Los Enamorados

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3y fs

ADMINISTRACIÓN

LÍRICO-DRAMÁTICA.

LOS

ENAMORADOS,
COMEDIA EN DOS ACTOS Y EN VERSO,

ESCRITA MR

DON DARÍO CÉSPEDES.

MADRID.
SEVILLA, 14, PRINCIPAL.
1875.

V
LOS ENAMORADOS.
Será denunciado como falso todo ejem-
plar que no lleve, ademas de la rúbrica, la
contraseña reservada que distingue á los
legítimos.
LOS ENAMORADOS,
COMEDIA EN DOS ACTOS Y BN VERSO,

ESCRITA POR

DON DARÍO CÉSPEDES.

Estrenada con extraordinario éxito en el Teatro del CIRCO la noche


del 5 de Enero de 1875.

MADRID.
IMPRENTA DE JOSÉ RODRÍGUEZ. — CALVARIO, 18.

1875.
PERSONAJES. ACTORES.

a
Í^ETRA D. Elisa Boldun.
JOAQUINA Concepción Marín ,

LUISA , N. MONDEJA».
LORENZA Ana Várela.
DON JUAN, < D. Rafael Calvo.
DON PASCUAL Mariano Fernandez
EL RARON Ricardo Guerra.
ANTÓN Julián Hernández.

La acción se supone en Madrid, casa de D. Pascual,

Esta comedia es imitación de Goldonl

Esta obra es propiedad de su autor, y nadie podrá, sin su


permiso, reimprimirla ni representarla en España, ni en sus
posesiones de Ultramar, ni en los países con los cuales haya
celebrados ó se celebren en adelante tratados internacionales
de propiedad literaria.
El autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados de la Administración Lírico-Dramática de
D. EDUARDO HIDALGO, son los exclusivamente encargados
del cobro de los derechos de representación.
Queda hecho el deposite que marca la ley.
A ELISA BOLDUN.

Ayer esta comedia era italiana:

hoy, gracias á tn genio, es castellaos

UJcchao (^edpeDeó

609082
Digitized by the Internet Archive
in 2011 with funding from
Universfty of North Carolina at Chapel Hill

http://www.archive.org/details/losenamorados
ACTO PRIMERO.

Sala decentemente amueblada: puerta en el foro y laterales.

ESCENA PRIMERA.
PETRA y JOAQUINA.

Joaq. Me tienes muy enojada.


Petra. ¿De veras?
Joaq. Y tan de veras.
Toda la semana gestos,
todos los dias querellas,
á todas horas enojos,
á cada paso contienda...
Acaba, di de una vez
que no cabe en tu mollera
casarte con un buen mozo
y diez mil duros de renta,
y déjaselo á otra pobre
que le veDdría de perlas.
¿Has pensado en que no tienes
sobre qué caerte muerta;
que tu dote, como el mió,
se lo ha llevado pateta?
Que nuestro tio ha tirado
de su hacienda
las tres partes
en cuadros, sin ver el cuadro
que la situación presenta
Que yo rae casé creyendo
mejorar de vida y mesa,
y en tres años he sufrido
del purgatorio las penas,
con un capitán potrero,
que al fin ha muerto pie á tierra
por no haberse pronunciado
en el puente de Alcolea?
Lo repito; no seas loca
y la ocasión aprovecha.
Ño haga el diantre que don Juan
se aburra y tome la puerta...
Mira que ayer se marchó
y me temo que hoy no vuelva.
Petka. Volverá.
Joaq. Mucho confías.
Petra. Yo confiar... estás fresca:
sino hubiera cuñaditas
de por medio...
1

Joaq. ¿Y qué te inquieta':


¿Que don Juan tenga un hermano
que al hacer un viaje fuera
de Madrid, le ha encomendado
su casa y su esposa bella...
PETRA. (Con ironía.)
Oh! muy hermosa!
Joao. Y no es justo
que su deber desatienda
con una hermana...
Petra. Política.
Joaq. Él, todo delicadeza.
Petra. No! si está muy bien que viva
con su cuñada, que sea
su caballero en el Prado,
en el café; y la divierta,
y la lleve á los conciertos,

y pase noche entera


la

en los Bufos, en los Bufos!


y yo bufando de pena;
y en tanto que ella es objeto
de tan galante asistencia,
— y _
á mí, visita de médico,
suspiror, palabras medias;
ó temiendo la borrasca,
música, dulces, camelias,

como quien dice: «Á esta tonta
con poco se la contenta.»
Pues! Y á lo mejor: —
«Me voy,
que mi cuñada me espera;»
y me quedo aquí contigo,
y con un palmo de lengua,
justo.. Y he de verle irse

con sangre tria, con flema?


Joaq. Qué egoísta es el amor! (Mira el reloj.)

— Caramba! las dos y media


y no asoma todavía.
Petka. No? pues como no parezca!...
Joaq. Le vas á dar calabazas?
Petra. No; por pronta providencia
Castigaré SU tardanza. (Toca el timbre.)
Que pene; quiero que sepa
que estoy en casa y no quiero
recibirle.
Joaq. Buena idea!

ESCENA II.

DICHAS, LORENZA.

Lor. Señoras?
Petra, No estoy en casa
para nadie.
Joaq. Oye, Lorenza.
Si viene don Juan, cuidado

con que se le abra la puerta!...
Petra. Mujer, eso no!
Joaq, Eso no!
Petra. (Con g-ozo.)
Ah! llaman! él es!

Lor. ¿Voy?
Petra. (Empujándola.) Yuela
Lor. Abro?
Petra. Sí!
— 10 —
Lor. Voy!
Petra. Anda!
Lor Voy! (váse.)
Pktra. ¡Jesús, qué chica tan pelma!

ESCENA III

JOAQUINA, PETRA.

Joaq. Ya estás alegre!


Petra. Y por qué?
Joaq. Vas á continuar la guerra?
Voy á decirle que no entre.
Petra. No, por Dios!
Joaq. No? pues prudencia
y trátale con cariño,
que lo merece.
Petra. (Besándola.) Ay! qué buena
eres! (Corre á mirarse al espejo.)
Joaq. Mucho!
Petra. Ay Dios, qué cara
tengo!
Joaq. De dia de fiesta.
Petra. Se me conoce que he estado
rabiosa?
Joaq Chito!
Antón. (Desde el foro.) Hay licencia?
(Antón habla muy pausadamente y con aeente
gallego.)
Petra. Jesús! no es él! (Cae sobre la butaca.)
Antón. Señoritas...
Joaq. Nos cayó la casa á cuestas.

ESCENA IV.

DICHOS, ANTÓN, con una cestilla y una carta.

Petra. (No era él!)

Joaq. (Galla!) Qué traes?


Antón. Esta carta y esta cesta.
PeTR*. ¡Ah! dame! (Se la quita, abre y lee para sí.)

Antón. Dijo que espere


11

i uuicaucK-iuii.
Petrw Pues espera.
JOAQ. Veamos qué viene aquí, (viendo la cesta
Antón. ¿Aquí dentro? viene fresa
de la posesión del amo.
Petra. Ah! capitula, se entrega!
Escucha lo que me escribe.
Joaq. Bajito.
Petra Ya... (Lee.) «Tiranuela.»
Joaq. No eres tirana? adelante.
Petra (Lee.) «Mi atrevimiento dispensa
»si te ofrezco las primicias
»de mis fresales, que si ellas
»no endulzan tu condición,
«pueden endulzar tu lengua
»que es conmigo tan amarga!»
Joaq. Pobrecillo!
Petra. Oye. (Lee.) «Con pena
»he renunciado al placer
»de presentarte la ofrenda!»
Joaq. Te teme.
Petra. Que se fastidie
si es tonto. (Lee.) «Cuanto más fiera
»más te idolatro.» Mentira.
(Lee.) «Si me quieres más de cerca,
»dímeio con dos renglones,
»si aún en tu pecho se alberga
»un resto de aquel amor
»que á mí me consume,» etcétera.
(Cantando.) (Eres turco y no te creo.)

Joaq. ¿Le escribirás?


Petra .
Ni una letra.

Joaq. Mujer, sé caritativa.


Petra. Pues que tanto te interesas,

escríbele tú.
Joaq. En tu nombre?
Petra. Bueno!
Joaq. Le diré que venga.
Petra. Como gustes.
Joaq. Y que le amas.
Petra. Bueno! como te parezca.
Joaq. Antón, espera un momento.
— 12 —
Antón. Y dónde pongo la cesta?
Joaq. Dame acá.— Mira qué hermosa, (por la fresa.
Petra. Sí! por darme la contenta.
Joaq. Ingrata!
Petra. Mucho!
JOAQ (Probando la fresa.) Ay qué risa!

y todavía se queja!
(Vase primera puerta derecha.)

ESCENA V.

PETRA, ANTÓN.

PETRAi (Paseando con aire de triunfo.)


