Trabajo Proyecto Contratos Mercantiles

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
UNIDAD CURRICULAR: PROYECTO SOCIO JURÍDICO IV
5TO. AÑO, SECCIÓN 5 FIN DE SEMANA

LOS CONTRATOS
MERCANTILES

FACILITADOR:
ABG. MARCIA OCHOA

PARTICIPANTES:
LEÓN, DAVMARY C.I.V- 14.870.752
MORALES, KLAUSNEER C.I.V- 15.735.455
MORENO, MELVY C.I.V- 11.123.847
REQUENA, GREIDY C.I.V- 14.642.999
REQUENA JOHANN C.I.V- 20.247.107
VILLEGAS, LUIS C.I.V- 15.532.237

FEBRERO, 2024
Introducción

Los contratos son figuras jurídicas que consisten en el acuerdo de dos partes para
crear o transmitir derechos y obligaciones, de conformidad con los artículos
establecidos y los mismos parten de un derecho personal o de obligación, por lo
que tienen un tiempo al cabo del cual se darán por terminados. Los derechos
personales no pueden ser eternos, por lo que al ser los contratos parte de un
derecho de obligación tendrán un término de vida o razón por la cual quedan
extinguidos, sin embargo, subsistirán algunos efectos jurídicos, en un tiempo y
espacio determinado.

El Jurista Venezolano Paul Valeri Albornoz en su obra “Curso de Derecho


Mercantil” (2004), señala como definición del contrato en general está regido por
la normativa del Código Civil, que es supletoria de las contenidas en el Código de
Comercio, en cuanto no sean contrarias a ellas. Señala el autor, “que es un acto
de comercio tanto subjetivo como objetivo el contrato mercantil, y sus efectos
fundamentales se somete a la competencia especial y jurisdicción de la
Ley Mercantil”.

Es importante resaltar que para que un contrato mercantil tenga validez, debe
existir un consentimiento libre de vicios de las partes implicadas, las cuales deben
tener la capacidad legal necesaria para su firma y para poder ejercer por sí
mismas sus derechos. El objeto del contrato debe ser lícito, además de no ser
contrario a las leyes en vigor. Los diferentes tipos de contratos son una
herramienta fundamental para las empresas, siendo importante conocer su
tipología, para dotar de la seguridad jurídica necesaria todo tipo de operaciones.
Los Contratos Mercantiles.

Definición:
El Contrato Mercantil es la definición de un acuerdo que se genera entre diferentes
voluntades jurídicamente vinculantes entre personas que tienen intereses
distintos. De ahí que esté dirigido a crear, modificar, transferir o extinguir los
correspondientes derechos patrimoniales.

Por otra parte, podría decirse que es un acuerdo privado que puede ser verbal o
escrito, en el cual se recoge la voluntad de las partes firmantes en relación con
una determinada materia, puede ser además a prestación de un servicio la
realización determinado objeto u obra.

¿Quiénes pueden celebrar un Contrato Mercantil?


Un Contrato lo puede celebrar dos o más personas físicas o jurídicas,
comerciantes, y su finalidad es crear derechos y obligaciones.

Formalidad de los Contratos Mercantiles.


En la dogmática tradicional del contrato y del negocio jurídico, la palabra “forma”
tiene dos significados vinculados, pero distintos.

1. En sentido amplio, constituye el medio (cualquiera que sea público o privado) de


expresión de la declaración de voluntad, necesario para que ésta pueda ser
conocida y adquirir relevancia jurídica; y

2. En sentido estricto, es una solemnidad o conjunto de solemnidades concretas


(entre las infinitas teóricamente posibles) de las que él ordena-miento jurídico (o
incluso un negocio jurídico previo vinculante para las partes) hace depender la
plena validez o eficacia del negocio o contrato en cuestión, como un requisito
adicional a la mera exteriorización de la voluntad.
Partiendo de lo anterior debemos establecer que la forma de los contratos civiles o
mercantiles va a versar a partir de los elementos de validez. Y es precisamente de
la forma la que abordaremos en este momento en base a nuestra legislación
mercantil. Desde el punto de vista del concepto se entiende por forma el modo en
que se exteriorizan para ser conocidos por el mundo jurídico las voluntades; es
decir, la forma consiste en el sentido señalado por la ley para que se manifieste la
voluntad en determinados casos.

Tipos de Contratos Mercantiles.


Hay distintos tipos de contratos mercantiles, los cuales se pueden agrupar de
acuerdo con la siguiente clasificación:

Contratos de cambio:
Se caracterizan por el intercambio de un bien por otro o por la prestación de un
servicio. Entre este tipo de contratos nos podemos encontrar los siguientes:

 Contratos de Compraventa: Por medio de este contrato se realiza la


compraventa de bienes muebles, comprometiéndose una de las partes a
dar una determinada cosa y la otra a su pago, satisfaciendo el precio
determinado en el tiempo y de la forma acordada.

Es uno de los contratos más extendidos y constituye la principal forma


moderna de adquirir bienes. En un contrato de compraventa se puede fijar
una garantía hipotecaria, cuando para la adquisición del bien este se
hipoteca, o establecer reservas de dominio hasta que el comprador haya
pagado la totalidad del precio.

