundo real.
La Economía del desarrollo
desde 1945: las teorías heterodoxas
Por otro lado, muchos neoestructuralistas se hacen la per-
tinente pregunta de si es posible tener un enfoque general y
único de la estrategia de desarrollo. Es decir, el nuevo enfo-
que del Banco Mundial es no sólo escasamente novedoso y
explicativo, sino que además resulta excesivamente ambi-
cioso. Parece más conveniente pensar que los economistas
del desarrollo deberían hacer gala de modestia y encaminar
sus esfuerzos a intentar presentar una explicación del creci-
miento económico en grupos homogéneos de países y no una
teoría general, válida para el conjunto del Tercer Mundo.
Las pretensiones del Banco Mundial de constituirse como
el único poseedor de la verdad en economía del desarrollo
deben, por tanto, contemplarse con suma precaución, pues
representan sencillamente un intento de disfrazar lo que no
son más que opciones ideológicas determinadas con razona-
mientos científicos presuntamente incontrovertibles.

186
15
El estructuralismo
latinoamericano (1949-1957)

La corriente de estudios sobre desarrollo conocida como


"pensamiento de la CEPAL" (Comisión Económica de las
Naciones Unidas para América Latina) se constituyó en los
años cuarenta y cincuenta como el primer cuerpo importan-
te de doctrina sobre desarrollo originario del Tercer Mundo.
El estructuralismo latinoamericano de la CEPAL fue enor-
memente influyente en la teoría económica y las políticas de
desarrollo en América Latina entre finales de los años cua-
renta y mediados de los años sesenta. La reflexión de la
CEPAL sirvió de inspiración al desarrollismo latinoamerica-
no, un conjunto de políticas keynesianas socialmente avan-
zadas que, combinado con el peculiar populismo de la Argen-
tina peronista y del Brasil anterior al golpe militar de 1964,
se convirtió en una teoría y una práctica políticas de gran
trascendencia. Además, el pensamiento de la CEPAL sirvió
de base para la creación del enfoque de la dependencia (véa-
se el capítulo 16) y fue la fuente que inspiró al neoestructu-

189
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)

ralismo y a la macroeconomía estructuralista de los años Sus planteamientos más importantes fueron la elaboración
ochenta (véase el capítulo 19). del modelo centro-periferia (1949-1950), la interpretación
La figura esencial de esa corriente fue Raúl Prebisch (1901- del proceso industrializador latinoamericano (1949-1955),
1986). Nacido en Tucumán (Argentina), Prebisch fue subse- la elaboración de recomendaciones de políticas de desarro-
cretario de Economía de su país entre 1930 y 1932. Poste- llo (1955-1960), el análisis de los obstáculos a los que se
riormente (1935-1943) ocupó el cargo de director del Banco enfrentó la industrialización (1960-1963), la teoría estruc-
Central de la República Argentina y consultor del Banco de turalista de la inflación (1953-1964) y la tesis del deterioro
México (1944-1946). Desde la creación de la CEPAL en 1948, tendencial de la relación real de intercambio para los países
colaboró estrechamente con esa institución, de la que fue exportadores de productos primarios (1949-1959). Exce-
secretario ejecutivo entre 1950 y 1963. Fue también director lentes estudios sobre el estructuralismo de la CEPAL son los
general del Instituto Latinoamericano de Planificación Eco- de Guzmán (1976) y Rodríguez (1980).
nómica y Social (ILPES) entre 1962 y 1964 y secretario gene-
ral de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio
y el Desarrollo (UNCTAD) entre 1964 y 1969. Desde los 15.1. El sistema centro-periferia
años setenta, Prebisch desempeñó diversas tareas para Nacio-
nes Unidas y, entre 1976 y su muerte en 1986, fue director El pensamiento de la CEPAL, tal y como fue definido por
de la influyente Revista de la CEPAL. un estudio con ese título publicado en 1969 en Santiago de
Desde principios de los años cincuenta, Prebisch reunió Chile, fue esencialmente estructuralista. Al adoptar un méto-
en la CEPAL a un numeroso grupo de economistas y soció- do de análisis histórico-estructural, la CEPAL participaba de
logos latinoamericanos, entre los que destacaron el brasile- la corriente que abordaba los problemas económicos y socia-
ño Celso Furtado, el mexicano Juan Noyola y los chilenos les desde una perspectiva histórica (la formación, desde los
Aníbal Pinto y Osvaldo Sunkel, así como Juan Medina Eche- tiempos coloniales, de la economía latinoamericana y el aná-
varría, un sociólogo español exiliado en México. lisis de la dinámica del proceso de cambio en el subconti-
La reflexión de esos especialistas tomó como punto de par- nente) y holista (desarrollo y subdesarrollo eran contempla-
tida una profunda insatisfacción respecto de la teoría ortodo- dos como un único proceso, al tiempo que el análisis
xa neoclásica, que consideraban inadecuada para analizar la desbordaba los aspectos meramente económicos para aden-
dinámica del desarrollo, especialmente en el Tercer Mundo, y trarse en el estudio de los fenómenos sociales e instituciona-
que veían como simplemente legitimadora de una pauta con- les).
traproducente de cambio económico en América Latina, en el Desde la publicación en 1949 del informe El desarrollo
marco del denominado "modelo primario-exportador" (o de económico de América Latina y sus principales problemas,
crecimiento "hacia afuera"). redactado por Prebisch y considerado por Hirschman como
El pensamiento de la CEPAL fue, por tanto, un enfoque el "manifiesto de la CEPAL", se sentaron las bases del aná-
alternativo autóctono surgido de una reinterpretación nove- lisis centro-periferia. Tal enfoque descansaba en las tres ideas
dosa en las ciencias sociales latinoamericanas (Sunkel, 1980). siguientes:

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)

— Las estructuras productivas de los países centrales y centro. El libre comercio, en opinión de la CEPAL, no
de las economías periféricas son fundamentalmente sólo no reduce o corrige las desigualdades interna-
distintas, por cuanto el centro se distingue por la homo- cionales sino que las acentúa. Tal planteamiento supo-
geneidad y la diversificación, mientras que la perife- nía una crítica abierta del teorema Hecksher-Ohlin-
ria tiene una estructura heterogénea y especializada. Samuelson, que, basado en la teoría de las ventajas
La heterogeneidad (diferente del concepto ortodoxo comparativas de Ricardo, afirmaba que el comercio
de "dualismo") se expresaba en la coexistencia de una internacional suponía un beneficio mutuo y generaba
agricultura de exportación de alta productividad y de una tendencia hacia la igualación a escala mundial de
una agricultura atrasada de subsistencia. La especia- las retribuciones de los factores de producción.
lización (o desarticulación) se manifestaba en aspec-
tos como la concentración de la exportación en unos Ese rechazo a la pretensión del beneficio mutuo en las rela-
pocos productos primarios; la ausencia, en la indus- ciones económicas internacionales es el aspecto central del
tria, de diversificación horizontal, complementariedad estructuralismo latinoamericano y constituye claramente una
sectorial e integración vertical; la presencia de secto- separación respecto del cuerpo convencional de la doctrina.
res modernos en forma de "enclaves", sin apenas efec- Según Prebisch y sus seguidores, los frutos del progreso técni-
tos internos de arrastre; y la existencia de una deman- co se transferían de la periferia al centro por dos conjuntos de
da interna de productos manufacturados básicamente razones. En primer lugar, la fuerza político-organizativa de tra-
abastecida con importaciones. bajadores y empresarios del centro impedía que el aumento de
— Tales estructuras están relacionadas entre sí a través productividad se trasladase a unos menores precios de las manu-
de la división internacional del trabajo. Lo importan- facturas exportadas, lo que ejercía un freno a la difusión del
te de tal planteamiento residía no sólo en afirmar que progreso técnico a escala internacional. En segundo término,
desarrollo y subdesarrollo son procesos conectados el aumento del precio de las manufacturas importadas y la caí-
entre sí en un único sistema económico mundial sino da de los precios agrícolas en la periferia, junto con la pecu-
también en la importante idea de que centro y perife- liar estructura social de ésta, hacían que no se registrase en los
ria desempeñan funciones distintas y complementarias países periféricos un aumento equivalente de la productividad
dentro de la división de trabajo a escala internacional. laboral, lo que frenaba el ahorro y suponía una menor capa-
El primero se especializa en la producción y exporta- cidad de acumulación. El desempleo estructural generaba una
ción de manufacturas, mientras que la segunda lo hace oferta abundante de trabajo, al tiempo que los beneficios y
en la producción y exportación de productos primarios salarios crecían menos que la productividad, los empresarios
(alimentos y minerales). locales no podían competir con las manufacturas del centro,
las elites locales mostraban una alta propensión al consumo,
— Esas relaciones entre centro y periferia son asimétri-
y la alta elasticidad demanda-renta de las importaciones, jun-
cas, puesto que reproducen la disparidad entre sus
to con la baja elasticidad oferta-renta de las exportaciones,
estructuras productivas, reforzando el subdesarrollo
provocaban un deterioro de la relación real de intercambio
de la periferia y aumentando su distancia respecto del

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)

para la periferia especializada en la elaboración de productos frutos en las actividades económicas orientadas hacia las
primarios. exportaciones llegaron a ser características de una estructu-
Según escribe Prebisch, en su Cinco etapas de mi pensa- ra social heterogénea en la que una gran parte de la pobla-
miento sobre desarrollo (1984), en los años cincuenta ción se quedaba sin intervenir en el desarrollo (Meier y Seers,
eds., 1984, trad. cast., pp. 179-180).
mi interés lo atrajo en particular la cuestión de la difusión
internacional de la tecnología y la distribución de sus fru-
tos, toda vez que las pruebas empíricas revelaban la exis-
15.2. La interpretación, el fomento y los obstáculos
tencia de una desigualdad considerable entre los producto-
de la industrialización latinoamericana
res y exportadores de bienes manufacturados por una parte
y los productores y exportadores de productos primarios
por la otra. Traté de comprender la índole, causas y diná- La CEPAL hizo una notable contribución a la historio-
mica de esa desigualdad y la tendencia al deterioro de la rela- grafía económica de la industrialización latinoamericana de
ción de intercambio de las exportaciones de productos pri- los años treinta y cuarenta. Desde la Gran Depresión de 1929,
marios [...]. Al intentar encontrar una explicación a esos el crecimiento industrial de algunos países de América Lati-
fenómenos en aquellos años, puse interés especial en el hecho na, que anteriormente se había limitado a ser un mero apén-
de que los países de América Latina formaban parte de un dice de la actividad de exportación de productos primarios,
sistema de relaciones económicas internacionales al que deno- se aceleró de manera considerable. La reducción de la deman-
miné el sistema centro-periferia [...]. Se trataba de una cons-
da de i m p o r t a c i o n e s de materias p r i m a s y p r o d u c t o s ali-
telación económica, en cuyo centro se encontraban los paí-
menticios por parte del centro, junto con la caída de la rela-
ses industrializados. Favorecidos por esta posición y por su
ción real de intercambio para las economías que exportaban
temprano progreso técnico, esos países organizaron el sis-
tema como un todo para que sirviera a sus propios intere- esos bienes, supuso una fuerte contracción de la capacidad
ses [...]. Con respecto a cada país periférico, el tipo y el gra- para importar de los países latinoamericanos. Tal escasez de
do de su vinculación con el centro dependía en gran medida divisas generó una industrialización sustitutiva de importa-
de sus recursos y de la capacidad política y económica para ciones (el remplazo de las compras al exterior p o r produc-
movilizarlos. A mi juicio ese hecho revestía la mayor impor- ción nacional), que inicialmente fue sencillamente espontá-
tancia, ya que condicionaba la estructura y el dinamismo n e a , esto es, u n a respuesta a u t o m á t i c a a u n a c o y u n t u r a
económicos de cada país, es decir, el ritmo al que el progre- internacional adversa. La industrialización fue especialmen-
so técnico podía penetrar [...]. De manera similar, ese siste- te p r o n u n c i a d a en Argentina, Chile y el sur de Brasil. Sin
ma de relaciones económicas internacionales exageraba el embargo, otros países más pequeños tuvieron que ajustarse
grado al que el ingreso en la periferia era captado por los
a esa coyuntura mediante la deflación de la actividad eco-
centros. Además, la penetración y propagación del progre-
nómica interna.
so técnico en los países de la periferia eran demasiado len-
tos para absorber a toda la fuerza laboral de manera pro- La Segunda Guerra Mundial supuso un segundo estímu-
ductiva. Así, la concentración del progreso técnico y sus lo a la industrialización latinoamericana. La quiebra de sumi-
nistros obligó a muchos países de la zona a acentuar la fabri-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)

cación interior de numerosos bienes industriales. En suma, "industrialización forzada". Un keynesianismo radical se
si la Gran Depresión redujo la capacidad de compra en impor- combinó con la defensa de la protección del mercado inte-
taciones, el conflicto bélico provocó sencillamente una caí- rior, ya que la diferencia de costes unitarios, debida a la baja
da de la oferta mundial de esos bienes. productividad laboral en la industria (que compensaba sobra-
Ya en 1942, Prebisch, entonces director del Banco Cen- damente la brecha de salarios), hacía imposible consolidar
tral argentino, propuso la industrialización como remedio a el sector industrial en condiciones de libre comercio. Ade-
la adversa situación exterior. El objetivo era entonces pro- más, los déficit comerciales crónicos hacían también reco-
mover la fabricación interna de bienes industriales de con- mendable, en este caso en aras del control macroeconómico,
sumo de manera que la composición de las importaciones se restringir las compras al exterior.
alterase en favor de los bienes de capital. Durante el decenio Puesto que la protección conllevaba un sesgo en contra
de los años cuarenta, Prebisch, tanto en su actividad acadé- de las exportaciones de manufacturas (siempre que no fuese
mica como profesional, promovió la industrialización como compensada con incentivos a las ventas al exterior, necesi-
una estrategia deliberada de desarrollo. Había muchas razo- dad que las primeras propuestas de la CEPAL apenas con-
nes que justificaban tal recomendación: los inconvenientes templaron), el crecimiento industrial resultante debía estar
del modelo primario-exportador (caída de la relación real de necesariamente orientado "hacia adentro", esto es, hacia el
intercambio, concentración del progreso técnico en los cen- mercado interior. Un importante motivo adicional que hacía
tros, etc.), menor vulnerabilidad externa de la pauta indus- recomendable la industrialización por sustitución de impor-
trializadora, mayor generación de puestos de trabajo y de taciones (ISI) era el reemplazo, como centro principal de la
productividad laboral de la industria, y, por tanto, mayores economía mundial, del Reino Unido por Estados Unidos,
salarios y aumento de la demanda interior, etc. cuya economía estaba mucho más introvertida.
La heterogeneidad y la especialización eran inconvenien- No obstante, la confianza en las bondades de la ISI en
tes de la periferia que generaban tendencias adversas, espe- América Latina empezó a ser cuestionada ya a finales de los
cialmente en el marco del modelo primario de orientación años cincuenta. La propia CEPAL observó, con cierto estu-
hacia afuera: desempleo crónico, desequilibro externo recu- por, que no se estaban registrando los resultados que había
rrente y deterioro de la relación real de intercambio. Era nece- esperado de tal estrategia. El progresivo agotamiento de la
saria una transformación estructural mediante la industria- ISI se debió a dos factores principales:
lización. Puesto que no se podía confiar en que el crecimiento
industrial espontáneo fuese sostenible a medio plazo (ya que — La estrechez y saturación del mercado interior, sobre
se veía inhibido por la división internacional clásica del tra- el que descansaba la estrategia sustitutiva, principal-
bajo y obstaculizado por una larga serie de restricciones inter- mente por su incapacidad para diversificar las expor-
nas), debía ser el Estado quien dirigiese el proceso indus- taciones en dirección de las manufacturas. Tal situa-
trializador. Inversión pública, empresas estatales, estímulo y ción hizo que la CEPAL empezase a promover la
orientación de la inversión privada, protección comercial y integración latinoamericana como forma para ampliar
controles de cambio debían ser ingredientes esenciales de esa el mercado.

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Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
de 1949 ya había aireado algunas llamadas de atención sobre
— Los estrangulamientos de la balanza de pagos, debi- la industrialización latinoamericana, y a principios de los
dos fundamentalmente a que la ISI fue, más que el rem- años sesenta la CEPAL publicó varios estudios críticos sobre
plazo de las importaciones por bienes de fabricación el proceso de industrialización por sustitución de importa-
local, la sustitución de unas importaciones (de bienes ciones. Tales críticas han sido por lo general pasadas por alto
de consumo) por otras (de bienes de capital). Esos défi- por las críticas tanto neoclásicas como dependentistas que se
cit crónicos obligaron a los principales países de Amé- hicieron a finales de los años sesenta y principios de los seten-
rica Latina a e n d e u d a r s e en los m e r c a d o s interna- ta [...]. El manifiesto de 1949 ya consideraba que la técnica
cionales de capitales, fenómeno que fue el origen de utilizada tendería a ser demasiado intensiva en capital y que
la crisis de la deuda de los años ochenta. los mercados interiores serían demasiado estrechos para que
la industria aprovechase por completo las economías de esca-
la. También señalaba la ineficiencia técnica que se produci-
Además, la estrategia de ISI había promovido, por lo gene-
ría de resultas de la limitada capacidad tanto de gerentes
ral, un modelo de desarrollo concentrador, excluyente y suje-
como de trabajadores, incluso si se utilizaban las técnicas más
to a una creciente vulnerabilidad externa, esto es, un "estilo modernas. Además, consideraba que las pautas de consumo
perverso de desarrollo". A diferencia de lo esperado por la estarían diversificadas en exceso y que las tasas de ahorro
CEPAL, la ISI de los años cincuenta había p r o v o c a d o un serían demasiado bajas (Kay, 1989: 39).
aumento de la desigualdad y del desempleo (y de la pobla-
ción marginada), efectos negativos a los que se añadió la cre- A ese análisis de las causas, los mecanismos y los efectos
ciente deuda externa y la desnacionalización, cada vez más de la industrialización latinoamericana, la CEPAL añadió al
patente, del sector industrial a manos de grandes empresas menos dos aportaciones teóricas de enorme alcance: la teo-
multinacionales. ría estructuralista de la inflación y la tesis de la caída ten-
Con todo, la CEPAL ya había anticipado en los años cua- dencial de la relación real de i n t e r c a m b i o p a r a los países
renta algunas de esas dificultades, pero en ningún caso pen- exportadores de materias primas. Esos planteamientos pue-
só entonces que la ISI fracasaría simultáneamente en los pla- den consultarse en Faletto (1996), Guzmán (1976: caps. 11
nos económico, social y político. C o m o ha señalado uno de y 12), Rodríguez (1980), Calcagno (1989: 35-6), Kay (1989:
los más destacados especialistas en las teorías latinoameri- 31-5) y Ornan y Wignaraja (1991: 141-2), entre otros estu-
canas del desarrollo, en los años cincuenta, la industrializa- dios.
ción

era contemplada como una panacea que no sólo superaría


15.3. Valoración crítica
los límites del proceso de desarrollo orientado al exterior sino
que también arrojaría beneficios sociales y políticos, como
La teoría del subdesarrollo de la CEPAL recibió innume-
el fortalecimiento de las clases medias y populares y de la
rables críticas desde sus mismos inicios. Los economistas neo-
democracia. Sin embargo, una de las primeras críticas a la
política de industrialización por sustitución de importacio- clásicos, como Haberler o Viner, consideraron que la tesis de
nes provino de la propia CEPAL. El manifiesto de la CEPAL