¿Qud le escriba dos renglones?
que me teme. No lo dudo
que me ama. Sexo barbudo! —
Enjambre de hipocritones!
Muchas novias infelices
harás; pero vas á ver
lo que puede una mujer
si se lehinchan las narices.
— Oye, tú, dónde estará ahora
tu amo?
Antón. Quedó en esperarme.
Petra. Cuidado con engañarme,
que voy á ser tu señora.
— Ayer al salir de aquí,
adonde se encaminó?
Antón. A casa.
Petra. Creo que no.
¿Qué hora era?
Antón. Qué hora?
Petra. Sí.
Antón. Cuando los truenos?
Petra. Qué truenos?
Antón. Los que en el cielo se oían.
Petra. Ciertn, tronaba.
Antón. Serían
las dos poco más ó menos.
Petra. Y qué dijo la cuñada
al ver que volvía tan pronto?
ío

Antón. Que qué dijo?


Petra. Acaba, tonto.
Antón. (Tonto!)— Pues no dijo nada.
Petra. Y estaba sola?
Antón. (Me escamo.)
Siempre sola.
Petra. No! he querido
decir...
Antón. Nu estando el marido.
sólo recibe á mi amo.
Petra, Ya!
Antón. Lo que toca á salir
de casa, siempre con él.
Mi amo tiene mucho aquel.
y como la hace reír...
Petra. Es muy gracioso!
Antón. Gracioso?
Ah! Si usté viera á don Juan
ayer bailando el can-cán!
Petra. Can-cán!
Antón. Baile primoroso.
Petra. (Y yo necia pesarosa
de haber reñido: ah villano!)
Antón. Ella tocaba el piano.
Petra. También?
Antón. Fs una gran cosa.
Petra. Luego dirá doña Luisa
que la ausencia la tortura.
Antón. Si aquello era una locura:
se puso malo de risa.
Petra. Y luego me llama ingrata
y quiere que me convenza...
Si no hay mu» con vergüenza!
Antón. (Si habré metido la pata?)
Petra. Si no tiene corazón!
Lo mismo sea venir
los sordos me van á oír.
Joaq. Ya está ia contestación,
— 14

ESCENA VI.

DJCHOS, JOAQUINA, con una earta.

Petra. Ah! dame, no corre prisa.


Joaq. Poco á poco!
Petra. No, si no...
Joaq. Quiero leértela yo.
Petra. Bien, cuando acabes, avisa.
(Se tapa los oidos con ambas manos.)
Joaq. (Leyendo ) «Bien mío! No sabes cuánto
«consuelo me da tu carta:
»que aunque muchas veces parta
»de ligero, te amo tanto!...
»S¡ no vienes pronto creo
«que mi razón desfallece:
«cada instante me parece
«un siglo si no te veo.
«Ternura que se disfraza
«con aparente rigor,
»es impaciencia de amor...»
Petra. ¡Qué amor ni qué calabaza!
(Quitándole la carta.)
Joaq. Hermana!
Petra. Flores y mieles
para que se burle? ¡cá!
Joaq. Estás loca?
Petra. Bueno está
el horno para pasteles!
Joaq. Pero di...
Petra. Estamos en babia!
Antón. (Otra vez en ira monta.)
Petra. (ai criado.) Oye tú, esta carta es tonta.
Joaq. Petra!
Petra . La escribe esta sabia,
pero yo, que no perdono
la conducta del traidor,
ni leamo, ni estoy de humor
de divertir á ese mono.
La rompo y contesto así...

(Hace añicos la carta.)


— 15 --
JOAQ. Mujer, qué locura es esta?
Petra. Y si quiere otra respuesta,

que venga, que venga aquí!


Joaq. (ai criado.) No le digas...

Petra. (w.) Dilo todo


Jjaq. No!
Petra. Toma.
(Se le da dinero y los pedazos de caita.)
Antón. Se lo diré.
Joaq. No, Antón.
Petra. Sí!
Antón. (Á Joaquina.) Qué quiere usté?
(Mostrando el dinero.)
si me lo manda de un modo!...

ESCENA VIL

JOAQUINA, PETRA.

JOAQ. Lo estoy viendo v aún lo dudo.


¿Has perdido la razón?
Petra. Tú tocas el violón,
y lo haces muy á menudo.
Joaq. Pero qué dirá don Juan?...
Petra. Deja que ruede la bola;
yo me entiendo...
Joaq. Y bailas sola.
Petra. Pero no bailo can-cán.
Joaq. Silencio! El tio! qué pronto
diÓ la Vuelta. (Mirando al foro.)-

Petra. Trae bagaje?


Joaq. Le acompaña un personaje.
Petra. Quién?
Joaq. No es don Juan.
Petra. Algún tonto
Joaq. Prudencia!
Barón. (En la puerta,) Jamás! primero
usted.
Pasc. No! primero usted.
Barón. Hágame usted la merced. .

Pasc. No!!
Barón. (Entrando.) Vaya!
— 16 —
Pasc. Soy muy severo!

ESCENA Vííí.

DICHOS, D. PASCUAL, BARÓN.

Pasc. Oh! que están aquí las perlas


de Occidente? Sobrinitas?...
El Barón de Campo Seco. (Presentándole
Famoso capitalista
de la Mancha, miembro ilustre
de la más alta familia...
Barón. Usté me honra demasiado.
Pasc. ¿Qué es honrar? Es la delicia
del gran mundo, el gran modelo
de honor, de galantería.
JOAQ. Nosotras agradecemos
elhonor de la visita.
Pasc. Doña Joaquiaa Paredes,
viuda, hidalga, joven, linda.
JOAQ. Por Dios, tío!

Barón. Encantadora!
Joaq. Barón...
Barón. Lo que está á la vista...
Joaq. Favor!
Petra. (Qué galante!)
Joaq. (Y guapo.)
Pftra. (Con buenos ojos le miras.)
Pasc. .Es mi sobrina mayor;
la norma de las sobrinas:
muy juiciosa y hacendosa,
y cariñosa y muy limpia.
Su difunto era gallego.
Joaq. Tio!
Pasc. De caballería;
uno de nuestros mejores
potreros; murió en Sevilla,
muy joven, cuando un brillante
porvenir le sonreía.
Petra. (Un porvenir de reemplazo.)
Pasc. Ah! mi segunda sobrina
doña Petra: el ángel bueno,
— 47 —
el hechizo, la alegría
de la casa, la dulzura,
el candor, la gracia misma.
Petra Tío!
Pasc. Discreta en extremo,
discreta corno bonita,
y con una educación...
Petra . (Dios nos ampare!)
Pasc. Ella guisa,
barre, cose, plancha, borda,
tañe, canta, baila, pinta,
sabe francés, italiano,
seis ó siete lenguas vivas...
Petra. (Y no se muerde la suya!)
Pasc. Pero es tan corta, tan tímida...
Petra. Por Dios, tio!
Pasc. Se ha turbado.
No puede ver que la digan
elogios; como es doncella...
Barón. Es doncella?
Pasc. Todavía.
Barón. Y quién á tantos hechizos
puede aspirar?
Pasc. Pues aspira
lo más florido, la nata
en fortuna y jerarquía;
pero voy con pies de plomo,
pues hoy, la verdad sea dicha,
no brillan los apellidos
como los escudos brillan;
y como hay tanta opulencia
y tantos trenes mentira,
temo entregar el tesoro
de su mano
primer quídam,
al

y un Barón de Campo Seco


no nace todos los días.
Barois. Muchas gracias. Mi fortuna
es modesta aunque legítima;
y aunque el oro puede ser
un auxiliar, juraría,
cual si leyera en el alma

de estas bellas señoritas,


— 18 —
que amor sintiendo, en amor
su ventura cifrarían.
Las dos. Favor!...
Petra. (Qué fino!)
Joaq. (Y qué guapo!)
Pasc. Hé aquí lo que yo decía:
¡el noble! la quinta esencia
de la nobleza, la insignia. .

Barón. Don Pascual!...


Joaq. Luego entre usted.es
media una amistad...
Pasc. Antigua.
Barón. Hoy nos hemos conocido...
Petra . Ave María purísima!
Pasc. Pero me lo recomienda
en una grata misiva
un mi amigo de la infancia,
gran pintor, la maravilla
de los pintores manchegos;
y como el Barón delira
por el arte de Murillo...
Y es el gran coleccionista
del buen gusto..
Barón. Aficionado.
Pasc. Viene á ver mi galería.
Verá mi casa, mi choza,
mi en baña, pobre, mísera,
pero en materia de cuadros
va usté á ver cosas divinas.
Un Rutena que me costó
mil duros, hoy me ofrecían
seis mil reales!
Barón. ¿Seis mil reales?
Pasc. No, seis mil duros.
Petra. (Mentira.)
Pasc. ¡Tesoros, tengo tesoros!
Joaq. (Para poner prendería.)
Barón. Hay muchos originales?
Pasc. Todos: y no necesitan
restauración.
Joaq. (Ya lo creo.)
Petra. (Si son copias nuevecitas!)
— 19 —
Pasc. Hay Rafaeles, Murillos,
Velazquez: fotografías
de Julia, de Disderí,
Toledo y otros artistas.
Petra. Mi tío es inteligente.
Barón. Á juzgar por sus noticias
posee una colección
regia.
Pasc. Tal cual! Medianilla;
guiad á este caballero.
Joaq. Es que yo no entiendo pizca.
Pasc. La ve usted? todo modestia;
yo el cicerone sería
con mil amores, mas tengo
cuidados que ahora me privan...
— Enseñadle lo más gordo,
que al final de la revista...

