Recurso de Apelación de Habeas Corpus-1

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Expediente N O

Especialista: PROCURADOR
PÚBLICO DEL PODER JUDICIAL Y
DEMAS RESPONSABLES
Escrito N 11
RECURSO DE APELACION
AL JUZGADO PENAL DE TURNO DE LIMA:
FABRIZIO SEBASTIAN LAGOS ROMERO, abogado defensor de
CARLOS ANDREE HUAMANZANA CUESTAS quien se encuentra
interno en el Establecimiento Penitenciario DE PIEDRAS GORDAS
ANCON I PABELLON 5 dentro de una condena que se le imputa a
CARLOS ANDRE HUAMANZANA CUESTAS, por el delito de
omisión de asistencia familiar; atentamente y como mejor
proceda en Derecho, DIGO:

PETITORIO
QUE, al amparo del artículo 1390 _6 de la Constitución Política
del Perú y del articulo 35 c del Código Procesal Constitucional, vengo en
interponer, como efectivamente interpongo, formal RECURSO DE APELACION,
contra la Resolución S/N de 19 de setiembre de 2023, que decidió declarar
improcedente de plano la demanda interpuesta en favor de don Carlos Andree
Huamanzana Cuestas, a fin de que sea concedido y elevados los actuados al
órgano jurisdiccional superior, el cual, luego de compulsar los agravios que
causa a los derechos fundamentales en juego, la revoque totalmente y,
reformándola, ORDENE admitir a trámite la demanda; por los fundamentos
que expongo:

FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE APELACIÓN


2.1. Los hechos
2.1.1. La pretensión procesal constitucional
postulada en la demanda
El 19 de setiembre de 2023, interpuse una demanda de hábeas
corpus, invocando la parte final del artículo 25 de Código Procesal
Constitucional, cuya pretensión procesal era que se ordene la inmediata
excarcelación.

2.1.2. La causa de pedir


La pretensión procesal se fundó, principalmente, en tres causas
especificas de pedir, a saber:
La nulidad de sentencia de vista N° 10

La inmediata libertad del imputado

El debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva.

2.1.3. El auto de improcedencia de plano


El a quo, a fin de declarar la improcedencia de plano de la
demanda, señaló lo siguiente
CUARTO:
En consecuencia, existe un deber de proteger sus derechos fundamentales y
no afectar a la libertad del debido proceso. Por esta razón, el Instituto
Nacional Penitenciario, como órgano competente encargado de la dirección
y administración del sistema penitenciario es el responsable de todo acto u
omisión hacia las personas recluidas y, por tanto, tiene el deber de
garantizar el debido procedimiento y la tutela jurisdiccional efectiva y la
libertad [
QUINTO: En el presente caso se puede advertir que, de acuerdo a lo
señalado por el accionante, interpone la presente demanda de habeas
corpus toda vez que la libertad e integridad física y psíquica del favorecido
se encontraría en grave riesgo por una injusta sentencia. Solicitando por ello
la inmediata excarcelación del mandato de pena privativa de libertad y la
revisión de los medios probatorios que se haya anexado algún documento
médico o suscrito por persona especializada del campo de salud que dé
cuenta que el favorecido es infértil [D]e acuerdo a lo expuesto por el
accionante relacionado a que se le otorgue la anulación de la sentencia de
vista N°10, y el dicho requerimiento debe ser dirigido a la autoridad
competente, esto es a la parte emplazada: la cual, conforme al Código de
Ejecución Penal, se encuentra facultada para dirimir controversias como la
presente coligiéndose en ese sentido que las desavenencias planteadas por
el actos, constituyen facultades propias de la autoridad administrativa en
donde el accionante tendría que cuestionar bajo el procedimiento
correspondiente todo lo alegado: lo que implica un trámite propio de la
jurisdicción de tutela y respecto a la solicitud de la liberación inmediata, se
debe señalar que dicho requerimiento son aspectos propios de la
jurisdicción ordinaria y no de la justicia constitucional, por lo que exceden el
ámbito de protección de los procesos constitucionales de la libertad, así el
hábeas corpus no puede ni debe ser utilizado como vía indirecta para
ventilar aspectos que son propios de la jurisdicción ordinaria,
correspondiendo a esta y no a la justicia constitucional .l
2.2. El Derecho
2.2.1. Errores del auto de improcedencia liminar
2.2.1.1. Error de hecho
El a que con el fin rechazar de plano la demanda incurre en
errores de hecho que señalamos a continuación:
En primer lugar, no efectuó la revisión de los documentos
adjuntos, dirección domiciliaria real (que contiene la demanda de hábeas
corpus). Sin embargo, en el Anexo 2-D, se adjuntó el Informe Médico del 10 de
agosto de 2023; por lo qué tal aseveración no se condice con la verdad.

