Codigo de Etica Profesional para Abogados y Procuradores de La Provincia de San Luis Aprobado Por El C
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Codigo de Etica Profesional para Abogados y Procuradores de La Provincia de San Luis Aprobado Por El C
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los jueces, funcionarios, colegas y denunciarla a las autoridades competentes y
a los Colegios de Abogados.
No debe permitir que se usen sus servicios profesionales o su nombre para
facilitar o hacer posible el ejercicio de la profesión, por quienes no estén
legalmente autorizados para ejercerla. Afecta al decoro del abogado la firma
de escritos en cuya preparación o redacción no haya intervenido.
Es consustancial al ejercicio de la abogacía la defensa de los Derechos
Humanos, entendidos como la unidad inescindible de derechos civiles y
políticos, y derechos económicos, sociales y culturales, conforme los contenidos
de la Constitución Nacional y las declaraciones, cartas, pactos y tratados
internacionales ratificados por la República Argentina.
Es contrario y violatorio de los deberes fundamentales del ejercicio de la
abogacía el prestar servicio a la usurpación del poder político, aceptando
ingresar a cargos que impliquen funciones políticas o a la magistratura judicial.
Artículo 6.- Independencia y desinterés.-
a) El abogado debe guardar celosamente su independencia frente a los poderes
públicos, los magistrados y demás autoridades ante los cuales ejerza y
asimismo frente a sus clientes. En el cumplimiento de su cometido profesional
debe actuar con independencia de todo interés que no sea coincidente con el
de la Justicia y con el de la libre defensa de su cliente.
b) El abogado aunque deba defender su derecho a la digna retribución de su
trabajo, debe tener presente que el provecho es solo un accesorio del fin
esencial de la profesión y no puede constituir decorosamente el móvil
determinante de su ejercicio.
Artículo 7.- Estilo.-
El abogado debe guardar estilo en todos sus actos. Sin perjuicio del
entusiasmo y energía adecuados al ejercicio de su ministerio debe ser
moderado en sus expresiones verbales o escritas.
Artículo 8.- Responsabilidad.-
El abogado no debe excusar los errores u omisiones en que incurra en su
actuación, pretendiendo descargarlos en otras personas; ni de actos ilícitos
atribuyéndolos a instrucciones de sus clientes.
Artículo 9.- Perfeccionamiento del derecho y las instituciones.-
Los abogados ejercerán su profesión entendida como una función social,
asumiendo con responsabilidad la tarea de procurar el incesante progreso y
perfeccionamiento del derecho y de sus instituciones, conforme a los ideales de
justicia, libertad, seguridad jurídica y paz social.
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Es deber primordial del abogado respetar y hacer respetar las leyes y las
autoridades legítimas y abstenerse de cooperar en todo hecho o disposición
contraria o que viole los derechos y garantías individuales que consagra la
Constitución Nacional y Provincial.
Ha de ser defensor de las libertades civiles y políticas que aseguren el
respeto de la dignidad humana y el bienestar general.
Artículo 10.- Prevenir litigios y facilitar la conciliación.-
Es contrario a la dignidad del abogado fomentar conflictos o pleitos. En
cambio, debe favorecer las posibilidades de avenimientos, conciliaciones o
justas transacciones. Tal deber es más imperativo en los conflictos de familia y
en general entre parientes, en cuyos casos la intervención del abogado debe
inspirarse en el propósito de allanar o suavizar las diferencias.
Artículo 11.- Desinterés y solidaridad.-
Aún procurando siempre el logro de la justicia, el abogado tratará de evitar
toda situación innecesariamente enojosa. Dentro de la medida de sus
posibilidades y con sujeción a la ley y a las presentes normas, el abogado debe
prestar su asesoramiento con abstracción de que sea posible o no su
retribución. Le está impuesto en especial como un deber inherente a la
esencia de la profesión defender gratuitamente a personas de insuficientes
recursos.
Artículo 12.- Incompatibilidades.-
El abogado debe respetar las disposiciones legales que establecen las in
compatibilidades de la profesión, absteniéndose de ejercerla cuando se
encuentre en algunos de los casos previstos.
El abogado que actúe en política o desempeñe cargo público, debe
caracterizarse por una cautela especial, preocupándose en todo momento de
evitar que cualquier actitud o expresión suya pueda ser interpretada como
tendiente a aprovechar su influencia o su situación excepcional.
