DE VEGA-CUETOS - Psicolingüística Del Español
DE VEGA-CUETOS - Psicolingüística Del Español
DE VEGA-CUETOS - Psicolingüística Del Español
Diseño
Gallego
INTRODUCCIÓN:
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
Manuel de Vega y Fernando Cuetos
13
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
pretendía mostrar cómo los humanos somos una especie caracterís- (incluidos los demás primates y los bebés recién nacidos). Esta ca-
tica del grupo zoológico de los primates y cómo, para un observador racterística permite que haya más espacio de resonancia para pro-
imparcial, apenas nos diferenciamos de otros primates más que en nunciar las vocales (Lenneberg, 1967), pero tiene el inconveniente
nuestra visible desnudez o ausencia de pelo. Sin embargo, si presta- de que las personas, a diferencia de los chimpancés o los gorilas —-o
mos atención a los aspectos cognitivos y no a los meramente anató- los recién nacidos—, no podemos respirar y tragar al mismo tiempo.
micos o epidérmicos, creemos que sería preferible describir al pri- Esta aparente desventaja adaptativa (es más probable que los huma-
mate humano como el mono parlante. Naturalmente, podríamos nos se asfixien mientras comen) se vería compensada por las enor-
establecer otros rasgos diferenciales respecto a nuestros parientes mes ventajas adaptativas de un lenguaje articulado. Los estudios ana-
biológicos más próximos; por ejemplo, los humanos somos más in- tómicos sobre fósiles de cráneos neandertales permiten inferir que
teligentes o racionales que los monos y, además, somos capaces de éstos, al igual que los primates no humanos, no disponían de una
idear, fabricar y usar artefactos culturales. Pero no existe una medi- laringe apta para la articulación vocal, de modo que es posible que
da inter-específica de la inteligencia y, a partir de los trabajos pione- en esta especie de homo sapiens no existiese un lenguaje como el
ros de Kóhler, se han observado notables capacidades de resolución nuestro (Lieberman, 1990). Quizá la supuesta ausencia de lenguaje
de problemas en los chimpancés o en los orangutanes. Por otra par- en los neandertales fuese la causa de su gradual extinción al compe-
te, la noción de racionalidad, pese a su arraigo cultural, es bastante tir en los mismos nichos ecológicos con nuestros antepasados cro-
confusa y no se puede asegurar que el razonamiento humano sea mañones, supuestamente parlantes (Pinker y Bloom, 1990). Desgra-
formalmente racional en algunas situaciones de la vida cotidiana. En ciadamente, dada la carencia de registros sobre la comunicación en
cuanto a las capacidades de construcción y transmisión de artefactos, los cromañones o en los neandertales, es muy fácil caer en la especu-
existen en alguna medida en los chimpancés o en los macacos japo- lación o la fantasía científica sobre estos temas, de modo que vea-
neses, de modo que observamos una cierta continuidad también en mos otros argumentos con mayor apoyo empírico.
este aspecto. Sin embargo, pese a las interesantes destrezas de comu- Desarrollo temprano. Cuando una función cognitiva emerge
nicación que algunos primates no humanos alcanzan, no parece que muy tempranamente y con una secuencia de desarrollo uniforme en
sus capacidades lingilísticas se aproximen siquiera a las nuestras. los niños de todas las culturas, es muy probable que se trate de una
Por otra parte, todas las culturas humanas conocidas en épocas capacidad innata. Los estudios experimentales muestran que los be-
pasadas y actuales exhiben alguna forma de lenguaje articulado. bés de pocos meses de edad realizan las mismas discriminaciones
Además, tadas las lenguas humanas son igualmente sofisticadas, de fonéticas que los adultos (por ejemplo entre los /ba/ y /pa/). Ello
modo que no existen lenguas más «primitivas» ni más «avanzadas» supone un gran logro, ya que la señal acústica es muy compleja,
que otras. Finalmente, los niños aprenden su lengua de forma es- variando continuamente entre ambos fonemas; así, la distinción su-
pontánea en contextos naturales sin ningún tipo de instrucción o pone un proceso de categorización con un punto de corte impuesto
entrenamiento formal. Estos hechos y otros que veremos a conti- por el sistema cognitivo del bebé (v. gr., Eimas, 1985). Por otra par-
nuación sugieren que el lenguaje es un rasgo biológico específico de te, los bebés se familiarizan muy pronto con los fonemas de su len-
nuestra especie. Es más un «instinto» (como la eco-localización del gua, hasta el punto de que con una semana de vida ya prefieren su
delfín, la habilidad tejedora de la araña o la visión estereoscópica de lengua materna a otras e, incluso, discriminan dos lenguas extranje-
los primates) que una invención cultural (como la rueda o la escritu- ras entre sí (Mehler y Dupoux, 1990). Sin embargo, a los dos meses,
ra). Esta concepción biologista del lenguaje como producto de la aunque mantienen la preferencia por la lengua propia, la discrimi-
selección natural está muy arraigada en la Psicolingiiística moderna nación entre lenguas extranjeras desaparece.
(v. gr., Pinker, 1994; Pinker y Bloom, 1990; Bickerton, 1990; Meh- La pobreza del estímulo. Los estudios de desarrollo temprano
ler y Dupoux, 1990; Carreiras, 1997), de modo que merece la pena indican que el bebé viene predispuesto para fijar inmediatamente
revisar brevemente algunas de las evidencias y argumentos en los los parámetros fonológicos de su lengua a partir de su simple expo-
que se basa. sición al entorno lingúístico de los adultos. Pero el desarrollo poste-
Adaptaciones morfológicas. La laringe humana está desplazada rior nos ofrece otros datos que sugieren la misma predisposición
hacia abajo, en contraste con la posición habitual en los mamíferos innata. El argumento de la pobreza del estímulo (Chomsky, 1959)
14 15
MAMUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFIOS DZ LA PSICOLINGUÍSTICA
es ilustrativo: el niño parece aprender más de lo que cabría esperar seguidos de expresiones verbales de los padres que incluyen las
de la escasa estructura de las situaciones. Ciertamente los padres no etiquetas léxicas de los objetos señalados (Perrito, 1993).
son completamente insensibles a las necesidades comunicativas de Compárese la facilidad con que aprende un niño su lengua
los bebés, sino que emplean una forma de lenguaje que se ha deno- materna «a partir de cero» y sia ningún entrenamiento formal, con
minado «maternés». Así, les hablan despacio, con frases cortas y exa- la dificultad que supone para un adulto el aprendizaje de una segun-
verando mucho la entonación de las cláusulas, incluso antes de
que da lengua, generalmente ayudado por agentes educativos. Además,
los niños hablen por sí mismos (Fernald, 1993; ver también el capí- la primera lengua tiene una dominancia que nunca alcanzará una
tulo LD. Sia embargo, los padres no suelen cocregir los errores gra- lengua aprendida en época adulta (véase capítulo 14). La adquisi-
maticales de los niños, ni los someten a programas escalonados de ción de la primera lengua se asemeja a un proceso de maduración,
refuerzo sobre pautas repetitivas; incluso hay padres o grupos hu- con un período crítico de desarrollo. 51 se excede ese período como
manos que prácticamente no se comunican con los bebés y, sin em- en el salvaje de Aveyron, u ótros casos de privación extrema de ex-
bargo, éstos aprenden a hablar. Los niños son capaces, además, de periencias, el miño no adquirirá un lenguaje pleno.
extraer las reglas morfo-sintácticas a partit del habla de su entorno Lenguas
A er s. A Finales del siglo pasado y comienzos del
hasta tal punto que al comienzo regulacizan las tormas irregulares actual milés de trabaja ores llegaron a Hawai precedentes de varios
de los verbos; por ejemplo, dicen «andó» por «anduvo», «sabo» por países, desarrollando un tipo de lengua muy elemental, o «pidgin»,
és, «erompido» por «roto», «haiga» por «haya», etc. con el fin de comprenderse entre ellos y con los patronos. Las len-
Otro problema que los niños parecen resolver muy bien a pe- guas pidgia han surgido en muchos otros contextos de colonización
ur de la pobreza (o la complejidad) del estímulo es el estableci- alo largo de la historia, y se caracterizan por su escasez de palabras
miento del refecente de las palabras. ¿Cómo descubre un niño que función (preposiciones, pronombres, verbos auxiliares, etc.) y la
la palabra «conejo» se refiere a una caregoría particular de objetos impectección ele su gramática. Además, cada hablante de pidgin tie-
ummados? Podría, en principio, interpretar que «conejo» es el color ne su propia versión particular, de modo que hay muy poca conven-
de un objeto, un tipo de movimiento, este objeto particular en esta cionalización en la lengua. La comunicación en pidgin es posible
ocasión, etc. Este problema «lógico» que tanto preocupaba al Fló- pero extremadamente fatigosa, ya que el hablante debe ser muy
joto Quias (1957) admite sin embargo respuestas psicológicas y repetitivo para hacerse entender y el oyente tiene que basarseen
hasta empíricas. En peimer lugar, el bebé humano viene cognitiva- multivud de elementos contextuales para inferir las intenciones del
mente «ajustado» para percibir ciertas invariancias que tienen valor hablante.
