Varones y Masculinidades Capitulo 1
Varones y Masculinidades Capitulo 1
Varones y Masculinidades Capitulo 1
minismos y las diversidades sexuales y de género en que no estén ligadas a formas de violencia y humilla-
la vida cotidiana de las/os adolescentes y jóvenes? ción? El material que presentamos aquí surge de estas
¿Qué lugar deben ocupar los varones1 cisgénero2 he- inquietudes tan presentes en las agendas sociales co-
terosexuales en estos cambios? ¿Cuáles son sus res- tidianas, y pretende ser una herramienta que colabo-
ponsabilidades frente a la puesta en cuestión de los re con los trabajos de prevención de las violencias de
mandatos de masculinidad normativa? ¿Se pueden género, y la promoción del derecho a una vida libre de
violencias.
1 A lo largo de este documento utilizaremos el sustantivo
“varones” en lugar de “hombres” por el uso pretendidamente
Los textos y audiovisuales que forman parte de este
universal del término “hombre” como sinónimo de humanidad. kit se enmarcan en la Iniciativa Spotlight, una alian-
Asimismo, cada vez que hablemos de varones, salvo que za global de la Unión Europea y las Naciones Unidas
especifiquemos que nos referimos a varones trans, estamos que busca prevenir, atender y sancionar la violencia
hablando de varones cis. contra las mujeres y las niñas en el mundo. El objetivo
2 Cuando el género autopercibido se corresponde con de dicha iniciativa en Argentina es reducir la violen-
el asignado al nacer. A diferencia de, por ejemplo, los varones
transgénero, que generalmente fueron asignados “mujeres” al
cia contra las mujeres y niñas y su manifestación más
nacer. extrema, el femicidio.
Uno de los pilares fundamentales para ello es
la prevención de la violencia de género. En este
sentido, resulta esencial contar con herramientas
para trabajar con los varones y las masculinida-
des, problematizando los mandatos, los privile-
gios, las relaciones de desigualdad y de compli-
cidad.
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mandatos generan relaciones desiguales y violentas,
que vulneran nuestra libertad, autonomía e igualdad.
Este enfoque, a su vez, nos permite entender por qué
las mujeres y las diversidades sexuales se encuentran,
GÉNERO
en general, en situaciones de inferioridad de poder
respecto de la mayoría de los varones.
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Qué tiene que ver la importante con relación a nuestra sexualidad, es que
podamos vivirla de forma libre, placentera, cuidada,
sin violencias ni discriminación.
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yo me miro al espejo, veo una mujer negra. Para ti la
raza es invisible, porque así funcionan los privilegios”.
Los varones y las Kimmel ilustra con esto que los privilegiados no saben
cómo o por qué lo son. Y dice: “Antes, cuando me veía
al espejo veía a un ser humano, sin raza, clase o género:
a pensarse un sujeto universal. A partir de esa conversación me
convertí en un hombre blanco de clase media. Me di
como cuenta de que la raza, la clase y el género también
tenían que ver conmigo. Si queremos que los hombres
entren a la discusión de la salud sexual y reproductiva,
tenemos que hacer la masculinidad visible para ellos y
¿Cuáles son las dificultades de los varones para intro- darnos cuenta de que la invisibilidad es consecuencia
ducirse en un proceso en el que nos pensemos en clave del poder y el privilegio” (Kimmel, 2000: 7).
