Guía para Un Abordaje Integral de Los Consumos Problemáticos en El Sistema de Salud de La Provincia de Buenos Aires Digital 43 62

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05.

Recomendaciones para
un abordaje integral
Recomendaciones para un abordaje integral

05.
Recomendaciones para un abordaje integral

Un abordaje integral de los consumos problemáticos con intervenciones alternativas basadas


en la estrategia de reducción de riesgos y daños, nos desafía a favorecer la accesibilidad, garan-
tizar derechos y promover la continuidad de cuidados. A continuación, algunas recomendacio-
nes para acompañar los procesos de salud-enfermedad-atención-cuidado (S-E-A-C).

a. ¿Cómo favorecer la accesibilidad?


• Estar disponible: la disponibilidad de parte de los equipos de salud es una condición central
para el acceso a la atención. Actitudes receptivas y de escucha, lejos de miradas moralizan-
tes, facilitan que las personas confíen en los equipos de salud y promueven la continuidad
en los tratamientos. Aquí resulta fundamental brindar el tiempo necesario en la atención,
ya que al ser una problemática compleja, es importante poder escuchar a las personas, a fin
de comprender la situación que atraviesan y los motivos de su padecimiento.

• Reducir y eliminar el estigma: sabemos que el estigma vinculado a los consumos de


sustancias impacta negativamente en el acceso a los servicios de salud, especialmente
en mujeres y diversidades, así como en las personas que están en posiciones sociales de
mayor vulnerabilidad. Por ello, es fundamental para los equipos interdisciplinarios, revi-
sar y reflexionar sobre su conceptualización acerca de los consumos y considerar a las
personas que consultan por este motivo como sujetos de derecho, que requieren una
atención de calidad, como cualquier otra persona que se acerca a consultar por otro
motivo de salud.

• Reconocer consumos problemáticos de sustancias en el sistema de salud en general:


las personas circulan por el sistema de salud consultando distintas disciplinas y/o espe-
cialidades (clínica, infectología, cardiología, traumatología, ginecología, obstetricia, etc.).
Por lo tanto, muchas situaciones de consumos problemáticos pueden ser identificadas
en consultas que no son específicamente de este campo. Es importante indagar de
manera respetuosa, acerca del consumo de sustancias durante la consulta, evaluar si se
puede dar una respuesta desde ese efector de salud o, si resulta necesario, referenciar a
la persona a un servicio especializado. No perder oportunidades para ofrecer atención
sobre este tema a las personas que lo requieren.

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Recomendaciones para un abordaje integral

• Consensuar principios básicos de atención de los consumos problemáticos en los distin-


tos efectores de la provincia de Buenos Aires, ya que en el campo de la salud mental existe
una enorme heterogeneidad de abordajes. Se requieren acuerdos mínimos para facilitar
los procesos de salud-enfermedad-atención-cuidado de las personas. Estos consensos
permitirán un mayor grado de articulación y consolidación de la Red Provincial.

• Construir un vínculo de confianza con la persona consultante: el vínculo entre profe-


sionales de la salud y personas con consumos problemáticos es un elemento decisivo;
por eso, es importante transmitir empatía, una escucha atenta y brindar un buen
trato. En lo que refiere a niñas, niños y adolescentes, es importante considerar y respe-
tar su autonomía progresiva y brindar información adecuada, oportuna, veraz y expre-
sada en un lenguaje comprensible.

• Escuchar a familiares y referentes significativos: en caso de que acompañen a la


persona, brindar orientación y dar continuidad al proceso de atención. Se sugiere aten-
der por separado a familiares y referentes de quien consulta, para otorgarle un marco de
confidencialidad, escuchar y atender las demandas, dándole a cada quien su espacio. En
muchos casos, las y los referentes son quienes se acercan a consultar en primer lugar. El
trabajo con dichas personas resulta fundamental y puede favorecer que luego se acer-
que quien padece el problema.

• Flexibilidad en días y horarios para la atención: teniendo en cuenta las características


generales de la población y el territorio donde se encuentra el efector de salud.

• Atención remota: contar con tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para


la atención a distancia de situaciones en que la persona necesite atención y no cuente
con un turno previo. Se sugiere que la implementación de dicha estrategia quede a crite-
rio del equipo interdisciplinario, cuando considere realizarlo de manera excepcional, a los
fines de dar continuidad al tratamiento.