Artículo 13.- Cargas públicas generales y de la profesión.-
Debe el abogado cumplir con las cargas públicas que establecen las leyes en
general y muy especialmente las contenidas en las referidas a la profesión y
evitará excusarse, salvo en razón de causas reales, debidamente justificadas.
Artículo 14.- Estudio. Decoro en la atención de la clientela.-
El Estudio es indispensable para la debida actuación del abogado en el
ejercicio de la profesión.
a) El abogado debe cumplir la obligación de tener Estudio, manteniendo dentro
de la circunscripción judicial una oficina que sea suficiente para el ejercicio de
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su profesión y haciéndolo saber -al igual que los futuros cambios- a su Colegio
de Abogados.
b) En el Estudio debe centrar la atención personal y predominante de sus
asuntos y de los clientes, de modo que sirva para determinar el asiento
principal de su actividad profesional. El mismo Estudio puede serlo de dos o
más abogados y procuradores.
c) El local u oficina donde ejerce su profesión el abogado solo puede ser
compartido con colegas y procuradores o con profesionales cuyas actividades
guarden cierta afinidad, estándole prohibido destinarlo a otras actividades
incompatibles.
d) El abogado que teniendo el asiento principal de su profesión fuera de la
Provincia actúe en ésta y no establezca y atienda el Estudio en las condiciones
expresadas, debe fijarlo a los efectos de la ley y de la presente disposición, en
el Estudio de otro abogado o procurador de la Provincia.
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b) Tampoco puede celebrar, para ejercer su profesión, contratos de sociedad
con personas que no sean abogados o procuradores.
c) No debe ofrecer espontáneamente sus servicios.
Articulo 17.- Publicidad.-
a) El abogado debe reducir su publicidad y papelería a indicar la dirección de su
Estudio, títulos científicos y horas de atención al público. Tal publicidad debe
ser moderada y seria. Toda publicidad provocada directa o indirectamente por
el abogado con fines de lucro o en elogio a sí mismo, menoscaba la dignidad de
la profesión.
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II.- DE LAS RELACIONES DE LOS ABOGADOS CON SUS CLIENTES.-
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la antipatía del juzgado ni a la impopularidad, a de detenerle en el desempeño
de su deber. El cliente tiene derecho a los beneficios de todos los recursos o
defensas autorizadas por la ley y debe esperar de su abogado que apele a los
mismos, pero teniendo presente que la misión del abogado debe ser cumplida
dentro de los límites de la ley y que debe obedecer a su conciencia y no a la del
cliente.
b) Cuando actúe como apoderado debe ejercer la representación hasta que
haya cesado en su cargo conforme a las leyes.
Artículo 22.- Medios lícitos.-
Aunque la causa sea justa, el abogado no debe recurrir al empleo de medios
ilícitos para hacerla triunfar y rehusará toda proposición del cliente en tal
sentido.
Artículo 23.- Aclaraciones al cliente. Conflicto de intereses.-
En sus relaciones profesionales con el cliente el abogado se halla
básicamente sujeto a los siguientes criterios:
1.- Deberá:
a) Enterar al cliente de todas las circunstancias que puedan influir en la libre
elección del abogado. Asimismo, aceptado el caso, informará al cliente cuantas
veces éste lo requiera y aun espontáneamente, sobre la suerte y estado de los
trámites de la causa confiada y muy especialmente, de aquellas resoluciones
que puedan perjudicarle.
b) Asesorar al cliente sobre la necesidad y conveniencia de requerir la
colaboración de otros profesionales o peritos, obteniendo su consentimiento
para ello.
c) Procurar que sus clientes no incurran en la comisión de actos reprobados por
las presentes normas y velar por que guarden respeto a los magistrados,
funcionarios, contraparte, abogados y a terceros, que intervengan en el asunto.
Si el cliente persiste en su actitud, el abogado debe renunciar.
Artículo 24.- Consulta con otro colega.-
La proposición del cliente de dar intervención a otro abogado adicional no
puede ser considerada como prueba de falta de confianza, pues el asunto debe
ser dejado al criterio del cliente y por regla general, aceptarse la colaboración.
Cuando los abogados que colaboren un asunto discrepan, el conflicto de
opiniones debe ser expuesto al cliente para su decisión final.
Artículo 25.- Defensas penales.-
Cuando se trata de defensas penales el abogado procederá con sujeción a
las pautas determinadas a continuación.
