UNIDAD I - Psicología Del Desarrollo
UNIDAD I - Psicología Del Desarrollo
UNIDAD I - Psicología Del Desarrollo
UNIDAD I
Docentes:
Lic. Marta Abate Daga - Prof. Titular
Lic. Ma. Eugenia Basco - Prof. Adjunta
Lic. Silvia Pareja - Prof. Adjunta
La psicología como disciplina independiente es muy joven. Sin embargo el interés del
hombre por cómo el hombre se relaciona y conoce el mundo y a sí mismo antecede en
mucho a la psicología. La filosofía, la metafísica y las religiones de todas las épocas y
culturas desarrollaron riquísimos argumentos alrededor de semejante problema. Unos
hablaron de la razón, otros de alma o de espíritu para referirse a ese aspecto humano,
que trasciende la biología y lo instintivo y que se define como lo psicológico, lo psíquico,
lo subjetivo.
Podemos rastrear los comienzos de la Psicología hacia finales del siglo XIX e inicios del
siglo XX. En tres grandes polos científicos como son Estados Unidos, Europa y Rusia
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empezaron a sistematizarse las investigaciones y las producciones teóricas que fueron
consolidando la disciplina psicológica. Generalmente fueron investigadores que
proviniendo de otras ciencias (muy frecuentemente la biología o la filosofía) iniciaron
líneas de investigación que generaron conocimiento que en algunos casos llegó a
constituir teorías de gran complejidad y de importante relevancia en el campo de las
ciencias humanas y sociales, lo que permitió la formación de gran cantidad de nuevos
investigadores (ahora ya psicólogos) que completaron, revisaron y en definitiva
enriquecieron la teoría. Tal es el caso de la Psicología Genética de Piaget y el Psicoanálisis
de Freud. Muchos otros nos brindaron y brindan aportes de menor envergadura que tal
vez no nos permita llamarlos una teoría sin que por eso dejen de ser valiosos y originales
aportes a la Psicología.
Todos y cada uno de los estudiosos que han hecho y hacen día a día la disciplina
psicológica, son seres que están inmersos en una realidad social, económica y política
que le es particular a la época histórica de sus países y continentes, en donde imperan
tradiciones y modalidades científicas, que sin ninguna duda inciden en su quehacer
científico.
¿Y qué es lo psicológico?
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En lo cotidiano de la vida de cualquier persona esto compone un todo
absolutamente indivisible que además tiene la característica de la originalidad, lo que
hace a cada individuo único e irrepetible. Sin embargo a los fines de investigación o
didácticos como es en este caso, es casi imposible no tener que desarticular ese todo
tan complejo. Tarea que realizaremos a lo largo del desarrollo de la asignatura.
A partir de la misma se puede acceder, por inferencia, a los complejos procesos internos
que subyacen a la conductas, tales como, percepciones, emociones, pensamientos,
recuerdos, formas de resolver problemas y de emitir juicios críticos.
Por lo tanto podemos definir la Psicología como la disciplina científica que tiene por
objeto de estudio el comportamiento humano y los procesos mentales que le subyacen.
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A continuación expondremos una síntesis de los diferentes enfoques actualmente
vigentes en Psicología del Desarrollo.
Este enfoque debe su nombre al hecho de que el universo y, por lo tanto, el ser humano
inmerso en él, son pensados y representados con un funcionamiento similar al de una
máquina. La imagen o metáfora que lo sustenta es la MÁQUINA. Es decir que está
compuesto por diferentes partes que se articulan y operan en el espacio y el tiempo y
que están sometidas a ciertas causas que producen ciertas efectos o consecuencias. Si
se conocen o manipulan las causas se podrán predecir las consecuencias. Incluso se
propone que causas y consecuencias se pueden medir y cuantificar. Es un modelo
fuertemente determinista porque sostiene que resulta posible predecir con certeza
reacciones o conductas del sujeto en virtud de conductas o estados del pasado.
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Entonces en este enfoque el concepto de DESARROLLO se utiliza para referirse a los
cambios de conducta de las personas que resultan de los sucesivos y reiterados
aprendizajes.
Quienes se sitúan en este modelo sostienen que el desarrollo psicológico al igual que el
orgánico ocurre en una única dirección en la que los niveles de mayor evolución
proceden siempre de otros de nivel inferior, que quedan integrados en los siguientes. El
desarrollo viene determinado genéticamente desde el propio sujeto y avanza de modo
progresivo por lo que pueden distinguirse niveles o etapas bien diferenciadas que
posibilitan que las personas interaccionen con el entorno y consigo mismo de modo cada
vez más complejo e integrado. La influencia del medio ambiente es una condición
necesaria para el desarrollo psicológico, pero no es determinante. En general los
investigadores situados en este enfoque no dedican demasiado esfuerzo a estudiar la
influencia que el contexto geográfico, cultural y de época tiene en el desarrollo de las
personas.
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Entonces, el concepto de desarrollo hace referencia a cambios intrínsecos o internos,
espontáneos, de tipo estructural y cualitativo. Cada etapa o momento evolutivo
presenta una organización cualitativamente diferente de la anterior aunque solo
puede producirse a partir de ella. Los cambios fuertemente determinados por la
maduración biológica y psicológica son siempre unidireccionales y orientados hacia
modos más avanzados de participar e intercambiar con el medio en el que se desarrolla.
Pensemos en la enorme diferencia de los intercambios de un niñx con sus juguetes o
con otras personas cuando tiene seis meses, luego un año, luego, dos, y así
sucesivamente.
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Para este enfoque las personas, mediante su trabajo y actividades transforman
constantemente el medio ambiente y crean nuevas condiciones para el desarrollo. Así
el desarrollo individual se ve afectado por factores orgánicos, familiares, las
expectativas, la educación recibida, la abundancia o escasez de medios económicos, la
ideología religiosa y/o política, las crisis económico/políticas, etc.
Cuando por lo menos dos de éstas instancias se desajustan, tiene lugar una CRISIS que
conduce a nuevos niveles del desarrollo, que cuando alcanza cierta magnitud produce a
un nuevo momento o período del desarrollo. El concepto de crisis, refiere a nuevas
formas de reorganización que generan cambios, implican un avance de las
habilidades, que habiendo sido útiles en un momento dado, son superados por otras
más adecuadas a las nuevas demandas que sufre el individuo.
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A los fines de la explicación de la complejidad del desarrollo desde este enfoque, se
postulan tres conjuntos de factores antecedentes que influyen en el desarrollo
individual e interaccionan en la producción de los procesos de cambio. Ellos son:
Aprendizaje
Desarrollo Maduración
Así es que L.S.Vigostky considera que el desarrollo es “un proceso dialéctico complejo
caracterizado por la periodicidad, la irregularidad en el desarrollo de las distintas
funciones, la metamorfosis o transformación cualitativa de una forma en otra, la
interrelación de factores internos y externos, y en los procesos adaptativos”. Este autor
pone un fuerte énfasis en que el factor determinante del desarrollo psíquico del hombre
lo constituye la asimilación de la herencia social. Tanto él como sus seguidores, Luria,
Leontiev, sostienen que no nace con facultades predeterminadas de comportamiento,
todo lo asimila a través de la educación en su forma activa, es decir el aprendizaje.
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A diferencia del modelo organicista el cambio no se da solamente en el desarrollo
infantil, sino que se produce a lo largo de toda la vida; por ello se la llama orientación
life span o del ciclo vital Por ello los investigadores se preocupan por el seguimiento, la
descripción y la explicación de los cambios a largo plazo En la niñez y las
adolescencia los cambios serían más frecuentemente originados por factores de
orden biológico y maduracional, mientras que en la edad adulta serían de mayor
relevancia los factores de tipo situacional y social.
Modelo contextual-dialéctico:
- Conducta, procesos internos y contexto
cultural e histórico
- Desarrollo resultante de la interacción
de crisis maduración, aprendizaje y
desarrollo.
