Medicina Del Trabajo

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MEDICINA DEL TRABAJO

Es una ciencia moderna en la que se van reuniendo los conocimientos


higiénicos, médicos, quirúrgicos, terapéuticos y legales relacionados con el
trabajo.
Constituye la especialidad de la Medicina que se ocupa de cuidar la salud de
los trabajadores y efectuar controles del estado de aptitud de los mismos, de
modo que, conociendo el perfil del puesto o tarea que éstos desempeñan y
evaluando los riesgos en el ambiente de trabajo, puedan optimizarse las
acciones de prevención de las enfermedades relacionadas con el trabajo y los
accidentes laborales.

El concepto de Salud es, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), es


un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades. Este concepto implica una armonía
de todos los aspectos que hacen a la vida del hombre inmerso en la sociedad.
A la luz de ésta visión integradora, la importancia de la Medicina del Trabajo
radica en la toma de conciencia, del valor de mantener un estado de salud
óptimo en los trabajadores, cuidando su aptitud individual, las condiciones que
le brindan el medio ambiente y las características de la tarea o puesto de
trabajo. Todo ello, interrelacionado, redundará en una potenciación de su
respuesta ante el trabajo, logrando mayor rendimiento en la tarea, evitando los
riesgos de sufrir accidentes o padecer enfermedades profesionales. Además
debe considerarse que el trabajo es un derecho que dignifica a la persona, y a
través de sus habitantes, al país que los cobija.

Relaciones con otras especialidades y ciencias del área de la salud


Es una especialidad en la cual el conocimiento que tiene el médico de la
Clínica general es imprescindible a fin de poder determinar las alteraciones o
desvíos del funcionamiento normal de cada uno de los órganos y sistemas del
cuerpo humano. A la vez, la Medicina del Trabajo se nutre de muchas
especialidades médicas y de otras Ciencias de la Salud, ya que debe evaluar
estado de salud y/o aptitud psicofísica del trabajador y analizar las patologías
vinculadas a los riesgos laborales. De éste modo, consideraremos su
vinculación con:
- Dermatología: abarca el conocimiento de las enfermedades de la piel,
alergias, inflamaciones agudas o crónicas, cáncer de piel, etc., afecciones que
pueden originarse por contacto con sustancias alergizantes, tóxicas,
radiaciones u otras.
- Oftalmología: debe registrarse en las fichas médicas la agudeza visual, la
corrección o uso de anteojos, la visión cromática o de los colores, etc.
- Cardiología - Vascular periférico: debe reconocerse antecedentes de
afecciones cardíacas, circulatorias, arteriales y venosas, hipertensión arterial,
etc.
- Otorrinolaringología: asegura el control de la audición, olfato, alteraciones,
de la voz o el lenguaje, alergias, etc.
- Neumonología: permite conocer función respiratoria, asma, antecedentes de
enfermedades o infecciones pulmonares, etc.

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- Alergología: ayuda a conocer antecedentes de reacciones alérgicas de
contacto, alimentarias, inhalatorias o medicamentosas.
Traumatología: permite reconocer enfermedades del esqueleto óseo y
muscular, alteraciones motrices, posturales, secuelas de traumatismos y
fracturas, pérdidas anátomo-funcionales, etc.
- Hematología: reconoce anemias, trastornos de coagulación que aumentan el
riesgo de hemorragias, etc.
- Gastroenterología: Identifica antecedentes de patologías digestivas, gastritis,
úlceras, enfermedades hepáticas, etc.
- Nefro-urología: valora la función renal, antecedentes de infecciones urinarias
frecuentes, etc.
- Gineco-obstetricia - Fertilidad: reconoce antecedentes de infertilidad en
ambos sexos, casos de abortos espontáneos, antecedentes obstétricos en
gral., etc.
- Oncología: investiga antecedentes de cáncer familiar, valora el riesgo de
desarrollo de cáncer por manipulación o inhalación de sustancias
carcinogenéticas, radiaciones ionizantes, elementos radioactivos, etc.
- Odontología: conoce la salud bucal, ausencia de elementos dentarios, uso
de prótesis, etc.
- Bioquímica: efectúa análisis periódicos de rutina y determinaciones para
diagnóstico de enfermedades crónicas como enfermedad de Chagas,
brucelosis, SIDA, etc.
- Nutrición: permite detectar trastornos alimentarios que puedan afectar el
rendimiento laboral
- Psicología: ayuda a conocer alteraciones del comportamiento o de la
personalidad que puedan ocasionar conflictos en la relación laboral.

Reseña histórica
La historia de la Medicina del Trabajo reconoce una época antigua. En la biblia
existe la alusión al trabajo como un castigo divino en la vida del hombre
("ganarás el pan con el sudor de tu frente"). Ya antes de la era cristiana, en el
Código de Hamurabi, dictado durante el reinado de éste poderoso monarca
babilonio (2550 años antes de J.C.), figuraban las sanciones al médico que no
cumplía con los deberes de la ciencia, y también numerosas prescripciones
sobre todo de orden quirúrgico, acerca de las operaciones en los ojos, huesos
y partes blandas.
Hipócrates (médico griego, considerado el padre de la medicina, siglo V AC), y
posteriormente, Galeno (célebre médico griego, siglo II DV), se preocuparon
por las enfermedades derivadas de ciertos trabajos insalubres. Hipócrates
decía "qué pueden conocer los médicos de los mineros que enferman de
tuberculosis, si nunca asomaron su cabeza en una mina", pensamiento que
involucra una premisa básica de esta ciencia.
Los griegos introdujeron conocimientos de orden sanitario, como el descanso
semanal del día sábado, lo que puede interpretarse como una medida digna de
incluirse en la Higiene del Trabajo. También establecieron la inspección de la
carne en los mataderos públicos, la prohibición del consumo del cerdo para
evitar la Triquinosis (enfermedad parasitaria transmitida al consumir carne
porcina contaminada); también determinaron el aislamiento de los leprosos.
Todo este conjunto de disposiciones que figuran en textos bíblicos y en el

