His 2019

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

XXV CONGRESO NACIONAL Y


XVI CONGRESO IBEROAMERICANO DE HISTORIA
DE LA VETERINARIA
“Las Ciencias Veterinarias al servicio de la Sociedad”

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

XXV CONGRESO NACIONAL Y


XVI CONGRESO IBEROAMERICANO DE HISTORIA
DE LA VETERINARIA
“Las Ciencias Veterinarias al servicio de la Sociedad”

Toledo, 15, 16 y 17 de noviembre de 2019

TOLEDO
MMXIX

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

XXV CONGRESO NACIONAL Y XVI CONGRESO IBEROAMERICANO DE HISTORIA DE LA VETERINARIA


“LAS CIENCIAS VETERINARIAS AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD”

© De los autores. 2019

COORDINA Y EDITA:
Ilustre Colegio de Veterinarios de Toledo.

DISEñO Y DIAGRAMACIóN CuBIERTA:


© Luis Barona Hernández. ALTILIS S.L.U.

IMpRIME Y ENCuADERNA:
Gráficas Anfer S.L.

DL: TO 1301-2019
ISBN: 978-84-09-14836-3

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, la reproducción (electrónica, química, mecánica, óptica, de grabación o de fotocopia), distribu-
ción, comunicación pública y transformación de cualquier parte de esta publicación —incluido el diseño de la cubierta— sin la previa autorización
escrita de los titulares de la propiedad intelectual y de la Editorial. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra
la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) vela por el respeto de
los citados derechos.

Printed in Spain Impreso en España

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Saludas

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Carta del Ilmo. Sr. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo

Es un honor para la Junta de Gobierno del


Colegio de Veterinarios de Toledo, poder
volver a organizar un Congreso de Historia de
la Veterinaria, hace ahora 10 años, en
noviembre de 2009 lo hicimos con
el XV Congreso Nacional y VI Iberoamericano
de Historia de la Veterinaria y ahora en
noviembre de 2019, dentro de las
celebraciones del 115 aniversario de la
fundación de nuestro Colegio Oficial de
Veterinarios de Toledo, volvemos a estar
encantados de poder organizar el XXV
Nacional y el XVI Iberoamericano.
Agradecemos la confianza de la Asociación
Española de Historia de la Veterinaria (AEHV)
depositada en el Colegio de Veterinarios de Toledo y más aún dado el ya importante número
de reuniones y congresos realizados por esta, resaltando que con su constancia asientan
su madurez y nos siguen posibilitando conocer los orígenes y la evolución de nuestra
historia profesional para con ello facilitarnos el dar las respuestas adecuadas a las
demandas actuales de la sociedad y poder proyectar nuestras estrategias de futuro, como
Profesión Sanitaria, con acciones profesionales enmarcadas en nuestro principal objetivo
profesional La Protección de la Salud de las personas.
El congreso se ha preparado con gran ilusión, los Comités Organizador y Científico han
trabajado para confeccionar un buen programa de Ponencias y Comunicaciones y disponer
de los medios para que el desarrollo del mismo cumpla con las expectativas de los
asistentes y su estancia sea una vivencia satisfactoria para el conocimiento y perdure un
buen recuerdo del congreso y de la ciudad de Toledo. Nuestro Agradecimiento para todos
los implicados en ello.
Las primeras autoridades de la región, desde el Presidente de la Comunidad de Castilla La
Mancha a la Alcaldesa de Toledo, se adhieren a los buenos deseos de éxito del mismo y
reconocen públicamente la importancia social de nuestra Profesión Veterinaria.
La ciudad de Toledo conocida por todos, es un lugar ideal para hablar de Historia, también
de presente y de futuro, es una ciudad Monumental, de Cultura, de Acogimiento y de
Tolerancia y Respeto por lo propio y lo ajeno, donde deseamos podáis encontraros y
sentiros como en vuestra propia casa.
El lema de este Congreso "Las Ciencias Veterinarias al servicio de la Sociedad" queda
como acción permanente de nuestra Profesión Veterinaria.
Sed todos bienvenidos.

Luis Alberto García Alía


Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Carta del Excmo. Sr. Presidente de Castilla-La Mancha

Agradezco muy sinceramente, la amable invitación que


me trasladáis con motivo de la celebración del XXV
Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria, y que con el título de “Las
Ciencias Veterinarias al servicio de la sociedad” llevaréis
a cabo los días 15, 16 y 17 de noviembre en Toledo.
Quiero hacer expresa mi felicitación al Ilustre Colegio
Oficial de Veterinarios de Toledo que con motivo de su
115 aniversario, y dentro del calendario de actividades
que está celebrando, ha organizado tan magníficamente,
junto al resto de miembros del Comité Organizador, la
celebración de dos Congresos de la relevancia de los que
vamos a tener la oportunidad de acoger en la capital de
Castilla-La Mancha.
Un Congreso Nacional y otro Iberoamericano, unidos por
una misma lengua, que se funden y elevan la categoría y
capacidad de convocatoria y que girará en torno a la exposición de ponencias, lectura de
comunicaciones, semblanzas, presentación de carteles, fotografías con historia y en
definitiva, como afrontar asuntos que os son comunes profesionalmente, desde el ámbito
de la investigación histórica.
Os habéis convocado, con el objetivo de exponer y mostrar como Las Ciencias Veterinarias
han estado, están y estarán al Servicio de la Sociedad. La profesión veterinaria ha sido y
es un elemento fundamental en el desarrollo de la sociedad en su conjunto y del sector
ganadero en particular. Los avances para proporcionar la mejor atención en la sanidad de
los animales, cuidando a la vez al conjunto de consumidores y vertebrando y protegiendo
el medio natural son la mejor garantía que ofrecéis con vuestro esfuerzo y labor diaria.
Los profesionales de la veterinaria afrontáis también los importantes retos de un mercado
global y uniendo vuestros conocimientos, avances y experiencias junto a la historia que
atesora vuestra profesión continuar siendo un referente en la cada vez más poliédrica
sociedad en que vivimos.
Quiero hacer también, un reconocimiento expreso al conjunto de profesionales de la
veterinaria que trabajan en nuestra región. En Castilla-La Mancha nos sentimos muy
orgullosos del magnífico elenco de profesionales, tanto del ámbito público como privado,
que trabajan a diario en una labor fundamental para mantener el correcto equilibrio y lograr
la mejor de las condiciones de lo que nace y crece en nuestro medio natural, se comercializa
en la industria ganadera y alimentaria, que son estratégicas en nuestra región y la
tranquilidad de saber que todo aquello que consumimos tiene todas las garantías de
calidad, gracias al trabajo que lleváis a cabo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Sentiros por tanto, al igual que el resto de profesionales que nos acompañan del resto de
España y del continente hermano, como lo es Iberoamerica, unos profesionales que
preservando la salud animal, garantizáis la de las personas y ese es el mejor ejemplo de lo
acertado de celebrar estos dos congresos para recordar y reivindicar, como la historia de la
veterinaria ha estado siempre ligada a los más nobles servicios a la sociedad, y por lo tanto
a las personas.
De lo provechoso de la celebración para sus asistentes es garantía el completo programa
que habéis preparado y por el que también quiero felicitaros. Solo queda, que además os
sintáis tan honrados de visitarnos como nosotros de acogeros y reiteraros las gracias por
el noble oficio que ejercéis y el gran servicio que prestáis a nuestra sociedad.
Sed bienvenidos a Castilla-La Mancha y os deseo una estancia muy provechosa, a la vez
que en armonía, con el resto de actividades que realicéis.

Emiliano García-Page Sánchez


Presidente de Castilla-La Mancha

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Carta de la Excma. Sra. Alcaldesa de Toledo

En nombre del Ayuntamiento de Toledo traslado


nuestra bienvenida a los participantes en el XXV
Congreso Nacional y XVI Iberoamericano de Historia de
la Veterinaria. Es una satisfacción acogerles en esta
antigua capital española, donde la historia nos sale al
paso en cada esquina y donde cada monumento nos
cuenta páginas muy interesantes de nuestro pasado.
Deseo que tengan una grata estancia entre nosotros y
que estas jornadas de estudio sea provechosas para
todas y todos ustedes.
El estudio, conocimiento y divulgación de la historia es
un campo apasionante e inabarcable. Cada nueva
aportación contribuye a dar más luz a un inmenso mural
en el que todos, de una manera u otra, estamos
representados. La historia de Toledo, por ejemplo,
puede contarse hablando de sus reyes, sus arzobispos, sus literatos, sus pintores, sus
arquitectos, sus artesanos, sus dirigentes políticos,… Como decía antes, el empeño es
inabarcable. Por eso, dedicar unos días a estudiar y compartir investigaciones sobre el
devenir del colectivo profesional veterinario, es, también, una forma más de adentrarse en
el conocimiento de nuestra ciudad, de España y de Iberoamérica.
No debemos olvidar que la historia la protagoniza el conjunto de toda la sociedad, por
mucho que luego en los libros y enciclopedias se recuerde solo a unas cuantas personas
destacadas. Sin embargo, todos suman y sin su concurso sería muy difícil alcanzar las
grandes metas colectivas que cada comunidad ha ido logrando.
En Toledo, la profesión veterinaria ha tenido un gran protagonismo social, yendo más allá
de su condición sanitaria. Don Victoriano Medina, fundador de vuestro colegio provincial,
fue uno de nuestros concejales más destacados hace un siglo. Hoy, una bisnieta suya,
forma parte de mi equipo de gobierno. Otros destacados compañeros vuestros, como
Enrique Pita o Rudesindo Abadía, dejaron sobradas muestras de su buen hacer profesional
en los servicios municipales. No nos es, por tanto, ajeno vuestro devenir colectivo.
Agradeciendo al Colegio de Veterinarios de Toledo que la celebración de estos congresos
se celebren de nuevo en nuestra ciudad y satisfecha por la colaboración que para su
desarrollo se ha prestado desde el Archivo Municipal, les reitero a todos mi bienvenida a
esta capital y mi reconocimiento por el extraordinario trabajo que cada día prestan a toda la
sociedad.

Milagros Tolón Jaime


Alcaldesa de Toledo

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Carta del Sr. Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria

La Veterinaria Toledana nos brinda su


generosidad y entrega al acoger y
organizar este XXV Congreso
Nacional y XVI Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria. Como
Presidente de la Asociación Española
de Historia de la Veterinaria, y en su
nombre, quiero expresar el mayor de
los agradecimientos por la iniciativa y
el empleo de recursos y organización
que supone.
Queremos poner énfasis en el
esfuerzo realizado en acoger a los historiadores de Latinoamérica y la atención asignada a
los estudiantes de Historia de la Veterinaria y sus docentes, este gesto por renovar el interés
en futuras generaciones sin duda verá su resultado.
Hacemos extensivas nuestras palabras de agradecimiento a las instituciones y empresas
que han colaborado con patrocinio u organización y en especial a todo el personal del
Colegio Veterinario de Toledo y a ambos comités (organizador y científico) que han hecho
posible que esta cadena de esfuerzos culmine en esta obra.
Este libro de actas condensa los desvelos y trabajos de una comunidad de investigadores,
estudiosos e historiadores de la Veterinaria. Por otro lado, es testimonio claro del empuje
que cobra este campo de estudio: su creciente número de páginas, la diversidad de temas
abordados, la implicación de otras áreas de conocimiento todo ello lo avala y pone de
manifiesto que los congresos siguen una trayectoria de avance.
Reiteramos el reconocimiento al Colegio Toledano en la persona de su Presidente y la Junta
quienes hace una década organizaron la XV edición de este congreso. Tanto el congreso
como el fruto del mismo, esta obra, no son sino prueba palpable de la apuesta en firme por
la Historia de la Veterinaria como seña de identidad, cimiento y guía de una profesión.
La hospitalidad de la Ciudad Imperial, la de sus naturales, y la de nuestros colegas pondrán
el colofón a un congreso que se erige en brillante jalón de la centenaria vida de un colegio
veterinario y en la más breve, pero ya camino del cuarto de siglo, trayectoria de los
congresos de Historia de la Veterinaria.

Joaquín Sánchez de Lollano Prieto


Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Comités

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Comité de Honor
S.M D. Felipe VI
Su Majestad el Rey de España

Excmo. Sr. D. Emiliano García-Page Sánchez


Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

Excma. Sra. Dña. Milagros Tolón Jaime


Alcaldesa del Ayuntamiento de Toledo

Ilmo. Sr. D Álvaro Gutiérrez Prieto


Presidente de la Diputación Provincial de Toledo

Ilmo. Sr. D. Francisco Tierraseca Galdón


Delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha

Excmo. y Mgco. Sr. D. Miguel Angel Collado Yurrite


Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha

Excmo. Sr. D. Arturo Ramón Anadón Navarro


Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España

Sr. D. Jesús Carrobles Santos


Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

Ilmo. Sr. D. Gabriel Llamazares Rodríguez


Coronel Jefe Interino de la 2ª Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha

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Comité Científico
Presidente: Dr. Jose Julián Garde López-Brea
Vicerrector de Investigación y Política Científica
de la Universidad de Castilla La Mancha

Secretario: Dr. Luis Angel Moreno Fernandez-Caparrós


General Veterinario (r). Real Academia de Ciencias
Veterinarias de España (RACVE)

Vocal: Dr. Joaquín Sánchez de Lollano Prieto


Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria (AEHV)

Vocal: Dra. Evangelina Rodero Serrano


Secretaria de la Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)

Vocal: Dr. Enrique Jodra Trillo


Presidente Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria (AMHV)

Vocal: Dr. Francisco de Asís Muñoz Alcázar


Secretario Asociación de Historia de la Veterinaria de
Castilla-La Mancha (AHVCLM)

Vocal: Dr. Juan Julián García Gómez


Presidente de la Asociación de Historia de la Veterinaria de
Castilla-La Mancha (AHVCLM)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Comité Organizador
Presidente: D. Luis Alberto García Alía
Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo

Secretario: D. Juan Julián García Gómez


Vicepresidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo

Vocal: Dª. Esperanza Caselles Sánchez


Secretaria del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: D. Juan Antonio Rubio Rubio
Vicesecretario del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: Dª. Sonia Gutiérrez Vilumbrales
Jefa Sección Social y Laboral del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: D. Diego Salgado Müller
Jefe Sección Técnica del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: D. Luis Rodríguez Gómez
Jefe Sección Previsión del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: D. José Luis García González
Jefe Sección Económica del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo
Vocal: D. Francisco de Asís Muñoz Alcázar
Secretario del Colegio Oficial de Veterinarios de Ciudad Real

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

RESOLUCIÓN DE INTERÉS SANITARIO

Con fecha 6 de mayo de 2019, Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo solicitó el


reconocimiento de interés sanitario para la actividad XXV Congreso Nacional y XVI
Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria, al amparo del Decreto de
17 de octubre de 2017, por la que se regula el reconocimiento de interés sanitario para
actos de carácter sanitario (D.O.C.M. de 24 de octubre de 2017).

Habiéndose comprobado que la documentación aportada es correcta y que la


actividad reúne los requisitos establecidos en el citado Decreto según informe del
Director Gerente del Instituto de Ciencias de la Salud, esta Dirección General

RESUELVE

Otorgar el reconocimiento de interés sanitario para la actividad "XXV Congreso


Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria" que se
celebrará en Toledo, desde el 15 de noviembre de 2019 hasta el 17 de noviembre de
2019.

Contra esta Resolución, que no agota la vía administrativa, podrá interponerse


recurso de alzada ante la persona titular de la Consejería competente en materia de
Sanidad, en el plazo de un mes, contado a partir del día siguiente al de su notificación,
conforme a lo dispuesto en los Artículos 121 y 122 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre,
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común.

La Directora General de Calidad y Humanización de la Asistencia Sanitaria

M. BLANCA Firmado digitalmente


PARRA por M. BLANCA PARRA
VAZQUEZ - 13691026T
VAZQUEZ - Fecha: 2019.05.20
14:38:48 +02'00'
13691026T

Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo


Toledo

Consejeria de Sanidad
Avda de Francia, 4 Tel: 925 265 671
45071 Toledo e-mail: [email protected] www-castilllalamancha.es

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
XI CONGRESO DE LA A.V.P.A.
27 y 28 de noviembre de 2019
Día 27: FACULTAD DE VETERINARIA. ZARAGOZA
Día 28: AUDITORIO DE ZARAGOZA.

El Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo celebra este año su 115 aniversario. Para
conmemorar esta efeméride, la Junta de Gobierno ha programado a lo largo del presente año
distintos actos, entre los que se encuentra la celebración del «XXV Congreso Nacional y XVI
Iberoamericano de Historia de la Veterinaria» previsto para los días 15, 16 y 17 de noviembre.
COMITÉ DE HONOR

S.M. D. Felipe VI
Su Majestad el Rey de España
Excmo. Sr. D. Emiliano García-Page Sánchez
Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Excma. Sra. Dña. Milagros Tolón Jaime
Alcaldesa del Ayuntamiento de Toledo
Ilmo. Sr. D Álvaro Gutiérrez Prieto
Presidente de la Diputación Provincial de Toledo
Ilmo. Sr. D. Francisco Tierraseca Galdón
Delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha
Excmo. y Mgco. Sr. D. Miguel Angel Collado Yurrite
Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha
Excmo. Sr. D. Arturo Ramón Anadón Navarro
Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España
Excmo. Sr. D. Jesús Carrobles Santos
Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
Ilmo. Sr. D. Gabriel Llamazares Rodríguez
Coronel Jefe Interino de la 2ª Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha

COMITÉ CIENTÍFICO COMITÉ ORGANIZADOR


Presidente Presidente
D. Luis Alberto García Alía
Dr. Jose Julián Garde López-Brea Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios
Vicerrector de Investigación y Política Científica de la de Toledo
Universidad de Castilla La Mancha. Secretario
D. Juan Julián García Gómez
Secretario Vicepresidente del Colegio Oficial de
Dr. Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós Veterinarios de Toledo
Vocales
General Veterinario (r). Real Academia de Ciencias
Dª María Esperanza Caselles Sánchez
Veterinarias de España (RACVE).
Secretaria del Colegio Oficial de Veterinarios
Vocales de Toledo
D. Juan Antonio Rubio Rubio
Dr. Joaquín Sánchez de Lollano Prieto
Vicesecretario del Colegio Oficial de
Presidente de la Asociación Española de Historia Veterinarios de Toledo
de la Veterinaria (AEHV).
D. Diego Salgado Müller
Dra. Evangelina Rodero Serrano Jefe Sección Técnica del Colegio Oficial de
Secretaria de la Asociación Andaluza de Historia Veterinarios de Toledo
de la Veterinaria (AAHV). D. Luis Rodríguez Gómez
Jefe Sección Previsión del Colegio Oficial de
Dr. Enrique Jodra Trillo Veterinarios de Toledo
Presidente Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria D. José Luis García González
(AMHV). Jefe Sección Económica del Colegio Oficial de
Dr. Francisco de Asís Muñoz Alcázar Veterinarios de Toledo
Secretario Asociación de Historia de la Veterinaria de Dª Sonia Gutiérrez Vilumbrales
Jefe Sección Social y Laboral del Colegio Oficial
P.A. Castilla-La Mancha (AHVCLM).
de Veterinarios de Toledo
019 Dr. Juan Julián García Gómez D. Francisco de Asís Muñoz Alcázar
Presidente de la Asociación de Historia de la Veterinaria Secretario del Colegio Oficial de Veterinarios de
ERINARIA. ZARAGOZA de Castilla-La Mancha (AHVCLM). Ciudad Real
RAGOZA.

XXV CONGRESO NACIONAL Y


XVI CONGRESO IBEROAMERICANO DE HISTORIA 15.00 h: Lectura de comunicaciones
Aula Magna: Bloque C: Patrimonio Veterinario
DE LA VETERINARIA Aula-1: Bloque G: Misceláneas

Toledo, 15, 16 y 17 de NOVIEMBRE de 2019 16.30 h: Pausa café

17.00 h: Lectura de comunicaciones


«LAS CIENCIAS VETERINARIAS AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD»
Aula Magna: Bloque D: Iberoamérica y las Ciencias Veterinarias
Aula-1: Bloque G: Misceláneas
Viernes 15 de noviembre. Paraninfo de la Universidad de Castilla-La
21.30 h: Cena de Gala
Mancha (Sede Cardenal Lorenzana)

17.30 h: Acreditaciones
Domingo 17 de noviembre. Campus de la Fábrica de Armas.
18.00 h: Acto de Presentación del Congreso Universidad de Castilla-La Mancha
18.30 h: Ponencia Inaugural:
9.00 h: Lectura de comunicaciones
«La relación entre humanos y animales a lo largo de la historia. Veterinaria y
Aula Magna: Bloque E: Instituciones
Sociedad»
Dr. Clemente López Bote 10.30 h: Pausa café
Catedrático de Producción Animal. Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid
11.00 h: Ponencia:
20.00 h: Inauguración Congreso - Sala Capitular del Excmo. Ayuntamiento de Toledo De la Antigüedad al siglo XII toledano: la compleja transmisión de la «enfermedad
bovina»
Dra. María Teresa Santamaría Hernández
Directora de la Escuela de Traductores de Toledo

Sábado 16 de noviembre. Campus de la Fábrica de Armas. 12.00 h: Presentación de carteles (posters)


Universidad de Castilla-La Mancha 12.30 h: Sesión sobre «Docencia de la Historia»
Dr. Joaquín Sánchez de Lollano Prieto
9.00 h: Lectura de comunicaciones Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria (AEHV)
Aula Magna: Bloque A: Las Ciencias Veterinarias en Castilla-La Mancha
13.00 h: Clausura del Congreso
Aula-1: Bloque F: Semblanzas
13.30 h: Cóctel de Despedida
11.00 h: Pausa café

11.30 h: Lectura de comunicaciones

Aula Magna: Bloque B: La Difusión de las Ciencias Veterinarias


Aula-1: Bloque F: Semblanzas

12.30 h: Ponencia:
«La ganadería toledana y la veterinaria, con la Mesta de Toledo como referencia» «Reconocido de interés sanitario por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha»
Dr. Jesús Carrobles Santos
Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

13.30 h: Presentación Libro:


«La Escuela Subalterna de Veterinaria en la Córdoba de mediados del siglo XIX»
Autores: Diego Santiago Laguna y Antonio Rodero Franganillo

13.45 h: Almuerzo de Trabajo

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Ponencias

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La relación entre humanos y animales a lo largo de la historia.


Veterinaria y Sociedad
Clemente López Bote.
Catedrático de Producción Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid.
[email protected]

La relación de la especie humana con los animales se remonta a etapas muy anteriores a su propia
existencia como especie. Una relación competitiva, basada en la selección natural, que se fue tornando
en dominadora, al desarrollar estrategias de caza y domesticación. En este proceso el hombre ha
llegado a modificar a los propios animales para la obtención de productos y servicios según su
conveniencia (alimento, compañía, protección, trabajo, etc). Es por tanto una relación no igualitaria,
sino dirigida y con un beneficiario principal que se aprovecha de ciertas características de los
animales sin tener mucho en consideración la posible preferencia de estos. Es también una relación
cambiante, ya que las necesidades de los hombres varían notablemente. Además, al proporcionar la
tecnología productos similares a los que se han venido obteniendo de los animales (vestido, fuerza
mecánica, ocio, comunicación, alimento, etc), el interés por determinadas producciones aumenta o
disminuye en consecuencia.
Existen algunas características comunes a lo largo de esta compleja relación que resulta interesante
analizar. Por una parte, la ganadería se encuentra muy relacionada con la agricultura, la naturaleza y
el mundo rural, constituyendo un conjunto unitario, de modo que no se puede concebir una cosa sin
la otra. Dicho de otra forma, sin ganadería, la producción agrícola debería disminuir de tal forma que
apenas podría haber actividad económica en el campo, y viceversa. Este gran conjunto profundamente
imbricado es los que constituye el sector agroalimentario. La visión conjunta de los aspectos
medioambientales, la disponibilidad de alimentos, la base genética animal, el potencial productivo,
las características y demanda de los productos, la cultura gastronómica, la disponibilidad,
capacitación y coste de la mano de obra, el mercado exterior, etc. es lo que se denomina ‘sistema
productivo’. Para que una actividad agroganadera pueda ser sostenible a lo largo de los años no solo
es preciso que no exista deterioro medioambiental de forma mantenida, sino que además el proceso
debe ser rentable. Es decir, los productos obtenidos deben ser demandados y valorados por la
sociedad. Precisamente otra de las características principales de la relación hombre animal es que a
lo largo de la historia, los productos obtenidos han sido de gran valor, lo que ha hecho que la
ganadería sea una actividad de gran importancia económica. Por ejemplo, la caballería fue durante
milenios una fuerza militar de importancia decisiva a la que se dedicó gran atención por parte de la
profesión veterinaria, la Mesta constituyó la columna vertebral de la economía castellana que generó
recursos para financiar el descubrimiento y colonización de América, etc. Todavía hoy la
agroalimentación es el principal sector económico en España, no solo en generación de empleo, sino
en las divisas, balanza comercial, etc.
Por otra parte, otra característica destacada de esta relación que se ha mantenido a lo largo de milenios
es la fascinación que los animales producen en las personas. Son seres parecidos a nosotros que
despiertan nuestra curiosidad y nuestro cariño, estableciendo en muchos casos relaciones afectivas
cuasi familiares. Es el caso del pastor que conoce a sus ovejas y ellas responden a cualquier indicación
porque se sienten seguras y protegidas por el mismo, o el niño que establece relaciones afectivas
profundas con algunos animales.
Desde la revolución industrial, y especialmente desde mediados del siglo XX la situación ha
cambiado, ya que el progreso científico y la globalización han introducidos cambios notables en todos
los sistemas productivos. En términos generales podemos decir que la ciencia ha ido descubriendo

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

diversos factores de importancia crítica en los procesos biológicos. Por ejemplo, en el caso de la
alimentación se ha puesto de manifiesto que los alimentos no son precisos y que lo realmente
necesario son algunos componentes de los mismos (los nutrientes). Si suministramos los
aproximadamente 50 nutrientes que precisa un animal, podemos obtener la máxima respuesta
biológica independientemente de los alimentos que formen parte de la ración. De hecho, lo nutrientes
pueden provenir de procesos de síntesis química (como ocurre en muchas vitaminas o aminoácidos).
Es decir, ya no se precisa la cebada, el pasto o las bellotas. Solo se tiene en consideración al formular
las raciones a la metionina, la lisina, o el hierro. Este hecho produce una desvinculación entre
agricultura y ganadería y convierte al mercado en el principal protagonista, ya que el abastecimiento
de la demanda de nutrientes que precisa nuestra ganadería se establece casi exclusivamente en base
al precio, sin importar la procedencia. Los nutrientes que consumen hoy nuestros animales provienen
de los lugares más apartados del planeta. Se incluirán en las raciones siempre que su coste (teniendo
en cuenta los gastos de desplazamiento) sea inferior a las materias primas que proporciona la
agricultura local. Algo similar pasa con los progresos en el campo de la genética, donde pierde
importancia el concepto de ‘raza’ y se sustituye por el de ‘gen’. De hecho, en algunas especies apenas
puede hablarse ya de razas, sino de genotipos. En muchos casos los animales se han diseñado por
grandes multinacionales y se encuentran absolutamente desvinculadas del medio natural. Se ha
producido por tanto una transición de lo general (sistema productivos amplios, llenos de
interrelaciones y basados en razas adaptadas a ecosistemas y alimentos) a lo pequeño y particular
(gen, nutriente), con la consiguiente pérdida de vinculación territorial. Ello ha propiciado el
crecimiento de la producción intensiva, que implica la optimización de procesos tecnológicos
orientados a maximizar la productividad. Son muchas las consecuencias beneficiosas de estos avances
tecnológicos, entre los que destaca la producción masiva de alimentos y con plena garantías sanitarias,
lo que permite una gran oferta de alimentos a un precio muy asequible. En términos constantes el
precio ha descendido de forma sostenida y actualmente el coste en el mercado de un huevo o un vaso
de leche apenas supera los 10 céntimos. Gracias a los progresos tecnológicos relacionados con la
mejora de la producción de alimentos (en general, no solo de origen animal), todos los parámetros
que evalúan la el estado nutricional de la población (mortandad infantil, episodios de hambrunas,
estatura, longevidad, índice de masa corporal, etc) han mejorado de una forma muy arcada en los
últimos 60 años, no solo en España, sino prácticamente en todo el mundo. Es interesante recordar que
actualmente alrededor del 10% de la población mundial padece todavía subnutrición, cifra que sigue
siendo inaceptable, pero que supone una importante mejora si se compara con los datos de 1960,
donde el problema afectaba a más de 50% de la población mundial. Es decir, en términos globales, el
proceso relacionado con la producción de alimentos en su conjunto puede considerarse muy exitoso.
Sin embargo, se han generado también algunos problemas importantes que amenazan hoy más que
nunca el futuro del sector agroalimentario en general y especialmente lo relacionado con la
producción de alimentos de origen animal y por tanto con la relación hombre-animal tal como la
hemos venido conociendo. Entre ellos cabe señalar el deterioro medioambiental, derivado del tráfico
a gran escala de materias primas que altera los ciclos de nitrógeno, carbono y fósforo, así como la
concentración de unidades productivas en espacios reducidos (normalmente en la proximidad de
puertos) y la desvinculación con la producción agrícola y la población rural. Es esta la razón de la
contaminación en ciertas zonas y del abandono y despoblación de otras regiones. Sin agricultura y
sin ganadería, apenas puede haber generación de riqueza en el medio rural y la consecuencia lógica
es la despoblación de grandes zonas. Es una reflexión importante en países desarrollados, y
especialmente en España debido a su vocación agroalimentaria. Quizá tan importante o más es la
desvinculación completa de la sociedad con la ganadería, que entiende cada vez más como algo
alejado, antinatural y poco respetuoso con los animales. Cada vez hay menos voces que puedan
expresar puntos de vista divergentes, ya que, como se ha indicado, se está perdiendo una masa crítica

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social de ganaderos y agricultores y prácticamente solo se escuchan argumentos pretendidamente


ecologistas que cuestionan la utilización de animales por el hombre con voces generalmente poco
vinculadas al campo. En este sentido, la profesión veterinaria está llamada a jugar un papel importante
de visualización de la ganadería y de trasmitir a la sociedad la importancia social, económica y
ecológica de los procesos productivos. Una labor para la que no estamos preparados, pero que no nos
puede ser ajena.

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La ganadería toledana y la veterinaria, con la Mesta de Toledo como


referencia.
Jesús Carrobles Santos
Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

La historia de la veterinaria toledana está por escribir a pesar de que la ciudad fue un lugar
fundamental para comprender la evolución de esa disciplina durante siglos. Esta situación se debe a
motivos muy diferentes. El principal tiene que ver con el predomino de las visiones que presentan a
la población como foco agrícola centrado en la explotación de sus vegas, ajeno a cualquier práctica
pecuaria mínimamente especializada. Los primeros ejemplos los encontramos en las descripciones
de la ciudad que realizaron los geógrafos árabes. Es el caso de Al-Razi, un autor que escribió su obra
en la primera mitad del siglo X. En ella dijo que la tierra de Toledo era:
“la mejor tierra de panes, tanta por tanta, que en toda tierra de España sea. E es tierra de
buenos ayres, e el pan dura y mucho e non pude nin se daña, e pueden y tener el trigo diez
años, que no sea muy dañando quando se guerreaua. E el su açafran es mejor que toda lo de
España en tinta e en color”. 1
Poco después, Al-Idrisi, en el siglo XII, volvió a plantear una situación similar al destacar de Toledo:

“la fertilidad de sus campo, regados por el gran rio llamando Tajo”, con numerosos jardines
rodeando la ciudad “regados por canales, sobre los cuales hay establecidas ruedas de rosario
destinadas al riego de las huerta, que producen en cantidad prodigiosa frutos de una belleza
y una bondad extraña”. 2

Esa misma visión fue la que aportaron los grandes corógrafos toledanos de los siglos XVI y XVII. Es
el caso de Francisco de Pisa, autor de la conocida Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo
publicada en el año 1605, que describió el entorno de la ciudad y se ocupó tan solo de las que
consideró:

“frescas y hermosas arboledas, llenas a todas partes de Sotos y huertas, con gran
muchedumbre de arboles frescos y deleitosos”. 3

Siglos después la valoración seguía siendo parecida. Es la opinión que tenemos de autores mucho
más modernos, caso de Pascual Madoz en pleno siglo XIX, que despacha la importancia ganadera de
la provincia en su famoso Diccionario Geográfico, con un breve y aclarador párrafo en el que dice:

“Las producciones animales son mucho más escasas: no se encuentran sino pequeñas
ganaderías de lanar y cabrío, aun más reducidas las de mular y yeguas: del vacuno solo
existen las cab. necesarias para la labranza: algunas piaras de cerda en la parte del S. y O.
y colmenas en los de Puente y Navahermosa.” 4

1
Catalán, D. y Andrés, M.S., Crónica del moro Rasis. Versión del Ajbar muluk al-Andalus de Ahmad ibn
Muhammad ibn Musa al-Razi, 889–955; romanzada para el rey don Dionís de Portugal hacia 1300 por
Mahomad, alarife, y Gil Pérez, clérigo de don Perianes Porçel, Madrid 1975, pp. 65-66.
2
al-Idrīsī, Muḥammad b. Muḥammad al-Šarīf Abū ʿAbd Allâh, Description de l'Afrique et de l'Espagne, traducción,
notas y glosario de R. Dozy y M.J. D Goeje, Leiden 1886 (reimpresión de 1968), pp. 178-179.
3
Pisa, F., Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo, Toledo 1605, fol. 9v.
4
Madoz, P. de, Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España, Madrid 1849, Tomo XIV, pp. 784-785.

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A este panorama tan poco alentador hay que sumar la falta de estudios sobre la ganadería hispana
más allá de algunas obras clásicas sobre la Mesta, que centran su atención sobre los extremos, la
dificultad que representa el estudio del registro arqueológico o documental ganadero en relación con
el que ofrece la agricultura y la habitual separación de la medicina medieval del ámbito animal, con
el que también estaba relacionada 5.
Es por ello que de Toledo y su relación con la veterinaria, tan solo se hayan destacado algunos
aspectos muy parciales relacionados casi siempre con las traducciones toledanas de los siglos XII y
XIII, que sirvieron para dar a conocer en Europa la denominada como ciencia de los antiguos. En
ellas encontramos obras de de grandes filósofos y científicos como son la Historia animalium o los
De animalibus de autores tan conocidos como Aristóteles o Avicena 6, que fueron traducidos en
nuestra ciudad por Miguel Escoto y sirvieron, junto a algunas obras de tratadistas romanos como
Varrón o Columela, para divulgar importantes conocimientos sobre la práctica veterinaria.
Sin embargo y a pesar de lo dicho hasta ahora, pocas ciudades han tenido más importancia para el
desarrollo de la disciplina que la nuestra, tal y como algunas veces se ha intuido al citarse en diferentes
estudios sobre historia de la veterinaria hispana, que la primera utilización del término albéitar en
nuestro país procede de los escritos conservados de la ciudad 7. Me refiero al documento mozárabe
fechado en el año 1175 que recoge la existencia de un corral “llamado del albéitar”, propiedad de la
catedral 8. Su estudio muestra que éste se ubicaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa Justa,
un lugar caracterizado por la existencia de numerosos mesones y alhóndigas, en las que era
fundamental el cuidado de las caballerías.
Se trata de una cita que se suele presentar de manera aislada pero no lo es, ya que son otros muchos
los datos que muestran la existencia de la práctica profesional sanitaria en Toledo durante la Edad
Media. Un nuevo ejemplo lo tenemos en otro documento mozárabe fechado en 1225 en el que se
describe la venta de una tierra en la alquería de Benquerencia, lindante con la llamada Fuente del
Albeitar, que todavía pervive en la toponimia local 9. También, lo es el documento de la misma serie
y origen fechado en el año 1282, que describe la permuta de unas propiedades en la parroquia de San
Nicolás, muy cerca del corral de Santa Justa antes citado, que lindaban con las casas de “Galib el
Albeitar” que es el primer profesional de la veterinaria con nombre conocido en la ciudad 10.
Esta tradición de origen árabe por el tipo de documentos y los nombres que aparecen reflejados,
permiten plantear la existencia de una escuela local, que desarrollaría su labor siguiendo el modelo
de formación oriental basado en el contacto del profesional con el discípulo, que explicaría la
existencia de los profesionales que aparecen en la documentación medieval generada en la ciudad.
Como muestra tardía de su continuidad, tan solo recordar la figura de Rodrigo Ordóñez, que aparece
descrito como albéitar y herrador 11, en una donación de tierras fechada en el año 1465 al desaparecido
monasterio de Santa María de Sisla, que se convirtió en la primera y principal potencia ganadera de
la ciudad.

5
Mateu, J.F., “Huella de la trashumancia en los paisajes mediterráneos”, en Vidal, P. y Castán, J.L., (editores),
Trashumancia en el Mediterráneo, Huesca 2010, pp. 193-228.; Señorán, J.M., “Etnoarqueología de los grupos de
pastores”, en Arqueoweb, 2007, 9 (1), p. 21.
6
Gonzálvez, R., Hombres y libros de Toledo, Madrid 1997, pp. 429, 532 y 602
7
Medina, M. Sobre el Origen, Desarrollo e Identidad de la Ciencia Veterinaria. Lección
Inaugural del curso académico 1885/86 en la Universidad de Córdoba. Córdoba 1986, p. 16.
8
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, doc. 116.
9
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, doc. 592.
10
González, A., Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid 1930, 826.
11
León, P., Los judíos de Toledo, Tomo II, Madrid 1979, p. 359, doc. 1014.

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Junto a estos datos de carácter personal, hay otros igualmente significativos, que relacionan
nuevamente a la ciudad de Toledo con la veterinaria. Me refiero ahora a la carta de Isabel I de Castilla
fechada en Toledo el 24 de mayo de 1475, dirigida a Francisco de Peñalosa, en la que comunicaba a
este personaje la decisión de crear el Real Tribunal del Protoalbeitarato 12, dentro del conjunto de las
actuaciones modernizadores que emprendió la monarquía con el fin de establecer la bases del Estado
moderno, que acabarían por fraguar con la celebración de las Cortes de Toledo del año 1480 13. Fue
entonces cuando se acometió la regularización del oficio de albéitar cuyo título pasó a tener un
carácter oficial.
A la puesta en práctica de esta importante reforma se debe que muy pronto se publicaran diferentes
manuales destinados a la formación de los aspirantes, en los que Toledo y otras importantes
localidades de su provincia vuelven a tener protagonismo. Es el caso del conocido Libro de Albeiteria
de Francisco de la Reina, residente en Toledo, publicado en el año 1546. También lo son las obras
Alonso Suárez, médico en la ciudad de Talavera de la Reina, que en 1564 publicó en Toledo su
Tratado de Albeytería, de Eugenio manzanas que publicó en 1583 en Toledo el libro Enfrentamientos
de la gineta y de la manera y orden de herrar italiano para seguridad del caballo o de Baltasar
Francisco Ramíres, albéitar y familiar del Santo Oficio de Toledo, autor del Discurso de Albeytería.
Nuevo conocimiento de algunas enfermedades hasta ahora ignoradas, publicado en el año 1629.
Todos estos datos y otros muchos que no relacionamos para no alargar este trabajo, muestran lo
mucho que puede ofrecer el análisis de la veterinaria toledana. Una realidad evidente a la que nosotros
queremos aproximarnos desde una óptica parcial y sobre todo diferente de lo hecho hasta ahora, al
basarnos en el estudio de las prácticas ganaderas especializadas que conocemos en la ciudad o su
territorio, que solo es posible entender por la existencia de un personal altamente especializado que,
desgraciadamente, apenas ha dejado huella en la documentación. A ellos les debemos unas
instituciones que tienen su origen en plena Edad Media y tienen mucho que aportar al conocimiento
de la sanidad animal, por ser pioneras en la puesta en práctica de unos modelos de intervención
sanitaria que pervivieron hasta mediados del siglo XIX.
El primer ejemplo de la importancia ganadera de Toledo lo encontramos antes, incluso, de la llegada
del hombre a lo que hoy conocemos como peñón toledano. Para entender esta peculiar situación es
necesario remontarnos a fechas por encima del millón de años de antigüedad, en las que el área
geográfica toledana jugaba un papel destacado en el flujo de los grandes rebaños de animales que
poblaban el interior de la Península Ibérica y practicaban migraciones estacionales para sobrevivir,
características de buena parte de las especies que habitan las tierras áridas en el mundo mediterráneo.
El origen de este hecho que iba a marcar el posterior desarrollo ganadero de Toledo, se debe a la
existencia de un accidente geográfico excepcional. Me refiero a la existencia del peñón granítico en
el que se asienta la ciudad, el único al norte del valle del Tajo, que obliga a las aguas del río a trascurrir
entre dos peñas que sirven de anclaje al actual puente de Alcántara. El resultado del inesperado
obstáculo es el ensanchamiento previo del cauce, la formación de un remanso de la corriente y, con
él, la generación de una serie de depósitos aluviales, que forman el único vado estable en cientos de
kilómetros por el que podían cruzar el rio numerosas especies, incluida la humana 14.
A esta realidad, hay que sumar otra particularidad de origen igualmente natural. Este paso coincide
con la existencia de suelos muy diferentes en el entorno de la ciudad, en el que se yuxtaponen sectores

12
Abad, M., Introducción a la Historia de la Veterinaria, León 1984.; Herrero, M., La Veterinaria en la
Antigüedad. Creación del Real Tribunal del Protoalbeiterato de Castilla. Valladolid 1990.
13
Pastor, J., “Las Cortes de Toledo de 1480”, en Toletum. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias
Históricas de Toledo, 1, 1955, pp. 55-89.
14
Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la ciudad, Toledo 2008, pp. 21-24.

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pertenecientes a la totalidad de las grandes formaciones geológicas que constituyen el macizo


hispano. Así, junto a los granitos antiguos que caracterizan el sur del término municipal, en la zona
del actual arroyo de la Rosa se documentan sectores calizos meozoicos, rellenos arcillosos miocénicos
y zonas de llanura aluvial de cronología cuaternaria, que generan la formación de pastos muy
diferentes en cada momento del año, con todo lo que ello implica a la hora de evitar crisis de recursos
y posibilitar el mantenimiento de un mayor número de cabezas de ganado en un mismo espacio 15.
Ambos fenómenos hicieron de Toledo un lugar fundamental para entender el desarrollo de los
primeros modelos ganaderos intensivos que conocemos desde la Prehistoria, en los que, como es
lógico, la práctica veterinaria debió ir adquiriendo una importancia gradual.
El mejor ejemplo de la pronta vinculación ganadera a la que nos referimos lo encontramos en las
batallas del vado ocurridas junto a Toledo en los años 220 y 192 a.C., en las que se enfrentaron los
ejércitos cartagineses y romanos con diferentes confederaciones de pueblos celtibéricos, lusitanos y
vettones, que acudieron hasta la ciudad para defender el vado, con el fin de mantener un modelo
económico basado en la explotación trashumante de importantes rebaños, que tenían al citado paso
como centro neurálgico 16.
Los protagonistas de estos enfrentamientos fueron los representantes de unas oligarquías locales que
basaron su riqueza en el ganado y la mostraron a través de un animal concreto, el caballo, que adquirió
un valor simbólico y material como representación del poder 17. No es por ello extraño que la primera
imagen que tenemos de Toledo sea la que estos jinetes nos proporcionaron en las monedas del siglo
I a. C. acuñadas en la ciudad 18, que recogen esta ideología ecuestre basada en el dominio y posesión
de este animal que, es evidente, recibiría todo tipo de cuidados por lo mucho que significaba.
La importancia del ganado caballar en la zona parece pervivir durante siglos. Eso al menos es lo que
se desprende del estudio de la mentalidad de los grandes propietarios romanos que siguieron
considerando al caballo como animal de prestigio, al basar en él su condición social y la práctica de
actividades como la guerra o la caza, que sigue siendo una de las manifestaciones más características
de la zona toledana hasta nuestros días.
El mejor ejemplo de la importancia de esta ganadería de elite en la Antigüedad, lo encontramos en la
existencia del gran circo romano de Toledo 19, que sirvió para dar la apariencia de romanidad que
exigía la ciudad pero, también, para probar y desarrollar unas yeguadas que parecen haber adquirido
fama, hasta el punto de convertirse en un magnífico negocio gestionado, sin duda alguna, por personal
altamente especializado. La referencia histórica más conocida del valor alcanzado por estos animales
la encontramos en las diferentes cartas que escribió Símaco, uno de los hombre más ricos de Roma
entre los años 399 al 401, en las que pedía ayuda a sus amigos en Hispania para hacerse con los
mejores caballos que pudiesen proporcionarle, con el fin de celebrar, de manera exitosa, la prefectura

15
Carrobles, J. y Palomero, S., “Toledo: un vado y una ciudad estratégica, en Revista del Instituto Egipcio de
Estudios Islámicos en Madrid, XXX, 1998, pp. 245-261; Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la
ciudad, Toledo 2008, pp. 19-27; Rey, A., “Bosquejo geomorfológico del peñón toledano”, en Boletín de la Real
Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 36-37, 1928, pp. 149-176;
16
Sánchez, E., “El territorio toledano, un hito en la articulación interna de la Meseta prerromana”, en II Congreso de
Arqueología de la provincia de Toledo. La Mancha Occidental y La Mesa de Ocaña, Toledo 2001, Vol. II, pp. 125-
145.
17
Sánchez, E., “Caballo y sociedad en la Hispania céltica. Del poder aristocrático a la comunidad política”, en Gladius
XXV, 2005, pp. 151-186; Tirador, V., “Caballo y poder: las elites ecuestres en la Hispania Indoeuropea”, en El Futuro
del Pasado, 2, 2011, pp. 79-95.
18
Amela, L., “Dos cecas de la Meseta: Clounioq y Toleto”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y
Arqueología de Valladolid, LXVIII, 2002, pp. 131-145; Carrobles, J., Prehistoria de Toledo. El origen de la ciudad,
Toledo 2008, pp. 128-134.
19
Sánchez-Palencia, F.J. y Sainz, M.J., El circo romano de Toledo: estratigrafía y arquitectura, Toledo 1988.

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de su hijo en el circo máximo de la capital 20. Entre los destinatarios destacaron personajes como
Estilicón, esposo de Flavia Serena cuyo origen y propiedades, según el poeta residente en la corte
Claudio Claudiano, hay que ubicar en el valle del Tajo.
Esta realidad ganadera de Toledo en el mundo antiguo con todo lo que significa, no se agota en estos
datos más o menos directos que acabamos de citar. Hay otro aspecto fundamental que solo ha sido
considerado recientemente y tiene especial importancia. Me refiero a la formación de grandes
términos municipales ganaderos, caso del que se dotó a la ciudad de Toletum, a partir de la división
territorial impulsada por Augusto y culminada por los emperadores flavios a mediados del siglo I.
d.C. En todos los casos que empezamos a conocer en este sector central de la Península, parece darse
un patrón meseteño que parte de la implantación de un modelo muy diferente al que apreciamos en
otros lugares cercanos mejor conocidos, como pueden ser el valle del Ebro o del Guadalquivir, mucho
más poblados y volcados en la producción agrícola. Los estudios realizados a partir de santuarios e
inscripciones que reflejan los límites entre el territorio de poblaciones como Ávila, Segovia o Toledo,
muestran que desde estas fechas tan antiguas que venimos tratando, se generaron ámbitos municipales
con una lógica ganadera muy distinta de la que podían condicionar los accidentes geográficos, al
incluir tierras de pastos complementarias situadas al norte y sur de las cadenas montañosas, con el fin
de fomentar la existencia de explotaciones ganaderas intensivas autónomas, controladas desde cada
población 21. Así, los límites de las tierras de Ávila y Segovia, luego recuperados en la Edad Media,
se situaron a pocos kilómetros de Talavera de la Reina y Toledo, en la misma medida que los de
nuestra ciudad se extendieron al sur de los Montes de Toledo y llegaron hasta el valle del Guadiana
a través de zonas que hoy forman parte de las provincias de Ciudad Real o Badajoz, con el fin de
garantizar la existencia de pastos de invierno y de verano para el ganado local 22.
Esta ganadería cada vez más especializada, tuvo un importante impulso a partir del siglo V d.C., como
consecuencia de la crisis del Imperio romano que provocó, en cierta manera, la recuperación de viejas
fórmulas ganaderas practicadas en la Prehistoria 23. Su control quedó ahora en manos de la nueva
aristocracia surgida de la unión entre visigodos e hispanorromanos, que fue la encargada de articular
unos nuevos modelos trashumantes, que volvieron a dar protagonismo a Toledo y a su territorio. Eso
al menos es lo que se desprende del estudio de alguno de los grandes complejos monumentales que
se conocen en el entorno de Toledo, caso del monasterio de Santa María de Melque, fechado a finales
del siglo VII, que se construyó con una cerca y diferentes instalaciones destinadas a constituir un
prototipo de dehesa ganadera, ubicada junto a la que luego recibirá el nombre de cañada real
segoviana. Su papel como centro gestor del movimiento del ganado está por estudiar, aunque todo
parece indicar que debió servir para controlar el movimiento trashumante de importantes rebaños 24.
También y como simple sugerencia para la investigación en el futuro, hay que señalar que falta
conocer la capacidad que alcanzaron estos importantes centros monásticos altomedievales, en la

20
Blázquez, J.M., “Criadores hispanos de caballos de carreras en el Bajo Imperio en las cartas de Símaco”, en Espacio,
Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, 23, 2010, pp. 411-447.
21
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 173.; Hernando, M. del R., “Ávila: una ciudad con vocación ganadera”, en Mangas, J. y Novillo, M.A.,
(editores), El territorio de las ciudades romanas, Madrid 2008, pp. 385-424.
22
Molenat, J.P., Campagnes et Monts de Tolède du XIIe au XVIe, Madrid 1994.
23
Ariño, E.; Rodríguez, J. y Riera, S., “De Roma al Medievo. Estructuras de hábitat y evolución del paisaje vegetal ene
l territorio de Salamanca”, en Zephyrus, 55, 2002, pp. 283-309.
24
Barroso, R.; Carrobles, J. y Morín, J., “La articulación del territorio toledano entre la Antigüedad tardía y la Alta
Edad Media (ss. IV al VIII d.C.)”, en Caballero, L.; Mateos, P. y Cordero, T., (editores), Visigodos y omeyas. El
territorio, Anejos de Archivo Español de Arqueología LXI, Mérida 2012, pp. 263-304.; Caballero, L. y Fernández,
M., “Notas sobre el complejo productivo de Melque (Toledo)”, en Archivo Español de Arqueología, 72, 1999, pp.
199-239.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

custodia de los conocimientos y prácticas sanitarias que se generaron en el mundo antiguo y se


mantuvieron más allá de lo señalado tradicionalmente, dentro de lo que siempre se ha querido
presentar como una época oscura.
Frente a este modelo característico de la Alta Edad Media Europea y a partir de los comienzos del
siglo VIII, la Península Ibérica emprendió un desarrollo muy diferente del resto del viejo continente,
por su incorporación al califato omeya. Su conquista fue posible por la pronta llegada de los ejércitos
árabes que incluían tropas de diferentes orígenes, en muchos casos de poblaciones pastoriles
beréberes, que aportaron nuevos modelos de explotación y especies como la oveja merina 25, que se
convirtió en poco tiempo en la base de nuestra cabaña ganadera.
Esta nueva ganadería andalusí debió adquirir una importancia creciente que todavía desconocemos
por la falta de estudios. Tan solo podemos aventurar su alcance a partir de lo poco que se ha empezado
a conocer en el tardío reino de Granada, que alcanzó una alta especialización 26.
En el área toledana, las excavaciones realizadas en Ciudad de Vascos ponen de manifiesto esa realidad
de la que hablamos en los siglos X y XI, en los que la población se mantuvo activa, gracias a la
práctica de una economía basada, en buena medida, en la ganadería ovina, tal y como lo demuestran
los cencerros y tijeras de esquilar encontrados 27, el desarrollo de una incipiente industria lanera, la
existencia de grandes cercados y estructuras similares a las conocidas redondas granadinas
relacionadas con la trashumancia y, sobre todo, por el propio nombre de Vascos, en árabe Bask, que
parece tener su origen en el nombre latino pascua, que hace referencia a un lugar de pastos 28.
Se trata de datos aun aislados que evidencian un tipo de explotaciones muy especializadas pero de las
que apenas conocemos más bien poco y chocan con el interés despertado por la gran revolución
agrícola entonces ocurrida, de la que tanto se ha investigado, que solo fue posible por el desarrollo de
unos modelos ganaderos estabulados que aportaban el abono necesario para tanta especialización 29.
Eso al menos es lo que se desprende del estudio de los tratados geopónicos toledanos elaborados por
autores como ibn Bassal o Ibn Wafid, que marcan el punto de partida de la farmacia en Europa 30.
Su existencia es fundamental para entender el proceso por el que en la Edad Media cristiana, Toledo
se convirtió en la gran potencia ganadera hoy olvidada, capaz de crear algunas de las instituciones
más importantes para el posterior desarrollo de la veterinaria moderna.
Para conocerlas, es necesario partir de la conquista de la ciudad por Alfonso VI en el año 1085, que
marcó un importante hito histórico y convirtió a los valles del Tajo y Guadiana en una zona fronteriza

25
Berges, J.M., “Actividad y estructuras pecuarias en la comunidad de Albarracín (1284-1516), Teruel 2009, p. 137.;
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 174-176.
26
Cara, L., “Huellas de pastores: observando los paisajes ganaderos de los extremos granadinos”, en Malpica, A.,
(editor), Análisis de los paisajes históricos. De al-Andalus a la sociedad feudal, Granada 2009, pp. 169-202.
27
Izquierdo, R., Vascos: la vida cotidiana en una ciudad fronteriza de al-Andalus, Toledo 1999, pp. 125-126.
28
Barroso, R.; Malalana, A.; Carrobles, J.; Morín, J. y Sánchez, M.I., “Rubut y husun en la Marca Media toledana: del
tagr al awsat a la Transierra de Castilla”, en Barroso, R.; Morín, J. y Sánchez, M.I., Elbora-Vascos: de obispado
visigodo a ribat de talavera. Dos estudios sobre el territorio toledano occidental entre la tardía Antigüedad y la
Alta Edad Media, Madrid 2018, pp. 87-144.
29
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 176.
30
Bolens, L., Agronomes andalous du Moyen Àge, Ginebra 1918.; García, E. y Carabaza, J.M., “Estado actual y
perspectivas de los estudios sobre agronomía andalusí”, en Tawfik, A.; Carabaza, J.M.; Cano, P. y Garijo, L.,
(coordinadores), El saber en al-Andalus, Sevilla 1999, vol. 3, pp. 101-118.

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caracterizada por la inestabilidad y la consiguiente falta de población en el medio rural 31. La


afirmación del poder del reino castellano-leonés sobre estos amplios territorios, se basó en el
desarrollo de nuevos modelos económicos condicionados por la falta de seguridad y la amplitud de
los recursos. Unas condiciones especialmente propicias para el desarrollo de la ganadería extensiva,
dada la capacidad de los rebaños para ponerse a salvo en tiempos de dificultades y de generar riqueza
y rentas para sus importantes propietarios en las zonas más despobladas.
El resultado de todo ello fue la dedicación de amplísimos territorios a la cría de ganado, en su mayor
parte propiedad de grandes monasterios ubicados en el norte peninsular, que consiguieron los
privilegios reales necesarios para consolidar la lucrativa actividad. Sus intereses llegaron a chocar
con los de las órdenes militares que fueron las encargadas de repoblar estos territorios de la Meseta
sur y con los de las grandes ciudades del Tajo, en especial con Toledo, que también procuró proyectar
su dominio sobre las zonas ganaderas del Guadiana y recuperar aquellos límites antiguos a los que
hemos hecho referencia 32.
Consecuencia directa de todo ello fue que desde fechas bastante antiguas hubiese monasterios
toledanos como el de San Clemente y luego el monasterio jerónimo de la Sisla, que se lanzaran a
imitar el modelo y generar importantes cabañas ovinas 33. Sin embargo, sus intereses evolucionaron
de manera rápida al encontrar mayor rentabilidad en la creación de dehesas y la explotación de los
recursos para rebaños de otros grandes propietarios, con los que establecieron diferentes alianzas.
Todos estos movimientos e intereses están en el origen de la gran institución que conocemos con el
nombre de Mesta, creada en el siglo XIII por impulso del rey Alfonso X, con el fin de garantizar la
explotación de los pastos y dotar a los señores del ganado de una jurisdicción propia, capaz de velar
por sus intereses y modelos de explotación 34. A ello se debe que esta Mesta general fuera la encargada
de regular la práctica ganadera en el reino, en especial de establecer y asegurar la relación de los
pastores con los propietarios y de fijar los cuidados que debían recibir los animales enfermos o la
adopción de prácticas de policía sanitaria a practicar en los rebaños tras la detección de cualquier
enfermedad.
Su papel en este campo fue fundamental y así es reconocido por todos los historiadores que se han
ocupado del tema, al permanecer algunas de sus disposiciones, en concreto las que se tomaron en el
concejo celebrado en Berlanga (Badajoz) en el año 1499, como referencia de actuación hasta los años
centrales del siglo XIX, en los que dio comienzo la práctica de la veterinaria moderna en el medio
rural de nuestro país 35. Como muestra, tan solo recordar que fue en esta reunión en la que se ordenó
que cada cuadrilla en las que se dividía el territorio por el que discurrían los rebaños, quedaba obligada
a señalar una zona de aislamiento en el momento en el que se detectase un brote con el fin de aislar
el hato afectado, que también debía servir para acoger al que llegase a la zona y mostrase síntomas
de esa o cualquier otra enfermedad. Sus responsables quedaron también encargados de vigilar la salud

31
Bishko, Ch. J., “El castellano, hombre de llanura. La explotación ganadera en el área fronteriza de La Mancha y
Extremadura durante la Edad Media”, en Homenaje a Jaime Vicens Vives, vol. I, Barcelona 1965, pp. 201-218.;
Gerbet, M.C., La ganadería medieval en la Península Ibérica, Barcelona 2003.; Malalana, A., “La trashumancia
medieval castellana: aproximación historiográfica”, en Hispania: Revista Española de Historia, 50, 1990, 779-791.
32
Ruiz, F., Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de La Mancha (1150-1250),
Madrid 2003.
33
Carrobles, J.; Barroso, R.; Malalana, A.; Morín, J. y Rodríguez, S., “Raíces medievales de los paisajes culturales de
Toledo: espacios y prácticas ganaderas en el área de cigarrales”, en Carrobles, J. y Morín, J., (editores), Los paisajes
culturales de la ciudad de Toledo: Los cigarrales. Dehesas, espacios irrigados, torres, cigarrales y trincheras,
Oxford 2014, p. 180-183.
34
Una aproximación bibliográfica reciente la encontramos en Diago, M., Mesta y trashumancia en Castilla (siglos
XIII al XV), Madrid 2002.
35
Marín, F., “Análisis institucional del Honrado Concejo de la Mesta: los alcaldes de cuadrilla (siglos XVI-XVII)”, en
Cuadernos de Historia Moderna, 16, 1995, pp. 293-314.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

del ganado que llegara procedente de otro municipio y de sancionar a todos aquellos ganaderos que
rompiesen la cuarentena o entrasen con su ganado sano en la zona aislada por las autoridades para
evitar contagios.
Pues bien, esta Mesta que todos conocemos, es en realidad una institución que convivió con otras
instituciones similares, igual de autónomas, pero menos conocidas, que desempeñaron una importante
función. Me refiero a las mestas locales que crecieron con el fin de gestionar las cabañas ganaderas
surgidas en las principales ciudades del reino 36. Su mayor éxito tiene lugar en los siglos XIV y XV,
aunque hay algún caso excepcional como es el de Toledo, que parece tener un origen mucho más
antiguo. Es lo que se desprende de los datos que incluyen las primeras ordenanzas que conservamos
de la institución, datadas en el reinado de Fernando IV (1295 - 1312), en los que se hace constar que
las disposiciones que regulaban la práctica ganadera local partían de los fueros, privilegios y acuerdos
adoptados siglos antes, que sirvieron para generar un modelo de institucionalización propio. Nos
referimos a las confirmaciones de que realizaron diferentes monarcas, al menos desde el reinado de
Alfonso VII, a comienzos del siglo XII:
“E confirmo esta carta el Emperador (Alfonso VII), cuya anima aya folgança en el parayso.
E despues confirmola el rey don Alonso (Alfonso VIII), que Dios perdone el anima, y le de
folgança. E depues confirmola el comun de Toledo, e los Alcaldes e alguaziles.
E despues vido la carta el Rey don Fernando (Fernando III), que Dios perdone, e viendo que
era bien fecha, confirmola, robrola ansi como el Emperador la confirmo, el la robro el Rey
don Alonso (Alfonso X) mi abuelo, la confirmo, e ansi la confirmo yo, con sus fueros, e con
sus derechos. E yo Ferdinandus (Fernando IV) Regnant en Castilla y Toledo.” 37
Su papel debió ser importante para comprender el pronto desarrollo de la Mesta general, que parte de
la experiencia acumulada por estas instituciones locales y, muy especialmente, por la toledana, que
todavía seguía funcionando de manera autónoma y plena durante el siglo XVI y de modo parcial, a
través de algunas de las figuras surgidas de la misma, hasta mediados del siglo XIX en el que se
impuso un nuevo modelo de administración local 38.
Las diferentes ordenanzas que conocemos de esta desconocida institución toledana están incluidas en
un pleito fechado en el año 1549 que fue librado por la Real Chancillería de Valladolid, como
consecuencia de la denuncia realizada por algunos ganaderos que consideraban dañados sus derechos,
ante el incumplimiento de las funciones y prerrogativas que ejercían los principales cargos de la
Institución en un momento complejo de su historia, del que luego nos ocuparemos. En su totalidad,
muestran la existencia de un modelo de gestión plenamente especializado, en el que destaca la
existencia de concejo y un alcalde propio llamado de los pastores 39, que será la figura clave encargada

36
Algunos ejemplos los encontramos en Argente, M., “Precedentes de la organización del Concejo de la Mesta”, en
Estudios de Historia y Arqueología Medievales, 7-8, 1987, pp. 29-40; Berges, J.M., “Para una historia de las
instituciones pastoriles en Aragón: la mesta de Albarracín a través de sus ordinaciones”, en Castán, J.L. y Serrano, C.,
(coordinadores), La trashumancia en la España mediterránea: historia, antropología, medio natural, desarrollo
rural, Zaragoza 2004, pp. 263-364.Cabrera, E y Córdoba de la Llave, R., “Una mesta local en tierras de señorío: el
ejemplo de Belalcázar e Hinojosa, E., en La Ciudad Hispánica siglos XIII al XVI, Madrid 1987, pp. 203-220.
37
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 7v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
38
Un ejemplo tardío de actuación del Alcalde de los pastores en el área de Toledo vinculado a la institución, lo
encontramos en la causa abierta contra Miguel y Saturnino Arribas, ganaderos sorianos, acusados de llevar ganado
enfermo de viruelas en la localidad de Polán, datada en 1828. Archivo Municipal de Toledo. Caja 6348, causa 4335.
39
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), Edición facsímil en Caminos
silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de juzgar los incumplimientos y asegurar el desarrollo de la actividad ganadera local en las mejores
condiciones posibles, incluidas, como no podía ser de otra manera, las sanitarias.
Esta Mesta de Toledo fue la institución que reguló los intereses de la ganadería local, muy
especialmente de los denominados señores del ganado, que trataron, por todos los medios posibles de
preservar los privilegios de los que gozaban desde los tiempos de la conquista cristiana. También, de
regular la relación laboral con los pastores para evitar la competencia entre ellos, gracias al
establecimiento de unas condiciones inalterables y al hecho de convertir a la Institución en un ente
cerrado, en el que todos los ganaderos quedaban obligados a participar hasta el punto de penalizar
duramente cualquier intento de salida del grupo. Eso al menos es lo que se desprende de las primeras
disposiciones incluidas en la ordenanza más antigua que conocemos, fechada a comienzos del siglo
XIV, en la que se dice que “Todos los pastores del termino de Toledo, hazemos carta de coto”,
quedando obligados a que “qualquier pastor que no viniera a la mesta dos vezes al año, la una por
Pascua de Resurrecion, y la otra por Pascua de Cinquesma, que por qualquier que faltare de las
fiestas que peche un maravedí.” 40 Unas obligaciones que, como decíamos, debían mantenerse en el
tiempo, tal y como lo demuestra el hecho de que cualquiera que quisiese salir de este ámbito mesteño
toledano tuviera que pagar una importante multa: “Del que hiziere de vuelta en la mesta, que peche
veynte carneros.” 41
Su organización se basaba, como acabamos de ver, en la celebración de dos mestas o reuniones
anuales, que tenían lugar en los momentos previstos para juntar la cabaña ciudadana que debía
trasladase a los pastos fijados para cada momento. Sin embargo, desde el punto de vista institucional,
la principal reunión era la que se celebraba el domingo de Trinidad que reunía en la ciudad a los
propietarios del ganado de todo el término para analizar la marcha de los rebaños y tomar las
decisiones necesarias para el futuro más inmediato, incluidas todas aquellas que tenían que ver con
la política sanitaria. Su celebración quedó recogida de nuevo en las ordenanzas. Es el caso de la
celebrada el día 17 de junio de 1497 en la que se describe la actuación de los escribanos públicos de
Toledo de la siguiente manera:
“fuymos con el (el Alcalde de los pastores) a las casas de su morada, las quales son en el
arrabal de Toledo, y desde aqui fuymos entrados con el dentro de las dichas casas, e fallamos
la pieça de homes buenos que moran en las aldeas e termino de Toledo, que dixeron que auian
ganados en tierra de Toledo. E luego el dicho Alcalde, e los otros dichos homes buenos,
dixeron a nos los dichos escriuanos, que ellos que se venian a juntar ansi como homes buenos
de la mesta, que auian ganados en tierra de Toledo, segun que dixeron que lo han de vso y
costumbre, de se juntar cada año, para hazer y ordenar entre si algunas cosas, que sean en
seruicio de Dios, e por honra de nuestro señor Rey, e de ellos. E de las cosas que ay
ordenaron, que le diessemos de ello todo vn escrito, firmado de nuestros nombres, e
testimonio, para guarda de su derecho. Lo qual todo ello, es esto que se sigue.” 42
El estudio de todos estos documentos muestra que el papel del Alcalde de los pastores fue
fundamental para el desarrollo de la ganadería toledana, hasta el punto de convertirse en una de las
principales dignidades ciudadanas que los ganaderos siempre quisieron preservar, para disfrutar de
sus prerrogativas y mantener su profesionalidad e independencia. Sin embargo y a pesar de lo
dispuesto, desde mediados del siglo XVI encontramos evidencias de que el Ayuntamiento trató de

40
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
41
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5v. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
42
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 7v. y 8a. Edición facsímil
en Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.

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arrendar el cargo, primero de manera anual y más tarde, de manera mucho más drástica, al enajenar
el oficio y vincular su desempeño con el disfrute de un determinado título nobiliario. Como muestra
de la resistencia puesta por los ganaderos locales en favor de la profesionalidad de esta figura, basta
con citar la condena que recibió la ciudad de Toledo en el año 1549, consecuencia del pleito al que
antes nos referíamos, que tiene su origen en los intentos protagonizados por el Ayuntamiento para
convertir a esta magistratura en algo simbólico y sobre todo rentable. En ella se dijo:
“Condenamos al dicho Licenciado Lugo, e al que es o fuere Corregidor juez de residencia de
la dicha ciudad de Toledo, a que no arriende dicho oficio, e que aya e tenga arca propria y
diputada, para las penas que se hizieren.” 43
Fue, como decimos, un triunfo pasajero ya que muy poco después el oficio de Alcalde de los pastores
acabó siendo privatizado y se convirtió en una ocupación ligada al título del marqués de Montemayor
que, a pesar de colaborar con esta evolución tan poco profesional, mantuvo sus funciones jurídicas y
resultó ser lo más parecido a un responsable de sanidad animal para el campo toledano, tal y como
podemos comprobar en las numerosas denuncias y pleitos que se conservan en el Archivo Municipal
de la ciudad datados en los siglos XVI al XVIII. En ellos se recoge el cuidado mostrado durante siglos
en el amplio término municipal a la hora de controlar el acceso del ganado local a determinados
pastos, según el calendario fijado para asegurar su mayor productividad, el establecimiento de
sanciones para todos aquellos pastores que introdujeran ganado enfermo en el territorio bajo su
control o la denuncia de los que dejaran de comunicar la enfermedad de sus rebaños. En la misma
medida, fue el encargado de castigar a los que rompiesen la cuarentena impuesta por las ordenanzas
o dejaran de respetar las zonas de aislamiento establecido. Y todo ello para evitar brotes de
enfermedades contagiosas como eran la rabia 44, la viruela 45 o las zangarrianas 46, que tantas veces
aparecen citadas en la documentación de lugares como Horcajo de los Montes, Los Navalmorales,
Polán, Los Yébenes y la ciudad de Toledo o para cuidar la policía sanitaria del abasto de carne en
relación con la necesaria salud de los animales sacrificados 47.
Así pues, en la figura del Alcalde los pastores de Toledo, la cuarta por protocolo de la ciudad 48,
encontramos el mejor precedente que conocemos de la desconocida pero importante práctica
veterinaria en Toledo durante siglos, que se convierte en una figura a tener en cuenta en los estudios
sobre historia de la disciplina en ésta y otras muchas ciudades del reino.

43
Ordenanzas de Toledo, Título 7 De los Alcaldes de mesta. Edición s/f., (siglo XVII), fol. 5a. Edición facsímil en
Caminos silenciosos. Cañadas Reales, Toledo 1997.
44
Un ejemplo lo encontramos en la causa por ganado enfermo, abierta en el año 1622 contra Eugenio Pérez de la Oliva
y sus pastores por pastar con ganado infectado de rabia en Los Yébenes. Archivo Municipal de Toledo, caja 6434,
causa 6948.
45
Diligencias abiertas en 1772 contra Juan Francisco Atanasio Sánchez, vecino de Toledo, por tener ganado para el
abasto de carne en la ciudad de Toledo enfermo de viruelas. Archivo Municipal de Toledo, caja, 6474, causa 7874.
46
Causa abierta en 1749 contra Juan Gabriel Flores y María de Sevilla, mayoral y dueña de un rebaño de cabras
enfermas de zangarriana, por no guardar las normas de aislamiento en Los Yébenes. Archivo Municipal de Toledo,
caja 6468, causa 7740.
47
Proceso por venta ilegal de carne en Toledo tras una denuncia fechada en 1611 contra Eugenio Sánchez, carnicero,
porque “tiniendo obligaçion conforme a la que tiene echa al consejo del dicho lugar de bender carne buena y
degollada, el susodicho a vendido mucha carne morteçina que se le a muerto en su ganado”. Archivo Municipal de
Toledo, cala 6251, causa 1508.
48
Es lo que se deduce de la obra Toledo. Su Prudente Gobierno y las Corteses Ceremonias con que le Ejerce de Juan
Sánchez de Soria, datada en el año 1635. En ella, dentro del capítulo dedicado a los cargos municipales y su orden en la
celebración de las reuniones se dice: “El señor corregidor, y a su mano derecha, el señor duque de Maqueda, como
alcalde mayor de Toledo, el señor duque de Lerma, como alcaide de los Alcázares Reales de Toledo; señor conde de
Cifuentes, alcalde mayor de Alzadas; señor marqués de Montemayor, alcalde mayor de Pastores.” En García, M.,
(editor), Toledo. Su Prudente Gobierno y las Corteses Ceremonias con que le Ejerce, Madrid 2004, p. 25.

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De la Antigüedad al siglo XII toledano:


la compleja transmisión de la ‘enfermedad bovina’ y su confusión con
el muermo equino
María Teresa Santamaría Hernández
Escuela de Traductores de Toledo
Universidad de Castilla-La Mancha

Si quid enim per ignorantiam male factum uel contrarium


circa animalium corpora fuerit, emendari non potest (Chiron 2)

“Pues si por ignorancia se hace algo malo o que vaya


contra el cuerpo de los animales, no se puede arreglar”

Premisas 1
En el ámbito de los textos antiguos y medievales de Medicina veterinaria resulta frecuentemente
difícil seguir la pista de la transmisión de conceptos y de los términos correspondientes que sirven
para designarlos. Las causas de dicha dificultad son varias, a menudo relacionadas entre sí. Los
testimonios que conservamos de la Antigüedad escritos en griego y latín son escasos (Corpus
Hippiatricorum Graecorum, Pelagonio, Mulomedicina Chironis, Vegecio) y están marcados por un
estado de conservación que no siempre muestra estados originales de los textos. Por otra parte, no
hay apenas rastro de la transmisión doctrinal y, consecuentemente, formal de esta disciplina al mundo
árabe, realizada obviamente desde escritos griegos, y tampoco de la producida desde la Antigüedad
romana a la latinidad bajomedieval. En esta circunstancia ha incidido indudablemente el hecho de
que la vía de transmisión de la Veterinaria fue fundamentalmente oral, al estar la disciplina, a
diferencia de la Medicina humana, excluida ya desde la Antigüedad de los ámbitos académicos, que
siempre favorecieron la transmisión escrita.

Estas razones motivan que la interpretación de cualquier término y concepto localizado en algunos
de los escritos mencionados requiera una auténtica labor de arqueología textual, lo cual se hace
todavía más complejo cuanto más nos alejamos en el tiempo de las fuentes originales.

Cuando Gerardo de Cremona emprendió, en Toledo a mediados del siglo XII, la traducción al latín
desde el árabe de cerca de una treintena de obras médicas, transmisoras a su vez de doctrina griega,
tuvo que hacerlo sin duda desde el conocimiento conceptual y formal de dicha disciplina para poder
interpretar de la mejor manera posible los textos, y seguramente tuvo que realizar también esa labor
arqueológica con los medios a su alcance, ya fueran estos procedentes de una formación libresca, ya
de la información recibida de posibles colaboradores. Y en general, también tuvieron que hacer lo
mismo todos los profesionales de la enseñanza médica cuando se enfrentaban a unos textos portadores
de doctrina y léxico que llevaban sobre sí siglos de transmisión. Tal proceso se complicaba
evidentemente cuando el léxico técnico llegaba por vía oral y el rastro de su origen se perdía en
tiempos o lugares lejanos.

En este trabajo vamos a seguir el rastro de una interpretación equivocada de uno de esos conceptos,
y la correspondiente denominación latina que le dio desde el árabe Gerardo de Cremona. Se trata de
un concepto perteneciente al ámbito de la Veterinaria: la denominada ‘enfermedad bovina’. Para

1
Este trabajo se integra en el marco del proyecto de investigación FFI2016-77240-P (MICIU / FEDER), cuyo equipo
pertenece a la Red de Excelencia Opera Medica: recuperación del patrimonio textual grecolatino de la Medicina europea
II (RED2018-102781-T, MICIU).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

encontrar la causa de dicha interpretación, retrocederemos en el tiempo hasta los primeros testimonios
que conservamos de literatura médica grecolatina, y particularmente veterinaria, lo cual no significa
exactamente que sean los testimonios originales, sin ningún género de dudas perdidos. Partimos para
ello de la idea de comunidad doctrinal (y en ocasiones también formal) de la disciplina médica, y
particularmente veterinaria, en los ámbitos de cultura griega, árabe y latina, fruto de un largo y diverso
proceso de transmisión que contempló, por un lado, la transferencia de conocimiento desde el mundo
griego al árabe y de este al occidental latino de la Baja Edad Media, y, por otro, una vía directa de
transmisión latina, o grecolatina, a lo largo de los siglos alto y bajomedievales, en los que podemos
presuponer un papel capital para la difusión oral.

La enfermedad bovina
El libro XXX de la magna enciclopedia de Albucasis (s. X), Al Tasrif, fue traducido al latín en el
siglo XII por Gerardo de Cremona dando lugar al Opus manuale o, como es universalmente conocido,
Chirurgia. Un poco después, ya en el siglo XIII, lo serían también otras secciones de esta obra, que
se convertirían en los latinos Liber Theorice necnon Practice y Liber Seruitoris.

En un capítulo de esa traducción latina de la Cirugía del andalusí, aparece mencionada una egritudo
(‘enfermedad’) bouina, lo que no resulta extraño, porque en los escritos médicos de la Antigüedad y
la Edad Media son frecuentes las interferencias entre Medicina humana y veterinaria. En dicho
capítulo, la afección es descrita como un gusano (vermis) que se mueve bajo la piel:

Cyrurgia 2,94 De sectione super uermes generatos sub cute, et dicitur egritudo bouina:
Hec egritudo nominatur in quadam terra apud nos egritudo bouina: propterea quod multotiens accidit
bouibus: et est uermis paruus unus qui nascitur inter cutem et carnem. Et uadit in corpore toto,
ascendendo et descendendo, et ostenditur sensui apud ambulationem eius de membro ad membrum
donec disrumpit in cute locum et egreditur. Et generatio eius est ex putredine quorundam humorum,
sicut accidunt uermes et serpentes, id est lombrici et ascarides in ventre, et timetur ex malicia eius.
Quia quando ipse vadit in corpore et eleuatur ad caput et peruenit ad oculum: tunc fortasse aperit in eo
et egreditur et destruit oculum [...] Oportet ergo ut stringas quod est supra eum, et quod sub ipso cum
ligamento constrictione forti, deinde seca super ipsum et extrahe eum, quod si profundatur in carne et
non inuenis ipsum, tunc pone super locum cauterium cum igne, donec moriatur.

“De la sección sobre los gusanos generados bajo la piel, y se dice enfermedad bovina:
Esta enfermedad se denomina en un lugar cercano a nosotros enfermedad bovina, porque muchas veces
sucede a los bueyes. Y es un pequeño gusano que nace entre la piel y la carne. Y va por todo el cuerpo,
subiendo y bajando, y se siente en su camino de miembro a miembro hasta que rompe un lugar de la
piel y sale. Y se genera por corrupción de algunos humores, como nacen también los gusanos y
lombrices en el vientre. Y es temido por su malignidad. Porque cuando va por el cuerpo y sube a la
cabeza y llega al ojo, entonces lo abre y sale y lo destruye [...] Conviene pues que ates lo que hay por
encima y por debajo de él atando fuerte con un ligamento. Luego corta por encima de él y sácalo. Pero
si se hunde en la carne y no lo encuentras, entonces pon sobre esta parte un cauterio con fuego, hasta
que muera.”

El capítulo, con mínimas variantes formales, aparece también en la versión latina, un poco posterior,
del Liber Practice:
Liber Practice 31,2,13 De passione bouina:
Passio bouina dicitur eo quod in pluribus generatur in bobus, et est uermis generatus inter cutem
humani corporis et carnem et totum corpus perambulans donec perforans cutim, et exit ubi contingit,
et possibile est contingere suum oculum <et> per exitum deuastare illum. Est autem huiusmodi
uermiculus in colore corporis patientis cuius caput est nigrum, et generatur ex eodem humore ex quo
generant pediculi et lendes…

Pag. 42
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

“Sobre la enfermedad bovina:


Se dice enfermedad bovina porque se da mayoritariamente en los bueyes, y es un gusano que nace
entre la piel del cuerpo humano y la carne, que recorre todo el cuerpo hasta que perfora la piel, y sale
por donde puede, y es posible que alcance el ojo y que al salir lo destruya. Es por otra parte este
gusanillo del color del cuerpo paciente y su cabeza es negra, y se genera del mismo humor del que se
generan los piojos y las liendres...”

Esta misma afección la encontramos, referida siempre a los humanos y sin la denominación relativa
a los bueyes, en el Pantechni de Haly Abbas, médico persa del s. X (Theorice 8, 24 sicut uene forti
motu se mouentes sicut uermes: “como unas venas que con un movimiento fuerte se mueven como
gusanos”) y en el Teisir de Avenzoar, del s. XI (2,7, 21 de uerme qui oritur sub cuti et de combustione
ipsius: “acerca del gusano que sale bajo la piel y de su cauterización”).

En principio, parece que la infección podría identificarse con una filariasis subcutánea que produce
las llamadas ‘hinchazones fugitivas’, además de daños en los ojos.

Como es sabido, la Cirugía de Albucasis adquirió, una vez traducida al latín y precisamente gracias
a eso, una extraordinaria difusión en el ámbito académico, es decir universitario, europeo, como por
otra parte sucedió también con otras de las traducciones de obras médicas realizadas en Toledo por
el cremonés, que se convirtieron en auténticos manuales para la enseñanza de la disciplina.

Así, tres siglos después de que esta versión latina viera la luz, la noticia sobre la enfermedad bovina
fue recogida por Leonardo Bertapaglia (†1460), profesor de Medicina y Cirugía en Venecia (y
probablemente antes en Padua) que, aunque cronológicamente se sitúa en un momento ya muy
cercano a la renovación que traería el Humanismo médico renacentista, seguía todavía muy vinculado
a los conceptos y a los moldes formales de la Medicina bajomedieval.

En efecto, en su Cirugía, que fue publicada por primera vez en 1490, y que en realidad es un
comentario sobre el libro IV del Canon de Avicena, menciona, en el capítulo 1,26 De uena ciuili uel
medena, la passio bouina de Albucasis haciéndola similar a una passio equina, que, según dice, tenía
como nombre vulgar, es decir, popular, ‘male del vermo’ (‘mal del gusano’):

1,26 De uena ciuili uel medena:


Vena medena est pustula quaedam inflans, et uesicans, tenens medium modum, et similitudinem inter
uenam et ue<l>lum et uermem, uirtutem motiuam et sensitiuam secundum aliquos habentem. Et dicitur
uena medeni: quasi media uia inter supradicta: et utplurimum oritur in cruribus et supra manum et
latus, et multiplicatur in infantibus. Et dicitur etiam uena ciuilis a ciuitate quadam dicta Medena situata
iuxta Babalach, in qua abundat haec aegritudo: a qua ciuitate Medena sumpsit hae aegritudo nomen:
et generatur in terra Sarracenorum et aliis terris: et multiplicatur iterum in terra Aegypti. Generatio
huius est sanguis calidus malus melancholicus: aut phlegma adustum adunatum cum uehementia
siccitatis complexionis: et fortasse generant eam quaedam aquae, et olera quae comeduntur, orta in
illis partibus […].
Curatio localis.
Curatio localis uenae medeni quando apparet extra orificium in forma alicuius uermis: sicut apparet in
passione bouina: sicut uides in boue quendam uermem exire […]. Modus alius per incisionem, et
causticationem. Incipe ab uno capite: et perfora cum gamaut, uel cum rasorio, uel lanceta supra stylum,
usque ad orificium: et deinde sanguinem emanare permittas: et postea caustica cum ferro ignito: sicut
faciunt marescalchi in uermibus equorum: quando superuenit eis passio bouina uel equina: quae
passio dicitur a uulgaribus, lo male del uermo: de qua passione magis ample Albucasis facit tria
capitula de tribus diuersis passionibus [...].

“Sobre la vena civil o medina:

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La vena medina es una pústula hinchada, que hace vejigas, de medida media, y con aspecto entre vena,
vello y gusano, según algunos con virtud motiva y sensitiva. Y se dice vena medeni como si se
entendiera ‘en medio’, y muchas veces sale en las piernas y en la mano y en los costados, y es muy
frecuente en los niños. Y se llama también ‘vena civil’ por una ciudad llamada Medina situada cerca
de Babalach, donde abunda esta enfermedad, de la cual ciudad Medina tomó esta enfermedad su
nombre. Y se da en la tierra de los Sarracenos y en otras tierras, y es frecuente también en Egipto. Su
origen es sangre mala melancólica o flema adusta con el ímpetu de una complexión seca. Y también
la generan algunas aguas y hortalizas que se comen, que nacen en aquellos lugares...
Cura tópica.
Cura tópica de la vena medeni cuando aparece por fuera de un orificio en forma de gusano, tal como
aparece en la enfermedad bovina, cuando ves en un buey que sale un gusano [...]. Otro modo por
incisión y cauterio. Comienza por un extremo, y perfora con un gamaut, o con un raspador, o con una
lanceta sobre un estilete, hasta el orificio, y luego deja salir la sangre, y después cauteriza con hierro
candente, como hacen los veterinarios en los gusanos de los caballos, cuando contraen la enfermedad
bovina o equina, llamada vulgarmente ‘mal del verme’, sobre la que Albucasis hace extensamente tres
capítulos de tres enfermedades diversas [...]”

Esa uena ciuilis o medena a la que está dedicado el capítulo de Bertapaglia no es otra cosa que una
dracontiasis, una infección producida por un gusano (‘pequeña serpiente’ o δράκων en griego)
descrita y valorada en la obra de Albucasis y en otras también árabes, y con una notable influencia de
fuentes griegas. Volveremos a esta infección más adelante.

En cualquier caso, según Bertapaglia, uno de los procedimientos que pueden utilizarse para curar la
dracontiasis es el cauterio, tal como hacen también los veterinarios en la enfermedad bovina, que hace
similar a una enfermedad equina dando a ambas el nombre de ‘mal del vermo’. Podríamos pensar,
por tanto, que esa enfermedad equina es en los caballos lo mismo que la bovina en los bueyes y que,
por tanto, los datos que podamos encontrar sobre la equina nos podrán permitir definir mejor la
bovina.

Pero Bertapaglia se equivocó equiparándolas, considerando que en las dos hay presencia de gusanos
reales (“tal como aparece en la enfermedad bovina, cuando ves en un buey que sale un gusano”) y
dando a ambas una denominación vulgar, ‘mal del verme’, que solo es aplicable a la enfermedad de
los caballos.

El mal del verme

En los tratados hipiátricos latinos (y sus traducciones a lenguas vernáculas) de la Baja Edad Media –
los de Giordano Ruffo (ca. 1200 – ca. 1256), Teodorico de Borgognoni o de Cervia (1205 – 1298),
Lorenzo Rusio (1288 – 1347), y el traductor del árabe Mosés de Palermo (segunda mitad del s. XIII)–
, encontramos siempre capítulos diversos dedicados al Vermis equi (‘gusano del caballo’). Esta
denominación de uermis es calificada por Giordano Ruffo de ‘vulgar’, es decir, que procedería de la
lengua popular hablada:

Ruffi Hippiatria 6, cap. 1 De uerme (p. 23-27 Molin)


Accidentalis igitur infirmitas est, quae dicitur uermis uulgariter, incipiens in equi pectore, uel inter
coxas circa testiculos, deinde ad crura descendens, eisdem inflationes adducens, crura uniuersaliter
crebris ulceribus perforando; qui uermis ex malis procreatur humoribus, calidis, superfluis, longo
tempore insimul congregatis et concursis...

“Hay pues una enfermedad accidental que se llama vulgarmente ‘gusano’, que comienza en el pecho del
caballo o entre las caderas y cerca de los testículos, descendiendo luego hacia las patas, provocándoles
hinchazones, perforándolas totalmente con abundantes úlceras. Este gusano se origina de malos
humores, cálidos, superfluos, reunidos y congregados a la vez durante mucho tiempo...”

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Theod. Liber de equorum medela, 1, cap. 17 De uerme (p. 48-52 Dolz)


Vermis est quaedam infirmitas, quae stat in pectore equi et iuxta testiculos. Deinde ad crura
descendens facit inflationes crura uulneribus perforando [...] et nascitur ex malis humoribus calidis et
superfluis ex longo tempore aggregatis.

“El ‘gusano’ es una enfermedad que se instala en el pecho del caballo y junto a los testículos. Luego
bajando hacia las patas provoca hinchazones perforándolas con heridas [...] y nace de humores malos
cálidos y superfluos reunidos durante mucho tiempo”.

Y lo mismo encontramos en los fragmentos que sobre el uermis ofrece Mosés de Palermo (segunda
mitad del s. XIII) que son, en contenido y en extensión, distintos de los anteriores porque siguen una
tradición diferente. En efecto, los dos tratados que se le atribuyen (Liber Ipocratis de infirmitatibus
equorum et curis eorum [“Libro de Hipócrates sobre las enfermedades de los caballos y sus curas”],
y Liber marescaltie equorum et cure eorum [“Libro de medicina de los caballos y su curación”])
parecen ser versiones hechas desde el árabe de escritos hipiátricos de Hippocrates Indicus y de un
escritor anónimo respectivamente, y en cualquier caso basadas más o menos indirectamente en textos
hipiátricos griegos. En cualquier caso, en ellos la enfermedad se denomina igualmente con el término
latino malum uermis (‘mal del gusano’):

Moses Panorm., De infirmitatibus equorum, cap. 18 (p. 117-118 Barbieri)


Capitulum curandi malum uermis equorum
Quando aduenit ista infirmitas equo, multe inflationes apparebunt [...] Si uero inflature apparuerint in
testiculis uel priapo [...] Si enim descenderit in coxas, uel in genua, aut in gambis, aut in alia loca corporis
[...] et ista infirmitas uocatur malum uermis…

“Capítulo de la cura del mal de gusano de los caballos


Cuando un caballo contrae esta enfermedad, aparecen muchas hinchazones [...] Si aparecen hinchazones
en los testículos o el pene [...] Pero si desciende a las caderas, o las rodillas, o a las piernas, o a otras partes
del cuerpo [...] y esta enfermedad se llama mal del gusano...”

Liber marescaltie equorum, cap. 18 (184-186 Barbieri)


Capitulum curandi malum, quod uocatur chesel, idest malum uermis equorum

“Capítulo de la cura del mal que se llama chesel, es decir mal del gusano de los caballos”

Pero la exposición más completa y extensa sobre el muermo y sus variedades es la de Lorenzo Rusio
(1288-1347), que dedicó cuatro capítulos (144-147) de su obra hipiátrica a cuatro variedades de la
enfermedad, y aplicó a todas la denominación de uermis. Recojo solo dos fragmentos:

Rusii De cura equorum, cap. 144 De Verme equi (p. 342-352 Barbieri)
Vermis est quaedam infirmitas incipiens in equi pectore uel intra coxas iuxta testiculos, deinde, ad crura
descendens, tumefacit ea crebris ulceribus perforando: qui morbus ex malis creatur humoribus superfluis
et calidis longo tempore insimul congregatis [...] Hic morbus, quia in diuersis locis nascitur, diuersimode
nuncupatur [...]. Magister Maurus dicit quod hanc passionem aliqui Guttam, aliqui Vermem uocant, eo
quod ad similitudinem illius serpendo, cutem inficiens, eam minutatim perforat, et per illa foramina sanies
effluit [...]
Cap. 146 De uerme dicto farcina (p. 354-358 Barbieri)
Farcina ex nimia humectatione carnis et repletione humorum uocabulum sumpsit, quam quidam
Vermem uocant, eo quod putridus et superfluus humor in carne et cute foramina facit, quemadmodum
uermis terrestris facit in terra. Nascitur autem ex marcido sanguine rheumantizante extra uenas, et aliquando
nascitur ex plaga, uel ictu, si infra duos menses curata non fuerit [...]
Cap. 144 “El gusano es una enfermedad que comienza en el pecho del caballo o entre las caderas junto a
los testículos; luego, descendiendo hasta las patas, las hincha perforándolas con muchas úlceras. Esta
enfermedad nace de humores malos superfluos y cálidos reunidos a la vez durante mucho tiempo [...] Esta

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enfermedad, puesto que nace en lugares diversos, se llama de distinto modo [...]. El maestro Mauro dice
que algunos llaman a esta enfermedad ‘gota’, algunos ‘gusano’, porque serpenteando a la manera de aquel,
al pasar por la piel la perfora minuciosamente, y por esos canales fluye sanies [...]”
Cap. 146 Sobre el gusano llamado ‘farcina’
‘Farcina’ toma su nombre de la excesiva humectación de la carne y de la repleción de humores. Algunos la
llaman ‘gusano’, porque un humor pútrido y superfluo hace canales en la carne y en la piel, como hace un
gusano terrestre en la tierra. Y nace de sangre podrida que fluye fuera de las venas, y alguna vez nace de
una herida o de un golpe, si no se ha curado en dos meses [...]”

En relación con el tema que nos ocupa, la descripción de Rusio resulta relevante por dos razones. En
primer lugar, como se ha visto, incorporó una explicación de la denominación metafórica de la
enfermedad, recogida de un tal Magister Maurus, autor, del que no se sabe prácticamente nada, de
un tratado de Hipiátrica en tres libros (conservado en latín en el manuscrito de Londres, British
Library, Harley 3772, segunda mitad del siglo XIII o principios del XIV): “El maestro Mauro dice que
algunos llaman a esta enfermedad ‘gota’, algunos ‘gusano’, porque serpenteando a la manera de
aquel, al pasar por la piel la perfora minuciosamente, y por esos canales fluye sanies”.

En segundo lugar, en uno de esos capítulos, común con otro del influyente De animalibus de Alberto
Magno seguramente por el empleo de una fuente común, especificó el nombre de uno de los tipos de
uermis (Cap. 146 De uerme dicto farcina: “Sobre el gusano llamado ‘farcina’”), y esta denominación
nos remite directamente a la Veterinaria latina antigua y al farciminum o morbus farciminosus, es
decir, el muermo 2.

La relación conceptual del muermo con los gusanos

La asociación del muermo o farciminum con unos ‘gusanos’ bajo la piel la encontramos por primera
vez atestiguada en el tratado latino de Veterinaria conocido como Mulomedicina Chironis. Datado
generalmente en el s. IV d.C., e integrado por tanto en el conjunto de tratados veterinarios de este
siglo junto con los de Pelagonio y Vegecio, este escrito es en realidad una compilación formada a
partir de capítulos, de distinta extensión, de los siguientes autores: Quirón (o centaurus Chiron),
Claudius Hermeros y Apsirto, un hipiatra griego de entre los siglos III y IV, cuya obra conocemos a
través de los fragmentos recogidos en el Corpus Hippiatricorum Graecorum, otra compilación
bizantina de autores de hipiátrica: Apsirto, Eumelo, Teomnesto, Hierocles, Hipócrates Indio,
Pelagonio y Anatolio (s. IV-V d.C.). Hay además unos pocos fragmentos atribuidos expresamente a
Sotión, Farnaces y Policleto. Es decir, que el tratado tiene una importante vinculación con fuentes
griegas.
La Mulomedicina Chironis se ha conservado solo en dos manuscritos, ambos del siglo XV:
Múnich, Bayerische Staatsbibliothek, clm 243 (s. XV)
Basilea, Universitätsbibliothek, D III 34 (s. XV)
Y hay únicamente una edición completa del texto, la de Oder de 1901, aunque hay otras parciales
(Wölfflin, Niedermann y Cózar Marín).

2
Farciminum y morbus farciminosus son nombres utilizados en los tratados latinos antiguos de
Hipiátrica para una variedad cutánea del muermo, creados a partir del término farcimen, que designa
una especie de salchicha o embutido y, por identificación metafórica, inflamaciones o protuberancias
subcutáneas de diverso tipo, entre ellas las que produce esta enfermedad (descritas también como
tubercula [Chiron] o collectiones [Veg. mulom.]).

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Es precisamente en la descripción que hace este tratado de la enfermedad del muermo (o morbus
maleus, y, en una de sus variedades, morbus farciminosus, o farciminum) donde encontramos la
descripción de una enfermedad del caballo en la que uno de los síntomas se asemeja a unos gusanos:
precisamente a los que generaban la dracontiasis.

Conviene aclarar que las exposiciones latinas tardoantiguas (de Pelagonio, Mulomedicina Chironis y
Vegecio) sobre el morbus maleus y sus tipos son complejas y difíciles de interpretar en conjunto, en
gran medida porque para algunas de las variantes o tipos de la enfermedad los escritos ofrecen
características o efectos muy parecidos, a lo que se añade que también el número de variantes,
determinadas en función de las lesiones y efectos que producen, puede ser distinto, seguramente como
resultado del manejo de fuentes diferentes: es lo que sucede en la Mulomedicina Chironis, que en un
fragmento recoge siete tipos de maleus (Chiron 168 [3.3] sunt autem genera huius morbi maleos
numero VII: humidus, aridus, succutanus, articularis, elefantiotes, subrenalis, farciminosus), pero en
otro posterior solo menciona cuatro: Chiron 350 (4.23) sunt autem genera maleos 4or: humida, arida,
articularis et succutana. No hay que descartar además que en estos tipos y descripciones antiguos
haya interferencias de lo que hoy consideramos patologías distintas (piénsese por ejemplo en la
variedad elefantiotes).

En estos textos la causa de la enfermedad es la putrefacción de la sangre (sanguinis corruptio),


motivada fundamentalmente por la corrupción del aire ambiental que entra en el cuerpo del animal al
respirar. En función de los órganos y partes del cuerpo a los que afecte la infección, provoca síntomas
característicos, que en la descripción más completa, correspondiente a la Mulomedicina Chironis
(164-204), son flujo nasal a veces sanguinolento, tos, respiración dificultosa, contracción de los
costados, afección pulmonar, rigidez del dorso y el cuello, inflamación de ganglios linfáticos, pústulas
y erupción cutánea con supuración, durezas en la piel, o tumores en distintas partes del cuerpo, como
cabeza, patas, testículos y miembro sexual (varios de estos síntomas coinciden con los de la actual
linfangitis epizoótica o pseudomuermo). La curación de la enfermedad se basa en la sangría, la
cauterización, la administración de bebidas medicamentosas, y la actividad al aire libre. Síntomas y
curación, por otra parte, son similares a los que encontraremos más tarde en los escritos
bajomedievales.

En la actualidad se sabe que el agente causal del muermo es la bacteria Burkholderia mallei (antes
Pseudomonas mallei), que en los caballos provoca básicamente tres formas del mismo: nasal,
pulmonar y cutánea, con nódulos purulentos o sanguinolentos, tumefacciones de ganglios y vasos
linfáticos, abscesos y úlceras en diversas partes del cuerpo, además de inflamaciones en las
articulaciones, edemas y orquitis. La enfermedad puede transmitirse al hombre y a otros animales a
través de la inhalación, la ingestión o el contacto cutáneo.

En cualquier caso, en el capítulo De maleos del libro III, la Mulomedicina Chironis detalla una
relación de síntomas generales y comunes que permiten identificar el muermo en los caballos (182
multis enim generibus hic morbus in corporibus aliter obscura signa demonstrat. Quare necesse
habebimus nihil intermittere, sed omnia plenius demonstrare. Sic enim intelligimus animal morbidum
esse: “en efecto esta enfermedad de muchos tipos presenta en los cuerpos signos oscuros de distinta
clase. Por ello necesariamente no tendremos que omitir nada, sino mostrar todo claramente”). Entre
dichos síntomas se señalan unos tubera… durissima que parecen draconationes:

Chiron 183
cibum et potum cottidianis diebus non recusat (sc. equus), in corpore demonstrare solet tubera in
lateribus uel in cruribus uel in testibus aut in ceruice durissima, tanquam draconationes.
“(el caballo) no rechaza comer y beber, <y> suele mostrar en su cuerpo, en los costados, en las patas,
en los testículos o en la cerviz, unos tumores durísimos, como draconationes”.

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El mismo símil aparece en otros dos lugares de la obra.

Draconatio es desde un punto de vista formal un calco del término griego dracontiasis, construido
con el sufijo –tio, que fue empleado en el latín de la Medicina, y particularmente en el de la Medicina
veterinaria, para construir calcos léxicos sobre términos griegos que llevaban el sufijo de acción
equivalente –sis (–tis).

En la Antigüedad griega, esa afección es mencionada ya por Plutarco (Moralia 8.9.733 B1), por
Galeno (Gal. 8, 392-393 K: De locis affectis 6; Gal. 19, 449 K: Definitiones medicae 187; ps. Gal.
14, 779-780 K: Introductio seu medicus 18: Περὶ τοῦ δέρματος παθῶν, y 19: Περὶ χειρουργίας εἰδῶν2)
y por Rufo de Éfeso (Ruf. Quaest. med. 65-69). Pero en la literatura médica griega las descripciones
más completas de la enfermedad son las de Aecio (s. VI) y Pablo de Egina (s. VII), que atribuyeron
su causa a reptiles similares a las lombrices intestinales (de ahí el nombre de δρακόντιoν, dracontion
‘gusanillo’, ‘pequeña serpiente’), aunque el segundo recogió también una interpretación de Sorano
de Éfeso (s. II) que la hacía similar a un nervio:

Aet. 14,85 Calà 3:


Περὶ τῶν ἐν σκέλεσι καὶ βραχίοσι δρακοντίων Λεωνίδου
Τὰ λεγόμενα δρακόντια παρωμοιώται τοῖς ἐν ἐντέροις γινομένοις ἕλμινσι, καὶ ποτὲ μὲν μεγάλα, ποτὲ
δὲ μικρὰ εὑρίσκεται, πλεονάζει δὲ περὶ κνήμας, ἐνίοτε δὲ καὶ περὶ τοῦς βραχίονας γίνεται ἐν τοῖς
μυωδεστέροις τόποις, καὶ μᾶλλον ἐπὶ παιδικῆς ἡλικίας τοῦτο συμβαίνει. ἐν δὲ τῇ Αἰθιοπίᾳ καὶ τῇ τῶν
Ἰνδῶν χώρᾳ τὸ πάθος μᾶλλον συνδερεύει. ἡ δὲ γένεσις παραπλήσια ταῖς πλατείαις ἕλμινσι γίνεται.
ζῶντα γὰρ κινεῖται ὑπὸ τὸ δέρμα μηδὲν χαλεπὸν ἐμποιοῦν, τῷ δὲ χρόνῳ κατά τι πέρας τοῦ δρακοντίου
πυοποιοῦται ὁ τόπος καὶ τὸ δέρμα ἀναστομοῦται καὶ ἔξω προέρχεται ἡ τοῦ δρακοντίου ἀρχὴ.
ἑλκομένον δὲ τὸ δρακόντιον πρὸς τὴν κομιδὴν ἀλγηδόνα ἐμποιεῖ καὶ μάλισθ’ ὅταν τῇ τοῦ ἕλκοντος
βίᾳ ἀποκοπῆ.
“Los llamados dracontia son similares a las lombrices, y se encuentran a veces mayores y a
veces menores, y más frecuentemente en las piernas, pero a veces también están en las partes
musculosas de los brazos, y aparecen sobre todo en los niños. Nacen en Etiopía y en India. Y su
generación es similar a la de las lombrices en el vientre. Estando vivos, se mueven bajo la piel sin
causar ninguna molestia, pero al cabo del tiempo cerca del extremo del dracúnculo supura el lugar, se
abre la piel y sale la cabeza del dracúnculo. Y si se extrae, produce dolor, sobre todo si al ser extraído
con fuerza, se rompe.”
Aeg. 4,58:
Περὶ δρακοντίων
Ἐν Ἰνδικῇ καὶ τοῖς ἄνω τῆς Αἰγύπτου τόποις τὰ λεγόμενα δρακόντια συνίστανται, καθάπερ ἑλμινθώδη
τινὰ ζῷα, ἐν τοῖς μυώδεσι τῶν μορίων, οἷον βραχίοις, μηροῖς, κνήμαις, ἐπὶ δὲ τῶν παιδίων καὶ
πλευροῖς, ὑπὸ τῷ δέρματι συνιστάμενα καὶ κινούμενα σαφῶς· εἶθ’ ὅταν χρονίσῃ, κατά τι πέρας τοῦ
δρακοντίου πυοῦται ὁ τόπος, καὶ τοῦ δέρματος ἀναστομουμένου ἔξω προέρχεται τοῦ δρακοντίου ἡ
ἀρχή, ἑλκόμενον δὲ τὸ δρακόντιον ἀλγηδόνας ἐμποιεῖ, καὶ μάλιστα ὅταν ἀπορραγείη. […]
ὁ δὲ Σωρανὸς οὐδὲ ζῷον τὴν ἀρχὴν ἀλλὰ νευρίου τινὸς σύστασιν οἴεται τὸ δρακόντιον
δόκησιν μόνον ἐμποιοῦντος τοῦ κινεῖσθαι.
“En India y en las regiones altas de Egipto se generan los llamados dracúnculos, unos animales
similares a las lombrices en las partes musculosas, los brazos, las piernas y las corvas. Y en los niños
también en los costados bajo la piel se instalan y se mueven manifiestamente. Luego cuando pasa el
tiempo, cerca del extremo del dracúnculo el lugar supura y, abierta la piel, sale fuera el principio del
dracúnculo. Y cuando se extrae, produce dolor sobre todo cuando se rompe. [...] Por su parte Sorano
cree que el dracúnculo no es un animal, sino algún nervio, y que da lugar a esta opinión solo porque
se mueve.”

3
Transcripción de Irene Calà (Universidad de Múnich) a partir de los manuscritos Laur. Plut. 75.2, Laur. Plut. 75.21,
Par. gr. 2191, Vat. gr. 297, Vind. med. gr. 6, Vat. gr. 298, Laur. Plut. 75.7, Laur. Plut. 75.13, Vat. gr. 282, Ath. Vatopedi
A 29, Ath. Lavra 718, Par. Suppl. gr. 632, Par. gr. 2194, Par. gr. 2192, Vind. Med. gr. 12, Bodl. Canon. gr. 109. He
introducido algunas modificaciones en la puntuación.

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Directamente desde estas fuentes griegas, y muy especialmente a través de la recepción de la obra de
Pablo de Egina, la descripción de esta enfermedad habría llegado a las obras árabes, cuyas versiones
latinas le dieron el nombre de vena exiens, vena medeni, o vena ciuilis.

[Para la Medicina actual la dracontiasis, dracunculiasis o dracunculosis es una infección producida


por el Dracunculus Medinensis o gusano de Guinea, que puede afectar a humanos o a animales (véase
al respecto ICD-10 Version: 2016: <http://apps.who.int/classifications/icd10/browse/2016/en#/B65-
B83>).

Que las descripciones antiguas griegas respondan realmente a una auténtica dracontiasis, tal como se
entiende en la actualidad, o también a algún otro tipo de infección por parásitos, como una miasis,
una filariasis o una larva migrans, por ejemplo, no podemos saberlo].

Así pues, con ese término draconatio la Mulomedicina Chironis estaba identificando las hinchazones
subcutáneas del muermo con aquellas protuberancias que producían los δρακόντια bajo la piel en
aquella afección denominada dracontiasis en fuentes griegas,

A ello se añade que los testimonios de la tradición griega sobre la dracontiasis humana ofrecen
elementos en común con las lesiones causadas por el muermo que describía la Mulomedicina
Chironis: en efecto, si el escrito latino hablaba de tubera y uenas curuas… et tumentes en los caballos,
Plutarco hablaba de inflamaciones (PLUTARC. Moralia 8, 9 φλεγμονὰς) y Galeno de varices (GAL.
14.779-780 K τά τε λεγόμενα δρακόντια ὅμοιά ἐστι τοῖς κιρσοῖς). Si el muermo en los animales podía
afectar a costados y extremidades (CHIRON 183 tubera in lateribus uel in cruribus uel…), también la
tradición griega transmite que la dracontiasis en el hombre puede afectar a las piernas (además de a
los brazos) y, en los niños, a los costados: GAL. 8.392-393 K ἐν ταῖς κνήμαις; AET. 14.85 πλεονάζει
δὲ περὶ κνήμας, ἐνίοτε δὲ καὶ περὶ τοῦς βραχίονας; AEG. 4, 58 οἷον βραχίοις, μηροῖς, κνήμαις, ἐπὶ δὲ
τῶν παιδίων καὶ πλευροῖς; PLUTARC. Moralia 8.9 δρακόντια μικρὰ τὰς κνήμας διεσθίοντα καὶ τοὺς
βραχίονας ἐξέκυψεν. Y en ambos casos se produce la aparición en las lesiones cutáneas de fluidos
resultantes de la infección: CHIRON 687 membranum liuidum inflatum humore plenum: AET. 14.85
τῷ δὲ χρόνῳ κατά τι πέρας τοῦ δρακοντίου πυοποιοῦνται ὁ τόπος; AEG. 4, 58 εἶθ’ ὅταν χρονίσῃ, κατά
τι πέρας τοῦ δρακοντίου πυοῦται ὁ τόπος.

El referente de la dracontiasis griega era, por tanto, muy adecuado para establecer la comparación
con los efectos cutáneos del muermo.

El paso a la Edad Media latina:

En la transición de la Antigüedad Tardía al período altomedieval, ese término draconatio debió de


perderse, pues no volvemos a encontrarlo en ningún testimonio de Medicina humana o veterinaria, ni
siquiera en los importantes testimonios mencionados procedentes ya de la Baja Edad Media. La razón
parece clara: se trata de un tecnicismo difícil, de creación tardía, cuyo referente no era tampoco una
enfermedad muy habitual en humanos o animales en el ámbito occidental. A ello se añade que la
transmisión de la disciplina y sus aspectos técnicos fue durante siglos, como se ha dicho, oral,
realizada en entornos extra-académicos por un colectivo no siempre muy letrado, que recurriría a
términos más bien procedentes de la lengua cotidiana y vulgar, y a denominaciones metafóricas
basadas en referentes más usuales.

Pero, en ese sentido, sí hubo un término común que, recogiendo de alguna manera aquella metáfora
de las draconationes en el muermo, sirvió para designar no solo los síntomas o efectos sino la

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enfermedad misma, y ello durante toda la Edad Media, aunque en los primeros siglos tengamos
escasísimos testimonios: vermis (‘gusano’).

El manuscrito de París, BN, lat. 6862, datado entre el segundo cuarto del siglo IX y principios del X y
de contenido exclusivamente médico, transmite, entre unas anotaciones marginales con distintas
curas (ff. 3-24), una dedicada Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus (sic) (14v),
seguida de otras dos para el mismo fin, y de una potio ad farcino (sic). Además, el conjunto de recetas
ofrece también en los folios 5v y 7v otras dos encabezadas respectivamente por los títulos <A>d
uermes <i>n homine aut in caballo y Ad uermes qui in homines (-s supr. lin.) sunt:
5v
<A>d uermes <i>n homine aut in caballo
Herba cromella, qui simulat piso aut uicia quando nascit, in luna decurrente cum uino forte dabis
bibere; mirum est.
7v
Ad uermes qui in homines sunt
Folia de pescario manipul. I, lacte capruno staupos iii, bulliat usque ad unum staupum ueniat et sic
bibat.

14v
Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus
Ipsi uermes nascuntur ex <s>anguine uiscido et nunquam a foris parent, sed per carnem deintus de
loco in loco mutationem faciunt et uulnerant cutem. Saniolas paruas emittunt. Curabitur sic: In initium ipsa
foramina ex melle inunges, et sic de puluere clauellata supermitte: uermes occidit et uulnus sanat.
Item
Radice maritima, bla[b]donna nigra, cromella, ana teris; cum piper in ceruesa leuante bibat.
Item
Centaurea, linoagreste, bramsida, coculbraca, agrimonia, cum piper teris; addis mel et uino; sepius
bibas.
Item potio ad farcino
Vetonica, camitrius, pipenella, agrimonia, millefolium, plan<ta>gine, cardone follinicio, coculopane;
radices earum et folia, ana manipulum I, teris cum mulsa luna decurrente; bibis per dies plures.

Este testimonio del manuscrito de París (cuyas recetas se encuentran recogidas también en otras dos
compilaciones altomedievales de tipo médico, transmitidas en manuscritos de hacia el siglo IX)
establece claramente la sinonimia entre farciminum y uermes carnales o simplemente uermes, y
ofrece la atribución del farciminum a los humanos, además de a los animales, como se deduce de los
tituli de las curas: Ad farcim, id est uermes carnales in homines uel pecus; <A>d uermes in homine
aut in caballo; Ad uermes qui in homines sunt. Dicha atribución a los humanos en un texto latino de
esta época resulta sumamente sorprendente, puesto que no se encuentra en la Antigüedad en los
tratados de Veterinaria ni tampoco en escrito alguno de Medicina humana, siendo el muermo una
enfermedad característica de los caballos y otros animales, aunque en la actualidad se sabe que es
transmisible a los humanos.

La denominación del muermo en estos testimonios coincide totalmente, pues, con la que encontramos
siglos después en los tratados de la Baja Edad Media mencionados, y a ellos debió de llegar por vía
oral más que escrita, transmitida durante años por los colectivos de veterinarios o hipiatras. Tal
pervivencia en el tiempo viene a demostrar que la percepción de los efectos cutáneos del muermo fue
la misma durante toda la Edad Media latina.

Resulta evidente, pues, que, contrariamente a lo que sostenía Bertapaglia, el ‘mal del vermo’ no es la
misma enfermedad que la passio bouina de Albucasis: esta parece ser una filariasis, pero la

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denominación de ‘mal del gusano’ no responde a ella en absoluto, siendo más bien un nombre
metafórico, como lo era también farciminum, del muermo (al que ciertamente los bóvidos son más
resistentes que otros animales). A la confusión, obviamente pudieron llevar las descripciones de la
dracontiasis ofrecidas por los autores árabes, que en sus difundidas versiones latinas aclaraban que se
trataba de un uermis generatus inter cutem humani corporis et carnem (Albucasis) o inter cutim et
carnem uermis (Avenzoar), unidas a la explicación de su generación por humores pútridos (Albucasis
Cyrurgia 2,94: generatio eius est ex putredine quorundam humorum; Liber Practice 31,2,13:
generatur ex eodem humore…) y a la utilización de procedimientos parecidos de curación, entre ellos
el cauterio.

Referencias bibliográficas

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Leiden - New York - Köln 1995.
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rurale, forestale, civile e domestica: pastorizia; veterinaria; zoopedia; equitazione;
coltivazione degli orti e dei giardini; caccia; pesca; legislazione agraria; igiene rustica;
architettura rurale; arti e mestieri più comuni e più utili alla gente di campagna, ec.
Compilato sulle opere dei più celebri autori italiani e stranieri da una società di dotti e
agronomi, 26.2, Venezia 1850.
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Comunicaciones

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Bloque A:
Las Ciencias Veterinarias
en Castilla-La Mancha

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LA MESTA DE ALCARAZ.

Serral Quiles, José Tomás (1); Ortiz Valenzuela, Elena María. (2)

(1) Licenciado en Veterinaria. Máster en alimentación mediterránea. Máster en


seguridad, salud en el trabajo y prevención de riesgos laborales.
Dirección: Calle Santa Ana Nº 10. C.P. 18840 Galera (Granada).
Teléfono: 660832966. Email [email protected].
(2) Licenciada en Veterinaria. Universidad de Córdoba.
Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Universidad de Córdoba.
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. Dos especialidades.

RESUMEN:
Alcaraz, en los confines de la Diócesis de Toledo, tuvo el privilegio de organizar las
mestas castellanas más antiguas de las que se tienen referencias escritas.

Las conquistas del arzobispo de Toledo, Ximénez de Rada, apuntalan el poderoso y


extenso Alfoz de Alcaraz en la encrucijada de cuatro cuencas hidrográficas.
Su alto valor estratégico, le dará a Alcaraz un gran protagonismo como atestiguan su
fuero, tratado, la Cantiga 178 de Santa María y un privilegio para hacer mesta que data
del 17 de octubre de 1266.
Palabras clave: Mesta, Alcaraz, antiguo, privilegio.
Abstract:

Alcaraz in the confines of the Diocese of Toledo, had the privilege of organizing the
oldest Castilian mestas of which have written references.
The archbishop's conquests of Toledo, Ximénez de Rada, underpin the powerful and
extensive Alfoz de Alcaraz at the crossroads of four river basins.
Its high strategic value, gave Alcaraz a great role as witnessed by his jurisdiction, treaty,
the Cantiga 178 of Santa Maria and a privilege to make a table dating from October 17,
1266.
Keywords: Mesta, Alcaraz, old, privilege.

Alcaraz en manos Cristianas.


Alcaraz aparece citada en un documento de 1169 por el que el Rey Lobo entrega esta
plaza a Castilla en prenda de un pacto de protección. Se encontraba asediado por Alfonso
II de Aragón que le atacaba por el norte; los almohades que no dejaban de presionar por
el sur y enemistado con su suegro, el Señor de Segura, quien finalmente recupera su
castillo para el califa almohade en 1172.

En 1212 tiene lugar la batalla de Las Navas de Tolosa, pero la disentería y el hambre no
deja rentabilizar la victoria cristiana, debiéndose retirar los reyes cristianos a sus cuarteles
de invierno. Llegada la primavera, el rey castellano Alfonso VIII se dirige a la fortaleza
de Alcaraz, y tras un asedio, la plaza se entrega. Entra en ella el 23 de mayo de 1213 por
la puerta de Granada junto al Obispo de Toledo Don Rodrigo Ximénez de Rada, quien
consagra la mezquita a San Ignacio de Antioquía, obviando aludir a cualquier huella

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cristiana del pasado para así obtener una Bula de Inocencio III con la que anexionar a la
mitra de Toledo, algunas iglesias se la antigua diócesis de Mentesa.
Las hambrunas obligan al Rey a cejar en sus propósitos dejando como defensor de la
Frontera al valeroso arzobispo quien en sucesivas campañas acaba incorporando a Toledo
tierras tan alejadas como Cazorla o Huéscar, asegurando con ello el poderoso y
extenso Alfoz de Alcaraz, que siendo encrucijada de cuatro cuencas hidrográficas
(Guadalquivir, Guadiana, Júcar y Segura), alcanza un alto valor estratégico y por ello
gran protagonismo. Alfonso VIII le otorgó un fuero y tuvo intención de darle realengo
para convertirla en cabeza de Extremadura, su muerte en 1214, se lo impidió.
Fernando III otorga el 3 de febrero de 1219 en Saldaña un privilegio eximiendo de pagar
portazgo en todo el reino a los pobladores de Alcaraz, es renovado en Burgos en1233 y
el 10 de agosto de 1254 por su hijo Alfonso X aunque excluye de la exención las ciudades
de Toledo, Sevilla y Murcia. El 16 de agosto de 1222 otorga otro privilegio a la Orden de
San Juan confirmando de la ermita de Nuestra Señora de Cortes con una dehesa aneja que
pertenecía a la citada orden desde 1214.
A comienzos de 1243, el emir de Murcia, apremiado por la Orden de Santiago y del reino
nazarí de Granada, envía a su hijo a Burgos para negociar vasallaje a Fernando III, quien
convaleciente de hidropesía, envió al infante Alfonso al mando de un ejército. En Alcaraz,
sobre el 2 de abril de 1243, estamparon sus rúbricas el futuro rey Alfonso X y varios
representantes musulmanes de los linajes señoriales del reino de Murcia. El tratado
permitía la entrada de tropas castellanas en los principales castillos murcianos. Las
poblaciones de Lorca, Mula y Cartagena no aceptaron el tratado por lo que fueron
conquistadas.
El futuro rey sabio, debió conocer lo que en Alcaraz sucedía, así la Cantiga 178 de Santa
María cuenta la historia del niño de Alcaraz al que su padre diera una mulilla y se le
murió, y la encomendó a Santa María de Salas y se levantó sana después de tener las dos
patas de atrás desolladas y le dio entonces de comer, y la mulilla comió, y todos loaron a
la Virgen. Es curioso eso de que hasta que la mula no come no la dan por curada, aún
hoy, se sigue dando esa creencia entre personas muy apegadas al mundo rural.
Se conservan una carta de 1244 por la que el infante don Alfonso da Tobarra a Alcaraz a
cambio de otras dos y otra carta de Fernando III, en 1251, devolviendo a Alcaraz las
aldeas segregadas y estableciendo normas de bien gobierno. En Segovia, el 22 de julio de
1256 Alfonso X otorga un Privilegio rodado concediendo a Alcaraz el fuero real y varias
mercedes a los caballeros que tuvieran sus casas dentro de las murallas.
Los musulmanes murcianos y andaluces, se rebelan contra Castilla, para sofocar la
revuelta, Alfonso X el Sabio hubo de solicitar la ayuda de su suegro, Jaime I. Las tropas
cristianas consiguen someterlos en 1266, dejando libre al monarca de cumplir lo tratado
en Alcaraz, pudiendo dar comienzo la “castellanización” de los territorios con proyectos
como la “restauración” del obispado de Cartagena, la creación de la Orden Militar de
Santa María de España, repartimientos de tierras para atraer pobladores y la mesta de
Alcaraz a semejanza de las de Cuenca y Alarcón tal y como manda en el privilegio que
sigue:

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La mesta castellana más antiguas de la que se tiene referencia escrita.


La carta que otorga mesta a Alcaraz fue
firmada el 17 de octubre de 1304 años de
la era de Augusto que se corresponde con
el 1266 de Jesucristo, siendo confirmada
por Juan I en Burgos a 7 de agosto de 1379, Juan II en la villa de Guadalajara a 19 de
diciembre de 1415, Enrique IV en Valladolid a 30 de enero de 1481 (de la que conservan
copia en el Archivo de Alcaraz) y por Felipe II en Madrid a 13 de agosto de 1563 que se
conserva en el Archivo de Simancas y del que a continuación doy algunos detalles:
Numerado con CCLXI, con título Privilegio
a los pastores y vaquerizos de la villa y aldeas
de Alcaraz, concedido por el Rey Alfonso X
el Sabio. En el libro núm 253 artículo 9 de
privilegios y confirmaciones dice: “Sepan
cuantos esta carta vieren como Nos Don Alfonso por la gracia de Dios Rey de Castilla de
Toledo de Leon…vimos una carta del Rey Don Alfonso nuestro bisabuelo escrita en
pergamino de cuero é sellada con su sello de cera colgado fecho en esta guisa:…que
mando é otorgo ávos los pastores é vaquerizos de Alcaraz tan bien de la villa como de las
aldeas que fagades Mesta tres veces en el año una por el San Juan otra por Santa Maria
de mediado Agosto é otra por el San Miguel é que la fagades en los Forcajos de
Guadalmena… E mando que fagades cuatro Alcaldes dos de los pastores é dos de los
vaquerizos cuales los de la Mesta… é que fagades de lo que menguaren segum vuestra
vecindad de Cuenca é Alarcon…Dada en Sevilla El Rey la mandó Domingo diez y siete
dias de Octubre Era de mil trescientos é cuatro años…”.
El lugar donde se inició la mesta fue en el
Horcajo a orillas del río Guadalmema,
aunque la pedanía que ha conservado el
topónimo es la Mesta, junto al río del
mismo nombre, ambos lugares pertenecen
a Alcaraz y están casi despoblados. En
cuanto a las fechas de realización San Juan
(24 de junio), La Asunción (15 de agosto) y San Miguel (29 de septiembre), siguen siendo
fechas que marcan los cambios de contrato de pastos y los pastores.
En ese mismo número 261, también están transcritas las confirmaciones del citado
privilegio por: Alfonso XI, Valladolid 26 de Julio de 1335. : “…E agora los pastores é
vaquerizos é cabroneros del dicho lugar de Alcaráz enviaronnos á pedir merced que les
confirmásemos la dicha carta… é sea guardada en todo bien é complidamente segun que
en ella se contiene é segun que les fué guardada é usaron della en tiempo del Rey Don
Alfonso nuestro bisabuelo é del Rey Don Sancho nuestro abuelo é del Rey Don Fernando
nuestro padre que Dios perdone E sobre esto mandamos á los Alcaldes Alguaciles del
dicho lugar de Alcaráz é á todos los otros Alcaldes Jurados Jueces Justicias Merinos
Alguaciles Maestres de las órdenes Comendadores é Subcomendadores é á todos los otros
oficiales de las villas é lugares de nuestros Reinos… Dada en Valladolid á veinte y seis
dias de Julio Era de mil é trescientos é setenta é tres años”.

Pag. 61
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El rey justiciero, dice que en tiempos de Sancho IV y Fernando IV también se hizo uso
de ella y lo extiende a los alcaldes, merinos, comendadores, etc. del reino. Doce años
después haría la reglamentación de toda la mesta.
Alfonso VIII murió en 1214 y por tanto la carta a la que se hace referencia es anterior a
la fundación de la casa de ganaderos de Zaragoza, en 1218, por el rey Jaime I, que por
algunos, es considerada la mesta más antigua de España. Si bien, se trataba de un gremio
de ganaderos, siendo el concepto de mesta muy distinto en Castilla.
Por privilegio de Alfonso X el Sabio, concedido en Gualda, el 2 de agosto de 1273, las
agrupaciones de pastores y ganaderos de León y de Castilla se fusionaron en la "Real
sociedad de ganaderos de la Mesta", otorgándoles importantes privilegios como la
exención del servicio militar, de testificar en los juicios, derechos de paso y pastoreo, etc.
Se crea de este modo el Honrado Concejo de la Mesta de Pastores, aunque su
denominación y reglamentación es de 1347, reinando Alfonso XI.

La mesta traería prosperidad, lo que permitió construir el magnífico conjunto monumental


al que tanto aportaron los Vandelvira, ilustres arquitectos de Alcaraz.

Otros documentos medievales alcaracenses.


1263, marzo, 13, Sevilla. Alfonso X nombra cinco árbitros para acabar de manera
amistosa el pleito por los términos entre Alcaraz y la Orden de Santiago. Archivo
municipal de Alcaraz Sign. 106-0-124.
1268, marzo, 6. Jerez. Compraventa otorgada por el moro Aboaballa, hijo del Alcayat de
Albacete, de la aldea de Sierra, que el rey le concedió, a favor del concejo de Alcaraz. Es
carta partida por letras y contiene texto bilingüe, en castellano y árabe.
1268, marzo, 7. Jerez. Privilegio Rodado de Alfonso X instituyendo dos ferias de quince
días en Alcaraz, por la Cingelina y por San Miguel. AHP Albacete.
1272, febrero, 28. Murcia. Privilegio Rodado de Alfonso X El Sabio, concediendo a la
villa de Alcaraz los mismos derechos y franquezas que tenía el concejo de Cuenca. AHP
Albacete.
1272, julio, 5. Huete. Privilegio rodado de Alfonso X concediendo a los caballeros que
viven dentro de los muros exención de pechos, pedido y el servicio prometido; y a los de
los arrabales y a las viudas y huérfanos de caballeros, que sean quitos de todo pecho y
puedan excusar a sus apaniaguados. No se conserva original. Queda un traslado de 1542
en la Chancillería de Granada. De la misma fecha y contenido una carta plomada.
1286. Privilegio del rey don Sancho en que dio la mitad de Orçera a Alcaraz.
1287, enero, 27. Valladolid. Privilegio Rodado de Sancho IV, confirmando otro de
Alfonso X, dado en Murcia en febrero de 1272, por el que se otorga a Alcaraz las
primitivas franquezas del fuero de Cuenca y diferentes mercedes a sus caballeros y
vecinos. Entre ellas, concede que de los impuestos que Alcaraz pague al rey, se quede la
villa con el diezmo. AHP Albacete Carp. de privilegios nº 44. Hubo una confirmación de
este privilegio por Fernando IV dada en Valladolid el 15 de marzo 1296.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

1287, enero, 27. Valladolid. Sancho IV confirma la carta de Alfonso X que inserta (1271,
abril, 5. Murcia) concediendo a los caballeros de Alcaraz que puedan tener excusados y
que los vecinos de cercas adentro no paguen impuestos, salvo moneda. No hay original.
Se conoce el documento por el traslado de 1542 en la Chancillería de Granada.
1287. Una confirmación de Sancho IV de la merced de Alfonso X por el trueque de
Tobarra.
1299, junio, 15. Burgos. Fernando IV reconoce la exención de impuestos de Alcaraz y
ordena que los vecinos no sean prendados salvo por deuda propia.
1300, noviembre, 15. Fernando IV. Que no sean prendados los bueyes e bestias de arada
por ninguna persona.

Documentos en la edad moderna custodiados en el Archivo de Simancas


que se refieren a Alcaraz y su mesta.
Prohibición de repartimiento al concejo de la Mesta por Alcaraz, para que la ciudad no
haga repartimiento sobre el concejo de la Mesta, sin licencia de SS. AA.-Consejo. Écija
31 de enero de 1490. ES.47161.AGS//RGS,LEG,149001,98

Comisión al corregidor de Alcaraz, a petición de los dueños de ganados de dicha ciudad


y de su tierra, sobre que los del lugar de Robledo se quieren eximir de la Mesta. Sevilla
23 de marzo de 1491. ES.47161.AGS//RGS,LEG,149103,423
Emplazamiento a los dueños de ganados de Alcaraz, a petición del concejo de
Villarrobledo, por cuestión de hacer mesta con sus ganados sin atender a los privilegios
que tienen. Córdoba 11 de agosto de 1491. ES.47161.AGS//RGS,LEG,149108,138

Que se guarde una ordenanza que tenía la ciudad de Alcaraz sobre que "qualquiera que
matase lobo ó sacase lechigada de lobos le diesen cinco reales de plata" ya que estos
animales les matan el ganado necesario para el sustento de sus vecinos. Valladolid 16 de
marzo de 1496. ES.47161.AGS//RGS,LEG,149603,28

Que se guarden y cumplan los privilegios que los hermanos del Concejo de la Mesta
tienen en la ciudad de Alcaraz, toda vez que se hubiesen revisado. Real Cancillería de los
Reyes de Castilla., Granada 7 de agosto de 1500. ES.47161.AGS//RGS,LEG,150008,277

1575. El procurador síndico de la ciudad de Alcaraz contra los regidores, escribanos,


alcaldes de la Mesta y otros oficiales de dicha ciudad, sobre talas y cortes que hacen en
los montes comunales. ES.47161.AGS//CRC,267,14
1571 - 1596. Residencia tomada por el licenciado Medina a los escribanos de número, de
concejo, de la Mesta, de rentas y otros de la ciudad de Alcaraz y su tierra.
1-7.- Autos, diligencias, cargos, interrogatorios. 1575-1576.
8.- Documentación acumulada a los cargos. Procesos judiciales de Alcaraz.
Cuentas. 1571-1574.
Continua la residencia los escribanos de Alcaraz del legajo 306.
1.- Proceso de Luis de Quevedo y Haro, vecino de Alcaraz, con el
escribano Juan de Peñafiel.
2.- Documentos sueltos de la residencia. Esta residencia comprende
306bis 1 y 2. ES.47161.AGS//CRC,306,1 y bis.

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Anexo I. Fuero y algunos de los privilegios rodados de Alcaraz.

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AGRAMA: 55 AÑOS AL SERVICIO DE LA GANADERÍA MANCHEGA.


Gallego Soria, Roberto1; Arias Sánchez, Ramón2; Pérez-Guzmán Palomares, Mª
Dolores2; Arenas Macías, Rosario1; Montoro Angulo, Vidal3
1. Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de raza Manchega
(AGRAMA). Avenida Gregorio Arcos, nº 19. 02005. Albacete. [email protected]
2. Centro Regional de Selección y Reproducción Animal (CERSYA-IRIAF). Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha.
3. ETSIA e IREC (CSIC, UCLM, JCCM). Departamento de Ciencia y Tecnología
Agroforestal y Genética. Universidad de Castilla-La Mancha
RESUMEN
La caracterización e inicio de las actividades de selección de la oveja manchega tienen
referencias de más de dos siglos. Sin embargo, hasta bien entrado el siglo XX la
morfología de la raza y sus objetivos de mejora estuvieron sujetos a diversos avatares. En
este proceso, los ganaderos de manchego contaron fundamentalmente con el apoyo de
dos entidades (La Asociación General de Ganaderos y el Sindicato Nacional de
Ganadería) y de las administraciones locales y nacional. Estos antecedentes y las
actividades desarrolladas (particularmente las de registro y control de producciones y la
participación en certámenes ganaderos) propiciaron que un grupo de ganaderos fundaran
la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Manchega
(AGRAMA) en septiembre de 1964 en la localidad toledana de Quintanar de la Orden.
Se hace un recorrido sobre el papel desarrollado por la Asociación en el contexto
ganadero nacional, destacando los logros alcanzados más importantes en beneficio de la
selección, mejora de la producción y de las condiciones de trabajo de las ganaderías.
SUMMARY
The characterization and initiation of the activities of selection of the Manchego sheep
have references of more than two centuries. However, until well into the twentieth
century, the morphology of the breed and its improvement objectives were subject to
various avatars. In this process, Manchego farmers mainly had the support of two entities
(The General Livestock Association and the National Livestock Union) and local and
national administrations. These antecedents and the activities developed (particularly
those of registration and control of productions and the participation in livestock
competitions) led to a group of cattlemen founding the National Association of Breeders
of Select Sheep of Manchega Breed (AGRAMA) in September 1964 in the Toledo town
of Quintanar de la Orden.
A tour is made about the role developed by the Association in the national livestock
context, highlighting the most important achievements achieved in benefit of the
selection, improvement of production and working conditions of livestock.
PALABRAS CLAVE
Manchega, selección, mejora
KEY WORDS

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Manchega, selection, improvement


ANTECEDENTES
A lo largo de los más de dos siglos, se han ido sucediendo diferentes episodios
documentados de mejora de ovino que se asocia con la actual raza manchega. No
obstante, hasta después de la segunda mitad del siglo XIX, el objetivo productivo
fundamental era la lana. Boutelou (1805), hizo estudios sobre la producción y calidad de
la lana que se completaron con varias tentativas de mejora por cruzamiento con diferentes
razas, sobre todo importadas. Estas actividades se fomentaron desde la Asociación
General de Ganaderos del Reino (1836-1940) entre otros, que organizaba las
Exposiciones y Concursos Nacionales de Ganado (Mendizábal, 2008). Precisamente en
el III Concurso Nacional (1913), la manchega contó por primera vez con 5 secciones
propias (2 morfológicas y 1 producción de leche) y en el que se mostraron las hojas de
ordeños y medidas zoométricas del ganado inscritos en los primeros núcleos de selección.
De hecho, se puede considerar que el Marqués de Casa Treviño, en 1911, fue el primer
ganadero que realizó control lechero de forma sistemática (124 días) en condiciones de
campo a 595 hembras en la Finca Sancho Rey de Ciudad Real. En declaraciones a un
medio local, llegó a plantear el futuro que pudiera tener la selección de un carácter al
encontrar producciones muy distintas en animales con aparentes características similares.
Posteriormente, simultaneándose con los Concursos Nacionales, se organizó el I
Concurso Regional Feria de Ganado Lanar de Ciudad Real (1919) y un Concurso Especial
de Ganado Lanar Manchego en Madrid, en la Casa de Campo (28 abril al 6 de mayo de
1923), con 17 secciones en su Reglamento (12 morfológicas, 6 para cada variedad) y con
el objetivo fundamental de establecer las características raciales del ganado Manchego.
Se contaba en estos años (1917), con algunos estudios estadísticos sobre la ganadería en
España, como el publicado por el Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General
de Agricultura, Minas y Montes, que nos da una idea del censo y producciones de la raza
a nivel de partido municipal. Se admitían dos tipos (pequeño y grande) y la producción
lechera apenas superaba 0,25 l/día en periodos de ordeño cortos y estacionales. Años más
tarde (1935), se completaron estos datos gracias a las encuestas realizadas por más de
cinco mil veterinarios en nueve mil municipios, determinando un censo de 20 millones
de cabezas de ovino, de los que, aproximadamente 2 millones y medio, eran prototipo
Manchego, aportando datos de producción de leche (el 40% se ordeñaban) (Sierra, 1937).
El ambicioso plan de fomento pecuario de la II República impulsó la creación de una red
de estaciones que reforzarían las actuaciones de la Central de Moncloa (vinculada desde
los años veinte al Instituto Agronómico Alfonso XII). De las 8 creadas en 1934, la
Provincial de Ciudad Real tuvo como función la mejora del ovino manchego, creándose
el rebaño nacional, pieza fundamental en trabajos de investigación y en la difusión de la
raza. Este rebaño se trasladaría al Centro de Selección de Ovinos Karakul en 1959, actual
CERSYRA, en cuya finca, La Nava del Conejo sigue activo bajo la gestión de AGRAMA.
El 6 de diciembre de 1940 se establecen las bases de la Organización Sindical, concebida
como un gigantesco sindicato de productores y no como red de agrupaciones privadas.
En este escenario, y debido al alto valor de la lana, la raza se considera de triple aptitud y
sigue expuesta a multitud de experiencias de cruzamientos promovidos desde el

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ministerio de Agricultura que recurre a la importación desde 1958 de reproductores de


multitud de razas para incremento de lana y carne (Landschaff, Lincoln, Merino Precoz
y Suffolk entre otras). En el caso de la manchega también hubo intentos de selección de
la producción lechera mediante control lechero que inició Durbán, Jefe de los Servicios
Provinciales de Ganadería de Toledo a principio de los años cuarenta que, una década
más tarde, recuperó su sucesor, Alejandro Alonso. Para ello fue fundamental la previa
creación de los Servicios de Mejora Ovina/Ganadera (Cuenca, 1957; Albacete, 1958;
Toledo, 1959; Madrid, 1960; Valencia, 1963 y Ciudad Real, 1966), fruto de Convenios
de Colaboración entre la D.G. de Ganadería y las Diputaciones Provinciales (Montoro y
col. en este volumen). Estos servicios también impulsaron los certámenes ganaderos en
los que los concursos morfológicos y de rendimiento tienen un destacado papel.
Paralelamente el Ministerio de Agricultura desarrolla la ordenación normativa de cría del
ganado, libros genealógicos y comprobación de rendimientos en el territorio nacional.
EL PROYECTO ORIGINAL (1964-1971)
En las conmemoraciones de los XXV Años de Paz (1964) el Sindicato Nacional de
Ganadería, igual que otras instituciones, organizó y participó en numerosas actividades.
Una de ellas fue la I Feria Interprovincial de Ganado Manchego que se celebró en
Quintanar de la Orden (Toledo), del 24 al 26 de septiembre. Un nutrido grupo de
ganaderos se reunió a las 19 horas del 25 de septiembre, en el local de la escuela Nacional,
convocados por D. José María del Águila y Goicoechea, Presidente del Grupo Nacional
de Criadores de Ganado ovino de aptitud mixta. El proyecto original de fundación de la
asociación incluía, entre otros, la propuesta de estatutos y la constitución de la junta
rectora provisional. Estos documentos fueron el resultado de los debates y acuerdo de
reuniones previas celebradas el 28 de mayo, 8 de junio y 3 de julio de ese mismo año.
El proceso en esta fase inicial de constitución comprendía, además, tres aspectos claves:
- Estándar racial: Para el que se solicitó, al Ilmo. Director General de Ganadería,
la creación de una Comisión Técnica de Especialistas que se encargara de su
estudio y descripción, expuesta y debatida con los jefes de los Servicios
Provinciales de Ganadería, los Técnicos de los Libros Genealógicos y una
representación de la Junta Rectora, como representantes de los ganaderos.
- Las bases de la comercialización de las producciones de esta raza, en su afán de
revalorizar el ganado manchego inscrito en el Libro Genealógico, y
fundamentalmente para operaciones de exportación de animales de “vida”, la
apertura de mercados nacionales y extranjeros de animales de alta calidad, el
establecimiento de conciertos con industriales queseros, etc.
- Creación de un Premio promocionado por “Industrial Quesera Española S.A.”
de gran valor por su significado moral pues era la primera oferta de colaboración
de la Industria con los ganaderos para premiar su esfuerzo y profesionalidad, en
la que se pretendía ensalzar la calidad de la leche de la oveja manchega.
Al finalizar dicho acto, se levantó documento que se convertiría en el Acta Fundacional
de Constitución de AGRAMA, cuya sede social quedó vinculada a Madrid (C/ Huertas,
26). Desde ese momento hasta 1971, del Águila ostentó el cargo de Presidente de la
Asociación.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Unos años más tarde, el 27 de marzo de 1969, se aprobó el Libro Genealógico de la Raza
Ovina Manchega, por Resolución de la Dirección General de Ganadería. Los inicios
fueron complicados; un año después de la aprobación solamente contiene 3.037 animales.
EL IMPULSO (1970-1983)
La Orden de 7 de octubre de 1970 aprueba los Estatutos de AGRAMA por la Delegación
Nacional de Sindicatos (B.O.E., de 22 de diciembre de 1970). A partir de ese momento,
se suceden algunos acontecimientos que marcaron el devenir de las Asociaciones de
Criadores y, muy especialmente, de AGRAMA:
- Reconocimiento de Entidad Colaboradora del Ministerio de Agricultura para la
llevanza y gestión del Libro Genealógico (OM 31 de marzo de 1975, conforme al
Decreto 733/1973 sobre Normas Reguladoras de los LLGG y Comprobación de
Rendimientos del Ganado Español
- Entrega efectiva del Libro Genealógico el 15 de abril de 1977
- Estudio y aprobación del grupo de Valoración de Moruecos que se constituyó por 7
ganaderos en 1983. Se crearon los depósitos de sementales mediante cesión por parte
de los ganaderos de aquellos reproductores, en régimen de parada protegida, que se
denominó ESQUEMA 2, desarrollándose pruebas con grupos de 50 hembras
Esos años, la Presidencia de AGRAMA fue afrontada por D. Luis Carrascosa Gullón que
se mantuvo en el cargo hasta 1983 y que, al ser ésta socio fundador de FEAGAS
(Federación de Asociaciones de Ganado Selecto), resultó elegido como el primer
Presidente de esa Entidad (1982)
LA EVOLUCIÓN (1983-1993)
D. Dionisio Moraleda Navas, recogió el testigo de la Presidencia y lo mantuvo durante
los 10 años siguientes (1983-1993). Es en esta época, donde hay dos hechos sucesivos en
los que la organización administrativa ejerce un efecto directo en AGRAMA. A nivel
regional el establecimiento de las CCAA y la transferencia a C-LM de las competencias
agrarias y sus medios, en particular el Centro Nacional de Selección y Reproducción
Animal (CENSYRA) de Valdepeñas (1984). En la escala internacional, fue trascendental
la incorporación de España en las CCEE (1986) con la correspondiente aplicación de las
normas comunitarias, entre ellas la correspondiente a la ordenación pecuaria. El Esquema
de Valoración de Sementales para las razas ovinas de aptitud lechera se aprueba por OM
de 13 de marzo de 1987. Tras varias reuniones (7 de octubre de 1986; 18 de marzo y
noviembre de 1987) se redactó el Reglamento y constituyó la Comisión Gestora del
Esquema de Selección de la Raza Ovina Manchega (ESROM) previo acuerdo de
colaboración entre la Administración Central, Autonómica (Castilla-La Mancha,
fundamentalmente) y AGRAMA.
En 1988 se firma un Convenio de Colaboración entre la Consejería de Agricultura de
Castilla-La Mancha y AGRAMA, con una vigencia de 5 años (1988-1992) para el
desarrollo del ESROM. De esta forma, comienza el ingreso de machos en el Centro de
Inseminación Artificial del CERSYRA de Valdepeñas (se admitieron 69 ejemplares de
los 71 ofertados de 13 ganaderías, hasta el 10/02/1988). Aunque ya se habían realizado
inseminaciones en los años precedentes, realmente es a partir de 1988 cuando se

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

comienzan a utilizar los machos del Centro, realizándose la inseminación de 1.461 ovejas,
de 18 ganaderías, con semen procedente de 21 sementales (Grupo A), con los siguientes
resultados reproductivos: Fertilidad del 32,59 %, Prolificidad del 146.21 % y Fecundidad
con 47,64 corderas/100 ovejas inseminadas. Por otra parte, se constituye una oferta de 26
ejemplares del denominado Grupo B, para su utilización mediante Monta Natural. Estos
trabajos cristalizaron en la publicación del primer Catálogo de Sementales de Raza
Manchega (mayo de 1992) que se puede considerar la incorporación de la raza en el grupo
de vanguardia en selección a nivel internacional.
Desde el año 1993, representada la Presidencia de AGRAMA por D. Antonio Martínez
Flores se han multiplicado las actividades de la Asociación, siendo una de las más
importantes del sector ovino. Para el detalle de los principales logros remitimos a las
memorias anuales disponibles en www.agrama.org.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Durante estos cincuenta y cinco años han sido muchos los ganaderos, mayorales, técnicos,
veterinarios, e incluso, queseros y personal de la Asociación, etc. que han entregado parte
de su vida a la Raza, y con ello, a lo que hoy es el Consejo Regular D.O.P Queso
Manchego e I.G.P. Cordero Manchego. Estamos seguros qué, por mucho esfuerzo e
interés que pusiéramos, siempre nos podría quedar alguien sin mencionar y no sería justo
por nuestra parte, por lo que la historia la hemos contado desde los que ostentaron la
Presidencia de la Asociación, porque fueron y son los representantes que eligieron los
ganaderos. Para finalizar, no quisiera dejar pasar la oportunidad para enviar el
reconocimiento a todos ellos que han hecho, de aquél proyecto, lo que hoy es una realidad.
BIBLIOGRAFÍA
Boutelou, E. 1805. Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos. Núm. 459.
Mendizábal, J.A. 2008. Los concursos nacionales de Ganado (1907-1975). En: Libro de
Actas del XIV Congreso la Asociación Española de Historia de la Veterinaria: 336-342.
Ed. HISVEGA. Lugo.
Ministerio de Fomento. 1920. Estudio de la Ganadería en España. Resumen de memorias
de 1917. Tomo I.
Molina Alañón, M.L.; Gallego Soria, R.; Arias Sánchez, R.; Almarcha Núñez-Herrador,
M.E.; Garde López-Brea, J.J.; Montoro Angulo, V. 2018. Contribución de los veterinarios
en los inicios de la caracterización y organización selectiva de la raza ovina manchega.
XXIV Congreso Nacional y XV Internacional de Historia de la Veterinaria: 225-229. Ed.
Colegio de Veterinarios de Almería.
Montoro Angulo, Vidal; Alonso Núñez, Alejandro; Gallego Soria, Roberto; Molina
Alañón, Maria Luisa; Garde López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado. 2019. El
servicio de mejora ovina de Toledo. El Servicio de Mejora Ovina de Toledo. XXV
Congreso Nacional y XVI Internacional de Historia de la Veterinaria: 5 pp en este
volumen. Ed. Colegio de Veterinarios de Toledo.
Sierra, E. 1938. Estadísticas pecuarias. Ministerio de Agricultura.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

APRISCO (1958-1962): PUBLICACIÓN AL SERVICIO DE LA GANADERÍA


TOLEDANA.
Molina Alañón, Maria Luisa (1); Alonso Núñez, Alejandro (2); Almarcha Núñez-
Herrador, María Esther (3); Garde López-Brea, José Julián (4); Angulo Heras, Conrado
(5); Montoro Angulo, Vidal (6).
1. Servicios Oficiales de Salud Pública. Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha
2. SEIASA.
3. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. Universidad de Castilla-La Mancha.
4. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes e IREC (CSIC,
UCLM, JCCM). Universidad de Castilla-La Mancha.
5. Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
6. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
Dentro de las actividades llevadas a cabo por la Junta Provincial de Fomento Pecuario de
Toledo, se creó la revista Aprisco que tuvo cinco años de existencia (1958-1962) en los
que se editaron diez números. Su director fue el veterinario, jefe del Servicio Provincial
de Ganadería, Alejandro Alonso Muñoz y se publicó por la Diputación Provincial.
Se analiza la estructura, contenido de la publicación y autores más frecuentes de las
diferentes secciones y colaboraciones. Hay que destacar su nivel técnico y divulgativo.
Aunque el objetivo fundacional de Aprisco era el sector ovino, se abordaron otros de la
ganadería provincial, en especial sobre actividades de interés general como ferias y otros
certámenes o actividades asociativas. Buen número de los autores, la mayoría
comprometidos con Toledo por ocupar destinos profesionales relacionados con la
provincia durante aquellos años, son reconocidos en la historia reciente de la Veterinaria.
SUMMARY
Among the activities carried out by the Provincial Board of Livestock Development of
Toledo, the magazine Aprisco was created that had five years of existence (1958-1962)
in which ten issues were published. Its director was the veterinarian, head of the
Provincial Livestock Service, Alejandro Alonso Muñoz and was published by the
Provincial Council.
The structure, content of the publication and most frequent authors of the different
sections and collaborations are analyzed. We must highlight its technical and informative
level. Although the founding objective of Aprisco was the sheep sector, others of the
provincial livestock were addressed, especially on activities of general interest such as
fairs and other competitions or associative activities. A good number of the authors, the
majority committed to Toledo for occupying professional destinations related to the
province during those years, are recognized in the recent history of the Veterinary.
PALABRAS CLAVE:
Aprisco, Junta Provincial de Fomento Pecuario, Veterinarians.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

KEYWORDS:
Aprisco, Provincial Board of Livestock Development, Veterinarians.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PUBLICACIÓN.
Aprisco aparece en junio de 1958 por iniciativa de la Junta Provincial de Fomento
Pecuario de Toledo (JPFP), bajo la dirección del Jefe de los Servicios de Ganadería,
Alejandro Alonso Muñoz, con el objetivo de prestar información y formación al sector
ovino que era el de mayor importancia del momento. Existían publicaciones parecidas en
otras provincias aunque habitualmente abarcaban también a otras especies ganaderas
(Molina y col., 2018) lo que también ocurriría con Aprisco en los últimos números. La
revista se editó en la Imprenta Provincial de la Diputación y tenía inicialmente carácter
gratuito. A lo largo de cinco años se publicaron 10 ejemplares cuya periodicidad fue
variando de trimestral hasta un solo ejemplar (y último) en 1962. No se ha podido precisar
la tirada pero no debía ser inferior a los 500 ejemplares puesto que se distribuía, al menos,
a los servicios de ganadería de todas las provincias españolas y en la de Toledo a todas
las Hermandades locales de Agricultores y Ganaderos, profesionales veterinarios y otras
entidades. Los tres primeros ejemplares se distribuyeron de forma gratuita y el coste de
suscripción anual para el resto se fijó en 60 pts/año.
El formato del Boletín tiene como dimensiones de 2,5x17,2 cm, con portada en papel
satinado a dos tintas, con el título en diagonal en la esquina superior izquierda, el escudo
de la provincia en la parte superior derecha, ambos en rojo. El centro lo ocupa una
fotografía de ovinos y en la parte inferior, el número de ejemplar, mes y año. La
contraportada blanca, incluye en el centro otra fotografía de animales (normalmente
detalle de cabezas), en la parte superior el lema de “Selección-Alimentación-Higiene” y
en la inferior el nombre de la JPFP y su dirección. La impresión es en blanco y negro, con
numerosas fotografías (En más del 70% de las páginas), esquemas, gráficos y tablas. Los
encabezados de los títulos de las diferentes secciones presentan dibujos alegóricos. El
número de páginas oscila entre 48 y 166, estando la media en 75.
ESTRUCTURA Y CONTENIDOS.
La estructura de los ejemplares mantiene varias secciones fijas:
1. Editoriales. Se dedica en la mayor parte de los casos al comentario de temas de
interés coyuntural como el abastecimiento y precio de los productos y materias
primas, el abordaje de la mejora zootécnica, la participación y organización de
certámenes ganaderos (internacionales, nacionales o provinciales) o la creación
de la cooperativa ganadera provincial. Una buena parte del apartado sirve para
celebrar nombramientos y condecoraciones o para recordar fallecimientos de
personas relacionadas con el sector.
2. Ovinotecnia. Es la sección de mayor extensión e incluye artículos dedicados a las
razas ovinas nacionales e importadas, su selección, cruzamiento y alimentación y
a la tipificación de productos (lana, leche y carne).
3. Epizootiología. Como la anterior, de carácter técnico y en ambas hay artículos
originales, traducciones y reediciones de otras publicaciones que ocupan no
menos 15 páginas. Sintetizan aspectos prácticos de las enfermedades infecciosas
y parasitarias (“Los Duendes del Ganado”) más frecuentes y su tratamiento.
4. Divulgaciones Breves. Está dedicada a operaciones de manejo del ganado
(reproducción, identificación, esquileo, castración, etc.) y presentación del
material y equipamiento más novedoso disponible.