CONTEXTO CULTURAL - Progreso a partir de crisis
E HISTÓRICO - Socioconstructivismo
Conducta
Modelo mecanicista:
manifiesta - Conducta
CONDUCTA
OBSERVABLE - Aprendizaje
- Desarrollo = sumatoria de aprendizaje
- Conductismo
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Infancia: un concepto con historia
La línea de investigación inaugurada por P. Aries en la década del `60 propone la tesis
de que el concepto de ”… infancia es un producto histórico moderno y no un dato
general y a-histórico que impregna toda la historia de la humanidad. La infancia es
una construcción social reciente, producto de la modernidad “. No en sus aspectos
biológicas sino en su constitución y significación histórica y social que la recorta y
reconoce con las características psicológicas y sociales con que en la actualidad la
definimos.
El término infancia remite al primer período de tiempo de la vida humana. Tiempo que,
según se acepta hoy en día sin grandes discusiones, no está circunscrito a una cantidad
específica de años o meses. Autores tales como Ariès (1973, 1986, 1987), Lloyd de
Mause (1991), Corea y Lewcowicz (1999), Casas Aznar (2006) plantean que el concepto
de infancia no es universal ni ha sido estable a lo largo de la historia humana. El modo
en que las generaciones adultas han entendido y se han ocupado de las nuevas
generaciones se ha transformado conforme se fueron modificando las condiciones
sociohistóricas de diferentes culturas y grupos sociales.
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A continuación ofrecemos un breve panorama general del modo en que las
generaciones adultas de diferentes culturas se han ocupado de las nuevas generaciones
a lo largo de los siglos.
Según los antores antes mencionados hasta el siglo IV, no existía la medición cronológica
de la vida de cualquier ser humano y era muy frecuente que se matara o se dejara
morir a los cachorros humanos. Aristóteles escribió: “En cuanto al abandono o la
crianza de los hijos, debe haber una ley que prohíba criar a los niños deformes, pero por
razón del número de hijos, si las costumbres impiden abandonar a cualquiera de los
nacidos, debe haber un límite a la procreación”. Generalmente se daba muerte a todo
niño que no fuera perfecto en forma o tamaño, o que fuera distinto de los
descritos de las obras ginecológicas de Sorano de Efeso, médico griego que ejerció su
profesión en Alejandría y luego en Roma entre el año 98 y 139, sobre Como reconocer
al recién nacido digno de ser criado.
En Roma el infanticidio no fue declarado punible hasta el año 374, lo que no puso
fin a esta práctica. Posteriormente fue común la práctica de infanticidios accidentales.
El sacrificio ritual de los niños fue costumbre entre los celtas de Irlanda, los galos, los
escandinavos, los egipcios, los fenicios, los moabitas, los amnonitas y en
determinados períodos los israelitas. Incluso en Roma, el sacrificio de niños se
practicaba clandestinamente.
Ya bajo la influencia del cristianismo con arreglo al derecho canónico, las edades
mínimas para contraer matrimonio eran los doce años para las muchachas y los
catorce para los chicos. Existen indicios de que muchos se casaban o al menos se
prometían más jóvenes aún. La expectativa de vida en esas sociedades estaba entre los
treinta y los cuarenta años de edad.
Las prácticas sexuales basadas en el poder llevaron a los romanos a crear un conjunto
de reglas que establecía distinciones en lo relativo al amor entre los hombres. Los
amos utilizaban lo mismo a las niñas que a los niños que de ellos dependían, y además
los autores cristianos nos cuentan que lxs niñxs expuestos a este tipo de abusos eran
criados para ser prostituidos desde muy temprana edad. Los romanos, al igual que los
griegos, pensaban que en la pederastia la posición pasiva, de amado, debía tener unos
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límites temporales que empezaban en la pubertad y terminaban más tarde o más
temprano a una edad poco precisa. El poder de los amos y señores hizo que no pocas
veces cuando un joven esclavo resultaba atractivo y agradable, el amo decidía a veces
prolongar esta época de gracia castrándolo, recurriendo para esto a los servicios de los
médicos que muchas veces también eran esclavos, o servidores sometidos a los
señores. Los niños castrados eran los preferidos en la Roma imperial y a los niños se les
castraba «en la cuna» y se les llevaba a lupanares para que gozaran de ellos hombres
que gustaban de la sodomía con los niños castrados.
En el Medio Oriente la castración se practicaba a los jóvenes que luego irían a cuidar los
harenes de los jefes. En todas las sociedades, como en la europea de los primeros
siglos de la Edad Media, siempre operaron factores de selección u omisión en
detrimento de las niñas, a las que no se daba gran valor en esas sociedades
predominantemente militares y agrícolas, y sobre los minusválidos y retrasados
mentales, que eran considerados como engendros, criaturas de otro poderoso
enemigo de lxs niñxs, el demonio, ya fueran ilegítimos o legítimos.
Una de las características de la infancia en las sociedades agrícolas fue la inclusión de lxs
niñxs en los espacios de trabajo. La mayoría de las sociedades agrícolas tenían
estructuras familiares extensas y en algunas regiones incluían una gran cantidad de
esclavos.
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solía estar vinculada a sistemas religiosos o políticos más amplios. Los castigos
corporales eran muy frecuentes.
Otra de las características de este período fue que las sociedades agrícolas establecieron
importantes diferencias de género basadas en la superioridad de los hombres,
responsables de asegurar el suministro básico de la alimentación, sobre las mujeres. Las
diferencias pronunciadas de género afectaban a los niñxs desde muy temprana edad.
Las mujeres eran las responsables del cuidado de los hijxs, las tareas domésticas y los
trabajos manuales-artesanales. Las mismas no tenían derecho a la educación ni a la
participación política. Este estado de cosas fue creando una cultura de roles rígidos
difíciles de trascender, sostenidos además por la religión, manteniéndose la educación
y la participación en el poder civil reservada a los hombres durante siglos. Mujer e hijos
eran propiedad de los hombres, carecían de derechos y en considerados políticamente
incapaces.
Las familias agrícolas controlaban con rigor la sexualidad femenina con el fin de
garantizar la paternidad ya que ahora estaban en juego la propiedad y la herencia y los
padres necesitaban mayor certeza de que sus hijos eran realmente suyos. Así el control
de la sexualidad de las niñas era mucho más estricta que la que se imponía a los niños.
Las obligaciones laborales diferenciaban a los niños y las niñas de manera bastante
temprana, los niños debían ayudar a los padres en los campos o en las tiendas
artesanales. Los sistemas de propiedad variaban, pero los niños siempre tenían mayores
derechos de propiedad que las niñas. Por ejemplo, en caso de muerte de los padres con
frecuencia las niñas no tenían derechos. Cuando la educación estaba disponible, los
niños casi siempre tenían mayor acceso que las niñas.
Las diferencias de género eran mucho mayores en las familias de clase alta que en la
población general. Las familias agrícolas en general entrenaban a sus hijxs a aceptar las
relaciones de género, en gran medida patriarcales, en sus propias vidas y en la adultez
anticipada.
En algunas sociedades, el uso de nodrizas se extendía no sólo para las mujeres de clase
alta, para quienes la lactancia materna no era una práctica cotidiana, sino también para
las familias trabajadoras urbanas que buscaban maximizar el trabajo de las mujeres.
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muerte de algunos hijxs era algo frecuente lo que significaba que muchos niñxs
experimentaban la muerte como algo cotidiano.
Las mismas religiones han explotado los temores de los niñxs como parte de la
socialización. De manera menos formal, en muchos contextos culturales, las familias
invocaban la amenaza de personajes aterradores (por ejemplo, el hombre de la bolsa) y
otras fuentes de miedo como una forma de inculcar disciplina, y para alejar a los niños
de interacciones imprudentes con extraños o de cualquier tendencia a deambular
demasiado lejos de las viviendas familiares.
La vinculación emocional con lxs niñxs era mucho mayor por parte de las madres que de
los padres que eran figuras distantes y severas. Los hombres trabajaban fuera de la casa,
en los campos; y a menudo tenían poca interacción regular con los niños pequeños. En
tanto que los lazos afectivos estrechos entre hijxs y madres, incluso cuando los hijxs
alcanzaban la madurez, eran un aspecto común de la vida familiar extendida en dichas
sociedades. Difícilmente lxs adultxs jugaban con lxs niñxs, salvo con los niñxs pequeños,
pues se exigía que lxs niñxs fueran capaces de comportarse de manera adulta.