adaptativo; no pierde el tiempo tanteando si el refecente de una Lo más notable es que los hijos de los emigrantes no heredan el
palabra es el color, la forma, el movimiento, ese Objeto-concreto- pidsio de sus padres ni las otras lenguas de su entorno. En cambio
iquéy-ahora, o cualquier otra altecnativa irrelevante, pues dispone hablaa una lengua criolla, que es una lengua uniforme (convencio-
muy tempranamente ya de un equiparniento conceptual sobre el nalizada) y con una gramática completa y bien estructurada. En opt-
enal se coustruye el etiquetado lingúístico. Ást, el bebé de pocos nión de Bickerton (1990), la gramática dle las lenguas criollas es una
meses segrega objetos perceptivos teidimensionales, conoce su per- creación espontáuea de los aiños, pues no se parece a ningún mode-
Mmanencia espacio temporal, distingue entre objetos animados
€ in- lo lingúístico de su entorno (por ejemplo, es diferente de la gramáti-
mimados, entlend ws leyes básicas de la física intuitiva tales á como ca del inglés, tn el caso de Hawai) y mucho menos al batiburrillo del
las re iciones causales, el comportamiento de las substancias, las pidgin. Un fenómeno análogo de pidgin en primera genecación de
relaciones
;
de contenido-contenedor,
; apoyo,o. etc.
ro
(Piaget,
me »
1933;
193172.
adultos y criollo en niños expuestos al pidgin se ha observado en la
Mandler, 1992). En segundo lugar, la vinculación específica entre comunidad de socdomudos nicaragúenses. Lo cual indica que la ca-
los objetos y sus nombres se facilita por un conjunto de índices pacidad de crear un leoguaje convencional y gramatical es un rasgo
deíericos que utilizan los adultos: las miradas y gestos de señala- genérico y no ligado exclusivamente al canal audio-vocal (véase
miento de los adultos, coincidentes « sus palabras, orientan la Pinker, 1994),
atención de los bebés hacia los ecferentes. Además, los propios at- . Hesengenélicar del
q uéticas del len aje. Si el lenguaje con sus oropiedades
¡rata cabría esperar que su desarrollo
Je
nos utilizan g 2stos de señalamiento a partit de los 9 meses, que van sintácticas fuese umá des
16 17
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
en el individuo estuviese gobernado por genes específicos. De mo- metodológicas. Finalmente, los trabajos más recientes se desarrolla-
mento existen algunas pruebas indirectas que favorecen la idea de ron con métodos experimentales más sistemáticos. Así, Premack
un substrato genético del lenguaje. Así, el llamado «trastorno especí- (1972) enseñó a la chimpancé Sarah a comunicarse mediante símbo-
fico del lenguaje» se observa en algunas familias cuyos miembros los de significados arbitrarios sobre papel adhesivo, Patterson (1978)
muestran un déficit selectivo en la aplicación de reglas morfológicas enseñó a la gorila Koko el lenguaje de signos, y lo mismo hicieron
(v. gr., singular/plural), mientras que sus demás capacidades cogniti- Savage-Rumbaugh et al. (1986) con los bonobos. En general, tras
vas son normales o superiores (v. gr., en matemáticas). Por el con- varios años de entrenamiento mediante técnicas de condicionamien-
trario, los niños con síndrome de Williams, tienen déficits cog- to operante, los animales fueron capaces de comunicarse, usando
nitivos muy específicos; por ejemplo, su rendimiento en tareas unos pocos centenares de palabras, acerca de contenidos concretos,
espaciales es muy escaso, aunque son buenos en reconocimiento de tales como peticiones de alimentos o de objetos. Excepcionalmente,
caras. Pero lo más notable es que su lenguaje es fluido y gramatical- el bonobo Kanzi aprendió a utilizar los signos espontáneamente, sin
mente perfecto (v. gr., Lenhoff et al., 1998; Pinker, 1994; Carrei- entrenamiento explícito, e incluso a comprender frases sintáctica-
ras, 1997). Ello contrasta con el rendimiento de los niños con sín- mente complejas en inglés, como «coge el libro que está dentro de la
drome de Down con el mismo Cl que manifiestan déficits cognitivos nevera y lévalo a la puerta» (Savage-Rumbaugh et al., 1986).
más generalizados, y rinden mucho peor en lenguaje. Estos datos Estos estudios, desde luego, nos muestran que los primates son
sugieren que el lenguaje es una destreza específica y no una manifes- inteligentes y pueden aprender comportamientos que imitan el len-
tación de la «inteligencia general»; sin embargo, la prueba definitiva guaje humano, pero ¿se trata de un verdadero lenguaje? Quizá nos
a favor de esta tesis, es decir, el hallazgo de los «genes de la sintaxis» hallemos únicamente ante un repertorio de conductas discriminati-
o «los genes de la fonología», todavía no se ha alcanzado. vas, como la de apretar una palanca cuando se enciende una luz roja
Lenguaje humano y lenguaje de los monos. Los humanos, los para obtener comida. En otras palabras, debemos valorar si los ani-
bonobos (chimpancés enanos) y los gorilas comparten un tronco males tienen intención comunicativa o sus gestos y acciones son
común del que divergieron como especies diferenciadas hace apenas meras respuestas instrumentales, fruto del entrenamiento. La inten-
6 o 7 millones de años (Byrne, 1995). El estudio de las capacidades ción comunicativa, a su vez, requiere una teoría de la mente, es de-
lngúísticas de estos primates superiores es, por tanto, sumamente cir, aquella capacidad que nos permite valorar los estados mentales
informativa sobre la naturaleza biológica del lenguaje humano. Qui- propios y los de nuestros interlocutores (v. gr., Riviére, 1991). Sólo
zá hallemos las mismas capacidades y funciones lingúísticas, aunque hay verdadera comunicación si calibramos adecuadamente lo que
más reducidas, en los monos que en las personas y ello nos indicaría saben o ignoran nuestros interlocutores. Sólo así podremos decidir
una continuidad filogenética. Por el contrario, es posible que muy comunicarnos (o no hacerlo) y, en el primer caso, seleccionar el
pocos o ninguno de los rasgos característicos del lenguaje humano mensaje apropiado. Algunos experimentos ingeniosos de Premack y
exista en dichos primates, y ello indicaría que el lenguaje es una ad- Woodruff (1978) sugieren que los chimpancés entienden las inten-
quisición filogenética específicamente humana y, por tanto, muy ciones, hasta el punto de ponerse en el punto de vista de otro. Por
reciente. ejemplo, se presentó a Sarah un vídeo en que un experimentador
Los primeros estudios, un tanto ingenuos, se basaron en la crian- intentaba poner en marcha un tocadiscas cuyo cable no estaba en-
za de chimpancés en ambientes domésticos paralelamente a la chufado. Posteriormente, se le mostraron a Sarah varias fotografías,
crianza de bebés humanos, aunque los resultados fueron muy me- una de las cuales ofrecía la solución del problema, y ella siempre
diocres. Los chimpancés no fueron capaces de aprender ni una sola elegía ésta. En otros casos, se ha demostrado que los chimpancés
palabra y sólo comprendían unas pocas (véase Lieberman, 1984, pueden mentir, lo cual es una buena demostración de que distin-
para una revisión). Los Gardner cambiaron de táctica enseñando el guen entre su conocimiento y el de otros y, además, muestran inten-
lenguaje de los sordomudos a su chimpancé Washoe; después de ciones «maquiavélicas».
todo los monos podrían tener problemas puramente «periféricos» En conjunto, los anteriores estudios nos muestran interesantes
en la articulación del habla (Gardner y Gardner, 1978). Aunque ob- capacidades de comunicación y una rudimentaria teoría de la mente
tuvieron algo más de éxito, su estudio no ofrecía muchas garantías en algunos monos. Pero sigue existiendo un gran abismo entre la
18 19
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
facilidad «instintiva» con que los bebés humanos aprenden a hablar habíamos producido ni oído nunca; 6) La discretización del código:
(incluso si son sordos o ciegos de nacimiento, o si los adultos no se pese a que podemos articular un número ilimitado de sonidos en el
dirigen directamente a ellos), y el penoso entrenamiento al que hay habla utilizamos y percibimos unos pocos fonemas discretos; 7) La
que someter a los monos (salvo, quizá, en el caso de los bonobos) dualidad de patrones o doble articulación: hay reglas combinatorias
para conseguir una competencia lingúística modesta. Además hay para ordenar fonemas en morfemas y otras reglas para ordenar mor-
importantes diferencias en cuanto al uso del lenguaje que hacen los femas en palabras y sintagmas; 8) La transmisión de generación en”
monos y los niños. Éstos no sólo utilizan el lenguaje de modo instru- generación: el lenguaje humano permite transmitir conocimientos
mental para conseguir objetos o alimentos, sino también para obte- de unas personas a otras.
