LA Act1
LA Act1
LA Act1
Legislación Ambiental
Noviembre 2022
El suelo, al igual que los bosques, el agua, e incluso los yacimientos minerales, es
un recurso finito que forma parte del capital estratégico natural de cualquier país.
Sin embargo, a pesar de ser el sostén de muchas de las economías agrícolas del
mundo, se encuentra bajo una creciente presión de deterioro derivada tanto del
crecimiento poblacional como de los patrones insostenibles de producción y
consumo globales. Su degradación puede explicarse, al menos en parte, a que no
se le considera aún en las políticas públicas como un recurso patrimonial ni
ambiental de primer orden, debido, en gran medida, a que no es un bien
directamente consumible y a la percepción errónea de que es renovable en la
escala de tiempo humana, sin embargo, se calcula que una capa de un centímetro
de espesor de suelo puede tardar en formarse alrededor de cien años. Además de
ser el principal soporte de la vegetación, la infraestructura y el hábitat de la
biodiversidad, participa de manera esencial en el funcionamiento de cualquier
ecosistema. (Zinck, 2005; Guevara et al., 2012; Gardi et al., 2014; FAO, 2015).
Se ha comprobado que mientras más crece la mancha urbana, más dinero quita
este crecimiento a la población en movilidad, sobre todo al segmento de población
de bajos ingresos, derivado de la exclusión de que son objeto al vivir en las
periferias de la ciudad y en consecuencia del tiempo y costos de sus traslados
diarios, de casa a trabajo y de casa a escuela… pero la clase media no está
mejor, se gastan al menos 22% de su ingreso solo en movilidad, derivado del
incremento de costo para cubrir las cada vez las más distantes y
desesperadamente congestionados traslados en la ciudad.
Los principales factores que podrían poner en riesgo la degradación del suelo son
los siguientes:
Definir límite físico de la ciudad: Las ciudades que han logran construir
capital de valor en la ciudad construida, tienen un común denominador:
tienen un límite de ciudad definido. Han reflexionado inteligentemente en
invertir en el espacio urbano construido que reciba proyectos e
infraestructuras en su ciudad actual, que invertir ilimitadamente en nuevos
crecimientos, los cuales nunca serán ocupados con alguna densidad
poblacional mínima operativamente viable, y si acaso lo hicieran, la ciudad
actual, solamente tendrá un futuro empobrecido y sin posibilidades de
ofrecer soluciones a sus históricos problemas. Han decidido reinvertir y
actualizar infraestructuras en su espacio construido, vea lo que han hecho
decenas de ciudades norteamericanas y europeas para controlar su
espacio urbano.