His 2019
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His 2019
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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TOLEDO
MMXIX
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
COORDINA Y EDITA:
Ilustre Colegio de Veterinarios de Toledo.
IMpRIME Y ENCuADERNA:
Gráficas Anfer S.L.
DL: TO 1301-2019
ISBN: 978-84-09-14836-3
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, la reproducción (electrónica, química, mecánica, óptica, de grabación o de fotocopia), distribu-
ción, comunicación pública y transformación de cualquier parte de esta publicación —incluido el diseño de la cubierta— sin la previa autorización
escrita de los titulares de la propiedad intelectual y de la Editorial. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra
la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) vela por el respeto de
los citados derechos.
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Saludas
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Carta del Ilmo. Sr. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
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Sentiros por tanto, al igual que el resto de profesionales que nos acompañan del resto de
España y del continente hermano, como lo es Iberoamerica, unos profesionales que
preservando la salud animal, garantizáis la de las personas y ese es el mejor ejemplo de lo
acertado de celebrar estos dos congresos para recordar y reivindicar, como la historia de la
veterinaria ha estado siempre ligada a los más nobles servicios a la sociedad, y por lo tanto
a las personas.
De lo provechoso de la celebración para sus asistentes es garantía el completo programa
que habéis preparado y por el que también quiero felicitaros. Solo queda, que además os
sintáis tan honrados de visitarnos como nosotros de acogeros y reiteraros las gracias por
el noble oficio que ejercéis y el gran servicio que prestáis a nuestra sociedad.
Sed bienvenidos a Castilla-La Mancha y os deseo una estancia muy provechosa, a la vez
que en armonía, con el resto de actividades que realicéis.
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Comités
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Comité de Honor
S.M D. Felipe VI
Su Majestad el Rey de España
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Comité Científico
Presidente: Dr. Jose Julián Garde López-Brea
Vicerrector de Investigación y Política Científica
de la Universidad de Castilla La Mancha
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Comité Organizador
Presidente: D. Luis Alberto García Alía
Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
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RESUELVE
Consejeria de Sanidad
Avda de Francia, 4 Tel: 925 265 671
45071 Toledo e-mail: [email protected] www-castilllalamancha.es
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XI CONGRESO DE LA A.V.P.A.
27 y 28 de noviembre de 2019
Día 27: FACULTAD DE VETERINARIA. ZARAGOZA
Día 28: AUDITORIO DE ZARAGOZA.
El Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo celebra este año su 115 aniversario. Para
conmemorar esta efeméride, la Junta de Gobierno ha programado a lo largo del presente año
distintos actos, entre los que se encuentra la celebración del «XXV Congreso Nacional y XVI
Iberoamericano de Historia de la Veterinaria» previsto para los días 15, 16 y 17 de noviembre.
COMITÉ DE HONOR
S.M. D. Felipe VI
Su Majestad el Rey de España
Excmo. Sr. D. Emiliano García-Page Sánchez
Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Excma. Sra. Dña. Milagros Tolón Jaime
Alcaldesa del Ayuntamiento de Toledo
Ilmo. Sr. D Álvaro Gutiérrez Prieto
Presidente de la Diputación Provincial de Toledo
Ilmo. Sr. D. Francisco Tierraseca Galdón
Delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha
Excmo. y Mgco. Sr. D. Miguel Angel Collado Yurrite
Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha
Excmo. Sr. D. Arturo Ramón Anadón Navarro
Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España
Excmo. Sr. D. Jesús Carrobles Santos
Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
Ilmo. Sr. D. Gabriel Llamazares Rodríguez
Coronel Jefe Interino de la 2ª Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha
17.30 h: Acreditaciones
Domingo 17 de noviembre. Campus de la Fábrica de Armas.
18.00 h: Acto de Presentación del Congreso Universidad de Castilla-La Mancha
18.30 h: Ponencia Inaugural:
9.00 h: Lectura de comunicaciones
«La relación entre humanos y animales a lo largo de la historia. Veterinaria y
Aula Magna: Bloque E: Instituciones
Sociedad»
Dr. Clemente López Bote 10.30 h: Pausa café
Catedrático de Producción Animal. Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid
11.00 h: Ponencia:
20.00 h: Inauguración Congreso - Sala Capitular del Excmo. Ayuntamiento de Toledo De la Antigüedad al siglo XII toledano: la compleja transmisión de la «enfermedad
bovina»
Dra. María Teresa Santamaría Hernández
Directora de la Escuela de Traductores de Toledo
12.30 h: Ponencia:
«La ganadería toledana y la veterinaria, con la Mesta de Toledo como referencia» «Reconocido de interés sanitario por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha»
Dr. Jesús Carrobles Santos
Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
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Ponencias
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La relación de la especie humana con los animales se remonta a etapas muy anteriores a su propia
existencia como especie. Una relación competitiva, basada en la selección natural, que se fue tornando
en dominadora, al desarrollar estrategias de caza y domesticación. En este proceso el hombre ha
llegado a modificar a los propios animales para la obtención de productos y servicios según su
conveniencia (alimento, compañía, protección, trabajo, etc). Es por tanto una relación no igualitaria,
sino dirigida y con un beneficiario principal que se aprovecha de ciertas características de los
animales sin tener mucho en consideración la posible preferencia de estos. Es también una relación
cambiante, ya que las necesidades de los hombres varían notablemente. Además, al proporcionar la
tecnología productos similares a los que se han venido obteniendo de los animales (vestido, fuerza
mecánica, ocio, comunicación, alimento, etc), el interés por determinadas producciones aumenta o
disminuye en consecuencia.
Existen algunas características comunes a lo largo de esta compleja relación que resulta interesante
analizar. Por una parte, la ganadería se encuentra muy relacionada con la agricultura, la naturaleza y
el mundo rural, constituyendo un conjunto unitario, de modo que no se puede concebir una cosa sin
la otra. Dicho de otra forma, sin ganadería, la producción agrícola debería disminuir de tal forma que
apenas podría haber actividad económica en el campo, y viceversa. Este gran conjunto profundamente
imbricado es los que constituye el sector agroalimentario. La visión conjunta de los aspectos
medioambientales, la disponibilidad de alimentos, la base genética animal, el potencial productivo,
las características y demanda de los productos, la cultura gastronómica, la disponibilidad,
capacitación y coste de la mano de obra, el mercado exterior, etc. es lo que se denomina ‘sistema
productivo’. Para que una actividad agroganadera pueda ser sostenible a lo largo de los años no solo
es preciso que no exista deterioro medioambiental de forma mantenida, sino que además el proceso
debe ser rentable. Es decir, los productos obtenidos deben ser demandados y valorados por la
sociedad. Precisamente otra de las características principales de la relación hombre animal es que a
lo largo de la historia, los productos obtenidos han sido de gran valor, lo que ha hecho que la
ganadería sea una actividad de gran importancia económica. Por ejemplo, la caballería fue durante
milenios una fuerza militar de importancia decisiva a la que se dedicó gran atención por parte de la
profesión veterinaria, la Mesta constituyó la columna vertebral de la economía castellana que generó
recursos para financiar el descubrimiento y colonización de América, etc. Todavía hoy la
agroalimentación es el principal sector económico en España, no solo en generación de empleo, sino
en las divisas, balanza comercial, etc.
Por otra parte, otra característica destacada de esta relación que se ha mantenido a lo largo de milenios
es la fascinación que los animales producen en las personas. Son seres parecidos a nosotros que
despiertan nuestra curiosidad y nuestro cariño, estableciendo en muchos casos relaciones afectivas
cuasi familiares. Es el caso del pastor que conoce a sus ovejas y ellas responden a cualquier indicación
porque se sienten seguras y protegidas por el mismo, o el niño que establece relaciones afectivas
profundas con algunos animales.
Desde la revolución industrial, y especialmente desde mediados del siglo XX la situación ha
cambiado, ya que el progreso científico y la globalización han introducidos cambios notables en todos
los sistemas productivos. En términos generales podemos decir que la ciencia ha ido descubriendo
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diversos factores de importancia crítica en los procesos biológicos. Por ejemplo, en el caso de la
alimentación se ha puesto de manifiesto que los alimentos no son precisos y que lo realmente
necesario son algunos componentes de los mismos (los nutrientes). Si suministramos los
aproximadamente 50 nutrientes que precisa un animal, podemos obtener la máxima respuesta
biológica independientemente de los alimentos que formen parte de la ración. De hecho, lo nutrientes
pueden provenir de procesos de síntesis química (como ocurre en muchas vitaminas o aminoácidos).
Es decir, ya no se precisa la cebada, el pasto o las bellotas. Solo se tiene en consideración al formular
las raciones a la metionina, la lisina, o el hierro. Este hecho produce una desvinculación entre
agricultura y ganadería y convierte al mercado en el principal protagonista, ya que el abastecimiento
de la demanda de nutrientes que precisa nuestra ganadería se establece casi exclusivamente en base
al precio, sin importar la procedencia. Los nutrientes que consumen hoy nuestros animales provienen
de los lugares más apartados del planeta. Se incluirán en las raciones siempre que su coste (teniendo
en cuenta los gastos de desplazamiento) sea inferior a las materias primas que proporciona la
agricultura local. Algo similar pasa con los progresos en el campo de la genética, donde pierde
importancia el concepto de ‘raza’ y se sustituye por el de ‘gen’. De hecho, en algunas especies apenas
puede hablarse ya de razas, sino de genotipos. En muchos casos los animales se han diseñado por
grandes multinacionales y se encuentran absolutamente desvinculadas del medio natural. Se ha
producido por tanto una transición de lo general (sistema productivos amplios, llenos de
interrelaciones y basados en razas adaptadas a ecosistemas y alimentos) a lo pequeño y particular
(gen, nutriente), con la consiguiente pérdida de vinculación territorial. Ello ha propiciado el
crecimiento de la producción intensiva, que implica la optimización de procesos tecnológicos
orientados a maximizar la productividad. Son muchas las consecuencias beneficiosas de estos avances
tecnológicos, entre los que destaca la producción masiva de alimentos y con plena garantías sanitarias,
lo que permite una gran oferta de alimentos a un precio muy asequible. En términos constantes el
precio ha descendido de forma sostenida y actualmente el coste en el mercado de un huevo o un vaso
de leche apenas supera los 10 céntimos. Gracias a los progresos tecnológicos relacionados con la
mejora de la producción de alimentos (en general, no solo de origen animal), todos los parámetros
que evalúan la el estado nutricional de la población (mortandad infantil, episodios de hambrunas,
estatura, longevidad, índice de masa corporal, etc) han mejorado de una forma muy arcada en los
últimos 60 años, no solo en España, sino prácticamente en todo el mundo. Es interesante recordar que
actualmente alrededor del 10% de la población mundial padece todavía subnutrición, cifra que sigue
siendo inaceptable, pero que supone una importante mejora si se compara con los datos de 1960,
donde el problema afectaba a más de 50% de la población mundial. Es decir, en términos globales, el
proceso relacionado con la producción de alimentos en su conjunto puede considerarse muy exitoso.
Sin embargo, se han generado también algunos problemas importantes que amenazan hoy más que
nunca el futuro del sector agroalimentario en general y especialmente lo relacionado con la
producción de alimentos de origen animal y por tanto con la relación hombre-animal tal como la
hemos venido conociendo. Entre ellos cabe señalar el deterioro medioambiental, derivado del tráfico
a gran escala de materias primas que altera los ciclos de nitrógeno, carbono y fósforo, así como la
concentración de unidades productivas en espacios reducidos (normalmente en la proximidad de
puertos) y la desvinculación con la producción agrícola y la población rural. Es esta la razón de la
contaminación en ciertas zonas y del abandono y despoblación de otras regiones. Sin agricultura y
sin ganadería, apenas puede haber generación de riqueza en el medio rural y la consecuencia lógica
es la despoblación de grandes zonas. Es una reflexión importante en países desarrollados, y
especialmente en España debido a su vocación agroalimentaria. Quizá tan importante o más es la
desvinculación completa de la sociedad con la ganadería, que entiende cada vez más como algo
alejado, antinatural y poco respetuoso con los animales. Cada vez hay menos voces que puedan
expresar puntos de vista divergentes, ya que, como se ha indicado, se está perdiendo una masa crítica
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La historia de la veterinaria toledana está por escribir a pesar de que la ciudad fue un lugar
fundamental para comprender la evolución de esa disciplina durante siglos. Esta situación se debe a
motivos muy diferentes. El principal tiene que ver con el predomino de las visiones que presentan a
la población como foco agrícola centrado en la explotación de sus vegas, ajeno a cualquier práctica
pecuaria mínimamente especializada. Los primeros ejemplos los encontramos en las descripciones
de la ciudad que realizaron los geógrafos árabes. Es el caso de Al-Razi, un autor que escribió su obra
en la primera mitad del siglo X. En ella dijo que la tierra de Toledo era:
“la mejor tierra de panes, tanta por tanta, que en toda tierra de España sea. E es tierra de
buenos ayres, e el pan dura y mucho e non pude nin se daña, e pueden y tener el trigo diez
años, que no sea muy dañando quando se guerreaua. E el su açafran es mejor que toda lo de
España en tinta e en color”. 1
Poco después, Al-Idrisi, en el siglo XII, volvió a plantear una situación similar al destacar de Toledo:
“la fertilidad de sus campo, regados por el gran rio llamando Tajo”, con numerosos jardines
rodeando la ciudad “regados por canales, sobre los cuales hay establecidas ruedas de rosario
destinadas al riego de las huerta, que producen en cantidad prodigiosa frutos de una belleza
y una bondad extraña”. 2
Esa misma visión fue la que aportaron los grandes corógrafos toledanos de los siglos XVI y XVII. Es
el caso de Francisco de Pisa, autor de la conocida Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo
publicada en el año 1605, que describió el entorno de la ciudad y se ocupó tan solo de las que
consideró:
“frescas y hermosas arboledas, llenas a todas partes de Sotos y huertas, con gran
muchedumbre de arboles frescos y deleitosos”. 3
Siglos después la valoración seguía siendo parecida. Es la opinión que tenemos de autores mucho
más modernos, caso de Pascual Madoz en pleno siglo XIX, que despacha la importancia ganadera de
la provincia en su famoso Diccionario Geográfico, con un breve y aclarador párrafo en el que dice:
“Las producciones animales son mucho más escasas: no se encuentran sino pequeñas
ganaderías de lanar y cabrío, aun más reducidas las de mular y yeguas: del vacuno solo
existen las cab. necesarias para la labranza: algunas piaras de cerda en la parte del S. y O.
y colmenas en los de Puente y Navahermosa.” 4
1
Catalán, D. y Andrés, M.S., Crónica del moro Rasis. Versión del Ajbar muluk al-Andalus de Ahmad ibn
Muhammad ibn Musa al-Razi, 889–955; romanzada para el rey don Dionís de Portugal hacia 1300 por
Mahomad, alarife, y Gil Pérez, clérigo de don Perianes Porçel, Madrid 1975, pp. 65-66.
2
al-Idrīsī, Muḥammad b. Muḥammad al-Šarīf Abū ʿAbd Allâh, Description de l'Afrique et de l'Espagne, traducción,
notas y glosario de R. Dozy y M.J. D Goeje, Leiden 1886 (reimpresión de 1968), pp. 178-179.
3
Pisa, F., Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo, Toledo 1605, fol. 9v.
4
Madoz, P. de, Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España, Madrid 1849, Tomo XIV, pp. 784-785.
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A este panorama tan poco alentador hay que sumar la falta de estudios sobre la ganadería hispana
más allá de algunas obras clásicas sobre la Mesta, que centran su atención sobre los extremos, la
dificultad que representa el estudio del registro arqueológico o documental ganadero en relación con
el que ofrece la agricultura y la habitual separación de la medicina medieval del ámbito animal, con
el que también estaba relacionada 5.
Es por ello que de Toledo y su relación con la veterinaria, tan solo se hayan destacado algunos
aspectos muy parciales relacionados casi siempre con las traducciones toledanas de los siglos XII y
XIII, que sirvieron para dar a conocer en Europa la denominada como ciencia de los antiguos. En
ellas encontramos obras de de grandes filósofos y científicos como son la Historia animalium o los
De animalibus de autores tan conocidos como Aristóteles o Avicena 6, que fueron traducidos en
nuestra ciudad por Miguel Escoto y sirvieron, junto a algunas obras de tratadistas romanos como
Varrón o Columela, para divulgar importantes conocimientos sobre la práctica veterinaria.
Sin embargo y a pesar de lo dicho hasta ahora, pocas ciudades han tenido más importancia para el
desarrollo de la disciplina que la nuestra, tal y como algunas veces se ha intuido al citarse en diferentes
estudios sobre historia de la veterinaria hispana, que la primera utilización del término albéitar en
nuestro país procede de los escritos conservados de la ciudad 7. Me refiero al documento mozárabe
fechado en el año 1175 que recoge la existencia de un corral “llamado del albéitar”, propiedad de la
catedral 8. Su estudio muestra que éste se ubicaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa Justa,
un lugar caracterizado por la existencia de numerosos mesones y alhóndigas, en las que era
fundamental el cuidado de las caballerías.
Se trata de una cita que se suele presentar de manera aislada pero no lo es, ya que son otros muchos
los datos que muestran la existencia de la práctica profesional sanitaria en Toledo durante la Edad
Media. Un nuevo ejemplo lo tenemos en otro documento mozárabe fechado en 1225 en el que se
describe la venta de una tierra en la alquería de Benquerencia, lindante con la llamada Fuente del
Albeitar, que todavía pervive en la toponimia local 9. También, lo es el documento de la misma serie
y origen fechado en el año 1282, que describe la permuta de unas propiedades en la parroquia de San
Nicolás, muy cerca del corral de Santa Justa antes citado, que lindaban con las casas de “Galib el
Albeitar” que es el primer profesional de la veterinaria con nombre conocido en la ciudad 10.
Esta tradición de origen árabe por el tipo de documentos y los nombres que aparecen reflejados,
permiten plantear la existencia de una escuela local, que desarrollaría su labor siguiendo el modelo
de formación oriental basado en el contacto del profesional con el discípulo, que explicaría la
existencia de los profesionales que aparecen en la documentación medieval generada en la ciudad.
Como muestra tardía de su continuidad, tan solo recordar la figura de Rodrigo Ordóñez, que aparece
descrito como albéitar y herrador 11, en una donación de tierras fechada en el año 1465 al desaparecido
monasterio de Santa María de Sisla, que se convirtió en la primera y principal potencia ganadera de
la ciudad.
5
Mateu, J.F., “Huella de la trashumancia en los paisajes mediterráneos”, en Vidal, P. y Castán, J.L., (editores),
Trashumancia en el Mediterráneo, Huesca 2010, pp. 193-228.; Señorán, J.M., “Etnoarqueología de los grupos de
pastores”, en Arqueoweb, 2007, 9 (1), p. 21.
6
Gonzálvez, R., Hombres y libros de Toledo, Madrid 1997, pp. 429, 532 y 602
7
Medina, M. Sobre el Origen, Desarrollo e Identidad de la Ciencia Veterinaria. Lección
Inaugural del curso académico 1885/86 en la Universidad de Córdoba. Córdoba 1986, p. 16.
8
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, doc. 116.
9
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, doc. 592.
10
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, 826.
11
León, P., Los judíos de Toledo, Tomo II, Madrid 1979, p. 359, doc. 1014.
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Junto a estos datos de carácter personal, hay otros igualmente significativos, que relacionan
nuevamente a la ciudad de Toledo con la veterinaria. Me refiero ahora a la carta de Isabel I de Castilla
fechada en Toledo el 24 de mayo de 1475, dirigida a Francisco de Peñalosa, en la que comunicaba a
este personaje la decisión de crear el Real Tribunal del Protoalbeitarato 12, dentro del conjunto de las
actuaciones modernizadores que emprendió la monarquía con el fin de establecer la bases del Estado
moderno, que acabarían por fraguar con la celebración de las Cortes de Toledo del año 1480 13. Fue
entonces cuando se acometió la regularización del oficio de albéitar cuyo título pasó a tener un
carácter oficial.
A la puesta en práctica de esta importante reforma se debe que muy pronto se publicaran diferentes
manuales destinados a la formación de los aspirantes, en los que Toledo y otras importantes
localidades de su provincia vuelven a tener protagonismo. Es el caso del conocido Libro de Albeiteria
de Francisco de la Reina, residente en Toledo, publicado en el año 1546. También lo son las obras
Alonso Suárez, médico en la ciudad de Talavera de la Reina, que en 1564 publicó en Toledo su
Tratado de Albeytería, de Eugenio manzanas que publicó en 1583 en Toledo el libro Enfrentamientos
de la gineta y de la manera y orden de herrar italiano para seguridad del caballo o de Baltasar
Francisco Ramíres, albéitar y familiar del Santo Oficio de Toledo, autor del Discurso de Albeytería.
Nuevo conocimiento de algunas enfermedades hasta ahora ignoradas, publicado en el año 1629.
Todos estos datos y otros muchos que no relacionamos para no alargar este trabajo, muestran lo
mucho que puede ofrecer el análisis de la veterinaria toledana. Una realidad evidente a la que nosotros
queremos aproximarnos desde una óptica parcial y sobre todo diferente de lo hecho hasta ahora, al
basarnos en el estudio de las prácticas ganaderas especializadas que conocemos en la ciudad o su
territorio, que solo es posible entender por la existencia de un personal altamente especializado que,
desgraciadamente, apenas ha dejado huella en la documentación. A ellos les debemos unas
instituciones que tienen su origen en plena Edad Media y tienen mucho que aportar al conocimiento
de la sanidad animal, por ser pioneras en la puesta en práctica de unos modelos de intervención
sanitaria que pervivieron hasta mediados del siglo XIX.
El primer ejemplo de la importancia ganadera de Toledo lo encontramos antes, incluso, de la llegada
del hombre a lo que hoy conocemos como peñón toledano. Para entender esta peculiar situación es
necesario remontarnos a fechas por encima del millón de años de antigüedad, en las que el área
geográfica toledana jugaba un papel destacado en el flujo de los grandes rebaños de animales que
poblaban el interior de la Península Ibérica y practicaban migraciones estacionales para sobrevivir,
características de buena parte de las especies que habitan las tierras áridas en el mundo mediterráneo.
El origen de este hecho que iba a marcar el posterior desarrollo ganadero de Toledo, se debe a la
existencia de un accidente geográfico excepcional. Me refiero a la existencia del peñón granítico en
el que se asienta la ciudad, el único al norte del valle del Tajo, que obliga a las aguas del río a trascurrir
entre dos peñas que sirven de anclaje al actual puente de Alcántara. El resultado del inesperado
obstáculo es el ensanchamiento previo del cauce, la formación de un remanso de la corriente y, con
él, la generación de una serie de depósitos aluviales, que forman el único vado estable en cientos de
kilómetros por el que podían cruzar el rio numerosas especies, incluida la humana 14.
A esta realidad, hay que sumar otra particularidad de origen igualmente natural. Este paso coincide
con la existencia de suelos muy diferentes en el entorno de la ciudad, en el que se yuxtaponen sectores
12
Abad, M., Introducción a la Historia de la Veterinaria, León 1984.; Herrero, M., La Veterinaria en la
Antigüedad. Creación del Real Tribunal del Protoalbeiterato de Castilla. Valladolid 1990.
13
Pastor, J., “Las Cortes de Toledo de 1480”, en Toletum. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias
Históricas de Toledo, 1, 1955, pp. 55-89.
14
Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la ciudad, Toledo 2008, pp. 21-24.
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15
Carrobles, J. y Palomero, S., “Toledo: un vado y una ciudad estratégica, en Revista del Instituto Egipcio de
Estudios Islámicos en Madrid, XXX, 1998, pp. 245-261; Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la
ciudad, Toledo 2008, pp. 19-27; Rey, A., “Bosquejo geomorfológico del peñón toledano”, en Boletín de la Real
Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 36-37, 1928, pp. 149-176;
16
Sánchez, E., “El territorio toledano, un hito en la articulación interna de la Meseta prerromana”, en II Congreso de
Arqueología de la provincia de Toledo. La Mancha Occidental y La Mesa de Ocaña, Toledo 2001, Vol. II, pp. 125-
145.
17
Sánchez, E., “Caballo y sociedad en la Hispania céltica. Del poder aristocrático a la comunidad política”, en Gladius
XXV, 2005, pp. 151-186; Tirador, V., “Caballo y poder: las elites ecuestres en la Hispania Indoeuropea”, en El Futuro
del Pasado, 2, 2011, pp. 79-95.
18
Amela, L., “Dos cecas de la Meseta: Clounioq y Toleto”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y
Arqueología de Valladolid, LXVIII, 2002, pp. 131-145; Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la ciudad,
Toledo 2008, pp. 128-134.
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Sánchez-Palencia, F.J. y Sainz, M.J., El circo romano de Toledo: estratigrafía y arquitectura, Toledo 1988.
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de su hijo en el circo máximo de la capital 20. Entre los destinatarios destacaron personajes como
Estilicón, esposo de Flavia Serena cuyo origen y propiedades, según el poeta residente en la corte
Claudio Claudiano, hay que ubicar en el valle del Tajo.
Esta realidad ganadera de Toledo en el mundo antiguo con todo lo que significa, no se agota en estos
datos más o menos directos que acabamos de citar. Hay otro aspecto fundamental que solo ha sido
considerado recientemente y tiene especial importancia. Me refiero a la formación de grandes
términos municipales ganaderos, caso del que se dotó a la ciudad de Toletum, a partir de la división
territorial impulsada por Augusto y culminada por los emperadores flavios a mediados del siglo I.
d.C. En todos los casos que empezamos a conocer en este sector central de la Península, parece darse
un patrón meseteño que parte de la implantación de un modelo muy diferente al que apreciamos en
otros lugares cercanos mejor conocidos, como pueden ser el valle del Ebro o del Guadalquivir, mucho
más poblados y volcados en la producción agrícola. Los estudios realizados a partir de santuarios e
inscripciones que reflejan los límites entre el territorio de poblaciones como Ávila, Segovia o Toledo,
muestran que desde estas fechas tan antiguas que venimos tratando, se generaron ámbitos municipales
con una lógica ganadera muy distinta de la que podían condicionar los accidentes geográficos, al
incluir tierras de pastos complementarias situadas al norte y sur de las cadenas montañosas, con el fin
de fomentar la existencia de explotaciones ganaderas intensivas autónomas, controladas desde cada
población 21. Así, los límites de las tierras de Ávila y Segovia, luego recuperados en la Edad Media,
se situaron a pocos kilómetros de Talavera de la Reina y Toledo, en la misma medida que los de
nuestra ciudad se extendieron al sur de los Montes de Toledo y llegaron hasta el valle del Guadiana
a través de zonas que hoy forman parte de las provincias de Ciudad Real o Badajoz, con el fin de
garantizar la existencia de pastos de invierno y de verano para el ganado local 22.
Esta ganadería cada vez más especializada, tuvo un importante impulso a partir del siglo V d.C., como
consecuencia de la crisis del Imperio romano que provocó, en cierta manera, la recuperación de viejas
fórmulas ganaderas practicadas en la Prehistoria 23. Su control quedó ahora en manos de la nueva
aristocracia surgida de la unión entre visigodos e hispanorromanos, que fue la encargada de articular
unos nuevos modelos trashumantes, que volvieron a dar protagonismo a Toledo y a su territorio. Eso
al menos es lo que se desprende del estudio de alguno de los grandes complejos monumentales que
se conocen en el entorno de Toledo, caso del monasterio de Santa María de Melque, fechado a finales
del siglo VII, que se construyó con una cerca y diferentes instalaciones destinadas a constituir un
prototipo de dehesa ganadera, ubicada junto a la que luego recibirá el nombre de cañada real
segoviana. Su papel como centro gestor del movimiento del ganado está por estudiar, aunque todo
parece indicar que debió servir para controlar el movimiento trashumante de importantes rebaños 24.
También y como simple sugerencia para la investigación en el futuro, hay que señalar que falta
conocer la capacidad que alcanzaron estos importantes centros monásticos altomedievales, en la
20
Blázquez, J.M., “Criadores hispanos de caballos de carreras en el Bajo Imperio en las cartas de Símaco”, en Espacio,
Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, 23, 2010, pp. 411-447.
21
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 173.; Hernando, M. del R., “Ávila: una ciudad con vocación ganadera”, en Mangas, J. y Novillo, M.A.,
(editores), El territorio de las ciudades romanas, Madrid 2008, pp. 385-424.
22
Molenat, J.P., Campagnes et Monts de Tolède du XIIe au XVIe, Madrid 1994.
23
Ariño, E.; Rodríguez, J. y Riera, S., “De Roma al Medievo. Estructuras de hábitat y evolución del paisaje vegetal ene
l territorio de Salamanca”, en Zephyrus, 55, 2002, pp. 283-309.
24
Barroso, R.; Carrobles, J. y Morín, J., “La articulación del territorio toledano entre la Antigüedad tardía y la Alta
Edad Media (ss. IV al VIII d.C.)”, en Caballero, L.; Mateos, P. y Cordero, T., (editores), Visigodos y omeyas. El
territorio, Anejos de Archivo Español de Arqueología LXI, Mérida 2012, pp. 263-304.; Caballero, L. y Fernández,
M., “Notas sobre el complejo productivo de Melque (Toledo)”, en Archivo Español de Arqueología, 72, 1999, pp.
199-239.
Pag. 35
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
25
Berges, J.M., “Actividad y estructuras pecuarias en la comunidad de Albarracín (1284-1516), Teruel 2009, p. 137.;
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 174-176.
26
Cara, L., “Huellas de pastores: observando los paisajes ganaderos de los extremos granadinos”, en Malpica, A.,
(editor), Análisis de los paisajes históricos. De al-Andalus a la sociedad feudal, Granada 2009, pp. 169-202.
27
Izquierdo, R., Vascos: la vida cotidiana en una ciudad fronteriza de al-Andalus, Toledo 1999, pp. 125-126.
28
Barroso, R.; Malalana, A.; Carrobles, J.; Morín, J. y Sánchez, M.I., “Rubut y husun en la Marca Media toledana: del
tagr al awsat a la Transierra de Castilla”, en Barroso, R.; Morín, J. y Sánchez, M.I., Elbora-Vascos: de obispado
visigodo a ribat de talavera. Dos estudios sobre el territorio toledano occidental entre la tardía Antigüedad y la
Alta Edad Media, Madrid 2018, pp. 87-144.
29
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 176.
30
Bolens, L., Agronomes andalous du Moyen Àge, Ginebra 1918.; García, E. y Carabaza, J.M., “Estado actual y
perspectivas de los estudios sobre agronomía andalusí”, en Tawfik, A.; Carabaza, J.M.; Cano, P. y Garijo, L.,
(coordinadores), El saber en al-Andalus, Sevilla 1999, vol. 3, pp. 101-118.
Pag. 36
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
31
Bishko, Ch. J., “El castellano, hombre de llanura. La explotación ganadera en el área fronteriza de La Mancha y
Extremadura durante la Edad Media”, en Homenaje a Jaime Vicens Vives, vol. I, Barcelona 1965, pp. 201-218.;
Gerbet, M.C., La ganadería medieval en la Península Ibérica, Barcelona 2003.; Malalana, A., “La trashumancia
medieval castellana: aproximación historiográfica”, en Hispania: Revista Española de Historia, 50, 1990, 779-791.
32
Ruiz, F., Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de La Mancha (1150-1250),
Madrid 2003.
33
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 180-183.
34
Una aproximación bibliográfica reciente la encontramos en Diago, M., Mesta y trashumancia en Castilla (siglos
XIII al XV), Madrid 2002.
35
Marín, F., “Análisis institucional del Honrado Concejo de la Mesta: los alcaldes de cuadrilla (siglos XVI-XVII)”, en
Cuadernos de Historia Moderna, 16, 1995, pp. 293-314.
Pag. 37
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
del ganado que llegara procedente de otro municipio y de sancionar a todos aquellos ganaderos que
rompiesen la cuarentena o entrasen con su ganado sano en la zona aislada por las autoridades para
evitar contagios.
Pues bien, esta Mesta que todos conocemos, es en realidad una institución que convivió con otras
instituciones similares, igual de autónomas, pero menos conocidas, que desempeñaron una importante
función. Me refiero a las mestas locales que crecieron con el fin de gestionar las cabañas ganaderas
surgidas en las principales ciudades del reino 36. Su mayor éxito tiene lugar en los siglos XIV y XV,
aunque hay algún caso excepcional como es el de Toledo, que parece tener un origen mucho más
antiguo. Es lo que se desprende de los datos que incluyen las primeras ordenanzas que conservamos
de la institución, datadas en el reinado de Fernando IV (1295 - 1312), en los que se hace constar que
las disposiciones que regulaban la práctica ganadera local partían de los fueros, privilegios y acuerdos
adoptados siglos antes, que sirvieron para generar un modelo de institucionalización propio. Nos
referimos a las confirmaciones de que realizaron diferentes monarcas, al menos desde el reinado de
Alfonso VII, a comienzos del siglo XII:
“E confirmo esta carta el Emperador (Alfonso VII), cuya anima aya folgança en el parayso.
E despues confirmola el rey don Alonso (Alfonso VIII), que Dios perdone el anima, y le de
folgança. E depues confirmola el comun de Toledo, e los Alcaldes e alguaziles.
E despues vido la carta el Rey don Fernando (Fernando III), que Dios perdone, e viendo que
era bien fecha, confirmola, robrola ansi como el Emperador la confirmo, el la robro el Rey
don Alonso (Alfonso X) mi abuelo, la confirmo, e ansi la confirmo yo, con sus fueros, e con
sus derechos. E yo Ferdinandus (Fernando IV) Regnant en Castilla y Toledo.” 37
Su papel debió ser importante para comprender el pronto desarrollo de la Mesta general, que parte de
la experiencia acumulada por estas instituciones locales y, muy especialmente, por la toledana, que
todavía seguía funcionando de manera autónoma y plena durante el siglo XVI y de modo parcial, a
través de algunas de las figuras surgidas de la misma, hasta mediados del siglo XIX en el que se
impuso un nuevo modelo de administración local 38.
Las diferentes ordenanzas que conocemos de esta desconocida institución toledana están incluidas en
un pleito fechado en el año 1549 que fue librado por la Real Chancillería de Valladolid, como
consecuencia de la denuncia realizada por algunos ganaderos que consideraban dañados sus derechos,
ante el incumplimiento de las funciones y prerrogativas que ejercían los principales cargos de la
Institución en un momento complejo de su historia, del que luego nos ocuparemos. En su totalidad,
muestran la existencia de un modelo de gestión plenamente especializado, en el que destaca la
existencia de concejo y un alcalde propio llamado de los pastores 39, que será la figura clave encargada
36
Algunos ejemplos los encontramos en Argente, M., “Precedentes de la organización del Concejo de la Mesta”, en
Estudios de Historia y Arqueología Medievales, 7-8, 1987, pp. 29-40; Berges, J.M., “Para una historia de las
instituciones pastoriles en Aragón: la mesta de Albarracín a través de sus ordinaciones”, en Castán, J.L. y Serrano, C.,
(coordinadores), La trashumancia en la España mediterránea: historia, antropología, medio natural, desarrollo
rural, Zaragoza 2004, pp. 263-364.Cabrera, E y Córdoba de la Llave, R., “Una mesta local en tierras de señorío: el
ejemplo de Belalcázar e Hinojosa, E., en La Ciudad Hispánica siglos XIII al XVI, Madrid 1987, pp. 203-220.
37
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 7v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
38
Un ejemplo tardío de actuación del Alcalde de los pastores en el área de Toledo vinculado a la institución, lo
encontramos en la causa abierta contra Miguel y Saturnino Arribas, ganaderos sorianos, acusados de llevar ganado
enfermo de viruelas en la localidad de Polán, datada en 1828. Archivo Municipal de Toledo. Caja 6348, causa 4335.
39
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), Edición facsímil en Caminos
silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
Pag. 38
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
de juzgar los incumplimientos y asegurar el desarrollo de la actividad ganadera local en las mejores
condiciones posibles, incluidas, como no podía ser de otra manera, las sanitarias.
Esta Mesta de Toledo fue la institución que reguló los intereses de la ganadería local, muy
especialmente de los denominados señores del ganado, que trataron, por todos los medios posibles de
preservar los privilegios de los que gozaban desde los tiempos de la conquista cristiana. También, de
regular la relación laboral con los pastores para evitar la competencia entre ellos, gracias al
establecimiento de unas condiciones inalterables y al hecho de convertir a la Institución en un ente
cerrado, en el que todos los ganaderos quedaban obligados a participar hasta el punto de penalizar
duramente cualquier intento de salida del grupo. Eso al menos es lo que se desprende de las primeras
disposiciones incluidas en la ordenanza más antigua que conocemos, fechada a comienzos del siglo
XIV, en la que se dice que “Todos los pastores del termino de Toledo, hazemos carta de coto”,
quedando obligados a que “qualquier pastor que no viniera a la mesta dos vezes al año, la una por
Pascua de Resurrecion, y la otra por Pascua de Cinquesma, que por qualquier que faltare de las
fiestas que peche un maravedí.” 40 Unas obligaciones que, como decíamos, debían mantenerse en el
tiempo, tal y como lo demuestra el hecho de que cualquiera que quisiese salir de este ámbito mesteño
toledano tuviera que pagar una importante multa: “Del que hiziere de vuelta en la mesta, que peche
veynte carneros.” 41
Su organización se basaba, como acabamos de ver, en la celebración de dos mestas o reuniones
anuales, que tenían lugar en los momentos previstos para juntar la cabaña ciudadana que debía
trasladase a los pastos fijados para cada momento. Sin embargo, desde el punto de vista institucional,
la principal reunión era la que se celebraba el domingo de Trinidad que reunía en la ciudad a los
propietarios del ganado de todo el término para analizar la marcha de los rebaños y tomar las
decisiones necesarias para el futuro más inmediato, incluidas todas aquellas que tenían que ver con
la política sanitaria. Su celebración quedó recogida de nuevo en las ordenanzas. Es el caso de la
celebrada el día 17 de junio de 1497 en la que se describe la actuación de los escribanos públicos de
Toledo de la siguiente manera:
“fuymos con el (el Alcalde de los pastores) a las casas de su morada, las quales son en el
arrabal de Toledo, y desde aqui fuymos entrados con el dentro de las dichas casas, e fallamos
la pieça de homes buenos que moran en las aldeas e termino de Toledo, que dixeron que auian
ganados en tierra de Toledo. E luego el dicho Alcalde, e los otros dichos homes buenos,
dixeron a nos los dichos escriuanos, que ellos que se venian a juntar ansi como homes buenos
de la mesta, que auian ganados en tierra de Toledo, segun que dixeron que lo han de vso y
costumbre, de se juntar cada año, para hazer y ordenar entre si algunas cosas, que sean en
seruicio de Dios, e por honra de nuestro señor Rey, e de ellos. E de las cosas que ay
ordenaron, que le diessemos de ello todo vn escrito, firmado de nuestros nombres, e
testimonio, para guarda de su derecho. Lo qual todo ello, es esto que se sigue.” 42
El estudio de todos estos documentos muestra que el papel del Alcalde de los pastores fue
fundamental para el desarrollo de la ganadería toledana, hasta el punto de convertirse en una de las
principales dignidades ciudadanas que los ganaderos siempre quisieron preservar, para disfrutar de
sus prerrogativas y mantener su profesionalidad e independencia. Sin embargo y a pesar de lo
dispuesto, desde mediados del siglo XVI encontramos evidencias de que el Ayuntamiento trató de
40
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
41
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
42
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 7v. y 8a. Edición facsímil
en Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
Pag. 39
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
arrendar el cargo, primero de manera anual y más tarde, de manera mucho más drástica, al enajenar
el oficio y vincular su desempeño con el disfrute de un determinado título nobiliario. Como muestra
de la resistencia puesta por los ganaderos locales en favor de la profesionalidad de esta figura, basta
con citar la condena que recibió la ciudad de Toledo en el año 1549, consecuencia del pleito al que
antes nos referíamos, que tiene su origen en los intentos protagonizados por el Ayuntamiento para
convertir a esta magistratura en algo simbólico y sobre todo rentable. En ella se dijo:
“Condenamos al dicho Licenciado Lugo, e al que es o fuere Corregidor juez de residencia de
la dicha ciudad de Toledo, a que no arriende dicho oficio, e que aya e tenga arca propria y
diputada, para las penas que se hizieren.” 43
Fue, como decimos, un triunfo pasajero ya que muy poco después el oficio de Alcalde de los pastores
acabó siendo privatizado y se convirtió en una ocupación ligada al título del marqués de Montemayor
que, a pesar de colaborar con esta evolución tan poco profesional, mantuvo sus funciones jurídicas y
resultó ser lo más parecido a un responsable de sanidad animal para el campo toledano, tal y como
podemos comprobar en las numerosas denuncias y pleitos que se conservan en el Archivo Municipal
de la ciudad datados en los siglos XVI al XVIII. En ellos se recoge el cuidado mostrado durante siglos
en el amplio término municipal a la hora de controlar el acceso del ganado local a determinados
pastos, según el calendario fijado para asegurar su mayor productividad, el establecimiento de
sanciones para todos aquellos pastores que introdujeran ganado enfermo en el territorio bajo su
control o la denuncia de los que dejaran de comunicar la enfermedad de sus rebaños. En la misma
medida, fue el encargado de castigar a los que rompiesen la cuarentena impuesta por las ordenanzas
o dejaran de respetar las zonas de aislamiento establecido. Y todo ello para evitar brotes de
enfermedades contagiosas como eran la rabia 44, la viruela 45 o las zangarrianas 46, que tantas veces
aparecen citadas en la documentación de lugares como Horcajo de los Montes, Los Navalmorales,
Polán, Los Yébenes y la ciudad de Toledo o para cuidar la policía sanitaria del abasto de carne en
relación con la necesaria salud de los animales sacrificados 47.
Así pues, en la figura del Alcalde los pastores de Toledo, la cuarta por protocolo de la ciudad 48,
encontramos el mejor precedente que conocemos de la desconocida pero importante práctica
veterinaria en Toledo durante siglos, que se convierte en una figura a tener en cuenta en los estudios
sobre historia de la disciplina en ésta y otras muchas ciudades del reino.
43
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5a. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
44
Un ejemplo lo encontramos en la causa por ganado enfermo, abierta en el año 1622 contra Eugenio Pérez de la Oliva
y sus pastores por pastar con ganado infectado de rabia en Los Yébenes. Archivo Municipal de Toledo, caja 6434,
causa 6948.
45
Diligencias abiertas en 1772 contra Juan Francisco Atanasio Sánchez, vecino de Toledo, por tener ganado para el
abasto de carne en la ciudad de Toledo enfermo de viruelas. Archivo Municipal de Toledo, caja, 6474, causa 7874.
46
Causa abierta en 1749 contra Juan Gabriel Flores y María de Sevilla, mayoral y dueña de un rebaño de cabras
enfermas de zangarriana, por no guardar las normas de aislamiento en Los Yébenes. Archivo Municipal de Toledo,
caja 6468, causa 7740.
47
Proceso por venta ilegal de carne en Toledo tras una denuncia fechada en 1611 contra Eugenio Sánchez, carnicero,
porque “tiniendo obligaçion conforme a la que tiene echa al consejo del dicho lugar de bender carne buena y
degollada, el susodicho a vendido mucha carne morteçina que se le a muerto en su ganado”. Archivo Municipal de
Toledo, cala 6251, causa 1508.
48
Es lo que se deduce de la obra Toledo. Su Prudente Gobierno y las Corteses Ceremonias con que le Ejerce de Juan
Sánchez de Soria, datada en el año 1635. En ella, dentro del capítulo dedicado a los cargos municipales y su orden en la
celebración de las reuniones se dice: “El señor corregidor, y a su mano derecha, el señor duque de Maqueda, como
alcalde mayor de Toledo, el señor duque de Lerma, como alcaide de los Alcázares Reales de Toledo; señor conde de
Cifuentes, alcalde mayor de Alzadas; señor marqués de Montemayor, alcalde mayor de Pastores.” En García, M.,
(editor), Toledo. Su Prudente Gobierno y las Corteses Ceremonias con que le Ejerce, Madrid 2004, p. 25.
Pag. 40
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Premisas 1
En el ámbito de los textos antiguos y medievales de Medicina veterinaria resulta frecuentemente
difícil seguir la pista de la transmisión de conceptos y de los términos correspondientes que sirven
para designarlos. Las causas de dicha dificultad son varias, a menudo relacionadas entre sí. Los
testimonios que conservamos de la Antigüedad escritos en griego y latín son escasos (Corpus
Hippiatricorum Graecorum, Pelagonio, Mulomedicina Chironis, Vegecio) y están marcados por un
estado de conservación que no siempre muestra estados originales de los textos. Por otra parte, no
hay apenas rastro de la transmisión doctrinal y, consecuentemente, formal de esta disciplina al mundo
árabe, realizada obviamente desde escritos griegos, y tampoco de la producida desde la Antigüedad
romana a la latinidad bajomedieval. En esta circunstancia ha incidido indudablemente el hecho de
que la vía de transmisión de la Veterinaria fue fundamentalmente oral, al estar la disciplina, a
diferencia de la Medicina humana, excluida ya desde la Antigüedad de los ámbitos académicos, que
siempre favorecieron la transmisión escrita.
Estas razones motivan que la interpretación de cualquier término y concepto localizado en algunos
de los escritos mencionados requiera una auténtica labor de arqueología textual, lo cual se hace
todavía más complejo cuanto más nos alejamos en el tiempo de las fuentes originales.
Cuando Gerardo de Cremona emprendió, en Toledo a mediados del siglo XII, la traducción al latín
desde el árabe de cerca de una treintena de obras médicas, transmisoras a su vez de doctrina griega,
tuvo que hacerlo sin duda desde el conocimiento conceptual y formal de dicha disciplina para poder
interpretar de la mejor manera posible los textos, y seguramente tuvo que realizar también esa labor
arqueológica con los medios a su alcance, ya fueran estos procedentes de una formación libresca, ya
de la información recibida de posibles colaboradores. Y en general, también tuvieron que hacer lo
mismo todos los profesionales de la enseñanza médica cuando se enfrentaban a unos textos portadores
de doctrina y léxico que llevaban sobre sí siglos de transmisión. Tal proceso se complicaba
evidentemente cuando el léxico técnico llegaba por vía oral y el rastro de su origen se perdía en
tiempos o lugares lejanos.
En este trabajo vamos a seguir el rastro de una interpretación equivocada de uno de esos conceptos,
y la correspondiente denominación latina que le dio desde el árabe Gerardo de Cremona. Se trata de
un concepto perteneciente al ámbito de la Veterinaria: la denominada ‘enfermedad bovina’. Para
1
Este trabajo se integra en el marco del proyecto de investigación FFI2016-77240-P (MICIU / FEDER), cuyo equipo
pertenece a la Red de Excelencia Opera Medica: recuperación del patrimonio textual grecolatino de la Medicina europea
II (RED2018-102781-T, MICIU).
Pag. 41
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
encontrar la causa de dicha interpretación, retrocederemos en el tiempo hasta los primeros testimonios
que conservamos de literatura médica grecolatina, y particularmente veterinaria, lo cual no significa
exactamente que sean los testimonios originales, sin ningún género de dudas perdidos. Partimos para
ello de la idea de comunidad doctrinal (y en ocasiones también formal) de la disciplina médica, y
particularmente veterinaria, en los ámbitos de cultura griega, árabe y latina, fruto de un largo y diverso
proceso de transmisión que contempló, por un lado, la transferencia de conocimiento desde el mundo
griego al árabe y de este al occidental latino de la Baja Edad Media, y, por otro, una vía directa de
transmisión latina, o grecolatina, a lo largo de los siglos alto y bajomedievales, en los que podemos
presuponer un papel capital para la difusión oral.
La enfermedad bovina
El libro XXX de la magna enciclopedia de Albucasis (s. X), Al Tasrif, fue traducido al latín en el
siglo XII por Gerardo de Cremona dando lugar al Opus manuale o, como es universalmente conocido,
Chirurgia. Un poco después, ya en el siglo XIII, lo serían también otras secciones de esta obra, que
se convertirían en los latinos Liber Theorice necnon Practice y Liber Seruitoris.
En un capítulo de esa traducción latina de la Cirugía del andalusí, aparece mencionada una egritudo
(‘enfermedad’) bouina, lo que no resulta extraño, porque en los escritos médicos de la Antigüedad y
la Edad Media son frecuentes las interferencias entre Medicina humana y veterinaria. En dicho
capítulo, la afección es descrita como un gusano (vermis) que se mueve bajo la piel:
Cyrurgia 2,94 De sectione super uermes generatos sub cute, et dicitur egritudo bouina:
Hec egritudo nominatur in quadam terra apud nos egritudo bouina: propterea quod multotiens accidit
bouibus: et est uermis paruus unus qui nascitur inter cutem et carnem. Et uadit in corpore toto,
ascendendo et descendendo, et ostenditur sensui apud ambulationem eius de membro ad membrum
donec disrumpit in cute locum et egreditur. Et generatio eius est ex putredine quorundam humorum,
sicut accidunt uermes et serpentes, id est lombrici et ascarides in ventre, et timetur ex malicia eius.
Quia quando ipse vadit in corpore et eleuatur ad caput et peruenit ad oculum: tunc fortasse aperit in eo
et egreditur et destruit oculum [...] Oportet ergo ut stringas quod est supra eum, et quod sub ipso cum
ligamento constrictione forti, deinde seca super ipsum et extrahe eum, quod si profundatur in carne et
non inuenis ipsum, tunc pone super locum cauterium cum igne, donec moriatur.
“De la sección sobre los gusanos generados bajo la piel, y se dice enfermedad bovina:
Esta enfermedad se denomina en un lugar cercano a nosotros enfermedad bovina, porque muchas veces
sucede a los bueyes. Y es un pequeño gusano que nace entre la piel y la carne. Y va por todo el cuerpo,
subiendo y bajando, y se siente en su camino de miembro a miembro hasta que rompe un lugar de la
piel y sale. Y se genera por corrupción de algunos humores, como nacen también los gusanos y
lombrices en el vientre. Y es temido por su malignidad. Porque cuando va por el cuerpo y sube a la
cabeza y llega al ojo, entonces lo abre y sale y lo destruye [...] Conviene pues que ates lo que hay por
encima y por debajo de él atando fuerte con un ligamento. Luego corta por encima de él y sácalo. Pero
si se hunde en la carne y no lo encuentras, entonces pon sobre esta parte un cauterio con fuego, hasta
que muera.”
El capítulo, con mínimas variantes formales, aparece también en la versión latina, un poco posterior,
del Liber Practice:
Liber Practice 31,2,13 De passione bouina:
Passio bouina dicitur eo quod in pluribus generatur in bobus, et est uermis generatus inter cutem
humani corporis et carnem et totum corpus perambulans donec perforans cutim, et exit ubi contingit,
et possibile est contingere suum oculum <et> per exitum deuastare illum. Est autem huiusmodi
uermiculus in colore corporis patientis cuius caput est nigrum, et generatur ex eodem humore ex quo
generant pediculi et lendes…
Pag. 42
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Esta misma afección la encontramos, referida siempre a los humanos y sin la denominación relativa
a los bueyes, en el Pantechni de Haly Abbas, médico persa del s. X (Theorice 8, 24 sicut uene forti
motu se mouentes sicut uermes: “como unas venas que con un movimiento fuerte se mueven como
gusanos”) y en el Teisir de Avenzoar, del s. XI (2,7, 21 de uerme qui oritur sub cuti et de combustione
ipsius: “acerca del gusano que sale bajo la piel y de su cauterización”).
En principio, parece que la infección podría identificarse con una filariasis subcutánea que produce
las llamadas ‘hinchazones fugitivas’, además de daños en los ojos.
Como es sabido, la Cirugía de Albucasis adquirió, una vez traducida al latín y precisamente gracias
a eso, una extraordinaria difusión en el ámbito académico, es decir universitario, europeo, como por
otra parte sucedió también con otras de las traducciones de obras médicas realizadas en Toledo por
el cremonés, que se convirtieron en auténticos manuales para la enseñanza de la disciplina.
Así, tres siglos después de que esta versión latina viera la luz, la noticia sobre la enfermedad bovina
fue recogida por Leonardo Bertapaglia (†1460), profesor de Medicina y Cirugía en Venecia (y
probablemente antes en Padua) que, aunque cronológicamente se sitúa en un momento ya muy
cercano a la renovación que traería el Humanismo médico renacentista, seguía todavía muy vinculado
a los conceptos y a los moldes formales de la Medicina bajomedieval.
En efecto, en su Cirugía, que fue publicada por primera vez en 1490, y que en realidad es un
comentario sobre el libro IV del Canon de Avicena, menciona, en el capítulo 1,26 De uena ciuili uel
medena, la passio bouina de Albucasis haciéndola similar a una passio equina, que, según dice, tenía
como nombre vulgar, es decir, popular, ‘male del vermo’ (‘mal del gusano’):
Pag. 43
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
La vena medina es una pústula hinchada, que hace vejigas, de medida media, y con aspecto entre vena,
vello y gusano, según algunos con virtud motiva y sensitiva. Y se dice vena medeni como si se
entendiera ‘en medio’, y muchas veces sale en las piernas y en la mano y en los costados, y es muy
frecuente en los niños. Y se llama también ‘vena civil’ por una ciudad llamada Medina situada cerca
de Babalach, donde abunda esta enfermedad, de la cual ciudad Medina tomó esta enfermedad su
nombre. Y se da en la tierra de los Sarracenos y en otras tierras, y es frecuente también en Egipto. Su
origen es sangre mala melancólica o flema adusta con el ímpetu de una complexión seca. Y también
la generan algunas aguas y hortalizas que se comen, que nacen en aquellos lugares...
Cura tópica.
Cura tópica de la vena medeni cuando aparece por fuera de un orificio en forma de gusano, tal como
aparece en la enfermedad bovina, cuando ves en un buey que sale un gusano [...]. Otro modo por
incisión y cauterio. Comienza por un extremo, y perfora con un gamaut, o con un raspador, o con una
lanceta sobre un estilete, hasta el orificio, y luego deja salir la sangre, y después cauteriza con hierro
candente, como hacen los veterinarios en los gusanos de los caballos, cuando contraen la enfermedad
bovina o equina, llamada vulgarmente ‘mal del verme’, sobre la que Albucasis hace extensamente tres
capítulos de tres enfermedades diversas [...]”
Esa uena ciuilis o medena a la que está dedicado el capítulo de Bertapaglia no es otra cosa que una
dracontiasis, una infección producida por un gusano (‘pequeña serpiente’ o δράκων en griego)
descrita y valorada en la obra de Albucasis y en otras también árabes, y con una notable influencia de
fuentes griegas. Volveremos a esta infección más adelante.
En cualquier caso, según Bertapaglia, uno de los procedimientos que pueden utilizarse para curar la
dracontiasis es el cauterio, tal como hacen también los veterinarios en la enfermedad bovina, que hace
similar a una enfermedad equina dando a ambas el nombre de ‘mal del vermo’. Podríamos pensar,
por tanto, que esa enfermedad equina es en los caballos lo mismo que la bovina en los bueyes y que,
por tanto, los datos que podamos encontrar sobre la equina nos podrán permitir definir mejor la
bovina.
Pero Bertapaglia se equivocó equiparándolas, considerando que en las dos hay presencia de gusanos
reales (“tal como aparece en la enfermedad bovina, cuando ves en un buey que sale un gusano”) y
dando a ambas una denominación vulgar, ‘mal del verme’, que solo es aplicable a la enfermedad de
los caballos.
En los tratados hipiátricos latinos (y sus traducciones a lenguas vernáculas) de la Baja Edad Media –
los de Giordano Ruffo (ca. 1200 – ca. 1256), Teodorico de Borgognoni o de Cervia (1205 – 1298),
Lorenzo Rusio (1288 – 1347), y el traductor del árabe Mosés de Palermo (segunda mitad del s. XIII)–
, encontramos siempre capítulos diversos dedicados al Vermis equi (‘gusano del caballo’). Esta
denominación de uermis es calificada por Giordano Ruffo de ‘vulgar’, es decir, que procedería de la
lengua popular hablada:
“Hay pues una enfermedad accidental que se llama vulgarmente ‘gusano’, que comienza en el pecho del
caballo o entre las caderas y cerca de los testículos, descendiendo luego hacia las patas, provocándoles
hinchazones, perforándolas totalmente con abundantes úlceras. Este gusano se origina de malos
humores, cálidos, superfluos, reunidos y congregados a la vez durante mucho tiempo...”
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“El ‘gusano’ es una enfermedad que se instala en el pecho del caballo y junto a los testículos. Luego
bajando hacia las patas provoca hinchazones perforándolas con heridas [...] y nace de humores malos
cálidos y superfluos reunidos durante mucho tiempo”.
Y lo mismo encontramos en los fragmentos que sobre el uermis ofrece Mosés de Palermo (segunda
mitad del s. XIII) que son, en contenido y en extensión, distintos de los anteriores porque siguen una
tradición diferente. En efecto, los dos tratados que se le atribuyen (Liber Ipocratis de infirmitatibus
equorum et curis eorum [“Libro de Hipócrates sobre las enfermedades de los caballos y sus curas”],
y Liber marescaltie equorum et cure eorum [“Libro de medicina de los caballos y su curación”])
parecen ser versiones hechas desde el árabe de escritos hipiátricos de Hippocrates Indicus y de un
escritor anónimo respectivamente, y en cualquier caso basadas más o menos indirectamente en textos
hipiátricos griegos. En cualquier caso, en ellos la enfermedad se denomina igualmente con el término
latino malum uermis (‘mal del gusano’):
“Capítulo de la cura del mal que se llama chesel, es decir mal del gusano de los caballos”
Pero la exposición más completa y extensa sobre el muermo y sus variedades es la de Lorenzo Rusio
(1288-1347), que dedicó cuatro capítulos (144-147) de su obra hipiátrica a cuatro variedades de la
enfermedad, y aplicó a todas la denominación de uermis. Recojo solo dos fragmentos:
Rusii De cura equorum, cap. 144 De Verme equi (p. 342-352 Barbieri)
Vermis est quaedam infirmitas incipiens in equi pectore uel intra coxas iuxta testiculos, deinde, ad crura
descendens, tumefacit ea crebris ulceribus perforando: qui morbus ex malis creatur humoribus superfluis
et calidis longo tempore insimul congregatis [...] Hic morbus, quia in diuersis locis nascitur, diuersimode
nuncupatur [...]. Magister Maurus dicit quod hanc passionem aliqui Guttam, aliqui Vermem uocant, eo
quod ad similitudinem illius serpendo, cutem inficiens, eam minutatim perforat, et per illa foramina sanies
effluit [...]
Cap. 146 De uerme dicto farcina (p. 354-358 Barbieri)
Farcina ex nimia humectatione carnis et repletione humorum uocabulum sumpsit, quam quidam
Vermem uocant, eo quod putridus et superfluus humor in carne et cute foramina facit, quemadmodum
uermis terrestris facit in terra. Nascitur autem ex marcido sanguine rheumantizante extra uenas, et aliquando
nascitur ex plaga, uel ictu, si infra duos menses curata non fuerit [...]
Cap. 144 “El gusano es una enfermedad que comienza en el pecho del caballo o entre las caderas junto a
los testículos; luego, descendiendo hasta las patas, las hincha perforándolas con muchas úlceras. Esta
enfermedad nace de humores malos superfluos y cálidos reunidos a la vez durante mucho tiempo [...] Esta
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enfermedad, puesto que nace en lugares diversos, se llama de distinto modo [...]. El maestro Mauro dice
que algunos llaman a esta enfermedad ‘gota’, algunos ‘gusano’, porque serpenteando a la manera de aquel,
al pasar por la piel la perfora minuciosamente, y por esos canales fluye sanies [...]”
Cap. 146 Sobre el gusano llamado ‘farcina’
‘Farcina’ toma su nombre de la excesiva humectación de la carne y de la repleción de humores. Algunos la
llaman ‘gusano’, porque un humor pútrido y superfluo hace canales en la carne y en la piel, como hace un
gusano terrestre en la tierra. Y nace de sangre podrida que fluye fuera de las venas, y alguna vez nace de
una herida o de un golpe, si no se ha curado en dos meses [...]”
En relación con el tema que nos ocupa, la descripción de Rusio resulta relevante por dos razones. En
primer lugar, como se ha visto, incorporó una explicación de la denominación metafórica de la
enfermedad, recogida de un tal Magister Maurus, autor, del que no se sabe prácticamente nada, de
un tratado de Hipiátrica en tres libros (conservado en latín en el manuscrito de Londres, British
Library, Harley 3772, segunda mitad del siglo XIII o principios del XIV): “El maestro Mauro dice que
algunos llaman a esta enfermedad ‘gota’, algunos ‘gusano’, porque serpenteando a la manera de
aquel, al pasar por la piel la perfora minuciosamente, y por esos canales fluye sanies”.
En segundo lugar, en uno de esos capítulos, común con otro del influyente De animalibus de Alberto
Magno seguramente por el empleo de una fuente común, especificó el nombre de uno de los tipos de
uermis (Cap. 146 De uerme dicto farcina: “Sobre el gusano llamado ‘farcina’”), y esta denominación
nos remite directamente a la Veterinaria latina antigua y al farciminum o morbus farciminosus, es
decir, el muermo 2.
La asociación del muermo o farciminum con unos ‘gusanos’ bajo la piel la encontramos por primera
vez atestiguada en el tratado latino de Veterinaria conocido como Mulomedicina Chironis. Datado
generalmente en el s. IV d.C., e integrado por tanto en el conjunto de tratados veterinarios de este
siglo junto con los de Pelagonio y Vegecio, este escrito es en realidad una compilación formada a
partir de capítulos, de distinta extensión, de los siguientes autores: Quirón (o centaurus Chiron),
Claudius Hermeros y Apsirto, un hipiatra griego de entre los siglos III y IV, cuya obra conocemos a
través de los fragmentos recogidos en el Corpus Hippiatricorum Graecorum, otra compilación
bizantina de autores de hipiátrica: Apsirto, Eumelo, Teomnesto, Hierocles, Hipócrates Indio,
Pelagonio y Anatolio (s. IV-V d.C.). Hay además unos pocos fragmentos atribuidos expresamente a
Sotión, Farnaces y Policleto. Es decir, que el tratado tiene una importante vinculación con fuentes
griegas.
La Mulomedicina Chironis se ha conservado solo en dos manuscritos, ambos del siglo XV:
Múnich, Bayerische Staatsbibliothek, clm 243 (s. XV)
Basilea, Universitätsbibliothek, D III 34 (s. XV)
Y hay únicamente una edición completa del texto, la de Oder de 1901, aunque hay otras parciales
(Wölfflin, Niedermann y Cózar Marín).
2
Farciminum y morbus farciminosus son nombres utilizados en los tratados latinos antiguos de
Hipiátrica para una variedad cutánea del muermo, creados a partir del término farcimen, que designa
una especie de salchicha o embutido y, por identificación metafórica, inflamaciones o protuberancias
subcutáneas de diverso tipo, entre ellas las que produce esta enfermedad (descritas también como
tubercula [Chiron] o collectiones [Veg. mulom.]).
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Es precisamente en la descripción que hace este tratado de la enfermedad del muermo (o morbus
maleus, y, en una de sus variedades, morbus farciminosus, o farciminum) donde encontramos la
descripción de una enfermedad del caballo en la que uno de los síntomas se asemeja a unos gusanos:
precisamente a los que generaban la dracontiasis.
Conviene aclarar que las exposiciones latinas tardoantiguas (de Pelagonio, Mulomedicina Chironis y
Vegecio) sobre el morbus maleus y sus tipos son complejas y difíciles de interpretar en conjunto, en
gran medida porque para algunas de las variantes o tipos de la enfermedad los escritos ofrecen
características o efectos muy parecidos, a lo que se añade que también el número de variantes,
determinadas en función de las lesiones y efectos que producen, puede ser distinto, seguramente como
resultado del manejo de fuentes diferentes: es lo que sucede en la Mulomedicina Chironis, que en un
fragmento recoge siete tipos de maleus (Chiron 168 [3.3] sunt autem genera huius morbi maleos
numero VII: humidus, aridus, succutanus, articularis, elefantiotes, subrenalis, farciminosus), pero en
otro posterior solo menciona cuatro: Chiron 350 (4.23) sunt autem genera maleos 4or: humida, arida,
articularis et succutana. No hay que descartar además que en estos tipos y descripciones antiguos
haya interferencias de lo que hoy consideramos patologías distintas (piénsese por ejemplo en la
variedad elefantiotes).
En la actualidad se sabe que el agente causal del muermo es la bacteria Burkholderia mallei (antes
Pseudomonas mallei), que en los caballos provoca básicamente tres formas del mismo: nasal,
pulmonar y cutánea, con nódulos purulentos o sanguinolentos, tumefacciones de ganglios y vasos
linfáticos, abscesos y úlceras en diversas partes del cuerpo, además de inflamaciones en las
articulaciones, edemas y orquitis. La enfermedad puede transmitirse al hombre y a otros animales a
través de la inhalación, la ingestión o el contacto cutáneo.
En cualquier caso, en el capítulo De maleos del libro III, la Mulomedicina Chironis detalla una
relación de síntomas generales y comunes que permiten identificar el muermo en los caballos (182
multis enim generibus hic morbus in corporibus aliter obscura signa demonstrat. Quare necesse
habebimus nihil intermittere, sed omnia plenius demonstrare. Sic enim intelligimus animal morbidum
esse: “en efecto esta enfermedad de muchos tipos presenta en los cuerpos signos oscuros de distinta
clase. Por ello necesariamente no tendremos que omitir nada, sino mostrar todo claramente”). Entre
dichos síntomas se señalan unos tubera… durissima que parecen draconationes:
Chiron 183
cibum et potum cottidianis diebus non recusat (sc. equus), in corpore demonstrare solet tubera in
lateribus uel in cruribus uel in testibus aut in ceruice durissima, tanquam draconationes.
“(el caballo) no rechaza comer y beber, <y> suele mostrar en su cuerpo, en los costados, en las patas,
en los testículos o en la cerviz, unos tumores durísimos, como draconationes”.
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Draconatio es desde un punto de vista formal un calco del término griego dracontiasis, construido
con el sufijo –tio, que fue empleado en el latín de la Medicina, y particularmente en el de la Medicina
veterinaria, para construir calcos léxicos sobre términos griegos que llevaban el sufijo de acción
equivalente –sis (–tis).
En la Antigüedad griega, esa afección es mencionada ya por Plutarco (Moralia 8.9.733 B1), por
Galeno (Gal. 8, 392-393 K: De locis affectis 6; Gal. 19, 449 K: Definitiones medicae 187; ps. Gal.
14, 779-780 K: Introductio seu medicus 18: Περὶ τοῦ δέρματος παθῶν, y 19: Περὶ χειρουργίας εἰδῶν2)
y por Rufo de Éfeso (Ruf. Quaest. med. 65-69). Pero en la literatura médica griega las descripciones
más completas de la enfermedad son las de Aecio (s. VI) y Pablo de Egina (s. VII), que atribuyeron
su causa a reptiles similares a las lombrices intestinales (de ahí el nombre de δρακόντιoν, dracontion
‘gusanillo’, ‘pequeña serpiente’), aunque el segundo recogió también una interpretación de Sorano
de Éfeso (s. II) que la hacía similar a un nervio:
3
Transcripción de Irene Calà (Universidad de Múnich) a partir de los manuscritos Laur. Plut. 75.2, Laur. Plut. 75.21,
Par. gr. 2191, Vat. gr. 297, Vind. med. gr. 6, Vat. gr. 298, Laur. Plut. 75.7, Laur. Plut. 75.13, Vat. gr. 282, Ath. Vatopedi
A 29, Ath. Lavra 718, Par. Suppl. gr. 632, Par. gr. 2194, Par. gr. 2192, Vind. Med. gr. 12, Bodl. Canon. gr. 109. He
introducido algunas modificaciones en la puntuación.
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Directamente desde estas fuentes griegas, y muy especialmente a través de la recepción de la obra de
Pablo de Egina, la descripción de esta enfermedad habría llegado a las obras árabes, cuyas versiones
latinas le dieron el nombre de vena exiens, vena medeni, o vena ciuilis.
Que las descripciones antiguas griegas respondan realmente a una auténtica dracontiasis, tal como se
entiende en la actualidad, o también a algún otro tipo de infección por parásitos, como una miasis,
una filariasis o una larva migrans, por ejemplo, no podemos saberlo].
Así pues, con ese término draconatio la Mulomedicina Chironis estaba identificando las hinchazones
subcutáneas del muermo con aquellas protuberancias que producían los δρακόντια bajo la piel en
aquella afección denominada dracontiasis en fuentes griegas,
A ello se añade que los testimonios de la tradición griega sobre la dracontiasis humana ofrecen
elementos en común con las lesiones causadas por el muermo que describía la Mulomedicina
Chironis: en efecto, si el escrito latino hablaba de tubera y uenas curuas… et tumentes en los caballos,
Plutarco hablaba de inflamaciones (PLUTARC. Moralia 8, 9 φλεγμονὰς) y Galeno de varices (GAL.
14.779-780 K τά τε λεγόμενα δρακόντια ὅμοιά ἐστι τοῖς κιρσοῖς). Si el muermo en los animales podía
afectar a costados y extremidades (CHIRON 183 tubera in lateribus uel in cruribus uel…), también la
tradición griega transmite que la dracontiasis en el hombre puede afectar a las piernas (además de a
los brazos) y, en los niños, a los costados: GAL. 8.392-393 K ἐν ταῖς κνήμαις; AET. 14.85 πλεονάζει
δὲ περὶ κνήμας, ἐνίοτε δὲ καὶ περὶ τοῦς βραχίονας; AEG. 4, 58 οἷον βραχίοις, μηροῖς, κνήμαις, ἐπὶ δὲ
τῶν παιδίων καὶ πλευροῖς; PLUTARC. Moralia 8.9 δρακόντια μικρὰ τὰς κνήμας διεσθίοντα καὶ τοὺς
βραχίονας ἐξέκυψεν. Y en ambos casos se produce la aparición en las lesiones cutáneas de fluidos
resultantes de la infección: CHIRON 687 membranum liuidum inflatum humore plenum: AET. 14.85
τῷ δὲ χρόνῳ κατά τι πέρας τοῦ δρακοντίου πυοποιοῦνται ὁ τόπος; AEG. 4, 58 εἶθ’ ὅταν χρονίσῃ, κατά
τι πέρας τοῦ δρακοντίου πυοῦται ὁ τόπος.
El referente de la dracontiasis griega era, por tanto, muy adecuado para establecer la comparación
con los efectos cutáneos del muermo.
Pero, en ese sentido, sí hubo un término común que, recogiendo de alguna manera aquella metáfora
de las draconationes en el muermo, sirvió para designar no solo los síntomas o efectos sino la
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enfermedad misma, y ello durante toda la Edad Media, aunque en los primeros siglos tengamos
escasísimos testimonios: vermis (‘gusano’).
El manuscrito de París, BN, lat. 6862, datado entre el segundo cuarto del siglo IX y principios del X y
de contenido exclusivamente médico, transmite, entre unas anotaciones marginales con distintas
curas (ff. 3-24), una dedicada Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus (sic) (14v),
seguida de otras dos para el mismo fin, y de una potio ad farcino (sic). Además, el conjunto de recetas
ofrece también en los folios 5v y 7v otras dos encabezadas respectivamente por los títulos <A>d
uermes <i>n homine aut in caballo y Ad uermes qui in homines (-s supr. lin.) sunt:
5v
<A>d uermes <i>n homine aut in caballo
Herba cromella, qui simulat piso aut uicia quando nascit, in luna decurrente cum uino forte dabis
bibere; mirum est.
7v
Ad uermes qui in homines sunt
Folia de pescario manipul. I, lacte capruno staupos iii, bulliat usque ad unum staupum ueniat et sic
bibat.
14v
Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus
Ipsi uermes nascuntur ex <s>anguine uiscido et nunquam a foris parent, sed per carnem deintus de
loco in loco mutationem faciunt et uulnerant cutem. Saniolas paruas emittunt. Curabitur sic: In initium ipsa
foramina ex melle inunges, et sic de puluere clauellata supermitte: uermes occidit et uulnus sanat.
Item
Radice maritima, bla[b]donna nigra, cromella, ana teris; cum piper in ceruesa leuante bibat.
Item
Centaurea, linoagreste, bramsida, coculbraca, agrimonia, cum piper teris; addis mel et uino; sepius
bibas.
Item potio ad farcino
Vetonica, camitrius, pipenella, agrimonia, millefolium, plan<ta>gine, cardone follinicio, coculopane;
radices earum et folia, ana manipulum I, teris cum mulsa luna decurrente; bibis per dies plures.
Este testimonio del manuscrito de París (cuyas recetas se encuentran recogidas también en otras dos
compilaciones altomedievales de tipo médico, transmitidas en manuscritos de hacia el siglo IX)
establece claramente la sinonimia entre farciminum y uermes carnales o simplemente uermes, y
ofrece la atribución del farciminum a los humanos, además de a los animales, como se deduce de los
tituli de las curas: Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus; <A>d uermes in homine
aut in caballo; Ad uermes qui in homines sunt. Dicha atribución a los humanos en un texto latino de
esta época resulta sumamente sorprendente, puesto que no se encuentra en la Antigüedad en los
tratados de Veterinaria ni tampoco en escrito alguno de Medicina humana, siendo el muermo una
enfermedad característica de los caballos y otros animales, aunque en la actualidad se sabe que es
transmisible a los humanos.
La denominación del muermo en estos testimonios coincide totalmente, pues, con la que encontramos
siglos después en los tratados de la Baja Edad Media mencionados, y a ellos debió de llegar por vía
oral más que escrita, transmitida durante años por los colectivos de veterinarios o hipiatras. Tal
pervivencia en el tiempo viene a demostrar que la percepción de los efectos cutáneos del muermo fue
la misma durante toda la Edad Media latina.
Resulta evidente, pues, que, contrariamente a lo que sostenía Bertapaglia, el ‘mal del vermo’ no es la
misma enfermedad que la passio bouina de Albucasis: esta parece ser una filariasis, pero la
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denominación de ‘mal del gusano’ no responde a ella en absoluto, siendo más bien un nombre
metafórico, como lo era también farciminum, del muermo (al que ciertamente los bóvidos son más
resistentes que otros animales). A la confusión, obviamente pudieron llevar las descripciones de la
dracontiasis ofrecidas por los autores árabes, que en sus difundidas versiones latinas aclaraban que se
trataba de un uermis generatus inter cutem humani corporis et carnem (Albucasis) o inter cutim et
carnem uermis (Avenzoar), unidas a la explicación de su generación por humores pútridos (Albucasis
Cyrurgia 2,94: generatio eius est ex putredine quorundam humorum; Liber Practice 31,2,13:
generatur ex eodem humore…) y a la utilización de procedimientos parecidos de curación, entre ellos
el cauterio.
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Comunicaciones
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Bloque A:
Las Ciencias Veterinarias
en Castilla-La Mancha
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LA MESTA DE ALCARAZ.
Serral Quiles, José Tomás (1); Ortiz Valenzuela, Elena María. (2)
RESUMEN:
Alcaraz, en los confines de la Diócesis de Toledo, tuvo el privilegio de organizar las
mestas castellanas más antiguas de las que se tienen referencias escritas.
Alcaraz in the confines of the Diocese of Toledo, had the privilege of organizing the
oldest Castilian mestas of which have written references.
The archbishop's conquests of Toledo, Ximénez de Rada, underpin the powerful and
extensive Alfoz de Alcaraz at the crossroads of four river basins.
Its high strategic value, gave Alcaraz a great role as witnessed by his jurisdiction, treaty,
the Cantiga 178 of Santa Maria and a privilege to make a table dating from October 17,
1266.
Keywords: Mesta, Alcaraz, old, privilege.
En 1212 tiene lugar la batalla de Las Navas de Tolosa, pero la disentería y el hambre no
deja rentabilizar la victoria cristiana, debiéndose retirar los reyes cristianos a sus cuarteles
de invierno. Llegada la primavera, el rey castellano Alfonso VIII se dirige a la fortaleza
de Alcaraz, y tras un asedio, la plaza se entrega. Entra en ella el 23 de mayo de 1213 por
la puerta de Granada junto al Obispo de Toledo Don Rodrigo Ximénez de Rada, quien
consagra la mezquita a San Ignacio de Antioquía, obviando aludir a cualquier huella
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cristiana del pasado para así obtener una Bula de Inocencio III con la que anexionar a la
mitra de Toledo, algunas iglesias se la antigua diócesis de Mentesa.
Las hambrunas obligan al Rey a cejar en sus propósitos dejando como defensor de la
Frontera al valeroso arzobispo quien en sucesivas campañas acaba incorporando a Toledo
tierras tan alejadas como Cazorla o Huéscar, asegurando con ello el poderoso y
extenso Alfoz de Alcaraz, que siendo encrucijada de cuatro cuencas hidrográficas
(Guadalquivir, Guadiana, Júcar y Segura), alcanza un alto valor estratégico y por ello
gran protagonismo. Alfonso VIII le otorgó un fuero y tuvo intención de darle realengo
para convertirla en cabeza de Extremadura, su muerte en 1214, se lo impidió.
Fernando III otorga el 3 de febrero de 1219 en Saldaña un privilegio eximiendo de pagar
portazgo en todo el reino a los pobladores de Alcaraz, es renovado en Burgos en1233 y
el 10 de agosto de 1254 por su hijo Alfonso X aunque excluye de la exención las ciudades
de Toledo, Sevilla y Murcia. El 16 de agosto de 1222 otorga otro privilegio a la Orden de
San Juan confirmando de la ermita de Nuestra Señora de Cortes con una dehesa aneja que
pertenecía a la citada orden desde 1214.
A comienzos de 1243, el emir de Murcia, apremiado por la Orden de Santiago y del reino
nazarí de Granada, envía a su hijo a Burgos para negociar vasallaje a Fernando III, quien
convaleciente de hidropesía, envió al infante Alfonso al mando de un ejército. En Alcaraz,
sobre el 2 de abril de 1243, estamparon sus rúbricas el futuro rey Alfonso X y varios
representantes musulmanes de los linajes señoriales del reino de Murcia. El tratado
permitía la entrada de tropas castellanas en los principales castillos murcianos. Las
poblaciones de Lorca, Mula y Cartagena no aceptaron el tratado por lo que fueron
conquistadas.
El futuro rey sabio, debió conocer lo que en Alcaraz sucedía, así la Cantiga 178 de Santa
María cuenta la historia del niño de Alcaraz al que su padre diera una mulilla y se le
murió, y la encomendó a Santa María de Salas y se levantó sana después de tener las dos
patas de atrás desolladas y le dio entonces de comer, y la mulilla comió, y todos loaron a
la Virgen. Es curioso eso de que hasta que la mula no come no la dan por curada, aún
hoy, se sigue dando esa creencia entre personas muy apegadas al mundo rural.
Se conservan una carta de 1244 por la que el infante don Alfonso da Tobarra a Alcaraz a
cambio de otras dos y otra carta de Fernando III, en 1251, devolviendo a Alcaraz las
aldeas segregadas y estableciendo normas de bien gobierno. En Segovia, el 22 de julio de
1256 Alfonso X otorga un Privilegio rodado concediendo a Alcaraz el fuero real y varias
mercedes a los caballeros que tuvieran sus casas dentro de las murallas.
Los musulmanes murcianos y andaluces, se rebelan contra Castilla, para sofocar la
revuelta, Alfonso X el Sabio hubo de solicitar la ayuda de su suegro, Jaime I. Las tropas
cristianas consiguen someterlos en 1266, dejando libre al monarca de cumplir lo tratado
en Alcaraz, pudiendo dar comienzo la “castellanización” de los territorios con proyectos
como la “restauración” del obispado de Cartagena, la creación de la Orden Militar de
Santa María de España, repartimientos de tierras para atraer pobladores y la mesta de
Alcaraz a semejanza de las de Cuenca y Alarcón tal y como manda en el privilegio que
sigue:
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El rey justiciero, dice que en tiempos de Sancho IV y Fernando IV también se hizo uso
de ella y lo extiende a los alcaldes, merinos, comendadores, etc. del reino. Doce años
después haría la reglamentación de toda la mesta.
Alfonso VIII murió en 1214 y por tanto la carta a la que se hace referencia es anterior a
la fundación de la casa de ganaderos de Zaragoza, en 1218, por el rey Jaime I, que por
algunos, es considerada la mesta más antigua de España. Si bien, se trataba de un gremio
de ganaderos, siendo el concepto de mesta muy distinto en Castilla.
Por privilegio de Alfonso X el Sabio, concedido en Gualda, el 2 de agosto de 1273, las
agrupaciones de pastores y ganaderos de León y de Castilla se fusionaron en la "Real
sociedad de ganaderos de la Mesta", otorgándoles importantes privilegios como la
exención del servicio militar, de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc.
Se crea de este modo el Honrado Concejo de la Mesta de Pastores, aunque su
denominación y reglamentación es de 1347, reinando Alfonso XI.
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1287, enero, 27. Valladolid. Sancho IV confirma la carta de Alfonso X que inserta (1271,
abril, 5. Murcia) concediendo a los caballeros de Alcaraz que puedan tener excusados y
que los vecinos de cercas adentro no paguen impuestos, salvo moneda. No hay original.
Se conoce el documento por el traslado de 1542 en la Chancillería de Granada.
1287. Una confirmación de Sancho IV de la merced de Alfonso X por el trueque de
Tobarra.
1299, junio, 15. Burgos. Fernando IV reconoce la exención de impuestos de Alcaraz y
ordena que los vecinos no sean prendados salvo por deuda propia.
1300, noviembre, 15. Fernando IV. Que no sean prendados los bueyes e bestias de arada
por ninguna persona.
Que se guarde una ordenanza que tenía la ciudad de Alcaraz sobre que "qualquiera que
matase lobo ó sacase lechigada de lobos le diesen cinco reales de plata" ya que estos
animales les matan el ganado necesario para el sustento de sus vecinos. Valladolid 16 de
marzo de 1496. ES.47161.AGS//RGS,LEG,149603,28
Que se guarden y cumplan los privilegios que los hermanos del Concejo de la Mesta
tienen en la ciudad de Alcaraz, toda vez que se hubiesen revisado. Real Cancillería de los
Reyes de Castilla., Granada 7 de agosto de 1500. ES.47161.AGS//RGS,LEG,150008,277
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Unos años más tarde, el 27 de marzo de 1969, se aprobó el Libro Genealógico de la Raza
Ovina Manchega, por Resolución de la Dirección General de Ganadería. Los inicios
fueron complicados; un año después de la aprobación solamente contiene 3.037 animales.
EL IMPULSO (1970-1983)
La Orden de 7 de octubre de 1970 aprueba los Estatutos de AGRAMA por la Delegación
Nacional de Sindicatos (B.O.E., de 22 de diciembre de 1970). A partir de ese momento,
se suceden algunos acontecimientos que marcaron el devenir de las Asociaciones de
Criadores y, muy especialmente, de AGRAMA:
- Reconocimiento de Entidad Colaboradora del Ministerio de Agricultura para la
llevanza y gestión del Libro Genealógico (OM 31 de marzo de 1975, conforme al
Decreto 733/1973 sobre Normas Reguladoras de los LLGG y Comprobación de
Rendimientos del Ganado Español
- Entrega efectiva del Libro Genealógico el 15 de abril de 1977
- Estudio y aprobación del grupo de Valoración de Moruecos que se constituyó por 7
ganaderos en 1983. Se crearon los depósitos de sementales mediante cesión por parte
de los ganaderos de aquellos reproductores, en régimen de parada protegida, que se
denominó ESQUEMA 2, desarrollándose pruebas con grupos de 50 hembras
Esos años, la Presidencia de AGRAMA fue afrontada por D. Luis Carrascosa Gullón que
se mantuvo en el cargo hasta 1983 y que, al ser ésta socio fundador de FEAGAS
(Federación de Asociaciones de Ganado Selecto), resultó elegido como el primer
Presidente de esa Entidad (1982)
LA EVOLUCIÓN (1983-1993)
D. Dionisio Moraleda Navas, recogió el testigo de la Presidencia y lo mantuvo durante
los 10 años siguientes (1983-1993). Es en esta época, donde hay dos hechos sucesivos en
los que la organización administrativa ejerce un efecto directo en AGRAMA. A nivel
regional el establecimiento de las CCAA y la transferencia a C-LM de las competencias
agrarias y sus medios, en particular el Centro Nacional de Selección y Reproducción
Animal (CENSYRA) de Valdepeñas (1984). En la escala internacional, fue trascendental
la incorporación de España en las CCEE (1986) con la correspondiente aplicación de las
normas comunitarias, entre ellas la correspondiente a la ordenación pecuaria. El Esquema
de Valoración de Sementales para las razas ovinas de aptitud lechera se aprueba por OM
de 13 de marzo de 1987. Tras varias reuniones (7 de octubre de 1986; 18 de marzo y
noviembre de 1987) se redactó el Reglamento y constituyó la Comisión Gestora del
Esquema de Selección de la Raza Ovina Manchega (ESROM) previo acuerdo de
colaboración entre la Administración Central, Autonómica (Castilla-La Mancha,
fundamentalmente) y AGRAMA.
En 1988 se firma un Convenio de Colaboración entre la Consejería de Agricultura de
Castilla-La Mancha y AGRAMA, con una vigencia de 5 años (1988-1992) para el
desarrollo del ESROM. De esta forma, comienza el ingreso de machos en el Centro de
Inseminación Artificial del CERSYRA de Valdepeñas (se admitieron 69 ejemplares de
los 71 ofertados de 13 ganaderías, hasta el 10/02/1988). Aunque ya se habían realizado
inseminaciones en los años precedentes, realmente es a partir de 1988 cuando se
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comienzan a utilizar los machos del Centro, realizándose la inseminación de 1.461 ovejas,
de 18 ganaderías, con semen procedente de 21 sementales (Grupo A), con los siguientes
resultados reproductivos: Fertilidad del 32,59 %, Prolificidad del 146.21 % y Fecundidad
con 47,64 corderas/100 ovejas inseminadas. Por otra parte, se constituye una oferta de 26
ejemplares del denominado Grupo B, para su utilización mediante Monta Natural. Estos
trabajos cristalizaron en la publicación del primer Catálogo de Sementales de Raza
Manchega (mayo de 1992) que se puede considerar la incorporación de la raza en el grupo
de vanguardia en selección a nivel internacional.
Desde el año 1993, representada la Presidencia de AGRAMA por D. Antonio Martínez
Flores se han multiplicado las actividades de la Asociación, siendo una de las más
importantes del sector ovino. Para el detalle de los principales logros remitimos a las
memorias anuales disponibles en www.agrama.org.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Durante estos cincuenta y cinco años han sido muchos los ganaderos, mayorales, técnicos,
veterinarios, e incluso, queseros y personal de la Asociación, etc. que han entregado parte
de su vida a la Raza, y con ello, a lo que hoy es el Consejo Regular D.O.P Queso
Manchego e I.G.P. Cordero Manchego. Estamos seguros qué, por mucho esfuerzo e
interés que pusiéramos, siempre nos podría quedar alguien sin mencionar y no sería justo
por nuestra parte, por lo que la historia la hemos contado desde los que ostentaron la
Presidencia de la Asociación, porque fueron y son los representantes que eligieron los
ganaderos. Para finalizar, no quisiera dejar pasar la oportunidad para enviar el
reconocimiento a todos ellos que han hecho, de aquél proyecto, lo que hoy es una realidad.
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Molina Alañón, M.L.; Gallego Soria, R.; Arias Sánchez, R.; Almarcha Núñez-Herrador,
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Congreso Nacional y XVI Internacional de Historia de la Veterinaria: 5 pp en este
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Sierra, E. 1938. Estadísticas pecuarias. Ministerio de Agricultura.
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KEYWORDS:
Aprisco, Provincial Board of Livestock Development, Veterinarians.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PUBLICACIÓN.
Aprisco aparece en junio de 1958 por iniciativa de la Junta Provincial de Fomento
Pecuario de Toledo (JPFP), bajo la dirección del Jefe de los Servicios de Ganadería,
Alejandro Alonso Muñoz, con el objetivo de prestar información y formación al sector
ovino que era el de mayor importancia del momento. Existían publicaciones parecidas en
otras provincias aunque habitualmente abarcaban también a otras especies ganaderas
(Molina y col., 2018) lo que también ocurriría con Aprisco en los últimos números. La
revista se editó en la Imprenta Provincial de la Diputación y tenía inicialmente carácter
gratuito. A lo largo de cinco años se publicaron 10 ejemplares cuya periodicidad fue
variando de trimestral hasta un solo ejemplar (y último) en 1962. No se ha podido precisar
la tirada pero no debía ser inferior a los 500 ejemplares puesto que se distribuía, al menos,
a los servicios de ganadería de todas las provincias españolas y en la de Toledo a todas
las Hermandades locales de Agricultores y Ganaderos, profesionales veterinarios y otras
entidades. Los tres primeros ejemplares se distribuyeron de forma gratuita y el coste de
suscripción anual para el resto se fijó en 60 pts/año.
El formato del Boletín tiene como dimensiones de 2,5x17,2 cm, con portada en papel
satinado a dos tintas, con el título en diagonal en la esquina superior izquierda, el escudo
de la provincia en la parte superior derecha, ambos en rojo. El centro lo ocupa una
fotografía de ovinos y en la parte inferior, el número de ejemplar, mes y año. La
contraportada blanca, incluye en el centro otra fotografía de animales (normalmente
detalle de cabezas), en la parte superior el lema de “Selección-Alimentación-Higiene” y
en la inferior el nombre de la JPFP y su dirección. La impresión es en blanco y negro, con
numerosas fotografías (En más del 70% de las páginas), esquemas, gráficos y tablas. Los
encabezados de los títulos de las diferentes secciones presentan dibujos alegóricos. El
número de páginas oscila entre 48 y 166, estando la media en 75.
ESTRUCTURA Y CONTENIDOS.
La estructura de los ejemplares mantiene varias secciones fijas:
1. Editoriales. Se dedica en la mayor parte de los casos al comentario de temas de
interés coyuntural como el abastecimiento y precio de los productos y materias
primas, el abordaje de la mejora zootécnica, la participación y organización de
certámenes ganaderos (internacionales, nacionales o provinciales) o la creación
de la cooperativa ganadera provincial. Una buena parte del apartado sirve para
celebrar nombramientos y condecoraciones o para recordar fallecimientos de
personas relacionadas con el sector.
2. Ovinotecnia. Es la sección de mayor extensión e incluye artículos dedicados a las
razas ovinas nacionales e importadas, su selección, cruzamiento y alimentación y
a la tipificación de productos (lana, leche y carne).
3. Epizootiología. Como la anterior, de carácter técnico y en ambas hay artículos
originales, traducciones y reediciones de otras publicaciones que ocupan no
menos 15 páginas. Sintetizan aspectos prácticos de las enfermedades infecciosas
y parasitarias (“Los Duendes del Ganado”) más frecuentes y su tratamiento.
4. Divulgaciones Breves. Está dedicada a operaciones de manejo del ganado
(reproducción, identificación, esquileo, castración, etc.) y presentación del
material y equipamiento más novedoso disponible.
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inicialmente formado en 1947 con 135 animales (34 moruecos, 47 ovejas, 26 corderos y
28 corderas).
En 1954 (OM de 31 de enero y normas para su desarrollo de BOE de 20 de junio), se
regula el funcionamiento de los servicios del libro genealógico (LG) de la raza, basado
en la creación de dos grupos de ganaderías con registro independiente: las de ganado puro
y las de cruzado o mestizo. Se especifican los procedimientos de triple marca de los
animales (pendiente autocrotal, tatuaje en la cara interna de la cola y otro en el pliegue de
la ingle) y de numeración de las pieles, así como el sistema de documentación. El LG
hasta 1955 (MA-DGG, 1956) relacionaba 1.054 animales inscritos en el registro oficial
en pureza, en 23 provincias distribuidos en 57 ganaderías. En el caso del correspondiente
al grupo mestizo eran 113 explotaciones de 36 provincias. La mayor parte de las
ganaderías de raza pura también figuraban en el registro de cruzadas, lo que indica la
coexistencia en aquellas de karakul (normalmente en minoría) y de otras razas ovinas. La
representación de la raza cubría prácticamente toda la geografía española a excepción de
Galicia, Asturias y Baleares. Castilla y León con un tercio de las explotaciones inscritas
(17 en Valladolid), Andalucía (15), Madrid (15), Castilla-La Mancha (14) y Navarra (7),
eran las de mayor censo. En la Comunidad Foral, la Diputación venía ejerciendo una
importante labor de multiplicación y selección de la raza desde hacía más de una década.
Los datos del registro para la raza de la Junta de Fomento Agropecuario correspondientes
a 1951, recogían 10 ganaderías con un total de 106 de animales puros y más de 4.300
cruzados, habiendo cedido más de 300 corderos para reproducción a 20 provincias, lo que
evidencia su importancia para la raza en España. En el grupo de pureza del LG fue, por
tanto, uno de los núcleos que contribuyeron a atender la creciente de demanda de
ejemplares de la raza que el CSOK no podía satisfacer. Una prueba de la repercusión de
la raza en la época, es la presencia de personas influyentes del espectro político y
económico en la nómina de ganaderos, incluyendo a la Marquesa de Villaverde y al
propio Ministro de Agricultura.
El RNK seguiría creciendo con reposición propia, nuevas importaciones y la compra de
la explotación de Los Peñascales en 1953, de tal forma que en 1959 superaba los 500
animales. La población total de Karakul en España llegó en 1959 a 26.505 ovejas mestizas
y 2.253 reproductores de pedigree en 118 ganaderías de absorción y 57 de pura sangre de
las que solamente el RNK y el de la Diputación de Navarra, en Pamplona suministraban
ejemplares con carta genealógica. El censo fue progresivamente disminuyendo por varias
causas (Alonso, 1960): disminución de la demanda de astrakán e importación de pieles,
aumento de la consanguinidad, falta de resistencia de la raza a enfermedades (nematodos
y piroplasmas) y carencias estacionales de alimentación. El LG mantuvo inscripciones de
dos explotaciones, Duque de Wellington (Granada) y el propio RNK, hasta mediados de
los noventa.
Aparte de la gestión del LG, producción y cesión de reproductores el Centro realizó una
importante labor de investigación en la adaptación de la raza y control de sus
producciones (leche, carne, lana y piel) en ganado puro y cruzado (Alonso, 1955). Se
registraron datos muy completos de todos los corderos de karakul, incluyendo la reseña
fotográfica e indicadores de la calidad de rizo, brillo y dibujo o muestra en la piel. La
selección fue muy estricta puesto que no se destinaron a la reproducción animales que no
pertenecieran a las clases I o II. Los trabajos se presentaron en el ámbito científico y
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El CSOK era mucho más que el servicio a la ganadería, “La Granja”, nombre con el que
se conocía (y se conoce) por los valdepeñeros; era una pequeña comunidad de familias
de trabajadores que vivían en sus dependencias, entonces alejadas del núcleo urbano. Un
ejemplo es la familia Serrano que ha mantenido vínculos laborales con el actual
CERSYRA a lo largo de las más de seis décadas de funcionamiento del centro, mientras
que otras han desarrollado su trabajo en el sector pecuario en otros destinos.
Los titulados destinados en el periodo de CSOK fueron veterinarios y su número superó
la veintena a pesar de que la dotación de la plantilla solamente contemplaba de forma
permanente el puesto de dirección. Éste lo ejercieron sucesivamente Alejandro Alonso
Núñez (1946-1957), Canuto Escribano Tejedor (provisionalmente), Pablo Paños Martí
(1959-63) y Emilio Ojeda Sahagún (1963-1975, periodo que incluye el cambio de
nombre). La nómina incompleta del resto de veterinarios incluye a Cecilio Muñoz Fillol,
Emiliano Vázquez Hernando, José María Frías Palancar, Salustiano García Martínez,
José Ruiz-Poveda Lasala, siendo el último el decano, hasta el momento, de los destinados
en el Centro.
A MODO DE CONCLUSIÓN
La Estación Pecuaria Comarcal de Valdepeñas, denominada desde 1945 y durante más
de 25 años, Centro de Selección de Ovinos Karakul, se orientó a la producción peletera
nacional en un contexto económico español de aislamiento económico y comercial. La
programación y ejecución de los trabajos cumplió con el objetivo marcado en el ámbito
técnico. La evolución política, económica y social impidió alcanzar el autoabastecimiento
de astracán pero la reorientación de objetivos y su solvencia ha permitido que haya sido
uno de los centros más reconocidos y longevos en el ámbito de la mejora ganadera en
España.
BIBLIOGRAFÍA
Alonso, A. 1950. Razas lanares importadas en España. El Karakul en España, origen y
aclimatación. En: I Congreso Internacional Veterinario de Zootecnia. Tomo II:351-390.
Alonso, A. 1955. La oveja karakul, normas prácticas para su explotación. Hojas
Divulgadoras. Núm. 5-55.
Alonso, A. 1960. El Karakul en España. Aprisco 6:56-57.