ner información (preguntar), proporcionar información (narrar y La universalidad en medio de la variedad. Hay un aspecto que
mostrar), expresar estados internos y actitudes proposicionales (tal parece contradecir el carácter biológico o «instintivo» del lenguaje:
como se aprecia en el uso de los verbos mentales «creer», «desear», la diversidad de lenguas. Existen centenares de lenguas en la actua-
«esperar», «saber», etc.). lidad y seguramente varios miles de ellas se habrán extinguido a lo
Llegado este punto conviene señalar que la ausencia de un len- largo de la historia. Además, el estudio diacrónico nos permite com-
guaje humano en los demás primates no significa que éstos no dis- probar que las lenguas están en continuo cambio. La diversidad y el
pongan de un sistema de comunicación eficiente en su hábitat natu- dinamismo parecen más propios de la invención y evolución de los
ral. Por ejemplo, los monos vervet utilizan gritos específicos para artefactos culturales que de las destrezas innatas que, al ser goberna-
avisar de distintos tipos de depredadores o asociados al estatus den- da por genes, deberían estar rígidamente determinadas. Compárese,
tro del grupo (Seyfarth y Cheney, 1993). Pero estas señales no pa- por ejemplo, la variedad de lenguas con la fijeza de nuestra visión
recen cualitativamente diferentes de otras observadas en especies cromática y tridimensional, o de la eco-localización del delfín. Ade-
diversas. Por ejemplo, las abejas son capaces de indicar a sus compa- más, las diferencias entre las lenguas no son triviales, pues implican
ñeras mediante movimientos dónde se encuentra el néctar que aca- variaciones importantes en la complejidad y regularidad de los pará-
ban de descubrir o los delfines de transmitir mensajes con signifi- metros gramaticales, lo cual incide en la dificultad de su adquisición.
cados diferentes en función de modulaciones de los sonidos que Por ejemplo, la morfología de los nombres es irregular y ambigua en
emiten. Se podría contraponer que el lenguaje humano es verbal y serbocroata y muy regular y semánticamente transparente en turco,
articulado, y es justamente esta característica lo que lo diferencia de lo cual determina que los niños serbocroatas tarden más en dominar-
los otros lenguajes animales. Pero ante este argumento se puede es- la que los niños turcos (véase Slobin, citado en Pinker y Bloona, 1990).
bozar el hecho de que los loros son capaces de reproducir palabras y La respuesta tradicional al problema de la variedad es que lo
frases o que los perros responden adecuadamente a las órdenes ver- que es innato es el dispositivo de adquisición del lenguaje, no los
bales. Y sin embargo tampoco esto se considera lenguaje humano. idiomas (v. gr., Chomsky, 1986). Por otra parte, cuando se contem-
Pero ¿qué es entonces lo que realmente hace al lenguaje huma- plan todas las lenguas, eligiendo un nivel descriptivo suficientemen-
no distinto de otros sistemas de comunicación animales o humanos? te abstracto hallamos una serie de rasgos universales, favorables a la
Hay unos cuantos rasgos que configuran el lenguaje humano (v. gr., idea de que hay un diseño único (biológico) en el lenguaje humano.
Hockett, 1979; Belinchón, Riviére e Igoa, 1992). Concretamente: Por ejemplo, Pinker y Bloom (1990) destacan que todas las lenguas
1) El lenguaje es audio-vocal, aunque si esta modalidad está dañada del mundo poseen las mismas categorías léxicas (nombre, verbo,
como en los sordos, pueden surgir lenguajes de gestos; 2) La —ya adjetivo, artículo, etc.); las mismas categorías sintagmáticas princi-
mencionada-— intencionalidad comunicativa, que a su vez requiere pales (sintagma nominal, sintagma verbal, etc.); reglas sobre el or-
una teoría de la mente; 3) El uso de estructuras gramaticales com- den lineal de las palabras (esto sobre todo en inglés, aunque en algu-
partidas que se utilizan tanto en la comprensión como en la produe- na medida en todas las lenguas); afijos de caso en los nombres y
ción; 4) El desplazamiento del mensaje respecto a los contenidos: adjetivos que permiten liberarse en algunas lenguas del orden lineal
podemos hablar sobre objetos o sucesos alejados de nosotros en el rígido; afijos verbales que establecen la distribución temporal del
tiempo y en el espacio, e incluso totalmente ficticios; 5) La produc- suceso referido (aspecto verbal) o el tiempo del suceso (tiempo ver-
tividad: somos capaces de producir y comprender oraciones que no bal); elementos auxiliares tales como verbos o afijos; pronombres y
20
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
anáforas; elementos expresivos de actitudes proposicionales (v. gr., procesos de ensayo y error que podrían ser muy demandantes y hasta
afijos evidenciales o verbos mentales); cuestiones y frases de relativo peligrosos. El conocimiento mediatizado por el lenguaje mejora, sin
(quién, cómo, cuándo, dónde, por qué, qué). duda, las posibilidades de supervivencia individuales y colectivas.
Para qué sirve el lenguaje. Si el lenguaje humano es producto de Pero esta línea de reflexión es quizá demasiado obvia y, por otra
una adaptación filogenética, ¿qué ventajas conlleva? ¿Por qué la evo- parte, no explica por qué los demás primates, siendo tan ventajoso
lución iba a producir esa destreza tan sofisticada en lugar de un sis- un lenguaje de tipo humano, no disponen de él.
tema de comunicación simple y eficaz como el que poseen muchos La explicación quizá hay que darla en términos más computa-
animales? Entender las funciones del lenguaje no sólo es interesante cionales. El lenguaje hamano supone algunas propiedades formales
como una demostración de su valor adaptativo, sino que también es y cognitivas exclusivas, tales como la gramática y la doble articula-
útil para orientar nuestra investigación psicolingúística, pues no es ción, que no existen en otros sistemas de comunicación ni en otros
fácil entender los procesos computacionales de un sistema si desco- sistemas de conducta cooperativa. Por tanto, deberíamos preguntar-
nocemos para qué sirve (v. gr., Marr, 1982). Paradójicamente los psi- nos por qué el lenguaje humano tiene estas propiedades exclusivas.
colingiistas, incluso aquellos que asumen el carácter biológico del Pinker y Bloom (1990) proponen que «el lenguaje muestra signos de
lenguaje, no se plantean habitualmente estas cuestiones. Existen lí- haber sido diseñado para la comunicación de estructuras proposi-
neas de investigación vigorosas en las que los investigadores parecen cionales a través de un canal serial» (p. 459). Estas estructuras pro-
empeñados en desvelar los «programas» o algoritmos responsables posicionales corresponden a las representaciones internas en el «len-
del lenguaje sin preguntarse para qué sirven. Al menos en este capí- guaje de la mente» o «mentalés», y el canal serial se refiere al hecho
tulo introductorio hagamos la pregunta general: ¿Para qué sirve el de que el sistema audio-vocal del habla sólo puede generar (y reci-
lenguaje? bir) segmentos lingúíísticos de uno en uno. Es posible que algunos de
La respuesta más obvia es que el lenguaje sirve para comunicar- los rasgos más característicos del lenguaje, como la discretización de
se. Sin embargo, lenguaje y comunicación no son identificables sin fonemas y palabras y su organización en estructuras sintácticas, sean
más, pues, como hemos visto, muchos animales disponen de siste- soluciones biogenéticas al problema computacional de cómo codifi-
mas de comunicación pero no de lenguaje. Además, las personas car serialmente las proposicionales del lenguaje de la mente. Esto
podemos comunicarnos de modos diferentes que no son lenguaje; implícitamente responde a la pregunta de por qué los monos no
por ejemplo, mediante expresiones faciales o gestos. Finalmente, disponen de un lenguaje como el nuestro: no poseen recursos cere-
podemos usar el lenguaje sin comunicarnos estrictamente con na- brales (o computacionales) para realizar la transducción de las re-
die. Por ejemplo, podemos recordar o simular mentalmente una con- presentaciones mentales en códigos seriales.
versación, hablar con nosotros mismos, escribir o leer una novela, o
estudiar un tema de psicología; y en ninguno de estos casos existe
una comunicación con otras personas. Es más, algunos autores han 1.2. LOS TEMAS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
propugnado que la función básica del lenguaje no es la comunica-
ción, sino la representación o codificación más articulada de la ex- 1.2.1. Lenguaje oral y lenguaje escrito :
periencia (v. gr., Bickerton, 1990).
Otra respuesta posible es en términos de ventajas adaptativas. Cuando nos referimos al lenguaje normalmente pensamos en el ha-
Más específicamente, el lenguaje humano permite una ampliación del bla, ya que ésta es la modalidad más usual de comunicación, la que
conocimiento y del aprendizaje más allá de la experiencia directa de todo el mundo conoce y la que se adquiere.de forma natural, sin
cada individuo. En efecto, gracias al lenguaje obtenemos una infor- necesidad de un aprendizaje programado externamente, Pero tam-
mación general de segunda mano a partir de otros individuos (v. gr., bién está el lenguaje escrito, que, aunque de aparición reciente en la
conocimientos semánticos o instrumentales), así como información historia de la humanidad, tiene un enorme protagonismo en la so-
episódica acerca de personas y sucesos relevantes de nuestro entorno ciedad actual.
próximo y distante. La existencia del lenguaje (¡unto al hecho de que Obviamente la Psicolingiística se interesa por ambos tipos de
seamos una especie social y cooperativa) nos evita realizar penosos lenguaje pero, paradójicamente, se ha investigado mucho más el len-
22 .23
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
25
A
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
El contexto comunicativo. Una de las funciones básicas del len- del mensaje de la oración y su integración en los conocimientos
guaje, la comunicación, es más propia del lenguaje oral que del es- previos.
