Para Una Psicología de La Drogodependencias 3 DROGO
Para Una Psicología de La Drogodependencias 3 DROGO
Para Una Psicología de La Drogodependencias 3 DROGO
Introducción
Por otro lado, hoy también sabemos que centrar la explicación del problema de los
consumos problemáticos exclusivamente en los aspectos neurobiológicos sería más
que incorrecto, dado que hay factores antecedentes, concomitantes y consecuentes
al consumo o no consumo que son iguales o más importantes que los factores
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biológicos (Becoña Iglesias, 2011).
Cualquier esfuerzo por revisar las distintas teorías existentes para explicar la
experimentación con el uso de sustancias y si este uso lleva posteriormente a un
consumo regular y compulsivo llega invariablemente a la conclusión de que los sujetos
que llevan a cabo este tipo consumo problemático es una parte siempre menor a los
que no lo hacen, a pesar de que los prejuicios y mitos instalados intentan hacernos
pensar lo contrario (Becoña Iglesias & Cortés Tomás, 2016).
Aunque que nos falte aún mucho por conocer, hay evidencia suficiente para afirmar
que, además de este “modelo biologista”, dos modelos son totalmente deficientes
para explicaciones científicas de los procesos asociados a los consumos
problemáticos de sustancias.
Estos son: el modelo educacional -el cual explicaría el abuso como un producto de la
ausencia de información precisa y disuasoria- y el modelo de enfermedad, el cual
considera el abuso como una enfermedad irreversible y se exige la abstinencia total
para manejar la enfermedad (Becoña Iglesias & Cortés Tomás, 2008; Frances y
Paredes, 2014).
Es así que desde hace más de una década se platea una “centralidad psicológica”
de los abordajes posibles de los consumos problemáticos de sustancias. Pero
también, no se afirma que existe una única forma de entender los procesos y
determinantes de la conducta adictiva desde la psicología (Becoña Iglesias & Cortés
Tomás, 2008).
Lo que surge de manera clara es que los modelos explicativos de los procesos
psicológicos asociados a los consumos problemáticos de sustancias solo pueden ser
asumidos como estructuras multivariables y complejas. Esto es, modelos explicativos
que puedan integrar el análisis de múltiples variables al mismo tiempo. Este tipo de
mirada sólo puede ser desarrollada mediante métodos estadísticos que permitan
determinar la contribución de varios factores en un simple evento o resultado, como
lo hace el denominado Análisis Multivariante; según el cual los factores de estudio
son los llamados factores de riesgo, variables independientes o variables
explicativas (Alaminos et al. 2016).
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La construcción de un modelo explicativo de los procesos psicológicos asociados al
consumo problemático de drogas nos lleva invariablemente a las teorías del
aprendizaje. Estas explican la conducta de consumo como un fenómeno de
adquisición que sigue las leyes del condicionamiento clásico, operante y el
aprendizaje social. Una línea de trabajo colateral a las teorías centradas en el
aprendizaje nos lleva a apoyarnos en los aportes de Lazarus y Folkman sobre el
estrés y las estrategias de afrontamiento (Becoña Iglesias, 2007).
En los apartados siguientes vamos desarrollar cada uno de los aportes que pueden
hacerse a un modelo explicativo de los consumos problemáticos, tanto de las teorías
del aprendizaje como algunos desarrollos de la psicología cognitiva. Es seguro que el
recorrido no será todo lo exhaustivo y preciso que el estado actual del conocimiento
permite, pero sirve al objetivo de acercar al lector a una primera aproximación a las
teorías psicológicas de las drogodependencias y las adicciones.
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uno de los distintos paradigmas de aprendizaje desarrollados por la psicología. En
este apartado vamos a desarrollar una breve revisión de cómo se puede aportar a
la explicación de los consumos de drogas, partiendo de las leyes y principios que
rigen el condicionamiento clásico y operante.
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Carrobles, 1991). Uno de los ejemplos más conocidos es el proceso de
condicionamiento, que algunos autores (Graña, 1994; Becoña, 1995, Becoña Iglesias,
2002) denominan síndrome de abstinencia condicionada. Esto implica que los
episodios de abstinencia (respuesta incondicionada) se habrían apareado con
estímulos ambientales (estímulos condicionados.