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5. Registro Lanero y Libro Genealógico es el nombre que recibe la sección dedicada


a la normativa y actividades de selección, en principio para dedicada a la lana.
Con la aparición del Servicio de Mejora Ovina, adopta esta misma denominación
e informa de sus actividades de manera muy detallada (Montoro y col. en este
volumen). Recoge los reglamentos y borradores de registro y actividades de
control de producciones que en aquellos años suponían uno de los mayores retos
para la selección. Aparecen reportajes de concursos y de explotaciones ganaderas
consideradas modelo.
6. Mercados. Breve sección de tres páginas en las que aparecían las tablas de
cotización de los mercados de ganado de Talavera de la Reina y de Menasalbas y
también las tendencias comerciales de los principales productos del ovino.
7. JPFM. La organización que dio lugar a la publicación se reservó unas páginas para
informar del resumen de sus reuniones, normalmente mensuales. Los temas más
comúnmente tratados son los referentes a la competencia que ejercía sobre el
aprovechamiento de pastos en los municipios (inventarios, tasación, presupuestos,
morosidad, entre otros). Además, daba cuenta del apoyo a diversas demandas
como inversiones para pequeñas infraestructuras (pasos, abrevaderos, etc.), lucha
contra enfermedades o adquisición y reparto de sementales
8. Noticias. Habitualmente procedentes del ámbito nacional e incluso internacional,
en cada número había una docena de breves notas de unas frases que daban cuenta
desde la próxima celebración de un congreso de ganaderos, la aparición de de una
revista, la importación de animales selectos, el descubrimiento de hormonas de
uso ganadero, o curiosidades como el precio extraordinario que alcanzó un
semental en Argentina. Algunas de las noticias resumían o advertían de otras
noticias del mismo ejemplar o que se trataría en los siguientes.
Otros contenidos y apartados solamente se encuentran en algunos de los números:
1. Nuestra Encuesta. Sección muy bien concebida, abordaba temas de actualidad,
conectados con el editorial, mediante la triple visión de un ganadero, un técnico y
un industrial. Desgraciadamente, solo se trataron los temas de lanas entrefinas
(número 1) y el porvenir de la leche de oveja (3).
2. Legislación. Aparece en dos números,1 y 3, con este encabezado y se dedicó,
respectivamente, a la reproducción del Decreto de Ganaderías Diplomadas y a la
OM de Albergues para ganado. Aunque la sección no se mantuvo como tal, la
revista incluyó referencias normativas de forma habitual en otras secciones.
3. Consultas. Esta sección no tuvo mucho éxito a juzgar porque solamente se
recogieron 3 consultas en el número 2.
4. Inserciones diversas. A partir del tercer número aparecen refranes, breves
comentarios sobre historia ganadera y viñetas de humor para completar espacios,
que resultan verdaderamente interesantes.
5. Publicidad. Se incorpora en el número 4 y aparecen de 2 a 8 (media 5,4) a página
completa. Los anunciantes, que suelen repetir, son ganaderías con venta de
reproductores (Bergonza, Verdugal, Corralejo, Fernández Cabrera, Peñala,
Fernández de la Vega), casas de pienso (Biona), higiene y vacunas (Cooper-Zeltia,
Neosán) y una gestoría especializada en temas ganaderos (AJAM).
El número 7, diciembre 1960, merece comentario especial por varios motivos. Su
extensión es casi el triple de los anteriores, se dedica de forma monográfica a la I Feria
Provincial del Campo de Talavera de la Reina y abre la puerta a contenidos diferentes al
ganado ovino. Ofrece una información completa de la organización y participantes del
certamen. Recoge amplias referencias a la Asamblea de Ganaderos, conferencias técnicas

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y concursos de producción de diversas especies y razas presentes. En el número 9,


diciembre de 1961, también se da especial atención a la II Feria, aunque no de forma tan
extensa.
AUTORES.
Existe una relación directa entre la aparición de la revista (junio de 1958) y la
incorporación de su director, Alejandro Alonso Muñoz, como jefe de los servicios de
ganadería de Toledo unos meses antes (julio de 1957). En su destino precedente, como
funcionario del CNV en la dirección del Centro de Selección de ovino Karakul de
Valdepeñas (Serrano y col. en este volumen) ya había dejado una considerable obra
escrita en diversas publicaciones de naturaleza divulgativa, técnica y científica.
Solamente en el Boletín de Información Ganadera de Ciudad Real (Molina y col., 2018),
publicó más de X aportaciones técnicas y divulgativas que, sin duda, supusieron una
importante experiencia en la redacción de trabajos y conocimiento de los pormenores
organizativos que facilitaron el nacimiento de Aprisco. A ello se unía su amplia
experiencia y relaciones profesionales y la relevancia del puesto de trabajo que implicaba
la pertenencia a diversos órganos (JPFP) en una provincia de gran proyección ganadera.
Quizás lo más importante en la empresa fueron las aptitudes personales de Alonso:
enorme inquietud intelectual, capacidad de trabajo y vocación de servicio al sector
ganadero. Se puede estimar que el director elaboró directamente cerca de una tercera parte
de los artículos y más del 40% del contenido de la publicación. Aparece su firma en 5
editoriales y en el resto de secciones, 15 de ovinotecnia, 2 de epizootiología, 10 en
divulgaciones breves y 1 en el servicio de mejora ovina. A ello habría que añadir otros
anónimos (entrevistas, recopilaciones normativas y de noticias) y traducciones. De forma
paralela al inicio, el último número de Aprisco (10, diciembre de 1962), precede
ligeramente al cambio de destino profesional de Alonso (marzo de 1963). Precisamente
en el editorial de aquél se anuncia que en 1963 se abrirán nuevos servicios para el conjunto
de los subsectores ganaderos (Centro primario de IA en Talavera de la Reina, laboratorio
pecuario de Toledo y desarrollo de libros genealógicos) y la dilución del ovino como
preferencia estratégica de los órganos oficiales de la provincia. La confirmación del final,
no obstante, se debe a la inexistencia de relevo en la dirección.
La nómina de autores se acerca a 50, siendo más de tres cuartas partes veterinarios.
Santiago Medina Díaz-Marta, veterinario contratado por la Diputación en el Servicio de
Mejora Ovina en aquellos momentos, aportó 11 artículos en las secciones epizootiología
y la dedicada al propio servicio. Otros compañeros del mismo servicio, Valentín González
y Patrocinio Navarro, también publicaron 6 y 2 trabajos, respectivamente.
Antonio Sánchez Belda, jefe del servicio regional lanero de Madrid, contribuyó con 10
aportaciones de su especialidad, entre las que cabe destacar por su interés actual las
relativas a los concursos ganaderos. Siguen en frecuencia de aparición los responsables
de la sección de mercados Tomás Alonso, VT de Menasalbas y Frumencio Sánchez jefe
de los servicios veterinarios de Talavera de la Reina que, además, escribió un artículo
sobre la situación bovino lechero en la provincia.
Los políticos provinciales aparecen en las páginas de los editoriales con relativa
frecuencia y entre ellos cabe destacar al ganadero, antiguo torero y diputado provincial
presidente de la JPFP, Alfredo Corrochano, que en sus escritos dejó patente su interés por
el desarrollo del sector ganadero y de las industrias pecuarias de la provincia. También
hay varias ocasiones que intervienen los responsables del Ministerio, particularmente el
director general de ganadería.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

De forma más esporádica participan veterinarios entonces reconocidos a nivel nacional


por su vinculación a la administración, docencia e investigación (Cuenca, Gil Fortún,
Laguna, Jiménez Alcázar, Pozo, Carbonero, Zarazaga y Vera, entre ellos) y que
participaron en diferentes actividades de fomento pecuario en Toledo. Por otro lado, la
revista fue un vehículo para la publicación de trabajos de los entonces jóvenes
veterinarios, con gran futuro, que desarrollaban su trabajo en las provincias de Toledo y
limítrofes: Prieto, Moraleda, García Vinuesa, Sánchez, Vázquez y Frías son algunos ellos.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Aprisco, revista dirigida al sector ganadero toledano, forma parte de una serie de
publicaciones aparecidas en España a mediados del siglo pasado creadas a iniciativa de
las Juntas Provinciales de Fomento Pecuario. A pesar de que su edición se limita a cinco
años, ofrece un mosaico de información de gran valor para el estudio de la historia de la
ganadería y Veterinaria a nivel local.
BIBLIOGRAFÍA
Molina Alañón, M.L.; Gallego Soria, R.; Arias Sánchez, R.; Almarcha Núñez-Herrador,
M.E.; Garde López-Brea, J.J.; Montoro Angulo, V. 2019. El Boletín de Divulgación
Ganadera de Ciudad Real, Crónica de una década (1946-1955). XXIV Congreso Nacional
y XV Internacional de Historia de la Veterinaria: 171-176. Ed. Colegio de Veterinarios
de Almería.
Montoro Angulo, Vidal; Alonso Núñez, Alejandro; Gallego Soria, Roberto; Molina
Alañón, Maria Luisa; Garde López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado (5). 2019.
El Servicio de Mejora Ovina de Toledo. XXV Congreso Nacional y XVI Internacional
de Historia de la Veterinaria: 5 pp en este volumen. Ed. Colegio de Veterinarios de
Toledo.
Serrano Marqués, Mª Argentina; Alonso Núñez, Alejandro; Hurtado Madrid, Emilia;
Pérez Guzmán, Mª Dolores; Arias Sánchez, Ramón; Garzón Sígler, Ana Isabel; Angulo
Heras, Conrado; Garde López-Brea, José Julián; Montoro Angulo, Vidal. 2019. El
Servicio de Mejora Ovina de Toledo. XXV Congreso Nacional y XVI Internacional de
Historia de la Veterinaria: 5 pp en este volumen. Ed. Colegio de Veterinarios de Toledo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

EL CENTRO DE SELECCIÓN DE OVINOS KARAKUL.


Serrano Marqués, Mª Argentina (1); Alonso Núñez, Alejandro (2); Hurtado Madrid,
Emilia (1); Pérez Guzmán, Mª Dolores (1); Arias Sánchez, Ramón (1); Garzón Sígler,
Ana Isabel (3); Angulo Heras, Conrado (1); Garde López-Brea, José Julián (4); Montoro
Angulo, Vidal (5).
1. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha. 2.
SEIASA. 3. Facultad de Veterinaria. Universidad de Córdoba. 4. Escuela Técnica
Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha. 5. Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM). Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El actual Centro Regional de Selección y Reproducción Animal (CERSYRA) de
Valdepeñas tiene una historia que supera los ochenta años en los que ha tenido diversas
denominaciones y sus actividades han ido evolucionando con el objetivo general de la
mejora animal al servicio de los ganaderos. Sus primeros 25 años de funcionamiento,
objeto de este trabajo, estuvieron centrados en el fomento y expansión de la raza Karakul
a nivel nacional. Además, durante ese periodo se realizaron trabajos como la introducción
de estirpes selectas de aves, reproducción equina y normalización del queso manchego.
Se hace un recuerdo y reconocimiento a la plantilla de trabajadores y sus familias.
SUMMARY
The current Regional Center for Animal Selection and Reproduction (CERSYRA) of
Valdepeñas has a history that exceeds eighty years in which it has had various
denominations and its activities have been evolving with the general objective of animal
improvement at the service of farmers. Its first 25 years of operation, object of this work,
were focused on the promotion and expansion of the Karakul race nationwide. In addition,
during this period, work was carried out such as the introduction of selected strains of
birds, equine reproduction and normalization of Manchego cheese. A recognition is made
to the workforce of workers and their families.
PALABRAS CLAVE
Karakul, mejora ganadera, estaciones pecuarias.
KEY WORDS
Karakul, livestock improvement, livestock stations.
ORIGEN
En el primer cuarto del pasado siglo, la selección y mejora ganadera, así como la adopción
de los modernos sistemas de producción animal tuvieron como elemento destacado de
apoyo la creación de la Estación Pecuaria Central del Instituto Agrícola de Alfonso XII.
El gobierno de la II República, dentro del plan de potenciación de la ganadería, crea en
1934 ocho Estaciones Pecuarias de distinto rango (Regional, provincial y comarcal), dos
de ellas en Ciudad Real, la que se ubicaría en la capital, de carácter provincial y la de
Valdepeñas, comarcal. En la creación de estos centros, tuvo un papel destacado D. Cirilo

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

del Río, Ministro de Agricultura (1933-1934), nacido en Castellar de Santiago y muy


vinculado a Valdepeñas (Asensio, 2010). En 1934 se registran las escrituras de propiedad
de los terrenos de la Estación Comarcal que habían sido donados por el Ayuntamiento de
Valdepeñas a dos kilómetros del centro urbano en el margen izquierdo de la carretera de
Andalucía en sentido norte-sur. En diciembre se adjudican las obras para la construcción
de dependencias ganaderas (aprisco, cabrerizas, nave de ponedoras, incubación y cría),
oficinas y casa del guarda, por 110.428,52 pesetas. La inestabilidad política, seguida de
la Guerra Civil, supuso la paralización del proyecto que tomará forma en los años
cuarenta, con la terminación de instalaciones y dotación de personal.
El interés por el ovino Karakul a principios de siglo XX fue espectacular a nivel mundial.
Hay numerosas referencias en la prensa general a la utilización de la piel de Astrakán y
de su impacto en la moda. En España, tras una importación fallida del conde Lascoiti, el
ganadero Gabriel Enríquez de la Orden, aconsejado por Santos Arán, hizo las primeras
importaciones privadas (1928 a 1932) de animales procedentes de Polonia, Rumanía y
Francia de para su explotación, Los Peñascales, ubicada en Torrelodones (Alonso, 1947).
A partir de este rebaño hubo venta de animales en pureza a otras ganaderías, entre las que
destacan la Estación Pecuaria Central del Estado de Moncloa en 1932 (Arán, 1934) y a la
Diputación de Navarra en 1935 (Dachary, 1952).
ACTIVIDADES DE IMPLANTACIÓN DE OVINO KARAKUL.
La ordenación normativa se inicia en 1944 (BOE 10 de febrero) con la creación del libro
registro de la raza. En 1945 (OM de 9 de marzo) se diseña la plantilla de la Estación
Pecuaria Comarcal de Valdepeñas con la incorporación de Longinos Serrano, procedente
de la Estación Central, como encargado de los trabajos de atención a los animales y
mantenimiento. En julio de 1946 asume la dirección Alejandro Alonso Muñoz,
veterinario del CN, procedente de la Estación Pecuaria Provincial de Cuenca donde había
ejercido el mismo cargo. Los primeros años de actividad de la Estación Pecuaria se
dedicaron a objetivos innovadores para la época. Sin duda el grueso del trabajo se
concentró en la raza ovina Karakul con el objetivo principal de proporcionar una
alternativa a la producción tradicional para suministro de la industrial peletera, en el
contexto de aislamiento económico nacional. Bajo este supuesto, Alonso (1947) estima
las necesidades peleteras en España en 150.000 pieles anuales lo que representaría un
censo de 350.000 cabezas, todo ello suponía un gran reto, dado que el censo existente no
llegaba a los 10.000 animales. El rebaño nacional de ovinos Karakul (RNK) se crea 1947
mediante la OM de 20 de febrero (BOE del 24) que incluye las normas sobre selección y
fomento de la raza, entre las que destaca el cambio de nombre de la Estación a Centro de
Selección de Ovinos Karakul (CSOK). Se regula el registro, posesión y sistemas de
cruzamiento, prohibiéndose en razas diferentes a lacha, churra o manchega negra. La
Dirección General de Ganadería se reserva la creación e inspección de ganaderías y la
cesión y destino de los animales puros y cruzados, así como la expedición de
documentación y concesión del título de ganaderías diplomadas. Los animales del RNK
procedían de la Estación Pecuaria Central, tras su paso por la Estación Provincial de
Ciudad Real. Su origen estaba en cesiones de Los Peñascales a los que en se incorporaron
dos importaciones del Estado procedentes de Argentina a través de la Sociedad Rural de
12 sementales en 1945 y en 1947 de 11 sementales y 20 ovejas. El RNK quedó

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

inicialmente formado en 1947 con 135 animales (34 moruecos, 47 ovejas, 26 corderos y
28 corderas).
En 1954 (OM de 31 de enero y normas para su desarrollo de BOE de 20 de junio), se
regula el funcionamiento de los servicios del libro genealógico (LG) de la raza, basado
en la creación de dos grupos de ganaderías con registro independiente: las de ganado puro
y las de cruzado o mestizo. Se especifican los procedimientos de triple marca de los
animales (pendiente autocrotal, tatuaje en la cara interna de la cola y otro en el pliegue de
la ingle) y de numeración de las pieles, así como el sistema de documentación. El LG
hasta 1955 (MA-DGG, 1956) relacionaba 1.054 animales inscritos en el registro oficial
en pureza, en 23 provincias distribuidos en 57 ganaderías. En el caso del correspondiente
al grupo mestizo eran 113 explotaciones de 36 provincias. La mayor parte de las
ganaderías de raza pura también figuraban en el registro de cruzadas, lo que indica la
coexistencia en aquellas de karakul (normalmente en minoría) y de otras razas ovinas. La
representación de la raza cubría prácticamente toda la geografía española a excepción de
Galicia, Asturias y Baleares. Castilla y León con un tercio de las explotaciones inscritas
(17 en Valladolid), Andalucía (15), Madrid (15), Castilla-La Mancha (14) y Navarra (7),
eran las de mayor censo. En la Comunidad Foral, la Diputación venía ejerciendo una
importante labor de multiplicación y selección de la raza desde hacía más de una década.
Los datos del registro para la raza de la Junta de Fomento Agropecuario correspondientes
a 1951, recogían 10 ganaderías con un total de 106 de animales puros y más de 4.300
cruzados, habiendo cedido más de 300 corderos para reproducción a 20 provincias, lo que
evidencia su importancia para la raza en España. En el grupo de pureza del LG fue, por
tanto, uno de los núcleos que contribuyeron a atender la creciente de demanda de
ejemplares de la raza que el CSOK no podía satisfacer. Una prueba de la repercusión de
la raza en la época, es la presencia de personas influyentes del espectro político y
económico en la nómina de ganaderos, incluyendo a la Marquesa de Villaverde y al
propio Ministro de Agricultura.
El RNK seguiría creciendo con reposición propia, nuevas importaciones y la compra de
la explotación de Los Peñascales en 1953, de tal forma que en 1959 superaba los 500
animales. La población total de Karakul en España llegó en 1959 a 26.505 ovejas mestizas
y 2.253 reproductores de pedigree en 118 ganaderías de absorción y 57 de pura sangre de
las que solamente el RNK y el de la Diputación de Navarra, en Pamplona suministraban
ejemplares con carta genealógica. El censo fue progresivamente disminuyendo por varias
causas (Alonso, 1960): disminución de la demanda de astrakán e importación de pieles,
aumento de la consanguinidad, falta de resistencia de la raza a enfermedades (nematodos
y piroplasmas) y carencias estacionales de alimentación. El LG mantuvo inscripciones de
dos explotaciones, Duque de Wellington (Granada) y el propio RNK, hasta mediados de
los noventa.
Aparte de la gestión del LG, producción y cesión de reproductores el Centro realizó una
importante labor de investigación en la adaptación de la raza y control de sus
producciones (leche, carne, lana y piel) en ganado puro y cruzado (Alonso, 1955). Se
registraron datos muy completos de todos los corderos de karakul, incluyendo la reseña
fotográfica e indicadores de la calidad de rizo, brillo y dibujo o muestra en la piel. La
selección fue muy estricta puesto que no se destinaron a la reproducción animales que no
pertenecieran a las clases I o II. Los trabajos se presentaron en el ámbito científico y

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

también en diversas publicaciones de divulgación ganadera (Molina y col., 2018 y en este


volumen) y también mediante emisiones radiofónicas. El Centro también era conocido a
nivel nacional por la impartición anual de cursos sobre producción y manejo de la raza
que se mantuvieron durante cerca de 20 ediciones con la asistencia de centenares de
ganaderos y profesionales de diversas disciplinas. La comercialización de las pieles
(Entre 7.000-9.000 anuales) también fue objeto de atención que se canalizó a través de la
organización de concursos y subastas nacionales en Madrid por el Grupo de Criadores
del Sindicato Nacional de Ganadería en el que estaban afiliados la totalidad de los
ganaderos.
OTROS TRABAJOS Y FUNCIONES DEL CENTRO.
A pesar de la modesta dotación de personal, especialmente de técnicos (director y tres
veterinarios visitadores de ganaderías), el CSOK desarrolló sus trabajos también en otras
razas ovinas y especies ganaderas de origen nacional y otras procedentes de las
importaciones periódicas que realizaba la Junta Central de Mejora Ganadera.
Desde el CSOK se genera el servicio de reproducción mediante el sistema de paradas y
con el empleo de la inseminación artificial. En una primera etapa se centró en el ganado
equino que atravesaba una situación de carencia de animales para trabajo, lo que
promovió la creación de un centro secundario en Villanueva de los Infantes para atender
la zona este de la provincia. Más adelante se incorporó la reproducción del ganado frisón
a partir de la adquisición de sementales selectos.
El rebaño nacional de raza manchega se trasladó al CSOK desde la estación pecuaria
provincial de Ciudad Real en 1959. En Valdepeñas se continúa la selección y hacen
pruebas de cruzamiento, especialmente con Lincoln, para obtención de carne y lana. Se
pone en marcha una quesería experimental para la mejora de procesos de elaboración
artesana y caracterización del queso manchego como alternativa económica de futuro en
las explotaciones de la región (Vázquez, 1959). Como se ha indicado, el CNOK cuenta
también con manchego negro y churra que también sería objeto de cruzamiento con razas
importadas. Junto al Patronato de Biología Animal se crean, con razas importadas, las
secciones avícola (Leghorn) y porcina (Large White) para promover la introducción de
sistemas intensivos de producción.
A lo largo de la década de los sesenta, el Centro refuerza los trabajos en la raza Manchega
(ordeño mecánico y selección) y porcino y se crea la sección de razas caninas (perdiguero
de Burgos, mastín y podenco) que van creciendo en detrimento del ovino Karakul puesto
que las actividades en equino, bovino y aviar habían desaparecido. Los nuevos objetivos
siguieron apoyándose en trabajos de investigación, divulgación y formación que hicieron
merecer al Centro un prestigio tanto en el ámbito académico y científico como en el
reconocimiento y confianza de los ganaderos que progresivamente irán tomando un papel
más participativo y demandando más servicios.
En 1971 se inicia una reordenación normativa de la mejora ganadera (Decreto 2684) que
incluye la creación de la red de los Centros Nacionales de Selección y Reproducción
Animal (CENSYRA), con la consiguiente desaparición de la denominación del CSOK.
LOS PROTAGONISTAS

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El CSOK era mucho más que el servicio a la ganadería, “La Granja”, nombre con el que
se conocía (y se conoce) por los valdepeñeros; era una pequeña comunidad de familias
de trabajadores que vivían en sus dependencias, entonces alejadas del núcleo urbano. Un
ejemplo es la familia Serrano que ha mantenido vínculos laborales con el actual
CERSYRA a lo largo de las más de seis décadas de funcionamiento del centro, mientras
que otras han desarrollado su trabajo en el sector pecuario en otros destinos.
Los titulados destinados en el periodo de CSOK fueron veterinarios y su número superó
la veintena a pesar de que la dotación de la plantilla solamente contemplaba de forma
permanente el puesto de dirección. Éste lo ejercieron sucesivamente Alejandro Alonso
Núñez (1946-1957), Canuto Escribano Tejedor (provisionalmente), Pablo Paños Martí
(1959-63) y Emilio Ojeda Sahagún (1963-1975, periodo que incluye el cambio de
nombre). La nómina incompleta del resto de veterinarios incluye a Cecilio Muñoz Fillol,
Emiliano Vázquez Hernando, José María Frías Palancar, Salustiano García Martínez,
José Ruiz-Poveda Lasala, siendo el último el decano, hasta el momento, de los destinados
en el Centro.
A MODO DE CONCLUSIÓN
La Estación Pecuaria Comarcal de Valdepeñas, denominada desde 1945 y durante más
de 25 años, Centro de Selección de Ovinos Karakul, se orientó a la producción peletera
nacional en un contexto económico español de aislamiento económico y comercial. La
programación y ejecución de los trabajos cumplió con el objetivo marcado en el ámbito
técnico. La evolución política, económica y social impidió alcanzar el autoabastecimiento
de astracán pero la reorientación de objetivos y su solvencia ha permitido que haya sido
uno de los centros más reconocidos y longevos en el ámbito de la mejora ganadera en
España.
BIBLIOGRAFÍA
Alonso, A. 1950. Razas lanares importadas en España. El Karakul en España, origen y
aclimatación. En: I Congreso Internacional Veterinario de Zootecnia. Tomo II:351-390.
Alonso, A. 1955. La oveja karakul, normas prácticas para su explotación. Hojas
Divulgadoras. Núm. 5-55.
Alonso, A. 1960. El Karakul en España. Aprisco 6:56-57.
Arán, S. 1935. Memoria de la Estación Pecuaria Central en 1934. Ed. Ministerio de
Agricultura, Comercio e Industria. Madrid.
Asensio, F. 2010. Cirilo del Río, un manchego en el gobierno de la República. Ed. MAPA.
Madrid.
Dachary, M. 1952. El ganado lanar en Navarra. En: II Congreso Internacional Veterinario
de Zootecnia. Tomo III:297-353.
Dirección General de Ganadería. 1956. Libro genealógico oficial del ganado Karakul
español. Ed. Ministerio de Agricultura. Madrid.
Vázquez, E. 1959. El porvenir de la leche de oveja: cómo lo ve el técnico. Aprisco 3:14-
17.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

EL IREC: BREVE E INTENSA HISTORIA AL SERVICIO DE LAS CIENCIAS


VETERINARIAS.
Garde López-Brea, José Julián (1, 2); Gortázar Schmidt, Christian (1); Vicente Baños,
Joaquín (1,3); Soler Vals, Ana Josefa (1,2); Montoro Angulo, Vidal (1,3); Mateo Soria,
Rafael (1).
1. Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos. CSIC, UCLM, JCCM.
2. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes e Universidad de
Castilla-La Mancha.
3. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos nace hace dos décadas a iniciativa
de tres instituciones, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad
de Castilla-La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Su objetivo
fundacional es la investigación de diversos aspectos relativos a la caza, entendida ésta
como un recurso natural renovable respetuoso con el medio ambiente y compatible con
otras actividades económicas como la ganadería extensiva. En el abordaje de los objetivos
particulares de los grupos de investigación del IREC y dentro del carácter multidisciplinar
del instituto, la visión veterinaria está presente en una gran parte de los trabajos
realizados.
En esta comunicación se hace referencia a los antecedentes que justifican la creación del
IREC, su estructura y actividades desarrolladas, con especial referencia a su aportación a
las Ciencias Veterinarias, no solo en el ámbito cinegético sino también de la fauna
silvestre, ganadería extensiva y medio ambiente.
SUMMARY
The Spanish Institute for Game and Wildlife Research (IREC) was born two decades ago
at the initiative of three institutions, the Higher Council for Scientific Research, the
University of Castilla-La Mancha and the Community Board of Castilla-La Mancha. Its
foundational objective is the investigation of various aspects related to hunting,
understood as a renewable natural resource that respects the environment and is
compatible with other economic activities such as extensive livestock. In addressing the
particular objectives of IREC research groups and within the multidisciplinary nature of
the institute, the veterinary vision is present in a large part of the work carried out.
In this paper is made to the background that justify the creation of IREC, its structure and
activities, with special reference to its contribution to Veterinary Sciences, not only in the
hunting field but also in wildlife, extensive and medium livestock ambient.
PALABRAS CLAVE
IREC, fauna silvestre, ciencias veterinarias

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

KEY WORDS
IREC, wildlife, veterinary sciences
INTRODUCCIÓN
La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) se crea en 1985 como resultado de las
aspiraciones de la sociedad de la nueva comunidad autónoma. Su estructura obedece a la
presencia multicampus en las capitales de las provincias manchegas, Almadén (por la
histórica escuela de Minas) y posteriormente se ampliaría a Talavera de la Reina.
Guadalajara por tradición y situación geográfica se vincula a la Universidad de Alcalá de
Henares. El crecimiento de la UCLM en centros docentes, titulaciones y estudiantes
progresa de forma muy rápida en sus primeros veinte años de existencia. La actividad
investigadora se potencia en una inequívoca apuesta por el incremento de ponderar las
funciones primordiales de la universidad. Se crean diversos institutos de investigación,
casi siempre vinculados a centros docentes y departamentos de la propia universidad,
orientados a variadas disciplinas científicas y humanísticas.
Por otro lado, la institución española más importante de investigación, el Consejo
Superior de Investigación de Investigaciones Científica (CSIC), no contaba con ningún
centro en Castilla-La Mancha. Con estos antecedentes y en una etapa de expansión del
CSIC orientada a tener representación en aquellos territorios en los que no tenía
implantación, surge la idea de crear un Instituto en la mencionada comunidad.
DEFINICIÓN DEL PROYECTO Y SUS INICIOS
Después de varias reuniones entre los responsables del CSIC y UCLM, en las que se tuvo
muy presente la realidad social y económica de Castilla-La Mancha y los centros y
actividades de investigación de ambas instituciones, se acordó que el nuevo instituto
debería dedicarse a los recursos cinegéticos. La creación del IREC suponía para el CSIC
completar el mapa de centros del área de ciencias agrarias y recursos naturales. En el caso
de la UCLM su creación reforzaría la actividad investigadora y docente de los centros,
institutos y grupos de investigación en los campos relacionados con el medio ambiente y
la Agronomía. El nombre elegido fue Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos
(IREC). Hubo un intenso trabajo preliminar de técnicos, investigadores y responsables de
las tres instituciones fundacionales, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
(JCCM), CSIC y UCLM que dieron lugar al Convenio Específico de creación del IREC.
Éste fue suscrito el 24 de febrero de 1999 los consejeros de la Educación y Agricultura
de la JJCC, Justo Zambrana y Alejandro Alonso, el presidente del CSIC, César Nombela
Cano y el rector de la UCLM, Luis Arroyo Zapatero.
El convenio de creación define al IREC como centro mixto de titularidad compartida de
las tres Instituciones signatarias. El objetivo fundacional del IREC es la investigación de
diversos aspectos relativos a las especies de interés para la caza, entendida ésta como un
recurso natural renovable respetuoso con el medio ambiente y compatible con otras
actividades económicas como la ganadería extensiva. Otros de los principales objetivos
serían facilitar el acceso a la investigación de los jóvenes universitarios, la formación y
promoción de su personal y la colaboración con otros centros nacionales y extranjeros.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La estructura del centro se articula en Unidades de Investigación y de Servicio, creándose


tres, las de Fauna, de Patología, Epidemiología y Reproducción y de Hábitats y
Demografía. Se indica la posibilidad de creación, modificación y supresión de las
unidades y servicios. Como órganos de gobierno, el director tendría la consideración de
unipersonal y como colegiados, la Comisión Rectora (formada por representantes de las
instituciones fundadoras), Junta de Instituto (representantes de los estamentos de los
trabajadores) y Claustro Científico (formado por todos los doctores). En el convenio hay
un anexo en el que se detalla el reglamento de régimen interior del Instituto.
Un apartado fundamental del convenio es el referido a las contribuciones de las
Instituciones fundacionales. En la plantilla de personal se especifica la del CSIC con tres
Científicos Titulares (uno a tiempo parcial de 25%) y de la UCLM con el 40% de un
Catedrático y un Profesor Titular a tiempo completo. Además, el CSIC nombraba a cuatro
Asesores-Directores de las líneas de investigación. La JJCC no adscribió personal. Las
aportaciones materiales del CSIC se referían a la construcción del edificio en el Campus
de Ciudad Real, dotación de equipamiento de laboratorio detallado en un anexo y oficina
y el 40% del presupuesto de funcionamiento. La UCLM, el solar para construcción del
edificio e igualmente equipamiento y material y un 60% del presupuesto de
funcionamiento. Por su parte, la JCCM cedía provisionalmente las instalaciones del
Chaparrillo para alojar el Instituto durante el periodo de construcción del edificio (que no
se llegaría a realizar), el empleo de las fincas de su titularidad para realizar los trabajos y
30 millones de pesetas para realizar trabajos encargados por la Consejería de Agricultura
y Medio Ambiente.
El IREC comenzó sus trabajos inmediatamente después de que se hiciera efectivo el
Convenio, bajo la dirección de Sacramento Moreno que fue relevada unos meses después
por Rafael Villafuerte, ambos del CSIC. La plantilla inicial que recogía el convenio se
fue completando con personal administrativo y la sucesiva incorporación de profesores,
investigadores y personal en formación con diversas figuras de vinculación laboral. La
sede provisional del Chaparrillo no llegó a utilizarse, siendo un local de la calle Libertad
de Ciudad Real, propiedad de la UCLM, el lugar donde empezaron los trabajos. Se
utilizaron algunos laboratorios de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola y habilitaron
instalaciones experimentales en la Finca Dehesa de Galiana, propiedad de la Diputación
Provincial, cedida en uso a la UCLM mediante convenio. Además, en la ETS de
Ingenieros Agrónomos de la que dependían los dos profesores aportados por la UCLM,
comenzó a desarrollarse otro de los grupos de investigación que utilizaba laboratorios del
mencionado centro y donde se creó la granja de especies cinegéticas mayores.
El IREC consiguió disponer, en menos de cuatro años, del edificio definitivo en Ciudad
Real, una plantilla de más 60 personas con 16 investigadores permanentes organizados
en tres unidades, Ecología, Sanidad Animal y Producciones Cinegéticas (Esta última
ubicada en Albacete). La estructura de medios y materiales y de personal se fue
incrementando, así como la producción investigadora, docente y de servicios, con un
periodo de contracción motivado por la última crisis económica.
PRINCIPALES ACTIVIDADES E INDICADORES
La investigación científica en un amplio espectro de materias es el núcleo de la actividad
del IREC que tiene como hilo conductor a las especies de interés cinegético. Ello supone

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que son objeto de estudio, de lo básico a lo aplicado, organismos de una amplia escala
biológica que interactúan en muy diferentes hábitats y condiciones. El abordaje de estos
trabajos se realiza con fuentes de financiación muy variadas, siendo la procedente de
proyectos competitivos ante organismos públicos y privados, la mayor parte de los 36,6
M€ obtenidos en los veinte años de vida del IREC y que han dado lugar a 1.749
publicaciones SCI y 111 tesis doctorales por mencionar dos indicadores relevantes. La
plantilla de en 2019 está formada por 102 personas de diferentes categorías, de las cuales
23 son investigadores a tiempo completo y permanente. Se organizan en cinco grupos de
investigación: Sanidad y Biotecnología, Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna
Silvestre, Toxicología de Fauna Silvestre, Ciencia Animal Aplicada a la Gestión
Cinegética y Biodiversidad Genética y Cultural. Otras actividades relacionadas con la
producción científica, aparte de las mencionadas, son la presencia en reuniones y
congresos organizados por sociedades científicas nacionales y extranjeras. Algunos de
ellos se han organizado con el IREC como anfitrión y en 2019, precisamente como acto
conmemorativo de su vigésimo aniversario, se ha creado el Congreso Ibérico de Ciencia
Aplicada a los Recursos Cinegéticos que se celebrará de forma bianual.
La docencia es otro de los grupos de actividades de mayor importancia del IREC. Se
inició en 2000 con la edición del primer máster de Gestión y Conservación de los
Recursos Cinegéticos en el que participaron más de 50 profesores y 45 estudiantes. Tuvo
una segunda edición en 2002 y de él derivaron dos cursos de especialización.
Simultáneamente se inició el Programa de Doctorado de Biología y Tecnología de los
Recursos Cinegéticos que se impartió hasta 2008. Tras la aparición de la nueva normativa
de postgrado, se transformó en el Máster de Investigación Básica y Aplicada en Recursos
Cinegéticos de la que se han impartido hasta ahora 10 ediciones y que conecta con el
programa de doctorado de la UCLM de Ciencias Agrarias y Ambientales. La totalidad de
los profesores de la UCLM y la mayoría de los investigadores del CSIC tienen docencia
en el mencionado máster. La formación de posgrado del IREC la han seguido más de
doscientos profesionales de los cuales más de la mitad ya han obtenido el título de doctor.
Los profesores del IREC, además, tienen dedicación docente en diversos grados
(Ingeniería Agrícola y Alimentaria, Ingeniería Forestal, Farmacia, Medicina,
Biotecnología) y otros másteres (Ingeniero Agrónomo, Ingeniero de Montes y
Sostenibilidad Ambiental en el Desarrollo Local y Territorial) de la UCLM. Los
investigadores del IREC son invitados con asiduidad por universidades y otras
instituciones docentes para impartir clases y conferencias.
El tercer gran apartado de trabajos del IREC se canalizan por la prestación de servicios a
administraciones, instituciones y empresas públicas y privadas. Los campos de mayor
demanda son la realización de estudios, análisis y diagnósticos clínicos y asesoramiento.
Para realizar una parte de estos trabajos, desde el Instituto han nacido dos empresas de
base tecnológica: SaBio-Tec y Venadogen.
REFERENCIAS A LAS CIENCIAS VETERINARIAS
Una de las señas de identidad del IREC es su carácter multidisciplinar y a ello contribuye
la diversidad de la formación de origen de sus investigadores. En la plantilla hay 13
veterinarios de los cuales 3 han sido directores durante más de la mitad de su historia. No
obstante, no solo los veterinarios participan en la producción de ciencia veterinaria del

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

IREC, cuyo enfoque podríamos encuadrarlo, de forma genérica, en el concepto de One


Health. Tres de los cinco grupos de investigación realizan de forma habitual trabajos
relacionados con la ciencia veterinaria, tanto en fauna silvestre, como en especies
ganaderas. Son muy conocidos y cuentan con una larga tradición los trabajos del IREC
sobre epidemiología, reproducción animal, creación de vacunas, toxicología y producción
de especies cinegéticas. Muchas enfermedades de gran importancia en Salud Pública o
Veterinaria como la tuberculosis, peste porcina, enfermedades transmitidas por
artrópodos y enfermedades emergentes, tienen como referentes internacionales a
investigadores del IREC. Un indicador que corrobora la calidad de la producción del
Instituto en investigación veterinaria es que la UCLM aparece en los primeros lugares del
ranking en esta disciplina sin que haya facultad de Veterinaria.
En el plano docente, el máster del IREC cuenta con varias materias muy relacionadas con
las ciencias veterinarias que se aproximan a la cuarta parte del contenido. Por otro lado,
más de la mitad de los estudiantes de posgrado del Instituto (Máster y Doctorado) son
veterinarios, lo que garantiza la participación de estos profesionales en el futuro del
centro.
A MODO DE CONCLUSIÓN
La producción científica, docente y de servicios del IREC a lo largo de sus 20 años de
existencia, justifica que sea un centro de referencia a nivel internacional en diversas
disciplinas relacionadas con la fauna silvestre. Desde la perspectiva de su corta historia,
respalda el acierto de la creación del instituto mixto que concibieron los representantes y
científicos de las instituciones fundadoras.
BIBLIOGRAFÍA
IREC. 2006-2018. Memorias de actividades del IREC. www.irec.es
CSIC, UCLM, JCCM. 1999. Convenio específico de colaboración entre el CSIC, UCLM
y JCCM para la creación del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos. 21 pp.

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SERVICIO DE MEJORA OVINA DE TOLEDO.


Montoro Angulo, Vidal (1); Alonso Núñez, Alejandro (2); Gallego Soria, Roberto (3);
Molina Alañón, Maria Luisa (4); Garde López-Brea, José Julián (5); Angulo Heras,
Conrado (6).
1. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
2. SEIASA.
3. Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de raza Manchega
(AGRAMA)
4. Servicios Oficiales de Salud Pública. Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha
5. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes e IREC (CSIC,
UCLM, JCCM). Universidad de Castilla-La Mancha.
6. Consejería de Agricultura, Agua y Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La
Mancha.
RESUMEN
En los años cincuenta del pasado siglo por iniciativa del Ministerio de Agricultura y de
las Diputaciones provinciales se crearon, mediante convenios, varios Servicios de Mejora
Ovina (SMO). En el caso de Toledo, tuvo una vida de cinco años y posteriormente se
incorporó a los servicios pecuarios provinciales en los que seguían colaborando las
instituciones mencionadas. El lustro de actividad del SMO supuso gran avance en la
mejora (cruzamiento y selección) en más de un centenar de explotaciones de manchego
y talaverano en los que se incorporaron herramientas técnicas tan novedosas como el
control de producciones (lana, leche y carne), inseminación artificial (manchego y con
razas importadas en talaverano), difusión del esquileo mecánico y organización de
certámenes ganaderos. La integración del Servicio en los generales pecuarios, vino
acompañada del estancamiento e incluso desaparición de los logros alcanzados.
SUMMARY
In the fifties of the last century, at the initiative of the Ministry of Agriculture and the
Provincial Councils, several Ovine Improvement Services (SMO) were created through
agreements. In the case of Toledo, he had a life of five years and subsequently joined the
provincial livestock services in which the aforementioned institutions continued to
collaborate. The five years of activity of the SMO meant a great advance in the
improvement (crossing and selection) in more than a hundred Manchego and Talaveran
farms in which technical tools were incorporated as new as the control of productions
(wool, milk and meat), artificial insemination (manchego and with races imported into
talaverano), diffusion of mechanical shear and organization of livestock competitions.
The integration of the Service into livestock generals was accompanied by stagnation and
even disappearance of the achievements.
PALABRAS CLAVE
Mejora ovina, talaverano, manchego.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

KEY WORDS
Sheep improvement, talaverano, manchego
INTRODUCCIÓN
Toledo tiene una gran tradición ganadera, particularmente en el oeste, con un polo de
importancia en el área influencia de Talavera de la Reina que irradia a otras provincias,
históricamente vinculado, desde hace siglos, a su mercado quincenal (Díaz y col., 1998).
En el caso del ganado ovino y en el periodo estudiado en este trabajo (mitad del pasado
siglo), tenía un censo cercano a los 650.000 animales y representaba la principal actividad
pecuaria de la provincia. De forma muy esquemática se puede apuntar que la identidad
morfológica y productiva del efectivo ovino de la provincia seguía un gradiente
preferentemente manchego con ordeño (pretendiéndose la “triple aptitud”) en la zona este
que iría cambiando hacia la aptitud cárnica y de lana en las comarcas del oeste dominadas
por animales entrefinos en los que se practicaron cruces con merinos que derivaría en las
dos variedades del actual talaverano. La tipología de las explotaciones era muy variada,
condicionada a la dimensión, tipo de propiedad y uso agrícola de la tierra, siendo común
la existencia de rebaños mixtos, especialmente con ganado caprino.
A principios del siglo XX se iniciaron muy esporádicamente lo que podríamos denominar
actividades de mejora ovina, casi siempre por iniciativa de grandes propietarios
vinculados a la Asociación General de Ganaderos. La mayor parte de las estas iniciativas
iban encaminadas, básicamente, a incrementar la producción de lana y/o carne mediante
la tendencia de la época de introducción de razas foráneas. De estos avances se daba
difusión en la celebración de diversos certámenes como ferias y concursos de distinto
nivel que tenían cierta repercusión en la prensa general y especializada pero que difundía
de forma muy lenta en el conjunto del sector. Habrá que esperar hasta 1944 para encontrar
dos antecedentes en la provincia que podamos considerar de mejora zootécnica
respaldados por una programación de alcance, en ambos casos fueron promovidos por
Jefe de los Servicios de Provinciales de Ganadería, Luis Durbán Alegre. El primero fue
la campaña de mejora del ganado vacuno de aptitud carne en la comarca de Navahermosa
(Alonso, 1960). Los objetivos principales eran realizar el saneamiento y a continuación
homogeneizar la calidad genética del censo empleando la inseminación artificial, lo que
indica el nivel de innovación del programa. En el caso del ovino manchego, se puso en
funcionamiento un núcleo de control lechero en Madridejos formado por ocho ganaderos
(Moraleda y col., 1947). Los resultados fueron muy esperanzadores puesto que la
producción media por día alcanzó los 491 g/oveja con lotes que oscilaban entre 416 y 624
g/oveja, cifras muy superiores a las consideradas para la raza. Desgraciadamente el
resultado de estos trabajos no tuvo continuidad, posiblemente debido a que desbordó la
capacidad de innovación del ganadero medio de la zona y a la falta de financiación, pero
supusieron un precedente que posteriormente facilitó la puesta en marcha del Servicio de
Mejora Ovina (SMO).
CREACIÓN Y PRIMEROS TRABAJOS.
En la década de los cincuenta el sector agrario estaba comenzando a recuperarse tras la
Guerra y había muchas dificultades financieras y de otro orden como las derivadas del
aislamiento internacional. Nos podemos hacer una idea aproximada de la situación a partir

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de la cotización de las producciones ovinas. En Talavera de la Reina (Junio de 1958), el


precio de la lana entrefina estaba cercano a las 120 pts/kg, la leche a 6,5-8,5 pts/l, entre 8
y 12 la piel y el cordero lechal oscilaba entre 27 y 33 pts/kg en vivo. En noviembre la
cotización de la lana descendió bruscamente como consecuencia de las importaciones que
se empezaron a autorizar en 1957 y así, la entrefina talaverana bajó a 75-82 y la manchega
entre las 70-75. Esta tendencia, con alguna subida puntual, se fue imponiendo
rápidamente hasta la pérdida de interés y la consecuente reorientación del objetivo
productivo de las principales razas ovinas españolas. El futuro del sector era difícil y para
mitigar la deficiente estructura de servicios técnicos de la Administración (los privados
eran sencillamente inexistentes) surgieron), a partir de 1957, iniciativas como la creación
de los Servicios de Mejora Ovina (SMO), mediante conciertos entre el Ministerio de
Agricultura (a través del Registro Lanero Nacional) y las Diputaciones Provinciales. En
el caso de Toledo, el SMO se constituyó en febrero de 1959 con el objetivo de prestar
atención directa a las ganaderías. Para ello fueron esenciales los trabajos previos de
colaboración entre la Junta Provincial de Fomento Pecuario de Toledo que presidía el
ganadero y diputado Alfredo Corrochano, y el Servicio Provincial de Ganadería, dirigido
por Alejandro Alonso Muñoz. El SMO se centraba fundamentalmente en la mejora
zootécnica por lo que contó con la experiencia del Centro Regional Lanero de Madrid
cuya jefatura ejercía Antonio Sánchez Belda. El personal del SMO se completó mediante
la contratación con presupuesto de la Diputación de seis veterinarios a los que coordinó
Alonso. La institución provincial financió la compra de animales selectos y la dotación
para gastos diversos como material de laboratorio y máquinas de esquileo. La Junta
Coordinadora de Mejora ganadera aportó un equipo de esquileo mecánico de 4 peines. El
resto de material y oficinas fue aportado por el Servicio de Ganadería. También se contó
con la cesión temporal de instalaciones municipales de los Ayuntamientos de Toledo y
Lillo en las que se establecieron sendos laboratorios. Según las justificaciones iniciales
del proyecto, no se trataba de invadir la iniciativa privada sino más bien la concienciación
del ganadero para abordar nuevos objetivos.
La actividad del SMO se inició con visitas de diagnóstico a las explotaciones ovinas en
la que se mantenía una entrevista con el personal para conocer detalles del manejo e
instalaciones. El ganado era objeto de revisión minuciosa para calificar el estado general,
posibles alteraciones y su asimilación al estándar racial más próximo. Todo ello se
registraba en formularios con los que pretendía elaborar un detallado mapa ovino
provincial. En diez meses de 1959 se llegó a 1.279 rebaños con de 223.008 animales
(casi 9.000 negros), entre los que se identificaron 74 explotaciones (41 de aptitud lana-
carne y 33 de ordeño) en los que se llevarían a cabo las actividades de mejora de manera
más intensiva. Los seis veterinarios contratados realizaban largos desplazamientos en
moto, sin limitación de horarios soportando difíciles condiciones meteorológicas y de las
vías de comunicación. Desgraciadamente uno de ellos, Antonio Orozco, falleció en
accidente de tráfico al regreso de su servicio.
La selección en los 40 rebaños de lana (occidente de la provincia) afectaban a un censo
entre 30 y 40 mil animales de los que se preseleccionaban 9.000 (10% de machos) y
finalmente se consideran seleccionados y marcados cerca de 2.000 (8% de machos), lo
que da idea de la gran diversidad morfológica existente. La mayor parte de la lana se
encuadraba en entrefino fino tipo IV, lo que vendría a coincidir con el actual estándar de
la raza talaverana. Para el incremento de la producción de carne y lana mediante

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cruzamientos, la Diputación adquirió a través de la Junta Provincial de Fomento Pecuario


animales importados de las razas Landschaff (8 machos y 12 hembras), merino precoz (2
y 10) y Lincoln (6 machos). Con la mayor parte de los sementales importados el SMO
realizó cerca de diez mil inseminaciones artificiales, bajo la dirección técnica del
Domingo Carbonero Bravo entonces jefe del Instituto Nacional de Inseminación.
En cuanto a la selección de la raza ovina manchega, se realizó el control de producciones
en 22 municipios, a 33 rebaños en los que se organizaron 24 lotes de primer parto y 28
de segundo, a un total de 560 animales. Se hicieron controles quincenales de mañana y
tarde, con toma de muestras que se trasladaron en contenedores específicos para su
análisis en el laboratorio de Toledo. Además, se realizó la determinación del rendimiento
cárnico por pesadas de cordero en nacimiento y sacrificio (20 a 45 días) y estimación
visual de la calidad de la lana con eliminación de animales con pigmentaciones o vellones
deficientes. En mayo de 1959 se publica el reglamento del concurso de rendimientos
especial de la raza que se celebraría en Talavera de la Reina en la I Feria Provincial del
Campo del siguiente año. Se organizó en dos partes, la primera consistió en el control de
leche y carne en las explotaciones y se iniciaron en agosto. La segunda fase se celebró en
la propia feria aprovechando la presencia de ganado que se esquiló para valorar la
producción de lana. Los animales se dividían en dos secciones (manchego y las
denominadas subrazas afines) en las que participaron dos lotes de 10 ovejas de primer y
segundo parto. La importancia de este concurso es grande porque supuso un precedente
que se ha generalizado y mantenido a través de los años en numerosos certámenes con
presencia de manchega.
En los años 1959-60, los equipos de inseminación artificial, que empleaban la técnica
para difusión de los valiosos sementales importados, también la aplicaron en 293 ovejas
manchegas.
La difusión del esquileo mecánico fue otro de los principales objetivos que se planteó el
SMO realizando diferentes demostraciones en ganaderías y concursos, en los que se
empleaban los vellones para estudios de calidad de la lana.
Otras actividades importantes que promovió el Servicio fueron el asesoramiento gratuito
(particularmente sanidad y alimentación), la participación en la organización de las
sucesivas ediciones de la Feria Provincial del Campo de Talavera de la Reina,
particularmente en concursos y exposiciones y otros certámenes de la provincia con
presencia de ganado como las de Oropesa, Consuegra, Mora y Quintanar de la Orden.
Especial mención merece la divulgación que se realizó a través de la colaboración del
equipo de extensión cultural de la Diputación, del Servicio de Extensión Agraria,
emisiones radiofónicas y del propio órgano difusión del SMO, la revista Aprisco (objeto
de otro trabajo en este volumen, ver Molina y col.).
DESARROLLO POSTERIOR DE LAS ACTIVIDADES DE MEJORA OVINA EN
LA PROVINCIA.
A lo largo de la década del sesenta del pasado siglo, el desarrollo de la actividad agraria
toledana sufrió un importante impulso, en el que la producción ganadera fue
incrementándose hasta que llegó a representar, en los siguientes años, más de la mitad de
la producción final agraria provincial. Este fenómeno fue acompañado por la

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

implantación de la creciente actividad industrial cárnica, láctea y de alimentación animal.


En esta evolución, los subsectores bovino (leche y carne), avícola (sobre todo de puesta)
y porcino fueron los más dinámicos mientras los pequeños rumiantes y la transformación
de sus producciones perdieron importancia relativa, como lo atestiguan la evolución de
su censo e indicadores técnicos y económicos. En este escenario el SMO llegó a su
consolidación y a partir de 1962 fue desdibujando su identidad. En el último número de
la revista Aprisco (1962, núm. 10) la sección dedicada al SMO cambia de nombre en el
índice a “Servicios Pecuarios de la Diputación”. En las páginas correspondientes se
reparte el espacio entre el control lechero bovino, la creación de un depósito de sementales
y, bajo la cabecera SMO aparece una síntesis de los trabajos desarrollados por el SMO en
el bienio 1961-62. Éstos son notables (Medina, 1962), tanto en selección de ovino
manchego (13.000 ovejas, con 1.300 en control dentro de 39 rebaños) como en ovino de
carne-lana (14.000 animales en selección, 12.500 inseminaciones y difusión del esquileo
mecánico en más de 50 rebaños). Tras la desaparición de Aprisco en 1962, no se vuelven
a encontrar referencias específicas al SMO en otras publicaciones provinciales ni en la
memoria de actividades del servicio de ganadería de 1964 (Paños, 1965). La colaboración
de la Dirección General de Ganadería y la Diputación Provincial se fortaleció a partir en
estos años en sanidad y producción animal. De esta colaboración destaca la creación del
centro primario de inseminación artificial de Talavera de la Reina, la creación del
depósito de sementales ovinos de la finca La Bastida (desde que se surtían otras
diputaciones y entidades oficiales), el acondicionamiento de la explotación La Vinagra
(estudios sobre pastos y ganado porcino) y el refuerzo de los certámenes ganaderos con
presencia de animales.
La mejora ovina con apoyo institucional en la etapa posterior a la desaparición de su
servicio se tradujo en la desaparición de la selección en la población de talaverano y la
búsqueda de nuevos cruzamientos para la obtención de mayor rendimiento cárnico, una
vez descartado el interés por la producción de lana. En el caso de la oveja manchega,
disminuyó el control lechero y se suspendió la IA. La pretendida difusión de la mejora se
orientó a la compra de animales (machos, sobre todo) en las explotaciones más afamadas
para distribuirlos en otras. Una de las principales consecuencias de este sistema fue la
división de dos grupos de ganaderías: suministradoras y compradoras. Teniendo en cuenta
que las primeras no incrementaban la base de selección y que las segundas se
despreocupaban de las tareas de participación en aquélla, el resultado era claro:
estancamiento del nivel genético de la población. Por si fuera poco, se hicieron numerosas
pruebas con razas de orientación lechera y cárnica, con la consiguiente pérdida de
identidad morfológica que en algunas comarcas no se ha vuelto a conseguir.
A MODO DE CONCLUSIÓN
El SMO (1959-1962) en su breve periodo de actividad fue un elemento clave para el
desarrollo de actividades de selección, cruzamiento e innovación técnica en las
explotaciones de talaverano y manchego. El desarrollo de otros subsectores ganaderos
coincidió con la reorientación de objetivos y reasignación de medio por las instituciones
responsables que se tradujo en el retroceso de gran parte de los logros del Servicio.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

BIBLIOGRAFÍA
Alonso, A. 1960. El servicio de inseminación artificial en la provincia. Aprisco 7:125-
130.
Díaz, B., Pacheco, C., Blanco, M.A. 1998. Los mercados de ganado de Talavera de la
Reina. Ed. Adarve.
Medina, S. 1962. Actividades del servicio de mejora ovina. Aprisco 10: 75-79.
Paños, P. 1965. Memoria de los servicios provinciales de ganadería. Provincia 34: 33-57.

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LOS INICIOS DE LOS SERVICIOS VETERINARIOS EN LA CONSEJERÍA DE


AGRICULTURA DE CASTILLA-LA MANCHA.

Alonso Núñez, Alejandro (1); Garde Pinar, Julián (2); Sierra Peña, Leopoldo (2); Casado
Moragón, Juan (2); Castillo Romero, Francisca Josefa (2); Suárez Peces, Juan Manuel
(2); Montoro Angulo, Vidal (3).
1. SEIASA.
2. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
3. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El presente trabajo hace un recorrido por los primeros años en los que la Administración
de Castilla-La Mancha crea los servicios veterinarios oficiales de la Consejería de
Agricultura. Éstos se estructuran hace cuatro décadas en los servicios centrales y la
coordinación provincial por un lado y más adelante se crea la red de Comarcas Ganaderas
para la atención a nivel local. Se detalla el recorrido desde la dotación de veterinarios
funcionarios transferidos por la Administración preconstitucional a la Comunidad
Autónoma hasta la creación de las propias escalas de la Administración Regional.
SUMMARY
The present work goes through the first years in which the Administration of Castilla-La
Mancha creates the official veterinary services of the Ministry of Agriculture. These are
structured four decades ago in the central services and provincial coordination on the one
hand and later the network of Livestock Comarcas for local attention is created. The route
is detailed from the provision of veterinary officials transferred by the pre-constitutional
Administration to the Autonomous Community until the creation of the Regional
Administration's own scales.
PALABRAS CLAVE
Servicios veterinarios, Castilla-La Mancha, Consejería de Agricultura
KEY WORDS
Veterinary services, Castilla-La Mancha, Agriculture Council
INTRODUCCIÓN
La estructura de los servicios veterinarios en la etapa preconstitucional se concentraba en
dos cuerpos de carácter general: titulares (CVT) y el nacional (CNV). El primero de ellos,
de mucho mayor tamaño, dependía del Ministerio de la Gobernación y ejercía sus
funciones de inspección sanitaria y asistencia a las explotaciones ganaderas a nivel local
en todo el territorio nacional. El CNV, mucho más reducido, tenía destinados a sus
miembros en los servicios centrales de los ministerios de Agricultura y Gobernación y, a
nivel periférico, en las Jefaturas de Ganadería y Sanidad de las capitales de provincia y
en algunos otros servicios como los CENSYRA. Además, los veterinarios ocupaban un

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

buen número de plazas en otros cuerpos de la Administración como el de profesores de


Enseñanza Media, SOIVRE o en los denominados Organismos Autónomos del Ministerio
de Agricultura (OOAA): Servicio de Extensión Agraria (SEA), Instituto para la
Conservación de la Naturaleza (ICONA), Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias
(INIA), Agencia de Desarrollo Ganadero (ADG). En la Administración Local también
había plazas específicas para veterinarios funcionarios en las diputaciones provinciales y
en ayuntamientos de las ciudades de mayor tamaño. Para cubrir otras necesidades de las
administraciones, periódicamente se convocaban becas y contratos para las campañas de
saneamiento ganadero o para desarrollar los servicios de mejora ganadera (mediante
convenios del Ministerio de Agricultura y Diputaciones Provinciales). Una buena parte
de los veterinarios entre los años cuarenta a setenta del pasado siglo hicieron su particular
recorrido profesional ocupando diferentes plazas y destinos en la Administración,
intercalando interinidades y en ocasiones el ejercicio simultáneo con la actividad privada,
hasta que conseguían la deseada estabilidad laboral.
PRIMEROS VETERINARIOS DE LA CONSEJERÍA DE AGRICULTURA
El régimen preautonómico de Castilla-La Mancha se establece mediante el Real Decreto-
Ley 32/1978, de 31 de octubre en el que se establecen sus órganos de gobierno que
ejercerían su función hasta la promulgación del Estatuto de Autonomía, en agosto de
1982, por la Ley Orgánica 9/82. Las primeras elecciones autonómicas se celebrarían en
mayo de 1983. El Departamento de Agricultura se creó a principios de 1980 y se
estableció en unos despachos del palacio de la Diputación Provincial de Toledo. Fue
creciendo mediante la asunción de competencias y medios al ritmo de los sucesivos
decretos de transferencia. Éstos se iniciaron con las competencias en Extensión y
Capacitación Agraria y continuaron hasta finalización en 1985, a excepción de los
servicios de vigilancia contra fraudes. En los mencionados decretos se incluía la relación
nominal del personal que se incorporaba a la nueva administración regional. La estructura
de la Consejería de Agricultura se organizó en torno a los recién creados servicios
centrales, con tres direcciones generales, que mantenían a nivel provincial y periférico los
procedentes de la Administración del Estado. Ésta mantuvo a través de los Gobiernos
Civiles, sus propios servicios provinciales del Ministerio de Agricultura con muy poco
personal.
En el caso de profesionales veterinarios, la Consejería de Agricultura incorporó a los
procedentes de los CVT y CNV que estaban destinados en dos unidades de los Servicios
Centrales (Servicio de Ganadería y Sección de Experimentación), en las cinco Jefaturas
Provinciales de Ganadería, que incluían los laboratorios provinciales y en el CENSYRA.
Además, había algunos otros veterinarios funcionarios de OOAA: ADG, SEA e ICONA,
que se incorporaron respectivamente al nuevo Servicio de Ganadería, Escuelas de
Capacitación Agraria y Centro de Experimentación El Chaparrillo. Los veterinarios
contratados e interinos del Ministerio de Agricultura que pasaron por transferencia de las
unidades mantuvieron su situación en la Consejería de Agricultura. En 1984 la Consejería
contrato 8 veterinarios para reforzar los servicios centrales y provinciales.
Los primeros años de funcionamiento la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha,
así como la entrada de España en las CCEE en 1986, hicieron necesaria la convocatoria
de procesos selectivos para el acceso a la función pública regional. En julio de 1986 se

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convocan las pruebas de acceso al Cuerpo Facultativo Superior que en la escala de Salud
Pública incluye la especialidad de Veterinaria. El resultado es la incorporación de 22
veterinarios que son nombrados en agosto de 1987 como funcionarios de carrera, tras la
superación de los exámenes y realización de un periodo de prácticas de varios meses. Dos
habían accedido por promoción desde el SEA, 5 habían sido contratados del Ministerio
de Agricultura durante más de 10 años, 7 procedían de los contratos de la propia Junta u
el resto accedían por vez primera a la Administración. Quince tendrían destino en la
Consejería de Agricultura y los 7 restantes en la de Sanidad. En el mismo año 1987 se
volvió a convocar la segunda promoción del Cuerpo Facultativo que superaron 7
aspirantes veterinarios que fueron nombrados en 1988. Con esta nueva incorporación, los
servicios centrales y provinciales de la Consejería de Agricultura contaban con 81
veterinarios funcionarios de carrera. Quedaba pendiente la dotación de Servicios
Veterinarios Oficiales (SVO) para atender las necesidades a nivel local, cada vez más
exigentes por el marco normativo europeo en el que ya se encontraba inmerso nuestro
país.
FINALIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN OFICIAL DE LOS SERVICIOS
VETERINARIOS OFICIALES.
La situación de los servicios veterinarios que venían ejerciendo a nivel local el CVT
seguía con la inercia de la etapa preconstitucional. Dependían de la Consejería de Sanidad
de la que recibían una cantidad incompleta del salario correspondiente a la categoría de
titulados superiores. Ésta se completaba mediante servicios a los ganaderos y empresas
en un sistema en el que las incompatibilidades no estaban bien definidas. Desde 1984 en
que se celebró la última oposición al CVT, solamente algunas CCAA convocaron pruebas
de acceso. Con la nueva estructura autonómica, no hubo concursos de traslados en
Castilla-La Manchas y gran parte de la plantilla estaba formada por funcionarios interinos.
La situación fue empeorando progresivamente hasta que, después de numerosas
reuniones entre Administración y representantes sindicales, se publica el decreto 91/1990
de Organización de los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) de la JCCM en los que se
define sus funciones. Éstos se organizan en SV de Sanidad con una dotación de 255
plazas, SV de Ganadería con 141 y SV de Mataderos con 55, con adscripción funcional
a la Consejería de Sanidad de los primeros, a la de Agricultura los segundos y a ambas
los terceros. Para la cobertura de las plazas sería necesario pertenecer a la Escala Superior
de Sanitarios Locales de la JJCC o al CVT.
En 1990 se convocaron y celebraron las primeras pruebas selectivas al Cuerpo Superior,
Escala de Sanitarios Locales, de Castilla-La Mancha. El proceso fue largo y la relación
definitiva de los 263 aprobados se publicó en mayo de 1991. Tendría que pasar más de
un año, hasta que tomaron posesión en otoño de 1992. La dilación del proceso generó
multitud de conflictos por la lógica inquietud de los futuros funcionarios que no entendían
la pasividad de la Administración para hacer efectiva la oferta de sus plazas. Los
veterinarios sanitarios locales de la Consejería de Agricultura se integrarían en 51
Comarcas Ganaderas dentro de las Agencias de Extensión Agraria. Cada Comarca tenía
un veterinario jefe y dos o tres veterinarios más. El trabajo en las Agencias provocó cierto
malestar por la adaptación de los más veteranos al nuevo sistema; además dependencia
del jefe de la Agencia no pocas suspicacias puesto que su categoría administrativa era
inferior a la de los veterinarios. Otro de los problemas de los inicios de estos servicios,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

estaba motivado por la obtención de compatibilidad para el ejercicio privado de la


profesión que era más limitada en el caso de los veterinarios destinados en la Consejería
de Agricultura que los de Sanidad.
En el comienzo de la puesta de los servicios veterinarios, hubo dos reivindicaciones por
parte de los que pertenecían al Cuerpo Superior Facultativo. La primera era de tipo salarial
puesto que se daba la paradoja que, siendo los encargados de coordinar y programar las
actuaciones a nivel provincial o central de los Sanitarios Locales dentro de la misma
Consejería, percibían un salario notablemente inferior. Por otro lado, consideraban que
en la pequeña administración de Castilla-La Mancha no tenía sentido tener a los
funcionarios de una misma profesión en distintas escalas, con diferentes sistemas de
acceso, distintas plazas y funciones que podrían ser realizadas por ambas. A pesar de que
la Administración no aceptó las mencionadas “Reivindicaciones de Mota del Cuervo”, ni
tampoco prosperaron en los tribunales, la razón vino dada por las sucesivas convocatorias
de concurso en las que cada vez más plazas se ofertan a las dos Escalas.
En las casi cuatro décadas de existencia de la administración de la JJCC de Castilla-La
Mancha, los SVO de la Consejería de Agricultura han asumido muchas funciones
derivadas de la política comunitaria pero las modificaciones de estructura y número de
efectivo han sido mínimas. Quedan pendientes muchas de las reivindicaciones del
colectivo como la posibilidad de especialización y la presencia en ámbitos de creciente
importancia como los relacionados con funciones medioambientales.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Los servicios veterinarios oficiales de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha
surgen de la integración de los transferidos por la Administración del Estado tras la
creación de la Junta de Comunidades y de los que ésta genera para poder ejercer las
funciones que debe desarrollar en el marco europeo. Su estructura es similar a la de otras
CCAA y no ha sufrido grandes modificaciones a lo largo de las casi cuatro décadas de
existencia.

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Ganadería, caza y medio ambiente: Castilla – La


Mancha en el documental agrario.
Fernando Camarero Rioja, Asociación Vasca de Historia de la Veterinaria
[email protected]
Vidal Montoro Angulo, ETSIA e IREC (CSIC, UCLM, JCCM). Departamento de
Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética. Universidad de Castilla – La Mancha.
[email protected]
RESUMEN: Se proyectará un montaje elaborado con escenas de películas
realizadas entre 1935 y 1987 sobre ganadería, caza y defensa del medio ambiente
relacionadas con Castilla – La Mancha. i
SUMMARY: A montage made with scenes from films taken between 1935 and
1987 on livestock, hunting and environmental defense related to Castilla-La Mancha
will be screened.
PALABRAS CLAVE: documental agrario, ganadería, caza, medio ambiente.
KEYWORDS: agricultural documentary, livestock, hunting, environment.
TEXTO:
Por tierras de Talavera (1935) es una película muda realizada por el cineasta
aficionado Daniel Jorro. Muestra imágenes de la feria ganadera y cerámica de Talavera
de la Reina, y de labores agrícolas y de una boda en Lagartera. ii
El queso Manchego (1947) es un documental producido por la Junta provincial
de Fomento Pecuario de Ciudad Real. Trata sobre la elaboración del queso a partir de
leche de ovejas de raza manchega y su industria. Fue dirigido por el bilbaíno Sabino
Micón y contó entre los guionistas y asesores técnicos con los veterinarios Francisco
Naranjo, Calixto Moraleda y Gonzalo Barroso, inventor de un fermentador de levadura,
según la locución: iii
Y he aquí una intervención eficaz del laboratorio, la
preparación de los fermentos específicos que se agregan a la leche
para conseguir la uniformidad de la masa y, por lo tanto, del sabor.
Se utiliza para ello el procedimiento del levofermentador del
veterinario español Gonzalo Barroso, con cuyo sistema se consigue el
cultivo del fermento específico que el técnico selecciona y dosifica en
cada caso.

También colaboró en el guion José Antonio S. Manjavacas, director de la


Biblioteca municipal de Campo de Criptana.
Las películas Industrialización de la oveja, cuyo primer título fue La oveja y sus
productos, y Ganadería lanar, fueron también realizadas por Sabino Micón. En este
caso la producción corrió a cargo del Colegio de Veterinarios de la provincia de Toledo,
presidido por Frumencio Sánchez Hernando. iv Lamentablemente solo se ha encontrado
un guion técnico.

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La solicitud de rodaje de Industrialización de la oveja se hizo en 1950 y obtuvo


los permisos para su exhibición en 1955. Esta es la sinopsis que se conserva:
El aprovechamiento industrial de la oveja está en razón directa de su
raza y cuidado.
La raza “karakul” es sin duda la que mayores rendimientos
proporciona, pues a los de las demás razas añade el de la maravilla de su
lana.
Y todas las ovejas, negras o blancas, churras o merinas, “karakules” o
manchegas, dan un rendimiento en vivo de leche, lana, abono; y en
sacrificio, de carne, grasas, gelatinas, cuerdas armónicas, “catgu” para
suturas operatorias, envueltas para embutidos y alimento cálcico para las
aves con la trituración y pulverización de los huesos.
Y en la exposición y desarrollo de estos temas reside la argumentación
del documental.

La actividad ganadera en Castilla – La Mancha ha quedado plasmada en


películas como:
- Explotación racional del rebaño (1972) fue realizada por el Servicio de
Extensión Agraria del Ministerio de Agricultura en el Centro de Selección y
Reproducción Animal (CENSYRA) de Valdepeñas (Ciudad Real). Se muestra como
proceder de forma correcta con los rebaños durante el destete, la desparasitación, la
regulación del celo, la lactación artificial y el ordeño mecánico. Hay escenas
protagonizadas por el mayoral y sus compañeros, un veterinario realizando la
inspección post mortem de los corderos y un técnico de laboratorio. v
- Uno de los reportajes de Ellos dan ejemplo (1976) está protagonizado por
Alejandro López de Olmo, de Tortuera (Guadalajara), premiado con 20 000 pesetas por
ser el “principal promotor” y presidente del Grupo Sindical de Colonización, que “de
explotar solamente la tierra” se potenció “extraordinariamente hasta adquirir maquinaria
y disponer de dos apriscos, un almacén granero, dos cebaderos de terneros y otras
instalaciones” que convirtieron la actividad cerealista en ganadera. Este documental fue
dirigido por Francisco de la Calle, técnico del Servicio de Extensión Agraria. vi
- La matanza (1981) es un reportaje realizado por el equipo de NO-DO, dirigido
por Juan Pedro Aguilar, sobre la tradicional fiesta de la matanza del cerdo rodada en
Liétor (Albacete). vii
- Uno de los reportajes de FIMA 87 (1987) está dedicado a los ganadores en la
categoría “incorporación de agricultores jóvenes a la empresa agraria” del concurso de
la Feria Internacional de Muestras de Zaragoza, los hermanos Sañudo Gil, de Yunquera
de Henares (Guadalajara). Obtuvieron un premio dotado con 300 000 pesetas por la
construcción de una vaquería por el sistema de estabulación libre, con una superficie
cubierta de 1.600 m2, con almacenes, sala de ordeño, zonas de reposo, patios, etc. y
adquisición de 50 cabezas de ganado. El documental con los galardonados en la feria
fue realizado por el albaceteño Valentín Sánchez Morcilo, del Servicio de Extensión
Agraria del Ministerio de Agricultura. viii

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Sobre la actividad cinegética en Castilla – La Mancha también dirigió Valentín


Sánchez Morcilo Rececho y taxidermia (1984). Fue rodada en la Escuela de Caza y
Capacitación Forestal de Toledo, en el Museo Garoz de Los Yébenes (Toledo), en El
Hosquillo (Cuenca) y Calaceite (Teruel). La película muestra el proceso seguido desde
la caza del animal hasta su exposición en un museo. La producción corrió a cargo de la
Dirección general de Investigación y Capacitación Agrarias, ICONA y la Junta de
Castilla – La Mancha. ix Interviene en la disección de una cabra montés Juan Garoz
Sevilla, director del Museo del mismo nombre. x
El conquense Guillermo Zúñiga señala en Encinares (1973) las causas de la
desaparición de la dehesa. Las escenas están rodadas en los bosques de Jerez de los
Caballeros (Badajoz), Los Robles (Segovia) y de las provincias de Zamora, Salamanca,
Madrid y Cuenca. xi La sinopsis de la película es la siguiente:
En tiempos remotos la extensión de los bosques peninsulares permitía
que se dijese: "que una ardilla podía ir saltando de rama en rama desde el
Pirineo a Gibraltar". Pero la acción incontrolada del hombre, durante los
últimos siglos ha roto el equilibrio biológico, ocasionando grandes destrozos
en el patrimonio forestal.
La tala y el roturado de los bosques para dedicarlos a cultivos
inadecuados, ha convertido grandes extensiones en improductivas e
inhóspitas estepas. El crecimiento demográfico incontrolado y la necesidad
perentoria de producir más y mejores alimentos para una población cada día
mayor, que puedan vivir en un ambiente saludable, deben orientar nuestros
esfuerzos.
Esto exige que hasta el último palmo de tierra sea explotado de la
manera más adecuada y racional, y que la atmósfera en que vivan nuestros
hijos, sea lo más pura e higiénica, a lo que contribuirá, sin duda, la
conservación y el desarrollo de nuestros bosques.

Junto con Encinares, quizá la obra más significativa de Guillermo Zúñiga es El


agua en la vida (1974). Contiene impactantes imágenes del río Tajo a su paso por
Toledo, del Huécar por Cuenca y del Ebro por Zaragoza. xii También hay escenas
rodadas en las provincias de Salamanca, Huelva, Asturias, Guipúzcoa y Vizcaya. Esta
es la sinopsis:
El agua es imprescindible para la vida, tanto de animales
como de plantas. Forma parte de todos los seres vivos, como elemento
fundamental de su constitución, llegando en algunos, hasta el 95% de
su materia. En el mar viven el mayor número de los animales del
planeta y el agua continental hace posible la vida de animales y
plantas de los que se nutre la humanidad. El hombre dispone de una
cantidad de agua limitada que circula y se purifica mediante el
llamado ciclo del agua. La imprevisión y el egoísmo del hombre, al
degradar enormes cantidades de agua de los ríos, lagos y mares, ha
roto los ciclos ecológicos naturales, amenazando seriamente la vida
en extensas zonas de la Tierra. Del cuidado que se preste al agua y de
mantenerla limpia, saludable, sin contaminar, dependerá, en gran
parte, nuestra existencia.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

i
Las fichas técnicas de las películas se pueden consultar en CAMARERO RIOJA, F.
Catálogo de documentales cinematográficos agrarios, 1895 – 1981, 2ª edición, Madrid,
MAGRAMA, 2014.
ii
Se puede ver en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=cV95uveLdzk
Visita del 15 septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 70.
iii
Localizada en Mediateca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
(MAPA). Se puede ver en: http://ruralmedia.eu/el-queso-manchego/ Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 140.
iv
Archivo General de la Administración. Industrialización de la oveja, signaturas
36.04720 y 36.03509. Ganadería Lanar, signaturas 36.04700 y 36.03414.
v
Localizada en Filmoteca Española. Ficha del Catálogo nº 418.
vi
Agricultura, revista agropecuaria, abril 1976, pág. 333. Localizada en Mediateca
MAPA. Ficha del Catálogo nº 467.
vii
NODO, nº 1959 B. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-1959/1465296/ Visita del
15 septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 505.
viii
Agricultura, revista agropecuaria, marzo II, 1987, pág. 242. Localizada en
Mediateca MAPA. Ficha del Catálogo nº 525.
ix
Localizada en Mediateca MAPA. Ficha del Catálogo nº 516.
x
http://www.garoz.com/museo-de-la-caza/ Visita del 15 septiembre 2019.
xi
ASECICmedia, https://www.youtube.com/watch?v=7N39lAGecCE Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 428.
xii
ASECICmedia, https://www.youtube.com/watch?v=Eepr-EdLmzI Visita del 15
septiembre 2019. Ficha del Catálogo nº 441.

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Albéytares y Herradores en el Siglo XVIII: aportación de los Memoriales del Catastro de


Ensenada para su conocimiento (III).

Albéytares and Farriers in the eighteenth century: contribution of the Memorials of the
Cadastre of Ensenada for its knowledge (III).

Muñoz Alcázar, Francisco de Asís. Dr. en Veterinaria. Asociación de Historia Veterinaria de


Castilla-La Mancha (AHV-CLM)
C/Enseñanza, 26, CP- 13350, Moral de Calatrava (Ciudad Real), España.

Telf. 681102808 [email protected]

RESUMEN
En el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real, tenemos abierta una línea de
investigación de revisión y recopilación de datos que, sobre Albéytares, Albéytares-Herradores y
Herradores, contienen no sólo las respuestas generales sino también los Memoriales y Libros de lo
personal correspondientes al estado secular del Catastro de Ensenada. Los datos obtenidos hasta el
momento en algunas de las poblaciones muestreadas no son coincidentes con los conocidos por la
historiografía veterinaria a través de las Respuestas generales.
Los Memoriales nos van descubriendo la situación familiar, las propiedades y las cargas que
estos profesionales tenían realmente en el momento de elaboración del Catastro en sus poblaciones
de residencia.

SUMMARY
In the Provincial Historical Archive of Ciudad Real, we have opened a line of data review
research that, on Albéytares, Albéytares-Farriers and Farriers, not only contain the General Answers
but also the Memorials and Personal Books corresponding to the secular state of the Cadastre of La
Ensenada. The data obtained so far in some of the populations sampled do not coincide with those
known by veterinary historiography through the General Answers.
The Memorials reveal the family situation, properties and burdens that these professionals
really had at the time of drawing up the Cadastre in their populations of residence.

Palabras clave: Historia Veterinaria. Albéytares y Herradores. Catastro de Ensenada. Memoriales.

Key words: Veterinary history. Albéytares and Farriers. Cadastre of Ensenada. Memorials.

INTRODUCCIÓN
Por diferentes trabajos de investigación conocemos cifras de albéytares-herradores y
herradores, existentes a mediados del siglo XVIII en distintas poblaciones y provincias españolas,
según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752). Los estudios realizados hasta la fecha se han
basado en las Respuestas generales del Catastro1 y, más concretamente, en las respuestas a la
pregunta 332 de su Interrogatorio. En el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real tenemos
abierta una línea de investigación de revisión y recopilación de datos que, sobre Albéytares,

1
Junto al Real Decreto de 10 de octubre de 1749, para realización del Catastro, se adjuntaron 40 preguntas como
epígrafe A, denominado: “Interrogatorio a que han de satisfacer, bajo de Juramento, las Justicias, y demás Personas,
que harán comparecer los Intendentes en cada Pueblo.”
2
33. Que ocupaciones de Artes mecánicos hay en el Pueblo, con distinción, como Albañiles, Canteros, Albeytares,
Herreros, Sogueros, Zapateros, Sastres, Perayres, Texedores, Sombrereros, Manguiteros, y Guanteros, &c. explicando
en cada Oficio de los que huviere el número que haya de Maestros, Oficiales, y Aprendices; y qué utilidad le puede
resultar, trabajando meramente en su Oficio, al día á cada uno.

Pag. 99
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Albéytares-Herradores y Herradores, contienen no sólo las Respuestas generales sino también los
Memoriales y Libros de lo personal, correspondientes al estado secular, del Catastro de Ensenada.
Los datos obtenidos, hasta el momento, en algunas de las poblaciones muestreadas no son
coincidentes con los conocidos por la historiografía veterinaria a través de las Respuestas generales,
y son los Memoriales los que nos están descubriendo los valiosos datos declarados por los propios
interesados sobre su oficio (Albéytar, Maestro Albéytar-Herrador, Herrador,…), edad, estado civil
(soltero, casado,…), miembros de su familia (nombre y edad de su mujer e hijos, personas a su
cargo,…), bienes muebles e inmuebles que poseían (casa, tierras, ganado,…) y sus cargas
económicas.

OBJETIVO
Recopilación de datos de Albéytares, Albéytares-Herradores y Herradores residentes en las
distintas poblaciones de la antigua provincia de La Mancha, según los Memoriales del Catastro de
Ensenada, que nos permitan conocer la situación profesional, familiar y económica real de cada uno
de ellos según sus propias declaraciones.

METODOLOGÌA Y FUENTES
La metodología utilizada está siendo la búsqueda y localización, en las fuentes primarias y
secundarias del Catastro de Ensenada, de los Memoriales elaborados por cada uno de los
Albéytares, Albéytares-Herradores y Herradores y otros documentos relacionados con ellos, su
análisis detallado, clasificación y ordenación.
Siendo el Catastro de Ensenada la principal fuente documental utilizada, procede aclarar que
se consideran fuentes primarias las Respuestas generales (realizadas en grupo) y los Memoriales
(realizados individualmente por los propios interesados), y fuentes secundarias las llamadas
Respuestas particulares, contándose entre ellas el Libro de lo personal, de Familias o de Cabezas
de Casa (para datos demográficos) y Libro de lo Real, de lo Raíz, Mayor de lo Raíz, o de Hacienda
(para bienes muebles e inmuebles), obtenidas a partir de los Memoriales.

RESULTADOS
En esta tercera entrega presentamos los resultados obtenidos para la localidad de Alcázar de
San Juan, perteneciente a la actual provincia de Ciudad Real, y que en la fecha de realización del
Catastro formaba parte de la antigua provincia de Toledo.

- ALCÁZAR DE SAN JUAN3: Según las Respuestas generales al Interrogatorio, que datan del 2
de noviembre de 1752, en Alcázar de San Juan, Villa de Señorío y perteneciente al Sr. Infante D.
Phelipe, Gran Prior de la Orden de San Juan, habitaban 2000 vecinos en 1400 casas, incluidas las
12 casas de campo. Entre los vecinos: el Gobernador de la Villa, el Administrador de la Real
Fábrica de Salitres, cuatro escribanos, tres abogados, cuatro maestros de primeras letras y dos
preceptores de gramática, dos médicos, cuatro cirujanos, cuatro sangradores, dos boticarios, una
comadre,…, y también al final de las respuestas a la pregunta 324 (no en las respuestas a la
pregunta 33, como es habitual) junto al marginal “Albeitares” se dice:
“… Y a Antonio Barrejon como maestro albéitar se le reguló de utilidad anl. trescientos
s
R …300,
A Juan Chocano por lo mismo seiscientos…600,
A Pedro Martín de Madrid quinientos…500,
A Mathias Tejera por lo mismo quatrotos, y cinqta…450…”

3
Ver AGS_CE_RG_L611_051.jpg y siguientes, en http://pares.mcu.es/catastro/
4
32. Si en el Pueblo hay algún Tendero de Paños, Ropas de Oro, Plata, y Seda, Lienzos, Especeria, ú otras
Mercadurias, Medicos, Cirujanos, Boticarios, Escrivanos, Arrieros, &c. y què ganancia se regula puede tener cada
uno al año.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En las Respuestas generales, en Alcázar de San Juan, son citados hasta 37 ganaderos de
ovino, con un total de 17.337 reses; 10 propietarios de yeguadas, con un total de 381 yeguas, 6
“caballos padre” y 21 garañones; 9 propietarios de muletadas (8 de ellos dueños de las yeguadas),
con un total de 417 mulas, 60 “caballos capones” y 30 “caballos guías”; 3 propietarios de vacadas
(350 vacas) y toradas (200 toros); además de 400 mulas de labor, 8 vacunos de labor, 350 pollinos
de los arrieros, 350 pollinos al servicio de las casonas y suministro de leña a la Real Fábrica de
Salitres, 25 caballos de tratantes de quesos, y otros 25 caballos al servicio de las casonas.
También se citan los salarios, y aunque no hemos encontrando referencia alguna a albéitares,
sí aparecen los de Herreros (Maestros 8 rs., oficiales, 6 rs., y aprendices, 4rs.) y de Maestros
Herradores, 8 rs. (cantidad que no acaba de “encajar” con la utilidad anual declarada por cada uno
de los albéitares)
Hemos revisado AHPCR-CE-Cajas 636, 637, 638, 639, que contienen las Relaciones de
seglares [Memoriales] correspondientes al Tomo 1º 438, Tomo 2º 438, Tomos 3º y 4º 438, Tomos 5º
y 6º 438 respectivamente, y AHPCR-CE-Caja 631, correspondiente a “Interrogatorio: Quadernos
enajenados de la Real Corona” y que contiene “Quaderno 3º = Año 1753 = Provincia de Toledo =
Partido de Alcázar de San Juan = Villa de Alcázar = Examen de Peritos al thenor del
Interrogatorio de la letra A” y “Quaderno 4º = Año 1753 = Provincia de Toledo = Partido de
Alcázar de San Juan = Villa de Alcázar = Libro del Número de Familias perteneciente al estado
secular”, habiendo localizado en ellos a:
1.- Antonio Barrajón. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en Caja 631,
Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Alveitar y Herrador”), tener 52 años, estar casado
con Juana Morales, de 52 años; tienen cuatro hijos: Joseph Antonio, de 14 años, Pedro Matias, de
10, Micaela, de 15 y Mª Grazia, de 8. Tierras: una viña, de fanega y media, de 3ª calidad, en sitio de
“Los Arenales”. Casas: Una casa de morada en Plazuela de los Herradores, que vale anualmente 10
ducados. Cargas: Un censo contra estos bienes de 1.400 rs., a favor del Cabildo de Sta. Quiteria. En
el marginal hay anotado: “Se regula su utilidad de Albéitar 300 rs.”
2.- Juan Chocano. (Caja 639). Declara ser “de oficio Herrador”, (en Caja 631, Quaderno
4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Labrador y Alveitar”), tener 66 años, estar casado con María
Espadero, de 64 años; tienen una hija, Martha, de 22 años. Empleados: Un mayoral para labor
(Francisco Jiménez, de 42 años), un Ayudador (Joseph Chaparro, de 24 años) y un muchacho para
morillero (Francisco Carpio, de 15 años). Tierras de secano: hay una relación de 39 parcelas con
indicación de su localización, cultivo (trigo, cebada), calidad de la tierra (buena, mediana, inferior),
y extensión, que suman más de 165 fanegas (equivalentes a unas 55 Has. actuales); además dos
“heras de pantrillar”; cinco viñas que suman 9 ½ fanegas (en dos de ellas tiene plantados un total
de 160 olivos). Tiene ¾ partes de una salitrería. Dos casas: una en la calle que va de Plazoleta de
Albertos a calle San Andrés, y otra en calle Vega. Ganado: 4 mulas para labrar, 20 ovejas y 8
borregos, una jumenta para trabajo y otra cerril. Cargas: Un censo de 800 rs., sobre la salitrera, por
el que paga 24 rs. (3%) a una Capellanía; otro censo de 600 rs. sobre la casa de calle Vega, a favor
del Convento de Monjas de la Purísima Concepción, al 3%, y paga 18 rs. Como utilidad “de mi
oficio de Alveitar” (corregido sobre la palabra Herrador) 600 rs. de vellón. Firma como Juan
Martín Chocano.
3.- Pedro Martín de Madrid. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en
Caja 631, Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, no consta nada sobre el oficio), tener 40 años, estar
casado con Quiteria Martín Espadero, de 38 años; tienen cinco hijos: Antonio, de 10 años, Blas, de
4, Pedro, de uno, Juana, de 14 e Isabel, de 6. Empleados: un aprendiz con 17 años, Joseph
Mayorga. Tierras: Una fanega de tierra, de trigo de secano de mediana calidad, en el lugar de “Los
Arenales”. Una casa en calle de la Bocina. Cargas: está haciendo un censo de 900 rs., y 19 rs. de
réditos a favor del Hospital del Corpus Cristi. Como “utilidad de albeitar”, 500 rs. de vellón al año.
4.- Mathias Texera. (Caja 639). Declara ser “de oficio herrador y Albeitar” (en Caja 631,
Quaderno 4º, folio 579 vtº y ss, aparece como “Albeitar y Herrador”), tener 60 años, estar casado
con Theresa Quiralte, de 42 años; tienen tres hijos: Mathias, de 18 años, empleado con su padre,
Miguel, de 12 y Reyes de 6. Un criado, Manuel Rodríguez, de 17 años, “en el mismo oficio”.

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Tierras: una viña de una fanega de inferior calidad en “las quadrillas” y otra de 7 celemines en “los
arenales”. Casas: una en calle Carnecería y otra en calle del Gallo (o de Texera). Ganado: una
pollina con su cría. Cargas: un censo de 500 rs. a favor del Convento de Religiosas de la Purísima
Concepción, paga 15 rs. (3%). Como “utilidad de Albeiteria”, 450 rs. al año.

CONCLUSIONES
- Los Memoriales nos descubren el ejercicio profesional, la situación familiar, las propiedades y las
cargas que estos profesionales tenían realmente en el momento de elaboración del Catastro en sus
poblaciones de residencia.
- Existen diferencias entre los datos aportados por las Respuestas generales, que son los
habitualmente recogidos en la historiografía, y los aportados por los Memoriales, más reales.
- En el caso de Alcázar de San Juan, es al final de las Respuestas generales correspondientes a la
pregunta 32 y tras el marginal de albéitares (no en las respuestas a la pregunta 33) donde se citan
los nombres de cuatro, y por las Relaciones de seglares [Memoriales] comprobamos que al menos
tres de ellos eran “Herrador y Albéitar” y que uno era “Herrador”, probablemente también
Albéitar, además de “Labrador” acomodado.
- Conocemos ahora también los nombres de tres aprendices.

BIBLIOGRAFÍA

ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CIUDAD REAL (AHPCR). Documentación del


Catastro de Ensenada.
Catastro de Ensenada. [En línea]. Ministerio de Cultura. Portal de Archivos Españoles. Disponible
en Web: http://pares.mcu.es/Catastro

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

¿QUÉ COMÍA LA POBLACIÓN EN EL TOLEDO DE 1400?

Pedro Poza Tejedor 1, Javier Poza Burbano 2


1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria. [email protected]
2
Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid. [email protected]

RESUMEN:
Desde la Plena Edad Media una de las preocupaciones de los ayuntamientos era la de garantizar al
vecindario la disposición de aquellos bienes, servicios y productos de uso o consumo común, y de
entre ellos, el abasto de alimentos era preocupación fundamental. En el caso de la ciudad de Toledo,
las Ordenanzas Antiguas de 1400 son una interesante fuente documental que nos proporciona
información de la sociedad de la época, en este caso sobre cómo era la alimentación de la población
toledana entre los siglos XIV y XV. La presente comunicación da cuenta de los alimentos recogidos
en dichas ordenanzas así como algunas de las condiciones establecidas para su comercio y control.

Abstract:
Since the Middle Ages one of the concerns of the municipalities have been assure the availability to
citizens of goods, services and products in everyday use that were healthy, safe and of good quality,
among them food supply was one of the major interest. In the case of the city of Toledo, its old
municipal ordinances of 1400 are an interesting documentary source that provides information
about the society of the time, in this case about how was the diet of Toledo’s population between
the 14th and 15th centuries. This paper reports on the foodstuff listed in the aforementioned
ordinances as well as some of the conditions set out to control and trade them.

Palabras clave: Edad Media, Toledo, Ordenanzas Municipales, Alimentos.


Keywords: Middle Age, Toledo, Municipal Ordinances, Foods.

A medida que la reconquista de la Península Ibérica avanzaba de la mano de los reinos cristianos,
los fueros y privilegios medievales otorgados por los reyes a ciudades, villas y tierra, se
convirtieron en un instrumento esencial para el proceso repoblador y la organización de los nuevos
territorios recuperados al islam. A partir del siglo XIII y en el reino de Castilla, los fueros y
privilegios reales pasaron poco a poco a ser asimilados en parte y sustituidos por las llamadas
ordenanzas municipales o concejiles. Con esta nueva fórmula de derecho local pasaban ahora los
ayuntamientos a promulgar el ordenamiento relativo a los ámbitos administrativo, económico,
fiscal, comercial y en buena medida sobre muchos de los asuntos cotidianos que afectaban a la
población en general y a ciertos gremios en particular. En el caso de Toledo, las más antiguas
ordenanzas que se conservan datan de 1398, año en el que fueron redactadas, sin embargo su
autorización y legalización pública por el Concejo tuvo lugar el 12 de julio de 1400. Su ámbito de
aplicación se extendía más allá de la ciudad de Toledo a todas sus aldeas y jurisdicción, lo que
abarcaba una vasta extensión de tierras de cultivo de panes y viñas, riberas, olivares, montes,
dehesas, tierras de montanera y extremos donde pastaban de invernada miles de cabezas de ganado
merino trashumante etc. Este cuerpo normativo concejil quedaba abierto y a él se irían añadiendo
nuevos ordenamientos posteriores en función de las necesidades y circunstancias de cada momento.
Gran parte de las ochenta y cuatro ordenanzas que componen las llamadas Ordenanzas Antiguas de
Toledo están estructuradas en un preámbulo inicial seguido de las leyes o disposiciones relativas a
cada asunto en cuestión, para terminar con las caloñas y castigos impuestos a los contraventores de
la ley, lo que iba desde multas, la pérdida del género, azotes, ser puesto en la picota, reclusión en la
cárcel e incluso la pena capital. De entre los múltiples asuntos que tratan las Ordenanzas Antiguas
de 1400 vamos a entresacar las disposiciones relativas a los alimentos o que de alguna manera están
relacionadas con la alimentación de la población, haciendo para cada género una sinopsis de lo
recogido en las mismas y respetando el orden que de ellas se guarda en los manuscritos.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Pan (ordenanza IIII)


Como materia prima para la elaboración del pan cocido o pan cocho, como se decía entonces, el
grano introducido en la ciudad de Toledo para su venta se tenía que llevar obligatoriamente a la
plaza del denominado Mesón de Toledo. Allí se abonaba un derecho por transacción en forma de
especie, a razón de un celemín por cada cahiz de trigo vendido. Sin embargo los vecinos tenían
derecho a poder vender el trigo libremente en los alfolíes o almacenes de la ciudad. En función de
su calidad, el grano se consideraba muy bueno, comunal y no tan bueno. Tras hacer un estudio
económico de los costes del pan, la ciudad fijó como precio de intervención el de un dinero para
cada pieza y como peso de la misma el de doce onzas y media, lo que equivaldría a unos 360
gramos. No obstante se contemplaba la posibilidad de subir o bajar el precio del pan en función del
coste del trigo, sin que por ello cambiara el peso de la pieza, denominada pan, operación de la que
quedaban encargados los llamados fieles de Toledo, cargos designados por la ciudad. El oficio de
panadero era ejercido principalmente por mujeres, pues es a ellas a quienes de forma mayoritaria
señalan las ordenanzas cuando se refieren al gremio. Si el año había sido bueno, las panaderas
pujaban por el trigo en la plaza del Mesón, luego hacían moler el grano y amasaban en una
proporción de dos partes de harina y una de agua. Finalmente vendían el pan los jueves y domingos,
días establecidos para su venta. Esta costumbre de amasar y cocer una o dos veces por semana se
mantuvo en ciertos lugares de España, ya fuera en los hornos comunales de poya o en los hornos
particulares hasta el siglo XX. A las panaderas de las aldeas que trajeran pan bueno, bien cocido y
blanco, se les permitía la venta en la ciudad, en ese caso al precio que pudieran sacar. Sin embargo
los años de mala cosecha se establecía el racionamiento, en tal caso las panaderas no pujarían por el
grano en la plaza del Mesón sino que un hombre del estado de los hombres buenos les repartía el
grano con el fin de que amasaran para la ciudad. De esta forma en cada plaza había panaderas
puestas por sus nombres, con la obligación de abondar de pan cocido a Toledo. A la vez, se
permitía comprar a las caseras dos fanegas de trigo para su hogar. Con estas medidas se procuraba
que el principal artículo de primera necesidad llegase a toda la población en tiempos de escasez. El
principal pan que se comía en Toledo era de trigo, pero también lo era el de centeno. Y de entre
todos, el más apreciado era el pan blanco, el cual estaba elaborado con una harina especial
denominada adárgama. Este pan se ponderaba por ser de gran sustancia, fácil de preparar y tardo en
despedir del estómago al faltarle el salvado, pero sobre todo porque llenaba mucho y sujetaba el
hambre. También se consumía pan de acemite, muy rico en salvado y que se cocía mejor, pero tenía
menos sustancia, de tal manera que estaba penado el añadir acemite al pan de adárgama.
Vino (Título V)
El vino es uno de los productos a los que las Ordenanzas dedican más extensión e incluso se crearon
para él nuevos oficios concejiles en forma de fieles del vino y porteros para controlar el trasiego y
las cargas que pasaban por las puertas de la ciudad. Todos los vecinos y moradores de Toledo, su
tierra y jurisdicción podían traer a vender a Toledo el vino procedente de sus viñas así como el que
comprasen de otras del término o fuera de él, ellos o los que de ellos lo comprasen. Sin embargo
quedaba prohibido introducir vino procedente de Ocaña, Dos Barrios, Illescas y sus términos, y de
otras villas y lugares que tuvieran jurisdicción sobre sí. En el caso de las aldeas de Toledo, estaba
prohibido meter vino, mosto y uvas para vender, hacer vino, beber o para otro cualquier fin
mientras los hubiera propios del lugar. Con estos preceptos y otros se preservaba la producción
interior de la oligarquía toledana, la cual explotaba gran cantidad de viñas y tierras de labor de
secano en el término. A este proteccionismo del que gozaba el vino producido en Toledo se añadía
el privilegio dado a sus vecinos para poderlo exportar a otras ciudades sin tener que pagar el
impuesto real llamado de almojarifazgo. La fecha señalada a partir de la cual se podía meter el
nuevo vino en la ciudad era el Día de Todos los Santos, siendo las únicas entradas permitidas las
Puertas de Alcántara, Visagra y el Puente de San Martín, donde un hombre bueno controlaba el
origen y naturaleza del vino, el mosto y las uvas. La pujanza económica del vino en la tierra de
Toledo a fines del siglo XIV y comienzos del XV se pone de manifiesto por la creciente superficie
de cultivo dedicada a la viña, cuyas cepas recién plantadas se denominaban majuelos. En cuanto a
variedades de uvas, las ordenanzas hablan de uvas prietas y uvas blancas. Pero más allá de su

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importancia económica, el vino era de facto un alimento calórico de primera necesidad, cuyo
consumo cotidiano estaba muy extendido entre la población judeocristiana. Su consumo no
distinguía entre clases sociales, pobres y ricos, señores y vasallos, oligarquía y pueblo llano, clero y
vseglares, hombres y mujeres etc. No había boda, entierro, trabajo o celebración donde el vino no
estuviera presente. Por ello, el acceso general al vino estaba garantizado al tener este producto libre
tránsito, independientemente de su origen, siempre y cuando fuera para el gasto propio o familiar.
Carnes (Capítulos VI y LXXXII)
En realidad los capítulos aquí referidos están dedicados expresamente a los carniceros de Toledo,
sin embargo nos proporcionan información sobre la carne que se consumía en la ciudad. De entre
todos los alimentos, la carne era el género que soportaba una más amplia regulación y control por
parte de la autoridad municipal. Las Ordenanzas Antiguas hablan de dos rastros como lugares
donde se sacrificaban las reses y se tajaba su carne con destino a las carnicerías de la ciudad, en
concreto se cita el Rastro de Zocodover y el del Corral de los Pavones. Ningún carnicero podía
vender en ellos ni en ningún otro lugar res viva alguna, lo que recuerda algunos reglamentos de
matadero cuando establecen que los animales destinados a sacrificio no pueden salir vivos una vez
en el establecimiento. El ordenamiento dirigido a los carniceros tenía finalidad diversa: comercial,
recaudatoria, antifraude, higiénico sanitaria, para asegurar el abasto e incluso la destinada a la
protección y mantenimiento de la cabaña ganadera, ya fuera por su aptitud cárnica o de trabajo. Así
por ejemplo los carniceros no tenían permitido comprar novillos bravos en la tierra de Toledo para
matar. En caso que lo hiciesen fuera del término y algún vecino quisiera al animal para su labrar,
tenía derecho a recomprarlo al carnicero por el precio de coste más cinco maravedís de su trabajo,
lo cual se hacía extensivo a cualquier bestia de labranza. Aunque los carniceros compraban ganado
para su servicio, ninguno podía ser merchán o tratante de ganado, salvo que renunciase al arriendo
de la carnicería ante los fieles por escrito firmado por el escribano de Toledo. Para garantizar el
abasto a la ciudad, los carniceros estaban obligados a traer a matar a Toledo el ganado que tuvieran
en el término siempre que hubiera necesidad. Sin embargo no podían comprar ganado vacuno,
ovino ni caprino en la ciudad ni en su jurisdicción hasta cinco leguas alrededor de Toledo. Otra
norma para favorecer la disposición de ganado para sacrificio era la que mandaba a los
acarreadores, carniceros y desolladores no llevar más salario a los ganados cosarios y forasteros que
se mataban en las carnicerías de la ciudad que a los ganados propiedad de los vecinos de Toledo.
Siempre que se procediera a sacrificar algún buey por parte de los carniceros era preceptiva la
presencia ante morten de los fieles de la ciudad, pero si el carnicero no los encontraba, tenía que
hacerlo saber a dos hombres buenos vecinos de Toledo para que una vez visto por ellos el animal se
pudiera matar y poner a la venta al precio que estuviera fijado. Los fieles de Toledo, como así se
establecía en las ordenanzas, y por extensión los hombres buenos, debían ser conocedores de la
naturaleza de las bestias y por tanto de su edad según la fórmula dentaria. Como prohibición
higiénico sanitaria durante el sacrificio estaba la de no poder hinchar con la boca las canales ni las
carnes, práctica que se supone se realizara con una caña. Además del ganado propio de los
carniceros para su servicio, cualquier caballero, vecino o morador de Toledo que quisiera vender su
buey lo podía matar o hacer matar, tajar y vender en la carnicería a precio de vaca, sin que en ese
caso fuera obligada la presencia ante mortem de los fieles u hombres buenos. Sin embargo los
bueyes que así se llevaban a matar tenían que ir por su propio pie hasta el Corral de las Vacas la
noche anterior acompañados de albarán o licencia de los fieles. Los días señalados para la matanza
de estos bovinos eran los lunes y miércoles, de tal forma que en tanto hubiese carne disponible de
dichos bueyes los carniceros no podían sacrificar ningún otro vacuno. Además de bueyes, los
particulares podían llevar a matar vacas, novillos o cualquier ganado. Una vez desolladas y faenadas
las canales en el rastro, la carne se acarreaba a los puestos de carnicería. Allí la venta no se hacía a
ojo sino con los pesos y pesas oficiales que los almotacenes proporcionaban a los carniceros, con la
excepción hecha de los menudos de los puercos y otras reses y las tajadas que los señores daban de
ración a los hombres y mujeres que vivían con ellos. Las cabezas, riñones y otras vísceras no se
vendían al peso junto con la carne sino por separado. Los tajones de las carnicerías donde se servía
la carne tenían que mantenerse limpios y guardados de toda suciedad, disponiendo de coberturas de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

madera con cerradura de llave o candado. Cada sábado los carniceros tenían que limpiar y lavar con
agua y estropajo las tablas donde se tajaba y pesaban las carnes, bajo la vigilancia de los sofieles.
Las carnes de bovino que se vendían eran de buey, vaca, novillo y ternera. En las carnicerías de los
cristianos la carne de ternera tenía diferente precio según fuera de leche, de seis hasta siete meses y
desde ahí hasta que mudara. Otras carnes que se vendían eran las de carnero, oveja, cabra, cabrón,
cordero, cabrito, y en el caso de los cristianos puerco. Precisamente y como mandato de origen
religioso, ningún cristiano podía osar de comprar carne para partir o comer con judío o moro.
Merece una mención especial el tocino, por ser producto muy apreciado y de gran consumo debido
a su alto valor energético. En ningún caso se podía vender mojado ni hediondo. Aparte de los
carniceros, cualquier vecino de Toledo podía tajar y vender el tocino de su matanza en la llamada
Tabla del Rey. De la misma manera, vecinos y moradores podían hacer lomos de puerco en adobo y
venderlos a las puertas de las carnicerías de la ciudad, en Barrio Rey, Zocodover y en la Alcaná
Vieja. Las penas pecuniarias impuestas a los carniceros por no guardar las ordenanzas iban
destinadas en parte a los fieles y almotacenes.
Además de los animales domésticos de abasto, cualquier señor o persona podía llevar a Toledo
gamo, ciervo y jabalí a tajar en la tabla o carnicería que quisiere de la ciudad para su venta, el jabalí
al precio de la carne de carnero y el ciervo y el gamo al de vaca.
Carne de caza menor (Capítulos VII y XXXII)
Desde el día de Carnestolendas hasta San Miguel de Septiembre estaba prohibido matar perdices,
conejos y liebres en la tierra de Toledo para vender, a la vez que no se podían traer piezas de caza a
la ciudad. Sin embargo, los moradores de los extremos y montes de Toledo podían cazar todo el año
conejos, perdices y todo tipo de piezas siempre que fuera para su comer. Una vez llegado el día de
San Miguel se levantaba la veda hasta Carnestolendas, pudiendo entonces traer libremente a vender
la caza a Toledo en la plaza de costumbre, a las espaldas de la Iglesia Catedral de Santa María. No
obstante y en tiempo vedado, desde Carnestolendas hasta San Miguel, se podía traer caza de fuera
del término para vender en Toledo mediante licencia y pago de albarán a los fieles de Toledo,
haciendo primero juramento que no se cazó ni mató ni compró en tierra de Toledo. La caza que se
traía a vender desde San Miguel a Carnestolendas, ya fuera tomada con perros galgos o podencos,
ballesta, gavilán, halcón, azor, hurón, lazo, en losadas o de otra cualquier manera, se tenía que
vender en la plaza de costumbre o en el coto señalado por la ciudad, sin embargo no se podía vender
en casas particulares ni en otro lugar. Por el contrario, las tórtolas y palomas torcaces se podían
vender libremente donde se quisiera sin pena alguna. Las piezas y carne de caza para su venta
tenían que abonar el correspondiente portazgo a la entrada de la ciudad. Por otro lado estaba penado
llevar a vender a otra parte la caza matada en el término de Toledo, así perdices, conejos y otros. Al
tratarse de carne bastante perecedera, las ordenanzas establecían que no se vendiera caza hedionda,
conejos verdes ni perdices ni palomas que hieda.
Pescados (Capítulo VIII)
Siendo Toledo tierra de muy adentro, sorprende la extensión dedicada en las Ordenanzas Antiguas
al pescado, la variedad de especies y el consumo que se presupone de este alimento. Para la venta y
el control fiscal e higiénico del pescado, ya fuera de río, mar o de arroyo, la ciudad tenía señalado
mediante una red un punto donde se tenía que llevar obligatoriamente el género a vender, de ahí que
dicho lugar fuera conocido como La Red. La venta del pescado fresco se hacía en el día, bajo los
precios fijados por la ciudad y vendido al peso. Y así se habla de barbos, peces, bogas, truchas etc.,
salvo las anguilas, en el caso que la pieza pesara más de medio arrelde, unos cuatro kilogramos.
Los sábalos, pez procedente del mar que remonta los ríos, era pescado que se conservado salado y
al que se tenía que remojar obligatoriamente previo a su venta al peso. Para atraer la venta y
garantizar el abasto de pescado en Toledo, se acordó no cobrar derecho alguno por parte de los
fieles de la ciudad, ni a recueros ni a mercaderes ni a ninguna persona que llegara para vender este
género, así fresco como salado, ya fueran congrios, sábalos o cualquier otra especie, entre las cuales
por cierto el atún era una de las más apreciadas y escasas. A lo largo del Tajo y otros ríos había
establecidas posadas o puestos de pesca, algunos de ellos arrendados por los vecinos de Toledo, sin
que ningún pescador pudiera sacar a vender fuera del término pescado alguno. Como norma para

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

favorecer el acceso de la población cristiana a este género estaba la que prohibía vender o meter en
la judería de Toledo ningún pescado fresco de río en miércoles, jueves, viernes, Cuaresma, las
Cuatro Témporas y en la Vigilia de los Santos por ser tiempo de ayuno. En ese mismo sentido, los
pescadores de Toledo y su jurisdicción que vendían anguilas frescas en los días de ayuno y del
carnal, lo tenían que hacer en La Red, al peso y al precio puesto por la ciudad. En cierto momento
se ordenó a hombres y mujeres trasladar la venta del pescado salado a las tiendas viejas donde se
vendía la caza menor, detrás de la Iglesia Catedral. Las especies que se conservaban en salazón
eran: atún, sábalos, pescados de gamella, corvina, albures, sardinas etc. Como medida higiénica, los
vendedores de pescado salado no podían vender fruta alguna, ni fresca ni seca ni otras viandas junto
al pescado. Para evitar malos olores, las pescaderas echaban el agua del pescado en el caño o
desagüe de costumbre en la calle. La última norma sanitaria de la ordenanza establecía que no se
podía vender pescado fresco de mar o de río podrido, so pena de doce maravedís y la pérdida del
género, en cuyo caso sería para provecho de los presos de la Cárcel del Rey en Toledo.
Miel, Aceite y Queso (Capítulo IX)
Al igual que otros alimentos, la miel, el aceite y el queso tenían fijados precios de intervención. En
el caso del aceite, la medida de referencia era la pavilla, y su precio quedaba fijado en doce dineros.
Las ordenanzas establecían como normas de calidad para el aceite, el que fuera bueno, puro, sin mal
olor y estar bien medido a la hora de la venta, con la medida derecha. Por su parte, el queso a
vender por los tenderos de la ciudad tenía que ser bueno, limpio y que no estuviera hediondo ni
podrido. El precio establecido por el concejo para cada libra de queso era el de dos dineros. Como
norma para la miel se ordenaba que ningún tendero la vendiera aguada, vuelta, con engaño, ni a
mayor precio ni con menor peso ni fuera del puesto. Tanto el aceite, el queso y la miel que se traían
a vender a Toledo, normalmente por corredores, era gravados con una costa para la Tienda del Rey,
lo que en el caso del aceite suponía medio dinero por cada maravedí. La miel procedía de
colmeneros asentados en los montes y tierras de extremo de Toledo.
Cuajada (Capítulo XXX)
La referencia que hacen las ordenanzas sobre la cuajada es a las cuajaderas o juncaderas como las
encargadas de vender la cuajada al peso y ponerla en juncos, a modo de recipiente para llevar.
Otros alimentos / Ferias y Fiestas
Aparte del agua acarreada por los particulares y los azacanes, las ordenanzas mencionan los
siguientes animales de abasto y alimentos para consumo de la población: gallinas, capones y otras
aves de corral (pavos reales), palomas de palomar, ansarones, huevos, unto de cerdo, limones,
sidras, naranjas, turmas (criadillas de tierra), setas, cardos, fruta, especiería, azúcar etc. Y aunque
no se mencionen expresamente, se sabe que el mercado también estaba abastecido de habas,
garbanzos, lentejas, frutas, verduras y otros productos hortícolas procedentes de las huertas y vegas
ribereñas, como la llamada Huerta del Rey. Mención especial merece el tratamiento que se daba
durante la celebración de algunas fiestas como las de Santa María de Agosto y Septiembre, en las
que los peregrinos que venían a la catedral podían meter cada uno a la ciudad hasta media arroba de
vino para su consumo y provisión. Para garantizar el abasto de la crecida población durante las
ferias de primavera y septiembre, todos los ganados, alimentos y mercancías estaban exentos de
pagar portazgo a la entrada de la ciudad, e incluso la carne se permitía vender a ojo en ese tiempo.

Conclusión
Al margen de los posibles que tuvieran los habitantes de Toledo para conseguir el sustento en
función de su clase o condición, lo cierto es que las Ordenanzas de 1400 nos desvelan que la
sociedad de la época tenía una más que aceptable variedad de alimentos a su disposición. Al tratarse
de la principal necesidad, el ayuntamiento procuraba asegurar a sus habitantes el abasto de todo
género de alimentos, tanto en cantidad, calidad e incluso higiene, dando prioridad a que toda la
población tuviera el mejor acceso posible a los mismos. No obstante, el pan, el vino y la carne,
junto con el tocino, eran para los cristianos los productos básicos para su sustento y alimentación.

Bibliografía: A disposición de los investigadores.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ANTECEDENTES DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN QUESO


MANCHEGO.
Altares López, Santiago (1), Condés Torres (1); Arias Sánchez, Ramón (2); Pérez
Guzmán, Mª Dolores (2); Angulo Heras, Conrado (2); Garzón Sígler, Ana Isabel (3);
Montoro Angulo, Vidal (4).
1. Fundación Consejo Regulador Denominación de Origen Queso Manchego
2. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
3. Facultad de Veterinaria. Universidad de Córdoba.
4. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El queso Manchego tiene una larga historia que ha sido fundamental en la obtención de
su Denominación de Origen. Su Consejo Regulador se constituyó según la regulación
europea en 1985, y ha sido una pieza imprescindible para el incremento de la producción
y comercio internacional de uno de los productos alimentarios españoles de mayor
prestigio y reconocimiento. El presente trabajo hace un recorrido de las etapas más
importantes de su pasado, particularmente en los siglos XIX y XX.
SUMMARY
Manchego cheese has a long history that has been fundamental in obtaining its
Denomination of Origin. Its Regulatory Council was established according to European
regulation in 1985, and has been an essential piece for the increase of international
production and trade of one of the most prestigious and recognized Spanish food products.
The present work takes a tour of the most important stages of his past, particularly in the
nineteenth and twentieth centuries
PALABRAS CLAVE
Denominación de Origen, Queso Manchego, La Mancha
KEY WORDS
Designation of Origin, Manchego Cheese, La Mancha
INTRODUCCIÓN
Las actuales denominaciones de origen de los productos alimentarios son sinónimo de
calidad avalada por rigurosos procedimientos de la Unión Europea. Esta realidad sería
impensable sin un soporte histórico que demuestre la tradición vinculada al territorio,
materia prima y sistemas de elaboración. El presente trabajo hace un repaso de algunos
acontecimientos y personas que contribuyeron a la identidad del Queso Manchego y a la
materialización de medios humanos, materiales y normativos de su Consejo Regulador.

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EVOCACIONES HISTÓRICAS Y PRIMEROS DOCUMENTOS.


En el territorio de La Mancha hay numerosas evidencias de elaboración de queso desde
hace más de 4000 años, entre las que podemos destacar las encellas de la Motilla del
Azuer (Daimiel) o del Cerro de las Cabezas (Valdepeñas). Los restos de animales de estos
asentamientos también indican una predominancia de pequeños rumiantes, siendo su
leche aprovechada para cuajar como forma de conservación. Muchos siglos después, está
documentada la importancia del ganado ovino en el Imperio Romano, destacando las
descripciones de Columela y Virgilio sobre la elaboración del queso. Posteriormente, la
ocupación de la Península por los musulmanes, facilitó los movimientos pecuarios hasta
la época de la Reconquista, afectando particularmente a la vasta región central. En ese
contexto se mencionaba la existencia de una oveja muy rústica adaptada a continuos
desplazamientos. Por otro lado, la influencia secular de La Mesta fue perfilando la
ganadería ovina, coexistiendo los rebaños trashumantes y estantes. La elaboración de
queso era importante para el aprovechamiento humano de la leche ovina, lo que fue
importante en la llanura manchega en una época de notable crecimiento. En las
Relaciones Topográficas de Felipe II, encontramos en muchas localidades manchegas la
presencia de ovino y producción de queso. En El Quijote hay numerosísimas referencias
a la actividad pastoril, al ganado ovino y al queso que aparece como frecuente alimento
para los errantes protagonistas y gran parte de los personajes con los que coincidían. Cabe
destacar dos citas específicas al “queso ovejuno”. En ambos casos, hay una expresa
apreciación de su calidad puesto que en una ocasión Don Quijote lo recibe de Dulcinea
como regalo de partida (Cap. 31 de la primera parte) y en el otro pasaje Teresa Panza lo
envía a Sancho indicando que “se aventajaba a los de Tronchón” (Cap. 52 de la segunda
parte).
Hay que esperar a los comienzos del siglo XIX para que el adjetivo manchego aparezca
acompañando al ganado ovino o al queso en libros o publicaciones periódicas. La primera
que encontramos en las publicaciones periódicas (1805) se refiere a la producción de lana
de la oveja manchega (Semanario de Agricultura y Artes Dirigido a los Párrocos, 459) y
sobre el queso manchego hay un anuncio de venta en el Diario de Madrid (9/5/1808).
Otras citas interesantes del mismo siglo son las referidas a la presencia de ovino
manchego en la Exposición Agrícola de 1857 (El Museo Universal, 30 de octubre), la
referencia al rendimiento en el periodo de ordeño de la raza (“da para un queso de cuatro
libras”) que recoge la Gaceta agrícola del Ministerio de Fomento (Diciembre de 1876) y,
unos años más tarde, otra más optimista que indica una producción parecida a la churra
en explotaciones de menor tamañan que ésta (Revista de España, 1882, n.º 88). Sin
embargo, no encontramos el calificativo en las referencias de la Exposición Nacional de
Ganados y sus Industrias y Mecanismos Correspondientes de 1882 en la que se menciona
la presencia de ganado raso de Villanueva de los Infantes y muestras de queso de oveja
de Argamasilla de Alba que obtienen premios. Tampoco los tratados de zootecnia de
aquellos años mencionan de forma expresa la raza Manchega. Como ejemplo, en el de
León (1886) se menciona “Hay en España, además de las merinas, otra raza lanar muy
interesante y necesaria para el consumo de carnes que se encuentra de preferencia en las
provincias de Albacete, Ciudad Real y Cuenca. Esta es de alzada aventajada, la lana es
en algunas basta, pero en otras, suele ser regular para la fabricación de paños, alguna vez
dan dos productos en cada parto, tienen leche en abundancia para criar sus corderos, y
además para hacer los quesos manchegos tan buscados en algunas ciudades españolas, y
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sobre todo pocos ganados nacionales y extranjeros hay que puedan rivalizar en libras y
exquisito gusto de las carnes con los que se crían en las provincias manchegas, y con
especialidad los de la jurisdicción de Villarrobledo”.
HACIA LA IDENTIDAD.
En el primer tercio del XX afloran varias claves que serán fundamentales para el futuro
de la oveja y del queso manchegos. Por un lado, el desarrollo del comercio facilitó la
presencia del queso de La Mancha en multitud de destinos, especialmente en grandes
ciudades como Madrid y Barcelona. Sus características, entre ellas la larga vida
comercial, facilitaron su singularidad frente a otros tipos y la preferencia por parte de un
sector importante de consumidores. En la prensa de aquellos años se encuentran multitud
de referencias en las páginas dedicadas a gastronomía y en las de anuncios comerciales o
en la publicidad de los menús de reputados establecimientos de restauración. La presencia
de elaboradores y comerciantes de queso manchego de las cuatro provincias empieza a
ser habitual también en los anuarios especializados.
De forma paralela, la incipiente organización de los ganaderos, liderada por la Asociación
General, amplió su interés desde la merina a otras razas españolas. En el caso de la
Manchega, a pesar del interés de la lana y de la moda de los cruzamientos, persiguió el
objetivo de la producción lechera que se hacía patente en los Concursos de Ganados que
organizaba a nivel nacional o regional en los que se fueron incorporando actividades
relacionadas con la industria láctea. Un resultado destacable fue la obtención del primer
premio del Concurso de Memorias de 1910 por los hermanos Juan y Ventura Alvarado
con un trabajo sobre la elaboración del queso Manchego. Este documento, realizado a
partir de sistemáticas visitas a ganaderías de las cuatro provincias de La Mancha, se puede
considerar como el primer tratado moderno sobre la materia. La actividad de divulgación
de los Alvarado fue muy importante en el salto de escala de la producción artesanal a la
introducción de equipos e instalaciones para la modernización de la fabricación de queso.
Dos claros ejemplos de la transferencia de la nueva tecnología son la dirección de la
quesería modelo y centro de selección de ovino manchego propiedad de Sánchez del Val
en Drieves (EPAP, 1912) y las numerosas demostraciones y cursos que impartían, como
el celebrado en el concurso regional de ganados de Ciudad Real (1919). Encontramos
otros casos que constatan la dinamización del sector ovino y la fabricación de quesos,
particularmente en torno a las ganaderías de grandes propietarios vinculados a la
Asociación General de Ganaderos. Entre ellos destacamos la creación de la primera
cooperativa quesera en Villanueva de los Infantes (EPAP, 1913) o la organizaron del
primer concurso de ganaderías manchegas lanares de ordeño (EPAP, 1917).
Desgraciadamente, esta lenta tendencia de realización de los trabajos de caracterización
de la oveja y el queso sufrieron el inevitable retroceso de la Guerra Civil.
En la década de los años cuarenta se retoman las actividades, particularmente en Ciudad
Real, por la coordinación de los equipos que dirigen Moraleda y Naranjo tanto en la
selección de la oveja manchega, así como por varias iniciativas dedicadas al queso
manchego, respectivamente. De estos trabajos destacan la celebración del Concurso de
Elaboración de Queso Manchego que se celebró en Herencia en 1945. Dos años más
tarde, Naranjo propone en la Asamblea de la Industria Quesera de Ciudad Real en 1947
la creación de un Consejo Regulador para la vigilancia del queso Manchego y registro de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

la marca regional, que es aprobada. En el mismo año se graba el documental El Queso


Manchego, dirigido por Sabino Micón, con guión del veterinario Gonzalo Barroso
(ganador del concurso de memorias) y con la contribución técnica de sus colegas antes
mencionados (Molina y col., 2018).
La colaboración de ganaderos y técnicos de los servicios de la administración (Ministerio
y Diputaciones) fue consolidando la uniformidad morfológica y la selección de la oveja
manchega para la aptitud lechera en los años siguientes (hecho que se vio favorecido por
la caída de cotización de la lana). Los servicios provinciales de mejora ovina en Toledo
y de mejora ganadera en Ciudad Real alcanzaron resultados muy destacables en
identificación, control lechero e incluso inseminación artificial. En el mismo sentido fue
importante la celebración periódica de certámenes con presencia de ganado en distintas
localidades de La Mancha de forma fija o rotatoria. Precisamente la primera Feria
Interprovincial de Ganado Ovino de Raza Manchega de Quintanar de la Orden de
septiembre de 1964, sirvió de preámbulo a la creación, unos días después, de la
Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de raza Manchega
(AGRAMA). Desgraciadamente, tendrían que pasar aún unos años para la publicación
del libro genealógico de la raza.
En paralelo, la producción de quesos a nivel regional crece a buen ritmo, consolidándose
algunas industrias como las de mayor tamaño del panorama nacional, que coexisten con
pequeñas queserías artesanales y también con la elaboración familiar. Todas ellas
producen queso de oveja, aunque las empresas más grandes diversifican la oferta
comercial y su mayor producción se orienta a los quesos de mezcla, manteniendo como
seña de identidad el queso manchego. Aparte del asociacionismo empresarial y sindical
de queseros y ganaderos, los ocho concursos regionales de Queso Manchego (1967-1974
y desde su tercera edición, con secciones artesana e industrial) tuvieron un papel
destacado en la concienciación del sector para la reivindicación de la Denominación de
Origen evocada veinte años atrás (Alía, 2008). El desarrollo de los concursos atendía a
un reglamento y procedimientos técnicos que son válidos en la actualidad. En la mayor
parte de las ocasiones se celebraron en Ciudad Real y alternó con otras localidades como
Almagro (1968) y Alcázar de San Juan (1972). El apoyo organizativo y financiero de
distintas entidades (Ministerio de Agricultura y Diputación Provincial como más
importantes) y un completo programa de actividades (Concurso periodístico, concurso de
rendimiento de carne, conferencias, vinculación del sector comercial y de la restauración,
etc.) contribuyeron a dar gran eco profesional y social marcando de forma inequívoca la
vinculación a La Mancha.
PROPUESTA Y CONSTITUCIÓN DE LA DENOMINACIÓN.
La mejor organización y desarrollo del sector productor de la oveja manchega y
transformador de su queso por un lado, y la promulgación de la Ley 25/1970 (Estatuto de
la Viña, del Vino y de los Alcoholes que permitía su extensión a otros productos agrarios),
por otro, facilitaron la redacción por el Consejo Económico-Sindical Interprovincial de
La Mancha de la solicitud de la Denominación de Origen Queso Manchego que se
presentó ante el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen del Ministerio de
Agricultura en 1972. Tras varios avatares administrativos (creación de una Comisión
Gestora y renovación de la solicitud, entre otros), los requerimientos a los responsables

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

políticos y con un cambio de régimen político de por medio, hasta 1982 no hubo respuesta
efectiva materializada en la orden ministerial de reconocimiento provisional de la
Denominación de Origen (DO) y la resolución derivada mediante la cual se designa su
Consejo Regulador. Sin embargo, algunas empresas queseras de Castilla y León elevaron
recursos ante el Tribunal Supremo, que provocaron retraso y diversas disfunciones en el
inicio de los trabajos del Consejo que quedaron definitivamente resueltos, tras un largo
proceso judicial, en septiembre de 1990. Desde el punto de vista práctico, las
transferencias de competencias en materia de denominaciones de origen a la Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha, la publicación de la orden de la Consejería de
Agricultura de Castilla-La Mancha de 14 de diciembre de 1984 del Reglamento de la DO
y su Consejo Regulador (Ratificados por OM de Agricultura de 21 de diciembre), así
como la adhesión de España a las Comunidades Europeas (junio de 1985), hicieron
posible la salida al mercado de los primeros quesos con DO en el otoño de 1985. Desde
el mes de enero anterior se había acondicionado la sede del Consejo Regulador de la DO
en las dependencias del CENSYRA, dotada con un laboratorio. La plantilla inicial estaba
formada por un gerente y dos veterinarios para trabajos de campo y laboratorio, técnico
de laboratorio y dos administrativos. Hasta las elecciones de 1988, el órgano de
representación se constituyó de forma provisional por personas reconocidas de los
sectores ganadero y quesero, recayendo la presidencia recaía veterinarios de la
Administración.
Durante los casi 35 años de funcionamiento del Consejo, la actividad se ha multiplicado
año a año, siendo la DO del queso Manchego un referente de los productos alimentarios
españoles con gran vocación internacional. Todo ello se ha cimentado en el trabajo y
voluntad colectiva de ganaderos, queseros y técnicos (la mayor parte de ellos
veterinarios). Sirva este trabajo como reconocimiento para todos ellos.
BIBLIOGRAFÍA
Castro y Espejo, León. 1866. Zootecnia Aplicada a la Economía rural y Doméstica. Ed.
León y Villaverde. Madrid.
El Museo universal. 30/10/1857.
Diario de Madrid (9/5/1808)
Semanario de agricultura y artes dirigido a los párrocos. 1805. Núm. 459
Gaceta agrícola del Ministerio de Fomento. 1876. 1/8–31/12.
Revista de España. 1882. n.º 88.
Almanaque Bailly-Bailliere. 1906.
Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. 1908 (1).
1911 (1 y 2).
Anuario Riera. 1902 y 1908.
El Progreso agrícola y pecuario (EPAP). 1912. (775). 1913 (807). 1917 (1015).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ÚLTIMOS HERRADEROS DE LA MANCHA TOLEDANA: EL CASO DE LA


PUEBLA DE ALMORADIEL
Madero Madero, Salvador (1); Castillo Romero, Francisca Josefa (1); Angulo Heras,
Conrado (1); Ramiro Manzanero, Olegario (2); Montoro Angulo, Vidal (3).
1. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
2. RENFE
3. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.

RESUMEN
Este trabajo recuerda el papel de los herraderos a través de los que regentaron tres
generaciones de veterinarios Ortiz-Cicuéndez Madero en La Puebla de Almoradiel
durante más de seis décadas. En el caso de la comarca de referencia, la principal
actividad agraria estaba vinculada históricamente al cereal y viñedo, con un censo de
ganado mular muy importante. La denominada revolución verde, con la entrada de
nuevas tecnologías y la mecanización, se impuso a finales de los años cincuenta del
pasado siglo, creciendo en los sesenta y desplazando toda la ganadería mular en los
setenta.
SUMMARY
This work recalls the role of the blacksmiths through which three generations of Ortiz-
Cicuéndez Madero veterinarians in La Puebla de Almoradiel managed for more than six
decades. In the case of the region of reference, the main agricultural activity was
historically linked to cereal and vineyards, with a very important mule cattle census.
The so-called green revolution, with the entry of new technologies and mechanization,
prevailed in the late fifties of the last century, growing in the sixties and displacing all
the mule cattle in the seventies.
PALABRA CLAVE
Herradero, Veterinario, Ganado mular
KEY WORDS
Horseshoe setter place, Veterinary, Mule cattle
INTRODUCCIÓN
La profesión veterinaria tiene uno de sus principales orígenes en el herrado, de tal forma
que una de sus señas de identidad es la cualificación y clara diferenciación de los
herradores. De hecho, hay multitud de referencias que demuestran el origen de gran
parte de albéitares y veterinarios en familias vinculadas al herrado. La superación de la
barrera entre herrador y veterinario era muestra inequívoca de mejora social. Este patrón
se mantiene con importancia decreciente hasta bien entrado el siglo XX.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En la provincia de Toledo el momento de plenitud de los herraderos se puede fijar


durante la primera mitad del pasado siglo debido a la importancia de la agricultura como
principal actividad económica. El cultivo se basaba en el empleo de mulas, siendo en las
zonas del oeste frecuente el empleo de bueyes. El censo de ganado equino de la
provincia de Toledo llegó a superar las 100.000 (cerca del 60% de mular) en 1935, cifra
que recuperó a finales de los cincuenta y se redujo progresivamente hasta acelerar el
decrecimiento en los años sesenta. En 1965 solamente quedaban algo más de 35.000
mulas. Los herraderos eran, por tanto, un establecimiento clave del mundo rural. Su
principal objetivo era la prestación de servicio de herrado (a fuego o en frío) y servía de
consultorio veterinario y clínica equina (Cirugía menor y curas, herrado ortopédico,
atención de cólicos entre las más habituales). En la última etapa desde estos
establecimientos se incorporó la atención a otras especies animales y la mejora de los
protocolos clínicos con la incorporación de nuevas técnicas diagnósticas y terapéuticas
más específicas. Se evolucionó de las “empuchadas de amapolas blancas” a las
sulfamidas, antibióticos y nuevos preparados veterinarios. La titularidad correspondía
por norma (desde 1921) a un veterinario, normalmente vinculado a la localidad por
origen o asentamiento familiar, que estaba asistido por un herrador que podía contar con
aprendices. Era habitual el sistema de igualas, compatibles con las plazas de veterinario
titular, con distinta fiscalidad y régimen de autónomo en la seguridad social, en los
últimos años. El herradero era, además, un punto de encuentro social que facilitaba
información sobre los precios y perspectivas de las cosechas hasta las comparaciones
casi deportivas de quién realizaba mejor las labores de poda o preparaba mejor la carga
de las galeras.
ENTORNO AGRARIO Y SOCIAL
La Puebla de Almoradiel, pertenece a La Mancha toledana y administrativamente al
partido judicial del Quintanar de la Orden (8 municipios). La población del municipio
en 1935 era de 4.679 habitantes y llegó a máximo de 6.700 habitantes en 1959. Como
en el resto del partido, excluida la cabecera, la principal actividad económica se
centraba (y centra) en la agricultura. En el periodo que nos ocupa el cultivo de la viña y
el cereal eran los de más importancia con el olivar y producción de huerta para
autoconsumo. La ganadería a finales de los cincuenta cuyo censo equino fue
probablemente el más alto de su historia, contaba con 1.350 mulas, 15 caballos, 450
asnos. Además, había 2.000 ovejas, 200 cabras, 5 vacas de leche, 3.000 aves en 4
granjas, 14.000 gallinas en casas particulares y los conejos estaban casi extintos por la
mixomatosis (Provincia, 1960, núm. 23). No se consignan los cerdos, aunque eran
solamente los de cebo doméstico. La industria se limitaba a una almazara y pequeñas
bodegas familiares y una cooperativa que comenzó su actividad en 1954 (180.000
arrobas). Había 16 tiendas de comestibles, 14 hornos de pan, 6 puntos de venta de leche
y 5 carnicerías.
El censo equino estaba dedicado fundamentalmente a la labranza de unas 5.000 ha de
viña, 3.000 de cereal y menos de 1.000 de otros cultivos de secano y huerta. Era
frecuente el sistema de labranza en quintería para las fincas más lejanas que podía
implicar estancias de hasta una semana.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LOS ORTIZ-CICUÉNDEZ MADERO


Salvador Ortíz-Cicuéndez Angulo (1864-1933), nació en una familia acomodada de La
Puebla de Almoradiel. De familia de empresarios agrícolas, destaca su carácter muy
emprendedor con actividad en cría y venta de ganado porcino, ganado ovino arrendado
en la comarca de La Jara (Finca el Rosalejo), fundador de una bodega y destilería, e
impulsor de los tendidos eléctricos y del tren Villacañas-Quintanar de la Orden.
Encontramos algunos datos biográficos en La Veterinaria Toledana por 4 referencias en
la sección necrológica: su madre, Francisca Angulo, fallece el 15 de septiembre de
1910, su hermana Emeteria en 1913, su hijo Emilio en 1926 y un año más tarde, su
esposa. En esta última cita aparece la extensión de pésame a su yerno y veterinario
Ernesto Madero, casado con su hija Julia.
Comienza su actividad profesional en su pueblo natal a finales del siglo XIX tras
descartar, por presiones familiares, una tentativa para ir a Uruguay (con pasaje
comprado). Figura con el número 25 en la inscripción de los socios fundadores del
Colegio de Veterinarios de Toledo, lo que presupone su asistencia a reuniones
preparatorias y a la asamblea fundacional de agosto de 1904. Fue el representante del
Colegio en el distrito de Quintanar de la Orden durante varios años. De sus apariciones
en La Veterinaria Toledana, cabe destacar la contribución que abre el número de febrero
de 1912, titulada “Para los señores que forman la Junta Directiva del Colegio
Veterinario Toledano”. En su artículo, contesta a una queja de algunos colegiados que el
mes anterior habían formulado a los dirigentes del colegio. Él argumenta a favor de
estos últimos recordando una batería de actuaciones favorables a los colegiados que
había puesto en marcha el equipo directivo, desde la persecución del intrusismo a la
participación en concursos. También aporta la diligencia del colegio provincial en
comparación con otros. Una muestra de su estilo, contundencia y actualidad, lo
encontramos en el siguiente párrafo: “¿Creían quizá esos protestantes disgustados que el
Colegio o su Junta Directiva debía crear una canonjía para cada Veterinario Colegiado?
¡Qué decepciones tan grandes se sufren cuando no se conocen los asuntos que se tratan!
¿Habrán leído el Reglamento de nuestra Corporación oficial los Colegiados que
censuran a su Junta Directiva? Creo que no, pues si se hubieran enterado de cuáles son
los fines y alcance de la Colegiación, no tildarían a la Junta de Gobierno de indolente
inútil, sino todo lo contrario, le darían un millón de gracias por sus brillantes y penosos
trabajos de redención profesional, como lo hace, sincero y jubiloso, el Colegiado que
suscribe, sin perseguir más objeto que defender y recabar para la Junta del Colegio los
prestigios y consideraciones que tiene sobradamente ganados. Casi estoy seguro, al
obrar así, que interpreto fielmente la opinión del 99 por 100 de mis compañeros
Colegiados”. Regentó un herradero con consultorio en la antigua casa familiar de la
calle Veracruz, desde él ejerció la práctica profesional en la localidad apoyado por el
herrador Felipe Villaseñor. Tras la plaga en toda la viña europea de la filoxera, (1877-
1918) y puesto que su incidencia fue menor en La Mancha que otras regiones, los
agricultores apostaron por las nuevas plantaciones de vid, lo que conllevó el incremento
del ganado mular en la comarca.
Ernesto Madero Sepúlveda, casado con Julia Ortiz-Cicuéndez, hija de Salvador, tuvo
cinco hijos: Julia, Emilia, María Luisa, Amador y Pilar. Nació en 1900, participó en la
guerra de Marruecos y murió asesinado el 12 de agosto de 1936. Por su matrimonio,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

pasó a compartir y, posteriormente, heredar la actividad de herradero y clínica


mencionados. Compartió actividad y clientela de iguala con sus colegas Jesús Escribano
y Pedro Cicuéndez. Contó con la colaboración de dos grandes herradores: Andrés
Torres y Atanagildo Sepúlveda (“Tana”), que también atendían a Jesús Escribano.
Salvador Madero Núñez del Álamo, nacido en Madridejos (Toledo) el 9 de febrero de
1921, falleció el 11 de enero de 2012. Casado con Emilia Madero Ortiz-Cicuéndez, hija
de Ernesto Madero. Tuvo cinco hijos: Ernesto, Rosa, Emilia, Encarna y Salvador.
Estudió en la Facultad de Veterinaria de la calle Embajadores de Madrid de 1940 a
1945. Inicio su actividad profesional en Cabezamesada (Toledo) en el ejercicio libre con
ganadería mular y ovina durante tres años. Tras contraer matrimonio en 1950, comienza
su actividad en La Puebla de Almoradiel, compaginando su profesión con la gerencia de
la empresa agrícola familiar. Son momentos de ejercicio libre con igualas, con sucesivos
herraderos. De 1950 a 1954 lo ubicó en su casa, en un patio interior con acceso desde la
calle principal de la Carretera; de 1955 a 1970 se trasladó a la Glorieta de la Virgen. En
este último periodo atendió parte del mayor censo equino de la localidad. Vivió a
principios de los sesenta un episodio de gripe mular que exigió un esfuerzo ímprobo
para sanear la cabaña equina, sustento de la economía local. En esa época contó con la
colaboración de los últimos años de Atanagildo como herrador, vistiendo siempre su
pantalón azul y su peto de cuero, quien fue sustituido a finales de los sesenta por el
joven Francisco Granados (Paco), que sería el último profesional de este gremio en la
localidad. Con Francisco Granados, vino el trasladó a la Calle Encomienda, en un local
que formaba parte su vivienda, donde se vivió el declive del ganado mular por la rápida
e ingente compra de tractores en los primeros setenta, que dio a la localidad el segundo
puesto de tractores por superficie arable a escala internacional. Salvador Madero obtuvo
acceso directo a plaza de veterinario titular a mediados de los cincuenta en Cataluña,
pero desistió al traslado. Más tarde, a mediados de los setenta opositó a la plaza de
veterinario titular, obteniendo plaza inicialmente en Saelices (Cuenca), donde ejerció
tres años, para luego concursar y obtener plaza de veterinario en La Puebla de
Almoradiel, ejerciendo la clínica oficial en el antiguo herradero. Ejerció su profesión
hasta febrero de 1989, cerrando con su jubilación el último herradero.
OTROS VETERINARIOS DEL MUNICIPIO.
En las seis décadas que abarca el trabajo hay constancia de actividad profesional de 11
veterinarios incluyendo a los familiares citados.
En las dos primeras décadas del XX, ejercían dos veterinarios en La Puebla de
Almoradiel, uno de los cuales era Salvador Ortiz-Cicuéndez. En 1919 queda libre una
de las plazas y en 1920 se incorpora, Jesús Escribano Almonacid que ejercería el puesto
hasta su jubilación. Nacido en Huete, fue compañero de estudios de Sanz Egaña. Desde
su titulación en 1914, tuvo destinos previos en la provincia en los municipios de
Villanueva de Alcardete y El Toboso. A su plaza se encomienda la inspección de carnes
de la población. Junto a D. Salvador Ortiz-Cicuéndez realizó pruebas de contratación de
una vacuna antirrábica en 1926 con buenos resultados. Muy famoso fue su caso clínico
de detección de gestación en una mula, acontecimiento que atrajo la presencia de
Cristino García Alfonso. Por su demostrada competencia profesional, Escribano gozó

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de gran reputación entre ganaderos y colegas. De 1920 a 1941 ejercerá la representación


del colegio en el partido de Quintanar de la Orden.
En 1930 ejercen Escribano y Madero y tres años más tarde inicia su actividad
profesional Pedro Cicuéndez. Durante el periodo de Guerra, Escribano mantiene el
ejercicio en la plaza sin que se haya podido constatar el apoyo de otros colegas, tras el
asesinato de Madero. Pedro Cicuéndez desde 1939 ejerció en Madrid (Facultad de
Veterinaria y Ayuntamiento), regresando tras su jubilación.
En la propuesta de partidos veterinarios de 1936, el borrador del colegio de Toledo,
proponía un solo puesto de titular en base a los parámetros de población, censo
ganadero y actividades relacionadas. Esta situación cambió con la creación de la
segunda titularidad en la década de los cincuenta, aunque lo normal hasta 1966 es que
hubiera uno más en ejercicio libre.
Como veterinarios titulares, además de Jesús Escribano, ejerció con anterioridad Jesús
Hidalgo y posteriormente, Miguel Blázquez, Manuel López, Justino Cebeira, Pablo
Camacho, Mariano Ramírez y Salvador Madero.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Podemos inferir del anterior relato que la vida laboral de los veterinarios de La Puebla
de Almoradiel, y en especial de los Madero Ortiz-Cicuéndez, trascurrió en torno a dos
V: la Veterinaria y el Viñedo. Viviendo el apogeo y declive del ganado mular, en un
marco laboral histórico, los herraderos, que actuaron de lugar de encuentro social, de
consultorio pecuario y de mantenimiento activo del ganado mular, motor fuerza de la
agricultura manchega hasta mediados de los años setenta. Los ganaderos y agricultores
dispusieron en esos locales del asesoramiento clásico de los antiguos albéitares,
reforzado por los conocimientos científicos de los pragmáticos veterinarios del siglo
XX.
BIBLIOGRAFÍA.
FERNANDEZ DIEZ, TERESA. Oficios antiguos en La Puebla de Almoradiel (Toledo).
Su vinculación con las actividades agropecuarias. 2010. Ed. Ayuntamiento de La Puebla
de Almoradiel.
La Veterinaria Toledana. 1904-1936. Varios números. Ed. Colegio de Veterinarios de
Toledo.
SANCHEZ LUBIAN, Un siglo de actividad Colegial (1904-2004). Cien años al servicio
de Toledo. Libro centenario del Colegio de veterinarios de Toledo.2004. Ed. Colegio de
Veterinarios de Toledo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Fuentes para la Historia de la Veterinaria en el Centro de Estudios de Castilla-La


Mancha
Esther Almarcha Núñez-Herrador*
Julia Martínez Cano*
*Grupo de investigación Confluencias (GI20173898)
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha
Av. Camilo José Cela s/n Ciudad Real 13071
[email protected] 926 29 53 00 +3176
[email protected]

RESUMEN
El Centro de Estudios de Castilla-La Mancha es un instituto de investigación vinculado a la
Universidad regional, que tiene entre sus funciones la recopilación de documentación relacionada con
la comunidad autónoma para facilitar la investigación y la divulgación de su espacio geográfico,
historia, economía, sociedad, patrimonio cultural…Entre los materiales que atesora se encuentra un
amplio repertorio de elementos que pueden ser utilizados para indagar en la región, boletines,
hemerografía, revistas de estudios, anuarios, fotografías…
La comunicación que presentamos intentará a dar a conocer estos soportes documentales no
tradicionales que nos permiten acercarnos desde otras perspectivas al conocimiento de la Historia de
la Veterinaria regional.

Palabras clave
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha; historia de la veterinaria; fuentes; documentos;
investigación.

Abstrac
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha is an investigation institute related to Castilla-La Mancha
Univeristy. Its functions are recopilate documents about de region to promote the investigation and
divulgation of the geography, economy, society and cultural heritage of this space. This institute
conserve different materials as newsletters, hemerography, study magazines, yearbooks,
photographs…
Our purpose in this text is to offer this not traditional documents which let us to study
Veterinary History from different points of view.

Key words
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha; Veterinary History; fonts; documents; investigation

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El Centro de Estudios de Castilla-La Mancha es un instituto de investigación integrado en la


estructura de la universidad regional. Desde su creación en 1996, se encuentra vinculado a la Facultad
de Letras. Las actividades que desarrolla están relacionadas con la bibliografía y la heurística
poniéndose a disposición de la comunidad universitaria, la sociedad regional o de las personas
interesadas en cualquier parte del mundo. Desde sus comienzos, ha tenido como objetivo prioritario
integrar todas aquellas actividades de institutos de investigación provinciales, instituciones y
asociaciones que tutelan materiales que nos permiten conocer el desenvolvimiento social, económico
y cultural de la comunidad autónoma. Para ello, trabajamos en dos vertientes: una ineludible, que es
el acopio de materiales y una segunda, que se impone hoy en día, que es la digitalización de estos
para una difusión más amplia. Las actividades llevadas a cabo por el grupo de investigadores
vinculados al centro, Confluencias, se articulan en tres ámbitos: la investigación propiamente dicha
de carácter universitario, la divulgación y la que nos trae aquí hoy, poner al servicio de los interesados
materiales para el desarrollo de trabajos de investigación.

Fig. 1. Sala de lectura.

Se puede acceder a la información recogida mediante tres motores de búsqueda. El tradicional


catálogo 1, en el cual algunas de las búsquedas remiten a elementos que se pueden consultar en formato
digital. En segundo lugar, la Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha 2, que es la apuesta de futuro
llevada a cabo en la cual, en estos momentos, se ofrecen más de dos millones de archivos. A través
de ella, pueden hacerse búsquedas generales, secuencias a texto completo, cronológicas, etc.

1
<https://catalogobiblioteca.uclm.es/cgi-bin/abnetopacceclm/O7716/IDeaa4cba7?ACC=101>
2
<https://ceclmdigital.uclm.es/>

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Fig. 2. Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha.

El tercero son las imágenes (cartografía, grabados, ephemera y fotografías). Del conjunto se
seleccionan algunas de ellas y se divulgan a través de la red social de fotografía Flickr 3. En la
actualidad estamos a punto de alcanzar las seis mil imágenes en esta plataforma y hemos superado
los siete millones de visualizaciones.
Las posibilidades que se abren a la historia de la veterinaria en los fondos atesorados en el
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha es tan amplia como los intereses de los investigadores. En
la sala de consultas se pueden encontrar publicaciones específicas sobre productos de origen animal
como, por ejemplo, La industria quesera y mantequera española. Técnicas modernas de Gonzalo
Barroso, 1934, y otras como Anuario del comercio, de la industria, la magistratura y de la
administración o directorio de más de un millón de señas de España y sus colonias, que comenzó a
publicarse en 1879 por la editorial Bailly-Balliere.

3
<https://www.flickr.com/photos/ceclm/>

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Fig. 3. Anuncio de veterinaria en Anuario del comercio…, 1903.

Por otro lado, también pueden consultarse, tanto en sala como en red, revistas de órganos
colegiados como La veterinaria conquense, desde 1905 a 1906, el Boletín de higiene y sanidad
pecuaria publicado en Cuenca en 1915 y 1916 o Ganadería manchega publicada entre 1955 y 1961.
También referencias a las actividades en la prensa provincial y regional como el Boletín Oficial de la
Provincia de Ciudad Real, desde 1835 hasta la actualidad, el semanario Vida manchega, de 1912 a
1920 o el periódico Lanza, desde 1943 a los números semanales actuales, entre otros. En ellas
aparecen numerosos anuncios de elementos vinculados al mundo de la veterinaria como, por ejemplo,
el de la compañía de seguros La Ganadera Española.