Sobre los siglos XIII y XIV se multiplicaron, por obra de la Iglesia, hospicios destinados a
recoger niños encontrados en distintos lugares de Europa, como Francia, Italia, España
y Alemania. La Iglesia Católica condena el aborto e insiste en el fin exclusivo de
procreación del acto sexual, lo que promueve más abandonos, y se necesitan más
lugares para contenerlos.
En general las condiciones de asilo en estos hospicios eran insalubres y tenían una
altísima tasa de mortalidad: cerca del 80% de los niñxs no sobrevivían. Por otra
parte, el crecimiento del número de estos hospicios cambia ciertas condiciones
sociales. Si bien antes los niñxs eran hospedados como siervos en casas familiares, la
reclusión en hospicios crea una nueva serie de estigmas sociales: seres que han perdido
totalmente su identidad y el sentido de pertenencia, incomunicados con el resto de la
sociedad.
A lo largo del siglo XVIII la revolución industrial y la paulatina organización política de las
sociedades en Estados generó cambios muy importantes, en las relaciones entre los
géneros y entre progenitores e hijxs.
El comercio y la industria creciente requerían una mano de obra cada vez más
alfabetizada y numerosa por lo que nuevas leyes comenzaron a limitar el trabajo infantil
y a insistir en la necesidad de su alfabetización modificándose así, progresivamente, la
perspectiva social de la niñez.
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Es en la Modernidad cuando aparece el concepto de infancia produciendo una de las
transformaciones más profundas de la sociedad occidental. Phillip Ariès lo llamó el
“sentimiento moderno de infancia”, que consiste en el reconocimiento de la
especificidad de esta etapa de la vida diferenciada del mundo adulto.
Etapa que se caracteriza por el amor filial, en el marco del nacimiento de la vida privada
familiar que propicia un vínculo más íntimo y más prolongado con los hijos, y la
severidad, necesaria para asegurar su protección y cuidado.
El niño empieza a ser criado en el seno de la familia, amamantado por la madre. Además
empezó a cuidarse su salud lo que dio orígen la pediatría, especialidad médica
destinada al estudio de la salud de los niñxs. La pediatría junto con la mejora general
de los cuidados por parte de los padres, redujo la mortalidad infantil y proporcionó la
base para la gran explosión demográfica del siglo XVIII.
Lxs niñxs serán caracterizados como seres dependientes del cuidado, la protección y la
orientación de los adultos e inocentes, y la infancia como un tiempo de espera, de
preparación para la vida adulta.
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El estado se involucró directamente en los aspectos de la infancia. Ahora, los gobiernos
comenzaron a exigir la escolarización, regular el trabajo, ofrecer y a veces requerir
ciertos tipos de servicios de salud, emitir consejos sobre la crianza de los hijxs, tratar con
los niñxs problemáticos, e incluso retirar a los niñxs de las familias que eran consideradas
incapaces de brindar un cuidado adecuado.
Así las sociedades modernas generaron una modalidad específica de inversión de sus
esfuerzos políticos y económicos para formar a las nuevas generaciones,
organizando los aprendizajes e internalizaciones necesarios para ello de un modo
diferente a los períodos anteriores.
Este cambio histórico social con respecto a la integración de las nuevas generaciones
implica una lenta transformación de actitudes, sentimientos y relaciones frente a
la infancia. En la modernidad lxs niños comienzan a ser percibidos como seres
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inacabados, carentes, necesitados de resguardo y protección por parte de las
generaciones adultas que deben proveerles las posibilidades de aprender los modos
típicos de supervivencia, de construir estrategias de relación con los otros. Es decir
que la sociedad adulta debe decidir y estructurar, las posibilidades y modalidades
de internalizar los elementos que configuran el vínculo entre ese nuevo ser, los
demás y la naturaleza. Este rol de cuidador o criador ha sido y es desempeñado
mayoritariamente por mujeres.
A partir de ello se inicia una era en la que la infancia constituye un grupo social
altamente diferenciado a raíz de la protección brindada por los adultos en general, la
familia en particular. Esta situación configura una de las características con que
definimos la niñez hasta nuestros días, la dependencia personal.
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protagonizados por imágenes, el mundo se representa en imágenes, pero en imágenes
escolarizadas. De este modo se lleva a la escuela el mundo tal y como debe ser percibido.
Esta explosión masiva de la infancia como fenómeno teórico dará origen a nuevas
categorías con que se definirá la infancia: una de ellas es la edad (dato más o
menos universal). Sus indicadores son observables y cuantificables y permiten extensas
investigaciones y producciones sobre lo normal y lo patológico de cada niño, lo
correcto y lo incorrecto en lo atinente a los esfuerzos didácticos, teniendo siempre
como referencia la categoría edad cronológica. No es casual que la aparición de
la infancia sea contemporáneo a la proliferación de discursos normativos de las
condiciones que deben ser generadas en los ámbitos de permanencia de los niñxs,
familia y escuela.
Las mujeres siguieron siendo las responsables del cuidado de los hijxs, las tareas
domésticas y los trabajos manuales-artesanales. Muy lentamente y no sin grandes
luchas y esfuerzos empezaron a acceder a la educación, a la participación social pública
y laboral como maestras y bastante más tardíamente la participación política. Mujer e
hijxs siguen siendo propiedad de los hombres siendo muy escaso e incipientes sus
derechos.
Como el niñx debía ser formado y educado, es hizo necesario conocerlo y muy
exhaustivamente. Esto generó toda una serie de estudios e investigaciones destinadas
a saber y conocer sobre la niñez. Así surgió la Psicología como ciencia independiente. La
conducta, el pensamiento, el lenguaje, los juegos, la sexualidad, todo debe ser estudiado
a fin de proceder en la educación de los niños de acuerdo a lo que es propio de la infancia
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y lo que le es nocivo. El niño pasa a convertirse en objeto de estudio de numerosas
disciplinas.
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Sin embargo América Latina avanzó más paulatinamente hacia algunos de los cambios
en la niñez. La pobreza urbana y rural limitó el proceso de cambio y, en algunos casos,
también estuvieron involucrados factores religiosos, por ejemplo, una intensa oposición
sacerdotal al control de la natalidad. Al igual que muchos países latinoamericanos que
también heredaron de la época colonial una tasa bastante alta de nacimientos
considerados ilegítimos o `naturales` por haber nacido fuera del matrimonio legal.
Recién en 1954 la ley 14.367 suprimió la distinción entre hijos legítimos y naturales
En cuanto a la mujer las expectativas de rol en esos tiempos eran que se casara, que
tuviera hijos y que se dedicara a cuidar su hogar, y por lo tanto esos eran generalmente
también sus objetivos. Recién en 1947 pudo votar y en 1949 obtuvo la patria potestad,
de los hijoxs, compartida.
Y en la actualidad?
Mediados del siglo XX- siglo XXI- Tiempo de derechos.
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sobrepasando las barreras regionales y nacionales de origen para tornarse en
fenómenos mundiales.
- El uso masivo de las redes sociales y las tecnologías para la comunicación borra los
límites entre lo público y lo privado. Se pierde la intimidad y la vida propia y ajena se
convierte en un show, expuesto al público desde el comienzo mismo de la vida.
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objetos como de imágenes, una cultura hedonista que apunta a un confort generalizado,
personalizado, la presencia de valores permisivos y light en relación a las elecciones y
modos de vida personales.
- Las relaciones e interacciones familiares y sociales se rigen por los principios y las
lógicas de los medios, del mercado, la de las tecnologías de la información, de la felicidad
química garantizada.
Desde los años 60 del siglo XX, con la popularización de los métodos anticonceptivos
(principalmente la píldora), la separación entre sexo y procreación, impulsó la libertad
de la mujer y, sobre todo, un fuerte control sobre la procreación. Por ejemplo, la mujer
que tiene acceso a la píldora, por ejemplo, sólo será madre cuando ella lo quiera.
Desde la década de los 90 hasta la actualidad se multiplican los centros, áreas e institutos
de investigación académicos sobre los estudios de las mujeres; que promueven
jornadas, congresos y encuentros. Los resultados de implican la emergencia y
visualización de la variedad de desigualdades que las mujeres padecen en razón de su
género: la distribución de trabajo y entretenimiento doméstico, los derechos civiles, la
participación en la vida pública y política, en los usos del tiempo libre,…etc.
