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    El poder de la Oración

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    La oración

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    La oración

    Jeremías 33:3 NVI


    3 “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y
    ocultas que tú no sabes”.

    Hay quien no saben en que consiste la oración. Algunos tienen


    conceptos equivocados de ella.
    Sin embargo, hay 3 pasos sencillos para conocer más a fondo la
    oración.

    1. La oración es sencilla (Mateo 6:9-13)


    se trata de una conversación entre dos seres, el creado y el creador;
    eso le debe dar el tono a nuestra oración. Sin palabras exageradas,
    más bien, con actitud reverente, sin olvida que somos nosotros los
    necesitados.

    Deben tener presente que no se debe aparentar delante de Dios, a Él


    no le podrán impresionar. El los conoce a cada uno de ustedes muy
    bien, y sus oraciones deben mostrar lo que él ya sabe de ustedes.
    2. La oración es hacia Dios (Salmos 46:1)
    Nuestra oración es directamente hacia Dios, sin intermediarios.
    Cuando la dirigimos a Él, la oración llega hasta su presencia.

    Debemos de asegurarnos de darle a Dios el lugar que le corresponde.


    Dedicar tiempo a Él en la oración es reconocer su grandeza; rendirnos
    a Él asegura que las puertas de los cielos se abrirán y traerán grandes
    bendiciones.

    3. La oración es efectiva (Salmos 17:6)

    Si tu abres tus labios en oración a Dios, los efectos de esa oración no


    se dejarán esperar. ¡No es un amuleto es el poder de Dios que se
    mueve a través de la oración!

    La oración es el medio que Dios ha dispuesto para que nos


    acerquemos a Él. No exclusiva, sino que está al alcance de quien se
    quiera acercar, sin importar en que condición te encuentres. Tu
    puedes comenzar a hablar con Dios.

    Pero …
    ¿Qué debemos hacer para mantener esa gran comunicación con
    Dios?
    Claramente es el reconocer que la única manera de ser un cristiano
    victorioso y en comunión con Dios es permaneciendo pegados a la Vid
    Verdadera que es el Señor Jesús.

    La vid: es la planta que produce las uvas. Es Dios


    Los pámpanos: es el fruto, en este caso nosotros somos ese fruto.
    El Señor Jesús nos dice “Yo soy la vid verdadera” De igual manera que
    la vid sostiene las ramas (pámpanos), así Cristo nos sostiene a
    nosotros, es la unión de la naturaleza divina y la humana unidas en un
    mismo espíritu.

    Dios trabaja en nuestras vidas para que podamos dar ese fruto.
    La única forma de llevar fruto es permaneciendo en constante
    comunicación con Dios.
    Y si no lo hacemos seremos cortados.

    A través de la oración podemos conocer la voluntad perfecta y


    agradable de Dios para cada día y decidir vivir en ella.

    Cada uno de nosotros ocupamos estar diariamente conectados con


    Dios sin poner límites, en un lugar específico, con la puerta cerrada
    para tener esa intimidad con Dios.
    Por eso nos dice en Mateo 6: 6
    Por ultimo permanecer en Dios implica tres acciones importantes.
    Leer la palabra de Dios todos los días.
    Meditar en la palabra de Dios.
    Orar y vivir en la palabra.

    Y hay 4 tipo de creyentes:


    El que no da fruto
    El que da fruto 30 por 1
    El que da más fruto 60 por 1
    El que da mucho fruto 100 por 1

    Para dar mucho fruto es necesario:


    Una comunión íntima con Dios
    Aprender esperar en el señor
    Saber luchar

    Grandes milagros sucederán en tu vida si permaneces en Dios por


    medio de la oración y la obediencia.

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