Nacimiento Del Retrato Monetario en Occi
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Alejandro había mantenido importantes coqueteos con muchas de las concepciones reli-
giosas y políticas de los territorios anexionados, sobre todo en cuanto atañe a la monar-
quía. Una nueva actitud militar y política por la que el general se convertía en monarca
había calado entre los dominadores desde los primeros contactos con los gobiernos orien-
tales, fácil proceso mental puesto que en realidad Alejandro había sido príncipe y rey
de la monarquía de Macedonia, pero existían ahora nuevos matices que el conquistador
permite que se infiltren en la concepción de trato y de relaciones sociales y políticas entre
su ejército y sus nuevos súbditos. Sus sucesores, los diadocos, se encargarán de que estas
nuevas concepciones socio-políticas se acepten y se impongan incluso en las formas de
vida de los antiguos habitantes de las democracias clásicas.
Los monarcas orientales habían disfrutado de un carácter divino, cuyos límites no
sabemos precisar bien, divinidad que constituía el alma del protagonismo real desempe-
ñado en la vida de sus súbditos, mucho más tangible y de efectos más prolongados que el
de los dirigentes occidentales, cónsules, sufetes o simplemente magistrados, cuyo poder
se mantenía vigente periodos de tiempos muy breves y que habían sido elegidos tan sólo
por el demos y no por la divinidad. La concepción de esta forma de monarquía helenística
penetra en los pueblos de las márgenes del Mediterráneo y es posiblemente la faceta cul-
tural que más va a corroborar el cambio de mentalidad del mundo clásico al helenístico
en toda la koiné del Mare nostrum.
Sin embargo, en el Mediterráneo occidental la expansión de esta nueva concepción
En la pág. anterior:
política se verá frenada durante dos siglos por los gobiernos de Roma y Cartago que logra-
Trishekel con representación de Ánibal. rán defender sus democracias de estos regímenes personalistas a pesar de los importantes
Instituto de Valencia de Don Juan.
Foto: Mario Torquemada / MAR pero infructuosos intentos por parte de individuos y de aristocracias que acaban abortan-
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Mª Paz García-Bellido EL NACIMIENTO DEL RETRATO MONETARIO EN OCCIDENTE: LA FAMILIA BÁRQUIDA
do, aunque sin duda vayan abriendo camino. Tras doscientos años de lucha ideológica, Esta mutua dependencia entre las
Roma termina claudicando y se sumergirá voluntariamente en el sistema monárquico dos esferas ha de exteriorizarse, y los
helenístico. Cartago para entonces había sido ya destruida y vamos a presenciar cómo la monarcas deben de hacerla pública y
familia Barca había intentado incorporarse a la ideología política de los diadocos, preci- propagarla; para ello los epígrafes mo-
pitando quizás el final del gran imperio cartaginés1. numentales y las monedas iban a ju-
Sin embargo hemos de recordar que este tipo de monarquías en pequeño módulo eran gar un papel esencial en la alfabetiza-
regímenes frecuentes entre muchos de los pueblos de los bordes del mundo clásico, y te- ción y monetización, dos procesos que
nemos constancia de su existencia, por ejemplo, entre íberos y turdetanos2. Estos pueblos los propios gobiernos se encargan de
adoptaron sin trauma la presencia de “monarcas” ajenos que se encuadraban perfecta- fomentar y promover en todo el Medi-
mente dentro de sus estructuras política y social. Las fuentes nos describen repetidas terráneo. La moneda es un soporte epi-
veces las escenas de aclamación de generales extranjeros como reyes de sus pueblos, im- gráfico de enorme difusión, donde los
buidos incluso de cierta sacralidad que no somos capaces de precisar o calificar. Durante monarcas atestiguan sus cualidades
la Segunda Guerra Púnica, Asdrúbal, Aníbal y Escipión son citados como personajes a a través de epiklesis que dan a cono-
quienes los íberos y turdetanos les ofrecen basileía, devotio y proskýnesis. cer a sus súbditos, elegidas de acuerdo
ESTATERA DE PTOLOMEO I
Efectivamente, muerto Alejandro, y como homenaje al conquistador, los diadocos re- con la nueva filosofía real en la que el AMERICAN NUMISMATIC SOCIETY, NUEVA YORK
produjeron este mismo modelo oriental de relación entre súbdito y monarca en el que la monarca ha de representar su Bondad,
exteriorización pública de este diálogo político y sentimental entre las dos esferas sociales básicamente en tres esferas: la Cívica que implica justicia, generosidad y benevolencia;
jugaba un trascendente papel. Ello implicaba, como queda claro en la aclamación a De- la Divina que conlleva la relación con los dioses y con alguno de ellos en especial, quien se
metrios cuando éste llega a Atenas, que el rey se convertía en una divinidad cercana, ase- convierte en protector de la dinastía, y, desde luego, como siempre, la Militar. Las epikleseis
quible, a quien los súbditos podían suplicar, solicitar favores, reclamar beneficios, porque –euergétes, sotér, theós, nikátor, philádelphos, díkaios– se suman a los títulos reales. Estas
sabían que del monarca es de quien los reciben pero también que son ellos, los súbditos, largas titulaturas están protagonizadas por los nombres de los monarcas, casi siempre
quienes lo sustentan: repetitivos, fijos, que exterioricen bien la perduración de una dinastía –Ptolomeo, Seleuco,
Eumenes, Antigono…– y, desde luego, la categoría –basileús– que ya había establecido
“pues la oportunidad nos trae juntos a Demeter y a Demetrio… otros dioses están muy lejos, o Alejandro, basileús Aléxandros. Junto a esta epigrafía debe cuidarse la imagen figurada de
no tienen orejas o no existen o no nos prestan ninguna atención, pero a ti te vemos presente, no
de madera ni de piedra, sino real, eres el único dios verdadero” (Hermocles de Cízico, Himno a los monarcas. Por ello imagen y titulaturas cobran el poder de una manifestación pública
Demetrio Poliorcetes, 3, 15-19). y externa y son testimonio ambas de la filosofía política, religiosa y militar de quien las
selecciona, pero también de quienes las aceptan al asimilarlas y convertirlas en modelo
hasta crear con ellas una iconografía específica. Es el caso de las cabezas diademadas.