Desigualdades que se presentan de modo muy diferentes según clase social y rango
económico.
Esto hace posible empezar a pensar a las mujeres en su diversidad. Algo similar ha
ocurrido con los estudios sobre masculinidades que comienzan a desarrollarse en los
años 80. Mientras que en un primer momento se afirma la existencia de una única
masculinidad universal y atemporal (varón blanco, de clase media, heterosexual y
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cristiano), luego surgen las críticas por parte de grupos y sectores de varones que no se
sienten identificados.
En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los
Derechos del Niño que establece los derechos de todos lxs niñxs a la salud, la educación,
condiciones de vida adecuadas, el esparcimiento y el juego, la protección de la pobreza,
la libre expresión de sus opiniones…
Así lxs niñxs se convierten en SUJETOS DE DERECHO. Ser sujeto de derecho significa
el reconocimiento de su participación como actor activo en los espacios donde se
desarrolla: familia, escuela, comunidad,…..
Como consecuencia del impacto que tienen en la sociedad los discursos de las
diferentes disciplinas y prácticas profesionales que tienen por objeto la infancia, la
relación entre padres e hijos empieza a sufrir rápidas modificaciones. Se modifica
paulatinamente la concepción de que el niño debe ser corregido o formado.
Empieza a cuestionarse el valor de las represiones y los castigos. Se promueve que
las familias comprometan una mayor cantidad de tiempo, energía y diálogo,
especialmente durante los primeros años, para ayudarlxs a alcanzar sus objetivos
cotidianos. Que atiendan y respondan a sus necesidades, que jueguen con ellxs, que se
toleren sus regresiones, estar a su servicio y no a la inversa, que se interpreten
sus conflictos emocionales y se proporcionen los objetos adecuados a sus intereses en
evolución. La idea de base es que lxs niñxs saben mejor que los adultos que necesitan
en cada etapa de su vida, que más que moldeamiento necesitan asistencia y
acompañamiento para completar su desarrollo. Poco a poco se implica la participación
de ambos padres en el desarrollo de la vida de lxs niñxs, esforzándose por
empatizar con ellxs y satisfacer sus necesidades peculiares y crecientes.
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Sin embargo, las imágenes de la infancia y de la adolescencia en la Argentina actual nos
indican formas de niñez y adolescencia sumamente heterogéneas. Algunas de ellas de
larga data, resultantes de la sobrevivencia vital de tradiciones, luchas e ideales
colectivos, es decir bastante parecidas a la niñez y juventud de las generaciones
anteriores. Otras, absolutamente inéditas, son la expresión de la `posmodernidad´ y de
los procesos de globalización y ajuste que han arrasado a los países latinoamericanos en
estas últimas décadas.
Por otro, la referida a los elementos de homogeneización que resultan del impacto
de una cultura globalizada y mercantilizada que atraviesan a todos y a cada uno de los
grupos de niños y jóvenes recién enunciados. Televisión, videojuegos, celulares última
generación, MP4, etc. etc. con programas que ofrecen contenidos, objetos,
mensajes y modelos comunes para todos.
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- Estamos ante ya más de una generación de argentinos que es integrada muy
precozmente en redes sociales que van más allá de la familia. Es decir que socialización
primaria y secundaria ya no refieren tiempos diferentes y sucesivos. La vida
intrafamiliar y la extrafamiliar acontecen simultáneamente. A veces incluso en el
mismo espacio. La presencia del mundo externo a través de la TV o de internet al frente
de la cuna o de la mesa familiar es el prototipo. El niño de la primera infancia
permaneciendo largas horas en instituciones cuidadoras y frente a pantallas.es otra
alternativa. Unos envían a los pequeños a los jardines maternales porque las
necesidades económicas y las reestructuraciones familiares lo demandan como
necesidad ineludible. Otros porque las modas, modelos y hasta sugerencias
profesionales exigen pretendidas `socializaciones´ cada vez más precoces. En las
mismas instituciones cuidadoras lxs niñxs pasan mucho tiempo frente a pantallas de
canales pretendidamente ìnfantiles´.
- En consecuencia, los niñxs y adolescentes actuales sea cual sea el grupo social al que
pertenezcan, muy tempranamente se ven expuestos y ligados a estímulos e información
de gran diversidad, sometidos a aprendizajes veloces y diversos, en los que priman
fuertes demandas de éxito y rendimiento. La idea es que aprendan lo más rápido posible
la mayor cantidad de cosas, que hablen lo menos posible, que no irrumpan con
ideas descabelladas como la de jugar a…….simplemente jugar !. Que se sometan a un
régimen de vida que implica una larga jornada de trabajo efectivo más la labor extra
a ser realizada en la casa parece ser el modelo de vida cotidiana. Los que asisten
a la escuela! Pero… cuántos no están en las escuelas?
Los escenarios para esta vida implican centenarias instituciones como la escuela
pública que coexiste y se complementa con nuevos emprendimientos educativos
no del todo formales y casi siempre privados. Pensemos en los institutos de idiomas,
de computación, de tecnologías diversas, artísticos, etc.. Niñxs y adolescentes se
desplazan por la ciudad arrastrando mochilas y carritos repletos de libros, cuyos
contenidos dejarán de ser eficaces en gran medida cuando pasen de la escolaridad
primaria a la secundaria, ya que el conjunto de conocimientos
técnico-científicos ha acelerado su carácter perecedero y se renueva cada cinco años…
o menos tal vez?
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genética´. Lista para modificar comportamientos con el fin de lograr un encaje
adecuado. Las calificaciones de trastornos de atención e impulsividad y la
convicción de los maravillosos efectos de la Ritalina, recorren con demasiada facilidad
y frecuencia los pasillos de escuelas y hogares. El maltrato físico típico de otras
generaciones parece haber cedido como modo represivo en la infancia,
posiblemente reemplazado por medicaciones que maniatan las manifestaciones de
la diferencia y no adecuación a los estándares de la niñez que la escuela espera
a pesar de que el discurso imperante es el de la inclusión.
- Los niños y adolescentes viven hoy en un mundo donde las leyes que, si bien no han
dejado de existir, ya no siempre son el fundamento del lazo social y que,
reemplazadas por leyes de mercado los convierten no en ciudadanos sino en
consumidores.
- Lxs niñxs y adolescentes están hoy expuestos, desde edades cada vez más tempranas,
por períodos cada vez más extensos y prácticamente sin mediación adulta o utilizados
por estos, a los medios masivos de comunicación que, con una fabulosa potencia
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audiovisual y provocando una fascinación casi hipnótica transmiten modelos, valores
y pautas, para finalmente desentenderse del efecto de sus mensajes.
Habría que ser muy ingenuo para pensar que las horas pasadas frente a una pantalla
en la que se muestra de modo constante
imágenes de la infancia y la adolescencia Lo que el niño puede, lo que el niño es,
se verifica fundamentalmente en la
impregnadas de tales características son
experiencia del mercado, del consumo o
inocuas en el proceso de construcción de la
de los medios: puede elegir productos;
imagen de si y la identidad de los niños puede elegir servicios; puede operar
y adolescentes espectadores. aparatos tecnológicos; puede opinar;
Además, las características de las formas puede ser imagen.
de acceder a la información en la
actualidad, basadas en la preponderancia visual con formato de flashes veloces y
simultáneos, modelan modalidades cognitivas de procesar y almacenar dicha
información muy diferente a la de anteriores generaciones que estaban basadas en
la secuencialidad que posibilita la lectura y la escritura. Por lo tanto, la forma y el
contenido en que ofrece información la tecnología actual configura nuevas formas
y contenidos de funcionamiento psicológico.
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- La sexualidad, como una parte del ser humano, no permanece fuera de estas
transformaciones, sino todo lo contrario, pues desde el nacimiento este aspecto va
evolucionando en relación con el crecimiento personal, consiguiendo así la madurez
sexual, física y psicológica de la persona cuando es adulta
El problema radica en que, por intereses económicos, se adelanta la edad en la que las
niñas se convierten en adultas, adoptando comportamientos estereotipados que no
están acordes con su edad cronológica y que, por tanto, favorecen la aparición de
comportamientos estereotipados y aceleran el proceso de transición a la adolescencia.