Arán, S. 1935. Memoria de la Estación Pecuaria Central en 1934. Ed. Ministerio de
Agricultura, Comercio e Industria. Madrid.
Asensio, F. 2010. Cirilo del Río, un manchego en el gobierno de la República. Ed. MAPA.
Madrid.
Dachary, M. 1952. El ganado lanar en Navarra. En: II Congreso Internacional Veterinario
de Zootecnia. Tomo III:297-353.
Dirección General de Ganadería. 1956. Libro genealógico oficial del ganado Karakul
español. Ed. Ministerio de Agricultura. Madrid.
Vázquez, E. 1959. El porvenir de la leche de oveja: cómo lo ve el técnico. Aprisco 3:14-
17.
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KEY WORDS
IREC, wildlife, veterinary sciences
INTRODUCCIÓN
La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) se crea en 1985 como resultado de las
aspiraciones de la sociedad de la nueva comunidad autónoma. Su estructura obedece a la
presencia multicampus en las capitales de las provincias manchegas, Almadén (por la
histórica escuela de Minas) y posteriormente se ampliaría a Talavera de la Reina.
Guadalajara por tradición y situación geográfica se vincula a la Universidad de Alcalá de
Henares. El crecimiento de la UCLM en centros docentes, titulaciones y estudiantes
progresa de forma muy rápida en sus primeros veinte años de existencia. La actividad
investigadora se potencia en una inequívoca apuesta por el incremento de ponderar las
funciones primordiales de la universidad. Se crean diversos institutos de investigación,
casi siempre vinculados a centros docentes y departamentos de la propia universidad,
orientados a variadas disciplinas científicas y humanísticas.
Por otro lado, la institución española más importante de investigación, el Consejo
Superior de Investigación de Investigaciones Científica (CSIC), no contaba con ningún
centro en Castilla-La Mancha. Con estos antecedentes y en una etapa de expansión del
CSIC orientada a tener representación en aquellos territorios en los que no tenía
implantación, surge la idea de crear un Instituto en la mencionada comunidad.
DEFINICIÓN DEL PROYECTO Y SUS INICIOS
Después de varias reuniones entre los responsables del CSIC y UCLM, en las que se tuvo
muy presente la realidad social y económica de Castilla-La Mancha y los centros y
actividades de investigación de ambas instituciones, se acordó que el nuevo instituto
debería dedicarse a los recursos cinegéticos. La creación del IREC suponía para el CSIC
completar el mapa de centros del área de ciencias agrarias y recursos naturales. En el caso
de la UCLM su creación reforzaría la actividad investigadora y docente de los centros,
institutos y grupos de investigación en los campos relacionados con el medio ambiente y
la Agronomía. El nombre elegido fue Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos
(IREC). Hubo un intenso trabajo preliminar de técnicos, investigadores y responsables de
las tres instituciones fundacionales, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
(JCCM), CSIC y UCLM que dieron lugar al Convenio Específico de creación del IREC.
Éste fue suscrito el 24 de febrero de 1999 los consejeros de la Educación y Agricultura
de la JJCC, Justo Zambrana y Alejandro Alonso, el presidente del CSIC, César Nombela
Cano y el rector de la UCLM, Luis Arroyo Zapatero.
El convenio de creación define al IREC como centro mixto de titularidad compartida de
las tres Instituciones signatarias. El objetivo fundacional del IREC es la investigación de
diversos aspectos relativos a las especies de interés para la caza, entendida ésta como un
recurso natural renovable respetuoso con el medio ambiente y compatible con otras
actividades económicas como la ganadería extensiva. Otros de los principales objetivos
serían facilitar el acceso a la investigación de los jóvenes universitarios, la formación y
promoción de su personal y la colaboración con otros centros nacionales y extranjeros.
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que son objeto de estudio, de lo básico a lo aplicado, organismos de una amplia escala
biológica que interactúan en muy diferentes hábitats y condiciones. El abordaje de estos
trabajos se realiza con fuentes de financiación muy variadas, siendo la procedente de
proyectos competitivos ante organismos públicos y privados, la mayor parte de los 36,6
M€ obtenidos en los veinte años de vida del IREC y que han dado lugar a 1.749
publicaciones SCI y 111 tesis doctorales por mencionar dos indicadores relevantes. La
plantilla de en 2019 está formada por 102 personas de diferentes categorías, de las cuales
23 son investigadores a tiempo completo y permanente. Se organizan en cinco grupos de
investigación: Sanidad y Biotecnología, Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna
Silvestre, Toxicología de Fauna Silvestre, Ciencia Animal Aplicada a la Gestión
Cinegética y Biodiversidad Genética y Cultural. Otras actividades relacionadas con la
producción científica, aparte de las mencionadas, son la presencia en reuniones y
congresos organizados por sociedades científicas nacionales y extranjeras. Algunos de
ellos se han organizado con el IREC como anfitrión y en 2019, precisamente como acto
conmemorativo de su vigésimo aniversario, se ha creado el Congreso Ibérico de Ciencia
Aplicada a los Recursos Cinegéticos que se celebrará de forma bianual.
La docencia es otro de los grupos de actividades de mayor importancia del IREC. Se
inició en 2000 con la edición del primer máster de Gestión y Conservación de los
Recursos Cinegéticos en el que participaron más de 50 profesores y 45 estudiantes. Tuvo
una segunda edición en 2002 y de él derivaron dos cursos de especialización.
Simultáneamente se inició el Programa de Doctorado de Biología y Tecnología de los
Recursos Cinegéticos que se impartió hasta 2008. Tras la aparición de la nueva normativa
de postgrado, se transformó en el Máster de Investigación Básica y Aplicada en Recursos
Cinegéticos de la que se han impartido hasta ahora 10 ediciones y que conecta con el
programa de doctorado de la UCLM de Ciencias Agrarias y Ambientales. La totalidad de
los profesores de la UCLM y la mayoría de los investigadores del CSIC tienen docencia
en el mencionado máster. La formación de posgrado del IREC la han seguido más de
doscientos profesionales de los cuales más de la mitad ya han obtenido el título de doctor.
Los profesores del IREC, además, tienen dedicación docente en diversos grados
(Ingeniería Agrícola y Alimentaria, Ingeniería Forestal, Farmacia, Medicina,
Biotecnología) y otros másteres (Ingeniero Agrónomo, Ingeniero de Montes y
Sostenibilidad Ambiental en el Desarrollo Local y Territorial) de la UCLM. Los
investigadores del IREC son invitados con asiduidad por universidades y otras
instituciones docentes para impartir clases y conferencias.
El tercer gran apartado de trabajos del IREC se canalizan por la prestación de servicios a
administraciones, instituciones y empresas públicas y privadas. Los campos de mayor
demanda son la realización de estudios, análisis y diagnósticos clínicos y asesoramiento.
Para realizar una parte de estos trabajos, desde el Instituto han nacido dos empresas de
base tecnológica: SaBio-Tec y Venadogen.
REFERENCIAS A LAS CIENCIAS VETERINARIAS
Una de las señas de identidad del IREC es su carácter multidisciplinar y a ello contribuye
la diversidad de la formación de origen de sus investigadores. En la plantilla hay 13
veterinarios de los cuales 3 han sido directores durante más de la mitad de su historia. No
obstante, no solo los veterinarios participan en la producción de ciencia veterinaria del
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KEY WORDS
Sheep improvement, talaverano, manchego
INTRODUCCIÓN
Toledo tiene una gran tradición ganadera, particularmente en el oeste, con un polo de
importancia en el área influencia de Talavera de la Reina que irradia a otras provincias,
históricamente vinculado, desde hace siglos, a su mercado quincenal (Díaz y col., 1998).
En el caso del ganado ovino y en el periodo estudiado en este trabajo (mitad del pasado
siglo), tenía un censo cercano a los 650.000 animales y representaba la principal actividad
pecuaria de la provincia. De forma muy esquemática se puede apuntar que la identidad
morfológica y productiva del efectivo ovino de la provincia seguía un gradiente
preferentemente manchego con ordeño (pretendiéndose la “triple aptitud”) en la zona este
que iría cambiando hacia la aptitud cárnica y de lana en las comarcas del oeste dominadas
por animales entrefinos en los que se practicaron cruces con merinos que derivaría en las
dos variedades del actual talaverano. La tipología de las explotaciones era muy variada,
condicionada a la dimensión, tipo de propiedad y uso agrícola de la tierra, siendo común
la existencia de rebaños mixtos, especialmente con ganado caprino.
A principios del siglo XX se iniciaron muy esporádicamente lo que podríamos denominar
actividades de mejora ovina, casi siempre por iniciativa de grandes propietarios
vinculados a la Asociación General de Ganaderos. La mayor parte de las estas iniciativas
iban encaminadas, básicamente, a incrementar la producción de lana y/o carne mediante
la tendencia de la época de introducción de razas foráneas. De estos avances se daba
difusión en la celebración de diversos certámenes como ferias y concursos de distinto
nivel que tenían cierta repercusión en la prensa general y especializada pero que difundía
de forma muy lenta en el conjunto del sector. Habrá que esperar hasta 1944 para encontrar
dos antecedentes en la provincia que podamos considerar de mejora zootécnica
respaldados por una programación de alcance, en ambos casos fueron promovidos por
Jefe de los Servicios de Provinciales de Ganadería, Luis Durbán Alegre. El primero fue
la campaña de mejora del ganado vacuno de aptitud carne en la comarca de Navahermosa
(Alonso, 1960). Los objetivos principales eran realizar el saneamiento y a continuación
homogeneizar la calidad genética del censo empleando la inseminación artificial, lo que
indica el nivel de innovación del programa. En el caso del ovino manchego, se puso en
funcionamiento un núcleo de control lechero en Madridejos formado por ocho ganaderos
(Moraleda y col., 1947). Los resultados fueron muy esperanzadores puesto que la
producción media por día alcanzó los 491 g/oveja con lotes que oscilaban entre 416 y 624
g/oveja, cifras muy superiores a las consideradas para la raza. Desgraciadamente el
resultado de estos trabajos no tuvo continuidad, posiblemente debido a que desbordó la
capacidad de innovación del ganadero medio de la zona y a la falta de financiación, pero
supusieron un precedente que posteriormente facilitó la puesta en marcha del Servicio de
Mejora Ovina (SMO).
CREACIÓN Y PRIMEROS TRABAJOS.
En la década de los cincuenta el sector agrario estaba comenzando a recuperarse tras la
Guerra y había muchas dificultades financieras y de otro orden como las derivadas del
aislamiento internacional. Nos podemos hacer una idea aproximada de la situación a partir
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BIBLIOGRAFÍA
Alonso, A. 1960. El servicio de inseminación artificial en la provincia. Aprisco 7:125-
130.
Díaz, B., Pacheco, C., Blanco, M.A. 1998. Los mercados de ganado de Talavera de la
Reina. Ed. Adarve.
Medina, S. 1962. Actividades del servicio de mejora ovina. Aprisco 10: 75-79.
Paños, P. 1965. Memoria de los servicios provinciales de ganadería. Provincia 34: 33-57.
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Alonso Núñez, Alejandro (1); Garde Pinar, Julián (2); Sierra Peña, Leopoldo (2); Casado
Moragón, Juan (2); Castillo Romero, Francisca Josefa (2); Suárez Peces, Juan Manuel
(2); Montoro Angulo, Vidal (3).
1. SEIASA.
2. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
3. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El presente trabajo hace un recorrido por los primeros años en los que la Administración
de Castilla-La Mancha crea los servicios veterinarios oficiales de la Consejería de
Agricultura. Éstos se estructuran hace cuatro décadas en los servicios centrales y la
coordinación provincial por un lado y más adelante se crea la red de Comarcas Ganaderas
para la atención a nivel local. Se detalla el recorrido desde la dotación de veterinarios
funcionarios transferidos por la Administración preconstitucional a la Comunidad
Autónoma hasta la creación de las propias escalas de la Administración Regional.
SUMMARY
The present work goes through the first years in which the Administration of Castilla-La
Mancha creates the official veterinary services of the Ministry of Agriculture. These are
structured four decades ago in the central services and provincial coordination on the one
hand and later the network of Livestock Comarcas for local attention is created. The route
is detailed from the provision of veterinary officials transferred by the pre-constitutional
Administration to the Autonomous Community until the creation of the Regional
Administration's own scales.
PALABRAS CLAVE
Servicios veterinarios, Castilla-La Mancha, Consejería de Agricultura
KEY WORDS
Veterinary services, Castilla-La Mancha, Agriculture Council
INTRODUCCIÓN
La estructura de los servicios veterinarios en la etapa preconstitucional se concentraba en
dos cuerpos de carácter general: titulares (CVT) y el nacional (CNV). El primero de ellos,
de mucho mayor tamaño, dependía del Ministerio de la Gobernación y ejercía sus
funciones de inspección sanitaria y asistencia a las explotaciones ganaderas a nivel local
en todo el territorio nacional. El CNV, mucho más reducido, tenía destinados a sus
miembros en los servicios centrales de los ministerios de Agricultura y Gobernación y, a
nivel periférico, en las Jefaturas de Ganadería y Sanidad de las capitales de provincia y
en algunos otros servicios como los CENSYRA. Además, los veterinarios ocupaban un
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convocan las pruebas de acceso al Cuerpo Facultativo Superior que en la escala de Salud
Pública incluye la especialidad de Veterinaria. El resultado es la incorporación de 22
veterinarios que son nombrados en agosto de 1987 como funcionarios de carrera, tras la
superación de los exámenes y realización de un periodo de prácticas de varios meses. Dos
habían accedido por promoción desde el SEA, 5 habían sido contratados del Ministerio
de Agricultura durante más de 10 años, 7 procedían de los contratos de la propia Junta u
el resto accedían por vez primera a la Administración. Quince tendrían destino en la
Consejería de Agricultura y los 7 restantes en la de Sanidad. En el mismo año 1987 se
volvió a convocar la segunda promoción del Cuerpo Facultativo que superaron 7
aspirantes veterinarios que fueron nombrados en 1988. Con esta nueva incorporación, los
servicios centrales y provinciales de la Consejería de Agricultura contaban con 81
veterinarios funcionarios de carrera. Quedaba pendiente la dotación de Servicios
Veterinarios Oficiales (SVO) para atender las necesidades a nivel local, cada vez más
exigentes por el marco normativo europeo en el que ya se encontraba inmerso nuestro
país.
FINALIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN OFICIAL DE LOS SERVICIOS
VETERINARIOS OFICIALES.
La situación de los servicios veterinarios que venían ejerciendo a nivel local el CVT
seguía con la inercia de la etapa preconstitucional. Dependían de la Consejería de Sanidad
de la que recibían una cantidad incompleta del salario correspondiente a la categoría de
titulados superiores. Ésta se completaba mediante servicios a los ganaderos y empresas
en un sistema en el que las incompatibilidades no estaban bien definidas. Desde 1984 en
que se celebró la última oposición al CVT, solamente algunas CCAA convocaron pruebas
de acceso. Con la nueva estructura autonómica, no hubo concursos de traslados en
Castilla-La Manchas y gran parte de la plantilla estaba formada por funcionarios interinos.
La situación fue empeorando progresivamente hasta que, después de numerosas
reuniones entre Administración y representantes sindicales, se publica el decreto 91/1990
de Organización de los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) de la JCCM en los que se
define sus funciones. Éstos se organizan en SV de Sanidad con una dotación de 255
plazas, SV de Ganadería con 141 y SV de Mataderos con 55, con adscripción funcional
a la Consejería de Sanidad de los primeros, a la de Agricultura los segundos y a ambas
los terceros. Para la cobertura de las plazas sería necesario pertenecer a la Escala Superior
de Sanitarios Locales de la JJCC o al CVT.
En 1990 se convocaron y celebraron las primeras pruebas selectivas al Cuerpo Superior,
Escala de Sanitarios Locales, de Castilla-La Mancha. El proceso fue largo y la relación
definitiva de los 263 aprobados se publicó en mayo de 1991. Tendría que pasar más de
un año, hasta que tomaron posesión en otoño de 1992. La dilación del proceso generó
multitud de conflictos por la lógica inquietud de los futuros funcionarios que no entendían
la pasividad de la Administración para hacer efectiva la oferta de sus plazas. Los
veterinarios sanitarios locales de la Consejería de Agricultura se integrarían en 51
Comarcas Ganaderas dentro de las Agencias de Extensión Agraria. Cada Comarca tenía
un veterinario jefe y dos o tres veterinarios más. El trabajo en las Agencias provocó cierto
malestar por la adaptación de los más veteranos al nuevo sistema; además dependencia
del jefe de la Agencia no pocas suspicacias puesto que su categoría administrativa era
inferior a la de los veterinarios. Otro de los problemas de los inicios de estos servicios,
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Pag. 97
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
i
Las fichas técnicas de las películas se pueden consultar en CAMARERO RIOJA, F.
Catálogo de documentales cinematográficos agrarios, 1895 – 1981, 2ª edición, Madrid,
MAGRAMA, 2014.
ii
Se puede ver en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=cV95uveLdzk
Visita del 15 septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 70.
iii
Localizada en Mediateca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
(MAPA). Se puede ver en: http://ruralmedia.eu/el-queso-manchego/ Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 140.
iv
Archivo General de la Administración. Industrialización de la oveja, signaturas
36.04720 y 36.03509. Ganadería Lanar, signaturas 36.04700 y 36.03414.
v
Localizada en Filmoteca Española. Ficha del Catálogo nº 418.
vi
Agricultura, revista agropecuaria, abril 1976, pág. 333. Localizada en Mediateca
MAPA. Ficha del Catálogo nº 467.
vii
NODO, nº 1959 B. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-1959/1465296/ Visita del
15 septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 505.
viii
Agricultura, revista agropecuaria, marzo II, 1987, pág. 242. Localizada en
Mediateca MAPA. Ficha del Catálogo nº 525.
ix
Localizada en Mediateca MAPA. Ficha del Catálogo nº 516.
x
http://www.garoz.com/museo-de-la-caza/ Visita del 15 septiembre 2019.
xi
ASECICmedia, https://www.youtube.com/watch?v=7N39lAGecCE Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 428.
xii
ASECICmedia, https://www.youtube.com/watch?v=Eepr-EdLmzI Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 441.
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Albéytares and Farriers in the eighteenth century: contribution of the Memorials of the
Cadastre of Ensenada for its knowledge (III).
RESUMEN
En el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real, tenemos abierta una línea de
investigación de revisión y recopilación de datos que, sobre Albéytares, Albéytares-Herradores y
Herradores, contienen no sólo las respuestas generales sino también los Memoriales y Libros de lo
personal correspondientes al estado secular del Catastro de Ensenada. Los datos obtenidos hasta el
momento en algunas de las poblaciones muestreadas no son coincidentes con los conocidos por la
historiografía veterinaria a través de las Respuestas generales.
Los Memoriales nos van descubriendo la situación familiar, las propiedades y las cargas que
estos profesionales tenían realmente en el momento de elaboración del Catastro en sus poblaciones
de residencia.
SUMMARY
In the Provincial Historical Archive of Ciudad Real, we have opened a line of data review
research that, on Albéytares, Albéytares-Farriers and Farriers, not only contain the General Answers
but also the Memorials and Personal Books corresponding to the secular state of the Cadastre of La
Ensenada. The data obtained so far in some of the populations sampled do not coincide with those
known by veterinary historiography through the General Answers.
The Memorials reveal the family situation, properties and burdens that these professionals
really had at the time of drawing up the Cadastre in their populations of residence.
Key words: Veterinary history. Albéytares and Farriers. Cadastre of Ensenada. Memorials.
INTRODUCCIÓN
Por diferentes trabajos de investigación conocemos cifras de albéytares-herradores y
herradores, existentes a mediados del siglo XVIII en distintas poblaciones y provincias españolas,
según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752). Los estudios realizados hasta la fecha se han
basado en las Respuestas generales del Catastro1 y, más concretamente, en las respuestas a la
pregunta 332 de su Interrogatorio. En el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real tenemos
abierta una línea de investigación de revisión y recopilación de datos que, sobre Albéytares,
1
Junto al Real Decreto de 10 de octubre de 1749, para realización del Catastro, se adjuntaron 40 preguntas como
epígrafe A, denominado: “Interrogatorio a que han de satisfacer, bajo de Juramento, las Justicias, y demás Personas,
que harán comparecer los Intendentes en cada Pueblo.”
2
33. Que ocupaciones de Artes mecánicos hay en el Pueblo, con distinción, como Albañiles, Canteros, Albeytares,
Herreros, Sogueros, Zapateros, Sastres, Perayres, Texedores, Sombrereros, Manguiteros, y Guanteros, &c. explicando
en cada Oficio de los que huviere el número que haya de Maestros, Oficiales, y Aprendices; y qué utilidad le puede
resultar, trabajando meramente en su Oficio, al día á cada uno.
Pag. 99
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Albéytares-Herradores y Herradores, contienen no sólo las Respuestas generales sino también los
Memoriales y Libros de lo personal, correspondientes al estado secular, del Catastro de Ensenada.
Los datos obtenidos, hasta el momento, en algunas de las poblaciones muestreadas no son
coincidentes con los conocidos por la historiografía veterinaria a través de las Respuestas generales,
y son los Memoriales los que nos están descubriendo los valiosos datos declarados por los propios
interesados sobre su oficio (Albéytar, Maestro Albéytar-Herrador, Herrador,…), edad, estado civil
(soltero, casado,…), miembros de su familia (nombre y edad de su mujer e hijos, personas a su
cargo,…), bienes muebles e inmuebles que poseían (casa, tierras, ganado,…) y sus cargas
económicas.
OBJETIVO
Recopilación de datos de Albéytares, Albéytares-Herradores y Herradores residentes en las
distintas poblaciones de la antigua provincia de La Mancha, según los Memoriales del Catastro de
Ensenada, que nos permitan conocer la situación profesional, familiar y económica real de cada uno
de ellos según sus propias declaraciones.
METODOLOGÌA Y FUENTES
La metodología utilizada está siendo la búsqueda y localización, en las fuentes primarias y
secundarias del Catastro de Ensenada, de los Memoriales elaborados por cada uno de los
Albéytares, Albéytares-Herradores y Herradores y otros documentos relacionados con ellos, su
análisis detallado, clasificación y ordenación.
Siendo el Catastro de Ensenada la principal fuente documental utilizada, procede aclarar que
se consideran fuentes primarias las Respuestas generales (realizadas en grupo) y los Memoriales
(realizados individualmente por los propios interesados), y fuentes secundarias las llamadas
Respuestas particulares, contándose entre ellas el Libro de lo personal, de Familias o de Cabezas
de Casa (para datos demográficos) y Libro de lo Real, de lo Raíz, Mayor de lo Raíz, o de Hacienda
(para bienes muebles e inmuebles), obtenidas a partir de los Memoriales.
RESULTADOS
En esta tercera entrega presentamos los resultados obtenidos para la localidad de Alcázar de
San Juan, perteneciente a la actual provincia de Ciudad Real, y que en la fecha de realización del
Catastro formaba parte de la antigua provincia de Toledo.
- ALCÁZAR DE SAN JUAN3: Según las Respuestas generales al Interrogatorio, que datan del 2
de noviembre de 1752, en Alcázar de San Juan, Villa de Señorío y perteneciente al Sr. Infante D.
Phelipe, Gran Prior de la Orden de San Juan, habitaban 2000 vecinos en 1400 casas, incluidas las
12 casas de campo. Entre los vecinos: el Gobernador de la Villa, el Administrador de la Real
Fábrica de Salitres, cuatro escribanos, tres abogados, cuatro maestros de primeras letras y dos
preceptores de gramática, dos médicos, cuatro cirujanos, cuatro sangradores, dos boticarios, una
comadre,…, y también al final de las respuestas a la pregunta 324 (no en las respuestas a la
pregunta 33, como es habitual) junto al marginal “Albeitares” se dice:
“… Y a Antonio Barrejon como maestro albéitar se le reguló de utilidad anl. trescientos
s
R …300,
A Juan Chocano por lo mismo seiscientos…600,
A Pedro Martín de Madrid quinientos…500,
A Mathias Tejera por lo mismo quatrotos, y cinqta…450…”
3
Ver AGS_CE_RG_L611_051.jpg y siguientes, en http://pares.mcu.es/catastro/
4
32. Si en el Pueblo hay algún Tendero de Paños, Ropas de Oro, Plata, y Seda, Lienzos, Especeria, ú otras
Mercadurias, Medicos, Cirujanos, Boticarios, Escrivanos, Arrieros, &c. y què ganancia se regula puede tener cada
uno al año.
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En las Respuestas generales, en Alcázar de San Juan, son citados hasta 37 ganaderos de
ovino, con un total de 17.337 reses; 10 propietarios de yeguadas, con un total de 381 yeguas, 6
“caballos padre” y 21 garañones; 9 propietarios de muletadas (8 de ellos dueños de las yeguadas),
con un total de 417 mulas, 60 “caballos capones” y 30 “caballos guías”; 3 propietarios de vacadas
(350 vacas) y toradas (200 toros); además de 400 mulas de labor, 8 vacunos de labor, 350 pollinos
de los arrieros, 350 pollinos al servicio de las casonas y suministro de leña a la Real Fábrica de
Salitres, 25 caballos de tratantes de quesos, y otros 25 caballos al servicio de las casonas.
También se citan los salarios, y aunque no hemos encontrando referencia alguna a albéitares,
sí aparecen los de Herreros (Maestros 8 rs., oficiales, 6 rs., y aprendices, 4rs.) y de Maestros
Herradores, 8 rs. (cantidad que no acaba de “encajar” con la utilidad anual declarada por cada uno
de los albéitares)
Hemos revisado AHPCR-CE-Cajas 636, 637, 638, 639, que contienen las Relaciones de
seglares [Memoriales] correspondientes al Tomo 1º 438, Tomo 2º 438, Tomos 3º y 4º 438, Tomos 5º
y 6º 438 respectivamente, y AHPCR-CE-Caja 631, correspondiente a “Interrogatorio: Quadernos
enajenados de la Real Corona” y que contiene “Quaderno 3º = Año 1753 = Provincia de Toledo =
Partido de Alcázar de San Juan = Villa de Alcázar = Examen de Peritos al thenor del
Interrogatorio de la letra A” y “Quaderno 4º = Año 1753 = Provincia de Toledo = Partido de
Alcázar de San Juan = Villa de Alcázar = Libro del Número de Familias perteneciente al estado
secular”, habiendo localizado en ellos a:
1.- Antonio Barrajón. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en Caja 631,
Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Alveitar y Herrador”), tener 52 años, estar casado
con Juana Morales, de 52 años; tienen cuatro hijos: Joseph Antonio, de 14 años, Pedro Matias, de
10, Micaela, de 15 y Mª Grazia, de 8. Tierras: una viña, de fanega y media, de 3ª calidad, en sitio de
“Los Arenales”. Casas: Una casa de morada en Plazuela de los Herradores, que vale anualmente 10
ducados. Cargas: Un censo contra estos bienes de 1.400 rs., a favor del Cabildo de Sta. Quiteria. En
el marginal hay anotado: “Se regula su utilidad de Albéitar 300 rs.”
2.- Juan Chocano. (Caja 639). Declara ser “de oficio Herrador”, (en Caja 631, Quaderno
4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Labrador y Alveitar”), tener 66 años, estar casado con María
Espadero, de 64 años; tienen una hija, Martha, de 22 años. Empleados: Un mayoral para labor
(Francisco Jiménez, de 42 años), un Ayudador (Joseph Chaparro, de 24 años) y un muchacho para
morillero (Francisco Carpio, de 15 años). Tierras de secano: hay una relación de 39 parcelas con
indicación de su localización, cultivo (trigo, cebada), calidad de la tierra (buena, mediana, inferior),
y extensión, que suman más de 165 fanegas (equivalentes a unas 55 Has. actuales); además dos
“heras de pantrillar”; cinco viñas que suman 9 ½ fanegas (en dos de ellas tiene plantados un total
de 160 olivos). Tiene ¾ partes de una salitrería. Dos casas: una en la calle que va de Plazoleta de
Albertos a calle San Andrés, y otra en calle Vega. Ganado: 4 mulas para labrar, 20 ovejas y 8
borregos, una jumenta para trabajo y otra cerril. Cargas: Un censo de 800 rs., sobre la salitrera, por
el que paga 24 rs. (3%) a una Capellanía; otro censo de 600 rs. sobre la casa de calle Vega, a favor
del Convento de Monjas de la Purísima Concepción, al 3%, y paga 18 rs. Como utilidad “de mi
oficio de Alveitar” (corregido sobre la palabra Herrador) 600 rs. de vellón. Firma como Juan
Martín Chocano.
3.- Pedro Martín de Madrid. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en
Caja 631, Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, no consta nada sobre el oficio), tener 40 años, estar
casado con Quiteria Martín Espadero, de 38 años; tienen cinco hijos: Antonio, de 10 años, Blas, de
4, Pedro, de uno, Juana, de 14 e Isabel, de 6. Empleados: un aprendiz con 17 años, Joseph
Mayorga. Tierras: Una fanega de tierra, de trigo de secano de mediana calidad, en el lugar de “Los
Arenales”. Una casa en calle de la Bocina. Cargas: está haciendo un censo de 900 rs., y 19 rs. de
réditos a favor del Hospital del Corpus Cristi. Como “utilidad de albeitar”, 500 rs. de vellón al año.
4.- Mathias Texera. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en Caja 631,
Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Albeitar y Herrador”), tener 60 años, estar casado
con Theresa Quiralte, de 42 años; tienen tres hijos: Mathias, de 18 años, empleado con su padre,
Miguel, de 12 y Reyes de 6. Un criado, Manuel Rodríguez, de 17 años, “en el mismo oficio”.
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Tierras: una viña de una fanega de inferior calidad en “las quadrillas” y otra de 7 celemines en “los
arenales”. Casas: una en calle Carnecería y otra en calle del Gallo (o de Texera). Ganado: una
pollina con su cría. Cargas: un censo de 500 rs. a favor del Convento de Religiosas de la Purísima
Concepción, paga 15 rs. (3%). Como “utilidad de Albeiteria”, 450 rs. al año.
CONCLUSIONES
- Los Memoriales nos descubren el ejercicio profesional, la situación familiar, las propiedades y las
cargas que estos profesionales tenían realmente en el momento de elaboración del Catastro en sus
poblaciones de residencia.
- Existen diferencias entre los datos aportados por las Respuestas generales, que son los
habitualmente recogidos en la historiografía, y los aportados por los Memoriales, más reales.
- En el caso de Alcázar de San Juan, es al final de las Respuestas generales correspondientes a la
pregunta 32 y tras el marginal de albéitares (no en las respuestas a la pregunta 33) donde se citan
los nombres de cuatro, y por las Relaciones de seglares [Memoriales] comprobamos que al menos
tres de ellos eran “Herrador y Albéitar” y que uno era “Herrador”, probablemente también
Albéitar, además de “Labrador” acomodado.
- Conocemos ahora también los nombres de tres aprendices.
BIBLIOGRAFÍA
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RESUMEN:
Desde la Plena Edad Media una de las preocupaciones de los ayuntamientos era la de garantizar al
vecindario la disposición de aquellos bienes, servicios y productos de uso o consumo común, y de
entre ellos, el abasto de alimentos era preocupación fundamental. En el caso de la ciudad de Toledo,
las Ordenanzas Antiguas de 1400 son una interesante fuente documental que nos proporciona
información de la sociedad de la época, en este caso sobre cómo era la alimentación de la población
toledana entre los siglos XIV y XV. La presente comunicación da cuenta de los alimentos recogidos
en dichas ordenanzas así como algunas de las condiciones establecidas para su comercio y control.
Abstract:
Since the Middle Ages one of the concerns of the municipalities have been assure the availability to
citizens of goods, services and products in everyday use that were healthy, safe and of good quality,
among them food supply was one of the major interest. In the case of the city of Toledo, its old
municipal ordinances of 1400 are an interesting documentary source that provides information
about the society of the time, in this case about how was the diet of Toledo’s population between
the 14th and 15th centuries. This paper reports on the foodstuff listed in the aforementioned
ordinances as well as some of the conditions set out to control and trade them.
A medida que la reconquista de la Península Ibérica avanzaba de la mano de los reinos cristianos,
los fueros y privilegios medievales otorgados por los reyes a ciudades, villas y tierra, se
convirtieron en un instrumento esencial para el proceso repoblador y la organización de los nuevos
territorios recuperados al islam. A partir del siglo XIII y en el reino de Castilla, los fueros y
privilegios reales pasaron poco a poco a ser asimilados en parte y sustituidos por las llamadas
ordenanzas municipales o concejiles. Con esta nueva fórmula de derecho local pasaban ahora los
ayuntamientos a promulgar el ordenamiento relativo a los ámbitos administrativo, económico,
fiscal, comercial y en buena medida sobre muchos de los asuntos cotidianos que afectaban a la
población en general y a ciertos gremios en particular. En el caso de Toledo, las más antiguas
ordenanzas que se conservan datan de 1398, año en el que fueron redactadas, sin embargo su
autorización y legalización pública por el Concejo tuvo lugar el 12 de julio de 1400. Su ámbito de
aplicación se extendía más allá de la ciudad de Toledo a todas sus aldeas y jurisdicción, lo que
abarcaba una vasta extensión de tierras de cultivo de panes y viñas, riberas, olivares, montes,
dehesas, tierras de montanera y extremos donde pastaban de invernada miles de cabezas de ganado
merino trashumante etc. Este cuerpo normativo concejil quedaba abierto y a él se irían añadiendo
nuevos ordenamientos posteriores en función de las necesidades y circunstancias de cada momento.
Gran parte de las ochenta y cuatro ordenanzas que componen las llamadas Ordenanzas Antiguas de
Toledo están estructuradas en un preámbulo inicial seguido de las leyes o disposiciones relativas a
cada asunto en cuestión, para terminar con las caloñas y castigos impuestos a los contraventores de
la ley, lo que iba desde multas, la pérdida del género, azotes, ser puesto en la picota, reclusión en la
cárcel e incluso la pena capital. De entre los múltiples asuntos que tratan las Ordenanzas Antiguas
de 1400 vamos a entresacar las disposiciones relativas a los alimentos o que de alguna manera están
relacionadas con la alimentación de la población, haciendo para cada género una sinopsis de lo
recogido en las mismas y respetando el orden que de ellas se guarda en los manuscritos.
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importancia económica, el vino era de facto un alimento calórico de primera necesidad, cuyo
consumo cotidiano estaba muy extendido entre la población judeocristiana. Su consumo no
distinguía entre clases sociales, pobres y ricos, señores y vasallos, oligarquía y pueblo llano, clero y
vseglares, hombres y mujeres etc. No había boda, entierro, trabajo o celebración donde el vino no
estuviera presente. Por ello, el acceso general al vino estaba garantizado al tener este producto libre
tránsito, independientemente de su origen, siempre y cuando fuera para el gasto propio o familiar.
Carnes (Capítulos VI y LXXXII)
En realidad los capítulos aquí referidos están dedicados expresamente a los carniceros de Toledo,
sin embargo nos proporcionan información sobre la carne que se consumía en la ciudad. De entre
todos los alimentos, la carne era el género que soportaba una más amplia regulación y control por
parte de la autoridad municipal. Las Ordenanzas Antiguas hablan de dos rastros como lugares
donde se sacrificaban las reses y se tajaba su carne con destino a las carnicerías de la ciudad, en
concreto se cita el Rastro de Zocodover y el del Corral de los Pavones. Ningún carnicero podía
vender en ellos ni en ningún otro lugar res viva alguna, lo que recuerda algunos reglamentos de
matadero cuando establecen que los animales destinados a sacrificio no pueden salir vivos una vez
en el establecimiento. El ordenamiento dirigido a los carniceros tenía finalidad diversa: comercial,
recaudatoria, antifraude, higiénico sanitaria, para asegurar el abasto e incluso la destinada a la
protección y mantenimiento de la cabaña ganadera, ya fuera por su aptitud cárnica o de trabajo. Así
por ejemplo los carniceros no tenían permitido comprar novillos bravos en la tierra de Toledo para
matar. En caso que lo hiciesen fuera del término y algún vecino quisiera al animal para su labrar,
tenía derecho a recomprarlo al carnicero por el precio de coste más cinco maravedís de su trabajo,
lo cual se hacía extensivo a cualquier bestia de labranza. Aunque los carniceros compraban ganado
para su servicio, ninguno podía ser merchán o tratante de ganado, salvo que renunciase al arriendo
de la carnicería ante los fieles por escrito firmado por el escribano de Toledo. Para garantizar el
abasto a la ciudad, los carniceros estaban obligados a traer a matar a Toledo el ganado que tuvieran
en el término siempre que hubiera necesidad. Sin embargo no podían comprar ganado vacuno,
ovino ni caprino en la ciudad ni en su jurisdicción hasta cinco leguas alrededor de Toledo. Otra
norma para favorecer la disposición de ganado para sacrificio era la que mandaba a los
acarreadores, carniceros y desolladores no llevar más salario a los ganados cosarios y forasteros que
se mataban en las carnicerías de la ciudad que a los ganados propiedad de los vecinos de Toledo.
Siempre que se procediera a sacrificar algún buey por parte de los carniceros era preceptiva la
presencia ante morten de los fieles de la ciudad, pero si el carnicero no los encontraba, tenía que
hacerlo saber a dos hombres buenos vecinos de Toledo para que una vez visto por ellos el animal se
pudiera matar y poner a la venta al precio que estuviera fijado. Los fieles de Toledo, como así se
establecía en las ordenanzas, y por extensión los hombres buenos, debían ser conocedores de la
naturaleza de las bestias y por tanto de su edad según la fórmula dentaria. Como prohibición
higiénico sanitaria durante el sacrificio estaba la de no poder hinchar con la boca las canales ni las
carnes, práctica que se supone se realizara con una caña. Además del ganado propio de los
carniceros para su servicio, cualquier caballero, vecino o morador de Toledo que quisiera vender su
buey lo podía matar o hacer matar, tajar y vender en la carnicería a precio de vaca, sin que en ese
caso fuera obligada la presencia ante mortem de los fieles u hombres buenos. Sin embargo los
bueyes que así se llevaban a matar tenían que ir por su propio pie hasta el Corral de las Vacas la
noche anterior acompañados de albarán o licencia de los fieles. Los días señalados para la matanza
de estos bovinos eran los lunes y miércoles, de tal forma que en tanto hubiese carne disponible de
dichos bueyes los carniceros no podían sacrificar ningún otro vacuno. Además de bueyes, los
particulares podían llevar a matar vacas, novillos o cualquier ganado. Una vez desolladas y faenadas
las canales en el rastro, la carne se acarreaba a los puestos de carnicería. Allí la venta no se hacía a
ojo sino con los pesos y pesas oficiales que los almotacenes proporcionaban a los carniceros, con la
excepción hecha de los menudos de los puercos y otras reses y las tajadas que los señores daban de
ración a los hombres y mujeres que vivían con ellos. Las cabezas, riñones y otras vísceras no se
vendían al peso junto con la carne sino por separado. Los tajones de las carnicerías donde se servía
la carne tenían que mantenerse limpios y guardados de toda suciedad, disponiendo de coberturas de
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madera con cerradura de llave o candado. Cada sábado los carniceros tenían que limpiar y lavar con
agua y estropajo las tablas donde se tajaba y pesaban las carnes, bajo la vigilancia de los sofieles.
Las carnes de bovino que se vendían eran de buey, vaca, novillo y ternera. En las carnicerías de los
cristianos la carne de ternera tenía diferente precio según fuera de leche, de seis hasta siete meses y
desde ahí hasta que mudara. Otras carnes que se vendían eran las de carnero, oveja, cabra, cabrón,
cordero, cabrito, y en el caso de los cristianos puerco. Precisamente y como mandato de origen
religioso, ningún cristiano podía osar de comprar carne para partir o comer con judío o moro.
Merece una mención especial el tocino, por ser producto muy apreciado y de gran consumo debido
a su alto valor energético. En ningún caso se podía vender mojado ni hediondo. Aparte de los
carniceros, cualquier vecino de Toledo podía tajar y vender el tocino de su matanza en la llamada
Tabla del Rey. De la misma manera, vecinos y moradores podían hacer lomos de puerco en adobo y
venderlos a las puertas de las carnicerías de la ciudad, en Barrio Rey, Zocodover y en la Alcaná
Vieja. Las penas pecuniarias impuestas a los carniceros por no guardar las ordenanzas iban
destinadas en parte a los fieles y almotacenes.
Además de los animales domésticos de abasto, cualquier señor o persona podía llevar a Toledo
gamo, ciervo y jabalí a tajar en la tabla o carnicería que quisiere de la ciudad para su venta, el jabalí
al precio de la carne de carnero y el ciervo y el gamo al de vaca.
Carne de caza menor (Capítulos VII y XXXII)
Desde el día de Carnestolendas hasta San Miguel de Septiembre estaba prohibido matar perdices,
conejos y liebres en la tierra de Toledo para vender, a la vez que no se podían traer piezas de caza a
la ciudad. Sin embargo, los moradores de los extremos y montes de Toledo podían cazar todo el año
conejos, perdices y todo tipo de piezas siempre que fuera para su comer. Una vez llegado el día de
San Miguel se levantaba la veda hasta Carnestolendas, pudiendo entonces traer libremente a vender
la caza a Toledo en la plaza de costumbre, a las espaldas de la Iglesia Catedral de Santa María. No
obstante y en tiempo vedado, desde Carnestolendas hasta San Miguel, se podía traer caza de fuera
del término para vender en Toledo mediante licencia y pago de albarán a los fieles de Toledo,
haciendo primero juramento que no se cazó ni mató ni compró en tierra de Toledo. La caza que se
traía a vender desde San Miguel a Carnestolendas, ya fuera tomada con perros galgos o podencos,
ballesta, gavilán, halcón, azor, hurón, lazo, en losadas o de otra cualquier manera, se tenía que
vender en la plaza de costumbre o en el coto señalado por la ciudad, sin embargo no se podía vender
en casas particulares ni en otro lugar. Por el contrario, las tórtolas y palomas torcaces se podían
vender libremente donde se quisiera sin pena alguna. Las piezas y carne de caza para su venta
tenían que abonar el correspondiente portazgo a la entrada de la ciudad. Por otro lado estaba penado
llevar a vender a otra parte la caza matada en el término de Toledo, así perdices, conejos y otros. Al
tratarse de carne bastante perecedera, las ordenanzas establecían que no se vendiera caza hedionda,
conejos verdes ni perdices ni palomas que hieda.
Pescados (Capítulo VIII)
Siendo Toledo tierra de muy adentro, sorprende la extensión dedicada en las Ordenanzas Antiguas
al pescado, la variedad de especies y el consumo que se presupone de este alimento. Para la venta y
el control fiscal e higiénico del pescado, ya fuera de río, mar o de arroyo, la ciudad tenía señalado
mediante una red un punto donde se tenía que llevar obligatoriamente el género a vender, de ahí que
dicho lugar fuera conocido como La Red. La venta del pescado fresco se hacía en el día, bajo los
precios fijados por la ciudad y vendido al peso. Y así se habla de barbos, peces, bogas, truchas etc.,
salvo las anguilas, en el caso que la pieza pesara más de medio arrelde, unos cuatro kilogramos.
Los sábalos, pez procedente del mar que remonta los ríos, era pescado que se conservado salado y
al que se tenía que remojar obligatoriamente previo a su venta al peso. Para atraer la venta y
garantizar el abasto de pescado en Toledo, se acordó no cobrar derecho alguno por parte de los
fieles de la ciudad, ni a recueros ni a mercaderes ni a ninguna persona que llegara para vender este
género, así fresco como salado, ya fueran congrios, sábalos o cualquier otra especie, entre las cuales
por cierto el atún era una de las más apreciadas y escasas. A lo largo del Tajo y otros ríos había
establecidas posadas o puestos de pesca, algunos de ellos arrendados por los vecinos de Toledo, sin
que ningún pescador pudiera sacar a vender fuera del término pescado alguno. Como norma para
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favorecer el acceso de la población cristiana a este género estaba la que prohibía vender o meter en
la judería de Toledo ningún pescado fresco de río en miércoles, jueves, viernes, Cuaresma, las
Cuatro Témporas y en la Vigilia de los Santos por ser tiempo de ayuno. En ese mismo sentido, los
pescadores de Toledo y su jurisdicción que vendían anguilas frescas en los días de ayuno y del
carnal, lo tenían que hacer en La Red, al peso y al precio puesto por la ciudad. En cierto momento
se ordenó a hombres y mujeres trasladar la venta del pescado salado a las tiendas viejas donde se
vendía la caza menor, detrás de la Iglesia Catedral. Las especies que se conservaban en salazón
eran: atún, sábalos, pescados de gamella, corvina, albures, sardinas etc. Como medida higiénica, los
vendedores de pescado salado no podían vender fruta alguna, ni fresca ni seca ni otras viandas junto
al pescado. Para evitar malos olores, las pescaderas echaban el agua del pescado en el caño o
desagüe de costumbre en la calle. La última norma sanitaria de la ordenanza establecía que no se
podía vender pescado fresco de mar o de río podrido, so pena de doce maravedís y la pérdida del
género, en cuyo caso sería para provecho de los presos de la Cárcel del Rey en Toledo.
Miel, Aceite y Queso (Capítulo IX)
Al igual que otros alimentos, la miel, el aceite y el queso tenían fijados precios de intervención. En
el caso del aceite, la medida de referencia era la pavilla, y su precio quedaba fijado en doce dineros.
Las ordenanzas establecían como normas de calidad para el aceite, el que fuera bueno, puro, sin mal
olor y estar bien medido a la hora de la venta, con la medida derecha. Por su parte, el queso a
vender por los tenderos de la ciudad tenía que ser bueno, limpio y que no estuviera hediondo ni
podrido. El precio establecido por el concejo para cada libra de queso era el de dos dineros. Como
norma para la miel se ordenaba que ningún tendero la vendiera aguada, vuelta, con engaño, ni a
mayor precio ni con menor peso ni fuera del puesto. Tanto el aceite, el queso y la miel que se traían
a vender a Toledo, normalmente por corredores, era gravados con una costa para la Tienda del Rey,
lo que en el caso del aceite suponía medio dinero por cada maravedí. La miel procedía de
colmeneros asentados en los montes y tierras de extremo de Toledo.
Cuajada (Capítulo XXX)
La referencia que hacen las ordenanzas sobre la cuajada es a las cuajaderas o juncaderas como las
encargadas de vender la cuajada al peso y ponerla en juncos, a modo de recipiente para llevar.
Otros alimentos / Ferias y Fiestas
Aparte del agua acarreada por los particulares y los azacanes, las ordenanzas mencionan los
siguientes animales de abasto y alimentos para consumo de la población: gallinas, capones y otras
aves de corral (pavos reales), palomas de palomar, ansarones, huevos, unto de cerdo, limones,
sidras, naranjas, turmas (criadillas de tierra), setas, cardos, fruta, especiería, azúcar etc. Y aunque
no se mencionen expresamente, se sabe que el mercado también estaba abastecido de habas,
garbanzos, lentejas, frutas, verduras y otros productos hortícolas procedentes de las huertas y vegas
ribereñas, como la llamada Huerta del Rey. Mención especial merece el tratamiento que se daba
durante la celebración de algunas fiestas como las de Santa María de Agosto y Septiembre, en las
que los peregrinos que venían a la catedral podían meter cada uno a la ciudad hasta media arroba de
vino para su consumo y provisión. Para garantizar el abasto de la crecida población durante las
ferias de primavera y septiembre, todos los ganados, alimentos y mercancías estaban exentos de
pagar portazgo a la entrada de la ciudad, e incluso la carne se permitía vender a ojo en ese tiempo.
Conclusión
Al margen de los posibles que tuvieran los habitantes de Toledo para conseguir el sustento en
función de su clase o condición, lo cierto es que las Ordenanzas de 1400 nos desvelan que la
sociedad de la época tenía una más que aceptable variedad de alimentos a su disposición. Al tratarse
de la principal necesidad, el ayuntamiento procuraba asegurar a sus habitantes el abasto de todo
género de alimentos, tanto en cantidad, calidad e incluso higiene, dando prioridad a que toda la
población tuviera el mejor acceso posible a los mismos. No obstante, el pan, el vino y la carne,
junto con el tocino, eran para los cristianos los productos básicos para su sustento y alimentación.
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sobre todo pocos ganados nacionales y extranjeros hay que puedan rivalizar en libras y
exquisito gusto de las carnes con los que se crían en las provincias manchegas, y con
especialidad los de la jurisdicción de Villarrobledo”.
HACIA LA IDENTIDAD.
En el primer tercio del XX afloran varias claves que serán fundamentales para el futuro
de la oveja y del queso manchegos. Por un lado, el desarrollo del comercio facilitó la
presencia del queso de La Mancha en multitud de destinos, especialmente en grandes
ciudades como Madrid y Barcelona. Sus características, entre ellas la larga vida
comercial, facilitaron su singularidad frente a otros tipos y la preferencia por parte de un
sector importante de consumidores. En la prensa de aquellos años se encuentran multitud
de referencias en las páginas dedicadas a gastronomía y en las de anuncios comerciales o
en la publicidad de los menús de reputados establecimientos de restauración. La presencia
de elaboradores y comerciantes de queso manchego de las cuatro provincias empieza a
ser habitual también en los anuarios especializados.
De forma paralela, la incipiente organización de los ganaderos, liderada por la Asociación
General, amplió su interés desde la merina a otras razas españolas. En el caso de la
Manchega, a pesar del interés de la lana y de la moda de los cruzamientos, persiguió el
objetivo de la producción lechera que se hacía patente en los Concursos de Ganados que
organizaba a nivel nacional o regional en los que se fueron incorporando actividades
relacionadas con la industria láctea. Un resultado destacable fue la obtención del primer
premio del Concurso de Memorias de 1910 por los hermanos Juan y Ventura Alvarado
con un trabajo sobre la elaboración del queso Manchego. Este documento, realizado a
partir de sistemáticas visitas a ganaderías de las cuatro provincias de La Mancha, se puede
considerar como el primer tratado moderno sobre la materia. La actividad de divulgación
de los Alvarado fue muy importante en el salto de escala de la producción artesanal a la
introducción de equipos e instalaciones para la modernización de la fabricación de queso.
Dos claros ejemplos de la transferencia de la nueva tecnología son la dirección de la
quesería modelo y centro de selección de ovino manchego propiedad de Sánchez del Val
en Drieves (EPAP, 1912) y las numerosas demostraciones y cursos que impartían, como
el celebrado en el concurso regional de ganados de Ciudad Real (1919). Encontramos
otros casos que constatan la dinamización del sector ovino y la fabricación de quesos,
particularmente en torno a las ganaderías de grandes propietarios vinculados a la
Asociación General de Ganaderos. Entre ellos destacamos la creación de la primera
cooperativa quesera en Villanueva de los Infantes (EPAP, 1913) o la organizaron del
primer concurso de ganaderías manchegas lanares de ordeño (EPAP, 1917).
Desgraciadamente, esta lenta tendencia de realización de los trabajos de caracterización
de la oveja y el queso sufrieron el inevitable retroceso de la Guerra Civil.
En la década de los años cuarenta se retoman las actividades, particularmente en Ciudad
Real, por la coordinación de los equipos que dirigen Moraleda y Naranjo tanto en la
selección de la oveja manchega, así como por varias iniciativas dedicadas al queso
manchego, respectivamente. De estos trabajos destacan la celebración del Concurso de
Elaboración de Queso Manchego que se celebró en Herencia en 1945. Dos años más
tarde, Naranjo propone en la Asamblea de la Industria Quesera de Ciudad Real en 1947
la creación de un Consejo Regulador para la vigilancia del queso Manchego y registro de
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políticos y con un cambio de régimen político de por medio, hasta 1982 no hubo respuesta
efectiva materializada en la orden ministerial de reconocimiento provisional de la
Denominación de Origen (DO) y la resolución derivada mediante la cual se designa su
Consejo Regulador. Sin embargo, algunas empresas queseras de Castilla y León elevaron
recursos ante el Tribunal Supremo, que provocaron retraso y diversas disfunciones en el
inicio de los trabajos del Consejo que quedaron definitivamente resueltos, tras un largo
proceso judicial, en septiembre de 1990. Desde el punto de vista práctico, las
transferencias de competencias en materia de denominaciones de origen a la Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha, la publicación de la orden de la Consejería de
Agricultura de Castilla-La Mancha de 14 de diciembre de 1984 del Reglamento de la DO
y su Consejo Regulador (Ratificados por OM de Agricultura de 21 de diciembre), así
como la adhesión de España a las Comunidades Europeas (junio de 1985), hicieron
posible la salida al mercado de los primeros quesos con DO en el otoño de 1985. Desde
el mes de enero anterior se había acondicionado la sede del Consejo Regulador de la DO
en las dependencias del CENSYRA, dotada con un laboratorio. La plantilla inicial estaba
formada por un gerente y dos veterinarios para trabajos de campo y laboratorio, técnico
de laboratorio y dos administrativos. Hasta las elecciones de 1988, el órgano de
representación se constituyó de forma provisional por personas reconocidas de los
sectores ganadero y quesero, recayendo la presidencia recaía veterinarios de la
Administración.
Durante los casi 35 años de funcionamiento del Consejo, la actividad se ha multiplicado
año a año, siendo la DO del queso Manchego un referente de los productos alimentarios
españoles con gran vocación internacional. Todo ello se ha cimentado en el trabajo y
voluntad colectiva de ganaderos, queseros y técnicos (la mayor parte de ellos
veterinarios). Sirva este trabajo como reconocimiento para todos ellos.
BIBLIOGRAFÍA
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León y Villaverde. Madrid.
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RESUMEN
Este trabajo recuerda el papel de los herraderos a través de los que regentaron tres
generaciones de veterinarios Ortiz-Cicuéndez Madero en La Puebla de Almoradiel
durante más de seis décadas. En el caso de la comarca de referencia, la principal
actividad agraria estaba vinculada históricamente al cereal y viñedo, con un censo de
ganado mular muy importante. La denominada revolución verde, con la entrada de
nuevas tecnologías y la mecanización, se impuso a finales de los años cincuenta del
pasado siglo, creciendo en los sesenta y desplazando toda la ganadería mular en los
setenta.
SUMMARY
This work recalls the role of the blacksmiths through which three generations of Ortiz-
Cicuéndez Madero veterinarians in La Puebla de Almoradiel managed for more than six
decades. In the case of the region of reference, the main agricultural activity was
historically linked to cereal and vineyards, with a very important mule cattle census.
The so-called green revolution, with the entry of new technologies and mechanization,
prevailed in the late fifties of the last century, growing in the sixties and displacing all
the mule cattle in the seventies.
PALABRA CLAVE
Herradero, Veterinario, Ganado mular
KEY WORDS
Horseshoe setter place, Veterinary, Mule cattle
INTRODUCCIÓN
La profesión veterinaria tiene uno de sus principales orígenes en el herrado, de tal forma
que una de sus señas de identidad es la cualificación y clara diferenciación de los
herradores. De hecho, hay multitud de referencias que demuestran el origen de gran
parte de albéitares y veterinarios en familias vinculadas al herrado. La superación de la
barrera entre herrador y veterinario era muestra inequívoca de mejora social. Este patrón
se mantiene con importancia decreciente hasta bien entrado el siglo XX.
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RESUMEN
El Centro de Estudios de Castilla-La Mancha es un instituto de investigación vinculado a la
Universidad regional, que tiene entre sus funciones la recopilación de documentación relacionada con
la comunidad autónoma para facilitar la investigación y la divulgación de su espacio geográfico,
historia, economía, sociedad, patrimonio cultural…Entre los materiales que atesora se encuentra un
amplio repertorio de elementos que pueden ser utilizados para indagar en la región, boletines,
hemerografía, revistas de estudios, anuarios, fotografías…
La comunicación que presentamos intentará a dar a conocer estos soportes documentales no
tradicionales que nos permiten acercarnos desde otras perspectivas al conocimiento de la Historia de
la Veterinaria regional.
Palabras clave
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha; historia de la veterinaria; fuentes; documentos;
investigación.
Abstrac
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha is an investigation institute related to Castilla-La Mancha
Univeristy. Its functions are recopilate documents about de region to promote the investigation and
divulgation of the geography, economy, society and cultural heritage of this space. This institute
conserve different materials as newsletters, hemerography, study magazines, yearbooks,
photographs…
Our purpose in this text is to offer this not traditional documents which let us to study
Veterinary History from different points of view.
Key words
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha; Veterinary History; fonts; documents; investigation
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1
<https://catalogobiblioteca.uclm.es/cgi-bin/abnetopacceclm/O7716/IDeaa4cba7?ACC=101>
2
<https://ceclmdigital.uclm.es/>
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El tercero son las imágenes (cartografía, grabados, ephemera y fotografías). Del conjunto se
seleccionan algunas de ellas y se divulgan a través de la red social de fotografía Flickr 3. En la
actualidad estamos a punto de alcanzar las seis mil imágenes en esta plataforma y hemos superado
los siete millones de visualizaciones.
Las posibilidades que se abren a la historia de la veterinaria en los fondos atesorados en el
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha es tan amplia como los intereses de los investigadores. En
la sala de consultas se pueden encontrar publicaciones específicas sobre productos de origen animal
como, por ejemplo, La industria quesera y mantequera española. Técnicas modernas de Gonzalo
Barroso, 1934, y otras como Anuario del comercio, de la industria, la magistratura y de la
administración o directorio de más de un millón de señas de España y sus colonias, que comenzó a
publicarse en 1879 por la editorial Bailly-Balliere.
3
<https://www.flickr.com/photos/ceclm/>
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Por otro lado, también pueden consultarse, tanto en sala como en red, revistas de órganos
colegiados como La veterinaria conquense, desde 1905 a 1906, el Boletín de higiene y sanidad
pecuaria publicado en Cuenca en 1915 y 1916 o Ganadería manchega publicada entre 1955 y 1961.
También referencias a las actividades en la prensa provincial y regional como el Boletín Oficial de la
Provincia de Ciudad Real, desde 1835 hasta la actualidad, el semanario Vida manchega, de 1912 a
1920 o el periódico Lanza, desde 1943 a los números semanales actuales, entre otros. En ellas
aparecen numerosos anuncios de elementos vinculados al mundo de la veterinaria como, por ejemplo,
el de la compañía de seguros La Ganadera Española.
El apartado de las ilustraciones es tan amplio o más si cabe que el de los elementos textuales,
porque en una fotografía costumbrista lo que un ciudadano vería como un paseo o la recogida de la
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mies, desde el ámbito que nos interesa, la historia de la veterinaria, podríamos ver la raza de los
animales, el estado de estos, el uso, su alimentación, etc. Por tanto, en los más de trescientos mil
registros gráficos existentes en el Centro, las lecturas son infinitas, desde las más directas en las que
aparecen animales a aquellas que, realizadas con un sentido sociológico y antropológico, nos permiten
elevar a un nivel superior la aportación documental de estos materiales.
Como propuesta de análisis, procedemos a una búsqueda en el primer volumen del Anuario
de comercio… de 1879. Escogemos la provincia de Ciudad Real, sede del Centro de Estudios de
Castilla-La Mancha y nos encontramos que en las cabezas de partidos judiciales se anuncian uno o
dos veterinarios, pero nos aparecen unos datos muy reveladores de la distribución de estos
profesionales en pequeños núcleos de población, como Daimiel y Herencia que aportan cada uno de
ellos seis.
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Figs. 8 y 9. Asistentes a la Asamblea de Veterinarios, Vida manchega, º 124, 1914; “Asamblea Provincial de
Veterinarios”, El liberal, nº 497, 1914.
Con estas breves pinceladas, creemos que se puede constatar el volumen y amplitud de las
fuentes existentes en nuestro Centro para ampliar, matizar, estudiar y comparar la historia de la
veterinaria.
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Bloque B:
La difusión de
las Ciencias Veterinarias
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La revista nació en los primeros años del regeneracionismo (también profesional), que
acompañó a la sociedad española tras el desastre del 98, transitó los años de la
Restauración, su crisis, la llegada de la primera dictadura y la proclamación de la Segunda
República. Desapareció en 1936, con el inicio de nuestra última guerra civil. Evolución
que se produjo en una ciudad como Toledo, que evocaba grandes sentimientos
relacionados con el arte y con el pasado. En aquellos años también coincidió el despertar
de la ciudad al turismo. Efectivamente, según Santiago Camarasa, director de diversos
periódicos y revistas, desde el año 1909 se incrementó el número de turistas hasta 1913.
Después, durante los años de la Primera Gran Guerra, se produjo un significativo
descenso, aunque siguieron llegando entre 12.000 y 15.000 visitantes. A partir del año
1918 se retomó el crecimiento hasta llegar a más de 100.000 visitantes en 1925 (Sánchez,
2004).
INICIO Y OBJETIVOS DE LA PUBLICACIÓN
Tras la constitución del Colegio en la asamblea del 19 de agosto de 1904, el primer
número de LVT se publicó el 30 de septiembre. La primera página exhibe un elegante
diseño del artista Sánchez Comendador que incluye varias frases: declaración como
revista profesional, órgano del colegio provincial, su dirección a cargo de D. Victoriano
Medina y en paralelo indica como redactores a “Todo el que desee honrarnos con sus
escritos”, la frecuencia mensual y la dirección en la Plaza de los Postes, 4. La mitad
inferior se dedica a saludar a toda la prensa en general y en particular a la relacionada con
las clases médicas, Agricultura y Ganadería. En las páginas 12 a 15 se detallan las
referencias que sobre la creación del colegio han hecho publicaciones locales (La Idea,
El Heraldo Toledano, La Campana Gorda, El Día de Toledo y La Voz de la Juventud) y
nacionales (El Liberal, Heraldo de Madrid y El Universal, entre los políticos, y las
profesionales La Veterinaria Española y la Gaceta de la Medicina Zoológica), lo que
evidencia la vocación periodística de la recién nacida.
En la segunda página aparece el artículo firmado por la Redacción titulado “Nuestros
Propósitos” en los que se manifiesta la necesidad y cumplimiento del mandato de la
mencionada asamblea de crear la publicación de ámbito provincial que se unirá a otras
nacionales dedicadas a la clase veterinaria que ya existían. Los objetivos se agrupan en
científicos, profesionales y sociales. La enumeración más detallada indica: 1.
Perfeccionamiento de los conocimientos; 2. Reivindicación de la profesión; 3. Generar
vínculos, unión y compañerismo (al parecer, bastante deteriorados en ciertas localidades);
4. Vigilancia de la ética profesional; 5. Reclamación de la mejora de los servicios de
higiene pública, policía sanitaria, fomento de la ganadería y otras del ámbito veterinario;
5. Lucha contra el caciquismo; 6. Combate al intrusismo “descarado, ruin y miserable”;
7. Facilitar la publicación de trabajos de veterinarios, ganaderos y otros “hombres de
ciencia” para mejora de la profesión.
En este primer número merece resaltar la carta abierta que envía el catedrático de la
facultad de León, toledano y condiscípulo de Medina, Joaquín González García, en el que
felicita al nuevo Colegio y hace unas interesantes reflexiones que nos permiten conocer
la situación de partida y aspiraciones de los profesionales: “¡… para mejorar su estado
social, dentro, como están, de esa vida rural tan tormentosa, perturbada y corrompida, por
lo general, por el odiado y odioso caciquismo!” y más adelante “sacrificios que, en cierto
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
modo, son desarmónicos con el humilde estado social que en la actualidad disfrutan estos
Profesores y con la casi nula remuneración que obtienen de la aplicación inmediata de los
conocimientos Médico-sanitarios-zootécnicos; pues desgraciadamente la positiva fuente
de ingresos con que al presente cuentan procede del ejercicio de la parte mecánica de la
profesión: del herrado”. Finaliza refiriéndose a las perspectivas que se abren a los futuros
veterinarios (muchos hijos de veterinarios) en el desempeño de nuevas actividades
acordes a su formación y con la merecida mejora retributiva.
En las tres décadas de publicación de LVT, una buena parte de esta declaración de
intenciones sería el motor de la actividad del colegio provincial y de otras organizaciones
profesionales.
DIRECCIÓN Y ETAPAS DE LA REVISTA.
El primer director y presidente fundador del colegio durante 25 años fue Victoriano
Medina Ruiz (1863-1952). En su larga vida desarrollo una amplísima labor en el plano
profesional, que comenzó con una breve etapa de veterinario militar y después en la
administración municipal como responsable de los servicios veterinarios y en la privada
con el establecimiento de una clínica a la vez que en el laboratorio familiar dedicado a
sueros y vacunas. En Toledo ejerció varios cargos políticos en el Ayuntamiento y
contribuyó al desarrollo económico y social de la ciudad ocupando puestos de
responsabilidad de los que destacamos, por la naturaleza de este trabajo, la presidencia de
la asociación de la prensa. Su trabajo fue reconocido con homenajes y distinciones pero,
sobre todo, por el cariño de sus conciudadanos y colegas. Para más información remitimos
al trabajo de su tataranieto Enrique Pita (2009). En el plano familiar, don Victoriano inició
una saga de veterinarios con sus hijos varones. Manuel (1888-1961), el primogénito, fue
un gran profesional militar, presidente de ANVE, de sólida formación científica y
promotor de tres laboratorios que, tras el exilio de 1939, seguiría la rama mexicana con
sus hijas, África (primera mujer veterinaria de aquel país) y María de los Ángeles
(Márquez, 2009a,b). Santiago, sexto hijo, mantuvo su actividad principal en los servicios
municipales toledanos que compatibilizó con el laboratorio familiar. Desarrolló varios
cargos en la junta directiva del colegio. Su hijo y nieto de Victoriano, Santiago Medina
Díaz-Marta (1930-2017), también desarrollo su actividad en Toledo, en los servicios de
la Diputación Provincial y cargos en la directiva del colegio del que fue nombrado
presidente de honor (Sánchez. 2004).
El Colegio Toledano fue uno de los primeros que se constituyeron en España y en los
primeros meses ya contaba con 190 colegiados. Durante el cuarto de siglo de presidencia
del fundador hubo una sonada crisis (abril 1921) en la que llegó a dimitir. La causa fue la
baja participación de los colegiados en una asamblea colegial. Esta situación se resolvió
y se mantuvo hasta 1929, en el promovió su relevo por Félix Samuel Muñoz coincidiendo
con la conmemoración de las Bodas de Plata del colegio y la revista. El segundo director,
ejerció durante dos años, había pertenecido a la Junta de Gobierno del colegio y accedió
a la presidencia desde la secretaría. También era una persona muy influyente en la ciudad
donde, entre otras responsabilidades, presidió el Círculo Artístico y de Comercio. Tras
una breve dirección del vicepresidente, Carlos Rodríguez, la última etapa del boletín que
coincidió con los años de la II República, la desempeñó Santiago Medina Rossi, que había
ocupado previamente otros cargos en la Junta Directiva.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
ESTRUCTURA Y CONTENIDOS.
La VT inicia su publicación el 30 de septiembre de 1904 y llega al número 378 (mayo de
1936). La edición es mensual, salvo excepciones, por lo que existen algunos ejemplares
con número doble. La edición corrió a cargo de la imprenta Viuda e Hijos de J. Peláez
con sede en la calle Comercio, 55 y Lucio, 8 de Toledo que posteriormente fue sustituida
por el Establecimiento Tipográfico de A. Medina que mantuvo la sede ampliada de la
calle Lucio 8 y 10. No se conoce la tirada exacta, pero teniendo en cuenta el número de
colegiados y la distribución a entidades y suscriptores individuales de otras provincias,
no debía ser inferior a los 400 ejemplares. Impresa en blanco y negro, con una extensión
variable entre 16 y 36 páginas, con algún número especial que llegó hasta las 78 motivado
por la incorporación de normativa, memorias de concursos o conmemoraciones. La
cabecera inicial antes comentada se amplió con una a página entera (249) que formaba
parte de una sobrecubierta que incorporaba publicidad. Ésta casi siempre se dedica a la
promoción de productos y laboratorios de higiene o terapéutica veterinaria, con algunos
casos de imprenta, bibliografía, corporativa e incluso una sastrería. Los anuncios más
frecuentes son los de Mata, seguidos del Laboratorio Medina. La relevancia de esta fuente
de ingresos es variable y en los últimos números publicados llega a ocupar 4 páginas con
6 anuncios. La fotografía aparece por primera vez en 1917 y es poco frecuente.
La publicación se estructura en varios apartados fijos cuya denominación, contenidos y
extensión van evolucionando a lo largo de los años. Las secciones que podemos
caracterizar como más frecuentes son: profesional, colegial, científico-técnica,
bibliográfica, normativa, noticias y social.
Sin duda, la organización y reivindicación profesional en sentido amplio y desde la
perspectiva nacional ocupa la mayor extensión de la revista (cerca de la tercera parte de
las páginas) y se plasma de diversas formas, desde artículos de opinión a las crónicas de
asambleas y reuniones pasando por controversias y comentarios sobre la ordenación
normativa y reclamo y asunción de competencias. El conjunto nos ofrece un recorrido, en
muchas ocasiones apasionado, de la instauración y consolidación de profesión veterinaria
en España. La sección colegial es un relato completo de la implantación y desarrollo de
las actividades del órgano profesional desde la perspectiva local que desde el primer año
se creación representaba a casi dos centenares de veterinarios. El resumen de los temas
tratados en las asambleas y los listados de asociados son la información más frecuente
y extensa. Tengamos en cuenta que es raro el número que no incluye la relación
nominal por distintos asuntos: junta de dirección, representantes de los 11 distritos de
los partidos judiciales de la provincia, pagos de cuota colegial (o deuda), retirada de
documentos oficiales, aportaciones por defunción, etc. Otros asuntos frecuentes de este
apartado son el seguimiento de casos concretos de intrusismo, relación de vacantes,
reivindicaciones ante tribunales y ayuntamientos y los estudios para la delimitación
de los partidos veterinarios de la provincia. En la última década de la publicación se
amplía la extensión de la sección con detalle del relato de las asambleas y del
presupuesto de la entidad.
Las contribuciones de índole científica y técnica aparecen en el segundo orden de
extensión y representan una proporción de los contenidos de los primeros quince años.
La temática es variada y en algunos casos son de vigencia actual (Salud Pública, Bienestar
Animal y enfermedades todavía presentes). En la mayor parte de los casos son artículos
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Sánchez Lubián, E. 2004. Libro del Centenario: 1904 - 2004: un siglo de vida colegial...,
cien años al servicio de Toledo. Ed. Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo.
Sánchez Sánchez, I. 1983. Historia y evolución de la prensa toledana (1883-1939). Ed.
Zocodover. Toledo.
Sánchez Sánchez, I. 2004. “Camarasa, Toledo y Castilla, una arrebatada relación”, en
Archivo Secreto, Toledo, núm. 2, pp. 198-239.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1
Doctor en Medicina y Cirugía; Doctor en Veterinaria; Doctor en Historia de la Ciencia. Profesor de Historia de la Cien-
cia. Facultad de Medicina. Universidad de Santiago de Compostela. c./ Sn Francisco s/n 15782. Santiago de Com-
postela. [email protected] tfno. +34 669302926.
2
Doctor en Veterinaria. Académico (c) de la RACVE. [email protected].
3
Ponte Hernando, F (2019) El concepto “Un mundo, una salud” en los inicios del Siglo XX: El Dr. D. Marcelino
Ramírez García (1864-1940) Veterinario Militar y Médico. Tesis doctoral. Universidad de Extremadura. Facultad de Ve-
terinaria. pp.159-160.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
4
Extractado de: Cattedra Ambulante di Agricoltura. Archivio di Stato di Ragusa. http://www.asragusa.benicultu-
rali.it/index.php?it/219/cattedra-ambulante-di-agricoltura [consultada por última vez el 7 de agosto de 2019].
5
Jones, GE; Garforth, C. (1997) La historia, el desarrollo y el futuro de la extensión agrícola en: Swanson, B.
Mejora de la extensión agrícola: un manual de referencia. FAO.
6
Las cátedras ambulantes de agricultura. Diario de Córdoba. 28 de octubre de 1895. p.1.
7
V.M. Las Escuelas ambulantes de agricultura en Italia. Boletín de la I.L.E. 30 de noviembre de 1901. Madrid. pp.333-
336.
8
La Correspondencia Gallega, 4 de noviembre de 1907. p.2.
9
“Este modo de enseñanza alcanza en el Brasil ventajas asombrosas”. En: Las cátedras ambulantes de agricultura. Dia-
rio de Córdoba. 28 de octubre de 1895.p.1.
10
El Regional de Lugo, 15 de julio de 1912. p.1-2.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
beneficiosas por ser depredadores naturales de los insectos perjudiciales. Todo ello, espléndido ma-
terial para la docencia. Terminaban clamando por algo así para España.
Enseñanza ambulante en los Estados Unidos: El tren del cerdo.
Por Rof Codina 11 hemos tenido conocimiento de los métodos empleados en los USA.
Del 23 al 28 de octubre de 1911, la Escuela de agricultura del Estado de Ohio puso en marcha el
«Tren especial del cerdo» desde Toledo a Ohio River, haciendo cinco paradas de hora y media, a lo
largo del día, y conferencias nocturnas en los teatros y salones de espectáculos de las poblaciones en
las que el tren pernoctaba. Conservación de la fertilidad del suelo, selección, esmero y prueba en la
semilla de maíz empleado, y diferentes problemas hortícolas, fueron los temas de las conferencias.
Al final, como el tren llevaba ejemplares vivos de las cinco razas más estimadas de cerdos, se daba
una charla de quince minutos sobre las virtudes de cada una. En cinco días acudieron casi 4600 per-
sonas. Posteriormente, la Universidad de Cornell, en N. York, equipaba trenes enteros con el profe-
sorado y elementos docentes de todo tipo, incluyendo animales vivos para las clases de zootecnia 12.
En España
La cuestión parece continuar estancada, hasta que el ministro D. Luis de Marichalar vizconde de Eza,
presenta el Proyecto Orgánico de Agricultura al Consejo de Ministros, el 31 de Julio de 1917. En él,
se revitaliza lo ya planificado diez años antes, y confía la enseñanza ambulante a los Consejos pro-
vinciales de agricultura y ganadería.
En 1918, en la prensa gallega arrecia la presión de lectores 13 y autoridades, como José Asúnsolo
Obanza, presidente del Consejo de agricultura y ganadería de La Coruña en favor de la creación de
la Cátedra ambulante 14. El 17 de diciembre de 1918 15 se publica una circular de dicho órgano dirigida
a labradores, sociedades y sindicatos agrarios, en la que se manifiesta que el personal facultativo dará
conferencias, hará demostraciones a pie de campo o responderá consultas por escrito a los fines de la
mejora general agropecuaria. Y, al día siguiente 16 se anuncia el fichaje de destacadas autoridades
científicas para la Cátedra ambulante y la propuesta de publicación de folletos divulgativos, por Rof
Codina, para formación de particulares y sindicatos, así como cuestiones sobre seguros agrarios, un
plan de fomento pecuario y concursos de ganados. La pandemia gripal de 1918 pudo ser la causa del
retraso, hasta 1920, de la inauguración de la cátedra.
Fundación y actividad de la cátedra ambulante del Consejo Provincial de Fomento.
El 21 de noviembre de 1920 se acuerda implantar oficialmente la Cátedra ambulante del Consejo
Provincial de Fomento. En este domingo, en la aldea de Somesos, a las afueras de Coruña, en presen-
cia de las autoridades locales y del Consejo, Rof Codina pronunció la conferencia: Tratamiento y
profilaxis de la fiebre aftosa. El 23 se acercaron a la feria de Curtis para disertar sobre la glosopeda y
su abordaje, dada la presencia de casos en la zona.
Tenemos un testimonio directo de cómo funcionaba esta institución académica popular:
Hace algún tiempo hablan los periódicos de aquí de la Cátedra Ambulante. Un día me encuen-
tro en la calle al señor Rof Codina.- «Quiero saber lo que es esa cátedra ambulante», le dije.-
Muy bien, me contestó. Puede venir mañana a Curtis que ……..Saqué billete de segunda. A
las once llegamos a Curtis….a las once y media entramos en el Pazo de Mende. Entramos en
el local del sindicato. Estaba lleno de hombres y mujeres campesinos. Ver mujeres me entu-
siasmó. Siendo tan decididas y dispuestas servirán de espolique a la pasividad de nuestros
labriegos. Empezó el Sr. Rof Codina, su conferencia, como quien hace un cuento. Primero les
preguntó si tenían alguna res enferma. Contestaron varios a una que sí. Se enteró de los sín-
tomas, para diagnosticar la clase de enfermedad. Y después, teniendo en cuenta la vida de
nuestros labriegos, el estado de sus cuadras, lo rudimentario de sus aperos, les fue dando con-
sejos para poder combatir las distintas enfermedades que suelen atacar al ganado. Y quedó en
11
Rof Codina, J. Enseñanza agro-pecuaria ambulante. El Ideal Gallego, 9 de julio de 1918. p.3.
12
Rivas Moreno. La cátedra ambulante en los trenes. El Progreso, 9 de octubre de 1926.p.1.
13
Voz del Público. Un suscriptor. Diario de Galicia 4 de agosto de 1918. p.1.
14
El Ideal Gallego 12 de noviembre de 1918. p. 4.
15
El Ideal Gallego, 17 de diciembre de 1918. p.1.
16
El Ideal Gallego, 18 de diciembre de 1918. p. 2.
Pag. 133
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
volver para hacer él delante de los labriegos, algunas prácticas, a fin de que adquieran la se-
guridad de los distintos procedimientos que son facilísimos, según explicó 17.
Rof les enseñaba la manera de suprimir intermediarios, que les explotaban vilmente, para el mercado
de Barcelona, vendiendo directamente, en grupo, desde el Sindicato. Les indicaba que debían poner
básculas en las ferias para vender el ganado a peso vivo, enterándose siempre del precio que tuviese
la carne en el mercado, única manera de que supiesen lo que vendían y cómo lo vendían. Explicaba
técnicas de valor añadido, como el desnatado de la leche y la fabricación de quesos, y cómo reutilizar
la leche para alimentar a los terneros, añadiéndole suplementos nutritivos a coste insignificante. Ter-
minaba el cronista ensalzando la esforzada labor de Rof y su sacrificio personal de tiempo, familia y
desplazamientos—salía siempre los domingos-- y lamentando la labor limitada que se hacía por falta
de medios.
Juan Rof Codina y Marcelino Ramírez García
Rof Codina y Ramírez constituían un equipo muy versátil. Dada la doble titulación de Ramírez, igual
disertaba sobre patología animal o humana, y medidas preventivas en ambos campos. La primera vez
que los vemos juntos es el 28 de junio de 1925, día en que dieron conferencias en Maniños y Fene,
en compañía del catedrático de Instituto de Agricultura Germán Martínez Mendoza 18. Este último
acudirá también a Dejo (Oleiros) con Rof, que vacunó gratuitamente a un lote de cerdos con vacuna
italiana para la peste porcina, del Prof. Bruschettini, regalada por el representante del Instituto de
Génova 19.Los dos amigos impartieron interesantes charlas en el Ayuntamiento de Neda 20 en sesiones
de mañana y tarde en la parroquia de Anca y el local sindical, en presencia de políticos, profesionales,
veterinarios titulares, clero, sindicalistas, ganaderos, maestros etc. Marcelino Ramírez presentado
como «Jefe de veterinaria militar de la octava región e ilustre tisiólogo», disertó sobre La lucha contra
la tuberculosis de los animales domésticos en Galicia. Hizo hincapié en la necesidad de hacer «cultura
popular tisiológica». Para demostrar lo embrutecido que estaba el pueblo en este aspecto, citó el caso
bárbaro del Infanticidio en Golada,que publicaba El Correo Gallego aquel mismo día 21 sobre un su-
ceso ocurrido en ese Ayuntamiento de Pontevedra, en que «creyendo salvar la vida de un tuberculoso,
para darle a beber la sangre de un niño sano y robusto, ha sido degollada una inocente criatura de
diecinueve meses». Puso de manifiesto la necesidad de implantar el diagnóstico precoz de la tubercu-
losis en el ganado vacuno, mediante la tuberculina. Refirió el ejemplo de la campaña llevada a cabo
por Bang, en Dinamarca, que había logrado terminar con las vacas tuberculosas, sustituidas por ani-
males sanos de razas mejoradas, reconvirtiendo lo que era una ruina social, en una importante fuente
de riqueza. Explicó el peligro de convivir personas, en especial niños, con animales enfermos y la
necesidad de poner aparatos esterilizadores de carne en los mataderos, para aprovechar este alimento
que se destruía, con grave perjuicio para la economía y la alimentación de la gente. Habló Rof a
continuación sobre Momento actual de la ganadería de abasto en Galicia. Ambos acudieron a Fe-
rrol22, varios días, como profesores de la referida cátedra ambulante del consejo provincial de Fo-
mento, a dar sendas conferencias en el Centro Obrero de Cultura.
Rof que disertó sobre mejora de la ganadería, alabó, ayudándose con varios gráficos, el estableci-
miento de básculas en ferias y mataderos de la comarca, que había contribuido a que, en un año, el
ternero de abasto pasase de un tipo medio de 150 kilos de peso vivo a 199 kgrs. Felicitó al Ayunta-
miento de Ferrol, por haber organizado el servicio de básculas en el matadero, de conformidad con
17
Extractado de Lesta Meis, J (1921) De mi tierra: La cátedra ambulante. Eco de Galicia. La Habana, año 5. nº 154. 23
de octubre. Pp.2-3.
18
El Correo Gallego, 30 de junio de 1925. p.2.
19
El Ideal Gallego, 11 de julio de 1925. p. 5. En 1930 consta como representante en Lugo del Laboratorio Lepori distri-
buidor de esta vacuna el Veterinario D. Jesús Carballo, cuñado de Rof. Rev. Pasteur vol. XIX.nº 2. Febrero 1930. p.
64. N. del A.
20
Interesantes lecciones a los ganaderos. El Heraldo Gallego, Órgano de las colectividades Gallegas en El Plata. 1 de
noviembre de 1925.
21
El Correo Gallego 23 de septiembre de 1925 p. 4 y El Ideal Gallego 23 de septiembre de
1925 p.5.
22
El Ideal Gallego, 29 de noviembre de 1925. p. 3.
Pag. 134
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
diversas órdenes gubernativas, no pudiendo decir lo mismo de Santiago y La Coruña. El doctor Ra-
mírez trató su tema: Prevención de la tuberculosis en el niño, con sencillez y maestría, haciendo unas
consideraciones previas sobre delincuencia juvenil. Explicó el método de Bang, para el aislamiento
de las vacas tuberculosas y el saneamiento de la cabaña bovina, con métodos que aplicaron a la espe-
cie humana, en Francia, Grancher y León Bernard, separando a los niños de familias tuberculosas y
enviándolos al campo con familias sanas. Explicó la utilidad de los sanatorios marítimos para los
niños del interior, y la de los de montaña para los de costa, describiendo el plan general de lucha
antituberculosa infantil, invitando a todos a sumarse a esta magna obra.
La cátedra mantuvo una intensa labor divulgativa y terapéutica. Consta que Rof, como Inspector de
Higiene Pecuaria, trató ganado vacuno y de cerda afecto de glosopeda, durante una epizootia que
azotó la zona en 1920 y 1921, con el preparado Glosafta23, del Instituto Veterinario de Suero-vacu-
nación de Barcelona: medicación integrada por agentes tónicos, cardiacos y antisépticos, de origen
vegetal, de gran poder, que matan rápidamente al virus aftoso 24. También practicó vacunación anti-
carbuncosa, pues la enfermedad llegaba todos los años del ganado cimarrón de montes cercanos,
siendo recibido «el entusiasta Sr. Rof», en todos lados, con agradecimiento y satisfacción. Rof publicó
muchísimos artículos de divulgación. En alguno, como durante la epizootia de peste porcina de 1922
a 1924, se quejaba de la escasa atención prestada por los ganaderos de cerda-- que ahora veían diez-
mados sus establos-- a los múltiples artículos publicados en relación con la prevención y tratamiento
de epizootias, en particular en la «Hoja agropecuaria» dominical de El Ideal Gallego y en El Culti-
vador Moderno 25. A veces firmaba con su nombre y otras con el pseudónimo For. Venta en común
del ganado; el problema forrajero; la organización de paradas de sementales; el aprovechamiento y
puesta en valor de recursos; el envío de mazorcas a Cruz Gallástegui a su laboratorio de Santiago,
para duplicar o triplicar el rendimiento del maíz; la sindicación agrícola con venta directa, a los gran-
des mercados nacionales; anillado de los toros; instalación de básculas para venta al peso vivo, etc.
eran temas en los que insistía, una y otra vez, Rof en sus charlas dominicales. Asistían muchas muje-
res y niños y se distribuían folletos, monografías, postales, hojas divulgadoras y ejemplares del Bo-
letín de cotizaciones e Informaciones. En el Estatuto Provincial de 1925 se establecía que las Dipu-
taciones debían hacerse cargo de esta enseñanza, por ello Rof reclamaba que la Diputación provincial
debería facilitar los recursos adecuados a la cátedra del Consejo de Fomento 26. Rof llegó a dar con-
ferencias divulgativas por la radio como recoge El Ideal Gallego en este año 27. A partir de mediados
de 1928, se difumina la labor de Rof en cuanto a la cátedra, aunque es invitado con frecuencia a
diversos sitios a conferenciar. En septiembre de 1929 irá sancionado a Córdoba brevemente. Prolife-
ran las cátedras ambulantes y se aprecia una mayor presencia de agrónomos en ellas. En la II Repú-
blica irá a Madrid a colaborar con Gordón Ordás en el Ministerio y, tras la guerra, a Canarias, permu-
tando luego su plaza con el Inspector de Higiene Pecuaria de Lugo.
Después de la guerra civil y su jubilación en 1944, a los 70 años28, Rof creará, con apoyo público,
la Cátedra de Divulgación Pecuaria de Galicia que tendrá una actividad similar hasta 1967 29.
Epílogo
La Labor de Rof fue auténticamente titánica y desinteresada. Desde 1920, al menos, hasta sus últimos
años, siempre que pudo, estuvo inmerso en una estructura de formación para los campesinos que más
lo necesitaban. A sus actividades sumó siempre a las personalidades más capaces de las que disponía
en su entorno.
23
El Ideal Gallego, 9 de diciembre de 1920.
24
Curación rápida de la Glosopeda. La Semana Veterinaria 5 y 12 de julio de 1920, p. 210-211.
25
El Progreso, 26 de septiembre de 1922. p.1-2.
26
El Ideal Gallego, 9 de agosto de 1925. p. 5.
27
El Ideal Gallego, 9 de diciembre de 1925, p.1.
28
Hay autores, fuertemente sesgados por su ideología, que, absurdamente, dicen que a los 70 años fue obligado a jubi-
larse por las autoridades franquistas. Las mismas que, a continuación, le financiaron la nueva cátedra. N. de los A.
29
Vid: Conde Gómez, D. (2015) Juan Rof Codina. Renovación na veterinaria e gandaría galega contemporánea. Vigo.
Xerais. p. 155-159. Libro basado en su tesis doctoral de 2013: Veterinaria e mellora pecuaria na Galicia contemporá-
nea: o papel de Juan Rof Codina. USC.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN:
Presentamos la ampliación y actualización del trabajo presentado en el congreso de la AEHV del
2005 sobre publicaciones de SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL, (1852-1934) en la revista “La
Veterinaria Española”. Hemos continuado con el estudio del contenido de los artículos ya localizados
y la búsqueda de nuevas publicaciones, con resultado positivo. Una primicia es el trabajo titulado “La
significación probable de las células nerviosas de cilindro-eje corto” el cual, además, presenta
ilustraciones. Hemos localizado debates entre el ya premio Nobel y otros científicos del momento
acerca del cuestionamiento de la doctrina neuronal por parte de los reticularistas. También incluimos
el curioso debate entre la utilización de “el/la neurona” entre los científicos del momento. Hemos
rescatado, para su difusión, una relación mucho más completa de la colaboración científica de la
Veterinaria y el propio Cajal, la cual no aparece reflejada aún en estudios biográficos publicados.
ABSTRACT
We present the extension and update of our previous work presented at the 2005 AEHV congress
about publications of SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL, (1852-1934) in the magazine "La Veterinaria
Española". We have continued with the study of the content of the articles already localized and the
search for new publications, with positive results. A scoop is the work entitled "The probable
significance of nerve cells of short axis" which, in addition, presents illustrations. We have located
debates between the Nobel Prize winner and other scientists of the moment about the questioning of
neural doctrine by reticularists. We also include the curious debate between the use of gender on "the
neuron" among the scientists of the moment. We have rescued, for its diffusion, a much more
complete information of the scientific collaboration between Veterinary and Cajal, which has not
been considered in the biographical studies published up to date.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1. INTRODUCCIÓN
Hace dos años, gracias a un nuevo contacto con Francisco Blanes Vilardell, médico, entusiasta de la
obra de Cajal, hemos podido continuar con el estudio y seguimiento de la obra de Cajal publicada en
LVE, iniciado con Elvira Rocha. Ahora presentamos un segundo capítulo en el que incluimos nuevos
trabajos, que nos llevan hasta la concesión del premio Nobel a Cajal en 1906. Incluimos también una
curiosa polémica entre el ya premio Nobel y un histólogo granadino reticularista, que cuestionaba la
teoría de la neurona con la que Cajal había obtenido el premio.
2. MATERIAL Y MÉTODOS
Hemos partido de las citas referidas a LVE, hechas por biógrafos y especialistas que han estudiado la
obra científica de Cajal. Además hemos revisado todos los números de LVE comprendidos en el periodo
entre 1896 y 1908, gracias a la consulta de la Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España
(http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0060010842&lang=es) y al Dipòsit Digital de
Documents de la Universitat Autònoma de Barcelona
(https://ddd.uab.cat/search?ln=ca&cc=fonhisvetrev&sc=1&p=la+veterinaria+espa%C3%B1ola&f=&a
ction_search=Cerca).
Una vez localizadas las publicaciones de Cajal, hemos comprobado todas ellas. Cuando se trataba de
versiones de publicadas previamente en otras revistas hemos procedido a compararlas con su original
detectando cambios o supresiones.
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Función probable de las células nerviosas de cilindro-eje corto, por S. Ramón y Cajal. Publicada
en LVE, 10-1-1902, nº 1.592, pp. 10-14, es decir en el primer número de la revista del año.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Benito Remartínez y Díaz, director de LVE, en la editorial de este número especial, hace un repaso
histórico al nacimiento y evolución de la revista, e invita a los mas prestigiosos autores veterinarios
del momento a celebrar el evento con su participación en ese número especial. Aparecen los nombres
de profesores de todas las Escuelas de Veterinaria, significados veterinarios oficiales y militares, etc.
Remartínez destaca la colaboración del “reputado maestro” Cajal, eminente histólogo al que agradece
su aportación.
Este trabajo se publicó por Cajal en el Tomo I Los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones
Biológicas (Pág. 151-157), en 1901-1902, donde el autor citaba que había sido “Publicado con alguna
variante en La Veterinaria Española, Diciembre de 1901”. Dicha versión no aparecerá en LVE hasta
Enero de 1902.
Del 23 al 30 de abril de 1903, se organiza en Madrid un gran encuentro médico, el XIV Congreso
Internacional de Medicina, que congrega a las máximas figuras de las neurociencias. Con la participación
entusiasta de toda una generación médica mundial, se presentaron 1.681 comunicaciones y memorias,
con gran protagonismo de los temas neurológicos. Destaquemos las intervenciones de Cajal, que
describe la estructura histológica del tálamo óptico, y de Pavlov, que expone por primera vez la teoría
de los reflejos condicionados (García Albea E, 2010). Incluiremos en este apartado las cuatro
comunicaciones “cajalianas” (una de Pedro Ramón Cajal y las otras tres de Santiago Ramón Cajal)
presentadas y que posteriormente se publicaron en LVE.
La primera comunicación, firmada por el hermano de Cajal, Pedro Ramón y Cajal (1854-1950), en ese
momento catedrático de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza:
1 Dado el rigor que Cajal emplea en sus citas tanto de trabajos propios como ajenos, hay que suponer que la publicación en LVE constituye
una primicia absoluta. Podemos suponer que, siguiendo su costumbre, Cajal aprovecha la demora en la publicación de este trabajo en su
Revista para ampliarlo y para matizar sus referencias a Golgi. La portada del Tomo I de sus Trabajos del Laboratorio de Investigaciones
Biológicas lleva la fecha 1901-1902 y contiene seis trabajos, todos de Cajal. Más de la mitad de la revista lo ocupa el primer trabajo sobre la
“Estructura de la corteza olfativa del hombre y mamíferos”, el trabajo que nos ocupa está en tercer lugar y cabe suponer que pudo
publicarse ya avanzado el año 1902.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
“Aparato olfatorio de los batráceos por D. Pedro Ramón y Cajal, Catedrático de la facultad de
Medicina de la Universidad de Zaragoza”. Aparece publicada en LVE en dos números, el 20-05-
1903, nº 1641, pp 215-7, y el 31-05-1903, nº 1642. pp 230-1.
“Sobre un nuevo foco subtalámico, al parecer de naturaleza centrífuga, por D. Santiago Ramón
y Cajal, de la Facultad de Medicina de Madrid”. Publicada en LVE el 20-04-1904, nº1674, pp
167-8.
En este trabajo, Cajal estudiando los encéfalos de gato, conejo y ratón, describe un nuevo núcleo
talámico del que describe sus conexiones peor no su función.
En este trabajo, es el propio Cajal quien pone en duda las llamadas redecillas pericelulares como parte
del citoesqueleto neuronal. Golgi les atribuye la fusión entre las neuronas y justifica así su teoría
reticularista del tejido nervioso. Cajal las describe no como un elemento de proyección del citoesqueleto
neuronal hacia el espacio extracelular, sino como un artefacto de procesamiento y resultado anómalo de
tinciones como el método de Bethe: “la redecilla pericelular, así como el retículo intersticial descritos
por Bethe son productos artificiales que resultan probablemente de la coagulación de alguna substancia
albuminoide disuelta en los espacios linfáticos perineuronales”
“Las fibras cerebrales del tubérculo cuadrigémino anterior, por D. Santiago R. y Cajal,
catedrático de Histología de Madrid”. Publicada en LVE el 10-06-1903, nº 1643, p 247.
En este trabajo, Cajal describe las conexiones del tubérculo cuadrigémino anterior con las vías ópticas y
con las motoras de los músculos extraoculares y cervicales, indicando su coordinación funcional. 2
Los dos trabajos de Cajal sobre la rabia publicados en LVE confirman su interés por el estudio de la
neuropatología de dicha enfermedad y confirman su colaboración con los veterinarios
“Nuevo método de estudio de las células nerviosas, por el Dr. D. S. Ramón y Cajal, Catedrático
en la Facultad de Medicina de Madrid” Publicada en LVE el 20-03-1905, nº 1707, pp 117-9. Lleva
por subtítulo: Variaciones morfológicas, normales y patológicas del retículo neurofibrilar en el
conejo y en el perro rabiosos
2 En la publicación de los “Comptes rendus” del XIV Congreso Internacional de Medicina de Madrid (del 23 al 30 de abril de 1903) figuran
los trabajos de los hermanos Ramón Cajal.
Los de Santiago Ramón Cajal son:
“Las fibras nerviosas de origen cerebral del tubérculo cuadrigémino anterior y tálamo óptico” (pp. 36-53).
“Consideraciones críticas sobre la teoría de A. Bhete, á propósito de la estructura de la sustancia gris” (pp. 69-104).
“Sobre un nuevo foco subtalámico, al parecer de naturaleza centrífuga” (pp. 104-105)
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En este mismo número, en la sección de Noticias, página 126, se informa de concesión por parte de la
Academia de Ciencias de Berlín a Cajal de la medalla de oro conmemorativa de Herman von Helmholtz.
Cajal siempre lo consideró como un gran reconocimiento a su trabajo, “quedé pasmado al saber que la
susodicha medalla se otorgaba cada dos años al autor que hubiere dado cima a más importantes
descubrimientos en cualquiera rama del saber humano” (Berbel et al, 2007).
En este trabajo Cajal evalúa críticamente los hallazgos histopatológicos descritos como
patognomónicos en la rabia tanto en humanos como en animales. Cita su trabajo llevado a cabo junto
al profesor de la Escuela de Veterinaria, D. Dalmacio García Izcara (S.R. Cajal y D. García El retículo
neurofibrilar en las células nerviosas de la rabia. Trab. del Lab. de Inv. Biol, tomo III Fact. IV, 1904)
y sus colaboraciones en el estudio de la hipertrofia neurofibrilar en animales, tanto en estados
fisiológicos (hipotermia) como patológicos (Moquillo canino, intoxicación por arsénico en el perro,
muerte por congelación).
En este trabajo, Cajal adelanta en forma de resumen la que será su segunda gran obra “Estudios sobre la
degeneración y regeneración del Sistema Nervioso. En dos volúmenes”, publicada en Madrid en 1914
y, posteriormente, en 1928 en versión inglesa. Describe los estudios experimentales llevados a cabo por
su equipo en perro, gato y conejo, utilizando la técnica de impregnación de nitrato de plata reducido.
El premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906, fue concedido ex aequo a Camilo Golgi y a
Santiago Ramón y Cajal, “en reconocimiento de sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso”.
Era la primera vez que un premio Nobel era compartido por dos científicos a pesar de defender teorías
contradictorias: la teoría reticularista (Golgi) vs la teoría de la neurona (Cajal) (López y Álamo, 2006;
Grant, 2007; de Castro, 2019).
La satisfacción de Cajal por ese nuevo reconocimiento le valdrá posteriores homenajes y medallas.
“El premio Nobel con que el Instituto Carolino de Estocolmo se dignó recompensar mis escasos
méritos científicos, fue, entre los médicos de raza española, ocasión de patrióticos y entusiastas
testimonios de afecto y consideración.” (Berbel et al, 2007).
La LVE se hará reflejo de ese premio, tanto de su proclamación, congratulándose por el éxito de Cajal y
felicitándolo (LVE, 31-10-1906, nº 1765, p 478), como del acto de distribución del mismo (LVE 31-12-
3 Se han consultado todos los números de los dos años siguientes y no hemos localizado la continuación. A falta de una nueva revisión
este trabajo está inconcluso.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1906, nº 1771, p 574). Además, LVE llama a la participación activa en los actos de homenaje que se
preparan al premio Nobel (LVE, 30-11-1906, nº 1768, p 574), como en la suscripción nacional para la
acuñación de una medalla conmemorativa y la publicación de los trabajos del maestro (LVE 20-03-1907,
nº 1779, p 126).
En España los detractores de Cajal también participaron en este debate. Aquí presentamos la polémica
que se establece entre un reticularista, el Dr. Eduardo García Solá, contra la teoría de Cajal y que
publica LVE en diversas entregas a lo largo de dos años.
Eduardo García Solá, (1845 –1922), natural de Antequera (Málaga), cursó sus estudios de Medicina
en la Universidad de Granada (1867). Discípulo de Mariano López Mateos, introductor en España de
la teoría celular de Theodor Schwann, y de Aureliano Maestre de San Juan, microscopista y maestro
también de Cajal. En Granada fue catedrático de Patología General y Anatomía Patológica (1872 a
1887) y de Histología e Histoquímica Normales (1872-1917). Rector de esta Universidad (1891-
1909), desde planteamientos regeneracionistas, defendió la autonomía universitaria (Olague, 2019).
La polémica estalla a los seis meses de la concesión del Nobel con: El ocaso del neurona, por el
Doctor Eduardo García Solá, Catedrático y Rector de la Universidad de Granada, publicado en
dos partes en LVE, el 10-8-1907, nº 1793, pp. 339-41, y el 20-8-1907, nº 1794, pp. 355-8.
Empieza su artículo poniendo en cuestión el género gramatical para designar a la célula neuronal:
defiende el neurona, en contra de la neurona. En todo el texto se alinea con la tesis neo-reticularista,
en contra de la teoría de la neurona.
A este artículo responde Cajal con: El renacimiento de la teoría de la neurona, publicado en LVE en
siete partes, el 31-10-1907 (nº 1801, pp. 467-8), el 10-11-1907 (nº 1802, pp. 483-5), el 20-11-1907 (nº
1803 pp. 499-500), el 30-11-1907 (nº 1804 pp. 514-6), el 10-12-1907 (nº 1805 pp 532-4), el 31-12-1907
(nº 1807 pp 562-4) y el 10-1-1908 (nº 1808, pp 4-6)
Cajal, responde a la polémica sobre el género a utilizar para designar a la célula neuronal:
“Volviendo al tema del neuronismo, me temo que la neurona estará presente por un tiempo y, en mi
opinión, los meritorios colegas a los que aludí deberían calmar sus nervios. Sí, queridos colegas: la
neurona o el neurona nos superarán, y en su marcha hacia el futuro, la neurona verá nuevos amaneceres
y atardeceres. (El Dr. García Solá prefiere decir el neurona, porque los franceses escriben le neurone.
Que así sea ... Sin embargo, con ese criterio, los españoles deberían decir lo neurona, porque Waldeyer,
quien creó la palabra, usó el género neutro y escribió das Neuron. El uso extranjero no debe
imponérsenos; ya que la idea que se transmite por el término, es decir, el concepto de 'unidad nerviosa'
(la unidad nerviosa), es femenina en español, usemos el género femenino. Y en vano los antineuronistas
esperan la tranquilidad y la unanimidad. Como he dejado claro, están empezando nuevas batallas. La
hipótesis reticularista de Held y otros reemplazará la de Bethe y Apáthy, y la controversia renovada solo
cambiará su teatro. ¡Es tan cómodo destruir sin crear! ¡Es tan difícil crear sin destruir!”
Las técnicas empleadas por Cajal se basan inicialmente en la “reazione nera” (el método de Golgi) la
cual perfeccionó, desarrollando el llamado “método ontogénico” que le permitió sus profundos estudios
sobre la auténtica organización del tejido nervioso (de Castro, 2019). Ello le llevó a criticar el llamado
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
“método de Bethe”, utilizado por los reticularistas, aplicado al estudio y demostración de las “redecillas
pericelulares”.
Y defiende su teoría, aceptando un posible error: “Por mi parte, no dudaría en pasar al campo reticularista
si me demostraran que estoy equivocado. Pero tiene que ser probado con hechos.”
Al final, García Solá concluye: Más sobre el neurona - Breve rectificación al Dr. Cajal, por el Dr.
Eduardo García Solá, Rector y Catedrático de la Universidad de Granada, publicado en LVE en
dos partes, el 10-02-1908 (nº 1811, pp. 52-4) y el 29-02-1908 (nº 1813, pp. 83-5).
El texto aparecido en LVE escrito por Garcia Solá es la repetición del que cinco meses antes ya fue
publicado en la Gaceta Médica Catalana iniciándose con el título rimbombante de “El ocaso del
neurón”. El profesor Garcia Solá fue enemigo de Cajal desde la estancia de éste en la Cátedra de
Valencia, en 1888. Al parecer circuló un anónimo criticando la recién publicada “Histología” de
Garcia Solá 4, firmado por el Dr. Bacteria, pseudónimo “terrible” según confiesa Cajal en la página
56 de la segunda parte de sus memorias de 1917. Pero lo peor para alimentar esta rencilla entre ambos
ocurrió cuando, al llegar Cajal a Barcelona resultó que el profesor Garcia Solá era nada menos que
redactor del equipo de la “Gaceta Médica Catalana” mientras que Cajal quedó tan solo en
“colaborador” de esa revista. Entre ellos dos se mantuvo un pulso a lo largo de los años y el equilibrio
se rompió al recibir Cajal el premio Nobel en 1907 (E. Rocha, comunicación personal).
Esta polémica mereció su publicación, en esos mismos días, en otras publicaciones médicas (Partsalis
et al, 2013):
• Ramón y Cajal S., El renacimiento de la doctrina neuronal, El Siglo Médico (Madrid), 1907,
54, 479-485
• Ramón y Cajal S, El renacimiento de la doctrina neuronal, Gaceta Médica Catalana
(Barcelona), 1907, 31, 121-133
• Ramón y Cajal S, (1907) El renacimiento de la doctrina neuronal, Revista de
Especialidades Médicas (Madrid), 1907, 10, 428-441
• Ramón y Cajal S, El renacimiento de la doctrina neuronal, Archivos de Psiquiatría y
Criminología (Buenos Aires), 1907, 6, 646-662
• Ingenieros J, Índice General de Archivos de Psiquiatría y Criminología, Años 1902-1913,
Talleres Gráficos de la Penitenciaría Nacional, Buenos Aires, 1914, 3–26
• García Solá E, Más sobre el neurona, Gaceta Médica Catalana (Barcelona), 1907, 31, 241-
245
La publicación de la compilación de los trabajos de Sir Charles Scott Sherrington (1858–1952) “The
Integrative Action of the Nervous System” en1906, en el mismo año del Premio Nobel de Cajal
proporciona las primeras evidencias de la sinapsis y reforzará la teoría neuronal. Sus estudios
posteriores en neurofisiología le valdrán a Sherrington el Premio Nobel de 1921 (López y Álamo,
2006).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Sin embargo, un hecho histórico afectó de forma negativa a este enfrentamiento científico. La
mayoría de los científicos europeos que habían reconocido a Cajal y apoyado su teoría, murieron
durante Primera Guerra Mundial (1914-18) (van Gehuchten, Waldeyer, Ehrlich, Nissl, Krause,
Obersteiner, Dejerine, Brodmann, Alzheimer, Edinger, Retzius, Holmgren, Rossi, etc.) (López y
Álamo, 2006). El mismo Cajal reconoce “la horrenda guerra Europea de1914 asestó un duro golpe a
mi actividad científica…durante seis años me quedé aislado de los laboratorios extranjeros y reducido
a un monólogo en el que la apatía y el desaliento eran las normas básicas” (R. Cajal, 1923).
La lucha de Cajal por defender su teoría de la neurona se mantuvo a lo largo de muchos años. El mismo
Cajal, en su último trabajo publicado (Cajal, 1933), realiza una amplia y profunda revisión bibliográfica
de los principales trabajos publicados a favor y en contra de su teoría, justificando ampliamente la
veracidad de la teoría neuronal, en contra del movimiento reticularista (López y Álamo, 2006).
CONCLUSIONES
Hemos aportado nuevas publicaciones de Cajal en LVE alguna de ellas inédita y otros de carácter
meramente veterinario. Esto nos permite confirmar la buena relación y el respeto mutuos de Cajal y la
profesión veterinaria. Seguiremos trabajando en la búsqueda de nueva publicaciones de Cajal en LVE
hasta su muerte en 1934.
AGRADECIMIENTOS.
A Elvira Rocha Barral por sus comentarios en relación al texto y su aporte de información adicional.
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Ramón y Cajal S (1933) ¿Neuronismo o reticularismo? Las pruebas objetivas de la unidad anatómica de
las células nerviosas. Archivos de Neurobiología, Imp. Góngora, Madrid, tomo XIII, núm. 2, 4, 5 y 6,
pp. 1-144
Pag. 144
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Bloque C:
Patrimonio Veterinario
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Resumen
Tras un vínculo de seis años con este proyecto, todavía inacabado, cuyo recorrido se detalla en la
presente comunicación, y un preciso trabajo técnico, se muestran la planimetría completa y una
representación tridimensional del histórico edificio veterinario, del que hasta ahora sólo conocíamos
parcialmente una de sus fachadas y una desacertada descripción.
Abstract
After being linked to this project for the last six years still unfinished, whose track is described in
detail in this communication, and a precise technical work, we show the complete planimetry and a
three-dimensional representation are shown of the historic veterinary building, from which only a
part of one of its facades was known until now and a mistaken description.
1
ESPESO DEL POZO, G., “De Colegio Nacional a Facultad de Veterinaria (Estampas de hace dos siglos)”, Ciencia
Veterinaria. Revista, 50, febrero de 1948, pp. 80-89.
2
MUSEO DE HISTORIA DE MADRID, Escuela Nacional de Veterinaria, inventario 1544. El original, anónimo y sin
datar, que hemos consultado, tiene el pie “Escuela Nacional de Veterinaria de Madrid”. Misma imagen y epígrafe que la
litografía incluida en el libro: LOUBET, J., Colección de herraduras ó demostración del arte de herrar para corregir
las enfermedades y defectos del casco, Ed. Establecimiento de Litografía de la Calle de Preciados nº16, Madrid 1843.
(Ejemplar perteneciente a la magnífica biblioteca del doctor Vives Vallés).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
del solar completo que ocupa el edificio levantados por el arquitecto Francisco Jareño de Alarcón,
que hallamos junto a la documentación que a 7 de agosto de 1863 autoriza al arquitecto a hacerse
cargo de las llaves y efectos de la Escuela de Veterinaria, lo que le lleva a realizar un muy
exhaustivo inventario del contenido del edificio, que un mes después firma junto al director Nicolás
Casas de Mendoza, y al levantamiento de dicha planimetría3.
Plano de la planta baja del edificio realizado por F. Jareño en 1863. Fuente: Archivo General de la Administración de
Alcalá de Henares.
Los veterinarios militares Segismundo Malats e Hipólito Estévez habían recibido en 1791 el
encargo de buscar en la periferia madrileña el lugar más adecuado para ubicar la Escuela de
3
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., “Escuela de Veterinaria de Madrid: planimetría del
arquitecto Jareño”, Libro de Actas del XIX Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Madrid 2013, pp. 237-244.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Veterinaria, teniendo en cuenta que debía situarse “en las extremidades de Madrid donde se podra
establecer comodamente sin perjuicio de la salud, policia, y aspecto publico”. Así, los futuros
directores de la Escuela de Veterinaria realizan la elección del terreno dentro de unos límites que
han sido acotados de antemano4.
El terreno elegido está situado a la derecha de la Puerta de Recoletos, y bordeado por la cerca que
rodea Madrid, lo que hace poco adecuada la clásica expresión de “extramuros” otorgada a esta
localización. El arquitecto Francisco Sabatini adapta el edificio ya existente en dicho terreno, que
era utilizado por los miembros de la Congregación de San Felipe Neri como lugar de descanso y
retiro, y le adosa una nueva construcción. Cuando se concluye el cuadrilátero que conforma la
totalidad del edificio de la nueva Escuela de Veterinaria, el volumen preexistente, que ahora es el
ala sur, se readapta como zona de residencia de los alumnos militares internos5. El edificio de la
Escuela aparece reflejado por primera vez en el plano urbano de José Carlos María Bentabole,
realizado por ingenieros geógrafos franceses durante la Guerra de la Independencia6.
Como luego veremos, Malats y Estévez sitúan la futura Escuela de Veterinaria en el máximo
exponente urbanístico ilustrado, aunque sea en uno de sus extremos y en el último tramo en
desarrollarse. La elección realizada por los veterinarios fue un acierto pleno.
Pero es el momento del derribo del edificio proyectado por Francisco Sabatini, en el que
Segismundo Malats leyó la lección inaugural el 18 de octubre de 1793, el que nos resulta crucial
para su conocimiento. Los planos realizados por Francisco Jareño son hasta ahora los únicos
existentes, pues los originales proyectados por Sabatini, que además realiza el presupuesto y ejecuta
la obra, no han sido hallados aún, y no sólo en nuestras búsquedas personales sino en las
publicaciones y exposiciones que sobre el ilustre arquitecto e ingeniero militar se han sucedido en el
tiempo, contando alguna de ellas con importante dotación de medios institucionales7.
Nuestra comunicación tuvo continuidad con una versión divulgativa, que bajo el título Real Escuela
de Veterinaria de Madrid: en el centro, centro, se publica al año siguiente en la revista del Consejo
de Colegios Veterinarios de España8.
4
SALVADOR VELASCO, A., El inicio de la Veterinaria en España, I, Ed. Colegio de Veterinarios de Sevilla, Madrid
2015, pp. 205-214.
5
CASAS DE MENDOZA, N., “Historia de la escuela veterinaria de Madrid”, Boletín de Veterinaria, 15 de mayo de
1848, 80, pp. 177-182. Según relata el director, fue necesario alquilar una casa en la próxima calle de los Reyes Alta
(hoy, conde de Xiquena) con destino a residencia de alumnos internos durante los años que duró la construcción.
6
GOITIA CRUZ, A., Transformaciones urbanas en torno a las reales puertas de la Villa de Madrid (1656-1860), tesis
doctoral dirigida por ORTEGA VIDAL, J., U.P.M., Madrid 2015, pp. 85-89.
7
VV.AA., Francisco Sabatini (1721-1797): La arquitectura como metáfora del poder, RODRÍGUEZ RUÍZ, D.
(comisario), Catálogo de la exposición, Fundación Caja Madrid, Madrid 1993, pp. 539. Exposición celebrada en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Centro Cultural Isabel de Farnesio de Aranjuez.
8
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Real Escuela de Veterinaria de Madrid: en el centro,
centro, Información Veterinaria, sept-dic 2014, pp. 34-36.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
9
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Sedes madrileñas de la Escuela de Veterinaria:
arquitectura y profesión (Recoletos, San Francisco, Curtidores, Embajadores), conferencia pronunciada a 14 de
noviembre de 2016 en la RACVE. http://racve.es/files/2016/12/Conf-A.Salvador-2016.pdf
https://historiadelaveterinaria.es/wp-content/uploads/Conf-A.Salvador-2016.pdf
10
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Sedes de la Escuela de veterinaria y urbanismo
matritense, conferencia pronunciada a 26 de abril de 2017 en VII Encuentros Matritenses de Historia de la Veterinaria.
Pag. 149
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
y contando además con varias dependencias para perros. La primera planta o principal cuenta en su
lado sur con dos alargadas dependencias, de 19,30 por 4,90m. y de 20,40 por 4,70m.
respectivamente, en las que se disponen en forma de hilera las camas de los alumnos militares
internos. A este espacio se llega a través de una escalera que arranca en la planta inferior y que
ocupa un volumen adosado al principal, estando situado el espacio de cocinas contiguo a las
dependencias. En el ala norte, se sitúa el primer anfiteatro anatómico. La planta abuhardillada
recorre todo el edificio y queda revestida por una cubierta de teja. Además de la escalera referida, el
edificio cuenta con una escalera principal junto a la entrada, y otra de ligera menor entidad en el ala
este. En la zona noreste del conjunto, hay un pequeño patio desde el que se accede a la amplísima
huerta.
Primera representación completa y fidedigna de la Escuela de Veterinaria en Recoletos. Fuente: elaboración propia,
2016.
11
SALVADOR, SALVADOR (2016), p. 9. Original en: Archivo de Villa, sig. 1-118-51.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
El tiempo juega en contra del edificio de la primera Escuela de Veterinaria española. En enero de
1856 se aprueba que la nueva Casa de la Moneda se levante en el espacio de huerta de la Escuela.
El proyecto y ejecución se encomienda a los arquitectos Francisco Jareño y Nicomedes Mendívil,
profesores en la Escuela Superior de Arquitectura, concluyéndose en 1861. Entre la Casa de la
Moneda y la Escuela de Veterinaria se crea la Calle de la Moneda, después de Jorge Juan, y hoy de
la Armada Española. Otra merma de terreno, es la creación en el antes espacio de huerta de un
pequeño parque público, entre la nueva calle de la Moneda y la Escuela.
El fuerte crecimiento demográfico de Madrid conlleva un cambio en su fisonomía urbanística y la
necesidad de planificar su crecimiento. La zona elegida para el asentamiento de la cada vez más
numerosa burguesía es el ensanche nordeste de la ciudad, que se lleva por delante el edificio de la
Escuela de Veterinaria. En el plan Castro de 1860, la antigua huerta de la Veterinaria, y en ese
momento ya Casa de la Moneda, es la punta de lanza del proyectado desarrollo de la zona financiera
y de palacetes del Paseo de la Castellana, y del barrio burgués por excelencia, el de Salamanca, y en
ese desarrollo una Escuela de Veterinaria con el ir y venir de animales y el necesario espacio para
prácticas de pradicultura y de zootecnia, no tiene cabida.
Por real orden de 18 de mayo de 1857 se nombra a José María de Castro director del estudio y
formalización del Ensanche de Madrid. Presenta su anteproyecto a 6 de abril de 1859, siendo
aprobado a 19 de julio del año siguiente. Futuras variaciones modificarán el anteproyecto en lo que
a edificabilidad y anchura de viario se refiere, pero su entramado se mantiene.
Basándose en la planimetría custodiada en el Archivo de Villa, Ruíz Palomeque nos muestra las
construcciones existentes en 1857 y las nuevas calles proyectadas con sus nuevas alineaciones12. La
correspondiente a la manzana 276, en la que se encuentra la Escuela de Veterinaria, queda
delimitada en sus cuatro lados (con nomenclatura actual) por el Paseo de Recoletos, Calle de Goya,
Calle de Serrano y Calle de Villanueva, dividiéndose este enorme espacio por la Calle de la Armada
Española.
El solar que ocupa la Escuela en Recoletos tiene un destino concreto. Por real orden de 20 de mayo
de 1861 se aprueba el anteproyecto del edificio diseñado por Francisco Jareño destinado a
Ministerio de Fomento, Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico.
Recién abandonado, el viejo edificio veterinario presta un último servicio. Con motivo de las becas
de pintura y escultura convocadas por el Ministerio de Fomento para estudiar en Roma y París, el
tercer ejercicio de las de pintura se realiza en la planta principal de la antigua Escuela, siendo
Francisco Jareño quien levanta un plano parcial de la planta y adecúa mínimamente los diez
espacios necesarios para la prueba, realizando el consiguiente presupuesto13. Es este pequeño plano,
custodiado en el Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el que nos aporta
el imprescindible dato que buscábamos: la altura interior es de 3,80 metros.
12
RUÍZ PALOMEQUE, E., Ordenación y transformaciones urbanas del casco antiguo madrileño durante los siglos
XIX y XX, Ed. Instituto de Estudios Madrileños, Madrid 1976, p. 353, adición del plano 90.
13
SALVADOR, SALVADOR (2016), p. 11. Original en: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, archivo
general, sig. 5-79-12.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Plano parcial de la primera planta del antiguo edificio de la Escuela realizado por F. Jareño en 1862. Fuente: Archivo
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
14
Ibídem. Original en: Archivo General de la Universidad Complutense, caja V/01-020.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
la Escuela de Veterinaria y su pujante desarrollo científico. Para ello, son necesarios una exhaustiva
lectura y análisis de los principales trabajos publicados sobre el desarrollo histórico del eje que
conforman ambos paseos, máximo exponente urbanístico ilustrado de la Villa y Corte. En él,
encuentra cabida la Escuela de Veterinaria. El producto de este trabajo, fue presentado a la
convocatoria de premios de la RACVE de 201815, resultando merecedor del otorgado por el Colegio
Oficial de Veterinarios de Madrid.
La reforma en el tramo desde el Salón del Prado hasta la Puerta de Recoletos, tras el derribo en
1836 del convento y la iglesia de los Agustinos Recoletos de Copacabana, que históricamente
estrecha el paso y tapa la perspectiva del edificio de la Escuela de Veterinaria, ensancha el Paseo
hasta alcanzar la dimensión del ya renovado tramo hasta la Puerta de Atocha. En 1845 se instala en
su solar el Gran Taller de Coches de Recoletos, y un año después la Fundición Sanford.
Posteriormente se abren en sus lados las nuevas calles de Villanueva, que separa el Gran Taller de
la Escuela de Veterinaria, y de Recoletos, entre ambas instalaciones industriales.
Entre la Fundición Sanford y los edificios del Pósito que alcanzan la calle de Alcalá, se construye
en 1850 el palacete del marqués de Salamanca (hoy sede de la Fundación BBVA), que se abre al
Paseo sustituyendo la tradicional tapia de cerramiento ciego por una verja y un espacioso jardín, que
permite la visión de la zona residencial en su interior. Esta novedosa disposición marcará tendencia
en el futuro del Paseo de Recoletos, pues las nuevas residencias de la burguesía madrileña seguirán
el patrón marcado por la primera de ellas.
El eje Prado-Recoletos se convierte en el segundo polo de atracción y relación social madrileños,
solo por detrás de la Puerta del Sol16. La suerte de la Escuela está echada, su futuro comienza a
oscurecerse.
Los edificios de uso industrial tienen corta presencia en el Paseo del Prado. El Gran Taller de
Coches y la Fundición Sanford lo abandonan en 1854, y sus solares son ocupados por palacetes que
reúnen la nueva tipología residencial de la burguesía y de la nobleza trasladadas a esta zona, que
son construidos a imagen de el del marqués de Salamanca, contando con la presencia obligada de
un jardín, que representa la nueva relación con la naturaleza, y separados del Paseo por una verja de
hierro que permite ver el interior de la posesión. En el solar situado entre las calles de Villanueva y
Recoletos, se levantan entre 1856 y 1860 los palacetes de Calderón y de Terrero, y a continuación
de la calle Recoletos, también en 1856 el palacete del marqués de la Remisa, al que sigue el del
marqués de Salamanca, de 1850, ya colindante con los terrenos del Pósito, en los que años después
se levantará el Palacio de Linares. Es comprensible que, en este contexto, el edificio que alberga la
Escuela de Veterinaria, con sus consiguientes e insalvables incomodidades para el cada vez más
distinguido entorno, sea entendido como un elemento inoportuno, lo que motivará su traslado y el
final de la estancia veterinaria en el Paseo de Recoletos.
Mientras la nueva placa indicativa, comprometida con la Real Academia de Ciencias Veterinarias
de España por la dirección de la Biblioteca Nacional, se coloca en los jardines del edificio, para que
no quede duda de que en ese solar estuvo la Escuela de Veterinaria, y no el Convento de los
Agustinos Recoletos, como señalan la actual placa situada en su verja y la situada en la fachada
opuesta del edificio, junto al acceso del Museo Arqueológico Nacional, ambas con autoría del
Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, o como relata la entrada de BNE en Wikipedia,
mostramos una prueba más, ofrecida ahora por el arquitecto Francisco Jareño de Alarcón.
En 1862, el arquitecto realiza un plano de alineaciones y secciones topográficas del terreno en el
que se ubica el edificio de la Escuela, que señala como “Veterinaria”, y las cuatro calles que lo
rodean. Tres años después realiza otro plano que corresponde a la variación del nuevo edificio de la
15
SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., La nueva veterinaria en el nuevo Madrid: el edificio de la primera Escuela de
Veterinaria española y su papel en el desarrollo urbano de la ciudad de Madrid. Premios RACVE 2018, XII premio
del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. Por primera vez, se entrega un doble premio ex aequo:
GUIJARRO ESCRIBANO, J.F., La casa-matadero de Manila durante el periodo de administración española: su
contribución a la salud pública y al desarrollo económico de la capital.
16
CARBALLO BARRAL, B., Los orígenes del Moderno Madrid: el ensanche Este (1860-1878), trabajo fin de máster
dirigido por OTERO CARVAJAL, L.E., UCM, Madrid 2007, p. 79.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Biblioteca Nacional respecto a su primera ubicación dentro del mismo solar, que Jareño había
situado en el centro. Los solares descritos en ambos planos quedan delimitados por las mismas
cuatro calles, es decir, ambos hacen referencia al mismo lugar.
Izquierda: Plano de alineaciones y secciones del terreno de la Escuela, realizado por F. Jareño en 1862. Derecha: Plano
de la modificación en la ubicación del edificio de la Biblioteca Nacional, realizado por F. Jareño en 1865. Fuente:
Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares.
Conclusión
Madrid es candidata oficial a formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, con la
propuesta denominada “El Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las Artes y las Ciencias”. El
Paseo, en su conjunto, debe su esplendor al pensamiento ilustrado, el mismo que situó el edificio de
la primera Escuela de Veterinaria española en este lugar emblemático.
Tras un largo recorrido archivístico, un preciso trabajo técnico y unas minuciosas revisiones
arquitectónica y urbanística, hemos podido dar a conocer la planimetría del primitivo edificio
levantada por Jareño, acompañándola de una detallada y veraz descripción; realizar la primera
representación completa y fidedigna del mismo; precisar su proceso edificatorio y su
emplazamiento exacto, reivindicándolo frente a lo señalado en las placas identificativas existentes
en la actualidad en el exterior del edificio; y visibilizar cómo la localización elegida para su
ubicación terminó por determinar su propio destino, debido a las posteriores transformaciones
urbanas, que motivaron su traslado.
Pero este extenso proyecto aún no ha llegado a su fin, pues todavía quedan tareas pendientes a
realizar, como las de generar nuevas representaciones del edificio que complementen la ya ofrecida
hasta ahora, o materializar estas representaciones en una maqueta a escala que facilite aún más la
observación y comprensión del edificio que albergó la primera Escuela de Veterinaria de España,
para la que esperamos poder contar con interés y apoyo institucionales.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
El próximo año 2020 se cumplen los primeros 75 años de existencia del Museo de
Veterinaria Militar. Inició su andadura el 15 de junio de 1945 al cumplirse el Centenario
de la creación del Cuerpo de Veterinaria Militar.
Summary
Next year 2020 marks the first 75 years of existence of the Military Veterinary
Museum. It began its journey on June 15, 1945 when the Centenary of the creation of
the Military Veterinary Corps was completed.
Introducción
El próximo año 2020 se cumplen los primeros 75 años de existencia del Museo de
Veterinaria Militar. Inició su andadura el 15 de junio de 1945 al cumplirse el Centenario
de la creación del Cuerpo de Veterinaria Militar. Lo hizo en la primigenia sede del
antiguo Laboratorio y Parque Central de Veterinaria Militar (LPCVM) ubicado en la
calle Núñez de Balboa 32, en Madrid. En el año 1965 las instalaciones del LPCVM
pasan a ocupar el ala izquierda de la antigua Academia de Sanidad Militar, y el Parque y
sus materiales se acomodan en una nave en la calle Invencibles, cerca del Puente de
Toledo. En ese lugar se almacenaron los materiales de interés histórico hasta el año
1986 en que pasaron a ser expuestos en el nuevo acuartelamiento del LPCVM.
Antecedentes
La Circular confidencial nº 3 de 10 de marzo de 1964, del Inspector Veterinario, incluye
entre sus propuestas la creación de una Biblioteca-Museo, propuesta que no prosperó.
En el año 1972, con motivo del proyecto de traslado del Laboratorio y Parque Central
de Veterinaria Militar de su anterior ubicación, en la antigua Academia de Sanidad
Militar (hoy Escuela Militar de Sanidad) a los actuales terrenos de la calle Darío Gazapo
nº3, en el madrileño barrio de Campamento, se incorporó a los planos del proyecto una
sala de recuerdos para albergar los materiales históricos reglamentarios del Cuerpo
1
Suboficial Mayor. Centro Militar de Veterinaria de la Defensa. Conservador del Museo de Veterinaria
Militar.
2
Comandante O.M. (r). Especialista en uniformología, vexilología y distintivos de la veterinaria militar
española.
3
General veterinario (r). Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Inspección General de Sanidad. Ministerio de Defensa. España. Correspondencia: [email protected]
Pag. 155
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castrense. Fue el coronel veterinario Vicente Serrano Tomé (†) pieza principal en
proponer esta idea.
En el año 1986 se inauguraron las nuevas dependencias entre las que se encontraba la
sala-museo. En el año 1987 se participó en la VII Exposición de miniaturismo militar
obteniendo «Diploma de Honor». La Norma 4/88 EME (5ª División) integra al LPCVM
en el recién creado Centro Militar de Veterinaria, continuando en sus instalaciones. En
el año 1990 se organizó una exposición temporal para conmemorar el 150 Aniversario
de la creación del benemérito Cuerpo castrense y se gravó un vídeo en formato VHS
editado por el antiguo Centro de Ayudas a la Enseñanza del Ejército de Tierra. En el
año 1995 se remodeló el museo, se amplió su superficie y se incorporaron nuevas salas.
A lo largo de este periodo ha realizado veinte exposiciones temporales en diferentes
ciudades españolas, con motivo de efemérides y centenarios colegiales de la
organización profesional, o de difusión de la cultura.
Se han catalogado e inventariado 5600 piezas. Desde su inicio, en el año 1986, ha
tenido cinco conservadores.
• Colección de uniformes.
• Sala de personajes ilustres.
• Sala de podología, siderotecnia y colección de herraduras higiénicas y de
enmienda.
• Colección de láminas de veterinaria militar (Colección Helio).
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RESUMEN
El concepto de disección dentro del ámbito de la Anatomía ha significado desde sus inicios un hecho
determinante para la evolución de esta disciplina científica. En la Edad Media existió un punto de
inflexión que sentó las bases de su perfeccionamiento posterior, entendiéndose éste durante el
Renacimiento. Es necesario constatar dos etapas claramente diferenciadas en cuanto al desarrollo de
las disecciones anatómicas, puesto que al principio tenían un carácter esporádico y evolucionaron
hacia la sistematización en pro de la investigación y la docencia teórico-práctica. En la Edad Moderna
se generalizó su uso hasta llegar a la Edad Contemporánea, cuya vigencia se hace patente a diario
debido a su innegable utilidad diagnóstica. En esta comunicación oral se pretende realizar un somero
estudio de las disecciones anatómicas durante el Medievo, focalizando la atención en los avances
acaecidos en Europa, en especial en Italia y Francia.
Palabras clave: Anatomía; disección; Salerno; Bolonia; Padua.
ABSTRACT
The concept of dissection within the sphere of the Anatomy has meant since its inception a decisive
fact for the evolution of this scientific discipline. In the Middle Ages there was an inflection point
that established its subsequent improvement, taking place during the Renaissance. It is necessary to
verify two clearly differentiated stages in terms of the development of anatomical dissections, since
at first they had a sporadic nature and, then, they progressed towards their systematization favoring
the research and the theoretical-practical knowledge. In the Modern Age its use was generalized until
reaching the Contemporary Age, whose effect becomes evident daily due to its irrefutable diagnostic
usefulness. In this oral communication we expect to carry out a brief study of anatomical dissections
during the Middle Ages, focusing our attention on advances occurred in Europe, especially in Italy
and France.
Key words: Anatomy; dissection; Salerno; Bolonia; Padua.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Asimismo, la medicina árabe ejerció una enorme influencia sobre los practicantes de medicina
medievales, tanto en lo que se refiere a la anatomía como a la cirugía, el diagnóstico y la terapéutica.
Surgieron las especialidades clínicas, en concreto la obstetricia, la oftalmología, la otología y la
odontología, empleándose también los procedimientos de cauterización.
El ejercicio de la medicina en general pasó de manos religiosas a manos laicas a partir del Concilio
de Clermont (1130), donde se prohibió estudiar medicina a los religiosos regulares. Esta ordenanza
quedó ratificada en los posteriores Concilios de Reims (1131) y de Letrán (1139), y posteriormente
en el Sínodo de París de 1213 (Nogales Espert, 2004).
Antes del siglo XIII -y también durante la Alta Edad Media- las disecciones realizadas en medicina
tuvieron un carácter esporádico. Sólo fueron consideradas investigaciones exhaustivas a partir del
siglo XVI, ya en la Edad Moderna. Entre 1160 y 1185 destacó la figura de Gerardo de Cremona. En
Toledo éste realizó una labor de traducción de autores árabes (Al-Razi, Abulcasis, etc.) al igual que
del Canon Medicinae de Avicena (Nogales Espert, 1996).
Figura 1. Escuela Médica de Salerno en una copia del Canon Medicinae de Avicena (siglo XII).
La Escuela Médica Salernitana promovió una formación con un componente más científico. En ella
recibieron educación tanto hombres como mujeres y se recogía el saber y la tradición judía, griega,
latina y árabe (Conti, 1985). De hecho, en la enseñanza de la medicina se incluyeron las disecciones
anatómicas; en concreto, la anatomía descriptiva se basaba en los manuales Pantegui de Ali-Abbas y
Anatomía porci del maestro Copho; este último era una guía para la disección del cerdo que
comenzaba por el cuello y seguía por el tórax, abdomen, útero y cerebro, descubriéndose los vasos
sanguíneos y el esqueleto (Nogales Espert, 2004). Asimismo, la terminología latina comenzó a
utilizarse para el estudio anatómico (Guerra, 1989). A partir de 1194 decae la Escuela de Salerno en
pro de otras más recientes presentes en Palermo y Montpellier.
Pag. 160
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Los profesionales formados en Salerno tuvieron una gran acogida en las Escuelas Catedralicias, que
fueron germen para los posteriores Estudios Generales. Destacaron los Estudios Generales de París
(1110), de Bolonia (1158), de Oxford (1167), de Palencia (1280) y de Cambridge (1209). Además
del de Palencia destacó otro en España que fue fundado por Alfonso IX de León en 1218, el Estudio
General de Salamanca, primera institución educativa europea en obtener el título de Universidad
conforme a la Real Orden de Alfonso X “El Sabio”, fechada en Badajoz en 1252. En Salamanca se
consolidaron doce cátedras, con disciplinas de derecho canónico, civil, medicina, lógica, gramática y
música. En 1255 el Papa le otorgó la licentia ubique docendi, lo que suponía un reconocimiento de
sus grados a nivel internacional (Rodríguez-San Pedro Bezares, 1991). Se puede considerar el siglo
XIII como “el siglo de la Universidad” donde existían principalmente cuatro Facultades, la de Artes
y las Superiores (Derecho, Medicina y Teología) (Díaz Pérez, 1998).
La práctica de las disecciones, en concreto las humanas, fue implementada en las Universidades de
Bolonia y Montpellier a partir de 1302 y de 1366, respectivamente (Guerra, 1989). Se sabe que la
primera disección efectuada en Bolonia fue a cargo de Bartolomeo da Varignana junto con otros
médicos y cirujanos, y tuvo un carácter médico-legal.
Estaba claro que la observación directa y sistemática de los órganos era fundamental para formular
descripciones anatómicas concretas y efectuar diagnósticos post-mortem válidos. De ahí que, en el
siglo XIII, Federico II de Hohenstaufen permitiera la disección de tres cadáveres humanos para la
ampliación de conocimientos anatómicos. Paralelamente, en Cremona, en 1286, un médico efectuó
una disección humana para esclarecer una epidemia de morbo pestilencial. También en Italia, esta
vez en Padua, Pietro D´Abano llevó a cabo una autopsia al cuerpo de un farmacéutico fallecido a
causa de una intoxicación por mercurio (Santo Tomás Pérez, 2002). Igualmente existían disecciones
en Venecia, aunque tenían un carácter médico-legal más que científico, al igual que la primera
efectuada en Bolonia. También en Bolonia destacó a mediados del siglo XIII Guillermo de Saliceto,
quien llevó a cabo alguna que otra disección y entabló un asiduo contacto con Federico II de
Hohenstaufen; también escribió su obra Cyrurgia (1275) en la que promovía el uso del cuchillo
quirúrgico por cauterización, destacaba la importancia del estudio de la anatomía y describía
metódicamente el arte quirúrgico (Jaramillo Antillón, 2005). Finalmente, en Bolonia (1315) se
describió la primera disección pública, a cargo de Mondino de Luzzi, cuya obra Anatomia mundini 1
(1316) es reconocida como el primer texto anatómico moderno que heredaba la antigua tradición de
la Escuela de Alejandría donde destacaron Herófilo y Erasístrato. Mondino fue el restaurador de la
anatomía y llevaba a cabo disecciones anatómicas tanto en humanos como en animales (Castiglioni,
1941).
Frente a la legalidad de las disecciones anteriormente citadas surgió la ilegalidad de profanar tumbas
con el pretexto de practicar disecciones anatómicas. Esta situación era muy habitual en Padua, por lo
que el Papa Bonifacio VIII promulgó la bula De Sepulturis en 1299, por la que se prohibía el
desmembramiento de los muertos para llevarse los huesos y ser enterrados en otros lugares (Pérez
Collados, 1993). Pese a ello se fueron permitiendo disecciones en Padua a partir de 1429 y también
en Montpellier (1377) y París (1478). El Papa Sixto IV finalmente autorizaría a finales del siglo XV
las disecciones siempre que los cuerpos pertenecieran a criminales condenados (Walton, Barondess
y Lock, 1994).
1
Hasta el siglo XV fue copiada a mano su obra y las primeras ilustraciones a la obra de Mondino
fueron añadidas a partir de 1514 por Jacopo Berengario da Carpi, también profesor en Bolonia.
Berengario realizó algunas aportaciones anatómicas como la descripción del seno esfenoidal, del
tímpano, de la glándula pineal y del apéndice vermiforme, siendo uno de los primeros autores en
utilizar la iconografía anatómica.
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Figura 3. Portada de la obra cumbre de Vesalio donde aparece él mismo realizando una disección
en un hipotético anfiteatro.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Castiglioni, A. (1941): Historia de la Medicina. Editorial Salvat, Barcelona.
- Conti, O. (1985): Comentarios a las tablas médicas de Salerno. Editorial Lumen, Barcelona.
- Díaz Pérez, A. (1998): “Práctica y enseñanza de la Medicina en los siglos XII al XIV”, en De la
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- Walton, J.; Barondess, J.A. y Lock, S. (1994): The Oxford Medical Companion. Oxford University
Press, Oxford.
Pag. 163
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
El próximo año 2020 el Cuerpo de veterinaria militar cumplirá 175 años de existencia
en los Ejércitos de España. El documento fundacional fue presentado a la reina Isabel II
para su firma por el general Narváez. De este modo, tan simple y a la vez tan complejo
en su larga gestación, se constituyó el día 15 de junio de 1845 el nuevo Cuerpo
castrense, hoy bajo la denominación de «Especialidad Fundamental» del Cuerpo Militar
de Sanidad de la Defensa.
Summary
Next year 2020 the Veterinary Military Corps will turn 175 years of existence in the
Armies of Spain. The founding document was presented to Queen Elizabeth II for
signature by General Narváez. In this way, so simple and at the same time so complex
in its long gestation, the new military Corps was constituted on June 15, 1845, today
under the name of "Fundamental Veterinary Specialty" of the Military Health Corps.
Introducción
1
General veterinario (r). Inspección General de Sanidad de la Defensa. Académico de Número RACVE.
Correo-e: [email protected]
2
Comandante O.M. Especialista en uniformología, vexilología y distintivos de la veterinaria militar
española.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Los antecedentes
3
Herrero Rojo, M.: La veterinaria en la Antigüedad, creación del real tribunal del protoalbeiterato de
Castilla. Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social, impr. Gráficas
Andrés Martín, S.A., 263 pp., p.144.ISBN: 84-7846-035-7.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
[…]que ayades e gosades por razón de dicho oficio, de todas las honrras, gracias e
mercedes e fraquicias e libertades de que fan gosado e gosan los oficiales de la
nuestra casa»4.
En 1661 los mariscales disponían de un excelente texto para tratar y curar las heridas de
arcabuz. El libro estaba escrito por Martín Arredondo quien en su capítulo XXIX del
libro «Tratado segundo. Flores de Albeitería», sacado de varios autores, describe las
heridas por arma de fuego para que los profesionales que asisten a las guerras puedan
hallar el modo de tratarlas. Del texto se infiere la presencia de mariscales que
acompañaban a las fuerzas que intervenían en las batallas.
Con Fernando VI, ya aparecen albéitares con el nombre de «mariscales» en las Planas
Mayores de los Guardias Reales de Corps y durante el reinado de Carlos III ya hay un
mariscal en su Estado Mayor. La primera constancia documental de la que se tienen
datos procede de la revista «El Estado Militar 5,6», según el Reglamento de 19 de febrero
de 1762. Al año siguiente por real orden de 10 de mayo de 1763 se declara la obligación
de que cada regimiento de caballería debe tener un mariscal mayor para formar parte de
las planas mayores de los regimientos de caballería; y más tarde por real orden de 1768
se crea el cargo de segundo mariscal de inferior categoría. Por todo lo dicho hasta aquí
cabe suponer que, con anterioridad, existían mariscales en función de veterinarios
militares al servicio del ejército de los Austrias y Borbones pero sin constituir Cuerpo,
simplemente como meros sirvientes de planas mayores.
Fue en la institución militar, tan ligada a Palacio, donde a lo largo del siglo XVIII se
gestó y se sentaron las bases para la creación y normalización de la enseñanza
veterinaria en España. A costa del real Erario se mandaron tres personas, una albéitar de
palacio y unos años después otras dos como mariscales. Los albéitares-mariscales de la
Caballeriza Real, junto con los mariscales mayores del ejército de los Borbones, fueron
los que presentaron sendos proyectos para la creación de un Centro de enseñanza donde
impartir la nueva Ciencia. Para ello también se solicitaron informes a otros
profesionales de prestigio y a la «Sociedad Económica Matritense de Amigos del País».
Debemos convenir que la iniciativa para crear un centro de enseñanza se debió a un plan
preconcebido por el gobierno, para mejorar todas las instituciones de enseñanza, entre
las que se encontraba la Veterinaria que, como nueva Ciencia, vendría a desplazar, no
sin dificultades, a la más que tricentenaria y privilegiada Albeitería. Fue Carlos III y su
hijo Carlos IV quienes promovieron, a través de gente muy principal del gobierno, la
instauración de estos estudios.
4
Carta fechada en Jaén el día 20 de agosto de 1489 en la que se nombra albéitar y herrador del príncipe
D. Juan a Fernando de Palencia. AGS, RGS.Leg.2442, fol.27.
5
Gómez Ruiz, M., Alonso Juanola, V.: El estado militar gráfico de 1791. Ministerio de Defensa,
Secretaría General Técnica. Artegraf, S.A, Madrid, 1997, 197 p. ISBN: 84-7823-544-2.
6
Estado militar de España (1744-1844). Recopilación por Don Antonio Sanz, Imp. del Rey Nuestro
Señor y su Consejo. Frecuencia: Anual. En el año 1823 se llamó "Estado de la organización de la fuerza
armada terrestre de la Monarquía Española", y se publicó con una estampa de uniformes iluminados.
Pag. 166
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Una vez llegado ese momento, se dio vía libre para la creación de un centro de
enseñanza que acogiese, instruyese y difundiese, con carácter oficial y normalizado, el
cuerpo doctrinal de la medicina veterinaria, ya en toda su extensión. Leyendo y
releyendo los documentos que se circulaban entre las diferentes instituciones del
gobierno, se observa que el Centro se debatió entre recibir el nombre de «Real Colegio»
o «Real Escuela de Veterinaria» de la Corte. En nuestras publicaciones hemos decidido
unir ambos términos para indicar el carácter militar de la nueva institución.
El lugar escogido para ubicar el primer centro docente de la medicina veterinaria fue en
los terrenos y huerta del convento de los Padres Agustinos Recoletos, espacio que se
encontraba en el extremo de la denominada “Colina de las Ciencias”, constituido por el
eje Atocha-Alcalá-Recoletos, es decir, en la urbanización de los Prados, cuyos terrenos
habían sido escogidos por los regidores de la Villa para la concentración del saber y el
desarrollo y expansión de la ciencia. Allí, junto al gabinete de máquinas, observatorio
astronómico, jardín botánico, hospital de San Carlos fue a instalarse en 1792 la naciente
ciencia veterinaria, hija de la Ilustración 7. En ese lugar permaneció hasta 1866 en que
pasó a ser ocupado por la Biblioteca Nacional en un edificio de nueva planta. Fue de tal
calado esta ubicación que recientemente el Patronato de la Biblioteca Nacional de
España, a iniciativa y propuesta de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de
España, acaba de autorizar, durante el presente año, la colocación de una placa sobre
7
Para conmemorar este hito histórico el cupón de la ONCE del lunes, 14 de enero del presente año,
celebró el 225 aniversario de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Allí
estuvo presente una importante representación de la veterinaria militar.
Pag. 167
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
una base en los jardines para recordar que en ese lugar se levantó el primer centro
docente de la veterinaria española, a imagen y semejanza de lo que ya han realizado
los franceses en Lyon con la primera Real Escuela de Veterinaria del mundo, creada en
1762; y con la Escuela de Maison-Alfort, en París.
Desde el lado de la milicia, en el ejército de los Austrias, y también de los Borbones, los
profesionales de la medicina animal recibieron el nombre de mariscales mayores y
segundos mariscales, frente al tradicional de ‘albéitar’, reservada esta voz para
denominar a la persona que, con licencia practicandi, ejercía legalmente en el ámbito
civil. Todos ellos practicaban, casi en exclusividad, la hipiátrica, es decir la medicina y
cirugía del caballo y sus híbridos, en toda su extensión.
A partir del año 1796 los nuevos veterinarios egresados del Real Colegio-Escuela, y con
mejor expediente académico, eran seleccionados para pasar a prestar servicio a las
unidades de caballería, dragones y yeguadas del ejército. Una vez filiados volvían a
obtener la denominación de ‘mariscales’ (en la categoría de segundos mariscales) y
permanecían en sus cuarteles de destino casi de por vida. Fue Nicolás Casas de
Mendoza, mariscal mayor y profesor de la Escuela de Veterinaria, el principal impulsor
de la creación del Cuerpo de Veterinaria en 1845. Fueron muchos años de trabajo, de
estudio, de informes, de publicaciones de interés militar, de excelente y disciplinado
comportamiento militar, y de lealtad a la corona la que terminó reconociendo el valor de
estos profesionales, y sus justas peticiones para conceder lo que durante tantos años
venían solicitando los mariscales más preclaros del ejército: la constitución del Cuerpo
de Veterinaria Militar y el derecho al uso de uniforme propio.
Hasta el año 1898 los veterinarios, y sus auxiliares más inmediatos, han estado
sirviendo en las unidades militares de Ultramar. En Cuba, Puerto Rico y Filipinas
dejaron su labor bienhechora no solo en la atención médico quirúrgica del ganado
caballar, sino en la inspección de mataderos, higiene de los alimentos y trabajos de
geografía agro-ganadera: todos ellos de inmediata aplicación para la salud pública, la
mejora ganadera y el desarrollo económico de los respectivos territorios ultramarinos,
como así ya ha sido expuesto en numerosos congresos nacionales de historia de la
veterinaria.
Situación actual
Pag. 168
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
• Seguridad alimentaria
• Veterinaria de salud pública
• Veterinaria preventiva
• Higiene y sanidad ambientales
• Control de plagas
• Medicina y cirugía experimentales
• Defensa biológica
• Genética y reproducción asistida en las yeguadas
• Formación e instrucción de equipos caninos
Y todo ello sin olvidar el tradicional ejercicio de la medicina y cirugía con tecnología
puntera, y con el apoyo de técnicas analíticas de última generación.
Más del 90% de los componentes del Cuerpo han participado (y siguen estando
presentes) en operaciones internacionales. Los veterinarios militares de hoy organizan
periódicamente cursos de perfeccionamiento, se forman en cuatro especialidades
veterinarias, publican manuales, obras técnicas, emiten informes técnicos, asisten a
reuniones nacionales e internacionales junto a sus colegas de otros ejércitos, publican
artículos científicos y notas técnicos en nuestra revista de Sanidad Militar, y aparecen
noticias constantemente en el Boletín Informativo de Sanidad Militar, todas estas
actividades pueden seguirlas en Internet. Con un solo ‘click’ desde sus computadoras, o
cualquier dispositivo electrónico del momento, pueden conocer las actividades que
genera la veterinaria militar en la red de redes.
Pero aún hay más, si quieren sentir de primera mano la evolución de la veterinaria
militar española disponen para ello de un excelente museo al que también pueden
acceder desde sus ordenadores.
Y ya para no alargarnos más les informamos que el 80% de la plantilla tiene una
especialidad de las cuatro oficialmente reconocidas; el 70% se desenvuelve con soltura
en inglés, y en otros idiomas; el 40% tiene un doctorado; muchos de ellos se adornan
con una segunda licenciatura, o grado, en medicina, odontología, biología, historia y
ciencias de la información.
Sería imperdonable por nuestra parte si nos olvidamos de los casi 200 oficiales
veterinarios y suboficiales maestros herradores-forjadores-auxiliares de veterinaria que
han dado su vida por España en diferentes operaciones militares.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Hoy, en este XXV Congreso Nacional, y aunque solo sea como recuerdo y gratitud
para aquellos que nos han precedido, allanando el camino recorrido, debemos tener
presente que en el próximo año 2020 se cumplen 175 años de existencia del Cuerpo
de Veterinaria Militar al servicio de los Ejércitos y de la sociedad española ¡Casi
nada!
Primer uniforme del Cuerpo de Veterinaria Militar (1856) de indudable inspiración francesa
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
AUTORES: Marina Reche Zamarra2, Laura Lomas Lirio2,4, Alexander Gaztañaga Garabieta,3y
Joaquín Sánchez de Lollano Prieto1,4.
1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria.
2
Estudiante de último curso del Grado de Historia. Universidad Complutense de Madrid.
3
Sección de Biodeterioro, Área de Investigación y Formación, Instituto del Patrimonio Cultural de
España (Ministerio de Cultura y Deporte).
4
Historia de la Veterinaria, Departamento de Farmacología y Toxicología. Facultad de
Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid.
AUTOR DE CORRESPONDENCIA: Alexander Gaztañaga Garabieta,
Correo-e:[email protected]
Teléfono:915504486
AUTOR QUE PROCEDERÁ A LA LECTURA: Marina Reche Zamarra
RESUMEN:
En esta comunicación se describirá el estado de conservación y estudio de daños de la colección de
embriones del Museo Veterinario de la Universidad Complutense. Se analizarán también los
métodos empleados en su conservación en líquido hasta la fecha (en formaldehído al 10 % hasta
2013 y a partir de entonces en etanol al 70o) centrándose en los inconvenientes y problemáticas
identificadas hasta el momento. Por otro lado, se estudiarán las opciones existentes para plantear
nuevos métodos de conservación y de prevención del biodeterioro analizando ejemplos de casos
similares publicados y valorando su aplicabilidad sobre esta colección. Para ello se tendrán en
cuenta aspectos como la necesidad de encontrar un método inocuo para las personas, que conserve
las características morfológicas y de color de las muestras guardadas y por supuesto que puedan
seguir empleándose con fines pedagógicos tanto de los alumnos de la Facultad de Veterinaria como
del público general que visite las instalaciones o acuda a las actividades programadas por el Museo.
ABSTRACT
This communication will describe the conservation state and study damages in the embryo
collection of the Veterinary Museum of the Complutense University. It will also analyse the
methods used in its fluid conservation to date (in 10% formaldehyde until 2013 and thereafter in
70% ethanol), focusing on the inconveniences and problems identified so far. On the other hand,
existing options will be studied in order to propose new conservation and biodeterioration
prevention methods, analysing examples of similar cases published and assessing their applicability
to this collection. Aspects such as the need to find a method that is harmless to people, that
preserves the morphological and colour characteristics of the stored samples and, of course, that can
continue to be used for educational purposes both by students of the Faculty of Veterinary Medicine
and by the general public visiting the museum or attending the activities programmed by the
Museum, will be taken into account.
PALABRAS CLAVE
KEYWORDS
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En las colecciones científicas con especímenes a lo largo del tiempo se ha recurrido a diversas
alternativas como métodos de conservación tanto en seco como en fluido. Entre estas últimas
históricamente el etanol o espíritu de vino fue empleado desde el s. XVII en gabinetes y museos,
permitiendo así la preservación de tejidos blandos 1. Posteriormente, a principios del s. XX el
formaldehido sustituyó al etanol empleándose en todo tipo de instituciones y colecciones
biológicas. Otras alternativas que surgieron fueron la fijación previa en formaldehido para pasar
luego para la preservación a largo plazo al etanol. Otros intentos como el fenoxetol no
prosperaron2. Actualmente se recurre al etanol de nuevo o bien se ensayan otras fórmulas de las que
se desconoce su comportamiento a largo plazo. Como la fórmula Kaiserling que combina glicerina,
acetato de potasio timol. Brenner refiere más de 30 soluciones en fluido para la preservación de
especímenes en humana discutiendo las ventajas e inconvenientes de cada uno incluyendo la
utilidad para preservación a largo plazo o la posibilidad de uso en sala de disección 3.
Estado de conservación
Antecedentes
La colección que nos ocupa en el momento de su recepción en
el museo en el 2010 se encontraba conservada en recipientes con formaldehido al 10%. Desde hace
años se ha cuestionado el empleo de este compuesto debido a su elevada toxicidad. Como puede
verse en la Nota Técnica de Prevención (NTP) 873 de “Prevención de la exposición a
formaldehido” 5 del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo el porcentaje al que se
encontraba esta sustancia en la colección de embriones (al 10%) es considerada como grave para la
salud (ver Figura 2).
1
Carter, J. (2003), p. 4
2
Idem p.6
3
Brenner, E. (2014)
4
Véase información sobre la Colección de Embriones del Museo Veterinario Complutense en otra comunicación, de
los mismos autores, presentada en este mismo congreso.
5
INSST (2010)
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Figura 2: Toxicidad de la concentración de formaldehido al 10% en agua (tabla obtenida de: INSST
(2010)).
A la toxicidad de esta disolución se le suma su alta capacidad de evaporación pudiendo suponer un
foco de riesgo para los visitantes del museo pero especialmente para sus trabajadores. El Valor
Límite Ambiental-Exposición Diaria (VLA-ED ®) está establecido en 0,3 ppm (0,37 mg/m3)
mientras que el valor límite para exposiciones de corta duración (VLA-EC®) se encuentra en un 0,6
ppm (0,74 mg/m3) 6.
Más allá de la salud, en cuanto a condiciones de conservación, en las últimas décadas se está
incrementando el interés por los compuestos orgánicos volátiles (COVs) en el ámbito de los museos
y los daños generados por los mismos. El formaldehido está considerado como una de estas
sustancias químicas más dañinas, por lo tanto su presencia en las salas de museo puede suponer un
riesgo para los materiales que componen el resto de la colección debido a su elevada reactividad
con elementos como conchas, metales o pigmentos entre otros 7.
Estos son los principales aspectos que deberían de tenerse en consideración a la hora de conservar
especímenes en líquido empleando formaldehido. Teniendo en cuenta todos los inconvenientes
anteriores (tanto de conservación como de salud), cuando la colección de embriones entró a formar
parte del Museo de Veterinaria se decidió almacenar en recipientes de etanol al 70%. Para ello se
procedió a una inmersión previa en agua destilada durante 10 minutos8.
Propuesta de conservación
6
INSST, (2018).
7
Grzywacz, C. (2006).
8
Según la guía Removing wet specimens from long-term storage in formalin del Servicio de Parques Nacionales de
Estados Unidos es suficiente con un minuto de inmersión en agua destilada y posteriormente la introducción de los
especímenes en concentraciones progresivamente superiores de etanol hasta llegar a la proporción deseada.
(National Park Service (1993)).
9
Moore, S. (1999), p. 106.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
general las publicaciones remarcan que en el proceso de preparación se pueden dar modificaciones
en la conformación de los especímenes y destacan la fragilidad de los embriones 10 y el riesgo de
encogimiento de los mismos por lo que se ha decidido descartar esta opción.
Otras disoluciones consideradas como alternativa de conservación para la colección de embriones
han sido las de carácter alcohólico. Un ejemplo de ello son las compuestas de fenoxetol11 a una
concentración del 1% disuelto en agua destilada. Aunque recientes investigaciones afirman que se
obtienen buenos resultados en cuanto a la conservación de los especímenes 12 otros argumentan que
no es efectivo en almacenajes de largo tiempo incluso que resulta dañino para el ADN de las
muestras 13.
El isopropanol (en una proporción entre un 45 y un 60% 14) es otra de las alternativas de tipo
alcohólico empleada como solución conservadora 15. La bibliografía consultada destaca el carácter
microbicida de este alcohol, siendo superior incluso que la del etanol 16. Aun así no hay
publicaciones que se centren en analizar las cualidades conservativas del isopropanol a largo
plazo 17 ni su efecto sobre el ADN.
Finalmente, se valora la posibilidad de reponer la solución de etanol al 70% en la cual esta
colección lleva 6 años. A pesar de que la bibliografía constata que esta disolución provoca
alteraciones morfológicas y de color estas no son mayores que las que producen las alternativas
estudiadas hasta el momento. Por otro lado, resulta un compuesto de fácil adquisición, manejo y
baja toxicidad. A todo esto se le suma que recientes investigaciones 18 han considerado que las
soluciones de etanol son buenas alternativas al formaldehido en la conservación del ADN de los
especímenes.
Recipientes de almacenaje
El principal problema del empleo del etanol es la evaporación del mismo. De hecho, este es uno de
los daños de la colección de embriones del Museo Veterinario, como se ha indicado anteriormente.
El control de la evaporación es fundamental. Cuando son tejidos blandos o muy blandos aunque se
reponga el etanol evaporado siempre se da una cierta deformación que acaba distorsionando la pieza
y si se repite esta alteración puede no ser reversible. Por ello, según aconsejan ciertos autores,
cuando sea posible, la rehidratación previa con el uso de agentes específicos (mezcla de detergentes,
Decon 90 19 como ejemplo). Estas opciones tendrán que valorarse en el futuro para implantar un
plan de mantenimiento de esta colección.
Algo fundamental frente a la evaporación del alcohol es el empleo de envases de calidad con firmes
sellados para evitar este problema. Como se ha indicado en el apartado de estado de conservación,
algunos de los recipientes en los que se guardan los embriones de la colección presentan diversas
grietas debido a que son de poliestireno. Este material presenta una baja resistencia química al
10
Pulvertaft, R. (1950).
11
Cabe destacar la gran diversidad de nomenclaturas con las cuales se definen las soluciones conservadoras líquidas
de este tipo: fenoxetol, fenoxietanol (siendo esta la más utilizada en Europa) o propilenfenoxetol entre otras. Esto da
lugar a difíciles interpretaciones de algunos de los textos generando cierta confusión en la identificación de la
composición química empleada en cada caso.
12
Tandon, A. et al. (2014).
13
Carter, J. (2003), p. 92.
14
Moore, S. (1999), p. 100.
15
American Museum of Natural History
16
Moore, S. (1999), p. 100. y Russel, T. et al. (1952)
17
Brenner, E. (2014), p. 321.
18
Sarot, E. (2017).
19
Simmons, J. (2014), p. 111.
Pag. 174
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
alcohol etílico pudiendo ser esto la causa del agrietado y por lo tanto se descarta su reutilización
para la conservación a largo plazo.
La bibliografía recomienda el uso de recipientes de cristal, opción que se descarta en este caso, por
el carácter divulgativo de esta colección y el riesgo de fractura en su manejo. Una alternativa es el
empleo de recipientes de polietileno de alta densidad 20 siempre y cuando se protejan de la
incidencia directa de la radiación UV, algo que en este caso no supone ningún problema. Por ello,
se emplearán envases de este material.
Conclusiones
Se considera que por el momento la mejor opción es preservar la colección de embriones del Museo
Veterinario Complutense en etanol al 70% pero cambiando los recipientes en los que se conservan
por otros de mayor resistencia al alcohol etílico.
Por un lado, cabe destacar la baja toxicidad del etanol frente a otras alternativas. Aunque genera
ligeros cambios morfológicos en general conserva los especímenes en buenas condiciones a lo que
se suma el mantenimiento en buen estado del ADN. Por otro lado, al no encontrar otra alternativa
más fiable para la conservación, el mantenimiento de los embriones en etanol no va a suponer
ningún impacto sobre las piezas ya que era la disolución en la que se encontraban desde hace 6
años.
Una vez realizado el cambio de envases y el traspaso de los especímenes será necesario llevar a
cabo un control periódico del estado de conservación, quedando recogida la periodicidad y
actuaciones a realizar dentro de un protocolo de mantenimiento que será necesario redactar.
Como conclusión final cabe remarcar que debido a la lectura de la múltiple bibliografía ha quedado
patente que no existe una solución líquida conservadora ideal, encontrándose en muchos casos
publicaciones contradictorias sobre los resultados del empleo de las mismas. Hace falta ampliar la
investigación en este campo planteando proyectos a largo plazo. Esta ponencia es un ejemplo de la
labor de revisión que se debe hacer en las colecciones de muestras en fluidos para avanzar hacia
técnicas de conservación menos tóxicas, y teniendo en consideración no sólo los aspectos
morfológicos o de color sino también del ADN de los especímenes.
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20Formaldeh%c3%addo%20%20A%c3%b1o%202018.pdf consultado el 2 de septiembre de 2019.
20
National Park Service (1999)
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Francisco Gil Cano1, José María Vázquez Autón1, Alicia Soler López2, Carlos Cárceles Rodríguez3,
Raquel Solano Martínez1 y Joaquín Lomba Maurandi4.
1
Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas. Facultad de Veterinaria.
Universidad de Murcia, Campus de Espinardo. 30100-Murcia. Tfno. 868 884648. E-mail:
[email protected]
2
Gestión Integral Arqueológica (GIA)
3
Departamento de Farmacología. Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia
4
Área de Prehistoria. Universidad de Murcia
RESUMEN:
SUMMARY
We present a first morphological and osteometric analysis of domestic pig remains recovered in the
site C / Marsilla No. 12 (Lorca, Murcia) corresponding to the final period of the Copper Age in the
III millennium BC. 1986 remains (complete bones, bone fragments and dental pieces) belonging to
10 domestic pigs have been evaluated. All the corporal regions were represented although with
predominance of the bony rest belonging to the head and the thorax (ribs and vertebrae). Nine of the
10 individuals analyzed correspond to young animals slaughtered at lower ages or around 12-15
months and only one specimen exceeded two years. In two of the animals studied it was possible to
determine the height of the cross, located around 60 cm. Although we have not found cutting marks,
we suspect that most of these pigs were slaughtered for meat use. The data obtained show the
importance that pigs had in the Region of Murcia in prehistoric period 4500 years ago and provide
information on some morphological, morphometric and use of this type of livestock during the
Chalcolithic period.
Key words: Archeozoology; Chalcolithic; Burial grave; Bones; Pigs
Introducción
El yacimiento de época Calcolítica conocido como C/Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia) fue
descubierto de manera accidental en agosto de 2015 al iniciarse la cimentación de un nuevo edificio
en el centro urbano de esta ciudad. Consistía en un enterramiento donde estaban depositados
esqueletos parciales y huesos dispersos de ejemplares de caballo, vacuno, pequeños rumiantes, cerdo,
Pag. 177
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
y perro (Gil et al., 2016). Las dataciones radiocarbónicas indicaron una antigüedad media de 4060
años, calibrado a 2500-2600 a C., correspondiente al periodo final Calcolítico o de la Edad del Cobre
(III milenio a.C). Un estudio preliminar de los restos de fauna doméstica encontrados fue presentado
en el XX Congreso Nacional y VI Iberoamericano de Historia de la Veterinaria celebrado en León
(Gil et al., 2016) y otro posterior sobre el ganado vacuno en el Congreso celebrado en Badajoz (Gil
et al., 2017). En este trabajo damos a conocer los resultados obtenidos del estudio morfológico y
osteométrico de los huesos pertenecientes a suidos, resultados que aportan información sobre algunas
características y uso que el ganado porcino tuvo en la Región de Murcia hace 4500 años.
Material y Métodos
Los restos analizados corresponden a 10 ejemplares de la especie Sus scrofa domestica, identificados
por el equipo de arqueólogos durante el proceso de intervención de urgencia. Dichos restos estaban
integrados por huesos completos, fragmentos óseos y piezas dentarias que fueron trasladados al
Museo Anatómico Veterinario para su estudio morfológico y osteométrico. Para una correcta
identificación se utilizaron libros y atlas de osteología comparada (Barone, 1976), siendo de especial
utilidad el material osteológico de porcino existente en el Museo (colección de referencia). Durante
el proceso de identificación se realizó una inspección visual macroscópica para evidenciar la posible
presencia de marcas antrópicas y de lesiones óseas (exóstosis, fracturas, fisuras, etc) indicativas de
procesos patológicos que pudieron sufrir en vida estos animales. Para estimar la edad de los
individuos se consideró el grado de fusión de las epífisis de los huesos largos, de las carillas
vertebrales y de las suturas del esqueleto cefálico en base a los datos aportados por Barone (1976).
También se consideró el tiempo de erupción dentaria propuesto por Nickel et al., (1979). Para calcular
la alzada a la cruz se realizaron mediciones de la longitud máxima de los huesos completos siguiendo
las indicaciones de Driesch (1976).
Resultados y discusión
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Figura 1. Fotografías de huesos aislados del individuo de mayor edad (24 meses). A) Vista
caudoventral del cráneo; B) Maxilar con presencia dientes molares; C) Vista dorsal del atlas; D)
Vértebra torácica (sin carillas articulares); E) Vista craneal del húmero derecho; F) Vista craneal del
radio derecho; G) Fragmentos del coxal derecho; H) Astrágalo y calcáneo del pie derecho
Pag. 179
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
alcanzaron el máximo peso en carne y grasa y de acuerdo con las necesidades de los pobladores
humanos (Pérez, 1990). Por otra parte, consideramos que el sacrificio de animales que aún no han
alcanzado sus máximas posibilidades de desarrollo representa también un signo de riqueza ganadera
en este asentamiento. En nuestro caso, la ausencia de marcas indicativas de un posible despiece podría
deberse a la facilidad que tienen las masas musculares para desprenderse de los huesos de animales
jóvenes. Dichas marcas sí se han encontrado en los huesos de bóvidos de este yacimiento (Gil et al.,
2017) lo que avala que muchos de estos animales fueran sacrificados para aprovechamiento cárnico
en un banquete funerario (Lomba, 2019, comunicación personal). No descartamos que el individuo
de mayor edad y tamaño fuera sacrificado a modo de ofrenda ritual sin aprovechamiento cárnico ya
que fue depositado en decúbito lateral conservando gran parte de su esqueleto. La ausencia de lesiones
óseas también estaría relacionada con la edad de sacrificio pues al tratarse de animales jóvenes es
menos probable que estos llegaran a padecer enfermedades. En dos de los ejemplares estudiados
hemos podido determinar la alzada a la cruz. Se trata del individuo de mayor edad (superior a 24
meses) y otro de unos 13 meses. A pesar de la diferencia de edad, las estimaciones que hemos
obtenido indican una alzada a la cruz muy parecida para ambos individuos en torno a los 60 cm.
Valores más altos, en torno a los 65 cm fueron encontrados por Pérez (1990) en el yacimiento de la
“Ereta del Pedregal” (Navarrés, Valencia), si bien se trataba de animales ya adultos. De especial
interés puede ser la comparación de este depósito cerrado con otros de similar cronología. Así, en La
Vital (Gandía, Valencia) tenemos un silo 20 con restos de 6 cerdos (2 adultos, uno de 21-24 meses y
3 neonatos), pero con abundantes marcas de carnicería, interpretados como depósito ritual; y
asociados al Pavimento 153 se localizan huesos de cerdo con predominio de craneales de adultos de
31-35 meses y juveniles de 19-23 (lejos por tanto de nuestro patrón) (García Puchol et al., 2011); el
estudio de todos los restos de cerdo de este yacimiento, que suman un NMI=132, permiten estimar
una talla de 59,33 cms. (Iborra y López, 2011) que prácticamente coincide con la lorquina. En cuanto
a su cronología, es claro que su importancia aumenta conforme nos acercamos a los finales del III
milenio, como demuestran los restos de Polideportivo de Martos (Jaén) (Riquelme et al., 2012), es
decir, las mismas que se manejan para los ejemplares de la C/ Marsilla de Lorca. Los primeros cerdos
domésticos (Sus scrofa domestica) se introdujeron en Europa desde Oriente Próximo a través de la
costa mediterránea con los primeros ganaderos y agricultores neolíticos. Por lo tanto se ha constatado
su presencia en la Península Ibérica en época neolítica pero con toda seguridad durante el tercer
milenio a.C. (Iborra, 2004). Aunque evidencias genéticas y arqueológicas indican que Sus scrofa
domestica se originó en Anatolia Oriental y en China Central en el 9500-8600 BP a partir de jabalíes
(Sus scrofa) de esas regiones, estudios recientes de paleogenética han demostrado que el genoma de
los porcinos europeos modernos se fue difuminando por cruces con poblaciones de jabalíes europeos
hasta adquirir características particulares de cada región (Frantz et al., 2015). Nuestros datos ponen
de manifiesto que durante el periodo Calcolítico y concretamente hace 4500 años existía una
importante cabaña porcina en la Región de Murcia, circunstancia que curiosamente también sucede
en tiempos actuales. La existencia de una cabaña porcina de cierta relevancia durante la Edad del
Cobre ha sido también descrita por otros autores en yacimientos de distintas regiones de España, tanto
del norte (Morales, 1979) como del sur (Puigcerver, 1992-1994; Navas, 2004). En este sentido, se ha
sugerido que la climatología templada y húmeda que caracterizó este periodo prehistórico facilitó la
extensión de una agricultura de secano y con ello la cría de cerdos, los cuales pudieron alimentarse
en las zonas ribereñas de la vega, en las orillas de los ríos y de los restos agrícolas procedentes de la
cosecha de leguminosas (Pellicer, 1995; Martínez, 2012).
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Ana Jaular Orgueira (a) *; José Manuel Martínez Pérez (a) (b)
(a) I.E.S. “La Quintana”, Asturias; (b) Universidad de León.
RESUMEN
Estudiar la dentición de los primates nos ayuda a conocer las variaciones que se produjeron debido a
cambios dietéticos, genéticos y ambientales. En esta comunicación se pretende realizar un análisis de
la dentición de diferentes restos fósiles de primates para comprender la variabilidad genética
precursora de los primates actuales.
Palabras clave: Primates; dentición; fósiles; Paleontología.
ABSTRACT
The study of the dentition of primates helps us to know the variations produced due to dietary, genetic
and environmental changes. In this communication we aim to analyze the dentition of different
primate fossil remains in order to understand the genetic variability that gave rise to current primates.
Key words: Primates; dentition; fossils; Paleontology.
INTRODUCCIÓN
Se considera que los primates evolucionaron de pequeños mamíferos arborícolas similares a las
ardillas como el Plesiadapis, un género extinto que vivió hace 55 - 58 millones de años (m.a.), hacia
el Paleoceno tardío y el Eoceno, en Europa y América del Norte. De los Plesiadapis evolucionó en
África el primate ancestral común (Aegytopithecus) desde hace 30 m.a., entre el Eoceno y el
Oligoceno.
Posteriormente nos encontraríamos con el Proconsul hace aproximadamente 20 m.a., durante el
Mioceno temprano, en Rusinga (Kenia). Igualmente con los antecesores del orangután (Ramapithecus
y Silvapithecus) y del gorila (Kenyapithecus), encontrados en África, Asia y Palestina entre la franja
de 14 - 8 m.a, en el Mioceno.
Y, finalmente, en Etiopía se localizó el Ardipithecus ramidus, hace 4,4 m.a. Le seguiría la aparición
de los Australopithecus anamensis en Kenia (4,3 - 3,8 m.a.) que evolucionaron a A. afarensis en
Etiopía y Tanzania (3,8 m.a.); este último dio lugar, por una parte, al género Paranthropus que se
desarrolló en África Oriental y Sudáfrica, y que finalmente se extinguió hace 1,2 m.a., y, por otra
parte al A. africanus en Sudáfrica (3,2 - 2,3 m.a.) que podría ser el nexo común entre los simios y el
género Homo.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
siendo añadidos conforme la mandíbula alcanzaba su tamaño adulto (Rodríguez Cuenca, 2003).
Algunos mamíferos más primitivos y sus inmediatos ancestros dieron paso a una doble articulación
mandibular (Prives, Lisenkov y Bushkovich, 1984).
Los dientes puntiagudos de los peces y reptiles se modificaron por otros con formas
multituberculadas. Gracias a la aparición de dientes más planos se pasó de la exclusiva función de
retener los alimentos a presionarlos y elaborarlos (Rodríguez Cuenca, 2003). Según Janis (1999) y
Rodríguez Cuenca (2003), es posible que la evolución de las estructuras dentarias de precisión y la
consiguiente posibilidad de acceso a una amplia variedad de alimentos jugaran un papel decisivo en
la adaptación dental de los mamíferos.
En relación al bipedismo en los primeros homínidos, pudo haber surgido debido a una mutación que
promovía el hiperdesarrollo de las extremidades inferiores. Esta situación podría haber ayudado a que
se migrara hacia otras regiones. Además, la nueva libertad en las extremidades superiores habría
facilitado la manipulación de bastones para extraer termitas y hormigas como hacen los chimpancés
de Gombe, o también para abrir frutos duros e incluso el tuétano de los huesos (Rodríguez Cuenca,
2003). Los individuos más hábiles en el uso de los palos disfrutarían de dietas más ricas en proteínas
y grasas, serían más fuertes y sanos, y posiblemente dejarían una mayor descendencia (Harris y
Rathbun, 1991). Desprovistos de colmillos y de herramientas para cortar, podrían disponer de carroña
de manera oportunista, repeler a los intrusos con piedras y palos, y buscar posteriormente refugio en
las arboledas para salvaguardarse de otros depredadores.
En concreto, aunque los Plesiadapis se movían velozmente entre las ramas de los árboles, sus
descendientes de mayor tamaño tuvieron que adaptarse hacia un sistema de extremidades prensiles
que les permitieran colgarse. Su alimentación estaba basada en insectos y poseían una dentición
similar a los roedores (Gingerich, 1976).
Los Aegytopithecus también eran arborícolas y poseían cuatro incisivos, dos caninos, cuatro
premolares y seis molares en ambas mandíbulas. Sus molares inferiores fueron incrementando su
tamaño con el tiempo. Debido a la morfología dental, su dieta era frugívora.
Los Proconsul eran cuadrúpedos y se parecían a los chimpancés. Como en su dentición se presentaban
grandes caninos y pequeños molares, se considera que su dieta era frugívora.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Los Silvapithecus, y los Ramapithecus ¹ son considerados como los antecesores del orangután. Sólo
se hallaron fragmentos de mandíbulas y dientes por G. Edward Lewis en 1933, afirmando éste que la
mandíbula era más parecida a la de los humanos que la de cualquier otro fósil encontrado con
anterioridad. Por consiguiente, su dieta parecía ser frugívora e insectívora.
Los Kenyapithecus, antepasados de los gorilas, presentaban mandíbulas robustas y el esmalte molar
engrosado, lo que podría indicar una alimentación basada en frutos y semillas más duros.
Los fósiles hallados de Ardipithecus ramidus presentaban un esmalte delgado y dientes pequeños,
características muy similares a las del chimpancé. Los caninos estaban más proyectados que en los
humanos. El borde mesial del primer premolar inferior no se afilaba con el canino superior como
suele pasar con los antropomorfos. Teniendo en cuenta que existen parecidos con la dentición de los
chimpancés, se puede afirmar que se alimentaban de frutos, hojas, tallos tiernos, brotes y demás
vegetales blandos (Arsuaga y Martínez, 2001).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En el caso del Australopithecus anamensis, se puede apreciar un engrosamiento del esmalte de los
molares en ambos maxilares, por lo que es posible que habitaran en un ambiente forestal abierto o en
una sabana medianamente arbolada, o incluso combinando ambos nichos (Arsuaga y Martínez, 2001).
En los restos de Australopithecus afarensis hallados en Etiopía y en Tanzania se ha apreciado que los
dientes anteriores y posteriores son proporcionales. Este hecho da indicios de que habitaban en
sabanas y lugares cercanos a ríos. Cuando se produjo un cambio ambiental drástico (p. ej. una
glaciación), éste dio lugar a una reducción de la vegetación transformando paisajes boscosos en
praderas y reduciendo los árboles en determinadas zonas acuíferas. Los organismos que habitaban
estos ecosistemas migraron, se adaptaron o perecieron (Arsuaga y Martínez, 2001).
Del mismo modo, los homínidos del género Paranthropus (Etiopía) se adaptaron en poco tiempo y
se dedicaron a consumir alimentos duros (tubérculos, frutos carnosos, bulbos y semillas). Era una
dieta similar a la de los babuinos o papiones actuales que consumen, además, otros pequeños
animales. Los Paranthropus estaban adaptados a la digestión de semillas duras, lo que requería un
gran esfuerzo, de ahí que sus premolares y molares se desarrollaran (Arsuaga y Martínez, 2001).
Finalmente, siguiendo la misma línea evolutiva, a partir del A. afarensis -es decir A. africanus- los
premolares y molares se hicieron excesivamente grandes en comparación con los dientes anteriores.
Todos los primates homínidos del género Australopithecus tenían una gruesa capa de esmalte que
cubría la corona y, a su vez, el tamaño de los molares aumentó en dirección anteroposterior (Arsuaga
y Martínez, 2001).
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Figura 5. Grabado que representa a varios individuos del género Plesiadapis (Gingerich, 1976).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Una visión global de la aparición de las diferentes técnicas de diagnóstico coproparasitario permite
comprender su evolución a lo largo de la historia. Mientras que los primeros hallazgos
coproparasitarios se obtuvieron con la identificación macroscópica de parásitos de gran tamaño en
las heces, la invención del microscopio supuso una revolución en la parasitología veterinaria al
empezar a asociar síntomas con la presencia de microorganismos en heces. Este trabajo realiza una
revisión bibliográfica de los métodos utilizados para el análisis de heces en PNH. El estudio de los
parásitos es de gran importancia en la actualidad ya que la nueva iniciativa de “One Health” sitúa a
los veterinarios como garantes de la salud pública y de la conservación de los ecosistemas.
Palabras claves: diagnóstico parasitario, primate, examen coprológico
ABSTRACT
A global vision of the evolution of the different techniques of coproparasitary diagnose techniques
allows to understand the evolution that the parasite diagnose has suffered throughout history. While
the first coproparasitary findings were done by macroscopic identification of large parasites in faeces.
However, the invention of the microscope supposed a revolution in veterinary parasitology, as it
allowed to associate symptoms with the presence of microorganisms in faeces. This work makes a
bibliographic review of the different methods used for the analysis of faeces of non-human primates.
Parasite study gains a huge importance when "One Health" designate veterinarians like guarantors of
the public health and the conservation of the ecosystems.
Keywords: parasitic diagnosis, primate, coprological examination
Origen del diagnóstico coproparasitario
Una de las primeras evidencias escritas de la existencia de parásitos intestinales, es el tratamiento
contra un parásito intestinal (probablemente Taenia saginta) detallado en el papiro de Ebers, datado
de 1500 A.C.1,2. Más adelante, entre los escritos griegos, como las obras completas de Hipócrates,
hubo varias descripciones detalladas de algunas enfermedades que podrían o no ser causadas por
parásitos. Aristóteles, gran defensor de la generación espontánea, fue el primero en realizar
descripciones sistematizadas de la diversidad biológica y empezó la clasificación de los parásitos en
anchos, aplanados, cilíndricos y filiformes3,4. Con el paso del tiempo, las descripciones de las
enfermedades fueron más precisas y médicos árabes como Rhazes y Avicena, dejaron un legado de
enfermedades claramente causadas por parásitos sin relacionar la presencia del parásito con la
enfermedad5.
Entre la literatura médica de la edad media, hay muchas referencias de parásitos, pero los escritos en
este período reflejan las creencias de la época y es a Francesco Redi a quien se le considera el fundador
de la parasitología científica y experimental por sus trabajos publicados en 1668 y 1684. En la primera
publicación demostró que la generación espontánea no era posible y en la segunda, describió e ilustró
una gran cantidad de parásitos gastrointestinales de animales domésticos y silvestres6,7. Otros de los
documentos que tratan sobre el parasitismo son los legados por Linneo que clasificó y describió
helmintos como Ascaris lumbricoides, Fasciola hepatica y Taenia solium8 y, en 1835, Owen describe
Trichinella spiralis aunque probablemente fue James Paget quien realizó el descubrimiento cuando
cursaba primero de medicina9.
Durante este periodo, los hallazgos se limitaban a los parásitos que podían ser identificados mediante
el sentido de la vista, es decir con un examen macroscópico. El examen microscópico de las heces
apareció con la invención del microscopio. Gracias al microscopio, a finales del siglo XVII, Anton
van Leeuwenhoek dejó constancia del hallazgo del primer protozoo10. Durante el siglo XIX se
produjo un gran avance en la descripción de microorganismos y el interés por los protozoos aumentó
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
con el descubrimiento de las bacterias y la teoría de los gérmenes por Pasteur a finales del siglo XIX5.
El frotis de heces se convirtió en una práctica habitual y el estudio de los parásitos microscópicos
cobró importancia en los campos de la veterinaria, de la agricultura y de la salud pública al considerar
estos organismos como parásitos. Al igual que había sucedido con los helmintos, se empezó a
relacionar la presencia de los protozoos con una sintomatología precisa. Por ejemplo, (1857) y Lösch
(1875) relacionaron, respectivamente, Balantidium coli y Entamoeba histolytica con la presencia de
diarrea11. En 1902, Charles Wardell Stiles sospechó que Giardia duodenalis (descubierta por Anton
Van Leeuwenhoek en 1681) también era causante de diarrea12. Durante la primera guerra mundial
(1914-1918) se observó que tras administrar quistes de Giardia proveniente de soldados enfermos a
animales de laboratorio sanos, éstos últimos manifestaban los mismos síntomas que los soldados13.
Varios estudios fueron asociando este parásito con alteraciones gastrointestinales y en 1954 Robert
Rendtorff relacionó de forma inequívoca el parásito con la enfermedad14-16.
El interés por los parásitos se ha perpetuado hasta nuestros días. Actualmente, los principales
objetivos de la parasitología son los estudios sobre la biodiversidad de los parásitos, el origen del
parasitismo y la protección del medio ambiente tanto en países en vía de desarrollo (debido al rápido
aumento del turismo) como en los países desarrollados17-19.
Métodos de diagnóstico coproparasitario
Hasta el siglo XVIII, el interés de los documentos encontrados sobre parasitología era el parásito en
sí (su morfología, su ciclo biológico y los síntomas que ocasionaba) dejando de un lado los métodos
de diagnóstico que habían permitido identificarlo. Durante el siglo XIX, se empezó a utilizar
diferentes métodos para el diagnóstico parasitario, pero hubo que esperar hasta el siglo XX para
observar el auge definitivo de las técnicas coproparasitarias y empezar a encontrar su descripción en
la literatura. El primer método en aparecer fue el examen microscópico directo, utilizado por Parona
y Perugia en 187820. A lo largo de los años, se describen principalmente dos formas de realizarlo, la
primera es tomando una pequeña muestra de material fecal para suspenderla en una solución antes de
examinarla al microscopio21. En la segunda, se homogenizan dos gramos de material fecal en una
suspensión y a continuación se toma una pequeña gota de la mezcla resultante. En ambos casos se
puede añadir un colorante22,23. Su principal inconveniente es que la cantidad de materia fecal a utilizar
es tan pequeña que el resultado obtenido no es fiable ni representativo del global de la muestra24.
Quizás por este motivo empezaron a desarrollarse técnicas de enriquecimiento o concentración física
como la flotación y la sedimentación.
La concentración por flotación se basa en la ascensión de las formas parasitarias menos densas y su
concentración en la superficie de la solución. De este modo, se consigue acumular un mayor número
de formas parasitarias en un menor volumen. Se empezó a utilizar soluciones de flotación con
distintas características como el sulfato de zinc propuesta por Faust en 193825 o la solución de Sloss
descrita en 197821,26. La eficacia de las soluciones difiere en función de los parásitos a identificar27.
Con el paso de los años, se modificaron las gravedades específicas de las soluciones cambiando el
porcentaje de cada reactivo o mezclando distintos reactivos25,28 y se promovió la reutilización de las
soluciones de alto coste como la de yodomercuriato de potasio27.
Paralelamente a la flotación, aparece la concentración por sedimentación. El fundamento consiste en
concentrar los elementos más densos en el fondo del recipiente por gravedad. Para ello, se diluye una
muestra fecal en una solución acuosa de baja gravedad específica. Sobre 1930, Faust utiliza una
técnica de sedimentación con agua del grifo que requiere de 30 a 45 minutos. Al igual que sucede con
la flotación, empiezan a aparecer modificaciones para mejorar el diagnóstico de formas parasitarias.
En 1946, Faust e Ingalls utilizan una solución acuosa de glicerina al 0,5%, Jahnes y Hodges (1947)
utilizan alcohol etílico al 10% y, Euzéby (1956) propone añadir un detergente (teepol 1%) al agua.
Barrody y Most empiezan a centrifugar con el fin de disminuir el tiempo de procesado, Boray y
Pearson utilizan colorante (azul de metileno) para diferenciar mejor los huevos25,33.
Aparición del diagnóstico coproparasitario en PNH
En el siglo XX, aumentó el interés por las técnicas coproparasitarias, pero las especies animales más
estudiadas fueron los animales domésticos debido a su valor económico y por su proximidad a los
Pag. 188
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
investigadores. En efecto, la mayoría de los estudios publicados hasta finales del siglo XX están
realizados con heces humanas o con heces de animales domésticos, dejando de lado a los animales
silvestres. Hay que esperar al siglo XXI para observar un aumento de las publicaciones sobre
diagnóstico coproparasitario en PNH29. A partir del año 2000, empiezan a aparecen varios autores
que realizan algún estudio comparando métodos de diagnóstico coproparasitario en PNH. De entre
los investigadores que publican varios artículos sobre métodos coproparasitarios en PNH, cabe
destacar a Gillespie y Chapman. Son de los autores más productivos y aparecen ambos como
coautores en varios artículos entre los años 2004 y 200921,30-36.
Los métodos utilizados en los PNH, corresponden a los mismos que se han utilizado en otras especies,
es decir examen directo, flotación y sedimentación y en los últimos años métodos moleculares como
la inmunofluorescencia directa (IFD) y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Se observa que el examen directo no ha cambiado mucho a lo largo de los años para ninguna especie
animal, incluidos los PNH. Se pueden encontrar artículos posteriores al 2000 que referencian las
mismas técnicas que se utilizaban en la década de los ochenta para otras especies animales37,38.
Además, el examen directo conserva el movimiento de las formas parasitarias, como larvas de
nematodos y trofozoítos de protozoos, lo que facilita su identificación y puede ser de gran utilidad
para los operarios poco experimentados23,37,38. La peculiaridad que más varía del examen directo,
entre los autores, es la utilización o no de un colorante, siendo el lugol el más utilizado38.
Bajo el término “flotación” se esconden una multitud de protocolos que combinan diferentes
soluciones, recipientes y procedimientos utilizados. Probablemente sea el grupo de técnicas que más
modificaciones ha sufrido y más variedad presenta. Desde que apareció se han desarrollado diferentes
métodos con distinto grado de dificultad21,37. Se trata de un método muy utilizado en parasitología,
tanto en personas como en animales39. Se observa que el diagnóstico por flotación aparece en muchos
de los artículos que tratan sobre el diagnóstico coproparasitario en PNH, pero en la mayoría de
ocasiones se combina con otras técnicas en el protocolo de diagnóstico33,40. Probablemente las
técnicas de flotación sean las más comparadas por la literatura debido a la cantidad de factores que
pueden ser modificados. Por ejemplo, en los artículos se aprecia que las características de las
soluciones de flotación varían entre autores sin justificación, aunque la importancia de la gravedad
específica de la solución de flotación ha sido demostrada en la literatura. En PNH, la gravedad
específica más utilizada es de 1,2 aunque en ninguno de los artículos explican el motivo de esta
decisión41. Esta elección hace que algunos huevos pesados como los huevos de Taenia spp. (SG
1,2251) o los de algunos trematodos pueden no flotar y ser infradiagnosticados28.
Otra de las características que varía frecuentemente es el compuesto de la solución. Los compuestos
más utilizados para el diagnóstico coproparasitario en PNH son: (1) La solución de Sheather, descrita
en 1923, es una solución saturada de sacarosa. Se puede adquirir fácilmente en cualquier parte del
mundo ya que su disponibilidad es alta y es relativamente barata29. Se ha utilizado ampliamente en
varias especies de PNH, pero ha dado peores resultados que otras soluciones41. (2) La solución de
Faust es una solución de sulfato de zinc al 33%. En 2006, Gillespie desaconseja su utilización en
PNH, sin justificar ésta decisión. Quizás la falta de justificación, y porque otros estudios muestran
que se obtienen resultados similares a los obtenidos con otras soluciones, hace que se siga utilizando
en PNH26,32. (3) La solución de nitrato sódico es la solución más utilizada en PNH. Este hecho puede
ser explicado al tratarse de la solución preferida por Gillespie, lo que hace que aparezca en la mayoría
de los artículos en los que aparece él o Chapman como autor21,30,31,33-35. Investigadores como Howells
y Hassell la han utilizado también en PNH después de que Gillespie la aconsejará, pero en ninguno
de los artículos mencionan el porqué de esa elección42.
El diagnóstico por sedimentación es el más empleado en PNH al igual que sucede en la especie
humana. Es elegido como único método de diagnóstico coproparasitario o combinado frecuentemente
con el diagnóstico por flotación. Cuando aparece el concepto de sedimentación en la literatura, no
siempre se trata de la misma técnica con el mismo procedimiento, aunque no son tan abundantes las
variantes como en el caso de la flotación, también se encuentran diferentes procedimientos con un
mismo nombre. En los artículos sobre PNH, una de las sedimentaciones que más aparece es la
sedimentación con éter. Bajo este nombre aparecen muchas modificaciones de la técnica. Mientras
Pag. 189
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
que algunos científicos siguen utilizando el éter, existen recomendaciones para sustituirlo por un
reactivo más seguro (etil-acetato) y varios investigadores han tomado la decisión de seguir esta
recomendación.
Se han publicado varios estudios acerca del diagnóstico coproparasitario comparando técnicas de
flotación, de sedimentación y combinadas en PNH38 pero en la actualidad, el diagnóstico
coproparasitario en PNH no está estandarizado. Los investigadores eligen los protocolos de las
técnicas de diagnóstico utilizados en otras especies, pero no justifican la idoneidad para los PNH. Al
igual que sucede en otras especies animales, no parece existir una técnica ideal para la identificación
de todos los parásitos presentes en las heces de los PNH y se aconseja combinar técnicas de flotación
y sedimentación como ciertos autores han indicado40.
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Pag. 191
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Summary
The Spanish Veterinary Military Corps was created in 1845. The first emblem of the
Spanish military veterinary was approved in 1856. It had French inspiration, as will be
demonstrated in this communication.
Introducción
Pero desde el lado de la veterinaria castrense todavía han quedado algunos asuntos poco
claros o escasamente estudiados. Uno de ellos hace referencia al primigenio distintivo
de la veterinaria militar española de 1856. A este respecto se propuso, por parte del
Ministerio de la Guerra, un distintivo que se diseñó para portar en el cuello de la levita.
Se aprobó once años después de la creación del Cuerpo en 1845. En el año 1856, fecha
del primer reglamento del Cuerpo de Veterinaria Militar, se incluyó el primer distintivo
de la veterinaria militar.
Material y método
Hemos utilizado los trabajos que sobre la veterinaria militar francesa han ido
apareciendo en los sucesivos números del «Boletín de la sociedad francesa de historia
de la medicina y ciencias veterinarias» y en nuestras propias investigaciones recogidas
en el libro «Historia de los uniformes y distintivos de la veterinaria militar española».
1
General veterinario(r). Inspección General de Sanidad de la Defensa. Ministerio de Defensa. Académico
de Número. Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
2
Comandante O.M. (r). Especialista en uniformología de veterinaria militar. Diseñador digital.
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Bordado en oro o plata según el arma de destino. Se incluye un ojal rodeado por una serpiente y
un ramo de hojas de acanto para los segundos veterinarios
Figure 2: Bordado de cuello de la levita de primer veterinario. En este caso figuran dos ojales
3
Ver Aperçu historique de l’évolution de l’uniforme des vétérinaires militaires (1769-1914), de
Emmanuel DUMAS*, Olivier CABRE, Bull.soc.fr.hist.méd.sci.vét., 2017, 17 : 187-216
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Figura una guirnalda afrutada de roble con bellotas, incluyendo una serpiente. No se incluyen
los ojales
Figuran dos bordados de hojas de salvia; dos ojales y bordeando el cuello de la levita un
bordado en forma de serreta con los dientes hacia el exterior (1843)
Figura 5: Esquema del uniforme y los grados militares sobre el cuello de la guerrera (1843)
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Tanto el laurel como la palma tienen una simbología muy rica que en la medicina
animal. De forma muy resumida el laurel expresaba las propiedades curativas de las
hojas de laurel y la palma nervada el sustento y la alimentación. La sierpe era el símbolo
de la medicina 4.
4
Para saber más sobre la uniformología de la veterinaria militar española véase el libro “Historia de los
uniformes y distintivos de la veterinaria militar española”, 2ª edición, año 2015.
Pag. 195
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Conclusiones
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1
Alumna interna de “Historia de la Veterinaria”. Facultad de Veterinaria. Universidad
de Murcia. E-mail: [email protected]
2
Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas. Facultad de
Veterinaria. Universidad de Murcia, Campus de Espinardo. 30100-Murcia. Tfno. 868
884648. E-mail: [email protected]
RESUMEN
Presentamos un análisis de los capítulos dedicados al estudio de la anatomía
del “Libro de Albeitería” escrito por Fernando Calvo (Plasencia, Cáceres), edición de
1675. Hemos comprobado que las descripciones tratan aspectos generales de la
anatomía, tanto humana como de los animales y que las referencias concretas al
caballo son muy escasas. Estas descripciones están basadas en textos de autores
clásicos de la Edad Media.
Palabras clave: Albeitería, Anatomía, Caballo, siglo XVI
SUMMARY
We present an analysis of the chapters dedicated to the study of the anatomy of
the "Libro de Albeitería" written by Fernando Calvo (Plasencia, Cáceres), published in
1675. We have verified that the descriptions deal with general aspects of the anatomy,
both human and the animals and concrete references to the horse are very scarce. These
descriptions are based on texts by classical authors of the Middle Ages.
Key words: Albeitería, Anatomy, Horse, Century XVI
INTRODUCCIÓN
Fernando Calvo, natural de Plasencia (Cáceres) es una de las figuras más
prestigiosas de la albeitería española del siglo XVI, siendo el primer albéitar entre
nuestros clásicos que trató temas referentes a la anatomía animal (Balaguer, 2018). Su
obra, “Libro de Albeitería” (ediciones de 1582, 1587, 1602, 1657, 1671 y 1675), ha
sido analizada de manera general por algunos autores (Sanz Egaña, 1941; Vives y
Mañé, 2009), que destacan el alto grado de formación científica, cultural y humanista
del autor. De hecho Sanz Egaña (1941) define a Calvo como “el biólogo de la
Albeitería” y Vives y Mañé (2009) lo consideran un verdadero Albéitar Humanista.