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 15: El estructuralismo latinoamericano (1949-1957)

la caída de la relación de intercambio carecía de una ade- más consistente y transparente su posición crítica ini-
cuada contrastación empírica. En general, la Economía libe- cial" (pp. 13 y 15).
ral acusó a la CEPAL de ser el caballo de Troya del marxis-
mo en América Latina. La economía convencional (neoclásica y keynesiana) obser-
Los economistas radicales, entre ellos algunos de la pro- vó en la CEPAL una confianza excesiva en las virtudes de la
pia CEPAL que pasarían a engrosar las filas del enfoque de industrialización, que luego demostró estar muy lejos de ser
la dependencia, acusaron al estructuralismo latinoamerica- el remedio a todos los males. Al generar concentración de la
no de ambigüedad teórica, catastrofismo inherente, incapa- renta, exclusión social, exacerbación de la heterogeneidad
cidad para superar realmente la teoría convencional del comer- estructural y del desempleo crónico y aumento de la depen-
cio internacional, apoyo a políticas reformistas y tecnocráticas dencia externa, la pauta industrializadora latinoamericana
de desarrollo, y productivismo, entre otros aspectos. perdió su atractivo inicial.
Una crítica particularmente rigurosa del pensamiento de Una crítica más teórica provino de la Economía marxis-
la CEPAL la hizo, desde la izquierda política, el sociólogo ta. Esa corriente acusó a la CEPAL de proponer modifica-
brasileño Fernando Henrique Cardoso. En un famoso artícu- ciones sólo en la estructura productiva, sin referencia algu-
lo publicado en 1977 en la Revista de la CEPAL ("La origi- na a las relaciones de producción y a los vínculos de éstas
nalidad de la copia: la CEPAL y la idea de desarrollo"), Car- con las fuerzas productivas. Esa crítica al productivismo de
doso denunció que la CEPAL se sustentaba en la afirmación de que su enfoque
pasaba por alto el proceso de generación, apropiación y uso
— "Los planteamientos cepalinos tienen obvias raíces en del excedente económico (que conlleva un análisis de las rela-
el pensamiento económico clásico y en el marxismo y ciones de explotación), tanto en los propios países periféri-
están empapados en un lenguaje keynesiano. Esta cos como a escala internacional.
ambigüedad hace difícil determinar el cuadro teórico
en que se mueve el análisis" (p. 38).
— "La perspectiva catastrofista, que más tarde llevó a la
formulación de las teorías del desarrollo del subdesa-
rrollo, estaba inserta en la misma explicación de la
CEPAL" (p. 18).
— Faltaba "un mayor desarrollo del análisis de la explo-
tación de la periferia por parte del centro. [...] A pesar
de los intentos de la CEPAL para elaborar un cuerpo
adecuado de hipótesis que explique la situación eco-
nómica internacional en los años cincuenta, carece de
un análisis de las relaciones internacionales de explo-
tación -del colonialismo y del imperialismo- que haga

200 20I
16
El enfoque
de la dependencia
(1957-1969)
A finales de los años cincuenta se produjo una reacción
radical en el pensamiento sobre desarrollo. A raíz de la publi-
cación en 1957 de The political economy of growth, del eco-
nomista estadounidense Paul A. Baran, se inició una corrien-
te teórica que, distanciándose claramente de la evolución
anterior de la disciplina, defendió básicamente tres ideas prin-
cipales:

— El subdesarrollo no es una fase previa o una etapa


anterior al desarrollo, sino un producto histórico del
colonialismo y del imperialismo; tal planteamiento
rechazaba deliberadamente, por tanto, la teoría de las
etapas de Rostow.
— La dependencia es el rasgo distintivo de los países capi-
talistas subdesarrollados, y tal situación, originada por
el carácter nocivo que ejercen las relaciones económi-
cas internacionales en esos países, es un freno pode-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)

roso a su desarrollo. En otras palabras, el enfoque de miento de una tercera vía entre la capitalista y la burocráti-
la dependencia rechazaba lo que Hirschman (1980) ca; el creciente autoritarismo de muchos regímenes en el Ter-
llamó la pretensión del beneficio mutuo, que era defen- cer Mundo, etc.
dida, como vimos en el capítulo 10, por la mayor par- En tercer lugar, algunos economistas latinoamericanos se
te de los pioneros. rebelaron contra los límites teóricos del estructuralismo de la
— El capitalismo, lejos de ser un sistema históricamente CEPAL y del desarrollismo al que dio lugar, en particular la
progresivo, se había convertido en un obstáculo para defensa de la industrialización como remedio a todos los males,
el progreso del Tercer Mundo. Tal planteamiento entra- la parcialidad de unos análisis estrictamente económicos, o la
ba en contradicción, por tanto, con la opinión de Marx resistencia a proponer cambios radicales.
y de los teóricos marxistas del imperialismo (Lenin, En cuarto término, la crítica que suscitaron la teoría de la
Luxemburg, Hilferding, etc.). modernización y, en particular, la teoría de las etapas de Ros-
tow, que negaba cualquier especificidad estructural al capi-
Las razones que explican la aparición del enfoque de la talismo subdesarrollado, provocó un movimiento pendular
dependencia, que se haría popular en los años sesenta y seten- en dirección a planteamientos extremos.
ta, especialmente en América Latina, con los trabajos, sobre Finalmente, la reacción contra las viejas teorías marxistas
todo, de A. G. Frank, S. Amin, O. Sunkel o E H. Cardoso, del imperialismo y los planteamientos de la mayor parte de
pueden enumerarse de la siguiente manera. los partidos comunistas del Tercer Mundo hizo reflexionar a
En primer término, los límites del proceso de ISI defendi- buena parte de la izquierda intelectual: el capitalismo pare-
do por los pioneros, y en particular por la CEPAL, impusie- cía haber perdido su carácter progresivo, la descolonización
ron un cambio de paradigma. En efecto, tal proceso, al menos no había producido los resultados esperados, y propugnar
en América Latina, se enfrentó, ya a finales de los años cin- una lucha contra la llamada "alianza feudal-imperialista", en
cuenta y principios de los sesenta, con serios límites econó- aras de una "revolución burguesa antiimperialista", no era
micos (saturación y estrechez del mercado interior y fuertes suficiente.
desequilibrios de balanza de pagos), sociales (crecientes desi-
gualdad y marginación) y políticos (la ISI nació como un pro-
yecto nacionalista, pero acabó siendo apropiado por las 16.1. La aportación de Paul A. Baran
empresas multinacionales).
En segundo lugar, los años sesenta fueron un ambiente El economista estadounidense Paul A. Baran (1910-1964)
propicio para el asentamiento de teorías radicales: en Esta- es considerado el padre del enfoque de la dependencia. Naci-
dos Unidos, la reacción contra el período de la caza de bru- do en Rusia, acabó siendo profesor de la Universidad de Stan-
jas del senador McCarthy, los movimientos por los derechos ford, después de un largo periplo que le llevó de Berlín a Har-
civiles, el inicio de la guerra de Vietnam; en el resto del mun- vard y a la Reserva Federal de Nueva York, pasando por el
do, la aparición de movimientos de liberación nacional (Cuba, Reino Unido. Baran fue uno de los creadores de la escuela
Argelia, etc.); la ruptura de China con la URSS y el asenta- de la Monthly Review y es conocido sobre todo por su obra

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)
antes mencionada (publicada originalmente en 1957) y por
subdesarrollo son dos caras de una misma moneda", señala-
su libro Monopoly capital (1966), escrito con otro marxista
ba atinadamente que capitalismo central y capitalismo perifé-
estadounidense, Paul M. Sweezy.
rico no son fenómenos aislados sino partes integrantes de un
En La economía política del crecimiento, Baran planteó
único proceso histórico. Tal enfoque histórico-estructural era
tres ideas novedosas:
una saludable superación de los planteamientos ahistóricos y
parciales de la teoría de la modernización (Ramos, 1980). La
— Desarrollo y subdesarrollo son dos manifestaciones de
segunda idea era una certera aplicación del concepto marxis-
un único proceso: la acumulación de capital a escala
ta de excedente a una realidad subdesarrollada: para Baran,
mundial. El subdesarrollo es el producto histórico del
el excedente potencial (diferencia en producción potencial y
desarrollo de los países imperialistas. La extracción de
consumo esencial) era alto en el Tercer Mundo, esto es, no
excedente de las colonias (y, más en general, de las eco-
había allí un problema de escasez de capital (tal situación no
nomías subordinadas) no sólo favoreció la acumula-
era más que un síntoma), sino que en buena parte no se reali-
ción originaria de capital en las metrópolis sino que
zaba por las ineficiencias en la producción y los gastos derro-
interfirió con el crecimiento natural de las áreas atra-
chadores de las élites tradicionales y del Estado. Además, el
sadas, alterando para siempre su desarrollo potencial.
grueso del excedente real era transferido al exterior mediante
— Esa agresión económica externa había configurado
la repatriación de beneficios de las empresas extranjeras, el
unas economías periféricas en las que el excedente
pago de la deuda externa o la fuga de capitales. La tercera idea
resultaba en su mayor parte apropiado por el capital
equivalía a poner en cuestión los planteamientos marxistas tra-
extranjero y desperdiciado en consumo improducti-
dicionales. Disconforme con la ley del desarrollo desigual del
vo, de resultas de la inserción dependiente del Tercer
análisis marxista del imperialismo (en virtud de la cual el rit-
Mundo en la economía mundial.
mo de acumulación en los países desarrollados tendería a dis-
— El capitalismo, que había sido históricamente un factor
minuir a medida que avanzaba el imperialismo), Baran pro-
de progreso respecto de los modos de producción preca-
pugnó un replanteamiento completo de esa ley: en realidad,
pitalistas, se había convertido en realidad en un "obstácu-
decía ese autor, el imperialismo bloquea el desarrollo de los
lo formidable para el adelanto humano", en palabras del
países dependientes, provocando incluso estancamiento, mien-
propio Baran (1957: 280). La única forma que tenían los
tras que los países centrales sacan provecho de la explotación
países capitalistas periféricos de salir del subdesarrollo era
de la periferia. Los países capitalistas periféricos, a juicio de
mediante la revolución anticapitalista (la construcción del
Baran, están condenados al subdesarrollo y al estancamiento
socialismo) y la ruptura con el mercado capitalista mun-
económico si mantienen sus relaciones externas tradicionales
dial (lo que luego se llamaría la desconexión).
con los países desarrollados. La única solución reside en la
revolución socialista y la ruptura con el mercado mundial:
Esas ideas supusieron un cambio de paradigma en los estu-
dios del desarrollo (Foster-Carter, 1976). La primera, que A. el establecimiento de una economía socialista planifica-
G. Frank popularizaría con la famosa expresión "desarrollo y da es una condición esencial, y de hecho indispensable, para

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2.07
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)

lograr el progreso económico y social de los países subde- La obra pionera de F. H. Cardoso y E. Faletto, Depen-
sarrollados (Baran, 1957: 293). dencia y desarrollo en América Latina, publicada en
1969, es el exponente más significativo de ese plantea-
miento. Esa tercera "lectura" del enfoque de la depen-
16.2. Las corrientes del enfoque de la dependencia dencia fue la adoptada, por lo común, en los países
anglosajones, cuyos especialistas recelaban del sim-
Con arreglo a la clasificación del excelente trabajo de Pal- plismo del planteamiento radical y del localismo de
ma (1978), pueden distinguirse tres grupos principales de los dependentistas de la CEPAL. Autores como P.
teorías en el enfoque de la dependencia: Evans, T. B. Gold o G. Gereffi han defendido esa teo-
ría en Estados Unidos.
— El planteamiento del desarrollo del subdesarrollo, que
negaba la posibilidad misma de crecimiento econó-
mico sostenido (y por ende de desarrollo) en la peri- 16.2.1. El desarrollo del subdesarrollo
feria capitalista, en la que únicamente se podría pro-
ducir la perpetuación del subdesarrollo. Esta corriente Los trabajos de A. G. Frank fueron enormemente influ-
neomarxista tuvo como exponentes principales a A. yentes, especialmente en América Latina. Frank postulaba
G. Frank, S. Amin, T. dos Santos y R. M. Marini, entre que no había posibilidad alguna de desarrollo dentro del sis-
muchos otros. tema (el dilema era, como rezaba el título de un libro que
— La reformulación en clave dependentista de los plan- publicó en 1972, Subdesarrollo o revolución). Pese a no decla-
teamientos de la CEPAL, para ilustrar los obstáculos rarse abiertamente neomarxista, Frank simbolizó la aproxi-
externos e internos que, debidos a la inserción depen- mación más radical de los años sesenta y setenta a los estu-
diente, impedían un desarrollo nacional en América dios del desarrollo, aunque enseguida recibió enconadas
Latina. Esta segunda escuela se distinguía de la pri- críticas por la corriente marxista (E. Laclau, R. Brenner, C.
mera en que criticaba la tesis del estancamiento ine- Leys, etc.). Su aportación fue especialmente fecunda en la crí-
vitable. Admitiendo la posibilidad de crecimiento eco- tica a la teoría de las etapas de Rostow y a los modelos de
nómico, postulaba una contradicción inevitable entre desarrollo dualistas (Lewis, Fei-Ranis, etc.). De manera indi-
dependencia y desarrollo nacional. Los principales recta, la obra de Frank contribuyó en gran medida al avan-
autores de ese grupo fueron C. Furtado, O. Sunkel, ce de las investigaciones en Economía y Sociología del desa-
M. da C. Tavares y A. Pinto, entre otros. rrollo.
— La tesis del desarrollo dependiente, la más sofisticada El economista egipcio S. Amin, por su parte, se declara-
del enfoque, que afirmaba que la dependencia no hacía ba abiertamente marxista. A diferencia de Frank, exploró la
imposible el desarrollo de la periferia sino que lo con- articulación, en la periferia, del capitalismo con modos de
dicionaba hasta el punto de generar contradicciones producción precapitalistas. En su L'accumulation a Véchelle
y desigualdades específicas al capitalismo periférico. mondiale (1970), destacó que la acumulación en el capita-

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Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
Furtado, al igual que Sunkel, Tavares, Pinto, Paz o Serra,
lismo periférico difería de la registrada en el capitalismo cen- contribuyó a poner de manifiesto la insuficiente carga críti-
tral por su carácter extravertido y desarticulado y por la hiper- ca de los planteamientos de la CEPAL y su incapacidad para
trofia del sector terciario. Afirmaba que el crecimiento a cor- superar el paradigma neoclásico sobre el comercio interna-
to plazo desembocaba en bloqueos que provocaban cional (Rodríguez, 1980). En particular, la CEPAL, a juicio
"desarrollo desigual" en la economía mundial y "desarrollo de esos autores, afirmaba sencillamente que tal comercio
del subdesarrollo" en la periferia. Fue el más claro defensor generaba un beneficio mayor en el centro que en la periferia,
de la estrategia de la desconexión, tema al que dedicó un libro pero un beneficio al fin y al cabo, aunque parecía más razo-
completo en los años ochenta. nable pensar, decían, en un efecto neto negativo. Esos eco-
El brasileño T. Dos Santos, también neo-marxista, criticó nomistas latinoamericanos insistieron en que era necesario
la teoría marxista convencional del imperialismo, aunque un giro en las ciencias sociales latinoamericanas en dirección
intentó aplicar, en su Subdesarrollo y revolución (1969), el del antineoclasicismo y del anticapitalismo, así como del pesi-
esquema de Rosa Luxemburgo a la realidad económica con- mismo en cuanto a las posibilidades de desarrollo nacional.
temporánea. Destacó que había diversos tipos de dependen-
cia, que generaban diferentes tipos de estructuras internas,
en un intento de superar el problema central de todo el enfo- 16.2.3. El desarrollo dependiente
que de la dependencia: la idea de la prioridad absoluta de los
factores externos respecto de los internos. En su Imperialis- F. H. Cardoso y E. Faletto criticaron la tesis del estanca-
mo y dependencia (1978), reconoció, por ejemplo, que algu- miento inevitable que caracterizaba a la corriente neomar-
nas influencias de la economía mundial podían ser incluso xista. Además, destacaron la necesidad de considerar los cam-
positivas para la periferia. bios en la economía mundial (y, en particular, en los países
centrales) y sus efectos en la periferia, con objeto de evitar
que el enfoque de la dependencia se convirtiese en una mera
16.2.2. Los dependentistas de la CEPAL "versión Sur" de las antiguas teorías del imperialismo. Inten-
taron superar el problema de la determinación mecánica de
De entre los diversos autores que "radicalizaron a Prebisch" las estructuras internas por las externas así como poner de
cabe destacar al brasileño C. Furtado. Frente al optimismo de manifiesto que había influencias internas negativas al igual
la CEPAL, Furtado ofrecía una visión sombría del desarrollo que efectos externos positivos. Concluyeron que la indus-
latinoamericano. A su juicio, el proceso de crecimiento econó- trialización sostenida de la periferia era posible, pero que se
mico en América Latina adoptaba un curso distinto al espera- mantendrían las situaciones de dependencia, generando un
do por Prebisch y sus seguidores: desnacionalización en vez de desarrollo con distorsiones o deformaciones económicas y
creciente control nacional, agravamiento de los problemas de sociales: subordinación productiva, tecnológica y comercial;
balanza de pagos a causa de la ISI, empeoramiento de la dis- polarización industrial, marginación social creciente, estruc-
tribución de la renta, aumento de desempleo, sesgo industrial tura social dominada por clases clientelares, autoritarismo
en vez de diversificación.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)

