Alfa No Soy Tuya Iraide Walsh
Alfa No Soy Tuya Iraide Walsh
Alfa No Soy Tuya Iraide Walsh
IRAIDE WALSH
Copyright © 2022 Iraide Walsh
Todos los derechos reservados.
ISBN:
ÍNDICE:
ADARA
–No quiero ir. –Tres palabras que mi madre no pareció querer oír ninguna de
–Es que yo, allí, no pinto nada. –expliqué bastante frustrada con la situación.
Era cierto que ella tampoco había hecho las leyes pero la que más sufría con
esa regla era yo. Tenía que dejar mi vida en la ciudad, con los humanos, para
ir a comprobar si a los hombres lobo les parecía bien reconocerme como
parte de la manada.
Sí, al fallecer mi padre, mi madre sufría lo suficiente como para coger sus
cosas, embarazada de mí, y hacer a mi hermano mayor, con sus ciento y pico
de años pero con apariencia y actitud de un chico de treinta, seguirla a vivir
con gente que no podía conocer la existencia de nuestra raza.
– ¿Cuántos días son “poco tiempo”? –pregunté dejando que el aire contenido
saliese por mi boca.
No tenía más remedio que ir sino quería que el alfa se ofendiese y nos
echase a todos de su manada. Desde mi punto de vista, podíamos haber
hecho una videollamada y listo, pero por el horror del rostro de mi madre
cuando se lo había sugerido, no era viable.
“Al llegar allí tienes que ser amigable, todo el mundo lo será contigo de
todas formas.”
“Cuando conozcas a alfa, sé más respetuosa de lo que lo eres en tu vida
normal. Tiene trescientos años.”
Desde mi punto de vista, si tanto le importaba lo que los que íbamos a ver
pensasen, no deberíamos haber estado veinticinco años fuera.
Supe que había llegado al lugar correcto cuando mis sentidos empezaron a
notar a otros hombres lobo por el territorio. No me paré y seguí andando.
¿Dónde se suponía que estaba mi casa? Mi madre me había dicho que aunque
hiciese mucho tiempo, la casa que era de ellos, seguiría intacta. Qué
civilizados para ser animales.
Genial. Terry podía haber tenido el detalle de llevarme con él para que no
anduviese como una perdida de un lado a otro.
– ¡Pero ten cuidado, hombre! –grité comprobando con mis dedos que no me
había roto nada en la nariz.
–Adara. –dijo Terry que, por lo visto, estaba con él. Sus ojos evidenciaban
que quería que me callase.
– ¿Qué? ¡No he dicho nada! –grité. –Es él quien por poco me derriba. –acusé
señalando al susodicho.
El tío medía prácticamente dos metros por lo que incluso con mi metro
setenta y cinco, parecía pequeña a su lado. Tenía los ojos verdes clavados
en mí y enarcaba una ceja.
–No puedes hablarle así. –regañó mi hermano tirándome un poco del brazo.
Terry se llevó una mano a la cabeza como si no se creyese que hubiese dicho
eso. ¿Qué le pasaba? Yo siempre le hablaba así cuando consideraba que
estaba siendo injusto.
– ¿Y por ser el alfa no tiene que disculparse por ser un cafre que no sabe por
dónde camina? –cuestioné haciendo gestos para evidenciar que llevaba
razón.
–Así que esta es tu hermana… –murmuró el tal Asher sin quitar su mirada de
mí.
–Por desgracia para ambos. –recalqué.
El aludido esbozó una media sonrisa que consiguió que mi cuerpo, por algún
motivo, sintiese electricidad corriendo por la espina dorsal.
Salí echa una furia hacia la dichosa casa. Los días allí iban a ser muy largos
por lo visto si todo el mundo era así.
– ¿Y tú eres? –pregunté.
Tampoco veía qué mal me podía hacer tener una amiga para los días que
íbamos a pasar por aquellos desagradables lares que otros llamaban hogar.
CAPÍTULO 2
ADARA
Había una especie de taberna dentro de aquel territorio que, por lo poco que
me había contado mi nueva amiga Katia, a la que todo el mundo miraba con
cierto respeto, era como un pub en el mundillo humano.
–Hasta que mi madre esté tranquila porque el alfa haya dado el visto bueno a
que yo exista. ¿Sabes? Me parece una cosa sin sentido. –respondí
encogiéndome de hombros.
Sin necesidad de girarme supe que se trataba de Asher pero, eso, lejos de
conseguir que quisiese que me tragase la tierra, me alentó a darme la vuelta
– ¿Qué quieres que te diga? Alguien que te odie tanto como yo cuando te
pones en esa actitud, es una buena aliada. –respondió ésta encogiéndose de
hombros.
–Pues no me aceptes, que ninguna falta me hace. –reté cabreada para irme de
–Tú tampoco deberías estar aquí, Katia. –dijo Asher a su hermana cuando yo
ya me iba.
Claro, parecía un sitio divertido, seguro que lo tenía prohibidísimo; ¿Por qué
–Sé que te lo he intentado explicar muchas veces, pero los hombres lobos
cogen lo que quieren por deseo y lo sueltan. Solo con alguien que sea su
El tema sexual era algo que preocupaba en exceso a mi hermano incluso con
miró con ojos aguileños. Me estaba juzgando y no era algo de lo que tuviese
ganas por lo que coloqué las manos en las caderas para instarla a hablar.
como la fragancia que me había envuelto cuando había chocado con Asher.
que fuese yo quien abriese, casi como si lo supiese. Imaginé que, de alguna
embaucador.
