El Maestro-De Esgrima

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ANÁLISIS LITERARIO DE: EL MAESTRO DE ESGRIMA

Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Revete Gutiérrez es un escritor, periodista y académico de la real

academia española nacido en noviembre de 1951.Tras 21 años como periodista,

comenzó su carrera como escritor en 1986 con la publicación de “El húsar”, entre

sus obras más destacadas se encuentran; El club de dumas, La carta esférica y

hombres buenos.

“El maestro de esgrima” fue publicado en el año 1988, esta obra es de misterio y

ficción histórica, es acerca de Jaime Astarloa un viejo y reconocido maestro de

esgrima que vive en paz y soledad, imparte clases a algunas personas

importantes, uno de ellos es Luis de Ayala mejor conocido como el marques de los

Alumbres quien estuvo involucrado en la política durante cierto tiempo. Para aliviar

su soledad acude con regularidad a “el progreso” allí visita a sus amigos quienes a

diferencia de él tienen opiniones acerca de la época en la que viven y dos de ellos

siempre tienen debates acerca de la monarquía en especial Agapito Cárceles

quien es federalista y antimonárquico y Don Lucas quien está a favor de la

monarquía.

La paz de Jaime se ve perturbada con la llegada de Adela de Otero una joven

bella y hábil en el arte de la esgrima, quien solicita tomar clases, pero al inicio

Jaime no acepta ya que en esa época no era común que las mujeres practicaran

ese deporte, él se enamora de Adela, sin embargo, ella oculta algo, ya que lo

utiliza para llegar al Marques de los alumbres sin que nadie sospeche nada,

cuando por fin lo conoce, ella deja de acudir con Jaime y no sabe nada de ella,

tiene un encuentro muy extraño con la joven, también una pesadilla de una

muñeca sin ojos. En una de sus clases, el marqués de los alumbres le entrega

unos documentos y le pide que no le mencione nada a nadie, poco después Luis

De Ayala es asesinado, por esa razón Jaime decide leer los documentos, pero ya
que no comprende nada de política, decide acudir a Agapito Cárceles, sin

embargo, justo cuando se disponían a leerlos, la policía lo va a buscar a su casa y

deja a Agapito en su casa. La policía lo lleva a la morgue y le muestra un cuerpo

femenino sin ojos y con el rostro desfigurado, él siente paz después de verla

muerta ya que siempre había sospechado que ella lo había utilizado para llegar al

marqués. Cuando vuelve a su casa su amigo ya no estaba, él se llena de ira y va a

buscarlo a su casa, pero nadie abre así que decide entrar por la terraza y se

encuentra con algo aterrador, Agapito amarrado a su cama, completamente

desnudo y con heridas que parecen navajazos, se da cuenta de que no está solo y

tiene un combate con dos hombres, a uno le rompe la nariz y a otro le da dos

botonazos, sorprendentemente sale ileso. La policía ya sabe todo lo ocurrido y lo

regañan por no haber dicho nada además le informan que Agapito intentó pedir

dinero por su silencio. le recomiendan irse de casa, pero el no los escucha y se

queda en casa esperando a que lleguen por él, Adela Otero se aparece y le

confiesa que lo utilizó para llegar al Marques y que ella lo asesinó porque se sentía

en deuda con el hombre que la salvó y asesinó a su sirvienta para fingir su muerte,

lo llama ingenuo, le confiesa que sabe que la ama e intenta seducirlo para matarlo

con un pasador de concha, él se salva de la muerte por segunda vez y huye,

Adela intenta asesinarlo de nuevo pero él se las arregla para matarla, es así como

termina la historia.

ESTRUCTURA INTERNA

esta novela trata temas como el poder, la ambición, la política y la pérdida de

valores como la lealtad y honradez.


JAIME ASTARLOA

La personalidad del maestro constituye el núcleo central de la novela. Encarna al

héroe tradicional literario por su ideal caballeresco y la firmeza de sus

convicciones, aun cuando estas pueden costarle la vida, una vida destinada a

cumplir una misión que parece imposible. Es íntegro y fiel a sus principios y

defiende a ultranza aquello que considera verdaderamente importante en su vida.

El resto de cosas del mundo le traen sin cuidado. Se trata de un personaje que

constituye un compendio de otros personajes y obras literarias, como se observa

desde la cita inicial -«Soy el hombre más cortés del mundo (…)», de Heine-,

pasando por Clarín, Galdós…, hasta las referencias en las descripciones o

aportaciones de otros personajes que lo acercan a don Quijote y al propio

Cervantes: «La nariz ligeramente aguileña bajo una frente despejada y noble (…)»

[p. 21], «El joven Quijote, lo había llamado uno de los periódicos que se ocupaban

del caso» [p. 76], «Usted es el hidalgo que no sale a los caminos porque los

molinos de viento los lleva dentro» [p. 128]. Temas para los profesores. CARIDAD

MIRALLES ALCOBAS Y ROSA MARTÍNEZ GRACIÁ 2 La descripción del

personaje, sin embargo, se nos escamotea al principio de la novela, siendo

precedida por la de otro personaje, Luis de Ayala, del que hablaremos más

adelante. Gran parte de estas descripciones coincidirán con momentos en los que

el personaje se mira al espejo realizando su aseo personal o ensayando poses de

esgrima, con lo que el lector comparte la propia imagen que el maestro tiene de sí

mismo y lo vemos con sus mismos ojos en numerosas ocasiones [pp. 24-25, 79,

105, 182, 311…]. La apariencia física del personaje (prosopografía) es la de un

hombre de más de cincuenta años, delgado, con fuerte musculatura, nariz

aguileña, frente amplia, ojos grises, bigote cuidado -«a la vieja usanza», como su

forma de vestir- y de semblante agradable. El narrador volverá a recordarnos sus

rasgos en la última página de la novela, cuando todo ha concluido, delante de un


espejo que le devuelve una imagen más envejecida, pálida, con una mano

ensangrentada, pero con dignidad y orgullo.