político, etc. En suma, lo único posible en la periferia era un eran términos, por definición, antitéticos. Algunos analistas
"desarrollo dependiente asociado", muy distinto del autén- señalaron, ya entonces, que entre los neomarxistas del enfo-
tico desarrollo de los países centrales. La teoría del "desa- que de la dependencia y el marxismo tradicional había la mis-
rrollo dependiente" recuperó en cierta medida el carácter ma falta de continuidad que entre el pensamiento neoclásico
progresivo del capitalismo en sociedades atrasadas (atribu- y la escuela clásica.
to que negaban de plano las otras corrientes), si bien lo hizo Un segundo punto débil de estos planteamientos es su simi-
de manera parcial. litud epistemológica respecto de la teoría de la moderniza-
ción. El enfoque de la dependencia adoptaba en realidad el
mismo paradigma metodológico que el enfoque ortodoxo,
16.3. Valoración crítica es decir, empleaba el mismo marco determinista que el del
modelo teórico que pretendía superar. Lo único que hizo, en
Los inconvenientes teóricos del enfoque de la dependencia realidad, fue invertir los efectos de una misma relación: don-
se pusieron de manifiesto ya desde los primeros años setenta. de para unos la conexión entre países desarrollados y países
A esos inconvenientes vendría después a sumarse su mani- subdesarrollados suponía difusión, crecimiento y desarrollo
fiesta falta de adecuación al surgimiento y consolidación de (teoría de la modernización), para otros implicaba depen-
los nuevos países industriales, cuya experiencia, por muy dencia, estancamiento y subdesarrollo (enfoque de la depen-
excepcional que fuese, demostró que era perfectamente posi- dencia).
ble un crecimiento industrial sostenido en el Tercer Mundo En tercer lugar, hay que mencionar su análisis determi-
capitalista. Ambos aspectos confluyeron en una profunda nista y, por tanto, su visión ahistórica y catastrofista de los
reconsideración del enfoque y en su creciente sustitución, en cambios en el Tercer Mundo. La determinación mecánica de
el seno de la corriente heterodoxa, por otros planteamientos. las estructuras internas por las externas obligaba a los defen-
Desde un punto de vista teórico, el enfoque de la depen- sores de esa escuela a concebir las transformaciones en las
dencia adolecía de varios inconvenientes. En primer lugar, su economías subdesarrolladas en términos de meros produc-
desvinculación con el marxismo pese a proclamarse, en muchas tos del colonialismo y del imperialismo. El sistema mundial
ocasiones, abiertamente heredero de Marx y sus seguidores. se convertía así, a todos los efectos, en un ente dotado casi
Sin embargo, para Marx el desarrollo capitalista en el Tercer de propiedades orgánicas, en el que la totalidad determina-
Mundo era necesario, posible e incluso inevitable. Como se ba el comportamiento de las partes o, dicho de otra manera,
indicó en el capítulo 4, el capitalismo cumplía, a juicio de en una "prisión" en la que no había posibilidad alguna de
Marx, una función históricamente progresiva (brutal pero reforma y de la que había que escapar. El carácter ahistóri-
necesaria) en los países atrasados, en los que las estructuras co de tal planteamiento resultaba no de que el enfoque de la
precapitalistas eran arcaicas e inhibidoras del desarrollo de dependencia no tuviese en cuenta suficientemente el devenir
las fuerzas productivas. Por el contrario, para el enfoque de histórico de los países subdesarrollados. Antes al contrario,
la dependencia, el desarrollo capitalista era imposible en el una de las principales virtudes de esa escuela fue su concep-
Tercer Mundo, puesto que periferia y desarrollo capitalista ción del subdesarrollo como un proceso histórico. No obs-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
Capítulo 16: El enfoque de la dependencia (1957-1969)
tante, su lectura histórica era criticable, pues el predominio
rialismo, el enfoque de la dependencia desatendió el análisis
absoluto de los factores externos suponía abandonar el aná-
de las transformaciones estructurales en los países desarro-
lisis del proceso histórico global, con la asignación de una
llados y de los efectos de éstas en las relaciones entre centro
posición secundaria a las clases sociales, al Estado y a las
y periferia. Su falta de perspectiva global se hizo particular-
relaciones políticas internas de los países subdesarrollados.
mente patente a raíz de la crisis de los años setenta, por cuan-
Su catastrofismo obedecía a su insistencia permanente en los
to sus defensores fueron, por lo general, incapaces de valo-
factores inhibidores del desarrollo en la periferia de la eco-
rar en su justa medida las consecuencias de la depresión
nomía capitalista mundial, introducidos por los mecanismos
central sobre el crecimiento de la periferia. El redespliegue
de explotación internacional, y a su incapacidad para valo-
industrial hacia el Tercer Mundo que la crisis de los años
rar siquiera los impulsos, tanto internos como externos, en
setenta provocó en algunos sectores (confección, calzado,
favor de transformaciones progresivas del subdesarrollo.
textiles, etc.) fue un fenómeno destacado, especialmente en
Un cuarto aspecto es su "circulacionismo", o en otros tér-
los últimos años setenta, pero pasó casi inadvertido para los
minos, su concepción circular o meramente mercantil del
partidarios de esa escuela.
capitalismo. En general, para el enfoque de la dependencia
Por último, el alto grado de indefinición de sus conceptos
(especialmente para A. G. Frank) la existencia de una pro-
de subdesarrollo y de desarrollo era un inconveniente de pri-
ducción para el mercado era una condición suficiente para
mer orden. Como señaló, por ejemplo, S. Lall, el enfoque de
establecer el carácter capitalista de una sociedad. Por lo tan-
la dependencia tendía a confundir los supuestos efectos nega-
to, para ese enfoque el sistema capitalista mundial encon-
tivos del desarrollo dependiente (o del "desarrollo del subde-
traba sus orígenes en la constitución de un mercado inter-
sarrollo") con los inconvenientes de cualquier desarrollo capita-
nacional. Como puso de manifiesto, entre otros, E. Laclau
lista (en el centro o en la periferia). Para otro crítico, G. Palma,
en su Politics and ideology in marxist theory (1977), los fun-
el subdesarrollo se debía fundamentalmente al capitalismo y
damentos básicos, a este respecto, de la obra de Frank, eran
no a la dependencia. En otros términos, muchos de los incon-
incorrectos desde un punto de vista teórico (incompatibles
venientes de los países del Tercer Mundo se debían, decían
con un concepto marxista riguroso del modo de producción
esos críticos del enfoque de la dependencia, no a que fuesen
capitalista, que exige la presencia de una fuerza de trabajo
dependientes, sino simplemente a que eran capitalistas. Por
libre). Insistir sólo en la relación mercantil del capitalismo
otra parte, cabía preguntarse si, para ese enfoque, el desa-
suponía en efecto pasar por alto la otra gran relación social
rrollo era la simple reproducción de los procesos de expan-
de ese sistema, la relación salarial. En términos similares, R.
sión del centro, o si, por el contrario, era una, por otra parte
Brenner criticó a Frank (y, de paso, a Sweezy y Wallerstein)
lejana, alternativa socialista, y, en ese caso, de qué tipo. La
su "marxismo neosmithiano", es decir, su incapacidad para
versión extrema del enfoque de la dependencia sugería que
superar el modelo de La riqueza de las naciones.
resultaba imposible que pudiese darse un desarrollo capita-
En quinto lugar, los planteamientos de la dependencia lista en ningún sitio y momento histórico del Tercer Mundo,
carecían de una teoría sólida de la acumulación a escala mun- lo que constituía sin duda una predicción exageradamente
dial. Al surgir como la "versión Sur" de la teoría del impe- estricta. Además, su incapacidad para ofrecer explicación algu-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...

na de los llamados "milagros económicos" del Tercer Mun-


do, especialmente los de los nuevos países industriales de Asia
oriental, era un buen ejemplo de su estrecha concepción del
desarrollo. En efecto, el indudable progreso de los "drago-
nes" asiáticos puso en entredicho la tesis que señalaba, con
carácter general, que la integración en la economía mundial
capitalista hacía prácticamente imposible una industrializa-
ción viable en el Tercer Mundo. Por añadidura, si el capita-
lismo periférico y el subdesarrollo eran consustanciales, como
17
afirmaba el enfoque dependentista, no resultaba posible una
salida del subdesarrollo por la vía capitalista, afirmación con
La revolución
la que la experiencia de Corea del Sur o Taiwan ha resulta-
do, a todas luces, incompatible.
crítica (1969-1976)
Como puede verse, las críticas que se dirigieron al enfo-
que de la dependencia y, en particular, a su versión extrema,
reflejaban, entre los economistas heterodoxos del desarrollo,
una extendida insatisfacción respecto de sus planteamientos
globales. Sin embargo, a falta de una alternativa nítida, la A finales de los años sesenta el enfoque de la dependen-
mayor parte de los economistas críticos se limitó en un pri- cia había perdido ya buena parte de su influencia intelectual,
mer momento a mostrar sus reservas sobre algunos aspectos al menos entre los especialistas de los países anglosajones
parciales del enfoque. La reconsideración de la teoría de la (Evans y Stephens, 1988). Las razones eran diversas:
dependencia y el intento de sustituirla por otro paradigma
vendrían, a mediados de los años setenta, de la mano de los — Las críticas a los inconvenientes teóricos de la escuela
análisis de la industrialización en el Tercer Mundo. Los pri- de la dependencia, enumerados en el capítulo anterior.
meros embates que sobre este aspecto recibiría el enfoque — La consolidación de los nuevos países industriales,
dependentista procederían de la economía política marxista, cuyo alto crecimiento económico y cuyas ofensivas
por un lado, y de las teorías neorricardianas de la crisis, por exportadoras pusieron en cuestión al menos dos plan-
el otro. Algo más tarde se desarrollarían los análisis de la teamientos básicos del enfoque de la dependencia: la
economía-mundo de Wallerstein y la escuela de los modos tesis de que la integración en la economía mundial
de producción, aspectos que serán abordados en el capítulo capitalista hace prácticamente imposible una indus-
siguiente. trialización viable en el Tercer Mundo y el teorema de
que capitalismo periférico y subdesarrollo son con-
sustanciales, esto es, que es totalmente imposible salir
del subdesarrollo por la vía capitalista.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 17: La revolución crítica (1969-1976)

Habida cuenta de la insatisfacción de la mayor parte de la acumulación incesante de capital. Tal estímulo genera una
los economistas heterodoxos respecto de una escuela de la expansión desigual de la economía mundial, que es un siste-
dependencia incapaz de renovarse y de percibir y explicar la ma jerarquizado, en el que el lugar ocupado en la división
industrialización acelerada de algunos países del Tercer Mun- internacional del trabajo determina las posibilidades de movi-
do, se hacía imperioso cambiar de enfoque. Las soluciones lidad dentro del sistema. La lógica y la dinámica de éste deter-
que se dieron entonces pueden agruparse en dos grupos de minan el comportamiento de sus distintos elementos: centro,
teorías sobre la nueva división internacional del trabajo semiperiferia y periferia.
(NDIT): las interpretaciones circulacionistas (que hacen Como han señalado, entre otros, Shannon (1989) y Torto-
referencia a aspectos de mercado y de distribución) y los enfo- sa (1992), las ventajas del enfoque de Wallerstein respecto
ques productivistas (que parten del análisis del proceso de de la escuela de la dependencia fueron varias:
producción).
— Superaba el problema teórico central de esa escuela,
esto es, la dicotomía entre factores externos (determi-
17.1. Las interpretaciones circulacionistas: el enfoque nantes) y factores internos (secundarios) en el desa-
del sistema mundial y las explicaciones rrollo del Tercer Mundo. Al "internalizar" los facto-
neorricardianas de la crisis res externos, considerados ahora como simples
elementos de la dinámica interna de la economía-mun-
El enfoque del sistema mundial desarrollado por Imma- do, Wallerstein dio un paso importante, si bien con
nuel Wallerstein y sus seguidores a principios de los años algún que otro artificio metodológico.
setenta intentó, con poco éxito (como se verá enseguida), — Permitía un análisis más certero de la división inter-
superar los inconvenientes del enfoque de la dependencia. nacional del trabajo, al estudiar el conjunto (y no úni-
Pese a que se trató de un planteamiento a todas luces mucho camente su parte subdesarrollada o su componente
más sofisticado que el de los partidarios del "desarrollo del central). Ese intento de elaborar una teoría de la acu-
subdesarrollo", el enfoque de Wallerstein adolecía de defec- mulación a escala mundial fue ciertamente necesario,
tos similares a los de la escuela de la dependencia, de la que dadas las carencias de enfoques anteriores para com-
era en buena medida una prolongación. prender las nuevas realidades de las relaciones centro-
Además de ese linaje, el enfoque del sistema mundial tomó periferia.
inspiración de la escuela histórica francesa de los Anuales — Planteaba una solución drástica al debate sobre la natu-
(especialmente de F. Braudel) y del realismo en la teoría de raleza del socialismo real, que, al estar integrado en
las relaciones internacionales. una economía-mundo capitalista, no podía de ningún
Para Wallerstein (1979), el sistema mundial capitalista era modo ser realmente socialista.
la unidad adecuada de análisis. La economía-mundo capita- — Hacía posible, con la introducción de la categoría de
lista, la manifestación del sistema mundial desde el siglo XVI, "semiperiferia", dar cuenta de la creciente heteroge-
se creó, consolidó y desarrolló sobre la base del impulso por neidad del Tercer Mundo y, en particular, explicar la

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 17: La revolución crítica (1969-1976)

experiencia de los nuevos países industriales. Con todo, esfuerzos locales de desarrollo como virtualmente inú-
los límites borrosos, tanto teóricos como prácticos, de tiles, al estar enmarcados en una especie de "juego de
esa semiperiferia (conjunto de economías que evitan suma cero" (el ascenso de una parte era el descenso de
ser relegadas a la periferia en sentido estricto pero que, otra).
por razones estructurales no explicadas con claridad, — Pretender que la inserción de una zona en una econo-
no podían convertirse en centrales) hicieron que esa mía-mundo capitalista conlleva automáticamente su
parte del enfoque de Wallerstein fuese objeto de gran naturaleza capitalista desató una enorme polémica con
controversia. historiadores (que ponían en duda, por ejemplo, que
— Permitía una saludable superación del "occidentalocen- América Latina hubiese sido capitalista desde el siglo
trismo" de las teorías marxistas clásicas del imperialis- XVI) y politólogos (sobre el carácter de las sociedades
mo y del "tercermundismo" del enfoque de la depen- post-revolucionarias en Europa central y oriental, Chi-
dencia. na, Corea del Norte, Cuba, etc.).
— El concepto de "semiperiferia", categoría en la que se
Con todo, y pese a que los análisis históricos en longue incluían economías como las de Corea del Sur, Tai-
période de Wallerstein fueron esclarecedores (los varios tomos wan, Brasil, México, India o África del Sur, estaba,
de su The modern world system fueron sin duda una contri- cuanto menos, escasamente delimitado, como certifi-
bución historiográfica sobresaliente), desde el punto de vis- can las diversas listas de los seguidores de Wallerstein
ta del pensamiento sobre desarrollo económico tal enfoque (G. Arrighi, J. Drangel, E. L. Kick, D. Snyder, etc.).
tenía claramente varios defectos: Además, no quedaban en absoluto claras las razones
por las cuales la semiperiferia podía evitar ser envia-
— Su énfasis en el tamaño del mercado y en la división da de nuevo a la periferia y, sin embargo, no podía
del trabajo, por muy internacionales que fuesen ambos, engrosar la lista de países centrales.
daba como resultado un planteamiento "neosmithia-
no", incapaz de superar el marco de La riqueza de las En suma, todo parece indicar que el enfoque del sistema
naciones. De igual modo, su definición exclusivamente mundial, pese a sus loables intenciones de superar el enfo-
mercantil del capitalismo pasaba por alto la relación que de la dependencia, no consiguió salir del paradigma de
salarial y aproximaba su enfoque a los neosmithianos éste. Baste señalar que algunos teóricos de la dependencia se
marxistas (Sweezy) o dependentistas (Frank), como se hicieron partidarios de ese enfoque, como A. G. Frank (1978)
encargó de dejar claro R. Brenner a mediados de los y S. Amin(1979).
años setenta. En lo que atañe a la industrialización en el Tercer Mun-
— La concepción de la economía-mundo como un ente do, el enfoque de Wallerstein sirvió para que algunos inves-
casi orgánico, en el que las partes no tienen margen tigadores (como los alemanes F. Fróbel, J. Heinrichs y O. Kre-
de maniobra, llevaba al determinismo, al pesimis- ye, en La nueva división internacional del trabajo, 1977)
mo y al catastrofismo y, sobre todo, a plantear los adelantaron algunas ideas muy polémicas:

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Capítulo 17: La revolución crítica (1969-1976)
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
con tal interpretación, habrían buscado sencillamente zonas
— El crecimiento industrial en la periferia era fundamen-
de bajos salarios en la periferia para compensar la compresión
talmente un proceso inducido por el redespliegue indus-
de sus ganancias (profit squeeze) en el centro.
trial norte-sur de los años sesenta y setenta. No obstante,
En tercer lugar, tal redespliegue habría sido la causa prin-
la existencia de fenómenos de desplazamiento de algunos
cipal de la industrialización acelerada de algunas zonas del
sectores de la industria manufacturera del centro a la peri-
Tercer Mundo, especialmente en Asia oriental.
feria no equivale a que toda la industrialización de ésta
Los inconvenientes de tal enfoque estribaban precisamente
sea un fenómeno derivado de factores externos.
en que esas tres afirmaciones podían ser debatidas e incluso
— El nuevo comportamiento de las empresas multina-
rebatidas una por una. Las causas de la caída de la tasa de bene-
cionales, en lo que atañe a sus decisiones de localiza-
ficios en la teoría neorricardiana de la crisis, además de ser
ción internacional, se explicaba, decían Fróbel et al.,
inconsistentes con los planteamientos de Marx (que, decía tal
por la mundialización de los mercados de mano de
teoría, era su principal fuente de inspiración), estaban simpli-
obra, centros de producción y bienes manufacturados,
ficadas al extremo. En particular, algunos economistas mar-
esto es, por factores de la esfera de la circulación a
xistas pusieron de manifiesto que, aunque podía aceptarse como
escala mundial. Tal afirmación pasaba por alto que la
causa el incremento de salarios, habían sido determinantes fac-
relocalización industrial hacia el Tercer Mundo, ade-
tores de mayor relieve como el menor crecimiento de la pro-
más de ser, por cierto, un fenómeno limitado, era el
ductividad laboral y la intensificación en capital (véase el deba-
resultado de la crisis de la estructura productiva en los
te en Arestis y Sawyer, eds., 1994). Por otra parte, las causas
países industrializados.
del redespliegue industrial norte-sur eran en realidad comple-
jas, y abarcaban tanto factores de expulsión como de atracción
El segundo tipo de explicaciones circulacionistas de la
(incentivos, zonas francas de exportación, legislaciones permi-
NDIT fue la influyente interpretación neorricardiana de la
sivas sobre medio ambiente, etc.). Por último, señalar que la
crisis. Autores como Arrighi, Glyn/Sutcliffe o Boody/Croty,
causa fundamental de la aparición de una NDIT, la dinámica
entre muchos otros, plantearon en los años setenta algunas
del capital en el centro, parecía claramente incompatible con
ideas controvertidas. los procesos endógenos de industrialización que se estaban regis-
En primer lugar, según esa interpretación, la crisis de ren- trando en muchos de los nuevos países industriales y especial-
tabilidad en las economías centrales tenía su origen en un con- mente en economías como las de Corea del Sur o Taiwan.
flicto distributivo, esto es, en el aumento del poder de nego-
ciación de la clase trabajadora. Utilizando términos marxistas,
la caída de la tasa de ganancia se debería, no al aumento de la 17.2. Las interpretaciones productivistas: el marxismo
composición orgánica del capital, sino a la caída de la tasa de rostowiano
plusvalía por aumento de los costes laborales.
En segundo término, la crisis de rentabilidad habría sido el Desde una perspectiva radicalmente opuesta a la de las
factor principal del proceso de relocalización industrial hacia interpretaciones circulacionistas de la NDIT, apareció en los
el Tercer Mundo. Las empresas multinacionales, de acuerdo

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 17: La revolución crítica (1969-1976)

años setenta un enfoque "productivista" protagonizado por en el Tercer Mundo del imperialismo eran favorables, pare-
B. Warren, un economista británico que hizo una curiosa cía contradecir tanto los hechos como la certera afirmación
mezcla de planteamientos marxistas y rostowianos para cri- de Marx sobre el "parto doloroso" del capitalismo en el Ter-
ticar al enfoque de la dependencia y, de paso, la teoría leninis- cer Mundo. Adicionalmente, rechazar que los factores exter-
ta del imperialismo. nos fuesen lo único importante no implicaba necesariamen-
Warren, en un artículo tan pionero como iconoclasta te otorgar a las causas internas el rango de factor explicativo
(1973), señaló que el progreso de la industrialización en el único.
Tercer Mundo desde finales de la Segunda Guerra Mundial En segundo lugar, Warren hizo sin lugar a dudas una gene-
había supuesto un auténtico desarrollo y que la dependencia ralización abusiva. Pasó por alto la extrema diversidad de
no sólo no era un obstáculo para éste, sino un fenómeno que situaciones en la periferia, por pensar que la experiencia de
podía incluso favorecerlo. Warren recuperó el carácter his- los nuevos países industriales acabaría por extenderse geo-
tóricamente progresivo del capitalismo de la obra de Marx gráficamente a todo el Tercer Mundo. Tal predicción ha sido
y que el neomarxismo dependentista había rechazado. En su (por desgracia) desmentida abiertamente por la evolución de
opinión, el capitalismo y el imperialismo habían creado con- muchas economías periféricas (de hecho, por la mayoría de
diciones, no para el desarrollo del subdesarrollo en la peri- ellas) en los últimos veinte años.
feria, sino para un desarrollo capitalista con éxito en el Ter- En tercer lugar, Warren veía, al igual que Marx y los teó-
cer Mundo, en el que se estaba reproduciendo, según un ricos del imperialismo, que la independencia política de los
planteamiento que se asemejaba al de Rostow, la experien- países pobres era a todos los efectos una condición suficien-
cia del capitalismo central. te para desencadenar un proceso de desarrollo en la periferia.
Con perspectiva, la aportación de Warren fue saludable Como Lipietz se encargó de recordar, una de las afirmaciones
en al menos dos sentidos: romper la pretendida línea de con- esenciales de Marx era que el capitalismo era históricamente
tinuidad entre marxismo y enfoque de la dependencia, y recha- progresivo pero, a la vez, "creador de miseria".
zar la tesis de la imposibilidad del desarrollo capitalista en Finalmente, la obra de Warren establecía una continuidad
el Tercer Mundo. No obstante, como se encargó de sugerir total entre los teóricos marxistas del imperialismo (Lenin,
A. Lipietz (1982), la aportación de Warren se inspiraba mucho Luxemburg, Hilferding, etc.) y el neomarxismo dependen-
más en la teoría de las etapas que en el marxismo. tista. Esa visión tercermundista del marxismo denotaba fal-
En primer lugar, Warren llevó demasiado lejos su reacción ta de apreciación de la brecha entre marxismo y neomarxis-
ante el enfoque de la dependencia. Una cosa era rechazar que mo, tan importante quizá, tal y como se comentó
el capitalismo fuese siempre un obstáculo para el desarrollo anteriormente, como la quiebra entre el pensamiento clási-
y, otra, muy distinta, era concluir que el capitalismo y el impe- co y neoclásico.
rialismo eran promotores del desarrollo en el Tercer Mun- En suma, como señaló Lipietz, el inconveniente principal
do. De hecho, un libro (póstumo) de Warren se tituló de de la obra de Warren no era tanto que se reclamase de Ros-
manera significativa Imperialism: Pioneer of capitalism (1980). tow sino que lo hiciera pensando que era posible hacerlo
Además, señalar que todas o casi todas las manifestaciones reclamándose simultáneamente de Marx.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...

