El Duelo Colectivo y Los Trabajos de La Memoria
El Duelo Colectivo y Los Trabajos de La Memoria
El Duelo Colectivo y Los Trabajos de La Memoria
bélicos1
Introducción
En contextos que han padecido los estragos del conflicto armado, las dictaduras y las
guerras, las personas y los grupos sociales sufren múltiples afectaciones, entre ellas
pérdidas tangibles e intangibles que dejan heridas abiertas, las cuales pueden transitar hacia
duelos colectivos, entre otras estrategias, mediante trabajos de las memorias, con los que las
distinto.
en los procesos de duelo surgió en los años setenta, tras el colapso de las dictaduras en el
esta época salieron a la luz las múltiples pérdidas, los sufrimientos y las heridas abiertas
generadas por las desapariciones, las torturas, las muertes selectivas y los asesinatos
1
Este capítulo de reflexión teórica se deriva de la investigación “El lugar de los trabajos de las memorias en los procesos
de duelo colectivo de comunidades víctimas del conflicto armado colombiano. El caso de La Comunidad de Paz de San
José de Apartadó, Urabá”, desarrollada como tesis del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia.
Directoras: Victoria Eugenia Díaz Facio Lince y Luz Adriana Muñoz Duque. Periodo de desarrollo del doctorado desde el
2020-2 a la actualidad. Investigación adscrita a la línea de Narrativas y Subjetividades del Grupo de Investigación
Psicología, Sociedad y Subjetividades -GIPSYS- de la Universidad de Antioquia.
(Texto provisional en evaluación editorial utilizado con fines docentes, Universidad de Antioquia)
masivos. Los gobiernos civiles, con el propósito de recuperar su legitimidad política,
propusieron juzgar a los responsables, impedir el olvido de los hechos atroces y brindar un
lugar primario a las víctimas como actores de la guerra2. El trabajo de estas ha logrado
poner la verdad en la escena pública y trabajar la memoria con distintos recursos simbólicos
que buscan contribuir a los procesos de elaboración del daño y a la reconstrucción del
tejido social.
El caso colombiano, contexto donde se escribe este artículo, tiene unas lógicas particulares;
el conflicto armado de este país tiene una historia de más de seis décadas de “confrontación
violenta, irregular y prolongada con grupos armados que luchan por el control político,
sinnúmero de pérdidas a la población civil que ha sido la más afectada por el conflicto:
cerca del 90 % de las víctimas han sido civiles, convertidos muchas veces en el objetivo
estratégico de los grupos armados4. En este contexto, los grupos y comunidades afectados
se han resistido de muchas formas a los actores armados, han exigido el reconocimiento y
la restauración de sus derechos por parte del Estado y han trabajado para construir la
2
Elsa Blair, “La dimensión social del duelo y del registro públicode tramitación de la muerte”, Memorias del II Encuentro
Sobre Atención en Duelo. Medellín: Cátedra Fernando Zambrano, Medellín, feb., 2002; María Teresa Uribe, “Los duelos
colectivos: entre la memoria y la reparación”, Agenda Cultural. Alma Máter, vol. 149 (2005): 1-11.
http://bibliotecadigital.udea.edu.co/handle/10495/6983
3
Instituto Nacional de Salud y Observatorio Nacional de Salud. “Consecuencias del conflicto armado en salud en
Colombia. Noveno Informe Técnico”, 2017. https://www.ins.gov.co/Direcciones/ONS/Informes/9 Consecuencias del
Conflicto Armado en la Salud en Colombia.pdf
4 Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición. “Informe Final. No matarás. Relato
histórico del conflicto armado interno en Colombia”. HAY FUTURO si hay verdad. Comisión para el Esclarecimiento de
la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (Vol. 3), 2022.