De esta manera la presencia de estos estímulos (Un tema musical, frases, lugares,
imágenes) o el hecho de pensar en ellos puede provocar una respuesta condicionada
de abstinencia (Graña,1994). O bien el condicionamiento entre la administración de
la droga (EI) y determinadas claves ambientales (EC) puede desencadenar un
episodio de “craving”, con la consecuente y posible recaída (Graña y Carrobles, 1991).
El craving son los deseos irrefrenables para consumir, cambios en el estado de ánimo
y mayor angustia, que sólo puede ser aliviada por la utilización, nuevamente, de
alguna sustancia (Beck et al 1999). Dado que las respuestas condicionadas
compensatorias producen una mayor disposición a administrarse la droga, ello implica
que las mismas incrementan el deseo o craving (Becoña Iglesias, 2002).
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Otro fenómeno que se ha observado es el de las respuestas condicionadas similares;
esto es, se ha observado que algunos sujetos dependientes de la heroína manifiestan
efectos subjetivos y fisiológicos similares a los de la heroínacuando se inyectan en su
lugar una solución salina (O´Brien y Jaffe, 1993).
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El condicionamiento operante es un gran recurso teórico a la hora de explicar una
variedad de conductas y especialmente la de autoadministración de drogas.
Gran parte de las drogas pueden funcionar eficazmente como reforzadores positivos.
Distintos estudios, tanto en animales como en humanos, han demostrado como la
morfina es un reforzador positivo. En estos estudios se proporciona morfina a dosis
pequeñas, con lo que no hay dependencia física dado que no había síndrome de
abstinencia una vez retirada la misma (Graña y García, 1994).
De igual modo puede funcionar como un reforzador negativo. En este caso, al dejar
de consumir algunas sustancias, puede aparecer de forma impredecible el síndrome
de abstinencia, que se puede evitar volviendo de nuevo a consumir. Portanto, esta
conducta (consumo) es reforzada negativamente e incrementa su probabilidad de
ocurrencia, al eliminar el estado aversivo generado por el síndrome de abstinencia
(Becoña Iglesias, 2002).
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En los últimos años, de igual modo que ha ocurrido con el condicionamiento clásico,
en el condicionamiento operante se considera que los factores cognitivospueden jugar
un importante papel en el mismo.
Uno de los modelos explicativos más usados actualmente para explicar elconsumo de
drogas es la teoría del aprendizaje social (Bandura, 1982).
La teoría del aprendizaje social fue propuesta por Bandura (1982), haciendo la gran
aportación de incluir el aprendizaje social, vicario o de modelos, junto a latécnica del
modelado, que como elemento práctico permite explicar y cambiar cierto tipo de
conductas.
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Posteriormente, el propio Bandura ha re designado a la teoría del aprendizaje social
bajo el nombre de Teoría Cognitiva Social (Bandura et al, 2009), donde un elemento
crucial es el concepto de autoeficacia, como elemento cognitivo central para poder
explicar la conducta, aunque sin dejar de considerar al tiempo las otrasvariables ya
indicadas (Becoña Iglesias, 2002). Vamos a exponer brevemente los principios que
subyacen a la teoría del aprendizaje social y a la teoría cognitiva social.
La teoría del aprendizaje social fue una verdadera bisagra entre los principios del
condicionamiento clásico y condicionamiento operante para explicar el
comportamiento humano (aprendizaje, mantenimiento y abandono de una conducta)
y las corrientes psicológicas actuales donde se enfatiza fundamentalmente el papel
de la cognición (creencias, actitudes, pensamientos, atribuciones, etc.) (Becoña
Iglesias 2002). En un apartado posterior desarrollaremos los aspectos cognitivos del
consumo de sustancias.
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3) Los procesos cognitivos mediacionales, que regularían la influencia del medio,
determinando los estímulos a los que se prestará atención, la percepción de los
mismos y la propia influencia que éstos ejercerán sobre la conducta futura.