Aunque algunos investigadores han realizado trabajos parciales sobre las aportaciones
que Fernando Calvo hizo sobre oftalmología (Gener, 1999) y la sangre (Pérez, 2004),
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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cascos en cada pie o mano y en todos los demás animales no se halla más de una sola
especie de casco o uña aunque sean hendidas o enteras, como en los puercos, ciervos,
carneros y cabras y otras tales”. Los capítulos XV y XVI incluyen referencias al pulmón
y al mecanismo de la respiración por él llamado “resuello”. Calvo comenta que el
pulmón “es refrigerio del corazón, según dice Guido en su anatomía” y “es formado de
una carne muelle y de natura de aire, semejante a una espuma muy cuajada, como dice
Constantino, cuyo oficio es cercar al corazón, y lo ayudar, y administrar el frío aire para
mitigar su gran calor”. También señala que “es instrumento del espíritu de la voz y en
los animales el relincho”. También habla de las enfermedades del pulmón y hace
referencias a la teoría humoral con la frase “los humores flemáticos descienden en los
conductos del pulmón”. Explica lo que para Constantino es el “resuello”, movimiento
del corazón y del pulmón para entrar aire dentro del cuerpo y refrigerar el corazón y que
según dicho autor cualquier animal puede estar sin comer ni beber un tiempo pero no
más de una hora sin “resollar” y que cuando una persona “resuella” parte del aire queda
dentro para criar el espíritu de vida. Los capítulos XVII a XXV están dedicados a
órganos y regiones de la cavidad abdominal. Respecto al estómago (capítulo XVII), cita
a Constantino, afirmando que su forma es redonda porque si fuera cuadrada la comida
se quedaría en algún ángulo. En este capítulo también nombra su localización anatómica
y las enfermedades que pueden acontecer. Los capítulos XVIII y XIX abordan el
estudio del hígado y de la vesícula biliar. Nuevamente, vuelve a hacer referencia a la
teoría humoral y cita de nuevo a Constantino, para la descripción anatómica del hígado.
Afirma que del hígado sale una vena, que los médicos llaman “puerta” y es de gran
ayuda para la digestión ya que el hígado “es el que separa lo limpio y puro, de lo
impuro”. Para la vesícula biliar (hiel) cita a Isidoro, que la define “como una hoja llena
de humor muy amargo” y continua diciendo: “La arca de la hiel es hecha como una
pelleja, a manera de una bolsa, la cual es situada en los animales que han hiel en la parte
gibosa del hígado”. Las funciones de la hiel las describe citando a Constantino y recurre
a Aristóteles para resaltar que “hay algunos animales que no tienen hiel ninguna, así
como es el caballo, el mulo, el asno y el elefante…”. Las funciones de la bilis las basa
en la teoría humoral. En el capítulo XX describe la localización anatómica del bazo y
afirma que de él salen dos venas, una que va al hígado y otra al estómago. También
explica, haciendo mención a Hipócrates lo que sucede cuando el bazo se agranda o
disminuye su tamaño. Resulta interesante el capítulo XX1, titulado “De las propiedades
de las entrañas y tripas”, donde cabría esperar una descripción de las partes del intestino
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del caballo dada la frecuencia de cólicos (llamados torozones por los albéitares) en esta
especie. Sin embargo, citando a Isidoro, Constantino y Galeno, refleja lo descrito por
estos autores para el hombre, indicando que hay seis tripas principales, tres delicadas y
tres gruesas. La primera de las delicadas es la “dozena”, llamada así porque tiene 12
pulgadas; la segunda es la ayuna, llamada así porque suele estar vacía, sin comida, y la
tercera se llama “sutil”, que se parece a la segunda pero suele tener comida. Las gruesas
son la “ciega”, el “ilion”, así llamada “porque engendra una pasión o enfermedad muy
mala llamada iliaca, que el vulgo llama dolor de hijada” y el “coló” que debe su nombre
“porque en ella se engendra la cólica pasión o porque es muy estrecha por humores
gruesos y fríos” (nuevamente amparándose en la teoría humoral). Añade también, “Y
otros Doctores dicen que de estas y en estas dos tripas, iliiaca y colon, se engendra los
torçones (cólicos) que vienen a las bestias” Para referirse a las tripas de los animales usa
lo referido por Aristóteles en el libro segundo de los animales. En el siguiente capítulo,
el XXII, citando a Varrón, Isidoro, Constantino, Hali y Aristóteles, describe la posición
anatómica y la función de los riñones. Destacamos la siguiente frase: “Dize Hali que
Dios ha ordenado dos riñones para atraer el agua de la sangre que es en el hígado, y lo
envía a la vejiga para echarlo fuera del cuerpo”. Los capítulos XXIII y XXIV están
dedicados a describir la vejiga urinaria (vexica) y las propiedades de la orina,
respectivamente. La orina es definida, citando a Isaach Físico como “la coladura de la
sangre y de los otros humores engendrada por obra de natura” y comenta que es buena
para la sarna, bubas y postillas. Además según el color que esta posea indica una cosa u
otra, como por ejemplo, la orina blanca es señal de frialdad (teoría humoral). En el
capítulo XXV Fernando Calvo nos habla “del vientre y de sus propiedades”: “El vientre
es el que recibe el nutrimento de todo el cuerpo, según dice Constantino, y es la silla de
todos los miembros nutritivos, y es fundamento de la primera y segunda digestión”. Se
trata de un concepto muy confuso que se incrementa cuando dice que también que el
vientre “es llamado uterus cuando a la parte lo es lo concebido, y esta parte es
solamente en las hembras, según dice Isidoro”. También afirma que “las obras del
vientre varían según la estación”, es decir, los animales en verano comen menos y en
invierno tienen más apetito. En el capítulo XXVI aborda el estudio de los huesos, que
según Isidoro son “la firmeza de todo el cuerpo porque en los huesos está la fuerza del
animal” De nuevo cita a Constantino para exponer algunas particularidades de los
huesos, sus uniones, diferencias entre especies según el libro de los animales de
Aristóteles, pero nada concerniente al nombre que reciben los huesos en las diferentes
Pag. 200
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
partes del esqueleto. También comenta que los huesos pueden dañarse por causa externa
o interna. La médula ósea es tratada aparte en el siguiente capítulo (XXVII): “De la
caña o médula de los huesos”, definiéndola como “una sustancia caliente y húmeda
engendrada dentro de los huesos de las más puras partes crecientes del humor, que cría
el cuerpo. Y por esto por su calor ella templa la frialdad de los huesos y por su humedad
los riega y refresca, y por las propiedades de su sustancia ella cría y guarda la virtud y
sustancia del animal”. Además de a Isidoro y Constantino, refiere a Varrón para indicar
que la médula crece o mengua dependiendo de la fase lunar (teoría astral). Los
cartílagos son descritos en el capítulo XXVIII con el nombre de “ternilla”. Cita a
Isidoro para definirla: “la ternilla es más tierna que el hueso y más dura que la carne y
no se duele cuando la tocan ligeramente, como parecen en las orejas y en las narices y el
cabo de las costillas y huesos”. También añade que “en medio del corazón de algunos
animales es hallado un hueso cartilaginoso puesto en su lugar y este es llamado la silla
del corazón (según dice Constantino en el tercero libro capítulo veinte) y lo mismo dice
Guido en su anatomía”. El capítulo XXIX trata de las propiedades de los nervios a los
que define como “partes del cuerpo que los Griegos llaman neures porque la conjunción
de los miembros se hace por medio de los nervios”. Afirma que el cerebro es el
“principal fundamento de todos los nervios y que de él descienden todos ellos”. Señala
que hay seis pares de nervios (craneales) explicando su localización anatómica. Las
propiedades de las venas y arterias son tratadas en el capítulo XXX: Según Constantino,
“las venas comienzan en el hígado, las arterias salen del corazón y los nervios
comienzan en el cerebro”. La carne (músculos) y grasa son descritos en los capítulos
XXXI y XXXII, respectivamente- Explica que hay varios tipos de carne según la
especie y clasifica a dicha carne en varias clases. Señala que las bestias en el riñón
derecho tienen menos grasa y que este está situado más alto que el izquierdo. También
afirma que los cuerpos llenos de grasa están predispuestos a enfermedades. Finalmente,
los capítulos XXXIII y XXXIV están dedicados a la piel y al pelo, respectivamente.
Refiere que la piel cubre todo el cuerpo y su función es proteger y que una vez que está
fuera del cuerpo pasa a denominarse cuero. Indica que “es más dura en todos los
animales que en el hombre y esto es porque el hombre haya mejor sentido de tocar”.
También comenta que la piel “es llena de pequeños agujeros, los cuales se llaman poros,
mayormente en la cabeza por echar fuera las sumosidades no necesarias, porque los
tales poros son abiertos por el calor”. Decide tratar las propiedades del pelo como parte
final del contenido anatómico de su libro escribiendo lo siguiente: “Ya que (ayudados
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
de la gracia Divina) hemos un poco tratado de los miembros ocultos o interiores del
cuerpo, razón me parece será tratar alguna cosa del pelo, pues es la cobertura que a los
demás miembros del cuerpo exteriormente los cubre”. Y como en capítulos anteriores,
Isidoro, Constantino y Aristóteles vuelven a ser sus autores principales de referencia.
El libro de Fernando Calvo pone en evidencia la falta de conocimientos de
anatomía de los équidos en el siglo XVI. Ya Dualde (2005) señaló que los textos
medievales de albeitería apenas recogían datos referentes a la anatomía del caballo. Esta
podría ser la razón por la que Calvo basó sus descripciones apoyándose en textos de
autores clásicos que conoce y domina perfectamente (Vives y Mañé, 2009). No se trata
de una anatomía específica del caballo, especie propia de la Albeitería, sino más bien de
descripciones generales muy confusas, sin orden lógico y con errores de bulto sobre
anatomía animal y humana propias de la Edad Media (Dualde, 2005). De hecho, las
referencias a particularidades anatómicas del caballo son muy escasas. La primera
edición de su libro es de 1582 y habrá que esperar dieciséis años más (1598) para tener
como referencia principal la impresionante obra de Carlo Ruini sobre anatomía del
caballo que desafortunadamente no fue muy usada por los albéitares durante los siglos
XVII y XVIII. Tras la lectura de estos capítulos resulta evidente el enorme retraso que
la anatomía veterinaria y más concretamente del caballo sufría respecto a la anatomía
humana, pues en el siglo XVI esta última contaba con tratados anatómicos de ilustres
médicos anatomistas: Andrés Laguna (1535), Andrea Vesalio (1543), Bernardino
Montaña de Monserrate (1551), Juan Valverde de Amusco (1556). Fernando Calvo
conocía las obras de alguno de estos médicos y de hecho los cita en otros capítulos de su
libro (Vives y Mañé , 2009) pero por razones que no conocemos decidió excluirlos de
su revisión anatómica, quizás porque eran tratados dedicados exclusivamente al estudio
de la anatomía humana. Sin embargo, la lectura de los capítulos del “Libro de
Albeitería” nos permite acceder a conocimientos anatómicos de autores clásicos
relevantes para la historia de la veterinaria como Aristóteles (384-352 a. C.), San Isidoro
de Sevilla (556-636), Constantino el Africano (1010-1098), Guido de Cauliaco (1300-
1368) y muchos más, hasta 60 (Vives y Mañé, 2009), siendo un punto de partida para
conocer la evolución de la anatomía en los tratados de albeitería publicados durante los
siglos XVII y XVIII.
Pag. 202
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
BIBLIOGRAFÍA:
Balaguer E. 2018. Biografía de Fernando Calvo. Diccionario biográfico español. Real
academia de la historia. http://dbe.rah.es/biografias/19108/fernando-calvo
Dualde Pérez V. 2005. La anatomía en los manuscritos medievales de albeitería. Libro
de Actas del XI Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria (Murcia), pp: 19-30.
Gener Galbis C. 1999. La oftalmología veterinaria en la obra de Fernando Calvo: “Libro
de Albeitería”. I. Anatomía ocular y mecanismo de la visión”, en Acta veterinaria
(Cáceres), 10, pp. 51-59.
Pérez García J.M. 2004. El capítulo de la sangre en los libros de medicina animal
españoles y de la Nueva España en el siglo XVI. En: Cid Díaz J.M. Temas de Historia
de la Veterinaria, volumen II. pp. 57-65. Universidad de Murcia, Servicio de
Publicaciones.
Sanz Egaña C. 1941. Historia de la veterinaria española, pp. 122-128. Ed. Espasa-Calpe.
Vives Vallés M.A. y Mañé Seró C. 2009. ¿Un albéitar humanista? En: Nulla dies sine
linea. Humanistas extremeños: de la fama al olvido. Grammatica Humanistica serie
Estudios 1, Universidad de Extremadura, pp. 381-401.
Pag. 203
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN:
En la comunicación se difunde una de las Colecciones más atrayentes de los fondos del Museo
Veterinario Complutense. La colección de Embriología cuenta con 57 ejemplares conservados en
fluido. Se describen los sucesivos métodos de conservación y las especies. Entre éstas se encuentran
ejemplares de roedores (conejo y cobaya), diversas especies de animales de producción, suidos,
bóvidos, pequeños rumiantes, peces, aves (gallina y faisán), animales de compañía (perro y gato) o
silvestres (jabalí). Incluye diferentes estadios sucesivos del desarrollo embrionario y fetos de
algunas especies. La colección fue donada por la profesora del Departamento de Anatomía María
José Blánquez Layunta en 2010 y concebida inicialmente para su uso docente en la carrera de
Veterinaria. Se ha podido comprobar en las visitas recibidas el gran interés que suscita en el
público general y en especial en los grupos escolares confirmando la gran capacidad divulgativa de
este tipo específico de patrimonio biológico.
ABSTRACT
One of the most attractive collections in the Complutense Veterinary Museum's collection is
published in the communication. The Embryology collection has 57 specimens preserved in fluid.
The successive conservation methods and species are described. These include rodents (rabbit and
guinea pig), various species of production animals, suidae, bovids, small ruminants, fish, birds (hen
and pheasant), companion animals (dog and cat) or wild animals (wild boar). It includes different
successive stages of embryonic development and foetuses of some species. The collection was
donated by the professor of the Department of Anatomy María José Blánquez Layunta in 2010 and
was initially conceived for teaching in the Veterinary career. It has been possible to verify in the
visits received the great interest that it arouses in the general public and especially in the school
groups confirming the great informative capacity of this specific type of biological heritage.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
COMUNICACIÓN
En el año 2010, María José Blanquez Layunta, Profesora Titular del Departamento de
Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas de la facultad de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid, procedió a la donación de una colección de embriones y fetos que se
describe en la presente comunicación.
Aunque pueda sorprender, un patrimonio tan especifico como una colección de embriones
suscita un interés mucho mayor de lo esperado. Esto último se ha comprobado a través de los años
de exposición y divulgación del Museo Veterinario Complutense. La colección, concebida como
apoyo para la enseñanza de la asignatura de embriología, ha demostrado que tiene un enorme valor
para suscitar la curiosidad del público en general y en especial del público infantil.
De estas 57 piezas hay 38 que se han clasificado como embriones, es decir, que no tienen
más de 8 semanas de gestación, el resto se han clasificado como fetos, de los cuales hay dos sin
identificar (MV- 2054 y MV- 2093).
1
Véase comentarios sobre la conservación y alteraciones de este tipo de colecciones en una comunicación, por los
mismos autores, presentada en este mismo congreso.
2
Se ha adoptado como criterio aproximado la distinción a partir de 8 semanas de gestación para considerar embrión o
feto.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Algunos de los fetos que forman parte de la colección corresponden a un estadío muy
avanzado con un tamaño considerable como es el caso de la pieza MV- 2052 o la pieza MV- 2092.
3
Esta pieza cumple con las normas de ética en experimentación animal, procediendo de operaciones a hembras con
problemas de parto (extracción de feto muerto).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
18
38
EMBRIONES FETOS
Cerdo
Huevo de pez
Vaca
15 Faisán 3 Gato
8 4
Conejo
1 Embrión Vacuno
8 2 4 Cobaya
6 Conejo 1 2 2 Jabalí
Oveja
Embrión Porcino
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Detalle del embrión de vaca de 2,5mm (izquierda) y del feto de vaca de 250 mm (derecha).
Otra ventaja de este tipo de patrimonio es su fácil reposición, los embriones de ave por
incubación en distintas fases o las muestras que llegan a través de las piezas de matadero o de
clínicas permiten completar estas series.
BIBLIOGRAFIA
Delgadillo Ibeth y Góngora Fernando, "Biological Collections: Didactic strategies in the education-
learning of the Biology", Bio-grafía: escritos sobre la biología y su enseñanza, Vol. 2, Nº. 3,
2009, págs. 131-140.
Gustavo Darrigran, "Las Colecciones Biológicas: ¿para qué?", Boletín Biológica, nº 23, enero-
marzo, págs. 28-31, 2012.
Pag. 208
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Jordá Moret, J.V.(1)(2); Navarro Serra, A. (1)(2); Sanz Cabañes, H. (1)(2); Vega García, S. (1)(2)
(1)
Asociación Valenciana de Historia de la Veterinaria (AVHV) (2) Facultad de Veterinaria.
Universidad Cardenal Herrera-CEU, CEU Universities.
Autor de correspondencia: Jaume Vicent Jordá Moret. C/ Tirant lo Blanc 7, bajo. Facultad de
Veterinaria UCH CEU. 46115 Alfara del Patriarca – VALENCIA. Tel. 961369000 ext. 66107. Mail:
[email protected]
RESUMEN
La revisión de los fondos bibliográficos de las bibliotecas de nuestros colegios profesionales en
ocasiones aporta resultados no imaginados. El presente trabajo recoge los pormenores del
descubrimiento y las tareas de identificación de un manuscrito catalogado hasta ahora como anónimo
perteneciente a la biblioteca histórica del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia
(ICOVV), pero del que tras su estudio se obtiene como autoría de D. Juan Morcillo Olalla, no
identificado ni descrito en ningún estudio previo. Para poder conseguir el objetivo planteado de fijar
este hecho, se ha realizado un análisis a tres niveles: físico, grafológico y de contenido de la obra.
Tras el análisis a estos tres niveles, se han evidenciado bases suficientes que permiten establecer la
hipótesis inicial como cierta, además de plantear los pasos a seguir para la puesta en valor de este
patrimonio histórico veterinario.
Palabras clave: Morcillo, tuberculosis, manuscrito.
ABSTRACT
The review of the bibliographic collections of the libraries of Veterinary colleges sometimes
offers unimagined results. The present work gathers the details of the discovery and identification of
a manuscript cataloged so far as anonymous belonging to the historical library of the Official
Veterinary College of Valencia (ICOVV), this study concludes that the author of the manuscript is
Mr Juan Morcillo Olalla, being not identified or previously described. In order to achieve the
objective, an analysis was carried out at three levels: physical, graphological and content of the work.
After the analysis enough probes have been evidenced that supports the hypothesis. Furthermore, it
sets out the steps that should be taken to enhance this veterinary historical heritage.
Keywords: Morcillo, tuberculosis, manuscript.
INTRODUCCIÓN
En ocasiones, la era digital y de la globalización nos hace olvidar ese pasado no tan lejano,
donde la terra incognita, las partes del mapa que aún no habían sido exploradas, eran aliciente para
la aventura y el descubrimiento. Nuestra sociedad aún nos depara alguna terra incognita, sobre todo
en lo referente a fondos documentales en bibliotecas de largo trayecto. Es lo sucedido en este caso
con la biblioteca histórica del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia (ICOVV).
Recientemente, y durante una búsqueda bibliográfica realizada por la Asociación Valenciana
de Historia de la Veterinaria (AVHV), se detectó una entrada anómala en un antiguo listado de fondo
documental del Colegio datado en 1953 (ICOVV 1953). El defecto detectado fue que a pesar de que
el listado tenía fecha de 1953, una de las referencias estaba fechada en 1995. Esto llevó a inspeccionar
el libro codificado como 2.28-18 (Anónimo,1905), que resultó ser un manuscrito fechado en 1905, y
tras una primera revisión, mostraba particularidades que indicaban que podía ser un manuscrito
inédito y no catalogado autoría de D. Juan Morcillo Olalla.
Juan Morcillo Olalla representa una de las figuras cumbres de la veterinaria del siglo XIX
(Sanz Egaña 1941), destacando en diversos campos de su profesión. Sus aportaciones pioneras en
este ámbito a nivel mundial al asentar las bases científicas de la inspección de sanidad le valieron el
título de “Príncipe de la inspección veterinaria”.
Pag. 209
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
OBJETIVOS
1-Determinar la posible autoría del manuscrito catalogado como 2.28-18 de título “Memoria
sobre el tema propuesto por la Junta Directiva del Colegio Veterinario de la Provincia de Valencia.
Por un Colegiado. 31 dic. 1905” como un texto original de D. Juan Morcillo Olalla.
2-Plantear los pasos a seguir para la puesta en valor y difusión de la obra.
MATERIAL Y MÉTODO
Se abordó el análisis desde los siguientes ángulos:
-Análisis físico: realizar una reseña física del ejemplar.
-Análisis caligrafico: comparar la letra del manuscrito con otros ejemplares disponibles del
autor. Se ha empleado una aplicación del sistema grafológico de Crepieux-Jamin (Herrera Luna y
Felipe Riverón 2007, Javier Simón 1992) entre la página 55 de 2.28-18 (Anónimo 1905) y la página
11 de otro manuscrito de la misma época como es Zootecnia (Morcillo Olalla 1904). Además,
emplearemos ejemplos de la Hipografía de 1870 (Morcillo Olalla 1870), y del texto de acceso digital
Triquina y triquinosis (Morcillo Olalla 1877), de forma parecida al ya realizado en otras ocasiones
para este autor (Jordá Moret 2016).
-Análisis del contenido: analizar la estructura del contenido, buscando similitudes de estilo
con otros manuscritos del autor.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Análisis físico.
Se trata de un libro apaisado de 16,5 cm x 11,5 cm, y 1 cm de grosor. Lomo en material símil
piel de color marrón. Tapas de cartón fino de 0,1mm, forradas externamente con papel texturizado
rojo. Dicha capa exterior presenta dos zonas (Ilustración 1), una cercana al lomo, y otra que cubre el
resto de la tapa, lo que podría estar relacionado con una reencuadernación del ejemplar o con un
encuadernado a partir de restos de material de otros trabajos. Por la parte interior no posee página de
guarda, y puede verse que está forrado en capa inferior con una página de la publicación Bibliothèque
scientifique contemporaine. No se puede ver más información sin dañar la estructura del ejemplar.
El lomo tiene apegado la referencia actual del catálogo del Colegio (2.28-18) aunque
parcialmente suelto. Debajo, existe un código previo (345), y puede verse en el reverso de la etiqueta
otro código (332). Este número también se encuentra en el interior del libro en una pegatina.
La encuadernación se ha realizado con grueso cordón rojo de tela, por cosido lateral de dos
agujeros incluyendo cubiertas previamente al entelado. El formato de material y técnica de cosido es
artesanal, sin apariencia de haber sido realizado por un encuadernador.
Papel de barba grueso, pautado a lápiz a 14 reglones por hoja. Escrito a tinta negra con leve
degradación virando a colores marrones en puntos de alta saturación de tinta. El papel comienza a dar
signos de degradación ácida principalmente en la página inicial. 102 páginas numeradas, más una
página inicial de título, seguida de una página recortada y pegada a menor tamaño (Ilustración 2). La
última página del librillo está en blanco, a modo de hoja de cortesía.
Pag. 210
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Ilustración 1. Vista lateral del libro con punto Ilustración 2. Página recortada tras la portada.
de unión de materiales.
Comparación caligráfica
Según el sistema Crepieux-Jamin, vamos a comparar los siguientes factores entre las páginas:
Orden, tamaño, forma, dirección y continuidad.
Orden: la distribución entre palabras, líneas y párrafos es semejante en ambos casos. Hay que
recordar que las páginas se han escrito regladas, y que uno de ellos tiene disposición vertical y otro
horizontal.(Ilustración 3).
A continuación, vamos a comparar una serie de palabras que nos permiten comparar diferentes
partes de la escritura reseñable en el estudio grafológico (Tabla 1):
-Los óvalos, parte central de la letra, mantienen todos una estructura similar en todas las
muestras.
Pag. 211
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
-Las crestas, parte superior de las letras, podemos compararlas en dos letras diferentes, “b” y
“l”. Vemos que el ángulo es similar entre 1 y 3 en la letra “b”, en las letras “t” de 1 y 3, y en las “l”
de 2 y 4.
-El punto inicial de la letra “a” es semejante en todos los casos, mostrando una pequeña
angulación.
-El punto final se mantiene constante en ambos textos.
-Las alturas de las zonas de escritura son semejantes entre todas las muestras, tanto en su zona
superior como media. La zona inferior la veremos en la siguiente palabra.
Hemos elegido “que” para comparar otras partes de la escritura, como son los trazos
descendentes (Tabla 2), además del efecto que al estar escrita en gran cantidad de textos nos permite
encontrarla rápidamente para su comparación:
-Los óvalos mantienen todos una estructura similar en todas las muestras, tanto en la
letra “e” y “q” como en la estructura abierta de la letra “u”.
-Los ejes, parte inferior de las letras, mantienen una estructura extremadamente
semejante. Los ángulos de la parte descendente son levemente diferentes entre ellos.
-El punto inicial de la letra “q” tiene un ángulo de inicio similar en todas ellas.
-El punto final difiere totalmente entre todas. Como se puede apreciar en la
digitalización, los puntos finales en la escritura de Morcillo son variables incluso entre la
misma letra, lo vemos claramente en 3 y 4.
-Las alturas de las zonas de escritura son semejantes entre todas las muestras, tanto en su zona
inferior como media.
Pag. 212
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Valenciana” al respecto de este tema. Su discurso es crítico con la profesión, como el que hace en la
primera página de su Reglamento de Mataderos e Inspección de Carnes (Morcillo Olalla 1903).
Y a partir de la página 7 en adelante, hace un análisis pormenorizado del campo de la
producción láctea, tratando especies, características organolépticas, patógenos asociados, modo de
realización de fraudes, para pasar en detalle al estudio de la tuberculosis y sus implicaciones en la
Salud Pública, que extiende desde la página 35 hasta el final de la obra (75 páginas).
CONCLUSIONES
1-Podemos conjeturar la autoría del manuscrito como obra de D. Juan Morcillo Olalla, en base a los
hallazgos obtenidos:
-El lapso temporal, materiales y formatos se asemejan a otras obras del autor.
-La caligrafía analizada es consistente con otras obras reconocidas del autor.
-La estructura de trabajo es similar a otros de sus trabajos, tanto manuscritos como impresos.
2-Los siguientes pasos para la puesta en valor de este documento serían la edición digital accesible,
transcripción anotada y análisis grafológico pormenorizado.
BIBLIOGRAFÍA
ANÓNIMO. Memoria sobre el tema propuesto por la Junta Directiva del Colegio Veterinario de la
Provincia de Valencia. Manuscrito. 1905.
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BARONA HERNÁNDEZ, L.F.;CUESTA LÓPEZ, A.E.;MONTERO AGÜERA, I.
"Manuscritos Inéditos De D. Juan Morcillo y Olalla En La Biblioteca-Museo De La Facultad De
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HERRERA LUNA, E. C.; y FELIPE RIVERÓN, E. M. Reconocimiento De La Autoría De
Documentos Manuscritos. 2007. Disponible en (http://www.repositoriodigital.ipn.mx/handle
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JAVIER SIMÓN, J. El Gran Libro De La Grafología. Barcelona. Ediciones Martínez Roca, 1992.
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MENCÍA VALDENEBRO, I. Biografía De Juan Morcillo Olalla. Disponible en
(www5.colvet.es/aehv/pdf/Biografia%20Morcillo%20Olalla.pdf). Fecha de acceso 20/04/2011.
MORCILLO OLALLA, J. Hipografía - Ligera Reseña Sobre El Origen Del Caballo, Su
Domesticidad y Razas Principales Existentes. Játiva. Manuscrito. 1870.
MORCILLO OLALLA, J. Triquina y Triquinosis. Examen Histórico-Crítico-Analítico De Los
Sucesos Ocurridos En El Villar De El Arzobispo En 1876. Játiva, Manuscrito. 1877.
(http://books.google.es/books?id=eblUAdIHs2wC&printsec=frontcover&dq=juan+morcillo+olalla
&hl=es&sa=X&ei=WvvjUY2DMZKP7Aa_9oCIDA&ved=0CEIQ6AEwAw;) Consultada el
18/08/2011.
MORCILLO OLALLA, J. Reglamento De Mataderos e Inspección De Carnes. 1903.
MORCILLO OLALLA, J. Zootecnia. Segunda edición. 1904.
RODRÍGUEZ DE LA TORRE, F. “El Albacetense Juan Morcillo y Olalla, Cumbre De La
Veterinaria Española”. II Congreso de Historia de Albacete. Volumen 4, Albacete. 2000.
SANZ EGAÑA, C. Historia De La Veterinaria Española. Madrid. Espasa-Calpe. 1941.
SANZ EGAÑA, C. “Juan Morcillo y Olalla”. Semblanzas veterinarias. Madrid. Consejo General de
Colegios Veterinarios. 1978. pp. 49-84.
Pag. 213
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
El Siglo de las Luces, siglo XVIII, supuso un gran cambio para la sociedad europea en cuanto a
avance cultural y social se refiere. Potencias como Francia y Alemania tiraron del carro del libro del
conocimiento hacia el pueblo e impulsaron nuevas y creativas formas de llevar el saber a los distintos
estratos de la sociedad. En Medicina y Medicina Veterinaria, apareció un peón trascendental en este
ámbito. Se trata del médico y escultor francés Louis Thomas Jérôme Auzoux: hombre curioso, buen
profesional y mejor persona, según nos permiten saber sus estudiosos.
Auzoux introdujo al mundo docente unas novedosas maquetas anatómicas que sembraron
conocimiento por todo el globo y sirvieron como base a nuevos escultores. Este hecho podemos
apreciarlo en algunas piezas de origen alemán del Museo (MAV-UCO) Profesor José Sandoval
Juárez, en Córdoba (España). Esta comunicación intenta profundizar en el proceso de creación de sus
piezas, el funcionamiento de su empresa y el dar luz a Auzoux como persona en sí mismo y sus
valores.
España está repleta de vitrinas con sus creaciones, y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de
Córdoba alberga una de las colecciones mejor conservadas de este Doctor.
Palabras clave: Auzoux, maqueta clástica, papel maché, fabricación
ABSTRACT
The Age of Enlightenment, the 18th Century, meant a great change to the European society referring
to cultural and social spheres. Powerful countries such as France and Germany pulled of the book of
knowledge of the working class and motivated new and creative ways to bring the wisdom to the
social stratums. In Medicine and Veterinary Medicine, a significant piece in this environment
appeared. We are talking about the French Doctor and sculptor Louis Thomas Jérôme Auzoux: a
curious person, good professional and better mankind, as long as his scholars let us know.
Auzoux brought to the education field a bunch of original anatomic mock-ups that spread knowledge
all over the world and were a base to novel sculptors. We can see this fact in some of the german
pieces of the Profesor José Sandoval Museum (MAV-UCO) of Córdoba (Spain). This report tries to
go in depth in the creation process of his pieces, the functioning of his factory and to light up Auzoux
as a mankind and his values.
Spain is replete of cabinets with his creations and the Faculty of Veterinary Medicine of Córdoba
holds one of the best preserved collections of this Doctor.
Keywords: Auzoux, clastic mock-up, papier mâché, manufacturing
Introducción
Pensemos por un momento cómo han evolucionado los métodos de enseñanza a lo largo de los siglos.
El hombre siempre ha mostrado necesidad de comunicarse, de transmitir la información. Desde que
un día decidiera dejar constancia de ello en las oscuras cavernas, no ha dejado de evolucionar y de
reinventarse consiguiendo pigmentos, grabados, descripciones y detalles increíbles. Aprendieron a
que la obra pareciera que fuera a invadir al espectador, y por ello aumentaba cada vez más su
profundidad, no ya con las sombras dibujadas que dominaban, sino con el grosor. Quedaban atrás los
Pag. 214
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
bajorrelieves, las ideas abandonaban la superficie que les soportaba y se transformaban en esculturas
de bulto redondo (de profundidad natural).
En cuanto a las ciencias médicas se refiere, las esculturas alcanzaron la maestría en detalles
anatómicos, pero claro, a los doctores esto les era totalmente insuficiente en el estudio de los sistemas
orgánicos. Por otro lado, las láminas de Anatomía representaban con bastante destreza el medio
interno, pero nunca llega a ser lo mismo ver, que tocar. Nos movemos en la segunda mitad del siglo
XVIII y un problema empieza a ser cada vez más común: faltan modelos (cadáveres) con los que
hacer conservaciones y dibujos que publicar, ya sea en el despacho de un solo Doctor o en un gabinete
con quince atentos estudiantes de Medicina.
Para poder continuar con las premisas de la Ilustración, era necesario encontrar una solución que
permitiera estudiar Anatomía con piezas sin fecha de caducidad y sin renunciar a esa disección tan
útil en el aula.
Y el nuevo siglo ilustró a alguien
Francia, 1797. En un pequeño pueblo al noroeste de París, nacía un niño de familia humilde y futura
mente inquieta: Louis Thomas Jérôme Auzoux 1.
Tras pasar sus primeros años de vida en su ciudad natal, decidió viajar a París para estudiar Medicina.
Su interés por las áreas de Anatomía y Anatomía Comparada pareció desarrollarse desde bien
temprano pues, aun siendo estudiante, mostró habilidad y gusto por las reproducciones de los distintos
sistemas orgánicos.
En aquel tiempo, un profesor de Anatomía de la región norte del país, Jean-François Ameline, estaba
destacando por el método que propuso en la creación de maquetas. Debió resultar una gran fuente de
inspiración para Louis, porque pronto contactaría con la Real Academia de Medicina francesa y le
presentaría el primer modelo que le ha sido atribuido: un miembro inferior (humano). Esta y otras
entidades, viendo en su autor el potencial que esta pieza 2 podía ofrecer al ámbito docente, no dudaron
en animar al joven para perfeccionar la técnica y seguir trabajando en esta línea. Con este aliento y el
soporte de los estudios de Georges Cuvier 3, entre otros, inició un nuevo proyecto para la Anatomía
Comparada (Medicina Veterinaria) en la década de los 60 y, hacia la década de los 70, empezó a
desarrollar modelos botánicos. Con ello se puede entender la creatividad y afán de dispersión de
conocimiento que le caracterizaba.
Ya como Doctor, sus ideas, piezas y nombre comenzaban a resonar en casi todo el mundo (Degueurce,
2013). Tal éxito se fraguó en torno a éstas que, en 1828, decidió establecer su propia factoría. Sería
una fábrica emplazada en su ciudad natal, en el número 2 de una plaza que hoy lleva su nombre (Ruiz,
2010) y que, cinco años después, fue seguida por la inauguración de una tienda para venta al por
menor en la capital de país 4. No alcanzaba los cuarenta años, y ya era el “Dr. Louis Auzoux”: médico,
escultor y emprendedor. Del tal modo trascendió entre la sociedad, que incluso se le reconocieron
varios premios en la Exposición Mundial de Londres de 1851.
¿Pero qué secreto hizo triunfar a estas piezas?
En primer lugar, la invención de un nuevo material, liviano, fuerte y duradero, que combinaba
materias primas hasta el momento impensables para ese fin. Se utilizaba una argamasa de polvo de
corcho, cola, papel triturado y arcilla. Fue bautizada como papier mâché; papel maché o cartón
piedra. En segundo lugar, que estos modelos estuvieran, a su vez, constituidos por varias piezas
1
(St-Aubin-d’Écrosville, Francia, 7 de abril de 1797 – París, 6 de marzo de 1880)
2
Tras presentar el miembro inferior, la siguiente que se le atribuye representaba un torso, cuello y cabeza de
un hombre (Degueurce, 2013).
3
(Montbéliard, Francia, 1769 – París, 1832). Promotor de la Anatomía Comparada y paleontólogo.
4
Rue de Vaugirard, 56. Es esta la dirección que aparece en algunas de las piezas de la Facultad de Córdoba. La
tienda finalmente se cerró en la década de 1990 y el contenido se vendió en una subasta el 22 de octubre de 1998.
Pag. 215
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
desmontables, que invitaban al aprendizaje ameno. Simulaban el mismo orden en que se haría una
disección real. Era el concepto de maqueta clástica 5 que aún hoy vemos en famosas marcas de
juguetes infantiles. Con estas dos características primeras, el colofón de la idea sería poder crear
repetidas veces la misma pieza y con poca o ninguna variabilidad importante para poder distribuirlas
al por mayor. Se hacía por tanto indispensable un modo de creación en serie y para ello se ideó un
sistema de moldes.
Otra particularidad es, que todas las maquetas incorporan numerosas etiquetas de papel. Unas tienen
una pequeña mano dibujada que indica que esa parte es susceptible de ser retirada. Las del segundo
tipo son alargadas y nombran la sección anatómica en cuestión. El tercer tipo es el más habitual: son
pequeñas y circulares, de unos 3 mm de diámetro y contienen un número. Estas últimas se enumeran
en un libreto que acompaña la maqueta e informa sobre la parte señalada (Degueurce, 2013).
Para la primera etapa de fabricación había dos opciones a seguir:
A) Cartonnage [cartonaje]: para las piezas más ligeras. Se extendían varias capas de la pasta de
Auzoux en un molde de escayola y se dejaba secar. Cuando estaban aún algo húmedas las
partes, se retiraban del molde y se unían con un alambre fino.
B) Terrage [cuchilla]: para las más recias, las que necesitaban de un soporte metálico interno. Se
iniciaba el proceso igual que en el caso anterior, pero sobre unos moldes de madera con una
plancha de aleación de metales (bismuto, estaño y plomo), como las utilizadas en las
imprentas. Aquí no se esperaba al secado de la mezcla, sino que se incrustaban alambres de
mayor grosor que los usados en el método anterior, se martilleaba para rellenar completamente
los pequeños huecos del molde y se añadían los pequeños cáncamos que permitirían quitar y
poner las partes de la maqueta clástica.
Cada molde se prensaba para el buen agarre de las piezas metálicas y para la extracción de la
mayor parte del agua de la pasta. Una vez secas las piezas, que dependiendo del tamaño podían
ver trascurrir hasta un mes, se desmoldaban, lijaban, rellenaban (si es que alguna parte se
había estropeado en el desmoldado) y se procedía al:
Rapapillotage: cubrir las piezas con una nueva y fina capa de papel, para dar una base lisa que pudiera
ser pintada de manera homogénea.
El siguiente paso era incorporar los vasos sanguíneos (alambres embutidos en cáñamo), que ya venían
pintados y, sobrepuestos en la pieza, se fijaban con pequeños clavos. Igualmente, se agregaban los
ganchos que complementarían a los cáncamos anteriores. Lo más pequeños, de latón. Los más
robustos, de una aleación más resistente. La aplicación del color 6, texturas 7 y etiquetas de papel
vaticinaban el final del proceso (Gouriveau, 2016).
La verificación de detalles por parte del Dr. Auzoux, su firma y el barnizado del conjunto eran el
colofón. Según muestran las numerosas piezas del MAV-UCO, adquiridas según facturas
recientemente localizadas, entre 1852 y 1924, hay una evolución en la rúbrica: las piezas más antiguas
solo muestran nombre y año de fabricación. En las posteriores, reza “Anatomie Clastique du Dr
Auzoux”, año y lugar de origen. Las más recientes son más sofisticadas; se trata de una plaquita
metálica con la misma inscripción antes referida en cursiva y la dirección de la tienda de París.
En el museo mencionado se conservan veintiún modelos anatómicos de sistemas orgánicos variados.
En el Departamento de Producción Animal, una colección de mandíbulas y maxilares de équido
5
clástico, ca. Del gr. κλαστός klastós 'fragmentado', 'roto' e ‒́ico. 1. adj. Dicho de un modelo anatómico: Que
puede dividirse en piezas desmontables para su estudio.
6
Se utilizan pigmentos de forma realista al pintar. Por ejemplo, músculos en rojo y nervios en blanco. Y también
se tiene en cuenta la iconología: arterias en rojo y venas en azul (Ruiz y Degueurce, 2009).
7
Uso de fibras de lana para sugerir vello, sémola para dar aspecto granulado e incluso peritoneo para
reproducir membranas, como la válvula mitral en su modelo de Corazón.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(diecinueve piezas) pertenecientes al catálogo “Cheval” y otra de mandíbulas de bovino (dos piezas)
pertenecientes al catálogo “Bovins et Rumiants”. Con las dos maquetas del Departamento de
Reproducción y Obstetricia, de los dos catálogos referidos, hacen un total de cuarenta y cuatro (44)
maquetas conservadas en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba. Además de estas,
se cuenta con la existencia de cinco maquetas que muestran cómo Auzoux resultó ejemplo para otros
talleres. Son posteriores cronológicamente, por la calidad y características del cartón y los pigmentos,
y en todas se palpa la idea de la maqueta clástica francesa, aunque añaden muchos menos detalles
finos en comparación a la idea original.
A nivel nacional, podríamos destacar las colecciones albergadas en la Universidad de Zaragoza y en
la Universidad Complutense de Madrid quien, concretamente, conserva el maletín original que
acompañaba las colecciones de bocas de équidos. Aun así, muchos han sido los organismos españoles
que han podido disfrutar y aprender con estas piezas, aunque no estuvieran directamente relacionados
con la Medicina.
Los valores del Doctor
Pensando en el conjunto de su obra, podemos destacar de Auzoux las colecciones del Hombre y del
Caballo, dos personajes esenciales en la vida de la época y más para él, teniendo en cuenta que el
medio rural y el ejército tocaba a su familia de cerca.
Un hecho a destacar es, que se diseñaran algunos sistemas orgánicos en dos tamaños. De esta manera,
estarían al alcance de una institución acomodada pero también de un particular curioso y menos
pudiente. Un ejemplo de ello fue la fabricación del hombre completo en versiones de 116 cm y 180
cm de alto. Además, Auzoux no solo ponía a disposición del pueblo el material, sino que él mismo
también dedicaba los domingos a dar clases de Anatomía Comparada y formaba, asesorado por
amigos veterinarios, a muchos de los estudiantes de la Escuela de Caballería de Saumur (Francia) en
Anatomía y Fisiología equina, acceso a los cuales tuvo lugar a través de algún familiar miembro de
ella (Degueurce, 2013).
Conociendo algo más el proceso de fabricación de las piezas, podemos intuir la formación específica
que requirió cada trabajador. El equipo lo formaba cerca de un centenar de empleados. Todos,
permitían que las ideas iniciales se transformaran en tangibles y el Doctor, a cambio, no solo les daba
un sueldo; se comprometió, además, a educarles altruistamente en principios básicos de Anatomía,
higiene personal y salud. Se conoce, de hecho, la existencia de un reglamento interno para fomentar
el respeto entre compañeros y proteger la reputación de la fábrica. Este, era validado por un Consejo,
cuyos integrantes iban cambiando cada trimestre. Lo formaban cinco trabajadores elegidos por la
votación de los propios compañeros (Chanal, 2014). Esto permitía regular el castigo por llegar tarde
o faltar al trabajo sin motivo, premiar al que acudía a las clases de Auzoux, pautaba el uso de una
hucha solidaria para el trabajador enfermo, etc. Una manera de que todos fueran tratados objetiva y
no subjetivamente.
CONCLUSIONES
La fascinación que el Doctor Louis Auzoux sintió desde siempre por la medicina y la docencia ha
facilitado a generaciones de profesionales sus estudios superiores, pero también ha permitido la
evolución de personas sin recursos que, de ninguna otra forma, podrían haber tenido la oportunidad
de cambiar de estrato social. Más allá de ser médico por tener unos estudios reglados, fue instructor
y mentor, sin tenerlos. Procediendo su familia de la agricultura, a él tampoco le sobraban los recursos
y, aun cuando ya lo conocía medio mundo, él seguía ofreciendo clases a todo el que quisiera acudir
cuando abría las puertas de su tienda un domingo sin esperar nada a cambio. Estuvo al servicio de la
sociedad y su tienda ha llegado casi hasta el siglo XXI, muestra de la calidad de lo que un día empezó.
Sin duda: Auzoux, un hombre polifacético.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
BIBLIOGRAFÍA
RUIZ, Guillaume (2010). “Les modeles en papier-mâché du docteur Auzoux au Musée de l’École
Nationale Veterinaire d’Alfort”. En: https://bit.ly/2Obe6wB (Fecha de acceso: 15/09/19)
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Bloque D:
Iberoamérica y
las Ciencias Veterinarias
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Puesto que la imitación de sonidos de animales para la cacería les resultaba muy efectiva,
probablemente se pensó también que las sonajas, imitando el ruido de la lluvia propiciarían
la llegada de los dioses de este elemento. (Castañeda, Daniel y V. T. Mendoza Instrumental
precortesiano).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
que se elaboran entonces los silbatos y flautas por lo que es evidente que estos instrumentos
ya se conocían con anterioridad pues son elaborados con precisión y sin errores en material
vegetal o animal. Entre los hallazgos funerarios de ciertas culturas alejadas de la costa
sobresale la trompeta de caracol lo que nos indica que el comercio o intercambio también
fueron actividades económicas que hicieron llegar y ampliar la gama de instrumentos a otras
regiones.
Algunos instrumentos eran fabricados por culturas antiguas del centro o sur de México en
forma de aves, reptiles o mamíferos que tenían sin duda un carácter ritual, ya que animales
como el quetzal, la serpiente y el jaguar fueron y aún hasta nuestros días; siguen
considerándose por algunos pueblos indígenas como seres divinos.
En algunas comunidades, las trompetas de caracol fueron pintadas con la técnica al fresco
plasmando en la decoración las divinidades y elementos de la naturaleza que conferían un
grado de importancia mayor a las ejecuciones musicales. El estado de trance se lograba con
el consumo de sustancias psicoactivas y música al mismo tiempo confiriendo al intérprete y
consumidor un nivel de superioridad al del resto de la comunidad.
Los hallazgos relacionados con la música no han sido pocos, su importancia era superlativa.
La música al igual que en este tiempo se clasificaba sin una intención real en regional y
mesoamericana, por ejemplo, el uso de trompetas de caracol para rituales religiosos en toda
el área y el uso de flautas y tambores en ciertos lugares con rítmica específica que se refleja
aún hoy en cada estado.
Geográficamente los murales más famosos en la zona maya, son las pinturas al fresco de
Bonampak, hoy estado de Chiapas, México en su frontera inmediata con Guatemala. Los
músicos de la escenificación que sin duda corresponde a las elites de ese lugar, están
representados con trompetas rectas y caparazones de tortuga, sonajas de calabaza y las ya
mencionadas trompetas de caracol que contribuían a la estratificación sagrada del
ceremonial.
Otro ejemplo de localización geográfica específica, son los caracoles emplumados
representados en la subestructura del mismo nombre en el Conjunto del Quetzalpapálotl en
Teotihuacán, Estado de México, así como el Patio de los Jaguares donde felinos soplan en
trompetas de caracol majestuosamente decoradas con plumas de aves, tal vez una procesión
de sacerdotes. Las trompetas hechas de caracol han sido clasificadas para su estudio como
aerófonos, cuyo generador de sonido es aire oscilante y se le ha nombrado como tecciztli,
atecocoli y/o quiquiztli (Gómez, 2008), y se ha interpretado que el tecciztli estaba dedicado
al dios Quetzalcóatl (Castellanos, 1970).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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encuentran bajo regulaciones y normas oficiales mexicanas que protegen dicha fauna
silvestre; ya que el hombre las ha sobrexplotado y consumido en exceso o bien ha ido
acabando con su hábitat impactando en su distribución sobre el territorio mexicano. Un
ejemplo de la protección bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010; es la mencionada tortuga
Kinosternon leucostomun, que se encuentra sujeta a Protección Especial (Pr); el armadillo
Cabassous centralis y el venado Odocoileus hemionus cerrosensis que se encuentran
clasificados como en Peligro de Extinción (P) y el venado Odocoileus hemionus sheldoni que
se ha categorizado como especie Amenazada (A); entre otros géneros de caracoles. No
obstante; para algunos grupos indígenas, el acatar dichas disposiciones sobre los usos de estas
especies, igualmente impacta en sus tradiciones y en ciertos elementos que forman parte de
su cultura identidad.
Bibliografía
-Castañeda, Daniel V. T. Mendoza Instrumental precortesiano. Museo Nacional de
Arqueología, Historia y Etnografía, México, 1933
-Castellanos, Pablo, Horizontes de la Música Precortesiana, Presencia de México, Fondo de
Cultura Económica, (Primera Edición), México, 15 de diciembre de 2010.
-Estrada, Julio (ed.), La música de México 1, Historia 1. Periodo prehispánico (ca. 1500 a.
C. a 1521 d. C.) UNAM 1984.
-Gallegos, Miriam 0~VLFDWUDGLFLRQDO<RNRWғDQ7DPborileros de Tabasco,
-Gómez, Luis Antonio, “La documentación de la iconografía musical prehispánica” en
Revista Digital Universitaria, Volumen 7 No. 2, UNAM México, 2006. “Los instrumentos
musicales prehispánicos. Clasificación general y significado” en Arqueología Mexicana,
Vol. 94, Editorial Raíces, México, D.F., noviembre-diciembre, 2008.
-Rivera y Rivera, Roberto, Los instrumentos musicales de los mayas. SEP/INAH, México,
1980
-Higelin, Ricardo, El Omichicahuaztli: Veneración de Ancestros en la Región Este del
Valle de Oaxaca durante el Clásico -Postclásico, Décimo Simposio de Estudios
Oaxaqueños, Oaxaca, 2013.https://www.academia.edu
-León-Portilla, Miguel, “La Música en el Universo de la Cultura Náhuatl” en Estudios de
Cultura Náhuatl, Volumen 38, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F.,
2007.
Raby, Dominique, “Xochiquetzal en el Cuicacalli. Cantos de amor y voces femeninas entre
los antiguos nahuas” en Estudios de Cultura Náhuatl, Volumen 30, UNAM, México 1999.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
In the Mesoamerican cultural area, current physical space that partially occupies territory of
the Mexican United States, Guatemala, Salvador, Belize, Honduras, Nicaragua and Costa
Rica, the music was during the pre-Hispanic era and even during the contact period, an
element of many facets that inevitably accompanied various cultures during their religious
and political and social rituals.
On the other hand, in the Nahuatl pre-Hispanic society there were specialized schools called
cuicacalli "house of singing" where young people of both sexes, learned at an early age to
perform dance and music, and to develop their instruments, as chronicler Fray Diego of
Durán (Piana, Raby, 1999; Castellanos, 1970). There was also the mixcoacalli where music
instruments, costumes were kept, and where professional musicians and dancers met
(Castellanos, 1970, Raby, 1999). Then we will talk about the musical instruments that involve
the materials obtained from the fauna of these cultures.
Bone flutes that in the Upper Palaeolithic in Europe were known from 40000-10000 a. C.
only appeared in America, approximately in 2500 a. C. (Estrada, Julio Music of Mexico).
Bone whistles with a perforation that emit animal and natural sounds were also often used in
ceremonies and were considered magical means of communication.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Since the imitation of animal sounds for the hunt was very effective, it was probably also
thought that the rattles, imitating the noise of the rain would propitiate the arrival of the gods
of this element. (Castañeda, Daniel and V. T. Mendoza Precortesian Instrumental).
The sounds independent of nature or that did not imitate any of the natural phenomena, that
is to say artificial ones, took on religious nuances and therefore were indispensable in
religious ceremonies. Some of these instruments were:
a) Bone scrapers.
b) Turtle shells.
c) Shell salt flats.
Each of the above were touched and moved in a particular way to comply with methods not
established but traditionally performed in ceremonies in the same way they are currently
performed. (Martí Samuel, Precortesian Instruments 1933).
The first ceremonial centers are closely linked to the existence of primary or basic musical
instruments. With the development of the housing nuclei, the degree of specialization of the
societies rises and the ceramics are created, material with which the whistles and flutes are
then made, so it is clear that these instruments were already known before as they are made
with precision and without errors in plant or animal material. Among the funerary findings
of certain cultures far from the coast, the snail trumpet stands out, which indicates that trade
or exchange were also economic activities that made reaching and expanding the range of
instruments to other regions.
In some communities, snail trumpets were painted with the fresco technique, embodying the
divinities and elements of nature that gave a greater degree of importance to musical
performances. The trance state was achieved with the consumption of psychoactive
substances and music at the same time giving the performer and consumer a level of
superiority to that of the rest of the community.
The findings related to music have not been few, its importance was superlative. Music, as
at this time, was classified without a real intention in regional and Mesoamerican, for
example, the use of snail trumpets for religious rituals throughout the area and the use of
flutes and drums in certain places with specific rhythm that It still reflects today in every
state.
Geographically, the most famous murals in the Mayan area are the fresco paintings of
Bonampak, now the state of Chiapas, Mexico on its immediate border with Guatemala. The
musicians of the staging that undoubtedly corresponds to the elites of that place, are
represented with straight trumpets and turtle shells, pumpkin rattles and the aforementioned
snail trumpets that contributed to the sacred stratification of the ceremonial.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Another example of specific geographical location is the feathered snails represented in the
substructure of the same name in the Ensemble of the Quetzalpapálotl in Teotihuacán, State
of Mexico, as well as the Patio de los Jaguares where felines blow in snail trumpets
majestically decorated with bird feathers, maybe a procession of priests. The trumpets made
of snail have been classified for study as aerophones, whose sound generator is oscillating
air and has been named as tecciztli, atecocoli and / or quiquiztli (Gómez, 2008), and it has
been interpreted that tecciztli was dedicated to Quetzalcoatl god (Castellanos, 1970).
Another of the classifications of musical instruments whose sound generator is the body itself
that vibrates are the ideophones; as the omichicahuaztli of bone (human and possibly also
animal), which have parallel and transverse cuts or striations along the bone and that produce
their sound by scraping them with another object that can be of animal origin such as the
shells of the genus Oliva (Gómez, 2008). This type of instrument has been inferred, may have
been used in funerals, such as mortuary rites, war trophies or as shamanistic objects (Higelin,
2013).
On the other hand, in the case of the lands located in the Oaxaca Valley, it is worth
mentioning the huge whale rib scrapers found in Monte Albán, now the State of Oaxaca in
Mexico. The size of these instruments and the associated research, result in the belief about
connectivity with huge beings from past eras.
Another type of ideophone refers to Ayotl “which consists of a turtle shell that was percussed
with a deer bone drumstick. On this instrument Castellanos (1970) mentions the following:
“Sánchez de Aguilar writes that the Mayans had fakers representing fables and ancient
stories. They accompanied them to the sound of tunkules, flutes and turtle shells”
It is worth mentioning that this instrument until some years ago was still used in some regions
of the country as it is in the middle part of the state of Tabasco, in the Chontalpa region;
where there is presence of indigenous groups of Chontal Maya affiliation, which defines itself
as Yokot'an. The drummers accompany music of a ritual nature for which they make their
own instruments, retaking the shell of the pochitoque (Kinosternon leucostomun) or in other
cases male hiccups (Emys rugosa) (Gallegos, 2001).
His majesty the drum, named among the Nahuas as huéhuetl; It is a membranophone made
on a hollowed out wooden trunk and covered with a membrane with deer skin, which was
touched standing with the hands towards the center and at the ends (Gómez, 2008). The
Huéhuetl also accompanied singing and dancing (León Portilla, 2007) and have been
represented in some codices such as the Bourbon, the Tonalámatl de Aubin (Sánchez and
Vicente, 2012), Magliabechiano and in the Nuttal (Gómez, 2006). The huéhuetl, intervened
in the ceremonies to harmonize the spirit of the spectators with the beat or heart rhythm
unifying the molecules with a single beat, just as it currently happens with the dancers
(known as concheros) of several states of the Mexican Republic that, during their rituals,
jump and dance with the same frequency and time.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Another instrument that is manufactured today with fruit and seed shells but which,
originally, in the so-called Aridoamerica were deer hooves; It is the one used in the dance
ritual dedicated to this mammal, in Sonora within the Yaqui and Seri area, where this
propitiatory rain ritual is currently carried out, at the end of the most arduous drought season
and the beginning of the period of storms for sowing and subsequent harvesting of farmland.
The guitar, a purely European instrument, was already manufactured in the colonial period
with shells of animals such as the armadillo, not with decorative or contemplative intentions,
but ritual and sacred when using elements of animals that we already mentioned died from
natural causes or that reached kill for reasons of human survival. Finally, it is important to
mention that several of the species that were previously used for the elaboration of musical
instruments, are currently under Mexican official regulations and norms that protect said
wildlife; since the man has overexploited them and consumed in excess or has been ending
their habitat impacting on their distribution over the Mexican territory. An example of
protection under NOM-059-SEMARNAT-2010; it is the mentioned turtle Kinosternon
leucostomun, which is subject to Special Protection (Pr); the armadillo Cabassous centralis
and the deer Odocoileus hemionus cerrosensis that are classified as Endangered (P) and the
deer Odocoileus hemionus sheldoni that has been categorized as Endangered species (A);
among other genera of snails. However; For some indigenous groups, complying with these
provisions on the uses of these species also impacts their traditions and certain elements that
are part of their identity culture.
Bibliography
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
José Manuel Martínez Pérez; Jesús Ángel Martínez Pérez; Isabel Mauriz Turrado; Nerea Yugueros
Prieto; Silvia Nicolás Alonso; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León
RESUMEN
La transmisión de parte del conocimiento proveniente de culturas antiguas ha quedado reflejada en
diversos compendios de especial relevancia histórica. Uno de los más importantes para el estudio de
la Farmacología fue la compilación en forma de Tratado de los usos terapéuticos de múltiples
plantas, minerales y otras sustancias de carácter sanitario, De Materia Medica. Esta Obra recoge
estos conocimientos hasta la época de Nerón y le ha hecho merecedor a su autor, Dioscórides, la
consideración de “Padre de la Farmacología”. El propósito de esta comunicación oral es analizar la
influencia de la recapitulación del saber científico efectuada por este médico militar del Imperio
Romano.
Palabras clave: Dioscórides; biblioteca; libro; ediciones.
ABSTRACT
The transmission of part of the knowledge from ancient cultures has been shown in diverse
compendia with special historical relevance. One of the most important for the study of
Pharmacology was the Treatise of the therapeutic uses of multiple plants, minerals and other
substances with sanitary nature, De Materia Medica. This Work collects this kind of knowledge
until the epoch of Nero and has established its author, Dioscorides, the consideration of ‘Father of
Pharmacology’. The purpose of this oral communication is to analyze the influence of the
recapitulation of scientific knowledge made by this military doctor of the Roman Empire.
Key words: Dioscorides; library; book; editions.
INTRODUCCIÓN
Cuando en el siglo XIII Alfonso X “El Sabio” instituyó que la Universidad debía contar con un
Librero que se encargara de la custodia de los libros, estaba reconociendo su figura como un
elemento imprescindible para la salvaguarda de estos tesoros, minuciosa y artesanalmente
producidos, por lo general, en los scriptoria monacales.
En el año 1990 visité por primera vez la Biblioteca General de la Universidad de Salamanca
(USAL) acompañando al Prof. Ángel Barrios García, a la sazón Director de la Editorial de este
centro universitario, quien me presentó como veterinario. Sin duda ese hecho, conocido por el
profesional que nos atendió durante nuestra visita, hizo que entre los libros que nos enseñó estuviera
el manuscrito 2659 de la Biblioteca General, es decir, Dioscórides.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En contadas ocasiones hemos disfrutado de las explicaciones de quienes mejor conocen la historia
de esa magnífica Biblioteca, sobre los tesoros que soportan y acarician sus estantes de madera tan
bien labrada, acerca de los avatares de las sucesivas estancias a lo largo de los siglos de servicio a la
ciencia, o a propósito de los casi tres mil manuscritos que custodia. Siempre hemos admirado
algunos de esos manuscritos que viven en el silencioso pasar de sus páginas hermosas peripecias de
la Historia o son testimonio de la tenacidad con la que los científicos construían sus conocimientos,
los atesoraban con esmero y los trasmitían.
Este códice, uno de los tesoros más codiciados de la USAL, es un manuscrito de finales del siglo
XV o comienzos del siglo XVI, cuya edición facsimilar realizada en el año 2005 ha servido para el
presente estudio. Cuando tuve la fortuna de tenerlo entre mis manos me quedé impresionado por su
belleza, por su estructura y por su contenido. No podía entonces intuir que años más tarde tendría la
fortuna de coordinar un trabajo cuyo objeto sería el análisis del mencionado manuscrito.
En el caso del Dioscórides podemos señalar además un fenómeno singular que pocos libros han
experimentado, esto es la cantidad de copias, elaboraciones, reelaboraciones, interpolaciones,
supresiones, comentarios y exégesis que ha sufrido a lo largo de los tiempos y que no tiene
parangón en el mundo del libro escrito.
Cómo iba a imaginar el cirujano militar anazarbeo, que en tiempos de Nerón recorría el Imperio
acompañando a las legiones romanas, que más de dos mil años después aún estaríamos admirando
su magna obra. Es una cuidadosa y magnífica edición que permite disfrutar a todos de los dibujos
esmerados de plantas con competencias curativas a la par que sirve para apreciar la acumulación de
conocimientos terapéuticos a través de los siglos, algunos de ellos todavía vigentes.
AUTOR Y OBRA
Pedacius Dioscórides Anazarbeo nació en Cilicia (Asia Menor) en el siglo I d.C., en tiempos de
Nerón y Vespasiano; parece muy probable que fuera médico militar griego al servicio de Roma. Su
interés radica en que en él coincidían amplios conocimientos de medicina, botánica y farmacología.
Publicó el primer libro sobre lo que hoy podríamos llamar Farmacología -denominado De Materia
Medica- donde se describen más de seiscientas plantas y principios vegetales, ocupándose además
de las propiedades terapéuticas de múltiples sustancias orgánicas animales y minerales. Estudia
diversos venenos y los animales nocivos para el hombre por las enfermedades que le son
transmitidas.
El Dioscórides primitivo se dividía en cinco libros. Posteriormente se hizo una nueva distribución
en seis. En el primero trata de “las aromáticas medicinas, aceites y ungüentos, árboles y sus
licores, gomas y frutos”. En el segundo se ocupó “de los animales, miel, leche, enjundias;
legumbres y hortalizas, añadiendo las hierbas agudas al gusto, como ajos, cebollas y mostazas”.
En el libro tercero afirma que “es nuestra intención que trate así de las raíces, zumos, hierbas y
simientes domésticas ordinarias a la vida del hombre, como de las medicinales”. En el cuarto
refleja que “se tratará de las especies de plantas y raíces que falten en los tres anteriores”. En el
libro quinto “trataremos de las suertes de vinos y de los minerales”. Por último, el libro sexto
especifica que “se tratará de los venenos mortíferos y de las fieras que los arrojan”. Dioscórides
clasificaba las plantas por sus propiedades terapéuticas y daba consejos atinados para su recolección
y conservación.
Los manuscritos más antiguos del Dioscórides son los de Costantinopla (Codex Vindobonensis), el
de Nápoles, el de Paris y el de Cheltenham.
En la Edad Media se hicieron diversas copias de los manuscritos en Bizancio y algunas de ellas se
tradujeron al árabe, una en Córdoba en tiempos de Abderramán III. En la Europa cristiana
occidental únicamente existían referencias parciales del mismo, como el Pseudo Dioscórides
Longobardo del siglo VI. En realidad hasta el Renacimiento no fue completa y fielmente conocido.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Nicolás Bautista Monardes, médico español del siglo XVI, decía que “Dioscórides investigó y
compuso seis libros sobre hierbas, árboles, plantas, animales, minerales y otras muchas cosas que
le dieron más gloria y fama que la que le hubiese proporcionado la conquista de muchas ciudades
por medio de la guerra”.
La importancia que se daba a Dioscórides era tal que los Titulares de las Cátedras de Botánica de
Bolonia y de Wittenberg en el siglo XVI eran denominados “Lectores de Dioscórides”. En el siglo
XVII continuaba su fama, escribiendo Thomas Johnson que “De Materia Medica constituía el
fundamento de todo lo que se habla dicho sobre el asunto”. En estos siglos del Renacimiento el
estudio y la explicación del Dioscórides fue una de las principales preocupaciones de los botánicos
y de los médicos.
El tratado en lengua griega de Dioscórides (siglo I d.C.) fue muy admirado, respetado y considerado
ya en época imperial romana, y siguió siéndolo en la Edad Media tanto en la esfera bizantina como
en los ámbitos latino y árabe1. Su difusión en el Renacimiento mediante su primera versión impresa
en griego en 1499, y después a través de traducciones al latín 2, hizo que su repercusión fuera tal que
también comenzó a traducirse a lenguas romances como el español (Andrés Laguna, 1555) y el
italiano (Pietro Andrea Mattioli, 1544), entre otros.
La discusión sobre la identificación de las plantas contenidas en el Dioscórides fue motor para la
investigación botánica. Se convirtió en modelo para los Tratados sobre esta materia, aunque no se
ciñeran a las hierbas especificadas por Dioscórides. Desde el punto de vista de la nomenclatura, los
textos de Dioscórides tienen una serie de características que fueron imitadas por los botánicos
renacentistas. Así, podemos observar las siguientes características:
a) Para cada planta se señala, si se considera relevante, más de un nombre griego. En este
sentido el tratado de Dioscórides fue sufriendo interpolaciones que iban incrementando esta serie
de sinónimos3.
b) Si los nombres de la planta tienen significado en griego, por estar formados por derivación o
composición de otros términos griegos, se explica el motivo de la denominación en relación con
las características botánicas, terapéuticas, de uso, etc.
c) Aparecen nombres equivalentes en otras lenguas, como latín, lenguas orientales, árabe, etc.,
que no proceden del propio Dioscórides, sino que son añadidos posteriores; en cualquier caso
figuraban en los textos que manejaban los renacentistas.
d) Se ofrece una descripción botánica sucinta de la planta que permita en lo posible su
identificación. En este sentido, ya antes de Dioscórides, los tratados griegos de plantas ofrecían
imágenes para facilitar la tarea de identificación.
e) Se indican las virtudes terapéuticas con referencia a distintas patologías.
1
González Manjarrés, M.Á. y Herrero Ingelmo, M.C. Estudio: Un herbario ilustrado sin texto.
Madrid, Testimonio, 2004.
2
Las primeras traducciones renacentistas a partir del texto griego son de Ermolao Barbaro, en
Venecia (1516) y la más influyente es de Jean de Ruel (París, 1516).
3
Touwaide, A. “Phytonymie et pharmacologie”, en Actes du colloque International “Les
phytonymes grecs et latins”. Niza, 1993.
Pag. 232
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
- Traducción de Jean Ruelle. Pedacii Dioscoridis anazarbei de medicinali materia libri quinque; De
virulentis animalibus et venenis cane rabioso et eorum notis libri quattuor, Ioanne Ruellio...
interprete. Parisiis: Officina Henrici Stephani, 1516.
- Herederos de Manucio. Pedacii Dioscoridis de materia medica libri sex; (edentibus Hieronymo
Roscio et Francisco Asulano). Al fin: Venetiis: in aedibus Aldi et Andreae soceri, 1518.
- Antonio Nebrija. De medicinali materia…, Ioanne Ruellio Suessionensi interprete. Compluti
Carpetiniae: in Officine Arnaldi Guillelmi [Brocarri], 1518.
- Marcello Virgilio. Pedacii Dioscoridae anazarbei de medica materia libri sex, interprete Marcello
Virgilio. Florentiae: per Haeredes Philippi Iuntae Florentini, 1518.
- Johannes Heyl (Soter). Pedacii Dioscoridae anazarbei, de medica materia libri v. Colonia:
Johannes Heyl (Edición bilingüe griego-latín), 1529.
- Johannes Haynpol (Cornarius). Pedacii Dioscoridis de materia medica libri sex. Eiusdem de
venatis animalibus libri duo. Basilae: ex edibus Ioan. Bebelii, 1529.
- Edición de Otto Brunfels. P. Dioscoridae Pharmacorum simplicium reique medicae libri VIII, Io.
Ruellio interprete. In inclyta Argentorato: apud Io. Schottum, 1529.
- Walter Hermann Ryff. Pedanii Dioscoridis Anazarbei De medicinali materia libri sex, Ioanne
Ruellio... interprete; per Gualtherum H. Ryff... edita. Francofurti: apud Chr. Egenolphum, 1543.
- Primera traducción al italiano de Pietro Andrea Mattioli. Libri quinque della historia & materia
medicinale, tradotti in lengua volgare italiana da m. Pietro Andrea Mattioli… Venetia: Nicolo de
Buscarini, 1544.
- Miguel Servet. Pedanii Dioscorides Anazarbei De medica materia libri sex, Ioanne Ruellio...
interprete. Lugduni: apud Theobaldum Paganum, 1546.
- Jacques Goupyl. Primera variante. Dioscoridis libri octo: graece et latine. Parisiis: apud Petrum
Haultinum; (excudebat Benedictus Prevost). (Edición bilingüe griego-latín). / Segunda
variante. Dioscoridis libri octo graece et latine. Parisiis: impensis Viduae Arnoldi Birkmanni; (Al
fin: excudebat Benedictus Prevost). (Edición bilingüe griego-latín), 1549.
- Primera traducción al francés. Les sex livres de Pedacion Dioscoride d'Anazarbe de la matière
medicale, translatez de latin en françois[par Martin Mathée]. A Lyon: par Balthazar Arnoullet,
1553.
- Pietro Andrea Mattioli. Commentarii in libros sex Pedacii Dioscoridis de medica materia.
Adjectis quam plurimis plantarum et animalium imaginibus eodem authore. Venetiis: Vinc.
Valgrisi, 1554.
- Comentarios de Andrés Laguna. Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum, per Andream
Lacunam Segobiensem Lugduni: apud Gulielmum Rovillium, 1554. / Primera traducción al
castellano. Pedacio Dioscorides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos
mortíferos. Traduzido de lengua griega, en la vulgar castellana... por el doctor Andrés de Laguna.
Anvers: en casa de Juan Latino, 1555.
- Primera traducción castellana editada en Salamanca. Pedacio Dioscorides anazarbeo, acerca de la
materia medicinal y de los venenos mortíferos. Traduzido en lengua griega en la vulgar castellana...
por el doctor Andrés de Laguna. En Salamanca: por Mathias Gast, 1563.
- Jean-Antoine Sarasin. Pedakiou Dioskoridou tou anarzabeos ta sozómena hapanta=Pedacii
Dioscoridis anarzarbaei Opera quae extant omnia, ex noua interpretatione Iani Antonii Sarraceni...
Francofurti: sumptibus Heredum Andreae Wecheli, Claudii Marnii & Ioan. Aubrii, 1598.
Pag. 233
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Referencias bibliográficas
Ediciones facsimilares del Dioscórides
• 1962. Instituto de España. Pedacio Dioscórides Anazarbeo (1555), Andrés Laguna; [introducción
y comentarios por Teófilo Hernando y Ortega]. Madrid: Instituto de España, 1968. 2 v. (en realidad
reproduce la edición de Salamanca, 1566).
• 1991. Consejería de Agricultura y Cooperación de la Comunidad de Madrid. Pedacio Dioscórides
Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Madrid: Comunidad de
Madrid, 1991 (Reproduce la edición de Anvers: en casa de Juan Latino, 1555).
• 1996. Roig impresores. Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Valencia:
Roig impresores, 1996. (Reproduce la edición de Valencia: Imprenta de Vicente Cabrera, 1677).
• 2005. Ediciones Universidad de Salamanca. Dioscórides: ms. 2659 de la Biblioteca General
Universitaria de Salamanca.
Otras
- André, J. Les noms de plantes dans la Rome Antique (París, Belles Lettres, 1985), que se
complementa con los distintos trabajos recogidos en Actes du colloque International “Les
phytonymes grecs et latins”. Niza, 1993.
- Chantraine, P. Dictionnaire étymologique de la langue grecque. Histoire des mots. París, Editions
Klincksiek, 1968-1980;
- Corominas, J. y Pascual, J.A. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Madrid,
Editorial Gredos, 1980-1991.
- Ernout, A. y Meillet, A. Dictionnaire étymologique de la langue latine. Histoire des mots. París,
Editions Klincksiek, 1967.
- Font Quer, P. Plantas medicinales: El Dioscórides renovado. Barcelona, Editorial Labor, 1983.
- Herrera, M.T. Diccionario español de textos médicos antiguos. Madrid, Editorial Arco, 1996.
- Osbaldeston, T.A. Dioscorides De Materia Medica. Johannesburgo, Ibidis Press, 2000.
- Peset, V. “Una versión española de la Materia Medica de Dioscórides” en Journal of the History
of Medicine and Allied Sciences, X, 1, 1954.
- Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española, 22ª ed. Edición electrónica, 2003.
- Stromberg, J.R. Griechische Pflanzennamen. Gotemburgo, Elander, 1940.
Pag. 234
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Tras varios intentos fallidos por implantar los estudios veterinarios en Venezuela en la segunda mitad
del siglo XIX y a principios del XX, en 1934 se organiza y dicta el Curso de Prácticos en Sanidad
Animal, hecho que se considera marca el inicio formal de la profesión en el país y que da paso
eventualmente a la creación de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de
Venezuela (UCV), la cual mantuvo su hegemonía hasta 1964 cuando a partir de ese año van surgiendo
paulatinamente cuatro escuelas universitarias mas, ubicadas en igual número de diferentes regiones.
Con la llegada del nuevo milenio, se desarrolla en algunas universidades el proceso de
municipalización de estudios médico veterinarios que se continuarán con la creación en 2014 del
Programa Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria; ambos mecanismos al menos
quintuplican el número de instituciones que ofertan la carrera, diversifica geográficamente las
posibilidades de acceso y plantean cambios transcendentes en los planes de estudio.
Este trabajo de investigación se aproxima a una reconstrucción del proceso histórico de la Educación
Médico Veterinaria en Venezuela en los últimos tiempos mientras hace aportes de análisis crítico sobre
sus alcances, logros, fortalezas y debilidades.
Palabras Clave: Estudios Veterinarios, Historia, Venezuela.
ABSTRACT
After several failed attempts to implement veterinary studies in Venezuela in the second half of the
19th century and at the beginning of the 20th century, in 1934 was organized and taught a Course of
Animal Health Practices which is considered the formal beginning of the profession in the country and
gave way subsequently to the Faculty of Veterinary Sciences of the Central University of Venezuela
(UCV), which maintained its hegemony until 1964 when from that year they go gradually emerging
four more university schools, located in the same number of different regions.
With the arrival of the new millennium, started a process of municipalization of veterinary medical
studies which was continued with the creation in 2014 of the National Training Program (PNF) in
Veterinary Medicine; both mechanisms at least quintuple the number of institutions that offer the
career, geographically diversify the possibilities of access and raise transcendent changes in the
curricula.
This research paper approaches a reconstruction of the historical process of Veterinary Medical
Education in Venezuela in recent times while providing critical analysis of its goals, achievements,
strengths and weaknesses.
Key Words: Veterinary Studies, History, Venezuela
Pag. 235
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1
FREITES, Yajaira: La Implantación de la Medicina Veterinaria en Venezuela. p 4.
2
LEON ARENAS, José Antonio. Breve historia de la Medicina Veterinaria. pp 75-77.
3
Trujillo Mascia, Naudy. Historia y Organización del DCV-UCLA. pp 2-3.
Pag. 236
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En este sentido, en varias regiones con gran potencial y tradición para la ganadería en Venezuela, se
comenzaron gestiones con la intención de abrir estudios Médico Veterinarios que aumentaran la
tecnificación, el avance y el mejoramiento de la producción animal con una visión de calidad sanitaria.
Las diligencias adelantadas por Médicos Veterinarios del Estado Lara, liderados por el Dr. Alfonso
Maldonado, concretaron primero el objetivo. Así, el actual Decanato de Ciencias Veterinarias de la
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (DCV-UCLA) en Barquisimeto, segunda facultad de
la carrera creada en Venezuela, nació como Escuela de Ciencias Veterinarias adscrita al CEDES
(Centro Experimental de Educación Superior), célula primigenia de lo que actualmente es la UCLA, el
03 de Febrero de 1964, fecha en que comienza el Primer Curso Básico de Medicina Veterinaria. 4
Un año después, en 1965, las gestiones realizadas por el Dr. Ramón Parra Atencio fructifican en la
creación de la Facultad de Medicina Veterinaria de La Universidad del Zulia (FCV-LUZ) en
Maracaibo. 5
A finales de la década los 1970’s el Dr. Oscar Abreu Abreu egresado y destacado profesor de la FCV-
LUZ promueve la creación de otra facultad en su lar nativo, resultando el Programa de Medicina
Veterinaria del Programa Académico de Ciencias del Agro y del Mar de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda UNEFM en Coro, Estado Falcón. 6
No obstante, estas cuatro primeras facultades estaban ubicadas en el centro y en occidente del país, por
lo que la zona oriental, también con un importante potencial pecuario y una explosión urbana derivada
de la actividad primaria de minería y petróleo, quedaba desatendida del desarrollo académico médico
veterinario. Buscando solventar tal necesidad, la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
(UNERG) a partir de 1985 diseña una carrera en el área que se concreta en 1992 en su Programa de
Medicina Veterinaria. 7
Se estima que estas 5 facultades tradicionales de medicina veterinaria venezolanas han graduado a la
fecha unos 14000 profesionales de los cuales unos 12000 podrían estar en el país; la cifra exacta es
difícil establecerla ya que la información de las universidades es limitada o confusa. Por otro lado, la
Federación de Colegios de Médicos Veterinarios de Venezuela (FCMVV), máximo ente gremial de la
profesión, desconoce el número exacto y en cuanto a los médicos veterinarios existentes en el país su
última estimación data de 2016 y se aproximaba a 10000 profesionales, dato particularmente curioso.
Asimismo, los organismos gubernamentales regulatorios de la profesión, al igual que otras instancias,
hace algún tiempo no emiten datos oficiales; solo se cuenta con un reporte de la Oficina Internacional
de Epizootias (OIE) que indica que en 2004 laboraban en Venezuela 10295 médicos veterinarios. 8
En definitiva, los problemas socio-económico-políticos venezolanos que han impulsado la migración
parecen estar forzando también un pernicioso alejamiento colegial, debilidad gremial y la diáspora
médico veterinaria, por lo que también se necesitan investigaciones al respecto para poder calcular el
número exacto de profesionales en el país.
En todo caso, utilizando el Índice Ruppanner establecido por la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 9 10 que toma en cuenta el número de habitantes de un país
y el total de animales necesarios para su alimentación en el cual se estima se requieren de 2 a 5 médicos
veterinarios por cada 10.000 Habitantes; y conociendo que la proyección poblacional de Venezuela
4
Ibidem. p 3.
5
HERNÁNDEZ ROMERO, José. Historia de la Medicina Veterinaria. Tomo 2, p 55.
6
Ibidem. Tomo 2, p 56.
7
Ibidem. Tomo 2, p 58.
8
FAO. Veterinarians and technical personnel - Venezuela/2004.
9
RUPPANNER, Roger. Veterinary education for public and private practice and research in developing countries.
10
SMITH, A. y HUNTER, A. Education and training needs of animal agriculture in developing countries.
Pag. 237
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
para el año 2020 es de aproximadamente 32.000.000 Habitantes 11, el país necesitará en los próximos
años un numero que se acerque a 16.000 Médicos Veterinarios por lo que es menester un aumento
continuado en la matrícula universitaria en sus facultades.
Proceso de Expansión Geográfica: La Municipalización
Esta realidad es enfrentada en la primera década de nuevo milenio por al menos tres de las
universidades que ofertan estudios médico veterinarios en Venezuela a través de diferentes estrategias
que buscan enmarcarse en un proceso de municipalización de los estudios superiores que plantea el
gobierno nacional que a su vez se alinea con el proyecto socialista de la llamada 5ta República que
surge con la llegada del Presidente Hugo Chávez al poder.
En tal sentido, LUZ plantea la creación de Núcleos Foráneos de Estudios Básicos de Medicina
Veterinaria en diferentes localidades del estado Zulia y asoma la posibilidad de una eventual
ampliación de la carrera en tales núcleos proyecto que paulatinamente fue consolidándose.
Por su parte, la UCLA formula en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la
Agricultura (IICA), organismo especializado perteneciente a la Organización de los Estados
Americanos, un proyecto siguiendo el paradigma Universidad-Territorio que contemplaba entre sus
programas docentes, de investigación y extensión, la creación del Programa de TSU 12 Pecuario (como
salida intermedia del Programa de Medicina Veterinaria) con sede en la Estación Experimental “Dr.
Manuel Salvador Yépez” en El Torrellero, Sarare, estado Lara, así como la creación de un Núcleo
Foráneo en Yumare, estado Yaracuy, para ofertar eventualmente las carreras de TSU Agropecuario,
TSU Pecuario y Medicina Veterinaria. Este proyecto no llegó a concretarse por la invasión y despojo
de la Estación Experimental y por los problemas presupuestarios que han aquejado a la universidad
venezolana en los últimos tiempos.
En el caso de la UNEFM, se comenzó la apertura de extensiones de su programa de Medicina
Veterinaria en todos los municipios del estado Falcón, dos municipios del estado Yaracuy y en
Barquisimeto; y asimismo se estableció un convenio interinstitucional con la Universidad Nacional
Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ) para apertura de la carrera en
Barinas, estado Barinas, mientras el órgano rector el Consejo Nacional de Universidades (CNU)
aprobaba su apertura independiente en esta universidad del sur occidente venezolano.
El Programa Nacional de Formación (PNF)
En enero del año 2014, el gobierno nacional, a través de su Ministerio del Poder Popular para la
Educación Universitaria, en su política de creación de Programas Nacionales de Formación alineados
con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Político de la Nación así como con su proyecto de
creación de un nuevo modelo productivo socialista, y en el marco de sus Misiones Alma Mater y
Sucre 13 crea el Programa Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria 14 con una salida
intermedia de TSU en Sanidad Animal y con diseños curriculares flexibles por los cuales cada
universidad diseña su propio plan de estudios adaptado a sus realidades y a las de su entorno además de
abrir la posibilidad de la acreditación de saberes de los estudiantes.
A partir de ese momento comienzan a organizarse en diversas instituciones universitarias a lo largo y
ancho del país programas de ese tipo; en una revisión hemerográfica y de websites institucionales se ha
podido contabilizar hasta agosto de 2019 la cifra de 50 programas tipo PNF de Medicina Veterinaria
11
INE. Proyecciones de Población con Base al Censo 2011-Año Calendario.
12
Técnico Superior Universitario, carrera corta de 3 años.
13
MPPES. Resolución por la cual se regulan los Programas Nacionales de Formación en Educación Superior.
14
MPPEU. Resolución mediante la cual se crea el Programa Nacional de Formación en Medicina Veterinaria.
Pag. 238
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
ofertados por 13 universidades; sin embargo, por los anuncios encontrados podemos esperar que la
cuenta continúe creciendo.
Consideraciones Finales
Con el proceso de municipalización de estudios médico veterinarios tanto como con el Programa
Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria en Venezuela en definitiva se multiplican por
10, al menos, el número de instituciones que ofertan la carrera, se diversifica geográficamente las
posibilidades de acceso, facilita el manejo de números pequeños de educandos y se plantean cambios
transcendentes en los planes de estudio orientados hacia la resolución problemas locales y comunitarios
No obstante, la proliferación de escuelas y facultades de medicina veterinaria parece ser un fenómeno
en muchos países en la actualidad pero es además un tema abordado con preocupación 15 sobre todo
porque esta oferta desenfrenada genera muchas inquietudes en cuanto a la preparación de los docentes
que se emplean, a la infraestructura y equipos requeridos, a la calidad aparentemente dudosa de los
programas, la masificación de egresados que produce las consecuencias naturales por ejemplo en el
número de puestos de trabajo, las deficientes condiciones laborales, las bajas remuneraciones y la
deserción profesional
En el caso de Venezuela las mayores críticas a este proceso se dirigen a las deficiencias en prácticas de
campo; la falta de coordinación y homologación entre programas; la falta de interacción y cooperación
con la FCMVV el empleo de docentes sin concurso de ingreso, con baja preparación pedagógica y
ocupados en múltiples asignaturas; una pesada carga ideológica político partidista; fallas en el
cumplimiento de la orientación One Health y los lineamientos OIE/OMS/WVA; y el peligro de la
promoción del ejercicio ilegal por parte de los TSU en Sanidad Animal. De hecho la FCMVV se ha
manifestado públicamente su preocupación por la improvisación y anarquía en su implementación. 16
Otro planteamiento se refiere al hecho de que en concordancia con las recomendaciones de la European
Association for the Establishment of Veterinary Education (EAEVE), la Federación de Veterinarios de
Europa (FVE) y la World Veterinary Association (WVA) que estiman una (01) Facultad por cada 7 a10
millones de Habitantes para mantener un estándar de calidad en la formación y los servicios
veterinarios 17, las 5 facultades tradicionales existentes en Venezuela serían suficientes. Así que sería
menester no abrir más programas, escuelas o facultades, potenciar y atender adecuadamente desde el
punto de vista financiero las existentes permitiendo su autogestión y autofinanciamiento, promover las
alianzas y cooperaciones entre ellas, mejorar las condiciones académicas y laborales del profesorado,
obligar a las universidades a impactar realmente el desarrollo y a ceñirse a los lineamientos de
organismos especializados como OIE, OMS, FAO, WVA, PANVET y finalmente obligar y
comprometer a las instituciones y a la FCMVV a asegurar mayor supervisión y más cercano contacto.
Fuentes
CASTILLO, Oswaldo y TRUJILLO MASCIA, Naudy. PROYECTO UCLA-TERRITORIO: Propuesta Inicial de
Trabajo. Barquisimeto (Venezuela). Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias Veterinarias..
2010. 30 pp.
DIARIO VETERINARIO. Siguen las reacciones contra la apertura de más facultades de Veterinaria. Madrid (España).
Nota de la Oficina de Redacción, del viernes 12 de julio de 2019. Revisado en Julio del 2019. Disponible en:
http://www.diarioveterinario.com/texto-diario/mostrar/1478253/siguen-reacciones-contra-apertura-facultades-
veterinaria?fbclid=IwAR2I4P4yggsY3bhysp9GGXZCv7zlEbbPhZxgkHqyHT783oaLP9I-JyamMPQ
15
DÍAZ, Gonzalo J. La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los
veterinarios.
16
FCMMV. Los Pseudo Estudios de Ciencias Veterinarias.
17
DIARIO VETERINARIO. Siguen las reacciones contra la apertura de más facultades de Veterinaria.
Pag. 239
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
DÍAZ, Gonzalo J. La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los
veterinarios. Bogotá (Colombia). Rev. Med. Vet. Zoot. 60 (I), enero - abril 2013: 9. Editorial.
FCMMV. Los Pseudo Estudios de Ciencias Veterinarias. Caracas (Venezuela). Twit publicado en la cuenta de la red
social Twitter @Federacioncole1 el 06/06/2019 a las 2:20 am. Revisado en Julio del 2019.
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FREITES, Yajaira. La Implantación de la Medicina Veterinaria en Venezuela: El papel de los pioneros extranjeros
(1933-1955). Caracas (Venezuela). Revista INTERCIENCIA. Vol.24 Nº 6. Nov-Dic 1999. 1999.
HERNÁNDEZ ROMERO, José. Historia de la Medicina Veterinaria. Barquisimeto (Venezuela). Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias Veterinarias. Material de Estudio Mimeografiado.1995. 2 Tomos.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA DE VENEZUELA (INE). Proyecciones de Población con Base al Censo
2011-Año Calendario. Caracas (Venezuela). Website del INE. Revisado en Junio del 2019. Disponible en:
http://www.ine.gov.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=98&Itemid=51
LEON ARENAS, José Antonio. Breve historia de la Medicina Veterinaria. Caracas (Venezuela). AVISA | Asociación
Venezolana de la Industria de Salud Animal. 2da Edición, exclusivamente para distribución digital. 2011. 85 pp.
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR DE VENEZUELA (MPPES). Resolución
por la cual se regulan los Programas Nacionales de Formación en Educación Superior. Caracas (Venezuela). Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. N° 38.930 del 14/05/08.
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE VENEZUELA (MPPEU).
Resolución mediante la cual se crea el Programa Nacional de Formación en Medicina Veterinaria. Caracas
(Venezuela). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. N° 40.342 del 27/01/2014.
RUPPANNER, Roger. Veterinary education for public and private practice and research in developing countries.
Roma (Italia). Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En: Creating, finding
and exchanging information. World Animal Review. 80/81 - 1994/3-4. FAO, Rome, Italy. Revisado en Junio del 2019.
Disponible en: http://www.fao.org/3/t4650T0d.htm.
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Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En: Strategies for sustainable animal
agriculture in developing countries. FAO Animal Production and Health Paper # 107. Proceedings of the FAO Expert
Consultation held in Rome, Italy, 10–14 December 1990. Simon Mack Editor. Revisado en Junio del 2019. Disponible en:
http://www.fao.org/3/t4650T0d.htm.
TRUJILLO MASCIA, Naudy. Historia y Organización del DCV-UCLA. Barquisimeto (Venezuela). Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias Veterinarias. Material de Estudio Mimeografiado. 2010. 20 pp.
Pag. 240
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Es bien sabido que el hombre primitivo ha venido utilizando las plantas desde sus inicios, en concreto
centrándose en sus usos terapéuticas. Lo que se desconoce es cómo fue capaz de darse cuenta, si por
casualidad o guiado por un instinto como el de los animales.
Los usos de multitud de hierbas medicinales han ido transmitiéndose entre generaciones y culturas
antiguas (Mesopotamia, Egipto, etc.), siendo recopiladas en diferentes escritos posteriores que han
podido llegar, directa o indirectamente, hasta nuestras manos. El objetivo de esta comunicación oral
es la compilación de algunos hechos o actitudes relevantes que pueden haber supuesto el germen del
uso de distintas plantas con un fin medicinal.
Palabras clave: Plantas medicinales; Prehistoria; enfermedad; hechicero; mágico.
ABSTRACT
It is well known that the early man has been using the plants since his inception, concretely focusing
on their possible therapeutic uses. What is unknown is how he was able to realize, if it was by chance
or guided by an instinct just like in animals.
The uses of lots of medicinal herbs have been communicated among generations and ancient cultures
(Mesopotamia, Egypt, etc.), being compiled in different subsequent documents that have come to our
notice, both directly and indirectly. The objective of this oral communication is the compilation of
some relevant facts or attitudes that may have meant the use of different plants for medicinal purposes.
Key words: Medicinal plants; Prehistory; disease; wizard; magic.
Introducción
Aunque no se conoce con exactitud la manera ni el momento en que el hombre tuvo un primer
contacto con las drogas, está claro que las culturas “primitivas” encontraron sustancias de carácter
medicinal. Quizá fuera debido a algún tipo de indisposición por lo que el hombre comenzara a
consumir ciertas plantas guiado por su instinto, como hacen actualmente ciertos animales (por
ejemplo los gatos y los perros) (Barboza y cols., 2009)
En las culturas históricas más remotas -como la mesopotámica o la egipcia- existían hierbas
medicinales eficaces como la adormidera, el eléboro blanco y negro o el aloe, que ya eran usadas
popularmente cuando Dioscórides escribió su Obra (De Materia Medica) en el 65 d.C.,
aproximadamente (Dioscórides, 1998).
Pag. 241
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Origen mágico
Existen ciertos vestigios como en la Gruta de Trois Frères, en Ariège (Francia), que nos sugieren
posibles tratamientos utilizados por pueblos prehistóricos; en ella figura un hechicero en actitud de
saltar o bailar. De hecho, si se analiza podemos deducir que el origen del uso de plantas medicinales
tenía un componente mágico. Brujos, hechiceros y adivinos eran los intermediarios entre este mundo
y el divino. Para poder comunicarse con la otra esfera utilizaban conjuros, predicciones, oráculos e,
incluso, la visualización de los órganos de un animal sacrificado. De esta forma podían entrar en
contacto con las fuerzas divinas.
Figura 1. Dibujo del hechicero (Henri Breuil, 1958) y fotografía del mismo en la Gruta de Trois
Frères (Ariège, Francia).
-2-
Pag. 242
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Para el hombre primitivo, el cosmos y sus fenómenos se explicaban por un cúmulo de energías,
positivas y negativas. Las primeras eran el calor, la luz del Sol, las lluvias suaves, los frutos
comestibles, la caza y la pesca, etc.; las segundas eran las tempestades, los terremotos, las fieras, etc.
(Schultes, 1994). Otra de las energías negativas era la enfermedad, por lo que había que combatirla
de una forma concreta mediante prácticas específicas; estamos en la etapa “mágica” (Bussmann y
Sharon, 2015).
Los hechiceros no sólo podían acabar con la enfermedad, también podían ser sus causantes. Otros
posibles intermediarios de este hecho negativo eran los espíritus de los muertos que reclamaban un
desagravio, ya fueran humanos, animales o plantas. Es a partir de este momento cuando surgen las
ideas de los conceptos de tabú (algo prohibido) y tótem (elementos protectores o sagrados) (Brunner,
2016).
Al principio, en esta etapa mágica, el brujo o hechicero se encargaba de combatir a las fuerzas
negativas con técnicas como cubrir su rostro con pintura o con una máscara, o vestirse con pieles de
animales para asustarlas. Otros procedimientos implicaban engañar o sobornar a dichas fuerzas.
Junto a tales métodos, el hechicero también entregaba a los enfermos algunos de los objetos que le
solían adornar para que los llevase sobre su cuerpo como un amuleto; además de curativo podía ser
preventivo ante la enfermedad o el mal de ojo. La última técnica suponía la ingesta por parte del
individuo enfermo de pociones bastante repulsivas o la producción de humo mediante la quema de
plantas concretas (Rudgley, 1999).
Las fuerzas, en especial las de carácter negativo, procedían de un ente divino que únicamente podía
percibir un mago o hechicero, ya que los demás mortales carecían de conocimientos o de sensibilidad.
El uso de los narcóticos fue adquiriendo cierta relevancia para poder acercarse a tales fuerzas divinas.
Aunque durante el Periodo Paleobabilónico (siglos XX-XVI a.C.) existían dos tradiciones curativas
(mágico-ritualista y médico-científica), la primera era la preferida (Gurney, 1956; 1972; Julow, 1970.
Origen astral
Al igual que la doctrina mágica, también existía otra según la cual cada astro estaba representado en
el mundo animal, vegetal y mineral (Garrido, 2007). Por esta razón los astros podían influir en el
crecimiento y en las cualidades de estos elementos. Concretamente, Paracelso señalaba en relación a
la influencia de los astros sobre las plantas que “cada planta fue una estrella terrestre y cada estrella
una planta espiritual” (Paracelso, 1997). Esta terapéutica también presentaba su origen en Babilonia
y fue trasladada a Egipto donde un faraón (Nequepson) y su Sumo Sacerdote (Petosiris), en el siglo
IV a.C. elaboraron un Tratado sobre veinticinco plantas astrales (Opisso y Viñas, 1907). La tradición
llegó a Grecia donde aparecieron libros sobre las plantas del Sol, de la Luna, de los planetas, de los
signos del Zodiaco, etc. El primer signo era Aries e influía sobre la cabeza; los siguientes tenían su
influjo sobre las diferentes partes del cuerpo en orden descendente hasta llegar al último, Piscis, que
regía los pies (Arber, 2011).
1
Como ejemplo, en el área de Perú destacan estudios científicos muy relevantes firmados por Hipólito
Ruiz, José Pavón y Joseph Dombey (siglo XVIII), o Alexander von Humbolt y Antonio Raimondi
(siglo XIX) (La Torre y Albán, 2006).
-3-
Pag. 243
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
y de los portugueses en Asia y África motivó estudios sobre las propiedades de ciertas de ellas.
Igualmente podían llegar referencias interesantes a Europa a través del mundo musulmán (Yugueros
Prieto y cols., 2011).
En la actualidad, los recursos biológicos son cruciales para el desarrollo económico de muchos países,
en especial los tropicales en vías de desarrollo. No sólo los animales, también las plantas siguen
siendo esenciales para la población campesina e indígena rural, puesto que su recolección ayuda a
satisfacer las necesidades diarias de alimento, medicina y leña para el fuego o para la construcción
(Moraes y cols., 2006; Martínez, 2008). En este sentido surgió la Etnobiología con el objetivo de
intentar comprender la percepción del ser humano sobre los recursos naturales, qué factores
intervienen en la clasificación de la naturaleza y los procesos que median en la elección y uso de
dichos recursos (Begossi, 2004).
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2
Una planta es denominada “medicinal” cuando mitiga, previene o cura una enfermedad; también es
así caracterizada cuando es fuente de ciertas drogas de uso terapéutico (Arias, 1999).
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Bloque E:
Instituciones
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Autor:
Francisco Javier Priego Encinas-Rey.
Veterinario clínico.
Responsable y Coordinador del Museo Veterinario de Almería.