crito. En el habla invariablemente existe una interacción directa en- En producción intervienen procesos análogos pero que operan
tre dos o más interlocutores, de modo que los papeles de hablante y en orden inverso. El hablante (o escritor) comienza por tener una
oyente se alternan, aplicándose determinadas reglas conversaciona- intención comunicativa, y a continuación planifica el mensaje que
les (véase capítulo 9). Sin embargo, la comunicación cara a cara que- pretende transmitir, para lo cual activa algunos de sus conocimien-
da truncada en la escritura. Tanto el escritor como el lector realizan tos. Después seleccionada estructura sintáctica más adecuada para ex-
tina tarea solitaria, pues interactúan con el texto (escribiéndolo o presar ese mensaje. Á partir de las características semánticas y sintác-
comprendiéndolo, respectivamente) pero no con las personas. ticas ya especificadas hasta este momento, el hablante selecciona en
En consecuencia, los resultados que se obtienen al investigar el su léxico mental las palabras que mejor encajan en la estructura ya
lenguaje escrito no se pueden generalizar sin más al lenguaje oral (y construida para expresar el mensaje planificado. El paso final consis-
viceversa). La psicolingiística ha de enfrentarse al estudio de los te en ejecutar los programas motores-destinados a producir los fone-
procesos del lenguaje en ambas modalidades y debe superarse el ses- mas (o grafemas si se trata del lenguaje escrito) correspondientes a
go actual favorable al estudio del lenguaje escrito. esas palabras. El esquema funcional de la producción se complica algo
más, si tenemos en cuenta que durante la articulación del habla el
1.2.2. Comprensión y producción hablante escucha —y comprende— lo que dice, lo cual afecta de al-
gún modo a lo que está diciendo o va a decir a continuación. Es decir,
Las dos actividades básicas del lenguaje humano, tanto en su forma que la comprensión realimenta al sistema de producción del lengua-
oral como escrita, son la comprensión y la producción. Inicialmente je; mientras que la comprensión no tiene una realimentación equiva-
se consideró que estas dos actividades eran realizadas por los mis- lente: comprendemos sin «re-producir» lo que comprendemos.
mos procesos cognitivos que actuaban de manera inversa en uno y Sin duda la comprensión y la producción son procesos igual-
otro caso: unas veces convirtiendo los estímulos externos en signifi- mente importantes, pero existe un desequilibrio en los estudios
cado (comprensión) y otras convirtiendo los significados en estímu- psicolingúísticos favorable a la comprensión. También en este libro
los externos (producción). Sin embargo, como es habitual, las cosas se puede apreciar este desequilibrio, puesto que sólo uno de los ca-
no han resultado tan sencillas, pues tanto los datos experimentales pítulos (el 10) está dedicado enteramente a la producción frente a
con sujetos normales como los estudios realizados con pacientes con los diez dedicados a la comprensión (del 2-9, el 13 y el 15). Otros
lesión cerebral indican que, en realidad, comprensión y producción capítulos mencionan tanto los procesos de comprensión como pro-
son procesos distintos, claramente disociables y no completamente ducción (el 11, 12 y 14). Este desequilibrio, al igual que ocurría con
simétricos (véanse los capítulos 10 y 12). la mayor abundancia de estudios sobre lenguaje escrito que sobre el
La comprensión del lenguaje comienza con el análisis de los es- oral, se debe en gran medida a las ventajas metodológicas que exis-
tímulos físicos que llegan a nuestros sistemas sensoriales (ondas acús- ten para el estudio de la comprensión. En la comprensión el investi-
ticas en el lenguaje oral y estímulos visuales en el escrito) con el fin gador tiene un mayor control de las condiciones iniciales de los fe-
de identificar las unidades lingisísticas básicas (fonemas o grafemas). nómenos que en la producción, de modo que puede manipular
Una vez identificadas estas unidades (o probablemente al mismo sistemáticamente los estímulos que desencadenan la comprensión.
tiempo que se van identificando), comienzan a funcionar los proce- Por el contrario, en Ja producción esto es más difícil, porque es el
sos de reconocimiento de las palabras, para lo cual es preciso propio sujeto —no el experimentador— el que decide qué es lo que
consultar en algún almacén de memoria en el que se encuentren va a decir (o escribir) y en qué forma. Es así porque el input es
las representaciones de las palabras (léxico mental). Reconocidas
las externo en la comprensión, mientras que es interno en la produc-
palabras, es necesario averiguar la relación que mantienen con las ción; exactamente lo contrario que el ontput, que es interno en la
otras palabras que componen la oración, pues es en la oración don- comprensión y externo en la producción (véase capítulo 10). De ahí
de radica el mensaje, ya que las palabras aisladas no proporcionan que en el estudio de la producción sea ventajoso recurrir a méto-
ninguna información. Finalmente, viene el proceso de extracción dos observacionales (siempre más débiles que los experimentales)
26 27
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
para analizar los productos externos espontáneos, mientras que en Muy diferente es el caso de aquellas habilidades lingiísticas se-
la comprensión es más frecuente desarrollar verdaderos experimen- cundarias como la escritura y la lectura, que, a diferencia del lengua-
tos manipulando y controlando los estímulos desencadenantes de je oral, no se adquieren espontáneamente en contextos naturales sino
los fenómenos. que se aprenden con mayor o menor éxito en contextos educativos.
El proceso de aprendizaje es un objeto de estudio psicolingúístico en
1.2.3. Adquisición y aprendizaje sí mismo. Así, cobra vigencia no sólo práctica sino teórica la adecua- |
ción de los métodos de enseñanza de la lectura (v. gr., analíticos o
La Psicolingúística está principalmente interesada en describir y en- sintéticos), las diferentes demandas cognitivas de los diferentes sis-
tender los procesos generales del lenguaje en los hablantes nativos, temas ortográficos (v. gr., transparentes u opacos), las diferencias
adultos y competentes. Puesto que el lenguaje es una destreza espe- individuales en la adquisición de la lectura, o el substrato cognitivo
cífica de nuestra especie, todos debemos compartir mecanismos cog- de las dificultades de aprendizaje tales como las dislexias (véase el
vitivos desarrollados para esta función. Para analizar estos mecanis- capítulo 13). .
mos universales bastará, en la mayoría de los casos, con los datos El proceso de aprendizaje y los resultados de dicho proceso tam-
que nos aportan los sujetos que participan en los experimentos, ge- bién tienen especial interés en el bilingúismo. El caso de los indivi-
neralmente los propios estudiantes de psicología o cualquier otra duos bilingiies plantea un desafío a los psicolingilistas: ¿cómo pue-
muestra representativa de la población. Sin embargo, aunque justifi- den convivir dos o más lenguas en el mismo sistema cognitivo? Ello
cado, este tipo de estudios nos ofrece un panorama algo estático e nos enfrenta a cuestiones tales como ¿cuáles son las diferencias fun-
idealizado de las destrezas lingilísticas humanas. cionales entre la lengua dominante y la no dominante (suponiendo
Hay, sin embargo, quienes se interesan, no tanto en el lenguaje que ambas no estén perfectamente equilibradas)?, ¿cómo se conec-
como destreza ya «hecha», sino en el lenguaje como una destreza tan ambas lenguas con los sistemas de representación léxica o se-
que se desarrolla o aprende en mayor o menor grado. De especial mántica? e, incluso, ¿cuál es la base neurológica de la primera y de la
interés son los procesos de adquisición del lenguaje oral que se ini- segunda lengua? (capítulo 14).
cian en la más temprana infancia; el estudio de éstos nos proporcio- Finalmente, hemos de destacar que incluso en los hablantes na-
na claves muy importantes sobre los aspectos innatos y ambientales tivos, adultos y competentes persisten notables diferencias indivi-
del lenguaje, sobre las demandas cognitivas específicas de cada len- duales en sus capacidades de lectura y de comprensión general del
gua, o sobre las complejas relaciones funcionales entre el lenguaje y lenguaje. En la mayoría de los estudios psicolingúísticos estas dife-
la conceptualización (véase el capítulo 11). La forma en que un niño rencias individuales tienden a despreciarse como simple «varianza
adquiere el lenguaje puede proporcionar mucha información acerca de error», mientras que se asume que los procesos subyacentes son
del funcionamiento del sistema de procesamiento lingúístico. Por comunes a todos los individuos. Sin embargo, algunos investigado-
una parte, porque para llegar a poseer el sistema completo el niño res han tratado de explorar las bases cognitivas de esas diferencias y
tiene que ir desarrollando los diferentes componentes que lo inte- han analizado en qué procesos concretos (acceso léxico, procesa-
gran y el funcionamiento del sistema cuando todavía está incomple- miento sintáctico, etc.) inciden (véase el capítulo 15).
to es una excelente fuente de información. Por otra parte, porque la
perspectiva ontogénica nos permite conocer cómo se generan y en- 1.2.4. Lenguaje y significado
riquecen los procesos del lenguaje, ayudándonos así a superar la
visión estática que, como consecuencia de la utilización casi exclusi- Es obvio que los enunciados verbales son vehículos del significado.