Barón. Yo que se molesten...


siento
Pasc. Molestar? no faltaría
Otra COSa! (Si^ue hablando.)
Joaq. (Bajo á Petra.) (Iré YO Sflla.

Petra. Iremos las dos.


Joaq. Pero hija,
si viene don Juan...
Petra. Que venga.
Joaq. No ves que dirá...
Petra. Que diga,
ó que se vaya á paseo
con la cuñada.)
Joaq. (Qué arisca
eres!)
Pasc. Dejemos á un lado
ceremonias y evasivas.
—El Barón come la sopa
con nosotros.— La comida,
como usted verá, modesta,
pobre, sobria, parca, mísera,
pero tendrá usté seis platos
que no ha probado en su vida...
y serán confeccionados... (Toma rapé •)
por mí, con estas manitas! (Estonnni a.)
Las dos. Jesús!
— 20 —
Pasc. Gracias!
Barón. ¡Buen provecho!
Pasc. Con que á ver la galería.
BaRON. (Ofreciendo los brazos á las dos, que se apoyan.)
Cuando ustedes gusten.
Las dos. Gracias.
Pasc. Así.
Joaq. Ya rae daba grima.
Pasc. Dos pimpollos! tres pimpollos!
Petra. (Ay, qué tio!)
Barón. (¡Ay, qué sobrina!)
(Vánse segunda derecha.)

ESCENA IX.

D. PASCUAL, después LORENZA.

Tira de la campanilla.

Vamos á cuentas, Pascual.


Tu honra está comprometida.
Todo un Barón en la m esa
de un alcanzado rentista!
Lor. Llamaba usted, señorito?
(Lorenza habla siempre con el mayor des? arro .

Pasc Sí, te llamo, Lorencita.


¿Qué tal va por allá dentro?
Lor. Bien.
Pasc. Hay fuego en las hornillas?

Lor. No señor.
Pasc. ¿Cómo?
Lor. Comiendo.
Pasc. Vamos, deja economías
boy, que come con nosotros
un barón; tienes propina
segura; qué te parece,
qué le claremos á usía?
Lor. Usía dirá.
Pasc. No empieces
con flema, porque me irritas.
Lor. No señor!
Pasc. Vamos por partes:
— 21 —
yo quiero una cosa digna,
original. —
Un puré
de patatas ó judías?
Lor. Sí señor.
Pasc. Un estofado?
Lor. Sí señor.
Pasc. Merluza frita?
Lor. Sí señor
Pasc. Asado.
Lor. Sí
señor.
Pasc. Pavo en galantina.
Lor. Sí señor.
Pasc. Pastel de arroz.
Lor. Sí señor.
Pasc. Tres chucherías
y un plato bufo; ese yo
le haré; te gusta la lista?
Lor. Sí señor.
Pasc. Tienes dinero?
Lor. No señor.
Pasc. María Santísima!
¿Pues no te di cinco duros?
Lor. Sí señor, hace tres dias
Pasc. Lo has gustado?
Lor. Sí señor.
Pasg. No tienes algunas sisas?
Lor. NO Señor! (Con enfado.)
Pasc. Malhaya, amen,
tu calma y tu muletilla
de sí señor, no señor!...
Lor. Pues qué quiere usted que diga?
Pasc. Si r o me dices donde hay
dinero...
Lor. En tesorería!
Pasc. Qué mas quisiera el Gobierno!
Lor. Sí señor.
Pasc. Y me precisa
buscarlo, ¿cuántos cubierto*
hay?
Lor. Catorce.
Pasc. Pues había
22 —
veinte.
Lor. Se empeñaron seis!
Pasc. Cierto, el santo de Joaquina.

Á ver. uno, dos, tres... cuatro


.

son los que se necesitan.


Empéñame diez cubiertos.
Lor. Diez cubiertos?
Pasc. Pero aprisa.
Lor. Sí señor.
Pasc. Al Monte pió.
Lor. Sí señor.
Pasc. Ah! la esportilla

para comprar.
Lor. Sí señor.
Pasc. Yo te esperaré en la esquina;
é iré contigo á la plaza.
Lor. Sí señor.
Pasc. Lleva mantilla.
Lor. Sí señor.
Pasc. Ah! me olvidaba...
¿Hay vino?
Lor. No señor.
Pasc. Hay
pan?
Lor. No señor!
Pasc. Dios maldiga
tu */ señor, no señor.
Lor. Ay señor!
Pasc. Cállate, indina,
porque si fueras un hombre
te estampaba...
Lor. ¡Ave María!
(Váse segunda puerta izquierda.)

ESCENA X.
PASCUAL, después D. JUAN.

Pasc. Vea usted! y gana cuarenta


realazos esta individua!
JUAN. (Saliendo y tropezando con D. Pascual.)
Animal!
— 25 —
Paso. ¿Eh?
Juan. Don Pascual!
usted perdone...
Pasc. Oh! delicia!
Dou Juan!
Juan. ¿Están las señoras?
Pasc. Sí señor.
Juan. Gracias, venía...
Pasc. Toque usted esos cinco...
Juan: Gracias:
usted bueno? la familia

buena? gracias. Las señoras,


dónde están?
Pasc Qué tarabilla!

ESCENA XI.

DICHOS, LORENZA.

Lor. Aquí están ya los cubier...


Pasc (¡Calla, lengua viperina!) (Tapándole la boca
Puede usted tomar asiento,
ó entre usted, tienen visita.
Juan. Maldición!!
Lor. (Esta es la casa
de Orates!)
Pasc Hasta la vista,
don Juan. (Tapa esas cucharas,
mujer!)
Lor. (No te den morcilla!)
Pasc (Hum! si sólo me costase
Un Cubierto!...) (Amenazándola.)
Lor. Ave María! (vánse foro.)

ESCENA Xn.
JUAN, JOAQUINA, después PETRA.

Joaq. (No lo dije? aquí está el otro.)


Juan. —
Ah! Dónde está la traidora?
oaq. Viene usted á buena hora!
etra. (Saliendo.) Esto es vivir en un potro!
— 24

'
— vAl (Le vuelve la espalda.)
Juan. Ella! ,i,i.)

Joaq. (Al diablo, que lidie


con los dos.)
Petra. (Vendrá con quejas.)
Joaq. Mujer! te vienes y dejas
al Barón?...) (Váse derecha segunda.)
Petra. (Que se fastidie.)

ESCENA XEI.
PETRA, JUAN.

Juan. (Juan! esto se ha concluido.)


Petra. (Hay que acabar de una vez,
Petra!)
Juan. (¡Qué alhaja!)
Petra. (Qué pez!
Se está haciendo el distraído.)
JUAN. (Se ha Sentado.) (Sentándose.)
Petra. (Ahora se sienta.)
Juan. (Me vuelve la espalda.)
Petra. (Infame!
Como espere á que le llame...)
Juan. (No rechista.)
(No revienta.)
Juan. (¡Ay del hombre que no tiene
dignidad!)
Petra. (Su afán constante
de hacerse el interesante!
¡pues á buena parte viene!)
Juan. (Valor y venza quien venza.)
Petra. (Por tesón allá veremos.)
Juan. (Por de pronto fumaremos.)
(Saca un puro, enciende y fuma.)
Petra. (Jesús!qué poca vergüenza!)
Juan. (Dengues á mí?)
:XRA .
1>,. (A. mí con ceño?)

Juan. (Pues señor, esto va largo.)


(Se arrellana en la butaca.)
PeTR\. (Levantándose y retirándose de puntillas.)
(Ahí te quedas, mundo amargo.)
— 25 —
(Váse tercera derecha.)
Juan. (No vendría mal un sueño!
Estará penando ahí!...
Qué diantre! me apiadaré.)
¿Petra? Petríta! (Volviéndose y al ver que no está.
Oh! se fué!
(Gritando.) Petra!
Petra. (Apareciendo.) ¡Oh! estaba usté aquí!
Juan. ¡Doria Petra!
Petra. ¡Caballero!
Juan. Sien ley de galantería
debo ceder, no debía...
Petra. Tire usté ese coracero! (Tirándole el cigarro.)
Juan. Señora, usted se propasa.
Petra. Me acomoda.
Ju*n. ¡Pues me gusta!
Petra. Usted piensa que me asusta?
¿Qué busca usté en esta casa?
Juan. Petra, no estoy para broma.
Petra. Yo tampoco.
Juan. Usted me hiere
sin razón.
Petra. Usted lo quiere,
pues con su pan se lo coma.
Juan. Vamos, claros, Petra mía;
ni esto es amor ni es vivir:

y para usted reñir


si

es el pan de cada dia,


lo confieso á fe de Juan,
el campo libre la cedo;
no me resigno, no puedo
comer ese amargo pan,
Y si aquí hubiera fundado
motivo para esta fiera
y continua pelotera...
Pero cuál es mi pecado?
La razón de tus enojos,
de qué nace, en dónde está?
¿Es mi ternura, es quizá
porque me miro en tus ojos?
¿Es que te ofende mi aliento,
ó mi delirio te inquieta,
— 26 —
ó tu corazón veleta
ha cambiado como el viento?
Es que temiendo perderme
intentas martirizarme,
ó es que no puedes amarme
sin herirme y ofenderme?
Acaba: si otro quizás
me roba tu amor, ¡pardiez!
desengáñame una vez
y no me atormentes más.
Petra. Se acabó la letanía?
Juan. No, Petra, no, es que me canso...
Petra. Si siempre fuera usté manso,
qué felicidad la mía!
Mas con aire pendenciero
á su novia se presenta,
y no saluda y se sienta...
Juan. Debía...
Petra. Mal caballero!
Juan. Es decir que aun con razón
no puede un hombre...
Petra. Manía!
Juan. Es decir que todavía
debo pedirte perdón?
Petra. De eso no es usted capaz.
Juan. Vaya! bueno! Esto se acabe. (Yéndose.
Petra. (Deteniéndole.)
Dónde va usted?
Juan. Dios lo sabe!
Petra. Tengamos la fiesta en paz ..

