1.4. Antropología Filosófica y Ética-1
1.4. Antropología Filosófica y Ética-1
1.4. Antropología Filosófica y Ética-1
Desde el punto de vista semántico valen las apreciaciones precedentes para afirmar
que es necesario agregar la determinación “filosófica” para distinguir este saber de
otros saberes (“Antropologías”) que estudian al hombre, pero bajo un objeto
científico particular positivo (como la “Antropología Cultural”) e incluso teológico
(“Antropología Teológica”).
Por eso, la Antropología Filosófica no pretende elaborar una nueva imagen —otra
más— del hombre; sino que constituye un intento de comprender al ser humano
pensándose a sí mismo y pensando el tejido de la vida que lo constituye. Pero este
hombre no nos es dado solamente como un dato empírico, sino como una totalidad
abierta, en un movimiento de autotrascendencia, como una frontera siempre móvil
abierta a la infinitud. El objeto de la Antropología Filosófica no se presenta como
una “cosa experimentable” sino, sobre todo, como el horizonte de una pregunta que
nos atañe y compromete íntimamente.
Los tres grandes filósofos humanistas de la Grecia antigua, son considerados los
primeros antropólogos de la antigüedad, por lo menos, desde el punto puramente
filosófico, pues, centraron su atención en el hombre y sentaron las bases para una
reflexión posterior sobre el enigma humano.