• Encuadre: si la persona se presenta fuera del día y horario pactado con el equipo inter-
disciplinario, evaluar caso por caso, si corresponde o no atenderla. Las personas que
tienen un consumo problemático suelen presentar dificultades para cumplir con los
encuadres de tratamiento, aún cuando los mismos sean acordados entre los servicios y
las personas y presenten un bajo umbral de exigencia; es por ello que no hay una única
recomendación para dichas situaciones. En algunos casos, puede resultar conveniente
recibir a la persona, por más que concurra fuera de horario, para facilitar su alojamiento
en el dispositivo, sobre todo en los inicios del tratamiento. En otras situaciones, será
recomendable no recibirla ese día y reprogramar la consulta, a fin de sostener el encua-
dre de tratamiento y que eso luego, redunde en un beneficio para el proceso de S-E-A-C
de la persona. Se recomienda el diseño de dispositivos colectivos, grupales como parte
de la oferta de cuidados y no solamente individuales.

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Recomendaciones para un abordaje integral

b. Derechos como pacientes


En nuestro país y en la provincia de Buenos Aires contamos con un corpus de leyes que
ampliaron los derechos de las personas que asisten al sistema de salud y sus garantías de
buen trato. Éstas constituyen una perspectiva ético-política del derecho a la salud, ordenan
nuestras prácticas y habilitan la formulación de herramientas de transformación.

La legislación vigente, Ley Nacional N° 26.529 de Derechos del Paciente a la cual la provincia
adhiere mediante la Ley provincial N° 14.464, señala que las personas que reciben atención,
incluidas aquellas en situación de consumo, cuentan con los siguientes derechos:

• Trato digno y respetuoso: la persona que asiste a los servicios de salud tiene derecho a
que los equipos intervinientes le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones
personales y morales, principalmente las relacionadas con sus condiciones sociocultura-
les, de género, de intimidad, cualquiera sea el padecimiento que presente y que ese
respeto se haga extensivo a familiares o acompañantes.

• Intimidad: todo abordaje sanitario implica respetar la dignidad humana y la autonomía


de la voluntad. Además se deben resguardar los datos confidenciales.

• Confidencialidad: la persona tiene derecho a que quien participe en la elaboración,


manipulación o acceso a la documentación clínica, guarde la debida reserva, salvo expre-
sa disposición en contrario emanada de autoridad judicial competente o autorización de
la propia persona que se atiende.

• Información sanitaria: la persona tiene derecho a recibir la información sanitaria nece-


saria, vinculada a su salud. Incluye el derecho a negarse a recibir toda o parte de la infor-
mación que no quiera conocer.

• Consentimiento informado: las personas que reciben atención sanitaria tienen derecho
a recibir información clara y completa sobre su tratamiento, a fin de que puedan consen-
tirlo o no, con el fin de fortalecer la autonomía progresiva y generar una corresponsabili-
dad entre las personas que se atienden y los equipos de salud. Dicho consentimiento
puede ser revocado en cualquier momento del proceso de atención y tratamiento.

• Historia clínica: es un derecho de las personas contar con un registro escrito donde se
documente cronológicamente y de manera completa toda práctica que se realice por
parte de cualquier efector sanitario.

• Niñas, Niños y Adolescentes: resulta importante destacar que en caso de niñas, niños
y adolescentes, el derecho a la atención prioritaria de la salud implica que nunca se
puede negar la atención en función de la edad de la persona o por concurrir sin el acom-
pañamiento de una persona mayor de edad.

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Recomendaciones para un abordaje integral

Considerando el Art. 7 de la Ley Nacional de Salud Mental, se reconocen los siguientes


derechos de las personas con padecimiento mental, en relación a los servicios de salud:

• Derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a partir del acceso
gratuito, igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos necesarios, con el objeto de
asegurar la recuperación y preservación de su salud.

• Derecho a conocer y preservar su identidad, sus grupos de pertenencia, su genealogía y


su historia.

• Derecho a recibir una atención basada en fundamentos científicos, ajustados a prin-


cipios éticos.

• Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conve-
niente, que menos restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración fami-
liar, laboral y comunitaria.

• Derecho a ser acompañado antes, durante y luego del tratamiento por sus familiares,
otros afectos o a quien la persona designe.

• Derecho a no ser identificado ni discriminado por un padecimiento mental actual o pasado.

• Derecho a poder tomar decisiones relacionadas con su atención y su tratamiento dentro


de sus posibilidades.

• Derecho a que el padecimiento mental no sea considerado un estado inmodificable.

Esta suerte de decálogo de derechos que enuncia la LNSM, se vincula a una serie de ideas
significativas que con claridad establece la Ley N° 26.934 (2014) Plan IACOP:

• "Integrar y amparar socialmente a los sujetos de algún consumo problemático” (art. 3


inc. c) lo cual implica jerarquizar el carácter humano y el valor de lo colectivo para el dere-
cho a la salud mental de las personas que consumen sustancias.