En segundo lugar, se aprecia en el fundamento segundo de la


resolución recurrida que el a que señala que la defensa solicita el debido
proceso en favor de mi cliente y tiene por emplazado al INPE. Sin embargo, la
demanda de hábeas corpus se dirige contra procurador público del poder
judicial y los demás responsables y el objeto de la misma no es la variación de
la pena privativa de libertad conforme a Io previsto en el Nuevo Código
Procesal Penal, sino el empleo de dicha medida como instrumento para
prevenir la amenaza cierta, grave y inminente realización contra los derechos
a la vida y la libertad, por ser parte de que viola los derechos fundamentales
como indica nuestra carta magna.
Finalmente, se denuncia también la falta de análisis respecto de
la inefectividad del recurso ante la justicia ordinaria, debido a las medidas
administrativas adoptadas por la CSNJPE que vulnera y afecta mi patrocinado.

2.2.1.2. Errores de derecho


2.2.1.2.1. tipología de los errores en la interpretación de los
derechos fundamentales
El Tribunal Constitucional ha establecido las materias que
pueden ser objeto de control constitucional, en orden a las resoluciones
judiciales:
5. Al respecto, el Tribunal ha establecido que no es labor de la judicatura
constitucional subrogar al juez ordinario en la interpretación y aplicación de
los dispositivos Por el contrario, y siempre conforme a la jurisprudencia de
este órgano colegiado, solo cabe revisar las decisiones emitidas por la
judicatura ordinaria si se ha producido: (1) vicios de proceso y
procedimiento, es decir: supuestos de (1_1) afectación de derechos que
conforman la tutela procesal efectiva: y (1_2) defectos de trámite que
inciden en los derechos del debido proceso; (2) vicios de motivación o
razonamiento, que puede referirse a (2.1) deficiencias en la motivación
interna o a externa y a supuestos de (2_2) motivación inexistente, aparente,
insuficiente o fraudulenta, etc.; y (3) errores de interpretación ius
fundamental (o de motivación constitucionalmente deficitaria), los cuales
pueden ser (3.1) errores de exclusión de derecho fundamental: (3.2) errores
en la delimitación del derecho fundamental y (3.3) errores en la aplicación
del principio de proporcionalidad.

2.2.1.2.2. Los errores en la interpretación de los derechos


fundamentales en que incurre el auto de
improcedencia liminar

2.2.1.22.1. Error de exclusión del derecho a la protección


judicial
La disposición convencional
directamente estatuida
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH)
reconoce el derecho a la protección judicial en su artículo 25, cuyo enunciado
normativo es el siguiente.
Artículo 25. Protección Judicial
1 Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier
otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación
sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales. 2 Los Estados Partes se comprometen

1 Sentencia del Tribunal Constitucional (STC) Expediente N. O 00506-2016-PA/TC (Caso Alcira


Eusebia Farias de Thomas), Fundamento Jurídico (FJ) 5.
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del
Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda
decisión en que se haya estimado procedente el recurso

b. La norma convencional directamente estatuida


La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ejerciendo su
competencia consultiva, ha delimitado el contenido del derecho a la
protección judicial, en los siguientes términos.
22. La Convención proporciona otros elementos de juicio para precisar
las características fundamentales que deben tener las garantías
judiciales. El punto de partida del análisis debe ser la obligación que
está a cargo de todo Estado Parte en la Convención de " respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y (de) garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción "
( art 1 _1 ) De esa obligación general se deriva el derecho de toda
persona, prescrito en el articulo 251, " a un recurso sencillo y rápido
o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes: que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención

23. Como ya lo ha señalado la Corte, el artículo 25_1 de la Convención


es una disposición de carácter general que recoge la institución
procesal del amparo, como procedimiento sencillo y breve que tiene
por objeto la tutela de los derechos fundamentales (El habeas
corpus bajo suspensión de garantías, supra 16, párr. 32). Establece
este artículo, igualmente, en términos amplios, la obligación a cargo
de los Estados de ofrecer, a todas las personas sometidas a su
jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de
sus derechos fundamentales. Dispone, además: que la garantía allí
consagrada se aplica no sólo respecto de los derechos contenidos en
la Convención, sino también de aquéllos que estén reconocidos por
la Constitución o por la ley. De donde se concluye: a fortiori, que el
régimen de protección judicial dispuesto por el artículo 25 de la
Convención es aplicable a los derechos no susceptibles de
suspensión en estado de emergencia.

24. El artículo 25.1 incorpora el principio, reconocido en el derecho


internacional de los derechos humanos, de la efectividad de los
instrumentos o medios procesales destinados a garantizar tales
derechos. Como ya la Corte ha señalado, según la Convención los
Estados Partes se obligan a suministrar recursos judiciales efectivos
a las víctimas de violación de los derechos humanos ( art 25
recursos que deben ser sustanciados de conformidad con las reglas
del debido proceso legal ( art. 81 ), todo ello dentro de la obligación
general a cargo de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno
ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda
persona que se encuentre bajo su jurisdicción (Casos Velásquez
Rodríguez, Fairén Garbi y Solis Corrales y Godínez Cruz,
Excepciones Preliminares, Sentencias del 26 de junio de 1987,
párrs_ 90, 90 y 92, respectivamente).
Según este principio: la inexistencia de un recurso efectivo contra las
violaciones a los derechos reconocidos por la Convención constituye
una transgresión de la misma por el Estado Parte en el cual
semejante situación tenga lugar En ese sentido debe subrayarse que,
para que tal recurso exista, no basta con que esté previsto por la
Constitución o la ley o con que sea formalmente admisible, sino que
se requiere que sea realmente idóneo para establecer si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo
necesario para remediarla No pueden considerarse efectivos
aquellos recursos que, por las condiciones generales del país o
incluso por las circunstancias particulares de un caso dado, resulten
ello puede ocurrir, por ejemplo, cuando su inutilidad haya quedado
demostrada por la práctica, porque el Poder Judicial carezca de la
independencia necesaria para decidir con imparcialidad o porque
falten los medios para ejecutar sus decisiones; por cualquier otra
situación que configure un cuadro de denegación de justicia, como
sucede cuando se incurre en retardo injustificado en la decisión; o,
por cualquier causa, no se permita al presunto lesionado el acceso al
recurso judicial.

La Corte IDH, ejerciendo su competencia contenciosa, ha sido


consistente con su interpretación consultiva:
108 En lo que respecta al artículo 25 1 de la Convención, este Tribunal ha
indicado que el mismo establece, en términos amplios, la obligación a cargo
de los Estados de ofrecer, a todas las personas sometidas a su jurisdicción,
un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos
fundamentales

109 Además, la Corte ha establecido que para que el Estado


cumpla con lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención no basta
con que los recursos existan formalmente, sino que es preciso que
tengan efectividad en los términos del mismod8, es decir que den
resultados o respuestas a las violaciones de derechos reconocidos, ya
sea en la Convención, en la Constitución o en la ley, Lo anterior implica que
el recurso debe ser idóneo para combatir la violación y que sea efectiva su
aplicación por la autoridad competente70_ De igual manera un recurso
efectivo implica que el análisis por la autoridad competente de un recurso
judicial no puede reducirse a una mera formalidad, sino que debe examinar
las razones invocadas por el demandante y manifestarse expresamente
sobre ellas.