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Talmud, constituyen importantes antecedentes a la ciencia de la Higiene
Social.
En la Edad Media, surge una visión nueva en el seno de la Iglesia Católica
respecto del sentido humanista que se le intentaba dar al trabajo, con la
interpretación de Santo Tomás de Aquino sobre las enfermedades mentales, a
las que consideraba, correspondían a "gente que no quería trabajar". Con la
conquista de América, el papel de la Iglesia contribuyó a proteger al indígena
combatiendo condiciones de esclavitud que les imponían los conquistadores,
enseñándoles a los aborígenes técnicas de agricultura y labores artesanales,
en las misiones que se conformaban al amparo de los religiosos.
La Iglesia Católica también participó con su opinión jerarquizando al trabajo en
relación al hombre, y la humanización que debe conllevar su práctica. Así, a
fines del siglo XIX, durante el pontificado del Papa León XIII, en la encíclica
Rerum Novarum, se expresa la dignificación del hombre a través del trabajo.
En 1965, el Concilio Vaticano II, en su encíclica Gaudium et Spes alude a las
condiciones laborales y al descanso, también trata el derecho de los
trabajadores a asociarse para estar representados y defender sus condiciones
laborales. Berdandino Ramazzini, médico nacido el 5 de Noviembre de 1633 y
fallecido el 5 de Noviembre de 1714 fue quien dio origen a la Medicina del
Trabajo a través de su obra escrita en el latín en 1701: “de morbis artificium
diatriba”. En la misma, describe las enfermedades de 52 oficios (texto
traducido por la OMS al inglés en 1949). Ramazzini llevó a la profesión médica
un nuevo enfoque diagnóstico traducido en este pensamiento: "antes de tomar
el pulso e interrogar sobre los síntomas, el médico debería inquirir al paciente
sobre su ocupación u oficio. Por ello, es considerado el padre de la Medicina
del Trabajo, y el 5 de Noviembre, fecha de su nacimiento y muerte, se
conmemora el día del médico del trabajo.
En el siglo XVII surge la máquina, superando la era del trabajo artesanal, para
iniciar la era del maquinismo o de la revolución industrial. A partir de entonces,
la máquina viene a aliviar al hombre en el trabajo, pero también lo somete a
mayores accidentes, u otro tipo de enfermedades originadas por su uso. Es así
que, lentamente, comienzan a establecerse leyes que reglamentan las
diferentes actividades, sus riesgos y el modo de prevenirlos.
La Medicina del Trabajo cobró auge a fines del siglo XIX en algunos países
europeos como Inglaterra, existiendo antecedentes de leyes protectivas en
España y Francia. También alcanzó por ésta época gran desarrollo en Estados
Unidos, siendo considerada en nuestro país recién en el último siglo, a través
de la legislación en la materia.

Finalidades de la Medicina del Trabajo


- Fomentar y mantener el mas elevado nivel de bienestar físico, psíquico y
social de los trabajadores (según el concepto de salud para la OMS).
- Interrelacionar todas las profesiones vinculadas al bienestar y prevención en
el ambiente de trabajo (médicos, técnicos en higiene y seguridad, enfermeros,
ingenieros, arquitectos, nutricionistas, administradores de empresas,
economistas, etc).
- Prevenir los daños causados por el mismo trabajo.
- Proteger los riesgos de productos o elementos nocivos para la salud del
trabajador (sustancias tóxicas, polución ambiental, sustancias radiogenas, etc).

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- Colocar y mantener al individuo de acuerdo a sus aptitudes fisiológicas y
psicológicas (horas de trabajo, turnos, descansos, alimentación, y nutrición en
relación a las necesidades laborales).
- Adaptar el trabajo al hombre y este a su trabajo.

Propósitos de la Medicina del Trabajo

Medicina del
Trabajo

Hacer el trabajo
inocuo para la vida
Hacer la vida apta (que no resulte Cooperar con la
al trabajo (trabajar perjudicial o ciencia política a
con confort, agrado insalubre). la mejor existencia
y sustento y convivencia
adecuado). social.

Legislación

LEY 9688: En el año 1915, surge como primer antecedente jurídico en nuestro
país la presente ley, que describe los accidentes de trabajo y las enfermedades
profesionales. Esta ley surge a partir de un accidente que ocurrió en el
Riachuelo, siendo una ley curativa, y no preventiva.

LEY 24028: Posteriormente, ésta primera ley es reemplazada por la ley 24028,
también curativa, de accidentes de trabajo (publicada en el Boletín Oficial en
Diciembre de 1991). La misma, responsabiliza a los empleadores sobre los
daños psicofísicos sufridos por los trabajadores por el hecho o en ocasión del
trabajo, dejando librado a aquellos la posibilidad de contratar un seguro para
cubrir el tratamiento y el resarcimiento o indemnización que correspondiere en
caso de sufrir algún accidente sus empleados.
Durante la vigencia de ésta ley, las incapacidades resultantes por secuelas en
accidentes de trabajo (ejemplo: pérdida de los dedos de una mano, o de toda la
mano, pérdida de un ojo, etc.) eran valoradas y fijadas en base a ciertas tablas
indicativas, aunque sin un criterio que determinara una uniformidad en su
determinación. Este trámite se hacía en sede de las Direcciones Provinciales o
Nacionales de Trabajo, adonde eran evaluadas en junta médica por médicos
de dichos organismos, quienes establecían acordando las partes interesadas,
un porcentaje de incapacidad, que luego se traducía en un valor monetario
como indemnización a cobrar por el damnificado, o sus derecho habientes en
caso de muerte en accidente de trabajo.