va de sujetos experimentales adultos, predomina en la Psicolingúísti- También es evidente que el objetivo de la comprensión es justamen-
ca. Probablemente haya algunos aspectos del lenguaje adulto que te desvelar el significado a partir de los enunciados verbales, mien-
sólo se pueden conocer en profundidad a través de su génesis. Como tras que el de la producción es elaborar enunciados que expresan
afirmaba Biihler, «el niño proporciona la única oportunidad de que determinados significados. Pero, junto a estas consideraciones de
disponemos para observar el lenguaje en sus estados de gestación» sentido común, también hemos de ser conscientes de la enorme difi-
(Marshall, 1975, p. 249). cultad que entraña la propia noción de significado. En primer lugar,
28 29
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
el significado tiene probablemente tantos niveles de complejidad sucesos o situaciones de nuestra experiencia, no únicamente a con-
como la propia estructura interna del lenguaje. Una cosa es el signi- ceptos mentales, residentes en nuestra memoria semántica. Dicho
ficado de las palabras, otra el significado de las cláusulas y oraciones de otro modo, el lenguaje no sólo nos permite comunicar los con-
y aun otra el significado del texto o del discurso. Incluso algunos de ceptos o sucesos genéricos (v. gr., [MESA], [COMER], etc.) y las rela-
los subcomponentes de las palabras, como los morfemas raíz, y los ciones intensionales entre conceptos (v. gr., [MESA] ESUN [MUEBLE]),
afijos y sufijos de todo tipo conllevan una carga elemental de signifi- sino también nos permite comunicarnos sobre ejemplares específi-
cado que, sin duda alguna, procesamos (véase capítulo 4). Sólo los cos o sucesos singulares (v. gr., «estoy comiendo una hamburguesa,
segmentos más elementales del lenguaje que corresponden a la pri- que compré en McDonalds, en esta mesa que está frente a mí, cuyo
mera articulación en fonemas o en sílabas carecen de significado, de propietario es Pedro...»). En gran medida el lenguaje humano pare-
modo que los investigadores en estos campos pueden prescindir to- ce especialmente diseñado para comunicar información singular y
talmente de cualquier consideración sobre el procesamiento semán- cambiante, más que información genérica y estática (véase capítulo
tico. Pero en todos los otros niveles del procesamiento del lenguaje 8). Desde un punto de vista motivacional, estamos generalmente
se plantean problemas relacionados con el significado que veremos mucho más interesados en contar (y en que nos cuenten) situaciones
en varios capítulos del libro. y sucesos particulares, de modo que, como asegura Bruner (1986b),
En segundo lugar, el significado tiene relación con los procesos tenemos una preferencia por el discurso narrativo sobre otras for-
de conceptualización. En cierto modo, comprender el significado de mas más «académicas» de discurso. Pero, además, el lenguaje dis-
un mensaje es una actividad extra-lingiúística que supone activar re- pone de multitud de recursos léxicos y gramaticales para «carto-
presentaciones conceptuales. Por ejemplo, cuando nos enfrentamos grafiar» esta singularidad referencial. Así, existen marcadores de
ala palabra «mesa», aparte de activar una representación fonológica tiempo, espacio, causalidad, propiedad o pertenencia, agentividad,
de la propia palabra [MESA], es probable que activemos una repre- cantidad, etc., incorporados en la propia gramática de la lengua que
sentación conceptual que puede incluir características sensoriales nos permiten, con bajo coste cognitivo, datar y caracterizar las situa-
(forma y tamaño), motoras (qué tipo movimientos se requieren), ciones, sucesos y episodios particulares.
funcionales (qué utilidad o función tiene), o relacionales (con qué La construcción del significado de las oraciones y de los textos
otros conceptos se relaciona). Dicho de otro modo, las palabras que supone, por otra parte, algo más que sumar los significados de las
procesamos actuarían como punteros que «dispararían» los corres- palabras. Hay interesantes fenómenos contextuales implícitos en
pondientes conceptos en nuestra memoria semántica. Pero, incluso estos niveles del lenguaje. Así, el significado de los homógrafos o
en este nivel léxico, las cosas no son tan sencillas, pues el significado palabras ambiguas (v. gr., «banco») y de las palabras polisémicas
no es una mera cuestión de correspondencia uno-a-uno entre pala- (v. gr., cabeza) debe resolverse sobre la marcha, en función del pro-
bras y conceptos. La mayoría de las palabras son ambiguas, es decir, pio contexto de la oración, lo cual plantea cuestiones acerca del
que una misma forma léxica se corresponde con varias acepciones momento en que se produce la selección de un significado: ¿antes o
diferentes, a veces emparentadas entre sí (polisemia) y otras com- después del acceso a todos los significados de la palabra? (véase ca-
pletamente dispares (homografía). El caso contrario ocurre en las pítulo 4). Por otra parte, cuando existen varias oraciones concate-
palabras que ofrecen algún grado de sinonimia, es decir, que dife- nadas en un texto o discurso, es frecuente que un determinado con-
rentes formas léxicas se corresponden a un único concepto. Ade- cepto aparezca en varias de estas oraciones, contribuyendo a que el
más, si asumimos que la memoria semántica es una red conceptual discurso tenga continuidad temática o «correferencia». Generalmen-
organizada, como frecuentemente se ha hecho, cada vez que se acti- te, los conceptos correferentes se mencionan de forma indirecta
va un concepto (a causa de una palabra presentada externamente) se mediante pronombres u otro tipo de anáforas. Por ejemplo, en «Juan
producirá una activación hacia otros conceptos asociados, lo cual le compró una flor a María y ella se lo agradeció mucho», «ella» y
explicaría los fenómenos típicos de printing (v. gr., el reconocimiento «lo» son pronombres anafóricos cuyo antecedente está, generalmen-
de la palabra «médico» facilita el reconocimiento de «enfermera»). te, en la oración anterior. Esto plantea un interesante tema de inves-
En tercer lugar, el significado tiene un componente referencial o tigación: ¿cómo y cuándo resuelve el lector el antecedente de las
extensional, de modo que los mensajes verbales aluden a entidades, anáforas? (véase capítulo 6). Por otra parte, la comprensión del dis-
30 31
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUISTICA
curso es un proceso constructivo, en el que el lector (u oyente) fre- estrecha relación con la Psicolingúística: la Lingiística, la Neuropsi-
cuentemente va más allá de la información explícita en el mensaje, cología y la Ciencia Cognitiva.
realizando ciertas inferencias (véase el capítulo 7). En otras pala-
bras, el lector/oyente puede añadir piezas de información necesarias 1.3.1. La Linguística
para la comprensión, basándose en ciertas claves proporcionadas
por el texto, en su propio conocimiento esquemático del mundo y La Lingúística es la ciencia del lenguaje por antonomasia, y aquella
en los modelos de situación que elabora (véanse los capítulos 6, 7 y que tiene una mayor tradición histórica, pues se remonta a la época
8). En el estudio del discurso es también importante tratar de desve- de los griegos. Á su vez, tiene multitud de especialidades que tratan
lar cómo se producen los procesos de integración de todas las ora- los aspectos más concretos del lenguaje, tales como la fonética, la
ciones y cómo se elabora la coherencia tanto local —entre oraciones prosodia, la sintaxis, la semántica, la retórica, etc. En general, el
próximas-— como global —entre todas las oraciones próximas y dis- objeto de la Lingúística es el análisis de los elementos formales que
tantes (véanse los capítulos 7 y 8)—. Hemos de añadir que las perso- constituyen una lengua y las reglas y principios que rigen la relación
nas no sólo comprendemos oraciones y discursos literales, sino tam- entre estos elementos. Por su parte a la Psicolingiñística le interesan
bién diversas fórmulas de lenguaje indirecto como la metáfora, la más bien los procesos cognitivos que posibilitan la comprensión y
ironía, las frases hechas, las peticiones indirectas, etc. Éste es un producción del lenguaje. Obviamente, los conocimientos lingiís-
complejo y apasionante terreno en que la semántica y la pragmática ticos pueden tener un gran valor para las investigaciones psico-
confluyen (véase el capítulo 9). lingúísticas. Así, disponer de un buen conocimiento descriptivo (o
Finalmente, en el campo de la producción del lenguaje también prescriptivo) sobre las estructuras y reglas fonológicas, prosódicas,
se estudia la interconexión entre el sistema de significados (Concep- morfológicas y sintácticas de una lengua puede proporcionar un
tualizador) y el sistema lingúístico (Formulador). Es evidente que punto de partida sumamente útil e, incluso, sugerir hipótesis a los
antes de expresar una idea debemos concebirla en un formato no- investigadores sobre las estrategias que pueden seguir los sujetos en
verbal (incluso podemos pensar algo sin necesidad de expresarlo); los correspondientes niveles de procesamiento.
también está claro que esa conceptualización determina de algún Pero los conocimientos lingúísticos no son generalmente sufi-
modo la forma del mensaje verbal y, por tanto, la forma en que cientes para desvelarnos cómo se procesa el lenguaje. La lingúística
conceptualizamos el significado determina, en alguna medida, la nada nos dice sobre las características funcionales del sistema cogni-
formulación del mensaje lingilístico. Por el contrario, podría ser tivo que ejecuta los procesos del lenguaje ni sobre los mecanismos y
posible que también el sistema lingitístico impusiese sus propias res- estrategias de los que se vale. Por ejemplo, en la comprensión del
tricciones a la conceptualización, como en su momento propusiera lenguaje interviene activamente la memoria operativa del sujeto im-
la tesis del relativismo lingitístico (Whorf, 1956; véase algunos plan- poniendo restricciones funcionales a los procesos. Sucede así por-
teamientos whorfianos recientes en, por ejemplo, Lakoff, 1987; que la memoria operativa tiene recursos limitados (en capacidad y
Hunt y Agnoli, 1991). En cualquier caso, conocer exactamente có- duración) y ello, junto al carácter serial de los mensajes lingíísticos,
mo ocurren estas conexiones funcionales entre los dos sistemas y obliga al sistema a incorporar ciertas estrategias para tratar de modo
cuál es su curso temporal son cuestiones que escapan a nuestra in- óptimo con el input lingúístico sin verse desbordado. Una de estas
tuición directa y, desde luego, requieren cuidadosas investigaciones estrategias €s la automatización de algunas operaciones cognitivas,
(véase el capítulo 10). que permite que ciertos procesos de nivel fonológico, léxico o sin-
táctico se ejecuten inconscientemente y con bajo consumo de recúr-
sos cognitivos. De esta «maquinaria» cognitiva que realiza las fun-
1.3. PSICOLINGUÍSTICA Y OTRAS CIENCIAS DEL LENGUAJE ciones del lenguaje nada nos dice la Lingiística y es, en cambio, el
terreno propio de la Psicolingiística.