Las niñas se exponen como una “mercancía sexual”, sin haber recibido educación al
respecto, así como tampoco pautas para defenderse ante los posibles abusos de quienes
puedan contemplar estas imágenes erotizadas con intenciones espurias. Puesto que
están abocadas a desarrollarse como adultas frágiles y vulnerables, sumidas en una
lucha constante con su físico y con la opinión externa, lo que incide en su autoestima.
Niñas que persistentemente se encuentren bajo la mirada de los demás, están
condenadas a experimentar la distancia entre su cuerpo real, al que están encadenadas
y el de los personajes que les muestran los medios de comunicación y alimentando un
deseo inalcanzable al que, constantemente intentarán parecerse.
29
consigue es acelerar la transición de la infancia a la adolescencia cuando los niños no
están ni física ni psíquicamente preparados para ello
Para finalizar…..
Transcurridos veinte 20 años del siglo XXI y pesar de ser este el tiempo de los derechos
en el que abundan los discursos sobre la inclusión el aumento de la pobreza, el deterioro
en las condiciones de atención de la salud y el incremento del trabajo infantil y del
número de niños que viven o trabajan en las calles son sólo algunos indicadores que
muestran que estamos muy lejos aún de asegurar la protección integral de la infancia.
30
institucionalmente. En general, a este grupo pertenecen los niños en contextos de
pobreza, que se caracterizan por padecer precarizaciones subjetivas. Estas carencias
también se dan a nivel de lo próximo a lxs niñxs como es la familia.
Muchas de estos grupos se ven imposibilitados de asumir el compromiso de
funcionar como referente identitario e identificatorio y transfieren su responsabilidad
a la educación y la salud.
“Las figuras de infancia no son ni naturales ni unívocas ni eternas. Las variaciones que han sufrido
en el espacio y en el tiempo son una prueba del carácter sociohistórico. Las transformaciones que
han afectado a la percepción de la infancia moderna están íntimamente ligadas a los cambios en
los modos de socialización. En este sentido se puede afirmar que la categoría de infancia es una
representación colectiva producto de formas de cooperación entre los grupos sociales y también
de pugnas, de relaciones de fuerza, de estrategias de dominio destinadas a hacer triunfar, como si
se tratara de las únicas legítimas, las formas de clasificación de los grupos sociales que aspiran a la
hegemonía social.
Si la categoría de infancia, incluye diferentes figuras encubiertas bajo una aparente uniformidad,
no se hubiese construido resultarían ininteligibles los proyectos educativos elaborados en función
de grupos de edad y de prestigio, así como habrían sido inviables códigos científicos tales como
los discursos pedagógicos, la medicina infantil y la psicología evolutiva. Todos estos saberes son
inseparables de instituciones, organizaciones y reglamentos elaborados en torno a la categoría de
infancia que a su vez se ve instituida y remodelada por ellos” (1986:174).
Actividades de aprendizaje:
- realice un cuadro en el que distinga el objeto de estudio, el argumento conceptual con que se
explica el desarrollo humano y los autores que se identifican en cada modelo.
- escriba un texto (10 líneas aprox.) en el que explique claramente qué modelo o enfoque usted
considera que explica de modo completo e integral el desarrollo humano. Fundamente sus
explicaciones.
31
- cómo era la relación con sus padres? era la misma con la madre que con el padre? qué podían
hacer o qué no?
- fueron a la escuela? hasta qué nivel o grado o año? cómo era la relación con los docentes y/o
profesores?
- escriba un breve texto o grabe un breve audio en el que relate qué diferencias encontró con
respecto a la infancia actual.
- busque artículos periodísticos en los que se traten cuestiones referidas a cada una de las
características de la infancia en la actualidad. Léalos y coméntelos en clase y con compañerxs.
32
La violencia y la inequidad de género comienzan desde la infancia
Equidad para la Infancia, diciembre 2017 - Marina Freitez Diez y Verónica Bagnoli
Fernández
http://equidadparalainfancia.org/2017/12/desigualdades-de-genero-en-la-infancia/
APUNTES-DE-DEBATE
La niñez es una etapa que implica el ejercicio de derechos que condicionan el futuro
de las niñas. Así se evidencia la importancia de implementar acciones con
perspectiva de equidad que incluyan al género como categoría analítica, desde los
primeros años. Éste ha sido el planteamiento de Equidad para la Infancia, para
poner en el centro el bienestar de la infancia, tomando en cuenta las distintas
condiciones de desigualdad, en propuestas y recomendaciones de política pública.
Por otro lado, aunque ha habido pequeñas trasformaciones, los juguetes marcan la
pauta de los roles de género esperados para mujeres y varones. Los juegos “para
niñas” les enseñan a cuidar de otras personas, a ser madres y a realizar trabajos
del hogar; mientras que la oferta de juguetes “para varones” invoca roles
profesionales más amplios y refuerza estereotipos de violentos a partir de juegos
bélicos y con referencias militares.[iv]
1
Uno de los cambios que se ha observado en este ámbito es que la oferta de
productos lúdicos y de entretenimiento dirigida a las niñas ya no solo incluye la idea
de la mujer destinada al espacio doméstico (la cual permanece en mayor medida),
el mercado de juguetes que representan la profesionalización e independencia de
las mujeres ha aumentado, pero se le han sumado productos que plantean
estereotipos hipersexualizados.[v] Ya en 2007 la Asociación de Psicología
Estadounidense (APA) publicó un documento en el que denunciaba esta tendencia,
que desde entonces ha ido en aumento.[vi]
Algunos esfuerzos regionales para cerrar las brechas de género en la infancia han
rendido frutos. Por ejemplo, en cuanto al aumento del acceso de las niñas a la
educación y en la mejora de indicadores de salud como las tasas de retraso en el
crecimiento y mortalidad infantil. En este ámbito, destaca el cumplimiento de la
meta 3.1 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas «Eliminar
las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria» y el
número 4 “Reducir la mortalidad infantil”.[viii]
2
quienes en mayor proporción realizan trabajo remunerado; lo cual en ambos casos
afecta directamente la disponibilidad de tiempo y acceso a la recreación, como
elementos fundamentales para el desarrollo y calidad de vida de la infancia, como
lo establece el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).
Existe una fuerte asociación entre ser víctima de violencia física y sexual y la unión
conyugal temprana de las mujeres: en 11 países de la región la incidencia de
ambos fenómenos es mayor para quienes tuvieron uniones antes de cumplir los 20
años.[xx]
El matrimonio infantil se relaciona con otras prácticas y delitos que atentan contra
los derechos de las niñas, como las uniones forzadas, la obligatoriedad de la dote,
la servidumbre, la violencia y explotación sexual.[xxiii] De acuerdo con el Comité
para los Derechos del Niño/a, el matrimonio infantil está vinculado con el embarazo
temprano, problemas de salud sexual y reproductiva, reproducción de la pobreza y
con una mayor carga de trabajo no remunerado.
En América Latina, más de la mitad de las adolescentes que fueron madres a los 14
años, estaba casada o en unión de pareja.[xxiv] 25% de las mujeres entre 20 y 24
años tuvo su primera unión conyugal siendo niña o adolescente y 3.4% de las
adolescentes entre 15 y 19 años la habían tenido antes de los 15 años. En
3
República Dominicana 40% de las adolescentes ha tenido una unión conyugal antes
de los 18 años y un 10% la tuvo antes de los 15; en Guatemala se registraron 80
mil matrimonios de mujeres menores de 18 años entre 2012 y 2016.[xxv]
4
Es necesario atender el marco internacional y las recomendaciones respecto al
matrimonio infantil y las uniones tempranas, tomando todas las medidas
necesarias, incluidas las legislativas, para establecer una edad mínima de
matrimonio. La edad recomendada por el Comité de la CEDAW es de 18 años.