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LEY 19587: La primera ley que se ocupó en forma preventiva en nuestro país
del tema de la salud ocupacional fue ésta ley, llamada de "Higiene y Seguridad
en el Trabajo", la cual data de Abril de 1972, cuyo Decreto Reglamentario es el
Decreto Nacional 351/79.
Esta ley sirve de marco referencial para las condiciones que debe tener cada
ambiente de Trabajo, a fin de "garantizar las normas técnicas, y medidas
sanitarias, precautorias, de tutela o de cualquier otra índole que tengan por
objeto:
a.- proteger la vida, preservar y mantener la integridad psicofísica de los
trabajadores.
b.- prevenir, reducir, eliminar o aislar los riesgos de los distintos centros o
puestos de trabajo.
c.- estimular y desarrollar una actitud positiva respecto de la prevención de los
accidentes o enfermedades que puedan derivarse de la actividad laboral".
La misma norma en su artículo 5, punto a, establece la "creación de servicios
de Higiene y Seguridad en el Trabajo y de Medicina del Trabajo, de carácter
preventivo y asistencial".
El Decreto Nº 351/79, que es el reglamentario de ésta ley, fija a partir de su
título III, las Características Constructivas de los Establecimientos
(entendiéndose como Establecimientos, según lo expresa el título I: "término
que designa a la unidad técnica o de ejecución, donde se realicen tareas de
cualquier índole o naturaleza, con la presencia de personas físicas").
Dentro de éstas características constructivas, se encuentran determinadas las
siguientes:
- "Proyecto, Instalación, Ampliación, Acondicionamiento y Modificación".
- "Provisión de agua potable".
- "Desagües industriales".

Dentro de las condiciones de Higiene de los Ambientes Laborales, se


establecen:
- "Carga térmica".
- "Contaminación ambiental".
- "Radiaciones".
- "Ventilación".
- "Iluminación y color".
- "Ruidos y vibraciones".
Además, están descriptos los siguientes rubros:
- "Instalaciones eléctricas".
- "Máquinas y herramientas".
- "Aparatos que puedan desarrollar presión interna".
- "Trabajos con riesgos especiales".
- "Protección contra incendios".
Finalmente, están contemplados los:
- "Equipos y elementos de protección personal del trabajador".
- "Selección y capacitación del personal".

En los anexos II al VI se establecen en detalle la determinación de todos los


rubros enumerados precedentemente, comprendidos en las Condiciones de
Higiene de los Ambientes Laborales.

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El título II: "Prestaciones de Medicina y de Higiene y Seguridad en el
Trabajo", y el título VIII: "Estadísticas de accidentes y enfermedades del
trabajo", del anexo I del Decreto Reglamentario 351/79 fueron derogados y
sustituidos por el Decreto Nacional 1338/96.
En el Decreto 1338/96 (surgido a raíz de la nueva Ley de Riesgos del
Trabajo), se establece "la necesidad de los establecimientos de contar con un
médico especialista en Medicina del Trabajo y un profesional en Higiene y
Seguridad en el Trabajo, cuyos servicios podrán tener carácter interno o
externo, según la voluntad del empleador. Dichos servicios serán brindados por
graduados universitarios, teniendo por objetivo fundamental prevenir en sus
respectivas áreas todo daño que pudiera causarse a la vida, a la salud y la
seguridad, siendo responsabilidad del conjunto de la organización.

Art. 5: "El Servicio de Medicina del Trabajo tiene como misión fundamental
promover y mantener el más alto nivel de salud de los trabajadores, debiendo
ejecutar, entre otras, acciones de educación sanitaria, socorro, vacunación y
estudios de ausentismo por morbilidad. Su función es esencialmente de
carácter preventivo, sin perjuicio de la prestación de la asistencia inicial de las
enfermedades presentadas durante el trabajo y de las emergencias médicas
ocurridas en el establecimiento, hasta tanto se encuentre en condiciones de
hacerse cargo el servicio médico que corresponda".

Art. 6: "Los Servicios de Medicina del Trabajo deberán estar dirigidos por
graduados universitarios especializados en Medicina del Trabajo, con título de
Médico del Trabajo".

Art. 7: "Los empleadores deberán disponer de la asignación de horas médico-


semanales en el establecimiento en función del número de trabajadores
equivalentes" (que es "la cantidad que resulte de sumar el número de
trabajadores dedicados a las tareas de producción más el cincuenta por ciento
del número de trabajadores asignados a tareas administrativas"). Existe una
tabla indicadora de la cantidad de horas médicas partiendo de un piso de más
de 150 empleados.
De existir menos empleados, la asignación de horas médico-semanales en
planta es voluntaria, excepto que por el tipo de riesgo, la autoridad competente
disponga lo contrario.

Art. 8: "Además de lo establecido en el artículo precedente, los empleadores


deberán prever la asignación de personal auxiliar de éstos Servicios de
Medicina del Trabajo, un enfermero/a con título habilitante reconocido por la
autoridad competente, cuando existían en planta más de 200 trabajadores
dedicados a tareas productivas o más de 400 trabajadores equivalentes por
cada turno de trabajo, Este enfermero/a tendrá como función la prevención y
protección de la salud de los trabajadores, colaborando con los médicos".
Art. 9: "La Superintendencia de Riesgos del Trabajo determinará los
exámenes médicos que deberán realizar las Aseguradoras o los empleadores,
en su caso, estipulando además, en función del riesgosa que se encuentre
expuesto el trabajador al desarrollar su actividad, las características específicas
y frecuencia de dichos exámenes".