de las personas y los grupos afectados han sido visibilizadas y fortalecidas en este siglo con
Tierras de 2011, y con el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno nacional y las
En este contexto, los trabajos sobre las memorias del conflicto armado colombiano han
una reflexión sobre un pasado doloroso y contribuyen a restablecer los lazos sociales, todo
lo cual es central en los procesos de duelos colectivos de las comunidades heridas por la
guerra. Ha sido difícil, sin embargo, para las comunidades construir trabajos de la memoria
memoria colectiva, sino que se actualizan cada día con nuevas formas de victimización que
Dos categorías teóricas sustentan esta reflexión: el duelo colectivo y los trabajos de la
y la social que están siempre intrincadas en este proceso. Para Freud6, el duelo es un
trabajo psíquico que emerge como respuesta ante la pérdida de un ser amado o de una
abstracción equivalente, como la libertad o un ideal. La labor del duelo es lenta y dolorosa,
tiene como punto de partida la confrontanción con la realidad de la pérdida del objeto
con un deseo por la vida. Pero el duelo no concierne solo a la vida intrapsíquica de quien
ha perdido; no es una labor de un sujeto aislado de su contexto, sino que siempre está
intrincada con lo social porque transcurre con el telón de fondo de las concepciones y las
prácticas culturales que atraviesan la vida de los dolientes y se moviliza con prácticas
sociales tradicionales, como los rituales funerarios, que ayudan a los dolientes y a los
grupos a enfrentar la muerte y a reordenarse tras ella7. La relación con lo social también se
expresa cuando un grupo social ha tenido una pérdida que afecta a todos sus integrantes,
colectiva entendida por Jelin9 como una construcción colectiva hecha de memorias
compartidas, superpuestas, que están encuadradas en marcos sociales y atravesadas por las
memoria -en plural, en tanto se trata de una construcción polifónica sobre el recuerdo
6
Sigmund Freud, “Duelo y melancolía (1917 [1915])”, en Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico.
Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916). Obras Completas, Tomo XIV (Amorrortu editores [Trabajo
original publicado en 1917], (1981), 235-55).
7
Alfonso Di Nola, La muerte derrotada. Antropología de la muerte y el duelo (BELACQVA, 2007); Louis-Vincent
Thomas, Antropología de la Muerte (Fondo de Cultura Económica, 1983).
8
Jean-Claude Métraux, Deuils collectifs et création sociale (La Dispute, 2004) ; Fedra Cuestas, “El trabajo de duelo
colectivo en la recuperación de la memoria cultural”, Cuadernillos Aperturas, vol. 2 (2018), 1-27.
9
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria (Siglo XXI Editores, 2002)
herido-, que se refiere a un proceso activo que realizan los sujetos o los grupos sociales que
rememoran su pasado con miras a una tranformación del presente. Entender la memoria
como trabajo, dice Jelin, la acerca a la noción freudiana de “trabajo de duelo”, en tanto
simbolizar las pérdidas para que estas no retornen a manera de repetición, y reubicarse
frente a ellas de un modo distinto. Para ello, los trabajos de la memoria se materializan en
contextos de violencia, por las condiciones de posibilidad para un duelo de este orden y por
planteada por Uribe: “¿acaso las sociedades enferman como los individuos por las
memorias reprimidas, por las palabras no dichas, por los duelos ocultados o por los
sentimientos de soledad y angustia?” 10. Tras la respuesta afirmativa, la autora propone que
donde las memorias polifónicas de la guerra tengan un lugar, se reconozca a las víctimas y
sus sufrimientos, se enfrente la reconciliación social mediada por los procesos de verdad,
la memoria colectiva. Este proceso de elaboración colectiva del duelo es la condición para
10
Uribe, “Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación”, 105.
configurar órdenes más justos, distintos a los que causaron las guerras, y para sanar las
Con lo dicho hasta ahora entendemos que los trabajos de la memoria son uno de los pilares
del duelo colectivo de los grupos sociales afectados por los conflictos bélicos. Para avanzar
en esta discusión, el capítulo propone una reflexión sobre ambas categorías y sus
relaciones posibles en sociedades afectadas por conflictos bélicos. Reflexionar sobre ello
heridas y sus memorias y el interés por la reconciliación social son recientes y chocan con
la persistencia del conflicto y con la fragmentación social. En este contexto, los estudios
sobre las memorias son emergentes y con tendencias exploratorias y descriptivas; por su
parte, los trabajos sobre el duelo colectivo son escasos y reclaman más estudios teóricos y
entendimiento más profundo de las lógicas de este proceso en los grupos sociales heridos
por la guerra.
antecede a este proceso: la vivencia de una pérdida que afecta a todos los miembros de un
grupo social. Entedemos la pérdida como “cualquier daño en los recursos personales,
11
María Teresa Uribe, “Estado y sociedad frente a las víctimas de la violencia”, Estudios Políticos, vol. 23 (2003), 9-25.