Este tercer proceso que Bandura introduce es el del aprendizaje vicario (Bandura,
1982). El aprendizaje vicario, observacional o mediante modelos es un tipo de
aprendizaje que se define como “proceso de aprendizaje por observación en el que la
conducta de un individuo o grupo –el modelo- actúa como estímulo de pensamientos,
actitudes o conductas similares por parte de otro individuo que observa la actuación
del modelo” (Bandura, 1982). La condición para que se origine el aprendizaje por
observación es que se produzca la adquisición de esa conducta simbólica. Esto se
produce si se presta atención y se tiene capacidad de retener dicha información.
Posteriormete se produce la ejecución si la persona realiza realmente dicha conducta
en el proceso denominado de reproducción motora.
Bandura (1982), tomando como punto de partida el aprendizaje vicario propuso las
técnicas de modelado para adquirir y eliminar conductas, mediante el aprendizaje de
modelos. Este tipo de aprendizaje se puede realizar mediante modelos reales o
simbólicos (películas).
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claramente una concepción de interacción basada en una reciprocidad tríadica. Su
modelo de determinismo recíproco entre la conducta, los factores cognitivos y otros
personales, y las influencias ambientales, señalan que éstos operan de modo
interactivo como determinantes de cada una de las otras.
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4) Capacidad autorreguladora. Una parte importante de la conducta de la gente está
motivada y regulada por patrones internos y reacciones autoevaluativas de sus propias
acciones.
5) Capacidad autorreflexiva. Una característica que distingue a los sujetos humanos
es su capacidad para la auto-conciencia reflexiva. Esto permite a lapersona analizar
sus experiencias y pensar sobre sus propios procesos de pensamiento
(metacognición).
6) La naturaleza de la naturaleza humana. Desde la perspectiva cognitiva social, la
naturaleza humana se caracteriza por una vasta potencialidad, que puede estar
formada por experiencia directa y observacional dentro de una variedad de formas
dentro de los límites biológicos. Una de las señales más importantes que distinguen
a los sujetos humanos es su plasticidad. Esto es la capacidad de cambio y
modificación de su conducta.
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Este mecanismo cognitivo común sería la autoeficacia. Dentro este mecanismo
Bandura (1986) distingue dos tipos de expectativas: las expectativas de resultadoy las
expectativas de eficacia. La expectativa de resultado atañe a la percepción personal
de que una conducta dada conducirá a ciertos resultados. Una expectativa de eficacia
-también denominada autoeficacia- es la convicción personal que tiene el sujeto de
que puede ejecutar exitosamente la conducta requerida para producir un resultado.
Los determinantes principales del consumo son los significados funcionales unidosa
la conducta de consumo, por ejemplo, para aliviar el estrés que excede su capacidad
de afrontamiento; en combinación con la eficacia esperada de
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conductas alternativas. Los hábitos de consumo se desarrollan, en el sentido de que
cada episodio de consumo puede exacerbar posteriormente la formación delhábito
por el incremento del estrés y por limitar las opciones de conducta alternativas
(Becoña Iglesias, 2002)
En una de las conductas donde más desarrollo ha encontrado esta teoría ha sidoen
el uso y abuso del alcohol, tanto para su explicación como para el tratamiento de las
personas con dependencia del alcohol. El modelo aquí expuesto es también aplicable
al resto de las conductas de consumo problemático, tanto para su adquisición como
para su mantenimiento, abandono y recaída (Becoña Iglesias, 2002).
Se asume que toda conducta de beber, desde la abstinencia, el beber social normal
y el abuso del alcohol, se basan en principios similares de aprendizaje, cognición y
reforzamiento (Becoña Igesias, 2002, Bandura 2009).
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varían a lo largo del tiempo e igualmente varía su influencia de individuo a otro
(Abrams y Niaura, 1987).
La noción central de la teoría del aprendizaje social es que el uso responsable del
alcohol depende de la autorregulación cognitiva en un mundo estresante.
En el inicio del uso del alcohol hay tres tipos de influencias directas importantes: la
influencia de la familia y de los iguales; la influencia de modelos; y el desarrollo de
experiencias relacionadas con el alcohol.
