Subsidio de Oración Por Las Vocaciones
Subsidio de Oración Por Las Vocaciones
Subsidio de Oración Por Las Vocaciones
29 de Abril de 2022
LUNES 2 DE MAYO
Llamado a la vida (Vocación humana)
Hermanos: Imploremos juntos al Señor por las necesidades del mundo, de la Iglesia y en
particular de nuestra Patria y de nuestra Arquidiócesis de Durango. Después de cada
petición diremos:
Escúchanos, Padre
1. Por la Santa Iglesia de Dios, para que siempre anuncie en medio del mundo la Buena
Noticia del Evangelio y sea signo de esperanza y de vida para todas las naciones.
Oremos .
2. Por nuestra Patria y los que fueron elegidos para ejercer los poderes públicos del
Estado, para que juntos trabajemos para defender la vida. Oremos.
3. Por todos los habitantes de México y de nuestra Arquidiócesis, para que uniendo
nuestros esfuerzos abramos en nuestra sociedad los caminos de una vida más
humana en que cada uno sea amado y ayudado como un hermano. Oremos.
4. Por quienes participamos de esta Eucaristía, para que la presencia del pan y vino
bajado del cielo, nos anime a ser promotores de la vida desde su comienzo hasta su
fin natural. Oremos.
5. Para que Cristo, que reunió a sus discípulos a su alrededor con el fin de asociarlos a
su predicación evangélica, suscite también en nuestros días servidores de su
Evangelio. Oremos.
OREMOS
Dios y Padre nuestro, escucha nuestra oración y envía desde tu seno al Espíritu Santo, para
que ilumine a los gobernantes y al pueblo de México en defender y promover la cultura de
la vida. Amén.
MARTES 3 DE MAYO
Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz
Llamado a la Santidad (Vocación cristiana)
Oremos, hermanos, con confianza a nuestro Redentor, que por su santa cruz ha redimido
al mundo. A cada petición diremos: Te Rogamos Señor
1. Para que el signo de la cruz gloriosa de Jesucristo, con el que han sido señalados
todos los cristianos en el bautismo, se manifiesten en su vida. Oremos al Señor.
2. Para que la Sangre de la cruz de Jesucristo reconcilie todos los seres y ponga paz en
todo lo que hay tanto en el cielo como en la tierra. Oremos al Señor.
3. Para que los enfermos, los atormentados y todos los que con sus sufrimientos
participan de la cruz de Jesucristo tengan también parte en su gloria. Oremos al Señor
4. Para que el ejemplo de los santos, que experimentaron que para entrar en el Reino
de Dios hay que sufrir muchas tribulaciones, fortalezca a los que sufren y se
tambalean en su combate. Oremos.
5. Para que el testimonio de nuestros Santos Mártires Duranguenses fortalezca nuestra
fe y conceda vigor a nuestra vida cristiana. Oremos.
Señor, Padre Santo, que has glorificado en tu Reino a los siervos fieles que han velado
esperando la llegada del Esposo, escucha nuestra oración y no permitas que se apaguen
nuestras lámparas, y así merezcamos entrar en el banquete de tu Hijo, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
MIÉRCOLES 4 DE MAYO
Vocación Laical
Imploremos, hermanos, la misericordia del Señor en este día en el que los bienaventurados
apóstoles san Felipe y Santiago, siguiendo el ejemplo de su Maestro, derramaron su sangre
para dar testimonio de la verdad, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres.
Respondamos a cada petición diciendo: Te rogamos, Señor
1. Para que la Iglesia, fiel a las enseñanzas de los apóstoles san Felipe y Santiago, sea,
ante el mundo, sacramento visible de la presencia invisible de su Señor, Oremos al
Señor.
2. Para que todos los cristianos tomen conciencia de la obligación que tienen de
anunciar el Evangelio a quienes lo desconocen. Roguemos al Señor.
3. Por nosotros y todos los fieles de nuestras comunidades, para que seamos luz del
mundo y sal de la tierra, y así la gente que nos rodea, al ver nuestras buenas obras,
dé gloria también al Padre del cielo. Roguemos al Señor.
4. Por todos los fieles de nuestra Arquidiócesis, para que el testimonio de nuestros
Santos Mártires Duranguenses y del Beato Anacleto González Flores, nos inspiren
a defender nuestra fe y dar la vida por el Evangelio. Roguemos al Señor.