• Cuando las personas que atraviesan una situación de consumos problemáticos se


encuentran en una situación de vulnerabilidad social que ponga en riesgo su proceso de
tratamiento, el Estado las debe incorporar en dispositivos especiales de integración,
tales como la integración educativa y la laboral.

• Los abordajes deben ser prioritariamente de modalidad ambulatoria, reservando como


último recurso las internaciones, luego de evaluar los criterios establecidos.

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Recomendaciones para un abordaje integral

c. Recomendaciones generales para las intervenciones


Cuando una persona se vincula a cualquier dispositivo de la Red Provincial, se debe realizar
una evaluación integral de la misma, que incluya una valoración del equipo interdisciplinario
y una propuesta de intervención.

Realizar una evaluación integral


Realizar una evaluación integral implica reconocer lo singular, teniendo en cuenta en
cada situación, la complejidad y trayectoria de vida de la persona que consulta,
evitando respuestas únicas y homogeneizantes para todas las personas que
consumen sustancias y entendiendo que la evaluación está constituida por
distintos momentos.

1. DEMANDA O PEDIDO

La intervención se inicia a través de la demanda de una persona, familiar o un víncu-


lo significativo. La demanda de atención y/o tratamiento puede ser explícita o implí-
cita. Es decir, una persona puede acercarse a un efector de salud solicitando comida,
una cama para dormir, etc. Es importante que el equipo interdisciplinario pueda
alojar esta demanda y favorecer la accesibilidad de la persona, más allá de que
pueda dar una respuesta concreta o no. En este último caso, el equipo debe orientar
a la persona a qué efector acercarse y/o hacer la derivación correspondiente.

También puede suceder que no se articule ningún tipo de demanda, pero que los
equipos tomen noticia de la vulneración del derecho a la salud que involucra a una
persona y/o grupo. En ese caso se deben organizar estrategias de acercamiento y
abordaje comunitario tendientes a construir puentes para su atención, recordando
que somos agentes estatales.

Resulta muy frecuente que la demanda pueda provenir de familiares o referentes


significativos de una persona que no concurre al sistema de salud ni tiene voluntad
de hacerlo. Es crucial escuchar y alojar el pedido, dando lugar a preguntas, preocu-
paciones, etc. Resulta aliviador para las familias y amistades, orientar, brindar
información y ofrecerles espacios individuales y/o grupales, más allá de que la
persona sobre la cual se solicita atención, no concurra. Cuando la demanda es sobre
niñeces y adolescencias, se sugiere la articulación con otras áreas del Estado, como
las educativas, de justicia y de protección de derechos de niñas, niños y adolescen-
tes (servicios zonales y servicios locales). Es importante tener en cuenta que las
intervenciones sobre este grupo etario requieren enfoques que consideren sus
necesidades específicas.

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Recomendaciones para un abordaje integral

2. ENTREVISTAS

Se realiza una o varias entrevistas (según cada situación) que se enmarcan en un


espacio de primera escucha, en el cual se recibe y se contiene a la persona, permi-
tiendo que ponga en palabras lo que le acontece. La entrevista se propone generar
un vínculo de confianza con la persona, considerando lo difícil que suele ser acercar-
se a un servicio de salud, cuando se tiene esta problemática. Esta primera entrevista
la lleva adelante cualquier profesional del equipo interdisciplinario, pudiendo ser
duplas si resulta posible, que puedan escuchar la situación de la persona y de su
contexto. Es importante que los equipos estén constituidos por personas formadas
en promoción de la salud, en salud comunitaria, capacitadas para alojar a las perso-
nas en los primeros momentos de la consulta.

Si la persona concurre acompañada, es indispensable entrevistar a quien la acom-


paña, a fin de tener una visión más abarcativa de la situación.

3. VALORACIÓN DEL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO

A partir de estas primeras entrevistas, se realiza una valoración integral/diagnósti-


co acorde a la situación de la persona, para facilitar decisiones oportunas respecto
a una propuesta de intervención.

Dimensiones a relevar en el marco de evaluaciones integrales


Esta lista es orientativa, pudiéndose realizar en una o varias entrevistas y definien-
do en cada situación particular, cuáles son los aspectos más relevantes a indagar.
Si la persona por el motivo que fuere, se niega a brindar algún dato, se continúa
con los siguientes ítems de la lista y se considera la posibilidad de retomarlo/s en
otra oportunidad.

— ¿Cuál es su nombre, DNI, género, edad, nacionalidad, domicilio, teléfo-


no y cobertura de salud? Si la persona no posee DNI, se le brinda infor-
mación al respecto, para que pueda tramitarlo.

— ¿Se encuentra acompañada? ¿Por quién?