En otro orden de cosas, una segunda reacción producti-


vista a los límites teóricos y prácticos del enfoque de la depen-
dencia fue la surgida en la escuela de los modos de produc-
ción. Hacer referencia a ella y a las controversias que suscitó
desborda ampliamente las pretensiones de este capítulo. Los
lectores interesados en las aportaciones de E. Laclau, P. P.
Rey, H. Alavi, A. K. Bagchi, etc., encontrarán un excelente
resumen en Ornan y Wignaraja (1991: 213-218) y un trata-
miento exhaustivo en Taylor (1979) o en Chilcote (1984) y
18
en Chilcote y Johnson, eds. (1983).
El marxismo: el enfoque
de la regulación
(1976 en adelante)

Los estudios genuinamente marxistas sobre desarrollo ape-


nas tuvieron trascendencia durante el período de auge del
enfoque de la dependencia. Los partidarios neomarxistas de
este último (Amin, dos Santos, Marini, etc.) rompieron de
facto con la tradición marxista clásica, en lo que atañe cuan-
to menos a la consideración del capitalismo en la periferia
(históricamente progresivo para Marx, freno y obstáculo al
progreso para los dependentistas) y a la posibilidad misma
del desarrollo capitalista en el Tercer Mundo (aceptada por
Marx y los teóricos del imperialismo, pero rechazada de pla-
no por la escuela de la dependencia).
El desconcierto que tal ausencia de filiación produjo entre
los economistas radicales del desarrollo sólo pudo desvane-
cerse cuando se hicieron claramente patentes, a principios de
los años setenta, los inconvenientes teóricos y prácticos del
enfoque de la dependencia.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

Además de las insuficiencias metodológicas de ese enfo- H. Chilcote, E. Laclau, J. G. Taylor, etc.), y el mante-
que (esencialismo y teleología, fundamentalmente), sus prin- nimiento, a contracorriente, de los rasgos esenciales
cipales aspectos negativos eran el determinismo y el circula- del pensamiento de Marx sobre desarrollo (H. Berns-
cionismo. Como se señaló en el capítulo 16, el neomarxismo tein, J. Browett, G. Kay, G. Kitching, C. Leys, A. Fos-
de la escuela de la dependencia adoptó como bandera un ter-Carter, R. Jenkins, G. Palma, T. E. Weisskopf, etc.).
catastrofismo tanto económico (la imposibilidad de un desa- — La combinación del pensamiento de Marx con la
rrollo capitalista en la periferia) como político. En palabras macroeconomía agregada postkeynesiana (especial-
de A. Lipietz (1985: 8): mente kaleckiana), que dio como resultado el enfoque
de la regulación, corriente desarrollada fundamen-
El desarrollo de las necesidades inmanentes de un ecto- talmente en Francia por autores como M. Aglietta, R.
plasma tan molesto como maquiavélico (el capitalismo mun- Boyer o A. Lipietz.
dial, las empresas multinacionales...) [...] no podría sino — El abandono de buena parte del análisis marxista en
desembocar [...] en un abierto pesimismo de la razón ("no
aras de combinar algunos aspectos de éste con la micro-
podemos hacer nada, el sistema está contra nosotros") o en
un nuevo opio del pueblo ("terminará por derrumbarse por economía neoclásica, resultando el llamado "marxis-
causa de sus contradicciones internas"). Se negaba así el alma mo analítico" (J. Elster, J. Roemer, P. Bardhan, etc.).
viva del marxismo: el análisis concreto de la situación con- — La creación de una corriente (minoritaria, al menos fue-
creta, fundamento del optimismo de la voluntad. ra del mundo anglosajón) de opinión sobre el postim-
perialismo (D. Becker, J. Frieden, S. Schatz, R. Sklar, etc.).
Además, la mayor parte de los partidarios del enfoque de
la dependencia hacía suya una definición meramente mer- Las personas interesadas podrán encontrar una amplia
cantil del capitalismo (la producción para un mercado capita- bibliografía de esos autores en los artículos citados de Booth
lista), desatendiendo la relación salarial y engarzando así con (1985) y Corbridge (1990). Este capítulo se limita a abordar
el eclecticismo neosmithiano de la escuela de la Monthly la propuesta más renovadora de esas cuatro: el enfoque de la
Review (P. Sweezy, H. Magdoff, L. Huberman, etc.). regulación. Véanse, sin embargo, Taylor (1979) y Richards
Ante tales inconvenientes, y en ausencia de alternativas (1986) para la polémica sobre los modos de producción; Kit-
claras, se produjo un impasse en los estudios marxistas del ching (1989), Leys (1996) y Weisskopf (1983) para la corrien-
desarrollo (Booth, 1985; Corbridge, 1986 y 1990), que sólo te ortodoxa, y Bardhan (1986) para una sugerente reinter-
lentamente empezó a despejarse. En lo que aquí interesa, las pretación en la línea del "marxismo analítico".
reacciones de la economía marxista del desarrollo ante las
insuficiencias del enfoque de la dependencia fueron diversas:
18.1. El enfoque de la regulación: una apretada síntesis
— La vuelta al marxismo tradicional, con el controver-
tido planteamiento de B. Warren, la polémica sobre la No es éste lugar para presentar los diversos aspectos del
articulación de los modos de producción (J. Banaji, R. enfoque de la regulación (véanse, en francés, Boyer y Saillard,

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

dirs., 1995; en inglés, Robles, 1994; y en castellano, un apre- en que se insertan las empresas nacionales en la economía
tado resumen en Bustelo, 1994). El enfoque de la regulación mundial y a las modalidades de intervención del Estado en la
tiene una filiación fundamentalmente marxista, en el sentido economía. La estabilidad o reproducción duradera de un régi-
de que comparte la concepción holista, dialéctica y materia- men de acumulación depende de su articulación con un deter-
lista del marxismo, aunque expurgada de los dogmas fosili- minado modo de regulación.
zados de sus versiones ortodoxa/estalinista y neoortodoxa/alt- Pueden distinguirse, a lo largo de la historia de los países
husseriana. Además, combina esos postulados con otros desarrollados en los últimos 150 años, dos regímenes de acu-
extraídos de los análisis de la regulación en disciplinas distin- mulación sucesivos:
tas de la Economía de autores como G. Canguilhem, R. Thom,
H. Atlan o I. Prigogine y de una revisión crítica de la tradi- — El régimen de acumulación extensiva (hasta la Prime-
ción macroeconómica keynesiana y kaleckiana, del institu- ra Guerra Mundial), caracterizado por la búsqueda de
cionalismo, así como de la escuela histórica de los Anuales. una extensión de la escala de producción, con normas
El análisis de la escuela de la regulación se basa en los con- productivas constantes y centrada en una reproduc-
ceptos de régimen de acumulación, modelo de organización ción ampliada de bienes de producción. El carácter
del trabajo y modo de regulación, cuya combinación define extensivo de la acumulación se ponía de manifiesto en
un modelo de desarrollo (Lipietz, 1985: cap. 2). un débil aumento de la productividad del trabajo, un
Por "régimen de acumulación" se entiende el modo de crecimiento del consumo debido casi exclusivamente
transformación conjunta y compatible de las normas de pro- al aumento de la población y un incremento de la tasa
ducción, de distribución y de uso. Es decir, un régimen de de actividad o del número total de horas trabajadas.
acumulación permite, durante un período largo, una ade- — El régimen de acumulación intensiva (desde los años vein-
cuación entre las transformaciones de las condiciones de pro- te), caracterizado por la profundización de la reorgani-
ducción y los cambios en las condiciones de consumo. Un zación y de la mecanización del trabajo, en el sentido de
régimen de acumulación descansa, a su vez, sobre un "mode- una mayor productividad laboral y de un mayor coefi-
lo de organización del trabajo" (o paradigma tecnológico) ciente de capital fijo, centrada en el consumo de masas,
que es el conjunto de los principios generales de organiza- es decir, en la producción de bienes de consumo para la
ción del trabajo y de uso de las técnicas. gran mayoría de la población. El carácter intensivo de la
Por "modo de regulación" se entiende el conjunto de nor- acumulación se manifiesta en la fuerte aceleración del
mas, implícitas o explícitas, de mecanismos de compensación, aumento de la productividad del trabajo, el crecimiento
de dispositivos de información..., que ajustan permanente- del consumo per cápita y la disminución de la tasa de acti-
mente las expectativas y los comportamientos individuales a vidad (fundamentalmente por reducción de la jornada).
la lógica de conjunto del régimen de acumulación. Esas nor-
mas se refieren fundamentalmente a la forma de determina- Los modelos de organización del trabajo sobre los que des-
ción de los salarios, al tipo de competencia entre empresas y cansan esos regímenes de acumulación son el taylorista y su
al modo de gestión monetaria, aunque también a la manera prolongación fordista. El "taylorismo" consiste en la intro-

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Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...
poder de compra de sus asalariados una garantía contra las cri-
ducción de la división social del trabajo en los talleres (racio-
sis de sobreproducción. De ahí que, en los años veinte y trein-
nalización de la producción) y en la separación entre trabajo y
ta del siglo XX, se llegase a lo que Lipietz llama el "compromi-
saber del trabajador. La aplicación práctica del taylorismo en
so fordista", es decir, el compromiso global y organizado entre
la segunda mitad del siglo XIX permitió un fuerte aumento del
patronal y sindicatos para permitir la redistribución de una par-
rendimiento (productividad más intensidad) del trabajo e hizo
te de las ganancias de productividad a los asalariados. No obs-
posible la entrada masiva en la producción de trabajadores no
tante, ese compromiso no fue suficiente o llegó demasiado tar-
cualificados, es decir, de una mano de obra con salarios más
de para evitar la gran depresión de los años treinta, que se debió
bajos y poco organizada. Pese a esas ventajas, el desarrollo del
a la inadaptación del modo de regulación imperante entonces,
taylorismo se vio limitado por dos hechos: en primer lugar, los
el competitivo, al nuevo régimen de acumulación intensiva.
trabajadores conservaban el control de su trabajo y podían
Cabe distinguir históricamente dos modos de regulación:
hacer fracasar los intentos patronales de hacerlo más intenso
y, en segundo lugar, las diferentes operaciones eran ejecutadas
— El modo de regulación competitiva (hasta los años
independientemente las unas de las otras, de tal manera que la
treinta) caracterizado por un ajuste a posteriori de la
dirección de la empresa estaba obligada a una vigilancia per-
producción y de los salarios en función del movimiento
manente de cada obrero para asegurarse de que respetaba el
de los precios; una fuerte sensibilidad de los precios a
ritmo establecido. El "fordismo", como proceso de trabajo, es
las condiciones de demanda; y una gestión monetaria
una prolongación del taylorismo y consiste en la profundiza-
y crediticia basada en la circulación de moneda metá-
ción tanto de la división del trabajo como de la separación entre
lica y en el estricto respeto de la disciplina monetaria.
el trabajador y su capacidad intelectual (saber obrero), median-
— El modo de regulación monopolista (desde la Gran
te la introducción de la cadena de producción semiautomáti-
Depresión) definido por una determinación a priori
ca o línea de montaje. Esa introducción lleva hasta el límite la
de la producción y de los salarios en función, ya no de
parcelación del trabajo, introduce lo que se ha llamado una
los precios, sino de las ganancias de productividad; un
"vigilancia panóptica" y supone un aumento del rendimiento
mecanismo de formación de los precios basado en la
y un mayor aprovechamiento de las economías de escala.
posibilidad de que las grandes empresas "administren"
El fordismo tiene en realidad dos vertientes. La primera, su
sus precios mediante la aplicación de un mark-up, con
aspecto productivo, es la que se refiere a su peculiaridad como
independencia relativa de las fluctuaciones de deman-
modelo de organización del trabajo, es decir, el taylorismo más
da; y un tipo de gestión de la moneda y del crédito
la mecanización semiautomática. La segunda es la vertiente
basado en la sustitución de la moneda-mercancía metá-
regularizadora, relativa a la adaptación continua del consumo
lica por la moneda de crédito y en la posibilidad de
de masas a los incrementos de productividad.
relajar sistemáticamente la disciplina monetaria.
Esa adaptación supone ventajas para trabajadores y empre-
sarios. Los primeros sólo aceptaron someterse al proceso for-
Hasta la Primera Guerra Mundial, la acumulación se basó
dista de trabajo a cambio de un aumento continuo en sus sala-
en la simple extensión de las capacidades de producción sin
rios reales. Los segundos vieron en el incremento constante del

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

cambios notables en la productividad y en la composición del La confluencia de la acumulación intensiva y de la regu-


capital y la regulación consistió en el clásico "ciclo de nego- lación monopolista sentó las bases de un ciclo virtuoso de la
cios", de forma que se aseguraron tanto un crecimiento de productividad y de los salarios reales (directos e indirectos).
la tasa de plusvalía al menos igual al de la composición orgá- El aumento de la productividad permitió superar los obstácu-
nica del capital (y, por tanto, un mantenimiento de la renta- los derivados del deterioro de la rentabilidad (crisis de valo-
bilidad), como el seguimiento de una senda de crecimiento rización), mientras que el crecimiento del poder de compra
exenta de grandes sobresaltos. impidió que se registrasen problemas de insuficiencia de
La fase siguiente (años veinte) correspondió a la sustitu- demanda (crisis de realización). El crecimiento de posguerra
ción progresiva de la acumulación extensiva por un régimen se caracterizó, por tanto, por una gran estabilidad.
intensivo, gracias a la fuerte ola de innovaciones tecnológi- La crisis que se produjo a finales de los años sesenta y
cas de principios de siglo y a su aplicación masiva a los pro- principios de los setenta en los países desarrollados obede-
cesos de producción (taylorismo y embriones de fordismo). ció principalmente a una crisis interna del fordismo, aunque
Los años veinte fueron testigos de un boom originado por el ésta se vio amplificada por la creciente internacionalización
prodigioso crecimiento de la plusvalía relativa. Sin embargo, de las relaciones económicas.
esa transformación en el régimen de acumulación no se vio La crisis del fordismo fue el resultado de un crecimiento del
acompañada por una mutación equivalente del modo de regu- coste laboral superior al de la productividad del trabajo y de
lación, que conservó su carácter competitivo, de forma que un incremento del capital fijo respecto del número de asala-
los incrementos de productividad superaron ampliamente el riados (composición orgánica del capital). El rechazo, por par-
modesto crecimiento del poder de compra de los asalariados, te de los trabajadores, de las implicaciones de la organización
generándose las tendencias hacia una crisis de realización o científica del trabajo (separación entre competencia profesio-
de sobreproducción. La Gran Depresión de los años treinta nal y ejecución descualificada, subordinación del trabajador a
puede interpretarse como la primera crisis de la acumulación la jerarquía empresarial y a la máquina...) provocó una olea-
intensiva y la última de la regulación competitiva. da de conflictos laborales desde finales de los años sesenta, que
La edad de oro del crecimiento (1945-1965) se caracterizó resultaron en un crecimiento de los costes laborales directos.
por la generalización del fordismo como régimen de acumula- Además, aumentaron las cotizaciones sociales a cargo de las
ción, es decir, por una afortunada combinación de los principios empresas y las pensiones de jubilación mientras que se redu-
de la organización científica del trabajo con el consumo de masas. cía la jornada laboral. Al mismo tiempo, y sobre todo, dismi-
Los incrementos consiguientes de la productividad del trabajo nuyó el crecimiento de la productividad del trabajo, como
fueron superiores a los del capital fijo per cápita y el aumento resultado inevitable de un proceso de trabajo que, al deshu-
de los salarios reales se combinó, para generar un aumento cons- manizar al trabajador, le volvió a la larga ineficiente.
tante del poder de compra, con la consolidación de una red de La reducción de la rentabilidad provocó una disminución
instituciones estabilizadoras del crecimiento de las rentas nomi- de la inversión y un crecimiento del desempleo. Además, la
nales de los asalariados (convenios colectivos, Estado del bie- repercusión del incremento de los costes en los precios pro-
nestar, etc.), propia del modo de regulación monopolista. vocó un proceso de inflación de costes, autoentretenido por

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

las alzas salariales. El desempleo y la presión para reducir los y, por otra parte -lo que no es más que otro aspecto del mismo
salarios reales provocaron una contracción de la demanda, sesgo- analizar cada evolución concreta en función de las exi-
si bien la crisis de los años setenta no puede considerarse una gencias del susodicho concepto, en particular, analizar las evo-
crisis de insuficiencia de demanda sino una crisis de estruc- luciones internas de cada formación económico-social nacional
tura productiva (de oferta). como la ejecución de una partitura dirigida por un director de
La dimensión internacional de la crisis intensificó su impacto. orquesta mundial, admitiendo en el mejor de los casos que ese
director propiamente dicho no es un (mal) sujeto.
La creciente competencia internacional de países como Japón,
Alemania o los nuevos países industriales (hacia los que se reo-
En segundo lugar, la crítica al catastrofismo económico y
rientó la demanda mundial), los efectos de los dos shocks del
político sobre las posibilidades del Tercer Mundo, ya que tal
petróleo sobre el grado de apertura comercial de las economías
planteamiento impidió al enfoque de la dependencia recono-
desarrolladas y las estrategias de redespliegue internacional de las
cer la industrialización acelerada de algunas economías peri-
empresas multinacionales supusieron la pérdida de coherencia de
féricas, y porque suponía en la práctica renunciar, por inútil o
los espacios nacionales como base privilegiada de la acumulación
reformista, a la necesaria lucha política por el progreso.
fordista. Los distintos países perdieron soberanía nacional en lo
En tercer lugar, la crítica al tercermundismo de los depen-
referente a la regulación de sus economías. El empeoramiento de
dentistas, incapaces de valorar los efectos de los cambios en
las balanzas comerciales impuso estrategias de enfriamiento eco-
la lógica de acumulación de los países centrales sobre la natu-
nómico que agudizaron los problemas de demanda.
raleza de las relaciones centro-periferia. Citando de nuevo a
Lipietz (1985: 6), la tesis dependentista
18.2. Las aportaciones del enfoque de la regulación tenía una enorme ventaja respecto del planteamiento libe-
a los estudios sobre desarrollo ral, en la medida en que pretendía estudiar algunos de los
lazos que unían los espacios económicos en las relaciones
En temas de desarrollo, el enfoque de la regulación parte de internacionales, considerando a la economía mundial como
una triple crítica a la escuela de la dependencia. En primer lugar, un sistema. Sin embargo, adolecía del defecto de no preo-
a su determinismo y funcionalismo, es decir, a la afirmación de cuparse apenas por las condiciones concretas de la acumu-
que existen leyes inmanentes del capitalismo mundial, deducidas lación capitalista, tanto en los países del centro como en los
de un concepto universal -como el imperialismo o la dependen- países de la periferia. Por tanto, era incapaz de percibir las
transformaciones en la lógica de acumulación del centro (que
cia-, que hacen que la situación concreta de cada país y su fun-
iban a modificar la naturaleza de las relaciones centro-peri-
ción en la división internacional del trabajo dependa de las exi-
feria), ni las transformaciones de esa lógica en el plano inter-
gencias de tales leyes. Para Lipietz (1985:11), es necesario recelar
no de los países de la periferia (que acabarían provocando
de dos peligrosas tentaciones, a saber, las que conducen a nada menos que el estallido de esta última).

deducir la realidad concreta de leyes inmanentes, a su vez de- Sobre la base de ese distanciamiento, el enfoque de la regu-
bidas a un concepto universal (el imperialismo, la dependencia), lación considera que los factores estructurales internos tienen