Cuando ellas se repiten no se trata de una copia, como decimos los numísmatas, sino de
1 Tratados sobre el helenismo han sido especialmente abundantes a partir de los años 60 y la escuela francesa ha tenido un la creación o utilización de una iconografía.
importante protagonismo: Will, 1966; Petit, 1968; Ferrary, 1988; Cabanes, 1995; Droysen, 1952-3; Will, Mosé y Goukowsky,
1975; Crouzet, 2003; Baslez, 2004; especialmente interesante para nuestro tema es Smith, 1988. Los diadocos efectivamente van creando una iconografía del monarca que será tras-
2 Cf. un importante planteamiento general en Bendala, 2006: 187-206. mitida a Occidente, uniendo a esos epítetos epigráficos que hemos mencionado la imagen
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diademada de origen persa, que designa al basileús (ver fig. en pág. anterior). Se trata que estas novedades helenísticas sean adoptadas por la moneda bárquida, y a la romana
de una simple cinta blanca que ceñía la cabeza del dinasta, diadema tocada sólo por el no le llegará su turno sino doscientos años más tarde, a partir de Augusto, cuando penetre
monarca y, por lo tanto, mucho más valiosa que la de laurel, apta para cualquier vence- en Roma la personalización de la política, de las imágenes y la plasmación ideológica de
dor, e incluso que la corona de roble, donada a los servidores de la patria que hubieran muchos de los conceptos políticos orientales.
hecho por ella o por sus ciudadanos algún acto digno de recompensa3. Estas tres coronas, Efectivamente, uno de los programas iconográficos más nuevos, más extraños al mun-
dependiendo de las circunstancias que los monarcas quieran resaltar, son las que encon- do occidental mediterráneo fue el asociado a las dinastías monárquicas que se venía ya
traremos adornando las efigies de los reyes. A ellas hemos de añadir la corona radiada formando desde el mundo de los diadocos. Allí se creó el concepto de dinastía occidental,
cuya primera representación en moneda ocurre en Persia, en los oros de Darío –los céle- incidiendo siempre en la repetición de un mismo nombre, Ptolomeos… lo que les confiere
bres dareicos– en los que la figura real arrodillada en el momento de tensar el arco, lleva legitimidad. De igual forma los retratos, cuyos rasgos físicos deben de ser similares dentro
manto y corona radiada. La imagen no es un retrato sino posiblemente una representa- de la familia, legitiman en la monarquía el valor hereditario. Tito Livio (21,4,2) describirá
ción abstracta de la realeza pues no sabemos cómo se forja la iconografía del rey arquero, la aceptación de Aníbal por el ejército cartaginés a causa del parecido físico familiar:
si primero se buscó la representación de Darío y la imagen se convirtió en símbolo de la
“…los soldados veteranos tenían la impresión de que se les había devuelto el Amílcar joven
realeza, o el proceso fue a la inversa. Es muy frecuente que una imagen cobre un valor veían la misma energía en sus rasgos, la misma fuerza en su mirada, la misma expresión en su
representativo que en origen no había poseído. En todo caso la corona radiada, con posible semblante, idéntica fisonomía”4.
carácter divino desde sus orígenes, es transmitida a occidente para tocar las cabezas de
emperadores divinizados. Su primera utilización ocurre en tiempos de Tiberio al efigiar a También se hace esencial la explícita plasmación del amparo de ciertas divinidades
Augusto ya divinizado. “confabuladas” con determinadas dinastías que confiere a los reyes un poder sobrehuma-
En los reinos helenísticos estas imágenes nacieron tras la muerte de Alejandro y no y una segura protección expresada en los retratos con la mirada hacia lo alto de los mo-
abrieron un lenguaje propagandístico y personalista que la moneda griega no había teni- narcas o de los héroes (ver fig. en pág. 179). Los súbditos se consideran amparados por los
do, ceñida siempre a un simbolismo religioso que unía íntimamente a la ciudadanía con dioses de sus reyes. Pero junto a estos parámetros familiares, políticos y divinos, siguen
sus divinidades. Los contenidos políticos de los diadocos son a veces descritos en complejos exigiéndoseles las capacidades propias de un gobernante heredero de Alejandro, las apti-
programas iconográficos en los que las emisiones y los diferentes valores se complemen- tudes militares. La capacidad de dominio, de defensa y el arrojo en la conquista de nuevos
tan, como ocurre con los programas escultóricos cuya narración discurre en diferentes territorios son valores que Alejandro había priorizado sobre todos los otros y, por ello, esa
lastras o grupos (García-Bellido, 1993: 240 s). La moneda a veces utiliza el mismo discurso actitud y esta aptitud son trascendentes en el mundo de los diadocos y se plasman en la
narrativo complementario, como veremos en las acuñaciones de los Barca. frecuente epiklesis de nikátor que acompaña el nombre del monarca. Teócrito (Idilio 17,
Estas características iconográficas helenísticas tardarán en ser aceptadas por las dos 70-115) describe en el elogio de Ptolomeo la amplitud del reino heredado de su padre y
grandes potencias occidentales, muy clásicas en sus contenidos ideológicos y muy arcai- enfatiza el deber del nuevo monarca de conservarlo y ampliarlo territorialmente5. Esta
zantes en su formulación: Roma y Cartago. Habrán de discurrir más de cien años para actitud conlleva, y podríamos decir que tiene por objetivo, la creación de una complejidad
étnica dentro de un mismo territorio político, complejidad que es alabada por los teóricos
3 Por ello es totalmente inadecuado el decorar el monumento de un vencido o de un fallecido en acto de servicio con coronas
de laurel. La corona de roble era mucho más valorada que la de laurel. En las tumbas reales macedónicas son coronas de 4 Trad. J.A. Villar Vidal 1991
hojas de roble lo que encontramos y a Augusto en el 27 a.C. se le concede la corona civica que es de laurel. 5 Teócrito, Idilio 17, García Teijeiro y Molinos, 1986:; Cabanes, 1995: 44 s.
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helenísticos y así es recogida en las representaciones de armas de los monumentos y de “debe mantenerse a ese joven (Aníbal) en casa, sometido a las leyes, a las autoridades, que se le
debe de enseñar a vivir con los mismos derechos que los demás…” y ¿es que los senadores desean
las monedas, armas étnicas, armas identificativas de los muchos pueblos con los que se
llegar “… a ser esclavos del hijo de un rey (Amílcar) a cuyo yerno (Asdrúbal) se le han dejado
ha luchado y sobre todo a los que se ha conquistado. Sin embargo, en el caso de pueblos nuestros ejércitos como en herencia.