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Recomendaciones para un abordaje integral

— ¿Cómo se presenta la persona? cómo llega, con quién llega, etc.

— ¿Está ubicada en tiempo y espacio? es decir si la persona sabe qué día


es, en dónde está, cómo llegó, etc.

— ¿Cómo se siente? tranquila, ansiosa, triste, angustiada, etc.

— ¿Cómo se comunica? habla de manera excesiva y apresurada, habla


lentamente, se mantiene sin hablar, etc.

— ¿Tiene di�icultades para dormir? le cuesta dormir, duerme muchas


horas, tiene insomnio, etc.

— ¿Qué relación tiene con las sustancias?: qué consume, modalidad,


frecuencia, cantidad, en qué circunstancias, trayectoria de consumo,
etc.

— ¿Qué la lleva a consumir? ¿Qué le ayuda a consumir menos?

— ¿Qué cuidados emplea y/o conoce en sus prácticas de consumo?

— ¿Qué tipo de consumo se observa? experimental, ocasional, habitual,


dependiente, problemático, etc.

— ¿Realizó tratamientos anteriores en relación a los consumos? Dónde,


cuánto tiempo, completó o no el tratamiento sugerido, cómo fueron
esas experiencias, etc.

— ¿Está atravesando o atravesó alguna situación que le genera tristeza,


inseguridad, enojo, angustia? ¿Por qué?

— ¿Toma medicación? cuál/es, quién se la prescribió o si toma sin pres-


cripción médica, cuál es el esquema de medicación.

— ¿Tiene familiares que presentan o presentaron consumos de sustan-


cias? Registrar quién/es.

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Recomendaciones para un abordaje integral

— ¿Tiene redes de apoyo?: si cuenta con referentes que puedan acompa-


ñar el proceso de tratamiento.

— ¿Cuál es su situación de salud? enfermedades crónicas, cirugías, trata-


mientos o controles médicos, discapacidad, etc.

— ¿Tiene historia clínica en algún efector de salud? ¿Comúnmente dónde


se atiende? Buscar el contacto y vincularse con otros efectores de salud
por los que la persona transitó, puede ser de mucha utilidad para dise-
ñar una estrategia de abordaje.

— ¿Asiste a otros espacios/instituciones?

— ¿Cuál es su situación laboral y/o educativa?

— ¿Cuál es su situación habitacional? ¿Dónde reside (vivienda particular,


institucional, situación de calle, etc.)? ¿Con quién/quiénes convive?
¿Vive sola?

— ¿Presenta situación de riesgo? si se advierte una situación de intoxica-


ción aguda o crisis de excitación psicomotriz. En este caso se sugiere
tener un protocolo de articulación con efectores que atiendan urgen-
cias. (Ver apartado de Urgencias, Capítulo 5)

Construir una estrategia de intervención


Luego de realizada la evaluación integral, el equipo interdisciplinario define, en
conjunto con la persona, la estrategia de atención y/o tratamiento más adecuada
para dar respuesta a su problemática actual.

Si la persona concurre acompañada, es importante incluir a familiares/acompañantes


en la propuesta de tratamiento.

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Recomendaciones para un abordaje integral

Esta estrategia puede darse dentro del propio efector y/o, de considerarlo
necesario y pertinente, utilizar mecanismos de referencia a otros efectores de la
red de atención.

En caso de que la persona se encuentre en una situación de riesgo cierto e


inminente, la indicación de internación corresponderá al equipo interdisciplinario,
tal como plantea el artículo 20 de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 y su
homóloga provincial N° 14.580.

LA VOZ DE LAS PERSONAS


CON CONSUMOS PROBLEMÁTICOS

Demanda Entrevista/s Valoración Estrategia de


del equipo intervención

Es fundamental que los equipos interdisciplinarios


mantengan de manera regular reuniones, ateneos,
discusión de casos y/o espacios de reflexión sobre
sus prácticas para mantener la calidad de la atención
y abordar el desgaste que se produce en la tarea.

d. Recomendaciones específicas para la intervención


En este apartado, se establecerán algunas recomendaciones específicas para el primer nivel
de atención y para los servicios de atención de urgencias e internación. La idea principal es
poder brindar herramientas diferenciales a distintos efectores de la Red provincial que
poseen características propias.

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Recomendaciones para un abordaje integral

¿Qué hacer en el primer nivel de atención?


El primer nivel de atención forma parte de la estrategia de la Atención Primaria de
la Salud. Los centros de atención y cuidados, para abordar los consumos de
sustancias, emplean estrategias de promoción, prevención y atención focalizadas
en los territorios y centradas en las necesidades de las personas e involucran la
participación comunitaria.

