Evaluacion II D Penal III

Descargar como rtf, pdf o txt
Descargar como rtf, pdf o txt
Está en la página 1de 10

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y JURIDICAS
SAN JOAQUIN DE TURMERO- ESTADO ARAGUA

EVALUACIÓN SUMATIVA II

AUTOR: Esdras Olivares


TUTOR(A): Josefina Melendez

San Joaquín de Turmero, Octubre, 2023


INTRODUCCION

El secuestro es el delito que más ha crecido en Venezuela en los últimos años.


La extorsión es la modalidad criminal de mayor auge en Latinoamérica. Son delitos que
en muchos ámbitos y legislaciones se relacionan, aunque son bastante diferentes.
Pueden ser frecuentes los casos de extorsiones basadas en amenazas de secuestro y
de secuestros en cumplimiento a las amenazas hechas; en algunas grandes bandas
delictivas algunos de sus miembros se dedican al secuestro, que requiere de elaborada
logística, mientras que otros del grupo practican la extorsión; muchas veces la extorsión
se genera desde las cárceles, cuando no existen suficientes controles y barreras por
parte de las autoridades.

El delito de extorsión tiene por objeto material a la persona humana que es


objeto del constreñimiento y obligada a hacer, tolerar u omitir, siendo clasificado por la
doctrina como objeto material personal, pues la acción directa contenida en el verbo
rector recae sobre la persona. Es importante aclarar que el objeto material puede ser de
tres tipos: personal, real o fenomenológico, hablando del segundo cuando la acción se
ejerce sobre una cosa y el tercero cuando recae sobre una construcción jurídica como
en el caso de la evasión de impuestos o de la omisión del agente retenedor.
ENSAYO

Existen múltiples variedades de secuestro, tipificadas por los organismos


internacionales.

 Secuestro con fines de extorsión.


 Secuestro con fines políticos o ideológicos.
 Secuestro entre grupos delictivos o dentro de ellos.
 Secuestro vinculado a disputas familiares o domésticas.
 Secuestro con fines de explotación sexual.
 Secuestro en el curso de otras actividades delictivas.
 Secuestro simulado o fraudulento.
 Secuestro “Exprés”.
 Secuestro virtual.
 Venta de víctimas de secuestro En Latinoamérica y especialmente el
país que nos ocupa, Venezuela, si bien ocurre cualquiera de las
modalidades, sólo dos de ellas alcanzan cuantitativamente proporciones
alarmantes:
 El secuestro con fines de extorsión, al que llamaremos “Secuestro
extorsivo convencional”, y;
 Secuestro “Exprés”.

Venezuela fue calificada como el quinto país del mundo con mayor cantidad de
secuestros y después de México, que ocupa el primer lugar en esa calificación, como el
segundo país con mayor cantidad de secuestros extorsivos convencionales y
secuestros exprés. Sin embargo, la tasa de secuestros de Venezuela, 3,26 por 100 mil
habitantes, es muy superior a la de México (1,93), lo que convertiría a Venezuela en el
primer país del mundo con mayor riesgo de sufrir un secuestro. A partir del año 2000 la
criminalidad se ha incrementado de forma constante en Venezuela, llegando
actualmente a poseer la segunda peor tasa de homicidios del mundo.

Sin embargo el crecimiento del delito de secuestro en los últimos 15 años ha


sido peor que el de los homicidios, como se evidencia en la siguiente tabla.

El delito de extorsión, por su parte, puede generar aún mayor cantidad de


modalidades y las estadísticas disponibles son menores. En Venezuela, en dónde no se
publican cifras delictivas oficiales desde el año 2004, es imposible dimensionar el
alcance del delito, sabiendo, adicionalmente, que las cifras negras o casos no
denunciados de extorsiones puede ser cuantioso. Cifras de otros países del continente
nos permiten ver el crecimiento de ésta modalidad delictiva.