En un segundo momento son el grupo de iguales los que van a tener más importancia
que la familia en el proceso de socialización y de aprendizaje de las normas sociales.
Ambos, la familia y el grupo de iguales, van creando en el niño o adolescente actitudes,
costumbres, ideas y valores hacia el alcohol que lo van a marcar de modo importante
para su futuro consumo de alcohol (Becoña Iglesias, 2002).
La influencia de los modelos tiene gran relevancia en nuestra sociedad, ya que los
medios de comunicación de masas sugieren modelos aceptables o inaceptables. En
los medios de comunicación las imágenes relacionadas con el alcohol y su consumo
sugieren que éste permite interaccionar mejor con los pares, reduce el estrés social,
permite un estado de bienestar físico y psicológico, facilita superar las crisis, garantiza
la diversión, etc.
Finalmente, los sujetos aprenden cómo actuar con el alcohol, junto a los factores
anteriores, mediante sus experiencias directas con el alcohol. Es evidente que la
influencia directa con el alcohol no siempre tiene que ser el factor más importante
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acerca del futuro uso y abuso del alcohol. Más bien son los factores previos los que
van a incidir de modo muy importante en la experiencia directa con el alcohol. Los
factores previos crean expectativas acerca del alcohol que se van a cotejar con la
situación real de bebida. Las primeras expectativas sobre el alcohol, formadas en el
medio familiar y en el grupo de iguales, y luego reforzadas por los medios de
comunicación de masas, va a incidir de modo directo con la experiencia con el alcohol
(Abrams y Niaura, 1987; Becoña Iglesias, 2002).
El déficit en habilidades sociales para afrontar las situaciones cotidianas que se nos
van presentando es el factor que explica que en un momento determinado se
desarrolle el abuso del alcohol. Una habilidad social adecuada posibilita descender el
nivel de ansiedad que puede estar presente en situaciones interpersonales y sociales
(Becoña Iglesias, 2002; Bandura, 1982).
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autoeficacia y de resultado que tiene la persona en el contexto situacional en quese
encuentra.
Las formas en que los individuos intentan dar respuesta al estrés y la adversidad ha
sido uno de los temas centrales de la Psicología. En sus inicios, dentro de la
orientación psicoanalítica, recibieron el nombre de mecanismos de defensa. En los
años sesenta se empieza a utilizar el término afrontamiento para referirse a los
mecanismos de defensa maduros que favorecen la adaptación del individuo.
El estrés es una condición psicológica que está vinculada al proceso adictivo en todas
sus fases. El afrontamiento del estrés es el conjunto de pensamientos y conductas
usadas para manejar demandas internas y externas en situaciones que son valoradas
como estresantes. Determinadas formas de afrontamiento, como la evitación, están
vinculadas a las conductas adictivas, además de a muchos otros trastornos
psicopatológicos.
El estrés de la vida sería un factor de riesgo para el uso de sustancias por parte de los
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adolescentes. Cuando éstos tienen un alto malestar emocional o tienen una baja
percepción de control sobre la situación se incrementaría la probabilidad de consumir
sustancias (Wills, 1986). Conforme se mantiene el estrés se incrementa más el
consumo. La respuesta de afrontamiento ante ello puede ser un factor de riesgo o
protección (Wills y Hirky, 1996). Los mecanismos de adaptación serían tanto
conductuales como cognitivos.
Al analizar las motivaciones que empujan a los jóvenes a consumir drogas se centran
en tres: regular los estados emocionales desagradables, olvidarse de losproblemas
que les preocupan y buscar soluciones mágicas a sus problemas.
Consideran que esos motivos coinciden básicamente con las metas perseguidas con
el empleo de estrategias de afrontamiento de evitación (Becoña Iglesias, 2002).
De esta forma plantean que el consumo de drogas puede ser visto como una conducta
de evitación más de entre las posibles alternativas disponibles.
Conforme vaya utilizando las drogas como una estrategia de afrontamiento, másdifícil
le va resultar buscar estrategias de afrontamiento alternativas en donde no esté
presente el alcohol (Wills y Hirky, 1996).