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a) Puede asumir la defensa de causas penales, con abstracción de su opinión
personal sobre la culpabilidad del acusado. Toda persona acusada tiene
derecho a que se presuma su inocencia y a ser defendida, mientras no se
pruebe su culpabilidad y grado de la misma en juicio público, asegurándole las
garantías de defensas.
b) No debe aceptar el nombramiento de defensor sin tener plena conciencia o
seguridad de que con sus conocimientos y posibilidad de diligencia plena, la
situación del imputado o sus intereses, estarán debidamente garantizados.
c) Tendrá presente en toda circunstancia que lesiona la dignidad de la
profesión, que el abogado procure directa o indirectamente la obtención de
defensas penales, en desmedro de la libre elección de los clientes. Asimismo,
trabajar con suministradores de clientes a comisión o mediante la entrega de
propinas o porcentajes de honorarios o retribuciones de cualquier clase de
empleados públicos u otros terceros.
d) Procurará entrevistar personalmente a sus clientes detenidos o presos, con
la asiduidad que la mejor atención de sus causas exija. Debe poner al tanto a
sus defendidos de la marcha de los procesos. Y, asimismo asistir y controlar
personalmente el desarrollo de las audiencias.
e) Estimará con especial moderación sus honorarios cuando sus clientes sean
de escasos recursos.
Artículo 26.- Acusaciones penales.-
a) Cuando el abogado tenga a su cargo una acusación criminal, como
querellante o particular damnificado, o bien actúe como actor civil en causa
penal, debe considerar que su deber primordial es conseguir que se haga
justicia y no la condenación del acusado solamente.
b) Un abogado no debe amenazar con formular denuncias penales o presentar
o colaborar en la presentación de las mismas o de pruebas de cargos en juicios
penales, desnaturalizando la índole del caso.
Artículo 27.- Secreto profesional.-
El abogado debe guardar estrictamente el secreto profesional, con arreglo a
la limitación normada por el Artículo 29 y según los parámetros esenciales
siguientes:
a) No admitirá que se le exima de esta obligación por ninguna autoridad o
persona. Ella da al abogado el derecho ante toda autoridad de oponer el
secreto profesional y de negarse a contestar las preguntas que lo expongan a
violarlo.
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b) Evitará presentarse espontáneamente como testigo en las causas en que
intervenga. Si debiere introducir su propio testimonio, renunciara previamente a
la gestión en garantía de su imparcialidad y no puede reasumirla.
La renuncia no es necesaria si la propuesta de que preste declaración emana
del adversario.
c) Ningún asunto relativo a un secreto que se le confíe con motivo de su
profesión puede ser aceptado por el abogado sin consentimiento previo del
confidente.
d) La obligación de reserva comprende las confidencias recibidas del cliente, las
del adversario, las de los colegas, las que resulten de entrevistas para conciliar
o realizar una transacción y las hechas por terceras personas al abogado, en
razón de su ministerio. En la misma situación se encuentran los documentos
confidenciales o íntimos entregados al abogado.
e) Del mismo modo, el abogado debe prevenir a sus empleados de la
obligación de no revelar o usar las confidencias o secretos de sus clientes o de
los documentos confiados.
f) En la atención de casos internacionales el abogado procurará observar las
normas más rígidas que aseguren la protección del secreto.
Artículo 28.- Limitación del secreto profesional.-
a) La obligación del secreto profesional cede a las necesidades de la defensa
personal del abogado, cuando es acusado por su cliente, sus empleados o
terceros. En tal caso, puede revelar lo indispensable a su defensa y exhibir los
documentos confiados.
b) El abogado puede revelar lo estrictamente necesario para el ejercicio del
legítimo derecho al cobro de sus honorarios.
c) Cuando el cliente comunica a su abogado la intención de cometer un delito,
la reserva de la confidencia queda librada a la conciencia del abogado quien,
agotados otros medios, puede hacer las revelaciones necesarias para prevenir
el acto delictuoso o proteger a las personas en peligro.
d) Excepcionalmente, a instancia o previa expresa conformidad de su
confidente, o para evitar un mal mayor, puede el abogado revelar el secreto
profesional que el cliente le confiara, examinando rigurosamente la procedencia
de tal revelación.