–No estoy convencido, Georgina, de que tu hija esté preparada para ser parte
– ¿Y eso por qué? Soy una mujer lobo capaz de transformarme, eso es todo
lo que tengo que ser. –repliqué sin bajar mi carácter por un minuto.
– ¿Todas esas memeces sobre que tú mandas hasta sobre quien me acuesto?
Le miré con todo el odio del que fui capaz y me marché. Yo, aunque podía
hacer y llegaba allí para ponerme en bandeja a los deseos de un solo tío que
mandaba sobre todo.
Caí en que ese tío tenía trescientos años pero, desde luego, no lo parecía.
Me ruboricé con mi propio pensamiento: Era indebidamente atractivo con su
altura, su barba incipiente, sus ojos verdes y su pelo azabache.
Mi madre tocó con los nudillos la puerta tras un rato y estuve segura de que
el bestia se había ido. Entró sin ser invitada, por supuesto. Yo quería ser una
mujer independiente y las malditas leyes no me permitían siquiera quedarme
–Recoge tus cosas. –ordenó mi madre con la voz cargada de alguna emoción
onda.
– ¿Y qué se supone que voy a hacer yo allí? –cuestioné recalcando que era
una locura.
–No he hecho las cosas bien contigo y ahora no me queda más que
¿Un alistamiento?
–Asher quiere asegurarse de que es una mujer lobo con todo lo que conlleva.
–explicó mirando a mi hermano. –Dijo que no correrá peligro, solo tiene que
mudarse a la mansión y obedecer al alfa hasta que él vea que sabe cuál es su
lugar. –añadió.
no se encuentre ese idiota engreído que se cree que tiene algún tipo de poder
sobre mí. –chillé.
–Es que lo tiene. –aseguró mi madre.
– ¡No, Terry! Esto es también tu culpa, por permitirle ser una chica normal
que se cree humana. –dijo Georgina enfadada como nunca la había visto.
pensativo.
de hombros.
–Tiene en parte razón, pero es que no me gusta este sistema, no para ti. –
confesó. –No quiero que vivas de esta manera si no quieres. Hay cosas que
nos hacen sufrir de ser como somos que tú has evitado hasta ahora. –añadió.
puerta principal.
–Oye, tío… ¿Podemos hablar? –cuestionó mi hermano con una confianza que
me sorprendió.
Solo entonces caí en que ellos ya estaban juntos la primera vez que nos
–Escoge cualquier cuarto que esté vació de la segunda planta. Los vacíos se
pueden abrir, los otros llevan llave. –ordenó sin mirarme siquiera el alfa.
por lo que, tras sentir una calidez extraña, entré para tumbarme en la cama
La cama enorme estaba envuelta en sábanas de seda azul marino que olían a
almíbar y a hierro fundido. Había cómodos cojines por toda la habitación y
Desde luego, de todos los lugares a los que podían haberme mandado, ese no
era ni de lejos el peor. El sueño me llamó y, yo, me dejé llevar.
CAPÍTULO 3
ASHER
–Ha sido criada al margen de todo esto, no le tengas muy en cuenta lo que
diga o haga hasta que se acostumbre. –pidió mi amigo Terry haciendo una
mueca de estar preocupado.
Terry había sido mi amigo desde que había cumplido dieciocho años y había
demostrado ser un buen guerrero, que hacía pocas preguntas, y confiaba en
mi dirección. Había sentido mucho la pérdida de su padre, un excelente
–Ni siquiera quiere ser parte de la manada. –afirmé cabreado más que con él
fondo y, antes de llegar, percibí una fragancia a jazmín. Sabía que no era la
primera vez que me cruzaba con ese rastro, lo había notado al chocarme con
la pequeña de la familia O´Neill, Adara, pero no entendía por qué, conforme
De repente, y sin previo aviso, o al menos sin una señal que yo hubiera
–No sé qué rollo lleváis aquí pero te aseguro que si forma parte de tus
contundente.
incorrectas?
Dormía con una camiseta de tirantes gris y un pantalón corto que le llegaba
solo hasta medio muslo. Algo parecido al deseo cruzó por mi cuerpo pero lo
deseché tan rápido como llegó.
–Tú dijiste que de la segunda planta cualquier habitación que hubiese abierta
se podía escoger. –recordó echándome, de nuevo, la culpa.
Podía entender la confusión y, aún así, de todos los cuartos de esa planta, se
había tenido que ir a meter en el mío.
Una duda llegó hasta mí acompañada de una certeza sin sentido: Prefería que
todas mis cosas para irme a otra habitación. –soltó consiguiendo volver a
sorprenderme.
No moví ni un solo músculo mientras la observaba tumbarse de nuevo girada
hacia la ventana como si pretendiese ignorarme.
Sopese mis opciones y, de todas las que podría haber escogido, acabé por
cerrar accediendo a ser yo quien pasase la noche en otro lugar. Subí hasta la
segunda planta y escogí la del fondo, la que estaba justo encima de la mía
para tumbarme en la cama estándar que, por supuesto, no se parecía nada a
Bajé las escaleras hasta la primera planta y me detuve. Podía esperar hasta
después del desayuno para entrar a mi habitación sin problema, pero preferí
Un gritillo ahogado me hizo abrir los ojos para encontrarme a Adara desnuda
mirándome todo el cuerpo. Nunca había sido pudoroso, pero corrí la cortina
de la ducha rápido.