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

primacía y que las relaciones sociales tienen gran importancia Es de justicia reconocer que tales planteamientos no están
en el proceso de subdesarrollo. Además, un enfoque que insis- todavía sólidamente asentados y que es necesario un acerca-
te, como hemos visto, en la importancia de las variaciones tem- miento mayor de los partidarios del enfoque de la regulación
porales, de la diversidad y de los cambios en el espacio y el a los temas de desarrollo. Así y todo, la propuesta de Lipietz
tiempo resulta adecuado para dar respuesta a la creciente hete- (1985) sobre el fordismo periférico merece ser analizada con
rogeneidad del Tercer Mundo, un fenómeno que la escuela de algo más de detalle, especialmente por su carácter sugerente
la dependencia no alcanzaba a explicarse (Talha, 1995). y fecundo en lo relativo a la industrialización en el Tercer
En el estudio, todavía claramente incompleto, de los auto- Mundo, especialmente en los nuevos países industriales (NPI).
res de la escuela de la regulación en temas de desarrollo, cabe Según Lipietz, la estrategia de industrialización orientada
distinguir dos fases. La primera, de simple exploración, con- a la exportación de los NPI (asiáticos y luego latinoameri-
sistió en intentar aplicar el concepto básico del fordismo a canos) puede articularse con el resto de la economía local e
las economías periféricas, para concluir que, en el mejor de insertarse en la economía mundial según distintas lógicas.
los casos, sólo podía hablarse de "subfordismo" (por ejem- Ese autor propone que se distingan dos lógicas de acumula-
plo, durante la etapa de la ISI en América Latina), de "for- ción (o componentes o elementos de regímenes de acumula-
dismo truncado" o "incompleto" o, como en la propuesta ción nacionales) principales en el proceso de industrializa-
de Lipietz (1985), de "fordismo periférico" (véanse más deta- ción de los NPI (Lipietz, 1985: cap. 6): la taylorización
lles a continuación). La segunda fase se basa en admitir que primitiva y el fordismo periférico.
resulta imposible la transposición al Tercer Mundo del con- La "taylorización primitiva" consiste en la puesta en mar-
cepto de régimen de acumulación, por lo que se hace nece- cha de segmentos intensivos en mano de obra no cualificada,
saria o bien una ampliación o bien una reducción de tal con- con una alta tasa de explotación y con el objeto de producir
cepto. En el primer caso, algunos estudios, como el de M. fundamentalmente para el mercado mundial. Se trata de una
Lanzarotti sobre Corea del Sur, publicado en 1992, sugieren especialización en industrias de mano de obra, de proceso de
que es necesario definir un régimen de acumulación perifé- trabajo más tayloriano que fordista (textil, electrónica...), por
rico, entendiéndolo como el modo de articulación entre tres la menor complejidad de su base técnica (que requiere, por
secciones productivas (bienes de capital, bienes de consumo tanto, menores inversiones) y por ser precisamente los secto-
y sector externo o transnacional). La sección de bienes de res tempranamente redesplegados por las empresas multina-
capital estaría atrofiada, al tiempo que la importancia del cionales. Como la acumulación primitiva en Europa, esta lógi-
sector externo sería sustancialmente mayor que en el capita- ca se basa en una alta tasa de explotación de la mano de obra,
lismo central. En el segundo caso, algunas incursiones del en una taylorización "sanguinaria", del mismo modo que Marx
enfoque de la regulación en el caso de América Latina pro- hablaba de "legislación sanguinaria" para la Inglaterra de los
ponen que el Tercer Mundo se caracteriza por la fragilidad, albores de la Revolución Industrial. Puesto que se trata de pro-
no tanto del régimen de acumulación, sino del modo de regu- ducir para los mercados del centro, la competitividad de las
lación, esto es, por la atrofia de la relación salarial (J. Aboi- exportaciones debe asegurarse mediante el bloqueo de los sala-
tes, R. Haussman, G. Hillcoat, J. Saboia, etc.). rios cuando no su reducción, la extrema debilidad de la legis-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

lación social y el incremento de productividad por intensifi- las economías de escala y de la utilización de bienes
cación y aumento de la duración del trabajo. de equipo modernos. Por otro lado, la represión polí-
En efecto, la puesta en marcha de políticas de industriali- tica y sindical mantuvo bajos los salarios en los NPI
zación orientada a la exportación coincidió, en todos los NPI, de forma que, en conjunto, se produjo una reducción
con un endurecimiento de la relación salarial y, en algunos del coste por unidad de producto exportada.
casos, con la aparición de dictaduras militares (Corea del Sur — La gestión socialdemócrata de la crisis en el norte en
en 1961, Brasil en 1964). A principios de los años sesenta se 1974-1980 (aumento de los empleos terciarios, creci-
produjeron un bloqueo de los salarios a un bajo nivel (caso de miento del salario indirecto...) permitió que se man-
Corea del Sur) o una reducción del poder de compra de los tuviese la tendencia al alza del poder de compra de los
asalariados a través de medidas centralizadas (contención sala- asalariados de los países desarrollados, sin reducción
rial más inflación; caso de Brasil) al mismo tiempo que se esta- de su demanda exterior.
blecieron legislaciones sociales extraordinariamente permisi-
vas en cuanto a las condiciones de trabajo (intensidades y Por otra parte, la disponibilidad de una financiación inter-
duraciones del trabajo en extremo nocivas para la mano de nacional abundante permitió mantener en funcionamiento
obra) y a la movilidad de los trabajadores (la precarización del los sectores exportadores de los NPI. Tal financiación pro-
empleo, acorde con la utilización de tecnologías sencillas, que vino fundamentalmente de la inversión de las empresas mul-
por diferentes motivos resultaban rentables para las empresas, tinacionales que redesplegaron sus actividades hacia el Ter-
pero que agotaban prematuramente a la fuerza de trabajo). cer Mundo y del reciclaje en los NPI de los "petrodólares"
La coyuntura internacional con que se encontró la pro- de la OPEP.
gresiva maduración de la taylorización primitiva le fue extra- Sin embargo, la taylorización primitiva se vio enseguida
ordinariamente favorable a finales de los años sesenta y pri- sujeta a ciertos límites (Lipietz, 1985: 72 y 73):
meros setenta. Por una parte, se registró un fuerte aumento
de competitividad de las exportaciones de los NPI, sin com- — Un límite macroeconómico a escala internacional por
presión de la demanda de los mercados del Norte, ya que: cuanto no suponía un incremento de la demanda mun-
dial, ya que, en definitiva, consistió en sustituir sala-
— La brecha de productividad entre los países desarro- rios centrales altos por remuneraciones muy bajas en
llados y los NPI se colmó rápidamente, en un ritmo la periferia. En el caso de los sectores en los que la
de recuperación sin precedente histórico. Mientras que demanda estaba estancada (textil, calzado, etc.), supu-
el crecimiento de la productividad empezó a hacerse so una pérdida de empleos en el norte, cuya reacción
más lento en los países desarrollados, la productivi- proteccionista frenó brutalmente las exportaciones de
dad de los NPI aumentó rápidamente por la generali- los NPI.
zación de los métodos de organización científica del — Un límite social en los propios NPI en donde se gene-
trabajo, el particular tipo de gestión de la mano de raron tensiones derivadas de la explotación y de la
obra y las ventajas derivadas del aprovechamiento de escasez de mano de obra.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 18: El marxismo: el enfoque de la regulación...

Como consecuencia de ello, los NPI más avanzados (Bra- 18.3. Valoración crítica
sil, Corea del Sur, Taiwan, etc.) comenzaron a adoptar una
segunda lógica de acumulación: el "fordismo periférico". Este A modo de conclusión, pueden resaltarse algunas venta-
se caracterizaba por una mecanización creciente de las activi- jas e inconvenientes de las propuestas del enfoque de la regu-
dades, con un cierto relajamiento de la relación salarial y con lación. En lo que se refiere a las ventajas, parece claro que es
una producción dirigida a la vez a satisfacer la demanda exte- muy positivo su intento de teorizar el desequilibrio, de com-
rior y, por la sustitución de importaciones y el crecimiento de binar tradición clásica y grandes heterodoxos (Marx, Schum-
las rentas internas, a abastecer el mercado nacional. Se trata- peter y Keynes), de relacionar historia y teoría económicas y
ba de "fordismo" por cuanto se registra una importante apli- de tomar en consideración los aspectos sociales en el análi-
cación de los principios maduros de la organización científica sis del funcionamiento de la estructura económica. Además
del trabajo (sistemas automáticos de máquinas), combinada de esos aspectos generales, algunos economistas anglosajo-
con un crecimiento (relativo) del consumo de masas. Pero era nes, de ordinario extremadamente escépticos ante las apor-
"periférico" porque, por un lado, los puestos de trabajo y las taciones intelectuales francesas, han señalado que dos pare-
producciones que corresponden a la fabricación cualificada y, cen ser los méritos principales del enfoque de la regulación:
sobre todo, a la ingeniería estaban situados, en gran parte, en en primer lugar, la idea de que la acumulación capitalista no
el centro y, por otro lado, porque el crecimiento de la deman- se autorregula, es decir, no responde exclusivamente a una
da social no estaba "institucionalmente regulado" sobre una lógica interna de reproducción. En otros términos, la acu-
base nacional en función de las ganancias de productividad de mulación exige la presencia de un marco institucional (de un
las ramas fordistas locales, sino que resultaba de una combi- modo de regulación). Se trata de una concepción social y no
nación específica del consumo de las clases medias nacionales, reduccionista del proceso de acumulación de capital que hace
con un acceso parcial de los trabajadores del sector fordista a posible una saludable superación del "finalismo" ortodoxo.
los bienes duraderos, y de las exportaciones hacia el centro de En segundo término, su intento de completar la dimensión
productos manufacturados a bajo precio (Lipietz, 1985: 74). internacional del proyecto marxista de investigación (los
A diferencia de la taylorización primitiva, el fordismo peri- famosos e inexistentes libros 5 y 6 de El Capital acerca del
férico suponía un crecimiento de la demanda mundial, por comercio y el mercado mundiales), sobre la que los regula-
la generalización del trabajo asalariado y el aumento del cionistas han hecho notables incursiones: por ejemplo, el con-
poder de compra en los NPI. Además, permitió una apertu- cepto de "fordismo periférico" de Alain Lipietz y el análisis
ra de amplios mercados para las tecnologías de punta y los de las crisis en el Tercer Mundo de Carlos Ominami.
bienes de equipo profesionales de los países desarrollados. Sin embargo, el enfoque de la regulación ha suscitado tam-
La destrucción de empleos originada por las importaciones bién enconadas críticas dirigidas a su peculiar jerga (y a cierta
de bienes de consumo y componentes y por la deslocaliza- obsesión por los términos), que hace que sea difícilmente inte-
ción de actividades se vio compensada, a veces sobradamente, ligible para quienes se sienten desorientados por los recovecos
en los países centrales, por la creación de puestos de trabajo del idioma galo, a su incapacidad para hacer plenamente ope-
en los nuevos sectores exportadores. rativos sus conceptos y a su discurso parcialmente cerrado que

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...

no se ha abierto suficientemente a las aportaciones de otras


corrientes críticas.
Por otro lado, algunos historiadores han criticado su sim-
plismo: la carga institucional debería ser aligerada, entre otras
razones para dar cuenta de la divergencia de las pautas de
desarrollo (entre Estados Unidos y Francia, por ejemplo) en
situaciones similares de regulación.
En otro orden de cosas, se ha sugerido también que los
regulacionistas, por su insistencia en aspectos de demanda,
19
subestiman o consideran obsoleto el valor explicativo del dis- Macroeconomía estructuralista
positivo teórico de los clásicos sobre la posibilidad de un ajus-
te vía oferta. y neoestructuralismo
Por último, y éste quizá sea el principal inconveniente del
enfoque de la regulación, sus partidarios todavía no han desa- latinoamericano (desde 1983)
rrollado de manera suficiente la dimensión internacional del
análisis. El problema estriba en que, al haber nacido de un
intento de teorizar la evolución histórica de los países desa-
rrollados, la escuela de la regulación adolece de un sesgo meto- A finales de los años ochenta y principios de los noventa
dológico que dificulta la elaboración de conceptos para el aná- se produjo una revitalización del estructuralismo de la CEPAL.
lisis del capitalismo en el Tercer Mundo. Se trata de la misma Curiosamente, tal recuperación se produjo primero en algu-
crítica, aunque invertida, dirigida años atrás al enfoque de la nos círculos intelectuales anglosajones (Taylor, 1983) y sólo
dependencia, al que se acusó de ser simplemente la versión después en la propia América Latina (Rosales, 1988; Sunkel
sur de las teorías del imperialismo. Además, aunque los con- y Zuleta, 1990).
ceptos de "taylorización primitiva" y "fordismo periférico" La idea central del estructuralismo en los estudios del desa-
son extremadamente sugerentes, apenas se ha progresado en rrollo es, recordemos, que en los países del Tercer Mundo
ese campo desde que Lipietz los propusiera en 1985. Por aña- hay rigideces y otras insuficiencias institucionales y notables
didura, la extrapolación a escala mundial de unos postulados imperfecciones del mercado, de manera que las pautas libe-
extraídos de realidades nacionales es una tarea compleja, que rales de crecimiento no tienen en la práctica los resultados
podría seguramente verse facilitada por un marco teórico gene- previstos por la escuela neoclásica. La aportación novedosa
ral sobre el sistema económico mundial. de la macroeconomía estructuralista fue añadir a tal enfoque
dos aspectos adicionales de gran importancia: la necesidad
de hacer más riguroso, mediante la formalización, incluso
matemática, el estudio de las políticas de desarrollo, y el reco-
nocimiento de la diversidad dentro del Tercer Mundo, cuyos

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 19: Macroeconomía estructuralista y neoestructuralismo...

países presentan "deficiencias estructurales" distintas no sólo la cuestión estriba en diseñar y aplicar gradualmente cam-
respecto de los rasgos de las economías desarrollados, sino bios en la política económica de forma eficaz en el con-
también entre sí. Esta última afirmación tenía como impli- texto histórico e institucional de cada economía. Tenemos
cación inmediata el rechazo a la existencia misma de una algunos conocimientos sobre los condicionantes de la estruc-
receta general de políticas y estrategias de cambio, así como tura del stock existente de capital, del tamaño de la pobla-
de la legitimidad misma de una teoría global del desarrollo. ción y de las dotaciones de recursos naturales que restrin-
En cuanto al neoestructuralismo latinoamericano, se trata gen, aunque con cierta flexibilidad, las políticas que buscan
de una corriente que recupera, con algunas modificaciones y incrementar la eficiencia productiva, pero no disponemos
ni mucho menos de una solución general.
añadidos, el pensamiento de la CEPAL. Su origen se encuen-
tra en el rechazo a las políticas ortodoxas de estabilización y
En segundo término, se achaca a las políticas de estabili-
ajuste aplicadas en los años ochenta en América Latina y en
zación y ajuste inspiradas por el Consenso de Washington y
la necesidad de superar el "decenio perdido" del desarrollo al
aplicadas por las instituciones de Bretton Woods (FMI y Ban-
que esas políticas contribuyeron en gran medida a crear.
co Mundial) el haber tenido resultados económicos medio-
cres y, sobre todo, un alto coste social.
En tercer lugar, se discute que el orden a seguir sea el reco-
19.1. La macroeconomía estructuralista y la crítica
mendado por esas instituciones (estabilización, ajuste y cambio
al Consenso de Washington
estructural), en la medida en que, incluso suponiendo que las
medidas de estabilización y ajuste tengan éxito en la asignación
Esta corriente, cuyo máximo exponente es el economista
estática de los recursos, tal proceso desatiende la eficacia pro-
estadounidense Lance Taylor, intenta formalizar el pensa-
ductiva o dinámica, que es la que garantiza el crecimiento a
miento estructuralista convencional (de la CEPAL y de auto-
medio y largo plazo. En otros términos, la macroeconomía estruc-
res como H. B. Chenery, 1975 y 1983) e integrar algunos de
turalista aboga por que la transformación estructural preceda,
los supuestos e hipótesis de esa tradición, corregidos para
acompañe y suceda a las medidas de estabilización y ajuste.
hacerlos más rigurosos, en el análisis macroeconómico con-
Esa corriente, que ha recibido el apoyo de organismos
vencional. El objetivo explícito de tal iniciativa es el de con-
como la conferencia de las Naciones Unidas para el Comer-
tribuir a "desmontar desde dentro" la pretendida bondad de
cio y el Desarrollo (UNCTAD) y otras instituciones progre-
las políticas ortodoxas de desarrollo.
sistas de Naciones Unidas (ha inspirado, por ejemplo, las últi-
El rechazo del Consenso de Washington (véase el capítu-
mas ediciones del Estudio económico mundial), sugiere:
lo 13) es lo que inspira a la macroeconomía estructuralista,
cuyas obras pioneras fueron los trabajos de L. Taylor (1979) — Cautela extrema sobre las medidas que se adoptan
y, sobre todo, Taylor (1983). En primer lugar, se achaca a ese para alcanzar objetivos deseables, como la estabilidad
pensamiento único una absurda pretensión de generalidad macroeconómica y la reforma estructural.
ante una realidad tan diversa que hace imposible una receta — Toma de conciencia sobre los inconvenientes de las
universal. Como ha señalado Taylor (1993: 88), medidas que se aplican de forma generalizada en el

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 19: Macroeconomía estructuralista y neoestructuralismo...

Tercer Mundo, sin que esté clara su oportunidad: libe- la inversión interior. En particular, cuando esa política de
ralización externa, privatización de las empresas esta- empleo del tipo de cambio como ancla nominal para luchar
tales, desregulación financiera, flexibilización del mer- contra la inflación se combina con la liberalización de los
cado de trabajo, etc. movimientos de capital, la presencia de déficit comerciales y
— La necesidad de recuperar al Estado como protagonista una política monetaria muy restrictiva, el resultado es una
esencial en el proceso de desarrollo, en el convenci- crisis financiera. Los ejemplos del Cono Sur de América Lati-
miento de que son necesarias intervenciones estatales na a finales de los años setenta, de México en 1994, de Argen-
no sólo funcionales (como la inversión pública en capi- tina en 1996 o de Brasil y el sudeste asiático en 1997 son ilus-
tal humano y físico) sino también selectivas (como el trativos a este respecto.
fomento deliberado de sectores industriales prioritarios). Sobre los objetivos, aún más más discutibles, los posibles
Tal planteamiento se separa claramente del enfoque efectos negativos son aún más evidentes:
favorable al mercado (véase el capítulo 14).
los programas de liberalización externa no han tenido mejo-
Sobre el primer aspecto, la austeridad fiscal y monetaria, res resultados que los basados en el empleo inteligente de las
puede tener inconvenientes serios, especialmente si se aplica cuotas y los controles. Entre las ventajas de este último des-
de manera muy intensa: recorte en los gastos sociales, quie- taca la posibilidad de usar la amenaza de retirar la protección
bra en la inversión pública en infraestructuras, alza excesiva con miras a obtener del sector privado una producción más
eficiente sin tener que estimar e imponer todo un conjunto de
de los tipos de interés, etc. La austeridad corre el riesgo de
precios correctos de asignación. La inversión directa extran-
provocar estancamiento crónico. Además, la política de tipo jera mejora la balanza de pagos y puede contribuir a la adqui-
de cambio recibe una atención especial, al haber demostra- sición de tecnología, pero las empresas locales pueden ser capa-
do ser esencial en el proceso de ajuste (Taylor, 1997: 148). ces de conseguir lo segundo aún mejor. La privatización no
Por ejemplo, la devaluación, que el Consenso de Washing- trae consigo mejoras obvias de productividad, y si se lleva a
ton recomienda para hacer frente al déficit comercial y para cabo de manera indiscriminada puede perturbar al ahorro, la
tranquilizar a los inversores extranjeros que repatrían capi- inversión y los flujos financieros. La misma observación se
tales, puede con facilidad enfrentarse a una respuesta lenta aplica a los intentos de reestructurar un sistema financiero
de las exportaciones y, sobre todo, a un aumento de los pre- reprimido, mediante al aumento de los tipos de interés y la
cios internos de los bienes comercializables. La inflación resul- renuncia a la supervisión bancaria. La desregulación del mer-
tante afecta negativamente al poder adquisitivo de la pobla- cado de trabajo puede reducir los costes salariales a corto pla-
ción y a la demanda agregada, provocando recesión. A la zo, con algunas ventajas para las exportaciones. Pero puede
resultar contraproducente para el desarrollo socioeconómico
inversa, el uso del tipo de cambio como mecanismo princi-
a largo plazo, así como reducir la acumulación de activos
pal para combatir la inflación (esto es, la apreciación de la humanos productivos (Taylor, 1993: 87).
moneda) tiende a deteriorar el saldo de la balanza comercial,
lo que obliga a mantener altos tipos de interés para atraer En cuanto a la intervención del Estado, la macroeconomía
capital foráneo, con los consiguientes efectos recesivos sobre estructuralista reclama lo acertado de los postulados de los

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 19: Macroeconomía estructuralista y neoestructuralismo...