 Contratos de Permuta: Mediante este contrato las partes acuerdan el


intercambio de determinados bienes o servicios.
 Contratos de Arrendamiento: El arrendador entrega al arrendatario el
bien objeto del contrato en régimen de alquiler, por el tiempo definido en el
clausulado del contrato. Este tiempo puede prorrogarse a su finalización, si
así lo acuerdan las partes.
 Contratos de Suministro: Contrato por el cual una parte se obliga al
suministro de bienes o servicios, de manera periódica o continua, a cambio
de su pago.

 Contratos de Obra: Una de las partes se compromete a la realización de


una determinada obra y la otra a su pago, siempre que se cumplan las
condiciones previstas en el contrato.

 Contratos de Transporte: Una de las partes se obliga a conducir de un


lugar a otro, a través de un determinado medio y en el plazo fijado, a
personas o cosas, a cambio del precio estipulado.

Contratos de Colaboración:
Recogen un compromiso para prestar un determinado servicio o para realizar una
determinada actividad con el propósito de conseguir un resultado concreto.

Entre este tipo de contratos podemos destacar los siguientes:

 Contratos de Agencia. Por medio de este contrato, el agente actúa como


intermediario independiente en representación de una empresa,
promoviendo y vendiendo sus productos a cambio de una remuneración.

El agente no asume, salvo pacto en contrario, el riesgo y ventura de tales


operaciones. El contrato de agencia suele ser un contrato estable referido a
una determinada zona geográfica.
 Contratos de Mandato: Es un contrato por el cual una parte se obliga a
celebrar o ejecutar uno o más actos de comercio por cuenta de otra. El
mandato puede conllevar o no la representación del mandante.
El contrato de comisión es una especie de contrato de mandato en el que el
comisionista puede contratar en su nombre o en el de su comitente.
Cuando el comisionista contrate en nombre propio, quedará obligado de un
modo directo con quienes contratase, como si el negocio fuese suyo.

 Contratos de Franquicia: Es un contrato en el que se recoge un acuerdo


de colaboración entre dos empresas jurídica y económicamente
independientes. Por medio de este contrato, la empresa franquiciadora, que
es la propietaria de una determinada marca, patente o técnica de
fabricación o actividad industrial, concede al franquiciado el derecho a su
explotación, por un determinado tiempo y en una determinada zona
geográfica.
Eso sí, estableciendo unas condiciones de control, para asegurarse el pago
del canon establecido y la calidad del servicio prestado. Para que el
franquiciado pueda ejercer su actividad, el franquiciador le transmite
mediante una licencia, las patentes y el uso de la imagen corporativa y
marcas, así como know-how necesario para realizar su actividad.

Contratos de Seguro:
Son aquellos en los que una de las partes, la aseguradora, cubre a la parte
asegurada frente a determinados riesgos, a cambio del pago de la prima del
seguro.

Contratos de Conservación, Depósito o Custodia:


El depositante entrega un determinado artículo o artículos a un depositario, que se
obliga mediante el contrato a guardarlo y cuidarlo a cambio del pago estipulado en
el contrato.
Contratos de Préstamo y Crédito:
Son realizados principalmente por las entidades financieras, en los cuales se
presta un dinero a cambio de su devolución, junto con los intereses pactados.
Dentro de este tipo de contratos, los contratos de préstamo hipotecario han sido
últimamente muy cuestionados por diversos tribunales, debido a las cláusulas
suelo y a otras cláusulas en las que obligaban al pago por parte del prestatario de
todos los gastos de formalización de dichos préstamos.

Contratos de Garantía:
Se incluye una garantía para garantizar el cumplimiento de una obligación. Serían
los contratos de prenda, fianza o hipoteca.

Algunos contratos, como los contratos de leasing, pueden englobar varias de las
tipologías anteriores, ya que existe una cesión de un bien y la obligación de su
conservación, por parte del que lo adquiere, hasta que se ejecute la opción de
compra. En este contrato concurren tres partes diferenciadas:

 La empresa de leasing que financia la operación. Esta realiza un contrato


de compraventa con el proveedor del bien y con el usuario un contrato de
arrendamiento con opción de compra.
 El proveedor que ha celebrado el anterior contrato de compraventa y
entrega el bien al usuario.
 El usuario que celebra el contrato con la empresa de leasing, y recibe el
bien del proveedor.
Conclusión

Es importante resaltar lo que se refiere a la forma de los contratos mercantiles, ya


que, pese a que no hay reglas especiales, siempre rige la libertad de forma, por lo
que no es estrictamente necesario que lo establecido sea de forma escrita porque
solo valdría la contratación de palabra. Es por ello que, sin lugar a dudas, se trata
de un elemento imprescindible para los negocios y es un tipo de contratación que
surgió, por primera vez, en la Edad Media como respuesta a los requerimientos y
necesidades específicas del comercio para aquel entonces.

Sin embargo, se debe destacar que se trata de un modelo de contrato que ha


evolucionado a lo largo de los siglos y al mismo tiempo ha servido de base para la
regulación jurídica de las empresas en la actualidad.

Sin embargo, no es lo más recomendable porque se pueden generar escenarios


de confusión con respecto al objetivo de la contratación y las cláusulas. De ahí
que pueda ser habitual figurar por escrito o que se otorgue como una escritura
pública ante un notario. Lo anterior es la situación más recomendable en los casos
más importantes.

Para concluir es significativo tener seguridad en las relaciones mercantiles, se


debe estar familiarizado con los diferentes tipos de contratos, ya que de su
correcta redacción dependerá, en muchos casos, el buen fin de las transacciones
que realizan empresas y profesionales.

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