Salí envuelto en la toalla para mirar directamente sus ojos azules retándola.
–No pienso volver a tener esta conversación, es mi habitación. No deberías
estar aquí. –recalqué saliendo procurando no rozarla, ya que ella sostenía
una camiseta contra el pecho como única cosa para cubrirse, hacia el centro
del cuarto.
–Te fuiste anoche. Imaginé que serías suficiente listo como para entender que
bajaría a desayunar, subiría a ducharme y entonces movería mis cosas hacia
otra habitación. –contestó colocando sus manos en las caderas.
nuevo al suelo dejando su cuerpo otra vez desnudo ante mí. Bufó algo
órdenes.
Me vestí rápido seguro de que nadie debía pillarnos en una situación que,
desde luego, no era lo que podía parecer. Salí y me crucé de frente con
Terry.
Me había acostado con muchas mujeres y, por lo tanto, había visto cuerpos
ADARA
Bajé vestida con unos pantalones de yoga gris y una camiseta de algodón
blanca del cuarto de Asher y bajé a la planta que, al parecer, era la “baja”,
que se hubiera explicado mejor.
entendía por qué habíamos tenido que volver aunque fuese por un periodo
corto de tiempo. Oye, que yo no me había opuesto en ningún momento a que
ellos viajaran; Pero a mí bien podrían haberme dejado en la ciudad, con mis
amigos, mi trabajo a media jornada, y mi rutinaria vida donde no había que
chicos y chicas que parecían jóvenes, aunque claro allí todos aparentábamos
ganas de gritarles que los locos eran ellos. Un chico cercano, se arrimó más
en actitud protectora.
–Hola Adara, qué bien que hayas venido. –contestó ella sonriendo de oreja a
oreja.
sensiblemente la voz.
–Oh, no. Es que como soy la hermana del alfa, todo el mundo tiene cierto
–Pues debes tener una vida algo aburrida. –señalé soltando lo primero que
pelo rubio dorado y ojos marrones, se sonrojase para mirarnos sin disimular
ya.
sonrisa.
la tuviéramos encerrada en una celda, está aquí como el resto. –añadió tras
pensarlo.
–Déjame adivinar, tienes miedo a que se vaya a la cama con el hombre lobo
impresión.
que, por otra parte, no se acuesta con nadie. –aseguró la voz seria y ya
–Cuando llegamos a los diez kilómetros, reconocible porque hay una línea
roja, quien sea que llegue el primero, se convierte en cazador. Los demás se
dan la vuelta para intentar llegar otra vez a la salida. –explicó en un susurro.
¿Eso era lo que tan importante veía mi madre que aprendiera de los hombres
lobo? ¿Juegos populares?
mandar para poder terminar lo que fuese que querían hacer conmigo y
volverme a la ciudad. De todas formas, tampoco creía que pasase de dos
semanas que era el tiempo que yo había pedido de vacaciones en mi trabajo.
Al final iban ser majos todos los hermanos menos el dichoso alfa.
Efectivamente, para cuando llegamos a la línea roja, no sabía muy bien
cómo, Asher ya estaba allí; Debía de haber pegado un sprint final suficiente
rápido como para dejarnos a todos atrás. Me alegré entonces de no haber
gastado todas mis fuerzas. Toqué la línea antes de salir corriendo, esa vez sí
con toda mi potencia, en dirección contraria.
Mis pies prácticamente volaban, uno detrás de otro sin perder ni una
Quería mirar hacia atrás, ver a cuántos había pillado, pero era consciente
que, de pararme, me alcanzaría. Era una extraña certeza saber que estaba de
verdad cerca, acompasando su respiración que parecía intacta aún
–Si te sirve de consuelo, eres la que más lejos ha llegado. –murmuró estando
tan cerca que aspiré de lleno su fragancia, la misma que había percibido
cuando había entrado en esa cama grande y cómoda sin saber que era suya.
–Pues no, no me sirve. –dije justo antes de darle un empujón para que se
levantase.
tu alrededor, pensé que serías bastante floja comparada con los que nos
habíamos criado aquí. –añadió con una sinceridad que no esperaba.
explicó.
Algo de satisfacción se removió dentro de mí y, sin pensarlo, sonreí.
–Entrenar hasta acabar agotada día tras día hasta que Asher considere que
estás lista para ser parte de la manada en plenas facultades, que es lo mismo
que decir que estás preparada para ir a una guerra si se necesitase. –
mucho antes de que lo pidiera. Supuse que era un ejercicio que hacían a
exceso.
Todos habían comenzado a pegarse y Katia estaba esperando con una postura
–Tienes que hacerlo, es una orden. –recalcó Igor quien tragaba saliva.
ASHER
–Usa puños, pies, o lo que quieras. Solo quiero comprobar que, como es
evidente, pegas más o menos igual de fuerte que Katia, para que podáis
La duda pasó por el rostro de la joven chica y, más rápido de lo que había
contemplado, su pierna alcanzó justo mi nariz para conseguir que me echase
grupo.
Genial. Tenía que llegar Adara y ser la voz de la discordia en un grupo que
– ¿Sabes qué hay que demostrar exactamente para que te den por buena? –
disculpándose.