Artículo 29.- Intereses encontrados o actuación que perjudique los
intereses del cliente.-
a) El deber de patrocinar o representar al cliente con absoluta lealtad y
fidelidad, y de no revelar sus secretos y confidencias, impide al abogado la
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aceptación subsiguiente de tareas profesionales que afecten el interés del
cliente, con respecto a los cuales se le haya hecho alguna confidencia.
b) Es contrario a la profesión o incluso ilícito, patrocinar o representar intereses
opuestos, en la misma o en ulteriores instancias, excepto consentimiento
unánime prestado después de una explícita aclaración de los hechos. Dentro
del sentido de esta regla existen intereses encontrados cuando se debe
simultáneamente defender o impugnar una misma medida.
c) El abogado debe informar inmediatamente a quien requiera sus servicios, las
relaciones que lo vinculen con la otra parte, de cualquier interés que tuviera en
el asunto y, en general, de cualquier circunstancia que pudiera ser adversa a
quien solicita su patrocinio de modo que si insistiese en el requerimiento lo
haga con pleno conocimiento de las circunstancias.
Artículo 30.- Requerir el consentimiento del cliente para reemplazo o
sustitución.-
a) El abogado debe requerir el consentimiento del cliente para hacerse
reemplazar por otro abogado en el patrocinio, defensa o mandato confiado,
salvo casos de impedimento súbito o imprevisto o de tener amplias facultades
para ello, previamente clarificadas al cliente, en cuyo caso igualmente avisará al
mismo.
b) El abogado sustituido en la defensa por otro colega no debe obstaculizar la
decisión del cliente y respetará su determinación de revocar la designación
anterior. El abogado se preocupará porque la sucesión en el mandato se realice
sin perjuicio para el cliente.
Artículo 31.- Bienes o documentos del cliente.-
En la guarda o tenencia o conservación o gestión de los bienes o
documentos del cliente el abogado dará riguroso cumplimiento a los principios
básicos siguientes:
a) Los fondos o valores del cliente que por cualquier motivo fueren percibidos
por el abogado, deben ser inmediatamente entregadas a aquél o aplicados al
objeto por él indicado. Del mismo modo procederá con documentos o papeles
privados que no les sean indispensables. La demora injustificada en comunicar,
aplicar o restituir, constituye grave falta a la ética profesional.
b) El abogado debe emplear celoso cuidado con el dinero, cosas o bienes de
sus clientes, evitando hasta la menor apariencia de descuido en su manejo. En
todos los casos deberá otorgar recibo del dinero, bienes o documentos que se
le entreguen.
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c) El abogado no debe disponer de los fondos de sus clientes que ingresen al
estudio. Las sumas de dinero recibidas para un destino especial deben
invertirse en el mismo y especialmente no deben modificarse en provecho
propio las órdenes de pago de aquellos.
d) El abogado debe tratar de evitar el ejercicio del derecho de retención sobre
el dinero, bienes o documentos de sus clientes, salvo casos extremos,
debidamente justificados. En caso de desacuerdo con el cliente, deberá requerir
inmediatamente la intervención del colegio.
Artículo 32.- Honorarios.-
El abogado debe ajustar la estimación y el cobro de sus honorarios a las
reglas de la ley y de las presentes normas.
Puede cobrar las consultas que emita, como asimismo su labor extra judicial.
Puede solicitar del cliente entregas a cuenta de gastos y honorarios, con la
debida moderación, al igual que formalizar convenios de honorarios con igual
espíritu.
Debe evitar los apremios y toda controversia con el cliente acerca de sus
honorarios, hasta donde sea compatible con su dignidad y derecho a l a justa
retribución. Sólo debe recurrir a la demanda contra su cliente, para impedir la
injusticia, la burla, la excesiva demora o el fraude, y en tales casos es
aconsejable que se haga representar o patrocinar por otro abogado.
La participación de honorarios entre profesionales es contraria a la dignidad
profesional cuando:
a) Se efectúe sin colaboración jurídica efectivamente prestada, o sin que exista
sociedad.
b) 0 sin que exista participación en un mismo estudio profesional. Constituye
falta que se eleven los honorarios en razón de una mera recomendación o
derivación del caso por otros colegas, que no les confiere derecho a pretender
participación, por tratarse de actitudes que afectan los intereses del cliente y la
libre competencia profesional.
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a) Pedir a los magistrados opiniones anticipadas o explicaciones verbales acerca
de resoluciones ya dictadas.
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b) El abogado no debe sustituir a sabiendas abogado o procurador en el
mandato o patrocinio de un litigante, cuando ello provoque separación del juez
de la causa por algún motivo legal.