Teléfono: 695928909
[email protected]
RESUMEN
Arbitrio municipal es una tasa, o tributo impuesto, que se paga a los Ayuntamientos por
la prestación o mantenimiento de un servicio público dentro de su competencia.
El arbitrio municipal sobre tenencia de perros ha recibido distintas denominaciones
según la época y el municipio en cuestión: tasa sobre perros, arbitrio sobre tenencia y
circulación de perros, concesión de placas y permisos de circulación y vigilancia sobre
perros, exacción sobre los perros, arbitrio con fin no fiscal sobre perros, etc.
Se hace mención en esta comunicación a los diferentes edictos, leyes, reglamentos,
reales órdenes y decretos que sobre la Rabia se han ido promulgando a lo largo de la
historia.
Así mismo, se hace referencia a algunas de las Ordenanzas municipales que tratan sobre
el arbitrio de perros, mostrando algunas de las más antiguas que se han podido
encontrar. En ellas se describen aspectos como las sanciones propuestas a los
propietarios que incumplen las distintas disposiciones, las recomendaciones dadas por
las corporaciones municipales y sobre el proceso de inscripción en los registros
municipales.
Hay una propuesta de un arbitrio canino de la Diputación Provincial de Mallorca a las
Cortes para su discusión y aprobación, realizada en el año 1822, para que los pueblos de
las Islas Baleares puedan levantar sus cargas municipales. También se hace mención a
unas ordenanzas municipales del ayuntamiento de Alcalá de Henares del año 1911 y
otras del ayuntamiento de Madrid de 1922 sobre la tenencia de perros. Se reflejan así
mismo unas actas municipales del Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna del año
1833 y otras del Concejo de Betanzos del año 1880. También describimos aspectos y
anécdotas sobre el oficio de los laceros y la forma de actuar en la recogida de perros
abandonados o incontrolados en el Madrid de finales del siglo XIX.
Se hará también una descripción sobre las distintas placas o chapas usadas para la
identificación de los cánidos, que según la época y el municipio van adoptando distintas
formas, colores y particularidades identificativas. De la misma forma, se hará una
descripción de los diferentes documentos en forma de papel timbrado usados como tasa
por diferentes ayuntamientos de la geografía nacional.
Tanto las placas identificativas como las tasas en papel que presentamos y describimos
se encuentran en el Museo veterinario de Almería, formando parte de su fondo
museístico.
SUMMARY
Municipal arbitration is a tax, or tax imposed, that is paid to the Municipalities for the
provision or maintenance of a public service within their competence.
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The municipal arbitration on dog tenure has received different designations according to
the time and the municipality in question: levy on dogs, arbitration on the possession
and circulation of dogs, granting of plates and permits for circulation and surveillance
on dogs, levy on dogs, non-tax arbitration about dogs, etc.
This communication mentions the different edicts, laws, regulations, royal orders and
decrees that on Rabies have been promulgated throughout history.
Likewise, reference is made to some of the municipal ordinances dealing with the
arbitration of dogs, showing some of the oldest that have been found. They describe
aspects such as the sanctions proposed to owners that violate the various provisions, the
recommendations given by municipal corporations and on the registration process in
municipal registers.
There is a proposal of a canine arbitration of the Provincial Council of Mallorca to the
Courts for discussion and approval, made in 1822, so that the peoples of the Balearic
Islands can lift their municipal burdens. Also mentioned is a municipal ordinance of the
municipality of Alcalá de Henares of 1911 and others of the city of Madrid of 1922 on
the possession of dogs by the citizens. It also reflects municipal records of the
Municipality of Los Corrales de Buelna of the year 1833 and others of the Council of
Betanzos of the year 1880. We also describe aspects and anecdotes about the craft of
lazeros and how to act in the collection of abandoned or uncontrolled dogs in Madrid in
the late nineteenth century.
A description will also be made on the different plates or sheets used for the
identification of canids, which according to the time and the municipality are adopting
different forms, colors and identifying particularities. In the same way, a description of
the different documents will be made in the form of stamped paper used as a fee by
different municipalities of the national geography.
Both the nameplates and the paper rates that we present and describe are located in the
Veterinary Museum of Almería, forming part of its museum fund.
Un arbitrio municipal es una tasa, o tributo impuesto, que se paga a los Ayuntamientos
por la prestación o mantenimiento de un servicio público, dentro de su competencia.
El arbitrio municipal sobre tenencia de perros ha recibido distintas denominaciones
según la época y el municipio en cuestión: tasa sobre perros, arbitrio sobre tenencia y
circulación de perros, concesión de placas y permisos de circulación y vigilancia sobre
perros, exacción sobre los perros, arbitrio con fin no fiscal sobre perros, etc.
En España no comienza la lucha contra la Rabia de una forma organizada hasta que no
se promulga el Decreto de 17 de mayo de 1952, del Ministerio de la Gobernación. Se
declaró obligatorio el registro y matrícula de los perros y la vacunación por cuenta de
sus propietarios así como la consiguiente organización por los Ayuntamientos, de un
servicio de recogida de perros vagabundos o indocumentados. Posteriormente, la Ley de
Epizootias de 20 de diciembre de 1952, considera la Rabia conjuntamente con el
Muermo, la Triquinosis, Tuberculosis y Brucelosis como las zoonosis de declaración
oficial obligatoria. Posteriormente se publica el Reglamento de 4 de Febrero de 1955, y
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estarán exentos del pago de cualquier arbitrio que pueda establecerse, debiendo hallarse
matriculados y llevar siempre bozal. No se permitirán los de presa ni bulldogs para este
objeto”.
En 1922, el Ayuntamiento de Madrid establecía en sus Ordenanzas: “Art. 72. Los perros
deberán llevar bozal o ser conducidos por sus dueños con cadena o cordón”. Y más
adelante aclara: “Los perros de presa y los mastines llevarán siempre bozal y cadena”.
Pero, en ocasiones, la situación debía de ser tan peligrosa que la Corporación no duda
en autorizar al eliminación de los perros tanto si van sin bozal como si están con él,
como sucede en agosto de 1890, en las actas del Ayuntamiento de Los Corrales de
Buelna, cuando se dice: “…que prohíban en absoluto la circulación de los perros, y todo
el que se vea por la calle con bozal o sin él, se le dé muerte y se denuncie al dueño
inmediatamente…”.
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que tiene, y se abre el contador del gas que hay al lado. La operación es sencilla: con
dos metros cúbicos que penetren en la cámara de asfixia, la operación está terminada.
Todos los canes mueren al cabo de un cuarto de hora. Cuando se calcula que todos han
muerto, se abre la llave de la chimenea y los demás ventiladores para que se disipe el
gas, y con un gancho muy largo se extraen los cadáveres de la cámara.
Al efectuar esta operación ya está preparado el carro del contratista, que después de
contados se los lleva.
La casa contratista recoge los perros muertos sin pagar nada al Ayuntamiento.
Los beneficios municipales consisten en las multas y recargos que cobra por cada perro
rescatado por su amo, que no son pocos, pues por sacar un perro no matriculado hay que
pagar ocho duros, y diez pesetas por lo no matriculados.
El contratista que tiene un quemadero en las afueras de Madrid, y se dedica a comprar
reses muertas para aprovechar la piel, los huesos y la carne, hace otro tanto con los
perros. Paga a los laceros y el carro, y no tiene ningún derecho sobre los perros
rescatados, aun cuando paga lo mismo que si recibiera el cadáver.
Los perros no tienen desperdicio. La piel, después de curtida sirve para hacer guantes;
los huesos, para botones; y la carne para fabricar, con ayuda de algunas sustancias
químicas, cierto abono para las tierras de cultivo”.
En ocasiones, todavía era más aberrante el método usado para la eliminación de los
canes sueltos.
En Madrid, a partir del año 1861 se usaban morcillas impregnadas de estricnina. No
obstante, esto no dejaba de provocar polémica entre parte de la ciudadanía. El Sr.
Roldán, Visitador General de la Policía Urbana lo justificaba así: “La morcilla, es más
fácil de administrar sin producir escándalo; pero el amo de un perro sin bozal se expone
a que muera antes de prestarle socorro. El lazo es acaso la mejor forma, ya que el dueño
tiene tres días para ir a recogerlo, y en caso contrario la muerte que se da al perro no es
tan horrible como la de la morcilla”. También el Sr. Roldán nos daba datos estadísticos
muy curiosos:
“Desde el año 1861, han muerto por los efectos de la estricnina que contenían las
famosas morcillas, más de 20000 perros. Desde el año 1891 hasta el 16 de agosto de
1902 (descontando dos años, cuyos datos se desconocen por haber estado esta sección
encomendada a otros negociados) han sido cogidos con lazo: 26495 canes, de los cuales
fueron rescatados 2482 y asfixiados 23951, quedando vivos en dicho día 62”.
También comentaba que este procedimiento daba lugar diariamente a multitud de
cuestiones entre el público y los laceros e indicaba la conveniencia de que los
madrileños expusiesen sus ideas respecto de la mejor forma de recoger perros
vagabundos, puesto que hasta ahora no se ha encontrado ninguna más práctica que las
empleadas. “Hay más de ocho procesos y más de veinte de juicios de faltas pendientes
por cuestiones de esta índole”, decía.
También encontramos otros ejemplos de medidas bárbaras, para la mentalidad de
nuestro tiempo, pero comprensibles en la de la época, para el control de animales
incontrolados. En el Concejo de Betanzos, la mordedura de un perro rabioso a José
Gondell Veiga, en 1887, había causado gran preocupación y alarma en la ciudad y en su
entorno, que tendría repercusión en el ayuntamiento.
En la sesión municipal del 21 de noviembre de 1888, se aprobaba una libranza para el
pago de una factura de chorizos de estricnina, que había encargado el alcalde Don César
Sánchez San Martín, en los siguientes términos:
«Diose cuenta de la rendida en catorce del actual por el Farmacéutico de este pueblo
Don Carlos Castro Ares, importante setenta y dos pesetas, costo de ocho docenas de
chorizos de estricnina, al respecto de nueve pesetas una, que confeccionó de orden del
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Las Corporaciones suele disponer que sean los propios dueños de los perros atacados
por la rabia quienes deben proceder al sacrificio de dicho animal, pudiendo ser
sancionado económicamente por incumplimiento de lo ordenado, así lo podemos
deducir de un acta de 1877 del Ayuntamiento de Barros, en la que se dice “multa de
cinco pesetas á Joaquin Porras vecino de Barros por desobediencia á la autoridad que le
dispuso dar muerte a un perro de su propiedad que se le suponía atacado de hidrofobia”.
Lo habitual era que la Corporaciones autorizasen a cualquier vecino a eliminar los
animales infectados por la rabia, pero ya a finales del S. XIX, esta eliminación pasa a
ser competencia de los guardas locales, agentes municipales o de la policía urbana, e
incluso de los vigilantes de consumos.
En localidades pequeñas quien debe velar para que los vecinos cumplan estas
disposiciones, van a ser los Alcaldes de ordenanza o de barrio, que ambos nombres
reciben, así como los guardas locales, que no solo actúan eliminado a los perros
infectados, sino que actúan preventivamente vigilando que los perros no anden sueltos y
sin bozal cuando hay riesgo de contagio.
En los núcleos urbanos las sanciones dirigidas a propietarios negligentes son, por lo
general, de tipo económico, y fundamentalmente por no matricular al perro, por
habérsele encontrado suelto por parte de las autoridades competentes, o por molestias a
la vecindad.
Encontramos ejemplos en las Ordenanzas del Ayuntamiento de Madrid (1922): “Todo
dueño de perro que no le haya dado de alta en la matrícula correspondiente, incurrirá en
la multa de 20 pesetas más las 10 que como derecho ordinario preceptúa el presupuesto
municipal…”. “Cuando los perros sean recogidos por no cumplir sus dueños lo
preceptuado en el artículo 72 de las Ordenanzas municipales y aparezca hecha la
inscripción en la Sección de Ingresos de la Contaduría de Villa, incurrirán éstos en la
multa de 2,50 pesetas, que harán efectivas en el papel correspondiente…”. “Se cumplirá
con todo rigor lo dispuesto en el artículo 391 de las citadas Ordenanzas para evitar que
los perros molesten con sus aullidos al vecindario, pudiendo los vecinos denunciarlos
ante la respectiva Tenencia de Alcaldía, la que impondrá la multa de 50 pesetas, con la
obligación de hacer desaparecer los perros en el acto, y caso de desobediencia, se dará
cuenta al Juzgado municipal.”
En las Ordenanzas del Ayuntamiento de Alcalá de Henares (1911), tenemos también
alguna referencia: “Todo perro recogido en la vía pública por no cumplir su dueño lo
prescripto en los artículos 218 y 219 de las ordenanzas municipales, y aparezca hecha la
inscripción en la secretaría, incurrirá éste en la multa de 2 pesetas y 50 céntimos, que
hará efectiva…”. “Cuando los perros que sean recogidos no estén matriculados,
incurrirá su dueño en la penalidad de 8 pesetas más la 1 o 2 pesetas que como derecho
ordinario preceptúa la tarifa…”
Por último citar que el pago del Arbitrio de los perros llevaba consigo la entrega al
propietario de una chapa o medalla de inscripción en el registro municipal, que se
adhería al collar del perro.
En las actas del Ayuntamiento de Betanzos de 1890 se refleja: “Y transcurridos siete
días, la corporación ordenaba el pago de la factura librada por el hojalatero José María
Blanco de dieciocho pesetas a que asciende la construcción de veinticuatro medallas
que por encargo del Ilustre Ayuntamiento hizo para colocar a los perros, cuyos dueños
satisfagan el arbitrio municipal que para atender el servicio de vigilancia de dichos
animales se impuso…”.
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares señalaba en sus ordenanzas de 1911 lo siguiente:
“Se entregará una chapa ó medalla de hojadelata ó metal a cada dueño de perro, con el
número que le corresponda, por la que satisfará 1 peseta, que le será devuelta cuando
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sea dado de baja el perro en el padrón, chapa ó medalla que éste llevará siempre colgada
del cuello para su identificación”.
En las Ordenanzas del Ayuntamiento de Madrid de 1922 se destacaba: “Art. 71. Por
cada uno de los perros matriculados se entregará a sus dueños una chapa o medalla, con
el número de la inscripción, la que será colocada en el collar del perro.
Esta chapa habrá de devolverse a la Secretaría cuando el interesado dé parte de la baja”.
Las distintas placas, chapas o medallas usadas para la identificación de los cánidos,
según la época y el municipio van adoptando distintas formas, colores y particularidades
identificativas.
En el Museo Veterinario de Almería disponemos de una extensa colección de las
mismas, siendo la más antigua una del Ayuntamiento de Madrid del año 1904. Hay
cerca de un centenar, de municipios de todas las comunidades, y no siguen un patrón
común, como veremos en la presentación de esta comunicación.
De la misma forma, se hará una descripción de los diferentes documentos en forma de
papel timbrado usados como tasa por las diferentes corporaciones municipales del
territorio nacional.
BIBLIOGRAFIA:
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Calero-Bernal, R., Calero Carretero, R., Vivas Martín, M. y Sánchez Murillo, J.M.
Summary. Between 1880 and 1936 there was a reemergence of cultural associations in Spain. We
investigated the activities performed by the Vet .students between 1901 and 1936. Present study
was carried out by using the data collected from professional journals, specialized publications
and documents deposited in Vet schools and professional colleges. Here, we expose the
information related to the integrants of the directive staff scholar associations.
Por ello emprendimos una labor investigadora acudiendo a la prensa profesional, a las
publicaciones especializadas sobre la historia veterinaria, a los fondos documentales de
colegios profesionales y facultades y la legislación.
Resultados
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Cubillo de la Puente R. (2008), Gómez Piquer J. y Pérez García J.M. (2000), Medina
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(1941) y Serrano Tomé V. y Saiz Moreno L. (2004). Libros conmemorativos de los
centenarios de los Colegios de Veterinarios
Agradecimientos: Los autores agradecen la labor de Dª Ana Rocasolano del Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid y al Decanato de la Facultad de Veterinaria de Córdoba.
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RESUMEN
Ante la elevada mortandad que experimentó en el año 1764 la especie canina de la Villa de Madrid,
el Real Tribunal del Protomedicato y la Academia Médica Matritense recibieron orden de la
autoridad para averiguar el origen y la naturaleza del mal. En los diferentes informes, se describen
diversas lesiones encontradas en las necropsias practicadas en los perros, llamando la atención la
presencia y descripción de numerosos y variados parásitos internos, a los que sin embargo ambas
instituciones no atribuyeron la causa de tal mortandad. En la comunicación se incluyen algunos
datos sobre la prevalencia actual de estos endoparásitos caninos identificados en nuestro país.
Abstract
Due to a high canine mortality experienced in the year 1764 in the town of Madrid, the Royal Court
of Protomedicate and the Matritense Medical Academy were ordered by the authorities to study and
find out the origin and nature of the disease. In the different reports, diverse pathological alterations
were described in the necropsies performed in dogs, but among all the most relevant findings found
were the presence and description of a great variety of numerous internal parasites, to which
however both institutions did not attribute the cause of such mortality. The communication includes
some data on the current prevalence of these canine endoparasites identified in our country.
En el mes de febrero o comienzos de marzo del año 1764, bajo el reinado de Carlos III, se empezó
a advertir entre la población canina de la villa de Madrid una mortandad por encima de lo habitual.
Se veían afectados por aquella circunstancia tanto los perros con amo como los canes vagabundos o
vagos, los cuales deambulaban por calles, plazas y extramuros de la Villa buscándose el sustento
entre los numerosos muladares que rodeaban la población. La naturaleza y extensión del episodio
motivó la preocupación de las autoridades, quienes ante el temor y la incertidumbre por su posible
contagio a las personas y otras especies animales, ordenaron al Real Tribunal del Protomedicato
realizar las observaciones y anatomías conducentes a averiguar el origen de tan inusitada
mortandad. Del mismo modo la Real Academia Médica Matritense recibió mandato para efectuar
las observaciones encaminadas a determinar la naturaleza del mal. De forma inmediata el Real
Tribunal del Protomedicato se reunió con carácter extraordinario el día 7 de marzo de 1764,
considerando necesario para el estudio del caso el que se le proporcionaran perros vivos que
padeciesen el mal, además de otros que recientemente hubieran muerto a consecuencia del mismo.
Para la realización de las anatomías o disecciones en los perros se autorizó como campo de
operaciones el denominado teatro anatómico o sala de anatomías del Hospital General de Madrid, a
la vez que se dio orden a los traperos de la Villa para que quedaran a disposición del Protomedicato
y servir los perros necesarios a la mencionada institución. En un primer momento y a partir de las
anatomías efectuadas en dos perros, junto con la aparente curación de tres canes mediante polvos de
lombrices, se aventuró como posible causa de aquella mortandad a dichos parásitos, denominados
genéricamente con el nombre de lombrices y gusanos.
Informes del Real Tribunal del Protomedicato
Las primeras anatomías empezaron a practicarse a partir del día 11 de marzo de 1764, de tal manera
que desde entonces el Real Tribunal del Protomedicato emitiría sucesivos informes como resultado
de las mismas. El primer dictamen, firmado en Madrid el día 16 de marzo por los miembros del
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Tribunal, venía a informar que en su presencia se había practicado disección anatómica de cinco
perros, cuatro de los cuales eran vivos y uno muerto. Entre los vivos, tres estaban muy enfermos del
mal y el otro parecía no estarlo o a lo sumo era poca su dolencia. Tras examinar con cuidado las
entrañas hasta lo más recóndito no encontraron otra cosa que seminarios de lombrices en varias
partes. El primero de los perros las tenía en el corazón, y eran blancas y largas, como de unos veinte
centímetros de largo, de figura redondeada, muy numerosos, enroscados, formando un pelotón del
tamaño de un huevo de polla que ocupaba la superficie interna del ventrículo derecho. El segundo
tenía esta misma casta de gusanos, con la diferencia de no ser tan numerosos y no estar en el
corazón, sino muy cerca de él, dentro de las arterias de los pulmones. El tercero tenía las lombrices
en las tripas, y de muchas se formaba una muy larga semejante a una cinta, que los latinos por eso
llamaban taenia. En el cuarto no se encontró cosa reparable y en el quinto, que había muerto de la
enfermedad, tampoco se notó cosa especial. Quienes habían visto perros enfermos del mal, referían
que cercanos a morir mostraban turbación, aturdimiento, parálisis del medio cuerpo posterior,
temblor convulsivo, expulsión de espumarajos por la boca y finalmente les llegaba la muerte.
A la vista de las observaciones, el Protomedicato calificó la enfermedad de epidemia maligna, la
cual llegaba a corromper los humores, inducía la putrefacción y con ella venía el fomento de las
lombrices. Sobre ellas se indicaba no ser la causa de la dolencia sino un efecto de la misma, sin
embargo se pensaba que aumentaban el mal y aceleraban la muerte. Pese a que el Tribunal no
alcanzó a determinar el origen de la enfermedad, al menos y como conclusión tranquilizadora no
halló motivos para temer el contagio a los demás animales y mucho menos a las personas, por la
buena salud que en general se estaba observando en ellos. Los sucesivos informes del
Protomedicato, hasta un total de siete, el último de los cuales del 11 de abril, remitidos por Andrés
Piquer, protomédico y doctor de cámara del rey, volvían a referir por lo general y como hallazgo
más relevante en las disecciones, ya fuesen de perros vivos sanos, enfermos o muertos, una copiosa
verminación, especialmente en el corazón y sus inmediaciones en forma de gusanos blancos. Pero si
especial era el hallazgo en el corazón, también era profusa la presencia de lombrices en los
intestinos e incluso en el estómago. En estos casos, la descripción refiere que las lombrices eran
rubias, redondeadas, largas, situadas en el yeyuno, y a las que los latinos llamaban teretes; mientras
que otras con forma de cinta y denominadas tenias se localizaban en el yeyuno e íleon, alcanzando
en unos casos unos sesenta centímetros de longitud y en otros alrededor de un metro y veinticinco
centímetros, lo que en ocasiones llegaba casi a obstruir la luz intestinal. A partir de uno de los
informes sabemos que el propio Andrés Piquer conservaba las lombrices y gusanos en espíritu de
vino para su examen con el microscopio. En total el Real Tribunal del Protomedicato participó en
la disección de treinta perros, en los que no halló más efectos de la maligna epidemia que por lo
común la mencionada verminación, atribuyendo el origen del mal a una “causa superior celeste” o
“constitución del aire” que aquel año indujo la enfermedad en los perros y con ella la generación
exacerbada de lombrices. No obstante el propio Tribunal era conocedor que aún estando sanos los
perros, rara vez se hallaban libres de las mismas. Como remedio preventivo del mal, el
Protomedicato proponía hacer tomar a los perros agua adicionada de azogue. Y ante el temor de que
con los calores del estío la epidemia pudiera devenir en la rabia, aconsejó que se destinaran parajes
donde los perros que fueran por las calles de Madrid pudiesen beber aguas limpias en libertad.
Informes de la Real Academia Médica Matritense
Por su parte la Real Academia Médica Matritense, según la cual se ocupaba “en observar las
diferentes constituciones del aire y las alteraciones que pueden producir en la salud de los hombres
y de los brutos”, emitió un informe preliminar de 22 de marzo en el que aseguraba haber sido la
primera institución dedicada a averiguar los verdaderos caracteres de la enfermedad que tantos
estragos ocasionaba a los perros de Madrid. Esta alusión parece referirse a las observaciones
personales efectuadas en un primer momento por Juan Gámez, médico y catedrático de Anatomía
del Real Hospital de Madrid y los cirujanos Pedro Virgili y Pedro Perchet a partir de las anatomías
practicadas en total sobre diecisiete perros. Hasta el 22 de marzo de 1764 la Academia había
realizado gran número de disecciones en perros enfermos, muertos y aun sanos, tanto domésticos
como vagos. Al no encontrar en los cadáveres bubones, carbuncos, gangrenas ni otro alguno de los
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
caracteres de las pestes conocidas de los hombres y brutos, se calificaba a la enfermedad como una
epidemia de la especie canina, sin que afortunadamente fuera contagiosa a las personas. No obstante
y según noticias que llegaron a oídos de la institución, la epidemia había trascendido a otras
especies animales como mulas, conejos de indias y gallinas, entre los cuales debían ser muy pocos
los enfermos pero con un desenlace fatal. Aparte de abscesos o apostemas encontrados en el cerebro
de algunos cadáveres, el hallazgo más relevante en las primeras disecciones fue la presencia de
“lombrices que ha visto anidadas prodigiosamente en el estómago y los intestinos”. Sin embargo,
sobre ser tan familiares en los perros, incluidos la mayoría de los sanos y robustos, faltaron
enteramente en alguno de los perros infectados. Aún cuando las lombrices hubiesen ocasionado
hipotéticamente la muerte de todos los perros, se preguntaba la Academia por qué siendo
regularmente inocentes se habían enfurecido y encarnizado en esta ocasión de forma tan
extraordinaria. El origen de esa novedad sería la verdadera causa de la epidemia, y para averiguarlo
la Real Academia Médica Matritense se comprometía a continuar con el estudio y las disecciones.
Pues bien, en fecha 7 de abril de 1764 la institución presentó su dictamen definitivo en forma de un
informe multidisciplinar en el que se describe con notable detalle la naturaleza de la enfermedad.
Entre los síntomas que manifestaban los perros afectados, el informe habla de tos, evacuación por
las narices y ojos, pérdida de apetito, flujo de vientre, emaciación; parálisis de las piernas, lo que les
hacía andar arrastrando los miembros posteriores; arrojaban baba clara por la boca; las adnatas o
blanco de los ojos se volvía en gran manera sanguinolento; había flujo de sangre por las narices, la
boca y el ano; temblor; alaridos; movimientos convulsivos y muerte. Si bien la mortalidad fue
verdaderamente muy elevada, no todos los perros que contrajeron el mal llegaron a morir,
experimentando por suerte una forma benigna de la enfermedad. En el apartado de las anatomías y
para evitar cualquier sesgo, la Academia resolvió disecar todo tipo de perros, a saber: cadáveres
encontrados en las calles, cadáveres de perros muertos de la enfermedad, animales enfermos y
perros en aparente perfecto estado de salud, hallando en ellos variadas lesiones. Sobre los parásitos,
tan solo en uno de los cadáveres callejeros se encontró una lombriz en el estómago, sin embargo los
perros sanos, los muertos y los enfermos de la epidemia presentaban lombrices scarides de distinto
género en los intestinos y en el estomago, la mayor de algo más de doce centímetros, y otras
alojadas en la arteria pulmonar etc. A partir de todos los elementos en estudio a la Real Academia
Médica Matritense tan solo le quedaba, y no era tarea nada fácil, emitir el juicio y señalar los
tratamientos para el remedio de la enfermedad. Se sirvió para ello de los analogismos de las
enfermedades de otros brutos y aún de los hombres, llegando a la conclusión “que el mal se reducía
al genero del catarro, que generalmente llaman Muermo nuestros escritores de la Veterinaria, para
pasar a denominar a la enfermedad como epidemia catarral maligna, cuyos principales y ordinarios
symthomas son la convulsion y las lombrices“, atribuyendo la causa a un miasma o semilla pútrida
que afectaba de forma particular a los perros. Se rectificaba así el primer informe al indicar ahora
que la epidemia de los perros no había comprendido a otros animales. Pese a que no se cita en el
informe como un hallazgo del presente episodio, si se menciona una enfermedad que con frecuencia
padecían los perros consistente en el acúmulo de lombrices en los riñones que lentamente los
destruían. Entre los tratamientos para curar y precaver la epidemia que nos ocupa se proponían las
sangrías en las orejas, el empleo de leche, manteca de vaca mezclada con salvado y miel, aceite,
triaca, sahumerios de azúcar, cocimiento de raeduras de asta de venado y tener siempre agua a
disposición de los perros. Con ello la Academia esperaba la pronta extinción de la epidemia,
evitando así también la aparición de la rabia, a la que tanto temía el vulgo con la llegada del verano.
Vemos en definitiva que los informes emitidos desde el 16 de marzo al 11 de abril de 1764 por el
Real Tribunal del Protomedicato y la Real Academia Médica Matritense concluyen que la
enfermedad mortal canina no era causada por los parásitos, sin embargo se nos descubre que la
parasitación por vermes estaba muy extendida entre la población canina de Madrid en el siglo XVIII.
Identificación de los endoparásitos encontrados en 1764 y prevalencia actual en España
Acorde con el primer informe del Tribunal del Protomedicato de 16 de marzo de 1764, encontramos
una clara referencia en los dos primeros perros examinados al nemátodo Dirofilaria. Casi con total
seguridad se trataría de Dirofilaria inmitis, ya que además de ser endémica del sur de Europa,
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
incluida la Península Ibérica, este parásito se aloja principalmente en las arterias pulmonares y en el
ventrículo derecho del corazón, como así observaron los protomédicos, a diferencia de Dirofilaria
repens, que se localiza en áreas subcutáneas y en el ojo. En cambio, en el tercer perro se habla de
“lombrices en las tripas”, largas y en forma de cinta. Con esta descripción todo apunta a que
estaríamos ante platelmintos de los géneros Taenia y/o Dipylidium. Sus ciclos biológicos serían
compatibles con los condicionantes epidemiológicos que se daban en el Madrid de la época, esto es,
el fácil acceso que tenían los perros a cadáveres de herbívoros y porcinos o sus vísceras infestadas,
en el caso de las tenias, y por otro lado la más que segura presencia de pulgas y piojos, como
hospedadores intermediarios necesarios para la transmisión de Dipylidium.
En el primer informe de la Real Academia Médica Matritense de 22 de marzo de 1764 se ponen de
manifiesto los resultados esclarecidos de las anatomías realizadas por dicha entidad. En su extracto
se menciona la presencia de “lombrices anidadas prodigiosamente en el estomago y los intestinos”,
lo que nos permite considerar a dichos parásitos probablemente como nemátodos del género
Toxacara, de los que a falta de información más detallada no se pueden concretar las especies.
En el informe emitido el 23 de marzo por Juan Gámez y los cirujanos Pedro Virgili y Pedro Perchet
resultado de las anatomías realizadas a diecisiete perros, se explica el hallazgo de tres grupos de
parásitos: Una gran cantidad de ascáridos (Familia Ascarididae) localizados en el íleon y en el
estómago de muchos de los perros, en forma nudosa, de variado tamaño y el mayor de más de doce
centímetros de longitud, quizás Toxacara canis o Toxascaris leonina. En otro can se halló un
parásito en el corazón, probablemente de nuevo Dirofilaria inmitis. Y finalmente a un perro de
catorce años se le encontró una lombriz en el cráneo.
A partir del segundo informe del Real Tribunal del Protomedicato de 23 de marzo sobre anatomías
en tres perros se concluye que los parásitos alargados y redondeados del yeyuno eran nemátodos,
mientras que los localizados en el corazón sería de nuevo Dirofilaria inmitis.
Respecto al tercer informe del Tribunal del Protomedicato de 6 de abril remitido por Andrés Piquer
sobre el examen anatómico de tres perros vivos, podemos catalogar los parásitos encontrados en el
segundo y tercer animal probablemente como Dipylidium o Taenia, debido a su localización en el
intestino. Llama la atención su longitud, aproximadamente ciento veinticinco cm. Al igual que en
el primer informe del Tribunal del Protomedicato, podría tratarse del cestodo Dipylidium caninum.
En el último informe in extenso del Tribunal del Protomedicato, asimismo de 6 de abril de 1764, se
presentan datos de veintiocho animales donde se da prelación a la presencia de lombrices en el
corazón, lo que probablemente se correspondía con Dirofilaria inmitis.
El informe final de la Academia Médica Matritense de 7 de abril de 1764 incluye la referencia a
lombrices intestinales y estomacales, que por su descripción y localización podría tratarse de
Toxacara. Su presencia en el estómago pudiera deberse a formas inmaduras o a movimientos post
mortem de individuos maduros desde el intestino delgado. Por otro lado los teretes de cerca de una
cuarta encontrados en la arteria pulmonar de un perro sano y robusto, posiblemente fueran
Dirofilaria inmitis. En este mismo animal resulta muy interesante el hallazgo en el intestino
delgado de una “tenia o solitaria de diez cuartas de largo”, esto es, más de dos metros de longitud.
Pero en el conjunto de las disecciones y desde el punto de vista de la Parasitología destaca sobre
manera el descubrimiento de una figura que no había sido vista hasta entonces y de la que se
encontraron dos ejemplares en los senos frontales de un lebrel de catorce años muerto a causa de la
epidemia. Curiosamente dicho perro era propiedad de milord Rochford, embajador de Inglaterra en
Madrid por aquel entonces. Quizás estemos ante la primera descripción conocida de este particular
hallazgo, el cual, al no haber sido visto ni descrito hasta entonces fue dibujado en una lámina en
unión de la tenia antes referida, en lo que posiblemente sea la primera o una de las primeras
representaciones gráficas del novedoso parásito e incluso también del espécimen de tenia. Creemos
que este interesante descubrimiento fue realizado por Juan Gámez, Pedro Virgili o Pedro Perchet, y
quizás alguno de ellos sea el autor de la susodicha lámina o quien la encargara. Dada su rareza y
novedad, los dos ejemplares descubiertos fueron conservados por la Academia en espíritu de vino.
Habría que esperar veinticinco años para que en 1789 Froelich hiciera la más temprana clasificación
de este género de parásito, al que puso el nombre de Linguatula.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Ayudados de la calidad gráfica de esta lámina se podría determinar casi con total seguridad que
estamos ante Linguatula serrata, un crustáceo pentastómido que se aloja en las vías y senos nasales
del perro. Por otro lado y una vez concluido el estudio de la tenia cuyo dibujo figura junto a
Linguatula, parece se corresponde con Taenia pisiformis, parásito clasificado por vez primera por
Bloch dieciséis años después, en 1780. Se trata de un cestodo que llega a superar los dos metros de
longitud y cuyos hospedadores intermediarios son el conejo y la liebre, lo cual es compatible con el
hecho de que su hospedador definitivo en el caso que nos ocupa fuera un lebrel, tipo de perro muy
empleado tradicionalmente para la caza de lepóridos y que así lo debía hacer el embajador inglés.
Respecto a la enfermedad que menciona la Academia Médica y que padecían con frecuencia los
perros consistente en el acúmulo de lombrices en los riñones, podría tratarse de Dioctophyma
renale, nematodo de gran tamaño clasificado por vez primera por Goeze en 1782.
De todos los parásitos caninos mencionados, los datos actuales indican que en la mayoría de los
casos la prevalencia es muy baja o prácticamente nula en el siglo XXI, sobre todo en animales
domésticos con control antiparasitario rutinario. Los niveles más altos siempre se han encontrado en
animales de albergues o perros callejeros. En albergues en Madrid (1) se han encontrados estos
parásitos en heces de perros: Toxocara canis (7,8%), Toxascaris leonina (6,3%), Taenidae (2,9%)
y Dipylidium caninum (0,9%). En otro reciente estudio sobre Dirofilaria immitis, el porcentaje de
perros parasitados fue del 3% (2). En otras zonas de España las cifras son similares en este tipo de
animales sin control antiparasitario alguno, como el 8% de prevalencia de Toxocara canis en la
provincia de Castellón (3) o entre el 6-10% en Murcia (4). En este último estudio, aparecen
discrepancias cuando se comparan estudios coprológicos (1% Dipylidium caninum en heces) con
aislamientos en necropsias (38% Dipylidium caninum) y donde también se identificaron especies
de Taenia en el 12% de los cadáveres.
En un estudio sobre animales en un centro de acogida en Córdoba (5), los resultados de las
necropsias indican también parasitaciones más elevadas en animales sin control antiparasitario. Se
detectaron los siguientes parásitos: Dipylidium caninum (13,2%), Taenia hydatigena (7,66%),
Taenia pisiformis (4%), Toxascaris leonina (14,94%) y Toxocara canis (17,72%).
Es especialmente importante remarcar que algunos de estos parásitos tienen carácter zoonósico y
constituyen un riesgo para la población humana como se demuestra en el estudio de Córdoba en el
que se detectaron huevos de Toxocara en el suelo de parques públicos.
Bibliografía
1. Miró G, Mateo M, Montoya A, Vela E, Calonge R. Survey of intestinal parasites in stray dogs
in the Madrid area and comparison of the efficacy of three anthelmintics in naturally infected
dogs. Parasitol Res. 2007 Jan;100(2):317-20.
2. Montoya-Alonso JA1, Morchón R2, Falcón-Cordón Y1, Falcón-Cordón S1, Simón
F2, Carretón E3. Prevalence of heartworm in dogs and cats of Madrid, Spain Parasit
Vectors. 2017 Jul 26;10(1):354.
3. Sanchez-Thevenet P, Carmena D, Adell-Aledón M, Dacal E, Arias E, Saugar JM, Rodríguez
E, Dea-Ayuela MA. Other Intestinal Parasites in Dogs from Eastern Spain. Vector Borne
Zoonotic Dis. 2019 Jul 17. doi: 10.1089/vbz.2019.2468.
4. Martínez-Carrasco C1, Berriatua E, Garijo M, Martínez J, Alonso FD, de Ybáñez RR.
Epidemiological study of non-systemic parasitism in dogs in southeast
Mediterranean Spain assessed by coprological and post-mortem examination. Zoonoses Public
Health. 2007;54(5):195-203.
5. Martínez-Moreno FJ1, Hernández S, López-Cobos E, Becerra C, Acosta I, Martínez-Moreno
A. Estimation of canine intestinal parasites in Córdoba (Spain) and their risk to public health.
Vet Parasitol. 2007 Jan 19;143(1):7-13.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN:
La Escuela de La Palma es la primera de las Escuelas libres de Veterinaria fundadas en
Huelva. El sábado 18 de septiembre de 1869, en base al Decreto de 21 de octubre de 1868 y al de 14
de enero del mismo año, el Ayuntamiento constitucional de la localidad la fundó “estimando en su
merecido valor la utilidad y conveniencia que resulta a la localidad por sus circunstancias
esencialmente agrícolas”.
Del total de 27 titulados en la Escuela de La Palma hay 19 de la provincia de Huelva, 6 de la
provincia de Sevilla, uno de Córdoba y otro de Ciudad Real.
De Huelva, destaca Bollullos del Condado con 10 titulados, seguido por Almonte y Trigueros
con 2 y el resto con 1 titulado por localidad.
En la Escuela de Trigueros, todos los títulos, menos uno, se corresponden con ciudadanos de
la provincia onubense.
Destacan Valverde del Camino con 5 titulados, Almonaster la Real y Huelva con 3, cinco
localidades con 2 y el resto con 1 titulado.
La otra Escuela donde hemos encontrado titulados procedentes de Huelva es en la Escuela
provincial de Sevilla.
Del total de 114 titulados en la Escuela de Sevilla hay 19 de la provincia de Huelva.
Destaca claramente el municipio de Aracena con 4 titulados y el resto con 1 por localidad.
La incidencia de esas titulaciones Libres en la provincia de Huelva tuvo su importancia en la
adscripción de los nuevos cargos oficiales que se iban creando y para los que no estaban habilitados
mientras no fueran revalidados sus títulos, lo que motivó problemas entre los miembros de la “Clase
Veterinaria” y con los que tuvo que enfrentarse el Colegio provincial desde su creación.
SUMMARY:
The School of La Palma is the first of the free Veterinary Schools founded in Huelva. On
Saturday, September 18, 1869, based on the Decree of October 21, 1868 and January 14 of the same
year, the Constitutional City Council of the town founded it “estimating in its deserved value the
utility and convenience that results to the locality due to its essentially agricultural circumstances ”.
Of the total of 27 graduates in the School of La Palma there are 19 from the province of
Huelva, 6 from the province of Seville, one from Córdoba and one from Ciudad Real.
From Huelva, Bollullos del Condado stands out with 10 graduates, followed by Almonte and
Trigueros with 2 and the rest with 1 titled by locality.
In the School of Trigueros, all the titles, except one, correspond to citizens of the province of
Huelva.
They highlight Valverde del Camino with 5 graduates, Almonaster la Real and Huelva with
3, five locations with 2 and the rest with 1 graduate.
The other School where we have found graduates from Huelva is in the Provincial School of
Seville.
Of the total of 114 graduates at the School of Seville there are 19 from the province of Huelva.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
The municipality of Aracena clearly stands out with 4 graduates and the rest with 1 per
locality.
The incidence of these Free degrees in the province of Huelva had its importance in the
ascription of the new official positions that were being created and for those who were not authorized
until their titles were revalidated, which caused problems among the members of the “ Veterinary
Class ”and with which the provincial College had to face since its creation.
Esos 19 titulados representan el 17% de los 114 que obtuvieron su título de Veterinario en la
Escuela Provincial de Sevilla.
La distribución por Cursos también es muy variada:
Curso: Nº
1869-1870 1
1870-1871 0
1871-1872 4
1872-1873 10
1873-1874 4
19
1
Oropesa de Cáceres, Antonio A. 1868-2018. 150 años de la Revolución Gloriosa. Las Escuelas Libres de Veterinaria
en Huelva. “XXIV Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria”, Almería,
2018. pp.135-142.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 19 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre Provincial de Veterinaria de Sevilla, es la siguiente:
Nombre: Localidad:
Marcial Aniceto, Fernando Aracena
Medina Romero, Manuel Aracena
Nogales Estrada, Francisco Aracena
Nogales Hermoso, José Aracena
Cabello Álvarez , Francisco Ayamonte
Márquez Vázquez, Alonso Cerro de Andévalo
Manzano Sánchez, Antonio Cortes de la Concepción
Barragán García, Domingo Cumbres Mayores
Rodríguez Gómez, Froilán Encinasola
Domínguez González, Nicolás Fuenteheridos
Sánchez Camacho, José Jabugo
Briceño Sánchez, Miguel Moguer
Ordóñez Martínez, Francisco Nerva
Bañez Dana, José Paterna del Campo
Brioso Bas, Emilio Paymogo
Carballar Fernández, Juan José Santa Olalla
Rincón Rincón, Bernardino Valverde Camino
Barga Fernández, José Villanueva Castillejos
Rufo Labrador, José Zufre
Total: 19
La distribución por Cursos, teniendo en cuenta la fecha de expedición de la titulación más alta
alcanzada por cada uno de los alumnos, también es muy variada:
Curso: Nº
1869-1870 2
1870-1871 6
1871-1872 2
1872-1873 4
1873-1874 0
14
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 14 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre de Veterinaria de La Palma, es la siguiente:
Nombre: Localidad:
Moguer y Lavín. Francisco Almonte
Díaz Moyano. Juan Bollullos del Condado
Díaz Moyano. Pedro Bollullos del Condado
Moyano Delgado. José María Bollullos del Condado
Moyano Delgado. Manuel Bollullos del Condado
Moyano Pérez. Federico Bollullos del Condado
Moyano Pérez. Juan Bollullos del Condado
Galago Gabarro. Francisco Constantina
Moyano Córdoba. Juan Escacena del Campo
Ponce Fernández. Mateo Gibraleón
Toscano Rodríguez. Miguel San Juan del Puerto
Hernández Viva. Emilio Trigueros
Hernández Viva. Manuel Trigueros
Núñez Bermejo. Fernando Valverde del Camino
Localidad: Nº Localidad: Nº
Almonaster la Real 3 Puebla de Guzmán 1
Calañas 2 Riotinto 1
Cortelazor 1 San Juan del Puerto 2
Huelva 3 Trigueros 2
Jabugo 1 Valverde del Camino 5
La Palma del Condado 1 Villanueva 1
Moguer 2 Zalamea la Real 2
Paymogo 1 Total: 28
Destacan Valverde del Camino con 5 titulados, Almonaster la Real y Huelva con 3, cinco
localidades con 2 y el resto con 1 titulado.
Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 28 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre de Veterinaria de Trigueros, es la siguiente:
2 Vital Rodríguez, Jacinto. Tesis Doctoral “Las Escuelas Libres de Veterinaria en Andalucía”, Córdoba, 1976.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Nombre: Localidad:
Márquez Fernández, Manuel Almonaster la Real
Romero Núñez, José Agustín Almonaster la Real
Romero Núñez, Martín Almonaster la Real
Barranco, Juan Alonso Calañas
Barranco, Rafael Calañas
González Domínguez, Agapito Cortelazor
Espinosa Contreras, José Huelva
López Botello, Manuel Huelva
Valero Reyes, José Huelva
Vázquez Ramos, José Miguel Jabugo
Gómez Ramos, Francisco La Palma del Condado
Díaz, Narciso Moguer
Macías Díaz, Manuel Moguer
Infantes Porto, Manuel Paymogo
Suárez Carrasco, Pedro Puebla de Guzmán
Barranco Raya, Fernando Riotinto
Domínguez González, Vicente San Juan del Puerto
Moreno Naranjo, Antonio San Juan del Puerto
Hernández Viva, Emilio Trigueros
Moyano Pérez, Juan Antonio Trigueros
Fernández Durán, Miguel Valverde del Camino
López López, José María Valverde del Camino
Valero, Miguel Valverde del Camino
Vizcaíno, Pedro José Valverde del Camino
Vizcaíno Rite, Fernando Valverde del Camino
Campos Cejudo, Pedro Villanueva
Domínguez Maestre, Andrés Zalamea la Real
Domínguez Maestre, José Zalamea la Real
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Se pretende en esta comunicación poner de manifiesto el interés que disciplinas como las
Matemáticas y la Estadística han tenido en los curricula veterinarios desde sus inicios. Recordamos
cómo documentos tales como el Pedimento al Monarca de los albéitares de 1737 y las Pragmáticas
de Felipe V y Carlos III de 1739 y posteriores, justificaban el reconocimiento de la Albeitería como
Arte Liberal y Científico porque en la formación de estos profesionales “concurría necesariamente
ser matemáticos”.
Creadas las Escuelas de Veterinarias se redactaron los correspondientes planes de estudios, en los que
se exigía para el ingreso en dichos centros haber tenido una previa formación matemática (Aritmética,
Algebra, Geometría). No obstante, no es hasta el plan de 1931 cuando se incluye por primera vez una
materia con el título de Matemáticas. Así seguirá ocurriendo, a partir de entonces, en los sucesivos
planes de estudio; si bien en ocasiones esa asignatura se sustituirá o acompañará por Estadística o
Biometría, lo cual ocurre muy especialmente cuando los centros se transformaron en facultades
universitarias.
En este trabajo se describen aquellos factores que determinaron la inclusión en los planes de estudios
de nuestras facultades de la Estadística como disciplina adecuada a la formación profesional
veterinaria, y el modo en el quedó formando parte del curriculum. El desarrollo de la Informática
modificará radicalmente la enseñanza y la aplicación de los métodos estadísticos.
Abstract:
This communication aims to highlight the interest that disciplines such as Mathematics and Statistics
have had in veterinary curricula since its inception. We remember how documents such as the
Pediment to the Monarch of the albéitares of 1737 and the Pragmatics of Felipe V and Carlos III of
1739 and later, justified the recognition of the Albeitería as Liberal and Scientific Art because in the
formation of these professionals “it was necessary to be mathematicians”.
Once the Veterinary Schools were created, the corresponding curricula were drafted, in which it was
required for admission to these centers to have had a previous mathematical training (Arithmetic,
Algebra, Geometry). However, it is not until the 1931 plan that a subject with the title of Mathematics
is included for the first time. This will continue to happen, thereafter, in successive curricula;
although sometimes this subject will be replaced or accompanied by Statistics or Biometrics, which
occurs especially when the centers were transformed into university faculties.
This paper describes those factors that determined the inclusion in the curricula of our Faculties of
Statistics as a discipline appropriate to veterinary professional training, and the way in which it
became part of the curriculum. The development of Information Technology will radically modify
the teaching and application of statistical methods.
Introducción
Si nos retrotraemos al siglo XVIII, probablemente en 1737, encontramos que los profesores del Arte
de Albeitería acudieron a Felipe V en pedimento para que se dignase a declarar a la profesión de
albéitares y herradores como Arte Liberal y Científica y que gozaran de las mismas prerrogativas
concedidas a los boticarios. En 1739 obtuvieron la respuesta del monarca accediendo a la petición en
forma de Pragmática, por la que se debía reputar a los albéitares y tenerlos como profesores de Arte
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Liberal y Científico. Esta Pragmática fue posteriormente refrendada por Carlos III mediante Real
Provisión de 1764.
En los tres documentos citados: Pedimento, Pragmática y Provisión, se justifican las distintas razones
de la decisión y se resalta especialmente:
“la concurrencia de ser necesariamente matemáticos, lo que había de usarle, porque sin la Aritmética,
Algebra y aligación no podía formar la cuenta de la edad de los irracionales, ni practicar la cura y
dislocación de sus miembros, composición y reducción de ellos a su lugar, ni podrían aligar o mezclar
los medicamentos de diversa calidad, poniéndolos en un grado puro, aunque fuesen diferentes por
frialdad y calor”. “Que no era menos precisa la Geometría a fin de arreglar la altura del animal,
prevenir lo que podía adquirir desde los dos o tres años hasta completar las medidas y proporciones
naturales de su estado, en lo que sucederían muchos errores, si los Albéitares careciesen de los
principios geométricos que les ilustraban.”
En resumen, tales documentos afirman: “que los albéitares participaban de la ciencia Matemática y
la incluían sus privilegios”.
Se pretende con esta comunicación recordar algunos aspectos de la inclusión de los conocimientos
matemáticos, y más concretamente de los estadísticos, en los estudios de Veterinaria.
En lo que se refiere a la Matemática y a la Estadística deben ser concebidas no sólo como necesarias
formativa y culturalmente para el profesional veterinario, sino que también, desde hace bastantes años
lo han sido desde el punto de vista para la perfecta compresión y desarrollo de otras materias del
curriculum de la carrera veterinaria.
Por otra parte, nos ha movido también a presentar esta comunicación el hecho de que durante un buen
número de cursos tuvimos la responsabilidad de las enseñanzas de la Estadística en la Facultad de
Veterinaria de Córdoba y en otros centros de la Universidad cordobesa.
Resultados
Del contenido de la Pragmática citada se pone de manifiesto que desde que se inicia la Albeitería
como Arte científico, se consideró que en la formación de sus profesionales debería figurar la ciencia
Matemática, necesaria tanto en sus actuaciones de carácter clínico, como en aquellas otras que hoy
día podríamos considerar de naturaleza zootécnica. Ello no implicó que figurase en los distintos
planes de estudio que se sucederán a lo largo de los siglos XVIII y XIX (Planes de 1793, 1847, 1857
y 1871), sino que con los años irían aumentando las exigencias o requisitos para que los estudiantes
antes ingresar en los estudios de Veterinaria ya hubiesen tenido necesariamente formación
matemática en la Primaria Superior o en el Bachillerato.
La monopolización del herrado en la práctica veterinaria impidió el desarrollo de manera adecuada
de la Hipiatría como ciencia de contenido científico, y con ello se desatendió que sus profesionales
estuviesen dotados de una cierta preparación general que incluyese los estudios matemáticos. Pero
las pragmáticas arriba referidas son indicativas de que algo estaba empezando a cambiar; para
hacernos una idea basta compararlas con las Ordenanzas del gremio de Albéitares de Madrid de 1722,
pocos años antes.
Los cambios serán más definitivos cuando se crean las Escuelas de Veterinaria, primero la de Madrid
y después las de Córdoba, Zaragoza y León, con lo que la Veterinaria entra en una nueva etapa. En
las directrices de correspondientes centros se regula la presencia en los planes de estudio de materias
complementarias y también que sea un criterio obligatorio haber cursado previamente la Instrucción
Primaria Superior. En el Real Decreto de 29 de junio de 1821, que regulaba la enseñanza, en los
artículos 13 y 15 del título II, se establecía que en las escuelas de los pueblos “debería enseñarse
completamente la Aritmética, unos elementos sucintos de Geometría y los principios de dibujo
necesarios para las artes y oficios”. Es decir, que los pretendientes a estudiar en los centros
veterinarios debían llegar al menos con un sucinto bagaje de Matemáticas.
En el plan de estudios de 1912 aún se consideraba que era suficiente con sólo exigir el haber aprobado
las asignaturas de Gramática, Geometría, Historia de España, Aritmética y Algebra en el instituto.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Habría que esperar al plan de 1931 para que aparezca en los estudios de Veterinaria la asignatura de
Matemáticas en el 1º semestre del primer curso, y para que la de Estadística estuviera en el curso de
la Escuela de Madrid que daba acceso a la obtención del título de Ingeniero Pecuario.
Después de la Guerra Civil, el plan de estudios era similar en todas las Escuelas de Veterinarias al
implantado anteriormente al conflicto. Había un grado profesional y otro superior que incluía las
asignaturas de Genética Superior y Biometría y que daba derecho a la obtención del Diploma de
Estudios Superiores, lo cual es interesante si tenemos en cuenta que al no ser aún Facultades
Universitarias, las Escuelas de Veterinaria no tenían la potestad de impartir el grado de Doctor.
Cuando en 1943 las Escuelas de Veterinaria se transforman en facultades universitarias, se diseña un
nuevo plan, el de 1944, que incluye las Matemáticas al considerarse suficiente la formación recibida
en el bachillerato. Tampoco se impartía Estadística que, sin embargo, sí se incorpora en el grado de
doctorado. En el quinto curso de ese plan de 1944 aparece una asignatura titulada Economía Rural y
Estadística Pecuaria que tenía algunas nociones de los métodos estadísticos.
En el plan de 1953 aparece la asignatura de Matemáticas en el primer curso y en los siguientes planes
de estudio de 1967 y 1973, además se incluirá Biometría y Estadística, en el 2º curso de la carrera.
Posteriormente, al homologarse los estudios a las directrices de la Unión Europea han desaparecido
de nuestros currículos veterinarios.
En resumen, se puede afirmar que convenía que los estudiantes de Albeitería en su día, posteriormente
los de Veterinaria, tuviesen una cierta formación matemática, bien previamente al inicio de cursar la
carrera, bien incluida como asignatura en su curriculum.
En cuanto a la Estadística o a la Biometría, necesario proporcionar una explicación adicional. La
inclusión de esta materia en los cursos de la carrera veterinaria estuvo condicionada por diversos
factores.
Por una parte, ha dependido del trascurso histórico de la Estadística en general que es una ciencia
relativamente joven. Hasta el siglo XIX se reducía a una simple descripción de las variables. Los
estudios demográficos atrajeron la atención no sólo de los hombres de estado sino también de los de
la Ciencia. Esta parte de la Estadística es lo que se conoce como Estadística Descriptiva. Sería a
principios del siglo XX cuando comienza a considerarse como el conjunto de métodos que permiten
analizar los datos numéricos, es decir, registrar la significación o importancia de esas cantidades y
tomar constancia de los errores causados por influencias perturbadoras. Es lo que se conoce como
Estadística Inferencial o Estadística Inductiva.
En nuestro país los estudios de Estadística dentro de la Universidad se cursaron al principio como
una asignatura en la licenciatura de Ciencias Exactas o de Matemática. Fue posteriormente, cuando
se independizaron y constituyeron con entidad propia en forma de licenciatura, actualmente grado,
de Estadística Aplicada, Bioestadística o simplemente Estadística.
La inclusión de la Estadística en los estudios de Veterinaria fué tardía y tuvo lugar cuando esta ciencia
se había configurado ya en toda su plenitud. Se abarcaron los dos aspectos señalados (descripción e
inferencia), si bien en un principio fue la Estadística Descriptiva la que más centro el interés de la
docencia de Estadística en las Facultades de Veterinaria. Sólo cuando los estudios veterinarios se
extienden a otras materias que no fuesen las meramente clínicas, se estima necesario abordar los
contenidos de la Estadística Inferencial, que a veces se configuran bajo el título de Biometría.
A veces esta materia se impartirá en el primer o segundo curso de la carrera, otras se desarrollaría de
forma más detenida en los cursos del doctorado.
En un principio los claustros de profesorado de las Facultades de Veterinaria tuvieron dificultad para
contar entre sus miembros con especialistas bien preparados y con formación estadística, pero
prontamente la situación cambió y hoy día, nuestros centros incluyen en sus claustros a una pléyade
de profesores de un alto nivel docente y científico en Estadística y que la usan en la resolución de
problemas acuciantes de la ganadería española.
En el caso de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, en octubre de 1948, cuando las Facultades de
Veterinaria empezaron a impartir los cursos monográficos del doctorado, la Junta del Centro acordó
ofrecer a los posibles alumnos de doctorado seis cursos de los que se debían cursar cuatro, siendo
obligado el denominado Biometría Superior, asignatura de la que se responsabilizó el profesor
Pag. 276
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Jordano, quien no sólo fue el introductor de los estudios estadísticos en la facultad cordobesa, sino
que fue el maestro de aquellos que tuvieron que responsabilizarse de las enseñanzas de tal materia.
Junto al nombre del profesor Jordano agregaría el del profesor Cuenca, de la facultad madrileña, quien
fue precursor de estos estudios. Cuando todavía no se reconocía la necesidad de incluir los
conocimientos de Biometría en la carrera de Veterinaria, los introducía a través de su obra
“Zootecnia” que fue el libro de texto para la mayor parte de los estudiantes que tenían que cursar la
asignatura de Zootecnia General (Plan de 1944, por ejemplo).
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
ABSTRACT
1
Estudiante Facultad de Veterinaria de Córdoba. UCO.
Veterinario del Servicio Andaluz de Salud. Distrito Sanitario Córdoba ([email protected])
Profesora de la Universidad de Córdoba.
Pag. 278
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
We have to keep in mind that we are dating back to the years 1825-1850, and the
appearance of the car did not occur until 1886, so the horse, by then, was the only means
of transport used and highly valued, as well as an indispensable mechanism in agricultural
tasks.
A practical veterinarian of the time said that “the sale of domestic animals is often
incompatible with honesty. He who says in good faith the defects that his animals have,
does not sell. You should never rely on the words of the seller or those of the buyer”.
In the beginning, the animals passed directly, without previous scientific recognition to
the domain of the buyers, but with the passage of time, the picaresque caused that both
buyers and sellers had to entrust their task to the people who were dedicated to the healing
of the ailments of those, and the people most prepared to appreciate the diseases, defects
of conformation and vices of the animals, were the trained veterinarians.
The first who described how to practice health examinations was the immortal albéitar
Francisco de la Reina. Don Francisco, who already recommended that “the acts be carried
out with good knowledge so as not to deceive the one who buys, nor be deceived by the
same albéitar”.
Keywords: Livestock dealer - Health recognition - Albeitar - Veterinarian
INTRODUCCIÓN
2
Lucius Junius Moderatus Columella, escritor agronómico romano nacido en Cádiz, S.IV d.C.
3
Sebastián de Covarrubias y Orozco, lexicógrafo, criptógrafo, capellán del rey Felipe II, canónico de la catedral de
Cuenca y escritor español, nacido en Toledo, 1539.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
El Infante Don Juan Manuel 4 en el Libro del caballero et del Escudero y también en el
Libro de los Estados, formula una clara diferenciación entre herradores y albéitares, los
primeros con una misión concreta en relación al llamado arte de herrar, y los segundos
como médicos y cirujanos de la salud animal, con preferencia, en su especialización, por
los caballos.
Se han venido utilizando expresiones como “Profesores del arte de la Albeitería”,
“Maestro Albéytar”, “Maestro herrador” y “Albéytar”, empleadas en 1742 por Salvador
Montó y Roca 5.
4
Don Juan Manuel, miembro de la casa real de Borgoña y escritor en lengua castellana, nacido en Escalona, 1282.
5
Salvador Montó y Roca, veterinario español nacido en Valencia (1742), autor del libro Sanidad del
caballo publicado tras su muerte, ilustrador de albéitares en sus dictámenes judiciales.
6
Francisco de la Reina, nacido en Zamora? (1520). Célebre albéitar que estuvo a las órdenes del Duque de Alba. Su
Libro de La Reyna representa el texto más autorizado del siglo XVI, que serviría de base a los albéitares españoles
durante tres siglos y más de 14 ediciones.
Pag. 280
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
primeros nacen con los individuos (cuello de ciervo 7, dorso de camello 8, etc.); los
adquiridos se desarrollan después del nacimiento (ejemplo, el corvo 9); los mixtos, los
presentan unas veces los animales ya al nacer y otras a lo largo de su vida (el topino 10, el
izquierdo 11 o el estevado 12, entre otros).
El profesor Sainz y Rozas distinguía sobre los defectos de conformación congénitos, entre
relativos y absolutos. Los primeros estaban referidos al gusto particular del comprador y
al tipo de trabajo del animal. Ejemplo de ellos estaba la “cabeza acarnerada” 13, que para
algunos era un defecto atractivo y para otros rechazable, o, el estar “sobre sí” 14 de las
extremidades anteriores, defecto muy grave para montar a caballo pero que no tenía
importancia para los caballos de tiro, o el denominado “dorso de camello”, que siendo
perjudicial para el tiro era muy ventajoso para la carga.
Los defectos absolutos eran aquellos que
desagradaban a la vista y además
perjudiciales para el trabajo de los
animales. Ejemplos, el corvo 15, el
zancajoso 16 o el hueco de rodillas 17.
Algunos profesores veterinarios de la
época mantenían el que no existía
responsabilidad alguna por su parte a no Cuello de Ciervo
hacer consideraciones sobre los defectos
de conformación, al dar por hecho que al ser perfectamente visibles, serían valorados por
los propios compradores al hacer el contrato. Pero, los más puristas como el propio
profesor Sainz, defendían que ello no lo debe de aceptar un buen profesor. Un comprador
puede conocer que un caballo es “sobre sí” de las extremidades anteriores, pero puede
que no llegue a comprender la gravedad de este defecto, sobre todo si se trata de un caballo
de silla.
El buen profesor debe manifestar todo aquello que, al practicar el reconocimiento, se
separe de las condiciones naturales, ya sea enfermedad, ya defecto de conformación, ya
vicio. Cuantas más cosas exponga menor será su responsabilidad. Es decir, todos aquellos
defectos que por sus condiciones especiales disminuyan el precio de los animales, bien
por los peligros que puedan suponer para las personas que han de manejarlos, bien por no
permitirles el desempeño libre y regular de los trabajos a los que están destinados.
Como bien indica Guillermo Sampedro Cancela, 18 en su Novísimo Cabero o Instituciones
de Albeitería, “los profesores de albeitería deben de estar adornados de muchas cualidades
que no son comunes a los demás hombres, porque dedicados a ejercer una profesión
noble, y de la que depende la conservación de los animales domésticos que constituyen
7
Hipertrofia de la musculatura de la garganta que presentan algunos caballos de forma genética o por un
entrenamiento incorrecto.
8
De gato o de carpa, el dorso forma en la zona central una curvatura hacia arriba muy pronunciada.
9
La rodilla se desplaza hacia delante o hacia atrás, con respecto a la vertical.
10
Casco topino es aquel cuya lumbre es muy corta y los talones altos, debido al mal herraje.
11
Cuando desde la rodilla hasta el casco, los huesos toman una dirección oblicua hacia fuera, de tal manera que el
peso del animal gravita sobre la parte interna del casco.
12
Defecto opuesto al anterior.
13
Caballo o yegua que tiene abombada la parte delantera de la cabeza.
14
Sobre sí de las extremidades anteriores, cuando estando aplomados, los remos torácicos se encuentran mucho más
atrás de la vertical.
15
Las extremidades alcanzan el suelo lateralmente a la línea de aplomos.
16
Corvejones excesivamente juntos.
17
Rodillas muy separadas hacia fuera.
18
Catedrático de anatomía general y especial de la Escuela Nacional de Veterinaria (Madrid, 1843).
Pag. 281
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
la riqueza de esta nación agrícola, necesitará fijar toda su atención y conato en su buen
desempeño, como todo hombre público”.
Para poder practicar dignamente los reconocimientos de sanidad, el profesor veterinario
deberá tener profundos conocimientos en cuatro ramas fundamentales. La Anatomía
descriptiva, la Fisiología, el Exterior y la Patología, especialmente la Quirúrgica,
determinante en la mayoría de compromisos y disputas resultantes de los reconocimientos
de sanidad. Pero, no es suficiente el dominar los citados conocimientos, ya que, algunos
vendedores, y también compradores, llegan a utilizar tretas y medios para engañarlos.
Los reconocimientos deben de realizarse, siempre que se pueda, en un sitio llano, duro,
espacioso y claro. Nunca se reconocerán los animales en los picaderos, porque como estos
tienen una superficie suave e igual, no se aprecian bien las claudicaciones. Los terrenos
duros y desiguales son los más a propósito para observar muchas de las cojeras.
En los casos de reconocer la sanidad, se debe de buscar amplitud. En los espacios
reducidos, ni se puede apreciar bien la regularidad o irregularidad de los movimientos, ni
el profesor tiene garantías de su seguridad personal que puedan dirigirle los animales
indómitos.
Y respecto al modo de practicar los reconocimientos de sanidad, según textos consultados
del siglo XIX, y que coinciden con los actuales, siempre en reposo y después, en acción.
El profesor debe desconfiar siempre, tanto del que vende como del que compra. Solo, los
conocimientos del profesor deben ser determinantes en sus decisiones.
BIBLIOGRAFÍA
Sainz y Rozas, Juan Antonio. Tratado sobre el modo de practicar los reconocimientos de
sanidad. Tipografía de Calisto Ariño. Zaragoza 1873.
Pag. 282
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Resumen
Cuando Bernardo Rodríguez Marinas, primer veterinario español titulado, llega a la Escuela de
Veterinaria de Alfort el 2 de enero de 1777, se encuentra con dos estudiantes españoles en sus aulas.
Quiénes fueron, quién costeó su envío y mantenimiento, o por qué no tuvieron significación
profesional en la implantación de la veterinaria metódica en España, son preguntas a las que damos
respuesta.
Abstrat
When Bernardo Rodríguez Marinas, the first Spanish certified veterinary surgeon, arrives at the
Alfort Veterinary Science School on 02 January 1777, he meets two Spanish students in the
classrooms. Who they were, who funded their transfer and maintenance, or why they had no
professional significance in the implementation of the methodical veterinary science in Spain, are
questions to which we give answers.
1. Proyecto y estrategia
Hace 8 años, en una trabajada ponencia presentada en el Congreso de Historia de la Veterinaria
celebrado en Valencia, mostramos por primera vez con su redacción completa dos reales órdenes
halladas en el Archivo General de Palacio: la de entrada de Bernardo Rodríguez en la Real
Caballeriza en agosto de 1774, realizada por expreso deseo del caballerizo mayor, duque de Medina
Sidonia, que conoce la calidad del trabajo realizado por el maestro herrador y albéitar (de cuias
circunstancias, instrucción y buena conducta estoi informado), en plaza de nueva creación y dotada
económicamente. Y la de octubre de 1776, que designa a Rodríguez para acudir a la Escuela de
Veterinaria de Alfort, pensionado por Carlos III a solicitud de su caballerizo mayor (Enterado el
Rey por la representacion de V.E. de 9 de este mes, de la utilidad que resultaria á la Real
Cavalleriza en tener individuos impuestos radicalmente en la Albeyteria, ha resuelto S.M. que
Bernardo Rodriguez, Ayuda de herrador de caminos de ellas pase á Paris con este objeto como
V.E. ha propuesto, reteniendo el destino, y sueldo que ahora goza..,)1.
En el mismo trabajo dimos a conocer dos informes que hallamos en el Archivo General de
Simancas: el dirigido por el conde de Aranda, embajador de España en París, al conde de
Floridablanca, primer secretario de Estado de Carlos III, apoyando la solicitud de Rodríguez de
compra de libros y utensilios profesionales para traer a España. Aranda ve clara la finalidad
principal de la formación adquirida por Rodríguez: comunicar sus conocimientos a otros. Dice estar
informado a través de la dirección de la Escuela de Veterinaria de Alfort de los progresos
profesionales de Rodríguez, y demuestra su convencimiento respecto al buen resultado de la labor
docente que éste desarrollará a su regreso a España (Creo mui justa su pretension pues no puede de
otro modo lograr ahí completamente el fruto de sus Estudios, y comunicarle á otros. Con cuio
motivo añadiré á V.E. que su arreglada conducta, y los progresos que há echo, de que estoy mui
particularmente informado por los Directores de aquella Escuela, le hacen acrehedor no solo ála
gracia verdaderamente moderada que solicita, sino también álas demás que S.M. quiera
dispensarle como recompensa de su merito, y aplicación). Y el informe original autógrafo que en
1
SALVADOR VELASCO, A., “Instituciones fundamentales en el nacimiento de la veterinaria española”, Libro de
actas XVII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Valencia 2011, pp. 97-137.
Pag. 283
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
abril de 1780 Philibert Chabert, director de la Escuela de Veterinaria de Alfort, dirige al rey de
España, en el que no escatima alabanzas al aprovechamiento de Rodríguez en su estancia en la
Escuela, en la que ha impartido docencia como demostrador en la asignatura de anatomía.
Confirmábamos así lo que ya habíamos expuesto con evidencias numerosas, que la designación de
Bernardo Rodríguez es una elección personal del duque de Medina Sidonia, basada en un criterio
profesional, y que ambos, Medina Sidonia y Bernardo Rodríguez, representan el inicio de la
veterinaria moderna en España. Y también, que el papel desempeñado por el conde de Aranda es
meramente secundario 2.
Convencido de que el conocimiento es la base del progreso, el proyecto de Medina Sidonia es
demostrar en la Real Caballeriza la superioridad científica de la nueva veterinaria sobre la vetusta
albeitería, para después emprender la apertura de una Escuela de Veterinaria como centro civil de
enseñanza y con Bernardo Rodríguez como director. Estaría vinculada al Ejército a través de parte
de su profesorado, y al Real Tribunal del Protoalbeitarato y a la Real Caballeriza a través de su
director, siendo esta última la principal institución de apoyo. Nada diferente al modelo del Colegio
de Cirugía de San Carlos que, agotado el modelo militar de los de Cádiz y Barcelona, se proyecta
como institución civil. El mismo modelo del Real Jardín Botánico y posteriormente del Real
Colegio de Farmacia de San Fernando. Sobre el duque de Losada, sumiller de corps, y el duque de
Medina Sidonia, caballerizo mayor, pivotan los proyectos, todos ellos vinculados a la Real Casa
(médicos de cámara, Real Botica y Real Tribunal del Protomedicato) y a la Real Caballeriza
(herrador y albéitar de número y Real Tribunal del Protoalbeitarato).
Pero en enero de 1779 fallece el duque de Medina Sidonia. El proyecto de una Escuela de
Veterinaria civil se paraliza. Incluso el regreso de Alfort de Bernardo Rodríguez se posterga un año
más. El duque de Medina Sidonia es uno de los “Nombres propios de la Historia de la Veterinaria
española”, y como tal lo incluimos en nuestra tesis doctoral y el posterior libro editado por el
Colegio de Veterinarios de Sevilla 3.
A 2 de julio de 1780 Bernardo Rodríguez es oficialmente el primer veterinario español titulado. En
noviembre, el nuevo caballerizo mayor, marqués de Villena, informa al rey Carlos III de la
incorporación de Rodríguez a la Real Caballeriza, mostrándose el rey deseoso de comprobar “los
adelantos” veterinarios procedentes de Francia. Desde ese momento, la carrera profesional de
Rodríguez se desarrollará en la Real Caballeriza, y si bien alcanzar el nombramiento de herrador y
albéitar de número y ejercer como alcalde examinador de los futuros albéitares conlleva un alto
reconocimiento social y la consiguiente repercusión económica, el deseo de Rodríguez de liderar la
formación de los futuros veterinarios se verá frustrado.
2
SALVADOR VELASCO, A., El inicio de la Veterinaria en España, I, Ed. Colegio de Veterinarios de Sevilla, Madrid
2015, pp. 187-192. “El conde de Aranda y la medicina veterinaria”.
3
SALVADOR, 2015, II, pp. 325-331.
4
SALVADOR VELASCO, A., MAÑÉ SERÓ, MªC., VIVES VALLÉS, M.A., “El príncipe de Monforte, protector de
Segismundo Malats”, Libro de actas XXI Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Soria 2015, pp. 91-101.
Pag. 284
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
embajador Aranda 5, pero también se dirigen a Monforte, pues siguen formando parte del Cuerpo de
Dragones 6. Concluyen su formación en Alfort en junio de 1787, comenzando entonces el periodo
instructivo de Malats en Londres y de Estévez en Turín, regresando a Madrid en junio de 1788.
Si el anterior proyecto de llegada de la moderna veterinaria a España descansa en una persona de
confianza del rey, que encabeza una institución como la Real Caballeriza, el nuevo proyecto lo hace
directamente sobre una institución de confianza del rey, el Ejército.
Antonio Porlier, secretario del Despacho de Gracia y Justicia, comunica al conde de Floridablanca
que, si bien en la junta de Estado celebrada el 1 de septiembre de 1788 se trató sobre la apertura de
escuelas de veterinaria en España, transcurridos dos años aún no se ha avanzado nada sobre el tema.
La llamada de atención tiene un resultado inmediato: por real orden de 9 de septiembre se encarga a
los nuevos veterinarios la elaboración de un plan para la instauración de dos Escuelas de
Veterinaria, una en Madrid y otra en Córdoba. Representa el compromiso oficial de la instauración
en España de la enseñanza metódica de la medicina veterinaria. Y además por partida doble, se
pretende la apertura de escuelas de veterinaria en las dos ciudades que cuentan con Real
Caballeriza.
El 23 de febrero de 1792 se publican una batería de reales órdenes que representan la fundación de
la Real Escuela de Veterinaria de Madrid, la única que Malats y Estévez consideran que debe
abrirse.
La sucesión de acontecimientos producidos y medidas adoptadas desde la decisión en 1788 de
instaurar las primeras escuelas en España hasta su apertura en 1793 los describimos y analizamos
detalladamente en El inicio de la Veterinaria en España, representan la parte central del trabajo.
A 10 de mayo de 1790 se nombra a Segismundo Malats como herrador y albéitar supernumerario de
la Real Caballeriza, una plaza fuera del escalafón oficial a la que se recurre para situarle en
disposición de ocupar la primera vacante que se produzca entre las tres plazas vitalicias de albéitar
de número, saltando sobre el resto de plazas del escalafón. Es nombrado director primero de la
Escuela de Veterinaria de Madrid en febrero de 1792, aunque el título no es expedido por la Real
Cámara de Castilla hasta 12 de febrero de 1793, momento en el que empieza a percibir los 30.000
reales anuales del cargo, dejando entonces de constar en su Regimiento y de percibir sueldo de él.
A 8 de agosto de 1793 es nombrado herrador y albéitar de número, tras la vacante producida por
fallecimiento del titular. A 12 de septiembre jura su nombramiento como alcalde examinador del
Real Tribunal del Protoalbeitarato ante la sala primera de alcaldes de casa y corte del Consejo de
Castilla. La Real Escuela de Veterinaria de Madrid abre sus puertas el 18 de octubre de 1793.
Así, el veterinario militar Segismundo Malats, director de la Escuela de Veterinaria, es la conexión
entre Ejército, Real Caballeriza y Real Tribunal del Protoalbeitarato, siendo el primero la institución
rectora.
5
PÉREZ GARCÍA, J.M., “La primera Escuela de Veterinaria”, Libro de actas IV Congreso de Historia Militar, Guerra
y milicia en la España del X Conde de Aranda, Ed. Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón,
Zaragoza 1998, pp. 264-285, p. 270.
6
SALVADOR (2015), I, pp. 179-184. “Estancia de Malats y Estévez en la Escuela de Veterinaria de Alfort”.
Pag. 285
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
resaltando en ambos casos su escasa edad 7. La anotación precitada es recogida en 1941 por Sanz
Egaña en su Historia de la Veterinaria Española que, aunque comienza con un categórico “quiero
aclarar una noticia”, además de incluir un posible error de nacionalidad finaliza destacando la
unanimidad de autores franceses y españoles sobre la presencia registral de Rodríguez, Malats y
Estévez 8. Es en 2004 cuando Benito Hernández nos facilita el registro completo de Manuel Rivas:
fecha de entrada, envío a cargo del rey de España, y salida en 1784, si bien hay tres grupos de
estudios en los que no consta su finalización 9, lo que abre la duda en Benito de la obtención del
título por Rivas, a lo que hemos de añadir que tampoco se incluye observación alguna por el
profesorado en el apartado correspondiente, lo que dificulta aún más realizar una valoración al
respecto. Los datos referidos por Sanz y hallados por Benito, son recogidos por Sánchez Prieto en
2011 en la semblanza de Bernardo Rodríguez, añadiendo que éste cuenta con Manuel Rivas como
ayudante en su propuesta de Escuela presentada en 1784 10, si bien no indica la procedencia de la
noticia 11. Sin duda, la estancia de Rivas en Alfort es un punto oscuro del inicio de la veterinaria en
España.
Poco es lo escrito sobre el niño Rivas, pero desconocido era hasta ahora el niño Casas. El contacto
de éste último con la veterinaria es de corto recorrido: fallece en junio de 1786 en Saint Maurice,
cuando cuenta con 12 años de edad, habiendo permanecido en la Escuela exactamente dos años.
Como veremos, a ninguno de los dos primeros estudiantes les acompaña la suerte, pero de lo que no
cabe duda es que fueron el primer contacto español con la docencia veterinaria.
La existencia de los dos estudiantes españoles la hemos obtenido de la lectura y análisis de una
reciente tesis doctoral francesa, defendida por Laura Gaitan en la Faculté de Médecine de Créteil en
julio de 2016, y dirigida por profesorado de la École Nationale Vétérinaire D´Alfort 12 . En ella
realiza un estudio sociológico de los estudiantes que ocupan sus aulas durante los primeros 30 años
de existencia. Su contenido es interesante, pero la falta de espacio y su relación tangencial con este
trabajo nos impide adentrarnos en ella.
Gaitan realiza una transcripción de los cinco registros manuscritos Contrôles de l´École Vétérinaire
d´Alfort, depositados en el Archivo Departamental de Val-de-Marne á Créteil. Mientras que Rivas,
Rodríguez, Malats y Estévez están anotados en el manuscrito de registro número 2, Casas está en el
número 1. Todos tienen sus nombres afrancesados: François-Joseph Enmanuel Rivat, Bernard
Rodrigues, Malatz (sin nombre propio), Hippolite Estevez y Joseph Cazas. La extrapolación nos
lleva a determinar que el apellido correcto de este último es Casas, aunque no podemos asegurar
terminantemente que no sea Cazas.
¿Por qué calificamos la estrategia elegida como extraña? Porque enviarlos con 10 años de edad a
Francia a estudiar veterinaria no puede calificarse más que como una excentricidad. Durante los 30
primeros años de existencia de la Escuela francesa pasan por sus aulas 1140 alumnos (58 de ellos
extranjeros), cuatro son inscritos a poco de su nacimiento o con pocos años de vida, se trata de los
hijos de Bourgelat, Bredin, Chabert y Flandrin, siendo los españoles Rivas y Casas los alumnos de
menor edad no hijos de directores o profesores de la Escuela. Son los únicos inscritos con 10 años,
no hay alumnos de 11 ni de 12 años; solo son 4 los de 13; y 15 los que tienen 14 años cumplidos. El
grueso de los alumnos menores de 16 ingresa mayoritariamente antes del fallecimiento de
7
RAILLET A., MOULÉ, L.; Histoire de l´École d´Alfort, Ed. Asselin et Houzeau, París 1908, pp. 413 y 698. “Ainsi, en
1776, l´Espagnol Rivas entre à l´áge de dix ans”, y “Le goubernement espagnol entretenait aussi à Alfort le jeune
Rivas, entré à dix ans”.
8
SANZ EGAÑA, C., Historia de la Veterinaria española, Ed. Espasa-Calpe, Madrid 1941, p. 244.
9
BENITO, M., VIVES, M.A., MAÑÉ, M.C., PÉREZ, J-M., DE JAIME J-M., “Estudio del control de alumnos de los
primeros estudiantes españoles en la Escuela de Veterinaria de Alfort (Francia)”, Libro de actas X Congreso Nacional
de Historia de la Veterinaria, Olivenza 2004, pp. 415-416.
10
SÁNCHEZ DE LOLLANO PRIETO, J., “Bernardo Rodríguez Marinas”, Semblanzas Veterinarias, III, Ed. Consejo
General de Colegios Veterinarios de España, Bilbao 2011, pp. 29-52, p. 36.
11
Podemos asegurar que la cita proviene del Archivo Histórico Nacional, del legajo 3216 de la sección Consejos, una
vez que su expediente número 1 vuelve a tener contenido tras varios años de extravío. Original en: A.H.N., Consejos,
legajo 3216, expediente 1.
12
GAITAN, L.C., Les premiers élevès de L´École Vétérinaire d´Alfort (1766-1796), tesis doctoral dirigida por
DEGUEURCE, C., ENVA, 2016.
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Corberbecque, acompañadas del tratamiento Monseigneur o Monsieur como era usual en las obras
editadas en esa época en Francia, como vemos en los trabajos de M. Bourgelat o de M. Chabert,
siendo Le Bailly reclamado para emitir informes en diversos temas veterinarios españoles 19. Lo que
ahora nos interesa, es que Josef Le Bailly detenta el empleo de capitán en la Real Compañía Valona
de Guardias de Corps 20, compañero de armas del XI duque de Huéscar, que es comandante jefe de
la Brigada de Carabineros y teniente general del Ejército; y del XI duque de Arcos, que es capitán
general del Ejército pero se mantiene como capitán al mando de la Real Compañía Española de
Guardias de Corps. El cuarto protagonista es Bernardo Rodríguez, primer veterinario español
titulado, que ejerce en la Real Caballeriza atendiendo los caballos del rey, que por ello tiene acceso
a información que de otro modo le estaría vedada, y, sobre todo, que ha tenido como compañeros de
estudios a los dos “niños” enviados a Francia.
En función de sus respectivos cargos, Le Bailly y Rodríguez pueden ser conocedores tanto de las
intenciones de Huéscar como del personaje que envía a Rivas y a Casas a estudiar veterinaria a
Alfort, aunque el momento y la circunstancia en la que se da a conocer este hecho histórico hace
necesario que ahondemos en el relato para corroborar su veracidad.
Analizamos el argumento de Le Bailly respecto a que el duque de Huéscar tuvo la intención de
enviar a dos seleccionados mancebos de herrador a formarse a Alfort para a su vuelta dirigir la
Escuela de Veterinaria que se instalaría en Córdoba. Huéscar, Francisco de Paula de Silva y Álvarez
de Toledo, desarrolla su carrera militar en Caballería y dirige una Brigada en la que el caballo
resulta ser protagonista; es caballerizo mayor de la Real Caballeriza cordobesa por herencia
permanente de su Casa; y además es hermano de Mariana de Silva, esposa del duque de Medina
Sidonia, que cuatro años después realiza en la Real Caballeriza madrileña el primer movimiento
para enviar a Rodríguez a Alfort. Así, los condicionantes hacen plausible el proyecto que Le Bailly
atribuye al duque de Huéscar, aunque también posibilitan el relato de Rodríguez, siendo su
temprano fallecimiento en abril de 1770, a la edad de 36 años, lo que impide el desarrollo de
cualquiera de los proyectos. El fondo de la cuestión, es que el envío de dos estudiantes a Alfort
queda en simple proyecto. No obstante, por si hubiese quedado algún rastro escrito de su intención,
hemos dirigido nuestra investigación hacía el Archivo de la Fundación Casa de Alba, sin obtener
ningún resultado positivo 21.
Entramos ahora a examinar el relato realizado por Bernardo Rodríguez. Es el duque de Arcos,
Antonio Ponce de León y Spínola, que ostenta el título de 1763 a 1780, quien recoge el testigo de
enviar a dos mancebos de herrador a la Escuela de Veterinaria de Alfort, aunque Rodríguez retarda
en unos meses la entrada de éstos en la Escuela, pues escribe: “despues del Rey mantuvo dos
pensionados Españoles en la Escuela de Veterinaria de Paris”, cuando documentalmente la llegada
de Rivas y Casas se produce siete meses antes que la de Rodríguez. La alteración temporal dejaría
al rey como promotor originario y a él mismo como primer pensionado, si bien su condición de
primer veterinario español titulado en absoluto resulta afectada. Como hemos visto, la afirmación la
realiza públicamente en enero de 1789 en respuesta interesada a una polémica, y la reitera al año
siguiente en el Catalogo. Además, podemos ahora mostrar una referencia al duque de Arcos
realizada por Rodríguez de forma espontánea, incluida en la solicitud dirigida al rey que acompaña
19
SALVADOR (2015), I, pp. 198-200. El segundo apellido de Le Bailly, Correrbergue, lo encontramos así anotado en
el archivo de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, pero en documentación del Archivo
Histórico Nacional hallamos dos autógrafos en los que, con b o con v alternante, éste es Corberbecque (Consejos, legajo
3216, expediente 1, y Consejos, legajo 5556, expediente 33), que es el que utilizaremos en adelante.
20
Cada una de las tres compañías (española, italiana y valona) tiene al frente un capitán, que ejerce como comandante
en jefe de la misma.
21
José Manuel Calderón Ortega, director del archivo de la Fundación Casa de Alba, y a quien agradecemos su atención,
nos advierte de la dificultad de la existencia de documentación administrativa correspondiente al periodo, pues el
bombardeo e incendio producido durante la Guerra Civil dañó gravemente al conjunto del palacio de Liria, incluido el
archivo. Véase, CALDERÓN ORTEGA, J.M., El Archivo de la Casa de Alba: pasado y presente, pp. 79-100,
https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2015-11-23-j2015_maq_calderon%20ortega%20jose%20manuel.pdf
Pag. 288
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
a su “miniplan” 22 para la apertura de una Escuela de Veterinaria realizado en 1784: “El difunto
duque de Arcos, dejó en dicha escuela un joven de Nación español, y aunque de tierna hedad…” 23.
Entre ambos escritos, Bernardo Rodríguez fundamenta la presencia de Manuel Rivas y de José
Casas en la Escuela de Veterinaria de Alfort, a quienes tuvo como compañeros. Y también la
desgracia personal de ambos: “el uno murió allí, y el otro despues de haber regresado á su patria”,
así, Casas fallece en 1768, y Rivas entre 1784 y 1789.
Nos queda aclarar, que si bien en el libro de control de alumnos se señala que el mantenimiento en
la Escuela de Alfort de Manuel Rivas es “par le Roi d´Espagne”, en ningún documento
perteneciente a la Real Caballeriza incluido en los varios cientos de legajos del Archivo General de
Palacio que a lo largo de los años hemos revisado, aparece su nombre. Ni tampoco en la reciente
revisión de la sección de expedientes personales figuran Manuel Rivas ni José Casas. La Corona no
estuvo relacionada de forma directa con los dos primeros estudiantes de veterinaria, si bien al
tratarse de un proyecto auspiciado por una persona de entera confianza del rey y con contacto
cotidiano, es presumible que conociera el proyecto.
Conclusión
El inicial proyecto de una Escuela de Veterinaria civil tiene al caballerizo mayor duque de Medina
Sidonia, y al maestro albéitar y veterinario Bernardo Rodríguez como protagonistas. El
fallecimiento del primero, paraliza el proyecto y posterga al segundo.
Un hombre de confianza del rey es sustituido por una institución de confianza de la Corona. El
nuevo proyecto, con el veterinario militar Segismundo Malats al frente, está vinculado con la Real
Caballeriza y el Real Tribunal del Protoalbeitarato, pero liderado por el Ejército.
Previamente a sendos proyectos, el duque de Arcos envió y mantuvo a dos estudiantes españoles en
la Escuela de Veterinaria de Alfort. Si bien la suerte no acompaña al desarrollo de su proyecto,
consideramos que su planteamiento parte de premisas que dificultan su éxito.
Agradecimiento
Esta comunicación tiene dos partes claramente diferenciadas, una es el contenido de la tesis
doctoral de Gaitan y la otra el conjugarla con lo escrito por Le Bailly y por Rodríguez. Justo es
reconocer que el punto de arranque de este trabajo, la tesis doctoral, me ha sido facilitado por Rosa
González, mi esposa, tratándose de otro más de los numerosos aportes que a lo largo del tiempo me
ha ido facilitando gracias a sus originales y constantes búsquedas, tanto en archivos y bibliotecas
digitales como en Google.
22
SALVADOR (2015), I, pp. 150-159, p. 151. El “miniplan” de Rodríguez consta únicamente de cinco páginas que
contienen 20 artículos, que en nuestra tesis doctoral ya calificamos como un “grave error presentar un reglamento
resumido”, si bien la oportunidad de una veterinaria civil ha desaparecido junto con su valedor, el duque de Medina
Sidonia.
23
A.H.N., Consejos, legajo 3216, expediente 1.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Bloque F:
Semblanzas
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
LA VETERINARIA
A modo de introducción
Pag. 291
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
CALMETTE. -
Medico de la marina francesa. Fundador del Instituto
Pasteur de LILLE. Miembro de la Academia de Medicina y de
las Ciencias de Francia. Maestro de GUERIN y luego su gran
amigo.
Cuenta GUERIN en sus memorias que ante el desastre, iba todas las mañanas al
despacho de Calmette y retiraba las cartas injuriosas que este recibia desde ALEMANIA.
Pag. 293
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
IGLESIA. -
Durante muchos años en la lucha contra las zoonosis,
doctrinas filosoficas y religiosas basandose en la inmortalidad
del alma que situaba a los humanos por encima y muy alejados de
los animales, se oponian a estos trabajos. Coko buen ejemplo
recordaremos que el
Papa GREGORIO XVI afirmaba que la vacunacion antivariólica
introducía la “animalidad” en el hombre, posición bien distinta a la
de San Francisco que llamaba hermanos a las plantas, animales, al
sol y a la luna.
Pag. 294
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
En el tiempo transcurrido desde la promulgación de la Pragmática de los Reyes Católicos hasta la
creación de las Escuelas de Veterinaria, la mayor parte de la actividad veterinaria en casi todas las
provincias españolas era obra de los albéitares-herradores. Su presencia en Córdoba capital durante
el siglo XIX fue objeto de otro estudio que presentamos en la pasada edición de este Congreso.
Analizamos ahora la información de las localizaciones de los albéitares y herradores en la ciudad de
Córdoba en el siglo XVIII y la comparamos con la del siglo posterior. Se deduce la evolución que
experimentaron esos profesionales en una época tan sugestiva como la que contempla el paso del
Antiguo al Nuevo Régimen. En este trabajo, como primera parte del estudio, hemos recurrido al
Padrón Municipal de Córdoba de 1768 como fuente de información, completándose el análisis del
tema, en un segundo trabajo, con la del Catastro de Ensenada y el Registro de títulos de albéitares de
1767 en el Ayuntamiento de Córdoba.
Como se ha indicado, hemos revisado el padrón municipal de Córdoba de 1768, atendiendo a cada
parroquia, cada calle y cada casa para localizar la presencia de albéitares o herradores, su distribución
urbanística y sus datos personales y familiares. De la información obtenida, se deduce la estructura
social de la Córdoba de esos años que abordamos de manera específica para los albéitares y
herradores. Se han localizado residencias de 22 albéitares en 12 parroquias diferentes, concentrándose
especialmente en aquellas que lindan con las murallas de la ciudad y sus puertas de entrada, siendo
éstos los lugares más propicios para atender a las caballerías que entraban o salían de la ciudad. La
proporción entre el número de maestros herradores y el censo de habitantes de Córdoba en aquella
fecha resultó de 1:1826. La mayoría eran casados con hijos y pupilos, y con una edad media de 47,19
años.
Abstract: In the time elapsed since the promulgation of the Pragmatics of the Catholic Monarchs
until the creation of the Veterinary Schools, most of the veterinary activity in almost all the Spanish
provinces was the work of the albéitares-farriers. Its presence in the capital of Córdoba during the
19th century was the subject of another study that we presented in the last edition of this Congress.
We now analyze the information of the locations of the albéitares and blacksmiths in the city of
Córdoba in the eighteenth century and compare it with that of the later century. It follows the
evolution experienced by these professionals in a time as suggestive as that which contemplates the
transition from the Old to the New Regime. In this work, as the first part of the study, we have resorted
to the Municipal Register of Córdoba of 1768 as a source of information, completing the analysis of
the subject, in a second work, with that of the Ensenada Cadastre and the Registry of albéitares titles
of 1767 in the City Hall of Córdoba.
As indicated, we have reviewed the Municipal Register of Córdoba of 1768, attending to each parish,
each street and each house to locate the presence of albéitares or blacksmiths, their urban distribution
and their personal and family data. From the information obtained, the social structure of Córdoba is
deduced from those years that we address specifically for albéitares and blacksmiths. Residences of
22 albéitares have been located in 12 different parishes, focusing especially on those that border the
city walls and their entrance doors, these being the most favorable places to attend the cavalries that
entered or left the city. The proportion between the number of blacksmith teachers and the census of
inhabitants of Córdoba on that date was 1:1826. Most were married with children and pupils, and
with an average age of 47.19 years.
Palabras clave: censos, distribución urbanística, estructura social, profesiones
Keywords: censuses, urban distribution, social structure, professions
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Introducción
En los distintos Congresos de Historia de la Veterinaria se han venido abordando la situación de
albéitares y herradores en distintas localidades o regiones. Como ejemplo de ello se podrían citar los
trabajos de Camacho Martín de las Mulas et al (2005ab) y Abellán (2016) sobre los albéitares en
Murcia y Córdoba; el de Cubillo de la Puente (2006) para los de León; el trabajo de Fernández Doctor
y Martínez Bordenaue-Gussedat (2007) sobre los de Zaragoza; los de Dehesa Santisteban (2007) y
Dehesa Santisteban y Dehesa García (2014) para los de Vizcaya; y, más recientemente, el de Muñoz
en Castilla-La Mancha (2017). Por nuestra parte, Becerra et al. (2018), anteriormente nos ocupamos
de la presencia de albéitares y veterinarios en la provincia y en la capital cordobesa de la segunda
mitad del siglo XIX, localizando sus domicilios y debatiendo la situación profesional y social de
aquellos profesionales en aquel momento. En esas fechas España, y Córdoba en particular, habían
experimentado ya profundas transformaciones y se había iniciado un lento camino hacia la
modernidad como consecuencia de los avances en las políticas sociales y económicas de la sociedad
española y de los descubrimientos científicos que se produjeron a lo largo de la segunda mitad de esa
centuria. En el caso de la capital cordobesa las mutaciones afectaron tanto a las reformas urbanísticas
de la ciudad, como a los cambios generados en la profesión veterinaria al crearse su Escuela
Subalterna de Veterinaria en 1847. Ello supuso que la formación de los profesionales veterinarios
adquiriese carácter universitario y, en consecuencia, lograsen un mayor prestigio y consideración ante
las distintas instituciones de la sociedad cordobesa. También se ampliarían sus objetivos profesionales
hacia otras especies y hacia otras tareas más allá de los équidos y del herrado.
Estos cambios son mucho más patentes cuando se establece la comparación con la situación previa
de partida. Si retrocedemos en el tiempo en más de una centuria, a mediados del siglo XVIII, las
circunstancias de entonces acusan los cambios que se produjeron en la vida social, urbanística,
cultural y económica de la ciudad de Córdoba, y en la propia actividad veterinaria. Gómez Navarro
(1993) la describe como una ciudad que seguía sometida a una economía fuertemente dependiente
del sector terciario, mientras que las propiedades estaban en manos de los grandes señores feudales o
nobles y de la Iglesia. Hasta avanzada la segunda mitad del siglo XVIII no se comienzan a producir
tímidos cambios en la urbanización y en la economía de Córdoba que mantenía unas características
propias del medievo.
El objetivo de este trabajo fue analizar la información de las localizaciones de los albéitares y
herradores que desempeñaban su profesión en la ciudad de Córdoba en el siglo XVIII y compararla
con la del XIX para deducir los cambios que se produjeron en ese sector profesional. Los análisis de
los padrones municipales además son útiles para entender la estructura social y profesional en
aquellos tiempos
Metodología
Para obtener la información sobre la situación de la albeitería en Córdoba a mediados del siglo XVIII,
se ha recurrido a tres fuentes principales: los padrones municipales del Ayuntamiento de Córdoba
correspondientes al año 1768, existentes en el Archivo Municipal; las referencias incluidas en los
Memoriales del Catastro de Ensenada de 1754-57; y la relación de títulos de albéitares y herradores
entregados al Consejo de Córdoba en cumplimiento de la Real Orden de 31 de diciembre de1766 que
se conservan en el Archivo Municipal de Córdoba. Ha sido también de gran utilidad la obra de
Santiago y Rodero (2019), “La Escuela Subalterna de Veterinaria en la Córdoba de mediados del
siglo XIX”.
Resultados y discusión
Los datos incluidos en los padrones municipales de Córdoba de 1768 se encuentran agrupados en
parroquias, dentro de ellas en calles y, por último, en casas. Se han revisado las 12 parroquias
incluidas en el padrón. De las diferentes caligrafías y criterios sobre la información incluida, se
deduce que las tareas de recogida de datos de cada parroquia se encomendaban a diferentes personas.
En este trabajo se ha realizado una labor ardua para identificar la información parroquia por parroquia,
calle por calle y casa por casa.