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LEY 24557: "Ley de Riesgos del Trabajo", Ley vigente desde el 01/07/96, y
sus normas reglamentarias, establecen la "Prevención de los riesgos y
Reparación de los daños derivados del Trabajo". El cumplimiento de ésta
norma está supervisado por la SRT (Superintendencia de Riesgos del Trabajo),
ente oficial que controla el accionar de las ART (Aseguradoras de Riesgo del
Trabajo), ambas creadas por ésta ley. Las ART deberán actuar en las tareas
preventivas y en la atención y tratamiento de los trabajadores que sufran
contingencias previstas por ésta ley.
Entre las situaciones cubiertas por ésta ley, se consideran las incapacidades
resultantes de los Accidentes In-itinere y los Accidentes de Trabajo, y las
secuelas de las Enfermedades Profesionales (éstas últimas, contempladas en
las modificatorias del Decreto 1278/00).
El Baremo o Tabla indicativa de las incapacidades correspondientes a todos los
aparatos y sistemas (incluido en el Decreto 659/96), conlleva una valoración
que permite unificar criterios de resarcimiento ante las mismas secuelas por
accidentes, las que antes eran cuantificadas en forma diferente según la Junta
Médica que tuviera a su cargo la interpretación de la incapacidad valorada. Las
incapacidades serán evaluadas luego de la presentación, por las Comisiones
Médicas Jurisdiccionales creadas por ésta ley en cada provincia, las cuales
analizarán los tratamientos efectuados a cargo de la Aseguradora, la curación
lograda y las secuelas que pudieran subsistir y que generasen incapacidades.
También las Comisiones Médicas determinarán la reubicación y recalificación
laboral, si correspondiere.
La contratación de una ART, será condición obligatoria para cada empleador,
salvo que se trate de un Empleador Autoasegurado (situación que deberá estar
declarada previamente por el empleador ante la SRT, debiendo demostrar
situación de solvencia económica que le permitiera afrontar el pago de los
siniestros laborales que pudieran sufrir sus empleados).
Las Comisiones Médicas actuarán ya sea por presentación de la ART, o por
reclamo del damnificado, al no haber obtenido ésta atención por parte de la
ART o tener discrepancia con las mismas.
Su función es determinar:
a.- la naturaleza laboral del accidente o profesional de la enfermedad,
b.- el carácter y grado de la incapacidad y
c.- el contenido y alcance de las prestaciones en especie.
Se entiende por "prestaciones en especie", que estarán a cargo de la ART, a
las siguientes:
a.- asistencia médica y farmacéutica.
b.- prótesis y ortopedia.
c.- rehabilitación.
d.- recalificación profesional.
e.- servicio funerario.

Las incapacidades laborales resultantes de la valoración de las secuelas de


los siniestros en sede de las Comisiones Médicas, podrán ser de tipo:

- Temporarias (ILT): Cuando aun requieran tratamiento médico o rehabilitador,


y en el daño sufrido por el trabajador le impida temporariamente realizar sus
tareas habituales. Cesa la ILT, por cualquiera de estas causas:
1.- Alta médica,

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2.- Declaración del ILP,
3.- Transcurrido un año de la primera manifestación invalidable, ó
4.- Muerte del damnificado.

- Permanentes (ILP): cuando el daño sufrido por el trabajador le ocasione una


disminución permanente de su capacidad laboral.
Las Incapacidades Laborales Permanentes pueden ser de grado:
- Parcial: inferiores al 66% de incapacidad
- Total: superiores al 66%, lo que les acreditará además un pago
indemnizatorio en forma de renta periódica.

Las Incapacidades Laborales Parciales Permanentes (ILPP), serán de


carácter:
- Provisorio: las incapacidades permanentes parciales superiores al 50%
recibirán durante los primeros 3 años posteriores a su declaración una
prestación de pago mensual. Las ILPP cuyo porcentaje sea igual o inferior al
50%, darán lugar a un pago mensual. Las ILPP cuyo porcentaje sea igual o
inferior al 50%, darán lugar a un pago indemnizatorio único y tendrán carácter
definitivo, concluido el periodo de incapacidad temporaria.
- Definitivo: se fijará el carácter definitivo transcurridos los 36 meses de su
declaración de provisionalidad (los cuales pueden extenderse a 24 meses mas,
si no existe certeza del carácter definitivo del porcentaje de disminución de la
capacidad laborativa) dando lugar a el pago de una renta periódica en todos los
casos, gozando además del retiro por invalidez, aquellas que fueran superiores
al 66%.
- Gran invalidez: es la situación de incapacidad laboral permanente total, que
necesite la asistencia continua de otra persona para realizar los actos
elementales de su vida (ej.: persona parapléjica, cuadripléjica, etc).

Temporarias

INCAPACIDADES
Parciales (inferiores al 66%)

Permanentes

Totales (superiores al 66%)

Provisorio (durante tres años, salvo las inferiores al 50%,


de pago único)
Carácter de la
Incapacidad
Definitivo (luego de tres años, las superiores al 50%, de
pago en forma de renta periódica)

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Exámenes Médicos de Salud

Los exámenes médicos previstos por la resolución de la SRT 43/97. Anexa a la


Ley 24557/96, comprenden los siguientes:

1.- Exámenes preocupacionales o de ingreso: Son los exámenes de salud


que constituyen requisito obligatorio para ingresar a un puesto de trabajo. Su
realización es responsabilidad del empleador, que habitualmente es quien lo
debe costear y debe efectuarse previo al inicio de la relación laboral. Su
finalidad es determinar la aptitud y condiciones psicofísicas para el desempeño
de las actividades que se le requieran, y detectar patologías pre-existentes,
para evaluar la adecuación del postulante en aquellos trabajos en que se
encuentren presentes los agentes de riesgo (determinados por el decreto
658/96). Estos exámenes preocupacionales deben efectuarse de acuerdo a lo
establecido en el Anexo I de la presente Resolución, a saber:
- Examen físico completo, incluyendo agudeza visual cercana y lejana.
- Radiografía panorámica del tórax.
- Electrocardiograma.
- Exámenes de laboratorio (Hemograma, Eritrosedimentación, Uremia,
Glucemia, Reacción para Chagas Maza, Orina completa).
- Estudios neurológicos y psicológicos (cuando las actividades a desarrollar por
el postulante puedan significar riesgos para si o para terceros: ej. Conductores
de autotransporte, grúas, autoelevadores, trabajos en altura).
- Declaración jurada del postulante o trabajador respecto a las patologías de su
conocimiento.
Los exámenes preocupacionales podrán ser visados o fiscalizados, a fin de
dejar debidamente determinadas las pre-existencias, ante organismos o
entidades públicas, nacionales, provinciales o municipales que hayan sido
autorizados a tal fin por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (estos
trámites llamados de Homologación de Pre-ocupacionales se efectúan
actualmente en Salta ante la sede de la Dirección Provincial del Trabajo).

