Iniquidad y Justicia
Iniquidad y Justicia
Iniquidad y Justicia
QUÉ ES LA INIQUIDAD
La palabra iniquidad significa ‘lo torcido’, por lo tanto es lo que se tuerce del
camino recto y perfecto de Dios.
“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta
que se halló en ti maldad … Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad
de tus contrataciones profanaste tu santuario” (Ezequiel 28:15,18)
- Maldad es la palabra hebrea ‘evel’ que significa impío, inicuo, injusticia, mal,
maldad, malo
“El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro y con punta de diamante,
esculpido está en la tabla de su corazón” (Jeremías 17:1)
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“sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El , para
que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no
seamos esclavos del pecado” (Romanos:6:6)
En este pasaje el viejo hombre se refiere a la vida antes de ser cristianos, bajo
el dominio irrestricto de la naturaleza pecaminosa. El cuerpo de pecado se refiere a
la naturaleza pecaminosa dentro de nosotros, no al cuerpo humano. Y la palabra
‘destruido’ significa derrotado y privado de poder, no significa aniquilado.
Es la puerta principal que tienen las tinieblas sobre la vida del ser humano, sea
creyente o incrédulo. Es a través de la iniquidad que el maligno permea el corazón
del hombre poniendo en él todo tipo de deseos pecaminosos y torcidos. A esto se le
llama concupiscencia, y de allí surgen los deseos de hacer el mal.
No es lo mismo el fruto que la raíz. Jesús vino a deshacer todas las obras del
diablo.
“El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras
del diablo.” (1 Juan 3:8)
- Destruir significa: romper, destrozar, partir, despedazar
Jesús murió por nuestra libertad total, cubriendo diversas áreas en que pagó el
precio por nosotros, para que pudiéramos entrar a una total plenitud con Él.
Jesús hizo una obra completa, abarcando todas las áreas en que debemos ser
liberados y redimidos.
“Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y
confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus
rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así en la cabeza del macho
cabrío, y lo enviará al desierto, por mano de un hombre destinado para
esto” (Levítico 16:21)
Entonces resumimos:
TIPOS DE INIQUIDAD
LA JUSTICIA DE DIOS
Tanto la justicia como la iniquidad son como fuerzas espirituales que tienen un
gran poder de atracción. Una está ligada al trono de Dios y la otra al trono del diablo
La justicia es el atributo del Señor que alinea todas las cosas con el
reino de Dios, con Su rectitud e integridad
La iniquidad es la fuerza opuesta que tuerce todo, alejando los
diseños de Dios
Jesús enseñó una verdad poderosa que muestra cómo acercarnos a Dios y
atraer hacia nosotros todas las cosas que necesitamos:
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida
más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? No os afanéis, pues
diciendo qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos. Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que
tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:25,31-3)
LA JUSTICIA DE DIOS:
“Los cielos anunciaron su justicia y todos los pueblos vieron su gloria” (Salmo
97:6)
Donde hay caminos torcidos, habrá una continua acción divina, buscando
alinear a la persona con el Padre.
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Este alineamiento se manifiesta a través de juicios, pruebas, tribulaciones,
desiertos, etc. La justicia de Dios va unida a Su juicio porque:
El propósito de los juicios de Dios es alinear todas las cosas con Su voluntad y
Su justicia.
Es interesante notar que Dios no visita el pecado sino que visita la iniquidad.
“Porque yo soy Jehová tu Dios, que visita la iniquidad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo
20:5)
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ensancharás tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar y las
riquezas de las naciones hayan venido a ti” (Isaías 60:1-5)
“Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. Las
riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas y justicia. Mejor es mi
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fruto que el oro y que oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida. Por
vereda de justicia te guiaré, por sendas de juicio, para hacer que los que me
aman tengan su heredad, y que yo llene sus tesoros” (Proverbios 8:17-21)
Es entonces una gran bendición que Dios obre en mi vida enderezando todo lo
torcido.
Hay una diferencia entre ser declarado justo por la gracia y sacrificio de
Cristo, cuando nos convertimos a Él, y ser establecidos en justicia. Cuando se
ama al Señor con todo el corazón, todo lo que estorbe nuestra comunión con
Él nos parece terrible, y anhelamos que sea quitado lo antes posible.
Esto nos habla de una obra cuidadosa, llena de amor y dedicación. Sin
embargo, no todos tienen el amor y la mansedumbre para dejarse tratar así.
A algunas personas Dios las tiene que disciplinar como un Padre que corrige a
sus hijos. Aún a otros tendrá que castigarlos para enderezar sus caminos y salvarlos
de la muerte.