"pioneros" a este respecto. Considera que la economía políti- Las políticas de estabilización y ajuste inspiradas por el
ca neoclásica (Olson, Buchanan, Lal, North, etc.) pasa por alto credo neoliberal desataron un profundo rechazo, no sólo por
aspectos tan importantes como el provecho que obtendrían las sus efectos recesivos sino también por su carácter socialmente
empresas multinacionales de mercados no regulados de comer- regresivo. Entre 1980 y l992 la renta per cápita de América
cio exterior y de flujos externos de capital, la propia inexis- Latina y el Caribe se redujo de forma apreciable. Entre 1980
tencia histórica de economías de libre mercado (ni en la Ingla- y 1990 el porcentaje de hogares por debajo de la línea de
terra del siglo XVIII ni en el Hong Kong contemporáneo, dice pobreza aumentó del 3 5 % al 37%, mientras que el número
Taylor), la inestabilidad inherente a esa hipotética situación, absoluto de personas pobres pasó de 170 millones (43% de
etc. (véase la crítica keynesiana de Toye, 1991). En suma, la la población total) a 196 millones (46% de la población total).
nueva teoría neoclásica del Estado es a la vez ahistórica y está- El agravante es que la mayoría de la población pobre se
tica, lo que le impide considerar siquiera la dinámica del desa- encuentra ahora en las ciudades. La distribución de la renta
rrollo económico. Algunas contribuciones en la línea de la y de la riqueza se hizo más desigual, especialmente en Brasil
macroeconomía estructuralista, como Amsden (1992), han y Colombia.
sugerido convincentemente que en los países de la industriali- Además, la realidad latinoamericana de los años ochenta
zación tardía del siglo XX (es decir, en las economías del Ter- se caracterizaba por diversos rasgos estructurales de gran impor-
cer Mundo), la intervención del Estado ha de ser necesaria- tancia, que Rosales (1988) agrupa en los tres siguientes:
mente activa, incluso distorsionando deliberadamente los
precios para acelerar el crecimiento, por la sencilla razón de — Un modelo de inserción externa que conlleva una espe-
que sólo así esos países podrán colmar la brecha que les sepa- cialización internacional "empobrecedora".
ra de los países ricos. El proceso de recuperación (catching-up) — Una estructura productiva cada vez más desarticula-
del Tercer Mundo exige un Estado que haga no sólo inter- da, vulnerable, heterogénea, concentradora del pro-
venciones favorables al mercado, sino que tome igualmente greso técnico y generadora de desempleo.
medidas para seleccionar y promover sectores prioritarios, — Una pauta social excluyente, con unas crecientes con-
especialmente en la industria, como demuestra la experiencia centración de la renta y de la riqueza, pobreza y mar-
de algunas economías de Asia oriental, como las de Japón, ginación.
Corea del Sur o Taiwán (Singh, 1995).
Ante tal situación, los economistas latinoamericanos crí-
ticos con el análisis económico neoclásico (radicalizado en
19.2. El neoestructuralismo latinoamericano y la crítica neoliberal en el caso de América Latina) empezaron a recu-
al neoliberalismo perar el pensamiento de la CEPAL.
La teoría económica ortodoxa era, a todas luces, inapro-
El origen del neoestructuralismo del subcontinente ame- piada para dar respuesta a los retos del desarrollo. Como ha
ricano reside en la propia evolución de las ciencias sociales expuesto brillantemente Sunkel (1994), varias características
latinoamericanas en los años ochenta. de esa teoría debían y podían ser puestas en entredicho: indi-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 19: Macroeconomía estructuralista y neoestructuralismo...

vidualismo metodológico, concepción del mercado como una En la medida en que muchos de los planes de ajuste de uno
categoría abstracta e universal, afirmación de que las imper- y otro signo fracasaban y la crisis persistía, el neoestructura-
lismo comenzó a recurrir al legado positivo de un ideario pro-
fecciones del Estado son siempre mayores que las del mer-
piamente latinoamericano y a nutrirse de él: el estructuralis-
cado, análisis circunscrito a los problemas económicos en
mo de las décadas de posguerra. No obstante ese grado cercano
sentido estricto, formalismo matemático, etc. a la identificación con las tesis estructuralistas originales y
Frente a ese enfoque, el neoestructuralismo recuperó el como consecuencia del cambio en las circunstancias históri-
pensamiento de la CEPAL, especialmente a partir de los pri- cas en que fueron formuladas, también se produjo una revi-
meros años noventa, en una coyuntura internacional e inte- sión crítica de algunos de sus postulados con el fin de supe-
lectual más propicia: cambios en las políticas de Estados Uni- rar sus insuficiencias. Entre éstas destacan una confianza
dos, después de las presidencias de Reagan y Bush, y en cierta excesiva en las bondades del intervencionismo estatal, un pesi-
medida también en la Unión Europea, con los intentos del mismo exagerado y demasiado prolongado en el tiempo res-
expresidente de la Comisión J. Delors por impulsar políticas pecto de los mercados externos y un manejo desaprensivo de
de empleo; desarrollo de la corriente de la socio-economía la política económica de corto plazo que impedía dar res-
en el mundo anglosajón; cambio de enfoque en el Banco Mun- puestas oportunas y operacionales a los problemas de la coyun-
tura, especialmente por la subestimación de los aspectos mone-
dial hacia posiciones menos liberales; reacción de muchos
tarios y financieros (Sunkel y Zuleta, 1990: 42).
economistas convencionales, incluidos algunos premios Nobel,
ante el monopolio intelectual cada vez más asfixiante de la
ortodoxia más radical, etc. En suma, los neoestructuralistas empezaron a tomar
Los neoestructuralistas insisten en la acción social en gru- conciencia (algunos dirían que con demasiado retraso) de la
pos colectivos, en las características estructurales e institu- cada vez mayor pérdida del margen de maniobra de las polí-
cionales propias y distintas de cada país, en el contexto his- ticas nacionales en la economía mundializada. Como señala
tórico en el que se desarrolla su economía, en la persistencia Sunkel (1994: 50), la creciente integración transnacional,
y amplificación de las imperfecciones del mercado, y en la especialmente en el campo financiero, la mayor influencia de
necesidad de tratar aspectos sociales, políticos y medioam- los organismos internacionales en las políticas internas, la
bientales. Frente a las pretensiones de hegemonía intelectual incidencia global sin precedentes de los desequilibrios mone-
de la economía neoclásica y de la nueva macroeconomía clá- tarios y del nuevo proteccionismo de los grandes países desa-
sica, el neoestructuralismo hace gala de lo que considera un rrollados han limitado en gran medida la libertad de manio-
saludable eclecticismo, en el que tienen cabida la economía bra de los países subdesarrollados.
política clásica, el pensamiento keynesiano, algunas aporta- La propuesta de políticas económicas del neoestructura-
ciones de la Economía del bienestar, otras ciencias sociales o lismo se inspira en la estrategia de "transformación produc-
el ecologismo. tiva con equidad" y de "desarrollo desde dentro" propuesta
Tal recuperación actualizada del pensamiento de la CEPAL por la CEPAL a principios de los años noventa.
es el rasgo distintivo más sobresaliente de la corriente neo- Los objetivos son alcanzar un crecimiento económico sos-
estructuralista: tenido mediante una inserción eficaz en la economía mun-

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 19: Macroeconomía estructuralista y neoestructuralismo...

dial, una generación suficiente de empleo productivo y una mente llevaría a un callejón sin salida. Por el contrario, en
reducción de la heterogeneidad estructural. Tales medios esta propuesta se dejan abiertas las opciones para orientar
la industrialización desde dentro hacia los mercados inter-
deberían tener c o m o resultado el alivio de la situación de
nos y externos que se consideren prioritarios y prometedo-
pobreza extrema, la mejora en la distribución de la renta y
res en la estrategia de desarrollo a largo plazo (Sunkel y
el fomento de las libertades públicas.
Zuleta, 1990: 43).
El requisito indispensable p a r a lograr unas tasas a p r o -
piadas de crecimiento del p r o d u c t o total y per cápita es el
El énfasis en que el crecimiento exportador es esencial es
respeto de los equilibrios macroeconómicos básicos. Esa nece-
otra novedad de ese enfoque. Los neoestructuralistas pro-
sidad no es objeto de debate, aunque sí resultan controver-
ponen, a este respecto, un fuerte empujón inicial de las expor-
tidas las medidas de estabilización convencionales. La nove-
taciones, tanto primarias como manufacturadas, para poste-
dad a este respecto del neoestructuralismo es que propone:
riormente concentrarse en aumentar la proporción de bienes
que tengan a la vez una demanda internacional dinámica y
— Reducir la transferencia de capital hacia el exterior en
un mayor valor añadido. Se afirma también que se trata de
concepto de servicio de la deuda, con medidas globa-
promover una competitividad "auténtica", esto es, no depen-
les para reducir la carga que ésta supone.
diente sólo ni principalmente de los bajos salarios.
— C o n t r o l a r el déficit presupuestario no sólo con res-
tricciones en el gasto público sino también con aumen-
to de los ingresos del Estado, mediante una reforma
1 9 . 3 . Valoración crítica
fiscal.
— Aplicar las medidas de estabilización de manera gra-
Es aún prematuro valorar el alcance y la repercusión de
dual, excepto en el caso de enfrentarse a la hiperin-
la corriente neoestructuralista. Sin embargo, algunos auto-
flación, para que resulten socialmente aceptables y no
res han destacado algunas de sus insuficiencias:
pongan en peligro el crecimiento potencial.

Además, el desarrollo "desde dentro" debe basarse en un — Un marcado eclecticismo teórico, como puede obser-
nuevo impulso de la industrialización: varse en la siguiente cita de Sunkel,

la línea estratégica del desarrollo desde dentro busca reto- en contraste con el neoliberalismo, el neoestructuralismo
mar y superar el desafío industrializador original de Pre- parte de una visión sociocultural e histórica y se nutre con
bisch en torno a generar un proceso endógeno de acumu- eclecticismo posmodernista de todas las disciplinas científi-
lación y de absorción y generación de progreso técnico cas y corrientes de pensamiento capaces de aportar elemen-
-incluso por medio de la inversión privada extranjera- que tos relevantes. Esto incluye por cierto la propia teoría eco-
origine una capacidad de decisión propia de crecer con dina- nómica neoclásica, en cuanto elemento insustituible para
mismo. Tal concepción estratégica no está orientada, a prio- contribuir a la compresión del funcionamiento del capita-
ri, a favorecer la sustitución de importaciones, lo cual final- lismo (Sunkel, 1994: 31).

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945...

— Una notable tendencia a la convergencia con el enfo-


que favorable al mercado, en razón de la falta de aná-
lisis riguroso del alcance de la intervención del Esta-
do. No está claro si los neoestructuralistas proponen
intervenciones públicas meramente sustentadoras del
mercado o, por el contrario, medidas deliberadas para
reprimirlo y distorsionarlo en caso necesario.
— Una falta de propuestas concretas en cuanto a la polí-
tica industrial, el fomento de las exportaciones, la polí-
tica de adquisición y generación técnica, etc., por el alto La economía heterodoxa
grado de abstracción y generalidad de las soluciones
propuestas. Algunos autores echan en falta en los plan- del desarrollo
teamientos de Sunkel una referencia al importante deba-
te generado por los recientes informes de la UNCTAD en los años noventa
y, sobre todo, por la muy ilustrativa experiencia de Asia
oriental. De igual modo, parece sorprendente la falta
de comunicación entre la macroeconomía estructura-
Tras un largo período de inactividad, la economía radical
lista anglosajona y el neoestructuralismo latinoameri-
del desarrollo parece haberse revitalizado en el último dece-
cano, ya que ambas corrientes podrían dar perfecta-
nio. La ofensiva intelectual de la contrarrevolución neoclási-
mente como resultado una visión más completa y
ca de los años ochenta, junto con el desmoronamiento, a todos
rigurosa del proceso de desarrollo.
los efectos, del enfoque de la dependencia y la ausencia de
alternativas claras para sustituirlo, provocaron desconcierto
entre los economistas heterodoxos, que, por lo general, se
limitaron a intentar capear el temporal y a esperar tiempos
mejores. Gracias al asentamiento de algunas perspectivas crí-
ticas, como el enfoque de la regulación, la macroeconomía
estructuralista y el neoestructuralismo latinoamericano, y a
la reconversión de la ortodoxia neoclásica del Banco Mun-
dial en dirección de posiciones menos dogmáticas pero más
confusas, la correlación de fuerzas parece haberse modifica-
do un tanto.
Este capítulo aborda, en primer lugar, las críticas actuales
a la ortodoxia de los planteamientos recientes del Banco Mun-

2-57
256
Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 20: La Economía heterodoxa del desarrollo...

dial (esto es, un "suavizado" Consenso de Washington) que — El Instituto de Naciones Unidas para la Investigación
han hecho algunos autores no especialmente radicales en su sobre el Desarrollo Social (UNRISD), con sede en Gine-
enfoque, pero sí decididamente opuestos al "pensamiento úni- bra, y autor, entre otros trabajos, de diversos estudios
co" en Economía del desarrollo. En segundo término, explo- sobre la incidencia social de la globalización.
ra las perspectivas de las nuevas aportaciones que, desde el — El Departamento de Información Económica y Social
campo del marxismo, han empezado a asentarse. y de Análisis de Políticas de las Naciones Unidas, cuya
publicación anual Informe sobre la situación econó-
mica y social del mundo recoge igualmente propues-
20.1. Las críticas a la ortodoxia dominante tas y enfoques más progresistas que los que figuran en
los estudios del Banco Mundial o del FMI.
Existen dos grandes corrientes en el mundo anglosajón
que se distinguen por oponerse resueltamente a los plantea- Este enfoque se distingue por poner de manifiesto las difi-
mientos de las instituciones de Bretton Woods (Fondo Mone- cultades que acompañan a los programas de ajuste estructu-
tario Internacional y Banco Mundial). ral preconizados por las instituciones de Bretton Woods (Arri-
La primera es la que pone de manifiesto los inconvenien- zabalo, comp., 1997). En buena parte recoge los planteamientos
tes económicos y sociales de las políticas ortodoxas de esta- de la macroeconomía estructuralista que vimos en el capítulo
bilización, ajuste y reforma estructural en el Tercer Mundo. anterior:
Encabezada por autores como L. Taylor (de la New School
fot Social Research, de Nueva York y del MIT, Cambridge, — Los serios inconvenientes de las políticas prolongadas
Massachusetts) y G. K. Helleiner (Universidad de Toronto), de austeridad fiscal y monetaria.
entre otros, recibe el apoyo de algunos organismos e institu- — Los problemas asociados a las políticas de tipo de cam-
ciones internacionales: bio, ya sean de devaluación monetaria como de uso
de una moneda fuerte en aras de la lucha contra la
— La Conferencia de las Naciones Unidas para el Comer- inflación.
cio y el Desarrollo (UNCTAD), cuyos Informes sobre — Los riesgos en que incurren los países del Tercer Mun-
comercio y desarrollo son una alternativa rigurosa, do que se embarcan en una liberalización externa indis-
aunque desgraciadamente mucho menos conocida e criminada, en una privatización generalizada de las
influyente, a los Informes sobre el desarrollo mundial, empresas públicas, en una desregulación financiera
del Banco Mundial. imprudente y en una flexibilización contraproducen-
— El Instituto Mundial de Investigación sobre Economía te del mercado del trabajo.
del Desarrollo (WIDER), de la Universidad de Nacio-
nes Unidas, que tiene su sede en Helsinki y cuyo pro- Tal planteamiento no se limita, sin embargo, a la crítica,
grama de estudios es digno de elogio, como también sino que propone alternativas. En primer lugar, como se seña-
lo es su incansable actividad editorial. ló en el capítulo 19, una intervención importante del Estado

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 20: La Economía heterodoxa del desarrollo...

en el proceso de desarrollo, en contra de los vientos libera- jero. En suma, se trata de reducir lo más rápidamen-
les que corren. En segundo lugar, un orden y un ritmo cui- te posible, esto es, teniendo en cuenta las condiciones
dadosos en las políticas de liberalización. A este respecto des- económicas y sociales de cada país, el crecimiento del
taca la aportación de McKinnon (1993), un economista de nivel general de precios, el déficit presupuestario o el
la Universidad de Stanford, especialista en temas financieros desequilibrio externo. Sólo una vez alcanzada la esta-
y monetarios, cuyos planteamientos actuales alcanzan espe- bilidad macroeconómica, puede iniciarse el cambio
cial relieve por provenir de quien fue, en los años setenta, progresivo de los precios relativos, pero tal proceso
cabeza de fila de la crítica neoclásica a las políticas de "repre- debe hacerse gradualmente, con el fin de reducir los
sión financiera" en el Tercer Mundo. costes derivados de la reasignación de recursos.
La tesis básica de McKinnon abarca dos recomendacio-
nes distintas: Tales propuestas, tan sensatas como poco escuchadas por
quienes diseñan y aplican las políticas de ajuste estructural
— Existe un orden aconsejable en el proceso de liberali- en los países del Tercer Mundo, tienen especial relieve por la
zación: la estabilización macroeconómica debe prece- categoría y los antecedentes de quien las hace:
der a la apertura comercial, y la desregulación inter-
La liberalización comercial y financiera, con empréstitos
na y externa del sector financiero debe acometerse en internacionales y créditos internos a tipos reales de interés
último lugar. Las estrategias de big bang, que consis- positivos, gracias a la estabilidad de los precios, no es un
ten en llevar a cabo la estabilización y las reformas proceso fácil y está lleno de inconvenientes potenciales. Con
estructurales simultáneamente, tienen, dice McKin- todo, sigue siendo la única estrategia capaz de alcanzar con
non, contraindicaciones notables, a la luz de la expe- éxito el desarrollo económico. Tal era, claro está, el mensa-
riencia de muchos países latinoamericanos en los últi- je principal de mi libro de 1973, Money and Capital in Eco-
mos veinte años y de algunas economías en transición nomic Development. Sin embargo, quizá porque me estoy
a principios de los noventa (Polonia o Rusia). haciendo viejo, hoy estoy más dispuesto a destacar los incon-
— Es conveniente que la estabilización macroeconómica venientes (McKinnon, 1993: 82-83).
sea rápida, especialmente si se emprende para com-
batir la hiperinflación, pero no debe ser tan estricta La segunda corriente está compuesta por los autores que
como para provocar una recesión prolongada. De igual critican algunos aspectos del enfoque favorable al mercado,
modo, las reformas estructurales deberían acometer- la nueva ortodoxia dominante en los años noventa. Aunque
se lentamente, de forma gradual y con precaución. ya se señalaron en el capítulo 14 algunas de las insuficien-
Deberían verse acompañadas de contrapartidas socia- cias teóricas y prácticas de ese enfoque, baste recordar aquí
les, como una política equitativa de rentas. En particu- que autores como A. H. Amsden, S. Lall, A. Singh y otros
lar, durante el período de liberalización, puede resul- han criticado tres de sus planteamientos principales, tal y
tar necesario, en opinión de McKinnon, mantener como se expresaron en el Informe sobre el desarrollo mun-
algún tipo de control sobre los flujos de capital extran- dial 1991 y en el estudio de 1993 sobre el milagro de Asia

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 20: La Economía heterodoxa del desarrollo...

oriental: en primer lugar, la tesis del Banco Mundial en vir- del mercado interior y que controlen la entrada de
tud de la cual basta con eliminar las distorsiones en los pre- capital extranjero, incluida la inversión directa.
cios para garantizar una asignación eficaz de los recursos a
corto plazo y que tal asignación es suficiente para promover
20.2. La renovación del pensamiento marxista
el crecimiento a medio y largo plazo; en segundo término, el
sobre desarrollo
planteamiento según el cual las intervenciones estatales deben
ser respetuosas con el funcionamiento del mercado, de mane- Además de las prometedoras incursiones del enfoque de
ra que no son admisibles ni las empresas públicas en la acti- la regulación en los estudios del desarrollo, resumidas en la
vidad productiva ni la aplicación de una política industrial segunda parte del capítulo 18, los últimos años han sido tes-
selectiva, y en tercer lugar, la propuesta de que una integra- tigos también de cierta recuperación del análisis marxista en
ción estrecha en la economía mundial, mediante una aper- ese campo. Dos razones parecen ser las principales.
tura comercial y una liberalización de los flujos externos de En primer lugar, han proliferado las investigaciones empíri-
capital, es la única estrategia que permite el desarrollo eco- cas sobre diversos países y regiones del Tercer Mundo, cuyo
nómico sostenido. interés reside no sólo en su cantidad, sino en que son más varia-
Amsden (1992), Dutt y Singh, eds. (1994), o Singh (1994 das, detalladas y consistentes que las producidas durante los
y 1995), entre muchos otros trabajos y autores, han sugeri- años setenta y ochenta. Por citar sólo algunas, destacan las de
do convincentemente lo siguiente: A. Abdelkarim, B. J. Berman, C. Leys, E B. Mahmoud, J. Rapley
o J. Weeks sobre África, las de G. Aseniero y A. Y. So sobre el
— La asignación verdaderamente eficaz de los recursos noreste de Asia, o las de K. S. Jomo y R. Robison sobre el sudes-
es la que promueve el crecimiento económico, sin que te asiático. Lo importante es que el grueso de esos estudios está
tenga por qué deberse a la mera existencia de precios exento de los vicios anteriores, a saber:
"correctos"; puede incluso haber casos en que una
asignación ineficaz a corto plazo sea positiva para el — Generalismo, es decir, pretensión de aplicación gene-
crecimiento y el cambio estructural posterior. ral al conjunto del Tercer Mundo.
— El Estado puede y debe, a la luz especialmente de la — Teleología, esto es, la tendencia a presuponer que todas
experiencia de los nuevos países industriales de Asia las evoluciones observadas en el Tercer Mundo no eran
oriental, combinar intervenciones conformes con el sino manifestaciones de una tendencia, establecida a
mercado con otras que distorsionen deliberadamente priori, hacia la perpetuación del subdesarrollo.
su funcionamiento, siempre que tales distorsiones bene- — Reduccionismo de clase, esto es, la idea de que todas
ficien las perspectivas de crecimiento. las relaciones sociales pueden ser abordadas como rela-
— La integración en la economía mundial debería ser ciones de clase.
estratégica, esto es, selectiva y controlada, en lugar de — Dogmatismo o, en otras palabras, incapacidad para
estrecha; en particular, pueden resultar positivas medi- superar la literalidad de todos los planteamientos de
das que mantengan un grado apreciable de protección Marx, con más de un siglo de antigüedad.