En el año 2013 en México se recibieron 8.042 denuncias de extorsión (22


diarias), un aumento del 10,59% en relación al año anterior, sin embargo las encuestas
de victimización arrojan cifras mayores ya que recogen también los casos no
denunciados. En México la tasa de extorsión por cada 100 mil habitantes ha subido de
1,16 casos en el año 2000 a 6,79 casos por cien mil habitantes en el año 2013.

Se estima que la “cifra negra” de casos de extorsión es del 97,8%. En Colombia


se registraron 4.805 casos de extorsión en el 2013, lo que representa un incremento de
más del doble de los registrados el año anterior. El 95% de las extorsiones son
cometidas por delincuentes comunes y el 5% por LAS FARC.

Informes de instituciones especializadas señalan que el llamado “Triángulo del


Norte”, conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras, sería el “epicentro mundial
de la extorsión” con víctimas que van desde transportistas propietarios de autobuses y
taxis, pequeñas empresas o comercios. La dimensión del delito de extorsión en estos
países se debería a la presencia y fortaleza de las llamadas “maras” o grandes bandas
delictivas. El objetivo del presente reporte técnico, más que indagar en evolución,
causas o característica de los delitos de secuestros y extorsión, una vez mencionadas
su dimensión y definición, pretende centrarse en su prevención, manejo y
recomendaciones que puedan instrumentarse tanto a nivel de gobierno, sociedad,
empresas y particulares.

Definimos secuestro según los organismos internacionales: “Consiste en


detener ilícitamente a una persona o personas en contra de su voluntad con la finalidad
de exigir por su liberación un provecho ilícito o cualquier utilidad de tipo económico u
otro beneficio de orden material, o a fin de obligar a alguien a que haga algo o deje de
hacer algo”.

Según la Ley venezolana: Artículo 3. “Quien ilegítimamente prive de su libertad,


retenga, oculte, arrebate o traslade a una o más personas, por cualquier medio, a un
lugar distinto al que se hallaba, para obtener de ellas o de terceras personas dinero,
bienes, títulos, documentos, beneficios, acciones u omisiones que produzcan efectos
jurídicos o que alteren de cualquier manera sus derechos a cambio de su libertad, será
sancionado o sancionada con prisión de veinte a treinta años”.

Por consiguiente, extorción se define Según el diccionario de la Real Academia


Española:

 Amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra


alguien, a fin de obtener de él dinero u otro provecho.
 Presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle
a obrar en determinado sentido.

Según la Ley venezolana: Artículo 16. “Quien por cualquier medio capaz de
generar violencia, engaño; alarma o amenaza de graves daños contra personas o
bienes, constriña él consentimiento de una persona para ejecutar acciones u omisiones
capaces de generar perjuicio en su patrimonio o en el de un tercero, o para obtener de
ellas dinero; bienes, títulos, documentos o beneficios, serán sancionados o sancionadas
con prisión de diez a quince años. Incurrirá en la misma pena cuando las circunstancias
del hecho evidencien la existencia de los supuestos previstos en este artículo, aun
cuando el perpetrador o perpetradora no haya obtenido de la víctima o de terceras
personas dinero, bienes, títulos, documentos o beneficios, acciones u omisiones que
alteren de cualquier manera sus derechos”.

Según los organismos internacionales, para que los gobiernos tengan éxito
para combatir los secuestros, deben instrumentar:

 Procedimientos para obtener información, compilarla, analizarla y


evaluarla.
 Legislación apropiada y efectiva, y potestades adecuadas que reflejen
las “mejores prácticas” mundiales.
 Medidas preventivas para reducir las oportunidades para el secuestrador.
 Asociaciones eficaces que incluyan al sector público, al sector privado, la
comunidad y el público en general.
 Medidas eficaces de aplicación de la ley para aumentar los riesgos de
los secuestradores.
 Deslinde claro de funciones, responsabilidades y mecanismos de
coordinación.
 Recursos adecuados en cuanto a personal, equipos y capacitación.
 Procedimientos para realizar exámenes y evaluaciones periódicos.
 Promover la cooperación internacional policial y judicial.