2.- Exámenes Periódicos: Estos exámenes tienen por objetivo, la detección


precoz de afecciones producidas por aquellos agentes de riesgos
(determinados por el Dec. 658/96), a los cuales el trabajador se encuentra
expuesto con motivo de sus tareas, con el fin de evitar el desarrollo de
enfermedades profesionales. Estos exámenes permiten descubrir precozmente
las enfermedades e intoxicaciones profesionales.
La realización de estos exámenes es obligatoria en todos los casos en que
exista exposición a los agentes de riesgo antes mencionados, debiendo
efectuarse con la frecuencia y contenidos mínimos indicados en el Anexo II de
la presente resolución, incluyendo un examen clínico.
Será responsabilidad de la ART o del empleador autoasegurado su realización,
sin prejuicio de que aquella convenga con el empleador de su realización.

3.- Exámenes previos a la transferencia de Actividad: Tienen los mismos


objetivos de los exámenes de ingreso y de egreso, debiendo efectuarse antes

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del cambio efectivo de tareas. Su obligatoriedad existe toda vez que el cambio
de tareas implique el comienzo de una eventual exposición a los factores de
riesgo del Dec. 658/96, no relacionados con la tarea antes desarrollada. Serán
responsabilidad del empleador y su contenido serán como mínimo los
indicados en el Anexo II de la misma resolución.
Si el cambio de tareas conlleva la suspensión de la exposición al riesgo, el
examen tendrá carácter optativo, siendo responsabilidad de la ART o del
empleador autoasegurado.

4.- Exámenes previos a la terminación de la relación laboral o de egreso:


Tendrán como propósito comprobar el estado de salud frente a los elementos
de riesgo a los que hubiese sido expuesto el trabajador al momento de la
desvinculación. Estos exámenes permitirán el tratamiento oportuno de las
enfermedades profesionales al igual que la detección de eventuales secuelas
incapacitantes. Tienen carácter optativo. Se efectuarán entre los 10 y los 30
días posteriores a la terminación de la relación laboral y será la responsabilidad
de la ART o del empleador autoasegurado, sin perjuicio de que puedan
aquellas convenir con el empleador su realización.
Al igual que los casos de ausencias prolongadas, el cese de la realización
laboral deberá ser notificado por el empleador a la ART en los plazos y
modalidades que ésta establezca.

Aptitud: Es la capacidad en salud que permitirá al trabajador efectuar su tarea


eficientemente. Antes de la vigencia de la actual Ley existía el concepto de
"Salud Práctica", considerando que posee aptitud frente a la tarea quien:
"Trabaja como sano, rinde como sano y cobra como sano". Lógicamente, la
Ley de salud y la aptitud de cada trabajador frente a los riesgos que presenta el
puesto o tarea, lo cual representa actuar en sentido preventivo a fin de evitar
deterioro en la salud en caso de existir afecciones previas o predisposición a
ciertas enfermedades.

Riesgo: Se denomina así a la noxa o circunstancia de determinada tarea o


puesto de trabajo, que puede ocasionar daño al trabajador y cuya existencia es
pertinente a las características de la tarea y oficio (Ej. Ruido en fabricas de
tejidos, Polución en fábricas de cemento, Riesgo de los operarios que trabajan
en alturas, con elementos cortantes, etc). Los riesgos están contemplados en la
Ley, y su denuncia y prevención en responsabilidad compartida por
empleadores (a través de sus Servicios de Higiene y Seguridad) y por las ART.

Infortunio o siniestro laboral: Es el hecho o circunstancia que ocurre en


ocasión de trabajo y determina una alteración del estado de salud.
Puede ser provocado por un Accidente de Trabajo o una Enfermedad
Profesional, denominándose damnificado al sujeto que lo padece.
Secuela: Es una incapacidad resultante de un infortunio en el trabajo, que te
impide al damnificado realizar una tarea, o continuar expuesto al mismo riesgo.

Las incapacidades se valoran en base a tablas o baremos establecidos por la


ley. En este caso el decreto vigente es el 659/96, lo cual permite fijar criterios
de equidad y uniformidad en el resarcimiento ante similares situaciones de
secuelas por siniestros laborales, aunque las mismas sean evaluadas por

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diferentes Comisiones Médicas. Esto significa que si una persona, por ejemplo,
sufre la pérdida de 2 dedos de su mano derecha, el criterio empleado en el
cálculo de su incapacidad, y el resultado de la misma será semejante si el
trámite se realiza en la ciudad de Buenos Aires, en Río Gallegos, o en Jujuy.

Contingencias laborales
Los infortunios laborales (llamados por algunos autores tecnopatias laborales)
denominados contingencias en el capítulo III, Art. 6, de la Ley de Riesgos de
Trabajo (24557), son:

1.- Accidente de trabajo: es "todo lo acontecido súbito y violento ocurrido por


el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del
trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere
interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo. El
trabajador podrá declarar por escrito ante el empleador, y esté dentro de las 72
horas ante el asegurador, que el "intinere" se modifica por razones de estudio,
concurrencia a otro empleo o el pertinente certificado a requerimiento del
empleador dentro de los 3 días hábiles de requerido".
2.- Enfermedades Profesionales: Son enfermedades que se producen en
relación a ciertos trabajos, por la existencia de un riesgo en la tarea, por
condiciones de trabajo o por sobrecarga del organismo (o parte de este).
Pueden ocasionarse por contacto, manipulación, inhalación, etc, de agentes
físicos, químicos o biológicos, los cuales pueden generar daño en la salud, con
un cuadro de enfermedad, signos y síntomas claramente definibles.
Este tipo de contingencia laboral debe tener los siguientes elementos básicos
que determinen su condición diferencial de otras enfermedades comunes:
1.- Agente (noxa que pueda ocasionar el daño, o condiciones de trabajo que
puedan ocasionar una sobrecarga al organismo);
2.- Exposición (demostración del contacto con el agente o condiciones de
trabajo nocivas);
3.- Enfermedad (con sus elementos clínicos, anatómicos, patológicos y
terapéuticos claramente definidos, o un daño al organismo de los trabajadores
expuestos) y
4.- Relación de causalidad (pruebas de orden clínico, patológico, experimental
o epidemiológico, que permitan establecer una relación causa- efecto).