La Psicolingiística es una de las disciplinas que estudia el lenguaje, Por otra parte, las estructuras y reglas descritas teóricamente
pero no es la única. Mencionaremos tres de estas disciplinas que por los lingúistas no siempre constituyen una buena aproximación
convergen en el mismo objeto de estudio y han tenido o tienen una psicológica al procesamiento del lenguaje. De hecho la propia Psico-
32 33
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
lingútística ha tenido la experiencia decepcionante en sus orígenes, Por otra parte, los psicolingiiistas —como cualquier otro psicó-
allá por los años sesenta, de utilizar las reglas de la gramática logo experimental— desconfían de los métodos introspectivos y pre-
generativa-transformacional de Chomsky como hipótesis psicológi- fieren basarse en métodos conductuales, en los que se registra algún
cas. Lo cierto es que el intento de demostrar la «realidad psicoló- parámetro objetivo (latencias de respuesta, tiempos de lectura, nú-
gica» de esta gramática en las actividades de comprensión y pro- mero de errores, etc.) obtenido a partir de las respuestas de un gru-
ducción fue un fracaso. Como el propio Chomsky (1986) señaló po de sujetos ante ciertos tipos de materiales lingúísticos; o bien
posteriormente el conocimiento del lenguaje (competencia) nada tie- utilizan datos observacionales tratados estadísticamente. Una bue-
ne que ver con el uso del lenguaje (actuación). El terreno propio de na razón para hacer esto es que ni los sujetos experimentales ni los
la Lingiística sería la competencia, es decir, los principios y estruc- propios psicolingitistas pueden ser conscientes de la mayoría de los
turas lógico-formales de la lengua, mientras que el objeto de la Psi- procesos del lenguaje, ya que ocurren de modo fugaz y automático.
colingiíística es la actuación, es decir, la descripción cognitiva del El foco de la conciencia recae generalmente sobre los productos fi-
lenguaje como un conjunto de operaciones mentales. nales de los procesos del lenguaje pero no sobre los procesos mis-
Pero si en el objeto de estudio hay diferencias entre la Lingiísti- mos. Ásí, podemos ser conscientes del contenido del mensaje verbal
ca y la Psicolingiíística, probablemente donde más evidentes se ha- que estamos entendiendo, pero no de los mecanismos de reconoci-
cen las diferencias sea en el tipo de metodología usada por una y miento de palabras, de acceso léxico, o de procesamiento morfo-
otra disciplina. El lingúista parte de materiales verbales que han sido sintáctico que hemos tenido que aplicar. .
producidos en situaciones ideales que él mismo (o un grupo de per-
sonas que actúan como jueces) considera intuitivamente como ex- 1.3.2. La Neuropsicología
presiones válidas de la lengua que se está estudiando y trata de des-
cubrir, mediante razonamiento lógico, los principios o las reglas por Algunos datos sobre las bases neurológicas del lenguaje son ya del
las que se rige ese material. Se trata, por lo tanto, de un método dominio público. Por ejemplo, el papel de las estructuras perisilvia-
racional de investigación. No se detiene el lingúista en analizar cómo nas (el área de Broca y el área de Wernicke) del hemisferio cerebral
hacen uso del lenguaje los sujetos concretos, sino que trata de expli- izquierdo en las funciones lingúísticas ha sido constatado en mul-
car la conducta del hablante ideal en la situación ideal. No se intere- titud de investigaciones, desde el siglo pasado. Sin embargo, este
sa en absoluto por los detalles psicológicos tales como el influjo de modelo «clásico» de la organización neuronal del lenguaje ha sido
las limitaciones de memoria, o los procesos perceptivos o atenciona- considerablemente matizado en los últimos años, y el panorama es
les en el uso del lenguaje. Por el contrario, el psicolingiiista investiga bastante más complejo de lo que inicialmente se pensó (v. Br.,
mediante métodos empíricos el uso que los hablantes reales hacen Damasio y Damasio, 1992). Un método de la Neuropsicología que
del lenguaje. Esto implica que a veces los materiales que investiga el ha dado importantes frutos en las últimas décadas es el estudio de
psicolingúista son un tanto anómalos; por ejemplo, oraciones agra- los trastornos adquiridos del lenguaje. Estos trastornos son una fuen-
maticales, palabras mal pronunciadas, palabras escritas presentadas te valiosísima de información sobre los procesos cognitivos que sub-
durante un tiempo muy breve, o elementos ambiguos del lenguaje yacen al lenguaje y, de hecho, cada vez se utilizan más para contras-
cuya ambigúedad queda sin resolverse en la oración. Así, como ejem- tar las diferentes teorías y modelos. Hasta tal punto está ocurriendo
plos de esto último, nos encontraremos con palabras homógrafas u esto, que son muchos los psicolingilistas que han abandonado los
ambiguas incluidas en oraciones que no permite optar por un signi- experimentos de laboratorio para investigar con pacientes afásicos
ficado concreto (véase el capítulo 4), o componentes de la oración o disléxicos. Estos pacientes ofrecen al investigador una especie de
que se pueden adjuntar a diferentes estructuras sintácticas (véase el experimento que, desgraciadamente, proporciona de cuando en
capítulo 5). Sin embargo, estas características poco «naturales» de la cuando la naturaleza a causa de las lesiones cerebrales de distinta
tarea experimental perzniten someter a prueba el funcionamiento índole que sufren. Téngase en cuenta que se trata de personas que
del sistema en ciertas condiciones límites, lo cual resulta muy infor- tenían un sistema de procesamiento lingúístico perfectamente for-
mativo sobre las características funcionales del procesamiento del mado y que a consecuencia de la lesión han perdido alguno de sus
lenguaje. componentes. Los neuropsicólogos con conocimientos teóricos y
34 35
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
36 37
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
Pero, sin duda, las simulaciones que están teniendo más influen- (un patrón acústico en el habla o un conjunto de letras en la lectura)
cia en toda la Psicología Cognitiva son las basadas en los principios en una representación fonológica de la palabra, los procesadores
conexionistas. Los modelos conexionistas están formados por redes léxicos son responsables del reconocimiento de la palabra y de la
compuestas de un gran número de unidades o nodos interconecta- activación y selección de su significado, los analizadores sintácticos
dos, similares a las neuronas. Su atractivo reside en esta similitud se encargan de representar los constituyentes gramaticales de la fra-
abstracta con la organización y el funcionamiento del sistema ner- se, y los mecanismos del discurso construyen una representación
vioso. La concepción computacional es muy distinta en el conexio-
integrada del significado.