con historia, estos nuevos territorios adquiridos deben de mantener su personalidad, sus
tradiciones locales. La heterogeneidad étnica cobra importancia en la valoración de las Tanto en las palabras del propio Livio como en la imagen que el autor romano dibuja
conquistas y de los imperios, de ahí el interés de los historiadores por enumerar pueblos del senado cartaginés, la situación aparece como escandalosa por lo que de patrimonial
diferentes en la participación de las batallas, un modelo que llega a tiempos de Augusto y hereditario tiene ahora el poder. Son circunstancias que ni en Cartago ni en Roma se
con el interés por marcar los pueblos, los éthne incorporados, identificándolos siempre con habían producido antes y tendrían que pasar doscientos años más para que Augusto pre-
sus símbolos, sus aparejos propios. Teócrito sigue subrayando como modelo de poderío en sentase a sus nietos Lucio y Cneo primero y, una vez muertos éstos, a su hijastro Tiberio,
el elogio de Ptolomeo los mil países y los mil éthne que el reino posee. como los sucesores del Imperio, legalizando entonces una ideología de monarquía heredi-
De hecho, en lo posible, y cuando los territorios conquistados sean viejas naciones, los taria que había sido ajena y muy criticada en la Roma republicana.
monarcas deben legitimar su conquista. El método más adecuado es el matrimonio con
princesas locales que den origen a una dinastía mixta. El ejemplo primero es el del propio Los Barca en Iberia
Alejandro que casa con Roxana de Bactria (Hyp., Epit. 21) y luego Seleuco con Apama, He querido hacer esta pequeña introducción para poder calibrar mejor el cambio mental
princesa persa (Io. Mal., Chron. 8, 198) que le da un hijo llamado Antíoco, quien es aso- que para los finales del s. III a.C. supuso la presencia de la familia Barca en Iberia, como
ciado al gobierno de Seleuco antes de dejarle el imperio, al igual que Ptomoleo I hace con corte que crea unos parámetros religiosos y políticos nuevos que van a desarrollar aquí
Ptolomeo II. Es ésta otra costumbre dinástica que afianza las líneas monárquicas pues durante tres décadas, forjando una dinastía que por razones bien conocidas no fraguó
muestra cómo, a la legitimidad que confiere la herencia, hay que sumarle la educación y la pero que tenía todos los elementos estructurales adecuados para haber levantado un
experiencia en la juventud. Por ello la incorporación temprana a los asuntos de gobierno reino dependiente o independiente de Cartago. Si Asdrúbal el Bello hubiera vencido en
se convierte en escalón imprescindible que ha de subirse antes de llegar al poder. Iberia, el territorio podría haberse convertido en un auténtico reino helenístico y, aun-
En cuanto a los Barca se refiere, veremos cómo Asdrúbal y Aníbal casan con prin- que no fue así, la vivencia de esta ideología en las altas esferas sociales ibéricas ayudó a
cesas de Iberia, Amílcar y Aníbal se efigian bajo la protección de la divinidad familiar trasformar la mentalidad de las regiones oriental y meridional de la Península, y supuso
–Melkart–, se ciñen la corona de laurel como vencedores y conquistadores territoriales y culturalmente un cambio trascendente en la helenización del territorio implicado, entre
Asdrúbal el Bello se ciñe la tainía como dinasta. Y de nuevo, Asdrúbal el Bello más Aníbal, otras cosas porque en gran parte de Iberia existía ya una relación sagrada entre jefe y
Asdrúbal y Magón Barca son incorporados al gobierno de Amílcar y son sucesores de él. súbdito que asumió sin trauma la dependencia de los nuevos estrategos que llegaban con
Los Barca están siguiendo todos los preceptos que requiere la constitución de una monar- el dominio extranjero, como ha visto Bendala (2007: 187-206). Sin embargo el cambio
quía helenística. Recordemos la extrañeza y comentarios de los autores griegos cuando ideológico introducido por los Barca no ocurre ni desde el comienzo de su presencia, ni
Aníbal, a la muerte de Asdrúbal, es aclamado por el propio ejército como general de las al mismo ritmo en todo el territorio peninsular. El giro político, el anhelo de los Barca
fuerzas de Iberia y de Libia (Liv. 21, 3, 1). Es un acto familiar, patrimonial, al que Livio le de gobernar de manera “diferente” a Cartago y las medidas para hacer de Iberia algo
dedica un largo comentario pues tanto para Roma como para Cartago el comportamiento similar a un reino helenístico propio se produce sólo en el gobierno de Asdrúbal el Bello
de la familia Barca era anómalo y de acuerdo con las palabras de Hannon (Liv. 21, 3, 5): y no durante la jefatura de Amílcar o del propio Aníbal, idea que matizan las fuentes
literarias y parecen mostrar muy bien las monedas. Con ello no digo nada nuevo pues ya
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alto (CNH 71, 80 DCYP 7ª, 25). No sabemos dónde se acuña esta emisión pero probablemente
se llevó a cabo en Ákra Leuké, la capital fundada por Amílcar en Iberia tras su primera
estancia en Gades. Como he defendido en otros lugares, creo que la ciudad pudo encon-
trarse en la baja Andalucía, posiblemente en Carmona, ciudad donde se acuñarían las
series más copiosas de moneda hispano-cartaginesa con cabeza femenina en anverso en
las platas, y diosa galeada en los bronces (García-Bellido, 2010a: 201-218; ead., 2011-2012;
SHEKEL HISPANO-CARTAGINÉS. GADES (?)
COLECCIÓN COLLANTES García-Bellido, Bellón y Montero, e.p.). Conviene resaltar el hecho de que en los años de
gobierno de Amílcar no se acuñó moneda que saliera de los estrictos límites iconográficos
Polibio, Appiano y Livio habían señalado las querencias autócratas del yerno de Amílcar, del resto de las acuñaciones de Cartago, pero en los años sucesivos, los de su yerno Asdrú-
su afán por protagonizar los actos de trascendencia política incluso en aquellas decisiones bal, se produce una brutal ruptura en los códigos de la imaginería monetaria de los Barca
en las que hubiera sido preceptivo que el gobierno de Cartago llevase la batuta. El mejor que han de explicarse históricamente.