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b) La confianza, la lealtad y la hidalguía deben constituir la disposición habitual
del abogado hacia sus colegas, a quienes facilitarán la solución de
impedimentos momentáneos que no le sean imputables, como ausencia, duelo,
enfermedad u otros semejantes. Ningún apremio del cliente debe autorizarlo a
apartarse de esta norma.
c) El abogado debe dar aviso al colega que haya intervenido en un asunto,
antes de aceptar el patrocinio o representación de la misma parte y procurar
que sean satisfechos integralmente sus legítimos intereses. El aviso previo no
es necesario cuando el colega ha renunciado expresamente al patrocinio o
mandato. Sin embargo, es recomendable que el nuevo abogado haga saber al
anterior su intervención en el asunto.
d) Los esfuerzos directos o indirectos para apoderarse de los asuntos de otros
colegas o captarse sus clientes, son indignos de quienes se deben lealtad en el
foro, pero es deber profesional dar consejos adecuados a quienes buscan
ayuda contra abogados infieles o negligentes. Es recomendable, aún en estos
casos, informar previamente al colega imputado.
e) El abogado que deba actuar contra un colega personalmente afectado, antes
de emprender actos judiciales deberá intentar una conciliación y a falta de
solución, por ante el Presidente del Colegio de la jurisdicción del afectado o el
miembro del Consejo Directivo que se designe.
En casos de urgencia en iniciar actuaciones judiciales, deberá informar por
escrito a su Colegio previa o simultáneamente a tal iniciación.
f) Cuando una persona que deba actuar contra un abogado no obtenga
patrocinio letrado, a su pedido el Colegio respectivo se lo proveerá por sorteo
de entre sus inscriptos. El abogado así designado deberá cumplir con tal misión
salvo supuestos de excusación.
g) El abogado que se encuentre en la necesidad de actuar por derecho propio
contra un colega afectado personalmente, observará el procedimiento previsto
en el inciso e). De no producirse la conciliación, ambos deberán hacerse
representar por colegas.
h) En general el abogado no puede usar en juicio escritos y datos obtenidos de
colegas sin autorización. Tampoco puede aprovechar de ningún modo la
confianza dada por el colega adversario. En particular no puede hacer uso en
juicio de escritos de carácter reservado que le hayan llegado del mismo colega
o de información confidencial de él obtenida.
i) Cuando el abogado con el consentimiento del cliente asocie otro colega a la
defensa, el asociado no deberá tener contacto directo con el cliente, salvo
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acuerdo. El abogado aceptará asociarse en la defensa requerida por el cliente,
únicamente con la conformidad del colega.
j) Cuando el abogado se valga de un colega o procurador, fuera de su sede, y
la elección del mismo sea suya y no de su representado, esta obligado a
proveerle suficientes fondos al iniciar la colaboración y a tutelar la satisfacción
de sus emolumentos y gastos al término del mandato o patrocinio,
respondiendo personalmente. En tales casos el corresponsal, aunque haya sido
escogido directamente por el cliente, no debe tener contacto con este último
sino por encargo del delegante. Si razones de urgencia requieren
comunicaciones directas del delegado con el cliente, ellas deben ser llevadas a
conocimiento del delegante.
k) Estas normas rigen también las relaciones entre abogados y procuradores,
quienes, en su trato mutuo, cuando sean asociados, se deben recíprocamente
la consulta e información indispensable para el debido cumplimiento de su
tarea profesional.
Los acuerdos celebrados entre abogados deben ser cumplidos. Los que
fueren importantes para el cliente deberán ser documentados, pero el honor
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profesional exige que, aún no habiéndolo sido, se cumplan como si constaran
en instrumento público.
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Artículo 47.- Trato con testigos y peritos.-
El abogado puede entrevistar libremente a los testigos de un asunto en
que intervenga, pero no debe inducirlos por medio alguno a que se aparten de
la verdad; debe disuadir al cliente si éste lo intenta. No debe delegar en
empleados el trato necesariamente personal con testigos y peritos.
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Artículo 52.- Regla general de alcance e interpretación.-
Los deberes particulares señalados en este Código no importan la
exclusión de otras reglas que, sin estar especificadas, derivan de normas
éticas generales o de otras que hacen a la esencia de la profesión.
Artículo 53.- Irrenunciabilidad de las normas éticas.-
Ningún convenio que celebre un abogado podrá enervar los alcances de
este Código o excusará sus obligaciones y responsabilidades profesionales,
aunque los clientes o personas perjudicadas renunciasen al derecho de exigir
su cumplimiento.
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