Fig. 4. Anuncio en Vida Manchega, nº 111, 1914.

El apartado de las ilustraciones es tan amplio o más si cabe que el de los elementos textuales,
porque en una fotografía costumbrista lo que un ciudadano vería como un paseo o la recogida de la

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

mies, desde el ámbito que nos interesa, la historia de la veterinaria, podríamos ver la raza de los
animales, el estado de estos, el uso, su alimentación, etc. Por tanto, en los más de trescientos mil
registros gráficos existentes en el Centro, las lecturas son infinitas, desde las más directas en las que
aparecen animales a aquellas que, realizadas con un sentido sociológico y antropológico, nos permiten
elevar a un nivel superior la aportación documental de estos materiales.

Fig. 5. Prado en la Granja Agrícola, [1915-1920]

Como propuesta de análisis, procedemos a una búsqueda en el primer volumen del Anuario
de comercio… de 1879. Escogemos la provincia de Ciudad Real, sede del Centro de Estudios de
Castilla-La Mancha y nos encontramos que en las cabezas de partidos judiciales se anuncian uno o
dos veterinarios, pero nos aparecen unos datos muy reveladores de la distribución de estos
profesionales en pequeños núcleos de población, como Daimiel y Herencia que aportan cada uno de
ellos seis.

Figs. 6 y 7. Anuncios de veterinarios de Daimiel y Herencia en el Anuario de Comercio… de 1879.

El asociacionismo ha sido en España especialmente importante para los colegios profesionales


y este hecho lo podemos detectar en prensa en periódicos como Vida manchega, donde pueden verse

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

fotografías de la Asamblea Provincial de Veterinarios celebrada en 1914 en Cuenca y recogida por


El Liberal, donde se describe la reivindicación para inscribirlos como profesión liberal, se certifica la
existencia de casi un centenar de veterinarios en la provincia y se tratan temas como el intrusismo
profesional de médicos y farmacéuticos.

Figs. 8 y 9. Asistentes a la Asamblea de Veterinarios, Vida manchega, º 124, 1914; “Asamblea Provincial de
Veterinarios”, El liberal, nº 497, 1914.

Con estas breves pinceladas, creemos que se puede constatar el volumen y amplitud de las
fuentes existentes en nuestro Centro para ampliar, matizar, estudiar y comparar la historia de la
veterinaria.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque B:
La difusión de
las Ciencias Veterinarias

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LA VETERINARIA TOLEDANA: ANÁLISIS DE LA PUBLICACIÓN Y


APROXIMACIÓN A SU ENTORNO SOCIAL Y PROFESIONAL.
Sánchez Sánchez, Isidro (1); Molina Alañón, Maria Luisa (2); Almarcha Núñez-
Herrador, María Esther (1); Garde López-Brea, José Julián (3); Montoro Angulo, Vidal
(4).
1. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. Universidad de Castilla-La Mancha. 2.
Servicios Oficiales de Salud Pública. Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. 3.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes e IREC (CSIC, UCLM,
JCCM). Universidad de Castilla-La Mancha. 4. Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM). Universidad de Castilla-La Mancha.
RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo analizar la publicación y su evolución en cuanto
a ideario, estructura, contenido y autores. Para mejor interpretación de esta importante
fuente para el estudio de la historia veterinaria, se presentan algunas claves del ambiente
de la sociedad toledana del momento.
SUMMARY
This paper aims to analyze the publication and its evolution in terms of ideology,
structure, content and authors. For a better interpretation of this important source for the
study of veterinary history, some keys to the environment of the Toledo society of the
moment are presented.
PALABRAS CLAVE
La Veterinaria Toledana, Colegio de Veterinarios, Publicación veterinaria
KEY WORDS
La Veterinaria Toledana, College of Veterinarians, Veterinary Publication
INTRODUCCIÓN
Este trabajo ha sido posible gracias a la disponibilidad en línea de la colección de La
Veterinaria Toledana más completa que existe, alojada en el Archivo Municipal de
Toledo (Sánchez y García, 2018). Esta realidad se debe a la generosidad y compromiso
profesional de Santiago Medina Díaz-Marta, nieto del fundador de la revista y Colegio
Provincial de Veterinarios e hijo de Santiago Medina Rossi, que también ejerció ambas
responsabilidades. Sirvan estas líneas de gratitud y reconocimiento a su memoria.
CONTEXTO SOCIAL: TOLEDO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
En el tránsito de los siglos XIX y XX, en un ambiente de efervescencia social y
profesional, se realizaron multitud de asambleas y se crearon (y desaparecieron)
numerosas publicaciones y asociaciones. Toledo, con algo más de 23.000 habitantes, no
fue ajena a esta corriente y como ejemplo en 1907 se editaban 16 publicaciones
periódicas. Este fue el escenario en el que se fundó en agosto de 1904 el colegio de
veterinarios y un mes más tarde su órgano de difusión, La Veterinaria Toledana (en lo
sucesivo LVT) cuya edición se mantuvo hasta 1936, con una breve segunda época en la
posguerra (1950-51) que no es objeto del presente trabajo.

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La revista nació en los primeros años del regeneracionismo (también profesional), que
acompañó a la sociedad española tras el desastre del 98, transitó los años de la
Restauración, su crisis, la llegada de la primera dictadura y la proclamación de la Segunda
República. Desapareció en 1936, con el inicio de nuestra última guerra civil. Evolución
que se produjo en una ciudad como Toledo, que evocaba grandes sentimientos
relacionados con el arte y con el pasado. En aquellos años también coincidió el despertar
de la ciudad al turismo. Efectivamente, según Santiago Camarasa, director de diversos
periódicos y revistas, desde el año 1909 se incrementó el número de turistas hasta 1913.
Después, durante los años de la Primera Gran Guerra, se produjo un significativo
descenso, aunque siguieron llegando entre 12.000 y 15.000 visitantes. A partir del año
1918 se retomó el crecimiento hasta llegar a más de 100.000 visitantes en 1925 (Sánchez,
2004).
INICIO Y OBJETIVOS DE LA PUBLICACIÓN
Tras la constitución del Colegio en la asamblea del 19 de agosto de 1904, el primer
número de LVT se publicó el 30 de septiembre. La primera página exhibe un elegante
diseño del artista Sánchez Comendador que incluye varias frases: declaración como
revista profesional, órgano del colegio provincial, su dirección a cargo de D. Victoriano
Medina y en paralelo indica como redactores a “Todo el que desee honrarnos con sus
escritos”, la frecuencia mensual y la dirección en la Plaza de los Postes, 4. La mitad
inferior se dedica a saludar a toda la prensa en general y en particular a la relacionada con
las clases médicas, Agricultura y Ganadería. En las páginas 12 a 15 se detallan las
referencias que sobre la creación del colegio han hecho publicaciones locales (La Idea,
El Heraldo Toledano, La Campana Gorda, El Día de Toledo y La Voz de la Juventud) y
nacionales (El Liberal, Heraldo de Madrid y El Universal, entre los políticos, y las
profesionales La Veterinaria Española y la Gaceta de la Medicina Zoológica), lo que
evidencia la vocación periodística de la recién nacida.
En la segunda página aparece el artículo firmado por la Redacción titulado “Nuestros
Propósitos” en los que se manifiesta la necesidad y cumplimiento del mandato de la
mencionada asamblea de crear la publicación de ámbito provincial que se unirá a otras
nacionales dedicadas a la clase veterinaria que ya existían. Los objetivos se agrupan en
científicos, profesionales y sociales. La enumeración más detallada indica: 1.
Perfeccionamiento de los conocimientos; 2. Reivindicación de la profesión; 3. Generar
vínculos, unión y compañerismo (al parecer, bastante deteriorados en ciertas localidades);
4. Vigilancia de la ética profesional; 5. Reclamación de la mejora de los servicios de
higiene pública, policía sanitaria, fomento de la ganadería y otras del ámbito veterinario;
5. Lucha contra el caciquismo; 6. Combate al intrusismo “descarado, ruin y miserable”;
7. Facilitar la publicación de trabajos de veterinarios, ganaderos y otros “hombres de
ciencia” para mejora de la profesión.
En este primer número merece resaltar la carta abierta que envía el catedrático de la
facultad de León, toledano y condiscípulo de Medina, Joaquín González García, en el que
felicita al nuevo Colegio y hace unas interesantes reflexiones que nos permiten conocer
la situación de partida y aspiraciones de los profesionales: “¡… para mejorar su estado
social, dentro, como están, de esa vida rural tan tormentosa, perturbada y corrompida, por
lo general, por el odiado y odioso caciquismo!” y más adelante “sacrificios que, en cierto

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

modo, son desarmónicos con el humilde estado social que en la actualidad disfrutan estos
Profesores y con la casi nula remuneración que obtienen de la aplicación inmediata de los
conocimientos Médico-sanitarios-zootécnicos; pues desgraciadamente la positiva fuente
de ingresos con que al presente cuentan procede del ejercicio de la parte mecánica de la
profesión: del herrado”. Finaliza refiriéndose a las perspectivas que se abren a los futuros
veterinarios (muchos hijos de veterinarios) en el desempeño de nuevas actividades
acordes a su formación y con la merecida mejora retributiva.
En las tres décadas de publicación de LVT, una buena parte de esta declaración de
intenciones sería el motor de la actividad del colegio provincial y de otras organizaciones
profesionales.
DIRECCIÓN Y ETAPAS DE LA REVISTA.
El primer director y presidente fundador del colegio durante 25 años fue Victoriano
Medina Ruiz (1863-1952). En su larga vida desarrollo una amplísima labor en el plano
profesional, que comenzó con una breve etapa de veterinario militar y después en la
administración municipal como responsable de los servicios veterinarios y en la privada
con el establecimiento de una clínica a la vez que en el laboratorio familiar dedicado a
sueros y vacunas. En Toledo ejerció varios cargos políticos en el Ayuntamiento y
contribuyó al desarrollo económico y social de la ciudad ocupando puestos de
responsabilidad de los que destacamos, por la naturaleza de este trabajo, la presidencia de
la asociación de la prensa. Su trabajo fue reconocido con homenajes y distinciones pero,
sobre todo, por el cariño de sus conciudadanos y colegas. Para más información remitimos
al trabajo de su tataranieto Enrique Pita (2009). En el plano familiar, don Victoriano inició
una saga de veterinarios con sus hijos varones. Manuel (1888-1961), el primogénito, fue
un gran profesional militar, presidente de ANVE, de sólida formación científica y
promotor de tres laboratorios que, tras el exilio de 1939, seguiría la rama mexicana con
sus hijas, África (primera mujer veterinaria de aquel país) y María de los Ángeles
(Márquez, 2009a,b). Santiago, sexto hijo, mantuvo su actividad principal en los servicios
municipales toledanos que compatibilizó con el laboratorio familiar. Desarrolló varios
cargos en la junta directiva del colegio. Su hijo y nieto de Victoriano, Santiago Medina
Díaz-Marta (1930-2017), también desarrollo su actividad en Toledo, en los servicios de
la Diputación Provincial y cargos en la directiva del colegio del que fue nombrado
presidente de honor (Sánchez. 2004).
El Colegio Toledano fue uno de los primeros que se constituyeron en España y en los
primeros meses ya contaba con 190 colegiados. Durante el cuarto de siglo de presidencia
del fundador hubo una sonada crisis (abril 1921) en la que llegó a dimitir. La causa fue la
baja participación de los colegiados en una asamblea colegial. Esta situación se resolvió
y se mantuvo hasta 1929, en el promovió su relevo por Félix Samuel Muñoz coincidiendo
con la conmemoración de las Bodas de Plata del colegio y la revista. El segundo director,
ejerció durante dos años, había pertenecido a la Junta de Gobierno del colegio y accedió
a la presidencia desde la secretaría. También era una persona muy influyente en la ciudad
donde, entre otras responsabilidades, presidió el Círculo Artístico y de Comercio. Tras
una breve dirección del vicepresidente, Carlos Rodríguez, la última etapa del boletín que
coincidió con los años de la II República, la desempeñó Santiago Medina Rossi, que había
ocupado previamente otros cargos en la Junta Directiva.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ESTRUCTURA Y CONTENIDOS.
La VT inicia su publicación el 30 de septiembre de 1904 y llega al número 378 (mayo de
1936). La edición es mensual, salvo excepciones, por lo que existen algunos ejemplares
con número doble. La edición corrió a cargo de la imprenta Viuda e Hijos de J. Peláez
con sede en la calle Comercio, 55 y Lucio, 8 de Toledo que posteriormente fue sustituida
por el Establecimiento Tipográfico de A. Medina que mantuvo la sede ampliada de la
calle Lucio 8 y 10. No se conoce la tirada exacta, pero teniendo en cuenta el número de
colegiados y la distribución a entidades y suscriptores individuales de otras provincias,
no debía ser inferior a los 400 ejemplares. Impresa en blanco y negro, con una extensión
variable entre 16 y 36 páginas, con algún número especial que llegó hasta las 78 motivado
por la incorporación de normativa, memorias de concursos o conmemoraciones. La
cabecera inicial antes comentada se amplió con una a página entera (249) que formaba
parte de una sobrecubierta que incorporaba publicidad. Ésta casi siempre se dedica a la
promoción de productos y laboratorios de higiene o terapéutica veterinaria, con algunos
casos de imprenta, bibliografía, corporativa e incluso una sastrería. Los anuncios más
frecuentes son los de Mata, seguidos del Laboratorio Medina. La relevancia de esta fuente
de ingresos es variable y en los últimos números publicados llega a ocupar 4 páginas con
6 anuncios. La fotografía aparece por primera vez en 1917 y es poco frecuente.
La publicación se estructura en varios apartados fijos cuya denominación, contenidos y
extensión van evolucionando a lo largo de los años. Las secciones que podemos
caracterizar como más frecuentes son: profesional, colegial, científico-técnica,
bibliográfica, normativa, noticias y social.
Sin duda, la organización y reivindicación profesional en sentido amplio y desde la
perspectiva nacional ocupa la mayor extensión de la revista (cerca de la tercera parte de
las páginas) y se plasma de diversas formas, desde artículos de opinión a las crónicas de
asambleas y reuniones pasando por controversias y comentarios sobre la ordenación
normativa y reclamo y asunción de competencias. El conjunto nos ofrece un recorrido, en
muchas ocasiones apasionado, de la instauración y consolidación de profesión veterinaria
en España. La sección colegial es un relato completo de la implantación y desarrollo de
las actividades del órgano profesional desde la perspectiva local que desde el primer año
se creación representaba a casi dos centenares de veterinarios. El resumen de los temas
tratados en las asambleas y los listados de asociados son la información más frecuente
y extensa. Tengamos en cuenta que es raro el número que no incluye la relación
nominal por distintos asuntos: junta de dirección, representantes de los 11 distritos de
los partidos judiciales de la provincia, pagos de cuota colegial (o deuda), retirada de
documentos oficiales, aportaciones por defunción, etc. Otros asuntos frecuentes de este
apartado son el seguimiento de casos concretos de intrusismo, relación de vacantes,
reivindicaciones ante tribunales y ayuntamientos y los estudios para la delimitación
de los partidos veterinarios de la provincia. En la última década de la publicación se
amplía la extensión de la sección con detalle del relato de las asambleas y del
presupuesto de la entidad.
Las contribuciones de índole científica y técnica aparecen en el segundo orden de
extensión y representan una proporción de los contenidos de los primeros quince años.
La temática es variada y en algunos casos son de vigencia actual (Salud Pública, Bienestar
Animal y enfermedades todavía presentes). En la mayor parte de los casos son artículos

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de especialistas españoles, seguidos de traducciones de revistas extranjeras. También


encontramos varios casos clínicos de localidades toledanas o de otras provincias
españolas. Merece un especial comentario los trabajos originales que promocionó el
colegio a través de los concursos de memorias. Esta oferta de actualización formativa se
completaba con la sección bibliográfica en la que se reseñaban novedades de libros y la
recepción de revistas y otras publicaciones para la biblioteca del colegio.
Las secciones de información general y social (Denominada “Ecos y noticias” en los
primeros años) si bien ocupaban entre 3 y 5 páginas, proporcionan un mosaico muy
valioso para interpretar la importancia de la profesión en su contexto histórico,
particularmente en lo que se refiere a la contribución sanitaria y de fomento económico.
En el plano cultural y social encontramos innumerables referencias al protagonismo de
veterinarios en acontecimientos diversos: de la participación en juegos florales hasta la
felicitación por matrimonio.
La familia Medina, D. Victoriano y sus hijos Manuel y Santiago, es la responsable de la
autoría de una buena parte de los textos de la publicación (cerca de un tercio) sobre todo
en los apartados profesional, colegial y científico-técnico.
El resto de las contribuciones, son obra de más de un centenar de autores que podemos
considerar en dos grupos. El primero estaría formado por los reconocidos a nivel nacional
desde Morcillo y Gordón a los catedráticos toledanos González, Alarcón y Tomás (de las
Escuelas de León, Madrid y Córdoba respectivamente). En el segundo grupo, de enorme
mérito, encontramos a los profesionales de la provincia que se esforzaron en elaborar sus
aportaciones que abarcaron de revisiones sobre la piscicultura a la comunicación de casos
clínicos de carácter experimental por el empleo de vacunas. Aparte de los miembros de
la junta directiva del colegio, en una mención incompleta y en nombre de todos ellos se
recuerda la siguiente docena: José Rodado, Tomás Vicente, Juan Francisco Molina, Juan
Peralta, Vicente Romo, Pedro Jiménez, Celso López, Gonzalo Díaz, Juan Peralta,
Antonio Torres, Miguel Pérez y Mariano Sotoca (los tres últimos ganadores de los
premios convocados por el Colegio).
A MODO DE CONCLUSIÓN.
La Veterinaria Toledana ocupa un lugar importante dentro del nutrido grupo de
publicaciones profesionales del siglo XX y es fuente imprescindible, en gran medida
inexplorada, para el estudio de la historia provincial, particularmente de su colectivo.
BIBLIOGRAFÍA
Márquez, M.A. 2004a. Semblanza biográfica del Dr. Manuel Medina García. XV
Congreso Nacional y VI Internacional de Historia de la Veterinaria: 201-205. Ed. Colegio
de Veterinarios de Toledo.
Márquez, M.A. 2004b. Semblanzas biográficas de las Médico Veterinario África y María
de los Ángeles Medina Navascués. XV Congreso Nacional y VI Internacional de Historia
de la Veterinaria: 207-211. Ed. Colegio de Veterinarios de Toledo.
Pita, E. 2004. XV Congreso Nacional y VI Internacional de Historia de la Veterinaria:
207-211. Ed. Colegio de Veterinarios de Toledo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Sánchez Lubián, E. 2004. Libro del Centenario: 1904 - 2004: un siglo de vida colegial...,
cien años al servicio de Toledo. Ed. Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo.
Sánchez Sánchez, I. 1983. Historia y evolución de la prensa toledana (1883-1939). Ed.
Zocodover. Toledo.
Sánchez Sánchez, I. 2004. “Camarasa, Toledo y Castilla, una arrebatada relación”, en
Archivo Secreto, Toledo, núm. 2, pp. 198-239.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La labor social de formación agropecuaria y sanitaria de la Cátedra ambulante del Consejo


Provincial de Fomento de La Coruña (1920-1928): El papel de Juan Rof Codina y Marcelino
Ramírez García.

Ponte Hernando, Fernando Julio 1; Conde Gómez Diego 2.


http://orcid.org/0000-0002-1581-8775; https://orcid.org/0000-0001-9449-1397
RESUMEN
Entre 1920 y 1928 funcionó en La Coruña la llamada "Cátedra ambulante del Consejo Provincial de
Fomento". Su artífice fue el Veterinario Juan Rof Codina (1874-1967). La Cátedra recorría, los do-
mingos, diversos municipios impartiendo formación sobre cuestiones de interés general para agricul-
tores y ganaderos. Con Rof colaboraron otros profesionales de la Veterinaria práctica, académicos,
profesores de agricultura, ingenieros agrónomos etc. destacando la figura de su amigo Marcelino
Ramírez García (1864-1940) Jefe de veterinaria de la 8ª Región Militar (Galicia) que, en su doble
condición de veterinario y médico, fue su más sólido apoyo.
Mejora de las razas; acciones de valor añadido; prevención de enfermedades; técnicas de saneamiento
de animales y establos; renovación de las operaciones de comercialización de productos agrícolas;
reses vivas y carnes, prevención de zoonosis en humanos; todos estos temas y más eran tratados por
ambos amigos y colegas y sus colaboradores.
No hemos encontrado un período más amplio de actuación de Rof en la cátedra como tal, ya que,
posiblemente, detuvo sus actividades en 1928, por los problemas que tuvo con la Dictadura de Primo
de Rivera. Tras la guerra civil y su jubilación en 1944 Rof creará, con apoyo público, la Cátedra de
Divulgación Pecuaria de Galicia que tendrá una actividad similar hasta 1967. En la provincia de
Lugo, también daban cursos de capacitación agropecuaria a los maestros, en los meses de verano, que
les servían para instruir a labriegos y ganaderos en cuestiones propias de su actividad, de lo que
tenemos testimonio s directos3.
Palabras clave: Veterinaria, formación, Salud Pública, Zoonosis.
Summary
Between 1920 and 1928 the so-called "Traveling Chair of the Provincial Council of Development"
operated in La Coruña. Its architect was the veterinarian Juan Rof Codina (1874-1967). The Chair
used to go on tour on Sundays through various municipalities providing training in issues of general
interest for farmers and ranchers. Different professionals from the Veterinary practice as well as aca-
demics, agriculture teachers and agronomists, collaborated with Rof. Among them, stands out his
friend Marcelino Ramírez García (1864-1940) Chief veterinarian of the 8th Military Region (Galicia)
who, in his double condition of veterinarian and doctor, was his strongest support
Rof and Ramirez worked along with other colleagues in breeding improvement, value-added actions,
disease prevention, animal and stable sanitation techniques, renewal of the commercialization of agri-
cultural products, live cattle and meat and prevention of zoonoses in humans, among other tasks.We
have not found a longer period of Rof's performance in the chair, as such, since, possibly, he stopped
his activities in 1928, due to his problems with the Dictatorship of Primo de Rivera.
After the Spanish Civil War and his retirement in 1944, Rof would found -now with public support-
the Livestock Divulgation Chair of Galicia, which undertook similar activities until 1967. Also, ac-
cording to direct testimonies, agricultural training courses were given to schoolmasters during the
summer in Lugo’s province so that the latter would instruct farmers and ranchers to help them impro-
ving their performance.

1
Doctor en Medicina y Cirugía; Doctor en Veterinaria; Doctor en Historia de la Ciencia. Profesor de Historia de la Cien-
cia. Facultad de Medicina. Universidad de Santiago de Compostela. c./ Sn Francisco s/n 15782. Santiago de Com-
postela. [email protected] tfno. +34 669302926.
2
Doctor en Veterinaria. Académico (c) de la RACVE. [email protected].
3
Ponte Hernando, F (2019) El concepto “Un mundo, una salud” en los inicios del Siglo XX: El Dr. D. Marcelino
Ramírez García (1864-1940) Veterinario Militar y Médico. Tesis doctoral. Universidad de Extremadura. Facultad de Ve-
terinaria. pp.159-160.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Keywords: Veterinary, training, Public Health, Zoonosis.


Cátedras ambulantes de agricultura y ganadería
Las cátedras itinerantes en agricultura son de origen italiano, promovidas por agrónomos en varios
congresos, comenzando con la de Pisa en 1839, y luego deseada por muchos de los agricultores de
diferentes regiones, ansiosos por aprender más y aplicar la nueva ciencia agrícola en sus explotacio-
nes. Tras varios intentos por iniciativa de las provincias de Ascoli-Piceno en 1863, de Rovigo en 1870,
y en 1888 con el ingeniero Piergentino Doni, y de otras, la idea se hizo realidad. El favor alcanzado
por las cátedras itinerantes entre los agricultores y los resultados obtenidos fueron tales que, desde
1901, comenzaron a crear secciones especializadas en el mismo asiento de la cátedra y secciones
ordinarias en los centros rurales más importantes de muchas provincias 4. Irlanda, puso en marcha
experiencias similares a través de los instructores itinerantes de Lord Clarendon, durante la gran ham-
bruna de 1847, y Alemania en 1850, a través de los maestros agrícolas itinerantes Wanderlehrer 5.
Ya antes de 1900 encontramos repetidas referencias de prensa en todo el territorio español: Valladolid,
Burgos, Córdoba 6, etc. donde se solicita a los poderes públicos y, en particular al Ministerio de Fo-
mento la implantación de estas cátedras itinerantes. En 1901, el Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza le dedica al tema un artículo firmado por V.M y referido a un trabajo en Integridad, de
Lima 7.
En España la idea se recoge en el RD de 17 de mayo de 1907 sobre organización de servicios de
agricultura y ganadería, dentro del de creación del Consejo Superior de la Producción y el Comercio
Nacional, por el ministro pontevedrés Augusto González Besada. En este real decreto según la prensa
extensísimo 8 se contemplan encomiables iniciativas como: el establecimiento de servicios centrales
de Agricultura y ganadería e inspección; granjas y escuelas prácticas regionales; establecimientos
especiales de enseñanza y experimentación agrícola, y servicios regionales. En cuanto a formación,
se planificaba enseñanza específica y variada para propietarios y sus hijos, pequeños labradores, obre-
ros, maestros de escuela, soldados, etc. Se creaban laboratorios provinciales para instruir a los labra-
dores y reuniones trimestrales para ingenieros agrónomos en las granjas regionales. Finalmente se
creaban las Cátedras ambulantes para dar conferencias en los pueblos y contestar las preguntas por
escrito.
Como vemos, un dechado de buenas intenciones, que, al parecer, no pasó de ahí. Probablemente por
la brevedad del mandato de Besada que apenas duró 18 meses.
Durante los años siguientes la prensa se hizo eco, repetidamente, de la necesidad del establecimiento
de las cátedras ambulantes.
Diversos países como Francia, donde pusieron vagones de tren para exposiciones de todas clases al
servicio de los profesionales, Alemania, Brasil 9 y USA implantaron cátedras ambulantes con diferen-
tes sistemas.
La cátedra ambulante argentina del Profesor Passi.
La prensa ponía como ejemplo 10 el caso de la República Argentina, donde el Profesor italiano Anto-
nio Passi, con la valiosa ayuda del Ferrocarril Central Argentino, estableció la primera cátedra ambu-
lante del país. En un vagón iba un aula con mesa y pupitres, así como cartelería instructiva en las
paredes. En otro vagón, el museo, con más de mil muestras de variedades de insectos; semillas de
cereales y leguminosas; maíz, arroz, tabaco y algodón; forrajes como alfalfas y trébol; muestras de
sus parásitos más frecuentes, acompañada de una colección de pájaros disecados de las especies más

4
Extractado de: Cattedra Ambulante di Agricoltura. Archivio di Stato di Ragusa. http://www.asragusa.benicultu-
rali.it/index.php?it/219/cattedra-ambulante-di-agricoltura [consultada por última vez el 7 de agosto de 2019].
5
Jones, GE; Garforth, C. (1997) La historia, el desarrollo y el futuro de la extensión agrícola en: Swanson, B.
Mejora de la extensión agrícola: un manual de referencia. FAO.
6
Las cátedras ambulantes de agricultura. Diario de Córdoba. 28 de octubre de 1895. p.1.
7
V.M. Las Escuelas ambulantes de agricultura en Italia. Boletín de la I.L.E. 30 de noviembre de 1901. Madrid. pp.333-
336.
8
La Correspondencia Gallega, 4 de noviembre de 1907. p.2.
9
“Este modo de enseñanza alcanza en el Brasil ventajas asombrosas”. En: Las cátedras ambulantes de agricultura. Dia-
rio de Córdoba. 28 de octubre de 1895.p.1.
10
El Regional de Lugo, 15 de julio de 1912. p.1-2.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

beneficiosas por ser depredadores naturales de los insectos perjudiciales. Todo ello, espléndido ma-
terial para la docencia. Terminaban clamando por algo así para España.
Enseñanza ambulante en los Estados Unidos: El tren del cerdo.
Por Rof Codina 11 hemos tenido conocimiento de los métodos empleados en los USA.
Del 23 al 28 de octubre de 1911, la Escuela de agricultura del Estado de Ohio puso en marcha el
«Tren especial del cerdo» desde Toledo a Ohio River, haciendo cinco paradas de hora y media, a lo
largo del día, y conferencias nocturnas en los teatros y salones de espectáculos de las poblaciones en
las que el tren pernoctaba. Conservación de la fertilidad del suelo, selección, esmero y prueba en la
semilla de maíz empleado, y diferentes problemas hortícolas, fueron los temas de las conferencias.
Al final, como el tren llevaba ejemplares vivos de las cinco razas más estimadas de cerdos, se daba
una charla de quince minutos sobre las virtudes de cada una. En cinco días acudieron casi 4600 per-
sonas. Posteriormente, la Universidad de Cornell, en N. York, equipaba trenes enteros con el profe-
sorado y elementos docentes de todo tipo, incluyendo animales vivos para las clases de zootecnia 12.
En España
La cuestión parece continuar estancada, hasta que el ministro D. Luis de Marichalar vizconde de Eza,
presenta el Proyecto Orgánico de Agricultura al Consejo de Ministros, el 31 de Julio de 1917. En él,
se revitaliza lo ya planificado diez años antes, y confía la enseñanza ambulante a los Consejos pro-
vinciales de agricultura y ganadería.
En 1918, en la prensa gallega arrecia la presión de lectores 13 y autoridades, como José Asúnsolo
Obanza, presidente del Consejo de agricultura y ganadería de La Coruña en favor de la creación de
la Cátedra ambulante 14. El 17 de diciembre de 1918 15 se publica una circular de dicho órgano dirigida
a labradores, sociedades y sindicatos agrarios, en la que se manifiesta que el personal facultativo dará
conferencias, hará demostraciones a pie de campo o responderá consultas por escrito a los fines de la
mejora general agropecuaria. Y, al día siguiente 16 se anuncia el fichaje de destacadas autoridades
científicas para la Cátedra ambulante y la propuesta de publicación de folletos divulgativos, por Rof
Codina, para formación de particulares y sindicatos, así como cuestiones sobre seguros agrarios, un
plan de fomento pecuario y concursos de ganados. La pandemia gripal de 1918 pudo ser la causa del
retraso, hasta 1920, de la inauguración de la cátedra.
Fundación y actividad de la cátedra ambulante del Consejo Provincial de Fomento.
El 21 de noviembre de 1920 se acuerda implantar oficialmente la Cátedra ambulante del Consejo
Provincial de Fomento. En este domingo, en la aldea de Somesos, a las afueras de Coruña, en presen-
cia de las autoridades locales y del Consejo, Rof Codina pronunció la conferencia: Tratamiento y
profilaxis de la fiebre aftosa. El 23 se acercaron a la feria de Curtis para disertar sobre la glosopeda y
su abordaje, dada la presencia de casos en la zona.
Tenemos un testimonio directo de cómo funcionaba esta institución académica popular:
Hace algún tiempo hablan los periódicos de aquí de la Cátedra Ambulante. Un día me encuen-
tro en la calle al señor Rof Codina.- «Quiero saber lo que es esa cátedra ambulante», le dije.-
Muy bien, me contestó. Puede venir mañana a Curtis que ……..Saqué billete de segunda. A
las once llegamos a Curtis….a las once y media entramos en el Pazo de Mende. Entramos en
el local del sindicato. Estaba lleno de hombres y mujeres campesinos. Ver mujeres me entu-
siasmó. Siendo tan decididas y dispuestas servirán de espolique a la pasividad de nuestros
labriegos. Empezó el Sr. Rof Codina, su conferencia, como quien hace un cuento. Primero les
preguntó si tenían alguna res enferma. Contestaron varios a una que sí. Se enteró de los sín-
tomas, para diagnosticar la clase de enfermedad. Y después, teniendo en cuenta la vida de
nuestros labriegos, el estado de sus cuadras, lo rudimentario de sus aperos, les fue dando con-
sejos para poder combatir las distintas enfermedades que suelen atacar al ganado. Y quedó en

11
Rof Codina, J. Enseñanza agro-pecuaria ambulante. El Ideal Gallego, 9 de julio de 1918. p.3.
12
Rivas Moreno. La cátedra ambulante en los trenes. El Progreso, 9 de octubre de 1926.p.1.
13
Voz del Público. Un suscriptor. Diario de Galicia 4 de agosto de 1918. p.1.
14
El Ideal Gallego 12 de noviembre de 1918. p. 4.
15
El Ideal Gallego, 17 de diciembre de 1918. p.1.
16
El Ideal Gallego, 18 de diciembre de 1918. p. 2.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

volver para hacer él delante de los labriegos, algunas prácticas, a fin de que adquieran la se-
guridad de los distintos procedimientos que son facilísimos, según explicó 17.
Rof les enseñaba la manera de suprimir intermediarios, que les explotaban vilmente, para el mercado
de Barcelona, vendiendo directamente, en grupo, desde el Sindicato. Les indicaba que debían poner
básculas en las ferias para vender el ganado a peso vivo, enterándose siempre del precio que tuviese
la carne en el mercado, única manera de que supiesen lo que vendían y cómo lo vendían. Explicaba
técnicas de valor añadido, como el desnatado de la leche y la fabricación de quesos, y cómo reutilizar
la leche para alimentar a los terneros, añadiéndole suplementos nutritivos a coste insignificante. Ter-
minaba el cronista ensalzando la esforzada labor de Rof y su sacrificio personal de tiempo, familia y
desplazamientos—salía siempre los domingos-- y lamentando la labor limitada que se hacía por falta
de medios.
Juan Rof Codina y Marcelino Ramírez García
Rof Codina y Ramírez constituían un equipo muy versátil. Dada la doble titulación de Ramírez, igual
disertaba sobre patología animal o humana, y medidas preventivas en ambos campos. La primera vez
que los vemos juntos es el 28 de junio de 1925, día en que dieron conferencias en Maniños y Fene,
en compañía del catedrático de Instituto de Agricultura Germán Martínez Mendoza 18. Este último
acudirá también a Dejo (Oleiros) con Rof, que vacunó gratuitamente a un lote de cerdos con vacuna
italiana para la peste porcina, del Prof. Bruschettini, regalada por el representante del Instituto de
Génova 19.Los dos amigos impartieron interesantes charlas en el Ayuntamiento de Neda 20 en sesiones
de mañana y tarde en la parroquia de Anca y el local sindical, en presencia de políticos, profesionales,
veterinarios titulares, clero, sindicalistas, ganaderos, maestros etc. Marcelino Ramírez presentado
como «Jefe de veterinaria militar de la octava región e ilustre tisiólogo», disertó sobre La lucha contra
la tuberculosis de los animales domésticos en Galicia. Hizo hincapié en la necesidad de hacer «cultura
popular tisiológica». Para demostrar lo embrutecido que estaba el pueblo en este aspecto, citó el caso
bárbaro del Infanticidio en Golada,que publicaba El Correo Gallego aquel mismo día 21 sobre un su-
ceso ocurrido en ese Ayuntamiento de Pontevedra, en que «creyendo salvar la vida de un tuberculoso,
para darle a beber la sangre de un niño sano y robusto, ha sido degollada una inocente criatura de
diecinueve meses». Puso de manifiesto la necesidad de implantar el diagnóstico precoz de la tubercu-
losis en el ganado vacuno, mediante la tuberculina. Refirió el ejemplo de la campaña llevada a cabo
por Bang, en Dinamarca, que había logrado terminar con las vacas tuberculosas, sustituidas por ani-
males sanos de razas mejoradas, reconvirtiendo lo que era una ruina social, en una importante fuente
de riqueza. Explicó el peligro de convivir personas, en especial niños, con animales enfermos y la
necesidad de poner aparatos esterilizadores de carne en los mataderos, para aprovechar este alimento
que se destruía, con grave perjuicio para la economía y la alimentación de la gente. Habló Rof a
continuación sobre Momento actual de la ganadería de abasto en Galicia. Ambos acudieron a Fe-
rrol22, varios días, como profesores de la referida cátedra ambulante del consejo provincial de Fo-
mento, a dar sendas conferencias en el Centro Obrero de Cultura.
Rof que disertó sobre mejora de la ganadería, alabó, ayudándose con varios gráficos, el estableci-
miento de básculas en ferias y mataderos de la comarca, que había contribuido a que, en un año, el
ternero de abasto pasase de un tipo medio de 150 kilos de peso vivo a 199 kgrs. Felicitó al Ayunta-
miento de Ferrol, por haber organizado el servicio de básculas en el matadero, de conformidad con

17
Extractado de Lesta Meis, J (1921) De mi tierra: La cátedra ambulante. Eco de Galicia. La Habana, año 5. nº 154. 23
de octubre. Pp.2-3.
18
El Correo Gallego, 30 de junio de 1925. p.2.
19
El Ideal Gallego, 11 de julio de 1925. p. 5. En 1930 consta como representante en Lugo del Laboratorio Lepori distri-
buidor de esta vacuna el Veterinario D. Jesús Carballo, cuñado de Rof. Rev. Pasteur vol. XIX.nº 2. Febrero 1930. p.
64. N. del A.
20
Interesantes lecciones a los ganaderos. El Heraldo Gallego, Órgano de las colectividades Gallegas en El Plata. 1 de
noviembre de 1925.
21
El Correo Gallego 23 de septiembre de 1925 p. 4 y El Ideal Gallego 23 de septiembre de
1925 p.5.
22
El Ideal Gallego, 29 de noviembre de 1925. p. 3.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

diversas órdenes gubernativas, no pudiendo decir lo mismo de Santiago y La Coruña. El doctor Ra-
mírez trató su tema: Prevención de la tuberculosis en el niño, con sencillez y maestría, haciendo unas
consideraciones previas sobre delincuencia juvenil. Explicó el método de Bang, para el aislamiento
de las vacas tuberculosas y el saneamiento de la cabaña bovina, con métodos que aplicaron a la espe-
cie humana, en Francia, Grancher y León Bernard, separando a los niños de familias tuberculosas y
enviándolos al campo con familias sanas. Explicó la utilidad de los sanatorios marítimos para los
niños del interior, y la de los de montaña para los de costa, describiendo el plan general de lucha
antituberculosa infantil, invitando a todos a sumarse a esta magna obra.
La cátedra mantuvo una intensa labor divulgativa y terapéutica. Consta que Rof, como Inspector de
Higiene Pecuaria, trató ganado vacuno y de cerda afecto de glosopeda, durante una epizootia que
azotó la zona en 1920 y 1921, con el preparado Glosafta23, del Instituto Veterinario de Suero-vacu-
nación de Barcelona: medicación integrada por agentes tónicos, cardiacos y antisépticos, de origen
vegetal, de gran poder, que matan rápidamente al virus aftoso 24. También practicó vacunación anti-
carbuncosa, pues la enfermedad llegaba todos los años del ganado cimarrón de montes cercanos,
siendo recibido «el entusiasta Sr. Rof», en todos lados, con agradecimiento y satisfacción. Rof publicó
muchísimos artículos de divulgación. En alguno, como durante la epizootia de peste porcina de 1922
a 1924, se quejaba de la escasa atención prestada por los ganaderos de cerda-- que ahora veían diez-
mados sus establos-- a los múltiples artículos publicados en relación con la prevención y tratamiento
de epizootias, en particular en la «Hoja agropecuaria» dominical de El Ideal Gallego y en El Culti-
vador Moderno 25. A veces firmaba con su nombre y otras con el pseudónimo For. Venta en común
del ganado; el problema forrajero; la organización de paradas de sementales; el aprovechamiento y
puesta en valor de recursos; el envío de mazorcas a Cruz Gallástegui a su laboratorio de Santiago,
para duplicar o triplicar el rendimiento del maíz; la sindicación agrícola con venta directa, a los gran-
des mercados nacionales; anillado de los toros; instalación de básculas para venta al peso vivo, etc.
eran temas en los que insistía, una y otra vez, Rof en sus charlas dominicales. Asistían muchas muje-
res y niños y se distribuían folletos, monografías, postales, hojas divulgadoras y ejemplares del Bo-
letín de cotizaciones e Informaciones. En el Estatuto Provincial de 1925 se establecía que las Dipu-
taciones debían hacerse cargo de esta enseñanza, por ello Rof reclamaba que la Diputación provincial
debería facilitar los recursos adecuados a la cátedra del Consejo de Fomento 26. Rof llegó a dar con-
ferencias divulgativas por la radio como recoge El Ideal Gallego en este año 27. A partir de mediados
de 1928, se difumina la labor de Rof en cuanto a la cátedra, aunque es invitado con frecuencia a
diversos sitios a conferenciar. En septiembre de 1929 irá sancionado a Córdoba brevemente. Prolife-
ran las cátedras ambulantes y se aprecia una mayor presencia de agrónomos en ellas. En la II Repú-
blica irá a Madrid a colaborar con Gordón Ordás en el Ministerio y, tras la guerra, a Canarias, permu-
tando luego su plaza con el Inspector de Higiene Pecuaria de Lugo.
Después de la guerra civil y su jubilación en 1944, a los 70 años28, Rof creará, con apoyo público,
la Cátedra de Divulgación Pecuaria de Galicia que tendrá una actividad similar hasta 1967 29.
Epílogo
La Labor de Rof fue auténticamente titánica y desinteresada. Desde 1920, al menos, hasta sus últimos
años, siempre que pudo, estuvo inmerso en una estructura de formación para los campesinos que más
lo necesitaban. A sus actividades sumó siempre a las personalidades más capaces de las que disponía
en su entorno.

23
El Ideal Gallego, 9 de diciembre de 1920.
24
Curación rápida de la Glosopeda. La Semana Veterinaria 5 y 12 de julio de 1920, p. 210-211.
25
El Progreso, 26 de septiembre de 1922. p.1-2.
26
El Ideal Gallego, 9 de agosto de 1925. p. 5.
27
El Ideal Gallego, 9 de diciembre de 1925, p.1.
28
Hay autores, fuertemente sesgados por su ideología, que, absurdamente, dicen que a los 70 años fue obligado a jubi-
larse por las autoridades franquistas. Las mismas que, a continuación, le financiaron la nueva cátedra. N. de los A.
29
Vid: Conde Gómez, D. (2015) Juan Rof Codina. Renovación na veterinaria e gandaría galega contemporánea. Vigo.
Xerais. p. 155-159. Libro basado en su tesis doctoral de 2013: Veterinaria e mellora pecuaria na Galicia contemporá-
nea: o papel de Juan Rof Codina. USC.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

NUEVAS APORTACIONES A LA OBRA DE SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL QUE


APARECEN PUBLICADAS EN LA REVISTA LA VETERINARIA ESPAÑOLA.

Francisco Blanes Vilardell , Médico de familia, Sabiñánigo (Huesca)


[email protected]

Martí Pumarola i Batlle, Departamento de Medicina i Cirugía Animales. Facultad de Veterinaria.


Universitat Autònoma de Barcelona. 08193 Bellaterra (Cerdanyola del Vallès), Barcelona. Tel.:
935811421
[email protected]
Miembro de la Associació Catalana d’Història de la Veterinària

RESUMEN:
Presentamos la ampliación y actualización del trabajo presentado en el congreso de la AEHV del
2005 sobre publicaciones de SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL, (1852-1934) en la revista “La
Veterinaria Española”. Hemos continuado con el estudio del contenido de los artículos ya localizados
y la búsqueda de nuevas publicaciones, con resultado positivo. Una primicia es el trabajo titulado “La
significación probable de las células nerviosas de cilindro-eje corto” el cual, además, presenta
ilustraciones. Hemos localizado debates entre el ya premio Nobel y otros científicos del momento
acerca del cuestionamiento de la doctrina neuronal por parte de los reticularistas. También incluimos
el curioso debate entre la utilización de “el/la neurona” entre los científicos del momento. Hemos
rescatado, para su difusión, una relación mucho más completa de la colaboración científica de la
Veterinaria y el propio Cajal, la cual no aparece reflejada aún en estudios biográficos publicados.

PALABRAS CLAVE: Cajal, Veterinaria, Neurociencia

NEW WORKS OF SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL PUBLISHED IN THE JOURNAL “LA


VETERINARIA ESPAÑOLA”.

Francisco Blanes and Martí Pumarola


Associació Catalana d’Història de la Veterinària

ABSTRACT

We present the extension and update of our previous work presented at the 2005 AEHV congress
about publications of SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL, (1852-1934) in the magazine "La Veterinaria
Española". We have continued with the study of the content of the articles already localized and the
search for new publications, with positive results. A scoop is the work entitled "The probable
significance of nerve cells of short axis" which, in addition, presents illustrations. We have located
debates between the Nobel Prize winner and other scientists of the moment about the questioning of
neural doctrine by reticularists. We also include the curious debate between the use of gender on "the
neuron" among the scientists of the moment. We have rescued, for its diffusion, a much more
complete information of the scientific collaboration between Veterinary and Cajal, which has not
been considered in the biographical studies published up to date.

Key words: Cajal, Veterinary, Neuroscience

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

1. INTRODUCCIÓN

En el congreso de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria celebrado en Murcia, en 2005,


presentamos junto a Elvira Rocha un primer acercamiento a la obra de Santiago Ramón y Cajal (1852-
1934) publicada en la revista La Veterinaria Española (LVE), desde su período como Catedrático de
Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (1887-1892) hasta su acceso a
la cátedra de Histología e Histoquímica Normal y Anatomía Patológica de la Universidad Central de
Madrid de Madrid. En dicho trabajo resultaba evidente la intesa relación que mantuvo Cajal con los
veterinarios al ofrecerles, publicados en LVE, los primeros trabajos que iban a componer su teoría
neuronal. En ese trabajo discutimos cuales podrían ser las razones por las que Cajal publicara en LVE,
destacando sus contactos con eminentes veterinarios de la época: Santiago de la Villa y Martín (1839-
1914), Catedrático de Anatomía general y descriptiva, y director de LVE desde 1886; Dalmacio
García e Ízcara (1859-1927), Catedrático de Operaciones, Obstetricia y Clínica quirúrgica; Abelardo
Gallego Canel, (1879-1930) catedrático de Histología y vicedirector de LVE, en 1886; Ramón Turró
y Darder (1854-1926) gran amigo y defensor de Cajal en Barcelona. No encontramos una cita directa
de esos contactos pero sí publicaciones en equipo o junto a trabajos de Cajal en otras revistas además
de LVE.

Hace dos años, gracias a un nuevo contacto con Francisco Blanes Vilardell, médico, entusiasta de la
obra de Cajal, hemos podido continuar con el estudio y seguimiento de la obra de Cajal publicada en
LVE, iniciado con Elvira Rocha. Ahora presentamos un segundo capítulo en el que incluimos nuevos
trabajos, que nos llevan hasta la concesión del premio Nobel a Cajal en 1906. Incluimos también una
curiosa polémica entre el ya premio Nobel y un histólogo granadino reticularista, que cuestionaba la
teoría de la neurona con la que Cajal había obtenido el premio.

2. MATERIAL Y MÉTODOS

Hemos partido de las citas referidas a LVE, hechas por biógrafos y especialistas que han estudiado la
obra científica de Cajal. Además hemos revisado todos los números de LVE comprendidos en el periodo
entre 1896 y 1908, gracias a la consulta de la Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España
(http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0060010842&lang=es) y al Dipòsit Digital de
Documents de la Universitat Autònoma de Barcelona
(https://ddd.uab.cat/search?ln=ca&cc=fonhisvetrev&sc=1&p=la+veterinaria+espa%C3%B1ola&f=&a
ction_search=Cerca).

Una vez localizadas las publicaciones de Cajal, hemos comprobado todas ellas. Cuando se trataba de
versiones de publicadas previamente en otras revistas hemos procedido a compararlas con su original
detectando cambios o supresiones.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Presentamos nuestros hallazgos en diferentes subapartados, incluyendo comentarios correspondientes a


cada una de ellas. Al final, dedicaremos un apartado especial a la polémica entre los partidarios de la
teoría reticularista de Camilo Golgi (1843-1926), representados por Eduardo García Solá, catedrático de
Histología y Rector de la Universidad de Granada, contra la teoría de la neurona de Cajal

3.1 OBRAS PUBLICADAS EN PRIMICIA

Función probable de las células nerviosas de cilindro-eje corto, por S. Ramón y Cajal. Publicada
en LVE, 10-1-1902, nº 1.592, pp. 10-14, es decir en el primer número de la revista del año.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En 1902, LVE celebra su cincuenta aniversario. En realidad se trataba del 45 aniversario de la


creación de LVE, que en 1857 continuaba a El Eco de la Veterinaria. Este periódico había sido creado
en 1853, por Miguel Viñas y Martí, Juan Téllez Vicen y Leoncio Francisco Gallego Pérez, y que la
ley de imprenta de la época obligó a cerrar, con su número 132, en 1857. Gallego asumió la dirección
de la nueva revista hasta su muerte en 1886.

Benito Remartínez y Díaz, director de LVE, en la editorial de este número especial, hace un repaso
histórico al nacimiento y evolución de la revista, e invita a los mas prestigiosos autores veterinarios
del momento a celebrar el evento con su participación en ese número especial. Aparecen los nombres
de profesores de todas las Escuelas de Veterinaria, significados veterinarios oficiales y militares, etc.
Remartínez destaca la colaboración del “reputado maestro” Cajal, eminente histólogo al que agradece
su aportación.

Este trabajo se publicó por Cajal en el Tomo I Los Trabajos del Laboratorio de Investigaciones
Biológicas (Pág. 151-157), en 1901-1902, donde el autor citaba que había sido “Publicado con alguna
variante en La Veterinaria Española, Diciembre de 1901”. Dicha versión no aparecerá en LVE hasta
Enero de 1902.

En la versión de LVE hemos encontrado los siguientes cambios:


• Cambia el título de "Significación probable..." a "Función probable..."
• En el texto de LVE elimina:
- la referencia a “las memorables investigaciones de Golgi”
- las “neuronas de Golgi tipos I y II (“corpúsculo sensitivo de este sabio”)
- algunos puntos y aparte
- dos párrafos, los dedicados a la descripción de la fascia dentata y del Asta de Amón, y la
figura 3 correspondiente a dichas estructuras
• En LVE las fig 1 y 2 son una única figura, están invertidas, comparadas con el original, y sin
el pie de figura donde identificaba cada célula 1

3.2 COMUNICACIONES PRESENTADAS AL XIV CONGRESO INTERNACIONAL DE MEDICINA


DE 1903

Del 23 al 30 de abril de 1903, se organiza en Madrid un gran encuentro médico, el XIV Congreso
Internacional de Medicina, que congrega a las máximas figuras de las neurociencias. Con la participación
entusiasta de toda una generación médica mundial, se presentaron 1.681 comunicaciones y memorias,
con gran protagonismo de los temas neurológicos. Destaquemos las intervenciones de Cajal, que
describe la estructura histológica del tálamo óptico, y de Pavlov, que expone por primera vez la teoría
de los reflejos condicionados (García Albea E, 2010). Incluiremos en este apartado las cuatro
comunicaciones “cajalianas” (una de Pedro Ramón Cajal y las otras tres de Santiago Ramón Cajal)
presentadas y que posteriormente se publicaron en LVE.

La primera comunicación, firmada por el hermano de Cajal, Pedro Ramón y Cajal (1854-1950), en ese
momento catedrático de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza:

1 Dado el rigor que Cajal emplea en sus citas tanto de trabajos propios como ajenos, hay que suponer que la publicación en LVE constituye
una primicia absoluta. Podemos suponer que, siguiendo su costumbre, Cajal aprovecha la demora en la publicación de este trabajo en su
Revista para ampliarlo y para matizar sus referencias a Golgi. La portada del Tomo I de sus Trabajos del Laboratorio de Investigaciones
Biológicas lleva la fecha 1901-1902 y contiene seis trabajos, todos de Cajal. Más de la mitad de la revista lo ocupa el primer trabajo sobre la
“Estructura de la corteza olfativa del hombre y mamíferos”, el trabajo que nos ocupa está en tercer lugar y cabe suponer que pudo
publicarse ya avanzado el año 1902.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

“Aparato olfatorio de los batráceos por D. Pedro Ramón y Cajal, Catedrático de la facultad de
Medicina de la Universidad de Zaragoza”. Aparece publicada en LVE en dos números, el 20-05-
1903, nº 1641, pp 215-7, y el 31-05-1903, nº 1642. pp 230-1.

Los trabajos de su hermano Pedro sustentarán la Teoría Neuronal y la Ley de la Polarización


Dinámica de las neuronas, como así cita Cajal en sus memorias “En las conclusiones de mi trabajo,
describí adecuadamente la ruta del impulso nervioso, confirmando las opiniones de mi hermano”
(Cajal, 1923).

“Sobre un nuevo foco subtalámico, al parecer de naturaleza centrífuga, por D. Santiago Ramón
y Cajal, de la Facultad de Medicina de Madrid”. Publicada en LVE el 20-04-1904, nº1674, pp
167-8.

En este trabajo, Cajal estudiando los encéfalos de gato, conejo y ratón, describe un nuevo núcleo
talámico del que describe sus conexiones peor no su función.

“Consideraciones críticas sobre la teoría de Bhete á propósito de la estructura de la sustancia gris,


por D. Santiago Ramón y Cajal, Profesor de la Facultad de Medicina de Madrid”. Publicada en
LVE el 20-07-1904, nº 1683, pp 306-7.

En este trabajo, es el propio Cajal quien pone en duda las llamadas redecillas pericelulares como parte
del citoesqueleto neuronal. Golgi les atribuye la fusión entre las neuronas y justifica así su teoría
reticularista del tejido nervioso. Cajal las describe no como un elemento de proyección del citoesqueleto
neuronal hacia el espacio extracelular, sino como un artefacto de procesamiento y resultado anómalo de
tinciones como el método de Bethe: “la redecilla pericelular, así como el retículo intersticial descritos
por Bethe son productos artificiales que resultan probablemente de la coagulación de alguna substancia
albuminoide disuelta en los espacios linfáticos perineuronales”

“Las fibras cerebrales del tubérculo cuadrigémino anterior, por D. Santiago R. y Cajal,
catedrático de Histología de Madrid”. Publicada en LVE el 10-06-1903, nº 1643, p 247.

En este trabajo, Cajal describe las conexiones del tubérculo cuadrigémino anterior con las vías ópticas y
con las motoras de los músculos extraoculares y cervicales, indicando su coordinación funcional. 2

3.3 TRABAJOS ORIGINALES Y DE TEMA VETERINARIO

Los dos trabajos de Cajal sobre la rabia publicados en LVE confirman su interés por el estudio de la
neuropatología de dicha enfermedad y confirman su colaboración con los veterinarios

“Nuevo método de estudio de las células nerviosas, por el Dr. D. S. Ramón y Cajal, Catedrático
en la Facultad de Medicina de Madrid” Publicada en LVE el 20-03-1905, nº 1707, pp 117-9. Lleva
por subtítulo: Variaciones morfológicas, normales y patológicas del retículo neurofibrilar en el
conejo y en el perro rabiosos

2 En la publicación de los “Comptes rendus” del XIV Congreso Internacional de Medicina de Madrid (del 23 al 30 de abril de 1903) figuran
los trabajos de los hermanos Ramón Cajal.
Los de Santiago Ramón Cajal son:
“Las fibras nerviosas de origen cerebral del tubérculo cuadrigémino anterior y tálamo óptico” (pp. 36-53).
“Consideraciones críticas sobre la teoría de A. Bhete, á propósito de la estructura de la sustancia gris” (pp. 69-104).
“Sobre un nuevo foco subtalámico, al parecer de naturaleza centrífuga” (pp. 104-105)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En este mismo número, en la sección de Noticias, página 126, se informa de concesión por parte de la
Academia de Ciencias de Berlín a Cajal de la medalla de oro conmemorativa de Herman von Helmholtz.
Cajal siempre lo consideró como un gran reconocimiento a su trabajo, “quedé pasmado al saber que la
susodicha medalla se otorgaba cada dos años al autor que hubiere dado cima a más importantes
descubrimientos en cualquiera rama del saber humano” (Berbel et al, 2007).

“Diagnóstico histológico de la rabia, por D. Santiago Ramón y Cajal, de la Facultad de Medicina


de Madrid”, publicado en dos partes en LVE, el 20-03-1905, nº 1713, pp 216-7, y el 10-06-1905, nº
1715, pp 244-6. En la primera parte, a pie de página Cajal cita que se trata de un trabajo procedente del
“Boletín del Instituto de Sueroterapia, primer trimestre del corriente año”.

En este trabajo Cajal evalúa críticamente los hallazgos histopatológicos descritos como
patognomónicos en la rabia tanto en humanos como en animales. Cita su trabajo llevado a cabo junto
al profesor de la Escuela de Veterinaria, D. Dalmacio García Izcara (S.R. Cajal y D. García El retículo
neurofibrilar en las células nerviosas de la rabia. Trab. del Lab. de Inv. Biol, tomo III Fact. IV, 1904)
y sus colaboraciones en el estudio de la hipertrofia neurofibrilar en animales, tanto en estados
fisiológicos (hipotermia) como patológicos (Moquillo canino, intoxicación por arsénico en el perro,
muerte por congelación).

Finalmente, se publica en LVE uno de los primeros trabajos experimentales de Cajal:

“Sobre la degeneración y regeneración de los nervios, por el Dr. D. Santiago R. Cajal, de la


Facultad de Medicina de Madrid”, es el último trabajo publicado en tres partes en LVE, la primera
el 10-10-1905, nº 1727, pp 435-7, la segunda el 31-10-1905, nº 1729, pp 467-9 y el tercera 20-11-1905,
nº 1731, pp 501-2. Se trata de un trabajo que Cajal, en cita a pie de página en la primera entrega, describe
como “Procedente del nº 2 del Boletín del Instituto de Alfonso XIII”. Al final de la tercera entrega el
autor dice “continuará”. Debe de existir un cuarto trabajo pues de su lectura se intuye que no termina
con el tercero.3

En este trabajo, Cajal adelanta en forma de resumen la que será su segunda gran obra “Estudios sobre la
degeneración y regeneración del Sistema Nervioso. En dos volúmenes”, publicada en Madrid en 1914
y, posteriormente, en 1928 en versión inglesa. Describe los estudios experimentales llevados a cabo por
su equipo en perro, gato y conejo, utilizando la técnica de impregnación de nitrato de plata reducido.

3.4 LA POLÉMICA GARCÍA SOLÁ VS RAMÓN Y CAJAL (1907-1908)

El premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906, fue concedido ex aequo a Camilo Golgi y a
Santiago Ramón y Cajal, “en reconocimiento de sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso”.
Era la primera vez que un premio Nobel era compartido por dos científicos a pesar de defender teorías
contradictorias: la teoría reticularista (Golgi) vs la teoría de la neurona (Cajal) (López y Álamo, 2006;
Grant, 2007; de Castro, 2019).

La satisfacción de Cajal por ese nuevo reconocimiento le valdrá posteriores homenajes y medallas.
“El premio Nobel con que el Instituto Carolino de Estocolmo se dignó recompensar mis escasos
méritos científicos, fue, entre los médicos de raza española, ocasión de patrióticos y entusiastas
testimonios de afecto y consideración.” (Berbel et al, 2007).

La LVE se hará reflejo de ese premio, tanto de su proclamación, congratulándose por el éxito de Cajal y
felicitándolo (LVE, 31-10-1906, nº 1765, p 478), como del acto de distribución del mismo (LVE 31-12-

3 Se han consultado todos los números de los dos años siguientes y no hemos localizado la continuación. A falta de una nueva revisión
este trabajo está inconcluso.

Pag. 140
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

1906, nº 1771, p 574). Además, LVE llama a la participación activa en los actos de homenaje que se
preparan al premio Nobel (LVE, 30-11-1906, nº 1768, p 574), como en la suscripción nacional para la
acuñación de una medalla conmemorativa y la publicación de los trabajos del maestro (LVE 20-03-1907,
nº 1779, p 126).

A pesar del reconocimiento internacional a Cajal y a su Teoría de la neurona, los detractores de la


misma persistieron, con Golgi a la cabeza, en lo que se ha llamado neo-reticularismo hasta los años
20 del siglo XX (López y Álamo, 2006). Autores prestigiosos de esa época como Alexander S.
Dogiel, Stephan von Apathy, Albrecht Bethe y Hans Held, mantuvieron el reticularismo para explicar
la estructura del tejido nervioso.

En España los detractores de Cajal también participaron en este debate. Aquí presentamos la polémica
que se establece entre un reticularista, el Dr. Eduardo García Solá, contra la teoría de Cajal y que
publica LVE en diversas entregas a lo largo de dos años.

Eduardo García Solá, (1845 –1922), natural de Antequera (Málaga), cursó sus estudios de Medicina
en la Universidad de Granada (1867). Discípulo de Mariano López Mateos, introductor en España de
la teoría celular de Theodor Schwann, y de Aureliano Maestre de San Juan, microscopista y maestro
también de Cajal. En Granada fue catedrático de Patología General y Anatomía Patológica (1872 a
1887) y de Histología e Histoquímica Normales (1872-1917). Rector de esta Universidad (1891-
1909), desde planteamientos regeneracionistas, defendió la autonomía universitaria (Olague, 2019).

La polémica estalla a los seis meses de la concesión del Nobel con: El ocaso del neurona, por el
Doctor Eduardo García Solá, Catedrático y Rector de la Universidad de Granada, publicado en
dos partes en LVE, el 10-8-1907, nº 1793, pp. 339-41, y el 20-8-1907, nº 1794, pp. 355-8.

Empieza su artículo poniendo en cuestión el género gramatical para designar a la célula neuronal:
defiende el neurona, en contra de la neurona. En todo el texto se alinea con la tesis neo-reticularista,
en contra de la teoría de la neurona.

A este artículo responde Cajal con: El renacimiento de la teoría de la neurona, publicado en LVE en
siete partes, el 31-10-1907 (nº 1801, pp. 467-8), el 10-11-1907 (nº 1802, pp. 483-5), el 20-11-1907 (nº
1803 pp. 499-500), el 30-11-1907 (nº 1804 pp. 514-6), el 10-12-1907 (nº 1805 pp 532-4), el 31-12-1907
(nº 1807 pp 562-4) y el 10-1-1908 (nº 1808, pp 4-6)

Cajal, responde a la polémica sobre el género a utilizar para designar a la célula neuronal:
“Volviendo al tema del neuronismo, me temo que la neurona estará presente por un tiempo y, en mi
opinión, los meritorios colegas a los que aludí deberían calmar sus nervios. Sí, queridos colegas: la
neurona o el neurona nos superarán, y en su marcha hacia el futuro, la neurona verá nuevos amaneceres
y atardeceres. (El Dr. García Solá prefiere decir el neurona, porque los franceses escriben le neurone.
Que así sea ... Sin embargo, con ese criterio, los españoles deberían decir lo neurona, porque Waldeyer,
quien creó la palabra, usó el género neutro y escribió das Neuron. El uso extranjero no debe
imponérsenos; ya que la idea que se transmite por el término, es decir, el concepto de 'unidad nerviosa'
(la unidad nerviosa), es femenina en español, usemos el género femenino. Y en vano los antineuronistas
esperan la tranquilidad y la unanimidad. Como he dejado claro, están empezando nuevas batallas. La
hipótesis reticularista de Held y otros reemplazará la de Bethe y Apáthy, y la controversia renovada solo
cambiará su teatro. ¡Es tan cómodo destruir sin crear! ¡Es tan difícil crear sin destruir!”

Las técnicas empleadas por Cajal se basan inicialmente en la “reazione nera” (el método de Golgi) la
cual perfeccionó, desarrollando el llamado “método ontogénico” que le permitió sus profundos estudios
sobre la auténtica organización del tejido nervioso (de Castro, 2019). Ello le llevó a criticar el llamado

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

“método de Bethe”, utilizado por los reticularistas, aplicado al estudio y demostración de las “redecillas
pericelulares”.

Y defiende su teoría, aceptando un posible error: “Por mi parte, no dudaría en pasar al campo reticularista
si me demostraran que estoy equivocado. Pero tiene que ser probado con hechos.”

Al final, García Solá concluye: Más sobre el neurona - Breve rectificación al Dr. Cajal, por el Dr.
Eduardo García Solá, Rector y Catedrático de la Universidad de Granada, publicado en LVE en
dos partes, el 10-02-1908 (nº 1811, pp. 52-4) y el 29-02-1908 (nº 1813, pp. 83-5).

El texto aparecido en LVE escrito por Garcia Solá es la repetición del que cinco meses antes ya fue
publicado en la Gaceta Médica Catalana iniciándose con el título rimbombante de “El ocaso del
neurón”. El profesor Garcia Solá fue enemigo de Cajal desde la estancia de éste en la Cátedra de
Valencia, en 1888. Al parecer circuló un anónimo criticando la recién publicada “Histología” de
Garcia Solá 4, firmado por el Dr. Bacteria, pseudónimo “terrible” según confiesa Cajal en la página
56 de la segunda parte de sus memorias de 1917. Pero lo peor para alimentar esta rencilla entre ambos
ocurrió cuando, al llegar Cajal a Barcelona resultó que el profesor Garcia Solá era nada menos que
redactor del equipo de la “Gaceta Médica Catalana” mientras que Cajal quedó tan solo en
“colaborador” de esa revista. Entre ellos dos se mantuvo un pulso a lo largo de los años y el equilibrio
se rompió al recibir Cajal el premio Nobel en 1907 (E. Rocha, comunicación personal).

Esta polémica mereció su publicación, en esos mismos días, en otras publicaciones médicas (Partsalis
et al, 2013):
• Ramón y Cajal S., El renacimiento de la doctrina neuronal, El Siglo Médico (Madrid), 1907,
54, 479-485
• Ramón y Cajal S, El renacimiento de la doctrina neuronal, Gaceta Médica Catalana
(Barcelona), 1907, 31, 121-133
• Ramón y Cajal S, (1907) El renacimiento de la doctrina neuronal, Revista de
Especialidades Médicas (Madrid), 1907, 10, 428-441
• Ramón y Cajal S, El renacimiento de la doctrina neuronal, Archivos de Psiquiatría y
Criminología (Buenos Aires), 1907, 6, 646-662
• Ingenieros J, Índice General de Archivos de Psiquiatría y Criminología, Años 1902-1913,
Talleres Gráficos de la Penitenciaría Nacional, Buenos Aires, 1914, 3–26
• García Solá E, Más sobre el neurona, Gaceta Médica Catalana (Barcelona), 1907, 31, 241-
245

En resumen, Cajal habla duramente de los adversarios de la doctrina de la neurona, de la psicología


y las vicisitudes de los investigadores jóvenes que, ansiosos por la fama y con poca originalidad, a
menudo sucumben a la tentación insana de ser negativos y desacreditar doctrinas, incluso en dominios
donde la ciencia parece haber determinado las formulaciones. Cajal expone pacientemente y luego
rechaza los "argumentos" hechos por los antineuronistas para informar a aquellos que ignoran la
situación real del problema, basándose en los resultados de la década anterior.

La publicación de la compilación de los trabajos de Sir Charles Scott Sherrington (1858–1952) “The
Integrative Action of the Nervous System” en1906, en el mismo año del Premio Nobel de Cajal
proporciona las primeras evidencias de la sinapsis y reforzará la teoría neuronal. Sus estudios
posteriores en neurofisiología le valdrán a Sherrington el Premio Nobel de 1921 (López y Álamo,
2006).

4 La Crónica Médica (Valencia), nº 265 pp. 1-8 de 20-9-1988

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Sin embargo, un hecho histórico afectó de forma negativa a este enfrentamiento científico. La
mayoría de los científicos europeos que habían reconocido a Cajal y apoyado su teoría, murieron
durante Primera Guerra Mundial (1914-18) (van Gehuchten, Waldeyer, Ehrlich, Nissl, Krause,
Obersteiner, Dejerine, Brodmann, Alzheimer, Edinger, Retzius, Holmgren, Rossi, etc.) (López y
Álamo, 2006). El mismo Cajal reconoce “la horrenda guerra Europea de1914 asestó un duro golpe a
mi actividad científica…durante seis años me quedé aislado de los laboratorios extranjeros y reducido
a un monólogo en el que la apatía y el desaliento eran las normas básicas” (R. Cajal, 1923).

En años posteriores, mediante diversos procedimientos experimentales (estudios de embriología) así


como observaciones histopatológicas (sección nerviosa y regeneración axonal; estudios
neuropatológicos) llevados a cabo por el mismo Cajal y sus colaboradores confirmarán la validez de
dicha teoría (López y Álamo, 2006).

La lucha de Cajal por defender su teoría de la neurona se mantuvo a lo largo de muchos años. El mismo
Cajal, en su último trabajo publicado (Cajal, 1933), realiza una amplia y profunda revisión bibliográfica
de los principales trabajos publicados a favor y en contra de su teoría, justificando ampliamente la
veracidad de la teoría neuronal, en contra del movimiento reticularista (López y Álamo, 2006).

Finalmente, la confirmación definitiva de la teoría de la neurona y del concepto de sinapsis llegará a


mediados de los 50 con el desarrollo de las técnicas de microscopía electrónica.

CONCLUSIONES

Hemos aportado nuevas publicaciones de Cajal en LVE alguna de ellas inédita y otros de carácter
meramente veterinario. Esto nos permite confirmar la buena relación y el respeto mutuos de Cajal y la
profesión veterinaria. Seguiremos trabajando en la búsqueda de nueva publicaciones de Cajal en LVE
hasta su muerte en 1934.

AGRADECIMIENTOS.

A Elvira Rocha Barral por sus comentarios en relación al texto y su aporte de información adicional.

BIBLIOGRAFÍA

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Cajal through his Medals and Plaques, IBRO History of Neuroscience
[http://www.ibro.info/Pub/Pub_Main_Display.asp?LC_Docs_ID=3148]
Consultado: 14-07-2019

de Castro F (2019) Cajal and the Spanish Neurological School: Neuroscience Would Have Been a
Different Story Without Them. Front. Cell. Neurosci. 13:187.
doi: 10.3389/fncel.2019.00187S.

García Albea Ristol E y García-Albea Martín J (2010) El auge mundial de las neurociencias: XIV
Congreso Internacional de Medicina (Madrid, 1903). Revista de neurología, ISSN 0210-0010, Vol. 50,
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Grant G (2007) How the 1906 Nobel Prize in Physiology or Medicine was shared between Golgi and
Cajal. Brain Research Reviews, 55(2): 490-8

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López Muñoz F y Álamo C (2006) Neuron theory, the cornerstone of neuroscience, on the centenary of
the Nobel Prize award to Santiago Ramón y Cajal. Brain Research Bulletin, 70(4-6): 391-405

Olagüe de Ros G. Eduardo García Solá. En: Web de la Real Academia de la Historia.
http://dbe.rah.es/biografias/18179/eduardo-garcia-sola (Consultada 24-072019)

Partsalis AM, Blázquez P y Triarhou L (2013) The renaissance of the neuron doctrine: Cajal debuts the
rector of Granada. Translational Neuroscience, 4(1): 104-114

Ramón y Cajal S (1923) Recuerdos De Mi Vida, 3ra Ed. Madrid: Imprenta de Juan Pueyo.

Ramón y Cajal S (1933) ¿Neuronismo o reticularismo? Las pruebas objetivas de la unidad anatómica de
las células nerviosas. Archivos de Neurobiología, Imp. Góngora, Madrid, tomo XIII, núm. 2, 4, 5 y 6,
pp. 1-144

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque C:
Patrimonio Veterinario

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EL EDIFICIO DE LA PRIMERA ESCUELA DE VETERINARIA DE ESPAÑA:


HALLAZGOS DOCUMENTALES E INTERPRETACIONES
ARQUITECTÓNICO-URBANÍSTICAS

Laura R. Salvador González


Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria
Arquitecta-urbanista; [email protected]

Resumen
Tras un vínculo de seis años con este proyecto, todavía inacabado, cuyo recorrido se detalla en la
presente comunicación, y un preciso trabajo técnico, se muestran la planimetría completa y una
representación tridimensional del histórico edificio veterinario, del que hasta ahora sólo conocíamos
parcialmente una de sus fachadas y una desacertada descripción.

Abstract
After being linked to this project for the last six years still unfinished, whose track is described in
detail in this communication, and a precise technical work, we show the complete planimetry and a
three-dimensional representation are shown of the historic veterinary building, from which only a
part of one of its facades was known until now and a mistaken description.

Palabras clave: Escuela de Veterinaria, Recoletos, Francisco Jareño.

La necesidad de una visión arquitectónica y el hallazgo inicial


El veterinario militar Espeso del Pozo encuentra en el que hoy es el Museo de Historia de Madrid
una litografía de la fachada principal de la Escuela de Veterinaria en el Paseo de Recoletos, que
publica en 1948 con esta descripción: “Este edificio tiene dividido su frente en dos alas iguales, a
las que sirve de unión una torre cuadrangular…Cierto carácter especial da al edificio las dos
garitas emplazadas a los lados de su portalón de entrada 1 . La imagen, es reproducida desde
entonces con profusión por ser la única representación conocida de la primitiva Escuela de
Veterinaria2.
La observación de la litografía resulta contradictoria con la descripción de Espeso: la hipotética
simetría resulta imposible de ser percibida pues el ala izquierda queda oculta tras el arbolado; en
cambio, sí es observable que el ala derecha cuenta con un volumen adosado, lo que revela una
construcción en dos tiempos; la torre no es tal, sino una espadaña; y la puerta de entrada, que no
está flanqueada por dos garitas, muestra la existencia de un patio interior. Las divergencias con la
realidad contenidas en esos tres renglones, nos llevan a Salvador Velasco, mi padre, y a mí, al
convencimiento de la necesidad de incorporar al relato historiográfico veterinario una visión
arquitectónica.
Comenzamos la búsqueda de planos del edificio en el Archivo Histórico del Colegio Oficial de
Arquitectos de Madrid, en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Nacional de España,
resultando ésta totalmente infructuosa. Es en el Archivo General de la Administración de Alcalá de
Henares donde el resultado es positivo.
En el XIX Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria celebrado en 2013 en Madrid, presenté
junto a Salvador Velasco la comunicación: Escuela de Veterinaria de Madrid: planimetría del
arquitecto Jareño, en la que dimos a conocer los planos de las plantas baja y primera o principal y

1
ESPESO DEL POZO, G., “De Colegio Nacional a Facultad de Veterinaria (Estampas de hace dos siglos)”, Ciencia
Veterinaria. Revista, 50, febrero de 1948, pp. 80-89.
2
MUSEO DE HISTORIA DE MADRID, Escuela Nacional de Veterinaria, inventario 1544. El original, anónimo y sin
datar, que hemos consultado, tiene el pie “Escuela Nacional de Veterinaria de Madrid”. Misma imagen y epígrafe que la
litografía incluida en el libro: LOUBET, J., Colección de herraduras ó demostración del arte de herrar para corregir
las enfermedades y defectos del casco, Ed. Establecimiento de Litografía de la Calle de Preciados nº16, Madrid 1843.
(Ejemplar perteneciente a la magnífica biblioteca del doctor Vives Vallés).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

del solar completo que ocupa el edificio levantados por el arquitecto Francisco Jareño de Alarcón,
que hallamos junto a la documentación que a 7 de agosto de 1863 autoriza al arquitecto a hacerse
cargo de las llaves y efectos de la Escuela de Veterinaria, lo que le lleva a realizar un muy
exhaustivo inventario del contenido del edificio, que un mes después firma junto al director Nicolás
Casas de Mendoza, y al levantamiento de dicha planimetría3.

Plano de la planta baja del edificio realizado por F. Jareño en 1863. Fuente: Archivo General de la Administración de
Alcalá de Henares.

Los veterinarios militares Segismundo Malats e Hipólito Estévez habían recibido en 1791 el
encargo de buscar en la periferia madrileña el lugar más adecuado para ubicar la Escuela de
3
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., “Escuela de Veterinaria de Madrid: planimetría del
arquitecto Jareño”, Libro de Actas del XIX Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Madrid 2013, pp. 237-244.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Veterinaria, teniendo en cuenta que debía situarse “en las extremidades de Madrid donde se podra
establecer comodamente sin perjuicio de la salud, policia, y aspecto publico”. Así, los futuros
directores de la Escuela de Veterinaria realizan la elección del terreno dentro de unos límites que
han sido acotados de antemano4.
El terreno elegido está situado a la derecha de la Puerta de Recoletos, y bordeado por la cerca que
rodea Madrid, lo que hace poco adecuada la clásica expresión de “extramuros” otorgada a esta
localización. El arquitecto Francisco Sabatini adapta el edificio ya existente en dicho terreno, que
era utilizado por los miembros de la Congregación de San Felipe Neri como lugar de descanso y
retiro, y le adosa una nueva construcción. Cuando se concluye el cuadrilátero que conforma la
totalidad del edificio de la nueva Escuela de Veterinaria, el volumen preexistente, que ahora es el
ala sur, se readapta como zona de residencia de los alumnos militares internos5. El edificio de la
Escuela aparece reflejado por primera vez en el plano urbano de José Carlos María Bentabole,
realizado por ingenieros geógrafos franceses durante la Guerra de la Independencia6.
Como luego veremos, Malats y Estévez sitúan la futura Escuela de Veterinaria en el máximo
exponente urbanístico ilustrado, aunque sea en uno de sus extremos y en el último tramo en
desarrollarse. La elección realizada por los veterinarios fue un acierto pleno.
Pero es el momento del derribo del edificio proyectado por Francisco Sabatini, en el que
Segismundo Malats leyó la lección inaugural el 18 de octubre de 1793, el que nos resulta crucial
para su conocimiento. Los planos realizados por Francisco Jareño son hasta ahora los únicos
existentes, pues los originales proyectados por Sabatini, que además realiza el presupuesto y ejecuta
la obra, no han sido hallados aún, y no sólo en nuestras búsquedas personales sino en las
publicaciones y exposiciones que sobre el ilustre arquitecto e ingeniero militar se han sucedido en el
tiempo, contando alguna de ellas con importante dotación de medios institucionales7.
Nuestra comunicación tuvo continuidad con una versión divulgativa, que bajo el título Real Escuela
de Veterinaria de Madrid: en el centro, centro, se publica al año siguiente en la revista del Consejo
de Colegios Veterinarios de España8.

El dato indispensable y la representación tridimensional


Mi participación se mantiene en los tres siguientes Congresos de Historia de la Veterinaria, en los
que aportamos los planos de los sucesivos edificios que albergan la Escuela de Veterinaria.
Francisco Jareño adapta el viejo edificio de la Carrera de San Francisco nº13, convirtiéndolo en
sede provisional de la Escuela de Veterinaria al abandonar Recoletos. Tras catorce cursos lectivos,
ante el inminente estado de ruina, el curso académico 1877-78 da comienzo en la nueva sede de
Ribera de Curtidores, acondicionada por Jareño apresuradamente por falta de previsión
institucional. Por segunda vez consecutiva vuelve a tratarse de una ubicación provisional. El
comienzo del curso en Ribera de Curtidores coincide con la colocación de la primera piedra del
edificio destinado a Escuela de Veterinaria en la calle de Embajadores. El 19 de diciembre de 1881
la Junta de Obras aprueba el acta de recepción provisional del edificio, y tras dotar aulas, despachos
y laboratorios con la imprescindible equipación docente, la recepción definitiva se aprueba por la
Junta de Obras a 28 de marzo de 1882. El curso 1882-83 se inicia en la nueva construcción. Por
primera vez se levanta en Madrid un edificio proyectado expresamente para la enseñanza metódica

4
SALVADOR VELASCO, A., El inicio de la Veterinaria en España, I, Ed. Colegio de Veterinarios de Sevilla, Madrid
2015, pp. 205-214.
5
CASAS DE MENDOZA, N., “Historia de la escuela veterinaria de Madrid”, Boletín de Veterinaria, 15 de mayo de
1848, 80, pp. 177-182. Según relata el director, fue necesario alquilar una casa en la próxima calle de los Reyes Alta
(hoy, conde de Xiquena) con destino a residencia de alumnos internos durante los años que duró la construcción.
6
GOITIA CRUZ, A., Transformaciones urbanas en torno a las reales puertas de la Villa de Madrid (1656-1860), tesis
doctoral dirigida por ORTEGA VIDAL, J., U.P.M., Madrid 2015, pp. 85-89.
7
VV.AA., Francisco Sabatini (1721-1797): La arquitectura como metáfora del poder, RODRÍGUEZ RUÍZ, D.
(comisario), Catálogo de la exposición, Fundación Caja Madrid, Madrid 1993, pp. 539. Exposición celebrada en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Centro Cultural Isabel de Farnesio de Aranjuez.
8
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Real Escuela de Veterinaria de Madrid: en el centro,
centro, Información Veterinaria, sept-dic 2014, pp. 34-36.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de la medicina veterinaria, y es un proyecto firmado y ejecutado por el arquitecto Francisco Jareño


de Alarcón.
El objetivo último, tras el hallazgo de los planos de Jareño, era realizar una axonometría isométrica
del primitivo edificio en Recoletos, que permitiese una completa y fidedigna visualización del
mismo, tal y como ya se había podido realizar con los otros tres edificios que ocupó la Escuela;
pero sin conocer sus alzados o secciones, ni ningún otro dato que hiciese referencia a las alturas del
mismo, esto resultaba imposible. Conociendo únicamente las plantas de Jareño que, aunque muy
detalladas, carecen de dichos datos imprescindibles para un levantamiento preciso, nos resulta
obligatorio continuar la búsqueda de planos en diversos archivos.
Una axonometría isométrica es un dibujo técnico que representa las tres dimensiones de un objeto,
en nuestro caso, arquitectónico, que está basado en medidas exactas, en nuestro caso, las tomadas
por el arquitecto Francisco Jareño, y las mantiene en los tres ejes cartesianos; es decir, no se trata ni
de una recreación, ni de una figuración imaginada.
La búsqueda nos lleva entonces al Archivo de la Universidad Complutense de Madrid, al Archivo
de Villa y al Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En los dos primeros,
hallamos valiosos datos tanto de la actividad docente como de las nuevas edificaciones que se
construyen alrededor del edificio principal; pero es en el último en el que obtenemos el dato que
buscamos. Se produce así la ansiada culminación investigadora, lograda a través de la
complementación entre archivos y la posterior interpretación técnica de la documentación hallada.
El conjunto de nuestro trabajo es merecedor de la confianza de una institución tan importante como
la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, dando lugar a la conferencia conjunta
pronunciada en 2016, que tiene por título: “Sedes madrileñas de la Escuela de Veterinaria:
arquitectura y profesión (Recoletos, San Francisco, Curtidores, Embajadores)” 9 . Unos meses
después, una nueva versión es expuesta con motivo de los VII Encuentros Matritenses de Historia
de la Veterinaria 10 . En ambas, mostramos la axonometría isométrica del edificio, la primera
representación fidedigna y completa de la Escuela de Veterinaria en Recoletos.
Se trata de un edificio con escasa ornamentación, de fachada enfoscada lisa, con huecos ligeramente
enmarcados, cuadrados en la planta baja y rectangulares en la superior, rejas de hierro sencillas,
zócalo de sillería de piedra berroqueña y línea de imposta bajo vanos del primer piso. La única zona
con ornato corresponde a la entrada principal, que cuenta con espadaña de marcada cornisa y remate
almenado, donde se sitúa un gran reloj con armazón de hierro y dotado de campana, lo que le
proporciona un enorme peso. El edificio en su totalidad es de fábrica de ladrillo, de planta
rectangular y 1660m2 de ocupación en planta. Se accede a él por una espaciosa puerta de madera de
doble hoja, situada en la fachada oeste, y cuyo umbral queda flanqueado por dos guardarruedas.
Consta de planta baja, planta primera o principal, zona de buhardillas y un limitado sótano. Se
articula alrededor de un gran patio central de 750m2 de superficie y solado de piedra de cuña, con
galería porticada en planta baja en sus lados norte y oeste, y en cuyo centro hay una pila formada
con sillares unidos entre sí con grapas de hierro emplomado, con un sillar que la divide en dos, y en
uno de sus extremos hay otra pila más pequeña, contando ambas con sendos grifos de latón. Cada
uno de sus cuatro lados tienen distintas dimensiones de crujía: norte, de 13 metros; sur, el
preexistente, de 11m.; este, de 7m.; y oeste, de 12m. En planta baja, el lado norte cuenta con un
aula de 22,30m. de largo por 6,50m. de ancho, que no es la disposición ideal para impartir docencia,
aunque tiene suficiente capacidad para albergar a los alumnos de cada uno de los cursos. El lado
este está dedicado a la asistencia clínica, desde el que se accede a un gran patio rectangular solado
de piedra de cuña, alrededor del cual se disponen las numerosas enfermerías de los équidos
diferenciadas según el tipo de enfermedad, separándose los que padecen enfermedades contagiosas,

9
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Sedes madrileñas de la Escuela de Veterinaria:
arquitectura y profesión (Recoletos, San Francisco, Curtidores, Embajadores), conferencia pronunciada a 14 de
noviembre de 2016 en la RACVE. http://racve.es/files/2016/12/Conf-A.Salvador-2016.pdf
https://historiadelaveterinaria.es/wp-content/uploads/Conf-A.Salvador-2016.pdf
10
SALVADOR VELASCO, A., SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., Sedes de la Escuela de veterinaria y urbanismo
matritense, conferencia pronunciada a 26 de abril de 2017 en VII Encuentros Matritenses de Historia de la Veterinaria.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y contando además con varias dependencias para perros. La primera planta o principal cuenta en su
lado sur con dos alargadas dependencias, de 19,30 por 4,90m. y de 20,40 por 4,70m.
respectivamente, en las que se disponen en forma de hilera las camas de los alumnos militares
internos. A este espacio se llega a través de una escalera que arranca en la planta inferior y que
ocupa un volumen adosado al principal, estando situado el espacio de cocinas contiguo a las
dependencias. En el ala norte, se sitúa el primer anfiteatro anatómico. La planta abuhardillada
recorre todo el edificio y queda revestida por una cubierta de teja. Además de la escalera referida, el
edificio cuenta con una escalera principal junto a la entrada, y otra de ligera menor entidad en el ala
este. En la zona noreste del conjunto, hay un pequeño patio desde el que se accede a la amplísima
huerta.

Primera representación completa y fidedigna de la Escuela de Veterinaria en Recoletos. Fuente: elaboración propia,
2016.

El duque de Alagón, protector de la Escuela de Veterinaria, ante el mal estado en el que se


encuentra la valla que separa la Escuela del Paseo de Recoletos, propone en 1827 que pared y verja
se adelanten a la segunda fila de árboles del Paseo para lograr regularidad en la forma, lo que
implica la cesión de 6.558 pies de terreno perteneciente a la Villa y derribar algunos árboles. No lo
logra del Ayuntamiento, pero sí lo consigue a través del ministro de Hacienda, y sin coste alguno
para la Escuela11. Durante su protección, se construyen el anfiteatro anatómico y las fraguas, dos
edificios de nueva planta situados junto al principal, así como el nuevo jardín botánico para la
enseñanza de los alumnos. Las nuevas edificaciones periféricas nos trasmiten la idea del deterioro
producido por el transcurrir del tiempo, pero también de la cuestionable eficiencia de la
construcción inicial.

11
SALVADOR, SALVADOR (2016), p. 9. Original en: Archivo de Villa, sig. 1-118-51.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El tiempo juega en contra del edificio de la primera Escuela de Veterinaria española. En enero de
1856 se aprueba que la nueva Casa de la Moneda se levante en el espacio de huerta de la Escuela.
El proyecto y ejecución se encomienda a los arquitectos Francisco Jareño y Nicomedes Mendívil,
profesores en la Escuela Superior de Arquitectura, concluyéndose en 1861. Entre la Casa de la
Moneda y la Escuela de Veterinaria se crea la Calle de la Moneda, después de Jorge Juan, y hoy de
la Armada Española. Otra merma de terreno, es la creación en el antes espacio de huerta de un
pequeño parque público, entre la nueva calle de la Moneda y la Escuela.
El fuerte crecimiento demográfico de Madrid conlleva un cambio en su fisonomía urbanística y la
necesidad de planificar su crecimiento. La zona elegida para el asentamiento de la cada vez más
numerosa burguesía es el ensanche nordeste de la ciudad, que se lleva por delante el edificio de la
Escuela de Veterinaria. En el plan Castro de 1860, la antigua huerta de la Veterinaria, y en ese
momento ya Casa de la Moneda, es la punta de lanza del proyectado desarrollo de la zona financiera
y de palacetes del Paseo de la Castellana, y del barrio burgués por excelencia, el de Salamanca, y en
ese desarrollo una Escuela de Veterinaria con el ir y venir de animales y el necesario espacio para
prácticas de pradicultura y de zootecnia, no tiene cabida.
Por real orden de 18 de mayo de 1857 se nombra a José María de Castro director del estudio y
formalización del Ensanche de Madrid. Presenta su anteproyecto a 6 de abril de 1859, siendo
aprobado a 19 de julio del año siguiente. Futuras variaciones modificarán el anteproyecto en lo que
a edificabilidad y anchura de viario se refiere, pero su entramado se mantiene.
Basándose en la planimetría custodiada en el Archivo de Villa, Ruíz Palomeque nos muestra las
construcciones existentes en 1857 y las nuevas calles proyectadas con sus nuevas alineaciones12. La
correspondiente a la manzana 276, en la que se encuentra la Escuela de Veterinaria, queda
delimitada en sus cuatro lados (con nomenclatura actual) por el Paseo de Recoletos, Calle de Goya,
Calle de Serrano y Calle de Villanueva, dividiéndose este enorme espacio por la Calle de la Armada
Española.
El solar que ocupa la Escuela en Recoletos tiene un destino concreto. Por real orden de 20 de mayo
de 1861 se aprueba el anteproyecto del edificio diseñado por Francisco Jareño destinado a
Ministerio de Fomento, Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico.
Recién abandonado, el viejo edificio veterinario presta un último servicio. Con motivo de las becas
de pintura y escultura convocadas por el Ministerio de Fomento para estudiar en Roma y París, el
tercer ejercicio de las de pintura se realiza en la planta principal de la antigua Escuela, siendo
Francisco Jareño quien levanta un plano parcial de la planta y adecúa mínimamente los diez
espacios necesarios para la prueba, realizando el consiguiente presupuesto13. Es este pequeño plano,
custodiado en el Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el que nos aporta
el imprescindible dato que buscábamos: la altura interior es de 3,80 metros.

12
RUÍZ PALOMEQUE, E., Ordenación y transformaciones urbanas del casco antiguo madrileño durante los siglos
XIX y XX, Ed. Instituto de Estudios Madrileños, Madrid 1976, p. 353, adición del plano 90.
13
SALVADOR, SALVADOR (2016), p. 11. Original en: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, archivo
general, sig. 5-79-12.

Pag. 151
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Plano parcial de la primera planta del antiguo edificio de la Escuela realizado por F. Jareño en 1862. Fuente: Archivo
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El curso académico 1862-63 da comienzo a 16 de septiembre en la nueva sede de la Carrera de San


Francisco. Nicolás Casas, solicita en agosto de 1863 al director general de Obras Públicas que se
designe oficialmente a quién debe entregar las llaves de la sede de Recoletos, y que se inventaríen
todos los efectos pertenecientes a la Escuela que no se han podido trasladar a la nueva sede14. Un
día después, se autoriza a Francisco Jareño a hacerse cargo de las llaves y efectos de la antigua
Escuela.
El momento del derribo definitivo se acerca. Por real orden de 18 de diciembre de 1863 se aprueba
el proyecto presentado por Jareño de demolición del edificio y de explanación del solar donde se
situará el nuevo edificio de Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico. El 21 de abril de 1866 la
reina Isabel II preside el acto de la ceremonia de colocación de la primera piedra.

El análisis de las transformaciones urbanas y la reivindicación del emplazamiento


Habiendo podido mostrar una representación completa del edificio y ofrecer una descripción
detallada de las características del mismo, decidimos ir un paso más allá imbricando el desarrollo
urbano de los paseos del Prado y de Recoletos y la parte oriental de la ciudad con la edificación de

14
Ibídem. Original en: Archivo General de la Universidad Complutense, caja V/01-020.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

la Escuela de Veterinaria y su pujante desarrollo científico. Para ello, son necesarios una exhaustiva
lectura y análisis de los principales trabajos publicados sobre el desarrollo histórico del eje que
conforman ambos paseos, máximo exponente urbanístico ilustrado de la Villa y Corte. En él,
encuentra cabida la Escuela de Veterinaria. El producto de este trabajo, fue presentado a la
convocatoria de premios de la RACVE de 201815, resultando merecedor del otorgado por el Colegio
Oficial de Veterinarios de Madrid.
La reforma en el tramo desde el Salón del Prado hasta la Puerta de Recoletos, tras el derribo en
1836 del convento y la iglesia de los Agustinos Recoletos de Copacabana, que históricamente
estrecha el paso y tapa la perspectiva del edificio de la Escuela de Veterinaria, ensancha el Paseo
hasta alcanzar la dimensión del ya renovado tramo hasta la Puerta de Atocha. En 1845 se instala en
su solar el Gran Taller de Coches de Recoletos, y un año después la Fundición Sanford.
Posteriormente se abren en sus lados las nuevas calles de Villanueva, que separa el Gran Taller de
la Escuela de Veterinaria, y de Recoletos, entre ambas instalaciones industriales.
Entre la Fundición Sanford y los edificios del Pósito que alcanzan la calle de Alcalá, se construye
en 1850 el palacete del marqués de Salamanca (hoy sede de la Fundación BBVA), que se abre al
Paseo sustituyendo la tradicional tapia de cerramiento ciego por una verja y un espacioso jardín, que
permite la visión de la zona residencial en su interior. Esta novedosa disposición marcará tendencia
en el futuro del Paseo de Recoletos, pues las nuevas residencias de la burguesía madrileña seguirán
el patrón marcado por la primera de ellas.
El eje Prado-Recoletos se convierte en el segundo polo de atracción y relación social madrileños,
solo por detrás de la Puerta del Sol16. La suerte de la Escuela está echada, su futuro comienza a
oscurecerse.
Los edificios de uso industrial tienen corta presencia en el Paseo del Prado. El Gran Taller de
Coches y la Fundición Sanford lo abandonan en 1854, y sus solares son ocupados por palacetes que
reúnen la nueva tipología residencial de la burguesía y de la nobleza trasladadas a esta zona, que
son construidos a imagen de el del marqués de Salamanca, contando con la presencia obligada de
un jardín, que representa la nueva relación con la naturaleza, y separados del Paseo por una verja de
hierro que permite ver el interior de la posesión. En el solar situado entre las calles de Villanueva y
Recoletos, se levantan entre 1856 y 1860 los palacetes de Calderón y de Terrero, y a continuación
de la calle Recoletos, también en 1856 el palacete del marqués de la Remisa, al que sigue el del
marqués de Salamanca, de 1850, ya colindante con los terrenos del Pósito, en los que años después
se levantará el Palacio de Linares. Es comprensible que, en este contexto, el edificio que alberga la
Escuela de Veterinaria, con sus consiguientes e insalvables incomodidades para el cada vez más
distinguido entorno, sea entendido como un elemento inoportuno, lo que motivará su traslado y el
final de la estancia veterinaria en el Paseo de Recoletos.
Mientras la nueva placa indicativa, comprometida con la Real Academia de Ciencias Veterinarias
de España por la dirección de la Biblioteca Nacional, se coloca en los jardines del edificio, para que
no quede duda de que en ese solar estuvo la Escuela de Veterinaria, y no el Convento de los
Agustinos Recoletos, como señalan la actual placa situada en su verja y la situada en la fachada
opuesta del edificio, junto al acceso del Museo Arqueológico Nacional, ambas con autoría del
Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, o como relata la entrada de BNE en Wikipedia,
mostramos una prueba más, ofrecida ahora por el arquitecto Francisco Jareño de Alarcón.
En 1862, el arquitecto realiza un plano de alineaciones y secciones topográficas del terreno en el
que se ubica el edificio de la Escuela, que señala como “Veterinaria”, y las cuatro calles que lo
rodean. Tres años después realiza otro plano que corresponde a la variación del nuevo edificio de la

15
SALVADOR GONZÁLEZ, L.R., La nueva veterinaria en el nuevo Madrid: el edificio de la primera Escuela de
Veterinaria española y su papel en el desarrollo urbano de la ciudad de Madrid. Premios RACVE 2018, XII premio
del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. Por primera vez, se entrega un doble premio ex aequo:
GUIJARRO ESCRIBANO, J.F., La casa-matadero de Manila durante el periodo de administración española: su
contribución a la salud pública y al desarrollo económico de la capital.
16
CARBALLO BARRAL, B., Los orígenes del Moderno Madrid: el ensanche Este (1860-1878), trabajo fin de máster
dirigido por OTERO CARVAJAL, L.E., UCM, Madrid 2007, p. 79.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Biblioteca Nacional respecto a su primera ubicación dentro del mismo solar, que Jareño había
situado en el centro. Los solares descritos en ambos planos quedan delimitados por las mismas
cuatro calles, es decir, ambos hacen referencia al mismo lugar.

Izquierda: Plano de alineaciones y secciones del terreno de la Escuela, realizado por F. Jareño en 1862. Derecha: Plano
de la modificación en la ubicación del edificio de la Biblioteca Nacional, realizado por F. Jareño en 1865. Fuente:
Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares.

Conclusión
Madrid es candidata oficial a formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, con la
propuesta denominada “El Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las Artes y las Ciencias”. El
Paseo, en su conjunto, debe su esplendor al pensamiento ilustrado, el mismo que situó el edificio de
la primera Escuela de Veterinaria española en este lugar emblemático.
Tras un largo recorrido archivístico, un preciso trabajo técnico y unas minuciosas revisiones
arquitectónica y urbanística, hemos podido dar a conocer la planimetría del primitivo edificio
levantada por Jareño, acompañándola de una detallada y veraz descripción; realizar la primera
representación completa y fidedigna del mismo; precisar su proceso edificatorio y su
emplazamiento exacto, reivindicándolo frente a lo señalado en las placas identificativas existentes
en la actualidad en el exterior del edificio; y visibilizar cómo la localización elegida para su
ubicación terminó por determinar su propio destino, debido a las posteriores transformaciones
urbanas, que motivaron su traslado.
Pero este extenso proyecto aún no ha llegado a su fin, pues todavía quedan tareas pendientes a
realizar, como las de generar nuevas representaciones del edificio que complementen la ya ofrecida
hasta ahora, o materializar estas representaciones en una maqueta a escala que facilite aún más la
observación y comprensión del edificio que albergó la primera Escuela de Veterinaria de España,
para la que esperamos poder contar con interés y apoyo institucionales.

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ANTE EL 75 ANIVERSARIO DEL MUSEO DE VETERINARIA MILITAR


(1945-2020)

VÍDEO DEL MUSEO

Francisco Jiménez Lucas1

Heliodoro Alonso Fermoso2

Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós3

RESUMEN
El próximo año 2020 se cumplen los primeros 75 años de existencia del Museo de
Veterinaria Militar. Inició su andadura el 15 de junio de 1945 al cumplirse el Centenario
de la creación del Cuerpo de Veterinaria Militar.
Summary
Next year 2020 marks the first 75 years of existence of the Military Veterinary
Museum. It began its journey on June 15, 1945 when the Centenary of the creation of
the Military Veterinary Corps was completed.
Introducción
El próximo año 2020 se cumplen los primeros 75 años de existencia del Museo de
Veterinaria Militar. Inició su andadura el 15 de junio de 1945 al cumplirse el Centenario
de la creación del Cuerpo de Veterinaria Militar. Lo hizo en la primigenia sede del
antiguo Laboratorio y Parque Central de Veterinaria Militar (LPCVM) ubicado en la
calle Núñez de Balboa 32, en Madrid. En el año 1965 las instalaciones del LPCVM
pasan a ocupar el ala izquierda de la antigua Academia de Sanidad Militar, y el Parque y
sus materiales se acomodan en una nave en la calle Invencibles, cerca del Puente de
Toledo. En ese lugar se almacenaron los materiales de interés histórico hasta el año
1986 en que pasaron a ser expuestos en el nuevo acuartelamiento del LPCVM.
Antecedentes
La Circular confidencial nº 3 de 10 de marzo de 1964, del Inspector Veterinario, incluye
entre sus propuestas la creación de una Biblioteca-Museo, propuesta que no prosperó.
En el año 1972, con motivo del proyecto de traslado del Laboratorio y Parque Central
de Veterinaria Militar de su anterior ubicación, en la antigua Academia de Sanidad
Militar (hoy Escuela Militar de Sanidad) a los actuales terrenos de la calle Darío Gazapo
nº3, en el madrileño barrio de Campamento, se incorporó a los planos del proyecto una
sala de recuerdos para albergar los materiales históricos reglamentarios del Cuerpo

1
Suboficial Mayor. Centro Militar de Veterinaria de la Defensa. Conservador del Museo de Veterinaria
Militar.
2
Comandante O.M. (r). Especialista en uniformología, vexilología y distintivos de la veterinaria militar
española.
3
General veterinario (r). Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Inspección General de Sanidad. Ministerio de Defensa. España. Correspondencia: [email protected]

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

castrense. Fue el coronel veterinario Vicente Serrano Tomé (†) pieza principal en
proponer esta idea.
En el año 1986 se inauguraron las nuevas dependencias entre las que se encontraba la
sala-museo. En el año 1987 se participó en la VII Exposición de miniaturismo militar
obteniendo «Diploma de Honor». La Norma 4/88 EME (5ª División) integra al LPCVM
en el recién creado Centro Militar de Veterinaria, continuando en sus instalaciones. En
el año 1990 se organizó una exposición temporal para conmemorar el 150 Aniversario
de la creación del benemérito Cuerpo castrense y se gravó un vídeo en formato VHS
editado por el antiguo Centro de Ayudas a la Enseñanza del Ejército de Tierra. En el
año 1995 se remodeló el museo, se amplió su superficie y se incorporaron nuevas salas.
A lo largo de este periodo ha realizado veinte exposiciones temporales en diferentes
ciudades españolas, con motivo de efemérides y centenarios colegiales de la
organización profesional, o de difusión de la cultura.
Se han catalogado e inventariado 5600 piezas. Desde su inicio, en el año 1986, ha
tenido cinco conservadores.

Cuatro fueron las colecciones básicas sobre la que se constituyó el museo:

• Colección de maquetas docentes.


• Colección de instrumental quirúrgico de patente nacional para uso en medicina y
cirugía veterinaria.
• Colección de botes y albarelos para preparación de recetas magistrales
veterinarias.
• Colección de material veterinario reglamentario de campaña

Con el paso del tiempo se incorporaron otras como:

• Colección de uniformes.
• Sala de personajes ilustres.
• Sala de podología, siderotecnia y colección de herraduras higiénicas y de
enmienda.
• Colección de láminas de veterinaria militar (Colección Helio).

Características del vídeo:


Vídeo MP4
1,42 GB
Duración: 8 minutos
Créditos del vídeo:
Locución y voz en off: Inmaculada Herrera Velayos
Grabación de imágenes: Francisco Jiménez Lucas
Guion y fotografías: Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós
Producción y realización: Heliodoro Alonso Fermoso
Programa de gestión, mezcla y sonido: Pinnacle Studio

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Fotogramas de cortesía del vídeo conmemorativo del 75 Aniversario

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LAS DISECCIONES ANATÓMICAS EN LA EDAD MEDIA


José Manuel Martínez Pérez; Isabel Mauriz Turrado; Nerea Yugueros Prieto; Silvia Nicolás
Alonso; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León
* Correspondencia: Dr. D. José Manuel Martínez Rodríguez. Departamento de Medicina, Cirugía y
Anatomía Veterinaria (Historia de la Veterinaria), Facultad de Veterinaria de León. Campus de
Vegazana s/n, 24071 – León. Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 987291329.

RESUMEN
El concepto de disección dentro del ámbito de la Anatomía ha significado desde sus inicios un hecho
determinante para la evolución de esta disciplina científica. En la Edad Media existió un punto de
inflexión que sentó las bases de su perfeccionamiento posterior, entendiéndose éste durante el
Renacimiento. Es necesario constatar dos etapas claramente diferenciadas en cuanto al desarrollo de
las disecciones anatómicas, puesto que al principio tenían un carácter esporádico y evolucionaron
hacia la sistematización en pro de la investigación y la docencia teórico-práctica. En la Edad Moderna
se generalizó su uso hasta llegar a la Edad Contemporánea, cuya vigencia se hace patente a diario
debido a su innegable utilidad diagnóstica. En esta comunicación oral se pretende realizar un somero
estudio de las disecciones anatómicas durante el Medievo, focalizando la atención en los avances
acaecidos en Europa, en especial en Italia y Francia.
Palabras clave: Anatomía; disección; Salerno; Bolonia; Padua.

ABSTRACT
The concept of dissection within the sphere of the Anatomy has meant since its inception a decisive
fact for the evolution of this scientific discipline. In the Middle Ages there was an inflection point
that established its subsequent improvement, taking place during the Renaissance. It is necessary to
verify two clearly differentiated stages in terms of the development of anatomical dissections, since
at first they had a sporadic nature and, then, they progressed towards their systematization favoring
the research and the theoretical-practical knowledge. In the Modern Age its use was generalized until
reaching the Contemporary Age, whose effect becomes evident daily due to its irrefutable diagnostic
usefulness. In this oral communication we expect to carry out a brief study of anatomical dissections
during the Middle Ages, focusing our attention on advances occurred in Europe, especially in Italy
and France.
Key words: Anatomy; dissection; Salerno; Bolonia; Padua.

LAS DISECCIONES ANATÓMICAS EN LA EDAD MEDIA


El período medieval comprende el milenio entre la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.
C.) y la caída del Imperio Romano de Oriente (1453), separando para los estudios históricos en Alta
Edad Media hasta el siglo XI (consolidación del sistema feudal) y Baja Edad Media (ss. XI al XV).
En la Alta Edad Media es escaso el número de libros de medicina que se manejan, algunos pocos
correspondientes a Tratados hipocráticos. Destaca San Isidoro de Sevilla que reunió el saber médico
conocido en lo que serían sus Etimologías. En ellas recopilaba el saber científico conocido hasta aquel
momento: gramática, dialéctica, retórica, aritmética, música, astronomía, geometría, derecho,
medicina, historia de la Iglesia, agricultura, etc. (Santo Tomás Pérez, 2002). El libro IV lo dedicó a
enfermedades y remedios, y el XI a descripciones anatómicas. Esta obra influiría de forma importante
en el arte de curar durante la Baja Edad Media.

Pag. 159
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Asimismo, la medicina árabe ejerció una enorme influencia sobre los practicantes de medicina
medievales, tanto en lo que se refiere a la anatomía como a la cirugía, el diagnóstico y la terapéutica.
Surgieron las especialidades clínicas, en concreto la obstetricia, la oftalmología, la otología y la
odontología, empleándose también los procedimientos de cauterización.
El ejercicio de la medicina en general pasó de manos religiosas a manos laicas a partir del Concilio
de Clermont (1130), donde se prohibió estudiar medicina a los religiosos regulares. Esta ordenanza
quedó ratificada en los posteriores Concilios de Reims (1131) y de Letrán (1139), y posteriormente
en el Sínodo de París de 1213 (Nogales Espert, 2004).
Antes del siglo XIII -y también durante la Alta Edad Media- las disecciones realizadas en medicina
tuvieron un carácter esporádico. Sólo fueron consideradas investigaciones exhaustivas a partir del
siglo XVI, ya en la Edad Moderna. Entre 1160 y 1185 destacó la figura de Gerardo de Cremona. En
Toledo éste realizó una labor de traducción de autores árabes (Al-Razi, Abulcasis, etc.) al igual que
del Canon Medicinae de Avicena (Nogales Espert, 1996).

Figura 1. Escuela Médica de Salerno en una copia del Canon Medicinae de Avicena (siglo XII).

La Escuela Médica Salernitana promovió una formación con un componente más científico. En ella
recibieron educación tanto hombres como mujeres y se recogía el saber y la tradición judía, griega,
latina y árabe (Conti, 1985). De hecho, en la enseñanza de la medicina se incluyeron las disecciones
anatómicas; en concreto, la anatomía descriptiva se basaba en los manuales Pantegui de Ali-Abbas y
Anatomía porci del maestro Copho; este último era una guía para la disección del cerdo que
comenzaba por el cuello y seguía por el tórax, abdomen, útero y cerebro, descubriéndose los vasos
sanguíneos y el esqueleto (Nogales Espert, 2004). Asimismo, la terminología latina comenzó a
utilizarse para el estudio anatómico (Guerra, 1989). A partir de 1194 decae la Escuela de Salerno en
pro de otras más recientes presentes en Palermo y Montpellier.

Pag. 160
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Los profesionales formados en Salerno tuvieron una gran acogida en las Escuelas Catedralicias, que
fueron germen para los posteriores Estudios Generales. Destacaron los Estudios Generales de París
(1110), de Bolonia (1158), de Oxford (1167), de Palencia (1280) y de Cambridge (1209). Además
del de Palencia destacó otro en España que fue fundado por Alfonso IX de León en 1218, el Estudio
General de Salamanca, primera institución educativa europea en obtener el título de Universidad
conforme a la Real Orden de Alfonso X “El Sabio”, fechada en Badajoz en 1252. En Salamanca se
consolidaron doce cátedras, con disciplinas de derecho canónico, civil, medicina, lógica, gramática y
música. En 1255 el Papa le otorgó la licentia ubique docendi, lo que suponía un reconocimiento de
sus grados a nivel internacional (Rodríguez-San Pedro Bezares, 1991). Se puede considerar el siglo
XIII como “el siglo de la Universidad” donde existían principalmente cuatro Facultades, la de Artes
y las Superiores (Derecho, Medicina y Teología) (Díaz Pérez, 1998).
La práctica de las disecciones, en concreto las humanas, fue implementada en las Universidades de
Bolonia y Montpellier a partir de 1302 y de 1366, respectivamente (Guerra, 1989). Se sabe que la
primera disección efectuada en Bolonia fue a cargo de Bartolomeo da Varignana junto con otros
médicos y cirujanos, y tuvo un carácter médico-legal.
Estaba claro que la observación directa y sistemática de los órganos era fundamental para formular
descripciones anatómicas concretas y efectuar diagnósticos post-mortem válidos. De ahí que, en el
siglo XIII, Federico II de Hohenstaufen permitiera la disección de tres cadáveres humanos para la
ampliación de conocimientos anatómicos. Paralelamente, en Cremona, en 1286, un médico efectuó
una disección humana para esclarecer una epidemia de morbo pestilencial. También en Italia, esta
vez en Padua, Pietro D´Abano llevó a cabo una autopsia al cuerpo de un farmacéutico fallecido a
causa de una intoxicación por mercurio (Santo Tomás Pérez, 2002). Igualmente existían disecciones
en Venecia, aunque tenían un carácter médico-legal más que científico, al igual que la primera
efectuada en Bolonia. También en Bolonia destacó a mediados del siglo XIII Guillermo de Saliceto,
quien llevó a cabo alguna que otra disección y entabló un asiduo contacto con Federico II de
Hohenstaufen; también escribió su obra Cyrurgia (1275) en la que promovía el uso del cuchillo
quirúrgico por cauterización, destacaba la importancia del estudio de la anatomía y describía
metódicamente el arte quirúrgico (Jaramillo Antillón, 2005). Finalmente, en Bolonia (1315) se
describió la primera disección pública, a cargo de Mondino de Luzzi, cuya obra Anatomia mundini 1
(1316) es reconocida como el primer texto anatómico moderno que heredaba la antigua tradición de
la Escuela de Alejandría donde destacaron Herófilo y Erasístrato. Mondino fue el restaurador de la
anatomía y llevaba a cabo disecciones anatómicas tanto en humanos como en animales (Castiglioni,
1941).
Frente a la legalidad de las disecciones anteriormente citadas surgió la ilegalidad de profanar tumbas
con el pretexto de practicar disecciones anatómicas. Esta situación era muy habitual en Padua, por lo
que el Papa Bonifacio VIII promulgó la bula De Sepulturis en 1299, por la que se prohibía el
desmembramiento de los muertos para llevarse los huesos y ser enterrados en otros lugares (Pérez
Collados, 1993). Pese a ello se fueron permitiendo disecciones en Padua a partir de 1429 y también
en Montpellier (1377) y París (1478). El Papa Sixto IV finalmente autorizaría a finales del siglo XV
las disecciones siempre que los cuerpos pertenecieran a criminales condenados (Walton, Barondess
y Lock, 1994).

1
Hasta el siglo XV fue copiada a mano su obra y las primeras ilustraciones a la obra de Mondino
fueron añadidas a partir de 1514 por Jacopo Berengario da Carpi, también profesor en Bolonia.
Berengario realizó algunas aportaciones anatómicas como la descripción del seno esfenoidal, del
tímpano, de la glándula pineal y del apéndice vermiforme, siendo uno de los primeros autores en
utilizar la iconografía anatómica.

Pag. 161
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Figura 2. Anfiteatro Anatómico de Padua (1584).


Después de la aprobación por parte del Vaticano comenzaron a construirse unas instalaciones
específicas dentro de las universidades, estos eran los Teatros Anatómicos, y el primero de ellos fue
el Anfiteatro Anatómico de Padua (1584). Casi medio siglo antes, en Padua, Andrea Vesalio había
realizado su primera disección pública de un cadáver en la que explicaba tanto la composición de los
órganos como la técnica utilizada; llegó a ser el encargado de la Cátedra de Anatomía y Cirugía de
dicha Universidad. Su obra De humani corporis fabrica libri septem (1543) incluye una gran cantidad
de imágenes alegóricas sobre anatomía humana (Saunders y O´Malley, 1973).

Figura 3. Portada de la obra cumbre de Vesalio donde aparece él mismo realizando una disección
en un hipotético anfiteatro.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Castiglioni, A. (1941): Historia de la Medicina. Editorial Salvat, Barcelona.
- Conti, O. (1985): Comentarios a las tablas médicas de Salerno. Editorial Lumen, Barcelona.
- Díaz Pérez, A. (1998): “Práctica y enseñanza de la Medicina en los siglos XII al XIV”, en De la
Iglesia Duarte, J.I. (Coord.): La vida cotidiana en la Edad Media. Instituto de Estudios Riojanos,
Nájera.
- Guerra, F. (1989): Historia de la Medicina. Ediciones Norma, Madrid.
- Jaramillo Antillón, J. (2005): Historia y filosofía de la medicina. Universidad de Costa Rica.
- Laín Entralgo, P. (1978): Historia de la Medicina. Editorial Salvat, Barcelona.
- Nogales Espert, A. (1996): “La Escuela de Traductores de Toledo”, en Hernández Martín, F.
(Coord.): Historia de la Enfermería. Editorial Síntesis, Madrid.
- Nogales Espert, A. (2004): “Aproximación a la historia de las autopsias”, en The Electronic Journal
of Autopsy, 9-15.
- Pérez Collados, J.M. (1993): “En torno a las Bulas Alejandrinas: Las bulas y el derecho censuario
pontificio”, en Anuario Mexicano de Historia del Derecho 5, 237-255.
- Rodríguez-San Pedro Bezares, L.E. (1991): “La Universidad de Salamanca: Evolución y declive de
un modelo clásico”, en Studia Historica. Historia Moderna, nº IX, pp. 9-22.
- Santo Tomás Pérez, M. (2001): La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media.
Universidad de Valladolid.
- Saunders, J.B.C.M. y O’Malley, C.D. (1973): The Illustrations from the Works of Andreas Vesalius
of Brussels. Courier Corporation, Massachusetts.
- Walton, J.; Barondess, J.A. y Lock, S. (1994): The Oxford Medical Companion. Oxford University
Press, Oxford.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La Veterinaria Militar española cumple 175 años


(1845-2020)
Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós 1

Heliodoro Alonso Fermoso 2

RESUMEN

El próximo año 2020 el Cuerpo de veterinaria militar cumplirá 175 años de existencia
en los Ejércitos de España. El documento fundacional fue presentado a la reina Isabel II
para su firma por el general Narváez. De este modo, tan simple y a la vez tan complejo
en su larga gestación, se constituyó el día 15 de junio de 1845 el nuevo Cuerpo
castrense, hoy bajo la denominación de «Especialidad Fundamental» del Cuerpo Militar
de Sanidad de la Defensa.

Summary

Next year 2020 the Veterinary Military Corps will turn 175 years of existence in the
Armies of Spain. The founding document was presented to Queen Elizabeth II for
signature by General Narváez. In this way, so simple and at the same time so complex
in its long gestation, the new military Corps was constituted on June 15, 1845, today
under the name of "Fundamental Veterinary Specialty" of the Military Health Corps.

Introducción

175 años del Cuerpo de Veterinaria Militar al servicio de los Ejércitos y de la


sociedad española

De nuestro próximo libro «Historia ilustrada de la veterinaria militar española» les


adelantamos que, aunque la veterinaria castrense hunde sus raíces en las legiones
romanas de Hispania, la historia de la veterinaria militar no comienza hasta 1845, año
de la creación del Cuerpo. Por esta circunstancia histórica el próximo año 2020 el
Cuerpo de Veterinaria Militar cumplirá 175 años. El documento fundacional fue
presentado a la reina Isabel II para su firma por el general Narváez. De este modo, tan
simple y a la vez tan complejo en su larga gestación, se constituyó el día 15 de junio de
1845 el nuevo Cuerpo castrense, hoy bajo la denominación de «Especialidad
Fundamental» del Cuerpo Militar de Sanidad de la Defensa.

1
General veterinario (r). Inspección General de Sanidad de la Defensa. Académico de Número RACVE.
Correo-e: [email protected]
2
Comandante O.M. Especialista en uniformología, vexilología y distintivos de la veterinaria militar
española.

Pag. 164
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Histórico emblema de 1908

Llegar a constituir un Cuerpo patentado, organizado y disciplinado no fue nada fácil; lo


mismo que lograr obtener la concesión del derecho a portar un uniforme militar propio.
El lector avisado debe comprender que todo el conjunto requirió de un largo proceso,
que de forma sucinta recojo en las siguientes líneas.

Los antecedentes

En las legiones romanas de Hispania ya existían ‘medicus equarius’, encargados de


atender los ‘Veterinarium’ (hospitales militares equinos) ubicados en los ‘castra’
(Campamentos). En el año 1344, las «Ordinacions fetes per le molt señor en Pere Terc
rey Daragó sobra lo regiment de tots los officials de la su Cort» del rey Pedro IV el
Ceremonioso (III de Cataluña, II de Valencia y I de Mallorca y Cerdeña), se dispusieron
las obligaciones del ‘mariscal’ (en su función de veterinario militar) en las huestes
reales de la corte aragonesa, haciendo hincapié en las labores de herrado, cura de
enfermedades, alimentación y «sangrías» necesarias para el caballo, especialmente en
tiempos de guerra. Más tarde el monarca Alfonso V, el Magnánimo, rey de Aragón,
Cataluña y Nápoles, consciente de la importancia del cuidado del caballo para la guerra
encargó en 1443 a su mayordomo Manual Dieç (Díez o Díaz), que solicitara
información a los mariscales de su ejército, sobre la medicina, cirugía, podología y
generación del caballo, y que con todos los datos recogidos redactara una obra que tituló
«Libro de Albeyteria».

En 1489, desde la Corte instalada en Jaén, es nombrado Fernando de Palencia herrador


y albéitar de la casa real del príncipe D. Juan, hijo de los Reyes Católicos. Este albéitar
es considerado por Herrero Rojo 3 como el primer veterinario militar que con carácter
oficial pasó a formar parte del ejército, no solo de España, sino del mundo. Este
personaje fue elevado a igual categoría que la que disfrutaban los demás oficiales de los
escuadrones o tercios al especificar la carta de nombramiento lo siguiente:

3
Herrero Rojo, M.: La veterinaria en la Antigüedad, creación del real tribunal del protoalbeiterato de
Castilla. Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social, impr. Gráficas
Andrés Martín, S.A., 263 pp., p.144.ISBN: 84-7846-035-7.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

[…]que ayades e gosades por razón de dicho oficio, de todas las honrras, gracias e
mercedes e fraquicias e libertades de que fan gosado e gosan los oficiales de la
nuestra casa»4.

En 1661 los mariscales disponían de un excelente texto para tratar y curar las heridas de
arcabuz. El libro estaba escrito por Martín Arredondo quien en su capítulo XXIX del
libro «Tratado segundo. Flores de Albeitería», sacado de varios autores, describe las
heridas por arma de fuego para que los profesionales que asisten a las guerras puedan
hallar el modo de tratarlas. Del texto se infiere la presencia de mariscales que
acompañaban a las fuerzas que intervenían en las batallas.

Con Fernando VI, ya aparecen albéitares con el nombre de «mariscales» en las Planas
Mayores de los Guardias Reales de Corps y durante el reinado de Carlos III ya hay un
mariscal en su Estado Mayor. La primera constancia documental de la que se tienen
datos procede de la revista «El Estado Militar 5,6», según el Reglamento de 19 de febrero
de 1762. Al año siguiente por real orden de 10 de mayo de 1763 se declara la obligación
de que cada regimiento de caballería debe tener un mariscal mayor para formar parte de
las planas mayores de los regimientos de caballería; y más tarde por real orden de 1768
se crea el cargo de segundo mariscal de inferior categoría. Por todo lo dicho hasta aquí
cabe suponer que, con anterioridad, existían mariscales en función de veterinarios
militares al servicio del ejército de los Austrias y Borbones pero sin constituir Cuerpo,
simplemente como meros sirvientes de planas mayores.

Fue en la institución militar, tan ligada a Palacio, donde a lo largo del siglo XVIII se
gestó y se sentaron las bases para la creación y normalización de la enseñanza
veterinaria en España. A costa del real Erario se mandaron tres personas, una albéitar de
palacio y unos años después otras dos como mariscales. Los albéitares-mariscales de la
Caballeriza Real, junto con los mariscales mayores del ejército de los Borbones, fueron
los que presentaron sendos proyectos para la creación de un Centro de enseñanza donde
impartir la nueva Ciencia. Para ello también se solicitaron informes a otros
profesionales de prestigio y a la «Sociedad Económica Matritense de Amigos del País».

Debemos convenir que la iniciativa para crear un centro de enseñanza se debió a un plan
preconcebido por el gobierno, para mejorar todas las instituciones de enseñanza, entre
las que se encontraba la Veterinaria que, como nueva Ciencia, vendría a desplazar, no
sin dificultades, a la más que tricentenaria y privilegiada Albeitería. Fue Carlos III y su
hijo Carlos IV quienes promovieron, a través de gente muy principal del gobierno, la
instauración de estos estudios.

4
Carta fechada en Jaén el día 20 de agosto de 1489 en la que se nombra albéitar y herrador del príncipe
D. Juan a Fernando de Palencia. AGS, RGS.Leg.2442, fol.27.
5
Gómez Ruiz, M., Alonso Juanola, V.: El estado militar gráfico de 1791. Ministerio de Defensa,
Secretaría General Técnica. Artegraf, S.A, Madrid, 1997, 197 p. ISBN: 84-7823-544-2.
6
Estado militar de España (1744-1844). Recopilación por Don Antonio Sanz, Imp. del Rey Nuestro
Señor y su Consejo. Frecuencia: Anual. En el año 1823 se llamó "Estado de la organización de la fuerza
armada terrestre de la Monarquía Española", y se publicó con una estampa de uniformes iluminados.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Una vez llegado ese momento, se dio vía libre para la creación de un centro de
enseñanza que acogiese, instruyese y difundiese, con carácter oficial y normalizado, el
cuerpo doctrinal de la medicina veterinaria, ya en toda su extensión. Leyendo y
releyendo los documentos que se circulaban entre las diferentes instituciones del
gobierno, se observa que el Centro se debatió entre recibir el nombre de «Real Colegio»
o «Real Escuela de Veterinaria» de la Corte. En nuestras publicaciones hemos decidido
unir ambos términos para indicar el carácter militar de la nueva institución.

Inmediatamente otras dos instituciones pugnaron por tener la primacía de la enseñanza


veterinaria para no desprenderse de sus privilegios. Estas fueron el Real Tribunal del
Protoalbeitarato y la Real Caballeriza, y aún deberíamos citar, como órgano influyente,
la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Los trabajos de investigación
realizados por los doctores Vicente Serrano Tomé (†), Vicente Dualde Pérez (†), José
Manuel Pérez García, Miguel Ángel Vives Vallés, Ángel Salvador Velasco, y nosotros
mismos, vienen a aclarar muchos aspectos hasta ahora desconocidos sobre estas cuatro
instituciones.

Pronto quedó fuera de esta pugna la Sociedad Económica Matritense. De lo dicho se


infiere que el futuro desarrollo de la Veterinaria Militar iba a pivotar sobre tres
importantes instituciones, a saber: el Real Tribunal del Protoalbeitarato, la Real
Caballeriza de palacio y el Real Colegio-Escuela de Veterinaria de la Corte. Fue esta
última institución la que conformó con mayor profundidad la nueva veterinaria militar.
Incluso nos aventuramos a aseverar, tras nuestras recientes investigaciones, que el Real
Colegio-Escuela fue la primera Academia militar de los futuros veterinarios militares.

El Real Colegio-Escuela se creó por Real Orden comunicada de 23 de febrero de 1792,


asignándole un terreno en el convento de San Felipe Neri, situado extramuros de la
Puerta de Recoletos, y se nombraron los primeros protectores y los primeros directores,
todo ello bajo la dependencia de Godoy, lo que implicaba una clara orientación militar.

El lugar escogido para ubicar el primer centro docente de la medicina veterinaria fue en
los terrenos y huerta del convento de los Padres Agustinos Recoletos, espacio que se
encontraba en el extremo de la denominada “Colina de las Ciencias”, constituido por el
eje Atocha-Alcalá-Recoletos, es decir, en la urbanización de los Prados, cuyos terrenos
habían sido escogidos por los regidores de la Villa para la concentración del saber y el
desarrollo y expansión de la ciencia. Allí, junto al gabinete de máquinas, observatorio
astronómico, jardín botánico, hospital de San Carlos fue a instalarse en 1792 la naciente
ciencia veterinaria, hija de la Ilustración 7. En ese lugar permaneció hasta 1866 en que
pasó a ser ocupado por la Biblioteca Nacional en un edificio de nueva planta. Fue de tal
calado esta ubicación que recientemente el Patronato de la Biblioteca Nacional de
España, a iniciativa y propuesta de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de
España, acaba de autorizar, durante el presente año, la colocación de una placa sobre

7
Para conmemorar este hito histórico el cupón de la ONCE del lunes, 14 de enero del presente año,
celebró el 225 aniversario de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Allí
estuvo presente una importante representación de la veterinaria militar.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

una base en los jardines para recordar que en ese lugar se levantó el primer centro
docente de la veterinaria española, a imagen y semejanza de lo que ya han realizado
los franceses en Lyon con la primera Real Escuela de Veterinaria del mundo, creada en
1762; y con la Escuela de Maison-Alfort, en París.

Desde el lado de la milicia, en el ejército de los Austrias, y también de los Borbones, los
profesionales de la medicina animal recibieron el nombre de mariscales mayores y
segundos mariscales, frente al tradicional de ‘albéitar’, reservada esta voz para
denominar a la persona que, con licencia practicandi, ejercía legalmente en el ámbito
civil. Todos ellos practicaban, casi en exclusividad, la hipiátrica, es decir la medicina y
cirugía del caballo y sus híbridos, en toda su extensión.

El primer y segundo director fueron mariscales mayores, es decir, veterinarios militares


de los Regimientos de Lusitania y Almansa, respectivamente. Conviene remarcar que
tras la creación del centro docente ya nada iba a ser igual para la naciente veterinaria
que, hija de la Ilustración, iba a desplazar, no sin dificultades a la histórica y
privilegiada albeitería, más rutinaria y empírica que científica.

A partir del año 1796 los nuevos veterinarios egresados del Real Colegio-Escuela, y con
mejor expediente académico, eran seleccionados para pasar a prestar servicio a las
unidades de caballería, dragones y yeguadas del ejército. Una vez filiados volvían a
obtener la denominación de ‘mariscales’ (en la categoría de segundos mariscales) y
permanecían en sus cuarteles de destino casi de por vida. Fue Nicolás Casas de
Mendoza, mariscal mayor y profesor de la Escuela de Veterinaria, el principal impulsor
de la creación del Cuerpo de Veterinaria en 1845. Fueron muchos años de trabajo, de
estudio, de informes, de publicaciones de interés militar, de excelente y disciplinado
comportamiento militar, y de lealtad a la corona la que terminó reconociendo el valor de
estos profesionales, y sus justas peticiones para conceder lo que durante tantos años
venían solicitando los mariscales más preclaros del ejército: la constitución del Cuerpo
de Veterinaria Militar y el derecho al uso de uniforme propio.

Hasta el año 1898 los veterinarios, y sus auxiliares más inmediatos, han estado
sirviendo en las unidades militares de Ultramar. En Cuba, Puerto Rico y Filipinas
dejaron su labor bienhechora no solo en la atención médico quirúrgica del ganado
caballar, sino en la inspección de mataderos, higiene de los alimentos y trabajos de
geografía agro-ganadera: todos ellos de inmediata aplicación para la salud pública, la
mejora ganadera y el desarrollo económico de los respectivos territorios ultramarinos,
como así ya ha sido expuesto en numerosos congresos nacionales de historia de la
veterinaria.

Situación actual

En el año 2011, y coincidiendo con el «Año Veterinario Mundial» y el XII Congreso de


Veterinaria Militar, la antigua Inspección de Apoyo Veterinario de la Inspección
General de Sanidad de la Defensa proclamó que: «cada 15 de junio se celebrase el día

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de la veterinaria militar española», como así fue recogido en el Boletín Informativo


de Sanidad Militar de ese mismo año.

Ya habrán podido deducir que de la veterinaria militar de antaño a las modernas


ciencias veterinarias del presente, incardinadas en las Fuerzas Armadas, han trascurrido
175 años. De la medicina hipiátrica se ha pasado, no sin esfuerzo y cambio de
mentalidad, a otros campos aplicativos de las ciencias veterinarias entre los que
destacamos la:

• Seguridad alimentaria
• Veterinaria de salud pública
• Veterinaria preventiva
• Higiene y sanidad ambientales
• Control de plagas
• Medicina y cirugía experimentales
• Defensa biológica
• Genética y reproducción asistida en las yeguadas
• Formación e instrucción de equipos caninos

Y todo ello sin olvidar el tradicional ejercicio de la medicina y cirugía con tecnología
puntera, y con el apoyo de técnicas analíticas de última generación.

Más del 90% de los componentes del Cuerpo han participado (y siguen estando
presentes) en operaciones internacionales. Los veterinarios militares de hoy organizan
periódicamente cursos de perfeccionamiento, se forman en cuatro especialidades
veterinarias, publican manuales, obras técnicas, emiten informes técnicos, asisten a
reuniones nacionales e internacionales junto a sus colegas de otros ejércitos, publican
artículos científicos y notas técnicos en nuestra revista de Sanidad Militar, y aparecen
noticias constantemente en el Boletín Informativo de Sanidad Militar, todas estas
actividades pueden seguirlas en Internet. Con un solo ‘click’ desde sus computadoras, o
cualquier dispositivo electrónico del momento, pueden conocer las actividades que
genera la veterinaria militar en la red de redes.

Pero aún hay más, si quieren sentir de primera mano la evolución de la veterinaria
militar española disponen para ello de un excelente museo al que también pueden
acceder desde sus ordenadores.

Y ya para no alargarnos más les informamos que el 80% de la plantilla tiene una
especialidad de las cuatro oficialmente reconocidas; el 70% se desenvuelve con soltura
en inglés, y en otros idiomas; el 40% tiene un doctorado; muchos de ellos se adornan
con una segunda licenciatura, o grado, en medicina, odontología, biología, historia y
ciencias de la información.

Sería imperdonable por nuestra parte si nos olvidamos de los casi 200 oficiales
veterinarios y suboficiales maestros herradores-forjadores-auxiliares de veterinaria que
han dado su vida por España en diferentes operaciones militares.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Hoy, en este XXV Congreso Nacional, y aunque solo sea como recuerdo y gratitud
para aquellos que nos han precedido, allanando el camino recorrido, debemos tener
presente que en el próximo año 2020 se cumplen 175 años de existencia del Cuerpo
de Veterinaria Militar al servicio de los Ejércitos y de la sociedad española ¡Casi
nada!

Primer uniforme del Cuerpo de Veterinaria Militar (1856) de indudable inspiración francesa

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

 TÍTULO: Estado actual y alternativas de conservación de la Colección de Embriones del Museo


Veterinario Complutense.

 AUTORES: Marina Reche Zamarra2, Laura Lomas Lirio2,4, Alexander Gaztañaga Garabieta,3y
Joaquín Sánchez de Lollano Prieto1,4.
1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria.
2
Estudiante de último curso del Grado de Historia. Universidad Complutense de Madrid.
3
Sección de Biodeterioro, Área de Investigación y Formación, Instituto del Patrimonio Cultural de
España (Ministerio de Cultura y Deporte).
4
Historia de la Veterinaria, Departamento de Farmacología y Toxicología. Facultad de
Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid.
 AUTOR DE CORRESPONDENCIA: Alexander Gaztañaga Garabieta,
Correo-e:[email protected]
Teléfono:915504486
 AUTOR QUE PROCEDERÁ A LA LECTURA: Marina Reche Zamarra

 RESUMEN:
En esta comunicación se describirá el estado de conservación y estudio de daños de la colección de
embriones del Museo Veterinario de la Universidad Complutense. Se analizarán también los
métodos empleados en su conservación en líquido hasta la fecha (en formaldehído al 10 % hasta
2013 y a partir de entonces en etanol al 70o) centrándose en los inconvenientes y problemáticas
identificadas hasta el momento. Por otro lado, se estudiarán las opciones existentes para plantear
nuevos métodos de conservación y de prevención del biodeterioro analizando ejemplos de casos
similares publicados y valorando su aplicabilidad sobre esta colección. Para ello se tendrán en
cuenta aspectos como la necesidad de encontrar un método inocuo para las personas, que conserve
las características morfológicas y de color de las muestras guardadas y por supuesto que puedan
seguir empleándose con fines pedagógicos tanto de los alumnos de la Facultad de Veterinaria como
del público general que visite las instalaciones o acuda a las actividades programadas por el Museo.

ABSTRACT

This communication will describe the conservation state and study damages in the embryo
collection of the Veterinary Museum of the Complutense University. It will also analyse the
methods used in its fluid conservation to date (in 10% formaldehyde until 2013 and thereafter in
70% ethanol), focusing on the inconveniences and problems identified so far. On the other hand,
existing options will be studied in order to propose new conservation and biodeterioration
prevention methods, analysing examples of similar cases published and assessing their applicability
to this collection. Aspects such as the need to find a method that is harmless to people, that
preserves the morphological and colour characteristics of the stored samples and, of course, that can
continue to be used for educational purposes both by students of the Faculty of Veterinary Medicine
and by the general public visiting the museum or attending the activities programmed by the
Museum, will be taken into account.

PALABRAS CLAVE

Colecciones científicas, conservación en fluido, alteraciones en patrimonio biológico,

KEYWORDS

Scientific collections, fluid conservation, alterations in biological heritage,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Breve revisión histórica de la conservación en fluidos

En las colecciones científicas con especímenes a lo largo del tiempo se ha recurrido a diversas
alternativas como métodos de conservación tanto en seco como en fluido. Entre estas últimas
históricamente el etanol o espíritu de vino fue empleado desde el s. XVII en gabinetes y museos,
permitiendo así la preservación de tejidos blandos 1. Posteriormente, a principios del s. XX el
formaldehido sustituyó al etanol empleándose en todo tipo de instituciones y colecciones
biológicas. Otras alternativas que surgieron fueron la fijación previa en formaldehido para pasar
luego para la preservación a largo plazo al etanol. Otros intentos como el fenoxetol no
prosperaron2. Actualmente se recurre al etanol de nuevo o bien se ensayan otras fórmulas de las que
se desconoce su comportamiento a largo plazo. Como la fórmula Kaiserling que combina glicerina,
acetato de potasio timol. Brenner refiere más de 30 soluciones en fluido para la preservación de
especímenes en humana discutiendo las ventajas e inconvenientes de cada uno incluyendo la
utilidad para preservación a largo plazo o la posibilidad de uso en sala de disección 3.

Estado de conservación

En general los especímenes de la colección de embriones del


Museo Veterinario Complutense 4 presentan un adecuado estado
de conservación. El principal inconveniente encontrado es la
evaporación de la solución de etanol y la aparición de pequeñas
grietas en algunos de los recipientes en los que se guardan (ver
Figura 1). Debido a ello se ha planteado la revisión de los
sistemas de conservación de la misma.

Figura 1: Muestra de la colección donde es posible ver la


evaporación sufrida y el agrietamiento del recipiente plástico.

Antecedentes
La colección que nos ocupa en el momento de su recepción en
el museo en el 2010 se encontraba conservada en recipientes con formaldehido al 10%. Desde hace
años se ha cuestionado el empleo de este compuesto debido a su elevada toxicidad. Como puede
verse en la Nota Técnica de Prevención (NTP) 873 de “Prevención de la exposición a
formaldehido” 5 del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo el porcentaje al que se
encontraba esta sustancia en la colección de embriones (al 10%) es considerada como grave para la
salud (ver Figura 2).

1
Carter, J. (2003), p. 4
2
Idem p.6
3
Brenner, E. (2014)
4
Véase información sobre la Colección de Embriones del Museo Veterinario Complutense en otra comunicación, de
los mismos autores, presentada en este mismo congreso.
5
INSST (2010)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Figura 2: Toxicidad de la concentración de formaldehido al 10% en agua (tabla obtenida de: INSST
(2010)).
A la toxicidad de esta disolución se le suma su alta capacidad de evaporación pudiendo suponer un
foco de riesgo para los visitantes del museo pero especialmente para sus trabajadores. El Valor
Límite Ambiental-Exposición Diaria (VLA-ED ®) está establecido en 0,3 ppm (0,37 mg/m3)
mientras que el valor límite para exposiciones de corta duración (VLA-EC®) se encuentra en un 0,6
ppm (0,74 mg/m3) 6.
Más allá de la salud, en cuanto a condiciones de conservación, en las últimas décadas se está
incrementando el interés por los compuestos orgánicos volátiles (COVs) en el ámbito de los museos
y los daños generados por los mismos. El formaldehido está considerado como una de estas
sustancias químicas más dañinas, por lo tanto su presencia en las salas de museo puede suponer un
riesgo para los materiales que componen el resto de la colección debido a su elevada reactividad
con elementos como conchas, metales o pigmentos entre otros 7.
Estos son los principales aspectos que deberían de tenerse en consideración a la hora de conservar
especímenes en líquido empleando formaldehido. Teniendo en cuenta todos los inconvenientes
anteriores (tanto de conservación como de salud), cuando la colección de embriones entró a formar
parte del Museo de Veterinaria se decidió almacenar en recipientes de etanol al 70%. Para ello se
procedió a una inmersión previa en agua destilada durante 10 minutos8.

Propuesta de conservación

Como se ha comentado anteriormente, ante la desecación de algunos de los especímenes y la


aparición de diversos daños en los recipientes en los que se almacenan se ha decido iniciar un
proceso de revisión bibliográfica para valorar las opciones que ayuden a la conservación futura y
mejorar las condiciones de estas muestras.
Cabe destacar que son múltiples las formulas empleadas en la conservación de muestras biológicas
en fluidos. Aquí solo se van a analizar una selección consistente en aquellas que podrían utilizarse
en la colección de embriones del Museo cumpliendo criterios de baja toxicidad.
Una de las soluciones de conservación consideradas es la de Kaiserling 9 cuya principal ventaja es la
adecuada conservación de la forma pero especialmente el color de los especímenes. Cabe destacar
que la metodología y composiciones de las soluciones que se utilizan en este método varían de unos
autores a otros. El sistema original consistía en el traspaso de las muestras en tres etapas por
distintas mezclas de compuestos pero algunos autores han reducido el procedimiento a solo dos. En

6
INSST, (2018).
7
Grzywacz, C. (2006).
8
Según la guía Removing wet specimens from long-term storage in formalin del Servicio de Parques Nacionales de
Estados Unidos es suficiente con un minuto de inmersión en agua destilada y posteriormente la introducción de los
especímenes en concentraciones progresivamente superiores de etanol hasta llegar a la proporción deseada.
(National Park Service (1993)).
9
Moore, S. (1999), p. 106.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

general las publicaciones remarcan que en el proceso de preparación se pueden dar modificaciones
en la conformación de los especímenes y destacan la fragilidad de los embriones 10 y el riesgo de
encogimiento de los mismos por lo que se ha decidido descartar esta opción.
Otras disoluciones consideradas como alternativa de conservación para la colección de embriones
han sido las de carácter alcohólico. Un ejemplo de ello son las compuestas de fenoxetol11 a una
concentración del 1% disuelto en agua destilada. Aunque recientes investigaciones afirman que se
obtienen buenos resultados en cuanto a la conservación de los especímenes 12 otros argumentan que
no es efectivo en almacenajes de largo tiempo incluso que resulta dañino para el ADN de las
muestras 13.
El isopropanol (en una proporción entre un 45 y un 60% 14) es otra de las alternativas de tipo
alcohólico empleada como solución conservadora 15. La bibliografía consultada destaca el carácter
microbicida de este alcohol, siendo superior incluso que la del etanol 16. Aun así no hay
publicaciones que se centren en analizar las cualidades conservativas del isopropanol a largo
plazo 17 ni su efecto sobre el ADN.
Finalmente, se valora la posibilidad de reponer la solución de etanol al 70% en la cual esta
colección lleva 6 años. A pesar de que la bibliografía constata que esta disolución provoca
alteraciones morfológicas y de color estas no son mayores que las que producen las alternativas
estudiadas hasta el momento. Por otro lado, resulta un compuesto de fácil adquisición, manejo y
baja toxicidad. A todo esto se le suma que recientes investigaciones 18 han considerado que las
soluciones de etanol son buenas alternativas al formaldehido en la conservación del ADN de los
especímenes.

Recipientes de almacenaje

El principal problema del empleo del etanol es la evaporación del mismo. De hecho, este es uno de
los daños de la colección de embriones del Museo Veterinario, como se ha indicado anteriormente.
El control de la evaporación es fundamental. Cuando son tejidos blandos o muy blandos aunque se
reponga el etanol evaporado siempre se da una cierta deformación que acaba distorsionando la pieza
y si se repite esta alteración puede no ser reversible. Por ello, según aconsejan ciertos autores,
cuando sea posible, la rehidratación previa con el uso de agentes específicos (mezcla de detergentes,
Decon 90 19 como ejemplo). Estas opciones tendrán que valorarse en el futuro para implantar un
plan de mantenimiento de esta colección.
Algo fundamental frente a la evaporación del alcohol es el empleo de envases de calidad con firmes
sellados para evitar este problema. Como se ha indicado en el apartado de estado de conservación,
algunos de los recipientes en los que se guardan los embriones de la colección presentan diversas
grietas debido a que son de poliestireno. Este material presenta una baja resistencia química al

10
Pulvertaft, R. (1950).
11
Cabe destacar la gran diversidad de nomenclaturas con las cuales se definen las soluciones conservadoras líquidas
de este tipo: fenoxetol, fenoxietanol (siendo esta la más utilizada en Europa) o propilenfenoxetol entre otras. Esto da
lugar a difíciles interpretaciones de algunos de los textos generando cierta confusión en la identificación de la
composición química empleada en cada caso.
12
Tandon, A. et al. (2014).
13
Carter, J. (2003), p. 92.
14
Moore, S. (1999), p. 100.
15
American Museum of Natural History
16
Moore, S. (1999), p. 100. y Russel, T. et al. (1952)
17
Brenner, E. (2014), p. 321.
18
Sarot, E. (2017).
19
Simmons, J. (2014), p. 111.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

alcohol etílico pudiendo ser esto la causa del agrietado y por lo tanto se descarta su reutilización
para la conservación a largo plazo.
La bibliografía recomienda el uso de recipientes de cristal, opción que se descarta en este caso, por
el carácter divulgativo de esta colección y el riesgo de fractura en su manejo. Una alternativa es el
empleo de recipientes de polietileno de alta densidad 20 siempre y cuando se protejan de la
incidencia directa de la radiación UV, algo que en este caso no supone ningún problema. Por ello,
se emplearán envases de este material.

Conclusiones

Se considera que por el momento la mejor opción es preservar la colección de embriones del Museo
Veterinario Complutense en etanol al 70% pero cambiando los recipientes en los que se conservan
por otros de mayor resistencia al alcohol etílico.
Por un lado, cabe destacar la baja toxicidad del etanol frente a otras alternativas. Aunque genera
ligeros cambios morfológicos en general conserva los especímenes en buenas condiciones a lo que
se suma el mantenimiento en buen estado del ADN. Por otro lado, al no encontrar otra alternativa
más fiable para la conservación, el mantenimiento de los embriones en etanol no va a suponer
ningún impacto sobre las piezas ya que era la disolución en la que se encontraban desde hace 6
años.
Una vez realizado el cambio de envases y el traspaso de los especímenes será necesario llevar a
cabo un control periódico del estado de conservación, quedando recogida la periodicidad y
actuaciones a realizar dentro de un protocolo de mantenimiento que será necesario redactar.
Como conclusión final cabe remarcar que debido a la lectura de la múltiple bibliografía ha quedado
patente que no existe una solución líquida conservadora ideal, encontrándose en muchos casos
publicaciones contradictorias sobre los resultados del empleo de las mismas. Hace falta ampliar la
investigación en este campo planteando proyectos a largo plazo. Esta ponencia es un ejemplo de la
labor de revisión que se debe hacer en las colecciones de muestras en fluidos para avanzar hacia
técnicas de conservación menos tóxicas, y teniendo en consideración no sólo los aspectos
morfológicos o de color sino también del ADN de los especímenes.

Bibliografía
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20Formaldeh%c3%addo%20%20A%c3%b1o%202018.pdf consultado el 2 de septiembre de 2019.

20
National Park Service (1999)

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prevención 873: Prevención de la exposición a formaldehido. Disponible en:
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

TÍTULO: ESTUDIO DE RESTOS DE GANADO PORCINO DE 4500 AÑOS DE


ANTIGÜEDAD ENCONTRADOS EN EL YACIMIENTO CALCOLÍTICO C/MARSILLA Nº
12 (LORCA, MURCIA)

Francisco Gil Cano1, José María Vázquez Autón1, Alicia Soler López2, Carlos Cárceles Rodríguez3,
Raquel Solano Martínez1 y Joaquín Lomba Maurandi4.
1
Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas. Facultad de Veterinaria.
Universidad de Murcia, Campus de Espinardo. 30100-Murcia. Tfno. 868 884648. E-mail:
[email protected]
2
Gestión Integral Arqueológica (GIA)
3
Departamento de Farmacología. Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia
4
Área de Prehistoria. Universidad de Murcia

RESUMEN:

Presentamos un primer análisis morfológico y osteométrico de restos de cerdo doméstico recuperados


en el yacimiento C/Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia) del periodo final de la Edad del Cobre en el III
milenio a.C. Se han evaluado 1986 restos (huesos completos, fragmentos óseos y piezas dentarias)
pertenecientes a 10 ejemplares de cerdo doméstico. Todas las regiones corporales estuvieron
representadas aunque con predominio de los restos óseos pertenecientes a la cabeza y al tórax
(costillas y vértebras). Nueve de los 10 individuos analizados corresponden a animales jóvenes
sacrificados a edades inferiores o en torno a los 12-15 meses y tan solo un ejemplar superaba los dos
años. En dos de los animales estudiados se pudo determinar su alzada a la cruz, situada alrededor de
los 60 cm. Aunque no se han encontrado marcas de despiece sospechamos que la mayoría de estos
cerdos fueron sacrificados para aprovechamiento cárnico. Los datos obtenidos ponen de manifiesto
la importancia que tuvo el ganado porcino en la Región de Murcia en época prehistórica hace 4500
años y aportan información sobre algunos rasgos morfológicos, morfométricos y de aprovechamiento
de este tipo de ganado durante el periodo Calcolítico.
Palabras clave: Arqueozoología; Calcolítico; Enterramiento; Huesos; Cerdos

SUMMARY
We present a first morphological and osteometric analysis of domestic pig remains recovered in the
site C / Marsilla No. 12 (Lorca, Murcia) corresponding to the final period of the Copper Age in the
III millennium BC. 1986 remains (complete bones, bone fragments and dental pieces) belonging to
10 domestic pigs have been evaluated. All the corporal regions were represented although with
predominance of the bony rest belonging to the head and the thorax (ribs and vertebrae). Nine of the
10 individuals analyzed correspond to young animals slaughtered at lower ages or around 12-15
months and only one specimen exceeded two years. In two of the animals studied it was possible to
determine the height of the cross, located around 60 cm. Although we have not found cutting marks,
we suspect that most of these pigs were slaughtered for meat use. The data obtained show the
importance that pigs had in the Region of Murcia in prehistoric period 4500 years ago and provide
information on some morphological, morphometric and use of this type of livestock during the
Chalcolithic period.
Key words: Archeozoology; Chalcolithic; Burial grave; Bones; Pigs

Introducción
El yacimiento de época Calcolítica conocido como C/Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia) fue
descubierto de manera accidental en agosto de 2015 al iniciarse la cimentación de un nuevo edificio
en el centro urbano de esta ciudad. Consistía en un enterramiento donde estaban depositados
esqueletos parciales y huesos dispersos de ejemplares de caballo, vacuno, pequeños rumiantes, cerdo,

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y perro (Gil et al., 2016). Las dataciones radiocarbónicas indicaron una antigüedad media de 4060
años, calibrado a 2500-2600 a C., correspondiente al periodo final Calcolítico o de la Edad del Cobre
(III milenio a.C). Un estudio preliminar de los restos de fauna doméstica encontrados fue presentado
en el XX Congreso Nacional y VI Iberoamericano de Historia de la Veterinaria celebrado en León
(Gil et al., 2016) y otro posterior sobre el ganado vacuno en el Congreso celebrado en Badajoz (Gil
et al., 2017). En este trabajo damos a conocer los resultados obtenidos del estudio morfológico y
osteométrico de los huesos pertenecientes a suidos, resultados que aportan información sobre algunas
características y uso que el ganado porcino tuvo en la Región de Murcia hace 4500 años.