Yo les daba por aptos cuando lo eran, ni más ni menos. Eso sí, no llegaba a
entender a Adara por lo que iba a ser imprescindible tener una conversación
con Terry sobre su dulce y pequeña hermanita. Oí en mi mente mi ironía y me
reí.
Oí el crujir de una hoja, lo suficiente claro y silencioso como para saber que
alguien nos observaba. Aullé justo al mismo tiempo en el que tres vampiros,
que no debían ser muy antiguos, salieron para atacarnos. Fui directa hacia mi
hermana, para protegerla ya que los vampiros iban a por el grupo donde
todos intentaban hacerse los valientes pero pude identificar miradas de
En el tiempo en el cogí a uno y lo lancé por los aires, Adara hizo varias
Era evidente que su nivel, por mucho, era mejor que el de los que estaban
mirándola con cara de haber descubierto la luna por primera vez.
hizo lo mismo. Al parecer eso era todo lo que iba a hacer para preguntarle si
estaba bien.
– ¿Qué pasa? –cuestionó cuando ya estuvimos suficiente lejos como para que
nadie nos oyese.
– ¿Por qué tu hermana es una ninja luchando? Creí entender que se había
– ¿Quieres que la acepte para que podáis iros? Que demuestre que es tan
buena peleando como loba como lo es en su forma humana y la aceptaré para
Sí, lo mejor era mandar a esa chica de pelo caoba y ojos azules, que era muy
joven si la comparaba con mi edad real, otra vez a la ciudad.
No solía ser habitual que fuese muy dispar la habilidad de una forma a la
–Mi hermana odia transformarse, nunca lo hace y desde los dieciséis creo
que no lo ha vuelto a hacer. –confesó rascándose la nuca.
¿Qué?
–Vamos, Terry… ¿Cómo has permitido eso? –pregunté sintiendo que eso me
ponía en una situación difícil. –Es que solo tengo dos opciones, rechazarla
eso.
¿No era lo lógico que ella supiera que, tarde o temprano, iban a volver a
vivir al territorio de la manada porque el irse solo había sido para facilitar
el duelo que estaba pasando su madre por el fallecimiento de su padre?
–No nos vamos a quedar aquí. –afirmó la chica con los ojos brillando en
exceso abiertos. –A mí se me acaban las vacaciones en menos de dos
semanas y además tengo mi vida allí. –añadió visiblemente cabreada.
desprecio.
–No puedes hablarle así. –recalcó Terry llamándole la atención.
darme explicaciones.
–Terry, déjanos solos. –solicité sin apartar mi vista de ella. –Ya tendréis
tiempo de lavar los trapos sucios familiares en casa. –añadí.
–Que entendería que me está retando, ambos nos tendríamos que convertir a
nuestra forma lobuna y luchar hasta que uno muriese o se rindiese. –expliqué
– ¿Así que eres una especie de matón que, como eres el más fuerte, cuando
había dicho.
La miré sin poder evitarlo repasando desde su largo cabello hasta la forma
fibrosa y sensual de su cuerpo bien entrenado pero generoso en el busto.
–Lo es, pero estoy teniendo consideración contigo cuando algunos aseguran
ADARA
–Seguro que hay gente por aquí, incluyendo a tus dos hermanos, que pelean
– ¿Y crees que yo no tendré reparos? –cuestioné leyendo por dónde iban sus
pensamientos.
–Sé que no los tendrás. Bueno, no digo que vayas a tirarme por los suelos sin
piedad, pero creo que serías capaz de hacer cualquier cosa por molestar a
mi hermano. –Hizo una pausa riéndose. –Además, que lo necesito. No puedo
seguir siendo una muñeca de porcelana de por vida. Sigo entrenando con los
explicaciones.
empezar con que nos separaban tantos años de existencia. De todas formas,
cuando no le dejan a una vivir como una adulta, nunca se hace mayor. –
exquisita. –reconocí en alto. Ella sonrió más; Quizá era porque la había
remodelado seguramente y por eso lo tenía todo tan cómodo, pero ya podía
seca en la tierra.
–Primera lección. –Barrí sus pies con una de mis piernas haciéndola caer al
Era cierto que se trataba de una lección valiosa pero eso no borraba el hecho
maniobra con verla una sola vez y aunque que me pillase para ejecutarla no
resultaba sencillo, hasta el punto que me tenía que acabar dejando, estaba
que Katia, como había intentado evitar que hiciese con la primera lección,
girase la cabeza hacia él dejándose expuesta hacia el puñetazo que yo ya
había lanzado para que lo parase con una sencilla defensa. – ¡Katia! –chilló
antes de acercarse corriendo.
sangre que caía de su nariz pero que estaba a punto de curarse mediante la
curación acelerada que teníamos los hombres y mujeres lobo.
– ¿Cómo se te ocurre ponerte a pelear con ella? Ella es frágil, ella es… –
murmuró Igor.
–Ella no puede aceptar tal cosa sin consultarme mi opinión. –dijo el gran
grano en el culo que me empezaba a parecer Asher.
–En vez de molestar en todo lo que intento hacer aquí, ya que no me puedo ir,
podrías preocuparte de poner las habitaciones de invitados la mitad de bien
había reconocido que sabía cómo tenía Asher su habitación; ¿Qué estarían
pensando?
–No puedes entrenar a Katia, ella seguirá entrenando con el grupo para ir
Algo se removía en mí cuando sonaba tan gutural, tan animal que era
quedase parado mirándome sin darme un “no” rotundo. –No sufrirá daño
alguno. –añadí intentando forzar el “sí”.