ejemplo es el importante pacto que el propio Asdrúbal firma directamente con los roma- Muerto Amílcar, Asdrúbal es nombrado por el senado cartaginés strategós autokrátor
nos en el 226 a.C. para marcar un límite territorial de expansión en Iberia, frontera que de Libia y de Iberia (App. 6, 2; Liv. 21, 3) al igual que lo había sido Amílcar. Reiteran las
establecen en el Ebro (Pol. 2, 13, 7). Otro de los actos trascendentes que dejó impacto en fuentes literarias que Asdrúbal el Bello extendió su poder por toda la Península recurrien-
la historiografía fue la creación y embellecimiento de la nueva capital, Cartagonova, “que do a la prudencia más que a la fuerza y estrechando los lazos de amistad con los régulos
debía dominar Iberia como Cartago lo hace sobre Libia” (Pol. 2,13,1) erigiendo un palacio locales. Esto le permitió acrecer el tamaño de su tropa con nuevos mercenarios y aliados
para su propia persona que sabemos situado en El Molinete. Téngase en cuenta la equi- hasta formar un gran ejército (Liv. 21, 2, 5-6; App. 6, 2). El hito más trascendente en su
valencia que se establece en el texto entre Cartago y Cartagonova, entre Libia e Iberia. historia es la fundación de una nueva capital, ésta vez en la costa –Cartagonova–, con el
objetivo sin duda de crear allí la base naval de la escuadra cartaginesa de cara a un en-
La moneda Cartaginesa en Iberia frentamiento con Roma pero, sobre todo, de la ampliación del imperio marítimo cartaginés
La moneda cartaginesa había sido siempre una moneda griega y, como ella, de tema re- en la nueva zona occidental del Mediterráneo. La ciudad se convertía así en la segunda
ligioso y de iconografía helénica. No distinguimos a Melkart de Herakles, ni a Tanit de base naval del imperio de Cartago. La nueva capital “debía dominar Iberia como Cartago
Demeter, ni a Baal Hammon de Zeus y nunca tropezamos con personificaciones en sus lo hace sobre Libia” (Pol. 2, 13, 1). La embelleció y en una de las colinas “se edificaron mag-
caras, ni de efigie, ni de referencias a sus logros militares. níficos palacios reales, construidos, según se dice, por Asdrúbal, quien aspiraba a un poder
Es este modelo religioso el que Amílcar trae cuando desembarca en Gades como stra- monárquico” (Pol. 10, 10, 9)6. Este afán de protagonismo es juzgado por Fabius Pictor como
tegós autokrátor de Libia y de Iberia en el 237 (Dio. Sic. 25, 10, 1; Ap. Iber. 5). Es seguro la causa real de la segunda guerra púnica: “Asdrúbal, tras adquirir un gran dominio en
que el general acuña nada más llegar a la Península y posiblemente allí mismo inicia una los territorios de Hispania se presentó en África, donde intentó derogar las leyes vigentes
emisión en plata con los tipos y arte similares a los modelos de Cartago (ver fig. en esta y convertir en monarquía la constitución”7. Además, y dentro de la política matrimonial
pág.), hasta el punto de que sólo por la procedencia hispana de las piezas podemos decir
que son ibéricas (CNH 63, 2; 71, 80; DCYP 1ª, 2; 7ª, 25).
6 Traducción de M. Balasch.
Amílcar cambia pronto de ceca pero mantiene la iconografía greco-cartaginesa. Se trata
7 Polibio (3, 8, 2) trascribe la opinión de Fabio Pictor para criticarla por lo banal de la interpretación y adjudica la causa de
de nuevo de la divinidad femenina coronada de espigas y caballo saltando con estrella en la guerra al odio de Amílcar y Aníbal a los romanos. Trad. M. Balasch.
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de las monarquías helenísticas, Asdrúbal se casó con la hija de un rey íbero (D. S. 25, 12). En la actualidad se ha discutido mucho sobre estas monedas que por su espléndida ca-
El mismo objetivo debió de perseguir el matrimonio de Aníbal (Liv. 24, 41, 7) que muy lidad habían sido recogidas y consideradas como retratos desde los primeros trabajos
probablemente se llevó a cabo bajo los auspicios del propio Asdrúbal, pues cuando éste se numismáticos, pero atribuidos a realezas africanas por la iconografía del elefante y el ca-
hace cargo de Iberia en el 229, Aníbal contaba tan sólo unos 18 años (Richardson, 2000, 6 ballo parado con palmera. Como africanas las podemos encontrar todavía en los trabajos
(23): 112). En el caso de Aníbal sabemos por Silio Itálico (3, 88, 106) que se casa con Imilce, de Müller 1860 y de Mazard 1955, aun cuando ya J. Zobel en 1863 las había adjudicado
nombre púnico que podría significar “princesa” (Koch, 1976: 191-9; García-Bellido, 1982: a Iberia y a la familia Barca. A. Beltrán y E. Robinson propusieron que se tratase de re-
35), de Cástulo, urbs Hispaniae valida ac nobilis et adeo coniucta societate Poeneis ut uxor tratos de Amílcar, Asdrúbal y Aníbal, añadiendo Robinson el de Escipión el Africano para
inde Hannibali esset (Liv. 24, 41, 7). las cabezas de una de las últimas emisiones hispano-cartaginesas. Esta verosímil inter-
Las elucubraciones sobre la inclinación de Asdrúbal por detentar un gobierno de tipo pretación, que se acopla bien a las circunstancias histórico–políticas y económicas de la
monárquico en Iberia son, según vemos, tan viejas como los comentarios de sus contem- Iberia de los Barca, ha sido defendida sobre todo por historiadores como H. H. Scullard,
poráneos, trasmitidos a escritores posteriores quienes no hacen sino reforzar la impresión G. Richter, E. Acquaro, J. Mª Blázquez y M. Bendala8, pero desmentida con vehemencia
de un gobierno que, al decir de Diodoro (25, 12), condujo a que fueran los propios íberos –y por numísmatas como J. Mª de Navascués y L. Villaronga. Es posible que la identificación
esto es lo importante– quienes le nombraran strategós autokrátor. No se trata del nuevo que ya he planteado en otro lugar de ver los retratos de Asdrúbal y Magón Barca en las
nombramiento de Cartago como había ocurrido con Amílcar, sino de una aclamación de los dos últimas emisiones hispano-cartaginesas pueda reforzar la vieja interpretación de
íberos, quienes le conceden poderes ilimitados. Como advierte Huss éste es el mismo título Beltrán y Robinson (García-Bellido, 2012: passim). Sin embargo el estudio iconográfico
que se utiliza para reyes helenísticos como Ptolomeo III, Filipo V y muestra la posición de las propias monedas y la coetaneidad de sus hallazgos señalan que no estamos ante
preponderante de Asdrúbal entre los pueblos de Iberia pero también, sin duda, su relación retratos aislados y elaborados en distintas circunstancias y por los sucesivos gobiernos,
cada vez más distanciada con Cartago (Huss, 1985: 275, n. 55). como Beltrán y Robinson propusieron, sino programados en un solo reinado para mostrar
Se ha planteado muchas veces la posibilidad de que, dado el carácter religioso militar el poder de la dinastía Barca y legalizarla en Iberia.