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/estudiospoliticos/article/view/1383.
materiales o simbólicos con los que hemos establecido un vínculo emocional”.12 Cuando
este daño sucede en grupos humanos puede expresarse como sufrimiento social, como
trauma social, como efecto colectivo de los eventos disruptivos, y puede derivar en la
13
elaboración de un duelo colectivo. Con respecto a lo primero, Furtos señala que el
sino también del ámbito social. El sufrimiento social emerge del lazo que se establece con
los otros, emana como consecuencia de las formas de precarización de la vida y de los
hechos violentos que desestructuran a los colectivos. Se presenta cuando los miembros de
dolor, afectaciones y rupturas del lazo social. Ante situaciones de conflicto, este puede
convertirse en un motor para la agencia política de las víctimas y en un facilitador que les
los tejidos básicos de la vida social, el cual lesiona los vínculos que ligan mutuamente a las
12
Robert Neimeyer. Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo (Paidós, 2002).
13
Jean Furtos, “Souffrance société. Les effets cliniques de la souffrance psychique d´origine sociale” Mental´idées, vol. 1
(2007), 24-33. http://www.ch-le-vinatier.fr/documents/Publications/Articles_RECHERCHE_Orspere-
Samdarra/Les_effets_cliniques_de_la_souffrance_psychique_d_origine_sociale-J_Furtos_Sept.2007.pdf; Fina Hurtado,
“Antropología del sufrimiento social”, Antropología Experimental, vol. 17 (2017), 345-55.
http://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/rae
14
Ximena Castro-Sardi & Cristian Erazo, “Sufrimiento y agencia política: pesquisa sobre la condición de víctima en
Bojayá, Colombia”, Athenea Digital, vol. 19, no. 1 (2019), 1-23.
http://aplicacionesbiblioteca.udea.edu.co:2970/eds/pdfviewer/pdfviewer?vid=3&sid=a660ad12-5ed6-414c-8891-
cb68144383ab%40sessionmgr4008; Herrera y Rodríguez, “El sufrimiento social como un problema de salud pública”.
rchivos en Medicina Familiar, vol. 16, no. 4: 73-81.
prevaleciente de comunidad15. Se entiende con esto que la violencia puede romper las
sociales, culturales, históricas y políticas; fracturas graves que dividen la vida de las
sistema social en su integridad16. Ante los traumas colectivos, los trabajos de la memoria
colectiva se erigen como una estrategia de elaboración que permite dar la cara al pasado
En el marco de los estudios sobre el trauma ha emergido una crítica al uso indiferenciado
de este término para hablar tanto de las causas como de los efectos que la violencia puede
provocar en los sujetos y en los grupos sociales. Por este uso impreciso del concepto,
Benyakar18 precisa que no necesariamente todo evento que afecta la homeostasis psíquica y
social tiene un impacto traumático. Para el autor, asumir de forma a priori que los eventos
con un alto impacto emocional, como lo es la violencia, provocan siempre y a todo el que
los sufre un impacto traumático, supone tres problemas: desconoce la especificidad de los
15
Francisco Ortega (Ed.), Trauma, cultura e historia: reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio (Universidad
Nacional de Colombia, (2011).
16
Erikson, Kal. 2011. Trauma y comunidad. En Trauma, cultura e historia: Reflexiones interdisciplinarias para el nuevo
milenio, ed. Francisco Ortega, 63-84. Colombia: Universidad Nacional de Colombia; Neil Smelser, “Trauma psicológico
y trauma cultural”, en Trauma, cultura e historia: reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio. Francisco Ortega
(Ed.) (Universidad Nacional de Colombia, 2011), 85-123
17
Jeffrey Alexander, “Trauma cultural, moralidad y solidaridad La construcción social del Holocausto y otros asesinatos
en masa, Revista Mexicana de Ciencias Politicas y Sociales, vol. 61, no. 228 (2016), 191-210.
https://doi.org/10.1016/S0185-1918(16)30045-9; J Gilad Hirschberger, “Collective trauma and the social construction of
meaning”, Frontiers in Psychology, vol. 9, no. AUG (2018), 1-14. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2018.01441
18
Moty Benyakar, Lo disruptivo. Amenazas individuales y colectivas: el psiquismo ante guerras, terrorismo y catástrofes
sociales (Editorial Biblos: 2016).
lado la singularidad del sujeto que vive la situación e ignora la relación única que se
establece entre un evento específico y un sujeto en particular. Para sortear este problema
evento y el impacto que genera en quien lo recibe, y que se refiere al resultado de una
implosión repentina del mundo externo en el mundo interno, con capacidad para alterar el
distorsión en los procesos de elaboración y que bien pueden generar un trauma de difícil
Con lo dicho, entendemos que los eventos violentos en contextos armados tienen un
carácter disruptivo y provocan vivencias de pérdidas colectivas para los grupos sociales
afectados. Además del sufrimiento social producido, estas pérdidas pueden quedar
ancladas como vivencias traumáticas que perviven mudas en un presente sin sentido, o
pueden impulsar procesos de duelo colectivo en los que el ámbito social y el trabajo de
duelo colectivo a partir de tres premisas: la primera alude a que, en todo proceso de duelo,
aunque sea el de una persona concreta, hay marcos socioculturales en los que se inscriben
las pérdidas, transmitidos por los grupos de pertenencia y que inciden en las formas
expresión emocional y de respuesta. En este sentido, todo duelo está siempre atravesado
19
Robert Neimeyer, Aprender de la pérdida.