5. Para que a nosotros, reunidos hoy para celebrar el martirio de san Felipe y Santiago,
nos conceda docilidad hacia los obispos de la Iglesia, que ocupan hoy el lugar de los
apóstoles. Roguemos al Señor
Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y concede tu valor en abundancia a los que has
dado la misión de extender por todo el mundo la doctrina apostólica que ilumina y salva.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
JUEVES 5 DE MAYO
Vocación Sacerdotal
1. Para que el Hijo de Dios, sumo y eterno sacerdote de la nueva alianza, conceda a los
obispos y presbíteros ser predicadores humildes y valientes de la Palabra divina y
administradores fieles de los sacramentos de la Iglesia. Roguemos al Señor.
2. Para que los que han sido elegidos y consagrados para hacer visible y presente a
Cristo, cabeza de la Iglesia, realicen con fidelidad la misión recibida y todos sepamos
verlos como imagen de Cristo sacerdote, maestro y pastor. Roguemos al Señor.
3. Para que los párrocos encuentren su gozo en el servicio pastoral y, como san Juan
María Vianney, confirmen su predicación con el testimonio de su vida. Roguemos
al Señor
4. Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes cristianos y les infunda su fuerza,
a fin de que sean muchos los que se dediquen al ministerio y consagren la propia
vida a hacerlo presente en medio de los fieles. Roguemos al Señor.
5. Para que quienes han escuchado la llamada del Señor y han iniciado su camino hacia
el ministerio presbiteral no se desanimen ante las tentaciones que puedan surgir a
causa de la propia debilidad o de las circunstancias que los rodean. Roguemos al
Señor
Señor Jesús, que nos mandaste rogar al Padre para que mande obreros a su mies, escucha
nuestra oración y haz que los ministros de tu Iglesia crezcan en número y perseveren
fieles a su ministerio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
VIERNES 6 DE MAYO
Vocación a la Vida Consagrada
Fieles al mandato del Señor, pidamos al Dueño de la mies que escuche nuestras
oraciones por las vocaciones a la vida consagrada en la Iglesia. A cada invocación
respondemos: Te lo pedimos, Señor
1. Para que el Señor renueve en todos los consagrados y consagradas el fuego del
Espíritu Santo, de manera que se afirmen en los propósitos que Él mismo encendió
en sus corazones. Oremos.
2. Para que, sean siempre fieles a Cristo, amando de todo corazón a su Iglesia y, con
su modo de vida, despierten en todo el Pueblo de Dios la esperanza de los bienes
celestiales. Oremos.
3. Para que el Señor bendiga a su Iglesia, libere al mundo de toda la miseria, sea padre
para los desvalidos, apoyo para los que sufren, alimento para los pobres, salud para
los enfermos y perdón para nuestros pecados. Oremos.
4. Para que cada comunidad se comprometa a ser comunidad evangelizadora y siembre
con valentía la llamada de Cristo entre sus miembros. Oremos.
5. Para que en nuestras parroquias haya muchos cristianos comprometidos en la
promoción vocacional, de manera que se difunda entre todos los jóvenes la opción
por la vida consagrada. Oremos.
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y concede a los consagrados perseverar siempre
en sus propósitos y llegar finalmente a la meta de su camino. Por Jesucristo nuestro Señor.
SÁBADO 5 DE MAYO
Por los niños y jóvenes, por su discernimiento vocacional
Oremos hermanos, a Dios Padre, por medio de Jesucristo, su Hijo, que se entregó
por la salvación de todos. Respondamos a cada petición: Te lo pedimos, Señor
1. Por el Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Mons. Faustino Armendáriz y por
todos los Pastores de la Iglesia. Oremos.
2. Por todas las familias, iglesia doméstica, para que entre todas formen una sociedad
justa. Oremos.
3. Por todos los niños y jóvenes de nuestra Arquidiócesis de Durango, para que bajo la
guía de sus familiares encuentren en su vida herramientas que les ayuden a discernir
y responder con generosidad al llamado que Dios les tiene, Oremos.
4. Para que el Señor suscite vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en su Iglesia y
haya respuestas generosas. Oremos.
5. Para que el testimonio e intercesión de San José Sánchez del Río y de San David
Roldán sean para los niños y jóvenes de nuestra Arquidiócesis un referente para
responder a Dios con generosidad. Oremos.
Señor Jesucristo, que sabes lo que hay en el interior de cada hombre y amas a todos, porque
por todos te has entregado, escucha nuestra oración y haz que sean muchos, los niños y
jóvenes que tengan un amor tan grande, que estén dispuestos, como Tú, a entregar la propia
vida por los hermanos y para anunciarles el Evangelio de salvación. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amen.