Material y Métodos
Los restos analizados corresponden a 10 ejemplares de la especie Sus scrofa domestica, identificados
por el equipo de arqueólogos durante el proceso de intervención de urgencia. Dichos restos estaban
integrados por huesos completos, fragmentos óseos y piezas dentarias que fueron trasladados al
Museo Anatómico Veterinario para su estudio morfológico y osteométrico. Para una correcta
identificación se utilizaron libros y atlas de osteología comparada (Barone, 1976), siendo de especial
utilidad el material osteológico de porcino existente en el Museo (colección de referencia). Durante
el proceso de identificación se realizó una inspección visual macroscópica para evidenciar la posible
presencia de marcas antrópicas y de lesiones óseas (exóstosis, fracturas, fisuras, etc) indicativas de
procesos patológicos que pudieron sufrir en vida estos animales. Para estimar la edad de los
individuos se consideró el grado de fusión de las epífisis de los huesos largos, de las carillas
vertebrales y de las suturas del esqueleto cefálico en base a los datos aportados por Barone (1976).
También se consideró el tiempo de erupción dentaria propuesto por Nickel et al., (1979). Para calcular
la alzada a la cruz se realizaron mediciones de la longitud máxima de los huesos completos siguiendo
las indicaciones de Driesch (1976).

Resultados y discusión

El yacimiento de época Calcolítica C/Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia) ofrece un gran interés


desde el punto de vista de la historia de la veterinaria ya que en él se han encontrado restos de un gran
número de mamíferos domésticos (Gil et al., 2016) cuyo estudio podría aportar datos relevantes sobre
la ganadería existente en la Región de Murcia en el III milenio a.C. En este trabajo presentamos un
análisis de los restos de cerdo doméstico que complementa los trabajos previos realizados sobre el
ganado vacuno para este mismo yacimiento (Gil et al., 2017). Los restos contabilizados, que incluyen
huesos completos, fragmentos óseos y piezas dentarias (figura 1) ascendieron a 1986, estando
representadas todas las regiones corporales aunque predominaron los pertenecientes a la cabeza y al
tórax (costillas y vértebras). Dichos restos pertenecen a 10 individuos de la especie porcina (Sus
scrofa domestica) previamente identificados por el equipo de arqueozoólogos. Dado que en las
dataciones radiocarbónicas no hay diferencia cronológica entre la base y el techo del depósito, es muy
probable que las aportaciones de animales sacrificados lo fueran en un corto intervalo de tiempo,
meses o muy pocos años entre nivel y nivel. Si a ello añadimos los bóvidos y demás especies
encontradas (Gil et al., 2017) se intuye la existencia de una cabaña ganadera importante, ya que de lo
contrario semejante entidad de sacrificio habría puesto en entredicho la viabilidad subsistencial de la
comunidad humana que vivió en ese asentamiento (Gil et al., 2016). Respecto a la estimación de la
edad, 9 de los 10 ejemplares estudiados tenían edades próximas al año. Tan solo un individuo
superaba los dos años, si bien aún no había alcanzado su grado de madurez total. Sacrificios de
ejemplares jóvenes de cerdo doméstico también han sido referidos en los yacimientos Calcolíticos de
“Las Pozas” en Zamora (Morales, 1979), de La Horna en Alicante (Puigcerver, 1992-1994) y otros
del Sureste Ibérico (Mederos, 1994). Según Morales (1979) esto indicaría una matanza dirigida
fundamentalmente hacia individuos juveniles o subadultos cuyo rápido crecimiento aporta más carne
que grasa. Sin embargo, en otros yacimientos de época similar los cerdos se sacrificaron ya adultos
una vez

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Figura 1. Fotografías de huesos aislados del individuo de mayor edad (24 meses). A) Vista
caudoventral del cráneo; B) Maxilar con presencia dientes molares; C) Vista dorsal del atlas; D)
Vértebra torácica (sin carillas articulares); E) Vista craneal del húmero derecho; F) Vista craneal del
radio derecho; G) Fragmentos del coxal derecho; H) Astrágalo y calcáneo del pie derecho

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

alcanzaron el máximo peso en carne y grasa y de acuerdo con las necesidades de los pobladores
humanos (Pérez, 1990). Por otra parte, consideramos que el sacrificio de animales que aún no han
alcanzado sus máximas posibilidades de desarrollo representa también un signo de riqueza ganadera
en este asentamiento. En nuestro caso, la ausencia de marcas indicativas de un posible despiece podría
deberse a la facilidad que tienen las masas musculares para desprenderse de los huesos de animales
jóvenes. Dichas marcas sí se han encontrado en los huesos de bóvidos de este yacimiento (Gil et al.,
2017) lo que avala que muchos de estos animales fueran sacrificados para aprovechamiento cárnico
en un banquete funerario (Lomba, 2019, comunicación personal). No descartamos que el individuo
de mayor edad y tamaño fuera sacrificado a modo de ofrenda ritual sin aprovechamiento cárnico ya
que fue depositado en decúbito lateral conservando gran parte de su esqueleto. La ausencia de lesiones
óseas también estaría relacionada con la edad de sacrificio pues al tratarse de animales jóvenes es
menos probable que estos llegaran a padecer enfermedades. En dos de los ejemplares estudiados
hemos podido determinar la alzada a la cruz. Se trata del individuo de mayor edad (superior a 24
meses) y otro de unos 13 meses. A pesar de la diferencia de edad, las estimaciones que hemos
obtenido indican una alzada a la cruz muy parecida para ambos individuos en torno a los 60 cm.
Valores más altos, en torno a los 65 cm fueron encontrados por Pérez (1990) en el yacimiento de la
“Ereta del Pedregal” (Navarrés, Valencia), si bien se trataba de animales ya adultos. De especial
interés puede ser la comparación de este depósito cerrado con otros de similar cronología. Así, en La
Vital (Gandía, Valencia) tenemos un silo 20 con restos de 6 cerdos (2 adultos, uno de 21-24 meses y
3 neonatos), pero con abundantes marcas de carnicería, interpretados como depósito ritual; y
asociados al Pavimento 153 se localizan huesos de cerdo con predominio de craneales de adultos de
31-35 meses y juveniles de 19-23 (lejos por tanto de nuestro patrón) (García Puchol et al., 2011); el
estudio de todos los restos de cerdo de este yacimiento, que suman un NMI=132, permiten estimar
una talla de 59,33 cms. (Iborra y López, 2011) que prácticamente coincide con la lorquina. En cuanto
a su cronología, es claro que su importancia aumenta conforme nos acercamos a los finales del III
milenio, como demuestran los restos de Polideportivo de Martos (Jaén) (Riquelme et al., 2012), es
decir, las mismas que se manejan para los ejemplares de la C/ Marsilla de Lorca. Los primeros cerdos
domésticos (Sus scrofa domestica) se introdujeron en Europa desde Oriente Próximo a través de la
costa mediterránea con los primeros ganaderos y agricultores neolíticos. Por lo tanto se ha constatado
su presencia en la Península Ibérica en época neolítica pero con toda seguridad durante el tercer
milenio a.C. (Iborra, 2004). Aunque evidencias genéticas y arqueológicas indican que Sus scrofa
domestica se originó en Anatolia Oriental y en China Central en el 9500-8600 BP a partir de jabalíes
(Sus scrofa) de esas regiones, estudios recientes de paleogenética han demostrado que el genoma de
los porcinos europeos modernos se fue difuminando por cruces con poblaciones de jabalíes europeos
hasta adquirir características particulares de cada región (Frantz et al., 2015). Nuestros datos ponen
de manifiesto que durante el periodo Calcolítico y concretamente hace 4500 años existía una
importante cabaña porcina en la Región de Murcia, circunstancia que curiosamente también sucede
en tiempos actuales. La existencia de una cabaña porcina de cierta relevancia durante la Edad del
Cobre ha sido también descrita por otros autores en yacimientos de distintas regiones de España, tanto
del norte (Morales, 1979) como del sur (Puigcerver, 1992-1994; Navas, 2004). En este sentido, se ha
sugerido que la climatología templada y húmeda que caracterizó este periodo prehistórico facilitó la
extensión de una agricultura de secano y con ello la cría de cerdos, los cuales pudieron alimentarse
en las zonas ribereñas de la vega, en las orillas de los ríos y de los restos agrícolas procedentes de la
cosecha de leguminosas (Pellicer, 1995; Martínez, 2012).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

EVOLUCIÓN DENTAL DE LOS PRIMATES

Ana Jaular Orgueira (a) *; José Manuel Martínez Pérez (a) (b)
(a) I.E.S. “La Quintana”, Asturias; (b) Universidad de León.

* Correspondencia: Departamento de Sanidad, I.E.S. “La Quintana”, 33900 – Langreo (Asturias).


Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 985678798.

RESUMEN
Estudiar la dentición de los primates nos ayuda a conocer las variaciones que se produjeron debido a
cambios dietéticos, genéticos y ambientales. En esta comunicación se pretende realizar un análisis de
la dentición de diferentes restos fósiles de primates para comprender la variabilidad genética
precursora de los primates actuales.
Palabras clave: Primates; dentición; fósiles; Paleontología.

ABSTRACT
The study of the dentition of primates helps us to know the variations produced due to dietary, genetic
and environmental changes. In this communication we aim to analyze the dentition of different
primate fossil remains in order to understand the genetic variability that gave rise to current primates.
Key words: Primates; dentition; fossils; Paleontology.

INTRODUCCIÓN
Se considera que los primates evolucionaron de pequeños mamíferos arborícolas similares a las
ardillas como el Plesiadapis, un género extinto que vivió hace 55 - 58 millones de años (m.a.), hacia
el Paleoceno tardío y el Eoceno, en Europa y América del Norte. De los Plesiadapis evolucionó en
África el primate ancestral común (Aegytopithecus) desde hace 30 m.a., entre el Eoceno y el
Oligoceno.
Posteriormente nos encontraríamos con el Proconsul hace aproximadamente 20 m.a., durante el
Mioceno temprano, en Rusinga (Kenia). Igualmente con los antecesores del orangután (Ramapithecus
y Silvapithecus) y del gorila (Kenyapithecus), encontrados en África, Asia y Palestina entre la franja
de 14 - 8 m.a, en el Mioceno.
Y, finalmente, en Etiopía se localizó el Ardipithecus ramidus, hace 4,4 m.a. Le seguiría la aparición
de los Australopithecus anamensis en Kenia (4,3 - 3,8 m.a.) que evolucionaron a A. afarensis en
Etiopía y Tanzania (3,8 m.a.); este último dio lugar, por una parte, al género Paranthropus que se
desarrolló en África Oriental y Sudáfrica, y que finalmente se extinguió hace 1,2 m.a., y, por otra
parte al A. africanus en Sudáfrica (3,2 - 2,3 m.a.) que podría ser el nexo común entre los simios y el
género Homo.

EVOLUCIÓN DENTAL DE LOS PRIMATES


En cuanto a lo que dentición se refiere, el uso de la dentadura ha sido una de las claves en el desarrollo
de los mamíferos, ya que éstos presentan dientes variados con funciones especializadas. Antes de que
el diseño dental sufriera modificaciones fue necesario desarrollar la adaptación de las glándulas
mamarias para la lactancia; este hecho permitía que las criaturas nacieran con pocos o ningún diente,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

siendo añadidos conforme la mandíbula alcanzaba su tamaño adulto (Rodríguez Cuenca, 2003).
Algunos mamíferos más primitivos y sus inmediatos ancestros dieron paso a una doble articulación
mandibular (Prives, Lisenkov y Bushkovich, 1984).
Los dientes puntiagudos de los peces y reptiles se modificaron por otros con formas
multituberculadas. Gracias a la aparición de dientes más planos se pasó de la exclusiva función de
retener los alimentos a presionarlos y elaborarlos (Rodríguez Cuenca, 2003). Según Janis (1999) y
Rodríguez Cuenca (2003), es posible que la evolución de las estructuras dentarias de precisión y la
consiguiente posibilidad de acceso a una amplia variedad de alimentos jugaran un papel decisivo en
la adaptación dental de los mamíferos.
En relación al bipedismo en los primeros homínidos, pudo haber surgido debido a una mutación que
promovía el hiperdesarrollo de las extremidades inferiores. Esta situación podría haber ayudado a que
se migrara hacia otras regiones. Además, la nueva libertad en las extremidades superiores habría
facilitado la manipulación de bastones para extraer termitas y hormigas como hacen los chimpancés
de Gombe, o también para abrir frutos duros e incluso el tuétano de los huesos (Rodríguez Cuenca,
2003). Los individuos más hábiles en el uso de los palos disfrutarían de dietas más ricas en proteínas
y grasas, serían más fuertes y sanos, y posiblemente dejarían una mayor descendencia (Harris y
Rathbun, 1991). Desprovistos de colmillos y de herramientas para cortar, podrían disponer de carroña
de manera oportunista, repeler a los intrusos con piedras y palos, y buscar posteriormente refugio en
las arboledas para salvaguardarse de otros depredadores.
En concreto, aunque los Plesiadapis se movían velozmente entre las ramas de los árboles, sus
descendientes de mayor tamaño tuvieron que adaptarse hacia un sistema de extremidades prensiles
que les permitieran colgarse. Su alimentación estaba basada en insectos y poseían una dentición
similar a los roedores (Gingerich, 1976).
Los Aegytopithecus también eran arborícolas y poseían cuatro incisivos, dos caninos, cuatro
premolares y seis molares en ambas mandíbulas. Sus molares inferiores fueron incrementando su
tamaño con el tiempo. Debido a la morfología dental, su dieta era frugívora.
Los Proconsul eran cuadrúpedos y se parecían a los chimpancés. Como en su dentición se presentaban
grandes caninos y pequeños molares, se considera que su dieta era frugívora.

Figura 1. Proconsul africanus (Museo de Historia Natural, Londres).

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Los Silvapithecus, y los Ramapithecus ¹ son considerados como los antecesores del orangután. Sólo
se hallaron fragmentos de mandíbulas y dientes por G. Edward Lewis en 1933, afirmando éste que la
mandíbula era más parecida a la de los humanos que la de cualquier otro fósil encontrado con
anterioridad. Por consiguiente, su dieta parecía ser frugívora e insectívora.
Los Kenyapithecus, antepasados de los gorilas, presentaban mandíbulas robustas y el esmalte molar
engrosado, lo que podría indicar una alimentación basada en frutos y semillas más duros.

Figura 2. Reconstrucción de Ardipithecus ramidus (Bone Clones, 2014).

Los fósiles hallados de Ardipithecus ramidus presentaban un esmalte delgado y dientes pequeños,
características muy similares a las del chimpancé. Los caninos estaban más proyectados que en los
humanos. El borde mesial del primer premolar inferior no se afilaba con el canino superior como
suele pasar con los antropomorfos. Teniendo en cuenta que existen parecidos con la dentición de los
chimpancés, se puede afirmar que se alimentaban de frutos, hojas, tallos tiernos, brotes y demás
vegetales blandos (Arsuaga y Martínez, 2001).

Figura 3. Fósiles de maxilares de Australopithecus anamensis (Roberto Sáez, 2015).

¹ Los Ramapithecus se consideran una especie dentro de los Silvapithecus.

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En el caso del Australopithecus anamensis, se puede apreciar un engrosamiento del esmalte de los
molares en ambos maxilares, por lo que es posible que habitaran en un ambiente forestal abierto o en
una sabana medianamente arbolada, o incluso combinando ambos nichos (Arsuaga y Martínez, 2001).
En los restos de Australopithecus afarensis hallados en Etiopía y en Tanzania se ha apreciado que los
dientes anteriores y posteriores son proporcionales. Este hecho da indicios de que habitaban en
sabanas y lugares cercanos a ríos. Cuando se produjo un cambio ambiental drástico (p. ej. una
glaciación), éste dio lugar a una reducción de la vegetación transformando paisajes boscosos en
praderas y reduciendo los árboles en determinadas zonas acuíferas. Los organismos que habitaban
estos ecosistemas migraron, se adaptaron o perecieron (Arsuaga y Martínez, 2001).

Figura 4. Recreación de cráneo de Australopithecus afarensis (Bone Clones, 2017).

Del mismo modo, los homínidos del género Paranthropus (Etiopía) se adaptaron en poco tiempo y
se dedicaron a consumir alimentos duros (tubérculos, frutos carnosos, bulbos y semillas). Era una
dieta similar a la de los babuinos o papiones actuales que consumen, además, otros pequeños
animales. Los Paranthropus estaban adaptados a la digestión de semillas duras, lo que requería un
gran esfuerzo, de ahí que sus premolares y molares se desarrollaran (Arsuaga y Martínez, 2001).
Finalmente, siguiendo la misma línea evolutiva, a partir del A. afarensis -es decir A. africanus- los
premolares y molares se hicieron excesivamente grandes en comparación con los dientes anteriores.
Todos los primates homínidos del género Australopithecus tenían una gruesa capa de esmalte que
cubría la corona y, a su vez, el tamaño de los molares aumentó en dirección anteroposterior (Arsuaga
y Martínez, 2001).

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Editora Guadalupe Ltda., Bogotá.

Figura 5. Grabado que representa a varios individuos del género Plesiadapis (Gingerich, 1976).

Pag. 186
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Historia de las técnicas de diagnóstico coproparasitario en primates no humanos (PNH)


Navarro-Serra, A. (a) (b), Jordá-Moret, J.V. (a) (b) y Sanz-Cabañes, H. (a) (b)
INSTITUCIÓN: (a) Facultad de Veterinaria. Universidad Cardenal Herrera-CEU, CEU Universities. (b) Asociación Valenciana de
Historia de la Veterinaria. Autor correspondencia: [email protected]. Teléfono: 96139000 ext. 62305. Dirección: Facultad de
veterinaria CEU-UCH. C/ Tirant lo Blanc, 7. 46115. Alfara del Patriarca (Valencia).

RESUMEN
Una visión global de la aparición de las diferentes técnicas de diagnóstico coproparasitario permite
comprender su evolución a lo largo de la historia. Mientras que los primeros hallazgos
coproparasitarios se obtuvieron con la identificación macroscópica de parásitos de gran tamaño en
las heces, la invención del microscopio supuso una revolución en la parasitología veterinaria al
empezar a asociar síntomas con la presencia de microorganismos en heces. Este trabajo realiza una
revisión bibliográfica de los métodos utilizados para el análisis de heces en PNH. El estudio de los
parásitos es de gran importancia en la actualidad ya que la nueva iniciativa de “One Health” sitúa a
los veterinarios como garantes de la salud pública y de la conservación de los ecosistemas.
Palabras claves: diagnóstico parasitario, primate, examen coprológico

ABSTRACT
A global vision of the evolution of the different techniques of coproparasitary diagnose techniques
allows to understand the evolution that the parasite diagnose has suffered throughout history. While
the first coproparasitary findings were done by macroscopic identification of large parasites in faeces.
However, the invention of the microscope supposed a revolution in veterinary parasitology, as it
allowed to associate symptoms with the presence of microorganisms in faeces. This work makes a
bibliographic review of the different methods used for the analysis of faeces of non-human primates.
Parasite study gains a huge importance when "One Health" designate veterinarians like guarantors of
the public health and the conservation of the ecosystems.
Keywords: parasitic diagnosis, primate, coprological examination
Origen del diagnóstico coproparasitario
Una de las primeras evidencias escritas de la existencia de parásitos intestinales, es el tratamiento
contra un parásito intestinal (probablemente Taenia saginta) detallado en el papiro de Ebers, datado
de 1500 A.C.1,2. Más adelante, entre los escritos griegos, como las obras completas de Hipócrates,
hubo varias descripciones detalladas de algunas enfermedades que podrían o no ser causadas por
parásitos. Aristóteles, gran defensor de la generación espontánea, fue el primero en realizar
descripciones sistematizadas de la diversidad biológica y empezó la clasificación de los parásitos en
anchos, aplanados, cilíndricos y filiformes3,4. Con el paso del tiempo, las descripciones de las
enfermedades fueron más precisas y médicos árabes como Rhazes y Avicena, dejaron un legado de
enfermedades claramente causadas por parásitos sin relacionar la presencia del parásito con la
enfermedad5.
Entre la literatura médica de la edad media, hay muchas referencias de parásitos, pero los escritos en
este período reflejan las creencias de la época y es a Francesco Redi a quien se le considera el fundador
de la parasitología científica y experimental por sus trabajos publicados en 1668 y 1684. En la primera
publicación demostró que la generación espontánea no era posible y en la segunda, describió e ilustró
una gran cantidad de parásitos gastrointestinales de animales domésticos y silvestres6,7. Otros de los
documentos que tratan sobre el parasitismo son los legados por Linneo que clasificó y describió
helmintos como Ascaris lumbricoides, Fasciola hepatica y Taenia solium8 y, en 1835, Owen describe
Trichinella spiralis aunque probablemente fue James Paget quien realizó el descubrimiento cuando
cursaba primero de medicina9.
Durante este periodo, los hallazgos se limitaban a los parásitos que podían ser identificados mediante
el sentido de la vista, es decir con un examen macroscópico. El examen microscópico de las heces
apareció con la invención del microscopio. Gracias al microscopio, a finales del siglo XVII, Anton
van Leeuwenhoek dejó constancia del hallazgo del primer protozoo10. Durante el siglo XIX se
produjo un gran avance en la descripción de microorganismos y el interés por los protozoos aumentó

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

con el descubrimiento de las bacterias y la teoría de los gérmenes por Pasteur a finales del siglo XIX5.
El frotis de heces se convirtió en una práctica habitual y el estudio de los parásitos microscópicos
cobró importancia en los campos de la veterinaria, de la agricultura y de la salud pública al considerar
estos organismos como parásitos. Al igual que había sucedido con los helmintos, se empezó a
relacionar la presencia de los protozoos con una sintomatología precisa. Por ejemplo, (1857) y Lösch
(1875) relacionaron, respectivamente, Balantidium coli y Entamoeba histolytica con la presencia de
diarrea11. En 1902, Charles Wardell Stiles sospechó que Giardia duodenalis (descubierta por Anton
Van Leeuwenhoek en 1681) también era causante de diarrea12. Durante la primera guerra mundial
(1914-1918) se observó que tras administrar quistes de Giardia proveniente de soldados enfermos a
animales de laboratorio sanos, éstos últimos manifestaban los mismos síntomas que los soldados13.
Varios estudios fueron asociando este parásito con alteraciones gastrointestinales y en 1954 Robert
Rendtorff relacionó de forma inequívoca el parásito con la enfermedad14-16.
El interés por los parásitos se ha perpetuado hasta nuestros días. Actualmente, los principales
objetivos de la parasitología son los estudios sobre la biodiversidad de los parásitos, el origen del
parasitismo y la protección del medio ambiente tanto en países en vía de desarrollo (debido al rápido
aumento del turismo) como en los países desarrollados17-19.
Métodos de diagnóstico coproparasitario
Hasta el siglo XVIII, el interés de los documentos encontrados sobre parasitología era el parásito en
sí (su morfología, su ciclo biológico y los síntomas que ocasionaba) dejando de un lado los métodos
de diagnóstico que habían permitido identificarlo. Durante el siglo XIX, se empezó a utilizar
diferentes métodos para el diagnóstico parasitario, pero hubo que esperar hasta el siglo XX para
observar el auge definitivo de las técnicas coproparasitarias y empezar a encontrar su descripción en
la literatura. El primer método en aparecer fue el examen microscópico directo, utilizado por Parona
y Perugia en 187820. A lo largo de los años, se describen principalmente dos formas de realizarlo, la
primera es tomando una pequeña muestra de material fecal para suspenderla en una solución antes de
examinarla al microscopio21. En la segunda, se homogenizan dos gramos de material fecal en una
suspensión y a continuación se toma una pequeña gota de la mezcla resultante. En ambos casos se
puede añadir un colorante22,23. Su principal inconveniente es que la cantidad de materia fecal a utilizar
es tan pequeña que el resultado obtenido no es fiable ni representativo del global de la muestra24.
Quizás por este motivo empezaron a desarrollarse técnicas de enriquecimiento o concentración física
como la flotación y la sedimentación.
La concentración por flotación se basa en la ascensión de las formas parasitarias menos densas y su
concentración en la superficie de la solución. De este modo, se consigue acumular un mayor número
de formas parasitarias en un menor volumen. Se empezó a utilizar soluciones de flotación con
distintas características como el sulfato de zinc propuesta por Faust en 193825 o la solución de Sloss
descrita en 197821,26. La eficacia de las soluciones difiere en función de los parásitos a identificar27.
Con el paso de los años, se modificaron las gravedades específicas de las soluciones cambiando el
porcentaje de cada reactivo o mezclando distintos reactivos25,28 y se promovió la reutilización de las
soluciones de alto coste como la de yodomercuriato de potasio27.
Paralelamente a la flotación, aparece la concentración por sedimentación. El fundamento consiste en
concentrar los elementos más densos en el fondo del recipiente por gravedad. Para ello, se diluye una
muestra fecal en una solución acuosa de baja gravedad específica. Sobre 1930, Faust utiliza una
técnica de sedimentación con agua del grifo que requiere de 30 a 45 minutos. Al igual que sucede con
la flotación, empiezan a aparecer modificaciones para mejorar el diagnóstico de formas parasitarias.
En 1946, Faust e Ingalls utilizan una solución acuosa de glicerina al 0,5%, Jahnes y Hodges (1947)
utilizan alcohol etílico al 10% y, Euzéby (1956) propone añadir un detergente (teepol 1%) al agua.
Barrody y Most empiezan a centrifugar con el fin de disminuir el tiempo de procesado, Boray y
Pearson utilizan colorante (azul de metileno) para diferenciar mejor los huevos25,33.
Aparición del diagnóstico coproparasitario en PNH
En el siglo XX, aumentó el interés por las técnicas coproparasitarias, pero las especies animales más
estudiadas fueron los animales domésticos debido a su valor económico y por su proximidad a los

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

investigadores. En efecto, la mayoría de los estudios publicados hasta finales del siglo XX están
realizados con heces humanas o con heces de animales domésticos, dejando de lado a los animales
silvestres. Hay que esperar al siglo XXI para observar un aumento de las publicaciones sobre
diagnóstico coproparasitario en PNH29. A partir del año 2000, empiezan a aparecen varios autores
que realizan algún estudio comparando métodos de diagnóstico coproparasitario en PNH. De entre
los investigadores que publican varios artículos sobre métodos coproparasitarios en PNH, cabe
destacar a Gillespie y Chapman. Son de los autores más productivos y aparecen ambos como
coautores en varios artículos entre los años 2004 y 200921,30-36.
Los métodos utilizados en los PNH, corresponden a los mismos que se han utilizado en otras especies,
es decir examen directo, flotación y sedimentación y en los últimos años métodos moleculares como
la inmunofluorescencia directa (IFD) y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Se observa que el examen directo no ha cambiado mucho a lo largo de los años para ninguna especie
animal, incluidos los PNH. Se pueden encontrar artículos posteriores al 2000 que referencian las
mismas técnicas que se utilizaban en la década de los ochenta para otras especies animales37,38.
Además, el examen directo conserva el movimiento de las formas parasitarias, como larvas de
nematodos y trofozoítos de protozoos, lo que facilita su identificación y puede ser de gran utilidad
para los operarios poco experimentados23,37,38. La peculiaridad que más varía del examen directo,
entre los autores, es la utilización o no de un colorante, siendo el lugol el más utilizado38.
Bajo el término “flotación” se esconden una multitud de protocolos que combinan diferentes
soluciones, recipientes y procedimientos utilizados. Probablemente sea el grupo de técnicas que más
modificaciones ha sufrido y más variedad presenta. Desde que apareció se han desarrollado diferentes
métodos con distinto grado de dificultad21,37. Se trata de un método muy utilizado en parasitología,
tanto en personas como en animales39. Se observa que el diagnóstico por flotación aparece en muchos
de los artículos que tratan sobre el diagnóstico coproparasitario en PNH, pero en la mayoría de
ocasiones se combina con otras técnicas en el protocolo de diagnóstico33,40. Probablemente las
técnicas de flotación sean las más comparadas por la literatura debido a la cantidad de factores que
pueden ser modificados. Por ejemplo, en los artículos se aprecia que las características de las
soluciones de flotación varían entre autores sin justificación, aunque la importancia de la gravedad
específica de la solución de flotación ha sido demostrada en la literatura. En PNH, la gravedad
específica más utilizada es de 1,2 aunque en ninguno de los artículos explican el motivo de esta
decisión41. Esta elección hace que algunos huevos pesados como los huevos de Taenia spp. (SG
1,2251) o los de algunos trematodos pueden no flotar y ser infradiagnosticados28.
Otra de las características que varía frecuentemente es el compuesto de la solución. Los compuestos
más utilizados para el diagnóstico coproparasitario en PNH son: (1) La solución de Sheather, descrita
en 1923, es una solución saturada de sacarosa. Se puede adquirir fácilmente en cualquier parte del
mundo ya que su disponibilidad es alta y es relativamente barata29. Se ha utilizado ampliamente en
varias especies de PNH, pero ha dado peores resultados que otras soluciones41. (2) La solución de
Faust es una solución de sulfato de zinc al 33%. En 2006, Gillespie desaconseja su utilización en
PNH, sin justificar ésta decisión. Quizás la falta de justificación, y porque otros estudios muestran
que se obtienen resultados similares a los obtenidos con otras soluciones, hace que se siga utilizando
en PNH26,32. (3) La solución de nitrato sódico es la solución más utilizada en PNH. Este hecho puede
ser explicado al tratarse de la solución preferida por Gillespie, lo que hace que aparezca en la mayoría
de los artículos en los que aparece él o Chapman como autor21,30,31,33-35. Investigadores como Howells
y Hassell la han utilizado también en PNH después de que Gillespie la aconsejará, pero en ninguno
de los artículos mencionan el porqué de esa elección42.
El diagnóstico por sedimentación es el más empleado en PNH al igual que sucede en la especie
humana. Es elegido como único método de diagnóstico coproparasitario o combinado frecuentemente
con el diagnóstico por flotación. Cuando aparece el concepto de sedimentación en la literatura, no
siempre se trata de la misma técnica con el mismo procedimiento, aunque no son tan abundantes las
variantes como en el caso de la flotación, también se encuentran diferentes procedimientos con un
mismo nombre. En los artículos sobre PNH, una de las sedimentaciones que más aparece es la
sedimentación con éter. Bajo este nombre aparecen muchas modificaciones de la técnica. Mientras

Pag. 189
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que algunos científicos siguen utilizando el éter, existen recomendaciones para sustituirlo por un
reactivo más seguro (etil-acetato) y varios investigadores han tomado la decisión de seguir esta
recomendación.
Se han publicado varios estudios acerca del diagnóstico coproparasitario comparando técnicas de
flotación, de sedimentación y combinadas en PNH38 pero en la actualidad, el diagnóstico
coproparasitario en PNH no está estandarizado. Los investigadores eligen los protocolos de las
técnicas de diagnóstico utilizados en otras especies, pero no justifican la idoneidad para los PNH. Al
igual que sucede en otras especies animales, no parece existir una técnica ideal para la identificación
de todos los parásitos presentes en las heces de los PNH y se aconseja combinar técnicas de flotación
y sedimentación como ciertos autores han indicado40.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

INFLUENCIA FRANCESA EN EL PRIMER UNIFORME DE LA


VETERINARIA MILITAR ESPAÑOLA DE 1856

Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós 1

Heliodoro Alonso Fermoso 2

RESUMEN

El Cuerpo de Veterinaria Militar se creó en el año 1845. El primer distintivo propio de


la veterinaria militar española se aprobó en el año 1856. Tuvo inspiración francesa,
como se demostrará en esta comunicación.

Summary

The Spanish Veterinary Military Corps was created in 1845. The first emblem of the
Spanish military veterinary was approved in 1856. It had French inspiration, as will be
demonstrated in this communication.

Introducción

Ya ha quedado arto demostrado por los investigadores de las ciencias veterinarias la


enorme influencia que la Ilustración francesa tuvo en la implantación y normalización
de los estudios de la medicina animal en España. Las razones sobre este aspecto ya han
sido estudiadas y analizadas por otros investigadores cuyos trabajos han sido publicados
en los sucesivos libros de actas de los congresos nacionales de historia de la veterinaria.
También han sido editados libros sobre este aspecto.

Pero desde el lado de la veterinaria castrense todavía han quedado algunos asuntos poco
claros o escasamente estudiados. Uno de ellos hace referencia al primigenio distintivo
de la veterinaria militar española de 1856. A este respecto se propuso, por parte del
Ministerio de la Guerra, un distintivo que se diseñó para portar en el cuello de la levita.
Se aprobó once años después de la creación del Cuerpo en 1845. En el año 1856, fecha
del primer reglamento del Cuerpo de Veterinaria Militar, se incluyó el primer distintivo
de la veterinaria militar.

Material y método

Hemos utilizado los trabajos que sobre la veterinaria militar francesa han ido
apareciendo en los sucesivos números del «Boletín de la sociedad francesa de historia
de la medicina y ciencias veterinarias» y en nuestras propias investigaciones recogidas
en el libro «Historia de los uniformes y distintivos de la veterinaria militar española».
1
General veterinario(r). Inspección General de Sanidad de la Defensa. Ministerio de Defensa. Académico
de Número. Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
2
Comandante O.M. (r). Especialista en uniformología de veterinaria militar. Diseñador digital.

Pag. 192
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Por nuestras anteriores investigaciones vislumbrábamos, y éramos conocedores de la


enorme influencia que tuvo, en origen, la estructura y organización de la veterinaria
militar francesa en la creación del Cuerpo español. Emularlos en grados, uniformidad y
distintivos iba a ser algo natural. Si por la vía diplomática se recibieron informes sobre
la organización de los estudios de veterinaria en la Escuela francesa, unos años más
tarde se recibieron sobre la estructura de la veterinaria militar francesa.

Recordemos que en 1769 se crea el Cuerpo veterinario francés. En 1812 se le asigna un


uniforme específico que sufrirá varias modificaciones. Por decreto de 31 de diciembre
de 1826 la veterinaria militar francesa es mejor definida y articulada. En 1835, Félix
Vogeli, segundo veterinario del 7º Regimiento de artillería (y uno de los más ardientes
defensores del Cuerpo francés) publica un interesante trabajo sobre «Des vétérinaires
militaires en France; histoire critique de ce qu’ils ont été avec un essai sur ce qu’ils
devraient être»3 Entre otros asuntos describe el modelo de uniforme. No llegó a buen
puerto su propuesta de estatuto y de uniforme. Fue en el año 1843 cuando se aprueba y
describe el nuevo uniforme que, en cierto modo, se inspiró en el modelo de Vogeli,
aunque Dumas y Cabre no pueden asegurarlo.

Figure 1: Bordado de cuello de la levita de segundo veterinario, con hojas de acanto

(proyecto Vogeli 1835)

Bordado en oro o plata según el arma de destino. Se incluye un ojal rodeado por una serpiente y
un ramo de hojas de acanto para los segundos veterinarios

Figure 2: Bordado de cuello de la levita de primer veterinario. En este caso figuran dos ojales

(proyecto Vogeli 1835)

3
Ver Aperçu historique de l’évolution de l’uniforme des vétérinaires militaires (1769-1914), de
Emmanuel DUMAS*, Olivier CABRE, Bull.soc.fr.hist.méd.sci.vét., 2017, 17 : 187-216

Pag. 193
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Figure 3: Bordado de cuello de la levita del inspector, y del veterinario de remontas

Figura una guirnalda afrutada de roble con bellotas, incluyendo una serpiente. No se incluyen
los ojales

(proyecto Vogeli 1835)

Figure 4: Bordado de cuello de la levita del veterinario principal

Figuran dos bordados de hojas de salvia; dos ojales y bordeando el cuello de la levita un
bordado en forma de serreta con los dientes hacia el exterior (1843)

Figura 5: Esquema del uniforme y los grados militares sobre el cuello de la guerrera (1843)

En la simbología la hoja de salvia no solo representaba el instrumento quirúrgico


cortante, sino también la propiedad curativa del extracto de esta hoja.

Pag. 194
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Esa emulación trajo de la mano el diseño de un distintivo de cuello muy similar al


francés, que ya estaba en vigor desde el año 1843. Veámoslo con mayor detalle.

La veterinaria militar española adoptó un modelo similar. En vez de un ramo de hojas


de salvia optó por formar un ramo constituido por hojas de laurel afrutado y otro de
palma nervada, entre los cuales se entrecruzaba una sierpe con lengua y cola flechada.

Tanto el laurel como la palma tienen una simbología muy rica que en la medicina
animal. De forma muy resumida el laurel expresaba las propiedades curativas de las
hojas de laurel y la palma nervada el sustento y la alimentación. La sierpe era el símbolo
de la medicina 4.

4
Para saber más sobre la uniformología de la veterinaria militar española véase el libro “Historia de los
uniformes y distintivos de la veterinaria militar española”, 2ª edición, año 2015.

Pag. 195
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Conclusiones

1. El emblema de la veterinaria militar francesa, aparecido en los reglamentos de


1835 y 1843 tuvo su inspiración en los emblemas de los médicos militares
franceses.
2. En los emblemas franceses aparecen en los sucesivos reglamentos hojas de
acanto, roble afrutado y hojas de salvia.
3. El gran prestigio alcanzado por la veterinaria militar francesa hizo que la
veterinaria militar española se inspirase, e incluso imitase, el emblema de la
francesa. En el español se incorporan hojas de palma nervada y laurel afrutado;
la sierpe se mantiene como en el francés y también los ojales de cuello, para el
cuello grana de la casaca. Los ojales solos, para el cuello de la levita azul turquí
(diario).
4. De esta emulación se infiere que Nicolás Casas de Mendoza (mariscal mayor), y
el propio Ministerio de la Guerra, era conocedor (por los informes del primero)
de la estructura de la veterinaria castrense de Francia, y que muy probablemente
(sin poderlo documentar) se solicitasen, por conducto diplomático, informes
previos para constituir el Cuerpo de Veterinaria Militar.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LA ANATOMÍA EN LA OBRA DEL ALBÉITAR EXTREMEÑO FERNANDO


1 2
CALVO Ana Belén Pedroso Laso y Francisco Gil Cano

1
Alumna interna de “Historia de la Veterinaria”. Facultad de Veterinaria. Universidad
de Murcia. E-mail: [email protected]
2
Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas. Facultad de
Veterinaria. Universidad de Murcia, Campus de Espinardo. 30100-Murcia. Tfno. 868
884648. E-mail: [email protected]

RESUMEN
Presentamos un análisis de los capítulos dedicados al estudio de la anatomía
del “Libro de Albeitería” escrito por Fernando Calvo (Plasencia, Cáceres), edición de
1675. Hemos comprobado que las descripciones tratan aspectos generales de la
anatomía, tanto humana como de los animales y que las referencias concretas al
caballo son muy escasas. Estas descripciones están basadas en textos de autores
clásicos de la Edad Media.
Palabras clave: Albeitería, Anatomía, Caballo, siglo XVI
SUMMARY
We present an analysis of the chapters dedicated to the study of the anatomy of
the "Libro de Albeitería" written by Fernando Calvo (Plasencia, Cáceres), published in
1675. We have verified that the descriptions deal with general aspects of the anatomy,
both human and the animals and concrete references to the horse are very scarce. These
descriptions are based on texts by classical authors of the Middle Ages.
Key words: Albeitería, Anatomy, Horse, Century XVI
INTRODUCCIÓN
Fernando Calvo, natural de Plasencia (Cáceres) es una de las figuras más
prestigiosas de la albeitería española del siglo XVI, siendo el primer albéitar entre
nuestros clásicos que trató temas referentes a la anatomía animal (Balaguer, 2018). Su
obra, “Libro de Albeitería” (ediciones de 1582, 1587, 1602, 1657, 1671 y 1675), ha
sido analizada de manera general por algunos autores (Sanz Egaña, 1941; Vives y
Mañé, 2009), que destacan el alto grado de formación científica, cultural y humanista
del autor. De hecho Sanz Egaña (1941) define a Calvo como “el biólogo de la
Albeitería” y Vives y Mañé (2009) lo consideran un verdadero Albéitar Humanista.
Aunque algunos investigadores han realizado trabajos parciales sobre las aportaciones
que Fernando Calvo hizo sobre oftalmología (Gener, 1999) y la sangre (Pérez, 2004),

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no se ha hecho todavía un análisis completo de los capítulos que el albéitar extremeño


dedicó al estudio de la anatomía, siendo éste el objetivo principal de la comunicación.
MATERIAL Y MÉTODOS
Para el trabajo hemos consultado la última edición del “Libro de Albeitería” de
Fernando Calvo publicada en 1675 y digitalizada por la Universidad de Córdoba
(https://helvia.uco.es/xmlui/handle/10396/1910). Aunque se trata de la última edición
no parece ser muy distinta de la primera publicada en 1582 (Sanz Egaña, 1941). Se ha
realizado una lectura completa de los 28 capítulos que el autor, aunque sin referirse a
ella específicamente, dedica a la anatomía. Dichos capítulos (VII a XXXIV) forman
parte del Libro Primero de su obra y durante su lectura hemos procurado prestar
especial atención tanto a las descripciones anatómicas como a los autores que F. Calvo
va citando en el texto.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las descripciones anatómicas no siguen un orden topográfico, más bien están
ordenadas de acuerdo con el grado de importancia que da a determinados órganos. Así,
el primer órgano descrito corresponde al corazón (capítulo VII), pues como indica
Calvo es “así llamado (según Isidoro) por la solicitud que él ha en guardar y gobernar la
vida”. El siguiente capítulo (VIII) lo dedica al estudio de la cabeza y de sus
propiedades, justificándolo de la siguiente manera: “Entre los miembros principales del
hombre, y del animal, primero es la cabeza, y el más principal, entre los que son de
fuera situados, así cuanto al oficio, como cuanto al más noble lugar”. Destacamos aquí
una frase que demuestra la experiencia clínica de F. Calvo: “He visto alguna vez una
bestia de un cuerpo y dos cabezas o más de dos miembros, que no debe: esto viene por
error de natura…”. Los siguientes capítulos tratan órganos y estructuras situadas en la
cabeza, como el cerebro (celebro) y sus meninges, a las que nombra como “dulce madre
o piamadre y dura madre” (IX), los ojos (X, XI y XII) y la boca (XIII). Un análisis más
extenso de los capítulos dedicados a la oftalmología ya fue realizado por Gener Galbis
en 1999. Llama la atención que una vez descritos los órganos (miembros) de la cabeza,
Calvo opte en el capítulo XIV por un relato acerca de “Las uñas y sus propiedades”. En
este capítulo cabría esperar una profunda descripción del casco de los équidos, de tanto
interés clínico para la Albeitería y teniendo en cuenta que Calvo dedica una parte de su
libro al arte de herrar. Sin embargo, tan solo indica: “Las uñas de algunas bestias son
redondas y enteras, como en el caballo, y mulo, y asno y es aquí de maravillar de una
cosa y es que estos todos tres animales, hallan tener cuatro especies o diferencias de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

cascos en cada pie o mano y en todos los demás animales no se halla más de una sola
especie de casco o uña aunque sean hendidas o enteras, como en los puercos, ciervos,
carneros y cabras y otras tales”. Los capítulos XV y XVI incluyen referencias al pulmón
y al mecanismo de la respiración por él llamado “resuello”. Calvo comenta que el
pulmón “es refrigerio del corazón, según dice Guido en su anatomía” y “es formado de
una carne muelle y de natura de aire, semejante a una espuma muy cuajada, como dice
Constantino, cuyo oficio es cercar al corazón, y lo ayudar, y administrar el frío aire para
mitigar su gran calor”. También señala que “es instrumento del espíritu de la voz y en
los animales el relincho”. También habla de las enfermedades del pulmón y hace
referencias a la teoría humoral con la frase “los humores flemáticos descienden en los
conductos del pulmón”. Explica lo que para Constantino es el “resuello”, movimiento
del corazón y del pulmón para entrar aire dentro del cuerpo y refrigerar el corazón y que
según dicho autor cualquier animal puede estar sin comer ni beber un tiempo pero no
más de una hora sin “resollar” y que cuando una persona “resuella” parte del aire queda
dentro para criar el espíritu de vida. Los capítulos XVII a XXV están dedicados a
órganos y regiones de la cavidad abdominal. Respecto al estómago (capítulo XVII), cita
a Constantino, afirmando que su forma es redonda porque si fuera cuadrada la comida
se quedaría en algún ángulo. En este capítulo también nombra su localización anatómica
y las enfermedades que pueden acontecer. Los capítulos XVIII y XIX abordan el
estudio del hígado y de la vesícula biliar. Nuevamente, vuelve a hacer referencia a la
teoría humoral y cita de nuevo a Constantino, para la descripción anatómica del hígado.
Afirma que del hígado sale una vena, que los médicos llaman “puerta” y es de gran
ayuda para la digestión ya que el hígado “es el que separa lo limpio y puro, de lo
impuro”. Para la vesícula biliar (hiel) cita a Isidoro, que la define “como una hoja llena
de humor muy amargo” y continua diciendo: “La arca de la hiel es hecha como una
pelleja, a manera de una bolsa, la cual es situada en los animales que han hiel en la parte
gibosa del hígado”. Las funciones de la hiel las describe citando a Constantino y recurre
a Aristóteles para resaltar que “hay algunos animales que no tienen hiel ninguna, así
como es el caballo, el mulo, el asno y el elefante…”. Las funciones de la bilis las basa
en la teoría humoral. En el capítulo XX describe la localización anatómica del bazo y
afirma que de él salen dos venas, una que va al hígado y otra al estómago. También
explica, haciendo mención a Hipócrates lo que sucede cuando el bazo se agranda o
disminuye su tamaño. Resulta interesante el capítulo XX1, titulado “De las propiedades
de las entrañas y tripas”, donde cabría esperar una descripción de las partes del intestino

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

del caballo dada la frecuencia de cólicos (llamados torozones por los albéitares) en esta
especie. Sin embargo, citando a Isidoro, Constantino y Galeno, refleja lo descrito por
estos autores para el hombre, indicando que hay seis tripas principales, tres delicadas y
tres gruesas. La primera de las delicadas es la “dozena”, llamada así porque tiene 12
pulgadas; la segunda es la ayuna, llamada así porque suele estar vacía, sin comida, y la
tercera se llama “sutil”, que se parece a la segunda pero suele tener comida. Las gruesas
son la “ciega”, el “ilion”, así llamada “porque engendra una pasión o enfermedad muy
mala llamada iliaca, que el vulgo llama dolor de hijada” y el “coló” que debe su nombre
“porque en ella se engendra la cólica pasión o porque es muy estrecha por humores
gruesos y fríos” (nuevamente amparándose en la teoría humoral). Añade también, “Y
otros Doctores dicen que de estas y en estas dos tripas, iliiaca y colon, se engendra los
torçones (cólicos) que vienen a las bestias” Para referirse a las tripas de los animales usa
lo referido por Aristóteles en el libro segundo de los animales. En el siguiente capítulo,
el XXII, citando a Varrón, Isidoro, Constantino, Hali y Aristóteles, describe la posición
anatómica y la función de los riñones. Destacamos la siguiente frase: “Dize Hali que
Dios ha ordenado dos riñones para atraer el agua de la sangre que es en el hígado, y lo
envía a la vejiga para echarlo fuera del cuerpo”. Los capítulos XXIII y XXIV están
dedicados a describir la vejiga urinaria (vexica) y las propiedades de la orina,
respectivamente. La orina es definida, citando a Isaach Físico como “la coladura de la
sangre y de los otros humores engendrada por obra de natura” y comenta que es buena
para la sarna, bubas y postillas. Además según el color que esta posea indica una cosa u
otra, como por ejemplo, la orina blanca es señal de frialdad (teoría humoral). En el
capítulo XXV Fernando Calvo nos habla “del vientre y de sus propiedades”: “El vientre
es el que recibe el nutrimento de todo el cuerpo, según dice Constantino, y es la silla de
todos los miembros nutritivos, y es fundamento de la primera y segunda digestión”. Se
trata de un concepto muy confuso que se incrementa cuando dice que también que el
vientre “es llamado uterus cuando a la parte lo es lo concebido, y esta parte es
solamente en las hembras, según dice Isidoro”. También afirma que “las obras del
vientre varían según la estación”, es decir, los animales en verano comen menos y en
invierno tienen más apetito. En el capítulo XXVI aborda el estudio de los huesos, que
según Isidoro son “la firmeza de todo el cuerpo porque en los huesos está la fuerza del
animal” De nuevo cita a Constantino para exponer algunas particularidades de los
huesos, sus uniones, diferencias entre especies según el libro de los animales de
Aristóteles, pero nada concerniente al nombre que reciben los huesos en las diferentes

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

partes del esqueleto. También comenta que los huesos pueden dañarse por causa externa
o interna. La médula ósea es tratada aparte en el siguiente capítulo (XXVII): “De la
caña o médula de los huesos”, definiéndola como “una sustancia caliente y húmeda
engendrada dentro de los huesos de las más puras partes crecientes del humor, que cría
el cuerpo. Y por esto por su calor ella templa la frialdad de los huesos y por su humedad
los riega y refresca, y por las propiedades de su sustancia ella cría y guarda la virtud y
sustancia del animal”. Además de a Isidoro y Constantino, refiere a Varrón para indicar
que la médula crece o mengua dependiendo de la fase lunar (teoría astral). Los
cartílagos son descritos en el capítulo XXVIII con el nombre de “ternilla”. Cita a
Isidoro para definirla: “la ternilla es más tierna que el hueso y más dura que la carne y
no se duele cuando la tocan ligeramente, como parecen en las orejas y en las narices y el
cabo de las costillas y huesos”. También añade que “en medio del corazón de algunos
animales es hallado un hueso cartilaginoso puesto en su lugar y este es llamado la silla
del corazón (según dice Constantino en el tercero libro capítulo veinte) y lo mismo dice
Guido en su anatomía”. El capítulo XXIX trata de las propiedades de los nervios a los
que define como “partes del cuerpo que los Griegos llaman neures porque la conjunción
de los miembros se hace por medio de los nervios”. Afirma que el cerebro es el
“principal fundamento de todos los nervios y que de él descienden todos ellos”. Señala
que hay seis pares de nervios (craneales) explicando su localización anatómica. Las
propiedades de las venas y arterias son tratadas en el capítulo XXX: Según Constantino,
“las venas comienzan en el hígado, las arterias salen del corazón y los nervios
comienzan en el cerebro”. La carne (músculos) y grasa son descritos en los capítulos
XXXI y XXXII, respectivamente- Explica que hay varios tipos de carne según la
especie y clasifica a dicha carne en varias clases. Señala que las bestias en el riñón
derecho tienen menos grasa y que este está situado más alto que el izquierdo. También
afirma que los cuerpos llenos de grasa están predispuestos a enfermedades. Finalmente,
los capítulos XXXIII y XXXIV están dedicados a la piel y al pelo, respectivamente.
Refiere que la piel cubre todo el cuerpo y su función es proteger y que una vez que está
fuera del cuerpo pasa a denominarse cuero. Indica que “es más dura en todos los
animales que en el hombre y esto es porque el hombre haya mejor sentido de tocar”.
También comenta que la piel “es llena de pequeños agujeros, los cuales se llaman poros,
mayormente en la cabeza por echar fuera las sumosidades no necesarias, porque los
tales poros son abiertos por el calor”. Decide tratar las propiedades del pelo como parte
final del contenido anatómico de su libro escribiendo lo siguiente: “Ya que (ayudados

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

de la gracia Divina) hemos un poco tratado de los miembros ocultos o interiores del
cuerpo, razón me parece será tratar alguna cosa del pelo, pues es la cobertura que a los
demás miembros del cuerpo exteriormente los cubre”. Y como en capítulos anteriores,
Isidoro, Constantino y Aristóteles vuelven a ser sus autores principales de referencia.
El libro de Fernando Calvo pone en evidencia la falta de conocimientos de
anatomía de los équidos en el siglo XVI. Ya Dualde (2005) señaló que los textos
medievales de albeitería apenas recogían datos referentes a la anatomía del caballo. Esta
podría ser la razón por la que Calvo basó sus descripciones apoyándose en textos de
autores clásicos que conoce y domina perfectamente (Vives y Mañé, 2009). No se trata
de una anatomía específica del caballo, especie propia de la Albeitería, sino más bien de
descripciones generales muy confusas, sin orden lógico y con errores de bulto sobre
anatomía animal y humana propias de la Edad Media (Dualde, 2005). De hecho, las
referencias a particularidades anatómicas del caballo son muy escasas. La primera
edición de su libro es de 1582 y habrá que esperar dieciséis años más (1598) para tener
como referencia principal la impresionante obra de Carlo Ruini sobre anatomía del
caballo que desafortunadamente no fue muy usada por los albéitares durante los siglos
XVII y XVIII. Tras la lectura de estos capítulos resulta evidente el enorme retraso que
la anatomía veterinaria y más concretamente del caballo sufría respecto a la anatomía
humana, pues en el siglo XVI esta última contaba con tratados anatómicos de ilustres
médicos anatomistas: Andrés Laguna (1535), Andrea Vesalio (1543), Bernardino
Montaña de Monserrate (1551), Juan Valverde de Amusco (1556). Fernando Calvo
conocía las obras de alguno de estos médicos y de hecho los cita en otros capítulos de su
libro (Vives y Mañé , 2009) pero por razones que no conocemos decidió excluirlos de
su revisión anatómica, quizás porque eran tratados dedicados exclusivamente al estudio
de la anatomía humana. Sin embargo, la lectura de los capítulos del “Libro de
Albeitería” nos permite acceder a conocimientos anatómicos de autores clásicos
relevantes para la historia de la veterinaria como Aristóteles (384-352 a. C.), San Isidoro
de Sevilla (556-636), Constantino el Africano (1010-1098), Guido de Cauliaco (1300-
1368) y muchos más, hasta 60 (Vives y Mañé, 2009), siendo un punto de partida para
conocer la evolución de la anatomía en los tratados de albeitería publicados durante los
siglos XVII y XVIII.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

BIBLIOGRAFÍA:
Balaguer E. 2018. Biografía de Fernando Calvo. Diccionario biográfico español. Real
academia de la historia. http://dbe.rah.es/biografias/19108/fernando-calvo
Dualde Pérez V. 2005. La anatomía en los manuscritos medievales de albeitería. Libro
de Actas del XI Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria (Murcia), pp: 19-30.
Gener Galbis C. 1999. La oftalmología veterinaria en la obra de Fernando Calvo: “Libro
de Albeitería”. I. Anatomía ocular y mecanismo de la visión”, en Acta veterinaria
(Cáceres), 10, pp. 51-59.
Pérez García J.M. 2004. El capítulo de la sangre en los libros de medicina animal
españoles y de la Nueva España en el siglo XVI. En: Cid Díaz J.M. Temas de Historia
de la Veterinaria, volumen II. pp. 57-65. Universidad de Murcia, Servicio de
Publicaciones.
Sanz Egaña C. 1941. Historia de la veterinaria española, pp. 122-128. Ed. Espasa-Calpe.
Vives Vallés M.A. y Mañé Seró C. 2009. ¿Un albéitar humanista? En: Nulla dies sine
linea. Humanistas extremeños: de la fama al olvido. Grammatica Humanistica serie
Estudios 1, Universidad de Extremadura, pp. 381-401.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

 TÍTULO: La Colección de Embriones del Museo Veterinario de Madrid

 AUTORES: Laura Lomas Lirio2,4, Marina Reche Zamarra2, Alexander Gaztañaga


Garabieta,3, Joaquín Sánchez de Lollano Prieto1,4.
1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria.
2
Estudiante de último curso del Grado de Historia. Universidad Complutense de Madrid
,3
Sección de Biodeterioro, Área de Investigación y Formación, Instituto del Patrimonio Cultural de
España (Ministerio de Cultura y Deporte).
4
Historia de la Veterinaria, Departamento de Farmacología y Toxicología. Facultad de Veterinaria.
Universidad Complutense de Madrid.

 AUTOR DE CORRESPONDENCIA: Laura Lomas Lirio


Correo-e: [email protected]
Teléfono: 620933583

 AUTOR QUE PROCEDERÁ A LA LECTURA: Laura Lomas Lirio

 RESUMEN:

En la comunicación se difunde una de las Colecciones más atrayentes de los fondos del Museo
Veterinario Complutense. La colección de Embriología cuenta con 57 ejemplares conservados en
fluido. Se describen los sucesivos métodos de conservación y las especies. Entre éstas se encuentran
ejemplares de roedores (conejo y cobaya), diversas especies de animales de producción, suidos,
bóvidos, pequeños rumiantes, peces, aves (gallina y faisán), animales de compañía (perro y gato) o
silvestres (jabalí). Incluye diferentes estadios sucesivos del desarrollo embrionario y fetos de
algunas especies. La colección fue donada por la profesora del Departamento de Anatomía María
José Blánquez Layunta en 2010 y concebida inicialmente para su uso docente en la carrera de
Veterinaria. Se ha podido comprobar en las visitas recibidas el gran interés que suscita en el
público general y en especial en los grupos escolares confirmando la gran capacidad divulgativa de
este tipo específico de patrimonio biológico.

ABSTRACT
One of the most attractive collections in the Complutense Veterinary Museum's collection is
published in the communication. The Embryology collection has 57 specimens preserved in fluid.
The successive conservation methods and species are described. These include rodents (rabbit and
guinea pig), various species of production animals, suidae, bovids, small ruminants, fish, birds (hen
and pheasant), companion animals (dog and cat) or wild animals (wild boar). It includes different
successive stages of embryonic development and foetuses of some species. The collection was
donated by the professor of the Department of Anatomy María José Blánquez Layunta in 2010 and
was initially conceived for teaching in the Veterinary career. It has been possible to verify in the
visits received the great interest that it arouses in the general public and especially in the school
groups confirming the great informative capacity of this specific type of biological heritage.

PALABRAS CLAVE / KEYWORDS

Colección de embriones, patrimonio veterinario, museo veterinario, colecciones científicas.

Embryo collection, veterinary heritage, veterinary museum, scientific collections.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

COMUNICACIÓN

En el año 2010, María José Blanquez Layunta, Profesora Titular del Departamento de
Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas de la facultad de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid, procedió a la donación de una colección de embriones y fetos que se
describe en la presente comunicación.

La colección estuvo custodiada en las dependencias del Departamento y conservada en una


dilución de formaldehido al 10% que se sustituyó por etanol al 70% con objeto de poder exponerse
en el museo 1. A su vez, los primeros envases de vidrio fueron sustituidos, en algunas de las piezas,
por otros de plástico.

Aunque pueda sorprender, un patrimonio tan especifico como una colección de embriones
suscita un interés mucho mayor de lo esperado. Esto último se ha comprobado a través de los años
de exposición y divulgación del Museo Veterinario Complutense. La colección, concebida como
apoyo para la enseñanza de la asignatura de embriología, ha demostrado que tiene un enorme valor
para suscitar la curiosidad del público en general y en especial del público infantil.

Es llamativo comprobar cómo la aparición y desarrollo de las estructuras anatómicas en un


transcurso tan breve como días o semanas resulta atractivo. Esto último que es común para las
muestras de embriones, no se puede aplicar para las piezas de fetos 2. Para estas últimas
preparaciones la sensibilidad del público es más dispar, mostrando a veces cierta repulsa en una
parte de los visitantes.

El Museo Veterinario Complutense dispone de una colección de embriología que consta de


57 piezas que incluye embriones y fetos, conservados en fluido. Las especies que componen la
Colección son diversas, tales como: roedores (conejo y cobaya), diversas especies de animales de
producción, suidos, bóvidos, pequeños rumiantes, peces, aves (gallina y faisán), animales de
compañía (perro y gato) o silvestres (jabalí).

De estas 57 piezas hay 38 que se han clasificado como embriones, es decir, que no tienen
más de 8 semanas de gestación, el resto se han clasificado como fetos, de los cuales hay dos sin
identificar (MV- 2054 y MV- 2093).

1
Véase comentarios sobre la conservación y alteraciones de este tipo de colecciones en una comunicación, por los
mismos autores, presentada en este mismo congreso.
2
Se ha adoptado como criterio aproximado la distinción a partir de 8 semanas de gestación para considerar embrión o
feto.

Pag. 205
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Pieza MV- 1809. Embrión de conejo.

A pesar de ser un estadío embrionario se puede identificar la especie y sus características.

Algunos de los fetos que forman parte de la colección corresponden a un estadío muy
avanzado con un tamaño considerable como es el caso de la pieza MV- 2052 o la pieza MV- 2092.

Pieza MV- 2052. Gato de 138mm.


Por su avanzado desarrollo puede evidenciarse la morfología del animal adulto (pelo, estructura,
extremidades, etc.)3.

3
Esta pieza cumple con las normas de ética en experimentación animal, procediendo de operaciones a hembras con
problemas de parto (extracción de feto muerto).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Piezas de la Colección Embriológica del


Museo Veterinario Complutense
2

18
38

Embrión Feto Sin identificar

EMBRIONES FETOS
Cerdo
Huevo de pez
Vaca

15 Faisán 3 Gato
8 4
Conejo
1 Embrión Vacuno
8 2 4 Cobaya

6 Conejo 1 2 2 Jabalí

Oveja
Embrión Porcino

En el caso de los embriones, es importante destacar la disponibilidad de series de evolución del


embrión, lo que permite evidenciar el proceso embrionario de algunas especies como faisán, vaca,
conejo o cerdo. En el caso del faisán, en concreto, puede verse la evolución del embrión de 3 días
hasta el embrión con 9 días (MV- 2065 a MV- 2070). Otro caso peculiar es el de los embriones
vacunos cuya serie comienza con un embrión de 2,5mm, en el cual a pesar de su pequeño tamaño el
público identifica formas del bovino. La serie alcanza estadíos muy avanzados llegando hasta el
feto bovino de 250mm (MV-2078 a MV- 2092).

Serie embrionaria vacuna MV-2078


2078 a MV
MV- 2092
Proceso desde un embrión de vaca de 9mm a un feto de 250mm.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Detalle del embrión de vaca de 2,5mm (izquierda) y del feto de vaca de 250 mm (derecha).

La conservación en fluidos inertes o sin riesgos de toxicidad y en envases plásticos, resulta


muy práctica porque permite su manipulación por el propio visitante lo que le da un enorme valor.

Otra ventaja de este tipo de patrimonio es su fácil reposición, los embriones de ave por
incubación en distintas fases o las muestras que llegan a través de las piezas de matadero o de
clínicas permiten completar estas series.

La comunicación ha pretendido difundir cómo un patrimonio especifico como es el caso de


una colección biológica, adquiere un valor divulgativo y patrimonial añadido al científico. Por esto,
dentro de los fondos de los departamentos de Anatomía o de instituciones que conserven este tipo
de piezas deben considerar el interés de su difusión al público general.

BIBLIOGRAFIA

Schwartz, Viktor, Embriología animal comparada, Barcelona, Ediciones Omega, 2016.

Delgadillo Ibeth y Góngora Fernando, "Biological Collections: Didactic strategies in the education-
learning of the Biology", Bio-grafía: escritos sobre la biología y su enseñanza, Vol. 2, Nº. 3,
2009, págs. 131-140.

Gustavo Darrigran, "Las Colecciones Biológicas: ¿para qué?", Boletín Biológica, nº 23, enero-
marzo, págs. 28-31, 2012.

Pag. 208
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Terra incognita: hallazgos de manuscritos inéditos del ICOVV

Jordá Moret, J.V.(1)(2); Navarro Serra, A. (1)(2); Sanz Cabañes, H. (1)(2); Vega García, S. (1)(2)
(1)
Asociación Valenciana de Historia de la Veterinaria (AVHV) (2) Facultad de Veterinaria.
Universidad Cardenal Herrera-CEU, CEU Universities.

Autor de correspondencia: Jaume Vicent Jordá Moret. C/ Tirant lo Blanc 7, bajo. Facultad de
Veterinaria UCH CEU. 46115 Alfara del Patriarca – VALENCIA. Tel. 961369000 ext. 66107. Mail:
[email protected]

RESUMEN
La revisión de los fondos bibliográficos de las bibliotecas de nuestros colegios profesionales en
ocasiones aporta resultados no imaginados. El presente trabajo recoge los pormenores del
descubrimiento y las tareas de identificación de un manuscrito catalogado hasta ahora como anónimo
perteneciente a la biblioteca histórica del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia
(ICOVV), pero del que tras su estudio se obtiene como autoría de D. Juan Morcillo Olalla, no
identificado ni descrito en ningún estudio previo. Para poder conseguir el objetivo planteado de fijar
este hecho, se ha realizado un análisis a tres niveles: físico, grafológico y de contenido de la obra.
Tras el análisis a estos tres niveles, se han evidenciado bases suficientes que permiten establecer la
hipótesis inicial como cierta, además de plantear los pasos a seguir para la puesta en valor de este
patrimonio histórico veterinario.
Palabras clave: Morcillo, tuberculosis, manuscrito.

ABSTRACT
The review of the bibliographic collections of the libraries of Veterinary colleges sometimes
offers unimagined results. The present work gathers the details of the discovery and identification of
a manuscript cataloged so far as anonymous belonging to the historical library of the Official
Veterinary College of Valencia (ICOVV), this study concludes that the author of the manuscript is
Mr Juan Morcillo Olalla, being not identified or previously described. In order to achieve the
objective, an analysis was carried out at three levels: physical, graphological and content of the work.
After the analysis enough probes have been evidenced that supports the hypothesis. Furthermore, it
sets out the steps that should be taken to enhance this veterinary historical heritage.
Keywords: Morcillo, tuberculosis, manuscript.

INTRODUCCIÓN
En ocasiones, la era digital y de la globalización nos hace olvidar ese pasado no tan lejano,
donde la terra incognita, las partes del mapa que aún no habían sido exploradas, eran aliciente para
la aventura y el descubrimiento. Nuestra sociedad aún nos depara alguna terra incognita, sobre todo
en lo referente a fondos documentales en bibliotecas de largo trayecto. Es lo sucedido en este caso
con la biblioteca histórica del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia (ICOVV).
Recientemente, y durante una búsqueda bibliográfica realizada por la Asociación Valenciana
de Historia de la Veterinaria (AVHV), se detectó una entrada anómala en un antiguo listado de fondo
documental del Colegio datado en 1953 (ICOVV 1953). El defecto detectado fue que a pesar de que
el listado tenía fecha de 1953, una de las referencias estaba fechada en 1995. Esto llevó a inspeccionar
el libro codificado como 2.28-18 (Anónimo,1905), que resultó ser un manuscrito fechado en 1905, y
tras una primera revisión, mostraba particularidades que indicaban que podía ser un manuscrito
inédito y no catalogado autoría de D. Juan Morcillo Olalla.
Juan Morcillo Olalla representa una de las figuras cumbres de la veterinaria del siglo XIX
(Sanz Egaña 1941), destacando en diversos campos de su profesión. Sus aportaciones pioneras en
este ámbito a nivel mundial al asentar las bases científicas de la inspección de sanidad le valieron el
título de “Príncipe de la inspección veterinaria”.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

No es la primera vez que los miembros de la AVHV descubren manuscritos no catalogados


del autor, con su principal exponente en la localización de la Hipografía 1ª edición (Aganzo Salido y
Ferrús Beneyto 2004). De la obra escrita de Morcillo encontramos censados 18 libros y 27
manuscritos (Jordá Moret 2010, Rodríguez de la Torre 2000). Respecto a la causa de su alto número
de manuscritos no llevados a imprenta, Morcillo se identifica con la denominada “teoría escéptica”.
Esta actitud le llevará a no querer publicar buena parte de sus manuscritos, con la creencia que no
serán aceptados ni valorados en el contexto de su sociedad.
Su alta de producción escrita, junto al tamaño de su biblioteca personal (Sanz Egaña 1978,
Barona Hernández et al. 1999), nos hacen pensar que aún es posible que algunos de sus trabajos
puedan estar no localizados o identificados.

OBJETIVOS
1-Determinar la posible autoría del manuscrito catalogado como 2.28-18 de título “Memoria
sobre el tema propuesto por la Junta Directiva del Colegio Veterinario de la Provincia de Valencia.
Por un Colegiado. 31 dic. 1905” como un texto original de D. Juan Morcillo Olalla.
2-Plantear los pasos a seguir para la puesta en valor y difusión de la obra.

MATERIAL Y MÉTODO
Se abordó el análisis desde los siguientes ángulos:
-Análisis físico: realizar una reseña física del ejemplar.
-Análisis caligrafico: comparar la letra del manuscrito con otros ejemplares disponibles del
autor. Se ha empleado una aplicación del sistema grafológico de Crepieux-Jamin (Herrera Luna y
Felipe Riverón 2007, Javier Simón 1992) entre la página 55 de 2.28-18 (Anónimo 1905) y la página
11 de otro manuscrito de la misma época como es Zootecnia (Morcillo Olalla 1904). Además,
emplearemos ejemplos de la Hipografía de 1870 (Morcillo Olalla 1870), y del texto de acceso digital
Triquina y triquinosis (Morcillo Olalla 1877), de forma parecida al ya realizado en otras ocasiones
para este autor (Jordá Moret 2016).
-Análisis del contenido: analizar la estructura del contenido, buscando similitudes de estilo
con otros manuscritos del autor.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Análisis físico.
Se trata de un libro apaisado de 16,5 cm x 11,5 cm, y 1 cm de grosor. Lomo en material símil
piel de color marrón. Tapas de cartón fino de 0,1mm, forradas externamente con papel texturizado
rojo. Dicha capa exterior presenta dos zonas (Ilustración 1), una cercana al lomo, y otra que cubre el
resto de la tapa, lo que podría estar relacionado con una reencuadernación del ejemplar o con un
encuadernado a partir de restos de material de otros trabajos. Por la parte interior no posee página de
guarda, y puede verse que está forrado en capa inferior con una página de la publicación Bibliothèque
scientifique contemporaine. No se puede ver más información sin dañar la estructura del ejemplar.
El lomo tiene apegado la referencia actual del catálogo del Colegio (2.28-18) aunque
parcialmente suelto. Debajo, existe un código previo (345), y puede verse en el reverso de la etiqueta
otro código (332). Este número también se encuentra en el interior del libro en una pegatina.
La encuadernación se ha realizado con grueso cordón rojo de tela, por cosido lateral de dos
agujeros incluyendo cubiertas previamente al entelado. El formato de material y técnica de cosido es
artesanal, sin apariencia de haber sido realizado por un encuadernador.
Papel de barba grueso, pautado a lápiz a 14 reglones por hoja. Escrito a tinta negra con leve
degradación virando a colores marrones en puntos de alta saturación de tinta. El papel comienza a dar
signos de degradación ácida principalmente en la página inicial. 102 páginas numeradas, más una
página inicial de título, seguida de una página recortada y pegada a menor tamaño (Ilustración 2). La
última página del librillo está en blanco, a modo de hoja de cortesía.

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Ilustración 1. Vista lateral del libro con punto Ilustración 2. Página recortada tras la portada.
de unión de materiales.

Comparación caligráfica
Según el sistema Crepieux-Jamin, vamos a comparar los siguientes factores entre las páginas:
Orden, tamaño, forma, dirección y continuidad.
Orden: la distribución entre palabras, líneas y párrafos es semejante en ambos casos. Hay que
recordar que las páginas se han escrito regladas, y que uno de ellos tiene disposición vertical y otro
horizontal.(Ilustración 3).

Ilustración 3. Miniaturas de las páginas 55 (Anónimo 1905) y fragmento de 11 (Morcillo 1904).

Tamaño: se trata de la amplitud de la escritura. El tamaño de las letras es similar en ambos


textos comparados.
Forma: se refiere al tipo de grafismo. Nos encontramos con fuentes levemente adornadas, pero
sin grandes trazos. 2.28-18 presenta en ocasiones formas más temblorosas, la edad del autor debe
tenerse en cuenta. Este efecto es más visible si se compara con textos de su juventud como la
Hipografía de 1870.
Dirección: indica la información sobre la trayectoria de las líneas. Ambas páginas son similares
en este punto.
Continuidad: indica la unión entre las diferentes letras y palabras. Es semejante en ambas
páginas.

A continuación, vamos a comparar una serie de palabras que nos permiten comparar diferentes
partes de la escritura reseñable en el estudio grafológico (Tabla 1):
-Los óvalos, parte central de la letra, mantienen todos una estructura similar en todas las
muestras.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

-Las crestas, parte superior de las letras, podemos compararlas en dos letras diferentes, “b” y
“l”. Vemos que el ángulo es similar entre 1 y 3 en la letra “b”, en las letras “t” de 1 y 3, y en las “l”
de 2 y 4.
-El punto inicial de la letra “a” es semejante en todos los casos, mostrando una pequeña
angulación.
-El punto final se mantiene constante en ambos textos.
-Las alturas de las zonas de escritura son semejantes entre todas las muestras, tanto en su zona
superior como media. La zona inferior la veremos en la siguiente palabra.

Tabla 1. Comparativa grafológica de las Tabla 2. Comparativa de la palabra “que”.


palabras con trazos ascendentes.
Año y página Año y página
1 1905-55 1 1905-55
2 1904-11
2 1905-55
3 1870 – 1150
3 1904-11
5 1877 - 6
4 1904-11

Hemos elegido “que” para comparar otras partes de la escritura, como son los trazos
descendentes (Tabla 2), además del efecto que al estar escrita en gran cantidad de textos nos permite
encontrarla rápidamente para su comparación:
-Los óvalos mantienen todos una estructura similar en todas las muestras, tanto en la
letra “e” y “q” como en la estructura abierta de la letra “u”.
-Los ejes, parte inferior de las letras, mantienen una estructura extremadamente
semejante. Los ángulos de la parte descendente son levemente diferentes entre ellos.
-El punto inicial de la letra “q” tiene un ángulo de inicio similar en todas ellas.
-El punto final difiere totalmente entre todas. Como se puede apreciar en la
digitalización, los puntos finales en la escritura de Morcillo son variables incluso entre la
misma letra, lo vemos claramente en 3 y 4.
-Las alturas de las zonas de escritura son semejantes entre todas las muestras, tanto en su zona
inferior como media.

Análisis del contenido


El libro se titula en primera página como “Memoria sobre el tema propuesto por la Junta
Directiva del Colegio Veterinario de la Provincia de Valencia”. Viene firmado como “Por un
Colegiado”, y fechado en 31 de diciembre de 1905.
No obstante, y tras un curioso recorte (ya descrito en el análisis físico) de página que dice “La
diversidad de criterio de los higienistas en asuntos de Higiene Pública, perjudica altamente al cuerpo
de veterinarios Inspectores Sanitarios”, da un título en su primera página que describe mejor el
contenido de la obra: “Memoria sobre el tema El uso de la leche de vaca tuberculosa ¿Puede ocasionar
alteración en la salud de la especie humana?”. Tras este título, repite la frase que aparece añadida.
Dado el tamaño de letra con que está escrito, seguramente dicha página es un añadido posterior a
escribirla en la página de título, tal vez para dar mayor relevancia a la afirmación realizada.
Como es habitual en los manuscritos de Morcillo empieza quitando importancia a su trabajo
y conocimientos como cita en su primera página “Sin pretensiones de ningun género, porque no tengo
méritos científicos para tenerlas y sin interes de ninguna clase…”. Recordemos los múltiples
reconocimientos internacionales que le avalan por sus trabajos científicos (Mencía Valdenebro s.f.).
Tras ello, realiza un discurso de unidad para defensa de la profesión mediante la unidad y
apoyo en la ciencia, en relación a las polémicas aparecidas en el primer número de “La Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Valenciana” al respecto de este tema. Su discurso es crítico con la profesión, como el que hace en la
primera página de su Reglamento de Mataderos e Inspección de Carnes (Morcillo Olalla 1903).
Y a partir de la página 7 en adelante, hace un análisis pormenorizado del campo de la
producción láctea, tratando especies, características organolépticas, patógenos asociados, modo de
realización de fraudes, para pasar en detalle al estudio de la tuberculosis y sus implicaciones en la
Salud Pública, que extiende desde la página 35 hasta el final de la obra (75 páginas).

CONCLUSIONES
1-Podemos conjeturar la autoría del manuscrito como obra de D. Juan Morcillo Olalla, en base a los
hallazgos obtenidos:
-El lapso temporal, materiales y formatos se asemejan a otras obras del autor.
-La caligrafía analizada es consistente con otras obras reconocidas del autor.
-La estructura de trabajo es similar a otros de sus trabajos, tanto manuscritos como impresos.
2-Los siguientes pasos para la puesta en valor de este documento serían la edición digital accesible,
transcripción anotada y análisis grafológico pormenorizado.

BIBLIOGRAFÍA
ANÓNIMO. Memoria sobre el tema propuesto por la Junta Directiva del Colegio Veterinario de la
Provincia de Valencia. Manuscrito. 1905.
AGANZO SALIDO, F.; FERRÚS BENEYTO, E. "Contribución Al Conocimiento De Los
Manuscritos De Don Juan Morcillo y Olalla (1828-1908). Encontrada y Adquirida La Primera De
Las Tres "Ediciones" De Su Hipografía". X Congreso Nacional, IV Iberoamericano y I Hispanoluso
de Historia de la Veterinaria. Olivenza, 2004. pp. 185-186.
BARONA HERNÁNDEZ, L.F.;CUESTA LÓPEZ, A.E.;MONTERO AGÜERA, I.
"Manuscritos Inéditos De D. Juan Morcillo y Olalla En La Biblioteca-Museo De La Facultad De
Veterinaria De Madrid". IV Jornada Nacional de Historia de la Veterinaria. Madrid, 1999. pp.40-43.
HERRERA LUNA, E. C.; y FELIPE RIVERÓN, E. M. Reconocimiento De La Autoría De
Documentos Manuscritos. 2007. Disponible en (http://www.repositoriodigital.ipn.mx/handle
/123456789/8626). Fecha de acceso 14/08/2012.
ICOVV. Catálogo de la biblioteca del Colegio de Veterinarios de Valencia. Manuscrito. 1953.
JAVIER SIMÓN, J. El Gran Libro De La Grafología. Barcelona. Ediciones Martínez Roca, 1992.
JORDÁ MORET, J. V. "Los Textos Hípicos De Juan Morcillo Olalla (1828-1908). Vigencia Actual
De Su Obra". XVI Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria. Córdoba. 2010.
JORDÁ MORET, J.V. Transcripción y estudio comparado de la Hipografía 1870 de D. Juan
Morcillo Olalla. Tesis doctoral. UCH-CEU. Valencia. 2016.
MENCÍA VALDENEBRO, I. Biografía De Juan Morcillo Olalla. Disponible en
(www5.colvet.es/aehv/pdf/Biografia%20Morcillo%20Olalla.pdf). Fecha de acceso 20/04/2011.
MORCILLO OLALLA, J. Hipografía - Ligera Reseña Sobre El Origen Del Caballo, Su
Domesticidad y Razas Principales Existentes. Játiva. Manuscrito. 1870.
MORCILLO OLALLA, J. Triquina y Triquinosis. Examen Histórico-Crítico-Analítico De Los
Sucesos Ocurridos En El Villar De El Arzobispo En 1876. Játiva, Manuscrito. 1877.
(http://books.google.es/books?id=eblUAdIHs2wC&printsec=frontcover&dq=juan+morcillo+olalla
&hl=es&sa=X&ei=WvvjUY2DMZKP7Aa_9oCIDA&ved=0CEIQ6AEwAw;) Consultada el
18/08/2011.
MORCILLO OLALLA, J. Reglamento De Mataderos e Inspección De Carnes. 1903.
MORCILLO OLALLA, J. Zootecnia. Segunda edición. 1904.
RODRÍGUEZ DE LA TORRE, F. “El Albacetense Juan Morcillo y Olalla, Cumbre De La
Veterinaria Española”. II Congreso de Historia de Albacete. Volumen 4, Albacete. 2000.
SANZ EGAÑA, C. Historia De La Veterinaria Española. Madrid. Espasa-Calpe. 1941.
SANZ EGAÑA, C. “Juan Morcillo y Olalla”. Semblanzas veterinarias. Madrid. Consejo General de
Colegios Veterinarios. 1978. pp. 49-84.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LOUIS AUZOUX, UN HOMBRE POLIFACÉTICO


LOUIS AUZOUX, A MULTITALENTED MAN
Ana Jiménez Hernández
Graduada en Veterinaria por la Universidad de Córdoba
Tfno.: (+34) 664 352 425; e-mail: [email protected]

RESUMEN
El Siglo de las Luces, siglo XVIII, supuso un gran cambio para la sociedad europea en cuanto a
avance cultural y social se refiere. Potencias como Francia y Alemania tiraron del carro del libro del
conocimiento hacia el pueblo e impulsaron nuevas y creativas formas de llevar el saber a los distintos
estratos de la sociedad. En Medicina y Medicina Veterinaria, apareció un peón trascendental en este
ámbito. Se trata del médico y escultor francés Louis Thomas Jérôme Auzoux: hombre curioso, buen
profesional y mejor persona, según nos permiten saber sus estudiosos.
Auzoux introdujo al mundo docente unas novedosas maquetas anatómicas que sembraron
conocimiento por todo el globo y sirvieron como base a nuevos escultores. Este hecho podemos
apreciarlo en algunas piezas de origen alemán del Museo (MAV-UCO) Profesor José Sandoval
Juárez, en Córdoba (España). Esta comunicación intenta profundizar en el proceso de creación de sus
piezas, el funcionamiento de su empresa y el dar luz a Auzoux como persona en sí mismo y sus
valores.
España está repleta de vitrinas con sus creaciones, y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de
Córdoba alberga una de las colecciones mejor conservadas de este Doctor.
Palabras clave: Auzoux, maqueta clástica, papel maché, fabricación
ABSTRACT
The Age of Enlightenment, the 18th Century, meant a great change to the European society referring
to cultural and social spheres. Powerful countries such as France and Germany pulled of the book of
knowledge of the working class and motivated new and creative ways to bring the wisdom to the
social stratums. In Medicine and Veterinary Medicine, a significant piece in this environment
appeared. We are talking about the French Doctor and sculptor Louis Thomas Jérôme Auzoux: a
curious person, good professional and better mankind, as long as his scholars let us know.
Auzoux brought to the education field a bunch of original anatomic mock-ups that spread knowledge
all over the world and were a base to novel sculptors. We can see this fact in some of the german
pieces of the Profesor José Sandoval Museum (MAV-UCO) of Córdoba (Spain). This report tries to
go in depth in the creation process of his pieces, the functioning of his factory and to light up Auzoux
as a mankind and his values.
Spain is replete of cabinets with his creations and the Faculty of Veterinary Medicine of Córdoba
holds one of the best preserved collections of this Doctor.
Keywords: Auzoux, clastic mock-up, papier mâché, manufacturing
Introducción
Pensemos por un momento cómo han evolucionado los métodos de enseñanza a lo largo de los siglos.
El hombre siempre ha mostrado necesidad de comunicarse, de transmitir la información. Desde que
un día decidiera dejar constancia de ello en las oscuras cavernas, no ha dejado de evolucionar y de
reinventarse consiguiendo pigmentos, grabados, descripciones y detalles increíbles. Aprendieron a
que la obra pareciera que fuera a invadir al espectador, y por ello aumentaba cada vez más su
profundidad, no ya con las sombras dibujadas que dominaban, sino con el grosor. Quedaban atrás los

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

bajorrelieves, las ideas abandonaban la superficie que les soportaba y se transformaban en esculturas
de bulto redondo (de profundidad natural).
En cuanto a las ciencias médicas se refiere, las esculturas alcanzaron la maestría en detalles
anatómicos, pero claro, a los doctores esto les era totalmente insuficiente en el estudio de los sistemas
orgánicos. Por otro lado, las láminas de Anatomía representaban con bastante destreza el medio
interno, pero nunca llega a ser lo mismo ver, que tocar. Nos movemos en la segunda mitad del siglo
XVIII y un problema empieza a ser cada vez más común: faltan modelos (cadáveres) con los que
hacer conservaciones y dibujos que publicar, ya sea en el despacho de un solo Doctor o en un gabinete
con quince atentos estudiantes de Medicina.
Para poder continuar con las premisas de la Ilustración, era necesario encontrar una solución que
permitiera estudiar Anatomía con piezas sin fecha de caducidad y sin renunciar a esa disección tan
útil en el aula.
Y el nuevo siglo ilustró a alguien
Francia, 1797. En un pequeño pueblo al noroeste de París, nacía un niño de familia humilde y futura
mente inquieta: Louis Thomas Jérôme Auzoux 1.
Tras pasar sus primeros años de vida en su ciudad natal, decidió viajar a París para estudiar Medicina.
Su interés por las áreas de Anatomía y Anatomía Comparada pareció desarrollarse desde bien
temprano pues, aun siendo estudiante, mostró habilidad y gusto por las reproducciones de los distintos
sistemas orgánicos.
En aquel tiempo, un profesor de Anatomía de la región norte del país, Jean-François Ameline, estaba
destacando por el método que propuso en la creación de maquetas. Debió resultar una gran fuente de
inspiración para Louis, porque pronto contactaría con la Real Academia de Medicina francesa y le
presentaría el primer modelo que le ha sido atribuido: un miembro inferior (humano). Esta y otras
entidades, viendo en su autor el potencial que esta pieza 2 podía ofrecer al ámbito docente, no dudaron
en animar al joven para perfeccionar la técnica y seguir trabajando en esta línea. Con este aliento y el
soporte de los estudios de Georges Cuvier 3, entre otros, inició un nuevo proyecto para la Anatomía
Comparada (Medicina Veterinaria) en la década de los 60 y, hacia la década de los 70, empezó a
desarrollar modelos botánicos. Con ello se puede entender la creatividad y afán de dispersión de
conocimiento que le caracterizaba.
Ya como Doctor, sus ideas, piezas y nombre comenzaban a resonar en casi todo el mundo (Degueurce,
2013). Tal éxito se fraguó en torno a éstas que, en 1828, decidió establecer su propia factoría. Sería
una fábrica emplazada en su ciudad natal, en el número 2 de una plaza que hoy lleva su nombre (Ruiz,
2010) y que, cinco años después, fue seguida por la inauguración de una tienda para venta al por
menor en la capital de país 4. No alcanzaba los cuarenta años, y ya era el “Dr. Louis Auzoux”: médico,
escultor y emprendedor. Del tal modo trascendió entre la sociedad, que incluso se le reconocieron
varios premios en la Exposición Mundial de Londres de 1851.
¿Pero qué secreto hizo triunfar a estas piezas?
En primer lugar, la invención de un nuevo material, liviano, fuerte y duradero, que combinaba
materias primas hasta el momento impensables para ese fin. Se utilizaba una argamasa de polvo de
corcho, cola, papel triturado y arcilla. Fue bautizada como papier mâché; papel maché o cartón
piedra. En segundo lugar, que estos modelos estuvieran, a su vez, constituidos por varias piezas
1
(St-Aubin-d’Écrosville, Francia, 7 de abril de 1797 – París, 6 de marzo de 1880)
2
Tras presentar el miembro inferior, la siguiente que se le atribuye representaba un torso, cuello y cabeza de
un hombre (Degueurce, 2013).
3
(Montbéliard, Francia, 1769 – París, 1832). Promotor de la Anatomía Comparada y paleontólogo.
4
Rue de Vaugirard, 56. Es esta la dirección que aparece en algunas de las piezas de la Facultad de Córdoba. La
tienda finalmente se cerró en la década de 1990 y el contenido se vendió en una subasta el 22 de octubre de 1998.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

desmontables, que invitaban al aprendizaje ameno. Simulaban el mismo orden en que se haría una
disección real. Era el concepto de maqueta clástica 5 que aún hoy vemos en famosas marcas de
juguetes infantiles. Con estas dos características primeras, el colofón de la idea sería poder crear
repetidas veces la misma pieza y con poca o ninguna variabilidad importante para poder distribuirlas
al por mayor. Se hacía por tanto indispensable un modo de creación en serie y para ello se ideó un
sistema de moldes.
Otra particularidad es, que todas las maquetas incorporan numerosas etiquetas de papel. Unas tienen
una pequeña mano dibujada que indica que esa parte es susceptible de ser retirada. Las del segundo
tipo son alargadas y nombran la sección anatómica en cuestión. El tercer tipo es el más habitual: son
pequeñas y circulares, de unos 3 mm de diámetro y contienen un número. Estas últimas se enumeran
en un libreto que acompaña la maqueta e informa sobre la parte señalada (Degueurce, 2013).
Para la primera etapa de fabricación había dos opciones a seguir:
A) Cartonnage [cartonaje]: para las piezas más ligeras. Se extendían varias capas de la pasta de
Auzoux en un molde de escayola y se dejaba secar. Cuando estaban aún algo húmedas las
partes, se retiraban del molde y se unían con un alambre fino.
B) Terrage [cuchilla]: para las más recias, las que necesitaban de un soporte metálico interno. Se
iniciaba el proceso igual que en el caso anterior, pero sobre unos moldes de madera con una
plancha de aleación de metales (bismuto, estaño y plomo), como las utilizadas en las
imprentas. Aquí no se esperaba al secado de la mezcla, sino que se incrustaban alambres de
mayor grosor que los usados en el método anterior, se martilleaba para rellenar completamente
los pequeños huecos del molde y se añadían los pequeños cáncamos que permitirían quitar y
poner las partes de la maqueta clástica.
Cada molde se prensaba para el buen agarre de las piezas metálicas y para la extracción de la
mayor parte del agua de la pasta. Una vez secas las piezas, que dependiendo del tamaño podían
ver trascurrir hasta un mes, se desmoldaban, lijaban, rellenaban (si es que alguna parte se
había estropeado en el desmoldado) y se procedía al:
Rapapillotage: cubrir las piezas con una nueva y fina capa de papel, para dar una base lisa que pudiera
ser pintada de manera homogénea.
El siguiente paso era incorporar los vasos sanguíneos (alambres embutidos en cáñamo), que ya venían
pintados y, sobrepuestos en la pieza, se fijaban con pequeños clavos. Igualmente, se agregaban los
ganchos que complementarían a los cáncamos anteriores. Lo más pequeños, de latón. Los más
robustos, de una aleación más resistente. La aplicación del color 6, texturas 7 y etiquetas de papel
vaticinaban el final del proceso (Gouriveau, 2016).
La verificación de detalles por parte del Dr. Auzoux, su firma y el barnizado del conjunto eran el
colofón. Según muestran las numerosas piezas del MAV-UCO, adquiridas según facturas
recientemente localizadas, entre 1852 y 1924, hay una evolución en la rúbrica: las piezas más antiguas
solo muestran nombre y año de fabricación. En las posteriores, reza “Anatomie Clastique du Dr
Auzoux”, año y lugar de origen. Las más recientes son más sofisticadas; se trata de una plaquita
metálica con la misma inscripción antes referida en cursiva y la dirección de la tienda de París.
En el museo mencionado se conservan veintiún modelos anatómicos de sistemas orgánicos variados.
En el Departamento de Producción Animal, una colección de mandíbulas y maxilares de équido
5
clástico, ca. Del gr. κλαστός klastós 'fragmentado', 'roto' e ‒́ico. 1. adj. Dicho de un modelo anatómico: Que
puede dividirse en piezas desmontables para su estudio.
6
Se utilizan pigmentos de forma realista al pintar. Por ejemplo, músculos en rojo y nervios en blanco. Y también
se tiene en cuenta la iconología: arterias en rojo y venas en azul (Ruiz y Degueurce, 2009).
7
Uso de fibras de lana para sugerir vello, sémola para dar aspecto granulado e incluso peritoneo para
reproducir membranas, como la válvula mitral en su modelo de Corazón.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

(diecinueve piezas) pertenecientes al catálogo “Cheval” y otra de mandíbulas de bovino (dos piezas)
pertenecientes al catálogo “Bovins et Rumiants”. Con las dos maquetas del Departamento de
Reproducción y Obstetricia, de los dos catálogos referidos, hacen un total de cuarenta y cuatro (44)
maquetas conservadas en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba. Además de estas,
se cuenta con la existencia de cinco maquetas que muestran cómo Auzoux resultó ejemplo para otros
talleres. Son posteriores cronológicamente, por la calidad y características del cartón y los pigmentos,
y en todas se palpa la idea de la maqueta clástica francesa, aunque añaden muchos menos detalles
finos en comparación a la idea original.
A nivel nacional, podríamos destacar las colecciones albergadas en la Universidad de Zaragoza y en
la Universidad Complutense de Madrid quien, concretamente, conserva el maletín original que
acompañaba las colecciones de bocas de équidos. Aun así, muchos han sido los organismos españoles
que han podido disfrutar y aprender con estas piezas, aunque no estuvieran directamente relacionados
con la Medicina.
Los valores del Doctor
Pensando en el conjunto de su obra, podemos destacar de Auzoux las colecciones del Hombre y del
Caballo, dos personajes esenciales en la vida de la época y más para él, teniendo en cuenta que el
medio rural y el ejército tocaba a su familia de cerca.
Un hecho a destacar es, que se diseñaran algunos sistemas orgánicos en dos tamaños. De esta manera,
estarían al alcance de una institución acomodada pero también de un particular curioso y menos
pudiente. Un ejemplo de ello fue la fabricación del hombre completo en versiones de 116 cm y 180
cm de alto. Además, Auzoux no solo ponía a disposición del pueblo el material, sino que él mismo
también dedicaba los domingos a dar clases de Anatomía Comparada y formaba, asesorado por
amigos veterinarios, a muchos de los estudiantes de la Escuela de Caballería de Saumur (Francia) en
Anatomía y Fisiología equina, acceso a los cuales tuvo lugar a través de algún familiar miembro de
ella (Degueurce, 2013).

Conociendo algo más el proceso de fabricación de las piezas, podemos intuir la formación específica
que requirió cada trabajador. El equipo lo formaba cerca de un centenar de empleados. Todos,
permitían que las ideas iniciales se transformaran en tangibles y el Doctor, a cambio, no solo les daba
un sueldo; se comprometió, además, a educarles altruistamente en principios básicos de Anatomía,
higiene personal y salud. Se conoce, de hecho, la existencia de un reglamento interno para fomentar
el respeto entre compañeros y proteger la reputación de la fábrica. Este, era validado por un Consejo,
cuyos integrantes iban cambiando cada trimestre. Lo formaban cinco trabajadores elegidos por la
votación de los propios compañeros (Chanal, 2014). Esto permitía regular el castigo por llegar tarde
o faltar al trabajo sin motivo, premiar al que acudía a las clases de Auzoux, pautaba el uso de una
hucha solidaria para el trabajador enfermo, etc. Una manera de que todos fueran tratados objetiva y
no subjetivamente.

CONCLUSIONES
La fascinación que el Doctor Louis Auzoux sintió desde siempre por la medicina y la docencia ha
facilitado a generaciones de profesionales sus estudios superiores, pero también ha permitido la
evolución de personas sin recursos que, de ninguna otra forma, podrían haber tenido la oportunidad
de cambiar de estrato social. Más allá de ser médico por tener unos estudios reglados, fue instructor
y mentor, sin tenerlos. Procediendo su familia de la agricultura, a él tampoco le sobraban los recursos
y, aun cuando ya lo conocía medio mundo, él seguía ofreciendo clases a todo el que quisiera acudir
cuando abría las puertas de su tienda un domingo sin esperar nada a cambio. Estuvo al servicio de la
sociedad y su tienda ha llegado casi hasta el siglo XXI, muestra de la calidad de lo que un día empezó.
Sin duda: Auzoux, un hombre polifacético.

Pag. 217
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

BIBLIOGRAFÍA

CHANAL, N. P. J. (2014). “L’anatomie clastique de Louis Auzoux, une entreprise au XIXème


siècle”, pp 34-36. [En línea] https://bit.ly/2x1Q6Vh (Fecha de acceso: 15/09/19)

DEGUEURCE, Christophe (2013) “Les mannequins du dr Auzoux, une réussite industrielle au


service la médecine vétérinaire”, en: Bulletin de la Société française d’histoire de la médecine
et des sciences vétérinaires, 13, pp. 7-33. En: https://bit.ly/2ShoSUR (Fecha de
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docteur Auzoux au Musee de l’Ecole Veterinaire d’Alfort”, en: Bulletin de la Société
française d’histoire de la médecine et des sciences vétérinaires, 9, pp.35-49. En:
https://bit.ly/32tvnIP (Fecha de consulta: 16/07/19)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque D:
Iberoamérica y
las Ciencias Veterinarias

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Instrumentos musicales mesoamericanos elaborados con


materiales de origen animal.

‘QUINTERO-MARTINEZ María Teresa, ´´QUINTERO-RODRÍGUEZ María de Lourdes,


´´´ZEPEDA QUINTERO Paola Isabel.
´Universidad Nacional Autónoma de México Av. Universidad 3000, Colonia CU Alcaldía
Coyoacán, Ciudad de México CP 04510
´´Secretaría de Turismo. Schiller 138 piso 3 Col. Bosques de Chapultepec, Alcaldía Benito
Juárez Ciudad de México CP 11580.
´´´ Instituto Nacional de Antropología e Historia, Hamburgo 135 Col. Juárez,
Alcaldía Cuauhtémoc Ciudad de México CP 06600.
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En el área cultural mesoamericana, actual espacio físico que ocupa parcialmente territorio de
los Estados Unidos Mexicanos, Guatemala, Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Costa
Rica; la música fue durante la época prehispánica y aún durante la época de contacto, un
elemento de muchas facetas que indispensablemente acompaño a diversas culturas
durante sus rituales de carácter religioso y de orden político y social.
Los sonidos del ambiente natural eran importantes y se complementaron cuando se
produjeron los primeros instrumentos musicales a los que probablemente se les
atribuían poderes de conectividad espiritual y religiosa, pues el emitir sonidos rítmicos y
armónicos pudo equivaler a la expresión acústica de los dioses Además, como lo menciona
(Estrada, 2000) la imitación de estos sonidos naturales, así como la elaboración de los
instrumentos particularmente hechos sobre materiales provenientes de partes animales
o vegetales; mantenía una comunicación y comunión con el mundo natural.
Un aspecto importante en la cosmogonía de los grupos prehispánicos en México, le
corresponde a la música y a la danza pues existían dioses consagrados a éstas, y para adorarles
y realzar la importancia de los mismos se edificaron templos y recintos especiales. Podemos
mencionar como algunas de las más representativas deidades del panteón prehispánico
relacionadas con el tema, para la época del Posclásico; a Macuixóchitl-Xochipilli, “cinco
flor-señor de las flores” considerado dios de la música, el canto, la danza, entre otras
advocaciones (Castellanos, 1970, León Portilla, 2007; Gómez, 2006); o a Huehuecoyotl
“el coyote viejo” , Dios de la Danza, Música y Carnalidad (Miller y Taube en: Sánchez y
Vicente, 2012); mismas que podemos encontrar representadas iconográficamente en
algunos códices y esculturas.
Por otro parte, en la sociedad prehispánica náhuatl había escuelas especializadas llamadas
cuicacalli “casa de canto” en donde los jóvenes de ambos sexos, aprendían a temprana edad
a ejecutar danza y música, y a elaborar sus instrumentos, tal como lo refiere el cronista Fray
Diego de Durán (Piana, Raby, 1999; Castellanos, 1970). También estaba el mixcoacalli
en donde se guardaban los instrumentos de música, los trajes, y en donde se reunían los
músicos

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y bailarines profesionales (Castellanos, 1970, Raby, 1999). Seguidamente hablaremos de los


instrumentos musicales que involucran los materiales obtenidos de fauna de estas culturas.
Sin la información proporcionada por los hallazgos arqueológicos- instrumentos musicales y
representaciones votivas, esculturas, pinturas murales, caracteres glíficos; así como por los
códices y las diversas fuentes provenientes del período de la conquista de México; la
investigación de la cultura musical de las sociedades prehispánicas hubiera sido casi
imposible, pues tanto la danza como la música son efímeras y no perduran tangiblemente
como la pintura o la escultura. No obstante; la aproximación a la historia del mundo sonoro
en las tradiciones mesoamericanas involucra documentos, y tradición oral.
Para lograr resultados científicos, algunas metodologías de investigación; incluyen
comparaciones etnográficas, históricas o bien experimentales; de intérpretes contemporáneos
que utilizan instrumentos realizados con las técnicas y características indicadas en los códices
precolombinos y los coloniales, así como los documentos escritos por la sociedad ibérica que
registró actividades, conocimientos, gustos y rituales de los locales. Es por lo tanto muy
elevado el grado de importancia histórica social de estos documentos pues la música fue, ha
sido y será también importante para el catolicismo, fuerza religiosa que substituyó al
politeísmo.
Las flautas de hueso que en el Paleolítico Superior en Europa fueron conocidas desde el
40000-10000 a. C. solo aparecieron en América, aproximadamente en el 2500 a. C. (Estrada,
Julio La música de México). Los silbatos de hueso con una perforación que emiten sonidos
de animales y naturales fueron también de uso frecuente en ceremonias y se les consideraban
medios mágicos de comunicación.

Puesto que la imitación de sonidos de animales para la cacería les resultaba muy efectiva,
probablemente se pensó también que las sonajas, imitando el ruido de la lluvia propiciarían
la llegada de los dioses de este elemento. (Castañeda, Daniel y V. T. Mendoza Instrumental
precortesiano).

Los sonidos independientes de la naturaleza o que no imitaban ninguno de los fenómenos


naturales, es decir artificiales, tomaban matices religiosos y por tanto eran indispensables en
las ceremonias religiosas. Algunos de estos instrumentos eran:
a) Raspadores de hueso.
b) Caparazones de tortuga.
c) Sartales de conchas.
Cada uno de los anteriores eran tocados y movidos en una manera particular para cumplir
con métodos no establecidos pero realizados tradicionalmente en las ceremonias del mismo
modo en el que se realizan actualmente. (Martí Samuel, Instrumentos precortesianos 1933)
Los primeros centros ceremoniales, están estrechamente ligados a la existencia de
instrumentos musicales primarios o básicos. Con el desarrollo de los núcleos habitacionales
se eleva el grado de especialización de las sociedades y se crea la cerámica, material con el

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que se elaboran entonces los silbatos y flautas por lo que es evidente que estos instrumentos
ya se conocían con anterioridad pues son elaborados con precisión y sin errores en material
vegetal o animal. Entre los hallazgos funerarios de ciertas culturas alejadas de la costa
sobresale la trompeta de caracol lo que nos indica que el comercio o intercambio también
fueron actividades económicas que hicieron llegar y ampliar la gama de instrumentos a otras
regiones.
Algunos instrumentos eran fabricados por culturas antiguas del centro o sur de México en
forma de aves, reptiles o mamíferos que tenían sin duda un carácter ritual, ya que animales
como el quetzal, la serpiente y el jaguar fueron y aún hasta nuestros días; siguen
considerándose por algunos pueblos indígenas como seres divinos.
En algunas comunidades, las trompetas de caracol fueron pintadas con la técnica al fresco
plasmando en la decoración las divinidades y elementos de la naturaleza que conferían un
grado de importancia mayor a las ejecuciones musicales. El estado de trance se lograba con
el consumo de sustancias psicoactivas y música al mismo tiempo confiriendo al intérprete y
consumidor un nivel de superioridad al del resto de la comunidad.
Los hallazgos relacionados con la música no han sido pocos, su importancia era superlativa.
La música al igual que en este tiempo se clasificaba sin una intención real en regional y
mesoamericana, por ejemplo, el uso de trompetas de caracol para rituales religiosos en toda
el área y el uso de flautas y tambores en ciertos lugares con rítmica específica que se refleja
aún hoy en cada estado.

Geográficamente los murales más famosos en la zona maya, son las pinturas al fresco de
Bonampak, hoy estado de Chiapas, México en su frontera inmediata con Guatemala. Los
músicos de la escenificación que sin duda corresponde a las elites de ese lugar, están
representados con trompetas rectas y caparazones de tortuga, sonajas de calabaza y las ya
mencionadas trompetas de caracol que contribuían a la estratificación sagrada del
ceremonial.
Otro ejemplo de localización geográfica específica, son los caracoles emplumados
representados en la subestructura del mismo nombre en el Conjunto del Quetzalpapálotl en
Teotihuacán, Estado de México, así como el Patio de los Jaguares donde felinos soplan en
trompetas de caracol majestuosamente decoradas con plumas de aves, tal vez una procesión
de sacerdotes. Las trompetas hechas de caracol han sido clasificadas para su estudio como
aerófonos, cuyo generador de sonido es aire oscilante y se le ha nombrado como tecciztli,
atecocoli y/o quiquiztli (Gómez, 2008), y se ha interpretado que el tecciztli estaba dedicado
al dios Quetzalcóatl (Castellanos, 1970).

Otra de las clasificaciones de instrumentos musicales cuyo generador de sonido es el propio


cuerpo que vibra son los ideófonos; como el omichicahuaztli de hueso (humano y
posiblemente también animal), que presentan cortes o estrías paralelas y transversales a lo
largo del hueso y que producen su sonido al rasparlos con otro objeto que puede ser de origen
animal como lo son las conchas del genero Oliva (Gómez, 2008). De este tipo de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

instrumentos se ha inferido, pudieron haber sido utilizados en funerales, como ritos


mortuorios, trofeos de guerra o bien como objetos chamanísticos (Higelin,2013).
Por otro lado, en el caso de las tierras localizadas en el Valle de Oaxaqueña, es digno
mencionar los enormes raspadores de costilla de ballena encontrados en Monte Albán, hoy
Estado de Oaxaca en México. El tamaño de estos instrumentos y las investigaciones
asociadas, dan como resultado la creencia sobre la conectividad con seres enormes de épocas
pasadas.
Otro tipo de ideófono se refiere al Ayotl “que consiste en un caparazón de tortuga que se
percutía con baqueta de hueso de venado. Sobre este instrumento Castellanos (1970)
menciona lo siguiente: “Sánchez de Aguilar escribe que los mayas tenían farsantes que
representaban fábulas e historias antiguas. Las acompañaban al son de tunkules, flautas y
conchas de tortuga.”
Cabe mencionar que este instrumento hasta hace algunos años seguía siendo utilizado en
algunas regiones del país como lo es en la parte media del estado de Tabasco, en la región
Chontalpa; en donde hay presencia de grupos indígenas de filiación maya chontal, el cual se
autodefine como yokot´an. Los tamborileros acompañan música de carácter ritual para lo
cual fabrican sus propios instrumentos, retomando el caparazón del pochitoque (Kinosternon
leucostomun) o en otros casos hicoteas macho (Emys rugosa) (Gallegos, 2001).
Su majestad el tambor, denominado entre los nahuas como huéhuetl; es un membranófono
hecho sobre un tronco de madera ahuecada y cubierto de una membrana con piel de venado,
el cual se tocaba de pie con las manos hacia el centro y en los extremos (Gómez, 2008). Los
huéhuetl también acompañaban el canto y la danza (León Portilla, 2007) y han sido
representados en algunos códices como el Borbónico, el Tonalámatl de Aubin (Sánchez y
Vicente, 2012), Magliabechiano y en el Nuttal (Gómez, 2006). El huéhuetl, intervenía en las
ceremonias para armonizar el espíritu de los espectadores con el beat o ritmo cardíaco
unificando las moléculas con un solo latido, así como sucede actualmente con los danzantes
(conocidos como concheros) de varios estados de la República mexicana que, durante sus
rituales, saltan y bailan con la misma frecuencia y tiempo.
Otro instrumento que hoy se fabrica con cáscaras de frutas y semillas pero que, en su origen,
en la denominada Aridoamérica eran las pezuñas de venado; es el utilizado en el ritual de la
danza dedicada a este mamífero, en Sonora dentro del área yaqui y Seri, en donde
actualmente se lleva a cabo este ritual propiciatorio de las lluvias, en el final de la temporada
más ardua de sequía y el inicio del periodo de temporales para la siembra y posterior cosecha
de las tierras de cultivo.
La guitarra, instrumento netamente europeo, se fabricó ya en el periodo colonial con
caparazones de animales tales como el armadillo, no con intenciones decorativas o
contemplativas, sino rituales y sagradas al utilizar elementos de animales que ya
mencionamos morían por causas naturales o que llegaban a matar por motivos de
sobrevivencia humana. Finalmente, es importante mencionar que varias de las especies que
anteriormente se utilizaban para la elaboración de instrumentos musicales, actualmente se

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

encuentran bajo regulaciones y normas oficiales mexicanas que protegen dicha fauna
silvestre; ya que el hombre las ha sobrexplotado y consumido en exceso o bien ha ido
acabando con su hábitat impactando en su distribución sobre el territorio mexicano. Un
ejemplo de la protección bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010; es la mencionada tortuga
Kinosternon leucostomun, que se encuentra sujeta a Protección Especial (Pr); el armadillo
Cabassous centralis y el venado Odocoileus hemionus cerrosensis que se encuentran
clasificados como en Peligro de Extinción (P) y el venado Odocoileus hemionus sheldoni que
se ha categorizado como especie Amenazada (A); entre otros géneros de caracoles. No
obstante; para algunos grupos indígenas, el acatar dichas disposiciones sobre los usos de estas
especies, igualmente impacta en sus tradiciones y en ciertos elementos que forman parte de
su cultura identidad.

Bibliografía
-Castañeda, Daniel V. T. Mendoza Instrumental precortesiano. Museo Nacional de
Arqueología, Historia y Etnografía, México, 1933
-Castellanos, Pablo, Horizontes de la Música Precortesiana, Presencia de México, Fondo de
Cultura Económica, (Primera Edición), México, 15 de diciembre de 2010.
-Estrada, Julio (ed.), La música de México 1, Historia 1. Periodo prehispánico (ca. 1500 a.
C. a 1521 d. C.) UNAM 1984.
-Gallegos, Miriam 0~VLFDWUDGLFLRQDO<RNRWғDQ7DPborileros de Tabasco,
-Gómez, Luis Antonio, “La documentación de la iconografía musical prehispánica” en
Revista Digital Universitaria, Volumen 7 No. 2, UNAM México, 2006. “Los instrumentos
musicales prehispánicos. Clasificación general y significado” en Arqueología Mexicana,
Vol. 94, Editorial Raíces, México, D.F., noviembre-diciembre, 2008.
-Rivera y Rivera, Roberto, Los instrumentos musicales de los mayas. SEP/INAH, México,
1980
-Higelin, Ricardo, El Omichicahuaztli: Veneración de Ancestros en la Región Este del
Valle de Oaxaca durante el Clásico -Postclásico, Décimo Simposio de Estudios
Oaxaqueños, Oaxaca, 2013.https://www.academia.edu
-León-Portilla, Miguel, “La Música en el Universo de la Cultura Náhuatl” en Estudios de
Cultura Náhuatl, Volumen 38, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F.,
2007.
Raby, Dominique, “Xochiquetzal en el Cuicacalli. Cantos de amor y voces femeninas entre
los antiguos nahuas” en Estudios de Cultura Náhuatl, Volumen 30, UNAM, México 1999.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Musical instruments made with materials from animal origin.

‘QUINTERO-MARTINEZ María Teresa, ´´QUINTERO-RODRÍGUEZ María de Lourdes,


´´´ZEPEDA QUINTERO Paola Isabel.
´Universidad Nacional Autónoma de México Av. Universidad 3000, Colonia CU Alcaldía
Coyoacán, Ciudad de México CP 04510
´´Secretaría de Turismo. Schiller 138 piso 3 Col. Bosques de Chapultepec, Alcaldía Benito
Juárez Ciudad de México CP 11580.
´´´ Instituto Nacional de Antropología e Historia, Hamburgo 135 Col. Juárez, Alcaldía
Cuauhtémoc Ciudad de México CP 06600.
octq1010ahoo.com

In the Mesoamerican cultural area, current physical space that partially occupies territory of
the Mexican United States, Guatemala, Salvador, Belize, Honduras, Nicaragua and Costa
Rica, the music was during the pre-Hispanic era and even during the contact period, an
element of many facets that inevitably accompanied various cultures during their religious
and political and social rituals.

On the other hand, in the Nahuatl pre-Hispanic society there were specialized schools called
cuicacalli "house of singing" where young people of both sexes, learned at an early age to
perform dance and music, and to develop their instruments, as chronicler Fray Diego of
Durán (Piana, Raby, 1999; Castellanos, 1970). There was also the mixcoacalli where music
instruments, costumes were kept, and where professional musicians and dancers met
(Castellanos, 1970, Raby, 1999). Then we will talk about the musical instruments that involve
the materials obtained from the fauna of these cultures.

To achieve scientific results, some research methodologies; they include ethnographic,


historical or experimental comparisons; of contemporary interpreters who use instruments
made with the techniques and characteristics indicated in the pre-Columbian and colonial
codices, as well as the documents written by the Iberian society that recorded activities,
knowledge, tastes and rituals of the premises. The degree of social historical importance of
these documents is therefore very high since music was, has been and will also be important
for Catholicism, a religious force that replaced polytheism.

Bone flutes that in the Upper Palaeolithic in Europe were known from 40000-10000 a. C.
only appeared in America, approximately in 2500 a. C. (Estrada, Julio Music of Mexico).
Bone whistles with a perforation that emit animal and natural sounds were also often used in
ceremonies and were considered magical means of communication.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Since the imitation of animal sounds for the hunt was very effective, it was probably also
thought that the rattles, imitating the noise of the rain would propitiate the arrival of the gods
of this element. (Castañeda, Daniel and V. T. Mendoza Precortesian Instrumental).

The sounds independent of nature or that did not imitate any of the natural phenomena, that
is to say artificial ones, took on religious nuances and therefore were indispensable in
religious ceremonies. Some of these instruments were:

a) Bone scrapers.
b) Turtle shells.
c) Shell salt flats.

Each of the above were touched and moved in a particular way to comply with methods not
established but traditionally performed in ceremonies in the same way they are currently
performed. (Martí Samuel, Precortesian Instruments 1933).

The first ceremonial centers are closely linked to the existence of primary or basic musical
instruments. With the development of the housing nuclei, the degree of specialization of the
societies rises and the ceramics are created, material with which the whistles and flutes are
then made, so it is clear that these instruments were already known before as they are made
with precision and without errors in plant or animal material. Among the funerary findings
of certain cultures far from the coast, the snail trumpet stands out, which indicates that trade
or exchange were also economic activities that made reaching and expanding the range of
instruments to other regions.

Some instruments were manufactured by ancient cultures of central or southern Mexico in


the form of birds, reptiles or mammals that were undoubtedly of a ritual nature, since animals
such as quetzal, snake and jaguar were and even to this day, they continue to be considered
by some indigenous peoples as divine beings.

In some communities, snail trumpets were painted with the fresco technique, embodying the
divinities and elements of nature that gave a greater degree of importance to musical
performances. The trance state was achieved with the consumption of psychoactive
substances and music at the same time giving the performer and consumer a level of
superiority to that of the rest of the community.

The findings related to music have not been few, its importance was superlative. Music, as
at this time, was classified without a real intention in regional and Mesoamerican, for
example, the use of snail trumpets for religious rituals throughout the area and the use of
flutes and drums in certain places with specific rhythm that It still reflects today in every
state.

Geographically, the most famous murals in the Mayan area are the fresco paintings of
Bonampak, now the state of Chiapas, Mexico on its immediate border with Guatemala. The
musicians of the staging that undoubtedly corresponds to the elites of that place, are
represented with straight trumpets and turtle shells, pumpkin rattles and the aforementioned
snail trumpets that contributed to the sacred stratification of the ceremonial.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Another example of specific geographical location is the feathered snails represented in the
substructure of the same name in the Ensemble of the Quetzalpapálotl in Teotihuacán, State
of Mexico, as well as the Patio de los Jaguares where felines blow in snail trumpets
majestically decorated with bird feathers, maybe a procession of priests. The trumpets made
of snail have been classified for study as aerophones, whose sound generator is oscillating
air and has been named as tecciztli, atecocoli and / or quiquiztli (Gómez, 2008), and it has
been interpreted that tecciztli was dedicated to Quetzalcoatl god (Castellanos, 1970).

Another of the classifications of musical instruments whose sound generator is the body itself
that vibrates are the ideophones; as the omichicahuaztli of bone (human and possibly also
animal), which have parallel and transverse cuts or striations along the bone and that produce
their sound by scraping them with another object that can be of animal origin such as the
shells of the genus Oliva (Gómez, 2008). This type of instrument has been inferred, may have
been used in funerals, such as mortuary rites, war trophies or as shamanistic objects (Higelin,
2013).

On the other hand, in the case of the lands located in the Oaxaca Valley, it is worth
mentioning the huge whale rib scrapers found in Monte Albán, now the State of Oaxaca in
Mexico. The size of these instruments and the associated research, result in the belief about
connectivity with huge beings from past eras.

Another type of ideophone refers to Ayotl “which consists of a turtle shell that was percussed
with a deer bone drumstick. On this instrument Castellanos (1970) mentions the following:
“Sánchez de Aguilar writes that the Mayans had fakers representing fables and ancient
stories. They accompanied them to the sound of tunkules, flutes and turtle shells”

It is worth mentioning that this instrument until some years ago was still used in some regions
of the country as it is in the middle part of the state of Tabasco, in the Chontalpa region;
where there is presence of indigenous groups of Chontal Maya affiliation, which defines itself
as Yokot'an. The drummers accompany music of a ritual nature for which they make their
own instruments, retaking the shell of the pochitoque (Kinosternon leucostomun) or in other
cases male hiccups (Emys rugosa) (Gallegos, 2001).

His majesty the drum, named among the Nahuas as huéhuetl; It is a membranophone made
on a hollowed out wooden trunk and covered with a membrane with deer skin, which was
touched standing with the hands towards the center and at the ends (Gómez, 2008). The
Huéhuetl also accompanied singing and dancing (León Portilla, 2007) and have been
represented in some codices such as the Bourbon, the Tonalámatl de Aubin (Sánchez and
Vicente, 2012), Magliabechiano and in the Nuttal (Gómez, 2006). The huéhuetl, intervened
in the ceremonies to harmonize the spirit of the spectators with the beat or heart rhythm
unifying the molecules with a single beat, just as it currently happens with the dancers
(known as concheros) of several states of the Mexican Republic that, during their rituals,
jump and dance with the same frequency and time.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Another instrument that is manufactured today with fruit and seed shells but which,
originally, in the so-called Aridoamerica were deer hooves; It is the one used in the dance
ritual dedicated to this mammal, in Sonora within the Yaqui and Seri area, where this
propitiatory rain ritual is currently carried out, at the end of the most arduous drought season
and the beginning of the period of storms for sowing and subsequent harvesting of farmland.

The guitar, a purely European instrument, was already manufactured in the colonial period
with shells of animals such as the armadillo, not with decorative or contemplative intentions,
but ritual and sacred when using elements of animals that we already mentioned died from
natural causes or that reached kill for reasons of human survival. Finally, it is important to
mention that several of the species that were previously used for the elaboration of musical
instruments, are currently under Mexican official regulations and norms that protect said
wildlife; since the man has overexploited them and consumed in excess or has been ending
their habitat impacting on their distribution over the Mexican territory. An example of
protection under NOM-059-SEMARNAT-2010; it is the mentioned turtle Kinosternon
leucostomun, which is subject to Special Protection (Pr); the armadillo Cabassous centralis
and the deer Odocoileus hemionus cerrosensis that are classified as Endangered (P) and the
deer Odocoileus hemionus sheldoni that has been categorized as Endangered species (A);
among other genera of snails. However; For some indigenous groups, complying with these
provisions on the uses of these species also impacts their traditions and certain elements that
are part of their identity culture.

Bibliography

-Castañeda, Daniel V. T. Mendoza Instrumental precortesiano. Museo Nacional de


Arqueología, Historia y Etnografía, México, 1933
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Cultura Económica, (Primera Edición), México, 15 de diciembre de 2010.
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los antiguos nahuas” en Estudios de Cultura Náhuatl, Volumen 30, UNAM, México 1999.

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ANÁLISIS DE LA INFLUENCIA DE LA OBRA DE DIOSCÓRIDES (DE MATERIA


MEDICA)

José Manuel Martínez Pérez; Jesús Ángel Martínez Pérez; Isabel Mauriz Turrado; Nerea Yugueros
Prieto; Silvia Nicolás Alonso; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León

* Correspondencia: Dr. D. José Manuel Martínez Rodríguez. Departamento de Medicina, Cirugía


y Anatomía Veterinaria (Historia de la Veterinaria), Facultad de Veterinaria de León. Campus de
Vegazana s/n, 24071 – León. Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 987291329.

RESUMEN
La transmisión de parte del conocimiento proveniente de culturas antiguas ha quedado reflejada en
diversos compendios de especial relevancia histórica. Uno de los más importantes para el estudio de
la Farmacología fue la compilación en forma de Tratado de los usos terapéuticos de múltiples
plantas, minerales y otras sustancias de carácter sanitario, De Materia Medica. Esta Obra recoge
estos conocimientos hasta la época de Nerón y le ha hecho merecedor a su autor, Dioscórides, la
consideración de “Padre de la Farmacología”. El propósito de esta comunicación oral es analizar la
influencia de la recapitulación del saber científico efectuada por este médico militar del Imperio
Romano.
Palabras clave: Dioscórides; biblioteca; libro; ediciones.

ABSTRACT
The transmission of part of the knowledge from ancient cultures has been shown in diverse
compendia with special historical relevance. One of the most important for the study of
Pharmacology was the Treatise of the therapeutic uses of multiple plants, minerals and other
substances with sanitary nature, De Materia Medica. This Work collects this kind of knowledge
until the epoch of Nero and has established its author, Dioscorides, the consideration of ‘Father of
Pharmacology’. The purpose of this oral communication is to analyze the influence of the
recapitulation of scientific knowledge made by this military doctor of the Roman Empire.
Key words: Dioscorides; library; book; editions.

INTRODUCCIÓN
Cuando en el siglo XIII Alfonso X “El Sabio” instituyó que la Universidad debía contar con un
Librero que se encargara de la custodia de los libros, estaba reconociendo su figura como un
elemento imprescindible para la salvaguarda de estos tesoros, minuciosa y artesanalmente
producidos, por lo general, en los scriptoria monacales.
En el año 1990 visité por primera vez la Biblioteca General de la Universidad de Salamanca
(USAL) acompañando al Prof. Ángel Barrios García, a la sazón Director de la Editorial de este
centro universitario, quien me presentó como veterinario. Sin duda ese hecho, conocido por el
profesional que nos atendió durante nuestra visita, hizo que entre los libros que nos enseñó estuviera
el manuscrito 2659 de la Biblioteca General, es decir, Dioscórides.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En contadas ocasiones hemos disfrutado de las explicaciones de quienes mejor conocen la historia
de esa magnífica Biblioteca, sobre los tesoros que soportan y acarician sus estantes de madera tan
bien labrada, acerca de los avatares de las sucesivas estancias a lo largo de los siglos de servicio a la
ciencia, o a propósito de los casi tres mil manuscritos que custodia. Siempre hemos admirado
algunos de esos manuscritos que viven en el silencioso pasar de sus páginas hermosas peripecias de
la Historia o son testimonio de la tenacidad con la que los científicos construían sus conocimientos,
los atesoraban con esmero y los trasmitían.
Este códice, uno de los tesoros más codiciados de la USAL, es un manuscrito de finales del siglo
XV o comienzos del siglo XVI, cuya edición facsimilar realizada en el año 2005 ha servido para el
presente estudio. Cuando tuve la fortuna de tenerlo entre mis manos me quedé impresionado por su
belleza, por su estructura y por su contenido. No podía entonces intuir que años más tarde tendría la
fortuna de coordinar un trabajo cuyo objeto sería el análisis del mencionado manuscrito.
En el caso del Dioscórides podemos señalar además un fenómeno singular que pocos libros han
experimentado, esto es la cantidad de copias, elaboraciones, reelaboraciones, interpolaciones,
supresiones, comentarios y exégesis que ha sufrido a lo largo de los tiempos y que no tiene
parangón en el mundo del libro escrito.
Cómo iba a imaginar el cirujano militar anazarbeo, que en tiempos de Nerón recorría el Imperio
acompañando a las legiones romanas, que más de dos mil años después aún estaríamos admirando
su magna obra. Es una cuidadosa y magnífica edición que permite disfrutar a todos de los dibujos
esmerados de plantas con competencias curativas a la par que sirve para apreciar la acumulación de
conocimientos terapéuticos a través de los siglos, algunos de ellos todavía vigentes.

AUTOR Y OBRA
Pedacius Dioscórides Anazarbeo nació en Cilicia (Asia Menor) en el siglo I d.C., en tiempos de
Nerón y Vespasiano; parece muy probable que fuera médico militar griego al servicio de Roma. Su
interés radica en que en él coincidían amplios conocimientos de medicina, botánica y farmacología.
Publicó el primer libro sobre lo que hoy podríamos llamar Farmacología -denominado De Materia
Medica- donde se describen más de seiscientas plantas y principios vegetales, ocupándose además
de las propiedades terapéuticas de múltiples sustancias orgánicas animales y minerales. Estudia
diversos venenos y los animales nocivos para el hombre por las enfermedades que le son
transmitidas.
El Dioscórides primitivo se dividía en cinco libros. Posteriormente se hizo una nueva distribución
en seis. En el primero trata de “las aromáticas medicinas, aceites y ungüentos, árboles y sus
licores, gomas y frutos”. En el segundo se ocupó “de los animales, miel, leche, enjundias;
legumbres y hortalizas, añadiendo las hierbas agudas al gusto, como ajos, cebollas y mostazas”.
En el libro tercero afirma que “es nuestra intención que trate así de las raíces, zumos, hierbas y
simientes domésticas ordinarias a la vida del hombre, como de las medicinales”. En el cuarto
refleja que “se tratará de las especies de plantas y raíces que falten en los tres anteriores”. En el
libro quinto “trataremos de las suertes de vinos y de los minerales”. Por último, el libro sexto
especifica que “se tratará de los venenos mortíferos y de las fieras que los arrojan”. Dioscórides
clasificaba las plantas por sus propiedades terapéuticas y daba consejos atinados para su recolección
y conservación.
Los manuscritos más antiguos del Dioscórides son los de Costantinopla (Codex Vindobonensis), el
de Nápoles, el de Paris y el de Cheltenham.
En la Edad Media se hicieron diversas copias de los manuscritos en Bizancio y algunas de ellas se
tradujeron al árabe, una en Córdoba en tiempos de Abderramán III. En la Europa cristiana
occidental únicamente existían referencias parciales del mismo, como el Pseudo Dioscórides
Longobardo del siglo VI. En realidad hasta el Renacimiento no fue completa y fielmente conocido.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Nicolás Bautista Monardes, médico español del siglo XVI, decía que “Dioscórides investigó y
compuso seis libros sobre hierbas, árboles, plantas, animales, minerales y otras muchas cosas que
le dieron más gloria y fama que la que le hubiese proporcionado la conquista de muchas ciudades
por medio de la guerra”.
La importancia que se daba a Dioscórides era tal que los Titulares de las Cátedras de Botánica de
Bolonia y de Wittenberg en el siglo XVI eran denominados “Lectores de Dioscórides”. En el siglo
XVII continuaba su fama, escribiendo Thomas Johnson que “De Materia Medica constituía el
fundamento de todo lo que se habla dicho sobre el asunto”. En estos siglos del Renacimiento el
estudio y la explicación del Dioscórides fue una de las principales preocupaciones de los botánicos
y de los médicos.
El tratado en lengua griega de Dioscórides (siglo I d.C.) fue muy admirado, respetado y considerado
ya en época imperial romana, y siguió siéndolo en la Edad Media tanto en la esfera bizantina como
en los ámbitos latino y árabe1. Su difusión en el Renacimiento mediante su primera versión impresa
en griego en 1499, y después a través de traducciones al latín 2, hizo que su repercusión fuera tal que
también comenzó a traducirse a lenguas romances como el español (Andrés Laguna, 1555) y el
italiano (Pietro Andrea Mattioli, 1544), entre otros.
La discusión sobre la identificación de las plantas contenidas en el Dioscórides fue motor para la
investigación botánica. Se convirtió en modelo para los Tratados sobre esta materia, aunque no se
ciñeran a las hierbas especificadas por Dioscórides. Desde el punto de vista de la nomenclatura, los
textos de Dioscórides tienen una serie de características que fueron imitadas por los botánicos
renacentistas. Así, podemos observar las siguientes características:
a) Para cada planta se señala, si se considera relevante, más de un nombre griego. En este
sentido el tratado de Dioscórides fue sufriendo interpolaciones que iban incrementando esta serie
de sinónimos3.
b) Si los nombres de la planta tienen significado en griego, por estar formados por derivación o
composición de otros términos griegos, se explica el motivo de la denominación en relación con
las características botánicas, terapéuticas, de uso, etc.
c) Aparecen nombres equivalentes en otras lenguas, como latín, lenguas orientales, árabe, etc.,
que no proceden del propio Dioscórides, sino que son añadidos posteriores; en cualquier caso
figuraban en los textos que manejaban los renacentistas.
d) Se ofrece una descripción botánica sucinta de la planta que permita en lo posible su
identificación. En este sentido, ya antes de Dioscórides, los tratados griegos de plantas ofrecían
imágenes para facilitar la tarea de identificación.
e) Se indican las virtudes terapéuticas con referencia a distintas patologías.

ALGUNAS EDICIONES DEL DIOSCÓRIDES EN LA EDAD MEDIA


- Pietro d'Abano. De materia medica, cum annotationibus Petri de Abano. Collae: Johannes de
Medemblick, 1478.
- Aldo Manucio. Pedacii Dioscoridis De materia medica. Seudo-Dioscorides: De letalibus venenis,
De venenatis animalibus. Nicandro: Theriaca. Alexipharmaca. Venetiis: Aldus [Manutius], 1499.

1
González Manjarrés, M.Á. y Herrero Ingelmo, M.C. Estudio: Un herbario ilustrado sin texto.
Madrid, Testimonio, 2004.
2
Las primeras traducciones renacentistas a partir del texto griego son de Ermolao Barbaro, en
Venecia (1516) y la más influyente es de Jean de Ruel (París, 1516).
3
Touwaide, A. “Phytonymie et pharmacologie”, en Actes du colloque International “Les
phytonymes grecs et latins”. Niza, 1993.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

- Traducción de Jean Ruelle. Pedacii Dioscoridis anazarbei de medicinali materia libri quinque; De
virulentis animalibus et venenis cane rabioso et eorum notis libri quattuor, Ioanne Ruellio...
interprete. Parisiis: Officina Henrici Stephani, 1516.
- Herederos de Manucio. Pedacii Dioscoridis de materia medica libri sex; (edentibus Hieronymo
Roscio et Francisco Asulano). Al fin: Venetiis: in aedibus Aldi et Andreae soceri, 1518.
- Antonio Nebrija. De medicinali materia…, Ioanne Ruellio Suessionensi interprete. Compluti
Carpetiniae: in Officine Arnaldi Guillelmi [Brocarri], 1518.
- Marcello Virgilio. Pedacii Dioscoridae anazarbei de medica materia libri sex, interprete Marcello
Virgilio. Florentiae: per Haeredes Philippi Iuntae Florentini, 1518.
- Johannes Heyl (Soter). Pedacii Dioscoridae anazarbei, de medica materia libri v. Colonia:
Johannes Heyl (Edición bilingüe griego-latín), 1529.
- Johannes Haynpol (Cornarius). Pedacii Dioscoridis de materia medica libri sex. Eiusdem de
venatis animalibus libri duo. Basilae: ex edibus Ioan. Bebelii, 1529.
- Edición de Otto Brunfels. P. Dioscoridae Pharmacorum simplicium reique medicae libri VIII, Io.
Ruellio interprete. In inclyta Argentorato: apud Io. Schottum, 1529.
- Walter Hermann Ryff. Pedanii Dioscoridis Anazarbei De medicinali materia libri sex, Ioanne
Ruellio... interprete; per Gualtherum H. Ryff... edita. Francofurti: apud Chr. Egenolphum, 1543.
- Primera traducción al italiano de Pietro Andrea Mattioli. Libri quinque della historia & materia
medicinale, tradotti in lengua volgare italiana da m. Pietro Andrea Mattioli… Venetia: Nicolo de
Buscarini, 1544.
- Miguel Servet. Pedanii Dioscorides Anazarbei De medica materia libri sex, Ioanne Ruellio...
interprete. Lugduni: apud Theobaldum Paganum, 1546.
- Jacques Goupyl. Primera variante. Dioscoridis libri octo: graece et latine. Parisiis: apud Petrum
Haultinum; (excudebat Benedictus Prevost). (Edición bilingüe griego-latín). / Segunda
variante. Dioscoridis libri octo graece et latine. Parisiis: impensis Viduae Arnoldi Birkmanni; (Al
fin: excudebat Benedictus Prevost). (Edición bilingüe griego-latín), 1549.
- Primera traducción al francés. Les sex livres de Pedacion Dioscoride d'Anazarbe de la matière
medicale, translatez de latin en françois[par Martin Mathée]. A Lyon: par Balthazar Arnoullet,
1553.
- Pietro Andrea Mattioli. Commentarii in libros sex Pedacii Dioscoridis de medica materia.
Adjectis quam plurimis plantarum et animalium imaginibus eodem authore. Venetiis: Vinc.
Valgrisi, 1554.
- Comentarios de Andrés Laguna. Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum, per Andream
Lacunam Segobiensem Lugduni: apud Gulielmum Rovillium, 1554. / Primera traducción al
castellano. Pedacio Dioscorides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos
mortíferos. Traduzido de lengua griega, en la vulgar castellana... por el doctor Andrés de Laguna.
Anvers: en casa de Juan Latino, 1555.
- Primera traducción castellana editada en Salamanca. Pedacio Dioscorides anazarbeo, acerca de la
materia medicinal y de los venenos mortíferos. Traduzido en lengua griega en la vulgar castellana...
por el doctor Andrés de Laguna. En Salamanca: por Mathias Gast, 1563.
- Jean-Antoine Sarasin. Pedakiou Dioskoridou tou anarzabeos ta sozómena hapanta=Pedacii
Dioscoridis anarzarbaei Opera quae extant omnia, ex noua interpretatione Iani Antonii Sarraceni...
Francofurti: sumptibus Heredum Andreae Wecheli, Claudii Marnii & Ioan. Aubrii, 1598.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Referencias bibliográficas
Ediciones facsimilares del Dioscórides
• 1962. Instituto de España. Pedacio Dioscórides Anazarbeo (1555), Andrés Laguna; [introducción
y comentarios por Teófilo Hernando y Ortega]. Madrid: Instituto de España, 1968. 2 v. (en realidad
reproduce la edición de Salamanca, 1566).
• 1991. Consejería de Agricultura y Cooperación de la Comunidad de Madrid. Pedacio Dioscórides
Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Madrid: Comunidad de
Madrid, 1991 (Reproduce la edición de Anvers: en casa de Juan Latino, 1555).
• 1996. Roig impresores. Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Valencia:
Roig impresores, 1996. (Reproduce la edición de Valencia: Imprenta de Vicente Cabrera, 1677).
• 2005. Ediciones Universidad de Salamanca. Dioscórides: ms. 2659 de la Biblioteca General
Universitaria de Salamanca.

Otras
- André, J. Les noms de plantes dans la Rome Antique (París, Belles Lettres, 1985), que se
complementa con los distintos trabajos recogidos en Actes du colloque International “Les
phytonymes grecs et latins”. Niza, 1993.
- Chantraine, P. Dictionnaire étymologique de la langue grecque. Histoire des mots. París, Editions
Klincksiek, 1968-1980;
- Corominas, J. y Pascual, J.A. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Madrid,
Editorial Gredos, 1980-1991.
- Ernout, A. y Meillet, A. Dictionnaire étymologique de la langue latine. Histoire des mots. París,
Editions Klincksiek, 1967.
- Font Quer, P. Plantas medicinales: El Dioscórides renovado. Barcelona, Editorial Labor, 1983.
- Herrera, M.T. Diccionario español de textos médicos antiguos. Madrid, Editorial Arco, 1996.
- Osbaldeston, T.A. Dioscorides De Materia Medica. Johannesburgo, Ibidis Press, 2000.
- Peset, V. “Una versión española de la Materia Medica de Dioscórides” en Journal of the History
of Medicine and Allied Sciences, X, 1, 1954.
- Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española, 22ª ed. Edición electrónica, 2003.
- Stromberg, J.R. Griechische Pflanzennamen. Gotemburgo, Elander, 1940.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

DEL CURSO DE PRÁCTICOS EN SANIDAD ANIMAL


AL PNF EN MEDICINA VETERINARIA
Nuevas aportaciones sobre la Historia de la Educación Médico Veterinaria en Venezuela.
Naudy Trujillo Mascia1 y Milva Javitt-Jimenez2
Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina Veterinaria
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado
1
Decanato de Ciencias Veterinarias - Departamento de Ciencias Sociales y Económicas
Núcleo Tarabana – Cabudare - estado Lara – Venezuela
Telf. 0251-2592416
2
Decanato de Ciencias de la Salud - Departamento de Medicina Preventiva y Social
e-mail: [email protected] - website: http://naudytrujillomascia.jimdo.com

RESUMEN
Tras varios intentos fallidos por implantar los estudios veterinarios en Venezuela en la segunda mitad
del siglo XIX y a principios del XX, en 1934 se organiza y dicta el Curso de Prácticos en Sanidad
Animal, hecho que se considera marca el inicio formal de la profesión en el país y que da paso
eventualmente a la creación de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de
Venezuela (UCV), la cual mantuvo su hegemonía hasta 1964 cuando a partir de ese año van surgiendo
paulatinamente cuatro escuelas universitarias mas, ubicadas en igual número de diferentes regiones.
Con la llegada del nuevo milenio, se desarrolla en algunas universidades el proceso de
municipalización de estudios médico veterinarios que se continuarán con la creación en 2014 del
Programa Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria; ambos mecanismos al menos
quintuplican el número de instituciones que ofertan la carrera, diversifica geográficamente las
posibilidades de acceso y plantean cambios transcendentes en los planes de estudio.
Este trabajo de investigación se aproxima a una reconstrucción del proceso histórico de la Educación
Médico Veterinaria en Venezuela en los últimos tiempos mientras hace aportes de análisis crítico sobre
sus alcances, logros, fortalezas y debilidades.
Palabras Clave: Estudios Veterinarios, Historia, Venezuela.

ABSTRACT
After several failed attempts to implement veterinary studies in Venezuela in the second half of the
19th century and at the beginning of the 20th century, in 1934 was organized and taught a Course of
Animal Health Practices which is considered the formal beginning of the profession in the country and
gave way subsequently to the Faculty of Veterinary Sciences of the Central University of Venezuela
(UCV), which maintained its hegemony until 1964 when from that year they go gradually emerging
four more university schools, located in the same number of different regions.
With the arrival of the new millennium, started a process of municipalization of veterinary medical
studies which was continued with the creation in 2014 of the National Training Program (PNF) in
Veterinary Medicine; both mechanisms at least quintuple the number of institutions that offer the
career, geographically diversify the possibilities of access and raise transcendent changes in the
curricula.
This research paper approaches a reconstruction of the historical process of Veterinary Medical
Education in Venezuela in recent times while providing critical analysis of its goals, achievements,
strengths and weaknesses.
Key Words: Veterinary Studies, History, Venezuela

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Orígenes de los Estudios Médicos Veterinarios en Venezuela


Al finalizar la Guerra de Independencia y la separación de Venezuela de la llamada Gran Colombia, en
1830 los dirigentes republicanos dirigieron su atención al rescate y reimpulso del fabuloso negocio
ganadero que había contribuido enormemente al desarrollo colonial del país. Es así como partir de la
segunda mitad del siglo XIX y hasta principios del XX, se sucedieron varios intentos por implantar
sistemas de atención sanitaria animal y los estudios veterinarios, los cuales resultaron fallidos
fundamentalmente por el ambiente de conflictividad política y social por el que atravesó la nación en
ese periodo, caracterizado por el caudillismo, diversos episodios de levantamientos civiles y militares y
particularmente por la denominada Guerra Federal.
Al iniciarse el siglo XX, la ganadería venezolana se mantiene como una explotación extensiva
latifundista de precaria productividad debido a las técnicas de producción y las enfermedades que
diezmaban los rebaños. En este escenario, Juan Vicente Gómez asume la Presidencia de la República
en 1908 con la idea de conjurar el atraso nacional que generaba anarquía, perturbación social y pobreza
generalizada. Gómez, con una trayectoria ganadera familiar y personal, se enfrasca en la promoción de
la sanidad animal, como mecanismo de garantizar la producción, así su régimen crea una serie de
instancias gubernamentales para regir y promover la actividad ganadera así como su industrialización,
la sanidad animal y la salud pública, algunas de estas instancia por cierto dependientes directamente del
despacho del Presidente.
En 1930 se crea el novedoso Ministerio de Salubridad y Agricultura y Cría (MSAC) para el cual se
contrata personal médico veterinario extranjero, en principio Wladimir Kubes(Checo), Carlos
Otto(Chileno) e Emilio Graña y Fernando Roumiguiere (Argentinos), luego Enrique Vogelsang
(Uruguayo) y posteriormente Edward Morgan (Norteamericano) y Pietro Bartoletti (Italiano) quienes
se encargarían del diseño de un plan ganadero y sanitario animal, de la creación de parcelas
experimentales y laboratorios de diagnóstico y, fundamentalmente, de la creación de la Escuela de
Expertos Agropecuarios, Prácticos en Sanidad Animal y Veterinaria y Zootecnia cuyos cursos
comenzaron en 1934 cambiando la historia de Venezuela en lo que a producción agropecuaria se
refiere 1 y razón por la cual se considera a Juan Vicente Gómez como el creador de la moderna
medicina veterinaria venezolana.
Hacia 1938 esta incipiente escuela de expertos se transforma en Escuela Superior de Veterinaria, luego
en 1940 adquiere rango universitario transformándose a Escuela de Medicina Veterinaria, pasa
paulatinamente entre 1943 y 1945 a Facultad de Medicina Veterinaria con respaldo de Universidad
Central de Venezuela (UCV), a la cual se adscribe definitivamente en 1948 y en donde en 1959 pasa a
Facultad de Ciencias Veterinarias. 2
Diversificación de la Oferta Académica
En las décadas de los 40 y 50 del siglo XX, influenciado por las necesidades y los cambios político-
económicos derivados de la II Guerra Mundial y el período de Posguerra, se observó un repunte de las
exportaciones de carne y cueros de Venezuela a USA y Europa. Sin embargo, la atención sanitaria de
los rebaños no creció a la par del alto desarrollo ganadero por lo que se presentaron algunos brotes
epidémicos de enfermedades como la Fiebre Aftosa; los cuales evidenciaron dramáticamente la
necesidad de crear nuevas facultades de Medicina Veterinaria, ya que era claro que la primigenia y
única Facultad adscrita a la UCV, no producía los suficientes profesionales como para atender el
próspero negocio ganadero venezolano. 3

1
FREITES, Yajaira: La Implantación de la Medicina Veterinaria en Venezuela. p 4.
2
LEON ARENAS, José Antonio. Breve historia de la Medicina Veterinaria. pp 75-77.
3
Trujillo Mascia, Naudy. Historia y Organización del DCV-UCLA. pp 2-3.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En este sentido, en varias regiones con gran potencial y tradición para la ganadería en Venezuela, se
comenzaron gestiones con la intención de abrir estudios Médico Veterinarios que aumentaran la
tecnificación, el avance y el mejoramiento de la producción animal con una visión de calidad sanitaria.
Las diligencias adelantadas por Médicos Veterinarios del Estado Lara, liderados por el Dr. Alfonso
Maldonado, concretaron primero el objetivo. Así, el actual Decanato de Ciencias Veterinarias de la
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (DCV-UCLA) en Barquisimeto, segunda facultad de
la carrera creada en Venezuela, nació como Escuela de Ciencias Veterinarias adscrita al CEDES
(Centro Experimental de Educación Superior), célula primigenia de lo que actualmente es la UCLA, el
03 de Febrero de 1964, fecha en que comienza el Primer Curso Básico de Medicina Veterinaria. 4
Un año después, en 1965, las gestiones realizadas por el Dr. Ramón Parra Atencio fructifican en la
creación de la Facultad de Medicina Veterinaria de La Universidad del Zulia (FCV-LUZ) en
Maracaibo. 5
A finales de la década los 1970’s el Dr. Oscar Abreu Abreu egresado y destacado profesor de la FCV-
LUZ promueve la creación de otra facultad en su lar nativo, resultando el Programa de Medicina
Veterinaria del Programa Académico de Ciencias del Agro y del Mar de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda UNEFM en Coro, Estado Falcón. 6
No obstante, estas cuatro primeras facultades estaban ubicadas en el centro y en occidente del país, por
lo que la zona oriental, también con un importante potencial pecuario y una explosión urbana derivada
de la actividad primaria de minería y petróleo, quedaba desatendida del desarrollo académico médico
veterinario. Buscando solventar tal necesidad, la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
(UNERG) a partir de 1985 diseña una carrera en el área que se concreta en 1992 en su Programa de
Medicina Veterinaria. 7
Se estima que estas 5 facultades tradicionales de medicina veterinaria venezolanas han graduado a la
fecha unos 14000 profesionales de los cuales unos 12000 podrían estar en el país; la cifra exacta es
difícil establecerla ya que la información de las universidades es limitada o confusa. Por otro lado, la
Federación de Colegios de Médicos Veterinarios de Venezuela (FCMVV), máximo ente gremial de la
profesión, desconoce el número exacto y en cuanto a los médicos veterinarios existentes en el país su
última estimación data de 2016 y se aproximaba a 10000 profesionales, dato particularmente curioso.
Asimismo, los organismos gubernamentales regulatorios de la profesión, al igual que otras instancias,
hace algún tiempo no emiten datos oficiales; solo se cuenta con un reporte de la Oficina Internacional
de Epizootias (OIE) que indica que en 2004 laboraban en Venezuela 10295 médicos veterinarios. 8
En definitiva, los problemas socio-económico-políticos venezolanos que han impulsado la migración
parecen estar forzando también un pernicioso alejamiento colegial, debilidad gremial y la diáspora
médico veterinaria, por lo que también se necesitan investigaciones al respecto para poder calcular el
número exacto de profesionales en el país.
En todo caso, utilizando el Índice Ruppanner establecido por la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 9 10 que toma en cuenta el número de habitantes de un país
y el total de animales necesarios para su alimentación en el cual se estima se requieren de 2 a 5 médicos
veterinarios por cada 10.000 Habitantes; y conociendo que la proyección poblacional de Venezuela

4
Ibidem. p 3.
5
HERNÁNDEZ ROMERO, José. Historia de la Medicina Veterinaria. Tomo 2, p 55.
6
Ibidem. Tomo 2, p 56.
7
Ibidem. Tomo 2, p 58.
8
FAO. Veterinarians and technical personnel - Venezuela/2004.
9
RUPPANNER, Roger. Veterinary education for public and private practice and research in developing countries.
10
SMITH, A. y HUNTER, A. Education and training needs of animal agriculture in developing countries.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

para el año 2020 es de aproximadamente 32.000.000 Habitantes 11, el país necesitará en los próximos
años un numero que se acerque a 16.000 Médicos Veterinarios por lo que es menester un aumento
continuado en la matrícula universitaria en sus facultades.
Proceso de Expansión Geográfica: La Municipalización
Esta realidad es enfrentada en la primera década de nuevo milenio por al menos tres de las
universidades que ofertan estudios médico veterinarios en Venezuela a través de diferentes estrategias
que buscan enmarcarse en un proceso de municipalización de los estudios superiores que plantea el
gobierno nacional que a su vez se alinea con el proyecto socialista de la llamada 5ta República que
surge con la llegada del Presidente Hugo Chávez al poder.
En tal sentido, LUZ plantea la creación de Núcleos Foráneos de Estudios Básicos de Medicina
Veterinaria en diferentes localidades del estado Zulia y asoma la posibilidad de una eventual
ampliación de la carrera en tales núcleos proyecto que paulatinamente fue consolidándose.
Por su parte, la UCLA formula en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la
Agricultura (IICA), organismo especializado perteneciente a la Organización de los Estados
Americanos, un proyecto siguiendo el paradigma Universidad-Territorio que contemplaba entre sus
programas docentes, de investigación y extensión, la creación del Programa de TSU 12 Pecuario (como
salida intermedia del Programa de Medicina Veterinaria) con sede en la Estación Experimental “Dr.
Manuel Salvador Yépez” en El Torrellero, Sarare, estado Lara, así como la creación de un Núcleo
Foráneo en Yumare, estado Yaracuy, para ofertar eventualmente las carreras de TSU Agropecuario,
TSU Pecuario y Medicina Veterinaria. Este proyecto no llegó a concretarse por la invasión y despojo
de la Estación Experimental y por los problemas presupuestarios que han aquejado a la universidad
venezolana en los últimos tiempos.
En el caso de la UNEFM, se comenzó la apertura de extensiones de su programa de Medicina
Veterinaria en todos los municipios del estado Falcón, dos municipios del estado Yaracuy y en
Barquisimeto; y asimismo se estableció un convenio interinstitucional con la Universidad Nacional
Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ) para apertura de la carrera en
Barinas, estado Barinas, mientras el órgano rector el Consejo Nacional de Universidades (CNU)
aprobaba su apertura independiente en esta universidad del sur occidente venezolano.
El Programa Nacional de Formación (PNF)
En enero del año 2014, el gobierno nacional, a través de su Ministerio del Poder Popular para la
Educación Universitaria, en su política de creación de Programas Nacionales de Formación alineados
con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Político de la Nación así como con su proyecto de
creación de un nuevo modelo productivo socialista, y en el marco de sus Misiones Alma Mater y
Sucre 13 crea el Programa Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria 14 con una salida
intermedia de TSU en Sanidad Animal y con diseños curriculares flexibles por los cuales cada
universidad diseña su propio plan de estudios adaptado a sus realidades y a las de su entorno además de
abrir la posibilidad de la acreditación de saberes de los estudiantes.
A partir de ese momento comienzan a organizarse en diversas instituciones universitarias a lo largo y
ancho del país programas de ese tipo; en una revisión hemerográfica y de websites institucionales se ha
podido contabilizar hasta agosto de 2019 la cifra de 50 programas tipo PNF de Medicina Veterinaria

11
INE. Proyecciones de Población con Base al Censo 2011-Año Calendario.
12
Técnico Superior Universitario, carrera corta de 3 años.
13
MPPES. Resolución por la cual se regulan los Programas Nacionales de Formación en Educación Superior.
14
MPPEU. Resolución mediante la cual se crea el Programa Nacional de Formación en Medicina Veterinaria.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ofertados por 13 universidades; sin embargo, por los anuncios encontrados podemos esperar que la
cuenta continúe creciendo.
Consideraciones Finales
Con el proceso de municipalización de estudios médico veterinarios tanto como con el Programa
Nacional de Formación (PNF) en Medicina Veterinaria en Venezuela en definitiva se multiplican por
10, al menos, el número de instituciones que ofertan la carrera, se diversifica geográficamente las
posibilidades de acceso, facilita el manejo de números pequeños de educandos y se plantean cambios
transcendentes en los planes de estudio orientados hacia la resolución problemas locales y comunitarios
No obstante, la proliferación de escuelas y facultades de medicina veterinaria parece ser un fenómeno
en muchos países en la actualidad pero es además un tema abordado con preocupación 15 sobre todo
porque esta oferta desenfrenada genera muchas inquietudes en cuanto a la preparación de los docentes
que se emplean, a la infraestructura y equipos requeridos, a la calidad aparentemente dudosa de los
programas, la masificación de egresados que produce las consecuencias naturales por ejemplo en el
número de puestos de trabajo, las deficientes condiciones laborales, las bajas remuneraciones y la
deserción profesional
En el caso de Venezuela las mayores críticas a este proceso se dirigen a las deficiencias en prácticas de
campo; la falta de coordinación y homologación entre programas; la falta de interacción y cooperación
con la FCMVV el empleo de docentes sin concurso de ingreso, con baja preparación pedagógica y
ocupados en múltiples asignaturas; una pesada carga ideológica político partidista; fallas en el
cumplimiento de la orientación One Health y los lineamientos OIE/OMS/WVA; y el peligro de la
promoción del ejercicio ilegal por parte de los TSU en Sanidad Animal. De hecho la FCMVV se ha
manifestado públicamente su preocupación por la improvisación y anarquía en su implementación. 16
Otro planteamiento se refiere al hecho de que en concordancia con las recomendaciones de la European
Association for the Establishment of Veterinary Education (EAEVE), la Federación de Veterinarios de
Europa (FVE) y la World Veterinary Association (WVA) que estiman una (01) Facultad por cada 7 a10
millones de Habitantes para mantener un estándar de calidad en la formación y los servicios
veterinarios 17, las 5 facultades tradicionales existentes en Venezuela serían suficientes. Así que sería
menester no abrir más programas, escuelas o facultades, potenciar y atender adecuadamente desde el
punto de vista financiero las existentes permitiendo su autogestión y autofinanciamiento, promover las
alianzas y cooperaciones entre ellas, mejorar las condiciones académicas y laborales del profesorado,
obligar a las universidades a impactar realmente el desarrollo y a ceñirse a los lineamientos de
organismos especializados como OIE, OMS, FAO, WVA, PANVET y finalmente obligar y
comprometer a las instituciones y a la FCMVV a asegurar mayor supervisión y más cercano contacto.
Fuentes
CASTILLO, Oswaldo y TRUJILLO MASCIA, Naudy. PROYECTO UCLA-TERRITORIO: Propuesta Inicial de
Trabajo. Barquisimeto (Venezuela). Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias Veterinarias..
2010. 30 pp.
DIARIO VETERINARIO. Siguen las reacciones contra la apertura de más facultades de Veterinaria. Madrid (España).
Nota de la Oficina de Redacción, del viernes 12 de julio de 2019. Revisado en Julio del 2019. Disponible en:
http://www.diarioveterinario.com/texto-diario/mostrar/1478253/siguen-reacciones-contra-apertura-facultades-
veterinaria?fbclid=IwAR2I4P4yggsY3bhysp9GGXZCv7zlEbbPhZxgkHqyHT783oaLP9I-JyamMPQ

15
DÍAZ, Gonzalo J. La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los
veterinarios.
16
FCMMV. Los Pseudo Estudios de Ciencias Veterinarias.
17
DIARIO VETERINARIO. Siguen las reacciones contra la apertura de más facultades de Veterinaria.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

DÍAZ, Gonzalo J. La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los
veterinarios. Bogotá (Colombia). Rev. Med. Vet. Zoot. 60 (I), enero - abril 2013: 9. Editorial.
FCMMV. Los Pseudo Estudios de Ciencias Veterinarias. Caracas (Venezuela). Twit publicado en la cuenta de la red
social Twitter @Federacioncole1 el 06/06/2019 a las 2:20 am. Revisado en Julio del 2019.
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FREITES, Yajaira. La Implantación de la Medicina Veterinaria en Venezuela: El papel de los pioneros extranjeros
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TRUJILLO MASCIA, Naudy. Historia y Organización del DCV-UCLA. Barquisimeto (Venezuela). Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado, Decanato de Ciencias Veterinarias. Material de Estudio Mimeografiado. 2010. 20 pp.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ORIGEN DEL EMPLEO DE LAS PLANTAS MEDICINALES


Nerea Yugueros Prieto; José Manuel Martínez Pérez; Isabel Mauriz Turrado; Silvia Nicolás
Alonso; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León

* Correspondencia: Dr. D. José Manuel Martínez Rodríguez. Departamento de Medicina, Cirugía y


Anatomía Veterinaria (Historia de la Veterinaria), Facultad de Veterinaria de León. Campus de
Vegazana s/n, 24071 – León. Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 987291329.

