Ensayo Transgenicos

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El cultivo de las plantas supone, por principio, la modificación del genoma existente

de las plantas por medio de diversas técnicas. Los genes han sido modificados por
la naturaleza, por los cultivadores y, en años recientes, por la tecnología
transgénica. Sin dudas el uso de transgénicos genera gran controversia en nuestra
sociedad, ya sea en materia política, económica o social. A continuación veremos
argumentos a favor y en contra del uso de transgénicos.

ARGUMENTOS EN CONTRA:

1.- Impacto en la biodiversidad: disminución de especies y variedades autóctonas.


Por ejemplo, el fomento de monocultivos transgénicos conduce a una pérdida de la
diversidad genética (anteriormente, la práctica habitual en agricultura era cruzar
variedades para producir híbridos), se desplazan especies nativas por desuso en
agricultura y, en ocasiones, se deforesta para cultivar transgénicos. Latinoamérica
es la mayor región en biodiversidad del planeta, por lo que se necesita mayor
resguardo en su protección. La mayoría de los países latinoamericanos se
encuentran en desventaja para limitar el desarrollo de las semillas transgénicas y su
introducción en el mercado, lo que puede ocasionar el reemplazo de las semillas
autóctonas. El perjuicio que provoca la dispersión de un transgénico en el país
originario de las especies es mayor, porque puede competir e invadir y hasta llegar a
extinguir variedades autóctonas emparentadas, imposibilitando su uso posterior. Por
ejemplo, no es aconsejable permitir maíz transgénico en su región de origen
meso-centroamericana, donde se encuentra el teosinte, precursor silvestre de la
planta, y multitud de variedades desarrolladas a lo largo de siglos por poblaciones
indígenas. La tendencia es a cultivar pocas especies, que son las que invaden el
mercado; así, nueve especies constituyen el 75% de los alimentos agrícolas en el
mundo, y tres especies el 56% de la energía de la dieta mundial.

2.- Bioseguridad: terroristas podrían aprovechar publicaciones de secuencias


patógenas y liberar organismos altamente patógenos introducidos en organismos de
consumo, habiendo desarrollado previamente una vacuna. Existen publicaciones
con sospecha de doble intención: una buena, que es avanzar conocimiento, y otra
negativa, de aprovechamiento terrorista o para enriquecimiento. Un ejemplo de ello
es la recreación de la gripe española de 1918 en 2005 por científicos de Estados
Unidos, que identificaron secuencias del genoma del virus para reconstruirlo. Esto
tenía el beneficio de poder probar la función de ciertos genes en la transmisión y
virulencia del virus, pero tenía como consecuencia el riesgo de que la cepa recreada
pudiera escapar al ambiente o que la publicación de la secuencia completa del
genoma diera la oportunidad a un grupo bioterrorista para crear su propia versión
del virus. Otro ejemplo fue la prueba sobre la viruela en ratones experimentales. Se
modificó el virus que la causa para intentar que los ratones fueran infértiles. Al no
tener éxito, insertaron en el virus el gene IL-4, una citoquina que ayuda a regular las
reacciones del sistema inmune. Como resultado, crearon un virus recombinante
capaz de matar a los ratones, incluso el 60% de los que habían recibido vacuna.
Eventualmente se descubrió que el gen insertado había clausurado el sistema
inmune del ratón. De forma inevitable, los investigadores se preguntaron por la
posibilidad de realizar experimentos similares para crear una cepa modificada
mortífera de virus, que pudiera sobrepasar la vacuna actual para humanos e
introducirse en organismos de consumo.

3.- Al ser imposible insertar con exactitud un nuevo gen, la transferencia de genes
puede alterar la fina red del ADN de un organismo. La comprensión actual de la
manera en que se controlan los genes es sumamente limitada y cualquier cambio en
el ADN de un organismo puede tener efectos inesperados e imposibles de predecir
o controlar. Los genes injertados pueden introducirse en una zona de ADN
inestable, produciendo cambios incontrolados en el genoma.