que las fuentes adjudican a los íberos y la existencia entre ellos de una devotio al jefe,
Asdrúbal hubiera sido elevado al título de basileús, al igual que se le ofreció a Escipión El programa iconográfico de los retratos bárquidas: Asdrúbal
tras la toma de Cartagonova, un título que el romano rechazó, pero que posiblemente As- Toda la historiografía antigua señala a Asdrúbal como el verdadero creador de la concep-
drúbal habría aceptado, predispuesto ideológicamente a una relación divinizada respecto ción monárquica y dinástica de la familia Barca y las monedas no vienen sino a corro-
a sus súbditos; además la ideología helenística y, sobre todo, su fuerte posición política borarlo. Parece haber sido él quien inicia las grandes series monetarias hispano-carta-
en Iberia dibujan un marco idóneo para que Cartago asumiese una tal preponderancia ginesas, aquellas emisiones diferentes por los grandes valores de trishekel, dishekels y
de Asdrúbal, dados los enormes beneficios económicos y comerciales que la ciudad esta- shekels y por su iconografía que rompe totalmente con la tradición religiosa de la moneda
ba obteniendo del gobierno de los Barca en Iberia (App. Iber, 5,17). Consideradas estas hispano-cartaginesa. Todas estas monedas (ver figs. en pág. 188) constituyen, a mi juicio,
premisas históricas, las preguntas han sido y siguen siendo hoy, si a pesar de la falta de varias emisiones concebidas para completar un programa iconográfico que responde a
leyendas que identifiquen estas imágenes en la moneda hispano-cartaginesa que vamos los intereses de Asdrúbal por realzar el poder de la dinastía de los Barca, según su pro-
a comentar, podemos interpretarlas como retratos, y si sus contemporáneos reconocieron
en ellas las efigies de la dinastía. 8 La bibliografía es abundante desde 1946. Cf. por último Bendala, 2009: 25-28 con un planteamiento politico-iconográfico
que recoge las opiniones anteriores.
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pio concepto monárquico inspirado y arropado por el hábito helenístico que hemos visto capital de Iberia, Cartagonova9. Las fechas para el inicio de estas emisiones habría que
vigente desde los diadocos. Las primeras monedas parecen ser las del propio Asdrúbal, circunscribirlas al periodo que corre entre el 229, año en el que Asdrúbal es nombrado
dinasta vivo como muestra la tainía que se ciñe. Debieron salir de la ceca de Akrá Leuké strategós autokrátor y el 221 a.C. en que el general es asesinado, aun cuando todos los va-
(Carmona?), como veremos, y después se emitirían las de Amílcar y Aníbal en la nueva lores siguieran sin duda acuñándose durante mucho tiempo, incluso copiándose en cecas
indígenas (Villaronga, 1973. 125).
Asdrúbal, el artífice del programa, lo concibe como la galería de retratos de la dinas-
tía, adjudicando a cada miembro las aptitudes reales que la historia greco-romana nos ha
trasmitido, pero a todo ello le suma la gran carga ideológica de un monarquía hereditaria
que se manifiesta en la buscada similitud de las fisonomías de Amílcar y Aníbal, en las
mismas aptitudes militares de padre e hijo señaladas por ambas coronas de laurel, el mis-
mo símbolo del elefante para ambos, pero también en el afán de que conste la asociación al
poder en los altos puestos militares de los miembros jóvenes de la familia dando imagen
a las palabras de Hannón en boca de Livio (21, 3, 5):
DISHEKEL HISPANO-CARTAGINÉS. RETRATO DE AMÍLCAR. CARTHAGONOVA (?).
HALLADO EN BAEZA. MUSEO DE JAÉN. Foto: Miguel Ángel Blanco de la Rubia
“el hijo de un rey (Amílcar) a cuyo yerno (Asdrúbal) se le han dejado nuestros ejércitos en he-
rencia”.
Respecto a la importancia del parecido físico de padres e hijos que legitima la heren-
cia, incluso frente a sus tropas, las palabras de Tito Livio (21, 4, 2) que hemos recogido
más arriba son el mejor testimonio.
Asdrúbal
DISHEKEL HISPANO-CARTAGINÉS, RETRATO DE ANÍBAL.
Es importante señalar que Asdrúbal, strategós autokrátor (Diod. 25, 12), se hace repre-
CARTHAGONOVA (?) INSTITUTO DE VALENCIA DE DON JUAN. Foto: Mario Torquemada / MAR sentar a él mismo, no como general, sino como dinasta vivo (ver fig. inferior en pág. ante-
rior), con los ojos hacia el cielo para mostrar el dialogo directo con la divinidad, artificio
común en el mundo helenístico según Smith. Además aparece tocado con diadema, esta
tainía blanca con ínfulas colgando procede del modelo alejandrino, cuyo uso se introdu-
ce en occidente de nuevo con los diadocos. La diadema conllevaba la representación del
poder “civil”, si es que para entonces podemos usar este término separándolo del militar,
TRISHEKEL HISPANO-CARTAGINÉS. RETRATO DE ASDRÚBAL. 9 El análisis de isótopos realizado a un cuarto de shekel de Aníbal muestra que la plata proviene del SE hispánico (Gar-
CARTHAGONOVA O ÁKRA LEUKÉ (?) INSTITUTO DE VALENCIA DE DON JUAN. Foto: Mario Torquemada / MAR cía-Bellido, Bellón y Montero, 2013, e.p).
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y designaba el carácter de dinasta10. Por ello, la elección de esta diadema para el retrato Poliorcetes que conmemoran la victoria naval en Chipre sobre Ptolomeo en el 306 a.C.
de Asdrúbal tiene claramente un significado de diferencia y de contraste con las coronas (Kraay y Himmer, nº 574) y por ello la proa está siendo coronada por una Níke, imagen
de Amílcar y Aníbal que comentaremos más abajo, y deja muy claro cuáles han sido y son que falta sin embargo en los muy conocidos bronces romanos (RRC, 35), cuya acuñación
ahora las atribuciones de cada uno de los miembros de la dinastía. Más aún, en el retrato se inicia esos mismos años (c. 225 a.C.). Es probable que las proas de los ases romanos
de Asdrúbal se han marcado unas facciones distintas, alteridad que se recalca con el di- constituyan una réplica a las proas de las platas de Asdrúbal puesto que éstas son ante-
ferente corte de cuello y con la dirección elevada de la mirada del dinasta vivo. El arte es riores a aquéllos. Lo que se ha creado ahora es una iconografía con una iconología muy
más plano y los hallazgos se concentran en Andalucía, por lo que es posible que la ceca y el precisa: los rostra eran las proas de nave erigidas en el foro de Roma en conmemoración
artista hayan sido distintos, lo que no afecta en manera alguna la interpretación unitaria de las victorias navales y lugar desde el que los oradores se dirigían al pueblo. Las proas
de toda la partida11. Conviene recalcar que además es la única serie de toda esta emisión eran los símbolos de las victorias navales y de los poderíos marítimos. Por ello, la proa
que acuña oro, según sabemos por el unicum que se halla en San Petersburgo, otro signo había sido elemento esencial, junto al timón, que acompañaba a las Tychai de los grandes
más del halo de poder del que quiso rodearse Asdrúbal en la emisión. Es probable que ciudades costeras, para definirlas y para incidir en la protección que la divinidad ejercía
Roma desmonetizara todas estas piezas tras la conquista puesto que el oro no estaba in- sobre el núcleo urbano, su puerto, su escuadra y sus costas. La representación de proa en
cluido en su sistema monetario. Son las monedas de Asdrúbal y no otras las que van a ser las monedas de Asdrúbal tenía así un sentido polivalente, pero el mensaje más claro era
copiadas por los indígenas, quienes le habían otorgado, según nos cuenta Diodoro (25,12), la alusión a la gran armada que Asdrúbal tenía en proyecto o estaba construyendo ya en
el título de strategós autokrátor sin que sepamos exactamente cuáles son las cecas . Éste 12
Cartagonova, y quienes eligieron la imagen de la proa para los ases romanos conocían sin
es un nuevo testimonio para suponer que los íberos veían en esos dishekels la imagen de duda las monedas de Asdrúbal, emitidas en los primeros años de su gobierno.