RESUMEN
Es bien sabido que el hombre primitivo ha venido utilizando las plantas desde sus inicios, en concreto
centrándose en sus usos terapéuticas. Lo que se desconoce es cómo fue capaz de darse cuenta, si por
casualidad o guiado por un instinto como el de los animales.
Los usos de multitud de hierbas medicinales han ido transmitiéndose entre generaciones y culturas
antiguas (Mesopotamia, Egipto, etc.), siendo recopiladas en diferentes escritos posteriores que han
podido llegar, directa o indirectamente, hasta nuestras manos. El objetivo de esta comunicación oral
es la compilación de algunos hechos o actitudes relevantes que pueden haber supuesto el germen del
uso de distintas plantas con un fin medicinal.
Palabras clave: Plantas medicinales; Prehistoria; enfermedad; hechicero; mágico.

ABSTRACT
It is well known that the early man has been using the plants since his inception, concretely focusing
on their possible therapeutic uses. What is unknown is how he was able to realize, if it was by chance
or guided by an instinct just like in animals.
The uses of lots of medicinal herbs have been communicated among generations and ancient cultures
(Mesopotamia, Egypt, etc.), being compiled in different subsequent documents that have come to our
notice, both directly and indirectly. The objective of this oral communication is the compilation of
some relevant facts or attitudes that may have meant the use of different plants for medicinal purposes.
Key words: Medicinal plants; Prehistory; disease; wizard; magic.

Introducción
Aunque no se conoce con exactitud la manera ni el momento en que el hombre tuvo un primer
contacto con las drogas, está claro que las culturas “primitivas” encontraron sustancias de carácter
medicinal. Quizá fuera debido a algún tipo de indisposición por lo que el hombre comenzara a
consumir ciertas plantas guiado por su instinto, como hacen actualmente ciertos animales (por
ejemplo los gatos y los perros) (Barboza y cols., 2009)
En las culturas históricas más remotas -como la mesopotámica o la egipcia- existían hierbas
medicinales eficaces como la adormidera, el eléboro blanco y negro o el aloe, que ya eran usadas
popularmente cuando Dioscórides escribió su Obra (De Materia Medica) en el 65 d.C.,
aproximadamente (Dioscórides, 1998).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Origen del estudio del binomio “Salud – Enfermedad”


Es lógico que la enfermedad siempre haya sido motivo de preocupación para la sociedad. Aunque
tuvo una especial relevancia en el Renacimiento cuando el cuerpo humano suponía una dimensión
trascendental, desde antes se habían ido sentando las bases para que este hecho ocurriera. La patente
evolución de la Medicina estuvo ligada también al reencuentro con los clásicos. De hecho, muchos
médicos eran a la vez traductores y correctores del contenido específico de estas materias (Yugueros
Prieto y cols., 2011).
En contraposición, lo que hoy en día es entendido como “Salud” ha atravesado diferentes etapas
históricas, estando las dos primeras circunscritas al periodo anterior a la Edad Moderna. Son las
siguientes:
- Mágica: El brujo se encargaba de sanar a aquéllos considerados como castigados, es decir, a los
enfermos.
- Sacerdotal: A partir de este momento interviene el sacerdote desplazando al mago o brujo.
- Empírica: La comunidad científica del s. XVI volvió sus ojos a Hipócrates. El “neohipocratismo”
fue considerado por estudiosos como Baglivi, Boerhave o Sydenham.
- Científica: Aquí destacan personalidades como Virchow, Pasteur o Koch.
- Científica avanzada: Desde el siglo pasado hasta la actualidad se han producido avances
espectaculares en el conocimiento y control de las enfermedades.

Origen mágico
Existen ciertos vestigios como en la Gruta de Trois Frères, en Ariège (Francia), que nos sugieren
posibles tratamientos utilizados por pueblos prehistóricos; en ella figura un hechicero en actitud de
saltar o bailar. De hecho, si se analiza podemos deducir que el origen del uso de plantas medicinales
tenía un componente mágico. Brujos, hechiceros y adivinos eran los intermediarios entre este mundo
y el divino. Para poder comunicarse con la otra esfera utilizaban conjuros, predicciones, oráculos e,
incluso, la visualización de los órganos de un animal sacrificado. De esta forma podían entrar en
contacto con las fuerzas divinas.

Figura 1. Dibujo del hechicero (Henri Breuil, 1958) y fotografía del mismo en la Gruta de Trois
Frères (Ariège, Francia).

-2-
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Para el hombre primitivo, el cosmos y sus fenómenos se explicaban por un cúmulo de energías,
positivas y negativas. Las primeras eran el calor, la luz del Sol, las lluvias suaves, los frutos
comestibles, la caza y la pesca, etc.; las segundas eran las tempestades, los terremotos, las fieras, etc.
(Schultes, 1994). Otra de las energías negativas era la enfermedad, por lo que había que combatirla
de una forma concreta mediante prácticas específicas; estamos en la etapa “mágica” (Bussmann y
Sharon, 2015).
Los hechiceros no sólo podían acabar con la enfermedad, también podían ser sus causantes. Otros
posibles intermediarios de este hecho negativo eran los espíritus de los muertos que reclamaban un
desagravio, ya fueran humanos, animales o plantas. Es a partir de este momento cuando surgen las
ideas de los conceptos de tabú (algo prohibido) y tótem (elementos protectores o sagrados) (Brunner,
2016).
Al principio, en esta etapa mágica, el brujo o hechicero se encargaba de combatir a las fuerzas
negativas con técnicas como cubrir su rostro con pintura o con una máscara, o vestirse con pieles de
animales para asustarlas. Otros procedimientos implicaban engañar o sobornar a dichas fuerzas.
Junto a tales métodos, el hechicero también entregaba a los enfermos algunos de los objetos que le
solían adornar para que los llevase sobre su cuerpo como un amuleto; además de curativo podía ser
preventivo ante la enfermedad o el mal de ojo. La última técnica suponía la ingesta por parte del
individuo enfermo de pociones bastante repulsivas o la producción de humo mediante la quema de
plantas concretas (Rudgley, 1999).
Las fuerzas, en especial las de carácter negativo, procedían de un ente divino que únicamente podía
percibir un mago o hechicero, ya que los demás mortales carecían de conocimientos o de sensibilidad.
El uso de los narcóticos fue adquiriendo cierta relevancia para poder acercarse a tales fuerzas divinas.
Aunque durante el Periodo Paleobabilónico (siglos XX-XVI a.C.) existían dos tradiciones curativas
(mágico-ritualista y médico-científica), la primera era la preferida (Gurney, 1956; 1972; Julow, 1970.

Origen astral
Al igual que la doctrina mágica, también existía otra según la cual cada astro estaba representado en
el mundo animal, vegetal y mineral (Garrido, 2007). Por esta razón los astros podían influir en el
crecimiento y en las cualidades de estos elementos. Concretamente, Paracelso señalaba en relación a
la influencia de los astros sobre las plantas que “cada planta fue una estrella terrestre y cada estrella
una planta espiritual” (Paracelso, 1997). Esta terapéutica también presentaba su origen en Babilonia
y fue trasladada a Egipto donde un faraón (Nequepson) y su Sumo Sacerdote (Petosiris), en el siglo
IV a.C. elaboraron un Tratado sobre veinticinco plantas astrales (Opisso y Viñas, 1907). La tradición
llegó a Grecia donde aparecieron libros sobre las plantas del Sol, de la Luna, de los planetas, de los
signos del Zodiaco, etc. El primer signo era Aries e influía sobre la cabeza; los siguientes tenían su
influjo sobre las diferentes partes del cuerpo en orden descendente hasta llegar al último, Piscis, que
regía los pies (Arber, 2011).

Origen intuitivo y por la búsqueda de alimentos


Está claro que la necesidad agudiza el ingenio y la intuición. Asimismo, otras situaciones ante las que
se ha enfrentado el hombre, como el descubrimiento de nuevos territorios, hace que la curiosidad y
el contacto con otras civilizaciones completamente diferentes generen un impulso, por ejemplo en el
caso de novedosos remedios de tipo terapéutico. En este sentido, el caso de los españoles en América 1

1
Como ejemplo, en el área de Perú destacan estudios científicos muy relevantes firmados por Hipólito
Ruiz, José Pavón y Joseph Dombey (siglo XVIII), o Alexander von Humbolt y Antonio Raimondi
(siglo XIX) (La Torre y Albán, 2006).
-3-
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y de los portugueses en Asia y África motivó estudios sobre las propiedades de ciertas de ellas.
Igualmente podían llegar referencias interesantes a Europa a través del mundo musulmán (Yugueros
Prieto y cols., 2011).
En la actualidad, los recursos biológicos son cruciales para el desarrollo económico de muchos países,
en especial los tropicales en vías de desarrollo. No sólo los animales, también las plantas siguen
siendo esenciales para la población campesina e indígena rural, puesto que su recolección ayuda a
satisfacer las necesidades diarias de alimento, medicina y leña para el fuego o para la construcción
(Moraes y cols., 2006; Martínez, 2008). En este sentido surgió la Etnobiología con el objetivo de
intentar comprender la percepción del ser humano sobre los recursos naturales, qué factores
intervienen en la clasificación de la naturaleza y los procesos que median en la elección y uso de
dichos recursos (Begossi, 2004).

Origen por la observación del comportamiento animal


El comportamiento del animal enfermo es una estrategia adaptativa que el ser vivo emplea cuando su
salud se ve amenazada o alterada, con la finalidad de recuperar un estado de homeostasis (Orihuela y
cols., 2011).
Dentro de la práctica de la medicina y la producción animal se sabe que los animales enfermos
muestran un comportamiento completamente distinto al de aquéllos que se encuentran sanos (Hart
1988). De hecho, los animales adoptan diferentes estrategias encaminadas a disminuir los riesgos de
adquirir y desarrollar múltiples enfermedades. El uso de ciertas plantas por su parte ha atraído la
atención del ser humano, repitiendo algunas de sus pautas y consiguiendo validar determinadas de
ellas de carácter terapéutico 2.

Referencias bibliográficas
- Arber, A. (2011): Herbals: Their origin and evolution. The Lost Library, Glastonbury.
- Arias, T.D. (1999): Glosario de Medicamentos: Desarrollo, evaluación y uso. Organización
Panamericana de la Salud, Washington, D.C.
- Barboza, G.; Cantero, J.; Núñez, C.; Pacciaroni, A. y Ariza Espinar, L. (2009): “Medicinal plants:
A general review and a phytochemical and ethnopharmacological screening of the native Argentine
Flora”, en Kurtziana, 34, 7-365.
- Begossi, A. (2004): Ecologia de Pescadores da Mata Atlântica e da Amazônia. Editorial Hucitec,
São Paulo, Brasil.
- Brunner, J. (2016): “Freud y el gobierno del derecho. De Tótem y tabú a la teoría psicoanalítica del
derecho”, en Revista Derecho PUCP, 77, 27-48.
- Bussmann, R.W. y Sharon, D. (2015): Plantas medicinales de los Andes y la Amazonia. La flora
mágica y medicinal del norte del Perú. Graficart, Trujillo.
- Dioscórides. Plantas y remedios medicinales (Libros IV-V. Pseudo Dioscórides). Editorial Gredos,
Madrid, 1998.
- Garrido, L. (2007): Gran Diccionario de las Piedras Curativas. Libro Hobby Club, Madrid.
- Gurney, O.R. (1956): “The Tale of the Poor Man of Nippur”, en Anatolian Studies, 6, 154-164.

2
Una planta es denominada “medicinal” cuando mitiga, previene o cura una enfermedad; también es
así caracterizada cuando es fuente de ciertas drogas de uso terapéutico (Arias, 1999).
-4-
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

- Gurney, O.R. (1972): “The Tale of the Poor Man of Nippur and its Forktale Parallels”, en Anatolian
Studies, 22, 149-158.
- Hart, B.L. (1988): “Biological basis of the behavior of sick animals”, en Neuroscience and
Biobehavioral Reviews 12, 123-137.
- Julow, V. (1970): “The source of a Hungarian popular classic and it roots in antiquity”, en Acta
Classica Univ. Scient. Debreciniensis, 6, 75-84.
- La Torre, M. y Alban, J. (2006): “Etnobotánica en los Andes del Perú”, en Moraes, M.; Øllgaard,
B.; Kvist, L.P.; Borchsenius, F. y Balslev, H. (Coords.): Botánica Económica de los Andes Centrales.
Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.
- Martínez, G. (2008): “La farmacopea natural y el tratamiento de las afecciones de la piel en la
medicina tradicional de los campesinos de las sierras de Córdoba, Argentina”, en Dominguezia, 24,
27-46.
- Moraes, M.; Øllgaard, B.; Kvist, L.P.; Borchsenius, F. y Balslev, H. (2006): Botánica Económica
de los Andes Centrales. Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.
- Opisso y Viñas, A. (1907): Los remedios vegetales. Tratado popular de las plantas empleadas en
Medicina. Sucesores de Manuel Soler – Editores, Barcelona.
- Orihuela, A.; Aguirre-Flores, V.; Vázquez-Rosales, R.; Betancourt-Alonso, M.A. y Flores-Pérez,
F.I. (2011): “Bases biológicas del comportamiento del animal enfermo”, en Universidad y Ciencia
27, 113-119.
- Paracelso (1997): Diccionario de Botánica Oculta (Las plantas mágicas). Ediciones 29, Barcelona.
- Rudgley, R. (1999): Enciclopedia de las substancias psicoactivas. Ediciones Paidós, Barcelona.
- Schultes, R.E. (1994): ´´El legado de la medicina popular´´, en Thomson, W.A.R. (Coord.): Guía
práctica ilustrada de las plantas medicinales. Editorial Blume, Barcelona.
- Yugueros Prieto, N.; Martínez Pérez, J.M.; Molpeceres Arteche, A. y Martínez Rodríguez, J.M.
(2011): “Aportación al estudio de las plantas medicinales en la obra de Acosta (S. XVI)”, en Actas
del XVII Congreso Nacional y VIII Iberoamericano de Historia de la Veterinaria, pp. 384-389,
Valencia.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque E:
Instituciones

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

EL ARBITRIO SOBRE TENENCIA DE PERROS. UNA APROXIMACION


HASTA PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.

Autor:
Francisco Javier Priego Encinas-Rey.
Veterinario clínico.
Responsable y Coordinador del Museo Veterinario de Almería.
Teléfono: 695928909
[email protected]

RESUMEN

Arbitrio municipal es una tasa, o tributo impuesto, que se paga a los Ayuntamientos por
la prestación o mantenimiento de un servicio público dentro de su competencia.
El arbitrio municipal sobre tenencia de perros ha recibido distintas denominaciones
según la época y el municipio en cuestión: tasa sobre perros, arbitrio sobre tenencia y
circulación de perros, concesión de placas y permisos de circulación y vigilancia sobre
perros, exacción sobre los perros, arbitrio con fin no fiscal sobre perros, etc.
Se hace mención en esta comunicación a los diferentes edictos, leyes, reglamentos,
reales órdenes y decretos que sobre la Rabia se han ido promulgando a lo largo de la
historia.
Así mismo, se hace referencia a algunas de las Ordenanzas municipales que tratan sobre
el arbitrio de perros, mostrando algunas de las más antiguas que se han podido
encontrar. En ellas se describen aspectos como las sanciones propuestas a los
propietarios que incumplen las distintas disposiciones, las recomendaciones dadas por
las corporaciones municipales y sobre el proceso de inscripción en los registros
municipales.
Hay una propuesta de un arbitrio canino de la Diputación Provincial de Mallorca a las
Cortes para su discusión y aprobación, realizada en el año 1822, para que los pueblos de
las Islas Baleares puedan levantar sus cargas municipales. También se hace mención a
unas ordenanzas municipales del ayuntamiento de Alcalá de Henares del año 1911 y
otras del ayuntamiento de Madrid de 1922 sobre la tenencia de perros. Se reflejan así
mismo unas actas municipales del Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna del año
1833 y otras del Concejo de Betanzos del año 1880. También describimos aspectos y
anécdotas sobre el oficio de los laceros y la forma de actuar en la recogida de perros
abandonados o incontrolados en el Madrid de finales del siglo XIX.
Se hará también una descripción sobre las distintas placas o chapas usadas para la
identificación de los cánidos, que según la época y el municipio van adoptando distintas
formas, colores y particularidades identificativas. De la misma forma, se hará una
descripción de los diferentes documentos en forma de papel timbrado usados como tasa
por diferentes ayuntamientos de la geografía nacional.
Tanto las placas identificativas como las tasas en papel que presentamos y describimos
se encuentran en el Museo veterinario de Almería, formando parte de su fondo
museístico.

SUMMARY

Municipal arbitration is a tax, or tax imposed, that is paid to the Municipalities for the
provision or maintenance of a public service within their competence.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

The municipal arbitration on dog tenure has received different designations according to
the time and the municipality in question: levy on dogs, arbitration on the possession
and circulation of dogs, granting of plates and permits for circulation and surveillance
on dogs, levy on dogs, non-tax arbitration about dogs, etc.
This communication mentions the different edicts, laws, regulations, royal orders and
decrees that on Rabies have been promulgated throughout history.
Likewise, reference is made to some of the municipal ordinances dealing with the
arbitration of dogs, showing some of the oldest that have been found. They describe
aspects such as the sanctions proposed to owners that violate the various provisions, the
recommendations given by municipal corporations and on the registration process in
municipal registers.
There is a proposal of a canine arbitration of the Provincial Council of Mallorca to the
Courts for discussion and approval, made in 1822, so that the peoples of the Balearic
Islands can lift their municipal burdens. Also mentioned is a municipal ordinance of the
municipality of Alcalá de Henares of 1911 and others of the city of Madrid of 1922 on
the possession of dogs by the citizens. It also reflects municipal records of the
Municipality of Los Corrales de Buelna of the year 1833 and others of the Council of
Betanzos of the year 1880. We also describe aspects and anecdotes about the craft of
lazeros and how to act in the collection of abandoned or uncontrolled dogs in Madrid in
the late nineteenth century.
A description will also be made on the different plates or sheets used for the
identification of canids, which according to the time and the municipality are adopting
different forms, colors and identifying particularities. In the same way, a description of
the different documents will be made in the form of stamped paper used as a fee by
different municipalities of the national geography.
Both the nameplates and the paper rates that we present and describe are located in the
Veterinary Museum of Almería, forming part of its museum fund.

Palabras clave: Arbitrio. Corporaciones municipales. Tenencia de perros.

Keywords: Arbitration. Municipal corporations. Dog tenure.

Un arbitrio municipal es una tasa, o tributo impuesto, que se paga a los Ayuntamientos
por la prestación o mantenimiento de un servicio público, dentro de su competencia.
El arbitrio municipal sobre tenencia de perros ha recibido distintas denominaciones
según la época y el municipio en cuestión: tasa sobre perros, arbitrio sobre tenencia y
circulación de perros, concesión de placas y permisos de circulación y vigilancia sobre
perros, exacción sobre los perros, arbitrio con fin no fiscal sobre perros, etc.
En España no comienza la lucha contra la Rabia de una forma organizada hasta que no
se promulga el Decreto de 17 de mayo de 1952, del Ministerio de la Gobernación. Se
declaró obligatorio el registro y matrícula de los perros y la vacunación por cuenta de
sus propietarios así como la consiguiente organización por los Ayuntamientos, de un
servicio de recogida de perros vagabundos o indocumentados. Posteriormente, la Ley de
Epizootias de 20 de diciembre de 1952, considera la Rabia conjuntamente con el
Muermo, la Triquinosis, Tuberculosis y Brucelosis como las zoonosis de declaración
oficial obligatoria. Posteriormente se publica el Reglamento de 4 de Febrero de 1955, y

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

se mantuvieron vigentes hasta la Ley de Sanidad Animal de 24 de Abril de 2003 (Ley


8/2003).
Sin embargo, a pesar de no haber una legislación a nivel nacional que regulara,
coordinara y organizara esta problemática, los municipios desde tiempos pasados han
intentado hacer frente a este problema y dar soluciones a sus conciudadanos.
Tradicionalmente, el perro ha sido un gran aliado del hombre en las comunidades
rurales. Le daba seguridad ante otros depredadores en la defensa de los animales
domésticos y también era el compañero fiel en los momentos de la caza, el pastoreo, o
en las labores del campo. Por otra parte, en los núcleos urbanos desde finales del S. XIX
empieza a adoptarse al perro como animal de compañía y mascota para convivir en el
seno del hogar.
No obstante, el hecho de que los perros pudieran deambular sin control por las
comunidades, los convertía en muchas ocasiones en un verdadero problema para la
convivencia social. Un problema fundamentado en tres razones. La más importante era
el miedo a la temible hidrofobia o rabia. La segunda era el daño que podían causar,
principalmente en zonas rurales, tanto a los cultivos (maíz, alubias, etc.), como al
ganado. Y, por último, molestias y razones de tipo higiénico-sanitarias.
Desde finales del XVIII, empiezan a establecerse normas encaminadas a controlar el
problema de la hidrofobia derivada de la existencia de animales incontrolados.
El 23 de Noviembre de 1786 se publica un Edicto de la Real Junta de Sanidad. En él se
dictan medidas “para evitar la transmisión de la rabia, controlar, proteger perros y gatos,
estableciendo sanciones contra sus dueños, en caso de incumplimiento”. En la misma
publicación se ordena “el sacrificio inmediato de cualquier perro hallado en la calle, sin
propietario”. Se obligaba a los dueños a llevar los animales provistos de un collar de
hierro, latón, cuero u otro material y en ningún caso a dejarles abandonados.
La Orden fue ratificada en 1793, por Acuerdo Real de Carlos IV de 13 de septiembre.
Entre 1800 y 1802 se remitieron al Consejo de Castilla varios informes, así como una
propuesta de Reglamento para la “eliminación de los perros sueltos que vagaban por
Madrid”.
En 1863, se publicó en la Gaceta de Madrid una Real Orden de 17 de julio, (publicada
el 13 de agosto), una Instrucción Preventiva sobre la rabia a requerimiento de la Reina
Isabel II.
En 1868 se promulgó la primera legislación referida a la rabia en la etapa moderna.
En 1927, en una Real Orden de 1 de julio de 1927 del Ministerio de la Gobernación, se
dictaron normas sobre la recogida de perros vagabundos o abandonados, a cargo de los
Ayuntamientos en todos los pueblos de España.
Ante esta problemática las autoridades locales se ven en la obligación de regular esta
situación a través de disposiciones tendentes al control de los mismos, mediante
ordenanzas y reglamentos.
Así mismo, y dada la escasa disposición de los vecinos, por lo general, a estos
requerimientos, las corporaciones se ven obligadas a recurrir a establecer sanciones
pecuniarias, que se fija en reales, pesetas o ducados, así como a obligar a resarcir el
daño cometido a los contraventores de las mismas. Se trata así de reprimir los daños
ocasionados y las molestias derivadas y de evitar también la propagación de brotes de
rabia. En ocasiones, las corporaciones aprueban proceder a la eliminación de los
animales, como medida drástica pero necesaria.
Y, por supuesto, no deja de ser un impuesto más que sirve de apoyo y alivio a los
pueblos que carecen de medios para hacer frente a sus deberes a través de otras cargas
tributarias.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La Diputación Provincial de Mallorca, en la legislatura de 1822, dirige a las Cortes la


propuesta de un nuevo arbitrio para que los pueblos de las Islas Baleares puedan
levantar sus cargas municipales. Este arbitrio contempla la implantación de un impuesto
consistente en el cobro ocho reales de vellón por cada perro que no está destinado a la
guarda del ganado o de las haciendas.
Se propone este arbitrio con el fin de dar un impulso a la precaria situación económica
de los pueblos de la zona, por lo que suplica a las Cortes se sirvan de aprobarlo. Es de
destacar, en esta propuesta de arbitrio, la curiosa afirmación: “de esto no se seguía
ningún perjuicio, antes bien se atacaba el lujo, que allí consistía principalmente en los
perros, como en otras partes consiste en otras cosas”.
Uno de los defensores de la propuesta de este arbitrio declaraba lo siguiente:
“si no me equivoco (dijo) hay en Mallorca dos clases de esta especie de animales, que
efectivamente llaman la atención de cualquiera persona que va de la península a
Mallorca. La primera es la de los destinados al ganado: son una calidad de perros que
llaman casta de buey, que sin ser muy grandes tienen mucha fuerza, en tanto grado que
en los mataderos para sujetar a las vacas se sirven de los perros, como aquí en la plaza
de los toros para lidiarlos. La otra clase de perros, sobre que recae probablemente el
impuesto, es lo que llamamos aquí galgos, y sobre todo los podencos, que es clase muy
estimada, y es infinito el lujo que hay en esto, entre aquellos naturales, por los muchos
conejos de que abunda la isla y ha abundado siempre. Yo bien creo que va a ser
frustrada la intención misma de la diputación provincial porque siendo de puro lujo los
perros, será raro el que no se retraiga de tenerlos por no pagar la exorbitante cantidad
de ocho reales vellón por cada uno; sin embargo si se equivoca la diputación, ella lo
verá, y al fin este arbitrio no gravita sobre la agricultura ni sobre artículos de primera
necesidad”.
En las actas del Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna (Cantabria), de Septiembre de
1833, se dice: "Que no se permita que bajen los perros por las calles para evitar por este
medio los incalculables daños que causan en los maíces, y caso qe sea necesario
permitirlos salir sea con bozo que les impida comer o causar daño…”. En agosto de
1841 se es todavía más explícito en las actas: “…los daños que causaron los perros en
los maíces comiendo las panojas…” También en las de junio de 1842 se sanciona a los
perros “…por el perjuicio que causan en los maíces y las alubias.”
Son reiteradas las veces en las que se establece que los perros no deber estar sueltos a
no ser que vayan con “bozo” o bozal.
Vemos referencias en las actas del Ayuntamiento de Los Corrales (1833): “…que no
anden lo perros sueltos por las calles y campos bajo ningún concepto, debiendo ir con
las seguridades convenientes y provistos de bozal alambrado…”.
En 1886 unas Ordenanzas Municipales del Ayuntamiento de Cádiz disponen severas
medidas para controlar los perros existentes en la ciudad. “A tal fin todo perro que
transite por la ciudad tiene que llevar su correspondiente bozal y un collar con el
nombre de su dueño, señal acreditativa de haber abonado el arbitrio. Los perros que se
encuentran sin ese collar serán llevados al depósito de la calle San Dimas por el tiempo
de tres días. Si no es recogido por su dueño en ese plazo se le dará muerte. Si es
recogido, el propietario pagará los gastos y el arbitrio”.
También en las Ordenanzas del Consistorio de Alcalá de Henares de 1911 podemos
leer: “Art. 75. Los perros destinados a la custodia de las posesiones rurales, así como a
la guarda de huertas, jardines y ganados, estarán durante el día con bozal; los que,
careciendo de él, acometiesen a las personas podrán ser heridos o muertos por éstas, si
no tuvieran otro medio de contenerlos o defenderse de sus ataques. Art. 76. Los perros
correspondientes a la tercera clase, o sean los que sirven de lazarillo a los ciegos,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

estarán exentos del pago de cualquier arbitrio que pueda establecerse, debiendo hallarse
matriculados y llevar siempre bozal. No se permitirán los de presa ni bulldogs para este
objeto”.
En 1922, el Ayuntamiento de Madrid establecía en sus Ordenanzas: “Art. 72. Los perros
deberán llevar bozal o ser conducidos por sus dueños con cadena o cordón”. Y más
adelante aclara: “Los perros de presa y los mastines llevarán siempre bozal y cadena”.
Pero, en ocasiones, la situación debía de ser tan peligrosa que la Corporación no duda
en autorizar al eliminación de los perros tanto si van sin bozal como si están con él,
como sucede en agosto de 1890, en las actas del Ayuntamiento de Los Corrales de
Buelna, cuando se dice: “…que prohíban en absoluto la circulación de los perros, y todo
el que se vea por la calle con bozal o sin él, se le dé muerte y se denuncie al dueño
inmediatamente…”.

Desde el año 1861 se tienen noticias en Madrid de la persecución municipal de los


canes que deambulan sueltos por las calles, fundamentalmente, durante los meses de
verano.
El Cuerpo de Laceros viene prestando servicio desde 1891, año en que se constituyó.
Las campañas de los laceros solían durar de tres a cuatro meses cada año, según lo
disponía el alcalde-presidente.
Las crónicas de la época son estremecedoras y nos relatan así su cometido: “su trabajo
es muy sencillo: a las cuatro y media o cinco de la mañana se echan a la calle, siguiendo
al carro-perrera, y armados de una especie de látigo con una argolla en el extremo de la
cuerda, que pasa por el palo y forma un nudo corredizo. Lo que sucede después ya se
sabe: perro que ven suelto, perro cogido, sobre todo si no es muy respetable en lo que se
refiere al tamaño. El lacero se dirige al can cuando éste se halla de espaldas, le echa el
lazo al cuello, y el animal, al ver que cuantos más esfuerzos hace, más dolor siente,
sigue a su aprehensor hasta el carro-perrera, el cual es de doble puerta; entre la primera
puerta y la segunda va un chico que está encargado de cerrar la exterior, abrir la interior
y meter dentro al nuevo prisionero. Una pareja de guardias y un inspector acompañan al
coche celular y toman nota de cada perro y del individuo que lo capturó. Posteriormente
son conducidos al Depósito, donde el encargado del mismo les da un recibo después de
contar los perros ingresados. Con éste van a casa del contratista, el cual abona a los
laceros 50 céntimos por perro capturado. La ganancia del lacero está en su viveza o en
su suerte, puesto que cuantos más perros coge más gana.
El Depósito se compone de un gran patio, en el cual hay, formando una línea recta,
otros tres más pequeños. Cada uno de éstos tiene en el fondo una habitación cubierta,
para que se guarezcan los perros en caso de lluvia o cuando les parezca oportuno.
En la perrera se les da de comer a los perros chicharro, que consiste en una pasta de
carne prensada y seca.
Los dueños de los perros recogidos disponen de tres días para recogerlos, pues después
de este tiempo son sacrificados en una cámara de gas.
Cuando llega el carro con los perros cogidos en el día, se les suelta en el patio grande, y
allí los mismos laceros, bien por las buenas o por medio del lazo, meten a los perros en
el primer corral de reclusión. El segundo corral es para los del día anterior y el tercero
para los que al día siguiente han de ser asfixiados.
Todos los corrales se comunican por medio de unas puertecillas, y el último tiene un
callejón por el cual van los perros a la cámara de asfixia.
La cámara donde se ejecuta es de hierro, con puertas que se cierran herméticamente.
Los perros del tercer corral entran en ella de bastante mala gana y a fuerza de violencia
que se ejerce sobre ellos. Una vez dentro se cierra la puerta, la chimenea y un ventilador

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que tiene, y se abre el contador del gas que hay al lado. La operación es sencilla: con
dos metros cúbicos que penetren en la cámara de asfixia, la operación está terminada.
Todos los canes mueren al cabo de un cuarto de hora. Cuando se calcula que todos han
muerto, se abre la llave de la chimenea y los demás ventiladores para que se disipe el
gas, y con un gancho muy largo se extraen los cadáveres de la cámara.
Al efectuar esta operación ya está preparado el carro del contratista, que después de
contados se los lleva.
La casa contratista recoge los perros muertos sin pagar nada al Ayuntamiento.
Los beneficios municipales consisten en las multas y recargos que cobra por cada perro
rescatado por su amo, que no son pocos, pues por sacar un perro no matriculado hay que
pagar ocho duros, y diez pesetas por lo no matriculados.
El contratista que tiene un quemadero en las afueras de Madrid, y se dedica a comprar
reses muertas para aprovechar la piel, los huesos y la carne, hace otro tanto con los
perros. Paga a los laceros y el carro, y no tiene ningún derecho sobre los perros
rescatados, aun cuando paga lo mismo que si recibiera el cadáver.
Los perros no tienen desperdicio. La piel, después de curtida sirve para hacer guantes;
los huesos, para botones; y la carne para fabricar, con ayuda de algunas sustancias
químicas, cierto abono para las tierras de cultivo”.
En ocasiones, todavía era más aberrante el método usado para la eliminación de los
canes sueltos.
En Madrid, a partir del año 1861 se usaban morcillas impregnadas de estricnina. No
obstante, esto no dejaba de provocar polémica entre parte de la ciudadanía. El Sr.
Roldán, Visitador General de la Policía Urbana lo justificaba así: “La morcilla, es más
fácil de administrar sin producir escándalo; pero el amo de un perro sin bozal se expone
a que muera antes de prestarle socorro. El lazo es acaso la mejor forma, ya que el dueño
tiene tres días para ir a recogerlo, y en caso contrario la muerte que se da al perro no es
tan horrible como la de la morcilla”. También el Sr. Roldán nos daba datos estadísticos
muy curiosos:
“Desde el año 1861, han muerto por los efectos de la estricnina que contenían las
famosas morcillas, más de 20000 perros. Desde el año 1891 hasta el 16 de agosto de
1902 (descontando dos años, cuyos datos se desconocen por haber estado esta sección
encomendada a otros negociados) han sido cogidos con lazo: 26495 canes, de los cuales
fueron rescatados 2482 y asfixiados 23951, quedando vivos en dicho día 62”.
También comentaba que este procedimiento daba lugar diariamente a multitud de
cuestiones entre el público y los laceros e indicaba la conveniencia de que los
madrileños expusiesen sus ideas respecto de la mejor forma de recoger perros
vagabundos, puesto que hasta ahora no se ha encontrado ninguna más práctica que las
empleadas. “Hay más de ocho procesos y más de veinte de juicios de faltas pendientes
por cuestiones de esta índole”, decía.
También encontramos otros ejemplos de medidas bárbaras, para la mentalidad de
nuestro tiempo, pero comprensibles en la de la época, para el control de animales
incontrolados. En el Concejo de Betanzos, la mordedura de un perro rabioso a José
Gondell Veiga, en 1887, había causado gran preocupación y alarma en la ciudad y en su
entorno, que tendría repercusión en el ayuntamiento.
En la sesión municipal del 21 de noviembre de 1888, se aprobaba una libranza para el
pago de una factura de chorizos de estricnina, que había encargado el alcalde Don César
Sánchez San Martín, en los siguientes términos:
«Diose cuenta de la rendida en catorce del actual por el Farmacéutico de este pueblo
Don Carlos Castro Ares, importante setenta y dos pesetas, costo de ocho docenas de
chorizos de estricnina, al respecto de nueve pesetas una, que confeccionó de orden del

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Señor Alcalde para propinar a perros bagabundos». (Archivo Municipal de Betanzos.


Caja 32, sin catalogar).
Se concretaría el destino de dichos chorizos en la sesión municipal del 10 de febrero de
1890, al autorizarse el pago de 141 pesetas al farmacéutico Don Francisco Lafont
López, por «ciento cincuenta y un embutidos«, que le habían sido encargados «para dar
a los perros que transitan por las calles sin bozal».
Ante una cuestión tan preocupante, los Ayuntamientos deben adoptar una serie de
medidas y actuaciones en materia de vigilancia e identificación de los perros.

En el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna (Cantabria), a partir de julio de 1899, la


Corporación decide poner un poco más de sentido a la problemática que ocasionan los
perros, tanto a nivel de destrucción de las cosechas como de propagación de la
hidrofobia. Para ello, van a proceder a realizar un exhaustivo recuento del número de
perros que existen en el municipio, así como de los dueños de los mismos.
“Hecho el recuento por los empleados municipales, se procederá a cobrar un arbitrio por
cada uno de ellos. La cantidad a pagar es de cinco pesetas, no se indica si es por cada
perro o por individuo independientemente del número de perros que se tengan. El
arbitrio se pagaba en dos cuotas, siendo la primera en Enero y la segunda en Junio de
1900”.
En el cabildo del Concejo de Betanzos del 8 de octubre de 1890, se anunciaba la
percepción de: “…setenta y cinco pesetas recaudadas igualmente en dicho primer
trimestre de diversos dueños de perros por el arbitrio de cinco pesetas anuales que para
atender el servicio de vigilancia de dichos animales se impuso sobre cada uno de éstos”.
En las Ordenanzas Municipales del Ayuntamiento de Alcalá de Henares de 1911 se
destaca: “Están sujetos al pago del arbitrio los dueños de perros, sin más excepción que
los ciegos que los tengan para su guía”. “La inscripción en la matrícula se llevará á
efecto en vista de declaraciones suscritas por los vecinos que estén sujetos al pago de
este arbitrio,…”. “Siendo la cuota anual e indivisible, y formándose todos los años
nuevo padrón, no se admitirán partes de baja”. ”La cobranza de este arbitrio se hará en
el mes de mayo por anualidad completa”. “La tarifa establecida será de 4 pesetas por
cada perro de lujo, caza ó guarda en el interior de la población. Por cada uno de los
destinados a guarda de ganados y casas de campo, fuera de la zona fiscal, 2 pesetas”.

Encontramos también varias referencias en cuanto a las sanciones económicas


impuestas a los dueños contraventores de las normas.
Éstas varían a lo largo del tiempo y están en función de la gravedad del daño, como se
lee en una de las actas del Ayuntamiento de Los Corrales de 1833: “Uno de 50 reales a
Felipe Pérez vecino de esta localidad contra los propios del Sr. Mateo por el valor de
una cabra que el perro de la cabaña de Vacas mató de la propiedad de aquél”. También
en las mismas actas diferencian la sanción en función de la reiteración del
incumplimiento “…de no hacerlo así serán castigados por primera vez en una peseta,
dos por la segunda, y triple por la tercera y demás a que haya lugar”. Otras veces la
sanción estará en función de que los destrozos se hayan realizado por el día o por la
noche, siendo la sanción más dura, el doble, cuando se realizan por la noche por ser la
nocturnidad es un agravante: “…que todo vecino que tenga animal de esta clase lo
ponga a cadena con bozal que les prohiva comerlas vajo la multa de un ducado por el
día y dos por la noche que se coja fuera sin bozales…”.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Las Corporaciones suele disponer que sean los propios dueños de los perros atacados
por la rabia quienes deben proceder al sacrificio de dicho animal, pudiendo ser
sancionado económicamente por incumplimiento de lo ordenado, así lo podemos
deducir de un acta de 1877 del Ayuntamiento de Barros, en la que se dice “multa de
cinco pesetas á Joaquin Porras vecino de Barros por desobediencia á la autoridad que le
dispuso dar muerte a un perro de su propiedad que se le suponía atacado de hidrofobia”.
Lo habitual era que la Corporaciones autorizasen a cualquier vecino a eliminar los
animales infectados por la rabia, pero ya a finales del S. XIX, esta eliminación pasa a
ser competencia de los guardas locales, agentes municipales o de la policía urbana, e
incluso de los vigilantes de consumos.
En localidades pequeñas quien debe velar para que los vecinos cumplan estas
disposiciones, van a ser los Alcaldes de ordenanza o de barrio, que ambos nombres
reciben, así como los guardas locales, que no solo actúan eliminado a los perros
infectados, sino que actúan preventivamente vigilando que los perros no anden sueltos y
sin bozal cuando hay riesgo de contagio.
En los núcleos urbanos las sanciones dirigidas a propietarios negligentes son, por lo
general, de tipo económico, y fundamentalmente por no matricular al perro, por
habérsele encontrado suelto por parte de las autoridades competentes, o por molestias a
la vecindad.
Encontramos ejemplos en las Ordenanzas del Ayuntamiento de Madrid (1922): “Todo
dueño de perro que no le haya dado de alta en la matrícula correspondiente, incurrirá en
la multa de 20 pesetas más las 10 que como derecho ordinario preceptúa el presupuesto
municipal…”. “Cuando los perros sean recogidos por no cumplir sus dueños lo
preceptuado en el artículo 72 de las Ordenanzas municipales y aparezca hecha la
inscripción en la Sección de Ingresos de la Contaduría de Villa, incurrirán éstos en la
multa de 2,50 pesetas, que harán efectivas en el papel correspondiente…”. “Se cumplirá
con todo rigor lo dispuesto en el artículo 391 de las citadas Ordenanzas para evitar que
los perros molesten con sus aullidos al vecindario, pudiendo los vecinos denunciarlos
ante la respectiva Tenencia de Alcaldía, la que impondrá la multa de 50 pesetas, con la
obligación de hacer desaparecer los perros en el acto, y caso de desobediencia, se dará
cuenta al Juzgado municipal.”
En las Ordenanzas del Ayuntamiento de Alcalá de Henares (1911), tenemos también
alguna referencia: “Todo perro recogido en la vía pública por no cumplir su dueño lo
prescripto en los artículos 218 y 219 de las ordenanzas municipales, y aparezca hecha la
inscripción en la secretaría, incurrirá éste en la multa de 2 pesetas y 50 céntimos, que
hará efectiva…”. “Cuando los perros que sean recogidos no estén matriculados,
incurrirá su dueño en la penalidad de 8 pesetas más la 1 o 2 pesetas que como derecho
ordinario preceptúa la tarifa…”
Por último citar que el pago del Arbitrio de los perros llevaba consigo la entrega al
propietario de una chapa o medalla de inscripción en el registro municipal, que se
adhería al collar del perro.
En las actas del Ayuntamiento de Betanzos de 1890 se refleja: “Y transcurridos siete
días, la corporación ordenaba el pago de la factura librada por el hojalatero José María
Blanco de dieciocho pesetas a que asciende la construcción de veinticuatro medallas
que por encargo del Ilustre Ayuntamiento hizo para colocar a los perros, cuyos dueños
satisfagan el arbitrio municipal que para atender el servicio de vigilancia de dichos
animales se impuso…”.
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares señalaba en sus ordenanzas de 1911 lo siguiente:
“Se entregará una chapa ó medalla de hojadelata ó metal a cada dueño de perro, con el
número que le corresponda, por la que satisfará 1 peseta, que le será devuelta cuando

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

sea dado de baja el perro en el padrón, chapa ó medalla que éste llevará siempre colgada
del cuello para su identificación”.
En las Ordenanzas del Ayuntamiento de Madrid de 1922 se destacaba: “Art. 71. Por
cada uno de los perros matriculados se entregará a sus dueños una chapa o medalla, con
el número de la inscripción, la que será colocada en el collar del perro.
Esta chapa habrá de devolverse a la Secretaría cuando el interesado dé parte de la baja”.

Las distintas placas, chapas o medallas usadas para la identificación de los cánidos,
según la época y el municipio van adoptando distintas formas, colores y particularidades
identificativas.
En el Museo Veterinario de Almería disponemos de una extensa colección de las
mismas, siendo la más antigua una del Ayuntamiento de Madrid del año 1904. Hay
cerca de un centenar, de municipios de todas las comunidades, y no siguen un patrón
común, como veremos en la presentación de esta comunicación.
De la misma forma, se hará una descripción de los diferentes documentos en forma de
papel timbrado usados como tasa por las diferentes corporaciones municipales del
territorio nacional.

BIBLIOGRAFIA:

- Concejo de Betanzos. Control de perros S.XIX (Blog 6/11/2012. José Raimundo


Núñez-Varela y Lendoiro. Cronista oficial de Betanzos).
- Rabia. Riesgos y Control. Análisis de situación en España. (Dr. Elías Fernando
Rodríguez Ferri- Cátedra de Sanidad Animal de la Universidad de León)
- Contribución al estudio de la Rabia en el perro y medios para evitar su extensión
y transmisión al hombre. ( Por D. Melquiades Sollet Guilzon. Veterinario
Inspector de Matadero de Santander. Revista La Veterinaria Española.
10/05/1895. Nº 1.352)
- El Mundo Regionalista. Año II – Número 200.Cuenca, 29 de Agosto de 1911. El
arbitrio sobre los perros (Artículo que hace mención a las Ordenanzas del
Municipio de Alcalá de henares).
- Diario de Cádiz 19/09/1886. Publicación de las Ordenanzas Municipales.
- “Los animales domésticos en los corrales en el Siglo XIX”. Por José Francisco
López Mora.
- Miguel Medina. Los perros de Madrid. ( Revista Alrededor del Mundo. 22
Agosto 1902)
- Reglamentos Municipales del Ayuntamiento de Madrid. Apéndice Núm. 2.
Bando de 27 de Mayo de 1922.
- Diputación General de Mallorca de los años 1822-23. Legislatura de 1822: 46-
56 Diario de las actas y discusiones de las Cortes. Tomo undécimo.

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EL ASOCIACIONISMO DE LOS ALUMNOS DE VETERINARIA ENTRE 1901


y 1936: LOS PROTAGONISTAS.

Calero-Bernal, R., Calero Carretero, R., Vivas Martín, M. y Sánchez Murillo, J.M.

Asociación Extremeña de Historia Veterinaria. Ada. Santa Marina 9, Badajoz 06005.

[email protected]

RESUMEN. Entre 1880 y 1936 hay en España un resurgimiento de las


asociaciones culturales. Investigamos las actividades realizadas por el alumnado
veterinario entre 1901 y 1936. Se realiza este trabajo con los datos obtenidos de la
prensa profesional, de publicaciones especializadas y de fondos documentales de
facultades y de colegios veterinarios. Sacamos a la luz a los integrantes de las
juntas directivas de estas agrupaciones escolares.

Summary. Between 1880 and 1936 there was a reemergence of cultural associations in Spain. We
investigated the activities performed by the Vet .students between 1901 and 1936. Present study
was carried out by using the data collected from professional journals, specialized publications
and documents deposited in Vet schools and professional colleges. Here, we expose the
information related to the integrants of the directive staff scholar associations.

Palabras calve/Key Word: Ateneo/athenaeum; Escolares Veterinarios/Vet students;


Sociedad académica/scholar association

Introducción y Material y Método

Entre 1880 y 1936 se produce un resurgimiento del movimiento asociativo cultural de


iniciativa tanto burguesa como popular, pero son escasos los estudios publicados
referentes al alumnado de los Centros de Enseñanza Veterinaria, entre 1901 y 1936. Tan
solo encontramos las de Cordero (1983), Gómez-Piquer y Pérez García (2000) y
Serrano-Tomé y Saiz-Moreno (2004).

Por ello emprendimos una labor investigadora acudiendo a la prensa profesional, a las
publicaciones especializadas sobre la historia veterinaria, a los fondos documentales de
colegios profesionales y facultades y la legislación.

Publicamos un primer trabajo referente a la evolución del alumnado y a las asociaciones


creadas (Badajoz Veterinaria nº 15, 2019). En este segundo sacamos a la luz a las personas
que jugaron un papel especial en el movimiento asociativo escolar.

Resultados

Los datos obtenidos se exponen sistemáticamente en las Tablas nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8,


en las que se puede comprobar el protagonismo de más de 350 estudiantes, en un
periodo de profundos cambios sociales, profesionales y docentes, que en muchos casos
siguieron la estela y la tutela de líderes profesionales (García Izcara, Gordón Ordás,
Díaz Villar, La Villa Martín, López López, Sanz Egaña, García Armedariz y González
Álvarez, entre otros) y que cogieron el testigo del avance de la Veterinaria.

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Bibliografía.

Revistas entre los años 1857 y 1935 : El Eco Escolar, El Progreso, Heraldo de la
Veterinaria, La Semana Veterinaria, La Veterinaria Española, La Veterinaria Escolar,
La Veterinaria Andaluza, La Veterinaria meridional, Revista de Higiene y Sanidad
Veterinaria, Revista Veterinaria de España, Veterinaria Escolar y Zoom.

Obras especializadas: Cordero del Campillo M., (1983), Cordero del Campillo M. y
Cubillo de la Puente R. (2008), Gómez Piquer J. y Pérez García J.M. (2000), Medina
Blanco M. y Gómez Castro A.G. (1992), Rodríguez García M. (1994), Sanz Egaña C.
(1941) y Serrano Tomé V. y Saiz Moreno L. (2004). Libros conmemorativos de los
centenarios de los Colegios de Veterinarios

Fondos documentales: Facultades de Veterinaria de Madrid, Córdoba, Zaragoza y


León y de Colegios de Veterinarios.

Agradecimientos: Los autores agradecen la labor de Dª Ana Rocasolano del Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid y al Decanato de la Facultad de Veterinaria de Córdoba.

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ENDOPARÁSITOS CANINOS BAJO EL REINADO DE CARLOS III, MADRID 1764.

Javier Poza Burbano 1, Pedro Poza Tejedor 2, Aránzazu Meana Mañés 1


1
Facultad de Veterinaria, UCM ([email protected] /[email protected])
2
Asociación Española de Historia de la Veterinaria ([email protected])

RESUMEN
Ante la elevada mortandad que experimentó en el año 1764 la especie canina de la Villa de Madrid,
el Real Tribunal del Protomedicato y la Academia Médica Matritense recibieron orden de la
autoridad para averiguar el origen y la naturaleza del mal. En los diferentes informes, se describen
diversas lesiones encontradas en las necropsias practicadas en los perros, llamando la atención la
presencia y descripción de numerosos y variados parásitos internos, a los que sin embargo ambas
instituciones no atribuyeron la causa de tal mortandad. En la comunicación se incluyen algunos
datos sobre la prevalencia actual de estos endoparásitos caninos identificados en nuestro país.

Abstract
Due to a high canine mortality experienced in the year 1764 in the town of Madrid, the Royal Court
of Protomedicate and the Matritense Medical Academy were ordered by the authorities to study and
find out the origin and nature of the disease. In the different reports, diverse pathological alterations
were described in the necropsies performed in dogs, but among all the most relevant findings found
were the presence and description of a great variety of numerous internal parasites, to which
however both institutions did not attribute the cause of such mortality. The communication includes
some data on the current prevalence of these canine endoparasites identified in our country.

Palabras clave: endoparásitos, perros, necropsias, Carlos III.


Key words: endoparasites, dogs, necropsies, Carlos III.

En el mes de febrero o comienzos de marzo del año 1764, bajo el reinado de Carlos III, se empezó
a advertir entre la población canina de la villa de Madrid una mortandad por encima de lo habitual.
Se veían afectados por aquella circunstancia tanto los perros con amo como los canes vagabundos o
vagos, los cuales deambulaban por calles, plazas y extramuros de la Villa buscándose el sustento
entre los numerosos muladares que rodeaban la población. La naturaleza y extensión del episodio
motivó la preocupación de las autoridades, quienes ante el temor y la incertidumbre por su posible
contagio a las personas y otras especies animales, ordenaron al Real Tribunal del Protomedicato
realizar las observaciones y anatomías conducentes a averiguar el origen de tan inusitada
mortandad. Del mismo modo la Real Academia Médica Matritense recibió mandato para efectuar
las observaciones encaminadas a determinar la naturaleza del mal. De forma inmediata el Real
Tribunal del Protomedicato se reunió con carácter extraordinario el día 7 de marzo de 1764,
considerando necesario para el estudio del caso el que se le proporcionaran perros vivos que
padeciesen el mal, además de otros que recientemente hubieran muerto a consecuencia del mismo.
Para la realización de las anatomías o disecciones en los perros se autorizó como campo de
operaciones el denominado teatro anatómico o sala de anatomías del Hospital General de Madrid, a
la vez que se dio orden a los traperos de la Villa para que quedaran a disposición del Protomedicato
y servir los perros necesarios a la mencionada institución. En un primer momento y a partir de las
anatomías efectuadas en dos perros, junto con la aparente curación de tres canes mediante polvos de
lombrices, se aventuró como posible causa de aquella mortandad a dichos parásitos, denominados
genéricamente con el nombre de lombrices y gusanos.
Informes del Real Tribunal del Protomedicato
Las primeras anatomías empezaron a practicarse a partir del día 11 de marzo de 1764, de tal manera
que desde entonces el Real Tribunal del Protomedicato emitiría sucesivos informes como resultado
de las mismas. El primer dictamen, firmado en Madrid el día 16 de marzo por los miembros del

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Tribunal, venía a informar que en su presencia se había practicado disección anatómica de cinco
perros, cuatro de los cuales eran vivos y uno muerto. Entre los vivos, tres estaban muy enfermos del
mal y el otro parecía no estarlo o a lo sumo era poca su dolencia. Tras examinar con cuidado las
entrañas hasta lo más recóndito no encontraron otra cosa que seminarios de lombrices en varias
partes. El primero de los perros las tenía en el corazón, y eran blancas y largas, como de unos veinte
centímetros de largo, de figura redondeada, muy numerosos, enroscados, formando un pelotón del
tamaño de un huevo de polla que ocupaba la superficie interna del ventrículo derecho. El segundo
tenía esta misma casta de gusanos, con la diferencia de no ser tan numerosos y no estar en el
corazón, sino muy cerca de él, dentro de las arterias de los pulmones. El tercero tenía las lombrices
en las tripas, y de muchas se formaba una muy larga semejante a una cinta, que los latinos por eso
llamaban taenia. En el cuarto no se encontró cosa reparable y en el quinto, que había muerto de la
enfermedad, tampoco se notó cosa especial. Quienes habían visto perros enfermos del mal, referían
que cercanos a morir mostraban turbación, aturdimiento, parálisis del medio cuerpo posterior,
temblor convulsivo, expulsión de espumarajos por la boca y finalmente les llegaba la muerte.
A la vista de las observaciones, el Protomedicato calificó la enfermedad de epidemia maligna, la
cual llegaba a corromper los humores, inducía la putrefacción y con ella venía el fomento de las
lombrices. Sobre ellas se indicaba no ser la causa de la dolencia sino un efecto de la misma, sin
embargo se pensaba que aumentaban el mal y aceleraban la muerte. Pese a que el Tribunal no
alcanzó a determinar el origen de la enfermedad, al menos y como conclusión tranquilizadora no
halló motivos para temer el contagio a los demás animales y mucho menos a las personas, por la
buena salud que en general se estaba observando en ellos. Los sucesivos informes del
Protomedicato, hasta un total de siete, el último de los cuales del 11 de abril, remitidos por Andrés
Piquer, protomédico y doctor de cámara del rey, volvían a referir por lo general y como hallazgo
más relevante en las disecciones, ya fuesen de perros vivos sanos, enfermos o muertos, una copiosa
verminación, especialmente en el corazón y sus inmediaciones en forma de gusanos blancos. Pero si
especial era el hallazgo en el corazón, también era profusa la presencia de lombrices en los
intestinos e incluso en el estómago. En estos casos, la descripción refiere que las lombrices eran
rubias, redondeadas, largas, situadas en el yeyuno, y a las que los latinos llamaban teretes; mientras
que otras con forma de cinta y denominadas tenias se localizaban en el yeyuno e íleon, alcanzando
en unos casos unos sesenta centímetros de longitud y en otros alrededor de un metro y veinticinco
centímetros, lo que en ocasiones llegaba casi a obstruir la luz intestinal. A partir de uno de los
informes sabemos que el propio Andrés Piquer conservaba las lombrices y gusanos en espíritu de
vino para su examen con el microscopio. En total el Real Tribunal del Protomedicato participó en
la disección de treinta perros, en los que no halló más efectos de la maligna epidemia que por lo
común la mencionada verminación, atribuyendo el origen del mal a una “causa superior celeste” o
“constitución del aire” que aquel año indujo la enfermedad en los perros y con ella la generación
exacerbada de lombrices. No obstante el propio Tribunal era conocedor que aún estando sanos los
perros, rara vez se hallaban libres de las mismas. Como remedio preventivo del mal, el
Protomedicato proponía hacer tomar a los perros agua adicionada de azogue. Y ante el temor de que
con los calores del estío la epidemia pudiera devenir en la rabia, aconsejó que se destinaran parajes
donde los perros que fueran por las calles de Madrid pudiesen beber aguas limpias en libertad.
Informes de la Real Academia Médica Matritense
Por su parte la Real Academia Médica Matritense, según la cual se ocupaba “en observar las
diferentes constituciones del aire y las alteraciones que pueden producir en la salud de los hombres
y de los brutos”, emitió un informe preliminar de 22 de marzo en el que aseguraba haber sido la
primera institución dedicada a averiguar los verdaderos caracteres de la enfermedad que tantos
estragos ocasionaba a los perros de Madrid. Esta alusión parece referirse a las observaciones
personales efectuadas en un primer momento por Juan Gámez, médico y catedrático de Anatomía
del Real Hospital de Madrid y los cirujanos Pedro Virgili y Pedro Perchet a partir de las anatomías
practicadas en total sobre diecisiete perros. Hasta el 22 de marzo de 1764 la Academia había
realizado gran número de disecciones en perros enfermos, muertos y aun sanos, tanto domésticos
como vagos. Al no encontrar en los cadáveres bubones, carbuncos, gangrenas ni otro alguno de los

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

caracteres de las pestes conocidas de los hombres y brutos, se calificaba a la enfermedad como una
epidemia de la especie canina, sin que afortunadamente fuera contagiosa a las personas. No obstante
y según noticias que llegaron a oídos de la institución, la epidemia había trascendido a otras
especies animales como mulas, conejos de indias y gallinas, entre los cuales debían ser muy pocos
los enfermos pero con un desenlace fatal. Aparte de abscesos o apostemas encontrados en el cerebro
de algunos cadáveres, el hallazgo más relevante en las primeras disecciones fue la presencia de
“lombrices que ha visto anidadas prodigiosamente en el estómago y los intestinos”. Sin embargo,
sobre ser tan familiares en los perros, incluidos la mayoría de los sanos y robustos, faltaron
enteramente en alguno de los perros infectados. Aún cuando las lombrices hubiesen ocasionado
hipotéticamente la muerte de todos los perros, se preguntaba la Academia por qué siendo
regularmente inocentes se habían enfurecido y encarnizado en esta ocasión de forma tan
extraordinaria. El origen de esa novedad sería la verdadera causa de la epidemia, y para averiguarlo
la Real Academia Médica Matritense se comprometía a continuar con el estudio y las disecciones.
Pues bien, en fecha 7 de abril de 1764 la institución presentó su dictamen definitivo en forma de un
informe multidisciplinar en el que se describe con notable detalle la naturaleza de la enfermedad.
Entre los síntomas que manifestaban los perros afectados, el informe habla de tos, evacuación por
las narices y ojos, pérdida de apetito, flujo de vientre, emaciación; parálisis de las piernas, lo que les
hacía andar arrastrando los miembros posteriores; arrojaban baba clara por la boca; las adnatas o
blanco de los ojos se volvía en gran manera sanguinolento; había flujo de sangre por las narices, la
boca y el ano; temblor; alaridos; movimientos convulsivos y muerte. Si bien la mortalidad fue
verdaderamente muy elevada, no todos los perros que contrajeron el mal llegaron a morir,
experimentando por suerte una forma benigna de la enfermedad. En el apartado de las anatomías y
para evitar cualquier sesgo, la Academia resolvió disecar todo tipo de perros, a saber: cadáveres
encontrados en las calles, cadáveres de perros muertos de la enfermedad, animales enfermos y
perros en aparente perfecto estado de salud, hallando en ellos variadas lesiones. Sobre los parásitos,
tan solo en uno de los cadáveres callejeros se encontró una lombriz en el estómago, sin embargo los
perros sanos, los muertos y los enfermos de la epidemia presentaban lombrices scarides de distinto
género en los intestinos y en el estomago, la mayor de algo más de doce centímetros, y otras
alojadas en la arteria pulmonar etc. A partir de todos los elementos en estudio a la Real Academia
Médica Matritense tan solo le quedaba, y no era tarea nada fácil, emitir el juicio y señalar los
tratamientos para el remedio de la enfermedad. Se sirvió para ello de los analogismos de las
enfermedades de otros brutos y aún de los hombres, llegando a la conclusión “que el mal se reducía
al genero del catarro, que generalmente llaman Muermo nuestros escritores de la Veterinaria, para
pasar a denominar a la enfermedad como epidemia catarral maligna, cuyos principales y ordinarios
symthomas son la convulsion y las lombrices“, atribuyendo la causa a un miasma o semilla pútrida
que afectaba de forma particular a los perros. Se rectificaba así el primer informe al indicar ahora
que la epidemia de los perros no había comprendido a otros animales. Pese a que no se cita en el
informe como un hallazgo del presente episodio, si se menciona una enfermedad que con frecuencia
padecían los perros consistente en el acúmulo de lombrices en los riñones que lentamente los
destruían. Entre los tratamientos para curar y precaver la epidemia que nos ocupa se proponían las
sangrías en las orejas, el empleo de leche, manteca de vaca mezclada con salvado y miel, aceite,
triaca, sahumerios de azúcar, cocimiento de raeduras de asta de venado y tener siempre agua a
disposición de los perros. Con ello la Academia esperaba la pronta extinción de la epidemia,
evitando así también la aparición de la rabia, a la que tanto temía el vulgo con la llegada del verano.
Vemos en definitiva que los informes emitidos desde el 16 de marzo al 11 de abril de 1764 por el
Real Tribunal del Protomedicato y la Real Academia Médica Matritense concluyen que la
enfermedad mortal canina no era causada por los parásitos, sin embargo se nos descubre que la
parasitación por vermes estaba muy extendida entre la población canina de Madrid en el siglo XVIII.
Identificación de los endoparásitos encontrados en 1764 y prevalencia actual en España
Acorde con el primer informe del Tribunal del Protomedicato de 16 de marzo de 1764, encontramos
una clara referencia en los dos primeros perros examinados al nemátodo Dirofilaria. Casi con total
seguridad se trataría de Dirofilaria inmitis, ya que además de ser endémica del sur de Europa,

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

incluida la Península Ibérica, este parásito se aloja principalmente en las arterias pulmonares y en el
ventrículo derecho del corazón, como así observaron los protomédicos, a diferencia de Dirofilaria
repens, que se localiza en áreas subcutáneas y en el ojo. En cambio, en el tercer perro se habla de
“lombrices en las tripas”, largas y en forma de cinta. Con esta descripción todo apunta a que
estaríamos ante platelmintos de los géneros Taenia y/o Dipylidium. Sus ciclos biológicos serían
compatibles con los condicionantes epidemiológicos que se daban en el Madrid de la época, esto es,
el fácil acceso que tenían los perros a cadáveres de herbívoros y porcinos o sus vísceras infestadas,
en el caso de las tenias, y por otro lado la más que segura presencia de pulgas y piojos, como
hospedadores intermediarios necesarios para la transmisión de Dipylidium.
En el primer informe de la Real Academia Médica Matritense de 22 de marzo de 1764 se ponen de
manifiesto los resultados esclarecidos de las anatomías realizadas por dicha entidad. En su extracto
se menciona la presencia de “lombrices anidadas prodigiosamente en el estomago y los intestinos”,
lo que nos permite considerar a dichos parásitos probablemente como nemátodos del género
Toxacara, de los que a falta de información más detallada no se pueden concretar las especies.
En el informe emitido el 23 de marzo por Juan Gámez y los cirujanos Pedro Virgili y Pedro Perchet
resultado de las anatomías realizadas a diecisiete perros, se explica el hallazgo de tres grupos de
parásitos: Una gran cantidad de ascáridos (Familia Ascarididae) localizados en el íleon y en el
estómago de muchos de los perros, en forma nudosa, de variado tamaño y el mayor de más de doce
centímetros de longitud, quizás Toxacara canis o Toxascaris leonina. En otro can se halló un
parásito en el corazón, probablemente de nuevo Dirofilaria inmitis. Y finalmente a un perro de
catorce años se le encontró una lombriz en el cráneo.
A partir del segundo informe del Real Tribunal del Protomedicato de 23 de marzo sobre anatomías
en tres perros se concluye que los parásitos alargados y redondeados del yeyuno eran nemátodos,
mientras que los localizados en el corazón sería de nuevo Dirofilaria inmitis.
Respecto al tercer informe del Tribunal del Protomedicato de 6 de abril remitido por Andrés Piquer
sobre el examen anatómico de tres perros vivos, podemos catalogar los parásitos encontrados en el
segundo y tercer animal probablemente como Dipylidium o Taenia, debido a su localización en el
intestino. Llama la atención su longitud, aproximadamente ciento veinticinco cm. Al igual que en
el primer informe del Tribunal del Protomedicato, podría tratarse del cestodo Dipylidium caninum.
En el último informe in extenso del Tribunal del Protomedicato, asimismo de 6 de abril de 1764, se
presentan datos de veintiocho animales donde se da prelación a la presencia de lombrices en el
corazón, lo que probablemente se correspondía con Dirofilaria inmitis.
El informe final de la Academia Médica Matritense de 7 de abril de 1764 incluye la referencia a
lombrices intestinales y estomacales, que por su descripción y localización podría tratarse de
Toxacara. Su presencia en el estómago pudiera deberse a formas inmaduras o a movimientos post
mortem de individuos maduros desde el intestino delgado. Por otro lado los teretes de cerca de una
cuarta encontrados en la arteria pulmonar de un perro sano y robusto, posiblemente fueran
Dirofilaria inmitis. En este mismo animal resulta muy interesante el hallazgo en el intestino
delgado de una “tenia o solitaria de diez cuartas de largo”, esto es, más de dos metros de longitud.
Pero en el conjunto de las disecciones y desde el punto de vista de la Parasitología destaca sobre
manera el descubrimiento de una figura que no había sido vista hasta entonces y de la que se
encontraron dos ejemplares en los senos frontales de un lebrel de catorce años muerto a causa de la
epidemia. Curiosamente dicho perro era propiedad de milord Rochford, embajador de Inglaterra en
Madrid por aquel entonces. Quizás estemos ante la primera descripción conocida de este particular
hallazgo, el cual, al no haber sido visto ni descrito hasta entonces fue dibujado en una lámina en
unión de la tenia antes referida, en lo que posiblemente sea la primera o una de las primeras
representaciones gráficas del novedoso parásito e incluso también del espécimen de tenia. Creemos
que este interesante descubrimiento fue realizado por Juan Gámez, Pedro Virgili o Pedro Perchet, y
quizás alguno de ellos sea el autor de la susodicha lámina o quien la encargara. Dada su rareza y
novedad, los dos ejemplares descubiertos fueron conservados por la Academia en espíritu de vino.
Habría que esperar veinticinco años para que en 1789 Froelich hiciera la más temprana clasificación
de este género de parásito, al que puso el nombre de Linguatula.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ayudados de la calidad gráfica de esta lámina se podría determinar casi con total seguridad que
estamos ante Linguatula serrata, un crustáceo pentastómido que se aloja en las vías y senos nasales
del perro. Por otro lado y una vez concluido el estudio de la tenia cuyo dibujo figura junto a
Linguatula, parece se corresponde con Taenia pisiformis, parásito clasificado por vez primera por
Bloch dieciséis años después, en 1780. Se trata de un cestodo que llega a superar los dos metros de
longitud y cuyos hospedadores intermediarios son el conejo y la liebre, lo cual es compatible con el
hecho de que su hospedador definitivo en el caso que nos ocupa fuera un lebrel, tipo de perro muy
empleado tradicionalmente para la caza de lepóridos y que así lo debía hacer el embajador inglés.
Respecto a la enfermedad que menciona la Academia Médica y que padecían con frecuencia los
perros consistente en el acúmulo de lombrices en los riñones, podría tratarse de Dioctophyma
renale, nematodo de gran tamaño clasificado por vez primera por Goeze en 1782.
De todos los parásitos caninos mencionados, los datos actuales indican que en la mayoría de los
casos la prevalencia es muy baja o prácticamente nula en el siglo XXI, sobre todo en animales
domésticos con control antiparasitario rutinario. Los niveles más altos siempre se han encontrado en
animales de albergues o perros callejeros. En albergues en Madrid (1) se han encontrados estos
parásitos en heces de perros: Toxocara canis (7,8%), Toxascaris leonina (6,3%), Taenidae (2,9%)
y Dipylidium caninum (0,9%). En otro reciente estudio sobre Dirofilaria immitis, el porcentaje de
perros parasitados fue del 3% (2). En otras zonas de España las cifras son similares en este tipo de
animales sin control antiparasitario alguno, como el 8% de prevalencia de Toxocara canis en la
provincia de Castellón (3) o entre el 6-10% en Murcia (4). En este último estudio, aparecen
discrepancias cuando se comparan estudios coprológicos (1% Dipylidium caninum en heces) con
aislamientos en necropsias (38% Dipylidium caninum) y donde también se identificaron especies
de Taenia en el 12% de los cadáveres.
En un estudio sobre animales en un centro de acogida en Córdoba (5), los resultados de las
necropsias indican también parasitaciones más elevadas en animales sin control antiparasitario. Se
detectaron los siguientes parásitos: Dipylidium caninum (13,2%), Taenia hydatigena (7,66%),
Taenia pisiformis (4%), Toxascaris leonina (14,94%) y Toxocara canis (17,72%).
Es especialmente importante remarcar que algunos de estos parásitos tienen carácter zoonósico y
constituyen un riesgo para la población humana como se demuestra en el estudio de Córdoba en el
que se detectaron huevos de Toxocara en el suelo de parques públicos.

Bibliografía

1. Miró G, Mateo M, Montoya A, Vela E, Calonge R. Survey of intestinal parasites in stray dogs
in the Madrid area and comparison of the efficacy of three anthelmintics in naturally infected
dogs. Parasitol Res. 2007 Jan;100(2):317-20.
2. Montoya-Alonso JA1, Morchón R2, Falcón-Cordón Y1, Falcón-Cordón S1, Simón
F2, Carretón E3. Prevalence of heartworm in dogs and cats of Madrid, Spain Parasit
Vectors. 2017 Jul 26;10(1):354.
3. Sanchez-Thevenet P, Carmena D, Adell-Aledón M, Dacal E, Arias E, Saugar JM, Rodríguez
E, Dea-Ayuela MA. Other Intestinal Parasites in Dogs from Eastern Spain. Vector Borne
Zoonotic Dis. 2019 Jul 17. doi: 10.1089/vbz.2019.2468.
4. Martínez-Carrasco C1, Berriatua E, Garijo M, Martínez J, Alonso FD, de Ybáñez RR.
Epidemiological study of non-systemic parasitism in dogs in southeast
Mediterranean Spain assessed by coprological and post-mortem examination. Zoonoses Public
Health. 2007;54(5):195-203.
5. Martínez-Moreno FJ1, Hernández S, López-Cobos E, Becerra C, Acosta I, Martínez-Moreno
A. Estimation of canine intestinal parasites in Córdoba (Spain) and their risk to public health.
Vet Parasitol. 2007 Jan 19;143(1):7-13.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

TÍTULO: Huelva y la profesión Veterinaria. Las Escuelas libres.


AUTOR: Oropesa de Cáceres, Antonio A.
INSTITUCIÓN: Real Academia Sevillana de Ciencias Veterinarias
AUTOR DE CORRESPONDENCIA:

- Dirección: C/ Luis Buñuel, nº 16. 41808 - Villanueva del Ariscal (Sevilla).


- Correo-e: [email protected], [email protected]
- Teléfono: 610 98 96 63

RESUMEN:
La Escuela de La Palma es la primera de las Escuelas libres de Veterinaria fundadas en
Huelva. El sábado 18 de septiembre de 1869, en base al Decreto de 21 de octubre de 1868 y al de 14
de enero del mismo año, el Ayuntamiento constitucional de la localidad la fundó “estimando en su
merecido valor la utilidad y conveniencia que resulta a la localidad por sus circunstancias
esencialmente agrícolas”.
Del total de 27 titulados en la Escuela de La Palma hay 19 de la provincia de Huelva, 6 de la
provincia de Sevilla, uno de Córdoba y otro de Ciudad Real.
De Huelva, destaca Bollullos del Condado con 10 titulados, seguido por Almonte y Trigueros
con 2 y el resto con 1 titulado por localidad.
En la Escuela de Trigueros, todos los títulos, menos uno, se corresponden con ciudadanos de
la provincia onubense.
Destacan Valverde del Camino con 5 titulados, Almonaster la Real y Huelva con 3, cinco
localidades con 2 y el resto con 1 titulado.
La otra Escuela donde hemos encontrado titulados procedentes de Huelva es en la Escuela
provincial de Sevilla.
Del total de 114 titulados en la Escuela de Sevilla hay 19 de la provincia de Huelva.
Destaca claramente el municipio de Aracena con 4 titulados y el resto con 1 por localidad.
La incidencia de esas titulaciones Libres en la provincia de Huelva tuvo su importancia en la
adscripción de los nuevos cargos oficiales que se iban creando y para los que no estaban habilitados
mientras no fueran revalidados sus títulos, lo que motivó problemas entre los miembros de la “Clase
Veterinaria” y con los que tuvo que enfrentarse el Colegio provincial desde su creación.

Palabras clave: Escuelas, Libres, Veterinaria, La Palma, Trigueros, Huelva, Sevilla.

SUMMARY:
The School of La Palma is the first of the free Veterinary Schools founded in Huelva. On
Saturday, September 18, 1869, based on the Decree of October 21, 1868 and January 14 of the same
year, the Constitutional City Council of the town founded it “estimating in its deserved value the
utility and convenience that results to the locality due to its essentially agricultural circumstances ”.
Of the total of 27 graduates in the School of La Palma there are 19 from the province of
Huelva, 6 from the province of Seville, one from Córdoba and one from Ciudad Real.
From Huelva, Bollullos del Condado stands out with 10 graduates, followed by Almonte and
Trigueros with 2 and the rest with 1 titled by locality.
In the School of Trigueros, all the titles, except one, correspond to citizens of the province of
Huelva.
They highlight Valverde del Camino with 5 graduates, Almonaster la Real and Huelva with
3, five locations with 2 and the rest with 1 graduate.
The other School where we have found graduates from Huelva is in the Provincial School of
Seville.
Of the total of 114 graduates at the School of Seville there are 19 from the province of Huelva.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

The municipality of Aracena clearly stands out with 4 graduates and the rest with 1 per
locality.
The incidence of these Free degrees in the province of Huelva had its importance in the
ascription of the new official positions that were being created and for those who were not authorized
until their titles were revalidated, which caused problems among the members of the “ Veterinary
Class ”and with which the provincial College had to face since its creation.

Keywords: Schools, Free, Veterinary, La Palma, Trigueros, Huelva, Seville.

Sobre la relación de Escuelas Libres creadas en la provincia de Huelva en el periodo del


Sexenio Democrático apuntábamos algunas notas de interés en la Comunicación 1 presentada en el
“XXIV Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria” celebrados
en Almería. Es el momento de ampliar esa información sobre las Escuelas de La Palma y de
Trigueros, además de exponer lo hallado sobre alumnos de la provincia de Huelva que cursaron sus
estudios en las Escuelas sitas en la provincia de Sevilla.
La Escuela Provincial de Sevilla es fundada el 5 de junio de 1869 por la Excma. Diputación
Provincial, de conformidad con el Decreto de 14 de enero de 1869 y aceptada su constitución por el
Rectorado de la Universidad Literaria de Sevilla el día 2 de Agosto del mismo año, por considerarla
ajustada a la Ley vigente.
En total fueron 19 los onubenses que obtuvieron el título de Veterinario en la Escuela de
Sevilla. La distribución por localidades es la siguiente:

La distribución por localidades es la siguiente:


Localidad: Nº Localidad: Nº
Aracena 4 Moguer 1
Ayamonte 1 Nerva 1
Cerro de Andévalo 1 Paterna del Campo 1
Cortes de la Concepción 1 Paymogo 1
Cumbres Mayores 1 Santa Olalla 1
Encinasola 1 Valverde del Camino 1
Fuenteheridos 1 Villanueva de los Castillejos 1
Jabugo 1 Zufre 1
19

Esos 19 titulados representan el 17% de los 114 que obtuvieron su título de Veterinario en la
Escuela Provincial de Sevilla.
La distribución por Cursos también es muy variada:
Curso: Nº
1869-1870 1
1870-1871 0
1871-1872 4
1872-1873 10
1873-1874 4
19

1
Oropesa de Cáceres, Antonio A. 1868-2018. 150 años de la Revolución Gloriosa. Las Escuelas Libres de Veterinaria
en Huelva. “XXIV Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria”, Almería,
2018. pp.135-142.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 19 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre Provincial de Veterinaria de Sevilla, es la siguiente:
Nombre: Localidad:
Marcial Aniceto, Fernando Aracena
Medina Romero, Manuel Aracena
Nogales Estrada, Francisco Aracena
Nogales Hermoso, José Aracena
Cabello Álvarez , Francisco Ayamonte
Márquez Vázquez, Alonso Cerro de Andévalo
Manzano Sánchez, Antonio Cortes de la Concepción
Barragán García, Domingo Cumbres Mayores
Rodríguez Gómez, Froilán Encinasola
Domínguez González, Nicolás Fuenteheridos
Sánchez Camacho, José Jabugo
Briceño Sánchez, Miguel Moguer
Ordóñez Martínez, Francisco Nerva
Bañez Dana, José Paterna del Campo
Brioso Bas, Emilio Paymogo
Carballar Fernández, Juan José Santa Olalla
Rincón Rincón, Bernardino Valverde Camino
Barga Fernández, José Villanueva Castillejos
Rufo Labrador, José Zufre
Total: 19

De la Escuela Libre de Veterinaria de Alcalá de Guadaíra no hemos encontrado ningún


titulado procedente de Huelva. Teniendo en cuenta que en dicha relación se encuentran incluidos los
títulos correspondientes a la Escuela Libre Municipal de Sevilla ya que ésta no expidió ninguno
sino que fue en papel de Alcalá, podemos inferir que no aportaron ningún titulado a la provincia
onubense.
Como ya hemos indicado en anteriores trabajos, del total de 27 títulos expedidos por la
Escuela Libre de Veterinaria de La Palma, fueron 19 los títulos obtenidos por onubenses, los cuales
se corresponden con sólo 14 personas, ya que hay 5 que aparecen en dos ocasiones, una con la
obtención del título de Veterinario de 2ª clase y posteriormente con la obtención del de 1ª clase.
La distribución por localidades es la siguiente:
Localidad: Nº Localidad: Nº
Almonte 1 Gibraleón 1
Bollullos del Condado 6 San Juan del Puerto 1
Constantina 1 Trigueros 2
Escacena del Campo 1 Valverde 1
14

La distribución por Cursos, teniendo en cuenta la fecha de expedición de la titulación más alta
alcanzada por cada uno de los alumnos, también es muy variada:
Curso: Nº
1869-1870 2
1870-1871 6
1871-1872 2
1872-1873 4
1873-1874 0
14

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 14 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre de Veterinaria de La Palma, es la siguiente:
Nombre: Localidad:
Moguer y Lavín. Francisco Almonte
Díaz Moyano. Juan Bollullos del Condado
Díaz Moyano. Pedro Bollullos del Condado
Moyano Delgado. José María Bollullos del Condado
Moyano Delgado. Manuel Bollullos del Condado
Moyano Pérez. Federico Bollullos del Condado
Moyano Pérez. Juan Bollullos del Condado
Galago Gabarro. Francisco Constantina
Moyano Córdoba. Juan Escacena del Campo
Ponce Fernández. Mateo Gibraleón
Toscano Rodríguez. Miguel San Juan del Puerto
Hernández Viva. Emilio Trigueros
Hernández Viva. Manuel Trigueros
Núñez Bermejo. Fernando Valverde del Camino

Mantenemos como onubense a “Galago Gabarro, Francisco” el cual en la Tesis Doctoral de


D. Jacinto Vital Rodríguez 2 figura con la adscripción referida “Constantina-Huelva”.
Asimismo mantenemos como “no onubense” a “Siurot Ruiz, José” (padre del insigne
abogado, escritor y pedagogo D. Manuel Siurot Rodríguez) por ser natural de Lebrija (Sevilla) aunque
por información recibida de descendientes suyos, su llegada a La Palma fue con anterioridad a la
creación de la Escuela Libre de Veterinaria de La Palma, y podría incluirse dentro de la nómina de
titulados onubenses.
El caso de la Escuela Libre de Veterinaria de Trigueros es distinto, ya que, al tener menos
años de existencia, todos los títulos (29) se corresponden con el de “veterinario” por lo que no existen
duplicidades en la nómina de titulados. Sólo uno de ellos no es de la provincia de Huelva (Castilleja
de la Cuesta – Sevilla).
La distribución por localidades de los titulados es la siguiente:

Localidad: Nº Localidad: Nº
Almonaster la Real 3 Puebla de Guzmán 1
Calañas 2 Riotinto 1
Cortelazor 1 San Juan del Puerto 2
Huelva 3 Trigueros 2
Jabugo 1 Valverde del Camino 5
La Palma del Condado 1 Villanueva 1
Moguer 2 Zalamea la Real 2
Paymogo 1 Total: 28
Destacan Valverde del Camino con 5 titulados, Almonaster la Real y Huelva con 3, cinco
localidades con 2 y el resto con 1 titulado.
Ordenadas alfabéticamente las localidades y, dentro de ellas con el mismo orden por apellidos
de los titulados, la distribución de los 28 títulos de Veterinarios de la provincia de Huelva, en la
Escuela Libre de Veterinaria de Trigueros, es la siguiente:

2 Vital Rodríguez, Jacinto. Tesis Doctoral “Las Escuelas Libres de Veterinaria en Andalucía”, Córdoba, 1976.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Nombre: Localidad:
Márquez Fernández, Manuel Almonaster la Real
Romero Núñez, José Agustín Almonaster la Real
Romero Núñez, Martín Almonaster la Real
Barranco, Juan Alonso Calañas
Barranco, Rafael Calañas
González Domínguez, Agapito Cortelazor
Espinosa Contreras, José Huelva
López Botello, Manuel Huelva
Valero Reyes, José Huelva
Vázquez Ramos, José Miguel Jabugo
Gómez Ramos, Francisco La Palma del Condado
Díaz, Narciso Moguer
Macías Díaz, Manuel Moguer
Infantes Porto, Manuel Paymogo
Suárez Carrasco, Pedro Puebla de Guzmán
Barranco Raya, Fernando Riotinto
Domínguez González, Vicente San Juan del Puerto
Moreno Naranjo, Antonio San Juan del Puerto
Hernández Viva, Emilio Trigueros
Moyano Pérez, Juan Antonio Trigueros
Fernández Durán, Miguel Valverde del Camino
López López, José María Valverde del Camino
Valero, Miguel Valverde del Camino
Vizcaíno, Pedro José Valverde del Camino
Vizcaíno Rite, Fernando Valverde del Camino
Campos Cejudo, Pedro Villanueva
Domínguez Maestre, Andrés Zalamea la Real
Domínguez Maestre, José Zalamea la Real

De la incidencia que tuvo la existencia de estos titulados en el desarrollo de la profesión


Veterinaria en la provincia de onubense, nos da idea el resumen provincial que figura referido a
Huelva en la relación de Veterinarios Españoles 3 realizada por el Colegio Oficial Veterinario de
Valencia en 1911 y lo significativo del comentario que trascribimos a continuación:
Resumen
Distritos 6
Subdelegados 6
Veterinarios 47

De 47 Veterinarios de esta Provincia, 22 son de Escuela Oficial y 24 proceden de las antiguas


Escuelas Libres. Además existen una verdadera profusión de intrusos por todas partes.”
De un análisis rápido del listado de profesionales ejercientes en la provincia se advierte la
coincidencia de algunos apellidos e incluso nombres (aunque no podemos inferir que sean los mismos
ya que precisamente en la lista de 1911, en estos 2 casos concretos, figura sólo el 1º apellido), con los
que figuran como alumnos tanto de las escuelas onubenses como de las que se radicaron en la vecina
provincia de Sevilla, algunos de ellos pertenecientes a sagas familiares dentro de la profesión en
Huelva.

3 Colegio Oficial Veterinario de Valencia. Veterinarios Españoles. Valencia, 1911

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LAS ENSEÑANZAS DE MATEMÁTICAS Y ESTADÍSTICA EN LOS PRIMEROS


PLANES DE ESTUDIO DE VETERINARIA.
Antonio Rodero Franganillo
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)
[email protected]

RESUMEN
Se pretende en esta comunicación poner de manifiesto el interés que disciplinas como las
Matemáticas y la Estadística han tenido en los curricula veterinarios desde sus inicios. Recordamos
cómo documentos tales como el Pedimento al Monarca de los albéitares de 1737 y las Pragmáticas
de Felipe V y Carlos III de 1739 y posteriores, justificaban el reconocimiento de la Albeitería como
Arte Liberal y Científico porque en la formación de estos profesionales “concurría necesariamente
ser matemáticos”.
Creadas las Escuelas de Veterinarias se redactaron los correspondientes planes de estudios, en los que
se exigía para el ingreso en dichos centros haber tenido una previa formación matemática (Aritmética,
Algebra, Geometría). No obstante, no es hasta el plan de 1931 cuando se incluye por primera vez una
materia con el título de Matemáticas. Así seguirá ocurriendo, a partir de entonces, en los sucesivos
planes de estudio; si bien en ocasiones esa asignatura se sustituirá o acompañará por Estadística o
Biometría, lo cual ocurre muy especialmente cuando los centros se transformaron en facultades
universitarias.
En este trabajo se describen aquellos factores que determinaron la inclusión en los planes de estudios
de nuestras facultades de la Estadística como disciplina adecuada a la formación profesional
veterinaria, y el modo en el quedó formando parte del curriculum. El desarrollo de la Informática
modificará radicalmente la enseñanza y la aplicación de los métodos estadísticos.

Abstract:
This communication aims to highlight the interest that disciplines such as Mathematics and Statistics
have had in veterinary curricula since its inception. We remember how documents such as the
Pediment to the Monarch of the albéitares of 1737 and the Pragmatics of Felipe V and Carlos III of
1739 and later, justified the recognition of the Albeitería as Liberal and Scientific Art because in the
formation of these professionals “it was necessary to be mathematicians”.
Once the Veterinary Schools were created, the corresponding curricula were drafted, in which it was
required for admission to these centers to have had a previous mathematical training (Arithmetic,
Algebra, Geometry). However, it is not until the 1931 plan that a subject with the title of Mathematics
is included for the first time. This will continue to happen, thereafter, in successive curricula;
although sometimes this subject will be replaced or accompanied by Statistics or Biometrics, which
occurs especially when the centers were transformed into university faculties.
This paper describes those factors that determined the inclusion in the curricula of our Faculties of
Statistics as a discipline appropriate to veterinary professional training, and the way in which it
became part of the curriculum. The development of Information Technology will radically modify
the teaching and application of statistical methods.

Palabras clave: Biometría, Planes de estudio, ciencias matemáticas

Keywords: Biometric, teaching plans, mathematics sciences

Introducción
Si nos retrotraemos al siglo XVIII, probablemente en 1737, encontramos que los profesores del Arte
de Albeitería acudieron a Felipe V en pedimento para que se dignase a declarar a la profesión de
albéitares y herradores como Arte Liberal y Científica y que gozaran de las mismas prerrogativas
concedidas a los boticarios. En 1739 obtuvieron la respuesta del monarca accediendo a la petición en
forma de Pragmática, por la que se debía reputar a los albéitares y tenerlos como profesores de Arte

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Liberal y Científico. Esta Pragmática fue posteriormente refrendada por Carlos III mediante Real
Provisión de 1764.
En los tres documentos citados: Pedimento, Pragmática y Provisión, se justifican las distintas razones
de la decisión y se resalta especialmente:

“la concurrencia de ser necesariamente matemáticos, lo que había de usarle, porque sin la Aritmética,
Algebra y aligación no podía formar la cuenta de la edad de los irracionales, ni practicar la cura y
dislocación de sus miembros, composición y reducción de ellos a su lugar, ni podrían aligar o mezclar
los medicamentos de diversa calidad, poniéndolos en un grado puro, aunque fuesen diferentes por
frialdad y calor”. “Que no era menos precisa la Geometría a fin de arreglar la altura del animal,
prevenir lo que podía adquirir desde los dos o tres años hasta completar las medidas y proporciones
naturales de su estado, en lo que sucederían muchos errores, si los Albéitares careciesen de los
principios geométricos que les ilustraban.”

En resumen, tales documentos afirman: “que los albéitares participaban de la ciencia Matemática y
la incluían sus privilegios”.
Se pretende con esta comunicación recordar algunos aspectos de la inclusión de los conocimientos
matemáticos, y más concretamente de los estadísticos, en los estudios de Veterinaria.
En lo que se refiere a la Matemática y a la Estadística deben ser concebidas no sólo como necesarias
formativa y culturalmente para el profesional veterinario, sino que también, desde hace bastantes años
lo han sido desde el punto de vista para la perfecta compresión y desarrollo de otras materias del
curriculum de la carrera veterinaria.
Por otra parte, nos ha movido también a presentar esta comunicación el hecho de que durante un buen
número de cursos tuvimos la responsabilidad de las enseñanzas de la Estadística en la Facultad de
Veterinaria de Córdoba y en otros centros de la Universidad cordobesa.

Resultados
Del contenido de la Pragmática citada se pone de manifiesto que desde que se inicia la Albeitería
como Arte científico, se consideró que en la formación de sus profesionales debería figurar la ciencia
Matemática, necesaria tanto en sus actuaciones de carácter clínico, como en aquellas otras que hoy
día podríamos considerar de naturaleza zootécnica. Ello no implicó que figurase en los distintos
planes de estudio que se sucederán a lo largo de los siglos XVIII y XIX (Planes de 1793, 1847, 1857
y 1871), sino que con los años irían aumentando las exigencias o requisitos para que los estudiantes
antes ingresar en los estudios de Veterinaria ya hubiesen tenido necesariamente formación
matemática en la Primaria Superior o en el Bachillerato.
La monopolización del herrado en la práctica veterinaria impidió el desarrollo de manera adecuada
de la Hipiatría como ciencia de contenido científico, y con ello se desatendió que sus profesionales
estuviesen dotados de una cierta preparación general que incluyese los estudios matemáticos. Pero
las pragmáticas arriba referidas son indicativas de que algo estaba empezando a cambiar; para
hacernos una idea basta compararlas con las Ordenanzas del gremio de Albéitares de Madrid de 1722,
pocos años antes.
Los cambios serán más definitivos cuando se crean las Escuelas de Veterinaria, primero la de Madrid
y después las de Córdoba, Zaragoza y León, con lo que la Veterinaria entra en una nueva etapa. En
las directrices de correspondientes centros se regula la presencia en los planes de estudio de materias
complementarias y también que sea un criterio obligatorio haber cursado previamente la Instrucción
Primaria Superior. En el Real Decreto de 29 de junio de 1821, que regulaba la enseñanza, en los
artículos 13 y 15 del título II, se establecía que en las escuelas de los pueblos “debería enseñarse
completamente la Aritmética, unos elementos sucintos de Geometría y los principios de dibujo
necesarios para las artes y oficios”. Es decir, que los pretendientes a estudiar en los centros
veterinarios debían llegar al menos con un sucinto bagaje de Matemáticas.
En el plan de estudios de 1912 aún se consideraba que era suficiente con sólo exigir el haber aprobado
las asignaturas de Gramática, Geometría, Historia de España, Aritmética y Algebra en el instituto.

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Habría que esperar al plan de 1931 para que aparezca en los estudios de Veterinaria la asignatura de
Matemáticas en el 1º semestre del primer curso, y para que la de Estadística estuviera en el curso de
la Escuela de Madrid que daba acceso a la obtención del título de Ingeniero Pecuario.
Después de la Guerra Civil, el plan de estudios era similar en todas las Escuelas de Veterinarias al
implantado anteriormente al conflicto. Había un grado profesional y otro superior que incluía las
asignaturas de Genética Superior y Biometría y que daba derecho a la obtención del Diploma de
Estudios Superiores, lo cual es interesante si tenemos en cuenta que al no ser aún Facultades
Universitarias, las Escuelas de Veterinaria no tenían la potestad de impartir el grado de Doctor.
Cuando en 1943 las Escuelas de Veterinaria se transforman en facultades universitarias, se diseña un
nuevo plan, el de 1944, que incluye las Matemáticas al considerarse suficiente la formación recibida
en el bachillerato. Tampoco se impartía Estadística que, sin embargo, sí se incorpora en el grado de
doctorado. En el quinto curso de ese plan de 1944 aparece una asignatura titulada Economía Rural y
Estadística Pecuaria que tenía algunas nociones de los métodos estadísticos.
En el plan de 1953 aparece la asignatura de Matemáticas en el primer curso y en los siguientes planes
de estudio de 1967 y 1973, además se incluirá Biometría y Estadística, en el 2º curso de la carrera.
Posteriormente, al homologarse los estudios a las directrices de la Unión Europea han desaparecido
de nuestros currículos veterinarios.
En resumen, se puede afirmar que convenía que los estudiantes de Albeitería en su día, posteriormente
los de Veterinaria, tuviesen una cierta formación matemática, bien previamente al inicio de cursar la
carrera, bien incluida como asignatura en su curriculum.
En cuanto a la Estadística o a la Biometría, necesario proporcionar una explicación adicional. La
inclusión de esta materia en los cursos de la carrera veterinaria estuvo condicionada por diversos
factores.
Por una parte, ha dependido del trascurso histórico de la Estadística en general que es una ciencia
relativamente joven. Hasta el siglo XIX se reducía a una simple descripción de las variables. Los
estudios demográficos atrajeron la atención no sólo de los hombres de estado sino también de los de
la Ciencia. Esta parte de la Estadística es lo que se conoce como Estadística Descriptiva. Sería a
principios del siglo XX cuando comienza a considerarse como el conjunto de métodos que permiten
analizar los datos numéricos, es decir, registrar la significación o importancia de esas cantidades y
tomar constancia de los errores causados por influencias perturbadoras. Es lo que se conoce como
Estadística Inferencial o Estadística Inductiva.
En nuestro país los estudios de Estadística dentro de la Universidad se cursaron al principio como
una asignatura en la licenciatura de Ciencias Exactas o de Matemática. Fue posteriormente, cuando
se independizaron y constituyeron con entidad propia en forma de licenciatura, actualmente grado,
de Estadística Aplicada, Bioestadística o simplemente Estadística.
La inclusión de la Estadística en los estudios de Veterinaria fué tardía y tuvo lugar cuando esta ciencia
se había configurado ya en toda su plenitud. Se abarcaron los dos aspectos señalados (descripción e
inferencia), si bien en un principio fue la Estadística Descriptiva la que más centro el interés de la
docencia de Estadística en las Facultades de Veterinaria. Sólo cuando los estudios veterinarios se
extienden a otras materias que no fuesen las meramente clínicas, se estima necesario abordar los
contenidos de la Estadística Inferencial, que a veces se configuran bajo el título de Biometría.
A veces esta materia se impartirá en el primer o segundo curso de la carrera, otras se desarrollaría de
forma más detenida en los cursos del doctorado.
En un principio los claustros de profesorado de las Facultades de Veterinaria tuvieron dificultad para
contar entre sus miembros con especialistas bien preparados y con formación estadística, pero
prontamente la situación cambió y hoy día, nuestros centros incluyen en sus claustros a una pléyade
de profesores de un alto nivel docente y científico en Estadística y que la usan en la resolución de
problemas acuciantes de la ganadería española.
En el caso de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, en octubre de 1948, cuando las Facultades de
Veterinaria empezaron a impartir los cursos monográficos del doctorado, la Junta del Centro acordó
ofrecer a los posibles alumnos de doctorado seis cursos de los que se debían cursar cuatro, siendo
obligado el denominado Biometría Superior, asignatura de la que se responsabilizó el profesor

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Jordano, quien no sólo fue el introductor de los estudios estadísticos en la facultad cordobesa, sino
que fue el maestro de aquellos que tuvieron que responsabilizarse de las enseñanzas de tal materia.
Junto al nombre del profesor Jordano agregaría el del profesor Cuenca, de la facultad madrileña, quien
fue precursor de estos estudios. Cuando todavía no se reconocía la necesidad de incluir los
conocimientos de Biometría en la carrera de Veterinaria, los introducía a través de su obra
“Zootecnia” que fue el libro de texto para la mayor parte de los estudiantes que tenían que cursar la
asignatura de Zootecnia General (Plan de 1944, por ejemplo).

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ACERCA DE LOS RECONOCIMIENTOS VETERINARIOS DE LA SANIDAD


EN EL SIGLO XIX. PICARESCA Y FRAUDES

Rafael Prieto - Priego 1


José Luis Prieto - Garrido
Gloria Priego - de - Montiano

RESUMEN

Con estos términos, Reconocimientos Veterinarios de la Sanidad, se definían, a mediados


del siglo XIX, los practicados por parte de los profesores veterinarios para conocer si los
animales de renta en general, y los équidos en particular, a los que nos vamos a limitar,
en los tratos de compra-venta estaban sanos, o por el contrario, padecían alguna
enfermedad, defecto de conformación o vicio.
Hemos de tener presente que nos estamos remontando a los años 1825-1850, y la
aparición del automóvil no se produjo hasta 1886, por lo que el caballo, por entonces, era
el único medio de transporte utilizado y muy valorado, así como un mecanismo
indispensable en las tareas agrícolas.
Decía un veterinario práctico de la época, que “la venta de los animales domésticos es,
frecuentemente incompatible con la honradez. El que dice de buena fe los defectos que
tienen sus animales, no vende. Jamás debe fiarse de las palabras del vendedor ni de las
del comprador”.
En un principio, los animales pasaban directamente, sin previo reconocimiento científico
al dominio de los compradores, pero con el paso del tiempo, la picaresca hizo que, tanto
compradores como vendedores tuvieran que confiar su cometido a las personas que se
dedicaban a la curación de las dolencias de aquellos, y las personas más preparadas en
apreciar las enfermedades, defectos de conformación y vicios de los animales, eran los
veterinarios instruidos.
El primero que describió el modo de practicar los reconocimientos de sanidad fue el
inmortal albéitar Francisco de la Reina. Don Francisco, quien ya recomendaba que “los
actos se efectúen con buen conocimiento para no engañar al que compra, ni sea engañado
el mismo albéitar”.
Palabras clave: Tratante de ganado - Reconocimiento sanitario - Albeitar - Veterinario

ABSTRACT

These terms defined, Veterinary Health Recognitions, in the mid-nineteenth century,


those practiced by veterinary professors, to know if the animals for rent in general, and
equids in particular, to which we are going to limit ourselves, in the purchase deals -sales
were healthy, or on the contrary, they suffered from some disease, defect of conformation
or vice.

1
Estudiante Facultad de Veterinaria de Córdoba. UCO.
Veterinario del Servicio Andaluz de Salud. Distrito Sanitario Córdoba ([email protected])
Profesora de la Universidad de Córdoba.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

We have to keep in mind that we are dating back to the years 1825-1850, and the
appearance of the car did not occur until 1886, so the horse, by then, was the only means
of transport used and highly valued, as well as an indispensable mechanism in agricultural
tasks.
A practical veterinarian of the time said that “the sale of domestic animals is often
incompatible with honesty. He who says in good faith the defects that his animals have,
does not sell. You should never rely on the words of the seller or those of the buyer”.
In the beginning, the animals passed directly, without previous scientific recognition to
the domain of the buyers, but with the passage of time, the picaresque caused that both
buyers and sellers had to entrust their task to the people who were dedicated to the healing
of the ailments of those, and the people most prepared to appreciate the diseases, defects
of conformation and vices of the animals, were the trained veterinarians.
The first who described how to practice health examinations was the immortal albéitar
Francisco de la Reina. Don Francisco, who already recommended that “the acts be carried
out with good knowledge so as not to deceive the one who buys, nor be deceived by the
same albéitar”.
Keywords: Livestock dealer - Health recognition - Albeitar - Veterinarian

INTRODUCCIÓN

El origen de los reconocimientos de sanidad se pierde en la noche de los tiempos. Sin


embargo, se cree que debe de remontarse a la época en que el hombre comenzó a servirse
de los animales para los trabajos a que eran destinados.
En un principio los animales pasaron sin previo
reconocimiento científico a los compradores,
quienes, con el paso del tiempo, confiarían dicho
cometido a las personas que comenzaron a
dedicarse a la curación de las dolencias de
aquellos, los cuales, por sentido común y sensatez,
serían los más instruidos a la hora de reconocer los
defectos de conformación y vicio, así como las
enfermedades que padecían los animales objeto de
trato. .
El término greco-arábigo de “albéitar” (del árabe
al-baitar, y éste del griego) significa
etimológicamente “médico de caballos”, y fue
usado en España hasta 1850, en que se impone el
vocablo “veterinario”, empleado por primera vez
por Columela 2.
El Diccionario de la Lengua Española recoge el
significado de esta palabra y de la voz anticuada
“albeite”, como el arte que enseña a curar las
bestias y así lo aceptó con anterioridad Sebastián de Covarrubias 3 en su libro Tesoro de
la Lengua Castellana (Madrid, 1674).

2
Lucius Junius Moderatus Columella, escritor agronómico romano nacido en Cádiz, S.IV d.C.
3
Sebastián de Covarrubias y Orozco, lexicógrafo, criptógrafo, capellán del rey Felipe II, canónico de la catedral de
Cuenca y escritor español, nacido en Toledo, 1539.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El Infante Don Juan Manuel 4 en el Libro del caballero et del Escudero y también en el
Libro de los Estados, formula una clara diferenciación entre herradores y albéitares, los
primeros con una misión concreta en relación al llamado arte de herrar, y los segundos
como médicos y cirujanos de la salud animal, con preferencia, en su especialización, por
los caballos.
Se han venido utilizando expresiones como “Profesores del arte de la Albeitería”,
“Maestro Albéytar”, “Maestro herrador” y “Albéytar”, empleadas en 1742 por Salvador
Montó y Roca 5.

RECONOCIMIENTOS VETERINARIOS DE LA SANIDAD

Una vez hechas estas breves apreciaciones a manera de introducción, y ya entrando en el


artículo en cuestión, el primero que describe la manera de practicar los reconocimientos
en sanidad es el albéitar Francisco de la Reina 6. Este profesor recomienda que “dichos
actos se efectúen con buen conocimiento para no engañar al que compra, ni sea engañado
el mismo albéitar”.
El profesor de la Reina, posiblemente fuera de los
pocos de la época que conocieran la mayoría de las
enfermedades ligadas, fundamentalmente desde las
rodillas y corvejones hasta los cascos
que, al fin y al cabo, era el principal objetivo
referido.
De la Reina consideraba importantes unas premisas,
hasta cierto punto lógicas: “El caballo u otras bestias
que haya que comprobar su sanidad, lo manden
meter en el río o lo hagan lavar con agua los brazos
y piernas, asentando el pelo para abajo, hacia los
cascos, para así, al asentar el pelo, se manifiesten y
vean mejor las enfermedades y tumores que
hubiere”.
Don Juan Antonio Sainz y Rozas, profesor
veterinario de primera clase, en su tratado sobre el
“Modo de Practicar los Reconocimientos de
Sanidad” (año 1873), clasifica las enfermedades en dos grandes grupos: Redhibitorias y
No Redhibitorias.
Las primeras son las menos frecuentes, y corresponderían, en su mayoría, a la patología
interna o médica. Por su parte, las no redhibitorias, muy frecuentes en las extremidades,
pertenecían, en su mayoría, a la patología externa o quirúrgica.
Por otro lado, considera los Defectos de Conformación que pueden presentar los animales
en los reconocimientos de sanidad. Así, defectos congénitos, adquiridos y mixtos. Los

4
Don Juan Manuel, miembro de la casa real de Borgoña y escritor en lengua castellana, nacido en Escalona, 1282.
5
Salvador Montó y Roca, veterinario español nacido en Valencia (1742), autor del libro Sanidad del
caballo publicado tras su muerte, ilustrador de albéitares en sus dictámenes judiciales.
6
Francisco de la Reina, nacido en Zamora? (1520). Célebre albéitar que estuvo a las órdenes del Duque de Alba. Su
Libro de La Reyna representa el texto más autorizado del siglo XVI, que serviría de base a los albéitares españoles
durante tres siglos y más de 14 ediciones.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

primeros nacen con los individuos (cuello de ciervo 7, dorso de camello 8, etc.); los
adquiridos se desarrollan después del nacimiento (ejemplo, el corvo 9); los mixtos, los
presentan unas veces los animales ya al nacer y otras a lo largo de su vida (el topino 10, el
izquierdo 11 o el estevado 12, entre otros).
El profesor Sainz y Rozas distinguía sobre los defectos de conformación congénitos, entre
relativos y absolutos. Los primeros estaban referidos al gusto particular del comprador y
al tipo de trabajo del animal. Ejemplo de ellos estaba la “cabeza acarnerada” 13, que para
algunos era un defecto atractivo y para otros rechazable, o, el estar “sobre sí” 14 de las
extremidades anteriores, defecto muy grave para montar a caballo pero que no tenía
importancia para los caballos de tiro, o el denominado “dorso de camello”, que siendo
perjudicial para el tiro era muy ventajoso para la carga.
Los defectos absolutos eran aquellos que
desagradaban a la vista y además
perjudiciales para el trabajo de los
animales. Ejemplos, el corvo 15, el
zancajoso 16 o el hueco de rodillas 17.
Algunos profesores veterinarios de la
época mantenían el que no existía
responsabilidad alguna por su parte a no Cuello de Ciervo
hacer consideraciones sobre los defectos
de conformación, al dar por hecho que al ser perfectamente visibles, serían valorados por
los propios compradores al hacer el contrato. Pero, los más puristas como el propio
profesor Sainz, defendían que ello no lo debe de aceptar un buen profesor. Un comprador
puede conocer que un caballo es “sobre sí” de las extremidades anteriores, pero puede
que no llegue a comprender la gravedad de este defecto, sobre todo si se trata de un caballo
de silla.
El buen profesor debe manifestar todo aquello que, al practicar el reconocimiento, se
separe de las condiciones naturales, ya sea enfermedad, ya defecto de conformación, ya
vicio. Cuantas más cosas exponga menor será su responsabilidad. Es decir, todos aquellos
defectos que por sus condiciones especiales disminuyan el precio de los animales, bien
por los peligros que puedan suponer para las personas que han de manejarlos, bien por no
permitirles el desempeño libre y regular de los trabajos a los que están destinados.
Como bien indica Guillermo Sampedro Cancela, 18 en su Novísimo Cabero o Instituciones
de Albeitería, “los profesores de albeitería deben de estar adornados de muchas cualidades
que no son comunes a los demás hombres, porque dedicados a ejercer una profesión
noble, y de la que depende la conservación de los animales domésticos que constituyen

7
Hipertrofia de la musculatura de la garganta que presentan algunos caballos de forma genética o por un
entrenamiento incorrecto.
8
De gato o de carpa, el dorso forma en la zona central una curvatura hacia arriba muy pronunciada.
9
La rodilla se desplaza hacia delante o hacia atrás, con respecto a la vertical.
10
Casco topino es aquel cuya lumbre es muy corta y los talones altos, debido al mal herraje.
11
Cuando desde la rodilla hasta el casco, los huesos toman una dirección oblicua hacia fuera, de tal manera que el
peso del animal gravita sobre la parte interna del casco.
12
Defecto opuesto al anterior.
13
Caballo o yegua que tiene abombada la parte delantera de la cabeza.
14
Sobre sí de las extremidades anteriores, cuando estando aplomados, los remos torácicos se encuentran mucho más
atrás de la vertical.
15
Las extremidades alcanzan el suelo lateralmente a la línea de aplomos.
16
Corvejones excesivamente juntos.
17
Rodillas muy separadas hacia fuera.
18
Catedrático de anatomía general y especial de la Escuela Nacional de Veterinaria (Madrid, 1843).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

la riqueza de esta nación agrícola, necesitará fijar toda su atención y conato en su buen
desempeño, como todo hombre público”.
Para poder practicar dignamente los reconocimientos de sanidad, el profesor veterinario
deberá tener profundos conocimientos en cuatro ramas fundamentales. La Anatomía
descriptiva, la Fisiología, el Exterior y la Patología, especialmente la Quirúrgica,
determinante en la mayoría de compromisos y disputas resultantes de los reconocimientos
de sanidad. Pero, no es suficiente el dominar los citados conocimientos, ya que, algunos
vendedores, y también compradores, llegan a utilizar tretas y medios para engañarlos.
Los reconocimientos deben de realizarse, siempre que se pueda, en un sitio llano, duro,
espacioso y claro. Nunca se reconocerán los animales en los picaderos, porque como estos
tienen una superficie suave e igual, no se aprecian bien las claudicaciones. Los terrenos
duros y desiguales son los más a propósito para observar muchas de las cojeras.
En los casos de reconocer la sanidad, se debe de buscar amplitud. En los espacios
reducidos, ni se puede apreciar bien la regularidad o irregularidad de los movimientos, ni
el profesor tiene garantías de su seguridad personal que puedan dirigirle los animales
indómitos.
Y respecto al modo de practicar los reconocimientos de sanidad, según textos consultados
del siglo XIX, y que coinciden con los actuales, siempre en reposo y después, en acción.
El profesor debe desconfiar siempre, tanto del que vende como del que compra. Solo, los
conocimientos del profesor deben ser determinantes en sus decisiones.

BIBLIOGRAFÍA

Cordero del Campillo. Miguel y otros. Albeitería, Mariscalía y Veterinaria (Orígenes y


perspectiva literaria). Secretariado de Publicaciones de la Universidad de León. 1996.

Herrero Rojo, Máximo. La Albeytería Española en el siglo XVIII. Gráficas Cervantes


S.A. Salamanca (1984).

Sainz y Rozas, Juan Antonio. Tratado sobre el modo de practicar los reconocimientos de
sanidad. Tipografía de Calisto Ariño. Zaragoza 1873.

Sampedro Cancela, Guillermo (1798). Novísimo Cabero o Instituciones de Albeitería.


Subdirección General de Documentación y Publicaciones del Ministerio de Defensa
(junio 2007).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

TRES PROYECTOS Y TRES ESTRATEGIAS.


LOS NIÑOS RIVAS Y CASAS: PRIMEROS ESPAÑOLES EN LA ESCUELA DE
VETERINARIA DE ALFORT

Ángel Salvador Velasco


Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria
[email protected]

Resumen
Cuando Bernardo Rodríguez Marinas, primer veterinario español titulado, llega a la Escuela de
Veterinaria de Alfort el 2 de enero de 1777, se encuentra con dos estudiantes españoles en sus aulas.
Quiénes fueron, quién costeó su envío y mantenimiento, o por qué no tuvieron significación
profesional en la implantación de la veterinaria metódica en España, son preguntas a las que damos
respuesta.

Abstrat
When Bernardo Rodríguez Marinas, the first Spanish certified veterinary surgeon, arrives at the
Alfort Veterinary Science School on 02 January 1777, he meets two Spanish students in the
classrooms. Who they were, who funded their transfer and maintenance, or why they had no
professional significance in the implementation of the methodical veterinary science in Spain, are
questions to which we give answers.

Palabras clave: Escuela de Veterinaria, Real Caballeriza, Bernardo Rodríguez

1. Proyecto y estrategia
Hace 8 años, en una trabajada ponencia presentada en el Congreso de Historia de la Veterinaria
celebrado en Valencia, mostramos por primera vez con su redacción completa dos reales órdenes
halladas en el Archivo General de Palacio: la de entrada de Bernardo Rodríguez en la Real
Caballeriza en agosto de 1774, realizada por expreso deseo del caballerizo mayor, duque de Medina
Sidonia, que conoce la calidad del trabajo realizado por el maestro herrador y albéitar (de cuias
circunstancias, instrucción y buena conducta estoi informado), en plaza de nueva creación y dotada
económicamente. Y la de octubre de 1776, que designa a Rodríguez para acudir a la Escuela de
Veterinaria de Alfort, pensionado por Carlos III a solicitud de su caballerizo mayor (Enterado el
Rey por la representacion de V.E. de 9 de este mes, de la utilidad que resultaria á la Real
Cavalleriza en tener individuos impuestos radicalmente en la Albeyteria, ha resuelto S.M. que
Bernardo Rodriguez, Ayuda de herrador de caminos de ellas pase á Paris con este objeto como
V.E. ha propuesto, reteniendo el destino, y sueldo que ahora goza..,)1.
En el mismo trabajo dimos a conocer dos informes que hallamos en el Archivo General de
Simancas: el dirigido por el conde de Aranda, embajador de España en París, al conde de
Floridablanca, primer secretario de Estado de Carlos III, apoyando la solicitud de Rodríguez de
compra de libros y utensilios profesionales para traer a España. Aranda ve clara la finalidad
principal de la formación adquirida por Rodríguez: comunicar sus conocimientos a otros. Dice estar
informado a través de la dirección de la Escuela de Veterinaria de Alfort de los progresos
profesionales de Rodríguez, y demuestra su convencimiento respecto al buen resultado de la labor
docente que éste desarrollará a su regreso a España (Creo mui justa su pretension pues no puede de
otro modo lograr ahí completamente el fruto de sus Estudios, y comunicarle á otros. Con cuio
motivo añadiré á V.E. que su arreglada conducta, y los progresos que há echo, de que estoy mui
particularmente informado por los Directores de aquella Escuela, le hacen acrehedor no solo ála
gracia verdaderamente moderada que solicita, sino también álas demás que S.M. quiera
dispensarle como recompensa de su merito, y aplicación). Y el informe original autógrafo que en
1
SALVADOR VELASCO, A., “Instituciones fundamentales en el nacimiento de la veterinaria española”, Libro de
actas XVII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Valencia 2011, pp. 97-137.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

abril de 1780 Philibert Chabert, director de la Escuela de Veterinaria de Alfort, dirige al rey de
España, en el que no escatima alabanzas al aprovechamiento de Rodríguez en su estancia en la
Escuela, en la que ha impartido docencia como demostrador en la asignatura de anatomía.
Confirmábamos así lo que ya habíamos expuesto con evidencias numerosas, que la designación de
Bernardo Rodríguez es una elección personal del duque de Medina Sidonia, basada en un criterio
profesional, y que ambos, Medina Sidonia y Bernardo Rodríguez, representan el inicio de la
veterinaria moderna en España. Y también, que el papel desempeñado por el conde de Aranda es
meramente secundario 2.
Convencido de que el conocimiento es la base del progreso, el proyecto de Medina Sidonia es
demostrar en la Real Caballeriza la superioridad científica de la nueva veterinaria sobre la vetusta
albeitería, para después emprender la apertura de una Escuela de Veterinaria como centro civil de
enseñanza y con Bernardo Rodríguez como director. Estaría vinculada al Ejército a través de parte
de su profesorado, y al Real Tribunal del Protoalbeitarato y a la Real Caballeriza a través de su
director, siendo esta última la principal institución de apoyo. Nada diferente al modelo del Colegio
de Cirugía de San Carlos que, agotado el modelo militar de los de Cádiz y Barcelona, se proyecta
como institución civil. El mismo modelo del Real Jardín Botánico y posteriormente del Real
Colegio de Farmacia de San Fernando. Sobre el duque de Losada, sumiller de corps, y el duque de
Medina Sidonia, caballerizo mayor, pivotan los proyectos, todos ellos vinculados a la Real Casa
(médicos de cámara, Real Botica y Real Tribunal del Protomedicato) y a la Real Caballeriza
(herrador y albéitar de número y Real Tribunal del Protoalbeitarato).
Pero en enero de 1779 fallece el duque de Medina Sidonia. El proyecto de una Escuela de
Veterinaria civil se paraliza. Incluso el regreso de Alfort de Bernardo Rodríguez se posterga un año
más. El duque de Medina Sidonia es uno de los “Nombres propios de la Historia de la Veterinaria
española”, y como tal lo incluimos en nuestra tesis doctoral y el posterior libro editado por el
Colegio de Veterinarios de Sevilla 3.
A 2 de julio de 1780 Bernardo Rodríguez es oficialmente el primer veterinario español titulado. En
noviembre, el nuevo caballerizo mayor, marqués de Villena, informa al rey Carlos III de la
incorporación de Rodríguez a la Real Caballeriza, mostrándose el rey deseoso de comprobar “los
adelantos” veterinarios procedentes de Francia. Desde ese momento, la carrera profesional de
Rodríguez se desarrollará en la Real Caballeriza, y si bien alcanzar el nombramiento de herrador y
albéitar de número y ejercer como alcalde examinador de los futuros albéitares conlleva un alto
reconocimiento social y la consiguiente repercusión económica, el deseo de Rodríguez de liderar la
formación de los futuros veterinarios se verá frustrado.

2. Nuevo proyecto y nueva estrategia


Transcurridos tres años desde el regreso de Bernardo Rodríguez con formación veterinaria,
comienzan a darse los primeros pasos de un nuevo proyecto. El inspector general de Dragones,
Eugenio Bretón, selecciona al mariscal del Regimiento de Dragones de Lusitania, Segismundo
Malats, y al mariscal del Regimiento de Dragones de Almansa, Hipólito Estévez, para acudir a la
Escuela de Veterinaria de Alfort. La designación oficial se produce por real orden de 26 de marzo
de 1783. Ya antes de partir se produce la jubilación de Bretón, que es sustituido por el príncipe de
Monforte, que es quien ha promocionado y defendido la candidatura de Malats para formarse como
veterinario en Alfort desde su puesto de coronel del Regimiento de Lusitania, y que influirá en el
futuro inmediato de la veterinaria al convertirse en el protector de Malats4.
Ambos mariscales ingresan oficialmente en la Escuela de Veterinaria de Alfort el 23 de septiembre
de 1784. Están pensionados por el rey, a quien informan de sus logros académicos a través del

2
SALVADOR VELASCO, A., El inicio de la Veterinaria en España, I, Ed. Colegio de Veterinarios de Sevilla, Madrid
2015, pp. 187-192. “El conde de Aranda y la medicina veterinaria”.
3
SALVADOR, 2015, II, pp. 325-331.
4
SALVADOR VELASCO, A., MAÑÉ SERÓ, MªC., VIVES VALLÉS, M.A., “El príncipe de Monforte, protector de
Segismundo Malats”, Libro de actas XXI Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Soria 2015, pp. 91-101.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

embajador Aranda 5, pero también se dirigen a Monforte, pues siguen formando parte del Cuerpo de
Dragones 6. Concluyen su formación en Alfort en junio de 1787, comenzando entonces el periodo
instructivo de Malats en Londres y de Estévez en Turín, regresando a Madrid en junio de 1788.
Si el anterior proyecto de llegada de la moderna veterinaria a España descansa en una persona de
confianza del rey, que encabeza una institución como la Real Caballeriza, el nuevo proyecto lo hace
directamente sobre una institución de confianza del rey, el Ejército.
Antonio Porlier, secretario del Despacho de Gracia y Justicia, comunica al conde de Floridablanca
que, si bien en la junta de Estado celebrada el 1 de septiembre de 1788 se trató sobre la apertura de
escuelas de veterinaria en España, transcurridos dos años aún no se ha avanzado nada sobre el tema.
La llamada de atención tiene un resultado inmediato: por real orden de 9 de septiembre se encarga a
los nuevos veterinarios la elaboración de un plan para la instauración de dos Escuelas de
Veterinaria, una en Madrid y otra en Córdoba. Representa el compromiso oficial de la instauración
en España de la enseñanza metódica de la medicina veterinaria. Y además por partida doble, se
pretende la apertura de escuelas de veterinaria en las dos ciudades que cuentan con Real
Caballeriza.
El 23 de febrero de 1792 se publican una batería de reales órdenes que representan la fundación de
la Real Escuela de Veterinaria de Madrid, la única que Malats y Estévez consideran que debe
abrirse.
La sucesión de acontecimientos producidos y medidas adoptadas desde la decisión en 1788 de
instaurar las primeras escuelas en España hasta su apertura en 1793 los describimos y analizamos
detalladamente en El inicio de la Veterinaria en España, representan la parte central del trabajo.
A 10 de mayo de 1790 se nombra a Segismundo Malats como herrador y albéitar supernumerario de
la Real Caballeriza, una plaza fuera del escalafón oficial a la que se recurre para situarle en
disposición de ocupar la primera vacante que se produzca entre las tres plazas vitalicias de albéitar
de número, saltando sobre el resto de plazas del escalafón. Es nombrado director primero de la
Escuela de Veterinaria de Madrid en febrero de 1792, aunque el título no es expedido por la Real
Cámara de Castilla hasta 12 de febrero de 1793, momento en el que empieza a percibir los 30.000
reales anuales del cargo, dejando entonces de constar en su Regimiento y de percibir sueldo de él.
A 8 de agosto de 1793 es nombrado herrador y albéitar de número, tras la vacante producida por
fallecimiento del titular. A 12 de septiembre jura su nombramiento como alcalde examinador del
Real Tribunal del Protoalbeitarato ante la sala primera de alcaldes de casa y corte del Consejo de
Castilla. La Real Escuela de Veterinaria de Madrid abre sus puertas el 18 de octubre de 1793.
Así, el veterinario militar Segismundo Malats, director de la Escuela de Veterinaria, es la conexión
entre Ejército, Real Caballeriza y Real Tribunal del Protoalbeitarato, siendo el primero la institución
rectora.

3. Tercer proyecto y extraña estrategia


Cuando el 2 de enero de 1777 Bernardo Rodríguez se incorpora a la Escuela de Veterinaria de
Alfort ya hay dos estudiantes españoles en sus aulas. Ambos han ingresado el mismo día, el 2 de
junio de 1776, exactamente siete meses antes que Rodríguez. Son Manuel Rivas y José Casas.
Su envío a Alfort forma parte de un proyecto para traer la nueva veterinaria a España, que ahora
entraremos a comentar, y que es independiente de los ya relatados, pero que trata de hacerlo
mediante una estrategia extraña.
De Manuel Rivas ya teníamos noticia. La primera descripción la realizan en escuetos cuatro
renglones Raillet y Moulé en 1908, por dos veces lo citan en su Histoire de l´École d´Alfort,

5
PÉREZ GARCÍA, J.M., “La primera Escuela de Veterinaria”, Libro de actas IV Congreso de Historia Militar, Guerra
y milicia en la España del X Conde de Aranda, Ed. Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Aragón,
Zaragoza 1998, pp. 264-285, p. 270.
6
SALVADOR (2015), I, pp. 179-184. “Estancia de Malats y Estévez en la Escuela de Veterinaria de Alfort”.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

resaltando en ambos casos su escasa edad 7. La anotación precitada es recogida en 1941 por Sanz
Egaña en su Historia de la Veterinaria Española que, aunque comienza con un categórico “quiero
aclarar una noticia”, además de incluir un posible error de nacionalidad finaliza destacando la
unanimidad de autores franceses y españoles sobre la presencia registral de Rodríguez, Malats y
Estévez 8. Es en 2004 cuando Benito Hernández nos facilita el registro completo de Manuel Rivas:
fecha de entrada, envío a cargo del rey de España, y salida en 1784, si bien hay tres grupos de
estudios en los que no consta su finalización 9, lo que abre la duda en Benito de la obtención del
título por Rivas, a lo que hemos de añadir que tampoco se incluye observación alguna por el
profesorado en el apartado correspondiente, lo que dificulta aún más realizar una valoración al
respecto. Los datos referidos por Sanz y hallados por Benito, son recogidos por Sánchez Prieto en
2011 en la semblanza de Bernardo Rodríguez, añadiendo que éste cuenta con Manuel Rivas como
ayudante en su propuesta de Escuela presentada en 1784 10, si bien no indica la procedencia de la
noticia 11. Sin duda, la estancia de Rivas en Alfort es un punto oscuro del inicio de la veterinaria en
España.
Poco es lo escrito sobre el niño Rivas, pero desconocido era hasta ahora el niño Casas. El contacto
de éste último con la veterinaria es de corto recorrido: fallece en junio de 1786 en Saint Maurice,
cuando cuenta con 12 años de edad, habiendo permanecido en la Escuela exactamente dos años.
Como veremos, a ninguno de los dos primeros estudiantes les acompaña la suerte, pero de lo que no
cabe duda es que fueron el primer contacto español con la docencia veterinaria.
La existencia de los dos estudiantes españoles la hemos obtenido de la lectura y análisis de una
reciente tesis doctoral francesa, defendida por Laura Gaitan en la Faculté de Médecine de Créteil en
julio de 2016, y dirigida por profesorado de la École Nationale Vétérinaire D´Alfort 12 . En ella
realiza un estudio sociológico de los estudiantes que ocupan sus aulas durante los primeros 30 años
de existencia. Su contenido es interesante, pero la falta de espacio y su relación tangencial con este
trabajo nos impide adentrarnos en ella.
Gaitan realiza una transcripción de los cinco registros manuscritos Contrôles de l´École Vétérinaire
d´Alfort, depositados en el Archivo Departamental de Val-de-Marne á Créteil. Mientras que Rivas,
Rodríguez, Malats y Estévez están anotados en el manuscrito de registro número 2, Casas está en el
número 1. Todos tienen sus nombres afrancesados: François-Joseph Enmanuel Rivat, Bernard
Rodrigues, Malatz (sin nombre propio), Hippolite Estevez y Joseph Cazas. La extrapolación nos
lleva a determinar que el apellido correcto de este último es Casas, aunque no podemos asegurar
terminantemente que no sea Cazas.
¿Por qué calificamos la estrategia elegida como extraña? Porque enviarlos con 10 años de edad a
Francia a estudiar veterinaria no puede calificarse más que como una excentricidad. Durante los 30
primeros años de existencia de la Escuela francesa pasan por sus aulas 1140 alumnos (58 de ellos
extranjeros), cuatro son inscritos a poco de su nacimiento o con pocos años de vida, se trata de los
hijos de Bourgelat, Bredin, Chabert y Flandrin, siendo los españoles Rivas y Casas los alumnos de
menor edad no hijos de directores o profesores de la Escuela. Son los únicos inscritos con 10 años,
no hay alumnos de 11 ni de 12 años; solo son 4 los de 13; y 15 los que tienen 14 años cumplidos. El
grueso de los alumnos menores de 16 ingresa mayoritariamente antes del fallecimiento de
7
RAILLET A., MOULÉ, L.; Histoire de l´École d´Alfort, Ed. Asselin et Houzeau, París 1908, pp. 413 y 698. “Ainsi, en
1776, l´Espagnol Rivas entre à l´áge de dix ans”, y “Le goubernement espagnol entretenait aussi à Alfort le jeune
Rivas, entré à dix ans”.
8
SANZ EGAÑA, C., Historia de la Veterinaria española, Ed. Espasa-Calpe, Madrid 1941, p. 244.
9
BENITO, M., VIVES, M.A., MAÑÉ, M.C., PÉREZ, J-M., DE JAIME J-M., “Estudio del control de alumnos de los
primeros estudiantes españoles en la Escuela de Veterinaria de Alfort (Francia)”, Libro de actas X Congreso Nacional
de Historia de la Veterinaria, Olivenza 2004, pp. 415-416.
10
SÁNCHEZ DE LOLLANO PRIETO, J., “Bernardo Rodríguez Marinas”, Semblanzas Veterinarias, III, Ed. Consejo
General de Colegios Veterinarios de España, Bilbao 2011, pp. 29-52, p. 36.
11
Podemos asegurar que la cita proviene del Archivo Histórico Nacional, del legajo 3216 de la sección Consejos, una
vez que su expediente número 1 vuelve a tener contenido tras varios años de extravío. Original en: A.H.N., Consejos,
legajo 3216, expediente 1.
12
GAITAN, L.C., Les premiers élevès de L´École Vétérinaire d´Alfort (1766-1796), tesis doctoral dirigida por
DEGUEURCE, C., ENVA, 2016.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bourgelat 13 . Cuesta trabajo imaginar a niños de 10 años de edad atendiendo y entendiendo la


docencia impartida, o enfrentándose a un caballo, sin contar la falta de fuerza física y habilidad
necesarias no solo para forjar y herrar, sino para practicar disecciones o cirugías diversas, y para
realizar prácticas hospitalarias.
Podría entenderse que el deseo del personaje que pensiona a Rivas y a Casas en Alfort es enviar a
alguien que aún no haya mantenido contacto en España con la albeitería. La antítesis de las
estrategias seguidas por los dos siguientes proyectos ya descritos, el del caballerizo mayor duque de
Medina Sidonia, que elige a un maestro albéitar civil con experiencia profesional acreditada, y el
definitivo del Ejército, que envía a dos seleccionados mariscales que ejercen en sendos Regimientos
de Dragones.
Manuel Rivas y José Casas son los nombres propios que incluimos como novedad, en una historia
que, sin nombres, esta relatada por Bernardo Rodríguez, y a la que aportamos pruebas de
autenticidad.
A finales de 1788, en Discurso crítico de Veterinaria, L.B. relata cómo el duque de Huéscar, título
del primogénito del duque de Alba, tenía el proyecto de enviar a dos destacados mancebos de
herrador a la Escuela de Veterinaria de Alfort, para a su vuelta poner en marcha una Escuela de
Veterinaria en dependencias de las Reales Caballerizas de Córdoba 14 , siendo su temprano
fallecimiento lo que impide desarrollar el proyecto.
En enero de 1789, es Bernardo Rodríguez quién en dos artículos consecutivos insertados en el
Diario de Madrid da respuesta a L.B. Para Rodríguez, la intención del duque de Huéscar está
vinculada con su cargo de comandante en jefe de la Real Brigada de Carabineros, y no con el de
caballerizo mayor perpetuo de las Reales Caballerizas de Córdoba que ostenta la Casa de Alba, de
forma que al regreso de los dos veterinarios formados en Alfort, uno serviría como mariscal mayor
y el otro como “remontante” en la Real Brigada. Y traslada el protagonismo promotor del envío de
los dos españoles a Alfort al duque de Arcos, “el qual despues del Rey mantuvo dos pensionados
Españoles en la Escuela de Veterinaria de Paris, de los que el uno murió allí, y el otro despues de
haber regresado á su patria” 15 . Al año siguiente, Bernardo Rodríguez y Francisco González,
autores del Catálogo, recogen en sus páginas la pretensión de L.B. de abrir una escuela de
veterinaria en Córdoba, pero incidiendo en que no fue esa la pretensión del duque de Huéscar 16.
Los renglones precedentes están enmarcados en el momento pretérito a la apertura de la primera
Escuela de Veterinaria española, y de si su ubicación debe ser Córdoba, como defiende L.B., o
Madrid, como defiende Rodríguez, cuando éste aún mantiene la esperanza de ser designado su
director e interviene en todo tipo de polémicas que eleven su protagonismo. No saben aún que las
ciudades designadas oficialmente serán Madrid y Córdoba, ni que Rodríguez será repudiado, ni que
Malats y Estévez desecharán la ciudad andaluza.
El Discurso crítico de Veterinaria mereció la atención de Camarero Rioja en comunicación
presentada en el Congreso celebrado en Santiago 17 . Años después, averiguamos el nombre
completo del autor, que se corresponde con las iniciales L.B. que firman el opúsculo, el mismo de
Memoire sur les haras (Memoria sobre los acaballaderos o remontas), impresa en Utrech en 1770,
firmada por M.L.B.D.C.18, las cuatro iniciales de los apellidos del “experto” Josef Le Bailly de
13
GAITAN (2016), pp. 75 y 90-91.
14
L.B., Discurso crítico de Veterinaria, fundado sobre el sistema de un hombre grande, que fue de esta Corte, Ed.
Imprenta de Joseph Herrera, Madrid 1778, pp. 11-14.
15
Diario de Madrid, 25 y 26 de enero de 1789, 25 y 26, pp. 97-100 y 101-103, respectivamente. “Carta de respuesta al
Discurso critico de Veterinaria del Sr. L.B.”.
16
RODRÍGUEZ, B., GONZÁLEZ, F., Catálogo de algunos autores españoles que han escrito de Veterinaria, de
Equitación y de Agricultura, Ed. Imprenta de Joseph Herrera, Madrid 1790, pp. 30-31. Publicado anónimo, mostramos
por primera vez en 2011 la solicitud conjunta de impresión al Consejo de Castilla a nombre del veterinario y del
maestro albéitar.
17
CAMARERO RIOJA, F., “Orígenes de la Escuela de Madrid: Discurso Crítico de Veterinaria, por L.B. (1788)”,
Libro de actas XIV Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria, Santiago y Lugo 2008, pp. 391-394.
18
M.L.B.D.C., “Memoire sur les haras”, chez les Libraires Associés, Utrech 1770. El ejemplar que conocemos
perteneció a la colección particular de Hipólito Estévez, director segundo de la Escuela de Veterinaria de Madrid,
personalizado con su inconfundible Estevez espagnol.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Corberbecque, acompañadas del tratamiento Monseigneur o Monsieur como era usual en las obras
editadas en esa época en Francia, como vemos en los trabajos de M. Bourgelat o de M. Chabert,
siendo Le Bailly reclamado para emitir informes en diversos temas veterinarios españoles 19. Lo que
ahora nos interesa, es que Josef Le Bailly detenta el empleo de capitán en la Real Compañía Valona
de Guardias de Corps 20, compañero de armas del XI duque de Huéscar, que es comandante jefe de
la Brigada de Carabineros y teniente general del Ejército; y del XI duque de Arcos, que es capitán
general del Ejército pero se mantiene como capitán al mando de la Real Compañía Española de
Guardias de Corps. El cuarto protagonista es Bernardo Rodríguez, primer veterinario español
titulado, que ejerce en la Real Caballeriza atendiendo los caballos del rey, que por ello tiene acceso
a información que de otro modo le estaría vedada, y, sobre todo, que ha tenido como compañeros de
estudios a los dos “niños” enviados a Francia.
En función de sus respectivos cargos, Le Bailly y Rodríguez pueden ser conocedores tanto de las
intenciones de Huéscar como del personaje que envía a Rivas y a Casas a estudiar veterinaria a
Alfort, aunque el momento y la circunstancia en la que se da a conocer este hecho histórico hace
necesario que ahondemos en el relato para corroborar su veracidad.
Analizamos el argumento de Le Bailly respecto a que el duque de Huéscar tuvo la intención de
enviar a dos seleccionados mancebos de herrador a formarse a Alfort para a su vuelta dirigir la
Escuela de Veterinaria que se instalaría en Córdoba. Huéscar, Francisco de Paula de Silva y Álvarez
de Toledo, desarrolla su carrera militar en Caballería y dirige una Brigada en la que el caballo
resulta ser protagonista; es caballerizo mayor de la Real Caballeriza cordobesa por herencia
permanente de su Casa; y además es hermano de Mariana de Silva, esposa del duque de Medina
Sidonia, que cuatro años después realiza en la Real Caballeriza madrileña el primer movimiento
para enviar a Rodríguez a Alfort. Así, los condicionantes hacen plausible el proyecto que Le Bailly
atribuye al duque de Huéscar, aunque también posibilitan el relato de Rodríguez, siendo su
temprano fallecimiento en abril de 1770, a la edad de 36 años, lo que impide el desarrollo de
cualquiera de los proyectos. El fondo de la cuestión, es que el envío de dos estudiantes a Alfort
queda en simple proyecto. No obstante, por si hubiese quedado algún rastro escrito de su intención,
hemos dirigido nuestra investigación hacía el Archivo de la Fundación Casa de Alba, sin obtener
ningún resultado positivo 21.
Entramos ahora a examinar el relato realizado por Bernardo Rodríguez. Es el duque de Arcos,
Antonio Ponce de León y Spínola, que ostenta el título de 1763 a 1780, quien recoge el testigo de
enviar a dos mancebos de herrador a la Escuela de Veterinaria de Alfort, aunque Rodríguez retarda
en unos meses la entrada de éstos en la Escuela, pues escribe: “despues del Rey mantuvo dos
pensionados Españoles en la Escuela de Veterinaria de Paris”, cuando documentalmente la llegada
de Rivas y Casas se produce siete meses antes que la de Rodríguez. La alteración temporal dejaría
al rey como promotor originario y a él mismo como primer pensionado, si bien su condición de
primer veterinario español titulado en absoluto resulta afectada. Como hemos visto, la afirmación la
realiza públicamente en enero de 1789 en respuesta interesada a una polémica, y la reitera al año
siguiente en el Catalogo. Además, podemos ahora mostrar una referencia al duque de Arcos
realizada por Rodríguez de forma espontánea, incluida en la solicitud dirigida al rey que acompaña

19
SALVADOR (2015), I, pp. 198-200. El segundo apellido de Le Bailly, Correrbergue, lo encontramos así anotado en
el archivo de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, pero en documentación del Archivo
Histórico Nacional hallamos dos autógrafos en los que, con b o con v alternante, éste es Corberbecque (Consejos, legajo
3216, expediente 1, y Consejos, legajo 5556, expediente 33), que es el que utilizaremos en adelante.
20
Cada una de las tres compañías (española, italiana y valona) tiene al frente un capitán, que ejerce como comandante
en jefe de la misma.
21
José Manuel Calderón Ortega, director del archivo de la Fundación Casa de Alba, y a quien agradecemos su atención,
nos advierte de la dificultad de la existencia de documentación administrativa correspondiente al periodo, pues el
bombardeo e incendio producido durante la Guerra Civil dañó gravemente al conjunto del palacio de Liria, incluido el
archivo. Véase, CALDERÓN ORTEGA, J.M., El Archivo de la Casa de Alba: pasado y presente, pp. 79-100,
https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2015-11-23-j2015_maq_calderon%20ortega%20jose%20manuel.pdf

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

a su “miniplan” 22 para la apertura de una Escuela de Veterinaria realizado en 1784: “El difunto
duque de Arcos, dejó en dicha escuela un joven de Nación español, y aunque de tierna hedad…” 23.
Entre ambos escritos, Bernardo Rodríguez fundamenta la presencia de Manuel Rivas y de José
Casas en la Escuela de Veterinaria de Alfort, a quienes tuvo como compañeros. Y también la
desgracia personal de ambos: “el uno murió allí, y el otro despues de haber regresado á su patria”,
así, Casas fallece en 1768, y Rivas entre 1784 y 1789.
Nos queda aclarar, que si bien en el libro de control de alumnos se señala que el mantenimiento en
la Escuela de Alfort de Manuel Rivas es “par le Roi d´Espagne”, en ningún documento
perteneciente a la Real Caballeriza incluido en los varios cientos de legajos del Archivo General de
Palacio que a lo largo de los años hemos revisado, aparece su nombre. Ni tampoco en la reciente
revisión de la sección de expedientes personales figuran Manuel Rivas ni José Casas. La Corona no
estuvo relacionada de forma directa con los dos primeros estudiantes de veterinaria, si bien al
tratarse de un proyecto auspiciado por una persona de entera confianza del rey y con contacto
cotidiano, es presumible que conociera el proyecto.

Conclusión
El inicial proyecto de una Escuela de Veterinaria civil tiene al caballerizo mayor duque de Medina
Sidonia, y al maestro albéitar y veterinario Bernardo Rodríguez como protagonistas. El
fallecimiento del primero, paraliza el proyecto y posterga al segundo.
Un hombre de confianza del rey es sustituido por una institución de confianza de la Corona. El
nuevo proyecto, con el veterinario militar Segismundo Malats al frente, está vinculado con la Real
Caballeriza y el Real Tribunal del Protoalbeitarato, pero liderado por el Ejército.
Previamente a sendos proyectos, el duque de Arcos envió y mantuvo a dos estudiantes españoles en
la Escuela de Veterinaria de Alfort. Si bien la suerte no acompaña al desarrollo de su proyecto,
consideramos que su planteamiento parte de premisas que dificultan su éxito.

Agradecimiento
Esta comunicación tiene dos partes claramente diferenciadas, una es el contenido de la tesis
doctoral de Gaitan y la otra el conjugarla con lo escrito por Le Bailly y por Rodríguez. Justo es
reconocer que el punto de arranque de este trabajo, la tesis doctoral, me ha sido facilitado por Rosa
González, mi esposa, tratándose de otro más de los numerosos aportes que a lo largo del tiempo me
ha ido facilitando gracias a sus originales y constantes búsquedas, tanto en archivos y bibliotecas
digitales como en Google.

A Mar Mairal Domínguez, In Memoriam

22
SALVADOR (2015), I, pp. 150-159, p. 151. El “miniplan” de Rodríguez consta únicamente de cinco páginas que
contienen 20 artículos, que en nuestra tesis doctoral ya calificamos como un “grave error presentar un reglamento
resumido”, si bien la oportunidad de una veterinaria civil ha desaparecido junto con su valedor, el duque de Medina
Sidonia.
23
A.H.N., Consejos, legajo 3216, expediente 1.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque F:
Semblanzas

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LA VETERINARIA

ALGUNAS NOTICIAS DE SU APORTACIÓN A LA MEDICINA HUMANA

A modo de introducción

“Sonroja pensar que abundan hombres de ciencia


que menosprecian a la Veterinaria moderna, tan digna a
todos los respetos y consideracion y que tanto puede influir e
influye en la riqueza y salud de los pueblos”
(Santiago Ramón y Cajal)

En el siglo XIX la Medicina está inerme ante el


“GARROTILLO”, llamada así por la semejanza de sus síntomas con
los del garrote vil.

En 1807 la situación es tan grave que Napoleón convoca un


premio dotado con 12.000 francos para estimular la investigacion
sobre este mal.

Se presentan 87 trabajos, pero ninguno de ellos


aporta solución al problema y a la situación que se vive en ese
momento. Por aquel tiempo LOEFFLER descubre y demuestra la presencia de la bacteria
en el 5% de los niños sanos (nace así el concepto de portador sano) que confirma que el
contagio se puede producir sin estar en contacto con el enfermo.

Está próximo el momento en el que GASTON LEON RAMON lo


solucione.

“la inspiración existe,


pero tiene que encontrarte trabajando”
(Pablo Picasso)

RAMON nace el 30 de sepiembre de 1886 en


BELLECHAUME (Francia), fecha que le hace coetaneo con la aparición de primer
vehiculo de motor de combustión: el tricIclo de Karl Benz.

Pag. 291
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Termina, con buenas notas, sus estudios en BELLECHAUME y en 1905, tras


un año de preparación en el Liceo Ruanne, consigue con excelentes calificciones su
acceso a la Escuela de Veterinaria de Alfort, en la que en 1910 finaliza sus
estudios, orientando su vocación hacia el laboratorio.
Ese mismo año Paris y Alfort sufren unas gravisimas inundaciones. RAMÓN,
con la ayuda de otros alumnos de Alfort, establece un programa de ayuda para
atender a los necesitados mediante la creacion de un albergue y una maternidad. Salva a
un niño rescatandolo de las aguas motivo que justifica el nombre con el que le
bautizan: MOISES.

Por su labor y servicios excepcionales prestados, el Gobierno Francés le concede la Cruz


de Caballero del Merito Agricola. Será el primer reconocimieno recibido por su entrega a
los demas.
Trabajando en el laboatorio, su autentica vocación, en el departamento de
Quimica con el profesor MONVOISEN, aprenderá de él y recordará siempre que:

“Un dedal de aldehído fórmico añadido


a la leche evita que se corrompa, sin
alterar su sabor y quedando apta para
su analisis quimico”

En el departamento de enfermedades infecciosas, trabajará a las ordenes del


prof. VALLE, dedicandose durante años a la produccion de sueros.

Acabada la Guerra, conoce a una linda muchacha, Marthe Momont, sobrina


del prof. ROUX quien le ayudará a disponer de su propio laboratorio, mal equipado. Es
el lugar en el que trancurriran los cuatro años (1921-1915) de su éxito como
investigador:
La reacción de floculación
El principio de las aflatoxinas y las vacunas anatóxicas
(Formol y calor) El principio de los adyuvantes y estimulantes
de la inmunidad.