4.- En términos de efectos negativos sobre la salud, el mayor potencial de


consecuencias adversas es la toxicidad, incluido carcinogenicidad. Se prueba la
toxicidad alimentando animales en dosis mayores que las que se esperan en el nivel
de exposición humana y se determinan efectos adversos. Una vez que se determina
la no toxicidad, se designa como “equivalente sustancial” al alimento no modificado
para su comercio. Sin embargo, se han reportado casos de transgénicos con
sustancias tóxicas para algunas personas posterior a la puesta en el mercado. Por
ejemplo, expertos del Departamento de Ingeniería Genética de la Universidad de
Cern, en Francia, han mostrado que ratas de laboratorio alimentadas con maíz
modificado genéticamente, producido por Monsanto y aprobado para consumo,
produce toxicidad en el riñón y el hígado. Otro ejemplo es el triptófano transgénico
de Showa Denko, que causó muertes por el Síndrome de Eosinofilia Mialgia.

5.- También afecta la salud el desarrollo de alergias, asociadas a reacciones


adversas del sistema inmunitario frente a algún componente o proteína de los
alimentos. La alergia se puede deber al material genético transferido que produce
una proteína con propiedades alergénicas, a la formación inesperada de un
alérgeno o a la falta de información sobre la proteína que codifica el gen insertado
(por ejemplo, alergias producidas por el producto de genes de nuez de Brasil, genes
de pez en fresas, gen de lectina en papas).

Un tema muy discutido es el efecto que provoca el consumo de transgénicos en las


relaciones socioeconómicas. Las decisiones no deben ser tomadas solamente por
expertos, sino que se debe consultar también a la opinión pública, debidamente
motivada. Los transgénicos se diseñaron desde un modelo de producción industrial
que tiende a la monopolización del mercado agrícola y ganadero, lo que contribuirá
a que se sigan manteniendo, si no aumentando, las diferencias sociales. Pese a la
intervención de alimentos transgénicos, los precios de los alimentos básicos
continúan aumentando en vez de disminuir.
En muchos países de Latinoamérica no existe regulación de etiquetado para
alimentos que contienen elementos transgénicos, violando el principio de autonomía
del consumidor. El etiquetado debería ser regulado, más aún teniendo en cuenta
que existen personas que presentan reacciones adversas a proteínas específicas
presentes en alimentos. Por ejemplo, se han creado papas transgénicas que
expresan un gen de lectina (proteína de habas y frijoles) como defensa contra
áfidos, pero existen personas con una enfermedad metabólica que genera reacción
adversa a la lectina (fabismo), que podrían ingerir, sin saberlo, papas transgénicas
que expresan lectina y tener la reacción adversa sin advertirlo.

Por el hecho de tener el ser vivo un valor intrínseco, se cuestiona que entes
privados puedan adueñarse de la cualidad de reproducirse de los seres vivos, por
medio de los derechos de propiedad intelectual sobre formas que dan vida, ya sean
patentes o derechos de obtentor. No se ve ético apropiarse de un atributo de la
naturaleza, por más que se le haya modificado.

La filosofía que fundamenta la producción de transgénicos se basa


fundamentalmente en intereses económicos más que en producir beneficios
sociales, en circunstancias de que el principal objetivo debiera ser disminuir la
utilización de insumos químicos, aumentar la productividad, disminuir costos y
preservar el medio ambiente. Se ha logrado reducir costos relacionados con el
manejo del terreno, uso de fertilizantes y de plaguicidas, pero aumenta el precio de
las semillas. Por otra parte, la distribución de alimentos para disminuir el hambre en
ciertas regiones de la tierra sigue siendo un problema. Se habla de paliar el hambre
en regiones donde existe desnutrición, sembrando transgénicos adaptados a
condiciones ambientales desfavorables (sequía, acidez, salinidad, heladas), pero la
disponibilidad de alimentos transgénicos no disminuye el hambre si los agricultores
no pueden producirlos ellos mismos o la población local no puede comprarlos. Los
agricultores se vuelven intermediarios dependientes de las empresas que dominan
el mercado, no se transfiere tecnología ni se fomentan fuentes de trabajo ni
crecimiento económico.