su nuevo jefe pues Asdrúbal, con su política de acercamiento e integración, habiéndose Estas monedas, con la efigie diademada de Asdrúbal y la proa de nave, alimentaron
casado con una mujer de entre ellos, propició un ambiente de paz, de poder y de seguridad sin duda la opinión que se tenía en Occidente del yerno de Amílcar: “quien aspiraba a un
de mercado que animó a los indígenas a integrase en ese circuito monetario. Como veremos poder monárquico” (Pol. 10, 10, 8) y es en la exteriorización de estos signos donde podemos
más abajo, son estas monedas las imitadas también por Sagunto en unos divisores de plata percibir los avances políticos que Asdrúbal había conseguido ya en su gobierno en Iberia.
de su primera serie.
El reverso no hace sino incidir en el contraste que para el anverso hemos comenta- Amílcar y Aníbal
do. La política de Asdrúbal está representada por la proa de un barco militar, llena de La concepción de Asdrúbal consistía además en efigiar a Amílcar heroizado o diviniza-
escudos, en clara alusión a un poder militar marítimo, no sabemos si ya construido o en do –matiz éste difícil de precisar– como padre de la dinastía, con el respaldo del amparo
proyecto puesto que ignoramos la fecha exacta de la acuñación. La imagen de una proa de explícito que Melkart-Herakles ejercía sobre los Barca (ver fig. superior en pág. 188)13.
navío de guerra había sido ya utilizada en el mundo oriental en las monedas de Demetrius Además, la barba indica claramente que el retrato es póstumo o del miembro con mayor
dignidad de la familia pues los reyes helenísticos vivos gustan de presentarse siempre
10 Smith 1986, 34-38: hay consenso en suponer que se trata de un préstamo aqueménida que Alejandro toma y usa tras la jóvenes, modelo que de nuevo viene de la historia de Alejandro, quien había hecho todas
conquista como legítimo rey del imperio persa; contra Smith, 35 s.
11 Un análisis de isótopos del plomo podría identificar, si no la ceca, sí la zona de acuñación. Ya he defendido que la acti-
vidad de una gran ceca hispano-cartaginesa en Carmo (Ákra Leuké?) es muy probable (García-Bellido, 2010a: passim;
García-Bellido, Bellón y Montero, 2013, e.p.). 13 Son varios los datos que han conducido a esta interpretación, uno de los más importantes es el juramento de Filipo y
12 Clase II, tipo III: grupo de monedas “toscas y forradas, que copian las anteriores, y pueden ser obra de los indígenas”, Aníbal (Pol. VII, 9) ante los dioses griegos y cartagineses, en el que Aníbal tan solo menciona por su nombre a Herakles
Villaronga, 1973: 144 (Huss, 1986: 228-236).
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desfile de parada, cuya llegada a Iberia con una tropa de estos impresionantes animales,
sus traslados para hibernar y su utilización en las batallas debieron de llegar a simbolizar
su figura y el poder cartaginés. Los animales montados por sus dueños narran siempre
una historia. Recordemos por ejemplo la decadracma de Alejandro a caballo atacando con
lanza a Poros que marcha sobre elefante, donde los dos personajes ilustrados son reales y
conocemos la veracidad del hecho en la batalla de Hydaspes (ver fig. en pág. anterior). La
moneda fue posiblemente emitida en Babilonia15.
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Asdrúbal y Magón no sólo rechaza el título sino que les ruega que le llamen strategós17 (Bendala, 2006: 193).
A esta serie del retrato de Aníbal con cabeza desnuda parecen haberse sumado otras dos A todas estas monedas-retratos les falta la identificación escrita. Sabemos que Cartago
emisiones que, a mi juicio, ilustran los retratos de sus hermanos Asdrúbal y Magón, ge- fue muy reacia a los epígrafes monetarios, aunque se tratara de un simple topónimo o
nerales en Iberia mientras Aníbal está en Italia. El conjunto, quizás no coetáneo, habría teónimo para identificar la ceca o la divinidad. En la mayoría de las emisiones se ha du-
surgido de manera natural con la voluntad de mostrar a los tres miembros del mismo
linaje Barca con mando militar bajo poder cartaginés. Los tres retratos presentan claras
diferencias fisonómicas. Recordemos que en la historia de la temprana re-
pública romana sólo en un caso la moneda ha plas-
Aníbal mantiene el cariz de general helenístico con el que había sido retratado por
mado la efigie de un general y ello ocurrió en la
primera vez (ver fig. central en pág. 188) y hace gala de la descripción de Livio (21, 4, 2) propia Grecia y en una emisión griega de oro. Titus
Quinctius Flaminius venció a Filipo V de Mace-
que hemos traducido más arriba. Asdrúbal (ver fig. B en pág. anterior) presenta una cabe-
donia en la batalla de Cynoscefalos en 197 a.C., y
za más redondeada de facciones más suaves y menos enérgicas, cuello más corto y cabello en la celebración de los juegos de Nemea declaró
más liso y pegado al cráneo sin formar patillas que, sin embargo, caracterizan las mone- la libertad del pueblo griego respecto a Macedonia.
En conmemoración, los griegos, muy habituados ya
das de Aníbal desde las primeras emisiones. Magón (ver fig. C en pág. anterior) es clara- a los retratos monetales, acuñaron una estatera de
mente el más joven, con cabeza similar a la de Asdrúbal pero con pelo rizoso, escarolado, oro con Níke en reverso coronando el nombre de T.
