Tipos de Cuentos
Tipos de Cuentos
Tipos de Cuentos
Cuentos maravillosos
Otro de los aspectos esenciales es que se refieren a hechos que están fuera de las
leyes lógicas de la realidad, por lo que suceden actos prodigiosos y
existen seres mágicos como hadas, duendes, brujas y ogros, entre otros. Lo
interesante es que en ningún momento se ponen en cuestión estas
circunstancias, pues se aceptan como parte de ese mundo.
Asimismo, son historias atemporales, en las que no puede rastrearse una época o
lugar. En general, funcionan bajo la fórmula "érase una vez en un reino muy
lejano", sin jamás dar pistas claras.
2. Cuentos realistas
Aunque parece ser el tipo más común, el realismo literario surgió recién en Francia
en el siglo XIX. Fueron escritores como Stendhal, Balzac y Flaubert quienes
definieron las pautas, privilegiando la descripción fidedigna de su tiempo. De esta
manera, el objetivo principal era reflejar la realidad social.
Así, los cuentos realistas se enfocan en retratar el mundo tal como es, mostrando
el contexto político-social y haciendo una fuerte crítica al sistema. Por ello,
buscan reflejar la interioridad de los personajes y mostrar un abanico de
individuos que sean capaces de representar los diferentes estratos sociales y de
personalidades.
Se trata de un llamado al lector, para que sea capaz de verse reflejado en aquella
construcción y pueda reflexionar sobre los cambios sociales - y personales - que se
necesitan.
3. Cuentos fantásticos
Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las
leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural.
Por ello, se trata de historias que hacen dudar al protagonista y al lector sobre
la veracidad de lo que se está contando. No sé sabe con certeza si es un sueño,
una alucinación o es parte de una realidad que se desconoce. Es esta vacilación la
que genera el efecto de lo fantástico.
4. Cuentos de terror
Son historias cuyo principal objetivo es provocar miedo en el lector. Para ello, los
escritores se valen de varios artilugios como la creación de una atmósfera
inquietante, el uso de personajes extraños y elementos sobrenaturales.
De este modo, afirmó que los grandes miedos de la humanidad tienen que ver con
aquello que se desconoce. Si bien, durante mucho tiempo, se explotó la idea de
criaturas fantásticas, con los años fue apareciendo el terror psicológico.
A partir del siglo XX, se puede encontrar una mezcla de ambas maneras de
comprender el horror. Ya sea la forma más clásica en que algún monstruo persigue
al protagonista o el acercamiento a una mente perturbada como en el caso de
algún psicópata. Lo interesante es el valor de símbolo que tiene el género, ya
que cual sea la amenaza, viene a criticar un aspecto de la sociedad.
Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la
superficie, la entidad surgió a la vista sobre las aguas oscuras. Inmenso,
repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un
monstruo formidable y pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y
escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos
acompasados. Creo que enloquecí entonces.
La nave vino del espacio. Vino de las estrellas, y las velocidades negras, y los
movimientos brillantes, y los silenciosos abismos del espacio. Era una nave nueva,
con fuego en las entrañas y hombres en las celdas de metal, y se movía en un
silencio limpio, vehemente y cálido. Llevaba diecisiete hombres, incluyendo un
capitán. En la pista de Ohio la muchedumbre había gritado agitando las manos a la
luz del sol, y el cohete había florecido en ardientes capullos de color y había
escapado alejándose en el espacio ¡en el tercer viaje a Marte!
6. Cuentos policiales
El padre del cuento policial es el escritor norteamericano Edgar Allan Poe. En 1841
publicó Los crímenes de la calle Morgue, el primer cuento del género. La premisa es
sencilla: un crimen que parece imposible de resolver y un hombre de mente
privilegiada que es capaz de descifrarlo.
La base del género tiene que ver con el prototipo de deducción, se trata de
situarse en la “mente” del perpetrador. De esta manera, son relatos de raciocinio
en los que impera la restauración de la ley y el orden. Por ello, resulta clave
la figura del detective. Es él quien resuelve lo que parecía inexplicable y
demuestra que el mundo es un lugar inteligible.
Gracias a esta invención de Poe, con los años fueron surgiendo grandes referentes
como Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle o Hércules Poirot de Agatha
Christie. En todos estos retratos, el interés reside más en el personaje que en el
crimen por sí mismo. Lo que más se destaca son sus métodos de detección y
análisis.
Teniendo, pues, presentes los puntos sobre los cuales he llamado su atención -la
voz singular, la insólita agilidad y la sorprendente falta de móvil en un asesinato tan
atroz como éste-, echemos una ojeada a la carnicería en sí. Estamos ante una mujer
estrangulada por la presión de unas manos e introducida en el cañón de la
chimenea con la cabeza hacia abajo. Los asesinos ordinarios no emplean
semejantes métodos. Y mucho menos esconden al asesinado en esa forma. En el
hecho de introducir el cadáver en la chimenea admitirá usted que hay algo
excesivamente inmoderado, algo por completo inconciliable con nuestras nociones
sobre los actos humanos, incluso si suponemos que su autor es el más depravado
de los hombres.
7. Cuentos satíricos
De esta forma, los escritores que fomentan este estilo, destacan la falta de sentido
y el carácter irracional de la vida. En sus textos, apelan a componentes que no
tienen coherencia dentro de un contexto con previsibilidad lógica para así
lograr humor.
Dentro de los relatos también resultan muy importantes los personajes, pues
funcionan como metáforas y símbolos para la exploración de la existencia
humana.
8. Microcuentos
6. Cuento fantástico
Son relatos en los que hay un evento que rompe con las leyes causales de la
realidad del cuento. Este evento es percibido por los personajes como
inexplicable y, por eso, no se lo intenta explicar con un razonamiento lógico.
Por ejemplo: “El brujo postergado” de Jorge Luis Borges.