Juan. Si al fin y al cabo es forzoso


romper; la culpa me tengo
yo, necio de mí! que vengo...
Petra. Juan, que estás haciendo el oso.

Juan. Gracias: suéltame.


Petra. (Suplicante.) Repara!...
Juan. Si usted no me quiere, á qué?
Pstra. Si no le quisiera á usté
otro gallo me cantara.
Juan. De veras?
Petra. Tome usté asiento,
y el piquito!
JüAN. Vive Dios!...
Petra. ¿Juras!
Juan. Podremos los dos
vivir en paz un momento?
Petra. Seamos amigOS. (Dándole la mano.)
Juan. Por mí...
Petra. Esa mano!
Juan. (Besándosela.) Ingrata.
Petra. ¿Un beso?
No contábamos con eso.
Juan. ¡Ah, perdóname! (id.)

Petra. ¿Otro?
Juan. Sí,
ángel mió, no me riñas!
y olvidemos lo pasado.
Petra. Es usté muy delicado,
señor don Juan de las Viñas.
Juan. Desde boy te hago juramento;
paz octaviana.
Petra. Adelante.
Juan Ya tienes mejor semblante.
Petra. Así estará usté contento.
Juan. Bah! por qué no me tuteas?
Petra. No seas impertinente.
Juan. Mujer! no hay gente.
Petra. Sí hay gente,
por más que tú no la veas.

Juan. Quién?
Petra. Un hombre commi'il faut
que hoy nos honra todo el día.

Viendo está la galería


cen mi hermana.
Juan. Cuándo entró?
Petra. Ahora mismo; le verás;
esmuy galante, y no feo;
me ha ofrecido ir á paseo
con nosotras.
Juan. Tú no irás?
Petra. Por qué?
Juan. Sin mí?
Petra. Qué sandez!
Sin tí... ¿cómo le rechazo?
— 28
Tú me has ofrecido el brazo
siquierauna sola vez?
Juan. Mil veces no me atreví...
Petra . Por el qué dirán? preciso,
y mediando un compromiso..
no, no lo digo por mí.
Compromisos naturales,
justas consideraciones
de familia, relaciones
y miramientos sociales,
que lia inventado el qué dirán,
y en público los evita,
todo el que en su casa grita,
retoza ó baila el can-cán!
Juan. ¿Qué?
Petra. Pues!
Juan. Qué quieres decir?
Petra. Nada.
Juan. Ya!
Petra. Qué desengaños!
Juan. Si hacíaya muchos años
que estábamos sin reñir.
Petra. Como no tengo razones...
Juan. De pie de banco serán,
de un criado charlatán
las estúpidas versiones.
Petra. Muy charlatán!...
Juan. Ya se ve.
—No volverá por aquí.
Petra. Bastante me importa á mí
de su criado y de usté!...
Juan. Eso no lo sientes tú
Petra. Exijo una explicación.
Juan. Yo bailaba rigodón
y ella tocaba el Mambrú.
Petra. Y después?
Juan. Aclaró el cielo,

y estando la tarde buena,


salió á casa de Ansorena
á comprar un guardapelo.
Petra. Con usté?
Juan. Si es mi cuñada!
— 29 —
Petra. Y qué tengo yo que ver
con su cuñada?
Juan. Mujer,
escucha.
Petra.. No escucho nada.
Celebró nuestra querella?
Juan. No, mujer, si ella te quiere.
Petra. Por mí, á ver que no se muere
paseando, y usté con ella.
Juan. Esto ya es irresistible!
Petra. Esa señora me apesta
y vamos á tener fiesta
el mejor dia.
Juan. Es posible!
Petra. Usté lo lia tomado á broma;
pues bien, nada, al mejor medio;
ya sabe usté que el remedio
está más acá de Roma.
Usté es guapo, joven, rico,
y sobran chicas solteras.
Joan. Pero... lo dices de veras.
Petra. Me parece que me explico.
Juan. (Cielos! si tendré un rival!...)
Conque he de ser mal hermano
ó renunciar á tu mano?
Petra. Me es enteramente igual.
JUAN. (Sulfurándose por grados.)
¿Tees igual!
Petra. Indiferente.
Juan. ¿Te es igual!!
Petra. (¡Ay, Dios eterno!)
JUAN. (Paseando furioso.)
Y sea usted sumiso, tierno,
fino, jovial, complaciente.
— Imbécil! tu ligereza
merece este pago! Sí!!
Petra. Dios mió! No ande usté así,
que se me va la cabeza!
Juan. Si es igual! Si es una roca!
Sandio! cerril! (Se pega.)
Petra. Poco á poco!
—Se pega, se ha vuelto loco!
so —
Juan. Sí! por amar á una loca.
(Apoya la cabeza entre las 'los manos y los codo;

sobre el respaldo de una butaca. Pausa.)


Petra. (Loca! Es verdad; creo que
he estarlo fiera! ¿Me arrimo...
tengo miedo!... Un poco mimo
y en paz.) Juan?
Juan. (Con voz ahogada.)¿Qué quiere usté!
Petra . Te has hecho daño?
Juan. ¿Le asusta
que yo me rompa la crisma?
Petra. Todos los dias la misma
canción!
Juan. Porque á usté le gust;i.
Petra. Vamos, Juan, Juanito mió!
Cálmate! ..

Juan. Zalamerías!
Petra. Jesús! qué cara ponías!
Juan. ¿Te burlas?
Petra. Ahora me rio.
No, confieso que he faltado,
pero... aquel refrán recuerda
que dice, siempre la cuerda
rompe por lo más delgado.
Deja que sea tu esposa
y la cosa cambiará.
Juan. Pues! te parece quizá
que yo deseo otra cosa?
Petra. Yo creo que está en tu mano.
Jvan. Nadie lo puede estorbar,
pero, no es justo aguardar
hasta que vuelva mi hermano?
Petra. Si tú me quisieras bien...
Juan. Vamos!... Petra, no comprendes
que con dudarlo me ofendes?
Petra. Pues... lo dudo.
Juan. Otro belén?
Petra. No quiero hablar, pues ya veo
de la discordia la tea.
Juan. Pues hasta maldita sea
lacuñada, y ei paseo,
y ese genio de Luzbel
— 7>\ —
que se tira á las paredes!
JPSÚS! (Breve pausa.)
Petra. Ya lo ven ustedes,
no se puede hablar con él!
Juan. Contigo, sí, que no hay hora...
(Los dos, ciegos de ira, hablan á un tiempo y
muy rápido hasta el final.)

Petra. Oiga usté! Don insolente!...


Juan. De reposo! Estás demente!
Petra. No falte usté á una señora.
Juan. La culpa me tengo yo!...
Petra. Yo!...
Juan. Que piso estos umbrales!
Petra. Vete?
Juan. Si!
Petra. (Deteniéndole.) No! tú no sales
sin decirme...
JUAN. ¿Cómo no? (La rechaza.)
Petra. Son estos los testimonios
de tu amor?
Juan. ;No quiero guerra!
¡Agur! (Se va y vuelve por el sombrero.)
Petra. Largo!
Juan. Ábrete, tierra!!' (váse foro.)

Petra. Anda con dos mil demonios!

FIN 1»EL ACTO PRIMERO.


ACTO SEGUNDO.

La misma decoración.

ESCENA PRIMERA.
BARÓN, PETRA, JOAQUINA.

Petra. Pues bien, estoy disgustada


y de encubrirlo no trato;
la culpa tiene un ingrato
y mi genio y su cuñada,
y el infierno; yo no abono
mis arrebatos injustos;
le he dado muchos disgustos

y en venganza él se da tono.
¿Y he de poner buena faz
cuando estoy para perder
al hombre que adoro? (Á ver
si este otro me deja en paz.)
Barón. (Es ingenua y candorosa.)
Permita usted que me asombre
y que reniegue del hombre
que hace llorar á una hermosa.
Y si no soy indiscreto,
cuando él la olvide ó la ofenda,
rechazará usté la ofrenda
de mi amor y mi respeto?