En 1923, ROUX presentará en la ACADEMIA DE LAS


CIENCIAS DE
PARIS, una nota titulada: “sobre el poder floculante y sobre las
propiedades inmunizantes de una toxina diftérica convertida en
anatoxina”

De esta forma los trabajos de RAMÓN resolvían de forma


definitiva la lucha de la inmunización frente a la Difteria. Esta afirmacion se sustenta a la
vista de que, casi 100 años despues, la vacuna se sigue usando en todo el mundo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La Veterinaria española reconoce también el prestigio de este Veterinario


frances. La Facultad de Veterinaria de LEÓN le recibe y le rinde el homenaje
merecido a una autentica figura de las ciencias veterinarias. Todos los que cursamos
estudios en la Facultad de Veterinaria de Córdoba recordamos la admiración que el
Catedratico de Microbiologia Dr. MIRANDA sentía por él .

OTRO AZOTE DE LA ÉPOCA: LA TUBERCULOSIS

Enfermedad que será el proceso que unirá a dos científicos.


CALMETTE Y GUERIN

CALMETTE. -
Medico de la marina francesa. Fundador del Instituto
Pasteur de LILLE. Miembro de la Academia de Medicina y de
las Ciencias de Francia. Maestro de GUERIN y luego su gran
amigo.

GUERIN. -Nacido en Poitiers (1872). Su padre muere de tuberculosis cuando


GUERIN tiene 10 AÑOS. Tiempo despues su madre se casa con un Veterinrio que
posiblemente influya en GUERIN para encaminar sus estudios hacia la Escuela de
Veterinaria de Alfort, donde se gradua.
NOCARD, profesor de Alfort se fija en él y dado que CALMETTE le ha pedido un
colaborador se lo recomienda. Guerin conservara toda su vida la carta en la que le
pide su colaboración y le anuncia que, entre los dos, convertiran en realidad el
proyecto de crear una dependencia del Instituto Pasteur en Lille

Después de muchos años de trabajo y tras su experiencia en terneros con excelentes


resultados, pasan a probarlo en humanos.
Un niño, hijo de una madre tuberculosa, ya fallecida, y al cuidado de su abuela, también
tuberculosa, recibe su famosa vacuna B.C.G. En 1922, mas de 200 niños han recibido la
vacuna obtenida tras 230 pases por caldo biliado.
En el hospital general de LUBECK entre los años 1929 y 1930 se vacunan unos 250
niños recien nacidos. Durante el primer año mueren 73 y 135 quedan infectados aunque no
murieron.
La cepa empleada teoricamente habia sido la misma que la utilizada ya con exito en
BERLIN, RIGA y
MEJICO.

Cuenta GUERIN en sus memorias que ante el desastre, iba todas las mañanas al
despacho de Calmette y retiraba las cartas injuriosas que este recibia desde ALEMANIA.

Pag. 293
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Tras un estudio concieninzudo y detallado del proceso se obtienen las siguientes


conclusiones:

1.-El cultivo se habia realizado sobre medio de huevo.


2.-La vacuna habia sido resembrada en distintos medios y sobre durante
cuatro semanas por una enfemera que trabajaba en el laboratorio del Dr.
DEYCKE.
3.-Se habia utilizado un local inadecuado.
4.-Por un calentamiento accidental la cepa habia muertoi
5.-El Dr. Deycke habia traido del Instituto de higiene de KIEL una cepa
humana virulenta que era mantenida y se trabajaba con ella en el mismo
local donde se preparaban las emulsiones de la vacuna BCG.
6.-La resiembra con la cepa de DEYCKE pudo ser la causa del desastre de
LUBECK.

Con este informe se intentaba aclarar lo sucedido y exculpar a CALMETTE y


recuperando su prestigio.

Podríamos continuar relatando los trabajos de BANG (brucelosis),


SALMON (salmonelosis), y otros muchos tratados ya con
mayor brillantez por distintos autores, pero hemos preferido dar un
salto en la historia y acercarnos, aunque de forma muy breve a la

IGLESIA. -
Durante muchos años en la lucha contra las zoonosis,
doctrinas filosoficas y religiosas basandose en la inmortalidad
del alma que situaba a los humanos por encima y muy alejados de
los animales, se oponian a estos trabajos. Coko buen ejemplo
recordaremos que el
Papa GREGORIO XVI afirmaba que la vacunacion antivariólica
introducía la “animalidad” en el hombre, posición bien distinta a la
de San Francisco que llamaba hermanos a las plantas, animales, al
sol y a la luna.

Afortunadamente JUAN PABLO II, en 1994 a través de la


Academia Pontificia para la Vida afirmaba que:
“Dios ha puesto a los animales, junto con otras
criaturas no humanas, al servicio del hombre para que pueda,
inclusive a través de ellos, lograr un desarrollo integral. “

SE INICIABA ASI UN PERIODO EN EL QUE INCLUSO LOS


XENOTRASPLANTES ERAN ACEPTADOS.

Pag. 294
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ya en época mas reciente nos encontramos con el Dr. DOHERTY

PETER DOHERTY.- Nacido en Australia, Veterinario, compartia Nobel en


1996 con el Dr. ZINKERNSGEL, trabajando con células NK (natural killer =
asesina natural) un tipo de linfocitos componentes
importantes inespecificos del sistema inmunitario, que comparten
un progenitor común con los linfocitos T.
El Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios le otorgaba
el Premio ALBEITAR instituido para distinguir a los
Veterinarios e Instituciones que han destacado y elevado el
prestigio de la VETERINARIA.
Y cerramos esta modesta comunicación con un comentario
relacionado con el Centro de cirugía de mínima invasión de Cáceres y su director el Dr.
USON GARGALLO.

Dr. D. JESUS USON. -

Catedratico de cirugia en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza.


Ahora en la de Cáceres.

Proyecta e inicia la construcción de un centro de formacion


para cirugia de minima invasion. Su innovador proyecto, no
recibe el apoyo necesario de aquella Comunidad. Por el contrario
desde EXTREMADURA le ofrecen ayuda total y toma la decision
de trasladarse alli

Recienteme he tenido la oportunidad de visitarlo y he comprobar la existencia


de una dotacion humana e instrumental espectacular, contando con medios
técnicos insospechados.
El centro es desde hace años un referente nacional e internacional para la formacion de
médicos y veterinarios.
Ocupa una superficie aproximada a los 20.000 m2
Entre otros reconocimientos el Dr. Usón es miembro de la REAL ACADEMIA DE
CIENCIAS VETERINARIAS DE ANDALUCIA ORIENTAL, de cuya presidencia me
honro, y ha sido presentado al premio PRINCESA DE ASTURIAS EN 2018.

Fdo: ANTONIO MARIN GARRIDO

Pag. 295
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ALBEITARES Y HERRADORES EN LA CÓRDOBA DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIII.


PARTE I: INFORMACIÓN PROCEDENTE DEL PADRÓN MUNICIPAL DE 1768.
Antonio Rodero Franganillo1,a, Ana María González Martínez1,2 y Evangelina Rodero Serrano1,2
1
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)
2
Dpto de Producción Animal. Universidad de Córdoba (España). Grupo AGR-134. Ceia3
a
[email protected]

RESUMEN
En el tiempo transcurrido desde la promulgación de la Pragmática de los Reyes Católicos hasta la
creación de las Escuelas de Veterinaria, la mayor parte de la actividad veterinaria en casi todas las
provincias españolas era obra de los albéitares-herradores. Su presencia en Córdoba capital durante
el siglo XIX fue objeto de otro estudio que presentamos en la pasada edición de este Congreso.
Analizamos ahora la información de las localizaciones de los albéitares y herradores en la ciudad de
Córdoba en el siglo XVIII y la comparamos con la del siglo posterior. Se deduce la evolución que
experimentaron esos profesionales en una época tan sugestiva como la que contempla el paso del
Antiguo al Nuevo Régimen. En este trabajo, como primera parte del estudio, hemos recurrido al
Padrón Municipal de Córdoba de 1768 como fuente de información, completándose el análisis del
tema, en un segundo trabajo, con la del Catastro de Ensenada y el Registro de títulos de albéitares de
1767 en el Ayuntamiento de Córdoba.
Como se ha indicado, hemos revisado el padrón municipal de Córdoba de 1768, atendiendo a cada
parroquia, cada calle y cada casa para localizar la presencia de albéitares o herradores, su distribución
urbanística y sus datos personales y familiares. De la información obtenida, se deduce la estructura
social de la Córdoba de esos años que abordamos de manera específica para los albéitares y
herradores. Se han localizado residencias de 22 albéitares en 12 parroquias diferentes, concentrándose
especialmente en aquellas que lindan con las murallas de la ciudad y sus puertas de entrada, siendo
éstos los lugares más propicios para atender a las caballerías que entraban o salían de la ciudad. La
proporción entre el número de maestros herradores y el censo de habitantes de Córdoba en aquella
fecha resultó de 1:1826. La mayoría eran casados con hijos y pupilos, y con una edad media de 47,19
años.
Abstract: In the time elapsed since the promulgation of the Pragmatics of the Catholic Monarchs
until the creation of the Veterinary Schools, most of the veterinary activity in almost all the Spanish
provinces was the work of the albéitares-farriers. Its presence in the capital of Córdoba during the
19th century was the subject of another study that we presented in the last edition of this Congress.
We now analyze the information of the locations of the albéitares and blacksmiths in the city of
Córdoba in the eighteenth century and compare it with that of the later century. It follows the
evolution experienced by these professionals in a time as suggestive as that which contemplates the
transition from the Old to the New Regime. In this work, as the first part of the study, we have resorted
to the Municipal Register of Córdoba of 1768 as a source of information, completing the analysis of
the subject, in a second work, with that of the Ensenada Cadastre and the Registry of albéitares titles
of 1767 in the City Hall of Córdoba.
As indicated, we have reviewed the Municipal Register of Córdoba of 1768, attending to each parish,
each street and each house to locate the presence of albéitares or blacksmiths, their urban distribution
and their personal and family data. From the information obtained, the social structure of Córdoba is
deduced from those years that we address specifically for albéitares and blacksmiths. Residences of
22 albéitares have been located in 12 different parishes, focusing especially on those that border the
city walls and their entrance doors, these being the most favorable places to attend the cavalries that
entered or left the city. The proportion between the number of blacksmith teachers and the census of
inhabitants of Córdoba on that date was 1:1826. Most were married with children and pupils, and
with an average age of 47.19 years.
Palabras clave: censos, distribución urbanística, estructura social, profesiones
Keywords: censuses, urban distribution, social structure, professions

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Introducción
En los distintos Congresos de Historia de la Veterinaria se han venido abordando la situación de
albéitares y herradores en distintas localidades o regiones. Como ejemplo de ello se podrían citar los
trabajos de Camacho Martín de las Mulas et al (2005ab) y Abellán (2016) sobre los albéitares en
Murcia y Córdoba; el de Cubillo de la Puente (2006) para los de León; el trabajo de Fernández Doctor
y Martínez Bordenaue-Gussedat (2007) sobre los de Zaragoza; los de Dehesa Santisteban (2007) y
Dehesa Santisteban y Dehesa García (2014) para los de Vizcaya; y, más recientemente, el de Muñoz
en Castilla-La Mancha (2017). Por nuestra parte, Becerra et al. (2018), anteriormente nos ocupamos
de la presencia de albéitares y veterinarios en la provincia y en la capital cordobesa de la segunda
mitad del siglo XIX, localizando sus domicilios y debatiendo la situación profesional y social de
aquellos profesionales en aquel momento. En esas fechas España, y Córdoba en particular, habían
experimentado ya profundas transformaciones y se había iniciado un lento camino hacia la
modernidad como consecuencia de los avances en las políticas sociales y económicas de la sociedad
española y de los descubrimientos científicos que se produjeron a lo largo de la segunda mitad de esa
centuria. En el caso de la capital cordobesa las mutaciones afectaron tanto a las reformas urbanísticas
de la ciudad, como a los cambios generados en la profesión veterinaria al crearse su Escuela
Subalterna de Veterinaria en 1847. Ello supuso que la formación de los profesionales veterinarios
adquiriese carácter universitario y, en consecuencia, lograsen un mayor prestigio y consideración ante
las distintas instituciones de la sociedad cordobesa. También se ampliarían sus objetivos profesionales
hacia otras especies y hacia otras tareas más allá de los équidos y del herrado.
Estos cambios son mucho más patentes cuando se establece la comparación con la situación previa
de partida. Si retrocedemos en el tiempo en más de una centuria, a mediados del siglo XVIII, las
circunstancias de entonces acusan los cambios que se produjeron en la vida social, urbanística,
cultural y económica de la ciudad de Córdoba, y en la propia actividad veterinaria. Gómez Navarro
(1993) la describe como una ciudad que seguía sometida a una economía fuertemente dependiente
del sector terciario, mientras que las propiedades estaban en manos de los grandes señores feudales o
nobles y de la Iglesia. Hasta avanzada la segunda mitad del siglo XVIII no se comienzan a producir
tímidos cambios en la urbanización y en la economía de Córdoba que mantenía unas características
propias del medievo.
El objetivo de este trabajo fue analizar la información de las localizaciones de los albéitares y
herradores que desempeñaban su profesión en la ciudad de Córdoba en el siglo XVIII y compararla
con la del XIX para deducir los cambios que se produjeron en ese sector profesional. Los análisis de
los padrones municipales además son útiles para entender la estructura social y profesional en
aquellos tiempos
Metodología
Para obtener la información sobre la situación de la albeitería en Córdoba a mediados del siglo XVIII,
se ha recurrido a tres fuentes principales: los padrones municipales del Ayuntamiento de Córdoba
correspondientes al año 1768, existentes en el Archivo Municipal; las referencias incluidas en los
Memoriales del Catastro de Ensenada de 1754-57; y la relación de títulos de albéitares y herradores
entregados al Consejo de Córdoba en cumplimiento de la Real Orden de 31 de diciembre de1766 que
se conservan en el Archivo Municipal de Córdoba. Ha sido también de gran utilidad la obra de
Santiago y Rodero (2019), “La Escuela Subalterna de Veterinaria en la Córdoba de mediados del
siglo XIX”.
Resultados y discusión
Los datos incluidos en los padrones municipales de Córdoba de 1768 se encuentran agrupados en
parroquias, dentro de ellas en calles y, por último, en casas. Se han revisado las 12 parroquias
incluidas en el padrón. De las diferentes caligrafías y criterios sobre la información incluida, se
deduce que las tareas de recogida de datos de cada parroquia se encomendaban a diferentes personas.
En este trabajo se ha realizado una labor ardua para identificar la información parroquia por parroquia,
calle por calle y casa por casa.
El número de parroquias existentes en aquella época fue variando a lo largo del tiempo. Antes de la
segunda mitad del XVIII, Gómez Navarro (1993) lo estima en 15, sin tener en cuenta el Campo de la

Pag. 297
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Verdad, pero en el plano del Barón de Karvinsky de 1811 sólo se citan 13. En el padrón municipal
de 1768 con el que hemos trabajado se reducen a 12, ya que la parroquia correspondiente a La
Compañía o El Salvador aparece incorporada con San Nicolás de la Villa. Las que alojaban al mayor
número de vecinos eran Santa Marina, San Pedro, San Lorenzo y la del Sagrario o Catedral.
Los padrones municipales nos han permitido obtener los siguientes tipos de datos sobre los albéitares
y herradores que ejercían en la Córdoba en 1768: nombre, edad, profesión, estado civil, número hijos
o personas a su servicio (auxiliares, aprendices, etc.) y los domicilios de los titulares. En el cuadro
inferior mostramos los datos de nuestra prospección.

Parroquia de la Catedral o del Sagrario.


Puerta del Puente:
Nº7. Juan Álvarez. Maestro herrador. 40 años. Casado con un hijo de 12 años.
Nº 10. Josep Góngora. Herrador. Dos hijos.
C/ Caño Quebrado Nº 18. Francisco de la Torre. Maestro herrador. 40 años. Casado. Cinco hijos.
C/ Plazuela o Calleja de la Alhóndiga Nº 38. Antonio Montero. Maestro herrador. 63 años. Un
hijo de 26 años, herrador y un oficial de 21 años.
C/ Santa Ana. Joseph Guerrero. Maestro herrador. 40 años.
Parroquia de Santa María Magdalena.
C/ Puerta Nueva Nº 120. Antonio García Carrasco. Maestro herrador. 42 años. Dos hijos.
Parroquia de San Andrés.
C/. Horno de Góngora por el Realejo. Andrés Girón Barrero. Maestro herrador. 35 años Dos hijos.
C/ Plaza del Realejo.
Nº 43. Basilio Ballejo. Maestro herrador. 35 años. Dos hijos.
Nº 79. Juan Gómez Cabrillo. Maestro herrador. 76 años. Sin hijos.
Nº 106 y 109. Vicente Diéguez. Maestro herrador. 42 años. Un hijo.
Parroquia de San Pedro.
C/ Del Horno de Moceda, llamada también plazuela de Santa Engracia. Tienda de Juan del Hoyo:
Herrador, empadronado también en esta parroquia.
C/ De los Especieros: Juan Fernández. Herrador. 60 años. Dos hijos.
Parroquia de Santa Marina.
C/ Ancha de las Costanillas. Francisco Diéguez. Herrador con un pupilo.
C/ De la Puerta del Rincón.
Manuel de la Torre. Herrador. 57 años. Soltero.
Diego García. Maestro herrador. 40 años. Un hijo pupilo.
Jacinto Carrasquilla. Maestro herrador. 57 años. Cuatro hijos.
Joaquín Comas. Maestro herrador. 51 años. Con oficial y pupilo.
Pedro Hidalgo. Oficial herrador. 33años.
C/ De la Yedra. Gaspar Sánchez. Oficial de herrador. 50 años. Tres pupilos.
Parroquia de la Compañía o El salvador
C/ Del Cabildo Viejo. Juan Antonio Crespo. Aprendiz de herrador con el maestro Carmona.
C/ De los Estudios. Cristóbal de León. Maestro herrador. 50 años. Dos hijos.
Parroquia de San Nicolás de la Axerquía.
C/ Del Tinte. Francisco Miranda. Herrador ¿de toros?. 30 años.
Parroquia de San Nicolas de la Villa.
C/ Entrada de las Tendillas. Joseph Diéguez. Maestro herrador. 50 años. Cinco hijos.
C/ Plazuela de Aladreros. Lucas Tejedor. Maestro herrador. 40 años. Ocho hijos.
Parroquia de San Lorenzo.
C/ San Rafael. Manuel Moreno. Herrador. 60 años. Privado de la vista. Existían también dos
capadores que se domiciliaban en el Campo de la Verdad y en la parroquia del Espíritu Santo.

Es destacable que en ningún caso se les refiere como albéitares, sino como herradores o maestros
herradores, diferenciándoles de oficiales herradores y de aprendices. Sanz Egaña (1941) explica que

Pag. 298
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

en España los primeros herradores se iniciaban como simples artesanos o menestrales y sin perder su
maestría manual se titulan en Albeitería como una ampliación de estudios, sin confundir la actividad
menestral con la profesión cultural. Se titulan primero maestros herradores y después albéitares
Se domiciliaban en la parroquia de la Catedral cinco herradores o maestros herradores; en La
Magdalena, uno; en San Andrés, cuatro; en San Pedro, dos; en Santa Marina, cinco y dos oficiales;
en La Compañía, uno y un aprendiz; en San Nicolás de la Axerquía, uno; en San Nicolás de la Villa,
dos, y en San Lorenzo, uno.
En aquellos tiempos Córdoba mantenía las murallas y 12 puertas de entrada a la ciudad. Las de mayor
tránsito eran la de El Puente, la de El Rincón, Puerta Nueva y Puerta Gallegos. Las dos primeras
estaban en las parroquias que concentraban el mayor número de herradores para poder atender a las
bestias que entraban o salían de la ciudad transportando personas o mercancías. La presencia de un
número importante de herradores en la parroquia de San Andrés se puede justificar porque en ese
barrio comenzaban a concentrarse los profesionales más selectos, especialmente de profesiones
liberales.
Córdoba a partir de 1840 va a experimentar hondas modificaciones urbanísticas, que afectarán
especialmente al derribo de gran parte de las murallas de la ciudad y la desaparición de parte de sus
puertas. Aparecen zonas urbanísticamente nuevas, que van a ser lugares elegidos por las clases medias
y altas, entre ellas las de carácter liberal. Si se comparan los resultados de 1768 aquí obtenidos con
los de 1850 (Becerra et al, 2018), se observa cómo se mantiene la preponderancia de las parroquias
de La Catedral y Santa Marina, que en ambas fechas concentran más del 20 % de los domicilios de
los herradores Sin embargo, sí cambian con el tiempo los porcentajes en las parroquias de San Pedro
y San Andrés, probablemente al ser parroquias colindantes se daría lugar a ligeros cambios de
domicilios o incluso se prestaría a confusión en la asignación de parroquia. Por ejemplo, la calle
Almona pertenecía a San Andrés, y la plaza de la Almagra a San Pedro, pero la primera desembocaba
en la otra.
Aunque la preferencia de los albéitares y herradores se mantuvo por la parroquia de Santa Marina,
resulta lógico pensar que aumentara el interés por residir en San Pedro (29%), dada su proximidad a
la Escuela ya que allí residía el 50% de su profesorado. Algunos de los jóvenes veterinarios también
tendrán esta tendencia, pero la mayor parte ejercerán su oficio en locales en los que podían herrar a
las caballerías, situados en los mismos barrios elegidos en el siglo XVIII. Es decir, que las parroquias
de la Catedral, San Pedro y Santa Marina seguían siendo lo más concurridos para la práctica
veterinaria.
El estudio de los padrones municipales en relación a las profesiones de los habitantes nos ha permitido
constatar la correspondencia de la denominación de las calles con la ubicación de los miembros de
los gremios más tradicionales, por ejemplo, calles de: La Platería, Especieros, Ollería, Lineros,
Carniceros. entre otras muchas. En la parroquia de San Miguel, una de sus plazuelas mantenía el
nombre “del herrador”, y en la de San Pedro, se encontraba la calleja de los herradores.
La proporción de albéitares por habitante en Zaragoza en 1797 era de 1:1847 y en 1860, era de 1:1927
(Benito Hernández et al. 1998). Se ha reconocido que es difícil poder fijar el número de habitantes
que tenía la ciudad de Córdoba en el siglo XVIII ya que las cifras son muy variables de un autor a
otro. En los años 1745-47 el número de vecinos podía estar alrededor de los 12.000, lo que supondría
un número de habitantes de 42.000 (Gómez Bravo, 1993). En nuestro caso, suponiendo una población
de 42.000 habitantes, la proporción de albéitares herradores por habitante sería de 1:1826.
Algo más del 50% tenían hijos. Era una población envejecida, que en algunos casos superaban los 60
años y llegando, en el caso de un maestro herrador, a los 76 años. Aunque con mucha variabilidad, la
edad media de estaba en 47,19 (d.s.11,72 y C.V. 24,87).
Herrero (1984), mencionando a Domínguez Ortiz, describe el estado agrosocial del siglo XVIII del
siguiente modo: “el estado llano se componía fundamentalmente de campesinos en un ochenta por
ciento, era el estado fundamental que, en cierto modo, incluía a la sociedad entera”. El resto lo
formaban, por una parte, la naciente burguesía, y por otra, el clero y la nobleza. Si no referimos a la
capital cordobesa y a mediados de esa centuria, de acuerdo con Gómez Navarro, el sector primario
representaba el 52,92%; el secundario, el 26,19% y el terciario el 20,87%. Estas proporciones

Pag. 299
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

experimentarán ligeras modificaciones, de modo que en 1868 el sector primario se reducirá al


46,11%, el secundario al 25,43% y el terciario se incrementará al 28,46% (López Mora, 2014).
De los patrones de Córdoba se puede tener una imagen de la composición social de aquella Córdoba.
Son muchos los registrados como “jornaleros” o “del campo” y “hortelanos”. También es alto en
número de viviendas ocupadas por viudas con cargas familiares. Hay que agregar indigentes y ciegos,
también albañiles y soldados que residían en domicilios particulares al no haber cuarteles. En un
estrato algo superior, el personal al servicio de la clase noble que residía en Córdoba, mayordomos y
ciertos criados de distintos tipos. Aparecen tenderos y los llamados oficiales de pluma. Los miembros
de los conventos constituyen un capítulo aparte, concentrándose en las zonas pertenecientes al clero
secular. El estrato superior correspondía a la nobleza y a las personas que son definidas como
hijodalgos y caballeros notorios ubicados en las grandes mansiones existentes en todas las parroquias.
Referencias
Abellán Girona E. 2016. Documentos que acreditan la presencia de albéitares en algunos pueblos de
la región de Murcia: primeros datos. XXII Congreso Nacional y XIII Iberoamericano de Historia
de la Veterinaria. León. 2016.
Becerra E., Rodero E., González E., Rodero A. 2018. Variaciones en la distribución urbanística de
los domicilios de veterinarios y albéitares por parroquias en la Córdoba de 1850 y 1874. XXIV
Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria. Almería.
Benito Hernández M., Vives M.A., Vallés M., Mañé Seró C., Barrera Chacón R. 1998. Albéitares y/o
herradores en los primeros censos poblacionales de España. I Congreso Iberoamericano y III
Jornadas Nacionales de Historia de la Veterinaria. Zaragoza.
Camacho Martín de las Mulas I., Gil Sáez J., González Arce J.D., Vidal Masanet A., Contreras de
Vera, A. 2005. Albéitares y herradores en Murcia en el siglo XV. XI Congreso Nacional de
Historia de la Veterinaria. Murcia. 2005
Camacho Martín de las Mulas I., Gil Sáez J., Vidal Masanet A., Contreras de Vera, A. 2005.
Albéitares y herradores en los protocolos notariales de Córdoba (1471-1475). XI Congreso
Nacional de Historia de la Veterinaria. Murcia. 2005
Cubillo de la Puente R. 2006. Albéitares, herradores y herreros en la provincia de León (España) a
mediados del siglo XVIII. Según el Catastro de Ensenada (1751-1753). XXXVII Congreso
Internacional de la Asociación Mundial de Historia de la Medicina Veterinaria (WAHVM) y XII
Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria. León. 2006.
Dehesa Santisteban F.L., Dehesa García A. 2014. Análisis pormenorizado de los primeros censos
ganaderos de Carranza en el siglo XX. XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano de Historia
de la Veterinaria. Soria. 2014.
Dehesa Santisteban, F. Albéitares herradores en el valle de Zeberio (Bizkaia). Congreso historia de
la veterinaria Girona. 2007.
Fernández Doctor A., Martínez Bordenaue-Gussedat M.C. 2007. Los problemas internos del colegio
de albéitares de Zaragoza en el siglo XVIII. XIII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria.
Girona. 2007.
Gómez Navarro S. 1993. Tímida renovación urbanística en el siglo XVIII. En: Córdoba capital. Tomo
2º. Obra cultural La Caja.
Herrero Rojo M. 1984. La Albeitería española en el siglo XVIII. Gráficas Cervantes. Salamanca.
López Mora F. 2014. Pobreza y acción social en Córdoba (1750-1900). Servicio de Publicaciones de
la Universidad de Córdoba.
Muñoz Alcázar F.A. 2017. Albéitares y herradores en el siglo XVIII: aportación de los memoriales
del Catastro de Ensenada para su conocimiento. XXIII Congreso Nacional y XIV Iberoamericano
de Historia de la Veterinaria. Badajoz. 2017.
Santiago D., Rodero A. 2019. La Escuela Subalterna de Veterinaria en la Córdoba de mediados del
siglo XIX. UCOpress y Servicio de Publicaciones de la Diputación de Córdoba.
Sanz Egaña C. 1941. Historia de la Veterinaria española. Espasa Calpe S.A. Madrid.

Pag. 300
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ALBEITARES Y HERRADORES EN LA CORDOBA DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIII.


PARTE II: LOS INFORMES PROCEDENTES DEL CATASTRO DE ENSENADA Y DE LOS
TÍTULOS DE ALBEITARES REGISTRADOS EN 1767.

Ana María González Martínez1,2, Evangelina Becerra Rodero1 y Evangelina Rodero Serrano1,2
1
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)
2
Dpto de Producción Animal. Universidad de Córdoba (España). Grupo AGR-134. Ceia3
a
[email protected]

RESUMEN
Como continuación de la otra comunicación sobre los domicilios de los albéitares y herradores en la
ciudad de Córdoba a través del Padrón Municipal, resulta interesante ampliar el estudio hacia otras
fuentes de información para ocuparnos de su situación en Córdoba a mediados del siglo XVIII, ya
que esos fueron unos años en que la Albeitería inicia su declive que finalizará con la creación de las
Escuelas de Veterinaria y el nacimiento de la Veterinaria.
En esta segunda parte se recurre al análisis de datos que se obtienen del Catastro de Ensenada de 1754
a 1757 y a la documentación referente a los registros municipales de títulos de albéitares que ejercían
en Córdoba en 1767. De forma complementaria a la de los padrones, ambas fuentes documentales
proporcionan información sobre la edad, el estado civil, familiares, pupilos y profesión por la que se
les reconocía: albéitares o maestros herradores. Se realiza también la contrastación con los registros
correspondientes a los años cincuenta del siglo siguiente, ya analizados en la edición anterior del
Congreso.
De la comparación de los datos obtenidos del Catastro de Ensenada (1754 a 1757) con los del Padrón
Municipal del 1768, se deduce una coincidencia casi total del número de albéitares registrados,
variando muy poco en esos 10 años (21 frente a 22 albéitares-herradores). Por el contrario, esas cifras
del censo disminuyeron en el Registro Municipal de Títulos de estos profesionales de 1767, que fue
sólo de 17. Ello sugiere la posible situación irregular de algunos de los albéitares que ejercían en la
ciudad de Córdoba.

Abstract
As a continuation of the communication about the homes of albéitares and blacksmiths in the city of
Córdoba through the Municipal Register, it is interesting to expand the study to other sources of
information to address their situation in Córdoba in the mid-eighteenth century, since Those were a
few years when the Albeitería began its decline that will end with the creation of the Veterinary
Schools and the birth of the Veterinary.
In this second part, the analysis of data obtained from the Cadastre of Ensenada from 1754 to 1757
and the documentation referring to municipal records of albeitares titles held in Córdoba in 1767 are
used. Complementary to that of the registers, both Documentary sources provide information on age,
marital status, family members, pupils and profession by which they were recognized: albéitares or
farring masters. The contrast is also made with the records corresponding to the fifties of the following
century, already analyzed in the previous edition of the Congress.
From the comparison of the data obtained from the Cadastre of Ensenada (1754 to 1757) with those
of the Municipal Register of 1768, an almost total coincidence of the number of recorded albeitares
is deduced, varying very little in those 10 years (21 versus 22 albeitares- blacksmiths). On the
contrary, these census figures decreased in the Municipal Registry of Titles of these professionals of
1767, which was only 17. This suggests the possible irregular situation of some of the albeitares that
exerted in the city of Córdoba.

Palabras clave: veterinarios, registro, padrón municipal

Key Words: veterinarians, Córdoba, council register

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Introducción.
Teniendo en cuenta los cambios profundos que supusieron para la profesión veterinaria la creación
de las Escuelas Subalternas y también de otras medidas de tipo normativo que se proclamaron a
mediados del siglo XIX (regulación de las subdelegaciones de veterinaria, supresión de exámenes por
pasantía, etc.), y las grandes transformaciones urbanísticas habidas en Córdoba al pasar del Antiguo
al Nuevo Régimen, parece interesante comparar la distribución de los albéitares y herradores en la
ciudad de Córdoba a mediados del siglo XVIII con la que presentaban un siglo más tarde y así inferir
en las modificaciones que estaba experimentando la profesión veterinaria bajo las perspectivas del
número de profesionales que ejercían en Córdoba capital y la distribución de sus domicilios en el
callejero cordobés.

Metodología
Con ese propósito, en esta segunda parte de nuestro estudio, hemos recurrido a analizar los datos
procedentes del Catastro de Ensenada de los años comprendidos entre 1754 y 1757 y los del registro
de títulos del Ayuntamiento de Córdoba (1767) para compararlos con los de los padrones municipales
de 1767 (trabajo anterior, parte I) y con los de mediados del siglo XIX, ya anteriormente trabajados
por nosotros (Becerra et al, 2018).
El Catastro de Ensenada lo conforman un conjunto de libros fruto del trabajo de años de delegados
de la Administración que se elaboró con fines recaudatorio. Muñoz (2017) y Rodríguez Domenech y
Rodríguez Espinosa (2015) describieron la composición del Catastro de Ensenada. Estos últimos lo
hacen de forma muy clarificadora y esquemática a través de la siguiente gráfica:

Figura 1. Organización de la documentación con información demográfica en el Catastro de Ensenada


(Fuente: Rodríguez Domenech y Rodríguez Espinosa, 2015)

Por la gráfica se puede apreciar la composición del Catastro cuya información primaria se compone
en dos tipos: Respuestas Generales y Memoriales. Las primeras, en número de 40, se dirigieron a
grupos profesionales u otros colectivos, mientras que los memoriales se obtuvieron de forma
individual o personal, especificándose el nombre y apellidos de cada persona, su estado civil, la edad
y profesión, el número de hijos y pupilos o sirvientes. En las Respuestas Generales al interrogatorio
nº 32 se incluyen las profesiones liberales y en las 33 y 34 los datos globales de actividades artesanales

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y oficios. Los albéitares aparecen en esta últimas dentro de los gremios, recogiéndose su número y
características.
Como se ha indicado, la otra fuente de información utilizada ha sido el Registro de los títulos de
albéitares y herradores entregados al Consejo de Córdoba en cumplimiento de la Real Orden de 31
de diciembre de1766, existente en el Archivo Municipal de Córdoba.
Poco antes de esa fecha todavía se mantenía una situación difícil para los albéitares. Aunque la
Pragmática de los Reyes Católicos, que obligaba a superar un examen para ejercer la veterinaria,
había supuesto un destacado avance al evitar gran parte del intrusismo, en 1700 la profesión no había
logrado liberarse aún del carácter gremial en el que se le incluía.
Como respuesta a estas circunstancias los albéitares madrileños en 1737 solicitan al Rey que “se les
debe reputar y tener como profesores de Arte liberal y científico y conceder determinados derechos
y exenciones” (Sanz Egaña, 1941). La petición fue informada favorablemente por la “Sala de
Alcaldes” y recogida en la Pragmática Real de 1739. Como el mismo Sanz Egaña señala, no debieron
cumplirse con exactitud las disposiciones de la Pragmática. Los padrones municipales de Córdoba de
1767 son el testimonio de las diversas denominaciones y consideraciones para estos profesionales. El
intrusismo y la confusión entre las titulaciones (conflicto con los herreros) obligó a dictar una Real
Orden del Consejo de Castilla en 1767 para “evitar que los albéitares y herradores no ejerzan sin
poseer los correspondientes títulos”.
En el Archivo Municipal de Córdoba está depositado un legajo que incluye los documentos relativos
a esa Real Orden. Lo componen los documentos por los que se insta al Ayuntamiento para que se
obligue a los albéitares y herradores a que exhiban sus títulos y queden registrados formalmente en
los libros municipales (C-877/ 2/1). Forman el legajo:
a) El escrito recibido el 31 de octubre de 1766 del Consejo Real por el que a petición de los
examinadores y jueces del Protoalbeiterato se manda que “a fin de evitar los daños y perjuicios
que puede originar el ejercer personas ignorantes de esos oficios, sin examen ni títulos
correspondientes, tengan que hacer exhibición formal de sus respectivos títulos en el
Ayuntamiento, asentándolos en sus libros dando cuenta al Consejo de cualquier contravención y
suspendiendo de oficio al que no se encontrare sin el debido título”.
b) La Orden del Consejo Real de Castilla dada en Madrid con fecha 31 de octubre de 1767 que toma
registro de entrada en Córdoba el 2 de noviembre del mismo año de 1767.
c) El certificado del Corregidor de la ciudad D. Manuel Fernández de Cañete de haber recibido la
Orden con el acuerdo de comunicarla a todos los albéitares y herradores de Córdoba para que
muestren sus títulos. El documento del Corregidor tiene fecha de 9 de noviembre de 1767 pero
no se hace la notificación hasta el día 21, dándose 15 días para su cumplimiento y amenazando
con la pena de ocho ducados quien no la cumpliese.
d) Por último, contiene también la relación de los 17 profesionales que hicieron la presentación de
sus títulos, denominados a veces como herradores y albéitares, y otras sólo como herradores.

Resultados y discusión.
Comenzamos analizando los resultados obtenidos del Catastro de Ensenada por ser los más tempranos
(1757) para compararlos con los padrones municipales y con el registro de los títulos, ambos de 1767,
y luego con los de un siglo después.
En las Respuestas Generales del Catastro correspondientes a los gremios (nº 33), sólo se incluyen en
la ciudad de Córdoba a 21 herradores o maestros herradores, ésta era la denominación que se aplicaba
a todos los profesionales de la Veterinaria. A principios del XVIII no quedaban perfectamente
delimitadas las prerrogativas de los tres oficios: herreros, herradores y albéitar (Fernández Doctor y
Martínez-Bordenaux, 2007). En el mismo apartado se incluyen también a 17 herreros y 8 herrerías.
En las respuestas a la pregunta anterior nº 32 se citan a 11 médicos y a 24 boticarios.
Pero de los Memoriales se deduce que existían entonces en la capital 26 personas tituladas como
albéitar-herradores, maestro herradores y oficiales herradores. De estos últimos, se incluían cinco que
no dependían de maestros herradores o albéitares y que se encontraban estabilizados en su trabajo
con edades de 30 o más años. Doce de los albéitares y herradores contaban con oficiales o aprendices

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que en algunos de los casos eran hijos suyos. La edad de los albéitares-herradores oscilaba entre los
28 a 68 años ( = 43,10 y CV=27,19). La edad media de los herreros era muy similar, 44,00 años y
CV 27,32. Llama la atención la existencia de personas de edad avanzada en ambos casos.
La relación de albéitar-herradores del Catastro de Ensenada 1754-57 es la siguiente:

1. Juan de Dios Benavente. Maestro herrador. 60 años, casado, una hija y un oficial de dicho oficio.
2. Joseph Diéguez y Sáez. Maestro herrador. 32 años. Casado y un hijo.
3. Vicente Diéguez. Maestro herrador. 35 años. Casado, una hija y un hijo.
4. Juan Gómez Cabrilla. Herrador y albéitar. 53 años. Tres hijos y un oficial.
5. Juan Cabello. Maestro herrador. 68 años. Casado.
6. Juan de la Barrera. Herrador y albéitar. 44 años. Soltero, un oficial y un aprendiz.
7. José Antonio de los Ríos. Maestro herrador. 49 años. Casado, un hijo de 19 años del mismo
oficio.
8. Juan de Campos. Maestro herrador. 40 años. Casado.
9. Diego garrido. Maestro herrador. 28 años. Casado, un hijo.
10. Jacinto de carrasquilla. Maestro herrador. 36 años. Casado, tres hijos y un oficial.
11. Juan Gómez de Sepúlveda. Herrador y albéitar. 43 años. Casado y seis hijos.
12. Juan Francisco del Hoyo. Herrador y albéitar. 48 años. Soltero y un oficial.
13. Alonso Molina. Herrador y albéitar. 30 años. Casado.
14. Juan Camacho Criado. Herrador y albéitar. 60 años. Un hijo de 38 años oficial de albéitar.
15. Luis García. Maestro herrador. 30 años. Casado.
16. Joseph Fernández. Maestro herrador. 53 años. Soltero.
17. Joseph Miguel de Góngora. Maestro herrador y albéitar. 36 años. Casado, un hijo y un aprendiz.
18. Antonio de Luque. Maestro herrador. 34 años. Casado. Con tienda.
19. Antonio Montero. Maestro herrador y albéitar. 40 años. Dos hijos y un oficial.
20. Joseph de León. Maestro herrador. 56 años. Casado Tiene un aprendiz.
21. Francisco de la Torre. Maestro herrador y albéitar. 30 años. Casado, tiene un hijo y dos
aprendices.
Constan también los siguientes oficiales de herrador:
22. Andrés Girón Barrera. 32 años.
23. Joseph de Huélamo. 30 años.
24. Francisco García. 66 años.
25. Rafael Muñoz. 50 años.
26. Salvador López. 30 años.

Del Registro de Títulos de albéitares-herradores de 1767 del Archivo Municipal de Córdoba


señalamos que en la relación de los títulos exhibidos en el registro se reduce a dar fe, por parte del
Secretario del Ayuntamiento, del cumplimiento de lo mandado con el registro del nombre de los
titulares que son reconocidos como herradores y albéitares. La relación la componían los siguientes
herradores albéitares: Joseph de la Torre, Diego García, Jacinto Carrasquilla, Antonio Montero,
Vicente Diéguez, Juan Gómez Cabrilla, Francisco Diéguez, Joseph Diéguez, Juan del Hoyo, Antonio
Carrasco, Andrés Tirón Barrera, Basilio Vallejo, Francisco de la Torre, Juan Álvarez, Joseph de
Góngora, Juan Camacho y Luis García.
Si se comparan los resultados de este registro de títulos con los obtenidos a partir del Padrón
Municipal del mismo año al que hemos dedicado nuestro trabajo anterior (parte I), se observa que el
número de herradores y albéitares que entregan sus títulos son 17, mientras que los registrados en el
padrón son 22 maestros herradores y tres oficiales. La mayor parte de los sujetos coinciden en ambas
relaciones, pero hay varios que, aun figurando en el padrón como maestros herradores, no entregaron
su título ¿indica esto que teniendo tienda de herrador no tenían título y ejercían el oficio sin derecho?
Se observa también que un oficial del padrón aparece posteriormente como herrador y albéitar.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Se ha comparado también la relación de títulos registrada en el Ayuntamiento con la del Catastro de


Ensenada fechado en 10 años antes. Como era de esperar, aunque se repiten la mayoría, también hay
menos coincidencias que entre los documentos de años posteriores.
Como ya hemos expuesto, en los memoriales del Catastro de Ensenada (1757) se designa a estos
profesionales como “maestros herradores”, agregando algunas veces el término de “albéitar”. Más
tarde, en los padrones municipales de Córdoba (1767) aparecen denominados como “maestros
herradores” o “herradores” y en los títulos que se inscriben en el Ayuntamiento (1767) el calificativo
es de “herrador y albéitar”. En esos años todavía no se había creada la Escuela de Madrid y, por tanto,
no había profesionales con la designación de “veterinario”. Estos profesionales se dedicaban casi
exclusivamente al herrado del ganado caballar.
Si nos planteamos cómo afectaría al ejercicio de la Veterinaria el paso del tiempo que a partir de
entonces experimentó con cambios cruciales como pudieron ser la creación en Córdoba de la Escuela
de Veterinaria y las modificaciones urbanísticas, comparamos la situación al cabo de cien años. En
el periodo 1850-1860 existían en Córdoba 23 albéitares-herradores y 8 pertenecían al claustro de la
Escuela desde donde se realizaba una intensa labor clínica sobre los équidos de la ciudad, de su
entorno y, en ocasiones, de toda Andalucía (Rodero et al, 2018 y Becerra et al, 2018). Los restantes
15 profesionales no pertenecientes al claustro al principio del periodo todos eran albéitares,
posteriormente irán siendo menos los albéitares, al cesar los exámenes por pasantía, a favor de los
veterinarios cuyos primeros titulados saldrán de las aulas escolares en los años 60 de ese siglo. En
1876 sólo el 27 % eran albéitares (Santiago y Rodero, 2019). Fueron, por tanto, la creación de la
Escuela Subalterna y la supresión del Protoalbeiterato lo que modificaría radicalmente la
configuración de la profesión veterinaria en Córdoba.

Referencias
Becerra E., Rodero E., González E., Rodero A. 2018. Variaciones en la distribución urbanística de
los domicilios de veterinarios y albéitares por parroquias en la Córdoba de 1850 y 1874. XXIV
Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria. Almería.
Fernández Doctor A., Martínez Bordenaue-Gussedat M.C. 2007 Los problemas internos del colegio
de albéitares de Zaragoza en el siglo XVIII. XIII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria.
Girona. 2007.
Muñoz Alcázar F.A. 2017. Albéitares y herradores en el siglo XVIII: aportación de los memoriales
del Catastro de Ensenada para su conocimiento. XXIII Congreso Nacional y XIV Iberoamericano
de Historia de la Veterinaria. Badajoz. 2017.
Rodero Serrano E., Gonzalez MArtñinez A., Becerra Rodero E., Rodero Franganillo A. 2018. Copias
de los títulos profesionales de Veterinarios y albeitares de la provincia de Córdoba en 1876. XXIV
Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano. 2018. Almería
Rodríguez Domenech M.A., Rodríguez Espinosa E. 2015. La población de Villamor de Calatrava a
mediados del siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada: Respuestas generales y Memoriales. 1º
Congreso Nacional de Ciudad Real y su provincia. Ciudad Real. 2015.
Santiago D., Rodero A. 2019. La Escuela Subalterna de Veterinaria en la Córdoba de mediados del
siglo XIX. UCOpress y Servicio de Publicaciones de la Diputación de Córdoba.
Sanz Egaña C. 1941. Historia de la Veterinaria española. Espasa Calpe S.A. Madrid.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Javier Prado “Lameiro”, veterinario y afamado escritor


AUTORES: Fernando Julio Ponte Hernando, Alberto Manuel Portela Vázquez.

Resumen

Javier Prado (1874-1942) obtuvo el título de veterinario por la Escuela de Santiago de Compostela.
Oposita y aprueba con 35 años al nuevo cuerpo de Inspectores de Higiene Pecuaria, Provinciales y
de Puertos y Fronteras, obteniendo el número 43. Forma parte de la generación de oro de la
Veterinaria Española, que integra la primera promoción del Cuerpo Nacional de Inspectores de
Higiene, junto a Gordón Ordás, Santos Aran, Cayetano López, Sanz Egaña, o Rof Codina entre
otros.
Es nombrado Jefe Provincial de los Servicios Veterinarios de Ourense, cargo que desempeñó de
forma ininterrumpidamente. Su papel como profesional fue muy destacado y se convirtió en un
defensor a ultranza de la veterinaria, llegando a ser presidente fundador del colegio oficial de
veterinarios de Ourense. Pero fue su actividad en el mundo de las letras el que le dió fama y
popularidad, siendo conocido con el nombre de Prado “Lameiro”. Es destacada su participación en
la reedición del mítico periódico titulado “O Tío Marcos d’a Portela”, donde nuestro protagonista
fue el alma mater, desarrollando en sus artículos los problemas del campo, la mejora genética
animal, las pérdidas económicas por la mala gestión agraria, etc. Fue redactor-jefe de la revista Nós,
apuesta decidida por la elaboración de un discurso artístico culto y moderno, en diálogo directo con
las corrientes estéticas innovadoras que en aquella época circulaban por Europa.
Autor de libros de mucho éxito, de estilo poético y de teatro, que era su verdadera pasión. Fue el
escritor más aplaudido y demandado de la época. El propio Gordón Ordás, alabaría su obra más
famosa “A Carón do Lume” con unas palabras que quedaron grabadas en la historia“La veterinaria
está mucho más necesitada de manos señoriles de poeta que la ensalcen, que de manos callosas de
herradores que la deprimen”.
Veterinario, generación de oro, escritor

Summary
Javier Prado (1874-1492) obtained the veterinarian degree in Santiago de Compostela. He passes
the exams for the “Inspectors of Livestock Hygiene, Provinces, Ports and Borders” body at 35 years
old, getting the number 43. He is part of the Spanish veterinary golden generation, which is the first
promotion of the National Body of Hygiene Inspectors, along with Gordón Ordás, Santos Aran,
Cayetano López, Sanz Egaña and Rof Codina among others.
He is appointed Provincial Head of the Veterinary Services of Ourense, charge that performs
without interruption. His professional role was very prominent and he became an important
advocate of the veterinary science. He also was the founding president of the Ourense Official
Association of Veterinarians. But it was his written activity that gave him fame and popularity,
being known by the name of Prado “Lameiro”. It is important his involvement in the reissue of the
mythical newspaper “O Tío Marcos d’a Portela”, where he was the alma mater, developing in his
articles the problems of the countryside, livestock genetic improvement, economic losses due to a
bad agrarian management, and so on. He was the editor in chief of the “Nós” magazine, which was
a firm commitment to the development of a cultured and modern artistic discourse, in direct
dialogue with the innovative aesthetic currents that circulated in Europe at that time.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

He was the author of very successful books of poetry and theatre, his great passion. He was the
most acclaimed and requested author at that time. Gordón Ordás himself would praise his most
famous work “A Carón lo Lume” with some words that were recorded in history: “Veterinary is
much more in need of noble hands of a poet who exalt it, than of calloused hands of blacksmiths
who depress it”.
Veterinarian, golden generation, writer
Javier Prado nació en Ourense el 12 de septiembre de 1874, cuando su padre se encontraba muy
enfermo. De hecho, no tardaría en morir y el pequeño pasó a ser tutelado por su padrino de pila,
David García, subdiácono, que pertenecía a una importante familia acomodada.
La infancia no fue fácil para él, marcada por la ausencia paterna. En 1891 después de terminar sus
estudios de Bachiller ingresa como voluntario en el ejército, para aliviar la delicada economía
familiar. Javier es destinado a la ciudad de Vigo y permanece tres años bajo la disciplina militar.

Javier Prado, veterinario en Ourense


Una vez finalizada su etapa en el ejército, por consejo de su padrino y tutor, inicia en 1897 sus
estudios de Veterinaria en la Escuela Especial de Santiago de Compostela, en ese momento situada
en el edificio de San Clemente; obteniendo el título de veterinario en el año 1900.
Javier Prado ejerce sus primeros años como veterinario titular en el municipio de Ribadavia, hasta
que oposita y aprueba con 35 años de edad al nuevo cuerpo de Inspectores de Higiene Pecuaria,
Provinciales y de Puertos y Fronteras, obteniendo el número 43. Forma parte de la generación de
oro da Veterinaria Española, que integra la primera promoción del Cuerpo Nacional de Inspectores
de Higiene, junto a Gordón Ordás, Santos Aran, Cayetano López, Sanz Egaña, o Rof Codina entre
otros.

Es nombrado Jefe Provincial de los Servicios Veterinarios de Ourense, cargo que desempeñó de
forma ininterrumpidamente. Allí elabora un reglamento agropecuario para que los técnicos de la
Diputación Provincial de Ourense puedan organizar paradas de sementales. Es un funcionario
preocupado por el progreso del mundo rural y trabaja activamente en jornadas, congresos o charlas.
Javier Prado publica diversos trabajos divulgativos de carácter profesional como “Instrucciones
profilácticas y curativas sobre las enfermedades infectocontagiosas más frecuentes en el ganado de
la provincia” (1911), “Generalidades sobre Higiene Pecuaria” (1912) o “Mejora de los vacunos”
(1913).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Javier Prado estuvo presente en los avatares que vivió la veterinaria en Galicia, y en varias
ocasiones defendió con entusiasmo las conquistas y aspiraciones de su profesión. Así la postura que
adoptó en la defensa del Cuerpo de Inspectores Provinciales de Sanidad Veterinaria fue decidida y
valiente: “Nosotros hemos hecho sanidad; hemos hecho fomento pecuario y realizamos una labor
social tan intensa o fructífera, que trucó radicalmente el concepto social y científico mezquino y
deprimente que la veterinaria padecía con anterioridad a nuestra actuación.”
El artículo “Intereses profesionales. La clasificación de partidos veterinarios” publicado en Revista
de Higiene y Sanidad Pecuaria, su pregunta: ¿conviene que seamos muchos y malos, o pocos y
buenos?, no gustó a ciertos sectores y provocó severas críticas a su reflexión. Algo similar sucedió
con un artículo publicado en Boletín El Pecuario Español, donde propone que se limite la edad
máxima de los inspectores veterinarios municipales.
Su papel como profesional fue muy destacado y se convirtió en un defensor a ultranza de la
veterinaria, llegando a ser presidente fundador del Colegio Oficial de Veterinarios de Ourense.
En 1942 año de su fallecimiento, publica “Lo que dicen ellos”, un interesantísimo trabajo
divulgativo, donde desarrolla varios temas zootécnicos en forma de diálogo con animales, con el
objetivo de transmitir una enseñanza al ganadero.
En total fueron 32 años ejerciendo como Jefe de los servicios veterinarios en la ciudad que lo viera
nacer. Trabajó con suma eficacia, tal como figura en la noticia escrita por su gran amigo Vicente
Risco y publicada en el periódico “La Región” de Ourense, el día siguiente a su fallecimiento:
«Javier Prado ejerció con rara inteligencia y con fruto su actividad profesional como inspector de
Higiene Pecuaria, y realizó en esta materia estudios e investigaciones útiles y sobre manera
valiosos. Sin embargo, era su nombre de escritor lo que atrajo la admiración y el aplauso del gran
público»

Actividad periodística y literaria de Prado “Lameiro”


Su labor profesional fue muy importante, pero fue su actividad en el mundo de las letras el que le
dió fama y popularidad, siendo conocido con el nombre de Prado “Lameiro”. Así es destacada su
participación en la reedición del mítico periódico titulado “O Tío Marcos d’a Portela”, donde
nuestro protagonista fue el alma mater, desarrollando en sus artículos los problemas del campo, la
mejora genética animal, las pérdidas económicas por la mala gestión agraria, etc. Fue redactor-jefe
de la revista Nós, apuesta decidida por la elaboración de un discurso artístico culto y moderno, en
diálogo directo con las corrientes estéticas innovadoras que en aquella época circulaban por Europa.
Las actividades periodísticas desarrolladas por Prado Lameiro en diversos medios, hicieron que
fuera miembro de la junta directiva de la Asociación de Prensa Ourensana durante años, siendo
elegido presidente en 1931. Un puesto que desempeñó con independencia y libertad, gracias a vivir
de su profesión de veterinario.
Autor de libros de mucho éxito, de estilo poético y de teatro, que era su verdadera pasión. Fue el
escritor más aplaudido y demandado de la época. El propio Gordón Ordás, alabaría su obra poética
más famosa “A Carón do Lume” con unas palabras que quedaron grabadas en la historia“La
veterinaria está mucho más necesitada de manos señoriles de poeta que la ensalcen, que de manos
callosas de herradores que la deprimen”.

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Luego escribiría otro libro de poemas (Cóxegas e Moxetes), y dos libros de piezas teatrales
(Monifates y Farsadas). Actualmente existen otros textos literarios suyos, inéditos, en espera de ser
publicados.
Los críticos que juzgaron su obra le atribuyen un marcado carácter popular. La influencia que la
veterinaria tuvo en sus creaciones es evidente en la totalidad de sus trabajos. Hay bastantes
alusiones concretas a los animales, a sus enfermedades y al manejo de los mismos.
El aclamado escritor Vicente Risco, resalta su genialidad de con estas palabras:
“Javier Prado fue una de las figuras relevantes de la literatura regional, a la vez que una de las
más valiosas y de las más celebradas. Para muchos fue él quien presentó la más auténtica vena
enxebre, el que poseía el verdadero sabor de la lengua y del espíritu de Galicia…
A pesar de todas cuantas actividades mencionamos, falta una que es donde Prado Lameiro, puso
toda su pasión y creación, la fundación en 1919 de la Coral de Ruada. Javier no podía imaginar ni
en el mejor de sus sueños que su legado perdudaría así en el tiempo y que la agrupación artística de
Ruada, después de un siglo de su fundación, tendría la pujanza y el prestigio que actualmente tiene.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Ejemplo de compromiso y esfuerzo por modernizar el sector agropecuario, tanto desde su labor
técnica como desde su faceta literaria, Prado Lameiro se convirtió en una de las personas más
populares y queridas de Galicia. Anualmente su figura es recordada por la Coral de Ruada con la
celebración del premio Prado “Lameiro”.

Bibiografía
Iglesia Hernández, Pedro: Javier Prado Rodríguez (1874-1942). Prado “Lameiro”. En Cordero del
Campillo y otros: Semblanzas veterinarias, vol.II. 1978.
Prado Lameiro, X., A Carón do Lume. La Región, Ourense, 1918.
Prado Lameiro, X., Cóxegas e Moxetes. Monifates. Farsadas. La Región, Ourense, 1928.
Prado Rodríguez «Lameiro», “Intereses profesionales. La clasificación de partidos veterinarios”,
Revista de Higiene y Sanidad Veterinaria, vol. 3, 10-11, febreiro de 1914.
Valcárcel, M., Xabier Prado “Lameiro” no seu tempo en Xabier Prado “Lameiro”: Obra completa,
tomo I, Concello de Ourense, 1995.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

JOAQUÍN CARRANDI JAINAGA. PRESIDENTE DEL COLEGIO DE


VETERINARIOS DE BIZKAIA Y EJECUTIVO DEL GOBIERNO VASCO EN LA II
REPÚBLICA ESPAÑOLA

JOAQUÍN CARRANDI JAINAGA. PRESIDENT OF THE COLLEGE OF


VETERINARIANS OF BIZKAY AND EXECUTIVE OF BASQUE GOVERNMENT OF
THE II SPANIS REPUBLIC

JOAQUIN CARRANDI JAINAGA. BIZKAIKO ALBAITARIEN ELKARGOKO


PRESIDENTEA ETA GOI MAILAKO LANGILEA EUZKADIKO GOBERNUAN II
ESPAINIAKO ERREPUBLIKAN
Dehesa Santisteban, Francisco L. (1)

(1) Doctor en Veterinaria. Vicepresidente veterinario de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Académico de número
de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Plaza de la Casilla nº 2, 3º D. 48002. BILBAO. Tel. 34 648747181. E-mail: [email protected]

RESUMEN
Joaquín Carrandi Jainaga fue un vizcaíno nacido en el año 1887 que estudió Veterinaria
en la Escuela de Veterinaria de Madrid donde obtuvo su título en el año 1913. Finalizados sus
estudios, comenzó trabajando como veterinario municipal en la Anteiglesia de Deusto,
municipio situado en la margen derecha de la Ría del Nervión, que en la actualidad forma parte
de Bilbao. En 1915 fue contratado como veterinario municipal por el Ayuntamiento de Guetxo,
también en Bizkaia.
Fue presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia en dos etapas, la primera del año
1920 al 1922, y la segunda del año 1932 al 1935. Al constituirse el Gobierno Vasco en 1936,
tras el estallido de la Guerra Civil, se incorporó al Departamento de Agricultura de aquel
gobierno. Finalizada la Guerra se exilió en Venezuela donde falleció el 21 de julio de 1943, a
los 56 años de edad.
Palabras clave: Carrandi, veterinario, Gobierno Vasco.
ABSTRACT
Joaquin Carrandi Jainaga was a veterinarian born in 1887 who studied Veterinary
Medicine at the Veterinary School of Madrid where he obtained his degree in 1913. He worked
as a municipal veterinarian in the Anteglesia of Deusto, municipality located on the right bank
of the Nervión Estuary and currently is part of Bilbao. In 1915 he was hired as a municipal
veterinarian by the City Council of Getxo, also in Bizkaia.
He was president of the College of Veterinarians of Bizkaia in two stages, the first from
1920 to 1922, and the second from 1932 to 1935. When the Basque Government was
constituted in 1936 after the outbreak of the Civil War, he was joined by the Department of
Agriculture of that government. After the war he was exiled in Venezuela where he fell on July
21, 1943.
Key words: Carrandi, veterinarian, Basque Government.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

LABURPENA
Joaquin Carrandi Jainaga Bilbon jaio zen 1887 urtean eta Madrilgo Albaitaritza Eskolan
ikasi zuen. Han albaitari titulua lortu zuen 1913 urtean. Ikasketak bukatu eta gero orain Bilbon
barnean dagoen Deustu Elizaldean lanean hasi zen udal albaitari moduan, baina urte bat
geroago Bizkaiko Getxo Udalerriko Udalak kontratatu egin zuen.
Bizkaiko Albaitarien Elkargoko presidentea izan zen bi aldiz. Lehendabizikoa 1920 eta
1922 artean eta bigarrena 1932 eta 1935 artean. Espainiako Guda hasi eta gero, Euzkadiko
Gobernuan lan egiteko esan zioten eta gobernu hartan lan egin zuen lanpostu batzuetan. Guda
bukatuta, Venezuelan erbesteratu zen eta han hil egin zen 1943an.
Hitz gakoak: Carrandi, albaitaria, Euzkadiko Gobernua.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕⁕

Introducción
Joaquín Carrandi Jainaga nació en Getxo el 21 de julio de 1887. Sus padres fueron Juan
Bautista Carrandi Arrigunaga y María Ygnacia Jainaga Echeandia. Se casó con Herminia
Damiana de Otaola Benguria, natural de Abando, donde nació en 1892.
Fue aprobado en el examen de ingreso de la Escuela de Veterinaria de Madrid el 29 de
septiembre de 1909, a los 22 años de edad. Realizó la carrera con buen aprovechamiento,
logrando graduarse en cuatro años, revalidándose como veterinario el 2 de octubre de 1913.
Fue un veterinario ilustre, ocupando puestos relevantes en el Colegio de Veterinarios
de Bizkaia, con dos periodos presidenciales. El primero, de 1920 a 1922, siendo elegido
presidente para un segundo mandato el día 1 de diciembre de 1932, continuando hasta el 24 de
enero de 1935.

D. Joaquín Carrandi y Jainaga

Veterinario municipal
En junio de 1914 tomó posesión como veterinario inspector de carnes de la Anteiglesia
de Deusto, después de haberse hecho el inventario de los objetos existentes en el despacho de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

la inspección veterinaria del matadero municipal, tal y como era costumbre al inicio de los
contratos de los veterinarios municipales. En aquel inventario aparecían, entre otros productos
y enseres, un microscopio y una centrifugadora, y tubos para el análisis de leche. El
nombramiento de Carrandi ocasionó protestas de otros veterinarios, en concreto de Celedonio
Nieto, natural y residente entonces en la Anteiglesia. Pero también del propio Félix Rivas, que
le había precedido en el puesto y había sido cesado. Sin embargo, el gobernador civil se inhibió
por tratarse de un nombramiento de personal en un ayuntamiento vascongado y dicho
nombramiento se mantuvo.
El 10 de abril de 1915, Joaquín Carrandi solicitó permiso para ausentarse un periodo no
inferior a dos meses para atender asuntos personales, proponiendo como sucesor a Pablo Lecue,
veterinario vecino de Bedia. El Ayuntamiento accedió a su solicitud sin ninguna dificultad.
Con fecha 31 de mayo de aquel año, Joaquín Carrandi solicitó su baja como veterinario
municipal de Deusto, baja que fue aceptada por la Corporación, que hizo constar haber “visto
con verdadera satisfacción el celo e inteligencia con el que el Sr. Carrandi ha desempeñado
su cargo durante todo el periodo de su ejercicio”. Se trasladó al municipio de Getxo, donde
fue nombrado veterinario municipal. En Deusto fue sustituido por Félix Rivas, que ya había
ocupado la plaza con anterioridad.
Hasta su nombramiento como subdirector de Ganadería por el Gobierno Vasco en 1936
continuó como veterinario municipal de Getxo. Fue también veterinario municipal de
Sopelana, al estar acumulada esta plaza a la de Guecho.
Presidente del Colegio de Veterinarios de Bizkaia
Joaquín Carrandi presidió por primera vez una junta de gobierno del Colegio un 25 de
febrero de 1920. En aquella junta participaron otros notables veterinarios vizcaínos como Pablo
Lecue Barañano, José Manuel Palenzuela Aguirre o Martín Ciga Lecuna. Durante su primera
presidencia se implantaron los que más tarde fueron llamados “partidos cerrados”, figura que
fue defendida por los veterinarios titulares hasta bien entrada la década de los setenta del siglo
XX. En la Asamblea que aprobó dicha norma Joaquín de Carrandi, pese a ser presidente, votó
en contra de la misma, por considerar que el título de veterinario habilitaba para el ejercicio
profesional y que la condición de veterinario municipal solo afectaba a los aspectos oficiales.
En su segundo periodo presidencial lideró dos juntas de gobierno. En ellas participaron
nuevos personajes que serían muy importantes en la Veterinaria vizcaína durante la Segunda
República y tras la Guerra Civil: Lucas de Basterrechea Elorrieta, Tomás Cotano Ibarra, Victor
Ruiz de Erenchun entre otros. Fue un presidente que negoció con las instituciones propias del
País y que mantuvo buenas relaciones con los responsables veterinarios de los principales
servicios oficiales. Con todo, tuvo que intervenir en algunos asuntos delicados. Como
presidente de la entonces denominada Asociación Provincial participó en el tribunal de una
oposición convocada por el Ayuntamiento de Bilbao en el año 1934, que estaba ocasionando
importantes controversias por los intereses personales de los opositores.
Su participación en el Gobierno Vasco. El exilio
Fue uno de los responsables del Departamento de Agricultura con Gonzalo Nárdiz,
perteneciente al partido Acción Nacionalista Vasca y consejero de Agricultura del Gobierno

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Vasco presidido por José Antonio Aguirre. Joaquín Carrandi fue nombrado subdirector de
Ganadería por Orden del Gobierno Vasco de la II República del 23 de octubre de 1936 (Boletín
Oficial del País Vasco (BOPV) del 25), y pocos días más tarde miembro del Consejo Asesor
Técnico del Departamento de Sanidad, creado por Orden de 28 de octubre de 1936 (BOPV del
31), para sustituir al inspector provincial de Veterinaria de Bizkaia, Pedro Sola Puig, que había
dimitido tras su nombramiento como integrante de dicho consejo. Fue también miembro del
Consejo de Higiene Rural, creado por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco.
Participó, en representación del Gobierno Vasco, en la comisión formada, a finales de
1936, por el Ayuntamiento de Bilbao para la compra de ganado destinado a garantizar el
suministro de carne a la población bilbaína. En aquella comisión mantuvo ciertas discrepancias
con los planteamientos de algunos veterinarios municipales que pertenecían a la misma, en
concreto Tomás Cotano y Pablo Lecue. El Gobierno Vasco suspendió el funcionamiento de
aquella comisión y anunció la creación en el futuro de una nueva liderada por el Departamento
de Comercio y Abastecimientos “compuesta de un representante de cada uno de los
Departamentos de Comercio y Abastecimiento, Agricultura y Defensa, para que intervenga las
operaciones de abastos de carnes”. Aquella anunciada comisión nunca vería la luz.
Entre las medidas adoptadas por el Departamento de Agricultura cabe destacar la
referida a la habilitación de los estudiantes de Veterinaria para el desarrollo de funciones
propias de los inspectores municipales veterinarios de forma provisional, según consta en el
Decreto de 9 de diciembre de 1936 “facultando interinamente para el ejercicio de la profesión,
y previa demostración de aptitud, a los alumnos de cuarto y quinto años de la Escuela de
Veterinaria”. Las clases fueron impartidas por los veterinarios Lucas Basterrechea, jefe del de
Higiene y Sanidad Veterinaria del Departamento de Agricultura y Martiniano Alcorta, jefe de
Fomento Pecuario de la Subdirección de Ganadería, bajo la dirección del subdirector de
Ganadería, Joaquín Carrandi.
Aquel gobierno estaba totalmente condicionado por la Guerra. El ámbito territorial era
muy reducido y, además, el curso de la contienda fue totalmente desfavorable para las fuerzas
que lideraban el Gobierno Vasco. Como prueba de estas limitaciones, baste añadir cuál fue el
objeto de la última disposición del Departamento de Agricultura del Gobierno Vasco de la II
República “disponiendo el esquileo de todas las ovejas que se encuentran en el territorio leal
de Euzkadi”. Aunque lo pueda parecer, no era un tema baladí, ante la creciente población
reclusa y la ingresada en hospitales de guerra.
Joaquín de Carrandi siguió los pasos del Gobierno Vasco tras los reveses militares en
Bizkaia. Para mediados de julio de 1937, parte de la estructura del Gobierno se había
establecido en la ciudad de Santander. Desde allí, con fecha 17 de julio de 1937, el consejero
de Agricultura comunicó a Joaquin Carrandi su nombramiento como secretario general de la
Consejería de Agricultura, “con todas aquellas atribuciones y prerrogativas que a dicho cargo
corresponden.” Por aquella época se le facilitó un documento por el que se le autorizaba para
desplazarse por las provincias de Santander y Asturias, si bien el plazo de validez de aquel
certificado era limitado.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El consejero de Agricultura del Gobierno Vasco de la Segunda República, Gonzalo


Nardiz escribió una carta al ministro de Agricultura del gobierno republicano, Vicente Uribe
Galdeano, en la que recomendaba que le asignara alguna responsabilidad:
“Aprovecho gustoso esta ocasión que me brinda don Joaquín de Carrandi y Jainaga
para saludarle cordialmente, al mismo tiempo que rogarle vea si hay posibilidad de utilizar
los servicios que dicho señor pueda prestar dentro de este Ministerio, pues se trata de persona
que ha venido desempeñando el cargo de subdirector de Ganadería de esta Consejería desde
que se estableció el Gobierno Provisional de Euzkadi a entera satisfacción mía y estoy seguro
de que dada su competencia técnica avalada por largos años de ejercicio profesional y por
una lealtad al Régimen ya contrastada, la labor a realizar sería altamente provechosa y
beneficiará a los altos intereses que defendemos”.
En abril de 1938 en la sede del Gobierno Vasco en Paris se le expidió una tarjeta de
identidad firmada por el consejero Telesforo de Monzón. Muy probablemente dicho
documento fue el que presentó para su viaje a Venezuela, donde se exilió.

Al final de la Guerra Civil fue dado por desaparecido y, finalmente, depurado. En el


Ayuntamiento de Sopelana se instruyó un expediente “sobre la destitución de sus cargos con
pérdida absoluta de derechos por desafección al Movimiento Nacional de José Garay
Amechazurra, ayudante de secretaría, Joaquín Carrandi, veterinario municipal y Francisco
Galbarriartu Sarria, Depositario de fondos municipales por su tendencia izquierdista”.
Emigró a Venezuela donde trabajó para el Ministerio de Agricultura del gobierno
venezolano. Se estableció en la ciudad de Merida, capital del estado venezolano del mismo
nombre. Falleció en el exilio, el 21 de julio de 1943, a los 56 años de edad. Poco después de su
fallecimiento, su familia volvió a establecerse en Bizkaia, donde actualmente residen algunos
de sus descendientes.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Don Román de la Iglesia, la ignota vida del científico.1


María Engracia Muñoz-Santos (tataranieta de Román de la Iglesia)
Universidad de Valencia
C/ Luis Vives, 8 – 46210 – PICANYA (VALENCIA)
[email protected]

RESUMEN:
Don Román fue un incansable investigador, erudito, estudioso, trabajador hasta
prácticamente su muerte, es muy poco lo que se puede decir de él. Poco conserva la
familia de él, de su vida privada y muchas veces se mezcla con la leyenda y con otras
historias de otros familiares. Es lo que ocurre con la Historia (también con las historias
familiares), que para que no se pierdan necesitan ser registradas. Este es el objetivo de
este trabajo, no olvidar a la persona que era Don Román, lo mucho que hizo por su gente
y lo importante que fue su trabajo para las generaciones posteriores.
Palabras Clave:
Veterinarios insignes – Historia de la Veterinaria española – Ramón de la Iglesia Martín
– Veterinaria rural
Abstract:
Don Román was a tireless researcher, erudit, scholar, and a hard worker until practically
his death, but it is very Little what can be said about him. His family preserves little
memories about him, his private life is often mixed with legends and other stories from
other relatives. This is what happens with History (also with family stories), so that they
don't get lost they need to be registered. This is the objective of this paper, not to forget
the person of Don Román, how much he did for his colleagues and friends, and how
important his work was for later generations.

Keywords:
Insigne veterinarians - History of Spanish Veterinary - Ramón de la Iglesia - Rural
veterinary

Pedro de la Iglesia y Rodríguez nace en 1851 en Navalmoral de Pusa y muere en 1940, a


la edad de 89 años. Hijo de Mariano de la Iglesia y Juana Rodríguez. No fue el único hijo
dedicado a la veterinaria, un hermano menor llamado Brígido también lo fue, parece que
parte de su carrera profesional la ejerció en Sevilla, en el ámbito militar2.
Que dos hermanos de una misma familia, en una localidad que se encontraba a unos 75
km de Toledo y 132 km de Madrid (según cálculos actuales), en una pequeñísima
población de 3.415 habitantes en la década de los 60 del siglo XIX, tuviesen la misma
vocación, extraña. Además, para los cánones de los estudios y educación de los pequeños
pueblos de la Península de aquel momento, cuando el analfabetismo era tan importante
(en 1860 poco más del 40% de la población estaba alfabetizada), nos obliga a pensar que
la relación con el cuidado animal y la veterinaria debió de llegar a ellos desde la propia
familia o algún amigo cercano. Lo cierto es que estudiar entonces no era fácil, y era caro,

1
Quisiera agradecer la ayuda inestimable que me han prestado mi tía paterna María Paz Muñoz de la Iglesia
y mi hermana Idoya Muñoz Santos, sin ellas este trabajo no hubiese sido posible.
2
Revista de Higiene y sanidad, tomo IV, núm. 10, enero 1915, Madrid, p. 811.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y resulta interesante que los dos hermanos estudiaran lo que en aquel momento se llamaba
oficio profesional, un trabajo como el veterinario, que tanto de vocación y amor por los
animales tenía y tiene.
Durante su larga vida vio y experimentó los
grandes cambios que convulsionaron la España
de aquel momento y de la que en gran parte hoy
somos herederos: Cuando la desamortización de
Madoz tenía 4 años, para pagar utilizó escudos y
ya quizás costease sus estudios con pesetas
puesto que fue la moneda oficial cuando tenía 17
años. Con esa edad ya sería consciente del
pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz
y del comienzo de la Primera Guerra de Cuba.
Sufrió el gobierno de Isabel II, de Serrano, de
Amadeo I, la Primera República, Alfonso XII y
XIII, el golpe de Primo de Rivera, la Segunda
República y la Guerra Civil española. También
leería en prensa sobre la Guerra Civil Norteamericana, quizás leyó las teorías de Darwin,
fue testigo de la I Guerra Mundial, de la Revolución Rusa, de la llegada al poder de Hitler,
la caída de la Primera Bomba Atónica y el inicio de la Guerra Fría.
Pero volviendo a su vida, podemos seguir su trayectoria estudiantil en el Archivo General
de la Universidad Complutense de Madrid 3. Realiza el examen de ingreso con 17 años y
termina sus estudios con 21 años, con buenas notas.
Con el tiempo, Román se convierte en profesor también ejerciendo hasta su muerte la
profesión en el mundo rural. Por el testimonio de Don Carlos Ruiz Martínez que
publicaron en “La semana veterinaria”, parece que se dedicaba con pasión a su profesión
y no debía ser mentira porque la ejerció hasta su muerte.
Con 21 años, en “El Restaurador Farmacéutico”, dedicado al fomento de la Ilustración
Facultativa de 1872, aparece como cirujano incluido en la Escuela de Veterinaria en “la
lista de los representantes elegidos al efecto por las diversas asignaturas de cada facultad
o enseñanza de las que se han adherido al pensamiento de la Gaceta escolar”4.
Antes de 1880 se casa con Basilisa Marín Serrano (1850-1941) y son padres de Pedro,
entonces aún vivían en Navalmorales. Pedro de la Iglesia, heredará los estudios de su
padre. El matrimonio tiene un segundo hijo: Juan Manuel de la Iglesia Martín,
En 1897 participó en el IX Congreso Internacional de Higiene y Demografía con una
comunicación titulada “Mataderos públicos construcción, reglamentos y servicio general;
reconocimiento microscópico de las carnes, Empleo de la tuberculina como medio de
diagnóstico de la tuberculosis”5. El congreso ya se había celebrado en La Haya, París,
Turín, Londres, Budapest y Viena, así que se trataba de todo un evento, tanto de carácter
científico como social y su celebración se iba a realizar en Madrid, en el Palacio de Bellas
Artes. El nivel era muy alto, en el de Budapest, por ejemplo, acudieron 2.483
congresistas, entre los que había 1.171 delegados oficiales (29 representantes de
gobiernos extranjeros, 68 de universidades, 163 de Municipios y 292 de sociedades
científicas). En el programa provisional, el trabajo de Román aparece en la sección
denominada como “Higiene Urbana” (Clase 1, sección cuarta). El congreso se celebró del

3
DE ASÍS, F. Transición de la albeytería a la veterinaria en la región castellano-manchega: análisis de
los fondos documentales de la Escuela Veterinaria de Madrid (1792-1893), tesis doctoral, leída en 2014,
p. 369.
4
El restaurador farmacéutico, 5 de mayo de 1872, núm. 18, p. 143.
5
La gaceta de medicina veterinaria, 15 de abril de 1898, núm. 112, p. 119.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

10 al 17 de abril de 1898 y fue durante varios meses noticia en la prensa tanto local, como
nacional por ser sus patrocinadores el rey Alfonso XIII y su madre, la Reina Regente
María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Trabaja como inspector provincial de higiene pecuaria en Cáceres, y con 50 años (1901)
y mucha experiencia a su espalda escribe su gran obra en cinco tomos titulada “Patología
especial de los animales domésticos” junto con su colega Mateo Arciniega6. Y con 53
participa de alguna forma en la fundación del Colegio de Veterinarios de Toledo. Sobre
ella, una pequeña reseña en el Heraldo de la Industria, firmada por Julián Criado, dice:

«La obra cuyo título antecede, y de la que son autores tan esclarecidos médicos,
es uno de los tratados más concienzudos y completos en la materia de que ocupa.
Pruebas tienen dadas los Sres. de la Iglesia y Arciniaga7 de su mucha competencia
en cuantos asuntos se relacionan con la ciencia médica, y en esta obra, compuesta
de cinco tomos primorosamente confeccionados, ponen, una vez más, de relieve
su cultura poco común y su reconocida habilidad y experiencia para tratar de esta
clase de conocimientos.»8

En 1919 solicita a la Junta su rehabilitación en el Cuerpo de Veterinarios titulares de


España, a lo que accede la Junta, tiene 68 años9.
En los años anteriores a 1920 observaba animales en las ferias de los pueblos, visitando
Sevilla, Córdoba, Torrijos, Talavera y Santa Olalla. Él mismo lo cuenta en una respuesta
a una carta abierta en La Veterinaria Toledana10, texto que titula “Observaciones
razonadas a la Carta Abierta”, parece que el dicho documento hace referencia a unas
interferencias que entre colegas estaban ocurriendo por ejercer su profesión fuera de sus
zonas oficiales, al ser llamados por los profesionales de las ferias y los dueños de los
animales. Con 69 años aún ejercía de veterinario, en el partido de Talavera y recorría
caminos largos para conseguir realizar su actividad como denota la frase que él mismo
escribe en este documento “Aunque viejo y achacoso contar con vuestro compañero”.
En 1934, a la edad de 83 años recibe un emotivo homenaje junto con otros colegas durante
una asamblea extraordinaria con motivo de “el homenaje a la vejez”, el cual es transcrito
en “La Semana Veterinaria”, Boletín profesional de la Revista de Higiene y Sanidad
Pecuarias de parte de D. Carlos Ruiz Martínez, que ejerce de padrino de Román. En él,
el autor destacaba del anciano veterinario: «símbolo inmarcesible de la laboriosidad, de
la cultura y de la honradez profesional», también dice «veterinario rural que dedica
íntegramente su vida, pletórica de fervorosas actividades, no sólo al cumplimiento
escrupuloso de la honrada tarea de todos los días, sino también al cultivo científico de
nuestras disciplinas profesionales, en las que conquista el honor de ser maestro»,
emotivamente: «hombre representativo de la veterinaria del campo, iluminada por su
labor fecunda del gabinete, del laboratorio y la clínica, luchador infatigable y entusiasta
por el progreso cultural, ennoblecedor de la profesión, y por reivindicaciones de la justicia
social de nuestra clase»11.

6
DE LA IGLESIA, R. Y ARICINIEGA, M. Patología especial de los animales domésticos, Madrid, 1901.
7
En el libro de dichos autores, el apellido de este último aparece como Arciniega. Hemos considerado
oportuno dejar la errata de Don Julián Criado sin corregir en la transcripción de la reseña.
8
Heraldo de la Industria, 15 de febrero de 1903, núm. 60, p. 5.
9
La semana Veterinaria, 8 de marzo de 1919, núm. 10, p. 77.
10
La veterinaria Toledana, 29 de febrero de 1920, núm. 186, p. 26.
11
La Semana Veterinaria, Boletín profesional de la Revista de Higiene y Sanidad Pecuarias, 17 de junio
de 1934, núm. 112, Madrid.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Dos años después aun tenemos constancia de que, a pesar de sus 85 años, seguía
ejerciendo la veterinaria en Pueblanueva12.
Román de la Iglesia muere, incansable, a los 89 años, desconocemos si seguía al pie del
cañón, pero en vista de su recorrido profesional probablemente así fue, su mujer Basilisa,
le seguirá unos meses más tarde.
En su honor y como reconocimiento a su entrega, trabajo y aportación a la ciencia
veterinaria, se crea un premio que llevará su nombre y que solo fue otorgado en una
ocasión. El galardonado fue Laureano Saiz Moreno, en 1951, por un trabajo titulado:
“Abastecimiento de leche en los núcleos urbanos”.

12
La veterinaria Toledana, abril de 1936, núm. 377, p. 10.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

PRIMERAS MUJERES VETERINARIAS EN BIZKAIA

FIRST WOMEN VETERINARIAN IN BIZKAIA

LEHENDABIZIKO EMAKUME ALBAITARIAK BIZKAIAN

Dehesa Santisteban, Francisco L. (1)

(1) Doctor en Veterinaria. Vicepresidente veterinario de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. Académico de número
de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Plaza de la Casilla nº 2, 3º D. 48002. BILBAO. Tel. 34 648747181. E-mail: [email protected]

RESUMEN
La vizcaína Luz Zalduegui Gabilondo fue la tercera mujer veterinaria de España, pero
fue la primera mujer titulada en la Escuela de Veterinaria de Madrid. Trabajó durante la Guerra
Civil en el País Vasco, pero desarrolló casi toda su carrera profesional como funcionaria del
Cuerpo Nacional Veterinario.
Igualmente tuvo un paso fugaz por Bizkaia la también funcionaria del Cuerpo Nacional
Veterinario Isidora Dulce María Barrios Martín. La tercera mujer veterinaria en Bizkaia
apareció en el año 1978. Se trataba de Angélica Orue, nacida en Llodio (Álava) y que había
desarrollado parte de su carrera profesional en Las Palmas de Gran Canaria como veterinaria
titular. Posteriormente, a finales de los años setenta y principios de los años ochenta del siglo
XX se estableció en Bizkaia un creciente número de veterinarias.
Palabras clave: Mujer, veterinaria, Vizcaya.
SUMMARY
Luz Zalduegui Gabilondo was born in Biscay and was the third female veterinarian in
Spain, but she was the first woman to be certified at the Veterinary School of Madrid. Although
she worked occasionally in the Basque Country, her entire professional career was developed
as an official of the National Veterinary Service.
Also, the official of the National Veterinary Service Isidora Dulce María Barrios Martín
had a brief pass through Bizkaia. The third woman veterinarian in Bizkaia appeared in the year
1978. She was Angelica Orue Zubiaur, who had born in Llodio (Alava) and who had developed
part of her professional career in Las Palmas de Gran Canaria. At the end of the seventies and
the beginning of the eighties of the 20th century, a growing number of women veterinarians
was established in Bizkaia.
Key words: Woman, veterinarian, Bizkay.
LABURPENA
Bizkaikoa zen Luz Zalduegui Gabilondo Espainiako hirugarren emakume albaitaria
izan zen, baina lehendabizikoa Madrilgo Albaitaritza Eskolan. Euskal Herrian egin zuen lana
denbora labur batean baina ia bere lan ibilbide osoa Madrilen egin zuen, Cuerpo Nacional
Veterinario delakoaren Zerbitzuan. Zerbitzu berean egin zuen lana Isidora Dulce Maria Baños
Martin, nork denbora labur batean Bizkaiko Abeltzaintza Zerbitzuan lan egin zuen.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bizkaian lan egin zuen hirugarren emakume albaitaria Angelica Orue Zubiaur izan zen,
Laudion jaioa. Canariaseko Las Palmasen lana egin zuen albaitari titularra moduan 1978an
Bizkaiera etorri baino lehen. Gero emakume albaitari asko lan egiten hasi ziren Bizkaian.
Hitz gakoak: Emakumea, albaitaria, Bizkaia.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕⁕
Introducción
El protagonismo de las mujeres veterinarias en la provincia de Bizkaia se puede
considerar bastante tardío, pues hasta la década de los años ochenta del siglo XX su presencia
en este territorio fue muy escasa. Sin embargo, Bizkaia contó por breve tiempo con algunas de
las primeras mujeres veterinarias españolas.
Luz Zalduegui Gabilondo, primera veterinaria de la Escuela de Veterinaria
de Madrid y primera veterinaria vasca
Luz Zalduegui Gabilondo nació el 1 de junio de 1914, en el municipio vizcaíno de
Mallavia, Su padre era secretario del municipio de Zaldibar, y vivían en un caserío de aquella
localidad, lo que facilitó que Luz estuviera familiarizada con la vida rural y los animales
domésticos.
Según sus palabras, al finalizar el Bachillerato en Madrid, dudó si estudiar Veterinaria
o Farmacia, pero finalmente se decidió por Veterinaria. Inició sus estudios como alumna libre
en la Escuela de Veterinaria de Madrid, finalizando la carrera en 1935. Aquel mismo año inició
su preparación para realizar los cursillos de acceso al Cuerpo de Inspectores Municipales
Veterinarios, cuerpo del que fue excedente tras su ingreso, y se inscribió para acceder al Cuerpo
de Veterinarios de Cabilas en Marruecos, pero finalmente decidió no presentarse ante las
presiones del jefe de los Servicios. En una entrevista describió así aquel “incidente”: “Presenté
la documentación, preparé el programa y no hice las oposiciones porque el día que se sacaba
las bolitas para el orden de actuación, el Jefe de los Servicios me llamó y me dijo «Srta., quiero
hablar con Vd. Como en la convocatoria no hemos hecho prohibición, no hemos hecho
selección de sexos, ni nada, Vd. tiene todo el derecho a hacer las oposiciones; ahora, yo me
creo en el deber de advertirle a Vd. en lo que va a consistir, el ejercicio de la profesión allí,
caso de que Vd. apruebe». Me puso aquello tan negro que decidí no presentarme, pero en la
convocatoria siguiente pidieron como condición imprescindible ser varón”. Estas oposiciones
se convocaron en 1935, pero se celebraron pasada la Guerra Civil.
El estallido de la Guerra Civil sorprendió a Luz y a su familia en su casa de Zaldibar,
pasando el verano. Cuando se constituyó el Gobierno de Euzkadi, un responsable veterinario
de aquel gobierno, Martiniano de Alkorta, le encargó el control sanitario de los comedores
sociales establecidos en Bilbao y sus alrededores. Allí tuvo ocasión de trabajar con el apoyo de
los veterinarios municipales bilbaínos destinados en el Mercado Municipal de la Ribera,
aprovechando el laboratorio del Mercado para el análisis de los alimentos. Aquel laboratorio
estaba entonces a cargo del veterinario municipal José María de Irujo. Tras cesar la actividad
bélica en Euskadi, fue veterinaria municipal de Bermeo y Eibar, Así se convirtió en la primera
mujer veterinaria municipal, tanto en Bizkaia, como en Gipuzkoa. Sin embargo, no llegó a

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

figurar como colegiada en el Colegio de Veterinarios de Bizkaia, o, al menos, no existe


constancia en el libro de actas del Colegio ni en otros documentos que hemos revisado.

Doña Luz Zalduegui Gabilondo

Al finalizar la contienda volvió a Madrid y desde allí se trasladó a Marruecos


acompañando a su marido Leandro Carbonero Bravo, con quien había contraído matrimonio
en el año 1940. Ingresó en el Cuerpo Nacional Veterinario en 1945.
Luz Zalduegui asumió distintas responsabilidades en el Ministerio de Agricultura como
veterinaria del Cuerpo Nacional Veterinario y fue objeto de numerosos reconocimientos, tanto
en Madrid como en el País Vasco. Falleció el 15 de julio de 2003.
Isidora Dulce María Barrios Martín, una estancia fugaz en Bizkaia
Esta veterinaria ingresó en el Cuerpo Nacional Veterinario junto con Luz Zalduegui,
siendo pues, una de las primeras mujeres veterinarias en pertenecer a este cuerpo selecto de la
Veterinaria española. Inició sus estudios de Veterinaria en el curso 1934-1935, pero, por los
avatares de la Guerra, no los finalizó hasta el año 1942. Había nacido en Mir (Ciego de la
Rioja), población de Cuba, en abril de 1919.
Tras aprobar las oposiciones al Cuerpo Nacional Veterinario trabajó en el Patronato de
Biología Animal y en los Servicios Generales del Ministerio de Agricultura. A finales de 1950
fue trasladada a Bilbao. Según el trabajo de Ana Rodríguez Castaño,1 su traslado a Bilbao se
produjo en octubre de 1950 y cesó en abril de 1953 al ser trasladada a la aduana de Fuentes de
Oñoro, en Salamanca. Solicitó su ingreso en el Colegio de Veterinarios de Bizkaia, habiendo
sido aceptada su solicitud por la Junta de Gobierno en reunión celebrada el 28 de diciembre de
1950. Sin embargo, el 30 de abril de 1951 presentó un escrito informando que “por motivos de
índole particular” había decidido “no formalizar su solicitud de ingreso en este Provincial que
presentó con fecha 15 de diciembre de 1950”.2 Dada la rigidez burocrática del jefe del Servicio
Provincial de Ganadería de Bizkaia, don Blas Martínez Inda, hubo de haber razones personales
de peso para que eximiera a Dulce de su obligación de colegiarse en la provincia de Bizkaia.

1
RODRIGUEZ CASTAÑO, ANA. La veterinaria en femenino: pioneras en España y evolución profesional en
la Comunidad de Madrid. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2016.
2
COLEGIO OFICIAL DE VETERINARIOS DE BIZKAIA. Libro de Actas. Acta de la reunión de la Junta de
Gobierno de fecha 7 de agosto de 1951.

Pag. 322
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Dulce María Barrios falleció, residiendo ya en Fuentes de Oñoro, el 17 de abril de 1953,


pocos días después de haber nacido su hijo Rafael Pina Barrios.
Angélica Orue Zubiaur, figura femenina en una saga de veterinarios y
albéitares
Angélica Orue Zubiaur es una de las primeras mujeres veterinarias vascas. Nieta,
biznieta y sobrina de veterinarios, su familia, tanto por rama materna como paterna, hunde sus
antecedentes profesionales en el noble arte liberal de la Albeitería. Por eso herradores,
albéitares y veterinarios jalonan su árbol genealógico.
Nació en Llodio, hija de Luis Orue, herrador y de Dulce María Zubiaur, quien era hija
del veterinario alavés Tomás Zubiaur Cosmen. Tras finalizar el Bachiller en Vitoria-Gasteiz,
cursó la carrera en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza (Promoción 1946-1951).
Finalizados sus estudios, realizó prácticas en el Laboratorio del Servicio de Zootecnia
del Patronato de Biología Animal, en Madrid. Más tarde, entre 1955 y 1963, se dedicó a la
enseñanza como profesora de Ciencias de la Naturaleza en el Instituto Canciller Ayala de
Llodio, simultaneando esta actividad con su trabajo como veterinaria en una granja de Arakaldo
(Bizkaia).

Doña Angélica Orue Zubiaur

En 1963 se trasladó al municipio de Moya en la provincia de Las Palmas de Gran


Canaria, y más tarde a Las Palmas, de 1964 a 1977. Allí ejerció todas las funciones asignadas
a las jefaturas provinciales de inspección veterinaria, en relación con la seguridad alimentaria
y la salud pública en general.
En diciembre de 1977 se trasladó a la Jefatura de Sanidad de Bizkaia al haber aprobado
las oposiciones restringidas de veterinarios titulares. Recién llegada a Bilbao, en 1978, asistió
a la bilbaína plaza de toros de Vista Alegre como veterinaria nombrada para el reconocimiento
de caballos, siendo la primera mujer veterinaria con funciones oficiales en aquella plaza.
El 19 de septiembre de 1986 ocupó la Jefatura de la Sección de Sanidad Exterior,
adscrita a la Unidad Administrativa del Departamento de Sanidad de la Administración Central
en Bizkaia, puesto en el que se jubiló en 1991. Angélica Orue es también la primera mujer
veterinaria colegiada en el Colegio de Veterinarios de Bizkaia.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La eclosión de los primeros años ochenta como preámbulo de la situación


actual de mayoría femenina en la profesión veterinaria
La llegada de Angélica Orue a Bizkaia fue la antesala de la aparición de nuevas
profesionales veterinarias de forma creciente. Citaremos algunas de ellas:
Pilar Manrique López, natural de Madrid, fue probablemente la primera mujer
veterinaria que trabajó en clínica de ganado vacuno en Bizkaia al hacerse cargo del puesto de
veterinaria titular interina del municipio vizcaíno de Fruniz en 1979. Ocupó más tarde la plaza
de veterinaria titular de Gernika. Posteriormente se integró, como veterinaria de Salud Pública,
en la plantilla del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco donde ha desarrollado el resto
de su vida profesional, asumiendo distintos puestos y responsabilidades.
Aunque llegó a Bizkaia años más tarde, la gerundense Dolores Coll Jordá presenta una
trayectoria similar a la de Pilar Manrique. En 1982 fue nombrada veterinaria titular interina del
municipio vizcaíno de Zalla, donde desarrolló todas las funciones de carácter público y privado
asignadas a los veterinarios titulares. Más tarde se integró en la plantilla del Departamento de
Sanidad del Gobierno Vasco como veterinaria de Salud Pública, habiendo desarrollado
distintas responsabilidades de gestión sanitaria.
Teresa Escondrillas Wencel nació en la ciudad colombiana de Pamplona, hija de padre
bilbaíno y madre polaca. Estudió Veterinaria en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza,
finalizando sus estudios en 1980. En 1982 fue contratada por el Ayuntamiento de Bilbao,
convirtiéndose así en la primera veterinaria municipal de Bilbao. Toda su vida profesional se
desarrolló a partir de aquel momento en el ayuntamiento bilbaíno.
Pilar Muñoz Ramos obtuvo la licenciatura en Veterinaria en la Facultad de Veterinaria
de León en 1976. Perteneciente al denominado FAS, se incorporó al Laboratorio de la
Delegación del Ministerio de Sanidad en Bizkaia en el año 1982. Tras la constitución del
Gobierno Vasco, Pilar Muñoz ingresó en dicha entidad al ser transferidos parcialmente los
servicios de Salud Pública a la Comunidad Autónoma Vasca.
Carmen Diego García es natural de Los Corrales de Buelna (Cantabria) y finalizó sus
estudios de Veterinaria en la Facultad de Madrid, en 1980. A principios de 1982 comenzó a
trabajar en el sector de los pequeños animales, con el veterinario de origen alemán Walter
Ulrich, en una clínica que éste abrió en la Calle Diputación de Bilbao. Carmen fue la primera
veterinaria en trabajar en una clínica de pequeños animales en Bilbao. Al trasladarse a Canarias
Werner Ulrich, Carmen adquirió su clínica, convirtiéndose en la primera veterinaria en Bizkaia
titular de una clínica de pequeños animales. Posteriormente, junto con su marido Juan José
Martínez Galdames y otros compañeros, se embarcó en el proyecto del actual Hospital
Veterinario Indautxu, en la calle Alameda San Mames de la capital bilbaína, donde continúa
en la actualidad.
⁕⁕⁕⁕⁕⁕⁕

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

 TÍTULO: El valor del contexto en el Patrimonio Veterinario: La donación de


Eulalio Domínguez, Veterinario asesinado en acto de servicio (1929).

 AUTORES: Marina Reche Zamarra4,5, Laura Lomas Lirio2,4, Delia Aguado


Dominguez3, Joaquín Sánchez de Lollano Prieto1,4.

1
Asociación Española de Historia de la Veterinaria.
2
Estudiante de último curso del Grado de Historia. Universidad Complutense de
Madrid.
3
Departamento de Medicina y Cirugía Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad
Complutense de Madrid.
4
Historia de la Veterinaria, Departamento de Farmacología y Toxicología. Facultad de
Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid.
5
Graduada en Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid.

 INSTITUCIÓN: Universidad Complutense de Madrid.

 AUTOR DE CORRESPONDENCIA: Joaquín Sánchez de Lollano Prieto


Correo-e: [email protected]
Teléfono: 606413374

 AUTOR QUE PROCEDERÁ A LA LECTURA: Delia Aguado Domínguez y


Marina Reche Zamarra

 RESUMEN (300 palabras):

Con fecha de 8 de mayo de 2019 se procedió por una de las coautoras a la donación de
un conjunto patrimonial del veterinario toledano Eulalio Domínguez Fraile, un
antepasado suyo. Entre la donación, que contiene instrumental clínico y de análisis de
alimentos propio de la época, figura un lactodensímetro identificado por el propio
Eulalio Domínguez de su puño y letra como "pesaleches". El cumplimiento de su
obligación como veterinario inspector sanitario en el análisis del fraude de la leche tuvo
como consecuencia trágica su homicidio en 1929 ante el alcalde de la localidad (La
Torre de Esteban Hambrán). Los fondos del museo veterinario disponen de piezas
similares o idénticas pero la singular y significada trayectoria vital que hay detrás de
una pieza de estas características le otorga un valor único. En la comunicación se
expone el valor que añade al patrimonio el conocimiento del contexto de las piezas. Y
coincidiendo en Toledo con los 90 años de su muerte se presenta asimismo en
agradecimiento a la familia y como recuerdo una recopilación de la documentación
sobre la biografía y trágico final de este veterinario asesinado en acto de servicio.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

 ABSTRACT

On May 8, 2019, one of the co-authors proceeded to donate a set of assets of the Toledo
veterinarian Eulalio Domínguez Fraile, an ancestor of his. Among the donation, which
contains clinical and food analysis instruments typical of the time, is a lactodensiometer
identified by Eulalio Domínguez himself in his own handwriting as "pesaleches". The
fulfillment of his obligation as veterinary health inspector in the analysis of milk fraud
had as a tragic consequence his homicide in 1929 before the mayor of the town (The
Tower of Esteban Hambrán). The collection of the veterinary museum has similar or
identical pieces but the singular and significant vital trajectory behind a piece of these
characteristics gives it a unique value. The communication shows the value added to the
heritage by the knowledge of the context of the pieces. And coinciding with the 90th
anniversary of his death in Toledo, a compilation of the documentation on the
biography and tragic ending of this veterinarian who was assassinated in the act of
service is also presented in gratitude to the family and as a souvenir.

 PALABRAS CLAVE / KEYWORDS

Valor Patrimonial, Museo Veterinario Complutense, Eulalio Domínguez

Equity value, Complutense Veterinary Museum, Eulalio Domínguez

La Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, con


motivo de su 225 aniversario, desarrolló durante el año 2018-2019, una serie de actos
con fines conmemorativos. Entre otras iniciativas, se emprendió la recopilación de orlas
del centro para constituir una galería en la Facultad. Una de
las autoras de la presente comunicación procedió a la
donación, en nombre de su familia de una orla de la
Escuela Especial de Veterinaria de Madrid de los años
1895-1896.

En ella, figura el retrato de su tatarabuelo Eulalio


Domínguez Fraile (en la imagen de la derecha), nacido el
12 de febrero de 1877 en el pueblo toledano La Torre de
Esteban Hambrán y en el que ejerció como Veterinario
Inspector Municipal.

Además, la familia procedió a la donación de un


conjunto patrimonial que perteneció a su antepasado. Entre el patrimonio donado consta
un pequeño estuche con material quirúrgico de principios del siglo XX, un auto
cauterio, un alcoholímetro, un termómetro y una pieza descrita con un rótulo manuscrito

Pag. 326
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

en el que consta "pesa leche". Este instrumento y su contexto son el objeto de la


presente comunicación.

Orla donada por la familia Domínguez a la Facultad de Veterinaria de la Universidad


Complutense de Madrid del curso 1895-96 de la Escuela Especial de Veterinaria de
Madrid. En ella, se puede ver a Eulalio en la zona inferior derecha.

El 11 de mayo de 1929 ocurrió el trágico asesinato de Eulalio Domínguez a


manos de Juan Díaz Martín, quien le asestó 5 disparos acabando con su vida. Los
hechos se produjeron en la citada localidad, cuando el sanitario en sus labores de
inspección, encontró que la leche que expendía Juan Díaz Martín estaba adulterada con
una cantidad exagerada de agua. Tras algún aviso en vano, Eulalio decidió denunciar al
ganadero en el Ayuntamiento. Allí mismo este se presentó y cuando el alcalde le
comunicó que debía pagar una multa de diez pesetas 1, y según refieren las fuentes, sacó
una pistola y disparó tres tiros en la cabeza del veterinario y dos más cuando Eulalio ya
estaba desvanecido en el suelo 2. La prensa de la época que recogió la noticia coincide
en que fueron cinco tiros y La Veterinaria Toledana 3 en el número que sacó en junio de
1929 concreta que de entre esos cinco tiros, fue alcanzado por cuatro, muriendo en el
acto.

1
Es curioso cómo con una multa tan baja se puede reaccionar de una forma tan violenta. La Veterinaria
Toledana, año XXVI, mayo 1929, núm. 294, p. 264.
2
“Veterinario, santo y mártir”, La Semana Veterinaria. Boletín profesional de la <<Revista de Higiene y
Sanidad Pecuarias>>, Año XII, núm. 647, 19 mayo 1929, p. 355.
3
La Veterinaria Toledana, año XXVI, junio 1929, núm. 295.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La noticia desató una enorme respuesta de cariño y compañerismo por parte de


la profesión, que inició protestas reclamando justicia y amparo para los familiares de la
víctima. El presidente del Colegio Veterinario de Toledo, el Sr. Medina, hizo una
petición al Ministro de la Gobernación, presentando una instancia en la que solicitaban
una pensión vitalicia para la viuda, así como el mismo procedimiento para posibles
futuros casos de muertes de veterinarios durante el desempeño de su trabajo. La
contestación por parte de la Dirección General de Sanidad fue conceder la pensión a la
viuda y asegurar la labor del personal veterinario y sus familias. Por otra parte, el
Colegio Veterinario de Toledo abrió una suscripción en la que invitaba a participar a los
Colegios Provinciales de Inspectores Veterinarios para socorrer a la viuda y a los cuatro
hijos que dejó 4.

La noticia tuvo eco en periódicos nacionales y locales y produjo conmoción


asimilar cómo un hombre a causa de una leve multa fue capaz de cometer tal crimen.
No obstante, Juan Díaz Martín ya tenía una trayectoria conflictiva, puesto que en 1927
impidió que Eulalio Domínguez examinara unos porcinos sacrificados y de los que ya
se estaban haciendo embutidos sin esperar a la pertinente inspección. Díaz Martín echó
de su domicilio al veterinario de modo agresivo, rompiendo incluso los instrumentos
que este usaba para la recogida de muestras. En esa ocasión también fue denunciado.

Catorce meses después del asesinato de Eulalio Domínguez, el caso fue visto en
la Audiencia Provincial, donde fue juzgado por un delito de homicidio y atentado con
agravante de reiteración, condenándole a dieciocho años de prisión 5.

Es significativo que el lactodensímetro, donado al Museo Veterinario


Complutense el 8 de mayo de 2019, esconda una historia tan trágica detrás.
Precisamente el contexto de esta pieza es lo que ha hecho que destaque diferenciándose
del resto de instrumentos de su serie. El Museo Veterinario tiene diversos
lactodensímetros, pero indudablemente el de Eulalio Domínguez adquiere un valor
único a pesar de ser uno entre varios. A la hora de difundir el patrimonio, el
conocimiento de esta historia añade un factor emotivo al discurso del guía del museo y
el contenido influye de una manera muy significativa en el público que asiste a la visita.

Cuando la pieza llegó al museo se siguió el procedimiento habitual: siglado,


documentación y exposición o almacenaje –depende del caso–. Este “pesa leches” a la
hora de exponerlo se debe musealizar de manera que sea visible para el espectador, así,
cuando el guía de la visita se detenga ante el objeto y cuente a quién perteneció, se
puede acceder a ver la letra y la historia de Eulalio Domínguez en dicho instrumento,

4
A finales de 1929 ya se habían entregado a la viuda la cantidad de 11.849,40 pesetas […] cuatro meses
después, la cifra había superado las trece mil pesetas. Véase en: Sánchez Lubián, Enrique, Libro del
Centenario1904-200: Un siglo de vida colegial…, Cien años al servicio de Toledo. Ilustre Colegio
Oficial de Veterinarios de Toledo, Toledo, 2004, p. 43.
5
https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/centenario-quijote/abci-veterinario-asesinado-tras-
denunciar-lechero-201905151817_noticia.html [Consultado 09/09/2019]

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

despertando mayor interés que si únicamente se explicase la función de un


lactodensímetro de la época.

Pieza MV- 3000. Lactodensímetro con inscripción a mano por Eulalio Domínguez. A
continuación, dos detalles de la pieza, también manuscritas por Eulalio, donde puede leerse pesa
leches, además de los números para su correcto uso.

Esto es un claro ejemplo de lo importante que es conocer el valor que poseen los
bienes que forman parte del patrimonio cultural. Estos valores (históricos,
sentimentales, artísticos…) dotan de prestigio e identidad a la cultura material. A veces,
un bien puede tener en origen un concepto distinto al que adquiere con el tiempo por las
circunstancias que sean. El caso del lactodensímetro de Eulalio Domínguez cuenta
cómo antes sólo era un instrumento que le ayudaba a realizar su trabajo, y ahora, ese
mismo objeto ha adquirido una dimensión que se sale de la practicidad y ha ganado
valor sentimental, al ser un instrumento que indirectamente le causó la muerte. Para
apreciar una pieza que a simple vista es común y de la que hay más ejemplares en el
museo, interviene en gran medida el significado que conlleva, sobre todo para la familia
del dueño.

Dejando al margen el conjunto de lactodensímetros, el Museo Veterinario


Complutense cuenta con colecciones que son el gran atractivo del público y resulta
difícil destacar sobre ellas, como es el caso de los embriones o los modelos en cera. Para
llegar a ese nivel es fundamental saber crear un discurso que despierte el interés del
visitante. La historia de Eulalio Domínguez puede ser un buen modo de conectar con el
público y despertar algún tipo de emoción en él.

Además, este tipo de piezas ayudan a conectar una generación de veterinarios y


familiares con otra. Aunque hayan pasado varias décadas, la familia de Eulalio

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Domínguez conoce su historia y guardaron con cariño su “pesa leches”, añadiendo no


sólo el valor patrimonial ya indicado, sino también el valor simbólico y sentimental.

Debemos recalcar que lo relevante es el valor que le damos a estos bienes. Y hay
que evitar caer en comparaciones ya que “cualquiera que sea la naturaleza del bien
cultural, (…) el acto que fundamenta la construcción conceptual y la definición
pragmática del patrimonio cultural consiste en la atribución de valores a esos vestigios,
objetos (…) que provienen del pasado” 6.

Agradecemos a la Familia Domínguez Domínguez su generosidad por la


donación entregada. Dedicamos esta comunicación como reconocimiento y recuerdo del
Veterinario toledano asesinado en acto de servicio.

BIBLIOGRAFIA

Sanchez Lubián, Enrique, Libro del Centenario1904-200: Un siglo de vida colegial…,


Cien años al servicio de Toledo. Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo,
Toledo, 2004.

Hemeroteca del periódico ABC. Acceso: https://www.abc.es/espana/castilla-la-


mancha/toledo/centenario-quijote/abci-veterinario-asesinado-tras-denunciar-lechero-
201905151817_noticia.html

La Veterinaria Toledana, año XXVI, mayo 1929, núm. 294.

La Veterinaria Toledana, año XXVI, junio 1929, núm. 295.

“Veterinario, santo y mártir”, La Semana Veterinaria. Boletín profesional de la Revista


de Higiene y Sanidad Pecuarias, Año X, núm. 523, enero 1927.

“Veterinario, santo y mártir”, La Semana Veterinaria. Boletín profesional de la Revista


de Higiene y Sanidad Pecuarias, Año XII, núm. 647, 19 mayo 1929.

6
GONZÁLEZ-VARAS, I. Patrimonio cultural. Conceptos, debates y problemas, Cátedra, Madrid, 2015,
p. 102.

Pag. 330
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ESCUELA DEL PROFESOR JUSTINO BURGOS

Juan A. Ordóñez Pereda


Catedrático de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Complutense (jubilado). Tfno: 639329162.
Panamá, 26. 1ºB. Majadahonda. 28220 Madrid. e.mail: [email protected]
Jesús Ventanas Barroso.
Catedrático de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Extremadura (jubilado)
Mª Josefa González Prieto.
Profesora Titular de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de León (jubilada)
Pascual López Buesa.
Profesor Titular de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Zaragoza (activo)

RESUMEN
Las enseñanzas de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en las Facultades de Veterinaria han
sufrido un exponencial impulso en los últimos 60 años merced a la iniciativa del Prof. Pascual
López Lorenzo quien se rodeó de un selecto grupo de licenciados (Bernabé Sanz, Justino Burgos,
Andrés Marcos, Asunción Esteban y Benito Moreno), los que a partir de 1963 fueron formando
profesores universitarios. El Prof. Burgos, tras licenciarse en Veterinaria en la Facultad de Zaragoza
(1955) se integró en el grupo del Prof. López Lorenzo pero pronto se desplazó al Reino Unido para
completar su formación [18 meses en el National Institute for Research in Dairy, Reading (1958-
59), 24 meses en Liverpool University (1961-63) y 18 meses en Leicester University (1963-64)].
Con el bagaje científico que adquirió en estos cinco años ganó (1963), con solo 30 años, la cátedra
de Industrias de la Carne, Leche y Pescado (denominada más tarde Tecnología y Bioquímica de los
Alimentos) de la Facultad de León a la que se incorporó en 1964. En una década logró una primera
oleada de discípulos (F.J. Sala, R. Martín, A. López, V.A. Diez, J.A. Ordóñez, J.M.
Zumalacárregui, A. Bernardo) a la que le siguió una segunda generación en las Facultades de León
(J. Ventanas, M.J. González, F.J. Carballo) y Zaragoza (P. López, A. Vercet, A.C. Sánchez) donde
se trasladó en 1989. Todos son, o han sido, Catedráticos o Profesores Titulares que, diseminados
por las Universidades de León, Madrid, Zaragoza, y Cáceres, han ido formando nuevos doctores
bajo los mismos principios científicos que el maestro Justino Burgos inculcó a estos discípulos
directos. Es así como ha surgido una escuela que actualmente cuenta con un centenar de profesores
de Universidad. Este es, en definitiva, el legado que el profesor Burgos ha dejado a la Universidad
Española. Valga esta comunicación como homenaje.
Palabras clave: Justino Burgos, escuela, profesores

SUMMARY
The training in Food Science and Technology in the Veterinary Faculties has seen an exponential
growth over the past 60 years through the Prof. Pascual López Lorenzo initiative who surrounded
himself with a select group of graduates (Bernabé Sanz, Justino Burgos, Andrés Marcos, Asunción
Esteban and Benito Moreno), which from 1963 were trained new university professors. Prof.
Burgos, after graduating in Veterinary Medicine at the Zaragoza Faculty (1955), he joined the group
of Prof. López Lorenzo but he soon moved to the United Kingdom to complete his training [18
months at the National Institute for Research in Dairy, Reading (1958-59), 24 months at Liverpool
University (1961-63) and 18 months at Leicester University (1963-64)]. With the scientific
background he acquired during the five former years, he was able to get a job as university
professor in 1963 when he was 30 years old. Then, he joined the chair of the Meat, Dairy and Fish
Industries (later called Technology and Food Biochemistry) at León Faculty (1964). In a decade he
achieved a first wave of doctors (F.J. Sala, R. Martín, A. López, V.A.Diez, J.A.Ordóñez,
J.M.Zumalacárregui, A. Bernardo) followed by a second generation at both the León Faculty (J.
Ventanas, M.J. González, F.J. Carballo) and at the Zaragoza Faculty (P. López, A. Vercet, A.C.
Sánchez) where he moved at 1989. All these people are, or have been, Professors or Assistant
Professors who disseminated by the Universities of León, Madrid, Zaragoza, and Caceres, trained
other graduates under the same scientific principles than those were inculcated to these direct

Pag. 331
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

followers by the master Justino Burgos. That is how an university school has emerged, which
currently comprises about one hundred professors. This is, in short, the legacy left by Prof. Burgos
to the Spanish University. Serve the present work as a tribute.
Keywords: Justino Burgos, school, professors

ESCUELA DEL PROFESOR JUSTINO BURGOS


El profesor Justino Burgos González nació en Lamasón (Cantabria) el 1 de enero de 1933
aunque fue un hecho circunstancial dado que su padre, maestro, estaba allí destinado. En la
postguerra, con los cambios de residencia de su padre, vivió temporalmente en varias provincias
pero, entre ellas, el mayor tiempo fue en Tarragona desde donde se trasladó a Zaragoza para cursar
Veterinaria, licenciándose en 1955 con Premio Extraordinario. Enseguida se integró en el grupo del
catedrático Pascual López Lorenzo con quien mantuvo una estrecha amistad hasta la muerte de éste
en 2013. El profesor López Lorenzo fue el germen de una gran estirpe de profesores (Fernández-
Salguero, 2018)11 al rodearse de un selecto grupo de licenciados (Bernabé Sanz, Francisco Puchal,
Justino Burgos, Andrés Marcos, Asunción Esteban y Benito Moreno) los que, a partir de 1963,
fueron formando otros profesores universitarios que han inundado las facultades de Veterinaria y
otros centros. La estancia del profesor Burgos en el Departamento del profesor López Lorenzo duró
poco porque, como el mismo dijo en el discurso de investidura Honoris Causa por la Universidad
de Extremadura (véase más adelante),“asesorado por mi maestro, el profesor López Lorenzo, me
desplacé al Reino Unido para integrarme en un equipo de prestigio que desarrollaba
investigaciones en aquel entonces punteras”. En 1955, el British Council le concede una beca para
una estancia de18 meses en el National Institute for Research in Dairy (Reading, GB). Las
investigaciones en ese centro las continuó en la Universidad de Zaragoza y le permitieron realizar
su tesis doctoral, defendiéndola en 1960; fue calificada con sobresaliente cum laude y se le otorgó
el Premio Extraordinario. Sus inquietudes por la ciencia, le inclinaron a solicitar recién doctorado
una beca a la Fundación Juan March para el Reino Unido; tuvo éxito en su empeño y la disfrutó en
la Universidad de Liverpool durante 2 años (1961-63) y al finalizar el período consiguió un contrato
de Assistant Professor en la Universidad de Leicester (GB) donde trabajó durante 18 meses en el
período 1963-64. En 1964 regresa a España y, con solo 30 años, gana en oposición libre la cátedra
de Industrias de la Leche, Carne y Pescado (acorde con las tendencias científicas cambió su
denominación a Tecnología y Bioquímica de los Alimentos por Orden de 19/11/1971). Sus
investigaciones en el Reino Unido fueron de gran relevancia a juzgar por las revistas en que se
publicaron los resultados (Biochemical Journal, Nature, Archives of Biochemistry and Biophysics,
entre otras), lo que le supuso un aval para su ingreso en la Biochemical Society del Reino Unido.
Su carrera docente se inicia en la Universidad de Zaragoza, primero como profesor Ayudante y
luego profesor Adjunto. En l964 toma posesión de la cátedra de la Facultad de Veterinaria de León,
(en aquellos años perteneciente a la Universidad de Oviedo) donde permaneció hasta 1989, fecha en
que, por concurso de méritos, obtiene la cátedra homónima de la Facultad de Veterinaria de
Zaragoza donde permanece hasta su jubilación por enfermedad (ictus cerebrovascular) en los
últimos años del siglo anterior.
El lustro que permaneció en el Reino Unido asimiló la forma de “hacer ciencia” y la importancia
de adquirir una sólida formación científica para quien pretenda ser profesor universitario, lo que
transmitió a sus discípulos, persuadiéndoles reiteradamente de la necesidad de realizar una estancia
postdoctoral en el extranjero para ampliar conocimientos, conocer in situ la estructura y
organización de los grupos de investigación, amén de la necesidad de relacionarse con científicos
extranjeros. Con esta doctrina, se rodeó de unos pocos recién licenciados en la Facultad de
Veterinaria de León y acometió investigaciones en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, tanto en
los aspectos básicos (microbiología y bioquímica sobre todo) que sustentan la Tecnología de los
Alimentos como en temas propios de esta disciplina, ajustándose en cierto modo a la máxima que

1
Fernández-Salguero. J. 2017. Homenaje de la Facultad de Veterinaria de Madrid al prof. Pascual López Lorenzo el
21 de febrero de 2014. XXIV Congreso Nacional y XV Congreso Iberoamericano. Almería. Págs. 277-283.

Pag. 332
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Pasteur acuñara en 1870:“Souvenez-vous qu’il n’existe pas de sciences appliquées, mais seulement
des applications de la science”. Justino Burgos fue un científico de reconocido prestigio en la
comunidad científica, tanto de las universidades como de otros OPIs (CSIC, INIA, IRTA, etc.) y
centros tecnológicos (AINIA, AZTI, CTIC o CITA).
Algo que normalmente no aparece en los modelos de curricula que los organismos
(universidades, CSIC, CICyT, etc.) han ideado con diversos fines (oposiciones, solicitud de
proyectos, subvenciones de infraestructuras, etc.) es el número de discípulos de un determinado
profesor/científico. Los autores de esta ponencia opinan que es un buen índice del nivel científico y
capacidad formadora de un investigador y, a tal efecto, han preparado lo que han venido a
denominar “Árbol académico del profesor Burgos” (Figura 1). Cuando, procedente del Reino
Unido, se incorporó a la catedra de la Facultad de León, contaba con 31 años y traía en su haber
media docena de publicaciones en las prestigiosas revistas mencionadas anteriormente. No es de
extrañar que tuviera un ardiente deseo de transmitir a jóvenes licenciados la forma de hacer
verdadera ciencia. Los discípulos aprendimos de él cómo recurrir a la bibliografía para identificar
lagunas científicas existentes, como plantear hipótesis para resolverlas y cuáles eran las
investigaciones arriesgadas que merecía la pena acometer para dar respuesta a problemas
tecnológicos existentes y, de esta forma, contribuir al avance del conocimiento. Bajo estas premisas,
reunió a un puñado de jóvenes doctorandos e inició en el periodo 1965-72 líneas de investigación en
varios frentes: la cadena transportadora de electrones en Hemispora stellata (Francisco J. Sala
Trepat), regulación de la actividad de la diacetilo reductasa y glicol deshidrogenasa (Roberto Martín
Sarmiento que luego continuarían Víctor A. Díez Fernández y Ana Bernardo Alvarez,),
composición lipídica de Hemispora stellata (Antonio López Pérez), aspectos microbiológicos y
bioquímicos de la maduración del queso (Juan A. Ordóñez Pereda), sensibilización de los
ultrasonidos frente a la termorresistencia de bacterias (Francisco J. Sala Trepat y Juan A. Ordóñez),
componentes lipídicos del músculo de animales de abasto (José Mª Zumalacárregui Rodríguez),
efecto de la adrogenización neonatal en el crecimiento de ratones (Antonio López Pérez que más
tarde continuaría Jesús Ventanas Barroso). Esta fue la primera hornada de doctores, todos ellos
fueron catedráticos de universidad, salvo V. A. Díez, que murió prematuramente siendo Profesor
Titular. En una segunda generación, cabe citar a Jesús Ventanas Barroso, Mª Josefa González Prieto
y Francisco J. Carballo García.
Cuando se incorporó a la Facultad de Veterinaria de Zaragoza tenía 56 años y ya no tenía que
demostrar nada, solo sirvió para confirmar lo que ya se sabía, que era un universitario y un
científico de los que ya no abundan. Su incorporación a este centro no fue motivo para que
abandonara la investigación, todo lo contrario, ya que en vez de continuar con las investigaciones
en las que se movía con soltura, inició nuevas líneas en temáticas que antes no había cultivado,
específicamente, estudios funcionales y reológicos de proteínas vegetales (Ana Cristina Sánchez
Gimeno), efectos de tecnologías no térmicas, (principalmente termoultrasónicas) en enzimas,
microorganismos y vitaminas (Francisco J. Sala Trepat, Pascual López Buesa y Antonio Vercet
Tormo) y estudios sobre el efecto de ciertos genes en la conformación de la canal y composición de
la carne de cerdo (Pascual López Buesa). Asimismo, se responsabilizó de la enseñanza de
Tecnología de Vegetales, actividad que fue el germen del grupo investigación de tecnología
postcosecha de la Universidad de Zaragoza que él mismo auspició.
Todos los doctores mencionados son sus discípulos directos que han desarrollado, o desarrollan,
sus actividades profesionales en la Universidad que, a su vez, han formado nuevos profesores y hoy
día tras 2-4 generaciones ha surgido una escuela (figura 1) con un centenar de profesores (tabla 1),
lo que permite afirmar que es una de las más numerosa de la Universidad Española y a buen seguro
la que más de las Facultades de Veterinaria. Esta es, en definitiva, el legado que el profesor Burgos
ha dejado a la Universidad Española.
El profesor Burgos era un científico copernicano. Ante un resultado poco convincente de un
experimento publicado en alguna revista decía: “Si el autor lo ha publicado es porque lo ha
observado; no se puede desmerecer ese dato. Discutámoslo”, en consonancia a la formulación de la
teoría heliocentrista del sistema solar por Copérnico (1473-1543) al no ignorar, lo que Aristarco de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Samos (310-230 a. C.) presagió 1000 antes. El profesor Burgos era quizás el único catedrático de la
década de 1960 y 1970 que sus doctorandos le llamaban, sin más, Justino, lo que animaba a entablar
con él discusiones abiertas con aspectos no sólo de discusiones científicas sino también de
acontecimientos cotidianos. No obstante, su mirada fija y penetrante con los ojillos azules era un
indicio que estaba juzgando en silencio lo que se decía en la tertulia; frente a él siempre había que
estar alerta.
El Prof. Burgos irrumpió también en la gestión universitaria y de la ciencia. Fue Vicedecano
(1970-77) y Decano (1977-81) de la Facultad de Veterinaria de León, Vicerrector de Investigación
(1983) de la Universidad de León, cargo que dejó al ser nombrado Consejero de Educación y
Cultura de la Junta de Castilla y León. Coordinador del área de Tecnología de los Alimentos de la
Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) durante los tres años reglamentados (1993-
96), miembro del Consejo Rector del CSIC.
Diversos honores y galardones ha recibido a lo largo de su actividad profesional (p. ej.,
designaciones para Comités Científicos de diversos congresos o el premio de Ciencias de la
Alimentación de la Fundación CEOE). Sin embargo, la distinción más relevante fue, sin duda, la del
nombramiento Honoris Causa por la Universidad de Extremadura a propuesta de la Facultad de
Veterinaria de Cáceres (29/06/1998). La Junta de Gobierno la aprobó el 19 de enero de 1999. El
acto solemne de investidura se celebró el 9 de junio del 2000 actuando como padrino su discípulo el
catedrático Prof. Jesús Ventanas Barroso. Tras resumir su biografía, entre otras cosas, decía de él en
el “elogio y petición”: “se trata de un científico de reconocido prestigio que ha marcado una
profunda huella en todos los que hemos tenido la suerte de conocerle y que ha influido
decisivamente en la enseñanza y la investigación sobre Tecnología de los Alimentos en nuestro
país” y en relación con su actividad profesional apuntaba: “su incansable labor investigadora se ha
plasmado en más de un centenar de artículos científicos… publicados en las más prestigiosas
revistas internacionales”… “Es de destacar que en unos tiempos en los que en nuestras
Universidades están llenas de especialistas de lo “mínimo”, la personalidad y las contribuciones
del profesor Justino Burgos destacan sobre todo por su capacidad para enfrentarse con éxito a los
temas científicos más variados”. Al hilo de este galardón, el Ayuntamiento de Cáceres le gratificó
con la adjudicación del nombre de una calle en el entorno del campus universitario.
Las frases que se transcriben extraídas del discurso que el profesor Burgos pronunció al ser
nombrado “Honoris Causa”, reflejan muy bien su concepción de la ciencia y de la institución
universitaria. Decía así en relación con el profesorado: “La formación del profesorado es un
aspecto clave para el futuro de la Universidad”…. “Aunque el dominio de las técnicas pedagógicas
es importante, la mala calidad de un docente tiene su origen más frecuente en un defectuoso
dominio de la materia que enseña. Un profesor no se improvisa, sino que requiere una fase de
aprendizaje programado para poder alcanzar el dominio de una disciplina”. Y más adelante
añadía: “Se dice que nuestras Universidades están “masificadas”; ya sé que parece un argumento
fácil”... “Se ha dicho, y comparto esa opinión, que no todo es una cuestión de relación (o ratio)
alumnos/profesor. Un buen profesor es siempre bueno y un mal profesor no aumenta su calidad en
proporción inversa al número de alumnos hasta hacerse infinita cuando no tiene ninguno. No
obstante decía: “…la sobresaturación va acompañada de la sobrecarga docente del profesorado, lo
que impide con frecuencia el desarrollo de cualquier otro sistema de enseñanza que no sea la
lección magistral”… “las sucesivas administraciones con competencias educativas no han sido
capaces de proporcionar las condiciones precisas. Más bien al contrario, han encontrado más
fácil, o más rentable para sus fines políticos, lanzarse a la creación de nuevos centros y títulos, en
lugar de abordar los problemas reales de la enseñanza e idear posibles soluciones para establecer
las condiciones que permitan impartir una enseñanza de elevada calidad”.
Sus actividades durante su vida activa, no se limitaron solo al ámbito universitario sino que
también prestó servicios a la sociedad en la esfera política. Durante su etapa de decano de la
Facultad de Veterinaria propició todo tipo de actividades culturales, fue socio fundador de la revista
Ceranda, una revista de contenido socio-político que se fundó en León al final de la década de
1970. Durante esos años también participó activamente en la Junta Democrática, que planteaba

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

aspectos relevantes de lo que tenía que ser la transición a la democracia. Cuando se formaron las
primeras Cortes de Castilla y León en 1983 fue nombrado Consejero de Educación y Cultura, cargo
que desempeñó con entusiasmo durante tres años. En este corto periodo, merece destacarse diversos
proyectos, como la recuperación y puesta en valor del amplio patrimonio artístico de la Comunidad,
la creación de Estivalia (conjunto de actividades musicales, teatrales y cinematográficas que se
desarrollaban en verano) y la excelente colección de literatura Barrio de Maravillas (un ambicioso
programa cultural pensado para que autores noveles, fundamentalmente de la Comunidad, pudieran
publicar sus obras). Algunos autores ahora conocidos comenzaron sus andares en ese proyecto.
En definitiva, el profesor Burgos ha sido un profesor con las ideas muy claras sobre lo que es la
Universidad y la Ciencia que captó de su maestro el profesor López Lorenzo y las llevó a la
Universidad para sentar doctrina y lo hizo como pocos pueden hacer y no como él mismo decía en
el prólogo de su memoria de oposición “que nadie busque doctrina donde no hay más que el
cumplimiento de un trámite”. Ha sido un verdadero maestro que infundió a sus discípulos la forma
de hacer verdadera ciencia, creando una escuela que cuenta en la actualidad con un centenar de
herederos que son catedráticos, profesores titulares, profesores contratados de la Universidad
Española y de algunas del extranjero. Finalmente, añadir que ha sido también un ciudadano
comprometido con su tiempo que ha prestado varios servicios a la sociedad. En fin, una vida plena,
y un lujo para aquellos que hemos tenido la suerte de ser sus discípulos y amigos. Gracias Justino.

Figura 1. Las cuadrículas con trazos más gruesos son los profesores que han dirigido tesis doctorales.
Véanse los nombres completos y universidad a la que están adscritos en la página siguiente (tabla 1).
No se han incluido codirectores no pertenecientes a la escuela del profesor Burgos.
No se han incluido discípulos de organismos no universitarios (CSIC y otros OPIs, empresas, industrias,
administración, etc.)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Jaime Gras Regás, pionero de la veterinaria avícola española


Mendizabal Aizpuru, José Antonio
Doctor en Veterinaria.
Dpto. de Agronomía, Biotecnología y Alimentación.
Universidad Pública de Navarra. 31006 Pamplona.
Tfno. 948 169117; E-mail: [email protected]

RESUMEN
Jaime Gras Regás, nacido el 13 de octubre de 1878, era hijo del veterinario Esteban Gras,
subdelegado de veterinaria en el distrito de Arenys de Mar (Barcelona) y profesor de la materia
Elementos de Anatomía, Fisiología, Patología y Terapéutica Avícola en la Escuela de Avicultura de
Arenys de Mar. Siguiendo la estela de su padre se inclinó por los estudios de veterinaria, cursándolos
en la Escuela de Madrid donde obtuvo el título de profesor veterinario. En 1903 accedió al puesto de
Inspector de Higiene y Sanidad Pecuaria de Barcelona. Se involucró activamente en los trabajos que
se llevaban a cabo para constituir el Colegio de Veterinarios de Barcelona y sería elegido Secretario
en la Junta de Gobierno que se constituyó en 1904 y que estuvo presidida por don Ramón Turró. Tras
el fallecimiento de su padre en 1906, se haría cargo de las tareas académicas de éste en la Escuela de
Avicultura. Como complemento a su faceta docente, tuvo el gran mérito de equipar en las
instalaciones de la Escuela una clínica-laboratorio avícola, la primera de estas características en
España, en la que llevaría a cabo interesantes experiencias, destacando las que realizó para el estudio
de la difteria y de la viruela, que se consideraban dos de las principales enfermedades que en aquel
momento afectaban a las gallinas. Fue igualmente pionero al establecer en 1917, a través de la revista
España Avícola, el primer Consultorio Técnico Veterinario para los avicultores españoles. Un
servicio gratuito para que éstos pudieran realizar consultas acerca de enfermedades, tratamientos,
vacunas, etc. Incluso el servicio recogía la práctica de necropsias o análisis histopatológicos. Se
jubilaría en 1949, tras 47 años ininterrumpidos de ejercicio profesional, y fallecería pocos meses
después en 1950.

Palabras clave: patología aviar, veterinaria, pionero

Jaime Gras Regás, pionner of Spanish poultry veterinary


Abstract
Jaime Gras Regás, born in October 13, 1878, was the son of veterinarian Esteban Gras, deputy
veterinarian in the district of Arenys de Mar (Barcelona) and professor of Anatomy, Physiology,
Pathology and Poultry Therapy Elements at the Poultry School of Arenys de Mar. Following his
father’s lead, he chose veterinary studies, completing them at the School of Madrid, where he
obtained the title of veterinary professor. In 1903 he became Inspector of Livestock Hygiene and
Health in Barcelona. He was actively involved in the work carried out to establish the College of
Veterinarians of Barcelona and was elected Secretary in the Board of Government that was
constituted in 1904 and chaired by Mr. Ramón Turró. After his father’s death in 1906, he took over
his father’s academic duties at the Poultry School. In addition to his teaching role, he had the great
merit of equipping a poultry clinic-laboratory in the School, the first of these characteristics in Spain,
where he carried out interesting experiences, highlighting those carried out for the study of avian
Diphtheria and Smallpox, which were considered two of the main diseases affecting chickens at the
time. He was also a pioneer in 1917, through the Spanish poultry magazine, España Avícola,
establishing the first Veterinary Technical Office for Spanish poultry farmers. A free service so that
they could consult about diseases, treatments, vaccines, etc. Even the service collected the practice
of necropsies or histopathological analysis. Retired in 1949, after 47 uninterrupted years of
professional practice, and died a few months later in 1950.

Key words: avian pathology, veterinarian, Pioneer

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

1.-Los inicios de la avicultura en España


La Escuela de Avicultura de Arenys de Mar, fundada en 1896 por don Salvador Castelló Carreras,
puede considerarse como la cuna de la avicultura española. En esta localidad de la costa barcelonesa
estableció don Salvador su Escuela, segunda en el mundo tras la implantada por el avicultor francés
Rouiller Arnoult en 1888 en la población de Gambais-les-Houdan. El mismo año de su fundación, la
Escuela comienza a editar la revista “La Avicultura Práctica”. Dos años más tarde, en 1888, Salvador
Castelló funda la Sociedad Nacional de Avicultores, primera asociación que se constituye entre los
avicultores españoles. Al año siguiente, tiene lugar en Barcelona la primera Exposición Nacional de
Avicultura con la participación de 70 avicultores y más de un millar de aves. Solo 3 años más tarde,
en 1902, Salvador Castelló organizó en Madrid la I Exposición Internacional de Avicultura, con más
de 400 expositores de 9 países con un número de aves expuestas superior a 3.500 (Mendizabal, 2007).

En este marco de principios del siglo XX, en el que la Escuela de Arenys de Mar y su director Salvador
Castelló se habían erigido como motores del desarrollo avícola español, surge con fuerza la figura del
veterinario Jaime Gras Regás, profesor de dicha Escuela, que será pionero en España en el campo de
la patología aviar.

2.-Datos biográficos de Jaime Gras Regás


Jaime Gras Regás (Foto 1) había nacido el 13 de octubre de 1878 y era hijo del veterinario Esteban
Gras, que tenía el cargo de subdelegado de veterinaria en el distrito de Arenys de Mar y que además
ejercía como profesor de la materia Elementos de Anatomía, Fisiología, Patología y Terapéutica
Avícola en la Escuela de Avicultura. Siguiendo la estela de su padre se inclinó por los estudios de
veterinaria, cursándolos en la Escuela de Madrid donde obtuvo el título de profesor veterinario. En
1903 accedió al puesto de Inspector de Higiene y Sanidad Pecuaria de Barcelona. Se involucró
activamente en los trabajos que se llevaban a cabo para constituir el Colegio de Veterinarios de
Barcelona y sería elegido Secretario en la Junta de Gobierno que se constituyó en 1904 y que estuvo
presidida por don Ramón Turró. Estuvo en el cargo desde el 21 de diciembre de 1904 hasta el 22 de
enero de 1908 (Roca, 1992). Entre tanto, en 1906 se produciría el fallecimiento de su padre y se haría
cargo, a partir del curso de 1907, de sus tareas académicas en la Escuela de Avicultura (Castelló,
1906).

Foto 1: Jaime Gras Regás

Jaime Gras se jubilaría en 1949, tras 47 años de ejercicio profesional, siendo homenajeado
por el Colegio de Veterinarios el día de la festividad de san Francisco de Asís de ese mismo año
(COVB, 1949). Fallecería pocos meses después, en 1950 (GMB, 1951).
3.-Sus experiencias en la Escuela de Avicultura de Arenys de Mar

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Como complemento a su faceta docente, Jaime Gras tuvo el gran mérito de equipar en las
instalaciones de la Escuela una clínica-laboratorio avícola, la primera de estas características en
España, en la que llevaría a cabo interesantes experiencias (Castelló, 1907). Entre ellas destacan las
que realizó para el estudio de la difteria y de la viruela, que se consideraban dos de las principales
enfermedades que en aquel momento afectaban a las gallinas. En aquel momento, existía una
importante controversia sobre si se trataba de dos enfermedades distintas o realmente se trataba de un
único agente etiológico que se manifestaba con distintas lesiones según la localización. Él mismo
narraba las conclusiones a las que llegó a este respecto:

“He realizado algunas experiencias triturando finamente masas epiliomatosas de


aves atacadas de viruela y frotar el polvo resultante por la cresta y barbillas de un gallo
o gallina, resultando siempre que a los 5 ó 6 días el ave objeto de la experiencia ha
empezado a presentar los primeros síntomas de la enfermedad en la forma conocida por
viruela, mientras que a otras aves que les practiqué ligeras escoriaciones en la boca y
les apliqué de los mismos polvos sobre la mucosa escoriada apareció a los pocos días
con una inflamación diftérico-crupal. La misma experiencia practicada con polvos de
masas diftéricas produjo el mismo resultado. En virtud de cuanto acabo de exponer creo
que, efectivamente, la viruela y difteria aviar consideradas durante muchos años como
enfermedades distintas, no son más que una con distinta localización” (Gras, 1917).

4.-El Consultorio Técnico-veterinario de “España Avícola”


Fue igualmente pionero al establecer, a través de la revista España Avícola, que vio la luz en 1917,
el primer Consultorio Técnico Veterinario (Foto 2) para los avicultores españoles (Crespo, 1917). Se
trataba de un servicio gratuito para que los avicultores pudieran realizar consultas acerca de
enfermedades, tratamientos, vacunas, etc. Incluso, el servicio incluía la práctica de necropsias o
análisis histopatológicos. Las consultas más frecuentes versaron sobre la viruela, el moquillo o coriza
aviar, el cólera o septicemia hemorrágica, enfermedades afortunadamente controladas hoy en día. Por
último, las consultas sobre picaje y canibalismo también resultaron recurrentes.

Foto 2: Anuncio del Consultorio Técnico-Veterinario en la revista España Avícola

3
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

5.-Conclusiones

La labor realizada por el veterinario catalán Jaime Gras en los inicios del siglo XX en el campo de la
patología aviar, que ha sido esbozada en el presente trabajo, le hacen justo merecedor del calificativo
de pionero de la veterinaria avícola española. Él fue quien inició en España diferentes ensayos
experimentales para estudiar patologías aviares hasta entonces casi desconocidas en nuestro país. Así,
se abrían nuevas líneas de experimentación en el campo de la patología aviar que posteriormente
serían continuadas y desarrolladas por el gran patólogo Cayetano López y López y por otros muchos
ilustres veterinarios españoles.

Bibliografía

Castelló Carreras S. 1906. Nota Necrológica. Esteban Gras. La Avicultura Práctica, 125: 134.

Castelló Carreras S. 1907. Real Escuela Oficial de Avicultura. Curso ordinario de 1907. La
Avicultura Práctica, 126: 2.

Crespo Martín R.J. 1917. Avicultores españoles. D. Jaime Gras Regás. España Avícola, 11: 1.

Colegio Oficial de Veterinarios de la Provincia de Barcelona 1949. Circular del Colegio Oficial de
Veterinarios de la Provincia de Barcelona, 64: 229.

Gras Regás J. 1917. La Viruela y la Difteria Aviar. España Avícola, 7: 6.

Gaceta Municipal de Barcelona 1951. Escalafón del personal del Ayuntamiento de Barcelona.
Cuerpo Especial de Veterinaria. Año XXXVIII, 30: 682.

Mendizabal Aizpuru J.A. 2007. Avicultores para la historia (1896-1936). Universidad Pública de
Navarra. 115 pp.

Roca Torrás J. 1992. Historia de la Veterinaria en Catalunya (1400-1980). Tesis Doctoral.


Universidad Autónoma de Barcelona. 531 pp.

4
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JOSÉ Mª CABALLERO VETERINARIO DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID (1840-1850).

Jodra Trillo, Enrique.


Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria.
Correspondencia: e-mail: [email protected]; tlf.: 616 91 80 41.

RESUMEN.- En marzo de 1840, el veterinario José María Caballero ocupa la plaza de Regidor Comisario
de Mataderos del Ayuntamiento de Madrid. Este cargo va a permitir que sus conocimientos e influencias
se desarrollen, no solo ordenando las operaciones de sacrificio para mejorar la higiene de las mismas, sino
que también como responsable de todo lo referido al abastecimiento de carnes influiría en el Ayuntamiento
para que los veterinarios ocupasen las plazas de reconocedores de carnes en los mataderos de la Villa y de
esa forma iniciar la inspección veterinaria de carnes.
A finales del año 1840, el Ayuntamiento de Madrid manda implantar y cumplir el “Reglamento de carnes
y Reglamento Interior de las Casas Matadero”, elaborado por el veterinario José María Caballero. La puesta
en marcha de ese texto legal supone la instauración de la inspección veterinaria de carnes en los mataderos
de la Villa, y el cambio de gestión del matadero, que pasa a ser un verdadero servicio público.
Toda la vida profesional conocida de José María Caballero estuvo ligada a la inspección de alimentos en el
Ayuntamiento de Madrid.

Palabras clave: J. Mª Caballero; Matadero de Madrid; Inspección veterinaria de carnes

SUMMARY.-In March 1840, the veterinarian José María Caballero occupies the position of Commissioner
Slaughterhouse of the City Council of Madrid. This position will allow their knowledge and influences to
be developed, not only by ordering the slaughter operations to improve their hygiene, but also as responsible
for everything related to the supply of meat would influence the City Council for veterinarians to occupy
the meat recognition places in the slaughterhouses of the Villa and thus start the veterinary inspection of
meats.
At the end of the year 1840, the Madrid City Council mandates the implementation and compliance of the
"Meat Regulations and Internal Regulations of the Matadero Houses", prepared by the veterinarian José
María Caballero. The implementation of this legal text implies the establishment of the veterinary
inspection of meat in the slaughterhouses of the Villa, and the change of management of the slaughterhouse,
which becomes a true public service.
The entire known professional life of José María Caballero was linked to the food inspection at the Madrid
City Council.

Keywords: J. Mª Caballero; Slaughterhouse of Madrid; Veterinary meat inspection

INTRODUCCIÓN

La regulación y ordenamiento del abastecimiento de alimentos a la población fue siempre un aspecto


complejo para las autoridades responsables, con ella se pretendía atajar abusos y malas prácticas, que a su
vez ponían en riesgo la salud pública, asegurar el cobro de las correspondientes tasas y garantizar el
suministro en las cantidades necesarias para los ciudadanos.

La responsabilidad era de los ayuntamientos, pero a nivel del reino se promulgó un Real Decreto de 20 de
enero de 1834, en el que la Regente en nombre de su hija la Reina Isabel II, declaraba libre el comercio de
los objetos de comer, beber, y arder1. En su artículo decimo contemplaba la posibilidad de que en los

1
Fomento General, Real Decreto declarando libre el Comercio de los objetos de comer, beber, y arder, pagando los derechos establecidos,
y en los términos que se expresan. Madrid 20 de enero de 1834. D. Javier de Burgos .

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

pueblos principales donde, o por el mayor consumo de carne o por la facilidad en la cobranza de impuestos
o arbitrios, pudieran existir “edificios especiales para mataderos”, donde se observarán reglas de policía
urbana y salubridad.

En el Ayuntamiento de Madrid las normas que se aplicaban eran puntuales y sin un criterio general, por
medio de bandos (“bandos de buen gobierno”) u órdenes concretas, dirigidas a solucionar problemas
determinados, pero sin abordar los problemas generales y graves que estaban presentes en las operaciones
de faenado de las reses, y como consecuencia en la higiene y sanidad de la carne. Un informe de noviembre
de 1838, de la Comisión de Policía Urbana manifestaba que “de nada serviría proponer medidas aisladas
para atajar unos males cuyo origen es muy antiguo”, haciendo un profundo análisis de la situación y lo
que era más importante y novedoso, por primera vez se proponían soluciones integrales para resolver los
problemas encontrados.

El último aspecto que trataba la Comisión en el informe era el de la Salud Pública, entendiendo que todas
las carnes que se expidieran al público debían estar sanas y bien acondicionadas. Basándose, según
manifestaban en criterios fisiológicos y en principios de higiene pública, defendían que la sanidad de las
carnes no se aseguraba de otro modo que con la inspección realizada por peritos imparciales, inteligentes y
dedicados a este único fin. Manifestaban que la inspección no solo debía realizarse sobre las reses vivas
cuando eran introducidas en los corrales, sino que también debía realizarse después de muertas y en sus
partes internas, aunque no se definía qué profesional se ajustaba al perfil deseado 2.

Al mes siguiente de haberse presentado el informe de la Comisión de Policía Urbana, es decir en diciembre
de 1838, el Ayuntamiento elaboró un borrador de Reglamento de la casa-matadero3. Entre los requisitos
que se marcaban es importante destacar en cuanto al reconocimiento de carnes, que los abastecedores
tendrían que someterse a la decisión de los peritos, a menos que los creyeran parciales, en cuyo caso podían
pedir a la autoridad la concurrencia de otro práctico o veterinario, que decidiera bajo juramento sobre el
verdadero estado de la res reconocida.

Pero sin duda, el aspecto más destacado de este borrador es que estaba acompañado de una “Memoria
Facultativa sobre Sanidad de las Carnes”4, redactada por la Junta de Profesores de la Escuela de Veterinaria
de Madrid, lo que constituye la primera ocasión en la que se busca el asesoramiento de los veterinarios,
para la elaboración de un reglamento de mataderos. La memoria se iniciaba afirmando “ningún objeto debe
anteponerse a aquel que tiene por objeto la conservación de la salud pública” y continuaba defendiendo
el papel de los veterinarios, al exponer que:

“..los principios que componen los alimentos que han de nutrir al hombre, no pueden ser conocidos
sino por aquellos que hayan estudiado sólidamente la anatomía completa y comparada, las funciones
de los órganos, las enfermedades que atacan a los animales, con sus complicaciones y daños que
producen..”.

Sin embargo, cinco meses después (mayo de 1839) la Comisión de Policía Urbana planteaba solventar
todos los perjuicios que se producían en el ramo de carnes a través de la formación de un llamado “Bando
General”, dividido en tantas partes o capítulos como ramos (sectores comerciales) sobre los que se quisiera
intervenir.

2
“Minuta de una exposición de la Junta de Policía Urbana del Excmo. Ayuntamiento sobre las reformas en el matadero”. (1838). Signatura
5-94-48. Archivo de Villa.
3
“Bosquejo de un Reglamento de la Casa Matadero”. (1838). Signatura 5-94-47. Archivo de Villa.
4
“Bosquejo de un Reglamento de la Casa Matadero”. (1838). Signatura 5-94-47. Archivo de Villa.
La “Memoria Facultativa sobre la Sanidad de las Carnes” que describimos y que aparece integrada en el documento del Archivo de Villa,
de diciembre de 1838, bien podría tratarse del proyecto de Reglamento que elabora la Junta de Profesores de la Escuela de Veterinaria, en
marzo de 1837, a petición del ministro de Gobernación, y que es nombrado en la obra de SANZ EGAÑA, afirmando que “la Escuela vuelve
a intervenir en esas fechas en cuestiones relacionadas con la inspección de alimentos cárnicos”. SANZ EGAÑA, C. (1947). “Historia de
la Veterinaria Española”. Espasa-Calpe, S.A. Madrid p. 377.

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La parte correspondiente al ramo de carnes, aprobado en agosto de 1838, no era en absoluto novedoso, si
bien, establecía el nombramiento de dos Regidores Comisarios de departamento, encargados
exclusivamente del ramo de carnes y pescados, que harían cumplir las disposiciones, imponiendo las multas
que estimaran convenientes según la gravedad del delito y con arreglo a lo que previniese la ley5.

EL REGLAMENTO DE JOSÉ Mª CABALLERO

En marzo de 1840, uno de los puestos de Regidor


Comisario de Mataderos estaba ocupado por el veterinario
José María Caballero, por lo cual, podemos afirmar que
José María Caballero 6 fue el primer veterinario contratado
por el Ayuntamiento de Madrid, para intervenir en lo que
en aquel entonces se denominaba ramo de carnes7. Era el
comienzo de la intervención veterinaria en la higiene
alimentaria, que podríamos denominar oficial, ya que
estaba al servicio de organismos oficiales, como era en este
caso el Ayuntamiento de Madrid, y con un claro y bien
definido objetivo de salvaguardar la salud pública.

Entre las funciones y responsabilidades del Regidor Comisario de carnes se encontraba el buen
funcionamiento del matadero. Por ese motivo, en esas mismas fechas de 1840, José Mª Caballero hacía
referencia al reglamento que él mismo presentó a la Comisión de Policía Urbana, afirmando que:

“..la propuesta realizada es en realidad la aplicación de una medida parcial, ya que para evitar
la totalidad de los problemas que se producen en los mataderos de la Villa sería necesario la
implantación del reglamento presentado..”8.

El Reglamento presentado se trata de un documento manuscrito de fecha 9 de mayo de 1839, y que según
la Comisión ya había sido motivo de discusión en varias reuniones (este hecho corrobora la fecha de mayo
de 1839, con la cual el autor firma la primera parte del reglamento).

En el texto completo se diferencian claramente dos partes, una larga introducción, firmada por el autor en
Madrid con fecha 8 de mayo de 1839, y la parte propiamente reglamentaria titulada “Reglamento Interior
de la Casa-Matadero, formada por sesenta artículos, firmada y fechada el 4 de enero de 1840.

Afirmaba que en interés de la Salud Pública no era suficiente que operarios avalados solo por su experiencia
realizasen la inspección de carnes, era necesario contar con personas con los conocimientos científicos
necesarios que respondieran a la responsabilidad que se les confería. Pero además estos inspectores o
reconocedores facultativos debían estar encargados no solo de las carnes, sino que también del tocino, del
pescado y de todos los “objetos alimenticios”.