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Los aspectos cognitivos de la conducta de consumo de sustancias
El principal antecedente histórico de lo que conocemos como Psicología Cognitiva
que se suele citar es el de Epícteto quien, en el Enchiridion, en el Siglo I, dice: “No
son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos de las
cosas”. En esta frase se pone de manifiesto uno de los preceptos básicos de la
Psicología cognitiva, lo importante no es lo que pasó, sino la significación que se le
da a eso que pasó, el sentido o la atribución de significación, en síntesis, la
construcción particular de la realidad (Camacho, 2003).
Lo que conocemos como Psicoterapia Cognitiva surgió, principalmente a partir de
dos hechos:
a- El Simposio de Hixson y el surgimiento de las Ciencias Cognitivas: en este
famoso Simposio, celebrado en 1948 en EEUU, se sientan las bases de un nuevo
paradigma que centra su atención en el procesamiento de la información.
b- Los escasos resultados terapéuticos que obtenían las psicoterapias
hegemónicas, tanto el psicoanálisis como el conductismo, particularmente en los
trastornos depresivos (Camacho, 2003).
En este apartado revisaremos brevemente algunos conceptos básicos de la
Psicología Cognitiva con el fin de desarrollar posteriormente los modelos teóricos
explicativo de las conductas adictivas.
Estructuras, procesos y resultados cognitivos
Las estructuras cognitivas pueden relacionarse con los esquemas, los procesos
cognitivos con la atribución de sentido que se da a partir de los esquemas. Los
resultados cognitivos se relacionan con las creencias, que son el resultado del
proceso que se da entre los esquemas y la realidad, dichas creencias a su vez
influyen en el mismo proceso.
Esquemas
El concepto de esquema es clave para todas las líneas cognitivas, fue utilizado
originalmente por Barlett (1932) para referirse a procesos relacionados con la
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memoria, también fue mencionado posteriormente por Piaget (1951), también
Neisser (1967) lo definió como la estructura responsable de los mecanismos que
guían la atención selectiva y la percepción; luego fue reformulado y ampliamente
utilizado por Beck (1979).
Para Beck, los esquemas son patrones cognitivos relativamente estables que
constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones de la realidad. Las
personas utilizan sus esquemas para localizar, codificar, diferenciar y atribuir
significaciones a los datos del mundo. Los esquemas también fueron definidos como
estructuras más o menos estables que seleccionan y sintetizan los datos que
ingresan.
Creencias
Las creencias son los contenidos de los esquemas, las creencias son el resultado
directo de la relación entre la realidad y nuestros esquemas. Podemos definir a las
creencias como todo aquello en lo que uno cree, son como mapas internos que nos
permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la experiencia
(Beck, 1979).
Pensamientos automáticos
En general se dice que el pensamiento se relaciona con el fluir de la conciencia yque
tiene tres elementos:
□ La direccionalidad: hacia donde está dirigido dicho pensamiento.
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□ El curso: o la velocidad del pensamiento.
□ El contenido: es lo que se piensa concretamente.
En el caso de los pensamientos automáticos, estos se definen por su carácter
impuesto, son pensamientos que aparecen en el fluir del pensamiento normal y
condicionan su dirección o curso; se les atribuye una certeza absoluta, por eso noson
cuestionados y condicionan la conducta y el afecto. En general son breves,
telegramáticos, pueden ser verbales o aparecer en forma de imágenes, a la persona
se le imponen, por eso son automáticos. Son la parte más superficial de los procesos
cognitivos (Camacho, 2003).
Por otro lado, se puede mencionar que Ellis y Dryden (1989) consideran a las
creencias como evaluaciones que se sitúan entre medio de un acontecimiento,
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suceso activador, y las reacciones ante éste; teniendo en cuenta que éstas reacciones
pueden ser emotivas, cognitivas o conductuales. Califica a las creencias en
racionales, las cuales son preferenciales, ayudan a la supervivencia y conducen a
emociones constructivas, y en irracionales, las cuales se caracterizan por su rigidez y
total intolerancia a la frustración, son órdenes o mandatos; conducen a emociones
inadecuadas como la ansiedad y no ayudan a lograr los objetivos de la persona.