ARGUMENTOS A FAVOR:

1.- Reducción de costos de producción e incremento de rendimiento: los


beneficios del uso de algodón resistente a insectos son: mejoramiento del control de
insectos plaga, mejoramiento del rendimiento y rentabilidad, reducción de costos,
reducción de riesgo en producción agropecuaria, mejoramiento económico para
agricultores (Edge, et al., 2001). La aplicación de tecnología GM en agricultura
reportó beneficios económicos netos por valor de 9,4 mil millones dólares en 2008 y
de 52 mil millones de dólares para el periodo analizado de 1996 a 2008. El aumento
de ingresos agrícolas en 2008 fue equivalente a añadir 3,65% al valor total de la
producción mundial de los cuatro cultivos principales transgénicos de soya, maíz,
canola y algodón (Brookes y Barfoot, 2010). El 50,5% (26,25 mil millones de
dólares) del total de estos beneficios corresponde a ganancias por rendimiento,
mientras el saldo resultante (49, 5% o 25,75 mil millones de dólares) de reducciones
en el costo de producción. 66% del aumento en el rendimiento de los cultivos se
deriva de cultivos resistentes a insectos y 34% de cultivos tolerantes a herbicidas
(Brookes y Barfoot, 2010).

2.- Reducción de químicos tóxicos en el ambiente: la reducción en el uso de


químicos para el control de insectos plaga es el más evidente beneficio citado. Con
la aplicación de cultivos GM se ha reducido el uso de plaguicidas (1996-2008) en
352 millones de kg (-8,4%) de ingrediente activo. Esto significó una disminución de
16,3% en el impacto ambiental asociado al uso de herbicidas e insecticidas
(Brookes y Barfoot, 2010). Los cultivos GM tolerantes a herbicidas han facilitado la
adopción de sistemas de labranza mínima en muchas regiones, especialmente
Brasil y Argentina. Lo cual ha contribuido a mejorar la calidad de los suelos, por
reducción de la erosión y aumento en los niveles de humedad. Adicionalmente, la
labranza mínima implica menor uso de maquinaria y por lo tanto de combustibles.
En 2008, el ahorro de combustible fue equivalente a eliminar 15,6 mil millones kg de
dióxido de carbono de la atmósfera o igual a retirar 6,9 millones de carros de las
carreteras por un año (Brookes y Barfoot, 2010). Entre 1996 y 2008, los caracteres
GM transferidos a los cultivos, han agregado a la producción mundial, 74 millones
de toneladas de soya y 79,7 millones de toneladas de maíz. La tecnología también
ha contribuido en una producción extra de 8,6 millones de toneladas de fibra de
algodón y 4,8 millones de toneladas de canola (Brookes y Barfoot, 2010). El costo
que los agricultores pagaron para tener acceso a la tecnología de modificación
genética en 2008 fue igual a 27% de las ganancias totales obtenidas. Para los
agricultores de los países en desarrollo el costo total de acceso a la tecnología fue
equivalente a 15% de las ganancias totales, mientras que para los agricultores en
los países desarrollados el costo fue 36% de las ganancias totales obtenidas de la
tecnología (Brookes y Barfoot, 2010). Estas diferencias probablemente reflejan los
efectos de agriculturas altamente formalizadas que tienen que cumplir con
reglamentaciones estrictas en países desarrollados, lo que puede incrementar
costos totales de acceso a tecnología transgénica para esos agricultores. Por otro
lado, puede ser el resultado de pago de regalías sobre patentes utilizadas para el
desarrollo de tecnología GM específica, sumado al mayor costo de mercado de la
semilla GM en países desarrollados.
El análisis de costos y beneficios de la adopción de alimentos GM, puede ser
rápidamente estimado para agricultores y fabricantes que se pueden beneficiar de
los productos GM en el corto plazo. Sin embargo, es de mayor interés, tener en
cuenta el largo plazo y a la sociedad como un todo. Ello incluye aspectos tales como
sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola, y el costo de mitigar efectos
potenciales sobre salud y ambiente. Toda propuesta de desarrollo de productos GM
debe considerar además de lo expuesto, la preservación de biodiversidad y respeto
a la naturaleza, en el marco de consideraciones éticas objetivas y de equidad social,
respetando las condiciones locales, y las necesidades y los deseos de las
comunidades (WHO, 2004).