3
- 54 -
Petra. Pues á su olvido quizá
puedo yo sobrevivir?
Barón. Y sin embargo, morir
de amor no se estila ya.
Petra. Caballero!...
Barón. La mudanza
es ley del tiempo, y por ella
ve el marino en una estrella
el faro de su esperanza.
Si yo mi esperanza fundo
en el sol, feliz me creo.
Joaq. Dice muy bien. (Yo deseo
x
ver feliz á todo el mundo.)
Petra. Barón, yo no sé mentir;
imposible creo ajiora
la mudanza.
Barón. Y quién, señora»
responde del porvenir?
Petra. Mi amor y su amor sincero.
Barón. No es artículo de fe.
Petra. ¡Jesús, hombre! no sea usté
pájaro de mal agüero.
— Si el amor que hay en los dos
fuese una mentira en él,
lejos, lejos del infiel
al mundo diera un adiós.
Y un sayal de lana burda
ocultando mi despecho,
á todos los hombres echo
mi bendición con la zurda.
Joaq. Muy indignado salió.
Petra. Lo he llamado, volverá.
.ÍOAQ. Sí?

ESCENA II.

DICHOS, LORENZA,

Lor. Señorita, ahí está, (váse.)


Los tres. Ah!
Petra. (Baila de contento.) Lo ves? vuelve, yolvj
Joaq. Sí, mucho dure la danza.
— oa —
Barón. Doy á usté mi enhorabuena.
Joaq. Mujer, tu gozo refrena;
no seas loca.
Petra. ,
No hay mudanza.

ESCENA III

DICHOS, D. JUAN. Entra bailando y se queda suspenso al

ver al Barón.

Juan. ¡Magnífico! Siga el baile!

(Repara en el Barón.)
— Ah! —¿Quién es este individuo?
Joaq. (a p .) (Un forastero, le vemos
por primera vez; el tio
le ha convidado á comer.)

Petra. Pase usté, caballeritü.


Joaq. El Barón de Campo Seco. (Presentándole.)
Barón. Servidor.
Juan. Muy señor mió.
Joaq. Don Juan Linos, propietario
y particular amigo
de la casa.
Juan. (Estaban juntos!...
Ya caigo, el del paseito.)
Petra. Lorenza, acerca una silla.
(Á Juan.) Señor don Juan?...
(ai Barón.) Con permiso.
¿Quiere usté hacerme el favor
de sentarse aquí?
JUAN. (Desde el otro extremo.) Lo estimo.
Petra. Es que tenemos que hablar.
Juan. No es puñalada de picaro;
tendremos tiempo de sobra.
Petra. No sobra el tiempo perdido.
Juan. Noto que está usté contenta.
Petra. Le pesa á usté?
Juan. No, me admiro.
Petra. (Este hombre no está contento
sino cuando ve que trino!)
Barón. Canta usté? <)

Petra. (Trino de cólera!)


— 56 —
Juan. (Hola! también secretitos!)

ESCENA IV.

DICHOS, D. PASCUAL, con mandil y g-orro de cocina; en una


cacerola trae masa que bate con el cucharon.

Pasc. Joaquina!
JOAQ. Jesús qué facha!
Petra. Tabíeaul
Pasc. Joaquina!
Barón. Qué miro?
Pasc. Dónde está el azucarero?
—Mil perdones si he venido
á interrumpir; continúen
ustedes, que yo prosigo.
Barón, es usté goloso?
Barón. No.
Pasc. "Vamos, que un dulcecito!...
Joaq. Pero tio, en ese traje...
Pasc El traje característico;
si todos somos de casa.
Juan. (Tate! y dicenque hoy le han visto
por primera vez!)
Pasg. Don Juan!...
Juan. (Sólo faltaba este tipo.)
Pasc. Hoy come usté con nosotros.
Juan. Gracias.
Pasc. Si no hay compromiso.
Juan. (Y ella se calla.)

Petra. (Mirando á Juan.) (Ay qué gUStol


vamos á comer juntitos.)
Juan. No me es posible aceptar.
Petra. (Cielos!)
Joaq. Yo se lo suplico.
Pasc. Ay! qué cabeza la mia!
Perdone usted...
Juan. No adivino...
Pasc. Tiene razón que le sobra;
don Juan, soy un distraido.
Las cosas se hacen bien hechas
ó no se hacen.
— 37 —
Juan. No concibo...
Pasc. (Tomando de la mano á Petra.)
Petra pide otro favor.
Petra. Yo?
Pasc. Va usté á casa en dos brincos
y trae usté á la cunada.
Petra. Ay!
Barón. Don Pascual!
Joaq. Jesucristo!
Barón. Qué tiene usté?
Petra. Nada.
Juan. ¿Pero Petra!...
Petra. No, yo no la invito.

Pasc. Niña!
Barón. (Esto marcba!)
Joaq. (Parece
que le tienta el enemigo.)
Petra. Yd no quiero incomodar
á esa señora.
Pasc. Caprichos
de muñeca; tardará
tanto en ponerse un vestido
para comer hoy la sopa
con nosotros?
Petra. Bien!
Pasc. Lo exijo.
Juan. No insista usté, don Pascnal.
Pasc. Per qué?
Juan. No está su marido...
Pasc. Pero está usté, su cuñado.
Juan. Cierto, y no me determino.
Pasc. No? basta. (La gran sorpresa:
voy á traerla yo mismo.)
(Llamando.) Lorenza? —Bastón, sombrero,
y toma estos utensilios...
Lor. Y el gorro? (Se lo entrega.)
Pasc. Sí. — Que tenemos
dos bocas más.
Lor. Añidimosl
Pas«. Está claro.
Lor. ¿Y los cubiertos?
Pa9€. Es verdad!
— 58 —
Lor. Es un confritol
Pasc. ¡Caramba! ..

Lor. No hay más que cuatro


Pasc. Y son seis los individuos.
Lor. ¿Sirven de palo?
Pasc. Un demonio!
Pues quedábamos lucidos.
— Ah! doña Luisa los tiene
de plata, mato de un tiro
dos pájaros.
JOAQ. Se va usted?
Pasc. Se me ha olvidado un artículo...
(Todos se levantan.)
Joaq. Mas...
Pasc. No se muevan ustedes!...
Quietos ahí, quietecitos!... (Váse.)

ESCENA V.

PETRA, BARÓN, JOAQUINA, D. JUAN.

Juan. (Y siguen las confidencias.)


Petra. Siento mucho el sacrificio
que hace don Juan en quedarse.
Juan. Lo siente usté, lo colijo.
Barón. Sacrificio! No es posible;

y en don Juan fuera delito


el convite renunciar,
cuando le creo tan digno
de inflamar un corazón
cuya posesión envidio.
Juan. Envidia usté?... pues á ello.
Barón. Yo en balde no rivalizo.
Juan. Por mí puede usted...
Petra. Por él!...
Si no le importa un comino
de mi amor!
Barón. Perdone usted...
Juan. Eso quien debe decirlo...
Joaq. Don Juan, que hay un forastero.
Juan. Forastero, muy amigo
de don Pascual, aunque hoy
— 59 —
por primera vez le han visto.
JOAQ. Don Juan!
Petra. Ya lo veu ustedes;
lo que quiere es armar cisco
para marcharse.
Joan. Y usted
quiere sacarme de quicio,
pero hoy se lleva usté chasco.
Señor Barón! (Tomando su brazo.)
Petra. (Hombre inicuo!)
(Toma el brazo de Joaquina.)
Juan. Usté habrá estado en París? (Todos pasean.)
Barón. El mes pasado he venido.
Juan. Hay allí grandes mujeres!
Barón. Con unos pies tamañitos, (indica muy grandes )
Petra. Barón, y allá son los hombres
tan tontos y tan ridículos
como en España?
Barón. Don Juan,
eSO no reza COnmigO. (Soltando el brazo.)

Juan. Pienso ir allá.

Petra. Compre usted


un mono y un organillo.
Juan. Uf! qué calor hace aquí!
Joaq. (Barón, un favor suplico...
Barón. Usté mande.
Joaq. Están violentos
por nosotros.
Barón. Comprendido.
Se van á morder.
Joaq. No creo
que llegue la sangre al rio.)

Barón. Petrita. ..

Petra. Qué, se va usted?


Joaq. Hay un cuadro de Murillo
que quiere admirar de nuevo.
Petra. Ya!
Joaq. (Juicio, Juan.) Petra, juicio.
Barón. (Dándola el lirazo.)

Vamos!
0*Q. Vamos.
Barón. (Me parece
— 40 —
que á la larga el campo es mío.)

ESCENA VI.

PETRA, JUAN.

Los dos pasean y habtan aparte.

Juan. (Lo que es de esta hecha


mi amor c'est fini.)
Petra. (Quisiera matarle
y luego morir.)
Juan. (Ahora está furiosa.)
Petra. (Si es un hombre vil!)
Juan. (Y Barón parece
el

que le hace tilin.)


Petra. (La tal cuñadita
Se me monta aquí.) (Señala i lá nariz.

