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Trama Mio Cid

Este documento resume la trama del poema épico Cantar de Mio Cid. Narra los tres cantares principales que componen la obra: el destierro de Rodrigo Díaz de Vivar, su conquista de Valencia y el matrimonio de sus hijas con los Infantes de Carrión, y finalmente como estos las afrentan y son derrotados por los capitanes del Cid en un juicio por combate.
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Trama Mio Cid

Este documento resume la trama del poema épico Cantar de Mio Cid. Narra los tres cantares principales que componen la obra: el destierro de Rodrigo Díaz de Vivar, su conquista de Valencia y el matrimonio de sus hijas con los Infantes de Carrión, y finalmente como estos las afrentan y son derrotados por los capitanes del Cid en un juicio por combate.
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TRAMA MIO CID

Primer cantar. Cantar del destierro (vv. 1–1084)


Tras ser acusado falsamente de haberse quedado con las parias que fue a recau-
dar a Sevilla, el Cid es desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI. Algunos amigos
suyos deciden acompañarlo: Álvar Fáñez, Pedro Ansúrez, Martín Antolínez, Pedro
Bermúdez etc. Antolínez aporta víveres y consigue un préstamo de los judíos Ra-
quel y Vidas para poder financiar el viaje, empleando en su favor el rumor de que
Rodrigo se ha quedado con las parias; así les deja en depósito y garantía dos co-
fres, en realidad llenos de arena, sin siquiera decirles qué hay en su interior. El rey
ordena que nadie los albergue mientras pasan hacia la frontera, por ejemplo
en Burgos; por nobleza el Cid se niega a aposentarse por la fuerza en una posada
y acampa a las afueras. Para evitarles peligros, deja a su esposa e hijas bajo el am-
paro del abad Sancho del monasterio de San Pedro de Cardeña, e inicia una cam-
paña militar acompañado de sus fieles en tierras no cristianas. Primero con-
quista Castejón y luego Alcocer y, por último, derrota en la batalla de Tévar al
conde don Remont, quien, lleno de soberbia por haber sido capturado por esos
"malcalçados", se niega a comer hasta que la amabilidad del Cid le hace deponer
su actitud. Con cada victoria envía una parte del botín (el llamado "quinto real")
al rey, a pesar de que no está obligado por haber sido desterrado, pues pretende
lograr el perdón real.

Segundo cantar. Cantar de las bodas de las hijas de Cid (vv. 1085–2277)
El Cid campeador se dirige a Valencia, en poder de los moros, y logra conquistar
la ciudad. Envía a su amigo y mano derecha Álvar Fáñez a la corte de Castilla con
nuevos regalos para el rey, pidiéndole que se le permita reunirse con su familia
en Valencia. El rey accede a esta petición, y el Cid puede mostrar orgulloso la ciu-
dad y su vega a su familia desde una alta torre; el rey incluso lo perdona y levanta
el castigo que pesaba sobre el Campeador y sus hombres, y tanta fortuna del Cid
hace que los infantes de Carrión pidan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol
(las hijas del Cid); el mismo rey pide al Campeador que acceda al matrimonio;
para terminar de congraciarse con él, accede, aunque no confía en ellos. Las bo-
das se celebran solemnemente, la celebración dura 15 días.

Tercer cantar. Cantar de la afrenta de Corpes (vv. 2278–3730)[editar]


Los infantes de Carrión muestran su cobardía ante un león que escapó de su jaula,
huyendo despavoridos. Algo similar ocurre en la lucha con el rey Búcar, que busca
recuperar Valencia. Los capitanes de las mesnadas del Cid ocultan el deshonor de
los Infantes al Cid y se burlan de ellos. Sintiéndose humillados, los infantes deci-
den vengarse. Para ello emprenden un viaje hacia Carrión de los Condes con sus
esposas y, al llegar al robledo de Corpes, las azotan y las abandonan dejándolas
desfallecidas, para que se las coman los lobos. El Cid ha sido deshonrado y pide
justicia al Rey. Este convoca Cortes en Toledo y allí el juicio empieza con la devo-
lución de la dote que el Cid dio a los infantes: sus espadas Tizona y Colada, y cul-
mina con el «riepto» o duelo en el que los representantes de la causa del Cid (los
mismos capitanes que habían ocultado la deshonra de los infantes), Pedro Ber-
múdez y Martín Antolínez, retan con elocuentes discursos y los vencen dejándolos
medio muertos y deshonrados. Se anulan sus bodas y el poema termina con el
proyecto de boda entre las hijas del Cid y los príncipes de Navarra y Aragón y, por
tanto, con la honra del Cid en su punto más alto.

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