3.- Remediación y monitoreo ambiental: las plantas GM fueron propuestas como


una herramienta para manejar y detectar polución ambiental (Monciardini, et al.,
1998). Muchas plantas son capaces de extraer metales pesados o degradar
compuestos orgánicos (Rugh, 2004). Algunas especies que expresan altas
habilidades para fitorremediación fueron caracterizadas a nivel fisiológico,
bioquímico y molecular, para identificar procesos específicos que puedan ser
mejorados vía manipulación genética. Se han reportado varios ejemplos de uso de
plantas GM en fitorremediación. Rugh et al., 2000, informan de una planta
transgénica de Arabidopsis thaliana que expresa los genes MerB y MerA derivados
de bacteria. El primero codifica la tienen enzima (reductasa organomercúrica) que
convierte metilmercurio a Hg2 y el segundo, la enzima (reductasa mercúrica) que
convierte Hg2 a Hg. La expresión de ambos genes resulta en la conversión
completa de metilmercurio a mercurio metálico, y produce una tolerancia 50 veces
mayor a MeHg que plantas no transgénicas. Esta aplicación puede ser importante
en suelo contaminado con mercurio, resultado, por ejemplo de la minería de oro.
Bennet et al., 2003, reportan sobreexpresión de las enzimas glutamincisteina
sintetasa (ECS) y glutationa sintetasa (GS) en plantas transgénicas de Brassica
juncea. Estas plantas se sembraron sobre suelos contaminados con metales
pesados, provenientes de explotación minera. Las plantas ECS y GS acumularon
1,5 veces más cadmio y 2,0 veces más zinc que plantas control no transgénicas de
la misma especie. French et al.1999, desarrollaron plantas de tabaco capaces de
denitrificar GTN, uno de los contaminantes orgánicos más frecuentes, mediante la
expresión del gen onr que codifica la enzima PETN reductasa, gen derivado de la
bacteria Enterobacter cloacae PB2.