Juan. (Tomo el tren-correo,


me largo á París,
y luego á Bruselas,
y luego á Pekin.)
Petra. (Ahora está tragando
veneno!)
Juan. (Á vivir!)
Petra. (Miré usté qué cara!
(Al pararse se encuentra frente á freute.)
Ni la de Cain!
Me voy por no verle.)
Joan (Alto.) Buen viaje!
Petra. Feliz!...
Juan. El Barón espera.
Petra. Mejor para mí.
Juan. (Oh! te has convencido?
Jumento cerril.)
Petra. (Ya no me hace caso.)
¿No va usté á decir
á doña Luisita
que hoy come usté aquí
si leda licencia?
Juan. Se quiere usté ir?...
Petjia. El que prometía
~- 44 —
no enfadarse ni...
Juan. Esto es inaudito!
Petra. Amar es sentir;
mas siendo el objeto
tan pobre, tan ruin...
(Juan hace tiras el pañuelo según indica el texto,)

No debe un amante
penar ni gemir...
Soy pobre, soy rara,
soy tonta, incivil...
Pierda usté cuidado,
no le haré infeliz.
Juan. Te vas, ó se arma
la de San Quintín?
Petra. Ya!... ya entiendo; ¿estorbo?
quizás va á venir
y no es conveniente
que nos halle así...
juntos, eh?
Juan. Señora!...
Petra. He dado en el quid.
Juan. Que hago un desatino!...
que no estoy en mí!
Petra. Jesús, qué carácter!
es un puerco-espin.
Juan. ¿Te vas, ó me mato!
Petra. Qué me importa?
Juan. Sí?...
. ¡Se acabó!!
(Tira el pañuelo y coge las tijeras que habrá sobre
el costurero.)

Petra. Qué veo!


Intenta su fin!
(Con duimra.) Juan! Don Juan! Juanilo!
JSAN. NO quiero vivir! (Se amaga.)
Petra. Jesús!... ay qué miedo! (Trémula.)
—Juan!
Juan. (Con furor concentrado.) ¿Quién anda abí?
Petra. Yo!... Petra; tu amada.
Basta de reñir.
(Buscando las tijeras que Juan trata de ocultar.

Á ver esa mano.


— 42 —
Ha estado en un tris

pincharte... No juegues!
Juan. Yo!
Petra. No, si es allí...
dame las tijeras.
Juan. Que te. vas á herir!
Petra. Mejor; no las suelto
aunque arda Madrid.
Juan. ¿No quieres que muera?
Petra. Vive... para mí!
Juan. Ah!
(Reprimiendo los sollozos.)

Petra. Gracias al diantre!


(Le quita las tijeras y las arroja lejos de sí.)

Me has hecho sufrir...


Juan. Mientes... tú... no sientes...
Petra. Más que tú!
Juan. Y al fin...

(Busca el pañuelo para enjugarse los ojos, y al no-


tar que está roto en el suelo, se limpia con uno de
los pedazos.)
Te veré en los brazos
de aquel zascandil?
Petra. Juan, te has vuelto loco?
Juan. De pensar en tí.
Petra. No, Juan de mi alma!
yo no sé mentir.
Si tu amor no pone
mi mente febril,
sipor tí no siento
mi pecho latir,
si no te idolatro
desde que te vi,

si no eres mi sueño,
mi luz, mi existir,
ini frente confundan
mil rayos y mil!
Juan. Oh! sí, yo te creo,
bello querubín,
yo quiero creerte!
Si allende el cénit
hay gloria... mentira!
— 45 —
No hay gloria sin tí!

Que al ver en tus ojos


las perlas fluir,
los cielos abiertos
contemplo ante mí!
Oh! Si es que tu labio
maestro en fingir
me engaña, no importa,
engáñame así!...
morir á tus plantas
es dulce morir!
(Cae arrodillado á sus pies y cubre de besos su
mano.)
Petra. Chist! Alza, que vienen!
Pasc. Ya estamos aquí.

ESCENA VIL
DICHOS, D. PASCUAL, LUISA.

Petra. Ella!
Juan. Gran Dios!
Pasc. Qué hace usté,
don Juan, aquí arrodillado?
Juan. No... no sé lo que me ha dado;
que se me ha torcido un pie
y un vahido...
Petra. (Y cómo miente!)
Luisa. (Vengo en hora desgraciada.)
Petra. ¿Miente porque la cuñada
le ha visto á mis pies?...
Pasc Corriente.
Yo tengo en casa tintura
de árnica.
Ju*n. No, son los nervios.
Pasc. Tengo vendajes soberbios
y bálsamo... (váse.)
Juan. Qué locura!
— 44 —
ESCENA Vm.
PETRA, LUISA, D. JUAN.

Luisa. Dispense usté, señorita,


simi visita sorprende.
Petra. Cuaudo tan cara se vende,
no lie de extrañar la visita?

Luisa. Yo no pensaba salir


de casa, mas don Pascual
mostraba un empeño tal,
que lia sido fuerza venir.
Petra. Siento que mi tio tuerza
su gusto...
Luisa. No es culpa mia...
Petra. Ya que usté sólo podía
venir aquí por la fuerza.
Juan. (Cielos! otra tempestad.)
Luisa. No es que la fuerza en mí obre.
Tiene usté idea tan pobre
de mi ¡Jecto y amistad?
Petra. Es para mí muy bonroso
tai afecto.

Luisa. Poco valgo,


pero como nunca salgo
en ausencia de mi esposo...
Petra. ¿Nunca sale usté en su ausencia?
Luisa. Rara vez.
Juan. (La frente me arde!)
Petra. Pues jurara que ayer tarde...
Luisa. Es verdad, una incumbencia.
Hacerle un regalo anhelo,
y fui á casa de Ansorena
á comprar una cadena.
Petra. (Y usté dijo un guardapelo.) (Á Juan.)
j

Luisa. Juan se lo habrá dicho á usté.


Petra. Juan me di«e poco ó nada;
como no soy su cuñada...
Luisa. Pero...
Juan. Petra!
Petra. No hay de qué.
— 45 —
Ay! qué cara se le ha puesto!
Juan. (Ah! genio de Belcebúi)
Petra. Cuando usté toca el Mambrú ;
pone don Juan ese gesto?
Luisa. Que gesto?
Petra. No tengo dudas,
estará alegre.
Juan. (Ya escampa!)
Petra. Pues aquí, ve usté e?a estampa?
Lo mismo pintan á Judas.
Joan. Tendré motivo sobrado
para de gesto cambiar.
Petra. Sí, lo mismo ha sido entrar
usté, que se le ha cambiado.
Juan. Señora!...
Luisa. No haya cuestión.
Juan mucho que á usted quiere,
lo
á menudo me refiere...
Petra. Cuando baila el rigodón?
Pues aquí blasfema, jura,
grita, rompe, llora, brama,

y á todo el infierno llama


y la paciencia me apura.
Poco há se mata, señora,
si no le quilo. .

Luisa. ¿De veras?


Petra. Dónde hun ido las tijeras?.. (Buscando.)
Á ver... que se mate ahora.
LUISA. (Ap. a Juan.)
(Juan, qué carácter!
Ju*n. (id. á Luisa.) Horrendo!
No me hable usté, por piedad!)
Petra. Hola! Secretos? Negad
ahora lo que estoy viendo!
No tendrán tiempo en su casa,
que hasta aquí, donde los vean,
murmuran y cuchichean!
Juan. Señorita, esto ya pasa
de castaño oscuro!
Luisa. Ay Dios!
Si yo lo hubiera sabido... .

JUAN. (Con aspereza.)


— 46 —
Usté el infierno ha traído!
Luisa. Qué escucho! Lóeoslos dos!
Así me
ofende un hermano!... (Retirándose)
Juan. Dónde va usted?
Luisa. Á paseo!
Petra. Siga, siga el cuchicheo!
JUAN. Luisa! (Queriendo detenerla.)
Luisa. Beso á usté la mano, (váse.)

ESCENA IX.

PETRA, D. JUAN.

Juan. Lo ves? Va huyendo de tí.


Petra. Y no la acompaña usté?
Juan. ¿Lo quieres? Así lo haré!
Petra. Y eso qué me importa á mí?
Juan. ¡Arpía!
Petra. ¡Mucho cuidado!...
que usté á una señora!
falta
Juan. Adiós! y cuenta que ahora
es para siempre.
Petra. Aprobado.
Juan. Vuelvo á reparar mi ultraje.
Petra. Corra usté!
Juan. Soy un grosero! (Se va y vuelve.)
Petra. ¡Que se va usté sin sombrero!
JUAN. ¡Hasta nunca!! (Lo coge y váse precipitadamente.)
Petra. ¡Feliz viaje!!

ESCENA X.

Se queda como clavada, mirando por donde se fué D. Juan.


Momento de pausa. De pronto baja al proscenio con muestras

de violenta emoción, que trata de contener afectando frialdad


y esforzándose en sonreír.

Se acabó! Yo... le quería...

Y qué?... Me lo ha conocido...
Se acabó!... Y qué?... Concluido.
— 47 —
Pero me ha llamado arpía!!
(Rompe á llorar amargamente.)
Me ahoga la indignación!...
Si ahora...mi mano pidiera
un imbécil... aunque fuera
un mamarracho... ¡El Barón!
(Al verle aparecer.)

ESCENA XI.

PETRA, BARÓN, D. PASCUAL.

Pasc. Pues estamos divertidos!