Una propuesta central que atraviesa el trabajo de Equidad para la infancia es que
las intervenciones se planeen e implementen bajo una perspectiva de equidad. En
este caso, la evidencia señala que las niñas viven mayores desventajas, sobre todo
al tomar en cuenta condiciones de pobreza, pertenencia étnica, territorial o a
grupos con mayores condiciones de vulnerabilidad como migración, discapacidades,
entre otros.
[i] Red por los Derechos de la Infancia en México, La desigualdad de género comienza en la
infancia Manual teórico-metodológico para transversalizar la perspectiva de género en la
programación con enfoque sobre derechos de la infancia, Secretaría de Desarrollo Social,
México. Disponible en:
http://derechosinfancia.org.mx/documentos/Manual_Desigualdad.pdf.
[ii] Francisco Moragón – Alcañiz concluye por otro lado que ese tipo de exclusiones también
llevan a una vida de actividad física más ágil en los niños varones y una más sedentaria en
las niñas. Francisco Moragón-Alcañiz y Vladimir Martínez-Bello (2015). Juegos de niñas y
juegos de niños: Estudio sobre la representación del juego infantil a través del dibujo.
Revista Educación 40(1), pp. 1-17. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44043204001.
[iii] Sólo los Registros Civiles de Buenos Aires y de la Ciudad de México han reconocido la
identidad de género de niñas trans.
5
[iv] En 1975 Falconnet y Lefaucheur realizaron uno de los primeros estudios de clasificación
de juguetes de acuerdo al target de género, y sus conclusiones no han variado mucho en
investigaciones más contemporáneas de autora/es, como Pérez – Ugena y Coromina,
Martínez Pastor, Salas Martínez (2011), Ferrer (2007) o Martínez (2005) que muestran que
la oferta actual es fundamentalmente la misma. Natalia Lumbreras Castellanos (2013).
Estereotipos de género en los juguetes de los niños de educación primaria (Tesis de
maestría). Facultad de Educación. Universidad de la Rioja, Logroño. En:
https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/1830/2013_05_27_TFM_ESTUDIO_DEL
_TRABAJO.pdf?sequence=1
[viii] En general, América Latina logró reducir la tasa de defunción de los menores de cinco
años de 54 a 18 por cada 1.000 nacidos vivos. CEPAL (2015). CEPAL: La región cumplió
varias metas clave de los ODM, punto de partida para abordar la agenda 2030. En:
https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-la-region-cumplio-varias-metas-clave-de-los-
odm-punto-de-partida-para-abordar-la.
[ix] Las diferencias entre países dan cuenta de que la pobreza afecta al 77% de las niñas y
adolescentes en Honduras —porcentaje levemente inferior que para los niños y adolescentes
varones— y en Argentina su incidencia es del 7%. En cuanto a la distribución territorial, sin
tomar en cuenta las inequidades intra-urbanas, la pobreza afecta al 54% de los hogares con
niñas ubicados en áreas rurales y 34% en áreas urbanas. Datos para 2013, sobre la base de
tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de 18 países. (Catalina Céspedes y
Claudia Robles, 2016. Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de
igualdad. Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL. En:
https://www.unicef.org/ecuador/Ninas_y_Adolescentes_en_America_Latina_y_el_Caribe_We
b.pdf).
[x] Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el
Caribe. Deudas de igualdad Comisión Económica para América Latina y el Caribe, pág. 32.
[xi] Rico y Trucco, 2014, en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y
adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe.
[xii] UNICEF (2017). UNICEF junto a todas las niñas y adolescentes de América Latina y el
Caribe, porque son fuerza de cambio. En: https://www.unicef.org/lac/media_37211.html.
[xiv] UNICEF (2017). UNICEF junto a todas las niñas y adolescentes de América Latina y el
Caribe, porque son fuerza de cambio. En: https://www.unicef.org/lac/media_37211.html.
6
[xv] UNICEF 2014, en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en
América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad.
[xvi] Revista Forum (S/F) México: 821 niñas asesinadas en seis años.
http://forumenlinea.com/nuevo/index.php/110-revistas/forum-en-linea-359/4292-mexico-
821-ninas-asesinadas-en-seis-anos
[xvii] CEPAL, 2008, en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en
América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad.
[xviii] Alejandro Cruz Flores (2017). “Feminicidios infantiles superan a los de mayores”, La
jornada. En: http://www.jornada.unam.mx/2017/02/09/capital/035n2cap.
[xix] OMS (2009), en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en
América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad.
[xx] Observatorio contra el Acoso Callejero (2014), en Catalina Céspedes y Claudia Robles
(2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad.
[xxiii] ONU, 2003, en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en
América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad, pp. 27, 55 y 73.
[xxiv] Equivalente al 0,34% de la población de esa edad, con datos de 2010. Catalina
Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe.
Deudas de igualdad, pág. 64.
[xxv] El País, 2016, Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en
América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad, pp. 23 y 25.
[xxvi] Argentina, Chile, Perú y Venezuela tienen dicho requerimiento para acceder a
condones y en Bolivia, México y Panamá se requiere de la compañía de un tutor para retirar
los resultados del examen. ONUSIDA, UNFPA y UNICEF, 2015, en Catalina Céspedes y
Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de
igualdad.
[xxviii] Es muy importante que los países eliminen los requisitos para el acceso a los
anticonceptivos y la realización de pruebas de ETS, como el VIH, como contar con la
autorización de sus tutores. Argentina, Chile, Perú y Venezuela tienen dicho requerimiento
para acceder a condones y en el Bolivia, México y Panamá se requiere de la compañía de un
tutor para retirar los resultados del examen (ONUSIDA, UNFPA y UNICEF, 2015). Como se
7
indica en Fondo Mundial (2015), se estima que más del 80% de las nuevas infecciones de
VIH que se registran en adolescentes, ocurren en mujeres. En Catalina Céspedes y Claudia
Robles (2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
[xxix] PAHO, UNFPA, UNICEF (2017) Accelerating progress toward the reduction of
adolescent pregnancy in Latin America and the Caribbean: Report of a technical consultation.
http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/34493/9789275119761-
eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y&ua=1 Según el Comité de América Latina y el Caribe para
la Defensa de Derechos de las Mujeres (CLADEM) el número de partos de niñas menores de
15 años ha disminuido levemente en 8 de 15 países analizados: Argentina, Colombia,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. CLADEM (2016) Jugar o parir.
Embarazo infantil forzado en América Latina y el Caribe.
https://www.cladem.org/images/jugar_o_parir_digital.pdf
[xxx] Se estima que cada año, en la región, un 15% de todos los embarazos ocurre en
adolescentes menores de 20 años, con una tasa de fecundidad adolescente que remonta los
66,5 nacimientos por 1 000 adolescentes de 15 a 19 años, llegando a 100,6 cada 100
mujeres en el período 2010-2015, frente a una tasa mundial de 46 nacimientos por 1 000
adolescentes en ese grupo etario. UNFPA (2018) Op. Cit..
[xxxiii] CEPAL (2016), en Catalina Céspedes y Claudia Robles (2016). Niñas y adolescentes
en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad.
[xxxiv] Darroch JE, Woog V, Bankole A, Ashford LS. Adding it up: cost and benefits of
meeting the contraceptive needs of adolescents. Nueva York: Guttmacher Institute; 2016.
http://www.guttmacher.org/fact-sheet/adding-it-meeting-contraceptive-needs-of-
adolescents (Tomado de UNFPA, 2018. Op. Cit.)
8
► 2021
AÑO DEL HOMENAJE AL PREMIO NOBEL
DE MEDICINA DR. CÉSAR MILSTEIN
UNIDAD I
2021
Documento para uso exclusivo de la cátedra
Docentes:
Lic. Marta Abate Daga - Prof. Titular
Lic. Ma. Eugenia Basco - Prof. Adjunta
Lic. Silvia Pareja - Prof. Adjunta
El principal problema de las personas con discapacidad no son sus deficiencias físicas,
sensoriales o mentales, sino la manera en la que son vistas y tratadas por la sociedad. La poca
valoración que la sociedad en su conjunto siente y expresa sobre la condición y la situación de
las personas con discapacidad produce una suerte de `invisibilización´ de las personas con
discapacidad al momento de formular políticas públicas que posibiliten el acceso a derechos
que les corresponden.