II. HORA SANTA VOCACIONAL
1. Ambientación.
Si es posible, se colocan 50 huellas de papel sobre el piso (signo del seguimiento de Cristo), que
conduzcan al lugar donde se expondrá el Santísimo. Alrededor de este lugar se deberá concentrar la mayor
cantidad de huellas.
2. Introducción.
GUÍA: En este momento entramos en oración para pedir por todas las vocaciones, en especial
pedimos por los 317 años de fundación de nuestro Seminario Mayor de Durango. Cabe recordar las
Palabras de SS Benedicto XVI para la XLVIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones para el
año 2018: “El arte de promover y de cuidar las vocaciones encuentra un luminoso punto de referencia en
las páginas del Evangelio en las que Jesús llama a sus discípulos a seguirle y los educa con amor y esmero.
El modo en el que Jesús llamó a sus más estrechos colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser
objeto particular de nuestra atención (cf. Lc 10,9). En primer lugar, aparece claramente que el primer acto
ha sido la oración por ellos: antes de llamarlos, Jesús pasó la noche a solas, en oración y en la escucha de
la voluntad del Padre (cf. Lc 6, 12), en una elevación interior por encima de las cosas ordinarias. La
vocación de los discípulos nace precisamente en el coloquio íntimo de Jesús con el Padre. Las vocaciones
al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el
Dios vivo y de una insistente oración que se eleva al «Señor de la mies» tanto en las comunidades
parroquiales, como en las familias cristianas y en los cenáculos vocacionales”. Iniciemos cantando…
TODOS: Padre Dios, movidos por tu Santo Espíritu y delante de Jesús sacramentado que nos ha
llamado a ser sus discípulos, te pedimos que los jóvenes del mundo entero y en especial los de nuestra
diócesis de Texcoco se descubran, valoren y acepten ante Ti y ante los demás con creativas expresiones
de conocimiento, respeto, confianza e interés mutuo para crear un ambiente de acercamiento, una nueva
civilización en el amor.
GUÍA: Pero la dimensión Vocacional de la Palabra de Dios no sólo es para los jóvenes. A todos
nos invita a ser sus discípulos y a amarnos unos a otros. A todos nosotros nos debe interpelar, pues al ser
Iglesia, todos somos con-vocados, somos vocacionados. Escuchemos el siguiente párrafo de la carta que
el Papa Benedicto XVI nos dirige como Iglesia:
LECTOR 1: También hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada
de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere
decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de
formación para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía
de las autoridades eclesiásticas competentes. El Señor no deja de llamar, en todas las edades de la vida,
para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia
«está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la
maduración de las vocaciones sacerdotales» (JUAN PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo
vobis, 41). Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por «otras voces»
y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad
cristiana, todo fiel, debería de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es
importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la
consagración religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir «sí» a Dios y a la Iglesia.
GUÍA: Hoy, ante Jesús sacramentado, tú y yo estamos haciendo mucho por las vocaciones, pero
podemos hacer más. Hemos de ser más sensibles a las necesidades de nuestra Iglesia diocesana de
Durango. Escuchemos con atención y saquemos algunas propuestas de trabajo desde nuestra parroquia o
comunidad.
LECTOR 2: Conviene que cada Iglesia local se haga cada vez más sensible y atenta a la pastoral
vocacional, educando en los diversos niveles: familiar, parroquial y asociativo, principalmente a los
muchachos, a las muchachas y a los jóvenes -como hizo Jesús con los discípulos- para que madure en
ellos una genuina y afectuosa amistad con el Señor, cultivada en la oración personal y litúrgica; para que
aprendan la escucha atenta y fructífera de la Palabra de Dios, mediante una creciente familiaridad con las
Sagradas Escrituras; para que comprendan que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye
a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad más profunda sobre sí mismos; para que vivan
la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros, porque sólo abriéndose al amor de Dios es
como se encuentra la verdadera alegría y la plena realización de las propias aspiraciones. «Proponer las
vocaciones en la Iglesia local», significa tener la valentía de indicar, a través de una pastoral vocacional
atenta y adecuada, este camino arduo del seguimiento de Cristo, que, al estar colmado de sentido, es capaz
de implicar toda la vida.
GUÍA: Volvamos a escuchar este último párrafo… (Se vuelve a leer tratando que llegue al
corazón de las personas).