Quinti y en el anverso, el retrato del magistrado
cuello corto y sin patillas. Con la similitud y alteridad de las tres cabezas se pretende, romano, con cabeza desnuda y sin atributos y con
según creo, presentar a la nueva dinastía Barca que lucha por Cartago, en Italia e Iberia. un realismo más propio de Roma que de Grecia. Sin
B C
embargo, compruébese que la iconografía
Para todos ellos se ha elegido un mismo reverso emblemático de caballo con palmera. no es de monarca. Desconocemos cuál fue A) ESTATERA DE TITUS QUINTUS FLAMINIUS, C. 197 A.C.
La interpretación de la imagen (ver fig. B en pág. anterior) como retrato no es nueva la reacción en Roma o el impacto entre la BRITISH MUSEUM; B) CABEZA DE POMPEIUS MAGNUS,
clase senatorial, pero el hecho es único en 46 A.C. Fuente: www.tesorillo.com Y
pues ya había sido calificada por Robinson como la representación de la efigie de P. Escipión la historia de la República. C) CAESAR DICTADOR PERPETUO, 45 A.C.
Fuente: www2.cnr.edu
Africano, acuñación que se habría hecho en Cartagena tras la toma de la ciudad por el roma-
no y con los mismos flanes ya preparados para acuñar los shekels cartagineses (Robinson, El siguiente retrato fue el de Pompeyo Magno, estampado por sus hijos en unos denarios
1956: 42 s). La interpretación no ha sido aceptada, primero y capital porque estas monedas acuñados en Hispania en el 46-45 a.C., incluyendo en la emisión unos ases de Jano bifronte
en los que la cabeza de Zeus había sido substituida por la de Pompeyo. Evidentemente la
las encontramos en hallazgos anteriores a la caída de Cartagonova como en La Palma y, moral religiosa de la vieja República empezaba a resquebrajarse (RRC 470 y 478). Sólo un
segundo, por lo escandaloso que habría resultado en Roma una tal emisión. Caballo parado año más tarde César colocó su retrato en las monedas con la leyenda Caesar dictador quarto
y en emisión posterior de ese mismo año la leyenda junto al retrato decía Caesar dictador
con palmera era reconocido en el Mediterráneo como el emblema del imperio cartaginés y (in) perpetuo (RRC el 480 2a Y 7b) con una magistratura escandalosa que le colocaba fuera de
por tanto muy poco adecuado para verse representado junto al general romano en un objeto la legalidad constitucional. Sin embargo, las imágenes habían dejado huella y tanto Marco
Antonio (desde el 43) como el propio Octavio (desde el 38 a.C.) estamparán sus retratos con
sacro, como lo era la moneda para Roma. Respecto al retrato de Escipión en los anversos, la
sus nombres en la moneda republicana, antes de que en el 27 a.C. se inaugure el retrato
razón para no aceptar tal interpretación es del mismo cariz ya que la efigie de una persona imperial en las monedas de Augusto, retrato del que vivirá la posteridad hasta nuestro días.
viva en moneda era inaceptable por entonces en la política religiosa de la Roma republicana
y posiblemente por el mismo Escipión quien, después de la batalla de Baecula, rehusaría el
17 No sabemos cuál sería el término latino, pero se ha señalado que el utilizado por Escipión en su conversación con los
tratamiento que le ofrecen los íberos en Cartagonova de basiléus (Pol. 10, 40, 3). Escipión íberos habría sido el de imperator, si es que hablaba con ellos en latín. Si fuese éste el caso sería la primera constatación
en la historia romana (cf. Balasch, 1981, n. 152).
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entre “indígenas”. Creo que es en ellas en las que se inspiran las primeras emisiones de
Iberia –Sagunto, Cese, Cástulo– y también en Numidia y Mauritania, donde nace ahora
el retrato monárquico con Syfax, Vermina y Massinissa.
En muchas de las ricas ciudades de Iberia el ansia de poseer una historia mítica propia
había penetrado por los contactos con el Mediterráneo mucho antes de que llegasen los
Barca. Es seguro, como ha defendido Olmos, que estas gentes buscaban ya la historia de
su pasado y recreaban en imágenes simbólicas sus mitos de fundación (Olmos, 1995: 47s.;
García-Bellido, 1998: 118s.). Pero una imaginería para los héroes fundadores, que sepamos,
AE. UNIDAD DE CÁSTULO. FINALES DEL S. III A.C. (GARCÍA-BELLIDO, 1982: Nº1).
no se consolida en la memoria histórica, sino con la creación de la moneda, incluso antes de MUSEO CASA DE LA MONEDA, MADRID. Foto: Jorge Martín Burguillo / MCM
su recogida en escritos literarios (García-Bellido, ibm). Las efigies diademadas con tainía
de las monedas de Arse y de Cástulo, como ya apuntó Olmos, deben de referirse a héroes al héroe y al dios fundador, y digo planos porque ambas iconografías varían y añaden o
fundadores o incluso dinastas locales. Para Sagunto, a la que las fuentes describen como restringen símbolos como cetros, caduceos o estrellas, que indudablemente tienen una
democracia (Pol. 10, 34 s; Liv. 21, 12, 7) hemos de preferir para sus imágenes monetales iconología que aquí sería largo de abordar.
una interpretación mítica, una referencia a sus héroes fundadores y no una representación Como un argumento complementario a este discurso sobre las influencias de las imá-
de los magistrados coetáneos. Una de las efigies viste manto y diadema, detalles alusivos a genes bárquidas en la imaginería de Sagunto quiero presentar la emisión de bronce con
un dinasta. Sin embargo, la emisión compañera representa a un Herakles con cabeza des- cabeza vestida con manto y proa de nave en reverso (ver fig. en pág. anterior) (CNH 305,
nuda y clava (ver fig. en pág. anterior), con idéntica iconografía que las monedas de Aníbal 8ª; Ripollés y Llorens, 2002, Iª: nos. 79-80). Tanto la efigie con mirada elevada del anver-
de la segunda etapa19, y ajenas a la imagen alejandrina del Herakles con leonté que tanta so, como la proa de nave en reverso, son una imitación de las platas de Asdrúbal (ver fig.
difusión había tenido en las acuñaciones del Mediterráneo, incluida la ciudad de Gades. inferior en pág. 188), emisión que había servido ya de modelo para acuñaciones de ciertas
Tendríamos pues en Sagunto dos planos simbólicos de diferentes iconografías referidas poblaciones indígenas. Ripollés fecha la emisión en el período I (350?-195 a.C.) sin poder
precisar más la cronología. Debemos descartar, a mi juicio, el que la emisión de Sagunto
sea una copia de la proa de la moneda romana que en estos momentos no está jugando
ningún papel en la iconografía saguntina y sí una imitación de las platas de Asdrúbal
puesto que es la moneda completa, tanto anverso como reverso, la que juega el papel de
modelo iconográfico. La influencia de las imágenes bárquidas ha dejado pues tres im-
prontas en la iconografía saguntina y, sin embargo, en esta primera etapa no podemos
encontrar huellas del impacto romano.