4.-Productos farmacéuticos basados en plantas: investigación con plantas GM


ofrece la posibilidad de producción a gran escala de proteínas terapéuticas,
altamente eficaces, seguras y puras (Fisher et al. 2003). Las proteínas
recombinantes que actualmente son producidas en sistemas vegetales para
aplicación clínica a gran escala pueden clasificarse en tres grandes áreas:
terapéutica parental e intermedios farmacéuticos, anticuerpos monoclonales y
vacunas bebibles. La terapéutica parental e intermedios farmacéuticos, incluye
todas las proteínas utilizadas directamente como fármacos y compuestos
necesarios para la elaboración de estos. Se encuentran en el mercado tres
productos generados en plantas transgénicas de maíz: avidina, β-glucuronidasa y
tripsina bovina, esta última comercializada a gran escala. Se espera que en los
próximos cinco años se comercialicen otros productos ya desarrollados como:
aprotinina, colágeno, lipasa, lactoferrina, lisozima y brazeina (Horn, et al., 2004). Los
anticuerpos y sus derivados constituyen más de 20% de los productos
biofarmacéuticos que se están desarrollando (Schillberg, et al., 2003). El objetivo de
las vacunas bebibles es usar plantas GM para producir órganos vegetales (hojas,
frutos), extractos crudos (polvo de proteína seca) o proteínas purificadas que en
administración oral o parenteral liberen una o más proteínas de manera que
disparen la respuesta inmune. Streatfield y Howard, 2003, reportan el desarrollo de
distintas vacunas utilizando varios sistemas de producción (hojas, tubérculos,
semillas, callos, cloroplastos, expresión transitoria mediada por virus) para control
potencial de cerca de diecisiete enfermedades humanas que incluyen entre otras:
diarrea, cólera, hepatitis B y C, cáncer y SIDA. Se está investigando en el desarrollo
de autoantígenos con el objetivo de incluirlos como parte de terapias de tolerancia
oral en el control de enfermedades como artritis, esclerosis múltiple, miastenia y
diabetes tipo I, en las cuales el sistema inmune reconoce proteínas propias como
extrañas (Sala et al., 2003). Los métodos modernos de biotecnología son capaces
de acelerar el desarrollo de productos alimenticios mejorados con una especificidad
mayor que con las técnicas convencionales. Por ello, la evaluación de riesgo y los
procedimientos para la adopción o rechazo de alimentos GM deben ser cada vez
más innovadores (WHO, 2004).

Recientemente se han publicado estudios que hacen el seguimiento por periodos de


12 años, a efectos ambientales y económicos de la aplicación de tecnología GM en
agricultura. Tales estudios muestran efectos ambientales positivos que pueden
resumirse en disminución del impacto ambiental, en 16,3%, aplicación de herbicidas
e insecticidas, resultado de dejar de aplicar 352 millones de ingredientes activos
entre 1996 y 2008. Desde el punto de vista económico, las ganancias totales para
los agricultores llegaron a 52 mil millones de dólares en el mismo periodo, resultado
de la disminución en costos de producción e incremento en producción.

CONCLUSIÓN:

El análisis sobre riesgos y beneficios de la adopción de tecnología GM en


agricultura, debe ser realizado sobre conocimiento científico validado, precisamente
para evitar ruido excesivo provocado por posiciones fundamentalistas de diverso
cuño.

Si la tecnología de alimentos transgénicos se introduce, debe hacerlo considerando


la participación de agricultores, ganaderos y consumidores, y no guiarse
simplemente por intereses políticos y comerciales de empresas trasnacionales. Hay
temas de sostenibilidad a largo plazo y riesgos ecológicos que deben contemplarse,
teniendo en cuenta los principios de precaución y responsabilidad hacia
generaciones futuras, en primer lugar.

Es necesario que exista monitoreo y evaluación de riesgos ambientales y sociales


de los productos de la biotecnología. Ciertas áreas deberían protegerse para tener
solo cultivos orgánicos, y la ley de bioseguridad aplicada a transgénicos debe tener
en cuenta todos los elementos para disminuir riesgos. No etiquetar que un alimento
contiene un porcentaje transgénico viola el derecho de los consumidores a saber.
El modo de reflexión bioética podría mediar entre los distintos intereses —a favor y
en contra— que los alimentos transgénicos generan en el ámbito político, científico,
el comercio, las religiones, los grupos de presión y el ciudadano corriente, usando la
filosofía, el sentido común y los datos científicos.

BIBLIOGRAFÍA:

Yunta, E. R. (2013). Temas éticos en investigación internacional con alimentos

transgénicos. Acta Bioethica, 19(2), 209-218.

https://doi.org/10.4067/s1726-569x2013000200005

Alejandro, C. G. (s. f.). CULTIVOS TRANSGÉNICOS:: ENTRE LOS RIESGOS

BIOLÓGICOS Y LOS BENEFICIOS AMBIENTALES Y ECONÓMICOS.

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-548X20110

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