La segunda premisa plantea que la dimensión social del duelo se expresa en las prácticas
tradicionales que las sociedades realizan para enfrentar las pérdidas significativas y para
acompañar a quienes las sufren. Entre ellas, son relevantes los rituales funerarios, prácticas
reordenar la vida tras la muerte de uno de sus miembros, establecen una reconfiguración
la pérdida no solo afecta a una persona y a su círculo relacional más cercano, sino que hay
una vivencia colectiva de la pérdida. Esto sucede con frecuencia en contextos de conflicto
21
armado donde la violencia causa una disrupción social al producir daños vividos
colectivamente que afectan los vínculos, los lazos sociales, la posibilidad de establecer
relaciones vecinales; cuando se fractura la confianza en los otros, se pierden los liderazgos,
colectivo, un trabajo de elaboración conjunta que realizan las familias, los clanes y las
comunidades tras una pérdida que afecta a todos sus miembros22. Este duelo se sustenta en
20
Elsa Blair, “Memoria y Narrativa. La escena del dolor en la escena pública” Estudios políticos, vol. 21: 9-28 (2002 a);
Elsa Blair. Memoria y Narrativa. La escena del dolor en la escena pública. Estudios políticos, vol. 21: 9-28. (2002b);
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5263815; Thomas, Vincent. La muerte. Una lectura cultural. España:
(Ediciones Paidós. 1991)
21
Lira, “Trauma, duelo, reparación y memoria”.
22
Cuestas, “El trabajo de duelo colectivo en la recuperación de la memoria cultural”; Métraux, Deuils collectifs et
création sociale.
con los otros para construir una fuerza colectiva posibilitadora de la elaboración de un
23
sentido de lo perdido . Así, siguiendo a Ahmed, el duelo colectivo moviliza “una
comunidad que llora junta, que se reúne en este gesto de duelo, y que se vincula a partir del
Tras sustentar lo que entedemos por duelo colectivo, proponemos ahora avanzar en la
reflexión sobre algunas relaciones posibles entre este proceso y los trabajos de la memoria
tiene la memoria al ser un proceso activo que lleva a los humanos a la elaboración de
cargadas de afectos, como el sufrimiento por las vivencias disruptivas, que se une a la
necesidad de comunicarlas. Por esto es siempre una labor subjetiva, activa y construida en
que han herido a las personas y a las comunidades. Esta forma de entender la memoria lleva
al autor a establecer una relación estrecha entre los trabajos de la memoria y el duelo
porque ambos son procesos activos sobre el recuerdo de un pasado herido. En la contracara
23
Clara Valverde, De la necropolítica neoliberal a la empatía radical. Violencia discreta, cuerpos excluidos y
repolitización (Icaria editorial, S. A., 2015).
24
Sara Ahmed, La política cultural de las emociones (Universidad Autónoma de México, 2015), 75-6.
25
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria.
26
Paul Ricoeur, La Lectura del tiempo pasado: memoria y olvido (Arrecife, 1999); Paul Ricoeur, La memoria, la historia,
el olvido. (Fondo de Cultura Económica, 2000)
de la huella traumática que irrumpe sin mediación e invade el presente con el sinsentido, el
trabajo de la memoria moviliza la elaboración del duelo al traer el pasado al presente, darle
la cara al dolor que él provoca, revisarlo y reordenar los significados asociados; esto
su pasado herido. En esta línea, la función liberadora del trabajo de duelo se logra en la
medida en que opere como un trabajo sobre la memoria del objeto perdido y sobre todas sus
evocaciones.
Esta misma relación entre trabajo de la memoria y duelo colectivo es analizada por Cuestas
27
en contextos de violencia sociopolítica, particularmente en sociedades postdictatoriales.