No soy el amo en mi casa.
Barón. Don Pascual!
Pasc. Usté dispense:
no puedo ver con cachaza
lo que sucede.
Barón. Otra gresca!
Petra. (Yo necesito venganza!)
Pasc. Venga usté acá, señorita.
Petra. que bien baila!)
(Esta es otra
Barón. Si ustedes tienenque hablar...
Pasc. No, no quiero que se vaya.
Atención! niña, y cuidado
con subírseme á las barbas!
Quién soy yo aquí para usté?
Petra. Un tio!
Pasc. Un tio que manda
en usted! Que ha hecho las veces
de madre!
Petra. Esto me faltaba!
Pasc. Digo, las veces de padre,
con usted y con su hermana,
sí señor, y se enamoran

sin mi permiso!. . Y se trata


de matrimonio y el tio
aquí sin saber palabra.
Insolentes!
Petra. Dios eterno!
Barón. Don Pascual, usté se exalta!
Pasc. No señor; piensa usté acaso
— 48 —
que una ganga?
esta niña es
No un punto
sabe coser
ni mondar una ensalada,
y ya piensa en...
Barón. Don Pascual
cuenta con lo que se habla.
Usted me dijo que Petra
era el ángel de la casa;
que ella cose, plancha, borda,
baila, tañe, piuta, canta...
Pasc. De lo dicho me arrepiento.
Barón. Pero eso no es justo.
Petra. Gracias,
señor Barón.
Barón. Petra, tengo
de usté la opinión más alta,
y á ser libre como el mió
su corazón, fuera tanta
mi dicha!...
Pasc. ¿Qué?
Barón. Siento haberla
conocido enamorada
de ese don Juan...
Petra. ¿Yo? no!
Barón. Vamos!...
Pasc. Qué escucho!
Barón. Que usté le ama.
Petra. ¿Es decir que todavía
el fementido se alaba?

Pasc. ¿Esas tenemos?


Barón. Señores,
no lo dirá por jactancia.
Petra. Ese hombre es capaz de todo!
Pasc Y no le das calabazas?
Petra. Sí señor.
Pasc. Bravo! bravísimo!
Señor mió, esto se llama
un carácter!
Barón. Petra, es cierto?
¿Puedo abrigar esperanza?
Pasc. Cómo esperanza! un abrazo!
un sí con su mano blanca.
-. 49 —
Sobrina, tú eres el báculo,

el consuelo de mis canas.


Barón. Pronuncie usté mi sentencia,
y yo prometo acatarla
con resignación beróica.
Alas si no fuese contraria,
juro á fuerza de respeto,
de cariño, de constancia,
merecer su estimación;
con su estimación me basta.
Petra. (Qué diferencia del otro!)
Pasc. Á qué esperas? No te halaga
convertirte en gran señora
de la noche á la mañana?
No quieres ser baronesa,
princesa grande de España?
Barón. No tanto, señor, no tanto;
mi fortuna es desahogada,
no regia ni mucho menos.
Mas con ella traigo en arras
el capital de mi mente

y el tesoro de mi alma,
mi amor.
Pasc. mona mia?
¿Oyes,
Dile que
vamos, anda.
sí,

Petra. (Qué generoso y qué humilde!)


Barón. ¿No tienen premio mis ansias?
Pasc. ¿Qué te detiene? Te advierto
que ya no comen en casa...
Petra. Quién?
Pasc. Don Juan y doña Luisa.
Petra, Se han marchado?
Pasc. Ahora se marchan.
Cuando salieron de aquí
noté que él cuchicheaba.
Petra. (Claro! pedía el perdón!)
Pasc. Yo iba á tomar la palabra,

y ella me pidió que hiciera


el favor de dispensarla.
Solicito explicación,

y él, con cierta petulancia,


saludó frió, tomó
— 50
el brazo de su cuñada...
Petra. Su brazo!
Pasc. Y salió.
Petra. Su brazo'
qué indignidad!
Pasc. Si eso alarma
al cielo!

Petra. Burlarme así?. .

Pasc. Cierto! y no comer en casa!


Petra. Se acabó!
Pasc Bravo! en la mesa
y libres de gente extraña,
celebramos...
Petra. Sí!
Barón. Qué oigo!
Pasc. Qué has dicho?
Petra. La ira me abrasa!
Pasc. Vamos, habla, remonina!
remonona!
Petra. Tío!...
Pasc. Acaba.
Petra. ¡Disponga usté de mi mano!
Barón. ¡Oh! placer.
Pasc. ¡Oh inesperada
fortuna! Ven á mis brazos!
Petra. Permita usté que me vaya.
(Oh! se me abrasa la frente.)
Barón. Bien mío!...
Petra. Ni una palabra.
Pasc. Es natural... el rubor!
Harón. (¡He vencido!)
Petra. (Estoy vengada!)
(Váse izquierda.)

ESCENA XII.

BARÓN, D. PASCUAL.

Pasc. Victoria!
Barón. Grande victoria,
y más grande la batalla.
asc. ¿Batalla? No tal; comprendo
que aún está preocupada;
como ha sido su primer
amor aquel papanatas...
Barón. ¿Su primer amor?
Pasc. Pero eso
se le quitaen dos semanas;
y con cierto plan de vida...
Por ejemplo: usté se casa,
y en tren directo á París.
de París se van á Italia;
luego una vuelta por Londres;
desde Londres á Alemania...
Barón. Y luego á Tetuan por monas
ó á la China por naranjas.
Pasc. ¡Hombre!...
Barón. Hablemos de otra cosa
Pasc. Justo, al negocio del alma.
Barón. Dígame usté, Petra es huérfana?
Pasc. Huérfana.
Barón. Pienso dotarla.
Pasc. ¡Magnífico!
Barón. ¿Y usted ..

Pasc. Huérfano.
Barón. Ya! digo si usté pensaba
dotar á Petra.
Pasc. Yo!
Barón. (Tate!)
Pasc. (¡Qué salida de pavana!)
Raron. A mí me es indiferente
que me la entreguen descalza;
pero mi familia, el mundo...
Pasc. Ya!
Barón. Luego las circunstancias...

Pasc. (Salga por Antequera.)


el sol

Barón, yo no puedo darla


ni un céntimo.
Barón. Pues y el dote?
Pasc. Ogaño ha habido las plagas
de Egipto, guerra, langosta,
y el cupón que no se paga...
Barón. Petra heredó de su madre,
si mis informes no marran,
— o2 —
una suma que su esposo
debe percibir intacta.
Pasc. Y bien, á mí no me consta
que usté pueda asegurarla.
Barón. Rico soy.
Pasc. Yo no lo sé.
Barón. Señor mió! usté me ultraja;
y puesto que no conoce
á la persona que trata,
no sea usted de antemano
tan pródigo de alabauzas.
Mas tenga usted entendido
que si Petra se retracta
porque usté se lo aconseje,
nos vamos á ver las caras!... (se va y vueire
Pasc. Caballero!... (Asustado.)
Barón. Petra es mia.
En generosa y franca
lid

he deshancado á un rival,
y como vuelva á esta casa
le rompo el cráneo, ó le cruzo
el pecho de una estocada!
He dicho! (váse.)
Petra, (ai paño.) (Virgen santísima!)

ESCENA Xm.
D. PASCUAL, luég-o PETRA.

Pasc. Pues apenas tiene agallas


el talBarón; y no hay medio,
he soltado la palabra,
y es preciso mantenerla.
¡El dote! Si mis alhajas
están en el Monte Pío;
mis fincas hipotecadas....
Petra. All! (Oyendo al salir.)
Pasc. Tengo tesoros de arte...
Oh! necesidad, madrastra
del arte! Vender mis cuadros!
Este golpe me anonada!
Petra. Tio!
— 53 —
Pasc. ¡Vuelta con el tío!
Petra. He oido las amenazas
del Barón, y me da miedo!...
Pasc. Y qué importa si te casas?
Petra. No por Dios!
Pasc. (Con energía.) Tendrás el dote
aunque me quede sin sábanas.
Y no se hable más del caso.
Petra. ¡Qué he hecho yo, Dios mió!
Pasc. ¡Vaya!
¿es estojuego de niños?
que digan que por mi causa
pierdes!...
Petra. ¡Qué he hecho yo!
Pasc. Tu gusto!
Tu gusto y caiga el que caiga, (váse.)

ESCENA XIV.

PETRA.

Mi gusto! sarcasmo fiero!


¿Qué has hecho, necia mujer!.
Pero... si no puedo ser
del Barón... si no le quiero!
Si Juan ha sido el primero!
El porvenir me da espanto.
Si yo le quería tanto,
y su amor no fué mentira...
por un instante de ira
toda una vida de llanto!

ESCENA XV.
D. JUAN, PETRA.

Juan. ¡Albricias, Petra!


Petra. (Se enjuga ios ojos.) (El traidor!)
Juan. Escúchame.
Petra. Estoy de prisa.
¿Ya está en casa doña Luisa?
Juan. Escúchame por favor.
— 54 —
Petra. No le quiero ni mirar.
Juan. Óyeme.
Petra. Que no le digo:
querrá uslé cumplir conmigo
después de irla á acompañar?
Juan. Si no ha sido menester
ni aceptó mi compañía.
Petra. ¿Qué escucho, está todavía
en mi casa esa mujer?
Juan. Está y hoy ha concluido
mi deber de acompañarla,
pues ha venido á buscarla
y se irá con su marido.
Petra. Cómo!
Juan. Acaba de llegar
á Madrid; le han informado
en casa, y alborozado
nos ha venido á abrazar.
Hablando quedan los dos
con Joaquina y al momento
se marcharán.
Petra. (irónica.) Pues lo SÍetlto!