–Tú entrenarás en el grupo común y conmigo por las tardes. Si aún así sacas
afirmó victoriosa sin dejar de mirarme. –Por cierto… ¿En qué momento has
estado tú en el cuarto de mi hermano? –preguntó dejando claro que no había
pasado por alto ese pequeño detalle.
–Es una buena pregunta. –afirmó Igor quien era tan silencioso que no había
notado que seguía allí. –Él nunca deja que entre allí nadie. –añadió
entrecerrando sus ojos para examinarme.
los dos.
Asher esperó en la línea de salida hasta que estuvimos todos y por cómo se
colocaban, supe antes de llegar que era la maldita carrera hasta la línea roja.
En los ojos verdes del alfa centelleó algo cuando se cruzaron con los míos.
Ese iba a ir a por mí para pillarme mucho antes, dejar claro que era más
Sabía que él podía correr más rápido pero también me fijé en cómo dejaba
que todos llegasen más o menos poco después que él para no llevarle una
ventaja excesiva a ninguno. Escogí mi oportunidad en una de las muchas
miradas que echaba hacia atrás para comprobar cómo iba el grupo y me puse
a correr en un sprint para llegar la primera a la línea roja: Si era la
El grupo estaba sorprendido y precisamente por eso, tras salir hacia el lado
ASHER
Crucé la línea para encontrar en su rostro una risita de estar orgullosa y unos
ojos que brillaban como dos zafiros de color azul.
–Parece que hay nueva cazadora. –dijo mientras remojaba sus labios con la
lengua de una forma que me hizo difícil callar a mi parte animal.
Vi la determinación que había en su mirada y tuve claro que iba a venir a por
mí tanto como había pensado ir yo a por ella por lo que, a la carrera hacia el
lugar de salida. Corrí de verdad, pensando dejarla tan atrás que viese de
nuevo la furia en su mirada.
ver que no estaba, me quedé quieto. En ese mismo instante olí a jazmín para,
Así, teniéndola a horcajadas sobre mí, poco podía pensar en que era la
primera vez que alguien me ganaba en ese juego de entrenamiento. Empecé a
oír otros pasos y ella debió de haberlo oído también porque se levantó
Mucho más si, al llegar a las aguas turbias, les hacía nadar a contracorriente.
¿Por qué me molestó escuchar que lo primero bueno que decía Adara era
mejores guerreros para cualquier pelea que conllevase llegar por mar.
imperiosa necesidad de verlo con mis propios ojos. Los otros hombres del
dejaba bien clara su figura que invitaba al deseo y allí acababan de darse
– ¿Para qué soy buena, alfa? –preguntó con la mejor de sus sonrisas, falsas
por supuesto.
alguna forma desde que había empezado el día y se había puesto a entrenar a
opinión.
–Vale. –contestó encogiéndose de hombros.
–Alfa, con todo el respeto. –intervino Haimi, quien, desde que había
–No, eso no va a ser posible. –intervine cuando vi por dónde iban a llevar la
conversación. –Haimi, tu desempeño siempre ha sido impecable y, hacerte ir
a una sesión particular sería inapropiado, bajaría la alta imagen que tengo
sobre ti. –dije sabiendo que eso sería suficiente.
Me acerqué un paso a ella y el jazmín inundó mis fosas nasales. Tragó saliva
y se apartó el pelo de la cara nerviosa.
Dejé que Adara se fuera. Por alguna razón, que no iba pararme a analizar, no
quería que Enzo la viese; A lo mejor tenía algo que ver que como su nombre
significaba “príncipe de sus tierras” cogiese todo lo que le gustaba como si
fuese suyo.
– ¿La chica? –preguntó haciéndome saber que había tenido tiempo de fijarse.
– ¿Es tuya? –cuestionó refiriéndose a si yo quería algo con ella, carnal por
supuesto.
–Sí. –contesté por primera vez en todas las veces que me lo había
preguntado.
Asintió.
que el líder consideraba que estaban listos. Normalmente, era algo uniforme
en nivel y, por tanto, solía crecer el número de unos y otros que engrosaban
–Dupliquemos los hombres por guardia para una mayor seguridad y ya está.
–Quiero que vayas pensando qué excusa te vas a inventar para dejar a Katia
que no podría defenderse sola en una pelea. Vamos, la verdad. –respondí sin
ganas de hablar de eso.
enarcando una ceja. –He visto el nivel físico de Adara, si ella la entrena día
por día, acabará por ser buena. –sentenció.
–No les dará tiempo, solo quedan dos semanas para el fin del año de
Eso último pareció dejarle pensativo. Claro, había sido Terry el que me
había comunicado a mí lo de Adara; Que hacía nueve años que no se
transformaba, antinatural.
Le dejé allí reflexionando ya que tenía algo mejor que hacer. Reunirme con
Adara para la sesión individual. Una duda entonces pasó por mi mente:
¿Dónde se habría metido a la hora de la comida?
inequívoca.
CAPÍTULO 8
ADARA
Llegué sin ningunas ganas a un lugar concreto el bosque, el sitio donde había
entrenado en su primera sesión a Katia y donde nos había pillado Asher
obligándome a aceptar tener las sesiones individuales si quería seguir
Sabía que no debía hablarle así y, aun así, me era imposible no hacerlo. Su
–No, pero soy un tipo sincero así que voy a decirte por qué te he propuesto
estas sesiones. –“Propuesto” era una forma muy delicada de decir obligado.