GUÍA: Después de esta segunda lectura, ¿A qué nos comprometemos personalmente? ¿A qué nos
comprometemos como comunidad? Se deja un especio de silencio y reflexión y se anotan los
compromisos…
Canto: “Renuévame” u otro apropiado. Si no se puede cantar, se recita. Renuévame, Señor Jesús,
ya no quiero ser igual.
Renuévame, Señor Jesús, pon en mí tu corazón.
Porque todo lo que hay dentro de mí, necesita ser cambiado, Señor.
Porque todo lo que hay dentro de mi corazón necesita más de ti.
GUÍA: Oremos al Pastor Supremo por nuestra vocación y por todas las vocaciones en la Iglesia.
A cada petición digamos: R/. Envía, Señor, obreros a tus campos.
LECTOR 1: Pidamos al Señor para que todos reconozcamos muestra vocación a la vida y
respondamos optando siempre por la vida. Oremos. R/.
LECTOR 2: Para que descubramos nuestra vocación a ser hijos de Dios en Jesucristo. Oremos.
R/.
LECTOR 1: Supliquemos por todos los y las jóvenes que experimentan, en esta etapa de su vida,
la llamada de Dios a construir una nueva civilización en el amor, sea en el matrimonio, la vida religiosa,
misionera, sacerdotal. Oremos. R/.
LECTOR 2: Pidamos por los matrimonios, los sacerdotes, las religiosas y religiosos, los
misioneros y misioneras, los apóstoles laicos para que sean fieles a su vocación. . Oremos. R/.
LECTOR 2: Por los Seminaristas para que busquen su acompañamiento y para que quienes les
acompañan les lleven a Cristo, Maestro y amigo. Oremos. R/.
LECTOR 1: Para que los seminaristas del Curso Introductorio adquieran los elementos básicos
para la madurez humana, el discernimiento vocacional y el crecimiento espiritual, tomando conciencia
de lo que implica ser discípulo de Cristo, en comunidad. Oremos. R/.
LECTOR 2: Para que los seminaristas obtengan a lo largo de la etapa de filosofía, una madurez
humano-afectiva y cristiana integral, que propicie un mejor discernimiento de su vocación. Oremos. R/.
LECTOR 1: Supliquemos a Dios por quienes se encuentran en la etapa de confrontación para que
en su familia y trabajo, conozcan las necesidades y valores del hombre y de la sociedad y así confirmen
su radical seguimiento de Cristo Pastor en medio del mundo actual. Oremos. R/.
LECTOR 2: Pidamos que los seminaristas estudiantes de teología, se configuren con Cristo
Cabeza, Siervo y Esposo y, de esta manera, asuman los criterios y actitudes del Buen Pastor para ejercer
en la Iglesia el Ministerio Sacerdotal. Oremos. R/.
LECTOR 1: Intensifiquemos nuestra oración para aquellos que han terminado su etapa en el
seminario, para que participen en el plan diocesano de pastoral y en la formación permanente en comunión
con el Obispo y presbiterio para la edificación del Reino de Dios. Oremos. R/.
LECTOR 2: Finalmente oremos por nosotros mismos, por nuestra vocación al servicio de las
vocaciones y pidámosle al Señor que nuestro compromiso sea sincero y con todo lo que somos, para que
el Dueño de la mies envíe trabajadores. Oremos. R/.
Todos: Te bendecimos Padre, Dios del cielo y la tierra, porque lo escondido a los sabios, lo revelas
a los pobres y sencillos. Te bendecimos, Padre, Dios del cielo y la tierra. Amén.
Canto: “Yo tengo un nuevo amor” u otro apropiado. Si no se puede cantar, se recita.
Guía: Jesús que nos ha dicho: “Vengan Ustedes que están fatigados y cansados y yo los aliviaré.
Vengan conmigo a un lugar apartado y descansen conmigo un poco”. Hemos venido aquí a su
presencia, para descansar un poco en el Corazón del Señor.
En este encuentro con Él, queremos orar, cantar y reflexionar en ese encuentro entre Jesús y los
primeros discípulos, después de que Juan Bautista presentó a Jesús como el “Cordero de Dios”.
Un pequeño grupo de hombres lo sigue, atraídos por el llamado misterioso que sale de su persona.
Es la llamada, es la vocación que Dios dirige a toda persona en Jesús, para invitarla a entrar en su
casa y quedarse con Él.