5
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Expediente instruido acerca de la Policía que debe observarse en el ramo de carnes y bando
publicado sobre el particular el 30 de agosto de dicho año”. (1839). Signatura 1-237-40. Archivo de la Villa.
6
Ha resultado imposible encontrar el expediente personal de José María Caballero en el Archivo General de la Universidad Complutense
de Madrid, así como tampoco a través del exhaustivo trabajo realizado por Francisco de Asís Muñoz Alcázar relacionado con la transición
de la Albeytería a la Veterinaria, el único dato que podemos aportar es que en un legajo del año 1837 aparece el nombre de José Mª
Caballero en una “relación de los veterinarios y albéitares de Madrid hecha en 4 de abril de 1837, por la Escuela de Veterinaria.
7
Antonio Santos prestaba servicio desde 1836, como responsable de las mulas del servicio de limpiezas del Ayuntamiento. En un
documento de 1851, el propio Antonio Santos afirma que desde 1836 prestaba servicios en el Ayuntamiento.
Con ello queremos decir que aunque Santos estuviera contratado por el Ayuntamiento el primer veterinario para ocuparse del ramo de
carnes fue José Mª Caballero. De hecho Antonio Santos solicitaba en 1837 un puesto de reconocedor de carnes en el matadero, junto con
Guillermo Sampedro y otros
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Madrid. D. Antonio Santos, Inspector de carnes de la casa-matadero, solicitando el abono de las
mensualidades que no percibió durante la suspensión que le fue impuesta en 1843”. (1851). Signatura 4-73-20. Archivo de Villa..
8
“Orden del Ayuntamiento de Madrid para que se proceda a cortar las cabezas en redondo en el ganado vacuno”. (1840). Signatura 1-237-
49. Archivo de Villa.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El reglamento instauraba y regulaba la figura de los reconocedores o inspectores de carnes con formación
suficiente para poder dictaminar sobre la sanidad de las carnes, y aunque en ningún momento se nombra la
figura del veterinario, los requisitos solicitados no los podían cumplir otros profesionales que no fueran los
veterinarios, de hecho, los dos reconocedores nombrados para la aplicación del reglamento fueron dos
profesores veterinarios.

La implantación del Reglamento la Casa-Matadero supuso que el matadero pasara a ser un verdadero
servicio público en el Ayuntamiento de Madrid.

El Ayuntamiento hasta entonces cedía el uso de las instalaciones a los abastecedores para que llevaran a
cabo el sacrificio de las reses que después comercializaban, siendo los matarifes empleados a su cargo y
por tanto estando a sus órdenes. Los empleados municipales se limitaban a realizar las labores de
mantenimiento del edificio y lo que parece que era más importante, llevar la contabilidad para el cobro de
las correspondientes tasas.

El nuevo reglamento cambió de manera radical la forma de funcionamiento del matadero. A partir de enero
de 1841, todos los empleados que trabajasen en el matadero estarían a cargo del Ayuntamiento de Madrid,
es decir, cobrarían su sueldo y trabajarían a las órdenes de la autoridad municipal. Los abastecedores o
tratantes usarían el matadero para el sacrificio, oreo y romaneo de las reses que comercializasen y por esos
servicios pagarían una tasa en virtud del trabajo realizado y el uso de los edificios y útiles del
establecimiento.

Lo que pretendía la nueva disposición legislativa era evidentemente acabar con los abusos, irregularidades
y prácticas insalubres que tantas veces se habían comprobado por las autoridades y denunciado por los
usuarios.

De esta forma el Ayuntamiento tomaba el control definitivo de la actividad de la casa-matadero


permitiéndole regular el importante sector del abastecimiento de carnes, y al mismo tiempo poder asegurar
la higiene y calidad de las carnes que iban a ser vendidas a la población en las diferentes tablas de la Villa.

El Ayuntamiento de Madrid aprobó el proyecto de reglamento, y el 16 de noviembre de 1840, autorizó a la


Comisión de Policía Urbana a “ponerlo en ejecución” antes de que finalizase el año, en calidad de
provisional. El 4 de diciembre, se mandó imprimir doscientos ejemplares y el 19 de diciembre, propusieron
los nombres de las personas que deberían ocupar los distintos cargos que se contemplaban en el texto.9

A partir del 17 de enero de 1841, la matanza de vacuno y lanar en Madrid se realizó por cuenta del
Ayuntamiento. Los matarifes fueron nombrados por el presidente de la Comisión de Policía Urbana, es
decir, desde ese momento eran operarios a cargo del Ayuntamiento; los abastecedores estaban obligados a
matar las reses en los mataderos de la Villa y debían pagar por los servicios prestados de “matarifes, edificio
y demás útiles de matadero” (artículo 28); independientemente, se les cobrarían las tasas de la Hacienda
Nacional y municipales (artículo 38); y además, no podían variar las horas de matanza, ni sacrificar otro
tipo de res que el permitido en la temporada10.

LA INCORPORACIÓN DE LOS VETERINARIOS A LA INSPECCIÓN DE CARNES

En abril de 1840, la Comisión de Policía Urbana informaba que como consecuencia de la presentación de
una enfermedad contagiosa en el ganado vacuno, en un pueblo inmediato a Guadarrama, el Ayuntamiento
de Madrid, en un acuerdo fechado el 10 de marzo, había aprobado varias disposiciones, entre ellas, las de

9
“Expediente instruido sobre establecer un reglamento en la citada Casa-Matadero y lo actuado sobre establecer después para llevar a efecto
interinamente el formado por el Sr. Regidor D.José Mª Caballero aprobado por V.E.”. (1840). Signatura 3-389-100. Archivo de Villa.
10
“Autorización de la Comisión de Policía Urbana al Sr. Comisario de la Casa-Matadero para poner en ejecución el reglamento formado
para dicha casa”. (1840). Signatura 4-88-97. Archivo de Villa.

Pag. 344
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

vigilar la matanza y venta de carnes, con el fin de evitar la extensión de la enfermedad, para lo cual, habían
sido nombrados como peritos a los profesores veterinarios Antonio Santos y Francisco Huertas.

Tanto en la decisión de las medidas adoptadas como en el nombramiento de los profesores veterinarios
interviene de forma decisiva y activa José María Caballero. De esta forma lo expresa el informe:

“… el Sr Alcalde 1º junto con el Sr Caballero nombraron como peritos inteligentes a los


profesores veterinarios D. Antonio Santos y D. Francisco Huertas, quienes han practicado con un
celo muy apreciable cuantos reconocimientos han ocurrido dentro de la capital y el segundo también
fuera de ella…”.

Continúa el informe de la Comisión, reconociendo los conocimientos y servicios que han prestado los dos
profesores veterinarios. Por esos motivos, proponen que se les nombre peritos reconocedores de mataderos
si llega a entrar en vigor el reglamento formado al efecto.11

La decisión de nombrar veterinarios como reconocedores de carnes para la casa-matadero había sido
tomada por el Ayuntamiento en abril de 1837, como consecuencia de las solicitudes realizadas por varios
veterinarios. La resolución de 1837, fue ampliamente discutida y aplazada por el Ayuntamiento hasta que
en marzo de 1840, la circunstancia de la aparición de un foco de enfermedad contagiosa en el ganado
vacuno primeramente y luego en el lanar, en las inmediaciones de Madrid, y el miedo a que el brote se
extendiera, hicieron reaccionar a la corporación, asesorados por otro veterinario que en esos momentos
desarrollaba labores de gestión en el ordenamiento del abastecimiento de carnes de la Villa.

El hecho de que debió producirse una alarma sanitaria para que dos profesionales con preparación científica
fueran incorporados para intervenir y prevenir la salud pública de la población, no era un hecho aislado en
el campo de la sanidad española de aquellos momentos. Sin embargo, en cuanto la alarma disminuyó ya se
plantearon la supresión de los puestos, y si no fuera así, la disminución de los honorarios percibidos.

VIÑES J., en su trabajo referente a la Sanidad Española en el siglo XIX, comenta que “las medidas
sanitarias a lo largo del siglo XIX y buena parte del XX no tienen un carácter estable, sino que son
adoptadas por el Estado cuando “Santabárbara truena” y continúa exponiendo que “la sanidad del XIX
en España no era una organización técnica o administrativa sino una actividad gubernativa
correspondiente al ámbito de la policía de salubridad confiada a jefes políticos y alcaldes, que tomaban
medidas según el estado de necesidad”12.

BIBLIOGRAFIA

- JODRA TRILLO, J.E. (2015).”Instauración y consolidación de la inspección veterinaria de carnes en


Madrid en la primera mitad del siglo XIX”. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Facultad
de Veterinaria.
- VIÑES, J.J. (2006). “La Sanidad Española en el Siglo XIX”. Primera parte. Temas historia de la Medicina,
nº 5. Departamento de Sanidad. Gobierno de Navarra. p. 26.
- Documentos de Archivo de Villa. Ayuntamiento de Madrid. Signaturas que aparecen en notas de pie

11
“Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Matadero. Se manda satisfacer a los profesores veterinarios D. Antonio Santos y a D. Francisco
Huertas el estipendio de cuarenta reales diarios a cada uno, ínterin dure el encargo que se les ha confiado de reconocer las reses que entran
en el matadero”. (1840). Signatura 1-237-44. Archivo de Villa.
Uno de los firmantes del informe de la Comisión es el propio José María Caballero. Sin embrago, el informe por el que se rebaja el sueldo
de los reconocedores no se encuentra firmado por José Mª Caballero.
12
VIÑES, J.J. (2006). “La Sanidad Española en el Siglo XIX”. Primera parte. Temas historia de la Medicina, nº 5. Departamento de
Sanidad. Gobierno de Navarra. p. 26.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La visión social en la obra de Marcelino Ramírez García (1864-1940) Veterinario militar y


Médico.

Ponte Hernando, Fernando Julio 1; Manresa López, María Carmen 2.


http://orcid.org/0000-0002-1581-8775. http://orcid.org/0000-0002-8248-578X

Resumen
Marcelino Ramírez García [Bergasa (La Rioja) 1864 - Logroño 1940] fue un veterinario militar y
médico de destacado nivel científico. Dedicó su trabajo a la tuberculosis, tanto en la patología animal
como humana, y a la relación entre ambas. Fue un salubrista integral en la lucha contra ese azote que
se ha llamado «La Peste blanca» y contra los estragos pecuarios y humanos del muermo en el ejército.
Sus publicaciones más reseñables, siempre en un marco de salud integral, fueron su tesis doctoral de
1907, titulada La tuberculosis bajo el punto de vista de su transmisión recíproca entre los animales y
el hombre, que publicó en 1908, como La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico
y sociológico. Ya aquí apuntaba su neta visión social del problema; y el libro, de 1912,
Tuberculinodiagnóstico y Tuberculinoterapia; así como el de 1916 Diagnosis y terapias específicas
del muermo en el ganado del Ejército. También es de destacar su obra, de 1926, Tisiología de la
Infancia. En 1924 sintetizó sus ideas sociales en el trabajo: Seguro social contra la tuberculosis,
materia en la que fue un adelantado.
Se alineó, siempre, con las corrientes científicas más avanzadas de investigación y laboratorio, en el
estado de la ciencia en su momento, siendo un contagionista convencido, frente a los que defendían
el papel preponderante de la herencia en la transmisión de la tuberculosis. Mantuvo un constante
interés por la cobertura social de la enfermedad para los pobres y los niños, así como de las
condiciones higiénico-sanitarias del ganado y las instalaciones pecuarias; una visión global de la salud
como algo inherente al binomio animal-humano. En su momento recibió el reconocimiento de la
comunidad científica, con diferentes premios por sus actividades veterinarias y médicas, civiles y
militares.

Palabras clave: Veterinaria, Tuberculosis, muermo, salud pública, sociedad.

Summary

Marcelino Ramírez García [Bergasa (La Rioja) 1864 - Logroño 1940] was a military veterinarian and
doctor of outstanding scientific level. He dedicated his work to tuberculosis, both in animal and
human pathology, and in the relationship between them. He was an integral healthier in the fight
against that scourge that has been called "The White Plague" and against the animal and human
ravages of the glanders in the Army. His most notable publications, always in a comprehensive health
framework were his doctoral thesis of 1907, entitled Tuberculosis from the point of view of its
reciprocal transmission between animals and man, which he published in 1908, as Tuberculosis from
the point of sanitary, economic and sociological view. Already here he pointed out his net social
vision of the problem; and the book, of 1912, Tuberculindiagnosis and Tuberculintherapy. They are
also noteworthy his works, of 1916, Diagnosis and specific therapies of glanders in Army cattle, and
from 1926, Childhood Ptysiology. In 1924 he synthesized his social ideas at work: Social insurance
against tuberculosis, a subject in which he was an advanced.
He always was aligned with the most advanced scientific research and laboratory trends, in the state
of science at the time, being a convinced contagionist, against those who defended the preponderant

1
Doctor en Medicina y Cirugía, en Veterinaria, y en Historia de la Ciencia. Profesor de Historia de la Ciencia. Facultad
de Medicina. Universidad de Santiago de Compostela. c./ Sn Francisco s/n 15782. Santiago de Compostela.
[email protected] tfno. +34 669302926.
2
Doctora en Historia de la Ciencia. Profesora de Historia de la Medicina del IV Ciclo. USC.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

role of inheritance in the transmission of tuberculosis. He maintained a constant interest in the social
coverage of the disease for the poor and children, as well as the hygienic-sanitary conditions of
livestock and livestock facilities; a global vision of health as something inherent in the animal-human
binomial. At the time he received recognition from the scientific community, with different awards
for his veterinary and medical, civil and military activities.

Keywords: Veterinary, Tuberculosis, glanders, public health, society.

Marcelino Ramírez García: Vida laboral.

Podemos decir, resumidamente, que la vida laboral de Ramírez tuvo dos grandes etapas: la primera
en La Rioja desde 1887, fecha en que terminó la carrera de veterinaria, hasta 1916 en que, ascendido
a veterinario mayor, asimilado a comandante, marchó destinado a La Coruña para hacerse cargo de
la jefatura de veterinaria de la 8ª Región militar, con sede en la capital gallega donde estaría hasta su
ascenso a coronel en 1926. Había terminado la carrera de Medicina en junio de 1903, recién
cumplidos los 39 años.

Veterinario y Médico: las zoonosis.

Creemos haber demostrado recientemente 3 que el Dr. Ramírez García fue un precursor del concepto
de salud unitaria, en un mundo en el que convivimos humanos y animales, siendo la salud de unos
impensable sin la de los otros. Ramírez, que ejerció ambas profesiones con un equilibrio inconcebible,
aunque su principal modus vivendi fue siempre su condición de veterinario militar, como buen
conocedor de las dos zoonosis a las que más esfuerzos dedicó, la tuberculosis y el muermo, tuvo
siempre muy clara la cuestión social. En particular la de la tuberculosis, como enfermedad de difusión
mucho más universal que otras zoonosis en su época.

Aspectos sociales de la tuberculosis en el ideario de Ramírez.

Ya en su tesis doctoral de 1907 decía lo que repetía en la edición de esta como libro al año siguiente:

La tuberculosis conculca los principios reguladores conforme a los que se verifica la


producción y distribución de bienes entre los que los han producido, cuyos factores
constituyen los términos del proceso económico. 4

Afirmaba esto porque la enfermedad atacaba la estructura económica de la sociedad en varios frentes.
En primer lugar el pecuario, con todo lo que conllevaba el problema de las carnes contaminadas y las
leches no aptas para el consumo y las consecuencias económicas del encarecimiento de estas materias,
sin olvidar las nutricionales, en una población que precisaba de estos alimentos básicos que,
obviamente, debido al sacrificio o retirada de las reses enfermas, dificultaba el acceso de las clases
populares a dichos productos, haciéndolos más caros e inasequibles a los menesterosos, cuya
alimentación se veía así perjudicada y, con ello, su salud y, por tanto, su capacidad productiva.
Ramírez refería, sintetizando, que la invasión de los individuos por la tuberculosis, extendiéndose
peligrosamente podría incluso acabar con la Humanidad:

3
Ponte Hernando, F.J (2019) El concepto, «un mundo, una salud», en los inicios del siglo XX: El Dr. D. Marcelino
Ramírez García (1864-1940), Veterinario militar y Médico. Cáceres. UEX. Facultad de Veterinaria. Tesis Doctoral.
Leída y defendida el 7 de junio con la calificación de sobresaliente cum laude.
https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=bcd2IwroGyw%3D [consultada por última
vez el 1 de agosto de 2019].
4
Ramírez García, M. (1908) La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico y sociológico. Logroño. Imp.
Moderna. P.96.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Invadido por la tuberculosis el individuo y la familia que representan el fundamento


primordial de todas las instituciones sociales, arranca innumerables brazos al campo, al taller
y a la fábrica, sufriendo duros golpes la producción y transformación de la riqueza; roba las
más preciadas inteligencias a la ciencia, que es la más grande y sublime de las funciones
sociales, sumiéndonos en el atraso e ignorancia causante de todos nuestros males; priva a la
defensa de la Patria de buenos mozos, valientes, con energía física y coraje para constituir un
ejército aguerrido, fuerte y victorioso. Tan terrible plaga social sería eficazmente combatida
por la medicina política de la que es el primer apóstol el sabio Doctor Moliner 5, secundado
principalmente por el Doctor Tolosa Latour.

Seguro Social contra la tuberculosis: una visión avanzada

Mucho después, en 1924, el doctor Ramírez publicó acerca de esta última cuestión un trabajo,
«Seguro social contra la tuberculosis» 6 que constituye una síntesis madurada de dicho libro, 16 años
después, y que transcribimos, como testimonio de la honda visión social de Marcelino Ramírez.

La lucha social contra la tuberculosis debe concentrar su intensidad y actividad en las clases
obreras y proletarias por cuanto en ellas la enfermedad no solo es muchísimo más frecuente
por sus inferiores condiciones de vida sino que los recursos económicos para atenderla son
siempre muy inferiores a las exigencias de la misma, principalmente por su larga duración.
Aumenta, de modo considerable, aquella inferioridad el hecho de que los obreros al enfermar
dejan de trabajar y se ven privados del jornal, que si bien pudo servir a satisfacer las más
apremiantes necesidades de la vida durante el estado de salud, aun teniéndolo, no podría
subvenir a cubrir todas las atenciones de la enfermedad por ser estas mayores, y mucho menos
ha de poder atenderlas cuando por no poder trabajar se ve privado del ingreso que el trabajo
le producía.
Se explica, pues, que en las clases pudientes y bien acomodadas no tenga aplicación, sino de
modo indirecto y poco activo, la lucha social contra la tuberculosis, por cuanto los individuos
de estas últimas cuentan con recursos económicos suficientes para atender a todos los gastos
que exijan cuantas medidas de profilaxis y curación sea preciso adoptar.
Por voto unánime, se pronunció la Conferencia de representantes de las instituciones
antituberculosas benéficas, en considerar la lucha en el sentido que acabamos de indicar.
Como consecuencia de cuanto acabamos de exponer se reconoce la necesidad de establecer el
seguro obligatorio contra la tuberculosis en todos los trabajadores cualesquiera que ellos sean,
y como dicha enfermedad debe estimarse como accidente del trabajo para los efectos del
seguro, de ahí la consecuencia de que el patrono sea quien debe pagar las cuotas del mismo a
las Cajas o Sociedades aseguradoras. Esto que, mirado superficialmente, parece un injusto
tributo para el patrono, es más bien un medio de progreso y justa reciprocidad entre ambos
factores de la producción.
Desde el punto de vista económico y social, prescindiendo de su aspecto ético y jurídico,
actualmente el patrono, en sus diversas explotaciones, emplea máquinas, instrumentos y
motores inanimados, o animados animales, productores de trabajo con su correspondiente
rendimiento, y el coste de aquéllos representativo de un capital que tiene que amortizar y tener
en cuenta el valor del rendimiento. Pero con el fin de que el producto de dicho trabajo sea en
cantidad y calidad todo lo mayor posible, le interesa conservar dichos instrumentos de trabajo
en las mejores condiciones, no exigiendo de los mismos más trabajo que el que consientan
sus resistencias materiales, teniendo que atender al propio tiempo a la reparación y reposición
de aquellos.

5
Francisco Moliner y Nicolás (1851-1915) Vid. Reseña de Prof. Dr. J. Molero Mesa en:
http://dbe.rah.es/biografias/12948/francisco-moliner-y-nicolas [consultado por última vez el 5 de agosto de 2019].
6
El Ideal Gallego, 25 de julio de 1924, p.15. Transcribimos el artículo desde una digitalización manifiestamente
mejorable en: http://www.galiciana.bibliotecadegalicia.xunta.es/es/consulta/resultados_ocr.cm

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El hombre como motor animado y como productor de trabajo, cuando está sano, lo utiliza el
patrono mediante un jornal, y cuando pierde sus energías, enfermo o se inutiliza lo despide
del trabajo por inservible y lo sustituye por otro sano y fuerte. Si al patrono no le interesa la
conservación de la salud y bienestar de sus obreros, estos tienen el derecho indiscutible a la
vez que el deber de procurar por todos los medios de conservar su salud y ejecutar su trabajo
en taller u oficina higiénica en forma que en nada pueda alterar el funcionamiento normal de
su organismo, siendo remunerado aquél con la cuantía necesaria para el sostenimiento
decoroso de él y de su familia.
Modernamente los más cultos especuladores, dedican la mejor parte de sus utilidades o
ganancias al mejoramiento de las condiciones de vida y bienestar de sus obreros, por cuanto
de este modo obtienen del trabajo de estos un mayor y mejor rendimiento. El obrero, cuando
pierde su salud, no solo pierde con ella el interés por su propio capital, por cuanto sin ella no
puede trabajar, sino que se pone en peligro de perder también dicho capital que no solo
pertenece a él sino a su mujer y más principalmente a sus hijos. Como el trabajo del obrero
por una parte, y el capital del patrono por otra, son los dos únicos fundamentales factores de
toda producción, el hombre capital no pertenece al patrono en cuyo servicio ha perdido aquel
su salud, por lo que no tiene necesidad de dedicar ni poco ni mucho de sus ganancias a adquirir
dicho instrumento o máquina de trabajo, de donde surge el legítimo derecho del obrero, aparte
de su salario o jornal para su conservación, a los recursos económicos necesarios para atender
al restablecimiento de su salud y sostenimiento de su familia, o sea la reparación del deterioro
de su propia máquina, y la obligación ineludible del patrono de atender aquella justa y legítima
demanda, en forma del seguro social obligatorio contra la tuberculosis u otro que responda al
mismo fin.
El reconocimiento de la legitimidad de este derecho del obrero, aparte de la justicia que ello
representa, implica un saludable progreso social y un robustecimiento de los vínculos de
solidaridad humana que afianza el lema de «Todos para uno, y uno para todos». Las
consecuencias de uno y otro, serán necesariamente beneficiosas para todos, por cuanto el
obrero al tener asegurado el necesario auxilio, en caso de enfermedad, para él y su familia,
libre de toda preocupación, rendirá una labor más importante en cantidad y calidad, las Cajas
o Sociedades de seguro exigirán el mejoramiento de las condiciones higiénicas del taller,
trabajo, alimentación, habitación, etc., todo lo cual hará disminuir considerablemente la
morbilidad y mortalidad por tuberculosis, y por consecuencia las pérdidas que con ello
experimenta actualmente el gran capital humano, aumentando considerablemente la
producción en todos sus aspectos y con ella el bienestar general.
La sola exposición de dos casos prácticos, evidentes, bastará para llevar el convencimiento y
la persuasión hasta los más indiferentes a estos problemas económico-sociales, en el aspecto
con que los acabamos de exponer.
El primero se refiere a una enferma de tuberculosis pulmonar que trabaja en un
establecimiento; su gravedad es tal que es casi seguro sucumbirá pronto. En el mismo local
ha enfermado igualmente un obrero, y más tarde otra obrera de la misma enfermedad; y el
patrono tan tranquilo cree que ha cumplido su misión con sustituir estos con otros obreros
sanos que puedan correr la misma suerte que los primeros.
En el segundo se trata de un enfermo con tuberculosis pulmonar y fístula de ano también
tuberculosa, el cual trabajaba en un establecimiento en el que el patrono obtenía fabulosas
ganancias. Este pobre enfermo se fue agravando de un modo tal, que imposibilitado para el
trabajo tuvo necesidad de guardar cama durante algún tiempo. Pero como sus medios
económicos fueron escasísimos en relación con sus necesidades, este pidió adelantada cierta
cantidad al patrono, con el fin de poder atender a su enfermedad y a su familia, y el patrono
sin adelantarle un solo céntimo le contestó que si no se presentaba inmediatamente a ocupar
su puesto quedaba despedido y buscaría otro. El enfermo, después de reponerse de la
impresión tan desagradable que aquella contestación le causó, se levantó de la cama y fue al
establecimiento a ocupar su puesto, y lo mismo hizo al día siguiente; pero al sentirse falto de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

fuerzas hasta para estar derecho, volvió a marchar a su casa, se echó en su cama y a los pocos
momentos dejó de existir, dejando a su viuda e hijos en el mayor desamparo, y contagiados
estos últimos de la misma enfermedad, en forma tal, que más tarde sucumbieron a causa de la
misma. Antes de entrar este obrero en casa de su patrono había muerto de tuberculosis uno de
la familia de este último. Nosotros señalamos los hechos, dejando que el amable lector, los
comente e interprete del modo forma que mejor le plazca.

Ramírez firmaba al pie de este artículo como: Médico director del Dispensario antituberculoso de La
Coruña. Trabajo este absolutamente gratuito y, con frecuencia, oneroso para quiénes se dedicaban a
misión tan altruista.

Conclusiones

1.- Como hemos podido entrever con claridad son de destacar el compromiso social de Ramírez, su
adelanto a nociones de aseguramiento laboral y social que eran muy incipientes en su época y un
profundo compromiso con los pobres y los obreros dedicados a las labores más básicas que,
normalmente, constituían el grupo más numeroso de los atendidos en el humilde dispensario coruñés
dirigido por nuestro entusiasta protagonista.

2.- Ramírez conocía el tema en profundidad así como la obra de los otros destacados apóstoles
veterinarios y médicos de la prevención de la Tuberculosis como Sanz Egaña, García Izcara, Nocard,
Francisco Moliner y Nicolás y Manuel Tolosa Latour, entre muchos más.

3.- A lo largo de toda su obra, como se puede comprobar en la bibliografía que aportamos, la
tuberculosis fue una constante en su labor, tanto en el campo animal como en el humano, y en el
preventivo para ambos.

4.- La obra tisiológica de Ramírez era conocida y respetada en toda España por veterinarios y médicos
pues se codeaba en congresos y asambleas científicas de todo tipo con los principales representantes
de ambas profesiones: Gordón Ordás, García Izcara, Molina Serrano, Sanz Egaña; Verdes
Montenegro, Gil Casares, Espina y Capó y otros muchos.

Bibliografía

Ponte Hernando, F.J (2019) El concepto, «un mundo, una salud», en los inicios del siglo XX: El Dr.
D. Marcelino Ramírez García (1864-1940), Veterinario militar y Médico. UEX. Cáceres. Facultad de
Veterinaria. Tesis Doctoral. Leída y defendida el 7 de junio.
https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=bcd2IwroGyw%3D
[consultada por última vez el 1 de agosto de 2019].

Ramírez García, M. (1907) La tuberculosis bajo el punto de vista de su transmisión recíproca entre
los animales y el hombre. Tesis Doctoral. Fondo UCM.

Ramírez García, M. (1908) La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico y


sociológico. Logroño. Imp. Moderna.

Ramírez García, M (1924) Seguro social contra la tuberculosis. El Ideal Gallego, 25 de Julio de
1924, p.15. http://www.galiciana.bibliotecadegalicia.xunta.es/es/consulta/resultados_ocr.cm

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Los Alarcón y Sánchez-Muñoz, de Camarena (Toledo). D. Tiburcio (1859-1946), Catedrático


y Director de dos Escuelas Especiales de Veterinaria.

The Alarcón and Sánchez-Muñoz, from Camarena (Toledo). Mr. Tiburcio (1859-1946),
Professor and Director of two Special Veterinary Schools.

Muñoz Alcázar, Francisco de Asís. Dr. en Veterinaria. Asociación de Historia Veterinaria de


Castilla-La Mancha (AHV-CLM)
C/Enseñanza, 26, CP- 13350, Moral de Calatrava (Ciudad Real), España.
Telf. 681102808 [email protected]

Resumen
En el XV Congreso Nacional y VI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(Toledo, 2009), D. Manuel Rodríguez aportó una comunicación sobre D. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, centrada en su faceta de Catedrático y Director de la Escuela Especial de
Veterinaria de Santiago de Compostela.
En la presente comunicación aportamos sobre D. Tiburcio, algunos datos extraídos de su
expediente como Catedrático y Director de la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid, y algunos
datos sobre sus hermanos Santos y Mauricio, también veterinarios.

SUMMARY
In the XV National Congress and VI Ibero-American Congress of Veterinary History
(Toledo, 2009), Mr. Manuel Rodríguez provided a communication on Mr. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, focused on his facet as Professor and Director of the Special School of Veterinary
of Santiago de Compostela.
In this communication we provide about D. Tiburcio, some data extracted from his file as
Professor and Director of the Special Veterinary School of Madrid, and some data on his brothers
Santos and Mauricio, also veterinarians.

Palabras clave: Historia Veterinaria. España. Escuela Especial de Madrid. Tiburcio Alarcón.
Key words: Veterinary history. Spain. Special Veterinary School of Madrid. Tiburcio Alarcón.

INTRODUCCIÓN
En el XV Congreso Nacional y VI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria
(Toledo, 2009), D. Manuel Rodríguez aportó una comunicación sobre D. Tiburcio Alarcón y
Sánchez-Muñoz, centrada en su faceta de Catedrático y Director de la Escuela Especial de
Veterinaria de Santiago de Compostela.
En la presente comunicación aportamos sobre D. Tiburcio algunos datos extraídos de su
expediente como Catedrático y Director de la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid, y que
hemos contrastado con los otros que aluden a su persona en diversas publicaciones.
Aportamos datos sobre sus hermanos Mauricio y Santos, también titulados veterinarios por
la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid.

OBJETIVO
Recuperar, para la historiografía veterinaria toledana y nacional, algunos datos biográficos
de D. Tiburcio Alarcón y Sánchez-Muñoz

METODOLOGÌA Y FUENTES
La fuente primaria consultada ha sido el material, depositado en el Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid (AGUCM), procedente de la Secretaría de Alumnos de la
Facultad de Veterinaria.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Método utilizado:
1º.- Selección de fuentes y documentos a consultar.
2º.- Búsqueda activa y recopilación de datos de los documentos seleccionados.
3º.- Contrastación de datos obtenidos con los publicados en fuentes secundarias (ver
apartado de Bibliografía).

RESULTADOS
Tres fueron los alumnos de apellidos Alarcón y Sánchez-Muñoz que cursaron estudios de
Veterinaria en la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid en la segunda mitad del siglo XIX:
Santos, Mauricio y Tiburcio. Naturales de Camarena (Toledo), localidad que en 1862 tenía 1.401
habitantes, e hijos de Manuel Alarcón (¿Rodríguez?) y de Feliciana Sánchez-Muñoz.

1.- Santos Alarcón y Sánchez-Muñoz (1850 - ¿?)


Es el mayor de los tres hermanos y con 17 años, según consta en el libro de matrículas 1,
realizo el examen de ingreso el 13 de septiembre de 1867 y al ser aprobado formalizó la matrícula
de primer curso ese mismo día. Ante las reiteradas faltas de asistencia a clases, el 16 de enero de
1868 sería borrado de las listas y no consta que se examinase al final del curso. Se examina de
primer curso el 2 de junio de 1869, aprobando todas las asignaturas; se examina y aprueba las
asignaturas de 2º curso el 2 de junio de 1870; las de 3º curso el 2 de junio de 1871 y las de 4º curso
el 18 de septiembre del mismo año; se examina de 5º curso el 3 de junio de 1872, resultando
suspenso, y aprobando el 16 de septiembre de 1872. Tres días más tarde se presenta a examen de
Reválida de Profesor Veterinario de 1ª Clase, resultando suspenso y aprobando la reválida el 14 de
diciembre de 1872, con 22 años. Hasta 1876 no hizo el depósito de papel de pagos y sello para que
le fuera expedido el título de Profesor Veterinario de 1ª Clase.
En el primer Anuario-Almanaque del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la
Administración, de Bailly-Bailliere (Madrid, 1879), es citado Santos Alarcón y Sánchez Muñoz (p.
1125) como veterinario en Arcicóllar, partido judicial de Torrijos; igualmente se cita a Manuel
Alarcón Rodríguez (p. 1126) como veterinario en Camarena (¿es el padre?, no le tenemos entre los
castellano-manchegos estudiantes y titulados en Madrid, tampoco entre los albéitares-herradores).

2.- Mauricio Alarcón y Sánchez-Muñoz (1855 - ¿?)


Accede a la Escuela de Veterinaria también con 17 años, y según consta en el libro de
matrículas 2, realizó y aprobó el examen de ingreso el 30 de septiembre 1872 y formalizó la
matrícula de primer curso ese mismo día. Se examina y aprueba las asignaturas de primer curso el 1
de junio de 1873; las de 2º curso el 1 de junio de 1874; las de 3º curso el 22 de septiembre de 1875;
obtiene calificación de notable en las asignaturas de 4º curso, el 3 de junio de 1876; tres días más
tarde, el 8 de junio de 1876, aprueba las asignaturas de 5º curso y también Historia Natural; y seis
días después, el 16 de junio de 1876, obtiene calificación de notable en la Reválida de Profesor
Veterinario, a la edad de 21 años. En 1878 realiza el depósito de papel de pagos y sello y le es
entregado el título de Profesor Veterinario.

3.- Tiburcio Alarcón y Sánchez-Muñoz (1859 – 1946).


Nacido el 11 de agosto de 1859. Accedió con 17 años, igual que sus hermanos, a la Escuela
de Veterinaria de Madrid. En el libro de matrículas 3 consta que aprobó el examen de ingreso el 27
de septiembre de 1876, formalizando la matrícula de primer curso el día 29. El 2 de junio de 1877
realizó los exámenes de primer curso, obteniendo la calificación de Notable en Física, Química,
Anatomía y Nomenclatura; el 7 de junio de 1878 se examinó de 2º curso, obteniendo Notable en
Fisiología, Higiene, Aplomos e Historia Natural; el 11 de junio de 1879 obtuvo Sobresaliente en las

1 AGUCM. Signatura V/01-195 - Libro 19 de Matrículas (1867-1868), folio 81.


2 AGUCM. Signatura V/01-198 - Libro 24 Matrículas (1872-1873), folio 13.
3
AGUCM. Signatura V/01-200, Libro 28 Matrículas (1876-1877), folio 13.; Signatura V/02-035 - Expedientes de
Personal Docente (1881-1964)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

asignaturas de 3º curso, y el 16 de septiembre formalizó matrícula de 4º curso, siendo dispensado


del pago de la misma, al haber obtenido por oposición Diploma y un libro de texto. El 8 de octubre
de 1879, por oposición y según Orden de la Dirección General de Instrucción Pública, obtuvo plaza
de alumno pensionado, que conllevaba derechos de gratuidad de matrículas, exámenes y título final
de carrera. El 2 de junio de 1880, en los exámenes de 4º curso vuelve a obtener calificación de
Sobresaliente, y el 25 de junio, por oposición, obtuvo Premio “matrícula de honor y libro de texto”
en las asignaturas de Operaciones, apósitos y vendajes, Procedimientos de herrado y forjado, y
Reconocimiento de animales. El 1 de junio de 1881, en los exámenes de 5º curso obtiene
calificación de Sobresaliente; el 20 de junio, también Sobresaliente en todos los ejercicios de la
Reválida de Veterinario, y el 27, por oposición, Premio “Diploma y media bolsa de Cirugía” en las
asignaturas del 5º grupo. Entrega, como alumno pensionado, en Papel de pagos 17 pts. y sello para
la expedición de título. El 4 de octubre de 1881, con 22 años, recibe el título de Veterinario.
El 26 de agosto de 1881, por acuerdo del Claustro de Profesores de la Escuela, fue
nombrado para realizar estudios sobre la ganadería y praticultura en la provincia de Toledo,
presentando una Memoria de los trabajos e investigaciones realizados.
Ingresa en el Cuerpo de Veterinaria Militar (R.O. de 20 de septiembre de 1881, Gaceta de
Madrid del 27) como Profesor tercero, tomando posesión el 1 de octubre en el Regimiento de
Lanceros de Santiago. El 19 de abril de 1883 es destinado al 2º Regimiento de Artillería de
Montaña. El 15 de octubre de 1885 se le concede el reemplazo del empleo, a petición propia; el 7 de
julio de 1886 se le concede el retiro, sin sueldo ni derecho a uniforme; y la licencia absoluta como
Profesor Veterinario tercero el 10 de agosto de 1886.
El 1 de marzo de 1884, por orden del Delegado Regio de la Escuela de Veterinaria de
Madrid, y a propuesta del Catedrático del quinto grupo de asignaturas, se le encarga gratuitamente
de la “enseñanza del manejo y aplicaciones del microscopio a la inspección de las materias
alimenticias procedentes del reino animal”, continuando durante el curso 1884-85. La Dirección
General de Instrucción Pública le nombra, el 16 de diciembre de 1884, Vocal del Tribunal de
oposiciones a plazas de disectores anatómicos vacantes en las Escuelas de Córdoba, Santiago y
Zaragoza; el 19 de febrero de 1886 es nombrado Ayudante de Clases Prácticas de la Escuela de
Veterinaria de Madrid, y el 20 de marzo se le encargó interinamente la Cátedra de Fisiología e
Higiene, que estaba vacante, y a la que opositó, siendo uno de los tres aspirantes aprobados en todos
los ejercicios 4. En 1886 gana por oposición la Cátedra de Patología general y especial,
Farmacología, Arte de recetar, Terapéutica y Medicina Legal de la Escuela Especial de Veterinaria
de Santiago de Compostela, siendo nombrado para la misma por R.O. de 26 de abril de 1886 y
tomando posesión en Madrid el 16 de mayo. Por R.O. de 13 de agosto de 1889 es nombrado
Director de la Escuela, tomando posesión del cargo el 1º de septiembre y permaneciendo en el
mismo hasta 1902. A finales de 1901 tenía el nº 10 en el Escalafón de Catedráticos numerarios de
las Escuelas de Veterinaria 5. El 5 de abril de 1902 es nombrado, en turno de traslación, Catedrático
numerario de Patología general y especial, Farmacología, Arte de recetar, Terapéutica, Medicina
Legal y Clínica Médica de la Escuela Especial de Veterinaria de Zaragoza, no posesionándose del
cargo por haber sido nombrado el 7 de abril, en virtud de oposición, Catedrático de las mismas
asignaturas en la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid, donde toma posesión el 12 de abril,
sucediendo en la Cátedra al también manchego D. Braulio García Carrión.
El 24 de julio de 1902, el Mº de Instrucción Pública y Bellas Artes le encomendó informe
sobre las ventajas e inconvenientes del sistema de exámenes vigente (R.D. 9 abril 1901), sus efectos
en la práctica y reformas que puedan mejorarle; y la redacción de los programas de las asignaturas a
su cargo para los alumnos de la Escuela de Veterinaria de Madrid, y para el cuestionario de
oposiciones a plazas de auxiliares. En 29 de marzo de 1913 el Mº de Instrucción Pública y Bellas
Artes le nombra Catedrático interino de la asignatura de Histología normal, de la Escuela de
Veterinaria de Madrid. Por R. O. de 7 de octubre de 1914, a propuesta del Claustro de Profesores,
se le nombró Subdirector de la Escuela Especial de Veterinaria de Madrid. Por R.O. de 19 de

4 Ver Méritos y Servicios publicados en la Gaceta de Madrid, Núm. 106, 16 Abril 1902
5 Gaceta de Madrid, Núm. 305, de 1º Noviembre 1901

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

septiembre de 1918 (Gaceta de Madrid del 22) asciende al nº 2 del Escalafón. Tras el fallecimiento
de D. Dalmacio García e Izcara, ocurrido el 16 de octubre de 1927, D. Tiburcio pasa a ocupar el nº
1 del Escalafón de Profesores de las Escuelas de Veterinaria 6 y es nombrado Director de la
Escuela Superior de Veterinaria de Madrid 7 por Real Orden de 13 de enero de 1928 (Gaceta de
Madrid del 15). Por Decreto de 25 de abril de 1931, del Presidente del Gobierno provisional de la
República D. Niceto Alcalá-Zamora y Torres, es declarado jubilado a partir del 23 de abril 8.
Por R.O. de 22 de septiembre de 1903, del Mº de la Gobernación, fue nombrado Vocal de la
Junta Provincial de Sanidad de Madrid, y el 14 de noviembre, por el Gobierno civil de Madrid
Vocal de la Comisión Permanente de la misma e Inspector Provincial de Veterinaria el 20 de mayo
de 1905. El 10 de febrero de 1906, por R. O. de Mº de la Gobernación 9 es nombrado Vocal de la
Junta permanente contra la tuberculosis, junto con D. Dalmacio García e Izcara, siendo confirmado
en el cargo por R. O. de 1 de febrero de 1908, “con destino a las Secciones primera ó de
alimentación ó subsistencias, y quinta ó de instituciones complementarias (Lucha contra el
alcoholismo, la avariosis y la neisserosis)”. La Junta del Primer Congreso Nacional de la
Tuberculosis de Zaragoza le designó, el 24 de mayo de 1908, miembro titular del Comité regional
de Madrid.
Por R.O. de 1 de marzo de 1907 la Dirección general de Agricultura, Industria y Comercio,
le encargó junto a D. Mateo Arciniega, como Inspectores veterinarios, realizar visitas de inspección
a las regiones de España con motivo del “extraordinario desarrollo adquirido de la fiebre aftosa o
glosopeda”. Por R.O. de 29 de enero de 1908, y a propuesta de la Sección de Ganadería del Consejo
Superior de la Producción, se nombraron Inspectores Provinciales de Higiene Pecuaria, y entre ellos
a D. Tiburcio Alarcón para la provincia de Madrid 10. Por R.O. de 22 de diciembre de 1910, del Mº
de Fomento, fue nombrado Vocal suplente del Consejo Superior de Fomento en representación de
las Cámaras Agrícolas 11. El 18 de octubre de 1913, a propuesta de la Junta Provincial de Sanidad, y
por el art. 82 de la Instrucción general de Sanidad, fue nombrado Subdelegado de Veterinaria del
Distrito del Centro. Por R.O. del Mº de la Gobernación de 22 de noviembre de 1916 12 es nombrado
Vocal suplente de la Junta de Gobierno y Patronato del Cuerpo de Veterinarios titulares.
En Santiago había publicado en 1895: “Ensayo Patológico o Contribución al Estudio de los
Procesos Mórbidos Generales”, inscrita en el Registro general de la propiedad intelectual con el nº
19.224 (Gaceta de Madrid núm. 161, de 9 de junio de 1896, p. 780) y declarada de utilidad pública
para la enseñanza por R.O. de 20 de julio de 1897 del Mº de Fomento. En Madrid publicó: “Rasgos
Generales de las Cojeras. Diagnósticos, Pronóstico y Tratamiento de las mismas” (1902), y
“Ligeras Consideraciones sobre la Enfermedad Farcino-Muermosa (muermo de los animales) y su
Contagio al Hombre” (1905).
Obtuvo premios, Medallas y diplomas, en la Exposición regional de Lugo (1896) y en la
Feria concurso agrícola de Barcelona (1898) por sus preparados específicos aplicables a la
Veterinaria. En 1918 solicitó acoger su “Instituto particular para elaboración y venta de sueros y
vacunas para combatir las plagas de la ganadería” a los beneficios (exenciones fiscales) del Mº de
Hacienda 13 “sobre protección a las nuevas industrias y desarrollo de las existentes”, la protección
se pedía para la “producción de vacunas avirulentas contra la pulmonía de los cerdos, suero contra
la peste de los cerdos, suero y vacuna contra el mal rojo y suero contra la pulmonía de los cerdos,
vacuna antivariólica para el ganado lanar, y, vacuna contra el cólera aviario, maleina y vacuna

6 Gaceta de Madrid. Núm. 316, 12 Noviembre 1927


7 Por R.O. de 18 de febrero de 1927 (Gaceta de Madrid, Núm. 63, 4 Marzo), la Dirección General de Enseñanza
Superior y Secundaria, atendiendo la solicitud elevada por el Claustro de Profesores de la Escuela de Veterinaria de
Madrid, y con el dictamen favorable de la Comisión permanente del Consejo de Instrucción Pública, había accedido a
que los estudios de veterinaria fueran incluidos en la categoría académica de enseñanza o carrera superior.
8 Gaceta de Madrid. Núm. 116, 26 Abril 1931.
9 Gaceta de Madrid, Núm. 43, Lunes 12 Febrero 1906
10 Gaceta de Madrid, Núm. 47, 16 Febrero 1908
11 La propuesta había partido de la Cámara Agrícola y Pecuaria de Santiago.
12 Gaceta de Madrid, Núm.335, 30 Noviembre 1916
13
Gaceta de Madrid, Núm. 220, 8 Agosto 1918

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

contra el tifus de los lechoncillos”14. El Instituto de Seroterapia Pecuario, del que fue Director sería
uno de los mayores productores de sueros y vacunas a nivel nacional antes de la guerra civil,
registrando entre 1920 y 1931 un total de 20 sueros y 20 vacunas (GOMIS, 2007)15.
Fue Secretario de la Sociedad Científica Los Escolares Veterinarios de Madrid (1880),
Socio honorario de la Academia de Escolares Veterinarios de Santiago (1889), Presidente del
Ateneo Escolar Veterinario de Santiago (1901) y Socio honorario de la Sociedad Científico
Instructiva Unión Escolar Veterinaria de Madrid (1904). Desde el 22 de junio de 1890 Vocal de la
Junta Municipal de Sanidad de Santiago; y desde el 21 de diciembre de 1892 Socio numerario de la
Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago 16. A lo largo de su carrera docente formó
parte de numerosos Tribunales de oposiciones a Cátedras de las Escuelas de Veterinaria, y de
alumnos pensionados para estudios en el extranjero. Fue albacea testamentario, y curador para
bienes del hijo menor, de D. José María Muñoz y Frau 17 ex Director de la Escuela de Veterinaria de
Madrid. El 1 de julio de 1903, la Escuela de Madrid le nombró Ponente a fin de que informara en el
proceso criminal seguido en el juzgado de Illescas (Toledo) por envenenamiento de Cayetano
Martín Naya. Mantuvo buena relación con la Sociedad General de Cazadores de España, siendo
nombrado Vocal el 31 de octubre de 1902, vicepresidente el 26 de marzo de 1903, y vicepresidente
tercero el 1 de febrero de 1904, y participando en la propuesta de creación de una “Escuela de
Pastores” y otra sobre “la forma de constituirse las Paradas de Sementales”. El 30 de mayo de 1904
el Alcalde constitucional de Villa Juan le encarga que represente al Ayuntamiento en la Asamblea a
celebrar en Madrid para tratar de la crisis obrera en la ciudad del Ferrol. El 31 de mayo de 1904, la
Escuela de Veterinaria de Córdoba le nombró su Representante Oficial en el Congreso de Ganadería
que se celebraría el 5 de junio. El 1 de marzo de 1905, junto a Marcelino Montón Cardós y Antonio
López Martín, inaugura la primera Policlínica Veterinaria en Madrid 18. El 14 de mayo de 1907 la
Asociación General de Ganaderos del Reino le nombró Vocal del jurado en el concurso de ganados
y maquinaria. El Consejo provincial de Agricultura y Ganadería de Madrid, el 13 de diciembre de
1907, le nombró Vocal del Consejo de Vigilancia de la Escuela práctica de Agricultura de la región
de Castilla la Nueva. El 30 de abril de 1910, la Escuela de Veterinaria de Madrid le designó
representante en el II Congreso de la Asociación Nacional para el progreso de las Ciencias en
Valencia. Como Director de la Escuela de Veterinaria forma parte del Patronato local para la
protección de animales y plantas de Madrid en 1931 19 y según el “índice alfabético de los señores
comprendidos en esta lista” vivía en calle Magdalena, 13.
El 24 de julio de 1901 fue nombrado “Colegiado de honor del Colegio Veterinario
Navarro”; y en 1909 Colegiado de Honor del Colegio de Veterinarios de Toledo (SANCHEZ,
2004). Siendo Vicepresidente del Colegio de Veterinarios de Madrid participó en la organización de
la II y III Asamblea Nacional Veterinaria, celebradas en Madrid en 1907 y 1913.
En 1915 aspiraba a ser Académico Veterinario de la Real Academia de Medicina 20, pero
hasta 1928 no sería nombrado Académico de Número, tomando posesión el 30 de octubre de 1928.
El 11 de marzo de 1930 es nombrado Consejero de Instrucción pública, adscrito a la Sección cuarta,
tras la dimisión de D. Juan Manuel Díaz del Villar (RR. DD. nº 805 y 807, de 11 de marzo de 1930,
Gaceta de Madrid del 12). Falleció el 5 de febrero de 1946.
14
Gaceta de Madrid, Núm.193, 11 Julio 1920
15
Las solicitudes de registro de sueros y vacunas desde 1920 a 1924 están firmadas por D. Tiburcio Alarcón.
16
Desempeñó numerosas comisiones y trabajos para la misma: Colonias escolares; obras en la Universidad;
organización festejos Año Santo; Presidente del Jurado del Concurso Regional de Ganados (julio de 1897); estudio
sobre conveniencia o no de la pesca con traíña; y propuso la creación de guardas jurados para vigilar, perseguir y
denunciar a los infractores de las Leyes de pesca.
17
Gaceta de Madrid. Núm. 57 del 6 de junio de 1891
18
Nuevo Mundo. Año XII. Núm. 587, Jueves 6 abril 1905
19
Ayuntamiento de Madrid. Lista de Sres. Concejales, Comisiones y Dependencias 1931. Madrid: Artes Gráficas
Municipales, 1931, p.59 y 99
20
Hoja de Méritos y Servicios del aspirante á la plaza de Académico Veterinario de la Real Academia de Medicina D.
Tiburcio Alarcón y Sánchez-Muñoz, Subdirector de la Escuela de Veterinaria. Madrid: Establecimiento tipográfico de
Jaime Ratés, 1915. 29 p. El texto impreso corresponde al de Certificación emitida por D. Dalmacio García e Izcara,
Director de la Escuela de Veterinaria de Madrid el 18 de julio de 1913. Hay un ejemplar en el expediente.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

BIBLIOGRAFÍA
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Veterinaria:
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- Signatura V/01-198 - Libros registro de matrícula. Libro 24 (1872-1873)
- Signatura V/01-200 - Libros registro de matrícula. Libro 28 (1876-1877)
- Signatura V/02-035 - Expedientes de Personal Docente (1881-1964).
II Asamblea Nacional Veterinaria, celebrada en Madrid los días 16, 17 y 18 de mayo de 1907. Madrid:
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GOMIS, Alberto. Los laboratorios españoles fabricantes de sueros y vacunas hasta la guerra civil.
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2007. Disponible en Web: https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/39990
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Guillermo (ed.) CASTELLÁ BERTRÁN, Enrique; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Gaspar; PÉREZ
GARCÍA, José Manuel; SAIZ MORENO, Laureano y SERRANO TOMÉ, Vicente (redactores).
Madrid: Editorial Complutense, 1994. ISBN: 84-7491-445-0
MONTERO AGÜERA, Ildefonso y BARONA HERNÁNDEZ, Luis F. “Primera policlínica veterinaria en
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de 1996. Madrid: Asociación Española de Historia de la Veterinaria. I.V.S.A. - A.M.E.V., 1996.
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(1792-1893). Tesis doctoral. Director: Joaquín Sánchez de Lollano Prieto. Universidad Complutense
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lectura 25 de febrero de 2014.
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SÁNCHEZ LUBIÁN, Enrique. Centenario del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo. 1904-2004. Libro
del Centenario. Un siglo de vida colegial…, Cien años al servicio de Toledo. Toledo: Colegio
Oficial de Veterinarios, 2004. DL: TO-954-2004

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bloque G:
Misceláneas

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ANÁLISIS DE LA ZOONIMIA EN APODOS DE ANIMALES DOMÉSTICOS DURANTE


EL SIGLO XVII EN RUTE (CÓRDOBA)
Evangelina Becerra Rodero1 y Miguel Ángel Sánchez Herrador2
1
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (Av. del Brillante, 69, 14012 Córdoba,
[email protected], 619518893) y 2Archivo Histórico Provincial de Córdoba (AHPCO)

RESUMEN:
Las testamentarías son un tipo de documento que ofrecen una información valiosa sobre los usos y
costumbres ganaderos a nivel local. En este trabajo se han consultado 406 testamentarías del siglo
XVII de Rute (Córdoba) localizadas en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, centrándonos en
la aplicación de apodos para los animales de uso ganadero registrados en estos documentos. Se
establece la hipótesis de que más allá de la familiaridad con los animales, el nombre cumpliese la
misión de distinguirlos entre sí, aunque en algunos casos se utilizasen apelativos afectuosos.
Para ello se ha llevado a cabo la clasificación en primer lugar por los nombres y su tipología (si hacen
referencia a los colores de capa, temperamento del animal…), y en segundo lugar, por la clase de
animales a los que se les da nombre de forma más habitual, según sexo, especie y edad.
En un principio, no se detectan sistemáticas asociadas al año de nacimiento del animal pero sí a la
época de nacimiento. Normalmente los apodos tienen relación con su aspecto (color, tamaño…) o
con su carácter y vinculan a descendientes con sus madres. Asimismo, se encuentran otros nombres
de difícil comprensión que podrían deberse a apodos, palabras del campo conocidas por unos pocos
o inventadas y utilizadas en ambientes familiares.
Estos datos nos dan un reflejo de la relación de las personas con los animales en el Rute de la Edad
Moderna, donde se trata de determinar hasta qué punto el ganado era un objeto valioso.
Palabras clave: ganado, testamentarías, Rute (Córdoba), apodo, siglo XVII.
Abstract:
The estate files are a type of document that offer valuable information on livestock uses and customs
at the local level. In this work, 406 seventeenth-century estate files of Rute (Córdoba) located in the
Provincial Historical Archive of Córdoba have been consulted, focusing on the application of
nicknames for livestock animals registered in these documents. The hypothesis is established that
beyond familiarity with animals, the name fulfills the mission of distinguishing them from each other,
although in some cases affectionate appellants were used.
For this, the classification of the names has been carried out first by their typology (if they refer to
the coat colors, temperament of the animal...), and secondly, because of the kind of animals that are
most commonly named, according to sex, species and age.
Initially, no systematics associated with the year of birth of the animal are detected, but with the time
of birth. Normally the names are related to their appearance (color, size ...) or their character and link
descendants with their mothers. Likewise, there are other difficult to understand names that could be
due to nicknames, words of the field known by a few or invented and used in family environments.
These data give us a reflection of the relationship of people with animals in the Rute of the Modern
Age, where it is a matter of determining to what extent cattle were a valuable object.
Keywords: livestock, estate files, Rute (Córdoba), nickname, 17th century.
1. Introducción
Como ya se ha señalado en trabajos anteriores, la ganadería, aunque muy limitada, era de gran
relevancia en la economía del Rute del siglo XVII (Becerra Rodero y Sánchez Herrador, 2018). Al
igual que en el resto de Andalucía, dentro del sector ganadero de esta zona predominaba el ganado
lanar y cabrío, seguido del porcino y el vacuno (Bernardos Sanz, 2003). La actividad agrícola
principal de Rute se orientaba a la producción de vino y trigo. La tracción animal se hacía
indispensable para ello y, más específicamente, los bueyes y mulos eran esenciales para esta tarea.
Si bien el bienestar animal dentro de la producción y usos ganaderos parece ser algo propio de la
sociedad actual, se puede apreciar en estos documentos de la Edad Moderna cierta preocupación y
esfuerzo por parte de los ruteños por este aspecto. En parte por el gran valor económico que suponía
el animal en una unidad familiar, pero también por el posible afecto que sentirían los propietarios por

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

el ganado. Una forma de poner de manifiesto esta relación cariñosa es a través del uso de apodos, que
como veremos sirven a su vez como elemento identificativo del valor diferencial de ese animal con
el resto. Como indica Olaya Aguilar (2013), el hombre tiene una constante necesidad de nombrar las
cosas, personas o animales que lo rodean, con el propósito de identificarlos estableciendo un vínculo
social a través del lenguaje, ya que el acto de apodar resulta cargado del valor afectivo, desiderativo,
estético y moral que el hablante le atribuye
Ha sido objeto de este trabajo estudiar las testamentarías del siglo XVII correspondientes al Juzgado
Comarcal de Rute para realizar una aproximación histórica sobre la situación ganadera en el término
municipal de Rute en este siglo y evaluar la relación de los ganaderos con sus animales a través del
uso de apodos.
2. Material y métodos
Para este trabajo se han tenido en cuenta un total de 406 documentos correspondientes a
testamentarías del siglo XVII pertenecientes al fondo de Justicia Local de Rute del Archivo Histórico
Provincial de Córdoba. Dicho fondo ha sido extraído y desglosado del suprimido Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Rute. Fue transferido al Archivo Histórico Provincial de Córdoba por el
Archivo Comarcal de Rute el 25 de marzo de 1972, junto a los fondos judiciales de Iznájar y
Benamejí, y mezclado con otros fondos posteriores, así como con documentos municipales, de clero
y privados.
Se trata de una documentación muy rica que refleja la conflictividad social que existió en el municipio
a largo del Antiguo Régimen tanto en el orden civil como en el criminal, además del propio
funcionamiento de la administración judicial. Se estructura en tres grandes secciones o divisiones de
fondo que son las de Civil, Penal y Gobierno. La serie más voluminosa es, con diferencia, la de
testamentarías objeto de este estudio, que representan el 85% del total, muy relacionada con la de
tutelas y curadurías. Todas pertenecen al ámbito de lo civil, al igual que la serie de pleitos ejecutivos,
que se originaban mayoritariamente por reclamaciones de dinero o de propiedades, y la de pleitos
ordinarios o demandas entre particulares, en los que se aprecia gran diversidad de motivos, desde
reclamaciones de deudas hasta incumplimiento de cláusulas en contratos de arrendamiento, pasando
por apropiaciones indebidas de herencias, lesiones causadas por animales, daños en viviendas y otros.
En el ámbito de lo criminal encontramos tres series: autos de oficio incoados a instancia de autoridad,
querellas entre particulares y denuncias, estas últimas a cargo de alguaciles de campo y otras
autoridades menores y siempre asociadas a multas. Entre las muchas causas que se detectan pueden
citarse robos, homicidios, agresiones, estupro, injurias, escándalo público, tala o quema de árboles,
tenencia ilícita de armas, etc. Por último, en el ámbito gubernativo se distinguen varias series como
las de exhortos, requisitorias y certificaciones, todas ellas con escasa representación dentro del fondo
(@rchivAWeb, 2018).
Las testamentarías son una parte importante de los archivos judiciales. Su carácter económico y
complejidad han determinado que incorpore todo tipo de documentos relacionados con los bienes y
las personas que intervienen, y que por tanto se hayan conservado en mayor medida que otras series
documentales. El reparto de bienes siempre ha sido una materia muy delicada, tal vez una de las
principales atribuciones de la Justicia municipal. La autoridad de sus decisiones se basaba en las leyes
recogidas en las Recopilaciones y en profesionales con formación universitaria. Frente al más que
inevitable conflicto entre los herederos tras la muerte de un familiar, esta justicia institucionalizada,
supuso una garantía y salvaguarda. De hecho, la seguridad jurídica es una necesidad del hombre,
íntimamente relacionada con la propiedad, la familia y la herencia (Sánchez Herrador, en prensa).
3. Resultados y discusión
Como se menciona anteriormente, se han analizado 406 testamentarías del siglo XVII de Rute, de
ellas en 146 se consignan animales entre los bienes inventariados, y de éstas 28 consignan los apodos
del ganado. Dentro de esas 28, se encuentran 429 menciones a animales (1083 cabezas de ganado sin
tener en cuenta las crías del año), entre las que encontramos los apodos de 315 animales. Todos los
apodos se asignaron a ganado bovino, excepto en el caso de 6 burras. Consignamos el número de
testamentarías en las que no aparece ganado aunque el objeto de este trabajo no sea determinar el
grado de riqueza de aquella sociedad.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

De las 28 testamentarías, 14 se corresponden con propietarios no dedicados a la producción ganadera,


según se deduce de la composición de animales de sus hatos, formados por un par de bueyes, burros,
alguna yegua y pocas cabezas de ganado de abasto (cerdos y vacas) que parecen corresponderse con
labradores o arrieros. Entre los otros testamentos se encuentran las propiedades ganaderas de
productores de vacuno y/o porcino, y pastores.
Tipo ganado Número de referencias Con apodo % de animales con apodo
Equino 89 6 6,7%
Vacuno 244 204 83,6%
Bueyes 110 105 95,4%
Ovino 300 - 0%
Porcino 290 - 0%
Caprino 50 - 0%
Tabla I: Número de animales por tipo recogidos en las 28 testamentarías donde figuran animales
con nombre y porcentaje de aquellos que tienen apodo sobre el total de ocurrencias de cada tipo.
Los apodos se destinan exclusivamente al ganado bovino y equino. Por lo general, el ganado equino
aparece separado en los inventarios. Mientras que el bovino se une a otros ganados (ovino, caprino,
porcino…), el equino se encuentra entre los restantes bienes. Por su diferente aptitud con respecto a
las vacas de cría, en este estudio hemos considerado por separado a los bueyes.
Sexo Tipo de animal Número de referencias % sobre el total
Vacas 126
Hembras Novillas 24 49,8%
Becerras 7
Novillos 45
Machos 14,9%
Becerros 2
Bueyes 105 33,3%
Tabla II: Número de bovinos con apodo según sexo y tipo y porcentaje sobre el total de los animales
mencionados.
En cuanto al sexo del animal, casi el 50% de los apodos se corresponden con hembras, de las cuales
su gran mayoría son vacas (80,2%) como puede verse en la Tabla II. En un porcentaje mucho mayor
que los machos (novillos y becerros), también encontramos apodos en bueyes, en los que la
asignación de nombre tiene un papel funcional determinante desde el inicio de su adiestramiento en
su etapa de becerros (Galindo, 1993). Entendemos que estos porcentajes y el hecho de que el uso de
apodos se de en ganado principalmente bovino puede deberse a que se trata de ganado amaestrado al
que se le deben dar las órdenes por voz en vez de con ayuda de las riendas, por lo que los animales
necesitan tener un nombre con el que se identifiquen y respondan.
Gramaticalmente se pueden clasificar los apodos en: sustantivos o adjetivos, y dentro de éstos,
nombres de animales, adjetivos relativos al físico, al carácter, gentilicios, nombres propios de
persona... En cualquier caso cuando se da nombre de un animal al ganado se destaca una característica
de ese animal, por ejemplo cuando se apoda “Golondrino” a un buey se destaca su color negro. Otros
nombres de difícil comprensión podrían deberse a apodos, palabras conocidas por unos pocos o
inventadas y utilizadas en ambientes familiares.
Tipo de apodo Número de animales
Color de la capa 116

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Profesiones 46
Carácter del animal 32
Animales 24
Características físicas (tuerto, delgado, copete…) 21
Gentilicios y nombres de lugar 18
Objetos 17
Nombres propios 17
Funcionalidad del animal 9
Plantas 7
Fecha/estación de nacimiento 6
Tabla III: Número de animales mencionados según tipología de los apodos que reciben.
Predominan los nombres relativos al color de la capa del animal (Tinta, Florida, Retinto, Berrendo….)
o a sus particularidades complementarias (Bragado, Lucero, Calcetero….), seguidos de profesiones
entre las que destacan aquellas de componente militar, autoridad o liderazgo para los machos
(Capitán, Alcalde, Sargento...), aspecto éste que en el caso de los animales de labor, tiro de carreta o
conducción del rebaño (bueyes cabestreros) expresa el papel que ha de cumplir en el hato para
provocar el movimiento de los otros. También son frecuentes adjetivos, especialmente aquellos que
definen sus características físicas (Tuerta, Delgado, Gordillo...) y aquellos relacionados con el
carácter del animal (Guerrero, Rompedor, Arrogante...).
Es destacable la presencia de palabras de origen musulmán o en referencia a los mismos (Abencerraje,
Morillo, Morisca…) y los que hacen referencia a la época del año posiblemente del nacimiento
(Pascual, Lunero, Marceña...)
En cuanto al tipo de palabras escogidas para los apodos, predominan los sustantivos y adjetivos,
encontrando en menor medida nombres propios (21) y el caso de un verbo para un buey llamado
“Brinca”. Tanto en sustantivos como adjetivos, es común el uso de sufijos diminutivos (Gitanilla,
Marmolillo, Hermosilla…) concretamente, en 31 de los apodos analizados. Aunque los sufijos
diminutivos tienen como fin el empequeñecer, el diminutivo en el apodo es muy utilizado como
símbolo de cercanía y estrechamiento de relaciones sociales (Olaya Aguilar, 2013).
Entre los nombres más recurrentes encontramos Golondrina y Platero en sus variantes tanto en
masculino como en femenino con más de 10 ocurrencias, seguido de Rosada, Halcón (y Halcona) y
Romera. Este último nos pone de manifiesto también el uso de esa res para el tiro de carretas con
destino a las romerías.
Normalmente en las testamentarías con muchos bienes aparece ganado con apodos, aunque no
siempre, el hecho de consignar que el apodo puede provenir de la necesidad de diferenciarlos con
claridad para una posterior venta o reparto entre los herederos. Del mismo modo, en las testamentarías
con poco ganado no se le da nombre, tal vez porque no es necesario para su identificación y aprecio.
Probablemente esos animales sí poseyeron apodo aunque no fuese necesario anotarlo en el inventario.
En cualquier caso, cada escribano tendría sus costumbres a la hora de anotar los bienes y describir de
una manera u otra el ganado. Aunque pudiese parecer familiar o incluso poético llamar a los animales
por sus apodos, en las testamentarías tiene un sentido eminentemente práctico.
Asimismo, se aprecia que los animales muy jóvenes a menudo no reciben apodo. En algunas
ocasiones madres y descendientes comparten el mismo nombre, que sugieren un control genealógico
muy rudimentario con el fin de mejorar la cabaña ganadera. Los nombres relacionados con la estación
de nacimiento de los animales, con su función dentro del grupo, su temperamento y sus cualidades
físicas para el trabajo, se entienden mejor en el contexto de la prácticas de manejo y cría del ganado
de los labrantíos. Como dato curioso, encontramos el caso particular de la testamentaría de Francisco

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Ruiz Higuera (1674) en el que se encuentran animales con un valor por encima de lo usual para sus
características en los que se justifica su valor debido al aprecio que les tiene.
4. Conclusiones
Nuestros resultados nos dan un reflejo de la relación de las personas con los animales en el Rute del
siglo XVII y ponen de manifiesto hasta qué punto el ganado, sobre todo bovino, era un objeto valioso
digno de ser recogido en las testamentarías con el fin de ser considerado dentro del legado. Destaca
el hecho de que se haga constar el nombre en casi todos los bueyes más que para las otras especies
de tracción.
Más allá de los vínculos de los ganaderos con sus animales, los apodos en su mayoría parecen tener
finalidad identificativa de las características del animal y su funcionalidad. No obstante, el uso de
diminutivos y de adjetivos afectivos puede ser indicativo de un trato cariñoso entre el ganado de labor
y sus propietarios en aquella época.
Bibliografía
Becerra Rodero, E. y Sánchez Herrador, M. A. (2018) Conflictividad en torno al ganado equino en la
Edad Moderna en Rute (Córdoba). Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Congreso
Iberoamericano de Historia de la Veterinaria. Colegio Oficial de Veterinarios de Almería, pp. 215-
224.
Bernal, A. M. (1997). La tierra comunal en Andalucía durante la Edad Moderna. Studia Historica:
Historia Moderna, 16(1).
Bernardos Sanz, J. U. (2003) La ganadería española durante la edad moderna. Propuestas de
renovación historiográfica de un sector oculto. América Latina en la Historia Económica, vol. 10,
Nº. 2, pp. 39-70
Casey, J. (2001). España en la Edad Moderna: una historia social (Vol. 17). Universitat de València.
Galindo, W. F. (1993) Criterios de selección y pautas para el adiestramiento de animales de trabajo.
Livestock Research for Rural Development. vol. 5, n. 2.
García Jiménez, B. (1987) Historia de Rute en la Edad Moderna. Córdoba: Diputación Provincial.
García Jiménez, B. (2003). Panorama mercantil de Rute a mediado del siglo XVIII. Actas del III
Congreso de Historia de Andalucía. Historia Moderna (Tomo 1). Córdoba. 2001. Cajasur.
García Jiménez, B. (2004) Nuevos documentos para la historia de Rute. Excmo. Ayuntamiento de
Rute.
Junta de Andalucía (2018) @rchivAWeb [En línea] Disponible en:
https://ws096.juntadeandalucia.es/archivaWeb
Olaya Aguilar, V. (2013) El apodo en Cartagena: propuesta de una tipología semántica. Cuadernos
de Lingüística Hispánica, n. 23, pp. 29-48.
Sánchez Herrador, M. A. (en prensa) Testamentarías, mucho más que una serie. Revista TRIA, n.22.
Fuentes
Archivo Histórico Provincial de Córdoba (AHPCO), Justicia Local de Rute, Testamentarías y
particiones de bienes.

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Anexo I. Listado de apodos de animales con indicación de variantes.

Nombre Variantes Nombre Variantes Nombre Variantes


Abencerraje Bencerraje Doncella Moreno Morena
Acoplada Donosa Morillo Morilla
Alcaldesa Alcaldillo Dueña Morisca
Alcocholado Alcocholada Escudero Mulato Mulata
Naranjo,
Alguacil Estafeta Naranja
Naranjuela
Almirante Estandarte Nevada Nevada Deviga
Alpargate Florido Florida Noguera
Arrebolada Galapago Novilla Retinta
Arrogante Galiana Oliveros
Ballestera Ballesteruelo Galira Orejuela
Bandolero Garrido Garrida Ortelano
Berrendo Garzuela Pasqual Pasquala
Bragado Bragada Giraldo Pavón Berrendo
Bragueta Girón Girona Peligro
Brandera Gitano Gitana, Gitanilla Pendón
Brinca Golondrina Golondrino Peñuelas
Broquel Gordilla Perdigón
Bruja Granado Granados Plajera
Cabrilla Cabrita Granjuela Platero Platera, Plateruela
Cachuela Guerrero Guerrera Portugués
Halcona, Alcón,
Calaynos Halcón Puertollano
Alcona
Calcetero Hechicera Pulida
Hermosilla, Rabalbo, Rabalva,
Calderón Hermosa Rabalba
Hermosillo Rabalvo, Robalba
Calocana Herrador Herrero, Herreros Ramiro Ramira
Calzadilla Calçadilla Hornero Hornera Ramizo
Camacho Huérfano Regidor
Campanario Hurona Remendona
Candelero Jabalí Ribera Riberuela
Cañamo Jabonera Romero Romera
Cape[...] Labrador Rompedor
Capitán Lacoca Ropera
Caporal Lagartija Rosada
Çarabanda Larguilla Ruano Ruana
Carbonero Carbonera Larvendo Rucuela
Carpintera Leñador Rufián

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Castaña Libero Sabandija


Castellana Ligero Sargento
Castillo Limón Serrano
Cazorla Listona Sevillana
Chocarrera Llona Soldado
Tintorera,
Clavellino Clavellina Lozanilla Tinto
Tintorero
Clavete Lucero Tordilla
Cobujada Cobuxada Lumbrero Toronja
Coleto Lunero Tortolilla
Colorado Colorada Madroño Troyano
Comediante Malgarida Tuerta
Comendador Malhornera Turquillo
Compuesta Mantellina Valentín
Conejo Marceño Marceña Vaquera
Copete Marmolillo Vegeta
Corcobado Marques Marquesa Ventura
Cordera Mensajero Vizcaino Vizcaina
Cordobesa Mohina Ximena
Cordón Molinera Zamorana
Culebra Monguia Zapatera
Cupido Monjuela Zarandera
Delgada Montesinos

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ANIMALES EXÓTICOS EN ESPECTÁCULOS ROMANOS: CAPTURA Y


TRANSPORTE HASTA ROMA
María Engracia Muñoz-Santos
Universidad de Valencia
C/ Luis Vives, 8 – 46210 – PICANYA (VALENCIA)
[email protected]

RESUMEN:
Leones, tigres, rinocerontes llegaban desde lejanos rincones del Imperio Romano para
participar en los munera (espectáculos matinales). Eran capturados en sus tierras de
origen y transportados hasta su destino vivos. Las fuentes escritas no dejan constancia
cómo se llevaba a cabo esta actividad. Para conocer algo sobre ella solo conservamos el
mosaico llamado “De la Gran Cacería” de la Villa del Casale en Sicilia. Un trabajo de
una gran riqueza de detalles que puede desvelar alguna de las incógnitas que se plantean.

Palabras clave: Antigua Roma – Espectáculos romanos – venationes – Captura de


animales

Abstract:
Lions, tigers, rhinos came from far corners of the Roman Empire to participate in the
munera (morning shows). They were captured in their homelands and transported to their
destination alive. Written sources do not record how this activity was carried out. To
know something about it, we only keep the mosaic called “Of the great hunt” of the Villa
del Casale in Sicily. A work of great wealth of details that can reveal some of the
unknowns that arise.

Keyword: Ancient Rome – Roman spectacles – venationes – animal capture

El mosaico romano de la Piazza Armerina de la Villa del Casale en Sicilia, denominado


como La Gran Cacería, pertenece a un conjunto de obras musivarias mucho mayor de
variada temática que se distribuyen por las distintas estancias de la pars urbana: cacerías,
un espectáculo circense y el famoso mosaico denominado popularmente como “las chicas
del bikini”, son solo algunos de ellos. Este que nos ocupa aquí es el ejemplo más completo
de representación gráfica de la captura de animales vivos.
La villa fue habitada desde el 285 hasta el 305. Se ha especulado mucho sobre quién
podría haber sido el dueño1, pero parece que hoy en día, la hipótesis más aceptada es la
de que perteneció Lucio Aradio Valerio Próculo Populonio, una prestigiosa figura de la
época de Constantino (272-337), gobernador de Sicilia entre los años 327 y 331 y cónsul
romano en el año 3402.

1
STEGER, 2017: 58-73.
2
RICCI, 1982: 31.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El mosaico de La Gran Cacería3, de forma biapsial, se fecha entre el 320 y el 330. Se


encuentra en el largo corredor que separa la zona privada de la pública de la villa. Mide
60 metros de largo por 5 de ancho. Es un ejemplo más del estilo musivario típico del siglo
IV d. C. que se daba en el Norte de África4. El nombre con el que es conocido es erróneo,
puesto que se alude a él como “cacería”, pensamos que sería mejor llamarlo “captura” de
animales. La escena representada es la de animales capturados vivos y trasladados por
diferentes medios hasta varias embarcaciones y se ha entendido como una captura de
animales para los espectáculos matinales de los munera anfiteatrales y circenses5 que se
desarrollaban en Roma durante este momento. Un tipo de eventos que ya eran
tradicionales desde el siglo II a. C., cuando Fulvio Nobilior con motivo de la victoria
romana sobre los etolios (186 a.C.), celebró el triunfo en Roma con un enfrentamiento
entre leones y panteras6.
El mosaico destaca por varios motivos: la cantidad de animales que él se representan, las
formas en que son atrapados, la manera en que son transportados, la cantidad de personas
que participan en estas capturas, que ningún animal es abatido si no es por defensa y por
último las tres embarcaciones que aparecen enmarcadas en lechos acuáticos. A cada lado
unas alegorías interpretadas como la India7 y África, esta segunda, la del extremo
izquierdo, muy degradada. Solo uno de los animales representados es inexistente en la
naturaleza y se trata de un grifo. Por lo tanto, nos encontramos ante el más detallado
documento que conservamos sobre este aspecto de los espectáculos romanos que los
autores clásicos no mencionan. Es el mejor instrumento que tenemos para conocer esta
faceta antem-espectáculo.
Respecto a los animales, podemos destacar en un principio que se trata de grandes
ejemplares, no aparecen pequeños animalillos a excepción de cachorros y algún perro que
actúa como auxiliar del captor. Los principalmente representados son mamíferos y
únicamente hay avestruces, pertenecientes al grupo taxonómico de las aves.
Tomando como referencia la primera embarcación, podemos dividir el área, a su vez, en
tres espacios: el primero, donde se representa la captura (escena de más a la izquierda),
donde personajes armados con lanzas y escudos acosan a los animales, muy caótica,
donde está muy destacada la acción; el segundo espacio, donde ya han sido capturados y
son trasladados mediante jaulas de madera, redes, a pie… y finalmente un tercer espacio,
en el que ya son embarcados rumbo a la ciudad donde se celebrarán los juegos. Por lo
tanto, la imagen es la traducción gráfica del esquema de una captura: Obtención del
animal, traslado y transporte en barco hasta el lugar de destino.
En este espacio podemos ver leopardos, leones y algunos herbívoros (quizás se trate de
impalas). En la embarcación (podría ser una triacontera8) podemos ver cómo ya se han
dispuesto varias de las jaulas. Se trata de un transporte de vela cuadrada y que utiliza
remeros, es difícil concretar qué tipo de embarcación se trata, pero el que utilice vela
cuadrada nos indica que se trata de un transporte marítimo y que en el mar se
representasen peces lo podría corroborar. Es algo que diferencia a las otras dos
representaciones acuáticas del mosaico, desconocemos el motivo de ello.

3
RICCI, 1982: 28.
4
DUNBABIN, 1978: 53-55.
5
MUÑOZ-SANTOS, 2016: 99-ss.
6
Tito Livio XXXIX, 22, 1-2.
7
WILSON, 1983: 28.
8
D’AMATO, 2017: 28.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Lo más curioso de esa escena es que, al otro lado de esta embarcación, los animales están
siendo trasladados a tierra. Este lugar es un espacio de encuentro con la siguiente
embarcación. ¿podría tratarse del puerto de Ostia? ¿o el fluvial de Roma? Es complicado
saberlo puesto que, además, hay una zona del mosaico muy degradada.
Significativamente, este es el centro del corredor, pero hay una falta de interés por ese
momento de la llegada puesto que es la escena más corta y con menos detalle, lo
importante del mosaico es la captura.
La siguiente embarcación (¿una liburna quizás?) encabeza una escena similar. Los
animales aquí son completamente distintos: tigres, elefantes, bueyes, rinoceronte de un
cuerno, incluso un camello arábigo y felinos manchados, quizás leopardos o guepardos.
Solo en el extremo derecho encontramos lo que parece un león a la misma altura del grifo,
este último un animal inexistente, mitológico. Del centro hacia la izquierda los animales
son cada vez más exóticos hasta llegar a lo imaginario, de lo conocido a lo desconocido.
En el extremo final, una figura femenina, representa el continente asiático puesto que a
sus pies aparecen un tigre, un elefante, en sus manos porta un colmillo de este animal. En
el extremo opuesto se intuye otra alegoría femenina portando una lanza y animales a sus
pies, aunque solo son distinguibles los cuartos traseros de dos felinos.
En diferentes escenas se pueden intuir las formas de capturar estos animales: los leopardos
parece que son cercados por los hombres armados que forman en círculo a su alrededor,
probablemente con el objetivo de reducir el espacio. Uno de ellos lleva lo que podría ser
un cebo, atado a una base plana y rectangular, por sus cuatro patas, es complicado poder
distinguir qué animal es. En el lado opuesto, un jinete arrebata a una tigresa sus cachorros,
sabemos que esta forma de captura era realizada con estos animales y consistía en raptar
toda la camada, salir al trote y cuando la madre perseguía al jinete para recuperar sus
crías, este dejaba caer una de ellas que la madre recogía con su boca y retornaba a la
guarida, escapando el capturador con el resto de la camada9. Esto proporcionaba varias
ventajas al comerciante: por un lado, tener varias crías por si alguna moría durante el
viaje, minimizando riesgos económicos, y por otro, que creciesen durante el trayecto de
forma que ocupaban poco lugar en las embarcaciones, se adaptaban al ser humano,
comían menos, eran más manejables y terminaban siendo adultas a su llegada a destino,
listas para participar en la arena.
Respecto al transporte vemos de varios tipos: mediante redes atadas a un palo, muy
similar al de otros mosaicos, parece que este sistema era utilizado especialmente para
transportar jabalíes; otros animales van andando por su propio pie, como en el caso de los
avestruces que además parece que puedan llevarse bajo el brazo, atados con correas como
uno de los tigres, con cuerdas como en el caso del elefante, del rinoceronte o del astado
que además parece que se resiste. El transporte en jaulas es de dos tipos: las jaulas
montadas sobre carro y las jaulas con ruedas incorporadas, quizás por la peligrosidad del
animal eran subidas a bordo en estos trasportes directamente en el barco. Desconocemos
qué hay dentro.
Sobre los lugares utilizados como puerto, podemos intuir por el fondo algunos datos: Por
un lado, la zona que podríamos llamar como “africana” es una zona llana, salpicada de
palmeras, no se trata del puerto de Alejandría porque entonces se habría representado el
famoso Faro, por ejemplo. Debido a la aparición de una gran construcción yo hipotetizaría
que podría tratarse de algún puerto en el norte de África. Quizás, con la profusión de
columnas y los dos elementos arquitectónicos que sobresalen, se quisiera representar el
9
Plinio, Historia natural, VIII 25, 66.

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puerto de Cartago. En el lado opuesto, lo que podríamos decir que es la zona más extrema,
destacan los árboles sobre las palmeras y no es un lugar tan llano, el romano que realizó
el mosaico quería representar un paisaje rocoso o montañoso, poco habitado, salpicado
por alguna que otra construcción muy simple, quizás un templo, aunque parece que los
tejados son mucho más grandes que en las construcciones del lado derecho. No aparecen
grandes ciudades y los puertos también son inexistentes, puesto que el supuesto de
Cartago queda lejos. Parece que se utilizarían zonas inhóspitas y alejadas de la
civilización, probablemente debido a la cercanía del improvisado puerto del lugar de
captura, minimizando riesgos de esta forma. En este otro lado del mosaico se puede
apreciar otra embarcación y otro elemento acuático, ¿podría hacer referencia la primera
zona a Arabia y la segunda la India?
Por último, quisiera destacar la figura del grifo, en la parte más alejada del centro del
mosaico. El único animal imaginario de toda esta obra musivaria. La escena es intrigante
puesto que dentro de la jaula de madera aparece un ser humano, atrapado por este animal
mitológico, y que se asoma entre los barrotes.
A modo de conclusión debemos tener presentes varios aspectos que destacan en base a lo
ya comentado: que se trata de un mosaico que representa la grandiosidad de Roma en
tierras lejanas a la civilización y a la propia ciudad de Roma; que hay un destacado
heroísmo en las escenas de captura que demuestran la virilitas romana (no aparecen
auxiliares, hombres de otros pueblos, de otras razas), todos ellos están uniformados, se
cree que podrían ser esclavos de la villa10 de la misma forma; que Roma es representada
como dominante de la Naturaleza; que si aceptamos la hipótesis de las tres zonas divididas
por embarcaciones y elementos acuáticos, podríamos estar ante la representación de los
tres principales lugares de captura de animales en la antigua Roma: África, Arabia y Asia,
y la lejana India, mucho más desconocida in extenso y por ello, de representación más
reducida, pero con el elemento imaginario del grifo que la delata.
BIBLIOGRAFÍA
D’AMATO, R. (2017), Imperial Roman warships 193–565 AD, Oxford.
DUNBABIN, K. M. D. (1978) The mosaics of Roman North Africa, Oxford.
MUÑOZ-SANTOS, M. E. (2016), Animales in harena, Almería.
RICCI, A., DE VOS, M. y CARANDINI, A. /1982) Filosophiana, the Villa of Piazza
Armerina: the image of a Roman aristocrat at the time of Constantine, Palermo.
SESSA, K. (2018), Daily Life in Late Antiquity, Cambridge.
STEGER, B. (2017), Piazza Armerina, París.
WILSON, R. J. A. (1983), Pizza Armerina, Londres.

10
SESSA, 2018: 190.

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ARISTÓTELES: SU LEGADO EN LOS PLANES DE ESTUDIO DE VETERINARIA


Dra. Silvia Nicolás Alonso1*, Prof. Alfonso Vives Cuesta1, Dr. Jesús García Recio1 & Prof. José Manuel Martínez Rodríguez2
1
Instituto Bíblico y Oriental de León. Autor de contacto: C/ Río Moruelo 3- 5, 24008 León. Teléf: 676 799 315 [email protected]
2
Dpto. Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria. Facultad de Veterinaria, 24071, León

RESUMEN
Aristóteles (384-322 a. de C.), uno de los grandes filósofos de la Antigüedad, fue el primer empirista
conocido. Sus obras, recopiladas en el Corpus Aristotelicum ejercieron, hasta el siglo XIX, una gran
influencia sobre diversos campos del conocimiento, entre los que se incluye la Zoología.
Descendiente de Asclepíades, practicó la disección sobre diversas especies animales aplicando los
sentidos y la razón a su método analítico de forma similar a aquéllos cuando reconocían a un enfermo.
Tal vez por este motivo, estaba más interesado en la anatomía, generación y funcionamiento de los
organismos (sus denominados vivientes) que en su clasificación. Mucho antes del One Health, el
padre de la anatomía comparada recurrió al hombre como referente en el estudio del resto de animales.
Cada año, los estudios de Medicina y Veterinaria comienzan con el aprendizaje de los ejes y planos
anatómicos que describió por vez primera este filósofo. Con mayor o menor acierto, sus aportaciones
se extienden a otros campos de la Veterinaria como la embriología, la parasitología, la producción
animal, el estudio de las plantas… e incluso se preguntó acerca de la transmisión de los caracteres
heredables.
En esta comunicación revisamos su obra zoológica y su metodología desde el punto de vista
científico, recorriendo paralelamente el actual plan de estudios de Veterinaria y analizando aquellas
aportaciones del filósofo incluidas en el mismo.
Gracias a la implantación de la asignatura de Historia de la Veterinaria, los estudiantes tienen la
oportunidad de profundizar en las raíces de nuestra profesión que comparten con el resto de las
sanitarias. Esta actividad es muy necesaria, no solo para garantizar una formación integral de los
veterinarios, sino también para justificar y promover la colaboración entre titulados de otras Ciencias
de la Salud para que así, la sociedad comprenda y valore el carácter sanitario de esta profesión.
Palabras clave: Aristóteles, Medicina Veterinaria, historia de la zoología
ABSTRACT
Aristotle (384-322 BC), one of the great philosophers of antiquity, was the first known empiricist.
Until the nineteenth century, his work, compiled in the Corpus Aristotelicum, exercised a great
influence on various fields of knowledge, including Zoology.
Descendant of Asclepiades, he practiced dissection of various animal species and applied the senses
and the reason to his analytical method in a similar way to those when they recognize a patient.
Perhaps for this reason, he was more interested in anatomy, generation and functioning of organisms
(his so-called living entities) than in their classification. Long before One Health, the father of
comparative anatomy used man as a reference in the study of other animals. Every year, Medicine
and Veterinary studies begin with the learning of anatomical axes and planes described by this
philosopher for the first time. With greater or lesser fortune, his contributions extend to other fields
of Veterinary Medicine such as Embryology, Parasitology, Animal Production, the study of plants,
etc., and he even wondered about the transmission of the heritable characters.
In this communication, we review his zoological work and his methodology from a scientific point
of view. At the same time, we go over the current plan of Veterinary studies and analyze this
philosopher contributions included in it.
Thanks to the establishment of Veterinary History, students have the opportunity to delve into the
roots of our profession, these are shared with the rest of sanitary jobs. This is a very necessary activity,
not only to guarantee a comprehensive training of veterinarians, but also to justify and promote
collaboration between graduates of other Health Sciences so that society understands and values the
healthy nature of this profession.
Keywords: Aristotle, Veterinary Medicine, history of Zoology.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ARISTÓTELES: OBRA Y FUENTES


Aristóteles (384-322 a. de C.)1, es considerado no sólo como uno de los grandes filósofos de la
Antigüedad, sino también como “uno de los genios científicos más ricos y profundos que han
existido” (Hegel). Sus obras, recopiladas en el Corpus Aristotelicum, sentaron las bases de la biología
moderna y ejercieron, hasta el siglo XIX, una gran influencia sobre diversos campos del
conocimiento, entre los que se incluye la Zoología. Sus reflexiones se basan en la experiencia2 y
observación de los hechos, desarrollando el método empírico, pilar fundamental sobre el que se
asienta la epistemología actual3. Debido a la amplitud de su obra4, en la presente comunicación nos
centramos, someramente, en algunos aspectos básicos de su filosofía para comprender su modelo de
estudio animal
De la obra conservada los escritos biológicos constituyen una parte muy importante: tres de ellos son
grandes tratados: Historia Animalum (Historia de los animales), De partibus Animalium (Sobre las
partes de los animales), De Generatione Animalum (Sobre la generación de los animales). A éstos hay
que añadir el tratado sobre el alma (De Anima, puente entre la Biología general, la Ética y la
Metafísica) y dos pequeñas monografías: De Inccesu Animalium (Sobre la locomoción de los
animales) y De Motu Animalium (Sobre el movimiento de los animales). Otras obras entre biológicas
y psicológicas se engloban bajo el título Parva Naturalia (Pequeños estudios naturales). Por último,
algunas que contienen información de interés desde el punto de vista biológico: Sobre el cielo, De la
respiración, Sobre la Potencia y el Acto, Física, Meteorología, etc. Sabemos, por otra parte, que dejó
sin escribir un tratado sobre nutrición y otro sobre salud y enfermedad. Entre sus obras perdidas
figuran los apuntes y diagramas de las clases de disección del Liceo, que realizó él mismo o los
alumnos bajo su supervisión (corpus esotérico). Parece que escribió obras sobre botánica y anatomía
humana que tampoco se conservan.
Dedicó una gran atención al estudio de los vivientes de los que obtuvo una enorme cantidad de datos.
Durante su etapa en diferentes localidades de Asia Menor (Aso, Mitilene) y Kalloni (Lesbos) escribió
la mayor parte de su obra biológica. Estos eran lugares de ecosistemas ricos en biodiversidad, muy
apropiados para sus estudios. Además es probable que el propio Alejandro, durante su campaña de
conquista, le escribiese acerca de nuevas especies e incluso le hiciera llegar alguna. Recopiló una
gran biblioteca, modelo de la que después sería la de Alejandría. Es patente su profundidad reflexiva,
pasión y aprecio a las criaturas que estudiaba. Descendiente del médico Asclepíades, su padre ejerció
una gran influencia en su obra. De él aprendió el arte de la disección5. Dio gran valor al testimonio6
de médicos, pastores, pescadores, criadores de ganado, cazadores o viajeros. En cuanto a tratados
técnicos monográficos, hay muy pocas obras anteriores a Aristóteles: conoció muy bien las obras de
los naturalistas presocráticos; entre sus fuentes relevantes encontramos obras de medicina como la de
Diocles de Caristo, Mnesiteo; recopiló algunos compendios populares sobre caza, pesca, agricultura
y ganadería, medicina y farmacia; se interesó especialmente por las primeras historiografías jonias
que incorporaban el saber biológico a la descripción de los periplos, como Heródoto que, entre otras,
describía las maravillas de la ciudad de Babilonia, y los relatos de periplos y cosmografía como el de
Ctesias que escribía sobre las criaturas de la India; también aprendió de los escritos de cría y selección
de caballos de Simón de Atenas o Jenofonte. Por último, se interesó por la literatura botánica y las
fábulas como las de Esopo que trataban sobre el carácter de los animales.

1
Agradecemos al Prof. Alfonso Vives la revisión íntegra del texto final. Todos los errores o imprecisiones que
permanezcan en él, no obstante, son responsabilidad exclusiva de la autora principal.
2
La vivencia de un suceso que consta de experiencia externa o sensación, e interna o reflexión.
3
Gran crítico del mundo de las ideas, busca otra forma de entender la estructura de la realidad. Sus investigaciones
botánicas y zoológicas le llevaron a aceptar que el cambio es real (las ideas eran inamovibles). Los seres cambian.
4
De Aristóteles conservamos obras sobre retórica, ética, política, lógica, metafísica, psicología...
5
Por las descripciones en sus obras se deduce que él mismo diseccionó más de 50 especies, animando a sus alumnos a
“acercarse sin reparos a la exploración de cada animal pues en todos ellos hay algo de natural y hermoso”.
6
Recordemos la actitud inquisitiva griega y su fomento en las ágoras mediante el arte de la conversación.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

ARISTÓTELES Y LA VETERINARIA
Aristóteles estaba interesado en la búsqueda de la ἐπιστήμη (episteme)7 y el desarrollo de las τέχναι
(téchnai)8. Las obras médicas de su padre le abren paso al pensamiento hipocrático9, llegando a
desarrollar una metodología de análisis de los animales similar a la exploración del enfermo.
Estudiaba la morfología externa pero, a diferencia de los hipocráticos, empleó la disección que
practicaba en toda clase de animales, no sólo en los domésticos. Esta metodología de análisis le
permitió un estudio más riguroso de los organismos que le sirvió para clasificarlos en los grandes
reinos animal y vegetal, e incluyó al hombre en la categoría de animal10. Sin embargo, en esta fase,
fruto de su interés organicista y clasificador de la globalidad de los fenómenos que fueron objeto de
su estudio, estaba más interesado en conocer el funcionamiento de los organismos que en su
sistematización.
Padre de la Anatomía comparada, empleó al hombre como modelo para el resto de animales11. Con
el fin de localizar correctamente sus partes, procede jerárquicamente dividiendo al organismo en
regiones: cabeza (κεφαλή, kephalē), cuello (αὐχήν, aukhḗn), tronco12 y extremidades (σκέλος,
skélos). Asimismo, establece una serie de ejes de los que deriva el actual sistema de ejes y planos
anatómicos (figura 1a), Define el término ὄργανον (organon), desconocido por los médicos
hipocráticos y producto de su reflexión especulativa, para designar partes del cuerpo dedicadas a
diferentes funciones (repiratoria, nutritiva, etc.). Fue el primero en registrar la existencia de algunos
órganos característicos de los animales, como los divertículos esofágicos de los rumiantes o el buche
de las aves. También describió la ausencia de vesícula biliar en el caballo.

Figura 1: a) Ejes anatómicos definidos por Aristóteles b) Clasificación de los seres vivos según el tipo de alma.

Según su esencial teoría hilemórfica (la interpretación biológica de la teoría de las cuatro causas del
ser se resume en el anexo 1), todo ser está formado por materia (hýle ὕλη) y forma (morphé μορφή).
En el caso de los seres vivos la materia corresponde al cuerpo (sóma σῶμα) y la forma al alma (psyché
ψυχή). Sólo los vivientes tienen un alma que permanece en unión esencial o indisoluble (sýnolon)
con el cuerpo. Posee aquí, por tanto, un sentido más estrictamente biológico y menos metafísico del

7
El conocimiento más veraz. Es el resultado de un razonamiento lógico a través del silogismo o deducción.
8
Se trata de las artes o técnicas que arrancan al hombre de su condición de animal. Convierten lo natural en artificial,
aunando la habilidad manual con el conocimiento pleno de lo que se pretende hacer. Algunas téchne: música, equitación,
cocina, gimnasia, astronomía… y por supuesto, la medicina o arte de curar las enfermedades.
9
El Corpus Hippocraticum es un testimonio de máxima importancia porque es el primero en el que una medicina racional
(no filosófica, basada en el uso de los sentidos y la razón para examinar al paciente y establecer un diagnóstico y
pronóstico) se contrapone a una religiosa y mágica (filosófica basada en la cosmogonía y mitología y que empleaba
rituales y encantamientos para la sanación del paciente).
10
En la clasificación aristotélica el hombre es un animal superior dotado de lenguaje, racional, político y social, situado
en la cúspide de la Scala Naturae, otra gran diferencia con su maestro Platón que lo colocaba en la base.
11
Salvando las diferencias en cuanto a orientación originadas por el bipedismo humano. Para el filósofo, el hombre es
«el más erecto de los animales y el único que tiene la parte alta dirigida hacia la parte más alta del universo»
12
El término θώραξ (thorax) en la Antigua Grecia no se refería únicamente al tórax, también incluía la cavidad abdominal.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

que le dio Platón y del que posee en la actualidad, ya que la define como el conjunto de capacidades
orientado hacia determinados fines: nutritivos, motrices, reproductivos y cognitivos. Clasifica a los
seres vivos según su tipo de alma, división muy importante desde el punto de vista biológico y que
dará origen a su Scala Naturae (figura 1b).
Este hilemorfismo sienta las bases de la Fisiología. Todo está orientado hacia un fin (télos, τέλος)13.
El de un individuo es alcanzar la perfección de la forma a la que pertenece (esta forma es su concepto
de especie biológica o εἶδος, eídos, que aplicó a los seres inertes igualmente). En cuanto a los órganos,
trata de averiguar cuál es ese fin. A veces lo descubre fácilmente, mediante la observación directa (es
el caso de los órganos de la nutrición como estómago y buche, o reproductivos como el útero), otras
le resultan un misterio (bazo).
El estagirita se interesó mucho en comprender cómo adquirían los seres vivos su alma, lo que le llevó
a realizar diferentes experimentos sobre Embriología. Durante el proceso de desarrollo embrionario
(desde semilla o huevo) se produce el paso de la potencia al ser a través de una serie de estados
imperfectos de la forma, dentro de esa progresión teleológica que domina su concepción óntica.
Famosos son sus experimentos con embriones seriados de pollo, de los que dedujo que el alma debía
residir en el corazón puesto que es el primer órgano que se manifiesta. Descubrió los embriones de
muchos animales y se sentía fascinado por la teratología, que le generaba grandes enigmas en su
método de investigación, pues superaban, los portentos de la naturaleza, toda adscripción empírica. .
Estudia la reproducción animal desde un punto de vista anatómico-fisiológico, describiendo los
órganos reproductivos de muchos animales. Establece tres tipos que siguen en buena medida vigentes:
sexual, asexual y espontánea. Describe la placenta cotiledonaria de los rumiantes y el mecanismo
reproductivo de los tiburones vivíparos (la placenta de los carcarrínidos). Desde un punto de vista
zootécnico se interesa por la mejora de la producción ganadera. Refleja el testimonio de pastores
sobre reproducción ovina y registra dos métodos de castración: por aplastamiento y orquidectomía,
describiendo sus efectos en animales jóvenes. Practicó la castración en cerdos de cebo, en camellas a
través de una incisión por el pubis y capó gallos. Describe el raboteo ovino para facilitar la cubrición.
Antes que Mendel, tanto Aristóteles como su discípulo Teofrasto, se preguntan sobre la herencia de
los caracteres de ambos progenitores en su descendencia, cuestión de difícil respuesta para la época.
Se opuso la teoría de la pangénesis defendida por los hipocráticos y, aunque no encontró una
explicación acertada, se dio cuenta de que no todas las características de un individuo dependían de
la herencia, sino también de su entorno.
Aunque hasta el siglo XVII no podemos hablar de Histología con la observación por vez primera de
células (Robert Hooke, 1665), Aristóteles se dio cuenta de que existían diferentes tipos de órganos
según su composición. Los homogéneos (homoiomére ὁμοιομέρη), formados por el mismo “tejido”
de naturaleza fluida (carne, sangre y huesos), carecerían de estructura microscópica. Estudió su
naturaleza describiendo sus diferentes propiedades (suave, seca, húmeda, quebradiza, flexible) que
dependían de la mezcla de elementos que la componían14. Los no homogéneos (anomoiomére
ἀνομοιομέρη) estarían integrados por distintas estructuras y “tejidos” (mano, ojo…).
Es patente su gran interés por la Patología Animal. Describe las enfermedades de muchos animales
como la rabia o lisa del perro, el timpanismo bovino, como signo clínico, y una enfermedad ovina
que podría tratarse del riñón pulposo. Conoce parásitos como las lombrices (σκώληξ, skṓlēx y ἕλμινς,
hélmins) de las que afirma, como de los insectos, que se originan por generación espontánea. Describe

13
El finalismo o teleologismo es un rasgo característico del pensamiento aristotélico y aún condiciona el estudio de alguna
ciencia actual como la Fisiología (cada órgano tienen una función).,
14
Los cuatro elementos de Empédocles: aire, tierra, agua y fuego. Según Aristóteles la quintaesencia o éter, elemento
superior a los otros cuatro, correspondería al material que llena la región del universo por encima de la esfera lunar y que
compone los cuerpos celestes que en ella se encuentran, como las estrellas.

Pag. 373
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

al tábano y a la mosca caballar como odiosos enemigos del ganado y a la solitaria como una lombriz
que se alimenta en el intestino humano alcanzando dimensiones monstruosas, difícil de eliminar,
salvo si se toma abrótano.
Tampoco le son ajenos aspectos relacionados con la bioquímica y la nutrición, afirma que los
animales poseen un fuego interno que necesita ser alimentado. Define metabolismo metabolé
(transformación) como el mecanismo por el cual un organismo adquiere la materia del mundo y la
transforma en la energía que necesita para distribuirla a los lugares que la necesitan. De manera
sorprendentemente acertada, piensa que las transformaciones metabólicas están organizadas como
una cadena o red. En su concepción de los ciclos metabólicos, la sangre es la materia final y nutriente
universal. Todas las reacciones producen residuos que se excretan en forma de heces, orina y bilis.
Los pulmones tienen la finalizad de controlar el calor interno, de ahí el mecanismo de respiración o
refrigeración.
Tampoco desdeñó el ámbito farmacológico del que tenía grandes conocimientos por la botánica, por
más que gran parte de su obra sobre esa disciplina no se haya conservado. Asimismo, no le eran
desconocidos los beneficios de las plantas ante patologías tanto humanas como animales. Por último,
Describe el efecto tóxico de las plantas sobre distintas especies animales.
Los avances en las técnicas científicas han posibilitado un profundo conocimiento de la realidad que
habitamos. La obra de Aristóteles contiene errores e imprecisiones y, a veces, no contrasta la
información que recopila15. Sin embargo, estos no tienen relevancia ante las aportaciones de su genio
clasificador único en su tiempo y antecesor de toda la organización de los saberes veterinarios. Él
mismo entendía su obra como un cuerpo vivo y sometido a continuas revisiones, tanto propias como
de otros investigadores, tal como hizo con sus predecesores, aceptando así su discusión.
Es posible que la biblioteca del Liceo pasara más tarde al célebre Museo de Alejandría, institución
que deriva directamente del Liceo. Posteriormente árabes helenizados durante el Califato Abbasí se
convirtieron en los principales herederos de su legado científico. Grandes eruditos, como Al-Farabi
y Avicena, ampliaron y difundieron su obra llegando a Santo Tomás de Aquino, introductor de la
filosofía aristotélica en la corriente escolástica del siglo XIII, cuyo concepto de alma aplicada a la
realidad animal motivaría un tratamiento ponderado de cuestiones interesantes que hoy están en el
primer plano del polémico discurso sobre la ética animal, antiespecismo y animalismo en terrenos
fronterizos entre la ética, la antropología y la zoología. Sin Aristóteles esta discusión, tan viva y
presente, no podría haber tenido lugar por cauces racionales y sistemáticos.
CONCLUSIONES
La clasificación antropológica en el reino animal y el estudio en paralelo de la anatomía animal y
humana, al modo aristotélico, implica la aceptación, desde sus inicios, de una medicina única. Este
carácter unitario refleja la forma de entender el conocimiento en la Antigua Grecia como un ente
integral, sin divisiones ni especializaciones, que fragmenten los saberes en especializados
deslavazados que se escoran fuera de los márgenes de la ética, también cultivada desde estos mismos
parámetros por el propio Aristóteles.
Los errores contenidos en la obra de Aristóteles, achacables a las limitaciones técnicas connaturales
a su tiempo, no han de menoscabar en absoluto la importancia que posee el hecho de haber establecido

15
Llaman la atención especialmente afirmaciones como que el león y el lobo sólo poseen una vértebra cervical, hecho
fácilmente comprobable mediante disección. Otros son más entendibles dadas las limitaciones de la época como los
errores en la descripción de las funciones del corazón, cerebro o pulmones. El valor canónico otorgado a sus escritos haría
que hasta el siglo XIX no se desterrara por completo la creencia en la generación espontánea (Pasteur, 1861) o el fijismo,
del que también era partidario Platón, y que aún defienden algunos en la actualidad.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

una metodología de estudio científico que innegablemente se encuentra en la base y fundamento de


la cientificidad de nuestra disciplina. No alargar la mirada hacia el legado aristotélico sería un error
que conduce, como sabemos, a una fragmentación inorgánica de nuestras especialidades que, en ese
caso, perderían el horizonte sanitario unitario que, por otra parte, se reivindica en otros foros.
Dada la fundación aristotélica de la ciencia moderna, su obra imbuye todo el plan de estudios de
Veterinaria. Gracias a la implantación de la asignatura de Historia, los estudiantes tienen la
oportunidad de profundizar en las raíces de nuestra profesión que comparten con el resto de las
sanitarias. Esta actividad es muy necesaria, no solo para garantizar una formación integral de los
veterinarios, sino también para justificar y promover la colaboración entre titulados de otras Ciencias
de la Salud para que así, la sociedad comprenda y valore el carácter sanitario de esta profesión.
Aristóteles y su método nos dan la pauta para nuestra actuación como profesionales sanitarios hijos
de la misma tradición que nuestros colegas médicos.
BIBLIOGRAFÍA
BARTOLOMÉ, R. & MARCOS, A. (2010). Aristóteles, obra biológica. Luarna Ediciones S.L.
CRESPO, S. J. (2017). Aristóteles y la Medicina. Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 69 (1), enero-
junio 2017, p169.
ELIANO, C. (1984). Historia de los Animales: Libros I-VIII y IX-XVII. Editorial Gredos.
GANBRA, J. M. (2008). Lógica aristotélica. Ed. S.L. Dykinson.
GÓMEZ-PIN, V. (1984). El orden atistotélico. Editorial Ariel.
GOTTHELF, A.; LENNOX, J. G. 1987. Philosophical issues in Aristotle´s biology. Cambridge University Press.
GOULLET, R. (1991). Dictionnaire des philosophes antiques. Ediciones CNRS.
LENNOX, J. G. (2001). Aristotle´s Philosophy of Biology: Studies in the origins of life science. Cambridge Studies in
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LENNOX, J. G., (2008). Aristotle: On the parts of animals. Clarendon Press, Oxford.
LEROI, A. (2017). La laguna: Cómo Aristóteles inventó la ciencia. Ediciones Guadalmazán.
LLOYD, G. (2007). Aristóteles: desarrollo y estructura de su pensamiento. Prometeo Libros.
PALLÍ, B. J. (1992). Aristóteles: Investigación sobre los animales. Editorial Gredos.
SARKAR. S.; PLUTYNSKY, A. (2008). A Companion to the Philosophy of Biology. Blackwell Publishing.

Anexo I: Interpretación biológica de la teoría de las cuatro causas del ser.

Pag. 375
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

¿DE QUÉ MURIERON LOS CABALLOS NAPOLITANOS?

Miguel ángel Aparicio Tovar


Facultad de Veterinaria, Universidad de Extremadura
Campus Universitario, s/n. 10003 Cáceres
927257142, [email protected]

RESUMEN
En el presente trabajo se analizan las causas de la muerte de los caballos
Napolitanos desde 1760 a 1788.
Carlos III rey de España (1759-1788), hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio
fue Rey de Nápoles con el nombre de Carlos VII (1735-1759). Cuando accedió al trono
de España en 1759 se trajo consigo un grupo de caballos, junto con los cuidadores y los
“herradores”. Con estos ejemplares se constituyó la caballeriza de los caballos
Napolitanos.
El caballerizo de esta caballeriza específica redactaba informes mensuales sobre
diversos aspectos, tales como la alimentación de los caballos, el número, movimiento y
el estado sanitario de los mismos, y cada vez que moría un caballo se redactaba un
oficio para el Caballerizo Mayor del Rey junto con un certificado del veterinario con la
identificación del caballo y las causas de la muerte. Asimismo la muerte se consignaba
en el informe mensual con indicación de la fecha y la hora en la que se había producido.
Los datos que presentamos son originales y proceden de una investigación
realizada en los fondos del archivo del Palacio Real de Madrid, mediante el estudio de
los manuscritos y legajos correspondientes.
Se han encontrado informaciones como la que sigue: "Se participa a VA como el
día 18 de marzo de 1765 se ha muerto un cavallo castaño escuro de la casta de Napoles
a las 10 de la mañana. Buen Retiro. su mal del cavallo era polmonia y se llamaba
Carreto."

PALABRAS CLAVE: ENFERMEDADES, CABALLERIZA, CARLOS III.

SUMMARY
In this paper, we analyze the cause of death of Neapolitan horses of the Spanish
Royal stables from 1760 to 1788.
Charles III, son of Filipus V and Isabel of Farnesio, was king of Naples from
1735 to 1759. When he entered the throne of Spain in 1759 he carried out to Madrid an
important group of horses with all the personnel in charge of the care of horses
(“palafreneros” –caretakers of horses- and “mariscales” –veterinarians- mainly).
All month the head of the stable of the Neapolitan horses must write a report
about all interest subject like food, number, movements and sanitary status of animals.
Also they informed about some dates like name of the dead horse and date, hour and
cause of the death. Information like this: "We inform that the day 18 march of 1765 has
died a dark brown horse of the Naples caste has died at 10 o'clock in the morning. The
disease was pneumonia and the horse was called Carreto".

KEY WORDS: ILLNES, STABLE, CHARLES IIIth.

INTRODUCCIÓN
La llegada de Carlos III a la corona de España como consecuencia de la muerte
de su hermano Fernando VI el 10 de agosto de 1759 sin descendencia, supuso notables

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

cambios en muchos aspectos tanto de la vida política en general (Domínguez Ortiz,


2013) como de la organización de la Casa Real y sus dependencias. En el ámbito
específico de las Reales Caballerizas, además de una reforma en 1761, supuso la
incorporación de una partida de caballos denominados "los cavallos que han venido de
Napoles", que constituyeron la caballeriza de los caballos Napolitanos.
Cronológicamente, la primera referencia la encontramos en un documento citado
por el Dr. Salvador en su discurso de ingreso como Académico correspondiente a la
Real Academia de Ciencias Veterinarias de España donde señala que Luis Papagali
transportó 80 caballos y yeguas desde Nápoles 1, que dieron lugar a la caballeriza
napolitanas. Efectivamente en ese documento fechado el doce de marzo de 1760
dirigido al Marqués de Esquilache, dice que Luis Papagali trae 80 caballos. Sin embargo
no llegaron todos los ejemplares, en otro documento posterior del fondo Carlos III del
archivo de Palacio y fechado día 19 de abril de 1760 por la mañana, se informa que
llegaron a Barcelona 54 caballerías entre los que se encontraban 14 caballos y dos mulas
“de familia y transporte”. No es de extrañar que se produjeran bajas en un trayecto tan
largo y seguramente muy duro, como es el traslado de una partida tan importante de
caballos desde Nápoles a Madrid a pié.
La primera referencia ya en la corte la encontramos en la "Revista pasada por el
Sr. vehedor de la Caballeriza del rey y señor nuestro en 1º de mayo de este año de 1760
en este su Real sitio de Aranjuez a los Manzebos y Cavallos Tigres, y uno Castaño, que
se han agregado a los que han venido de Napoles". En esta primera revista se reflejan
15 caballos. En la siguiente, correspondiente al mes de julio del mismo año, ya aparecen
desglosados los distintos grupos de caballos en diferentes tiros según la capa. Así se
citan el "Tiro de Castaños Dorados" formado por 8 caballos, el tiro de Castaño Oscuro
con 13, el "Tiro de Colores de Perla" con 14 ejemplares, los mancebos de estos tres tiros
tenían nombre italianos y acompañaron a los caballos desde Nápoles. El tiro de
“caballos tigre” estaba al cuidado de mancebos españoles.
El cuartel de los caballos napolitanos se mantuvo hasta la muerte de Carlos III
en diciembre de 1788. Los efectivos no se mantuvieron constantes, sino que
manifestaron una gran movilidad tanto en cuanto al número de ejemplares, como
respecto a las características de los mismos, e incluso en la última etapa a partir de 1780
aparecen dos lotes de caballos, uno denominado “Caballos negros y castaños de la
Señora Princesa” y otro “Caballos negros de la Sra. Infanta Dª María Josefa” 2, que se
mantienen en el cuartel hasta el fallecimiento de Carlos III en diciembre de 1788.

EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE CABALLOS DEL CUARTEL DE CABALLOS


NAPOLITANOS
Como hemos indicado la primera referencia a los caballos que "vinieron de
Nápoles" nos habla de 15 ejemplares, ya en la segunda en julio de 1760 la cifra se eleva
a 34 a los que se agregaron un tiro de caballos tigre de 14 cabezas.
Para analizar la evolución hemos contabilizado los efectivos de dicho cuartel en
las revistas efectuadas el día primero de los meses de marzo, junio, septiembre y
diciembre desde 1760 hasta 1788, hemos considerado estos meses por ser los de cambio
de estación y en los cuales se producían importantes movimientos en el personal y la
familia Real desde el palacio hasta los Reales Sitios. A lo largo de los casi 30 años de
reinado, de las 348 revistas y reseñas registradas, solo no han aparecido 5 que son las

1
Salvador, A. (2017). Antonio Perla, El Albéitar preferido de Carlos III. Discurso de ingreso como
Académico correspondiente a la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, D.L. M-28438-2017,
p. 35.
2
He de ver los nombres de la Princesa y de la Infanta Dª Mª Josefa

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relativas a los meses de junio de 1766, junio de 1767, diciembre de 1768, junio de 1780
y diciembre de 1782.
La evolución de los efectivos se ha caracterizado por un crecimiento continuo
desde el inicio hasta el final del periodo analizado, comenzando en 49 cabezas y
terminando en 124. Se pueden establecer tres etapas en la evolución del cuartel de los
caballos Napolitanos. Una primera etapa que comprende desde julio de 1760 hasta
septiembre de 1770, una segunda etapa desde diciembre de 1770 hasta marzo de 1779 y
una tercera etapa desde junio de 1779 a diciembre de 18788.
La primera etapa se caracteriza por disponer de unos efectivos que oscilan entre
un mínimo de 4 y un máximo de 68 caballos, con una media de 56. La segunda etapa
presenta unas cifras que oscilan entre 63 y 89 con una media de 76 y la tercera a lo largo
de los nueve años y medio de duración oscila entre 84 y 138 con una media de 115. En
la gráfica 1 puede apreciarse la evolución.

Gráfica 1. Evolución del número de cabezas del cuartel de caballos napolitanos, 1760-
1788

Evolución del número de cabezas del cuartel de


caballos napolitanos, 1760-1788
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Jun/1761

Jun/1765

Jun/1782
Jun/1763
Jun/1764

Jun/1781
Mar/1770

Mar/1774

Mar/1778
Jul/1760

Mar/1769

Mar/1771
Mar/1772
Mar/1773

Mar/1775
Mar/1776
Mar/1777

Mar/1779
Mar/1780
Dic/1767
Jun1762

Sep/1786
Sep/1766

Sep/1783
Sep/1784
Sep/1785

Sep/1787
Sep/1788

ENFERMEDADES
El análisis de las enfermedades que causaron la muerte de los caballos de la
caballeriza Napolitana ha resultado bastante complejo porque en esta caballeriza no se
siguieron los criterios generales aplicables al resto de los cuarteles que componen la
Real Caballeriza de Carlos III, básicamente el cuartel de la Regalada y el cuartel de
coches.
La metodología seguida ha sido la siguiente, se han analizado las notas
adicionales incluidas en las Revistas y Reseñas mensuales desde 1759 hasta 1788, es
decir durante todo el reinado de Carlos III, ahí se han detectado los caballos muertos en
cada uno de los meses, posteriormente hemos buscado los informes que el veedor o
responsable de cada cuartel envía al Caballerizo mayor junto con el certificado de
defunción de cada caballo firmado por el Albeitar, Mariscal o Maestro Herrador
correspondiente en el que debe especificarse la causa de la muerte.
En el caso de los caballos muertos en el cuartel de los caballos napolitanos solo
en contadas ocasiones y a partir del año 1778 es cuando comenzamos a encontrar algún
certificado, firmado principalmente por Antonio Perla. Hasta ese momento solo hemos

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encontrado unos documentos firmados por Lorenzo Rossi en los que informa al
Caballerizo Mayor, D. Juan Francisco Garaicoechea, de la muerte de los caballos,
aportando información semejante a la contenida en los certificados, tal como el nombre
de caballo, la capa, la causa de la muerte y en ocasiones la procedencia. Pero al no ser
albéitar Rossi no podía emitir un certificado.
Con la información recogida de estas fuentes hemos podido hacer cuatro grupos
en función de la riqueza de los datos obtenidos. Estos grupos son los siguientes:
1.- Caballos de los cuales sólo sabemos la fecha de la muerte y la capa (139)
2.- Caballos de los que sabemos la fecha de la muerte, la capa y el nombre (8)
3.- Caballos de los cuales sabemos la fecha y momento de la muerte, causa, capa,
generalmente el nombre y la edad, si son viejos, potros o padres, pero no disponemos de
los correspondientes certificados (60), y finalmente,
4.- Caballos de los que sabemos la fecha de la muerte, capa, nombre, causa de la
muerte, en la mayor parte la hora o momento del día si era mañana, tarde o noche, en
ocasiones la edad y el nombre del Albeitar que firmaba la certificación del fallecimiento
(43).
En total hemos encontrado información referente a 250 caballos en el cuartel de
los caballos napolitanos, de los cuales solo del último grupo mencionado disponemos de
una información completa.

¿CUALES FUERON LAS ENFERMEDADES DIAGNÓSTICADAS? Del análisis de


los certificados de defunción de los caballos de la caballería napolitana hemos
encontrado las siguientes enfermedades y sus respectivos casos en la tabla 1.

Tabla 1. Causas de muerte d elos caballos Napolitanos de la caballeriza de Carlos III


1 Vejez 15
2 Inflamación interna 13
3 Cólico 12
4 Muermo 10
5 Otras Enfermedades 10
6 Pulmones podridos 10
7 Muerte repentina 6
8 Postema 6
9 Locura 5
10 Accidentes 3
11 Elico 3
12 Pulmonía 3
13 Capadura 2
14 Hígado podrido 2
15 Incordado 2
16 Letargo 2

Las causas de muerte más frecuentes de muerte de los caballos de la caballeriza


napolitana fueron Vejez, Inflamación interna, Cólico, Muermo y un cuadro denominado
como “Polmones podridos”.
En el caso de los animales muertos de vejez, como se indica en un caso de “Puro
viejo e impedido de las cuatro manos”, se deduce que eran animales valorados y a los
que se cuidaba hasta el final, incluso en algún caso se indica que están “sin destino”,
parece que, quizás en honor a los servicios prestados a lo largo de su vida, simplemente

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se les mantenía en la caballeriza hasta que llegara su día. El cuadro de “Inflamación


Interna” es muy inespecífico, parece que se trata de una inflamación de algún órgano u
órganos de la cavidad abdominal y del que no tenemos elementos de juicio suficiente
para precisar más. En cuanto al cólico es un cuadro que en la clínica equina cotidiana
continúa siendo muy frecuente. En mis años de ejercicio de la veterinaria rural en el
Valle del Jerte era el cuadro más recurrente en mis pacientes equinos. El muermo es una
enfermedad infecciosa, altamente contagiosa que Antonio Perla, Mariscal de las RRCC
de CIII y CIV trataba con la “juncada”, según indica el Dr. Salvador en el excelente
discurso de ingreso como académico correspondiente de la RACVE (2017). La juncada
era un preparado a base de “manteca, miel y cocimiento de adormidera”. Dentro de las
enfermedades más frecuentes estaba un cuadro denominado “Polmones podridos”. No
sabemos a qué se refiere exactamente sin embargo en la reseña del mes de abril de 1781
encontramos una referencia con un añadido, dice así: “Se ha muerto un caballo potro de
la casta de Aranjuez el día 16 de marzo por la mañana de los polmones podridos y de las
lombrices. Se llamaba Contador”. En este caso debemos suponer que se trata de una
parasitosis pulmonar, pero tampoco nos aclara esa nota la ubicación de “las lombrices”.
Quizás esta indefinición sea consecuencia de la inexistencia de certificado del albéitar,
como debiera haber sido lo adecuado desde el punto de vista procedimental, aunque esta
ausencia de certificado, desgraciadamente, ha sido muy habitual en la caballeriza
napolitana, como si hubiera estado un poco al margen de los protocolos existentes en los
otros cuarteles que componían las RRCC de Carlos III.
La extensión limitada nos impide completar el análisis de las enfermedades
diagnosticadas, la correlación con la actual denominación y su análisis a la luz de los
conocimientos actuales. Hechos que esperamos presentar en el próximo congreso de
esta sociedad Científica.

AGRADECIMIENTO.- Quiero manifestar mi agradecimiento a los archiveros del


Archivo de Palacio, Dº. Antonio Alonso Zimmerl, Dª Lorena Martínez García y D.
Javier Fernández Fernández, por su atención y acertadas observaciones en la difícil
búsqueda en los inmensos fondos de ese archivo y dedicar un recuerdo a la memoria de
María del Mar Mairal, que fue subdirectora de ese archivo.

BIBLIOGRAFÍA.-
Archivo General de Palacio. Revistas y Reseñas del reinado de Carlos III, 1759/1788.
Archivo General de Palacio, Fondo Reinados, Carlos III, Caja 605, Exp.2
Archivo General de Palacio, Fondo Reinados, Carlos III, Legajo 316/2.
Archivo General de Palacio, Sección Personal, Caja 322/6.
Caridi, G. (2015). Carlso III. Un gran reformador en Nápoles y España. La Esfera de los
libros. Madrid
Domínguez Ortiz, A. (2013). Carlos III y la España de la Ilustración. Alianza Editorial,
Historia. Madrid.
Salvador Velasco, A. (2013). El inicio de la veterinaria española. Editado por Colegio
Oficial de Veterinarios de Sevilla. ISBN 978-84-606-6640-0.
Salvador Velasco, A. (2017). Antonio Perla, , El Albéitar preferido de Carlos III.
Discurso de ingreso como Académico correspondiente a la Real Academia de Ciencias
Veterinarias de España, D.L. M-28438-2017.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

EL VETERINARIO COMO PERITO

Nerea Yugueros Prieto; Alexis Suárez Huerga; Isabel Mauriz Turrado; José Manuel Martínez
Pérez; José Manuel Martínez Rodríguez

Universidad de León

* Correspondencia: Dr. D. José Manuel Martínez Rodríguez. Departamento de Medicina, Cirugía


y Anatomía Veterinaria (Historia de la Veterinaria), Facultad de Veterinaria de León. Campus de
Vegazana s/n, 24071 – León. Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 987291329.

RESUMEN
El peritaje veterinario consiste en la asistencia legal en materia de litigios civiles, penales y
administrativos relacionados con los animales, la alimentación y, en general, la salud pública. Por
tanto, la función del perito veterinario es ayudar durante el proceso judicial a jueces y letrados para
la determinación de un hecho acaecido dentro del ámbito veterinario.
Dentro de la rama de la Veterinaria Legal se está produciendo un hecho relevante que es la
ampliación en su campo de actuación, debido a la generalización de los sistemas de control y las
auditorias en materia de seguridad alimentaria. El fenómeno de la globalización ha afectado de
manera patente a los procesos y productos veterinarios, lo que supone, entre otras circunstancias, la
consolidación de la figura del perito veterinario, estrecho colaborador de la Administración de
Justicia en materia forense y toxicológica.

Palabras clave: Perito / Veterinario / Justicia / Salud / Legal

ABSTRACT
Veterinary expertise consists of legal assistance in civil, criminal and administrative
litigation related to animals, food and, in general, public health. Therefore, the role of the veterinary
expert is to help judges and lawyers during the judicial process to determine a fact that occurred
within the veterinary field.
Within the branch of the Legal Veterinary there is a relevant event that is the expansion in
its field of action, due to the generalization of control systems and audits in the field of food safety.
The phenomenon of globalization has clearly affected veterinary processes and products, which
implies, among other circumstances, the consolidation of the figure of the veterinary expert, a close
collaborator of the Administration of Justice in forensic and toxicological matters.

Key words: Expert / Veterinarian / Justice / Health / Legal

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Antecedentes históricos
En numerosos trabajos llevados a cabo por distintos investigadores, encontramos que
aparecen vestigios de actuaciones de veterinarios como peritos desde el siglo XIX.
Como ejemplo, encontramos el Reglamento para la plaza de toros de Madrid, el cual fue
aprobado el 14 de febrero de 1880, donde se reconoce la necesidad de la presencia del veterinario
en todo momento en dichos espectáculos; no sólo como sanador de animales, sino como persona
especializada en el reconocimiento de los caballos de picar, recayendo tal figura, en el Subdelegado
Facultativo del Distrito.
Asimismo, se aprecia la necesidad de inspección de las canales de los toros de lidia, antes de
su consumo; así como también dicha figura era la encargada de analizar si los veterinarios que
examinaron a las reses antes del espectáculo, cumplieron con su labor; ya que, si incurrían en algún
tipo de negligencia, cabía la posibilidad de sancionar a los mismos.

A su vez, en el Reglamento oficial para la celebración de espectáculos taurinos u de cuanto


se relaciona con los mismos, publicado en el año 1930, se recogen de manera más potenciada las
funciones de los veterinarios, centrándose en el asesoramiento y reconocimientos de las reses, sobre
todo centrándose en la edad y peso, ya que se debía de verificar con los resultados que se obtenían
en el desolladero. Apareciendo por ello la configuración de perito de parte, el cual era designado o
bien por la empresa organizadora del evento o por el ganadero. Siendo su trabajo fundamental el de
la emisión de un informe cuando hubiera conflicto con los dictámenes de los veterinarios de
servicio.

Ejemplar del Reglamento Oficial para la Celebración de Espectáculos


Taurinos y de cuanto se relaciona con los mismos

Tal y como recogen en su investigación los Drs. D. Pedro Díaz Peralta y D. Arturo Anadón
Navarro, D. Nicolás Casas de Mendoza definía en 1866, como perito veterinario al «profesor
elegido por las mismas partes (…) para terminar amigablemente sus cuestiones» , lo cual nos
llevaría a pensar en la resolución extrajudicial de conflictos, conocida como arbitraje.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Asimismo, también se entendía el perito veterinario como aquel experto «nombrado por
el tribunal ante el cual radica el litigio, para que, dado su parecer, sobre algún punto de
derecho, pueda ser justa su decisión». Y a continuación nos indica que
«Cuando el profesor sea debidamente nombrado para desempeñar un reconocimient o legal, no
puede rehusar su misión, a no ser cuando se lo impidan la naturaleza de su destino, el tener
que evacuar otro examen que debe efectuarse a la misma hora, etc.».

En la actualidad
Dentro de la rama de la Veterinaria Legal, se está llevando a cabo la ampliación en su campo
de actuación, ello debido a la globalización, lo cual lleva emparejado la generalización de los
sistemas de control y las auditorias en materia de seguridad alimentaria.
Todo ello supone la necesidad de la aparición, de una nueva profesión que une dos ciencias,
como son la veterinaria y la jurídica, formando la figura del perito veterinario, estrecho colaborador
de la Administración de Justicia en materia forense y toxicológica.

El perito veterinario es aquel experto que se preocupa del diagnóstico, valoración, tasación,
gestión y tratamiento de la salud de los animales; lo cual le permite señalar, cuando el resultado es
negativo, si ha existido algún tipo de problema o negligencia en su tratamiento.
Llegando a ser, de vital importancia, su dictamen o informe pericial para poder ayudar a la
dirección letrada en la resolución de un conflicto, ya sea de manera judicial o extrajudicial
(mediante el arbitraje o mediación).

La faceta de los peritos veterinarios es muy extensa, dado que la ciencia animal se desarrolla
en numerosos sectores como son:
-El comercial: Analizando la tasación de los ejemplares; así como la comercialización de los
mismos, resolviendo las disputas de propiedad.
-El ocioso: Actuando en diferentes espectáculos donde los animales son el principal
reclamo, como por ejemplo los espectáculos taurinos.
-El científico: Estudiando el comportamiento, reproducción y genética animal.
-El industrial: Impartiendo técnicas de adecuación de las metodologías y procedimientos de
gestión animal.
-El legislativo: Determinando si se lleva a cabo el cumplimiento de la normativa vigente, en
cuanto a bienestar animal se refiere, previniendo la crueldad animal, actualmente de vital
importancia su persecución; así como verificar si se ejecutan las normativas ambientales.

Una vez que tenemos claras las facetas que se encuentras afectas al veterinario perito,
debemos matizar en cuáles son sus funciones principales.
Estas las podemos diferenciar entre jurídicas y veterinarias. Las primeras se centran en
verificar si se cumplen con las Leyes vigentes. Y las segundas, en la aplicación de sus
conocimientos específicos en veterinaria en los conflictos que surgen.
Por todo lo anterior, podemos asegurar que el perito veterinario puede ejercer sus funciones
en distintas ramas del derecho, ya sea civil, penal, laboral o administrativo.

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Perito realizando análisis en empresa alimentaria

Recapitulando en sus funciones, el perito veterinario se centraría en el estudio del caso,


determinando su viabilidad o no; en la resolución extrajudicial de conflictos, siendo precisa la
preparación de mediación o arbitraje; en la investigación; y en la realización de dictámenes
periciales.

La función estrella que lleva a cabo el perito, entre las mencionadas, sería la realización de
dictámenes periciales. Debido a que los mismos son usados como prueba en un juicio.
Debemos tener clara la diferencia entre la pericial de parte (aquella que presentan las partes
mediante un perito de su elección) y la pericial judicial (cuando el perito es designado
judicialmente, una vez iniciado el proceso). Ello se encuentra regulado en el artículo 339 y
siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
En la profesión se entiende que nos encontramos ante un informe con mayor imparcialidad,
cuando éste es emitido por un perito judicial.
En todo momento, el perito veterinario debe cumplir con una serie de requisitos, como son
la confidencialidad, imparcialidad, veracidad y honestidad, en sus dictámenes o informes periciales.

Pero debemos decir que no puede ejercer como perito cualquier profesional que se dedique
exclusivamente a la veterinaria, sino que aparte de poseer una formación habilitante, como es la
Licenciatura o Grado en Veterinaria; es imprescindible la preparación como perito judicial para
llevar a cabo su labor de una manera completa.

A modo de conclusión, nos gustaría resaltar, dada la importancia de la figura de perito


veterinario, la necesidad de incluir en los programas de estudio, alguna asignatura legal. Debido a
que no sólo abriría más puertas profesionales, sino que cada vez son más latentes las carencias con
las que los alumnos emprenden su camino en el ejercicio profesional.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Bibliografía:

Díaz Peralta, P. y Anadón Navarro, A.: Peritaciones Veterinarias. La cuestión de la Veterinaria


Forense, Información Veterinaria, enero 2008. Págs. 14-19.

Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil

Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial

Real Decreto de 14 de septiembre de 1882, aprobatorio de la Ley de Enjuiciamiento Criminal

Villalba Gómez, A.: La actuación veterinaria en los espectáculos taurinos; Discurso de ingreso en
la Real Academia de Ciencias Veterinaria de Andalucía Oriental como Académico
Correspondiente.

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE GLAUCOMA

Isabel Mauriz Turrado; José Manuel Martínez Pérez; Jesús Ángel Martínez Pérez; Nerea Yugueros
Prieto; Alexis Suárez Huerga; José Manuel Martínez Rodríguez
Universidad de León

* Correspondencia: Dr. D. José Manuel Martínez Rodríguez. Departamento de Medicina, Cirugía


y Anatomía Veterinaria (Historia de la Veterinaria), Facultad de Veterinaria de León. Campus de
Vegazana s/n, 24071 – León. Correo electrónico: [email protected]. Tfno.: 987291329.

RESUMEN
El glaucoma es una enfermedad en la que resulta difícil una descripción clara. Cuando Hipócrates
(460 a. C. – 370 a. C.) hablaba del término “glaucosis” se estaba refiriendo al color azul grisáceo
nublado de apariencia en la pupila, asociado en ocasiones con la ceguera. En los sucesivos siglos se
realizaron distintas observaciones que dieron lugar a referencias escritas de lo que hoy en día sería
un diagnóstico de casos avanzados de glaucoma de ángulo cerrado.
Desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, todas las formas de la patología se han ligado a
una elevada presión intraocular, aunque lo que puede ser considerado como un valor alto en un ojo
en particular puede ser normal para el otro. La resolución al problema ocasionado por el glaucoma
ha sido tardía y totalmente dependiente de los avances en materia diagnóstica.

Palabras clave: Oftalmología; glaucoma; enfermedad.

ABSTRACT
Glaucoma is a disease whose clear description is difficult. When Hippocrates (460 BC - 370 BC)
addressed the term ‘glaucosis’, he was referring to the cloudy gray-blue color of appearance in the
pupil, sometimes associated with blindness. During the following centuries different observations
were made and they led to written references about what nowadays would be a diagnosis of
advanced cases of closed angle glaucoma.
From the mid-19th century until now, all forms of pathology have been linked to a high intraocular
pressure, although what can be considered a high value in one eye may be normal for the other one.
The resolution for this problem that is caused by glaucoma has arrived late and has been totally
dependent on the advances in the context of diagnosis.

Key words: Ophthalmology; glaucoma; disease.

ANTECEDENTES
Cuando se estudian los aspectos históricos de la oftalmología veterinaria se descubre la existencia
de gran cantidad de datos interesantes. Existe una publicación hallada en Hippiatrika, con una
antigüedad de treinta siglos, cuyo autor era Apsyetus y referida a las enfermedades oculares en los
perros y el ganado en general. En el antiguo Egipto se tenían referencias de patologías similares.

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Asimismo, Vegecio en su obra Artis Veterinariae sive Mulomedicinae se centraba en las


enfermedades de los ojos de los équidos.
En la historia más cercana destacan los italianos. Leonardo da Vinci se centró en diversas
observaciones anatómicas y filosóficas, dado su interés en la oftalmología comparada. Realizó
numerosas disecciones de cadáveres humanos y de animales, concluyendo que la visión nocturna en
los animales estaba relacionada con el tamaño del ojo y del cerebro, ya que el ojo permitía que una
pupila más grande viera mejor en la noche. Giordano Rufo escribió en 1250 un capítulo sobre
enfermedades oculares equinas. En 1266, Theodorico Borgognoni incluyó enfermedades oculares
de caballos en el texto Ippiatraia Mulomedicinae. Francisco Toggia, en 1819, realizó una
descripción extensa de las causas más comunes de la ceguera en caballo y de los medios para su
prevención.
La revista Farrier publicó en 1818 un trabajo de J. Carver, cirujano veterinario miembro de la Real
Sociedad Médica Veterinaria de Londres, sobre las patologías del ojo del caballo. Carver propuso la
higiene en la prevención de las enfermedades oculares, entendiendo que la mayoría de tales
enfermedades eran debidas a la mala ventilación de los establos así como a la suciedad que allí se
acumulaba. Divulgó que tres de cada cinco caballos de Long Island tenía cataratas porque los
caballos estaban parados en camas calientes sin ventilación adecuada.
En 1823 se descubrió una poderosa herramienta para el examen del fundus del ojo. Johannes
Evangelista Purkinje, fisiólogo checo, describió su experimento de oftalmoscopia de la siguiente
forma: “cuando observé el ojo del pequeño perro en cierta dirección, la luz parecía ser lanzada
detrás, hasta que descubrí que la luz se reflejaba de la superficie hueca de la lente del ojo. Cuando
el experimento fue repetido inmediatamente con seres humanos, el mismo fenómeno ocurrió; de
hecho, la pupila entera se encendió con un color anaranjado hermoso”. Esto condujo a Hermann
von Helmholtz a la invención del oftalmoscopio en 1850 como herramienta para ayudar a sus
estudiantes. Aunque en su primer año de fabricación tan solo se vendieron 18 oftalmoscopios, este
instrumento revolucionó la capacidad de diagnóstico de enfermedades oculares en seres humanos y
animales, comenzando así la documentación descriptiva de muchas enfermedades retinianas. Cabe
reseñar que el verdadero precursor del oftalmoscopio fue Charles Babbage.
Las mayores contribuciones a la Oftalmología como Ciencia se circunscriben en el continente
europeo. El francés Urbain Leblanc escribió su tratado de enfermedades del ojo en animales
domésticos en 1824. Eugène Nicolas, veterinario militar, contribuyó de forma importante con su
texto sobre oftalmología comparada, publicado en 1914. Alemania fue el primer país que dio a esta
disciplina un énfasis especial tanto en veterinaria como en medicina humana. Entre los líderes
contemporáneos estaba Rudolf Berlín, que comenzó su carrera como profesor de Oftalmología en la
Universidad de Stuttgart en 1875. El sucesor de Berlín en Stuttgart fue Gustav von Scheich; entre
sus contribuciones cabe destacar una publicación sobre las enfermedades oculares en équidos. Le
sucedió Oscar Königshofer, último encargado de esta disciplina debido a su fallecimiento y al cierre
del centro de Stuttgart en 1912.
Heinrich Möller fue el primer veterinario que contribuyó a la Oftalmología de los animales. Enseñó
durante más de veinte años en la Universidad de Berlín y escribió numerosas publicaciones en este
campo de estudio.
En Austria destacó el Dr. Bayer, profesor de cirugía en Viena. Era médico y veterinario. Mostró
particular interés por la uveítis recurrente del caballo. Recogió centenares de ojos postmortem y
comenzó el museo oftalmológico que alcanzó la fama bajo la dirección de Otto Uberreiter. La
Escuela Veterinaria de Viena estableció el medallón de oro del Dr. Bayer para premiar a los
oftalmólogos veterinarios por su habilidad y demás contribuciones en la praxis.
W.C. Schimmel, profesor de cirugía en Utrecht, incorporó la Oftalmología en 1882. Le sucedió
Heinrich Jacob.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

En Reino Unido, George Cotas, cirujano en el hospital de Moorfields de Londres, escribió sobre las
anomalías congénitas de los ojos de los animales. Junto a él estaba Edward Nettleship, veterinario
que más adelante especializaría en Oftalmología, quien recogió gran cantidad de ojos de animales
para estudios y fue coautor de una monografía sobre albinismo en el hombre.
En EEUU estaba George E. Schweinitz, oftalmólogo de mayor renombre de la Universidad de
Pennsylvania.
En Suecia destacó Hilding Magnusson, patólogo veterinario y jefe del laboratorio bacteriológico de
Malmö. Describió en sus observaciones la atrofia retiniana progresiva en el Setter Gordon.
En España, el legado del Dr. Castroviejo se aprecia en el Instituto de Investigaciones
Oftalmológicas “Ramón Castroviejo” donde trabajan reconocidos especialistas que realizan
investigaciones focalizadas principalmente en la inflamación de la glía en el glaucoma.
La Oftalmología fue obligatoria en los planes de estudios de la totalidad de las Escuelas
Veterinarias europeas desde 1875.

EL GLAUCOMA: OBSERVACIONES CLÍNICAS


Cuando Hipócrates empleaba el término “glaucosis” se estaba refiriendo solamente al color azul
grisáceo nublado de apariencia de la pupila y percatándose que en ocasiones estaba asociado con la
ceguera. En los sucesivos siglos existen algunas referencias a observaciones que hoy en día serían
diagnósticos de casos avanzados de glaucoma, de origen de ángulo cerrado.
En 1709, Brisseau fue el primer científico en establecer que el glaucoma no estaba asociado con un
desorden de la lente, tras el examen postmortem de los ojos de Bourdelout, el médico ciego de Luis
XIV. Él creía que la causa del glaucoma era una anormalidad del vítreo, una opinión compartida por
más estudiosos en otros siglos. Saint-Yves, en 1722, describió una enfermedad ocular en la cual el
ojo estaba “inflamado” y la pupila adquiría un color azulado. Advirtió también que la visión en
estos casos era nublosa, el ojo estaba dolorido y los objetos podían apreciarse solo parcialmente. En
1818, Demours proporcionó una clara descripción clínica del glaucoma y también fue el primero en
certificar como un síntoma la apariencia de anillos coloreados en torno a focos de luz. James
Guthrie era un eminente cirujano inglés que en 1823 atribuyó el término “glaucoma” a la
enfermedad caracterizada por la dureza del globo ocular. Observar el ahuecamiento anormal del
nervio óptico comienza a ser posible a partir del desarrollo del oftalmoscopio en 1851. Aunque
Jaeger y Von Graefe -ambos en 1854- inicialmente interpretaron este ahuecamiento como una
hinchazón del disco, esta visión fue corregida al cabo de poco tiempo por numerosos clínicos. Dos
años después, la investigación de Müller sobre la patología del glaucoma confirmó este fenómeno.
Solo entonces fue aceptada de manera general que la causa esencial del glaucoma era una presión
intraocular anormal, y las teorías anteriores de que era causado por un desorden del vítreo fueron
abandonadas.
Para Von Graefe fue un reconocimiento distinguir entre tres tipos de glaucoma que habían sido
observados clínicamente. Fueron designados como agudo, crónico y secundario; y explicaron la
asociación entre síntomas como el resultado del incremento de la presión intraocular. Estos casos
donde se mostraba un anormal ahuecamiento y ausencia de síntomas congestivos fueron descritos
como “amaurosis con excavación del nervio óptico”. Cinco años después, en 1866, Donders
reconoció que estos casos donde no se mostraban síntomas congestivos discurrían además con un
incremento de la presión ocular y completaban la clasificación básica, se adoptó para ellos el
término “glaucoma simple”, un término quizá engañoso que persistió durante más de un siglo.
En 1867, Derby informó sobre dos casos en los cuales a la administración de atropina siguió
directamente glaucoma agudo, y observó la presencia de una sombra en la cámara anterior en esos
ojos. Priestly Smith, hacia finales del siglo XIX, concluyó que el glaucoma resultaba ante todo de

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

la falta de drenaje acuoso, más que de la excesiva producción como había sido pensado
comúnmente. Él observó que el hecho era más frecuente en casos de un globo pequeño, grandes
lentes y una cámara anterior poco profunda; y durante más de veinte años se pensó que todos los
casos de glaucoma eran secundarios de alguna forma de ángulo cerrado. Ulrich, en 1908, concluyó
que había un gradiente de presión entre las cámaras posterior y anterior. En 1920, Curran describió
cómo en algunos casos de glaucoma había una colocación anterior del diafragma iris-lente. El iris
parecía estar inflado hacia delante y esta hinchazón desaparecía llevando a cabo una iridectomía
periférica, una forma de tratamiento recomendada por Von Graefe en 1857. Además, observó que
después de esta intervención quirúrgica era posible provocar un episodio agudo. Concluyó que en
estos ojos había bloqueo pupilar debido a una variante anatómica en la cual el iris tendía a abrazar
las lentes demasiado cerca. Empleando un mecanismo de gonioscopio primitivo y un microscopio
monocular, varios oftalmólogos (Koppe, Salzmann, Troncosa, Thorbourn, Werner), entre 1914 y
1932 observaron que los ojos con glaucoma en algunos casos tenían un ángulo anterior abierto
mientras que otros estaban cerrados. A estos avances le siguió un gran desarrollo de la gonioscopía.
Barkan investigó sobre la estructura y la función del ángulo anterior de la cámara. En 1938,
describió el glaucoma en relación a términos de profundidad de la cámara anterior y el grado de
apertura del ángulo de drenaje. También describió el glaucoma trabecular, en el que el ángulo
anterior está abierto; y el bloqueo del iris en glaucomas en donde el ángulo anterior se mantiene
estrecho o cerrado. Su clasificación se basó en factores etiológicos más que en sintomatología. Una
década después, Sugar propuso un detalle más alejado de clasificación acorde con los factores
etiológicos propios, observando ambos y deduciendo.
En 1954, en el International Symposium on Glaucoma, una clasificación más simple fue adoptada,
distinguiéndose los tipos siguientes:
a) Glaucoma primario:
+ Glaucoma simple.
+ Glaucoma de ángulo cerrado, que puede incluir cuatro fases: Pre-glaucoma / Intermitente /
Agudo / Crónico
b) Glaucoma secundario: Debido a la existencia de una enfermedad ocular previa, y puede ser de
cualquier tipo, ángulo cerrado o abierto.
c) Glaucoma congénito: Causado por la obstrucción del sistema de drenaje por anormalidades
congénitas.

CONCLUSIÓN
Se entiende como glaucoma al grupo de enfermedades que aumentan el riesgo de sufrir una
elevación de la presión intraocular (PIO) con afección sobre el nervio óptico provocando una
neuropatía que implica la muerte de las células ganglionares de la retina y de sus axones.
Para comprender mejor la definición es necesario hacer un repaso de la dinámica del humor acuoso
y su relación con el mantenimiento normal de la PIO. El humor acuoso se produce en el cuerpo
ciliar, una parte por secreción activa y otra por filtración del plasma. La mayor parte fluye desde la
cámara posterior del ojo atravesando la pupila y llega a la cámara anterior, sale de ésta por el ángulo
iridocorneal y es recogido por el plexo venoso.
El equilibrio entre la producción y su eliminación hace que se mantenga la PIO normal, que suele
estar entre 15-25 mmHg. Para determinar las causas que pueden aumentar la PIO, hay que hacer
una breve referencia a la clasificación de los glaucomas, ya que está relacionado. Hay dos tipos de
glaucomas: primario; incluye el congénito y secundario; producido por inflamaciones y/o
infecciones de la órbita, traumatismos, luxación del cristalino, tumores, etc. No hay que olvidar que
los glaucomas son enfermedades variables y su desarrollo sigue las siguientes fases:

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

- Aparición de una o varias causas iniciales.


- No hay una dinámica idónea del flujo del humor acuoso.
- Se produce un incremento en la PIO que resulta demasiado elevado para que tenga lugar la
transmisión de señales nerviosas a través del nervio óptico y un aporte normal del flujo sanguíneo.
- Debido a esto se produce la atrofia de las células ganglionares y sus respectivos axones,
terminando en una degeneración del nervio óptico.
- Pérdida progresiva de la visión y ceguera.
Los síntomas dependen de la fase de enfermedad, y también, del tipo de glaucoma. El síntoma más
evidente es la aparición rápida de buftalmía (aumento global en el tamaño del globo ocular) paralela
al evidente aumento de la PIO debido al acúmulo de humor acuoso.
El glaucoma es una enfermedad en la que resulta difícil una descripción clara. Desde mediados del
siglo XIX todas las distintas formas de la enfermedad han estado ligadas con una elevada presión
intraocular, aunque lo que puede ser considerado como un valor alto en un ojo en particular puede
ser normal para el otro. La resolución al problema del glaucoma ha sido tardía y dependiente de los
avances en materia diagnóstica de diversas investigaciones clínicas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Alberte González, A.; Brieba López del Amo, M.M.; Del Río Fernández, S.; García Martín, F. y
Pinazo Durán, M.D. (2009): “Anestesia local en la cirugía de glaucoma”, en Arch. Soc. Esp.
Oftalmol. 84: 321-322.
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- Pastor Jimeno, J.C. (2011): Guiones de Oftalmología. Editorial McGraw-Hill/Interamericana,
España.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

JUDÍOS HERRADORES, ALBÉITARES Y GANADEROS EN SEFARAD

Manuel Carriedo Tejedo


Academia Auriense-Mindoniense de San Rosendo

Resumen
La imagen de los judíos medievales va regularmente asociada a la recaudación de impuestos y a la
usura. Y sin embargo los documentos ofrecen noticias sobre otras muchas actividades y oficios que
asimismo ejercieron, entre los cuales los de herrero (desde el siglo XII), herrador y albéitar (siglos
XIV-XV), hasta el momento mismo de la expulsión general (desde Orense a Zaragoza y desde León
a Murcia, pasando por Ávila, Talavera de la Reina y Toledo), lo que no es extraño, teniendo en cuenta
la atención que, por diversas causas (alimentación, transporte y comercio), mostraron también los
hebreos a los animales, hasta el punto de llegar a ejercer incluso como ganaderos.

Abstrat
The image of the medieval Jews is usually associated with the collection of taxes and usury. However
the documents offer news and testimonies about many other activities and trades also exercised by
jews; among them, blacksmith (from the twelfth century), farrier and veterinarian (centuries XIV-
XV), until the moment of the general expulsion (from Orense to Zaragoza and from León to Murcia,
passing through Ávila, Talavera de la Reina and Toledo). This is not surprising, taking into account
the interest that, for several reasons (food, transport and trade), the Hebrews also showed in the
animals, even getting to exercise as farmers.

Palabras clave
Judíos. Herradores. Albéitares. Ganadería. Sefarad. Edad Media.

***

Como es bien sabido, a partir del siglo XII los polivalentes ferreros de la sociedad altomedieval se
fueron especializando lentamente en diversos oficios relacionados con las armas, la metalurgia y las
monturas (armeros, caldereros, claveteros, cuchilleros, hebilleros, etc.) 1, entre los cuales el de
ferrador 2, de modo que fueron ambos (herrero y herrador) los que terminaron asumiendo también,
en la práctica, ciertas prácticas curativas (1268: Bartolome ferrero 3; ca. 1275: domus… Bartolomei,
quondam curatoris bestiarum 4), según anotaron en su día Lluís Cifuentes y Carmel Ferragud: «En
muchos casos, la práctica de la albeitería era ejercida por herreros y herradores... si bien parece que
hubo algunas tareas propias de cada oficio, ocupándose los herreros de realizar los aperos de labranza,
las herraduras y los clavos, y los herradores de colocar las herraduras en caballerías» 5. Un proceso al
que no fueron ajenos los herreros hebreos, bien visibles ya desde el siglo XII:

LEÓN 1136 Vida iudea, muliere de Vellide Citiz, ferrario 6.


LÉRIDA 1157 Abraam ferrerio iudeo 7.
AGUILAR DE CAMPOO 1187 Jucef ferrero .- Hacecrín ferrero .- Halaph ferrero 8.