nismo a la tradicional. Para el conexionismo no existen represen- En cada uno de estos niveles de la arquitectura funcional el inves-
taciones localizadas en la memoria, sino patrones de activación tigador encuentra una variedad de cuestiones interesantes para estu-
distribuidos; el procesamiento no es serial sino paralelo; además, las diar. Así, en el procesamiento ortográfico-fonológico nos podemos
redes conexionistas, a diferencia de las simulaciones simbólicas clá- plantear cuál es la unidad de análisis que utiliza el sistema cognitivo:
sicas que debían ser completamente programadas, pueden «apren- la letra, el fonema, la sílaba, un subcomponente de la sílaba o el mor-
der» por sí mismas. Para el conexionismo la «metáfora del ordena- fema. En cuanto al procesamiento de las palabras nos cuestionamos
dor» debe ser substituida por la «metáfora del cerebro» como modelo cómo se organiza nuestra memoria léxica, cómo ocurren los pro-
de la mente. cesos de activación y de facilitación semántica (priming), o cómo
El primer modelo de este tipo para simular el lenguaje fue el ocurre la selección del significado en las palabras ambiguas o poli-
elaborado por McClelland y Rumelhart (1981) sobre reconocimien- sémicas. En relación al análisis de las frases podemos indagar qué es-
to de palabras escritas. Posteriormente se aplicó a otros procesos del tructuras sintácticas son prioritarias para el sistema y en qué momen-
lenguaje: percepción del habla (McClelland y Elma, 1986) y pro- to se construyen; o, bien, qué papel desempeñan algunos elementos
ducción (Dell, 1988; Stemberger, 1985). E incluso se emplea para gramaticales como los pronombres y las conjunciones en la elabora-
explicar la adquisición del lenguaje (McClelland y Rumelhart, 1986) ción de la coherencia entre las frases. Finalmente, en el nivel del dis-
y los trastornos afásicos (Plaut y Shallice, 1994). curso surgen cuestiones tales como: en qué medida y cuándo se rea-
lizan inferencias, cómo se procesa la estructura general del texto,
La simulación de procesos lingiiísticos, ya sea a partir de la con-
cepción simbólico-computacional o del conexionismo, es una im- cómo se procesa la coherencia local y global del texto, etcétera,
para los psicolingúistas, que puede comple- Hay una aceptación general entre los psicolingitistas de la «rea-
portante herramienta
mentar la investigación empírica de las funciones del lenguaje. lidad» psicológica de estos niveles de procesamiento y del interés de
los temas subsiguientes de investigación. Sin embargo, la compren-
sión de la arquitectura funcional del lenguaje es algo más que la
1.4. ARQUITECTURA FUNCIONAL identificación de los procesos; supone, además, que debemos expli-
car su organización temporal y el modo en que se comunican entre
ellos. En este sentido hay dos nociones de arquitectura funcional
El lenguaje es una función mental como lo son la memoria, la aten-
bien diferenciadas en Psicolingiiística que veremos enfrentadas en
ción o la conceptualización. Pero, además, el lenguaje es una fun-
ción mental particularmente compleja, que implica el trabajo co- varios de los temas de estudio de este libro. En primer lugar, las
teorías modulares que, a veces, postulan un funcionamiento serial
operativo de varios mecanismos. Por ello se suele hablar de la
«arquitectura funcional» del lenguaje que incluye un conjunto de de los niveles de procesamiento o módulos y, sobre todo, una comu-
nicación unidireccional de «abajo arriba»' entre ellos: cada módulo
niveles de procesamiento. Si nos limitamos a los procesos de com-
de orden a envía información al módulo siguiente 2-+1, pero no
prensión, por ejemplo, podremos hablar de mecanismos responsa-
bles del procesamiento ortográfico y fonológico, del procesamiento
léxico, del procesamiento sintáctico de las frases, o del procesamien- 1. El flujo de «abajo-arriba» es característico de las teorías modulares de la com-
to del discurso. Cada uno de estos mecanismos podría considerarse prensión. En el caso de la producción también existen planteamientos modulares, aun-
como un programa de ordenador que ejecuta un algoritmo específi- que algo menos radicales y, además, la dirección del flujo de información entre los
co. Así, los procesadores fonológicos transforman el impul externo módulos sería el opuesto (véase capítulo 10).
38 39
CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO
40 41
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
42 43
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
45
44
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
ciones y conjunciones), que generalmente se «saltan» en la lectura introducción de temas nuevos (Just y Carpenter, 1977). Además, no
natural. Un procedimiento intermedio entre la palabra y la oración se ha hallado evidencia de que exista un desfase entre la posición del
que reduce los inconvenientes de los dos anteriores es el de presen- ojo y el procesamiento; es decir, que el sujeto está procesando siem-
tar grupos de 2 0 3 palabras (v. gr., /la mesa / del jefe/), lo cual pre justamente la palabra en la que el ojo se fija.
proporciona una lectura más natural (v. gr., de Vega et al., 1990).
Otra técnica en curso, utilizada en el estudio de la comprensión, 1.5.2.2. Técnicas de tiempo de decisión
es la de seguimiento de los movimientos oculares, Esta técnica con-
siste en registrar los movimientos de los ojos del lector mientras lee Estas técnicas no miden de modo continuo el curso de la compren-
las sucesivas oraciones de un texto. Hay varios procedimientos para sión, sino que permiten observar los productos de la comprensión
medir los movimientos de los ojos del lector y de hecho están apare- en ciertos momientos pero, a diferencia de los estudios a posteriori,
ciendo aparatos cada vez más sofisticados. Uno de los más simples no dejan pasar ningún intervalo de tiempo, sino que la medida se
consiste en emitir un pequeño punto de luz infrarroja sobre la cór- realiza inmediatamente después de que se produce el proceso. Ade-
nea del ojo del lector y medir el ángulo de reflexión de ese rayo a más, a diferencia de las técnicas a posteriori, utilizan medidas crono-
medida que el ojo cambia de dirección. Los rayos reflejados, recogi- métricas o de tiempo de reacción que nos permiten inferir, en cierta
dos y procesados por un ordenador, nos permiten saber en cada medida, el curso temporal de algunos procesos.
momento hacia qué parte del texto se dirige la mirada, así como la La técnica de verificación de frases consiste en presentar una
duración de ésta. La ventaja de esta técnica, en relación a las técnicas oración en la pantalla del ordenador para que el sujeto decida sobre
de ventana que acabamos de describir, es que el experimentador no su veracidad pulsando una de dos teclas (una para verdadero y otra
obliga artificialmente a segmentar el texto en palabras o grupos de para falso). El supuesto en el que se basa es que para decidir si una
palabras arbitrarios, sino que es el propio lector el que decide qué proposición es verdadera o falsa es necesario haberla comprendido.
palabras fijar y por cuánto tiempo. Con esta técnica se han descu- El tiempo que el sujeto tarda en responder se toma como un índice
bierto multitud de variables que influyen en la comprensión lectora, de dificultad de la oración, o de accesibilidad en la memoria de la
ya que al aumentar la dificultad del material y consecuentemente la información que se ha leído. Una crítica que se le hace a esta técnica
complejidad de los precesos cognitivos aumenta la duración de las es que realmente no mide los procesos de comprensión sino las ope-
miradas y el número de regresiones hacia el material leído (Just y raciones de comparación posteriores que tiene que realizar el sujeto
Carpenter, 1984). para poder emitir la respuesta de verdadero o falso.
El principal problema de todas las técnicas en curso se refiere al La tarea de decisión léxica consiste en pedir a los sujetos un
grado de sincronía ojo-mente: ¿hasta qué punto los períodos de fija- juicio de palabras versus no palabras y registrar el tiempo de reac-
ción de los ojos en una unidad de texto corresponden a los procesos ción de la respuesta. En decisión léxica visual se presentan series de
cognitivos de ésta? Podría ocurrir que los movimientos de los ojos o letras ortográficamente legales sobre la pantalla del ordenador para
el apretar la tecla para pasar a la siguiente palabra sean demasiado que el sujeto responda si es una palabra real o no. En decisión léxica
rápidos y se produzcan antes de finalizar todo el procesamiento se- auditiva el sujeto recibe a través de unos auriculares series de-fone-
mántico de la palabra previa. Esto llevaría a un retraso del procesa- mas para que indique si se corresponden o no con palabras. La lógi-
miento, de modo que el ojo estaría en una palabra mientras la mente ca de esta técnica es que para que el sujeto pueda responder si una
estaría procesando un fragmento anterior del texto. Sin embargo, la serie de letras o fonemas corresponden a una palabra tiene que con-
mayoría de los investigadores defienden la existencia de una estrecha sultar su léxico mental y, en el caso de las palabras, la velocidad de
sincronía entre el ojo y la mente, ya que parecen ser las variables lin- respuesta tendrá que ver con la accesibilidad o activación de la re-
gúísticas las que determinan las pautas de los movimientos oculares. presentación interna. Por ejemplo, las palabras de alta frecuencia se
Hay datos empíricos que demuestran que la duración de las miradas verifican más deprisa que las de baja frecuencia porque su umbral de
varía en función de factores léxicos y semánticos de las palabras tales acceso en el léxico mental es menor en las primeras que en las se-
como su frecuencia, longitud, composición silábica, o posición den- gundas. Un problema potencial es que los tiempos de reacción po-
tro de la frase (Rayner, 1977); o bien de factores textuales como la drían reflejar procesos de decisión o evaluación posteriores al pro-
46 47
LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
DE VEGA Y FERNANDO CUETOS
MANUEL
a y Chumbley, 1986). Por Por el contrario, cuando la preocupación de los sujetos es la de res-
pio reconocimiento de la palabra (Balot ponder correctamente, sus errores disminuirán pero sus latencias
utilizar la técnica de
esta razón, algunos investigadores prefieren podrían aumentar. Este hecho puede dificultar el análisis de los da-
ia de lectura de las
nombrado (naming) en la que se registra la latenc tos en aquellos experimentos en que observemos que unos sujetos
as en la pantalla del or-
palabras. Los sujetos reciben palabras aislad conectada a un optan por la rapidez (a costa de cometer más errores) y otros prefie-
alta. Una llave vocal
denador y deben leerlas en voz ren la precisión (a costa de ser más lentos). Para minimizar en lo
latencia de la voz, es
cronoscopio o al propio ordenador mide la posible este inconveniente, en las instrucciones se debe insistir en la
ón de la palabra y la
decir, el tiempo transcurrido entre la presentaci búsqueda del equilibrio entre ambos componentes con frases como
La latenc ia de nombrado
pronunciación del primer fonema de ésta. acces o, de modo ésta: «Intenta responder lo más rápidamente posible, pero procura
a proce sos post-
es tan rápida que no es sensible ación o accesi- no cometer errores». En cualquier caso, los propios datos resultan-
n más fiable sobre la activ
que nos da una informació tes de tiempos y errores siempre nos permitirán valorar de modo
bilidad de las palabras en el léxico mental. empírico, en cada experimento, si se ha producido compensación
de forma oral en
Cuando se investiga con material presentado velocidad -precisión.