Actividades preventivas y de promoción:

• Realizar actividades de sensibilización e información: que aborden mitos,


estereotipos, información sobre sustancias clara y precisa, etc. a través de
técnicas participativas, dando lugar a la producción conjunta de conocimien-
tos. Se pueden llevar a cabo en los dispositivos o en otras instituciones como
escuelas, clubes, universidades, sindicatos, etc. y también de manera digital
y/o virtual permitiendo ampliar el alcance de las actividades y llegar a más
personas que, por diversos motivos, no se pueden acercar a una charla o taller
en un lugar o territorio físico.

• Ofrecer talleres de diversas disciplinas: deporte, arte, oficios, etc., posibili-


tando la inclusión social y problematizando preconceptos que pueden ser
estigmatizantes.

• Llevar adelante espacios de intercambio y reflexión: estos espacios están


destinados a los equipos de los distintos dispositivos, a otras organizaciones y
a personas que consumen sustancias.

Actividades de atención:

• Favorecer un espacio de escucha y acompañamiento: espacio proporcionado


por promotores/as comunitarios/as que posibilita el acceso al sistema de salud
promoviendo el alivio del padecimiento y dando lugar a la contención.

• Ofrecer un espacio terapéutico individual: que favorezca la problematización


de la relación con las sustancias. Se trazan los objetivos terapéuticos según la
historia y necesidades de la persona que consulta.

• Ofrecer grupos terapéuticos, de apoyo o acompañamiento para personas que


consumen sustancias: que garanticen un espacio de escucha grupal en el cual
circule la palabra, dando lugar a que emerjan historias, experiencias, sentidos y
resonancias, y a diversificar estrategias de fortalecimiento de lazos sociales e
integración social. Los espacios grupales posibilitan la reciprocidad y habilitan
otros encuentros y acontecimientos que tendrán efectos clínicos, más allá de
las instituciones.

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Recomendaciones para un abordaje integral

• Realizar grupos de orientación y acompañamiento a referentes significativos:


destinados a las personas de referencia (vínculos familiares, de amistad, vecin-
dad o referencia institucional). Escuchar, contener y orientar para generar un
espacio de encuentro.

Incluir a las personas con consumos problemáticos en


la planificación de las actividades durante su proceso
de atención para promover su participación activa.

¿Qué hacer en las urgencias?


La atención de las urgencias configura parte de los temas priorizados, definidos en
el Plan Provincial de Salud Mental 2022-2027 para nuestra provincia. Asimismo,
mediante la Resolución 943/2022 se elaboró un Protocolo Intersectorial de
Actuación para Urgencias en Salud Mental, cuyo objetivo es brindar herramientas
básicas para la coordinación entre el personal policial y el personal de salud, ante
urgencias por motivos de salud mental, ya sea de personas con padecimiento
mental, estado de intoxicación y/o consumo problemático de sustancias.

Se entiende por urgencia en salud mental, todo evento que produce un quiebre en
la vida de una persona, con un alto grado de sufrimiento psíquico y que se estima,
necesita cuanto antes, de una atención sanitaria.

“Toda situación transitoria que irrumpe y altera las funciones psíquicas y el desempeño
habitual, que supone un alto grado de padecimiento y ruptura del equilibrio vital, de tal
manera que la persona, el entorno y/o el equipo sanitario consideren que requiere
atención inmediata”.

— Guía de atención de crisis y urgencias por motivos de salud mental y consumos


problemáticos, 2022:8

Es esperable que estos episodios, se atiendan en las guardias hospitalarias, aunque


también pueden presentarse en efectores del primer nivel de atención, ya que
muchas veces las personas recurren al mismo, ya sea por cercanía o por
desconocimiento de otras instituciones del sistema de salud.

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Recomendaciones para un abordaje integral

Si la urgencia excede la capacidad de resolución del primer nivel, se debe articular


con el segundo nivel de la Red Provincial, a fin de que la persona pueda ser atendida
en un efector que pueda brindarle una respuesta adecuada a su problema.

Identificar el tipo de situación


Una vez recibida la persona, se debe realizar un diagnóstico diferencial entre:

• Intoxicación por consumo de sustancias: ya sea por sobredosis o por consu-


mo de sustancias adulteradas4.

• Descompensación psicótica aguda: inducida por consumo de sustancias o por


problemática de salud mental.

• Urgencia subjetiva: que se expresa habitualmente con la sensación de “ya no


poder más”, la necesidad de contención, de sostén y resoluciones rápidas. La
característica más común es la presencia de grandes montos de angustia.

POR EJEMPLO

Cuando una persona se acerca a un efector del primer nivel con un


alto nivel de angustia puede ser alojada por ese equipo interdiscipli-
nario y no necesitar derivarla a otro efector de la Red Provincial.