Beck (1999) afirma que las creencias disfuncionales juegan un papel importante en la
formación de las expectativas que moldean los impulsos. Por ejemplo, una persona
con un problema serio de consumo de alcohol tiene las siguientes creencias: “Si soy
divertido y sociable tendré más amigos” y “Si consumo alcohol seré más divertido”.
Esta persona convierte estas creencias en una expectativa específica de conseguir
más amigos, cuando aparece una situación en la que puede ser más sociable. La
expectativa de éxito se acentúa por su creencia en el efecto de desinhibición que
produce el consumo de alcohol.
Camacho (2003), define las creencias como los contenidos de los esquemas. Las
creencias se refieren a todo aquello en lo que uno cree, son como mapas internos que
nos permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la
experiencia.
Pérez (2005) afirma, por ejemplo, que la cultura universitaria provee a los jóvenes una
serie de afirmaciones positivas acerca del consumo de alcohol y de sus efectos, que
son incorporadas como creencias dentro de los esquemas cognitivos
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de los jóvenes regulando el comportamiento sobre el consumo. Afirmando también
que las creencias hacia el consumo son positivas o negativas dependiendo de lo
deseable que sean los efectos para el individuo.
Diversos estudios (Londoño Pérez, García Hernández, Valencia Lara & Vinaccia Alpi,
2005; Martínez González & Verdejo García, 2012; Cassola, Pilatti, Alderete y Godoy
2005) han identificado que la existencia de expectativas negativas guarda una
relación estrecha con el bajo consumo de alcohol, no siendo así para las expectativas
positivas que incrementan la probabilidad de que los jóvenes aumenten el consumo.
A esto podemos agregar que es a partir de las creencias globales hacia el consumo
que se genera la actitud hacia la conducta de consumiro no determinada sustancia.
En una investigación realizada en España por Gómez et. al (2012) sobre la evaluación
de los determinantes cognitivos, las creencias, asociados al consumo intensivo de
alcohol, llegan a la conclusión de que la práctica de estos jóvenes está relacionada
con la mejora sociabilidad, es decir que creen que el consumir alcohol de manera
intensiva aumenta su capacidad de relacionarse con los demás, esta práctica también
se encuentra relacionada con el conseguir un estadode ánimo positivo e incrementar
el nivel de autoconfianza.
En la terapia cognitiva se suele plantear que las creencias tienen una influencia
enorme en los sentimientos y en las conductas de las personas. Por ejemplo, los
pacientes deprimidos tienen puntos de vista negativos y globales acerca de sí
mismos, el mundo y el futuro. Estas creencias influyen en sus sentimientos de
desesperación, culpa y tristeza (Beck & Wright, 1979).
Creencias adictivas
Tal como venimos afirmando, los factores psicológicos y sociales serian factores
determinantes, antes que las propiedades farmacológicas de la sustancia a la hora de
consumir y convertir a un consumidor en una persona que abusa de las drogas y
alcohol (Beck, 1999, Gómez et all 2012).
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Una persona que es consumidor de cualquier sustancia psicoactiva posee ciertos
pensamientos asociados al consumo y/o abuso de drogas, y que pueden, o no, ser
conscientes de estos. A estos pensamientos se los conoce con el nombre de
creencias adictivas, Beck (1999) las define como un conjunto de ideas centradas
alrededor de la búsqueda de placer, resolución de problemas, alivio y escape.
Entre las ideas disfuncionales que conforman estas creencias adictivas se
encuentran: la creencia que uno necesita la sustancia si tiene que mantener el
equilibrio emocional y psicológico; la idea de que la sustancia mejorará el
funcionamiento intelectual y social; la expectativa de que se encontrará placer y
excitación utilizando alguna sustancia; la idea de que dará más fuerza, energía y
poder; la creencia de que calmará el dolor; el supuesto que aliviará el aburrimiento, la
ansiedad, la tensión; y la certeza de que al menos que se haga algo para satisfacer
el craving, éste continuará eternamente y con toda seguridadempeorará.