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Parte IV. La Economía del desarrollo desde 1945... Capítulo 20: La Economía heterodoxa del desarrollo...

En segundo lugar, se ha registrado también un indudable — La imposibilidad de reducir relaciones sociales com-
progreso en las aportaciones que, con una perspectiva mar- plejas, específicas y muchas veces locales (como por
xista, han abordado, desde fuera de los estudios del desa- ejemplo las de género) a meras relaciones de clase.
rrollo, la evolución social, la historia económica o las rela- — La necesidad de analizar las situaciones concretas y de
ciones de género en países del Tercer Mundo. La filtración modificar los presupuestos teóricos en función de tales
interdisciplinaria a la Economía marxista del desarrollo de situaciones.
esas investigaciones la ha reforzado considerablemente.
El impresionante incremento, tanto en cantidad como en Con todo, algunos autores consideran insuficiente el cami-
calidad, de ambos tipos de investigaciones ha tenido conse- no recorrido y abogan por avanzar en dirección de un mayor
cuencias positivas. Para empezar, ha demostrado ya palpable- asentamiento:
mente la carencia de consistencia empírica de muchas teorías
anteriores. Además, todo parece indicar que ha contribuido [es discutible] la idea de que la nueva teoría del desarrollo
también a superar el impasse mencionado en el capítulo 18. surgirá autogenéticamente del creciente volumen y de la cada
Aunque los trabajos incluidos en la compilación de Schuur- vez mayor densidad de todo ese trabajo, a través de algún
man (1993) pueden, en ocasiones, pecar de optimistas, lo cier- tipo de fusión con las preocupaciones de la economía polí-
tica anterior [...]. Por una parte, esas mini-narraciones (como
to es que ha desaparecido el pesimismo que había en los años
se podrían denominar, en contraste con las viejas grandes
ochenta sobre la vitalidad de los estudios marxistas sobre desa-
meta-narraciones que hoy está de moda criticar) contienen
rrollo. supuestos teóricos implícitos de altura, que necesitan hacer-
Tal situación se explica porque las nuevas aportaciones se explícitos (los micropresupuestos exigen macroestructu-
rechazan explícitamente los inconvenientes de elaboraciones ras y a la inversa) y sería sorprendente que los resultados
anteriores y aceptan: confluyeran, por así decirlo, espontáneamente, en una nue-
va y mejor teoría del desarrollo. Además, y lo que es más
— La enorme diversidad de situaciones en el Tercer Mun- importante, la construcción de una nueva teoría del desa-
do, que exige un análisis centrado, bien en conjuntos rrollo es necesariamente una tarea política, que implica inten-
homogéneos de países, bien en unos pocos problemas ciones políticas sobre quiénes (qué fuerzas sociales) son los
destinatarios de la teoría, sobre sus fines y sobre el contex-
comunes a todos los países subdesarrollados (su posi-
to en que se aplica. Los compromisos políticos fueron, des-
ción en el comercio internacional, los problemas de
pués de todo, los que inspiraron en última instancia los suge-
deuda, la ayuda extranjera, la pobreza y la desigual- rentes debates teóricos en los estudios del desarrollo en los
dad, etc.); tal situación hace igualmente necesario el años setenta, de manera que cualquier renovación que merez-
rechazo a la pretensión de elaborar una gran metateo- ca la pena de la teoría del desarrollo depende de una reno-
ría del subdesarrollo. vada aclaración de sus supuestos y, también, de sus propó-
— La existencia de fenómenos sociales y económicos que sitos políticos (Leys, 1996: 28).
no se ajustan a las predicciones de la teoría heredada,
especialmente del enfoque de la dependencia.

264 265
Conclusiones

Al final de este recorrido necesariamente breve y segura-


mente parcial por la historia del pensamiento económico
sobre el desarrollo, han quedado naturalmente sin tratar
muchos aspectos importantes. Los especialistas habrán echa-
do probablemente en falta referencias a autores y temas no
mencionados en el texto, mientras que los lectores neófitos
quizá se hayan encontrado con demasiadas alusiones a la
abundante literatura sobre el tema. Con todo, es la esperan-
za del autor de estas líneas que por lo menos algunas ideas
hayan quedado claras. Los párrafos siguientes no pretenden
desde luego recapitular o resumir las páginas anteriores sino
simplemente enumerar algunas conclusiones generales.
En primer lugar, la evolución del pensamiento económi-
co sobre desarrollo, al que este libro ha pretendido asomar-
se en un plano largo, muestra que ha sido y es aún hoy todo
un mundo de controversias, por lo demás enriquecedoras, y
en el que la última palabra no ha sido, ni mucho menos, dicha.

267
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Conclusiones

En segundo término, el libro ha pretendido demostrar que en el mundo actual y ofrecer, en la medida de lo posible, solu-
los enfoques heterodoxos o críticos merecen, cuanto menos, ciones transformadoras a tales carencias (véanse, en caste-
la misma consideración que los planteamientos ortodoxos, llano, Sampedro y Berzosa, 1996, y un intento más modes-
pese a que los primeros tengan, algunos dirán que lamenta- to en Berzosa, Bustelo y de la Iglesia, 1996).
blemente, menos eco, difusión y reconocimiento sociales y En cuarto lugar, no es cierto, pese a una opinión muy exten-
académicos que los segundos, que son los únicos que se pre- dida, que la economía heterodoxa del desarrollo (radical o sen-
sentan en los pocos manuales al uso de introducción a la Eco- cillamente no neoclásica) esté en claro retroceso, por los emba-
nomía que se refieren a temas de desarrollo. tes que ha recibido desde la presuntamente incontrovertible
En tercer lugar, la creciente heterogeneidad del Tercer ortodoxia desplegada por el Banco Mundial y sus epígonos.
Mundo, en donde conviven nuevos países industriales y paí- Como se ha intentado sugerir en los últimos capítulos de este
ses menos adelantados, junto a una diversa gama intermedia libro, el enfoque de la regulación ofrece una prometedora puer-
de economías, invalida las pretensiones de generalidad de las ta abierta, mientras que los trabajos de instituciones como UNC-
teorías globales. Una de las razones por las que es discutible TAD o WIDER, así como los estudios de autores tan destaca-
la ortodoxia actual, basada en el enfoque favorable al mer- dos como A. H. Amsden, G. K. Helleiner, A. Singh o L. Taylor,
cado, reside precisamente en que se invoca como estrategia entre muchos otros, son muy dignos de ser tenidos en cuenta.
adecuada para todos los países del Tercer Mundo. Si la cre- También son de extremo interés las propuestas de desarrollo
ciente diversidad de los países desarrollados apuntilló en los desde dentro y de transformación productiva con equidad que
años setenta al enfoque de la dependencia, no hay razón para el neoestructuralismo latinoamericano ha hecho en los últimos
pensar que no pueda poner también en aprietos a la nueva años. Ni que decir tiene que el "pacto global por el desarrollo",
ortodoxia. En otros términos, es la opinión de quien esto que propone el Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
escribe que ya no resulta posible tener una teoría general del rrollo (PNUD), es una tarea tan urgente como bien construida.
desarrollo, sino, todo lo más (lo que no es poco), teorías par- Habrá quien afirme que todo ello no es más que una amalga-
ciales que aborden el análisis de conjuntos de países homo- ma de posiciones diversas entre sí y que convendría aclarar la
géneos (por ejemplo, los de Asia oriental o los del África sub- posición de cada una de ellas. Es cierto que se da una extraña
sahariana) o de algunos aspectos comunes a todo el Tercer circunstancia: algunos economistas heterodoxos del desarro-
Mundo (subordinación en el comercio internacional, estran- llo, que se distinguen por la moderación en el análisis, la mesu-
gulamiento de deuda externa, pobreza, desigualdad, margi- ra en las recomendaciones y hasta por el eclecticismo teórico,
nación, etc.). Pasaron pues a la historia los tiempos en que hacen las veces de radicales. Esto no es más que producto de lo
los economistas del desarrollo pretendían construir una "gran que podría llamarse la "voluntad de conquista del pensamien-
y gloriosa meta-teoría". Sin embargo, tal afirmación no es to único" en Economía, que arrincona y une a los discrepan-
en absoluto incompatible con una segunda: que sigue sien- tes. En un ambiente intelectual más equitativo (por ejemplo, si
do necesario disponer de un enfoque sobre la economía mun- el Banco Mundial se abriese a posiciones heterodoxas y no las
dial que sirva para observar, analizar y explicar, desde una marginase sistemáticamente en aras de una imagen, por lo demás
perspectiva crítica, los graves problemas del subdesarrollo contraproducente, de institución con unos planteamientos mono-

268 269
Teorías contemporáneas del desarrollo económico

líticos), las diferencias entre las distintas sensibilidades del pen-


samiento heterodoxo, hoy larvadas, se harían manifiestas.
Con todo, la Economía heterodoxa del desarrollo, presenta-
da en este libro como una alternativa viable al pensamiento con-
vencional, no está exenta de debilidades, pese a su renovada vita-
lidad de los últimos años. Por una parte, carecemos todavía de
un paradigma teórico capaz de otorgar una mayor homogenei-
dad a las críticas al enfoque ortodoxo, aunque se estén dando
pasos de gigante, al menos en los intentos del enfoque de la regu-
lación, de la macroeconomía estructuralista o del neoestructu-
ralismo latinoamericano por consolidarse. Por otro lado, si bien
Apéndice I
los economistas del desarrollo que no aceptan el pensamiento
dominante han hecho extraordinarios progresos para abando-
nar las generalizaciones abusivas, el simplismo excesivo y la fal-
ta de realismo de muchas propuestas anteriores, siguen siendo
vulnerables a las críticas que les acusan de falta de rigor y, qui-
Selección de textos sobre Economía del desarrollo
zá con mayor razón aún, de un marcado sesgo anglosajón
(Mehmet, 1995). En su descargo, habría que decir que tal es el
caso también de muchas otras subdisciplinas de la Economía. Los cambios de enfoque en la teoría económica del desarrollo
Aunque el pesimismo de la razón nos empuje a poner de
manifiesto esos inconvenientes, eso no excluye que sea nece- Los días de las grandes generalizaciones sobre los procesos de desarrollo,
obtenidas a partir de unos hechos limitados, han pasado a la historia. En su
sario insistir en el optimismo de la voluntad. En palabras de
mayor parte, los economistas del desarrollo han dejado la atmósfera enrare-
uno de los más destacados economistas actuales del desa- cida de las altas sierras y se dedican a abordar los problemas de la parte baja
rrollo, es necesario de las llanuras. No obstante, en comparación con otras tribus, más prestigio-
sas, que ocupan territorios alejados de la pobreza y la deprivación, el mundo
revivir la teoría del desarrollo, pero no como una rama de de la Economía del desarrollo consigue, por lo general, mantener a la vista las
una ciencia social orientada únicamente a obtener reco- grandes cuestiones así como, en su elección de problemas más prosaicos, mos-
mendaciones de política económica en el marco de un orden trar una actitud de realismo económico y de importancia prescriptiva. Stern
capitalista mundial no cuestionado, sino como un campo de ha sugerido que la Economía del desarrollo obtiene su interés y riqueza dis-
investigación crítica sobre la dinámica contemporánea de tintivas de la mezcla que hace de grandes cuestiones, pequeñas cuestiones y
ese propio orden y con implicaciones políticas imperativas técnicas para la resolución de problemas -por ejemplo, el desarrollo de ideas
para la supervivencia de un devenir humano civilizado y básicas sobre cómo funcionan o dejan de funcionar las economías pobres por
medio de la constrastación de hipótesis en estudios microeconómicos de caso.
decente, y no sólo en los países que han sido, a lo largo de
Un prometedor avance metodológico de años recientes ha sido el empleo
su historia, colonias (Leys, 1996: 43).
riguroso del análisis comparativo para examinar cuestiones particulares.

271
270
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Apéndice I
Existe un trade-off entre amplitud y profundidad. Para algunos propósi- del liderazgo industrial", aunque también, lo que es más interesante, prevé
tos, resulta apropiado examinar muestras amplias de países, con objeto un futuro en el que los países ricos reconocerán la obligación de compartir
de desvelar pautas internacionales. La alternativa es comparar únicamen- su riqueza con los pobres. "Éste y todos los demás países occidentales pue-
te unos pocos y selectos países, con la ventaja de que hay entonces más den hoy permitirse hacer más sacrificios de bienestar material con objeto de
posibilidades de elegir países que son similares en los aspectos importan- aumentar la calidad de vida del conjunto de su población. Llegará un tiem-
tes, excepto en el que interesa al investigador, y obtener así datos precisos po en el que tales asuntos serán tratados más en un marco cosmopolita que
y apropiados. Un ejemplo puede aclarar esa vía. Kenia y Tanzania, dos como obligaciones nacionales, pero tal época no está todavía a la vista".
países del África oriental, son muy parecidos en muchos aspectos de impor-
tancia, pero son muy distintos en el desarrollo de la educación secunda- Arndt, H. W. (1987). Economic development. The history
ria: eso ha generado cantidades muy distintas de mano de obra formada of an idea. The University of Chicago Press. Chicago, 111.
en sus sectores urbanos. Mediante encuestas, especialmente diseñadas,
sobre muestras rigurosamente comparables, se pueden analizar los efec-
tos de esa diferencia así como las alternativas de política económica. Schumpeter y los países subdesarrollados

Knight, J. B. (1991): The evolution of development econo- La cualidad que hace que se admire tanto la teoría de Schumpeter es
mics. En Balasubramanyan, V. N. y Lall, S. (eds.): Current issues su unidad interior. A partir de unas cuantas premisas básicas avanza has-
in development economics. MacMillan. Basingstoke, 10-22. ta unas conclusiones que abarcan una gran parte de la escena económica.
Numerosos problemas difíciles consiguen enfocarse repentinamente y se
puede encontrar una explicación a los mismos cuando se les ilumina des-
El interludio neoclásico de el punto de vista ventajoso de la teoría de Schumpeter. El gran interés
actual por las cuestiones del crecimiento económico ha despertado una
Fue J. S. Mill, según Hicks, "quien mató la vieja teoría del crecimien- atención renovada y amplia hacia la doctrina schumpeteriana.
to y abrió las puertas a la Época Estática que habría de seguir". Desde Pero al aplicar esa doctrina a los países menos desarrollados de nues-
1850 en adelante, la mayor parte de los economistas occidentales consi- tros días descubrimos que no se ajusta totalmente. En el modelo de Schum-
deraron que el crecimiento estaba garantizado y se preocuparon por otros peter la fuerza generadora la suministra el empresario, el proceso es la
aspectos del bienestar económico (asignación de recursos, distribución y innovación y el objetivo es el establecimiento de una posición de riqueza
estabilidad). Marshall escribió dos capítulos que Hicks considera "real- y poder para el empresario. Si tuviéramos que aplicar una etiqueta gene-
mente muy superficiales" sobre el progreso económico, y Wicksell apenas ral a esos conceptos, podríamos decir que todos ellos pertenecen a la esfe-
uno sobre la acumulación de capital, "justo añadido al final". "Pero el ra de la producción y de la oferta. El objetivo no es el nivel de vida popu-
centro de atención no está en esos aspectos. Y en Walras, Pareto y los aus- lar, aunque es probable que ése sea el resultado. De este modo, los factores
tríacos hay incluso menos". Si había poco interés en el crecimiento, menos del consumo y de la demanda representan un papel secundario.
lo había en el subdesarrollo [...]. Es bastante obvio que la teoría de Schumpeter no hace al caso de los
Durante los años de entreguerras, los problemas de crecimiento y desa- países menos desarrollados. El empresario no es la principal fuerza impul-
rrollo económicos a largo plazo desaparecieron casi por completo de la sora, la innovación no es el proceso más característico y el enriquecimiento
corriente principal de la Economía y, en grado que es asombroso visto des- privado no es el objetivo predominante.
de hoy, esos economistas ignoraron al mundo subdesarrollado. En los tra-
bajos de los principales economistas de ese período, apenas hay referencia Wallich, H. C. "Some notes towards a theory of derived
alguna a los problemas de las regiones subdesarrolladas. Marshall, en su development". En Agarwala, A. N. y Singh, S. P. (eds.), 1958
último trabajo, Industry and trade (1919), se refiere a tales regiones sólo (hay traducción castellana de Juan Gerona Peña: La economía
como resultado de "algunas especulaciones generales como futuros hogares del desarrollo. Tecnos. Madrid. 1993, pp. 163-164).