–No pasarás como graduada en el reclutamiento si no puedes demostrar tus
habilidades como mujer lobo. –Hizo una pausa aunque mi corazón ya iba a
toda velocidad. –Y hacerlo pasa por convertirse en loba, en llevar a cabo tu
Si fuera un simple humano sería tan fácil irme de allí y darle una patada en
sus partes si intentaba seguirme… Como lo complicaba todo lo de ser
licántropos.
–No pienso quedarme aquí un año entero. –chillé sin importarme si era el
alfa o el dueño del mundo. – ¡Yo tengo una vida fuera de aquí! –añadí en el
mismo tono.
callarme voluntariamente.
–Has tenido una vida fuera de aquí, pero tu deber es para con la manada. –
afirmó serio.
– ¿Qué deber? –pregunté irritada pero sin chillar. –Mi madre estuvo fuera de
aquí veinticinco años, que son los que yo tengo. –aclaré intentando hacerme
aquí, tú me conocías porque tienes que conocer a todos los hijos de tus
miembros para que a su vez se conviertan en miembros, y seguíamos con
–El problema, Adara. –Su voz era firme, tranquila pero impositiva. –Es que
no entiendes cómo funcionan las cosas. No eres una humana, por mucho que
hayas vivido entre ellos. Y los lobos, siempre tenemos una manada. –Hizo
una pausa en la que quise decirle de todo. –Para que ésta sea la tuya tengo
que aprobarlo yo y no meteré en mis filas, sabiendo que eso conlleva que
cualquier cosa que te pase tendré que defenderla con todos los miembros, si
convenga. –acusé.
–En cuanto pases el reclutamiento, dejaré que te vayas a la ciudad si es lo
–No me quedaré aquí un año. –dije pronunciando con énfasis cada palabra.
–Eres una loba, lo huelo en ti. Además Terry dijo que hacía tiempo que no lo
–Yo no quiero ser una loba. –dije sintiendo cierta cada palabra.
–No es algo que elijas, es algo que eres. –señaló con las fosas nasales algo
dilatadas, se estaba enfadando.
Estaba muy cerca y la diferencia de altura era notable. Miré hacia arriba
para sentirme atrapada en sus ojos verdes.
–Yo quiero ser libre para amar. –contesté consiguiendo que se apartase casi
como si le hubiera dado una bofetada.
un momento mágico en el que alguien sea lo único que me importe y deje sin
sentido mi vida si no está conmigo o si le pasa algo. –recité recordando el
momento exacto en el que quise olvidarme de transformarme.
dudas… ¿Qué tiene que ver eso con transformarte? ¿Y por qué sería malo un
amor infinito y eterno como lo pintan? –preguntó con verdadera curiosidad.
basa en la certeza de eso existe; En el mejor de los casos sería todo idílico.
–aseguré. Él levantó una ceja como si esperase la parte mala. –Pero… ¿Qué
pasa cuando alguien de los dos falta? Mi madre jamás volvió a ser la misma
y cuando me explicó que su duelo no pasaría, ni en mil años… Yo no quiero
¿Habrá algo peor que ver como tu alma gemela se revuelca con otra por toda
la eternidad? Lo dudo. –sentencié.
–Casi te entiendo. –dijo aunque había una parte de él, esa altiva de alfa, que
me decía que no le iban a valer mis explicaciones. De pronto, abrió los ojos
como si comprendiese algo y me miró con las pupilas mucho más brillantes.
–Ya lo entiendo… Como solo puedes enlazar con tu mate en forma de lobo,
–Es algo inteligente, sumamente inteligente diría yo. –señalé indignada con
su negación.
te lleva a estar siempre juntos de una forma u otra. Lo que pasa es que la
gente se suele ver rápido en forma lobuna. –explicó.
– ¿Lo sabes por experiencia propia? –pregunté sabiendo que estaba solo.
–Conozco a mucha gente, de esta y de otras manadas. –respondió tajante.
conversación.
Asher miró a un lado y a otro buscando algo aunque no tenía ni idea de qué,
para después irse sin decir nada. Ante la duda, le seguí para verle tirarse al
río.
– ¿Qué hacemos en el río? –pregunté colocando las manos en las caderas sin
dejar de mirarle.
Sus ojos verdes brillaban como dos esmeraldas clavados en mí con una fina
ASHER
Salí del agua tras más tiempo del que pensaba que necesitaría. Algo muy
animal se había apoderado de mí durante la discusión, como si fuese una
necesidad imperiosa explicarle a Adara que no era malo encontrar a un alma
gemela.
Tuve que reírme un poco de forma irónica porque yo, precisamente yo,
siempre había abanderado que no era necesario nadie para estar completo.
comía pero, como tampoco estaba Katia, imaginé que estarían en el mismo
lugar. Igor llegó sentándose a mi mesa con esa cara de querer decir algo pero
no saber si yo estaba de buen humor para escucharlo.
Nos subimos a un árbol suficiente lejos como para que el rastro, al menos
ellas teniendo forma humana, no fuese evidente. Intenté agudizar todos mis
sentidos porque, por alguna razón, no quería perderme ni una sola palabra.
Katia llegó descansada e ilusionada mientras que Adara lo primero que hizo
fue hacer crujir varias veces su cuello como si se encontrase con sueño.