Al respecto, señala que el pasado violento vivido por una sociedad requiere que esta
elaborado. Desde esta perspectiva, el pilar del duelo colectivo sería el trabajo sobre la
memoria de lo perdido, con el que los grupos heridos rememoran, narran y resignifican las
Algo esencial emerge del planteamiento anterior: la premisa de que los trabajos de la
la violencia. Al respecto recordamos a Uribe28, quien refiere que la primera condición para
27
Cuestas, “El trabajo de duelo colectivo en la recuperación de la memoria cultural”.
28
María Teresa Uribe, “Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación”, Agenda Cultural. Alma Máter, vol. 149
(2005): 1-11. http://bibliotecadigital.udea.edu.co/handle/10495/6983.
el duelo colectivo es que este trascienda lo privado de los sufrimientos individuales y halle
lugar en el ámbito público, donde las memorias acaezcan y se reconozcan abiertamente las
víctimas y sus sufrimientos. En este mismo sentido, propone que estos duelos deben
tradicionales, a que la muerte se haga pública, se exploren sus efectos, se restauren las
relaciones entre los sobrevivientes y se reafirmen los lazos de solidaridad. Pero se opone
esto lo que la misma autora llama la conjura del silencio y el olvido, manifestación
sintomática del pasado herido que tiene dos caras: por un lado, la de las víctimas que
quieren olvidar las marcas del horror de la guerra, que temen hablar por la estigmatización
social y las posibles retaliaciones de los violentos; por el otro lado, la cara de gran parte de
la sociedad que cuestiona la veracidad de los testimonios de los afectados, que invalida su
En esta misma línea, avanza Butler29 abriendo la discusión sobre la dimensión política del
duelo al plantear que toda pérdida que afecta a una comunidad debería ser reconocida
humana; así, reducir el acto del duelo a una experiencia privada supone la despolitización
del mismo, porque suprime la responsabilidad que tenemos todos ante la muerte del otro,
otros, la atribución social de que hay vidas no duelables que no merecen ser lloradas,
implica la negación del valor de aquello que ellos sufrieron. Conduce esto al aislamiento
29
Judith Butler. Vida precaria. El poder del duelo y la violencia. (Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós, 2006)
de los dolientes a quienes se cierra la posibilidad de compartir públicamente sus recuerdos
necesario para sus duelos. Entonces, si hemos dicho que el reconocimiento de los
dolientes, de sus historias y del valor de lo perdido es condición para el duelo colectivo, su
no dichas que no se contentan con ser borradas, sino que retornan en nuevos síntomas que
afectan no solo a los dolientes directos, sino a la sociedad más amplia en la que perviven
lloradas, la memoria potencia el carácter político del duelo colectivo porque ayuda a
restaurar la agencia de los grupos que dignifican a sus muertos, restablecen sus vínculos y
30
Juan Villa, Recordar para reconstruir (Universidad de San Buenaventura, 2014); Villa-Gómez & Avendaño-Ramírez,
“Arte y memoria: expresiones de resistencia y transformaciones subjetivas frente a la violencia política”.
31
Sandra Arenas y José Coimbra, “La memoria y la comunidad en la experiencia de vulnerabilidad. El mural de Santo
Domingo Savio”, Estudios Políticos, vol. 49 (2016), 95–111.
https://revistas.udea.edu.co/index.php/estudiospoliticos/article/view/25732/20784300
Conclusiones
Para concluir, destacamos el valor de la reflexión sobre el duelo colectivo y los trabajos de
persistencia del conflicto y por la fragmentación social que invalida los daños y el dolor de
los otros. Con este marco, abordamos la pregunta por el duelo colectivo, un concepto de
construcción actual en el marco de las disciplinas sociales, y por el lugar de los trabajos de
Enfatizamos, para concluir, tres argumentos importantes respecto del duelo colectivo: el
primero se refiere a que este es un proceso que va más allá de la sumatoria de los duelos
lleva a cabo conjuntamente cuando ha tenido una pérdida vivida en común, que afecta a
todos sus miembros y al lazo que los une. El segundo, plantea que los trabajos de la
memoria están en la base del duelo colectivo porque movilizan los procesos que la
elaboración demanda: son una labor sobre el recuerdo de lo perdido, dan la cara al daño,
construyen sentidos sobre el pasado doloroso y median en la reubicación del grupo frente a
esencial el reconocimiento social de las pérdidas de los afectados; esto implica que el duelo
dignifique la memoria de cada vida cegada por la violencia. Esta condición, esencial
para hermanar a un grupo social en la experiencia de la vulnerabilidad, crea y fortalece los
el que amplios sectores sociales apuestan por la reparación de las vidas, por la
de experiencias concretas de los grupos heridos por una violencia compleja que, además,