Ante este deseo por consumir las personas se ven impulsadas a ceder debido a que
sus creencias se centran en la anticipación del estado de privación: “no puedo ser feliz
a menos que consuma”, “perderé a mis amigos”, o “seré infeliz”. Al mismotiempo
también desarrollan creencias en torno a la capacidad de controlar el craving, éstas
son de indefensión, tales como: “incluso si fuera capaz de parar, no haría más que
empezar de nuevo”, o “el craving es demasiado fuerte”. Estas creencias terminan
siendo profecías autocumplidas y confirman su indefensión para superar su adicción
(Beck & Wright, 1979).
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El origen de estas creencias adictivas radica en la combinación de las creencias
nucleares, las cuales fueron desarrolladas anteriormente. Martínez González y
Verdejo García (2011) sostienen que las creencias adictivas pueden permanecer
inactivas y se estimulan ante la presencia de algún estímulo condicionado con la
sustancia, y tan pronto como se activan estas creencias la persona empieza a
experimentar una exacerbación del craving.
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2) Creencias de alivio: la persona comienza a confiar en el hecho de que consumir
una determinada sustancia va a contrarrestar sus sentimientos de angustia, por
ejemplo: “Necesito consumir para funcionar”, o “Me sentiré de mejoránimo si consumo
alcohol con mis amigos”. Éstas remiten a la convicción de que consumir alguna
sustancia psicoactiva, mitigará un malestar determinado (Beck &Wrigth, 1979).
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Teoría de la Conducta Planificada
Cuando intentamos poder analizar los aspectos cognitivos que rodean a la conducta
del consumo de drogas, basándose para esto en marcos teóricos psicológicos
fuertemente estudiados e investigados, se destaca la Teoría de la Conducta
Planificada de Icek Ajzen (1985)
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Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1980; Fishbein y Ajzen, 1975).
Aunque las Actitudes y la Norma Subjetiva son componentes integrales de esta teoría,
ninguna de las dos se conceptualiza como una influencia directa en la conducta. Por
su parte, este modelo considera que el determinante directo del comportamiento es
la Intención conductual de realizar o no una conducta; y esta Intención conductual
depende, a su vez, de la Actitud y la Norma Subjetiva. Así, dentro de este modelo, las
Intenciones median en la relación entre las Actitudes, laNorma subjetiva y la conducta.
Esta teoría ha recibido una serie de críticas. La crítica más importante de las
realizadas a esta teoría, ha sido la de que sólo pretende ser aplicada a la predicción
de la conducta cuya realización se encuentra bajo un completo control del sujeto que
la desea realizar (Ajzen y Madden, 1986).
Este modelo teórico planteado por Izek Ajzen (1985, 1988, 1991, 2005) surgió apartir
de la base de la Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1973, 1980; Fishbein
y Ajzen, 1975) como un intento de explicar determinadas conductas sobre las que el
sujeto tiene (o cree tener) poco control.
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La Teoría de la Conducta Planificada (TCP) (Ajzen, 1985, 1988, 1991, 2005) se
fundamenta en los trabajos de Fishbein en tres aspectos: por una parte los procesos
psicológicos mediante los cuales las actitudes producen la conducta; en segundo
lugar en el marco de trabajo de expectativa-valor para explicar la relaciónentre las
creencias y las actitudes; y por último, en su propuesta de interponer entre las
actitudes y la conducta una nueva variable, la Intención conductual.
Ajzen, entre otros, señalaron que la teoría resultaba insuficiente a la hora de explicar
determinadas conductas, en las que el control parecía determinante. Poreste motivo,
se incluyó un nuevo constructo, el concepto de Control Conductual Percibido,
configurándose de este modo la Teoría de la Conducta Planificada (Ajzen, 1985,
1988, 1991, 2001).
El propio Ajzen (1991) señala que esta segunda formulación, más completa,
proporciona un marco conceptual más útil para hacer frente a las complejidades del
comportamiento social humano. Además, esta teoría también resulta importante ya
que incluye o incorpora algunos de los conceptos centrales de las ciencias sociales y
del comportamiento, consiguiendo definir estos conceptos de un modo que permite
no solo la predicción, sino también la comprensión de las conductas particulares en
contextos específicos. Este conocimiento resulta crucial si se desea intervenir o influir
sobre estas conductas específicas.
