Composición de La Piel

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Composición de la piel.

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Sirve muchas funciones


importantes, incluyendo

 Protección del cuerpo frente a los traumatismos

 Regulación de la temperatura corporal

 Mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico

 Sensación de estímulos dolorosos y agradables

 Interviene en la síntesis de vitamina D


La piel conserva las sustancias químicas y los nutrientes del cuerpo a
la vez que evita la penetración de sustancias peligrosas en el
organismo y actúa como escudo que lo protege de los rayos
ultravioletas emitidos por el sol. Además, el color, la textura y los
pliegues de la piel (ver Descripción de marcas y protuberancias
cutáneas, y de cambios de color) contribuyen a identificar las
características individuales. Cualquier alteración en el funcionamiento
o en el aspecto de la piel (ver Efectos del envejecimiento en la piel)
pueden tener consecuencias importantes en la salud física y mental.
Muchos de los problemas que se presentan en la piel se limitan a la
misma. Sin embargo, en algunos casos, la piel revela un trastorno
que afecta todo el cuerpo. En consecuencia, a menudo se considera
la posibilidad de diversas enfermedades al examinar problemas
cutáneos. Con frecuencia se realizan análisis de sangre u otras
pruebas de laboratorio para detectar una enfermedad interna en
casos de problemas cutáneos (ver Diagnóstico de trastornos
cutáneos).

Capas de la piel
La piel consta de tres capas:

 Epidermis

 Dermis

 Capa de grasa (también denominada capa subcutánea)

Cada capa cumple una tarea específica.


Las capas de la piel

La piel consta de tres capas. Debajo de la superficie de


la piel hay nervios, terminaciones nerviosas, glándulas,
folículos pilosos y vasos sanguíneos. El sudor está
producido por glándulas de la dermis y llega a la
superficie de la piel a través de unos conductos
diminutos.
Epidermis
La epidermis es la capa, relativamente fina y resistente, que constituye la
parte externa de la piel. La mayor parte de las células que forman la
epidermis son queratinocitos. Estos se originan en las células de la capa más
profunda de la epidermis, llamada capa basal. Lentamente, migran hacia la
superficie de la epidermis. Después de llegar a la superficie de la piel, los
queratinocitos se desprenden de forma gradual y son reemplazados por las
células jóvenes que son empujadas desde abajo.

La parte externa de la epidermis, conocida como la capa córnea (estrato


córneo), es relativamente impermeable y, si no está dañada, evita que las
bacterias, los virus y otras sustancias extrañas penetren en el organismo. La
epidermis (junto con otras capas de la piel) también protege los órganos
internos, los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos ante cualquier
posible traumatismo. En ciertas áreas del cuerpo que requieren mayor
protección, como las palmas de las manos y las plantas de los pies, la capa
córnea es mucho más gruesa.

Los melanocitos son células que se encuentran repartidas por toda la capa
basal de la epidermis y producen un pigmento llamado melanina, uno de los
principales causantes del color de la piel. Sin embargo, la función principal de
la melanina es la de filtrar la radiación ultravioleta del Sol ( ver Introducción a
la radiación solar y las lesiones de la piel), que daña el ADN y puede tener
numerosos efectos nocivos, incluso el cáncer de piel.
Melanocitos

Las células especializadas llamadas melanocitos producen el pigmento


melanina. Los melanocitos se originan en las células de la capa más profunda
de la epidermis, llamada capa basal.
La epidermis también contiene las células de Langerhans, que forman parte
del sistema inmunitario de la piel. Aunque estas células ayudan a detectar
sustancias extrañas y defienden al cuerpo frente a las infecciones, también
desempeñan un papel importante en la aparición de alergias en la piel.

Dermis
La siguiente capa de la piel, la dermis, es delgada y de un tejido fibroso y
elástico (compuesto en su mayor parte por colágeno, con un componente
pequeño aunque importante de elastina) que da a la piel su flexibilidad y
consistencia. La dermis contiene terminaciones nerviosas, glándulas
sudoríparas y glándulas sebáceas, folículos pilosos y vasos sanguíneos.

Las terminaciones nerviosas detectan el dolor, el tacto, la presión y la


temperatura. Algunas áreas de la piel contienen más terminaciones nerviosas
que otras. Por ejemplo, los dedos de los pies y de las manos contienen
muchos nervios, por lo que son extremadamente sensibles al tacto.
Las glándulas sudoríparas producen sudor en respuesta al calor y al estrés.
El sudor está compuesto por agua, sal y otras sustancias químicas. A medida
que se evapora de la piel, el cuerpo se refresca. Las glándulas sudoríparas
especializadas de las axilas y de la región genital (glándulas apocrinas
sudoríparas) segregan una sustancia espesa y aceitosa que produce un olor
corporal característico cuando las bacterias de la piel digieren el sudor en
esas zonas.
Las glándulas sebáceas producen sebo en los folículos pilosos. El sebo es
un aceite que mantiene la piel húmeda y suave y actúa como una barrera
contra las sustancias extrañas.
Los folículos pilosos producen los diferentes tipos de vello corporal. El vello
no solo contribuye al aspecto de una persona, sino que tiene una serie de
importantes funciones físicas, como regular la temperatura corporal, proteger
de posibles daños y acentuar las sensaciones. Además, parte del folículo
contiene células madre capaces de renovar la epidermis dañada.
Los vasos sanguíneos de la dermis nutren la piel y ayudan a regular la
temperatura corporal. El calor provoca la dilatación de los vasos sanguíneos,
lo que permite que grandes cantidades de sangre circulen cerca de la
superficie de la piel y liberen el calor. El frío causa que los vasos sanguíneos
se estrechen (contraigan) y conserven el calor del cuerpo.
El número de terminaciones nerviosas, glándulas sudoríparas, glándulas
sebáceas, folículos pilosos y vasos sanguíneos varía en las distintas partes
del cuerpo. La zona superior de la cabeza, por ejemplo, tiene gran cantidad
de folículos pilosos, mientras que las palmas de las manos y las plantas de
los pies carecen de ellos.

Capa de grasa
Debajo de la dermis se encuentra una capa de grasa que ayuda a aislar el
cuerpo del calor y del frío, proporciona un relleno protector y sirve para
almacenar energía. La grasa se almacena en células vivas, denominadas
células grasas, unidas entre sí por un tejido fibroso. El grosor de la capa de
grasa puede variar desde una fracción de centímetro en los párpados hasta
varios centímetros en el abdomen y en las nalgas.

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