El número de parroquias existentes en aquella época fue variando a lo largo del tiempo. Antes de la
segunda mitad del XVIII, Gómez Navarro (1993) lo estima en 15, sin tener en cuenta el Campo de la
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Verdad, pero en el plano del Barón de Karvinsky de 1811 sólo se citan 13. En el padrón municipal
de 1768 con el que hemos trabajado se reducen a 12, ya que la parroquia correspondiente a La
Compañía o El Salvador aparece incorporada con San Nicolás de la Villa. Las que alojaban al mayor
número de vecinos eran Santa Marina, San Pedro, San Lorenzo y la del Sagrario o Catedral.
Los padrones municipales nos han permitido obtener los siguientes tipos de datos sobre los albéitares
y herradores que ejercían en la Córdoba en 1768: nombre, edad, profesión, estado civil, número hijos
o personas a su servicio (auxiliares, aprendices, etc.) y los domicilios de los titulares. En el cuadro
inferior mostramos los datos de nuestra prospección.
Es destacable que en ningún caso se les refiere como albéitares, sino como herradores o maestros
herradores, diferenciándoles de oficiales herradores y de aprendices. Sanz Egaña (1941) explica que
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
en España los primeros herradores se iniciaban como simples artesanos o menestrales y sin perder su
maestría manual se titulan en Albeitería como una ampliación de estudios, sin confundir la actividad
menestral con la profesión cultural. Se titulan primero maestros herradores y después albéitares
Se domiciliaban en la parroquia de la Catedral cinco herradores o maestros herradores; en La
Magdalena, uno; en San Andrés, cuatro; en San Pedro, dos; en Santa Marina, cinco y dos oficiales;
en La Compañía, uno y un aprendiz; en San Nicolás de la Axerquía, uno; en San Nicolás de la Villa,
dos, y en San Lorenzo, uno.
En aquellos tiempos Córdoba mantenía las murallas y 12 puertas de entrada a la ciudad. Las de mayor
tránsito eran la de El Puente, la de El Rincón, Puerta Nueva y Puerta Gallegos. Las dos primeras
estaban en las parroquias que concentraban el mayor número de herradores para poder atender a las
bestias que entraban o salían de la ciudad transportando personas o mercancías. La presencia de un
número importante de herradores en la parroquia de San Andrés se puede justificar porque en ese
barrio comenzaban a concentrarse los profesionales más selectos, especialmente de profesiones
liberales.
Córdoba a partir de 1840 va a experimentar hondas modificaciones urbanísticas, que afectarán
especialmente al derribo de gran parte de las murallas de la ciudad y la desaparición de parte de sus
puertas. Aparecen zonas urbanísticamente nuevas, que van a ser lugares elegidos por las clases medias
y altas, entre ellas las de carácter liberal. Si se comparan los resultados de 1768 aquí obtenidos con
los de 1850 (Becerra et al, 2018), se observa cómo se mantiene la preponderancia de las parroquias
de La Catedral y Santa Marina, que en ambas fechas concentran más del 20 % de los domicilios de
los herradores Sin embargo, sí cambian con el tiempo los porcentajes en las parroquias de San Pedro
y San Andrés, probablemente al ser parroquias colindantes se daría lugar a ligeros cambios de
domicilios o incluso se prestaría a confusión en la asignación de parroquia. Por ejemplo, la calle
Almona pertenecía a San Andrés, y la plaza de la Almagra a San Pedro, pero la primera desembocaba
en la otra.
Aunque la preferencia de los albéitares y herradores se mantuvo por la parroquia de Santa Marina,
resulta lógico pensar que aumentara el interés por residir en San Pedro (29%), dada su proximidad a
la Escuela ya que allí residía el 50% de su profesorado. Algunos de los jóvenes veterinarios también
tendrán esta tendencia, pero la mayor parte ejercerán su oficio en locales en los que podían herrar a
las caballerías, situados en los mismos barrios elegidos en el siglo XVIII. Es decir, que las parroquias
de la Catedral, San Pedro y Santa Marina seguían siendo lo más concurridos para la práctica
veterinaria.
El estudio de los padrones municipales en relación a las profesiones de los habitantes nos ha permitido
constatar la correspondencia de la denominación de las calles con la ubicación de los miembros de
los gremios más tradicionales, por ejemplo, calles de: La Platería, Especieros, Ollería, Lineros,
Carniceros. entre otras muchas. En la parroquia de San Miguel, una de sus plazuelas mantenía el
nombre “del herrador”, y en la de San Pedro, se encontraba la calleja de los herradores.
La proporción de albéitares por habitante en Zaragoza en 1797 era de 1:1847 y en 1860, era de 1:1927
(Benito Hernández et al. 1998). Se ha reconocido que es difícil poder fijar el número de habitantes
que tenía la ciudad de Córdoba en el siglo XVIII ya que las cifras son muy variables de un autor a
otro. En los años 1745-47 el número de vecinos podía estar alrededor de los 12.000, lo que supondría
un número de habitantes de 42.000 (Gómez Bravo, 1993). En nuestro caso, suponiendo una población
de 42.000 habitantes, la proporción de albéitares herradores por habitante sería de 1:1826.
Algo más del 50% tenían hijos. Era una población envejecida, que en algunos casos superaban los 60
años y llegando, en el caso de un maestro herrador, a los 76 años. Aunque con mucha variabilidad, la
edad media de estaba en 47,19 (d.s.11,72 y C.V. 24,87).
Herrero (1984), mencionando a Domínguez Ortiz, describe el estado agrosocial del siglo XVIII del
siguiente modo: “el estado llano se componía fundamentalmente de campesinos en un ochenta por
ciento, era el estado fundamental que, en cierto modo, incluía a la sociedad entera”. El resto lo
formaban, por una parte, la naciente burguesía, y por otra, el clero y la nobleza. Si no referimos a la
capital cordobesa y a mediados de esa centuria, de acuerdo con Gómez Navarro, el sector primario
representaba el 52,92%; el secundario, el 26,19% y el terciario el 20,87%. Estas proporciones
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Ana María González Martínez1,2, Evangelina Becerra Rodero1 y Evangelina Rodero Serrano1,2
1
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)
2
Dpto de Producción Animal. Universidad de Córdoba (España). Grupo AGR-134. Ceia3
a
[email protected]
RESUMEN
Como continuación de la otra comunicación sobre los domicilios de los albéitares y herradores en la
ciudad de Córdoba a través del Padrón Municipal, resulta interesante ampliar el estudio hacia otras
fuentes de información para ocuparnos de su situación en Córdoba a mediados del siglo XVIII, ya
que esos fueron unos años en que la Albeitería inicia su declive que finalizará con la creación de las
Escuelas de Veterinaria y el nacimiento de la Veterinaria.
En esta segunda parte se recurre al análisis de datos que se obtienen del Catastro de Ensenada de 1754
a 1757 y a la documentación referente a los registros municipales de títulos de albéitares que ejercían
en Córdoba en 1767. De forma complementaria a la de los padrones, ambas fuentes documentales
proporcionan información sobre la edad, el estado civil, familiares, pupilos y profesión por la que se
les reconocía: albéitares o maestros herradores. Se realiza también la contrastación con los registros
correspondientes a los años cincuenta del siglo siguiente, ya analizados en la edición anterior del
Congreso.
De la comparación de los datos obtenidos del Catastro de Ensenada (1754 a 1757) con los del Padrón
Municipal del 1768, se deduce una coincidencia casi total del número de albéitares registrados,
variando muy poco en esos 10 años (21 frente a 22 albéitares-herradores). Por el contrario, esas cifras
del censo disminuyeron en el Registro Municipal de Títulos de estos profesionales de 1767, que fue
sólo de 17. Ello sugiere la posible situación irregular de algunos de los albéitares que ejercían en la
ciudad de Córdoba.
Abstract
As a continuation of the communication about the homes of albéitares and blacksmiths in the city of
Córdoba through the Municipal Register, it is interesting to expand the study to other sources of
information to address their situation in Córdoba in the mid-eighteenth century, since Those were a
few years when the Albeitería began its decline that will end with the creation of the Veterinary
Schools and the birth of the Veterinary.
In this second part, the analysis of data obtained from the Cadastre of Ensenada from 1754 to 1757
and the documentation referring to municipal records of albeitares titles held in Córdoba in 1767 are
used. Complementary to that of the registers, both Documentary sources provide information on age,
marital status, family members, pupils and profession by which they were recognized: albéitares or
farring masters. The contrast is also made with the records corresponding to the fifties of the following
century, already analyzed in the previous edition of the Congress.
From the comparison of the data obtained from the Cadastre of Ensenada (1754 to 1757) with those
of the Municipal Register of 1768, an almost total coincidence of the number of recorded albeitares
is deduced, varying very little in those 10 years (21 versus 22 albeitares- blacksmiths). On the
contrary, these census figures decreased in the Municipal Registry of Titles of these professionals of
1767, which was only 17. This suggests the possible irregular situation of some of the albeitares that
exerted in the city of Córdoba.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Introducción.
Teniendo en cuenta los cambios profundos que supusieron para la profesión veterinaria la creación
de las Escuelas Subalternas y también de otras medidas de tipo normativo que se proclamaron a
mediados del siglo XIX (regulación de las subdelegaciones de veterinaria, supresión de exámenes por
pasantía, etc.), y las grandes transformaciones urbanísticas habidas en Córdoba al pasar del Antiguo
al Nuevo Régimen, parece interesante comparar la distribución de los albéitares y herradores en la
ciudad de Córdoba a mediados del siglo XVIII con la que presentaban un siglo más tarde y así inferir
en las modificaciones que estaba experimentando la profesión veterinaria bajo las perspectivas del
número de profesionales que ejercían en Córdoba capital y la distribución de sus domicilios en el
callejero cordobés.
Metodología
Con ese propósito, en esta segunda parte de nuestro estudio, hemos recurrido a analizar los datos
procedentes del Catastro de Ensenada de los años comprendidos entre 1754 y 1757 y los del registro
de títulos del Ayuntamiento de Córdoba (1767) para compararlos con los de los padrones municipales
de 1767 (trabajo anterior, parte I) y con los de mediados del siglo XIX, ya anteriormente trabajados
por nosotros (Becerra et al, 2018).
El Catastro de Ensenada lo conforman un conjunto de libros fruto del trabajo de años de delegados
de la Administración que se elaboró con fines recaudatorio. Muñoz (2017) y Rodríguez Domenech y
Rodríguez Espinosa (2015) describieron la composición del Catastro de Ensenada. Estos últimos lo
hacen de forma muy clarificadora y esquemática a través de la siguiente gráfica:
Por la gráfica se puede apreciar la composición del Catastro cuya información primaria se compone
en dos tipos: Respuestas Generales y Memoriales. Las primeras, en número de 40, se dirigieron a
grupos profesionales u otros colectivos, mientras que los memoriales se obtuvieron de forma
individual o personal, especificándose el nombre y apellidos de cada persona, su estado civil, la edad
y profesión, el número de hijos y pupilos o sirvientes. En las Respuestas Generales al interrogatorio
nº 32 se incluyen las profesiones liberales y en las 33 y 34 los datos globales de actividades artesanales
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
y oficios. Los albéitares aparecen en esta últimas dentro de los gremios, recogiéndose su número y
características.
Como se ha indicado, la otra fuente de información utilizada ha sido el Registro de los títulos de
albéitares y herradores entregados al Consejo de Córdoba en cumplimiento de la Real Orden de 31
de diciembre de1766, existente en el Archivo Municipal de Córdoba.
Poco antes de esa fecha todavía se mantenía una situación difícil para los albéitares. Aunque la
Pragmática de los Reyes Católicos, que obligaba a superar un examen para ejercer la veterinaria,
había supuesto un destacado avance al evitar gran parte del intrusismo, en 1700 la profesión no había
logrado liberarse aún del carácter gremial en el que se le incluía.
Como respuesta a estas circunstancias los albéitares madrileños en 1737 solicitan al Rey que “se les
debe reputar y tener como profesores de Arte liberal y científico y conceder determinados derechos
y exenciones” (Sanz Egaña, 1941). La petición fue informada favorablemente por la “Sala de
Alcaldes” y recogida en la Pragmática Real de 1739. Como el mismo Sanz Egaña señala, no debieron
cumplirse con exactitud las disposiciones de la Pragmática. Los padrones municipales de Córdoba de
1767 son el testimonio de las diversas denominaciones y consideraciones para estos profesionales. El
intrusismo y la confusión entre las titulaciones (conflicto con los herreros) obligó a dictar una Real
Orden del Consejo de Castilla en 1767 para “evitar que los albéitares y herradores no ejerzan sin
poseer los correspondientes títulos”.
En el Archivo Municipal de Córdoba está depositado un legajo que incluye los documentos relativos
a esa Real Orden. Lo componen los documentos por los que se insta al Ayuntamiento para que se
obligue a los albéitares y herradores a que exhiban sus títulos y queden registrados formalmente en
los libros municipales (C-877/ 2/1). Forman el legajo:
a) El escrito recibido el 31 de octubre de 1766 del Consejo Real por el que a petición de los
examinadores y jueces del Protoalbeiterato se manda que “a fin de evitar los daños y perjuicios
que puede originar el ejercer personas ignorantes de esos oficios, sin examen ni títulos
correspondientes, tengan que hacer exhibición formal de sus respectivos títulos en el
Ayuntamiento, asentándolos en sus libros dando cuenta al Consejo de cualquier contravención y
suspendiendo de oficio al que no se encontrare sin el debido título”.
b) La Orden del Consejo Real de Castilla dada en Madrid con fecha 31 de octubre de 1767 que toma
registro de entrada en Córdoba el 2 de noviembre del mismo año de 1767.
c) El certificado del Corregidor de la ciudad D. Manuel Fernández de Cañete de haber recibido la
Orden con el acuerdo de comunicarla a todos los albéitares y herradores de Córdoba para que
muestren sus títulos. El documento del Corregidor tiene fecha de 9 de noviembre de 1767 pero
no se hace la notificación hasta el día 21, dándose 15 días para su cumplimiento y amenazando
con la pena de ocho ducados quien no la cumpliese.
d) Por último, contiene también la relación de los 17 profesionales que hicieron la presentación de
sus títulos, denominados a veces como herradores y albéitares, y otras sólo como herradores.
Resultados y discusión.
Comenzamos analizando los resultados obtenidos del Catastro de Ensenada por ser los más tempranos
(1757) para compararlos con los padrones municipales y con el registro de los títulos, ambos de 1767,
y luego con los de un siglo después.
En las Respuestas Generales del Catastro correspondientes a los gremios (nº 33), sólo se incluyen en
la ciudad de Córdoba a 21 herradores o maestros herradores, ésta era la denominación que se aplicaba
a todos los profesionales de la Veterinaria. A principios del XVIII no quedaban perfectamente
delimitadas las prerrogativas de los tres oficios: herreros, herradores y albéitar (Fernández Doctor y
Martínez-Bordenaux, 2007). En el mismo apartado se incluyen también a 17 herreros y 8 herrerías.
En las respuestas a la pregunta anterior nº 32 se citan a 11 médicos y a 24 boticarios.
Pero de los Memoriales se deduce que existían entonces en la capital 26 personas tituladas como
albéitar-herradores, maestro herradores y oficiales herradores. De estos últimos, se incluían cinco que
no dependían de maestros herradores o albéitares y que se encontraban estabilizados en su trabajo
con edades de 30 o más años. Doce de los albéitares y herradores contaban con oficiales o aprendices
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
que en algunos de los casos eran hijos suyos. La edad de los albéitares-herradores oscilaba entre los
28 a 68 años ( = 43,10 y CV=27,19). La edad media de los herreros era muy similar, 44,00 años y
CV 27,32. Llama la atención la existencia de personas de edad avanzada en ambos casos.
La relación de albéitar-herradores del Catastro de Ensenada 1754-57 es la siguiente:
1. Juan de Dios Benavente. Maestro herrador. 60 años, casado, una hija y un oficial de dicho oficio.
2. Joseph Diéguez y Sáez. Maestro herrador. 32 años. Casado y un hijo.
3. Vicente Diéguez. Maestro herrador. 35 años. Casado, una hija y un hijo.
4. Juan Gómez Cabrilla. Herrador y albéitar. 53 años. Tres hijos y un oficial.
5. Juan Cabello. Maestro herrador. 68 años. Casado.
6. Juan de la Barrera. Herrador y albéitar. 44 años. Soltero, un oficial y un aprendiz.
7. José Antonio de los Ríos. Maestro herrador. 49 años. Casado, un hijo de 19 años del mismo
oficio.
8. Juan de Campos. Maestro herrador. 40 años. Casado.
9. Diego garrido. Maestro herrador. 28 años. Casado, un hijo.
10. Jacinto de carrasquilla. Maestro herrador. 36 años. Casado, tres hijos y un oficial.
11. Juan Gómez de Sepúlveda. Herrador y albéitar. 43 años. Casado y seis hijos.
12. Juan Francisco del Hoyo. Herrador y albéitar. 48 años. Soltero y un oficial.
13. Alonso Molina. Herrador y albéitar. 30 años. Casado.
14. Juan Camacho Criado. Herrador y albéitar. 60 años. Un hijo de 38 años oficial de albéitar.
15. Luis García. Maestro herrador. 30 años. Casado.
16. Joseph Fernández. Maestro herrador. 53 años. Soltero.
17. Joseph Miguel de Góngora. Maestro herrador y albéitar. 36 años. Casado, un hijo y un aprendiz.
18. Antonio de Luque. Maestro herrador. 34 años. Casado. Con tienda.
19. Antonio Montero. Maestro herrador y albéitar. 40 años. Dos hijos y un oficial.
20. Joseph de León. Maestro herrador. 56 años. Casado Tiene un aprendiz.
21. Francisco de la Torre. Maestro herrador y albéitar. 30 años. Casado, tiene un hijo y dos
aprendices.
Constan también los siguientes oficiales de herrador:
22. Andrés Girón Barrera. 32 años.
23. Joseph de Huélamo. 30 años.
24. Francisco García. 66 años.
25. Rafael Muñoz. 50 años.
26. Salvador López. 30 años.
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Referencias
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los domicilios de veterinarios y albéitares por parroquias en la Córdoba de 1850 y 1874. XXIV
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de albéitares de Zaragoza en el siglo XVIII. XIII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria.
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del Catastro de Ensenada para su conocimiento. XXIII Congreso Nacional y XIV Iberoamericano
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de los títulos profesionales de Veterinarios y albeitares de la provincia de Córdoba en 1876. XXIV
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mediados del siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada: Respuestas generales y Memoriales. 1º
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siglo XIX. UCOpress y Servicio de Publicaciones de la Diputación de Córdoba.
Sanz Egaña C. 1941. Historia de la Veterinaria española. Espasa Calpe S.A. Madrid.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Resumen
Javier Prado (1874-1942) obtuvo el título de veterinario por la Escuela de Santiago de Compostela.
Oposita y aprueba con 35 años al nuevo cuerpo de Inspectores de Higiene Pecuaria, Provinciales y
de Puertos y Fronteras, obteniendo el número 43. Forma parte de la generación de oro de la
Veterinaria Española, que integra la primera promoción del Cuerpo Nacional de Inspectores de
Higiene, junto a Gordón Ordás, Santos Aran, Cayetano López, Sanz Egaña, o Rof Codina entre
otros.
Es nombrado Jefe Provincial de los Servicios Veterinarios de Ourense, cargo que desempeñó de
forma ininterrumpidamente. Su papel como profesional fue muy destacado y se convirtió en un
defensor a ultranza de la veterinaria, llegando a ser presidente fundador del colegio oficial de
veterinarios de Ourense. Pero fue su actividad en el mundo de las letras el que le dió fama y
popularidad, siendo conocido con el nombre de Prado “Lameiro”. Es destacada su participación en
la reedición del mítico periódico titulado “O Tío Marcos d’a Portela”, donde nuestro protagonista
fue el alma mater, desarrollando en sus artículos los problemas del campo, la mejora genética
animal, las pérdidas económicas por la mala gestión agraria, etc. Fue redactor-jefe de la revista Nós,
apuesta decidida por la elaboración de un discurso artístico culto y moderno, en diálogo directo con
las corrientes estéticas innovadoras que en aquella época circulaban por Europa.
Autor de libros de mucho éxito, de estilo poético y de teatro, que era su verdadera pasión. Fue el
escritor más aplaudido y demandado de la época. El propio Gordón Ordás, alabaría su obra más
famosa “A Carón do Lume” con unas palabras que quedaron grabadas en la historia“La veterinaria
está mucho más necesitada de manos señoriles de poeta que la ensalcen, que de manos callosas de
herradores que la deprimen”.
Veterinario, generación de oro, escritor
Summary
Javier Prado (1874-1492) obtained the veterinarian degree in Santiago de Compostela. He passes
the exams for the “Inspectors of Livestock Hygiene, Provinces, Ports and Borders” body at 35 years
old, getting the number 43. He is part of the Spanish veterinary golden generation, which is the first
promotion of the National Body of Hygiene Inspectors, along with Gordón Ordás, Santos Aran,
Cayetano López, Sanz Egaña and Rof Codina among others.
He is appointed Provincial Head of the Veterinary Services of Ourense, charge that performs
without interruption. His professional role was very prominent and he became an important
advocate of the veterinary science. He also was the founding president of the Ourense Official
Association of Veterinarians. But it was his written activity that gave him fame and popularity,
being known by the name of Prado “Lameiro”. It is important his involvement in the reissue of the
mythical newspaper “O Tío Marcos d’a Portela”, where he was the alma mater, developing in his
articles the problems of the countryside, livestock genetic improvement, economic losses due to a
bad agrarian management, and so on. He was the editor in chief of the “Nós” magazine, which was
a firm commitment to the development of a cultured and modern artistic discourse, in direct
dialogue with the innovative aesthetic currents that circulated in Europe at that time.
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He was the author of very successful books of poetry and theatre, his great passion. He was the
most acclaimed and requested author at that time. Gordón Ordás himself would praise his most
famous work “A Carón lo Lume” with some words that were recorded in history: “Veterinary is
much more in need of noble hands of a poet who exalt it, than of calloused hands of blacksmiths
who depress it”.
Veterinarian, golden generation, writer
Javier Prado nació en Ourense el 12 de septiembre de 1874, cuando su padre se encontraba muy
enfermo. De hecho, no tardaría en morir y el pequeño pasó a ser tutelado por su padrino de pila,
David García, subdiácono, que pertenecía a una importante familia acomodada.
La infancia no fue fácil para él, marcada por la ausencia paterna. En 1891 después de terminar sus
estudios de Bachiller ingresa como voluntario en el ejército, para aliviar la delicada economía
familiar. Javier es destinado a la ciudad de Vigo y permanece tres años bajo la disciplina militar.
Es nombrado Jefe Provincial de los Servicios Veterinarios de Ourense, cargo que desempeñó de
forma ininterrumpidamente. Allí elabora un reglamento agropecuario para que los técnicos de la
Diputación Provincial de Ourense puedan organizar paradas de sementales. Es un funcionario
preocupado por el progreso del mundo rural y trabaja activamente en jornadas, congresos o charlas.
Javier Prado publica diversos trabajos divulgativos de carácter profesional como “Instrucciones
profilácticas y curativas sobre las enfermedades infectocontagiosas más frecuentes en el ganado de
la provincia” (1911), “Generalidades sobre Higiene Pecuaria” (1912) o “Mejora de los vacunos”
(1913).
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Javier Prado estuvo presente en los avatares que vivió la veterinaria en Galicia, y en varias
ocasiones defendió con entusiasmo las conquistas y aspiraciones de su profesión. Así la postura que
adoptó en la defensa del Cuerpo de Inspectores Provinciales de Sanidad Veterinaria fue decidida y
valiente: “Nosotros hemos hecho sanidad; hemos hecho fomento pecuario y realizamos una labor
social tan intensa o fructífera, que trucó radicalmente el concepto social y científico mezquino y
deprimente que la veterinaria padecía con anterioridad a nuestra actuación.”
El artículo “Intereses profesionales. La clasificación de partidos veterinarios” publicado en Revista
de Higiene y Sanidad Pecuaria, su pregunta: ¿conviene que seamos muchos y malos, o pocos y
buenos?, no gustó a ciertos sectores y provocó severas críticas a su reflexión. Algo similar sucedió
con un artículo publicado en Boletín El Pecuario Español, donde propone que se limite la edad
máxima de los inspectores veterinarios municipales.
Su papel como profesional fue muy destacado y se convirtió en un defensor a ultranza de la
veterinaria, llegando a ser presidente fundador del Colegio Oficial de Veterinarios de Ourense.
En 1942 año de su fallecimiento, publica “Lo que dicen ellos”, un interesantísimo trabajo
divulgativo, donde desarrolla varios temas zootécnicos en forma de diálogo con animales, con el
objetivo de transmitir una enseñanza al ganadero.
En total fueron 32 años ejerciendo como Jefe de los servicios veterinarios en la ciudad que lo viera
nacer. Trabajó con suma eficacia, tal como figura en la noticia escrita por su gran amigo Vicente
Risco y publicada en el periódico “La Región” de Ourense, el día siguiente a su fallecimiento:
«Javier Prado ejerció con rara inteligencia y con fruto su actividad profesional como inspector de
Higiene Pecuaria, y realizó en esta materia estudios e investigaciones útiles y sobre manera
valiosos. Sin embargo, era su nombre de escritor lo que atrajo la admiración y el aplauso del gran
público»
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Luego escribiría otro libro de poemas (Cóxegas e Moxetes), y dos libros de piezas teatrales
(Monifates y Farsadas). Actualmente existen otros textos literarios suyos, inéditos, en espera de ser
publicados.
Los críticos que juzgaron su obra le atribuyen un marcado carácter popular. La influencia que la
veterinaria tuvo en sus creaciones es evidente en la totalidad de sus trabajos. Hay bastantes
alusiones concretas a los animales, a sus enfermedades y al manejo de los mismos.
El aclamado escritor Vicente Risco, resalta su genialidad de con estas palabras:
“Javier Prado fue una de las figuras relevantes de la literatura regional, a la vez que una de las
más valiosas y de las más celebradas. Para muchos fue él quien presentó la más auténtica vena
enxebre, el que poseía el verdadero sabor de la lengua y del espíritu de Galicia…
A pesar de todas cuantas actividades mencionamos, falta una que es donde Prado Lameiro, puso
toda su pasión y creación, la fundación en 1919 de la Coral de Ruada. Javier no podía imaginar ni
en el mejor de sus sueños que su legado perdudaría así en el tiempo y que la agrupación artística de
Ruada, después de un siglo de su fundación, tendría la pujanza y el prestigio que actualmente tiene.
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Ejemplo de compromiso y esfuerzo por modernizar el sector agropecuario, tanto desde su labor
técnica como desde su faceta literaria, Prado Lameiro se convirtió en una de las personas más
populares y queridas de Galicia. Anualmente su figura es recordada por la Coral de Ruada con la
celebración del premio Prado “Lameiro”.
Bibiografía
Iglesia Hernández, Pedro: Javier Prado Rodríguez (1874-1942). Prado “Lameiro”. En Cordero del
Campillo y otros: Semblanzas veterinarias, vol.II. 1978.
Prado Lameiro, X., A Carón do Lume. La Región, Ourense, 1918.
Prado Lameiro, X., Cóxegas e Moxetes. Monifates. Farsadas. La Región, Ourense, 1928.
Prado Rodríguez «Lameiro», “Intereses profesionales. La clasificación de partidos veterinarios”,
Revista de Higiene y Sanidad Veterinaria, vol. 3, 10-11, febreiro de 1914.
Valcárcel, M., Xabier Prado “Lameiro” no seu tempo en Xabier Prado “Lameiro”: Obra completa,
tomo I, Concello de Ourense, 1995.
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(1) Doctor en Veterinaria. Vicepresidente veterinario de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Académico de número
de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Plaza de la Casilla nº 2, 3º D. 48002. BILBAO. Tel. 34 648747181. E-mail: [email protected]
RESUMEN
Joaquín Carrandi Jainaga fue un vizcaíno nacido en el año 1887 que estudió Veterinaria
en la Escuela de Veterinaria de Madrid donde obtuvo su título en el año 1913. Finalizados sus
estudios, comenzó trabajando como veterinario municipal en la Anteiglesia de Deusto,
municipio situado en la margen derecha de la Ría del Nervión, que en la actualidad forma parte
de Bilbao. En 1915 fue contratado como veterinario municipal por el Ayuntamiento de Guetxo,
también en Bizkaia.
Fue presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia en dos etapas, la primera del año
1920 al 1922, y la segunda del año 1932 al 1935. Al constituirse el Gobierno Vasco en 1936,
tras el estallido de la Guerra Civil, se incorporó al Departamento de Agricultura de aquel
gobierno. Finalizada la Guerra se exilió en Venezuela donde falleció el 21 de julio de 1943, a
los 56 años de edad.
Palabras clave: Carrandi, veterinario, Gobierno Vasco.
ABSTRACT
Joaquin Carrandi Jainaga was a veterinarian born in 1887 who studied Veterinary
Medicine at the Veterinary School of Madrid where he obtained his degree in 1913. He worked
as a municipal veterinarian in the Anteglesia of Deusto, municipality located on the right bank
of the Nervión Estuary and currently is part of Bilbao. In 1915 he was hired as a municipal
veterinarian by the City Council of Getxo, also in Bizkaia.
He was president of the College of Veterinarians of Bizkaia in two stages, the first from
1920 to 1922, and the second from 1932 to 1935. When the Basque Government was
constituted in 1936 after the outbreak of the Civil War, he was joined by the Department of
Agriculture of that government. After the war he was exiled in Venezuela where he fell on July
21, 1943.
Key words: Carrandi, veterinarian, Basque Government.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
LABURPENA
Joaquin Carrandi Jainaga Bilbon jaio zen 1887 urtean eta Madrilgo Albaitaritza Eskolan
ikasi zuen. Han albaitari titulua lortu zuen 1913 urtean. Ikasketak bukatu eta gero orain Bilbon
barnean dagoen Deustu Elizaldean lanean hasi zen udal albaitari moduan, baina urte bat
geroago Bizkaiko Getxo Udalerriko Udalak kontratatu egin zuen.
Bizkaiko Albaitarien Elkargoko presidentea izan zen bi aldiz. Lehendabizikoa 1920 eta
1922 artean eta bigarrena 1932 eta 1935 artean. Espainiako Guda hasi eta gero, Euzkadiko
Gobernuan lan egiteko esan zioten eta gobernu hartan lan egin zuen lanpostu batzuetan. Guda
bukatuta, Venezuelan erbesteratu zen eta han hil egin zen 1943an.
Hitz gakoak: Carrandi, albaitaria, Euzkadiko Gobernua.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕⁕
Introducción
Joaquín Carrandi Jainaga nació en Getxo el 21 de julio de 1887. Sus padres fueron Juan
Bautista Carrandi Arrigunaga y María Ygnacia Jainaga Echeandia. Se casó con Herminia
Damiana de Otaola Benguria, natural de Abando, donde nació en 1892.
Fue aprobado en el examen de ingreso de la Escuela de Veterinaria de Madrid el 29 de
septiembre de 1909, a los 22 años de edad. Realizó la carrera con buen aprovechamiento,
logrando graduarse en cuatro años, revalidándose como veterinario el 2 de octubre de 1913.
Fue un veterinario ilustre, ocupando puestos relevantes en el Colegio de Veterinarios
de Bizkaia, con dos periodos presidenciales. El primero, de 1920 a 1922, siendo elegido
presidente para un segundo mandato el día 1 de diciembre de 1932, continuando hasta el 24 de
enero de 1935.
Veterinario municipal
En junio de 1914 tomó posesión como veterinario inspector de carnes de la Anteiglesia
de Deusto, después de haberse hecho el inventario de los objetos existentes en el despacho de
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la inspección veterinaria del matadero municipal, tal y como era costumbre al inicio de los
contratos de los veterinarios municipales. En aquel inventario aparecían, entre otros productos
y enseres, un microscopio y una centrifugadora, y tubos para el análisis de leche. El
nombramiento de Carrandi ocasionó protestas de otros veterinarios, en concreto de Celedonio
Nieto, natural y residente entonces en la Anteiglesia. Pero también del propio Félix Rivas, que
le había precedido en el puesto y había sido cesado. Sin embargo, el gobernador civil se inhibió
por tratarse de un nombramiento de personal en un ayuntamiento vascongado y dicho
nombramiento se mantuvo.
El 10 de abril de 1915, Joaquín Carrandi solicitó permiso para ausentarse un periodo no
inferior a dos meses para atender asuntos personales, proponiendo como sucesor a Pablo Lecue,
veterinario vecino de Bedia. El Ayuntamiento accedió a su solicitud sin ninguna dificultad.
Con fecha 31 de mayo de aquel año, Joaquín Carrandi solicitó su baja como veterinario
municipal de Deusto, baja que fue aceptada por la Corporación, que hizo constar haber “visto
con verdadera satisfacción el celo e inteligencia con el que el Sr. Carrandi ha desempeñado
su cargo durante todo el periodo de su ejercicio”. Se trasladó al municipio de Getxo, donde
fue nombrado veterinario municipal. En Deusto fue sustituido por Félix Rivas, que ya había
ocupado la plaza con anterioridad.
Hasta su nombramiento como subdirector de Ganadería por el Gobierno Vasco en 1936
continuó como veterinario municipal de Getxo. Fue también veterinario municipal de
Sopelana, al estar acumulada esta plaza a la de Guecho.
Presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia
Joaquín Carrandi presidió por primera vez una junta de gobierno del Colegio un 25 de
febrero de 1920. En aquella junta participaron otros notables veterinarios vizcaínos como Pablo
Lecue Barañano, José Manuel Palenzuela Aguirre o Martín Ciga Lecuna. Durante su primera
presidencia se implantaron los que más tarde fueron llamados “partidos cerrados”, figura que
fue defendida por los veterinarios titulares hasta bien entrada la década de los setenta del siglo
XX. En la Asamblea que aprobó dicha norma Joaquín de Carrandi, pese a ser presidente, votó
en contra de la misma, por considerar que el título de veterinario habilitaba para el ejercicio
profesional y que la condición de veterinario municipal solo afectaba a los aspectos oficiales.
En su segundo periodo presidencial lideró dos juntas de gobierno. En ellas participaron
nuevos personajes que serían muy importantes en la Veterinaria vizcaína durante la Segunda
República y tras la Guerra Civil: Lucas de Basterrechea Elorrieta, Tomás Cotano Ibarra, Victor
Ruiz de Erenchun entre otros. Fue un presidente que negoció con las instituciones propias del
País y que mantuvo buenas relaciones con los responsables veterinarios de los principales
servicios oficiales. Con todo, tuvo que intervenir en algunos asuntos delicados. Como
presidente de la entonces denominada Asociación Provincial participó en el tribunal de una
oposición convocada por el Ayuntamiento de Bilbao en el año 1934, que estaba ocasionando
importantes controversias por los intereses personales de los opositores.
Su participación en el Gobierno Vasco. El exilio
Fue uno de los responsables del Departamento de Agricultura con Gonzalo Nárdiz,
perteneciente al partido Acción Nacionalista Vasca y consejero de Agricultura del Gobierno
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Vasco presidido por José Antonio Aguirre. Joaquín Carrandi fue nombrado subdirector de
Ganadería por Orden del Gobierno Vasco de la II República del 23 de octubre de 1936 (Boletín
Oficial del País Vasco (BOPV) del 25), y pocos días más tarde miembro del Consejo Asesor
Técnico del Departamento de Sanidad, creado por Orden de 28 de octubre de 1936 (BOPV del
31), para sustituir al inspector provincial de Veterinaria de Bizkaia, Pedro Sola Puig, que había
dimitido tras su nombramiento como integrante de dicho consejo. Fue también miembro del
Consejo de Higiene Rural, creado por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco.
Participó, en representación del Gobierno Vasco, en la comisión formada, a finales de
1936, por el Ayuntamiento de Bilbao para la compra de ganado destinado a garantizar el
suministro de carne a la población bilbaína. En aquella comisión mantuvo ciertas discrepancias
con los planteamientos de algunos veterinarios municipales que pertenecían a la misma, en
concreto Tomás Cotano y Pablo Lecue. El Gobierno Vasco suspendió el funcionamiento de
aquella comisión y anunció la creación en el futuro de una nueva liderada por el Departamento
de Comercio y Abastecimientos “compuesta de un representante de cada uno de los
Departamentos de Comercio y Abastecimiento, Agricultura y Defensa, para que intervenga las
operaciones de abastos de carnes”. Aquella anunciada comisión nunca vería la luz.
Entre las medidas adoptadas por el Departamento de Agricultura cabe destacar la
referida a la habilitación de los estudiantes de Veterinaria para el desarrollo de funciones
propias de los inspectores municipales veterinarios de forma provisional, según consta en el
Decreto de 9 de diciembre de 1936 “facultando interinamente para el ejercicio de la profesión,
y previa demostración de aptitud, a los alumnos de cuarto y quinto años de la Escuela de
Veterinaria”. Las clases fueron impartidas por los veterinarios Lucas Basterrechea, jefe del de
Higiene y Sanidad Veterinaria del Departamento de Agricultura y Martiniano Alcorta, jefe de
Fomento Pecuario de la Subdirección de Ganadería, bajo la dirección del subdirector de
Ganadería, Joaquín Carrandi.
Aquel gobierno estaba totalmente condicionado por la Guerra. El ámbito territorial era
muy reducido y, además, el curso de la contienda fue totalmente desfavorable para las fuerzas
que lideraban el Gobierno Vasco. Como prueba de estas limitaciones, baste añadir cuál fue el
objeto de la última disposición del Departamento de Agricultura del Gobierno Vasco de la II
República “disponiendo el esquileo de todas las ovejas que se encuentran en el territorio leal
de Euzkadi”. Aunque lo pueda parecer, no era un tema baladí, ante la creciente población
reclusa y la ingresada en hospitales de guerra.
Joaquín de Carrandi siguió los pasos del Gobierno Vasco tras los reveses militares en
Bizkaia. Para mediados de julio de 1937, parte de la estructura del Gobierno se había
establecido en la ciudad de Santander. Desde allí, con fecha 17 de julio de 1937, el consejero
de Agricultura comunicó a Joaquin Carrandi su nombramiento como secretario general de la
Consejería de Agricultura, “con todas aquellas atribuciones y prerrogativas que a dicho cargo
corresponden.” Por aquella época se le facilitó un documento por el que se le autorizaba para
desplazarse por las provincias de Santander y Asturias, si bien el plazo de validez de aquel
certificado era limitado.
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RESUMEN:
Don Román fue un incansable investigador, erudito, estudioso, trabajador hasta
prácticamente su muerte, es muy poco lo que se puede decir de él. Poco conserva la
familia de él, de su vida privada y muchas veces se mezcla con la leyenda y con otras
historias de otros familiares. Es lo que ocurre con la Historia (también con las historias
familiares), que para que no se pierdan necesitan ser registradas. Este es el objetivo de
este trabajo, no olvidar a la persona que era Don Román, lo mucho que hizo por su gente
y lo importante que fue su trabajo para las generaciones posteriores.
Palabras Clave:
Veterinarios insignes – Historia de la Veterinaria española – Ramón de la Iglesia Martín
– Veterinaria rural
Abstract:
Don Román was a tireless researcher, erudit, scholar, and a hard worker until practically
his death, but it is very Little what can be said about him. His family preserves little
memories about him, his private life is often mixed with legends and other stories from
other relatives. This is what happens with History (also with family stories), so that they
don't get lost they need to be registered. This is the objective of this paper, not to forget
the person of Don Román, how much he did for his colleagues and friends, and how
important his work was for later generations.
Keywords:
Insigne veterinarians - History of Spanish Veterinary - Ramón de la Iglesia - Rural
veterinary
1
Quisiera agradecer la ayuda inestimable que me han prestado mi tía paterna María Paz Muñoz de la Iglesia
y mi hermana Idoya Muñoz Santos, sin ellas este trabajo no hubiese sido posible.
2
Revista de Higiene y sanidad, tomo IV, núm. 10, enero 1915, Madrid, p. 811.
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y resulta interesante que los dos hermanos estudiaran lo que en aquel momento se llamaba
oficio profesional, un trabajo como el veterinario, que tanto de vocación y amor por los
animales tenía y tiene.
Durante su larga vida vio y experimentó los
grandes cambios que convulsionaron la España
de aquel momento y de la que en gran parte hoy
somos herederos: Cuando la desamortización de
Madoz tenía 4 años, para pagar utilizó escudos y
ya quizás costease sus estudios con pesetas
puesto que fue la moneda oficial cuando tenía 17
años. Con esa edad ya sería consciente del
pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz
y del comienzo de la Primera Guerra de Cuba.
Sufrió el gobierno de Isabel II, de Serrano, de
Amadeo I, la Primera República, Alfonso XII y
XIII, el golpe de Primo de Rivera, la Segunda
República y la Guerra Civil española. También
leería en prensa sobre la Guerra Civil Norteamericana, quizás leyó las teorías de Darwin,
fue testigo de la I Guerra Mundial, de la Revolución Rusa, de la llegada al poder de Hitler,
la caída de la Primera Bomba Atónica y el inicio de la Guerra Fría.
Pero volviendo a su vida, podemos seguir su trayectoria estudiantil en el Archivo General
de la Universidad Complutense de Madrid 3. Realiza el examen de ingreso con 17 años y
termina sus estudios con 21 años, con buenas notas.
Con el tiempo, Román se convierte en profesor también ejerciendo hasta su muerte la
profesión en el mundo rural. Por el testimonio de Don Carlos Ruiz Martínez que
publicaron en “La semana veterinaria”, parece que se dedicaba con pasión a su profesión
y no debía ser mentira porque la ejerció hasta su muerte.
Con 21 años, en “El Restaurador Farmacéutico”, dedicado al fomento de la Ilustración
Facultativa de 1872, aparece como cirujano incluido en la Escuela de Veterinaria en “la
lista de los representantes elegidos al efecto por las diversas asignaturas de cada facultad
o enseñanza de las que se han adherido al pensamiento de la Gaceta escolar”4.
Antes de 1880 se casa con Basilisa Marín Serrano (1850-1941) y son padres de Pedro,
entonces aún vivían en Navalmorales. Pedro de la Iglesia, heredará los estudios de su
padre. El matrimonio tiene un segundo hijo: Juan Manuel de la Iglesia Martín,
En 1897 participó en el IX Congreso Internacional de Higiene y Demografía con una
comunicación titulada “Mataderos públicos construcción, reglamentos y servicio general;
reconocimiento microscópico de las carnes, Empleo de la tuberculina como medio de
diagnóstico de la tuberculosis”5. El congreso ya se había celebrado en La Haya, París,
Turín, Londres, Budapest y Viena, así que se trataba de todo un evento, tanto de carácter
científico como social y su celebración se iba a realizar en Madrid, en el Palacio de Bellas
Artes. El nivel era muy alto, en el de Budapest, por ejemplo, acudieron 2.483
congresistas, entre los que había 1.171 delegados oficiales (29 representantes de
gobiernos extranjeros, 68 de universidades, 163 de Municipios y 292 de sociedades
científicas). En el programa provisional, el trabajo de Román aparece en la sección
denominada como “Higiene Urbana” (Clase 1, sección cuarta). El congreso se celebró del
3
DE ASÍS, F. Transición de la albeytería a la veterinaria en la región castellano-manchega: análisis de
los fondos documentales de la Escuela Veterinaria de Madrid (1792-1893), tesis doctoral, leída en 2014,
p. 369.
4
El restaurador farmacéutico, 5 de mayo de 1872, núm. 18, p. 143.
5
La gaceta de medicina veterinaria, 15 de abril de 1898, núm. 112, p. 119.
Pag. 317
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10 al 17 de abril de 1898 y fue durante varios meses noticia en la prensa tanto local, como
nacional por ser sus patrocinadores el rey Alfonso XIII y su madre, la Reina Regente
María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Trabaja como inspector provincial de higiene pecuaria en Cáceres, y con 50 años (1901)
y mucha experiencia a su espalda escribe su gran obra en cinco tomos titulada “Patología
especial de los animales domésticos” junto con su colega Mateo Arciniega6. Y con 53
participa de alguna forma en la fundación del Colegio de Veterinarios de Toledo. Sobre
ella, una pequeña reseña en el Heraldo de la Industria, firmada por Julián Criado, dice:
«La obra cuyo título antecede, y de la que son autores tan esclarecidos médicos,
es uno de los tratados más concienzudos y completos en la materia de que ocupa.
Pruebas tienen dadas los Sres. de la Iglesia y Arciniaga7 de su mucha competencia
en cuantos asuntos se relacionan con la ciencia médica, y en esta obra, compuesta
de cinco tomos primorosamente confeccionados, ponen, una vez más, de relieve
su cultura poco común y su reconocida habilidad y experiencia para tratar de esta
clase de conocimientos.»8
6
DE LA IGLESIA, R. Y ARICINIEGA, M. Patología especial de los animales domésticos, Madrid, 1901.
7
En el libro de dichos autores, el apellido de este último aparece como Arciniega. Hemos considerado
oportuno dejar la errata de Don Julián Criado sin corregir en la transcripción de la reseña.
8
Heraldo de la Industria, 15 de febrero de 1903, núm. 60, p. 5.
9
La semana Veterinaria, 8 de marzo de 1919, núm. 10, p. 77.
10
La veterinaria Toledana, 29 de febrero de 1920, núm. 186, p. 26.
11
La Semana Veterinaria, Boletín profesional de la Revista de Higiene y Sanidad Pecuarias, 17 de junio
de 1934, núm. 112, Madrid.
Pag. 318
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Dos años después aun tenemos constancia de que, a pesar de sus 85 años, seguía
ejerciendo la veterinaria en Pueblanueva12.
Román de la Iglesia muere, incansable, a los 89 años, desconocemos si seguía al pie del
cañón, pero en vista de su recorrido profesional probablemente así fue, su mujer Basilisa,
le seguirá unos meses más tarde.
En su honor y como reconocimiento a su entrega, trabajo y aportación a la ciencia
veterinaria, se crea un premio que llevará su nombre y que solo fue otorgado en una
ocasión. El galardonado fue Laureano Saiz Moreno, en 1951, por un trabajo titulado:
“Abastecimiento de leche en los núcleos urbanos”.
12
La veterinaria Toledana, abril de 1936, núm. 377, p. 10.
Pag. 319
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(1) Doctor en Veterinaria. Vicepresidente veterinario de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Académico de número
de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Plaza de la Casilla nº 2, 3º D. 48002. BILBAO. Tel. 34 648747181. E-mail: [email protected]
RESUMEN
La vizcaína Luz Zalduegui Gabilondo fue la tercera mujer veterinaria de España, pero
fue la primera mujer titulada en la Escuela de Veterinaria de Madrid. Trabajó durante la Guerra
Civil en el País Vasco, pero desarrolló casi toda su carrera profesional como funcionaria del
Cuerpo Nacional Veterinario.
Igualmente tuvo un paso fugaz por Bizkaia la también funcionaria del Cuerpo Nacional
Veterinario Isidora Dulce María Barrios Martín. La tercera mujer veterinaria en Bizkaia
apareció en el año 1978. Se trataba de Angélica Orue, nacida en Llodio (Álava) y que había
desarrollado parte de su carrera profesional en Las Palmas de Gran Canaria como veterinaria
titular. Posteriormente, a finales de los años setenta y principios de los años ochenta del siglo
XX se estableció en Bizkaia un creciente número de veterinarias.
Palabras clave: Mujer, veterinaria, Vizcaya.
SUMMARY
Luz Zalduegui Gabilondo was born in Biscay and was the third female veterinarian in
Spain, but she was the first woman to be certified at the Veterinary School of Madrid. Although
she worked occasionally in the Basque Country, her entire professional career was developed
as an official of the National Veterinary Service.
Also, the official of the National Veterinary Service Isidora Dulce María Barrios Martín
had a brief pass through Bizkaia. The third woman veterinarian in Bizkaia appeared in the year
1978. She was Angelica Orue Zubiaur, who had born in Llodio (Alava) and who had developed
part of her professional career in Las Palmas de Gran Canaria. At the end of the seventies and
the beginning of the eighties of the 20th century, a growing number of women veterinarians
was established in Bizkaia.
Key words: Woman, veterinarian, Bizkay.
LABURPENA
Bizkaikoa zen Luz Zalduegui Gabilondo Espainiako hirugarren emakume albaitaria
izan zen, baina lehendabizikoa Madrilgo Albaitaritza Eskolan. Euskal Herrian egin zuen lana
denbora labur batean baina ia bere lan ibilbide osoa Madrilen egin zuen, Cuerpo Nacional
Veterinario delakoaren Zerbitzuan. Zerbitzu berean egin zuen lana Isidora Dulce Maria Baños
Martin, nork denbora labur batean Bizkaiko Abeltzaintza Zerbitzuan lan egin zuen.
Pag. 320
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Bizkaian lan egin zuen hirugarren emakume albaitaria Angelica Orue Zubiaur izan zen,
Laudion jaioa. Canariaseko Las Palmasen lana egin zuen albaitari titularra moduan 1978an
Bizkaiera etorri baino lehen. Gero emakume albaitari asko lan egiten hasi ziren Bizkaian.
Hitz gakoak: Emakumea, albaitaria, Bizkaia.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕⁕
Introducción
El protagonismo de las mujeres veterinarias en la provincia de Bizkaia se puede
considerar bastante tardío, pues hasta la década de los años ochenta del siglo XX su presencia
en este territorio fue muy escasa. Sin embargo, Bizkaia contó por breve tiempo con algunas de
las primeras mujeres veterinarias españolas.
Luz Zalduegui Gabilondo, primera veterinaria de la Escuela de Veterinaria
de Madrid y primera veterinaria vasca
Luz Zalduegui Gabilondo nació el 1 de junio de 1914, en el municipio vizcaíno de
Mallavia, Su padre era secretario del municipio de Zaldibar, y vivían en un caserío de aquella
localidad, lo que facilitó que Luz estuviera familiarizada con la vida rural y los animales
domésticos.
Según sus palabras, al finalizar el Bachillerato en Madrid, dudó si estudiar Veterinaria
o Farmacia, pero finalmente se decidió por Veterinaria. Inició sus estudios como alumna libre
en la Escuela de Veterinaria de Madrid, finalizando la carrera en 1935. Aquel mismo año inició
su preparación para realizar los cursillos de acceso al Cuerpo de Inspectores Municipales
Veterinarios, cuerpo del que fue excedente tras su ingreso, y se inscribió para acceder al Cuerpo
de Veterinarios de Cabilas en Marruecos, pero finalmente decidió no presentarse ante las
presiones del jefe de los Servicios. En una entrevista describió así aquel “incidente”: “Presenté
la documentación, preparé el programa y no hice las oposiciones porque el día que se sacaba
las bolitas para el orden de actuación, el Jefe de los Servicios me llamó y me dijo «Srta., quiero
hablar con Vd. Como en la convocatoria no hemos hecho prohibición, no hemos hecho
selección de sexos, ni nada, Vd. tiene todo el derecho a hacer las oposiciones; ahora, yo me
creo en el deber de advertirle a Vd. en lo que va a consistir, el ejercicio de la profesión allí,
caso de que Vd. apruebe». Me puso aquello tan negro que decidí no presentarme, pero en la
convocatoria siguiente pidieron como condición imprescindible ser varón”. Estas oposiciones
se convocaron en 1935, pero se celebraron pasada la Guerra Civil.
El estallido de la Guerra Civil sorprendió a Luz y a su familia en su casa de Zaldibar,
pasando el verano. Cuando se constituyó el Gobierno de Euzkadi, un responsable veterinario
de aquel gobierno, Martiniano de Alkorta, le encargó el control sanitario de los comedores
sociales establecidos en Bilbao y sus alrededores. Allí tuvo ocasión de trabajar con el apoyo de
los veterinarios municipales bilbaínos destinados en el Mercado Municipal de la Ribera,
aprovechando el laboratorio del Mercado para el análisis de los alimentos. Aquel laboratorio
estaba entonces a cargo del veterinario municipal José María de Irujo. Tras cesar la actividad
bélica en Euskadi, fue veterinaria municipal de Bermeo y Eibar, Así se convirtió en la primera
mujer veterinaria municipal, tanto en Bizkaia, como en Gipuzkoa. Sin embargo, no llegó a
Pag. 321
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1
RODRIGUEZ CASTAÑO, ANA. La veterinaria en femenino: pioneras en España y evolución profesional en
la Comunidad de Madrid. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2016.
2
COLEGIO OFICIAL DE VETERINARIOS DE BIZKAIA. Libro de Actas. Acta de la reunión de la Junta de
Gobierno de fecha 7 de agosto de 1951.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pag. 323
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pag. 324
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria.
2
Estudiante de último curso del Grado de Historia. Universidad Complutense de
Madrid.
3
Departamento de Medicina y Cirugía Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad
Complutense de Madrid.
4
Historia de la Veterinaria, Departamento de Farmacología y Toxicología. Facultad de
Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid.
5
Graduada en Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid.
Con fecha de 8 de mayo de 2019 se procedió por una de las coautoras a la donación de
un conjunto patrimonial del veterinario toledano Eulalio Domínguez Fraile, un
antepasado suyo. Entre la donación, que contiene instrumental clínico y de análisis de
alimentos propio de la época, figura un lactodensímetro identificado por el propio
Eulalio Domínguez de su puño y letra como "pesaleches". El cumplimiento de su
obligación como veterinario inspector sanitario en el análisis del fraude de la leche tuvo
como consecuencia trágica su homicidio en 1929 ante el alcalde de la localidad (La
Torre de Esteban Hambrán). Los fondos del museo veterinario disponen de piezas
similares o idénticas pero la singular y significada trayectoria vital que hay detrás de
una pieza de estas características le otorga un valor único. En la comunicación se
expone el valor que añade al patrimonio el conocimiento del contexto de las piezas. Y
coincidiendo en Toledo con los 90 años de su muerte se presenta asimismo en
agradecimiento a la familia y como recuerdo una recopilación de la documentación
sobre la biografía y trágico final de este veterinario asesinado en acto de servicio.
Pag. 325
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
ABSTRACT
On May 8, 2019, one of the co-authors proceeded to donate a set of assets of the Toledo
veterinarian Eulalio Domínguez Fraile, an ancestor of his. Among the donation, which
contains clinical and food analysis instruments typical of the time, is a lactodensiometer
identified by Eulalio Domínguez himself in his own handwriting as "pesaleches". The
fulfillment of his obligation as veterinary health inspector in the analysis of milk fraud
had as a tragic consequence his homicide in 1929 before the mayor of the town (The
Tower of Esteban Hambrán). The collection of the veterinary museum has similar or
identical pieces but the singular and significant vital trajectory behind a piece of these
characteristics gives it a unique value. The communication shows the value added to the
heritage by the knowledge of the context of the pieces. And coinciding with the 90th
anniversary of his death in Toledo, a compilation of the documentation on the
biography and tragic ending of this veterinarian who was assassinated in the act of
service is also presented in gratitude to the family and as a souvenir.
Pag. 326
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
1
Es curioso cómo con una multa tan baja se puede reaccionar de una forma tan violenta. La Veterinaria
Toledana, año XXVI, mayo 1929, núm. 294, p. 264.
2
“Veterinario, santo y mártir”, La Semana Veterinaria. Boletín profesional de la <<Revista de Higiene y
Sanidad Pecuarias>>, Año XII, núm. 647, 19 mayo 1929, p. 355.
3
La Veterinaria Toledana, año XXVI, junio 1929, núm. 295.
Pag. 327
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Catorce meses después del asesinato de Eulalio Domínguez, el caso fue visto en
la Audiencia Provincial, donde fue juzgado por un delito de homicidio y atentado con
agravante de reiteración, condenándole a dieciocho años de prisión 5.
4
A finales de 1929 ya se habían entregado a la viuda la cantidad de 11.849,40 pesetas […] cuatro meses
después, la cifra había superado las trece mil pesetas. Véase en: Sánchez Lubián, Enrique, Libro del
Centenario1904-200: Un siglo de vida colegial…, Cien años al servicio de Toledo. Ilustre Colegio
Oficial de Veterinarios de Toledo, Toledo, 2004, p. 43.
5
https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/centenario-quijote/abci-veterinario-asesinado-tras-
denunciar-lechero-201905151817_noticia.html [Consultado 09/09/2019]
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pieza MV- 3000. Lactodensímetro con inscripción a mano por Eulalio Domínguez. A
continuación, dos detalles de la pieza, también manuscritas por Eulalio, donde puede leerse pesa
leches, además de los números para su correcto uso.
Esto es un claro ejemplo de lo importante que es conocer el valor que poseen los
bienes que forman parte del patrimonio cultural. Estos valores (históricos,
sentimentales, artísticos…) dotan de prestigio e identidad a la cultura material. A veces,
un bien puede tener en origen un concepto distinto al que adquiere con el tiempo por las
circunstancias que sean. El caso del lactodensímetro de Eulalio Domínguez cuenta
cómo antes sólo era un instrumento que le ayudaba a realizar su trabajo, y ahora, ese
mismo objeto ha adquirido una dimensión que se sale de la practicidad y ha ganado
valor sentimental, al ser un instrumento que indirectamente le causó la muerte. Para
apreciar una pieza que a simple vista es común y de la que hay más ejemplares en el
museo, interviene en gran medida el significado que conlleva, sobre todo para la familia
del dueño.
Pag. 329
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Debemos recalcar que lo relevante es el valor que le damos a estos bienes. Y hay
que evitar caer en comparaciones ya que “cualquiera que sea la naturaleza del bien
cultural, (…) el acto que fundamenta la construcción conceptual y la definición
pragmática del patrimonio cultural consiste en la atribución de valores a esos vestigios,
objetos (…) que provienen del pasado” 6.
BIBLIOGRAFIA
6
GONZÁLEZ-VARAS, I. Patrimonio cultural. Conceptos, debates y problemas, Cátedra, Madrid, 2015,
p. 102.
Pag. 330
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Las enseñanzas de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en las Facultades de Veterinaria han
sufrido un exponencial impulso en los últimos 60 años merced a la iniciativa del Prof. Pascual
López Lorenzo quien se rodeó de un selecto grupo de licenciados (Bernabé Sanz, Justino Burgos,
Andrés Marcos, Asunción Esteban y Benito Moreno), los que a partir de 1963 fueron formando
profesores universitarios. El Prof. Burgos, tras licenciarse en Veterinaria en la Facultad de Zaragoza
(1955) se integró en el grupo del Prof. López Lorenzo pero pronto se desplazó al Reino Unido para
completar su formación [18 meses en el National Institute for Research in Dairy, Reading (1958-
59), 24 meses en Liverpool University (1961-63) y 18 meses en Leicester University (1963-64)].
Con el bagaje científico que adquirió en estos cinco años ganó (1963), con solo 30 años, la cátedra
de Industrias de la Carne, Leche y Pescado (denominada más tarde Tecnología y Bioquímica de los
Alimentos) de la Facultad de León a la que se incorporó en 1964. En una década logró una primera
oleada de discípulos (F.J. Sala, R. Martín, A. López, V.A. Diez, J.A. Ordóñez, J.M.
Zumalacárregui, A. Bernardo) a la que le siguió una segunda generación en las Facultades de León
(J. Ventanas, M.J. González, F.J. Carballo) y Zaragoza (P. López, A. Vercet, A.C. Sánchez) donde
se trasladó en 1989. Todos son, o han sido, Catedráticos o Profesores Titulares que, diseminados
por las Universidades de León, Madrid, Zaragoza, y Cáceres, han ido formando nuevos doctores
bajo los mismos principios científicos que el maestro Justino Burgos inculcó a estos discípulos
directos. Es así como ha surgido una escuela que actualmente cuenta con un centenar de profesores
de Universidad. Este es, en definitiva, el legado que el profesor Burgos ha dejado a la Universidad
Española. Valga esta comunicación como homenaje.
Palabras clave: Justino Burgos, escuela, profesores
SUMMARY
The training in Food Science and Technology in the Veterinary Faculties has seen an exponential
growth over the past 60 years through the Prof. Pascual López Lorenzo initiative who surrounded
himself with a select group of graduates (Bernabé Sanz, Justino Burgos, Andrés Marcos, Asunción
Esteban and Benito Moreno), which from 1963 were trained new university professors. Prof.
Burgos, after graduating in Veterinary Medicine at the Zaragoza Faculty (1955), he joined the group
of Prof. López Lorenzo but he soon moved to the United Kingdom to complete his training [18
months at the National Institute for Research in Dairy, Reading (1958-59), 24 months at Liverpool
University (1961-63) and 18 months at Leicester University (1963-64)]. With the scientific
background he acquired during the five former years, he was able to get a job as university
professor in 1963 when he was 30 years old. Then, he joined the chair of the Meat, Dairy and Fish
Industries (later called Technology and Food Biochemistry) at León Faculty (1964). In a decade he
achieved a first wave of doctors (F.J. Sala, R. Martín, A. López, V.A.Diez, J.A.Ordóñez,
J.M.Zumalacárregui, A. Bernardo) followed by a second generation at both the León Faculty (J.
Ventanas, M.J. González, F.J. Carballo) and at the Zaragoza Faculty (P. López, A. Vercet, A.C.
Sánchez) where he moved at 1989. All these people are, or have been, Professors or Assistant
Professors who disseminated by the Universities of León, Madrid, Zaragoza, and Caceres, trained
other graduates under the same scientific principles than those were inculcated to these direct
Pag. 331
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
followers by the master Justino Burgos. That is how an university school has emerged, which
currently comprises about one hundred professors. This is, in short, the legacy left by Prof. Burgos
to the Spanish University. Serve the present work as a tribute.
Keywords: Justino Burgos, school, professors
1
Fernández-Salguero. J. 2017. Homenaje de la Facultad de Veterinaria de Madrid al prof. Pascual López Lorenzo el
21 de febrero de 2014. XXIV Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano. Almería. Págs. 277-283.
Pag. 332
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pasteur acuñara en 1870:“Souvenez-vous qu’il n’existe pas de sciences appliquées, mais seulement
des applications de la science”. Justino Burgos fue un científico de reconocido prestigio en la
comunidad científica, tanto de las universidades como de otros OPIs (CSIC, INIA, IRTA, etc.) y
centros tecnológicos (AINIA, AZTI, CTIC o CITA).
Algo que normalmente no aparece en los modelos de curricula que los organismos
(universidades, CSIC, CICyT, etc.) han ideado con diversos fines (oposiciones, solicitud de
proyectos, subvenciones de infraestructuras, etc.) es el número de discípulos de un determinado
profesor/científico. Los autores de esta ponencia opinan que es un buen índice del nivel científico y
capacidad formadora de un investigador y, a tal efecto, han preparado lo que han venido a
denominar “Árbol académico del profesor Burgos” (Figura 1). Cuando, procedente del Reino
Unido, se incorporó a la catedra de la Facultad de León, contaba con 31 años y traía en su haber
media docena de publicaciones en las prestigiosas revistas mencionadas anteriormente. No es de
extrañar que tuviera un ardiente deseo de transmitir a jóvenes licenciados la forma de hacer
verdadera ciencia. Los discípulos aprendimos de él cómo recurrir a la bibliografía para identificar
lagunas científicas existentes, como plantear hipótesis para resolverlas y cuáles eran las
investigaciones arriesgadas que merecía la pena acometer para dar respuesta a problemas
tecnológicos existentes y, de esta forma, contribuir al avance del conocimiento. Bajo estas premisas,
reunió a un puñado de jóvenes doctorandos e inició en el periodo 1965-72 líneas de investigación en
varios frentes: la cadena transportadora de electrones en Hemispora stellata (Francisco J. Sala
Trepat), regulación de la actividad de la diacetilo reductasa y glicol deshidrogenasa (Roberto Martín
Sarmiento que luego continuarían Víctor A. Díez Fernández y Ana Bernardo Alvarez,),
composición lipídica de Hemispora stellata (Antonio López Pérez), aspectos microbiológicos y
bioquímicos de la maduración del queso (Juan A. Ordóñez Pereda), sensibilización de los
ultrasonidos frente a la termorresistencia de bacterias (Francisco J. Sala Trepat y Juan A. Ordóñez),
componentes lipídicos del músculo de animales de abasto (José Mª Zumalacárregui Rodríguez),
efecto de la adrogenización neonatal en el crecimiento de ratones (Antonio López Pérez que más
tarde continuaría Jesús Ventanas Barroso). Esta fue la primera hornada de doctores, todos ellos
fueron catedráticos de universidad, salvo V. A. Díez, que murió prematuramente siendo Profesor
Titular. En una segunda generación, cabe citar a Jesús Ventanas Barroso, Mª Josefa González Prieto
y Francisco J. Carballo García.
Cuando se incorporó a la Facultad de Veterinaria de Zaragoza tenía 56 años y ya no tenía que
demostrar nada, solo sirvió para confirmar lo que ya se sabía, que era un universitario y un
científico de los que ya no abundan. Su incorporación a este centro no fue motivo para que
abandonara la investigación, todo lo contrario, ya que en vez de continuar con las investigaciones
en las que se movía con soltura, inició nuevas líneas en temáticas que antes no había cultivado,
específicamente, estudios funcionales y reológicos de proteínas vegetales (Ana Cristina Sánchez
Gimeno), efectos de tecnologías no térmicas, (principalmente termoultrasónicas) en enzimas,
microorganismos y vitaminas (Francisco J. Sala Trepat, Pascual López Buesa y Antonio Vercet
Tormo) y estudios sobre el efecto de ciertos genes en la conformación de la canal y composición de
la carne de cerdo (Pascual López Buesa). Asimismo, se responsabilizó de la enseñanza de
Tecnología de Vegetales, actividad que fue el germen del grupo investigación de tecnología
postcosecha de la Universidad de Zaragoza que él mismo auspició.
Todos los doctores mencionados son sus discípulos directos que han desarrollado, o desarrollan,
sus actividades profesionales en la Universidad que, a su vez, han formado nuevos profesores y hoy
día tras 2-4 generaciones ha surgido una escuela (figura 1) con un centenar de profesores (tabla 1),
lo que permite afirmar que es una de las más numerosa de la Universidad Española y a buen seguro
la que más de las Facultades de Veterinaria. Esta es, en definitiva, el legado que el profesor Burgos
ha dejado a la Universidad Española.
El profesor Burgos era un científico copernicano. Ante un resultado poco convincente de un
experimento publicado en alguna revista decía: “Si el autor lo ha publicado es porque lo ha
observado; no se puede desmerecer ese dato. Discutámoslo”, en consonancia a la formulación de la
teoría heliocentrista del sistema solar por Copérnico (1473-1543) al no ignorar, lo que Aristarco de
Pag. 333
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Samos (310-230 a. C.) presagió 1000 antes. El profesor Burgos era quizás el único catedrático de la
década de 1960 y 1970 que sus doctorandos le llamaban, sin más, Justino, lo que animaba a entablar
con él discusiones abiertas con aspectos no sólo de discusiones científicas sino también de
acontecimientos cotidianos. No obstante, su mirada fija y penetrante con los ojillos azules era un
indicio que estaba juzgando en silencio lo que se decía en la tertulia; frente a él siempre había que
estar alerta.
El Prof. Burgos irrumpió también en la gestión universitaria y de la ciencia. Fue Vicedecano
(1970-77) y Decano (1977-81) de la Facultad de Veterinaria de León, Vicerrector de Investigación
(1983) de la Universidad de León, cargo que dejó al ser nombrado Consejero de Educación y
Cultura de la Junta de Castilla y León. Coordinador del área de Tecnología de los Alimentos de la
Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) durante los tres años reglamentados (1993-
96), miembro del Consejo Rector del CSIC.
Diversos honores y galardones ha recibido a lo largo de su actividad profesional (p. ej.,
designaciones para Comités Científicos de diversos congresos o el premio de Ciencias de la
Alimentación de la Fundación CEOE). Sin embargo, la distinción más relevante fue, sin duda, la del
nombramiento Honoris Causa por la Universidad de Extremadura a propuesta de la Facultad de
Veterinaria de Cáceres (29/06/1998). La Junta de Gobierno la aprobó el 19 de enero de 1999. El
acto solemne de investidura se celebró el 9 de junio del 2000 actuando como padrino su discípulo el
catedrático Prof. Jesús Ventanas Barroso. Tras resumir su biografía, entre otras cosas, decía de él en
el “elogio y petición”: “se trata de un científico de reconocido prestigio que ha marcado una
profunda huella en todos los que hemos tenido la suerte de conocerle y que ha influido
decisivamente en la enseñanza y la investigación sobre Tecnología de los Alimentos en nuestro
país” y en relación con su actividad profesional apuntaba: “su incansable labor investigadora se ha
plasmado en más de un centenar de artículos científicos… publicados en las más prestigiosas
revistas internacionales”… “Es de destacar que en unos tiempos en los que en nuestras
Universidades están llenas de especialistas de lo “mínimo”, la personalidad y las contribuciones
del profesor Justino Burgos destacan sobre todo por su capacidad para enfrentarse con éxito a los
temas científicos más variados”. Al hilo de este galardón, el Ayuntamiento de Cáceres le gratificó
con la adjudicación del nombre de una calle en el entorno del campus universitario.
Las frases que se transcriben extraídas del discurso que el profesor Burgos pronunció al ser
nombrado “Honoris Causa”, reflejan muy bien su concepción de la ciencia y de la institución
universitaria. Decía así en relación con el profesorado: “La formación del profesorado es un
aspecto clave para el futuro de la Universidad”…. “Aunque el dominio de las técnicas pedagógicas
es importante, la mala calidad de un docente tiene su origen más frecuente en un defectuoso
dominio de la materia que enseña. Un profesor no se improvisa, sino que requiere una fase de
aprendizaje programado para poder alcanzar el dominio de una disciplina”. Y más adelante
añadía: “Se dice que nuestras Universidades están “masificadas”; ya sé que parece un argumento
fácil”... “Se ha dicho, y comparto esa opinión, que no todo es una cuestión de relación (o ratio)
alumnos/profesor. Un buen profesor es siempre bueno y un mal profesor no aumenta su calidad en
proporción inversa al número de alumnos hasta hacerse infinita cuando no tiene ninguno. No
obstante decía: “…la sobresaturación va acompañada de la sobrecarga docente del profesorado, lo
que impide con frecuencia el desarrollo de cualquier otro sistema de enseñanza que no sea la
lección magistral”… “las sucesivas administraciones con competencias educativas no han sido
capaces de proporcionar las condiciones precisas. Más bien al contrario, han encontrado más
fácil, o más rentable para sus fines políticos, lanzarse a la creación de nuevos centros y títulos, en
lugar de abordar los problemas reales de la enseñanza e idear posibles soluciones para establecer
las condiciones que permitan impartir una enseñanza de elevada calidad”.
Sus actividades durante su vida activa, no se limitaron solo al ámbito universitario sino que
también prestó servicios a la sociedad en la esfera política. Durante su etapa de decano de la
Facultad de Veterinaria propició todo tipo de actividades culturales, fue socio fundador de la revista
Ceranda, una revista de contenido socio-político que se fundó en León al final de la década de
1970. Durante esos años también participó activamente en la Junta Democrática, que planteaba
Pag. 334
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
aspectos relevantes de lo que tenía que ser la transición a la democracia. Cuando se formaron las
primeras Cortes de Castilla y León en 1983 fue nombrado Consejero de Educación y Cultura, cargo
que desempeñó con entusiasmo durante tres años. En este corto periodo, merece destacarse diversos
proyectos, como la recuperación y puesta en valor del amplio patrimonio artístico de la Comunidad,
la creación de Estivalia (conjunto de actividades musicales, teatrales y cinematográficas que se
desarrollaban en verano) y la excelente colección de literatura Barrio de Maravillas (un ambicioso
programa cultural pensado para que autores noveles, fundamentalmente de la Comunidad, pudieran
publicar sus obras). Algunos autores ahora conocidos comenzaron sus andares en ese proyecto.
En definitiva, el profesor Burgos ha sido un profesor con las ideas muy claras sobre lo que es la
Universidad y la Ciencia que captó de su maestro el profesor López Lorenzo y las llevó a la
Universidad para sentar doctrina y lo hizo como pocos pueden hacer y no como él mismo decía en
el prólogo de su memoria de oposición “que nadie busque doctrina donde no hay más que el
cumplimiento de un trámite”. Ha sido un verdadero maestro que infundió a sus discípulos la forma
de hacer verdadera ciencia, creando una escuela que cuenta en la actualidad con un centenar de
herederos que son catedráticos, profesores titulares, profesores contratados de la Universidad
Española y de algunas del extranjero. Finalmente, añadir que ha sido también un ciudadano
comprometido con su tiempo que ha prestado varios servicios a la sociedad. En fin, una vida plena,
y un lujo para aquellos que hemos tenido la suerte de ser sus discípulos y amigos. Gracias Justino.
Figura 1. Las cuadrículas con trazos más gruesos son los profesores que han dirigido tesis doctorales.
Véanse los nombres completos y universidad a la que están adscritos en la página siguiente (tabla 1).
No se han incluido codirectores no pertenecientes a la escuela del profesor Burgos.
No se han incluido discípulos de organismos no universitarios (CSIC y otros OPIs, empresas, industrias,
administración, etc.)
Pag. 335
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Jaime Gras Regás, nacido el 13 de octubre de 1878, era hijo del veterinario Esteban Gras,
subdelegado de veterinaria en el distrito de Arenys de Mar (Barcelona) y profesor de la materia
Elementos de Anatomía, Fisiología, Patología y Terapéutica Avícola en la Escuela de Avicultura de
Arenys de Mar. Siguiendo la estela de su padre se inclinó por los estudios de veterinaria, cursándolos
en la Escuela de Madrid donde obtuvo el título de profesor veterinario. En 1903 accedió al puesto de
Inspector de Higiene y Sanidad Pecuaria de Barcelona. Se involucró activamente en los trabajos que
se llevaban a cabo para constituir el Colegio de Veterinarios de Barcelona y sería elegido Secretario
en la Junta de Gobierno que se constituyó en 1904 y que estuvo presidida por don Ramón Turró. Tras
el fallecimiento de su padre en 1906, se haría cargo de las tareas académicas de éste en la Escuela de
Avicultura. Como complemento a su faceta docente, tuvo el gran mérito de equipar en las
instalaciones de la Escuela una clínica-laboratorio avícola, la primera de estas características en
España, en la que llevaría a cabo interesantes experiencias, destacando las que realizó para el estudio
de la difteria y de la viruela, que se consideraban dos de las principales enfermedades que en aquel
momento afectaban a las gallinas. Fue igualmente pionero al establecer en 1917, a través de la revista
España Avícola, el primer Consultorio Técnico Veterinario para los avicultores españoles. Un
servicio gratuito para que éstos pudieran realizar consultas acerca de enfermedades, tratamientos,
vacunas, etc. Incluso el servicio recogía la práctica de necropsias o análisis histopatológicos. Se
jubilaría en 1949, tras 47 años ininterrumpidos de ejercicio profesional, y fallecería pocos meses
después en 1950.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En este marco de principios del siglo XX, en el que la Escuela de Arenys de Mar y su director Salvador
Castelló se habían erigido como motores del desarrollo avícola español, surge con fuerza la figura del
veterinario Jaime Gras Regás, profesor de dicha Escuela, que será pionero en España en el campo de
la patología aviar.
Jaime Gras se jubilaría en 1949, tras 47 años de ejercicio profesional, siendo homenajeado
por el Colegio de Veterinarios el día de la festividad de san Francisco de Asís de ese mismo año
(COVB, 1949). Fallecería pocos meses después, en 1950 (GMB, 1951).
3.-Sus experiencias en la Escuela de Avicultura de Arenys de Mar
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Como complemento a su faceta docente, Jaime Gras tuvo el gran mérito de equipar en las
instalaciones de la Escuela una clínica-laboratorio avícola, la primera de estas características en
España, en la que llevaría a cabo interesantes experiencias (Castelló, 1907). Entre ellas destacan las
que realizó para el estudio de la difteria y de la viruela, que se consideraban dos de las principales
enfermedades que en aquel momento afectaban a las gallinas. En aquel momento, existía una
importante controversia sobre si se trataba de dos enfermedades distintas o realmente se trataba de un
único agente etiológico que se manifestaba con distintas lesiones según la localización. Él mismo
narraba las conclusiones a las que llegó a este respecto:
3
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
5.-Conclusiones
La labor realizada por el veterinario catalán Jaime Gras en los inicios del siglo XX en el campo de la
patología aviar, que ha sido esbozada en el presente trabajo, le hacen justo merecedor del calificativo
de pionero de la veterinaria avícola española. Él fue quien inició en España diferentes ensayos
experimentales para estudiar patologías aviares hasta entonces casi desconocidas en nuestro país. Así,
se abrían nuevas líneas de experimentación en el campo de la patología aviar que posteriormente
serían continuadas y desarrolladas por el gran patólogo Cayetano López y López y por otros muchos
ilustres veterinarios españoles.
Bibliografía
Castelló Carreras S. 1906. Nota Necrológica. Esteban Gras. La Avicultura Práctica, 125: 134.
Castelló Carreras S. 1907. Real Escuela Oficial de Avicultura. Curso ordinario de 1907. La
Avicultura Práctica, 126: 2.
Crespo Martín R.J. 1917. Avicultores españoles. D. Jaime Gras Regás. España Avícola, 11: 1.
Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Barcelona 1949. Circular del Colegio Oficial de
Veterinarios de la Provincia de Barcelona, 64: 229.
Gaceta Municipal de Barcelona 1951. Escalafón del personal del Ayuntamiento de Barcelona.
Cuerpo Especial de Veterinaria. Año XXXVIII, 30: 682.
Mendizabal Aizpuru J.A. 2007. Avicultores para la historia (1896-1936). Universidad Pública de
Navarra. 115 pp.
4
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN.- En marzo de 1840, el veterinario José María Caballero ocupa la plaza de Regidor Comisario
de Mataderos del Ayuntamiento de Madrid. Este cargo va a permitir que sus conocimientos e influencias
se desarrollen, no solo ordenando las operaciones de sacrificio para mejorar la higiene de las mismas, sino
que también como responsable de todo lo referido al abastecimiento de carnes influiría en el Ayuntamiento
para que los veterinarios ocupasen las plazas de reconocedores de carnes en los mataderos de la Villa y de
esa forma iniciar la inspección veterinaria de carnes.
A finales del año 1840, el Ayuntamiento de Madrid manda implantar y cumplir el “Reglamento de carnes
y Reglamento Interior de las Casas Matadero”, elaborado por el veterinario José María Caballero. La puesta
en marcha de ese texto legal supone la instauración de la inspección veterinaria de carnes en los mataderos
de la Villa, y el cambio de gestión del matadero, que pasa a ser un verdadero servicio público.
Toda la vida profesional conocida de José María Caballero estuvo ligada a la inspección de alimentos en el
Ayuntamiento de Madrid.
SUMMARY.-In March 1840, the veterinarian José María Caballero occupies the position of Commissioner
Slaughterhouse of the City Council of Madrid. This position will allow their knowledge and influences to
be developed, not only by ordering the slaughter operations to improve their hygiene, but also as responsible
for everything related to the supply of meat would influence the City Council for veterinarians to occupy
the meat recognition places in the slaughterhouses of the Villa and thus start the veterinary inspection of
meats.
At the end of the year 1840, the Madrid City Council mandates the implementation and compliance of the
"Meat Regulations and Internal Regulations of the Matadero Houses", prepared by the veterinarian José
María Caballero. The implementation of this legal text implies the establishment of the veterinary
inspection of meat in the slaughterhouses of the Villa, and the change of management of the slaughterhouse,
which becomes a true public service.
The entire known professional life of José María Caballero was linked to the food inspection at the Madrid
City Council.
INTRODUCCIÓN
La responsabilidad era de los ayuntamientos, pero a nivel del reino se promulgó un Real Decreto de 20 de
enero de 1834, en el que la Regente en nombre de su hija la Reina Isabel II, declaraba libre el comercio de
los objetos de comer, beber, y arder1. En su artículo decimo contemplaba la posibilidad de que en los
1
Fomento General, Real Decreto declarando libre el Comercio de los objetos de comer, beber, y arder, pagando los derechos establecidos,
y en los términos que se expresan. Madrid 20 de enero de 1834. D. Javier de Burgos .
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
pueblos principales donde, o por el mayor consumo de carne o por la facilidad en la cobranza de impuestos
o arbitrios, pudieran existir “edificios especiales para mataderos”, donde se observarán reglas de policía
urbana y salubridad.
En el Ayuntamiento de Madrid las normas que se aplicaban eran puntuales y sin un criterio general, por
medio de bandos (“bandos de buen gobierno”) u órdenes concretas, dirigidas a solucionar problemas
determinados, pero sin abordar los problemas generales y graves que estaban presentes en las operaciones
de faenado de las reses, y como consecuencia en la higiene y sanidad de la carne. Un informe de noviembre
de 1838, de la Comisión de Policía Urbana manifestaba que “de nada serviría proponer medidas aisladas
para atajar unos males cuyo origen es muy antiguo”, haciendo un profundo análisis de la situación y lo
que era más importante y novedoso, por primera vez se proponían soluciones integrales para resolver los
problemas encontrados.
El último aspecto que trataba la Comisión en el informe era el de la Salud Pública, entendiendo que todas
las carnes que se expidieran al público debían estar sanas y bien acondicionadas. Basándose, según
manifestaban en criterios fisiológicos y en principios de higiene pública, defendían que la sanidad de las
carnes no se aseguraba de otro modo que con la inspección realizada por peritos imparciales, inteligentes y
dedicados a este único fin. Manifestaban que la inspección no solo debía realizarse sobre las reses vivas
cuando eran introducidas en los corrales, sino que también debía realizarse después de muertas y en sus
partes internas, aunque no se definía qué profesional se ajustaba al perfil deseado 2.
Al mes siguiente de haberse presentado el informe de la Comisión de Policía Urbana, es decir en diciembre
de 1838, el Ayuntamiento elaboró un borrador de Reglamento de la casa-matadero3. Entre los requisitos
que se marcaban es importante destacar en cuanto al reconocimiento de carnes, que los abastecedores
tendrían que someterse a la decisión de los peritos, a menos que los creyeran parciales, en cuyo caso podían
pedir a la autoridad la concurrencia de otro práctico o veterinario, que decidiera bajo juramento sobre el
verdadero estado de la res reconocida.
Pero sin duda, el aspecto más destacado de este borrador es que estaba acompañado de una “Memoria
Facultativa sobre Sanidad de las Carnes”4, redactada por la Junta de Profesores de la Escuela de Veterinaria
de Madrid, lo que constituye la primera ocasión en la que se busca el asesoramiento de los veterinarios,
para la elaboración de un reglamento de mataderos. La memoria se iniciaba afirmando “ningún objeto debe
anteponerse a aquel que tiene por objeto la conservación de la salud pública” y continuaba defendiendo
el papel de los veterinarios, al exponer que:
“..los principios que componen los alimentos que han de nutrir al hombre, no pueden ser conocidos
sino por aquellos que hayan estudiado sólidamente la anatomía completa y comparada, las funciones
de los órganos, las enfermedades que atacan a los animales, con sus complicaciones y daños que
producen..”.
Sin embargo, cinco meses después (mayo de 1839) la Comisión de Policía Urbana planteaba solventar
todos los perjuicios que se producían en el ramo de carnes a través de la formación de un llamado “Bando
General”, dividido en tantas partes o capítulos como ramos (sectores comerciales) sobre los que se quisiera
intervenir.
2
“Minuta de una exposición de la Junta de Policía Urbana del Excmo. Ayuntamiento sobre las reformas en el matadero”. (1838). Signatura
5-94-48. Archivo de Villa.
3
“Bosquejo de un Reglamento de la Casa Matadero”. (1838). Signatura 5-94-47. Archivo de Villa.
4
“Bosquejo de un Reglamento de la Casa Matadero”. (1838). Signatura 5-94-47. Archivo de Villa.
La “Memoria Facultativa sobre la Sanidad de las Carnes” que describimos y que aparece integrada en el documento del Archivo de Villa,
de diciembre de 1838, bien podría tratarse del proyecto de Reglamento que elabora la Junta de Profesores de la Escuela de Veterinaria, en
marzo de 1837, a petición del ministro de Gobernación, y que es nombrado en la obra de SANZ EGAÑA, afirmando que “la Escuela vuelve
a intervenir en esas fechas en cuestiones relacionadas con la inspección de alimentos cárnicos”. SANZ EGAÑA, C. (1947). “Historia de
la Veterinaria Española”. Espasa-Calpe, S.A. Madrid p. 377.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
La parte correspondiente al ramo de carnes, aprobado en agosto de 1838, no era en absoluto novedoso, si
bien, establecía el nombramiento de dos Regidores Comisarios de departamento, encargados
exclusivamente del ramo de carnes y pescados, que harían cumplir las disposiciones, imponiendo las multas
que estimaran convenientes según la gravedad del delito y con arreglo a lo que previniese la ley5.
Entre las funciones y responsabilidades del Regidor Comisario de carnes se encontraba el buen
funcionamiento del matadero. Por ese motivo, en esas mismas fechas de 1840, José Mª Caballero hacía
referencia al reglamento que él mismo presentó a la Comisión de Policía Urbana, afirmando que:
“..la propuesta realizada es en realidad la aplicación de una medida parcial, ya que para evitar
la totalidad de los problemas que se producen en los mataderos de la Villa sería necesario la
implantación del reglamento presentado..”8.
El Reglamento presentado se trata de un documento manuscrito de fecha 9 de mayo de 1839, y que según
la Comisión ya había sido motivo de discusión en varias reuniones (este hecho corrobora la fecha de mayo
de 1839, con la cual el autor firma la primera parte del reglamento).
En el texto completo se diferencian claramente dos partes, una larga introducción, firmada por el autor en
Madrid con fecha 8 de mayo de 1839, y la parte propiamente reglamentaria titulada “Reglamento Interior
de la Casa-Matadero, formada por sesenta artículos, firmada y fechada el 4 de enero de 1840.
Afirmaba que en interés de la Salud Pública no era suficiente que operarios avalados solo por su experiencia
realizasen la inspección de carnes, era necesario contar con personas con los conocimientos científicos
necesarios que respondieran a la responsabilidad que se les confería. Pero además estos inspectores o
reconocedores facultativos debían estar encargados no solo de las carnes, sino que también del tocino, del
pescado y de todos los “objetos alimenticios”.
5
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Expediente instruido acerca de la Policía que debe observarse en el ramo de carnes y bando
publicado sobre el particular el 30 de agosto de dicho año”. (1839). Signatura 1-237-40. Archivo de la Villa.
6
Ha resultado imposible encontrar el expediente personal de José María Caballero en el Archivo General de la Universidad Complutense
de Madrid, así como tampoco a través del exhaustivo trabajo realizado por Francisco de Asís Muñoz Alcázar relacionado con la transición
de la Albeytería a la Veterinaria, el único dato que podemos aportar es que en un legajo del año 1837 aparece el nombre de José Mª
Caballero en una “relación de los veterinarios y albéitares de Madrid hecha en 4 de abril de 1837, por la Escuela de Veterinaria.
7
Antonio Santos prestaba servicio desde 1836, como responsable de las mulas del servicio de limpiezas del Ayuntamiento. En un
documento de 1851, el propio Antonio Santos afirma que desde 1836 prestaba servicios en el Ayuntamiento.
Con ello queremos decir que aunque Santos estuviera contratado por el Ayuntamiento el primer veterinario para ocuparse del ramo de
carnes fue José Mª Caballero. De hecho Antonio Santos solicitaba en 1837 un puesto de reconocedor de carnes en el matadero, junto con
Guillermo Sampedro y otros
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Madrid. D. Antonio Santos, Inspector de carnes de la casa-matadero, solicitando el abono de las
mensualidades que no percibió durante la suspensión que le fue impuesta en 1843”. (1851). Signatura 4-73-20. Archivo de Villa..
8
“Orden del Ayuntamiento de Madrid para que se proceda a cortar las cabezas en redondo en el ganado vacuno”. (1840). Signatura 1-237-
49. Archivo de Villa.
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El reglamento instauraba y regulaba la figura de los reconocedores o inspectores de carnes con formación
suficiente para poder dictaminar sobre la sanidad de las carnes, y aunque en ningún momento se nombra la
figura del veterinario, los requisitos solicitados no los podían cumplir otros profesionales que no fueran los
veterinarios, de hecho, los dos reconocedores nombrados para la aplicación del reglamento fueron dos
profesores veterinarios.
La implantación del Reglamento la Casa-Matadero supuso que el matadero pasara a ser un verdadero
servicio público en el Ayuntamiento de Madrid.
El Ayuntamiento hasta entonces cedía el uso de las instalaciones a los abastecedores para que llevaran a
cabo el sacrificio de las reses que después comercializaban, siendo los matarifes empleados a su cargo y
por tanto estando a sus órdenes. Los empleados municipales se limitaban a realizar las labores de
mantenimiento del edificio y lo que parece que era más importante, llevar la contabilidad para el cobro de
las correspondientes tasas.
El nuevo reglamento cambió de manera radical la forma de funcionamiento del matadero. A partir de enero
de 1841, todos los empleados que trabajasen en el matadero estarían a cargo del Ayuntamiento de Madrid,
es decir, cobrarían su sueldo y trabajarían a las órdenes de la autoridad municipal. Los abastecedores o
tratantes usarían el matadero para el sacrificio, oreo y romaneo de las reses que comercializasen y por esos
servicios pagarían una tasa en virtud del trabajo realizado y el uso de los edificios y útiles del
establecimiento.
Lo que pretendía la nueva disposición legislativa era evidentemente acabar con los abusos, irregularidades
y prácticas insalubres que tantas veces se habían comprobado por las autoridades y denunciado por los
usuarios.
A partir del 17 de enero de 1841, la matanza de vacuno y lanar en Madrid se realizó por cuenta del
Ayuntamiento. Los matarifes fueron nombrados por el presidente de la Comisión de Policía Urbana, es
decir, desde ese momento eran operarios a cargo del Ayuntamiento; los abastecedores estaban obligados a
matar las reses en los mataderos de la Villa y debían pagar por los servicios prestados de “matarifes, edificio
y demás útiles de matadero” (artículo 28); independientemente, se les cobrarían las tasas de la Hacienda
Nacional y municipales (artículo 38); y además, no podían variar las horas de matanza, ni sacrificar otro
tipo de res que el permitido en la temporada10.
En abril de 1840, la Comisión de Policía Urbana informaba que como consecuencia de la presentación de
una enfermedad contagiosa en el ganado vacuno, en un pueblo inmediato a Guadarrama, el Ayuntamiento
de Madrid, en un acuerdo fechado el 10 de marzo, había aprobado varias disposiciones, entre ellas, las de
9
“Expediente instruido sobre establecer un reglamento en la citada Casa-Matadero y lo actuado sobre establecer después para llevar a efecto
interinamente el formado por el Sr. Regidor D.José Mª Caballero aprobado por V.E.”. (1840). Signatura 3-389-100. Archivo de Villa.
10
“Autorización de la Comisión de Policía Urbana al Sr. Comisario de la Casa-Matadero para poner en ejecución el reglamento formado
para dicha casa”. (1840). Signatura 4-88-97. Archivo de Villa.
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vigilar la matanza y venta de carnes, con el fin de evitar la extensión de la enfermedad, para lo cual, habían
sido nombrados como peritos a los profesores veterinarios Antonio Santos y Francisco Huertas.
Tanto en la decisión de las medidas adoptadas como en el nombramiento de los profesores veterinarios
interviene de forma decisiva y activa José María Caballero. De esta forma lo expresa el informe:
Continúa el informe de la Comisión, reconociendo los conocimientos y servicios que han prestado los dos
profesores veterinarios. Por esos motivos, proponen que se les nombre peritos reconocedores de mataderos
si llega a entrar en vigor el reglamento formado al efecto.11
La decisión de nombrar veterinarios como reconocedores de carnes para la casa-matadero había sido
tomada por el Ayuntamiento en abril de 1837, como consecuencia de las solicitudes realizadas por varios
veterinarios. La resolución de 1837, fue ampliamente discutida y aplazada por el Ayuntamiento hasta que
en marzo de 1840, la circunstancia de la aparición de un foco de enfermedad contagiosa en el ganado
vacuno primeramente y luego en el lanar, en las inmediaciones de Madrid, y el miedo a que el brote se
extendiera, hicieron reaccionar a la corporación, asesorados por otro veterinario que en esos momentos
desarrollaba labores de gestión en el ordenamiento del abastecimiento de carnes de la Villa.
El hecho de que debió producirse una alarma sanitaria para que dos profesionales con preparación científica
fueran incorporados para intervenir y prevenir la salud pública de la población, no era un hecho aislado en
el campo de la sanidad española de aquellos momentos. Sin embargo, en cuanto la alarma disminuyó ya se
plantearon la supresión de los puestos, y si no fuera así, la disminución de los honorarios percibidos.
VIÑES J., en su trabajo referente a la Sanidad Española en el siglo XIX, comenta que “las medidas
sanitarias a lo largo del siglo XIX y buena parte del XX no tienen un carácter estable, sino que son
adoptadas por el Estado cuando “Santabárbara truena” y continúa exponiendo que “la sanidad del XIX
en España no era una organización técnica o administrativa sino una actividad gubernativa
correspondiente al ámbito de la policía de salubridad confiada a jefes políticos y alcaldes, que tomaban
medidas según el estado de necesidad”12.
BIBLIOGRAFIA
11
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Matadero. Se manda satisfacer a los profesores veterinarios D. Antonio Santos y a D. Francisco
Huertas el estipendio de cuarenta reales diarios a cada uno, ínterin dure el encargo que se les ha confiado de reconocer las reses que entran
en el matadero”. (1840). Signatura 1-237-44. Archivo de Villa.
Uno de los firmantes del informe de la Comisión es el propio José María Caballero. Sin embrago, el informe por el que se rebaja el sueldo
de los reconocedores no se encuentra firmado por José Mª Caballero.
12
VIÑES, J.J. (2006). “La Sanidad Española en el Siglo XIX”. Primera parte. Temas historia de la Medicina, nº 5. Departamento de
Sanidad. Gobierno de Navarra. p. 26.
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Resumen
Marcelino Ramírez García [Bergasa (La Rioja) 1864 - Logroño 1940] fue un veterinario militar y
médico de destacado nivel científico. Dedicó su trabajo a la tuberculosis, tanto en la patología animal
como humana, y a la relación entre ambas. Fue un salubrista integral en la lucha contra ese azote que
se ha llamado «La Peste blanca» y contra los estragos pecuarios y humanos del muermo en el ejército.
Sus publicaciones más reseñables, siempre en un marco de salud integral, fueron su tesis doctoral de
1907, titulada La tuberculosis bajo el punto de vista de su transmisión recíproca entre los animales y
el hombre, que publicó en 1908, como La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico
y sociológico. Ya aquí apuntaba su neta visión social del problema; y el libro, de 1912,
Tuberculinodiagnóstico y Tuberculinoterapia; así como el de 1916 Diagnosis y terapias específicas
del muermo en el ganado del Ejército. También es de destacar su obra, de 1926, Tisiología de la
Infancia. En 1924 sintetizó sus ideas sociales en el trabajo: Seguro social contra la tuberculosis,
materia en la que fue un adelantado.
Se alineó, siempre, con las corrientes científicas más avanzadas de investigación y laboratorio, en el
estado de la ciencia en su momento, siendo un contagionista convencido, frente a los que defendían
el papel preponderante de la herencia en la transmisión de la tuberculosis. Mantuvo un constante
interés por la cobertura social de la enfermedad para los pobres y los niños, así como de las
condiciones higiénico-sanitarias del ganado y las instalaciones pecuarias; una visión global de la salud
como algo inherente al binomio animal-humano. En su momento recibió el reconocimiento de la
comunidad científica, con diferentes premios por sus actividades veterinarias y médicas, civiles y
militares.
Summary
Marcelino Ramírez García [Bergasa (La Rioja) 1864 - Logroño 1940] was a military veterinarian and
doctor of outstanding scientific level. He dedicated his work to tuberculosis, both in animal and
human pathology, and in the relationship between them. He was an integral healthier in the fight
against that scourge that has been called "The White Plague" and against the animal and human
ravages of the glanders in the Army. His most notable publications, always in a comprehensive health
framework were his doctoral thesis of 1907, entitled Tuberculosis from the point of view of its
reciprocal transmission between animals and man, which he published in 1908, as Tuberculosis from
the point of sanitary, economic and sociological view. Already here he pointed out his net social
vision of the problem; and the book, of 1912, Tuberculindiagnosis and Tuberculintherapy. They are
also noteworthy his works, of 1916, Diagnosis and specific therapies of glanders in Army cattle, and
from 1926, Childhood Ptysiology. In 1924 he synthesized his social ideas at work: Social insurance
against tuberculosis, a subject in which he was an advanced.
He always was aligned with the most advanced scientific research and laboratory trends, in the state
of science at the time, being a convinced contagionist, against those who defended the preponderant
1
Doctor en Medicina y Cirugía, en Veterinaria, y en Historia de la Ciencia. Profesor de Historia de la Ciencia. Facultad
de Medicina. Universidad de Santiago de Compostela. c./ Sn Francisco s/n 15782. Santiago de Compostela.