Es necesario tomar conciencia sobre las innumerables barreras físicas y mentales que a diario
enfrentan en su vida cotidiana, dificultando e impidiendo su adecuada inclusión social. El
concepto de sociedad está relacionado con la forma en que nos organizamos y por ello tiene
que ver con los conceptos de ciudadanía, democracia y participación política. Cuando
hablamos de una `sociedad inclusiva´ estamos hablando de una `sociedad para todos´, lo que
significa que las características y las necesidades de cada uno de los ciudadanos que la
constituyen es la base para la planificación y el diseño de políticas. Cuando una sociedad
organiza su funcionamiento de acuerdo a las necesidades de cada uno de sus integrantes, ésta
logra movilizar el potencial de todos sus ciudadanos y, por consiguiente, fortalece su capacidad
de desarrollo.
1
La evolución del concepto de discapacidad que se ha venido dando en los últimos años ha
hecho que el peso de las causas de la discapacidad, entendida como desventajas o
imposibilidad de hacer cosas, se traslade del individuo a la sociedad y al Estado.
Al ser entendida como un producto eminentemente social, la discapacidad deja así de verse
como una cuestión de la fatalidad en el destino de los individuos en cuestión y, comienza a
entenderse como un tema de exclusión, opresión y derechos civiles violados, o no reconocidos
expresamente.
El principal problema de las personas con discapacidad no son sus deficiencias físicas,
sensoriales o mentales, sino la manera en la que ellas son vistas y tratadas por la sociedad: con
pena, menosprecio o indiferencia. Sobre todo, como personas inútiles e improductivas en las
cuales se no se invierte, sino que se gasta.
Aprendemos a conocer las cosas y las personas a través de una serie de filtros o categorías
conceptuales que nos vienen dados por el lenguaje, por las palabras, por las maneras del decir,
2
y que son producto de la cultura, en un marco general que corresponde a la época en la
vivimos, de manera globalizada, pero que tiende a desarrollar características particulares en
función al país o la localidad concreta que habitamos. La forma en que entendemos la
discapacidad, que influye en la forma en que tratamos a las personas con discapacidad tiene
tras de sí una historia de 25 siglos que se remonta al origen de la cultura occidental, con sus
raíces en Grecia y Roma.
A la carga histórica del concepto de discapacidad, propio de la cultura occidental, tenemos que
añadirle toda una serie de connotaciones e imaginerías que son desarrolladas y reforzadas a
cada momento por nuestros medios de comunicación masivos.
La propia denominación `discapacidad´, con la cual nos referimos a la situación social que
enfrentan de manera diaria algunas personas, es una designación convencional o un
eufemismo para reemplazar todas aquellas otras connotaciones que están asociadas a
términos equivalentes y, a los cuales la palabra discapacidad remplaza: invalidez, incapacidad,
etc. Términos que resultan más fuerte de manera sustantivada al referirse a las personas que
se encuentran en esta condición: inválido, minusválido, lisiado, contrahecho, anormal etc.
Las discapacidades físicas tampoco se libran de ser asociadas con terminologías, cuyas
connotaciones resuenan detrás de denominaciones `políticamente correctas´. De esta manera
se habla de cojos, sordo mudos, inválidos o `cieguitos´ que son términos con connotaciones
negativas.
En general no solemos darnos cuenta de que la discapacidad es una condición que invita
inconscientemente a la discriminación. Por lo cual, la única manera de evitar discriminar es
tomando conciencia del constante peligro de una inesperada irrupción de estos sentimientos y
connotaciones de inferioridad, de lástima o de pena, que reaparecen de manera inadvertida
en nuestro trato con personas con discapacidad y que están muy lejos de corresponder a un
trato neutro o igualitario.
Prejuicios y discapacidad
3
Los prejuicios acerca de la discapacidad tienen dos aspectos principales. Por un lado, son una
serie de representaciones, imaginerías, estereotipos y falsas ideas que de manera
preconcebida manejan las personas sin discapacidad. Pero, por otro lado abarcan también
aquellas actitudes, reacciones y tratos negativos que el común de las personas manifiestan
ante la experiencia que les suscita la presencia de personas con deficiencias notorias y
fácilmente perceptibles. Ideas y tratos prejuiciosos van de la mano.
Los prejuicios responden a mecanismos poco conscientes, pero aprehendidos, por los que,
quienes no han tenido la frecuencia o el hábito de una experiencia directa o cercana de las
personas con discapacidad, sacan conclusiones incorrectas de ellas sobre la base de
generalizaciones o estereotipos. Los prejuicios ponen al descubierto el desconocimiento
generalizado que hay sobre la realidad, habilidades, sentimientos y valores de la inmensa
variedad de personas con discapacidad y se convierten así en la principal fuente de actitudes
negativas, barreras y tratos discriminatorios o diferenciados que las personas sin discapacidad
imponen a las personas con discapacidad, exacerbando las desventajas e impidiendo su
adecuada inclusión social.
Paul Hunt, en su ensayo sobre la discapacidad, señala que hay cinco formas en que el estigma
de la discapacidad, como imagen o representación cultural, afecta a las personas con
discapacidad, pero de manera especial a los que presentan discapacidades severas.
Existen otros estereotipos prejuiciosos sobre las personas con discapacidad. Por ejemplo, las
personas con condiciones siquiátricas generan muchos estereotipos tales como que son
violentos, peligrosos, que no pueden trabajar, tampoco tomar decisiones, que no pueden
votar, que deben ser recluidos, etc.. Por lo que tienen el efecto nocivo e inmediato de reducir
de manera sustancial sus oportunidades para desarrollarse e integrarse socialmente.
El problema de los prejuicios, al igual que la discriminación que producen, es que se traducen
en la negación de muchos de los derechos humanos básicos para las personas con
discapacidad.
Con frecuencias las instituciones legales, sociales y políticas, que son llamadas a poner en
práctica las leyes y políticas antidiscriminación, fracasan en ese intento debido al prejuicio que
traen consigo los actores de esas instituciones, que son los que deben identificar la
discriminación y sancionarla. Sin embargo los prejuicios de tales actores les impiden ver
cuándo se presenta un trato diferenciado que se pueda calificar como discriminación.
Es claro que si la persona o instancia que tiene la difícil tarea de resolver si en un determinado
caso se ha presentado o no una situación de discriminación se encuentra inmersa en un
ambiente cultural prejuicioso en relación a la discapacidad, lo más probable es que esa
persona no logre identificar la discriminación, pese a la buena voluntad que tenga.
Esto muestra la necesidad de darle un enfoque cultural, educativo y formativo, a las medidas y
políticas que deban adoptarse para combatir el prejuicio y la discriminación que afecta a las
4
personas con discapacidad. En este punto los medios de comunicación juegan un papel muy
importante.
El prejuicio se basa en el hecho de ver la diferencia del otro como una `desviación´ o como una
`anormalidad´. Nos referimos a ellos como `los discapacitados´, `los otros`´, es decir, como a
aquellos que no tienen nada en común conmigo. El apreciar a los otros como `diferentes´ es el
comienzo del prejuicio. Esta forma distinta de percibir al otro es también la razón que explica
las diversas formas de exclusión que se generan, educativa, laboral o de transporte, a las que
la sociedad, constituida por una mayoría sin discapacidad, somete y oprime de manera
habitual. Lo que se convierte en una situación de injusticia y de violación de derechos que
experimenta una `minoría´ con discapacidad, respecto a los derechos que la mayoría sin
discapacidad suele tener garantizados.
El prejuicio contra la discapacidad no es algo natural, sino que es algo que se aprende en la
vida social. Es algo heredado, un producto social y cultural. Sin embargo, no es sólo la reacción
lo que se aprende o se hereda, sino que también se hereda un imaginario social de la
discapacidad y con ello una serie de representaciones culturales ligadas a la discapacidad que
se insertan en el inconsciente colectivo, en la moral pública y en la cultura de occidente. Es
este bagaje cultural y social que se configura como una de las principales causas de la
exclusión social.