AG. DIVISOR DE ARSE. PRIMERA MITAD S. II A.C.
Si nos referimos ahora a la rica ciudad de Cástulo podremos ahorrar muchos co-
(RIPOLLÉS Y LLORENS, 2002: 95). mentarios ya hechos para Sagunto. El etyranneuse, padre de la “princesa” Imilce casada
Foto: P.P. Ripollès.
con Aníbal (Sil. Ital. Punica 3, 88, 106; Liv. 24, 41, 7), debió de sentirse empujado por las
bellas efigies de sus aliados los Barca, para imitar la iconografía monárquica. Las prime-
19 Influencia ya defendida por Navascués, 1962: passim. ras emisiones de la ciudad acuñadas en el período de amistad con los Barca, muestran
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Un ambiente similar presenciamos en los reinos, éstos sí reinos, de Numidia y Mauritania de Hierón II jugaron un importante papel pero sus relaciones con el ámbito cultural de Iberia
donde es precisamente en estas fechas cuando aparecen los primeros retratos de dinastas fueron más cercanas y más intensas, como sabemos por ejemplo para las personas de Syfax
con los nombres escritos en púnico de Syfax, de su hijo Vermina (213-200 a.C.) y también de y Massinissa con quienes los Barca hicieron pactos de alianza y lucharon junto a ellos en la
Massinissa (203-148 a.C.). Aunque no se haga explícito en las monedas todas ellas parecen propia Iberia, pero a quienes también se enfrentaron; allí hubieron de conocer los grandes
haber sido emitidas en Cirta y Siga, las dos capitales sucesivas o ciudades más importantes valores emitidos con las excepcionales imágenes de los Barca, impactantes en estos dinastas
del reino numida-mauritano. Se recurre a las imágenes tópicas para describir al monarca del Norte de África como ha comentado recientemente Alexandropoulos (Alexandropoulos,
(ver fig. A), tainía dinástica y las características étnicas y culturales propias: cabezas con 2000: 143, 145). También en Numidia se crea ahora el retrato monárquico que se continuará
barba puntiaguda y jinete con lanza galopando, sin duda una representación del propio rey un siglo más tarde en las emisiones de Juba (60?-46 a.C.), quien se llamará entonces en latín
en batalla puesto que las fechas (213-200 a.C.) coinciden con su intervención en la segunda rex Iuba (ver fig. C)
guerra púnica. Que sea el propio rey el representado en reverso parece seguro puesto que es
debajo de esa imagen donde se escribe su nombre spq hmmlkt. Representaciones narrativas La retratística monárquica se hizo pues habitual en el occidente en estas fechas convulsas en
similares hemos señalado ya para la imagen de Alejandro a caballo (ver fig. en pág. [fig.6]), y las que la moneda circulaba más y los estrategos debían mostrarse públicamente a sus súbi-
Porus sobre elefante en la batalla de Hydaspes (326 a.C.) o la de Amílcar en desfile de parada tos, una presencia mucho más necesaria que en tiempos de paz. Quiero sugerir con todo ello
sobre elefante (ver fig. superior en pág. 188). De alrededor del 200 a.C. tenemos el retrato de que las imágenes de la familia Barca no debieron suponer ninguna ruptura, ningún escándalo
su hijo asociado al trono, Vermina, con una iconografía plenamente helenística. en el mundo mediterráneo, aunque posiblemente sí en el senado cartaginés, puesto que sir-
vieron de modelo para muchas otras emisiones contemporáneas o ligeramente posteriores en
De estas mismas fechas y posteriores son las que los conceptos que trasmitían se repitieron sin trauma.
los retratos monetarios de Massinissa
(204-148 a.C.) acuñados igualmente en
Siga y Cirta (ver fig. B), en los que se repite
la imaginería dinástica pero para reversos
se elige caballo con cetro o elefante y leyen-
da msnsn hmmlkt. En los tres casos las le-
yendas corren en escritura púnica spq hm- A
la maestría artística de los abridores de cuño (ver fig.
mlkt, wrmnd hmmlkt o msnsn hmmlkt con en pág. anterior ). Tanto la cabeza diademada con
los nombres personales de Syfax, Verminad
la mirada al alto como la esfinge marchando son
o Massinissa. El título hmmlkt ha sido es-
tudiado desde el s. XIX y se interpreta hoy muestras de un gusto oriental y de un arte re-
como “reino”, “realeza” y será traducido al finado e influido por la corte de los Barca y por
latín por Iuba como rex (ver fig. C) (Müller,
1860-1874 (1972): 9-11; Alexandropoulos, el orientalismo de la Cartago del s. III a.C. Son
2000: 395 s.). Es éste un paralelo impor- muestras del peso iconográfico que las monedas
tante que viene efectivamente a sustentar B
las viejas propuestas de ver en las monedas de Asdrúbal tuvieron sobre el “reino” de Cástulo. A
bárquidas retratos “reales”. ello hemos de añadir que la leyenda en ibérico me-
Estas imágenes númidas se han visto jus- ridional corre de derecha a izquierda como lo hace el
tificadas por el contacto político de este rei-
púnico (García-Bellido, 1982: 34 s., 142).El arte y uso del
no con el mundo de Iberia en estas fechas, ESCUDO MACEDÓNICO DE SU HIJO PERSEO.
además de con el siracusano. Es difícil en el retrato en esas fechas, como hemos visto, parece haber 220-179 A.C. EN JENKINS, 1972: Nº
caso de Numidia y Mauritania precisar de C
sido frecuente y habitual en las esferas políticas, prin-
542
dónde vino la influencia de la retratística RETRATOS NÚMIDAS Y MAURITANOS:
real aplicada a las monedas. Sin duda el A) AE. SYFAX. Fuente: www.livius.org; B) AE MAS- cipalmente en las monedas, pero también en otros obje-
SINISSA Y C) AG. IUBA. Fuente:www.cngcoins.com
mundo ptolemaico, seleucida o siracusano tos suntuarios y públicos. Como ejemplo de este aserto
AG. TETRADRACMA DE FILIPO V CON EL RETRATO EN
202 203
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quiero traer a colación el escudo de plata de 137 libras de peso, con el retrato de Asdrúbal BIBLIOGRAFÍA
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