La importancia de su reconocimiento, es que resultan un indicador de las


condiciones de trabajo y de las tareas de prevención o reconocimiento precoz
del daño, que se ejecutan para evitarlas: de este modo, es posible superar el
viejo concepto "resarcitorio" del daño ocurrido, para proteger y preservar el
"derecho a la salud" de los trabajadores.
En el Art 6, inc 2 a) "Se consideran aquellas que se encuentran incluidas en el
listado que elaborara y revisará el Poder Ejecutivo… identificara: agente de
riesgo, cuadros clínicos, exposición y actividades en capacidad de determinar
la enfermedad profesional. Las enfermedades no incluidas en el listado, como
sus consecuencias, no serán consideradas resarcibles, con la única excepción
de lo dispuesto en los incisos siguientes"…
Esta enunciación que establece la Ley expresa la importancia de crear un
listado que enumere taxativamente los agentes, condiciones de exposición
(aguda, subaguda o crónica), y los cuadros clínicos correspondientes.

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Para ello, se ha tomado la lista de la OIT (modificada en 1991 y publicada en
1994), y las de algunos países como Francia, Chile, etc.
Esta lista podrá ser modificada a fin de establecer nuevos agentes tóxicos,
reformular cantidades o tiempo de exposición máxima permitidos, a fin de
adecuando el criterio preventivo y el mejor conocimiento de los daños
ocasionados. Esto significa que la ley tiene un carácter dinámico, ya que de
acuerdo a los avances de los conocimientos científicos pueden establecerse
otros valores de umbrales de riesgo para la exposición a ciertas noxas pueda
ocasionar daños a la salud; por ej.: el monomero de cloruro de vinilo (usado en
la industria de plásticos PVC, que provoca trastornos circulatorios en manos y
pies, con destrucción ósea y también cáncer de hígado (angiosarcoma)), en
1970 se establecía que podía tener una concentración de 100 ppm, promedio
diario para una exposición total de 40 horas por semana, recomendación
establecida por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales
Gubernamentales. Actualmente la misma agrupación sostiene que el máximo
permitido es de 0.1 ppm, y se discute si no debiera ser más bajo e incluso 0
ppm el valor admitido por el poderoso efecto cancerígeno de esta sustancia.
La ley de Riesgos de Trabajo en la Modificatoria establecida por el Decreto
1278/00, establece que la Comisión Médica Central (con sede en Buenos
Aires), organismo que se encuentra por encima de las Comisiones Médicas
Jurisdiccionales, es la que puede proponer un nuevo listado e incorporar otras
enfermedades profesionales a las existentes.
En la actualidad, los avances tecnológicos, contribuyen de manera notable al
bienestar del hombre poniendo a su disposición de los grandes adelantos
logrados en los campos de la alimentación, la vivienda, la ropa y la medicina.
Sin embargo es inevitable que dichos adelantos van acompañados de nuevos
peligros, por lo que la medicina industrial moderna ha cobrado una asombrosa
complejidad.
Una prueba de ello son los más de 3000 nuevos productos químicos que se
suman anualmente a la industria, representando gran cantidad de ellos, en
cierta medida, un riesgo potencial. Pero el azote principal de la industria no lo
constituyen las enfermedades, sino los accidentes. Los factores del
malfuncionamiento mecánico y descuido humano contribuyen a un altísimo
índice de morbi-mortalidad debida a accidentes laborales, anualmente.
Paradójicamente el número de accidentes por obrero es mas bajo en los países
altamente industrializados.

El Trabajo repetitivo es otro aspecto a considerar en la tarea preventiva


debido al efecto psicológico que produce el trabajo en serie, rutinario, cuya
monotonía puede ser causal de accidentes frecuentes, por lo que debe
considerarse que el trabajo repetitivo debe ser reducido y sometido a cambios
para evitar el efecto de fatiga que contribuye a aumentar el riesgo de
accidentes.
Las enfermedades relacionadas con el trabajo, siguen una curva similar, en la
que el índice es más elevado en los países menos desarrollados. En algunos
países asiáticos y africanos, una cuarta parte de los que trabajan en las minas
y canteras sufre de neumoconiosis, mientras que mas de la mitad de los
obreros en las fabricas padece bisinosis. Entre los países en vías de desarrollo
dedicados a faenas agrícolas y al pequeño comercio, es elevado el índice de
infecciones parasitarias y de otras enfermedades transmisibles.

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De todas las enfermedades del trabajo, las mas comunes son las
dermatológicas, las cuales representan mas del 40% de todas las afecciones.
Las noxas que las producen: irritantes químicos, calor, frío, radiación, fricción,
presión, plantas tóxicas y agentes biológicos producen afecciones tales como:
dermatitis, eccemas, acné, úlceras, quemaduras e inflamaciones.
Para prevenir las mismas se utilizan tradicionales medidas de prevención:
ventilación adecuada, indumentaria protectora y sustitución por agentes menos
irritantes en el proceso de elaboración del producto. Se elaboran así mismo,
permanentemente nuevos productos como cremas dermatológicas protectoras
con fines industriales.
Las Neumoconiosis son enfermedades que afectan a los pulmones, y están
relacionadas con inhalación de polvos. Las mismas constituyen menos del 10%
del total de enfermedades laborales, pero ocasionan serios problemas cuando
se encuentran constituyendo enfermedades pulmonares crónicas por la
irreversibilidad de su cuadro anatomo-patológico.
Dentro de este grupo, la Bisinosis, producida por la inhalación de partículas de
algodón, es un riesgo importante a considerar en los trabajadores de la
industria textil, llegando su cuadro a conocerse en Estados Unidos como "fiebre
del lunes", debido a que los trabajadores que la padecen acusan mayores
síntomas de tos, congestión y disnea después del fin de semana, en que no
han estado expuestos a la noxa que lo origina. La Bisinosis es causada por una
reacción alérgica al polvo del algodón y sus numerosos contaminantes.
Generalmente, la relación puede producirse después de unos 10 años de
constante exposición y, en un principio, el malestar se limita a un breve cuadro
clínico al iniciarse la semana laboral. A medida que progresa la enfermedad,
los síntomas se hacen más permanentes; en la etapa final suelen presentarse
una Bronquitis crónica o enfisema.
Los enfermos de bisinosis se reponen si en las primeras etapas de la
enfermedad dejan de exponerse a la causa del mal. Entre las medidas
preventivas que se emplean figura el control de los índices de polvo, una
ventilación adecuada
y el empleo de mascarillas en determinados procesos de elaboración.
Quizás la más antigua de las enfermedades del trabajo en la historia de la
civilización sea la Silicosis, afección pulmonar por la aspiración de polvo de
sílice. Los más expuestos a esta enfermedad son los mineros, los albañiles, los
que trabajan con sopladores de arena para gravar el vidrio, mármol, etc., así
como los que emplean abrasivos. La Silicosis produce nódulos fibrosos en las
paredes de los alvéolos pulmonares, y es difícil de diagnosticar en su primera
etapa, pues los síntomas de disnea y tos iniciales, pueden atribuirse a otras
causas. Esta enfermedad predispone en gran medida a contraer tuberculosis,
infección crónica que deja aun mayores secuelas funcionales respiratorias.
La Amiantosis o Asbestosis es otra severa afección pulmonar que puede
darse en empleados de la construcción, el cual es inhalado particularmente en
las demoliciones debido a que es el amianto un material aislante prácticamente
indestructible, por lo que su riesgo aumenta al penetrar, a través de la
inhalación en los pulmones. Al igual que en la silicosis, en la amiantosis se
forma un tejido fibroso en torno a la partícula extraña. Las complicaciones
suelen darse en forma tardía a veces en períodos superiores a los 29 años de
la data de la exposición aunque esta no haya sido prolongada llegando a estar
relacionada con cáncer pulmonar y de pleura.