–Oh, eso… Ya lo sabía. –respondió Katia con pena. –No voy a machacarte
Decisión inteligente.
–Voy a hacer de ti una guerrera tan formidable que no va a poder decir que
no así que déjate de lamentaciones. –ordenó Adara con una autoridad que me
mía.
No iba a pasar.
Fui incapaz de despegar la mirada de ellas durante las cuatro duras horas de
entrenamiento. Adara se movía con una habilidad que era mejor que
de corto alcance. Katia, sin quedarse atrás, aprendía rápido y no se daba por
vencida.
comprobar la hora.
–Claro, no hace falta que te pongas tan seria. –respondió Katia riéndose para
prestarle atención.
–Para enlazarse con un lobo hay que verlo en su forma lobuna. –dijo
la duda.
–Tu hermano dice que no pasaré el reclutamiento sin hacerlo. –señaló con
–Oh, es que… Nunca pasa que alguien no quiera hacerlo. –reafirmó Katia.
Sin previo aviso, mi cuerpo se tensó de una manera que jamás lo había
hecho. Adara empezó a cambiar ante mis ojos para convertirse en una gran
loba blanca cuya ferocidad no se podía poner en duda.
–No sabía que tenía zonas prohibidas en mis propias tierras. –comentó
sabiendo que se empezaría a cabrear.
–Siempre haces eso. –recriminó poniendo los ojos en blanco para después
echar a andar.
–Actuar como si todo fuese tuyo. –contestó con el tono de estar enfadada.
–Es que todo es mío. –repliqué haciéndole ver la incoherencia de lo que
decía.
–Con todos mis respetos, alfa: Yo no soy tuya. –sentenció con el rostro muy
serio.
Había esperado que se apartase por lo que profundicé aún más en devorar su
boca sintiendo que cada fibra de mi cuerpo despertaba para poseerla.
–Todo tu cuerpo es para mí. –susurré besando su lóbulo para bajar por la
–Tengo todo el tiempo del mundo. –murmuré dejando que olvidase las
prisas.
importar si eso conseguía que tuviéramos que estar allí hasta el anochecer.
matutino para el día siguiente. Sabía que los jóvenes a punto de graduarse no
iban a poner ningún problema por tomarse un día libre. Sin esperarlo, una
Terry.
–No tendrías que haberlo hecho. –comunicó pasándose ambas manos por el
pelo.
nariz.
sobre lo de irse.
CAPÍTULO 10
ADARA
Me duché sin que eso eliminase ni un poco todo el rastro de Asher sobre mí.
Era imposible no recordar cada lugar exacto en el que me había tocado,
besado o mordido con suavidad.
palabras de Terry sobre no acostarse con ningún hombre lobo que no fuese
mi mate cayeron haciéndome sentir cierta culpabilidad. Pero Asher estaba
tan caliente y tan feroz cuando me había cogido para llevarme al lago, que no
Yo siempre había tenido claro que no quería ninguna conexión con nadie. Un
recuerdo doloroso inundó mi mente.
Mi madre estaba sentada en la mesa de la cocina, como siempre, con una
taza de té en la mano.
dije con mis dieciséis años impulsando cada una de mis palabras. –Y sus
–Hoy hace dieciséis años que murió tu padre. –informó como si con eso
concluyese la conversación.
¿Mi madre sin que le pasase nada se iba a ir voluntariamente? ¿Vivir con
centro.
su forma lobuna, ya nada más te sostiene vivo más que esa persona. –Hizo
una pausa como si recordase tiempos vividos junto a mi padre. –Os quiero,
pero me iré tranquila cuando os haya visto encontrar a vuestro mate, tanto
abrazo.
Lloré.
Quería a mi madre por lo que decidí en ese mismo instante que jamás
porque creo que has cambiado de opinión sobre lo de irnos y quería decirte
que por mama y por mí está bien quedarnos aquí. Es bueno volver al hogar. –
–Es algo incómodo pero… Puedo saber lo que ha pasado con Asher o
intuirlo por cómo han cambiado tus feromonas. –dijo sin parar sus ojos en
los míos.
No era nada fácil hablar de algo tan íntimo con un hermano. Me puse roja
como un tomate.
Sí, era algo que había podido saber por medio de Katia, pero había
formulado una solución en mi cabeza.
bien.
–Lo haré. De hecho, tengo que ir a hablar con Asher por ese tema. –dije
saltando de pronto de mi sitio para ir hacia la puerta.
–Quería preguntarte si existe alguien, además de ti, que tenga autoridad para
Asher entrecerró los ojos y me hizo un gesto para que pasase al interior de la
puse un pie dentro dejando que cerrase la puerta tras de mí, supe que había
sido un error. Toda la estancia tenía su fragancia, envolviéndome,
–Existen otras personas en cuyo criterio creo. –contestó pese a que yo casi
No era completamente mentira que me pondría de los nervios con sus ojos
sobre él.
