Operativo y Especulativo
Operativo y Especulativo
Operativo y Especulativo
El punto de partida del error que indicamos consiste en lo siguiente: debido a que
la forma de la iniciación masónica está ligada a un oficio, lo que, por otra parte,
como hemos señalado, está muy lejos de ser un caso excepcional, ya que los
símbolos y ritos, en una palabra, sus métodos propios, en todo lo que tienen de
"específico", se apoyan esencialmente en el oficio de constructor, se ha llegado a
confundir "operativo" con "corporativo", deteniéndose así en el aspecto más
exterior y superficial, tal como es natural para quien no tiene ninguna idea o ni
siquiera ninguna sospecha de la "realización" iniciática. La opinión más extendida
podría entonces formularse así: los Masones "operativos" eran exclusivamente
hombres del oficio; poco a poco, "aceptaron" entre ellos, a título honorífico en
cierto modo, a personas ajenas al arte de construir (1); pero, finalmente, ocurre
que este segundo elemento se convierte en el predominante, y de ahí resulta la
transformación de la Masonería "operativa" en Masonería "especulativa", no
teniendo ya con el oficio sino una relación ficticia o "ideal". Esta Masonería
"especulativa" data, como se sabe, de principios del s. XVIII; pero algunos,
comprobando la presencia de miembros no obreros en la antigua Masonería
"operativa", creen poder deducir que éstos eran ya Masones "especulativos". En
todos los casos, parece pensarse, de una manera casi unánime, que la
transformación que da origen a la Masonería "especulativa" indica una
superioridad con respecto a aquello de lo que deriva, como si representara un
"progreso" en sentido "intelectual" y respondiera a una concepción de un nivel más
elevado; y no falta quien, a este respecto, opone las "especulaciones" del
"pensamiento" a las ocupaciones del oficio, como si fuera esto de lo que se trata
cuando es cuestión de lo que no proviene del orden de las actividades profanas
sino del dominio iniciático.
Es entonces fácil darse cuenta de lo que queda en el caso de una iniciación que
no es más que "especulativa": la transmisión iniciática subsiste siempre, puesto
que la "cadena" tradicional no ha sido interrumpida; pero, en lugar de la posibilidad
de una iniciación efectiva siempre que ningún defecto individual la obstaculice, no
hay más que una iniciación virtual, condenada a permanecer así por la fuerza de
las cosas, ya que la limitación "especulativa" significa propiamente que este
estadio no puede ser superado, siendo todo lo que va más lejos, por propia
definición, de orden "operativo". Esto no quiere decir, por supuesto, que los ritos
no tengan efecto en semejante caso, puesto que permanecen siendo siempre,
incluso aunque quienes los cumplan no sean conscientes de ello, el vehículo de la
influencia espiritual; pero este efecto es por así decir "diferido" en cuanto a su
desarrollo "en acto", y no es sino como un germen al cual faltan las condiciones
necesarias para su eclosión, residiendo estas condiciones en el trabajo
"operativo", sólo mediante el cual la iniciación puede tornarse efectiva.
A propósito de esto, debemos aún insistir sobre el hecho de que tal degeneración
de una organización iniciática no cambia sin embargo nada de su naturaleza
esencial, e incluso la continuidad de la transmisión basta para que, si se presentan
circunstancias favorables, una restauración sea siempre posible, debiendo
entonces necesariamente esta restauración ser concebida como un retorno al
estado "operativo". Sólo que es evidente que, más una organización está así
aminorada, más posibilidades de desviación, al menos parciales, existen, las
cuales, por lo demás, pueden naturalmente producirse en muchos sentidos
diferentes; y estas desviaciones, no teniendo sino un carácter accidental, hacen de
hecho muy difícil una restauración, aunque, a pesar de todo, ésta permanezca
todavía siendo posible en principio. Sea como fuere, una organización iniciática
que posea una filiación auténtica y legítima, independientemente del estado más o
menos degenerado al cual se encuentre reducida en la actualidad, no podría sin
duda ser confundida jamás con una pseudo-iniciación cualquiera, que no es en
suma sino una pura nada, ni con la contra-iniciación, la cual es algo, pero algo
absolutamente negativo, que va directamente contra el objetivo que se propone
esencialmente toda verdadera iniciación (9).
