Empirismo
Empirismo
El empirismo es una escuela filosófica que piensa a la experiencia como punto de partida y fundamento
último de todo conocimiento posible.
Para los empiristas, la realidad es la base de todo conocimiento. La mente humana debe partir del mundo
sensible, es decir, lo percibido por los sentidos, para formar ideas y conceptos.
El conocimiento empírico
El empirismo surgió como escuela filosófica entre los siglos XVI y XVIII. Los filósofos racionalistas, como
Descartes, Leibniz o Spinoza, sostenían que conocemos al mundo a través de la razón, y priorizaron como
fuente de conocimiento a las intuiciones intelectuales de la razón. Los filósofos empiristas, en cambio, creían
que solo podemos conocer al mundo a través de la sensibilidad y priorizaron como fuente de conocimiento a
las sensaciones obtenidas a través de la percepción sensible.
La experiencia como punto de partida significó que el conocimiento solo podía poseerse a posteriori, no a priori,
y por eso vincularon la idea de experiencia a la experimentación, tal como hizo Bacon en el Novum organum.
Para los empiristas, lo único posible era la sensación como testimonio de una experiencia externa, a
excepción de Locke, quien creía que la reflexión era testimonio de una experiencia interna.
La realidad sensible puede ser percibida, es el origen de todas las ideas. Primero percibimos el mundo y luego lo
pensamos o imaginamos. No podemos imaginar algo sin antes haber percibido un material que alimente el acto de
imaginar. El ser humano aprende a través de sus sentidos.
El conocimiento es subjetivo. No existen ideas preconcebidas, sino que se nace con la mente “en blanco”. El
conocimiento se adquiere a partir de experiencias internas (pensamientos, emociones, etc.) y experiencias externas
(materiales y físicas).
El conocimiento empírico plantea una oposición al racionalismo. Al mismo tiempo, continúa y valora la crítica
nominalista comenzada en la Baja Edad Media (en cuanto al llamado “problema de los universales”).
John Locke (1632-1704). Fue un filósofo y médico inglés, padre además del Liberalismo Clásico. Su obra
se vio muy influenciada por los escritos de sir Francis Bacon. Su famoso Ensayo sobre el entendimiento
humano de 1689 fue una réplica a René Descartes, y proponía que la mente humana era una Tabula rasa,
sobre la que se imprime el conocimiento a posteriori mediante la experiencia.
David Hume (1711-1776). Fue un filósofo, economista e historiador escocés, y una de las figuras centrales
de la Ilustración escocesa y del pensamiento occidental. Defendió la tesis de que el conocimiento deriva de
la experiencia sensible. Son célebres sus ensayos Tratado de la naturaleza humana (1739) e Investigación
sobre el entendimiento humano (1748), en los que reduce todo conocimiento a “impresiones” o “ideas”, de
las cuales surgen dos tipos posibles de conocimiento: verdades de hecho y relación de ideas.
George Berkeley (1685-1753). Fue un obispo de Berkeley y filósofo irlandés, que propuso un idealismo
subjetivo o inmaterialista, cuyo postulado principal era que no existe la materia en sí sino su percepción. El
mundo existe únicamente mientras lo percibimos. Para explicar por qué el mundo no desaparece mientras
dormimos o cuando parpadeamos, propuso que Dios es el gran observador del universo, cuyo ojo constante
y universal garantiza que todo siga existiendo.
El empirismo abrió las puertas al ateísmo intelectual, y por otro lado, a partir de su oposición con el
racionalismo surgió el pensamiento kantiano. Este pensamiento intentó reconciliar sus posturas y
posteriormente jugó un rol decisivo en la cultura de Occidente.
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