Estábamos tan cerca. Era tan fácil olvidar todo lo que no importaba y
rendirme al placer…
ASHER
Habían pasado doce días desde que Adara había entrado a mi cuarto para
hacerme una petición totalmente en contra de mi posición de alfa; Debía ser
yo quien decidiese si iba a ser yo mismo quien le diera el visto bueno a los
ignorando a todos los demás; Sospechaba que el resto del grupo se había
Por la tarde, había escogido dejar que Adara entrenase con ahínco a mi
hermana, quien mejoraba con sorprendente facilidad. La razón para ese
cambio era sencilla: Así Adara acudía cada noche a pasar las horas entre
mis sábanas. Nos era imposible dejar las manos uno lejos del otro.
iba al encuentro de Katia de nuevo, pero para que ella la ayudase con su
transformación.
lobo, para acabar con las dudas que pudiera tener al respecto. Yo sabía lo
que sentía y que no se parecía a nada que hubiese sentido antes, pero tenía
algo de miedo a que, cuando me viese, lejos de lo que yo pensaba que iba a
Por fin apareció, pero lejos de alegrarme, me quedé serio al verla tan
–Ella pasará sin problema todas las pruebas finales. –aseguró Katia, quien
vez.
Escuchar de sus propios labios que iba a irse, despertó en mí todas las
Antes de salir, crucé una mirada significativa con Adara. Sus ojos azules
centellearon y se mordió el labio.
nerviosa.
Como seguía a horcajadas sobre mí, acaricié con mis dedos sus muslos hasta
subir por su ombligo, rozar el contorno de sus pechos y detenerme al tocar su
boca entreabierta.
Quería hacerla mía otra vez pero no podía evitar sentir que algo iba mal, que
ella no quería darse cuenta de lo que estaba pasando.
–Me dirás que soy apta porque lo contrario sería absurdo. –Hizo una pausa
cerrando los ojos para después, al abrirlos, tener determinación en ellos. –A
–Sabes perfectamente que las cosas han cambiado desde que llegaste. No
haré que repitas el reclutamiento si eres apta pero eso no significa que
quiera que te vayas. –murmuré.
Ni quería, ni podía vivir pensando en no encontrarla en mi día a día durante
toda la eternidad.
–Yo no voy a quedarme aquí porque esto. –Me señaló para después
señalarse a sí misma. –Es como un idilio de verano, pasadas las vacaciones,
quedará en un recuerdo. –dijo seria.
– ¿Por ahí? Es mi última noche aquí, creía que íbamos a… –Se quedó
callada, como si no quisiese decirlo en alto. –Pasarla juntos. –concluyó.
El alba me recibió sentado en una roca junto al lago. Percibí su rastro antes
de que hiciera cualquier ruido.
– ¿No vas a mirarme? ¿No podemos, simplemente, tener las últimas horas
–No funciona así, Adara, no puedes huir de lo que somos. –reté frustrado con
su comportamiento.
–De lo que tú crees que somos. –replicó con los brazos en jarras.
Tenía claro que ella sabía tan bien como yo que éramos mate pero, por algún
motivo que no conseguía entender, se negaba a convertirse en lobo y dejar
que nuestra propia naturaleza hiciese el resto al mirarnos.
¿Y si creía que nuestra atracción se debía a otra cosa? ¿Y si pensaba que se
acabaría nuestra magia al convertirnos y no sentiríamos nada?
–No lo intentes. –dijo una voz a mi espalda. Terry llegó con cara de estar
sufriendo también. –Si la obligas a mirarte y resulta que si eres su mate, no
ADARA
Todos los del grupo habíamos luchado cuerpo a cuerpo entre nosotros y
también habíamos utilizado distintas armas para demostrar lo buenos que
podíamos ser como guerreros. En todo ese tiempo, pude notar electricidad
en mi espina dorsal como una señal inequívoca, por lo menos para mí, de
que Asher me estaba observando.
Nuestros entrenamientos, sin duda, habían dado sus frutos. Katia era otra de
las cosas que me iba a costar dejar allí, por si mi hermano y mi madre no
no hablar de Asher…
–Dile a tu hermano que se vaya. –dije mirando a Igor, que estaba cerca de
Así que era cierto… Había terminado apta y nadie me pediría que me
quedase allí otro año para repetir con el tiempo necesario el reclutamiento.
Apreté los puños con fuerza dirigiéndome directamente a mi casa para hacer
la maleta.
la nada.
contarle todo lo que me había guardado hasta ese momento. Enarcó una ceja.
–Cuando Terry y yo encontremos a nuestras almas gemelas, se dejará
envejecer. –expliqué.
pronto.
– ¿Qué? –cuestioné en un grito. – ¡Tú dijiste que solo cuando los dos
Cerrar por dentro, como acababa de oír que había hecho, solo era una forma
Era un miedo real. Sentía electricidad en cada poro de mi piel cuando estaba
–Si es así, que no lo va a ser, es mejor darse cuenta cuanto antes. –respondió
intentando sonar seguro.
A mí, por como subía y bajaba su pecho, me daba la impresión de estar ante
–Dame una noche más. –solicité sin poder evitarlo, mordiéndome el labio.
No se disgustó por mi petición como pensaba que haría sino que me cogió
por la cintura para elevarme hasta su boca colocando cada una de mis
piernas a un lado de su cadera. Sabía dónde íbamos exactamente sin
¿Y si no era él?
¿Por qué sentía que si Asher no era mi mate no iba a encontrarlo jamás?
rostro.
–No quiero esperar, Adara. Sé que eres tú. –declaró con una fuerza en la
irada que tuve que creerle.
figura aun sin verle. –Vivamos un romance humano, sin necesidad de enlaces
o no. –añadí temblorosa.
Su pelaje tocó el mío. Se había acercado lo suficiente como para que su
hocico me rozase.
–Abre los ojos Adara. –pidió con la voz más dulce que hubiera oído en mi
vida.