Crear un organismo nacional encargado. El éxito o fracaso de las políticas o de


su ausencia se evidencia, por ejemplo, cuando se compara el manejo del problema en
Colombia y Venezuela. Colombia fue, hasta el año 2000, el país del mundo con mayor
cantidad de secuestros, con más de 3 mil casos ese año, logrando reducirlos a menos
de 300 casos en el 2014, al desarrollar una serie de políticas efectivas y consensuadas,
respaldadas por la firme voluntad del Estado en combatir de forma asertiva esa
modalidad delictiva. Por su parte, en Venezuela ha ocurrido el fenómeno contrario.
No se han definido políticas, no se ha buscado el consenso con gremios,
víctimas y afectados y se han cometido graves equivocaciones que más bien facilitaron
el surgimiento de nuevos actores en la modalidad del secuestro. Entre las “Medidas
erróneas” tomadas por el gobierno venezolano, destacan las tomadas en el año 2000 el
convertir al Estado en facilitador del pago de rescates en casos de secuestros de sus
ciudadanos cometidos en ese entonces por las FARC y ELN colombianos, creando un
modelo de impunidad que abrió las puertas al desarrollo de bandas locales de
secuestradores.

Las Organizaciones No Gubernamentales, universidades, centros de


investigación y medios de comunicación juegan un papel esencial en la conformación
de un contexto general que frene, combate, desarticule y disminuya el delito de
secuestros. Los movimientos de rechazo al secuestro, sean estos mediantes
manifestaciones públicas, pronunciamientos, actividades culturales coadyuvan a crear
un ambiente de profundo rechazo hacia ésta modalidad delictiva, sirve de mecanismos
de presión para que las autoridades a cargo tomen, profundicen o rectifiquen medidas
para ser más eficientes contra el secuestro.

La tendencia observada en diferentes países Latinoamericanos de


endurecimiento de las leyes contra el secuestro, de aumentar las penas, cuando
muchas veces en estos países el sistema judicial adolece de debilidades en su
aplicación, no parece arrojar los resultados que los legisladores hubieran deseado.
Mientras que otras iniciativas de inteligencia policial, cuerpos o unidades
especializadas, prevención y desestimulo del secuestro, reduciendo su impunidad,
parecieran caminos más asertivos.

CONCLUSION
Si bien la realidad que existe en Venezuela obliga a la participación de todos,
particulares, empresas y sociedad civil en la prevención y combate de los delitos de
Secuestro y Extorsión, la obligación y responsabilidad fundamental para controlar y
reducir esas modalidades delictivas reside, más que en ninguna otra parte, en el
estado, en las autoridades, muy especialmente en el Ejecutivo Nacional, del cual
dependen directamente las policías nacionales, la Guardia Nacional, las prisiones, los
organismos de inteligencia y la cooperación internacional.

Sólo el Estado posee las facultades, recursos y capacidad para enfrentar los
delitos de secuestro y extorsión. Lo que puedan hacer los ciudadanos, empresas o
sociedad civil en materia de prevención sólo serán paliativos destinados a que los
secuestradores y extorsionadores se busquen a víctimas más propicias, pero nunca
lograrán la erradicación o disminución de esas modalidades delictivas. Como hemos
visto, existen manuales de organismos internacionales para ayudar a los Gobiernos a
fijar hojas de ruta y políticas que ya han evidenciado arrojar resultados positivos,
existen también exitosas experiencias internacionales en estas materias. Un ámbito en
el que los aportes de la sociedad civil, gremios, investigadores, medios de
comunicación, víctimas y familiares sí pueden y deben tener amplia participación es en
la formulación o revisión de las políticas públicas sobre el secuestro y la extorsión; y por
parte del Gobierno la obligación de escuchar, consultar y solicitar estas opiniones.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Sitio web;
https://repository.icesi.edu.co/biblioteca_digital/bitstream/10906/84355/1/
T01436.pdf

Sitio web; https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-


iberoamericana-ciudad-de-mexico-tijuana/derecho-penal-i/ensayo-secuesto/
42847147

También podría gustarte