En consonancia con la Guía para la atención de crisis y urgencias por motivos de


salud mental y consumos problemáticos elaborada por la provincia, destacamos
las siguientes pautas para la atención en servicios de guardia:

• Las intervenciones en situaciones de crisis deben ser abordadas por un equipo


interdisciplinario, se debe garantizar la complementariedad y articulación de
conocimientos y estrategias que propendan a hallar soluciones conjuntas a las
dificultades que podrían presentarse en este tipo de intervención. Se debe brin-
dar atención, integrando los aportes que cada disciplina ofrece al momento de
intervenir en crisis. El abordaje interdisciplinario no supone que todas las
personas miembros del equipo estén presentes en el mismo momento.

4. El Ministerio de Salud se encuentra elaborando una “Mesa de Trabajo en Salud sobre Alertas de Sustancias
Psicoactivas” que permitirá implementar estrategias oportunas para el abordaje de situaciones relacionadas con el
uso o la circulación de drogas adulteradas y/o nuevas sustancias psicoactivas, que posibilite el accionar articulado
de los referentes del sistema de salud público y privado de la provincia, la comunidad, las universidades públicas
y las organizaciones de la sociedad civil, ponderando la perspectiva sanitaria de Reducción de Riesgos y Daños, y
garantizando el respeto por los Derechos Humanos de las personas que consumen drogas.

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Recomendaciones para un abordaje integral

• Atender la situación de crisis oportunamente, para disminuir y/o evitar el sufri-


miento de la persona.

• Asegurar una comunicación clara, comprensiva y sensible a las diferencias de


edad, género, condiciones de vida, cultura e idioma.

• Si el equipo evalúa potencial auto o heteroagresividad, el encuentro se puede


realizar con la puerta abierta. En estas situaciones se recomienda la colabora-
ción de otras personas durante la entrevista (como integrantes del equipo de
salud, acompañantes y/o familia según la situación). No dejar al alcance elemen-
tos potencialmente riesgosos (bisturí, elementos corto-punzantes, medicamen-
tos, etc.) y prestar atención a que no tenga consigo dichos elementos.

• Considerar la opinión de la persona con consumos problemáticos con respecto al


tipo de intervención que se está llevando a cabo o se desarrollará. Procurar la auto-
nomía y la participación activa en la toma de decisiones de la persona a lo largo del
proceso de intervención, a través del consentimiento de la misma, respetando sus
derechos en su relación con las y los profesionales e instituciones de salud.

A las pautas señaladas en la Guía de atención de crisis y urgencias por motivos de


salud mental y consumos problemáticos, añadimos las siguientes recomendaciones
para los servicios de guardia:

• Entrevistar a acompañantes de la persona si los hubiere: muchas veces


familiares o amistades, etc. pueden aportar datos que ayudan a comprender de
manera más acabada la situación de urgencia, sobre todo cuando la persona no
puede o no quiere relatar lo sucedido.

• Permanecer junto a la persona durante la situación de urgencia: resulta


importante para el abordaje, el acompañamiento de algún integrante del
equipo interdisciplinario, ya que la presencia tranquiliza, contiene y contribuye
a disminuir los grados de sufrimiento psíquico de la persona.

• Disponer de duchas y ropa, en la medida en que sea posible: para que las
personas puedan bañarse. Con frecuencia las personas que llegan en situación
de urgencia por consumos problemáticos pueden haber estado “de gira” varios
días, con lo cual el baño y la higiene resultan importantes en su proceso de
atención, ya que durante ese tiempo, no pueden bañarse y/ o permanecen en
situación de calle.

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Recomendaciones para un abordaje integral

• Disponer de un espacio amigable para la atención de las urgencias: resulta


importante para una buena atención que el espacio no sea un lugar hostil
donde permanecer. En el caso de los servicios de guardia, que tenga una
adecuada distribución de camas, debidamente separadas para preservar la
intimidad de las personas, así como elementos de decoración que hagan del
espacio de guardia un lugar donde la persona pueda sentirse alojada.

• Contar con elementos de higiene: es necesario contar con elementos de


higiene que atiendan a las necesidades específicas de las personas, como por
ejemplo jabón, cepillo y pasta de dientes, desodorante, perfume, champú y
crema de enjuague, elementos de higiene menstrual, etc.

• Articular con otros servicios del mismo dispositivo o de otros efectores de la


Red Provincial, para la continuidad de cuidados de la persona, una vez que la
situación de crisis ha remitido. Si la misma no remite, se debe articular con el servi-
cio de internación hospitalario, a fin de efectivizar la internación de la persona.

¿Qué hacer en la internación?