110 La Corte ha señalado que, en los términos del artículo 25 de la


Convención, es posible identificar dos obligaciones específicas del Estado. La
primera, consagrar normativamente y asegurar la debida aplicación de
recursos efectivos ante las autoridades competentes, que amparen a todas
las personas bajo su jurisdicción contra actos que violen sus derechos
fundamentales o que conlleven la determinación de los derechos y
obligaciones de éstas La segunda, garantizar los medios para ejecutar las
respectivas decisiones y sentencias definitivas emitidas por tales
autoridades competentes, de manera que se protejan efectivamente los
derechos declarados o El derecho establecido en el artículo 25
se encuentra íntimamente ligado con la obligación general del artículo 1 _1
de la Convención, al atribuir funciones de protección al derecho interno de
los Estados Partes. A la vista de lo anterior, el Estado tiene la responsabilidad
no sólo de diseñar y consagrar normativamente un recurso eficaz, sino
también la de asegurar la debida aplicación de dicho recurso por parte de
sus autoridades judiciales.

111 Asimismo, la Corte ha determinado que un Estado que ha celebrado


un tratado internacional debe introducir en su derecho interno las
modificaciones necesarias para asegurar la ejecución de las obligaciones
asumidas y que este principio recogido en el artículo 2 de la Convención
Americana establece la obligación general de los Estados Parte de adecuar
su derecho interno a las disposiciones de la misma, para garantizar los
derechos en ella contenidos, lo cual implica que las medidas de derecho
interno han de ser efectivas. De igual manera, este Tribunal ha entendido
que tal adecuación implica la adopción de medidas en dos vertientes: i) la
supresión de las normas y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen
violación a las garantías previstas en la Convención o que desconozcan los
derechos allí reconocidos u obstaculicen su ejercicio lo cual implica que la
norma o práctica violatoria de la Convención debe ser modificada, derogada,
o anulada, o reformada, según corresponda y ii) la expedición de normas y
el desarrollo de prácticas conducentes a la efectiva observancia de dichas
garantías.

112 Este Tribunal se referirá a algunos factores relevantes tratándose de


casos como el presente, en donde se somete a los órganos judiciales el
conocimiento de una decisión administrativa previa que se alega violatoria
de los derechos de una presunta víctima Para ello, la Corte toma en cuenta
el desarrollo jurisprudencial realizado por la Corte Europea de Derechos
Humanos sobre esta materia25t_ Al respecto, el Tribunal considera que
resulta importante analizar factores tales como: a) la competencia del
órgano judicial en cuestión; b) el tipo de materia sobre la cual se pronunció
el órgano administrativo: teniendo en cuenta si ésta involucra conocimientos
técnicos o especializados; c) el objeto de la controversia planteado ante el
órgano judicial, lo cual incluye los alegatos de hecho y de derecho de las
partes, y d) las garantías del debido proceso ante el órgano judicial Sobre
esto último, la Corte ha establecido, a través de su jurisprudencia reiterada,
que para que se preserve el derecho a un recurso efectivo, en los términos
del artículo 25 de la Convención, es indispensable que dicho recurso se
tramite conforme a las reglas del debido proceso, consagradas en el artículo
8 de la Convención.

203. Este Tribunal coincide con la Corte Europea, en términos generales,


en entender que existe una revisión judicial suficiente cuando el órgano
judicial examina todos los alegatos y argumentos sometidos a su
conocimiento sobre la decisión del órgano administrativo, sin declinar su
competencia al resolverlos o al determinar los hechos258_ Por el contrario,
esta Corte estima que no hay una revisión judicial si el órgano judicial está
impedido de determinar el objeto principal de la controversia, como por
ejemplo sucede en casos en que se considera limitado por las
determinaciones fácticas o jurídicas realizadas por el órgano administrativo
que hubieran sido decisivas en la resolución.

c. La vulneración del derecho a la protección


judicial

Frente a la pretensión procesal constitucional de habeas corpus


planteada por el suscrito con la finalidad de tutelar los derechos de mi
defendido Carlos Andree Huamanzana Cuestas a la libertad y al debido
proceso, así como de no ser objeto de tratos crueles, inhumanos y
degradantes, fundado en el hecho de que, siendo parte del grupo de alto
riesgo dentro de la población carcelaria expuesto a la vulneración de sus
derechos fundamentales el que ha proferido un auto de rechazo liminar de la
demanda amparándose en dos argumentos:

a. Que corresponde a la autoridad administrativa


penitenciaria (Instituto Nacional Penitenciario), en primer
orden, y al Juez de Ejecución Penal, en segundo lugar,
tutela jurisdiccional efectiva, indicando que dicha vía es
previa al habeas corpus; Y

b. Que la libertad inmediata como debe ser evaluada y


tramitada ante la jurisdicción ordinaria, conforme lo
dispone el Código Procesal Penal
El conjunto argumental expuesto por el a quo configura, en
puridad, un error patente frente a los hechos y un error de exclusión del
derecho a la protección judicial, reconocido en el artículo 25 CADH, en la
posición de derecho fundamental a la efectividad del recurso judicial, como se
expone líneas abajo

En primer lugar, corresponde señalar que el proceso de habeas


corpus no posee las condiciones de procedibilidad establecidas para el
amparo, es decir, la falta de agotamiento de la vía administrativa como una
causal de improcedencia de la demanda de habeas corpus.
En segundo lugar, cabe destacar que el acceso a la jurisdicción
ordinaria debe ser analizado desde el caso concreto, lo que supone
necesariamente tener presente que mi defendido cumple una pena privativa
de libertad y confirmado por órganos jurisdiccionales de la Corte Superior
Nacional de Justicia Penal Especializada (CSNJPE); por lo que el a que, con el
simple y sencillo propósito de desembarazarse de un caso difícil, no podía
soslayar lo dispuesto en la Resolución Administrativa N. 0 0017 2023-P-
CSNJPE-PJ de 19 de setiembre de 2023:
Toda vez que dicha decisión administrativa remite a la
Resolución Administrativa N. 0 0017-2023-P-CSNJPE de 19 de setiembre de
2023, con la finalidad de definir las materias entendidas como casos urgentes
e inaplazables, el a que debió acudir a ella para determinar si la vía judicial
ordinaria se encuentra expedita para que sea recorrida en el caso concreto.
Si el a quo hubiese cumplido debidamente con su función de
juez promotor, en tanto juez de los derechos fundamentales, habría advertido
que, en la definición de casos urgentes e inaplazables, establecida por las
resoluciones administrativas citadas y transcritas, no se incluyen los pedidos
de la inmediata libertad de la pena privativa y cualquier otra forma de
comparecencia con restricciones, sino únicamente solicitudes del Ministerio
Público.

Así, el a que, por medio de una argumentación formularia,


exclusivamente estructurada para desembarazarse de un caso difícil e
incumplir su tarea como juez de la Constitución -que incluye la de tutelar los
derechos fundamentales- se conformó con analizar la simple existencia
normativa de vías judiciales paralelas, sin extender su razonamiento a si éstas
eran efectivamente viables en el caso concreto, a los fines de determinar si los
recursos judiciales anotados eran verdaderamente efectivos para establecer si
ha habido o no una amenaza cierta, grave y de inminente realización a los
derechos humanos del favorecido y dictar las medidas necesarias para impedir
que ella se concrete.
El a que, ni siquiera ha contemplado la intrínseca relación que
existe entre los derechos a la vida y la salud de los reclusos con el derecho a
no ser objeto de tratos inhumanos, crueles y degradantes, que el Tribunal
Constitucional, siguiendo la doctrina de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) ha detectado:
Todas esas serias deficiencias, que están presentes en la
resolución impugnada, ameritan que el órgano jurisdiccional superior, en
cumplimiento de las obligaciones internacionales del Perú en materia de
derechos humanos y efectuando la interpretación sobre tales derechos
reconocidos en la Constitución conforme a lo establecido en la Cuarta
Disposición Final de nuestra Ley Fundamental, la revoque totalmente y,
reformándola, ordene admitir a trámite la demanda y sustanciar el
correspondiente procedimiento de hábeas corpus.

POR TANTO:
Al Juzgado Penal de Turno solicito admitir por presentado este
escrito y por interpuesto el recurso de apelación que contiene y concederlo
como corresponde, elevando los actuados a la Sala Superior competente para
que se avoque a la causa y, luego de compulsar la existencia de los agravios
denunciados, revoque totalmente la resolución impugnada y, reformándola,
declare fundada la demanda.

Lima, 20 de setiembre de 2023

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