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El Ruido Industrial es tan antiguo como el hombre que forjo la primera espada
o el primer arado. Ya en la Roma imperial existían habitantes que se quejaban
por el ruido que hacían los metalúrgicos en sus establecimientos al aire libre.
En la industria moderna, la mayor parte de los ruidos rebasa los 80 decibeles
(80 dB) que es el límite de intensidad del sonido considerado como no nocivo.
Cuando son continuos, tales ruidos afectan los nervios del oído interno
reduciendo con ello una merma en la capacidad auditiva.
Gran cantidad de obreros han perdido parte de su capacidad auditiva por
exposición al ruido. También el stress causado por un ruido constante, puede
causar alteraciones glandulares, cardiovasculares y neurológicas. Por otra
parte, el ruido aumenta sin duda, la incidencia de accidentes. El ruido industrial
puede ser reducido merced a la utilización de adelantos tecnológicos, lo cual no
siempre es posible de solucionar, dado los altos costos que representa.

Las Radiaciones producidas por rayos ultravioletas e infrarrojos, entrañan


peligro.
Las radiaciones ionizantes, rayos X, así como los rayos alfa, beta y gamma,
también representan peligro potencial en caso de producirse un desperfecto en
la línea de aislamiento. También las Microondas de los instrumentos de radar
pueden afectar a personal que los manipula. Los Materiales Radioactivos, al
igual que los rayos X tienen empleo extenso en la industria y en la medicina.
Los obreros del uranio en todo su proceso de extracción, elaboración y
embarque, se ha comprobado tienen gran probabilidad de contraer cáncer de
pulmón.
Productos químicos usados en las industrias más modernas como las del
plástico, han aumentado los peligros industriales por los compuestos de
fósforo, cloro, mercurio y antimonio que utilizan. Un porcentaje mayor al 5% de
enfermedades profesionales tiene su origen en agentes químicos que
ocasionan: neumonitis, faringitis, rinitis y congestión aguda.

La intoxicación sistémica representa el 3% de todas las enfermedades


profesionales.
Entre los agentes causales esta el plomo, mercurio, cadmio, arsénico, gases
como el monóxido de carbono y el sulfuro de hidrógeno, además los solventes
orgánicos como el benzol y el tetracloruro de carbono. También son factores
importantes los insecticidas y contaminantes químicos.
El saturnismo es uno de los peligros más antiguos, que amenaza a millones de
obreros empleados en diversas industrias adonde interviene el plomo. La
intoxicación con el plomo, puede ocurrir por absorción, ingestión o inhalación.
Su efecto acumulativo puede llegar a provocar severos trastornos
gastrointestinales, hematológicos y neurológicos. Entre las medidas
preventivas figura la limpieza diaria con aspiradores, para recoger el polvo del
plomo, la higiene personal de los obreros, la prohibición de ingerir alimentos o
bebidas en las áreas de trabajo y el empleo de máscaras en casos de máxima
exposición.
El poliuretano, dentro de la industria de los plásticos, deriva del grupo químico
de los isocianatos. Fue usado por primera vez en la plataforma de lanzamiento
de los astronautas, y desde entonces ha sido adaptado a los más diversos
usos, desde la fabricación de césped artificial para las canchas de fútbol, hasta