[email protected] tfno. +34 669302926.
2
Doctora en Historia de la Ciencia. Profesora de Historia de la Medicina del IV Ciclo. USC.
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role of inheritance in the transmission of tuberculosis. He maintained a constant interest in the social
coverage of the disease for the poor and children, as well as the hygienic-sanitary conditions of
livestock and livestock facilities; a global vision of health as something inherent in the animal-human
binomial. At the time he received recognition from the scientific community, with different awards
for his veterinary and medical, civil and military activities.
Podemos decir, resumidamente, que la vida laboral de Ramírez tuvo dos grandes etapas: la primera
en La Rioja desde 1887, fecha en que terminó la carrera de veterinaria, hasta 1916 en que, ascendido
a veterinario mayor, asimilado a comandante, marchó destinado a La Coruña para hacerse cargo de
la jefatura de veterinaria de la 8ª Región militar, con sede en la capital gallega donde estaría hasta su
ascenso a coronel en 1926. Había terminado la carrera de Medicina en junio de 1903, recién
cumplidos los 39 años.
Creemos haber demostrado recientemente 3 que el Dr. Ramírez García fue un precursor del concepto
de salud unitaria, en un mundo en el que convivimos humanos y animales, siendo la salud de unos
impensable sin la de los otros. Ramírez, que ejerció ambas profesiones con un equilibrio inconcebible,
aunque su principal modus vivendi fue siempre su condición de veterinario militar, como buen
conocedor de las dos zoonosis a las que más esfuerzos dedicó, la tuberculosis y el muermo, tuvo
siempre muy clara la cuestión social. En particular la de la tuberculosis, como enfermedad de difusión
mucho más universal que otras zoonosis en su época.
Ya en su tesis doctoral de 1907 decía lo que repetía en la edición de esta como libro al año siguiente:
Afirmaba esto porque la enfermedad atacaba la estructura económica de la sociedad en varios frentes.
En primer lugar el pecuario, con todo lo que conllevaba el problema de las carnes contaminadas y las
leches no aptas para el consumo y las consecuencias económicas del encarecimiento de estas materias,
sin olvidar las nutricionales, en una población que precisaba de estos alimentos básicos que,
obviamente, debido al sacrificio o retirada de las reses enfermas, dificultaba el acceso de las clases
populares a dichos productos, haciéndolos más caros e inasequibles a los menesterosos, cuya
alimentación se veía así perjudicada y, con ello, su salud y, por tanto, su capacidad productiva.
Ramírez refería, sintetizando, que la invasión de los individuos por la tuberculosis, extendiéndose
peligrosamente podría incluso acabar con la Humanidad:
3
Ponte Hernando, F.J (2019) El concepto, «un mundo, una salud», en los inicios del siglo XX: El Dr. D. Marcelino
Ramírez García (1864-1940), Veterinario militar y Médico. Cáceres. UEX. Facultad de Veterinaria. Tesis Doctoral.
Leída y defendida el 7 de junio con la calificación de sobresaliente cum laude.
https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=bcd2IwroGyw%3D [consultada por última
vez el 1 de agosto de 2019].
4
Ramírez García, M. (1908) La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico y sociológico. Logroño. Imp.
Moderna. P.96.
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Mucho después, en 1924, el doctor Ramírez publicó acerca de esta última cuestión un trabajo,
«Seguro social contra la tuberculosis» 6 que constituye una síntesis madurada de dicho libro, 16 años
después, y que transcribimos, como testimonio de la honda visión social de Marcelino Ramírez.
La lucha social contra la tuberculosis debe concentrar su intensidad y actividad en las clases
obreras y proletarias por cuanto en ellas la enfermedad no solo es muchísimo más frecuente
por sus inferiores condiciones de vida sino que los recursos económicos para atenderla son
siempre muy inferiores a las exigencias de la misma, principalmente por su larga duración.
Aumenta, de modo considerable, aquella inferioridad el hecho de que los obreros al enfermar
dejan de trabajar y se ven privados del jornal, que si bien pudo servir a satisfacer las más
apremiantes necesidades de la vida durante el estado de salud, aun teniéndolo, no podría
subvenir a cubrir todas las atenciones de la enfermedad por ser estas mayores, y mucho menos
ha de poder atenderlas cuando por no poder trabajar se ve privado del ingreso que el trabajo
le producía.
Se explica, pues, que en las clases pudientes y bien acomodadas no tenga aplicación, sino de
modo indirecto y poco activo, la lucha social contra la tuberculosis, por cuanto los individuos
de estas últimas cuentan con recursos económicos suficientes para atender a todos los gastos
que exijan cuantas medidas de profilaxis y curación sea preciso adoptar.
Por voto unánime, se pronunció la Conferencia de representantes de las instituciones
antituberculosas benéficas, en considerar la lucha en el sentido que acabamos de indicar.
Como consecuencia de cuanto acabamos de exponer se reconoce la necesidad de establecer el
seguro obligatorio contra la tuberculosis en todos los trabajadores cualesquiera que ellos sean,
y como dicha enfermedad debe estimarse como accidente del trabajo para los efectos del
seguro, de ahí la consecuencia de que el patrono sea quien debe pagar las cuotas del mismo a
las Cajas o Sociedades aseguradoras. Esto que, mirado superficialmente, parece un injusto
tributo para el patrono, es más bien un medio de progreso y justa reciprocidad entre ambos
factores de la producción.
Desde el punto de vista económico y social, prescindiendo de su aspecto ético y jurídico,
actualmente el patrono, en sus diversas explotaciones, emplea máquinas, instrumentos y
motores inanimados, o animados animales, productores de trabajo con su correspondiente
rendimiento, y el coste de aquéllos representativo de un capital que tiene que amortizar y tener
en cuenta el valor del rendimiento. Pero con el fin de que el producto de dicho trabajo sea en
cantidad y calidad todo lo mayor posible, le interesa conservar dichos instrumentos de trabajo
en las mejores condiciones, no exigiendo de los mismos más trabajo que el que consientan
sus resistencias materiales, teniendo que atender al propio tiempo a la reparación y reposición
de aquellos.
5
Francisco Moliner y Nicolás (1851-1915) Vid. Reseña de Prof. Dr. J. Molero Mesa en:
http://dbe.rah.es/biografias/12948/francisco-moliner-y-nicolas [consultado por última vez el 5 de agosto de 2019].
6
El Ideal Gallego, 25 de julio de 1924, p.15. Transcribimos el artículo desde una digitalización manifiestamente
mejorable en: http://www.galiciana.bibliotecadegalicia.xunta.es/es/consulta/resultados_ocr.cm
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El hombre como motor animado y como productor de trabajo, cuando está sano, lo utiliza el
patrono mediante un jornal, y cuando pierde sus energías, enfermo o se inutiliza lo despide
del trabajo por inservible y lo sustituye por otro sano y fuerte. Si al patrono no le interesa la
conservación de la salud y bienestar de sus obreros, estos tienen el derecho indiscutible a la
vez que el deber de procurar por todos los medios de conservar su salud y ejecutar su trabajo
en taller u oficina higiénica en forma que en nada pueda alterar el funcionamiento normal de
su organismo, siendo remunerado aquél con la cuantía necesaria para el sostenimiento
decoroso de él y de su familia.
Modernamente los más cultos especuladores, dedican la mejor parte de sus utilidades o
ganancias al mejoramiento de las condiciones de vida y bienestar de sus obreros, por cuanto
de este modo obtienen del trabajo de estos un mayor y mejor rendimiento. El obrero, cuando
pierde su salud, no solo pierde con ella el interés por su propio capital, por cuanto sin ella no
puede trabajar, sino que se pone en peligro de perder también dicho capital que no solo
pertenece a él sino a su mujer y más principalmente a sus hijos. Como el trabajo del obrero
por una parte, y el capital del patrono por otra, son los dos únicos fundamentales factores de
toda producción, el hombre capital no pertenece al patrono en cuyo servicio ha perdido aquel
su salud, por lo que no tiene necesidad de dedicar ni poco ni mucho de sus ganancias a adquirir
dicho instrumento o máquina de trabajo, de donde surge el legítimo derecho del obrero, aparte
de su salario o jornal para su conservación, a los recursos económicos necesarios para atender
al restablecimiento de su salud y sostenimiento de su familia, o sea la reparación del deterioro
de su propia máquina, y la obligación ineludible del patrono de atender aquella justa y legítima
demanda, en forma del seguro social obligatorio contra la tuberculosis u otro que responda al
mismo fin.
El reconocimiento de la legitimidad de este derecho del obrero, aparte de la justicia que ello
representa, implica un saludable progreso social y un robustecimiento de los vínculos de
solidaridad humana que afianza el lema de «Todos para uno, y uno para todos». Las
consecuencias de uno y otro, serán necesariamente beneficiosas para todos, por cuanto el
obrero al tener asegurado el necesario auxilio, en caso de enfermedad, para él y su familia,
libre de toda preocupación, rendirá una labor más importante en cantidad y calidad, las Cajas
o Sociedades de seguro exigirán el mejoramiento de las condiciones higiénicas del taller,
trabajo, alimentación, habitación, etc., todo lo cual hará disminuir considerablemente la
morbilidad y mortalidad por tuberculosis, y por consecuencia las pérdidas que con ello
experimenta actualmente el gran capital humano, aumentando considerablemente la
producción en todos sus aspectos y con ella el bienestar general.
La sola exposición de dos casos prácticos, evidentes, bastará para llevar el convencimiento y
la persuasión hasta los más indiferentes a estos problemas económico-sociales, en el aspecto
con que los acabamos de exponer.
El primero se refiere a una enferma de tuberculosis pulmonar que trabaja en un
establecimiento; su gravedad es tal que es casi seguro sucumbirá pronto. En el mismo local
ha enfermado igualmente un obrero, y más tarde otra obrera de la misma enfermedad; y el
patrono tan tranquilo cree que ha cumplido su misión con sustituir estos con otros obreros
sanos que puedan correr la misma suerte que los primeros.
En el segundo se trata de un enfermo con tuberculosis pulmonar y fístula de ano también
tuberculosa, el cual trabajaba en un establecimiento en el que el patrono obtenía fabulosas
ganancias. Este pobre enfermo se fue agravando de un modo tal, que imposibilitado para el
trabajo tuvo necesidad de guardar cama durante algún tiempo. Pero como sus medios
económicos fueron escasísimos en relación con sus necesidades, este pidió adelantada cierta
cantidad al patrono, con el fin de poder atender a su enfermedad y a su familia, y el patrono
sin adelantarle un solo céntimo le contestó que si no se presentaba inmediatamente a ocupar
su puesto quedaba despedido y buscaría otro. El enfermo, después de reponerse de la
impresión tan desagradable que aquella contestación le causó, se levantó de la cama y fue al
establecimiento a ocupar su puesto, y lo mismo hizo al día siguiente; pero al sentirse falto de
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fuerzas hasta para estar derecho, volvió a marchar a su casa, se echó en su cama y a los pocos
momentos dejó de existir, dejando a su viuda e hijos en el mayor desamparo, y contagiados
estos últimos de la misma enfermedad, en forma tal, que más tarde sucumbieron a causa de la
misma. Antes de entrar este obrero en casa de su patrono había muerto de tuberculosis uno de
la familia de este último. Nosotros señalamos los hechos, dejando que el amable lector, los
comente e interprete del modo forma que mejor le plazca.
Ramírez firmaba al pie de este artículo como: Médico director del Dispensario antituberculoso de La
Coruña. Trabajo este absolutamente gratuito y, con frecuencia, oneroso para quiénes se dedicaban a
misión tan altruista.
Conclusiones
1.- Como hemos podido entrever con claridad son de destacar el compromiso social de Ramírez, su
adelanto a nociones de aseguramiento laboral y social que eran muy incipientes en su época y un
profundo compromiso con los pobres y los obreros dedicados a las labores más básicas que,
normalmente, constituían el grupo más numeroso de los atendidos en el humilde dispensario coruñés
dirigido por nuestro entusiasta protagonista.
2.- Ramírez conocía el tema en profundidad así como la obra de los otros destacados apóstoles
veterinarios y médicos de la prevención de la Tuberculosis como Sanz Egaña, García Izcara, Nocard,
Francisco Moliner y Nicolás y Manuel Tolosa Latour, entre muchos más.
3.- A lo largo de toda su obra, como se puede comprobar en la bibliografía que aportamos, la
tuberculosis fue una constante en su labor, tanto en el campo animal como en el humano, y en el
preventivo para ambos.
4.- La obra tisiológica de Ramírez era conocida y respetada en toda España por veterinarios y médicos
pues se codeaba en congresos y asambleas científicas de todo tipo con los principales representantes
de ambas profesiones: Gordón Ordás, García Izcara, Molina Serrano, Sanz Egaña; Verdes
Montenegro, Gil Casares, Espina y Capó y otros muchos.
Bibliografía
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D. Marcelino Ramírez García (1864-1940), Veterinario militar y Médico. UEX. Cáceres. Facultad de
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https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=bcd2IwroGyw%3D
[consultada por última vez el 1 de agosto de 2019].
Ramírez García, M. (1907) La tuberculosis bajo el punto de vista de su transmisión recíproca entre
los animales y el hombre. Tesis Doctoral. Fondo UCM.
Ramírez García, M (1924) Seguro social contra la tuberculosis. El Ideal Gallego, 25 de Julio de
1924, p.15. http://www.galiciana.bibliotecadegalicia.xunta.es/es/consulta/resultados_ocr.cm
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The Alarcón and Sánchez-Muñoz, from Camarena (Toledo). Mr. Tiburcio (1859-1946),
Professor and Director of two Special Veterinary Schools.
Resumen
En el XV Congreso Nacional y VI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(Toledo, 2009), D. Manuel Rodríguez aportó una comunicación sobre D. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, centrada en su faceta de Catedrático y Director de la Escuela Especial de
Veterinaria de Santiago de Compostela.
En la presente comunicación aportamos sobre D. Tiburcio, algunos datos extraídos de su
expediente como Catedrático y Director de la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid, y algunos
datos sobre sus hermanos Santos y Mauricio, también veterinarios.
SUMMARY
In the XV National Congress and VI Ibero-American Congress of Veterinary History
(Toledo, 2009), Mr. Manuel Rodríguez provided a communication on Mr. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, focused on his facet as Professor and Director of the Special School of Veterinary
of Santiago de Compostela.
In this communication we provide about D. Tiburcio, some data extracted from his file as
Professor and Director of the Special Veterinary School of Madrid, and some data on his brothers
Santos and Mauricio, also veterinarians.
Palabras clave: Historia Veterinaria. España. Escuela Especial de Madrid. Tiburcio Alarcón.
Key words: Veterinary history. Spain. Special Veterinary School of Madrid. Tiburcio Alarcón.
INTRODUCCIÓN
En el XV Congreso Nacional y VI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(Toledo, 2009), D. Manuel Rodríguez aportó una comunicación sobre D. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, centrada en su faceta de Catedrático y Director de la Escuela Especial de
Veterinaria de Santiago de Compostela.
En la presente comunicación aportamos sobre D. Tiburcio algunos datos extraídos de su
expediente como Catedrático y Director de la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid, y que
hemos contrastado con los otros que aluden a su persona en diversas publicaciones.
Aportamos datos sobre sus hermanos Mauricio y Santos, también titulados veterinarios por
la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid.
OBJETIVO
Recuperar, para la historiografía veterinaria toledana y nacional, algunos datos biográficos
de D. Tiburcio Alarcón y Sánchez-Muñoz
METODOLOGÌA Y FUENTES
La fuente primaria consultada ha sido el material, depositado en el Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid (AGUCM), procedente de la Secretaría de Alumnos de la
Facultad de Veterinaria.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Método utilizado:
1º.- Selección de fuentes y documentos a consultar.
2º.- Búsqueda activa y recopilación de datos de los documentos seleccionados.
3º.- Contrastación de datos obtenidos con los publicados en fuentes secundarias (ver
apartado de Bibliografía).
RESULTADOS
Tres fueron los alumnos de apellidos Alarcón y Sánchez-Muñoz que cursaron estudios de
Veterinaria en la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid en la segunda mitad del siglo XIX:
Santos, Mauricio y Tiburcio. Naturales de Camarena (Toledo), localidad que en 1862 tenía 1.401
habitantes, e hijos de Manuel Alarcón (¿Rodríguez?) y de Feliciana Sánchez-Muñoz.
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4 Ver Méritos y Servicios publicados en la Gaceta de Madrid, Núm. 106, 16 Abril 1902
5 Gaceta de Madrid, Núm. 305, de 1º Noviembre 1901
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septiembre de 1918 (Gaceta de Madrid del 22) asciende al nº 2 del Escalafón. Tras el fallecimiento
de D. Dalmacio García e Izcara, ocurrido el 16 de octubre de 1927, D. Tiburcio pasa a ocupar el nº
1 del Escalafón de Profesores de las Escuelas de Veterinaria 6 y es nombrado Director de la
Escuela Superior de Veterinaria de Madrid 7 por Real Orden de 13 de enero de 1928 (Gaceta de
Madrid del 15). Por Decreto de 25 de abril de 1931, del Presidente del Gobierno provisional de la
República D. Niceto Alcalá-Zamora y Torres, es declarado jubilado a partir del 23 de abril 8.
Por R.O. de 22 de septiembre de 1903, del Mº de la Gobernación, fue nombrado Vocal de la
Junta Provincial de Sanidad de Madrid, y el 14 de noviembre, por el Gobierno civil de Madrid
Vocal de la Comisión Permanente de la misma e Inspector Provincial de Veterinaria el 20 de mayo
de 1905. El 10 de febrero de 1906, por R. O. de Mº de la Gobernación 9 es nombrado Vocal de la
Junta permanente contra la tuberculosis, junto con D. Dalmacio García e Izcara, siendo confirmado
en el cargo por R. O. de 1 de febrero de 1908, “con destino a las Secciones primera ó de
alimentación ó subsistencias, y quinta ó de instituciones complementarias (Lucha contra el
alcoholismo, la avariosis y la neisserosis)”. La Junta del Primer Congreso Nacional de la
Tuberculosis de Zaragoza le designó, el 24 de mayo de 1908, miembro titular del Comité regional
de Madrid.
Por R.O. de 1 de marzo de 1907 la Dirección general de Agricultura, Industria y Comercio,
le encargó junto a D. Mateo Arciniega, como Inspectores veterinarios, realizar visitas de inspección
a las regiones de España con motivo del “extraordinario desarrollo adquirido de la fiebre aftosa o
glosopeda”. Por R.O. de 29 de enero de 1908, y a propuesta de la Sección de Ganadería del Consejo
Superior de la Producción, se nombraron Inspectores Provinciales de Higiene Pecuaria, y entre ellos
a D. Tiburcio Alarcón para la provincia de Madrid 10. Por R.O. de 22 de diciembre de 1910, del Mº
de Fomento, fue nombrado Vocal suplente del Consejo Superior de Fomento en representación de
las Cámaras Agrícolas 11. El 18 de octubre de 1913, a propuesta de la Junta Provincial de Sanidad, y
por el art. 82 de la Instrucción general de Sanidad, fue nombrado Subdelegado de Veterinaria del
Distrito del Centro. Por R.O. del Mº de la Gobernación de 22 de noviembre de 1916 12 es nombrado
Vocal suplente de la Junta de Gobierno y Patronato del Cuerpo de Veterinarios titulares.
En Santiago había publicado en 1895: “Ensayo Patológico o Contribución al Estudio de los
Procesos Mórbidos Generales”, inscrita en el Registro general de la propiedad intelectual con el nº
19.224 (Gaceta de Madrid núm. 161, de 9 de junio de 1896, p. 780) y declarada de utilidad pública
para la enseñanza por R.O. de 20 de julio de 1897 del Mº de Fomento. En Madrid publicó: “Rasgos
Generales de las Cojeras. Diagnósticos, Pronóstico y Tratamiento de las mismas” (1902), y
“Ligeras Consideraciones sobre la Enfermedad Farcino-Muermosa (muermo de los animales) y su
Contagio al Hombre” (1905).
Obtuvo premios, Medallas y diplomas, en la Exposición regional de Lugo (1896) y en la
Feria concurso agrícola de Barcelona (1898) por sus preparados específicos aplicables a la
Veterinaria. En 1918 solicitó acoger su “Instituto particular para elaboración y venta de sueros y
vacunas para combatir las plagas de la ganadería” a los beneficios (exenciones fiscales) del Mº de
Hacienda 13 “sobre protección a las nuevas industrias y desarrollo de las existentes”, la protección
se pedía para la “producción de vacunas avirulentas contra la pulmonía de los cerdos, suero contra
la peste de los cerdos, suero y vacuna contra el mal rojo y suero contra la pulmonía de los cerdos,
vacuna antivariólica para el ganado lanar, y, vacuna contra el cólera aviario, maleina y vacuna
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
contra el tifus de los lechoncillos”14. El Instituto de Seroterapia Pecuario, del que fue Director sería
uno de los mayores productores de sueros y vacunas a nivel nacional antes de la guerra civil,
registrando entre 1920 y 1931 un total de 20 sueros y 20 vacunas (GOMIS, 2007)15.
Fue Secretario de la Sociedad Científica Los Escolares Veterinarios de Madrid (1880),
Socio honorario de la Academia de Escolares Veterinarios de Santiago (1889), Presidente del
Ateneo Escolar Veterinario de Santiago (1901) y Socio honorario de la Sociedad Científico
Instructiva Unión Escolar Veterinaria de Madrid (1904). Desde el 22 de junio de 1890 Vocal de la
Junta Municipal de Sanidad de Santiago; y desde el 21 de diciembre de 1892 Socio numerario de la
Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago 16. A lo largo de su carrera docente formó
parte de numerosos Tribunales de oposiciones a Cátedras de las Escuelas de Veterinaria, y de
alumnos pensionados para estudios en el extranjero. Fue albacea testamentario, y curador para
bienes del hijo menor, de D. José María Muñoz y Frau 17 ex Director de la Escuela de Veterinaria de
Madrid. El 1 de julio de 1903, la Escuela de Madrid le nombró Ponente a fin de que informara en el
proceso criminal seguido en el juzgado de Illescas (Toledo) por envenenamiento de Cayetano
Martín Naya. Mantuvo buena relación con la Sociedad General de Cazadores de España, siendo
nombrado Vocal el 31 de octubre de 1902, vicepresidente el 26 de marzo de 1903, y vicepresidente
tercero el 1 de febrero de 1904, y participando en la propuesta de creación de una “Escuela de
Pastores” y otra sobre “la forma de constituirse las Paradas de Sementales”. El 30 de mayo de 1904
el Alcalde constitucional de Villa Juan le encarga que represente al Ayuntamiento en la Asamblea a
celebrar en Madrid para tratar de la crisis obrera en la ciudad del Ferrol. El 31 de mayo de 1904, la
Escuela de Veterinaria de Córdoba le nombró su Representante Oficial en el Congreso de Ganadería
que se celebraría el 5 de junio. El 1 de marzo de 1905, junto a Marcelino Montón Cardós y Antonio
López Martín, inaugura la primera Policlínica Veterinaria en Madrid 18. El 14 de mayo de 1907 la
Asociación General de Ganaderos del Reino le nombró Vocal del jurado en el concurso de ganados
y maquinaria. El Consejo provincial de Agricultura y Ganadería de Madrid, el 13 de diciembre de
1907, le nombró Vocal del Consejo de Vigilancia de la Escuela práctica de Agricultura de la región
de Castilla la Nueva. El 30 de abril de 1910, la Escuela de Veterinaria de Madrid le designó
representante en el II Congreso de la Asociación Nacional para el progreso de las Ciencias en
Valencia. Como Director de la Escuela de Veterinaria forma parte del Patronato local para la
protección de animales y plantas de Madrid en 1931 19 y según el “índice alfabético de los señores
comprendidos en esta lista” vivía en calle Magdalena, 13.
El 24 de julio de 1901 fue nombrado “Colegiado de honor del Colegio Veterinario
Navarro”; y en 1909 Colegiado de Honor del Colegio de Veterinarios de Toledo (SANCHEZ,
2004). Siendo Vicepresidente del Colegio de Veterinarios de Madrid participó en la organización de
la II y III Asamblea Nacional Veterinaria, celebradas en Madrid en 1907 y 1913.
En 1915 aspiraba a ser Académico Veterinario de la Real Academia de Medicina 20, pero
hasta 1928 no sería nombrado Académico de Número, tomando posesión el 30 de octubre de 1928.
El 11 de marzo de 1930 es nombrado Consejero de Instrucción pública, adscrito a la Sección cuarta,
tras la dimisión de D. Juan Manuel Díaz del Villar (RR. DD. nº 805 y 807, de 11 de marzo de 1930,
Gaceta de Madrid del 12). Falleció el 5 de febrero de 1946.
14
Gaceta de Madrid, Núm.193, 11 Julio 1920
15
Las solicitudes de registro de sueros y vacunas desde 1920 a 1924 están firmadas por D. Tiburcio Alarcón.
16
Desempeñó numerosas comisiones y trabajos para la misma: Colonias escolares; obras en la Universidad;
organización festejos Año Santo; Presidente del Jurado del Concurso Regional de Ganados (julio de 1897); estudio
sobre conveniencia o no de la pesca con traíña; y propuso la creación de guardas jurados para vigilar, perseguir y
denunciar a los infractores de las Leyes de pesca.
17
Gaceta de Madrid. Núm. 57 del 6 de junio de 1891
18
Nuevo Mundo. Año XII. Núm. 587, Jueves 6 abril 1905
19
Ayuntamiento de Madrid. Lista de Sres. Concejales, Comisiones y Dependencias 1931. Madrid: Artes Gráficas
Municipales, 1931, p.59 y 99
20
Hoja de Méritos y Servicios del aspirante á la plaza de Académico Veterinario de la Real Academia de Medicina D.
Tiburcio Alarcón y Sánchez-Muñoz, Subdirector de la Escuela de Veterinaria. Madrid: Establecimiento tipográfico de
Jaime Ratés, 1915. 29 p. El texto impreso corresponde al de Certificación emitida por D. Dalmacio García e Izcara,
Director de la Escuela de Veterinaria de Madrid el 18 de julio de 1913. Hay un ejemplar en el expediente.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
BIBLIOGRAFÍA
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Veterinaria:
- Signatura V/01-195 - Libros registro de matrícula. Libro 19 (1867-1868).
- Signatura V/01-198 - Libros registro de matrícula. Libro 24 (1872-1873)
- Signatura V/01-200 - Libros registro de matrícula. Libro 28 (1876-1877)
- Signatura V/02-035 - Expedientes de Personal Docente (1881-1964).
II Asamblea Nacional Veterinaria, celebrada en Madrid los días 16, 17 y 18 de mayo de 1907. Madrid:
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III Asamblea Nacional Veterinaria, celebrada en Madrid los días 28, 29, 30 y 31 de mayo de 1913. Madrid:
Establecimiento tipográfico de los Hijos de R. Álvarez, 1914.
AYUNTAMIENTO DE MADRID. Lista de Sres. Concejales, Comisiones y Dependencias. Madrid: Artes
Gráficas Municipales, 1931. Disponible en Web:
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BAILLY-BAILLIERE, Carlos. Anuario-almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la
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GOMIS, Alberto. Los laboratorios españoles fabricantes de sueros y vacunas hasta la guerra civil.
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del Centenario. Un siglo de vida colegial…, Cien años al servicio de Toledo. Toledo: Colegio
Oficial de Veterinarios, 2004. DL: TO-954-2004
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Bloque G:
Misceláneas
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RESUMEN:
Las testamentarías son un tipo de documento que ofrecen una información valiosa sobre los usos y
costumbres ganaderos a nivel local. En este trabajo se han consultado 406 testamentarías del siglo
XVII de Rute (Córdoba) localizadas en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, centrándonos en
la aplicación de apodos para los animales de uso ganadero registrados en estos documentos. Se
establece la hipótesis de que más allá de la familiaridad con los animales, el nombre cumpliese la
misión de distinguirlos entre sí, aunque en algunos casos se utilizasen apelativos afectuosos.
Para ello se ha llevado a cabo la clasificación en primer lugar por los nombres y su tipología (si hacen
referencia a los colores de capa, temperamento del animal…), y en segundo lugar, por la clase de
animales a los que se les da nombre de forma más habitual, según sexo, especie y edad.
En un principio, no se detectan sistemáticas asociadas al año de nacimiento del animal pero sí a la
época de nacimiento. Normalmente los apodos tienen relación con su aspecto (color, tamaño…) o
con su carácter y vinculan a descendientes con sus madres. Asimismo, se encuentran otros nombres
de difícil comprensión que podrían deberse a apodos, palabras del campo conocidas por unos pocos
o inventadas y utilizadas en ambientes familiares.
Estos datos nos dan un reflejo de la relación de las personas con los animales en el Rute de la Edad
Moderna, donde se trata de determinar hasta qué punto el ganado era un objeto valioso.
Palabras clave: ganado, testamentarías, Rute (Córdoba), apodo, siglo XVII.
Abstract:
The estate files are a type of document that offer valuable information on livestock uses and customs
at the local level. In this work, 406 seventeenth-century estate files of Rute (Córdoba) located in the
Provincial Historical Archive of Córdoba have been consulted, focusing on the application of
nicknames for livestock animals registered in these documents. The hypothesis is established that
beyond familiarity with animals, the name fulfills the mission of distinguishing them from each other,
although in some cases affectionate appellants were used.
For this, the classification of the names has been carried out first by their typology (if they refer to
the coat colors, temperament of the animal...), and secondly, because of the kind of animals that are
most commonly named, according to sex, species and age.
Initially, no systematics associated with the year of birth of the animal are detected, but with the time
of birth. Normally the names are related to their appearance (color, size ...) or their character and link
descendants with their mothers. Likewise, there are other difficult to understand names that could be
due to nicknames, words of the field known by a few or invented and used in family environments.
These data give us a reflection of the relationship of people with animals in the Rute of the Modern
Age, where it is a matter of determining to what extent cattle were a valuable object.
Keywords: livestock, estate files, Rute (Córdoba), nickname, 17th century.
1. Introducción
Como ya se ha señalado en trabajos anteriores, la ganadería, aunque muy limitada, era de gran
relevancia en la economía del Rute del siglo XVII (Becerra Rodero y Sánchez Herrador, 2018). Al
igual que en el resto de Andalucía, dentro del sector ganadero de esta zona predominaba el ganado
lanar y cabrío, seguido del porcino y el vacuno (Bernardos Sanz, 2003). La actividad agrícola
principal de Rute se orientaba a la producción de vino y trigo. La tracción animal se hacía
indispensable para ello y, más específicamente, los bueyes y mulos eran esenciales para esta tarea.
Si bien el bienestar animal dentro de la producción y usos ganaderos parece ser algo propio de la
sociedad actual, se puede apreciar en estos documentos de la Edad Moderna cierta preocupación y
esfuerzo por parte de los ruteños por este aspecto. En parte por el gran valor económico que suponía
el animal en una unidad familiar, pero también por el posible afecto que sentirían los propietarios por
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el ganado. Una forma de poner de manifiesto esta relación cariñosa es a través del uso de apodos, que
como veremos sirven a su vez como elemento identificativo del valor diferencial de ese animal con
el resto. Como indica Olaya Aguilar (2013), el hombre tiene una constante necesidad de nombrar las
cosas, personas o animales que lo rodean, con el propósito de identificarlos estableciendo un vínculo
social a través del lenguaje, ya que el acto de apodar resulta cargado del valor afectivo, desiderativo,
estético y moral que el hablante le atribuye
Ha sido objeto de este trabajo estudiar las testamentarías del siglo XVII correspondientes al Juzgado
Comarcal de Rute para realizar una aproximación histórica sobre la situación ganadera en el término
municipal de Rute en este siglo y evaluar la relación de los ganaderos con sus animales a través del
uso de apodos.
2. Material y métodos
Para este trabajo se han tenido en cuenta un total de 406 documentos correspondientes a
testamentarías del siglo XVII pertenecientes al fondo de Justicia Local de Rute del Archivo Histórico
Provincial de Córdoba. Dicho fondo ha sido extraído y desglosado del suprimido Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Rute. Fue transferido al Archivo Histórico Provincial de Córdoba por el
Archivo Comarcal de Rute el 25 de marzo de 1972, junto a los fondos judiciales de Iznájar y
Benamejí, y mezclado con otros fondos posteriores, así como con documentos municipales, de clero
y privados.
Se trata de una documentación muy rica que refleja la conflictividad social que existió en el municipio
a largo del Antiguo Régimen tanto en el orden civil como en el criminal, además del propio
funcionamiento de la administración judicial. Se estructura en tres grandes secciones o divisiones de
fondo que son las de Civil, Penal y Gobierno. La serie más voluminosa es, con diferencia, la de
testamentarías objeto de este estudio, que representan el 85% del total, muy relacionada con la de
tutelas y curadurías. Todas pertenecen al ámbito de lo civil, al igual que la serie de pleitos ejecutivos,
que se originaban mayoritariamente por reclamaciones de dinero o de propiedades, y la de pleitos
ordinarios o demandas entre particulares, en los que se aprecia gran diversidad de motivos, desde
reclamaciones de deudas hasta incumplimiento de cláusulas en contratos de arrendamiento, pasando
por apropiaciones indebidas de herencias, lesiones causadas por animales, daños en viviendas y otros.
En el ámbito de lo criminal encontramos tres series: autos de oficio incoados a instancia de autoridad,
querellas entre particulares y denuncias, estas últimas a cargo de alguaciles de campo y otras
autoridades menores y siempre asociadas a multas. Entre las muchas causas que se detectan pueden
citarse robos, homicidios, agresiones, estupro, injurias, escándalo público, tala o quema de árboles,
tenencia ilícita de armas, etc. Por último, en el ámbito gubernativo se distinguen varias series como
las de exhortos, requisitorias y certificaciones, todas ellas con escasa representación dentro del fondo
(@rchivAWeb, 2018).
Las testamentarías son una parte importante de los archivos judiciales. Su carácter económico y
complejidad han determinado que incorpore todo tipo de documentos relacionados con los bienes y
las personas que intervienen, y que por tanto se hayan conservado en mayor medida que otras series
documentales. El reparto de bienes siempre ha sido una materia muy delicada, tal vez una de las
principales atribuciones de la Justicia municipal. La autoridad de sus decisiones se basaba en las leyes
recogidas en las Recopilaciones y en profesionales con formación universitaria. Frente al más que
inevitable conflicto entre los herederos tras la muerte de un familiar, esta justicia institucionalizada,
supuso una garantía y salvaguarda. De hecho, la seguridad jurídica es una necesidad del hombre,
íntimamente relacionada con la propiedad, la familia y la herencia (Sánchez Herrador, en prensa).
3. Resultados y discusión
Como se menciona anteriormente, se han analizado 406 testamentarías del siglo XVII de Rute, de
ellas en 146 se consignan animales entre los bienes inventariados, y de éstas 28 consignan los apodos
del ganado. Dentro de esas 28, se encuentran 429 menciones a animales (1083 cabezas de ganado sin
tener en cuenta las crías del año), entre las que encontramos los apodos de 315 animales. Todos los
apodos se asignaron a ganado bovino, excepto en el caso de 6 burras. Consignamos el número de
testamentarías en las que no aparece ganado aunque el objeto de este trabajo no sea determinar el
grado de riqueza de aquella sociedad.
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Profesiones 46
Carácter del animal 32
Animales 24
Características físicas (tuerto, delgado, copete…) 21
Gentilicios y nombres de lugar 18
Objetos 17
Nombres propios 17
Funcionalidad del animal 9
Plantas 7
Fecha/estación de nacimiento 6
Tabla III: Número de animales mencionados según tipología de los apodos que reciben.
Predominan los nombres relativos al color de la capa del animal (Tinta, Florida, Retinto, Berrendo….)
o a sus particularidades complementarias (Bragado, Lucero, Calcetero….), seguidos de profesiones
entre las que destacan aquellas de componente militar, autoridad o liderazgo para los machos
(Capitán, Alcalde, Sargento...), aspecto éste que en el caso de los animales de labor, tiro de carreta o
conducción del rebaño (bueyes cabestreros) expresa el papel que ha de cumplir en el hato para
provocar el movimiento de los otros. También son frecuentes adjetivos, especialmente aquellos que
definen sus características físicas (Tuerta, Delgado, Gordillo...) y aquellos relacionados con el
carácter del animal (Guerrero, Rompedor, Arrogante...).
Es destacable la presencia de palabras de origen musulmán o en referencia a los mismos (Abencerraje,
Morillo, Morisca…) y los que hacen referencia a la época del año posiblemente del nacimiento
(Pascual, Lunero, Marceña...)
En cuanto al tipo de palabras escogidas para los apodos, predominan los sustantivos y adjetivos,
encontrando en menor medida nombres propios (21) y el caso de un verbo para un buey llamado
“Brinca”. Tanto en sustantivos como adjetivos, es común el uso de sufijos diminutivos (Gitanilla,
Marmolillo, Hermosilla…) concretamente, en 31 de los apodos analizados. Aunque los sufijos
diminutivos tienen como fin el empequeñecer, el diminutivo en el apodo es muy utilizado como
símbolo de cercanía y estrechamiento de relaciones sociales (Olaya Aguilar, 2013).
Entre los nombres más recurrentes encontramos Golondrina y Platero en sus variantes tanto en
masculino como en femenino con más de 10 ocurrencias, seguido de Rosada, Halcón (y Halcona) y
Romera. Este último nos pone de manifiesto también el uso de esa res para el tiro de carretas con
destino a las romerías.
Normalmente en las testamentarías con muchos bienes aparece ganado con apodos, aunque no
siempre, el hecho de consignar que el apodo puede provenir de la necesidad de diferenciarlos con
claridad para una posterior venta o reparto entre los herederos. Del mismo modo, en las testamentarías
con poco ganado no se le da nombre, tal vez porque no es necesario para su identificación y aprecio.
Probablemente esos animales sí poseyeron apodo aunque no fuese necesario anotarlo en el inventario.
En cualquier caso, cada escribano tendría sus costumbres a la hora de anotar los bienes y describir de
una manera u otra el ganado. Aunque pudiese parecer familiar o incluso poético llamar a los animales
por sus apodos, en las testamentarías tiene un sentido eminentemente práctico.
Asimismo, se aprecia que los animales muy jóvenes a menudo no reciben apodo. En algunas
ocasiones madres y descendientes comparten el mismo nombre, que sugieren un control genealógico
muy rudimentario con el fin de mejorar la cabaña ganadera. Los nombres relacionados con la estación
de nacimiento de los animales, con su función dentro del grupo, su temperamento y sus cualidades
físicas para el trabajo, se entienden mejor en el contexto de la prácticas de manejo y cría del ganado
de los labrantíos. Como dato curioso, encontramos el caso particular de la testamentaría de Francisco
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Ruiz Higuera (1674) en el que se encuentran animales con un valor por encima de lo usual para sus
características en los que se justifica su valor debido al aprecio que les tiene.
4. Conclusiones
Nuestros resultados nos dan un reflejo de la relación de las personas con los animales en el Rute del
siglo XVII y ponen de manifiesto hasta qué punto el ganado, sobre todo bovino, era un objeto valioso
digno de ser recogido en las testamentarías con el fin de ser considerado dentro del legado. Destaca
el hecho de que se haga constar el nombre en casi todos los bueyes más que para las otras especies
de tracción.
Más allá de los vínculos de los ganaderos con sus animales, los apodos en su mayoría parecen tener
finalidad identificativa de las características del animal y su funcionalidad. No obstante, el uso de
diminutivos y de adjetivos afectivos puede ser indicativo de un trato cariñoso entre el ganado de labor
y sus propietarios en aquella época.
Bibliografía
Becerra Rodero, E. y Sánchez Herrador, M. A. (2018) Conflictividad en torno al ganado equino en la
Edad Moderna en Rute (Córdoba). Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Congreso
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224.
Bernal, A. M. (1997). La tierra comunal en Andalucía durante la Edad Moderna. Studia Historica:
Historia Moderna, 16(1).
Bernardos Sanz, J. U. (2003) La ganadería española durante la edad moderna. Propuestas de
renovación historiográfica de un sector oculto. América Latina en la Historia Económica, vol. 10,
Nº. 2, pp. 39-70
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García Jiménez, B. (1987) Historia de Rute en la Edad Moderna. Córdoba: Diputación Provincial.
García Jiménez, B. (2003). Panorama mercantil de Rute a mediado del siglo XVIII. Actas del III
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García Jiménez, B. (2004) Nuevos documentos para la historia de Rute. Excmo. Ayuntamiento de
Rute.
Junta de Andalucía (2018) @rchivAWeb [En línea] Disponible en:
https://ws096.juntadeandalucia.es/archivaWeb
Olaya Aguilar, V. (2013) El apodo en Cartagena: propuesta de una tipología semántica. Cuadernos
de Lingüística Hispánica, n. 23, pp. 29-48.
Sánchez Herrador, M. A. (en prensa) Testamentarías, mucho más que una serie. Revista TRIA, n.22.
Fuentes
Archivo Histórico Provincial de Córdoba (AHPCO), Justicia Local de Rute, Testamentarías y
particiones de bienes.
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RESUMEN:
Leones, tigres, rinocerontes llegaban desde lejanos rincones del Imperio Romano para
participar en los munera (espectáculos matinales). Eran capturados en sus tierras de
origen y transportados hasta su destino vivos. Las fuentes escritas no dejan constancia
cómo se llevaba a cabo esta actividad. Para conocer algo sobre ella solo conservamos el
mosaico llamado “De la Gran Cacería” de la Villa del Casale en Sicilia. Un trabajo de
una gran riqueza de detalles que puede desvelar alguna de las incógnitas que se plantean.
Abstract:
Lions, tigers, rhinos came from far corners of the Roman Empire to participate in the
munera (morning shows). They were captured in their homelands and transported to their
destination alive. Written sources do not record how this activity was carried out. To
know something about it, we only keep the mosaic called “Of the great hunt” of the Villa
del Casale in Sicily. A work of great wealth of details that can reveal some of the
unknowns that arise.
1
STEGER, 2017: 58-73.
2
RICCI, 1982: 31.
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3
RICCI, 1982: 28.
4
DUNBABIN, 1978: 53-55.
5
MUÑOZ-SANTOS, 2016: 99-ss.
6
Tito Livio XXXIX, 22, 1-2.
7
WILSON, 1983: 28.
8
D’AMATO, 2017: 28.
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Lo más curioso de esa escena es que, al otro lado de esta embarcación, los animales están
siendo trasladados a tierra. Este lugar es un espacio de encuentro con la siguiente
embarcación. ¿podría tratarse del puerto de Ostia? ¿o el fluvial de Roma? Es complicado
saberlo puesto que, además, hay una zona del mosaico muy degradada.
Significativamente, este es el centro del corredor, pero hay una falta de interés por ese
momento de la llegada puesto que es la escena más corta y con menos detalle, lo
importante del mosaico es la captura.
La siguiente embarcación (¿una liburna quizás?) encabeza una escena similar. Los
animales aquí son completamente distintos: tigres, elefantes, bueyes, rinoceronte de un
cuerno, incluso un camello arábigo y felinos manchados, quizás leopardos o guepardos.
Solo en el extremo derecho encontramos lo que parece un león a la misma altura del grifo,
este último un animal inexistente, mitológico. Del centro hacia la izquierda los animales
son cada vez más exóticos hasta llegar a lo imaginario, de lo conocido a lo desconocido.
En el extremo final, una figura femenina, representa el continente asiático puesto que a
sus pies aparecen un tigre, un elefante, en sus manos porta un colmillo de este animal. En
el extremo opuesto se intuye otra alegoría femenina portando una lanza y animales a sus
pies, aunque solo son distinguibles los cuartos traseros de dos felinos.
En diferentes escenas se pueden intuir las formas de capturar estos animales: los leopardos
parece que son cercados por los hombres armados que forman en círculo a su alrededor,
probablemente con el objetivo de reducir el espacio. Uno de ellos lleva lo que podría ser
un cebo, atado a una base plana y rectangular, por sus cuatro patas, es complicado poder
distinguir qué animal es. En el lado opuesto, un jinete arrebata a una tigresa sus cachorros,
sabemos que esta forma de captura era realizada con estos animales y consistía en raptar
toda la camada, salir al trote y cuando la madre perseguía al jinete para recuperar sus
crías, este dejaba caer una de ellas que la madre recogía con su boca y retornaba a la
guarida, escapando el capturador con el resto de la camada9. Esto proporcionaba varias
ventajas al comerciante: por un lado, tener varias crías por si alguna moría durante el
viaje, minimizando riesgos económicos, y por otro, que creciesen durante el trayecto de
forma que ocupaban poco lugar en las embarcaciones, se adaptaban al ser humano,
comían menos, eran más manejables y terminaban siendo adultas a su llegada a destino,
listas para participar en la arena.
Respecto al transporte vemos de varios tipos: mediante redes atadas a un palo, muy
similar al de otros mosaicos, parece que este sistema era utilizado especialmente para
transportar jabalíes; otros animales van andando por su propio pie, como en el caso de los
avestruces que además parece que puedan llevarse bajo el brazo, atados con correas como
uno de los tigres, con cuerdas como en el caso del elefante, del rinoceronte o del astado
que además parece que se resiste. El transporte en jaulas es de dos tipos: las jaulas
montadas sobre carro y las jaulas con ruedas incorporadas, quizás por la peligrosidad del
animal eran subidas a bordo en estos trasportes directamente en el barco. Desconocemos
qué hay dentro.
Sobre los lugares utilizados como puerto, podemos intuir por el fondo algunos datos: Por
un lado, la zona que podríamos llamar como “africana” es una zona llana, salpicada de
palmeras, no se trata del puerto de Alejandría porque entonces se habría representado el
famoso Faro, por ejemplo. Debido a la aparición de una gran construcción yo hipotetizaría
que podría tratarse de algún puerto en el norte de África. Quizás, con la profusión de
columnas y los dos elementos arquitectónicos que sobresalen, se quisiera representar el
9
Plinio, Historia natural, VIII 25, 66.
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puerto de Cartago. En el lado opuesto, lo que podríamos decir que es la zona más extrema,
destacan los árboles sobre las palmeras y no es un lugar tan llano, el romano que realizó
el mosaico quería representar un paisaje rocoso o montañoso, poco habitado, salpicado
por alguna que otra construcción muy simple, quizás un templo, aunque parece que los
tejados son mucho más grandes que en las construcciones del lado derecho. No aparecen
grandes ciudades y los puertos también son inexistentes, puesto que el supuesto de
Cartago queda lejos. Parece que se utilizarían zonas inhóspitas y alejadas de la
civilización, probablemente debido a la cercanía del improvisado puerto del lugar de
captura, minimizando riesgos de esta forma. En este otro lado del mosaico se puede
apreciar otra embarcación y otro elemento acuático, ¿podría hacer referencia la primera
zona a Arabia y la segunda la India?
Por último, quisiera destacar la figura del grifo, en la parte más alejada del centro del
mosaico. El único animal imaginario de toda esta obra musivaria. La escena es intrigante
puesto que dentro de la jaula de madera aparece un ser humano, atrapado por este animal
mitológico, y que se asoma entre los barrotes.
A modo de conclusión debemos tener presentes varios aspectos que destacan en base a lo
ya comentado: que se trata de un mosaico que representa la grandiosidad de Roma en
tierras lejanas a la civilización y a la propia ciudad de Roma; que hay un destacado
heroísmo en las escenas de captura que demuestran la virilitas romana (no aparecen
auxiliares, hombres de otros pueblos, de otras razas), todos ellos están uniformados, se
cree que podrían ser esclavos de la villa10 de la misma forma; que Roma es representada
como dominante de la Naturaleza; que si aceptamos la hipótesis de las tres zonas divididas
por embarcaciones y elementos acuáticos, podríamos estar ante la representación de los
tres principales lugares de captura de animales en la antigua Roma: África, Arabia y Asia,
y la lejana India, mucho más desconocida in extenso y por ello, de representación más
reducida, pero con el elemento imaginario del grifo que la delata.
BIBLIOGRAFÍA
D’AMATO, R. (2017), Imperial Roman warships 193–565 AD, Oxford.
DUNBABIN, K. M. D. (1978) The mosaics of Roman North Africa, Oxford.
MUÑOZ-SANTOS, M. E. (2016), Animales in harena, Almería.
RICCI, A., DE VOS, M. y CARANDINI, A. /1982) Filosophiana, the Villa of Piazza
Armerina: the image of a Roman aristocrat at the time of Constantine, Palermo.
SESSA, K. (2018), Daily Life in Late Antiquity, Cambridge.
STEGER, B. (2017), Piazza Armerina, París.
WILSON, R. J. A. (1983), Pizza Armerina, Londres.
10
SESSA, 2018: 190.
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RESUMEN
Aristóteles (384-322 a. de C.), uno de los grandes filósofos de la Antigüedad, fue el primer empirista
conocido. Sus obras, recopiladas en el Corpus Aristotelicum ejercieron, hasta el siglo XIX, una gran
influencia sobre diversos campos del conocimiento, entre los que se incluye la Zoología.
Descendiente de Asclepíades, practicó la disección sobre diversas especies animales aplicando los
sentidos y la razón a su método analítico de forma similar a aquéllos cuando reconocían a un enfermo.
Tal vez por este motivo, estaba más interesado en la anatomía, generación y funcionamiento de los
organismos (sus denominados vivientes) que en su clasificación. Mucho antes del One Health, el
padre de la anatomía comparada recurrió al hombre como referente en el estudio del resto de animales.
Cada año, los estudios de Medicina y Veterinaria comienzan con el aprendizaje de los ejes y planos
anatómicos que describió por vez primera este filósofo. Con mayor o menor acierto, sus aportaciones
se extienden a otros campos de la Veterinaria como la embriología, la parasitología, la producción
animal, el estudio de las plantas… e incluso se preguntó acerca de la transmisión de los caracteres
heredables.
En esta comunicación revisamos su obra zoológica y su metodología desde el punto de vista
científico, recorriendo paralelamente el actual plan de estudios de Veterinaria y analizando aquellas
aportaciones del filósofo incluidas en el mismo.
Gracias a la implantación de la asignatura de Historia de la Veterinaria, los estudiantes tienen la
oportunidad de profundizar en las raíces de nuestra profesión que comparten con el resto de las
sanitarias. Esta actividad es muy necesaria, no solo para garantizar una formación integral de los
veterinarios, sino también para justificar y promover la colaboración entre titulados de otras Ciencias
de la Salud para que así, la sociedad comprenda y valore el carácter sanitario de esta profesión.
Palabras clave: Aristóteles, Medicina Veterinaria, historia de la zoología
ABSTRACT
Aristotle (384-322 BC), one of the great philosophers of antiquity, was the first known empiricist.
Until the nineteenth century, his work, compiled in the Corpus Aristotelicum, exercised a great
influence on various fields of knowledge, including Zoology.
Descendant of Asclepiades, he practiced dissection of various animal species and applied the senses
and the reason to his analytical method in a similar way to those when they recognize a patient.
Perhaps for this reason, he was more interested in anatomy, generation and functioning of organisms
(his so-called living entities) than in their classification. Long before One Health, the father of
comparative anatomy used man as a reference in the study of other animals. Every year, Medicine
and Veterinary studies begin with the learning of anatomical axes and planes described by this
philosopher for the first time. With greater or lesser fortune, his contributions extend to other fields
of Veterinary Medicine such as Embryology, Parasitology, Animal Production, the study of plants,
etc., and he even wondered about the transmission of the heritable characters.
In this communication, we review his zoological work and his methodology from a scientific point
of view. At the same time, we go over the current plan of Veterinary studies and analyze this
philosopher contributions included in it.
Thanks to the establishment of Veterinary History, students have the opportunity to delve into the
roots of our profession, these are shared with the rest of sanitary jobs. This is a very necessary activity,
not only to guarantee a comprehensive training of veterinarians, but also to justify and promote
collaboration between graduates of other Health Sciences so that society understands and values the
healthy nature of this profession.
Keywords: Aristotle, Veterinary Medicine, history of Zoology.
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1
Agradecemos al Prof. Alfonso Vives la revisión íntegra del texto final. Todos los errores o imprecisiones que
permanezcan en él, no obstante, son responsabilidad exclusiva de la autora principal.
2
La vivencia de un suceso que consta de experiencia externa o sensación, e interna o reflexión.
3
Gran crítico del mundo de las ideas, busca otra forma de entender la estructura de la realidad. Sus investigaciones
botánicas y zoológicas le llevaron a aceptar que el cambio es real (las ideas eran inamovibles). Los seres cambian.
4
De Aristóteles conservamos obras sobre retórica, ética, política, lógica, metafísica, psicología...
5
Por las descripciones en sus obras se deduce que él mismo diseccionó más de 50 especies, animando a sus alumnos a
“acercarse sin reparos a la exploración de cada animal pues en todos ellos hay algo de natural y hermoso”.
6
Recordemos la actitud inquisitiva griega y su fomento en las ágoras mediante el arte de la conversación.
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ARISTÓTELES Y LA VETERINARIA
Aristóteles estaba interesado en la búsqueda de la ἐπιστήμη (episteme)7 y el desarrollo de las τέχναι
(téchnai)8. Las obras médicas de su padre le abren paso al pensamiento hipocrático9, llegando a
desarrollar una metodología de análisis de los animales similar a la exploración del enfermo.
Estudiaba la morfología externa pero, a diferencia de los hipocráticos, empleó la disección que
practicaba en toda clase de animales, no sólo en los domésticos. Esta metodología de análisis le
permitió un estudio más riguroso de los organismos que le sirvió para clasificarlos en los grandes
reinos animal y vegetal, e incluyó al hombre en la categoría de animal10. Sin embargo, en esta fase,
fruto de su interés organicista y clasificador de la globalidad de los fenómenos que fueron objeto de
su estudio, estaba más interesado en conocer el funcionamiento de los organismos que en su
sistematización.
Padre de la Anatomía comparada, empleó al hombre como modelo para el resto de animales11. Con
el fin de localizar correctamente sus partes, procede jerárquicamente dividiendo al organismo en
regiones: cabeza (κεφαλή, kephalē), cuello (αὐχήν, aukhḗn), tronco12 y extremidades (σκέλος,
skélos). Asimismo, establece una serie de ejes de los que deriva el actual sistema de ejes y planos
anatómicos (figura 1a), Define el término ὄργανον (organon), desconocido por los médicos
hipocráticos y producto de su reflexión especulativa, para designar partes del cuerpo dedicadas a
diferentes funciones (repiratoria, nutritiva, etc.). Fue el primero en registrar la existencia de algunos
órganos característicos de los animales, como los divertículos esofágicos de los rumiantes o el buche
de las aves. También describió la ausencia de vesícula biliar en el caballo.
Figura 1: a) Ejes anatómicos definidos por Aristóteles b) Clasificación de los seres vivos según el tipo de alma.
Según su esencial teoría hilemórfica (la interpretación biológica de la teoría de las cuatro causas del
ser se resume en el anexo 1), todo ser está formado por materia (hýle ὕλη) y forma (morphé μορφή).
En el caso de los seres vivos la materia corresponde al cuerpo (sóma σῶμα) y la forma al alma (psyché
ψυχή). Sólo los vivientes tienen un alma que permanece en unión esencial o indisoluble (sýnolon)
con el cuerpo. Posee aquí, por tanto, un sentido más estrictamente biológico y menos metafísico del
7
El conocimiento más veraz. Es el resultado de un razonamiento lógico a través del silogismo o deducción.
8
Se trata de las artes o técnicas que arrancan al hombre de su condición de animal. Convierten lo natural en artificial,
aunando la habilidad manual con el conocimiento pleno de lo que se pretende hacer. Algunas téchne: música, equitación,
cocina, gimnasia, astronomía… y por supuesto, la medicina o arte de curar las enfermedades.
9
El Corpus Hippocraticum es un testimonio de máxima importancia porque es el primero en el que una medicina racional
(no filosófica, basada en el uso de los sentidos y la razón para examinar al paciente y establecer un diagnóstico y
pronóstico) se contrapone a una religiosa y mágica (filosófica basada en la cosmogonía y mitología y que empleaba
rituales y encantamientos para la sanación del paciente).
10
En la clasificación aristotélica el hombre es un animal superior dotado de lenguaje, racional, político y social, situado
en la cúspide de la Scala Naturae, otra gran diferencia con su maestro Platón que lo colocaba en la base.
11
Salvando las diferencias en cuanto a orientación originadas por el bipedismo humano. Para el filósofo, el hombre es
«el más erecto de los animales y el único que tiene la parte alta dirigida hacia la parte más alta del universo»
12
El término θώραξ (thorax) en la Antigua Grecia no se refería únicamente al tórax, también incluía la cavidad abdominal.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
que le dio Platón y del que posee en la actualidad, ya que la define como el conjunto de capacidades
orientado hacia determinados fines: nutritivos, motrices, reproductivos y cognitivos. Clasifica a los
seres vivos según su tipo de alma, división muy importante desde el punto de vista biológico y que
dará origen a su Scala Naturae (figura 1b).
Este hilemorfismo sienta las bases de la Fisiología. Todo está orientado hacia un fin (télos, τέλος)13.
El de un individuo es alcanzar la perfección de la forma a la que pertenece (esta forma es su concepto
de especie biológica o εἶδος, eídos, que aplicó a los seres inertes igualmente). En cuanto a los órganos,
trata de averiguar cuál es ese fin. A veces lo descubre fácilmente, mediante la observación directa (es
el caso de los órganos de la nutrición como estómago y buche, o reproductivos como el útero), otras
le resultan un misterio (bazo).
El estagirita se interesó mucho en comprender cómo adquirían los seres vivos su alma, lo que le llevó
a realizar diferentes experimentos sobre Embriología. Durante el proceso de desarrollo embrionario
(desde semilla o huevo) se produce el paso de la potencia al ser a través de una serie de estados
imperfectos de la forma, dentro de esa progresión teleológica que domina su concepción óntica.
Famosos son sus experimentos con embriones seriados de pollo, de los que dedujo que el alma debía
residir en el corazón puesto que es el primer órgano que se manifiesta. Descubrió los embriones de
muchos animales y se sentía fascinado por la teratología, que le generaba grandes enigmas en su
método de investigación, pues superaban, los portentos de la naturaleza, toda adscripción empírica. .
Estudia la reproducción animal desde un punto de vista anatómico-fisiológico, describiendo los
órganos reproductivos de muchos animales. Establece tres tipos que siguen en buena medida vigentes:
sexual, asexual y espontánea. Describe la placenta cotiledonaria de los rumiantes y el mecanismo
reproductivo de los tiburones vivíparos (la placenta de los carcarrínidos). Desde un punto de vista
zootécnico se interesa por la mejora de la producción ganadera. Refleja el testimonio de pastores
sobre reproducción ovina y registra dos métodos de castración: por aplastamiento y orquidectomía,
describiendo sus efectos en animales jóvenes. Practicó la castración en cerdos de cebo, en camellas a
través de una incisión por el pubis y capó gallos. Describe el raboteo ovino para facilitar la cubrición.
Antes que Mendel, tanto Aristóteles como su discípulo Teofrasto, se preguntan sobre la herencia de
los caracteres de ambos progenitores en su descendencia, cuestión de difícil respuesta para la época.
Se opuso la teoría de la pangénesis defendida por los hipocráticos y, aunque no encontró una
explicación acertada, se dio cuenta de que no todas las características de un individuo dependían de
la herencia, sino también de su entorno.
Aunque hasta el siglo XVII no podemos hablar de Histología con la observación por vez primera de
células (Robert Hooke, 1665), Aristóteles se dio cuenta de que existían diferentes tipos de órganos
según su composición. Los homogéneos (homoiomére ὁμοιομέρη), formados por el mismo “tejido”
de naturaleza fluida (carne, sangre y huesos), carecerían de estructura microscópica. Estudió su
naturaleza describiendo sus diferentes propiedades (suave, seca, húmeda, quebradiza, flexible) que
dependían de la mezcla de elementos que la componían14. Los no homogéneos (anomoiomére
ἀνομοιομέρη) estarían integrados por distintas estructuras y “tejidos” (mano, ojo…).
Es patente su gran interés por la Patología Animal. Describe las enfermedades de muchos animales
como la rabia o lisa del perro, el timpanismo bovino, como signo clínico, y una enfermedad ovina
que podría tratarse del riñón pulposo. Conoce parásitos como las lombrices (σκώληξ, skṓlēx y ἕλμινς,
hélmins) de las que afirma, como de los insectos, que se originan por generación espontánea. Describe
13
El finalismo o teleologismo es un rasgo característico del pensamiento aristotélico y aún condiciona el estudio de alguna
ciencia actual como la Fisiología (cada órgano tienen una función).,
14
Los cuatro elementos de Empédocles: aire, tierra, agua y fuego. Según Aristóteles la quintaesencia o éter, elemento
superior a los otros cuatro, correspondería al material que llena la región del universo por encima de la esfera lunar y que
compone los cuerpos celestes que en ella se encuentran, como las estrellas.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
al tábano y a la mosca caballar como odiosos enemigos del ganado y a la solitaria como una lombriz
que se alimenta en el intestino humano alcanzando dimensiones monstruosas, difícil de eliminar,
salvo si se toma abrótano.
Tampoco le son ajenos aspectos relacionados con la bioquímica y la nutrición, afirma que los
animales poseen un fuego interno que necesita ser alimentado. Define metabolismo metabolé
(transformación) como el mecanismo por el cual un organismo adquiere la materia del mundo y la
transforma en la energía que necesita para distribuirla a los lugares que la necesitan. De manera
sorprendentemente acertada, piensa que las transformaciones metabólicas están organizadas como
una cadena o red. En su concepción de los ciclos metabólicos, la sangre es la materia final y nutriente
universal. Todas las reacciones producen residuos que se excretan en forma de heces, orina y bilis.
Los pulmones tienen la finalizad de controlar el calor interno, de ahí el mecanismo de respiración o
refrigeración.
Tampoco desdeñó el ámbito farmacológico del que tenía grandes conocimientos por la botánica, por
más que gran parte de su obra sobre esa disciplina no se haya conservado. Asimismo, no le eran
desconocidos los beneficios de las plantas ante patologías tanto humanas como animales. Por último,
Describe el efecto tóxico de las plantas sobre distintas especies animales.
Los avances en las técnicas científicas han posibilitado un profundo conocimiento de la realidad que
habitamos. La obra de Aristóteles contiene errores e imprecisiones y, a veces, no contrasta la
información que recopila15. Sin embargo, estos no tienen relevancia ante las aportaciones de su genio
clasificador único en su tiempo y antecesor de toda la organización de los saberes veterinarios. Él
mismo entendía su obra como un cuerpo vivo y sometido a continuas revisiones, tanto propias como
de otros investigadores, tal como hizo con sus predecesores, aceptando así su discusión.
Es posible que la biblioteca del Liceo pasara más tarde al célebre Museo de Alejandría, institución
que deriva directamente del Liceo. Posteriormente árabes helenizados durante el Califato Abbasí se
convirtieron en los principales herederos de su legado científico. Grandes eruditos, como Al-Farabi
y Avicena, ampliaron y difundieron su obra llegando a Santo Tomás de Aquino, introductor de la
filosofía aristotélica en la corriente escolástica del siglo XIII, cuyo concepto de alma aplicada a la
realidad animal motivaría un tratamiento ponderado de cuestiones interesantes que hoy están en el
primer plano del polémico discurso sobre la ética animal, antiespecismo y animalismo en terrenos
fronterizos entre la ética, la antropología y la zoología. Sin Aristóteles esta discusión, tan viva y
presente, no podría haber tenido lugar por cauces racionales y sistemáticos.
CONCLUSIONES
La clasificación antropológica en el reino animal y el estudio en paralelo de la anatomía animal y
humana, al modo aristotélico, implica la aceptación, desde sus inicios, de una medicina única. Este
carácter unitario refleja la forma de entender el conocimiento en la Antigua Grecia como un ente
integral, sin divisiones ni especializaciones, que fragmenten los saberes en especializados
deslavazados que se escoran fuera de los márgenes de la ética, también cultivada desde estos mismos
parámetros por el propio Aristóteles.
Los errores contenidos en la obra de Aristóteles, achacables a las limitaciones técnicas connaturales
a su tiempo, no han de menoscabar en absoluto la importancia que posee el hecho de haber establecido
15
Llaman la atención especialmente afirmaciones como que el león y el lobo sólo poseen una vértebra cervical, hecho
fácilmente comprobable mediante disección. Otros son más entendibles dadas las limitaciones de la época como los
errores en la descripción de las funciones del corazón, cerebro o pulmones. El valor canónico otorgado a sus escritos haría
que hasta el siglo XIX no se desterrara por completo la creencia en la generación espontánea (Pasteur, 1861) o el fijismo,
del que también era partidario Platón, y que aún defienden algunos en la actualidad.
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RESUMEN
En el presente trabajo se analizan las causas de la muerte de los caballos
Napolitanos desde 1760 a 1788.
Carlos III rey de España (1759-1788), hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio
fue Rey de Nápoles con el nombre de Carlos VII (1735-1759). Cuando accedió al trono
de España en 1759 se trajo consigo un grupo de caballos, junto con los cuidadores y los
“herradores”. Con estos ejemplares se constituyó la caballeriza de los caballos
Napolitanos.
El caballerizo de esta caballeriza específica redactaba informes mensuales sobre
diversos aspectos, tales como la alimentación de los caballos, el número, movimiento y
el estado sanitario de los mismos, y cada vez que moría un caballo se redactaba un
oficio para el Caballerizo Mayor del Rey junto con un certificado del veterinario con la
identificación del caballo y las causas de la muerte. Asimismo la muerte se consignaba
en el informe mensual con indicación de la fecha y la hora en la que se había producido.
Los datos que presentamos son originales y proceden de una investigación
realizada en los fondos del archivo del Palacio Real de Madrid, mediante el estudio de
los manuscritos y legajos correspondientes.
Se han encontrado informaciones como la que sigue: "Se participa a VA como el
día 18 de marzo de 1765 se ha muerto un cavallo castaño escuro de la casta de Napoles
a las 10 de la mañana. Buen Retiro. su mal del cavallo era polmonia y se llamaba
Carreto."
SUMMARY
In this paper, we analyze the cause of death of Neapolitan horses of the Spanish
Royal stables from 1760 to 1788.
Charles III, son of Filipus V and Isabel of Farnesio, was king of Naples from
1735 to 1759. When he entered the throne of Spain in 1759 he carried out to Madrid an
important group of horses with all the personnel in charge of the care of horses
(“palafreneros” –caretakers of horses- and “mariscales” –veterinarians- mainly).
All month the head of the stable of the Neapolitan horses must write a report
about all interest subject like food, number, movements and sanitary status of animals.
Also they informed about some dates like name of the dead horse and date, hour and
cause of the death. Information like this: "We inform that the day 18 march of 1765 has
died a dark brown horse of the Naples caste has died at 10 o'clock in the morning. The
disease was pneumonia and the horse was called Carreto".
INTRODUCCIÓN
La llegada de Carlos III a la corona de España como consecuencia de la muerte
de su hermano Fernando VI el 10 de agosto de 1759 sin descendencia, supuso notables
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1
Salvador, A. (2017). Antonio Perla, El Albéitar preferido de Carlos III. Discurso de ingreso como
Académico correspondiente a la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, D.L. M-28438-2017,
p. 35.
2
He de ver los nombres de la Princesa y de la Infanta Dª Mª Josefa
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relativas a los meses de junio de 1766, junio de 1767, diciembre de 1768, junio de 1780
y diciembre de 1782.
La evolución de los efectivos se ha caracterizado por un crecimiento continuo
desde el inicio hasta el final del periodo analizado, comenzando en 49 cabezas y
terminando en 124. Se pueden establecer tres etapas en la evolución del cuartel de los
caballos Napolitanos. Una primera etapa que comprende desde julio de 1760 hasta
septiembre de 1770, una segunda etapa desde diciembre de 1770 hasta marzo de 1779 y
una tercera etapa desde junio de 1779 a diciembre de 18788.
La primera etapa se caracteriza por disponer de unos efectivos que oscilan entre
un mínimo de 4 y un máximo de 68 caballos, con una media de 56. La segunda etapa
presenta unas cifras que oscilan entre 63 y 89 con una media de 76 y la tercera a lo largo
de los nueve años y medio de duración oscila entre 84 y 138 con una media de 115. En
la gráfica 1 puede apreciarse la evolución.
Gráfica 1. Evolución del número de cabezas del cuartel de caballos napolitanos, 1760-
1788
Jun/1765
Jun/1782
Jun/1763
Jun/1764
Jun/1781
Mar/1770
Mar/1774
Mar/1778
Jul/1760
Mar/1769
Mar/1771
Mar/1772
Mar/1773
Mar/1775
Mar/1776
Mar/1777
Mar/1779
Mar/1780
Dic/1767
Jun1762
Sep/1786
Sep/1766
Sep/1783
Sep/1784
Sep/1785
Sep/1787
Sep/1788
ENFERMEDADES
El análisis de las enfermedades que causaron la muerte de los caballos de la
caballeriza Napolitana ha resultado bastante complejo porque en esta caballeriza no se
siguieron los criterios generales aplicables al resto de los cuarteles que componen la
Real Caballeriza de Carlos III, básicamente el cuartel de la Regalada y el cuartel de
coches.
La metodología seguida ha sido la siguiente, se han analizado las notas
adicionales incluidas en las Revistas y Reseñas mensuales desde 1759 hasta 1788, es
decir durante todo el reinado de Carlos III, ahí se han detectado los caballos muertos en
cada uno de los meses, posteriormente hemos buscado los informes que el veedor o
responsable de cada cuartel envía al Caballerizo mayor junto con el certificado de
defunción de cada caballo firmado por el Albeitar, Mariscal o Maestro Herrador
correspondiente en el que debe especificarse la causa de la muerte.
En el caso de los caballos muertos en el cuartel de los caballos napolitanos solo
en contadas ocasiones y a partir del año 1778 es cuando comenzamos a encontrar algún
certificado, firmado principalmente por Antonio Perla. Hasta ese momento solo hemos
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
encontrado unos documentos firmados por Lorenzo Rossi en los que informa al
Caballerizo Mayor, D. Juan Francisco Garaicoechea, de la muerte de los caballos,
aportando información semejante a la contenida en los certificados, tal como el nombre
de caballo, la capa, la causa de la muerte y en ocasiones la procedencia. Pero al no ser
albéitar Rossi no podía emitir un certificado.
Con la información recogida de estas fuentes hemos podido hacer cuatro grupos
en función de la riqueza de los datos obtenidos. Estos grupos son los siguientes:
1.- Caballos de los cuales sólo sabemos la fecha de la muerte y la capa (139)
2.- Caballos de los que sabemos la fecha de la muerte, la capa y el nombre (8)
3.- Caballos de los cuales sabemos la fecha y momento de la muerte, causa, capa,
generalmente el nombre y la edad, si son viejos, potros o padres, pero no disponemos de
los correspondientes certificados (60), y finalmente,
4.- Caballos de los que sabemos la fecha de la muerte, capa, nombre, causa de la
muerte, en la mayor parte la hora o momento del día si era mañana, tarde o noche, en
ocasiones la edad y el nombre del Albeitar que firmaba la certificación del fallecimiento
(43).
En total hemos encontrado información referente a 250 caballos en el cuartel de
los caballos napolitanos, de los cuales solo del último grupo mencionado disponemos de
una información completa.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
BIBLIOGRAFÍA.-
Archivo General de Palacio. Revistas y Reseñas del reinado de Carlos III, 1759/1788.
Archivo General de Palacio, Fondo Reinados, Carlos III, Caja 605, Exp.2
Archivo General de Palacio, Fondo Reinados, Carlos III, Legajo 316/2.
Archivo General de Palacio, Sección Personal, Caja 322/6.
Caridi, G. (2015). Carlso III. Un gran reformador en Nápoles y España. La Esfera de los
libros. Madrid
Domínguez Ortiz, A. (2013). Carlos III y la España de la Ilustración. Alianza Editorial,
Historia. Madrid.
Salvador Velasco, A. (2013). El inicio de la veterinaria española. Editado por Colegio
Oficial de Veterinarios de Sevilla. ISBN 978-84-606-6640-0.
Salvador Velasco, A. (2017). Antonio Perla, , El Albéitar preferido de Carlos III.
Discurso de ingreso como Académico correspondiente a la Real Academia de Ciencias
Veterinarias de España, D.L. M-28438-2017.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Nerea Yugueros Prieto; Alexis Suárez Huerga; Isabel Mauriz Turrado; José Manuel Martínez
Pérez; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León
RESUMEN
El peritaje veterinario consiste en la asistencia legal en materia de litigios civiles, penales y
administrativos relacionados con los animales, la alimentación y, en general, la salud pública. Por
tanto, la función del perito veterinario es ayudar durante el proceso judicial a jueces y letrados para
la determinación de un hecho acaecido dentro del ámbito veterinario.
Dentro de la rama de la Veterinaria Legal se está produciendo un hecho relevante que es la
ampliación en su campo de actuación, debido a la generalización de los sistemas de control y las
auditorias en materia de seguridad alimentaria. El fenómeno de la globalización ha afectado de
manera patente a los procesos y productos veterinarios, lo que supone, entre otras circunstancias, la
consolidación de la figura del perito veterinario, estrecho colaborador de la Administración de
Justicia en materia forense y toxicológica.
ABSTRACT
Veterinary expertise consists of legal assistance in civil, criminal and administrative
litigation related to animals, food and, in general, public health. Therefore, the role of the veterinary
expert is to help judges and lawyers during the judicial process to determine a fact that occurred
within the veterinary field.
Within the branch of the Legal Veterinary there is a relevant event that is the expansion in
its field of action, due to the generalization of control systems and audits in the field of food safety.
The phenomenon of globalization has clearly affected veterinary processes and products, which
implies, among other circumstances, the consolidation of the figure of the veterinary expert, a close
collaborator of the Administration of Justice in forensic and toxicological matters.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Antecedentes históricos
En numerosos trabajos llevados a cabo por distintos investigadores, encontramos que
aparecen vestigios de actuaciones de veterinarios como peritos desde el siglo XIX.
Como ejemplo, encontramos el Reglamento para la plaza de toros de Madrid, el cual fue
aprobado el 14 de febrero de 1880, donde se reconoce la necesidad de la presencia del veterinario
en todo momento en dichos espectáculos; no sólo como sanador de animales, sino como persona
especializada en el reconocimiento de los caballos de picar, recayendo tal figura, en el Subdelegado
Facultativo del Distrito.
Asimismo, se aprecia la necesidad de inspección de las canales de los toros de lidia, antes de
su consumo; así como también dicha figura era la encargada de analizar si los veterinarios que
examinaron a las reses antes del espectáculo, cumplieron con su labor; ya que, si incurrían en algún
tipo de negligencia, cabía la posibilidad de sancionar a los mismos.
Tal y como recogen en su investigación los Drs. D. Pedro Díaz Peralta y D. Arturo Anadón
Navarro, D. Nicolás Casas de Mendoza definía en 1866, como perito veterinario al «profesor
elegido por las mismas partes (…) para terminar amigablemente sus cuestiones» , lo cual nos
llevaría a pensar en la resolución extrajudicial de conflictos, conocida como arbitraje.
Pag. 382
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Asimismo, también se entendía el perito veterinario como aquel experto «nombrado por
el tribunal ante el cual radica el litigio, para que, dado su parecer, sobre algún punto de
derecho, pueda ser justa su decisión». Y a continuación nos indica que
«Cuando el profesor sea debidamente nombrado para desempeñar un reconocimient o legal, no
puede rehusar su misión, a no ser cuando se lo impidan la naturaleza de su destino, el tener
que evacuar otro examen que debe efectuarse a la misma hora, etc.».
En la actualidad
Dentro de la rama de la Veterinaria Legal, se está llevando a cabo la ampliación en su campo
de actuación, ello debido a la globalización, lo cual lleva emparejado la generalización de los
sistemas de control y las auditorias en materia de seguridad alimentaria.
Todo ello supone la necesidad de la aparición, de una nueva profesión que une dos ciencias,
como son la veterinaria y la jurídica, formando la figura del perito veterinario, estrecho colaborador
de la Administración de Justicia en materia forense y toxicológica.
El perito veterinario es aquel experto que se preocupa del diagnóstico, valoración, tasación,
gestión y tratamiento de la salud de los animales; lo cual le permite señalar, cuando el resultado es
negativo, si ha existido algún tipo de problema o negligencia en su tratamiento.
Llegando a ser, de vital importancia, su dictamen o informe pericial para poder ayudar a la
dirección letrada en la resolución de un conflicto, ya sea de manera judicial o extrajudicial
(mediante el arbitraje o mediación).
La faceta de los peritos veterinarios es muy extensa, dado que la ciencia animal se desarrolla
en numerosos sectores como son:
-El comercial: Analizando la tasación de los ejemplares; así como la comercialización de los
mismos, resolviendo las disputas de propiedad.
-El ocioso: Actuando en diferentes espectáculos donde los animales son el principal
reclamo, como por ejemplo los espectáculos taurinos.
-El científico: Estudiando el comportamiento, reproducción y genética animal.
-El industrial: Impartiendo técnicas de adecuación de las metodologías y procedimientos de
gestión animal.
-El legislativo: Determinando si se lleva a cabo el cumplimiento de la normativa vigente, en
cuanto a bienestar animal se refiere, previniendo la crueldad animal, actualmente de vital
importancia su persecución; así como verificar si se ejecutan las normativas ambientales.
Una vez que tenemos claras las facetas que se encuentras afectas al veterinario perito,
debemos matizar en cuáles son sus funciones principales.
Estas las podemos diferenciar entre jurídicas y veterinarias. Las primeras se centran en
verificar si se cumplen con las Leyes vigentes. Y las segundas, en la aplicación de sus
conocimientos específicos en veterinaria en los conflictos que surgen.
Por todo lo anterior, podemos asegurar que el perito veterinario puede ejercer sus funciones
en distintas ramas del derecho, ya sea civil, penal, laboral o administrativo.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
La función estrella que lleva a cabo el perito, entre las mencionadas, sería la realización de
dictámenes periciales. Debido a que los mismos son usados como prueba en un juicio.
Debemos tener clara la diferencia entre la pericial de parte (aquella que presentan las partes
mediante un perito de su elección) y la pericial judicial (cuando el perito es designado
judicialmente, una vez iniciado el proceso). Ello se encuentra regulado en el artículo 339 y
siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
En la profesión se entiende que nos encontramos ante un informe con mayor imparcialidad,
cuando éste es emitido por un perito judicial.
En todo momento, el perito veterinario debe cumplir con una serie de requisitos, como son
la confidencialidad, imparcialidad, veracidad y honestidad, en sus dictámenes o informes periciales.
Pero debemos decir que no puede ejercer como perito cualquier profesional que se dedique
exclusivamente a la veterinaria, sino que aparte de poseer una formación habilitante, como es la
Licenciatura o Grado en Veterinaria; es imprescindible la preparación como perito judicial para
llevar a cabo su labor de una manera completa.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Bibliografía:
Villalba Gómez, A.: La actuación veterinaria en los espectáculos taurinos; Discurso de ingreso en
la Real Academia de Ciencias Veterinaria de Andalucía Oriental como Académico
Correspondiente.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Isabel Mauriz Turrado; José Manuel Martínez Pérez; Jesús Ángel Martínez Pérez; Nerea Yugueros
Prieto; Alexis Suárez Huerga; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León
RESUMEN
El glaucoma es una enfermedad en la que resulta difícil una descripción clara. Cuando Hipócrates
(460 a. C. – 370 a. C.) hablaba del término “glaucosis” se estaba refiriendo al color azul grisáceo
nublado de apariencia en la pupila, asociado en ocasiones con la ceguera. En los sucesivos siglos se
realizaron distintas observaciones que dieron lugar a referencias escritas de lo que hoy en día sería
un diagnóstico de casos avanzados de glaucoma de ángulo cerrado.
Desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, todas las formas de la patología se han ligado a
una elevada presión intraocular, aunque lo que puede ser considerado como un valor alto en un ojo
en particular puede ser normal para el otro. La resolución al problema ocasionado por el glaucoma
ha sido tardía y totalmente dependiente de los avances en materia diagnóstica.
ABSTRACT
Glaucoma is a disease whose clear description is difficult. When Hippocrates (460 BC - 370 BC)
addressed the term ‘glaucosis’, he was referring to the cloudy gray-blue color of appearance in the
pupil, sometimes associated with blindness. During the following centuries different observations
were made and they led to written references about what nowadays would be a diagnosis of
advanced cases of closed angle glaucoma.
From the mid-19th century until now, all forms of pathology have been linked to a high intraocular
pressure, although what can be considered a high value in one eye may be normal for the other one.
The resolution for this problem that is caused by glaucoma has arrived late and has been totally
dependent on the advances in the context of diagnosis.
ANTECEDENTES
Cuando se estudian los aspectos históricos de la oftalmología veterinaria se descubre la existencia
de gran cantidad de datos interesantes. Existe una publicación hallada en Hippiatrika, con una
antigüedad de treinta siglos, cuyo autor era Apsyetus y referida a las enfermedades oculares en los
perros y el ganado en general. En el antiguo Egipto se tenían referencias de patologías similares.
Pag. 386
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pag. 387
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En Reino Unido, George Cotas, cirujano en el hospital de Moorfields de Londres, escribió sobre las
anomalías congénitas de los ojos de los animales. Junto a él estaba Edward Nettleship, veterinario
que más adelante especializaría en Oftalmología, quien recogió gran cantidad de ojos de animales
para estudios y fue coautor de una monografía sobre albinismo en el hombre.
En EEUU estaba George E. Schweinitz, oftalmólogo de mayor renombre de la Universidad de
Pennsylvania.
En Suecia destacó Hilding Magnusson, patólogo veterinario y jefe del laboratorio bacteriológico de
Malmö. Describió en sus observaciones la atrofia retiniana progresiva en el Setter Gordon.
En España, el legado del Dr. Castroviejo se aprecia en el Instituto de Investigaciones
Oftalmológicas “Ramón Castroviejo” donde trabajan reconocidos especialistas que realizan
investigaciones focalizadas principalmente en la inflamación de la glía en el glaucoma.
La Oftalmología fue obligatoria en los planes de estudios de la totalidad de las Escuelas
Veterinarias europeas desde 1875.
Pag. 388
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
la falta de drenaje acuoso, más que de la excesiva producción como había sido pensado
comúnmente. Él observó que el hecho era más frecuente en casos de un globo pequeño, grandes
lentes y una cámara anterior poco profunda; y durante más de veinte años se pensó que todos los
casos de glaucoma eran secundarios de alguna forma de ángulo cerrado. Ulrich, en 1908, concluyó
que había un gradiente de presión entre las cámaras posterior y anterior. En 1920, Curran describió
cómo en algunos casos de glaucoma había una colocación anterior del diafragma iris-lente. El iris
parecía estar inflado hacia delante y esta hinchazón desaparecía llevando a cabo una iridectomía
periférica, una forma de tratamiento recomendada por Von Graefe en 1857. Además, observó que
después de esta intervención quirúrgica era posible provocar un episodio agudo. Concluyó que en
estos ojos había bloqueo pupilar debido a una variante anatómica en la cual el iris tendía a abrazar
las lentes demasiado cerca. Empleando un mecanismo de gonioscopio primitivo y un microscopio
monocular, varios oftalmólogos (Koppe, Salzmann, Troncosa, Thorbourn, Werner), entre 1914 y
1932 observaron que los ojos con glaucoma en algunos casos tenían un ángulo anterior abierto
mientras que otros estaban cerrados. A estos avances le siguió un gran desarrollo de la gonioscopía.
Barkan investigó sobre la estructura y la función del ángulo anterior de la cámara. En 1938,
describió el glaucoma en relación a términos de profundidad de la cámara anterior y el grado de
apertura del ángulo de drenaje. También describió el glaucoma trabecular, en el que el ángulo
anterior está abierto; y el bloqueo del iris en glaucomas en donde el ángulo anterior se mantiene
estrecho o cerrado. Su clasificación se basó en factores etiológicos más que en sintomatología. Una
década después, Sugar propuso un detalle más alejado de clasificación acorde con los factores
etiológicos propios, observando ambos y deduciendo.
En 1954, en el International Symposium on Glaucoma, una clasificación más simple fue adoptada,
distinguiéndose los tipos siguientes:
a) Glaucoma primario:
+ Glaucoma simple.
+ Glaucoma de ángulo cerrado, que puede incluir cuatro fases: Pre-glaucoma / Intermitente /
Agudo / Crónico
b) Glaucoma secundario: Debido a la existencia de una enfermedad ocular previa, y puede ser de
cualquier tipo, ángulo cerrado o abierto.
c) Glaucoma congénito: Causado por la obstrucción del sistema de drenaje por anormalidades
congénitas.
CONCLUSIÓN
Se entiende como glaucoma al grupo de enfermedades que aumentan el riesgo de sufrir una
elevación de la presión intraocular (PIO) con afección sobre el nervio óptico provocando una
neuropatía que implica la muerte de las células ganglionares de la retina y de sus axones.
Para comprender mejor la definición es necesario hacer un repaso de la dinámica del humor acuoso
y su relación con el mantenimiento normal de la PIO. El humor acuoso se produce en el cuerpo
ciliar, una parte por secreción activa y otra por filtración del plasma. La mayor parte fluye desde la
cámara posterior del ojo atravesando la pupila y llega a la cámara anterior, sale de ésta por el ángulo
iridocorneal y es recogido por el plexo venoso.
El equilibrio entre la producción y su eliminación hace que se mantenga la PIO normal, que suele
estar entre 15-25 mmHg. Para determinar las causas que pueden aumentar la PIO, hay que hacer
una breve referencia a la clasificación de los glaucomas, ya que está relacionado. Hay dos tipos de
glaucomas: primario; incluye el congénito y secundario; producido por inflamaciones y/o
infecciones de la órbita, traumatismos, luxación del cristalino, tumores, etc. No hay que olvidar que
los glaucomas son enfermedades variables y su desarrollo sigue las siguientes fases:
Pag. 389
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Pinazo Durán, M.D. (2009): “Anestesia local en la cirugía de glaucoma”, en Arch. Soc. Esp.
Oftalmol. 84: 321-322.
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113: 447-452.
- Castro Villamor, M.Á. (1998): Estudio de utilización de antiglaucomatosos en España en el
periodo 1986-1995. Tesis Doctoral, Universidad de Valladolid.
- Escribano, J. (2010): “Genética del glaucoma: La luz al final del túnel catorce años después”, en
Arch. Soc. Esp. Oftalmol. 85: 353-354.
- Fossum, T.W. (2008): Cirugía en pequeños animales. Ed. Elsevier, España.
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Esp. Oftalmol. 75: 11-20.
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Hill/Interamericana, España.
- Graue Wiechers, E. (Coord.) (2009): Oftalmología en la práctica de la Medicina General.
Editorial McGraw-Hill/Interamericana, España.
- Muñoz Negrete, F.J.; Pérez López, M.; Won Kim, H.R. y Rebolleda, G. (2009): “Nuevos
desarrollos en el tratamiento médico del glaucoma”, en Arch. Soc. Esp. Oftalmol. 84: 491-500.
- Pastor Jimeno, J.C. (2011): Guiones de Oftalmología. Editorial McGraw-Hill/Interamericana,
España.
Pag. 390
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Resumen
La imagen de los judíos medievales va regularmente asociada a la recaudación de impuestos y a la
usura. Y sin embargo los documentos ofrecen noticias sobre otras muchas actividades y oficios que
asimismo ejercieron, entre los cuales los de herrero (desde el siglo XII), herrador y albéitar (siglos
XIV-XV), hasta el momento mismo de la expulsión general (desde Orense a Zaragoza y desde León
a Murcia, pasando por Ávila, Talavera de la Reina y Toledo), lo que no es extraño, teniendo en cuenta
la atención que, por diversas causas (alimentación, transporte y comercio), mostraron también los
hebreos a los animales, hasta el punto de llegar a ejercer incluso como ganaderos.
Abstrat
The image of the medieval Jews is usually associated with the collection of taxes and usury. However
the documents offer news and testimonies about many other activities and trades also exercised by
jews; among them, blacksmith (from the twelfth century), farrier and veterinarian (centuries XIV-
XV), until the moment of the general expulsion (from Orense to Zaragoza and from León to Murcia,
passing through Ávila, Talavera de la Reina and Toledo). This is not surprising, taking into account
the interest that, for several reasons (food, transport and trade), the Hebrews also showed in the
animals, even getting to exercise as farmers.
Palabras clave
Judíos. Herradores. Albéitares. Ganadería. Sefarad. Edad Media.
***
Como es bien sabido, a partir del siglo XII los polivalentes ferreros de la sociedad altomedieval se
fueron especializando lentamente en diversos oficios relacionados con las armas, la metalurgia y las
monturas (armeros, caldereros, claveteros, cuchilleros, hebilleros, etc.) 1, entre los cuales el de
ferrador 2, de modo que fueron ambos (herrero y herrador) los que terminaron asumiendo también,
en la práctica, ciertas prácticas curativas (1268: Bartolome ferrero 3; ca. 1275: domus… Bartolomei,
quondam curatoris bestiarum 4), según anotaron en su día Lluís Cifuentes y Carmel Ferragud: «En
muchos casos, la práctica de la albeitería era ejercida por herreros y herradores... si bien parece que
hubo algunas tareas propias de cada oficio, ocupándose los herreros de realizar los aperos de labranza,
las herraduras y los clavos, y los herradores de colocar las herraduras en caballerías» 5. Un proceso al
que no fueron ajenos los herreros hebreos, bien visibles ya desde el siglo XII:
1
Vid. M. PÉREZ GONZÁLEZ, Oficios artesanales en el latín medieval de Asturias y León : Scripta philologica de media latinitate hispanica, León
2016, 111-125.
2
Vid. M. CARRIEDO TEJEDO, Herreros, herradores y albéitares en León durante la Edad Media : XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria, Soria 2014.
3
Reg. S. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, Colección documental de los Bachilleres de San Marcelo y de las Parroquias de Ntra. Sra. del Mercado, Valencia
de Don Juan y Valderas, León 2001, doc. 17 (Mercado).
4
Ed. M. HERRERO JIMÉNEZ, Colección documental del archivo de la catedral de León: X. Obituarios, León 1994, 547.
5
Vid. LL. CIFUENTES y C. FERRAGUD, El cuidado de los animales y sus enfermedades : Historia de la ciencia y de la técnica en la Corona de
Castilla. I. Edad Media, Valladolid 2002, 916.
6
Ed. E. MARTÍN LÓPEZ, Patrimonio cultural de San Isidoro de León: I/1. Documentos de los siglos X-XIII, León 1995, doc. 31.
7
Vid. J. MIRET Y SANS, Les cases de templers y hospitalers en Cataluña, Barcelona 1910, 77.
8
Reg. P. LEÓN TELLO, Los judíos de Palencia : Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 25, 1967, doc. 6 (inventario).
Pag. 391
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Y así seguirán los judíos durante el resto de la Edad Media (como los cristianos), ora utilizando el
nombre genérico de herrero, ora el del especializado ferrador, siempre mucho menos frecuente:
Un oficio que llegó a confundirse a su vez con el de los ‘sanadores de équidos’, esto es, los albéitares
(de Castilla) y menescales (de Aragón), según puso de manifiesto en su día el señor Ferragud: «Las
competencias de herreros y albéitares se confundieron durante toda la Baja Edad Media, ya que ambos
lo mismo herraban equinos que curaban sus enfermedades. Los escribanos… incluso utilizaron las
palabras combianadas herrero-albéitar» 17.
Pero además, parece clara la relación de los hebreos con el ganado en los mercados, según se ve
en los aranceles que cobraba el poderoso monasterio de Sahagún en la villa (a finales del siglo XIII)
en concepto de portazgo: el iudío, I dinero; et se aduxier ganado, de cada cabeça so portage; e se
comprar ganado todo su portage 18. También al más alto nivel, pues David Romano trae a cuento el
caso de un judío de Calatayud, funcionario de Pedro III de Aragón (1276-1285): «Açac el-Calvo…
comisionado real para la compra de caballos, sobre todo en Castilla, a donde nos consta que se
desplazó con tal fin al menos en 1279 y 1280» 19.
Los datos se muestran muy escasos durante el siglo XIV, colmado de adversidades para todos los
grupos sociales, y que por si fuera poco terminó con el estallido de gravísimas revueltas antisemitas
en 1391 (desde Sevilla hasta Barcelona), previas a la promulgación en Castilla de la “Pragmática de
la reina doña Catalina” (de 1412), un conjunto de normas muy restrictivas para los hebreos, incluidos
los que dedicaban su vida a los animales (que ninguno ni algunos judíos o judías… non sean
albéitares, nin ferradores... de cristianos 20), pero poco eficaz a la postre, teniendo en cuenta la
presencia de un Benito herrador y albéitar al servicio del concejo de Murcia en 1429 21; y de corta
vigencia, pues en una nueva “Pragmática de Don Juan II” (de 1443), se decretó: Que los judíos... non
moren entre los christianos... pero por esto non … les sean vedados los ofiçios... como...
ferradores 22. En efecto, en 1457 es traído en Toledo un tal Yuçaf ferrador 23. Y mientras, en la
aragonesa Zaragoza las ordenanzas del officio de ferrería et menescalería de la ciudat (de 1459),
disponían que ninguna persona… assí christiano, moro como judío, no pare obrador ni tienda…
entanto que por los veyedores del dito officio sia exhaminado si es suficient en la dita art o no24.
Pero si la existencia de herradores y albéitares judíos ya parece cotidiana a estas alturas, lo cierto
es que los herreros son los que siguen mostrándose mucho más presentes en los testimonios:
9
Ed. F. FITA, Aguilar de Campoo. Documentos y monumentos hebreos : Boletín de la Real Academia de la Historia, 36, 1900, 343, doc. 2.
10
Vid. J. PASSINI, El barrio de Arriasa y tres elementos de la aljama judía de Toledo en el siglo XV : Sefarad, 68-1, 2008, 39, n. 5.
11
Vid. N. ROTH, Los judíos murcianos desde el reinado de Alfonso X al de Enrique II : Miscelánea Medieval Hispana, XV, 1989, 42.
12
Ed. J. TORRES FONTES, Los judíos murcianos del siglo XIV y comienzos del XV : Miscelánea Medieval Murciana, VIII, 1981, doc. II, 104-105.
13
Vid. I. MONTES ROMERO-CAMACHO, Notas para el estudio de la judería sevillana en la baja Edad Media (1248-1391) : Historia. Instituciones.
Documentos, 10, 1983, 265, n. 79, y 275.
14
Ed. J. HERNANDO, Conversos i jueus: Cohesió i solidaritat : Anuario de Estudios Medievales, 37 (1), 2007, doc. 2.
15
Vid. I.L. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano: Comunidades judaicas na Beira interior em finais da Idade Media [Mestrado
em História Regional e Local], Lisboa 2007, 25. [https://core.ac.uk/download/pdf/12420772.pdf]
16
Ed. A. BARRIOS GARCÍA, Documentación medieval de la Catedral de Ávila, Salamanca 1981, 225.
17
Vid. C. FERRAGUD, El arte de la albeitería y sus practicantes en la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media (ss. XIII-XV) : Información
Veterinaria, 2011, 26.
18
Ed. J.A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Colección diplomática del monasterio de Sahagún: V (1200-1300), León 1994, doc. 1902.
19
Vid. D. ROMANO, Los funcionarios judíos de Pedro el Grande de Aragón, Barcelona 1970, 32.
20
Ed. A. DE LOS RÍOS, Historia política y religiosa de los judíos en España y Portugal, II, Madrid 1876, 624.
21
Ed. L. RUBIO GARCÍA, Los judíos de Murcia en la Baja Edad Media (1350-1500), Murcia 1992, 27 y 30.
22
Pragmática de Don Juan II; ed. DE LOS RÍOS, Historia social y política de los judíos, III, 585-586.
23
Reg. P. LEÓN TELLO, Judíos de Toledo, Madrid 1979, doc. 912.
24
Ed. S. LOZANO GRACIA, Las ordenanzas de la cofradía de San Eloy de los herreros y menescales de la ciudad de Zaragoza del año 1459 : Aragón
en la Edad Media, XXII, 2011, 223.
Pag. 392
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Al mismo tiempo que queda bien patente la relación de los hebreos con el ganado:
- José Hinojosa Montalvo refiere al respecto que, si «la ganadería tuvo un papel secundario en la
economía judía», lo cierto es que «muchas aljamas poseían un número variable de cabezas de
ganado… cuya carne se destinaba al consumo doméstico… dado que los animales debían ser
sacrificados de acuerdo con las normas talmúdicas» 34.
- Y Enrique Cantera Montenegro trae a colación en este sentido algunos testimonios relativos a
pastos en terrenos comunales autorizados a diversas aljamas, como la de Huesca, a comienzos de
siglo XV («hasta 100 cabezas de ganado lanar»); y la de Haro en 1476 («hasta 50 cabezas de
ganado lanar y 10 cabezas de ganado vacuno») 35.