de género? ¿Qué resistencias podrían empezar a apa-
recer al trabajar estos temas? La masculinidad no solo aparece como el elemento
jerarquizado del par de género binario (masculino/fe-
En nuestra experiencia como facilitadores/as de talle- menino), sino que también se ubica como representan-
res de masculinidad con varones nos hemos encontra- te de la totalidad de la humanidad, como lo universal
do con diversas resistencias. Si bien no tienen por qué que habla, mira, juzga y decide. Así, cuando habla un
aparecer en todos los casos y pueden darse en dife- varón, si cumple con las características de la mascu-
rentes medidas, en función del contexto, del trabajo linidad normativa (varón, heterosexual, blanco, clase
previo, de las relaciones de género que caracterizan media/alta), pareciera que lo hace en nombre de la
ese espacio, nos parece importante advertir sobre totalidad de los seres humanos. Y ello también es un
estas cuestiones, para que no se desanimen y puedan privilegio naturalizado, por eso, cuando pretendemos
atravesarlas sin abandonar el proceso. que los varones se piensen como sujetos de género,
situados, con intereses parciales y responsabilidades
Una de las características fundamentales de la mascu- concretas, no saben cómo hacerlo, no quieren hacerlo,
linidad, como estructura de poder, es su invisibilidad se sienten interpelados y cuestionados. Esa reacción,
como conjunto de normas, valores, expresiones, roles aunque muchas veces inconsciente, es una forma de
que definen lo que debe o no ser un varón en nues- defender el privilegio de ser considerado un sujeto uni-
tra sociedad. La masculinidad parece adquirir notorie- versal, es el privilegio de que sus privilegios no sean
dad solo cuando aparece en un cuerpo que no es el visibles ni se encuentren amenazados.
del varón blanco heterosexual de clase media. Michel
Kimmel (1997), en este sentido, plantea que los varones Para poder comenzar a problematizar las desigualda-
viven como si no tuvieran género. Y ejemplifica dicha des de género, resulta fundamental que quienes se
invisibilidad y su relación con la resistencia de los va- asumen como varones hagan el ejercicio de pensarse
rones a transformar sus prácticas de género, a partir como grupo social, trascendiendo la individualidad. Y
de una anécdota muy ilustrativa, sobre un encuentro esa es la principal resistencia que hemos encontrado:
entre una mujer blanca y una mujer negra. Ésta última ubicarse como sujeto de género en el marco de una
pregunta: “Cuando te miras al espejo, ¿qué ves?”. “Veo construcción colectiva. “¿Se refieren a uno/nosotros o
una mujer”, responde la blanca. Es entonces cuando a los varones en general?”, “No somos todos iguales”,
la mujer negra explica: “Ese es el problema, cuando “No nos metan a todos en la misma bolsa”, son las ex-
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presiones que solemos escuchar, como
mecanismos defensivos, para ubicarse
por fuera o por encima de las prácticas
masculinas en cuestión.
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Lo que nos interesa destacar para el fin que este compañeras mujeres que ya no callan, que denuncian
cuadernillo fue elaborado, es que todos los varones las violencias y las injusticias, demandan ser tratadas
fueron, son y serán socializados en los discursos nor- como semejantes y en igualdad de condiciones. Cabe
mativos de la masculinidad. Y que, cada uno, con sus destacar que, para la cultura patriarcal, el mandato de
diferencias y singularidades, pueda reflexionar en qué feminidad es no amenazar los privilegios de los varo-
medida está encarnando dichos mandatos, así no sea nes. Por eso, es común que en esta coyuntura donde
en la medida más evidente, grosera y violenta. De lo más que nunca las mujeres elaboran discursos que los
contrario, la construcción de estereotipos de mascu- interpelan, ellos traduzcan su desorientación en enojo,
linidades de machos alfa y violentos, solo sirve para malestar e incomodidad.
desidentificarse, tomar distancia y evadir la respon-
sabilidad de problematizar qué prácticas machistas Nuestro rol como facilitadores/as no es ahorrarles esa
sigo reproduciendo. Y acá una salvedad: en el marco incomodidad, que es fruto de la historia en movimien-
de una cultura machista y una organización patriarcal to. Por el contrario, debemos invitar a transitar y abra-
de la sociedad, no hay quien esté libre de machismo y, zar dicha incomodidad como principio de transfor-
por ende, de la necesidad de mirarse al espejo. mación, como una oportunidad histórica para soltar
tanto mandato y tanta norma, como una ocasión para
Los varones, en general y los adolescentes, en par- ser más libres y, también, más justos con ellos mismos
ticular, se encuentran desorientados ante un mundo y con quienes tienen la posibilidad de compartir sus
que está cambiando vertiginosamente y ante sus vidas.