1
Vid. M. PÉREZ GONZÁLEZ, Oficios artesanales en el latín medieval de Asturias y León : Scripta philologica de media latinitate hispanica, León
2016, 111-125.
2
Vid. M. CARRIEDO TEJEDO, Herreros, herradores y albéitares en León durante la Edad Media : XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria, Soria 2014.
3
Reg. S. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, Colección documental de los Bachilleres de San Marcelo y de las Parroquias de Ntra. Sra. del Mercado, Valencia
de Don Juan y Valderas, León 2001, doc. 17 (Mercado).
4
Ed. M. HERRERO JIMÉNEZ, Colección documental del archivo de la catedral de León: X. Obituarios, León 1994, 547.
5
Vid. LL. CIFUENTES y C. FERRAGUD, El cuidado de los animales y sus enfermedades : Historia de la ciencia y de la técnica en la Corona de
Castilla. I. Edad Media, Valladolid 2002, 916.
6
Ed. E. MARTÍN LÓPEZ, Patrimonio cultural de San Isidoro de León: I/1. Documentos de los siglos X-XIII, León 1995, doc. 31.
7
Vid. J. MIRET Y SANS, Les cases de templers y hospitalers en Cataluña, Barcelona 1910, 77.
8
Reg. P. LEÓN TELLO, Los judíos de Palencia : Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 25, 1967, doc. 6 (inventario).

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Y así seguirán los judíos durante el resto de la Edad Media (como los cristianos), ora utilizando el
nombre genérico de herrero, ora el del especializado ferrador, siempre mucho menos frecuente:

AGUILAR DE CAMPOO 1220: Mosé ferrero 9.


TOLEDO 1365: Mosé, tiendas para labrar de herrería 10.
MURCIA 1365: Çuleimán judío, maestro ferrero 11. ÁVILA 1303: Abraem ferrador 16.
1391: Yauda judío, ferrero 12.
SEVILLA 1386: Mosén herrero 13.
BARCELONA 1392: Issachus ferrarii, iudeus 14.
GUARDA 1395: Abraão, Isaac, Judas, ferreiros 15.

Un oficio que llegó a confundirse a su vez con el de los ‘sanadores de équidos’, esto es, los albéitares
(de Castilla) y menescales (de Aragón), según puso de manifiesto en su día el señor Ferragud: «Las
competencias de herreros y albéitares se confundieron durante toda la Baja Edad Media, ya que ambos
lo mismo herraban equinos que curaban sus enfermedades. Los escribanos… incluso utilizaron las
palabras combianadas herrero-albéitar» 17.
Pero además, parece clara la relación de los hebreos con el ganado en los mercados, según se ve
en los aranceles que cobraba el poderoso monasterio de Sahagún en la villa (a finales del siglo XIII)
en concepto de portazgo: el iudío, I dinero; et se aduxier ganado, de cada cabeça so portage; e se
comprar ganado todo su portage 18. También al más alto nivel, pues David Romano trae a cuento el
caso de un judío de Calatayud, funcionario de Pedro III de Aragón (1276-1285): «Açac el-Calvo…
comisionado real para la compra de caballos, sobre todo en Castilla, a donde nos consta que se
desplazó con tal fin al menos en 1279 y 1280» 19.
Los datos se muestran muy escasos durante el siglo XIV, colmado de adversidades para todos los
grupos sociales, y que por si fuera poco terminó con el estallido de gravísimas revueltas antisemitas
en 1391 (desde Sevilla hasta Barcelona), previas a la promulgación en Castilla de la “Pragmática de
la reina doña Catalina” (de 1412), un conjunto de normas muy restrictivas para los hebreos, incluidos
los que dedicaban su vida a los animales (que ninguno ni algunos judíos o judías… non sean
albéitares, nin ferradores... de cristianos 20), pero poco eficaz a la postre, teniendo en cuenta la
presencia de un Benito herrador y albéitar al servicio del concejo de Murcia en 1429 21; y de corta
vigencia, pues en una nueva “Pragmática de Don Juan II” (de 1443), se decretó: Que los judíos... non
moren entre los christianos... pero por esto non … les sean vedados los ofiçios... como...
ferradores 22. En efecto, en 1457 es traído en Toledo un tal Yuçaf ferrador 23. Y mientras, en la
aragonesa Zaragoza las ordenanzas del officio de ferrería et menescalería de la ciudat (de 1459),
disponían que ninguna persona… assí christiano, moro como judío, no pare obrador ni tienda…
entanto que por los veyedores del dito officio sia exhaminado si es suficient en la dita art o no24.
Pero si la existencia de herradores y albéitares judíos ya parece cotidiana a estas alturas, lo cierto
es que los herreros son los que siguen mostrándose mucho más presentes en los testimonios:

9
Ed. F. FITA, Aguilar de Campoo. Documentos y monumentos hebreos : Boletín de la Real Academia de la Historia, 36, 1900, 343, doc. 2.
10
Vid. J. PASSINI, El barrio de Arriasa y tres elementos de la aljama judía de Toledo en el siglo XV : Sefarad, 68-1, 2008, 39, n. 5.
11
Vid. N. ROTH, Los judíos murcianos desde el reinado de Alfonso X al de Enrique II : Miscelánea Medieval Hispana, XV, 1989, 42.
12
Ed. J. TORRES FONTES, Los judíos murcianos del siglo XIV y comienzos del XV : Miscelánea Medieval Murciana, VIII, 1981, doc. II, 104-105.
13
Vid. I. MONTES ROMERO-CAMACHO, Notas para el estudio de la judería sevillana en la baja Edad Media (1248-1391) : Historia. Instituciones.
Documentos, 10, 1983, 265, n. 79, y 275.
14
Ed. J. HERNANDO, Conversos i jueus: Cohesió i solidaritat : Anuario de Estudios Medievales, 37 (1), 2007, doc. 2.
15
Vid. I.L. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano: Comunidades judaicas na Beira interior em finais da Idade Media [Mestrado
em História Regional e Local], Lisboa 2007, 25. [https://core.ac.uk/download/pdf/12420772.pdf]
16
Ed. A. BARRIOS GARCÍA, Documentación medieval de la Catedral de Ávila, Salamanca 1981, 225.
17
Vid. C. FERRAGUD, El arte de la albeitería y sus practicantes en la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media (ss. XIII-XV) : Información
Veterinaria, 2011, 26.
18
Ed. J.A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Colección diplomática del monasterio de Sahagún: V (1200-1300), León 1994, doc. 1902.
19
Vid. D. ROMANO, Los funcionarios judíos de Pedro el Grande de Aragón, Barcelona 1970, 32.
20
Ed. A. DE LOS RÍOS, Historia política y religiosa de los judíos en España y Portugal, II, Madrid 1876, 624.
21
Ed. L. RUBIO GARCÍA, Los judíos de Murcia en la Baja Edad Media (1350-1500), Murcia 1992, 27 y 30.
22
Pragmática de Don Juan II; ed. DE LOS RÍOS, Historia social y política de los judíos, III, 585-586.
23
Reg. P. LEÓN TELLO, Judíos de Toledo, Madrid 1979, doc. 912.
24
Ed. S. LOZANO GRACIA, Las ordenanzas de la cofradía de San Eloy de los herreros y menescales de la ciudad de Zaragoza del año 1459 : Aragón
en la Edad Media, XXII, 2011, 223.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

PAREDES DE NAVA 1403-1406: Yuce ferrero 25.


GERONA 1412: Nassim ferrer 26. Pragmática 1412: albéitares, ferradores.
GUARDA 1435: Judas Acit, ferreiro.
LAMEGO 1441: Moisés Murça, ferreiro. MURCIA 1429: Benito herrador y albéytar.
VISEO 1442: Isaac Barceloní, ferreiro 27.
TALAVERA 1446: Yusef Castro, herrero 28. Pragmática 1443: judíos ferradores.
GUADALAJARA 1446: Samuel Leví, ferrero 29.
ASTORGA 1451: Abrafán Pesquer, ferrero 30. TOLEDO 1457: Yuçaf ferrador.
CASTELO BRANCO 1455: Salomão ferreiro 31.
ELVAS 1459: Samuel Verdugo, ferreiro, armas 32. ZARAGOZA 1459, ordenanzas: ferrería et
SEVILLA 1460: Simual ferrero, maestro lanças 33. menescalería… christiano, moro… judío.

Al mismo tiempo que queda bien patente la relación de los hebreos con el ganado:

- José Hinojosa Montalvo refiere al respecto que, si «la ganadería tuvo un papel secundario en la
economía judía», lo cierto es que «muchas aljamas poseían un número variable de cabezas de
ganado… cuya carne se destinaba al consumo doméstico… dado que los animales debían ser
sacrificados de acuerdo con las normas talmúdicas» 34.

- Y Enrique Cantera Montenegro trae a colación en este sentido algunos testimonios relativos a
pastos en terrenos comunales autorizados a diversas aljamas, como la de Huesca, a comienzos de
siglo XV («hasta 100 cabezas de ganado lanar»); y la de Haro en 1476 («hasta 50 cabezas de
ganado lanar y 10 cabezas de ganado vacuno») 35.

De forma que no es extraño que algunos hebreos terminaran practicando la actividad ganadera, según
es posible constatar en tierras toledanas y leonesas:

- Así, en 1466, Symuel de Frómesta… judío… de Puente del Arçobispo (ome de gran dinero)…
que biue por trabto de crías de ganado… tiene de su cría tres mill ovejas syn las crías menores 36.

- Y en 1459-1479 se decía de Simuel Aramás, vecino de Mansilla de las Mulas, que es pública voz
e fama que tiene quinientas cabeças de ganado 37.

Independientemente, claro está, del contacto cotidiano de muchos otros judíos con bovinos, equinos
y ovinos, por muy variados motivos:

- Yucá Serrano… aviades… un par de azémilas e un asno e sesenta ovejas e XX corderos.


- Tomaron fiado de algunos judíos… bueyes e vacas.
- Los judyos de la villa de Çea… tienen aparçería de ganados de vacas e yeguas e ovejas.

25
Reg. LEÓN TELLO, Los judíos de Palencia, docs. 78 y 82 (inventario).
26
Vid. E.C. GIRBAL, Los judíos en Gerona, Gerona 1870, 35.
27
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 53.
28
Ed. C. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía. Notas al padrón de 1477-1478 : En la España Medieval, 1, 1980, 49.
29
Vid. G. VIÑUALES FERREIRO, La Edad Media en Guadalajara y su provincia: Los judíos, Guadalajara 2003, 166.
30
Ed. G. CAVERO DOMÍNGUEZ, C. ÁLVAREZ ÁLVAREZ y J.A. MARTÍN FUERTES, Colección documental del archivo diocesano de Astorga,
León 2001, doc. 79 (Cámara Episcopal).
31
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 50.
32
Vid. M. FERRO TAVARES, Judeus de Castela em Portugal no final da Idade Media: Onomástica e fontes documentais : Sefarad, 74 (2), 2014, 304.
33
Reg. K. WAGNER, Regesto de documentos del Archivo de protocolos de Sevilla referentes a judíos y moros, Sevilla 1978, 17, doc. 15.
34
Vid. J. HINOJOSA MONTALVO, Los judíos en la España medieval: De la tolerancia a la expulsión : Los marginados en el mundo medieval y
moderno, Almería 2000, 39.
35
Vid. E. CANTERA MONTENEGRO, Las comunidades judía y mudéjar en Aranda de Duero a finales de siglo XV : Bilbioteca. Estudio e
Investigación, 25, 2010, 13.
36
Ed. A. MAC KAY, Documentos para la historia de los financieros castellanos de la Baja Edad Media. I: Una “información” de 23 de septiembre
de 1466 : Historia. Instituciones. Documentos, 5, 1978, 326.
37
Cit. J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Las juderías de la provincia de León, León 1976, 188.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

- El robo de unas vacas de Jacob Abravanel por su vaquero.


- Compró de Davi Tazarte, calçetero judío… çiertos bueyes e novillos e vacas 38.

Pues Benito Madariaga de la Campa, al glosar la prestigiosa obra del albéitar zamorano Francisco de
la Reyna (Libro de Albeytería, 1547), advierte de que «la atención y cura del caballo eran las fuentes
más importantes para el albéitar, complementadas con la que proporcionaba el herrado… pero ello
no excluía que… se ocuparan de otras especies domésticas… como era el caso del ganado vacuno y
otros rumiantes» 39. Tal vez también a finales del siglo XV, y entre los propios albéitares judíos:

TALAVERA 1477-1478: Mosé Cohén, herrero 40. SEVILLA 1478: albéytares y ferradores.
ALCÁNTARA 1480: David de Cea, judío, herrero 41. LEÓN 1481: Symuel albéytar, judío 45.
SEGOVIA 1478: Biton ferrero de clavos y grapas. TALAVERA 1487: Hoçeyne herrador 46.
1484: Yuçe Biton ferrero de la obra 42. ORENSE 1480: Mosé albéytar.
GUARDA 1485: Isaac Mofejo, ferreiro 43. 1483-84: Jaco albéytar, judío;
ÁVILA 1477: Yucef Arrovas, herrero. Samuel albéytar 47.
1492: Abraham Licio, herrero 44. 1490: Jaco alvéytar 48.

Más aplicados, probablemente, a las necesidades de sus respectivas aljamas, y quizá por ello menos
frecuentes en los documentos que otros oficios afines al ganado (pellejeros, curtidores y zapateros)
también ejercidos por hebreos, frecuentemente traídos, además, en calidad de físicos y cirujanos:

- Ferragud reflexiona al respecto: «¿Ocurrió con la albeitería algo así como con la medicina humana,
donde… las minorías religiosas quedaron excluidas oficialmente, que no realmente, de la práctica
médica?»; y añade que «la realidad cotidiana fue tozuda, y la población cristiana no renunció a
estos servicios médicos, ni hacia sus animales ni hacia ellos mismos», pero dejando claro que «más
extraña resulta la práctica de la albeitería por judíos» 49.

- Una práctica escasa, en efecto, que vuelve a ser ilustrada por José Damián González Arce al referir
que «en 1478, el rey Fernando situó al albéitar sevillano, Antón Martínez, como… examinador de
todos los albéytares e ferradores desta dicha çibdad… asý christianos, como judíos y moros»50.

Incluidos los “conversos”, naturalmente, algunos de los cuales cayeron en las garras de la Inquisición,
según sabemos por lo ocurrido en la villa de Fregenal de la Sierra (Badajoz) en 1491:

- Diego Sánchez, herrador vecino de Fregenal, hereje judaizante, reconciliado.


- Gonzalo Mateos, herrador vecino de Fregenal, hereje judaizante, reconciliado 51.

Pues por lo que respecta a la Corona de Aragón, dice el señor Ferragud que «aunque parece que no
hubo prohibiciones dentro del judaísmo respecto al contacto con animales», sin embargo «no es
probable que avancemos más en este tema, pues es de esperar que a partir del programa de 1391 y las

38
Ed. F. SUÁREZ BILBAO, Actos judiciales del Consejo Real ante la comunidad judía tras el decreto de expulsión (marzo de 1492) : Archivos
Leoneses, 95-96, 1994, docs. 6, 7, 31, 75 y 102.
39
Vid. B. MADARIAGA DE LA CAMPA, Introducción a “Francisco de la Reyna, Libro de Albeytería”, ed. fac. de la de 1547, Santander 2012, 16.
40
Ed. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía, 53.
41
Ed. F. SUÁREZ BILBAO, Judíos castellanos entre 1432 y 1492: Ensayo de una prosopografía, Madrid 1990, I, 263.
42
Cit. M. LÓPEZ DÍEZ, Judíos y mudéjares en la catedral de Segovia (1458-1502) : Espacio, Tiempo y Forma. Serie III, Hª Medieval, t. 18, 2005, 176.
43
Vid. CABRAL MIGUEL, Religião e vida social no espaço urbano, 32.
44
Vid. S. DE TAPIA, Los judíos de Ávila en vísperas de la expulsión : Sefarad, 57 (1), 1997, 168 y 172.
45
Ed. R. RODRÍGUEZ, Extracto de las Actas Capitulares de la catedral de León (1481-1485) : Archivos Leoneses, 32, 1962, 313.
46
Ed. CARRETE PARRONDO, Talavera de la Reina y su comunidad judía, 50.
47
Ed. Mª.G. DE ANTONIO RUBIO, Los judíos en Galicia (1044-1492), A Coruña 2006, docs. 256, 261, 264, 266 y 269.
48
Ed. Mª.G. DE ANTONIO RUBIO, Judíos en Galicia: Visión panorámica y nuevas aportaciones documentales : Espacio, Tiempo y Forma. Serie III.
Hª Medieval, t. 20, 2007, 312, doc. 30.
49
Vid. C. FERRAGUD, La atención médica de los animales durante la Baja Edad Media en los reinos hispánicos : Medievalismo, 21, 2011, 35-36.
50
Vid. J.D. GONZÁLEZ ARCE, Los municipios contra el centralismo monárquico. La oposición concejil a los Alcaldes Mayores de las profesiones
sanitarias en la Castilla del siglo XV : Studia Histórica. Historia Medieval, 32, 2014, 235.
51
Vid. F. MAYORGA, La comunidad judía de Fregenal a finales del siglo XV : Alcántara, 67, 2007, 43 y 45.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

conversiones posteriores todavía se perderá más la pista de los posibles albéitares judíos», hasta el
punto de que hasta ahora «la documentación del siglo XV no ha dado ningún fruto sobre judíos o
conversos practicantes de la albeitería» 52.
Sin embargo, pronto iba a dar todo igual (tanto en Aragón como en Castilla), tras el decreto de
general expulsión publicado por los Reyes Católicos el 31 de marzo de 1492, que en consecuencia
afectó gravemente a gran variedad de oficios ejercidos por hebreos, incluidos los herreros, herradores
y albéitares, significativamente “olvidados” en su larga lista por el contemporáneo Bernáldez:

- Eran mercaderes e vendedores e arrendadores... tundidores, sastres, zapateros, curtidores,


zurradores, tejedores, especieros, buhoneros, sederos, plateros, y de otros semejantes oficios;
que ninguno rompía la tierra, ni era labrador, ni carpintero, ni albañiles, sino todos buscaban
oficios holgados, e de modos de ganar con poco trabajo; era gente muy sotil, y… eran entre sí
muy caritativos... porque las... aljamas suplían por los necesitados 53.

Miguel Ángel Ladero Quesada ha recogido diversas noticias sobre los judíos y sus animales durante
el trance de la expulsión, en los ámbitos de Medina del Campo, Salamanca y Ciudad Rodrigo:

- Un buey que compró a Ysaque de la Fuente [...]


- Un buey que tomó a Baru Marchón de Santiago de la Puebla [...]
- Debía a Yuçe de la Fuente un resto, por una mula que le compró [...]
- Una yegua que le dexó el dicho Rab Uçe de Miranda [...]
- Un asno comprado a Rabi Yuçe Abençar 54.

Y el desastre fue de tal calibre para la infeliz comunidad hebrea, que no faltaron los “afortunados”
que pudieron cambiar sus cuantiosos bienes por una acémila, según añade el cronista Bernáldez:

- Vendieron e malbarataron... sus haciendas… e daba una cosa por un asno… y salieron de las
tierras de sus nacimientos… en asnos y otras bestias, y en carretas… fuera de Castilla 55.

Judíos hubo que prefirieron convertirse, pagando muy cara su decisión, como Francisco de Esquivel,
tejedor y albéitar de Atienza, cuya causa penal (1536-1541), acusado de judaísmo, terminó con él en
la hoguera 56. Y también en el reino de Portugal (de donde fueron expulsados en 1496) hubo conversos
que persistieron en su antigua fe, si ese fue el caso del ferrador Henrique Ramos, de Mogadouro (al
sur de Miranda do Douro), que sufrió la confiscación de sus bienes y la cárcel tras ser acusado de
judaísmo en 165757. O como Manuel Lopes, ferrador residente en Marvão (Alentejo), que en 1672
fue processado… pelo crime de iudaísmo e condenado depois na pena de hábito perpetuo 58.
De modo que, todavía en 1711 y 1734, según constata José Etxaniz Makazaga, los albéitares tenían
que solicitar constancia escrita al alcalde de su villa de ser cristiano viejo, limpio de toda mala raza
de judíos, moros y penitenciados por la Santa Inquisición y de otra secta y mancha vergonzosa 59.
Infames expedientes de “limpieza de sangre” que, al fin, fueron suprimidos en España mediante R.O.
de 31 de enero de 1835, al disponer que: En lo sucesivo no se exija la prueba de limpieza de sangre…
bastando en su lugar la partida de bautismo… y la justificación de buena moral y conducta 60.

52
Vid. C. FERRAGUD, La albeitería y los albéitares en Valencia durante la Baja Edad Media : XVII Congreso Nacional y VIII Iberoamericano de
Historia Veterinaria, Madrid 2013, 55.
53
A. BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel; vid. C. SÁNCHEZ-ALBORNOZ y A. VIÑAS, Lecturas históricas
españolas, Madrid 1981, 247.
54
Reg. M.A. LADERO QUESADA, Bienes y deudas dejados sin cobrar por judíos leoneses en 1492 : Escritos dedicados a José María Fernández Catón,
I, León 2004, 734 y 738-739.
55
BERNÁLDEZ, Historia de los Reyes Católicos, 245.
56
Vid. S. CIRAC ESTOPAÑÁN, Registros de los documentos del Santo Oficio de Cuenca y Sigüenza: I. Registro general de los procesos de delitos y
de los expedientes de limpieza, Cuenca 1965, 184.
57
Vid. G. PIERONI, Banidos: A Inquisição e a lista dos cristãos-novos condenados a viver no Brasil, Río de Janeiro 2003, 211.
58
Vid. Revista O Instituto, 69, Coimbra 1922, 519.
59
Vid. J.M. ETXANIZ MAKAZAGA, De albéitares y veterinarios en Hondarribia : Boletín de Estudios del Bidasoa, 28, 2014, 9 y 12.
60
Ed. J.M. DE NIEVA, Decretos de la reina nuestra señora doña Isabel II, XX, Madrid 1836, 68.

Pag. 395
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La Masonería ente los veterinarios cordobeses de las primeras décadas del siglo XX
Gloria Priego-de-Montiano
Universidad de Córdoba
[email protected]

Resumen

Entre las actividades asociativas no profesionales emprendidas por el colectivo veterinario destaca,
por sus interconexiones y papel destacado en diversos acontecimientos históricos, la pertenencia a la
Masonería. En dicho sentido, el trabajo de investigación propuesto parte de una contextualización
conceptual, ideológica y socioeconómica en el siglo XIX, en Córdoba, para adentrarse, a
continuación, en el análisis de la situación en las primeras décadas del siglo XX. De esta forma, de la
mano de algunas personalidades veterinarias destacadas se examinará su trayectoria profesional y
social, en relación con la participación activa en la Masonería, así como las consecuencias que ello
conllevaría institucional y/o profesionalmente.
Palabras clave: Masonería, Veterinaria, Asociacionismo.
Abstract

Between the different no professional association activities undertaken for the veterinary collective
outlines their presence in the Masonic membership, due the plural interconnection and prominence
of masons in related with several historic issues. In this sense, this paper starts from an conceptual
ideological and socioeconomic contextualization, in nineteenth century, in Córdoba, to delve after
into the analysis of situation in first decades of twenty century. In this way, with some prominent
veterinary personalities is going to examine their professional and social trajectory in related whit
their active participation in masonic activities, at the same time of the institutional or professional
consequences, even both, that it could involves.
Keywords: Masonry, Veterinary Science, Asociation.

Contextualización

Los orígenes del asentamiento de la Masonería en España se suelen datar en relación con la
penetración napoleónica, si bien anteriormente se constatan destacadas personalidades de la
Ilustración española que nos consta, por escritos y red de relaciones, que establecieron vínculos
masónicos importantes; estas, en gran medida, provenientes del ámbito clerical. 1
Respecto al periodo bonapartista, lo cierto es que siguiendo la estrategia de penetración en el
territorio nacional, el eje trazado coincide ciertamente con la propagación de la masonería en los
inicios del siglo XIX; al tiempo que, igualmente, con la proliferación de las Sociedades Económicas
de Amigos del País que, sabido es, tendrían un impulso en sus actuaciones con el gobierno de José

1
Demerson, Georges: Don Juan Meléndez Valdés y su tiempo (1754-1817). Biblioteca Miguel de Cervantes, Alicante,
2000, Tomo I.

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I.2 No obstante cuando se produce el periodo floreciente de extensión de la Masonería en España será
durante el último cuarto del siglo XIX. Es entonces cuando se muestra como un grupo compacto y
elitista, dada su preparación intelectual en España y la Europa occidental. 3
Un aspecto destacado, previo a la localización concreta de este trabajo, es perfilar, de forma
sintética al menos, los principios fundamentales que aparecen en los distintos documentos
fundacionales de la susodicha asociación en España. Así, se abanderan conceptos como «sufragio
universal», «igualdad de todos los ciudadanos», «libertad y progreso», «sagrados derechos de la razón
y la justicia», «libertad de conciencia», «respeto a todas las creencias y opiniones», «a ejercer
libremente el culto como lo hacen los católicos»… Es decir, en la base de la ya abundante
documentación del último cuarto del siglo XIX, periodo de máximo esplendor para la masonería
hispana, se constatan los principios librepensadores provenientes de la corriente de pensamiento
liberal, que asumirían distintas corrientes ideológicas y políticas más adelante. 4

La Masonería abre sus brazos á los hombres de todas nacionalidades, razas y creencias.... Prohibe...
toda discusion política ó religiosa; acoge á todo profano, cualesquiera que sean sus opiniones políticas
ó religiosas, con tal que sea libre y de buenas costumbres... tiene por objeto luchar contra la ignorancia
en todas sus formas; es una escuela mútua cuyo programa se resume... Obedecer á las leyes de su país,
vivir conforme al honor, practicar la justicia, amar á sus semejantes, trabajar sin tregua para hacer feliz
á la humanidad, proseguir su emancipacion progresiva y pacifica.... 5

En confrontación a estos declarados fundamentos masónicos se situarían la corriente de ideas


ultramontana y la tendencia católica tradicionalista y vaticanista; en definitiva la prolongación de la
alianza Altar-Trono, proveniente del Antiguo Régimen y que traspasará el siglo XX, acentuándose
especialmente en la primera treintena de este. 6

Es un deber de todo cristiano y de todo ciudadano luchar contra la supradicha prensa de las logias y de
las mentiras, sin dificultad consideramos como traidora de la Fe y de la Patria a todos cuanto material
o moralmente ayuden a semejantes publicaciones […] La Masonería sería así la responsable última de
todo un proceso de decadencia que va desde el plano moral, educacional, a aspectos políticos […] 7

Fines del XIX: esplendor masónico cordobés

Aún por realizar mayores incursiones archivísticas, sobre el desarrollo de la Masonería


cordobesa en el último cuarto del XIX, así como más precisas cuantificaciones, los cómputos más
próximos de que se dispone hasta la fecha arrojan un censo en la capital de 134 asociados, para una
población, en 1887, de 55614 habitantes. No obstante, lo que realmente aporta señales del papel que
representaría Córdoba en el espectro masónico andaluz del momento es la instauración de la «Gran
Logia Regional de Andalucía» en su solar, que reuniría un registro de 545 miembros, de los que la
procedencia cordobesa representaría el 46%. 8
2
Ferrrer Benimeli, José Antonio: La implantación de logias y distribución geográfica-histórica de la masonería española.
En José Antonio Ferrrer Benimeli (Coord.) La Masonería en la España del Siglo XIX, Salamenca, 1987, Vol. I. pp. 57-
216.
3
Franco, José Eduardo y Santos, Fernanda: A Maçonaria no espaço insular atlántico portugués: As origens católicas da
maçonaria maderiense. En REHMLAC+, 2018, pp. 207-218.
4
Almuiña Fernández, Celso: Prensa Castellana, Opinión Pública y Masonería (1856-1936). En José Antonio Ferrrer
Benimeli (Coord.) Masonería, Revolución y Reacción, Vol I, 1990, pp. 353-368.
5
Leo Táxil: Estatutos y Reglamentos de la Masonería Española, En La España Masónica, Imprenta y Librería de la
Inmaculada Concepcion, Barcelona, 1888.
6
Marcos del Olmo, María Concepción: Republica y religión: España 1931-1933, y Portugal, 1910-1911, Ayer 113,
2019, pp. 23-49
7
Almuiña Fernández, Celso: Prensa Castellana, Opinión Pública… pp. 364-365.
8
Moreno Gómez, Francisco y Ortiz Villalba, Juan: La Masonería en Córdoba, Córdoba, 1985

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Para un mayor acercamiento al arraigo de las primeras logias cordobesas del último cuarto del
XIX conviene tener presente la trayectoria de la primera en implantarse oficialmente, según lo
conocido hasta la fecha, que marcaría, en definitiva, un patrón de seguimiento. Así, la llamada logia
«Patricia» (1870) contaría con cinco fundadores, procedentes de la burguesía media, con las
profesiones de abogado, industrial, médico y arquitecto. Personas de consolidada formación, por
tanto, en momentos en que el índice de analfabetismo en España arrojaba cifras próximas al 70%. En
cuanto a su tendencia ideológica, protagonistas, como lo fueron, de los acontecimientos
revolucionarios de «La Gloriosa», su republicanismo marcaría una impronta, que se diversificaría en
sus diversas vertientes al ir aumentando su censo. Tanto es así, que en un recuento del último tercio
del XIX y los años veinte del siglo contiguo, entre los concejales masones que ocuparon el
Ayuntamiento se localizan 24 republicanos frente a tan solo cuatro del Partido Conservadores, dos
del Liberal y dos del Partido Socialista. 9 Igualmente, si se compara la topografía de implantación
masónica de estos años, el predominio se centra en la Campiña cordobesa, de tendencia predominante
progresista para la fecha, frente al norte de la provincia. Pese a todo, la tónica dominante de la
sociabilidad masónica de estos momentos se distinguiría por la «superposición» ideológica. 10

[...] se ha conseguido que muchos de nuestros hh:. Ocupen cargos de importancia en los municipios
(hablamos tambien de los Pueblos de la Provincia) en la Diputacion y en las Cortes, y todas estas
grandes influencias, son debidas á no dudarlo á la Masoneria, [...] le cabe la honra de haber infundido
la luz y el Progreso contra el Tirano y el error, [...] infundir en todos los animos el fin que se propone
la masoneria [...] haciendo ver que todos los hombres sin distincion de razas ni ideas, son hh:. [ ...] 11

Respecto a las actividades desarrolladas en las logias, según consta en la documentación


analizada, predominarían las de enseñanza laica, así como las de asistencia y socorro, que no se
limitaría a los asociados.
Volviendo sobre el cuadro general de representación de profesionales en las logias cordobesas
del XIX, el recuento para la clase veterinaria se presenta escaso, frente a médicos, profesores,
abogados, farmacéuticos, procuradores e ingenieros.

El siglo XX: veterinarios cordobeses masones destacados

Al igual que ocurriera con la logia Patricia, en el siglo anterior, una de las más destacadas del
comienzo del XX cordobés, la «Turdetana», donde se localiza a dos destacados veterinarios locales,
nacería en momentos convulsos, de crisis generalizada (1917), bajo un manifiesto que proclamaba el
protagonismo para «hombres nuevos y normas nuevas» 12 En su cuadro dirigente, en esta ocasión si
encontramos a un prominente veterinario, Rafael Castejón y Martínez de Arizala, y, por más, con
importante presencia en los cenáculos culturales, científicos y progresistas de la ciudad; acompañado
en la dirección de la logia por un ingeniero, un médico, un perito agrícola, un arquitecto y un maestro,
además de abogado y periodista. La Turdetana, por lo demás, ha llegado a ser calificada por algún

9
Ibídem, pp. 147-148.
10
Martín, Luis. P.: Las Logias Masónicas. Una Sociabilidad Pluriformal. Hispania. Revista Española de Historia, 214,
2003,
11
Memoria general de los trabajos efectuados por la Resp :. Log :. Patricia del Oriente de Córdoba desde el 1º de Marzo
de 1890 hasta el 30 de Abril de 1891 Leg 753, exp.11, AHNS.
12
Moreno Gómez, Francisco y Ortiz Villalba, Juan: La Masonería en Córdoba, p. 182.

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investigador como «elitista y restringida» 13, por mor de su extracción socio-profesional, frente a la
regularidad del momento.
En cuanto al censo de dicha logia, el número de miembros sería parejo con respecto a otras
existentes en la población; con altibajos, siempre bordeando la veintena. Los listados de que
disponemos, aunque no detallados ni exhaustivos, muestran de nuevo que la profesión veterinaria
tiene menor representación frente al total, si bien es cierto que los veterinarios representados ocupan
un lugar destacado en sus diversos cometidos profesionales e institucionales de la ciudad, Resulta
además significativa la presencia destacada de candidatos de la Turdetana en las elecciones del 12 de
abril de 1931; resultando que de la candidatura antimonárquica electa, ocho de los veintisiete
provenían de la Turdetana: perteneciendo, seis de ellos, al Partido Republicano Radical; mientras que
los otro dos restantes al Socialista y Radical-Socialista. Más adelante, en las elecciones a Cortes
Constituyentes, de junio de 1931, la presencia de diputados masones llegaría a la mitad,
predominando, de nuevo, los electos procedentes de la Turdetana.
En general, por lo que respecta a la tendencias ideológicas representadas en la Turdetana, al
igual que ya ocurriera en el siglo XIX en la logia Patricia, marcan un cierto protagonismo del Partido
Republicano Radical, si bien las diversas corrientes igualmente serían bien acogidas en el seno de la
organización, como nos indica el sentido de los textos del momento.

No sé si sabrá que los hermanos de ésta, unos pertenecientes al Partido Republicano Radical, otros a
la Derecha Liberal Republicana, algunos socialistas y otros radicales-socialistas, … 14

Un dato destacado, por lo que supuso para la trayectoria profesional de los veterinarios
masones analizados, es el coste que supuso su represión en el periodo franquista, ya que, en los casos
que se han estudiado al disponer de documentación, se contemplaron penas de destierro peninsular,
así como de doce años de reclusión menor «por responsabilidad criminal». En el segundo de
mencionados, además, de «inhabilitación absoluta perpetua para el desempeño de cualquier cargo de
Estado, corporaciones públicas u oficiales, entidades subvencionadas, empresas concesionarias,
gerenciales y consejos de administración de empresas privadas, así como cargos de confianza mando
o dirección de las mismas, quedando separado definitivamente de los aludidos cargos, y accesorías
legales». 15
Recapitulando sobre la presencia de veterinarios cordobeses en las logias masónicas durante
los siglos XIX y XX, y a falta de nuevas catas de investigación, por los datos ahora recabados se
aprecia un mayor ascenso de representatividad de la profesión veterinaria en el siglo XX frente al
XIX, que se podría interpretar como una mayor acogida y valoración social de la profesión en los
círculos de la burguesía local, encontrando ya su presencia en los cuadros más representativos de la
sociabilidad masónica.

13
Ibídem, p. 56.
14
Ibídem, p. 210.
15
Expediente AHNS, Sentencia de 4 de junio de 1951.

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Las aves en la mitología grecorromana


Javier Almodóvar García

1. Introducción
Los filósofos presocráticos griegos buscaron una explicación para el universo; recurrieron al
principio de un único elemento que prevaleciera sobre los cuatro fundamentales (agua, tierra, fuego
y aire). El dominio de estos elementos por la humanidad corrió paralelo a su propio desarrollo: al
hacerse bípedo el ser humano controló la sabana en la que integró el poder de la tierra como lugar de
muerte; pero también de creación, en la que resultaba indispensable el agua, así lo muestran los más
extendidos mitos de Oriente Próximo. Si navegar las aguas permitió la expansión de la humanidad,
el dominio del fuego favoreció el desarrollo cultural. Solo nos quedaría, pues, el aire.
El aire, inabarcable, se asocia con el hálito de vida y la capacidad creadora, con la palabra. El aire,
como espacio que acoge los procesos vitales, está poblado por los espíritus de la naturaleza que
gobiernan los fenómenos meteorológicos. Por último, el aire está unido irremediablemente con el
vuelo y este con las alas que simbolizan la espiritualidad, la imaginación y el pensamiento. Los
griegos representaban con ellas el amor y la victoria; también simbolizaban la inteligencia 1. Por eso
aparecen en algunos animales fabulosos (Pegaso, grifos, dragones de Ceres, sirenas, la esfinge) y
como atributos de algunos dioses y héroes (caduceo, casco alado, sandalias aladas).
Esta realidad oculta y desconocida generó en el espíritu humano el anhelo de volar, acción que,
creía, le permitiría el dominio de algo que lo aterrorizaba y lo amenazaba a la vez que lo fascinaba y
encantaba, el dominio de lo sagrado. Y así, identificó esa fuerza que podría armonizar lo sobrenatural
y lo natural con la divinidad, y comprobó que se manifestaba en objetos y animales, entre los que
destacaban las aves.

2. Las alas de los dioses


Es la capacidad de volar, su dominio de lo aéreo, lo que asocia a las aves con los dioses. Todas las
cosmogonías y mitologías vinculan a las principales divinidades con ellas. Es especialmente conocida
la representación de dioses que combinan la apariencia humana con una cabeza zoomórfica del
Antiguo Egipto, concepción en la que resultaban unidos el espíritu divino y la naturaleza animal: así,
por ejemplo, Geb, el dios de la creación y personificación de la Tierra, se representaba con un ganso
en la cabeza; Nejbet, divinidad protectora de los nacimientos y los guerreros tiene cabeza de buitre;
también Mut, la diosa madre y reina del cielo, posee esta apariencia; mientras que la mágica diosa
Isis toma la apariencia de un milano cuando transporta el cuerpo de Osiris. Algunas de las divinidades
que trascendieron este mundo y fueron recibidas en Grecia y Roma se asimilaron rápidamente a otras
divinidades precisamente por esta asociación aviar: Horus, hijo de Isis y dios del cielo, se asocia con
el halcón al igual que Apolo; mientras que Tot, la divinidad de la sabiduría y creador de la escritura,
que por su ingenio se vincula tardíamente con algunas facetas de Hermes, posee cabeza de ibis.
Esta vinculación estrecha con la naturaleza y el dimorfismo se desvanecen en las divinidades
griegas y romanas, pero no se pierde del todo. Entre los vestigios de este antiguo parentesco podemos
distinguir dos grandes grupos: las divinidades aladas y el ornitomorfismo.
Entre las divinidades aladas destacan Eros, Tánato e Hipno. Son las encarnaciones del amor; la
fuerza de la vida y la muerte que pone fin a ella; y el sueño, que era considerado como un estado
intermedio entre la vida y la muerte de la que cada día se escapaba al despertar. En el mundo de
ultratumba, la Cer era el espíritu femenino alado de las muertes violentas. También son representadas
con alas la advocación de Ártemis como “señora de las fieras”, y la Victoria, Nice; además de, como
es natural, los vientos.

3. El ornitomorfismo
Sin embargo, es el ornitomorfismo el que debe centrar nuestra atención. En primer lugar, porque
enlaza a las divinidades grecorromanas con un pasado remoto; y, después, porque la asociación con
1
Resulta imprescindible la consulta del Diccionario de símbolos de Juan Eduardo Cirlot; especialmente en las entradas
“aguas”, “aire”, “alas”, “fuego”, “vuelo”.

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determinadas especies de aves nos ayuda a vislumbrar el paisaje en el que estos mitos fueron
concebidos. Algunos de los dioses principales de la mitología grecorromana son vinculados a
animales de forma ocasional, aunque recurrente; muchos de ellos, establecen una estrecha relación
con algunas aves. Veremos cómo esta conexión varía según la influencia recibida de elementos
culturales exteriores.
El águila, aetόs, es considerada en la poesía de casi todas las culturas de la Antigüedad como el
rey de las aves; no extraña que sea el pájaro que acompaña a los reyes en Babilonia y a los príncipes
y a las legiones de Roma. Por tanto, los principales dioses también están vinculados con este animal
majestuoso al que se le atribuyen poderes excepcionales. De este modo, se identifica con el dios indio
del cielo, Indra; Odín tomó el aspecto de un águila para robar el hidromiel a los dioses 2. También
posa junto a Zeus-Júpiter como portador de sus rayos. Es bien conocido el episodio en el que un Zeus
enamorado, con la apariencia de esta ave, rapta al joven y hermoso Ganímedes, de la familia real
troyana, y lo lleva al Olimpo donde lo convierte en el escanciador de los dioses.
Aristóteles definió seis especies de águilas para lo que utilizó hasta doce nombres 3. En la literatura
es posible que este término designe a otras rapaces, sobre todo al quebrantahuesos, Gypaetus barbatus,
pero, por las pocas descripciones que añade el estagirita y las numerosas representaciones
conservadas, se suele identificar con el águila real, Aquila chrysaetos, un ave común en Grecia y en
todo el norte del Mediterráneo 4.
Los córvidos son pájaros que también frecuentan los relatos míticos: en la tradición nórdica el
cuervo es el pájaro de Odín. Por su color negro están unidos a las ideas de la noche y las tinieblas,
pero por su carácter aéreo están asociados al cielo, al poder creador, a las fuerzas espirituales, lo que
los convierte en una de las aves preferidas para la observación de los auspicios. Tanto griegos como
romanos estaban convencidos de que los dioses les manifestaban sus deseos a través de las aves. Es
reseñable el texto en el que Porfirio, un autor del siglo III, hace una relación de estas aves
adivinatorias y las identifica con las divinidades:
“Más los dioses, aun guardando silencio, nos hacen revelaciones, y los pájaros las comprenden
con mayor rapidez que los hombres y, cuando han llegado a la comprensión, nos lo anuncian
como pueden, convirtiéndose para los hombres en heraldos de tales o cuales dioses: el águila,
de Zeus; el halcón y el cuervo, de Apolo; la cigüeña, de Hera 5; el rascón 6 y la lechuza, de
Atenea; la grulla de Deméter; y así otros pájaros concretos de otros tantos dioses” 7.
Por otra parte, los córvidos están vinculados desde tiempos remotos a dos divinidades, pero con el
tiempo perderán influencia en favor de otras aves. En el caso de Atenea-Minerva, fue la corneja la
que se asoció en primer lugar con la diosa de la inteligencia, pues los relatos folclóricos la dotan de
gran ingenio. Probablemente se trata de la corneja cenicienta, Corvus cornix, porque la negra, Corvus
corone, es habitual del oeste de Europa, pero no de las penínsulas Itálica y Heládica. Con todo, su
color influye notablemente en la imaginación popular y acaba por convertirla en un ave funesta.
Cuenta Ovidio 8 que la joven Corona era perseguida por Poseidón por lo que fue convertida por
Minerva en corneja. Con el tiempo, observó que las tres hijas del rey de la Fócide desobedecían el
mandato de la diosa de no investigar la naturaleza de un recién nacido que les confió oculto en un
cesto. La corneja corrió a contárselo a la diosa que, molesta por la noticia, la repudió, situándola por

2
Keller (1913: 1-6).
3
Aristóteles, Investigación sobre los animales 618b18–619a14.
4
Arnott (2010: 4-6).
5
Única ocasión en la que se identifica la cigüeña con Hera; con todo, no es una asociación banal porque estaba consagrada
a su equivalente romana, Juno, como símbolo de la piedad filial (Aristóteles, Investigación sobre los animales 615b23).
6
No hay acuerdo sobre la identidad del krex; algunos lo han identificado con el guión de codornices, cuyo taxón coincide
con este término, Crex crex. Otros lo han relacionado con el combatiente, Philomachus pugnax, por el carácter belicoso
con el que lo define Aristóteles. Sin embargo, Arnott (2010: 178-179) agrupa todas las indicaciones de la Antigüedad
para concluir que se trata de la cigüeñuela, Himantopus himantopus, un visitante común de Grecia en verano.
7
Porfirio, Sobre la abstinencia 3.5.5.
8
Ovidio, Metamorfosis 2.542-595.

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“detrás del ave nocturna” 9; hasta el punto que se dice que no se permitía que las cornejas y los cuervos
se posaran en los tejados de los templos de esta divinidad.
Quizá por mantener la tradición suele decirse que la lechuza es esta ave nocturna de Atenea-
Minerva; sin embargo, tanto las características que ya en la Antigüedad se le atribuía (prácticas
mágicas, brujería, muerte) como las representaciones, especialmente en los tetradracmas atenienses,
hacen pensar que el término glaux encaja mejor con el mochuelo, Athene noctua, ave que tampoco
está exenta de connotaciones negativas 10 pero que también las tiene positivas al presagiar la suerte y
la victoria; es una ave muy frecuente en ecosistemas con olivos, como el que rodeaba Atenas.
El cuervo, Corvus corax, acompañante de Apolo, conocía sus amores y andanzas. En cierta ocasión,
vio cómo su amante Corónide, hija del rey de los lapitas, le era infiel con un mortal. El cuervo la
delató. Apolo indignado asaeteó a su amante que estaba embarazada, pero, arrepentido, extrajo de su
vientre al niño que había concebido y lo entregó al centauro Quirón. Con el tiempo, el niño se
convirtió en el gran sanador Asclepio-Esculapio. El cuervo, portador de tan funesta noticia, vio que
su hasta entonces blanco plumaje se transformaba en negro 11. Aunque el ave siguió escoltando al dios,
hay otra que pronto tomó preponderancia en esta relación, el halcón.
Una de las más antiguas historias narra el enfrentamiento entre las distintas generaciones divinas;
el último episodio de esta cruel guerra, la Tifonomaquia opuso a los jóvenes dioses olímpicos con el
monstruoso Tifón, un gigantesco ser nacido de la diosa Gea, de aspecto de serpiente y con alas. Su
extraordinaria fuerza y crueldad ahuyentó a todos los dioses, salvo a Zeus que le plantó cara y, tras
diversas vicisitudes, logró derrotarlo. En la versión más reciente del mito, el resto de los dioses había
huido a Egipto, presos de pánico, mudando su apariencia en diferentes animales: Apolo lo hizo en
halcón, hiérax, y Hermes en ibis, íbis, 12 aves sagradas en Egipto y encarnaciones de los dioses con
los que se asimilaron, Horus y Tot 13.
Es curiosa en particular la relación con las aves de la reina de los dioses, Hera-Juno, cuyo epíteto
homérico boôpis suele traducirse “de ojos de vaca”. Una Hera con cabeza de vaca, como un
Minotauro, tendría cierto parecido con la diosa egipcia Hator, una diosa maternal relacionada con el
ganado. No obstante, existe un mito 14 que cuenta que la joven y virgen diosa se encontraba sentada y
sola en el monte Cócige 15 cuando Zeus, enamorado de ella, produjo una fuerte borrasca y, tomando
la figura de un cuco aterido de frío se posó sobre el regazo de Hera que lo acogió; en ese momento el
dios recobró su forma propia y trató de forzar a Hera. La diosa le suplicó que la respetara por lo que
Zeus prometió hacerla su esposa. Ese relato justifica la presencia del ave sobre el cetro que porta la
estatua crisoelefantina de Hera en un templo cercano a Micenas. Es indiscutible que no hay mejor
pájaro que un cuco para definir las turbulentas relaciones que la pareja mantuvo a partir de ese
momento. El cuco, Cuculus canorus, pasa por ser el símbolo de la infidelidad, y es lógico porque esta
ave tiene el hábito parasitario de depositar sus huevos en nidos de pájaros más pequeños que se

9
El propio Ovidio (Metamorfosis 2.593-595) cuenta que esta ave nocturna es la transformación de Nictimene, que
mantuvo una relación incestuosa con su padre: “ella es ahora un ave, pero consciente de su culpa, huye de las miradas y
del día, oculta su vergüenza en las tinieblas y es expulsada por todas del cielo entero”.
10
Sobre esta controversia ver Thompson (1895: 45-46), Keller (1913: 39-46) y Arnott (2010: 85-86).
11
Ovidio, Metamorfosis 2.531-541; 596-632.
12
El morito, Plegadis falcinellus, es un ibis oscuro con irisaciones que cría en los marjales de la costa norte mediterránea.
El dios Tot está vinculado con el ibis sagrado, Threskiornis aethiopicus, de plumaje blanco salvo en la cabeza y los
extremos de las alas, que son negras; es residente en África.
13
Son varios los autores que relatan este mito; Hesíodo (Teogonía 820–868) narra una versión en la que Zeus derrota con
cierta facilidad al monstruo; el Pseudo Apolodoro (Biblioteca Mitológica 1.6.3) introduce, en su obra del siglo I a.n.e., la
escena de la amputación de los tendones de Zeus y su posterior robo por Hermes. Es Antonino Liberal (Metamorfosis 28),
un autor de finales del siglo II de nuestra era, el que detalla la transformación de los dioses en fuga con evidentes
paralelismos con divinidades egipcias. Ovidio (Metamorfosis 5.318-331, 346-361) cambia la apariencia de Apolo por su
habitual cuervo.
14
Pausanias alude a él en Descripción de Grecia 2.17.4 y añade un comentario que sitúa en su justo lugar el pensamiento
de los griegos sobre estos asuntos en el siglo II de nuestra era: “Esta leyenda y todas las cosas semejantes que se dicen
acerca de los dioses las refiero, aunque no las acepto, pero, sin embargo, las escribo” (traducción de M.C. Herrero
Ingelmo). También los escolios a Teócrito 15.64 hablan de esta metamorfosis.
15
Una variante del nombre del cuco en griego, kógkyx.

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encargarán de su incubación, cuidado y alimentación. Todo ello parece hacer alusión a los numerosos
lances amorosos del rey de dioses y hombres y que tantos disgustos causó al matrimonio divino.
A diferencia del cuco que cría estivalmente en el Egeo y en toda Europa, el pavo real, Pavo
cristatus, también consagrado a Hera-Juno, es originario del sur de Asia, pero el pronto contacto con
la corte persa debió hacerlo una especie exótica común desde al menos el siglo V a.n.e en las ciudades
griegas 16. En la India, los “ojos” de las hermosas plumas del pavo real simbolizan el firmamento
estrellado. En la mitología grecolatina representaban los ojos del pastor Argos que debía vigilar a Ío,
transformada en vaca por los celos de Hera. Zeus, que deseaba a la joven, encargó a Hermes que diera
muerte al pastor, algo que no resultaba fácil pues Argos Panoptes, “el que todo lo ve” contaba con
cien ojos. Tras entonar una melodiosa historia, logró embelesar y dormir al pastor; cuando cerró todos
los párpados, el dios lo mató. Desde ese momento, sus ojos adornan las plumas de la cola secundaria
del pavo real, de modo que Argos renace y “abre de nuevo sus cien ojos al mundo” cada vez que el
pavo extiende sus plumas 17.
Existen más aves vinculadas con otras divinidades, pero su relato mítico es considerablemente
menor. El propio Zeus toma la apariencia de un cisne para seducir a Leda, un episodio recogido en
numerosas obras de arte; pero también en sus amores con Leto interviene la codorniz, Coturnix
coturnix, ave común en todo el Mediterráneo en la que se transforma su hermana Asteria para evitar
los requerimientos amorosos del dios; finalmente es convertida en la isla errante de Ortigia (en griego
órtyx es el nombre de la codorniz).
El gallo, ave de la mañana, anuncia el renacimiento de la luz del día y, metafóricamente, se
convierte en el guardián de la vida, por eso no extraña que se vinculara con el dios de la medicina
Asclepio-Esculapio y se le inmolara para obtener la curación de los enfermos.
Por último, los pájaros más comunes están asociados con la diosa del amor, Afrodita-Venus. En
Grecia son los gorriones los que, por su presencia habitual tanto en ciudades como en campos, fueron
asociados al amor popular, demótico en términos platónicos; los romanos lo vincularon con las
divinidades domésticas que protegían el hogar y sus alacenas. El ave que en Roma se relacionaba con
el erotismo y la propia Venus fue la paloma.

4. Otros relatos mitológicos


La adjudicación de aves a las distintas divinidades reafirma el paisaje que observaban griegos y
romanos y que era relativamente parecido en todo el norte de la cuenca mediterránea; pero también
es posible observar los matices que diferenciaban unas regiones de otras. Un caso paradigmático es
la leyenda de Rómulo y Remo 18 en la que, además de la popular loba, intervienen dos aves; una de
ellas es el picamaderos negro, Dryocopus martius, que estaba consagrado a Marte y era
particularmente honrado y venerado por los latinos; en la península Ibérica es solo habitual en las
montañas del Cantábrico y en los Pirineos, como también lo es en las del norte de Italia, sin embargo,
las numerosas referencias clásicas hacen pensar que su hábitat se extendía en la Antigüedad hasta
regiones próximas al Lacio. Plutarco escribió: “el pico visitaba a los gemelos y posándose sobre sus
patas con su pico abría por turno la boca de cada uno de los niños y les metía un trocito de comida
compartiendo con ellos el propio alimento”19. En un espejo etrusco del siglo IV a.n.e., hallado en
Bolsena, se observa la siguiente escena 20: el dios Silvano, a la izquierda de la loba, y el pastor Fáustulo,
a la derecha, observan a los gemelos mamar de la loba; Marte, padre de los gemelos, se encuentra
sobre ellos junto a una divinidad protectora, Vesta, a la que estaba consagrada la madre de los niños.
En él, además del pico se observa la silueta de otra ave, una parra, no identificada pero relacionada
con la diosa. Por el aspecto de la figura se ha pensado en una lechuza, pero algunos lo han identificado

16
Esto lo demuestra su aparición en el verso 883 de la comedia Las aves de Aristófanes, presentada en las Grandes
Dionisias del año 414 a.n.e. Nair (1974: 128) afirma que Alejandro Magno llevó a Macedonia 200 individuos de esta
especie. Tanto griegos como romanos admiraban no solo la belleza de esta ave sino también su carne. También la Biblia
da noticias sobre su antiguo conocimiento en el Mediterráneo (I Reyes 10.22; II Crónicas 9.21; Job 39.13).
17
Ovidio, Metamorfosis 1.601-721; Apolodoro, Biblioteca mitológica 2,1,3; Higino, Fábulas 145.
18
Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación 1.3-5.
19
Plutarco, Moralia 320D.
20
Espejo de Fáustulo en W.H. Roscher (1884) Ausfürliches Lexikon der griechisches und römisches Mythologie.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

con el chotacabras, Caprimulgus europaeus 21, ave de hábitos nocturnos que ronda el ganado y cuyo
taxón coincide con una antigua leyenda que afirmaba que entre sus costumbres estaba la de chupar la
leche de las ubres de las cabras 22. El pico y la parra proporcionaban a los romanos señales para
augurios y auspicios y ocupaban, tras el águila, el segundo lugar en importancia.
Encontramos también en los relatos míticos narraciones que nos hablan de las metamorfosis de
héroes menores. Estas fábulas están contadas fundamentalmente por Ovidio, con un notable tono
poético y poca preocupación ornitológica; y por Antonino Liberal, que las describe escuetamente,
pero con abundantes nombres para designar a los pájaros que intervienen en los relatos. Una de ellas
es la historia de Agron de Cos 23, hijo de Eumelo y hermano de Meropis y Bisa, todos ellos soberbios.
Eran sacrílegos y misántropos y despreciaban tanto el trato con otros mortales como las fiestas en
honor de los dioses y a las propias divinidades. Los dioses decidieron ponerlos a prueba antes de
castigarlos. Acudieron a su casa con la apariencia de simples mortales y rogaron a Eumelo y Agron
que participaran junto a otros pastores en un banquete y que las niñas fueran al bosque sagrado de
Atenea y Ártemis. Pero ellas se insolentaron y fueron convertidas en aves. Meropis en orníthion glaux,
un mochuelo chico, Glaucidium passerinum; Bisa en el ave de la diosa blanca, Leucotea, la gaviota 24;
y Agron en un charadriós, identificado a veces con el chorlito dorado, Pluvialis apricaria, y otras
con el alcaraván, Burhinus oedicnemus; más se ajustaría a este relato la segunda identificación puesto
que entre sus costumbres nocturnas, según Aristóteles 25, estaba la de alimentarse con los ojos de sus
víctimas. El padre reprochó a los dioses las transformaciones y fue convertido en nyktikórax, el autillo,
Otus scops 26. Todas estas aves están relacionadas con la noche y la muerte y son habituales en la isla
de Cos, cercana a la costa de Asia Menor, donde transcurre la acción. La patria de Hipócrates es una
isla con un llano fértil, donde existen humedales y playas entre dos montañas y una meseta árida,
hábitats idóneos para estas aves.

5. Conclusión
Los relatos más antiguos se acercan con más acierto a lo que debió ser la realidad medioambiental
y paisajística de las antiguas Grecia y Roma; la llegada de influencias culturales de diferentes
procedencias introdujo en los mitos variaciones que se alejaban de esa realidad o que describían la
llegada de aves exóticas fruto de ese intercambio cultural.

6. Referencias bibliográficas
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Cirlot, J.E. (1992) Diccionario de símbolos. Barcelona, Labor.
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Leroi, A.M. (2014) The Lagoon. How Aristotle Invented Science. Londres, Bloomsbury Circus.
Nair, P.T. (1974) «The Peacock Cult in Asia». Asian Folklore Studies 33(2): 93-170, Nanzan Univ.
Pallí Bonet, J. (1992) Aristóteles: Investigación sobre los animales, Madrid, Gredos.
Periago Lorente, M. (1984) Porfirio: Sobre la abstinencia. Madrid, Gredos.
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Ruiz de Elvira, A. (1992) Ovidio: Metamorfosis, Madrid, CSIC.
Svensson, L. (2010) Guía de aves. España, Europa y región mediterránea, Barcelona, Omega.
Thompson, D’A.W. (1895) A glossary of Greek Birds, Oxford, Clarendon.

21
Pollard (1977: 37). El parecido de las palabras griegas aigíthallos y aigothḗlas pudo dar origen a la confusión.
22
Plinio, Historia natural 10.115. Arnott (2007: 9 y 225) identifica la parra con algún tipo de párido (carbonero, herrerillo,
mito, bigotudo, pájaro moscón) o quizás con alguna collaba (gris, Oenanthe oenanthe; o rubia, Oenanthe hispanica;
ambas crían en verano en el Egeo).
23
Antonino Liberal, Metamorfosis 15; hay apenas una cita en Ovidio, Metamorfosis 7.390.
24
El ave de Leucotea en Odisea 5.337 es aíthyia, la gaviota o quizás la pardela, asociadas con los náufragos. Sin embargo,
el texto dice que el pájaro tiene su mismo nombre býssa. Del Canto (2003: 143) afirma que este término, con sus variantes
de escritura (býas, býza, býxa), designa al búho real, Bubo bubo (ver Ant. Lib. Metamorfosis 10, las hijas de Minias).
25
Aristóteles, Investigación sobre los animales 617a7.
26
La palabra nyktikórax es empleada científicamente para nombrar al martinete, que también es un ave crepuscular.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Estrategia de Marketing de Seguridad Alimentaria en el I Congreso Nacional de Pesca, 1918.

María-Julia Bordonado-Bermejo y Alicia Jiménez Manso.

ESIC y Asociación Madrileña de Historia de la Veterinaria. AMHV

ESIC, Avda. de Valdenígrales s/n 28223 Pozuelo de Alarcón


618-207-987 [email protected]

Autor que procederá a la lectura: María-Julia Bordonado Bermejo

Resumen:

Aunque el término Seguridad Alimentaria (SA), como tal, tiene su origen en la década de los 70, las
características de esta expresión han sido objeto de estudio con anterioridad. Esta investigación se
centra en el I Congreso Nacional de Pesca y su relación con éste término. La SA alude a tres aspectos.
Por un lado, a la provisión y disponibilidad de alimentos, en segundo lugar, a su acceso a los
consumidores de forma higiénica y en perfectas condiciones, y, finalmente, al aprovechamiento
biológico de los mismos. La pesca marítima española tenia, a principios del siglo XX, algunos
problemas que pretendieron solucionarse en este Congreso celebrado en Madrid en noviembre de
1918. Los problemas eran, por ejemplo, mantener un nivel de captura adecuado al mercado. Construir
edificios para la venta mayorista, las denominadas Lonjas de Pescado. Regular jurídicamente los
requisitos de exposición, tamaño de capturas, deshecho de ejemplares no comercializables, etc. El
transporte en tren desde los puertos a las ciudades en correctas condiciones de higiene y de frescura.
Ampliar el mercado a, cada vez más, consumidores de localidades ubicadas en el centro de la
península. Y, finalmente, iniciar investigaciones para implantar, en terminología actual, una pesca
sostenible y respetuosa con el Medio marino. En resumen, las conferencias de esta primer Congreso
se centraron en aspectos sociales, económicos y científicos al reunirse importantes personalidades del
mundo de la política, de las asociaciones de empresarios y trabajadores y, sobre todo de destacados
científicos preocupados por la protección de la vida marina y con su incidencia, por ello, en la
seguridad alimentaria española del siglo XX.

Palabra clave: higiene alimentaria, aprovechamiento biológico, transporte y comercialización de


pescado, estrategia.

Food Safety Marketing Strategy at the 1st National Fishing Congress, 1918
Although the term Food Safety (FS), as such, has its origin in the 1970s, the characteristics of this
expression have been the subject of previous study. This research focuses on the I National Fishing
Congress and its relationship with this term. The FS alludes to three aspects. On the one hand, to the
provision and availability of food, on the other hand, to its access to consumers in a hygienic way and
in perfect conditions, and, finally, to its biological use. At the beginning of the 20th century, Spanish
sea fishing had some problems that were intended to be solved at this Congress held in Madrid in
November 1918. The problems were, for example, to maintain a level of catch adequate to the market.
Construct buildings for wholesale sale, the so-called Fish Markets. Legally regulate the requirements
of exposure, size of catches, disposal of unmarketable specimens, etc. The transport by train from the
ports to the cities in correct conditions of hygiene and freshness. To extend the market to, more and
more, consumers of localities located in the center of the peninsula. And finally, initiate research to
implement, in current terminology, a sustainable fishing and respectful of the marine environment.
In summary, the conferences of this first Congress focused on social, economic and scientific aspects
by bringing together important personalities from the world of politics, employers' and workers'
associations and, above all, leading scientists concerned with the protection of marine life and its
impact on Spanish food security in the twentieth century.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Keyword: food hygiene, biological exploitation, transport and marketing of fish, strategy

La pesca de arrastre a vapor fue Gran Bretaña utilizando barcos arrastreros desde finales del
siglo XIX. Los empresarios pesqueros orientaron su producción a la venta de pescado en las ciudades
que se estaban industrializando por la gran cantidad de población que iban recibiendo. La aplicación
del vapor a la actividad pesquera desarrolló, considerablemente, la capacidad de la captura de especies
marinas y la posibilidad de desplazarse a caladeros más lejanos. En estos momentos es posible hablar
de dos tipos de industria dentro del sector pesquero. Por un lado, se encuentra la industria
transformadora de pescado en salazones y conservas. Por otro las empresas que se especializaron en
la pesca de pescado fresco que era llevado directamente a los mercados de los puertos. Hay diferencias
entre los activos empleados en ambos tipos de empresas ya que el valor monetario y las características
técnicas, son mucho más complejas para las empresas de pescado fresco. Éstas utilizaban barcos de
gran tonelaje y aparejo de arrastre que les permitían explotar caladeros más alejados de la tierra. Por
otra parte, era necesaria la utilización de envases, cámaras frigoríficas, etc. que permitiesen la
recepción del pescado fresco en perfectas condiciones desde el punto de captura hasta las lonjas
ubicadas en los puertos de mar. Este tipo de producto era altamente perecedero y necesitaba de un
transporte muy rápido sí se pretendía llevarlo hacia los mercados del interior de la Península en el
caso español. También eran necesarias especiales precauciones y cuidados en su manipulación para
evitar la pérdida de su valor final. Sí el producto no llegaba en correctas condiciones a los mercados
internos, se podía producir algún tipo de intoxicación o infección alimentaria al consumidor, con las
consecuentes repercusiones jurídicas, económicas y sobre todo para la salud humana. Desde un punto
de vista económico con la pérdida del mercado para los pescados frescos y una orientación del
consumidor a los pescados transformados en salazones y conservas tradicionales. En definitiva, para
que pudiesen desarrollarse las empresas de pescado fresco era fundamental que se transportara en las
mejores condiciones higiénicas y que se vendiera correctamente en el punto de venta. Los beneficios
futuros de estas empresas dependían de la correcta higiene y frescura en el consumo en los hogares,
para satisfacer las necesidades humanas de alimentación y nutrición.
Las características del pescado fresco son muy diferentes al de otro tipo de productos
destinados a la alimentación humana. No es posible determinar previamente el nivel de capturas que
llegará al mercado, ni siquiera el tipo o tipos de pescados y tampoco su grado de calidad. Es imposible
saber, incluso, si la flota podrá faenar al día siguiente, o se encontrará con situaciones y climatología
adversas y no podrá hacerse a la mar. Podría suceder que perdiesen parte de la carga por un golpe de
mar, o una situación todavía peor que llevara a pique a la embarcación con toda la tripulación. Estas
características hacen que sea muy difícil la previsión de la llegada del pescado fresco a los
consumidores y con mayor motivo a una larga distancia.
Por otra parte, se trata de un alimento altamente perecedero, por lo que puede ser difícil
transportarlo en las condiciones higiénicas perfectas para que llegue en estado apropiado al
consumidor y, al hacerlo, no provoque un cambio en la tendencia del consumo del mismo. Ese cambio
en la tendencia del consumo supondría que disminuyese parcial o totalmente su demanda y en
consecuencia se hubieran reducido los mercados para las empresas productoras de pescado fresco a
favor de las de pescado transformado. Después de la primera Guerra Mundial el sector pesquero
español sufrió una gran crisis debido a varias razones. La primera sería la escasez y, por ello elevación
de sus precios, del carbón para ser utilizado como combustibles de los buques de vapor de altura y
gran altura de la flota. Esta elevación de los gastos de la explotación repercutió en el precio del
pescado fresco. Por otra parte, parte de los caladeros históricos fueron zona de combate de las
Armadas contendientes en la IGM con la importantísima reducción del volumen de capturas.
Simultáneamente mejoró el transporte de los pescados frescos desde el caladero al puerto de
una forma mucho más rápida que con la utilización de barcos tradicionales. La situación en España
experimentó un auge del nivel de capturas gracias a la utilización de la pesca de arrastre que abasteció
a parte del mercado español de pescado fresco. Los buques arrastreros fueron importados desde Gran
Bretaña y Francia después de la IGM. Esto permitió el desplazamiento y la captura de bacalao en

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Terranova y la explotación del caladero de Gran Sol, situado al suroeste del Reino Unido, entre los
paralelos 48 y 60. Las remisiones de pescado, desde los puertos a los mercados, se realizaban en tren.
La situación provocaba conflictos por la rigidez del horario de los trenes, las escasas medidas
higiénicas y del manteniendo del pescado fresco. A la par se produjo un incremento de la demanda
del consumo de pescado por parte de las familias del centro de la península. Todos estos factores
explican el incremento del precio de mercado del pescado fresco en estos momentos.
Para evitar las enfermedades transmitidas por el pescado había que extremar las medidas de
higiene y conservación, ello suponía la construcción de edificios para la venta mayorista, es decir, la
edificación de las denominadas Lonjas de Pescado, que expusieran el pescado fresco en condiciones
adecuadas de higiene y salubridad. También la regulación jurídica respecto a los requisitos de
exposición de las piezas con hielo, el tamaño de capturas, deshecho de ejemplares no
comercializables, etc. El transporte en tren desde los puertos a las ciudades en correctas condiciones
de frescura y de higiene, como se ha comentado. Ampliar el mercado a, cada vez más, consumidores
de localidades ubicadas en el centro de la península. Y, finalmente, iniciar investigaciones para
implantar, en terminología actual, una pesca sostenible y respetuosa con el Medio marino. Éste último
aspecto importaba especialmente a los científicos entre los cuales se encontraba Odón de Buen 1.
Ante este panorama económico y social surge la iniciativa de celebrar un Congreso Nacional
de Pesca donde se intente analizar los problemas del sector pesquero, de las empresas vinculadas, de
sus trabajadores, del transporte y venta mayorista y minorista, y proponer soluciones. Para ello
debería haber presencia de todos los sectores implicados incluyendo a la Administración pública
representada por el máximo responsable, en estos momentos, el Ministro de Marina de España. Había
que convocar, también a investigadores del Medio Marino y a representantes de la Previsión y
Protección social. El resultado fue una reunión extraordinaria por la categoría de los ponentes
asistentes al Congreso.
Entre los días 20-22 de noviembre de 1918, se celebró en Madrid el Primer Congreso Nacional
de Pesca Marítima. El Presidente de Honor fue el, por entonces, Ministro de Marina el almirante D.
Augusto Miranda 2 con gran unanimidad de todos los asistentes pues el almirante estaba realizando
una importante labor a favor de la pesca y de las industrias vinculada a ella sin olvidar, a los “obreros
del mar”. En el Congreso hubo ponencias sobre los problemas mencionados y, entre los acuerdos que
se adoptaron se encuentra la creación de una Caja Central de Crédito Marítimo (CCCM) y el
desarrollo de Pósitos de pescadores.
Realmente la Caja era el vínculo entre el Estado y los Pósitos. Estos podían definirse de la
manera siguiente: “Asociaciones cooperativas de esa clase de obreros Marítimos que, persiguiendo
la supresión de los intermediarios, la adquisición de la propiedad de los medios de producción y la
realización de las demás funciones relacionadas con la explotación de las industrias que nos ocupan,
dedican las ganancias líquidas que así obtengan a fines de previsión social y a beneficiar al
consumidor, abaratando los productos de la pesca”.

Entre las funciones, a instancias de la CCCM, podemos destacar las siguientes:


1. La organización de la venta, transporte, manipulación de forma correcta en seguridad e higiene
y exportación, en su caso, de la pesca. Todas estas funciones de comercialización hasta el punto de
venta fueron un objetivo fundamental para la CCCM, mencionado en primer lugar como puede
observarse. Hay que destacar las estrategias de difusión de estas ideas gracias a las iniciativas
expresadas.
2. La adquisición de embarcaciones, artes de pesca y de medios de producción necesarios para
la producción en el mar. Estudio que tuvo los frutos con las adquisiciones de buques arrastreros
mencionadas anteriormente.

1
Odón de Buen y del Cos (Zuera, Zaragoza, 1863-México 1945) naturalista español que se destacó como fundador de
la Oceanografía española.
2
Augusto Miranda y Godoy (Archidona, 1855- Santiago de Compostela 1920) Almirante de la Armada, Ministro de
Marina entre 1913-17; 1918 y 1919) Consejero de Estado. Artífice de la Ley Miranda de 1915.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

3. Las ayudas y créditos con intereses bajos que pudieran ser asumidos por los pescadores. Se
pretendía ayudarles con la financiación de los aparejos de pesca con la finalidad de elevar el nivel
de vida de los trabajadores del mar.
4. Las campañas de alfabetización para los obreros marítimos y sus familias. Este objetivo de
CCCM permitió que las siguientes generaciones de personas vinculadas con la mar dejasen de ser
analfabetos.
5. La difusión de las ideas de seguridad e higiene laboral para los trabajadores del mar, que
incluyen un plan de difusión de estas ideas.
6. El desarrollo de un sistema de previsión social, seguros, ayudas ante situaciones de muerte,
enfermedad y accidentes laborales.
Como puede observarse, los objetivos eran muy ambiciosos y destinados, claramente, al
desarrollo económico y social de los trabajadores del mar y de sus familias. No sólo incluían a los
pescadores, también a los obreros de transportes marítimos, fabricación de embarcaciones,
cordelería, fabricaciones de artes y útiles de pesca, frio industrial, etc. Anteriormente se ha
comentado que la CCCM era el nexo de unión entre el mundo del mar y el Estado, y que fue fundada
por Real Decreto de 10 de octubre de 1919. La Caja empezó a funcionar siendo Ministro de Marina
el contralmirante Manuel de Flórez y Carrió 3. Sus funciones eran, principalmente, fomentar el
asociacionismo cooperativo y que se produjese una Federación de Asociaciones para defensa de los
trabajadores del Mar e industrias vinculadas a él. Una labor educativa para los marineros y sus
familias porque aparte del elevado nivel de analfabetismo, había enfermedades como tuberculosis
y alcoholismo que les afectaban. Finalmente, la venta directa del pescado para evitar a los
intermediarios, realizada en correctas condiciones de higiene y de frio para que éste llegase fresco
al consumidor.
Otras aportaciones sociales para disminuir el alcoholismo que organizaron las “Casas del
Pescador y las Casas del Marino” por parte de los pósitos y a instancias de la Caja. Hay que incluir
los objetivos de propaganda y difusión de todas estas ideas. También los créditos para la adquisición
de material, embarcaciones, etc., denominado Crédito Popular Marítimo. El establecimiento de
seguros marítimos a través de las Comandancias y Ayudantías de Marina. El establecimiento de un
sistema de protección y previsión social, incluyendo un seguro de ahogamiento que fue organizado
por los pósitos a propuesta de la CCCM.
Once años más tarde, el Real Decreto de 26 de febrero de 1930 cambió la denominación de la
Caja Central por “Instituto Social de la Marina”, nombre que se ajusta perfectamente a los objetivos
desarrollados de protección y previsión social marítima, y estableció la dependencia de la Caja del
Ministerio de Trabajo, siendo ministro Pedro Sangro y Ros de Olano, marqués de Guad-el-Jelú 4.
Dicho nombre, de Instituto Social de la Marina se mantiene en la actualidad.

Conclusiones
Las conferencias de éste primer Congreso Nacional de Pesca Marítima se centraron en
aspectos sociales, económicos y científicos al reunirse importantes personalidades del mundo de la
política, de las asociaciones de empresarios, trabajadores y, sobre todo de destacados científicos
preocupados por la protección de la vida marina y con su incidencia, por ello, en la seguridad
alimentaria española del siglo XX.
1. La provisión y disponibilidad de alimentos procedentes del medio marino.
2. Su acceso a los consumidores de forma higiénica y en perfectas condiciones.
3. El aprovechamiento biológico de los mismos, al estar entre sus participantes el científico
Odón de Buen.
4. Y, como corolario, la preocupación por la “seguridad alimentaria” y su máxima difusión
en una estrategia dirigida a la mejora en la captura, transporte y comercialización de los

3
Manuel de Flórez y Carrió (Cádiz 1857- Madrid 1920) político y marino de guerra. Ministro de Marina.
4
Pedro Sangro y Ros de Olano, marqués de Guad-el-Jelú (Madrid 1878-Madrid 1959) economista y político
español. Ministro de Trabajo y Previsión.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

productos del mar que vinculaba a la Administración Pública, al sector pesquero,


industrias afines y consumidores en términos generales.
Bibliografía:

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BORDONADO BERMEJO, MJ (2019): La Galerna de 1912. La tragedia de los arrantzales, origen
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BORDONADO BERMEJO, MJ (2018): I Congreso Nacional de Pesca Marítima de 1918. 100 años
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frigoríficos 1890-1950, en Siglo y medio del ferrocarril en España 1848-1998 Economía, industria
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ISBN 84-88675-62-3, págs. 771-786
VALDALlSO GAGO, J.M. (1992): "La transición de la vela al vapor en la flota mercante española:
cambio técnico y estrategia empresarial" en Revista de Historia Económica, año X, nº 1, pp. 63-98
VALDALlSO GAGO, J.M. (1997): "La evolución del cambio técnico en la flota mercante española
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VARELA LAFUENTE, M.M. (1985): Procesos de producción en el sector pesquero en Galicia,
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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

UN LITIGIO SOBRE LA COMPRA-VENTA DE UN CABALLO POR LA POSIBLE


EXISTENCIA DE UN VICIO REDHIBITORIO. Un ejemplo de como la Albeitería estuvo al
servicio de la sociedad cordobesa de 1814.
Evangelina Rodero Serrano1,2,a, Evangelina Becerra Rodero1 y Ana María González Martínez1,2
1
Asociación Andaluza de Historia de la Veterinaria (AAHV)
2
Dpto de Producción Animal. Universidad de Córdoba (España). Grupo AGR-134. Ceia3
a
[email protected]
En el Archivo General del Obispado de Córdoba está depositado un legajo del año 1814 compuesto
por más de 100 documentos, referentes a un litigio planteado entre el presbítero de Posadas
(Córdoba), como vendedor, y un comerciante de la colación del Campo de la Verdad de Córdoba
capital, como comprador, por la compra-venta de un caballo valorado en 1200 reales. El comprador
entendió que debía deshacerse el acto de compra-venta, y devolvérsele el dinero entregado, debido a
que el solípedo ya estaba enfermo de muermo cuando se realizó la operación. Según se describe en
los documentos, el animal falleció debido a la enfermedad en el transcurso del pleito.
En el litigio se solicitó la intervención de diferentes albéitares por parte del comprador. Éstos
reseñaron al animal, describieron el proceso patológico y dictaminaron sobre la existencia o no de
vicio redhibitorio. Aunque los dictámenes de los albéitares resultaron fundamentales en la resolución
del conflicto, los procuradores de ambas partes debatieron llegando a cuestionar la formación o
capacitación de los albéitares. El caso descrito a través de estos documentos resulta un testimonio
interesante para la historia de albeitería, por cuanto se pone de manifiesto la manera de actuar de
albéitares y herradores y la consideración de su criterio por parte de la sociedad del momento.
Abstract
In the Bishopric of Córdoba’s General Archive a file of the year 1814 is deposited composed of more
than 100 documents, referring to a dispute between the priest of Posadas (Córdoba), as a seller, and
a merchant of the collation of Campo de la Verdad from Córdoba capital, as a buyer, for the purchase
and sale of a horse valued at 1200 reais. The buyer understood that the act of buying and selling
should be undone, and the money delivered should be returned, because the soliped was already sick
with glanders when the operation was performed. As described in the documents, the animal died due
to the disease in the course of the lawsuit.
In the litigation the intervention of different albéitares by the buyer was requested. These reviewed
the animal, described the pathological process and ruled on the existence or not of redhibitory vice.
Although the opinions of the albéitares were fundamental in the resolution of the conflict, the
prosecutors of both parties debated getting to question the formation or training of the albéitares. The
case described through these documents is an interesting testimony to the history of the albeitería,
because it shows the way of acting of albéitares and blacksmiths and the consideration of their criteria
by the society of the moment.
Palabras clave: muermo, caballo, pleito, albeytar
Keywords: “muermo” disease, horse, lawsuit, albeytar

En el Archivo del Obispado de Córdoba nos encontramos de manera inesperada (serendipia) un legajo
que podía arrojar información interesante sobre la Albeitería o la historia de la Veterinaria porque
aporta valiosos datos sobre las implicaciones de los albéitares de inicios del siglo XIX en la resolución
de litigios relacionados con el comercio de los équidos. Ese tipo de disputas no eran raras en aquellos
años cuando los solípedos representaban un factor o elemento fundamental en todo tipo de actividades
de la sociedad del XIX (Becerra Rodero y Sánchez Herrador, 2018)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

El legajo consta de más de 100 documentos datados en 1814, referentes al pleito planteado entre un
vecino, probablemente traficante en ganado, del barrio del Campo de la Verdad de la ciudad de
Córdoba, como comprador, y un presbítero de la localidad de Posadas (Córdoba), como vendedor, en
la compra-venta de un caballo valorado en 12000 reales. la compra se había llevado a cabo el 9 de
noviembre de 1813. El comprador reclamaba que se deshiciese la venta y se procediera a devolvérsele
el dinero entregado ya que cuando se realizó la operación el solípedo estaba enfermo de muermo, a
causa de lo cual terminaría falleciendo en el trascurso del litigio.
El primer documento de ese legajo es un escrito del comprador, D. Celestino Roldán, de fecha 10 de
enero de 1814, por el que otorga poderes de representación ante el tribunal del jurado al procurador
D. Juan Nepomuceno del Pino, lo cual se lleva a cabo previa demanda al vendedor “D. Juan Serrano
y Luna, presbítero de Posadas, para que se deshaga la venta del caballo que adquirió como sano y
hábil, y que posteriormente ha salido con muermo, según el reconocimiento realizado por albéitares
de la ciudad de Córdoba”.
Se acompaña de un certificado de los maestros de albéitares y herradores D. Andrés Amo, D. Antonio
José Leal y D. Pedro del Toro. Los tres albéitares certifican el siete de febrero de 1814 que “D.
Celestino Roldán les presentó ese día un caballo de cuatro años de edad , tordo oscuro, y de alzada
de más de cuatro cuartas, para que lo registrasen de sanidad”. Así lo hicieron con “toda exactitud”
para diagnosticar que “padece la enfermedad grave del muermo reinal en el tercer grado, teniendo
ulcerada la membrana pituitaria”. Continúan los albéitares haciendo una descripción de la enfermedad
y de los síntomas que se aprecian en el animal. La describen como “endémica, epidémica y contagiosa
y mortal de necesidad”. Siendo de “causa antecedente”, “hija de un vicio” “cocoquimio” y que, había
pasado de primer a segundo grado, y de éste a tercero. estimaban que era preciso que mediasen cuatro
meses desde el inicio de la infección. Opinaron que su venta no debía ser considerada legítima, que
debería ser devuelto el dinero recibido y que el vendedor pagara todas sus costas.
Cuando se produjeron los acontecimientos ya hacía mucho tiempo que se había descrito la
enfermedad del muermo. La mayor parte de las obras de albeitería del siglo XVIII se ocupan de su
descripción y de su tratamiento. Un ejemplo lo tenemos en el libro de D. Domingo Royo: “Llave de
Albeytería”, de 1734, que le dedica más de doce páginas al capítulo titulado “Muermo reynal”.
Recogiendo los datos de otros autores clásicos de la Albeitería como García Conde, Ramírez
Arredondo y Calvo. Domingo Royo, caracteriza al muermo reynal por “aparecer tumorcillos en
diferentes partes del cuerpo del animal enfermo, tumores que revientan y expulsan un líquido”.
También los enfermos presentan ulceraciones en distintas partes del cuerpo. La describen como una
enfermedad que la considera contagiosa, corrosiva e irritante. García Conde distingue tres tipos de
muermo: el muermo común, el muermo particular y el muermo reynal.
Francisco García Cabero en su obra Instituciones de Albeitería, y examen de practicantes que sirvió
para preparación de los exámenes a albéitares dedica el capítulo IX al muermo, adjudicándole
distintas denominaciones según el lugar anatómico donde aparecen los síntomas, distinguiendo el
muermo o “morbo reynal o articular” que es el término más fatal al que puede llegar la enfermedad
y se puede decir que es el “marasmo conocido”.
Como refieren M. Cinta Mañé y col. (2018) el muermo ya era conocido en la antigüedad, lo cual
queda de manifiesto en los textos de Apsirto en la Hipiátrica griega, diferenciándose cuatro clases:
húmedo, seco, artrítico e hipodérmico. A partir de entonces cada autor identificará distintos tipos de
muermo.
Con anterioridad a la fecha de este litigio, a finales del siglo XVIII, Francisco González escribe un
extenso y documentado artículo sobre el muermo en el “Semanario de Agricultura y Arte dirigido a
los párrocos”, opinando que es necesario distinguir el muermo verdadero, con todas sus variantes, del

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

espúreo . Propone que hay que separar los animales sanos de los enfermos, no permitiendo la salida
de éstos a los pastos y abrevaderos; realizar desinfección de la caballerizas, los establos y los aperos
utilizados por los animales enfermos o sospechosos de estarlo. Muy interesante a este respecto es el
artículo de M. Cinta Mañé y col. (2011) en el que trata el muermo desde el punto de vista epizoótico.
Aunque Agustín Pascual, 22 años más tarde, afirmara que “muchos albéitares todavía lo confunden”,
lo lógico es pensar que los albéitares que intervinieron en el conflicto eran conocedores de la
enfermedad.
El libro del catedrático de la Escuela de Veterinaria de Madrid Guillermo Sampredro “Novísimo
Cabero” de 1843, no mejora mucho la información de los textos precedentes pero se interesa por la
posibilidad del contagio de la enfermedad al hombre.
En el litigio que nos ocupa el procurador D. Juan Nepomuceno del Pino, reitera que D. Celestino
desde el primer momento que el caballo estuvo en su poder sospechó de su estado sanitario, por lo
que lo hizo reconocer por los albéitares quienes aseguraron que padecía la enfermedad contagiosa y
mortal. Agrega que, “aun prescindiendo del engaño y mala fe con que pudo realizarse, la operación
por parte del vendedor fue nula de ningún valor ni efecto por el vicio insubsanable de la cosa vendida.
Pero D. Juan Serrano se ha negado a recibir el caballo ni devolver el precio en que lo vendió, por lo
que se vio obligado a demandarle”. Como debía realizarse previamente un juicio de conciliación, en
el mismo escrito solicitaba día y hora para el acto de conciliación. En ese mismo escrito también
comunica que el caballo en cuestión ha muerto como resultado de la enfermedad, lo que debe tenerse
en cuenta en el acto de conciliación, así como advierte que “al ser una enfermedad contagiosa la causa
de la muerte del animal debe eliminarse el aparataje y las jáquimas y pintar las cuadras donde se ha
tenido”.
En la misma fecha de 11 de enero de 1814, como consecuencia de la denuncia anterior al juzgado de
Córdoba, el representante de D. Celestino Roldán se dirige al vicario de Posadas para que D. Juan
Serrano, “por sí o por quien le represente, se presente en el término de ocho días en el juicio de
conciliación”.
La Iglesia cordobesa se ve obligada a entrar en acción por medio de D. Juan Trevilla Gil, quien ese
mismo día se dirige al vicario de Posadas D. Juan Guzmán de la Torre, para que haga saber al
presbítero D. Juan Serrano que debe cumplir con su asistencia al juicio de conciliación.
D. Juan Trevilla era sobrino del entonces obispo de Córdoba D. Pedro de Trevilla y canónigo
prebendado racionero de la Iglesia Cordobesa, provisor y vicario general de la diócesis, además de
juez castrense y de cruzada. Sus hermanos Andrés y José María ocuparon también cargos importantes
en el Cabildo catedralicio. Nos llama la atención que, un solo un años después de haber sido sometido
a un proceso de purificación por su carácter de afrancesado, D. Juan Trevilla en 1813, se encuentre
actuando de forma decisiva en asuntos de la Iglesia cordobesa. Incluso, durante un periodo de sede
episcopal vacante, en el que la justicia ordinaria recayó en el Cabildo, Trevilla fue designado Vicario
General. (José García Cuevas Ventura, 1996)
Unos días del 14 de octubre de 1814, D. Celestino entrega otro escrito al juez del litigio, Sánchez de
Toro, por el cual adjunta unos certificados de dos nuevos albéitares, D. Francisco Anguita y D.
Francisco Janero Muñoz, quienes certifican que habiéndose solicitado su peritaje sobre el caballo
objeto del litigio lo encontraron moribundo de muermo “sin esperanza de poder sobrevivir, por lo que
lo han desahuciado”
Los siguientes documentos están dedicados a exponer las dificultades de transmitir a D. Juan Serrano
la convocatoria del acto de conciliación, así lo refiere el notario receptor D. Rafael José Valero
Martínez Valcárcel. El juicio de conciliación se celebró el 28 de enero de 1814, concurriendo los
procuradores de ambas partes, sin que se llegase a ningún acuerdo.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Al llegar al mes de abril de ese mismo año de 1814, D. Rafael Santa Cruz Ramírez, en nombre de D.
Juan Serrano, presenta un extenso escrito en el que denuncia que en el juicio de conciliación la parte
de D. Celestino Roldán pretendió que se le ayudase por pobre. Según los testigos presentados era un
trabajador del campo que se mantenía sólo de su trabajo y que no tenía bienes ningunos, por lo que
no se podía costear el pleito si no se le ayudaba. Sin embargo, según datos de D. Rafael Santa Cruz,
no era pobre ni trabajador del campo, se dedicaba al comercio, traficando con varios bienes y efectos
que iba vendiendo por los pueblos.
El pleito se fue dilatando en el tiempo dando lugar a las protestas del representante de D. Celestino,
D. Juan Nepomuceno, quien consideraba que la otra parte estaba realizando una labor obstruccionista.
Esa situación le obliga ya en el mes de junio, poco antes ser sustituido en su puesto de representante
por el licenciado D. Manuel Serrano Castillejo, a presentar un extenso dictamen sobre los hechos en
el que resalta la importancia de la declaración de los albéitaresy opina sobre los principios a los que
deben atenerse los contratos de compra-venta. Entiende que teniendo en cuenta que los albéitares
diagnosticaron la enfermedad a principios de enero y que ellos mismos consideraron que la tenía
contraída hacía cuatro meses, se supone que cuando se realizó la compra a principio del mes de
noviembre de 1813, el animal hacía tres meses que estaña enfermo de muermo. Finaliza su escrito a
favor de su representado condenando a D. Juan Serrano al pago de todas costas y a la devolución de
los 1200 reales. Agrega una coletilla del Provisor y Director General de Córdoba por la que se
comunica que por la parte de D. Celestino se da por concluso el pleito y dándose traslado a la otra
parte el seis de julio de 1814.
El nuevo representante de D. Juan Serrano, D. Rafael Santa Cruz Ramírez, el día 31 de agosto de
1814, traslada a la otra parte una extensa respuesta con la descripción del proceso seguido en la
compra del animal. Entendía que el comprador pudo haber solicitado que se reconociese al caballo
por el maestro-herrador (el acto de compra parece ser que se realizó en el herradero de Posadas), y
que si no lo hizo fue porque quedó satisfecho del buen aspecto del animal y demuestra confianza que
lo dejara 15 días en poder de D. Juan Serrano. En ese tiempo le hablaron mal del solípedo por
sospecha de muermo, ante lo que D. José Serrano, hermano del presbítero, respondió que lo que tenía
era un “poco de humedad en una de las narices y glándulas hinchadas y que en el caso de que no le
acomodase, no se lo llevase; haciéndolo así se murió al cabo de dos meses a causa de una marcha
violenta que le hizo dar”. Es decir, conociendo los signos que tenía en la nariz, y a pesar de que se le
ofreció dejarlo allí, se lo llevó y pagó el dinero. Por lo tanto, no hubo engaño.
D. Rafael Santa Cruz continúa poniendo en duda los certificados presentados por los albéitares, que
para él “no hacen fe alguna” porque no queda verificado que el caballo que reconocieron fuese el
mismo que se compró a D. Juan Serrano. Aduce que, incluso si hubiese sido el mismo, el muermo
pudo haberlo adquirido en el tiempo que estuvo en poder del comprador. Recuerda también que lo
que hoy día se denomina tiempo de incubación varía de unos animales a otros según su naturaleza.
Si la venta se realizó el 9 de noviembre de 1813 y el juicio de conciliación tuvo lugar el 17 de enero
del siguiente año, lo tuvo dos meses sirviéndose de él.
Un documento muy trascendente es el escrito de 14 de octubre de 1814 de D. Joaquín María de
Villavicencio, que será la autoridad que decidirá la sentencia del pleito. D. Joaquín María de
Villavicencio era racionero de la iglesia cordobesa, visitador eclesiástico del casco de la ciudad y
fiscal general. En su escrito de 14 de octubre de 1814 solicita al vicario de Posadas que por
requerimiento de D. Celestino Roldán haga que maestros albéitares de Posadas, D. Francisco Anguita
y D. Francisco Janero, se ratifiquen de la declaración que hicieron ante el alcalde de esa villa el día
17 de enero de 1814 y que acrediten la petición que hizo D. Celestino de ayuda por pobre.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

A continuación, se incluyen en el legajo un conjunto de documentos también del mes de octubre de


1814 que se refieren a siete preguntas emitidas por D. Celestino sobre las cuestiones de su procurador
que antes mencionábamos. Esas preguntas que iban dirigidas a diferentes testigos a su favor, fueron
respondidas por ciudadanos de distintas profesiones de Córdoba capital y por los tres albéitares que
la primera vez habían reconocido al caballo y que reiteran lo que ya habían testificado. Destacamos
el testimonio de D. Pedro del Toro sobre que D. Juan Serrano había intentado darle a D. Celestino
solo 600 reales para cerrar el litigio, pero que él le había aconsejado que no accediese a tal maniobra.
Estas declaraciones fueron firmadas y ratificadas por el Sr. Villavicencio y por el Notario Mayor.
También en ese mes de octubre D. Juan Nepomuceno Pino vuelve a presentar otro documento que
tiene por objetivo apoyar sus anteriores manifestaciones. En él acusa a D. Juan Serrano de mala fe y
de ocultar la enfermedad del caballo. Apoya sus argumentos en lo ya expresado por los mariscales
facultativos, que lo vuelven a ratificar en ese mismo documento.
La otra parte, la de D. Juan Serrano, no tardaría en responder a estos alegatos. Pocos días después
(documento sin fechar), presentan otra batería de preguntas para que fuesen respondidas, esta vez por
testigos a favor a sus intereses. Ante D. Juan Guzmán de la Torre, vicario y cura de la Iglesia de
Posadas y Notario Mayor de la Villa comparecen distintos testigos en defensa de D. Juan Serrano
declarando que no es verdad que D. Celestino fuese pobre y trabajador del campo, sino comerciante.
Uno de esos testigos, D. Jerónimo Águila, agrega que quiso comprarle el caballo a D. Juan Serrano
por un importe superior al que había acordado con D. Celestino, pero a ello se negó el citado porque
ya lo había comprometido con ese último.
Consta en el legajo un escrito de julio de 1815, que recoge una extensa declaración de D. Rafael Santa
Cruz quien reitera algunos de los argumentos ya expuestos, en especial lo referente al periodo en que
se fragua la enfermedad. Resalta la personalidad de D. Juan Serrano presbítero en las primeras
circunstancias del Pueblo, Doctor en Teología y Colegial Mayor en uno de los Mayores de Granada.
Entendía que, aunque el animal hubiese estado enfermo, D. juan Serrano “no tendría noción ni parte
de ella y procedería de buena fé”. Intenta descalificar el informe de los albéitares con la siguiente
afirmación: “En la clase de los albéitares no estudian como conocer los principios (de la enfermedad)
y solo se gobiernan por la experiencia y lo que comúnmente acontece”
Entrado ya en el año 1815, y todavía sin resolver el pleito, se suceden distintos escritos de D. Juan
Nepomuceno defendiendo sus argumentos. Además de quejarse por los retrasos que se estaban
produciendo en la resolución del conflicto a causa de la desconsideración de D. Juan Serrano, rechaza
la descalificación que éste hiciera sobre las declaraciones de los albéitares cuando decía que no
estudiaban los principios como los facultativos en Medicina. El procurador de D. Celestino Roldán
responde que “en cuanto a las enfermedades de los animales irracionales no puede estarse al parecer
de los médicos y que si se hubiese consultado a éstos hubiesen respondido que era peculiar de los
albéitares”. Con Hipócrates se inició la separación del estudio de la medicina del hombre y de los
animales, naciendo así la Hipiatría o medicina del caballo.
El 17 de octubre de 1815 se dicta veredicto y sentencia. En un escrito de esa fecha D. Joaquín María
de Villavicencio se pronuncia del siguiente modo:

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

“Vistos los autos seguidos por parte de D. Celestino Roldán vecino de esta ciudad y D. Juan
Nepomuceno del Pino, su procurador, contra D. Juan Serrano Luna, presbítero de la villa de Posadas
y D. Rafael Santa Cruz Ramírez, su procurador, sobre la nulidad de la venta de un caballo de cuatro
años que a principio de diciembre de 1813 lo compró a éste y restitución de 1.200 reales que le dio
por él. Visto lo alegado y probado por las partes y demás que para administrar justicia verse y
considerarse debía precedida conclusión y citación digo: que debía absolverse y absuelvo de la
demanda propuesta por D. Celestino Roldán al presbítero D. Juan Serrano y en consecuencia
declárase y declaro válida la venta que éste hizo a aquel del caballo relacionado, atendiendo los
méritos que arrojan los autos. Y por este definitivo, sin especial condenación de costos. así lo declaro,
mando y firmo.
Doy fe
Firma D. Joaquín M. Villavicencio y D. Román M. Santisteban, Notario Mayor”

En ese mismo mes apela la sentencia D. Juan Nepomuceno y en función de ello, D. Joaquín M.
Villavicencio da un plazo de un mes a ambas partes para que presenten nuevas pruebas y apelen, pero
una vez pasado ese plazo, solo consta un escrito del procurador de D. Juan Serrano informando que
no se había producido respuesta de la otra parte a lo largo de ese mes.

Referencias
Becerra Rodero, E. y Sánchez Herrador, M. (2018) Conflictividad entorno al ganado equino en la
Edad Moderna en Rute (Córdoba). Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Iberoamericano de
Historia de la Veterinaria. Almería.
García Cabero, F (1755) Instrucciones de Albeitería y examen de practicantes de ella: dividido en
seis tratados. Imprenta de Joeph de Orga.
García-Cuevas Ventura, J. (1996) El Cabildo catedralicio, de la Revolución a la Restauración (1788-
1882). Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba.
González, F. (1799) Del Muermo. El seminario de Agricultura y Arte dirigido a los párrocos. Tomo
VI. 150. Noviembre.
Mañé Seró, M. C. y Vives Vallés, M. A. (2011) Análisis y control de epizootias en el siglo XVIII en
España. La moderna veterinaria frente a la albeitería tradicional. Actas del XVII Congreso Nacional
y VIII Iberoamericano de Historia de la Veterinaria. Valencia.
Mañé, M. C., Icardo Campos, J. A. y Vives Vallés, M. A (2018) El muermo en la Hipiátrica griega.
Los textos de Apsirto. Actas del XXIV Congreso Nacional y XV Iberoamericano de Historia de la
Veterinaria. Almería.
Royo, D. (1734) Llave de Albeitería.
Sampedro, G. (1843) Novísimo Cabero o Instituciones de Albeitería. Librería de la señora viuda de
Calleja e hijos. Madrid.
Referencia de caja 2877-8283 del legajo en el Archivo Arzobispal de Córdoba

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

VETERINARIOS DE LA PROVINCIA DE JAÉN (VIII). Estudiantes y titulados


Veterinarios. Escuela de Madrid 1889-1893

VETERINARIANS OF THE PROVINCE OF JAEN (VIII). Students and


Veterinary graduates. School of Madrid 1889-1893

Muñoz Alcázar, Francisco de Asís 1, y Muñoz González, José Francisco 2


1
Dr. en Veterinaria. Asociación Española de Historia de la Veterinaria (AEHV)
2
Graduado en Historia
C/Enseñanza, 26, CP- 13350, Moral de Calatrava (Ciudad Real), España.
Telf. 681102808 e-mail: [email protected]

RESUMEN
Octava entrega de la serie “Veterinarios de la provincia de Jaén”, dedicada a la
recopilación, selección, proceso y análisis de datos sobre estudiantes de Veterinaria y
titulados veterinarios, todos ellos naturales de la provincia de Jaén, y que pretende
abarcar la evolución de la Profesión Veterinaria en esa provincia, desde la apertura de la
Real Escuela de Veterinaria de Madrid, hasta finales del siglo XIX. En esta
comunicación se aportan y analizan datos del periodo 1889-1893.

Palabras clave: Historia Veterinaria. Escuela Veterinaria de Madrid. Estudiantes y


Titulados Veterinarios. Provincia de Jaén.

SUMMARY
The eighth delivery of the series "Veterinarians of the province of Jaen",
dedicated to the summary, selection, process and analysis of data about students of
Veterinary and veterinary graduates, all of them natural of the province of Jaen, and that
tries to include the evolution of the Veterinary Profession in this province, from the
opening of the Royal School of Veterinary of Madrid, until ends of the 19th century. In
this communication information of the period 1889-1893 is analyzed.

Key words: The Veterinary History. Veterinary School of Madrid. Veterinary students
and graduates. Province of Jaen.

INTRODUCCIÓN
Continuando con la línea de investigación abierta en 2010, seguimos recopilando
y ordenando datos que permitan realizar un análisis más profundo en relación con la
transición de la Albeytería a la Veterinaria en la provincia de Jaén. En esta octava parte
ofrecemos resultados sobre los estudiantes y titulados Veterinarios en la Escuela de
Madrid en el periodo 1889-1893.

OBJETIVOS
- Recopilar datos de los alumnos, originarios de la provincia de Jaén,
matriculados en la Escuela de Veterinaria de Madrid, en el periodo 1889 – 1893.
- Seleccionar, procesar y analizar los datos obtenidos.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

METODOLOGÍA Y FUENTES
El material utilizado ha sido principalmente el depositado en archivos, y en
menor medida el procedente de publicaciones, tesis doctorales y estudios
historiográficos.
El método empleado ha sido el siguiente:
1.- Acotación del periodo cronológico objeto de esta comunicación (1889 y
1893).
2.- Uso del protocolo de recogida de datos ya utilizado para analizar periodos
anteriores.
3.- Selección de fuentes y documentos a consultar: Archivo General de la
Universidad Complutense de Madrid (AGUCM), Signaturas V/01-211 a V/01-213
(Libros de matrícula).
4.- Búsqueda activa y recopilación de datos.
5.- Procesado de datos y ampliación con otros procedentes de publicaciones,
tesis y estudios historiográficos.

RESULTADOS
1.- Signatura V/01-211. Libros registro de matrícula.
1.1.- Libro 41 (1889-1890).
Contiene 350 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 293 impares. En
total 147 nuevos alumnos matriculados en el curso 1889-90. Obtenidas 6 referencias de
jiennenses matriculados (4,08%). Al menos tres (50%) concluyeron con título de
Veterinario:
- Juan Manuel AGUILAR y GARCÍA. Natural de Bailén. 20 años. Examen de
ingreso aprobado el 26 de septiembre de 1889. Matrícula el día 27 (folio 11). No hay
más anotaciones
- Trinidad BRIBIESCA y GALLEGO. Natural de Santo Tomé. 21 años. Examen
de ingreso aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el mismo día (folio 23).
Exámenes de 1º el 16 de septiembre de 1890, aprobado Física y Química, y el 18
Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 17 de septiembre de 1891, suspenso, y aprobado el
17 de septiembre de 1892; de 3º del 18 al 20 de septiembre de 1893, aprobado; de 4º el
20 de septiembre de 1894, aprobado Operaciones y vendajes y Obstetricia; el 21
suspenso Herrado y forjado. No constan más anotaciones
- José BIOSCA y ALES. Natural de Bailén. 22 años. Examen de ingreso
aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el día 21 (folio 27). Nueva matrícula
el 30 de septiembre de 1891. No hay más anotaciones.
- Francisco CABALLERO y MUÑOZ. Natural de Villacarrillo. 15 años.
Examen de ingreso aprobado el 30 de septiembre de 1889. Matrícula el mismo día (folio
75). Exámenes de 1º el 11 junio 1890, notable Física y Química, y el día 18 notable
Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 3 de junio de 1891, notable; de 3º el 4 de junio de
1892, sobresaliente; de 4º del 6 al 16 de junio de 1893, sobresaliente; el 30 de octubre,
por oposición, obtiene plaza de alumno agregado al servicio facultativo de la Escuela,
con dispensa de matrícula y título final; de 5º del 1 al 18 de junio de 1894, bueno en Hª
Natural; sobresaliente en Agricultura, Zootecnia y Policía Sanitaria, notable en Derecho
Veterinario. Reválida de Veterinario el 26 de junio de 1894, aprobado todos los
ejercicios. Se remite el título al Gobernador de Jaén. Asistió a la III Asamblea Nacional
Veterinaria celebrada en Madrid en mayo de 1913, era Subdelegado en Villacarrillo.
- Baltasar MUÑOZ y AMADOR. Natural de Navas de San Juan. 19 años.
Examen de ingreso aprobado el 20 de septiembre de 1889. Matrícula el día 24 (folio
185). Exámenes de 1º el 11 de junio de 1890, aprobado Física y Química, y el día 20

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Anatomía y Nomenclatura; de 2º libre el 27 de junio de 1892, suspenso Fisiología;


oficial del 6 al 14 de junio de 1893, bueno Fisiología, aprobado Higiene, suspenso
Mecánica animal, que aprueba el 20 de septiembre, y el 21 de septiembre aprobado
Aplomos; de 3º el 12 de junio de 1894, aprobado Patología y Clínica médica; el 24 de
septiembre suspenso Farmacología, que vuelve a suspender el 28 sept 1895. No constan
datos de 4º y 5º cursos. El 25 de septiembre de 1906, por libre, aprobado Hª Natural.
Reválida de Veterinario el 29 de septiembre de 1906, aprobado el 1º, suspenso el 2º; el
5 de julio de 1907, aprobado 2º y 3º ejercicios. Papel de pagos (405 pts.). Se envía el
título al Gobernador de Jaén. En el Anuario de Veterinaria de 1945, en el directorio
profesional de la sexta sección correspondiente a la provincia de Jaén, aparece su
nombre y Navas de San Juan como localidad de ejercicio profesional.
- Miguel Ángel RUEDA y MARTÍNEZ-VALERA. Natural de Baños (actual
Baños de la Encina). 18 años. Examen de ingreso aprobado el 30 de septiembre de
1889. Matrícula el mismo día (folio 249). Exámenes de 1º el 11 de junio de 1890, bueno
Física y Química, y el día 18, bueno Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 26 de
septiembre de 1891, aprobado; de 3º el 4 de junio de 1892, sobresaliente; de 4º del 8 al
17 de junio de 1893, notable Obstetricia y sobresaliente el resto; de 5º del 2 al 20 de
junio de 1894, notable y aprobado Hª Natural. Reválida de Veterinario el 26 de junio de
1894, aprobado todo. Se envía el título al Gobernador de Jaén. Asistió a la III Asamblea
Nacional Veterinaria celebrada en Madrid en mayo de 1913, en la lista aparece como
“Miguel A. Reseda y Valera”, ejerciente en su localidad natal. Asistió a la II Asamblea
de Unión Nacional Veterinaria celebrada en Madrid del 18 al 23 de mayo de 1922. En el
Anuario de Veterinaria de 1945, en el directorio profesional de la sexta sección
correspondiente a la provincia de Jaén, aparece su nombre y Arquillos y Baños de la
Encina como localidades de ejercicio profesional.

1.2.- Libro 42 (1890-1891).


Contiene 400 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 255 impares. En
total 128 nuevos alumnos matriculados en el curso 1890-91. Obtenidas 3 referencias de
jiennenses matriculados (2,34%). Al menos uno (33,33%) concluyó con título de
Veterinario:
- Pedro CASAS y ARANDA. Natural de Rus. 23 años. Examen de ingreso
aprobado el 23 de septiembre de 1890. Matrícula el día 25 (folio 19). Exámenes de 1º
aprobados en junio de 1891; de 2º en septiembre de 1892; de 3º en junio de 1893,
aprobado Patología, bueno el resto; de 4º en junio de 1894, aprobado Obstetricia, bueno
el resto; de 5º en junio de 1895, bueno, y bueno en Hª Natural. Reválida de Veterinario
el 25 de junio de 1895, aprobado todos. Se envía el título al Gobernador de Jaén. En
MARÍN y MOLLINEDO (2008:51) citado como Asambleísta en la Constituyente del
Colegio de Jaén en 1905.
- Alfonso MARTÍNEZ y CANO. Natural de Navas de San Juan. 21 años.
Examen de ingreso aprobado el 23 de septiembre de 1890. Matrícula el día 24 (folio
151). Exámenes de 1º el 5 de junio de 1891, aprobado Física y Química; y el 15 de
septiembre Anatomía y Nomenclatura; de 2º el 3 de junio de 1892, aprobado. No hay
más anotaciones.
- Lorenzo TROYANO y TROYANO. Natural de Mengíbar. 17 años. Examen de
ingreso aprobado el 15 de octubre de 1890. Matrícula el día 16 (folio 217). Exámenes
de 1º el 9 de junio de 1891, suspenso Física y Química. No hay más anotaciones.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

2.- Signatura V/01-212. Libros registro de matrícula. Libro 43 (1891-1892).


Contiene 400 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 303 impares (folio
221 en blanco). En total 151 nuevos alumnos matriculados en el curso 1891-92.
Obtenidas 3 referencias de jiennenses matriculados (1,98%). Al menos uno (33,33%)
concluyó con título de Veterinario:
- Luis BUÑÓN y LIÑÁN. Natural de Beas (actual Beas de Segura). 29 años.
Examen de ingreso aprobado el 30 de septiembre de 1891. Matrícula el mismo día (folio
41). No hay más anotaciones.
- Gustavo MORENO y ORZAEZ. Natural de Castellar. 21 años. Presenta
Certificado del Instituto de Jaén, de tener aprobados los ejercicios del Grado de
Bachiller. Matrícula el 28 de septiembre de 1891 (folio 183). Exámenes de 1º en junio
de 1893, notable Física y Química, bueno el resto; de 2º en junio de 1894, bueno
Fisiología, aprobado el resto; de 3º aprobado todas en septiembre de 1895; de 4º en
junio de 1896, aprobado todas; de 5º en junio de 1897, aprobado. Reválida de
Veterinario el 6 de julio de 1897, aprobado todos. En noviembre de 1899 se envía el
título al Gobernador de Jaén. Asistió a la II Asamblea de Unión Nacional Veterinaria
celebrada en Madrid del 18 al 23 de mayo de 1922. Falleció el 12 de marzo de 1944, en
su lápida se indica la profesión “GUSTAVO MORENO VETERINARIO”.
- Francisco Jacinto RUBIO y PARRILLA. Natural de Navas de San Juan. 18
años. Examen de ingreso aprobado el 29 de septiembre de 1891. Matrícula el día 30
(folio 237). No hay más anotaciones.

3.- Signatura V/01-213. Libros registro de matrícula.


3.1.- Libro 44 (1892-1893).
Contiene 400 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 295 impares. En
total 148 nuevos alumnos matriculados en el curso 1892-93. Obtenidas 3 referencias de
jiennenses matriculados (2,02%). Al menos dos (66,66%) concluyeron con título de
Veterinario:
- Manuel LUENGO y VALERO. Natural de Cabra del Santo Cristo. 21 años.
Examen de ingreso aprobado el 30 de septiembre de 1892. Matrícula el mismo día (folio
129). Exámenes de 1º en junio de 1893, aprobado; de 2º aprueba Fisiología e Higiene en
septiembre de 1894, Mecánica animal en enero de 1895 y el resto en junio; de 3º
aprueba Patología y Clínica en septiembre de 1895, Farmacología en junio de 1896;
Terapéutica y 4º curso completo en septiembre de 1896; aprueba Agricultura en junio
de 1897 y el resto de 5º curso en septiembre, y el 3 de octubre Hª Natural. Reválida de
Veterinario el 13 de noviembre de 1897, aprobado todos. Se remite el título al
Gobernador de Jaén. Asistió a la II Asamblea Nacional Veterinaria, celebrada en
Madrid en mayo de 1907, ejercía en su localidad natal.
- Antonio MIRA DE LA RUBIA. Natural de Vilches. 20 años. Examen de
ingreso aprobado el 23 de enero de 1892. Matrícula el 28 sept 1892 (folio 167). No hay
más anotaciones.
- Félix CÓRDOBA e HIGUERAS. Natural de Santisteban del Puerto. 16 años.
Examen de ingreso aprobado el 24 de enero de 1893. Matrícula el 16 de mayo de 1893
(folio 273). Exámenes de 1º en junio de 1893, bueno Física y Química; en septiembre,
bueno Anatomía y aprobado Nomenclatura; de 2º en junio de 1894, bueno Fisiología y
Mecánica animal, aprobado el resto; de 3º en junio de 1895, aprobado Patología, Clínica
médica y Farmacología, y en septiembre Terapéutica, y Medicina legal; de 4º en junio
de 1896, notable Operaciones, bueno Obstetricia, aprobado el resto; de 5º en junio de
1897, notable todas; el 2 de junio de 1897, bueno Hª Natural. Reválida de Veterinario el

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

22 de junio de 1897, aprobado todos. En diciembre de 1898 abona papel de pagos y


sello (400 pts. más 40%), y se le remitió el título al Gobernador de Jaén.

3.2.- Libro 45 (1893-1894).


Contiene 350 páginas numeradas. Registros en páginas 1 al 271 impares. En
total 136 nuevos alumnos matriculados en el curso 1893-94. Obtenida una referencia de
jiennenses matriculados (0,73%). No consta que concluyera.
- Pedro José MARTÍNEZ y FRANCO. Natural de Siles. 16 años. Examen de
ingreso aprobado el 29 de septiembre de 1893. Matrícula el día 23 (folio 165).
Exámenes de 1º el 3 de junio de 1894, suspenso Física y Química; el 12 de mayo de
1898, vuelve a suspender. No hay más anotaciones.

CONCLUSIONES
- En el periodo analizado (1889-1893) se matricularon en la Escuela de Veterinaria de
Madrid un total de 710 alumnos nuevos.
- El número de jiennenses matriculados en dicha Escuela y en el mismo periodo fue de
16 (2,25%), de los que obtuvieron el título de Veterinario al menos 7 (43,75%).

BIBLIOGRAFÍA
ARCHIVO GENERAL DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
(AGUCM). Facultad de Veterinaria:
- Signatura V/01-211. Libros registro de matrícula. Libro 41(1889-1890) y
Libro 42 (1890-1891).
- Signatura V/01-212. Libros registro de matrícula. Libro 43 (1891-1892).
- Signatura V/01-213. Libros registro de matrícula. Libro 44 (1892-1893) y
Libro 45 (1893-1894).
MARÍN GARRIDO, Antonio y MOLLINEDO GÓMEZ-ZORRILLA, Jesús. Colegio
Oficial de Veterinarios de Jaén. I Centenario 1905 – diciembre – 2006. Jaén:
Colegio Oficial de Veterinarios, Gráficas la Paz de Torredonjimeno S.L., 2008.
ISBN: 978-84-612-6872-6
II ASAMBLEA NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid los días 16, 17 y 18
de mayo de 1907… Trabajos preparatorios, dictámenes, discusiones,
proposiciones y acuerdos adoptados. Madrid: Establecimiento tipográfico de los
Hijos de R. Álvarez, 1907.
III ASAMBLEA NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid los días 28, 29, 30 y
31 de mayo de 1913… Trabajos preparatorios, dictámenes, discusiones,
proposiciones y acuerdos adoptados. Madrid: Establecimiento tipográfico de los
Hijos de R. Álvarez, 1914.
II ASAMBLEA DE UNIÓN NACIONAL VETERINARIA, celebrada en Madrid del 18 al
23 de Mayo de 1922, ambos días inclusive. Libro Oficial. León: Imprenta de “La
Democracia”, 1922.
ANUARIO DE VETERINARIA 1945. Madrid: Editorial Agropecuaria, 1945.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Carteles

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Privilegio de Alfonso
X a los pastores y
vaquerizos
de Alcaraz. 1266
(Serral Quiles, J.T; Ortiz Valenzuela E.M.)

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

CARTEL: PRIVILEGIO DE ALFONSO X A LOS PASTORES Y


VAQUERIZOS DE ALCARAZ. 1266.

Serral Quiles, José Tomás (1); Ortiz Valenzuela, Elena María. (2)

(1) Licenciado en Veterinaria. Máster en alimentación mediterránea. Máster en


seguridad, salud en el trabajo y prevención de riesgos laborales.
Dirección: Calle Santa Ana Nº 10. C.P. 18840 Galera (Granada).
Teléfono: 660832966. Email [email protected].
(2) Licenciada en Veterinaria. Universidad de Córdoba.
Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Universidad de Córdoba.
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. Dos especialidades.

Documentos expuestos:

1. Archivo de Simancas, numerado con CCLXI, con título Privilegio a los pastores
y vaquerizos de la villa y aldeas de Alcaraz, concedido por el Rey Alfonso X el
Sabio. En el libro núm 253 artículo 9 de privilegios y confirmaciones encontramos
la última realizada por Felipe II dada en Madrid a 13 de agosto de 1563, de la que
exponemos con su trascripción las páginas 10 a 16 que corresponden al documento
inicial dado por Alfonso X el 17 de octubre de 1304 años de la era de Augusto que
se corresponde con el 1266 de Jesucristo y su primera confirmación por Alfonso
XI.
Referencia: España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas,

2. Archivo de Alcaraz. Dos fotografías de la parte que corresponde a la misma carta


fundacional de Alfonso X según la confirmación dada por Enrique IV en
Valladolid a 30 de enero de 1481.

Las fotografías son gentileza de Don Emilio Quijano bibliotecario y archivero


de Alcaraz.

Las trascripciones están realizadas por el primer autor del cartel y al no ser
especialista en paleografía del siglo XVI pueden contener errores, por lo que ruega
lo disculpen.

Estos documentos inéditos son los más antiguos que se conservan de la mesta
con referencia escrita más antigua de Castilla. LA MESTA DE ALCARAZ.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

1.Archivo de Simancas. Carta Alfonso X el Sabio.


, Sepan cuantos esta
carta vieren como Nos Don
Alfonso por la gracia de Dios
Rey de Castilla de To-
ledo de León de Galicia de Se-
villa de Murcia de Jaén de los
Algarves de Algeciras e
Señor de Molina. Vimos una
carta del Rey Don Alfonso
nuestro bisabuelo escrita en
pergamino de cuero y sellada
con su sello de cera colgado
fecho en esta guisa / Conocida
cosa sea a cuantos esta carta
vieren como Yo Don Alfonso
por la gracia de Dios Rey de
Castilla, de Toledo, de León,
de Galicia, de Sevilla, de
Córdoba, de Murcia, de Jaén,
del Algarve que mando e
otorgo a vos los pastores y
vaquerizos de Alcaraz también
de la villa como de las aldeas
que fagades Mesta tres veces en
el año: una por el San Juan, otra
por Santa María de mediado
agosto e otra por el San Miguel.
Y que la fagades en los Forcajos
de Guadalmena y que vengan
a la Mesta de cada cabaña el
pastor y el vaquerizo o el
rabadán y vaquero si estos
fuesen idos a tal lugar que no
puedan venir a la Mesta y a esto
dieren recaudo envíen un
hombre de los ayudadores. Y
mando que fagades cuatro
alcaldes dos de los pastores

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y dos de los vaquerizos.


Cuales los de la Mesta
tengáis por bien que estos
cuatro alcaldes que hagan
derecho entre vosotros todos
que seades por ello y quien
faltase peche cien
maravedíes y quien a la
Mesta no viniere así como
dicho es que pechen el
pastor cinco carneros y el
vaquerizo una vaca y esta
pena que la tome de lo del
pastor o del vaquerizo o si
cosa suya no fallaren entrega
que lo tomen de lo de su amo
y él que se lo tome doblado.
O si por culpa del amo non
viniere a la Mesta y lo
pudiere probar que pechen el
amo el coto y si por aventura
los de la cabaña fueren idos
en apellido y non pudieren
venir a la Mesta probándolo
non pechen nada y estas
calonias que sean de los de la
Mesta. Y fagan dellas lo que
tuvieren por bien. O quien la
Mesta lo hubiere por pella
que pechen diez maravedís.
Y quien fallare ganado
atajado de cinco cabezas
arriba que de apellido y si
aquel que arribase non se lo
quisiere tomar que peche
cinco carneros y el fallador
que sea creído por su jura/
con otro que sea de creer y
quien

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

perro ajeno fallare que lo


pregone y que lo aduzca a
la Mesta y si lo non
ficiere y después se lo
fallaren que dé el perro a
su dueño y a la Mesta diez
maravedíes y quien
mandare algo hacedero
que pechen diez
maravedíes y le mande
que non vala. Y si alguno
fallare una res o más y
después se perdiere
faciendo derecho que se
non perdió por su culpa
que non peche nada y por
res fallada non den nada
E mando que traigan el
ganado mostrenco a la
Mesta de agosto y que el
que lo tuviere y lo non
adujere que se lo
demanden por de hurto y
que lo dé como manda el
fuero y el ganado
mostrenco que no le
saliere dueño que le fagan
señal nueva y que lo den
por cuenta a dos hombres
buenos y ellos que lo
fagan guardar un año y a
cabo del año que lo
traigan a la Mesta de
agosto y si le saliere
dueño y si non denlo a
otros dos hombres buenos
leales que lo resciban por
cuenta

Pag. 427
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

y fáganle otra señal


nueva y guárdenlo para
Mí y que acudan con
ello a quien yo tuviere
por bien y el aplazado o
el emplazador que non
viniere al plazo que
pechen un maravedí el
medio a los Alcaldes y
el medio al querelloso y
si uno firiere o afrentare
a otro pechen según
manda fuero y si
algunas posturas
quisiéredes poner que
sean a pro de la Mesta
de que esta carta non
face mención que valan
y que fagades de lo que
menguaren según
vuestra vecindad de
Cuenca y Alarcón y
ninguno non sea osado
de ir contra esta carta
que a cualquier que lo
hiciese al cuerpo y a
cuanto hubiere me
tornaría por ello y
porque esto non venga
en duda dimos esta
carta sellada con
nuestro sello pendiente.
Dada en Sevilla El Rey
la mandó Domingo
diez y siete días de
Octubre Era de mil
trescientos y cuatro
años. Juan Garcia la
fizo escribir Gutierre
Gomez E agora los
pastores y vaquerizos y
cabroneros del dicho
lugar de Alcaráz
enviáronnos a pe-

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Archivo de Simancas. Alfonso XI el de las Navas.


-dir merced que les
confirmásemos la
dicha carta y Nos el
sobredicho Rey Don
Alfonso por hacer bien
y merced a los dichos
pastores y vaquerizos y
cabroneros tuvímoslo
por bien y
confirmánosles la
dicha carta y
mandamos que les vala
y sea guardada en todo
bien y cumplidamente
según que en ella se
contiene y según que
les fue guardada y
usaron della en tiempo
del Rey Don Alfonso
nuestro bisabuelo y del
Rey Don Sancho
nuestro abuelo y del
Rey Don Fernando
nuestro padre que Dios
perdone. Y sobre esto
mandamos a los
alcaldes alguaciles del
dicho lugar de Alcaráz
y a todos los otros
alcaldes, jurados,
jueces, justicias,
merinos, alguaciles,
maestres de las
órdenes, gobernadores,
comendadores y
subcomendadores y a
todos los otros
oficiales de las villas y
lugares de nuestros
Reinos que agora son o
serán de aquí adelante
o a cualquier o
cualesquier dellos a
quien esta nuestra carta
fuere mostrada o el
traslado della

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

signado de escribano
público sacado con
autoridad de juez o de
alcalde que non
consientan a ninguno ni
a ningunos que les
vayan ni les pasen a los
pastores ni vaquerizos y
cabroneros del dicho
lugar de Alcaráz ni a
ninguno de ellos contra
la dicha carta ni contra
ninguna cosa de lo que
en ella se contiene en
ninguna manera sopena
de cien maravedíes de
la moneda nueva a cada
uno y si non a cualquier
o cualesquier que lo
hiciesen o consintiesen
pasar en cualquier
manera pecharnos y en
la pena sobredicha a
cada uno por cada
vegada y a los dichos
pastores y vaquerizos y
cabroneros o a
cualquier dellos todos
los daños y menoscabos
que por esta razón
recibieren doblados y
desto les mandamos dar
esta carta sellada con
nuestro sello de plomo.
Dada en Valladolid a
veinte y seis días de
Julio Era de mil é
trescientos y setenta y
tres años Yo Alfon
Gonzalez la fice
escrebir por mandado
del Rey

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Archivo de Alcaraz.
, Sepan cuantos esta carta vieren como Nos Don Alfonso
por la gracia de Dios Rey de Castilla de Toledo de Leon
de Galicia de Sevilla de Murcia de Jaen de los Algarbes
de Algecira, é Señor de Molina vimos una carta del Rey
Don Alfon nuestro bisabuelo escripta en villa de Murcia
de Jaen de los Algarbes de Algecira é Señor de Molina
vimos una carta del Rey Don Alfon nuestro bisabuelo
escripta en pergamino de cuero é sellada con su sello de
cera colgado fecho en esta guisa Conoscida cosa sea á
cuantos esta carta vieren como Yo Don Alfon por la
gracia de Dios Rey de Castilla de Toledo de Leon de
Galicia de Sevilla de Córdoba de Murcia de Jaen del
Algarbe, que mando é otorgo ávos los pastores, é
vaquerizos de Alcaraz tambien de la villa como de las
aldeas que fagades Mesta tres veces en el año una por el
San Juan otra por Santa Maria de mediado Agosto é otra
por el San Miguel é Maria de mediado Agosto é otra por
el San Miguel é que la fagades en los Forcajos de
Guadalmena é que vengan á la Mesta de cada cabaina el
pastor é el vaquerizo ó el rabadan y vaquero si estos
fuesen idos á tal lugar que no puedan venir á la Mesta é
á esto dieren recaudo envien un hombre de los
ayudadores, E mando que fagades cuatro Alcaldes dos de
los pastores é dos de los vaquerizos cuales los de la Mesta
tengais por bien que estos cuatro Alcaldes que hagan
derecho entre vos todos que seades por ello, é quien al
ficiere peche cien maravedis é quien á la

Mesta no viniere así como dicho es que pechen


el pastor cinco carneros y el vaquerizo una vaca
y esta pena que la tome de lo del pastor ó del
vaquerizo, ó si cosa suya no fallaren entrega que
lo tomen de lo de su amo, é él que ge lo tome
doblado ó si por culpa del amo non viniere á la
Mesta é lo pudiere probar que paque el amo el
coto é si provaren los de la cabaña fueren idos
en apellido é non pudieren venirá la Mesta
probándolo non paquen nada é estas calonias
que sean de los de la Mesta éfagan dellas lo que
tovieren por bien ó quien la Mesta lo hobiere por
pella que pechen diez maravedis é quien fallare
ganado atajado de cinco cabezas arriba que dé
apellido é si aquel que arribase non ge lo
quisiere tomar que peche cinco carneros é el
fallador que sea creido por su jura con otro que
sea de creer équien perro ageno fallare que lo
pregone é que lo aduga á la Mesta é si lo non
ficiere é despues se lo fallaren que dé el perro á
su dueño é á la Mesta diez maravedis é quien
mandare algo hacedero que pechen diez
maravedis é la manda que non vala é si alguno
fallare una res ó mas é despues se perdiere
faciendo derecho que se non perdió por su culpa
que non peche nada épor res fallada non den
nada E mando que trayan el ganado mostrenco
á la Mesta

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21 Referencias alumnos
Facultad de Veterinaria
de Murcia
(Francisco Gil Cano)

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Fotografías con Historia

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ÚLTIMOS HERRADEROS DE LA MANCHA TOLEDANA: EL


CASO DE LA PUEBLA DE ALMORADIEL
Madero Madero, Salvador (1); Castillo Romero, Francisca Josefa (1); Angulo Heras, Conrado
(1); Ramiro Manzanero, Olegario (2); Montoro Angulo, Vidal (3).
1. Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.
2. RENFE
3. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos e IREC (CSIC, UCLM, JCCM).
Universidad de Castilla-La Mancha.

[email protected]
Salvador Madero Madero

La profesión veterinaria tiene uno de sus principales orígenes en el herrado, de tal forma que una
de sus señas de identidad es la cualificación y clara diferenciación de los herradores. De hecho,
hay multitud de referencias que demuestran el origen de gran parte de albéitares y veterinarios en
familias vinculadas al herrado. La superación de la barrera entre herrador y veterinario era muestra
inequívoca de mejora social. Este patrón se mantiene con importancia decreciente hasta bien
entrado el siglo XX.
En la Mancha toledana el momento de plenitud de los herraderos se puede fijar durante la primera
mitad del pasado siglo. Su principal objetivo era la prestación de servicio de herrado y consultorio
veterinario y clínica equina (Cirugía menor y curas, herrado ortopédico, atención de cólicos entre
las más habituales). En la última etapa se incorporaron la atención a otras especies animales,
protocolos de técnicas diagnósticas instrumentales y empleo de antibióticos y otros específicos
veterinarios. La titularidad correspondía a un veterinario, normalmente vinculado a la localidad
por origen o asentamiento familiar, que estaba asistido por un herrador que podía contar con
aprendices. El herradero era, además, un punto de encuentro de la sociedad medio rural que
facilitaba relaciones e información.
Este trabajo explora y recuerda el papel de los herraderos a través los que establecieron tres
generaciones de veterinarios Ortiz-Cicuéndez Madero de La Puebla de Almoradiel. En el caso de
la comarca de referencia, la principal actividad agraria estaba vinculada históricamente al cereal
y viñedo, con un censo de ganado mular muy importante. La denominada revolución verde, con
la entrada de nuevas tecnologías y la mecanización, se impuso a finales de los años cincuenta del
pasado siglo, creciendo en los sesenta y desplazando toda la ganadería mular en los setenta.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Anatomía del caballo. Años 20. Ernesto Madero

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Elementos de Agricultura. 1860. Salvador Ortiz-Cicuendez

Recuperación del caballo Tarzan. Año 1944. Salvador Madero

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Reconocimiento de los avicultores españoles al veterinario Juan Talavera Boto


1
Mendizabal, José Antonio; 2Iglesias, José Luis
Veterinarios
1
Universidad Pública de Navarra.
E-mail: [email protected]
2
Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid
E-mail: [email protected]

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Descripción de la fotografía:
La fotografía que se presenta recoge la foto del veterinario del Cuerpo Nacional Juan Talavera Boto,
incluida en el pergamino que fue elaborado por el artista Federico Mellado y costeado en suscripción
popular por los avicultores españoles, a iniciativa de la revista Valencia Avícola, en 1949. El texto
del mismo es el siguiente: “Los avicultores españoles dedican este pergamino a Don Juan Talavera
Boto del Cuerpo Nacional Veterinario, descubridor de la vacuna española contra la peste aviar, como
prueba de imperecedero agradecimiento, en el día de su homenaje e ingreso en la Orden Civil del
Mérito Agrícola. Valencia, febrero 1949. Por su Representación. El Director de Valencia Avícola:
Joaquín Ferrán Salvador”.
Contexto histórico:
A principios del de 1947 comenzaron a producirse los primeros brotes de una enfermedad
desconocida hasta entonces en España, que provocaba una gran mortandad en las explotaciones
avícolas. Tal era su poder devastador, que fue calificada como peste aviar, aunque más tarde se
comprobaría que no se correspondía con la peste aviar clásica descrita por primera vez en Italia por
Perroncito en 1878 y que actualmente conocemos como “influenza o gripe aviar”, sino con la llamada
Enfermedad de Newcastle (Suárez, 2005).
Las rigurosas medidas de policía sanitaria adoptadas por la Dirección General de Ganadería,
incluyendo la inmovilización de las aves dentro de las zonas afectadas, no consiguieron evitar su
propagación. Tampoco los tratamientos preventivos, ni los desinfectantes, ni el encalado, ni el ácido
clorhídrico, el sulfúrico, el fénico, el azul de metileno, el permanganato, el acíbar, las sulfamidas, etc.
mostraban efecto sobre la enfermedad. Un primer balance de la enfermedad arrojaba más de 10
millones de gallinas muertas entre 1947 y 1948, cuando el censo de gallinas en España era de
aproximadamente 29 millones (Castelló, 1947).
En este desolador contexto, los veterinarios Juan Talavera Boto y Salvador Martín Lomeña, del
Instituto de Biología Animal dependiente del Ministerio de Agricultura, se afanaron en buscar, contra
reloj, una vacuna eficaz que frenara la epizootia. Comenzaron por aislar y estudiar las diferentes cepas
de virus procedentes de los diferentes focos descritos en España, paso imprescindible y previo para
proseguir luego con la síntesis de la vacuna mediante cultivos del virus en embrión de pollo y
posterior absorción de los mismos por un gel de hidróxido de aluminio. Fueron tan buenos los
resultados que, seis meses más tarde, se anunciaba la obtención de una vacuna eficaz contra la
enfermedad. La noticia fue recibida con gran alegría por parte de los poderes públicos, las autoridades
sanitarias y, por supuesto, por los avicultores. Así expresaban estos últimos su satisfacción en un
editorial de la revista Valencia Avícola: “Terrible pesadilla, que ya pasó. Hoy contamos, gracias al
esfuerzo de dos técnicos de la Dirección General de Ganadería, los miembros del Cuerpo Nacional
Veterinario señores Talavera y Lomeña, con el arma eficaz, con la ansiada vacuna anti peste aviar.
La gratitud de la avicultura española grabará estos nombres con caracteres indelebles en los corazones
de cuantos la cultivan”. Esta misma revista fue la que comenzó una suscripción popular para costear
las insignias y pergaminos que acreditaban su ingreso en la Orden Civil del Mérito Agrícola
(Mendizabal y Etxaniz, 2008).
Bibliografía:
Castelló S. (1947). Ante la epizootia aviar reinante. Libro de la III Asamblea Nacional de Avicultores,
pág. 71-74. Valencia. 267 pp.
Mendizabal JA, Etxaniz JM. (2008). La primera peste aviar en España (1947). Aportación de
Salvador Martín Lomeña y Juan Talavera Boto, del Cuerpo Nacional Veterinario. Información
Veterinaria, 1: 26-30.
Suárez G. (2005). Historia natural de la influenza aviar o “gripe del pollo”. Análisis sanitario actual
y prospectivo. Anales de la Real Academia Nacional de Medicina, 122: 215-228.

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Índice

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Pag. 462
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Índice

Saludas .......................................................................................................... 5
Carta del Ilmo. Sr. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo ................................................ 7
Carta del Excmo. Sr. Presidente de Castilla-La Mancha ................................................................................. 8
Carta de la Excma. Sra. Alcaldesa de Toledo ................................................................................................10
Carta del Sr. Presidente de la Asociación Española de Historia de la Veterinaria........................................11

Comités ....................................................................................................... 13
Comité de Honor ..........................................................................................................................................14
Credencial Su Majestad El Rey de España ...........................................................................................15
Credencial Excmo. Presidente de Castilla-La Mancha .........................................................................16
Credencial Excma. Alcaldesa de Toledo...............................................................................................17
Credencial Ilmo. Presidente de la Diputación Provincial de Toledo ....................................................18
Credencial Excmo. y Mgco. Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha .....................................19
Credencial Excmo. Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.....20
Credencial Ilmo. Coronel Jefe Interino de la 2ª Zona de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha ........21
Comité Científico ..........................................................................................................................................22
Comité Organizador......................................................................................................................................23

Reconocido de interés sanitario ................................................................. 24

Ponencias .................................................................................................... 27
Dr. Clemente López Bote: “La relación entre humanos y animales a lo largo de la historia: Veterinaria y
Sociedad” .....................................................................................................................................................28
Dr. Jesús Carrobles Santos: “La ganadería toledana y la veterinaria, con la Mesta de Toledo como
referencia” ...................................................................................................................................................31
Dra. María Teresa Santamaría Hernández: “De la Antigüedad al siglo XII toledano: la compleja
transmisión de la ‘enfermedad bovina’ y su confusión con el muermo equino”......................................41

Comunicaciones.......................................................................................... 57
Bloque A: Las Ciencias Veterinarias en Castilla-La Mancha ...................................................... 58
Serral Quiles, José Tomás; Ortiz Valenzuela, Elena María: “La Mesta de Alcaraz” .....................................59
Gallego Soria, Roberto; Arias Sánchez, Ramón; Pérez-Guzmán palomares, Mª Dolores; Arenas Macías,
Rosario; Montoro Angulo, Vidal: “Agrama: 55 años al servicio de la ganadería manchega” ....................65
Molina Alañón, Maria Luisa; Alonso Núñez, Alejandro; Almarcha Núñez-Herrador, María Esther; Garde
López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado; Montoro Angulo, Vidal: “Aprisco (1958-1962):
Publicación al servicio de la ganadería toledana” ......................................................................................70

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Serrano Marqués, Mª Argentina; Alonso Núñez, Alejandro; Hurtado Madrid, Emilia; Pérez Guzmán, Mª
Dolores; Arias Sánchez, Ramón; Garzón Sígler, Ana Isabel; Angulo Heras, Conrado; Garde López-Brea,
José Julián; Montoro Angulo, Vidal: “El centro de selección de ovinos karakul” .......................................75
Garde López-Brea, José Julián; Gortázar Schmidt, Christian; Vicente Baños, Joaquín; Soler Vals, Ana
Josefa; Montoro Angulo, Vidal; Mateo Soria, Rafael: “El IREC: Breve e intensa historia al servicio de las
ciencias veterinarias” ...................................................................................................................................80
Montoro Angulo, Vidal; Alonso Núñez, Alejandro; Gallego Soria, Roberto; Molina Alañón, María Luisa;
Garde López-Brea, José Julián; Angulo Heras, Conrado: “Servicio de mejora ovina de Toledo”................85
Alonso Núñez, Alejandro; Garde Pinar, Julián; Sierra Peña, Leopoldo; Casado Moragón, Juan; Castillo
Romero, Francisca Josefa, Suárez Peces, Juan Manuel; Montoro Angulo, Vidal: “Los inicios de los
servicios veterinarios en la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha” .........................................91
Camarero Rioja, Fernando; Montoro Angulo, Vidal: “Ganadería, caza y medio ambiente: Castilla-La
Mancha en el documental agrario”.............................................................................................................95
Muñoz Alcázar, Francisco de Asís: “Albéytares y Herradores en el Siglo XVIII: aportación de los
Memoriales del Catastro de Ensenada para su conocimiento (III)”...........................................................99
Poza Tejedor, Pedro; Poza Burbano, Javier: “¿Qué comía la población en el Toledo de 1400”...............103
Altares López, Santiago, Condés Torres; Arias Sánchez, Ramón; Pérez Guzmán, Mª Dolores; Angulo Heras,
Conrado; Garzón Sígler, Ana Isabel; Montoro Angulo, Vidal: “Antecedentes de la denominación de
origen Queso Manchego” ..........................................................................................................................108
Madero Madero, Salvador; Castillo Romero, Francisca Josefa; Angulo Heras, Conrado; Ramiro
Manzanero, Olegario; Montoro Angulo, Vidal: “Últimos herraderos de la mancha toledana: el caso de la
Puebla de Almoradiel” ...............................................................................................................................113
Esther Almarcha Núñez-Herrador; Martínez Cano, Julia: “Fuentes para la historia de la veterinaria en el
Centro de Estudios de Castilla-La Mancha” ..............................................................................................118

Bloque B: La difusión de las Ciencias Veterinarias .................................................................. 124


Sánchez Sánchez, Isidro; Molina Alañón, María Luisa; Almarcha Núñez-Herrador, María Esther; Garde
López-Brea, José Julián; Montoro Angulo, Vidal: “La veterinaria toledana: análisis de la publicación y
aproximación a su entorno social y profesional” .....................................................................................125
Ponte Hernando, Fernando Julio; Conde Gómez, Diego: “La labor social de formación agropecuaria y
sanitaria de la Cátedra ambulante del Consejo Provincial de Fomento de La Coruña (1920-1928): El
papel de Juan Rof Codina y Marcelino Ramírez García” ..........................................................................131
Blanes Vilardell, Francisco: “Nuevas aportaciones a la obra de Santiago Ramón y Cajal que aparecen
publicadas en la revista La Veterinaria Española” ....................................................................................136

Bloque C: Patrimonio Veterinario ............................................................................................ 145


Salvador González, Laura R.: “El edificio de la primera escuela de veterinaria de España: Hallazgos
documentales e interpretaciones arquitectónico-urbanísticas”..............................................................146
Jiménez Lucas, Francisco; Alonso Fermoso, Heliodoro; Moreno Fernández-Caparrós, Luis Ángel: “Ante el
75 aniversario del Museo de Veterinaria Militar (1945-2020)” ...............................................................155
Martínez Pérez, José Manuel; Mauriz Turrado, Isabel; Yugueros Prieto, Nerea; Nicolás Alonso, Silvia;
Martínez Rodríguez, José Manuel: “Las disecciones anatómicas en la Edad Media” ..............................159
Moreno Fernández-Caparrós, Luis Ángel: “La Veterinaria Militar española cumple 175 años (1845-
2020)” .........................................................................................................................................................164

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Reche Zamarra, Marina; Lomas Lirio, Laura; Gaztañaga Garabieta, Alexander; Sánchez de Lollano Prieto,
Joaquín: “Estado actual y alternativas de conservación de la Colección de Embriones del Museo
Veterinario Complutense” .........................................................................................................................171
Gil Cano, Francisco; Vázquez Autón, José María; Soler López, Alicia; Cárceles Rodríguez, Carlos; Solano
Martínez, Raquel; Lomba Maurandi, Joaquín: “Estudio de restos de ganado porcino de 4500 años de
antigüedad encontrados en el yacimiento calcolítico C/ Marsilla nº 12 (Lorca, Murcia)” ......................177
Jaular Orgueira, Ana; Martínez Pérez, José Manuel: “Evolución dental de los primates” .......................182
Navarro-Serra, A.; Jordá-Moret, J.V.; Sanz-Cabañes, H.: “Historia de las técnicas de diagnóstico
coproparasitario en primates no humanos (PNH)” ..................................................................................187
Moreno Fernández-Caparrós, Luis Ángel: “Influencia francesa en el primer uniforme de la veterinaria
militar española de 1856”..........................................................................................................................192
Pedroso Laso, Ana Belén; Gil Cano, Francisco: “La anatomía en la obra del albéitar extremeño Fernando
Calvo” .........................................................................................................................................................197
Lomas Lirio, Laura; Reche Zamarra, Marina; Gaztañaga Garabieta, Alexander, Sánchez de Lollano Prieto,
Joaquín: “La colección de embriones del Museo Veterinario de Madrid”...............................................204
Jordá Moret, J.V.; Navarro Serra, A.; Sanz Cabañes, H.; Vega García, S.: “Terra incógnita: hallazgos de
manuscritos inéditos del ICOVV” ..............................................................................................................209
Jiménez Hernández, Ana: “Louis Auzoux, un hombre polifacético” .........................................................214

Bloque D: Iberoamérica y las Ciencias Veterinarias ................................................................ 219


Quintero-Martínez, María Teresa; Quintero-Rodríguez, María de Lourdes; Zepeda Quintero, Paola Isabel:
“Instrumentos musicales mesoamericanos elaborados con materiales de origen animal” ...................220
Martínez Pérez, José Manuel; Martínez Pérez, Jesús Ángel; Mauriz Turrado, Isabel; Yugueros Prieto,
Nerea; Nicolás Alonso, Silvia; Martínez Rodríguez, José Manuel: “Análisis de la influencia de la obra de
Dioscórides (de materia médica)” .............................................................................................................230
Trujillo Mascia, Naudy; Javitt-Jiménez, Milva: “Del curso de prácticos en sanidad animal al PNF en
medicina veterinaria. Nuevas aportaciones sobre la Historia de la Educación Médico Veterinaria en
Venezuela ” ................................................................................................................................................235
Yugueros Prieto, Nerea; Martínez Pérez, José Manuel; Mauriz Turrado, Isabel; Nicolás Alonso, Silvia;
Martínez Rodríguez, José Manuel: “Origen del empleo de las plantas medicinales” ..............................241

Bloque E: Instituciones ............................................................................................................. 246


Priego Encinas-Rey, Francisco Javier: “El arbitrio sobre tenencia de perros. Una aproximación hasta
principios del siglo XX” ..............................................................................................................................247
Calero-Bernal, R.; Calero Carretero, R.; Vivas Martín, M.; Sánchez Murillo, J.M.: “El asociacionismo de los
alumnos de veterinaria entre 1901 y 1936: los protagonistas” ...............................................................256
Poza Burbano, Javier; Poza Tejedor, Pedro; Meana Mañés, Aránzazu: “Endoparásitos caninos bajo el
reinado de Carlos III, Madrid 1764” ..........................................................................................................264
Oropesa de Cáceres, Antonio A.: “Huelva y la profesión veterinaria. Las escuelas libres” .....................269
Rodero Franganillo, Antonio: “Las enseñanzas de matemáticas y estadística en los primeros planes de
estudio de veterinaria” ..............................................................................................................................274
Prieto-Priego, Rafael; Prieto-Garrido, José Luis; Priego-de Montiano, Gloria: “Acerca de los
reconocimientos veterinarios de la sanidad en el siglo XIX. Picaresca y fraudes” ..................................278

Pag. 465
XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Salvador Velasco, Ángel: “Tres proyectos y tres estrategias. Los niños Rivas y Casas: primeros españoles
en la escuela de veterinaria de Alfort” .....................................................................................................283

Bloque F: Semblanzas ............................................................................................................... 290


“La veterinaria. Algunas noticias de su aportación a la medicina humana” ...........................................291
Rodero Franganillo, Antonio; González Martínez, Ana María; Rodero Serrano, Evangelina: “Albeitares y
herradores en la Córdoba de mediados del siglo XVIII. Parte I: información procedente del padrón
municipal de 1768” ....................................................................................................................................296
González Martínez, Ana María; Becerra Rodero, Evangelina; Rodero Serrano, Evangelina: “Albeitares y
herradores en la Córdoba de mediados del siglo XVIII. Parte II: los informes procedentes del catastro de
ensenada y de los títulos de albéitares registrados en 1767 ” .................................................................301
“Javier Prado “Lameiro”, veterinario y afamado escritor” ......................................................................306
Dehesa Santisteban, Francisco L.: “Joaquín Carrandi Jainaga. Presidente del Colegio de Veterinarios de
Bizkaia y ejecutivo del gobierno vasco en la II República Española” .......................................................311
Muñoz-Santos, María Engracia: “Don Román de la Iglesia, la ignota vida del científico” .......................316
Dehesa Santisteban, Francisco L.: “Primeras mujeres veterinarias en Bizkaia” .......................................320
Reche Zamarra, Marina; Lomas Lirio, Laura; Aguado Domínguez, Delia; Sánchez de Lollano Prieto,
Joaquín: “El valor del contexto en el patrimonio veterinario: la donación de Eulalio Domínguez,
veterinario asesinado en acto de servicio (1929)” ...................................................................................325
Ordónez Pereda, Juan A.; Ventanas Barroso, Jesús; González Prieto, Mª Josefa; López Buesa, Pascual:
“Escuela del profesor Justino Burgos” ......................................................................................................331
Mendizabal Aizpuru, José Antonio: “Jaime Gras Regás, pionero de la veterinaria avícola española” ....337
Jodra Trillo, Enrique “José Mª Caballero. Veterinario del ayuntamiento de Madrid (1840-1850)” ........341
Ponte Hernando, Fernando Julio; Manresa López, María Carmen: “La visión social en la obra de
Marcelino Ramírez García (1864-1940). Veterinario militar y médico”...................................................346
Muñoz Alcázar, Francisco de Asís: “Los Alarcón y Sánchez-Muñoz, de Camarena (Toledo). D. Tiburcio
(1859-1946), Catedrático y Director de dos Escuelas Especiales de Veterinaria” ...................................351

Bloque G: Misceláneas ............................................................................................................. 357


Becerra Rodero, Evangelina; Sánchez Herrador, Miguel Ángel: “Análisis de la Zoonimia en apodos de
animales domésticos durante el siglo XVII en Rute (Córdoba)”...............................................................358
Muñoz-Santos, María Engracia: “Análisis exóticos en espectáculos romanos: captura y transporte
hastaRoma” ................................................................................................................................................365
Nicolás Alonso, Silvia; Vives Cuesta, Alfonso; García Recio, Jesús; Martínez Rodríguez, José Manuel:
“Aristóteles: su legado en los planes de estudios de veterinaria”...........................................................370
Aparicio Tovar, Miguel Ángel: “¿De qué murieron los caballos napolitanos?” ........................................376
Yugeros Prieto, Nerea; Suárez Huerga, Alexis; Mauriz Turrado, Isabel; Martínez Pérez, José Manuel;
Martínez Rodríguez, José Manuel: “El veterinario como perito”..............................................................381
Mauriz Turrado, Isabel; Martínez Pérez, José Manuel; Martínez Pérez, Jesús Ángel; Yugueros Prieto,
Nerea; Suárez Huerga, Alexis; Martínez Rodríguez, José Manuel: “Evolución histórica del concepto de
glaucoma” ..................................................................................................................................................386
Carriedo Tejero, Manuel: “Judíos herradores, albéitares y ganaderos en Sefarad”...............................391

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

Prieto-de-Montiano, Gloria: “La Masonería entre los veterinarios cordobeses de las primeras décadas
del siglo XX” ..............................................................................................................................................396

Almodóvar García, Javier: “Las aves en la mitología grecorromana” ......................................................400

Bordonado-Bermejo, María-Julia; Jiménez Manso, Alicia: “Estrategia de marketing de seguridad


alimentaria en el I Congreso Nacional de Pesca, 1918” ..........................................................................405

Rodero Serrano, Evangelina; Becerra Rodero, Evangelina; González Martínez, Ana María: “Un litigio
sobre la compra-venta de un caballo por la posible existencia de un vicio redhibitorio. Un ejemplo de
como la Albeitería estuvo al servicio de la sociedad cordobesa de 1814” .............................................410

Muñoz Alcázar, Francisco de Asís; Muñoz González, José Francisco: “Veterinarios de la provincia de Jaén
(VIII). Estudiantes y titulados Veterinarios. Escuela de Madrid 1889-1893”..........................................416

Carteles ..................................................................................................... 421


Serral Quiles, J.T.; Ortiz Valenzuela, E.M.: “Privilegio de Alfonso X a los pastores y vaquerizos de
Alcaraz. 1266” ...........................................................................................................................................422

Gil Cano, Francisco: “21 Referencias alumnos Facultad de Veterinaria de Murcia” ..............................432

Fotografías con historia ............................................................................ 455


Madero Madero, Salvador; Castillo Romero, Francisca Josefa; Angulo Heras, Corado; Ramiro Manzanero,
Olegario, Montoro Angulo, Vidal: “Últimos herraderos de La Mancha Toledana: el caso de la Puebla de
Almoradiel” ...............................................................................................................................................456

Mendizabal, José Antonio, Iglesias, José Luis: “Reconocimiento de los avicultores españoles al
veterinario Juan Talavera Boto” ..............................................................................................................459

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

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