De forma que no es extraño que algunos hebreos terminaran practicando la actividad ganadera, según
es posible constatar en tierras toledanas y leonesas:
- Así, en 1466, Symuel de Frómesta… judío… de Puente del Arçobispo (ome de gran dinero)…
que biue por trabto de crías de ganado… tiene de su cría tres mill ovejas syn las crías menores 36.
- Y en 1459-1479 se decía de Simuel Aramás, vecino de Mansilla de las Mulas, que es pública voz
e fama que tiene quinientas cabeças de ganado 37.
Independientemente, claro está, del contacto cotidiano de muchos otros judíos con bovinos, equinos
y ovinos, por muy variados motivos:
25
Reg. LEÓN TELLO, Los judíos de Palencia, docs. 78 y 82 (inventario).
26
Vid. E.C. GIRBAL, Los judíos en Gerona, Gerona 1870, 35.
27
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 53.
28
Ed. C. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía. Notas al padrón de 1477-1478 : En la España Medieval, 1, 1980, 49.
29
Vid. G. VIÑUALES FERREIRO, La Edad Media en Guadalajara y su provincia: Los judíos, Guadalajara 2003, 166.
30
Ed. G. CAVERO DOMÍNGUEZ, C. ÁLVAREZ ÁLVAREZ y J.A. MARTÍN FUERTES, Colección documental del archivo diocesano de Astorga,
León 2001, doc. 79 (Cámara Episcopal).
31
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 50.
32
Vid. M. FERRO TAVARES, Judeus de Castela em Portugal no final da Idade Media: Onomástica e fontes documentais : Sefarad, 74 (2), 2014, 304.
33
Reg. K. WAGNER, Regesto de documentos del Archivo de protocolos de Sevilla referentes a judíos y moros, Sevilla 1978, 17, doc. 15.
34
Vid. J. HINOJOSA MONTALVO, Los judíos en la España medieval: De la tolerancia a la expulsión : Los marginados en el mundo medieval y
moderno, Almería 2000, 39.
35
Vid. E. CANTERA MONTENEGRO, Las comunidades judía y mudéjar en Aranda de Duero a finales de siglo XV : Bilbioteca. Estudio e
Investigación, 25, 2010, 13.
36
Ed. A. MAC KAY, Documentos para la historia de los financieros castellanos de la Baja Edad Media. I: Una “información” de 23 de septiembre
de 1466 : Historia. Instituciones. Documentos, 5, 1978, 326.
37
Cit. J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Las juderías de la provincia de León, León 1976, 188.
Pag. 393
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pues Benito Madariaga de la Campa, al glosar la prestigiosa obra del albéitar zamorano Francisco de
la Reyna (Libro de Albeytería, 1547), advierte de que «la atención y cura del caballo eran las fuentes
más importantes para el albéitar, complementadas con la que proporcionaba el herrado… pero ello
no excluía que… se ocuparan de otras especies domésticas… como era el caso del ganado vacuno y
otros rumiantes» 39. Tal vez también a finales del siglo XV, y entre los propios albéitares judíos:
TALAVERA 1477-1478: Mosé Cohén, herrero 40. SEVILLA 1478: albéytares y ferradores.
ALCÁNTARA 1480: David de Cea, judío, herrero 41. LEÓN 1481: Symuel albéytar, judío 45.
SEGOVIA 1478: Biton ferrero de clavos y grapas. TALAVERA 1487: Hoçeyne herrador 46.
1484: Yuçe Biton ferrero de la obra 42. ORENSE 1480: Mosé albéytar.
GUARDA 1485: Isaac Mofejo, ferreiro 43. 1483-84: Jaco albéytar, judío;
ÁVILA 1477: Yucef Arrovas, herrero. Samuel albéytar 47.
1492: Abraham Licio, herrero 44. 1490: Jaco alvéytar 48.
Más aplicados, probablemente, a las necesidades de sus respectivas aljamas, y quizá por ello menos
frecuentes en los documentos que otros oficios afines al ganado (pellejeros, curtidores y zapateros)
también ejercidos por hebreos, frecuentemente traídos, además, en calidad de físicos y cirujanos:
- Ferragud reflexiona al respecto: «¿Ocurrió con la albeitería algo así como con la medicina humana,
donde… las minorías religiosas quedaron excluidas oficialmente, que no realmente, de la práctica
médica?»; y añade que «la realidad cotidiana fue tozuda, y la población cristiana no renunció a
estos servicios médicos, ni hacia sus animales ni hacia ellos mismos», pero dejando claro que «más
extraña resulta la práctica de la albeitería por judíos» 49.
- Una práctica escasa, en efecto, que vuelve a ser ilustrada por José Damián González Arce al referir
que «en 1478, el rey Fernando situó al albéitar sevillano, Antón Martínez, como… examinador de
todos los albéytares e ferradores desta dicha çibdad… asý christianos, como judíos y moros»50.
Incluidos los “conversos”, naturalmente, algunos de los cuales cayeron en las garras de la Inquisición,
según sabemos por lo ocurrido en la villa de Fregenal de la Sierra (Badajoz) en 1491:
Pues por lo que respecta a la Corona de Aragón, dice el señor Ferragud que «aunque parece que no
hubo prohibiciones dentro del judaísmo respecto al contacto con animales», sin embargo «no es
probable que avancemos más en este tema, pues es de esperar que a partir del programa de 1391 y las
38
Ed. F. SUÁREZ BILBAO, Actos judiciales del Consejo Real ante la comunidad judía tras el decreto de expulsión (marzo de 1492) : Archivos
Leoneses, 95-96, 1994, docs. 6, 7, 31, 75 y 102.
39
Vid. B. MADARIAGA DE LA CAMPA, Introducción a “Francisco de la Reyna, Libro de Albeytería”, ed. fac. de la de 1547, Santander 2012, 16.
40
Ed. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía, 53.
41
Ed. F. SUÁREZ BILBAO, Judíos castellanos entre 1432 y 1492: Ensayo de una prosopografía, Madrid 1990, I, 263.
42
Cit. M. LÓPEZ DÍEZ, Judíos y mudéjares en la catedral de Segovia (1458-1502) : Espacio, Tiempo y Forma. Serie III, Hª Medieval, t. 18, 2005, 176.
43
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 32.
44
Vid. S. DE TAPIA, Los judíos de Ávila en vísperas de la expulsión : Sefarad, 57 (1), 1997, 168 y 172.
45
Ed. R. RODRÍGUEZ, Extracto de las Actas Capitulares de la catedral de León (1481-1485) : Archivos Leoneses, 32, 1962, 313.
46
Ed. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía, 50.
47
Ed. Mª.G. DE ANTONIO RUBIO, Los judíos en Galicia (1044-1492), A Coruña 2006, docs. 256, 261, 264, 266 y 269.
48
Ed. Mª.G. DE ANTONIO RUBIO, Judíos en Galicia: Visión panorámica y nuevas aportaciones documentales : Espacio, Tiempo y Forma. Serie III.
Hª Medieval, t. 20, 2007, 312, doc. 30.
49
Vid. C. FERRAGUD, La atención médica de los animales durante la Baja Edad Media en los reinos hispánicos : Medievalismo, 21, 2011, 35-36.
50
Vid. J.D. GONZÁLEZ ARCE, Los municipios contra el centralismo monárquico. La oposición concejil a los Alcaldes Mayores de las profesiones
sanitarias en la Castilla del siglo XV : Studia Histórica. Historia Medieval, 32, 2014, 235.
51
Vid. F. MAYORGA, La comunidad judía de Fregenal a finales del siglo XV : Alcántara, 67, 2007, 43 y 45.
Pag. 394
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
conversiones posteriores todavía se perderá más la pista de los posibles albéitares judíos», hasta el
punto de que hasta ahora «la documentación del siglo XV no ha dado ningún fruto sobre judíos o
conversos practicantes de la albeitería» 52.
Sin embargo, pronto iba a dar todo igual (tanto en Aragón como en Castilla), tras el decreto de
general expulsión publicado por los Reyes Católicos el 31 de marzo de 1492, que en consecuencia
afectó gravemente a gran variedad de oficios ejercidos por hebreos, incluidos los herreros, herradores
y albéitares, significativamente “olvidados” en su larga lista por el contemporáneo Bernáldez:
Miguel Ángel Ladero Quesada ha recogido diversas noticias sobre los judíos y sus animales durante
el trance de la expulsión, en los ámbitos de Medina del Campo, Salamanca y Ciudad Rodrigo:
Y el desastre fue de tal calibre para la infeliz comunidad hebrea, que no faltaron los “afortunados”
que pudieron cambiar sus cuantiosos bienes por una acémila, según añade el cronista Bernáldez:
- Vendieron e malbarataron... sus haciendas… e daba una cosa por un asno… y salieron de las
tierras de sus nacimientos… en asnos y otras bestias, y en carretas… fuera de Castilla 55.
Judíos hubo que prefirieron convertirse, pagando muy cara su decisión, como Francisco de Esquivel,
tejedor y albéitar de Atienza, cuya causa penal (1536-1541), acusado de judaísmo, terminó con él en
la hoguera 56. Y también en el reino de Portugal (de donde fueron expulsados en 1496) hubo conversos
que persistieron en su antigua fe, si ese fue el caso del ferrador Henrique Ramos, de Mogadouro (al
sur de Miranda do Douro), que sufrió la confiscación de sus bienes y la cárcel tras ser acusado de
judaísmo en 165757. O como Manuel Lopes, ferrador residente en Marvão (Alentejo), que en 1672
fue processado… pelo crime de iudaísmo e condenado depois na pena de hábito perpetuo 58.
De modo que, todavía en 1711 y 1734, según constata José Etxaniz Makazaga, los albéitares tenían
que solicitar constancia escrita al alcalde de su villa de ser cristiano viejo, limpio de toda mala raza
de judíos, moros y penitenciados por la Santa Inquisición y de otra secta y mancha vergonzosa 59.
Infames expedientes de “limpieza de sangre” que, al fin, fueron suprimidos en España mediante R.O.
de 31 de enero de 1835, al disponer que: En lo sucesivo no se exija la prueba de limpieza de sangre…
bastando en su lugar la partida de bautismo… y la justificación de buena moral y conducta 60.
52
Vid. C. FERRAGUD, La albeitería y los albéitares en Valencia durante la Baja Edad Media : XVII Congreso Nacional y VIII Iberoamericano de
Historia Veterinaria, Madrid 2013, 55.
53
A. BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel; vid. C. SÁNCHEZ-ALBORNOZ y A. VIÑAS, Lecturas históricas
españolas, Madrid 1981, 247.
54
Reg. M.A. LADERO QUESADA, Bienes y deudas dejados sin cobrar por judíos leoneses en 1492 : Escritos dedicados a José María Fernández Catón,
I, León 2004, 734 y 738-739.
55
BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, 245.
56
Vid. S. CIRAC ESTOPAÑÁN, Registros de los documentos del Santo Oficio de Cuenca y Sigüenza: I. Registro general de los procesos de delitos y
de los expedientes de limpieza, Cuenca 1965, 184.
57
Vid. G. PIERONI, Banidos: A Inquisição e a lista dos cristãos-novos condenados a viver no Brasil, Río de Janeiro 2003, 211.
58
Vid. Revista O Instituto, 69, Coimbra 1922, 519.
59
Vid. J.M. ETXANIZ MAKAZAGA, De albéitares y veterinarios en Hondarribia : Boletín de Estudios del Bidasoa, 28, 2014, 9 y 12.
60
Ed. J.M. DE NIEVA, Decretos de la reina nuestra señora doña Isabel II, XX, Madrid 1836, 68.
Pag. 395
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
La Masonería ente los veterinarios cordobeses de las primeras décadas del siglo XX
Gloria Priego-de-Montiano
Universidad de Córdoba
[email protected]
Resumen
Entre las actividades asociativas no profesionales emprendidas por el colectivo veterinario destaca,
por sus interconexiones y papel destacado en diversos acontecimientos históricos, la pertenencia a la
Masonería. En dicho sentido, el trabajo de investigación propuesto parte de una contextualización
conceptual, ideológica y socioeconómica en el siglo XIX, en Córdoba, para adentrarse, a
continuación, en el análisis de la situación en las primeras décadas del siglo XX. De esta forma, de la
mano de algunas personalidades veterinarias destacadas se examinará su trayectoria profesional y
social, en relación con la participación activa en la Masonería, así como las consecuencias que ello
conllevaría institucional y/o profesionalmente.
Palabras clave: Masonería, Veterinaria, Asociacionismo.
Abstract
Between the different no professional association activities undertaken for the veterinary collective
outlines their presence in the Masonic membership, due the plural interconnection and prominence
of masons in related with several historic issues. In this sense, this paper starts from an conceptual
ideological and socioeconomic contextualization, in nineteenth century, in Córdoba, to delve after
into the analysis of situation in first decades of twenty century. In this way, with some prominent
veterinary personalities is going to examine their professional and social trajectory in related whit
their active participation in masonic activities, at the same time of the institutional or professional
consequences, even both, that it could involves.
Keywords: Masonry, Veterinary Science, Asociation.
Contextualización
Los orígenes del asentamiento de la Masonería en España se suelen datar en relación con la
penetración napoleónica, si bien anteriormente se constatan destacadas personalidades de la
Ilustración española que nos consta, por escritos y red de relaciones, que establecieron vínculos
masónicos importantes; estas, en gran medida, provenientes del ámbito clerical. 1
Respecto al periodo bonapartista, lo cierto es que siguiendo la estrategia de penetración en el
territorio nacional, el eje trazado coincide ciertamente con la propagación de la masonería en los
inicios del siglo XIX; al tiempo que, igualmente, con la proliferación de las Sociedades Económicas
de Amigos del País que, sabido es, tendrían un impulso en sus actuaciones con el gobierno de José
1
Demerson, Georges: Don Juan Meléndez Valdés y su tiempo (1754-1817). Biblioteca Miguel de Cervantes, Alicante,
2000, Tomo I.
Pag. 396
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
I.2 No obstante cuando se produce el periodo floreciente de extensión de la Masonería en España será
durante el último cuarto del siglo XIX. Es entonces cuando se muestra como un grupo compacto y
elitista, dada su preparación intelectual en España y la Europa occidental. 3
Un aspecto destacado, previo a la localización concreta de este trabajo, es perfilar, de forma
sintética al menos, los principios fundamentales que aparecen en los distintos documentos
fundacionales de la susodicha asociación en España. Así, se abanderan conceptos como «sufragio
universal», «igualdad de todos los ciudadanos», «libertad y progreso», «sagrados derechos de la razón
y la justicia», «libertad de conciencia», «respeto a todas las creencias y opiniones», «a ejercer
libremente el culto como lo hacen los católicos»… Es decir, en la base de la ya abundante
documentación del último cuarto del siglo XIX, periodo de máximo esplendor para la masonería
hispana, se constatan los principios librepensadores provenientes de la corriente de pensamiento
liberal, que asumirían distintas corrientes ideológicas y políticas más adelante. 4
La Masonería abre sus brazos á los hombres de todas nacionalidades, razas y creencias.... Prohibe...
toda discusion política ó religiosa; acoge á todo profano, cualesquiera que sean sus opiniones políticas
ó religiosas, con tal que sea libre y de buenas costumbres... tiene por objeto luchar contra la ignorancia
en todas sus formas; es una escuela mútua cuyo programa se resume... Obedecer á las leyes de su país,
vivir conforme al honor, practicar la justicia, amar á sus semejantes, trabajar sin tregua para hacer feliz
á la humanidad, proseguir su emancipacion progresiva y pacifica.... 5
Es un deber de todo cristiano y de todo ciudadano luchar contra la supradicha prensa de las logias y de
las mentiras, sin dificultad consideramos como traidora de la Fe y de la Patria a todos cuanto material
o moralmente ayuden a semejantes publicaciones […] La Masonería sería así la responsable última de
todo un proceso de decadencia que va desde el plano moral, educacional, a aspectos políticos […] 7
Pag. 397
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Para un mayor acercamiento al arraigo de las primeras logias cordobesas del último cuarto del
XIX conviene tener presente la trayectoria de la primera en implantarse oficialmente, según lo
conocido hasta la fecha, que marcaría, en definitiva, un patrón de seguimiento. Así, la llamada logia
«Patricia» (1870) contaría con cinco fundadores, procedentes de la burguesía media, con las
profesiones de abogado, industrial, médico y arquitecto. Personas de consolidada formación, por
tanto, en momentos en que el índice de analfabetismo en España arrojaba cifras próximas al 70%. En
cuanto a su tendencia ideológica, protagonistas, como lo fueron, de los acontecimientos
revolucionarios de «La Gloriosa», su republicanismo marcaría una impronta, que se diversificaría en
sus diversas vertientes al ir aumentando su censo. Tanto es así, que en un recuento del último tercio
del XIX y los años veinte del siglo contiguo, entre los concejales masones que ocuparon el
Ayuntamiento se localizan 24 republicanos frente a tan solo cuatro del Partido Conservadores, dos
del Liberal y dos del Partido Socialista. 9 Igualmente, si se compara la topografía de implantación
masónica de estos años, el predominio se centra en la Campiña cordobesa, de tendencia predominante
progresista para la fecha, frente al norte de la provincia. Pese a todo, la tónica dominante de la
sociabilidad masónica de estos momentos se distinguiría por la «superposición» ideológica. 10
[...] se ha conseguido que muchos de nuestros hh:. Ocupen cargos de importancia en los municipios
(hablamos tambien de los Pueblos de la Provincia) en la Diputacion y en las Cortes, y todas estas
grandes influencias, son debidas á no dudarlo á la Masoneria, [...] le cabe la honra de haber infundido
la luz y el Progreso contra el Tirano y el error, [...] infundir en todos los animos el fin que se propone
la masoneria [...] haciendo ver que todos los hombres sin distincion de razas ni ideas, son hh:. [ ...] 11
Al igual que ocurriera con la logia Patricia, en el siglo anterior, una de las más destacadas del
comienzo del XX cordobés, la «Turdetana», donde se localiza a dos destacados veterinarios locales,
nacería en momentos convulsos, de crisis generalizada (1917), bajo un manifiesto que proclamaba el
protagonismo para «hombres nuevos y normas nuevas» 12 En su cuadro dirigente, en esta ocasión si
encontramos a un prominente veterinario, Rafael Castejón y Martínez de Arizala, y, por más, con
importante presencia en los cenáculos culturales, científicos y progresistas de la ciudad; acompañado
en la dirección de la logia por un ingeniero, un médico, un perito agrícola, un arquitecto y un maestro,
además de abogado y periodista. La Turdetana, por lo demás, ha llegado a ser calificada por algún
9
Ibídem, pp. 147-148.
10
Martín, Luis. P.: Las Logias Masónicas. Una Sociabilidad Pluriformal. Hispania. Revista Española de Historia, 214,
2003,
11
Memoria general de los trabajos efectuados por la Resp :. Log :. Patricia del Oriente de Córdoba desde el 1º de Marzo
de 1890 hasta el 30 de Abril de 1891 Leg 753, exp.11, AHNS.
12
Moreno Gómez, Francisco y Ortiz Villalba, Juan: La Masonería en Córdoba, p. 182.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
investigador como «elitista y restringida» 13, por mor de su extracción socio-profesional, frente a la
regularidad del momento.
En cuanto al censo de dicha logia, el número de miembros sería parejo con respecto a otras
existentes en la población; con altibajos, siempre bordeando la veintena. Los listados de que
disponemos, aunque no detallados ni exhaustivos, muestran de nuevo que la profesión veterinaria
tiene menor representación frente al total, si bien es cierto que los veterinarios representados ocupan
un lugar destacado en sus diversos cometidos profesionales e institucionales de la ciudad, Resulta
además significativa la presencia destacada de candidatos de la Turdetana en las elecciones del 12 de
abril de 1931; resultando que de la candidatura antimonárquica electa, ocho de los veintisiete
provenían de la Turdetana: perteneciendo, seis de ellos, al Partido Republicano Radical; mientras que
los otro dos restantes al Socialista y Radical-Socialista. Más adelante, en las elecciones a Cortes
Constituyentes, de junio de 1931, la presencia de diputados masones llegaría a la mitad,
predominando, de nuevo, los electos procedentes de la Turdetana.
En general, por lo que respecta a la tendencias ideológicas representadas en la Turdetana, al
igual que ya ocurriera en el siglo XIX en la logia Patricia, marcan un cierto protagonismo del Partido
Republicano Radical, si bien las diversas corrientes igualmente serían bien acogidas en el seno de la
organización, como nos indica el sentido de los textos del momento.
No sé si sabrá que los hermanos de ésta, unos pertenecientes al Partido Republicano Radical, otros a
la Derecha Liberal Republicana, algunos socialistas y otros radicales-socialistas, … 14
Un dato destacado, por lo que supuso para la trayectoria profesional de los veterinarios
masones analizados, es el coste que supuso su represión en el periodo franquista, ya que, en los casos
que se han estudiado al disponer de documentación, se contemplaron penas de destierro peninsular,
así como de doce años de reclusión menor «por responsabilidad criminal». En el segundo de
mencionados, además, de «inhabilitación absoluta perpetua para el desempeño de cualquier cargo de
Estado, corporaciones públicas u oficiales, entidades subvencionadas, empresas concesionarias,
gerenciales y consejos de administración de empresas privadas, así como cargos de confianza mando
o dirección de las mismas, quedando separado definitivamente de los aludidos cargos, y accesorías
legales». 15
Recapitulando sobre la presencia de veterinarios cordobeses en las logias masónicas durante
los siglos XIX y XX, y a falta de nuevas catas de investigación, por los datos ahora recabados se
aprecia un mayor ascenso de representatividad de la profesión veterinaria en el siglo XX frente al
XIX, que se podría interpretar como una mayor acogida y valoración social de la profesión en los
círculos de la burguesía local, encontrando ya su presencia en los cuadros más representativos de la
sociabilidad masónica.
13
Ibídem, p. 56.
14
Ibídem, p. 210.
15
Expediente AHNS, Sentencia de 4 de junio de 1951.
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1. Introducción
Los filósofos presocráticos griegos buscaron una explicación para el universo; recurrieron al
principio de un único elemento que prevaleciera sobre los cuatro fundamentales (agua, tierra, fuego
y aire). El dominio de estos elementos por la humanidad corrió paralelo a su propio desarrollo: al
hacerse bípedo el ser humano controló la sabana en la que integró el poder de la tierra como lugar de
muerte; pero también de creación, en la que resultaba indispensable el agua, así lo muestran los más
extendidos mitos de Oriente Próximo. Si navegar las aguas permitió la expansión de la humanidad,
el dominio del fuego favoreció el desarrollo cultural. Solo nos quedaría, pues, el aire.
El aire, inabarcable, se asocia con el hálito de vida y la capacidad creadora, con la palabra. El aire,
como espacio que acoge los procesos vitales, está poblado por los espíritus de la naturaleza que
gobiernan los fenómenos meteorológicos. Por último, el aire está unido irremediablemente con el
vuelo y este con las alas que simbolizan la espiritualidad, la imaginación y el pensamiento. Los
griegos representaban con ellas el amor y la victoria; también simbolizaban la inteligencia 1. Por eso
aparecen en algunos animales fabulosos (Pegaso, grifos, dragones de Ceres, sirenas, la esfinge) y
como atributos de algunos dioses y héroes (caduceo, casco alado, sandalias aladas).
Esta realidad oculta y desconocida generó en el espíritu humano el anhelo de volar, acción que,
creía, le permitiría el dominio de algo que lo aterrorizaba y lo amenazaba a la vez que lo fascinaba y
encantaba, el dominio de lo sagrado. Y así, identificó esa fuerza que podría armonizar lo sobrenatural
y lo natural con la divinidad, y comprobó que se manifestaba en objetos y animales, entre los que
destacaban las aves.
3. El ornitomorfismo
Sin embargo, es el ornitomorfismo el que debe centrar nuestra atención. En primer lugar, porque
enlaza a las divinidades grecorromanas con un pasado remoto; y, después, porque la asociación con
1
Resulta imprescindible la consulta del Diccionario de símbolos de Juan Eduardo Cirlot; especialmente en las entradas
“aguas”, “aire”, “alas”, “fuego”, “vuelo”.
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determinadas especies de aves nos ayuda a vislumbrar el paisaje en el que estos mitos fueron
concebidos. Algunos de los dioses principales de la mitología grecorromana son vinculados a
animales de forma ocasional, aunque recurrente; muchos de ellos, establecen una estrecha relación
con algunas aves. Veremos cómo esta conexión varía según la influencia recibida de elementos
culturales exteriores.
El águila, aetόs, es considerada en la poesía de casi todas las culturas de la Antigüedad como el
rey de las aves; no extraña que sea el pájaro que acompaña a los reyes en Babilonia y a los príncipes
y a las legiones de Roma. Por tanto, los principales dioses también están vinculados con este animal
majestuoso al que se le atribuyen poderes excepcionales. De este modo, se identifica con el dios indio
del cielo, Indra; Odín tomó el aspecto de un águila para robar el hidromiel a los dioses 2. También
posa junto a Zeus-Júpiter como portador de sus rayos. Es bien conocido el episodio en el que un Zeus
enamorado, con la apariencia de esta ave, rapta al joven y hermoso Ganímedes, de la familia real
troyana, y lo lleva al Olimpo donde lo convierte en el escanciador de los dioses.
Aristóteles definió seis especies de águilas para lo que utilizó hasta doce nombres 3. En la literatura
es posible que este término designe a otras rapaces, sobre todo al quebrantahuesos, Gypaetus barbatus,
pero, por las pocas descripciones que añade el estagirita y las numerosas representaciones
conservadas, se suele identificar con el águila real, Aquila chrysaetos, un ave común en Grecia y en
todo el norte del Mediterráneo 4.
Los córvidos son pájaros que también frecuentan los relatos míticos: en la tradición nórdica el
cuervo es el pájaro de Odín. Por su color negro están unidos a las ideas de la noche y las tinieblas,
pero por su carácter aéreo están asociados al cielo, al poder creador, a las fuerzas espirituales, lo que
los convierte en una de las aves preferidas para la observación de los auspicios. Tanto griegos como
romanos estaban convencidos de que los dioses les manifestaban sus deseos a través de las aves. Es
reseñable el texto en el que Porfirio, un autor del siglo III, hace una relación de estas aves
adivinatorias y las identifica con las divinidades:
“Más los dioses, aun guardando silencio, nos hacen revelaciones, y los pájaros las comprenden
con mayor rapidez que los hombres y, cuando han llegado a la comprensión, nos lo anuncian
como pueden, convirtiéndose para los hombres en heraldos de tales o cuales dioses: el águila,
de Zeus; el halcón y el cuervo, de Apolo; la cigüeña, de Hera 5; el rascón 6 y la lechuza, de
Atenea; la grulla de Deméter; y así otros pájaros concretos de otros tantos dioses” 7.
Por otra parte, los córvidos están vinculados desde tiempos remotos a dos divinidades, pero con el
tiempo perderán influencia en favor de otras aves. En el caso de Atenea-Minerva, fue la corneja la
que se asoció en primer lugar con la diosa de la inteligencia, pues los relatos folclóricos la dotan de
gran ingenio. Probablemente se trata de la corneja cenicienta, Corvus cornix, porque la negra, Corvus
corone, es habitual del oeste de Europa, pero no de las penínsulas Itálica y Heládica. Con todo, su
color influye notablemente en la imaginación popular y acaba por convertirla en un ave funesta.
Cuenta Ovidio 8 que la joven Corona era perseguida por Poseidón por lo que fue convertida por
Minerva en corneja. Con el tiempo, observó que las tres hijas del rey de la Fócide desobedecían el
mandato de la diosa de no investigar la naturaleza de un recién nacido que les confió oculto en un
cesto. La corneja corrió a contárselo a la diosa que, molesta por la noticia, la repudió, situándola por
2
Keller (1913: 1-6).
3
Aristóteles, Investigación sobre los animales 618b18–619a14.
4
Arnott (2010: 4-6).
5
Única ocasión en la que se identifica la cigüeña con Hera; con todo, no es una asociación banal porque estaba consagrada
a su equivalente romana, Juno, como símbolo de la piedad filial (Aristóteles, Investigación sobre los animales 615b23).
6
No hay acuerdo sobre la identidad del krex; algunos lo han identificado con el guión de codornices, cuyo taxón coincide
con este término, Crex crex. Otros lo han relacionado con el combatiente, Philomachus pugnax, por el carácter belicoso
con el que lo define Aristóteles. Sin embargo, Arnott (2010: 178-179) agrupa todas las indicaciones de la Antigüedad
para concluir que se trata de la cigüeñuela, Himantopus himantopus, un visitante común de Grecia en verano.
7
Porfirio, Sobre la abstinencia 3.5.5.
8
Ovidio, Metamorfosis 2.542-595.
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“detrás del ave nocturna” 9; hasta el punto que se dice que no se permitía que las cornejas y los cuervos
se posaran en los tejados de los templos de esta divinidad.
Quizá por mantener la tradición suele decirse que la lechuza es esta ave nocturna de Atenea-
Minerva; sin embargo, tanto las características que ya en la Antigüedad se le atribuía (prácticas
mágicas, brujería, muerte) como las representaciones, especialmente en los tetradracmas atenienses,
hacen pensar que el término glaux encaja mejor con el mochuelo, Athene noctua, ave que tampoco
está exenta de connotaciones negativas 10 pero que también las tiene positivas al presagiar la suerte y
la victoria; es una ave muy frecuente en ecosistemas con olivos, como el que rodeaba Atenas.
El cuervo, Corvus corax, acompañante de Apolo, conocía sus amores y andanzas. En cierta ocasión,
vio cómo su amante Corónide, hija del rey de los lapitas, le era infiel con un mortal. El cuervo la
delató. Apolo indignado asaeteó a su amante que estaba embarazada, pero, arrepentido, extrajo de su
vientre al niño que había concebido y lo entregó al centauro Quirón. Con el tiempo, el niño se
convirtió en el gran sanador Asclepio-Esculapio. El cuervo, portador de tan funesta noticia, vio que
su hasta entonces blanco plumaje se transformaba en negro 11. Aunque el ave siguió escoltando al dios,
hay otra que pronto tomó preponderancia en esta relación, el halcón.
Una de las más antiguas historias narra el enfrentamiento entre las distintas generaciones divinas;
el último episodio de esta cruel guerra, la Tifonomaquia opuso a los jóvenes dioses olímpicos con el
monstruoso Tifón, un gigantesco ser nacido de la diosa Gea, de aspecto de serpiente y con alas. Su
extraordinaria fuerza y crueldad ahuyentó a todos los dioses, salvo a Zeus que le plantó cara y, tras
diversas vicisitudes, logró derrotarlo. En la versión más reciente del mito, el resto de los dioses había
huido a Egipto, presos de pánico, mudando su apariencia en diferentes animales: Apolo lo hizo en
halcón, hiérax, y Hermes en ibis, íbis, 12 aves sagradas en Egipto y encarnaciones de los dioses con
los que se asimilaron, Horus y Tot 13.
Es curiosa en particular la relación con las aves de la reina de los dioses, Hera-Juno, cuyo epíteto
homérico boôpis suele traducirse “de ojos de vaca”. Una Hera con cabeza de vaca, como un
Minotauro, tendría cierto parecido con la diosa egipcia Hator, una diosa maternal relacionada con el
ganado. No obstante, existe un mito 14 que cuenta que la joven y virgen diosa se encontraba sentada y
sola en el monte Cócige 15 cuando Zeus, enamorado de ella, produjo una fuerte borrasca y, tomando
la figura de un cuco aterido de frío se posó sobre el regazo de Hera que lo acogió; en ese momento el
dios recobró su forma propia y trató de forzar a Hera. La diosa le suplicó que la respetara por lo que
Zeus prometió hacerla su esposa. Ese relato justifica la presencia del ave sobre el cetro que porta la
estatua crisoelefantina de Hera en un templo cercano a Micenas. Es indiscutible que no hay mejor
pájaro que un cuco para definir las turbulentas relaciones que la pareja mantuvo a partir de ese
momento. El cuco, Cuculus canorus, pasa por ser el símbolo de la infidelidad, y es lógico porque esta
ave tiene el hábito parasitario de depositar sus huevos en nidos de pájaros más pequeños que se
9
El propio Ovidio (Metamorfosis 2.593-595) cuenta que esta ave nocturna es la transformación de Nictimene, que
mantuvo una relación incestuosa con su padre: “ella es ahora un ave, pero consciente de su culpa, huye de las miradas y
del día, oculta su vergüenza en las tinieblas y es expulsada por todas del cielo entero”.
10
Sobre esta controversia ver Thompson (1895: 45-46), Keller (1913: 39-46) y Arnott (2010: 85-86).
11
Ovidio, Metamorfosis 2.531-541; 596-632.
12
El morito, Plegadis falcinellus, es un ibis oscuro con irisaciones que cría en los marjales de la costa norte mediterránea.
El dios Tot está vinculado con el ibis sagrado, Threskiornis aethiopicus, de plumaje blanco salvo en la cabeza y los
extremos de las alas, que son negras; es residente en África.
13
Son varios los autores que relatan este mito; Hesíodo (Teogonía 820–868) narra una versión en la que Zeus derrota con
cierta facilidad al monstruo; el Pseudo Apolodoro (Biblioteca Mitológica 1.6.3) introduce, en su obra del siglo I a.n.e., la
escena de la amputación de los tendones de Zeus y su posterior robo por Hermes. Es Antonino Liberal (Metamorfosis 28),
un autor de finales del siglo II de nuestra era, el que detalla la transformación de los dioses en fuga con evidentes
paralelismos con divinidades egipcias. Ovidio (Metamorfosis 5.318-331, 346-361) cambia la apariencia de Apolo por su
habitual cuervo.
14
Pausanias alude a él en Descripción de Grecia 2.17.4 y añade un comentario que sitúa en su justo lugar el pensamiento
de los griegos sobre estos asuntos en el siglo II de nuestra era: “Esta leyenda y todas las cosas semejantes que se dicen
acerca de los dioses las refiero, aunque no las acepto, pero, sin embargo, las escribo” (traducción de M.C. Herrero
Ingelmo). También los escolios a Teócrito 15.64 hablan de esta metamorfosis.
15
Una variante del nombre del cuco en griego, kógkyx.
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encargarán de su incubación, cuidado y alimentación. Todo ello parece hacer alusión a los numerosos
lances amorosos del rey de dioses y hombres y que tantos disgustos causó al matrimonio divino.
A diferencia del cuco que cría estivalmente en el Egeo y en toda Europa, el pavo real, Pavo
cristatus, también consagrado a Hera-Juno, es originario del sur de Asia, pero el pronto contacto con
la corte persa debió hacerlo una especie exótica común desde al menos el siglo V a.n.e en las ciudades
griegas 16. En la India, los “ojos” de las hermosas plumas del pavo real simbolizan el firmamento
estrellado. En la mitología grecolatina representaban los ojos del pastor Argos que debía vigilar a Ío,
transformada en vaca por los celos de Hera. Zeus, que deseaba a la joven, encargó a Hermes que diera
muerte al pastor, algo que no resultaba fácil pues Argos Panoptes, “el que todo lo ve” contaba con
cien ojos. Tras entonar una melodiosa historia, logró embelesar y dormir al pastor; cuando cerró todos
los párpados, el dios lo mató. Desde ese momento, sus ojos adornan las plumas de la cola secundaria
del pavo real, de modo que Argos renace y “abre de nuevo sus cien ojos al mundo” cada vez que el
pavo extiende sus plumas 17.
Existen más aves vinculadas con otras divinidades, pero su relato mítico es considerablemente
menor. El propio Zeus toma la apariencia de un cisne para seducir a Leda, un episodio recogido en
numerosas obras de arte; pero también en sus amores con Leto interviene la codorniz, Coturnix
coturnix, ave común en todo el Mediterráneo en la que se transforma su hermana Asteria para evitar
los requerimientos amorosos del dios; finalmente es convertida en la isla errante de Ortigia (en griego
órtyx es el nombre de la codorniz).
El gallo, ave de la mañana, anuncia el renacimiento de la luz del día y, metafóricamente, se
convierte en el guardián de la vida, por eso no extraña que se vinculara con el dios de la medicina
Asclepio-Esculapio y se le inmolara para obtener la curación de los enfermos.
Por último, los pájaros más comunes están asociados con la diosa del amor, Afrodita-Venus. En
Grecia son los gorriones los que, por su presencia habitual tanto en ciudades como en campos, fueron
asociados al amor popular, demótico en términos platónicos; los romanos lo vincularon con las
divinidades domésticas que protegían el hogar y sus alacenas. El ave que en Roma se relacionaba con
el erotismo y la propia Venus fue la paloma.
16
Esto lo demuestra su aparición en el verso 883 de la comedia Las aves de Aristófanes, presentada en las Grandes
Dionisias del año 414 a.n.e. Nair (1974: 128) afirma que Alejandro Magno llevó a Macedonia 200 individuos de esta
especie. Tanto griegos como romanos admiraban no solo la belleza de esta ave sino también su carne. También la Biblia
da noticias sobre su antiguo conocimiento en el Mediterráneo (I Reyes 10.22; II Crónicas 9.21; Job 39.13).
17
Ovidio, Metamorfosis 1.601-721; Apolodoro, Biblioteca mitológica 2,1,3; Higino, Fábulas 145.
18
Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación 1.3-5.
19
Plutarco, Moralia 320D.
20
Espejo de Fáustulo en W.H. Roscher (1884) Ausfürliches Lexikon der griechisches und römisches Mythologie.
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con el chotacabras, Caprimulgus europaeus 21, ave de hábitos nocturnos que ronda el ganado y cuyo
taxón coincide con una antigua leyenda que afirmaba que entre sus costumbres estaba la de chupar la
leche de las ubres de las cabras 22. El pico y la parra proporcionaban a los romanos señales para
augurios y auspicios y ocupaban, tras el águila, el segundo lugar en importancia.
Encontramos también en los relatos míticos narraciones que nos hablan de las metamorfosis de
héroes menores. Estas fábulas están contadas fundamentalmente por Ovidio, con un notable tono
poético y poca preocupación ornitológica; y por Antonino Liberal, que las describe escuetamente,
pero con abundantes nombres para designar a los pájaros que intervienen en los relatos. Una de ellas
es la historia de Agron de Cos 23, hijo de Eumelo y hermano de Meropis y Bisa, todos ellos soberbios.
Eran sacrílegos y misántropos y despreciaban tanto el trato con otros mortales como las fiestas en
honor de los dioses y a las propias divinidades. Los dioses decidieron ponerlos a prueba antes de
castigarlos. Acudieron a su casa con la apariencia de simples mortales y rogaron a Eumelo y Agron
que participaran junto a otros pastores en un banquete y que las niñas fueran al bosque sagrado de
Atenea y Ártemis. Pero ellas se insolentaron y fueron convertidas en aves. Meropis en orníthion glaux,
un mochuelo chico, Glaucidium passerinum; Bisa en el ave de la diosa blanca, Leucotea, la gaviota 24;
y Agron en un charadriós, identificado a veces con el chorlito dorado, Pluvialis apricaria, y otras
con el alcaraván, Burhinus oedicnemus; más se ajustaría a este relato la segunda identificación puesto
que entre sus costumbres nocturnas, según Aristóteles 25, estaba la de alimentarse con los ojos de sus
víctimas. El padre reprochó a los dioses las transformaciones y fue convertido en nyktikórax, el autillo,
Otus scops 26. Todas estas aves están relacionadas con la noche y la muerte y son habituales en la isla
de Cos, cercana a la costa de Asia Menor, donde transcurre la acción. La patria de Hipócrates es una
isla con un llano fértil, donde existen humedales y playas entre dos montañas y una meseta árida,
hábitats idóneos para estas aves.
5. Conclusión
Los relatos más antiguos se acercan con más acierto a lo que debió ser la realidad medioambiental
y paisajística de las antiguas Grecia y Roma; la llegada de influencias culturales de diferentes
procedencias introdujo en los mitos variaciones que se alejaban de esa realidad o que describían la
llegada de aves exóticas fruto de ese intercambio cultural.
6. Referencias bibliográficas
Arnott, W.G. (2007) Birds in the Ancient World from A to Z. London, Routledge.
Cirlot, J.E. (1992) Diccionario de símbolos. Barcelona, Labor.
Del Canto Nieto, J.R. (2003) Antonino Liberal: Metamorfosis, Madrid, Akal.
Keller, O. (1913) Die antike Tierwelt, Leipzig.
Leroi, A.M. (2014) The Lagoon. How Aristotle Invented Science. Londres, Bloomsbury Circus.
Nair, P.T. (1974) «The Peacock Cult in Asia». Asian Folklore Studies 33(2): 93-170, Nanzan Univ.
Pallí Bonet, J. (1992) Aristóteles: Investigación sobre los animales, Madrid, Gredos.
Periago Lorente, M. (1984) Porfirio: Sobre la abstinencia. Madrid, Gredos.
Pollard, J. (1977) Birds in Greek Life and Myth. Londres, Thames and Hudson.
Ruiz de Elvira, A. (1992) Ovidio: Metamorfosis, Madrid, CSIC.
Svensson, L. (2010) Guía de aves. España, Europa y región mediterránea, Barcelona, Omega.
Thompson, D’A.W. (1895) A glossary of Greek Birds, Oxford, Clarendon.
21
Pollard (1977: 37). El parecido de las palabras griegas aigíthallos y aigothḗlas pudo dar origen a la confusión.
22
Plinio, Historia natural 10.115. Arnott (2007: 9 y 225) identifica la parra con algún tipo de párido (carbonero, herrerillo,
mito, bigotudo, pájaro moscón) o quizás con alguna collaba (gris, Oenanthe oenanthe; o rubia, Oenanthe hispanica;
ambas crían en verano en el Egeo).
23
Antonino Liberal, Metamorfosis 15; hay apenas una cita en Ovidio, Metamorfosis 7.390.
24
El ave de Leucotea en Odisea 5.337 es aíthyia, la gaviota o quizás la pardela, asociadas con los náufragos. Sin embargo,
el texto dice que el pájaro tiene su mismo nombre býssa. Del Canto (2003: 143) afirma que este término, con sus variantes
de escritura (býas, býza, býxa), designa al búho real, Bubo bubo (ver Ant. Lib. Metamorfosis 10, las hijas de Minias).
25
Aristóteles, Investigación sobre los animales 617a7.
26
La palabra nyktikórax es empleada científicamente para nombrar al martinete, que también es un ave crepuscular.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Resumen:
Aunque el término Seguridad Alimentaria (SA), como tal, tiene su origen en la década de los 70, las
características de esta expresión han sido objeto de estudio con anterioridad. Esta investigación se
centra en el I Congreso Nacional de Pesca y su relación con éste término. La SA alude a tres aspectos.
Por un lado, a la provisión y disponibilidad de alimentos, en segundo lugar, a su acceso a los
consumidores de forma higiénica y en perfectas condiciones, y, finalmente, al aprovechamiento
biológico de los mismos. La pesca marítima española tenia, a principios del siglo XX, algunos
problemas que pretendieron solucionarse en este Congreso celebrado en Madrid en noviembre de
1918. Los problemas eran, por ejemplo, mantener un nivel de captura adecuado al mercado. Construir
edificios para la venta mayorista, las denominadas Lonjas de Pescado. Regular jurídicamente los
requisitos de exposición, tamaño de capturas, deshecho de ejemplares no comercializables, etc. El
transporte en tren desde los puertos a las ciudades en correctas condiciones de higiene y de frescura.
Ampliar el mercado a, cada vez más, consumidores de localidades ubicadas en el centro de la
península. Y, finalmente, iniciar investigaciones para implantar, en terminología actual, una pesca
sostenible y respetuosa con el Medio marino. En resumen, las conferencias de esta primer Congreso
se centraron en aspectos sociales, económicos y científicos al reunirse importantes personalidades del
mundo de la política, de las asociaciones de empresarios y trabajadores y, sobre todo de destacados
científicos preocupados por la protección de la vida marina y con su incidencia, por ello, en la
seguridad alimentaria española del siglo XX.
Food Safety Marketing Strategy at the 1st National Fishing Congress, 1918
Although the term Food Safety (FS), as such, has its origin in the 1970s, the characteristics of this
expression have been the subject of previous study. This research focuses on the I National Fishing
Congress and its relationship with this term. The FS alludes to three aspects. On the one hand, to the
provision and availability of food, on the other hand, to its access to consumers in a hygienic way and
in perfect conditions, and, finally, to its biological use. At the beginning of the 20th century, Spanish
sea fishing had some problems that were intended to be solved at this Congress held in Madrid in
November 1918. The problems were, for example, to maintain a level of catch adequate to the market.
Construct buildings for wholesale sale, the so-called Fish Markets. Legally regulate the requirements
of exposure, size of catches, disposal of unmarketable specimens, etc. The transport by train from the
ports to the cities in correct conditions of hygiene and freshness. To extend the market to, more and
more, consumers of localities located in the center of the peninsula. And finally, initiate research to
implement, in current terminology, a sustainable fishing and respectful of the marine environment.
In summary, the conferences of this first Congress focused on social, economic and scientific aspects
by bringing together important personalities from the world of politics, employers' and workers'
associations and, above all, leading scientists concerned with the protection of marine life and its
impact on Spanish food security in the twentieth century.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Keyword: food hygiene, biological exploitation, transport and marketing of fish, strategy
La pesca de arrastre a vapor fue Gran Bretaña utilizando barcos arrastreros desde finales del
siglo XIX. Los empresarios pesqueros orientaron su producción a la venta de pescado en las ciudades
que se estaban industrializando por la gran cantidad de población que iban recibiendo. La aplicación
del vapor a la actividad pesquera desarrolló, considerablemente, la capacidad de la captura de especies
marinas y la posibilidad de desplazarse a caladeros más lejanos. En estos momentos es posible hablar
de dos tipos de industria dentro del sector pesquero. Por un lado, se encuentra la industria
transformadora de pescado en salazones y conservas. Por otro las empresas que se especializaron en
la pesca de pescado fresco que era llevado directamente a los mercados de los puertos. Hay diferencias
entre los activos empleados en ambos tipos de empresas ya que el valor monetario y las características
técnicas, son mucho más complejas para las empresas de pescado fresco. Éstas utilizaban barcos de
gran tonelaje y aparejo de arrastre que les permitían explotar caladeros más alejados de la tierra. Por
otra parte, era necesaria la utilización de envases, cámaras frigoríficas, etc. que permitiesen la
recepción del pescado fresco en perfectas condiciones desde el punto de captura hasta las lonjas
ubicadas en los puertos de mar. Este tipo de producto era altamente perecedero y necesitaba de un
transporte muy rápido sí se pretendía llevarlo hacia los mercados del interior de la Península en el
caso español. También eran necesarias especiales precauciones y cuidados en su manipulación para
evitar la pérdida de su valor final. Sí el producto no llegaba en correctas condiciones a los mercados
internos, se podía producir algún tipo de intoxicación o infección alimentaria al consumidor, con las
consecuentes repercusiones jurídicas, económicas y sobre todo para la salud humana. Desde un punto
de vista económico con la pérdida del mercado para los pescados frescos y una orientación del
consumidor a los pescados transformados en salazones y conservas tradicionales. En definitiva, para
que pudiesen desarrollarse las empresas de pescado fresco era fundamental que se transportara en las
mejores condiciones higiénicas y que se vendiera correctamente en el punto de venta. Los beneficios
futuros de estas empresas dependían de la correcta higiene y frescura en el consumo en los hogares,
para satisfacer las necesidades humanas de alimentación y nutrición.
Las características del pescado fresco son muy diferentes al de otro tipo de productos
destinados a la alimentación humana. No es posible determinar previamente el nivel de capturas que
llegará al mercado, ni siquiera el tipo o tipos de pescados y tampoco su grado de calidad. Es imposible
saber, incluso, si la flota podrá faenar al día siguiente, o se encontrará con situaciones y climatología
adversas y no podrá hacerse a la mar. Podría suceder que perdiesen parte de la carga por un golpe de
mar, o una situación todavía peor que llevara a pique a la embarcación con toda la tripulación. Estas
características hacen que sea muy difícil la previsión de la llegada del pescado fresco a los
consumidores y con mayor motivo a una larga distancia.
Por otra parte, se trata de un alimento altamente perecedero, por lo que puede ser difícil
transportarlo en las condiciones higiénicas perfectas para que llegue en estado apropiado al
consumidor y, al hacerlo, no provoque un cambio en la tendencia del consumo del mismo. Ese cambio
en la tendencia del consumo supondría que disminuyese parcial o totalmente su demanda y en
consecuencia se hubieran reducido los mercados para las empresas productoras de pescado fresco a
favor de las de pescado transformado. Después de la primera Guerra Mundial el sector pesquero
español sufrió una gran crisis debido a varias razones. La primera sería la escasez y, por ello elevación
de sus precios, del carbón para ser utilizado como combustibles de los buques de vapor de altura y
gran altura de la flota. Esta elevación de los gastos de la explotación repercutió en el precio del
pescado fresco. Por otra parte, parte de los caladeros históricos fueron zona de combate de las
Armadas contendientes en la IGM con la importantísima reducción del volumen de capturas.
Simultáneamente mejoró el transporte de los pescados frescos desde el caladero al puerto de
una forma mucho más rápida que con la utilización de barcos tradicionales. La situación en España
experimentó un auge del nivel de capturas gracias a la utilización de la pesca de arrastre que abasteció
a parte del mercado español de pescado fresco. Los buques arrastreros fueron importados desde Gran
Bretaña y Francia después de la IGM. Esto permitió el desplazamiento y la captura de bacalao en
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Terranova y la explotación del caladero de Gran Sol, situado al suroeste del Reino Unido, entre los
paralelos 48 y 60. Las remisiones de pescado, desde los puertos a los mercados, se realizaban en tren.
La situación provocaba conflictos por la rigidez del horario de los trenes, las escasas medidas
higiénicas y del manteniendo del pescado fresco. A la par se produjo un incremento de la demanda
del consumo de pescado por parte de las familias del centro de la península. Todos estos factores
explican el incremento del precio de mercado del pescado fresco en estos momentos.
Para evitar las enfermedades transmitidas por el pescado había que extremar las medidas de
higiene y conservación, ello suponía la construcción de edificios para la venta mayorista, es decir, la
edificación de las denominadas Lonjas de Pescado, que expusieran el pescado fresco en condiciones
adecuadas de higiene y salubridad. También la regulación jurídica respecto a los requisitos de
exposición de las piezas con hielo, el tamaño de capturas, deshecho de ejemplares no
comercializables, etc. El transporte en tren desde los puertos a las ciudades en correctas condiciones
de frescura y de higiene, como se ha comentado. Ampliar el mercado a, cada vez más, consumidores
de localidades ubicadas en el centro de la península. Y, finalmente, iniciar investigaciones para
implantar, en terminología actual, una pesca sostenible y respetuosa con el Medio marino. Éste último
aspecto importaba especialmente a los científicos entre los cuales se encontraba Odón de Buen 1.
Ante este panorama económico y social surge la iniciativa de celebrar un Congreso Nacional
de Pesca donde se intente analizar los problemas del sector pesquero, de las empresas vinculadas, de
sus trabajadores, del transporte y venta mayorista y minorista, y proponer soluciones. Para ello
debería haber presencia de todos los sectores implicados incluyendo a la Administración pública
representada por el máximo responsable, en estos momentos, el Ministro de Marina de España. Había
que convocar, también a investigadores del Medio Marino y a representantes de la Previsión y
Protección social. El resultado fue una reunión extraordinaria por la categoría de los ponentes
asistentes al Congreso.
Entre los días 20-22 de noviembre de 1918, se celebró en Madrid el Primer Congreso Nacional
de Pesca Marítima. El Presidente de Honor fue el, por entonces, Ministro de Marina el almirante D.
Augusto Miranda 2 con gran unanimidad de todos los asistentes pues el almirante estaba realizando
una importante labor a favor de la pesca y de las industrias vinculada a ella sin olvidar, a los “obreros
del mar”. En el Congreso hubo ponencias sobre los problemas mencionados y, entre los acuerdos que
se adoptaron se encuentra la creación de una Caja Central de Crédito Marítimo (CCCM) y el
desarrollo de Pósitos de pescadores.
Realmente la Caja era el vínculo entre el Estado y los Pósitos. Estos podían definirse de la
manera siguiente: “Asociaciones cooperativas de esa clase de obreros Marítimos que, persiguiendo
la supresión de los intermediarios, la adquisición de la propiedad de los medios de producción y la
realización de las demás funciones relacionadas con la explotación de las industrias que nos ocupan,
dedican las ganancias líquidas que así obtengan a fines de previsión social y a beneficiar al
consumidor, abaratando los productos de la pesca”.
1
Odón de Buen y del Cos (Zuera, Zaragoza, 1863-México 1945) naturalista español que se destacó como fundador de
la Oceanografía española.
2
Augusto Miranda y Godoy (Archidona, 1855- Santiago de Compostela 1920) Almirante de la Armada, Ministro de
Marina entre 1913-17; 1918 y 1919) Consejero de Estado. Artífice de la Ley Miranda de 1915.
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3. Las ayudas y créditos con intereses bajos que pudieran ser asumidos por los pescadores. Se
pretendía ayudarles con la financiación de los aparejos de pesca con la finalidad de elevar el nivel
de vida de los trabajadores del mar.
4. Las campañas de alfabetización para los obreros marítimos y sus familias. Este objetivo de
CCCM permitió que las siguientes generaciones de personas vinculadas con la mar dejasen de ser
analfabetos.
5. La difusión de las ideas de seguridad e higiene laboral para los trabajadores del mar, que
incluyen un plan de difusión de estas ideas.
6. El desarrollo de un sistema de previsión social, seguros, ayudas ante situaciones de muerte,
enfermedad y accidentes laborales.
Como puede observarse, los objetivos eran muy ambiciosos y destinados, claramente, al
desarrollo económico y social de los trabajadores del mar y de sus familias. No sólo incluían a los
pescadores, también a los obreros de transportes marítimos, fabricación de embarcaciones,
cordelería, fabricaciones de artes y útiles de pesca, frio industrial, etc. Anteriormente se ha
comentado que la CCCM era el nexo de unión entre el mundo del mar y el Estado, y que fue fundada
por Real Decreto de 10 de octubre de 1919. La Caja empezó a funcionar siendo Ministro de Marina
el contralmirante Manuel de Flórez y Carrió 3. Sus funciones eran, principalmente, fomentar el
asociacionismo cooperativo y que se produjese una Federación de Asociaciones para defensa de los
trabajadores del Mar e industrias vinculadas a él. Una labor educativa para los marineros y sus
familias porque aparte del elevado nivel de analfabetismo, había enfermedades como tuberculosis
y alcoholismo que les afectaban. Finalmente, la venta directa del pescado para evitar a los
intermediarios, realizada en correctas condiciones de higiene y de frio para que éste llegase fresco
al consumidor.
Otras aportaciones sociales para disminuir el alcoholismo que organizaron las “Casas del
Pescador y las Casas del Marino” por parte de los pósitos y a instancias de la Caja. Hay que incluir
los objetivos de propaganda y difusión de todas estas ideas. También los créditos para la adquisición
de material, embarcaciones, etc., denominado Crédito Popular Marítimo. El establecimiento de
seguros marítimos a través de las Comandancias y Ayudantías de Marina. El establecimiento de un
sistema de protección y previsión social, incluyendo un seguro de ahogamiento que fue organizado
por los pósitos a propuesta de la CCCM.
Once años más tarde, el Real Decreto de 26 de febrero de 1930 cambió la denominación de la
Caja Central por “Instituto Social de la Marina”, nombre que se ajusta perfectamente a los objetivos
desarrollados de protección y previsión social marítima, y estableció la dependencia de la Caja del
Ministerio de Trabajo, siendo ministro Pedro Sangro y Ros de Olano, marqués de Guad-el-Jelú 4.
Dicho nombre, de Instituto Social de la Marina se mantiene en la actualidad.
Conclusiones
Las conferencias de éste primer Congreso Nacional de Pesca Marítima se centraron en
aspectos sociales, económicos y científicos al reunirse importantes personalidades del mundo de la
política, de las asociaciones de empresarios, trabajadores y, sobre todo de destacados científicos
preocupados por la protección de la vida marina y con su incidencia, por ello, en la seguridad
alimentaria española del siglo XX.
1. La provisión y disponibilidad de alimentos procedentes del medio marino.
2. Su acceso a los consumidores de forma higiénica y en perfectas condiciones.
3. El aprovechamiento biológico de los mismos, al estar entre sus participantes el científico
Odón de Buen.
4. Y, como corolario, la preocupación por la “seguridad alimentaria” y su máxima difusión
en una estrategia dirigida a la mejora en la captura, transporte y comercialización de los
3
Manuel de Flórez y Carrió (Cádiz 1857- Madrid 1920) político y marino de guerra. Ministro de Marina.
4
Pedro Sangro y Ros de Olano, marqués de Guad-el-Jelú (Madrid 1878-Madrid 1959) economista y político
español. Ministro de Trabajo y Previsión.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
En el Archivo del Obispado de Córdoba nos encontramos de manera inesperada (serendipia) un legajo
que podía arrojar información interesante sobre la Albeitería o la historia de la Veterinaria porque
aporta valiosos datos sobre las implicaciones de los albéitares de inicios del siglo XIX en la resolución
de litigios relacionados con el comercio de los équidos. Ese tipo de disputas no eran raras en aquellos
años cuando los solípedos representaban un factor o elemento fundamental en todo tipo de actividades
de la sociedad del XIX (Becerra Rodero y Sánchez Herrador, 2018)
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
El legajo consta de más de 100 documentos datados en 1814, referentes al pleito planteado entre un
vecino, probablemente traficante en ganado, del barrio del Campo de la Verdad de la ciudad de
Córdoba, como comprador, y un presbítero de la localidad de Posadas (Córdoba), como vendedor, en
la compra-venta de un caballo valorado en 12000 reales. la compra se había llevado a cabo el 9 de
noviembre de 1813. El comprador reclamaba que se deshiciese la venta y se procediera a devolvérsele
el dinero entregado ya que cuando se realizó la operación el solípedo estaba enfermo de muermo, a
causa de lo cual terminaría falleciendo en el trascurso del litigio.
El primer documento de ese legajo es un escrito del comprador, D. Celestino Roldán, de fecha 10 de
enero de 1814, por el que otorga poderes de representación ante el tribunal del jurado al procurador
D. Juan Nepomuceno del Pino, lo cual se lleva a cabo previa demanda al vendedor “D. Juan Serrano
y Luna, presbítero de Posadas, para que se deshaga la venta del caballo que adquirió como sano y
hábil, y que posteriormente ha salido con muermo, según el reconocimiento realizado por albéitares
de la ciudad de Córdoba”.
Se acompaña de un certificado de los maestros de albéitares y herradores D. Andrés Amo, D. Antonio
José Leal y D. Pedro del Toro. Los tres albéitares certifican el siete de febrero de 1814 que “D.
Celestino Roldán les presentó ese día un caballo de cuatro años de edad , tordo oscuro, y de alzada
de más de cuatro cuartas, para que lo registrasen de sanidad”. Así lo hicieron con “toda exactitud”
para diagnosticar que “padece la enfermedad grave del muermo reinal en el tercer grado, teniendo
ulcerada la membrana pituitaria”. Continúan los albéitares haciendo una descripción de la enfermedad
y de los síntomas que se aprecian en el animal. La describen como “endémica, epidémica y contagiosa
y mortal de necesidad”. Siendo de “causa antecedente”, “hija de un vicio” “cocoquimio” y que, había
pasado de primer a segundo grado, y de éste a tercero. estimaban que era preciso que mediasen cuatro
meses desde el inicio de la infección. Opinaron que su venta no debía ser considerada legítima, que
debería ser devuelto el dinero recibido y que el vendedor pagara todas sus costas.
Cuando se produjeron los acontecimientos ya hacía mucho tiempo que se había descrito la
enfermedad del muermo. La mayor parte de las obras de albeitería del siglo XVIII se ocupan de su
descripción y de su tratamiento. Un ejemplo lo tenemos en el libro de D. Domingo Royo: “Llave de
Albeytería”, de 1734, que le dedica más de doce páginas al capítulo titulado “Muermo reynal”.
Recogiendo los datos de otros autores clásicos de la Albeitería como García Conde, Ramírez
Arredondo y Calvo. Domingo Royo, caracteriza al muermo reynal por “aparecer tumorcillos en
diferentes partes del cuerpo del animal enfermo, tumores que revientan y expulsan un líquido”.
También los enfermos presentan ulceraciones en distintas partes del cuerpo. La describen como una
enfermedad que la considera contagiosa, corrosiva e irritante. García Conde distingue tres tipos de
muermo: el muermo común, el muermo particular y el muermo reynal.
Francisco García Cabero en su obra Instituciones de Albeitería, y examen de practicantes que sirvió
para preparación de los exámenes a albéitares dedica el capítulo IX al muermo, adjudicándole
distintas denominaciones según el lugar anatómico donde aparecen los síntomas, distinguiendo el
muermo o “morbo reynal o articular” que es el término más fatal al que puede llegar la enfermedad
y se puede decir que es el “marasmo conocido”.
Como refieren M. Cinta Mañé y col. (2018) el muermo ya era conocido en la antigüedad, lo cual
queda de manifiesto en los textos de Apsirto en la Hipiátrica griega, diferenciándose cuatro clases:
húmedo, seco, artrítico e hipodérmico. A partir de entonces cada autor identificará distintos tipos de
muermo.
Con anterioridad a la fecha de este litigio, a finales del siglo XVIII, Francisco González escribe un
extenso y documentado artículo sobre el muermo en el “Semanario de Agricultura y Arte dirigido a
los párrocos”, opinando que es necesario distinguir el muermo verdadero, con todas sus variantes, del
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
espúreo . Propone que hay que separar los animales sanos de los enfermos, no permitiendo la salida
de éstos a los pastos y abrevaderos; realizar desinfección de la caballerizas, los establos y los aperos
utilizados por los animales enfermos o sospechosos de estarlo. Muy interesante a este respecto es el
artículo de M. Cinta Mañé y col. (2011) en el que trata el muermo desde el punto de vista epizoótico.
Aunque Agustín Pascual, 22 años más tarde, afirmara que “muchos albéitares todavía lo confunden”,
lo lógico es pensar que los albéitares que intervinieron en el conflicto eran conocedores de la
enfermedad.
El libro del catedrático de la Escuela de Veterinaria de Madrid Guillermo Sampredro “Novísimo
Cabero” de 1843, no mejora mucho la información de los textos precedentes pero se interesa por la
posibilidad del contagio de la enfermedad al hombre.
En el litigio que nos ocupa el procurador D. Juan Nepomuceno del Pino, reitera que D. Celestino
desde el primer momento que el caballo estuvo en su poder sospechó de su estado sanitario, por lo
que lo hizo reconocer por los albéitares quienes aseguraron que padecía la enfermedad contagiosa y
mortal. Agrega que, “aun prescindiendo del engaño y mala fe con que pudo realizarse, la operación
por parte del vendedor fue nula de ningún valor ni efecto por el vicio insubsanable de la cosa vendida.
Pero D. Juan Serrano se ha negado a recibir el caballo ni devolver el precio en que lo vendió, por lo
que se vio obligado a demandarle”. Como debía realizarse previamente un juicio de conciliación, en
el mismo escrito solicitaba día y hora para el acto de conciliación. En ese mismo escrito también
comunica que el caballo en cuestión ha muerto como resultado de la enfermedad, lo que debe tenerse
en cuenta en el acto de conciliación, así como advierte que “al ser una enfermedad contagiosa la causa
de la muerte del animal debe eliminarse el aparataje y las jáquimas y pintar las cuadras donde se ha
tenido”.
En la misma fecha de 11 de enero de 1814, como consecuencia de la denuncia anterior al juzgado de
Córdoba, el representante de D. Celestino Roldán se dirige al vicario de Posadas para que D. Juan
Serrano, “por sí o por quien le represente, se presente en el término de ocho días en el juicio de
conciliación”.
La Iglesia cordobesa se ve obligada a entrar en acción por medio de D. Juan Trevilla Gil, quien ese
mismo día se dirige al vicario de Posadas D. Juan Guzmán de la Torre, para que haga saber al
presbítero D. Juan Serrano que debe cumplir con su asistencia al juicio de conciliación.
D. Juan Trevilla era sobrino del entonces obispo de Córdoba D. Pedro de Trevilla y canónigo
prebendado racionero de la Iglesia Cordobesa, provisor y vicario general de la diócesis, además de
juez castrense y de cruzada. Sus hermanos Andrés y José María ocuparon también cargos importantes
en el Cabildo catedralicio. Nos llama la atención que, un solo un años después de haber sido sometido
a un proceso de purificación por su carácter de afrancesado, D. Juan Trevilla en 1813, se encuentre
actuando de forma decisiva en asuntos de la Iglesia cordobesa. Incluso, durante un periodo de sede
episcopal vacante, en el que la justicia ordinaria recayó en el Cabildo, Trevilla fue designado Vicario
General. (José García Cuevas Ventura, 1996)
Unos días del 14 de octubre de 1814, D. Celestino entrega otro escrito al juez del litigio, Sánchez de
Toro, por el cual adjunta unos certificados de dos nuevos albéitares, D. Francisco Anguita y D.
Francisco Janero Muñoz, quienes certifican que habiéndose solicitado su peritaje sobre el caballo
objeto del litigio lo encontraron moribundo de muermo “sin esperanza de poder sobrevivir, por lo que
lo han desahuciado”
Los siguientes documentos están dedicados a exponer las dificultades de transmitir a D. Juan Serrano
la convocatoria del acto de conciliación, así lo refiere el notario receptor D. Rafael José Valero
Martínez Valcárcel. El juicio de conciliación se celebró el 28 de enero de 1814, concurriendo los
procuradores de ambas partes, sin que se llegase a ningún acuerdo.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Al llegar al mes de abril de ese mismo año de 1814, D. Rafael Santa Cruz Ramírez, en nombre de D.
Juan Serrano, presenta un extenso escrito en el que denuncia que en el juicio de conciliación la parte
de D. Celestino Roldán pretendió que se le ayudase por pobre. Según los testigos presentados era un
trabajador del campo que se mantenía sólo de su trabajo y que no tenía bienes ningunos, por lo que
no se podía costear el pleito si no se le ayudaba. Sin embargo, según datos de D. Rafael Santa Cruz,
no era pobre ni trabajador del campo, se dedicaba al comercio, traficando con varios bienes y efectos
que iba vendiendo por los pueblos.
El pleito se fue dilatando en el tiempo dando lugar a las protestas del representante de D. Celestino,
D. Juan Nepomuceno, quien consideraba que la otra parte estaba realizando una labor obstruccionista.
Esa situación le obliga ya en el mes de junio, poco antes ser sustituido en su puesto de representante
por el licenciado D. Manuel Serrano Castillejo, a presentar un extenso dictamen sobre los hechos en
el que resalta la importancia de la declaración de los albéitaresy opina sobre los principios a los que
deben atenerse los contratos de compra-venta. Entiende que teniendo en cuenta que los albéitares
diagnosticaron la enfermedad a principios de enero y que ellos mismos consideraron que la tenía
contraída hacía cuatro meses, se supone que cuando se realizó la compra a principio del mes de
noviembre de 1813, el animal hacía tres meses que estaña enfermo de muermo. Finaliza su escrito a
favor de su representado condenando a D. Juan Serrano al pago de todas costas y a la devolución de
los 1200 reales. Agrega una coletilla del Provisor y Director General de Córdoba por la que se
comunica que por la parte de D. Celestino se da por concluso el pleito y dándose traslado a la otra
parte el seis de julio de 1814.
El nuevo representante de D. Juan Serrano, D. Rafael Santa Cruz Ramírez, el día 31 de agosto de
1814, traslada a la otra parte una extensa respuesta con la descripción del proceso seguido en la
compra del animal. Entendía que el comprador pudo haber solicitado que se reconociese al caballo
por el maestro-herrador (el acto de compra parece ser que se realizó en el herradero de Posadas), y
que si no lo hizo fue porque quedó satisfecho del buen aspecto del animal y demuestra confianza que
lo dejara 15 días en poder de D. Juan Serrano. En ese tiempo le hablaron mal del solípedo por
sospecha de muermo, ante lo que D. José Serrano, hermano del presbítero, respondió que lo que tenía
era un “poco de humedad en una de las narices y glándulas hinchadas y que en el caso de que no le
acomodase, no se lo llevase; haciéndolo así se murió al cabo de dos meses a causa de una marcha
violenta que le hizo dar”. Es decir, conociendo los signos que tenía en la nariz, y a pesar de que se le
ofreció dejarlo allí, se lo llevó y pagó el dinero. Por lo tanto, no hubo engaño.
D. Rafael Santa Cruz continúa poniendo en duda los certificados presentados por los albéitares, que
para él “no hacen fe alguna” porque no queda verificado que el caballo que reconocieron fuese el
mismo que se compró a D. Juan Serrano. Aduce que, incluso si hubiese sido el mismo, el muermo
pudo haberlo adquirido en el tiempo que estuvo en poder del comprador. Recuerda también que lo
que hoy día se denomina tiempo de incubación varía de unos animales a otros según su naturaleza.
Si la venta se realizó el 9 de noviembre de 1813 y el juicio de conciliación tuvo lugar el 17 de enero
del siguiente año, lo tuvo dos meses sirviéndose de él.
Un documento muy trascendente es el escrito de 14 de octubre de 1814 de D. Joaquín María de
Villavicencio, que será la autoridad que decidirá la sentencia del pleito. D. Joaquín María de
Villavicencio era racionero de la iglesia cordobesa, visitador eclesiástico del casco de la ciudad y
fiscal general. En su escrito de 14 de octubre de 1814 solicita al vicario de Posadas que por
requerimiento de D. Celestino Roldán haga que maestros albéitares de Posadas, D. Francisco Anguita
y D. Francisco Janero, se ratifiquen de la declaración que hicieron ante el alcalde de esa villa el día
17 de enero de 1814 y que acrediten la petición que hizo D. Celestino de ayuda por pobre.
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“Vistos los autos seguidos por parte de D. Celestino Roldán vecino de esta ciudad y D. Juan
Nepomuceno del Pino, su procurador, contra D. Juan Serrano Luna, presbítero de la villa de Posadas
y D. Rafael Santa Cruz Ramírez, su procurador, sobre la nulidad de la venta de un caballo de cuatro
años que a principio de diciembre de 1813 lo compró a éste y restitución de 1.200 reales que le dio
por él. Visto lo alegado y probado por las partes y demás que para administrar justicia verse y
considerarse debía precedida conclusión y citación digo: que debía absolverse y absuelvo de la
demanda propuesta por D. Celestino Roldán al presbítero D. Juan Serrano y en consecuencia
declárase y declaro válida la venta que éste hizo a aquel del caballo relacionado, atendiendo los
méritos que arrojan los autos. Y por este definitivo, sin especial condenación de costos. así lo declaro,
mando y firmo.
Doy fe
Firma D. Joaquín M. Villavicencio y D. Román M. Santisteban, Notario Mayor”
En ese mismo mes apela la sentencia D. Juan Nepomuceno y en función de ello, D. Joaquín M.
Villavicencio da un plazo de un mes a ambas partes para que presenten nuevas pruebas y apelen, pero
una vez pasado ese plazo, solo consta un escrito del procurador de D. Juan Serrano informando que
no se había producido respuesta de la otra parte a lo largo de ese mes.
Referencias
Becerra Rodero, E. y Sánchez Herrador, M. (2018) Conflictividad entorno al ganado equino en la
Edad Moderna en Rute (Córdoba). Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria. Almería.
García Cabero, F (1755) Instrucciones de Albeitería y examen de practicantes de ella: dividido en
seis tratados. Imprenta de Joeph de Orga.
García-Cuevas Ventura, J. (1996) El Cabildo catedralicio, de la Revolución a la Restauración (1788-
1882). Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba.
González, F. (1799) Del Muermo. El seminario de Agricultura y Arte dirigido a los párrocos. Tomo
VI. 150. Noviembre.
Mañé Seró, M. C. y Vives Vallés, M. A. (2011) Análisis y control de epizootias en el siglo XVIII en
España. La moderna veterinaria frente a la albeitería tradicional. Actas del XVII Congreso Nacional
y VIII Iberoamericano de Historia de la Veterinaria. Valencia.
Mañé, M. C., Icardo Campos, J. A. y Vives Vallés, M. A (2018) El muermo en la Hipiátrica griega.
Los textos de Apsirto. Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Iberoamericano de Historia de la
Veterinaria. Almería.
Royo, D. (1734) Llave de Albeitería.
Sampedro, G. (1843) Novísimo Cabero o Instituciones de Albeitería. Librería de la señora viuda de
Calleja e hijos. Madrid.
Referencia de caja 2877-8283 del legajo en el Archivo Arzobispal de Córdoba
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
RESUMEN
Octava entrega de la serie “Veterinarios de la provincia de Jaén”, dedicada a la
recopilación, selección, proceso y análisis de datos sobre estudiantes de Veterinaria y
titulados veterinarios, todos ellos naturales de la provincia de Jaén, y que pretende
abarcar la evolución de la Profesión Veterinaria en esa provincia, desde la apertura de la
Real Escuela de Veterinaria de Madrid, hasta finales del siglo XIX. En esta
comunicación se aportan y analizan datos del periodo 1889-1893.
SUMMARY
The eighth delivery of the series "Veterinarians of the province of Jaen",
dedicated to the summary, selection, process and analysis of data about students of
Veterinary and veterinary graduates, all of them natural of the province of Jaen, and that
tries to include the evolution of the Veterinary Profession in this province, from the
opening of the Royal School of Veterinary of Madrid, until ends of the 19th century. In
this communication information of the period 1889-1893 is analyzed.
Key words: The Veterinary History. Veterinary School of Madrid. Veterinary students
and graduates. Province of Jaen.
INTRODUCCIÓN
Continuando con la línea de investigación abierta en 2010, seguimos recopilando
y ordenando datos que permitan realizar un análisis más profundo en relación con la
transición de la Albeytería a la Veterinaria en la provincia de Jaén. En esta octava parte
ofrecemos resultados sobre los estudiantes y titulados Veterinarios en la Escuela de
Madrid en el periodo 1889-1893.
OBJETIVOS
- Recopilar datos de los alumnos, originarios de la provincia de Jaén,
matriculados en la Escuela de Veterinaria de Madrid, en el periodo 1889 – 1893.
- Seleccionar, procesar y analizar los datos obtenidos.
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
METODOLOGÍA Y FUENTES
El material utilizado ha sido principalmente el depositado en archivos, y en
menor medida el procedente de publicaciones, tesis doctorales y estudios
historiográficos.
El método empleado ha sido el siguiente:
1.- Acotación del periodo cronológico objeto de esta comunicación (1889 y
1893).
2.- Uso del protocolo de recogida de datos ya utilizado para analizar periodos
anteriores.
3.- Selección de fuentes y documentos a consultar: Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid (AGUCM), Signaturas V/01-211 a V/01-213
(Libros de matrícula).
4.- Búsqueda activa y recopilación de datos.
5.- Procesado de datos y ampliación con otros procedentes de publicaciones,
tesis y estudios historiográficos.
RESULTADOS
1.- Signatura V/01-211. Libros registro de matrícula.
1.1.- Libro 41 (1889-1890).
Contiene 350 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 293 impares. En
total 147 nuevos alumnos matriculados en el curso 1889-90. Obtenidas 6 referencias de
jiennenses matriculados (4,08%). Al menos tres (50%) concluyeron con título de
Veterinario:
- Juan Manuel AGUILAR y GARCÍA. Natural de Bailén. 20 años. Examen de
ingreso aprobado el 26 de septiembre de 1889. Matrícula el día 27 (folio 11). No hay
más anotaciones
- Trinidad BRIBIESCA y GALLEGO. Natural de Santo Tomé. 21 años. Examen
de ingreso aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el mismo día (folio 23).
Exámenes de 1º el 16 de septiembre de 1890, aprobado Física y Química, y el 18
Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 17 de septiembre de 1891, suspenso, y aprobado el
17 de septiembre de 1892; de 3º del 18 al 20 de septiembre de 1893, aprobado; de 4º el
20 de septiembre de 1894, aprobado Operaciones y vendajes y Obstetricia; el 21
suspenso Herrado y forjado. No constan más anotaciones
- José BIOSCA y ALES. Natural de Bailén. 22 años. Examen de ingreso
aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el día 21 (folio 27). Nueva matrícula
el 30 de septiembre de 1891. No hay más anotaciones.
- Francisco CABALLERO y MUÑOZ. Natural de Villacarrillo. 15 años.
Examen de ingreso aprobado el 30 de septiembre de 1889. Matrícula el mismo día (folio
75). Exámenes de 1º el 11 junio 1890, notable Física y Química, y el día 18 notable
Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 3 de junio de 1891, notable; de 3º el 4 de junio de
1892, sobresaliente; de 4º del 6 al 16 de junio de 1893, sobresaliente; el 30 de octubre,
por oposición, obtiene plaza de alumno agregado al servicio facultativo de la Escuela,
con dispensa de matrícula y título final; de 5º del 1 al 18 de junio de 1894, bueno en Hª
Natural; sobresaliente en Agricultura, Zootecnia y Policía Sanitaria, notable en Derecho
Veterinario. Reválida de Veterinario el 26 de junio de 1894, aprobado todos los
ejercicios. Se remite el título al Gobernador de Jaén. Asistió a la III Asamblea Nacional
Veterinaria celebrada en Madrid en mayo de 1913, era Subdelegado en Villacarrillo.
- Baltasar MUÑOZ y AMADOR. Natural de Navas de San Juan. 19 años.
Examen de ingreso aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el día 24 (folio
185). Exámenes de 1º el 11 de junio de 1890, aprobado Física y Química, y el día 20
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CONCLUSIONES
- En el periodo analizado (1889-1893) se matricularon en la Escuela de Veterinaria de
Madrid un total de 710 alumnos nuevos.
- El número de jiennenses matriculados en dicha Escuela y en el mismo periodo fue de
16 (2,25%), de los que obtuvieron el título de Veterinario al menos 7 (43,75%).
BIBLIOGRAFÍA
ARCHIVO GENERAL DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
(AGUCM). Facultad de Veterinaria:
- Signatura V/01-211. Libros registro de matrícula. Libro 41(1889-1890) y
Libro 42 (1890-1891).
- Signatura V/01-212. Libros registro de matrícula. Libro 43 (1891-1892).
- Signatura V/01-213. Libros registro de matrícula. Libro 44 (1892-1893) y
Libro 45 (1893-1894).
MARÍN GARRIDO, Antonio y MOLLINEDO GÓMEZ-ZORRILLA, Jesús. Colegio
Oficial de Veterinarios de Jaén. I Centenario 1905 – diciembre – 2006. Jaén:
Colegio Oficial de Veterinarios, Gráficas la Paz de Torredonjimeno S.L., 2008.
ISBN: 978-84-612-6872-6
II ASAMBLEA NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid los días 16, 17 y 18
de mayo de 1907… Trabajos preparatorios, dictámenes, discusiones,
proposiciones y acuerdos adoptados. Madrid: Establecimiento tipográfico de los
Hijos de R. Álvarez, 1907.
III ASAMBLEA NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid los días 28, 29, 30 y
31 de mayo de 1913… Trabajos preparatorios, dictámenes, discusiones,
proposiciones y acuerdos adoptados. Madrid: Establecimiento tipográfico de los
Hijos de R. Álvarez, 1914.
II ASAMBLEA DE UNIÓN NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid del 18 al
23 de Mayo de 1922, ambos días inclusive. Libro Oficial. León: Imprenta de “La
Democracia”, 1922.
ANUARIO DE VETERINARIA 1945. Madrid: Editorial Agropecuaria, 1945.
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Carteles
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Privilegio de Alfonso
X a los pastores y
vaquerizos
de Alcaraz. 1266
(Serral Quiles, J.T; Ortiz Valenzuela E.M.)
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Serral Quiles, José Tomás (1); Ortiz Valenzuela, Elena María. (2)
Documentos expuestos:
1. Archivo de Simancas, numerado con CCLXI, con título Privilegio a los pastores
y vaquerizos de la villa y aldeas de Alcaraz, concedido por el Rey Alfonso X el
Sabio. En el libro núm 253 artículo 9 de privilegios y confirmaciones encontramos
la última realizada por Felipe II dada en Madrid a 13 de agosto de 1563, de la que
exponemos con su trascripción las páginas 10 a 16 que corresponden al documento
inicial dado por Alfonso X el 17 de octubre de 1304 años de la era de Augusto que
se corresponde con el 1266 de Jesucristo y su primera confirmación por Alfonso
XI.
Referencia: España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas,
Las trascripciones están realizadas por el primer autor del cartel y al no ser
especialista en paleografía del siglo XVI pueden contener errores, por lo que ruega
lo disculpen.
Estos documentos inéditos son los más antiguos que se conservan de la mesta
con referencia escrita más antigua de Castilla. LA MESTA DE ALCARAZ.
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signado de escribano
público sacado con
autoridad de juez o de
alcalde que non
consientan a ninguno ni
a ningunos que les
vayan ni les pasen a los
pastores ni vaquerizos y
cabroneros del dicho
lugar de Alcaráz ni a
ninguno de ellos contra
la dicha carta ni contra
ninguna cosa de lo que
en ella se contiene en
ninguna manera sopena
de cien maravedíes de
la moneda nueva a cada
uno y si non a cualquier
o cualesquier que lo
hiciesen o consintiesen
pasar en cualquier
manera pecharnos y en
la pena sobredicha a
cada uno por cada
vegada y a los dichos
pastores y vaquerizos y
cabroneros o a
cualquier dellos todos
los daños y menoscabos
que por esta razón
recibieren doblados y
desto les mandamos dar
esta carta sellada con
nuestro sello de plomo.
Dada en Valladolid a
veinte y seis días de
Julio Era de mil é
trescientos y setenta y
tres años Yo Alfon
Gonzalez la fice
escrebir por mandado
del Rey
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Archivo de Alcaraz.
, Sepan cuantos esta carta vieren como Nos Don Alfonso
por la gracia de Dios Rey de Castilla de Toledo de Leon
de Galicia de Sevilla de Murcia de Jaen de los Algarbes
de Algecira, é Señor de Molina vimos una carta del Rey
Don Alfon nuestro bisabuelo escripta en villa de Murcia
de Jaen de los Algarbes de Algecira é Señor de Molina
vimos una carta del Rey Don Alfon nuestro bisabuelo
escripta en pergamino de cuero é sellada con su sello de
cera colgado fecho en esta guisa Conoscida cosa sea á
cuantos esta carta vieren como Yo Don Alfon por la
gracia de Dios Rey de Castilla de Toledo de Leon de
Galicia de Sevilla de Córdoba de Murcia de Jaen del
Algarbe, que mando é otorgo ávos los pastores, é
vaquerizos de Alcaraz tambien de la villa como de las
aldeas que fagades Mesta tres veces en el año una por el
San Juan otra por Santa Maria de mediado Agosto é otra
por el San Miguel é Maria de mediado Agosto é otra por
el San Miguel é que la fagades en los Forcajos de
Guadalmena é que vengan á la Mesta de cada cabaina el
pastor é el vaquerizo ó el rabadan y vaquero si estos
fuesen idos á tal lugar que no puedan venir á la Mesta é
á esto dieren recaudo envien un hombre de los
ayudadores, E mando que fagades cuatro Alcaldes dos de
los pastores é dos de los vaquerizos cuales los de la Mesta
tengais por bien que estos cuatro Alcaldes que hagan
derecho entre vos todos que seades por ello, é quien al
ficiere peche cien maravedis é quien á la
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21 Referencias alumnos
Facultad de Veterinaria
de Murcia
(Francisco Gil Cano)
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Salvador Madero Madero
La profesión veterinaria tiene uno de sus principales orígenes en el herrado, de tal forma que una
de sus señas de identidad es la cualificación y clara diferenciación de los herradores. De hecho,
hay multitud de referencias que demuestran el origen de gran parte de albéitares y veterinarios en
familias vinculadas al herrado. La superación de la barrera entre herrador y veterinario era muestra
inequívoca de mejora social. Este patrón se mantiene con importancia decreciente hasta bien
entrado el siglo XX.
En la Mancha toledana el momento de plenitud de los herraderos se puede fijar durante la primera
mitad del pasado siglo. Su principal objetivo era la prestación de servicio de herrado y consultorio
veterinario y clínica equina (Cirugía menor y curas, herrado ortopédico, atención de cólicos entre
las más habituales). En la última etapa se incorporaron la atención a otras especies animales,
protocolos de técnicas diagnósticas instrumentales y empleo de antibióticos y otros específicos
veterinarios. La titularidad correspondía a un veterinario, normalmente vinculado a la localidad
por origen o asentamiento familiar, que estaba asistido por un herrador que podía contar con
aprendices. El herradero era, además, un punto de encuentro de la sociedad medio rural que
facilitaba relaciones e información.
Este trabajo explora y recuerda el papel de los herraderos a través los que establecieron tres
generaciones de veterinarios Ortiz-Cicuéndez Madero de La Puebla de Almoradiel. En el caso de
la comarca de referencia, la principal actividad agraria estaba vinculada históricamente al cereal
y viñedo, con un censo de ganado mular muy importante. La denominada revolución verde, con
la entrada de nuevas tecnologías y la mecanización, se impuso a finales de los años cincuenta del
pasado siglo, creciendo en los sesenta y desplazando toda la ganadería mular en los setenta.
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Descripción de la fotografía:
La fotografía que se presenta recoge la foto del veterinario del Cuerpo Nacional Juan Talavera Boto,
incluida en el pergamino que fue elaborado por el artista Federico Mellado y costeado en suscripción
popular por los avicultores españoles, a iniciativa de la revista Valencia Avícola, en 1949. El texto
del mismo es el siguiente: “Los avicultores españoles dedican este pergamino a Don Juan Talavera
Boto del Cuerpo Nacional Veterinario, descubridor de la vacuna española contra la peste aviar, como
prueba de imperecedero agradecimiento, en el día de su homenaje e ingreso en la Orden Civil del
Mérito Agrícola. Valencia, febrero 1949. Por su Representación. El Director de Valencia Avícola:
Joaquín Ferrán Salvador”.
Contexto histórico:
A principios del de 1947 comenzaron a producirse los primeros brotes de una enfermedad
desconocida hasta entonces en España, que provocaba una gran mortandad en las explotaciones
avícolas. Tal era su poder devastador, que fue calificada como peste aviar, aunque más tarde se
comprobaría que no se correspondía con la peste aviar clásica descrita por primera vez en Italia por
Perroncito en 1878 y que actualmente conocemos como “influenza o gripe aviar”, sino con la llamada
Enfermedad de Newcastle (Suárez, 2005).
Las rigurosas medidas de policía sanitaria adoptadas por la Dirección General de Ganadería,
incluyendo la inmovilización de las aves dentro de las zonas afectadas, no consiguieron evitar su
propagación. Tampoco los tratamientos preventivos, ni los desinfectantes, ni el encalado, ni el ácido
clorhídrico, el sulfúrico, el fénico, el azul de metileno, el permanganato, el acíbar, las sulfamidas, etc.
mostraban efecto sobre la enfermedad. Un primer balance de la enfermedad arrojaba más de 10
millones de gallinas muertas entre 1947 y 1948, cuando el censo de gallinas en España era de
aproximadamente 29 millones (Castelló, 1947).
En este desolador contexto, los veterinarios Juan Talavera Boto y Salvador Martín Lomeña, del
Instituto de Biología Animal dependiente del Ministerio de Agricultura, se afanaron en buscar, contra
reloj, una vacuna eficaz que frenara la epizootia. Comenzaron por aislar y estudiar las diferentes cepas
de virus procedentes de los diferentes focos descritos en España, paso imprescindible y previo para
proseguir luego con la síntesis de la vacuna mediante cultivos del virus en embrión de pollo y
posterior absorción de los mismos por un gel de hidróxido de aluminio. Fueron tan buenos los
resultados que, seis meses más tarde, se anunciaba la obtención de una vacuna eficaz contra la
enfermedad. La noticia fue recibida con gran alegría por parte de los poderes públicos, las autoridades
sanitarias y, por supuesto, por los avicultores. Así expresaban estos últimos su satisfacción en un
editorial de la revista Valencia Avícola: “Terrible pesadilla, que ya pasó. Hoy contamos, gracias al
esfuerzo de dos técnicos de la Dirección General de Ganadería, los miembros del Cuerpo Nacional
Veterinario señores Talavera y Lomeña, con el arma eficaz, con la ansiada vacuna anti peste aviar.
La gratitud de la avicultura española grabará estos nombres con caracteres indelebles en los corazones
de cuantos la cultivan”. Esta misma revista fue la que comenzó una suscripción popular para costear
las insignias y pergaminos que acreditaban su ingreso en la Orden Civil del Mérito Agrícola
(Mendizabal y Etxaniz, 2008).
Bibliografía:
Castelló S. (1947). Ante la epizootia aviar reinante. Libro de la III Asamblea Nacional de Avicultores,
pág. 71-74. Valencia. 267 pp.
Mendizabal JA, Etxaniz JM. (2008). La primera peste aviar en España (1947). Aportación de
Salvador Martín Lomeña y Juan Talavera Boto, del Cuerpo Nacional Veterinario. Información
Veterinaria, 1: 26-30.
Suárez G. (2005). Historia natural de la influenza aviar o “gripe del pollo”. Análisis sanitario actual
y prospectivo. Anales de la Real Academia Nacional de Medicina, 122: 215-228.
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Saludas .......................................................................................................... 5
Carta del Ilmo. Sr. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo ................................................ 7
Carta del Excmo. Sr. Presidente de Castilla-La Mancha ................................................................................. 8
Carta de la Excma. Sra. Alcaldesa de Toledo ................................................................................................10
Carta del Sr. Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria........................................11
Comités ....................................................................................................... 13
Comité de Honor ..........................................................................................................................................14
Credencial Su Majestad El Rey de España ...........................................................................................15
Credencial Excmo. Presidente de Castilla-La Mancha .........................................................................16
Credencial Excma. Alcaldesa de Toledo...............................................................................................17
Credencial Ilmo. Presidente de la Diputación Provincial de Toledo ....................................................18
Credencial Excmo. y Mgco. Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha .....................................19
Credencial Excmo. Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.....20
Credencial Ilmo. Coronel Jefe Interino de la 2ª Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha ........21
Comité Científico ..........................................................................................................................................22
Comité Organizador......................................................................................................................................23
Ponencias .................................................................................................... 27
Dr. Clemente López Bote: “La relación entre humanos y animales a lo largo de la historia: Veterinaria y
Sociedad” .....................................................................................................................................................28
Dr. Jesús Carrobles Santos: “La ganadería toledana y la veterinaria, con la Mesta de Toledo como
referencia” ...................................................................................................................................................31
Dra. María Teresa Santamaría Hernández: “De la Antigüedad al siglo XII toledano: la compleja
transmisión de la ‘enfermedad bovina’ y su confusión con el muermo equino”......................................41
Comunicaciones.......................................................................................... 57
Bloque A: Las Ciencias Veterinarias en Castilla-La Mancha ...................................................... 58
Serral Quiles, José Tomás; Ortiz Valenzuela, Elena María: “La Mesta de Alcaraz” .....................................59
Gallego Soria, Roberto; Arias Sánchez, Ramón; Pérez-Guzmán palomares, Mª Dolores; Arenas Macías,
Rosario; Montoro Angulo, Vidal: “Agrama: 55 años al servicio de la ganadería manchega” ....................65
Molina Alañón, Maria Luisa; Alonso Núñez, Alejandro; Almarcha Núñez-Herrador, María Esther; Garde
López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado; Montoro Angulo, Vidal: “Aprisco (1958-1962):
Publicación al servicio de la ganadería toledana” ......................................................................................70
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Serrano Marqués, Mª Argentina; Alonso Núñez, Alejandro; Hurtado Madrid, Emilia; Pérez Guzmán, Mª
Dolores; Arias Sánchez, Ramón; Garzón Sígler, Ana Isabel; Angulo Heras, Conrado; Garde López-Brea,
José Julián; Montoro Angulo, Vidal: “El centro de selección de ovinos karakul” .......................................75
Garde López-Brea, José Julián; Gortázar Schmidt, Christian; Vicente Baños, Joaquín; Soler Vals, Ana
Josefa; Montoro Angulo, Vidal; Mateo Soria, Rafael: “El IREC: Breve e intensa historia al servicio de las
ciencias veterinarias” ...................................................................................................................................80
Montoro Angulo, Vidal; Alonso Núñez, Alejandro; Gallego Soria, Roberto; Molina Alañón, María Luisa;
Garde López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado: “Servicio de mejora ovina de Toledo”................85
Alonso Núñez, Alejandro; Garde Pinar, Julián; Sierra Peña, Leopoldo; Casado Moragón, Juan; Castillo
Romero, Francisca Josefa, Suárez Peces, Juan Manuel; Montoro Angulo, Vidal: “Los inicios de los
servicios veterinarios en la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha” .........................................91
Camarero Rioja, Fernando; Montoro Angulo, Vidal: “Ganadería, caza y medio ambiente: Castilla-La
Mancha en el documental agrario”.............................................................................................................95
Muñoz Alcázar, Francisco de Asís: “Albéytares y Herradores en el Siglo XVIII: aportación de los
Memoriales del Catastro de Ensenada para su conocimiento (III)”...........................................................99
Poza Tejedor, Pedro; Poza Burbano, Javier: “¿Qué comía la población en el Toledo de 1400”...............103
Altares López, Santiago, Condés Torres; Arias Sánchez, Ramón; Pérez Guzmán, Mª Dolores; Angulo Heras,
Conrado; Garzón Sígler, Ana Isabel; Montoro Angulo, Vidal: “Antecedentes de la denominación de
origen Queso Manchego” ..........................................................................................................................108
Madero Madero, Salvador; Castillo Romero, Francisca Josefa; Angulo Heras, Conrado; Ramiro
Manzanero, Olegario; Montoro Angulo, Vidal: “Últimos herraderos de la mancha toledana: el caso de la
Puebla de Almoradiel” ...............................................................................................................................113
Esther Almarcha Núñez-Herrador; Martínez Cano, Julia: “Fuentes para la historia de la veterinaria en el
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha” ..............................................................................................118
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Reche Zamarra, Marina; Lomas Lirio, Laura; Gaztañaga Garabieta, Alexander; Sánchez de Lollano Prieto,
Joaquín: “Estado actual y alternativas de conservación de la Colección de Embriones del Museo
Veterinario Complutense” .........................................................................................................................171
Gil Cano, Francisco; Vázquez Autón, José María; Soler López, Alicia; Cárceles Rodríguez, Carlos; Solano
Martínez, Raquel; Lomba Maurandi, Joaquín: “Estudio de restos de ganado porcino de 4500 años de
antigüedad encontrados en el yacimiento calcolítico C/ Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia)” ......................177
Jaular Orgueira, Ana; Martínez Pérez, José Manuel: “Evolución dental de los primates” .......................182
Navarro-Serra, A.; Jordá-Moret, J.V.; Sanz-Cabañes, H.: “Historia de las técnicas de diagnóstico
coproparasitario en primates no humanos (PNH)” ..................................................................................187
Moreno Fernández-Caparrós, Luis Ángel: “Influencia francesa en el primer uniforme de la veterinaria
militar española de 1856”..........................................................................................................................192
Pedroso Laso, Ana Belén; Gil Cano, Francisco: “La anatomía en la obra del albéitar extremeño Fernando
Calvo” .........................................................................................................................................................197
Lomas Lirio, Laura; Reche Zamarra, Marina; Gaztañaga Garabieta, Alexander, Sánchez de Lollano Prieto,
Joaquín: “La colección de embriones del Museo Veterinario de Madrid”...............................................204
Jordá Moret, J.V.; Navarro Serra, A.; Sanz Cabañes, H.; Vega García, S.: “Terra incógnita: hallazgos de
manuscritos inéditos del ICOVV” ..............................................................................................................209
Jiménez Hernández, Ana: “Louis Auzoux, un hombre polifacético” .........................................................214
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Salvador Velasco, Ángel: “Tres proyectos y tres estrategias. Los niños Rivas y Casas: primeros españoles
en la escuela de veterinaria de Alfort” .....................................................................................................283
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Prieto-de-Montiano, Gloria: “La Masonería entre los veterinarios cordobeses de las primeras décadas
del siglo XX” ..............................................................................................................................................396
Rodero Serrano, Evangelina; Becerra Rodero, Evangelina; González Martínez, Ana María: “Un litigio
sobre la compra-venta de un caballo por la posible existencia de un vicio redhibitorio. Un ejemplo de
como la Albeitería estuvo al servicio de la sociedad cordobesa de 1814” .............................................410
Muñoz Alcázar, Francisco de Asís; Muñoz González, José Francisco: “Veterinarios de la provincia de Jaén
(VIII). Estudiantes y titulados Veterinarios. Escuela de Madrid 1889-1893”..........................................416
Gil Cano, Francisco: “21 Referencias alumnos Facultad de Veterinaria de Murcia” ..............................432
Mendizabal, José Antonio, Iglesias, José Luis: “Reconocimiento de los avicultores españoles al
veterinario Juan Talavera Boto” ..............................................................................................................459
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
Pag. 469
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
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