Por otra parte, la inferioridad del punto de vista "especulativo", tal y como hemos
explicado, muestra además, por añadidura, que el "pensamiento", cultivado por él
mismo, no podría en ningún caso ser competencia de una organización iniciática
como tal; ésta no es una agrupación donde se deba "filosofar" o librarse a
discusiones "académicas", no más que a todo otro género de ocupación profana
(10). La "especulación" filosófica, cuando se ha introducido aquí, es ya una
verdadera desviación, mientras que la "especulación" aplicada sobre el dominio
iniciático, si está reducida a sí misma en lugar de no ser, como normalmente
debería, sino una simple preparación al trabajo "operativo", constituye solamente
esa aminoración de la que anteriormente hemos hablado. Aún hay aquí una
distinción importante, pero que creemos lo suficientemente clara como para que
no sea necesario insistir más sobre ella; en suma, puede decirse que hay
desviación, más o menos grave según los casos, siempre que hay confusión entre
el punto de vista iniciático y el punto de vista profano. Esto no debe perderse de
vista cuando se quiere apreciar el grado de degeneración al cual una organización
iniciática puede haber llegado; pero, fuera de toda desviación, se pueden siempre,
de forma muy exacta, aplicar los términos "operativo" y "especulativo", con
respecto a una forma iniciática cualquiera, incluso si no toma a un oficio como
"soporte", haciéndolos corresponder respectivamente a la iniciación efectiva y a la
iniciación virtual.
NOTAS:
(*) Versión original en Etudes Traditionnelles, mayo a julio de 1936. Retomado como capítulo XXIX
de Aperçus sur l´Initiation.
(1) De hecho, estas personas debían no obstante tener al menos alguna conexión indirecta con
este arte, aunque no fuera sino a título de "protectores" (o patrones en el sentido inglés de la
palabra); de una manera análoga, más tarde, los impresores (cuyo ritual estaba constituido
principalmente por la "leyenda" de Fausto) "aceptaron" a todos aquellos que tenían alguna relación
con el arte del libro, es decir, no solamente a los libreros, sino también a los propios autores.
(2) No se puede, sin desviar por completo a las palabras de su sentido legítimo, dar otra
interpretación a la expresión "nacido libre" (free-born) aplicada al candidato a la iniciación, y que
con seguridad no tiene nada que ver con una "liberación" de supuestos "prejuicios".
(3) Estas Logias son llamadas Logias de Jakin, y el "capellán" mismo era denominado Brother
Jakin en la antigua Masonería "operativa".
(4) En realidad, deberíamos incluso decir que contaba obligatoriamente con dos, siendo el otro de
ellos un médico.
(5) Estos Masones no habían recibido por otra parte la totalidad de los grados "operativos", y
debido a ello se explica la existencia, en el origen de la Masonería "moderna", de ciertas lagunas a
las que era preciso por consiguiente colmar, lo que no puede hacerse sino mediante la intervención
de supervivientes de la "antigua" Masonería, mucho más numerosos en el s. XVIII de lo que creen
generalmente los historiadores.
(6) Ya hemos señalado esta diferencia anteriormente, a propósito del actual estado del
Compagnonnage y de la Masonería; los Compagnons llaman de buen grado a los Masones "sus
Hermanos especulativos", y, al mismo tiempo que esta expresión implica el reconocimiento de una
comunidad de origen, también cabe a veces cierto matiz de desdén que, a decir verdad, no está
completamente injustificado, tal como podrá comprenderse tras las consideraciones aquí
expuestas.
(7) La palabra speculum, en latín, significa en efecto "espejo".
(8) Aquí está, en suma, toda la diferencia que existe en griego entre los respectivos sentidos de las
palabras praxis y poêsis.
(9) Hemos tenido, a menudo, la ocasión de comprobar que tales precisiones no eran en absoluto
superfluas; así, debemos protestar formalmente contra toda interpretación que tienda, por una
confusión voluntaria o involuntaria, a aplicar a una organización iniciática cualquier indicación que,
en nuestros escritos, se refiera en realidad sea a la pseudo-iniciación, sea a la contra-iniciación.
(10) Jamás hemos podido comprender lo que quiere decir exactamente la expresión "sociedades
de pensamiento" inventada por algunos para designar a una categoría de agrupaciones que
parece bastante mal definida; pero lo que hay de seguro es que, incluso si existe realmente algo a
lo cual pueda convenir esta denominación, no podría en todo caso tener la menor relación con
ninguna organización iniciática.