“La internación es considerada como un recurso terapéutico de carácter restrictivo y sólo


puede llevarse a cabo, cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las
intervenciones realizables en el entorno familiar, comunitario o social”.

— Art.14, LNSM

Las internaciones por consumos problemáticos pueden


CLICK AQUÍ
realizarse en Hospitales generales, tal como señala la
LNSM en su artículo 28, en servicios de internación de
corta estadía en Hospitales neuropsiquiátricos en
proceso de adecuación hasta su sustitución definitiva,
así como en otras instituciones conveniadas con la
SEDRONAR. Para estas últimas, resulta fundamental
verificar previamente su habilitación sanitaria, que se
puede consultar en el Registro Único Provincial de
Establecimientos de Salud (RUPES)

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Recomendaciones para un abordaje integral

Internaciones voluntarias e involuntarias


Según lo establecido por la mencionada ley, las internaciones pueden ser de dos
tipos: voluntarias e involuntarias. Las primeras hacen referencia a las internaciones
realizadas con el consentimiento de la persona.

Las internaciones involuntarias sólo pueden realizarse cuando a criterio del equipo
interdisciplinario, exista una situación de riesgo cierto e inminente para sí o para
terceros. Asimismo, se debe presentar un dictamen profesional del servicio
asistencial que realice la internación, un informe acerca de las instancias previas
implementadas si las hubiera y la justificación de la ausencia de otra alternativa
eficaz para el tratamiento (Art.20, LNSM).

Cabe destacar, tal como se menciona en el artículo 26 de dicha ley que, en el caso
de internación de personas menores de edad o declaradas incapaces, se debe
proceder de acuerdo a lo establecido por los artículos que regulan las internaciones
de carácter involuntario y se procederá de acuerdo a la normativa nacional e
internacional de protección integral de derechos.

Acciones para las internaciones

• Programas de actualización para equipos de la salud: resulta fundamental


para una adecuada atención, contar con capacitaciones, programas de forma-
ción y de actualización en el campo de la salud mental y de los consumos
problemáticos, ya que estas personas suelen presentar características diferen-
ciales y específicas a otros problemas de salud mental, que requieren ser aten-
didas por los equipos de salud.

• Realizar un trabajo vincular: se considera importante poder trabajar a lo largo


del proceso de internación con la familia/vínculos significativos de las personas,
que hacen parte de su conflictiva vincular, a fin de mejorar dichos vínculos, lo cual
redundará en una mejoría del proceso de S-E-A-C de las personas internadas.

• Favorecer los apoyos de familiares y vínculos significativos durante la


internación: está ampliamente estudiado que el apoyo familiar durante los
procesos de internación es un componente fundamental para las personas.
Cabe señalar que en la práctica se observa que suelen ser las mujeres (madres,
hijas, esposas, etc.) las que más brindan acompañamiento durante las interna-
ciones a sus familiares. Es importante que los equipos interdisciplinarios no
contribuyan a la feminización del cuidado, exigiendo que sean las mujeres y
diversidades, exclusivamente, quienes tengan que ocuparse de estos apoyos y
convocando a otras personas de la red vincular, en caso de que éstas existan.

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Recomendaciones para un abordaje integral

• Contar con elementos de higiene: que atiendan a las necesidades específicas


de las personas, como por ejemplo jabón, cepillo y pasta de dientes, desodoran-
te, perfume, champú y crema de enjuague, elementos de higiene menstrual, etc.

• Incorporación de acompañantes terapéuticos: para que puedan acompañar a


las personas durante su permanencia en la internación, dado que son procesos
que pueden involucrar momentos difíciles atravesados por la intensificación de
los padecimientos psíquicos, que deben ser contenidos.

• Trabajar en la externación: resulta fundamental trabajar adecuadamente la


externación de la persona como un proceso y no como un mero pasaje burocráti-
co de la internación al "afuera". En las externaciones se ponen en juego muchas
cuestiones que merecen ser tratadas una a una, como lo vincular, lo habitacional,
etc. ya que si no, se suele producir el efecto de “puerta giratoria”, con el conse-
cuente impacto negativo sobre las personas con consumos problemáticos, como
la frustración de no poder sostener los proyectos que se habían planificado para
el afuera institucional.

• Articular con otros servicios del Hospital o de otros efectores de la Red


Provincial, para la continuidad de cuidados de la persona, una vez que la inter-
nación haya concluido.