CANTO:
Hoy en Oración
ESCUCHANDO LA PALABRA
Guía: Hay encuentros que no se olvidan: alguien que se interesa por nosotros, nos da confianza,
nos interpela y nos tiene en cuenta para colaborar. Jesús se ha rodeado de sus primeros amigos de
esta manera. Ellos nunca olvidaron ese primer encuentro. También nuestro encuentro hoy con
Jesús puede hacer cambiar algo en nuestra vida. “Vieron donde vivía y se quedaron con Él”
Todos: Señor, te bendigo por la llamada que has puesto dentro de mí y porque tu palabra orienta
continuamente mi búsqueda hacia un verdadero encuentro contigo. Pongo a tus pies todas las
ambigüedades de mis expectativas y de mis proyectos, para que sea solo tu voz quien guíe mis
pasos hacia Ti. Ayúdame a quedarme cerca de Ti, a no tener miedo del silencio, de la
contemplación
(Unos momentos de adoración silenciosa)
EN REFLEXIÓN
Guía: “¿A quién están buscando?” pregunta Jesús a los dos que lo seguían. ¿Qué buscas tú, niño,
joven, adulto, cuando buscas a Dios? ¿Por qué quieres ser su discípulo? ¿Qué buscas en la
religión?
Lector 5: “Maestro, ¿dónde vives? Le preguntan aquellos primeros buscadores de Dios. ¿Dónde
se encuentra Dios? ¿Dónde lo podemos encontrar?
Es una pregunta urgente en nuestra actualidad, entre tanta irracionalidad y subjetivismo en la
experiencia religiosa. Dios ha querido facilitar la búsqueda del hombre, haciéndose hombre,
manifestándose en Jesús de Nazareth, que ha demostrado en la historia que es el verdadero Dios
con nosotros. “Vengan y vean”, nos dice Jesús.
Guía: “Fueron y vieron dónde vivía”. El estar y habitar con Jesús es el secreto de la vida y de la
acción. Es un habitar que penetra hasta el fondo de su corazón. Es un entender su deseo lleno de
amor. Él nos ha dicho: “Vivan en mi palabra” (Jn.5,38), “Permanezcan en mi amor” (JN. 15,9),
“Permanezcan en mí y Yo estaré en ustedes, como Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”
(Jn. 17,21-22).
Quién ha estado cerca de Jesús, quien se ha encontrado verdaderamente con él, ha salido de la
experiencia convencido y cambiado. San Juan, que nos relata ese primer encuentro con Jesús,
recuerda hasta la hora “eran las cuatro de la tarde
Todos: El encuentro contigo, Señor Jesús, nos anima a gastar la vida para un ideal alto, nos
estimula a estar y vivir contigo, nos señala un nuevo camino personal, haciéndonos don a los
demás, nos lanza tras de Ti, a vivir como Tú, a servir como Tú, a amar como Tú.
Sólo Tú, Señor Jesús, cambias nuestro corazón y nuestra vida, transformas nuestra historia, das
sentido a nuestros proyectos. Para construir tu Reino, hace falta pararnos y quedarnos cerca de Ti,
estar contigo, dejarnos transformar por Ti, dejarnos amar por Ti. Quién te ha encontrado no puede
continuar a ser lo mismo, a hacer lo mismo.
Tú penetras el corazón y conoces sus fibras más secretas. Concédenos, Señor, ponernos en
continua escucha de Ti, para conocer tu voz, saber tu voluntad y seguir tus pasos. Amén.
(Momentos de adoración en silencio)
DESDE LA PALABRA
Guía: El cálido testimonio de Juan el Bautista nos dice también el método para un verdadero
encuentro con Cristo Jesús.
Lector 1: Normalmente el llamado de Dios pasa a través del testimonio de un hermano. Para
encontrar a Cristo debemos necesariamente fiarnos de las indicaciones de alguien, debemos
ponernos en escucha, en la escuela de alguien que conozca los senderos de la interioridad y de la
fe mejor que nosotros.
Lector 2: “Juan Bautista, fijando la mirada en Jesús que pasaba, dijo: ¡He ahí el Cordero de Dios!
Y los dos discípulos, escuchando a Juan, siguieron a Jesús”.
Lector 1: Simón Pedro será llevado a la presencia de Jesús por medio de su hermano Andrés, así,
más tarde también Natanael irá a Jesús por medio del anuncio de Felipe. Samuel siente el llamado
de Dios y corre hacia Elí, cuando siente que alguien le llama:
Lector 1: También nuestra fe, si lo piensas bien, nos llega del ejemplo de nuestros padres, o de
un sacerdote amigo, o de un encuentro con un cristiano significativo que nos ha llamado la
atención. Sin embargo, este testimonio es solo el inicio, para llegar a Jesús. Es la experiencia
personal y directa con Jesús que cambia y salva. Son los encuentros con Jesús en la oración, en la
meditación de la Palabra, en los sacramentos, en la Eucaristía, que nos cambian, nos llenan y nos
construyen la vida.