272 273
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Apéndice I

La importancia de las ideas de Keynes para los países en desarrollo ductos primarios se hubiese incorporado al sistema monetario interna-
cional. En su visión del mundo, la restricción de la Balanza de Pagos en el
El propio Keynes no se interesó especialmente por la aplicación de su desarrollo económico, en la expansión de los países en desarrollo, o bien
Teoría general a los países en desarrollo, sobre los que no tenía especial habría sido eliminada o bien se habría visto muy reducida, abriendo la
preocupación. Por lo que yo sé nunca visitó un país en desarrollo: de hecho, puerta a su opción por una expansión interna orientada hacia dentro. El
pese a que su ocupación primera antes de la guerra fue en la Oficina de la resultado es que si se define el keynesianismo añadiendo a la Teoría gene-
India, nunca visitó la India. Era más bien despectivo con la participación ral de 1936 el artículo de 1938 sobre la estabilización de productos pri-
del Tercer Mundo en Bretton Woods, y no parece que, aparte de los pro- marios y en particular Bretton Woods, su importancia y aplicación al desa-
blemas de las finanzas coloniales, tuviera interés alguno en lo que hoy lla- rrollo económico se hacen inmediatamente mucho más plausibles.
mamos problemas del desarrollo o países en desarrollo. Keynes por tanto Añadiré que desde un punto de vista incluso más importante de méto-
es inocente de cualquier intento de aplicar su enfoque, directamente o con do, a pesar de las aparentes y superficiales razones por las que Keynes no
ajustes, a los países en desarrollo. Esto correspondió a sus seguidores, espe- es especialmente importante o directamente aplicable a los países en desa-
cialmente a Harrod y Domar en su intento de extender el keynesianismo rrollo, la forma de pensar que Keynes introdujo en el análisis económico
más allá de la estática a corto plazo, y en convertirlo en una visión diná- fue también un antecedente de la Economía del desarrollo. Albert Hirsch-
mica y a largo plazo, para poner de manifiesto lo que ocurre en una eco- man, en su artículo "Auge y ocaso de la Economía del desarrollo", asig-
nomía, una vez alcanzado el pleno empleo, en el proceso subsiguiente de na justamente a Keynes el haber dado el paso metodológico decisivo hacia
crecimiento. Por tanto, fueron los seguidores de Keynes, especialmente en la Economía del desarrollo al reemplazar la monoeconomía por la duoe-
los años cincuenta, los que intentaron aplicar el keynesianismo como tal conomía. Keynes fue el creador de la duoeconomía. Su modelo de doble
a las condiciones de los países en desarrollo [...]. teoría económica estaba basado en la proposición de que cuando hay
Cuando dije que Keynes no estaba directamente interesado en los pro- desempleo en un sistema económico industrial, las interacciones y las rela-
blemas de los países en desarrollo, pasé por alto que hubo una importan- ciones económicas son sustancialmente diferentes a las existentes en una
te excepción. Completó la Teoría general con un artículo de 1938 en el economía con pleno empleo. De ahí que las políticas económicas aplica-
Economic Journal, en el que abogaba por una política de almacenamien- bles para reducir el desempleo y restaurar la situación de pleno empleo
to gubernamental de materias primas. En plena guerra, cuando en 1942 son también básicamente distintas de las necesarias para una economía
la situación bélica era más adversa, encontró tiempo para redactar un con un nivel de pleno empleo. Todas las escuelas posteriores de la Econo-
memorándum para el Gabinete de Guerra en el que dijo que la medida mía del desarrollo, pese a que pudieron no aceptar el modelo concreto
más importante para después del conflicto era la creación de una agencia keynesiano y a que encontraron razones (por lo general válidas) por las
internacional de estabilización de los productos primarios. Más tarde, en que tal modelo no debía aplicarse directamente a los países en desarrollo,
Bretton Woods, propuso la Organización Internacional de Comercio (OIC) son el resultado de la decisiva afirmación de Keynes de que la teoría eco-
como el tercer pilar del sistema de Bretton Woods, además del Banco Mun- nómica no es una doctrina de validez universal, como los economistas clá-
dial y del FMI. Puso todo su empeño en esa propuesta. Desgraciadamen- sicos más o menos consideran, sino que hay diferentes leyes y principios
te, la OIC no fue nunca ratificada. económicos que hacen necesarias políticas económicas distintas para paí-
Keynes fue bastante más allá: quería un FMI que presionara no sólo ses en situaciones diferentes. La actual contrarrevolución neoclásica es
a los países con déficit de Balanza de Pagos sino también a los países con esencialmente una contrarrrevolución no sólo contra la planificación, el
superávit de Balanza de Pagos. Esto se ajustaba perfectamente a sus plan- proteccionismo, etc., sino contra el principio de la duoeconomía y contra
teamientos para la economía nacional en la Teoría general. Deseaba una la pertinencia de la existencia misma de la Economía del desarrollo como
moneda mundial que se basara en 30 productos primarios en vez de úni- una subdisciplina específica.
camente en el oro (el oro habría sido uno más de esos treinta productos)
-no en la libra esterlina, no en el dólar, no en los derechos especiales de Singer, H. W. (1989). "Keynes, Seers and economic deve-
giro, sino en 30 productos, de manera que la estabilización de los pro- lopment". IDS Bulletin. Vol. 20, n.° 3, julio, pp. 3-8.

274 275
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Apéndice I

El Consenso de Washington 10. Derechos de propiedad. El sistema legal debería asegurar derechos
seguros de propiedad sin costes excesivos, así como extenderlos al
1. Disciplina fiscal. Los déficit presupuestarios, medidos adecuada- sector informal.
mente con la inclusión de los gobiernos locales, las empresas esta-
tales y el banco central, deben ser lo suficientemente pequeños para Williamson, I. G. (1996). "Lowest common denominator
no tener que financiarse con el impuesto de la inflación [...]. or neoliberal manifesto the polemics of trie Washington con-
sensus". En Auty, R. M. y Toye, J. (eds.): Challenging the ort-
2. Prioridades en el gasto público. El gasto debería reorientarse des-
hodoxies. MacMillan, Londres.
de las áreas, políticamente sensibles, que reciben más recursos de
los que justificaría su rendimiento económico, como la adminis-
tración, la defensa, los subsidios indiscriminados y los elefantes Acuerdos y desacuerdos con el enfoque favorable al mercado
blancos, hacia sectores desatendidos con alto rendimiento econó-
mico y capaces de mejorar la distribución de la renta, como la aten- Ha habido cierto progreso en el debate entre el Banco Mundial y sus
ción sanitaria y la enseñanza primaria y las infraestructuras. críticos respecto de la experiencia de desarrollo, que ha tenido un éxito
destacado, de economías de Asia oriental como Japón o la República de
3. La reforma fiscal debe encaminarse a ampliar la base imponible y
Corea. Hay ahora acuerdo general en que esos países intervinieron amplia-
a recortar los tipos marginales [...].
mente en todas las esferas de la economía con objeto de alcanzar un rápi-
4. Liberalización financiera, [...] con el objetivo último de alcanzar
do crecimiento económico y una industrialización acelerada. También hay
tipos de interés determinados por el mercado [...] pero con un obje-
consenso en que durante su proceso de desarrollo esos países no tuvieron
tivo intermedio de abolir los tipos de interés preferentes a los clien-
mercados de productos y de capitales, internos y externos, libres y flexi-
tes privilegiados y de alcanzar un tipo de interés real moderada-
bles. Aunque esos países se orientaron a la exportación, evitaron una inter-
mente positivo.
vención estrecha en la economía mundial en lo que respecta a las impor-
5. Tipos de cambio. Los países necesitan un tipo de cambio unifica-
taciones, la inversión directa extranjera y otros flujos de capital.
do (al menos para las transacciones corrientes) fijado a un nivel
Por tanto, la experiencia de esos países ejemplares de Asia oriental con-
lo suficientemente competitivo para promover un crecimiento rápi-
tradice abiertamente la tesis central [del Informe de 1991 del Banco Mun-
do de las exportaciones de bienes no tradicionales, y gestionado
dial] en virtud de la cual son necesarios mercados internos y externos libres
de manera que los exportadores tengan garantías de que su com-
y competitivos para lograr un crecimiento económico rápido a largo pla-
petitividad se mantendrá en adelante.
zo. [El Informe de 1993 sobre el milagro de Asia oriental] acepta que los
6. Liberalización comercial. Las restricciones cuantitativas deberían
gobiernos controlaron y dirigieron el proceso competitivo de esas econo-
sustituirse rápidamente por aranceles, y éstos deberían reducirse
mías mediante una combinación muy efectiva de cooperación entre empre-
progresivamente hasta un nivel medio de aproximadamente 10%
sas y competencia de oligopolio. Además [...], esos países lograron una
(o, como mucho, 20%) [...].
integración estratégica en la economía mundial integrándose únicamente
7. Inversión directa extranjera. Deberían abolirse las barreras a la hasta el punto y en los sectores en los que resultaba deseable hacerlo para
entrada de empresas extranjeras; las empresas extranjeras y loca- potenciar el crecimiento económico a largo plazo.
les deberían competir en un plano de igualdad. A pesar de que las diferencias entre el Banco Mundial y los econo-
8. Privatización. Las empresas estatales deberían privatizarse. mistas heterodoxos se han reducido perceptiblemente, subsisten aún varios
9. Desregulación. Los gobiernos deberían eliminar las reglas que impi- importantes aspectos analíticos y de política económica que no han sido
den la libre entrada o restringen la competencia, y asegurar que resueltos [política industrial, función del ahorro y la inversión, la contri-
todas las disposiciones están justificadas con arreglo a criterios de bución de la demanda y la restricción de divisas, la inversión directa extran-
seguridad, protección medioambiental y supervisión bancaria de jera, la organización empresarial, la política de competencia, la capacidad
las instituciones financieras. institucional, la diferencia entre la evolución de América Latina y la de

276 277
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Apéndice I

Asia en los años ochenta, la distribución de la renta y la riqueza, y la for- otorgar mayor importancia a las experiencias y las teorías procedentes del
mación profesional y el mercado de trabajo] [...]. Tercer Mundo. La experiencia de desarrollo de los países centrales es con-
El objetivo de las futuras investigaciones a este respecto no consiste templada, demasiado a menudo, como el modelo que los países de la peri-
únicamente en entender mejor el desarrollo de Asia oriental en toda su feria deberían adoptar: sin embargo, las experiencias históricas no se repi-
complejidad, sino también en determinar cómo las enseñanzas que se obten- ten nunca, ya que las circunstancias de cada país son distintas y el contexto
gan de esa experiencia pueden aplicarse a otros países con distintas cir- internacional cambia continuamente. Esto es aún más evidente hoy en día,
cunstancias individuales y en un marco internacional diferente. Tal inves- a causa de los crecientes niveles de interdependencia, que limitan algunas
tigación, basada en la experiencia histórica de Asia oriental y en las opciones pero extienden otras. Tal interdependencia es, claro está, asimé-
tendencias de otras regiones en desarrollo, tiene por tanto que ser imagi- trica: por ejemplo, apenas seis países desarrollados, que suponen una déci-
nativa y global. ma parte de la población mundial, controlan dos terceras partes del comer-
cio internacional (Iglesias, 1987) [...].
Singh, A. (1995). "How did east asia grow so fast slow pro- Además de examinar varios estilos de desarrollo, los neoestructuralistas
gress towards an analitical consensus. UNCTAD Discussión y los neodependentistas deberían añadir modelos macroeconómicos más
papers. n.° 97, febrero, pp. 45-46. específicos para alcanzar compatibilidad y equilibrio dinámico en la eco-
nomía, y también diseños más precisos de políticas a corto plazo (Taylor,
1983; Rosales, 1988). Los neodependentistas deberían también analizar
Por una renovación del pensamiento heterodoxo sobre desarrollo los problemas del socialismo actualmente existente. Tienen mucho que
aprender de las dificultades a las que se han enfrentado países como Chi-
Los partidarios del estructuralismo y del enfoque de la dependencia na y Cuba en sus procesos de transición [socialista].
deberían considerar la posibilidad y si es factible o no una variedad de esti-
los y pautas de desarrollo. Sólo en un grado muy alto de abstracción y Kay, C. (1989). Latin american theories of development and
simplificación tienen validez dicotomías como capitalismo o socialismo. underdevelopment. Routledge, Londres
Así, por ejemplo, para Dos Santos (1969) el dilema real para América Lati-
na era fascismo o socialismo, y dependencia o revolución. De igual modo,
para Frank (1969), la alternativa estribaba en elegir entre subdesarrollo El neo estructuralismo y la intervención del Estado
capitalista o revolución socialista (y desarrollo). Los estructuralistas, de
forma menos radical, hablaban de pautas de desarrollo orientado hacia La actuación del Estado se sitúa en el centro de la nueva estrategia pro-
afuera y hacia adentro. El primero era contemplado como perpetuador puesta por los neoestructuralistas. Debe reforzar sus funciones clásicas
del subdesarrollo y de formas no democráticas de gobierno, en aquellos (suministro de bienes públicos, mantenimiento de los equilibrios macroe-
países donde se daban, y el segundo como generador de desarrollo y demo- conómicos, equidad, etc.), fundamentales (infraestructura imprescindible
cratización [...]. de transportes y comunicaciones, sanidad, alojamiento, educación, etc.) y
En los últimos decenios ha habido varios modelos de desarrollo en auxiliares (desarrollo de una infraestructura científica y tecnológica así
América Latina. Sin embargo, con la excepción de Cuba y Brasil, la mayor como eliminación o compensación de las imperfecciones del mercado pro-
parte de esos modelos no ha perdurado. Lo que muestran esos casos es vocadas por los rendimientos a escala, las externalidades y el aprendizaje
que entre capitalismo y socialismo hay varios estilos de desarrollo. Esto industrial o del sector privado). Sin embargo, la función empresarial en la
significa que no hay por qué adoptar una senda o un dogma rígidos y que esfera productiva, que fue muy importante en el pasado, deberá conver-
resulta posible dar una respuesta imaginativa a unas circunstancias cam- tirse en marginal. Uno de los puntos fundamentales de la estrategia neo-
biantes y a los nuevos problemas. Todas las teorías del desarrollo deberían estructuralista reside en la disciplina de las finanzas públicas; se aconseja
aceptar esa variedad de vías de desarrollo. La teoría del desarrollo debe aumentar las fuentes de ingresos del Estado mediante una reforma del sis-
superar su eurocentrismo o, con mayor precisión, su centrocentrismo, y tema de impuestos; en lo que atañe a los gastos, deben establecerse prio-

278 279
Teorías contemporáneas del desarrollo económico

ridades en los programas de inversión pública y reducirse las subvencio-


nes, excepto las que tengan efectos redistributivos. Es igualmente impor-
tante hacer que las empresas públicas sean más competitivas gracias a una
mayor autonomía en materia financiera y de gestión; deben practicar una
política de precios similar a la de una empresa privada y limitar al máxi-
mo los precios sociales. En cualquier caso, los neoestructuralistas reco-
miendan la privatización de las empresas productivas no estratégicas. Tam-
bién es esencial la competitividad exterior: debe contemplarse la reducción
de las barreras aduaneras como un primer paso indispensable, aunque
insuficiente. A medio plazo, la mejora de la inserción internacional de los
países de América Latina estriba en la incorporación de innovaciones tec-
nológicas y en aumentos de productividad. En tales condiciones, la fun- Apéndice II
ción de las políticas tecnológica, industrial y educativa es fundamental
para mejorar las prestaciones externas. Por tanto, aunque reconocen cier-
tos excesos cometidos en el pasado, los neoestructuralistas aconsejan apli-
car políticas económicas heterodoxas que restablezcan los equilibrios
macroeconómicos fundamentales pero al menor coste recesivo posible.
Tales políticas, acompañadas de una reducción sustancial de la carga de
la deuda, permitirían superar la crisis económica. Evidentemente, en tal
Guía de lecturas
estrategia neoestructuralista, es esencial que el Estado se comprometa a
lograr el consenso.
Las obras señaladas con un asterisco han sido publicadas en castella-
no y las que aparecen en negrita son las recomendadas por el autor.
Romo, H. (1994) "De la pensée de la CEPAL au néo-libé-
ralisme, du néo-libéralisme au néo-structuralisme, une revue
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Jameson, eds., 1992; Kitching, 1989; Krugman, 1993, 1994 y 1995;
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y 1986; Ramírez-Faria, 1991; Ranis, 1977; *Singer, 1977; Webster,
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y 1993, y Hugon, 1991; en castellano, Berzosa, 1985, y Bustelo, 1992.

281
280
Teorías contemporáneas del desarrollo económico Apéndice II

Sobre el estado actual de la Economía del desarrollo, Bardhan, 1988 y 3. Pensamiento económico sobre desarrollo desde 1945
1993; Bhagwati, 1984 y 1995; Bruton, 1985; Lewis, 1984; Ranis y
Fei, 1988; Seers, 1979, y Sen, 1983. Sobre el nacimiento de la Economía del desarrollo, Cooper y Fiitzgerald,
1989; »Hirschman, 1980; Hunt, 1989, cap. 3; Leeson, 1988; el artícu-
lo de Meier en * Meier y Seers, eds., 1984; Meier, 1984; Meier, ed., 1994.
2. Pensamiento económico sobre desarrollo antes de 1945

Sobre los antecedentes de la teoría moderna del desarrollo, véanse Arndt, 3.1. Las corrientes ortodoxas
1972 y 1987, cap. 2; *Berzosa etal, 1996, cap. 2; Escobar, 1995; Gre-
naway et al, tas., 1991; Higgins, 1959, cap. 8; Hout, 1993; Hudson, Sobre los pioneros del desarrollo, Meier, ed., 1987, y * Meier y Seers, eds.,
1992; Hunt, 1989, cap. 2; Larraín, 1989; *Meier y Baldwin, 1957, 1984.
cap. 6; Preston, 1982 y 1986; Ramírez-Faria, 1991, y Rostow, 1990.
Sobre el enfoque neoclásico de los años cincuenta, Bauer, 1984, y Meier, ed.,
Sobre los economistas clásicos, *Adelman, 1961, caps. 3, 4 y 8; Brewer, 1987; sobre la teoría de la modernización, Gendzier, 1985, y Leys, 1982.
1995; Lewis, 1988; Meier, 1994a y b; * Meier y Baldwin, 1957, cap. 2,
y Rostow, 1990, caps. 2 y 3. Sobre el enfoque de las necesidades básicas, *Streeten, 1979, 1981 y 1991.

Sobre los economistas clásicos y la cuestión colonial, Barber, 1994; Larraín, Sobre la contrarrevolución neoclásica, Krueger, 1990; Lal, 1983; Liitle,
1991, y * Rodríguez Braun, 1989. También son útiles, *O'Brien, 1975, 1982; Myint, 1987; Ranis y Mahmood, 1992, y Toye, 1985 y 1993a.
cap. l0.iv; *la voz "Colonias" en Eatwell et al, eds., 1989, e Ingham y
Simmons, eds., 1987. Sobre el enfoque favorable al mercado, *Banco Mundial, 1991 y 1993, y
Singh, 1994.
Sobre Marx, Arestis y Sawyer, eds., 1994; Brewer, 1990; Escobar, 1995;
Kay, 1975; * Meier y Baldwin, 1957; cap. 2, y Richards, 1986.
3.2. Las corrientes heterodoxas
Sobre Marx y las áreas atrasadas, Banerjee, ed., 1985; Larraín, 1991, y
*Shanin, ed., 1984. En general, *Griffin y Gurley, 1985, y Limqueco y McFarlane, eds., 1983.

Sobre los economistas neoclásicos, *Robbins, 1968, y Rostow, 1990, caps. Sobre el pensamiento de la CEPAL, *Calcagno, 1989; *Guzmán, 1976, y
5-10. Rodríguez, 1980.

Sobre Schumpeter, Higgins, 1959, cap. 5; *Meier y Baldwin, 1957, cap. 4, Sobre el enfoque de la dependencia, *Blomstrom y Hettne, 1984; Hettne,
y el * artículo de Wallich en Agarwala y Singh, eds., 1958. 1990; *Gereffi, 1983; *Lall, 1975; Lehman, 1990; Palma, 1978, y
*Seers, ed., 1981.
Sobre Keynes, Crabtree y Thirlwall, eds., 1993; Chandavarkar, 1993; Sin-
ger, 1987 y 1989; Thirlwall, 1987; Thirlwall, ed., 1987, y Toye, 1993b. Sobre el enfoque del sistema mundial, Shannon, 1989; So, 1990; *'Torto-
sa, 1992, y Wallerstein, 1979.
Sobre la síntesis neoclásica y los post-keynesianos, Beaud y Dostaler, 1993,
caps. 5 y 6; *Galindo y Malgesini, 1994; Higgins, 1959, caps. 6 y 7; Sobre el enfoque de la regulación, Boyer y Saillard, dirs., 1995; *Bustelo,
Johnson y Johnson, 1978; *Jones, 1974, y Rostow, 1990, cap. 15. 1994; Lipietz, 1985, y Robles, 1994.

282 283
Teorías contemporáneas del desarrollo económico

Sobre la macroeconomía estructuralista, *Colglough y Manor, eds., 1991,


y *Taylor, 1983 y 1993.

Sobre el neo-estructuralismo latinoamericano, *Rosales, 1988; *Sunkel,


1994, y *Sunkel y Zuleta, 1990.

Sobre la economía heterodoxa del desarrollo de los años noventa, Kiely,


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