Juan. Vaya bendita de Dios!


Ah! me preguntó por tí

mi hermano.
Petra. Está bueno?
Juan. Está.
Petra. "Y usté con él no se va?
Juan. No me voy: ¿estorbo aquí?
Petra. No va usté á pedir indulto
por el mal trato inferido...
Juan. Luisa lo dará al olvido.

Petra. Ya! vale más que esté oculto?


Juan. Oculto? no, ingrata, no.
Si en Luisa prudencia cabe,
mi hermano mi falta sabe,
pues la he confesado yo.
Sabe mi amante locura
y te acepta por mi esposa,
pues no desea otra cosa
que tu dicha y mi ventura.
Y en fin, aunque no es secreto
- 55 —
que tu belleza es tu dote,
no temas que él te denote
menos cariño y respeto.
Petra. (Conmovida.) ¡Ay, mísera!
Juan. Tú verás
quién es mi hermano querido.
Petka. (Si ahora que le he perdido
creo que le quiero más!
Juan. ¿Qué es esto; tu calma fría,

tu silencio, qué me prueba?


cuando pensé que esta nueva
te inundase de alegría...
¿Lloras!... cuando casi toco
el cielode mi ventura!
Petra, por la Virgen pura,
que vas á volverme loco!
Por qué lloras, ángel mió?
Habla; dime tu quebranto,
mi bien; no ves que tu llanto
redobla mi desvarío?
{'"
¿Son celos? no, no es posible...
¿Por Luisa!... ¡Oh Dios! tal sospecha
de tu corazón desecha;
me haría un daño terrible.
Luisa es de virtud tesoro,
y el que va á ser tu marido
no es un hombre corrompido
sin conciencia ni decoro.
Pero si tu amor recela,
dilo,y al darme tu mano
no vuelvo á ver á mi hermano
ni á toda la parentela.
Petra. Ay Dios! —Maldito Barón!
Juan. ¿Qué... Te ha ofendido, habla, ingrata;
di quién te aflige, y me mata,
ó le arranco el corazón.
Petra. No, Juan; respeta á ese hombre
si en algo tienes mi vida!
Abandóname y olvida:
no soy digna de tu nombre. (Se arrodillad
lan. ¡Gran Dios!
Petra. Si es mi suerte avara
— 56 —
morir! si no compadezco

mi suerte! si no merezco
que me mires á la cara.
Juan. Levanta! No quiero verte
á mis pies.
Petra. Huye de mí
ó mátame! Junto á tí

bendeciría la muerte.
Juan. Nunca! Vivamos los dos. ..

Pero qué horroroso arcano


te impide darme tu mano?
Petra. Que ya no es mia!
Juan. Gran Dios!
Petra. Quería tomar venganza.
Juan. ¿De quién!
Petra. De tí! de mí misma!
Juan. ¡Jesús!!. Mi mente se abisma
.

con tan horrible asechanza!


Ah! Pérfida! desleal!
Tu dolor será infinito,
sí, porque yo necesito
la sangre de mi rival!
i'etra. No por Dios!
Juan Quita!
Petra. Detente!
Juan. Aparta! mujer perjura!
Qué has hecho de mi fé pura,
de mi amor ciego y demente?
¿Eslos eran tus cuidados,
tus querellas caprichosas,
tus palabras injuriosas,
tus celos descabellados,
tus arrebatos de ira,
tus temores, tus suspiros,
tus lágrimas, tus retiros.
Mentira! todo mentira!
Petra. ¡No!!
.!fe-.\N. Me has herido á traición!
Mi vida será muy corta.
Vive feliz, ¿qué te importa
de mi desesperación!...
Á ese rival enemigo
i
'-- 57 —
retaré á ñero combate;
no temas, no, que le mate,
que mi muerte es tu castigo.
Porque Dios todo lo ve,
y en él mi venganza fundo.
¡Nadie te amará en el mundo
como yo, impía, te amé!
Y de tus dichas en medio
mi triste sombra verás,
Y algún dia llorarás
cuando no tengas remedio.
Algún dia que al desden
el remordimiento venza.

Adiós!!
Petra. ¡Juan!!
Juan. Tengo vergüenza
de haberte querido bien!
(La rechaza y se dirige al foro. Petra da un grito
de angustia y cae desvanecida sobre un sillón.)
Petra Ah!
JüA>í. (Volviendo al ruido, y al verla tira de la campani-
lla y grita pidiendo auxilio.)

Cielos! socorro! presto!


Agua! (Á Lorenza, que acude.)

ESCENA XVI.
DICHOS, LORENZA, después JOAQUINA.

Lor. Voy!
Juan. Vuela!
Lor. Jesús!
Joaq. Qué sucede.
Lor. Patatús!
(Ay amor cómo me has puesto!)
(Vasa y vuelve con el agua.)
Joan. Se ha desmayado!
Joaq. Qué horror!
Qué le ha hecho usté!
Juan. Yo! '

Joaq. Petrita!
Petra!
— 58 -
Lor. El agua, señorita.
Joaq. Venga.
Joan. (Sí, me tiene amor.)
Joaq. Hermana!
Lor. (Ha habido quimera.)
Joaq. Ya vuelve.
Lor. (Á Juan.) Dígale usted algo.
Joaq. Chiton!
Lor. Yo no entro ni salgo.
Juan. Petra!
Petra. Dejad que me muera!
Joaq. Si te lo he dicho mil veces,
Petra, tu genio enemigo
tiene que acabar contigo.
Petra. Mejor.
Joaq. No digas sandeces.
Juan. No, Petra, vive, y si un día
me dicen que eres dichosa,
no me será tan odiosa
la vida.
Joaq. Otra tontería!
¿No va usté á ser su marico?
Juan. Era mi dulce esperanza,
mas hoy, por una venganza
pueril...
Joaq. Vamos, comprendido
Mas como el amor ajeno
quien lo pretende usurpar
sólo consigue abrigar
una víbora en su seno,
no debe estar muy ufano
de su victoria el Barón
Petra y Juan. Cómo!
Joaq. Ensancha el corazón!
Petra. Habla!
Joaq. Renuncia tu mano.
Petra. Ay! hermana de mi vida! (Abrazándola
Juan. Oh! Joaquina angelical?
Joaq. Mucho! Ahora celestial!
antes era entrometida!
PETRA y JUAN. Perdón! (Forman grupo abrazados.)
— 59 —
ESCENA XVn.
DICHOS, D. PASCDAL.

Pasc. (ai verlos.) Oiga, libertino!


Juan. Don Pascual!
Joaq. (Á Pascual.) ¡No sea usté zote!
No quieren dote!
Pasc. ¿Sin dote?
¡Yenga un abrazo, sobrino!
(Abraza á D. Juan.)

ESCENA ÚLTIMA.
DICHOS, el BARÓN.

Barón. Y yo me quedo á la luna


de Valencia?
Juan. Oh! generoso corazón!
Barón. Sea usté dichoso,
que yo aplaudo mi fortuna.
Pasc. Barón, este es el marido
mejor... el bello ideal.

Barón. Y usté el más original


de sus cuadros.
Pasc. Convenido.
Barón. Señorita, pues no abrigo
rencor, aunque algo quejoso,
dé usté la mano á su esposo;
estreche la de un amigo,
y huya usté de la venganza
en adelante.
Petra. Barón,
hasta tomar posesión
reina la desconfianza.
Después, como usté decía,
el tiempo todo lo muda,

y donde muere la duda


nacen la fe y la alegría.
(Al público.)
Aprendan calma y cordura
- 60 —
los corazones amantes,
cuando cuentan los instantes
que retardan su ventura.
Y los que formando empeño
de rendir á una mujer,
aspiren á poseer
alma que tiene otro dueño,
aprendan desengañados
aquel aserto vulgar
que dice: «No hay que fiar
en riñas de enamorados.»

FIN I)K LA COMEDIA-


OBRAS DEL MISMO AUTOR.

El toque de ánimas. (Zarzuela.)

Los desamparados. (Drama.)

La estrella de la corte. (Comedía.)

El primer día feliz. (Zarzuela.)

Los enamorados. (Comedía.)

La soberanía nacional. (Loa )

Un SOrdaO Cumplió. (Pieza.)


ERRATAS.

Página. Línea. Dice. Léase.

<2 6 risa! rica!

iri 7 Se le da Le da
PUNTOS DE VENTA.

MADRE).

Librerías de D. Alfonso Duran, Carrera de San Jerónimo,


de D. Leocadio López, calle del Carmen; de los Hijos de Fé,

calle de Jacometrezo, 44, y de Murillo, calle de Alcalá.

PROVINCIAS.

En casa de los corresponsales de la Addinistracion Lírico-

dramática.
Los pedidos de ejemplares se harán directamente á esta
Administración acompañando su importe en sellos de fran-
queo ó letras de fácil cobro, sin cuyo requisito no serán ser-

vidos.

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