ADELA DE OTERO

Se trata de la antagonista de Astarloa, el único personaje capaz de resquebrajar

su existencia ritual gracias al poder de la seducción y a su hábil manejo del florete.

A pesar de sus terribles crímenes, ella también actúa movida por su propio código

moral, en este caso la gratitud a un benefactor que le salvó la vida y le proporcionó

cultura y dinero como si de su propia obra se tratara, sin esperar nada a cambio

[pp. 277-278]. Todo ello le sirve para justificar sus actos («Yo no he hecho sino

desempeñar el papel que me fue asignado por el Destino. Le aseguro que no he

puesto en ello ni un ápice de maldad más que la estrictamente necesaria» [p. 304])

e incluso para diluir su personalidad en función de la lealtad debida a su mentor

(«Yo no existo», le dice a Astarloa y este recuerda sus palabras cuando la cree

muerta [pp. 137, 236]). Lo primero que destaca en su descripción [p. 49] es su

mirada, unos ojos de color violeta con destellos dorados que hechizan al maestro

con solo mirarlos y que ella se encarga de potenciar con su vestuario y adornos.

La mirada del personaje aparece representada en sus distintos matices a lo largo

de la obra: hermosa, helada, enigmática, de odio, cruel, asustada… [pp. 49-50, 56,

65, 121, 159-161, 302…]. De su aspecto físico destaca igualmente su sonrisa

enigmática marcada por una cicatriz en la comisura derecha de la boca y que se

muestra contraída en los momentos del duelo [pp. 88, 302]. Adela se acerca al

maestro siguiendo un plan perfecto. Consigue vencer sus reticencias sobre

enseñar a una mujer e inicia su propio combate, el de la seducción. El misterio

rodea a este personaje y fascina al veterano esgrimista: elude hablar de su

maestro y su procedencia [pp. 97-98] y confiesa tener -como Astarloa

identificándose con Eneas- «una Troya ardiendo a sus espaldas» [p. 136]. El
efecto sorpresa que se consigue con su reaparición reafirmará la identificación de

este personaje con un espejismo [p. 276]. Pero incluso entonces, cuando ya ha

confesado sus crímenes, en dos ocasiones parece querer salvar la vida a Astarloa

(«Quizás todavía estemos a tiempo», «Se lo ruego. Todavía estamos a tiempo»

[pp. 294, 298]), si bien pronto comprendemos que sus verdaderas intenciones son
otras, intenciones que serán frustradas por su maestro de esgrima.

LUIS DE AYALA.
Aristócrata, ocioso, hedonista, pragmático, aficionado al juego, a los puros

habanos y a las aventuras amorosas, confiesa no haber leído un libro Temas para

los profesores. CARIDAD MIRALLES ALCOBAS Y ROSA MARTÍNEZ GRACIÁ 5

en su vida, y sin embargo en sus conversaciones con el maestro de esgrima utiliza

algunas expresiones literarias: «Creo que Cervantes escribió algo sobre eso…

usted es el hidalgo que no sale a los caminos»; «¿Cómo va su búsqueda del

Grial?»; «lo mío es la disipación, un tapete en cualquier casino y unos ojos

hermosos a mano» [pp. 22-23]. Aun así, su forma de expresión es muy coloquial,

utiliza un registro familiar para el lector contemporáneo, como podemos comprobar

en estos ejemplos: «Nada que envidiar a esas mariconadas que se beben en el

extranjero», «Maldita sea mi estampa, don Jaime», «Por las llagas de Sor

Patrocinio, maestro» [pp. 18, 19], «Me he enamorado como un lechuguino

cualquiera. Hasta las cachas.» [p. 19], «Por los cuernos de Lucifer… me ha dejado

usted hecho un nazareno» [p. 21]. Ello revela una caracterización peculiar de la

supuesta aristocracia española de la época, lejana en su refinamiento cultural de

otras noblezas europeas. Amante también de la esgrima y de la conversación con

su maestro, reflexiona sobre él, sobre sí mismo, sobre lo divino y lo humano,

también sobre la situación política, en la que ya no participa (ocupó una importante

secretaría en Gobernación, fue nombrado por el ministro, su tío materno don


Joaquín Vallespín). Es consciente de su propio cinismo y no escapa a

remordimientos que afloran cuando conversa con el protagonista: la voz de «su

conciencia dormida» [p. 130]. Termina siendo víctima de sus propias pasiones: su

orgullo, su ambición, su inclinación a las mujeres y las intrigas política.

Esta obra de desarrolla en Madrid (calle Riaño, el progreso, paseo del prado, plaza

mayor)

La obra de desarrolla en 1966, los momentos precedentes al derrocamiento de

Isabel II.

Nombre: Fannya Linnet Reyes Lucero

Número de cuenta: 323309714

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