Nuestra sociedad tiende a subestimar las capacidades de las personas con discapacidad,
desarrollando hacia ellos sentimientos paternalistas. Los activistas de los derechos de la
discapacidad plantean que para contrarrestar estas barreras mentales, no son los individuos
con discapacidad los que deben cambiar, forzando su naturaleza, sino la sociedad. Las
deficiencias de las personas no encierran en sí ninguna tragedia. No hay tragedia en la
5
discapacidad. La verdadera y única tragedia es que la sociedad y el Estado fallen y sean
incapaces de proveer una y otra vez las cosas más elementales que se necesita para llevar
vidas en igualdad de oportunidades, lo cual no es un asunto de caridad, sino un asunto de
derechos.
Las imágenes negativas que nuestras sociedades tienen sobre las personas con discapacidad
tienen una raíz histórica que provienen de usos y costumbres de la antigüedad, y que se
renuevan y perpetúan hasta hoy por efecto de la literatura y los medios de comunicación de
masas. Mucha de estas imágenes negativas se debe a la persistencia de tradicionales
concepciones erróneas. Las suposiciones estereotipadas sobre las personas con deficiencias se
basan en supersticiones, mitos y creencias que vienen de épocas anteriores, menos ilustradas.
Son inherentes a nuestra cultura y persisten porque se reproducen permanentemente a través
de medios de comunicación de masas tales como libros, películas, televisión, periódicos y
propaganda o avisos comerciales.
Además, al igual de lo que sucede con las actitudes racistas o machistas, los prejuicios y
suposiciones negativas sobre las personas con discapacidad también son adquiridos a través
del proceso de aprendizaje y transmisión de patrones culturales heredados de la tradición.
En la antigüedad grecorromana se desarrolló un culto por la perfección física que hizo que las
personas con discapacidad fueran vistas como cargas, promoviéndose así su sistemática
eliminación. En Esparta los niños con discapacidad eran lanzados a un barranco, al pie del
Monte Taigeto, por ser considerados inútiles e improductivos, y en Roma eran ahogados en el
río Tíber por esta misma razón. En muchos pasajes de la Biblia se observa cómo la discapacidad
se encuentra ligada a la idea del mal, al pecado, a la desobediencia o a los castigos divinos.
En la Edad Media las personas con discapacidad se convirtieron en objeto de diversión y burla,
haciéndose muy conocidos por ejemplo como bufones y arlequines, costumbre que ha
sobrevivido hasta ahora y que perdura todavía en los `circos´, en donde las personas con
discapacidad llaman la atención como atracciones y rarezas humanas.
En los primeros treinta años del siglo XX estos prejuicios heredados de la antigüedad se
fusionaron con ideas que provenían de la industrialización y el notable progreso científico. Tal
es el caso del darwinismo social que, buscando mejorar el patrimonio genético de la
humanidad, dio como consecuencia leyes de esterilización compulsiva en veintiséis estados de
los Estados Unidos, así como en Alemania y en la mayoría de países de Europa, a fin de evitar
que se propaguen ciertas discapacidades de origen genético. De esta situación a la eutanasia
por razones médicas, sólo había un paso. Ya no bastaba prevenir nacimientos, ahora había que
destruir vidas. Así, en 1939 durante la Alemania Nazi, se dio una ley que confinó a la muerte a
más de 300.000 personas con discapacidad, principalmente, con enfermedades mentales y
deficiencia intelectual. De esta manera, se regresó a la barbarie de destruir vidas tal como se
dio en la antigüedad grecorromana.
Lo importante en todo esto es ver de qué manera los prejuicios que generan estas imaginerías
culturales crean también barreras y desventajas, que afectan la valoración de las personas con
6
discapacidad, convirtiéndose así en una de las causas más importantes de la discriminación
que ellas experimentan y que determina su exclusión social.
Algunos de los principales estereotipos que por diferentes medios se sostienen y transmiten,
referidos especialmente a la discapacidad intelectual:
Las personas con discapacidad evocan para las personas sin discapacidad una serie de
cuestiones que éstas preferirían olvidar o por lo menos no tenerlas tan presentes. En otras
palabras, representan circunstancias que temen, a pesar de que estas circunstancias son parte
inherente de la condición humana y de su fragilidad y vulnerabilidad: la tragedia, la muerte, la
enfermedad, lo desconocido.
De esta manera los prejuicios sobre la discapacidad muestran más cosas de la sociedad y de la
mayoría opresora que hay en ella que de las personas con discapacidad y de la minoría
7
oprimida que ellas representan. Muestran los valores que imperan y predominan en la
sociedad.
Por otro lado, también nos muestran otra cosa: que los prejuicios y las actitudes negativas de
la propia sociedad afectan y discapacitan a las personas con discapacidad, en un grado mayor
que la realidad de sus propias deficiencias.
Por eso se dice que hay una sociedad `discapacitante´. Primero, porque la sociedad ignora a las
personas con discapacidad y, al no tenerlas en cuenta, construye un mundo inaccesible para
ellas, un mundo que las excluye de la vida ordinaria en todas sus manifestaciones. Pero, por
otro lado, no menos profundo y real, la sociedad las menosprecia y devalúa. La discapacidad es
percibida como un estigma cuando se tiene una visión devaluada de las personas con
discapacidad. Entonces, cabe señalar que se trata de un problema cultural y de valores en el
que se oponen las identidades de dos grupos culturalmente diferentes, que se encuentran
enfrentados: por un lado, tenemos al grupo mayoritario (dominante) de la sociedad, que no
tiene discapacidad, que se enfrenta, por otro lado, a los valores y a la valoración propia que de
sí mismos tiene el grupo de personas con discapacidad, que está sometido a opresión y
dominación, y que experimenta discriminación.
A las personas con discapacidad, lo que más les afecta no son sus propias deficiencias, sino el
rechazo, la visión de estigma, la discriminación, las barreras mentales, la indiferencia, la falta
de apoyo. Estas barreras y actitudes son las causas de la situación de opresión, desventajas y
exclusión que experimentan- La visión negativa de sí mismas, que la sociedad les impone, es la
causa de que muchas de ellas terminen por despreciar su propia vida y la perciban como una
situación de tragedia personal.
Mientras estos prejuicios se mantengan, las personas con discapacidad no podrán gozar de
una verdadera igualdad de oportunidades, como tampoco podrán acceder a los servicios de
salud, a la educación y al trabajo, quedando condenados a la segregación, al aislamiento y a la
soledad.
Reconocer el valor de las personas con discapacidad significa reconocer que tienen derechos:
derecho a decidir sobre sus vidas, a tomar decisiones, a ser consultados. Si reconocemos esto
podemos promover su participación y su capacidad de decidir, abriendo espacios, para que
esto se haga realidad. Por eso reiteramos la verdadera tragedia de las personas con
discapacidad no está en sus deficiencias, como se suele creer, sino en la opresión y trato
discriminatorio que reciben de la sociedad; que les impide llevar una vida social normal.
Se trata simplemente de aceptar las diferencias, sin atribuirles juicios de valor negativo a esas
diferencias compadeciendo, rechazando o ignorando
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La cultura de la discapacidad desafía nuestros propios prejuicios sobre nosotros mismos, así
como los prejuicios de la cultura de las personas sin discapacidad.
Los supuestos negativos sobre la pobre calidad de vida que experimentan las personas con
discapacidad, proviene de las personas sin discapacidad u generan uno de los problemas más
serios para la vida de las personas con discapacidad, pues muchas decisiones muy serias se
toman basados en estas erróneas suposiciones.
¿Qué hacer entonces para superar esta situación? Se debe desarrollar un pensamiento crítico
que examine y revise los propios supuestos así como todas aquellas creencias sobre la
discapacidad y las personas con discapacidad que se suelen aceptar pasivamente. Solo así nos
podremos liberar de estos estereotipos heredados. Sin embargo la tarea no es fácil pues, el
mismo lenguaje que usamos está impregnado por una ontología que también solemos aceptar
pasivamente.
Bibliografía de consulta:
- Goffman, Erving (1963), Estigma. La identidad deteriorada, Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
1970.
- Gurdián-Fernández, A.; Vargas Dengo, M.C.; Delgado Álvarez, C. y Sánchez Prada, A. (2020).
Prejuicios hacia las personas con discapacidad: fundamentación teórica para el diseño de una
escala. Revista Actualidades Investigativas en Educación, 20(1), 1-26.
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