Según las premisas de este marco teórico, para predecir (y comprender) si una
persona tiene intención de hacer algo, es necesario conocer:
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- Si la persona está a favor de hacerlo (actitud),
- Cuánta presión social siente la persona para hacerlo (norma subjetiva),
- Si la persona siente que tiene control sobre la acción en cuestión (percepción de
control de la conducta).
El conocimiento de estos tres predictores se puede utilizar para aumentar la
probabilidad de que la persona intentase llevar a cabo la acción analizada y, por tanto,
aumentar las posibilidades de que la persona realmente lo haga. Por el contrario
también puede servir para disminuir esa intención de poner en marcha la acción y por
ello disminuir la probabilidad de que realmente se lleve a cabo (Ajzen,2005).
Este es uno de los modelos más ampliamente utilizados para dar respuestas a los
estudios de las conductas adictivas en general, planteando que los componentes
cognitivo-motivacionales determinan la conducta, y explica cómo se relacionan entre
si tales componentes.
Según esta teoría la acción humana es conducida por tres clases deconsideraciones:
1) Creencias conductuales, referidas a las consecuencias probables del
comportamiento, producen una actitud favorable o desfavorable sobre el
comportamiento.
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Teoría de la Conducta Planificada (Ajzen, 1985, 1988, 1991, 2001).
35
una disposición aprendida a responder de manera consistente favorable o
desfavorablemente, con respecto a un objeto dado.
Las Normas Subjetivas reflejan las creencias personales sobre lo que los otros
significativos piensan acerca de si la persona debería o no llevar a cabo la conducta.
Los otros significativos son sujetos o grupos cuyas opiniones sobre la conducta de la
persona en ese dominio son importantes para él o para ella. En este sentido, las
Normas Subjetivas medirían la presión social que los individuos perciben en relación
con llevar o no llevar a cabo la conducta en función de las opiniones de los referentes
importantes (Conner y Sparks, 2005).
En una investigación realizada por Gómez et al (2012) afirman que desde el marco
teórico de I. Ajzen es posible indagar aspectos cognitivos tales como las expectativas
que se tienen relacionadas al consumo intensivo de alcohol; lo que el individuo cree
que piensa la gente respecto a este comportamiento de consumo intensivo; la
creencia del individuo acerca del control que tiene sobre el consumo, etc. A partir de
esto se puede inferir que se trata de una teoría que predice el comportamiento, ya
que la misma plantea que la conducta puede ser planificada.
Es pertinente destacar que aquellas características que poseen las personas que
abusan de determinadas sustancias, podrían existir antes de empezar a consumir, y
por lo tanto se las podría considerar como factores que predisponen al consumo. Estas
características, según Beck (1999) se centran alrededor de la sensibilidad general
hacia sus sentimientos y emociones desagradables; poco entusiasmo para controlar
su conducta y, por lo tanto, la satisfacción de consumir se valora más que el control;
técnicas inadecuadas para controlar tanto la conducta como elafrontamiento de los
conflictos; poca tolerancia a la frustración (esta baja tolerancia en el fondo existe una
gama compleja de creencias y distorsiones
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cognitivas); y una relativa disminución de las perspectivas futuras, es decir, que la
atención de la persona se centra en los estados del aquí y ahora, craving e impulsos,
y en las acciones que ayuden a aliviarlas o satisfacerlas. Quizás de más este aclarar,
que la persona no dedica ningún recurso atencional a preocuparse de las posibles
consecuencias de estas acciones, sólo desea aliviar el craving.
La poca tolerancia ante la frustración parece ser un precursor importante del consumo
de drogas. Específicamente, una serie de actitudes disfuncionales que magnifican las
fuentes diarias más frecuentes de frustración llevan a estar demasiado disgustado e
irritado. Entre los componentes de este complejo de creencias están actitudes como:
“las cosas siempre me deberían ir bastante bien”o “no deberían ir mal”; “no puedo
soportar estar frustrado”; “otras personas son culpables de que este frustrado y
deberían estar castigadas” (Beck & Wright, 1993).
38
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