tarea de detección, en la
vez de escrito se utiliza con frecuencia la o, tra-
al mismo tiemp
que los sujetos deben escuchar un mensaje y, estímulo crítico, 1.5.3. Métodos observacionales y descriptivos
con la mayor rapid ez posibl e cierto
tar de detectar El estímulo crí-
inesp erada .
que aparece de vez en cuando de forma o de un clic. El En el estudio de la producción del lenguaje es más difícil realizar
palab ra o el sonid
tico puede ser un fonema, una estudios experimentales debido a que el inicio del proceso está bajo
€s la carga computa-
supuesto en el que se basa es que cuanto mayor tará detectar cl control del sujeto y no del experimentador. Obviamente no se pue-
resul
cional que actúa sobre el sistema, más difícil crítico en den manipular los inputs (ideas, intenciones, conocimientos, etc.) a
ando el estímulo
estímulo crítico. En consecuencia, coloc partir de los cuales el sujeto produce el habla o la escritura. De ahí
la oraci ón se podrá conoc er el grado de dificul-
distintos puntos de que se haya tenido que recurrir a los métodos observacionales, esto
ón.
tad de los diferentes componentes de la oraci es, a registrar el resultado de la producción (no obstante las cosas
te en presentar una pa-
Finalmente, la técnica de priming consis están cambiando, como se puede ver en el capítulo 10). Aunque los
egúnd os antes que la palabra de
labra indicadora o prime unos milis ra estudios observacionales son menos rigurosos que los experimenta-
efectos que la prime
prueba o target, con el fin de comprobar los les y no permiten la manipulación de ciertas variables, tienen, no
tiemp os de reacc ión de la segun da. Las palabras pri-
tiene sobre los
ión semán tica, fonológica o obstante, algunas ventajas interesantes. El hecho, por ejemplo, de
me y target pueden mantener una relac recoger las respuestas verbales en situaciones sociales naturales per-
que se está inves tigando, y pueden
de otro tipo, dependiendo de lo lo, ambos son mite, en algunos casos, analizar la influencia de una serie de varia-
idad sensor ial (por ejemp
pertenecer a la misma modal lo, auditi- bles difíciles de atrapar en los experisnentos. Por otra parte, si bien
entes (por ejemp
estímulos visuales) o a modalidades difer es cierto que en producción el input se escapa del control del expe-
aplica con cualquiera de las
vo-visual). Esta técnica de priming se rimentador, todo lo contrario sucede con el output. Las respuestas
tiemp os de reacc ión, de modo que se
tareas con las que se miden los verbales de los sujetos, que son el producto final del procesamiento,
visual y auditiva, nom-
puede utilizar con tareas de decisión léxica se prestan al análisis empírico directo, a diferencia de los outputs
s, etc. Cuando el prime
brado de palabras, denominación de dibujo resultantes del proceso de comprensión, que son representaciones
breve que los sujetos ni siquiera
se presenta durante un tiempo tan semánticas ocultas.
perci bido se deno mina «priming enmas-
son conscientes de haberlo Los estudios de corpora han sido una primera vía de análisis
:
carado».
os de decisión tienen un pro- descriptivo del lenguaje. A partir de muestras amplias de lenguaje,
miden tiemp
Todas las técnic as que
rapidez y preci sión de ya sea escrito u oral, se han desarrollado recuentos estadísticos de
blema común: la posible compensación entre las diferentes unidades lingúísticas. Uno de los datos más relevantes,
sujeto s tiene n que tomar una decisión
la respuesta. Puesto que los en este sentido, es la frecuencia de uso de las palabras que constituye
velocidad que quieran
que les lleva tiempo, cuanto mayor sea la errores. un dato instrumental en multitud de investigaciones psicolingúísti-
ncia a comcter
imprimir a su respuesta, Inayotr será su tende
49
48
MANUEL DE VEGA Y FERNANDO CUETOS LOS DESAFÍOS DE LA PSICOLINGUÍSTICA
cas. En efecto, la frecuencia de las palabras es un magnífico predictor que opera cada una de ellas (García-Albea, Igoa y Sánchez-Bernar-
de tiempos de lectura, decisión léxica, nombrado de palabras o nom- dos, 1987). El procedimiento que se sigue con esta metodología con-
brado de dibujos, por citar algunas medidas cronométricas. Otros siste en anotar en un cuaderno los errores que cometen las personas
índices estadísticos de interés, obtenidos a partir de los corpora, son al hablar y, al lado, escribir la palabra o frase que realmente preten-
la frecuencia silábica o la frecuencia de bigramas ortográficos (pares dían decir, con el fin de poder clasificar luego el tipo de error. En
de letras). En español hay un diccionario reciente, que recoge todos este sentido es importante anotar inmediatamente el error para que
estos índices, a partir de un corpus de 2 millones de palabras repre- no haya distorsiones de memoria y también preguntar al propio ha-
sentativas del español escrito contemporáneo (Alameda y Cuetos, blante (si antes no ha rectificado) qué era exactamente lo que pre-
1995). Otros muestreos más amplios se están desarrollando en la tendía decir. La limitación principal de esta metodología está en la
actualidad, falta de objetividad en la recogida de datos, ya que el no hacer un
En ocasiones los análisis descriptivos de parámetros psicolin- registro mecanizado impide la detección clara del error y a veces el
gliísticos, no pueden obtenerse mediante un mero recuento mecáni- error puede estar más en el oído del que escucha que en la boca del
co a partir de un corpus. Por el contrario, requieren estudios nor- que habla (especialmente cuando el investigador persigue alguna
mativos a partir de las respuestas proporcionadas por muestras hipótesis determinada).
representativas de sujetos. Por ejemplo, los índices de concreción de Más objetivo es el estudio de las pausas del habla. No hablamos
las palabras, su imaginabilidad, emotividad, valor asociativo, fami- de modo completamente fluido, sino que intercalamos períodos de
liaridad subjetiva, o la frecuencia de las acepciones de las palabras silencio y titubeos. Algunas de estas pausas son necesarias, por razO-
ambiguas, se basan en normas subjetivas de este tipo. En algunos nes fisiológicas, ya que el hablante necesita respirar, y por razones
casos se les pide a los sujetos que realicen un escalamiento subjetivo Ungiísticas, ya que marcan el final de un mensaje o la invitación a
(v. gr., puntuar la familiaridad de las palabras de 1 a 10), y en otros otros interlocutores a intervenir. Pero hay pausas que no son nece-
se les pide una respuesta asociativa (v. gr., escribir todos los signifi- sarias por ninguna de estas razones sino que se producen por difi-
cados que se te ocurran de las siguientes palabras). Una vez contabi- cultades en la formulación de la oración o en el acceso a determina-
lizadas las respuestas de los sujetos, se obtienen índices que son bue- da palabra. Estas pausas constituyen un dato interesante para el
nos predictores en tareas psicolingiísticas. estudio de la producción, al proporcionar información sobre la car-
El análisis de los errores en la producción espontánea del habla ga de procesamiento que está soportando el sistema cognitivo (But-
es otro método observacional importante. Nuestro lenguaje no es terworth, 1980). Se ha comprobado que los períodos fluidos se pro-
perfecto, sino que existen pequeños defectos, que constituyen para ducen durante la ejecución de los procesos de tipo automático, tales
el científico una posibilidad de inferir los mecanismos de la produc- como la articulación de los fonemas o la construcción sintáctica, que
ción normal. Algunos de estos defectos son los pequeños fallos que exigen poco esfuerzo mental, y los períodos vacilantes con los pro-
cometemos al hablar (o escribir); fallos que generalmente no causan cesos de tipo más creativo como es el de planificación del mensaje.
problemas de comprensión y que incluso suelen pasar desapercibi- Goldman-Eisler (1956) comprobó que había un porcentaje mucho
dos al oyente (o lector) pero que, en un análisis riguroso, permiten más alto de pausas en el habla espontánea que en tareas que exigen
al científico detectar qué mecanismos son los que no están funcio- poca planificación, como por ejemplo contar una historia o descri-
nando de manera correcta. Estos fallos son los falsos comienzos, las bir un dibujo.
pausas del habla, las vacilaciones, las repeticiones, los errores de Por otra parte, las pausas son de dos tipos: vacías, cuando el
pronunciación o lapsus linguae, los errores de concordancia grama- hablante se queda callado sin más, y rellenas de muletillas o interjec-
tical, etc. Los lapsus linguae o pequeños errores que cometemos al ciones que realmente no aportan nada (v. gr., «esto...», «ya sabes...»,
hablar (y con menor frecuencia al escribir) constituyen una fuente «bueno...»). El uso de un tipo u otro de pausa depende en buena
importante de conocimiento de los procesos de producción. El aná- parte de la personalidad del hablante, pero también puede ser un
lisis de los elementos lingiísticos afectados por los errores, así como indicador del proceso que se está ejecutando. Maclay y Osgood
su distribución en las oraciones, ha permitido precisar las distintas (1959) comprobaron que las pausas vacías se producen con mayor
fases de planificación del habla y los tipos de información sobre los frecuencia dentro de las oraciones, lo cual indica dificultades de tipo
SO 51
2
1.6. CONCLUSIONES
52