• Abordar los consumos problemáticos en áreas específicas de los hospitales


generales: la Ley Nacional de Salud Mental, recomienda destinar áreas especí-
ficas para la atención de la salud mental (Art.28, LNSM). Para ello, se recomien-
da crear salas de internación en salud mental que incluyan el abordaje de los
consumos problemáticos, dentro de cada hospital general.

e. Continuidad de cuidados en la red de atención


Cuando las personas llegan a consultar por motivos de consumos problemáticos es necesa-
rio atender la demanda, realizar una evaluación integral, construir una estrategia de
intervención y prever cómo sostener el abordaje planteado para garantizar la continui-
dad en la atención. Se considera la atención como un proceso que se centra en las personas
y que implica un contacto con el equipo interdisciplinario sostenido en el tiempo, indepen-
dientemente del tipo de problemática por la que consulta. Es importante que las interven-
ciones sean planificadas de tal manera que las personas experimenten la atención de
manera constante, consistente con sus necesidades, preferencias y posibilidades.

Cotidianamente pueden acontecer situaciones singulares y complejas cuyo acompañamiento


se convierte en una tarea que se concreta a través de la conexión e intercambio entre profe-
sionales de la misma o distintas instituciones. Pensar la lógica de las redes nos lleva a
asumir la heterogeneidad de éstas, así como de los distintos actores que las componen.

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Recomendaciones para un abordaje integral

Las articulaciones entre los diferentes niveles de atención corresponden a un proceso de


co-construcción que servirá como apoyatura para dar respuesta a las necesidades de
las personas.

La continuidad de los cuidados implica conectarse entre los diversos efectores y tejer acciones
conjuntamente, para que las personas puedan recurrir al sistema en el caso que lo necesiten.

Pautas para la atención de las personas garantizando la continuidad de los cuidados:

• Apropiada circulación de información: ayudar a la correcta confección de las historias


clínicas, la realización de informes, notas de derivación y comunicaciones telefónicas. A
esto se suman los vínculos que se construyen entre el personal para compartir informa-
ción y criterios de abordaje. Cada efector y disciplina es importante en el flujo de la aten-
ción, por este motivo se sugiere construir circuitos de continuidad en la atención.

• Adecuada articulación entre los niveles de atención: definir los objetivos de interven-
ción/acompañamiento según cada situación particular, poniendo el eje en las necesida-
des que tiene la persona de ser asistida en los distintos niveles de atención, según la
complejidad que presente, para lo cual se requiere comunicación fluida y coordinada
entre los diversos componentes (formales e informales como los recursos y referentes
comunitarios) de la red, y en la medida de lo posible, el armado de planes de trabajo
conjuntos. Se sugiere hacer seguimiento de las derivaciones a través de una comunica-
ción a posteriori, con el objetivo de conocer si la derivación se concretó o si la persona se
presentó. En este punto es importante sistematizar y mantener actualizada una guía de
recursos con base territorial.

• Continuidad en las relaciones con las personas que consultan: propiciar un vínculo de
sostén y acompañamiento mantenido en el tiempo.

• Implicación en el acompañamiento de las derivaciones: es importante preguntarse:


¿cómo hacemos la derivación? Reflexionar si se proporciona información concreta, si se
realiza comunicación previa con el/la profesional o dispositivo, si se indica cómo llegar al
servicio o institución, etc.

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Recomendaciones para un abordaje integral

Apropiada Adecuada
circulación de articulación
información entre niveles
de atención

CONTINUIDAD
DE CUIDADOS

Implicación en el Continuidad en
acompañamiento las relaciones
de las con personas que
derivaciones consultan

Las personas referentes (familiares, amistades,


docentes, vecinos/as, etc.) son figuras de apoyo
que pueden ayudar a las personas con consumos
problemáticos a sostener sus itinerarios
terapéuticos.

Es clave incorporar a dichas personas referentes


en la atención ambulatoria, las urgencias, las
internaciones, los espacios de escucha, los grupos
y las actividades comunitarias.

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Las formas en que abordamos las problemáticas de consumos están vinculadas
a las maneras de entender la vida social y de cada una de las personas. Una pers-
pectiva de reducción de riesgos y daños para consumos problemáticos nos
desafía a deconstruir los discursos punitivistas sobre las sustancias y las perso-
nas con consumos problemáticos y a desplazarnos hacia un paradigma de dere-
chos y regulación, que pone a las personas que consumen en el centro de las
propuestas de intervención y tratamiento, atendiendo a cada situación singular.

Esta Guía pretende acercar a la totalidad de los trabajadores y las trabajadoras


de salud de la Provincia de Buenos Aires, de todos los niveles de atención, herra-
mientas básicas y concretas para la atención de personas que consumen sustan-
cias desde una perspectiva de reducción de riesgos y daños, con el fin de lograr
que todo el pueblo bonaerense, pueda acceder y permanecer en el sistema sani-
tario y que los equipos de salud puedan garantizar así una atención de calidad.

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