Lector 2: Andrés dijo a su hermano Simón: “Hemos encontrado al Mesías”, y lo llevó a Jesús.
Ese día se quedaron con Jesús. Y Jesús dijo a Simón:- Tú eres Simón, hijo de Juan. De ahora en
adelante serás Cefas, es decir Pedro
Lector 1: Cuando nos encontramos con Jesús, y estamos con Él, llega el momento en que sentimos
que Jesús nos urge a un compromiso. Esto es un examen también para nosotros. Nos decimos
discípulos de Jesús, pero, ¿vivimos el Evangelio y actuamos como discípulos en lo cotidiano, en
la calle, en la casa, entre los amigos? El discípulo es el que se apasiona por Jesús y por su misión.
Todos: Tú, el Buen Pastor, me has buscado y me has encontrado. Me has atraído desde la infancia,
te has manifestado, me has convencido, me he fiado de ti, he empezado a seguirte. Me he alegrado
de poder caminar tras de tus pasos. Me has acompañado con la riqueza abundante de tu palabra.
Me has llamado a continuar tu misión en mi mundo, me has pedido ser tus pies, tus manos y tu
corazón para tantos hermanos que te necesitan.
Te agradezco por haberme escogido, por haberme llamado, por haberme acogido, guiado,
sostenido y amado. (Momentos de adoración en silencio)
Guía: Hagamos el intento de entrar en la escena del Evangelio y pongámonos en el lugar de esos
dos discípulos que siguen a Jesús tras el anuncio del Bautista. Jesús nos invita a su casa, nos
hospeda y se sienta en la cena con nosotros, pasando la tarde juntos a nosotros.
¿Qué nos dice en esa intimidad de su casa? ….
Y nosotros, ¿Qué le decimos? …
No podemos estar cerrados en nosotros mismos, cuando Él, Jesús, abre su intimidad y su amistad.
Es necesario abrirnos también nosotros, debemos ser capaces de abrir la puerta de nuestro corazón
para hacer entrar a Cristo Jesús y hacer que él se quede con nosotros.
Lector 2: “He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y me abre, yo entraré
en él, cenaré junto con él y él conmigo”.
Guía: Si tienes la valentía de abrir aquella puerta, verás que él entrará con esa dulce prepotencia
de la verdad, del amor, y seguramente serás tú quien le insistirás de no irse jamás de ti.
Lector 2: “Quédate con nosotros, porque está anocheciendo”. “Señor, ¿A dónde iremos? Tú solo
tienes palabras de vida eterna”.
Guía: Ahora nos toca a nosotros. ¿Qué nos pide el Señor? ¿Y cuál es nuestra respuesta? ¿Cómo
hacer para que nuestra permanencia con el Señor determine un cambio en nuestra vida? ¿Qué pide
Jesús a aquellos que él escogió para que estuvieran con él? ¿Qué me pide a mí?
Si dejamos que estas preguntas tomen respiro en nuestro corazón, probablemente encontraremos
los caminos que nos lleven a ser discípulos y misioneros de Jesús, de su Evangelio.
Todos: Señor, nos hemos gozado pensando en esta tarde maravillosa en la que llamaste a Juan, a
Andrés, a Pedro y a Felipe o a Natanael, en ese misterio de servirte de unos u otros para escoger
a tus primeros amigos y discípulos. Y hoy, lo sabemos, Tú te sirves de otros para llamarnos a
nosotros para estar cerca de Ti y mandarnos a continuar tu misión. Tú continúas buscando
pescadores de hombres por los caminos del mundo. ¿Me quieres también a mí? Señor, heme aquí,
deseo hacer de mi vida lo que Tú deseas. Heme aquí, estoy listo: ¡llámame! Tú eres el secreto de
la alegría y de la plenitud en la vida. Amén
CANTO: SEÑOR, TOMA MI VIDA NUEVA
Bendición con el Santísimo
3. Rosario Vocacional
Dios te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos
ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...
R. Santa María, Madre de Dios….
Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto,
en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que
los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies, llena eres de gracia...
R. Santa María, Madre de Dios….
"Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen
concebida sin la culpa Original".
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de
este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh Clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen.
LETANÍAS
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas. Antes bien, líbranos
de todos los peligros, Oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. R/. Amén.