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el aislamiento para refrigeradores. Uno de sus compuestos, disocianato de
tolueno es irritante para las mucosas de las vías respiratorias, provocando
signos de inflamación aguda severa con gran dificultad respiratoria, llegando a
producir en exposiciones repetitivas, una sensibilización con alteración del
tejido pulmonar, resultando una reacción alérgica, lo que daría pie a un acceso
de asma severo.
También una exposición prolongada, puede ocasionar marcada reducción de la
capacidad pulmonar.
La industria de los plásticos conlleva el uso del cloruro de vinilo, sustancia
vinculada a un tumor maligno: el angiosarcoma hepático. El cloruro vinílico
polimerizado se emplea en la fabricación de películas, telas, discos, muebles,
pinturas, juguetes, y muchos otros productos, produciendo en su exposición
crónica alteraciones escleróticas de la piel, como así también trastornos en los
sistemas pulmonar, gastrointestinal y circulatorio.
Las zoonosis son enfermedades que afectan a los trabajadores que tienen
contacto con ciertos animales o sus derivados, debido a enfermedades de la
cual aquellos son vectores o transmisores. Estas enfermedades profesionales
pueden darse en trabajadores de granjas, frigoríficos, veterinarios,
zootecnistas, guardaparques, etc. También hay casos de enfermedades
propias de cierta región o endémicas, por ser el trabajador trasladado a zonas
donde existen enfermedades transmitidas por manipulación o consumo de
productos animales, o insectos que la producen con su inoculación. Entre las
mas comunes son:
Brucelosis, Triquinosis, Hidatidosis. También pueden considerarse las
endémicas como: Fiebre amarilla, Paludismo, Virus Junín (Fiebre hemorrágica
Argentina), Histoplasmosis, Leishmaniasís, etc.
Finalmente debe considerarse a los trabajadores de la salud, debido a los
riesgos que existen para el personal del área de salud, desde lumbalgias por
esfuerzo al levantar pacientes, heridas por agujas hipodérmicas y nocivos
gases anestésicos en los quirófanos (especialmente para las mujeres
embarazadas, llegando a tener riesgo las esposas de anestesistas con un alto
grado de nacimientos defectuosos). Así mismo las enfermedades infecciosas
transmitidas por pacientes o artículos contaminados (Tuberculosis, hepatitis
víricas, candidiasis, HIV, etc.); la exposición a radiaciones (radiólogos,
dentistas), germicidas y drogas, encolumnan el listado de riesgos para los
trabajadores de servicios de salud.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) constituye un capítulo
especial, debido a que es un flagelo creciente de estos últimos años dentro de
las enfermedades potencialmente transmisibles a través de la sangre. Esta
situación puede darse en los ambientes laborales ya sea por contacto
profesional en los trabajadores del equipo de salud, los responsables de
instituciones de reclusión, guardiacarceles, etc, y por los riesgos inherentes en
ocasión de accidentes laborales en los que se producen heridas y manipuleo
de las mismas por el equipo de socorristas de la empresa.
En todo caso especialmente en actividades de riesgo, deben considerarse las
normas de bioseguridad por manejo de fluidos corporales, las cuales deben
usarse aun sin conocer la existencia de diagnostico certero de esta patología,
tomando conciencia de los riesgos que implica tomar contacto con sangre sin la
adecuada protección (guantes, mascarillas, anteojos, o antiparras, etc).

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En otro sentido debe considerarse que en materia de legislación laboral,
existen precedentes a nivel internacional y en el art. 14 de la constitución
nacional, que expresan igualdad en el derecho al trabajo. De este modo, el ser
portador del
HIV no debiera producir efecto discriminatorio para el trabajo. De este modo
debiendo, en virtud de estos principios (en Salta se establece expresamente en
la ley 6660, art 13), considerarse apta para el trabajo a una persona portadora,
o sea HIV positivo, enferma de SIDA. Así, su determinación se encuentra
incorporada como análisis de rutina en exámenes preocupacionales y
periódicos, especialmente en muchos trabajos de riesgo (personal de
seguridad, equipo de salud) recordando no obstante que su solicitud debe ser
conocida por el agente (consentimiento informado).

Enfermedad inculpable:
Es toda enfermedad que no tiene relación con el trabajo, aunque pueda
manifestarse " durante el hecho o en ocasión del trabajo". Su génesis no
responde al trabajo debido a que puede estar motivada por una predisposición
orgánica de la persona, una labilidad individual, o un hecho fortuito.
En este punto entran a considerarse y son motivo de las más frecuentes
polémicas, las hernias, tanto las hernias de la pared abdominal y como las de
disco intervertebral (en la columna), cuya evolución crónica, hace que la casi
totalidad de estos cuadros se produzcan en forma lenta, evolucionando durante
períodos prolongados. Ocurre que la sintomatología es por lo general solapada,
o no admitida por el sujeto, el cual expresa recién su gravedad y demanda
atención al producirse manifestaciones de dolor agudo, aunque pueda
constatarse que no constituyen, en su mayoría, accidentes de trabajo.

Simulación:
Es un cuadro donde se expresa una patología inexistente o se describen
síntomas que no son reales, con motivo o esperando recibir algún beneficio
(por ej.: lo más común es el hecho de invocar una enfermedad inexistente, para
obtener una licencia o un permiso).

Sobresimulación:
Es exagerar un cuadro patológico a fin de que parezca mas grave, también con
el fin de obtener un beneficio (por ej.: exagerar las limitaciones que producen
las secuelas de las fractura de codo, para obtener mayor indemnización por el
accidente de trabajo, o más días de carpeta médica, etc.).

Disimulación:
Esta desviación de la conducta responde al interés de esconder una patología
con el fin de obtener un beneficio (por ej.: disimular una agudeza visual,
auditiva, con el fin de obtener un trabajo).

Recapacitación laboral:
Es el procedimiento a cargo de las ART, que aspira a efectuar un
entrenamiento en determinado oficio o tarea, a quien ha sufrido un accidente
de trabajo o enfermedad profesional, que le haya provocado secuelas

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incapacitantes las cuales no le permiten seguir cumpliendo las tareas que
desempeñaba.
Dicha capacitación será efectuada por un equipo interdisciplinario, a cargo de
psicólogos, asistentes sociales, terapistas ocupacionales, etc.
Ya que deberán considerarse, además de las limitaciones físicas que pueda
presentar el damnificado, las aptitudes, las condiciones intelectuales, afectivas
y vocacionales que puedan determinar una recalificación laboral en un puesto
de trabajo distinto al que ocupaba.

Reubicación laboral:
La reubicación laboral puede ser transitoria o definitiva, según la duración del
cuadro que la origine.
Normalmente, es indicada por el médico del trabajo, a pedido del médico
tratante en consideración de las limitaciones o las secuelas de alguna
contingencia laboral, o a veces como consecuencia de enfermedades o
accidentes inculpables.
Esta reubicación se efectuará atendiendo a las limitaciones o mermas de la
aptitud física, o considerando los riesgos del trabajador de sufrir nuevos
accidentes si continua realizando la misma tarea. También es aplicable cuando
se detectan estadios tempranos de enfermedades profesionales, en las que se
debe actuar alejando al trabajador del riesgo inherente a la tarea (ej.: ruido,
polución ambiental, etc.).

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